BARRIO SANTA MARGARITA

MARCO GEOLÓGICO REGIONAL

Las diferentes unidades litológicas que afloran sobre la vertiente occidental del Valle de Aburrá, corresponden las más antiguas a rocas metamórficas de edad Precámbrica denominadas Esquistos, y las cuales agrupan esquistos cuarzo-sericíticos, cloríticos, grafitosos o negros y moscovíticos incluidos dentro del denominado “Complejo Cajamarca”.

Asociados a la cuenca media y baja de la quebrada La Iguaná, se identifica un cuerpo de edad cretácica, denominado “Metagabro del Picacho”. Infrayaciendo estas unidades, y ocupando gran parte de la ladera occidental, aflora un cuerpo ígneo de edad Cretácica denominado “Stock de Altavista”, el cual aflora de forma continua desde Itagüí hasta la quebrada La Iguaná.

Hacia las partes bajas del flanco occidental, los terrenos que conforman estos cuerpos aparecen cubiertos por depósitos de flujos de lodos y escombros, de edad cuaternaria, en los que predominan los bloques de rocas ígneas y metamórficas. En la zona se ha cartografiado al menos cinco eventos de depositación.

Finalmente y asociado a la dinámica de las quebradas que drenan el sector, se encuentra depósitos aluviales y aluvio – torrenciales de edad Cuaternaria, que conforman terrenos de topografías planas y ocupan áreas considerables.

A continuación se describen las principales características de las unidades que afloran en la zona de estudio, tomando como base para su caracterización la Microzonificación Sísmica del Valle de Aburrá:

Stock de Altavista (KdA): Scheibe (1919) hace alusión a las características petrográficas del cuerpo, describiendo como extensas moles de granito de grano fino intercalado con dioritas de grano pequeño a fino, o bien encerrando masas redondas o elongadas de diorita. Grosse (1926); le asigna el nombre “Diorita tipo Boquerón” considerando la parte más noroccidental del cuerpo. Es un cuerpo ígneo plutónico a sub-volcánico que aflora extensamente en el flanco occidental del Valle de Aburrá, desarrolla un relieve de cuchillas característico. Su composición y textura aparecen muy heterogéneas, con los siguientes tipos de rocas: dioritas hornbléndicas, cuarzodioritas y gabros, con texturas desde fanerítica gruesa hasta afanítica, en ocasiones aparecen facies porfídicas, por lo que las rocas se pueden clasificar como pórfidos

andesíticos o pórfidos microdioríticos indicando que este cuerpo se emplazó a poca profundidad. En general, las rocas que lo constituyen se presentan intensamente meteorizadas, con un desarrollo de suelos que pueden alcanzar 45 m de espesor, y cuya textura y granulometría dependen de la facies a que corresponda la roca parental.

Metagabro del Picacho (KmP): Corresponde a una unidad litológica recientemente identificada en el Valle de Aburrá (Correa y Martens, 2000). Corresponde a los gabros asociados a una secuencia de piso oceánico (ofiolita) que incluye las Dunitas de Medellín; dicha secuencia se emplazó sobre el continente y ha sufrido procesos de metamorfismo. Se trata de una unidad que ha sufrido dos eventos metamórficos, uno dinámico y otro regional, sin llegar a convertirse estrictamente en una anfibolita.

Son frecuentes los cantos y bloques en los depósitos de vertiente del tipo flujos de escombros y sólo afloran en forma de ventanas erosivas de extensión variable. Estas rocas son de color gris moteada de blanco, con variaciones texturales, desde bandeada con alternancia de franjas claras y orientación de los minerales máficos. Generalmente el metagabro se encuentra como suelo residual sin conservar estructura alguna de la roca original y como saprolito muy meteorizado. En pocas ocasiones se logra observar la roca en estado fresco. El suelo residual desarrollado por esta unidad de roca es de color variable sobresaliendo el gris claro, ligeramente moteado de blanco, el amarillo y el amarillo rojizo, con una granulometría limo arcillosa.

