Garcia Marquez, Gabriel - Cuando Era Feliz e Indocumentado

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Gabriel Garca Mrquez

Cuando era feliz e indocumentado

Gabriel Garca Mrquez

Cuando era feliz e indocumentado

El ao mas famoso del mundo

El ao internacional de 1957 no empez el primero de enero, empez el mircoles 9, a las seis de la tarde, en Londres. A esa hora, el primer ministro britnico, el nio prodigio de la poltica internacional, Sir Anthony Eden, el nombre mejor vestido del mundo, abri la puerta del 10, Downing Street, su residencia oficial, y fue esa la ltima vez que la abri en su calidad de primer ministro. Vestido con su abrigo negro con cuello de peluche, llevando en la mano el cubilete de las ocasiones solemnes, Sir Anthony Eden acababa de asistir a un tempestuoso consejo de gobierno, el ltimo de su mandato, el ltimo de su carrera poltica. Aquella tarde, en menos de dos horas, Sir Anthony Eden hizo la mayor cantidad de cosas definitivas que un hombre de su importancia, de su estatura, de su educacin, puede permitirse en dos horas: rompi con sus ministros, visit la reina Isabel por ltima vez, present su renuncia, arregl sus maletas, desocup la casa y se retir a la vida privada.

En enero se fue Eden y lleg la princesa de Monaco

Ms que otro hombre cualquiera, Sir Anthony Eden haba nacido con el 10, Downing Street grabado en el corazn, inscrito en la lnea de la mano. Durante treinta aos haba hechizado los salones de Europa, las cancilleras de toda la tierra, y haba desempeado un papel notable en los ms grandes negocios polticos del mundo. Se haba fabricado una reputacin de elegancia fsica y moral, de rigor en los principios, de audacia poltica, que escondan al gran pblico ciertas debilidades de su carcter, sus caprichos, su desorden, y esa tendencia a la indecisin que en ciertas circunstancias poda conducirlo a decidir demasiado pronto, demasiado a fondo, solo y contra todos. Tres meses antes el 2 de noviembre de 1956 Sir Anthony Eden, frente a la secreta invitacin de Francia a tomarse por asalto el Canal de Suez, se haba mostrado tan indeciso que decidi demasiado pronto, demasiado a fondo, contra el parecer de la mayora de sus ministros, de los astutos y cautelosos banqueros britnicos, del Arzobispo de Canterbury, de la prensa e incluso del pueblo de Londres, que expres su desacuerdo en la ms grande manifestacin popular que ha visto Trafalgar Square en el presente siglo. Como consecuencia de esta decisin solitaria y precipitada, tuvo que decidir en esas dos horas melanclicas del nueve de enero y esta vez con la aprobacin de sus ministros, con la aprobacin de las grandes mayoras del Imperio Britnico el acto ms trascendental de su vida: la renuncia.

Esa misma noche, mientras Sir Anthony Eden, acompaado por su esposa Lady Clarissa, sobrina de Winston Churchill, se trasladaba en su largo automvil negro a su residencia particular en los suburbios de Londres, un hombre tan alto como l, tan bien vestido como l, pas del nmero 11 al nmero 10 de Downing Street. El seor Harold MacMillan, el nuevo primer ministro, slo tuvo que caminar 15 metros para hacerse cargo de los delicados negocios del Imperio Britnico.

Esa noticia, que estall como un torpedo en la primera pgina de todos los peridicos del mundo, debi llegar, sin embargo, como un rumor sin sentido a la apretada multitud de 4.000 personas que pocas horas despus se concentr del otro lado del Atlntico, frente al pequeo templo protestante de Los Angeles, California, para asistir a los oficios funerarios de Humphrey Bogart, muerto a causa de un cncer en la garganta, el domingo 6 de enero. "Creedme haba dicho en cierta ocasin Humphrey Bogart: que yo tengo ms admiradores mayores de ocho aos y menores de sesenta, que ninguna otra persona en este pas, y es por eso por lo que gano 200.000 dlares por pelcula". Pocas horas antes de morir, el gangster ms querido del cine, el tierno matn de Hollywood, haba dicho a su amigo de toda la vida, Frank Sinatra: "Lo nico que va bien es mi cuenta bancaria".

El grande actor de cine fue el tercero de los muertos notables de enero: en ese mismo mes, murieron la poetisa chilena Gabriela Mistral y el director de orquesta italiano uno de los ms prestigiosos de la historia de la msica y tambin uno de los ms ricos Arturo Toscanini, mientras el pueblo ratificaba en las urnas su confianza a Ladislaw Gomulka y los automovilistas franceses hacan cola frente a las bombas de gasolina. La aventura de Suez slo dej a Francia una inmensa desilusin y una grave crisis de combustible. En el trastorno del trfico ocasionado por la restriccin, una de las pocas cosas que llegaron a tiempo el 23 de enero fueron los 3 kilos y 25 gramos de Carolina Luisa Margarita, princesa de Monaco, hija de Raniero III y de Grace Kelly.

En febrero se perdi la noticia del ao

La juventud londinense haba agotado un milln de discos de "Rock around the clock" en 30 das el mayor rcord despus de "El tercer hombre", la maana en que la reina Isabel de Inglaterra se embarc en el avin que la condujo a Lisboa. Esa visita al discreto y paternalista presidente de Portugal, Oliveira Salazar, pareca tener una intencin poltica tan indescifrable, que fue interpretado como un simple pretexto de la soberana de Inglaterra para salir al encuentro de su marido, el prncipe Felipe de Edimburgo, que desde haca cuatro meses vagaba en un yate lleno de hombres por los ltimos mares del Imperio Britnico. Esa fue una semana de noticias indescifrables, de pronsticos frustrados, de esperanzas muertas en el corazn de los periodistas, que esperaron lo que sin duda hubiera sido el acontecimiento sentimental del ao: la ruptura entre la reina Isabel y el prncipe Felipe. En el limpio y laberntico aerdromo de Lisboa, a donde el Duque de Edimburgo lleg con 5 minutos de retraso en primer trmino porque no es ingls y en trmino segundo porque tuvo que afeitarse la barba para besar a su esposa no ocurri el acontecimiento esperado y esa fue, en 1957, la gran noticia que pudo ser y no fue.

En febrero subi Gromyko y baj el escote de Brigitte Bardot

En cambio, en ese mismo febrero en que Brigitte Bardot llev su escote hasta un lmite inverosmil en el carnaval de Munich y el primer ministro francs, seor Guy Mollet, atraves el Atlntico para reconciliar a su pas con los Estados Unidos despus del descalabro de Suez, Mosc solt la primera sorpresa del que haba de ser el ao ms atareado, desconcertante y eficaz de la Unin Sovitica. Esa sorpresa, presentada por "Pravda" como un acontecimiento de segundo orden, fue el reemplazo del sexto ministro de relaciones exteriores sovitico, Dimitri Chelipov, por el nuevo nio precoz de la diplomacia mundial Andrei Gromyko.

Chelipov, antiguo director de "Pravda", haba sido nombrado en junio de 1956. Su paso por el ministerio de relaciones exteriores constituy un rcord de velocidad: todos sus antecesores haban permanecido en ese puesto, en promedio, ocho aos, Chelipov dur ocho meses. El occidente, que no ha podido entender el complejo ajedrez poltico del Kremlin, tuvo razones de pensar que Gromyko slo durara ocho das.

A las 8,33 de la maana, con niebla y fro en la indecisa primavera de Washington, el vicepresidente de los Estados Unidos, seor Richard Nixon, se embarc para un viaje de 17 das por el frica. As empez el tercer mes, marzo, el mes de los viajes. Con los 15.000 kilmetros en tres etapas que pocos das despus recorri desde Australia hasta Nueva York, el secretario de Estado de los Estados Unidos, seor Foster Dulles, complet un recorrido areo equivalente a 16 veces la vuelta al mundo, desde cuando ocupa ese cargo: 380.000 en total. El presidente de los Estados Unidos, general Eisenhower, viaj esa misma semana, a bordo del acorazado "Camberra", hasta la idlica posesin britnica de las Bermudas, donde deba entrevistarse con el primer ministro ingls, seor Harold MacMillan, quien dio el salto del Atlntico en una noche para tratar de poner en orden algunas de las cosas que dej pendiente su antecesor, el seor Eden.

La ministro de Israel, Golda Meir, particip en aquella carrera contra el tiempo en un viaje rcord, de Tel-Aviv a Washington donde se propona recordar al seor Foster Dulles la ejecucin de las promesas americanas, "la garanta de que la zona de Gaza no sera ocupada de nuevo por las tropas egipcias y la seguridad de que los Estados Unidos no dejaran cerrar otra vez el estrecho de Aqaba". En esta confusin de viajes, de idas y venidas alrededor del mundo, el presidente de las Filipinas, seor Maygsasay, se embarc en un C-47, nuevo y bien mantenido, que pocas horas despus del decolaje se precipit a tierra, envuelto en llamas. Este accidente, del cual no se sabe a ciencia cierta ni siquiera si fue realmente un accidente, fue el nico de un mes en que una simple falla de motores hubiera podido voltear al revs o al derecho la historia del mundo. Una personalidad filipina, el seor Nstor Mato, que viajaba en el mismo avin del presidente y que sobrevivi milagrosamente a la catstrofe, revel que el siniestro haba sido provocado por una violenta explosin a bordo del avin. Mientras las expediciones de rescate buscaban intilmente el cuerpo del presidente Maygsasay y en los crculos polticos del mundo occidental se atribua el accidente a un atentado comunista, el presidente Eisenhower, preparando sus maletas para viajar a Nassau, se quit el saco frente a una ventana abierta y contrajo un resfriado. En el sopor de la primavera africana, el seor Nixon trituraba a esa hora entre sus duros maxilares de escolar semillas de plantas salvajes, como prueba de la simpata de su pas por los lustrosos y emplumados ciudadanos de Uganda.

Pedro Infante se va, Batista se queda

Esa intempestiva fiebre viajera de los polticos tena por objeto remendar los ltimos cabos sueltos de la aventura de Suez, que cuatro meses despus segua constituyendo un dolor de cabeza para los occidentales, a pesar de que va las tropas de la O.N.U. estaban interpuestas entre Egipto e Israel, y de que los tcnicos haban empezado a sacar del canal los barcos hundidos en noviembre por el general Nasser. En realidad, si el vice-presidente Nixon viaj al frica, si se tom el trabajo de comer y beber cuantas cosas extraas le ofrecieron los monarcas primitivos del continente negro, no perdi, en cambio, la oportunidad de tomarse en Marruecos un t a la menta que le ofreci Mulay Hassan, el prncipe de pelcula en tecnicolor que constituye uno de los tres puntales del mundo rabe. El seor Harold MacMillan, por su parte, trat de convencer al presidente de que no confiara por entero a la O.N.U. los problemas del Oriente. El presidente lo oy con mucha atencin, a pesar de su resfriado y a pesar de que por razones que el protocolo nunca pudo explicar durante la conferencia tuvo las orejas tapadas por algodones.

