Globalización tercera vía2
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GLOBALIZACIN Y TERCERA VA PARA AMRICA LATINA
Resumen
El presente artculo es una reflexin sobre la bsqueda de alternativas al proceso de globalizacin, partiendo
de la reflexin sobre la llamada tercera va, teorizado por Anthony Giddens. La necesidad de caminos alternossurge del hecho de que estamos frente a nuevo resurgir del capitalismo bajo la impronta de la globalizacinneoliberal, que pugna por imponer la desregulacin de los mercados de bienes y servicios y de capital comonuevo estilo de modernizacin; lo que esta generando un cada vez mayor desorden global y que estahundiendo al mundo en desarrollo en una crisis perpetua bajo la conduccin del FMI y de sus programas deajuste. Las alternativas a la globalizacin neoliberal deben encontrarse no en el rechazo al capitalismo o en laadscripcin a las tesis del movimiento antiglobalizador, sino en la lucha por una economa mundial realmenteabierta, interdependiente y mundializada, con reglas de juego equitativas para todas las naciones.
INTRODUCCIN
La Tercera Va propuesta por el intelectual britnico Anthony Giddens, representa
un programa poltico para enfrentar los cambios acelerados que han provocado
simultneamente fenmenos como la crisis del capitalismo industrial, la revolucin
tecnolgica basada en la informacin y el conocimiento, la crisis del Estado de bienestar, y
una nueva forma de gestin econmica fundamentada en las poltica neoliberales. Es una
manera de asumir los cambios en la modernizacin con el advenimiento de un nuevo tipo
de capitalismo que Manuel Castells denomina capitalismo informacional1. Con lo cual la
Tercera Va es una forma de adecuacin socialdemcrata para la nueva modernizacin que
es irreversible; tratando de enfatizar el papel de la poltica en la bsqueda de alternativas al
neoliberalismo que ha tratado de imponer que la nica poltica viable para esta nueva poca
es la liberacin incondicional de los mercados como el nuevo signo de los tiempos, y como
tal los cambios no necesitan ningn tipo de regulacin consciente, antes por el contrario, es
el mercado el mejor garante del bienestar y que cualquier intervencin supone un
alejamiento de los equilibrios necesarios para garantizar el crecimiento y el bienestar. En
esta operacin de remozamiento de la socialdemocracia, Giddens puntualiza que el trmino
1 Castells, Manuel, La era de la informacin. Mxico, Siglo XXI Editores, 2000.
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Tercera Va no tiene particular significacin en s mismo ni por s mismo2, a no ser por las
muchas veces que la propia socialdemocracia y sus intelectuales han usado la formula para
abrir alternativas a las tendencias ms agresivas del capitalismo.
La Tercera Va acenta la necesidad de reformas del Estado de Bienestar para
alcanzar nuevos equilibrios sociopolticos, que son fundamentales para la supervivencia de
la nueva economa capitalista mundializada. En palabras de Giddens y Hutton:
Hay que empezar a elaborar una filosofa capaz de respaldar la globalizacin que no seaneoliberal pero, sobre todo, que represente una clara ruptura con el viejo contexto de lasnaciones-estados o de un internacionalismo utpico que consista en extender el socialismo atodo el mundo. La filosofa de la que disponemos, en nuestra opinin, es una tercera vainternacionalista, que combine una direccin social y econmica ms eficaz con valores
