Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

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Evangelización para nuestro tiempo 14 JAVIER G. GALDEANO EUCARISTÍA DOMESTICA Y POR GRUPOS Celebraciones

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Evangelización para nuestro tiempo 14

JAVIER G. GALDEANO

EUCARISTÍA DOMESTICA Y POR GRUPOS C e l e b r a c i o n e s

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JAVIER G. QAI^DKANO

EUCARISTÍA ROMISrriCA Y P O R GRUPOS CELEBRACIONES

Introducción litúrgico-pastoral, por Ricardo Colmenares

EDITORIAL Cov^r-rubias, 19 - Madrid-10

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NIHIL OBSTAT: Antonio Hortelano, Superior Provincial.

IMPRIMATUR: José Clemente, Cardenal Maurer, Arzobispo de Sucre. 30 de octubre de 1971.

Derechos reservados: Editorial P. S. Covarrubias, 19. Madrid-10.

TERCERA EDICIÓN (ampliada).

I.S.B.N. 84-284-0226-4.

Depósito legal: M. 30.209-1973.

Talleres Gráficos Montaña - Avda. Pedro Diez, 3 - Madrid

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SECRETARIADO NACIONAL DE LITURGIA: Prefacios *per annum», prefa­cios comunes de santos y misas rituales y votivas, prefacios del Año Litúrgico (colección «Subsidia Litúrgica», núms. 2, 3 y 9).

SECRETARIADO NACIONAL DE LITURGIA: Comentarios bíblicos al Leccio-nario para misas votivas y en diversas circunstancias, Madrid, 1971.

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INTRODUCCIÓN HISTORICO-PASTORAL

1. LA IGLESIA, COMUNIDAD DE FE, DE CULTO T DE AMOR.

2. LA LITURGIA «CUMBRE A LA QUE TIENDE LA AC-TIVIDAD DE LA IGLESIA».

3. HISTORIA DE SALVACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA LI-TURGIA.

• Antiguo Testamento • Nuevo Testamento • Iglesia apostólica • Iglesia primitiva romana

a) Iglesia doméstica b) La «domus ecclesiae» c) Crisis litúrgica

• La Iglesia en la Edad Media y Moderna.

4. LA LITURGIA POR GRUPOS PARA LOGRAR LA PRO­MOCIÓN DE LA COMUNIDAD CRISTIANA

• Situación histórica y pastoral litúrgica • Aspiraciones de la Iglesia actual • Situación jurfdico-pastoral de la Eucaristía de Grupos

a) Legislación preconciliar b) Legislación postconciliar c) Instrucción sobre las «Misas para grupos parti­

culares»

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INTRODUCCIÓN HISTORICO-PASTORAL

El trabajo realizado por el R. P. Javier G. Galdeano merece unas breves líneas de presentación para que, quienes han de utilizar este manual de Celebraciones, capten perfectamente el valor de las mismas.

Siendo esta obra de pastoral aplicada eminentemente prác­tica, nos limitamos sólo a apuntar los fundamentos litúrgicos que le dan unidad.

Siendo la vida de la Iglesia una «Historia de Salvación», presentaremos esta liturgia para grupos más como historia que en sus fundamentos dogmáticos tan señaladamente marca­dos por el Concilio Vaticano II .

Las ideas que a continuación anotamos son sólo unos apun­tes orientadores de los responsables y animadores de grupos.

1 LA IGLESIA, COMUNIDAD DE P E ,

DE CULTO Y DE AMOR

Sabemos que el Concilio Vaticano II gira en torno de una idea-madre: la exposición de su esencia a sí misma y al mundo de hoy.

El eje en torno al cual giran los dieciséis documentos ema­nados del Concilio es la constitución Lumen gentium.

Resumiendo en síntesis apretada la idea fundamental, esco­gemos estas palabras:

«La Iglesia es, en Cristo, como un Sacramento, o Signo e Instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano» (LG 1).

Por eso el Señor «estableció convocar a quienes creen en Cristo en la Santa Iglesia» (LG 2) para que todos se salven, y así «la obra de nuestra salvación se efectúa cuantas veces se celebra en el altar el sacrificio de la cruz, por medio del cual Cristo, que es nuestra Pascua', ha sido inmolado, y al mismo tiempo la unidad de los fieles que constituyen un solo Cuerpo en Cristo, está representada y se realiza por el sacramento del pan eucarístico» (LG 3).

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Y así puede concluir que: «Cristo, el único Mediador, ins­tituyó y mantiene continuamente en la tierra a su Iglesia santa, comunidad de fe, de esperanza y de caridad, como un todo visible» (LG 8).

2 LA LITURGIA «CUMBRE A LA QUE

TIENDE LA ACTIVIDAD DE LA IGLESIA»

La Constitución sobre la Liturgia, dada la triple dimensión eclesial, nos advierte en seguida que «la Sagrada Liturgia no agota toda la actividad de la Iglesia, pues para que los hombres puedan llegar a la Liturgia, es necesario que antes sean llama­dos a la fe y a la conversión... Por eso, a los no creyentes la Iglesia proclama el mensaje de salvación... y a los creyentes les debe predicar continuamente la fe y la penitencia y debe prepararlos además para los sacramentos...» (SC 9).

Pero la Iglesia tiene plena conciencia de que, «no obstante, la Liturgia es la cumbre a la cual tiende toda la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde emana toda su fuerza», aunque «con todo, la participación en la sagrada li­turgia no abarca toda la vida espiritual» (SC 10 y 12), «se con­sidera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Cristo» y por eso «en ella los signos sensibles significan, y cada uno a su manera realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y los miem­bros, ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo Sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no iguala ninguna otra acción de la Iglesia» (SC 7).

Y la razón última la da el propio documento conciliar al decir: «Esta obra de la redención humana y de la perfecta glorificación de Dios... Cristo, el Señor, la realizó principal­mente por el misterio pascual de su bienaventurada pasión, resurrección de entre los muertos y gloriosa ascensión» (SC5,§2.°).

Estas largas citas del documento conciliar nos liberan de comentarios que empobrecerían la fuerza y la autoridad de cuanto queremos demostrar y llevar al ánimo de los fieles: el valor supremo de la Liturgia, cuyo centro es la Eucaristía, el

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Sacrificio eucarístico en sus tres aspectos de Sacrificio, Alimento y Presencia, pues «creemos que la Misa celebrada por el sacer­dote, representante de la persona de Cristo, en virtud del poder recibido por el sacramento del Orden y ofrecida por él en nombre de Cristo y de los miembros de su Cuerpo místico, es el sacrificio del Calvario hecho presente sacramentalmente en nuestros altares» («Credo del Pueblo de Dios», de Pablo VI).

Valor de la Liturgia que, hemos de reconocerlo, ha sufrido una crisis por no decir eclipse de siglos, para dar paso a lo que se llamó la «Primavera litúrgica» de principios de este siglo, que, recogida por grandes teólogos, vivida en monasterios benedictinos del centro de Europa principalmente y acogida por el Pueblo de Dios, da lugar a estos documentos conciliares y sucesivas instrucciones de las Sagradas Congregaciones y del Consilium.

3 HISTORIA DE SALVACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA LITURGIA

Conviene que el cristiano actual, que ha visto con gozo, admiración e ilusión esta renovación litúrgica, recuerde los antecedentes en que se ha basado la Iglesia para «volver a las fuentes» que ha sido el grito de las últimas décadas, tanto en la Teología como en la Liturgia que ahora nos interesa tratar.

Antiguo Testamento

Encontramos tres elementos constitutivos del culto o li­turgia del Pueblo de Dios:

a) La asamblea de Yavé, que es la respuesta del Pueblo de Dios a la convocación del Señor.

La primera de las cuales tiene lugar al pie del Sinaí: — «Yo os tendré, dice Yavé, por reino de sacerdotes y

por nación consagrada» (Ex 19,24). Acontecimiento primordial que llevará en la tradición bíblica el nombre de «Asamblea de Yavé».

b) El templo. Todo templo es un intento para encontrar un ámbito especialmente consagrado, separado, aislado, para comunicarse con Dios. Responde al compuesto humano: cuerpo-

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alma; materia-espíritu; sensibilidad-abstracción. Los hebreos de la época patriarcal no conocieron templo; luego un santua­rio portátil; más tarde un solo templo en Jerusalén, de la cual es eco, a escala de la liturgia de la palabra, la sinagoga local, que parece nació en la época del destierro.

c) La Pascua. Es el acontecimiento histórico fundamen­tal, perpetuado, significado y ritualizado en torno a un cor­dero que se elige con mimo, se inmola bajo un rito especial y se consume en familia siguiendo unas reglas siempre respe­tadas, siempre repetidas.

Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento, perfección, plenitud y realidad de lo significado, pre-figurado y deseado-anhelado por el An­tiguo, los elementos anteriores cobran todo su valor, pero sufren la mutación en el fondo o realidad («res») y en el signo-sacramento («sacramentum»).

Y, naturalmente, va a ser Cristo, el Señor, quien realiza la mutación ontológica y real no sólo con palabras, sino con su acción vital que es su Pascua.

• Respecto del templo, aunque le profesa un gran res­peto a lo largo de toda su vida, viene a superar el templo de piedra.

El mismo anuncia la ruina del templo (Mt 23,38; 24,2). El templo antiguo, con toda su concepción veterotesta-

mentaria, ya no tiene razón de ser. Su Cuerpo transfigurado, en cambio, después de su Resu­

rrección, le permite hacerse presente en todos los lugares y en todos los templos materiales, suntuosos o domésticos.

El Concilio hablará de estas presencias, pues, «para realizar una obra tan grande—la de la salvación—, Cristo está siempre presente a su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica».

«Está presente en el sacrificio de la misa, — sea en la persona del ministro, 'ofreciéndose ahora por

ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz',

— sea, sobre todo, bajo las especies eucartsticas. — Está presente con su virtud en los Sacramentos, de

modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza.

— Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es El quien habla.

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— Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió: 'Donde dos o tres están congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos' (Mt 18,20)» (CS 7).

• En cuanto a la Pascua, Cristo mismo es «nuestra Pas­cua, que ha sido inmolado» (1 Cor 5,7). Se trata de la comida de una nueva Pascua, cuando se reúne con los suyos para cele­brar la Ultima Cena:

— Convoca a sus discípulos. — Escoge el lugar: «sala alta, grande, alfombrada, pronta»

(Me 14,15). — Celebra la pascua judía (Me 14,26). — En las bendiciones rituales de pan y vino inserta Jesús

la institución de la Eucaristía. — Describe su muerte como el sacrificio de la Pascua,

cuyo cordero es El mismo (Me 14,22-24). San Juan subraya este hecho: 1,29 y 36; 18,28 y 19.

En la Iglesia apostólica

Aquí la Asamblea cristiana ocupa el lugar de la Asamblea de Yahvé; se reúne en torno al Señor Jesús.

• El Templo de Jerusalén, sin abandonarse del todo, pasa a un segundo plano. Allí sigue ofreciéndose el antiguo culto matutino y vespertino; los sacrificios rituales, los turnos sacerdotales que ya no pueden impresionar a los bautizados. Queda el símbolo, queda la Palabra que se proclama, queda la estructura material.

• Surge pujante la figura del Señor y de su Pascua: «frac-tio pañis»; esa fracción del pan que presencializa al Señor y lo inmola bajo las especies de Pan y Vino, allí donde se reúnen los «santos» en torno a un apóstol.

a) Durante este período que sigue a Pentecostés, los apóstoles siguen frecuentando el Templo (Act 2,46; 3,1-11). Pero pronto surgen dificultades entre la Jerarquía sacerdotal judía y la nueva Jerarquía de la Iglesia.

La destrucción del Templo por las huestes de Tito vendrá a consumar la ruptura entre el antiguo rito y el nuevo.

Los cristianos se dan cuenta de que ellos mismos, como prolongación del Cuerpo de Cristo y templos del Espíritu San­to, son templos del Señor (1 Co 3,10-17; 2 Co 6,16; Ef 2,20). Un templo al que también los judíos y los paganos tendrán

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libre acceso con tal de que crean, y no por la circuncisión o incircuncisión (Ef 2,14-19).

Es el Cuerpo resucitado del Señor, en quien habita la divi­nidad, el verdadero Templo de Dios (Col 2,9).

Los cristianos, miembros de este Cuerpo, son, como El, un Templo del Espíritu Santo (1 Co 6,19).

b) De hecho se deduce de los Actos de los Apóstoles unas actividades litúrgicas que podemos llamar «grupo» y «domés­ticas», pues el grupo cristiano (aunque a nadie se excluye) es reducido, y el culto se alterna entre el Templo y las casas de los cristianos, sobre todo la casa de Marcos, que es, posible­mente, el lugar de la Ultima Cena, de Pentecostés y de las primitivas reuniones y apariciones del Señor resucitado.

(Pueden consultarse: Act 1,12-14; 5,42; 2,46-47 y tam­bién Me 15,42; Jn 19,31; Le 24,1; Jn 20,26, etc.)

c) También se deducen algunos rasgos típicos de la litur­gia doméstica, y esta vez ya adulterada por la debilidad de los hermanos, en la descripción famosa de San Pablo en su pri­mera carta a los Corintios, denunciando el abuso y describiendo lo que él había «recibido del Señor» (1 Co 11,23.26).

Esos «abusos» no hubieran podido darse, sin duda, ni en un templo ni en una sinagoga, pero sí caben a nivel de una casa corintia de estructura arquitectónica romana.

Iglesia primitiva romana

Nos ceñimos a la liturgia romana por dos razones: — Por conocerla mejor y poseer datos de autores ecle­

siásticos primitivos, testigos presenciales y protago­nistas de las reuniones litúrgicas.

— Porque estas reuniones estaban lejos de las influen­cias judaicas que «colorearon» la Iglesia primitiva de Jerusalén y demás cristiandades del Mediano Oriente.

En la Iglesia de Roma y, por tanto, en su Liturgia pode­mos advertir claramente estos períodos:

a) Iglesia doméstica.

«La pastoral litúrgica en Roma se orienta, fundamental­mente a la familia, porque ésta es la base de la sociedad roma­na.»

Parece que en la Roma pagana hay dos lugares de culto: — los templos de la religión oficial y — los lares, que aparecen, sobre todo, en las casas acomo­

dadas y patricias.

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• Por otra parte, la casa romana, señorial, hecha para huir del ajetreo de la gran ciudad bulliciosa y masificadora, se presta a ser un lugar de culto con características de humana convivencia y calor de cercanía espiritual y amicial, buena base natural para la caridad sobrenatural.

• Hay un elenco de las principales casas romanas trans­formadas—siempre esporádicamente—en «ecclesiae domesti-cae»: casas de Pudente o Pudenciana, Práxedes, Aquila, Prisca o Priscila, la comunidad del Palatino «qui de Cesaris domo sunt» y la casa de Clemente romano.

• Parece que el «estilo» era sumamente sencillo y fami­liar: cuando en una región de la ciudad había un grupo de «hermanos», se reunían todos en una casa bajo la presidencia de un presbítero o de un simple «paterfamilias». Ésta escena la describe San Justino en su Apología.

Estas reuniones hacían revivir entre los cristianos pri­mitivos el espíritu del Cenáculo, primera reunión doméstica de excepcional valía personal por sus componentes y prototipo de toda reunión en torno del Señor, de su Pascua, de su Ága­pe, de su Presencia.

b) La «domus ecclesiae»

A fines del siglo n los lazos familiares empiezan a rela­jarse como en toda sociedad de consumo y de mera promo­ción material.

• Ya en el siglo m aparece la Iglesia como propietaria de ciertos bienes comunales, pues las iglesias domésticas pa­saron a ser propiedad de la comunidad. Algunas pudieron ser convertidas en verdaderos templos o iglesias para el servicio de todos.

Comienza la estructura y la organización de la Iglesia. El Carisma, la espontaneidad, el «soplo del Espíritu» que

«sopla donde quiere» debe ser controlado y organizado por la Jerarquía responsable. Y esto repercutirá en seguida en la Li­turgia, que cederá el paso de su espontaneidad a la «rúbrica» que recuerda, señala, encauza... y hasta «legaliza» la acción cúltica.

• Cuando la Iglesia de Roma es oficialmente reconocida por el emperador y sobreviene la masiva «conversión» al cris­tianismo, hay que habilitar grandes locales. Primero serán las basílicas que suplen el grandioso templo pagano. Algunos han sido «cristianizados» y «sirven» para el culto cristiano.

El altar, que en la liturgia doméstica es una mesa, se con­vierte en un trono, sobre el que campea el Cristo Pantocrátor>

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representado con el mismo atuendo que el emperador, y ante el que el sacerdote—cada vez más separado del pueblo—hace signos de veneración cortesana.

Y, paradójicamente, el templo suntuoso, si no mata, al menos «aleja» a los asistentes de la acción litúrgica y aun «separa» a unos de otros «hermanos». Sobre todo la «forma» de ágape o banquete se va sustituyendo por la de «función» áulica y por la solemnidad ritual.

c) Crisis litúrgica.

• Sin querer cargar las tintas, señalamos nada más que las consecuencias de esta liturgia oficial que llega a su cénit en la época constantiniana. Suponemos que desde el mismo Constantino hasta el Padre Santo, todos obraron con exqui­sita buena fe y con la más sana intención de dotar al nuevo Imperio, cristianizado oficialmente, de aquellos datos que ne­cesitaba para brillar a su altura.

La liturgia romana basilical se hizo ampulosa, espectacular y grandiosa. El Papa, Jefe de la Iglesia, Sucesor del humilde Pescador, se veía envuelto en un alto protocolo sólo superado por el dul emperador. Protocolos que, más de una vez, su­frían lo que hoy llamaríamos una «confrontación»: por un lado, accedía el emperador «cristiano» con su séquito de grandes, gobernadores, cortesanos...; por otro, el Papa con su corona de presbíteros, diáconos y «clero menor», cantores, etc.

El pueblo «participaba» admirando y quizá «comparando» ambas manifestaciones de «culto».

Pero casi quedaba en eso. Los cantos, las ceremonias, las palabras pronunciadas, que forzosamente tenían que ser «cor­tesanas», medidas, concertadas y «preparadas», perdían toda la espontaneidad de la «homilía» familiar, sencilla como de buen padre de familia «que sabe sacar del buen tesoro lo nuevo y lo antiguo».

• Es cierto que en las aldeas, pueblos y poblados subsiste otra liturgia: la rural, que ya no se celebra en las casas, sino en la casa de todos que es la iglesia.

Pero casi quedaba en eso. Los cantos, las ceremonias, las «unificación» de las diversas liturgias, hasta que se imponga la romana en casi todo Occidente y se considere esa unifor­midad como el ideal de la Liturgia, aunque esta uniformidad introduzca incluso una lengua oficial venerable y maravillosa, como es el latín, pero que nadie entiende, a veces ni los pro­pios presbíteros.

Sin una proclamación continuada de la Palabra y una pro-

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clamación precedente del rito, éste decae y, de hecho, la parti­cipación activa en el banquete eucarístico desaparece y queda sólo la «presencia» de los fieles que «asisten», nada entien­den de lo que se proclama y no participan en la Eucaristía, hasta tener que imponer la Iglesia la comunión anual pascual «sub gravi» (bajo pecado mortal).

L>a Iglesia en la Edad Media y Moderna

• Las cosas fueron yendo a peor cuando el Imperio ro­mano cayó bajo las huestes bárbaras..., y poco a poco la Igle­sia, con una paciencia maternal de mil años, que es una de sus glorias, aun a nivel de suplencia humana, salva, archiva y guar­da-la cultura greco-romana y «civiliza» primero a esos mismos bárbaros que destruyen infantilmente la obra de un Imperio impresionante y hacen chozas con los restos suntuosos de los templos y palacios imperiales.

El culto puede decirse que se refugiará y «resucitará» a nivel de monasterio. San Benito, el gran romano, si bien no captó ya la maravilla del culto litúrgico primigenio, intuyó que la pequeña comunidad monástica, además de la oración y el trabajo, necesitaba su «opus Dei».

Una liturgia adaptada a la vida del monasterio, a una familia monástica de relativamente pocos miembros, puede «evocar» la primitiva liturgia doméstica romana en torno al «Abbas», al Padre espiritual de la comunidad. Pero ya habían pasado demasiadas cosas en la liturgia. Ni la liturgia bene­dictina primitiva se salva del «cortesianismo» heredado de la Iglesia romana decadente ahora, pero imperial no hace mu­chos siglos.

Ignoramos si los monjes primitivos entendían el latín pro­clamado o participaban en la liturgia comulgando; pero de esos monasterios surgiría un día el actual movimiento litúrgico.

• Conviene, pues, que anotemos los rasgos de degene­ración, errores y desviaciones en que cayó el culto cristiano, con el afán de, halladas las causas, evitarlas para el futuro, ya que, gracias al repetido movimiento litúrgico, el estudio de historiadores y teólogos y la aportación magisterial del Con­cilio Vaticano II , que invirtió su primera sesión en el solo estudio de la Liturgia y de los medios de comunicación social, logramos salir de una penuria de siglos.

a) Individualismo, falta de espíritu comunitario y anoni­mato.

La etapa del hombre en estas sociedades es el individua­lismo, espíritu antípoda del Espíritu del Señor: la caridad.

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El mal no es de ayer ni de hoy; hunde sus raíces en la Edad Media, en la Reforma, que descubre al «hombre», pero no la «sociedad»; el iluminismo, el protestantismo, que insis­te en el «libre examen» antisocietario, anticomunitario...

b) Mentalidad ritualista. «Liturgia, igual a rúbricas». Es como un slogan en seminarios, catedrales, iglesias. El rito, la ceremonia..., como en los tiempos de Constan­

tino o de Cario Magno..., aunque en la humildad de una pobre parroquia de aldea, donde en el triduo sacro los pobres curas de «misa y olla» se las veían y se las deseaban para sacar «adelante», de acuerdo con el sacristán, los difíciles «latines»...

Tal vez la anécdota signifique: El Papa San Pío X cele­bra su primera misa pontifical en su pueblo de origen. Pre­ceden los «rezos» litúrgicos... Una buena mujer pregunta a la madre del futuro Papa de la Liturgia: «¿Para qué todo eso...?» Y la madre del misacantano-pontifical contesta: «No sé. ¡Cosas de ellos!»

Así la Liturgia: ¡cosa de ellos! ¿De quiénes? De los seño­res canónigos, del maestro de «ceremonias»... ¡No del pueblo de Dios!

c) Palabra de Dios, no «encarnada» en la Liturgia, sino independiente, academizada, grandilocuente. La necesidad de prevenirse contra los errores protestantes alejó al pueblo de la Sagrada Escritura. Esta sólo llegaba al pueblo a través del comentario del predicador.

d) Rito penitencial de la misa reducido a un «Confíteor» recitado a dúo entre el sacerdote y el «acólito», niño ignorante del idioma latino que aprende mal de memoria y en cuya recitación «representa» al pueblo de Dios que de lejos sigue el «diálogo» sacerdote-monaguillo...

e) La Eucaristía se convierte en Sacrificio que se «pre­sencia» y se «oye» (vamos a «oír misa»). Desaparece la co­munión en este sacrificio que fue instituido en forma de banquete en «una Ultima Cena» de su Autor.

Los «coponcitos» que se hallan en las iglesias rurales de siglos pasados son todo un «signo de los tiempos» del fervor eucarístico de otras generaciones. Apenas cabían 40 formas.

f) Pretender obtener respuestas «conscientes» de gran­des asambleas. El Señor se rodeó de sus Doce; los apóstoles se reunían con pocos cristianos para recordar la Cena del Señor. En las casas romanas no había lugar para más de cin­cuenta o cien personas... Cuando en un templo hay ese número de fieles el «celebrante» se desanima...

2 —EUCARISTÍA DOMESTICA

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Es más fácil lograr que los fieles se den cuenta que asisten a un banquete sacrificial en que se «come a Cristo», cuando su número es reducido, «humano», familiar.

4 LA LITURGIA POR GRUPOS PA-RA LOGRAR LA PROMOCIÓN DE LA COMUNIDAD CRISTIANA

Situación histórica y pastoral litúrgica

Hemos de asomarnos a la realidad socio-religiosa cristiana de nuestras sociedades, a quienes va dirigido este trabajo.

• La Iglesia tiene como tres planos oficiales que res­ponden a su esencia y a su estructura actual:

— Un nivel universal o católico, que da lugar a reunio­nes eucarísticas y a celebraciones litúrgicas a nivel mundial: basílica de San Pedro, congresos eucarísticos internacionales, asambleas a nivel internacional...

— Un nivel de Iglesia local, cuyo signo visible y cuyo pastor es el obispo y cuya sede o cátedra tiene un lugar geo­gráfico: la catedral.

— Un nivel parroquial, reconocido por el Derecho canó­nico, que quiere ser una catedral en pequeño; el párroco, el representante del pastor diocesano, y la asamblea, llamada hasta ahora «célula de la Iglesia», una plasmación de la misma Iglesia universal.

Al lado de estas iglesias parroquiales hay que admitir la realidad socio-religiosa muy frecuente de templos, «lugares de culto», iglesias, oratorios, etc., de los religiosos y religiosas, donde también se reúne una comunidad de cristianos que, del mismo modo, evoca la Iglesia universal.

Esta sería la traducción actual de la que han dado en llamar los técnicos la «Domus ecclesiae».

• Pero sería cerrar los ojos a una realidad subyacente, viva, «carismática» (usando el traído y llevado vocablo con mucha amplitud para evitar falsas interpretaciones de nuestro pensamiento), la de muchos grupos humanos, comunidades hoy llamadas de «base», asociaciones de seglares, equipos de matrimonio, equipos de apostolado, etc., que tienen vida propia y que son—en cierto modo—anteriores a la realidad

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de una parroquia que, con fundamento personal y territorial, ha experimentado ya la estructuración del Derecho, de la histo­ria y de la costumbre y aun de la rutina.

Por lo demás, el Concilio Vaticano II nos da pie para apoyarnos en la «iglesia doméstica», en la cual «los padres de­ben ser para sus hijos los primeros predicadores de la fe, me­diante la palabra y el ejemplo... (LG 11 §2 fin).

Esta «iglesia doméstica», anterior ciertamente a la parro­quia; estos grupos humano-cristianos, eclesiales, ¿no pueden reclamar humildemente, pero con convicción, ofrecer la Litur­gia eucarística, sacramental y de las horas, en un ambiente y con unos ritos espontáneos, sencillos, adecuados a la reali­dad socio-religiosa en que se mueven, sin tratar de «repetir» a nivel menor la amplia, maravillosa y grande Liturgia oficial?

• Recordemos una vez más que la Iglesia—en cualquie­ra de sus niveles: universal, local, parroquial, doméstico, de grupo—es comunidad de fe, de culto y de daridad.

Cada grupo eclesial, en cualquiera de sus niveles, vive su vida plena si alimenta su fe por la audición de la Palabra, si celebra la Eucaristía, y si practica una caridad auténtica dentro y fuera del grupo eclesial, proyectándose en un apostolado.

• Históricamente vemos que los diversos grupos cris­tianos, tanto en Jerusalén como en las cristiandades paulinas, en Roma y en el Occidente primitivo, no solamente escuchan la Palabra y la actúan por la caridad, sino que celebran juntos, a nivel de grupo, la Eucaristía.

Será una exigencia del grupo masificador de las grandes conversiones quien impulse a la Iglesia a la creación de «fun­cionales» y amplios lugares de culto: «Domus ecclesiae», ba­sílicas, templos, catedrales, basílica romana de San Pedro, etc.

Pero es sintomático que los grupos cristianos de perfec­ción formados en torno al monasterio y más tarde a toda clase de comunidades religiosas, han tenido el lugar de culto en la sede geográfica del monasterio. No se concibe que el grupo de monjes, que viven juntos, oran juntos, comen juntos bajo el refectorio monástico, salgan de la «domus» a la próxima o lejana parroquia.

El culto, expresión de la esperanza amorosa al Señor y verificado en su nombre, debe realizarse cabe el mismo hogar religioso donde transcurre la vida del monje, del fraile, del religioso.

Por lo demás, siempre la Iglesia ha «permitido» en plan de privilegio los llamados «oratorios privados» o domésticos, en favor de bienhechores o eclesiásticos conspicuos, como los protonotarios apostólicos, obispos y prelados domésticos, que

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pueden celebrar la Eucaristía en el propio hogar, «siendo vá­lidos estos cultos» aun para el cumplimiento dominical a nivel de los familiares o criados y huéspedes de esos hogares.

• Sería injusto achacar a la Jerarquía de la Iglesia una omisión en este punto: las circunstancias históricas, la im­pronta negativa del protestantismo en toda Europa, el temor a la herejía y al iluminismo, han hecho muy circunspecta a la Iglesia. Por otro lado, la falta de una «praxis» por parte del pueblo de Dios ha matado toda liturgia doméstica, aun apun­tando las excepciones dichas.

Aspiraciones de la Iglesia actual

Respetando, admirando y tratando de vivir lo más plena­mente posible la Liturgia de la Iglesia, según las directrices del Vaticano II y las instrucciones emanadas del Consilium y de la Sagrada Congregación, y tratando de llevarla a la prác­tica mediante una promoción del mismo clero y de los fieles, podemos decir que los fieles pertenecientes a distintos grupos cristianos anhelan poder vivir plenamente su vida cristiana y apostólica, potenciados por una liturgia de grupo o doméstica.

a) La liturgia es y debe ser eminentemente pastoral. Mu­cho se ha hablado de la Pastoral litúrgica como promoción del laico actual, y cuyas notas son las siguientes: paternal, en el mejor sentido de la palabra, tan llevada y traída; instructiva, para llevar a los fieles convicciones sólidas de su verdadero «y común sacerdocio de los fieles»; formativa, inculcando el sen­tido de Dios a través de los «signos sagrados»; progresiva.

Y así esta Pastoral «no pone tanto la mira en formar pe­queños grupos cuanto en hacerlos conscientes de su incorpora­ción a su Iglesia universal y capaces de vivir el culto litúrgico».

b) Una realidad pastoral actual es la existencia de esos grupos cristianos y de ciertas realidades y situaciones socio-religiosas que se repiten.

Esos grupos y esas situaciones o reuniones pueden tener, y respetuosamente sugerimos que deben tener su liturgia adecuada al grupo y a la situación. Con este objeto se ha re­dactado este libro.

c) Queremos ofrecer a esos grupos, a esos hogares, a esos equipos y situaciones la posibilidad de potenciar una Eucaristía, una celebración de la misa que encaje perfecta­mente en la realidad vital.

Dice un autor: «La liturgia oscila en una dialéctica diná­mica entre el templo y la casa, entre lo institucional y lo ca-rismático, entre la separación sacra del mundo y la inserción

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existencial en él. Salomón y Constantino tienen a gran honra construir templos al Señor. Los profetas, el mismo Señor y San Pablo insisten en una adoración en espíritu y en verdad. Sin caer en el peligro exclusivista de fijarnos en una actitud unilateral, hoy muchos piensan que es necesaria una vuelta a la liturgia doméstica, aunque sin llegar al extremo de querer acabar con los templos. El templo puede desempeñar un papel importante en la Pastoral de conjunto..., pero muchos están convencidos de que en una Pastoral dinámica de conjunto es necesario reintroducir la liturgia doméstica, tal como existía en tiempos del cristianismo primitivo y no por arqueologismo, sino por razones vitales. La vuelta a la liturgia doméstica pare­ce instalarse en el movimiento «de santificación de lo huma­no», que caracteriza el actual «aggiornamento» de la Iglesia. Hoy la Iglesia no puede contentarse con construir templos y esperar a que la gente venga; debe ir hasta el último rincón del mundo para llevar el mensaje de Cristo: allí donde los hombres están y son (ser-en-el-mundo), en la casa, en la fá­brica, en la oficina, en el cuartel, en el palacio imperial, en los campos de trabajo, en las fincas rústicas, en las masías, corti­jadas y caseríos, y debe ir como Iglesia, en cuanto comunidad de fe (kerigma), de culto (diakonía) y de amor (koinonía)» (Hortelano y Spla-Sede).

Estas son las aspiraciones de la Iglesia de hoy, que se expresan de muchas formas; nosotros hemos querido darles un cauce litúrgico-práctico al publicar la obra del padre Javier G. Galdeano, CSSR.

Situación jurfdico-pastoral de la Eucaristía de grupos

Respetamos en la Iglesia su Jerarquía, su legislación y su orientación; el Derecho canónico fue llamado en su edad de oro «Theologia rectrix»: una Teología que «guía».

La liturgia se denominó también en la Edad Media como una «Theologia Docens»: Teología que «enseña-educa-promo-ciona».

Por eso podemos unir ambas «Theologiae».

a) Legislación preconciliar.

Después del Concilio de Trento, muchos religiosos parti­ciparon del «privilegio», concedido a la Compañía de Jesús por el Papa Gregorio XIII en 1579, de «celebrar en casas par­ticulares, en cualquier parte del mundo, donde ejerzan su apostolado».

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b) Legislación posconciliar. Pablo VI concedió a los obispos la facultad de permitir que

los sacerdotes celebren fuera del lugar sagrado, con tal de que sea un sitio decente: «Pastorali munus» (30-XI-1963).

El propio Papa Pablo VI ha concedido al Movimiento Familiar Cristiano de Italia la facultad de celebrar la liturgia eucarística en las casas (SCS 992/66).

El número 40 de la Constitución sobre Liturgia prevé que la autoridad territorial tiene facultades «de permitir y dirigir las experiencias previas necesarias en algunos grupos prepa­rados para ello y por un tiempo determinado».

c) Por último, la Instrucción sobre las Misas para grupos particulares, que lleva fecha de 15 de mayo de 1969, firmada por el cardenal Gut, prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino, refrendada por Bugnini, secretario.

En la exposición de motivos pastorales se recogen estas ideas:

— La solicitud pastoral de la Iglesia no sólo se dirige al pueblo de Dios en general, sino «también a grupos particulares, no ciertamente para alimentar la tenden­cia a las "facciones"..., sino para hacer frente a deter­minadas necesidades o para profundizar e intensificar la vida cristiana según las exigencias y la preparación de las personas que componen dichos grupos».

— «La experiencia demuestra la eficacia de la acción pas­toral de estos grupos».

— «La vitalidad de estos grupos... converge en las reunio­nes de oración y... en la celebración de la Eucaristía, que da plenitud a dichas reuniones y constituye su punto culminante.»

— «Actualmente es muy sentido el deseo de celebrar la Eucaristía en estos grupos.»

A continuación se dan las normas prácticas. De las cuales es la principal—para nuestra incumbencia—

los grupos a los que se les autoriza:

• Grupos esporádicos o de situación:

— reunidos para celebrar ejercicios espirituales; — reuniones para estudios religiosos o pastorales que

duren varios días; — reuniones de carácter pastoral de determinadas organi­

zaciones de la parroquia.

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• Grupos homogéneos:

— de fieles que viven lejos de la iglesia parroquial y que se reúnen periódicamente para cultivar la vida reli­giosa;

— de personas de la misma condición que se reúnen pe­riódicamente para su formación religiosa.

• Grupos familiares:

— en torno de personas enfermas o ancianas; — en torno de un difunto a quien velan.

Las normas finales de la instrucción se refieren al modo y lugar de la celebración que pueden tenerse en cuenta, te­niendo a la vista la propia instrucción.

CONCLUSIÓN

Después de esta breve introducción histórico-pastoral de la liturgia eucarística, dejamos paso a «EUCARISTÍA DOMES­TICA Y POR GRUPOS: CELEBRACIONES», que por sí mis­ma se «presentará» saliendo al paso de cada situación y ofrecien­do a los grupos humanos, a los que va dirigida, un elenco de celebraciones que responde «al deseo de celebrar la Euca­ristía», como dice la instrucción, y potenciará «su eficacia pastoral», pues, instruida por la fe oída y meditada, la litur­gia, «cumbre y fuente» de santidad, irá a la vida movida por la caridad.

RICARDO COLMENARES, CSSR.

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II

CELEBRACIONES

A) FIESTAS Y FECHAS FAMILIARES

1. Santificando el amor: Día de los enamorados.

2. Nos amamos ya de verdad: Día de la petición de mano.

3. Dos en uno para Dios: Día de la Boda.

4. Bendice, Señor, nuestra casa: Bendición del piso.

5. Ya somos uno más en casa: Nacimiento de un hijo.

6 Y lo queremos hijo de Dios: En el bautizo de un hijo.

7. Confírmanos, Señor, en la fe: Celebración de la confir­

mación.

8. Todos somos pecadores: Celebración penitencial.

9. El pan de los fuertes: Día de la primera comunión.

10 Señor, te regalamos un hijo: En la Primera Misa de un

Sacerdote.

11 Con la cruz de Cristo: La enfermedad nos visita.

12 Esperamos la resurrección: En la muerte de un familiar

o amigo.

13. Día del padre o de la madre: Liturgia familiar.

14. Renovemos nuestro amor: Aniversario de la boda. Bodas de Plata o de Oro.

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1 SANTIFICANDO E L AMOR

Día de los enamorados

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

La juventud está hecha para amar. Necesita amar y ser amada. Pero frecuentemente falsifica el amor por el egoísmo, por el placer... Hay un amor limpio que se debe fomentar, y hay otro amor que no es amor. Hoy, «Día de los enamorados», vamos a estudiar el amor. ¡Es tan bonito amar, saber amar de verdad!

CANTO DE ENTRADA (Voces Amigas)

Óyeme, tú que eres joven, tú que sabes comprender, tú que guardas en tus manos tanta fe. Tú que buscas las verdades, tú que tienes corazón, tú serás como nosotros: cantarás nuestra canción.

Canto a la flor del campo, canto al viento, canto al mar, canto a la luz que muere en el trigal.

Canto al amor sincero, canto al juego del hogar, canto a la verdadera libertad.

Canto a los verdes prados, canto al aire, canto al sol, canto a la luz del cielo y al amor.

Canto a la gente humilde que me mira sin rencor. Canto a la paz del mundo, canto a Dios.

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SALUDO DEL SACERDOTE:

Gracia y paz a vosotros, jóvenes, de parte de Dios. No améis de palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad. Amad como Dios mismo, que es amor, y que tanto nos amó, que nos entregó a su Hijo, Cristo Jesús, cuya paz sea con to­dos vosotros.

{Sigue el Acto Penitencial...)

COLECTA:

Oh Dios, fuente de amor, mira las ilusiones de nuestras vidas jóvenes y haz que nuestro amor sea santificado por el fiel cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espír i tu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. IJr Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura (Lee un joven).

MONICIÓN: Hay que dignificar el amor. Hoy, por desgracia, se cree y se toma como amor lo que es placer. San Pablo nos da normas orientadoras y prácticas sobre el tema. Escuchemos:

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS (5, 1-9)

«Sed, en fin, imitadores de Dios, como hijos amados, y caminad en el amor, como Cristo nos amó y se entregó por nosotros en oblación y sacrificio de fragancia y suave olor. La fornicación y cualquier género de impureza y avaricia ni siquiera se nombre entre vosotros, como conviene a los Santos; ni palabras torpes, ni conversaciones tontas, ni bufonerías, que no son convenientes, sino más bien hacimiento de gracias. Pues habéis de saber que ningún fornicario, o impuro, o avaro, que es como adorador de ídolos, tendrá parte en la heredad del reino de Cristo y de Dios. Que nadie os engañe con pala­bras vanas, pues por esto viene la cólera de Dios sobre los hijos rebeldes. No tengáis parte con ellos.» Palabra de Dios.

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CANTO INTERLECCIONAL: (Popular)

1. Nosotros venceremos (bis) sobre el odio con amor; algún día será. Cristo venció. Nosotros venceremos.

2. Unidos en Cristo (bis) nunca cederemos frente al mal. Cristo es nuestra luz. Cristo venció...

3. No tenemos miedo (bis). Alguien nos espera más allá de los montes y el mar. Cristo venció...

4. Y seremos libres (bis) abriendo caminos nuevos al Bien. Viviremos en paz. Cristo venció...

Segunda Lectura:

MONICIÓN: En el amor, en las relaciones hay un peligro: el de buscarse a sí mismo con cierto abuso del otro, el peligro sensual, sentimental, económico... Las palabras y la doctrina de San Juan son claras.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. JUAN (15,9-17)

«En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: —Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; per­

maneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos permaneceréis en mí amor;

lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé.

Esto os mando: que os améis unos a otros.»

29

H O M I L Í A :

1. Tanto más perfecto es el amor humano cuanto menos egoísmo haya en él.

2. El amor humano pide además sacrificio y entrega. 3. El instinto sexual no es malo, pero hay que integrarlo a nivel

personal con la razón y con la voluntad. 4. No hay que pensar que en el amor, cuanto más manifestaciones

externas, hay más amor. El amor tiene también sus normas. 5. Dios es el amor supremo y la norma de todo amor.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué opina hoy el joven sobre el amor? — ¿Cómo crees que se puede santificar o «cristianizar» el

amor humano? — ¿Cómo se pueden ayudar los jóvenes en este terreno?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, jóvenes, a Dios nuestro Padre para que nos haga comprender el amor y para que sepamos vivirlo en su pleno sentido.

— Por la Santa Iglesia, para que se conserve siempre joven, roguemos al Señor.

j— Por la juventud, para que sepa entender lo bello que es amar con pureza, roguemos al Señor.

— Por los jóvenes que preparan su futuro, para que el espíritu del Señor aliente siempre en sus corazones, roguemos al Señor.

— Por todos los jóvenes aquí presentes, para que sepamos desechar la visión egoísta del amor, roguemos al Señor.

Oh Señor, que escuchas nuestra plegaria y ves el fondo de nuestro corazón, te pedimos nos hagas comprender la dignidad del amor y que sea realidad en nosotros lo que te hemos pedido con fe.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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LITURGIA DE L.A EUCARISTÍA __

Preparación de las ofrendas:

• Unos jóvenes traen las ofrendas de pan y vino.

• Un joven trae también la «rosa-» del día de los enamorados.

CANTO DE O F E R T O R I O (J. A. Espinosa)

Te ofrecemos, Señor, nuestra juventud.

1. Este día que amanece (anochece) entre cantos y alegrías, este día en que sentimos tu presencia en nuestras vidas.

2. Ilusiones y esperanzas, la alegría del vivir todos juntos como hermanos, caminando hacia Ti.

3. Ofrecemos todos juntos nuestras vidas al Señor: los trabajos y dolores, la alegría y el amor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Nuestros dones, Señor, que son amor, suban hasta Ti y nos alcancen tu gracia y amistad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARJSTICA

P R E F A C I O :

Verdaderamente es justo y es bueno, es nuestra dignidad de hombres y nuestro gozo de creyentes darte gracias, Dios Padre nuestro, porque te revelas a nosotros como un Dios de amor. Nadie te conoce si Tú no te revelas a él y sólo el que Te conoce sabe lo que es tu amor. Eres infinitamente grande, pero no estás infinitamente lejos, al contrario, eres el más próximo y cercano.

Cuando estamos caídos y angustiados no nos muestras tu poder en el universo, sino tu debilidad en tu Hijo. Con El te dejas arrojar del mundo sobre la cruz. E n El nos das tu ayuda

31

no por medio de tu poder, sino por medio de tu sufrimiento. Por El liberas y haces limpia nuestra mirada y nos ganas con la sola fuerza de tu amor. Seamos justos o injustos, enfermos o sanos, nos arrojamos completamente en tus brazos para vivir nuestra plenitud en las tareas temporales.

¿Cómo vamos a perdernos en el fracaso, si superamos en compañía de tu Hijo la prueba del desierto? ¿Cómo nos vamos a envanecer arrogantemente por los éxitos, si llevamos con el Salvador la cruz de nuestros pecados?

Por eso, nosotros que marchamos sobre los caminos del mundo en comunión de los que nos precedieron, cuya vida estuvo iluminada por tu presencia, cantamos agradecidos tus venidas incesantes hasta nosotros, diciendo a una sola voz:

Santo, Santo, Santo...

Padre bueno, junto con todos los creyentes en el Evangelio, te pedimos con sencilla humildad, por Jesucristo Nuestro Señor: recibe estos dones, santifícalos, hazlos una fuerza irresistible en medio de este mundo y en medio de tu Iglesia, siempre necesitada de mayor vigor en la fe y en el amor. Asiste a quienes nos están unidos en la vida, y a quienes debemos nuestro agradecimiento.

Tú sabes cuántos hombres te buscan y te necesitan igual que nosotros. Que experimentemos tu cercanía aquí y encontremos de nuevo la redención que anhela nuestra existencia. No estamos solos. Nos sentimos unidos con María, la Madre de Nuestro Señor, con los apóstoles y los mártires, con todos los santos, conocidos o ignorados del mundo.

Mira cómo suspiramos por Ti y cómo buscamos cobijo entre nosotros. Por eso, recibe estas ofrendas y devuélvenoslas como bienes tuyos.

Page 17: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

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Danos el Pan de tu Hijo y que lo partamos unos para otros. Pásanos la copa de tu sangre y entonces beberemos juntos, unos con otros, la copa del dolor y de la alegría.

El nos ha dado ejemplo. Cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. 1^. Anunciamos...

Padre bueno del cielo, porque tu Hijo nos ha marcado el camino, y porque tenemos ante nuestros ojos su pasión, muerte y resurrección, su glorificación y su amor hacia nosotros, te presentamos este sacrificio, el pan de vida y la copa de salvación. Tú danos a cuantos comemos de este pan un corazón nuevo y un espíritu, el Espíritu de tu Hijo.

Que nuestra vida no sea inútil, que todos juntos formemos tu pueblo, la familia grande de tu Iglesia. Que nunca lleguemos a estar solos por causa del pecado y la maldad. Haznos donación de tu vida, de tu amor, que no conoce fronteras y es más fuerte que la muerte.

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Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

• Si hay novios, convendría que se acercaran a comulgar juntos,

CANTO DE COMUNIÓN:

Gloria, gloria, aleluia (ter) en nombre del Señor.

1. Cuando sientas que tu hermano necesita de tu amor, no le cierres tus entrañas ni el calor del corazón. Busca pronto en tu recuerdo la palabra del Señor: Mi ley es el Amor.

2. Cristo dijo que quien llora su consuelo encontrará; quien es pobre, quien es limpio, será libre y tendrá paz. Rompe pronto tus cadenas, eres libre de verdad: empieza a caminar.

3. Si el camino se hace largo, si te cansas bajo el sol, si en tus campos no ha nacido ni la más pequeña flor, coge mi mano y cantemos, unidos por el amor, en nombre del Señor.

ACCIÓN DE GRACIAS (La lee una joven):

Gracias te sean dadas, Padre, por el deseo que has puesto en el corazón de cada hombre de encontrar a sus hermanos y de vivir compartiendo con ellos su riqueza y su cultura; pues es así como el hombre se realiza a imagen y semejanza tuya.

