Filosofía presocrática

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Filosofía presocrática La filosofía presocrática es el período de la historia de la filosofía griega que se extiende desde el comienzo mismo de ésta, con Tales de Mileto (nacido en el siglo VII a. C.), hasta las últimas manifestaciones del pensamiento griego no influidas por el pensamiento de Sócrates, aún cuando sean cronológicamente posteriores a él. Tales y los filó- sofos griegos posteriores a él se incluyen dentro de los llamados «presocráticos» hasta la época de Platón, cuyas obras más importantes corresponden a la primera mitad del siglo IV a. C. y afirman estar basadas directamente en las enseñanzas de Sócrates. La obra de estos pensadores antiguos no nos ha llegado sino fragmentariamente, en citas de autores posteriores, por lo que el estudio de sus doctrinas debe tener presente constantemente la forma de transmisión textual y la valo- ración de las fuentes. 1 Delimitación histórica de la filo- sofía presocrática La precisión acerca de los límites de este período de la historia de la filosofía es problemática, tanto en lo que se refiere a su comienzo como a su final, y encontramos en los tratadistas soluciones diferentes. 1.1 El comienzo de la filosofía en Grecia Aristóteles expone en su Metafísica que Tales de Mileto fue el iniciador de un tipo de filosofía que concibió que el principio de todos los entes era de índole material. [1] A partir de esta consideración la tradición entera de la his- toriografía ha dado por sentado que Tales fue el primer filósofo, y aún Guthrie [2] se apoya en esta autoridad para empezar sus consideraciones sobre la historia de la filo- sofía griega comenzando por los filósofos milesios. Sin embargo, el origen de este tipo de indagación ha sido ex- plicado de diferentes maneras por la filología y la filosofía contemporánea. 1.1.1 El comienzo absoluto del pensamiento occi- dental: ciencia y filosofía John Burnet expresa la opinión común de principios del siglo XX [3] al decir que en los pensadores jonios, el logos se libera, de golpe, de las concepciones míticas imperan- tes. Esto se debería sobre todo a una excepcional cualidad de inteligencia y espíritu de observación del hombre grie- go. A partir de esta discontinuidad radical que supone el advenimiento del logos, la ciencia occidental no ha tenido más que seguir la vía marcada por los filósofos jonios. [4] Esta manera de entender el inicio del pensamiento filosó- fico encuentra eco en Bruno Snell, aun cuando este sigue una perspectiva más histórica. [5] Luego de las importantes obras de Cornford: De la Re- ligión a la Filosofía (1912) y Principium sapientiae (obra póstuma, 1952) este tipo de visiones han dejado lugar a explicaciones más matizadas. Para Cornford, el comienzo de la filosofía sigue en estrecha relación con el comien- zo de la ciencia. Por eso también observó la influencia de la astrología y la aritmética babilónicas y la geometría egipcia en la formación de la mentalidad filosófica, si bien esta mentalidad transforma el afán práctico que estas dis- ciplinas tenían en sus culturas de origen (la astrología ba- bilónica estaba al servicio de la religión oficial, y la geo- metría egipcia estaba destinada a medir campos de cul- tivo concretos) en un afán puramente teórico. Ello se da en virtud del descubrimiento, propio de los griegos, de la forma, independiente de la materia. [6] El primero que vin- culó el inicio de la ciencia (la matemática) con intereses exclusivamente especulativos (o sea, con intereses ajenos al placer o a lo necesario) fue Aristóteles, en Metafísica I, 981b13ss. Podemos considerar que Guthrie se sitúa en esta perspec- tiva de la relación filosofía – ciencia cuando considera la relación entre mito y logos. Al hombre pre-filosófico no le fue difícil considerar a la naturaleza y a sí mismo a merced de fuerzas superiores arbitrarias: una típica con- cepción politeísta o pandemonista tal y como se presenta en los poemas homéricos. Los fenómenos atmosféricos como la lluvia y el viento, o netamente humanos como la enfermedad, la muerte o los impulsos psicológicos, tie- nen una explicación en fuerzas personales, que se intere- san por los asuntos humanos, e incluso guardan ciertos lazos consanguíneos con estos. Frente a esta concepción, la filosofía inicia cuando el hombre comenzó a indagar por un orden subyacente al caos de los acontecimientos, orden producido por fuerzas impersonales. La familia di- vina se transforma en una “necesidad” despersonalizada. El nacimiento de la filosofía está vinculado con el aban- dono de la explicación mitológica para los problemas del origen del universo, y la fe religiosa es sustituida por la fe científica con sus triunfos y limitaciones. [7] La relación del nacimiento de la ciencia con el desplie- gue de la filosofía presocrática también ha sido puesta de relieve por Eggers Lan, el cual nota, siguiendo a Sza- 1

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Filosofía presocrática

La filosofía presocrática es el período de la historia de lafilosofía griega que se extiende desde el comienzo mismode ésta, con Tales de Mileto (nacido en el siglo VII a. C.),hasta las últimas manifestaciones del pensamiento griegono influidas por el pensamiento de Sócrates, aún cuandosean cronológicamente posteriores a él. Tales y los filó-sofos griegos posteriores a él se incluyen dentro de losllamados «presocráticos» hasta la época de Platón, cuyasobras más importantes corresponden a la primera mitaddel siglo IV a. C. y afirman estar basadas directamente enlas enseñanzas de Sócrates.La obra de estos pensadores antiguos no nos ha llegadosino fragmentariamente, en citas de autores posteriores,por lo que el estudio de sus doctrinas debe tener presenteconstantemente la forma de transmisión textual y la valo-ración de las fuentes.

1 Delimitación histórica de la filo-sofía presocrática

La precisión acerca de los límites de este período de lahistoria de la filosofía es problemática, tanto en lo que serefiere a su comienzo como a su final, y encontramos enlos tratadistas soluciones diferentes.

1.1 El comienzo de la filosofía en Grecia

Aristóteles expone en su Metafísica que Tales de Miletofue el iniciador de un tipo de filosofía que concibió queel principio de todos los entes era de índole material.[1] Apartir de esta consideración la tradición entera de la his-toriografía ha dado por sentado que Tales fue el primerfilósofo, y aún Guthrie[2] se apoya en esta autoridad paraempezar sus consideraciones sobre la historia de la filo-sofía griega comenzando por los filósofos milesios. Sinembargo, el origen de este tipo de indagación ha sido ex-plicado de diferentes maneras por la filología y la filosofíacontemporánea.