socialdemcratas, una fe apasionada en la democracia y una intensa preocupacin por losderechos humanos. Necesitamos dotar a la nueva sociedad civil global de las instituciones y elmarco intelectual adecuado para que el progresismo, en su mejor sentido, deje de estarasociado al fatalismo sobre la incapacidad de gobernar una economa global de mercado. Esuna filosofa que podra apoyar la creacin de instituciones mundiales que ayuden a promoverla seguridad mundial, el mantenimiento del orden y la justicia penal internacional; crear lascondiciones para aliviar la pobreza en el Tercer Mundo y las desigualdades en el primero; eimpulsar la renovacin y reconstruccin de un sistema de gobierno econmico y ambiental enel mundo, sobre todo la regulacin de los mercados financieros.3
Queda claro que este programa busca claramente enfrentar los problemas que
surgen de un nuevo estilo de modernizacin provocado por la internacionalizacin y
mundializacin de la economa, pero que va ms all, impulsando la construccin de una
sociedad mundial que se muestre altamente compatible con los derechos sociales y
humanos, con el bienestar, que se muestre solidaria en la lucha contra las desigualdades. Se
trata de reconocer que existe un quiebre del consenso del bienestar4, tal como existi
2 Giddens, Anthony, La tercera va la renovacin de la socialdemocracia. Mxico, Taurus, 1999, p. 7.3 Giddens, Anthony, Hutton Will eds., En el lmite la vida en el capitalismo global. Barcelona, TusquetsEditores, 2001, pp.304-305.4 Esta frase esta referida a la desaparicin de las condiciones sociales, econmicas y polticas que hicieronposible el Estado de Bienestar, y que Giddens enumera de la siguiente manera: Un sistema social, yespecialmente una forma de familia en la que el marido ganaba el pan y la esposa era ama de casa y madre-,que permitan una definicin no ambigua del pleno empleo. Un mercado de trabajo homogneo en el que loshombres amenazados por el desempleo eran principalmente trabajadores manuales dispuestos a realizarcualquier trabajo por un salario que asegura su supervivencia y la de sus familias. El predominio de laproduccin en masa en sectores bsicos de la economa, que tendan a crear condiciones de trabajo estable,aunque poco provechosas, para la gran parte de la fuerza de trabajo. Un Estado elitista, con pequeo gruposde fieles expertos cvicos en la burocracia estatal dirigiendo las polticas fiscales y monetaristas aimplementar. Economas nacionales que estaban esencialmente contenidas dentro de las fronteras soberanas,
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hasta los aos setenta, pero que por ello no se debe abandonar los logros civilizatorios de la
poca de la segunda postguerra sino replantearlos en el marco de las nuevas realidades. Se
trata entonces de rechazar un estilo de modernizacin: el neoliberal; pero no la
modernizacin misma. La Tercera Va parte de la necesidad de mirar positivamente los
cambios que se presentan en la sociedad mundial, no slo los que representa la revolucin
tecnolgica, sino tambin los cambios culturales progresivos que se vienen desarrollando.
Se reconoce lo positivo que el capitalismo tiene como liberador de fuerzas creativas de la
sociedad, impulsando la innovacin, a creacin de nuevas esferas productivas, la
productividad, pero tambin se reconocen sus capacidades destructivas y por ello el nfasis
en el control poltico de fuerzas que dejadas de su cuenta producen una gran inestabilidad y
desigualdad, por ello las estrategias de pleno empleo y equidad social siguen formando
parte del horizonte poltico de este programa de actualizacin socialdemcrata.