CANTO: Que todo cuanto vive y respira alabe al Señor.

Gracias te sean dadas, Señor Jesús, porque te has despojado de tus privilegios de Hijo de Dios,

3.—EUCARISTÍA DOMESTICA

Page 18: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

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de tus derechos como Hijo de Abraham y hasta de tu vida de hombre. Porque has abrazado a cuerpo limpio la condición humana y te has prestado a cualquier encuentro.

CANTO: Que todo cuanto vive y respira alabe al Señor.

Gracias te sean dadas, Espíritu Santo, porque nos haces comulgar a unos con otros, aun cuando algunos, a veces, nos resistamos; y porque en tu Persona toda persona se refleja: el extraño se hace huésped, el pagano se hace hermano, el adversario, amigo y todos, comensales de Dios.

CANTO: Que todo cuanto vive y respira, alabe al Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Gracias te sean dadas, Señor, por la participación en tu Cuerpo y Sangre. Que la recepción de tus sacramentos en la tierra y el amor con que nos amamos, sean promesa de la gloria que nos prometes en tu reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL:

Viva la gente. La hay dondequiera que: vas. Viva la gente. Es lo que nos gusta más. Con más gente a favor de gente en cada pueblo y nación, habría menos gente difícil y más gente con corazón (bis)

Gente de las ciudades y también del interior, la vi como un ejército, cada vez mayor.

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Entonces me di cuenta de una gran realidad: las cosas son importantes pero la gente lo es más.

Dentro de cada uno hay un bien y hay un mal mas no dejes que ninguno ataque a la Humanidad Ámalos como son; mas lucha porque sean los hombres y mujeres que Dios quiso que fueran.

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2 NOS AMAMOS YA DE VERDAD

Día de la petición de mano

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Hermanos y amigos: por designio de Dios, todo hombre tiene una misión que cumplir en la vida. Y es muy importante la elección del camino.

Hoy nos hemos congregado para acompañar a dos jóvenes que han decidido escoger el camino del amor, en el sacramento del matrimonio, para llegar hasta Dios. Unámonos a su ilu­sión y oremos para que este anhelo suyo sea realidad un día.

CANTO DE ENTRADA (T. Aragüés)

Juntos para soñar nuevas inmensidades, juntos para marcar ritmos de nuevo amor.

Juntos miramos la vida, juntos al amanecer, juntos formamos la espiga del día nuevo que va a nacer.

Juntos alzamos la copa llena hasta el borde de amor, juntos bebemos estrellas en brindis nuevo de juventud.

Juntos marchamos unidos como escuadrón de amor, juntos templamos en forja la paz de un mundo nuevo y mejor.

Juntos tendemos los ojos sobre el espejo de Dios, juntos sentimos la tierra mientras cantamos: «Dios es amor.»

SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos, que vuestro amor aumente más y más en conocimiento y en toda forma de discreción, para que alcan­céis un criterio perfecto. Así seréis santos e irreprochables Para el día de Cristo, cuya paz os conceda Dios, el Señor.

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(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Ilumina, Señor, el camino de nuestro «mor con la luz de tn mirada para que conozcamos nuestro deber y tengamos la fuerza de cumplirlo. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive,

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: El amor cristiano es una participación del amor de Dios. El amor humano ha de ser un reflejo y copia de estq amor divino.

i

LECTURA DEL LIBRO DE TOBÍAS (8,5-10)

«Tobías dijo a Sara: —Somos descendientes de un pueblo de santos, y no po­

demos unirnos como los paganos que no conocen a Dios. Se levantaron los dos y juntos se pusieron a orar con fer­

vor. Pidieron a Dios su protección. Tobías dijo: —Señor, Dios de nuestros padres, que te bendigan el cielo,

la tierra, el mar, las fuentes, los ríos y todas las criaturas que en ellos se encuentran. Tú hiciste a Adán del barro de la tierra y le diste a Eva como ayuda. Ahora, Señor, tú lo sabes: si yo me caso con esta hija de Israel, no es para satis­facer mis pasiones, sino solamente para fundar una familia en la que se bendiga tu nombre por siempre.

Y Sara, a su vez, dijo: —Ten compasión de nosotros, Señor; ten compasión. Que

los dos juntos vivamos felices hasta nuestra vejez.» Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (118) (J. A. Espinosa)

Tu Palabra me da vida; confío en Ti, Señor; tu Palabra es eterna, en ella esperaré.

Page 20: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

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1. Dichoso el que con vida intachable camina en la ley del Señor; dichoso el que guardando sus preceptos lo busca de todo corazón.

2. Postrada en el polvo está mi alma, devuélvame la vida tu Palabra; mi alma está llena de tristeza, consuélame, Señor, con tus promesas.

3. Escogí el camino verdadero, y he tenido presentes tus decretos; correré por el camino del Señor cuando me hayas ensanchado el corazón.

4. Este es mi consuelo en la tristeza sentir que tu Palabra me da vida; por las noches me acuerdo de tu nombre, recorriendo tu camino dame vida.

5. Repleta está la tierra de tu gracia, enséñame, Señor, tus decretos; mi herencia son tus mandatos, alegría de nuestro corazón.

Segunda Lectura

MONICIÓN: La vivencia en el amor reporta siempre alegría y paz. Permanecer en el amor de Dios es garantía de seguridad y de unión entre los hermanos.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (14, 23-29)

«En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: —El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo ama­

rá, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras; y la palabra

que estáis oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió. Os he hablado ahora que estoy a vuestro lado; pero el

Paráclito, el Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nom­bre, será quien lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.

La paz os dejo, mi paz os doy: No os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais os alegraríais de que vaya al Padre, porque el

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Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes que suceda, para que cuando suceda sigáis creyendo.»

H O M I L Í A :

1. Dios es fuente de amor. Dos jóvenes piden hoy a Dios que ben­diga su amor y dan gracias porque el amor ha nacido en sus corazones.

2. Evoquemos el recuerdo de la primera pareja. Entre ellos había armonía, unidad de destino, igualdad fundamental.

3. Hoy, entre vosotros va a haber una promesa de amor santo, leal, auténtico. Lo «auténtico» se prueba por la caridad.

4. Un estudio y una ilusión que se harán realidad dentro de poco. 5. Amigos N. y N., soñad en ser felices de cara a Dios y al deber

cumplido.

Ideas para el diálogo;

— ¿Qué piensa hoy el hombre sobre el matrimonio? — ¿Cuál es el fin de las relaciones prematrimoniales? — ¿Crees que se vive la preparación matrimonial espiri-

t Raímente. — ¿Cómo se enjuician las cualidades de novio y novia

en el momento de la elección?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

A ejemplo de Sara y Tobías, unidos en el amor, elevemos, hermanos, nuestra sincera plegaria a Dios Padre .

— Por la Santa Iglesia, para que, fiel al mandato de Cris­to, enseñe siempre a sus hijos el camino del amor verdadero, roguemos al Señor.

— Por los padres de familia, para que, como «testigos de la fe», orienten a sus hijos y les ayuden a escoger el camino mejor para ir a Dios, roguemos al Señor.

— Por los educadores, para que sepan educar a la juventud en el camino de la verdad y del bien, roguemos al Señor.

— Por N. y N., para que este paso emprendido hoy con ilusión les haga perseverar siempre en el amor, rogue­mos al Señor.

Oh Dios, fuente de todo amor sincero, santifica con tu gracia a estos jóvenes en cuyo corazón ha nacido el amor, a fin de que vivan felices su juventud y permanezcan unidos en tu servicio.

Por Jesucristo nues t ro Señor. Amén.

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LITURGIA DE I A EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Los dos jóvenes prometidos traen el pan y el vino del sacrificio. • Traen también los anillos, que, colocados sobre el altar, se en­

tregarán uno a otro después de la comunión.

CANTO DE O F E R T O R I O (J. A. Espinosa)

Te ofrecemos, Señor, nuestra juventud,

1. Este día que amanece (anochece) entre cantos y alegrías este día en que sentimos, tu presencia en nuestras vidas.

2. Ilusiones y esperanzas: la alegría de vivir todos juntos como hermanos caminando hacia Ti

3. Ofrecemos todos juntos nuestras vidas al Señor: los trabajos y dolores, la alegría y el amor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Recibe, Padre de bondad, estas ofrendas que con amor y con ilusión te presentamos en este día de gozo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, nuestro deber y salvación, bendecirte, Señor, Padre Santo creador de todas las cosas que has modelado al hombre a tu imagen y semejanza; Tú eres quien haces surgir en nosotros el amor y lo conservas Tú, desde la eternidad has marcado el destino de los hombres, uniéndolos por parejas, para que en la entrega del matrimonio encontraran la compañía, el gozo del amor pleno el reposo de quien es correspondido por aquel a quien se ama, el enriquecimiento de los afectos y los valores humanos, y la paz al saberse apoyado por otro en la vida.

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A la vez, en los planes de tu Sabiduría, de la luz admirable del amor de un hombre y una mujer, has querido que surgiera la palpitación de la vida, para que en la generosidad el género humano se continuara y en el calor del hogar la raza de los hombres, tuviera un nido digno de quien ha sido llamado a ser el señor de la t ierra.

Por lo cual, unidos a los ángeles y santos, cantamos, sin cesar, el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Te bendecimos porque al contemplar la unión de estos jóvenes, sabemos que has derramado sobre ellos tu bendición y tu gracia. Y al descubrir en ellos un reflejo de tu amor, no podemos menos que cantar toda la grandeza de tu corazón de Dios.

En efecto, después de crearnos por amor, nos has redimido, manifestándonos un amor más grande aún. Tú eres el Padre del pueblo escogido; Tú has hecho con él una familia y los has llamado tus hijos. Tú te has presentado a la humanidad como el esposo que, herido por el amor viene en busca de la esposa.

Tu amor, oh Dios, ha llegado a la locura de los enamorados, cuando en la plenitud de los tiempos y en el colmo de ese amor, has enviado a tu Hijo, para que entregado en rescate por los pecados de todos y lavada la humanidad pecadora en la sangre de la Cruz, te presentara una Esposa sin mancha ni arruga, santa e in­maculada.

Tu Iglesia, en verdad, es como una esposa engalanada para las bodas. Y Tú, Padre, preparas hoy un banquete nupcial en la sala de los elegidos, donde nos ofreces en abundancia el pan y el vino de la salva­ción.

El mismo pan que, Jesucristo, tu Hijo, la víspera de su pasión, tomó en sus santas y venerables manos, y después de dar gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

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Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la Cena, tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y Este es el sacramento de nuestra fe fy Anunciamos...

Por eso, Señor, Dios nuestro, esto debe ser un signo de nuestra fe y por eso recordamos la pasión y muerte de tu Hijo, su Resurrección de entre los muertos y su glorificación junto a Ti. Sabemos que, sentado a tu diestra, intercede por nosotros y que vendrá un día, cuando Tú lo decidas, a juzgar a vivos y muertos. Te pedimos, Señor: envía tu Espíritu Santo, el Espíritu que da vida y es la fuerza de Jesucristo.

Bendice con tu amor la alianza de estos jóvenes que te dan gracias por su amor y que esperan de tu mano la dicha y la alegría. Que crezcan y maduren en auténtica bondad, en auténtica humanidad. Dales tu Espíritu y aquella manera de ser que contemplamos en Jesucristo, tu Hijo.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíri tu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

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RITO DE COMUNIÓN

• Al terminar la Comunión, se acercan los dos jóvenes y se en­tregan mutuamente los anillos de prometidos.

CANTO DE COMUNIÓN:

Dad gracias al Señor porque es bueno, dad gracias al Dios de los Dioses, dad gracias al Señor de los Señores, todos juntos a Dios demos gracias.

Porque su amor no tiene fin (ter)

Porque El hizo maravillas, El hizo sabiamente los cielos, El afianzó sobre las aguas la tierra, todos juntos a Dios demos gracias.

Porque su amor no tiene fin (ter)

Guió por el desierto a su pueblo hirió a reyes famosos, dio muerte a reyes poderosos, todos juntos a Dios demos gracias.

Porque su amor no tiene fin (ter).

ACCIÓN DE GRACIAS (La lee la joven prometida):

«Bendito seas tú, Dios, con toda bendición pura y santa, y te bendigan tus santos y todas tus criaturas y todos tus ángeles y todos los elegidos; bendígante por los siglos.

Bendito Tú, que nos has alegrado, y que has obrado con nosotros según tu gran misericordia.

Bendito seas tú, Señor, que tuviste misericordia con estos dos hijos tuyos; ten de ellos piedad y concédeles acabar en bien su vida con tu alegría y tu misericordia.» (Tob 8, 15-17)

ORACIÓN DESPUÉS D E LA COMUNIÓN:

Oh Dios, que nos has manifestado tu amor en esta Eucaristía,

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concédenos vivir siempre unidos y llegar a la plenitud del amor en tu Reino glorioso. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (N. Espiritual)

Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor.

Un largo caminar por el desierto bajo el sol; no podemos avanzar sin la ayuda del Señor. Unidos al rezar, unidos en una canción viviremos nuestra fe, siempre en lucha por el bien. La Iglesia en marcha está. A un mundo nuevo vamos ya, donde reinará el amor, donde reinará la paz.

3 DOS EN UNO PARA DIOS Día de la boda

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

El amor humano solamente lo dignificaremos al pie del altar y uniéndolo al amor de Dios. Hoy nos hemos reunido, hermanos, para celebrar la santificación de este amor que dos jóvenes se van a prometer para siempre. Unámonos a su alegría, no solamente con nuestr?. presencia física, sino rezando, juntos, por ellos para que sean felices y fieles a lo que van a pro­meter.

CANTO DE ENTRADA: (N. Espiritual)

En el Señor estamos congregados para formar una familia joven y caminar detrás de tus pisadas hacia la verdad.

Cantaré al Señor, la luz de nuestra senda, es el Señor quien limpia nuestra frente es el Señor la tierra que buscamos, es el Señor.

Une tu voz con los que peregrinan, une tu voz con los que aman la vida, une tu voz y canta la alegría: me busca Dios.

Sigue así: ¡Qué hermosa nuestra vida, al unir tantos grandes afanes en común por la victoria plena del Amor.

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SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos: la paz y la gracia, la alegría y el gozo en Cristo Jesús para todos vosotros, los que sentís el amor, a fin de que sepáis santificaros y uniros en el amor verdadero.

(Sigue el Acto Penitencial...)

COLECTA:

Te suplicamos, Dios Padre Todopoderoso, que santifiques el amor y que concedas a todos los matrimonios de la tierra la fidelidad y la perseverancia.

Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que vive...

LITURGIA 1>E LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Muchos matrimonios piensan, que el matrimo­nio es solamente presencia, cercanía. Ante todo, el matrimonio es entrega, sacrificio, donación. Así lo pensó Dios desde el prin­cipio.

LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS (2, 18-24)

El Señor Dios se dijo: «No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle al­

guien como él que le ayude.» Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias

del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera.

Así el hombre puso nombre a todos los animales domés­ticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no se encontraba ninguno como él que le ayudase. Entonces el Señor Dios dejó caer sobre Adán un letargo; y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre haciendo una mujer. Y se la presentó al hombre.

Y el hombre dijo:

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«¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!» Su nombre será mujer porque ha nacido del hombre. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 117 (M. Manzano)

Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Aleluya, aleluya.

1. Que lo diga la casa de Israel: \ es eterna su misericordia.

Que lo diga la casa de Aarón: es eterna su misericordia. Que lo digan los fieles del Señor: es eterna su misericordia.

2. Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos: «La diestra del Señor es poderosa, es excelsa la diestra del Señor.»

3. Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Yo no he de morir, yo viviré para contar las hazañas del Señor.

Segunda Lectura

MONICIÓN: La presencia de Cristo en la vida es necesaria, mucho más en nuestra vida familiar; en nuestra oración, en nuestro trabajo, en nuestras diversiones, Cristo tiene que ser el compañero y el amigo inseparable.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (2,1-11)

En aquel tiempo, había una boda en Cana de Galilea y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos también estaban invitados a la boda.

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Faltó el vino y la madre de Jesús le dice: —No les queda vino. Jesús le contesta: —Mujer, déjame: todavía no ha llegado mi hora. Su madre dice a los sirvientes: —Haced lo que él os diga. Había allí colocadas seis j jnajas de piedra para las puri­

ficaciones de los judíos, de uncís cien litros cada una. Jesús les dice: —Llenad las tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les manda: —Sacad ahora y llevádselo al mayordomo. Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua conver­

tida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al novio y le dice:

—Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el malo; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.

Así en Cana de Galilea, Jesús comenzó sus signos, ma­nifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos.

HOMILÍA:

1. El amor es una necesidad en todo hombre. 2. El hombre tiene que amar y ser amado. 3. En el matrimonio se unen dos seres con cuerpo y con alma. 4. Para ello tienen que unir:

a) Dos cuerpos: atracción mutua. b) Dos corazones' comprensión mutua. c) Dos almas: santificación mutua.

5. Amor ideal para el matrimonio ha de ser el amor divino, reflejado en la vida de piedad familiar.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué ventajas se buscan en el matrimonio? — ¿Suelen rezar juntos, marido y mujer? — ¿Qué problemas surgen en la vida matrimonial? — ¿IJOS hijos pueden aportar algo positivo a la vida ma­

trimonial?

{Véase el Ritual del Matrimonio.)

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Invoquemos, hermanos, sobre estos esposos la bendición de Dios, para que proteja con su auxilio a quienes ha unido en el Sacramento, del matrimonio.

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— Por nuestra Santa Madre la Iglesia, para que Dios le conceda ser fiel a la aliarla, roguemos al Señor.

— Por el crecimiento de la caridad, para que el amor cris­tiano triunfe del egoísmo y se asemeje al amor de Cristo por su Iglesia, roguemos ai Señor.

— Por estos dos jóvenes esposos, para que Dios les dé la gracia de participar en su amor fecundo y ser fieles en los dolores, roguemos al Señor.

— Por los jóvenes que se preparan al matrimonio, para que comprendan plenamente sus exigencias de amor y fidelidad, roguemos al Señor.

— Por todas las familias aquí presentes, para que se re­nueven en el amor y la unidad, roguemos al Señor.

Oh Dios, fuente de alegría y de felicidad, te pedimos hagas descender sobre nosotros tu bendición, para que gocemos siempre de tu amistad.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Los dos jóvenes esposos presentan las ofrendas al sacerdote.

CANTO DE OFERTORIO: (N. Espiritual)

1. Traigo ante Ti nuestra oculta inquietud: amar la justicia y la paz, la sed de todos los hombres sin luz, la pena y el triste llorar. El pan de nuestro trabajo sin fin, el vino de nuestro cantar:

Sabemos que vendrás, sabemos que al final los hombres creerán en tu amistad (bis).

2. Sombras y luces rodean mi andar ¿a dónde el camino irá? junto a mí pasan los que como yo caminan buscando tu paz. Tú que eres vida, Camino y Verdad, guíanos, danos tu paz:

4.—EUCARISTÍA DOMESTICA

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Te ofrecemos, Señor, junto con estos dones, nuestra alegría y la de estos jóvenes esposos y te pedimos que dure para siempre.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EÜCARISTICA

(La misma de la Celebración anterior, págs. 40-42.)

RITO DE COMUNIÓN

• Los esposos comulgan bajo las dos especies.

CANTO DE COMUNIÓN: Estribillo: Oh Padre nuestro

Bendigamos al Señor que nos une en caridad y nos nutre con su amor en el pan de la unidad.

Conservemos la unidad que el Maestro nos mandó: donde hay guerra que haya paz, donde hay odio que haya amor.

El Señor nos ordenó devolver el bien por mal, ser testigos de su amor perdonando de verdad.

Al que vive en el dolor y al que sufre soledad entreguemos nuestro amor y consuelo fraternal.

El Señor que nos llamó a vivir en la unidad, nos congregue con su amor en feliz eternidad.

ACCIÓN DE GRACIAS {La lee una joven):

En nombre de N y N queremos hoy, todos juntos darte gracias, Padre de Jesucristo y Padre nuestro. Porque se han dado el uno al otro y han descubierto en ellos nuevos atractivos y afinidades más fuertes.

TODOS: Te damos gracias, Señor.

Porque se han unido el uno al otro y se saben libres frente a la vida, responsables, en fin, de su destino sin temores ni infantilismos.

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TODOS: Te damos gracias, Señor.

Porque se han dado el uno al otro y han aprendido que la ternura da a la vida una luz insospechada; porque han sentido el mismo gozo que Tú sientes al amar a los hombres.

TODOS: Te damos gracias, Señor.

Porque han saboreado la alegría y saben que el amor es más fuerte que el tiempo, y que la esperanza es más fuerte que las dudas; porque han sabido así renovar su fe en la Resurrección de tu Hijo.

TODOS: Te damos gracias, Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Envíanos tu Espíritu: para que el pan que juntos hemos comido y el vino nupcial que hemos bebido, fortalezca nuestro amor y nuestra amistad en tu amor de Padre.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

CANTO FINAL: (J. A. Espinosa)

Te damos gracias, Señor, de todo corazón. Te damos gracias, Señor, cantamos para Ti.

1. A tu nombre daremos gracias por tu amor y tu lealtad. Te llamé y me escuchaste, aumentaste el valor en mi alma.

2. Te alaban los reyes de la tierra porque oyeron la voz de tu palabra, y en los caminos del Señor van cantando, porque grande es la gloria del Señor.

3. Si camino en medio de la angustia, me das vida a pesar del enemigo. Tú miras al pobre y al humilde; grandioso es el Señor.

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4 BENDICE, SEÑOR, NUESTRA CASA

Bendición del piso

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

La casa, el piso, tendría que ser el lugar donde reinase siem­pre la alegría y la paz. No siempre es así. No sabemos com­prender la profundidad de una casa bien administrada, bien ambientada, bien santificada por todos los que la habitan día y noche. A todos toca colaborar en favor del bien y de la alegría familiar. Que esta Eucaristía con la que vamos a estrenar el nuevo piso, nos alcance a todos la caridad y la alegría que vamos a vivir en esta hora.

CANTO DE ENTRADA: (Salmo 121: M. Manzano)

Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor.» Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

1. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor.

2. Desead la paz a Jerusalén: Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, en tus palacios seguridad.

SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos: El Dios que habita en nuestros corazones, san­tifique esta morada y nos dé a todos el amor, la alegría y la unidad.

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(Sigue el Acto Penitencial)

COLECTA:

Te suplicamos, Señor, que esta casa, construida con el trabajo del hombre, sea para todos los que en ella habiten, morada de paz y de amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, qne vive,

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Hay una morada de los cuerpos: son nuestras casas. Hay también una morada de las almas: son nuestros cuerpos. Respetemos nuestras moradas para santificar nuestras almas.

LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DE SAN PABLO A LOS CORINTIOS (5, 1-10)

Pues sabemos, que si la tienda de nuestra mansión terrena se deshace, tenemos de Dios una sólida casa, no hecha por mano de hombre, eterna, en los cielos. Gemimos en esta nuestra tienda, anhelando sobrevestirnos de aquella nuestra habita­ción celestial, supuesto que seamos hallados vestidos, no des­nudos. Pues realmente, mientras moramos en esta tierra ge­mimos oprimidos, por cuanto no queremos ser demudados, sino sobrevestidos, para que nuestra mortalidad sea absorbida por la vida. Y es Dios quien así nos ha hecho, dándonos las arras de su espíritu. Así estamos siempre confiados, persuadi­dos de que mientras moramos en este cuerpo, estamos ausentes del Señor, porque caminamos en fe y no en visión, pero con­fiamos y quisiéramos más partir del cuerpo y morar junto al Señor.

Por esto, presentes o ausentes, consideramos como un honor serle gratos, puesto que todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo para que reciba cada uno según lo que hubiere hecho por el cuerpo, bueno o malo. Palabra de Dios.

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PLEGARIA RESPONSORIAL:

y El Señor es bueno, no tiene fin su amor

IJT El Señor es bueno, no tiene fin su amor

y Te damos gracias, Padre, porque nos abres las puertas de tu casa y nos muestras tus secretos.

ty El Señor es bueno, no tiene fin su amor.

y Te bendecimos, Padre, porque nos señalas el camino que lleva hacia tu casa: Jesucristo, tu propio Hijo.

I$T El Señor es bueno, no tiene fin su amor.

y Te bendecimos, Señor Jesús, porque tú eres el camino que nos lleva a la casa del Padre.

IJT El Señor es bueno, no tiene fin su amor.

y Que nuestra casa, Señor, nunca se cierre a los demás en la incomprensión, el miedo o la soledad; sino que sea lo que Tú quieres: anticipo de nuestra casa familiar y defi­nitiva del cielo.

I$T El Señor es bueno, no tiene fin su amor.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Nuestra casa merece un gran respeto. Hemos de cuidarla con interés y cariño para que sea de verdad escuela de unidad y de santificación.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LU­CAS (12, 35-40)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: —Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: vos­

otros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.

Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar los encuen­tra en vela: Os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.

Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuen­tra así, dichosos ellos. Comprended que si supiera el dueño de la casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete.

Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del hombre.

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H O M I L Í A :

1. La casa: morada de los cuerpos. Los cuerpos: morada de las al­mas. Pero ambas moradas son caminos para llegar a la morada definitiva: El Reino de Cristo.

2. Ya tenemos piso. Era una gran ilusión para todos. Pero pensemos que este piso no es para siempre. No nos instalemos demasiado en él.

3. Un día lo hemos de dejar. Por eso tratemos de pasar por él san­tificando nuestra estancia.

4. Que Dios se pueda invitar siempre a nuestra casa. 5. Dios puede llamar a nuestra puerta en cualquier momento. Que

cuando llame el Señor, le abramos la puerta y podamos reci­birle siempre con alegría.

Ideas para el diálogo:

— ¿Cómo queréis que sea vuestro piso? — ¿Qué medios adoptar para hacerlo hogar de paz y de

alegría? — ¿El piso, amueblado a gusto del marido o de la mujer? — ¿Crees que el piso educa a los hijos?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Hermanos: unidos a todos los cristianos del mundo, pida­mos al Señor que bendiga nuestras casas, para que sean siempre moradas del Espír i tu.

— Por la Santa Iglesia, familia universal, para que acoja siempre a todos los que nos llamamos hijos suyos, ru­guemos al Señor.

— Por los que no tienen casa, para que el Señor los pro­teja con su paternal Providencia, roguemos al Señor.

— Por los niños del mundo entero que han perdido su ho­gar en las desgracias de la humanidad, para que el Señor sea su apoyo a lo largo del camino de su vida, roguemos al Señor.

— Por nuestras casas, para que sepamos hacer de ellas mo­radas del Espíritu de Dios, roguemos al Señor.

Oh Dios, cuyo Hijo plantó su tienda entre nosotros, concédenos que sepamos santificar con nuestra conducta la morada que hoy nos regalas.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Toda la familia se adelanta para traer los dones. El padre de familia trae la llave simbolizando que la casa se pone en manos de Dios.

CANTO D E O F E R T O R I O : (N. Espiritual)

Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor.

1. Un largo caminar por el desierto bajo el sol; no podemos avanzar sin la ayuda del Señor.

2. Unidos al rezar, unidos en una canción, viviremos nuestra fe con la ayuda del Señor.

3. La Iglesia en marcha está; a un mundo nuevo vamos ya, donde reinará el amor, donde reinará la paz.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Suba hasta Ti, Señor, nuestra plegaria; acepta los dones que te presentamos y derrama en nuestra casa y en todos nosotros el don de tu claridad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P E E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.

Porque en esta casa visible que hemos construido, donde reúnes y proteges sin cesar a esta familia que hacia Ti peregrina, manifiestas y realizas de manera admirable el misterio de tu Comunión con nosotros. En este lugar, Señor, t ú vas edificando aquel templo que somos nosotros, y asi la Iglesia, extendida por toda la tierra,

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crece unida, como Cuerpo de Cristo, hasta llegar a ser la nueva Jerusalén. verdadera visión de paz.

Por eso, Señor, te celebramos en el templo de tu gloria y con todos los ángeles te bendecimos y glorificamos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Padre, Tú permaneces más allá de toda luz; nadie jamás te ha visto; creemos, sin embargo, que eres Dios de los hombres, que convives con nosotros, que estás a nuestro lado como el corazón del amigo está junto a su amigo.

Así fue como te nos mostraste en Jesús, tu Hijo. El nos dijo que eres nuestro Padre, que eres la bondad y la abundancia, que eres la plenitud del amor.

El nos ha reunido ahora alrededor de esta mesa, como a hijos de una misma familia, nosotros recordamos la noche en que fue entregado, la noche en que tomando el pan, dándote gracias, lo partió, y lo dio a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, qne será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y Este es el sacramento de nuestra fe. i y Anunciamos...

Que tu espíritu, Señor, nos una a todos los que en el mundo quieren ser testigos de tu amor:

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En unión con el obispo de Roma, que preside la caridad de las Iglesias; en unión con los hombres que consagran su vida a instaurar la paz y la comprensión entre los pueblos; en unión con todos los que trabajan para convencer a las naciones ricas a que den sin esperar nada a cambio; en unión con todos los que dan sin calcular y reparten sus bienes, los superfluos y los necesarios.

De esta forma, esta tierra endurecida, empezará a ser más habitable para todos y Jesucristo vivirá con cada uno de los hombres.

Por Cristo, con él y en él, a ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (J. A. Espinosa)

No podemos caminar con hambre bajo el sol. Danos siempre el mismo pan: tu cuerpo y sangre, Señor.

1. Comamos todos de este pan, el pan de la unidad. En un cuerpo nos unió el Señor, por medio del amor.

2. Señor, yo tengo sed de Ti, sediento estoy de Dios; pero pronto llegaré a ver el rostro del Señor.

3. Por el desierto el pueblo va cantando su dolor; en la noche brillará tu luz: nos guía la verdad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Te damos gracias, Señor en este día de alegría en que todos juntos hemos sentido tan de cerca tu presencia, y te pedimos que sigas derramando tu bondad sobre cada uno de nosotros y sobre nuestras casas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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RITO DE DESPEDIDA

{Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO. FINAL: (M. Ríos)

Escucha, hermano, la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día.

Ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol en que los hombres volverán a ser hermanos. (Todos dos veces).

Si en tu camino sólo existe la tristeza y el canto amargo de la soledad completa.

Si es que no encuentras la alegría en esta tierra, búscala, hermano, más allá de las estrellas.

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YA SOMOS UNO MAS EN CASA

Nacimiento de un hijo

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Hermanos: un nuevo ser, un hermano más, viene a com­partir nuestro pan: dolores y esperanzas, alegrías y lágrimas. Junto a él, en esta Eucaristía, vamos a sentir la ilusión de co­menzar otra vez nuestra vida. Pidamos para él y para todos nosotros una vida bien orientada hacia Dios.

CANTO DE ENTRADA (Negro Espiritual)

Día y noche van tus ángeles, Señor, conmigo. Día y noche pienso que Tú estás en mi.

1. Si anochece en el camino, van tus... Si en la noche pierdo el rumbo, pienso que...

2. Si camino entre los hombres van tus... Al servirles cada día, pienso que...

3. Si me encuentro triste y solo, van tus... En las luchas de la vida, pienso que...

SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos: Que la paz y la alegría del Señor una vuestros espíritus; que vuestras vidas sean testimonio y ejemplo de fe, de entrega, de amor para todos .los hermanos que caminan y riven junto a vosotros.

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(Sigue el Acto Penitencial...)

COLECTA:

Te pedimos, Señor, por este hermano pequeño que hoy empieza el camino hacia Ti. Líbralo de todo mal y que la gracia de tu amor sea siempre su defensa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Desde el primer paso en la vida, cada uno lleva un ángel a su lado. Dios defiende al pobre y al necesitado. En la vida todos necesitamos de Dios. Pero la promesa del Señor nos consuela y da seguridad.

LECTURA DEL LIBRO DEL ÉXODO (23, 20-25)

Yo mandaré a un ángel ante ti, para que te defienda en el camino y te haga llegar al lugar que te he dispuesto. Acátale y escucha su voz, no le resistas, porque no perdonará vuestras rebeliones y porque lleva mi nombre; pero si escuchas su voz y haces cuanto yo diga, seré enemigo de tus enemigos, y oprimiré a tus opresores, pues mi ángel marchará delante de ti y te conducirá a la tierra de los amorreos, de los jéteos, de los fereceós, de los cananeos, de los javeos y de los jebuseos, que yo exterminaré. No adores a sus dioses ni les sirvas; no imites sus costumbres, derriba y destruye sus cipos. Servirás a Jahvé, tu Dios, y El bendecirá tu pan y tu agua, y alejará de en medio de ti las enfermedades y no habrá en vuestra tierra mujer que aborte ni estéril y colmaré el número de tus días. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 117 (M. Manzano)

Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Aleluya, aleluya.

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1. Que lo diga la casa de Israel: es eterna su misericordia. Que lo diga la casa de Aarón: es eterna su misericordia. Que lo digan los fieles del Señor: es eterna su misericordia.

2. Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos: «La diestra del Señor es poderosa, es excelsa la diestra del Señor.»

3. Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Yo no he de morir, yo viviré para contar las hazañas del Señor.

Segunda Lectura

MONICIÓN: La sencillez es una virtud que nos acerca a Dios. El Señor quiere que seamos sencillos en todo momento. Escu­chemos sus palabras.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MA­T E O (18, 1-10)

En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús di­ciendo:

—¿Quién será el más grande en el Reino de los Cielos? El, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo:

—En verdad os digo, si no os volviereis y os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Pues el que se humillare hasta hacerse como un niño de éstos, ese será el más grande en el reino de los cielos, y el que por Mi recibiere a un niño como éste, a mí me recibe; y al que escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valiera que le colgasen al cuello una piedra de molino de asno y lo hundieran en el fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Porque no puede menos de haber escándalos; pero, ¡ay de aquel por quien viniere el escándalo!

63

H O M I L Í A :

1. Sin una familia que le acogiera, nada podría hacer este niño que ha comenzado a vivir su vida.

2. Pero el Señor es fiel, que no abandona a los que de El se fían. 3. Los niños, de manera especial cautivan el corazón de Dios. Para

Dios, los débiles son los primeros y los preferidos en el amor. 4. Seamos niños siempre ante el Señor para que podamos merecer

su predilección. Pidamos al Señor, saber renacer hoy a una nueva infancia espiritual.

Ideas para el diálogo:

— ¿Crees que los padres están generalmente preparados para tener y educar a los hijos?

— ¿Quién debe educar a los hijos, el padre o la madre? — ¿Suelen los padres obrar responsablemente en la pro­

creación de los hijos?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, al Señor por N., recién nacido, para que la presencia amorosa de Dios aliente siempre su vida y la de todos los hombres.

— Por la Iglesia de Cristo, para que cual familia fecunda, crezca siempre en santidad y en número de hijos, roguemos al Señor.

— Por las naciones y sus gobernantes, para que salvaguarden y promuevan los valores de la familia y del amor en la sociedad actual, roguemos al Señor.

— Por los padres y educadores, para que con su ejemplo eduquen a los niños en la fe, laboriosidad, alegría y servicio cristiano, roguemos al Señor.

— Por este niño N. nuestro hijo y hermano menor, para que crezca sano en el cuerpo y fuerte en el espíritu cristiano, roguemos al Señor.

— Por esta familia aquí reunida en torno a los padres de este niño recién nacido, para que Dios bendiga a todos largamente, roguemos al Señor.

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64

Te pedimos, Señor, que el camino de nnestra vida sea iluminado siempre por la luz de tu providencia. Así podremos llegar, juntos, a la patria que nos tienes preparada. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Durante el ofertorio, se coloca al niño cerca del altar.

CANTO DE O F E R T O R I O : (Salmo 126. M. Manzano)

Que el Señor nos construya la casa, que el Señor nos guarde la ciudad; que nos llene de su riqueza, que nos guarde siempre del mal.

1. Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas.

2. Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de la fatiga: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

3. La herencia del Señor son los hijos, su salario el fruto del vientre: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud.

4. Dichoso el hombre que llena con estas flechas su aljaba; no será derrotado al litigar con sus adversarios en la plaza.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

E n este momento de intimidad y de sinceridad, te pedimos, Señor, que aceptes nuestra oración y respondas al deseo que te exponemos en favor de este hijo tuyo y nuestro. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, nuest ro deber y salvación, bendecirte, Señor, Padre Santo, por Jesucristo, t u Hijo:

Por tu Palabra has creado todas las cosas; derramaste, como un sembrador, la semilla del bien y de la belleza; y el mundo todo: las cosas, los campos, las montañas y los valles, los peces del mar y los animales del aire y de la t ierra comenzaron a existir.

Has creado también al hombre pero con una dignidad mayor. Tú has hecho, qne, al recibir el ser, tuviéramos conciencia de nuestra grandeza: nos has dado inteligencia, para que descubriéramos lo que has hecho en el mundo; has puesto en nuestras manos el uso de la libertad, para que, guardando voluntariamente tu Palabra hiciéramos fructificar la semilla de nuestra dignidad humana, realizándonos como hombres auténticos.

Tú nos has dado a Jesucristo, el hombre que recibió en Sí toda semilla, y muriendo, como el grano de trigo, la ha hecho fructificar, llegando a ser el hombre perfecto, la primera criatura de la nueva creación, el Primogénito de los Resucitados y la norma de la historia.

Por lo cual, unidos a los ángeles y santos, confesamos las maravillas que haces con nosotros, diciendo, sin cesar, el h imno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Bendito, Tú, Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Antes de la fundación del mundo, nos elegiste y destinaste a ser tus hijos. Nos has arrancado del poder de las tinieblas y nos has transportado al Reino de tu Hijo querido. El es la imagen y el resplandor de tu gloria; todo ha sido creado para El y en El tenemos la Redención, el perdón de los pecados.

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Pues en la noche en que fue traicionado, tomó el pan en sus manos, levantó los ojos hacia Ti, su Padre, te dio gracias, lo partió y repartió entre sus discípulos diciendo.

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, qne será entregado por vosotros.

Del mismo modo tornó la copa, recitó la acción de gracias y dijo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y Este es el sacramento de nuestra fe Tty Anunciamos...

Por eso, Señor Dios nuestro, debe ser esto un signo de nuestra fe y por eso conmemoramos ahora que El hubo de padecer y morir, pero sobre todo que es el Primogénito entre los muertos, está sentado a tu diestra intercediendo por nosotros hasta que vuelva a juzgar a vivos y muertos el día designado por Ti.

Te pedimos, Señor, que envíes tu santo Espíritu, el Espíritu vivificante, la fuerza de Jesucristo. Que este pan y esta copa que te presentamos con toda sencillez, sean realmente un signo de nuestra entrega a Ti.

Que vivarnos tu Evangelio en medio del mundo, a los ojos de todos los hombres con quienes estamos unidos y ante ellos personifiquemos tu paz.

Que entre todos nos ayudemos a soportar nuestras cargas y nos sirvamos en el amor mutuo. Danos un corazón abierto para los pobres, los enfermos, los moribundos, para todos los menesterosos. Danos ser la Iglesia de Jesucristo, junto con nuestro obispo, nuestro Papa y todos los creyentes del mundo.

67

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente en la unidad del Espíritu Santo todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (J. A. Espinosa)

Por Ti, mi Dios, cantando voy La alegría de ser tu testigo, Señor.

1. Me mandas que cante con toda mi voz; no sé cómo cantar tu mensaje de amor. Los hombres me preguntan cuál es mi misión; les digo: testigo soy.

2. Es fuego tu palabra que mi boca quemó; mis labios ya son llamas y ceniza mi voz. Da miedo proclamarla, pero Tú me dices: No temas, contigo estoy.

3. Tu palabra es una carga que mi espalda dobló; es brasa tu mensaje que mi lengua secó. Déjate quemar si quieres alumbrar: No temas, contigo estoy.

ACCIÓN DE GRACIAS (La lee el padre de familia):

Bendito seas, Padre de Jesucristo; bendito seas por este niño, por la maravilla de su crecimiento y su entrada en la vida; por su primera mirada y su primera sonrisa, por la conquista del mundo que él inicia ya con sus manos y sus gritos.

Porque Tú has querido, que a ejemplo de tu Hijo, comparta de verdad la condición de los hombres, en el encuentro y la fraternidad y la conquista del mundo.

Bendito seas, porque has querido dar un sentido más rico todavía a nuestro amor y nuestra paternidad e integrarla en la familia de tus hijos.

Acuérdate de nosotros, Padre; dígnate bendecir la responsabilidad que asumimos, y el apoyo de los que nos ayudarán a mantenerla.

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Acuérdate de nuestros padres y de los que nos ayudaron con sus cuidados y su amistad en el nacimiento de N.

Acuérdate, en este mundo de hombres, de todos los hijos sin padres y de todos los padres sin hijos. Que venga a nosotros tu Reino, Padre, por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Al participar en tu Eucaristía, te pedimos. Señor, por todos nuestros hermanos qne carecen del pan material y espiritual. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

MTO DE DESPEDIDA

{Sigue la Bendición del Celebrante)

CANTO FINAL: (Salmo 137: J. A. Espinosa)

Te damos gracias, Señor, de todo corazón. Te damos gracias, Señor, cantamos para Ti.

1. A tu nombre daremos gracias por tu amor y tu lealtad. Te llamé y me escuchaste, aumentaste el valor en mi alma.

2. Te alaban los reyes de la tierra porque oyeron la voz de tu palabra, y en los caminos del Señor van cantando, porque grande es la gloria del Señor.

3. Si camino en medio de la angustia, me das vida a pesar del enemigo. Tú miras al pobre y al humilde; grandioso es el Señor.

4. Tiendes tu mano y me salvas, cumplirás tu favor hacia mí; Señor, tu amor es eterno, no abandones la obra de tus manos.

6 LO QUEREMOS HIJO DE DIOS En el bautizo de un hijo

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Nuevo nacimiento para Dios. He aquí el gran momento que vamos a celebrar hoy. N., nacido a la vida, va a incorpo­rarse al cuerpo de la Iglesia. Es grande nuestra responsabilidad al recibirlo como hermano nuestro. Nuestro ejemplo y nuestro testimonio han de ser los que fortifiquen la fe de este niño.

CANTO DE ENTRADA: (L. Deiss)

Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre.

Llamados a guardar la unidad del Espíritu por el vínculo de la paz, cantamos y proclamamos: Llamados a formar un solo Cuerpo en un mismo Espíritu, cantamos y proclamamos: Llamados a compartir una misma esperanza, en Cristo, cantamos y proclamamos:

SALUDO DEL SACERDOTE:

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo, esté con todos vosotros.

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(Sigue el Acto Penitencial...)

COLECTA:

Te pedimos, Señor, que con este nuevo hijo tuyo, los bautizados en la muerte y Resurrección de Cristo vivamos siempre con la dignidad qne pide nuestra Tocación cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Cristo es bautizado, muere y resucita. Nues­tro bautismo es muerte al pecado y resurrección para Dios.

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO (Rom 6, 4-6; 1 Co 12,12-13)

Con El hemos sido sepultados por el Bautismo para par­ticipar en su muerte, para que como El resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva. Porque, si hemos sido injertados en El por la semejanza de su muerte, también lo seremos por la de su Resurrección. Pues sabemos que nuestro hombre viejo ha sido crucificado para que fuera destruido el cuerpo del pecado y ya no sirvamos al pecado.

Porque así como siendo el cuerpo uno, tiene muchos miem­bros, y todos los miembros del cuerpo, con ser muchos, son un cuerpo único, así es también Cristo. Porque también todos nosotros hemos sido bautizados en un solo Espíritu para cons­tituir un solo cuerpo y todos y ya judÍQs^_ya^gentiles,_ya_siervos, ya libres, hemos bebido del mismo Espíritu. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 97 (M. Manzano)

Aleluya, aleluya, el Señor es nuestro Rey.

1. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.

71

2. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.

3. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios, Aclamad al Señor tierra entera; , gritad, vitoread, tocad.

4. Tocad la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor.

5. Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud.

Segunda Lectura

MONICIÓN: El ser bautizado presupone unión con Dios y con los demás hermanos. Formamos un solo cuerpo con Cristo y con los miembros del cuerpo místico.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. JUAN (17,20-26)

En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, Jesús oró di­ciendo: Padre Santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno como Tú, Padre, en mí y yo en Ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has en­viado.

También les di a ellos la gloría que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí.

Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo, donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.

Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he co­nocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos como también yo estoy en ellos.

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HOMILÍA:

1. El que se bautiza recibe una vida nueva. Bautizarse significa mucho más que inscribirse en una asociación.

2. Por el Bautismo nos llena la gracia de Dios con una triple reali­dad: a) Recibimos el Espíritu Santo. b) Recibimos la gracia del Espíritu, que santifica. c) Vivimos en Cristo y para Cristo.

3. Bautizados de una vez para siempre. Nos debemos definitiva­mente a Cristo.

4. Nos hacemos responsables de la fe de este hermano que acaba de entrar en nuestra comunidad eclesial.

5. Injertados en Cristo, hemos de dar fruto por él y como él.

Ideas para el diálogo:

— Tu hijo ha sido bautizado. ¿Qué significa esto en la vida del niño? ¿Y en la nuestra?

— ¿Hay verdadero compromiso en los padres para que el niño viva su Bautismo?

— ¿Cómo lograr este compromiso?

(Podría tenerse aquí ahora el bautizo en casos especiales)

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, como pueblo escogido por Dios para que nos renueve en la gracia y en la entrega.

— Por la Santa Iglesia de Dios, para que como Maestra universal sepa enseñar y conservar la fe de sus hijos, roguemos al Señor.

— Por todos los cristianos, para que unidos por la misma fe sepamos también unirnos en la Caridad, roguemos al Señor.

— Por el nuevo cristiano N. , para que viva siempre como hijo de Dios, roguemos al Señor.

— Por los padres de familia, para que se esfuercen en transmitir a sus hijos la fe verdadera, expresada en obras, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que sepamos vivir nuestra fe hasta sus últimas consecuencias, roguemos al Señor.

73

Guárdanos, Señor, la fe que profesamos y concédenos vivirla en todos los momentos de nuestra vida y con todas sus exigencias. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas

• Los padres del bautizado, con el cirio encendido, se acercan al altar para presentarlo juntamente con las ofrendas.

CANTO DE O F E R T O R I O :

Somos pueblo bendecido; Cristo es nuestro mediador

Somos todos uno en Cristo, a gloria de Dios.

Somos trigo de una espiga, para un pan de inmolación.

Somos agua para un cáliz, con vino embriagador.

