FÁTIMA Barreras y avances I Parte - Fatima CenterFÁTIMA Barreras y avances – I Parte Este...

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FÁTIMA Barreras y avances I Parte Este artículo se basa en una alocución hecha por el Padre Nicholas Gruner en el día inaugural de nuestra conferencia ¡FÁTIMA: El camino a la paz! por el Padre Nicholas Gruner, S.T.L. , S.T.D. (Cand.) Buen día. No sé donde comenzar, pero les pido que se unan a mí a rezar un Avemaría, para que Nuestra Señora me proporcione las palabras ciertas, porque parece que nunca puedo encontrarlas por mí mismo. Esta alocución es sobre las barreras y avances que se han encontrado con el Mensaje de Nuestra Señora de Fátima. El asunto es vasto, y podríamos estar hablando sobre estas cosas durante mucho tiempo. Hay un sacerdote aquí, esta mañana, cuya presencia me recuerda de mi visita a su parroquia en Saskatchewan. Almorzamos juntos, con una Religiosa, en el convento de su pueblo, y esta Hermana mencionó que las personas allí eran muy entusiastas sobre Nuestra Señora de Fátima. Yo le dije: “Es así que las cosas generalmente son, después que las barreras se pasen”. Y ella preguntó: ¿“Barreras”? Entonces el sacerdote intervino: ¡“Él se refiere al clero católico”! El clero católico impide el Mensaje de Nuestra Señora Luego continuó explicando que había siete parroquias en el Decanato que habían hablado contra una visita de la imagen de la Virgen Peregrina en su área y contra el Mensaje integro de Nuestra Señora de Fátima que nosotros en el Apostolado de Nuestra Señora estamos intentando dar a conocer. Sin embargo había aún mucha gente allí que nos daba la bienvenida. Por lo tanto hay varios tipos de obstáculos que Nuestra Señora enfrenta tenemos que superar las barreras. Mi alocución hoy no es solamente sobre la oposición del clero, pero no hay duda que ésta es una de las barreras más lamentables, entre todas las que impiden nuestra respuesta adecuada a los pedidos y al Mensaje de Nuestra Señora de Fátima. Pedí a varios sacerdotes y Obispos por qué tienen miedo de promover abiertamente el Mensaje íntegro de Fátima. No me considero alguien haciendo algo de extraordinario o valiente, en mi trabajo al promover el Mensaje, por dos razones. Primera, porque he investido tiempo pensando sobre el Mensaje de Fátima y considerando lo que es, no veo como alguien pueda justificar ignorarlo o torcerlo. Y segundo, porque, simplemente, no tenemos otra opción, a no ser tomarlo en serio. http://www.fatima.org/span/crusader/cr107/cr107pg13.pdf 1

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FÁTIMA

Barreras y avances – I Parte

Este artículo se basa en una alocución hecha por el Padre Nicholas Gruner en el día

inaugural de nuestra conferencia ¡FÁTIMA: El camino a la paz!

por el Padre Nicholas Gruner, S.T.L. , S.T.D. (Cand.)

Buen día. No sé donde comenzar, pero les pido que se unan a mí a rezar un

Avemaría, para que Nuestra Señora me proporcione las palabras ciertas, porque parece

que nunca puedo encontrarlas por mí mismo.

Esta alocución es sobre las barreras y avances que se han encontrado con el

Mensaje de Nuestra Señora de Fátima. El asunto es vasto, y podríamos estar hablando

sobre estas cosas durante mucho tiempo.

Hay un sacerdote aquí, esta mañana, cuya presencia me recuerda de mi visita a

su parroquia en Saskatchewan. Almorzamos juntos, con una Religiosa, en el convento

de su pueblo, y esta Hermana mencionó que las personas allí eran muy entusiastas sobre

Nuestra Señora de Fátima. Yo le dije: “Es así que las cosas generalmente son, después

que las barreras se pasen”. Y ella preguntó: ¿“Barreras”? Entonces el sacerdote

intervino: ¡“Él se refiere al clero católico”!

El clero católico

impide el Mensaje de Nuestra Señora

Luego continuó explicando que había siete parroquias en el Decanato que habían

hablado contra una visita de la imagen de la Virgen Peregrina en su área y contra el

Mensaje integro de Nuestra Señora de Fátima que nosotros en el Apostolado de Nuestra

Señora estamos intentando dar a conocer. Sin embargo había aún mucha gente allí que

nos daba la bienvenida.

Por lo tanto hay varios tipos de obstáculos que Nuestra Señora enfrenta –

tenemos que superar las barreras. Mi alocución hoy no es solamente sobre la oposición

del clero, pero no hay duda que ésta es una de las barreras más lamentables, entre todas

las que impiden nuestra respuesta adecuada a los pedidos y al Mensaje de Nuestra

Señora de Fátima.

Pedí a varios sacerdotes y Obispos por qué tienen miedo de promover

abiertamente el Mensaje íntegro de Fátima. No me considero alguien haciendo algo de

extraordinario o valiente, en mi trabajo al promover el Mensaje, por dos razones.