1.1.1 El comienzo absoluto del pensamiento occi-dental: ciencia y filosofía

John Burnet expresa la opinión común de principios delsiglo XX[3] al decir que en los pensadores jonios, el logosse libera, de golpe, de las concepciones míticas imperan-tes. Esto se debería sobre todo a una excepcional cualidad

de inteligencia y espíritu de observación del hombre grie-go. A partir de esta discontinuidad radical que supone eladvenimiento del logos, la ciencia occidental no ha tenidomás que seguir la vía marcada por los filósofos jonios.[4]Esta manera de entender el inicio del pensamiento filosó-fico encuentra eco en Bruno Snell, aun cuando este sigueuna perspectiva más histórica.[5]

Luego de las importantes obras de Cornford: De la Re-ligión a la Filosofía (1912) y Principium sapientiae (obrapóstuma, 1952) este tipo de visiones han dejado lugar aexplicaciones más matizadas. Para Cornford, el comienzode la filosofía sigue en estrecha relación con el comien-zo de la ciencia. Por eso también observó la influenciade la astrología y la aritmética babilónicas y la geometríaegipcia en la formación de la mentalidad filosófica, si bienesta mentalidad transforma el afán práctico que estas dis-ciplinas tenían en sus culturas de origen (la astrología ba-bilónica estaba al servicio de la religión oficial, y la geo-metría egipcia estaba destinada a medir campos de cul-tivo concretos) en un afán puramente teórico. Ello se daen virtud del descubrimiento, propio de los griegos, de laforma, independiente de lamateria.[6] El primero que vin-culó el inicio de la ciencia (la matemática) con interesesexclusivamente especulativos (o sea, con intereses ajenosal placer o a lo necesario) fue Aristóteles, en MetafísicaI, 981b13ss.Podemos considerar que Guthrie se sitúa en esta perspec-tiva de la relación filosofía – ciencia cuando considera larelación entre mito y logos. Al hombre pre-filosófico nole fue difícil considerar a la naturaleza y a sí mismo amerced de fuerzas superiores arbitrarias: una típica con-cepción politeísta o pandemonista tal y como se presentaen los poemas homéricos. Los fenómenos atmosféricoscomo la lluvia y el viento, o netamente humanos como laenfermedad, la muerte o los impulsos psicológicos, tie-nen una explicación en fuerzas personales, que se intere-san por los asuntos humanos, e incluso guardan ciertoslazos consanguíneos con estos. Frente a esta concepción,la filosofía inicia cuando el hombre comenzó a indagarpor un orden subyacente al caos de los acontecimientos,orden producido por fuerzas impersonales. La familia di-vina se transforma en una “necesidad” despersonalizada.El nacimiento de la filosofía está vinculado con el aban-dono de la explicación mitológica para los problemas delorigen del universo, y la fe religiosa es sustituida por la fecientífica con sus triunfos y limitaciones.[7]

La relación del nacimiento de la ciencia con el desplie-gue de la filosofía presocrática también ha sido puestade relieve por Eggers Lan, el cual nota, siguiendo a Sza-

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bó, que la primera demostración deductiva de la historiade la ciencia pertenece a Parménides. Todos los filóso-fos presocráticos han hecho aportes a la ciencia, sea a lasmatemáticas o a la ciencia natural.[8] Aun así, Eggers Landistingue en este período la filosofía de la ciencia: ambastienen pretensiones de ser un estudio de validez universal,solo que la filosofía es el estudio del universo como tota-lidad ordenada, y la ciencia prescinde de tal referencia almundo.[9]

1.1.2 Del mito a la razón: el origen cosmogónico yreligioso de la filosofía

La primera reacción moderna ante la opinión común so-bre el “milagro griego” del origen absoluto de la razón fuela de F. M Cornford[10] que vincula el inicio de la filoso-fía con distintas manifestaciones de la poesía religiosa.Debemos notar que esta tendencia de los tratadistas tam-bién tiene su antecedente en Aristóteles: en Metafísica I,983b29, dice que también los primeros “teologizantes”(se refiere con este término a los “autores de cosmogo-nías”, como entiende García Yebra)[11] opinaron “acercade la naturaleza”.Según Cornford, la “física” milesia nada tiene que ver conla ciencia y la observación directa de la realidad. Estaselaboraciones continúan las respuestas míticas tanto ensu material conceptual como en sus esquemas explica-tivos, traslada a representaciones laicizadas el esquemacosmogónico realizado por el pensamiento mítico–ritual.Si el mundo homérico presenta una distribución, entre loscrónidas, de diversos lotes y honores (Il. XV, 189-194),el mundo de los naturalistas jonios presenta una divisiónde jurisdicciones entre los poderes contrarios. El pensa-miento de Anaximandro guarda una estrecha dependen-cia con la poesía de Hesíodo: no hay gran diferencia entreconcebir el origen de todo a partir del Caos (Teog. 116)o de una naturaleza indeterminada (12 B 1, A 9, A 13, A14). A partir de este origen indiferenciado, la cosmogoníahesiódica hace nacer parejas divinas, que interactuandoterminan por formar la estirpe de los dioses olímpicos, enlos que se fundamenta el orden del mundo; para la cosmo-logía jonia estos contrarios no son ya divinidades perso-nales, como Urano y Gea, sino naturalezas como lo cálidoy lo frío, lo húmedo y lo seco, que en su interacción danforma al cosmos cíclico.[12]

Las repercusiones de la concepción de Cornford fuerontan importantes que la quinta edición de fragmentos deDiels (1935) fue modificada por Kranz para adaptarla eneste sentido; este helenista amplió el apéndice que incluíafragmentos de poesía y prosa cosmológica y astrológicay los ubicó al principio de la colección. Kirk y Raven lededican todo un capítulo de su obra crítica[13] a los “pre-cursores de la cosmogonía filosófica”, como las cosmogo-nías órficas, la cosmogonía de Hesíodo y las cosmogonías“mixtas” como la de Ferécides.La edición de fragmentos de los presocráticos de Gredos,

aun cuando inicia también por Tales, lo hace a pesar delos reparos del director de la edición: este expresa queno comienza por Anaximandro, primer autor del que dis-ponemos de citas textuales, sólo para no romper con latradición,[14] y que él no tendría inconvenientes en co-menzar la historia de la filosofía con Homero, si se le en-comendara la tarea de confeccionar una historia temáticade la filosofía por textos, donde se incluyeran temas filo-sóficos, como los del significado de la muerte, el sentidode la vida, etc.[15]

Los que se niegan a considerar la producciones cosmo-gónicas como antecedentes de la filosofía, como Jaeger,Guthrie y Eggers Lan, esgrimen en su contra la inauten-ticidad de tales escritos: Son obras conservadas en frag-mentos, en citas de autores posteriores, excepto la Teo-gonía hesiódica que se ha conservado íntegra. En es-te sentido comparten la precaria forma de transmisiónde la filosofía presocrática. Pero cuando se ha evalua-do la influencia recíproca entre poemas y prosa de con-tenido cosmogónico y la filosofía presocrática, los cos-mólogos se han mostrado siempre en deuda con los fi-lósofos. Así, se ha visto que Epiménides está influidopor Anaxímenes,[16] y la teogonía rapsódica de Orfeoestá en deuda con Ferécides, Heráclito, Parménides yEmpédocles.[17] Por ello se ha podido determinar que lascosmogonías órficas no son anteriores al siglo VI a. C.,[18]incluso algunas son posteriores a Sócrates, y pertenecenfrecuentemente a la era cristiana.[15]

