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Apuntes para el aula 04.04 - A 5 AÑOS del ASESINATO de CARLOS FUENTEALBA Algunos textos para trabajar en el aula… :: ¿Qué significa para usted matar a un maestro? Tati Almeida - Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora: “Es teñir de sangre los guardapolvos blancos, es matar a la educación. Y al matar se viola el principal derechos humano que es la vida”. Alba Lanzilloto - Abuelas de Plaza de Mayo: “Es atentar contra la fuerza liberadora de la educación, es destruir un invalorable eslabón de la cadena solidaria que va formando el pueblo en su camino hacia un futuro de justicia y felicidad.” Adolfo Pérez Esquivel - Premio Nobel de la Paz : “Manos asesinas truncaron la vida de un maestro. Todos los educadores, hombres y mujeres en el país le rendimos homenaje y estamos seguros que su fruto será dar más vida. La lección continúa.” Alfredo Alcón - Actor: “Es como escribir en todos los pizarrones “viva la muerte”. Adrián Paenza - Periodista y profesor universitario: “Todavía cabe en la Argentina la indignación y la tristeza. Cabe un fusilamiento ante los ojos de la sociedad. Por todo esto sigue vigente la consigna del Nunca Más”. Teresa Parodi - Cantante popular: “Es lo mismo que matar el sueño de construir un mundo mejor”. Luis Eduardo Duhalde : “Matar a cualquier ciudadano es gravísimo, pero cuando se elige matar a un docente también se está matando a la educación, se está matando el futuro de nuestros hijos.” MexUrtizberea - Actor y periodista: “Significa lo peor. Los maestros nos han enseñado todo. El maestro es un ser fundamental.” :: “NO MATARÁS” Nota Publicada en Página/12 el 7 de Abril de 2007. Por Sandra Russo El crimen de Carlos Fuentealba no podría haber sido más elocuente: el balazo en la nuca resume con su estruendo el desprecio por la vida que sudan las políticas de Estado represivas con las protestas sociales. Lo de Neuquén fue, antes que nada, un ejemplo de lo que puede suceder (y no tarda en suceder) cuando un Estado, en este caso provincial, decide usar las fuerzas policiales para reprimir una demanda social. Después viene el contexto, la historia del conflicto docente, las internas en la Ctera, el historial de Sobisch, que se vende en la Capital como promotor de una derecha eficiente, un adjetivo que se pega al sustantivo casi por inercia: ¿para qué son eficientes las derechas? ¿Qué tipo de eficiencia están prometiendo? ¿Cuál es el precio de esa eficiencia? ¿Cuál es el límite? ¿Al servicio de quiénes se pone la eficiencia? Se contestará: del orden. Ya sabemos lo sensible que es la gente como Juan Carlos Blumberg o Mauricio Macri cuando el orden se altera. Es como si se les hubiese filtrado una piedra en el zapato. El orden alterado los irrita, y es más, hasta se sienten llamados a “interpretar” a una parte de la sociedad que “quiere vivir mejor”. “Así no se puede seguir”, han dicho todos ellos una y otra vez cuando el orden estaba interrumpido por alguna cuestión que implicaba los derechos vulnerados de un sector. Estudiantes, ambientalistas, militantes, piqueteros, trabajadores, cartoneros, gremios movilizados, todo aquello que el radar de la derecha sintoniza como “perturbación del orden” parece merecer “decisión política”, “coraje” o “valentía”. La valentía o el coraje, se sabe, de tomar medidas impopulares. A eso debe dirigirse la “decisión política”: a operar en el sentido inverso a lo que la derecha llama “populismo”. Para la derecha, cuyos interlocutores son pocos y poderosos, pero están amplificados por los discursos que la misma derecha propala en forma del sentido común del taxista argentino, hay que “atreverse” a reprimir.

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Apuntes para el aula04.04 - A 5 AÑOS del ASESINATO de CARLOS FUENTEALBA

Algunos textos para trabajar en el aula…

:: ¿Qué significa para usted matar a un maestro? Tati Almeida - Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora: “Es teñir de sangre los guardapolvos blancos, es matar a la educación. Y al matar se viola el principal derechos humano que es la vida”.