Somos hijos de la Iglesia, la familia del Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Te ofrecemos, Señor, la fe que profesamos; haz que ella junto con estas ofrendas, llegue hasta Ti, Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, nuestro deber y salvación, bendecirte siempre y en todo lugar, Señor, Santo Padre, Dios todopoderoso. Creador de todas las cosas y del hombre, a quien hiciste a tu imagen y semejanza, y pusiste en medio del mundo para quo obedeciendo a tu Palabra de Vida, dominará el mar, la tierra, los animales y las plantas.

Fuimos creados en tu Amistad y tu Gracia, para que la hermosura que sembraste en la Creación fuera reflejada por el rostro de la raza humana.

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Por lo que nosotros, unidos a los ángeles y santos, cantamos, sin cesar, el himno de tu gloria:

Santo, Santo Santo...

Te bendecimos y damos gracias porque, a pesar de haber pecado contra Ti y haber sido expulsados del paraíso, encendiste en medio de la historia humana la luz de un Redentor, que nos devolvería la imagen de tu rostro y nos haría renacer a la Gracia.

Te bendecimos por medio de Jesucristo, tu prometido, al que anunciaron los profetas: el cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la Cena, tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y Este es el sacramento de nuestra fe. ty Anunciamos...

Así pues, al celebrar ahora el memorial de la muerte y re­surrección de tu Hijo, te ofrecemos, Padre, el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de estar en tu pre­sencia celebrando esta liturgia. Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo.

La Iglesia hoy, mientras espera la venida del Señor, abre su seno fecundo y no cesa en su empeño de dar a luz nuevos hijos en las aguas de la fuente bautismal.

75

Acuérdate, Señor, de esta Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa N., con nuestros obispos, y todos los que en ella cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad.

Por tanto, Señor, nosotros, tus ministros, y todo este pueblo sacerdotal, haciendo memorial de la muerte, de la Resurrección y de la Ascensión de tu Hijo, te ofrecemos el sacrificio del Pan que nos da la Vida y de la sangre de la salvación eterna.

Por Cristo, con él y en él a ti, Dios Padre omnipotente, a la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN (J. A. Espinosa)

No podemos caminar con hambre bajo el sol danos siempre el mismo pan: tu cuerpo y sangre, Señor.

1. Comamos todos de este pan, el pan de la unidad. En un cuerpo nos unió el Señor por medio del amor.

2. Señor, yo tengo sed de Ti, sediento estoy de Dios; pero pronto llegaré a ver el rostro del Señor.

3. Por el desierto el pueblo va cantando su dolor; en la noche brillará tu luz: nos guía la verdad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Al participar, Señor, en tus misterios, te pedimos vivir de tal manera la fe que contienen, que merezcamos llegar a la posesión de tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del celebrante.)

CANTO FINAL: (C. Gabarain)

1. Una canción alegre cantaré, una canción de vida y juventud; del corazón el ritmo llevaré, un ritmo de esperanza, de ilusión y luz.

Yo canto, yo amo, sin miedo avanzaré, con Dios en mi alegría ya no temeré.

2. Caminaré por sendas sin hacer, descubriré caminos sin trazar, y al avanzar yo mismo grabaré la senda de mi vida con mi caminar.

7 CONFÍRMANOS, SEÑOR, EN LA F E

Celebración de la Confirmación

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

No basta estar bautizados; el Bautismo tiene unas exigen­cias que se deben cumplir. La Gracia, depositada en germen en el cristiano, al injertarse en Cristo por el Bautismo, tiene que lograr un desarrollo, debe confirmarse cada día más hasta lograr la plenitud. El Sacramento de la Confirmación es confir­mación del Bautismo. Vivamos esta doctrina y confirmemos nuestra fe al celebrar esta Eucaristía.

CANTO DE ENTRADA: (J. A. Espinosa)

Vamos cantando al Señor, El es nuestra alegría.

1. La luz de un nuevo día venció la oscuridad; que brille en nuestras almas la luz de la verdad.

2. Unidos como hermanos, venimos a tu altar; que llenes nuestras vidas de amor y de amistad.

3. La roca que nos salva es Cristo Nuestro Dios, lleguemos dando gracias a nuestro Redentor.

4. Los cielos y la tierra aclaman al Señor: «Ha hecho maravillas, imenso es su amor.»

SALUDO DEL SACERDOTE:

La gracia y la paz de Dios nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor, esté con todos vosotros.

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(Sigue el acto penitencial.)

COLECTA-

Dios Todopoderoso, acoge las súplicas de los que ponemos la confianza en tu amor para que, obtenido tu perdón, crezcamos más y más en tu gracia. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Realmente el Espíritu Santo actúa y vive en nosotros. Frecuentemente, sin embargo, lo ignoramos. Nos pasa como a aquellos hombres de Efeso, de los que nos habla hoy San Pablo. Escuchemos.

LECTURA DE LOS HECHOS DE LOS APOSTÓLES (19,1-7)

En el tiempo en que Apolo se hallaba en Corinto, Pablo, atravesando las regiones altas, llegó a Efeso, donde halló algunos discípulos, y les dijo: «¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe?» Ellos le contestaron: «No hemos oído ni si existe el Espíritu Santo.» Díjoles él: «¿Pues qué bautis­mo habéis recibido?» Ellos respondieron: «El bautismo de Juan.» Dijo Pablo: «Juan proclamó un bautismo de peniten­cia, diciendo al pueblo que creyese en el que venía detrás de él, esto es, en Jesús.» Al oír esto se bautizaron en el nombre del Señor Jesús. E imponiéndoles Pablo las manos, descendió sobre ellos el Espíritu Santo y hablaban lenguas y profetizaban. Eran unos doce hombres. Palabra de Dios.

t

SALMO RESPONSORIAL 118 (J. A. Espinosa)

Tu palabra me da vida, confío en Ti, Señor, Tu palabra es eterna, en ella esperaré.

1. Dichoso el que con vida intachable camina en la ley del Señor; dichoso el que, guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón.

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2. Repleta está la tierra de tu gracia. Enséñame, Señor, tus decretos; mi herencia son tus mandatos, alegría de nuestro corazón.

Segunda Lectura

MONICIÓN: El Espíritu Santo es el continuador de la obra de Cristo en nosotros. Cristo nos lo envía, pero cada hora él Es­píritu Santo llega y actúa en nosotros.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (7, 37-39)

El último día, el día grande de la fiesta, se detuvo Jesús y gritó diciendo: «Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, según dice la Escritura, ríos de agua viva manarán de su seno.» Esto dijo del Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en El, pues aún no había sido dado el Espíritu porque Jesús no había sido glorificado.

HOMILÍA:

1. Todo ser que llega a la edad madura necesita un alimento sólido. 2. La Confirmación significa edad adulta en Cristo y en la Iglesia. 3. Hacen falta fuerzas y dinamismo para luchar en pro del deber

y de la vida de Gracia. 4. El Espíritu Santo es el que brinda este apoyo al bautizado. 5. Una vez bautizados, debemos ser testigos del amor y de la

verdad del Evangelio ante los demás.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué significa madurez humana y cristiana en la ju­ventud?

— ¿Preparan los padres a los hijos para enfrentarlos un día con la libertad?

— ¿Por qué los hijos, de ordinario, se cierran a los padres y educadores cuando crecen?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, por las intenciones de la Santa Iglesia, para que su labor educadora extienda por todas partes el reino de Cristo.

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(Peticiones espontáneas, o bien...) ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

— Por la Santa Iglesia, para que se renueve en ella el milagro de Pentecostés, roguemos al Señor.

— Por el mundo entero, para que la fuerza del Espíritu Santo llegue a todos los corazones de buena voluntad, roguemos al Señor.

— Por las familias cristianas, para que siempre sean testi­monio de la verdad con su conducta, roguemos al Señor.

— Por los bautizados, todos nosotros, presentes en esta Eucaristía, para que recibamos con fe los dones del Espíritu, roguemos al Señor.

Te suplicamos, Dios de bondad, que tu Espír i tu Santo fortalezca nuestros corazones con su gracia e ilumine con su luz los caminos de nuestra vida. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Se acercan con cirios encendidos al altar los confirmados, trayen­do también las ofrendas para la Eucaristía.

CANTO DE O F E R T O R I O : (J. A. Espinosa)

El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación (bis).

1. Tú me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad. Tú me das el valor para la lucha, sin miedo avanzaré.

2. Iluminas las sombras de mi vida, al mundo das la luz. Aunque pase por valles de tiniebla, yo nunca temeré.

3. Yo confío el destino de mi vida al Dios de mi salud. A los pobres enseñas el camino: su escudo eres Tú.

Acepta, Señor, los dones que te presentamos. Que ellos aumenten en nosotros los frutos de tu grada y nos hagan vivir en caridad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es digno y justo que te bendigamos, Padre Santo; porque por medio de tu Hijo, tu Palabra hecha carne, nos has abierto los oídos de la fe para que pudiéramos conocerte.

Ha sido el mismo Jesucristo el que ha derramado sobre nosotros el Espíritu, nos ha hecho vencer al demonio y ha despegado nuestros labios para que podamos bendecir tu nombre santo, tu acción salvadora, tu luz inagotable y tu amor sin límites.

Por lo cual, unimos nuestras voces a las de los ángeles y santos, cantando el himno de tu gloria:

Sanio, Santo, Santo...

Te damos gracias, oh Dios, por tu Hijo amado, Jesucristo, al que has enviado en estos últimos tiempos, como Salvador, Redentor y mensajero de tu voluntad; El es tu Palabra inseparable por quien has creado todo. Según el designio de tu voluntad, lo has enviado del cielo al seno de una Virgen; fue concebido, se encarnó y, nacido de la misma Virgen y del Espíritu Santo, se ha manifestado como Hijo tuyo.

El, cumpliendo tus deseos, quiso entregarse voluntariamente a la muerte y, tomando pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

6 —EUCARISTÍA DOMESTICA

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82

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el Sacramento de nuestra fe. fy. Anunciamos...

Haciendo, pues, el memorial de su Muerte y Resurrección, te ofrecemos este pan y este cáliz, dándote gracias porque nos has juzgado dignos de comparecer ante Ti para celebrar esta Eucaristía.

Te pedimos que envíes tu Espíritu Santo sobre la oblación de la santa Iglesia. Congréganos en la unfdad, para que todos los que participan en tus santos misterios se vean llenos del Espíritu Santo y confirmados en su Fe por la verdad, a fin de que te alabemos y glorifiquemos por tu Hijo Jesucristo, porquien damos en la Iglesia honor y gloria a Ti y al Espíritu Santo.

Por Cristo, con él y en él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

• Los confirmados van dando la paz a todos los presentes.

CANTO DE COMUNIÓN: (J. A. Espinosa)

Por Ti, mi Dios, cantando voy la alegría de ser tu testigo, Señor.

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1. Me mandas que cante con toda mi voz; no sé cómo cantar tu mensaje de amor. Los hombres me preguntan cuál es mi misión; les digo: Testigo soy.

2. Es fuego tu palabra que mi boca quemó; mis labios ya son llamas y ceniza mi voz. Da miedo proclamarla, pero Tú me dices: no temas, contigo estoy.

3. Tu palabra es una carga que mi espalda dobló; es brasa tu mensaje que mi lengua secó. Déjate quemar si quieres alumbrar: no temas, contigo estoy.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Tu Espíritu Santo, Señor, descienda sobre nosotros, purifique nuestros corazones y, con el suave rocío de su venida, los vuelva fecundos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

{Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (C. Halffter)

Anunciaremos tu Reino, Señor, tu Reino, Señor, tu Reino.

1. Reino de paz y justicia, reino de vida verdad. Tu reino...

2. Reino de amor y de gracia, reino que habita en nosotros. Tu reino...

3. Reino que sufre violencia, reino que no es de este mundo. Tu reino...

4. Reino que ya ha comenzado, reino que no tendrá fin. Tu reino...

Page 43: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

8 TODOS SOMOS PECADORES Celebración penitencial

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Todos somos pecadores; reconozcámoslo ante el Señor. Hoy nos hemos reunido junto al altar, para celebrar la Eucaristía, implorando perdón de nuestros pecados y los de toda la Humanidad.

CANTO DE ENTRADA: (L. Deiss)

Sí, me levantaré. Volveré junto a mi Padre.

1. A Ti, Señor, elevo mi alma. Tú eres mi Dios y mi Salvador (Ps. 25, 1).

2. Mira mi angustia, mira mi pena, dame la gracia de tu perdón (Ps. 25, 17-18).

3. Mi corazón busca tu Rostro; oye mi voz, Señor, ten piedad (Ps. 27, 7-8).

4. A Ti, Señor, te invoco y te llamo: Tú eres mi Roca, oye mi voz (Ps. 28, 1).

5. No pongas fin a tu ternura, haz que me guarde siempre tu amor (Ps 40, 12).

6. Sana mi alma y mi corazón porque pequé, Señor, contra Ti (Ps. 41, 5).

SALUDO DEL SACERDOTE:

Que el Dios de la misericordia, del perdón y de la gracia mneva vuestros corazones al arrepentimiento, os conceda sa paz y esté siempre con vosotros.

85

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios, consuelo y defensa de los qne te bascan, escucha nuestra oración, danos tu gracia y haz que volvamos ai camino de la verdad. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Dios siempre cumple su palabra. Brinda y pro­mete el perdón, y lo concede a los que se arrepienten.

LECTURA DEL PROFETA EZEQUIEL (18, 21-23. 30-32)

Así dice el Señor: Si el malvado se convierte de los pecados cometidos, y

guarda mis preceptos, y practica el derecho y la justicia, cier­tamente vivirá y no morirá; no se recordarán los delitos que cometió; por la justicia que ha hecho, vivirá.

¿Acaso quiero yo la muerte del malvado—oráculo del Señor Dios—y no que se convierta de su camino y que viva?

Yo os juzgaré, pues, a cada uno según su proceder, casa de Israel—oráculo del Señor.

Convertios y apartaos de todos vuestros crímenes; no haya para vosotros más ocasión del mal. Descargaos de todos los crímenes que habéis cometido contra mí. Y haceos un corazón y un espíritu nuevo.

¿Por qué queréis morir, casa de Israel? Yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien sea

•—oráculo del Señor. Convertios y vivid. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 114: (J. A. Espinosa)

Caminaré en presencia del Señor (bis).

1. Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco.

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86

2. Me envolvían redes de muerte caí en tristeza y en angustia; invoqué el nombre del Señor: Señor, salva mi vida.

3. El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo. El Señor guarda a los sencillos, estando yo sin fuerzas me salvó.

4. Alma mía, recobra tu calma, que el Señor fue bueno contigo. Arrancó mi alma de la muerte. mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Dios nos brinda no sólo el perdón, sino la luz y la alegría verdaderas. Entre las parábolas de la misericordia hay una que nos impresiona siempre. Vamos a escucharla.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (15, 11-32)

Un hombre tenía dos hijos: el menor de ellos dijo a su padre:

—Padre, dame la parte que me toca de la fortuna. El padre les repartió los bienes. No muchos días después,

el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y, tanto insistió a un habitante de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, y nadie se las daba.

Recapacitando, entonces se dijo: —Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de

pan mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino a donde está mi padre y le diré: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.»

Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando toda­vía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió, y echando a correr se le echó al cuello y se puso a besarlo.

87

Su hijo le dijo: —Padre, he pecado contra el cielo y contra ti y ya no

merezco llamarme hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus criados: —Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un

anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encon­trado.

Y empezaron el banquete.

HOMILÍA:

1. Dios se define como justicia y misericordia. Más como mise­ricordia que como justicia.

2. La Iglesia se define como «Sacramento de Jesucristo», es decir, como prolongación del amor de Cristo a la Humanidad.

3. La Iglesia sigue perdonando en nombre de Dios. Sigue siendo entre los hombres el Sacramento del perdón.

4. Todos hemos sido hijos pródigos en el camino de la vida. 5. Pero Dios sigue esperando a todos con los brazos abiertos.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué concepto se ha formado el hombre sobre el pe­cado?

— ¿El pecado es un acto aislado, o más bien una opción, una actitud del hombre frente a Dios?

— ¿Qué piensas de la confesión y de su valor espiritual?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, al Señor' implorando el perdón de nuestros pecados, para que su gracia reine en la vida de los hombres.

— Por la santa Iglesia de Dios, para que proclame ante el mundo el perdón de que es depositaría de parte de Dios, roguemos al Señor.

— Por los sacerdotes, para que sepan acoger con caridad a los hijos pródigos arrepentidos, roguemos al Señor.

— Por la mutua comprensión entre todos, para que sepa­mos perdonarnos unos a otros, roguemos al Señor.

— Por el más necesitado de entre los presentes, para que el Señor le dé la luz que necesita, roguemos al Señor.

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88

Oh Dios, nuestra esperanza y nuestra alegría, te pedimos que, misericordioso, tengas compasión de nuestras debilidades. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Nota: Habiendo suficiente número de sacerdotes se podrían tener en este momento las confesiones.

MTURGIA DE LA EUCARISTÍA

CANTO DE O F E R T O R I O : (N. Espiritual)

1. Junto a ti al caer de la tarde, y cansados de nuestra labor, te ofrecemos con todos los hombres el trabajo, el descanso, el amor.

2. Con la noche las sombras nos cercan, y tu rostro nos da nueva luz, alumbrados en nuestro camino hasta Ti correremos, Señor.

3. Cuando al fin nos recojan tus manos para hacernos gozar de tu paz, reunidos en torno a tu mesa, nos darás la perfecta hermandad.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Te ofrecemos, Señor, estos dones para alabanza de tu nombre y con ellos nuestras debilidades y pecados. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

PREFACIO :

Realmente es justo y necesario nuestro deber y salvación, bendecirte siempre y en todo lugar, Padre Santo, por Jesucristo nuestro Señor: en el que nos has manifestado todos los tesoros de tu Misericordia, inaugurando, con su venida, un tiempo extraordinario de Gracia.

89

El es el médico que viene en busca de los enfermos, el buen Pastor que recoge a la oveja descarriada, el Padre que abraza al hijo perdido, el Señor que perdona al paralítico y a la mujer pecadora.

Por lo cual, admirando tu amor y tu misericordia, unidos a los ángeles y santos, cantamos el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Te bendecimos, Padre, por Jesucristo, quien de nuevo ha querido restaurar todas las cosas haciéndolas según tu voluntad.

Te alabamos porque, al hacerse hombre, cargó sobre Sí la flaqueza, el desengaño y la muerte de la Humanidad deshecha por el pecado.

Cuando le contemplamos en la Cruz descubrimos la fuerza de tu amor por nosotros. El ha recogido la maldad de los hombres en su Cuerpo roto.

Hecho varón de dolores, en su corazón se ha escanciado todo el sufrimiento humano; despreciado y tenido en nada, como los pobres de la tierra, humillado y ante quien se vuelve el rostro.

El mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó en sus santas y venerables manos el pan, lo partió y, bendiciéndote, se lo entregó a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros-.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. ty. Anunciamos...

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90

Por lo cual Tú, Padre, le has exaltado en la Resurrección dándole un Nombre por encima de todo nombre, para que el mundo crea que tú lo has enviado y todos le proclamemos como el Señor de la Historia.

Humildemente te suplicamos envíes tu espíritu sobre estos dones y sobre nosotros, tus siervos: para que el pan y el vino sean el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y nosotros permanezcamos unidos en el amor.

Por Cristo, con él y en él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la anidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (Melodía popular)

1. Nosotros venceremos, nosotros venceremos, sobre el odio con el amor.

Cristo venció. Nosotros venceremos.

2. Unidos en Cristo, unidos en Cristo, nunca cederemos frente al mal. Cristo es nuestra luz. Cristo venció...

3. No tenemos miedo, no tenemos miedo, alguien nos espera más allá de los montes y el mar. Cristo venció...

4. Y seremos libres, y seremos libres, no tiene cadenas el amor. Viviremos en paz. Cristo venció...

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Te damos gracias, Señor, por el perdón que nos has concedido y por el don de tu amor en la Eucaristía, como garantía de la gloria que nos darás en tn Beino. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

91

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL. (R. Cantalapiedra)

Cómo le cantaré al Señor, cómo le cantaré, cómo le cantaré al Señor, hombre de barro soy.

1. El está en los montes y en el mar, El llena el silencio de la noche en calma, y camina en la ciudad.

2. No mira en el hombre su color, ni mira el dinero, es Padre de todos y a todos quiere el Señor.

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9 EL. PAN DE LOS FUERTES Día de la Primera Comunión

EITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Queridos niños, familiares y amigos: estamos todos con­tentos porque para N. y N. es hoy un día grande: el día de sü Primera Comunión. Pero pensemos, antes de comenzar la cele­bración de esta Eucaristía, que la comunión no es sólo recibir a Jesús, es también empezar a vivir una vida nueva, la vida que El nos trae. Meditemos lo que piensa Cristo de este Sa­cramento y lo que nos pide a los que nos acercamos a recibirlo.

CANTO DE ENTRADA: (J. A. Espinosa)

Vamos cantando al Señor: El es nuestra alegría.

1. La luz de un nuevo día venció a la oscuridad, que brille en nuestras almas la luz de la verdad.

2. La roca que nos salva es Cristo nuestro Dios; lleguemos dando gracias a nuestro Redentor.

3. Los cielos y la tierra aclaman al Señor: «Ha hecho maravillas, inmenso es su amor.»

4. Unidos como hermanos venimos a tu altar que llenes nuestras vidas de amor y de amistad.

SALUDO DEL SACERDOTE:

A todos vosotros, los bautizados en Cristo y que os alimen­táis en la fuente de la verdad, os deseo la paz y la gracia do parte del Señor.

93

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios, vuelve tu mirada hacia nosotros y perdónanos nuestros pecados para que merezcamos ser colmados de tu bondad. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura _

MONICIÓN: El alimento nos es necesario para poder vivir. Hay también una vida sobrenatural; ella tiene también otro alimento.

LECTURA DEL PRIMER LIBRO DE LOS REYES (19,4-8)

Siguió Elias por el desierto un día de camino y sentóse bajo una manta de retama; deseó morirse y dijo: «¡Basta, Yah-vé! Lleva ya mi alma, que no soy mejor que mis padres.» Y echándose allí, se quedó dormido. Y he aquí que un ángel le tocó diciéndole: «Levántate y come.»

Miró Elias y vio a su cabecera un pan cocido en las brasas y una jarra de agua. Comió, bebió y volvió a echarse. Pero el ángel del Señor le tocó por segunda vez diciendo:

—Levántate, come, que el camino es superior a tus fuerzas. Se levantó Elias, comió y bebió, y con la fuerza de aquel

alimento caminó durante cuarenta días y cuarenta noches, hasta el Horeb, el monte de Dios. Palabra de Dios.

CANTO RESPONSORIAL: (R. Arguello)

Hacia ti, morada santa; hacia ti, tierra del Salvador; peregrinos, caminantes, vamos hacia ti.

1. Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto; comeremos tu carne, tu sangre nos limpiará.

2. Reinaremos contigo en tu morada santa; beberemos tu sangre, tu fe nos salvará.

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94

3. Somos tu pueblo santo que hoy camina unido; Tú vas entre nosotros, tu amor nos guiará.

4. Tú eres el camino, Tú eres la esperanza, hermano de los pobres. Amén, aleluya.

Segunda Lectura i

MONICIÓN: Si queremos vivir de veras la vida del Espí­ritu hemos de acercarnos frecuentemente a la mesa del Señor para recibir fortaleza, aliento y energías.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. JUAN (6, 51-59)

En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos: —Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que

coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.

Disputaban entonces los judíos entre sí: —¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Entonces Jesús les dijo: —Os aseguro que, si no coméis la carne del Hijo del

Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el ultimo día. Mi carne es verdadera co­mida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come, vivirá por mí.

HOMILÍA:

1. Nadie puede vivir sin comer. 2. Al año mueren de hambre en el mundo 45 millones de hombres.

Son cifras estremecedoras. 3. ¿Cuántos hombres mueren de hambre espiritual? ¿Cuántos

cristianos que no se alimentan de la Eucaristía ni una vez al año? ¿Tal vez en 'a vida?

4. La vida espiritual exige alimento. Y este alimento es la Euca­ristía: el pan de los fuertes.

5. El que come de este pan vivirá para siempre.

Ideas para el diálogo:

— ¿Crees en la necesidad de un alimento espiritual para el alma?

95

— ¿Qué piensan los hombres, sobre todo la juventud, acerca de la Eucaristía?

— ¿Qué condiciones se requieren para poder comulgar?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, al Señor en torno al pan de vida, para que santifique a los sacerdotes que lo consagran, y nos dé a todos las gracias que le pedimos.

— Por nuestra madre la Iglesia, para que sepa expresar siempre la fe en la Sagrada Eucaristía, roguemos al Señor.

— Por los niños que se acercan por vez primera a la Co­munión, para que tomen gusto al pan de los ángeles y sepan lo que es comulgar, roguemos al Señor.

— Por los pobres que tienen hambre, para que Dios los colme de sus bienes, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que el pan eucarístico forta­lezca nuestra vida cristiana, roguemos al Señor.

Acepta nuestra súplica, Señor, y concédenos comulgar siempre con fe. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Los padres y los niños que van a comulgar por vez primera traen las ofrendas del Pan y del Vino.

• También se pueden traer junto al altar algunos frutos de la tierra, simbolizando la necesidad del alimento material en nuestra vida.

CANTO DE OFERTORIO:

Señor, te ofrecemos el vino y el pan, así recordamos la cena pascual.

1. Porque Tú solo eres bueno, Señor, queremos cantar. Tus misericordias, ¿quién podrá cantar?

2. Sólo Tú eres nuestro auxilio, Señor, Tú nos salvarás. Tus misericordias, ¿quién podrá cantar?

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96

3. Tú eres nuestra fortaleza, Señor, ¿quién nos vencerá? Tus misericordias, ¿quién podrá cantar?

4 Te ofrecemos nuestras vidas, Señor, en torno a tu altar. Tus misericordias, ¿quién podrá cantar?

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Recibe, oh Dios, estos dones que te presentamos y haz que no nos falte nunca el pan para el cuerpo y para el alma.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARIST1CA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, nuestro deber y salvación, bendecirte, Señor, Padre Santo, por Jesucristo: quien al crear dio la fecundidad a la t ierra para que germinara el pan nuestro de cada día, y con mano generosa continúa repartiéndolo a los animales y a los hombres.

El ha puesto en nuestro corazón el deseo de comerlo alrededor de una mesa, acompañados de la familia y los amigos.

El mismo, al hacerse hombre, quiso comer en medio de sus hermanos y nos enseñó a repart i r el pan de la amistad y del amor, de tal manera, que, en un pan, la Eucaristía ha dejado presente todo el misterio de su vida; ha sido generoso hasta la muerte, para que podamos comer el pan de la Vida; ha repartido su Cuerpo, para que nos reunamos en el amor; y ha derramado su Sangre para que aprendamos a ponerlo todo en común.

Te bendecimos porque en la conciencia actual de la Humanidad estás haciendo escuchar la llamada acuciante de los miles de hombres que no tienen qué comer.

97

Tú nos ensenas a repartir nuestro pan, pues al comer la Eucaristía nos hacemos uno con tu Hijo, Cabeza de la Humanidad, J por El entramos en solidaridad con todos los hombres, con quienes queremos formar un solo corazón y tener un mismo espíritu. Por lo cual, reunidos alrededor de esta mesa, donde repartes el Pan, unidos a los ángeles, cantamos tu Misericordia, diciendo:

Santo, Sanio, Santo...

Padre, que estás en el cielo, Tú nos has llamado a tu servicio. Nosotros nos sabemos unidos con todos los que ahora están en vida o han vivido antes que nosotros. Nos sentimos unidos con la santa Iglesia en la comunidad de los Santos. Por eso, al recordar la alianza que te une con nosotros los humanos, te damos gracias por todo lo que nos has dado, especialmente por tu Hijo nuestro Señor Jesucristo. A El recordamos con este pan y este vino, signos de su vida y de su muerte por nosotros.

En la noche que precedió a su Pasión tomó el pan, te dio gracias y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el Sacramento de nuestra fe. fy Anunciamos...

7 —EUCARISTÍA DOMESTICA

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98

Por eso, Padre, recordamos a tu Hijo y esa vida suya que tanto significa para nosotros; recordamos su mensaje gozoso, su Pasión y su Muerte y el día en que resucitó de entre los muertos para volver a Ti. Otro-día volverá de nuevo para juzgar a todos, estén e^ vida o en muerte.

Padre, he aquí nuestra súplica: Haz que tu Espíritu habite en medio de nosotros.

Entonces estos dones serán también santos como Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo. Tu Espíritu nos hace también uno a todos los que comemos de este pan; nos da fuerza cuando bebemos de esta copa y nos regala con la plenitud de la vida en Jesucristo, tu Hijo querido.

Por Cristo, con él y en él, a TI, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN (Salmo 128: L. Deiss)

Como brotes de olivo en torno a tu mesa, Señor, así son los hijos de la Iglesia.

1. El que teme al Señor será feliz, feliz el que sigue su ruta.

2. Del trabajo de tus manos comerás, a ti, la alegría, el gozo.

3. Y tu esposa en el medio de tu hogar será como viña fecunda.

4. Como brotes de olivo reunirás, los hijos en torno a tu mesa.

5. El Señor bendecirá al hombre fiel con esta abundancia de bienes.

6. A los hijos de tus hijos los verás; la gloria del Señor, por los siglos.

99

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Señor, que este pan que nos regalas en la tierra, sea garantía del banquete gozoso que nos preparas en el Cielo.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

• Mientras se canta el cántico final, el niño o niños de Primera Comunión, van dando un beso a todos los presentes, mientras reparten los recordatorios.

CANTO FINAL:

Por siempre yo cantaré tu nombre, Señor.

1. Fuente de paz y alegría: Tu nombre, Señor. Fuerza escondida en la lucha: Por siempre...

2. Vida, verdad y camino: Tu nombre, Señor. Gloria que anhela mi alma: Por siempre...

3. Gozo, bondad y promesa: Tu nombre, Señor. Roca segura en mi vida: Por siempre...

4. Guía, salud, fortaleza: Tu nombre, Señor. Luz verdadera del mundo: Por siempre...

5. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

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10 SEÑOR, TE REGALAMOS UN HIJO En la Primera .Misa de un Sacerdote

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

La persona del Sacerdote es hoy tema de actualidad, tanto por la crítica mordaz como por la admiración. Pero se oyen más críticas que alabanzas de él. Uno se pregunta: ¿para qué hoy el Sacerdote? Y la respuesta fácil es la negativa: para nada; porque se piensa que también sin ser sacerdote se puede hacer mucho bien en el mundo.

Hoy nos hemos reunido en torno a N. que ha llegado al altar y es ya Sacerdote para siempre. A su lado vamos a estu­diar la figura del Sacerdote, vamos a pedir por N., por todos los sacerdotes para que sepan vivirlo en plenitud.

CANTO DE ENTRADA:

Anunciaremos tu Reino, Señor, tu Reino, Señor, tu Reino.

(C. Halffter)

1. Reino de paz y justicia, reino de vida y verdad. Tu reino...

2. Reino de amor y de gracia, reino que habita en nosotros: Tu reino...

3. Reino que sufre violencia, reino que no es de este mundo: Tu reino...

4. Reino que ya ha comenzado, reino que no tendrá fin: Tu reino...

101

SALUDO DEL SACERDOTE:

Qne el Señor colme de gozo vuestros corazones, para que podáis caminar en una vida recta, y que su paz esté con todos vosotros.

{Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Te pedimos, Señor, qne salgas a nuestro encuentro y nos señales cuál es el servicio que hemos de prestar en tu Iglesia y en la comunidad de los hombres, para que impulsados por tu gracia, cumplamos fielmente nuestra vocación.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: El sacerdote no se pertenece a sí mismo; es un hombre que, escogido por Dios de entre los hombres, se debe a los demás.

LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS (5, 1-5)

Hermanos: El Sumo Sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. El puede com­prender a los ignorantes y extraviados, ya que El mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Palabra de Dios.

CANTO RESPONSORIAL: (J. A. Espinosa)

El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación (bis).

1. Tú me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad.

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Tú me das el valor para la lucha, sin miedo aval laré .

2. Iluminas las sombras de mi vida, ál mundo das la luz. Aunque pase por valles de tiniebla, Yo nunca temeré.

3 . El Señor es la fuerza de su pueblo su gran libertador. Tú le haces vivir en confianza, seguro en tu poder.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Nadie se puede escoger el honor del Sacerdocio. Es Dios quien escoge o rechaza. Pero al que Dios destina para el Sacerdocio, le da gracia y ayuda extraordinaria.

LECTURA DEL SANTO E V A N G E L I O SEGÚN S. JUAN (15,9-17)

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; perma­

neced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos permane­ceréis en mi amor; lo mismo que yo be guardado los manda­mientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté con vosotros y vuestra ale­gría llegue a plenitud.

Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oido a mi Padre, os lo he dado a conocer.

No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»

HOMILÍA:

1. La Redención obra de Cristo ha de ser continuada en el mundo. 2. Todo hombre, en su medida y a su manera, tiene que ser coope­

rador en la obra redentora de Cristo. Pero hay funciones en las cuales es necesaria la persona del Sacerdote.

103

3. En este momento en que vamos a celebrar la Eucaristía nos hace falta el Sacerdote. Sin un Sacerdote presente no podríamos cele­brar esta Eucaristía.

4. Como punto de especial reflexión hemos de pensar que el Sacer­dote no es Dios, ni siquiera un ángel; es un hombre como otro cualquiera, pero con una delegación especial de parte de Dios. Es un embajador, un intermediario entre Dios y los hombres.

5. El Sacerdote es... los brazos de Cristo que se prolongan a lo largo del tiempo y de la Historia, para continuar realizando la obra del mismo Cristo.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué opinión te merece la vocación al Sacerdocio? — ¿Para qué crees que es el sacerdote? — ¿Qué piensas del «fracaso» de un joven que dedica so

vida al Sacerdocio? — ¿Qué opinas del Sacerdote casado?

O R A C I Ó N DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, a Cristo Sacerdote, por este nuevo Sacerdote, por sus familiares, y por nuestros hermanos del mundo entero.

— Por la Iglesia, pueblo sacerdotal, para que permanezca abierta al mundo, como comunidad de fe, de salvación, y de amor, roguemos al Señor.

— Por este nuevo Sacerdote, N. , para que sea fiel a su ministerio, y ejerza un servicio fecundo en bien de todos, roguemos al Señor.

— Por los sacerdotes del mundo entero, por los religiosos y religiosas, por cuantos hacen obra de apostolado, para que no desfallezcan en su vocación de servicio en la Iglesia misionera, roguemos al Señor.

— Por los familiares del nuevo Sacerdote, y por las fa­milias de nuestra comunidad cristiana, para que Dios suscite entre nosotros vocaciones al servicio de la Iglesia, roguemos al Señor.

Oh Dios, que quieres que se salven todos los hombres y que lleguen al conocimiento de la verdad, te rogamos envíes operarios a tu mies, para que las naciones te conozcan a Ti, y a tu enviado Jesucristo Señor nuestro, que vive y reina contigo en la unidad del Espír i tu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

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I i lTUBGIA DE 1.A EUCARISTÍA

CANTO DE O F E R T O R I O : (N. Espiritual)

1. Traigo ante Ti nuestra oculta inquietud: amar la justicia y la paz; la sed de todos los hombres sin luz, la pena y el triste llorar. El pan de nuestro trabajo sin fin, el vino de nuestro cantar:

Sabemos que vendrás, sabemos que al final los hombres creerán en tu amistad (bis).

2. Sombras y luces rodean mi andar, ¿adonde el camino irá? Junto a mí pasan los que como yo caminan buscando tu paz. Tú que eres Vida, Camino y Verdad, guíanos, danos tu paz. Sabemos que...

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Acoge, Señor, con bondad estas ofrendas que te presentamos al mismo tiempo que imploramos tu bendición y tu gracia sobre N. para que viva su Sacerdocio con plenitud. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario nuestro deber y salvación, bendecirte siemprfe y en todo lugar, a Ti, Padre Santo, por Jesucristo, tu Hijo. Porque en El nos has enriquecido con toda clase de dones, eligiéndonos antes de la creación del mundo para que fuéramos santos; llamados en el Hijo a ser hijos tuyos, nos has hecho por su Resurrección gratos en tu presencia; El nos ha redimido por la virtud de su Sangre,

105

que abundantemente ha derramado sobre nosotros en el bautismo, para hacer de la Iglesia una raza elegida, un pueblo de hombres Ubres y de sacerdotes.

Bendecimos tu nombre por todos los que en el mundo viven la elección cristiana y especialmente por los que hoy se consagran al servicio de la comunidad.

Por lo cual, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Señor Dios nuestro, te damos gracias porque tu bondad y tu gracia sustenta el mundo y tu misericordia mantiene nuestra vida.

Haz que seamos buenos, ya que Tú eres bueno. Haz que seamos santos, ya que Tú eres santo. Haz que nos amemos, ya que Tú eres el Amor

Tú nos has llamado para ser tu Iglesia. Por eso ayudas a tu pueblo caminante y ayudas a todos los que nos acompañan en nuestro caminar, al Papa de Roma, a nuestros Obispos. Que vayan delante de vosotros como tu Hijo nos precedió, pues El vino para servir, como amigo de los pobres y hermano de todos los hombres.

Envía ahora tu Espíritu, el Espíritu que llena de vida a la Iglesia, el Espíritu que nos une, y es fuerza para transformar los corazones.

Entonces estos dones de pan y vino serán para nosotros cuerpo y sangre de tu Hijo querido, nuestro Señor Jesucristo; el cual, antes de morir, en la noche en que uno de los suyos le iba a traicionar, tomó el pan, te bendijo, dio las gracias y lo repartió entre sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:

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Tomad y comed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y Este es el sacramento de nuestra fe. IJT. Anunciamos...

Por eso, Señor Dios nuestro, recordamos a tu Hijo nuestro Señor Jesucristo, aquí en medio de nosotros. El vivió su vida para Ti , pues la entregó sin reservas a los hombres. Dio testimonio ante el mundo de tu amor y nos marcó una dirección para nuestra vida. Así estamos en camino hacia Ti y le tenemos ante nuestros ojos, tal como El vivió y murió, como uno de nosotros, pero tal como resucitó de la muerte para que ya siempre tengamos nuestra esperanza puesta en El.

Dios grande y elevado, te pedimos en esta hora: llénanos del Espíritu Santo; entonces seremos tuyos y encontraremos la vida, cuanto más nos entreguemos unos a otros; entonces seremos dignos de acercarnos a tu mesa y recibir el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nuestro Señor.

Por Cristo, por él y en él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíri tu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

• El nuevo Sacerdote podría repartir la Comunión a todos bajo las dos especies.

CANTO D E COMUNIÓN: (Salmo 6 3 : L. Deiss)

Mi boca te cantará jubilosa, Tú eres un festín para mí.

107

1. O h Dios, Tú eres mi Dios, yo te busco, mi alma tiene sed de ti.

2. Lo mismo que la tierra sin agua, mi ser entero tiende a Ti.

3. Señor, yo quiero ir a tu templo por ver tu gloria, tu poder.

4. Tu amor vale más que la vida, mis labios cantarán sin fin.

5. Mis manos se alzarán a tu Nombre, mi vida cantará tu Amor.

ACCIÓN DE GRACIAS: (La lee un laico)

Ante todo, Señor, vengo a agradecerte que estos hombres hayan aceptado ser nuestros sacerdotes. Si por un azar cualquiera hubieran preferido una mujer y un hogar... esta­r íamos muy desamparados. Y ¿si esto lo hubiesen hecho todos?...

Gracias, Señor, por haberles dado valor para el sacrificio. Merced a ellos, podemos alimentarnos con el pan de vida, formar hogares cristianos, recuperar nuestra vida de hijos de Dios cuando la hemos perdido y morir en tu gracia y en tu paz.

Gracias, Señor, también por los defectos de nuestros Sacerdotes. Si fueran perfectos, no entenderían nuestras debi­lidades.

Olvidaba decirte, Señor, que tienen que recibirnos siem­pre sonrientes, aunque estén medio muertos; que tienen que consolarnos, aunque ellos estén desconsolados; Señor, haz que juzguemos con caridad a nuestros Sacerdotes. Quiero pedirte, Señor, que tengamos con ellos mucha caridad: cari­dad en los pensamientos, pero sobre todo caridad en nues­t ras palabras.

Y como epílogo concédenos, Señor, que sean muchos los llamados a esta vida sacrificada.

ORACIÓN DESPUÉS D E LA COMUNIÓN:

Los dones que nos has dado, Señor, santifiquen nuestras vidas y con su dulzura, nos preparen al banquete del gozo perdurable.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

• Durante el cántico final, el nuevo sacerdote va abrazando a todos los asistentes o da a besar sus manos consagradas.

CANTO FINAL: (N. Espiritual)

Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor.

1. Un largo caminar por el desierto bajo el sol; no podemos avanzar sin la ayuda del Señor.

2. Unidos al rezar, unidos en una canción, viviremos nuestra fe siempre en lucha por el bien.

3. La Iglesia en marcha está. A un mundo nuevo vamos ya, donde reinará el amor, donde reinará la paz.

11 CON LA CRUZ DE CRISTO lia enfermedad nos visita

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Hermanos: el dolor en la vida del hombre será siempre un misterio. Hoy nos reunimos para vivir juntos un momento de dolor. El dolor, convertido en enfermedad, ha llegado a nues­tra casa. Pero el dolor vivido en compañía es menos amargo. Y uniéndolo al de Cristo, que se ofrece y se entrega al sacrificio, nuestro dolor adquiere un valor duplicado. Todos tenemos que sufrir. Ayudémonos unos a otros en los momentos de la prueba.

CANTO DE ENTRADA: (Salmo 114: J. A. Espinosa)

Caminaré en presencia del Señor (bis).

Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco. Me envolvían redes de muerte. Caí en tristeza y en angustia. Invoqué el Nombre del Señor: Señor, salva mi vida. El Señor es benigno y justo. Nuestro Dios es compasivo. El Señor guarda a los sencillos; estando yo sin fuerzas me salvó.

SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos: que la paz del Señor, en este momento de amar­gara, sea con todos vosotros. Y que la fe cristiana haga re­bosar vuestras almas de alegría en la conformidad con la voluntad del Señor.

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(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Te rogamos, Señor, que sepamos comprender al misterio del dolor en nuestras vidas, y que des fuerza a todos los que sufren para que su dolor sea fuente de paz y de felicidad.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive,

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Cristo es salud de nuestras almas. También de nuestros cuerpos. Oigamos a San Pablo.

LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS (4, 10-18)

Hermanos: Llevamos siempre en el ..uerpo la muerte de Cristo, para que también la vida de fesús se manifieste en nuestro cuerpo.

Mientras vivimos, continuamente nos estamos entregando a la muerte, por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros y la vída en vosotros.

Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está es­crito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien.

Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimien­to, para gloria de Dios. Por eso no nos desanimamos. Aunque nuestra condición física se vaya deshaciendo, nuestro interior se renueva cada día. Y una tribulación pasajera y liviana pro­duce un inmenso e incalculable tesoro de gloria. No nos fija­mos en lo que se ve, sino en lo que no se ve. Lo que se ve es transitorio; lo que no se ve, es eterno. Palabra de Dios.

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SALMO RESPONSORIAL 129: (M. Manzano)

Mi alma espera en el Señor, mi alma espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor porque en El está la salvación.

1. Desde lo hondo a Ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

2. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de Ti procede el perdón y así infundes respeto.

3. Mi alma aguarda al Señor más que el centinela la aurora; aguarda Israel al Señor como el centinela la aurora.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Cristo fue quien sufrió de verdad. El que no había merecido castigo de ninguna clase; El que no había pe­cado, quiso cargar con todas las dolencias y todas las penas de la Humanidad entera.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. LUCAS (22, 39-43)

En aquel tiempo salió Jesús del cenáculo, como de cos­tumbre, al monte de los olivos, y lo siguieron sus discípulos. Al llegar al sitio, les dijo:

—Orad para no caer en la tentación. El se arrancó de ellos, alejándose como un tiro de piedra,

y, arrodillado, oraba diciendo: — Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz. Pero que no se

haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo que lo animaba. En medio de su angustia oraba con más insistencia.

HOMILÍA:

1. El dolor, ley universal. Todos tenemos que sufrir. 2. Cristo sufrió más que nadie. Y no precisamente por El, sino por

nosotros.

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112

3. Nuestro dolor, unido al suyo, es fuente de paz y esperanza. 4. Solamente tendrá sentido nuestro dolor en cuanto sepamos

unirlo al de Cristo. 5. «Padre, si Tú quieres, que pase este cáliz; pero que no se

haga lo que yo quiero, sino lo que quieres Tú.» 6. Esa debe ser también nuestra oración.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué piensas del dolor y de la enfermedad en la vida del hombre?

— ¿Crees que el dolor es siempre castigo? — ¿Hacemos algo en la vida para aliviar el dolor de nues­

tros hermanos? — ¿Qué medios señalarías para aliviar el dolor de los

demás?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Imploremos la bondad del Señor sobre todos los que su­fren y pidámosle que les enseñe a unir sus dolores a la Pasión de Cristo.

— Por la Santa Iglesia, para que se vea libre en sus hijos, de toda dolencia y enfermedad, roguemos al Señor.

— Por las organizaciones mundiales y nacionales en favor de los enfermos, para que cumplan su misión humana y evangélica, roguemos al Señor.

— Por los enfermos de todo el mundo, para que Dios los visite, los consuele y les dé la salud, si es para su bien, roguemos al Señor.

— Por los médicos y enfermeras, para que sepan cumplir su misión sagrada de ser sacerdotes de los cuerpos enfermos, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que en el momento de la en­fermedad, sepamos superarnos y ofrecérsela al Señor, roguemos al Señor.

Oh Dios, consuelo en nuestras penas y salud en nuestras enfermedades, escucha nuestra oración y acude siempre en nuestro auxilio.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

113

I Í I T U R G I A DE L.A EUCARISTÍA

CANTO DE OFERTORIO: (L. Deiss)

Acuérdate de Jesucristo resucitado de entre los muertos. El es nuestra salvación, nuestra gloria para siempre.

1. Si con El morimos, viviremos con El. Si con El sufrimos, reinaremos con El.

2. En El nuestras penas, en El nuestro gozo. En El la esperanza, en El nuestro amor.

3. En El toda gracia, en El nuestra paz. En El nuestra gloria, en El la salvación.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Acepta, Señor, en tu bondad, los dolores de nuestros hermanos enfermos y únelos a los méritos de este Sacrificio que ahora celebramos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

PREFACIO:

Realmente es justo y necesario, nuestro deber y salvación bendecirte siempre y en todo lugar, a Ti, Padre Santo, a quien pertenecen la gloria, la sabiduría y la acción de gracias, el honor, el poder y la fuerza por los siglos.

