Retrato del general Gómez deArteche en el Boletín de la RealSociedad Geográfica, 1906

Texto e imágenes de FranciscoJavier FAUCHA PÉREZ y JesúsFERNÁNDEZ SANZ

GENERAL GÓMEZDEARTECHE

UN CARABANCHELERO EN LACUMBRE DE LA HISTORlOGRAFÍA

MILITAR

Desde que en 2008 se iniciaron las celebraciones del bicenténario de laguerra de la Independencia han proliferado un gran número de publi-caciones sobre la misma, pero se echa en falta un recuerdo al militar yacadémico de la Historia.

José Gómez de Arteche, a quien la histo-riografía española debe una de las obras im-prescindibles para el estudio de los años de lainvasión napoleónica: Historia militar de laGuerra de la Independencia, obra en 14 vo-lúmenes a la que dedicó cuarenta años de suvida. Hombre de una cultura vastísima, habla-ba diferentes lenguas e incluso se permitió in-cursiones en el campo de la tecnología militar.Recorrió los diferentes niveles del escalafóncastrense con una diligencia asombrosa a lavez que desarrollaba investigaciones en el ám-bito de la geografía y la historia militar. Gómezde Arteche fue un militar ilustrado que no res-ponde a los clichés que el siglo XIX español noslegó, tan 'repleto de espadones y conspiradores.

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NACIMIENTO, AÑOS DE FORMACiÓN Y PRIME-ROS DESTINOS

José Gómez de Arteche y Moro de Elexabeitia na-ció en Carabanchel Alto el 13 de marzo de 1821 enel seno de una familia de raigambre vasca vinculadaal mundo militar. Su padre combatió en la guerrade la Independencia y en la primera guerra carlista.Nuestro protagonista, que también se sintió atraídopor lo castrense, pronto abandona Madrid transcu-rriendo su infancia en diferentes lugares de España:Arratia (Vizcaya), Santo Domingo de la Calzada (LaRioja), Oñate (Guipúzcoa) y Valladolid. El5 de ene-ro de 1836, a la edad de quince años, ingresa en elColegio de Artillería de Segovia, permaneciendo ensu bello alcázar hasta 1840. Allí inicia una carreramilitar que culmina con el grado de subteniente.

Es en esta época cuando el joven Arteche, con19 años, comienza a desarrollar una inclinaciónpor la Ciencia aplicada al campo militar (unacombinación que lamentablemente en la Españade la época había quedado relegada a un planoprácticamente inexistente). Como consecuenciade su afán investigador, Gómez de Arteche reali-za en el bienio 1841-42 una gran contribución alestudio topográfico con el levantamiento de pla-nos de las localidades de Solsona, Berga, Hostalrichy Gerona. También protagoniza la recogida de restosbélicos -balas, granadas y bombas- en los esce-narios de la guerra de la Independencia (Bailén,Cádiz, Talavera, Vitoria y Arapiles entre otros)que pasan a engrosar las colecciones del enton-ces Museo de A rtillería. Pero el aspecto más des-tacado, fruto de sus experimentos es el llamado«alza-calibrador», un artilugio de aplicación enla corrección del disparo en las baterías monta-das y de montaña y cuyos resultados publica en elMemorial de Artillería de 1847. Sin duda algunaeste hecho contribuye a su nombramiento ese añocomo capitán de Estado Mayor.

ACTIVIDAD MILITAR Y CAMPAÑA DE ITALIAAunque Gómez de Arteche no participó en nin-

guna de las asonadas militares tan frecuentes ennuestro siglo XIX fue un hombre de un claro ta-lante conservador y de una fidelidad extrema alorden borbónico establecido. Como oficial delEstado Mayor tuvo ocasión de participar en ac-