De cualquier manera, la mayoría de los especialistas,aun los que consideran las cosmologías como antece-dente, distinguen éstas de la filosofía propiamente dicha.Kirk y Raven consideran que tanto los poemas homéri-cos como la teogonía hesiódica son muestras de un es-tado particular de racionalización. Sobre todo la Teogo-nía de Hesíodo con su afán sistematizador de la genea-logía de los dioses.[19] Sin embargo, el paso del “mito”al “logos” es un cambio radical que incluye no solo unades-personificación de las fuerzas de la naturaleza, sinoun cambio político, social y religioso que involucra unaapertura mental que tiende a relativizar el valor de latradición.[20]

1.1.3 Las condiciones sociales del origen del pensa-miento racional

Para explicar la transformación que presentan las concep-ciones filosóficas respecto de las míticas, algunos especia-listas dirigieron la mirada a sus condiciones de posibili-dad, y observan que estas son de índole social y económi-ca. P. M. Schul[21] piensa que debe de haber ejercido unagran influencia, en la orientación del pensamiento hacia lapráctica, la creación de la moneda, el calendario, la escri-tura alfabética, el rol de la navegación y el comercio. B.Farrington, por su parte, enlaza el origen de la racionali-dad griega (y el incremento de la riqueza material) con elprogreso técnico de las ciudades jonias, gracias a la liber-tad que estas tenían respecto de una ortodoxia mantenida

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por una casta sacerdotal, como en Egipto o Babilonia.[22]G. Thompson, en cambio, ve en la apertura de mercadosen los cuales el objeto se transforma en mercancía, y asípasa de tener un valor de uso a un valor de cambio, elfactor que hace comprensible el advenimiento de la ra-zón: puesto que esto significa que el objeto se despoja desu diversidad cualitativa y pasa a tener una significaciónabstracta.[23]

Jean-Pierre Vernant retoma estas consideraciones sobrelas condiciones sociales que hicieron posible el adveni-miento del pensamiento filosófico, y las reformula. En lí-neas generales, acepta la idea del paso del mito al “logos”,pero enfatiza la conexión de los mitos cosmogónicos conlos ritos orientales de soberanía, y ve que la filosofía jó-nica es una transposición de los elementos de estos mitos.La aparición de la polis como forma de ordenamiento so-cial le hace perder significación a este rito y el mito aso-ciado pierde inteligibilidad, y el pensamiento naturalistade los milesios no es más que un reflejo de este nuevoorden, al independizar los elementos atmosféricos de lafigura del soberano.[24] Por otra parte, acentúa la signifi-cación del pensamiento que surge en Magna Grecia parala comprensión del nacimiento de la filosofía como for-ma de racionalidad y del filósofo como tipo humano. Si ala filosofía precede el mito como forma de pensamiento,el filósofo es precedido por el augur y por el poeta ins-pirado. La filosofía mantiene ciertos caracteres de saberrevelado, lo que se ve claramente en el proemio del poe-ma de Parménides.[25] Sin embargo, entre las formas del“chamanismo” griego y el filósofo hay un abismo, y es quemientras que el augur está en posesión de un saber secre-to, el filósofo se propone divulgar su saber a un cuerpo dediscípulos (Pitágoras); esta transformación de la figura delsabio es hermana de una mutación en el plano social, queconsiste en la pérdida del poder político excluyente de losgene nobiliarios, la disposición al servicio de la comuni-dad de los ritos pertenecientes a los clanes sacerdotales, lapublicación de los decretos de justicia, antes reservadospara los Eupátridas; la aparición de la moneda, acuñaday con un valor garantizado por el Estado. El paso del usodel plural "τὰ ὄντα" (ta onta, los entes) en los jonios alsingular "τὸ (ἐ)ὄν" (to [e]on, el ente) en Parménides es unsigno más de la búsqueda de unidad, estabilidad y perma-nencia que puede verse en la incipiente organización dela ciudad griega, con la reforma de Clístenes, por ejem-plo. En definitiva, Vernant considera que la filosofía esresultado del advenimiento de la polis.[26]

1.2 Los últimos presocráticos

En general los tratadistas están de acuerdo en poner fin alperíodo presocrático una vez que se desarrolla y difundeel pensamiento platónico. El término “presocrático” pa-rece haberse extendido a partir de la edición de Diels yKranz, Fragmente der Vorsokratiker.[27] El mismo Kranz,en el prólogo, explica que “presocrático” no indica “an-tes de Sócrates”, sino “antes de los socráticos” (sobre to-

do Platón y su escuela), y de hecho, incluyen en la obraa pensadores posteriores a Sócrates, como Diógenes deApolonia o Demócrito. Por ello Guthrie entiende que lapalabra “presocrático” significa “no socrático”, y que estesignificado se determina por el contenido del pensamien-to más que por la cronología.[28] La selección de pensa-dores de la edición de fragmentos de la editorial Gredossigue un criterio semejante. Eggers Lan dice no temerquedar atrapado en los esquemas de manuales, que dis-ciernen, en la historia de la filosofía griega, una primeraparte cosmológica (la de los presocráticos) de otra antro-pológica (representada por la sofística y Sócrates). Aúncuando Heráclito o los pitagóricos parecen estar interesa-dos en temas éticos, la diferencia con la sofística es no-table, cuando esta concibe al hombre como medida detodas las cosas, o con la afirmación socrática acerca delreconocimiento de la ignorancia del hombre. Este quie-bre de la cosmología tradicional y el enfoque puesto enel hombre y su puesto en la sociedad sería el límite quedistingue ambas fases de la historia del pensamiento.[29]

2 Determinaciones internas de lafilosofía presocrática

Sea como sea que se entienda el inicio o el fin del pe-ríodo histórico considerado, nos encontramos allí con ungrupo de pensadores que dista mucho de ser homogéneoen sus intereses especulativos, en sus métodos e inclusoen sus formas expresivas. Sin embargo muchos autoresantiguos y modernos han ensayado diversas maneras deagruparlos, y de entender la estructura y la evolución deesta época de la historia de la filosofía.

2.1 Los doxógrafos y las escuelas filosófi-cas

Teofrasto, en su obra Opiniones de los físicos había desa-rrollado una clasificación de filósofos por escuelas. Di-versos doxógrafos, los escritores de “sucesiones”, conti-nuaron y sistematizaron esta tendencia, sobre todo Sociónde Alejandría. Relacionaban a los filósofos con sus su-puestos maestros y discípulos. De estas sucesiones se nu-trió el cronógrafo Apolodoro para confeccionar sus Cró-nicas.[30] Generalmente bastaba saber que un filósofo eraconciudadano de otro más joven para que los doxógrafosy otros autores tardíos supusieran que el primero habíasido maestro del segundo.[31] Así es como se fueron “in-ventando” filiaciones intelectuales dispuestas en escuelas,cuyo máximo divulgador fue Diógenes Laercio, y que si-guieron como verdaderas los Padres de la Iglesia.Las escuelas distinguidas por estas tradiciones fueron laEscuela de Mileto, compuesta por Tales, Anaximandroy Anaxímenes; la Escuela eleática, con Jenófanes comofundador y Parménides, Zenón y Meliso como sucesores;y la Escuela atomista, con Demócrito y Leucipo.