Alba Lanzilloto - Abuelas de Plaza de Mayo: “Es atentar contra la fuerza liberadora de la educación, es destruir un invalorable eslabón de la cadena solidaria que va formando el pueblo en su camino hacia un futuro de justicia y felicidad.”

Adolfo Pérez Esquivel - Premio Nobel de la Paz : “Manos asesinas truncaron la vida de un maestro. Todos los educadores, hombres y mujeres en el país le rendimos homenaje y estamos seguros que su fruto será dar más vida. La lección continúa.”

Alfredo Alcón - Actor: “Es como escribir en todos los pizarrones “viva la muerte”.

Adrián Paenza - Periodista y profesor universitario: “Todavía cabe en la Argentina la indignación y la tristeza. Cabe un fusilamiento ante los ojos de la sociedad. Por todo esto sigue vigente la consigna del Nunca Más”.

Teresa Parodi - Cantante popular: “Es lo mismo que matar el sueño de construir un mundo mejor”.

Luis Eduardo Duhalde : “Matar a cualquier ciudadano es gravísimo, pero cuando se elige matar a un docente también se está matando a la educación, se está matando el futuro de nuestros hijos.”

MexUrtizberea - Actor y periodista: “Significa lo peor. Los maestros nos han enseñado todo. El maestro es un ser fundamental.”

:: “NO MATARÁS” Nota Publicada en Página/12 el 7 de Abril de 2007. Por Sandra Russo

El crimen de Carlos Fuentealba no podría haber sido más elocuente: el balazo en la nuca resume con su estruendo el desprecio por la vida que sudan las políticas de Estado represivas con las protestas sociales. Lo de Neuquén fue, antes que nada, un ejemplo de lo que puede suceder (y no tarda en suceder) cuando un Estado, en este caso provincial, decide usar las fuerzas policiales para reprimir una demanda social. Después viene el contexto, la historia del conflicto docente, las internas en la Ctera, el historial de Sobisch, que se vende en la Capital como promotor de una derecha eficiente, un adjetivo que se pega al sustantivo casi por inercia: ¿para qué son eficientes las derechas? ¿Qué tipo de eficiencia están prometiendo? ¿Cuál es el precio de esa eficiencia? ¿Cuál es el límite? ¿Al servicio de quiénes se pone la eficiencia?

Se contestará: del orden. Ya sabemos lo sensible que es la gente como Juan Carlos Blumberg o Mauricio Macri cuando el orden se altera. Es como si se les hubiese filtrado una piedra en el zapato. El orden alterado los irrita, y es más, hasta se sienten llamados a “interpretar” a una parte de la sociedad que “quiere vivir mejor”.

“Así no se puede seguir”, han dicho todos ellos una y otra vez cuando el orden estaba interrumpido por alguna cuestión que implicaba los derechos vulnerados de un sector. Estudiantes, ambientalistas, militantes, piqueteros, trabajadores, cartoneros, gremios movilizados, todo aquello que el radar de la derecha sintoniza como “perturbación del orden” parece merecer “decisión política”, “coraje” o “valentía”. La valentía o el coraje, se sabe, de tomar medidas impopulares. A eso debe dirigirse la “decisión política”: a operar en el sentido inverso a lo que la derecha llama “populismo”. Para la derecha, cuyos interlocutores son pocos y poderosos, pero están amplificados por los discursos que la misma derecha propala en forma del sentido común del taxista argentino, hay que “atreverse” a reprimir.

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Sobisch se atrevió. Y un maestro fue acribillado de un balazo en la nuca. Ese maestro que hoy sabemos que se llamaba Carlos Fuentealba hasta su muerte no era nadie para la derecha. Era un maestro, nadie. Podría haber sido un estudiante, nadie. O un piquetero, nadie. Los hombres y las mujeres reales, de carne y hueso, con nombre y apellido, que integran las protestas sociales para la derecha no son personas cuyas vidas el Estado debe preservar. En tanto luchadores sociales, actores sociales ejerciendo su derecho al reclamo, esos miles y miles de argentinos para la derecha no son nadie: son, en todo caso, parte de la masa crítica que hay que repeler. Resuena la voz del patrón de estancia: a estos morochitos va a haber que hacerlos escarmentar. Acá no me vengan con cortes de ruta ni puentes. Háganlos cagar. Para la derecha, los hombres y las mujeres en tanto ciudadanos y actuando colectivamente no son exactamente hombres y mujeres, sino más bien una fuerza que hay que derrotar.