Portada del tomo 14 de su Historia militar dela guerra de la Independencia, 2.a edición, ha-cia 1908. Ejemplar de la Biblioteca de la Uni-versidad Pontificia Comillas

ciones militares de represión de los movimientosrevolucionarios de 1848 y 1856 (resulta sintomá-tica la coincidencia de algunos de sus ascensoscon fracasadas intentonas revolucionarias). Perola misión más delicada que tuvo que asumir estárelacionada con la protección al papa Pío IX,quien en 1848 tuvo que huir de Roma y refugiarseen Gaeta ante el avance revolucionario garibal-dino. El gobierno de Narváez envió dos expedi-ciones para proteger los derechos papales sobreRoma. En realidad se trataba de una misión para«investigar los recursos de Garibaldi en hombresy material de guerra, así como también el esta-do defensivo de Roma». El 2 de marzo de 1849marcha hacia Roma y el 5 de mayo es destinadoal Estado Mayor del pequeño ejército expedicio-nario confiado al general Fernández de Córdobapara apoyar al papa Pío IX frente a las tropas re-volucionarias. Esta misión significó para Arteche .un espaldarazo a su posición dentro del Ejércitoy a la vez una adscripción más neta a los sectorespolíticos liberales más conservadores.

El año 1856 es otra de las fechas clave en la vidade nuestro protagonista. El 14 de julio la caída deEspartero frente a O'Donnell causa la rebelión delprimero, cuyos partidarios se levantan en armasfrente al gobierno. Al día siguiente tropas guberna-mentales sofocan el alzamiento progresista y el 16de julio José Gómez de Arteche obtiene el empleode coronel de Artillería. Se trata evidentemente deotra recompensa a su lealtad a los moderados enunos sucesos que estremecieron Madrid.

Placa de la calle que el Ayuntamiento deMadrid le dedica en Carabanchel Alto al ge-neral Gómez de Arteche

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Portada de Nieblas de la historiapatria, obra de Gómez de Arte-che, 2" edición, 1888

Paralelamente a su labor militar, Gómez de Ar-teche prosigue con su actividad científica y publicaen 1859 su Geografia histórico-militar de Españay Portugal, y la obra Descripción y mapas de Ma-rruecos esta última con Francisco Coello. Precisa-mente esta obra, que se edita en el mismo ,momentoen que se inicia la llamada guerra de Africa, re-presenta una significativa muestra del cambio dementalidad de un grupo de militares que comienzana reivindicar una intervención en el norte del con-tinente africano. Se trataba de impulsar una pene-tración con el fin de obtener una nueva colonia quereemplazara en parte la pérdida de América pocasdécadas antes. Arteche comienza a hacerse un nom-bre y a darse a conocer en las altas esferas militaresy el 6 de septiembre de 1863 obtiene el grado degeneral de brigada, que es el máximo nivel en elescalafón militar que alcanzará. A los tres meses es-casos, el 5 de diciembre, se promulga una real ordenpor la que José Gómez de Arteche y Moro obtieneel empleo de secretario de la Junta Consultiva deGuerra. El cargo de subsecretario del Ministerio dela Guerra le llega en 1865.

EL SEXENIO REVOLUCIONARIO y EL RECONOCI-MIENTO DE SU LABOR HISTORIOGRÁFICA

En 1816 el gobierno español había creado unacomisión para estudiar la recién finalizada guerrade la Independencia, pero quizás por la cercaníadel acontecimiento la puesta en marcha se fue de-morando hasta 1862, cuando una Real Orden de26 de abril encarga a Gómez de Arteche, cuyoprestigio era grande y sus publicaciones eran cons-tantes, llevar a cabo el estudio. En 1868 aparece elprimer tomo de esta enciclopédica obra que aúnhoy se considera de obligada consulta para todoaquel que quiera acercarse con rigor a la historiade aquella contienda.

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Fragmento de la inscripción bautismal de José Gómez de Ar-teche. Elbautizo tuvo lugar en la iglesia de San Pedro, temploparroquial de Carabanchel Alto el 14 de marzo de 1821

El inmenso arsenal de datos de archivos y deestudios obtenidos sobre el terreno ha aportado lamateria prima para numerosos historiadores pos-teriores que abordaron el tema desde diferentesconcepciones historio gráficas.

La caída de Isabel IIsupone para Gómez de Arte-che un duro golpe que le decide a pedir su pase a lareserva. Esta circunstancia le hace centrarse más ensu actividad intelectual y le lleva también a reencon-trarse con la tierra vasca de sus antepasados. Aban-dona Madrid y se instala en San Sebastián dondeinicia su obra Un soldado español de veinte siglos.En este trabajo pasa revista a los principales hechosde armas desde la época de los íberos hasta la de suscoetáneos; el tono épico antes aludido se intensificaen los hechos narrados en este libro.