Primera, porque he investido tiempo pensando sobre el Mensaje de Fátima – y

considerando lo que es, no veo como alguien pueda justificar ignorarlo o torcerlo. Y

segundo, porque, simplemente, no tenemos otra opción, a no ser tomarlo en serio.

http://www.fatima.org/span/crusader/cr107/cr107pg13.pdf

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Quiero decir que, si queremos conservar nuestras vidas, si queremos tener

alguna hipótesis de vivir en paz y felicidad en este mundo, y si queremos ir al Cielo,

realmente no osamos ignorar el Mensaje de Nuestra Señora.

La mayor barrera:

Falta de reflexión

Creo que, al fondo, la razón para mucho de la resistencia al Mensaje de Fátima

es que las personas – y los católicos en especial, evidentemente – no le han dado la

reflexión y la consideración que merece. Me parece que esto, en sí mismo, es la mayor

barrera con que el Mensaje de Fátima se enfrenta.

Mi padre solía decir que tan igual sería ahorcado por robar una oveja de que por

robar un cordero. Esto quiere decir que él no vería cualquier lógica en el

comportamiento de estos sacerdotes y Obispos que descuidan la única hipótesis que

tienen para salvar el cuello (literalmente), ¡porque tienen miedo de meterse en

discusiones con sus superiores!

Esto hace parte del Mensaje de Fátima – somos blancos para la destrucción, y

sólo Nuestra Señora de Fátima nos puede salvar. Vamos a ser matados si Sus pedidos

no sean atendidos a tiempo. Estoy hablando tanto de católicos como de protestantes,

porque los enemigos de Dios quieren destruir hasta el último vestigio del Nombre de

Jesucristo en este mundo.

Para hacer esto, es su intención matarnos, obviamente. Estos planes se han

publicado y cualquiera puede verlos. No estoy intentando ser dramático o sensacional, o

asustar las personas sin necesidad. Tal vez algunas personas se quedan nerviosas con

esta parte del Mensaje, y piensen que es demasiado horrible para meditar en esto. Pero

el hecho es que existe un enorme monumento de granito (con más que seis metros de

altura) en la Estrada 77, cerca de nueve kilómetros de Elberton, Georgia, a que llaman la

Piedra de Guía de Georgia, donde esto se anuncia.

Este monumento muy públicamente suplica por la reducción de la población

mundial a menos de 500 millones de personas. En otros términos, más de 6,5 MILES

DE MILLONES de personas tendrán que desaparecer (según los diabólicos autores de

la Piedra de Guía de Georgia) para “dar lugar a la naturaleza” en la futura “Edad de

Razón”, en que la humanidad existiría en una ecología equilibrada. Esto es el plan de

demasiados líderes mundiales – aun de aquellos que no hablan de esto tan abiertamente.

La iniquidad

ha mentido a sí mismo

Es difícil racionalizar con este género de pensamiento monstruoso que intenta

justificar el asesinato genocida con base en el bienestar ambiental. Es también una

forma de pensar muy estúpida, pero en verdad los secuaces de satanás piensan así,

porque, como sabemos por las Sagradas Escrituras, “La iniquidad ha mentido a sí

misma”.1

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Estas personas se imaginan ellos mismos como parte de los 500 millones de

privilegiados que quedarán vivos después de los genocidios y la eugenesia, pero no dan

cuenta de lo que están desencadenando. Lo que no comprenden es que, cuando el

demonio hace lo que quiere, también serán victimas del baño de sangre que se seguirá.

Si estos enemigos de Dios y siervos del demonio, consiguiesen llevar esto a

cabo, destruirían toda la humanidad, a excepción de ellos mismos y una clase de

esclavos en número reducido, para satisfacer sus necesidades. Lo que no comprenden es

que el demonio tiene planes para destruirlos también. Su sueño es eso. Es así que le

gustaría deshacer la obra de Creación y de nuestra Redención por medio de Jesucristo.

Como vemos, estamos en una batalla. Es una batalla que está descrita en las

Sagradas Escrituras como ocupando todo el tiempo, del Libro de Génesis al Libro del

Apocalipsis. Y Nuestro Señor nos dio la clave para comprender esta batalla, cuando dijo

que el demonio era un mentiroso y un asesino desde el inicio.2

El demonio no tiene en él la capacidad para estar en paz.

¿Cómo terminará esta batalla? Dios Todopoderoso dijo a la serpiente del

Génesis, “Ella [la Mujer] te aplastará la cabeza”.3 Pero mientras tanto, la batalla es

combatida completamente a nuestro alrededor. Es una batalla entre el Cielo y el

infierno, y estamos nosotros en el medio de ella – cada uno de nosotros. Cada uno de

nosotros tiene el deber, por nuestra propia naturaleza, de seguir a Dios o al demonio.

Como hombres heridos por el pecado y por nuestra naturaleza, estamos más inferiores

que los ángeles buenos y los ángeles malos en inteligencia, fuerza y capacidad natural, y

por eso somos impelidos por nuestra propia naturaleza a seguir a Dios, Sus santos y Sus

ángeles, o entonces seguir al demonio – seremos sujetos a uno o al otro.