Reconocemos, por medio de Jesucristo, que de Ti viene la salvación: un Reino para los pobres, la tierra para los que sufren, el consuelo para los que lloran, la hartura para los que tienen hambre de Ti, la misericordia, la paz y la justicia, para los que son llamados hijos tuyos.

Por eso con los ángeles y los santos, entonamos el himno de la alabanza y cantamos juntos, sin cesar.

Santo, Santo, Santo...

8.—EUCARISTÍA DOMESTICA

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Te alabamos porque al hacerse hombre, Cristo cargó sobre sí la flaqueza, el desengaño y la muerte de la Humanidad deshecha por el pecado. Cuando la contemplamos en la Cruz descubrimos la fuerza de tu amor por nosotros. El ha recogido la maldad de los hombres en su cuerpo roto.

Hecho Varón de dolores, en su corazón se ha escanciado todo el sufrimiento humano; despreciado y tenido en nada, como los pobres de la tierra, humillado y ante quien se vuelve el rostro.

Tú nos has amado tanto, que, para redimirnos, has reducido a este estado a tu Hijo primogénito.

El, siguiendo tu voluntad, se ha entregado hasta la muerte para demostrarnos la fuerza de su amor. El nos ha dado la mejor prueba de su amistad cuando la víspera de su Pasión, tomó pan en sus manos, levantó los ojos hacia T i , su Padre, te dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo tomó la copa, recitó la acción de gracias y dijo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y Este es el sacramento de nuestra fe. ^ Anunciamos...

En esta hora, unidos en torno a la mesa, nos conmovemos recordando la muerte de Jesús. Murió porque era bueno. . . pero Tú, su Padre y nuestro Dios, no apartas de El tu mano cuando murió en la Cruz. Tú le has liberado de la muerte y le has dado un nombre sobre todo nombre.

115

Dios bueno, danos tu mano; danos la fe y el espíritu de tu Hijo, espíritu de bondad y de entendimiento, espíritu de dulzura y de paciencia, espíritu de paz y de disponibilidad para servir.

Abre nuestros ojos para que vean bien la miseria del mundo. Sea este pan que ahora partimos entre nosotros, señal y advertencia de que en cada hombre debemos ver nuestro hermano y nuestra hermana. Reúne en tu Reino todos los pueblos y razas, a todas las clases y estratos sociales. Haz que nuestra desapacible tierra, poblada de guerras y odios, llegue a ser como una nueva patria fundada en nuestra bondad y en nuestros sentimientos huma­nos.

Sólo entonces seremos la Iglesia de Jesucristo, sólo entonces te honraremos a Ti, el Padre de todos ios humanos.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (Salmo 8: F. Palazón)

Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra; en toda la tierra.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder? ¿qué es el hombre? . . .

Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies.

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ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía en la que hemos participado, Y en la que nos has dado la fuerza para sobrellevar nuestros dolores, nos consiga de Ti la recompensa que prometes a nuestro amor.. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (J. A. Espinosa)

Siempre confío en mi Dios (bis). El me conduce y no temo, me acompaña al caminar.

1. Aunque sin luz camine yo en la noche, aunque el temor me impida avanzar.

2. Aunque perdido yo vaya por las calles, sin encontrar amor y amistad.

3. Aunque yo inquieto me mueva todo el día, sin encontrar la paz del corazón.

4. Aunque las fuerzas me falten en la vida; y la ilusión se apague frente a mí.

5. Aunque el camino se oculte en las tinieblas, aunque no vea tu sombra al avanzar.

12 ESPERAMOS LA RESURRECCIÓN En la muerte de un familiar o amigo

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

La muerte, hermanos, no es destrucción. Para los que no tienen fe, es el final sin esperanza. Para los que creemos, es el principio de vivas realidades. Todos tenemos que dar este paso. Hoy, la realidad de la muerte, ha visitado nuestra mo­rada. Como hombres, lloramos y lo sentimos; como cristianos debemos alegrarnos porque un hermano nuestro ha llegado felizmente a la meta, para recibir el premio de la resurrección con Cristo. Unámonos todos a la plegaria de nuestra Madre la Iglesia.

CANTO DE ENTRADA: (Salmo 129: M. Manzano)

Mi alma espera en el Señor, mi alma espera en su palabra; mi alma aguarda al señor porque en El está la salvación.

1. Desde lo hondo a Ti grito, Señor: Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

2. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de Ti procede el perdón y así infundes respeto.

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3. Mi alma aguarda al Señor más que el centinela la aurora; aguarda Israel al Señor como el centinela la aurora.

4. Porque del Señor viene la y la redención copiosa; y El redimirá a Israel de todos sus delitos.

SALUDO DEL SACERDOTE:

A todos vosotros, hermanos, que lloráis la muerte de vues­tro familiar, de vuestro amigo; que sufrís por la necesaria se­paración de un ser querido, la paz del Señor, que también quiso morir para ser vida de los que mueren en EL A El la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

{Sigue el Acto Penitencial)

COLECTA:

Te rogamos, Señor, por tu siervo N. a quien llamaste a tu presencia. Haz que purificado por nuestra oración, reciba pronto de tus manos, en el cielo la recompensa que siempre esperó en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Nadie es dueño de su vida. Dios dispone de nosotros y todos dependemos de El, que nos creó. El nos toma de nuevo para sí. Escuchemos la lectura de San Pablo.

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS (14, 7-9. 18b-12)

Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo, y nin­guno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte

misericordia,

119

somos del Señor. Para esto murió y resucitó Cristo: para ser señor de vivos y muertos.

Todos compareceremos ante el tribunal de Dios, porque está escrito: «Por mi vida, dice el Señor, ante mí se dobla­rá toda rodilla, a mí me alabará toda lengua.»

Por eso, cada uno dará cuenta a Dios de sí mismo. Palabra de Dios.

CANTO RESPONSORIAL: (L. Deiss)

Acuérdate de Jesucristo resucitado de entre los muertos. El es nuestra salvación, nuestra gloria para siempre.

1. Si con El morimos, viviremos con El. Si con El sufrimos, reinaremos con El.

2. En El nuestras penas, en El nuestro gozo. En El la esperanza, en El nuestro amor.

3. En El toda gracia, en El nuestra paz. En El nuestra gloria, en El la salvación.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Dios brinda a todos la salvación, a los buenos y a los malos. Lo importante es que sepamos aprovechar la oportunidad y dar sentido a nuestra vida para alcanzar la fe­licidad.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. LUCAS (23, 39-46)

Uno de los malhechores crucificados, lo insultaba diciendo: ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.

Pero el otro le increpaba: ¿Ni siquiera temes tú a Dios, es­tando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque re­cibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.

Y decía: Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino. Jesús le respondió: Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.

Era ya esto de mediodía y vinieron las tinieblas sobre toda la región, hasta la media tarde; porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús clamando con voz potente, dijo:

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120

«Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.» Y dicho esto, expiró.

H O M I L Í A :

1. La muerte es cierta para todos. 2. Cristo muere, y su muerte es vida del que cree. 3. La muerte, humanamente considerada, es desgracia y dolor, pero

cuando la fe flota sobre estos sentimientos humanos, entonces la muerte tiene sentido.

4. Nuestra vida ha de orientarse hacia la muerte. Sólo así daremos sentido a nuestra vida y resucitaremos juntamente con El.

5. Nuestra muerte, unida a la de Cristo, será prenda de triunfo y de gloria.

Ideas para el diálogo:

— ¿Crees qne la muerte responde de ordinario al modo como se ha vivido?

— ¿Qué opinas de avisar o no al enfermo de su estado de gravedad?

— ¿Crees que la muer te es final de todo, o qne hay algo después de la misma?

ORACIÓN D E LOS FIELES:

Oremos, hermanos, unidos en caridad, por todas nues­tras intenciones y para que conceda el perdón y la paz a nuestro hermano N.

— Por la Santa Iglesia, para que viva siempre orientada hacia una resurrección gloriosa, roguemos al Señor.

— Por nuestro hermano N. , para que vea pronto la luz de la verdad, roguemos al Señor.

— Por los que van a morir hoy; para que Dios les conceda la gracia de morir fortalecidos con su perdón, roguemos al Señor.

— Por nosotros mismos, para que vivamos de tal manera que nuestra muerte sea el paso a la vida, roguemos al Señor.

Oh Señor, que has dispuesto que todos los hombres mueran , te pedimos que nuestra muerte, unida a la de Cristo, sea camino hacia la luz, la paz y la victoria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

121

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

CANTO DE OFERTORIO-. (Salmo 6 3 : L. Deiss)

Mi boca te cantará jubilosa, Tú eres un festín para mí.

1. Oh Dios, Tú eres mi Dios y yo te busco, mi alma tiene sed de Ti.

2. Lo mismo que la tierra sin agua, mi ser entero tiende a Tí.

3. Señor, yo quiero ir a tu Templo por ver tu Gloria, tu Poder.

4. Tu amor vale más que la vida, mis labios cantarán sin fin.

5. Mis manos se alzarán a tu Nombre, mi vida cantará tu Amor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Recibe estas ofrendas, Señor, por las que imploramos tu misericordia en favor de N., tu hijo (a) . Líbralo (a) de sus culpas; que vea pronto tu rostro, y goce de tu claridad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.

En él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad.

Porque la vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo.

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122

Por eso, con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tn gloria:

Santo, Santo, Santo...

Te bendecimos, Padre, porque has puesto en nuestro camino la vida y el testimonio de los hombres justos. Junto a nuestro dolor indescriptible nos suenan aquellas palabras de consuelo: «Bienaventurado, porque me viste pobre y me ayudaste; cada vez que lo hiciste con uno de los hombres más pequeños, conmigo lo hiciste».

Esta palabra de tu Hijo y la vida de nuestro hermano nos llenan de esperanza: sabemos que el hombre que ama no muere, que el justo vivirá para siempre y que su memoria será eterna.

Te bendecimos con el mismo gesto que Jesucristo dejó a sus discípulos la víspera de su muerte, cuando tomando pan en sus manos, te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, tomó la copa, recitó la acción de gracias y dijo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y Este es el sacramento de nuestra fe. iy Anunciamos...

Por tanto nosotros, Señor, Padre Santo, anunciamos la muerte de tu Hijo, su vuelta a la vida como primogénito de entre los muertos y su señorío sobre la historia del mundo.

123

Y junto con su muerte y su vida, sacrificio agradable a Ti, te ofrecemos el sacrificio de nuestro hermano, el de esta familia y el de toda la comunidad humana. Dígnate aceptarlo y envía sobre estos dones y sobre nosotros al Espíritu Santo, para que reunidos en un mismo amor, vivamos en solidaridad con todos los hombres, a fin de que podamos alcanzar el gozo de la Resurrección.

Por Cristo, con él y en él, a ti Dios Padre omnipotente en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN:

1. Cerca de Ti, Señor, yo quiero estar; tu grande eterno amor quiero gozar. Llena mi pobre ser, limpia mi corazón, hazme tu rostro ver en la aflicción.

2. Mi pobre corazón inquieto está, por esta vida voy buscando paz. Más sólo Tú, Señor, la paz me puedes dar; cerca de Ti, Señor, yo quiero estar.

3 Pasos inciertos doy; el sol se va, mas si contigo estoy, no temo ya. Himnos de gratitud alegre cantaré, y fiel a Ti, Señor, siempre seré.

4. Día feliz veré creyendo en Ti, en que yo habitaré cerca de Ti. Mi voz alabará tu santo nombre allí, y mi alma gozará cerca de Ti.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Dios Todopoderoso, te pedimos por tu siervo N., a quien asociaste a la muerte de Cristo; limpíale de pecado por este sacrificio, para que goce de misericordia en la resurrección eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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RITO DE DESPEDIDA

• Todos juntos pueden rezar un responso alternando con el sacer­dote.

• Allí mismo dan el pésame a los familiares.

CANTO FINAL: (Salmo 122: M. Manzano)

A Ti levanto mis ojos, a Ti que habitas en el cielo, a Ti levanto mis ojos, porque espero tu misericordia.

1. Como están los ojos de los esclavos, fijos en las manos de los señores, así están nuestros ojos en el Señor, esperando su misericordia.

2. Como están los ojos de la esclava, fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor, esperando su misericordia.

3. Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios, misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios.

4. Nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos; nuestra alma está saciada del desprecio de los orgullosos.

13 DÍA DEL. P A D R E O D E L A MADRE

l i turgia familiar

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

La caridad, el amor de unos con otros es una obligación. Pero en el amor humano hay grados distintos. Tenemos que amar a todos, es verdad. Hay, sin embargo, personas a las que debemos un cariño y un amor especiales: son nuestros fami­liares y en primer lugar nuestros padres. Celebramos hoy el día del padre (de la madre) y nos hemos reunido en torno al altar para pedir por él (ella) y para ofrecer la Eucaristía dando gracias a Dios por el don de unos padres buenos en nues­tra vida.

CANTO DE ENTRADA: (N. Espiritual)

Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor.

1. Un largo caminar por el desierto bajo el sol; no podemos avanzar sin la ayuda del Señor.

2. Unidos al rezar, unidos en una canción, viviremos nuestra fe con la ayuda del Señor.

3. La Iglesia en marcha está; a un mundo nuevo vamos ya, donde reinará el amor, donde reinará la paz.

SALUDO DEL SACERDOTE:

l a gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo, esté con todos vosotros.

Page 64: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

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(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Señor nuestro Jesucristo, que, obedeciendo a María y José, santificaste la familia con virtudes admirables, concédenos, por la intercesión de ambos, aprender los ejemplos de tu Sagrada Familia para ser dignos de tu compañía en el cielo.

Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, y eres Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Obligación de los hijos es honrar siempre a sus padres. La lectura que vamos a escuchar a continuación, es una exhortación a los hijos para que honren a su padre y a su madre.

LECTURA DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO (3, 3-7. 14-17a)

Escuchad, hijos míos, que soy vuestro padre, y obrad de modo que alcancéis la salud. Pues Dios honra al padre en los hijos y confirma en ellos el juicio de la madre. El que honra al padre, expía sus pecados. Y como el que atesora, es el que honra a su madre. El que honra a su padre, se regocijará en sus hijos y será escuchado en el día de su oración. El que honra a su padre tendrá larga vida. Y el que obedece al Seño»-, es consuelo de su madre...

Hijo, acoge a tu padre en su ancianidad y no le des pesa­res en su vida. Si llega a perder la razón, muéstrate con él in­dulgente y no le afrentes porque estés tú en la plenitud de tu fuerza; que la piedad con el padre, no será echada en olvido. Y en vez del castigo por los pecados, tendrás prosperidad. Pa­labra de Dios.

127

CANTO RESPONSORIAL: (N. Espiritual)

1. Caridad y comprensión, aleluya y verdad en el amor, aleluya.

2. Entusiasmo en la acción, aleluya alegría en la unión, aleluya.

3. Allá queremos llegar, aleluya para más y más amar, aleluya.

4. Nuestra entrega debe ser, aleluya un canto del corazón, aleluya.

5. En la entrega debe haber, aleluya alegría, gozo y paz, aleluya.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Una de las virtudes que de manera especial han de practicar los hijos es la virtud de la obediencia a sus padres, la sumisión. Cristo mismo nos da ejemplo de esta virtud. Es­cuchemos.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. LUCAS (2,41-52)

Sus padres iban cada año a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando era ya de doce años, al subir sus padres, según el rito festivo, y volverse ellos, acabados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo echasen de ver. Pensando que estaba en la caravana, anduvieron camino de un día. Buscáronle entre parientes y conocidos, y al no hallarle, se volvieron a Jerusalén en busca suya. Al cabo de tres días le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles. Cuantos le oían quedaban es­tupefactos de su inteligencia y de sus respuestas.

Cuando sus padres lo vieron, quedaron sorprendidos, y le dijo su Madre: Hijo, ¿por qué has obrado así con nosotros? Mira que tu padre y yo, apenados, andábamos buscándote. Y El les dijo: ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que es preciso que me ocupe en las cosas de mi Padre?

Ellos no entendieron lo que les decía. Bajó con ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto, y su madre conservaba todo esto en su corazón. Jesús crecía en sabiduría, edad y gracia ante Dios y ante los hombres.

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128

HOMILÍA:

1. Fuente de paz, de perfección y de vida familiar, es el amor. 2. Amor comprensivo, humilde, que soporta y sabe perdonar siem­

pre. 3. Debemos soportarnos, amonestarnos, instruirnos con toda sa­

biduría, con caridad, con bondad. A veces es difícil... 4. Educar un hijo es a veces más difícil que traerlo al mundo. 5. Padres e hijos tienen que esforzarse por comprenderse en la

diferencia de edad, en las ideas distintas, en la formación, en las modas, incluso en la nueva espiritualidad de nuestro tiem­po...

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué representan los padres en la vida familiar? — ¿Cómo fomentar la paternidad verdadera?

¿Qué normas darías hoy a tus padres para lograr la familia ideal: humana, social, familiar y espiritualmen-te?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, en esta fiesta familiar, y supliquemos al Señor que haga descender su sonrisa y bendición sobre todos los padres de la tierra.

— Por el Papa: para que como padre común sea amado y respetado por todos los que formamos la gran fa­milia de la Iglesia, roguemos al Señor.

— Por los que no tienen familia: para que nuestro amor supla el cariño de que carecen, roguemos al Señor.

— Por todas nuestras familias: para que vivan en la paz, progresen en el amor y den al mundo testimonio de unión y caridad, roguemos al Señor.

— Por este padre (madre) cuyo día celebramos: para que sienta sobre sí la protección de Dios y el amor de todos sus hijos, roguemos al Señor.

Nota: (se adelanta un niño y lee)

— Para que nuestro padre sea dulce y cariñoso con nues­tra madre, roguemos al Señor.

— Para que nuestra madre sepa cuidar de la casa y de todos nosotros, roguemos al Señor.

129

— Para que nosotros, los hijos, sepamos comprender y amar a nuestros padres, roguemos al Señor.

— Para que un día nos veamos otra vez todos juntos en el cielo, roguemos al Señor.

Te suplicamos, Dios de bondad, que escuches nuestra esperanzada plegaria, pues en Ti ponemos toda nuestra confianza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Los dos esposos se acercan para presentar las ofrendas • Llevan también los anillos y los depositan en el altar.

CANTO DE OFERTORIO (J. A. Espinosa)

Te presentamos el vino y el pan. bendito seas por siempre, Señor, (bis)

1. Bendito seas, Señor, por este pan que nos diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

2. Bendito seas, Señor; el vino Tú nos lo diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Las ofrendas que te presentamos, Señor, son fruto de nuestro trabajo; que Tú las santifiques y las conviertas en lluvia de bendición.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

PREFACIO:

Realmente es justo y necesario nuestro deber y salvación.

9 —EUCARISTÍA DOMESTICA

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bendecirte, Señor, Padre Santo, Creador de todas las cosas, que has modelado al hombre a tu imagen y semejanza:

Tú eres quien haces surgir en nosotros el amor y lo conservas. Tú, desde la eternidad, has marcado el destino de los hombres, uniéndolos por parejas, para que en la entrega del matrimonio encontraran la compañía, el gozo del amor pleno, el reposo de quien es correspondido por aquel a quien ama, el enriquecimiento de los afectos y de los valores humanos, y la paz, al saberse apoyado por otro en la vida.

Tú has querido que del amor de un hombre y de una mujer surgiera la vida en el milagro de los hijos, para formar entre todos ellos el gran remanso de paz que es la familia cristiana.

Por lo cual, todos unidos a los ángeles y santos del cielo, queremos bendecirte y te alabamos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Señor Dios, Creador y Padre nuestro, gracias a Jesucristo tenemos noticia de tu amor hacia nosotros. Tanto has amado al mundo que nos has entregado a tu Hijo único, para que todos los que crean en El tengan la vida.

El nos ha anunciado tu amor y tu bondad: hasta el último momento de su vida cumplió tu voluntad. El se ha dado todo a todos los hombres.

Pues la noche en que iban a entregarle tomó pan en sus manos, levantó los ojos hacia Ti, Padre, te dio las gracias, lo partió y se lo distribuyó a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo tomó la copa, recitó la acción de gracias y dijo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna,

que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. fy. Anunciamos...

Por eso, Padre celeste, te ofrecemos nuestros dones; con ellos nos entregamos nosotros mismos en tus manos. Haz que tu Espíritu Santo habite en nosotros, nos penetre y nos santifique como a este pan y a este vino, cuerpo y sangre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Bendice con tu amor la alianza de estos esposos que te dan gracias por su amor y que esperan de tu mano la dicha y la alegría. Bendícelos en sus hijos. Que crezcan y maduren en auténtica bondad, en auténtica humanidad. Dales tu Espíritu y aquella manera de ser, que contemplamos en Jesucristo, tu Hijo.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente en la unidad del Espíri tu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

• En el momento de comulgar, los esposos se entregan mutuamen­te los anillos, que han estado depositados sobre el altar durante toda la Eucaristía.

CANTO DE COMUNIÓN: (Popular)

Un mandamiento nuevo nos dio el Señor: que nos amáramos todos como El nos amó.

1. Acercaos, hermanos, todos, que es Dios mismo quien invita.

2. Donde hay caridad y amor está Cristo y su Iglesia.

3. La señal de los cristianos es amarse como hermanos.

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132

4. Perdonemos al hermano como El nos perdona.

5. Lo que hacemos al hermano a Dios mismo se lo hacemos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Te damos gracias, Señor, por la participación en tus divinos misterios y te pedimos qne ellos sigan siendo fuente familiar de paz para todos nosotros.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

CANTO DE DESPEDIDA: (T. Aragüés)

Juntos para soñar nuevas inmensidades juntos para marcar ritmos de nuevo amor.

1. Juntos miramos la vida, juntos al amanecer, juntos formamos la espiga del día nuevo que va a nacer.

2. Juntos marchamos unidos como escuadrón de amor, juntos templamos en forja la paz de un mundo nuevo y mejor.

RENOVEMOS NUESTRO AMOR Aniversario de la boda Bodas de Plata y Oro

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Cuando dos jóvenes se prometen amor para siempre po­demos desconfiar de esa promesa; tantas cosas pueden pasar... Pero cuando un hombre y una mujer, cada aniversario, o a los cinco, diez, veinticinco o cincuenta años de matrimonio renuevan su amor con la misma ilusión que el primer día, entonces no hay sino motivos de alegría, de seguridad y de acción de gracias a Dios.

Nuestra Eucaristía de hoy, en la que los hijos rodean a sus padres que han sabido ser fieles a su promesa de amor, tiene que ser para todos nosotros un cántico de gratitud al Señor, que les ha dado su fuerza para amarse y educar con el ejemplo a sus hijos.

CANTO DE ENTRADA: (K. Arguello)

Hacia Ti, morada santa; hacia Ti, tierra del Salvador, peregrinos, caminantes, vamos hacia Ti.

Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto; comeremos tu carne, tu sangre nos limpiará.

Reinaremos contigo, en tu morada santa; beberemos tu sangre, tu fe nos salvará.

Somos tu pueblo santo que hoy camina unido; Tú vas entre nosotros, tu amor nos guiará.

Tú eres el Camino, Tú eres la esperanza, hermano de los pobres. Amén, Aleluya.

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SALUDO DEL SACERDOTE:

Paz a vosotros, hermanos, de parte de Dios, a los que sabéis santificar el amor y vivir unidos en la caridad.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios de amor, cnyo Hijo, Cristo Jesús, al hacerse hombre, asumió y santificó todo lo que tiene valor humano; te pedimos por N. y N. que hoy renuevan ante Ti su promesa de fidelidad; bendícelos y ayúdalos hasta el final.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive».

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: En el matrimonio hay deberes de amor para marido y mujer. La paz y la fidelidad en la entrega dependerán del comportamiento de ambos. San Pedro nos da unos conse­jos prácticos.

LECTURA DE LA PRIMERA CARTA D E SAN PEDRO (1 Pe, 3,1-8)

Asimismo, vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros ma­ridos para que, si alguno se muestra rebelde a la palabra, sea ganado sin palabras por la conducta de su mujer, considerando vuestro respetuoso y honesto comportamiento. Y vuestro or­nato no ha de ser el exterior del rizado de los cabellos, del ataviarse con joyas de oro o el de la compostura de los vestidos, sino el hombre oculto del corazón, adornado con la incorrup­ción de un espíritu manso y tranquilo, que es de mucho valor ante Dios.

Así es como en otro tiempo se adornaban las santas mujeres que esperaban en Dios, obedientes a sus maridos. Como Sara, cuyas hijas habéis venido a ser vosotras, obedecía a Abraham y le llamaba señor, obrando el bien sin intimidación alguna.

135

Igualmente vosotros, maridos, tratadlas con discreción, como a vaso más débil, honrándolas como a coherederas de la gracia de la vida, para que nada impida vuestras oraciones. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 144:

y Bendeciré por siempre tu nombre, Señor, r^ Bendeciré por siempre tu nombre, Señor.

Día tras día te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor y merece toda alabanza; es incalculable su grandeza.

Ip Bendeciré por siempre tu nombre, Señor.

Una generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas; alaban ellos la gloria de tu majestad, y yo repito tus maravillas.

IJT Bendeciré por siempre tu nombre, Señor.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.

1^ Bendeciré por siempre tu nombre, Señor.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Escuchemos ahora de labios del Sacerdote la doctrina que nos expone el mismo Cristo acerca del matri­monio.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. MARCOS (10, 1-8)

Llegándose unos fariseos le preguntaron, tentándole, si es lícito al marido despedir a la mujer. El respondió y les dijo: «¿Qué os ha mandado Moisés?» Contestaron ellos: «Moisés manda escribir el libelo de repudio y despedirla.» Jesús les

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136

dijo: «Por la dureza de vuestro corazón os dio Moisés esta ley, pero al principio de la creación los hizo Dios varón y mujer. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y serán los dos una sola carne. De manera que no son dos, sino una sola carne.» Lo que Dios juntó no lo separe el hombre.

H O M I L Í A

(Véanse los puntos de la Homilía de: Día de los enamorados, celebración 1.", pág. 29. y Día de la Boda, celebración 3 *, pág 48.

Ideas para el diálogo.

— ¿Creéis que los esposos hacéis, en general, lo suficiente para mantener el amor y la fidelidad?

— ¿Qué consejos darías a tus padres para que siguieran amándose y fuera perfecta la convivencia de padres e hijos?

— ¿Qué causas creéis que influyen primordialmente en tantos fracasos y separaciones matrimoniales?

ORACIÓN DE LOS FIELES: Acción de gracias.

Hermanos: demos gracias a Dios por la fidelidad de estos esposos y pidamos que las bendiciones del Señor desciendan sobre ellos y sobre toda la Iglesia.

A cada una de las peticiones se responde:

Te damos gracias, Señor.

Trímero leen mando y mujer, alternando.

— Por la vocación que nos diste llamándonos al matri­monio.

-— Por el día grande y feliz de nuestra boda.

— Por los hijos que de tu mano hemos recibido.

— Por las felicidades y alegrías de nuestro matrimonio.

— Por tu constante Providencia sobre nosotros y sobre nuestros hijos.

Después leen los hijos:

— Por la alegría y felicidad de nuestros padres.

137

— Por su ejemplo, por su amor a nosotros, y por cuanto hemos recibido de nuestros padres.

(A elección)

Renovación de las Promesas del Matrimonio

SACERDOTE: Esposos cristianos: Ahora que recordamos la fecha memorable de vuestra vida, es el momento de reno­varos en vuestro amor. Así pues, con la misma alegría que entonces sentisteis, renovad ante el altar de Dios vuestras pro­mesas matrimoniales.

SACERDOTE: ¿Prometéis conservaros el amor que mutua­mente os entregasteis el día de vuestra boda?

ESPOSOS: ¡SÍ, prometemos!

SACERDOTE: ¿Prometéis guardaros inviolable fidelidad to­da vuestra vida?

ESPOSOS: ¡SÍ, prometemos!

SACERDOTE: ¿Prometéis vivir cristianamente vuestra voca­ción de esposos y padres?

ESPOSOS: ¡SÍ, prometemos!

Oh Dios, cuya misericordia no tiene limites, te damos gracias por las bendiciones que nos has concedido, sobre todo a N. y N., y te rogamos que no abandones a aquellos cuyas súplicas escuchas.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Marido y mujer traen las ofrendas para el sacrificio. • Les acompañan dos hijos o dos nietos, trayendo los anillos de los

padres o de los abuelos.

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138

CANTO D E O F E R T O R I O : (R. Cantalapiedra)

¿Cómo le cantaré al Señor, cómo le cantaré? ¿Cómo le cantaré al Señor? Hombre de barro soy.

1. El está en los montes y en el mar. El llena el silencio de la noche en calma, y camina en la ciudad.

2. El llena los campos de canción. La estrella en el cielo de la noche en calma a todos nos da calor.

3. No mira en el hombre su color; es Padre de todos, a todos espera, a todos llega su amor.

4. El se hace presente en el altar; a todos invita a tomar su cuerpo en su celestial manjar.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Recibe, Padre de bondad, estas ofrendas, que, con agradecimiento, con amor y con ilusión, te presentamos en este día de gozo.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, es nuest ro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Que con el yago suave del amor y el vínculo indisoluble de la unidad hiciste más fuerte la alianza nupcial, para que aumenten los hijos de tu adopción por la honesta fecundidad de los esposos.

Tu Providencia y tu amor lo dispuso asf de modo tan admirable, que el nacer llena la tierra, y el renacer a n m e n t a t u Iglesia: por Jesucristo nuestro Señor.

Por eso, con los ángeles y los santos cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

139

Prosigue la Plegaria Eucarística conforme al esquema que se anota para la celebración 1." «Día de los Enamorados», págs. 31-33.

RITO DE LA COMUNIÓN

• Los dos esposos pueden comulgar bajo las dos especies. • Al terminar la Comunión se entregan mutuamente los anillos,

que han estado sobre el altar durante toda la Eucaristía.

CANTO DE COMUNIÓN: (Salmo 128: L. Deiss)

Como brotes de olivo en torno a tu mesa, Señor, así son los hijos de la Iglesia.

1. El que teme al Señor será feliz, feliz el que sigue su ruta.

2. Del trabajo de tus manos comerás, a ti, la alegría, el gozo.

3. Y tu esposa en el medio de tu hogar será como viña fecunda.

4. Como brotes de un olivo reunirás los hijos en torno a tu mesa.

5. El Señor bendecirá al hombre fiel con esta abundancia de bienes.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

La participación en tu Eucaristía, Señor, alegre nuestras vidas, y ella nos lleve al gozo eterno de tu reino.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

BENDICIÓN DE LOS ANILLOS: (A elección)

MONICIÓN: Ahora, el sacerdote va a bendecir los anillos o alianza de vuestra boda que os recuerda siempre el matri­monio que habéis celebrado y la gracia y la vocación que ha­béis recibido.

(Después lo besáis y podéis imponéroslo de nuevo mutua­mente como símbolo de fidelidad y amor.)

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140

SACERDOTE:

Oremos: Bendice I£I Señor, estos anillos que hoy bendecimos en tu nombre, para qne quienes los llevan cumplan siempre tu voluntad, se guarden integra fidelidad el uno al otro, y vivan en paz con sus hijos amándose siempre.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(Sigue la Bendición final del Celebrante.)

CANTO FINAL: (Salmo 117: M. Manzano)

Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Aleluya, aleluya.

1. Que lo diga la casa de Israel: es eterna su misericordia. Que lo diga la casa de Aarón: es eterna su misericordia. Que lo digan los fieles del Señor: es eterna su misericordia.

2. Escuchad: hay cantos de victoria, en las tiendas de los justos: «La diestra del Señor es poderosa, es excelsa la diestra del Señor.»

3. Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Yo no he de morir, yo viviré para contar las hazañas del Señor.

4. La piedra que el cantero desechó es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, esto ha sido un milagro patente. Te doy gracias porque me escuchaste, porque fuiste mi salvación.

B) OTROS G R U P O S Y C I R C U N S T A N C I A S V A R I A S

15. Nuestras amistades: Fin de semana. Visita o reunión

familiar.

16. También hay que descansar: Comienzo de las vacaciones.

17. Juventud en el campo: Excursión. Campamento. Playa.

18. Apertura de curso: La vuelta al estudio y al trabajo.

19. Tenemos que conocernos: Reunión de vecindad.

20 Un solo Señor, una sola fe: Celebración ecuménica.

.21. Peregrinos hacia Dios: Eucaristía durante una peregri­nación o romería.

22. Todos apóstoles: Eucaristía en grupos de apostolado.

23 Hablando con Dios: Día de retiro colectivo.

24. lja vocación sanitaria: Grupo de médicos, enfermeras, etcétera.

25. Al ritmo del trabajo: Eucaristía en grupos de trabajo (Oficina, fábrica, empresa, taller, etcétera.)

26. En amor y buena compañía: Grupo o equipo de matri­monios.

27. El deporte, valor humano: Ocasión o fecha deportiva. 28 Gracias por los frutos maduros: Final de recolección.

Vendimia, verano.

29. La Palabra de Dios: La Biblia en casa o en grupos.

30 I>a Vida Consagrada: -Aniversario de la Profesión. Reno­vación de Votos o Promesas.

31. Nuestra vida familiar: Para equipos de matrimonios.

32. Armas para la paz: Fuerzas armadas (militares, policía).

33. Abrirse a la vida: Eucaristía a tus quince años.

34. Entrega de diplomas: Final de Curso.

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15 NUESTRAS AMISTADES Fin de semana

Visita. Reunión familiar

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Hermanos: la alegría y la amistad son dones que recibimos gratis de Dios. Con motivo del descanso que nos tomamos hoy celebramos esta reunión de amistad para alegrarnos juntos en el Señor. Unidos a toda la Iglesia, a todos los hombres que buscan su descanso en Dios, vamos a dar gracias a Dios por la amistad que nos une y que nos hace vivir hoy en familia. ¡Qué hermoso que Jos hermanos vivan juntos! Pidamos al Señor, al celebrar su Eucaristía, que nuestra reunión sea pren­da de la alegría eterna que un día gozaremos con El.

CANTO DE ENTRADA. (Salmo 121: M. Manzano)

¡Qué alegría cuando me dijeron-. «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

1. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor.

2. Según la costumbre de Israel a celebrar el nombre del Señor: en ella están los tribunales de justicia en el palacio de David.

3. Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman,

143

haya paz dentro de tus muros, en tus palacios seguridad.»

4. Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo.» Por la casa del Señor nuestro Dios, te deseo todo bien.

SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos: la gracia y la paz sean con vosotros de parte de Dios. El nos ama y nos brinda su amistad para que también nosotros gocemos de la alegría de sabernos hermanos y amigos por la caridad del Señor.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios, que hiciste al hombre y le diste un corazón para amar, concédenos conocer lo que significa la amistad en nuestras vidas y haz que siempre vivamos en la tuya.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Una de las hermosas virtudes que hemos de practicar los cristianos ha de ser la hospitalidad. Con ella fomentaremos la unión y la hermandad entre todos. Veamos cómo nos lo dice el Apóstol San Pablo.

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS (12, 9-16b.)

Hermanos: Que vuestra caridad no sea una farsa: aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el espí­ritu manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor.

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144

Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribula­ción, sed asiduos en la oración. Contribuid a las necesidades del pueblo de Dios; practicad la hospitalidad.

Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no mal­digáis.

Con los que ríen estad alegres; con los que lloran, llorad. Tened igualdad de trato unos con otros: no tengáis gran­

des pretensiones, sino poneos al nivel de la gente humilde. Palabra de Dios.

CANTO RESPONSORIAL: (N. Espiritual)

Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor.

Un largo caminar por el desierto bajo el sol; no podemos avanzar sin la ayuda del Señor.

Unidos al rezar, unidos en una canción, viviremos nuestra fe siempre en lucha por el bien.

La Iglesia en marcha está. A un mundo nuevo vamos ya, donde reinará el amor, donde reinará la paz.

Segunda Iieetura

MONICIÓN: Esta amistad y este amor debe convertirse en unidad de aspiraciones, de intereses, de problemas vividos en caridad. Para los que fomentamos la amistad se aplican ma­ravillosamente las palabras de San Juan.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. JUAN (17,20-26)

En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, Jesús oró, di­ciendo:

Padre Santo, no sólo ruego por ellos, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como Tú, Padre, en mí y yo en Ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has en­viado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que Tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí.

Padre, este es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo, donde yo estoy, y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.

145

Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he cono­cido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, como también yo estoy en ellos.

H O M I L Í A :

1. La amistad es algo sagrado en la vida social. 2. Necesitamos la amistad de los demás. Pero hemos de pensar

que en la amistad no sólo hemos de recibir, sino que también tenemos obligación de dar algo.

3. La amistad verdadera no ha de ser solamente de tipo humano, tiene que ir más allá. Este cariño, fomentado entre todos, ha de llevarnos hasta Dios.

4. Hoy estamos viviendo la amistad en forma plena. Nos estamos alegrando juntos, para llegar juntos hasta Dios, por la oración y la alegría. Que unos a otros nos demos ejemplo de sana y santa amistad y que todos demos un paso hacia el Señor, en medio de nuestra alegría de vacaciones.

Ideas para el diálogo:

— ¿Crees que la amistad es buena por el hecho de ser amistad?

— ¿Qué normas crees aptas para escoger tus amistades? — ¿Es posible y cómo la amistad entre padres e hijos?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, a l ) j o s , Padre de todos, para que reine la amistad entre todos los hombres.

— Por la santa Iglesia, para que la conserve siempre en la paz y en la unidad, roguemos al Señor.

— Por todos los cristianos, para que sepamos fomentar entre nosotros la verdadera caridad y amistad, rogue­mos al Señor.

— Por todos los que, como nosotros, están disfrutando de un momento de ocio, para que su descanso sea tes­timonio de vida y alegría santa, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que esta celebración de amis­tad nos ayude a vivir siempre unidos a Ti, roguemos al Señor.

Oh Dios, fuente de la amistad verdadera, te suplicamos ñongas fin a las guerras, odios y prejuicios

10.—EUCARISTÍA DOMESTICA

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146

que separan a los hombres y las familias, para que tu amor reine entre nosotros.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE L.A EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Varios niños cogidos de la mano se adelantan hasta el altar. Detrás de ellos, varios matrimonios se adelantan trayendo las ofrendas.

CANTO DE OFERTORIO: (T. Aragüés)

Qué bien, todos unidos mano con mano en el luchar; qué bien, todos hermanos en el sufrir y en el gozar.

Nosotros queremos, Señor, amarte amando a la tierra; queremos dejar tras nosotros un mundo mejor, una vida más bella.

Nosotros queremos, Señor, correr con la antorcha encendida; queremos dejar al relevo un fuego mejor, una llama más viva.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Concede, Señor, a tu Iglesia el don de la unidad y de la paz, significado en las ofrendas sacramentales que te presentamos.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

PREFACIO:

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque creaste el universo entero, estableciste el continuo retorno de las estaciones, y al hombre, formado a tu imagen y semejanza, sometiste las maravillas del mundo, para que, en nombre tuyo, dominara la creación, y al contemplar tos grandezas,

1 4 /

en todo momento te alabara, por Cristo nuestro Señor. A quien cantan los cielos y la tierra,

los ángeles y los arcángeles poclamando sin cesar.

Santo, Santo, Santo...

Te alabamos y te bendecimos, Padre bueno, por Jesucristo, tu Hijo, al que hiciste semejante a nosotros en todo menos en el pecado. En El encontramos la luz que nos ilumina, el camino que hemos de seguir y el amigo verdadero que nos acompaña hacia Ti. Por eso te damos gracias, Señor, y te pedimos que derrames tu gracia sobre nosotros y sobre estos dones que te ofrecemos por mediación de tu Hijo, el cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, tomó pan, te dio gracias, lo partió y lo distribuyó entre sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, al terminar la cena, tomó el cáliz en sus manos, te bendijo y se lo dio diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. 1^. Anunciamos...

Así, pues, Señor, al hacer memoria de tu Muerte, Resurrección y Ascensión a los cielos, te ofrecemos el sacrificio de tu Cuerpo y de tu Sangre, entregados para salvación de todos. Te suplicamos que envíes tu Espíritu sobre ellos; y te pedimos que, en memoria de tu sacrificio, unas nuestros corazones en la caridad, en la alegría y en la amistad.

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148

Por Cristo, con él y en él, a Ti, Dios Padre omnipotente en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

• Sería interesante que, para comulgar, se colocaran todos alrededor del altar, mezclados los miembros de todas las familias asistentes.

CANTO DE COMUNIÓN: (Popular)

Un mandamiento nuevo nos dio el Señor: que nos amáramos todos como El nos amó.

1. Acercaos, hermanos, todos; que es Dios mismo quien invita.

2. Donde hay caridad y amor, Cristo está y está su Iglesia.

3. La señal de los cristianos es amarse como hermanos.

4. Lo que hacemos al hermano, a Dios mismo se lo hacemos.

5. Perdonemos al hermano, como El mismo nos perdona.

6. Quien no ama a sus hermanos, miente si a Dios dice que ama.

• Un caballero se adelanta y lee esta Acción de Gracias.

Gracias, Señor, por esta alegría que nos une en torno a Ti, junto a tu altar. Esta es la mejor ocasión para darnos cita en el amor: la Eucaristía. Tú estás en medio de nosotros para ser amigo incondicional de los que nos queremos amar en Ti, de los que pretendemos hacer del mundo un reino de gracia, de amor y de verdad.

Gracias, Señor, por todos nosotros, los padres que nos hemos reunido en estas horas del descanso, para disfrutar junto a los amigos y junto a Ti.

Gracias, Señor, por nuestros hijos, que también sueñan en la amistad y quieren que Tú seas centro de la misma.

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Gracias, Señor, por la sonrisa de los campos que alegra nuestros corazones.

Gracias, Señor, por el descanso que nos concedes y porque nos permites que, mientras descansamos, podamos alabarte y darte gracias.

Al despedirnos te decimos una vez más: Gracias, Señor, por la alegría que tenemos en esta hora.

Concédenos que ella se prolongue por toda la eternidad, junto a Ti, en el cielo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Te damos gracias, Señor, por habernos unido en tu sacrificio, y te pedimos que alimentes en nosotros tu amistad y que dure para siempre.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

{Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (Popular)

Gloria, gloria, aleluya (ter), en nombre del Señor.

1. Cuando sientas que tu hermano necesita de tu amor, no le cierres tus entrañas ni el calor del corazón. Busca pronto en tu recuerdo la palabra del Señor: Mi Ley es el amor.

2. Cristo dijo que quien llora su consuelo encontrará, quien es pobre, quien es limpio, será libre y tendrá paz. Rompe pronto tus cadenas, eres libre de verdad: empieza a caminar.

3. Si el camino se hace largo, si te cansas bajo el sol, si en tus campos no ha nacido ni la más pequeña flor, toma mi mano y cantemos unidos por el amor: en nombre del Señor.

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16 TAMBIÉN HAY QUE DESCANSAR Comienzo de las vacaciones

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Un curso más, un año más de trabajo y, al final, las vaca­ciones. Tiempo de descanso, de recuperación de fuerzas, de distracción y de diversión. Pero para el espíritu no hay vaca­ción. La vida cristiana debe vibrar en nosotros siempre. Antes de empezar nuestra época de vacaciones, reunidos todos, vamos a celebrar la Eucaristía en la intimidad, pidiendo al Señor que sepamos santificar este tiempo de descanso corporal.

CANTO DE ENTRADA: (Himno de la Alegría: M. Ríos)

1. Escucha, hermano, la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día.

Ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos (bis).

2. Si en tu camino sólo existe la tristeza y el llanto amargo de la soledad completa. Ven...

3. Si es que no encuentras la alegría en esta tierra, búscala, hermano, más allá de las estrellas. Ven...

SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos: El Dios de la alegría y de la paz os colme de sn misericordia y os conceda la felicidad plena mediante la amis­tad de Jesucristo con todos vosotros.

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(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios, descanso y seguridad de los que en Ti esperan, haz que al descansar nuestros cuerpos santifiquemos este tiempo mediante el amor a Ti y el servicio a los demás.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE L.A PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: El peligro indudable que existe durante las vacaciones es que, por estar metidos de lleno en el descanso y la diversión, nos olvidemos de Dios. Las vacaciones también deben estar impregnadas de la presencia de Dios.

LECTURA DEL LIBRO DEL DEUTERONOMIO (8, 7-18)

Habló Moisés al pueblo y le dijo: «Cuando el Señor tu Dios te introduzca en la tierra buena,

tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura; tierra de trigos y cebadas, de viñas, hi­gueras y granados; tierra de olivares y de miel; tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerán de nada; tierra que lleva hierro en sus rocas, y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta hartarte y bendecirás al Señor tu Dios por la tierra buena que te ha dado.

Pero, cuidado, no te olvides del Señor tu Dios, siendo infiel a los preceptos, mandatos y decretos que yo te ordeno hoy. No sea que cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críes tus reses y ovejas, aumentes tu plata y tu oro y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo correr aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua; que te sacó agua de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres...

Acuérdate del Señor tu Dios: que es El quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres como lo hace hoy.» Palabra de Dios.

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152

CANTO RESPONSORIAL: (N. Espiritual.)

Cansados de trabajar una noche entera en el mar, con sueño vienen, con hambre y pena, los amigos de Jesús.

¡Qué triste es la noche! ¡Qué larga si debemos esperar! ¡Qué pena si de nuevo hay que comenzar! Pero allá junto al mar esperando está Jesús, cuando el día va a alborear. En las brasas hay un pez, en las manos tiene pan y un cariño inmenso en su mirar. En las brasas...

Cansados de combatir en la lucha dura y sin fin sentimos dentro un hondo hastío y el vacío de vivir:

Buscando vamos siempre la paz que no podemos encontrar, descanso para el alma que no puede amar. Pero allá junto al mar...

Segunda Lectura

MONICIÓN: ¡Qué hermosas vacaciones y qué fructíferas cuando en ellas está presente el Señor! Los apóstoles supieron aprovechar esta presencia de Cristo...

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. JUAN (21, 4-7)

Estaba ya amaneciendo cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice:

—Muchachos, ¿tenéis pescado? Ellos contestaron: —No. El les dice: —Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron y no tenían fuerza para sacarla, por la multitud

de peces.

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HOMILÍA:

1. El descanso es una necesidad. El hombre no es una máquina ni número.

2. Hoy día todo el mundo, usando de este derecho, se toma sus vacaciones. Pero muchos emplean las vacaciones en el pecado o al menos en perder el tiempo.

