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INTRODUCCIÓN
Han existido múltiples investigaciones en Europa y en Sudamérica desde el enfoque sistémico
sobre la incidencia de la violencia familiar en aspectos como el autoestima, la relación laboral,
desde la visión de salud, entre otros; desde mi experiencia como psicóloga educativa en
diferentes Instituciones particulares, así como fiscales del sistema educativo nacional, he tenido
la oportunidad de atender a estudiantes con diferentes problemáticas: comportamiento,
situaciones emocionales, problemas de aprovechamiento y el que más llama la atención en estos
últimos tiempos el desdén y desinterés de los estudiantes, observando múltiples reacciones desde
un enfoque lineal; por lo que me interesé en implementar y profundizar una nueva investigación
dirigido hacia al paradigma de índole sistémico, en el cual el sistema familiar obtuvo el papel
protagónico y a su vez ofreció un bagaje de información desde una óptica diferente, dando a
conocer como las pautas de interacción de cada uno de sus miembros incidía en los
comportamientos dentro del sistema.
La familia desde su instauración como tal, es el contexto natural en donde el ser crece y recibe
auxilio, aquí elabora pautas de interacción donde se define una serie de conductas que se
constituyen en la estructura familiar, es decir, en el funcionamiento de los miembros de la
unidades (Minuchin y Nichols, 1994). La violencia es muy antigua y es real, se da en los
espacios familiares, es un comportamiento instrumental que sólo tiene una utilidad, aplicar la
voluntad del agresor a través de la fuerza (Montero, 2008). Es importante conocer que la
violencia familiar es una forma de violencia estructural ocurre porque es aceptada y tolerada
socialmente y es apoyada por la cultura, el derecho, la ideología, entre otros.
En la primera parte de la investigación se observa el marco teórico, siendo el fundamento
principal la Teoría Sistémica, se hace un recorrido por estudios anteriores realizados, definiciones
y conocimientos sobre la adolescencia, se ve a la familia sistémicamente en base a la teoría
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estructural, la cual permitió realizar un análisis sobre las interacciones que van realizando los
sistemas familiares en su cotidianidad, que luego al repetirse constantemente, se convierten en
una pauta transacional o de interacción. Se hace un recorrido sobre la violencia, sus antecedentes
históricos y datos estadísticos mundiales y nacionales sobre la violencia intrafamiliar, como se
percibe, cuáles son sus ciclos, los tipos de violencia.
En el segundo capítulo observamos la metodología de estudio, la elección del diseño
cualitativo el cual permitió obtener una descripción y análisis más profundo de los cinco
sistemas familiares de estudio, así como también, la exposición de las técnicas e instrumentos
empleados para el ulterior análisis.
Posteriormente, en el capítulo tres se refleja un análisis descriptivo de cada uno de los casos,
permitiendo identificar, analizar e interpretar las pautas relacionales de las cinco familias
investigadas en la Unidad Educativa Particular Daniel Comboni. Además, se encontrará la
integración de los resultados obtenidos mediante el análisis sistémico, el cual permitirá conocer
los hallazgos del estudio y a la vez dar aportaciones hacia futuras investigaciones.
Finalmente la autora estimó las conclusiones y recomendaciones o propuestas que se ha
levantado al realizar la investigación, con la finalidad de aportar desde una mirada sistémica; para
que en posteriores estudios las familias que estén involucradas con estudiantes que tengan un mal
comportamiento, comportamientos agresivos o comportamientos muy pasivos no lo vean como
una situación causa-efecto; sino se viabilice un paradigma circular sistémico donde se involucre a
la familia y sus pautas de interacción.
No cabe duda que la violencia es una constante en la vida de los niños, niñas y adolescentes
del mundo; violencia física, sexual o emocional es ejercida por adultos de su entorno cercano,
extraños u otros niños y, tienen graves consecuencias en el desarrollo de quien la sufre, que
van desde dolor físico, humillación, baja autoestima o la depresión hasta las dificultades de
aprendizaje y desempeño escolar, la adopción de conductas de riesgo y comportamientos
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autodestructivos e incluso la muerte. Pero a pesar de que la violencia contra los niños, niñas y
adolescentes es un fenómeno generalizado, no es inevitable. Visibilizarla, combatirla y
erradicarla es responsabilidad de todos (UNICEF, 2013).
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CAPÍTULO I
1. MARCO TEÓRICO
1.1. Antecedentes del estudio.
Los primeros homínidos de la civilización se percataron que ellos no podrían por si solos
sobrevivir jamás, por lo que tuvieron que acostumbrarse a vivir en grupos de familias, establecer
sistemas de comunicación y optar por una forma de vida colaborativa quedando en descubierto
que ambas características humanas, cooperación y comunicación, fueron consustanciales en los
albores de la humanidad, es decir, la una sin la otra no puede existir (Austin, 2015). Estos grupos
de familias desarrollaron un sistema relacional que les permitió ir evolucionando y sobrevivir.
Primero fueron polígamos, pero luego pasaron a la monogamia, los hombres permanecían con
una sola mujer y prestaban atención al cuidado y desarrollo del bebe del cual ahora estaban
seguro que era suyo, a partir de esta vivencia se creó el sistema social de la unión entre parejas y
el reparto de las labores para hombre y de las labores para mujeres, las cuales se centraban en las
tareas domésticas.
Hablamos entonces que estos sistemas familiares primitivos aprendieron a expresar tanto
sentimientos como información en sus interacciones. La familia no solo cumple funciones
importantes, también atraviesa por cambios evolutivos, los mismos que exigen un proceso de
continuos ajustes tanto del exterior, en los continuos movimientos sociales, así como, desde el
interior en los cambios evolutivos de sus miembros y en las transformaciones estructurales. Así
una familia potencialmente es más funcional, en la medida que exista el equilibrio en el
cumplimiento de sus funciones y en la disponibilidad de recursos adaptativos para enfrentar los
cambios, es aquí donde se potencia la funcionalidad de la familia (Ares, 1990).
En el último milenio a. C. las civilizaciones guerreras en Europa obligaban a las parejas al
matrimonio para que tengan muchos hijos y así muchos soldados, para ese entonces, se había
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instaurado la violencia en la sociedad para justificar la posesión de tierras y los esclavos, la
violencia es tan antigua como la humanidad, fue el sistema de comunicación de los primates y
sigue instaurada actualmente en nuestra sociedad; no existe un factor que pueda explicar por qué
algunos individuos tienen comportamientos violentos hacia otras personas o por que la violencia
prevalece en unos estratos sociales más que en otros. Actualmente, la era tecnológica nos
permite a través de los satélites ver actos de violencia como terrorismo, guerras, motines y
disturbios callejeros en el mismo momento en que están sucediendo con imágenes muy claras,
contradictoriamente esta era tecnológica no nos deja ver aquella violencia que ocurre con mucha
más frecuencia fuera de la vista, en los hogares y lugares de trabajo.
Ha sido motivo de múltiples estudios, la violencia, se ha visto como objeto de análisis por las
graves secuelas que deja a todo nivel de la sociedad, varios estudiosos desde diferentes ciencias
consideran que la más grave y la que engloba a todas las personas, es la violencia intrafamiliar; es
así, que encontramos tesis desde la violencia en su afectación en el autoestima de las personas en
sus ámbitos de trabajo, desde el ámbito feminista, desde el ámbito masculino, desde el ámbito de
la adolescencia, desde las relaciones interpersonales, entre muchas otras. La violencia
intrafamiliar influye en el rendimiento laboral, la baja autoestima y autoconcepto producto de
este tipo de violencia disminuye el interés en el trabajo; se considera que las familias necesitan un
espacio para conocer las necesidades de sus miembros (López, 2013).
Así como también, resolver sus situaciones ante las dificultades, como que los padres
necesitan establecer vínculos afectivos positivos con sus hijos para poder ayudarlos a crecer en
valores, desarrollar actividades familiares que revitalicen las relaciones parenterales y que los
programas de ayuda a la familia no solo que son escasos y poco estructurados sino que no son
difundidos masivamente, para que lleguen a los lugares u hogares donde los índices de violencia
son más elevados y por último determina que la violencia intrafamiliar no reconoce estrato social
(López, 2013). Si la violencia no conoce estratos sociales, tampoco distingue ciclos vitales, es así, como
algunos estudios intentan conocer que les pasa a los adolescentes en este ciclo, cual ha sido su experiencia
con la violencia.
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Cuando se frustran las necesidades vitales del niño, cuando el adulto abusa de él por motivos
egoístas lo castiga, manipula, desatiende o engaña; la integridad de este niño sufrirá un daño
irreparable (Gambarte, 2012). Sea cual sea la manifestación de la violencia, esta tiene una gran
influencia especialmente en los niños, ya que altera su desarrollo y bienestar biopsicosocial, en
las instituciones educativas se encuentran gran cantidad de jóvenes y niños que padecen de
violencia intrafamiliar en sus hogares a los cuales se les debe gestionar apoyo psicológico,
además que los estudiantes tienen los conocimientos y las definiciones claras de lo que es
violencia intrafamiliar (Carrasco, 2012).
Desde mi percepción profesional considero de vital importancia que se siga analizando a la
violencia, especialmente aquella que deja graves secuelas en la psiquis de todo un sistema
familiar, en el cual las pautas relacionales que se dan dentro de este sistema marcan la
vinculación de estas personas, con una sociedad cada vez más exigente y tecnológica.
1.2. Conceptualización de la adolescencia.
Etimológicamente, el término adolescente proviene del latín ad: a, hacia, y olescere, de oleré:
crecer. Significa la condición y el proceso de crecimiento. La adolescencia se define como la
etapa del desarrollo humano, que tiene un comienzo y un tiempo de duración, marca el final de la
niñez y define las bases de la edad adulta. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la
adolescencia es la etapa que ocurre entre los diez y veinte años de edad, coincidiendo su inicio
con los cambios puberales y finalizado al cumplirse gran parte del crecimiento y desarrollo
morfológicos. Así mismo, el período que va de los 10 a 14 años es la adolescencia temprana y de
15 a 19 años la adolescencia tardía (OMS, 2015). La adolescencia del hijo no pasa inadvertida
para el sistema familiar poniéndolo en alerta y necesitando negociar con todos sus miembros.
La Teoría de los Sistemas, considera a la familia como un sistema social y establece la crisis
que este sistema tenga como interrupciones en la rutina del sistema social de la familia. Esta
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crisis está determinada por la presencia de cambios considerables e importantes en el subsistema
filial que exigen en ellos movimientos individuales y familiares, pone de manifiesto
contradicciones entre la organización estructural y funcional de la familia y las
demandas derivadas de los nuevos acontecimientos que se afrontan; es de resaltar, que cada
sistema familiar se expresa y desarrolla dependiendo de su historia, de su propia dinámica, de lo
que significa el evento en cada una, y de los recursos con que cuentan para hacerle frente, así
como de su capacidad adaptativa.
Los cambios que se producen en la dinámica estructural y funcional se convierten en
amenazas para la salud del grupo familiar y de sus miembros, por lo que la familia ha de poner en
funcionamiento sus capacidades como sistema, así como las capacidades autocorrectivas y de
morfogénesis, no solo ante los cambios llamados normativos o esperados, sino frente a cualquier
otro que muchas veces sorprende al sistema, constituyendo amenazas y riesgo para la
funcionalidad familiar. Los conflictos, la frustración, angustia, tensión, ansiedad y depresión que
indistintamente pueden aparecer, acompañan a la familia en el tránsito por los períodos de crisis y
matizan la pauta relacional que se establecen entre sus integrantes.
La adolescencia es sin duda una de las etapas evolutivas de más cambios y contradicciones de
la persona, padres, madres y docentes deben conocer bien las herramientas para tratar con
adolescentes. En esta etapa de vida que presentan tanto cambios físicos como psicológicos,
generan en ellos actitudes notorias para su entorno como problemas de conducta que se
intensifican y se presentan con mayor frecuencia fuera del hogar, entre ellas agresión hacia
personas y animales, inicio de peleas físicas y uso de utensilios peligrosos en las peleas, tener y
seguir a modelos extranjeros, imitar a sus compañeros, no cumplir con las normas establecidas ni
en él en hogar ni en la institución educativa, faltar el respeto a iguales y adultos, contestar
inadecuadamente, fugarse de clases. Para muchos la adolescencia es un período crítico del
desarrollo; para otros es un momento de cambios y transiciones naturales, de cualquier forma esta
etapa es única en la vida de todo ser humano.
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Los individuos o los adolescentes suelen presentar conductas con el objetivo de adaptarse y
relacionarse al medio, suelen sentirse motivados a manifestar un comportamiento, debido a los
cambios que sufren como persona. Los lugares, las situaciones, el cambio de personas suelen
motivar cambios en el comportamiento, tenemos adolescentes que presentan una determinada
conducta y si analizamos el origen de ellas nos damos cuenta que el joven está pasando por
conflictos familiares, maltrato infantil o juvenil, abuso, pobreza, alteraciones genéticas, consumo
de drogas, alcohol. Es decir, en estos casos su motivación es activa porque los adolescentes han
trasladado en acciones sus necesidades o carencias.
1.2.1 Subestadios de la adolescencia.
La caracterización de los subestadios de la adolescencia es un tema discutido dentro de la
Psicología del desarrollo, dentro de la cual existen diferentes enfoques teóricos basados
definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la adolescencia es la etapa que ocurre
entre los diez y veinte años de edad, coincidiendo su inicio con los cambios puberales y
finalizado al cumplirse gran parte del crecimiento y desarrollo morfológicos. De acuerdo a
diversos autores, la adolescencia es clasificada en 3 etapas:
1. Adolescencia temprana: 10 a 13 años
2. Adolescencia media: 14 a 16 años
3. Adolescencia tardía: 17 a 19 años
Adolescencia Temprana (10 a 13 años), periodo con marcados cambios corporales y
funcionales como la menarquia. Psicológicamente, comienza a perder interés por los padres e
inicia amistades básicamente con individuos del mismo sexo. Intelectualmente aumentan sus
habilidades cognitivas y fantasías; no controla sus impulsos y se plantea metas vocacionales
irreales. Como persona se preocupa por cambios corporales e incertidumbres por su apariencia
física. Dentro del mismo contexto se expresa, que la Adolescencia media (14 a 16 años), es
considerada como la propia adolescencia, cuando ha completado prácticamente su crecimiento y
desarrollo somático. Social y Psicológico, es el período de máxima relación con sus pares,
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compartiendo valores y conflictos con sus padres. Es la edad promedio de inicio de experiencia y
actividad sexual; sintiéndose invulnerables y asumen conductas irresistibles casi siempre
generadoras de riesgo.
Así mismo, el Ministerio de Salud pública del Ecuador en su Programa de atención de la
Salud Pública distribuye la población de Adolescentes en el Ecuador en dos grupos: Grupos de
Adolescentes tempranos (10 a 14 años) y grupos de Adolescentes Tardíos (15 a 19 años) el
mismo que se utilizara para determinar los subestadios de la adolescencia. Arés (2009) afirma:
“La adolescencia es el período que ocurre dentro de los dos años de edad ginecológica,
entendiéndose por tal al tiempo transcurrido desde la menarquia, y/o cuando la adolescente es aún
dependiente de su núcleo familiar de origen”(p.20).
2. La Familia desde la visión sistémica
La familia es considerada como un grupo natural que a través de la historia se va
transformando a través de una serie de intercambios y retroalimentaciones, que se van
organizando a medida que la misma se desenvuelve en los diferentes sistemas ecológicos. La
Terapia de Sistemas desarrollada por Ludwin Von Bertalanfy concibe a la familia como un
sistema de relaciones que difiere de la suma de sus miembros, esta teoría muestra los diferentes
conceptos de causalidad circular, pautas de interacción, homeostasis, reglas familiares y
funcionalidad de la familia. Un tema importante a estudiar en las familias son los límites que no
son más que la frontera psicológica entre el espacio físico y el emocional de una familia, que
pueden ser claros, permeables o rígidos o difusos, es así, como tenemos que en familias
amalgamadas los límites son difusos es decir, que existe un excesivo sentido de pertenencia sin
identidad y autonomía y en las familias desvinculadas los límites muy rígidos que producen un
individualismo extremo, debo de resaltar que quien pone los límites es la autoridad parental.
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Se puede comprender a la familia con un sistema organizacionalmente abierto, con fronteras
hacia el exterior y estructuralmente compuesto por subsistemas delimitados con varios grados de
permeabilidad y con variadas figuras de jerarquización entre ellos. La función de la familia es
cuidar, dar afecto, educar a sus hijos y por ende ser la primera fuente de estímulo para los niños.
Al sistema parental se le ha delegado la función de proveer alimento, dar afecto, protección y
seguridad. La variedad de tipos de familia, la fuerza laboral femenina y el boom tecnológico nos
lleva a analizar de manera vital los roles a lo interno de la familia ya que la sobrecarga entre lo
asignado y lo asumido crea conflictos de roles en el sistema familiar. La Teoría de los Sistemas
plantea la comunicación como vital, ya que la función informativa, afectiva y reguladora, los
tipos de comunicación (verbal, no verbal, o analógica y digital) así como los dobles mensajes o
mensajes indirectos ayudan a conocer las disfunciones familiares.
Un desarrollo saludable de la personalidad nos permite tener espacios, límites y reglas al
momento de relacionarnos con los otros y nos permite tener un sentimiento de lealtad y
pertenencia sin dejar de ser uno mismo y sin ser individualista. Y por último, que una familia
desarrolle interrelaciones como grupo humano que sean sanas y que aporten al crecimiento
personal, familiar y social de cada uno de sus miembros, nos permite hablar de una familia
funcional; por ende de un sistema sano. La Teoría Comunicacional aporta a que la persona
encuentre nuevas estrategias en su comunicación y su sistema relacional, partiendo de la unicidad
de la persona en todas sus dimensiones (física, social, corporal, sexual, entre otras) y en la
combinación de lo mismo y lo diferente, para mirarse con nuevos ojos y lograr ver algo nuevo.
El mayor paso que una persona puede dar, es arriesgarse a lo desconocido rompiendo su
estatus-quo. La comunicación es el significado que las personas dan a su propio testimonio, es
dar y recibir información y para poder analizar a las familias se debe estudiar la comunicación
verbal y la no verbal, como las personas interactúan, como obtienen, procesan y emiten una
información; ya que la comunicación es vital para todos los seres vivos y favorece el crecimiento,
la salud y el bienestar (Satir, 1989).
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A partir de todos estos postulados y teorías nacen las diferentes visiones sistémicas, para
Minuchin (1986) “la familia constituye la unidad social que enfrenta una serie de tareas de
desarrollo”(p.39). Estas tareas se producen en distintas fases evolutivas del ciclo vital y cumplen
un dominio en la organización del sistema familiar. Este autor postulaba que la familia no es una
entidad estática, sino que está en continuo movimiento y que crea bases de interacción familiar,
es decir, que las pautas de interacción y las realidades que vive crean las experiencias familiares
(Minuchin, 1986). Es de destacar la importancia de los estudios sobre la familia, su nivel de
funcionalidad como sistema, la elaboración de sus pautas para el asesoramiento y el apoyo
familiar.
Hablamos del microsistema, las relaciones que se dan en el interior de este, reciben influencia
del exterior, aunque no participe directa y activamente en esas relaciones; no obstante, delimitan
lo que tiene lugar en el ambiente más próximo, esto es el exosistema. En cada etapa de ciclo
familiar, suele haber otros sistemas de interacción que se deben considerar: la escuela, la
pandilla, el club deportivo, el partido político o la asociación de vecinos. El mesosistema recibe
la influencia de la familia, así las tensiones familiares se reflejan en el comportamiento del hijo,
si hay falta de integración entre el medio externo suele causar estrés y problemas sociales.
El macrosistema, es el conjunto de valores culturales, ideologías, creencias y políticas, le da
forma a la organización de las instituciones sociales. El modelo sistémico nos permite observar
cómo cada grupo familiar encaja dentro de una red social mucho más amplia, y desde allí
desplaza su energía para lograr su propia autonomía, como un todo, al mismo tiempo, nos
permite analizar cómo cada microsistema integra la energía de los demás miembros del sistema,
bien sean estos individuos, bien sean subsistemas. En nuestro caso, el microsistema al que
hacemos alusión es la familia, y la pareja y la constelación fraterna son los dos subsistemas de
obligada referencia. A partir del enfoque sistémico los estudios de familia se sustentan, en el
conocimiento de la familia, como un grupo con una identidad propia y como escenario en el que
tienen lugar un andamiaje de relaciones.