O estamos del lado de Dios

o del lado del demonio

No hay ningún rincón neutral para refugiarnos. No hay ningún lugar en la

creación de Dios donde no Le debemos nuestro amor y fidelidad. Nosotros mismos

somos Su creación y Sus súbditos por derecho. Si no aceptemos Sus leyes y Sus

doctrinas reveladas, y si no vivimos como Él quiere que vivamos, sólo por este hecho

nos colocamos en las hileras de Sus enemigos. Como dijo Nuestro Señor: “Quien no es

por Mí, es contra Mí; y quien no junta conmigo, dispersa”.4

Y así esta batalla ha tomado lugar desde el inicio del tiempo, y está profetizado

que durará por toda la historia humana. San Pablo habla también del “misterio de la

iniquidad”5 ya en acción en este mundo, y que continuará hasta el tiempo de la gran

batalla predicha en el capítulo 12 del Apocalipsis.

Me parece muy interesante el hecho de tanto Pablo VI como Juan Pablo II

decidieron hablar en especial de este capítulo del Apocalipsis, en sus homilías en

Fátima. Hasta parece que estaban intentando decirnos alguna cosa sobre el Secreto – la

parte del Tercer Secreto que no divulgaron.

En el capítulo 12 del Apocalipsis, versículo 1, vemos “una Mujer vestida del

sol”. Son prácticamente los mismos términos que los pastorcitos de Fátima usaron para

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describir Nuestra Señora cuando les apareció – que Ella estaba rodeada de luz, que era

aún más blanca y más brillante que el sol. Lucía escribió en su Cuarta Memoria:

Ella era más brillante que el sol, irradiando una luz más clara e

intensa que un vaso de cristal, lleno de agua cristalina, atravesado por los

rayos del sol más ardiente.

El plan de batalla de Nuestra Señora

Por lo tanto, Nuestra Señora apareció en Fátima para comunicarnos Su plan de

batalla – porque, después de todo, es Su batalla, y desde el principio del tiempo Dios Le

reservó la victoria. Ella aplastará la cabeza de la serpiente.

La primera parte de Su plan para cada uno de nosotros es asegurarse de que

estamos del lado cierto, rezando el Rosario todos los días. Esto parece ser una cosa

pequeña, pero no es. Es una cosa muy simple y sin dificultades para hacerlo.

Como se ve, el plan de batalla de Nuestra Señora es muy simple – lo que es

necesario, para que no haya confusión sobre cómo alcanzar la victoria.

Desafortunadamente, es tan simple que algunas personas no comprenden su significado.

Tenemos que sentarnos y oír con atención las palabras de Nuestra Señora, y pensar en

ellas. De otro modo, tal vez no comprendamos. ¡Es así de simple!

Habrá quien diga: ¿“Por qué Dios enviaría la Santísima Virgen a Fátima para

hacer un milagro público asombroso y decirme que hacer algo tan simple y casi sin

esfuerzo como rezar el Rosario? ¿Qué proporción hay entre los avisos de persecuciones

y martirios generalizados, y hasta la aniquilación de naciones, y remedios tan simples

como las Comuniones de Reparación de los Primeros Sábados y una oración de cinco

minutos consagrando a Rusia al Inmaculado Corazón de María por el Papa y los

Obispos”?

Una proporción divina

La respuesta es que es de propósito que hay muy poca proporción. Es la manera

que Dios tiene para garantir que, en nuestro orgullo, no nos confundimos e intentamos

guardar para nosotros algún crédito. Todo el crédito para la conversión milagrosa de

Rusia y para la gran era de paz que seguirá la Consagración de Rusia irá al Inmaculado

Corazón de María.

Y así será, precisamente debido a la desproporción entre causa y efecto – y

debido al contexto de la profecía de Nuestra Señora en el Mensaje de Fátima.

Es tal como fue cuando dijeron al General sirio Naamán que, si se bañase siete

veces en el rio Jordán, sería limpio de su lepra.6 Al principio, Naamán objetó. Esperaba

que el profeta le pidiese hacer alguna cosa grande y difícil, o tal vez que pagase una

gran suma de dinero. Quedó escandalizado por la desproporción entre lo poco que le

pedía que hiciese, comparado con el gran favor que él pedía.

Así comenzó negándose a atender a ese pequeño pedido, pero, felizmente para

él, tenía mejores consejeros que los que han rodeado los Papas en años recientes. Los

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consejeros de Naamán le preguntaron: ¿“Por qué no intentases? Ya viniste aquí, y

hubieses sido listo a hacer lo que el profeta pidiese, por más difícil que fuese. Ahora él

sólo te pidió que te bañases en el rio – ¿por qué no haces lo que él dice”?

Naamán era bastante sensato y humilde para reconocer la verdad de lo que ellos

dijeron. Entró y salió del rio una, dos, tres veces…Después del séptimo baño, la piel se

hizo tan suave como la de un bebé. ¡Y salió del rio bendiciendo a Dios y Su profeta, y

no maravillándose con el rio! No hubo confusión sobre cómo se dio su cura. La

desproporción entre el esfuerzo y el resultado hizo absolutamente claro el don de Dios.

Nuestra Señora de Fátima:

Una Profetisa enviada a nuestra generación

San Tomás de Aquino nos dice que Dios envía profetas a cada generación, hasta

en los tiempos del Nuevo Testamento, para recordar a los fieles lo que deben hacer para

salvar el alma.