Muy cerca del lugar de la entrevista, en Cuba, donde el presidente Batista empezaba a perder el sueo a causa de los problemas de orden pblico en la provincia de Oriente, el baile del ao, la msica que contamin en menos de tres meses la juventud de todo el mundo, desde Pars hasta Tokio, desde Londres hasta Buenos Aires, sufri su primer tropiezo: el "rock'n roll" fue prohibido en la televisin de La Habana. "Se trata deca la prohibicin de un baile inmoral y degradante, cuya msica est contribuyendo a la adopcin de movimientos raros, que ofenden la moral y las buenas costumbres". En una curiosa coincidencia, esa misma semana, en una fiesta en Palm Beach, la actriz sueca Anita Ekberg y su marido, Anthony Steel, se batieron fsicamente con el escultor cubano Joseph Dovronyi, porque ste dio a conocer la escultura de una mujer completamente desnuda para la cual, segn dijo, haba tomado como modelo a la actriz sueca. En nombre de la moral y las buenas costumbres, sta atac a taconazos al escultor. Otra actriz sueca, Ingrid Bergman, figur esa misma semana en la actualidad mundial, cuando le fue concedido el "Oscar" por su actuacin en "Anastasia". Ese hecho fue interpretado como una reconciliacin de Ingrid Bergman con el pblico de los Estados Unidos, que durante ocho aos la mantuvo en entredichos a causa de su matrimonio con el director italiano Roberto Rossellini.

El explorador Richard Byrd, viajero del Polo Sur, muri pocos das antes del poltico francs, Edouard Herriot. Francia apenas tuvo tiempo para guardar 24 horas de luto, atareada como estaba con la guerra de Argelia y ton los preparativos de recepcin a la reina Isabel de Inglaterra.

Un joven abogado cubano, que en cierta ocasin, en Mxico, se gast sus ltimos veinte dlares en la edicin de un discurso, desembarc en Cuba con un grupo de opositores al presidente Batista. El abogado se llama Fidel Castro, y conoce la estrategia mejor que los cdigos. El presidente Batista, que tiene dificultades para explicar por qu sus fuerzas armadas no han podido expulsar a Fidel Castro de la Isla, pronuncia unos discursos exaltados para decir que "no hay novedad en el frente", pero el hecho es que la inquietud continuaba an en abril. Los enemigos del gobierno aparecan por todas partes: en la Calzada de Puentes Grandes, 3.215 La Habana, donde el detectivis-mo descubri un depsito de armas modernas a principio del mes, en el Oriente del pas, donde existen serios indicios de que la poblacin civil protege y ayuda a los hombres de Fidel Castro, as como en Miami, en ciudad de Mxico, en los puntos claves del revoltoso cinturn del Caribe. Pero la opinin pblica de ese minsculo y conflictivo rincn de la tierra, que no ha sido en ningn momento indiferente a los embrollos polticos, se olvid de los problemas de Cuba para estremecerse con la muerte de Pedro Infante, el cantante mexicano vctima de un accidente areo.

Termina el escndalo del siglo. Resultado "0"

A 11.000 kilmetros del lugar en que se destroz el avin donde viajaba el dolo popular, un drama largo y complejo tomaba visos de comedia: el caso Montesi, juzgado en Venecia, con un equipo completo de acusados y testigos, de jueces y abogados, de periodistas y de simples curiosos que se dirigan en gndolas a las audiencias, se disolvi en suposiciones sin sentido. El crimen de Wilma Montesi, la modesta muchacha de Via Tagliamento, considerado como el escndalo del siglo, se qued impune, al parecer para siempre.

Mientras tanto los habitantes de Pars, desafiando los ltimos vientos helados de la primavera, salieron a las calles para saludar en un arranque de fervor monrquico a la reina Isabel de Inglaterra, que atraves el Canal de la Mancha en un Viscount particular para decirle al presidente Coty, en francs, que los dos pases estaban ms unidos y ms cerca que nunca despus del fracaso solidario de Suez. Los franceses que aman la reina de Inglaterra casi tanto como al presidente Coty, a pesar de que aseguran lo contrario, no se haban tomado desde hace mucho tiempo, la molestia de permanecer cuatro horas detrs de un cordn de polica para saludar a un visitante. Esta vez lo hicieron y sus gritos de bienvenida disimularon durante 3 das la tremenda crisis econmica de Francia, que el primer ministro, seor Guy Mollet, trataba de remendar desesperadamente en el momento en que la reina de Inglaterra, en Orly, descendi de un avin en el que dej olvidada su sombrilla.

Secretamente, sin que nadie se atreviera a insinuarlo, un temor circulaba por las calles de Pars, cuando el automvil descubierto de la soberana britnica atraves por los Campos Elseos: era el temor de que los rebeldes de Argelia, que estn infiltrados por todas partes, que en su pas se enfrentan a los grupos de paracaidistas y en Pars juegan a las escondidas con los policas, lanzaran una bomba al paso del automvil real. Ese hubiera sido el episodio ms espectacular de una guerra annima, casi una guerra clandestina que dura desde hace tres aos y que en el de 1957 no tuvo tampoco la solucin que todo el mundo espera con impaciencia.

Bogotanos en pijamas tumban a Rojas

Los habitantes de Bogot, muchos de ellos en pijama, salieron a la calle, el 10 de mayo, a las cuatro de la madrugada para celebrar la cada del general Gustavo Rojas Pinilla, quien estaba en el poder desde el 13 de junio de 1953. Desde el 7 de mayo tres das antes el pas estaba prcticamente paralizado, como protesta por la maniobra presidencial de reunir la Asamblea Nacional Constituyente para hacerse reelegir por un nuevo perodo. Los bancos, el comercio, las industrias, cerraron sus puertas durante 72 horas, en una manifestacin de resistencia pasiva apoyada por todas las fuerzas del pas. Cuando el 10 de mayo a las 4 de la madrugada, la capital de Colombia se desbord en las calles para celebrar la cada de Rojas Pinilla, ste se encontraba en el Palacio de San Carlos, reunido con sus colaboradores ms fieles y seguramente tuvo que preguntar a alguno de ellos qu estaba sucediendo en la ciudad. En realidad, Rojas Pinilla, quien vol a Espaa con 216 maletas, no renunci, sino cuatro horas despus: a las ocho de la maana. Esa misma semana, otro gobierno se vino abajo: el de Guy Mollet, en Francia, que haba durado 15 meses, y que fue el ms largo de todos los gobiernos franceses, despus del de Poincair. Aunque el seor Mollet se las arregl para caerse "por causa de la economa", los observadores de la poltica francesa supieron que la causa verdadera era otra: la guerra de Argelia, que ha desangrado las finanzas del pas, y que fue la causa verdadera de las dos crisis de 1957.

En Roma, el Club de James Dean, formado por adolescentes que corren a 120 kilmetros por hora en automvil sin frenos, como homenaje al actor muerto el ao pasado en un accidente automovilstico, se siguieron reuniendo en secreto, despus de que la polica intervino en mayo para poner trmino a sus actividades, a peticin de los padres de familia. Ninguno de ellos haba sufrido el ms ligero accidente, cuando la novelista francesa Franoise Sagan a quien le disgusta profundamente que la llamen "la James Dean de la literatura francesa" se estrell en su automvil en las cercanas de Pars. Durante una semana la escritora de 22 aos que escandaliz hace 40 meses a los buenos burgueses de Francia con su primera novela, "Bonjour Tristesse", estuvo entre la vida y la muerte. Cuando abandon el hospital, un mes despus, su nuevo libro estaba en prensa: "Dentro de un mes, dentro de un ao". Fue un rcord de ventas: la primera edicin se haba agotado antes de que cayera el nuevo gobierno francs, presidido por el seor Bourges Maunouri. Las cosas se sucedieron tan rpidamente en esas dos semanas, que muchos de los admiradores de James Dean decidieron entrar a la peluquera y pasarse, sin etapas, a la moda de las cabezas peladas, impuesta por Yul Brinner.

Una propuesta, el mejor chiste de Mao

Una mujer de aspecto insignificante, la seora Liu Chi-Jean, se present una maana de junio a las puertas de la Embajada de los Estados Unidos en Formosa, con un letrero escrito en ingls y en chino, en el cual calificaba de asesino al sargento americano Robert Reynolds y llamaba a la poblacin de la isla a manifestarse contra la decisin del tribunal que lo declar inocente. Pocas semanas antes, la esposa de ese sargento Robert Reynolds, a quien la seora Liu Chi-Jean calificaba de asesino, estaba tomando una ducha en su residencia de Taipeh. De pronto prorrumpi en gritos de protesta porque, segn deca, un hombre la estaba mirando por una rendija de la ventana. El esposo de la seora Reynolds, que lea el peridico en la sala, sali al patio con su revlver, con el propsito, segn dijo en la audiencia, "de mantener a raya al individuo, hasta cuando llegara la polica". A la maana siguiente un cadver amaneci en el jardn, acribillado de proyectiles del revlver del sargento Reynolds. El cadver era del esposo de la seora Liu Chi-Jean. Un tribunal compuesto por tres sargentos y tres coroneles juzg al sargento americano y dio su veredicto: "Legtima defensa".

Las manifestaciones provocadas por este hecho, que la poblacin de Formosa consider como una simple comedia judicial, fueron el primer incidente grave entre China republicana y los Estados Unidos, desde cuando el seor Chian Kai Sheck, presidente de la Repblica China, fue expulsado del continente por los comunistas, y se instal en Formosa, con el visto bueno y el apoyo financiero y poltico de Washington. Las protestas de la seora Liu Chi-Jean desencadenaron en Formosa una tempestad de protestas anti-americanas, que el primer ministro de la China Roja, Chou En-Lai, supo valorar exactamente. Convencido de que las cosas no iban bien entre Formosa y los Estados Unidos, los gobernantes de la China comunista hicieron una propuesta a Chian Kai Sheck: que permaneciera en Formosa con sus ejrcitos, su poblacin, y sus 92 automviles particulares, pero en calidad de administrador de la isla por cuenta del gobierno de Mao Tse-Tung. Chian Kai Sheck que debi considerar la propuesta como un chiste de mal gusto, ni quisiera se tom el trabajo de dar una respuesta. Mao Tse-Tung se encogi de hombros. De todos modos, dijo, el tiempo se encargar de resolver el problema de Formosa : los ejrcitos de Chian Kai Sheck se estn volviendo viejos. Dentro de 10 aos tendrn un promedio de 45 aos Dentro de 20 ese promedio ser de 55. La China comunista tiene paciencia y prefiere esperar a que los ejrcitos de la China republicana se mueran de viejos en Formosa.

Kruschev, estrella de la T. V. americana

Los televidentes de los Estados Unidos acababan de ver en la pantalla domstica el noticiero sobre los acontecimientos de Formosa, cuando una cabeza completamente pelada hizo su aparicin y comenz a decir en ruso un sartal de cosas ininteligibles, que un momento despus un locutor empez a traducir en ingls. Esa vedette desconocida en la televisin de los Estados Unidos era el hombre que ms dio que hablar en 1957 el personaje del ao: Nikita Kruschev, secretario del partido comunista de la Unin Sovitica. El hecho de que Nikita Kruschev hubiera podido asomarse a todos los hogares de los Estados Unidos no fue ni mucho menos una maniobra preparada por el servicio de espionaje sovitico. Fue conseguido, en un ao de gestiones diplomticas, por la Columbia Broadcasting Corporation, y la pelcula haba sido tomada en el Kremlin, en el propio escritorio de Kruschev, quien se prest a todo lo qu le exigieron los periodistas americanos, menos a que lo maquillaran: "No es necesario declar un portavoz oficial sovitico. "El seor Kruschev se afeita todos los das y usa polvos de talco". Dentro de los propios hogares americanos, la voz de Kruschev inici la ofensiva del desarme, el primer paso a fondo de una campaa que haba de prolongarse durante todo el ao y que sin duda fue la esencia de la actividad diplomtica y poltica de la Unin Sovitica en 1957.