LA TERCERA VA Y EL CAPITALISMO DE LIBRE MERCADO
Inglaterra a mediados del siglos XIX, fue objeto de una de las mutaciones ms
radicales de la modernidad como resultado del intento de construir una sociedad que tuviera
como principio nico de regulacin el mercado; lo que signific la demolicin de los
mercados sociales. Que la economa pasaba a ser lo predominante sobre lo poltico y lo
social, y el sistema de precios el principal indicador para orientar el sistema social, sin que
se tuvieran en cuenta las repercusiones sociales de perturbaciones y crispaciones sobre
instituciones que aun sometidas a la ficcin de mercados y mercancas estaban fuertemente
imbricadas en lo poltico, por constituir el tejido social. Esto puso en marcha un
movimiento que Karl Polanyi denomin la Gran Transformacin 5, porque el experimento
ya que el keynesianismo asuma el predominio de la economa domstica sobre el comercio exterior en bienesy servicios. Giddens, Anthony, Ob. Cit, p. 27.5 "Un mercado autoregulado requiere nada menos que la separacin institucional de la sociedad en una esferaeconmica y una esfera poltica. En efecto, tal dicotoma es slo la presentacin, desde el punto de vista de la
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ingls se trasladara a la sociedad mundial. Dando lugar al doble movimiento representado
por la accin de dos principios de organizacin de la sociedad personificados por
tendencias histrico-naturales una por el laissez faire laissez passer, y la otra la
regulacin de los mercados; cada cual con las fuerzas especficas que la apoyan. Polanyi lo
plante de la siguiente manera:
"Nuestra tesis es que la idea de mercado autoregulado implica una utopa total . Tal institucinno podra existir durante largo tiempo sin aniquilar la sustancia humana y natural de lasociedad; habra destruido fsicamente al hombre y transformado su medio ambiente en undesierto. Inevitablemente, la sociedad tom medidas para protegerse, pero todas esas medidasafectaban la autoregulacin del mercado, desorganizaban la vida industrial, y as ponan enpeligro a la sociedad en otro sentido. Fue este dilema el que impuso el desarrollo del sistema demercado en forma definitiva y finalmente perturb la organizacin social basada en ella."6
Este experimento de una sociedad mundial autoregulada por principios de libre mercado,
terminara dramtica y trgicamente en el siglo XX, con la primera y segunda mundial y la
crisis econmica de 1929 (el crack del 29); con lo cual lo observado por Polanyi sobre las
pretensiones del laissez faire adquiere una alta significacin.
En el ltimo tercio del siglo XX, ha comenzado a revivirse la utopa del libre
mercado, siendo actualmente como lo seala John Gray, el objetivo primordial de
organizaciones transnacionales como la Organizacin Mundial de Comercio (OMC), el
sociedad en su conjunto, de la existencia de un mercado autoregulado. Podra argirse que la separacin delas dos esferas se da en todo tipo de sociedad en todo momento. Pero tal interferencia se basara en unafalacia. Es cierto que no puede existir ninguna sociedad sin algn sistema de cierta clase que asegure el ordende la produccin y distribucin de bienes. Pero ello no implica la existencia de instituciones econmicasseparadas; normalmente, el orden econmico es slo una funcin del orden social en el que se contiene.Como hemos visto, ni bajo las condiciones tribales, ni feudales, ni mercantilistas, haba un sistemaeconmico separado en la sociedad. La sociedad del siglo XIX, en el que la actividad econmica estabaaislada y se imputaba a una motivacin claramente econmica, constituy en efecto una excepcin singular.Tal patrn institucional slo podra funcionar si la sociedad se subordinar de algn modo a susrequerimientos. Una economa de mercado slo puede existir en una sociedad de mercado. Llegamos a esta
conclusin en trminos generales en nuestro anlisis del patrn de mercado. Ahora podemos especificar lasrazones de esta afirmacin. Una economa de mercado debe comprender todos los elementos de la industria,incluidos la mano de obra, la tierra y el dinero (En una economa de mercado, el ltimo es tambin unelemento esencial de la vida industrial, y su inclusin en el mecanismo del mercado tiene consecuenciasinstitucionales de largo alcance, como veremos ms adelante.) Pero la mano de obra y la tierra no son otracosa que los seres humanos mismos, de los que se compone toda la sociedad, y el ambiente natural en el queexiste tal sociedad. Cuando se incluyen tales elementos en el mecanismo del mercado, se subordina lasustancia de la sociedad misma a las leyes del mercado." Polanyi, Karl, La gran transformacin. Mxico,Fondo de Cultura Econmica, 1992 (primera edicin en ingls 1957), p. 80.6Ibidem. p. 17.
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Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organizacin para la Cooperacin y el
Desarrollo Econmico, bajo el liderazgo del ltimo gran rgimen ilustrado del mundo: Los
Estados Unidos7.