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4 3 FUENTES ANTIGUAS DE LAS CITAS Y ANÉCDOTAS DE LOS PRESOCRÁTICOS

La Escuela Pitagórica, en cambio, parece tener más pro-babilidades de haber sido real, puesto que era no solouna asociación con fines filosóficos, sino también religio-sos, y hay una apreciable cantidad de testimonios ante-riores a Teofrasto que nos detallan su actividad. Sin em-bargo presenta problemas particulares de datación, asícomo para precisar su unidad doctrinal.[32] Además dePitágoras, semilegendario fundador de la escuela, pode-mos contar en ella a Alcmeón. Los neoplatónicos, comoJámblico, tendían a considerar a Parménides y su escue-la dentro del pitagorismo, conformando la más generalEscuela itálica.[33]

2.2 Las agrupaciones de autores en la crí-tica moderna

Los filólogos modernos han tendido a rechazar la divi-sión escolar doxográfica. El análisis de las doctrinas pre-socráticas por separado muchas veces ha refutado lassuposiciones de influencias entre autores. La edición deDiels prescinde, en la medida de lo posible, de la divisiónescolar.[34]

Jaeger, sin embargo, en su obra La teología de los pri-meros filósofos griegos, considera en un solo capítulo (II,La teología de los naturalistas milesios) a la escuela mi-lesia. Kirk, Raven y Schofield modifican la vieja distin-ción entre escuela milesia y escuela itálica, modificandola nomenclatura geográfica pero concibiendo cierta uni-dad de orientación: por un lado presentan a los pensado-res jonios, caracterizándolos como monistas materialis-tas: cada autor concebía un principio material (el agua o elaire, por ejemplo) como génesis de la pluralidad de las co-sas que se presentan ante los ojos. Los autores indican quela inclusión de Jenófanes y de Heráclito en los capítulosdedicados a la filosofía jonia es meramente pragmática,puesto que estos superan de alguna manera los interesesnaturalistas.[35] Los jonios están divididos históricamenteen pre-parmenídeos (los ya mencionados, precedidos porla escuela de Mileto) y post-parmenídeos (Anaxágoras,Meliso, los atomistas). Estos últimos siguieron la tenden-cia naturalista de los primeros, pero respondiendo a la es-peculación de Parménides, que desarticuló aquellas con-cepciones físicas.[36] La filosofía en el occidente griego,o sea, en el sur de Italia, se sitúa históricamente entre am-bos. Sus representantes tuvieron intereses no naturalistas,sino especulativos, aunque sobre este punto tampoco hayuna uniformidad total.[37] Allí los autores ubican tanto aPitágoras como a los representantes de la escuela eleática(excepto Meliso) y a Empédocles.

3 Fuentes antiguas de las citas yanécdotas de los presocráticos

No nos ha llegado ninguna obra completa de los llamadosfilósofos presocráticos. Hoy contamos solo con fragmen-

tos que nos han sido trasmitidos como citas más o menosprecisas de pensadores y recopiladores posteriores. Losdetalles de este tipo de transmisión, y sobre todo la va-loración de las fuentes, deben ser tenidos en cuenta enun estudio completo y una interpretación aproximada delpensamiento de estos filósofos arcaicos, incluso para de-terminar ciertos rasgos biográficos importantes, como suscronologías.

3.1 Cómo citaban los antiguos, caracterís-ticas literarias y gramaticales

La primera dificultad que presenta el estudio de los fi-lósofos presocráticos es la dificultad de precisar cuán fi-dedigno ha sido el autor que lo cita o comenta. Sucedeque algunas obras con intenciones más o menos litera-rias (como en el caso de la Historia de Heródoto, o losdiálogos platónicos) incorporan a su relato alusiones mu-chas veces vagas sobre doctrinas anteriores, la mayoríade las veces citas de memoria (siempre falible) o merasparáfrasis, puesto que subordinan la citación precisa a lacomposición de sus obras.En cambio, con Aristóteles comienza una tradición detratadistas en prosa que hace desaparecer parte de lasdificultades mencionadas, aunque aparecen otras nuevas.Hay que tener en cuenta que, cuando un expositor grie-go o latino ha escrito sobre un pensador anterior, no hacontado con los signos que en los idiomas modernos nosayudan a distinguir lo que se expone con lo que se cita,esto es, sobre todo, las comillas dobles (""). Se han vali-do, en cambio, de construcciones gramaticales diversas,que dependen siempre de 'verba dicendi':

• verbo de decir + conjunción + oración de cita converbo en indicativo u optativo.[38]Esta construcciónequivale a nuestro discurso directo: “dijo: viví enÉfeso”, donde la conjunción vale por nuestros dospuntos (:). Esta construcción es, lamentablementepara la recolección de citas, poco frecuente en la-tín y griego.

• verbo de decir + oración de cita con sujeto en acu-sativo y verbo en infinitivo.[39] Sin equivalentes enla mayoría de los idiomas modernos, similar a unapoco usada forma española de discurso indirecto, ej:“dijo residir en Éfeso”. Esta construcción es la pre-ferida para citar, por ejemplo por Aristóteles.

• verbo de decir + adverbio, o punto alto (equivalentea nuestros dos puntos), + texto de cita. Esta forma decitar es la más parecida a la de los idiomas modernosy quizás la más precisa. Pero es frecuente solo enautores tardíos como Diógenes Laercio.

En cualquier caso, no se puede tener total seguridad dela exactitud de la cita a partir solo de la consideración de

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3.3 Valoración de fuentes por autores 5

la forma elegida para citar.[40] En cambio, citas que tie-nen por objeto reproducir opiniones de autores que escri-bieron en verso -Jenófanes, Parménides, Empédocles-sonmucho más fiables: la forma métrica nos permite discer-nir el texto auténtico de una glosa.[41]

3.2 Aspectos históricos de la transmisiónde citas y anécdotas

Las primeras noticias sobre pensadores presocráticosnos llegan por Aristófanes, Heródoto y por escritoshipocráticos, pero estos escritores del siglo V a. C. nostrasmiten esporádicamente datos muy escasos.[42] Reciénen el siglo IV a. C. tenemos noticias y referencias ampliasy detalladas sobre algunas figuras. Las citas y testimoniossiguen apareciendo en diversos escritos de la antigüedadtardía, en recopilaciones e historias que a veces tambiénse han perdido, aunque contaron con ellas algunos autoresde nuestra era, tanto paganos como cristianos. Incluso sehan encontrado citas, perdidas hasta entonces, en autoresdel siglo XII y XIII. Lo importante a tener en cuenta esque no es la antigüedad de una cita lo que la hace más omenos fidedigna,[43] sino la naturaleza de la obra dondeaparece, su estilo, la intención del autor, su acceso a otrasfuentes, y otros detalles.Además de haber tenido en cuenta las vicisitudeshistórico-literarias de cada citador, la filología modernaha hecho estudios pormenorizados sobre el valor que ca-da autor tiene como trasmisor, a partir de inspeccionesrealizadas sobre sus citas de obras que sí nos han llegado–las obras de Homero, por ejemplo–.