Después ellos hacen marchas pidiendo seguridad, y se declaran a favor de la vida en varios órdenes confusos: se sabe que el feto en el vientre de la mujer es sagrado, que está bendecido por el toque mágico de la vida. Pero la derecha saca la foto de ese feto. Respeta más al feto que al niño. Abandona al niño ya nacido a su propia y errática suerte, hambreándolo y robándole la frente alta de sus padres.Es que la derecha defiende la vida de “los particulares”. Como si fuera una compañía de seguros, defiende la vida y la propiedad privada de “los particulares”. Algo particular en tanto privado. En tanto no público. Algo particular en tanto racionado como un bien escaso para algunos. “Los particulares”, esos artificios de la burocracia capitalista, son los verdaderos acreedores del derecho a la vida.

Los otros, los que marchan juntos en la manada, los que obstaculizan medidas o ajustes, los que piden por su parte no son particulares. Quedan abolidos de ese rango porque violan la principal premisa del “particular”: accionan políticamente. Para la derecha, la política es un privilegio de los políticos.

Carlos Fuentealba estaba haciendo política gremial. Era dueño de una historia personal admirable. Alguien que había cumplido un sueño contra la adversidad. No era una adversidad personal ni familiar la de Carlos Fuentealba. Era una adversidad social. La pobreza es una adversidad social. Trabajar toda una vida como administrativo de la Uocra para estudiar mientas tanto y recibirse de maestro a los 38 años es un ejemplo de dignidad ante el que caen las palabras.

Pero hasta que su nuca fue el blanco de un disparo policial, Carlos Fuentealba no era para el Estado provincial ni un ciudadano ni un maestro ni un padre, era nadie. Sólo ante la visión de muchos nadies entorpeciendo el tránsito alguien puede dar la orden de reprimir: las vidas de los que protestan son vidas sacrificables.

Sería interesante que la derecha dejara de ser intelectualmente tan pobre, y enunciara claramente su noción del derecho a la vida más allá del derecho de los “particulares”. No es un tema menor, en un país tan proclive a la sangre.

PARA TRABAJAR EN LA ESCUELA DESDE…• La movilización como herramienta de lucha.• El cuestionamiento para interpretar e interpelar el mundo.• La tensión, el conflicto, la contradicción como la posibilidad de construir un mundo diferente.• La pedagogía de la esperanza capaz de hacerse preguntas como camino para la construcción de un

mundo con igualdad de oportunidades para una sociedad más justa y un mundo mejor.

PARA TRABAJAR CON LOS ALUMNOS DESDE LA ORALIDAD…• ¿Quién era Carlos Fuentealba?• ¿Por qué lo mataron?• ¿Por qué mataron a un maestro?• En la historia reciente de nuestro país mataron otros maestros (Isauro

Aranciabia, Marina Vilte, Eduardo Requena) ¿Por qué los mataron?• ¿Qué garantías deben existir en un país democrático?¿Qué garantías no

existen en épocas de dictaduras?• ¿Qué derechos fueron vulnerados para Carlos Fuentealba, sus familia

sus compañeros de trabajo y sus alumnos?

PARA HACER EN EL AULA Y CON LA COMUNIDAD…• Trabajar estas preguntas con los textos • Actividades en plástica, de producción de texto, dramatizaciones, poesías.• Charlas debates entre estudiantes.• Entrevistas a padres, vecinos, comerciantes, gente de la cultura, etc.• Confección de murales.

AMSAFE La Capital “El gremio de los trabajadores y la educación”

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Bv Gálvez 950 (Santa Fe) / Tel. (0342)4551517 / [email protected]