Los profetas que anunciaron la llegada de Cristo no pudieron

durar sino hasta Juan, quien señaló con el dedo a Cristo presente. Sin

embargo, esto no significa que después de Juan se excluyan los profetas,

puesto que…en todas las épocas hubo algunos que poseían el espíritu

profético, no para dar a conocer doctrinas nuevas, sino para dirigir la

vida humana.7

Ninguno de nosotros eligió nacer en el tiempo presente – un tiempo de terribles

desordenes en el mundo y en la Iglesia, un tiempo de tan gran peligro para nuestras

almas.

Puede decirse que quien vivió aquí antes de nosotros sembró vientos, y nosotros

estamos cosechando tormentas.8 Hemos heredado muchos de los efectos de los pecados

de nuestros antepasados – a que juntamos los crímenes de nuestra propia generación –

de tal forma que el mundo está ahora ante una perspectiva inminente de castigos

inimaginables viniendo del Cielo.

Pero recordamos que fue Dios Quien decidió traernos al mundo en este tiempo,

y no nos dejó sin oportunidades suficientes para salvar nuestras almas, aún hoy, y hasta

salvarnos de las consecuencias terribles de los pecados de nuestros antepasados, que

contribuyeron que fuésemos colocados en esta terrible coyuntura de la Historia. Pero

debemos aceptar el remedio fácil que Dios nos ofrece. Si no, merecemos el castigo en

este mundo que muy ciertamente vendrá.

A través del Mensaje de Fátima, tenemos una oportunidad para salvar aun

nuestra sociedad y nuestros hogares y familias, para restaurar la estabilidad en el

mundo, y para hacer mucho más segura la salvación de nuestras almas y de las almas

incontables de otras personas.

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Debemos prestar más atención

a Su Mensaje

Por lo tanto la primera barrera, creo, es que las personas no han escuchado a

Nuestra Señora como Ella merece ser escuchada. Muchos católicos hoy, en efecto, ni

siquiera han oído hablar del Mensaje de Fátima, y muchos otros, habiendo oído hablar

más o menos de él, no le dan atención pensando que no tiene importancia.

Tan efectivamente ha sido enterrado el Mensaje de Nuestra Señora por la

indiferencia que tan comúnmente se ha tratado desde 1960, que ahora, cuando

intentamos hablar sobre estas cosas, no somos creídos. Chocamos con una pared de

ladrillos en la mente de tanta gente. Piensan ellos: “Si esto sería verdad, ya hubiese oído

hablar de esto hace mucho tiempo”. O suponen que tenemos algún programa oculto,

para decir tales cosas tan “desestabilizadoras”, y se niegan a aceptar lo que les decimos.

Que es más importante todavía, se niegan a aceptar las palabras de la Santísima Virgen.

Claro que esta actitud de desprecio y de indiferencia por Su Mensaje es muy

dolorosa para Nuestra Señora. Sabemos que es así por las muchas imágenes milagrosas

de Nuestra Señora que han llorado lágrimas de sangre en nuestro tiempo. Y también lo

sabemos por Sor Lucía, con quien Nuestra Señora continuó a comunicar durante su

vida.

El Padre Agustín Fuentes (que servía de vice-postulador de las causas de

beatificación de Jacinta y Francisco Marto) habló con Sor Lucía el 26 de diciembre de

1957. Fue ésta la última entrevista sin restricciones que Lucía dio. Fue silenciada poco

tiempo después. Y el Padre Fuentes fue ignominiosamente demitido de su posición de

vice-postulador por haber publicado esta entrevista, aunque la persona que acusó el

Padre Fuentes de habiéndose equivocado, nunca asumió la responsabilidad de haber

dicho unas mentiras tan extrañas contra el Padre Fuentes.

El Padre Fuentes notó que Sor Lucía estaba visiblemente angustiada. Estaba

muy triste, y su tristeza era resultado y reflexión de la tristeza de la Santísima Virgen.

Lucía dijo:

Padre, la Santísima Virgen está muy triste, porque nadie hace caso

a su Mensaje, ni los buenos ni los malos. Los buenos, porque prosiguen

su camino de bondad; pero sin hacer caso a este mensaje. Los malos,

porque no viendo el castigo de Dios actualmente sobre ellos, a causa de

sus pecados, prosiguen también su camino de maldad, sin hacer caso a

este Mensaje.9

Esta entrevista comenzó por ser publicada con autorización expresa del Obispo

de Fátima, pero todavía, costó al Padre Fuentes su carrera y su buen nombre. La verdad,

la caridad, la justicia – son fácilmente descartadas por los que están determinados a

suprimir el Mensaje de Fátima. Algún tiempo después de su muerte, el Padre Fuentes

fue exonerado por el Padre Alonso. El punto de la cuestión es que el Mensaje de Fátima

es fuertemente contrariado.

Además, el Mensaje de Nuestra Señora de Fátima es contrariado por una política

deliberada de silenciar los sacerdotes que osan decir toda la verdad sobre Fátima.

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Nuestra Señora está muy triste

Entre el insulto que Nuestra Señora sufre porque Su Mensaje es descuidado, y la

tristeza de tantas almas siendo perdidas porque les falta este Mensaje, no es

sorprendente que haya motivo para la tristeza de Nuestra Señora.

Notemos el lamento de Lucía de que ni los buenos ni los malos dan al Mensaje

de Nuestra Señora la atención que merece. Lucía parece dar alguna disculpa cuanto a

los malos, que estando ciegos por sus pecados, andan por allí sin ver el castigo de Dios

cayendo sobre ellos. ¿Pero qué disculpa tienen los buenos?