3. Hay que saber descansar corporalmente, sin que sufra el espí­ritu.

4. Para ello es preciso dedicar algún tiempo a la vida espiritual. Lectura, oración, alabanza al Señor, reunión familiar de tono espiritual, una misa con familias amigas en el silencio de la torre. Algo que no nos haga olvidar que Dios también existe durante las vacaciones.

5. Que vaya Cristo en nuestra barca, en nuestra playa, en nuestra fiesta o reunión con los amigos, en nuestras relaciones con el novio... en nuestra alma.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué piensas de este principio: «Para el espíritu no hay vacación»?

— ¿Qné suele hacerse en vacaciones, de ordinario? — ¿Qué normas nos darías tú para aprovechar bien las

vacaciones?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Encomendemos, hermanos, al Señor la alegría de nuestras vacaciones para que nos sirvan de descanso y de santificación.

Después de cada petición dicen todos: Te rogamos, óyenos.

— Una joven:

Gracias, Señor, por estas vacaciones que nos concedes. Queremos pedirte que nuestras almas no se sequen, ni se marchiten como esa hierba de la estepa amarilla.

— Un joven:

Danos fuerzas para divertirnos, para salir más conten­tos de nuestras diversiones, para saber pararnos ante tu barrera amorosa, para cumplir tus mandatos.

— Una joven:

Danos generosidad para que sepamos ayudar al que está cansado y agotado, para que sepamos dar cuanto nos pidan, sin mirar a derecha o a izquierda, sólo dar.

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154

— Un joven:

Convéncenos, Señor, de que Tú no estorbas en vaca­ciones.

Oh Dios, que eres alegría de los que en Ti esperan, haznos conocer el «cara y cruz» de nuestras vacaciones para que sepamos escoger lo mejor y agradarte siempre.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE L.A EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Un joven y una joven traen al altar las ofrendas. • También se pueden traer objetos propios de vacaciones: mochilas,

tiendas de campaña, utensilios de alpinismo, etc.

CANTO DE OFERTORIO: (N. Espiritual)

1. Junto a Ti al caer de la tarde y cansados de nuestra labor, te ofrecemos con todos los hombres el trabajo, el descanso, el amor.

2. Con la noche las sombras nos cercan, y tu rostro nos da nueva luz, alumbrados en nuestro camino hasta Ti correremos, Señor.

3. Cuando al fin nos recoja tu mano para hacernos gozar de tu paz, y reunimos en torno a tu mesa, nos darás la perfecta hermandad.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Acepta, Señor, los dones que te presentamos

y santifica la alegría de todos los que, como nosotros, van a tomar su descanso en las vacaciones. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

PEEFACIO:

Realmente es justo y necesario, nuestro deber y salvación bendecirte,

155

Padre Santo, por Jesucristo, nuestro Señor: tu amor sin medida, ha creado todas las cosas y las ha puesto en nuestras manos para que las moldeáramos las hiciéramos mejores y transformándolas, las pusiéramos a nuestro servicio.

Nos has dado la capacidad de amar, por lo que podemos entrever lo que es vivir como hermanos.

Tú mismo nos enseñaste lo que es la amistad y el amor. El nos hace a tu imagen y semejanza, transfigura el mundo, hace ligero el trabajo, llevadera la fatiga, menos penoso el sufrimiento, más profunda la vida y más gozosa la alegría.

Por eso, unidos a los ángeles, a los santos del cielo, te cantamos diciendo:

Santo, santo, santo...

Al proclamar que eres santo, te pedimos que envíes tu Espíritu sobre estos dones y esta comunidad, para que el pan y el vino, santificados, sean para nosotros el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, y nosotros, reunidos en el amor, podamos formar un solo cuerpo. Bendecimos tu nombre repitiendo la misma acción que Jesucristo, tu Hijo, realizó la víspera de ser entregado, cuando tomando el pan en sus manos, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él: porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, te bendijo y lo dio a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres

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156

para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. IJT. Anunciamos...

Por lo tanto, Señor, nosotros, tu pueblo sacerdotal, hacemos el memorial de la Pasión, Muerte, Sepultura y Resurrección de tu Hijo, a la vez que esperamos su venida gloriosa, y te ofrecemos por Cristo el sacrificio de alabanza como testimonio de nuestra fe en el misterio pascual y de que intentamos vivirlo en nuestra vida.

Por Cristo, con él y en él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria; por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (J. A. Espinosa)

Vamos cantando al Señor: El es nuestra alegría.

1. La luz de un nuevo día venció a la oscuridad, que brille en nuestras almas la luz de la verdad.

2. La roca que nos salva es Cristo nuestro Dios; lleguemos dando gracias a nuestro Redentor.

3. Los cielos y la tierra aclaman al Señor: «Ha hecho maravillas, inmenso es su amor.»

4. Unidos como hermanos venimos a tu altar, que llenes nuestras vidas de amor y de amistad.

ACCIÓN DE GRACIAS: (La lee una joven)

Gracias, Señor: porque nos hiciste grandes para Ti. Gracias por la juventud y la alegría. Gracias por el pan y por el agua,

157

por el río y por la fuente, por el mar y la piscina, por el monte y por los llanos.

Grande eres, Señor, porque en cada flor, árbol o insecto, habla tu voz y tu poder. ¿Verdad, Señor, que no estás ausente? Gracias, porque con la rama juguetea la estrella, y tras la noche, llega la aurora. Grande eres, Señor, porque haces que todos valgamos para algo. Gracias, Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Antes de partir, Señor, purificados y fortalecidos con tu cuerpo y sangre, danos el gozo de la amistad y consérvanos puros hasta el regreso.

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (Canción de juventud: C. Gabarain)

1. Una canción alegre cantaré, una canción de vida y juventud; del corazón el ritmo llevaré, un ritmo de esperanza, de ilusión y luz.

Yo canto, yo amo, sin miedo avanzaré, con Dios en mi alegría ya no temeré (bis).

2. Caminaré por sendas sin hacer, descubriré caminos sin trazar, y al avanzar yo mismo grabaré la senda de mi vida con mi caminar.

3. Con mi vivir construyo una mansión grande y feliz que un día he de habitar. Me pide Dios esfuerzo y oración; yo canto cuando rezo y canto al trabajar.

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17 JUVENTUD EN EL CAMPO Excursión. Campamento. Playa

RITO DE APERTURA

MONICIÓN (La lee un joven, él o ella):

Al comenzar esta Eucaristía juvenil, en que el Señor quiere hablarnos, primeramente le damos gracias por tanto como de­bemos a Dios:

porque somos jóvenes y fuertes, porque somos sinceros y alegres, porque nos abrimos al sufrimiento de los demás, al amor y a la amistad, porque Dios es grande y porque en su amistad y en el amor a los hombres, es donde, en definitiva, adquiere sentido toda nuestra vida.

CANTO DE ENTRADA: (P. Alejandro)

Todo lo que veo tú lo has creado; todo lo que existe lo has hecho, Señor, para que consiga vivir a tu lado y darte las gracias por tu gran amor.

¡Qué me importa ganar todo el mundo, aunque todo lo tenga, Señor, si al final del camino me encuentro que estoy separado de tu gran amor! ¡Qué me importa ganar todo el mundo, aunque todo lo tenga, Señor, si al final del camino me encuentro que lo tengo todo menos tu amor!

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Siempre que te hablo tú me respondes. Siempre que te busco te encuentro, Señor, así me doy cuenta que estás a mi lado y nada me importa ni tengo temor.

(o bien)

CANCIÓN DE JUVENTUD (C. Gabarain)

1. Una canción alegre cantaré, una canción de vida y juventud. Una canción de vida y juventud; del corazón el ritmo llevaré, un ritmo de esperanza, de ilusión y luz.

Yo canto, yo amo, sin miedo avanzaré, con Dios en mi alegría ya no temeré.

2. Caminaré por sendas sin hacer, descubriré caminos sin trazar, y al avanzar yo mismo grabaré la senda de mi vida con mi caminar.

3. Con mi vivir construyo una mansión grande y feliz que un día he de habitar. Me pide Dios esfuerzo y oración; yo canto cuando rezo y canto al trabajar.

SALUDO DEL SACERDOTE:

A vosotros, jóvenes, que sois fuertes: la gracia y la paz de Dios Padre, del Espíritu y de nuestro Señor Jesucristo.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios, fuente de amor sincero, santifica con tu amor a los jóvenes en cuyo corazón nace pujante el amor, para que vivan felices su juventud y permanezcan en tu servicio toda su vida.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive*.

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LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: LOS jóvenes estamos llamados a ser apóstoles de nuestros semejantes. Pero en nuestro apostolado busque­mos solamente la gloria del Señor y el bien de los hermanos, no nuestro provecho.

LECTURA DEL PROFETA JEREMÍAS (1, 4-9)

Recibí esta palabra del Señor: Antes de formarte en el vientre te escogí, antes de que

salieras del seno materno te consagré: te nombré profeta de los gentiles.

Yo repuse: ¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.» El Señor me contestó:

—No digas «soy un muchacho», que a donde yo te envíe irás, y lo que yo te mande dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte.

—Oráculo del Señor. El Señor extendió la mano y me tocó la boca, y me dijo: —Mira: yo pongo mis palabras en tu boca. Palabra de Dios.

CANTO RESPONSORIAL: (R. Cantalapiedra)

Yo volveré a cantar el amor y la esperanza; Yo volveré a cantar los caminos de la paz (bis).

Cuando los fríos se acerquen, las flores se morirán; pero con la primavera de nuevo renacerán. Quizá me veas llorar cuando un amigo se va; la muerte lleva a los míos, pero sé que volverán.

Quizá me veas morir, quizá me veas marchar. No llores, si eres amigo me volverás a encontrar; no sé ni dónde ni cuándo, pero será en un lugar en donde no haya cadenas, y en donde pueda cantar.

Quizá me veas sufriendo por amor a los demás. Quizá me veas gritando que el pobre no tiene pan.

161

La cárcel no es mi morada, las rejas se romperán; si fuertes son las cadenas, más fuerte es nuestro luchar.

(o bien) (C. Halffter)

Anunciaremos tu Reino, Señor, tu Reino, Señor, tu Reino.

1. Reino de paz y justicia, reino de vida verdad. Tu reino...

2. Reino de amor y de gracia, reino que habita en nosotros. Tu reino...

3. Reino que sufre violencia, reino que no es de este mundo. Tu reino...

4. Reino que ya ha comenzado, reino que no tendrá fin. Tu reino...

Segunda Lectura

MONICIÓN: Cristo ha de informar toda nuestra vida. Don­de quiera que vayamos podemos llevar a Cristo con nosotros y debemos llevarlo: en nuestro trabajo, en nuestro estudio, e • nuestras relaciones, en nuestras diversiones.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. LUCAS (9, 57-62)

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus dis­cípulos, le dijo uno:

—Te seguiré a donde vayas. Jesús le respondió: —Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nido; pero

el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza. A otro le dijo: —Sigúeme: El respondió: —Déjame primero ir a enterrar a mi padre. Le contestó: —Deja que los muertos entierren a sus muertos, tú vete a

anunciar el Reino de Dios. Otro le dijo: —Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de

mi familia.

11 .—EUCARISTÍA DOMESTICA

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162

Jesús le contestó: —El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no

vale para el Reino de Dios.

HOMILÍA:

1. La juventud junto a Cristo es fuente de fortaleza. 2. La juventud está llamada a crear una sociedad nueva, un mundo

distinto, más elevado, un mundo mejor; pero sólo conseguirá esto apoyándose en Cristo.

3. Para ello hace falta en la juventud voluntad y valentía y mucha sinceridad; no engañemos a nadie.

4. Debemos unir fuerzas: los jóvenes en comunidad de ilusión, de valores, de carácter, de cualidades. Hombre y mujer apor­tando cada uno lo específico suyo en la construcción de un mundo mejor para Dios.

Ideas para el diálogo:

— ¿Te crees necesario en la sociedad? — ¿Qué puede aportar la juventud a nuestro mundo

actual? — ¿Qué cualidades deseas en la juventud para que fuera

útil a los demás y sana en sí misma?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Escucha, Señor, las oraciones de esta juventud que sueña con un mundo mejor y brinda sus esfuerzos y buena volun­tad para conseguirlo.

— Por la santa Iglesia, para que se conserve siempre joven y dinámica en la extensión de tu Reino, roguemos al Señor.

— Por todos los jóvenes que se sienten fracasados, para que Cristo les apoye y les convenza de su fortaleza, roguemos al Señor.

— Por los jóvenes que malgastan su juventud, para que sepan darle el sentido cristiano que Dios quiere, ro­guemos al Señor.

— Por los educadores de la juventud, para que siembren en ella anhelos de verdad y de sinceridad, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que sepamos dar a Dios el

163

esfuerzo que El nos pide en bien de los hermanos, ro­guemos al Señor.

(Cada uno puede exponer aquí otras necesidades particulares.)

Escucha, Padre, la plegaria de los que queremos unir nuestras vidas a la de todos los que sufren, y que tu gracia nos ayude a llegar hasta Ti, fuente de gozo.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE L.A EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Un joven y una joven se adelantan trayendo las ofrendas de pan y vino.

CANTO DE OFERTORIO: (J. A. Espinosa)

Te ofrecemos, Señor, nuestra juventud.

Este día que amanece {anochece) entre cantos y alegrías, este día en que sentimos tu presencia en nuestras vidas.

Ilusiones y esperanzas, la alegría del vivir, todos juntos como hermanos caminando hacia Ti.

El esfuerzo de los hombres, el dominio de la tierra, la llegada de tu Reino, inquietud que se hace eterna.

Ofrecemos todos juntos nuestras vidas al Señor: Los trabajos y dolores, la alegría y el amor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Con nuestros dones de pan y vino te ofrecemos, Padre, nosotros, los jóvenes, la plegaria por un mundo mejor, en el que la juventud sepa desempeñar su propia tarea cristiana.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario nuestro deber y salvación bendecirte, Señor, Padre Santo, por medio de Jesucristo: por El, imagen tuya y Primogénito de la creación, han surgido todas las cosas; por El y en El has puesto al hombre en el corazón del universo, para que como señor y dueño transformara y reconciliara todo lo existente en el cielo y en la t ierra, según la pacificación realizada mediante la sangre de la cruz.

Has mandado a los hijos del hombre que se afanen en el trabajo, que dominen el mundo y hagan progresar la creación, que se esfuercen por seguir unas estructuras políticas, económicas y sociales justas. Tuyo es el deseo de igualdad y de libertad que bulle en medio de nosotros; a Ti, Padre, debemos la fuerza que sentimos para ins taurar una convivencia verdadera, en que podamos vivir en familia y seamos parte de un pueblo.

Por lo cual, unidos ahora a todos aquellos que encontraron el amor verdadero en la tierra, cantamos el himno de tu gloria diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Santo eres, en verdad, Señor, fuente de toda santidad y de toda alegría. Tú nos has enviado a tu Hijo, Jesucristo, el cual se ha hecho uno con sus hermanos los hombres. Nacido de mujer, igual en todo—menos en el pecado—, nos ha anunciado que es posible el amor en el mundo. El no amó sólo de palabra, sino de obra, descubriéndonos que «no hay mayor amor que el de dar la vida por el amigo». Admirados y anonadados ante el amor tan grande que T ú nos has tenido, no sabemos cómo agradecértelo y bendecirte.

Permítenos, Padre, que lo hagamos con el mismo gesto y acción que tu Hijo lo

165

realizó, cuando la víspera de su pasión, tomó pan en sus santas manos, te bendijo y lo repartió a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Igualmente, terminada la cena, tomó el cáliz, te dio gracias y lo repartió también diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el Sacramento de nuestra fe. ty. Anunciamos...

Por tanto, nosotros, tu pueblo santo, al hacer el memorial de su Muerte, de su santa Resurrección y de su señorío sobre el mundo y la historia, te ofrecemos el sacrificio del que se entregó hasta la muerte; y junto con El te ofrecemos también el esfuerzo de todos los que, queriendo vivir en el amor, buscamos a ciegas y dolorosamente el resurgimiento de la comunidad cristiana.

Dígnate enviar tu Espíritu Santo a fin de que estos dones sean para nosotros el Cuerpo y la Sangre de Cristo y para que, recibiéndolos con fe, seamos edificados en una verdadera comunidad hasta llegar a ser un solo corazón y una sola alma.

Por Cristo, con él y en él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíri tu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

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RITO DE COMUNIÓN ^ ^ ^

• Si hay novios convendría que se acercaran juntos a recibir la Eucaristía.

CANTO DE COMUNIÓN: (N. Espiritual)

Ven, ven, Señor, no tardes; ven, ven que te esperamos, ven, ven, Señor, no tardes; ven pronto, Señor.

El mundo muere de frío, el alma perdió el calor, los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor.

Envuelto en sombría noche, el mundo sin paz no ve; buscando va una esperanza, buscando, Señor, tu fe.

Al mundo le falta vida, al mundo le falta luz; al mundo le falta el cielo, al mundo le faltas Tú.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Alimentados con tu sacramento de amor, te pedimos, Señor, que derrames tu fuerza sobre toda la juventud y nos des fortaleza para extender tu Reino en la tierra.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

CANTO FINAL: (T. Aragüés)

Juntos para soñar nuevas inmensidades. Juntos para marcar ritmos de nuevo amor.

Juntos miramos la vida, juntos al amanecer, juntos formamos la espiga del día nuevo que va a nacer. Juntos alzamos la copa llena hasta el borde de amor, juntos bebemos estrellas en brindis nuevo de juventud. Juntos marchamos unidos como escuadrón de amor, juntos templamos en forja la paz de un mundo nuevo y mejor.

Juntos tendemos los ojos sobre el espejo de Dios, juntos sentimos la tierra, mientras cantamos: «Dios es amor.»

18 APERTURA DEL CURSO La vuelta al estudio y al trabajo

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Han terminado las vacaciones, tiempo de descanso, de recuperación de fuerzas. Otra vez la vida normal de trabajo o estudio va a ocupar nuestras horas. Vamos a echar una mirada para ver qué han sido los días y las horas de descanso. ¿Hemos vivido tan limpiamente como cuando empezamos el verano? ¿Qué fallos ha habido en nuestros días de descanso? Una mirada atrás.

Y otra mirada hacia adelante. De nuevo vamos a empezar a trabajar, a santificar el trabajo. Con la celebración comunita­ria de esta Eucaristía pidamos al Señor que El ayude nuestro espíritu y nuestra voluntad.

CANTO DE ENTRADA: (Salmo 121: M. Manzano)

¡Qué alegría, cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

1. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor.

2. Según la costumbre de Israel a celebrar el nombre del Señor: en ella están los tribunales de justicia en el palacio de David

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168

3. Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, en tus palacios seguridad.»

4. Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo.» Por la casa del Señor nuestro Dios, te deseo todo bien.

SALUDO DEL SACERDOTE:

La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo el Señor, esté con todos vosotros.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Te suplicamos, Señor, que bendigas nuestro estudio y nnestro trabajo para que nuestra actividad, día a día y hora a hora, nos lleve hasta Ti.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive.»

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: De nuevo, hermanos, nos espera el trabajo. Pensemos que el trabajo y el estudio no nos esclavizan; nos dignifican si sabemos darles el sentido de perfección que ellos encierran. San Pablo nos dice:

LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS TESALONICENSES (3, 6-12)

Hermanos: En nombre del Señor Jesucristo os exhortamos: no tratéis con los hermanos que llevan una vida desordenada y se apartan de las tradiciones que recibieron de mí.

169

Ya sabéis cómo tenéis que imitar mi ejemplo: no viví entre vosotros sin trabajar, nadie me dio de balde el pan que comí, sino que trabajé y me cansé día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviera derecho para hacerlo, pero quise daros un ejemplo que imitar. Cuando viví con vosotros os lo dije: el que no trabaja que no coma. Porque me he enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocu­pados en no hacer nada. Pues a esos les digo y les recomiendo, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 126 (M. Manzano)

Que el Señor nos construya la casa, que el Señor nos guarde la ciudad; que nos llene de su riqueza, que nos guarde siempre del mal.

1. Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas.

2. Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de la fatiga: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

3. La herencia del Señor son los hijos, su salario el fruto del vientre: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud.

4. Dichoso el hombre que llena con estas flechas su aljaba; no será derrotado al litigar con sus adversarios en la plaza.

Segunda Lectura

MONICIÓN: NO dudemos que Dios nos pedirá cuenta, un día, de cómo hemos merecido con nuestro trabajo. Este es el momento de hacer méritos con nuestro trabajo. No perdamos el tiempo enterrando los talentos que Dios nos entregó. Es­cuchemos:

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170

LECTURA DEL SANTO E V A N G E L I O SEGÚN S. MATEO (25, 14-30)

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus criados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talen­tos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capa­cidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos emplea­dos y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, di­ciendo:

—Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.

Su señor le dijo: —Muy bien, eres un empleado fiel y cumplidor; como has

sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al ban­quete de tu señor.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: —Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos. Su señor le dijo: —Muy bien, eres un empleado fiel y cumplidor; como has

sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al ban­quete de tu señor.

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo:

—Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siem­bras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.

El señor le respondió: —Eres un empleado negligente y holgazán; ¿con que sabías

que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el Banco, para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez: porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas: allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

H O M I L Í A :

1. Hoy se ha convertido al hombre en una máquina, en un número. Pero el hombre es mucho más que eso. Si la máquina descansa, el hombre tiene más derecho al reposo.

171 \

2. Vosotros habéis tomado vuestro descanso: unas semanas, un mes, dos meses, fuera de casa y de toda obligación. Habéis olvi­dado durante este tiempo los libros, el taller, la oficina, la clínica...

3. Pero de nuevo ha llegado el momento de la seriedad, de la dig­nificación del trabajo.

4. Sí, la dignidad del trabajo. Hay muchos que piensan que el trabajo esclaviza.

5. Hay que saber santificar el trabajo. Hay que saber santificar el estudio.

Ideas para el diálogo:

— ¿Crees que la juventud estudia de verdad y que el tra­bajador trabaja?

— ¿Qué fines, crees, que persigue la juventud en el es­tudio?

— ¿Cuál piensas que ha de ser la cualidad principal del que se dedica al estudio?

ORACIÓN D E LOS FIELES:

Oremos, hermanos, al Señor, dignificador del trabajo, y pidámosle que bendiga a todos los que con el esfuerzo t ra tan de santificar su estudio y su trabajo.

— Por la santa Iglesia, para que su trabajo al servicio del Evangelio sea fecundo, roguemos al Señor.

— Por los gobernantes de las naciones, para que trabajen en favor de la justicia, de la paz y de la caridad, rogue­mos al Señor.

— Por todos los educadores de la juventud, padres de fa­milia, profesores y sacerdotes, para que eduquen a los jóvenes en la madurez humana y cristiana, roguemos al Señor.

— Por los que dedican su vida y su juventud al estudio y al trabajo, para que sepan santificar su hermosa voca­ción, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que sepamos comprender el sentido del trabajo y del estudio y comencemos con ilusión la nueva etapa que hoy inauguramos, roguemos al Señor.

Oh Dios, esperanza de los que en Ti confían, mira las inquietudes de nuestra vida y bendice nuestro nuevo curso y todas nuestras empresas

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172

para que por medio de nues t ro estudio y trabajo consigamos llegar hasta Ti.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Presentación de las ofrendas:

• Junto con las ofrendas del pan y del vino pueden llevarse ante el altar algunos objetos de trabajo manual o intelectual.

CANTO DE O F E R T O R I O : (J. A. Espinosa)

Te presentamos el vino y el pan. Bendito seas por siempre, Señor (bis).

1. Bendito seas, Señor, por este pan que nos diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

2. Bendito seas, Señor; el vino Tú nos lo diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Recibe, Señor, con estos dones, el esfuerzo de nuestras manos y el poder de nuestra inteligencia; que ellos santifiquen nuestra vida y nos lleven hasta Ti.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARIST1CA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario nuestro deber y salvación, bendecirte, Señor, Padre Santo, por medio de Jesucristo, tu Hijo, por quien has creado el tiempo: has señalado la duración del día y de la noche, de las estaciones, los años y las edades.

173

Tú has sembrado en el corazón del hombre el deseo de llegar a una fiesta sin límites, donde recobremos la felicidad que buscamos. Tú, Padre, nos has proporcionado el descanso después del trabajo y nos ofreces la oportunidad de dedicarnos a las tareas de la cultura, del esparcimiento, de la amistad con los demás. Por todo ello te bendecimos y, dándote gracias, unimos nuest ras voces a las de los ángeles y santos para cantarte:

Santo, Santo, Santo...

Te bendecimos, Padre, porque nos has dado la alegría de la libertad y el descanso de los trabajos forzados y antihumanos. Los profetas anunciaron nuevos tiempos, en los que la Humanidad, como una nueva Jerusalén, se vería inundada de alegría; ciudad nueva donde los hombres vivirán como hermanos y no habrá trabajo, ni llanto, ni fatiga.

Cristo pasó por el duro trabajo de la Cruz e inauguró el descanso imperecedero de la Resurrección; de su trabajo y descanso, todos participamos por el bautismo.

El ha dejado en nuestras manos la gran alegría, cuando la víspera de su Pasión tomó pan, te bendijo y lo dio a los suyos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

De igual manera, acabada la cena, tomó el cáliz y, dando gracias de nuevo, lo repartió entre sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. T¡¥. Anunciamos...

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174

Te suplicamos, Señor: envía el Espíritu de Jesucristo, precisamente ahora que estamos reunidos para celebrar su cena, la cena que es alimento de paz y de unidad.

Envíanos su Espíritu para que tengamos fe en lo que está por venir y es aún futuro; danos su Espíritu para que podamos confiar en los hombres; su espíritu de misericordia y de justicia, el Espíritu que no separa a nadie de nadie, el Espíritu que lleva a la reconciliación de unos con otros y de todos entre sí.

Haz que lleguemos a formar un reino de paz, un mundo en que sea posible vivir, en el que los niños estén alegres, los indigentes reciban ayuda, los tristes consuelo, los ancianos descanso; un mundo en el que Tú, oh Dios, vivas en medio de los humanos como nuestro Dios, por Jesucristo, Hijo tuyo y hermano de todos los hombres.

Por El te honramos, Padre nuestro; por El te damos gracias, Dios nuestro; por El recibimos la plenitud del Espíritu Santo.

Por Cristo, con él y en él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

KITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (N. Espiritual)

Día y noche van tus ángeles, Señor, conmigo. Día y noche pienso que Tú estás en mi

1. Si anochece en el camino, van tus ángeles, Señor, conmigo. Si en la noche pierdo el rumbo, pienso que Tú estás en mí.

2. Si me encuentro triste y solo, van tus ángeles, Señor, conmigo. En las luchas de la vida, pienso que Tú estás en mí.

3. Si camino entre los hombres, van tus ángeles, Señor, conmigo. Al servirlos cada día, pienso que Tú estás en mí.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Oh Dios omnipotente y eterno, te damos gracias por el don de tu amor, del que hemos participado hoy, y te rogamos que él sea luz de nuestro quehacer y meta en tu reino.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (T. Aragüés)

Juntos para soñar nuevas inmensidades, juntos para marcar ritmos de nuevo amor.

Juntos miramos la vida, juntos al amanecer; juntos formamos la espiga del día nuevo que va a nacer. Juntos alzamos la copa, llena hasta el borde de luz; juntos bebemos estrellas en brindis nuevo de juventud. Juntos marchamos unidos como escuadrón del amor; juntos templamos en forja la paz de un mundo nuevo y mejor. Juntos tendemos los ojos sobre el espejo de Dios: juntos sentimos la tierra mientras cantamos: «Dios es amor.»

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19 TENEMOS QUE CONOCERNOS Reunión de vecindad

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Hermanos: Vivimos juntos, bajo el mismo techo que nos cobija a todos y, sin embargo, quizá no nos conocemos bas­tante. Nos saludamos de paso, pero no sabemos quiénes somos. Nos cruzamos en la puerta de la calle, en la escalera, (en el ascensor), y no tenemos noticia unos de otros.

La Eucaristía que juntos vamos a celebrar, se orienta a esto: a formar entre todos los que vivimos juntos, un clima fa­miliar, y cristiano. Muchas veces podemos necesitar la ayuda del que vive a nuestro lado. Pero todos tenemos necesidad de una confianza y de una amistad sana y cristiana. Es tan bonito que vivamos todos unos para otros...

CANTO DE ENTRADA: (M. Ríos)

Escucha, hermano, la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día.

Ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol en que los hombres volverán a ser hermanos (bis).

Si en tu camino sólo existe la triste2a y el canto amargo de la soledad completa.

Si es que no encuentras la alegría en esta tierra, búscala, hermano, más allá de las estrellas.

177

SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos: que el Dios del amor y de la paz una vuestros corazones y vuestras almas, para que su gracia habite en vosotros.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios que corriges a los desviados, atraes a tus hijos dispersos y vigilas sobre tu grey reunida; derrama la gracia de tu unidad sobre todos nosotros para que así podamos servirte dignamente.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive».

MTURGJA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Todos formamos la unidad, y aunque somos muchos, sólo formamos un cuerpo. Sin embargo, el eje y centro de esta nuestra unidad es Cristo Jesús.

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS COLOSENSES (3, 13-17)

Hermanos: Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de arbitro en vuestro corazón: a ella habéis sido convo­cados en un solo cuerpo.

Y celebrad la acción de gracias: la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente.

Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, him­nos y cánticos inspirados.

Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, ofreciendo la acción de gracias a Dios Padre por medio de El. Palabra de Dios.

12.—EUCARISTÍA DOMESTICA

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CANTO RESPONSORIAL: (N. Espiritual)

1. Caridad y comprensión, aleluya. Y verdad en el amor, aleluya.

2. Entusiasmo en la acción, aleluya, alegría en la unión, aleluya.

3. Allá queremos llegar, aleluya, para más y más amar, aleluya.

4. Nuestra .entrega debe ser, aleluya, un canto del corazón, aleluya.

5. En la entrega debe haber, aleluya, alegría, gozo y paz, aleluya.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Hoy hemos invitado al Señor a que entre en la casa de todos. Pensemos que en nuestra casa, en nuestro piso, hemos de tener siempre una silla vacía para que, si el Señor se invita, pueda entrar siempre que quiera. No le cerremos nunca la puerta. La casa es suya.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. LUCAS (19,1-10)

Había allí un hombre llamado Zaqueo, jefe de publícanos y rico. Hacía por ver a Jesús, pero a causa de la muchedumbre no podía, porque era de pequeña estatura. Corriendo adelante se subió a un sicómoro para verle, pues había de pasar por allí. Cuando llegó a aquel sitio levantó los ojos Jesús y le dijo:

—Zaqueo, baja pronto porque hoy me hospedaré en tu casa. El bajó a toda prisa y lo recibió con alegría. Viéndolo, todos murmuraban de que hubiera entrado a alojarse en casa de un hombre pecador. Zaqueo, en pie, dijo al Señor:

—Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si a alguien he defraudado en algo, le devuelvo cuatro veces más.

Jesús le dijo: —Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto éste

es también hijo de Abraham; pues el hijo del hombre ha ve­nido a salvar lo que estaba perdido.

H O M I L Í A :

1. Palabras duras las que tuvieron que escuchar José y María en Belén: «No hay lugar en el mesón.»

179

2. En nuestra patria hace falta todavía un millón de casas. En Rusia faltan cuatro millones de pisos. En Asia viven sin casa 500 mi­llones de hombres. En América, para solucionar este problema, habría que construir un millón de viviendas al año durante treinta años...

3. Junto a este problema aterrador, la realidad de nuestras casas acogedoras, nuestros hermosos pisos en los que gozamos de paz y tranquilidad, aunque nos haya costado o esté costando mucho dinero.

4. Juntos demos gracias hoy al Señor por nuestras casas, y vamos a pedir por los que no tienen casa.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué ventajas ves en que los vecinos se conozcan y sean amigos entre sí?

— ¿Crees útiles y necesarias estas reuniones de familias vecinas para orar juntos?

— ¿Cómo organizarías tú estas convivencias?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, al Señor por las necesidades de nues­tras familias y del mundo entero.

— Por la Iglesia, familia de Dios, para que sea entre los hombres señal de salvación y testigo fiel del Evangelio, roguemos al Señor.

— Por los dirigentes de nuestra sociedad, para que la convivencia entre todos los ciudadanos sea cada vez más justa y fraternal, roguemos al Señor.

— Por nuestra hermandad de vecinos, para que tengamos una convivencia llena de comprensión y mutua ayuda, roguemos al Señor.

— Por nuestras familias, por los jóvenes y los mayores, para que el amor, la fe y el sentido religioso de nuestra convivencia sea un ejemplo de solidaridad para los demás, roguemos al Señor.

Señor Padre Santo, que nos has colocado en el mundo para que demos ejemplo y testimonio y nos has reunido en esta casa para que vivamos como hermanos y amigos, haz que seamos ayuda unos de otros y nos'santifiquemos como Tú lo quieres.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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MTURGIA DE 1A EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Uno que pertenezca a cada una de las {amibas reunidas tonta parte en la procesión de los que llevan las ofrendas al altar.

• Pueden presentarse algunos dones domésticos. • Incluso los niños de las diversas familias se podrían hacer algunos

regalos entre sí.

CANTO DE O F E R T O R I O : (T. Aragüés)

Qué bien, todos unidos mano con mano en el luchar; qué bien, todos hermanos en el sufrir y en el gozar.

1. Nosotros queremos, Señor, amarte amando a la tierra; queremos dejar tras nosotros un mundo mejor, una vida más bella.

2 Nosotros queremos, Señor, correr con la antorcha encendida; queremos dejar al relevo un fuego mejor, una llama más viva.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Santifica, Señor, estos dones que te ofrecemos por la unión de todos y bendícenos por ellos en tu Iglesia con la anidad y la paz.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén .

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, bendecirte, Señor, Padre Santo, por Jesucristo, tu Hijo y nuestro hermano: por El has creado la sociedad h u m a n a para que todos viviéramos en el amor ,

181

para que respetáramos la justicia, gozáramos de libertad y faéramos miembros de a n a verdadera familia.

Por el pecado se ha apoderado de nuestro corazón el egoísmo, el odio, la ambición y el desprecio a los demás. Para redimirnos enviaste a tu hijo, nacido de mujer, hombre como nosotros, para que así como por el egoísmo de ano vino la muerte, así por la entrega de otro se nos concediera la vida.

El nos manifestó t a amor y la voluntad de renni r en ana sola familia a todos los dispersos. El ha ido hasta la muerte dando su vida por nosotros para que conociéramos lo que es amar . Hermano de los hombres, permitió ser rechazado por ellos mismos, para que, inspirados en su actitud de servicio, encontráramos el camino de la fraternidad.

Por lo cual, Padre, los que nos vemos envueltos en la luz de tu amor, cantamos, unidos a la asamblea de los ángeles y de los santos, el himno de tu gloria.

Santo, Santo, Santo...

Te alabamos y bendecimos por Jesucristo, tu Hijo, que después del pecado del hombre restauró todas las cosas volviéndolas a su cauce. En El encontramos el camino de la salvación: convirtiéndonos, al escuchar su palabra, \ reuniéndonos al celebrar la Eucaristía, amándonos al comer el mismo pan y ayudándonos unos a otros en el transcurso de la vida.

Te bendecimos por todo ello, te alabamos y damos gracias, unidos a tu hijo, Jesucristo, el cual, la víspera de su Pasión, tomó el pan en sus santas manos y, bendiciéndote, lo repartió a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo tomó el cáliz, te dio gracias y lo repartió diciendo:

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Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía. y . Este es el sacramento de nuestra fe. ty. Anunciamos...

Por tanto, Señor, nosotros, tus ministros y todo tu pueblo sacerdotal, haciendo memoria de la Muerte, de la Resurrección y de la Ascensión de tu Hijo, te ofrecemos el sacrificio del pan que nos da la vida y de la sangre de la salvación eterna.

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa N., con nuestro obispo N., y todos los que en ella cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad.

Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron con la esperanza de la resurrección, y de todos los difuntos: admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

Por Cristo, con él y en él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

• En el momento oportuno, todos se dan la paz. • Luego se acercan a comulgar, yendo todos los miembros de cada

familia juntos.

CANTO DE COMUNIÓN: (Salmo 126: M. Manzano)

Que el Señor nos construya la casa, N que el Señor nos guarde la ciudad; que nos llene de su riqueza, que nos guarde siempre del mal.

183

1. Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas.

2. Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de la fatiga: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

3. La herencia del Señor son los hijos, su salario el fruto del vientre: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud.

4. Dichoso el hombre que llena con estas fechas su aljaba; no será derrotado al litigar con sus adversarios en la plaza.

• Un caballero se adelanta y lee:

Acción de gracias:

Señor, quiero dirigirme a Ti en nombre de todos. ¡Hemos sido hoy tan felices! Queremos agradecértelo. Pocas veces nos hemos reunido para rezar juntos como hoy. Sin embargo, reco­nocemos que nos hacen falta estas convivencias.

Consérvanos en la alegría de vivir juntos, de conocernos y de ayudarnos.

Te pedimos por las familias que no conocen esta dicha. No, no te lo pedimos con jactancia farisaica: sabemos que lo-reci­bimos todo unos de otros, gracias a tu amor.

Consérvanos en esta alegría. Que no nos repleguemos sobre nosotros mismos, apegados a nuestra pequeña dicha; que nos abramos y seamos capaces de compartirla con los demás. Qui­siéramos mantener nuestra atención siempre alerta, no ser indiferentes a nada que se refiera a nuestros hermanos.

Señor, convéncenos de que todos necesitamos de todos. Que no nos falte nunca una mano amiga que nos ayude.

Por eso desde ahora, Señor, gracias por todo lo que has enseñado y nos has dado en esta hora de intimidad y de hermandad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Señor, que esta comunión eucarística, expresión de nuestra unión contigo y con los demás,

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184

realice la unidad de todos en tu Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL:

Viva la gente, la hay dondequiera que vas. Viva la gente, es lo que nos gusta más, con más gente a favor de gente en cada pueblo y nación habría menos gente difícil y más gente con corazón; habría menos gente difícil y más gente con corazón.

Esta mañana de paseo con la gente me encontré; al lechero, al cartero y al policía saludé. Detrás de cada ventana y puerta reconocí mucha gente que antes, ni siquiera la vi.

Gente de las ciudades y también del interior, la vi como un ejército cada vez mayor. Entonces me di cuenta de una gran realidad: las cosas son importantes, pero la gente lo es más.

20 UN SOLO SEÑOR, UNA SOLA PE Celebración ecuménica

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Dice el Concilio Vaticano II: «Hoy en muchas partes del mundo, por inspiración del Espíritu Santo, se hacen muchos intentos con la oración, la palabra y la acción para llegar a aquella plenitud de unidad que quiere Jesucristo.»

Hermanos: hoy también, unidos todos en una misma ilu­sión y bajo el signo de la más perfecta caridad, nos hemos reunido para rezar todos por todos. Olvidemos en esta hora las diferencias y distancias que existen entre unos y otros. Vamos sencillamente a rezar al Padre de todos, para que El una nuestros corazones y voluntades en un mismo sentir y en idéntico pensar.

CANTO DE ENTRADA: (N. Espiritual)

Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor.

Un largo caminar por el desierto bajo el sol; no podemos avanzar sin la ayuda del Señor.

Unidos al rezar, unidos en una canción, viviremos nuestra fe con la ayuda del Señor.

La Iglesia en marcha está; a un mundo nuevo vamos ya, donde reinará el amor, donde reinará la paz.

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SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos: que el Dios de toda consolación os dé un mismo sentir en Cristo Jesús, para que unánimes, a una sola voz, glorifiquéis a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios, autor y amante de la unidad, escucha las oraciones de todos los que nos llamamos hijos tuyos y responde con misericordia a nuestras ilusiones y deseos de hermandad.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive—

LITURGIA DE LA PALABRA

Pr imera Lectura

MONICIÓN: La caridad y la comprensión, según San Pablo, han de ser los móviles de la unidad y de la paz entre todos los hombres.

LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS (1, 10-13)

Hermanos: os ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos: me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo.»

¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? Palabra

de Dios.

CANTO RESPONSORIAL: (J. A. Espinosa)

Señor, T« que brillas en las tinieblas, danos tu luz.

1. Mi corazón está sangrando, me siento lejos, lejos de Ti.

La vida es triste, si Tú nos dejas, si Tú nos dejas solos, sin luz.

2. En esta noche sigo tus pasos, aunque no vea clara tu luz. Guíanos Tú por esta vida, por esta vida hasta la luz.

3 . Pronto vendrá el nuevo día, amanecer de eterna luz. Nace en nosotros paz y esperanza, juntos veremos la luz sin fin.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Con cuánta ilusión Cristo oró por la unidad de todos. Vamos a escuchar, una vez más, sus palabras.. . y ore­mos con El.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. JUAN (10, 11-6)

En aquel tiempo dijo Jesús: —Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da la vida por

las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace estrago y las dispersa, y es que a un asalariado no le im­portan las ovejas.

Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.

H O M I L Í A :

1. Más que en la desunión, tenemos que pensar en los motivos que nos unen a todos los hermanos. La caridad ha de quemar todas las divisiones. Somos todos hermanos...

2. De esta unidad y caridad que hay en cada uno de nosotros, tiene que salir la unidad visible y manifiesta entre todos. Todos lleva­mos una unidad corporal. Nadie quiere la desunión de sus miem­bros. Igual tiene que ser entre los miembros del Cuerpo de Cristo.

3. Mientras seamos ovejas, podemos triunfar y venceremos, aunque haya lobos a nuestro lado. Pero si somos lobos unos de otros no esperemos el apoyo del pastor. El pastor sólo puede ayudar a sus ovejas, nunca al lobo.

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Ideas para el dialogo:

— ¿Qué motivos de unión crees que existen entre todos nosotros?

— ¿Crees fácil la unión de todos? — ¿Qué consejos nos darías para poder llegar a la unión

efectiva entre los que somos y nos llamamos hermanos en Cristo?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Unidos todos en una única plegaria, imploramos del Señor la unidad y la paz de los hermanos.

— Por la santa Iglesia de Dios, para que se realice pronto en ella la unidad pedida por Cristo al Padre, roguemos al Señor.

— Por todas las Iglesias del mundo, para que sepan com­prender que en la unión radica el testimonio de la verdad, roguemos al Señor.

— Por los que gobiernan las naciones, para que respeten la libertad religiosa de los ciudadanos, roguemos al Señor.

— Por la juventud de nuestro tiempo, para que sean siem­pre, con su conducta, testigos de la fe que profesan, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que, unidos en la oración, estemos siempre unidos también en la caridad, rogue­mos al Señor.

Escucha, Señor, la oración de tus hijos, colma nuestra ilusión de ser todos uno en el Padre y bendice siempre nues t ras voluntades.

Por Jesucristo nues t ro Señor. Amén.

LITURGIA DE L.A EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Las ofrendas las traen al altar jóvenes de distintas confesiones.

CANTO D E O F E R T O R I O : (J. A. Espinosa)

le presentamos el vino y el pan. Bendito seas por siempre, Señor (bis).

189

1. Bendito seas, Señor, por este pan que nos diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

2. Bendito seas Señor; el vino Tú nos lo diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Acepta, Señor, este pan y este vino formados por granos de trigo y uva simbolizando la unión de todos nosotros en un solo cuerpo.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EVCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, es nuest ro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno: pues por tu único Hijo, nuest ro Señor Jesucristo, Tú nos has llevado al conocimiento de la verdad, para que fuésemos su Cuerpo Místico por una única fe y un único bautismo.

Por El has concedido a todos los pueblos el don de tu Espír i tu el cual obra maravillas, con la verdad de sus dones; distribuye sus gracias de todo orden, da a las lenguas el don de predicar la palabra, congrega en la unidad; habita en todos los creyentes, llena y gobierna a toda la Iglesia.

Inundada de gozo por este misterio, la Humanidad, unida a todos los espíritus celestiales, canta con voz incesante el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Verdaderamente Tú eres Santo, oh Rey de los siglos y fuente de unidad. Santo es también tu Espíritu

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190

por el cual has llamado y congregado al pueblo de la nueva Alianza en la unidad de la fe, de la esperanza y de la caridad.

Todos nosotros, en efecto, unidos en la proclamación del mismo Evangelio y del mismo bautismo, partícipes de los mismos misterios y de los mismos carismas, instruidos por el ejemplo de los apóstoles y de los santos, queremos hacer memoria del amor de tu Hijo a la Humanidad. El mismo, la víspera de su Pasión, estando con sus discípulos, tomó el pan, te bendijo y se lo dio diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo tomó el cáliz, te dio gracias y se lo repartió diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. ty. Anunciamos...

Óyenos, pues, oh Señor, y muestra sobre nosotros la abundancia de tu perenne misericordia. Con la potente venida de tu Espíritu, haz desaparecer las divisiones de las Iglesias, da a la Esposa de tu Cristo una nueva belleza, difunde con abundancia tu paz y tu caridad para que la Iglesia brille, y el mundo, iluminado por tu Espíritu, alcance la fe en Cristo, que Tú nos enviaste.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

191

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN:

Estribillo: Oh, Padre nuestro.

1. Bendigamos al Señor que nos une en caridad y nos nutre con su amor en el pan de la unidad.

2. Conservemos la unidad que el Maestro nos mandó; donde hay guerra que haya paz; donde hay odio que haya amor.

3. El Señor nos ordenó devolver el bien por mal, ser testigos de su amor, perdonando de verdad.

4. Al que vive en el dolor y al que sufre soledad, entreguemos nuestro amor y consuelo fraternal.

5. El Señor que nos llamó a vivir en unidad, nos congregue con su amor en feliz eternidad.

ACCIÓN DE GRACIAS (La lee uno de los presentes.)

Oh Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, nuestro único Salvador, Príncipe de la Paz, te damos gracias por esta reunión de hermandad. Haz que tomemos conciencia del antisigno cristiano que somos a causa de nuestras tristes divisiones.

Quita de entre nosotros todo odio y prejuicio y todo lo que pueda ser obstáculo a la unión y concordia divina: para que formemos un solo cuerpo y un solo espíritu, como una sola es la esperanza de nuestra vocación cristiana, uno solo es el Señor, una sola es la fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos.

Danos un solo corazón y una sola alma, para que, unidos en la verdad y en la paz, en la fe y en la caridad y unánimes con una sola boca, te glorifiquemos a Ti, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Participando en tus misterios, te pedimos, Señor, que nos concedas la unidad por la que juntos hemos suplicado a tu majestad.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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192

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (L. Deiss)

Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre.