3.3 Valoración de fuentes por autores

3.3.1 Platón – S. IV a.C.

Según Kirk y Raven, Platón es extremadamente descui-dado en citas de todo tipo,[44] su actitud no es objeti-va, sino humorística o irónica. En cuanto a sus comen-tarios, son parciales o exagerados y no juicios históricosmoderados.[45]

Eggers Lan y Juliá consideran que Platón cita de memo-ria –unamemoria falible, hecho constatable a partir de susdistorsionadas citas de Homero– incluso por una cuestiónde principio. Siguiendo a Cherniss,[46] indican que en Fe-dro 274c hay una justificación del uso de la memoria porsobre el de las fuentes escritas. Lo importante no sería sa-ber quién dijo tal cosa, o de dónde era, o cuándo lo dijo,sino si era verdad o no.[47] Por lo demás, al relatar anéc-dotas de pensadores anteriores no tiene la pretensión detransmitir hechos históricos precisos, sino más bien decomponer una situación propicia para sus diálogos, aunincurriendo en anacronismos.[48]

3.3.2 Aristóteles – S. IV a. C.

El valor de Aristóteles, para Kirk y Raven, no reside enla cantidad de sus citas directas sino en el “carácter derecapitulador y crítico de los pensadores anteriores”.[49]Aristóteles realiza, de hecho, un examen de las opinionesde los filósofos en el primer libro de la Metafísica.Estos comentaristas siguen, como también lo hacen Eg-gers Lan y Juliá, a Cherniss[50] en la valoración de Aris-tóteles como citador: éste está ocupado en construir supropio sistema filosófico, en general selecciona solo citasque le interesan para tal fin, sin respetar órdenes crono-lógicos, e incluso llega a distorsionar los temas tratados oexponerlos mezclados con sus reflexiones sobre las impli-caciones de tal doctrina en su sistema. Esta actitud nacede su concepción histórica: piensa que los pensamientosanteriores a él son un titubeante avance hacia la verdadcontenida en su propia doctrina.[51]

3.3.3 Teofrasto – finales del S. IV a. C.

La principal fuente para el conocimiento de los filósofospresocráticos es la obra de Teofrasto Opiniones físicas uOpiniones de los físicos.[52] Tradicionalmente se conside-ra esta obra como el esfuerzo de Teofrasto por colaboraren la actividad enciclopédica de la escuela peripatética,actividad que incluía una historia de la filosofía encomen-dada a él.[53] Hay dudas al respecto: por una parte, sobrela mencionada “actividad enciclopédica” de la escuela,por otra, al carácter histórico de la obra de Teofrasto. Eg-gers Lan no cree que Teofrasto sea una excepción entrelos pensadores antiguos, y ve en dicha obra un ensayomássistemático que histórico, sobre todo en la forma exposi-tiva: un diálogo en donde preguntas de cuño peripatéticoeran respondidas por los pensadores anteriores a la es-cuela, preguntas que quizás nunca se hubieran formuladoellos mismos.[54]

Sea como sea, parece probable que Teofrasto haya podidocontar con las obras originales de la mayoría de los preso-cráticos, al redactar su obra. Y aunque la objetividad delescrito ha sido cuestionada, otros estudiosos han compa-rado los lugares donde Teofrasto cita el Timeo platónico,y la conclusión ha sido que procede con gran exactitud,[55]a pesar de que unas pocas veces tiñe la exposición conlas opiniones aristotélicas vertidas, por ejemplo, en el deCaelo.[56]

Allanadas o no las dificultades sobre la objetividad o ladependencia del escrito respecto del pensamiento aris-totélico, los investigadores han tenido que enfrentarse aotro tipo de problemas, que pueden ser incluso mayoresque los consignados hasta ahora: sucede que las physikôndoxôn tampoco se nos ha conservado. Las consideracio-nes anteriores están basadas en una reconstrucción del úl-timo libro de la obra de Teofrasto, titulado de las Sensa-ciones, realizada por Hermann Diels[57] a partir de citasde Simplicio en su comentario al de Caelo de Aristóteles.

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6 3 FUENTES ANTIGUAS DE LAS CITAS Y ANÉCDOTAS DE LOS PRESOCRÁTICOS

Simplicio tampoco tuvo la obra original en sus manos,sino un resumen de un tal Aecio, hecho a partir de otromanual intermedio, llamado por DielsVetusta Placita, da-tado en el S. I a. C.[58]

Aun con estas dificultades, las physikôn doxôn siguensiendo consideradas de primera magnitud como fuente decitas de presocráticos, puesto que fue, para la antigüedadtardía, la gran autoridad a la hora de extraer opinionesde antiguos pensadores.[59] A partir de la obra de Dielsde 1879, Doxographi Graeci, se comenzó a llamar “do-xógrafos” a los trasmisores de citas dependientes de laobra de Teofrasto. De ellos provienen la mayoría de losfragmentos considerados auténticos de los presocráticos.

3.3.4 Los Doxógrafos[60]

Teofrasto

[Vetusta Placita]

Aecio [Placita]

Estobeo

pseudo-Plutarco

Antología

Epítome

Aquiles Tacio

Cicerón

II

IV

III

II

I

I

IV

III

Soción y otros doxógrafos de sucesiones

Eusebio

Ireneo

TeodoretoSan Agustín

VI

V

Diógenes Laercio Vidas de losfilósofos ilustres

HipólitoRefutación de todas las herejías

Sexto Empírico Adversus mathematicos

Simplicio

In Aristoteles De Caelo comm.In Aristotelis Phisica comm.

Doxógrafos biógrafos y fuentes helenísticas

Apolodoro [Crónicas]

Cirilo

Academica priora

S. a. C.

V

S. d. C.

Opiniones de los físicos

Esquema de dependencias de las fuentes doxográficas más rele-vantes.

• Los Vetusta Placita: fue una compilación originadaen la escuela posidonia durante el S. I a. C. En el S. IId. C., Aecio –nombre que nos es trasmitido por unareferencia de Teodoreto- resumió dicha obra. Ni losVetusta Placita ni el resumen de Aecio se han con-servado. Solo conocemos restos de la obra de Aecioen las citas de la Antología de Estobeo y del Epítomede las opiniones físicas del Pseudo-Plutarco. A partirde la comparación pormenorizada de estas fuentes,el texto de Aecio ha sido reconstruido, también porDiels.[61] Del Epítome del Pseudo-Plutarco depen-den las citas de Aquiles Tacio y de Cirilo. En cam-bio, Varrón y Cicerón pudieron contar directamentecon los Vetusta Placita. Se puede determinar que es-tas compilaciones y resúmenes fueron compuestosimitando la disposición del texto de Teofrasto physi-kôn doxôn: presentaban secciones determinadas porun tema, y en un apartado las opiniones de variospensadores sobre el mismo.[62]