Flujos de escombros y/o lodos (Qfl/e): Existe una gran variedad de depósitos de vertiente que cubren la ladera occidental, cuyos materiales dependen principalmente de las unidades geológicas que afloran en la parte alta de las vertientes. Específicamente, se trata de depósitos de flujos de lodos y escombros de los cuales se identificaron al menos cinco series de eventos de depositación. Estos depósitos están constituidos por flujos de varias generaciones, cuyos clastos presentan diferentes grados de meteorización. Son generados cuando se produce hacia las partes altas de las vertientes una sobresaturación en los materiales condición que reduce marcadamente las propiedades de resistencia y las hace más vulnerables a fenómenos tales como las altas precipitaciones o los movimientos sísmicos.

Depósitos aluviales (Qal). Se presentan sobre los fondos de los valles del río Medellín y sus afluentes principales, en las llanuras de inundación, como materiales de desborde; y en terrazas aluviales de diferentes niveles. Los depósitos asociados a estas zonas aluviales se caracterizan por presentar una ligera imbricación, selección moderada y alto grado de redondez de los

bloques, que los diferencia de los depósitos aluvio-torrenciales. Desarrollan geoformas de superficies suaves, prácticamente planas, dispuestos en franjas irregulares que siguen las principales corrientes que drenan el río Medellín.

Depósitos aluviotorrenciales (Qat). Bajo esta denominación se agrupan los depósitos que generan algunas corrientes durante avenidas torrenciales, en las cuales la alta energía del agua permite arrastrar materiales de granulometría heterogénea, que incluyen desde bloques rocosos de tamaño variable hasta arenas finas, limos y arcillas. Estos materiales descienden por los cauces siguiendo un comportamiento turbulento, hasta alcanzar una zona con pendientes suficientemente suaves, donde se depositan, lo cual puede ocurrir en los pequeños escalones de pendiente suave que se presentan en las laderas, o en las orillas de los cauces.

TECTÓNICA REGIONAL

Debido a la localización en el flanco Oeste de la Cordillera Central, la tectónica del Valle de Aburra está dominada por las fallas del Sistema Cauca-Romeral; el cual atraviesa el territorio nacional con una dirección aproximada N-S. Este sistema está compuesto por dos grupos de estructuras, hacia el oeste se tiene el sistema Cauca y al Este el sistema Romeral. Este último sistema es el más cercano a la ciudad de Medellín.

El complejo sistema de fallas N-S, del sistema de falla de Romeral involucra el flanco Oriental de la ciudad y las estribaciones de las superficies de erosión; posee una moderada a baja expresión geomorfológica en la cual se dificulta su observación por la presencia de lineamientos N-W y E-W que los desplazan.

Según Rendón (1999) en el municipio de Medellín se presentan al menos tres grupos de estructuras verticales; las relacionadas con la obducción de una secuencia ofiolítica; las de tendencias N-S y las de tendencia N-W; éstas estructuras presentan una secuencia de edades relativas de la más antigua a la más reciente, en su respectivo orden.

Las estructuras de tendencia N-S en el sector occidental del valle de Aburrá está conformado por estructuras de falla que influyen tanto la dirección de las fajas de rocas metamórficas como las direcciones de foliación.

Las fallas geológicas reportadas en el área de estudio corresponden principalmente a la denominada falla Iguaná – Boquerón. A continuación se describen las características generales de esta falla:

Falla Iguana Boquerón: El Grupo de Sismología de Medellín, 1.999, la describe como una falla con dirección general N15°W, que controla parte del cauce de la quebrada Iguana al occidente de la ciudad de Medellín. En los sitios que este grupo evaluó para identificar su actividad neotectónica no se encontraron evidencias, por lo que estiman su grado de actividad de bajo a muy bajo. Ortiz, 2002, reporta un pequeño sinclinal cuya estructura involucra depósitos de talud y horizontes de cenizas volcánicas, datadas por trazas de fisión en 0.15 Ma, y que interpreta como producto de desplazamiento reciente a lo largo de uno de los ramales principales de la Falla Iguaná Boquerón; este autor le asigna un desplazamiento vertical de 1.7 m con el bloque oriental descendido. A partir de esta magnitud de sismo se puede estimar una longitud de falla entre 35 y 40km; sin embargo, esta longitud de ruptura no ha sido comprobada en campo. Si se toma el desplazamiento de 1.7m y la edad de 150.000 años se tiene una tasa de desplazamiento de 0.01mm/año lo cual permite asignarle un grado de actividad de bajo a muy bajo.