He aquí un motivo de reflexión para todos nosotros – sí, hasta para nosotros, que

hemos venido aquí para honrar Nuestra Señora y aprender más sobre el Mensaje de

Fátima. ¿Cuántos de nosotros podremos decir, en el Día de Juicio, que hicimos todo lo

que Nuestra Señora quería que hiciésemos, viviendo y promoviendo Su Mensaje de

Fátima? Hay siempre alguna cosa más que podemos y debemos hacer.

La Iglesia se siente interpelada

por este Mensaje

Por ejemplo, necesitamos de familiarizarnos con las tácticas de los que

contrarían al Mensaje de Nuestra Señora, para poder neutralizar sus esfuerzos. Hay

muchas mentiras circulando entre los católicos (aun entre los sacerdotes), que están

haciendo gran mal y que deben ser denunciadas. Una de estas mentiras es que no

tenemos que creer en Fátima porque es una “revelación privada”.

Hasta hay teólogos pretenciosos que defienden esto, hombres que han estudiado

años en las universidades además de lo que era necesario para ser ordenados. Suponen

que están en terreno seguro, bajo el punto de vista teológico, cuando en la realidad están

muy lejos de esto. Por más piadosos y eruditos que sean, se hacen Falsos Amigos de

Nuestra Señora, lo sepan o no.

Esta mentira puede desenmascararse muy fácilmente, señalando que este

Mensaje es dirigido a toda la humanidad (como Juan Pablo II afirmó que el Mensaje

de Fátima era), 10 y que fue ratificado por Dios con un milagro anunciado con tres

meses de antecedencia, de modo que estaban presentes 70.000 personas para testificarlo

– “que todos han de ver para creer”, como Nuestra Señora dijo a los pastorcitos.

Aunque hubiesen podido asistir más personas, si quisieren, el hecho es que, con

un milagro tan estupendo que ocurrió ante tantas personas, la humanidad tiene pruebas

más que suficientes que en verdad sucedió, pruebas más que suficientes que Dios

ratificó absolutamente el Mensaje de Fátima a toda la humanidad. Por lo tanto, NO es

una revelación privada, antes una revelación profética pública, en que debemos creer y

obedecer – si queremos salvarnos. Además, como Juan Pablo II dijo, “La Iglesia se

siente interpelada por este Mensaje”.

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Nuestra Señora de Fátima toma Su lugar de honor en las escaleras del Vaticano –

pero Sus pedidos continúan a ser ignorados. Lea más adelante de las calamidades

que caerán sobre la humanidad.

Una revelación apoyada por

milagros no puede ser ignorada

Consideremos por un momento lo que Nuestro Señor dijo a los que habían visto

Sus milagros, pero que se negaron a creer:

Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas, acaso, levantarte hasta el cielo? Serás,

sí, abatida hasta el infierno; porque si en Sodoma se hubiesen hecho los

milagros que en ti, Sodoma quizá subsistiera aún hoy día.11

Nuestro Señor culpa con gran severidad las personas de Sus varias ciudades y

pueblos, de Su tiempo, por incredulidad ante todos los milagros que Él había hecho en

su presencia. Dijo que Sodoma misma (que fue destruida por fuego cayendo del Cielo a

causa de sus pecados de homosexualidad) podría haberse convertido a la vista de tales

maravillas. El pueblo de Cafarnaúm, a propósito, estaba negándose a aprovechar las

gracias estupendas que la predicación y los milagros de Nuestro Señor les ofrecían –

gracias que las personas de otras ciudades y de otras generaciones nunca recibieron.

Dios es siempre justo, pero muestra misericordia a quien decide mostrar

misericordia.12 No dispensa gracias igualmente a todos. Esto puede contrariar a algunos

de nosotros, si tengamos alguna especie de nociones democráticas que exigen “derechos

iguales” en relación a las gracias de Dios. Pero la etimología de la palabra gracia

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debería darnos una pista sobre la justicia inatacable de Dios. La gracia es un don

gratuito de Dios al hombre. Nadie tiene derecho a ella.

Dios no da las mismas gracias, o la misma medida de gracias, a todos. Ofreció a

la ciudad de Cafarnaúm las gracias que podrían haber llevado los hombres de Sodoma a

hacer penitencia, vistiéndose de sacos y ensuciándose con cenizas, pero Sodoma nunca

vio esas gracias. Aun entre los judíos de Su tiempo, había milagros que Nuestro Señor

se rehusaba a hacer, como, por ejemplo, cuando los Fariseos exigieron ver una señal en

los cielos.13 Pero ese milagro que Él rehusó a hacer para aquella “generación

perversa”, lo dio a nuestra generación a través de Nuestra Señora de Fátima.

Por lo tanto, nosotros hoy hemos recibido gracias mayores que las que fueron

dadas a otras generaciones – hasta mayores que las que se dieron a los contemporáneos

de Nuestro Señor, cuando Él caminaba con ellos en la Tierra Santa. Pero hay una

responsabilidad correspondiente que viene con esas gracias. Tal como Cafarnaúm trajo

sobre si la condenación especial de Cristo por no haber aprovechado las gracias

extraordinarias que había recibida, tal vez tengamos que lamentar las gracias

extraordinarias que Nuestra Señora de Fátima trajo a nuestro mundo moderno. Parece

que nosotros, en los Siglos XX y XXI, nos negamos a tomar ventaja de estas gracias –

porque la mayor parte de nuestra generación insistió en ignorar el Mensaje de Fátima. Si

persistimos así, no hay dudas de que, como resultado, nuestro castigo será mucho peor.