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La terapia estructural considera que la familia es funcional o disfuncional basándose en sus
patrones de interacción (estructura). En el sistema familiar se distingue tres tipos de subsistemas
elementales: El Conyugal: Formado por los cónyuges (padres), se refiere a la relación entre
ambos. El Paterno: relación entre padres e hijos. El Fraterno: relación entre hermanos. Cada
subsistema goza de su propia fluidez intercomunicativa, de su propia intimidad y capacidad de
sintonía que no se comparten con los otros subsistemas, lo que no quiere decir que no exista una
óptima comunicación entre ellos. También encontramos tipos de familia que pueden ser Familias
nucleares completas: aquellas donde conviven los dos padres biológicos o adoptivos y los hijos
solteros. Familias incompletas: aquellas donde conviven los hijos solteros y uno de los padres
biológicos o adoptivos, quien es el jefe o cabeza de la familia.
Otra forma de familia incompleta es aquella donde conviven sólo los hermanos, hijos de los
mismos padres, fallecidos o totalmente ausentes, de modo que alguno o algunos de los hermanos
asumen el papel paterno o materno frente a los demás. Familias extensas: donde conviven
personas de tres generaciones (abuelos, padres, hijos, nietos) o con relaciones de parentesco con
el adolescente, distintas a las de padre, madre o hermano, tales como tío, primo, sobrino, cuñado,
entre otros. Familias reconstituidas: donde conviven la madre o el padre, separados o divorciados,
con los hijos de una o más uniones anteriores y su nuevo compañero o compañera. Familias
mixtas: donde conviven un padre y una madre con hijos de uniones anteriores de los dos, y, en
algunos casos, con hijos concebidos en esa unión actual. Familias con padre "visitante": son una
variante de las familias incompletas en cuanto a que el padre no convive con la familia, pero
socialmente no se considera como incompleta, porque él cumple con las funciones de esposo y
padre y tiene los privilegios y las atribuciones del jefe de familia.
A través de la vida, las familias atraviesan distintos tipos de crisis que de acuerdo a las
características de estas crisis las podemos clasificar en evolutivas e inesperadas. Las crisis
evolutivas son aquellos cambios que se esperan y por los cuales atraviesan la mayoría de las
personas. Estos cambios requieren un tiempo para aptarse y poder enfrentar nuevos retos, que
forman parte del desarrollo de la vida normal. Las crisis inesperadas son las que llegan
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bruscamente, que no están en la línea evolutiva habitual (muerte temprana de un padre, pérdida
del empleo, exilio forzoso, entre otros). Ambas crisis pueden ser atravesadas por el sistema
familiar desde distintas perspectivas su proceso de adaptación y resolución va a depender de los
recursos y de las experiencias previas (adaptación a crisis anteriores) que tenga el sistema. La
cultura y costumbres de las que forma parte un sistema familiar determinan su manera de actuar
ante las normativas y leyes de la sociedad.
2.1. Familias con hijos adolescentes
El período de la adolescencia es difícil por lo tanto se va a dar una ambivalencia familiar a
nivel emocional los adolescentes tienen sentimientos de hostilidad hacia sus padres y de amor,
desean entrar en el mundo de los adultos pero le da temor por todas las implicaciones,
transcender en la familia es una de las tareas más difíciles para el ser humano. Las familias con
hijos adolescentes corresponden a aquellas en donde el hijo mayor tiene entre 12 a 18 años, este
atraviesa una época en donde la vida le exige mayores demandas y ajustes, a esto le sumamos el
proceso de la identidad personal esto hace que se den más conflictos con los padres, porque
están constantemente cuestionando las normas, los valores y las exigencias familiares.
Ya en esta etapa el adolescente empieza a tener más claro las posiciones y roles de sus padres
lo que puede dar lugar a que se den evaluaciones significativas hechas por los jóvenes, por lo
general el Padre se concentra más en el trabajo y en las responsabilidades asignadas, mientras que
las madres tratan de mantener ese vínculo de cercanía impidiendo el espacio privado del joven lo
que generara que se den más conflictos por la lucha de autonomía. Es aquí donde se marca la
brecha generacional por los diferentes cambios que van a darse en el sistema familiar, es esto que
atemoriza más a los padres ya que hay mucho conflicto y rupturas porque están todos los
miembros en especial el adolescente en un momento de expansión y autonomía donde los
aspectos relacionales más importes son los externos los amigos, la pareja y la comunicación con
los padres es muy escaza.
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Todos estos aspectos hacen que se den muchas crisis para normativas en la dinámica familiar.
Los padres pasan por mucho estrés, debido a los cambios constantes que se dan en las
comunicaciones y en las pautas relacionales entre los miembros. Hernández (2001) afirma: “En
las últimas décadas, la adolescencia se ha convertido en una etapa que atemoriza a los padres y
maestros, como una situación de ruptura, de conflicto y de riesgo”(p.43). La familia con hijos
adolescentes debe de ser un holon de compresión y adaptación, si en esta etapa no se da una
buena estructura esto va a repercutir en este joven que por las transiciones de su vida, esto incide
en su adultez, la rebeldía puede hacer que se den diversos problemas como embarazos indeseados
cuyas consecuencias serán asumidas por la familia de origen. Lo importante en esta etapa es de
reafirmar la identidad y la autonomía del hijo.
2.2. La Familia y su estilo de comunicación.
Todas las acciones y conductas humanas comunican siempre algo al otro, este intercambio
consciente e inconsciente entre las personas es a lo que llamamos interacción. Para analizar la
relación que tienen dos personas debemos ponernos en el detalle de observar como manifiestan
sus conductas uno frente al otro (secuencia de hechos observables). Porque recordemos que en la
conducta humana lo que podemos observar es el intercambio de acciones–interacción. La
comunicación referencial, nos permite conocer el contenido del mensaje, sea cual sea lo que se
quiera comunicar o lo que se quiera que el otro conozca. En cambio, el aspecto conativo, es el
análisis en la relación entre las personas que se comunican, es decir las cualidades que tiene el
vínculo entre los comunicantes.
Todos los seres humanos tendemos a comunicarnos a partir de dos clases de lenguaje, eso sí,
hacemos la clasificación de que es uno para cada nivel de la relación y conversaciones que
tengamos, pero hay que destacar que en la comunicación humana participan el lenguaje analógico
y digital. El lenguaje digital es el lenguaje verbal y escrito, es el tipo de lenguaje que toda
sociedad comparte, dependiendo si tienen un mismo lenguaje, y el lenguaje analógico se
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caracteriza por ser “cinético y paralingüístico”, es decir el movimiento al momento de
comunicarnos, consiste en los gestos, muecas, comportamientos, tonalidad de la voz y tensión
del músculo, entre otros características que poseen y realizan las personas.
En su necesidad de combinar el lenguaje digital y el analógico, el hombre, sea como
receptor o como emisor, debe traducir constantemente de uno al otro. En la comunicación
humana la dificultad inherente a traducir existe en ambos sentidos. No sólo sucede que la
traducción del modo digital al analógico implica una gran pérdida de información, sino
que lo opuesto también resulta sumamente difícil: hablar acerca de una relación requiere
una traducción adecuada del modo analógico de comunicación al modo digital. Los seres
humanos se comunican de ambas formas, el lenguaje digital cuenta con una sintaxis
lógica sumamente compleja y poderosa pero, carece de una semántica adecuada en el
campo de la relación, mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una
sintaxis adecuada para la definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.
(Watzlawick, 1985, p.67, 68).
La comunicación en las relaciones de pareja son de vital importancia a la hora de definir o
enfrentar situaciones conflictivas, los problemas son ineludibles dentro del sistema familiar y las
parejas deben aprender a negociar la solución de manera conjunta, deben trabajar en el proceso
de adaptación, en buscar el equilibrio y encontrar juntos las soluciones a las situaciones que
satisfagan las necesidades de cada uno. Pensar que los problemas van a pasar por si solos o que el
tiempo los curará es una utopía, porque el sistema de enfrentamiento se vuelve cíclico o con más
fuerza negativa que las ocasiones anteriores; o recurrir al “efecto plaga”, el problema se propaga
o generaliza a otros aspectos de la relación, hay que solucionar la dificultad lo antes posible y
evitar rencores y orgullos.
Las discusiones de pareja son normales e incluso saludables, pueden ser muy constructivas.
Todo dependerá de cómo se desarrollen, gestionen, y concluyan. Una relación de pareja la
forman dos personas, con educación, costumbres e intereses y formas de ver las cosas de manera
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distinta, por lo que en cualquier momento pueden entrar en conflicto. La terapia familiar
sistémica, diluye la individualidad, pues ahora los miembros de la familia se presentan como
integrantes de un círculo de interacción, en el que la conducta de un miembro influye
necesariamente en la de todos los demás y aquel es a su vez influido por los otros.
La capacidad comunicativa se relaciona, necesariamente, con el desarrollo de la autonomía, el
establecimiento de los límites, el ejercicio de la autoridad y la pertenencia al grupo familiar,
siendo el epicentro de todos los problemas que acontecen en el seno de la familia; por tal motivo,
Ares (2002) destaca que: “una buena o mala comunicación es el resultado, en primera de en qué
medida las personas han aprendido a expresarse, no solo a nivel de información, sino también a
expresar sentimientos”(p.22). Cuando existe un estilo de comunicación defectuoso la percepción
del mundo, los procesos de socialización se distorsionan y la capacidad de resolución de
conflictos no encuentra una dirección debido a que los acontecimientos intrafamiliares son
vividos de manera transitoria, produciendo alteraciones emocionales.
Cuando estos eventos son experimentados de manera efímera las transacciones entre los
miembros del sistema son escasas porque no hay normas, ya que el control disciplinar depende
del estado de ánimo de quien ostente la autoridad; por lo tanto, el sistema afectivo está
caracterizado por un limitado repertorio verbal para describir las experiencias emocionales y las
relaciones interpersonales produciéndose, simultáneamente, rigidez, pobreza en la socialización,
presencia de monólogos, indiferencia, por ende una comunicación peligrosa para la familia (Ares,
2002).
La comunicación es el único elemento importante que afecta la salud de cualquier persona,
además de las relaciones con su entorno, cuando se recibe un mensaje hay que evaluarlo, toda
comunicación es aprendida a través del cuerpo, de los mensaje de que se debe o que no se debe
hacer, de las experiencias vividas anteriormente, de todos los órganos sensoriales que tiene el ser
humano, de las palabras y de la voz que escucha, de lo que aprende, lee o enseña. La
comunicación funciona en el aquí y en el ahora, entre tú y yo. Las personas tienen un mal sistema
de comunicación, quieren describir, pero no logran hacerlo porque las palabras que utilizan no
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describen sino más bien critican, como ejemplo tenemos, una persona tiene la camisa por fuera
del pantalón y alguien le dice; -que descuidado que eres- si hubiera descrito la situación hubiera
dicho: -tienes la camisa por fuera del pantalón-.
Existen axiomas en la comunicación humana y que estos hacen referencia a que es imposible
no comunicar, toda conducta comunica algo, si no recibimos respuesta significa que no se
quieren comunicar. Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y otro relacional, para
explicar esto un ejemplo es muy propicio; un amigo le dice a otro que se cuide mucho al
despedirse, el contenido es el que evite que le pase algo malo y el nivel relacional sería una
amistad paternalista. La naturaleza de una relación depende del grado de secuencia de
comunicación entre los comunicantes, para explicar este axioma considero necesario hacerlo
también con un ejemplo: en una relación de pareja, ella le dice a él: yo no hablo porque tú
siempre estás hablando, y él le responde a ella: yo hablo porque tú siempre estas callada, cada
uno actúa en respuesta a la actitud del otro (Watzlawick, 1985).
Como ya lo dijimos en párrafo anteriores, la comunicación humana tiene dos modalidades,
una digital, es decir lo que se dice y una analógica o comunicación no verbal, que son los gestos,
la mímica, los ademanes y el tono de voz. Los intercambios comunicacionales pueden ser
simétricos como complementarios, es decir, la comunicación está basada en los intercambios
igualitarios, siempre se están criticando o en intercambios aditivos, ósea acoplamiento recíproco
de la relación; en una relación de complementariedad se da en una relación jerárquica, entre
padres e hijos, jefes y empleados, entre otras, y la simétrica se da en personas de iguales
condiciones, llámese compañeros, amigos, entre otras; y los estilos parentales, no son más que
las actitudes de los padres hacia los hijos que van creando un clima emocional a través del
aprendizaje de valores.
Estas actitudes se evidencian en la aplicación de la disciplina, demostración de afecto e
incluso en el rechazo del hijo o hija. Las prácticas parentales son las que se enseñan a los hijos
17
para socializar con otras personas en otros contextos, por ejemplo: sentarse en una mesa, comer
con cubiertos, entre otras; y los estilos como ya lo indicamos es la relación emocional que se
tenga con el hijo, es así que, encontramos estilos autoritarios en donde se pretende ejercer
absoluto control sobre el hijo sin demostraciones de afecto; el estilo permisivo aquel padre con
bajo nivel de control y grandes demostraciones de afecto, hay que señalar que cada padre se sitúa
en un sitio u otro y dependiendo del tipo de comportamiento del hijo es su ubicación.
Para concluir hay que determinar que de las modalidades de comunicación y los intercambios
comunicacionales es como aprende el sistema hijos a comunicarse con su familia y su entorno,
suele suceder que de las dos modalidades una suele desarrollarse más que la otra, el joven puede
aprender a comunicarse de manera clara y precisa verbalmente, pero no conoce cómo identificar
el lenguaje analógico o viceversa y es entonces que al llegar a la edad adulta repite estos patrones
con su pareja y sus hijos haciendo cíclica esta vivencia.
2.3. Influencia familiar en el desarrollo de las pautas relacionales durante la adolescencia
Se considera pertinente y con fines estrictamente de conocimiento, definir que es pauta desde
lo que nos menciona el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Pauta es una
palabra derivada del latín pacta (“pacto”, “convenio”), es un término que permite hacer
referencia a un modelo, ejemplo, normativa o regla. Entonces las pautas, en este sentido, son
preceptos a seguir que son visibles a través de una acción que se desarrolla de modo recíproco
entre dos o más organismos, objetos, agentes, unidades, sistemas, fuerzas o funciones, en el caso
de los sistemas familiares ellos desarrollan pautas de interacción entre todos sus miembros.
La sociedad ha reconocido el papel de la familia en la cohesión social y en la felicidad personal
de cada uno de sus integrantes, la familia cumple con muchos roles, moldea a los individuos, les otorga sentido de pertenencia, y ayuda a formar la subjetividad, al mismo tiempo que favorece la reciprocidad social; sin embargo,
18
esta función de los sistemas familiares se ha visto afectada por la violencia intrafamiliar. En la
literatura de terapia familiar las interacciones son designadas de diversas maneras: «pautas
interactivas», «transacciones familiares», «tipo de reiteración de normas», «fenómenos
transpersonales», «maniobras interpersonales, «pautas de la danza familiar», «secuencias de
interacción», «reacciones circulares», «procesos interpersonales», «juegos relacionales» y no son
más que expresiones o maniobras a las que recurre reiteradamente dos o más miembros de la
familia con un significado o una intención.
Desde el enfoque estructuralista, la familia es como un sistema que funciona a través de pautas transaccionales, mediante las cuales diseña o define su funcionamiento y determina las formas de conductas al interior del sistema, facilitando su interacción recíproca (Minuchin, 1977). Es así, como entendemos por pautas transaccionales o de interacción a las características organizacionales, que establece cada sistema familia los que le permiten su diferencia y organización en subsistemas, éstos son básicos para cumplir sus funciones vitales: reglas internas, jerarquía, expectativas y las formas de resolver conflictos, las cuales son transmitidas de forma generacional.
Las pautas repetidas que marca la familia establecen de qué manera, cuando y con quien
relacionarse. Las operaciones repetidas constituyen una pauta transaccional, estas pautas regulan
la conducta de cada uno de los miembros de la familia mediante los dos sistemas de coacción. Al
primero se lo conoce con el nombre de genérico o también llamadas reglas universales que
gobiernan la organización familiar. El segundo sistema de coacción es el idiosincrático, este se
refiere a las experiencias internas mutuas que tienen los diversos miembros de la familia. El modelo transgeneracional nos habla de que las problemáticas intrasíquicas heredadas de la familia de origen se repiten y vuelven a vivir, se crean alegatos en contra de estos conflictos o se franquean en la relación con el cónyuge, los hijos o cualquier otra persona de la familia (Bowen, 1975).
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La relación del niño con los adultos, significa una posibilidad de desarrollo constructivo en su
vida a través de procesos continuos de diálogo positivos con él, estos les permitirán conocer y
evaluar en detalle estas relaciones y sus necesidades emocionales brindándole una diferenciación
del yo, es así como de cero a veinticinco años este ser humano vive en un mundo de sentimientos,
dependiente de los sentimientos que los demás integrantes del sistema familiar experimenten en
relación con ellos, no logran diferenciar el sistema intelectivo del afectivo y usan el yo
narcisistamente. Así es como podemos determinar que las relaciones afectivas estables o no
estables, se desarrollan al interior de la familia, determinarán el bienestar y la calidad de vida de
cada uno de sus integrantes, los cuales de una u otra forma se ven reflejados en la sociedad.
Cuando el sistema familiar se ve afectado por la violencia, también se afectan los roles, las
normas, las jerarquías, los valores y las costumbres que allí se transmiten, es decir, las pautas de
interacción que son la guía en el actuar de los demás subsistemas familiares (conyugal, filial y
fraternal), y también en los demás sistemas sociales, como la escuela u otras instituciones con las
que interactúen dichos individuos. Cuando un estudiante se encuentra en situación de
vulnerabilidad no significa que tenga un retraso o que sea una persona con discapacidad, hay en
este momento que analizar las características y circunstancias familiares, sociales y su medio
escolar, que lo pueden estar predisponiendo a experiencias negativas, tales como deserción,
trastornos emocionales, trastornos de conducta, bajo rendimiento, drogadicción, cutting (cortarse
las muñecas de las manos), entre otros.
Las relaciones fraternas y parentales del sistema permiten en contextos positivos la expresión
clara, precisa, directa y asertiva de los pensamientos y sentimientos, en el poder comunicarse
adecuadamente, se construye y establece el respeto al espacio físico y emocional de cada
integrante de la familia, la interconexión e interdependencia de esta dinámica familiar facilita el
desarrollo normal de la personalidad, la capacidad de solucionar los conflictos, la adquisición de
habilidades y adaptación a los cambios transicionales que influyen en la estructura familiar.
20
En las familias multiproblemáticas las funciones parentales como nutrición y socialización se
deterioran. Al estar afectada la vertiente de la nutrición emocional, el sistema familiar no puede
transmitir a los hijos la completa seguridad de que son queridos y valorados por sus padres,
recordemos que la emoción, el pensamiento y la acción son los tres pilares que hilan a cada
instante nuestro ser, por eso es de importancia profundizar en ese tipo de conocimiento para
poder afrontar determinadas situaciones, para desenvolvernos en nuestra sociedad de un modo
eficiente y poder establecer relaciones en el macrosistema.
Los niños deben aprender a controlar su agresividad y sus reacciones indeseadas, es decir
controlar todas aquellas conductas emocionalmente inapropiadas, y es el sistema parental quien
debe enseñar a lograr esto; el no hacerlo afecta el buen desarrollo de los hijos y de la sociedad,
debido a que perpetúan la práctica habitual de comportamientos y actitudes violentas como un
modo válido y aprobado de resolver conflictos y problemas; el que no razonen, que excluyan el
diálogo y la reflexión, y que tengan la dificultad para establecer relaciones causales entre su
comportamiento y las consecuencias que de él se derivan, sumado a que estos comportamientos y
actitudes se mantienen en el tiempo y de forma inter y generacional, es aquí donde los niños, y
jóvenes tendrán dificultades con su entorno.
De esta manera, cualquier conducta que realice un miembro de la familia, es entendida dentro
del conjunto de interacciones que sostiene con los demás miembros y no sólo por características
de personalidad, atributos individuales o defectos personales de quien la realiza (Arredondo y
Lira, 1995). Los vínculos afectivos que crea el sistema parental con los niños dentro del sistema
familiar elabora un mundo de significados para ellos que son especiales y diferentes, las
relaciones no son iguales con cada persona, la construcción de un vínculo afectivo es un proceso
de dos, en el que cada uno aporta con sus características diferenciales, aunque sea solo un bebé.
Estos vínculos no siempre suelen ser positivos.
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Existen para el desarrollo del niño o niña relaciones afectivas negativas, inseguras,
ambivalentes o ausentes, hay momentos en que el subsistema parental deben aprender a
comprender y afrontar la agresividad como muestra de afecto en negativo, para poder enseñar lo
positivo sin dañar ni cuestionar la relación que los une a su subsistema filial, así los vínculos se
crean y cultivan, se debe seguir haciendo todas estas cosas por el otro porque estamos vinculados
a él o ella, de tal manera que el sistema se mantiene y se retroalimenta.