Rendón, 2003, reporta que la parte más profunda de lo que denomina la Cuenca Medellín, está localizada en el lado occidental del eje del valle actual y define una depresión estrecha con tendencia NW, con una profundidad máxima de 240m, siguiendo la dirección de la Falla Iguaná Boquerón. Reporta además, un sentido lateral izquierdo de desplazamiento para la falla, aunque menciona que no son datos concluyentes y que la ausencia de información relacionada con el buzamiento de esta falla dificulta el clasificarla como falla inversa o como falla normal.

GEOLOGÍA LOCAL Y FORMACIONES SUPERFICIALES

Litológicamente la zona de estudio se encuentra conformada principalmente por materiales recientes (Cuaternario), representados principalmente por depósitos de flujos de lodos y/o escombros y llenos antrópicos, los cuales reposan sobre el basamento metamórfico con edades Cretácicas conformado por el denominado Metagabro del Picacho.

Depósitos de Flujos de lodos y/o escombros (Qfl/e)

Es la formación superficial predominante en la zona, originada por antiguos deslizamientos de roca y suelo, desprendidos de la parte superior de la ladera. Estos aparecen cubriendo la mayor parte del área de interés, observándose buenos afloramientos en los cortes de la vía de acceso. Estos depósitos reposan concordantemente sobre el basamento rocoso y/o sobre depósitos más antiguos o intercalados con ellos.

En la zona de estudio, esta unidad superficial se caracteriza por presentar un perfil de meteorización conformado de tope a base por los estratos que se describen a continuación. Superficialmente se presenta un horizonte orgánico de textura limo – arenosa de color café oscuro a negro con un espesor variable entre 10 y 20 cm; infrayaciendo este estrato se observa un potente flujo de lodos y escombros compuesto por matriz limo arcillosa de baja plasticidad y limos de alta compresibilidad, de color café amarillento a café rojizos con bloques de roca del tipo Metagabro, en diferentes estados de meteorización, con formas angulares a subangulares.

Cuando los bloques se meteorizan profundamente generan zonas limo arenosas de color gris verdos. Superficialmente se pueden observar bloques de roca de tamaño decimétrico.

Llenos Artificiales (Qan)

Corresponden a depósitos artificiales (conformados por el hombre), que pueden llegar a tener una extensión y espesor importantes. Se observaron depósitos de este tipo, dispersos y depositados aleatoriamente dentro y fuera de la zona de estudio, asociados a explanaciones y cortes realizados para la apertura de las vías de acceso al lote y zonas de depósito o escombreras. Estos llenos se caracterizan por estar compuestos por diferentes materiales, entre los que se destacan limos, arcillas, escombros y basuras.

Sobre el costado occidental de la zona , se conformó un gran depósito de escombros que presenta evidencias claras de inestabilidad, como escarpes al interior del depósito, agrietamientos y desplazamientos que muestran su actividad dinámica. Este depósito antrópico es adicionalmente desconfinado en la base por la quebrada La Iguaná lo que acelera el proceso inestable. El cual esta siendo intervenido con obras de mitigación para controlar la erosion de la quebrada, conformando un muro de contención en bolsa creto en la margen izquierda de la quebrada, y conformando sobre el deposito antrópico un canal escalonado en concreto para la conducción del agua superficial hacia la quebrada. Con estas obras de mitigación que adelanta el Municipio de Medellín, se pretende mejorar la aptitud geológica que la zona, y reducir el riesgo de una avalancha por el taponamiento del cauce de la quebrada la Iguana producto de un posible deslizamiento del proceso que se identificó en la zona occidental fuera del lote en estudio.