• Las sucesiones filosóficas: Soción de Alejandría es-cribió hacia el 200 a. C. una obra, primera de mu-chas en su género, donde agrupaba a los pensadorespor escuelas (es quizá el autor de la tradicional dis-tinción, presente en su obra por primera vez, de lasescuelas jónica e itálica) y relacionaba a los diversos

autores con sus maestros y discípulos. De estos es-critos dependen algunos testimonios trasmitidos porEusebio de Cesarea, Ireneo, Arnobio, Teodoreto ySan Agustín

• Cronógrafos: Eratóstenes había escrito una cronolo-gía con fechas de artistas y escritores varios, y a me-diados del S. II a. C., Apolodoro de Alejandría vinoa llenar ciertos vacíos de su obra. Lamentablemen-te lo hizo a partir de principios poco convincentes,tales como considerar que la madurez de un filósofole llegaba a los cuarenta años, y hacía coincidir estafecha con la de algún importante evento histórico.Informado de la obra de Soción y su división en es-cuelas, incluyó sucesiones en su obra, pero consideróarbitrariamente que siempre el maestro era cuarentaaños mayor que su supuesto discípulo. No se con-serva la obra de Apolodoro sino en citas de autoresposteriores, como Diógenes Laercio y Simplicio.

• Plutarco (S. II d. C.) incorporó abundantes citas asus Moralia (Obras morales y de costumbres).

• Sexto Empírico (S. II d. C.): su adscripción a laescuela escéptica lo llevó a citar un número impor-tante de opiniones antiguas sobre los sentidos y elconocimiento.

• Clemente de Alejandría (S. II d. C.): en su Protrép-tico y en sus Stromateis introdujo una cantidad apre-ciable de citas de poetas y filósofos antiguos.

• Hipólito (S. III d. C.) y su Refutación de todaslas herejías: Acusa este escrito el uso de dos fuen-tes doxográficas interesadas sobre todo en datosbiográficos, y que por ello agrupaban las opinio-nes de los filósofos griegos por pensadores y nopor temas. Una de ellas es un compendio de po-co valor (fue usado por Hipólito para extraer opi-niones de Tales, Pitágoras, Empédocles, Heráclito,Parménides, Meliso y Demócrito). La otra fuente esmás fidedigna incluso que Aecio; de ella extrajo sen-tencias de Anaximandro, Anaxímenes, Anaxágoras,Arquelao y Jenófanes.

• Diógenes Laercio (S. III d. C.) y su Vidas, opinionesy sentencias de los filósofos más ilustres: Interesadomás en biografías presentaba también juntas todaslas opiniones de cada filósofo, sumadas a anécdotasprocedentes de biógrafos helenísticos, de muy dudo-sa veracidad. Contiene, de cualquier manera, citasvaliosas de Apolodoro. Su obra contiene un com-pendio de poco valor, y una exposición detallada,procedente de una fuente menos discutible.

• Las misceláneas del Pseudo-Plutarco: utiliza unafuente independiente de Aecio. Se basa en los pri-meros libros de la obra de Teofrasto, de contenidocosmogónico.

Page 7: Filosofía presocrática

4.1 Fragmente der Vorsokratiker de Hermann Diels 7

• Simplicio: a pesar de ser un autor tardío (S. VI d.C.), es una de las más importantes fuentes para elconocimiento de citas directas de presocráticos. Ensus comentarios a los libros De Caelo y Física deAristóteles, incluyó citas de autores antiguos, másextensas de lo necesario, puesto que según él, algu-nas obras se habían vuelto difíciles de hallar.

• Otros autores que citan anécdotas o textos depresocráticos: Filodemo, Marco Aurelio, Orígenes,Ateneo de Náucratis, Numenio de Apamea, Plotino,Porfirio, y más.

4 Compilaciones modernas de lascitas de los presocráticos

4.1 Fragmente der Vorsokratiker de Her-mann Diels

El filólogo alemán Hermann Diels (1848-1922).

En 1903, Hermann Diels, que ya había escrito la impor-tante obra Doxographi Graeci,[63] publica la no menostrascendente compilación Fragmente der Vorsokratiker.Allí se encuentran editados los testimonios biográficos,las interpretaciones antiguas, las citas directas auténticasy las citas de imitaciones de más de cuatrocientos autores,entre los cuales no solo se hallan filósofos presocráticosen sentido literal, sino también poetas antiguos y sofistasy otros escritores posteriores a Sócrates cuyas obras no sehan conservado completas.

La intención del autor fue hacer un manual con todo elmaterial disponible para el estudio del comienzo de la fi-losofía griega.[64] Y a tal punto lo logró, que actualmentetodos los estudios sobre los presocráticos utilizan, para ci-tar los fragmentos, el orden de su edición. Cada autor ocu-pa un capítulo numerado. A su vez, cada capítulo (no entodos se respeta esta estructura) está dividido en: A. Tes-timonios acerca de su vida y su doctrina; B. Fragmentosconsiderados textuales y auténticos del autor; y C. Imita-ciones.Para citar un fragmento original, se utiliza el número delautor y la letra B, más el número del fragmento. Por ejem-plo, 28 B 7 es el fragmento séptimo de las citas textualesde Parménides, trasmitida por Platón, Sofista 258d.Para citar un testimonio sobre la vida de un autor, se uti-liza el número de éste y la letra A con el número del frag-mento: por ejemplo, 22 A 1 corresponde a la primera citade testimonios sobre Heráclito, que pertenece a las Vidasde los filósofos ilustres de Diógenes Laercio, libro IX.Usualmente se utiliza, encabezando la cita, una indicaciónsobre la edición (Diels y Kranz = DK), ej. DK 22 A 1 óDK 28 B 7.Luego de la corrección y reedición de Walther Kranz, elorden de los autores de la edición es cronológico. La se-lección está dividida enA. Principios, donde se encuentran citas de

I. Poetas cosmólogos tempranos

1. Orfeo, 2.Museo y 3.Epiménides;

II. Poetas astrólogos del siglo sexto

4. Hesíodo, 5. Foco y 6. Cleostrato

III. Prosa cosmológica y gnómica temprana:

7. Ferécides de Siros, 8. Teágenes,9. Acusilao y 10. Los Siete sabiosde Grecia

B. Los fragmentos de filósofos del siglo sexto y quinto ysucesores directos, donde constan los siguientes autores:

11. Tales, 12. Anaximandro, 13. Anaxímenes,14. Pitágoras,15 – 20. Pitagóricos antiguos, 21. Jenófanes,22. Heráclito, 23. Epicarmo,24. Alcmeón, 25 – 27. Icos, Paros y Aminias,28. Parménides, 29. Zenón,30. Meliso, 31. Empédocles, 32 – 58. Autoresmenores y escuela pitagórica,59.Anaxágoras, 60 – 67. Autores menores, 68.Demócrito, 69 – 78. Autores menores de Ab-dera;