Las victorias de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, Primera Ministro y Presidente
en Inglaterra y los Estados Unidos respectivamente, marcaron el triunfo poltico de este
proyecto de libre mercado encarnado en la ideologa neoliberal, que hicieron de ese
adefesio terico llamado la economa de la oferta y del monetarismo sus herramientas
doctrinarias, y a los organismos multilaterales sus brazos ejecutores. La idea que predica el
neoliberalismo esta centrada esencialmente en la superioridad del mercado sobre la
regulacin del Estado; los mercados proporcionan de una manera automtica la colocacin
racional de los productos, adems de que eliminan la necesidad de cualquier programa de
justicia social; como observa Giddens: No se necesitan ni se pueden tener polticas de
justicia social cuando todo si se da al mercado verdadera libertad de accin- se compra y
se vende a su autntico valor. La idea del gobierno mnimo deriva directamente de esto. El
gobierno es necesario slo con el fin de proporcionar un marco legal para los contratos y
para la defensa, la ley y el orden8.
Este proyecto neoliberal bajo el impulso de los Estados Unidos, pregona que las
tendencias hacia el libre mercado, y el desarrollo de sociedades autoreguladas por el
mercado, son tendencias a las que convergen las naciones bajo el imperio de las leyes
7 Gray, John, Falso amanecer los engaos del capitalismo global. Barcelona, Paids, 2000, p. 12. Estado
Unidos es actualmente la ltima gran potencia que basa su poltica en esta tesis de la Ilustracin. Segn elconsenso de Washington, el capitalismo democrtico se aceptar pronto en todo el planeta. El libremercado se volver una realidad . Las variadas culturas y sistemas econmicos que siempre han existido en elmundo se volvern redundantes y se fusionarn en un nico libre mercado universal...Las organizacionestransnacionales animadas por esta filosofa han buscado imponer libres mercados a la vida econmica de lassociedades en todo el mundo. Han aplicado programas polticos cuyo objetivo ltimo es incorporar lasdistintas economas del mundo en un nico libre mercado. sta es una utopa que nunca podr realizarse; losintentos de alcanzarla siempre han producido trastornos sociales e inestabilidad econmica y poltica en granescala.8 Giddens y Hutton, Ob. Cit. p. 70.
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naturales del mercado, es la tendencia natural de las sociedades de la posthistorie o del
fin de la historia, Fukuyama dixit. Es lo que sucede en las sociedades modernas donde se
consolida el maridaje histrico entre la sociedad de mercado y la democracia liberal,
en donde los EE.UU. representaran ese ideal de la posthistoria.
Este naturalismo representado por la economa neoclsica es una revitalizacin de la
filosofa del progreso, claramente justificadora de un proyecto poltico, que pretende
deliberadamente confundir lo que son tendencias reales e irreversibles del
desenvolvimiento de la economa y la sociedad como un todo en este fin de siglo, con lo
que Gray llamo la utopa reaccionaria del libre mercado9.
Dos acontecimientos contradictorios han sido claves en el triunfo de la visin
ideolgica neoliberal. Uno ha sido la desaparicin de la URSS y de los regmenes del
socialismo real. En efecto la manera abrupta, inesperada e incruenta de la desaparicin del
comunismo hizo posible que fuera exhibido como un triunfo del capitalismo y la
democracia liberal sobre el comunismo y toda forma de dirigismo estatal y como un
afianzamiento de los valores del liberalismo sobre el despotismo asitico; a la vez como la
afirmacin del progreso y del proyecto ilustrado en trminos del triunfo indetenible del
capitalismo de tipo occidental. El otro sera la crisis del liberalismo, que permitira
paradjicamente la resurreccin de la teora neoclsica en diversas versiones y que se
terminara imponiendo en forma del moderno monetarismo o neoliberalismo, lo cual sera
posible adems por la crisis misma del pensamiento econmico.