GEOMORFOLOGÍA REGIONAL

A nivel regional, la zona se encuentra dentro de una unidad geomorfológica denominada Unidad de Vertientes Largas por el GSM (1999). Esta unidad se

caracteriza por presentar terrenos con pendiente baja (menor del 25%), los cuales se extienden de forma continua desde el fondo del valle, cauce de la quebrada La Iguaná, hasta la parte alta de la vertiente, sin presentar cambios bruscos en su aspecto o pendiente general y sólo con variaciones locales, que dan lugar a pequeños tramos con vertientes moderadas (hasta 50%).

La zona presenta drenaje paralelo, característico de áreas de depósitos, esos forman cuencas alargadas y estrechas, con divisorias de aguas bajas e incisión moderada a alta, con cauces estrechos de márgenes de vertientes moderas a altas.

GEOMORFOLOGÍA LOCAL

La intervención antrópica en la zona ha dado lugar a una modificación de la morfología de la zona, ya que la presencia de llenos antrópicos realizados por el proceso de urbanización, ha dado lugar a zonas con pendientes moderadas a, y a su vez se ha estrechado el cauce de la quebrada El Chagualón, por los llenos antrópicos sobre su margen izquierdo, lo que ha migrado el cauce hacia el margen derecho y a generado procesos sobre dicho margen.

Procesos asociados a la quebrada El Chagualón

Sobre el margen izquierdo de la quebrada se presentan cicatrices de deslizamientos latentes y procesos activos de carácter superficial, que movilizan el depósito de flujo de lodo y escombros, donde el material fino es lavado por la corriente y los bloques se integran a la carga de ésta.

Los deslizamientos fueron generados por la socavación de la corriente, la cual erodó la base del margen y desencadenó el movimiento, pero a su vez en algunos de éstos se tiene agua que corre por la cicatriz, formando un surco y saturando el material, creando así otro factor que facilita el movimiento.

Igualmente se presenta un proceso de socavación lateral en cercanías del cruce del puente hacia la Estación Vallejuelos del Metro Cable. Este es un proceso pequeño, de menos de 5 m de largo y no presenta fenómenos de inestabilidad asociados en la vertiente.

Se considera que los procesos asociados a la quebrada, son debidos a que el cauce de ésta, ha sido estrangulado por llenos antrópicos asociados al proceso urbanístico del Barrio Santa Margarita, los cuales han sido depositados sobre el margen izquierdo de la quebrada y han obligado a que migre hacia el margen opuesto erodándolos.

BARRIO PESEBRE

GEOLOGÍA

La unidad geológica predominante en la zona corresponde al denominado Neis de

La Iguaná, un cuerpo ígneo feldespático con cuarzo, que aflora en numerosos

cuerpos a lo largo de la cuenca de la quebrada La Iguaná y en algunos sectores

de la cuenca de la quebrada La Hueso. En estado alterado se presenta de color

amarillo claro. Teniendo en cuenta el Sistema de Clasificación de Deere y Patton

(1971), los niveles de suelo residual (Horizontes IA y IB) tienden a ser de carácter

limoso, mientras que los niveles de saprolito (Horizonte IC) y la roca meteorizada

(Horizonte IIA) tienden a ser arenosos, con presencia de bloques. En estos

últimos, la textura arenosa los hace especialmente susceptibles a procesos de

erosión superficial (surcos y cárcavas) y a su vez son fuente de materiales de

construcción para la fabricación de baldosas y adoquines. En la zona específica

de estudió, en los sitios en que aflora directamente el Neis de La Iguaná, se tienen

expuestos predominantemente el saprolito (Horizonte IC) e incluso la roca

meteorizada (Horizonte IIA). Como formación superficial en gran parte de la zona

en estudió, , se tienen depósitos antrópicos de espesor menor a 5 m, los cuales se

encuentran sobre las vertientes y fueron originados por la actividad de extracción

de materiales y la construcción de viviendas. Se estima que los materiales

producto de la excavación para las viviendas fueron echados sobre las vertientes,

por lo que en su mayor parte se observa que están compuestos por arenas y limos

muy similares a la roca in situ, pero de menor competencia, carente de estructura

y con presencia frecuente de basuras. En cercanías a la zona de estudió, el Grupo