El precio

de despreciar la profecía

Las palabras de Nuestra Señora a Sor Agnes Sasagawa de Akita, Japón, el 13 de

octubre de 1973 (aniversario del Milagro del Sol) pueden ayudar aclarar esto. Nuestra

Señora dijo:

[S]i los hombres no se arrepienten y mejoren, el Padre infligirá un

castigo terrible sobre toda la humanidad. Será un castigo mayor que el

diluvio [la inundación de los tiempos bíblicos], algo que nunca nadie vio

antes. Caerá fuego del cielo y barrerá una gran parte de la humanidad,

tanto los buenos como los malos, no salvando ni sacerdotes ni fieles. Los

sobrevivientes se verán tan desolados que envidiarán los muertos.14

Akita es una aparición aprobada. En una entrevista de Inside the Vatican de

1988, el antiguo Embajador de las Filipinas en el Vaticano, Howard Dee, confirmó que

los avisos de Nuestra Señora en Akita se relacionan mucho con el Mensaje de Fátima.

Howard Dee afirmó:

El Obispo Ito estaba seguro de que Akita era una extensión de

Fátima, y el Cardenal Ratzinger me confirmó personalmente que estos

dos Mensajes, de Fátima y de Akita, son esencialmente lo mismo.15 Fuego

cayendo del cielo, matando gran parte de la humanidad, y dejando los

sobrevivientes envidiando los muertos. Será esto el resultado de ignorar

Nuestra Señora.

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Sor Lucía señala, en su entrevista con el Padre Fuentes, que Nuestro Señor es un

Hijo muy dedicado a Su Madre, y que no dejará los que desprecian Nuestra Señora sin

castigo:

Nuestro Señor es muy buen hijo; y no permite que ofendamos y

despreciemos a su Santísima Madre, teniendo como testimonio patente la

historia de varios siglos de la Iglesia que con ejemplos terribles nos indica

cómo Nuestro Señor siempre ha salido en defensa del honor de Su

Santísima Madre.16

La Reina de Paz vino

en respuesta a nuestra súplica

No nos iludamos. Ignorar la intervención de Nuestra Señora en Fátima es

despreciarla. Ella fue enviada por Dios, y puede decirse que fue invocada por el Papa

Benedicto XV. Él había sido un gran diplomático antes de ser Papa, e hizo todo a su

alcance para parar aquello a que llamaba el “suicidio de Europa” en la 1ª Guerra

Mundial, pero en vano. Reconoció que no había posibilidad de solución humana para

esa conflagración, y se dirigió a Nuestra Señora.

Suplicó a Ella con mucha insistencia y de forma muy pública. El 5 de mayo de

1917, escribió una Carta Apostólica pidiendo a todos los fieles que implorasen a la

Madre de Dios, como Mediadora de Todas las Gracias y Reina de Paz, que mostrase al

mundo el camino a la paz. Ocho días después, en el domingo, 13 de mayo, Nuestra

Señora vino personalmente para ese fin específico. No es sin nuestra propia culpa grave

el hecho de, después de esta intervención inmerecida y milagrosa del Cielo a favor de la

paz en el mundo, a pesar de esto hemos tenido guerras casi sin interrupción desde

entonces hasta nuestro tiempo.

Consideremos por un momento la enormidad de este insulto a Dios y a Nuestra

Señora de Fátima que es el desprecio por Su Mensaje. Tal vez podamos comprender

más rápidamente la audacia de un hombre que sufre de cualquier enfermedad espiritual

o física terrible, y que busca la ayuda del especialista más altamente calificado y más

considerado del mundo – un director espiritual o médico de prestigio. Y después,

cuando ese sacerdote o médico da su diagnosis o consejo, el hombre dice: “No era eso

lo que yo quería oír. ¡No voy a hacer lo que me dice”!

¿Cuál sería el resultado de esta arrogancia? El hombre acabaría ciertamente

sufriendo una muerte espiritual o física prematura. Al mismo tiempo, el hombre

también causaría daños graves a su relación con el sacerdote o con el médico. El insulto

no pasaría inadvertido.

¿Tendremos la paz

prometida por Nuestra Señora?

El mundo estaba en auge de la guerra en 1917, y continua en auge de guerra hoy.

La gran diferencia, sin embargo, es que en 1917 las personas sabían que estaban en

guerra. De 1939 a 1945, las personas sabían que estaban en guerra, pero hoy mucha

gente se olvida de la situación en que estamos – a pesar de que estemos a sufrir pérdidas

mucho más latas y mayores de que las personas soportaban en 1917 o en 1945. La

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guerra es hoy más intensa y dispendiosa en muchas maneras, pero porque el demonio

(el padre de las mentiras) controla tanto la comunicación social, muchas personas ni

siquiera comprenden que estamos en guerra.

Más de mil y seiscientos millones (1.600.000.000) de personas fueron muertas

violentamente desde 1917. En ninguna época de la Historia mundial hubo tanta

violencia y derramamiento de sangre. Claro que incluyo en ese número los más de mil

millones de bebés asesinados en el seno maternal.