A partir de la entrevista de Kruschev, la atencin mundial tuvo forzosamente que volverse hacia el hemisferio socialista. En los preparativos de la celebracin del 40 aniversario de la revolucin, el enigmtico seor Kruschev que prcticamente no dej pasar un da sin hacer oir su voz en occidente despleg una actividad colosal, tanto en los problemas interiores como en la poltica exterior. En un solo da, despus de una tormentosa reunin del comit central del partido comunista sovitico, cuatro de las personalidades ms altas de la Unin Sovitica fueron puestas fuera de combate: Molotov, Malenkov, Chepilot y Kaganovich. Pocos das despus, en el momento en que el primer ministro de Tnez, seor Burguiba, pona a su vez fuera de combate a un monarca decrpito y anquilosado y proclamaba la repblica ms joven del mundo, los representantes de las cuatro potencias discutan en Londres las bases del desarme mundial. El seor Stassen, representante de los Estados Unidos, tuvo que abandonar las sesiones para asistir de urgencia al matrimonio de su hijo. Estaba tomndose el primer whisky de la fiesta cuando supo que la conferencia del desarme no haba llegado a ninguna parte, pero que el seor Kruschev haba soltado una noticia del ms grueso calibre: La Unin Sovitica dispona de "el arma absoluta", un cohete dirigido a larga distancia que poda alcanzar cualquier objetivo del planeta. El occidente, pendiente del inminente nacimiento del primognito de Gina Lollobrigida, no dio mucho crdito a la noticia. Pero era autntica. A partir de ese momento, la superioridad de ataque de la Unin Sovitica se acept como un hecho indiscutible. El occidente trat de pasar ese trago amargo con el consuelo de que Gina Lollobrigida haba tenido una nia en perfecta salud: 6 libras y 99 gramos.

La asitica: El mundo con 39 de fiebre

El pequeo y pelirrojo John A. Hale, profesor de la Malaisia University, de Singapoor, se asom a su microscopio, a pesar del aplastante calor de 40 grados, el 4 de mayo, para examinar una muestra de microbios que le haban llegado esa maana de Hong-Kong. Cinco minutos despus, sobresaltado, el profesor llam por telfono a la Compaa Area B.O.A.C, y le dijeron que quince minutos ms tarde sala un avin para Londres. El profesor Hale envi en ese avin, de urgencia, un cilindro de cristal celosamente protegido, al doctor Christopher Andrews, director del Centro Mundial de la Gripe, en Londres. El cilindro contena las muestras de un microbio rarsimo que el asustado investigador de Singapoor acababa de identificar, y que a pesar de sus precauciones haba de provocar la enfermedad del ao: la gripe asitica. Cuando el avin de la B.O.A.C. aterriz en Londres, varios marineros de un barco que 48 horas antes haba salido de Singapoor empezaron a estornudar. Una hora despus tenan dolor en los huesos. Cinco horas despus, fiebre de cuarenta grados. Uno de ellos muri. Los otros, hospitalizados en Formosa, contaminaron a los mdicos, a las enfermeras y a los otros pacientes. Cuando el Instituto Mundial de la Gripe, en Londres, dio la voz de alarma, ya la gripe asitica estaba llegando a Europa. Cuatro meses despus, la noche en que se estren en Londres la ltima pelcula de Charlie Chaplin, "Un rey en Nueva York", haba acabado de darle la vuelta al mundo.

El presidente Eisenhower estaba demasiado ocupado en esos das para pensar en el peligro de los microbios. Haba tenido que estudiar los problemas del polvorn del Oriente, pensar en las soluciones de compromiso que le permitieron estar en buenos trminos con el mundo rabe sin disgustar a sus aliados de Europa, tratar de descifrar las indescifrables ocurrencias del indescifrable seor Kruschev, y apenas le sobraban tres das par ir a jugar golf bajo el tibio verano de Nueva Inglaterra, en su residencia de vacaciones de la baha de Narangassetts. No haba acabado de descender de su avin particular, Columbine III, cuando su secretario Hagerty vino a decirle que en Little Rock, Estado de Arkansas, donde el gobernador Faubus se opona a la integracin escolar asistencia de alumnos negros a las escuelas de los blancos, la situacin estaba tomando visos de la ms dramtica gravedad. El problema haba empezado una semana antes: contrariando la decisin de la Corte Suprema de los Estados Unidos, el gobernador Faubus haba emplazado la guardia nacional de Arkansas a las puertas de la Central High School, con el pretexto de que la presencia de alumnos negros provocara disturbios en la poblacin. La poblacin racista, evidentemente una minora insignificante, se concentr en la puerta del establecimiento, y dio a entender, con gritos apasionados y en algunos momentos con la accin fsica, que el gobernador Faubus tena razn. El presidente Eisenhower enemigo de la fuerza, trat por todos los medios de disuadir al gobernador rebelde. Pero ste, a pesar de la entrevista que tuvo con el presidente, persisti en su actitud. Los comentarios de la debilidad del general Eisenhower le dieron la vuelta al mundo a una velocidad mucho mayor de la de la gripe asitica. El mundo socialista explot la situacin. "Hace falta un Truman en la Casa Blanca", se dijo en los Estados Unidos, especialmente en el norte, donde el recuerdo de la energa, el dinamismo y el espritu de decisin del antiguo presidente no han sido olvidados. Presionado por la gravedad de las circunstancias, viendo en peligro su autoridad, el presidente Eisenhower decidi, el martes 24 de septiembre, a las 12.30 de la maana, enviar a Little Rock 1.000 paracaidistas de lite, que hicieran cumplir la disposicin de la Corte Suprema. A las 3.15 de ese mismo da, el problema estaba resuelto: protegidos por los soldados enviados urgentemente de Washington, los 15 estudiantes negros se sentaron con los blancos en la Central High School, y no pas absolutamente nada.

Sputnik: El mundo aprende astronutica

Sofa Loren se haba vestido de novia, en Hollywood, para filmar la escena de una pelcula el 21 de septiembre cuando un tribunal de Mxico a 5.000 kilmetros de distancia la declar casada por poder con el productor italiano, Carlo Ponti, que en ese mismo instante se encontraba en Los Angeles, conversando de negocios por telfono con un empresario de Nueva York. Ese matrimonio, que tena algo de futurista, un poco de leyenda interplanetaria, no despert en Italia el inters esperado. Tampoco en los Estados Unidos donde la actriz italiana no ha logrado interesar a fondo el pblico de los estadios de bisbol. Los fanticos de Nueva York se abran paso a empujones para lograr un puesto en las graderas en el partido ms esperado de la gran temporada, el 4 de octubre, cuando ya el mundo se haba olvidado de discutir la legitimidad o ilegitimidad del matrimonio de Sofa Loren. En ese mismo instante "en algn lugar de la Unin Sovitica", un cientfico annimo apret un botn: el primer satlite artificial de la tierra, Sputnik I (que en ruso significa compaero), fue puesto a girar alrededor del globo terrqueo. La esfera construida de un material todava desconocido, pero capaz de resistir la elevadsima temperatura provocada por la velocidad de lanzamiento, con 83,400 kilogramos de peso, 58 centmetros de dimetro, 4 antenas y 2 emisoras de radio, fue colocado en su rbita, a la altura de 900.000 metros y a una velocidad de 28.800 kilmetros por hora, por un cohete dirigido con una precisin inimaginable e impulsado por una fuerza insospechada. A raz de la espectacular publicidad que se dio a este acontecimiento, uno de los ms importantes de la historia de la humanidad, desde el punto de vista cientfico, los lectores de todos los peridicos del mundo hicieron en cuatro das un curso intensivo y completo de astronutica. Lo nico que no se conoce an en relacin con el Sputnik I, adems del material en que est construido, es el combustible utilizado en el lanzamiento, y la hora exacta en que se puso en rbita. Los soviticos tenan una razn para guardar ese secreto: a partir de la hora del lanzamiento, los cientficos de los Estados Unidos hubieran podido calcular el sitio exacto en que fue lanzado. "Es un trasto sin importancia", declar un militar americano cuando supo que la tierra tena un satlite de fabricacin sovitica. Pero "ese trasto sin importancia", cuya trascendencia cientfica es incalculable, era al mismo tiempo la demostracin de que Kruschev no haba mentido cuando dijo que su pas dispona de un cohete capaz de alcanzar cualquier objetivo del planeta. Si los rusos pudieron lanzar el Sputnik es porque, en realidad, disponan del super-cohete con que Kruschev amenaz a Occidentej dos meses antes.

La ltima canasta de Christian Dior

Un hombre haba encontrado la manera de hacer su curso periodstico de astronutica sin desatender sus mltiples ocupaciones: el costurero Christian Dior, que en su gigantesco establecimiento de la Avenida Montaigne, en Pars, trabajaba 15 horas al da antes de tomar sus vacaciones anuales. El 18 de octubre, Christian Dior dio por terminadas sus labores y se traslad en automvil al balneario italiano de Montecatini, acompaado de una muchacha de 17 aos, Mara Colle y de la seora Raymendo Zanecker, su colaboradora ms ntima. El objeto ms precioso de su equipaje de siete valijas, era un maletn con medicamentos de urgencia a los cuales el modisto que ms dinero gan en 1957 deba recurrir en caso de urgencia. El 23, a las 10.35 de la noche, despus de jugar canasta con un grupo de amigos en el Hotel de la Pace, Christian Dior, se sinti fatigado y se retir a su habitacin. Una hora ms tarde, despertada por un presentimiento, la seora Zanecker llam tres veces a la puerta, con el maletn de los medicamentos. Era demasiado tarde. Un mdico francs que habitaba en el mismo hotel, en pijama, a las 11.23 minutos, comprob que Christian Dior, un hombre que no saba hacer nada hace once aos y que ahora era el costurero ms conocido y ms rico del mundo, haba muerto de un colapso.

En Mosc donde los encargados de la moda resolvieron hace seis meses hacer todo lo posible porque el pueblo sovitico que viste muy mal se vistiera mejor, se esperaba la visita de Christian Dior a principio del ao entrante. La noticia de su muerte lleg en un momento en que el pueblo sovitico se preparaba para celebrar el 40 aniversario de la revolucin. El mundo occidental, a su vez, se preparaba para una revolucin espectacular. Saba que los soviticos al lanzar el primer Sputnik, slo haban soltado un ensayo, una muestra gratis del misterioso y colosal acontecimiento que tenan guardado para el 4 de noviembre. En la expectativa, como para mantener despierta la atencin mundial, los soviticos concedieron un reposo indefinido al mariscal Sukov, ministro de defensa, vencedor de Berln y amigo personal del presidente Eisenhower. "Yo acabo de ver a Zukov dijo esa noche Kruschev, muerto de risa, en la recepcin ofrecida por la Embajada de Turqua en Mosc. "Estamos buscando para l un puesto que est de acuerdo con su capacidad". 72 horas despus, al comps de los himnos marciales con que la Unin Sovitica celebraba la vspera del aniversario de la revolucin, el segundo Sputnik tan grande y pesado como un automvil dio la primera vuelta alrededor de la tierra.