Ahora bien con la cada del comunismo, no hemos visto (por lo menos hasta ahora),
la marcha triunfante del capitalismo occidental; en virtud de los mltiples conflictos que
han surgidos en el mundo para sustituir la guerra fra o incluso la amenaza de regreso de
9 Gray, J., Ob. cit. p. 54.
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la guerra fra, de manos de la propuesta sobre el escudo antimisiles del nuevo Presidente de
los EE.UU., el Seor Bush. Pero ms importante es el hecho de que la evidencia
sociolgica contempornea nos seala que no existe un modelo poltico que sea exclusivo o
propio de un tipo de economa. En el caso de la Federacin Rusa, no ha florecido el
capitalismo occidental en el lugar de la extinta URSS, sino un injerto de capitalismo salvaje
con una economa criminal con una gestin estatal desptica, y as podemos examinar el
caso del capitalismo chino, el caso de los experimentos neoliberales de Amrica Latina en
los aos setenta, conducidos por feroces dictaduras en Chile y Argentina, por slo nombrar
algunos ejemplos. O como lo seala Fernando Mires, el muro de Berln constituy una
poderosa barrera de contencin del desorden mundial que se ha desbordado en la
actualidad:
Desde esa perspectiva, el fin del comunismo debera ser considerado como una derrota y nocomo una victoria del capitalismo. Al mismo tiempo, lgicamente habra que concluir en que laglobalizacin econmica ha dado un paso atrs en lugar de avanzar, pues el llamado mercadomundial abarcaba, durante el perodo bipolar, un espectro social mucho mayor del que ocupahoy en da Que ironas se guarda la historia!10
Desde el punto de vista del desempeo de la economa bajo el paradigma del
neoliberalismo econmico nada justifica una visin optimista; hemos visto crecer la
inestabilidad, la recurrencia de las crisis, su rebote de un continente a otro atestiguan, lo que
Paul Krugman ha denominado como la vuelta a la economa de la gran depresin 11. A
partir de 1970, con la aplicacin de polticas neoliberales se redujo el crecimiento de la
produccin mundial a casi la mitad; paso del 5% anual entre 1945 y 1970 al 2,5% anual
entre 1970 y la actualidad. En los pases desarrollados que representan 2/3 de la
acumulacin de capital la inversin en el perodo sealado declino entre 2 y 3 puntos. Este
comportamiento ha sido acompaado por un vertiginoso crecimiento del mercado10 Mires, Fernando, La poltica en tiempos de globalizacin en la Revista Nueva Sociedad. No. 163.Caracas, Nueva Sociedad, Septiembre-Octubre de 1999, p. 176.11 Krugman, Paul, De vuelta a la economa de la gran depresin. Bogot, Grupo Editorial Norma, 1999.
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financiero internacional en una peligrosa dinmica. Con la desaparicin de las reglas
monetarias de Bretton Woods, ha crecido la inestabilidad de los mercados cambiarios,
desregulacin de los mercados de dinero, con el aumento de la turbulencia sistmica
provocada por la volatilidad de los mercados de dinero y de capital.
No es cierto que los mercados internos han sido desplazados, al punto de que la
mayor parte de las transacciones se hacen en los mercados internacionales, cuando slo el
20% de la produccin mundial de bienes y servicios traspasa las fronteras nacionales, con
un promedio de alrededor del 80% del PIB mundial que se vende en los mercados
nacionales. Tampoco es cierto, que las principales decisiones de inversin, cambio tcnico
y asignacin de recursos sean tomadas por agentes que operan a escala global:
corporaciones transnacionales y mercados financieros. Porque que ms del 90% de la
acumulacin de capital real en el mundo se financia con ahorro interno de los pases; la
contribucin a las inversiones de capital fijo por parte de filiales de las corporaciones
transnacionales en el mundo es inferior al 10%. As como tambin 9 de cada 10
trabajadores trabajan para sus respectivos empresarios nacionales12.
Sin embargo, lo que si ha alcanzado una dimensin mundial significativa es el
desempleo. Hoy en todo el mundo estn registrados oficialmente 800 millones de
desocupados, sin incluir los muchos millones que no se inscribieron en las listas oficiales y
que figuran como desempleo oculto; y se estima que unos 700 millones de personas en
edad de trabajar posee un trabajo con un salario tan bajo que el nivel de sus ingresos est
por debajo del umbral de pobreza; tampoco en las cifras anteriores estn incluidos los
subempleados, que trabajan menos horas de las que quisieran trabajar: los trabajadores a
12 Ferrer, Aldo, Desarrollo y subdesarrollo en un mundo global: los dilemas de Amrica Latina en Emmerij,Louis y Nuez del Arco, Jos (compiladores), El desarrollo econmico en los umbrales del siglo XXI.Washington D.C., Banco Interamericano de Desarrollo, 1998, pp. 201-202.