Page 8: Filosofía presocrática

8 6 ESTUDIOS CRÍTICOS

C. Antigua Sofística, donde podemos destacar las citas de

80. Protágoras y 82. Gorgias

4.2 The Presocratic Philosophers de Kirk,Raven y Schofield

En 1957, la Cambridge University Press publica un estu-dio crítico con una selección de textos de presocráticos,con el título The Presocratic Philosophers. La obra es unesfuerzo conjunto de Geoffrey Stephen Kirk, que comen-ta la tradición jonia, los atomistas y Diógenes de Apolo-nia; y John E. Raven, que redacta los estudios sobre latradición itálica, Anaxágoras y Arquelao. En la segundaedición, de 1983, se une a la tarea Malcolm Schofield ac-tualizando la bibliografía y redactando nuevamente loscapítulos sobre los eléatas y los pitagóricos, y retocandootras secciones.[65]

La obra no pretende ser, como la de Diels, un compen-dio de todos los autores arcaicos, sino una historia crítica.Tampoco contiene todos los fragmentos referidos a losautores tratados sino solo una selección, en griego y contraducción al inglés, seguida de amplios comentarios.Luego de un capítulo inicial (I) sobre los precursores de lacosmogonía filosófica, donde se ocupan en caracterizar lavisión ingenua que los griegos tenían del cosmos, las cos-mogonías órficas y “mixtas”, pasan a considerar a los pre-socráticos propiamente dichos, en tres secciones. La pri-mera, dedicada a los pensadores jonios, contiene estudiossobre (II) Tales, (III) Anaximandro, (IV) Anaxímenes,(V) Jenófanes y (VI) Heráclito. La segunda trata sobrela filosofía en el occidente griego, con (VII) Pitágoras,(VIII) Parménides, (IX) Zenón, (X) Empédocles y (XI)Filolao y el pitagorismo del siglo V. Una tercera seccióndedicada a la “Respuesta jonia” considera los pensamien-tos de (XII) Anaxágoras, (XIII) Arquelao, (XIV) Meliso,(XV) Los atomistas y (XVI) Diógenes de Apolonia.Esta obra cobra gran importancia para el mundo de ha-bla hispánica a partir de la publicación de una traduc-ción española (de Jesús García Fernández) por parte dela Editorial Gredos, en 1970. Hasta 1978, cuando apare-ce la edición de Eggers Lan, fue la única obra que con-tenía un número elevado de traducciones al español (porsupuesto indirectas, a partir de las traducciones inglesas)de fragmentos de los presocráticos en su conjunto.

4.3 Los filósofos presocráticos de EggersLan

La misma Editorial Gredos publica en 1978 la primeraedición de textos en español (traducidos directamente delgriego) de los presocráticos, encargada a Conrado EggersLan, en tres tomos de su conocida colección BibliotecaClásica Gredos (n.º 12, 13 y 14).

El editor explícitamente se expresa en contra de incluirpoetas, aunque sean cosmólogos, junto con filósofos pre-socráticos propiamente dichos[66] y excluyen a otros pen-sadores consignados en la edición de Diels (Epicarmo,Hipón, Arquelao, Eurito, Arquitas, Critias, Protágoras)por carecer para ellos de importancia para la historia dela filosofía.[67] La lista de autores tratados es, después dequitar la sección sobre los “Inicios” cosmogónicos y losautores mencionados, idéntica en orden a la edición deDiels.Eggers Lan no distingue radicalmente los fragmentos queproceden de testimonios biográficos y comentarios (DKA) de las citas textuales (DK B), y los presentan mezcla-dos y seleccionados según el arreglo interpretativo de ca-da capítulo, en los que abundan títulos y secciones orien-tativas. Sin embargo, al final del tratamiento de cada au-tor, presentan seguidas todas las citas textuales conside-radas auténticas, y las apócrifas, en el orden de la ediciónDK, siendo la edición española más completa de los frag-mentos de los presocráticos.

5 Cronología (640 a. C. — 370 a.C.)

6 Estudios críticos• Barnes, Jonathan: Los presocráticos. Madrid, Cáte-dra, 1992. ISBN 84-376-1029-X

• Cherniss, Harold F.:Aristotle’s Criticism of Presocra-tic Philosophy. Nueva York, Octagon Books, 1983.ISBN 0-88254-836-0

• Berenguer Amenós, Gramática griega. Barcelona,Bosch, 36ª ed. 1999. ISBN 84-7676-582-7

• Guthrie, W.K.C., Historia de la Filosofía Griega:

• Vol. I: Los primeros presocráticos y los pitagó-ricos, Editorial Gredos: Madrid, 1999 [1ª edi-ción, 3ª reimpresión]. ISBN 84-249-0949-6.

• Vol. II: La tradición presocrática desde Parmé-nides a Demócrito, Editorial Gredos, Madrid,1994 [1ª edición, 3ª reimpresión]. ISBN 84-249-1032-X.

• Vol. III: Siglo V. Ilustración, Editorial Gre-dos: Madrid, 1994 [1ª edición, 2ª reimpre-sión]. ISBN 84-249-1268-3.

• G. S. Kirk, J. E. Raven y M. Schofield. The Pre-socratic Philosophers. A Critical History with a Se-lection of Text. S.L., Cambridge University Press,1957, 1983. (Tr. española Los filósofos presocráti-cos. Historia crítica con selección de textos. Traduc-ción de Jesús García Fernández, Madrid, EditorialGredos, 1970, 2ª edic. 1987 (Biblioteca Hispánicade Filosofía, 63). ISBN 84-249-1249-7)

Page 9: Filosofía presocrática

9

• Jean-Pierre Vernant: Mythe et pensée chez les grecs.Zetein, 1973. (Trad. esp. Mito y pensamiento en laGrecia antigua. Trad. J. D. López Bonillo. Barce-lona, Ariel, 2007 (1ª ed. 5º reimpr.) ISBN 978-84-344-9702-4)

7 Ediciones de fragmentos

• Diels, Hermann (1958). Doxographi Graeci (3ª edi-ción). Berlín: Walter de Gruyer.

• Diels, Hermann; Kranz, Walther (1960-1961). DieFragmente der Vorsokratiker (10ª edición). Berlín:Weidmann.

• Eggers Lan, Conrado; Juliá, Victoria E. (1978). Losfilósofos presocráticos 1 (1ª edición). Madrid: Gre-dos. ISBN 84-249-3511-X.

• Cordero, Nestor Luis; Olivieri, F. J.; La Croce, Er-nesto; Eggers Lan, Conrado (1979). Los filósofospresocráticos 2 (1ª edición). Madrid: Gredos. ISBN84-249-3532-2.

• Poratti, A.; Eggers Lan, Conrado; Santa Cruz dePrunes, María Isabel; Cordero, Nestor Luis (1980).Los filósofos presocráticos 3 (1ª edición). Madrid:Gredos. ISBN 84-249-3542-X.

8 Véase también

• Historia de la filosofía occidental

• Monistas

• Pluralistas

9 Notas y referencias[1] Aristóteles, Metafísica, A, 983b20

[2] W. C. K. Guthrie, Historia de la filosofía griega, I, p. 51−52.

[3] Vernant, Mito y pensamiento en la Grecia antigua, VII, p.334

[4] J. Burnet, Early greek philosophy, Londres, 1920

[5] Snell, Die Entdeckung des Geistes. Studien zur Entstehungdes euroäischen Denkens bei den Griechen, Hamburgo,1955. V. Vernant, op. cit., VII, p. 334.