Ike pierde el Vanguard, pero no el humor

Los Estados Unidos, que ya haban tenido tiempo de reaccionar de la conmocin ocasionada en la opinin pblica por el primer satlite, pararon esta vez el golpe con una ocurrencia magistral: con carcter casi oficial, pero sin que nadie respondiera de su autenticidad, se public la versin de que el 4 de noviembre a las 12 del da un proyectil sovitico alcanzara la Luna. Esa maniobra de propaganda logr que el 4 de noviembre, mientras el primer ser viviente la perrita Laika daba la vuelta a la tierra cada 96 minutos, occidente se sintiera un poco desilusionado: se tuvo la impresin de que no haba sucedido absolutamente nada.

El 5 de noviembre, en su despacho color de rosa de la Casa Blanca, el presidente Eisenhower, severamente vestido de gris, recibi a los sabios de los Estados Unidos. En esa entrevista que dur exactamente una hora y 43 minutos, el hombre que fabric el primer cohete de largo alcance, Werner von Braun, alemn nacionalizado en Norteamrica, habl la mayor parte del tiempo. En 1932 cuando apenas tena 18 aos de edad von Braun fue designado por Hitler para disear un cohete rudimentario, antepasado de la famosa V-2 y venerable abuelo del Sputnik. Este hombre entusiasta, calvo y de vientre redondo que tiene de comn con el presidente Eisenhower el gusto por las novelas de bandidos, convenci al primer mandatario de que los Estados Unidos tienen un sistema de defensiva y ataque mucho ms avanzado que el de la Unin Sovitica, concretamente en el dominio de los cohetes de largo alcance. Pero el presidente no qued muy tranquilo. Pocas semanas despus cuando Ingrid Bergman y Roberto Rossellini rompieron de comn acuerdo sus inseguros vnculos matrimoniales el presidente sufri un colapso al regresar del aerdromo de Washington donde recibi al rey de Marruecos. En Pars, una comisin de detectives del F.B.I. estudiaba cada centmetro cuadrado del hbrido Palacio de Chaillot para estar seguros de que nadie podra disparar contra el seor Eisenhower desde detrs de las numerosas y plidas estatuas, en el curso de la inminente conferencia de la OTAN. Cuando se conoci la noticia de la enfermedad del presidente, los detectives regresaron a Washington, seguros de haber perdido el tiempo. Rodeado por los mejores mdicos de los Estados Unidos, dispuesto a sacar fuerzas de flaqueza para asistir de todos modos a la conferencia de la OTAN, el seor Eisenhower sufri un nuevo golpe. Un golpe que esta vez no estuvo dirigido contra su cerebro, sino contra su corazn, y contra el corazn mismo de la nacin americana: el minsculo satlite de los Estados Unidos, una pamplemusa de metal refractario cuya fotografa ya haba sido publicada por todos los peridicos del mundo, rod melanclicamente sobre los secos pedrazgos de Cabo Caaveral despus de que el enorme y costoso dispositivo de lanzamiento del cohete "Vanguardia" se despedaz en un aparatoso fracaso de humo y desilusin. Pocos das ms tarde, con su extraordinaria capacidad para asimilar los golpes, con su amplia sonrisa de buen jugador y sus largos y seguros pasos de Johny Walker, el presidente Eisenhower desembarc en Pars para inaugurar el ltimo acontecimiento internacional del ao: la conferencia de la OTAN.

KELLY SALE DE LA PENUMBRA

Entre la multitud que se doraba al sol en la playa de Los Caracas, el domingo 19 de enero, nadie reconoci a Patricio Kelly, el lder de la Alianza Revolucionaria Argentina, que en septiembre del ao pasado se fug disfrazado de mujer de la penitenciara de Chile. Despus del bao, vestido con un negro traje de alpaca demasiado bien hecho, demasiado intachable para pasar inadvertido, bail por espacio de tres horas con la dama que lo acompa durante todo el domingo. Muchos de quienes se encontraban en el saln haban visto su fotografa en las ltimas 72 horas. Pero nadie lo reconoci.

Patricio Kelly y su misteriosa acompaante regresaron a Caracas al atardecer, a bordo de un Chevrolet azul celeste, demasiado nuevo, demasiado intachable para pasar inadvertido. Kelly estaba al volante. Se abri paso con una habilidad muy prudente, pero al mismo tiempo muy decidida a travs del embotellamiento dominical. Su manera de orientarse era la de un conductor que conoce la ciudad minuciosamente. Esa noche tom un aperitivo en el "Gran Caf", en Sabana Grande. El camarero se dirigi a l por su nombre: "Seor Kelly". A pesar de eso, tampoco l lo reconoci. Para el camarero no exista ninguna relacin entre ese desenvuelto, simptico y generoso seor Kelly que toma whisky con soda al atardecer, y el intrpido protagonista de la fuga cinematogrfica que hace cuatro meses provoc una explosin de titulares y fotografas en la prensa de Amrica.

Patricio Kelly no ha cambiado de nombre en Caracas. No se ha escondido ni disfrazado. Ha llevado la vida normal de un hombre que conoce la ciudad por haber estado en ella en ocasiones anteriores. Estuvo en el "Cinerama". Ha comido en los restaurantes ms concurridos, ha ido al cine hasta tres veces por semana e incluso ha frecuentado el mismo bar, todos los das a la misma hora, donde se ha familiarizado con los programas de televisin. El ltimo sbado, a las 5.30, se mezcl a la multitud de los almacenes para comprar algunas cosas que faltaban a su apartamento. En varias ocasiones ha sido presentado con su nombre completo. Ha conversado ocasionalmente con hombres y mujeres que por lo menos algunos de ellos y por lo menos alguna vez haban visto su fotografa en los peridicos. Nunca haba sido identificado.

Nadie habra podido imaginarse que un hombre perseguido por varios gobiernos, fugitivo de 13 crceles, amenazado de muerte en su pas despus de que fue depuesto el gobierno de Pern y buscado ansiosamente por los periodistas de Amrica, se atrevera a pasar una noche de sbado en la pista de baile del Hotel Tamanaco. Kelly ha estado all varias veces, protegido por el hecho cierto y comprobado de que nadie lo habra credo tan audaz.

Para la fuga perfecta, una mujer debe llegar a las 7.30

Esa incorporacin a la vida corriente no es inconsciencia, ni intrepidez, ni vanidad. Es la tcnica de Patricio Kelly. El ha puesto en prctica, hasta un grado increble, sus profundos conocimientos de la psicologa de la vida corriente. En Santiago de Chile, mientras la polica practica 3.000 allanamientos en su busca, l cen tres noches consecutivas en el Club Unin, y una vez a pocos metros del Comisario de Polica. Nunca estuvo escondido. Los siete disfraces que ha utilizado desde cuando se fug de la prisin de Ro Gallegos, en el helado y desierto paralelo 42, hasta llegar a Caracas, no fueron escogidos arbitrariamente. Fueron el resultado de un estudio lcido, concienzudo, cientfico, de las circunstancias.

Sus espectaculares evasiones no han tenido nada de espectacular. Kelly no rompi jams un candado ni someti un guardin por la violencia. En septiembre, cuando se supo que se haba evadido de la penitenciara de Chile disfrazado de mujer, pudo pensarse que el organizador de tormentosas manifestaciones polticas haba puesto eni prctica sus experiencias en la accin intrpida. La realidad era otra. Su fuga fue la culminacin de muchos das de observaciones, de un anlisis fro, inteligente y sereno dej las costumbres de sus guardianes.

Durante un mes, una mujer fue a visitarlo a la crcel. Los celosos guardianes de la penitenciara se hicieron rpidamente a la rutina de aquella mujer puntual, que entraba a las 7.30 como un reloj y sala a las 8.25. Mientras tanto, Patricio Kelly inici el largo y difcil aprendizaje da hacerse pasar por una mujer. Aprendi a caminar con tacones altos, a reproducir con naturalidad los ms secretos ademanes de la coquetera femenina, a imprimir a su voz un registro exquisito. El 20 de septiembre, una semana antes de la evasin, el embajador de Argentina en Santiago previno al gobierno de Chile de que Patricio Kelly cuya extradicin estaba siendo tramitada preparaba la fuga. La direccin de la crcel tom nota de la advertencia y se iniciaron los preparativos para trasladar al detenido a la seccin ms siniestra de la penitenciara: el Patio Siberia, frente al paredn de los fusilados. Esa misma noche, la mujer de las 7.30 que nunca se hizo pasar como visitante de Kelly fue acompaada por otra mujer cuya nica misin era coquetear con los guardianes. Dos hombres a quienes se ha encomendado la vigilancia de un prisionero pacfico y simptico, que dedica la mayor parte del tiempo a la lectura y no da ninguna muestra de impaciencia, podran abandonar su puesto durante media hora para cumplir una cita con una mujer. Patricio Kelly no se equivoc en ese anlisis.

El 28 de septiembre, a las 7.30 las dos mujeres entraron a la crcel. A partir de ese momento, todos los minutos estaban calculados. La ms antigua de ellas que se haba hecho familiar despus de 30 visitas, a quien el personal de vigilancia conoca por sus ropas conocidas, el cabello conocido, por la puntualidad y hasta por la manera de andar se quit rpidamente las ropas conocidas, el cabello conocido, la otra concertaba una cena con los guardianes. En el proyecto de evasin se haba calculado que slo dispona de ocho minutos para maquillar a Kelly. Una mujer puede maquillarse en menos tiempo, pero Kelly es un hombre de barba cerrada y dura, que deba disimularse con una crema fabricada expresamente para que parezcan menos viejos los actores de teatro. El solo maquillaje dur siete minutos. El proceso total: 18 minutos.

Dos mujeres salieron de la crcel a la hora de costumbre: las 8.35. Despus de cinco das de reticencias, de promesas aplazadas, la visitante ms reciente acept la invitacin de los guardianes. La otra se despidi del grupo en la esquina, anduvo treinta y cuatro metros y subi a un automvil. Ese era Patricio Kelly. La propietaria de las ropas sali dos minutos despus de l por una puerta sin guardias. Media hora ms tarde el director de la penitenciara fue a buscar a Kelly para trasladarlo a la celda de los condenados a muerte.

4 automviles hacia el refugio ms seguro: la vida corriente

En la primera ofensiva de esa misma noche, se previno a todos los puestos fronterizos de Chile, se allanaron 300 residencias, se describi a Kelly minuciosamente por todas las emisoras del pas y se detuvieron 18 personas que se suponan comprometidas en la evasin. En la casa de la poetisa uruguaya Blanca Luz se encontr la peluca de Kelly y los elementos del maquillaje. La poetisa fue detenida. El el momento en que la conducan al correccional de mujeres el hombre buscado en todo Santiago estaba comindose un bisteck a caballo en un restaurante cntrico de la ciudad, sin ningn disfraz y a la vista de todo el mundo.

En realidad, Kelly no estuvo nunca en la casa de la poetisa Blanca Luz. El automvil que abord a 50 metros de la crcel era uno de los cuatro que se utilizaron en la evasin. Cada uno de los conductores saba con precisin el camino que deba recorrer, pero ignoraba la ruta del siguiente. En el primero, Kelly se deshizo de la peluca. En el segundo, encontr elementos para quitarse el maquillaje. En el ltimo, encontr ropas de hombre, documentos falsos y dinero. Ese automvil lo condujo directamente a un bar multitudinario, donde escuch el primer boletn radial con el anuncio de su evasin.

Incorporado a la vida ordinaria de Santiago, el riesgo mayor estaba en el lugar que eligiera para dormir. Kelly dispona de tres apartamentos con puerta posterior. Una noche la polica derrib la puerta del cuarto donde l dorma e irrumpi en la habitacin un minuto despus de que Kelly la haba abandonado. En previsin de que eso ocurriera alguna vez el fugitivo no estaba durmiendo en la cama. La polica encontr un lecho perfectamente ordenado y fro.