Llamados a guardar la unidad del espíritu por el vínculo de la paz, cantamos y proclamamos:

Llamados a formar un solo cuerpo en un mismo Espíritu, cantamos y proclamamos:

Llamados a compartir una misma esperanza en Cristo, cantamos y proclamamos:

21 PEREGRINOS HACIA DIOS Durante ana peregrinación o romería.

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Todos somos, hermanos, peregrinos hacia Dios. Todos marchamos en busca de la patria definitiva. Durante estos días nos ha unido la alegría, la amistad, tal vez la incomodidad. Tratemos, ante todo, de sacar alguna lección práctica para nuestra vida. Pensemos que todos somos peregrinos hacia el Padre. Tenemos una meta a la que hemos de llegar. Que estos días de amistad nos ayuden; que nos ayudemos todos unidos por el amor.

CANTO DE ENTRADA: (K. Arguello)

Hacía ti, morada santa; hacia ti, tierra del Salvador, peregrinos, caminantes, vamos hacia ti.

1. Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto; comeremos tu carne, tu sangre nos limpiará.

2. Reinaremos contigo en tu morada santa; beberemos tu sangre, tu fe nos salvará.

3. Somos tu pueblo santo que hoy camina unido; Tú vas entre nosotros, tu amor nos guiará.

4. Tú eres el camino, Tú eres la esperanza, hermano de los pobres. Amén. Aleluya.

SALUDO DEL SACERDOTE:

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo, esté con todos vosotros.

13.—EUCARISTÍA DOMESTICA

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194

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Señor, Camino, Verdad y Vida, concede a tas hijos caminar de tal manera que, con tn ayuda, no nos apartemos nunca de Ti.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONÍCIÓN: Todos caminamos hacia la patria definitiva. Nuestros padres también lo intentaron, pero muchos de ellos no lo consiguieron, dice el autor de la Carta a los Hebreos.

LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS (11, 13-16)

Hermanos: con fe murieron todos los patriarcas, sin haber recibido la tierra prometida; pero viéndola y saludándola de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra. Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.

Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque

les tenía preparada una ciudad. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 121: (M. Manzano)

¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

1. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor.

2. Según la costumbre de Israel a celebrar el nombre del Señor: en ella están los tribunales de justicia en el palacio de David.

195

3. Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, en tus palacios seguridad.»

4. Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo.» Por la casa del Señor nuestro Dios, te deseo todo bien.

Segunda Lectora

MONICIÓN: Tenemos que llegar hasta Cristo: esa es nues­tra meta. Pero a veces el camino que Dios nos señala no es fácil.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. MARCOS (10,28-30)

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: —Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos

seguido. Jesús le dijo: —Os aseguro que quien deje casa o hermanos o hermanas,

o padre o madre, o hijos o tierras por Mí y por el Evangelio, recibirá ahora en este tiempo cien veces más—casas y herma­nos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones—, y en la edad futura, vida eterna.

HOMILÍA:

1. Cada uno tiene un camino que recorrer, señalado por Dios. 2. Hay muchos caminos para llegar a Dios: matrimonio, sacerdocio,

vida religiosa, soltería... 3. Pero en cada camino hemos de encontrar cruces y sonrisas de

Dios. 4. Es importante saber escoger bien el camino. Pero es mucho más

saber recorrerlo con dignidad, con maestría, con mérito.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué significa el qne Dios nos llama a la «vocación cristiana»?

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— ¿Qué se piensa, qué pensamos de las diversas vocacio­nes cristianas: matrimonio, sacerdocio, vida religiosa, soltería?

— ¿Qué hacer para acertar con el camino que Dios quiere de mí?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, al Señor para que nos señale con clari­dad' el camino que nos ha de llevar hasta EL

— Por la Santa Iglesia, para que sea camino seguro de sus hijos, roguemos al Señor.

— Por los obispos y sacerdotes, para que sean con su testimonio y con su vida camino y ejemplo para todos, roguemos al Señor.

— Por cuantos peregrinan en la tierra, para que no olvi­den que todos los caminos llevan al mismo fin, rogue­mos al Señor.

— Por todos nosotros, para que la luz de la verdad sea la que ilumine nuestro camino hacia el Padre, roguemos al Señor.

Xe suplicamos, Dios de la verdad, que escuches la súplica de tu pueblo y nos hagas llegar a Ti por el camino del amor.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

CANTO DE OFERTORIO: (J. A. Espinosa)

Vamos cantando al Señor; El es nuestra alegría.

1. La luz de un nuevo día venció la oscuridad, que brilla en nuestras almas la luz de la verdad.

2. Unidos como hermanos, venimos a tu altar, que llenes nuestras vidas de amor y de amistad.

ORACIÓN SOBRE LAS O F R E N D A S :

Te ofrecemos, Señor, los dones de nues t ra fidelidad a Ti. Haz que siempre caminemos en t u amor y en tu servicio.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén .

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, es nuest ro deber y salvación darte gracias siempre y todo lugar, Señor, Padre Santo,' Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.

Porque El, con su nacimiento, restauró nuestra naturaleza caída; con su muerte destruyó nuestro pecado, al resucitar, nos dio nueva vida, y en su ascensión nos abrió el camino de tu reino.

Por eso, con los ángeles y los santos te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Te bendecimos, Padre, porque, llevado del infinito amor a los hombres, nos has dado la prenda mejor de tu caridad. Nos has enviado a tu Hijo, nuestro hermano, para que se hiciera semejante a nosotros en todo menos en pecado. Y tan lejos quisiste llegar en tu amor que lo entregaste a la muerte para que El fuera vida de los que estábamos perdidos por pecado.

Al recordar en esta hora la muerte de tu Hijo, queremos recordar y rememorar la acción con que quiso quedarse en nuestra compañía. Fue la noche de su Pasión. Tomó el pan en medio de sus discípulos, dio gracias a su Padre y lo repartió entre ellos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros:

Del mismo modo tomó también el cáliz lleno del fruto de la vid, te bendijo y lo distribuyó entre los suyos, diciendo:

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198

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. Ti^. Anunciamos...

Por eso, Señor, te damos gracias. Y humildemente te pedimos que aceptes el don de nuestra gratitud. Tú viniste para orientar nuestra vida. Tú has querido ser el Camino que nos llevara hasta tu Padre. Tú eres la verdad que tenemos que conservar siempre.

Te suplicamos que envíes tu Espíritu Santo sobre nosotros y sobre estas ofrendas que te presentamos. Que todos sepamos ayudarnos para hacer bien el camino que nos haga llegar hasta Ti.

Sólo entonces tendremos la certeza de poseerte para siempre y gozar contigo de la felicidad duradera.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (Salmo 137: J. A. Espinosa)

Te damos gracias, Señor, de todo corazón. Te damos gracias, Señor, cantamos para Ti.

1. A tu nombre daremos gracias por tu amor y tu lealtad. Te llamé y me escuchaste, aumentaste el valor en mi alma.

2. Te alaban los reyes de la tierra porque oyeron la voz de tu palabra, y en los caminos del Señor van cantando, porque grande es la gloria del Señor.

199

3. Si camino en medio de la angustia, me das vida a pesar del enemigo. Tú miras al pobre y al humilde; grandioso es el Señor.

4. Tiendes tu mano y me salvas. Cumplirás tu favor hacia mí; Señor, tu amor es eterno, no abandones la obra de tus manos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Al participar, Señor, en tus sacramentos, concédenos la alegría de sabernos seguros caminando siempre según tu ley, para que merezcamos alcanzar la recompensa eterna.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

CANTO FINAL: (N. Espiritual)

1. Errante voy, soy peregrino, como un extraño voy bajo el sol. Encuentro a Dios en mi camino, consuelo y paz de mi dolor.

Unido a Dios en Alianza, el nuevo Pueblo en marcha va, luchando aquí por la esperanza de un mundo nuevo que vendrá.

2. Recorro el fin de mi camino, voy a mi patria, Jerusalén. Nada me inquieta ya mi destino porque el Señor guarda mi fe.

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22 TODOS APOSTÓLES Eucaristía en Grnpos de Apostolado

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Antes de comenzar nuestra Eucaristía meditemos aquellas palabras de Cristo: «No he venido a ser servido, sino a servir.»

Todos nosotros, los que militamos por la extensión del Reino de Dios, los que queremos que Cristo llegue a todos los hombres, debemos hacer nuestras las palabras de Cristo y tomar conciencia de nuestra vocación cristiana de apóstoles. ¿Hemos sentido de alguna manera sobre nosotros la llamada de Dios que nos empuja a luchar por los hermanos?

CANTO DE ENTRADA: (C. Halffter)

Anunciaremos tu Reino, Señor, tu Reino, Señor, tu Reino.

1. Reino de paz y justicia, reino de vida verdad. Tu reino...

2. Reino de amor y de gracia, reino que habita en nosotros. Tu reino...

3. Reino que sufre violencia, reino que no es de este mundo. Tu reino...

4. Reino que ya ha comenzado, reino que no tendrá fin. Tu reino...

201

SALUDO DEL SACERDOTE:

lia gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo, esté can todos vosotros.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Señor Dios nuestro, que en el bautismo nos marcaste con la fuerza del Espíritu Santo, y en la Confirmación nos ungiste con tu sello para el apostolado, haz que cumplamos tu misión entre los hombres y que, siendo tus testigos, consagremos nuestra vida a tu gloria y al bien de los demás.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive™

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: El ministerio de la evangelización pesa sobre toda la Iglesia. Todos tenemos obligación de ser apóstoles en el pleno sentido de la palabra. Escuchemos lo que nos dice Isaías.

LECTURA DEL PROFETA ISAÍAS (61, 1-3)

El Espíritu del Señor Yahvé está sobre mí, pues me ha ungido, me ha enviado para predicar la buena nueva a los abatidos y sanar a los quebrantados de corazón, para anunciar la libertad a los cautivos y la liberación a los encarcelados. Para publicar el año de gracia de Yahvé y un día de venganza de nuestro Dios, para consolar a todos los tristes y dar a los afligidos de Sión, en vez de ceniza, una corona; el óleo del gozo en vez del luto, alabanza en vez de espíritu abatido. Palabra de Dios.

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CANTO RESPONSORIAL: (J. A. Espinosa)

Por Ti, mi Dios, cantando voy la alegría de ser tu testigo, Señor.

1. Me mandas que cante con toda mi voz: no sé cómo cantar tu mensaje de amor. Los hombres me preguntan cuál es mi misión: les digo: testigo soy.

2. Es fuego tu palabra que mi boca quemó; mis labios ya son llamas y ceniza mi voz. Da miedo proclamarla, pero Tú me dices: no temas, contigo estoy.

Segunda Lectura

M O N I C I Ó N : N O es sólo el apóstol el que trabaja, es Cristo quien acompaña y realiza la mayor parte del trabajo. Lo que hace falta al apóstol es mucha confianza en Dios.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. MARCOS (16,15-20)

En aquel tiempo se apareció Jesús a los Once y les dijo: — I d al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la

creación. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. A los que crean les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán len­guas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si bebieren un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos.

El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes y el Señor actuaba con ellos y con­firmaba su palabra con signos que los acompañaban.

H O M I L Í A :

1. Hay un grave peligro en el apostolado: que el apóstol, antes que a los demás, se busque a sí mismo.

2. Cristo buscó sólo la gloria del Padre celestial. El modelo del apóstol es Juan Bautista, que prepara el camino del Señor y cuando ve que ya llega el Mesías, él se retira para darle paso, para que triunfe El.

203

3. Otro peligro: fiarse demasiado de la técnica, de lo llamativo, de lo externo. Todo eso puede ser útil, pero no único. Cristo ha de ser la gran fuerza del apóstol.

4. Juntamente con Cristo, la unión con los demás hermanos dedica­dos al mismo ministerio. Solos, nada.

5. La unión hace la fuerza: Unión con Cristo. Unión con los demás.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué definición darías del apóstol? — ¿Crees que todos debemos ser apóstoles? — ¿Qué apostolado señalarías tú a un joven moderno,

a una joven, a una persona mayor? — ¿Qué cualidades señalarías como principales en el

apóstol?

O R A C I Ó N D E LOS FIELES:

Elevemos, hermanos, nuestra oración al Padre para que, renacidos a la nueva vida, respondamos generosamente a la llamada de Dios y vivamos nuestro apostolado en plenitud de fe.

— Por la Santa Iglesia, para que, fortalecida por el Es­píritu, dé testimonio de Cristo ante el mundo, rugue­mos al Señor.

— Por los apóstoles del Evangelio, para que con libertad y valentía prediquen por todas partes la justicia y el amor, roguemos al Señor.

— Por nuestros hermanos llamados al apostolado en el matrimonio cristiano, para que brille su testimonio y su ejemplo dentro de sus familias, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que no nos desanimemos por las dificultades y las incomprensiones, roguemos al Señor.

Te pedimos, Señor, vengas en nuestra ayuda, para que lo que no podemos ron nuestras solas fuerzas, lo alcancemos con tu protección.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Se adelantan dos personas llevando el libro de la Biblia y un cirio.

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CANTO DE OFERTORIO: (J. M. Goicoechea)

Congrega, oh Padre divino, los hijos del mundo entero, transfórmanos en ofrenda que suba en nubes de incienso.

A Ti, Dios santo, ofrecemos la hostia de salvación, que somos trigo reunido en pan de fraterna unión.

La Muerte y Pasión de Cristo sanaron al hombre enfermo, en dones de pan y vino, la vida de Dios tenemos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Acepta, Señor, en tu bondad estos dones que te presentamos, y únelos a los esfuerzos de nuestro apostolado en favor de todos los hombres.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA 1

PREFACIO:

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo Dios poderoso y eterno, por medio de Cristo, tu Hijo.

Porque has cimentado tu Iglesia sobre la roca de los Apóstoles, para que permanezca en el mundo como signo de tu santidad, y señale a los hombres el camino que conduce hacia Ti.

Por eso, Señor, con todos los ángeles te alabamos ahora y por siempre, diciendo con humilde fe:

Santo, Santo, Santo...

Bendito eres, Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Antes de la fundación del mundo nos elegiste y destinaste a ser tus hijos. Nos has arrancado del poder de las tinieblas y nos has transpor­tado al Reino de tu Hijo querido. El es la imagen y el resplandor de tu gloria; todo ha sido creado para El, y en El tenemos la Redención, el perdón de los pecados.

205

Pues en la noche en que fue traicionado tomó pan en sus manos, levantó los ojos hacia Ti, su Padre, te dio gracias, y lo repartió entre sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él: porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo tomó el cáliz, dio las gracias y lo pasó diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombrea para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el Sacramento de nuestra fe. fy. Anunciamos...

Pot eso, Señor, Dios nuestro, debe ser esto un signo de nuestra fe y por eso conmemoramos ahora que El hubo de padecer y morir, pero sobre todo que es el Primogénito de entre los muertos, está sentado a tu diestra intercediendo por nosotros hasta que vuelva a juzgar a vivos y muertos el día designado por Ti.

Te pedimos, Señor, que envíes tu Santo Espíritu, el Espíritu vivificante, la fuerza de Jesucristo. Que este pan y esta copa que te presentamos con toda sencillez sean realmente un signo de nuestra entrega a Ti.

Que vivamos tu Evangelio en medio del mundo a los ojos de todos los hombres con quienes estamos unidos y ante ellos personifiquemos tu paz.

Que entre nosotros nos ayudemos a soportar nuestras cargas y nos sirvamos en el amor mutuo. Danos un corazón abierto para los pobres, los enfermos, los moribundos, para todos los menesterosos. Danos ser la Iglesia de Jesucristo junto con nuestro Obispo, nuestro Papa N., y todos los creyentes del mundo.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espirita Santo,

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206

todo honor y todo gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (J. A. Espinosa)

No podemos caminar con hambre bajo el sol, danos siempre el mismo pan, tu Cuerpo y Sangre, Señor.

Comamos todos de este pan, el pan de la unidad, en un Cuerpo nos unió el Señor por medio del amor. Señor, yo tengo sed de Ti, sediento estoy de Dios. pero pronto llegaré a ver el rostro del Señor. Por el desierto el pueblo va cantando su dolor; en la noche brillará tu luz; nos guía la verdad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te damos gracias, Señor, por la participación en tus misterios y te pedimos que ellos sean fortaleza en nuestro trabajo y recompensa final.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

CANTO FINAL: (Popular)

Gloria, gloria, aleluya (ter) en nombre del Señor.

1. Cuando sientas que tu hermano necesita de tu amor, no le cierres tus entrañas ni el calor del corazón. Busca pronto en tu recuerdo la palabra del Señor: Mi Ley es el amor.

2. Cristo dijo que quien llora, su consuelo encontrará, quien es pobre, quien es limpio, será libre y tendrá paz. Rompe pronto tus cadenas, eres libre de verdad: empieza a caminar.

3. Si el camino se hace largo, si te cansas bajo el sol, si en tus campos no ha nacido ni la más pequeña flor, toma mi mano y cantemos unidos por el amor: en nombre del Señor.

23 HABLANDO CON DIOS Día de retiro colectivo

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

El Señor tiene un deseo para todos nosotros durante esta jornada de recogimiento: quiere hablarnos. La mejor manera de escuchar la palabra del Señor será celebrar en comunidad la Eucaristía, para escuchar cada uno en unión con los herma­nos al Señor, que nos habla.

CANTO DE ENTRADA (Salmo 114. J. A. Espinosa)

Caminaré en presencia del Señor (bis).

Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco.

Me envolvían redes de muerte. Caí en tristeza y en angustia. Invoqué el nombre del Señor: Señor, salva mi vida.

El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo. El Señor guarda a los sencillos, estando yo sin fuerzas me salvó.

SALUDO DEL SACERDOTE:

La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor, esté con todos vosotros.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Ilumina siempre nuestro espirita con la claridad de tu gloria

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208

para que conozcamos nuestro deber y tengamos fuerza para cumplirlo.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive».

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Para buscar y dar con Dios es necesario ante todo que seamos siempre sinceros con El y que queramos acer­carnos a la luz.

LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN (1, 5-10)

Queridos hermanos: Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo:

Dios es luz sin ninguna oscuridad. Si decimos que estamos unidos a El, mientras vivimos en la oscuridad, mentimos con palabras y obras. Pero si vivimos en la luz, lo mismo que Jesucristo está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados.

Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero si confesamos nuestros pecados, El, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos lavará los delitos.

Si decimos que no hemos pecado, le hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 118 (J. A. Espinosa)

Tu Palabra me da vida; confío en Ti, Señor; tu Palabra es eterna, en ella esperaré.

1. Dichoso el que con vida intachable camina en la ley del Señor; dichoso el que guardando sus preceptos lo busca de todo corazón.

2. Postrada en el polvo está mi alma, devuélvame la vida tu Palabra; mi alma está llena de tristeza, consuélame, Señor, con tus promesas.

209

3. Escogí el camino verdadero, y he tenido presentes tus decretos; correré por el camino del Señor cuando me hayas ensanchado el corazón.

4. Este es mi consuelo en la tristeza sentir que tu Palabra me da vida; por las noches me acuerdo de tu nombre, recorriendo tu camino dame vida.

5. Repleta está la tierra de tu grada, enséñame, Señor, tus decretos; mi herencia son tus mandatos, alegría de nuestro corazón.

Segunda Lectura -J

MONICIÓN: Para oír mejor la voz del Señor, olvidemos unos momentos nuestras diarias ocupaciones y centremos nues­tra atención en la voluntad del Altísimo.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS • (6, 30-34)

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. El les dijo:

—Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.

Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontra­ban tiempo ni para comer.

Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces

de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

HOMILÍA:

1. En un mundo de vértigo, y de nerviosismo, es muy necesaria la reflexión tranquila, seria. Nos hemos reunido para pensar un poco a solas con Dios.

2. Hay valores humanos que debemos apreciar, pero hay el peligro de quedarnos exclusivamente en esos valores.

14.—EUCARISTÍA DOMESTICA

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210

H*f «alorn ais «ltot, espirituales, que olvidamos rrecuente-«nente por el ruido de las cosas.

5. En el silencio habla Dios. 4. Vamos a valorar nuestra capacidad interior. 5. Oración en común. Silencio exterior e interior. Sinceridad con

Dios, contigo, con los demás.

Ideas -para el diálogo:

— ¿Crees que la gente necesita el retiro de vez en cuando? — ¿Para qué? — ¿Cómo organizarías tú un retiro para un grupo de

jóvenes? — ¿Qué crees más importante en tu vida: la acción o la

meditación?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos en caridad, hermanos, y pidamos a Dios que escu­che nuestra oración y nos hable.

— Por la Iglesia de Dios, para que escuche siempre el mensaje de Dios y lo transmita intacto a sus hijos, ro-guemos al Señor.

— Por los predicadores de la verdad, para que lleven siem­pre a los hombres mensajes de paz y de amor, regue­mos al Señor.

— Por todos los cristianos, para que sepamos valorar los dones de Dios, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que esta jornada de espiri­tualidad nos dé luz y gracia para seguir en el camino del bien, roguemos al Señor.

Oh Dios que escudriñas los secretos del corazón humano, escucha nuestra oración y haznos ver el camino de tu Reino.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

MTURGIA DE liA EUCARISTÍA

CANTO DE OFERTORIO: (Salmo 66: J. A. Espinosa)

A Dios den gracias los pueblos, alaben los pueblos a Dios (bis).

211

1. Que Dios tenga piedad y nos bendiga, üurnine su rostro entre nosotros: conozca la tierra tus caminos, las naciones tu salvación.

2. Que canten de alegría las naciones porque riges al mundo con justicia; con rectitud riges los pueblos y gobiernas las naciones de la tierra.

3. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor nuestro Dios. Que Dios nos bendiga y que le teman los confines todos de la tierra.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Recibe, Señor, la ofrenda de nuestro trabajo y acepta la sinceridad de nuestras Intenciones. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

PREFACIO:

Realmente es Justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque has querido reunir de nuevo, por la sangre de tu Hijo y la fuerza del Espíritu Saato, a los hijos dispersos por el pecado; de este modo tu Iglesia, unificada por virtud y a imagen de la Trinidad aparece ante el mundo como Cuerpo de Cristo y templo del Espíritu, para alabanza de tu infinita sabiduría.

Por eso, unidos a los coros de los ángeles y de los santos te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Dios omnipotente, estamos acostumbrados a llamarte Padre. Sin embargo continuamente nos acosa la pregunta: ¿Quién eres Tú?

Page 107: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

212

Y buscamos el lugar que ocupas dentro de nuestra vida, dentro del mundo.

Ningún ojo humano te ha visto. Eres el lejano y el fuerte, eres el santo de Israel. Pero a la vez eres algo tan natural, eres tan sencillo y humano... Estás cerca, como el corazón que. se abre a otro, como el amor que reúne a los hombres en Cristo.

El cual, la noche en que iba a ser entregado y traicionado tomó pan, te bendijo y lo repatrió entre sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, tomó el cáliz, te dio gracias y lo repartió diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. ty. Anunciamos...

En esta hora, unidos en torno a tu mesa, nos conmovemos recordando la muerte de Jesús. Murió porque era bueno... Pero Tú, su Padre, y nuestro Dios, no apartas de El tu mano cuando murió en la cruz. Tú le has librado de la muerte y le has dado un nombre sobre todo nombre.

Abre, Señor, nuestros ojos para que vean la miseria del mundo. Sea este pan que ahora partimos entre nosotros, señal y advertencia de que en cada hombre debemos ver nuestro hermano y nuestra hermana. Reúne en tu Reino todos los pueblos y razas, a todos los hombres de buena voluntad que quieran escuchar tu voz para seguirte.

213

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente en la anidad del Espíritu Santo, toda gloria y honor, por los siglos de los siglos. Amén.

BITO DE COMUNIÓN

• Podrían comulgar todos bajo las dos especies.

CANTO DE COMUNIÓN:

1. En el Señor estamos congregados para formar como familia jcven y caminar detrás de tus pisadas hacia la Verdad.

Cantaré al Señor, la luz de nuestra senda, es el Señor quien limpia nuestra {rente, es el Señor la tierra que buscamos, es el Señor. Une tu voz con los que peregrinan, une tu voz con los que aman la vida, une tu voz y canta la alegría: me busca Dios.

2. Sigue así: qué hermosa nuestra vida al unir tantos grandes afanes en común por la victoria plena del Amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Que esta Eucaristía, Señor, aumente en nosotros tu gracia y el conocimiento de tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y Dios por los siglos de los siglos. Amén.

BITO DE DESPEDIDA

CANTO FINAL: (Salmo 71: M. Manzano)

T« reino es vida, tu reino es verdad; tu reino es justicia, tu reino es paz; tu reino es gracia, tu reino es amor. Venga a nosotros tu reino, Señor.

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214

1. Dios mío, da tu juicio al rey; tu justicia, al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud; para que...

2. Que los montes traigan la paz, que los collados traigan la justicia, que él defienda a los humildes del pueblo, que socorra a los hijos del pobre; que él defienda a los humildes del pueblo, y quebrante al explotador.

3. Que dure tanto como el sol, como la luna de edad en edad; que baje como lluvia sobre el césped, como rocío que empapa la tierra. Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna.

4. Librará al pobre que suplica al afligido que no tiene protector; se apiadará del humilde e indigente, y salvará la vida de los pobres; salvará de la violencia sus vidas, pues su sangre es preciosa ante sus ojos

24 LA VOCACIÓN SANITARIA Grupo de médicos, enférmelas, etc.

BTTO DE APERTURA

MONICIÓN:

Hermanos: Nos reúne, hoy, aquí un motivo especial: el amor humano, puesto al servicio del dolor. Para el hombre el dolor sigue siendo un misterio en el camino de la vida. Una clínica, un hospital, son el templo del dolor. En todo templo hay un sacerdote que realiza el sacrificio, para la salvación humana. Vosotros, doctores, practicantes, enfermeras y enfer­meros, sois los sacerdotes de la salud para los cuerpos. Llegan a vuestras manos con la esperanza y la ilusión de ser curados.

Un pensamiento profundo se nos brinda en estos momen­tos: En cada enfermo está Cristo paciente; atendiendo a los enfermos es a Cristo a quien servimos. El se hace presente entre nosotros por esta Eucaristía.

CANTO DE ENTRADA: (Salmo 129: M. Manzano) *

Mi alma espera en el Señor, mi alma espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor porque en El está la salvación.

1. Desde lo hondo a Ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. »

2. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

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216

Pero de Ti procede el perdón y así infundes respeto.

3. Mi alma aguarda al Señor más que el centinela la aurora; aguarda Israel al Señor como el centinela la aurora.

4. Porque del Señor viene la misericordia, y la redención copiosa; y El redimirá a Israel de todos sus delitos.

SALUDO DEL SACERDOTE:

Que el Dios de todo consuelo colme de paz vuestras volun­tades a fin de que su gracia actúe en vosotros para gloria de Dios y bien de los demás.

(Sigue él Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios, salud de los que en Ti creen, te pedimos por nuestros hermanos enfermos que nos están encomendados, a fin de que suplas Tú con tu gracia lo que nosotros no podemos con nuestros medios humanos.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA ^

r-Primera Lectura

MONICIÓN: Muchas veces la medicina, la ciencia, se siente incapaz de curar una enfermedad. Pero siempre hay uno que puede aliviar toda dolencia: el Señor.

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SANTIAGO (5, 13-16)

Queridos hermanos: ¿Sufre alguno de vosotros? Rece. ¿Está alegre alguno? Cante cánticos.,

217

¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbí­teros de la Iglesia, y que recen por él, después de ungirlo con óleo, en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al en­fermo y el Señor lo curará, y si ha cometido pecados, lo per­donará. Así, pues, confesaos los pecados unos a otros, para que os curéis. Mucho puede hacer la oración del justo. Palabra de Dios.

CANTO RESPONSORIAL: (J. A. Espinosa)

Siempre confío en mi Dios (bis). El me conduce y no temo, me acompaña al caminar.

1. Aunque sin luz camine yo en la noche, aunque el temor me impida avanzar.

2. Aunque perdido yo vaya por las calles, sin encontrar amor y amistad.

3. Aunque yo inquieto me mueva todo el día, sin encontrar la paz del corazón.

4. Aunque las fuerzas me falten en la vida; y la ilusión se apague frente a mí.

5. Aunque el camino se oculte en las tinieblas, aunque no vea tu sombra al avanzar.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Cristo es la salud verdadera. Hace falta a ve­ces mucha fe. Con fe se acercaron muchos a Cristo y lograron lo que pidieron. Escuchemos.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (4,46-54)

Había allí un cortesano cuyo hijo estaba enfermo en Ca-farnaún. Oyendo que llegaba Jesús de Judea, a Galilea, salió a su encuentro y le rogó que bajase y le curase a su hijo que estaba para morir. Jesús le dijo:

—Si no viereis señales y prodigios, no creéis. Di jóle el cortesano: —Señor, baja antes de que mi hijo muera.

Page 110: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

218

Jesús le dijo: —Vete, tu hijo vive. Creyó el hombre en la palabra que le dijo Jesús y se fue.

Ya bajaba él cuando le salieron al encuentro sus siervos, di-ciéndole:

—Tu hijo vive. Les preguntó entonces la hora en que se había puesto mejor

y le dijeron: —Ayer a la hora séptima, le dejó la fiebre. Conoció, pues, el padre que aquella hora era la misma en

que Jesús le dijo: «tu hijo vive», y creyó él con toda su fa­milia.

HOMILÍA:

1. Hermosa vocación la de aquellos que dedican su vida a los en­fermos. Cristo tuvo predilección por ellos.

2. La caridad y la pacienia son virtudes fundamentales que ha de cultivar el que se dedique a esta vocación sanitaria.

3. Pensad que es demasiado sagrado el dolor, para explotarlo en bien económico propio.

4. Pensemos, por fin, que en el lecho o en el quirófano hay algo más que un cuerpo enfermo; hay, ante todo, una persona, cuerpo y alma, que atender.

5. Que Dios bendiga este lugar y bendiga a todos los que empleáis vuestro trabajo en él.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué cualidades crees necesarias para quien dedica su vida al cuidado de los enfermos?

— ¿Crees que un hospital, una clínica, tiene sólo como fin el cuidado de los cuerpos o también se puede llegar al hombre entero, al enfermo como persona, mediante el cariño, la caridad...?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Supliquemos al Señor, hermanos, que bendiga el dolor hu­mano y los esfuerzos de los que en él trabajan por aliviarlo.

— Por la santa iglesia, para que como madre solícita, sepa comprender siempre el dolor de sus hijos, roguemos al Señor.

— Por los que se dedican al cuidado de los enfermos, para que el Señor les recompense y les dé fortaleza en el trabajo, roguemos al Señor.

219

— Por los enfermos del mundo entero, para que sepan superarse y ofrecer con gozo al Señor sus dolores, ro­guemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que santifiquemos nuestras vi­das y sepamos entregarlas al bien de los demás, rogue­mos al Señor.

Oh Señor, fuente de salud y manantial de fortaleza, ayuda nuestra debilidad y concédenos lo que con fe te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

CANTO DE OFERTORIO: (R. Cantalapiedra)

¿Cómo le cantaré al Señor, cómo le cantaré? ¿Cómo le cantaré al Señor? Hombre de barro soy.

1. El está en los montes y en el mar. El llena el silencio de la noche en calma, y camina en la ciudad.

2. El llena los campos de canción. La estrella en el cielo de la noche en calma a todos nos da calor.

3. No mira en el hombre su color; es Padre de todos, a todos espera, a todos llega su amor.

4. El se hace presente en el altar; a todos invita a tomar su cuerpo en su celestial manjar.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Esta ofrenda, Señor, que te presentamos, nos atraiga siempre tus bendiciones y realice en nosotros lo que te hemos pedido.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

Véase la de la celebración nám. 11: «CON LA CRUZ DE CRIS­TO: LA ENFERMEDAD NOS VISITA», págs. 113-115.

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220

HITO DE COMUNIÓN

• Sería conveniente que si hubiera enfermos para comulgar, lo hi­cieran los primeros.

CANTO DE COMUNIÓN: (Popular)

Un mandamiento nuevo nos dio el Señor: que nos amáramos todos como El nos amó.

1. Acercarse, hermanos, todos; que es Dios mismo quien invita.

2. Dónde hay caridad y amor Cristo está y está su Iglesia.

3. La señal de los cristianos, es amarse como hermanos.

4. Lo que hacemos al hermano, a Dios mismo se lo hacemos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Que la participación en tu Sacramento de amor, 8efior Jesús, nos fortalezca para la lucha y nos asegure la recompensa que esperamos.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

BITO D E DESPEDIDA

SUPLICA FINAL A MARÍA: (La lee uno de los presentes.)

En esta hora difícil, cuando el hombre se siente enfermo, o tiene que acostarse, en vez de ir a trabajar; cuando busca en su lecho una posición menos dolorosa, o pasa las noches sin poder dormir o descansar; cuando tiene que renunciar a sus proyectos futuros, o no ve más allá porque le falta la esperanza; entonces, Madre del cielo, echa una mirada larga, estremecedora, de mujer, a todos los lechos del mundo, a cada hospital de la tierra, donde un enfermo cualquiera, tu Hijo, sigue arrastrando la cruz de la enfermedad de todos los hombres.

221

CANTO FINAL: (N. Espiritual)

Día y noche van tus ángeles, Señor, conmigo. Día y noche pienso que Tú estás en mí.

1. Si anochece en el camino, van tus... Si en la noche pierdo el rumbo, pienso que...

2. Si camino entre los hombres, van tus... Al servirles cada día, pienso que...

3. Si me encuentro triste y solo, van tus... En las luchas de la vida, pienso que...

4. Cuando va muriendo el sol, van tus... Al dormir confío en Ti, pienso que...

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25 AL RITMO DEL TRABAJO

Eucaristía en grupos de trabajo: Oficina, fábrica, empresa, taller, etc..

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

El trabajo es ley del hombre. Nos reunimos hoy, hermanos en este lugar de trabajo los que formamos este grupo de trabajo, de este quehacer cotidiano que nos santifica y realiza como cristianos al servicio de Dios y de nuestros hermanos los hom­bres. La laboriosidad y la camaradería son las condiciones fun­damentales para que este sitio cumpla su misión.

Vamos a celebrar la Eucaristía. En ella pedimos al Señor que santifique este lugar y nuestro trabajo, y bendiga a cuantos en él colaboramos.

CANTO DE ENTRADA: (K. Arguello)

Hacia ti, morada santa; hacia ti, tierra del Salvador, peregrinos, caminantes, vamos hacia ti.

1. Venimos a tu mesa, sellaremos tu pacto; comeremos tu carne, tu sangre nos limpiará.

2. Reinaremos contigo en tu morada santa; beberemos tu sangre, tu fe nos salvará.

3. Somos tu pueblo santo que hoy camina unido; Tú vas entre nosotros, tu amor nos guiará.

4. Tú eres el camino, Tú eres la esperanza, hermano de los pobres. Amén, aleluya.

\ 223\

SALUDO DEL SACERDOTE:

lia gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo, esté con todos vosotros.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Te pedimos, Señor, que santifiques nuestro trabajo, y hagas fecundos nuestros esfnerzos para que por ellos consigamos la alegría del pan cotidiano y la recompensa eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: El trabajo es ley de vida. Todos debemos tra­bajar. Pero el trabajo no rebaja sino que dignifica nuestra con­dición humana. Lo dice la Escritura.

LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS TESALONICENSES (3, 6-12. 16)

Hermanos: En nombre del Señor Jesucristo os exhortamos: no tratéis con los hermanos que llevan una vida desordenada y se apartan de las tradiciones que recibieron de mí. Ya sabéis cómo tenéis que imitar mi ejemplo: No viví entre vosotros sin trabajar, nadie me dio de balde el pan que comí sino que trabajé y me cansé día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviera derecho para hacerlo, pero quise daros un ejemplo que imitar. Cuando viví con vosotros os lo dije: El que no trabaja que no coma. Porque me he enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada. Pues a estos les digo y les recomiendo, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan.

Que el Señor de la paz, os dé la paz en todo lugar. El Señor esté con todos vosotros. Palabra de Dios.

Page 113: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

224

SALMO RESPONSORIAL 71 (M. Manzano)

Tu reino es vida, tu reino es verdad; tu reino es justicia, tu reino es paz; tu reino es gracia, tu reino es amor. Venga a nosotros tu reino, Señor.

1. Dios mío, da tu juicio al rey; tu justicia, al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud; para que...

2. Que los montes traigan la paz, que los collados traigan la justicia, que él defienda a los humildes del pueblo, que socorra a los hijos del pobre; que él defienda a los humildes del pueblo y quebrante al explotador.

Segunda Lectura

MONICIÓN: NO debemos solamente exigir, también debe­mos dar. La unión de unos y otros y el cumplimiento de la propia obligación serán la garantía del éxito en toda em­presa bien organizada.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. MATEO (6,31-34)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: —No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué

vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por estas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura.

Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.

HOMILÍA:

1. La vida es un combate continuo, un esfuerzo por subsistir. 2. Cada uno tiene que ganar su pan; y el obrero es digno de su

salario.

225

3. Pero hay también otro trabajo más digno; la santificación de ese mismo trabajo. Debemos ser en nuestro trabajo, ante todo, cris­tianos.

4. Nos rodea siempre un grupo de personas a las que debemos tes­timonio: familia, compañeros de trabajo, jefes, subordinados. A todos ellos tenemos que edificar con nuestra vida.

5. San Pablo nos ha hablado de cómo se ganaba el pan con el sudor de su frente, al mismo tiempo que evangelizaba a sus hermanos.

6. El trabajo tiene muchos valores:

a) valor humano: procede de la persona; b) valor familiar: por él subsiste la familia; c) valor social: nos une a los demás, en servicio; d) valor teológico: coopera en la obra de la creación, es obra de

caridad. e) valor personal: desarrolla la personalidad y las cualidades in­

dividuales.

Ideas para el diálogo:

— ¿Consideras el trabajo como algo indigno para el hom­bre?

— ¿Qué valores encuentras en el trabajo? — ¿Se puede hacer apostolado en el trabajo? ¿Cómo?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, unidos en la caridad y pidamos al Señor que santifique el trabajo de nuestras manos.

— Por la Iglesia, para que Dios bendiga su trabajo de evangeHzación de los pueblos, roguemos al Señor.

— Por los que nos gobiernan, para que trabajen infatiga­blemente por la paz y la justicia social, roguemos al Señor.

— Por todos los trabajadores del mundo, para que santifi­quen su trabajo y sean modelo para sus compañeros, ro­guemos al Señor.

— Por las familias de los trabajadores, para que tengan cada día el pan necesario, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que Dios bendiga nuestros pro­yectos y afanes, roguemos al Señor.

Oh Dios dador de todo don perfecto, te suplicamos nos concedas servirte a Ti,

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Page 114: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

226

y a nuestros hermanos, los hombres, con nuestro trabajo de cada día.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Juntamente con las ofrendas del pan y del vino, se pueden llevar también junto al altar algunos utensilios de trabajo.

CANTO DE OFERTORIO: (J. A. Espinosa)

Te presentamos el vino y el pan. Bendito seas por siempre, Señor (bis).

1. Bendito seas, Señor, por este pan que nos diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

2. Bendito seas, Señor; el vino Tú nos lo diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Recibe, Señor, estos dones, fruto de muestro trabajo y haz que ellos sean para nosotros fuente de alimento material y premio final en tu Reino.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EÜCAKISTICA

Véase la misma de la celebración núm. 18: «VUELTA AL ES­TUDIO Y AL TRABAJO», págs. 172-174.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (J. A. Espinosa)

No podemos caminar con hambre bajo el sol, danos siempre él mismo pan, tu cuerpo y sangre, Señor.

227

1. Comamos todos de este pan, el pan de la unidad, en un cuerpo nos unió el Señor por medio del amor.

2. Señor, yo tengo sed de Ti, sediento estoy de Dios, pero pronto llegaré a ver el rostro del Señor.

3. Por el desierto el pueblo va cantando su dolor, en la noche brillará tu luz; nos guía la verdad.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Te damos gracias, Señor, porque nos has hecho participar de tu pan. Te pedimos nos concedas el alimento de cada día para nosotros, para nuestros hijos, y para todos nuestros hermanos, los hombres del mundo en­tero.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

CANTO FINAL: (Salmo 66: J. A. Espinosa)

A Dios den gracias los pueblos alaben los pueblos a Dios (bis).

1. Que Dios tenga piedad y nos bendiga ilumine su rostro entre nosotros: conozca la tierra sus caminos, las naciones tu salvación.

2. Que canten de alegría las naciones porque riges al mundo con justicia; con rectitud riges los pueblos y gobiernas las naciones de la tierra.

3. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor nuestro Dios: Que Dios nos bendiga y que le teman los confines todos de la tierra.

Page 115: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

EN AMOR Y BUENA COMPASIA Grupo o equipo de matrimonios

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Hermanos: en clima de sinceridad, de amor y de compren­sión, nos hemos reunido hoy los matrimonios, padres de fami­lia, para examinar, cerca del Señor, nuestras actitudes persona­les, sociales y familiares. Hoy no están aquí nuestros hijos. Es­tamos solos frente a nuestra promesa de fidelidad. Por unos momentos vamos a revivir aquella hora feliz de nuestra vida, el compromiso que hicimos de amarnos siempre y de amar a los demás. El matrimonio, esposa y esposo, en unión de caridad y de responsabilidad, han de ser los que creen una sociedad nueva.

CANTO DE ENTRADA: (J. A. Espinosa)

Vamos cantando al Señor; él es nuestra alegría.

1. La luz de un nuevo día venció la oscuridad; que brille en nuestras almas la luz de la verdad.

2. Unidos como hermanos, venimos a tu altar; que llenes nuestras vidas de amor y de amistad.

3. La roca que nos salva, es Cristo nuestro Dios; lleguemos dando gracias a nuestro Redentor.

SALUDO DEL SACERDOTE:

Para todos vosotros, unidos en el amor y en la caridad de Cristo, la paz y la alegría del Señor.

229

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Escacha nuestra súplica, Señor; derrama tu gracia sobre estos hijos tuyos que nos reunimos en tu presencia y haznos cada día más fuertes en el amor. ' '

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive».

LITURGIA DE I Í A PAIABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: Hace falta mucho amor entre los esposos; la oración y la fe han de ser los fundamentos de ese amor. Es­posos que rezan unidos, esposos que se santifican unidos en Dios.

LECTURA DEL LIBRO DE TOBÍAS (8, 5-10)

, La noche de su boda, Tobías dijo a Sara: —Somos descendientes de un pueblo de santos, y no pode­

mos unirnos como los paganos que no conocen a Dios. Se levantaron los dos y, juntos, se pusieron a orar con fer­

vor. Pidiendo a Dios su protección. Tobías dijo: —Señor, Dios de nuestros padres, que te bendigan el

cielo y la tierra, el mar, las fuentes, los ríos y todas las criatu­ras que en ellos se encuentran. Tú hiciste a Adán del barro de la tierra y le diste a Eva como ayuda. Ahora, Señor, Tú lo sabes: si yo me caso con esta hija de Israel, no es para sa­tisfacer mis pasiones, sino solamente para fundar una fami­lia en la que se bendiga tu nombre por siempre.

Y Sara, a su vez, dijo: —Ten compasión de nosotros, ten compasión, Señor. Que

los dos juntos vivamos felices hasta nuestra vejez. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 118 (J. A. Espinosa)

Tu palabra me da vida; confío en Ti, Señor; tu Palabra es eterna, en ella esperaré.

Page 116: Galdeano, Javier - Eucaristia Domestica y Por Grupos

230

1. Dichoso el que con vida intachable camina en la ley del Señor; dichoso el que guardando sus preceptos lo busca de todo corazón.

2. Postrada en el polvo está mi alma, devuélvame la vida tu Palabra; mi alma está llena de tristeza, consuélame Señor, con tus promesas.

3. Escogí el camino verdadero, y he tenido presentes tus decretos; correré por el camino del Señor cuando me hayas ensanchado el corazón.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Cristo Jesús, oró por la unidad de todos los cristianos: «Que todos sean uno como Tú, Padre, en Mí y yo en Ti.»

Sin duda, hermanos, que esta unidad la pide Cristo y la desea de manera especial para los matrimonios.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (17,20-26)

En aquel tiempo, Cantando los ojos al cielo, Jesús oró, diciendo:

Padre Santo: no ~Ao por ellos ruego, sino también por los que crean eri Mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como Tú, Padre en Mí y yo en Ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado.

También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos y Tú en Mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que Tú me has enviado y los has amado como me has amado a Mí.

Padre, este es mi deseo: que los que me confiaste, estén conmigo, donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.

Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he cono­cido, y éstos han conocido que Tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu Nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, como también yo estoy en ellos.

231

HOMILÍA:

1. Matrimonio: comunidad de vida, que supone un fin común, es decir, el amor hecho" sacrificio, santificación, extensión del reino de Dios en los hijos.

2. Matrimonio: que supone relación total y donación absoluta al compañero.

3. Matrimonio: encuentro con Cristo. Amor humano, es verdad, pero engrandecido por algo divino, el sacramento.

4. Matrimonio: proyección ejemplar en los hijos y en los amigos.

Ideas para el diálogo:

— ¿Crees que el amor tiene características distintas en el tiempo de las relaciones, en los primeros años de ma­trimonio y después de varios años de casados? ¿Cuá­les?

— ¿Crees que pueden ayudarse unos matrimonios a otros? ¿Cómo?

— La gracia del sacramento del matrimonio, íes sólo para provecho de los esposos o también para servicio a los hijos?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos, hermanos, al Señor por las necesidades de todo el mundo y en especial por la santidad de los matrimonios y de las familias.

— Por la Santa Iglesia, para que Dios le conceda ser siem­pre la esposa fiel de Jesucristo, roguemos al Señor.

— Por las familias cristianas, para que sean testimonio de unidad y de caridad, roguemos al Señor.

— Por los hijos sin hogar, para que encuentren unos brazos amigos en nuestra caridad, roguemos al Señor.

— Por los padres sin hijos, para que sepan amarse y Dios sea el lazo de unión en su amor, roguemos al Señor.

— Por nuestros propios hogares, para que Dios esté siem­pre en medio de nosotros, roguemos al Señor.

Oh Dios que eres nuestra fortaleza, protege a las familias todas del mundo y concede a los esposos el amor duradero.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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232

LITURGIA DE IA EUCARISTÍA

Presentación de las ofrendas:

• Si los matrimonios no son muchos y caben alrededor del altar, convendría que se adelantaran todos formando círculo, quedando juntos marido y mujer.

• Los anillos los colocan sobre el altar, junto con las ofrendas.

CANTO DE OFERTORIO: (T. Aragüés)

Qué bien, todos unidos mano con mano en el luchar; qué bien todos hermanos en el sufrir y en el gozar.

