Gerardo Chavez - La Procesión de la Papa | Poder 360° | Marzo 2012. Pág. 78

5/16/2018 Gerardo Chavez - La Procesi n de la Papa | Poder 360° | Marzo 2012. P g. 78 - slidepdf.com

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“Pintares tocar

la vidacon lasmanos”

Mucha gente dice, incluso agunos de mis biógraos, que ynací en Paiján. Eso no es verda

aunque me hubiese encantado nacer allí. La verdanací y pasé mis primeros años en Trujillo, en u bonito barrio llamado Santa Rosa. Me trasladéPaiján a los cinco años, cuando mi madre murió,mi padre, con su nuevo compromiso, se mudó a eslugar. Antes, Paiján era un pueblo muy lindo, couna campiña preciosa, llena de árboles rutaleComo no había luz, se alumbraba solo cuando salla luna (risas), pero esto le daba un aire mágicoEra abuloso ver, a las seis de la tarde, al arolerrecorriendo el pueblo encendiendo los candilede las calles, cuya mecha solo duraba una o dohoras”, rememora sus primeros años GerardChávez (1937), quien en estos días presenta unretrospectiva sobre su obra. Son alrededor de 5 piezas donde uno descubre, sorprendido, las capcidades hacedoras y creativas que puede alcanzael ser humano convertido en artista. Chávez es u pintor undamental para nuestra plástica. Para lque aprecian el arte y la cultura, la visita al musetrujillano se hace imprescindible. Tienen hasta 20 de abril.

Fue un niño pobreFui un niño (ríe). Aparenemene éramos pobres, pero esábamos llende riquezas (ríe). Mi amilia era modesa, pero nunca me aló qué comFuimos once hermanos, pero mi padre siempre ue muy ordenado. Sembargo, anes que la pobreza, a mí me marcó la ausencia de mi madun ser tan noble, tan querible, quien me trajo al mundo mediante dgestos: uno de amor y o tro de dolor. Ella es mi almita protectora. Cren Dios como un ser superior, como la uerza de la naturaleza; trade ser muy racional, pero no niego lo sobrenatural. Por eso creo enalma de mi madre.

Trabajó desde muy pequeño… Así es. Fui un comerciante, un vendedor de cosas. Vendí helados, jabnes, periódicos… donde había la oportunidad de ganarse un céntimallí estaba yo.

“Me gustaría decir quemi exposición esormidable, pero comosoy el autor, diré quees necesaria de ver”,

nos dice, con razón,Gerardo Chávez, el artistatrujillano que exhibe

Muestra antológica , unaretrospectiva de su obraque va en el Museo de Arte Moderno de Trujillo.

por Gonzalo pajares

personaje

f o t o : a n t o n i o

E s c a l a n t E



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El árbolgenealógico de un

desconocido. 2006(página opuesta).

Autómatasde carrusel. 1995.

Animalde medianoche.

1981.

¿Hay que ser un poco comerciante para ser artista?No. Felizmene el are no iene nada que ver con el comercio.Que, luego, hacer arte te dé benecios económicos es otracosa: es el resulado de la calidad de u rabajo, del guso de lagene por us creaciones. Pero, anes que pensar en el dinero,hay que pensar en hacer una buena o bra. Yo siempre he enidomuchas ganas de rabajar, mucho deseo de ser un gran pinor… y, a eso, le he agregado esuerzo y suerte. Me he pasado todala vida pinando, pensando, hasa que un día descubrí que lanaturaleza era mi diosa, pues todo estaba en ella.

¿Qué ha signifcado para usted la pintura?Es una orma de expresión que iene que ver con los sueños y con la realidad, con odo lo que el hombre puede ocar. Esimporane saber que la pinura es vida. Yo nací arisa, concapacidades para la pintura, para la escultura, sin embargo,

yo solo quería tocar la vida con mis manos.

¿Su amilia se opuso a que uese pintor?No. Mi madre, me cuentan, ue muy libre, y siempre luchópara que sus hijos hiciesen lo que más les gustase, eso sí,siempre alineados en las cosas buenas, en la ética, en elrespeto. Ella educó hijos sanos, muy humanos, generosos.