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tiempo parcial involutarios, o los que tienen un puesto de trabajo con una exigencia inferior
a su clasificacin. Esto ha golpeado a los propios pases desarrollados; Europa occidental
tiene una tasa de desempleo promedio del 10%; si consideramos las tres economas de
EE.UU., U.E. y Japn; excluyendo el desempleo oculto, el empleo con salarios miseros, ni
el subempleo involuntario; la cifra de desempleo promedio es de 9%, muy superior al
perodo 1945-197013.
Con respecto al triunfo de la democracia liberal, los acontecimientos del ltimo
tercio del Siglo XX, tampoco invitan al optimismo. La creencia neoliberal de que la
democracia liberal se expandir moral y espontneamente por todo el planeta, no es ms
que una ilusin, que los propios eventos polticos desmienten abiertamente. El avance del
fascismo y las tendencias ultraderechistas, racistas y nacionalistas en el propio continente
europeo, la importante fraccin nacionalista y populista en el Congreso norteamericano;
el control de vastos espacios polticos por el fundamentalismo poltico y religioso en el
tercer mundo. As como el surgimiento de nuevas formas polticas como el rgimen
capitalista en la Federacin Rusa o el rgimen desptico del capitalismo chino. En realidad
como seala Liphart:
La democracia es un fenmeno raro y reciente. Durante el siglo XIX, no se puede encontrar niun solo gobierno democrtico...incluso hoy, hay muchos ms pueblos en el mundo gobernadospor regmenes no democrticos que por regmenes democrticos.14
La objecin que se puede plantear, es que Fukuyama y los neoliberales hablan de
una tendencia hacia la democracia, amparados en acontecimientos como la cada del
rgimen del apartheid en Surafrica o de la vuelta a la democracia en el Cono Sur del
Continente Americano. Sin embargo, se trata de democracias mnimas, despojadas de
13 Luttwak, Edward, Turbocapitalismo quines ganan y quines pierden en la globalizacin. Barcelona.Editorial Crtica, 2000, pp. 142-143.14 Liphart, Arend, Las democracias contemporneas. Barcelona Editorial Ariel, 1987, p. 51.
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cualquier contenido libertario o social, igualitario o equitativo, se trata de una democracia
de las formas para viabilizar los pactos de elites, tal como bien lo seala Jrgen Habermas:
La democracia ya no se define por el contenido de una forma de vida que hace valer losintereses generalizables de todos los individuos; ahora no es ms que el mtodo de seleccin de
lderes y de los aditamentos del liderazgo. Por democracia ya no se entienden las condiciones enque todos los intereses legtimos pueden ser satisfechos mediante la realizacin del interesfundamental en la autodeterminacin y la participacin; ahora no es ms que una clave dedistribucin de recompensas conformes al sistema, y por tanto un regulador para lasatisfaccin de intereses privados; esta democracia hace posible el bienestar sin libertad. Lademocracia ya no se asocia con la igualdad poltica en el sentido de una distribucin igual delpoder poltico, es decir, de las oportunidades de ejercer el poder; la igualdad poltica solosignifica ahora el derecho formal al acceso al poder con iguales posibilidades, es decir, elderecho igual a ser elegido en posiciones de poder. La democracia ya no persigue el fin deracionalizar el poder social mediante la participacin de los ciudadanos en procesos discursivosde formacin de la voluntad; ms bien tiene que facilitar compromisos entre llites dominantes.Con ello, en definitiva, se abandona tambin la sustancia de la teora clsica de la democracia;ya no todos los procesos de decisin de alcance poltico, sino slo las decisiones del sistema de
gobierno definidas como polticas deben someterse a los mandatos de la formacin democrticade la voluntad.15
Es por ello que se hace necesario establecer la diferencia entre los movimientos
histricos reales y convergentes y mutuamente condicionados, como lo son: la crisis del
capitalismo, la revolucin tecnolgica, crisis del Estado de bienestar, el aumento de la
interdependencia por la va del crecimiento y multilateralizacin del comercio y las
finanzas; que ha llevado a una intensificacin del proceso de planetarizacin del
capitalismo en un sentido horizontal, en la medida en que hoy es el planeta entero el que se
encuentra bajo las leyes del capital; y verticalmente, porque hoy son muchas las reas
tradicionales que se encuentran incorporadas a la produccin capitalista por obra y gracia
de la informacin y el conocimiento convertidos en medios de produccin. Lo que
constituye sin duda una profundizacin del proceso de mundializacin de la economa que
viene desarrollandose desde el siglo XIV, y que adquiri un impulso definitivo con el
triunfo del capitalismo en el siglo XVIII, y que de la mano de las revoluciones tecnolgicas