Cuando el cuidado desaparece, se daña la relación, pero no desaparece porque queda perenne
la huella afectiva, así es, en el psiquismo del hijo e hija queda grabada la experiencia relacional
que tuvo con su sistema parental. La adolescencia es una etapa de crisis en el desarrollo, en
párrafos anteriores definimos esta crisis como algo positivo, que genera crecimiento. Pero cuando
un adolescente es demasiado obediente y apegado existe un problema de desarrollo, así también
si tiene modos agresivos y destructivos en ambos casos estas situaciones permiten al adolescente
la separación de sus figuras vinculares, empezando a tener un cuestionamiento interno y externo,
que paradójicamente se hace más necesario si ha tenido un sentimiento de pertenencia, es en este
momento cuando los adolescentes se ponen en conflicto con todos y con todo aquello que le
rodea, los malos tratos y el abuso en sí mismo son expresión de la violencia o abuso ejercido por
quien está investido de autoridad. No entramos en disputa con el poder en sí mismo, sino con el
abuso o mal uso de quien ostenta ese poder.
La familia como matriz de identidad destaca el sentido de pertenencia y el sentido de
identidad. En el primero, la pertenencia de acompañar con una acomodación por parte del niño a
los grupos familiares y con sustitución de pautas transaccionales en la estructura familiar que
mantienen a través de los diferentes acontecimientos de la vida. El sentido de identidad, de
centrar en cada miembro influido por su sentido de pertenencia a una familia especifica. Sin
embargo también en este proceso se encuentra inherente el sentido de separación y de
individuación los cuales se logran a través de la participación en diferentes subsistemas familiares
en diferentes contextos familiares, al igual que a través de la participación en diferentes contextos
familiares. Los sistemas familiares interaccionan simétrica o complementariamente.
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La interacción simétrica se caracteriza por la igualdad y por la diferencia mínima, en este tipo
de interacción las personas tienden a igualar su conducta, por lo cual su interacción es de igual a
igual, tratan de mantener el mismo nivel de poder; mientras que la interacción complementaria
está basada en un máximo de diferencia; en las relaciones complementarias, la conducta de un
sujeto complementa a la del otro teniendo una relación donde los dos ocupan posiciones
diferentes. Toda relación es simétrica o complementaria, según se base en la igualdad o en la
diferencia respectivamente. Cuando la interacción simétrica se vuelve crónica hablamos de
escalada simétrica; en cambio cuando se cronifica la interacción complementaria se habla de
complementariedad rígida. Partiendo de este punto de vista lo disfuncional no es un tipo u otro de
relación, sino la manifestación exclusiva de uno de ellos.
Los sistemas familiares configuran roles dentro de este, cada miembro va a recibir y asumir
según sus cualidades y relaciones con su grupo familiar, es importante resaltar que estos roles no
son naturales, sino que son una construcción social y sobre todo propias de cada familia,
particularidad que depende de la historia familiar, intergeneracional, de los valores culturales, de
la sociedad en la que vive y en la situación y relaciones que viva en el presente dentro del sistema
familiar. Los padres tienen roles, el padre debe sostener los significantes y los emblemas de su
virilidad y de proveedor del sistema, y la madre los de su feminidad y atención a la casa. En esta
era posmoderna se evidencia una inversión de roles, dado que los padres se feminizan y las
madres se falicizan. Suele resultar complejo para algunos niños identificarse con un padre que
remeda o simula ser una mujer, o una madre que actúa como si fuese un hombre, pero es claro,
que una de las funciones más importantes de los roles es mantener la estabilidad del sistema
familiar.
Dentro de la estructura familiar, un elemento importante a considerar es la observación de los
límites o fronteras familiares internas que son identificables por las distintas reglas de conducta
aplicables a los distintos subsistemas familiares en como participan, y de qué manera. La función
de los límites reside en proteger la diferencia del sistema. Ejemplo: Las reglas que se aplican a la
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conducta de los padres (subsistema parental) suelen ser distintas de las que se aplican a la
conducta de los hijos (subsistema filial). Así, normalmente los padres tienen más poder de
decisión que los hijos. Los límites entre subsistemas varían en cuanto a su grado de
permeabilidad, pudiendo ser difusos, rígidos o claros. Límites difusos son aquellos que resultan
difíciles de determinar; los límites rígidos son aquellos que resultan difíciles de alterar en un
momento dado; límites claros son aquellos que resultan definibles y a la vez modificables.
Se considera que los límites claros aportan una adaptación ideal al sistema familiar, permiten a
los miembros de los subsistemas el desarrollo de sus funciones sin interferencias indebidas, pero
también permiten el contacto entre los miembros del subsistema y los otros. De acuerdo a los
límites existen dos tipos de familias; con límites difusos encontramos familias aglutinadas; estas
familias no tienen límites, ni roles claro, al contrario poseen un exagerado sentido de pertenencia;
falta o pérdida de autonomía personal lo que no permite la diferenciación entre subsistemas; es
frecuente la falta de desarrollo cognitivo/afectivo en el subsistema hijos; toda la familia sufre
cuando un miembro sufre y esto produce estrés que se siente en todo el sistema familiar.
En límites rígidos encontramos a familias desligadas, en estas familias cada individuo constituye
un subsistema. Comparten muy pocas cosas y, por lo tanto, tienen muy poco en común. Son todo
lo contrario de las familias aglutinadas ya que tienen un exagerado sentido de independencia; no
existe sentimientos de fidelidad; no necesitan ayuda, ni apoyo mutuo; el estrés no es percibido
por los demás miembros del sistema familiar. Los límites pueden separar subsistemas del sistema
familiar o a la totalidad del sistema del exterior. En este último caso, los límites exteriores se
denominan fronteras. Las fronteras del sistema familiar, está determinada por la diferencia en las
pautas de interacción que los miembros de la familia presentan a personas que no forman parte de
la familia (Minuchin, 1974).
Otros de los conceptos básicos del modelo sistémico estructural que caracteriza a las familias,
en cuanto a sus pautas de interacción, son las jerarquías que están dadas por las funciones de
poder y autoridad que son distribuidos dentro de la familia, por lo general los padres son los que
ejercen la autoridad sobre sus hijos, cada uno de los integrantes de la familia saben quién ejerce
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el poder y quien tiene el control de la casa, las jerarquías deben estar bien definidas, de no ser así,
las interrelaciones familiares tienden a ser caóticas, el poder y la autoridad deben ir de la mano ya
que en algunos casos se puede tener el poder pero no la autoridad.
Las alianzas entre los miembros del sistema intervienen en las pautas de interacción cuando
dos personas se unen y se apoyan mutuamente entre sí, son personas que presentan actitudes,
creencias e intereses en común, las alianzas se pude dar con un familiar, el mismo que dentro del
sistema es importante, otra alianza se puede dar entre dos personas por tiempos cortos según sea
su conveniencia, las alianzas no son para dañar a nadie del sistema.
Lo que no sucede con la coalianzas o coaliciones, que es la unión de dos personas en contra de
un tercero, estas relaciones son caóticas, pobres en comunicación verbal. Otra relación vincular
es la tríada rígida, esta se refiere a las configuraciones relacionales paterno-filiales en las que el
hijo se usa rígidamente para desviar o evitar los conflictos parentales. Según Minuchin (1974), se
pueden dar tres configuraciones de tríada rígida. (A) Triangulación: cada uno de los cónyuges
trata de obtener el respaldo del hijo en su conflicto con el otro. (B) Coalición: Uno de los
progenitores respalda al hijo en un conflicto planteado entre éste y el otro progenitor; esta
situación tiene el efecto de crear un vínculo entre el progenitor defensor y el hijo para ir en contra
del otro cónyuge. (C) La desviación de conflictos, se produce cuando se define a un hijo como
"malo" y los padres, a pesar de sus diferencias mutuas en otros aspectos, se unen en su esfuerzo
para controlarlo o cuando se le define como "enfermo" y se unen para cuidarlo y protegerlo.
Hay miembros de la familia que están muy unidos por afinidades en diadas y triadas. Al
hablar de diadas describimos una comunicación entre dos personas. Un par diádico puede
desarrollar su propio idioma de comunicación y tener significados personales unidos a palabras o
gestos que nadie fuera de su díada conoce o entiende. Un comportamiento común observado en
una tríada es que, en cualquier grupo de tres personas, dos de los miembros frecuentemente se
unen en contra del tercero. La estabilidad dentro del sistema familiar no le permite crecer, para
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hacerlo debe perder su estabilidad. Estas pautas de interacción hablan de valores y contravalores,
de reglas para mantener la identidad familiar y de contrarreglas para permitir su diversidad y
crecimiento.
La familia sigue, como todo organismo, un proceso evolutivo entre afirmación y cambio. Es
en este proceso que surgen las crisis, estas plantean a la familia el paso a una nueva etapa en
donde habrá nuevos valores y objeta los anteriores en un juego que si tiene éxito da lugar a la
continuación del proceso evolutivo. Los vínculos afectivos son otras de las interacciones que
hablan de la estructura del sistema familiar, en la familia se visibilizan los lazos afectivos cuando
se vive una relación de confianza, diálogo, cariño, respeto y comprensión. Es muy grande la
importancia de los vínculos afectivos en los padres dentro de la comunicación familiar ya que
aumenta la capacidad de influir en los hijos mejorando la comunicación con ellos, la importancia
en los hijos también es notoria ya que les proporcionan fortaleza, confianza y seguridad en los
momentos difíciles ayudándolos a sopesar la familia como lo primordial en sus vidas. Cuando
ocurre lo contrario los vínculos negativos los hijos presentan manifestaciones de desapego
afectivo y social que le dificultan su desarrollo como individuo y como ente social.
3. Violencia
Un análisis de la definición nos viene muy bien para comprender este término. La palabra
violencia proviene del latín violentia que el Manual Básico del Diccionario de la Lengua
Española determina que violencia es: “calidad de violento; acción violenta”, en su versión más
amplia el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española encontramos que violencia es:
“Cualidad de violento, acción y efecto de violentar o violentarse, acción violenta o contra el
natural modo de proceder, acción de violar a una mujer”. Algunas formas de violencia son
sancionadas por la ley o por la sociedad, otras son crímenes, pero siempre son una acción por
acto u omisión con o sin direccionalidad evidenciable; acción de violentar, violar o forzar. Es la
aparición de medios sobre personas o cosas para vencer su resistencia. Uso de la fuerza para
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producir un daño. Uso de la fuerza abierta u oculta con el fin de obtener de un individuo o grupo
lo que no quieren consentir libremente.
Entonces podemos concluir que, violencia es el acto de forzar, obligar, violar usando la fuerza
contra otra persona; al tener el ser humano la necesidad de amar, de significancia y de seguridad,
suele pasar que para satisfacer estas necesidades utilice métodos ilegítimos, los abusadores
abusan de las víctimas para sentirse importantes y los abusados permanecen en esa relación de
abuso en busca de seguridad, la solución a este tipo de relación es buscar ayuda terapéutica para
que rompan con ese vínculo negativo.
La situación de la violencia o enfrentamientos entre grupos humanos trasciende los límites de
la investigación histórica, campos de estudios como la antropología cultural, la psicología y la
sociología, los han analizado por años aportando con resultados que marcan una conclusión, la
violencia es prehistórica. Antiguamente se enfocaba la violencia familiar como aquella basada en
la legítima supremacía de la fortaleza física y mental que tenía el jefe de la familia sobre los
demás miembros del sistema familiar; cabe resaltar que en la actualidad este estereotipo todavía
se da en algunos sistemas familiares.
Otro es el pater- familias en la ciudad de Roma que no era otra cosa que ejercer una triple
autoridad: padre, rey y sacerdote, esta violencia es legitimada en el poder de la ley y la costumbre
y por último tenemos la violencia ilegítima que no es más que el rechazo de todo tipo de
violencia controlada y regulada a través de edictos de los magistrados o senadoconsultos, los
códigos como los de Justiniano, Hermogeniano, Gregoriano, Teodosiano, las Constituciones
Imperiales (edictos, decreta y mandatas). En el siglo XXI seguimos visualizando la violencia
aunque es ilegítima y a pesar de que tratados, convenciones, pactos, protocolos, declaraciones
sobre los derechos humanos la defienden y regulan. En países musulmanes el sexo masculino se
cree dueño absoluto de su pareja de sexo femenino, suele mutilarse la condición sexual de la
mujer por multicausales situaciones (violación, infidelidad, entre otros) (Austin, 2015). Llama la
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atención, siendo el hombre un ser inteligente, con capacidad de razonamiento que se deje
controlar por sus emociones, permitiendo o propiciando que en su sistema familiar se den
actitudes violentas que atentan contra la paz y el orden del mismo.
3.1. Violencia Intrafamiliar (Antecedentes Históricos)
La O.M.S. define violencia como cualquier acto o interposición (uno sobre otro) que es
significativo, que produce dolor y pudiera ser evitado. Existen dos ámbitos, que es necesario
destacar, en cuanto el ejercicio de la violencia: violencia social, económica, política, en el ámbito
laboral, entre otros, y en el “ámbito intrafamiliar” aquella violencia que es aplicada por un
individuo contra otros en su propio grupo familiar, que puede ser violencia a los adultos mayores,
contra la mujer, contra las personas con discapacidad, o contra niños menores de 18 años de edad.
Este tema ha causado conmoción y ha sido el fundamento para múltiples estudios en todo el
mundo, puesto que la violencia se ha vuelto cada vez más desenfrenada y tiene múltiples formas
de presentación, una de ella, es la violencia intrafamiliar la que más ha llamado la atención en las
últimas décadas, puesto que la familia es el núcleo de la sociedad, ahí es donde nacen y se forman
los seres humanos en todas las áreas de su vida, por este motivo es importante el análisis de este
tipo de violencia. Podría afirmarse que la violencia siempre ha formado parte de la experiencia
humana.
Es imposible negar que la violencia siempre haya existido y ha sido objeto de muchas
investigaciones desde el ámbito social, psicosocial, de la salud y hasta en el ámbito económico,
con la nueva visión que se tiene de la sociedad, sus nuevos paradigmas, la visibilización de los
derechos del ser humano como tal, hace posible comprender a la violencia, como expresión y
fenómeno que sintetiza diferentes problemáticas de la sociedad actual, el quiebre de las
relaciones entre los sujetos, el proceso de individualización/fragmentación, la modificación
compulsiva o coercitiva de roles familiares, entre otros.
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Cabe resaltar en este punto, luego de entender que violencia es la imposición de la fuerza de
una persona hacia otra a través de golpes, gritos, empujones, cachetadas, asfixia, quemaduras,
rasguños, pellizcos, encierros, de morder, escupir, halar el cabello entre otros muchos
comportamientos que es como la sociedad ha pasado de un estado a otro, normalizando la
violencia a nivel mundial y las víctimas más comunes han sido las mujeres, los niños y los
adolescentes.
Sus efectos se pueden ver, bajo diversas formas, en todas partes del mundo. Cada año, más de
1,6 millones de personas pierden la vida y muchas más sufren lesiones no mortales como
resultado de la violencia autoinfligida, interpersonal o colectiva. En conjunto, la violencia es una
de las principales causas de muerte en todo el mundo para la población de 15 a 44 años de edad.
Aunque es difícil obtener computo preciso, el costo de la violencia se expresa en los miles de
millones de dólares que cada año se gastan en asistencia sanitaria en todo el mundo, y en los días
laborables perdidos, las medidas para hacer cumplir las leyes y las inversiones fallidas por esta
causa restan a la economía de cada país. La interacción a diario o el convivir juntos en el mismo
domicilio con el agresor aumenta las oportunidades para que se produzcan encuentros violentos,
los individuos están unidos en una relación permanente, y por esto la víctima es continuamente
maltratada por el agresor (OPS, 2003).
En el caso de la violencia interpersonal entre los jóvenes, se involucran en actos violentos
cuando sus amigos los incitan y aprueban esos comportamientos. El hecho de aceptar
socialmente la violencia hace que esta se multiplique y se generalice en todos los estratos, ayuda
también las políticas en salud, en educación, económicas y socioculturales que mantienen niveles
altos de desigualdad económica y social entre distintos grupos de la sociedad. Tanto los hombres
como las mujeres cometen actos de violencia intrafamiliar, pero estadísticamente las mujeres son
las victimas más visibles de esta violencia, luego los niños, niñas y adolescentes. Violenta es la
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persona que no puede razonar, con negatividad absoluta al diálogo y obstinada, de carácter
dominante y egoísta, que únicamente busca satisfacer sus caprichos.
La familia ha sido considerada la base de la sociedad a través de todos los tiempos aporta al
desarrollo biológico, psicológico y social de los miembros que la integran. Ahora nos toca
entender la definición de familia, esta cumple una función sustancial en el desarrollo de la vida de
las personas, es el primer grupo y el primer agente de socialización del individuo, aquí se
producen y reproducen las estructuradas subjetivas de cada miembro del sistema familiar, los
sentimientos (positivos-negativos), relaciones objetivas, interacciones, es en la que se puede
observar aprendizajes, ideas y prácticas sociales, nos enseña “lo bueno y lo malo”, pone reglas y
límites o no, y lo más importante que ayuda en la construcción de la identidad.
Somos parte de una cultura que nos transforma y que a su vez transformamos, cultura
caracterizada en este tiempo por un patrón consumista que genera una necesidad que en realidad
no existe. El poder que tienen los medios de comunicación actualmente en nuestra sociedad es
muy grande, ellos fundamentan las necesidades individuales de tal forma que la hacen
imprescindible, desde esta perspectiva cada uno defenderá lo suyo, haciendo que los valores
individualista-liberales sean el todo de una vida.
Se debe resaltar que actualmente, en el Ecuador se trabaja para que el sector de la salud
reconozca a la violencia intrafamiliar como un asunto de salud pública, permitiendo de este modo
otorgar un apoyo integral a las mujeres maltratadas, a los niños, niñas y adolescentes; y para
poder detectar oportunamente el maltrato familiar y desarrollar programas educativos desde la
perspectiva de la salud y de derechos. De esta manera se busca transformar la cultura de la
violencia en una de respeto y solidaridad que apunte a reducir significativamente las alarmantes
cifras en el país. La violencia se tipifica en el COIP-Código Orgánico Integral Penal como física
(Art. 156), sexual (Art. 158) y psicológica (Art. 157). Sus sanciones varían según el caso y sus
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agravantes, pueden ser de meses y también de años de penas privativas de la libertad (COIP,
2014).
La menos visible, porque no deja huellas como hematomas (moretones), pero igual de
destructiva porque destroza el sentido de ser humano, es la violencia psicológica. Esta es
considerada como golpes directos a la autoestima a través de insultos, amenazas, humillaciones,
desprecios o privación autoritaria de su libertad. El 60,6% de las mujeres en Ecuador ha vivido
algún tipo de violencia. Las provincias con mayor porcentaje de violencia de género son: Morona
Santiago, Tungurahua, Pichincha, Pastaza y Azuay mientras que Orellana, Manabí y Santa Elena
son las provincias con menor índice de violencia contra la mujer. Según la encuesta, una de cada
cuatro mujeres ha vivido violencia sexual, el tipo de violencia más común es la psicológica con el
53,9%. Según el estado civil, 8 de cada 10 mujeres divorciadas han vivido algún tipo de violencia
de género, seguido por las separadas con el 78%.
Las mujeres solteras registran la menor tasa de agresión. De acuerdo a la etnia, el porcentaje
más alto que ha vivido algún tipo de violencia se concentra en la población indígena con el
67,8% seguida de la mujer afroecuatoriana con el 66,7%. Si clasificamos a las mujeres por nivel
de instrucción, el 70% de las que asisten a centros de alfabetización ha sufrido algún tipo de
violencia y aunque las que más educación tienen sufren menos violencia, los porcentajes no bajan
del 50%.
De las mujeres que han sufrido violencia el 76% ha sido por parte de su pareja o ex parejas,
87,3% de ellas ha vivido violencia física y el 76,3% violencia psicológica, la que menos sufren es
la patrimonial con el 28,9%. Las mujeres que se han casado o unido por primera vez entre los 16
a 20 años son las que mayor violencia han vivido con el 70,5%, seguidas de las de 21 a 25 años
con el 69,2%, las que menos violencia sufren son la que se casaron entre los 26 a 30 años con el
51% (Ministerio de Interior, INEC y Comisión de Transición Hacia el Consejo de las Mujeres y
la Igualdad de Género, 2012).
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La persistencia de normas y patrones socioculturales que contribuyen a la violencia, incluida
la aceptación del castigo corporal físico como una forma de disciplina, representa un obstáculo
importante en la construcción de entornos protectores que promuevan el desarrollo de niños y
adolescentes. Según reporta el Observatorio Social del Ecuador, el 44% de los niños y niñas de
entre 5 y 17 años había sido objeto de respuestas violentas por parte de sus padres en el hogar
ante el cometimiento de alguna falta o no obediencia (OSE, 2010).