Su hermano mayor, Ángel, también ue pintor. ¿Él infuyóen su decisión de convertirse en artista? Al inicio no pensé en él. Yo solo quería ser arisa… y no cual-quier arisa: yo quería ser un arisa del circo. Por enonces, yo relacionaba el are con el circo. Me ascinaba el especáculocircense y cómo la gene se maravillaba con lo que veía. Pero,poco a poco me di cuenta de que no solo eso era ser artista.De prono, mucha gene empezó a decirme que enía aleno,que dibujaba muy bonito, que “era un artista”. Esto ue unasorpresa. Mi universo se amplió pues descubrí que ya era, sinestar en el circo, lo que anhelaba desde siempre: un artista.He contado muchas veces aquella historia en la que una se-ñora me golpeó la espalda mienras yo moldeaba un porón y me dijo: “Ay, hijo, tú serás un gran escultor”. “¿Escultor?¿Qué es un escultor?”, me pregunté. Tomé un diccionario y me encontré con la descripción del arte de esculpir, con la

biograía de un artista llamado Miguel Ángel y supe que laplásica era un are mayor y exraordinario, superior, incluso,al circo. Y ue recién allí que me percaé de que mi hermanoera un pinor, un arisa conocido en Lima, mienras yo seguía viviendo en Paiján, un pueblo al norte de Trujillo.

Para muchos artistas, el circo ha sido muy importante



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como impulsor de su creatividad…Fue mi caso. Me impresionaba ese mundo de antasía llenode magos, acróbatas, payasos, domadores de feras… esacapacidad de ransormar la realidad, capacidad que, después,supe que tenía también la pintura.

La pintura ordena el caos…Claro. Es una sensación maravillosa donde ambién apareceel intelecto.

Desde su perspectiva, ¿el arte ordena y embellece el mundo?Por supuesto, aunque muchas veces este ‘ordenamiento’ esinuiivo. Uno va creando y, al hacerlo, va buscando un cieroequilibrio, una belleza que te conmueva, que te diga algo,que e ransmia algo. Sin belleza no se puede hablar de are.

Hoy, muchos artistas no se preocupan por la ‘belleza’,dicen que el arte está en la idea…La idea, la expresión, esán allí. La eséica es la que uno raade modelar, de ordenar para alcanzar el equilibro de la orma,del color, etcétera. Yo creo que sería triste que un artista nose preocupe por la belleza, pues es la razón del arte, la quenos da y nos entrega todo.

Fue un buen alumno en Bellas Ar tes…Eso es subjetivo, no me gusta hablar de mis méritos acadé-micos, pues el are no es una compeencia: no hay un arisamejor que oro. Diré que ui un alumno desacado… aunquealgunos decían que yo era inteligente, brillante, loco (ríe).Cuando uno trasciende las cosas normales, te l laman loco.

Perdóneme, pero sí hay artistas mejores que otros…Claro, claro, pero cada espectador es un universo.

¿Qué locuras hacía?De todo, sobre todo locuras amorosas, aectivas, con las ami-guias y modelos de Bellas Ares, quienes eran lindas. Yo viví unmundo ascinane, pero mi mayor ardor era el rabajo picórico.Como no sabía hablar muy bien –por las deciencias de mieducación–, como no estaba preparado para utilizar el verbopara describir lo que sentía, pintaba. Hasta que, poco a poco,ui creciendo intelectualmente. Cuando leí libros sobre VanGogh y Gauguin sení unas ganas inmensas de irme a Europa.

Imagino que se ue no solo para ser un mejor artista sino para aumentar sus destrezas intelectuales… Así ue. Yo admiraba el Renacimieno, el are ialiano. Por eso,cuando iba rumbo a París no sení angusia alguna cuando uveque quedarme en Florencia, pues v i aquella ciudad-museo y me dije: “Aquí me quedo”. Y le cueno eso porque me insaléallí por razones económicas: tenía 30 dólares en el bolsillo y tuve que darle 20 a un amigo –mis compañeros de viajeeran Tilsa Tsuchiya y Alredo Basurco– que tenía mayoresurgencias económicas que yo. Por eso, ya no pude llegar a

que hacer más, mi mejor cuadro está por venir. Hoy quiecrear esculturas en acero inoxidable, porque siento que me toca hacer cosas trascendentes (risas).