El Padre Gruner hace su alocución a una sala llena en el día inaugural en la

Conferencia ¡Fátima: El Camino a la Paz! Dondequiera que esté, él nunca pierde

una oportunidad de enseñar el urgente Mensaje de Fátima.

Calculamos que entre 40 y 50 millones de bebés por año han sido asesinados

cruelmente en abortos “legalizados” desde 1984 – es decir, desde el tiempo de la

Consagración del mundo de Juan Pablo II, que el Secretariado de Estado del Vaticano

quiere que creamos inició la prometida era de paz.

Podemos contar las pérdidas. 40.000.000 bebés asesinados por año, veces 30

años, da un número de muertos mucho conservador de 1,2 miles de millones de niños

inocentes. Pero estos son sólo los abortos clínicos – la punta del iceberg. No hay manera

de calcular el número de pérdidas en esta guerra contra los pre-nacidos que son debidas

a fármacos abortifacientes (incluyendo los que son erróneamente llamados anti-

conceptivos) y en laboratorios (en el proceso de “experimentos de investigación” o en

procedimientos de fertilización in vitro).

Se libran guerras asesinas alrededor de nosotros, con una ferocidad cruel y un

enorme número de pérdidas, sin paralelo en cualquier otra época de la Historia; pero

porque no vemos esto sucediendo, y porque pensamos que recibimos todas las noticias

cuando encendemos la televisión y cuando leemos los periódicos (cuando la verdad es

que se da una montaña de información insignificante, de la cual el material

verdaderamente significativo es metódicamente excluido), pensamos que vivimos en un

período de normalidad y estabilidad tolerables.

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Una cortina de silencio sobre

el Mensaje de Fátima

Todos nosotros, casi todos los días, experimentamos un cierto grado de

adoctrinamiento cultural – casi no podemos superarlo. Todos nosotros, por lo menos

hasta cierto punto, somos hijos de nuestra época. Es por eso que necesitamos hacer un

esfuerzo especial para reflexionar sobre el Mensaje de Nuestra Señora. Aun si no oímos

hablar de él por nuestros párrocos y Obispos, necesitamos mantener el Mensaje de

Fátima en la vanguardia de nuestro pensamiento, y en un lugar de importancia central

en nuestras vidas.

Y esto nos lleva a otra gran barrera que el Mensaje de Nuestra Señora enfrenta, y

que es la siguiente: desde 1960, la mayor parte de los sacerdotes católicos, Obispos y

Cardenales han observado un silencio verdaderamente criminoso sobre Fátima. Ni los

Papas mismos han hecho lo suficiente para asegurar que Fátima fuese creída,

comprendida y obedecida. Las apariciones de Fátima han sido el acontecimiento más

significativo no sólo del siglo pasado o aun de los últimos 500 años, pero, me parece,

desde el tiempo de Cristo. Y a pesar de esto prácticamente no se habla de ellas.

Por eso pienso que, por más que hagamos, por más que cada uno de nosotros que

está aquí resuelva hacer, todo será aún muy poco, comparado con lo que se espera de la

Iglesia – como una gota de agua en el océano. Pero no podemos por eso ser

desanimados.

Dios espera que cada uno de nosotros cumpla su pequeña parte. Debemos estar

preparados y ser generosos para hacer lo que Él nos hace capaces y nos inspira a hacer.

Dios no se apoya en nuestros números. Nos llama para que formemos un ejército como

el de Gedeón – los 300 hombres que derrotaron 30.000. Y nuestra victoria – la victoria

de Nuestra Señora – está garantida, en la hora elegida por Dios.

El poder de la oración

Por eso, comportémonos como miembros del ejército de Dios y usemos las

armas que Él nos dio, con verdadera aplicación y confianza. Él nos dio medios muy

poderosos para contribuir al Triunfo de Nuestra Señora. El primero de estos medios, por

supuesto, es la oración. El Ángel dijo a los tres pastorcitos:

Los corazones de Jesús y de María están atentos a la voz de

vuestras súplicas… Rezad, rezad mucho. Los Santísimos Corazones de

Jesús y de María tienen sobre vosotros designios de misericordia.

¡Ofreced constantemente al Altísimo oraciones y sacrificios!

¡Piensen en esto! ¡Los Sagrados Corazones de Jesús y María están esperando a

oírnos! Si fuéramos confidentes del Rey (o del Presidente, o del Primer Ministro,

conforme el caso) – imaginemos como daríamos valor a esa amistad y usaríamos

nuestra influencia con el líder para rectificar los grandes problemas en nuestras vidas y

en las vidas de quien amamos.

Pues bien, un Rey mucho mayor está esperando nuestras audiencias diarias con

Él – el Rey de los Reyes y Señor de los Señores, y con la Reina del Cielo y de la tierra.

http://www.fatima.org/span/crusader/cr107/cr107pg13.pdf

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¡Qué podremos conseguir con nuestras oraciones! Cuando hablamos con Ellos y les

pedimos Su ayuda, estamos haciendo más que podemos imaginar. Aunque pueda

parecer que nada sucede inmediatamente, las cosas suceden, y las cosas cambian. Han

sucedido algunos avanzos maravillosos de que vamos a hablar en un momento, pero

primero continuemos a discutir las barreras.