de Sismología de Medellín (GSM, 2002) reporta la presencia de una falla en

dirección aproximada Este-oeste. Esta falla es de poca extensión y afecta en su

mayoría al Stock de Altavista y un su extensión final a los Metagabros del Picacho,

pero no se reporta que afecte el cuerpo del Neis de la Iguaná que se considera en

el presente estudió. Esta falla presenta su traza más cercana, de acuerdo con el

estudió mencionado, a unos 1.5 km de la zona de estudió. Igualmente, el GSM

(2002) reporta un lineamiento con dirección aproximada N60°W, este afecta el

Stock de Altavista, las Metabasitas del Picacho y parte del cuerpo del Neis en

estudió, pero su expresión más cercana se encuentra a aproximadamente a 1 km

del área de estudió.

Así, de acuerdo con los estudiós existentes, en la zona se presenta una afectación

por fallas y lineamientos de carácter local, pero éstos afectan levemente el cuerpo

del Neis de La Iguaná en estudió, de manera que no es posible establecer una

relación entre estas estructuras y el fracturamiento observado en la zona

considerada en el presente informe.

GEOMORFOLOGÍA

La zona se encuentra en la unidad de cuchillas, la cual es una unidad macro

dentro del Valle de Aburrá definida por el Grupo de Sismología de Medellín (GSM,

1998) y la que se presenta como porciones de terreno que se desprenden desde

las cimas occidentales del valle y de manera paulatina van perdiendo altura hacia

el centro. Esta unidad da lugar a cuencas estrechas, alargadas, localmente con

valles en forma de V, con dirección general Oeste-Este y desarrollo de afluentes

cortos. En su parte más baja, se pueden presentar cerros o colinas de baja altura

y cima amplia y de baja pendiente.

AURES

MARCO GEOLÓGICO REGIONAL

La zona de estudio se enmarca geológicamente en el Valle de Aburrá, localizado

en medio de la Cordillera Central de Colombia en la parte norte de la Cordillera de

los Andes; cordón montañoso que se asocia a la zona de subducción del norte de

los Andes, la cual determina una compleja evolución geológica, representada por

unidades litológicas de distinto origen, composición y edad; asociados a complejos

sistemas tectónicos.

El valle de Aburrá es una depresión topográfica alargada, que en la zona del

Municipio de Medellín presenta una dirección predominante Norte – Sur, cuyo

principal rasgo tectónico asociado es el sistema de fallas Cauca – Romeral, con su

expresión más oriental, denominada Falla de San Jerónimo, que representa una

paleo-sutura entre las placas continental y oceánica.

Este marco tectónico según Rendón (19991) ha dado lugar a la conformación

litológica del valle, en especial de las formaciones superficiales. Las rocas del

basamento presentan una evolución compleja, comenzando por rocas de edad

Paleozoico inferior hasta rocas de edad Cretácica, estas unidades están siendo

intruidas por diversos cuerpos intrusivos. Los depósitos que cubren estas rocas

de basamento han sido ampliamente estudiados y tienen un origen conocido,

representados principalmente por depósitos de vertiente y depósitos aluviales

formados por el Río Medellín.

El registro estratigráfico del valle según González2 (1999) comienza en el

Paleozoico inferior con dos franjas de Anfibolitas, una de las cuales es de edad

Cretácica (Unidad de Anfibolitas del oriente del Valle de Aburrá) y se encuentra

ligada a un posible Complejo Ofiolítico emplazado tectónicamente en el costado

oriental del valle. Suprayaciendo este registro se encuentra la unidad denominada

Complejo Cajamarca, conformado por grandes paquetes de esquistos actinolíticos

y cloríticos de color verde intercalados con paquetes de esquistos cuarzo-

sericíticos; estas unidades afloran especialmente en el costado occidental y sur

oriental del Valle de Aburrá.