Seis das despus de la evasin las autoridades de Santiago recibieron una informacin concreta: a bordo del "Reina del Mar", que haba zarpado esa tarde, tres mujeres viajaban en el camarote 25, primera clase. Se inform que una de ellas era Kelly. Una flotilla de helicpteros alcanz la nave en alta mar y la hizo regresar a Santiago. El "Reina del Mar", escoltado por helicpteros, entr al puerto esa misma noche, en el instante en que Kelly sala del cine defraudado por la pelcula, "La batalla del Ro de la Plata". De all fue directamente a su nuevo dormitorio, un lugar silencioso y plcido, con enormes sauces tristes bajo la Luna: el cementerio.

"Si yo me encontrara con ese pobre seor Kelly"

En sus preparativos de viaje, Kelly decidi recoger algunos efectos personales que estaban en poder del juez Ortiz Sandoval, el funcionario que haba decidido su extradicin. "No era un golpe espectacular dice Kelly. "Uno valora los riesgos de acuerdo con la importancia de los actos". Y aquella visita a la residencia particular del funcionario encargado de devolverlo al gobierno argentino mereca cualquier riesgo. Se trataba de rescatar los retratos de sus dos hijos un varn y una hembra tomados en Buenos Aires en la primera fiesta de disfraces a que asistieron, l disfrazado de cow-boy, ella disfrazada de hada madrina. Kelly entr en la residencia del juez Ortiz Sandoval, vestido de deshollinador, un jueves a las 3.30 de lal tarde, con la venia de los criados. Ellos procesados ms tarde encontraron perfectamente natural que la chimenea fuera deshollinada en octubre, puesto que haba estado en servicio durante todo el invierno. Kelly se llev los retratos de sus nios dos estampas en colores con marcos de cobre, pero las conveniencias lo obligaron a prestarle un servicio a su perseguidor. Limpi verdaderamente la chimenea.

Antes de abandonar Santiago en el bal de un Chevrolet sin frenos Kelly cumpli su deber de caballero. Fue a darle las gracias a la poetisa Blanca Luz, en el correccional de mujeres, disfrazado de sacerdote. Fue una visita de 56 minutos en presencia de dos guardias. Esa misma noche, a los primeros soplos de la helada primaveral austral, abandon Santiago.

Despus de conversar varias horas con Patricio Kelly, de haber escuchado el apasionante relato de su aventura, se piensa que la clave de su personalidad es la virtud de no; apresurarse. Su odisea por el norte de Chile, en viaje hacia la libertad intrpida y azarosa, es una larga enumeracin de detalles sometidos a un clculo milimtrico. Su elocuencia, su cordialidad un poco desconcertante, sus ademanes desenvueltos, no alcanzan a disimular por completo una personalidad sometida a una autovigilancia implacable. Esa debi ser la fuerza que derrot a sus perseguidores, durante los 59 das que dur su odisea por el norte de Chile, hacia una libertad incierta y remota.

Tuvo golpes de suerte. La expedicin que sali a cerrarle el paso desde la frontera de Bolivia, se extravi en la ruta, mientras l no err una sola vez su itinerario. En una casa campesina donde solicit un refugio momentneo, la duea de la casa, impresionada por los boletines radiales, manifest en su presencia: "Si yo me encontrara con ese seor Kelly, a quien todo el mundo persigue, lo escondera en mi casa". El se identific. Aquel golpe de suerte le hizo ms transitable el camino hacia la libertad.

Antes de llegar a Caracas, Kelly, pas un tiempo en Panam. Incluso entonces se vio precisado a recurrir a su extraordinario sentido del clculo para no volver a la crcel. Bajo el nombre de Mario Vsquez, capitn de navo de la Armada Argentina, se coloc a muchos metros sobre el nivel de cualquier sospecha. All tom un avin comercial que lo condujo a Caracas. Ahora su situacin est perfectamente legalizada, pero el ciudadano Kelly, aficionado a los largos aperitivos y a la msica popular de su pas, contina sometiendo cada acto, cada palabra, a un control riguroso. Es un hombre que sabe decir no sin decirlo, con un amplio ademn que bien mereca un discreto olor de lavanda. Parece inteligente, astuto, tenaz y capaz de aplicar sus defectos y todas sus virtudes en un solo instante y en las circunstancias ms dismiles: en una maniobra poltica, en una cita de amor, en una partida de poker o en una entrevista de prensa.

Los duros meses en prisin, una vida poltica intensa y precoz, no han dejado huellas visibles en su rostro. Tiene la edad que representa: 38 aos. Se comprende que las mujeres lo admiren por las mismas razones porque admiraron a Humphrey Bogart.

EL CLERO EN LA LUCHA

El 1 de mayo del ao pasado fiesta del trabajo los curas prrocos de Venezuela leyeron en los plpitos una Carta Pastoral del Arzobispo de Caracas, Monseor Rafael Arias. En ella se analizaba la situacin obrera del pas, se planteaba francamente los problemas de la clase trabajadora y se evocaba en sus trminos esenciales la doctrina social de la Iglesia. Desde Caracas hasta Puerto Pez, en el Apure; desde las solemnes naves de la Catedral Metropolitana hasta la destartalada Iglesita de Mauroa, en el Territorio Federal Amazonas, la voz de la Iglesia una voz que tiene 20 siglos sacudi la conciencia nacional y encendi la primera chispa de la subversin.

Monseor Rafael Arias, un hombre macizo y apacible! que habla con la misma sencillez y la misma cadencia criolla de cualquier venezolano corriente, haba meditado mucho antes de escribir la primera lnea de aquella Pastoral. La idea naci del conocimiento general que tena el Arzobispo de la realidad del pas, por apreciacin directa y por las conversaciones con sus prrocos. En un estudio econmico de las Naciones Unidas, que recibi por correo, se enter de que la produccin per cpita de Venezuela haba subido al ndice de 500 dlares, pero que esa riqueza no se distribua de manera que llegara a todos los venezolanos. "Una inmensa masa de nuestro pueblo observ el Arzobispo en una de sus primeras notas est viviendo en condiciones que no se pueden calificar de humanas". Poco antes, el Cardenal Caggiano, Legado Pontificio al II Congreso Eucarstico Bolivariano, haba planteado ese problema en la sesin extraordinaria que celebr en su honor el Concejo del Distrito Federal. "Venezuela dijo en esa ocasin el Cardenal Caggiano tiene tanta riqueza que podra enriquecer a todos, sin que haya miseria y pobreza, porque hay dinero para que no haya miseria"

No haba una fecha prevista para la publicacin de la Pastoral. Monseor Arias se haba hecho el propsito de que fuera un documento breve, claro, directo e invulnerable. Al principio del ao pasado orden a la Juventud Obrera Catlica adelantar una encuesta que le permitiera formarse un juicio sereno de la realidad nacional. La encuesta dur dos meses. Con una completa documentacin en el despacho, despus de haber conversado, no slo con los prrocos de Caracas sino con los que vinieron de las ms remotas aldeas de provincia, el arzobispo inici la redaccin de sus notas, de su puo y letra. En 45 das de trabajo, de consulta con sus asesores, la primera copia definitiva once hojas a mquina, a doble espacio estuvo lista en la primera semana de abril. Entonces pareci muy apropiada para su publicacin la fecha del 1 de mayo, da del trabajo, fiesta del patriarca carpintero, San Jos. Fue precisa una actividad extraordinaria para que la Pastoral estuviere en todas las parroquias de Venezuela en la fecha convenida. Fue dada, sellada, refrendada en Caracas a las 10.30 de la maana del lunes 29 de abril. Dos das despus fue leda en los pulpitos. A fines de la semana le haba dado la vuelta al pas y trascendido al exterior, donde se consider como una brecha en el cintura de acero creado por la censura de prensa. La primera edicin repartida gratuitamente por los prrocos se agot en ocho das. Algunos especuladores se hicieron con un considerable nmero de ejemplares y los vendieron a Bs. 10.

Una semana antes de la publicacin de la Pastoral el 24 de abril Prez Jimnez pronunci un discurso espectacular en el Congreso, en el cual hizo una apotesica enumeracin de la obra material adelantada por su gobierno y se refiri a los elevados salarios del obrero venezolano. Ese da la Pastoral estaba hecha. Pero el ministro del Interior, Laureano Vallenilla Lanz, no entenda esa clase de argumentos. En su opinin la Pastoral del 1 de mayo era una rplica del discurso presidencial del 24 de abril. El jueves 2 de mayo, a las 11.00 de la maana, cit a su despacho al Arzobispo de Caracas, no en una nota especial, sino por telfono. Monseor Arias concurri a la convocatoria esa misma tarde y tuvo que esperar en la desierta antesala del Ministerio del Interior. Vallenilla Lanz sola recordar aquella entrevista con un orgullo evidente. "Me di el gusto deca de hacer esperar al Arzobispo durante hora y media". En realidad, Monseor Arias que es un hombre humilde no esper ms de media hora. A las 3.30 de la tarde pas al despacho del Ministro del Interior, donde se le comunic el pensamiento oficial.

Vallenilla no iba a misa, pero conoca los sermones

Fue una entrevista breve, en la cual Vallenilla Lanz habl casi todo el tiempo, y casi exclusivamente de la obra material del Gobierno. Cuando Monseor Arias abandon el despacho se le haba hecho saber que el Gobierno hara publicar en los peridicos una respuesta a la Pastoral. Pero esa respuesta no apareci jams. A cambio de ella, el Ministro del Trabajo dirigi al Arzobispo una carta privada con fecha 10 de mayo que era una edicin corregida y aumentada del discurso de Prez Jimnez. El argumento ms poderoso contra la Carta Pastoral, segn el Ministro del Trabajo, era la construccin de la Casa Sindical y el Balneario de Los Caracas. Los prrocos de Venezuela saban desde ese momento cul era su deber: predicar la doctrina social de la Iglesia. Cada domingo, en los plpitos de Caracas, se pronunciaban sermones, cuyo rumor inquietaba, el lunes en la maana, el desayuno de Vallenilla Lanz.

Particularmente uno de los sacerdotes de Caracas el padre Jess Hernndez Chapelln asumi una posicin combativa. Joven, de una salud a toda prueba y un notable valor personal, el padre Hernndez Chapelln, director de "La Religin", se sentaba todas las noches frente a su mquina de escribir a ejercer su doble ministerio de sacerdote y periodista. El 13 de agosto, Vallenilla Lanz bajo el pseudnimo de R. H.public en "El Heraldo" una interpretacin atolondrada y arbitraria de la justicia social. Al da siguiente, el padre Hernndez Chapelln public una rplica que no mand a la censura porque saba que la censura no la habra dejado pasar. Orientaciones a R. H. A las 10 de la maana, una llamada telefnica del Ministerio del Interior lo despert en su residencia particular. El propio Vallenilla Lanz estaba al telfono. "Padre dijo el Ministro del Interior, sin prembulos: es necesario que Ud. modifique su actitud".

Tambin sin prembulos, el director de "La Religin" respondi: "Mis editoriales los pienso y los medito bien, luego los escribo y los lanzo y me importa poco lo que Ud. piense de ellos".

Lanz no respondi nada, sino que cit al padre Hernndez Chapelln a su despacho esa tarde a las 5 en punto. El sacerdote lleg con cinco minutos de retraso.