Entre 1997 y 2009, aproximadamente la mitad de las muertes de adolescentes se debió a
accidentes, homicidios y heridas autoinfligidas, incluidos suicidios. En diez provincias de las
zonas de Sierra y de la Amazonía, la principal causa de muerte evitable entre los adolescentes fue
el suicidio, mientras que en Guayas, Esmeraldas y Sucumbíos fue el homicidio. Profundizando en
la problemática del suicidio, según reporta el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC)
a través de su anuario de defunciones generales, en el 2013 ocurrieron 676 suicidios, lo que da
una tasa de 4.29 ocurrencias por cada 100 000 habitantes. De estos, 179 fueron cometidos por
adolescentes entre los 10 y 19 años, lo que, utilizando las proyecciones poblaciones del INEC,
nos daría una tasa de 5.79 por cada 100 000 adolescentes entre 10 y 19 años (Inec, 2013).
Para nuestro país no es desconocida la violencia en ninguna de sus presentaciones y más aún
no deja afuera a los niños, niñas y adolescentes que son las víctimas inocentes de esta
problemática a nivel mundial. Aparentemente normalizada en los entornos en que se
desenvuelven y en todos los medios que consumen, los juegos de Nintendo, play, dibujos
animados, entre otros, tienen programas basados en la violencia. Como profesionales debemos
aportar a deconstruir está “normalización” y a guiar en la construcción de nuevas relacionales en
los jóvenes y adultos. Podemos concluir que la violencia intrafamiliar es todo acto repetitivo en
relación de poder, cometido por un subsistema en contra de otro u otros integrantes del sistema o
suprasistema, sin importar el espacio físico donde ocurra la violencia, que puede tener las
siguientes expresiones:
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A) Violencia física.- Es todo acto de agresión que causa daño físico.
B) Violencia Psicológica.- Es la acción u omisión que provoca, en quien lo recibe alteraciones
psicológicas o trastornos psiquiátricos o que pongan en riesgo o impida la salud emocional.
C) Violencia sexual.- Es la acción mediante la cual se induce o se imponen la realización de
prácticas sexuales no deseadas o respecto de las cuales se tiene incapacidad para consentir.
3.2. Síntomas o signos de Violencia Intrafamiliar
Antiguamente y hasta legalmente era tolerado el maltrato a la esposa. La violencia
intrafamiliar es el término legal que refiere maltrato al cónyuge, hijos, ancianos o cualquier otro
tipo de relación abusiva dentro del sistema familiar. En muchos hogares del mundo, el sistema
familiar se ha vuelto un cautiverio y muchas vidas en lugar de ser compartidas entre sí, se ha
destruido por causa de la violencia, los cónyuges son regañones, desestimadores y traicioneros.
El comportamiento violento puede ser agresivo o pasivo, físico o psicológico, directo o indirecto,
sin importar el método, todo comportamiento violento surge del deseo de castigar manipular y
controlar a otros (Hunt, 2015).
Cuando un sistema familiar es violentado los signos de esta pueden ser visibles o invisibles,
así tenemos que de acuerdo al grupo que es violentado tenemos los síntomas, los niños no son
muy fáciles de comunicar cualquier tipo de violencia pero, los adultos pueden percatarse de esta,
si observamos que el niño presenta moretones, quemaduras, lesiones en cualquier parte de su
cuerpo o fracturas, si estos accidentes son muy repetitivos y no muy fáciles de explicar; muestra
temor a un adulto sea cercano o lejano, es retraído, deprimido, con tendencias al suicidio, puede
negarse en ir a la escuela o a otro lugar y cuando va en cambio se queda hasta muy tarde; hace
rabietas, se comporta mal, e incluso es violento por la ira contenida que tiene.
Además los hijos afectados por la violencia ejercida por sus padres, también pueden sufrir de
insomnio, falta de concentración y escaso rendimiento escolar enuresis, terrores nocturnos, falta
33
de apetito, estrés, ansiedad, entre otros múltiples síntomas. Los niños, niñas y adolescentes son
víctimas porque ‘viven en la violencia’, sea de cualquier tipo (psicológica o física), y lo que es
más grave crecen creyendo que la violencia es una pauta de relación normal entre personas
adultas (Save the Children, 2012). Los niños que presencian violencia en el hogar, son más
propensos a tener infinidad de problemas emocionales y de comportamiento, suelen proteger sus
sentimientos a tal punto que no pueden sentir empatía ante cualquier dolor o sufrimiento y casi
siempre tienen problemas de aprovechamiento.
En los adultos las señales son también moretones visibles e inexplicables o con explicaciones
sin sentido, suelen intentar ocultar sus golpes y moretones con ropa de mangas largas, cuellos
altos, ropa ancha; cuando esta con su pareja es callada y pasiva y la otra persona toma todas las
decisiones; no asiste a las reuniones, o siempre cancela en último minuto. Crecer en un sistema
familiar donde hay violencia tiene un efecto duradero en los niños, ellos son propensos a ser
hombres que maltrataran a sus esposas e hijos. Las niñas son propensas a ser mujeres con baja
auto estima, y terminar en relaciones de abuso con novios o maridos. El abuso conyugal empeora
si la mujer queda embarazada ya que si esto sucede el bebé puede nacer con peso bajo,
infecciones, con daño cerebral o incluso huesos rotos.
3.4. Causas y consecuencias de la Violencia Intrafamiliar.
La violencia en cualquiera de las formas y lugar en que se presente suele ser causada por que
el agresor es paranoicamente celoso (inventa romances) quiere tener el control absoluto de su
pareja; en casa es agresivo con sus hijos los insulta, grita, les dice “palabrotas”, pero fuera de
casa es bueno; y, muy agradable con las otras personas; siempre ve en la otra persona la
responsabilidad de sus actos violentos; no asume sus actos, niega sus abusos, los minimiza y en
ocasiones ni siquiera los recuerda; es egoísta, no presta atención a los sentimientos de los demás
miembros del sistema familiar y es extremadamente machista; busca que su pareja abandone el
hogar y si lo hace la busca para que regrese, pide disculpas, hace promesas de nunca más pasará.
Este agresor normalizó el abuso en el sistema familiar donde se crio, porque seguramente vivió
34
eso con sus padres, tiene vicios como el alcohol, el cigarrillo, tiene problemas económicos y
todos los días amenaza a su pareja y puede haber tenido problemas con la ley.
Altos índices de violencia intrafamiliar hacia los niños, niñas y adolescentes revela el “4°
Estudio de Maltrato Infantil” el estudio confirma que el maltrato es la principal vulneración de
derechos que afecta a los niños, niñas y adolescentes y que es una realidad que se da en todos los
sectores sociales por igual (Larraín, 2012).
Sin embargo, reconoció que en estos últimos 18 años ha habido algunos cambios relevantes,
ya que desde 1994, año en que UNICEF hizo el primer estudio sobre maltrato infantil, a la fecha,
ha aumentado el porcentaje de niños y niñas que no viven violencia y ha disminuido la violencia
física grave. “Esto nos demuestra que la violencia hacia los niños es una conducta evitable y
modificable. Durante estos años se han realizado numerosas iniciativas que han permitido
demostrar que es posible educar a los niños y niñas y relacionarse con ellos sin necesidad de usar
la violencia”, explicó la especialista. Las secuelas que deja la violencia intrafamiliar en quien la
sufre, afecta notablemente la parte cognoscitiva del ser humano, es así como algunos niños
reflejan inadaptación escolar y otros bajo rendimiento, sus emociones también se ven afectadas,
pues la culpa, el miedo, la tristeza, el enojo, la ansiedad y la angustia son parte de su diario vivir;
suelen desarrollar tics faciales o caída del cabello, baja autoestima, aislamiento, agresividad e
hiperactividad y malas pautas relacionales con sus pares (Larraín, 2012).
3.5. Ciclo de la Violencia Intrafamiliar
Cuando la pareja está empezando su relación es muy difícil por no decir imposible visibilizar
la violencia, porque cada pareja está interesada en mostrar su mejor faceta. Para que la violencia
intrafamiliar exista debe pasar por tres fases, se debe resaltar que el agresor por si solo nunca se
va a detener, si la pareja continua viviendo juntas, el ciclo se repetirá con aumento de la violencia
en cada ocasión.
35
FASE 1. ACUMULACIÓN DE TENSION
A medida que la relación continúa, la demanda y el stress aumenta, así como el
comportamiento agresivo hacia los objetos más que hacia la pareja, da portazos, arroja objetos,
rompe cosas. La violencia se moviliza desde las cosas hacia la pareja, hay aumento del abuso
verbal y físico. La pareja violentada intenta modificar su comportamiento para evitar la
violencia. Por ejemplo: mantiene el orden en casa, la limpieza, el silencio, entre otras cosas. Pero
el abuso físico y verbal no cesa empieza a controlar el tiempo, como se viste, que hace, los
amigos la familia y la mujer comienza a sentirse responsable de ese abuso. Esta fase no es la
misma en todos los casos, tiene una duración de semanas, días, meses o años. Se va acortando
con el transcurrir del tiempo.
FASE 2. EPISODIO AGUDO DE VIOLENCIA
En esta fase el agresor necesita descargar las tensiones acumuladas, por lo que decide tiempo
y lugar para el episodio, selecciona conscientemente qué parte del cuerpo golpear y cómo lo va a
hacer, a través de este acto libera su tensión y el stress desaparece en el abusador. Si la policía
interviene él se muestra calmado y relajado, en tanto que la mujer muestra confusión e histeria
debido a la violencia sufrida.
FASE 3. ETAPA DE CALMA, ARREPENTIMIENTO O LUNA DE MIEL
Esta fase es de calma, no hay violencia sino muestras de amor y cariño; puede suceder que el
golpeador aparenta asumir la responsabilidad de su violencia, dándole a la pareja la esperanza de
algún cambio en la situación a futuro. Nada ha sucedido, prometen buscar ayuda, no volver a
hacerlo, entre muchas otras cosas. Si el golpeador no recibe ayuda para aprender otros
métodos para manejar su stress y ansiedad, esta etapa sólo durará poco tiempo y todo volverá a
36
comenzar de nuevo, ya que el ciclo se retroalimenta a sí mismo, después de un tiempo se vuelva a
la primera fase y todo comienza otra vez.
3.6. Tipos de Violencia
Por lo general la violencia tiende a generar daños psicológicos, etas secuelas son tan graves
que interfieren de manera significativa en la vida de la persona que la sufre, en muchas ocasiones
estas secuelas son difíciles de superar. Múltiples estudios realizados establecen que, existen
diversos tipos de violencia Familiar, que cada vez son más frecuentes en los hogares y cuyas
consecuencias, son devastadoras para el subsistema hijos y para el fracaso en las relaciones de
parejas, que en algunos casos provocar hasta la muerte. Los tipos son:
Violencia verbal.- Es el uso de palabras o tonos de voz para controlar, lastimar o destruir la
autoestima de otra persona, esta violencia es tan devastadora como la violencia física porque
destruye el respeto, la intimidad y la confianza de la persona. Violencia física.- es cuando se
utiliza la posición o el tamaño, la violencia o la personalidad fuerte para controlar o lastimar a
alguien, inicia con violencia verbal hasta que luego llega a los golpes. Violencia sexual.- se trata
de actitudes y tratos sexualmente degradantes, discriminación de género, entre otras. Violencia
emocional.- Se clasifica en pasiva y activa. Las características de la violencia emocional pasiva
es no dar al otro la atención, irrespetar los derechos, opiniones o sentimientos de otros, mostrarse
mal humorado siempre ante la pareja, entre otras. La violencia emocional activa es bloquear las
puertas de salida, dañar los objetos atesorados por alguien, expresa ira excesiva hacia el otro,
acosar con llamadas no deseadas, entre otras.
4. Pautas Relacionales del adolescente en un sistema familiar violento
De acuerdo a lo analizado la violencia es aprendida, de sistema parental violento, sistema filial
violento. Los factores familiares de riesgo son aquellas manifestaciones o singularidades propias
37
de la vida familiar o de uno o de varios miembros que pueden incidir en la ocurrencia de actos
violentos tanto hacia sí mismo, como hacia miembros de su familia o comunidad y estos pueden
ser: falta de control de los impulsos, no se conoce una forma para solucionar problemas, el uso
desmedido del alcohol, o sustancias estupefacientes; enfermedades mentales; carencia de afecto;
en los primeros cinco años de vida de un ser humano se forma la personalidad y crecer con
resentimientos y traumas genera un sistema violento de pautas relacionales en el niño.
Otro factor puede ser el trato no igualitario entre hombres y mujeres dentro del sistema
familiar; el uso de lenguaje ofensivo o de insultos; la crueldad con los animales; depresiones
frecuentes o cambios de humor significativos, tendencia a culpar a los demás de sus problemas
personales; participación en cultos o en pandillas; posesión o uso de armas en la familia;
conflictos familiares; problemas económicos; castigos severos o inconsistentes; falta de apoyo de
los padres u otros adultos; paternidad o maternidad irresponsable; ausencia de padres
(inmigración).
Con todos estos factores o con cualquiera que vivencia un joven puede generar en ellos hechos
violentos consigo mismos, con los compañeros, los docentes, o con los bienes y propiedades, y
las manifestaciones de estos factores se visibilizan en los centros educativos, en: fracaso
académico; problemas de disciplina de manera reiterada; comportamiento agresivo y aislamiento
social o hiperactividad; ausencias repetidas sin excusa, peleas o mal comportamiento;
suspensiones o expulsiones por comportamiento agresivo (ira o frustración); tenencia y/o uso de
armas.
La falla en las pautas relacionales dentro del sistema familiar suele provocar violencia
intrafamiliar, el no saber comunicar los sentimientos, y si los expresan, no lo hacen de manera
adecuada, en los estratos sociales altos y en los bajos la familia interacciona muy poco entre sí,
consideran al diálogo sin importancia y la forma como se comunican sus necesidades principales
emocionalmente llegando a los malos tratos; esta mala comunicación y las interacciones
38
familiares conflictivas, se evidencian en forma de violencia intrafamiliar, que sea física o
psicológica igual afecta al núcleo familiar, en donde no solo el adulto es el afectado, sino también
es el niño, el percibe y observa los actos violentos; no comprende porque su entorno es así con
los otros ni con él; todo niño necesita un referente en su vida y este son sus padres, ellos sino le
procuran un ambiente armónico y saludable, terminará normalizando el desorden y la violencia
en su vida.
39
CAPITULO II
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
2.1. Situación Polémica
Se caracteriza a la violencia intrafamiliar en la que alguien con más poder abusa de otras con
menos poder, la familia es el lugar propicio para manejar el poder que conecta al individuo con el
mundo que lo rodea, sin embargo dicha conexión depende fundamentalmente del estilo funcional
de la pareja.. El término violencia familiar alude a todas las formas de abuso que tienen lugar en
las relaciones entre los miembros de la familia. La violencia intrafamiliar es generada por raíces
socioculturales, por una condición ancestral de aprendizaje en la resolución de conflicto y por las
características psicosociales de los individuos, la comunicación se podría denominar como de
vital importancia en la presentación de comportamientos violentos, es así, como el estilo
persuasivo predomina, circunstancia que se ejemplifica a través de los insultos, amenazas y
chantajes generados al interior del grupo familiar, como mecanismos para cambiar la actitud y
conducta de los más cercanos.
Por otra parte, el manejo del poder al interior del núcleo familiar es un aspecto tan o más
importante que la comunicación, reflejo de esta afirmación lo constituyen las diferentes
manifestaciones de agresividad utilizadas como una estrategia para establecer quién y en qué
momento se tiene el poder. Es importante resaltar que tanto la víctima como el victimario,
visualizan e interpretan el comportamiento del otro como el deseo de sometimiento de la contra
parte, generándose comportamientos violentos; la víctima, mediante su comportamiento y estilo
de resolución de conflictos se puede convertir en facilitadora o propiciadora de la agresión.
Generalmente en las familias en las que aparece la violencia familiar tienen una organización
jerárquica fija o inamovible, Además sus miembros interactúan rígidamente, no pueden aportar
su propia identidad, deben actuar y ser como el sistema familiar les impone.
40
Un gran número de personas no puede comprender las razones de la violencia, ¿por qué la
cometen los hombres y por qué la aceptan las mujeres? En todos los seres humanos existen
necesidades básicas que son necesidad de amor, de significancia y de seguridad y suele ocurrir
que algunas personas satisfacen estas necesidades de una forma ilegítima. La violencia contra la
mujer no tiene mayores diferencias entre zonas urbanas y rurales: en la zona urbana el porcentaje
es de 61,4% y en la rural 58,7%, según la Primera Encuesta de Violencia de Género realizada
por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC, 2012). La encuesta, que se desarrolló
desde el 16 de noviembre al 15 de diciembre de 2011, se realizó a mujeres de más de 15 años de
18.800 viviendas, a nivel nacional, urbano y rural. Esta es la primera encuesta de este tipo en el
país y la segunda en Latinoamérica después de México.
El 90% de las mujeres que ha sufrido violencia por parte de su pareja no se ha separado, de
este grupo el 54,9% no piensa separarse, el 23,5% se separó por un tiempo y regreso con su
pareja y el 11,9% piensa separarse. Según este estudio, el 52,5% de las mujeres (a pesar de ser
sujeto de violencia) no se separa porque consideran que “las parejas deben superar las
dificultades y mantenerse unidas“, el 46,5% piensa que “los problemas no son tan graves “y el
40,4% “quiere a su pareja“, mientras el 22% “no se puede sostener económicamente”. Un
promedio mensual de 3.746 noticias de delito por violencia psicológica y 390 noticias de delito
mensuales por violación son parte del comportamiento de la incidencia de los delitos de violencia
basados en género que han ocurrido a nivel nacional en Ecuador, entre agosto del 2014 y mayo
del 2016, según la Fiscalía General del Estado.
Datos de la Fiscalía sostienen que en 2015, del universo de delitos de violencia basada en
género de mayor incidencia en la vida de mujeres, niñez y adolescencia, el 78 % de 65.726 casos
conocidos por esta institución fueron por violencia psicológica contra la mujer o miembros del
núcleo familiar. En lo que va del 2016 la violencia psicológica significa el 76,6 % de las 47.840
noticias de delito por casos de violencia basada en género. En Guayas y Pichincha se receptan
más denuncias de este tipo. En cuanto a la violencia física contra la mujer u otro miembro del
núcleo familiar, la Fiscalía en 2015 conoció de 5.299 casos, de los cuales 628 tienen dictámenes
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acusatorios. Hasta el 8 de noviembre de 2016 se han presentado 3.917 denuncias de las cuales en
553 casos hay un dictamen fiscal.
En las ciudades de Guayaquil, Durán y Samborondón se han realizado 50.495 operaciones que
tienen que ver con violencia intrafamiliar, informó la mayor Maité Guerra, directora del
Departamento de Violencia Intrafamiliar (DEVIF) de la Policía de la Zona 8, estadísticas que
corresponden al 2015, y que fueron delegadas por los jueces y juezas de la Familia y de la
Fiscalía. Se conoció finalmente que del total de 2796 denuncias 1679 corresponden a violencia
psicológica, 1114 a violencia física y 12 por violencia sexual. Indicó a esto que la violencia
psicológica de conformidad Art. 558 del COIP, es considerado delito penado por la ley desde un
1 hasta con 6 años de prisión (DEVIF, 2015).
En la violencia intrafamiliar, ambos "agresor y víctima", forman parte de este círculo vicioso y
circular, considerar a uno solo sería no tomar en cuenta su complemento, ya que ambos forman
parte de un todo, que trasforma al resto de los subsistemas.
2.2. Planteamiento del problema de investigación
Los jóvenes presentan dificultad en sus pautas relacionales en el contexto escolar debido a la
poca capacidad para reconocer sus fracasos y dificultades, para aceptar que incumplen con
normas y reglas establecidas, tienden a subvalorarse y a perder su propia identidad, no aceptan las
críticas. También se observa que los padres no tienen buenas relaciones con sus hijos, que los
violentan creando situaciones de minusvalía, dificultades en el establecimiento de vínculos
relacionales a todo nivel, con docentes, con sus pares e incluso con ellos mismos. Desde el
contexto educativo, los docentes refuerzan las conductas agresivas y los problemas al establecer
vínculos sin límites y reglas, con un mal sistema de comunicación, por tal motivo estos vínculos
42
son negativos y solo logran tener vínculos positivos con todo aquel ser humano que no le exija ni
demande cumplimiento.
2.3. Formulación del Objetivo general y los objetivos específicos
2.3.1. Objetivo General
Analizar la influencia de la violencia intrafamiliar en las pautas relacionales de los estudiantes
de Básica Superior de la Unidad Educativa Daniel Comboni de la ciudad de Guayaquil.
2.3.2. Objetivos específicos
Identificar las pautas relacionales que presentan los estudiantes de Básica Superior de la
Unidad Educativa Daniel Comboni de la Ciudad de Guayaquil.