A pesar de alejarse de los cargos y honores másvinculados a la realidad política, en este periodo re-cibe diversos reconocimientos por su actividad cien-tífica. El 12 de mayo de 1871 es una de las fechasmás destacadas en la vida del general: José Gómezde Arteche es elegido académico de la Historia envirtud de «sus trabajos geográficos e históricos quele han colocado en lugar preeminente entre los escri-tores militares de su tiempo» y por «su contribuciónal estudio y conocimiento de la geografía e histo-ria militar de España». Será justo un año después,el 12 de mayo de 1872, cuando verifica su entradasolemne en la Real Academia de la Historia en unaceremonia en la que toma posesión de su cargo deacadémico leyendo un discurso de recepción titula-do Expedición de los españoles a Dinamarca a lasórdenes del marqués de la Romana.

Pero también es justo señalar que la faceta de his-toriador de Gómez de Arteche se ve reforzada por sulabor como publicista y divulgador. Las más impor-tantes publicaciones periódicas -La Ilustración Es-pañola y Americana, La Época, Euskal-Erria y otrasmuchas- se convierten en fieles propagadoras de susinvestigaciones. No menor importancia divulgativatiene su incesante actividad como conferenciante.

Carabanchel Alto en el siglo XIX, al fondo la iglesia de San Pedro, donde fue bautizado José Gómez de Arteche el 14 demarzo de 1821, grabado de Sierra, en revista La Academia, 1877

LA RESTAURACiÓN BORBÓNICA y SU VUELTA APUESTOS DE RESPONSABILIDAD POlÍTICA

Con la llegada de Alfonso XII el 29 de diciembrede 1874 el periodo de ostracismo de Arteche toca asu fin al convertirse en ayudante de campo de S. M.Su participación en la vida intelectual es constan-te: la Real Sociedad Geográfica le incluye entre susmiembros y en 1892 forma parte de la delegaciónespañola en el Congreso de americanistas de París.

En el año 1876 publica en 3 volúmenes su obraNieblas de la historia patria, y el 5 de agosto de esemismo año, el general José Gómez de Arteche esnombrado ayudante de campo del rey Alfonso XII.Aquel cargo sería refrendado a los pocos meses, yaque el 23 de enero del siguiente año obtiene el em-pleo de mariscal de campo del rey siendo el primerode los generales de su categoría. Poco después pasaa la reserva y a partir de entonces forma parte dediversas comisiones políticas tanto nacionales comoeuropeas, obteniendo una interminable serie de con-cesiones de premios y condecoraciones.

En 1880 Gómez de Arteche publica sus obrasFernando VII en Valencay y Elogio del tenientegeneral don Mariano Álvarez de Castro, defensorde Gerona, y reedita en Madrid la Geografia his-tórico-militar de España y Portugal, que ya hacíamuchos años se había convertido en manual para losalumnos de las academias militares y que sería pre-miada en los Congresos Internacionales de CienciasGeográficas de París de 1875 y de Berna de 1891.En 1881 Gómez de Arteche publica El marqués deTorrecuso, culminando el año con su nombramientocomo vocal de la Junta de defensa del Reino.

En 1885 su compromiso con el sistema políticode la Restauración se ve reforzado al ser elegidosenador por la provincia de Guipúzcoa, mientras

que simultáneamente es nombrado segundo co-mandante general de Alabarderos. Sus obras estánrodeadas de un gran éxito lo que muestra, por ejem-plo, que se reedite en Barcelona la obra Un soldadoespañol de veinte siglos. En 1887 el autor prosiguecon su investigación sobre el conflicto que inicióel siglo, esta vez a través de la publicación de sudiscurso De la cooperación de los ingleses en laguerra de la Independencia. Al año siguiente pu-blica su obra Juan Martín, el Empecinado y reeditaen Barcelona Nieblas de la historia patria.

LOS ÚLTIMOS AÑOS DE SU VIDALos últimos años de su vida siguen siendo igual

de prolíficos para el ya anciano general: En 1892publica La conquista de México y la primera partede El Reinado de Carlos IV. Al año siguiente Gó-mez de Arteche termina de publicar El reinado deCarlos IV y en 1894 aparece su Elogio del tenientegeneral don Eduardo Fernández San Román.