1. Nosotros queremos, Señor, amarte amando a la tierra; queremos dejar tras nosotros un mundo mejor, una vida más bella.

2. Nosotros queremos, Señor, correr con la antorcha encendida; queremos dejar al relevo un fuego mejor, una llama más viva.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Estos dones, Señor, que te presentamos, símbolo de nuestra unión y caridad, nos unan a Ti y nos alcancen vivir siempre en tu alegría.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

PREFACIO:

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar. Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.

Porque estableciste una nueva alianza con, tu pueblo, para hacer partícipes de la naturaleza divina y coherederos de tu gloria

233

a los redimidos por la muerte y resurrección de Jesucristo. Toda esta graciosa liberalidad la has significado en la unión del hombre y la mujer, para que el sacramento del matrimonio nos recuerde tu amor inefable.

Por eso con los ángeles y los santos, cantamos el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

(Prosigue la Plegaria h^ucarística como en la Celebración núm. 2, «Nos AMAMOS YA DE VERDAD», págs. 41 y ss.)

RITO DE COMUNIÓN

• Al Rito de la Paz, se dan un beso los esposos entre sí y luego la mano unos a otros.

• Todos podrían comulgar bajo las dos especies.

CANTO DE COMUNIÓN: (Salmo 128: L. Deiss)

Como brotes de olivo en torno a tu mesa, Señor, así son hijos de la Iglesia.

1. El que teme al Señor será feliz, feliz el que sigue su ruta.

2. Del trabajo de tus manos comerás a ti, la alegría, el gozo.

3. Y tu esposa en el medio de tu hogar será como viña fecunda.

4. Como brotes de un olivo reunirás los hijos en torno a tu mesa.

5. El Señor bendecirá al hombre fiel con esta abundancia de bienes.

6. A los hijos de tus hijos los verás; la gloria al Señor, por los siglos.

ACCIÓN DE GRACIAS: {La lee un caballero.)

Bendito seas, Señor, porque con tu bendición uniste nues­tros corazones ante las gradas del altar.

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234

Tú, Señor, con tu bendición, iniciaste nuestra vida de es­posos: concédenos continuar en el amor, en tu alegría y en ta misericordia.

Tú, Señor, has consagrado la unión conyugal con un sacra­mento grande, presentando la alianza nupcial como figura de unión de Cristo y su Iglesia.

Señor, mira propicio a estos esposos que imploran tu pro­tección para que su unión sea unión de amor y paz.

Guarda, Señor, sus casas, y sus hijos; guarda el amor en sus corazones y el calor para sus hijos.

Gracias, Señor, por esta alegría que nos has dado al unirte a nosotros para ser nuestra fortaleza y nuestra pro­mesa.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Escacha, Señor las oraciones de estos esposos, que Tú mismo has unido con tu bendición, y llena sos almas de tn gracia y de tu amor.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (N. Espiritual)

1. Junto a Ti, al caer de la tarde, y cansados de nuestra labor, te ofrecemos con todos los hombres el trabajo, el descanso, el amor.

2. Con la noche las sombras nos cercan, y regresa cada uno a su hogar; nuestro hogar son tus manos, oh Padre, y tu amor nuestro nido será.

3. Cuando al fin nos recojan tus manos, para hacernos gozar de tu paz. reunidos en torno a tu mesa nos darás la perfecta hermandad.

27 E I J DEPORTE, VALOR HUMANO Ocasión o fecha deportiva

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Momento interesante, hermanos, éste en que nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía en esta ocasión deportiva. Este acto puede tener un hondo sentido religioso. El deporte, en cualquiera de sus aspectos, nos habla de lucha, de supera­ción, de emulación. Esto es también la vida cristiana, cuyo camino es difícil en ocasiones.

Porque vosotros habéis sabido comprender esto, queréis dar un sentido real a este acto con la celebración eucarística que da plenitud cristiana y valor formativo y espiritual a este momento que vivimos.

CANTO DE ENTRADA: (Voces Amigas)

Óyeme, tú que eres joven, tú que sabes comprender, tú que guardas en tus manos tanta fe. Tú que buscas las verdades, tú que tienes corazón, tú serás como nosotros, cantarás nuestra canción.

Canto a la flor del campo, canto al viento, canto al mar; canto a la luz que muere en el trigal. Canto al amor sincero, canto al fuego del hogar, canto a la verdadera libertad.

Canto a los verdes prados, canto al aire, canto al sol, canto al azul del cielo y al amor. Canto a la gente humilde, que me mira sin rencor, canto a la paz del mundo, canto a Dios.

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236

SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos: A todos vosotros, los que lacháis por obtener el premio definitivo, paz y alegría de parte de Cristo, el Señor.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Santifica, Señor, nuestras almas y nuestros cuerpos, para que manteniéndonos en la lucha permanente, merezcamos obtener el premio que nos has prometido.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive*.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: La lucha deportiva es imagen y símbolo de la que tenemos que mantener para alcanzar la meta que Dios nos ha señalado en la vida espiritual. Escuchemos las palabras del Apóstol San Pablo que nos habla de esto mismo.

LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DE SAN PABLO A LOS CORINTIOS (9, 24-27)

Hermanos: ¿No sabéis que los que corren en el estadio todos corren, pero uno solo alcanza el premio? Corred, pues, de modo que lo alcancéis. Y quien se prepara para la lucha de todo se abstiene, y eso para alcanzar una corona corruptible; más nosotros para alcanzar una incorruptible. Y yo corro no como a la aventura; así lucho no como quien azota el aire, sino que castigo mi cuerpo y lo esclavizo, no sea que habiendo sido heraldo para los otros resulte yo descalificado.—Palabra de Dios.

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CANTO RESPONSORIAL: (J. A. Espinosa)

El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación, (bis)

1. Tú me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad. Tú me das el valor para la lucha, sin miedo avanzaré.

2. Iluminas las sombras de mi vida; al mundo das la luz. Aunque pase por valles de tinieblas yo nunca temeré.

Segunda Lectura

MONICIÓN: También en la hora del juego, del deporte, debe estar presente Cristo. El sabe santificarlo todo y nosotros podemos sacar mejor partido si Cristo está de nuestra parte.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. LUCAS (5,1-11)

Cuando acabó Jesús de hablar, dijo a Simón: —Rema mar adentro y echad las redes para pescar. Simón contestó: —Maestro, nos hemos pasado toda la noche bregando y no

hemos cogido nada; pero por tu palabra echaré las redes. Y puestos a la obra hicieron una redada tan grande de peces

que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo:

—Apártate de mí, Señor, que soy un pecador. Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que

estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos del Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Jesús dijo a Simón: No temas, desde ahora serás pescador de hombres. Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo si­

guieron.

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HOMILÍA:

1. Ninguna clase de actividad puede quedar fuera de la influencia del Evangelio. Cristo se hizo hombre para santificar al hombre en toda hora.

2. Deporte: fenómeno universal. La prensa, la radio, la televisión se hacen eco de este fenómeno.

3. Deporte: una necesidad individual y social. 4. Deporte: un valor cristiano: formación del «cuerpo sano» para

un «alma santa». 5. Peligros del deporte:

a) no es un fin; es un medio; b) dar demasiado al cuerpo en perjuicio del alma; c) egoísmo económico; d) olvidar por él valores y obligaciones mayores.

6. Virtudes del deporte: a) Franqueza. b) Lealtad. c) Constancia en el deporte. d) Entrega al equipo. e) Deportividad ante la derrota.

Ideas para el diálogo:

— ¿Crees que puede haber algún peligro en el deporte? — ¿Qué virtudes debe cultivar el deportista? — ¿Crees que puede haber algún peligro en el deporte?

Señala qué peligros ves tú.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Pidamos a Dios, fuente de alegría y de fortaleza, por cuantos buscan la verdad, la Justicia y el amor entre los hombres.

— Por la Iglesia universal, para que aparezca perenne­mente joven ante un mundo en evolución, roguemos al Señor.

— Por los gobernantes, para que los valores humanos de la cultura y el deporte los conviertan en lazo de paz, amor y convivencia entre los hombres, roguemos al Señor.

— Por nuestros educadores, para que Dios los fortalezca con su gracia, roguemos al Señor.

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— Por la juventud, para que haga de la diversión y del deporte una escuela de madurez personal y de apertura a los demás, roguemos al Señor.

— Por todos los aquí presentes, para que aceptemos el deber, el trabajo, el estudio y el deporte como un ser­vicio a Dios y a los hombres, roguemos al Señor.

Oh Dios, que quieres para Ti los momentos todos de nuestra vida, te pedimos por los jóvenes, tus amigos, para que les concedas ser capaces de llegar a tu encuentro a través del esfuerzo en equipo, por la diversión y el deporte.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE IiA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Se pueden traer para el ofertorio objetos deportivos, junto con el pan y el vino.

CANTO DE OFERTORIO: (J. A. Espinosa)

Te ofrecemos, Señor, nuestra juventud.

Este día que amanece entre cantos y alegría, este día en que sentimos tu presencia en nuestras vidas. Ilusiones y esperanzas: la alegría del vivir todos juntos como hermanos, caminando hacia Ti. Ofrecemos todos juntos nuestras vidas al Señor: los trabajos y dolores, la alegría y el amor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Acepta, Señor, los dones de nuestra generosidad y haz que tu gracia los santifique y nos ayude a nosotros en la hora de la lucha.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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PLEGARIA EUCARISTICA

PREFACIO:

Realmente es justo y necesario, es nnestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios bondadoso y eterno, por el amor con que has creado todas las cosas y por el orden con que las gobiernas para nuestro bien. Tú has hecho el cielo y la tierra, los astros brillantes y las flores perfumadas. Tú nos has dado el espíritu para conocer, saborear y disfrutar de tus bellezas. Tú nos has dado la libertad para merecer tu amistad y un cuerpo para emplearlo en provecho del alma y en bien de nuestros hermanos.

Por todo ello queremos alabarte y darte gracias, y uniendo nuestras voces al coro de los ángeles y de los santos en el cielo, cantamos, sin cesar, el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Prosigue la Plegaria Eucarística como en la Celebración número 18, págs. 173-174.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (T. Aragüés)

Juntos para soñar nuevas inmensidades, juntos para marcar ritmos de nuevo amor.

Juntos miramos la vida, juntos al amanecer, juntos formamos la espiga del día nuevo que va a nacer.

Juntos alzamos la copa llena hasta el borde de amor, juntos bebemos estrellas en brindis nuevo de juventud.

Juntos marchamos unidos como escuadrón de amor, juntos templamos en forja la paz de un mundo nuevo y mejor.

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Juntos tendemos los ojos sobre el espejo de Dios, juntos sentimos la tierra mientras cantamos: Dios es amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Señor, que esta participación en tu sacramento de amor nos lleve a todos a la victoria definitiva.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (Melodía Popular)

Gloria, gloria, aleluya (ter), en nombre del Señor.

1. Cuando sientas que tu hermano necesita de tu amor, no le cierres tus entrañas ni el calor del corazón. Busca pronto en tu recuerdo la palabra del Señor: Mi Ley es el amor.

2. Cristo dijo que quien llora su consuelo encontrará, quien es pobre, quien es limpio será libre y tendrá paz. Rompe pronto tus cadenas, eres libre de verdad: empieza a caminar.

3. Sí el camino se hace largo, si te cansas bajo el sol, si en tus campos no ha nacido ni la más pequeña flor, toma mi mano y cantemos unidos por el amor: en nombre del Señor.

16.—EUCARISTÍA nnwucTT.-'.

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28 GRACIAS POR LOS FRUTOS MADUROS Final de Recolección, Vendimia, Verano, etc.

RITO DE ENTRADA

MONICIÓN:

El agradecimiento es algo profundamente humano y cris­tiano. Nosotros debemos ser especialistas en la acción de gracias. ¡Debemos tanto a Dios! ¡Hemos recibido tanto a lo largo de nuestra vida...! Hoy nos reunimos para celebrar la Eucaristía, en uno de sus fines principales: la acción de gracias. Al terminar la recolección, al ver que Dios se ha acordado de nosotros y nos ha bendecido un año más con sus bienes, no podemos menos de entonar un cántico de alabanza y de gratitud.

CANTO DE ENTRADA: (Salmo 121: M. Manzano)

¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor"! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

1. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor.

2. Según la costumbre de Israel a celebrar el nombre del Señor: en PIIÍI e^tán los tribunales de justicia en el palacio de David.

3. Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman,

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haya paz dentro de tus muros, en tus palacios seguridad.»

4. Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo.» Por la casa del Señor nuestro Dios, te deseo todo bien.

SALUDO DEL SACERDOTE.

La paz y la gracia de Dios, expresada en la bendición del campo qne ha dado sn frnto, esté con todos vosotros.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Te pedimos, Señor, qne estos dones, recibidos de tn mano generosa, colmen los deseos de nuestro corazón y nos lleven a Ti por una sincera acción de gracias.

Por nuestro Señor Jesucristo, tn Hijo, que vive.»

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: ES importante el sustento diario material, pero pensemos que también existen otros alimentos de los cuales hemos de ocuparnos.

LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A TIMOTEO (6, 6-11. 17-19)

Querido hermano: Es verdad que la religión es una ganan­cia, cuando uno se contenta con poco. Sin nada venimos al mundo y sin nada nos iremos de él. Teniendo qué comer y qué vestir, nos basta. En cambio, los que buscan riquezas se enredan en mil tentaciones, se crean necesidades nocivas y absurdas que hunden a los hombres en la perdición y en la ruina.

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Porque la codicia es la raíz de todos los males, y muchos, arrastrados por ellas, se han apartado de la fe y se han aca­rreado muchos sufrimientos. Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo esto, practica la justicia, la religión, el amor, la paciencia, la delicadeza.

Mándales a los ricos de este mundo que no sean arrogantes, ni confíen en la inseguridad de las riquezas, sino en Dios, que nos da de todo para que lo disfrutemos. Mándales que hagan el bien y se hagan ricos en buenas obras, que estén dispuestos a dar y compartir lo que tienen. Así irán asegurándose un buen capital para el futuro y conseguirán la vida auténtica.—Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 126: (M. Manzano)

Que el Señor nos construya la casa, que el Señor nos guarde la ciudad; que nos llene de su riqueza, que nos guarde siempre del mal.

1. Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas.

2. Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de la fatiga: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

3. La herencia del Señor son los hijos, su salario el fruto del vientre: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud.

4. Dichoso el hombre que llena con estas fechas su aljaba; no será derrotado al litigar con sus adversarios en la plaza.

Segunda Lectura

MONICIÓN: El excesivo afán de riquezas materiales puede ser ocasión de pobreza espiritual y de graves situaciones y pe­ligros para la otra vida.

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LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. LUCAS (12,15-21)

En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: —Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues aunque

uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes. Y les propuso una parábola: —Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a

echar cálculos: ¿qué haré? No tengo dónde almacenar la cose­cha. Y se dijo: haré lo siguiente: derribaré los graneros y cons­truiré otros más grandes y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: «Hom­bre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe y date buena vida.»

Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?

Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.

HOMILÍA:

1. La riqueza es necesaria, pero puede ser un grave peligro. Por encima de la riqueza material, está la espiritual.

2. Dios nos ha dado la cosecha. Debemos darle gracias por ello. Ello quiere decir que el Señor mira por nosotros como Padre.

3. La vida cristiana necesita ante todo un sentido vertical hacia Dios.

4. Nuestra riqueza tiene una función social, y será pobreza si no estamos ricos de Dios.

Ideas para el diálogo:

— ¿Ves tú algún peligro en las riquezas? — ¿Crees que son un bien o un mal? — ¿Cómo emplear los bienes materiales? — ¿Merece Dios nuestra acción de gracias?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Unidos en caridad, oremos, hermanos, al Señor y démosle gracias por los dones que cada día nos concede.

— Por la santa Iglesia, para que con la predicación de la verdad haga la cosecha de Dios en el mundo, roguemos al Señor.

— Por los que nos gobiernan, para que su actividad contri­buya a una justa distribución de los bienes, roguemos al Señor.

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246

— Por los que trabajan en el campo: para que su esfuera) se vea largamente recompensado, roguemos al Señor.

— Por cuantos poseen riquezas, para que las exploten con sentido social al servicio de toda la comunidad, rogue­mos al Señor.

— Por todos nosotros, para que esta Eucaristía sea de ver­dad una acción de gracias a Dios por todos los bienes recibidos de su bondad, roguemos al Señor.

Que tu amor y nuestra gratitud, Señor, vayan siempre unidos para que alcancemos la recompensa finaL

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

MTURGIA DE liA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Además del pan y del vino, se traen basta el altar diversos frutos de la cosecha recogida.

• Se pueden preparar para el ofertorio unas ees titas adornadas que luego se regalarán a algunos necesitados de la parroquia.

CANTO DE OFERTORIO: (J. A. Espinosa)

Te presentamos el vino y el pan. Bendito seas por siempre, Señor (bis).

1. Bendito seas, Señor, por este pan que nos diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

2. Bendito seas, Señor; el vino Tú nos lo diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Te presentamos, Padre, estas ofrendas para celebrar nuestra acción de gracias-por estos dones que nos vienen de tu bondad.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

PREFACIO:

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, por Jesucristo, tu Hijo; porque has dado poder al hombre para dominar el mundo y transformarlo.

Tuya es la técnica y la ciencia; tuya la habilidad de los artesanos, la constancia de los que trabajan la tierra y ¡a precisión matemática de los que, en las grandes naves de las fábricas, realizan la producción en cadena.

Nuestro mundo no cesa de alabarte; las máquinas de sus fábricas, el poder sobre la energía atómica, el dominio del espacio y de los planetas, la técnica de los laboratorios, el progreso de la medicina y los medios modernos de los que cultivan el campo, todo esto nos revela tu gloria.

Por lo cual aclamamos tu nombre porque has hecho cosas grandes y los medios modernos de los que cultivan el campo;

Santo, Santo, Santo...

Santo y grande eres, Padre, y digno de toda bendición porque mediante el que ha venido en tu Nombre has visitado y liberado al pueblo. Por Jesucristo has ayudado al hombre a salir de la esclavitud.

Viviendo en medio del mundo, y acechados por el egoísmo, nos vemos impotentes para salir de las opresiones; nos domina el poder económico, político, social; nosotros mismos estamos oprimidos por nuestras tuerzas sin control.

Te bendecimos, Padre, con los mismos gestos que tu Hijo Jesucristo realizó en su vick. El cual, la víspera de su Pasión, tomó pan en sus santas manos, te bendijo, lo partió y lo entregó a sus discípulos diciendo:

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Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo tomó el cáliz y, dando gracias de nuevo, lo repartió entre sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. IJT. Anunciamos...

Por tanto, Padre, siguiendo este mandato, proclamamos la Muerte salvadora de Cristo y su Resurrección que nos da la libertad; y mientras mantenemos la esperanza de un mundo más noble, te ofrecemos, junto con su sacrificio, el sacrificio, el esfuerzo y el trabajo de la Iglesia y de toda la Humanidad.

El progreso de este mundo: el esfuerzo por conseguir la verdad, la justicia y la libertad, te lo ofrecemos por Cristo, como un sacrificio de alabanza y de acción de gracias por los dones que nos concedes.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

• La Comunión se hará con Hostias consagradas dentro de la mis­ma celebración eucarística y hechas con trigo de la cosecha del año presente.

CANTO DE COMUNIÓN: (C. Gabarain)

Una espiga dorada por el sol, el racimo que corta el viñador,

249

se convierten ahora en pan y vino de amor, en el cuerpo y la sangre del Señor.

1. Compartimos la misma comunión, somos trigo del mismo sembrador, un molino, la vida, nos tritura con dolor. Dios nos hace eucaristía en el amor.

2. Como granos que han hecho el mismo pan, como gotas que tejen un cantar, como gotas de agua que se funden en el mar, los cristianos un cuerpo formarán.

3. En la mesa de Dios se sentarán, como hijos su pan comulgarán. Una misma esperanza caminando cantarán. En la vida como hermanos se amarán.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Que estos dones, Señor, con que nos regalas, sean anuncio del eterno banquete y premio que esperamos recibir en tu reino.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

{Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO DE DESPEDIDA: (J. A. Espinosa)

Te damos gracias, Señor, de todo corazón. Te damos gracias, Señor, cantamos para Ti.

1. A tu nombre daremos gracias por tu amor y tu lealtad, te llamé y me escuchaste, aumentaste el valor en mi alma.

2. Te alaban los reyes de la tierra, porque oyeron la voz de tu palabra, y en los caminos del Señor voy cantando, porque grande es la gloria del Señor.

NOTA: Al final de la celebración se podría tener un banquete con los frutos bendecidos durante la Eucaristía.

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29 liA PALABRA DE DIOS La Biblia en Casa y en Grupos

RITO DE APERTURA

MONICIÓN.

La Palabra de Dios, que es la Biblia, va a adquirir desde este momento un lugar preferente en nuestra casa y entre nos­otros. Queremos expresar así nuestra fe ante este misterio su­blime de la Palabra de Dios. En la Eucaristía tenemos esta mis­ma Palabra de Dios en la persona de Jesucristo, voz personal del Padre, que nos habla constantemente y nos renueva en la vida cristiana. Cantamos:

CANTO DE ENTRADA: (Salmo 118: J. A. Espinosa)

Tu Palabra me da vida; confío en Ti, Señor; tu Palabra es eterna, en ella esperaré.

1. Dichoso el que con vida intachable canina en la ley del Señor; dichoso el que guardando sus preceptos lo busca de todo corazón.

2. Postrada en el polvo está mi alma, devuélvame la vida tu Palabra; mi alma está llena de tristeza, consuélame, Señor, con tus promesas.

3. Escogí el camino verdadero, y he tenido presentes tus decretos; correré por el camino del Señor cuando me hayas ensanchado el corazón.

251

4. Este es mi consuelo en la tristeza sentir que tu Palabra me da vida; por las noches me acuerdo de tu nombre, recorriendo tu camino dame vida.

5. Repleta está la tierra de tu gracia, enséñame, Señor, tus decretos; mi herencia son tus mandatos, alegría de nuestro cotrazón.

SALUDO DEL SACERDOTE:

L>a paz de Dios y la luz del Evangelio de Cristo que ha hecho brotar la esperanza de la fe en nuestros corazones por virtud de su Palabra, esté con todos vosotros.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios, que por tu Palabra has reunido en la confesión de tu nombre a tus hijos dispersos por el mundo; concédenos a cuantos hemos renacido en la fuente bautismal una misma fe y un mismo amor.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: El apóstol San Pablo, en su segunda carta a Timoteo, nos habla de la inspiración de la Sagrada Biblia y de su máxima utilidad para la vida cristiana.

LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A TIMOTEO (3, 14-4, 5)

Querido hermano: Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste, y que de niño conoces la Sagrada Escritura. Ella puede darte la sabi­duría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.

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252

Toda Escritura inspirada por Dios, es también útil para en­señar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud. Así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena.

Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda comprensión y pedagogía.

Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soporta­rán la sana doctrina, sino que, arrastrados por sus propias pa­siones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades. Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 129 (M. Manzano)

Mi alma espera en el Señor, mi alma espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor porque en El está la salvación.

1. Desde lo hondo a Ti grito, Señor: Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

2. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de Ti procede el perdón y así infundes respeto.

3. Mi alma aguarda al Señor más que el centinela la aurora; aguarda Israel al Señor como el centinela la aurora.

4. Porque del Señor viene la misericordia, y la redención copiosa; y El redimirá a Israel de todos sus delitos.

Segunda Lectura

MONICIÓN: En la parábola del sembrador que vamos a es­cuchar nos habla Jesús del fruto de la Palabra de Dios en cada uno de los oyentes de la misma.

253

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MA­TEO (13, 1-9. 19-23)

Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Acu­dió tanta gente que tuvo que subirse a una barca. Se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas:

Salió el sembrador a sembrar; un poco de la semilla cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso donde apenas tenía tie­rra; como la tierra no era profunda, la semilla brotó en seguida; pero en cuanto salió el sol se abrasó, y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y ahogaron la se­milla. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos ciento, otros, sesenta; otros, treinta. (...)

Sucede a todo el que oye la Palabra del Reino y no la comprende, que viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón: esta es la semilla que fue sembrada a lo largo del camino.

Lo que fue sembrado en pedregal, es el que oye la Pala­bra y al punto la recibe con alegría; pero no tiene raíz en sí mismo, sino que es inconstante y, cuando se presenta una tri­bulación o persecución por causa de la Palabra, sucumbe en seguida.

Lo que fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto.

Pero el que fue sembrado en tierra buena, es el que oye la Palabra y la entiende: és>; sí que da fruto y produce un ciento, otro sesenta, otro treinta.

HOMILÍA:

1. La palabra de Dios nos llega por la Escritura; Cristo es la cum­bre de esta revelación de Dios.

2. Esa Palabra es siempre eficaz: vida para el que la recibe, perdición para el que la rechaza.

3. La Palabra es una semilla de vida eterna que ha de dar frutos ya desde ahora; pero está sometida a los condicionamientos humanos del destinatario y a su cooperación.

4. La Biblia es un libro indispensable para el cristiano; pero es di­fícil. Requiere un esfuerzo amoroso y constante, para entenderla y vivirla.

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254

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué sentido queremos dar a esta «entronización» o aceptación especial de la Palabra de P ios (la Biblia) en nuestra casa o grupo?

— ¿Es profunda e instruida nuestra fe en la Sagrada Es­critura?

— ¿Qué vamos a hacer para leer un poco cada día, e ir instruyéndonos en la Sagrada Escri tura?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Pidamos, hermanos, a Dios nuestro Padre, por cuya Palabra fuimos engendrados a la Vida, que escuche la oración de sus hijos.

— Por la Iglesia de Cristo, para que la Palabra de Dios la reúna, purifique y acreciente hasta el fin de los tiem­pos, roguemos al Señor.

— Por todos los servidores de la Palabra en la Iglesia, para que Dios les fortalezca con su Espíritu, roguemos al Señor.

— Por los pueblos en vías de evangelrzación, para que la fe cristiana arraigue profundamente en su propia men­talidad y cultura, roguemos al Señor.

— Por los pobres y los que sufren, por todos los testigos de la Palabra, para que reciban de Dios aliento y consue­lo, roguemos al Señor.

— Por los que estamos aquí reunidos en comunidad fra­ternal, para que la Palabra de Dios dé mucho fruto en nosotros, roguemos al Señor.

Dios de bondad, que has querido hablar a los hombree, escucha benigno la oración de tu Pueblo, y aumenta la fe, la caridad y la esperanza de quienes has iluminado con tu Palabra.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas

• Si no estuviera ya colocada en lugar preferente la Biblia, puede traerse ahora con las ofrendas del pan y del vino.

255

CANTO D E O F E R T O R I O : (J. A. Espinosa)

Te presentamos el vino y el pan. Bendito seas por siempre, Señor (bis).

1. Bendito seas, Señor, por este pan que nos diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

2. Bendito seas, Señor; el vino Tú nos lo diste, fruto de la tierra y del trabajo de los hombres.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Dios todopoderoso: envueltos en la luz nueva de tu Palabra hecha carne, concédenos que resplandezca en nuestras obras la fe que haces brillar en nuestro espíritu.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, Padre Santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.

Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espír i tu Santo y nacido de María la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.

El, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo; por eso con los ángeles y los santos cantamos tu gloria diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad: santifica estos dones con la efusión de tu Espíritu,

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256

de manera que sean para nosotros Cuerpo y * Sangre de Jesucristo, nuestro Señor.

El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre. Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres, para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y Este es el sacramento de nuestra fe. I? Anunciamos...

Así, pues, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos, Padre, el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de estar en tu presencia celebrando esta liturgia.

Te pedimos, humildemente, que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos partici­pamos del Cuerpo y Sangre de Cristo.

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa N., con nuestro obispo N., y todos los que en ella cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad.

Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron con la esperanza de la resurrección, y de todos los difuntos: admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

261

1. Si con El morimos, viviremos con El. Si con El sufrimos, reinaremos con El.

2. En El nuestras penas, en El nuestro gozo. En El la esperanza, en El nuestro amor.

3. En El toda gracia, en El nuestra paz. En El nuestra gloria, en El la salvación.

Segunda Lectura En un grupo femenino

MONICIÓN: Jesús en su evangelio nos habló de la vigilan­cia amorosa de las vírgenes que esperan la llegada del Esposo en actitud de absoluta disponibilidad. Escuchemos:

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. MATEO (25,1-13)

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.

Cinco de ellas eran necias y cinco sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sen­satas se llevaron alcuzas de aceite con sus lámparas. El esposo tardaba; les entró sueño a todas y se durmieron.

A media noche se oyó una voz: «¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!» Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.

Y las necias dijeron a las sensatas: «Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las

lámparas.» Pero las sensatas les contestaron: «Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras,

mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.» Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que esta­

ban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.

Más tarde llegan también las otras doncellas, y decían: «Señor, señor, ábrenos.»

Pero él respondió: «Os aseguro: no os conozco.» Por lo tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.

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262

Segunda Lectura

En un grupo de varones

M O N I C I Ó N : Jesús en el evangelio nos habla de la absoluta disponibilidad y desprendimiento necesario para seguirle. Es­cuchemos:

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. MARCOS (10,17-21)

En aquel tiempo, cuando Jesús salía al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó:

—Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le contestó: — ¿ P o r qué me llamas bueno? No hay más que uno bueno:

Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no adulterarás, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.

El replicó: —Maestro, todo eso lo he guardado desde pequeño. Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: —Una cosa te falta: anda, vende cuanto tienes, dales el

dinero a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo, y luego sigúeme.

H O M I L Í A :

1. La «vocación consagrada» dentro de la común vocación cristiana a la santidad.

2. La vida religiosa tiene su entronque en el misterio de la Iglesia; arranca de la llamada de Cristo y de la respuesta del hombre a esa llamada.

3. La vida religiosa es el testimonio de la vivencia efectiva de los consejos evangélicos y supone la absoluta disponibilidad del hombre ante Dios.

4. La vida religiosa es además un servicio y apostolado que respon­de a las exigencias eclesiales de la comunidad local.

5. En esta perspectiva han de entenderse y vivirse los votos reli­giosos de pobreza, castidad y obediencia.

Ideas para el diálogo:

— Crisis de vocaciones a la vida religiosa: el hecho y las cansas.

— Criterios básicos para una continua renovación de la vida religiosa, en concreto, de nuestro espiri ta y apos­tolado.

— ¿Cómo ha de ser hoy el testimonio de nues t ros votos religiosos: pobreza, castidad y obediencia"

O R A C I Ó N D E LOS FIELES:

1.' Modalidad

Renovación de Votos

PRESIDENTE:

Siguiendo el ejemplo de Cristo, pobre, virgen y obediente, renovemos, hermanas (hermanos), nues t ra consagración re . ligiosa al servicio de Dios y de la Iglesia.

(Dicen todos pausadamente):

Señor Dios nuestro, respondiendo a tu amor inmenso, con toda la alegría de nuestro corazón:

Te renovamos nuestro Voto de Pobreza. Amamos una pobreza auténtica, y ponemos nuestra confianza plenamente en Ti. Nos esforzaremos en dar ante el mundo testimonio de una Iglesia pobre y para los pobres. Señor, cuenta con nosotros.

Renovamos también nuestro Voto de Castidad.

queremos realizar con nuestra vida y con nuestro amor exclusivamente tuyo, una Iglesia virgen y fiel, limpia y sin mancha, entregada plenamente al amor de todos los hombres nuestros hermanos.

Renovamos nuestro Voto de Obediencia.

Aquí estamos para hacer tu voluntad. Aceptamos a Cristo por nuestra ley, y unidos a El por nuestra obediencia, queremos hacer obra de justicia y de paz en el mundo. Señor, en tus manos ponemos nuestra vida para siempre.

PRESIDENTE:

Oh Señor y Dios nuestro, que en tu Hijo, Cristo Jesús, nos diste testimonio de pobreza, virginidad y obediencia, concédenos qne, siguiéndote en toda nuestra vida, anunciemos al mundo el gozo de la Buena Nueva.

Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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264

ORACIÓN DE LOS FIELES:

2-- Modalidad

Oración común o Preces

Pidamos, hermanos (hermanas), al Señor que nos conceda una plena disponibilidad a las exigencias del apostolado y de la misión de Cristo en el momento actual de nuestra comunidad eclesial.

— Por la Iglesia, en cuya misión participamos responsa­blemente como Congregación religiosa, roguemos al Señor.

— Por los apóstoles de la Buena Nueva, para que testi­monien a Cristo con su palabra y su conducta, ro­guemos al Señor.

— Por nuestros hermanos los hombres del mundo entero, en especial por los pobres y necesitados, y por todos los que sufren, roguemos al Señor.

— Por nuestro Instituto Religioso, para que en su apos­tolado eclesial busque infatigablemente la extensión del Reino de Dios, roguemos al Señor.

— Por los aquí presentes, para que sigamos incondicional-mente a Cristo, sirviéndole en los demás, roguemos al Señor.

Oh Dios, que quieres que se salven todos los hombres, y que lleguen al conocimiento de tu verdad, te suplicamos nos concedas tu Espíritu de amor y de servicio, para que con fortalez* anunciemos tu Palabra e iluminemos a los demás con nuestra vida.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE liA EUCARISTÍA

CANTO DE OFERTORIO: (N. Espiritual)

Juntos como hermanos, miembros de una Iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor.

1. Un largo caminar por el desierto bajo el sol; no podemos avanzar sin la ayuda del Señor.

257

Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios. los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN (Salmo 128: L. Deiss)

Como brotes de olivo en torno a tu mesa, Señor, así son los hijos de la Iglesia.

1. El que teme al Señor será feliz, feliz el que sigue su ruta.

2. Del trabajo de tus manos comerás, a ti, la alegría, el gozo.

3. Y tu esposa en el medio de tu hogar será como viña fecunda.

4. Como brotes de olivo reunirás los hijos en torno a tu mesa.

5. El Señor bendecirá al hombre fiel con esta abundancia de bienes.

6. A los hijos de tus hijos los verás; la gloria al Señor, por los siglos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Señor Dios nuestro que nos has dejado tu Palabra en la Sagrada Biblia y nos has alimentado con el Pan de vida, infunde en cuantos hemos participado en esta Eucaristía la alegría de tu luz y tu verdad para seguir el camino hasta la plenitud de tu visión.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

17 FiirAPTCTTA n n u E t w r i

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258

RITO DE DESPEDIDA

VENERACIÓN DE LA BIBLIA:

MONICIÓN: Ahora vamos a proceder a la veneración de la Santa Biblia. Nuestra señal de fe consistirá en besar reve­rentemente el libro de la Sagrada Escritura.

(Van acercándose todos a venerar la Biblia)

BENDICIÓN DEL SACERDOTE CON LA BIBLIA:

El Celebrante toma con las dos manos el Libro de la Biblia y bendice a los presentes, diciendo:

Lia bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo, i% y Espirita Santo, descienda sobre vosotros. R. Amén.

CANTO FINAL: (Canción del testigo: J. A. Espinosa)

Por Ti, mi Dios, cantando voy la alegría de ser tu testigo, Señor.

1. Me mandas que cante con toda mi voz; no sé cómo cantar tu mensaje de amor. Los hombres me preguntan cuál es mi misión; les digo: Testigo soy.

2. Es fuego tu palabra que mi boca quemó; mis labios ya son llamas y ceniza mi voz. Da miedo proclamarla, pero Tú me dices: no temas, contigo estoy.

3. Tu palabra es una carga que mi espalda dobló; es brasa tu mensaje que mi lengua secó. Déjate quemar si quieres alumbrar: no temas, contigo estoy.

30 LA VIDA CONSAGRADA Aniversario de la Profesión

Renovación de Votos o Promesas

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

En torno a la mesa familiar de la Eucaristía realizamos ahora un nuevo encuentro con el Señor, en este aniversario (o retiro espiritual) en que renovamos nuestra entera dispo­nibilidad ante Dios. Demos una respuesta generosa, ofrecién­donos a cooperar con él en la salvación del mundo mediante una vivencia más plena de nuestra consagración religiosa al servicio de la Iglesia.

CANTO DE ENTRADA: (L. Deiss)

Pueblo de reyes, asamblea santa, pueblo sacerdotal, pueblo de Dios, bendice a tu Señor.

1. Te cantamos, oh Hijo amado del Padre, Te alabamos, eterna Palabra, salida de Dios.

2. Te cantamos, oh Hijo de la Virgen María, Te alabamos, oh Cristo, nuestro hermano, nuestro salvador.

SALUDO DEL SACERDOTE:

A vosotros (as), porción escogida del Pueblo de Dios, y consagrada a sn servicio, la paz y la gracia de parte de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Oh Dios, que nos has llamado a seguirte con plena fidelidad evangélica

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260

en el cumplimiento amoroso de los consejos evangélicos para gloria de tu nombre y servicio de los hermanos en la Iglesia, concédenos tu gracia para la absoluta disponibilidad, y para llegar a la plena entrega y a la perfección del Evangelio,

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive.-

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura {Lee uno de los presentes)

MONICIÓN: El apóstol nos habla del seguimiento incondi­cional de Cristo. La perfección cristiana exige un esfuerzo constante para crecer en el conocimiento de Cristo y amor del Padre.

LECTURA D E LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS FILIPENSES (3,7-14)

Hermanos: Todo lo que para mí era' ganancia lo he esti­mado pérdida comparado con Cristo.

Más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelen­cia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.

Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en El, no con una justicia mía—la de la ley—, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.

¡Para conocerlo a El, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos!

No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta; yo sigo corriendo.

Y aunque poseo el premio, porque Cristo me lo ha entre­gado, hermanos, yo a mí mismo me considero como si aún no hubiera conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidán­dome de lo que me queda atrás, y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús. Palabra de Dios.

CANTO RESPONSORIAL: (L. Deiss)

Acuérdate de Jesucristo resucitado de entre los muertos. El es nuestra salvación, nuestra gloria para siempre.

31 NUESTRA VIDA FAMILIAR Para Equipos de Matrimonios

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Es interesante, amigos, plantearse hoy el problema de la vida familiar. Incluso los gobiernos de las grandes naciones han incidido en la importancia de la familia. Ella es la célula de una sana sociedad. En esta hora de la historia tiene la fa­milia un papel capital que desempeñar en la vida de la socie­dad. A la luz de la fe, vamos a ver hoy los problemas de la vida familiar y vamos a pedir al Señor, durante esta Eucaristía, que bendiga nuestras inquietudes familiares y nos dé luz para promover una familia de cara a Dios y de cara al bien común.

CANTO DE ENTRADA: (N. Espiritual)

1. En el Señor estamos congregados para formar como familia joven y caminar detrás de tus pisadas hacia la verdad.

Cantaré al Señor, la luz de nuestra senda; es el Señor quien limpia nuestra frente, es el Señor la tierra que buscamos, es el Señor. Une tu voz con los que peregrinan, une tu voz con los que aman la vida, une tu voz y canta la alegría: me busca Dios.

2. Sigue así, ¡qué hermosa nuestra vida!, al unir tantos grandes afanes, en común, por la victoria plena del amor.

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270

SALUDO DEL SACERDOTE:

A vosotros, padres y madres de familia, forjadores de hombres y pilares de una sociedad santa, la paz y la alegría del Señor. Que su amor esté siempre con todos vosotros.

{Sigue el Acto Penitencial)

COLECTA:

Te suplicamos, Señor, que bendigas nuestras familias, nuestras inquietudes, nuestros problemas, para que tu gracia esté siempre con nosotros y tu amor reine en todas las familias.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

M O N I C I Ó N : La paz y la alegría familiar dependen, cierta­mente, del bienestar económico; pero ante todo y sobre todo es el cumplimiento de la ley del Señor, quien traerá tranquili­dad a nuestras casas, a nuestros hijos, a nuestros corazones. Escuchemos atentamente los consejos que nos da el Señor.

LECTURA DEL LIBRO DEL DEUTERONOMIO (11,8-10.18-22)

Guardaréis, pues, todos los mandamientos que yo os pres­cribo hoy, para que cobréis fuerza y lleguéis a conquistar la tierra que vais a pasar a ocupar, y para que prolonguéis vues­tros días en el suelo que Dios juró dar a vuestros padres y a su descendencia, tierra que mana leche y miel.

Poned estas palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, atadlas a vuestra mano como una señal, como recordatorio ante vuestros ojos. Enseñádselas a vuestros hijos, hablando de ello cuando estés en casa y cuando vayas de viaje, cuando te acues­tes y cuando te levantes. Las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas, para que tus días y los días de tus hijos

271

sean numerosos en la tierra que Yahvéh juró dar a vuestros padres, tan numerosos como los días del cielo sobre la tierra. Palabra de Dios.

CANTO RESPONSORIAL:

1. Dad gracias al Señor porque es bueno, dad gracias al Dios de los dioses, dad gracias al Señor de los señores, todos juntos a Dios demos gracias. Porque su amor no tiene fin (ter).

2. Porque El hizo maravillas, El hizo sabiamente los cielos, todos juntos a Dios demos gracias

3. Guió por el desierto a su pueblo, EJ afianzó sobre las aguas la tierra, hirió a reyes famosos, dio muerte a reyes poderosos, todos juntos a Dios demos gracias.

Segunda Lectura

MONICIÓN: La permanencia en el amor, la fidelidad de los esposos, la vivencia de la gracia de Dios en cada uno de ellos, el cuidado y la educación de los hijos, éstas son las virtudes y las cualidades que tienen que fomentar los buenos esposos. Nos lo dice el mismo Cristo. Escuchemos.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (15,9-12)

Como el Padre me amó, yo también os he amado a voso­tros; permaneced en mi amor.

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y per­manezco en su amor.

Os he dicho esto para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea colmado.

Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.

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272

HOMILÍA:

1. Todo hombre busca la felicidad, frecuentemente por caminos torcidos. Creemos poseer la felicidad cuando solamente vamos tras la pasión.

2. La felicidad completa de los esposos no está a nivel meramente sexual, sino en la entrega de todo el ser. La vida matrimonial será plena y feliz cuando en ella reine el amor mutuo, pero de cara a Dios.

3. El amor perfecto entre marido y mujer ha jle ser reflejo del amor que Dios da a todos. El busca nuestta felLidad sin egoís­mo. Los esposos que trabajan por egoísmo, rompen la esencia del amor y no pueden tener proyección hacia afuera ni ser ca­paces de proyectar alegría a los hijos y a los demás miembros de la Iglesia.

4. Por el contrario, al enfocar nuestra vida como una entrega, des­aparece la preocupación y angustia por nosotros mismos; y la alegría de Jesús, que da todo lo que recibió del Padre, estará también en nosotros, como su amor.

Ideas para el diálogo:

— ¿Por qué crees que la familia está hoy en crisis? — ¿Qué virtudes crees que han de cultivar los esposos

para conseguir una familia ideal?

— ¿Piensas que una familia sin Dios puede ser feliz? — ¿Qué consejos prácticos darías a los esposos para que

su hogar reuniera todos los elementos positivos, cons­tructivos de una buena familia?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Unidos en el amor, pidamos, hermanos, al Señor para que proteja y bendiga los afanes y preocupaciones de nuestras familias.

1. Por la Santa Iglesia, familia universal, para que todos gocemos en ella de amor y fraternidad, roguemos al Señor.

2. Por los esposos, para que sepan ser responsables y sean los primeros educadores de la fe de sus hijos, ro­guemos al Señor.

3. Por los matrimonios que no viven en el amor, para que superen sus crisis y no vivan la soledad del egoís­mo, roguemos al Señor.

265

2. Unidos al rezar, unidos en una canción, viviremos nuestra fe con la ayuda del Señor.

3. La Iglesia en marcha está; a un mundo nuevo vamos ya donde reinará el amor, donde reinará la paz.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Confirma, Señor, en tu amor a quienes te ofrecen su vida en la pobreza, castidad y obediencia, para que al renovarte su entrega hoy y cada día sean fieles, con tu ayuda, a las promesas que hicieron por Inspiración tuya.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EÜCARISTICA

PREFACIO:

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación que te alabemos, Señor, con toda la creación porque nos has llamado a seguirte consagrándote todo nuestro ser y nuestra vida por el reino de los cielos.

Así recobramos la gracia y la santidad primera que de Ti hablamos recibido, gustando ya en la tierra los dones reservados para el cielo.

Por eso, con los ángeles y los santos cantamos tu gloria diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Santo eres en verdad, Señor, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, ' * das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.

Por eso, Señor, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para Ti,

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266

de manera que sean Cuerpo y * Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios.

Porque El mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, dando gracias, te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, dando gracias te bendijo y lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la Alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y . Este es el sacramento de nuestra fe. T$. Anunciamos...

Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.

Que El nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires, San N. y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.

Te pedimos, Señor, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero.

Confirma en la fe y en la oaridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: al Papa N., a nuestro obispo N., al orden episcopal, al clero y a todo el pueblo redimido por ti. Atiende los deseos de esta familia que has congregado en tu presencia. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.

A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad, recíbelos en tu Reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo nuestro Señor por quien concedes al mundo todos los bienes.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Epíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. ABU'L.

RITO DE COMUNIÓN

• Comunión bajo las dos especies.

CANTO DE COMUNIÓN: (J. A. Espinosa)

Vamos cantando al Señor: El es nuestra alegría.

1. La luz de un nuevo día venció a la oscuridad, que brille en nuestras almas la luz de la verdad.

2. La roca que nos salva es Cristo nuestro Dios; lleguemos dando gracias a nuestro Redentor.

3. Los cielos y la tierra aclaman al Señor: «Ha hecho maravillas, inmenso es su amor.»

4. Unidos como hermanos venimos a tu altar, que llenes nuestras vidas de amor y de amistad.

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268

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hija te pedimos, Señor, que confirmes con tu gracia nuestros corazones para continuar fieles en tu seguimiento, en tu amor y el servicio a los hermanos, hasta alcanzarte en la vida eterna.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE CONCLUSIÓN

{Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (Salmo 117: M. Manzano)

Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Aleluya, aleluya.

1. Que lo diga la casa de Israel: es eterna su misericordia. Que lo diga la casa de Aarón: es eterna su misericordia. Que lo digan los fieles del Señor: es eterna su misericordia.

2. Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos: «La diestra del Señor es poderosa, es excelsa la diestra del Señor.»

3. Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Yo no he de morir, yo viviré para contar las hazañas del Señor.

4. La piedra que el cantero desechó es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, esto ha sido un milagro patente. Te doy gracias porque me escuchaste, porque fuiste mi salvación.

273

4. Por todos nosotros, para que tengamos hambre y sed de justicia y colaboremos lealmente a la difusión del Reino de Cristo en las familias, roguemos al Señor.

Escucha nuestras súplicas, Señor; derrama tu gracia sobre los hogares cristianos y haz que vivamos todos fuertes en tu amor. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

• Si no son muchos los matrimonios reunidos, convendría que to­dos se arcercaran llevando las ofrendas y se quedaran durante toda la Eucaristía rodeando el Altar.