Describir las formas de violencia intrafamiliar que sufren los Adolescentes de Básica
superior.
Evaluar desde la terapia familiar sistémica la influencia de la violencia intrafamiliar en las
pautas relacionales de los estudiantes de Básica Superior de la Unidad Educativa Daniel
Comboni de la Ciudad de Guayaquil.
43
2.4. Perspectiva general y tipo de investigación
El diseño de esta investigación es narrativo, ya que la perspectiva es cualitativa, en donde se
explora, identifica, describe y analiza la Influencia de la Violencia Intrafamiliar en las pautas
relacionales de los estudiantes de Básica Superior de la Unidad Educativa Daniel Comboni de la
Ciudad de Guayaquil. El método utilizado es el inductivo que consiste en ir de los casos
particulares a la generalización teórica.
El enfoque cualitativo utiliza los fenómenos que rodean a los participantes o grupo de
participantes, profundiza en sus experiencias, perspectivas, opiniones y significados, es decir, la
forma en que éstos perciben subjetivamente su realidad. Los tipos de diseño en la investigación
cualitativa deben ser flexibles y abiertos y son la forma de abordar un fenómeno, por lo que el
tipo de diseño que se usará es el diseño fenomenológico, que se enfoca en las experiencias
individuales y subjetivas de los participantes (Sampieri, Collado y Baptista, 2010). Para Van
Manen (1990) el sentido y las tareas de investigación fenomenológica se pueden resumir en los
siguientes ocho puntos:
1. La investigación fenomenológica es el estudio de la experiencia vital, del mundo de la
vida, de la cotidianidad, es decir la experiencia no conceptualizada o categorizada.
2. Es la explicación de los fenómenos dados a la conciencia. Ser consciente implica una
transitividad, una intencionalidad. Toda conciencia es conciencia de algo.
3. Es el estudio de las esencias. La fenomenología se cuestiona por la verdadera naturaleza
de los fenómenos, cuya esencia es universal, es un intento sistemático de desvelar las
estructuras significativas internas del mundo de la vida.
44
4. Es la descripción de los significados vividos, existenciales. La fenomenología procura
explicar los significados en los que estamos inmersos en nuestra vida cotidiana, y no las
relaciones estadísticas a partir de una serie de variables, el predominio de tales o cuales
opiniones sociales, o la frecuencia de algunos comportamientos (p. 8-13).
2.5. Preguntas científicas
¿Cuáles son la forma de violencia intrafamiliar que sufren en sus sistemas familiares los
estudiantes de básica superior de la Unidad Educativa Daniel Comboni de la Ciudad de
Guayaquil?.
¿Cuáles son las pautas relacionales que presentan los estudiantes de básica superior de la
Unidad Educativa Daniel Comboni de la Ciudad de Guayaquil?.
2.6. DEFINICION DE CONSTRUCTOS.
2.6.1. Definición de categorías e indicadores
Violencia Intrafamiliar.- “Uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como
amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas
probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o
privaciones” (OMS, Publicación Científica y Técnica No. 588, 2002, p.10).
Pautas relacionales.- El enfoque interaccional es una teoría de sistemas que a su vez forma
parte de las teorías de la comunicación. Este enfoque, que analiza las consecuencias de la
45
comunicación entre las personas, fue planteado por un grupo de teóricos, biólogos, antropólogos,
sociólogos y científicos que pertenecían a la Universidad Invisible de Palo Alto, California. Esta
teoría plantea básicamente que la comunicación es un sistema abierto de interacciones que se dan
en un entorno o contexto determinado (Fundación Wikimedia, 2015).
A partir de las pautas de interacción se determina la estructura familiar, que se dan por
intermedio de las transacciones interpersonales repetidas, estas pautas relacionales regulan el
accionar de los miembros de la familia, se necesitarán una recopilación de pautas para llevar a
cabo las funciones familiares y estas determinarán su funcionalidad o disfuncionalidad. Esto se
explica claramente en el sentido en que cuando la familia va sobrepasando con éxito cada ciclo
vital lo más pertinente es que los límites y las reglas inicien su proceso de cambio y ajuste, ya que
los sistemas familiares viven en constante transformación por el propio desarrollo de los
subsistemas y del sistema mismo, y aunque posean características dentro del sistema que les
permitan generar condiciones de auto-organización y autorregulación, no llegarán a percibirse en
total equilibrio.
Es entonces, aquí cuando las pautas de interacción evidencian una regulación de la conducta
de los integrantes de un sistema familiar, ya sea por las reglas universales que rigen la
organización familiar; o por la comprensión de las expectativas recíprocas entre los distintos
miembros de la familia. Las familias pueden llegar a conformar aquellas fronteras, es decir, esos
límites relacionados con el papel que asume cada uno de los individuos perteneciente a los
subsistemas, bien sea conyugal, fraternal, filial, etc., instaurando una condición jerárquica que en
algún momento llegará a consolidar la estructura del sistema, y en proporción a la interacción
determinará los proceso de comunicación que se darán de acuerdo con quién hace, cómo lo hace
y cuándo (Sánchez y Valencia, 2007).
2. 7. Población y muestra
46
La población son 333 estudiantes que se encuentran matriculados y asisten a los niveles de
octavo, noveno, décimo de educación básica y primero bachillerato de la Unidad Educativa
Daniel Comboni de la ciudad de Guayaquil.
La muestra total para el desarrollo de este tema de investigación está conformado por:
Estudiantes de 12 años: 2
Estudiantes de 13 años: 1
Estudiante de 15 años: 2
La muestra escogida es de cinco estudiantes y es una muestra de tipo No- probabilística ya que
la intención no es de extrapolar los resultados a poblaciones grandes. Este tipo de muestreo se
utiliza cuando el probabilístico resulta muy costoso, teniendo presente que no sirve para hacer
generalizaciones puesto que no existe certeza de que la muestra extraída tenga representatividad.
Su número se propone a propósito de la naturaleza del fenómeno por lo que dependerá de la
ocurrencia y accesibilidad a los datos (Torres, Paz y Salazar, 2006).
2.8. Inclusión y exclusión.
Los estudiantes y familias que presenta violencia intrafamiliar.
Familias donde la comunicación sea difusa y simétrica.
Estudiantes que presenten pautas relacionales inadecuadas en su relacionamiento con
compañeros y Docentes.
Exclusión
Estudiantes que no provengan de hogares donde exista violencia intrafamiliar.
47
Estudiantes que no tengan conductas disruptivas y problemas en sus pautas relacionales
con compañeros y docentes.
2.9. Métodos, técnicas e instrumentos
El enfoque cualitativo basa su método en la recolección de datos no estandarizados ni
predeterminados completamente, consiste en obtener los puntos de vista de los participantes (sus
emociones, prioridades, experiencias, significados y otros aspectos más bien subjetivos); las
interacciones entre individuos, grupos y colectividades.
Las preguntas de la entrevista que se realizan son de tipo abiertas, recaba datos expresados a
través del lenguaje escrito, verbal y no verbal y lo que interesa de los participantes, son sus
conceptos, percepciones, imágenes mentales, creencias, emociones, interacciones, pensamientos,
experiencias, procesos y vivencias que hayan tenido ya sea de manera individual, grupal o
colectiva. Todos estos datos son recolectados con la finalidad de analizarlos y comprenderlos
para así responder a las preguntas de investigación y generar conocimiento (Hernández Sampieri
et al., 2010).
2. 9.1. Métodos
En este estudio se empleó herramientas que nos brinda la metodología de la investigación
científica se utilizó el método de Observación: Ob-servar es ponerse delante (eso significa el
prefijo ob.) de un objeto, a la vez como esclavo (que éste es el primer significado de la raíz serv.)
para serle fiel; y como maestro para poseerlo o conservarlo (que es el segundo significado de la
raíz serv.). Las conductas no verbales son muy importantes, así como la utilización del espacio
físico y lo que representa para nuestros sujetos de estudio. Observar a una persona es poner la
mirada en ella, considerarla como objeto. Se puede observar las interacciones de las personas con
las que se interactúa, los conceptos, su lenguaje, las maneras de expresión, historias y relaciones
48
de los participantes. La observación puede darse desde la dinámica gestual y expresión no verbal,
es un procedimiento empírico por excelencia, el más primitivo y a la vez el más usado
Método: Análisis de contenido: El vocablo «análisis» proviene del griego «analusis»
(disolución) derivada, a su vez, de «analuein» (desatar, soltar). Por su parte, el Diccionario de la
Real Academia Española (1992) define el término «análisis» primeramente como «distinción y
separación de las partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos»,
posteriormente, y en su segunda acepción encontramos que es el «examen que se hace de una
obra, de un escrito o de cualquier realidad susceptible de estudio intelectual». El análisis de
contenido está cobrando especial relevancia el procedimiento se basa en el supuesto de las
respuestas verbales que se las realiza de forma descriptiva permitiendo descubrir lo que sucede
con las pautas de interacción entre los sistemas parentales y filiales.
La entrevista semiestructurada es aquella en la que el entrevistador despliega una estrategia
mixta, alternando preguntas estructuradas, con preguntas espontáneas, presenta mayor
flexibilidad al momento de la entrevista, pues las preguntas planeadas se pueden ajustar a los
entrevistados y se logra enfocar la información relevante que se quiere conseguir, las preguntas
que se hacen son abiertas por lo que brindan la posibilidad de motivar al interlocutor, aclarar
términos, reducir los formalismos y ayuda a identificar confusiones.
2.9.2. Instrumentos
Para la investigación se ha propuesto utilizar varios instrumentos, los mismos que puedan
evidenciar las interacciones del grupo de estudios con su contexto, llámese este sistema familiar,
escolar, o social, para lo cual se ha escogido realizar una Ficha de Datos Generales actualizada ya
que la que existe en la Unidad Educativa es de hace tres a cuatro años atrás, donde se pudo notar
que existen cambios en el número de personas con quien viven los adolescentes y la relación
laboral de los padres; se elaboró una Entrevista Semiestructurada con el tema de los Roles y
49
Funciones de doce items a responder y la otra desde la perspectiva de Vínculos Familiares con
diez ítems.
Se utilizó el cuestionario de Violencia Intrafamiliar, que cuenta con trece preguntas, el mismo
que fue elaborado exclusivamente para identificar los tipos de violencia y la frecuencia en que se
da esta dentro del sistema familiar; se aplicó la Escala de Violencia Escolar (Martínez, 2008), que
a través de 19 preguntas mide los comportamientos violentos de los jóvenes en el ámbito escolar.
También se utilizó el Test de Percepción de Funcionalidad Familiar FF-SIL (adaptado de Suárez
J., y González J.R.); este cuestionario mide la funcionabilidad o disfunción del sistema familiar,
bajo los parámetros de cohesión (Unión familiar física y emocional al enfrentar diferentes
situaciones y en la toma de decisiones de las tareas cotidianas); armonía (Correspondencia entre
los intereses y necesidades individuales con los de la familia en un equilibrio emocional
positivo); comunicación (Los miembros de la familia son capaces de trasmitir sus experiencias
de forma clara y directa).
Se percibe también la afectividad (Capacidad de los miembros de la familia de vivenciar y
demostrar sentimientos y emociones positivas unos a los otros); permeabilidad (Capacidad de la
familia de brindar y recibir experiencias de otras familias e instituciones); roles (Cada miembro
de la familia cumple las responsabilidades y funciones negociadas por el núcleo familiar); y
adaptabilidad (Habilidad de la familia para cambiar de estructura de poder, relación de roles y
reglas ante una situación que lo requiere) del sistema familiar.
Se utilizó además, una Ficha de Observación al Estudiante, para poder identificar de primera
fuente los comportamientos de los estudiantes con sus pares en el receso o recreo, con los
docentes en sus salones de clase y con las autoridades cuando se cruzan en el patio a la hora de
recreo. Por último de empleó el Genograma, que es un instrumento para dibujar un árbol
genealógico. Proporciona una visión de la estructura familiar y sus interacciones a modo de
fotografía. El genograma permite visualizar la estructura y los patrones intergeneracionales
50
trasmisibles. Dentro de estos patrones se encuentran: forma de morir, profesiones, enfermedades,
secretos, embarazos precoces, monoparentalidad, divorcio, formas de nominación.
2.10. Análisis de la información:
El propósito del análisis es darle sentido y organización a lo que estaba en desorden. Para
llevar a cabo el análisis de la información obtenida se necesita llevar a cabo los siguientes
procedimientos:
Organizar y preparar los datos e información de manera que estos puedan ser sistematizados.
Determinar los criterios de organización de los datos.
Preparar los datos para el análisis: Transcripción de las entrevistas, incluir en la trascripción
del esquema y las anotaciones. Análisis exhaustivo del lenguaje. Análisis de los temas, categorías
y patrones emergentes de los datos que se han recopilado. Desarrollar el esquema de análisis que
tendrá la función de guiar el proceso analítico paso a paso.
2.11. Procedimientos.
La investigación que se presenta a continuación, reúne importancia porque trata una
problemática relacional entre los jóvenes de edades comprendidas entre 11 a 15 años, se
encuentra comprendida dentro del siguiente marco legal que rige en nuestro país.
51
2.11.1. Autorizaciones y permisos pertinentes.
Para llevar a cabo la presente investigación se ha solicitado la autorización de la máxima
autoridad de la Unidad Educativa Daniel Comboni de la ciudad de Guayaquil, en su calidad de
representante legal.
De igual manera los estudiantes y sus familias que participan en el presente estudio han
tenido una explicación acerca del proyecto de investigación y su propósito; asegurándoles el
carácter confidencial del mismo así como se manifiesta en el documento que han firmado en
señal de acuerdo. Para llevar a cabo la investigación se dispuso un horario especial en el que se
requirió a los participantes que acudan a la oficina del rectorado, en un horario vespertino dentro
de Unidad Educativa Daniel Comboni garantizando su privacidad se procedió a grabar en audio
las entrevistas, mismas que serán luego transcritas a documentos de análisis.
2.11.2. Procesamiento de la información.
Para el procesamiento de la información se realizó la bitácora de análisis, la cual incluye la
respectiva codificación de los elementos a ser analizados. Los elementos son:
I Diseño de la Ficha de Datos Generales.
II Diseño de guía de observación.
III Diseño de cuestionario para medir tipos de violencia y frecuencia.
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IV Diseño de la guía de entrevista semiestructurada.
V Análisis del cuestionario de FF-SIL.
VI Elaboración y Análisis del genograma.
VII Análisis de los resultados del cuestionario de violencia.
VIII Análisis de la Escala de violencia escolar.
IX Transcripción de entrevistas de audio.
X Diseño de esquema de recolección de datos para los informes.
XI Creación de categorías de análisis: Se tomarán como categorías predefinidas por los
objetivos específicos.
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CAPÍTULO III
ANÀLISIS, INTERPRETACIÓN Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
Posterior a la fundamentación teórica y marco metodológico desarrollado en los capítulos
anteriores, se procederá ahora a la presentación de los resultados de acuerdo a los objetivos;
información proporcionada por las técnicas e instrumentos aplicados como:
Ficha de Datos Generales (Anexo 3), Entrevista semiestructurada (Anexo 4 y 4-1), Cuestionario
de Violencia Intrafamiliar (Anexo 5), Escala de Violencia Escolar (Anexo 6), FF-SIL (Anexo 7),
Ficha de Observación al Estudiante (Anexo 8) y Genograma (Anexo 9).
3.1 Identificar las pautas relacionales que presentan los estudiantes de Básica Superior de
la Unidad Educativa Daniel Comboni de la Ciudad de Guayaquil.
Los seres humanos nos formamos desde el primer sistema que es la familia, que con sus
características dan los lineamientos relacionales para manejarse en los diferentes contextos en los
que luego el ser humano se encontrará. Se identificó que en las familias de estos jóvenes donde
existe violencia Intrafamiliar, sus formas de relacionamiento van a darse primero desde su
historia familiar y por sistemas donde transgeneracionalmente han habido ciclos de vivencia de
violencia, y esto se repite en la actualidad, por ejemplo nos narra el SF1 “Debo reconocer que
mi padre nos gritaba mucho, pero mi madre nos pegaba y nos pega todavía y yo estoy haciendo
lo mismo con mis compañeros”. SF2 “Yo sé que mis abuelos castigaban feo a mis padres, y ellos
hacen lo mismo con nosotros, a mí me es más fácil golpear a mis compañeros y enfrentarme a
los profesores”. SF3 “mis padres me gritan, me insultan desde que me levanto hasta que me
acuesto, y yo hago igual en mi colegio con quien me mire o me moleste”.
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El adolescente del SF4 dice “mi vida en casa es un infierno con mis padres, en el colegio hay
días en que es igual, un infierno, agarro a golpes a mis compañeros y me enfrento a los
profesores”. Las dinámicas relacionales desarrolladas entorno a la violencia intrafamiliar se
caracteriza por que primero empieza en el subsistema conyugal SF2 “mi mujer es la que empieza
a pelear, me reclama por todo”; SF3 “es verdad nosotros peleamos y a veces se nos pasa la
mano pero es ella la que empieza”; SF4 “para ser muy honestos los dos peleamos, a veces
empiezo yo, a veces ella”; SF5 “yo siempre discuto con el padre de mi hija por las pensiones,
vive atrasado, y cuando vivíamos junto porque tenía mujeres en la calle y no había dinero para
la casa” después pasa al subsistema hijos haciendo más compleja la situación y es ahí donde se
proyectan comportamientos de desacato a los padres y por ende en el colegio.
En el SF1 el joven dice “yo me escapo al frente a jugar pelota, porque ella nunca nos deja
salir”; SF2 “yo peleo con mi hermano porque es insoportable, como es el más chiquito de la
casa nadie lo reta”; SF3 “a mí no me gusta que me digas lo que debo hacer, si ni tu ordenas tus
cosas, porque quieres que yo ordene las mías”, SF4 “mi padre es un avaro miserable y egoísta,
para que me tuvo entonces”; SF5 “mi mamá no me comprende ni yo comprendo a mi mamá, he
pensado en irme de la casa”. Al no tener una buena estructura, estas familias ve afectada sus
pautas relacionales como anteriormente hemos descrito, de allí nace la falta de control en cuanto
a las reacciones que se presentan de manera hostiles tanto por los padres como los hijos: SF2
“nunca está cuando más lo necesitamos, nunca va a nuestras presentaciones y actos en el
colegio”.
Estas reacciones hostiles propenden a que estos jóvenes reproduzcan patrones de violencia
con su compañeros y docente SF3 “si pero al curso siempre se le cargan, que la falda, que el
uniforme de educación física, todo nosotros, estoy harta de este colegio”. Se ha reflejado
también que las familias con violencia intrafamiliar son multiproblemáticas, donde las emociones
se viven con gran intensidad y con escaso control en ellas SF1 “cuando mi madre me empieza a
gritar por algo que no hice como ella quiere siento una furia intensa, el corazón se me quiere
salir del pecho del coraje” como se evidencia, estos jóvenes tienen brotes de alegría, tristeza,
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enojo, tal como lo evidencia el SF2 “cuando estoy con mi hermana pequeña me siento feliz, al
ver a mi familia me da mucho tristeza e ira, tristeza porque no podemos ser como otras familias
que yo veo, son felices, ira porque justo a mí me vino a tocar esta familia”.
Esta inestabilidad emocional también la reflejan en el subsistema escolar donde hay momentos
en que lloran o tienen niveles bajos de interacción con los compañeros, hay días que llora el
adolescente del SF4 “es porque en mi casa hubo una gran pelea y no he podido dormir por el
llanto de mi madre”. En lo referente a las relaciones se reflejan que tienden a ser simétricas,
y esto los hace mantener conductas que no ayudan al sistema, y por ende influyen en el
relacionamiento de sus compañeros en el colegio SF1 “pero toda la culpa de que nadie quiera
hacer algo en casa es tuya siempre protestas” le dice la madre al hijo; SF2 “cállate! todo le
hechas culpa al alcohol y no reconoces que tú eres la tonta aquí”; SF3 “él siempre está gritando
y queriendo imponer sus ideas” SF4 “ella no es buena madre y yo creo que ni buena esposa, no
me escucha cuando quiero conversar con ella”; SF5 “por eso me separe de ella es una mujer
buena para nada”.
Se evidenció que en las familias de estos jóvenes al tener relaciones simétricas, los roles no
están bien determinados por ende esto va a afectar a el acatamiento de reglas de estos chicos en
los diferentes contextos donde se desenvuelvan , SF1 “mamá dispone lo que cada uno tiene que
hacer, pero nunca pregunta que queremos hacer nosotros en realidad”; SF2 “los profesores en
el cole me dicen que mi rol es estudiar, pero yo no quiero, no me gusta hacer eso, yo quiero ser
mochilero”; SF3 “yo no pedí nacer, por lo tanto yo no tengo la obligación de trabajar en casa,
suficiente tengo con ir al colegio”. SF4 “yo no hago nada, porque tendría que hacer” SF5 “mi
rol es de hija, no de empleada, yo no pedí nacer”.