Estas unidades litológicas se encuentran intruídas por diferentes cuerpos

plutónicos de composición intermedia como lo son: El Stock de Altavista, El Gabro

de Romeral, El Batolito de Ovejas, El Batolito Antioqueño y el Stock de Belmira;

crono-estratigráficamente se encuentran dos unidades volcánicas en el Valle de

Aburrá: La Dunita de Medellín que hace parte de una secuencia Ofiolítica

1

2

desmembrada remanente de la paleo-zona de sutura y que aflora en la ladera

oriental del valle y algunos miembros del Complejo Quebradagrande que aflora en

la parte sur occidental del mismo hacia el corregimiento de San Antonio de Prado.

El registro estratigráfico culmina con las diversas unidades superficiales que

cubren el valle como lo son los depósitos coluviales de la parte central y norte del

valle y los grandes paquetes de depósitos aluviales formados por el Río Medellín

en la parte sur del valle.

Las unidades de basamento en la zona de estudio presentan poca extensión, y

están representadas por los Metagabros del Picacho, unidad metamórfica de edad

Jurásica, que se encuentra altamente fracturada y meteorizada, siendo en la

mayoría de los casos, difícil encontrar zonas, con roca fresca. La otra unidad

reconocida en cercanías al sitio de interés, es el Batolito Antioqueño, unidad ígnea

intrusiva de edad Cretácica que presenta diferentes etapas de fracturamiento y

meteorización. La relación entre estas dos unidades en la zona no pudo ser

determinada por la poca exposición en afloramiento, sin embargo se infiere un

contacto intrusivo.

Cubriendo las rocas de basamento mencionadas, y abarcando la mayor parte de

la zona de estudio, se encuentran una serie de depósitos de vertiente – depósitos

de flujo de escombros y/o lodo.

En los sectores aledaños a la zona de estudio no se reportan rasgos estructurales

importantes, debido a que los depósitos de vertiente enmascaran los indicios

geomorfológicos. En la zona es común encontrar llenos antrópicos de variado

espesor, conformados por materiales producto de las excavaciones para adecuar

las zonas de construcción, escombros y basuras.

Gabros de Romeral (KgR)

De acuerdo al POT de Medellín, está unidad se clasifica como Gabros de

Romeral, sin embargo, estas rocas fueron descrita por Correa y Martens (20003)

3

como una unidad compuesta por metagabros con textura ígnea, gabros miloníticos

y anfibolitas de varios tipos asociados a una secuencia de piso oceánico (ofiolitas),

comúnmente conocida como Metagabros del Picacho (Kmp). Dicha secuencia se

emplazó sobre el continente y ha sufrido procesos de metamorfismo. La unidad

solo aflora en forma de ventanas erosivas de extensión variable, pero con

frecuencia se encuentran los cantos y bloques en los depósitos de vertiente. Estas

rocas son de color gris moteado de blanco, con variaciones texturales, desde

bandeada con alternancia de bandas claras y orientación de los minerales

máficos. Generalmente esta unidad se encuentra como suelo residual sin

conservar estructura alguna de la roca original y como saprolito muy meteorizado.

En pocas ocasiones se logra observar la roca en estado fresco. El suelo residual

desarrollado por esta unidad de roca es de color variable, sobresaliendo el gris

claro, ligeramente moteado de blanco, el amarillo y el amarillo rojizo, con una

granulometría limo arcillosa.

Depósitos de Vertiente (Qdv)

Estos depósitos están constituidos por flujos de varias generaciones, cuyos

clastos muestran diferentes grados de meteorización; presentan un arreglo

escalonado a telescópico, donde los más antiguos están localizados hacia la parte

media y alta de la ladera y los más jóvenes se localizan hacia la base de la

vertiente (Rendón et al. 20064).

Son generados al producirse hacia las partes altas de las vertientes una

saturación y pérdida de resistencia, lo que los hace más vulnerables a fenómenos

tales como las altas precipitaciones o los movimientos sísmicos. Según la

granulometría de los materiales que conforman la fuente, pueden darse depósitos

de flujo con predominio de bloques rocosos denominados flujos de escombros

(Qc), o de la fracción fina (en general arcilla o limo), en cuyo caso se llaman flujos

de lodos (Qfe). Sin embargo, dada la mecánica del fenómeno, que no permite una

selección o clasificación del material, pueden existir dentro del mismo depósito

zonas que correspondan a flujos de escombros y otras a flujos de lodo. En general 4

se encuentran constituidos por bloques heterométricos, con un grado de

meteorización de moderado a alto; con matriz arcillo limosa o limo arcillosa, en

colores claros como pardo, gris y amarillo.