En 1900 publica su obra La mujer en la guerrade la Independencia cuyo tema, no estudiado hastaentonces, es presentado en una conferencia en elCírculo de San Luis por la Asociación de Confe-rencias y Lecturas. Prosiguiendo con el interesantetema del papel de la mujer en la historia de nuestropaís publica en el año 1904 La mujer española enel trono. Dado su particular talante conservador, suconcepción del papel de la mujer está plenamen-te incardinada en un total tradicionalismo. LópezCenteno llegaría a escribir en 1903 en la RevistaCatólica de Cuestiones Sociales y en relación conla conferencia sobre la mujer en la guerra de la In-dependencia que el autor « ... puso de manifiestola misión de la mujer en la vida pública, siendofiel compañera del hombre, inculcando en los hi-jos el sentimiento religioso y el amor a la patria,

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Plaza de Carabanchel Alto con la iglesia parroquial de San Pedro, anónima, hacia 1940

formando así el corazón del verdadero ciudadano».Pero un año antes, en 1903 y cerca ya del final desus días, se produce uno de los momentos cumbrede su vida creativa: Gómez de Arteche termina depublicar su Historia militar de la guerra de la In-dependencia, estructurada en 14 volúmenes. Mien-tras, en sus conferencias y artículos periodísticossigue divulgando retazos de historia.

No es mucho lo que se ha divulgado sobre suvida privada. Sabemos que estuvo casado con Lui-sa Lario, que falleció años después en San Sebas-tián (1915) y que su hijo Luis, que también habíanacido en Carabanchel, estudió Derecho. Todavíaen 1921 encontramos un capitán llamado José Gó-mez de Arteche destinado en Melilla.

E128 de enero de 1906 fallecía en el número 55de la calle de Lope de Vega de Madrid el generaldon José Gómez de Arteche y Moro mientras seocupaba en coordinar sus memorias, que su muertedejó inconclusas e inéditas y que hubieran sido degran valor testimonial de su persona y del periodohistórico que vivió. El título era muy significativo:Las cosas y los hombres de mi tiempo. De igualmanera perfilaba un estudio sobre Lucrecia Borgiay otro sobre la geografía y la mujer. Durante untiempo la prensa y los foros culturales se llenaronde notas necrológicas que reivindicaban al military al intelectual y que consideraban que el hechode no haber llegado al máximo grado del escala-fón militar (capitán general) era un agravio a susextraordinarios, méritos. Sin duda alguna aquel díaEspaña perdía a uno de los testigos más privile-giados de su historia reciente. Aunque siempre fiela la dinastía borbónica dentro de su concepción

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más tradicional y moderada, su ideología no leimpidió proveerse de una metodología científicaen su estudio de la historia militar. Sin olvidar suadmirable fecundidad creadora hasta los últimosmomentos de su vida. Fue enterrado en el cemen-terio de la Almudena y desde diferentes sectoresreclamaron la presencia de sus restos mortales enel Panteón de Hombres Ilustres de Atocha.

En mayo de 1908, con motivo del centenariode la rebelión popular contra el ejército francés,veía la luz una publicación firmada por numero-sos autores, quienes decidieron que se incluyeraun trabajo del militar ya fallecido. Era un home-naje póstumo a quien había dedicado gran partede su vida al estudio de aquella contienda. Otrode los actos más destacados que se celebraron ensu memoria tuvo lugar el 31 de enero de 1909 enuna velada necrológica en la Real Academia dela Historia con la presencia del rey y en la que seconmemoró igualmente el centenario de la guerrade la Independencia.

Salvo una humilde placa que da nombre a unacalle en el que fue su pueblo de nacimiento pocomás parece hoy recordar su figura en Madrid.Probablemente su recuerdo ha quedado envuel-to en las mismas nieblas de la historia patria quedifuminan algunos acontecimientos históricos.Nieblas que él mismo utilizó tan acertadamentecomo título de un libro que publicó en 1876 y quepone de manifiesto muchos de los olvidos histó-ricos a que somos tan aficionados en España. Sir-van estas líneas en Madrid Histórico para .ayudara rescatar la figura injustamente olvidada de unmilitar ilustrado.