Debemos informar más personas

sobre el Mensaje

Estas barreras, como ya hemos visto, incluyen en primer lugar el hecho de que

no hemos tomado muy en serio el Mensaje de Fátima. Hemos permitido que nuestros

entretenimientos y las distracciones del mundo maten nuestro sentido de la importancia

vital y urgentísima del Mensaje para nuestro tiempo. Comenzamos a sustituir la

revelación de Nuestra Señora sobre lo que debe ser hecho por nuestras ideas de lo que

es importante o práctico. Y cuando digo nosotros, por supuesto incluyo a mí mismo.

No tengo dudas que nosotros, que estamos aquí hoy, hacemos posiblemente más

que muchas personas del mundo para responder a las súplicas de Nuestra Señora de

Fátima, pero ciertamente cada uno de nosotros podría hacer más. Hay muchas personas

que están dispuestas a oír, personas que quieren saber, si sólo encontramos una manera

de comunicar con ellos.

Una muestra de

avanzos recientes

Todavía no les hablé de los avanzos que se han registrado, y que nos dan razón

para esperar que los pedidos de Nuestra Señora sean atendidos a tiempo de impedir la

aniquilación de naciones y las terribles persecuciones contra la Iglesia que aún nos

amenazan. Pero Ustedes saben que el 13 de agosto, el Papa Francisco anunció su

intención de consagrar el mundo al Inmaculado Corazón de María el 13 de octubre de

2013, aniversario del Milagro del Sol. Y estoy cierto que ya han oído hablar de la

consagración de su pontificado a Nuestra Señora de Fátima hace seis meses, el 13 de

mayo de este año.

Desde el 13 de mayo, los Obispos de Líbano y los Patriarcas católicos del Medio

Oriente han consagrado solemnemente el Líbano y todo el Medio Oriente al Inmaculado

Corazón de María. Uno de estos Patriarcas, Ignatius Youssef III de Younan, Síria, está

aquí hoy conozco. ¡Que Dios lo bendiga por lo que hizo, por juntarse a nosotros en esta

conferencia!

Además, los Obispos de las Filipinas y los de Irlanda han consagrado sus países

al Inmaculado Corazón, desde mayo de este año. Por lo tanto, hay buenas razones para

tener esperanza, pero necesitamos continuar a rezar y a sacrificarnos valientemente por

esta intención, como Nuestra Señora nos pidió que hiciésemos. Necesitamos continuar a

aplicarnos a la difusión de Su Mensaje, y de comprenderlo mejor.

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Sólo Nuestra Señora de Fátima

nos puede ayudar

Amamos el Papa. El Mensaje de Fátima no es, de modo ningún, contra el Papa.

Respectamos y obedecemos al Papa y a los Obispos de la Iglesia. Porque los amamos, y

porque amamos a Nuestra Señora y amamos la verdad, debemos también defender,

promover y proteger el Mensaje de Fátima en su integridad. Así, nos dicen a continuar a

hablarles de algo que tal vez algunos no tengan interés en oír. Necesitamos que ellos

comprendan. Estoy cierto de que muchos comprenden, pero hasta ahora esto no basta.

No hay otro camino. No hay otra solución – no porque se trata de quién tiene

razón, sino porque son las palabras de Nuestra Señora Misma: sólo Ella nos podrá

ayudar, y para conseguir Su ayuda necesaria, tenemos que actuar a Su modo. Como Ella

dijo a Sor Lucía en 1952:

“Participa al Santo Padre que todavía estoy esperando la

Consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón. Sin esta Consagración,

Rusia no podrá convertirse, ni el mundo tendrá paz”.17

¡Deseamos tanto esta paz! Y la única manera de alcanzarla es por medio de

Nuestra Señora de Fátima.

NOTAS:

(1) Salmo 26:12.

(2) Juan 8:44

(3) Gén. 3:15.

(4) Lucas 11:23.

(5) Tes. 2:7.

(6) 4 Reyes 5:1-15.

(7) San Tomás de Aquino, Summa Theologica, II-II, P. 174, A. 6, ad. 3 Énfasis añadido. Ver:

http://hjg.com.ar/sumat/c/c174.html

(8) Oseas 8:7

(9) Frère Michel, The Whole Truth About Fatima, Vol III, pág. 504.

(10) Homilía de 13 de mayo de 1982 en el Santuario de Fátima.

(11) Mat. 11:23.

(12) Rom. 9:15

(13) Mat. 16:1-4.

(14) Desmond Birch, Trial, Tribulation & Triumph, Queenship Publications, Santa Bárbara,

California, 1996, pág. 397 Énfasis añadido.

(15) “Mary Today”, Inside the Vatican, noviembre de 1998, pág. 33. Énfasis añadido. También

apareció en Catholic World News, 11 de octubre de 2001. Cf.

www.cwnews.com/news/viewstory.cfm?recnum=20583.

(16) Frère Michel, The Whole Truth About Fatima, Vol. III, págs. 507-508.

(17) Esto fue relatado por los Obispos italianos en una publicación de 1960, Il pellegrinaggio

delle meraviglie, pág. 440. Ver también Frère Michel, The Whole Truth About Fatima, Vol.

III, pág. 327.

http://www.fatima.org/span/crusader/cr107/cr107pg13.pdf

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