En hora y media, el padre Hernndez se hizo conspirador

La entrevista dur un poco ms que la de Monseor Arias y esta vez fue el sacerdote quien habl casi todo el tiempo. Vallenilla Lanz, vestido de gris y un poco plido, no haba tenido tiempo de iniciar el dilogo, cuando el director de "La Religin" tom la iniciativa. "Voy a hablar dijo ms que todo como sacerdote que slo teme a Dios. Con el rgimen que ustedes tienen en Venezuela casi todo el pueblo los odia y los detesta".

Vallenilla Lanz enrojeci.

Por qu? pregunt tmidamente.

Porque ustedes tienen un rgimen de pnico con la Seguridad Nacional. Es la espada de Damocles sobre la cabeza de cada venezolano. Las lgrimas y la sangre y la cantidad de muertos...

Cules muertos? interrumpi Vallenilla Lanz, con un aire de cndida inocencia.

El padre Hernndez Chapelln enumer, con sus nombres propios, 10 vctimas del rgimen. "Y los que no sabemos agreg. "Y los exiliados polticos".

Vallenilla empez a reaccionar.

Usted llama exiliados polticos a bandidos como Rmulo Betancourt, dijo.

Betancourt y yo replic el padre Hernndez Chapelln estamos en trincheras opuestas, como otros muchos exiliados. Pero ellos tambin son venezolanos y aqu deben estar para que les demos la pelea en el terreno ideolgico.

Los dos hombres estaban solos en el despacho. El sacerdote, con ese entusiasmo un poco estudiantil con que habla con sus amigos en la redaccin de su peridico, sigui enumerando las razones por las cuales el rgimen de Prez Jimnez era una maquinaria de terror. Dijo: "Si cuando el general se tom el poder hubiera hecho elecciones libres en vez de proseguir y de trancarle la voz a la prensa, se hubiera inmortalizado. Pero la realidad es otra cosa. Se qued en el poder por un golpe de Estado al derecho de sufragio".

El padre Hernndez Chapelln abandon el despacho a las 6.30, cuando ya haban salido los empleados del Ministerio. Con un cinismo inconmovible, Vallenilla Lanz lo acompa hasta la puerta, lo despidi con un abrazo y le dijo: "Las puertas de mi despacho estarn siempre abiertas para usted". Pero el padre Hernndez no volvi a franquearlas. Sigui librando la batalla desde su modesta oficina de periodista. Pocas semanas ms tarde, su robusto y combativo colega, Fabricio Ojeda, se present a la redaccin de "La Religin".

Padre dijo Fabricio Ojeda vengo a decirle una rosa como si fuera una confesin: yo soy el Presidente de la Junta Patritica.

A partir de ese da, el padre Hernndez Chapelln no fue solamente un sacerdote dispuesto a sacar adelante la doctrina social de la Iglesia ni solamente un periodista de la oposicin. Fue tambin un conspirador.

Lluvia de volantes en la Catedral

En su plcido despacho de la Catedral Metropolitana, de espaldas a un estante atiborrado de libros que cubre toda una pared, el padre Jos Sarratud recibi el 11 de julio a las 2 de la tarde una llamada telefnica del Ministerio de Justicia. El padre Sarratud, que es muy joven, pero que parece ms joven de lo que es, no tena motivos para conocer la voz del Ministro de Justicia: era la primera vez que la escuchaba. En pocas palabras, el Ministro le dijo: "Padre, usted est atacando al gobierno en sus sermones". El padre Sarratud, sin levantar la voz, sin el menor indicio de alteracin, respondi: "No hago otra cosa que predicar la doctrina social de la Iglesia".

Durante un mes entero, no modific el tono de sus sermones. En septiembre volvi a llamarlo el Ministro de Justicia y el padre Sarratud volvi a responder: "Seor Ministro, no hago otra cosa que predicar la doctrina social de la Iglesia". Poco tiempo despus, un incidente habra de llevar el nombre del padre Jos Sarratud hasta el sombro despacho de Pedro Estrada. Ocurri el 12 de diciembre, durante la manifestacin de mujeres a un costado de la Catedral, un hombre grit: "Abajo Prez Jimnez!" Tratando de alcanzarlo, un polica se abri paso entre las mujeres y agredi a una de ellas, encinta. Seis hombres atacaron al agente. De pronto, sin que nadie hubiera sabido en qu momento, millares de volantes contra el gobierno cayeron sobre la multitud. Haban sido lanzados desde la torre de la Catedral. Pedro Estrada hizo averiguaciones y descubri que aquellos volantes haban sido impresos en el multgrafo de la Catedral, puesto al cuidado del padre Sarratud. El director de la S. N. esper un momento propicio para actuar.

Ese momento propicio se present el 1 de mayo a raz del levantamiento de Maracay. Desde cuando volaron los primeros aviones sobre Caracas, Estrada se asil en la Embajada de Santo Domingo. Pero al da siguiente, cuando supo que el golpe haba fracasado, se instal en su despacho de la avenida Mxico, a dirigir personalmente las represalias. El 3 de enero, el Arzobispo le dijo por telfono al padre Sarratud que Pedro Estrada lo estaba buscando desde haca tres das. El sacerdote, que no se haba escondido, se ech al bolsillo el breviario y se dirigi en automvil a la Seguridad Nacional. Lo recibi Miguel Sanz, quien sin frmula de juicio lo mand a la celda. En el cuarto piso de la Seguridad Nacional se llev una sorpresa: all haba, detenidos, cuatro sacerdotes ms. Se les acusaba de que sus sermones eran la causa moral del levantamiento militar.

Monseor Moneada al Negro Sanz: "En los afectos no se mete ni Dios" 5 sacerdotes presos: El gobierno se cae a pedazos

Al padre Alfredo Osiglia lo fueron a buscar cuatro detectives armados, en la maana del 2, hasta la Iglesia de la Candelaria, donde acababa de decir la misa. A las 3 de la tarde, Monseor Delfn Moneada, despus de almorzar en su casa de los Chaguaramos, lleg en su modesto automvil negro al despacho parroquial de Chacao, y all lo esperaba un hombre de apariencia humilde. Era un enviado de Pedro Estrada. Monseor Moneada se comunic con el Arzobispo por telfono y se dirigi solo, a la Seguridad Nacional. Lo condujeron al despacho de Sanz. Sentado en un rstico banco de madera, ese sacerdote slido y sanguneo, pero de edad avanzada, esper al segundo de Pedro Estrada durante siete horas, minuto a minuto. Haba ido con el propsito de dejar constancia, pero dos guardias armados de ametralladoras le comunicaron que estaba detenido. Al atardecer, Monseor Moneada pidi permiso para ir al bao. Los guardias lo acompaaron, encaonndolo, y no le permitieron cerrar la puerta.

A las 11 de la noche, rodeado de sus guardaespaldas, entr Miguel Sanz. "Usted dijo, dirigindose a Monseor Moneada encabeza la lista de cinco sacerdotes que son los autores morales del cuartelazo de Maracay". Luego, sin solucin de continuidad, agreg:

Adems, usted se ha mostrado desatento con el Presidente.

En los afectos no se mete ni Dios, respondi Monseor Moncada.

Vaya a predicar eso all arriba replic el negro Sanz.

All arriba, en el cuarto piso, estaba desde el medioda el padre Jess Hernndez Chapelln, el nico de los cinco sacerdotes que fue sentenciado personalmente por Pedro Estrada. Para el director de "La Religin" la Seguridad Nacional destac ocho detectives: 4 en su oficina y 4 en su casa. El padre Hernndez Chapelln, que no quiso presentarse a la Seguridad antes de hablar con el Arzobispo, eludi los sitios habituales y almorz en casa de unos parientes suyos, en el Cementerio. De all se comunic por telfono con Monseor Arias, quien envi a un sacerdote para que lo acompaara a la avenida Mxico. A las 2 de la tarde, impecablemente vestido de azul claro y con corbata blanca, Pedro Estrada lo hizo pasar a su despacho.

Padre le dijo: usted est complicado en el golpe militar de ayer. Ese es el resultado de sus editoriales que son incendiarios, revolucionarios y que no parecen de un Ministro de Dios.

Pedro Estrada no levant los ojos en ningn momento de la entrevista. Hablaba con la cabeza inclinada, eludiendo sistemticamente la mirada segura del padre Hernndez Chapelln.

No refuto lo de Maracay respondi el director de "La Religin" porque me parece infantil. En cuanto a mis editoriales, le dir que me tiene sin cuidado lo que ustedes piensen y no es mi culpa si ustedes se ven retratados en ellos.

Usted no est de acuerdo con el rgimen? pregunt Pedro Estrada.

No. Estoy en completo desacuerdo.

Estrada no se atrevi a hacerse responsable de su detencin. Dijo que tena rdenes superiores. El padre Hernndez Chapelln fue conducido al pabelln destinado a los cinco sacerdotes. Slo uno de ellos sala todas las noches a dormir a su casa, el padre Pablo Barnola, de la Universidad Catlica. Queran que se asilara para que abandonara el pas. Pero el padre Barnola no lo hizo. Sus compaeros de prisin le llamaban "el semi-interno". La nica visita que se les permiti fue la del doctor Guillermo Altuve Carrillo, enviado personal de Prez Jimnez, el domingo 5 de enero. Trat de convencerlos de que modificaran su actitud en relacin con el gobierno. Pero ellos se mostraron inflexibles. El doctor Altuve Carrillo, furibundo, les lanz una amenaza:

Sepan que no tumbarn al gobierno.

Aquella amenaza no dur mucho tiempo. El 15 de enero, el gobierno empez a caerse a pedazos. Pedro Estrada abandon el pas. El coronel Tefilo Velasco, quien lo reemplaz, puso en libertad a los cinco sacerdotes.

El padre Alvarez, de La Pastora, un conspirador a rueda libre

La ciudad que ellos encontraron al salir de la crcel haba sufrido una transformacin sensacional. Todo el mundo, desde el industrial en su gerencia hasta el vendedor ambulante en la calle, estaba conspirando. En la humilde parroquia de La Pastora, el padre Rafael Mara Alvarez Flegel 156 centmetros cargados de un dinamismo incontenible estaba comprometido hasta los huesos en la conspiracin. En los primeros das de enero, un sobrino suyo, Ramn Antonio Alvarez Cabrera, estudiante del Colegio Carabobo, le inform confidencialmente que estaba actuando en contacto con la Junta Patritica. Necesitaban un multgrafo. El padre Alvarez no se conform con compartir el secreto y prestar el multgrafo de la parroquia para reproducir los volantes clandestinos, sino que hizo las copias en su mquina y trabaj personalmente en la impresin. Usaba guantes para evitar las huellas digitales. Durante los primeros 15 das del ao, sin ningn contacto directo con la Junta Patritica, el padre Alvarez ocup la jornada entera en su ejemplar trabajo de conspirador espontneo. Los muchachos llevaban el papel en la maana y volvan en la noche por las copias. En varias parroquias se adelantaba una actividad semejante. Apenas salido de la crcel, el padre Sarratud entr en contacto con otros grupos estudiantiles que celebraban reuniones en una dependencia de la Catedral e impriman all volantes clandestinos.