¿Hará un mejor cuadro que La procesión de la papa? Allí esá el reo (ríe). La gene me ha conagiado su admiracipor esa obra. Es un bello cuadro que no imaginé que ibtener tanto ‘jale’, que se i ba a acercar tanto a la sensibilidde los especadores. Yo quería represenar ese bello ubércuque había alimentado y salvado al mundo. No sabía cómplasmar la obra hasa que vi en la ele la procesión del Señde los Milagros: “Esto es”, grité y se me despertó el alma

Ha pasado por varias etapas creativas: los pasteles grasla mitología del futuro, los carruseles, los personaj

precolombinos, el uso del barro…La exploración constante es inherente al arti sta. Uno deabrir siempre el camino, aunque muchas veces no sepama dónde llegaremos, las cosas que iremos descubriendo.

Una de sus etapas más famosas es la de los carruseleImagino que signicaron una recuperación de la inanciaSí. Había viso esos carruseles en Paiján, en las erias de puebque llegaban al lugar. Sus carruseles eran multicolores y tanto tétricos, llenos de dientes aflados. Lo curioso es qempecé a pinarlos a inicios de los novena, cuando ya era uhombre grande, cuando se supone ya debía haberlos olvidadPor entonces, yo me preocupaba de mi mundo interno y los grandes problemas del mundo: con los carruseles ampmi búsqueda, mis preocupaciones… y hallé nuevas respues

Hablemos de París. Se demoró en llegar, pero hoy hases un ciudadano rancés…Fue un descubrimieno maravilloso. Quedé impresionado csus calles, con sus li brerías, con sus museos, con sus galerícon sus iglesias, con su gente, con sus mujeres, con el amlibre –uno no puede vivir sin amor–, con sus artifciossentí que eso era la vida.

Sería triste que unartista no se preocupepor la belleza , pues esla razón del arte, la quenos da y nos entrega todo.

París. Tomé cinco dólares y me compré una guitarra, y mepuse a rasgarla para, así, compensar mi soledad. Hoy puedoconar que dormí en puenes y plazuelas, siuación que, a ladisancia, ue simpáica anes que dramáica. Luego pasé dosaños y medio en Roma y, tres años después, me ui a París.

Seis años después (en 1966) volvió a Italia, esta vez comoartista, y nada menos que a la Bienal de Venecia…Siempre trabajé para que mis retos se cumpliesen. Y si unono lo hace de joven, ¿cuándo? Ahora, no me ui a Veneciapara ‘vengarme’ sino para demostrar que había vencido a laadversidad. Y, bueno, uno con los años se da cuenta de queno ha conseguido nada…

¿No es nada su obra?En términos losócos, nada.

¿En términos plásticos?Es algo, porque está allí. Hay cosas que son interesantes,pero uno está inconorme siempre: el artista nunca superala ansiedad. Tengo un ego que me hace creer en mí, pero hay

f o t o : a n t o n i o

E s c a l a n t E

En el marcode la muestraantológicaque se lleva acabo enel Museo de

Arte Modernode Trujillo,se presentóel más recientelibro sobresu obra:GerardoChávez oel asombro

perpetuo.Un lujoso

volumeneditado porla UPAOque recorrela trayectoriade este artistatrujillano.


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¿El amor le ha traído inspiración o problemas?Los problemas ayudan a la inspiración (risas). Todos lo

sabemos, el dolor ayuda a crear.

Tiene una casa en Francia. Usted huye del invierno: pinta en París en el verano boreal y pinta en Lima en el verano austral… Así es. Me gusan los días largos porque la pinura es luz. Parísme gusa, pero hoy no puedo describir ese cariño porque laciudad ha cambiado mucho. Antes iba a un caé y siempreencontraba un amigo, un extranjero que nos transportabaa sus países: así ‘conocí’ Japón, Turquía.