Al no tener una estructura funcional cuando estos jóvenes viven eventos precipitadores o
activadores entran en relaciones simétricas, ya que no saben resolver problemas SF1 “el profesor
me acuso de que yo estaba copiando en la lección y yo no lo estaba haciendo, por eso le grite,
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me acuso sin haber hecho nada”; SF2 “mi compañero de curso me dijo en mi cara que yo me
había robado la pluma y por acusarme injustamente lo cerré a puñete”; SF3 “se me cogieron mi
libro y yo sé que fue Santana, por eso le rompí la boca, ella me tiene pica, porque los chicos
dicen que yo soy la más bonita del curso”; SF4 “me quisieron sacar de la fila del bar, si yo
llegue primero que mis compañeros, por eso los empuje, yo no tengo la culpa de que ese man sea
aguado y se haya roto la mano”; SF5 “el maestro no me dejo explicar lo que paso, me dio rabia
y le dije que se calle la trompa”.
La comunicación de estos jóvenes, por su nivel de complejidad que desarrollan en sus
contextos relacionales tienden a ser de metacomunicar SF1 “usted está acusándome
injustamente, yo no estaba copiando, estaba solo mirando a mi compañero como el escribía”
esto lo repiten con el docente; asi mismo en sus comunicaciones con compañeros SF2 “yo me
robe tu pluma trucha, no me sigas acusando, ya mismo te doy otro buen puñete” ; SF3 “me
acusaste porque me tienes pica, envidia es que me tienes”,; SF4 “tú siempre te andas cayendo,
acaso yo te empuje a ti, yo me hice para atrás y atrás mío estaba González, no tú, bobaso” ; SF5
“usted es malo profesor, yo le hubiera explicado que paso y no hubiera pasado nada más, por su
culpa estoy en inspección otra vez”.
Se puede leer desde lo sistémico que las relaciones influyen en lo emocional, estos jóvenes
siempre están a la defensiva y manifestando conductas violentas, ya que es el patrón relacional
que viven en sus casas. Otro aspecto de la comunicación que caracteriza a estos jóvenes, es el
“Silencio” para que los subsistemas externos no se percaten de las interacciones maltratantes SF
3 “no me pasa nada, es que me caí por eso tengo este verde en el brazo” le dice la joven a la
tutora de su curso cuando se le pregunta sobre los moretones que suele tener en los brazos. En el
colegio ellos suelen repetir este patrón comunicacional SF3 “yo no fui Miss, le prometo que no,
esta niña tiene frenillo por eso le salió tanta sangre, mírela”.
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La forma de expresar empatía que influye en estas familias a nivel relacional, es que ellos
establecen desde la comunicación simétrica la expresión del apego, estos jóvenes al haberse
desarrollado en un sistema violento suelen tener dificultades en su autoimagen SF1 “yo soy el
más feo de la casa, mi hermanito es el guapo de la familia”; SF2 “pero Miss yo si me bañe ayer,
no sé por qué me dice que debo preocuparme de aspecto”. El maltrato siempre va a afectar el
Self de los Jóvenes y hace que se mantenga esa postura de rebeldía frente algún posible aspecto
positivo dentro de sus cualidades como lo evidencia el SF3 “antes yo era una excelente
estudiante, ahora, más o menos, no me agrada ya ser la estrella del curso”.
Este es el autoconcepto del adolescente del SF4 “Yo no he hecho nada de la tarea, ¿no sabe
que yo soy un "bruto"?, la adolescente del SF5 responde al docente: “yo no puedo hacer muchas
cosas, no tengo fuerzas tampoco, siempre se me caen las cosas que sostengo con mis manos”.
En lo referente a lo vincular, ellos desarrollan patrones vinculares ansiosos o evitativos como lo
manifiesta: SF1 “yo no necesito estar abrazándote madre, tú sabes que yo te amo, si eres mi
madre”; SF2 “a mí no me gusta que me toquen para consolarme, ni que me estén abrazando,
nada de eso”; SF3 “a mí no me gustan que mis compañeras me abracen, los varones a veces, los
que me caen bien”; SF4 “yo no me llevo bien con la mayoría del curso” SF5 “a mí me gusta
compartir más con mis amigos, que en estar en casa”. Estas respuestas desde la vivencia de los
adolescentes tienden a la normalidad por las prácticas de disfuncionalidad parental dentro del
sistema familiar.
También pueden desarrollar triángulos entre los miembros de la familia SF4 “este hijo
nuestro es un verdadero problema, solo nos llaman para decirnos que ha hecho cosas indebidas,
nos tiene cansados”. Las alianzas y coaliciones son parte de la mala estructura relacional de
estas familias donde la violencia se vive diariamente SF1 “Michelle es la única que me
comprende en la casa” comenta la madre; SF2 “mi hijo hace todo lo que puede, pero el padre
siempre lo está culpando de todo, es como si le tuviera odio”; SF3 “yo sé que mi hija si quiere a
su papá, solo que él es distante con ella, pero ella lo ama, es su papá”; SF4 “nosotros como
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padres hacemos todo por nuestro hijo, per el no valora nuestro esfuerzo”; SF5 “nuestra hija
siempre fue una niña muy tranquila, no da problemas en los lugares donde va”.
A nivel cognitivo, también se pudo evidenciar por medio de los instrumentos, que tienen
dificultades para manejar pensamientos que les permitan la resolución de conflictos. Por no tener
estos jóvenes la habilidad de entender sus sentimientos frente a los conflictos, ni lo que el otro
está diciendo, peor aún poder brindar opciones de resolución, se enfrentan a situaciones
problemáticas, SF 1 “yo en lo único en que pensé es que estaba siendo acusado de algo que no
hice”; SF2 “no pude ver que estaba sintiendo en ese momento, que debo sentir, no se”; SF3
“para mí la única forma de que ella entienda era pegándole”; SF4 “todos me empujaban, no
creo que hubiera otra forma más que empujarlos también”; SF5 “sentía rabia, no veía nada, me
enoje con el profesor”.
Otra pauta que se observa es que el subsistema paterno está muy distanciado del subsistema
hijos, así se pudo notar en el SF2, SF3, SF4 y SF5, la distancia está marcada porque son los
padres quienes imponen la violencia en sus familias, y en la mayoría de veces la violencia física.
En el caso del SF1, es la madre la que ejerce la violencia física y es con quien esta distanciado el
adolescente; en los sistemas investigados, es el subsistema materno quien ejerce la violencia
verbal y psicológica, aunque los padres también usan la violencia verbal como método de
coerción con sus hijos. En el SF2 y en el SF5 se pudo notar coaliciones entre los hermanos en
contra del adolescente identificado; y en el SF3 y en SF4 hay coaliciones de ambos padres en
contra del hijo. Estas coaliciones mantienen a los sistemas familiares en persistente circularidad
y homeostasis.
Por lo antes expuesto, se resume que, las pautas de interacción de los adolescentes en el
ámbito escolar manifiesta daño a la propiedad privada, rayones en las paredes, destrucción de las
bancas donde se sientan; agresión física y verbal a sus compañeros de cursos, en la interacción
con los docentes manifiestan agresiones a través de su comunicación analógica, insultos y bromas
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de muy mal gusto. El adolescente del SF-4 es el único que indica que sus compañeros se burlan
de él en clase, le pegan y lo insultan, ofenden a su mamá, le quitan los útiles escolares, le ponen
basura en la mochila, lo culpan de cosas que él no ha hecho: “cuando se cayó la pizarra al piso,
todos mis compañeros de curso me culparon, pero yo no fui, quien la hizo caer fue una niña”.
3.2. Describir las formas de violencia intrafamiliar que sufren los adolescentes de Básica
superior.
La violencia Intrafamiliar no es un fenómeno social nuevo y afecta a los sistemas familiares
de tal forma que logra desestructurarlos: En las familias investigadas se observa que existen
algunos tipos de violencia, siendo la más frecuente, la violencia física que no es más, que el
deseo de controlar o lastimar a alguien; empieza con gritos y amenazas verbales hasta llegar a
atacar físicamente a la persona: en el SF-1 el adolescente dice: “mi mamá sabe empujarme y
abofetearme cuando le dan una queja mía en el colegio”; el SF-2 suele “pellizcarme y sujetarme
con mucha fuerza cuando me porto mal, los brazos me quedan doliendo por varios días”; el SF-
3, SF-4 y SF-5 suelen sacudir y golpear a los adolescentes, se evidencia que no hay un respeto al
otro.
De ahí se pudo observar que un segundo nivel, no menos importante se encuentra la
violencia verbal en donde el uso de palabras y tonos fuertes intentan lastimar o destruir el
autoestima de la otra persona, esta violencia es tan devastadora como la violencia física. SF-1 en
donde al adolescente le dicen: “Siempre haces estupideces, cuando será el día en que no hagas
alguna burrada ”; realizar maltrato público o privado es normal en estas familias , como lo
señala SF-2: “para mi mamá es normal darme cachetadas o puñete delante de cualquier
persona”; insultos con lenguaje vulgar y palabras soeces, intimidación con gritos, miradas o
amenazas, “no recuerdo que mis padres me hablen sin gritarme e insultarme, no me gustan esas
palabrotas que me dicen, pero son mis papas”, dice el adolescente del SF-3.
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Una forma más de violencia verbal es, menospreciar con burlas o apodos “mírenlo todo
flacuchento y debilucho que vas a servir para algo tu” es lo que el SF-4 dice a su hijo, el hacer
sentir a la adolescente culpable de la violencia, SF-5: “¡Tú me hiciste hacerlo, con las cosas que
haces, por eso te pego!”. La falta de comunicación y de escucha caracteriza las dinámicas
familiares de estos jóvenes, quienes no logran la diferenciación dentro de sus sistemas familiares.
Otro tipo de violencia que quizás sea la más significativa y que afecta de sobremanera en la
personalidad de los jóvenes, es la violencia psicológica o emocional, que es toda acción u
omisión dirigida a perturbar, degradar o controlar la conducta, el comportamiento, las creencias o
las decisiones de una persona, mediante la humillación, intimidación, aislamiento o cualquier otro
medio que afecta la estabilidad psicoemocional.
El irrespetar los derechos, opiniones o sentimientos de los hijos: “no nos dejan hablar sobre
algo que nos incumbe a los hijos, no les interesa nuestros sentimientos ni a papá ni a mamá”
señala el adolescente del sistema SF-2; desatender las reuniones en el colegio: “no tengo tiempo,
que no entiendes que debo trabajar para darles de tragar” es la forma como le responden a los
hijos en el SF-3; usar el silencio, no escuchar o responder cuando se les habla: “cuando nuestros
padres se golpean hay un tiempo de silencio en la casa, ninguno de los dos nos hablan, es como
si perdieron la lengua, eso me pone triste y me hace sentir culpable”, indican ambos
adolescentes del SF-4 y del SF-5. La violencia física, la violencia verbal y la psicológica son las
expresiones del ciclo de maltrato que manejan en sus pautas relacionales cada una de las familias
sujetas a esta investigación, esto influye de gran manera en el comportamiento y reacciones de
los adolescentes tanto en su sistema familiar como en su entorno escolar.
Todas las familias concordaron en que la violencia existe en diferentes manifestaciones, que
las personas no se encasillan en una sola forma de expresar la violencia: “si bien es cierto,
existen muchos tipos de violencia, nosotros como padres reconocemos que la verbal y física es la
que aplicamos en casa con nuestros hijos” afirma el SF-1; “a nosotros, nuestros padres nos
pegaban mucho en casa, procuramos no usar violencia física con nuestros hijos, les llamamos la
atención y si les gritamos también” señala el SF-2, es importante destacar que las familias
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investigadas tienen una similitud, indican que todos han sufrido alguna vez cualquier tipo de
violencia y desde muy pequeños, principalmente en sus familias de origen; al preguntárseles si
consideran que están replicando ese aprendizaje violento, hubo un silencio en todos, el SF-1 y
SF-3 comunico a través de su lenguaje analógico que sí, los otros sistemas familiares
concordaron a través de su comunicación digital en que no se habían percatado de que lo hacían
hasta este momento, “pero no tuvimos la conciencia de lo sucedido hasta ahora”.
No consideran que una persona violenta es la más fuerte del sistema familiar, de acuerdo a lo
que recuerda el SF-1: “veía llorar mucho a mi madre luego de que nos daba una golpiza” para
ellos cualquiera dentro de la familia puede ser violento; “mi papá, mi abuelo, mi abuela, mis tíos
y tías han usado la violencia con sus familias desde que yo recuerdo”, señala el adolescente
identificado del SF-2 y lo mismo dice el joven del SF-3; “mi madre, parece muy tranquila, pero
cuando se enoja se transforma en Hulk, usted sabe quién es? verdad, el hombre verde” afirma el
adolescente del SF-4; narra la joven del SF-5: “mi padre es muy pasivo, pero cuando se pone a
pelear con mi mamá parece otro hombre”.
Concuerdan en que una persona que es violenta puede ser sociable y los adolescentes
manifiestan que cuando sus padres discuten en el SF-1, SF-2 y SF-3 se gritan e insultan con
palabras fuertes, el SF-4 y SF-5 suele llegar a los golpes luego de haberse gritado un buen tiempo
desde cuando iniciaron la discusión. En las familias investigadas se encontró como factor común
la normalización de la violencia en todas sus manifestaciones: SF-1 “para nosotros es normal
escuchar un grito en casa”; SF-2 “cuando no escuchamos insultos en la casa nos sentimos
raros, a pesar de que no es agradable lo que oímos”; SF-3 “café, almuerzo o merienda se gritan
e insultan en casa, es normal”; SF-4 “para nosotros es natural castigar físicamente a nuestros
hijos, nuestros padres lo hicieron con nosotros y no nos ha pasado nada”.
El SF-5 comunica “mi esposa siempre busca que le pegue para quedarse tranquila un tiempo,
mi esposo es mal llevado le gusta que lo cachetee para que reaccione” , la normalización de la
62
violencia mantiene al sistema en aparente funcionamiento, al percatarse de que existe como parte
de sus vidas, hubo manifestaciones de desagrado e inconformidad: “escuchando a mis hijos y lo
dolidos que se sienten creo que nos hemos equivocado” declaró el SF-5. En el SF-1 el factor
multigeneracional interviene y es el único caso, la abuela materna del adolescente identificado
tiene la misma dinámica relacional que su hija con los nietos, “mi mamá grita igual que mi
abuela, dicen las mismas palabras y en los mismos tonos” manifiesta el joven, “nos quedamos
en casa de mi abuela cuando mi madre debe quedarse hasta tarde trabajando y mi abuela grita y
grita y mi hermana también le grita que se calle”.
El resto de familias viven en casas o departamentos de manera independiente, las familias de
origen no los frecuentan, sin embargo reconocen que su sistema familiar es parecido o igual al
que ellos vivieron en casa cuando eran niños, “lo que mi hijo dice y siente, recuerdo que yo lo
viví y sentí cuando tenía su edad, me he equivocado, me siento mal por ello” , dice el padre del
SF-5.
3.3. Evaluar desde la terapia familiar sistémica la influencia de la violencia intrafamiliar
en las pautas relacionales de los estudiantes de Básica Superior de la Unidad Educativa
Particular Daniel Comboni de la Ciudad de Guayaquil.
A continuación se podrá observar la relación en la explicación del desarrollo de pautas
relacionales disfuncionales en los estudiantes de básica superior de la Unidad Educativa
Particular Daniel Comboni, desde una mirada Sistémica, ya que esta teoría nos permite tener una
visión nueva en la concepción de los problemas del comportamiento y sus relaciones, la conducta
de un miembro de la familia afecta o está en relación con el número de miembros que tiene ese
sistema familiar. Recordemos que la teoría sistémica nos dice que la evolución y los cambios se
dan en los sistemas abiertos y que la familia es uno de los sistema vivos abiertos más dinámicos;
ya que al estar formados por holones estos interaccionan en un mundo que cambia y está lleno de
estímulos.
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El sistema familiar tiene un conjunto de aspectos que le dan un orden al que llamamos
estructura, esto va a determinar su funcionalidad de acuerdo a las pautas relacionales que se
desarrollan dentro y fuera de este sistema. Para poder determinar la influencia de la violencia
intrafamiliar y el desarrollo de las pautas relacionales de los estudiantes de Básica Superior de la
Unidad Educativa Daniel Comboni, se visualizará como los diferentes tipos de relacionamientos
que se dan en sus familias los afecta en todos los aspectos de su desarrollo como seres Bio-
psicosociales.
Son tres tipos de violencia que con mayor frecuencia tienen las familias investigadas, la una es
la violencia física, a través de golpes, cachetadas, patadas, empujones entre otros se pretende
ejercer dominio sobre uno o varios de sus miembros: en el SF-1 el adolescente dice: “mi mamá
sabe empujarme y abofetearme cuando le dan una queja mía en el colegio”; el SF-2 suele
“pellizcarme y sujetarme con mucha fuerza cuando me porto mal, los brazos me quedan
doliendo por varios días”; el SF-3, SF-4 y SF-5 suelen sacudir y golpear a los adolescentes.
El otro tipo de violencia que sostienen estas familias, es la violencia verbal, acosar con
preguntas o acusaciones, culpabilizando si se le maltrata, avergonzando con humillaciones,
ofensas y culpas, entre otros usos de palabras o tonos de voz: SF-1 en donde al adolescente le
dicen: “siempre haces estupideces, cuando será el día en que no hagas alguna burrada ”; SF-2 :
“para mi mamá es normal darme cachetadas o puñete delante de cualquier persona”; “no
recuerdo que mis padres me hablen sin gritarme e insultarme, no me gustan esas palabrotas que
me dicen, pero son mis papas”, dice el adolescente del SF-3; “mírenlo todo flacuchento y
debilucho que vas a servir para algo tu” es lo que el SF-4 dice a su hijo; SF-5: “¡Tú me hiciste
hacerlo, con las cosas que haces, por eso te pego!”.
Y la última, pero no menos importante es la violencia psicológica o emocional. En el SF-1 el
adolescente manifiesta que sus padres irrespetan sus derechos, opiniones o sentimientos: “no nos
dejan hablar sobre algo que nos incumbe a los hijos, no les interesa nuestros sentimientos ni a
papá ni a mamá” señala el adolescente del sistema SF-2; desatender las reuniones en el colegio:
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“no tengo tiempo, que no entiendes que debo trabajar para darles de tragar” es la forma como
le responden a los hijos en el SF-3; usar el silencio, no escuchar o responder cuando se les habla:
“cuando nuestros padres se golpean hay un tiempo de silencio en la casa, ninguno de los dos nos
hablan, es como si perdieron la lengua, eso me pone triste y me hace sentir culpable”, indican
ambos adolescentes del SF-4 y del SF-5.
El crecimiento de los hijos va introduciendo pautas nuevas de interacción en los sistemas
familiares, el subsistema parental debe estar atento a estos cambios para ir creciendo junto con el
subsistema filial. El estar atentos al nuevo conjunto de relaciones interpersonales que se dan al
interior de cada familia y que le confieren identidad propia, estamos hablando de la
funcionabilidad del sistema familiar, esta dinámica relacional refiere la calidad del ambiente y la
atmósfera del hogar, es decir, el clima agradable que tiene al interno la familia, si este clima que
regula el desarrollo del grupo familiar es desagradable y de tensión hablamos de un sistema
familiar disfuncional. Así es como se define que la funcionalidad familiar, no es sólo el
cumplimiento de las funciones familiares, sino es también el proceso resultante de las
interacciones que tienen los miembros del sistema.
En las familias investigadas se encontró como factor común la normalización de la violencia
en todas sus manifestaciones: SF-1 “para nosotros es normal escuchar un grito en casa”; SF-2
“cuando no escuchamos insultos en la casa nos sentimos raros, a pesar de que no es agradable
lo que oímos”. El adolescente del SF-3 dice: “café, almuerzo o merienda se gritan e insultan en
casa, es normal”; SF-4 “para nosotros es natural castigar físicamente a nuestros hijos, nuestros
padres lo hicieron con nosotros y no nos ha pasado nada”; SF-5 “mi esposa siempre busca que
le pegue para quedarse tranquila un tiempo, mi esposo es mal llevado le gusta que lo cachetee
para que reaccione”, al haber normalizado la violencia cada uno los miembros del sistema
familiar están sosteniendo un aparente funcionamiento como sistema.