CANTO DE OFERTORIO: (T. Aragüés; K 23)

Juntos para soñar nuevas inmensidades, juntos para marcar ritmos de nuevo amor.

1. Juntos alzamos la copa, llena hasta el borde de luz, juntos bebemos estrellas en brindis nuevo de juventud.

2. Juntos marchamos unidos como escuadrón del amor, juntos templamos en forja la paz de un mundo nuevo y mejor.

3. Juntos tendemos los ojos sobre el espejo de Dios, juntos sentimos la tierra mientras cantamos: «Dios es amor.»

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Te presentamos, Señor, junto con las ofrendas del pan y del vino, el amor que nos regalas. Haz que fructifique en nuestras vidas y en nuestros hogares.

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA I _ _

PREFACIO:

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación bendecirte. Señor, Padre Omnipotente, por Jesucristo, tu Hijo.

18.—EUCARISTÍA DOMESTICA.

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274

Porque al hombre, creado por tu voluntad, lo dignificaste tanto, que has dejado la imagen de tu propio amor en la unión del varón y de la mujer. Y al que creaste por amor y al amor lo llamas, le concedes participar de tu amor eterno.

Y asi, el sacramento que un día nos regalaste, signo de tu caridad, consagró nuestro amor humano para bien nuestro, de nuestros hijos y de toda la familia humana.

Por eso, con los ángeles y los santos cantamos sin cesar el himno de tu gloria.

Santo, Santo, Santo...

Te alabamos y bendecimos por Jesucristo, tu Hijo, que después del pecado del hombre restauró todas las cosas en el amor. Tú, Padre, lo has constituido Príncipe de la paz, Guerrero Fuerte, Mensajero del amor. El vino hasta nosotros por amor y, cumplida su misión de implantar la caridad, volvió a Ti.

Dígnate enviar ahora tu Espíritu Santo sobre estos dones para que su fuerza santifique la unión de nuestras almas.

Te damos gracias, Padre, con el mismo gesto de tu Hijo, cuando tomando el pan te bendijo, lo partió y lo entregó con alegría a sus discípulos diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

De igual manera tomó el Cáliz, y dándoselo a sus discípulos dijo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres, para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

275

y Este es el sacramento de nuestra fe.

1^ Anunciamos...

Padre Santo, autor del universo, que creaste al hombre y a la mujer a tu imagen, para que su amor fuera fiel reflejo del amor que Tú nos tienes, santifica la unión de estos esposos que hoy vienen a prometerte fidelidad. Que en la alegría te alaben y en la tristeza te busquen; que en el trabajo encuentren el gozo de tu ayuda y en la necesidad sientan cercano tu consuelo; que en la lucha te tengan a tu lado y en la victoria te sepan agradecer.

Te suplicamos que derrames tu bendición sobre ellos para que el sacramento que un día recibieron, alcance particular significación, a fin de que sean fecundos en el amor como tu Iglesia lo es, unida a Cristo.

Por Cristo, con él y en él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad de] Espíri tu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

• Para comulgar se van acercando marido y mu¡er juntos.

CANTO DE COMUNIÓN: (M. Ríos)

1. Escucha, hermano, la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día.

Ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos (bis).

2. Si en tu camino sólo existe la tristeza y el llanto amargo de la soledad completa.

3. Si es que no encuentras la alegría en esta tierra, búscala, hermano, más allá de las estrellas.

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276

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Te damos gracias, Señor, una vez más por esta eucaristía. Haz que ella una siempre nuestras almas y nos acerque más y más a ti en esta vida y después nos haga partícipes de tus alegrías en el reino de los cielos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

• Aquí se puede hacer la «Renovación de las Promesas del Matri­monio», pág. 137.

O En este momento se pueden poner los anillos que durante la Eucaristía han estado sobre el Altar.

(Sigue la Bendición del Celebrante.

CANTO FINAL: (C. Gabarain)

Una nueva vida. Tu misma vida. Una nueva familia. Tu misma familia. Hijos tuyos para siempre.

1. Por medio del Bautismo renacemos, en agua que nos salva nos bañamos. Pasamos de la carne y de lo humano al mundo de la gracia y de lo eterno.

2. Surgimos del sepulcro, que es el agua, teñidos en tu sangre redentora. Contigo incorporados a la Pascua vivimos en cristiano hora a hora.

3. Guiados por la luz que recibimos, ungidos como reyes en la frente, tu marca salvadora en nuestras almas grabada en nuestra entraña para siempre.

32 ARMAS PARA LA PAZ Fuerzas armadas

(Militares, policía, etc.)

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Todo hombre tiene una misión que cumplir. Y todos te­nemos obligación de apoyar a todos en esa misión. Vosotros, defensores de la paz y de los derechos cívicos del hombre, te­néis una obligación mayor. Os está confiada la paz y la felici­dad de la Patria. Pero para que haya paz y orden cívico tiene que tener una proyección y una orientación ajena a toda vio­lencia. Cristo es el Rey de la paz y el defensor de los derechos del hombre. Vamos a celebrar esta Eucaristía pidiendo a Cris­to su paz y su fuerza.

CANTO DE ENTRADA: (C. Halffter)

Anunciaremos tu Reino, Señor, tu Reino, Señor, tu Reino.

1. Reino de paz y justicia, reino de vida y verdad. Tu reino...

2. Reino de amor y de gracia, reino que habita en nosotros. Tu reino...

3. Reino que sufre violencia, reino que no es de este mundo. Tu reino...

4. Reino que ya ha comenzado, reino que no tendrá fin. Tu reino...

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SALUDO DEL SACERDOTE:

Que el Señor colme de gozo vuestros corazones para Que

el Espíritu de Dios anime vuestra lucha y la paz de Cristo reine en todos los hombres.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Te suplicamos, Señor, que nuestra vida sea una entrega a la concordia universal y que tu paz reine en todos los corazones. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive».

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: San Pablo nos dice cómo todos somos solda­dos de un ideal: Cristo. Y todos hemos de luchar para que podamos complacer al que nos ha reclutado en pro de su causa.

LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DE SAN PABLO A TIMOTEO (2, 3-7)

Comparte conmigo los sufrimientos como buen soldado de Cristo Jesús. Un militar en activo no se enreda en los ne­gocios de la vida a fin de que pueda complacer al que lo reclu-tó. Igualmente un atleta no recibe la corona si no ha luchado reglamentariamente. El labrador que brega debe ser el pri­mero en participar de los frutos. Piensa bien lo que te estoy diciendo, pues el Señor te lo hará comprender todo. Palabra de Dios.

CANTO RESPONSORIAL: (J. A. Espinosa)

El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación (bis).

1. Tú me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad. Tú me das el valor para la lucha, sin miedo avanzaré.

279

2. Iluminas las sombras de mi vida, al mundo das la luz. Aunque pase por valles de tinieblas, yo nunca temeré.

3. El Señor es la fuerza de su pueblo, su gran libertador. Tú le haces vivir en confianza, seguro en tu poder.

Segunda Lectura

MONICIÓN: La fe, hecha confianza, es indispensable para acercarse a Cristo y lograr lo que se pide. Veamos cómo aquel centurión, hombre de armas, se acerca hasta Cristo y consigue la curación de uno de sus subordinados.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. LUCAS (7,2-10)

Un centurión tenía enfermo y a punto de morir un servi­dor al que estimaba mucho. Cuando oyó hablar de Jesús le envió unos ancianos de los judíos para rogarle que viniera a salvar a su criado. Al llegar éstos ante Jesús le suplicaban con mucho interés, diciéndole: «Merece de verdad que le hagas este favor, porque ama a nuestro pueblo y él nos ha edificado la sinagoga.»

Entonces Jesús se fue con ellos. Pero cuando estaba ya cerca de la casa, el centurión le

mandó unos amigos para decirle: «Señor, no te molestes; por­que no soy digno de que entres bajo mi techo; por eso yo mis­mo tampoco me sentí digno de presentarme ante Ti. Pero dilo de palabra y que mi criado se cure. Porque también yo, aun­que no soy más que un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes, y le digo a uno: «Ve», y va; y a otro: «Ven», y vie­ne; y a mi criado: «Haz esto», y lo hace.»

Cuando Jesús oyó estas palabras quedó admirado de él; y vuelto hacia la multitud que le seguía dijo: «Os digo que ni en Israel encontré tanta fe.»

Entonces los enviados volvieron a la casa y encontraron al criado ya sano.

/

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280

H O M I L Í A :

1. Cristo admira la sencillez de un jefe de soldados. No es esta la única ocasión en que Cristo se relaciona con per­sonas militares.

2. La vida es una milicia, una lucha continua para superarse. Vosotros, además de vuestra lucha personal, tratáis de organizar las vidas de los demás.

3. No puede haber oposición entre vuestra conducta personal y el bien común que promovéis en todos. Servir a la patria es servir a Dios y a los hermanos.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué aspectos positivos y negativos ves en la profe­sión y vida militar?

— ¿Qué virtudes, sobre todo, ha de tener el buen militar? — ¿Qué virtudes has de fomentar en el t ra to con tus

compañeros?

ORACIÓN D E LOS FIELES:

Oremos, hermanos, y supliquemos al Señor para que nos haga comprender y apreciar nuestra vida, como una lucha en pro del bien de todos los demás.

— Por la Santa Iglesia, para que trabajando siempre en pro de la justicia logre la paz y el bienestar de sus hi­jos, roguemos al Señor,

— Por los gobernantes de las naciones, para que sus vidas sean testimonio de justicia y ejemplaridad en el mun­do entero, roguemos al Señor.

— Por los que viven en servicio de la Patria y de los ciu­dadanos, para que consigan la verdadera paz y el bien común, roguemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que sepamos comprender que nuestra vida ha de ser una lucha constante por la te, el amor y la libertad, roguemos al Señor.

Señor Dios nuestro, que en la confirmación nos ungiste con tu sello de fortaleza, te suplicamos nos concedas ser siempre soldados y testigos de tu verdad para que construyamos un mundo de amor, de justicia, de paz y libertad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

281

LITURGIA DE IiA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Jefes y soldados traen las ofrendas. • Se podría colocar también una bandera de la patria.

CANTO D E O F E R T O R I O : (Richard Anthony)

1. Traigo ante Ti nuestra oculta inquietud: amar la justicia y la paz; la sed de todos los hombres sin luz, la pena y el triste llorar. El pan de nuestro trabajo sin fin, el vino de nuestro cantar.

Sabemos que vendrás, sabemos que al final los hombres creerán en tu amistad (bis).

2. Sombras y luces rodean mi andar, ¿a dónde el camino irá? Junto a mí pasan los que como yo caminan buscando su paz. Tú que eres Vida, Camino y Verdad, guíanos, danos tu paz.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Te presentamos, Señor, nuest ro servicio y ofrendas. Haz que ellas nos consigan la plenitud de tus dones y la abundancia de tu gracia. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, es nuest ro deber y salvación, bendecirte, Padre Santo, por Cristo Nuestro Señor: Por El has creado el mundo, en donde has puesto al hombre, tu amigo,

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para que por el trabajo y la lucha lo transformara en el pan de cada día.

Tú pediste al hombre que confiara en Ti, que creyera que Tú eres la fuente de su inmortalidad; le hiciste señor del mundo para que, dominando la tierra, los animales y las plantas, reconociera qué era tu hijo ofreciéndote la gloria y la alabanza. Tú nos has dado un cuerpo y un alma en los que se reflejan la belleza y la perfección de tu Ser. Y nos has dado un corazón grande para que te amemos y nos amemos unos a otros.

Por eso ahora, unidos a los coros de los ángeles y de los santos, cantamos el himno de tu gloria.

Santo, Santo, Santo...

Santo y grande eres, Señor, digno de toda bendición; porque mediante Cristo, que vino en tu nombre, nos has visitado y liberado. Por El has concedido al mundo el verse libre de la opresión, del egoísmo y de las tinieblas. Y has puesto en nuestro camino la gran luz de la esperanza.

Ahora, Padre, queremos darte gracias y bendecirte con el mismo gesto que tu Hijo realizó cuando tomando pan en sus manos lo partió, y dándoselo a sus discípulos dijo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el Cáliz y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna,

283

que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y Este es el sacramento de nuestra fe.

ty Anunciamos tu muerte . . .

Por tanto, Padre, siguiendo este mandato, proclamamos juntos la muerte salvadora de Cristo y su triunfo que nos da la libertad; y mientras mantenemos la esperanza en la venida de un mundo más noble, té ofrecemos, junto con su sacrificio, el dolor, el esfuerzo y el trabajo de la Iglesia y de toda la humanidad. Sea para tu gloria el progreso de nuestro mundo: y el esfuerzo por conseguir la verdad, la justicia y la libertad.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíri tu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (J. A. Espinosa)

A Dios den gracias los pueblos, alaben los pueblos a Dios (bis).

1. Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro entre nosotros: conozca la tierra tus caminos, las naciones tu salvación.

2. Que canten de alegría las naciones porque riges al mundo con justicia; con rectitud riges los pueblos y gobiernas las naciones de la tierra.

3. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor Nuestro Dios. Que Dios nos bendiga y que le teman los confines de la tierra.

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ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Te damos gracias, Señor, por el don de tu Eucaristía, y te pedimos que sigas dándonos tu fortaleza para implantar en la tierra tu justicia y tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

CANTO FINAL: (A. Barriales)

1. Nosotros venceremos, nosotros venceremos, sobre el odio con el amor. Cristo venció. Nosotros venceremos.

2. Unidos en Cristo, unidos en Cristo, nunca cederemos frente al mal. Cristo es nuestra luz. Cristo venció. Nosotros venceremos.

3. No tenemos miedo, no tenemos miedo, alguien nos espera más allá de los montes y el mar. Cristo venció. Nosotros venceremos.

4. Y seremos libres, y seremos libres, no tiene cadenas el amor. Viviremos en paz. Cristo venció. Nosotros venceremos.

33 ABRIRSE A LA VIDA Eucaristía a tus quince años

RITO DE APERTURA

MONICIÓN:

Dar un paso en la vida tiene importancia. Toda oportunidad de abrirnos a algo ha de suponer ilusión, mirar hacia adelante con elegancia. La joven que cumple sus quince años y entra en la sociedad, ha de ponderar el sentido y la importancia de este paso decisivo. Vamos a celebrar esta Eucaristía, acompa­ñando a esta(s) joven(es) que, al pie del Altar, brinda(n) a Cristo y al servicio fraterno la flor de su juventud.

CANTO DE ENTRADA: (C. Halffter)

Señor, Tú eres la vida de mi juventud; Señor, no hay alegría si no estás Tú.

1. El Señor es mi amigo, no debo temer; si El alumbra el camino no caeré.

2. Señor, dame la mano que hay oscuridad; si los dos caminamos, Tú me guiarás.

3. Soy feliz porque siento venir al Señor, su voz oigo muy dentro del corazón.

4. Mi confianza se alegra porque halló la paz; yo pondré mi existencia sobre el altar.

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SALUDO DEL SACERDOTE:

Lia gracia y la paz para vosotros de parte de Dios. No améis sólo de palabra, ni de lengua, sino con obras y con verdad. Amad como Dios mismo amó hasta entregarnos a su Hijo, Cristo Jesús, cuya paz sea con todos vosotros.

(Sigue el Acto Penitencial.)

COLECTA:

Ilumina, Señor, el camino de nuestra vida con la luz de tu mirada, para que conozcamos nuestra dignidad de cristianos y tengamos valor para vivir conforme a ella. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

MONICIÓN: La sabiduría y la prudencia en la mujer, valen más que la belleza y la salud. Escuchemos los sabios consejos que nos da el libio de la sabiduría.

LECTURA DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA (7, 7-10.15-16)

Supliqué y se me concedió la prudencia, invoqué y vino sobre mí un espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y en su comparación tuve en nada las riquezas. No la igualé con la piedra más preciosa, porque todo el oro a su lado es un poco de arena, y junto a ella la plata vale lo que el barro.

La preferí a la salud y a la belleza, me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso.

Todos los bienes juntos me vinieron con ella, había en sus manos riquezas incontables.

287

Concédame Dios hablar juiciosamente y pensar dignamente de los dones recibidos, porque El es quien guía a la sabiduría y quien dirige a los sabios.

Porque en sus manos estamos nosotros y nuestras palabras y toda la prudencia y destreza de nuestras obras. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 129 (M. Manzano)

Mi alma espera en el Señor, mi alma espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, porque en El está la salvación.

Desde lo hondo a Ti grito, Señor, Señor, escucha mi voz; están tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

Segunda Lectura

MONICIÓN: No por ser jóvenes hemos de obrar impruden­temente. El Señor puede llegar cuando menos lo pensamos. Procuremos que no nos suceda como a las vírgenes necias de la parábola.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. MATEO (25, 1-13)

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: —El Reino de los cielos se parecerá a diez doncellas que

tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en

cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lám­paras.

El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A media noche se oyó una voz: —¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!

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288

Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pu­sieron a preparar sus lámparas.

Y las necias dijeron a las sensatas: —Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan

las lámparas. Pero las sensatas contestaron: —Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras,

mejor será que vayáis a la tienda y os lo compréis. Mientras iban a comprarlo llegó el esposo y las que estaban

preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.

Más tarde llegaron también las otras doncellas, y decían: —Señor, Señor, ábrenos. Pero él respondió: —Os lo aseguro: no os conozco. Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.

HOMILÍA:

1. El tesoro de mi juventud lo he de entregar primeramente a Cristo y su causa.

2. Vivir en cristiano para hacer felices a los demás y crear un mun­do nuevo y mejor.

3. No dejemos pasar la juventud sin desarrollar los valores socia­les, religiosos, familiares.

Ideas para el diálogo:

— ¿Qué cualidades predominan en la juventud actual? — ¿Crees que la juventud se responsabiliza con su voca­

ción y trata de construir una sociedad mejor y más cris­tiana?

— ¿Qué apostolado ves tú como práctico en la juventud de hoy día?

ORACIÓN DE LOS FIELES:

Oremos juntos, hermanos, al Señor para que dé a la juven­tud responsabilidad y deseos de trabajar por un mundo donde reine la alegría y la paz:

— Por la santa Iglesia de Dios, para que se conserve siempre joven y abierta a las inquietudes de los hombres, roguemos al Señor.

289

— Por los padres y educadores de la juventud, para que se preocupen de orientar humana, social y religiosa­mente a sus hijos y educandos, roguemos al Señor.

— Por los jóvenes que se abren a la vida, para que co­laboren con su simpatía y su trabajo en formar una Iglesia y una Sociedad mejores, roguemos al Señor.

— Por esta(s) joven{es). para que su vida sea un lla­mamiento al progreso y a la unión de su familia, rogue­mos al Señor.

— Por todos los presentes, para que nos respetemos y nos amemos de verdad, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestra plegaria y ha« que, unidos en un mismo ideal, vivamos nuestra fe y consigamos llegar a ti, fuente de la verdadera juventud. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas:

• Las jóvenes traen las ofrendas.

• Durante el ofertorio permanecen rodeando el Altar.

CANTO DE OFERTORIO: (J. A. Espinosa)

Te ofrecemos, Señor, nuestra juventud.

1. Este día que amanece (anochece) entre cantos y alegrías, este día en que sentimos tu presencia en nuestras vidas.

2. Ilusiones y esperanzas, Ja alegría de vivir todos juntos como hermanos caminando hacia Ti.

3. El esfuerzo de los hombres, el dominio de la tierra la llegada de tu reino, inquietud que se hace eterna.

4. Ofrecemos todos juntos nuestras vidas al Señor; los trabajos y dolores, la alegría y el amor.

19.—EUCARISTÍA DOMESTICA.

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:

Recibe, Señor, los dones que te presentamos. Que ellos aumenten en nosotros tu gracia, ta alegría y tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, bendecirte, Señor, Padre Santo, por medio de Jesucristo: por quien has creado todas las cosas y has derramado en el mundo el bien, el amor, la paz y la belleza. Tú edificaste una ciudad donde tus hijos están llamados a vivir en libertad e igualdad.

Cristo h a enviado su Espír i tu para que, por la fuerza de su poder, este Reino de vida y de amor crezca en nosotros, con más fuerza que una semilla, y fermente nues t ra vida con más eficacia que la levadura en la masa.

Mientras abrimos nuestro corazón a Jesucristo y nos preparamos con su gracia a vivir una fe activa, un amor sincero y una esperanza sin límites, unidos a los ángeles y santos, cantamos, sin cesar, el h imnc de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Padre, Tú permaneces más allá de toda luz; nadie jamás te ha visto; creemos, sin embargo, que eres el Dios de los hombres, que convives con nosotros, que estás a nuestro lado como el corazón del amigo está junto a su amigo. Así es como te mostraste en Jesús, tu Hijo.

291

El nos dijo que eres Nuestro Padre, que eres la bondad y la abundancia, que eres la plenitud del amor.

El nos ha reunido ahora alrededor de esta mesa, como hijos de una misma familia, para ofrecerte nuestra juventud y el fecundo porvenir de nuestras vidas.

Recordamos en este momento la noche en que, tomando el pan en sus manos, dándote gracias, lo partió, y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

y Este es el sacramento de nuestra fe.

1^ Anunciamos...

Padre bueno del cielo, porque tu Hijo nos ha marcado el camino, y porque tenemos ante los ojos su pasión, muerte y resurrección, su glorificación y su amor hacia nosotros, te presentamos este sacrificio, el pan de vida y la copa de salvación. Danos a cuantos comemos de este pan un corazón nuevo y un espíritu firme, el Espíritu de tu Hijo. Que nuestras vidas no sean inútiles, que todos juntos formemos tu pueblo, la gran familia de tu iglesia.

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292

que nunca lleguemos a sentirnos solos por causa del pecado y la maldad. Haznos donación de tu vida, de tu amor, que no conoce fronteras y es más fuerte que la muerte.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

RITO DE COMUNIÓN

CANTO DE COMUNIÓN: (C. Gabarain)

1. Una espiga dorada por el sol, el racimo que corta el viñador, se convierten ahora en pan y vino de amor, en el Cuerpo y la Sangre del Señor.

2. Compartimos la misma Comunión, somos trigo del mismo sembrador, un molino, la vida, nos tritura con dolor. Dios nos hace Eucaristía en el amor.

3. Como granos que han hecho el mismo pan, como notas que tejen un cantar, como gotas de agua que se funden en el mar, los cristianos un cuerpo formarán.

4. En la mesa de Dios se sentarán, como hijos su pan comulgarán. Una misma esperanza caminando cantarán. En la vida como hermanos se amarán.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Gracias, Señor, por el don de tu amor en la Eucaristía. Que este Pan, recibido hoy en familia, sea nuestra fortaleza y la alegría de nuestra juventud.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

293

{Sigue la Bendición del Celebrante.)

• Mientras se canta el cántico final, las /avenes se felicitan mutua­mente y pueden hacerse regalos entre sí.

CANTO FINAL: (Ángel Barja)

Me llena de gozo el Señor, Mi alma se alegra con mi Dios (bis).

1. Porque me ha vestido un traje de triunfo, porque me ha enjoyado como una novia.

2. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado, porque me has vestido un traje de alegría.

3. Tú eres la gloria de Jerusalén, tú eres la alegría de Israel.

4. Alégrate, María, llena de gracia: el Señor está contigo.

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34 ENTREGA DE DIPLOMAS

Final de Curso

RITO DE APERTURA

M O N I C I Ó N :

Ha terminado el curso. Tiempo que hemos dedicado a tra­bajar y promover nuestra formación personal. Pero llega tam­bién el momento de recoger frutos. Acudimos a un acto que tiene importancia: la entrega de diplomas... y premios. Vamos a celebrar esta Eucaristía dando gracias a Dios, pero pensando también que un día el Señor nos pedirá cuenta del trabajo que hayamos desarrollado a lo largo de nuestra vida. Entonces será el momento de recibir el verdadero premio.

CANTO DE ENTRADA: (J. A. Espinosa)

Vamos cantando al Señor: El es nuestra alegría.

1. La luz de un nuevo día venció a la oscuridad, que brille en nuestras almas la luz de la verdad.

2. La roca que nos salva es Cristo, nuestro Dios; lleguemos dando gracias a nuestro Redentor.

3. Los cielos y la tierra aclaman al Señor: «Ha hecho maravillas, inmenso es su amor.»

4. Unidos como hermanos venimos a tu altar; que llenes nuestras vida de amor y de amistad.

SALUDO DEL SACERDOTE:

Hermanos: El Dios de la alegría y de la recompensa de­finitiva, os conceda su gracia, para que su paz esté siempre con todos vosotros.

{Sigue el Acto Penitencial.)

295

COLECTA

Oh Dios, recompensa y premio de los que en Ti esperan; santifica con tu gracia nuestro esfuerzo y estudio para que consigamos la sabiduría cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive...

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura

M O N I C I Ó N : Gran tesoro es para el hombre poseer sabidu­ría. Los que tenemos la suerte de poder adquirirla, no tenemos derecho a malgastar el tiempo. Escuchemos las alabanzas que a la sabiduría tributa el libro del Eclesiástico.

LECTURA DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO (51 , 18-30)

Siendo yo joven y antes que me extraviase, me di a buscar sinceramente la sabiduría.

En mi oración la pedí y hasta el fin la busqué: floreció, maduró como racimo y se regocijó en ella mi corazón; y caminó mi pie por senda llana y desde mi juventud me abracé a la sabiduría.

Apliqué a ella mi oído y la recibí. Y hallé para mí mucha ciencia e hice en ella grandes progresos.

Me mostré agradecido al que me enseñaba la sabiduría; y me propuse obrar según ella; me esforcé por seguir el bien y no me avergoncé de ello.

Mi alma se aficionó a ella y nunca le volveré el rostro. Desde el principio adquirí por ella la inteligencia y por eso no la abandonaré jamás Mi corazón se encendía contemplán­dola, y por eso la adquirí y la tuve por buena adquisición.

El Señor me dio por la sabiduría, en recompensa, el don de la palabra, y con ella le alabaré.

Acercaos a mí los que carecéis de ella y frecuentad mi escuela. Palabra de Dios.

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CANTO RESPONSORIAL: (Canción de juventud: Gabarain.)

1. Una canción alegre cantaré, una canción de vida y juventud; del corazón el ritmo llevaré, un ritmo de esperanza, de ilusión y luz.

Yo canto, yo amo, sin miedo avanzaré, con Dios en mi alegría ya no temeré.

2. Caminaré por sendas sin hacer, descubriré caminos sin trazar, y al avanzar yo mismo grabaré la senda de mi vida con mi caminar.

3. Con mi vivir construyo una mansión grande y feliz que un día he de habitar. Me pide Dios esfuerzo y oración; yo canto cuando rezo y canto al trabajar.

Segunda Lectura

MONICIÓN: Dios reparte sus dones y talentos, según nues­tra capacidad. Cada uno trabaja con ellos a medida de su vo­luntad. Este es el momento en que terminado el curso, hace­mos sinceramente un. examen sobre el esfuerzo que hemos rea­lizado. ¿Estará Dios satisfecho de todos?

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN S. MATEO (25, 14-30)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:

Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados y les dejó encargados de sus bienes: A uno le dejó cinco ta­lentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que había recibido cinco talen­tos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar cuentas con ellos.

297

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco diciendo:

—Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.

Su señor le dijo: —Muy bien, eres un empleado fiel y cumplidor; como has

sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al ban­quete de tu señor.

Se acercó el que había recibido dos talentos y dijo: — Señor, dos talentos me entregaste; mira, he ganado otros

dos. Su señor le dijo: —Muy bien, eres un empleado fiel y cumplidor; como has

sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante, pasa al banquete de tu señor.

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento, y dijo:

—Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.

El señor le respondió: —Eres un empleado negligente y holgazán; ¿con que sa­

bías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el Banco, para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez: porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y a este empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas: allí será el llanto y el rechinar de dientes.

HOMILÍA:

1 La lectura de esta página nos brincia ocasión para meditar unos momentos. ¿Cuántos talentos nos ha entregado el Señor?

2. Nuestro estudio y nuestro trabajo nos promueve para el día de mañana.

i. Buena es la sabiduría humana, la formación intelectual; pero hay otra sabiduría y otras ocupaciones que no debemos olvidar.

4. El hombre que desarrolla solamente su parte humana no es hom­bre completo. Hay otra ciencia: la ciencia del espíritu, que nos completa y nos hace, además de hombres, cristianos.

5. Cuerpo y espíritu, inteligencia y voluntad, sentimiento y afec­tividad integran el ser humano. Todos los elementos tienen que desarrollarse.

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298

Ideas para el diálogo:

— ¿A cuál de los dos elementos hay que dar primacía? ¿Crees que la juventud actual pone el mismo interés en formar cuerpo y espíritu?

— ¿Qué consejos darías a la juventud para promover su personalidad completa?

— ¿Qué importancia das a tu formación religiosa y espi­ritual?

ORACIÓN D E LOS FIELES:

Pidamos, hermanos, al Señor para que Ilumine nuestra mente y dé valor a nuestra voluntad a fin de lograr una juventud consciente y sana.

— Por la Iglesia de Dios, para que ponga atención espe­cial en la formación de la juventud, rogüemos al Señor.

— Por los padres y educadores de la juventud, para que sepan proyectar y clarificar las mentes de los jóvenes en la doctrina sana y verdadera, rogüemos al Señor.

— Por las familias, para que sean escuela de santidad y de formación en esta hora del mundo, rogüemos al Señor.

— Por todos nosotros, para que trabajemos en lograr una personalidad de cara a Dios y a los demás, rogüemos al Señor.

Te suplicamos, Señor, que ilumines las ilusiones de nuestras vidas para que trabajemos y sepamos ser únicamente para Ti a fin de que podamos poseerte para siempre. Por Jesucristo nues t ro Señor. Amén.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

• Los niños y niñas traen las ofrendas. • También pueden ponerse sobre el altar los diplomas y objetos

de premio.

CANTO D E O F E R T O R I O : (N. Espiritual)

1. Junto a Ti al caer de la tarde, y cansados de nuestra labor, te ofrecemos con todos los hombres el trabajo, el descanso, el amor.

299

2. Con la noche las sombras nos cercan, y tu rostro nos da nueva luz; alumbrados en nuestro camino, hasta Ti correremos, Señor.

3. Cuando al fin nos recojan tus manos para hacernos gozar de tu paz, reunidos en torno a tu mesa, nos dará la perfecta hermandad.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las ofrendas del pan y del vino, junto con las de nuestro trabajo. Haz que ellas sean garantía de los premios que esperamos conseguir de tu mano en el cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

PLEGARIA EUCARISTICA

P R E F A C I O :

Realmente es justo y necesario es nuestro deber y salvación, bendecirte siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, por Jesucristo, tu Hijo. Por tu palabra has creado todas las cosas: derramaste, como un sembrador, la semilla del bien y la belleza; y el mundo todo: las cosas, los campos, las montañas y los valles, los peces del mar y los animales del aire comenzaron a existir.

Has creado también al hombre pero con una dignidad mayor. Tú nos has dado la inteligencia para que, trabajando con ella, descubriéramos los misterios del mundo y la bondad de tu corazón.

Por lo cual, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria, diciendo:

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300

Santo, Santo, Santo...

Santo y grande eres, Señor, digno de toda alabanza. Nos has enviado tu Verbo hecho hombre para que rx>r

él conociéramos tu grandeza. Cristo, tu Palabra, nos trajo tu mensaje de salvación;

y por El hemos conocido tu amor hacia nosotros. A El recordamos y bendecimos,

dándote gracias por lo que hizo por nosotros, cuando la noche en que iba a ser entregado, tomo pan en sus santas manos, te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Del mismo modo, tomó el cáliz del vino, elevó sus ojos al cielo y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomad y bebed toaos de éJ, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna; que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

T Este es el sacramento de nuestra fe. R7 Anunciamos...

Por tanto, nosotros, tu pueblo santo, al hacer memoria de su muerte, de su santa Resurrección y de su señorío sobre el mundo y la historia, te ofrecemos al que se entregó por nosotros. Y junto con el sacrificio de su Cuerpo y Sangre, te ofrecemos nuestra dignidad de hombres y el esfuerzo de los que trabajamos por hacer un mundo de amor y de paz. Dígnate enviar tu Espíritu Santo p,»ra que El sea lazo de unión entre los que formamos la comunidad edificada en el amor.

í\>r Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíri tu Santo, todo honor y toda gloria por tos siglos de los siglos. Amén.

301

RITO DE COMUNIÓN

CANTO D E COMUNIÓN-.

1. Vamos con el Señor y vamos a comer sentados junto a El en la mesa del Señor; vamos con el Señor para sentir la sed cansados del rencor.

2. El mundo quiere tener amor, la fuente se secó, todas se secarán. En Ti la fuente correrá y al hombre saciará porque mata al rencor.

3. Vamos con el Señor, tú que hiciste el bien, tú que hiciste el mal; a todos llama Dios. Juntos caminarán y nadie quedará porque unidos van.

ORACIÓN DESPUÉS D E LA COMUNIÓN:

Alimentados con tu sacramento de amor, te pedimos, Señor, que sigas fortaleciendo nuestras inteligencias con la verdad de tu palabra. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE DESPEDIDA

(Sigue la Bendición del Celebrante.)

• Mientras se canta el canto final, los muchachos y muchachas pue­den acercarse a recibir sus diplomas

CANTO FINAL: (J- A. Espinosa)

Por ti, mi Dios, cantando voy la alegría de ser tu testigo, Señor.

1. Me mandas que cante con toda mi voz: no sé cómo cantar tu mensaje de amor.

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302

Los hombres me preguntan cuál es mi misión; les digo: testigo soy.

2. Es fuego tu palabra que mi boca quemó; mis labios ya son llamas y ceniza mi voz. Da miedo proclamarla, pero Tú me dices: no temas, contigo estoy.

APÉNDICE

ORDINARIO DE LA MISA

I^-RITOS INICIAIiES

1.—CANTO D E ENTRADA

2,—SAMIDO Al* PÜEBIXJ

El Sacerdote (S) y los fieles (P) de pie se santiguan, y dtcen:

S. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

P. Amén.

Primera Fórmala

S. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo, esté con todos vosotros.

P. Y con tu espíritu.

Segunda Fórmula

S. La gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. con todos vosotros.

P. Bendito es Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. o Y con tu espíritu.

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304

sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espirita Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

1.—LECTURAS

1.—SALMO. ALELUYA (Véanse los Salmos Responsoriale«>

*.—EVANGELIO (Y HOMILÍA)

A.—CREDO

8 y P. Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador de cielo y tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creemos en un solo Sefior, Jesucristo. Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo íue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

305

S. Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad.

P. Sefior, ten piedad. S. Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten

piedad. P. Cristo, ten piedad. S. Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interce­

der por nosotros: Señor, ten piedad. P. Sefior, ten piedad. S. Dios todopoderoso

tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

P. Amén.

4.—KYRIE

Se omite si se ha utilizado la tercera fórmula para el Acto Penitencial.

S. Señor, ten piedad. P. Señor, ten piedad. S. Cristo, ten piedad. P. Cristo, ten piedad. S. Señor, ten piedad. P. Señor, ten piedad.

5.—GLORIA

S y P. Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias. Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre: tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros: porque sólo tú eres Santo,

20.—EUCARISTÍA DOMESTICA

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306

sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíri tu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

I I . LITURGIA DE LA PALABRA

1,—LECTURAS

1.—SALMO. ALELUYA (Véanse los Salmos Responsoriales)

».—EVANGELIO (Y HOMILÍA)

4.—CREDO

8 y P . Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador de cielo y tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creemos en un solo Señor, Jesucristo. Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíri tu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

307

Creemos en el Espír i tu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Y en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

S.—ORACIÓN D E LOS FIELES (Te m e a m o s , ójrenoa)

n i . LITURGIA EUCARISTICA

1.—OFERTORIO

a) Presentación del pan

S. Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para nosotros pan de vida.

P . Bendito seas por siempre, Señor.

b) Presentación del vino

S Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para nosotros bebida de salvación.

P . Bendito seas por siempre, Señor.

c) Oración sobre las ofrendas

Invitación

S. Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dio», Padre todopoderoso.

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308

P. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

2.—PLEGARIA EUCARISTICA

Véase en cada Celebración La II del Misal Romano en las páginas 255-257, y la III en las págs. 265-267.

Diálogo del Prefacio

S. El Señor esté con vosotros P. Y con tu espíritu. S. Levantemos el corazón. P . Lo tenemos levantado hacia el Señor. S Demos gracias al Señor nuestro Dios. P . Es justo y necesario.

(Sigue el Prefacio.)

S. y P . Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Lilenos están el cielo y la t ierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

Aclamaciones después de la Consagración

S Este es el sacramento de nuestra fe. P . Anunciamos tu muerte,

proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

IV. RITO DE COMUNIÓN

1.—ORACIÓN DEL SEÑOR:

S. Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

S. y P . Padre nuestro... S. Líbranos, Señor, de todos los males

y concédenos la paz en nuestros días,

309

para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador, Jesucristo.

P . Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.

1—RITO DE LA PAZ

S. Señor Jesucristo. que dijiste a los Apóstoles: «Mi paz os dejo, mi paz os doy.» No mires nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

P . Amén.

S. La paz del Señor sea siempre con vosotros. P . Y con tu espíritu.

S. Daos fraternalmente la paz.

Todos los asistentes participan del rito de la paz con un saludo cordial

».—FRACCIÓN DEL PAN

8. y P . Cordero de Dios que quitas el pecado del mando, ten piedad de nosotros. (Ultima vez: Danos la paz.)

4.—COMUNIÓN

S. Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los llamados a esta cena.

P. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero «na palabra tuya bastará para sanarme.

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310

S. El Cuerpo de Cristo.

El que va a comulgar responde:

P. Amén.

5.—CANTO D E COMUNIÓN

6 ACCIÓN D E GRACIAS

Según las circunstancias se guardará silencio durante unos instan­tes o se cantará o leerá algún salmo o himno de alabanza.

V. RITO D E D E S P E D I D A

1.—BENDICIÓN

S. El Señor esté con vosotros. P. Y con tu espíritu. S. La bendición de Dios todopoderoso,

Padre, Hijo, * y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.

P. Amén.

2.—DESPEDIDA

S. Podéis ir en paz. P. D e m o s gracias a Dios .

ÍNDICE DE CANTOS Y SALMOS (Por orden alfabético en cada apartado)

Nota: Los números indican las páginas.

1. Cantos y sa lmos de entrada.

Acuérdate de Jesucristo (L. Deiss), 113, 119, 260. En el Señor estamos congregados, 45, 269. Errante voy (El peregrino) (J. A. Espinosa), 199. Hacia ti, morada santa (K. Arguello), 93, 133, 193, 222. Juntos como hermanos (N. Espiritual), 44, 56, 108, 125, 144, 185, 264. Pueblo de reyes (L. Deiss), 259. Un solo Señor (L. Deiss), 69, 192. Vamos cantando al Señor (J. A. Espinosa), 77, 92, 156, 196, 228, 267. Ven, Señor, no tardes (N. Espiritual), 166.

2. Cantos y sa lmos responsoria les .

A Ti levanto mis ojos (Salmo 122: M. Manzano), 124. Caminaré en presencia del Señor (Salmo 114: J. A. Espinosa), 85,

109, 207. El Señor es mi fuerza (J. A. Espinosa), 80, 101, 237. Mi alma espera (Salmo 129: M. Manzano), 111, 117, 215, 252. Siempre confío en mi Dios (J. A. Espinosa), 116, 217. Sí, me levantaré (L. Deiss), 84. Tu palabra me da vida (Salmo 118: J. A. Espinosa), 37, 78, 208, 229. Tu reino es vida (Salmo 71: M. Manzano), 213, 224. Una canción alegre cantaré, 296.

3. Cantos de ofrenda.

Cansados de trabajar (N. Espiritual), 152. Cómo le cantaré al Señor (R. Cantalapiedra), 91, 138, 219. Congrega, ob Padre divino (J. M. Goicoechea), 204. Himno de la alegría (Escucha, hermano: M. Ríos), 58, 150, 176. Óyeme, tú que eres joven (Voces Amigas), 26, 235. Señor, te ofrecemos el vino y el pan, 95. Somos todos uno en Cristo, 73 Te ofrecemos, Señor, nuestra juventud (J. A. Espinosa), 30, 40, 163. Te presentamos el vino y el pan (J. A. Espinosa), 129, 172, 188, 226. Todo lo que veo Tú lo has creado (P. Alejandro), 158. Traigo ante Ti nuestra oculta inquietud, 49, 104.

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312

4. Comunión y caridad.

Caridad y comprensión (N. Espiritual), 127, 178. Como brotes de olivo (Salmo 128; L. Deiss), 98, 139, 233, 257. Bendigamos al Señor, 50, 191. Juntos para soñar (T. Aragüés), 36, 132, 166, 175, 240. No podemos caminar (J. A. Espinosa), 58, 75, 206, 226. Qué bien todos unidos (T. Aragüés), 146, 180, 232. Una espiga dorada por el sol (C. Gabarain), 248, 292. Un mandamiento nuevo (Melodía popular), 131, 148, 220. Vamos con el Señor, 301.

5. Acción de gracias .

A Dios den gracias los pueblos (Salmo 66: J. A. Espinosa), 210, 227. Aleluya, aleluya, el Señor es nuestro Rey (Salmo 97: M. Manzano), 70. Dad gracias al Señor, porque es bueno, 43, 271. Este es el día (Salmo 117: M. Manzano), 47, 61, 140, 268. Me llena de gozo, 293. Mi boca te cantará jubilosa (Salmo 63: L. Deiss), 106, 121. Señor, Dios nuestro (Salmo 8: F. Palazón), 115. Te damos gracias, Señor (Salmo 137: J. A. Espinosa), 51, 68, 198, 249.

fi. Conclusión de la asamblea .

Anunciaremos tu reino (C. Halffter), 83, 100, 161, 200. Canción de juventud (C. Gabarain), 76, 157, 159. Cerca de Ti, Señor, 123. Danos tu luz (J. A. Espinosa), 186. Día y noche (N. Espiritual), 60, 174, 221. Gloria, gloria, aleluya (Melodía popular), 33, 206, 241. Junto a Ti al caer de la tarde (N. Espiritual), 88, 154, 234. Nosotros venceremos (Melodía popular), 28, 90, 284. Por ti, mi Dios (Canción del testigo: J. A. Espinosa), 67, 82, 202, 258. Que el Señor nos construya la casa (Salmo 126: M. Manzano), 64,

169, 182, 244 Una nueva vida, 276. Viva la gente, 34, 184. Yo volveré a cantar (R. Cantalapiedra), 160.

Í N D I C E

Pág.

BIBLIOGRAFÍA 5

I. INTRODUCCIÓN HISTORICO-PASTORAL, por R. Col­menares 7 1. LA IGLESIA, COMUNIDAD DE FE, DE CULTO Y DE AMOR . . . 8

2. LA LITURGIA, «CUMBRE A LA QUE TIENDE LA ACTIVIDAD

DE LA IGLESIA» 9

3. HISTORIA DE SALVACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA LITURGIA. 10

Antiguo Testamento 10 Nuevo Testamento 11 Iglesia apostólica 12 Iglesia primitiva romana 13 a) Iglesia doméstica 13 b) La «domus ecclesiae» 14 c) Crisis litúrgica 15 La Iglesia en la Edad Media y Moderna 16

4. LA EUCARISTÍA POR GRUPOS PARA LOGRAR LA PROMOCIÓN

DE LA COMUNIDAD CRISTIANA 18

Situación histórica y pastoral litúrgica 18 Aspiraciones de la Iglesia actual 20 Situación jurídico- pastoral de la Eucaristía de grupos ... 21 a) Legislación preconciliar 21 b) Legislación posconciliar 22 c) Instrucción sobre las «Misas para grupos particulares*. 22

ÍI. CELEBRACIONES EUCARISTICAS POR GRUPOS Y EN FAMILIA.

A ) P e c h a s y f ies tas fami l iares 25 1. Santificando el amor: Día de los enamorados ... 26 2. Nos amamos ya de verdad: Día de la petición de

mano 36 3. Dos en uno para Dios: Día de la boda 45 4. Bendice, Señor, nuestra casa: Bendición del piso. 52 5. Ya somos uno más en casa: Nacimiento de un hijo. 60 6. Y lo queremos hijo de Dios: En el bautizo de un

hijo 69 7. Confírmanos, Señor, en la fe: Celebración de la

confirmación 77 8. Todos somos pecadores: Celebración penitencial ... 84 9. El pan de los fuertes: Día de la primera comunión. 92

10. Señor, te regalamos un hijo: En la primera misa de un sacerdote 100

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3 1 4

11. Con la cruz de Cristo: La enfermedad nos visita ... 109 12. Esperamos la resurrección: En la muerte de un

familiar o amigo 117 13. Día del padre o de la madre: Liturgia familiar ... 125 14. Renovemos nuestro amor: Aniversario de la boda.

Bodas de plata y de oro 133

B ) Otros grupos y c ircunstancias var ias 141

15. Nuestras amistades: Fin de semana. Visita o re­unión familiar 142

16. También hay que descansar: Comienzo de las va­caciones 150

17. Juventud en el campo: Excursión. Campamento. Playa 158

18. Apertura de curso: La vuelta al estudio y al trabajo. 167 19. Tenemos que conocernos: Reunión de vecindad... 176 20. Un solo Señor, una sola fe: Celebración ecuménica. 185 21. Peregrinos bacía Dios: Eucaristía durante una pe­

regrinación o romería 193 22. Todos apóstoles: Eucaristía en grupos de aposto­

lado 200 23. Hablando con Dios: Día de retiro colectivo 207 24. La vocación sanitaria: Grupo de médicos, enfer­

meras, etc 215 25. Al ritmo del trabajo: Eucaristía en grupos de tra­

bajo (oficina, fábrica, empresa, taller, etc.) 222 26. En amor y buena compañía: Grupo o equipo de

matrimonios 228 27. El deporte, valor humano: Ocasión o fecha depor­

tiva 235 28. Gracias por los frutos maduros: Final de recolec­

ción, vendimia, verano, etc 242 29. La Palabra de Dios: La Biblia en casa y en grupos. 250 30. La vida consagrada: Aniversario de la profesión. 31. Nuestra vida familiar: Para equipos de matrimo­

nios 269 32. Armas para la paz: Fuerzas armadas (Militares,

policía, etc.) 277 33. Abrirse a U vida: Eucaristía a tus quince años ... 285 34. Entrega de diplomas: Final de curso 294

APÉNDICE: Ordinario de la misa (completo) 303 ÍNDICE DE CANTOS Y SALMOS 311