A medida que se acercaba el martes 21, el padre Alvarez senta que los das le quedaban cortos. La huelga general estaba preparada, pero el efervescente prroco de La Pastora en su solitario y escueto despacho, sin otro contacto con el gigantesco mecanismo de la conspiracin que su grupo de estudiantes, senta que algo faltaba: un ultimtum a Prez Jimnez, con condiciones concretas. En la noche del 19 redact l mismo, por su cuenta y riesgo, el ltimo volante, y se tom la libertad de firmarlo: "La Junta Patritica". No se conform con imprimirlo, sino que puso al correo urbano en sobres cerrados una copia para Prez Jimnez y cada uno de sus Ministros. En su cuarto, debajo de la estrecha cama de hierro pintada de azul, quedaron 500 ejemplares que los muchachos iran a buscar esa noche.

Los esper hasta las 11. Antes de acostarse dio orden al sacristn de no quitar las cuerdas de las campanas para que los huelguistas pudieran tocarlas al da siguiente, a las 12 en punto. Se durmi a la media noche despus de escuchar los ltimos boletines de la radio. A la 1.30, varios golpes a la puerta lo despertaron sobresaltado. Una voz masculina grit: Padre, acompenos, para que bautice un nio que se est muriendo! El padre Alvarez abri la puerta y vio al resplandor de las bombillas del patio cuatro hombres oscuros, con las manos en los bolsillos. Eran agentes de la Seguridad Nacional.

Las campanas de la mayora de las iglesias de Caracas anunciaron a las 12 el principio de la huelga general. La polica haba destacado agentes para evitarlo, pero los sacristanes tenan rdenes terminantes de facilitar la entrada de los huelguistas. A Monseor Moncada lo visit el prefecto de Chacao, a las 11 de la maana, para advertirle que sera sancionado si tocaba las campanas. El sacerdote respondi que la polica no poda prohibir la costumbre secular de dar las 12, seguidas por un breve repique. Protegido por el pueblo, el sacristn repic tres minutos por cuenta del prroco y tres minutos ms por su propia cuenta.

En La Candelaria, la polica estuvo a punto de enloquecer con unas campanas que sonaban sin campanero. El prroco haba instalado a los altoparlantes una cinta magntica, que gir repicando durante varias horas. El prroco contempl el espectculo desde el abasto de enfrente, vestido de civil.

Al padre Alvarez le habra gustado tocar las campanas con sus propias manos. Pero a esa hora estaba detenido en el Convento de los Padres Benedictinos de San Jos del Avila. Los agentes de la Seguridad haban pasado la madrugada en su dormitorio, esperando instrucciones. Uno de los estudiantes llam por telfono y fue un detective quien respondi. "A qu hora es la misa", pregunt el estudiante. "No hay misa", respondi el detective sin saber que aquello era una clave. Por esa respuesta supieron los muchachos que el padre Alvarez estaba en poder de la Seguridad. Acompaado por el Arzobispo, el coronel Velasco se dirigi a La Pastora a las 6 de la maana y se opuso a que el prroco fuera conducido a la Seguridad. Desde su celda conventual, el padre Alvarez oy las campanas, las cornetas y los pitos de las fbricas, y supo entonces que su labor no haba sido intil y que antes de 48 horas estara de nuevo en su plpito.

El Arzobispo se encontraba en una situacin difcil: no poda intervenir directamente en poltica, pero tampoco poda ni como miembro ilustre de la Iglesia ni como venezolano impedir el trabajo subversivo de sus prrocos. Las relaciones entre Venezuela y el Vaticano haban llegado a un peligroso grado de tirantez. El Nuncio Apostlico haba protegido en la Nunciatura al poltico Rafael Caldera y a un oficial del levantamiento de Maracay. Monseor Jess Mara Pelln cuyo despacho es una biblioteca blindada de 14.000 volmenes haba pronunciado un sermn sobre el prevaricato y se haba visto precisado a abandonar discretamente el pas. Como miembro, varias veces re-electo, del Comit de Libertad de Prensa de la SIP Sociedad Interamericana de Prensa haba firmado una declaracin en la cual se condenaba el rgimen de Prez Jimnez por haber amordazado a la prensa.

En todos los frentes la Iglesia participaba en la resistencia. Los colegios dirigidos por religiosos estuvieron entre los primeros que echaron sus alumnos a la calle para que se manifestaran contra el rgimen. El rgimen lo saba, pero ya en enero habra podido encarcelar a todos los sacerdotes de Venezuela sin ningn resultado. La fuerza democrtica se haba desencadenado. Monseor Hortensio Carrillo, prroco de Santa Teresa, tena informes de que la polica y la Seguridad, a espaldas del coronel Velasco, tenan preparado un asalto a su templo. Slo se esperaba una oportunidad.

Monseor Carrillo no poda renunciar a su deber. El martes 21 un poco antes del medioda, estaba diciendo su misa ordinaria cuando una manifestacin de mdicos perseguida por la polica se refugi en la Iglesia. En la confusin, la misa fue interrumpida, y agentes uniformados y civiles irrumpieron en el recinto, armados de fusiles y ametralladoras. En un instante la Iglesia de Santa Teresa se impregn de gases lacrimgenos, pero los policas impidieron la salida de las 500 personas hombres, mujeres y nios que se asfixiaban en el interior. Una bomba estall a pocos metros de Monseor Carrillo. Los fragmentos se le incrustaron en las piernas y el prroco, con la sotana en llamas, se arrastr hasta el altar mayor. A pesar de la confusin, un grupo de mujeres mojaron sus pauelos en el agua bendita de la sacrista y apagaron la sotana del prroco.

Cuando la Iglesia fue evacuada, la polica se opuso, incluso, a que las ambulancias se llevaran oportunamente a los heridos. El Arzobispo llam por telfono al comandante de la polica, Nieto Bastos, cuando todava la Iglesia estaba sitiada. Nieto Bastos respondi: Son ellos quienes estn acribillando a la polica.

Monseor Carrillo no pudo ser conducido al hospital. Con las piernas inutilizadas por los fragmentos de la bomba fue llevado al despacho parroquial, hasta donde logr penetrar, al atardecer, un mdico que le prest los primeros auxilios. El sacerdote fue sentado en un escritorio frente a una puerta que da directamente sobre la calle. Una patrulla de polica hizo tres descargas contra la puerta: un tiro de fusil, otro de revlver y una rfaga de ametralladora. La bala de fusil perfor la puerta, atraves el despacho y se incrust en la pared del fondo, a 20 centmetros sobre la cabeza de Monseor Carrillo.

Durante toda la noche, mientras el prroco sufra en su dormitorio del primer piso, presa de terribles dolores, la polica dispar contra la Iglesia para dar la impresin de que all haban grupos atrincherados. Energmenos, subrayaban las descargas con toda clase de expresiones obscenas. Pero Monseor Carrillo, a pesar de su estado, saba que aquel asedio no poda durar mucho tiempo. As fue. El heroico pueblo de Caracas, con piedras y botellas, descongestion el sector a la maana siguiente. Horas despus el prroco experiment una inmensa sensacin de alivio. La misma sensacin de alivio que experiment Venezuela. Era a madrugada del 23 de enero. El rgimen haba sido derrocado.

LA GENERACIN DE LOS PERSEGUIDOS

Con Rmulo Betancourt el domingo pasado acabaron de incorporarse al pas los cuatro dirigentes polticos de Venezuela. Tres de ellos vinieron de Nueva York. El cuarto Gustavo Machado vino de Mxico. Todos viajaban en avin y fueron recibidos en Maiqueta por una multitud que, punto ms punto menos, era siempre la misma. Sus discursos de regreso, aparte los matices impuestos por las diferencias doctrinarias, tuvieron un objetivo comn: la unidad.

Jvito Villalba, Rafael Caldera, Rmulo Betancourt y Gustavo Machado, no pertenecen estrictamente a la misma generacin. El mayor de ellos, Machado, va a cumplir 60 aos, pero es un hombre de una conservacin fsica sorprendente: robusto, derecho y dinmico, a quien muy bien pueden atribuirse los 42 aos del menor de todos, que podra ser su hijo: Rafael Caldera. En cambio, entre Jvito Villalba y Rmulo Betancourt que tienen exactamente la misma edad podra presentarse otra clase de confusiones: Villalba parece tener ms de 50 aos, a causa de la calvicie y Betancourt parece tener menos, a pesar de ser el nico de los cuatro que tiene un nieto.

La diferencia de edad es slo un accidente. Por ser mayor, Gustavo Machado fue el que empez primero a quitarle el sueo a la dictadura de Juan Vicente Gmez. En 1913 cuando Villalba jugaba trompos en Pampatar, Isla de Margarita y Betancourt se diverta con soldados de plomo en Guatire Machado se embarc en la primera aventura armada contra la dictadura. Fue el primer exiliado de los cuatro. Por ser menor, Rafael Caldera no particip en el legendario y romntico levantamiento de abril de 1928, que le dio el nombre a la generacin. Pero, desde un punto de vista histrico, Machado con sus 60 aos, Caldera con sus 42, Villalba con su calvicie y Betancourt con su nieto acabado de nacer, hacen parte de una misma generacin: la generacin de los perseguidos.

Por primera vez desde cuando empezaron a ser polticos, desde cuando empezaron a ser prcticamente perseguidos profesionales, los cuatro han sido recibidos con una manifestacin pblica y han podido pasar directamente del exilio a la tribuna. Hay que tener fe en que ste fue su ltimo exilio. El pueblo venezolano expuls del poder a una camarilla de advenedizos para que pudieran regresar cuatro hombres que, de una manera u otra, de acuerdo o en desacuerdo, han estado siempre juntos en la historia de los ltimos 30 aos, pero que por primera vez ahora constituyen una camarilla. La camarilla democrtica y popular empeada en devolver a Venezuela su fisonoma institucional.

En las bodegas de un barco nazi, un polizn regresa feliz: Jvito

El regreso del primer exilio fue bien diferente a ste. Juan Vicente Gmez se muri de muerte natural, en Maracay, cuando Jvito Villalba se encontraba en Trinidad. Estaba conspirando, buscando contactos con la oposicin, para evitar que Gmez fuera reelegido para el nuevo perodo presidencial que se iniciaba el 19 de abril de 1936. Cuando Villalba conoci la noticia de la muerte del dictador, trat de embarcarse inmediatamente para Venezuela, pero el cnsul de Trinidad le neg la visa. Entonces decidi repatriarse de contrabando. Se meti de polizn en un barco nazi que estaba cargando carbn y lleg a La Guaira mientras todo el pas estaba comiendo hallacas: la Nochebuena de 1935. El prefecto de La Guaira, que no saba qu hacer con el recin llegado lo invit a celebrar la fiesta, mientras el Presidente Lpez Contreras le deca por telgrafo qu haca con el repatriado.

Rmulo Betancourt se encontraba en Costa Rica, donde se cas y naci su primera hija. Era un conspirador de trayectoria continental, que haba pronunciado conferencias y tramado desembarcos armados en Venezuela, desde casi todos los pases del Caribe. A la muerte de Gmez como a Villalba el cnsul en Costa Rica le neg inicialmente la visa de reingreso. Tambin el pens en la repatriacin clandestina, pero a ltima hora obtuvo el permiso y regres por la puerta legal.