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Las familias que tienen una pauta interaccional violenta, como modelo de relación por lo
general, suelen repetir estos actos violentos, transmitido de generación en generación, ya que en
gran cantidad de los sistemas familiares el holon parental transfiere buena parte de su inmadurez
a uno o varios de sus hijos. Esta violencia, es luego aceptada por el entorno como una forma de
comunicación: “mi papá y mi mamá dicen que se casaron muy jóvenes porque no querían seguir
en sus casas, porque no eran felices” afirma el adolescente de SF2; esto es típico en una pareja
que se compone de dos adolescentes con urgencia de crear su propio hogar debido a la necesidad
que les surge de una situación familiar muy infeliz, la gran mayoría de ocasiones estos jóvenes
tratan de escapar de los malos tratos, de explotación, de incesto, entre otras cosas.
Entonces, nos encontramos que estas jóvenes parejas sustituyen su necesidad con amor, no
caen en cuenta que este “supuesto amor” es puerta de escape, con el tiempo se dan cuenta que lo
que lograron fue verse envueltos en conflictos mayores. Estos adolescentes luego se convierten
en padres e inician un patrón circular que se alimenta a sí mismo, es decir, que no requiere de
motivos externos para su mantenimiento y este patrón se convierte en el repertorio de
interacciones de la pareja, incluyendo dentro de este repertorio la violencia que una vez ensayada
e instaurada surge por la necesidad de comunicar cosas o para controlar situaciones.
Ya establecida en la familia la violencia, sea del tipo que fuese, la comunicación se ve
afectada: SF1 “mi mamá me exige que le obedezca” estas pautas repetitivas están determinadas
por la intolerancia a manejarse con posiciones complementarias manifestadas en cualquiera de
los vínculos familiares. En esta investigación se pudo notar, que lo que sucedió en dos
generaciones anteriores se repite en esta generación, a pesar de que las conductas han variado de
formas, más no de fondo. Es de indicar, que la cognición está dada por los contenidos de luchas
entre los miembros del sistema e influye en que no se dé el respeto por la jerarquía y por ende no
hay un sentido armónico de la autoridad, el acatamiento a normas y límites, sino más bien a el
sometimiento o la rebelión; el joven del SF1 indica que para llamar la atención de su madre se
pelea con sus compañeros y hermanos.
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Otra característica general de estas familias, es que todas son sistemas disfuncionales, pues su
gama de conductas han sido erróneas, el subsistema pareja ha impuesto y mantenido el dominio y
la superioridad sobre el subsistema hijos y este subsistema ha tenido una reacción simétrica que
no permite una positiva interacción recíproca, además que mantenían la creencia de que eran
familias muy funcionales. Así lo afirma el SF1 “somos como todas las familias, con problemas y
situaciones que arreglar”; SF2 “tenemos los problemas de la mayoría de las familias”; SF3
“funcionamos bien como familias”.
El subsistema parental ejerce poder y control en los hijos, pero los adolescentes identificados
dentro de los sistemas familiares investigados los mantiene en una situación de debilidad y de
síntomas sin que ellos lo noten. SF4 “este jovencito ya nos tiene cansados, cada vez es algo
nuevo que hace en el colegio”; SF5 “en realidad yo no sé porque siempre molestan los
compañeros a mi hija, solo a ella le suceden las cosas en ese curso”. Las relaciones
interpersonales entre los subsistemas pareja e hijos se han basado en emociones y sentimientos,
interés por los negocios y por las actividades sociales: “yo trabajo en una empresa internacional
gano bien, pero mi esposa gusta de mantenerse ocupada, ha ingresado a Yambal para vender
por catálogo” señala el SF-2.
Encontramos en estas familias, el fenómeno de doble sentido que es recíproco entre madre e
hijo, la madre ve como una amenaza el crecimiento de su hijo e hija, ellos están en la
adolescencia, puerta a su independencia, pero esto hace que la madre reaccione con conductas
que buscan que su hijo regrese a su posición de impotencia y necesidad de ella, SF1 “tú eres mi
hijo, eres mío”. Los sistemas familiares fijan límites con el fin de cubrir sus necesidades
psicológicas entre los subsistemas u holones que tienen al interno, la visibilización de estos
límites determinan la comodidad de la estructura familiar.
En el SF-5 la adolescente identificada presenta un resentimiento silencioso contra sus padres:
“ellos están muy emocionados con el embarazo, mi padrastro quiere que sea niña y yo también,
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pero mejor no, porque dejaría de ser la única hija en casa, me da rabia pensar en que será
mujer”. Los límites marcan fronteras, líneas divisorias imaginarias que permiten hablar de lo que
está adentro y lo que está afuera. Sus límites son difusos porque, el subsistema parental invade
los espacios del subsistema filial, no hay autonomía entre sus miembros, el estrés del adolescente
identificado repercute intensamente en los demás y no se cumplen las reglas en la familia; por lo
tanto son familias aglutinadas sin límites establecidos claramente.
Al no poseer límites claros, no saben cuál es el rol de cada uno de sus miembros, su exagerado
sentido de pertenencia: SF-1 “tú eres mi hijo y me perteneces, todavía no estás en edad para
salir”; frecuente inhibición del desarrollo cognitivo/afectivo en los niños: (SF-4) “hay cosas que
no sabe y no puede hacer todavía, si cuando quiere hacer algo solo, le sale mal” por lo tanto no
existe diferenciación y hay demasiado paso de información entre y a todos los subsistemas.
También poseen límites rígidos, la comunicación entre los subsistemas es difícil y no se llevan a
cabo las funciones protectoras de la familia, como familias desligadas que son cada individuo
constituye un subsistema. Comparten muy pocas cosas por lo que tienen muy poco en común,
poseen un exagerado sentido de independencia “no necesitamos ayuda como familia vasta que
nos tengamos el uno al otro” (SF-2); toleran un amplio abanico de variaciones entre sus
miembros “mi hija es buena, aunque tiene su carácter, mi madre en buena en el fondo, ella
siempre ha querido lo mejor para mi” (SF-3).
Así también, presentan bajo nivel de ayuda y apoyo mutuo: SF-4 “necesito que me ayuden, yo
no puedo sola con todo en la casa, pero ni mi hijo, ni mi esposo me ayudan”. Las fronteras de
estas familias investigadas tampoco están claras, sus conductas son diversas hacia lo exterior,
dependen de su estado emocional, al tener reglas muy rígidas, esto no les permite ver, ni asimilar
las experiencias que cada uno hace en sus interacciones fuera del sistema familiar. Otra de las
similitudes en las familias investigadas, es que cada uno de los integrantes de la familia saben
quién ejerce el poder y quien tiene el control en casa, pero las jerarquías no están claramente
definidas, por lo que las interrelaciones familiares son caóticas, se evidencia que el subsistema
parental tiene el poder pero no la autoridad. Al hablar de jerarquías hablamos de la distribución
68
del poder, en donde destaca el miembro con mayor poder en el sistema familiar, no al que grita
más fuerte, sino el que hace que las reglas, normas y leyes se obedezcan y mantiene el control
sobre los demás integrantes de la familia. SF1 “mi mamá lo que más hace es gritar, pero yo no le
hago caso”; SF2 “mi padre cree que con sus gritos e insultos va a conseguir que yo haga lo que
él quiere”; SF4 “lo peor es llegar a casa y escuchar a los dos gritarse y gritarme”; SF5 “yo me
muevo a hacerle algo a mi mamá cuando ya deja de gritar”.
Existen alianzas: SF-1 entre madre e hija; SF-2 en el subsistema filial; SF-3 entre madre e
hija; el SF-4 no tiene alianzas ya que él joven vive en conflicto con el subsistema parental; SF-5
entre el subsistema filial. De acuerdo a la teoría sistémica los conflictos y los cambios forman
parte de la vida familiar, cada familia se transforma con el tiempo y se adapta y reestructura para
seguir desarrollándose, pero las familias investigadas tienen una fuerza, la homeostasis es decir,
la tendencia a permanecer igual, no quieren ni desean cambiar: “somos “felices”, “estamos bien
como somos”. Los roles establecidos en las familias investigadas, aparentemente están claros,
todos saben lo que tienen que hacer, pero la dificultad ocurre cuando no se cumplen: SF-1 “mis
hijos tienen asignadas por semana lavar los platos, pero cuando le toca a Richard (adolescente
identificado), no hay platos limpios para la merienda”, está dinámica se da por igual en todos los
sistemas familiares investigados.
De las familias sujetas a esta investigación, tres tienen subsistemas hermanos, SF1 “yo soy el
más feo de la casa, mi hermanito es el guapo de la familia”; SF2 “cuando estoy con mi
hermana pequeña me siento feliz,…; “yo peleo con mi hermano porque es insoportable, como es
el más chiquito de la casa nadie lo reta” ; SF5 “mis hermanos varones se llevan muy bien, yo
más o menos con ellos, es que yo no sé cómo compartir con ellos”. SF5 “mis hermanos son
excelentes estudiantes”. El holon hermanos interacciona positiva y negativamente dentro de la
familia por lo que se nutre y se alimenta de adentro hacia afuera y viceversa; y es así como en
este subsistema hemos encontrado coaliciones, las personas dentro de un sistema familiar se unen
contra un tercero, los hermanos se han unido en contra del adolescente identificado. SF1 “mi
hermano y yo salimos a jugar pelota, aun cuando nuestra madre dice que no” ; SF2 “yo no dejo
69
que mi hermana se le acerque a mi padre, le digo que la va a lastimar” ; SF5 “mis hermanos
varones siempre me andan haciendo maldades”.
Se valora pertinente establecer que todos los sistemas familiares investigados tienen
dificultades de interacción con adolescentes sean hombres o mujeres, para este subsistema el
aspecto social ha cobrado preponderancia, tienen su propia valoración de muchos aspectos de la
vida. Al establecer esta valoración no logran concordar con el pensamiento de sus padres, y
como ellos han interactuado con sus padres, interactúan igual con sus hijos, no han logrado
establecer nuevos límites, implementar nuevas estrategias de negociación por lo que las pautas de
interacción entre ellos es de conflicto en ascenso y resistencia a la similitud de normas y reglas
rígidas en los ambientes escolares, es de considerar también, que este holon no es el único que ha
cambiado a lo largo del caminar juntos que han tenido, el subsistema parental también ha sufrido
cambios lo que agrava aún más la interacción familiar.
En cuanto a las normas, existe una confusión con las reglas en todas las familias
investigadas, por lo que hubo que explicarles que las normas son los acuerdos negociables de una
forma clara y consiente que se establece dentro de los miembros de una estructura familiar y se
definen de acuerdo a los valores culturales y familiares, y que son los padres son los que definen
e imponen normas sobre sus hijos, normas que deben ser acatadas, respetadas y cumplidas; las
reglas son las que prohíben hacer determinadas cosas: SF-1 la distribución del arreglo de casa
como norma y como regla, prohibido salir del departamento cuando mamá no esté en casa. El
problema que se presenta en estas familias es que rigidizan las reglas por lo que se vuelven
intolerantes y surgen los conflictos con el subsistema filial.
Estos sistemas familiares también tienen dificultades en la forma de vincularse
emocionalmente, los niños aprenden de sus padres a establecer vínculos. Los sentimientos de
desilusión, ansiedad, tristeza, frustración, dolor entre muchos otros pueden estar encerrados
dentro de las personas y sólo se expresan como arranques de enojo. Los sistemas familiares
70
necesitan expresar cómo se sienten antes de que estos sentimientos exploten e hieran a alguien.
SF5 “a mí me gusta compartir más con mis amigos, que estar en casa”. Estos adolescentes han
desarrollo vínculos ansiosos o evitativos: SF1 “yo no necesito estar abrazándote madre, tú sabes
que yo te amo, si eres mi madre”; SF2 “a mí no me gusta que me toquen para consolarme, ni que
me estén abrazando, nada de eso”; SF3 “a mí no me gustan que mis compañeras me abracen,
los varones a veces, los que me caen bien”; SF4 “yo no me llevo bien con la mayoría del curso”.
Establecemos en este punto que la búsqueda del reconocimiento en los adolescentes de los
sistemas investigados, se expresa a través del círculo vicioso de las transgresiones, la culpa y el
castigo, intentos fallidos de recuperar el valor de “ser alguien” para sus padres, adicional a esto,
sus patrones multigeneracionales de violencia intrafamiliar están muy arraigados y son repetitivos
al interno de sus sistemas familiares, lo que causa como ya lo dijimos anteriormente una
interacción circular. Otra pauta que utiliza este sistema es, el silencio, no escuchar o responder
cuando se les habla: “cuando nuestros padres se golpean hay un tiempo de silencio en la casa,
ninguno de los dos nos hablan, es como si perdieron la lengua, eso me pone triste y me hace
sentir culpable”, indican ambos adolescentes del SF-4 y del SF-5.
En la familia se pueden vivir ciertos valores sin haberlos reflexionado, al vivir en unidad, la
familia es la llamada a fomentarlos, sobre todo a aquellos que enaltecen y transforman al ser
humano hacia alguien mejor. La práctica de valores está totalmente afectada en estas familias
investigadas, no se vivencian ni al interno, ni en la vida comunitaria. SF1 “mi madre me dice que
debo ser solidario con mi abuela, ayudarla, pero no me nace”; SF2 “yo no quiero barrer afuera
en el portal, para eso están los señores de Puerto Limpio”; SF3 “siempre me llaman para que
haga algo cuando yo estoy ocupada”.
Dentro de la familia, las emociones y sentimientos son intensos por los lazos afectivos que se
comparten, las relaciones humanas y la identidad logran afirmarse y desarrollarse a partir del
compartir nuestra individualidad y reconocer la singularidad de las otras personas con las cuales
71
crecemos. Es en esta interacción relacional, que cada ser humano presenta dificultades que en
algunos casos pueden generar conflicto en los sistemas familiares, son los padres quienes en
estrategias de modelado deben enseñar a sus hijos a tener herramientas de resolución de
conflictos.
Sistémicamente, lo que pasa a una de sus partes, afectará en su totalidad; SF2 “es seguro que
cuando mi papá tiene preocupaciones, mamá se preocupa y se pone triste, y nos empieza a retar
por todo”; SF3 “mi mamá me culpa de todo cuando mi papá no le quiere decir que le pasa” . Es
por eso que, si no se gestiona positivamente las incertidumbres y pesares de la cotidianidad,
puede generar violencia al interno del sistema familiar. Se nota que en el SF1 y SF4 existen
triangulaciones, en el 1, están la madre y la hija en contra del adolescente identificado, y en el 4,
ambos padres en contra del hijo.
Ante las situaciones que presentan los hijos, los padres ponen toda la atención hasta en las
mínimas acciones del adolescente. Es así como, los jóvenes que provienen de hogares donde el
patrón de crianza y de relacionamiento ha sido el de la violencia intrafamiliar, van a tener
dificultades en estructurarse a un macrosistema, en este caso llamado colegio; como no tienen
interiorizado un orden, no logran acatar normas, no siguen consignas, son carentes de empatía,
no saben manejar sus relacionales vinculares con los compañeros y maestros, no saben resolver
conflictos, las situaciones que viven se vuelven caóticas en su micro y macrosistema porque los
adolescentes lo único que están repitiendo son sus patrones vinculares aprendidos en su sistema
familia.
Como ya lo hemos dicho antes, la teoría sistémica se basa en la circularidad, todo lo que
afecta a un miembro afecta a los demás, entonces la violencia no es un fenómeno de vivencia
individual, sino la manifestación de un fenómeno relacional, y al ser vivida como una parte
normal de la dinámica familiar la violencia se vuelve bidireccional, los jóvenes manifiestan
comportamientos disruptivos con sus maestros y sus pares, su ciclo conductual se sostiene
72
mutuamente y se mantiene por el esfuerzo en conjunto de los miembros del sistema familiar, es
proporcionado y requerido por él, de tal manera que le es imposible salir del ciclo de la violencia.
En las familias en las que se maltratan a los hijos o cónyuges, los hombres o mujeres violentas
suelen pensar que son provocados y creen que su respuesta agresiva es culpa de los otros, SF2
“mi mujer es la que empieza a pelear, me reclama por todo”; SF3 “es verdad nosotros peleamos
y a veces se nos pasa la mano, pero es ella la que empieza”; SF4 “para ser muy honestos los dos
peleamos, a veces empiezo yo, a veces ella”. Es así como podemos concluir que las pautas de
interacción o relacionales que poco a poco construye el sistema familiar, se van dando dentro de
el de manera natural y se vuelven indispensables para establecer un orden estructural a lo interno
y externo de su contexto familiar.
3.4. Discusión de resultados
Como la violencia es una problemática social que tiene historia, muchos han sido los estudios
que se han realizado desde varios campos de la ciencia: biológica, psicológica, antropológica,
histórica, social y desde los años 50 hablamos de un estudio familiar. Otra constante en los
estudios de violencia, es que es una condición que en la mayoría de los casos se desarrolla en
ambientes de pobreza, ignorancia y falta de cultura; en países como México, Chile, Colombia,
Ecuador, Argentina, Cuba, se ha investigado la violencia y plasmado en estudios, análisis y tesis,
sus resultados. Si bien es cierto, en este siglo XXI se ha visibilizado mucho más la violencia en
todas sus aristas, se han creado políticas públicas al interno de cada país y a nivel mundial se han
realizado congresos y simposios para dar una respuesta a esta problemática social y mundial.
En las familias estudiadas cuando se enfrentaron a la violencia intrafamiliar se evidenció
creencias preconcebidas sobre la normalidad de la violencia, las familias suelen mantener
paradigmas y/o creencias que comparten sobre la percepción del mundo, por lo que las creencias
73
son un medio a través del cual los miembros de la familia interpretan los comportamientos de su
entorno. En una investigación realizada por Luisa Castaldi (2003) afirma que en Chile no se ha
podido visibilizar la violencia intrafamiliar como un problema de la sociedad, ya que los medios
de comunicación y los políticos sostienen que en Chile la familia es el lugar privilegiado donde el
ser humano nace, crece y se forma como tal. Ante esta situación, ella tiene claro que en su país
se da la violencia intrafamiliar pero no existen políticas de estado que apoyen a las familias
afectadas.
Así es como Castaldi, considera que la sociedad Chilena ha normalizado ciertos tipos de
violencia y por eso minimizan cualquier brote dentro de ella. Diana Carvajal (2012) indica en su
investigación realizada en Colombia que este país ha naturalizado como algo “normal” la
violencia ya que la intolerancia y la forma en que se resuelven los conflictos han legitimado que
agredamos al otro, incluso hasta causarle la muerte. Concluyendo con la mirada de la creencia al
interno de las familias investigadas sobre la normalidad de la violencia intrafamiliar, podemos
determinar que es una visión mundial, legítima y socialmente aceptada.
El siguiente paso es discutir el cómo se mueven las familias al interno del sistema, considero
que la teoría estructural lo explica de manera científica, lógica y coherente, a todas aquellas series
no visibles de interacciones que organizan al interno las familias se las conoce como pautas de
interacción (Minuchin, 1970). La primera pauta que se nota en las familias investigadas es la
trasmisión multigeneracional, de la cual Bowen considera que una persona que tiene un self
inferior se casa con otra con las mismas características, estas tienen hijos que desarrollan un self
aún más inferior que el de sus padres, estos tienen hijos que así seguirán desarrollando self
todavía más inferiores que los lleva a comunicarse a través de la violencia, es así como de
generación en generación se transmite esta pauta.
El estudio de Viviana Gallo, nos refiere que toda pauta transaccional que se dé, de generación
en generación dentro del sistema familiar, adquiere connotación más o menos en la medida que
74
las creencias, valores, mitos, límites, entre otros se han arraigado al núcleo familiar, ya que aquí
se van construyendo las interacciones violentas en el sistema (2014). Así también, se observó,
que los padres descargan sobre sus hijos sus malestares Toda la energía del sistema y el sí mismo
que posee se vuelca sin pensar en los hijos (Bowen, 1998), como los padres poseen un si-mismo
poco definido este se complementa con el sí-mismo de todo el sistema pasando a ser uno solo.
.
Es de importancia señalar que la violencia intrafamiliar empieza en el subsistema conyugal,
las interacciones que van desarrollando la pareja son de agresividad hasta llegar a la violencia
física, que luego pasa a los hijos; Pamela López (2013) afirma en su estudio que las secuelas de la
violencia afecta en el rendimiento laboral de las personas, pudo determinar que la baja autoestima
y autoconcepto producto de este tipo de violencia disminuye el interés en el trabajo, que los
padres necesitan establecer vínculos afectivos positivos con sus hijos y que los programas de
ayuda a la familia no solo que son escasos y poco estructurados sino que no son difundidos
masivamente en Quito, ni en otras ciudades del país.
Las reacciones hostiles de los jóvenes hacen que reproduzcan patrones de violencia en su
familia, con sus compañeros y docentes. En el estudio realizado por (Gambarte, 2012) sobre la
Violencia infantil intrafamiliar, ella concluye que cuando se frustran las necesidades vitales del
niño, cuando el adulto abusa de él por motivos egoístas, lo castiga, manipula, desatiende o
engaña; la integridad de este niño sufrirá un daño irreparable. Así también, (Carrasco, 2012) en
su estudio sobre la incidencia de la violencia intrafamiliar en el comportamiento de los niños de
edad escolar, concluye que sea cual sea la manifestación de la violencia, esta tiene una gran
influencia especialmente en los niños, ya que altera su desarrollo y bienestar biopsicosocial.