MARCO GEOLÓGICO LOCAL

Las Formaciones superficiales se definieron a partir de visitas de campo,

fotografías aéreas y de las muestras recuperadas de los sondeos exploratorios.

Las unidades encontradas son de edad reciente y cubren discordantemente las

rocas del basamento identificadas en el plano de geología regional como gabros

de romeral. De techo a base las unidades identificadas se caracterizan a

continuación:

1.1.1. Llenos Antrópicos (Qll).

Está conformado por la mezcla de materiales arenosos, gravas y restos de raíces

vegetales con matriz muy arcillosa, la humedad varía de moderada a alta y la

plasticidad es alta, al igual que la compactación. La coloración del material varía

de amarilla a café claro con algunos parches negros.Los espesores encontrados

de este material varían desde 1,45 m hasta 7,45 m.

Depósito de Flujos de Escombros (Qfe).

La zona de estudio se encuentra casi en su totalidad sobre esta clase de

depósitos, los cuales se extienden desde el NE hasta el SW.

En este tipo de depósitos predomina la fracción de materiales gruesogranulares,

tales como arenas gruesas, gravas y grandes bolas de roca meteorizada del

Metagabro de Picacho, en algunos tramos el material se encuentra muy húmedo y

plástico, la coloración es amarilla con algunos parches grises, debido a la

descomposición del Metagabro. La morfología que definen estos materiales es

irregular, con bajas pendientes y relieve suave.

Suelos residuales derivados del Metagabro del Picacho.

Los agentes ambientales, han ocasionado en la zona de estudio, intensos

procesos de meteorización que han dado lugar a la degradación de las rocas,

ocasionando la formación de gruesos paquetes de suelos residuales que de

acuerdo a la clasificación propuesta por Deere y Patton, localmente exhiben las

siguientes características:

Suelo Residual del Metagabro del Picacho, Horizonte IB.

Suelo arenoso con algunos fragmentos de roca pequeños, la humedad es

moderada y la plasticidad es baja, presenta compacidad suelta y preserva algunas

texturas y estructuras heredadas del material parental, la mineralogía está definida

por anfíboles y plagioclasas con alto grado de meteorización, por lo que la

coloración es verdosa con motas blancas.

Los espesores encontrados de este material varían desde 1 m hasta 3 m.

Saprolito IC

Corresponde al horizonte de transición entre suelo residual y roca meteorizada, en

el cual se conserva la estructura relicto de la roca parental. Este material es

fácilmente deleznable, presenta humedad moderada y en algunos sondeos la

granulometría se vuelve más arenosa. Mineralógicamente está constituido por

hornblenda y plagioclasa muy alteradas, lo que le confiere la coloración que varía

entre verde y gris con abundantes motas blancas de la plagioclasa.

Los espesores encontrados de este material varían desde 1m. hasta 2m.

MORFOLOGIA Y RELIEVE

La zona de estudio se encuentra cubierta por una unidad geomorfológica

denominada vertientes suaves en depósitos (Vsd), esta unidad está conformada

por los depósitos de vertiente que descienden desde la parte más alta de la ladera

y se acumulan, definiendo un relieve que aunque es irregular no presenta fuertes

cambios en la pendiente, es decir, los terrenos son suaves o colinados.

Los drenajes por donde corre el agua de escorrentía y algunas quebradas tienen

una distribución de tipo subparalela. La erosión de orillas provocada por el agua

que se aprecia en la zona, aunque aumenta un poco las pendientes no alcanza a

definir terrenos escarpados.

Gracias a la morfología es posible establecer en campo que antiguamente esta

era una vaguada, por la cual descendían varios drenajes, los cuales

desaparecieron o fueron enmascarados por las construcciones que actualmente

se encuentran en la zona, lo que posiblemente este contribuyendo en el proceso

de inestabilidad.