Machado, que haba conocido medio mundo en el exilio, que se haba hecho comunista en la Universidad de Pars, que durante varios aos haba buscado un barco para tomarse a Venezuela y haba ido a pedirlo incluso a Mosc, estaba conspirando en el Caribe cuando supo de la muerte de Gmez. Inmediatamente regres al pas. El nico que no tuvo que regresar en esa ocasin fue el benjamn de la poltica venezolana, Rafael Caldera, que apenas haba tenido tiempo de prepararse para la Universidad. Se haba ganado, sistemticamente, todos los premios del Colegio San Ignacio. No conoca an a los otros tres hombres que desde ngulos distintos haban de formar con l en enero de 1958 el cuadrado de la unidad nacional. Los conoci en ese delirante mes de febrero de 1936 en que los cuatro hombres, ya formados para la lucha futura, coincidieron por primera vez en la vida pblica venezolana.

Machado hace rer a Mosc pidiendo un barco para tumbar a Gmez

Por razones de edad, el exilio ms largo fue el de Gustavo Machado, sencillamente porque fue el primer exiliado. Sali de Maiqueta en agosto de 1919, con otros compaeros de aventuras polticas, en un bote que lo llev a Curazao por 12.000 bolvares. Es el pasaje ms caro que ha pagado en su vida. De all pas a los Estados Unidos, entre la inflexible y revenida aristocracia de Boston, donde el joven aristcrata de Caracas, escriba cartas en espaol para una empresa curtidora de cuero. De esa poca la nica en que ha tenido dificultades econmicas Machado recuerda dos cosas: las conversaciones con los estudiantes de Harvard, que estimularon sus inquietudes intelectuales y el insoportable olor de la tenera. Ambas cosas lo obligaron a viajar a Pars.

Cuando lleg a Europa, a los 22 aos, Machado tena una serie de ideas confusas en la cabeza, que se resolvan de una manera simplista en la necesidad de tumbar a Juan Vicente Gmez. Haca tres aos que haba triunfado en Rusia la revolucin del proletariado, pero l no saba an qu era el comunismo ni conoca los libros de Marx. No haba ninguna razn para que se preocupara de esas cosas. En realidad, de los cuatro polticos venezolanos, el comunista es el nico que naci en una familia rica y aristocrtica, de un conservatismo cerrado. En su exilio y l mismo lo reconoce, pues no quiere adjudicarse un falso prestigio de mrtir no tuvo dificultades econmicas. Los cheques de su familia le llegaban puntualmente.

En Pars ocup una pieza en el 88, Boulevard Port Royal, a pocas cuadras de Montparnasse, donde se emborrachaba Ernest Hemingway. Se matricul en la Facultad de Derecho, donde el profesor de economa poltica sustentaba alegremente un sofisma: "En la Unin Sovitica deca no est abolida la propiedad, puesto que existe la propiedad colectiva". Machado quiso saber cmo era la cosa y empez a estudiar el marxismo y a comprar "L'Humanit", el peridico del partido comunista francs. As fue como entr en contacto con las ideas que hoy defiende.

De regreso a Amrica, en 1923 y ya con su grado de doctoren Derecho, su barco no pudo pasar de La Habana, a causa de un levantamiento armado en Veracruz. Machado se qued all, con la secreta intencin de conspirar contra la dictadura de Machado, con quien no tena ningn parentesco, ni sanguneo ni poltico. Indirectamente era una manera de luchar contra la dictadura de Gmez. Lo nombraron abogado de la "Cuban Kane Sugar Corp" y desde all pudo darse cuenta de la corrupcin que inspiraba en Cuba el capital extranjero. El Caribe herva de conspiradores venezolanos en el exilio. Con ocasin de su primer viaje a Mosc, en 1926, Machado supo que haba un cargamento de armas que poda ser transportado a Venezuela, pero que haca falta un barco. Con sus mpetus y su ingenuidad de joven revolucionario, lo primero que hizo al llegar a Mosc fue pedir que le facilitaran ese barco. En Mosc se rieron, creyeron que estaba loco, pero un italiano que se encontraba presente dijo una frase que tiene mucho de cierto y que acaso se le haya pasado por alto a los historiadores: ''En los golpes de Venezuela siempre ha habido un barco".

En Nicaragua, donde particip en un levantamiento contra Somoza, ms tarde en Mxico y por ltimo en Curazao, Machado segua pensando en ese barco. El 8 de junio de 1929 lo tuvo entre las manos, cuando intervino, con Rafael Simn Urbina, en la audaz y fantstica toma de Curazao. El barco se llamaba "Maracaibo". No sirvi para nada.

Abril, 1928, Rmulo irrumpe en su casa buscando un revlver

El primer exilio de Jvito Villalba slo dur un ao, pero estuvo precedido de un ao de clandestinidad y cuatro de presidio. Villalba suele decir en sus discursos que necesit 17 aos para ser abogado. Es cierto. Su carrera de annimo y enquistado leguleyo de provincia se ech a perder afortunadamente desde el momento en que l ingres a la Universidad, con un sombrero de pajilla y una indiscreta corbata de lazo que trajo del Colegio de Los Teques, donde hizo sus estudios secundarios. En la capital, la calma chica impuesta por la aplanadora de la dictadura pareca interrumpida apenas por el paso rechinante de los tranvas. Pero en la Universidad pasaba algo. All encontr Villalba un grupo de muchachos que tenan la cabeza llena de cucarachas democrticas. Uno de ellos metido hasta las orejas en un enorme sombrero de fieltro, era Rmulo Betancourt. Se hicieron amigos. Ambos venan de la provincia, ambos iban a cumplir 20 aos y ambos estaban dispuestos a sacar a Juan Vicente Gmez, a bala, de su guarida de Maracay. El plan madur. En la noche del 7 de abril de 1928, Rmulo Betancourt entr desaforado a su casa Tracabordo a Ferrenqun No. 5 y volte al derecho y al revs las gavetas del escritorio paterno. Alarmado, don Luis Betancourt, su padre, le pregunt qu buscaba.

Busco un revlver, contest el muchacho. Estoy comprometido con un complot que estallar esta noche.

Est bien, hijo mo replic su padre. Que Dios te bendiga.

El golpe fall en la puerta del Cuartel San Carlos. Villalba permaneci escondido en Caracas. Betancourt escap poco tiempo despus a Curazao, en el vapor "Tchira" de la Red. D. Line, en una noche de tiros en Puerto Cabello. Antes de un ao, desde diferentes lugares del mundo, Villalba y Betancourt estaban comprometidos en el mismo complot. Romn Delgado Chalbaud preparaba desde Pars un desembarco en Venezuela, Villalba en la clandestinidad, participaba en la recepcin, desde Caracas. Betancourt buscaba en las Antillas el barco que siempre ha hecho falta en la historia de Venezuela. Esta vez lo encontr, pero a pesar del barco, tambin esta vez, la ambiciosa operacin fue un fracaso. Villalba fue enviado a la crcel de Puerto Cabello, donde continu sus estudios de Derecho y aprendi el ingls, el francs y el alemn. Sali libre 4 aos despus, en diciembre de 1934, porque a Juan Vicente Gmez le dio la gana de soltarlo. As empez su primer exilio a Trinidad.

Buscando la cercana de Venezuela, Betancourt se instal en Barranquilla, donde por lo menos no tendra necesidad de un barco para regresar a su pas. All, en compaa de otro grupo de exiliados entre ellos Ral Leoni, Valmore Rodrguez se defendi haciendo un poco de cada cosa, desde escribir en los peridicos hasta vender frutas de California. Los domingos organizaban manifestaciones contra Juan Vicente Gmez. Su clientela ms entusiasta eran los choferes de taxi, ociosos en el Paseo Bolvar.

Juntos por primera vez en Venezuela despus de la muerte de Gmez, los tres exiliados Villalba, Betancourt y Machado oyeron hablar de un muchacho que se destacaba por su seriedad, su oratoria vibrante y su madurez poltica. Era Rafael Caldera. A pesar de ser el ms joven de todos, era el nico que no estaba influido por la moda marxista de la poca, debido a su formacin escolstica en el Colegio de San Ignacio.

Caldera, el benjamn de los cuatro se instala por su cuenta en la UNE

La carrera pblica de Caldera empez realmente en esa poca, cuando el Congreso discuta la cuestin de la enseanza religiosa en las escuelas pblicas. Los ms exaltados llegaron hasta el extremo de pedir la expulsin de los jesutas. Herido en sus principios, el joven Caldera rompi la unidad estudiantil. El 8 de mayo de 1936 se separ de la vieja Federacin de Estudiantes y cre la UNE Unin Nacional Estudiantil. Actu como sub-director de La Oficina Nacional del Trabajo en Venezuela, creada despus de la muerte de Gmez y escribi el nico tratado de Derecho del Trabajo que existe en el pas. Aquel fue el origen primero del ms reciente de los partidos venezolanos, Copei, cuya fundacin oficial tuvo lugar el 13 de enero de 1946.

El nico de los cuatro que no es fundador de su propio partido es Gustavo Machado, quien ingres al partido comunista cuando ste era ya un organismo adulto. Al regresar a su pas, despus de la muerte de Gmez, apenas si tuvo tiempo para respirar, cuando debi esconderse. Poco despus inici la larga peregrinacin por las crceles del pas. Villalba, que no perda las esperanzas de ser abogado, sigui en la Universidad y de all pas a la Cmara. En esa poca fund su partido, UDR, Betancourt organiz el movimiento "Orve" origen primero del partido Accin Democrtica.

La agitacin poltica de esa poca culmin con el segundo exilio de Villalba. Con 27 exiliados ms entre los cuales deba contarse Rmulo Betancourt fue embarcado en el vapor "Flandre", en el primer viaje de turismo que hizo esa nave por los pases del Caribe y Mxico. Villalba desembarc en Acapulco. Burlando la vigilancia policial, Betancourt permaneci en Caracas. Vivi entonces una etapa de leyenda, durmiendo todas las noches en un lugar distinto, perseguido de cerca por la polica, pero publicando, religiosamente, una columna poltica en el diario "Ahora". A pesar de la persecucin, su actitud era tan imparcial que en cierta ocasin apoy al gobierno desde esas columnas, en el caso concreto de la fundacin del Banco Central de Venezuela. Los comentaristas llamaron la atencin del tcnico extranjero Hermn Max, quien pregunt por el autor en el Ministerio del Interior. El Ministro le respondi:

Si yo supiera dnde est el autor, ya lo tendra en la crcel. La polica lo anda buscando.

Poco tiempo despus, el automvil en que viajaba fue abaleado por la polica. Betancourt fue descubierto y expulsado a Chile. Machado segua en la crcel, Villaloa dirigiendo en Colombia el "Diario Nacional", lleg a ser tan conocido y estimado, que alguien creyndolo colombiano habl de l como posible candidato a la presidencia de la Repblica. Era el segundo exilio.

1958. La democracia regresa, los cuatro lderes tambin

El gobierno del general Medina Angarita tuvo una particularidad: por primera vez en la historia de Venezuela, no hubo presos polticos, ni exiliados. Entonces los cuatro dirigentes de hoy volvieron a encontrarse en la vida pblica.

En la Universidad, Rafael Caldera haba hecho una labor trascendental: Sus ideas de la UNE se extendieron al campo de la poltica nacional. Lleg a la Cmara Baja, con la representacin del pueblo yaracuyano. Villalba, un poco ms adelantado en poltica, aunque todava ms atrasado en sus tercas aspiraciones de abogado, subi hasta el senado. Betancourt, ms impaciente, fue hasta la Presidencia de la Repblica. En la tarde del 18 de octubre de 1945 la joven oficialidad de las guarniciones de Caracas y Maracay desconoci a sus superiores. 24 horas despus, el Presidente Medina Angarita se entreg en el Cuartel Ambrosio Plaza a un oficial de nervios exaltados, de muy