De ser un lugar de tertulia se ha convertido en un lugar

de trabajo…(Ríe). Sí, pero también en una vitrina.

Además de pintor, usted es un gestor cultural: tiene el Museo del Juguete, Angelmira (un centro cultural) y el Museo de Arte Moderno, todo en Trujillo. ¿Por qué sunecesidad de dejar los pinceles?Cuando regresé vi que el peruano contemporáneo estabaalejado de su época, que las exposiciones eran o cosumbris-tas o europeizantes, pero sin originalidad, que no había la vocación por hacer cosas disinas, que nadie cuesionaba loesablecido. Por eso, organicé la Bienal de Trujillo, esuerzoque, lamentablemente, terminó por alta de apoyo. Pero nome desanimé y decidí abrir el Museo del Juguete, pues los

juguetes ennoblecen el alma, nos ayudan a reencontrar laniñez y su nobleza.

El Museo de Arte Moderno acoge las obras de grandesartistas que usted, como coleccionista, ha ido recopilando por el mundo…Hay piezas de Klee, de Giacometi, de Mata y oros grandes. Además, siempre he enido la lucidez de quedarme con miscuadros más importantes, por eso sus ormatos distintos,diíciles de vender. ¿Qué impora el dinero al lado de la obra?Sabía que esas obras iban a necesiar un espacio y que algúndía tenía que construir un museo. Y lo hice en Trujillo pormis raíces, por mi vínculo con la ciudad, por descentralizarel arte y porque allí encontré el espacio ideal. Sin embargo,

me ha costado un enorme esuerzo: la gente se ha quedadoen la admiración por lo ancestral y no se ha dado cuenta deque tenemos un gran arte contemporáneo, que el artista dehoy está dando testimonio de su tiempo.

¿Es verdad que estuvo a punto de cerrar el museo?Sí. Toqué las puertas de las autoridades locales y nacionalespara que colaborasen en el sostenimiento del museo y tuveuna gran decepción, una gran tristeza. Y, la verdad, Trujillotampoco respondió. Comenté que iba a cerrar el museo y,cuando ya daba mis manotazos de ahogado, apareció la Uni-

versidad Privada Antenor Orrego, con quien hemos rmadoun convenio para hacer muchas cosas en ese espacio. El Perúnecesita capitales que apuesten por la cultura.

la Presión de a Papa

l cuadro parece in-terminable: una mu-

chedumbre de papas enprocesión (ritual mágico-religioso), un instante pa-ralizado de un juego casimecánico, una papa comopersonaje cenral de una delas pinuras más imporanesde las úlimas décadas parael are peruano, un pinor cé-

lebre con una obra noable. La procesión de la papa (1995), de Gerardo Chávez,es una obra monumental.Su exhibición en el 2001 enel Icpna de Mirafores, conocasión del Premio Tekno-química 2000, ue el mejor

motivo para relexionarsobre ese arisa y odas lasimplicancias de su trabajo.

En La procesión… sonobvias las reerencias a laprocesión del Señor delos Milagros. El lienzo uereemplazado por costalesde yute cosidos (las bolsasen las que se transporta lapapa a los mercados). Una

pintura terrosa y pastosallevaba al espectador a unaexperiencia rupestre.

Los personajes y mons-truos orman parte de estagran hisoria. Criauras queemanan del mio precolom-

bino, de lo chamánico, delas reerencias a la culturaperuana. La pieza está di-

vidida en cuatro partes, a

modo de viñeta, un relatográfco que parece nuncaterminar: la ‘vaca loca’ enel momento preciso de suéxasis piroécnico, la bandade músicos en acción y loscargadores del anda quetransorman la solemneescena religiosa en una fesa.

En tiempos de nuevosmedios y de soluciones

tec-nológicas, es una obracon una importante dosisde experimentación, quenos hace refexionar sobrelo que puede signifcar locontemporáneo para elespectador y para el arteperuano.

E

Davidfres-Hracuradr de arte

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