[6] Guthrie, op. cit. p. 46

[7] Guthrie, op. cit. p. 37-40

[8] Eggers Lan, op. cit. p. 17-19

[9] Eggers Lan, op cit. p. 22-23

[10] F. M. Cornford, From religion to philosophy. A Study inthe origins of greek philosophical thought, Londres, 1912

[11] García Yebra. Metafísica de Aristóteles, p. 22

[12] F. M. Cornford, Principium Sapientiae. The origin ofGreek philosophical thought. V. Vernant, Los orígenes delpensamiento griego, p. 82-85 y Mito y pensamiento en laGrecia antigua, p. 338

[13] Kirk, Raven y Schofield. Los filósofos presocráticos. Cap.1, p. 24 – 117

[14] Eggers Lan, Los filósofos presocráticos, I, p. 10

[15] Eggers Lan, op. cit. p. 11

[16] Kern. De Orphei Epimenidis Pherecydis theogoniis

[17] Rohde. Psyche. App. A, “The Great Orphic Theogony”

[18] Jaeger, La teología de los primeros filósofos griegos, cap.IV, p. 61. Guthrie, Historia de la filosofía griega, I, p. 49

[19] O. Gigon. Der Ursprung, cap. I. y F. M. Cornford, Princ.Sap. Cap. II

[20] Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos presocráticos, p. 116

[21] P. M. Schul, Essai sur la formation de la pensée grecque.Introduction historique de la philosophie platonicienne, Pa-rís, 1949. p. 151–175

[22] B. Farrington, Ciencia y filosofía en la antigüedad, Ed.Ariel, Barcelona 1974, p. 30.

[23] G. Thompson, Studies in ancient Greek society, vol II, Thefirst philosophers, Londres, 1955.

[24] Vernant, Mito y pensamiento en la Grecia antigua, p.334−340

[25] No obstante, Gálvez, R., " 'Y una diosa me recibió' al vol-ver en mi camino por el relato de Parménides”, Nova Te-llus 29-2, 2011, p. 29, rebate esta última afirmación.

[26] Vernant, op. cit. pp. 341 – 364

[27] De cualquier manera, el término “presocrático”, había si-do usado anteriormente, como en Plato and the OtherCompanions of Sokrates (1865) de George Grote.

[28] Guthrie, Historia de la filosofía griega, II, p. 353

[29] Eggers Lan, Los filósofos presocráticos, I, p. 12ss

[30] Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos presocráticos, p. 20.

[31] Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 155; Eggers Lan y Juliá,Los filósofos presocráticos. P. 59-60

[32] Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 313; Eggers Lan y Juliá,op. cit. p. 145ss

[33] Jámblico, de Vita Pythagorica liber, XXXVI 267

[34] DK, prefacio a la 1ª ed.

Page 10: Filosofía presocrática

10 10 ENLACES EXTERNOS

[35] Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 118

[36] Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 492

[37] Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 311-312

[38] Berenguer Amenós, Gramática Griega, 346

[39] Berenguer Amenós, Gramática Griega, 344 y 345

[40] Eggers Lan y Juliá, Los filósofos presocráticos p. 26

[41] Eggers Lan y Juliá, Los filósofos presocráticos p. 27-28

[42] Eggers Lan y Juliá, Los filósofos presocráticos, p. 24

[43] Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos presocráticos, p. 15

[44] Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos presocráticos p. 15

[45] Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos presocráticos p. 18

[46] H. F. Cherniss, “The History of Ideas and Ancient GreekPhilosophy”, en: Estudios de Historia de la Filosofía enhomenaje al Profesor Rodolfo Mondolfo Tucumán, 1957,pp. 93-144

[47] Eggers Lan y Juliá, Los filósofos presocráticos p. 24 y 30-31

[48] Eggers Lan y Juliá, Los folósofos presocráticos p. 25

[49] Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos presocráticos p. 16.

[50] H. F. Cherniss, Aristotle’s Criticism of Presocratic Philo-sophy, 1935

[51] Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 18. Eggers Lan y Juliá,op. cit. p. 28-30

[52] El nombre en griego es physikôn doxôn, la forma de la pa-labra “physikôn”, un genitivo plural, puede ser traducidacomo modificador indirecto con carácter posesivo (“opi-niones de los físicos”) o como adjetivo que modifica alsustantivo de manera directa (“opiniones físicas”).

[53] Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 18 - 19

[54] Eggers Lan, op. cit. p. 33-36.

[55] Kahn, Anaximander, p. 21; G. M. Stratton, Theophrastusand the Greek Physiological Psychology before Aristotle,Londres-Nueva York, 1917.

[56] J. B. McDiarmid, “Plato in Theophrastus de Sensibus",Phronesis 4, 1949, pp. 59-70

[57] H. Diels. Doxographi Graeci, 1879, reed. 1958, p. 473 –527.

[58] Kirk, Raven y Schofield, Los filósofos presocráticos. p. 21,Eggers Lan y Juliá, Los filósofos presocráticos p. 27

[59] Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 19

[60] Para esta sección se ha usado la nota introductoria: Lasfuentes de la filosofía presocrática de la obra de Kirk, Ra-ven y Schofield, los filósofos presocráticos, pp. 15 – 23 y lasegunda parte de la introducción general, El problema delos escritos de filósofos presocráticos, de la edición de Gre-dos de los presocráticos a cargo de Eggers Lan, pp. 23 –38, teniendo a la vista además la obra de DielsDoxographiGraeci, 3º ed. 1958

[61] H. Diels, Doxographi Graeci p. 267 – 444.

[62] Kirk, Raven y Schofield, op. cit. p. 19-21.

[63] Esta obra es un hito imprescindible para cualquier estudiosobre la valoración de fuentes de los presocráticos.

[64] H. Diels, Die Fragmente der Vorsokratiker, Prefacio a laprimera edición de 1903.

[65] Kirk, Raven y Schofield, op. cit., Prefacios a la 1ª y 2ªedición.

[66] Eggers Lan, op. cit. p. 9

[67] Eggers Lan, op. cit. p. 12

10 Enlaces externos

• Wikimedia Commons alberga contenido multi-media sobre Filosofía presocrática. Commons

• Algunos fragmentos en texto bilingüe griego - espa-ñol, con introducción, biografías y otras indicacio-nes en español, en el sitio Filosofía.

• Hermann Alexander Diels: Fragmentos de los preso-cráticos (Die Fragmente der Vorsokratiker). La pri-mera edición se hizo en 1903 en Berlín, y fue diri-gida por el propio Diels. A partir de la 5ª, sustituiríaa Diels Walther Kranz.

• Textos griegos, y algunos latinos, con intro-ducción y comentarios en alemán: 1ª ed., de1903, en facsímil electrónico en Internet Ar-chive.

• Texto de la 2ª ed., de 1906, en su mayoría engriego, con algunas traducciones al francés ycon índice electrónico en ese idioma, en el sitiode Philippe Remacle (1944 - 2011).

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