Estas manifestaciones resultados de las agresiones que sufren los niños y adolescentes potencian
la vivencia de familias multiproblemáticas, los adolescentes investigados narran que en sus casas
es difícil estar, además que les cuesta expresar sus emociones tal cual y las sienten.
En las familias multiproblemáticas el desarrollo de los comportamientos sintomáticos se
realiza en torno a los primeros cambios de las fases del ciclo vital: "Formación de la pareja,
75
nacimiento y desarrollo de los niños", las conductas sintomáticas aparecen bloqueando el paso a
la siguiente fase, colaboran en la disgregación del núcleo familiar; por lo que el mal
funcionamiento del sistema se muestra en no poder tener o realizar tareas organizativas, de apoyo
económico, instrucción, crecimiento y cuidado de los hijos, protección de los miembros más
débiles o en dificultad o de expresivas gestión de las tensiones, nutrición emocional de los más
pequeños, respuestas a las exigencias de intimidad y de estabilidad afectiva de los miembros del
sistema.
Los intereses personales, como ayudar a otros o querer recibir afectos de otros, provocan al
paciente sintomático que producto de esto es visto como hostil (Sánchez, 2000). Debemos
recordar que el deseo de ser amado y aceptado por nuestro entorno es innato en los seres
humanos, si este requisito se cumple, las personas entregan lo mejor de si, por el contrario, sino
es así, esta persona presenta dificultades, como lo han hecho cada uno de los adolescentes
identificados de las familias investigadas.
Hablar de familia en la actualidad requiere pensar no solo en la unión legal entre un hombre y
una mujer para tener hijos y educarlos. Hablamos de encontrar grupos pequeños desde
matrimonios sin hijos u otros más extensos donde conviven tres generaciones o más. Tampoco se
puede decir que una unión porque no sea legal o una madre sola con sus hijos, o
un matrimonio con hijos de matrimonios anteriores, o una pareja homosexual, no sean familia.
Es notorio que la desarticulación de las funciones parentales en la posmodernidad se evidencia a
través de la frecuente inversión de los roles, dado que los padres se feminizan y las madres se
falicizan, ahora bien, en relación a los hijos, pensamos que se deben aceptar variados modos de
organización familiar, distintos tipos de pactos contractuales, diferentes estilos ideológicos, con
la condición de que se conserve la diferencia entre ambas funciones parentales, de modo que el
subsistema filial pueda recibir un modelo basado en la oposición simbólica fundante entre
masculinidad y feminidad.
76
En lo referente a los roles que tienen las familias se observó que no están claramente
definidos, hay confusión y desorganización lo que acelera las situaciones conflictivas al interno
de las familias, la funcionabilidad familiar en el manejo de roles no es un recurso importante para
estas familias ya que los miembros mostraban poca o nada participación al interno de los
sistemas. Es lo mismo que sucede al interno de las instituciones educativas, Carrasco (2012)
manifiesta en su informe que como no conocen su rol dentro del sistema familiar, una gran
cantidad de jóvenes y niños que padecen de violencia intrafamiliar en sus hogares no tienen los
conocimientos y la definición clara de su rol como estudiante.
Los comportamientos de los adolescentes causan eventos precipitadores o activadores,
iniciando así una relación simétrica con las personas de su entorno. En una relación simétrica no
existen dos posiciones ya que está basada en la igualdad en el intercambio del mismo mensaje
para ambas personas, una inicia la acción, la otra, la critica y ofrece consejos como los iguales
que son y así van creando maniobras que hacen que la interrelación se torne inestable y activa la
falta de técnicas o herramientas para la resolución de conflictos, recordemos que los conflictos
están mediatizados por las emociones derivadas del entorno y de las propias a las que potencian
sentimientos contradictorios, muchas veces agitados por la inmadurez propia de la etapa del
adolescente.
El estudio de Maite Garaigordobil (2012) llegó a la conclusión de que los adolescentes con
muchas conductas antisociales disponían de pocas conductas de consideración hacia otros, de
autocontrol, menoscabada autonomía, ignorancia hacia las reglas y los valores, tenían también
muchas conductas agresivas y baja adaptación social, por lo que su autoconcepto de igual manera
era pobre y como consecuencia de esto la percepción negativa de sus compañeros de grupo
también era escaso.
La falta de acuerdos con respecto a la manera de ver o vivir los hechos de la cotidianidad es la
causa de incontrolables conflictos en las relaciones familiares. Como se puede ver en lo antes
77
expuesto la complejidad de los contextos produce trastornos en la comunicación de los
adolescentes, por lo que ellos tienen a metacomunicar en su entorno donde se desenvuelven,
tienden a comunicar a través de su propia comunicación. En el estudio de Carolina Bringas
(2015) los resultados pusieron de manifiesto pequeñísimas diferencias entre los individuos por
edad, no así respecto al sexo, ni respecto a las actitudes propias de su desarrollo, lo que llamó la
atención al estudio fue que sus comportamientos antisociales concretados a nivel comportamental
eran propios de su sistema de comunicación con la sociedad.
Los patrones vinculares en los que se mueven están familias están relacionados con lo
emocional. Voy a tomar en este punto, el planteamiento de la Psicología de la familia que refiere
que son tres los ejes de vinculación familiar: la consanguinidad, la convivencia o cohabitación y
la afectividad, determinando que para ellos la más importante y decisivo en el ser humano, es lo
afectivo. Los adolescentes de esta investigación comunican desde sus emociones, sus
interacciones, tanto en la casa como en el colegio tienen que ver con el estado de ánimo en el que
se encuentran y con el tipo de vinculación que tuvieron con sus padres o hermanos, de tal manera
que hasta usan el silencio en el ámbito escolar cuando han tenido problemas con sus padres. Los
adolescentes al ver a sus padres amargados, ansiosos, desocupados o sobreocupados, tiende a
alterarlos, a ponerlos violentos, irracionales e impulsivos (Osorio, 2014).
Se pudo ver en las familias investigadas, que sus pautas de interacción han fallado al
establecer vínculos afectivos negativos, ansiosos y evitativos. A través del desarrollo de este
trabajo se ha evidenciado que el subsistema parental no ha suministrado a sus hijos un trato
adecuado y no se han promovido lazos afectivos confiables, lo que ha generado en el subsistema
filial relaciones afectivas ansiosas y carentes de vínculos de apego positivo; en estudios
realizados con niños turcos refiere que la calidad del apego y el nivel de educación que tenga el
subsistema parental va a predecir el buen rendimiento académico de los hijos (Hortacsu, 1994).
Las positivas representaciones de apego de los niños va dar excelentes frutos en la conducta y a la
competencia escolar del niño y el adolescente (Jacobsen y Hoffmann, 1997).
78
La teoría del apego plantea este enfoque, enfatizando en la organización interna y el desarrollo
de modelos operantes de la figura de apego y del sí-mismo (self), es desde la infancia que el ser
humano construye su realidad interrelacionalmente a través de modelos operantes internos y esta
estrecha relación entre dichos modelos y el desarrollo socio-emocional-cognoscitivo posterior
logran un desarrollo socio-emocional-cognoscitivo del sujeto (Bowlby, 1982). La teoría
sistémica, plantea que a través de los juegos relaciones de las familias los hijos van desarrollando
los vínculos afectivos, que pueden ser negativos o positivos.
Dentro de las relaciones vinculares de los sistemas familiares estudiados, observamos que han
desarrollado triángulos en sus interacciones, el subsistema parental ha invitado al hijo a la
relación, es así, como los padres quienes tienen una relación conflictiva interaccionan a través
del hijo, el triángulo intenta equilibrar la relación de varios miembros que tienen relaciones
conflictivas, es decir, una unidad de dos logra estabilizarse y encontrar sentido a su actividad
tomando de referencia a un tercero (Desatnik, 2004).
Es de importancia mencionar que, así como existen triángulos existen también alianzas y
coaliciones dentro de estas familias que son propias de la mala estructura funcional que poseen.
Los hermanos han desarrollado alianzas, en otros casos los padres se han unido en contra del hijo
planteando un sistema relacional coalicionado. Los hermanos constituyen para un niño el primer
grupo de iguales en que participa, ellos se apoyan entre sí, se divierten, se atacan, se toman como
chivo emisario y, en general aprenden unos de otros. Elaboran sus propias pautas de interacción
para negociar, cooperar y competir, se entrenan en hacer amigos y en tratar con enemigos, en
aprender de otros y en ser reconocidos (Minuchin y Nichols, 1994).
Por lo que se observó en las interacciones de sus miembros, el subsistema paterno está muy
distanciado del holon hijos, la razón está dada en que son los papás quienes ejercen la violencia
sea física, verbal o psicológica. La violencia es una manifestación vergonzosa del poder, que la
persona violenta es vista como poderosa y amenazante (Murray, 1984); la violencia no es otra
79
cosa que una respuesta homeostática útil para mantener la relación, parte de una secuela
relacional en la que cada uno de los integrantes se especializa en un papel distinto (Linares,
2002).
Es por esto entonces, que estas familias viven en una relación de poder/debilidad, aquellos
miembros que no presentan síntomas en la familia permanecen en ella en manteniendo poder y
control sobre los miembros que si presentan síntomas, pero no logran influir en este miembro ya
que es él quien verdaderamente tiene el mando y el control de todas las situaciones dentro del
sistema (Sánchez, 2000).
Otra de las interacciones que están fallando en las familias sujetas de estudio, es el manejo de
la autoridad o también llamada jerarquía, en la tolerancia frente al castigo físico a los hijos
o entre cónyuges, allí es donde se confunde la autoridad con la violencia, para corregir a los niños
y niñas que no es más, que un proceso justificatorio. En las relaciones e interrelaciones que se
dan en al interior de la familia, cuando están medidas por procesos de violencia, más aún, si está
legitimada, es cuando la violencia se convierte y se transforma en violencia cultural.
Sánchez (2000) plantea una diferencia entre dos teorías que hablan de la jerarquía, la terapia
estructural que indica que las jerarquías deben existir en la familia para que esta funcione de
manera óptima y la teoría estratégica que dice, que la familia determina una jerarquía impunitiva
o igualdad relajante dependiendo de la patología familiar, lo que es determinante es que en las
relaciones familiares la jerarquía e igualdad se da, en todas las familias investigadas hay
jerarquía, unos entre el sistema conyugal, otros entre hijos y padres.
Conocemos ya que en la familia, se tejen redes de relaciones que configuran su estructura, su
organización, su funcionamiento y su ideología, que a su vez, funciona como marco para el
sistema social al ser transmisora de valores, mitos, costumbres, normas y reglas. Como ya se
80
trató el tema de las reglas dentro de los sistemas estudiados, voy a referirme en este punto a los
valores que poseen como sistema, ellos conocen la definición de la palabra y conocen muchos
valores tanto sociales como morales; pero hay que resaltar que no existe una práctica asidua de
estos dentro de las familias.
Así mismo, al interior de las estructuras familiares investigados se identificó como
denominador común límites difusos y límites rígidos como una forma de interacción. Para
Minuchin (1985), los límites “están constituidos por las reglas que definen quiénes participan y
de qué manera lo hacen en la familia…tienen la función de proteger la diferenciación del
sistema"(p. 88-89). Los límites al interior del sistema se establecen entre los subsistemas
familiares (individual, conyugal, parental y fraterno) y pueden ser de tres tipos: límites claros que
definen las reglas de interacción con precisión; límites difusos que no definen las reglas de
interacción con precisión y caracterizan a las familias con miembros muy dependientes entre sí; y
límites rígidos que definen interacciones en las que los miembros de la familia son
independientes, desligados. Es de resaltar que los límites de los subsistemas familiares deben ser
lo suficientemente claros y precisos, para que puedan motivar y permitir el proceso relacional, sin
obstrucciones y con una adecuada comunicación y contacto entre todos.
Si se tiene límites difusos hablamos de familias aglutinadas, donde los límites no están
establecidos con claridad y no se conoce el rol de cada uno de sus miembros, hay un exagerado
sentido de pertenencia, no tienen autonomía personal y existe poca diferenciación entre los
subsistemas, así también, una grave retraso en el desarrollo congnitivo-afectivo en los niños,
además de que todos sufren cuando un miembro sufre y el estrés se siente grandemente en todo el
sistema. Las familias desligadas en cambio, tienen límites internos muy rígidos, de tal forma que
cada individuo se convierte en un subsistema. Como no comparten, tienen muy poco en común,
tienen un exagerado sentido de independencia, total ausencia de sentimientos de fidelidad,
consideran no necesitar ayuda, ni apoyo de nadie, en estos sistemas no se percibe el estrés a
alguno de sus miembros.
81
A los límites que se relación con el exterior, se denominan fronteras. Las fronteras del sistema
familiar, se determinan por la diferencia en la interacción que los miembros de la familia realizan
en presencia de personas que no forman parte del sistema familiar. Los límites por lo tanto,
separan a los subsistemas del sistema familiar o a la totalidad del sistema del exterior.
Recordemos que estas familias son multiproblemáticas por su interrelación con diferentes
problemas, estos los llevan a la desorganización y el mal funcionamiento familiar. No poseen flexibilidad al cambio, es más, se encuentran en un sitial de homeostasis total, que la
palabra cambio produce desequilibrio al interno del sistema. Así también no tienen identificadas
fuentes de apoyo porque declaran no necesitarlas, es obvia esta conducta, pues está muy ligado a
su negación al cambio.
Como tienen un nivel disfuncional de interrelación, su sistema de comunicación tiende a
metacomunicar es donde surgen problemáticas graves entre los miembros del sistema; la mala
comunicación de las personas, es producto de un sistema desorganizado que exige este tipo de
comunicación (Haley, 2003). Estas familias han desarrollado diadas comunicativas entre los
esposos, entre los hijos, entre hijos y padres, entre hermanos con padres y entre hermanos
mismos. Recordemos que un par diádico puede desarrollar su propio idioma de comunicación y
tener significados personales unidos a palabras o gestos que nadie fuera de su díada conoce o
puede entender.
Así también, existen triadas, dos hermanos contra el adolescente identificado, dos padres
contra el hijo o dos hermanos contra el padre. Un comportamiento común observado en una
tríada que no es más que, en cualquier grupo de tres personas, dos de los miembros
frecuentemente se unen en contra del tercero. Manifiestan tendencia a manejar el doble sentido
en la comunicación, a manejar los supuestos, a decir mensajes incompletos, a generalizar; por lo
que se percibió mucho ruido al interno de estas familias. Sabemos que cuando una persona se
comunica dice algo y quien recibe el mensaje tiene la opción de responder en forma analógica o
82
digital o ambas a la vez; lo importante es que debe haber congruencia ente la una y la otra forma
de comunicación.
En el estudio de la enfermera Antolinez (2012) afirma que los problemas de comunicación
envuelven factores emocionales: ansiedad y temores a acercarse, diferenciarse, a estar lejos, a ser
heridos o a herir; por lo que el paciente en la consulta además de la comunicación verbal, se
expresa mediante los movimientos del cuerpo, la posición, la facies, movimientos de manos, el
llanto, el silencio, entre otros muchos.
Los sistemas familiares funcionales se miden por la habilidad para resolver las crisis que se le
presentan en unidad, como una sola familia, por las formas en que expresan y comunican sus
afectos, por la forma en cómo se permiten el crecimiento individual y grupal y en cómo
interaccionan entre ellos (Chagoya, 1988), se deduce que las familias investigadas son sistemas
disfuncionales ya que no se dan los parámetros mencionados.
Por lo anteriormente expuesto, se observó las pautas de interacción en las diferentes familias
estudiadas con adolescentes confluctuados en el medio escolar, considerando un desafío para el
colegio el interaccionar con ellos bajo sus vivencias de disfuncionalidad familiar, así mismo un
reto para las familias que lograron percibir que su normalidad es un supuesto.
Se debe comprender todos los aspectos que atraviesan estas familias en la investigación,
entiéndase que sus pautas de interacción están dadas desde el tema de violencia. Esta violencia
intrafamiliar debe estar encaminada al cambio estructural de la familia y de las instituciones que
conforman la sociedad, dicho cambio debe enfocarse en las pautas transaccionales: su
organización, cumplimiento de sus funciones vitales, manejo de reglas internas, jerarquías,
límites, normas, formas de resolver conflictos, entre otras.
83
3.5. CONCLUSIONES
A través de la metodología cualitativa de la investigación se pudo observar e identificar las
diferentes pautas de interacción que viven los sistemas familiares entorno a la Violencia
Intrafamiliar, por lo que podemos concretar las siguientes:
- Se evidenció pautas relacionales obtenidas bajo la experiencia multigeneracional de las
familias; poseen pautas de interacción que se han venido repitiendo de generación a
generación, específicamente desde tres generaciones anteriores. Se percibió la violencia
principalmente de tres tipos; la violencia física, verbal y psicológica como sistema
relacional familiar; por otro lado se observa triangulaciones, coaliciones y alianzas entre
ellos, conjunto de pautas que integra la arquitectura de las familias e impiden la
maduración de ellas, por lo que no logran manejar los niveles de permeabilidad con los
otros contextos.
- En los sistemas familiares se observó una interrelación nula entre las jerarquías, límites,
normas y reglas, las mismas que establecen un control al interno de las familias, esto
impide a estos sistemas su adaptabilidad y estabilidad. Sus conductas y comportamientos
están basadas en sus emociones por lo que desarrollan relaciones simétricas, se mueven
entre ciclos de cercanía y distancia generando ansiedad dentro del sistema, principalmente
entre padres e hijos; han desarrollado diadas y triadas como pautas de interacción.
Resuelven sus conflictos a través de la violencia.
- En lo referente a lo social se constató que todos los sistemas familiares tienen
normalizada la violencia como parte de las relaciones vinculares que desarrolla cada uno,
como familia han aprendido a usar la violencia que en ella se entreteje, y que aflora en sus relaciones mediante la fuerza para conseguir un fin, para imponer, intimar y someter al otro para que acceda o acepte algo,
84
esta pauta transaccional rige a estos sistemas familiares, afectando y deteriorando las relaciones y las condiciones de bienestar de la familia y de la sociedad.
- A nivel general se apreció que en las familias estudiadas los roles son solo conocimiento
teórico, en la práctica familiar nadie quiere asumir su rol. Se evidencia una mala pauta
interaccional de comunicación, el silencio, el doble sentido, la desconfirmación, el
metacomunicar, el retraimiento pasivo, actividad o inactividad, son los mensaje que
influyen sobre el sistema, que por ende no pueden dejar de responder a tales
comunicaciones y, por lo tanto, también comunican, pero a través de la violencia, esto
mantiene la circularidad en las familias.
- Se observa además, a nivel general que estos sistemas han desarrollado patrones
vinculares negativos y cargados de ansiedad que se han establecido en el transcurso de la
convivencia, donde cada uno de los individuos ha aportado desde su experiencia. Como
producto de ello, no existe confianza, fortaleza, respeto, comprensión, ni seguridad, existe
hostilidad, enfado, resentimiento, no se reconocen sus sentimientos y no se hace una
lectura de su comunicación digital, lo que existe es un deseo de posesión y dominación
3.6. RECOMENDACIONES
Para poder interrumpir la espiral de violencia, es importante tomar medidas primero a nivel
público, si bien es cierto Ecuador tiene tipificado desde el ámbito legal la violencia doméstica, el
femicidio y el abuso psicosexual a los niños, niñas y adolescentes, falta por hacer desde mi visión
profesional campañas masivas donde se plantee en el contenido, que las familias vivencian
violencia y que es muy importante hacerla visible al mundo y buscar la ayuda pertinente.
85
Las instituciones educativas particulares y fiscales han desarrollado planes de talleres a
padres de familia, a los que sería de vital importancia potenciar para intentar llegar a las familias
al momento en que vivencian una experiencia de violencia. Es importante además, crear espacios
donde se establezcan redes de apoyo en donde se encuentre inmerso la atención a las familias
para que en conjunto puedan compartir sus experiencias con otros, para entender desde esa arista
que no son las únicas familias que viven violencia intrafamiliar.
Incentivar investigaciones que promuevan el estudio de la violencia intrafamiliar en el
Ecuador, desde todos los ámbitos de la terapia familiar, a fin de que se pueda identificar y
analizar bajo un enfoque sistémico, ya que esto permitiría observar desde otra perspectiva la vida
familiar, siendo un eje central que sean los profesionales especializados en esta terapia quienes la
realicen; de esta manera, se aportaría a la salud pública y por lo tanto se podría ampliar un
enfoque más integral para la elaboración de programas de salud efectivos y oportunos.
86
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