no ha dejado de avanzar desde entonces. Estamos entonces en una nueva etapa del
15 Habermas, Jrgen, Problemas de legitimacin en el capitalismo tardo. Buenos Aires, Amorrortu Editores,1991, pp.148-149.
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capitalismo impulsado por las fuerzas contradictorias sealadas anteriormente y que no
podemos confundir con el proceso puesto en marcha por el programa poltico, econmico,
social y cultural del neoliberalismo, que pretende implantar una sociedades mundial
gobernada por el muy artificial mecanismo del libre mercado autoregulado: la
globalizacin, ms correctamente la globalizacin neoliberal.
La globalizacin neoliberal, es presentada por uno de sus idelogo importantes,
Francis Fukuyama, en su libro El fin de la historia y el ltimo hombre, como un fenmeno
sin precedentes en la historia, con lo cual los procesos de mundializacin de la economa
aparecen como un acontecimiento indito, sin ninguna continuidad con las anteriores fases
del capitalismo, con lo cual se distorsiona el proceso histrico del capitalismo, su proceso
dialctico continuidad/discontinuidad, que han operado en sus diversas mutaciones, pero
que son determinadas por su lgica y naturaleza: como lo son la bsqueda de la ganancia
por encima de todo y la acumulacin de capital. La globalizacin neoliberal pretende
entonces ocultar (funcin ideolgica) las nuevas prcticas que asume el capitalismo en su
nueva edicin, la magnificacin de la explotacin econmica interna y externa de las
naciones, la dominacin poltica por algunos de los pases del centro, y el impulso a nuevas
formas de acumulacin de capital bajo la hegemona de las formas ms transnacionalizadas
del capital bajo la direccin del capital financiero internacional. Sin embargo, an cuando
la radicalidad de la revolucin tecnolgica imponga velocidades y formas nuevas en la
operacin del capitalismo, lo esencial y definitorio es que mientras el fenmeno no
abandone su condicin de capitalismo, esta operando bajo su lgica y eso lo impulsa a
realizar su ley histrica central, la obtencin de ganancias y la acumulacin de capital sin
regulacin alguna. Es por ello que nos encontramos frente a una nueva arremetida del
capital y el capitalismo. Como bien seala Alain Touraine, una nueva embestida del
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capitalismo lo que oblig ha plantear un nuevo estilo de modernizacin tras la disolucin
del capitalismo de la segunda postguerra16.
Este nuevo estilo de modernizacin es lo que esta en el centro de la Tercera Va. Se
trata tanto de rechazar la globalizacin neoliberal como de generar un nuevo estilo de
modernizacin que mantenga equilibrios sociopolticos que a nuestro juicio son esenciales
para el mantenimiento de la vida civilizada, lo cual implica regular las tendencias ms
perversas del mercado, como es la que encarna la liberalizacin de los mercados
financieros.
No se trata entonces de escoger entre una visin neoliberal con fundamento en la
economa neoclsica, basada en las leyes naturales y autoreferenciales de la economa de
mercado, donde toda articulacin histrica especfica desaparece, junto con las naciones,
los grupos y clases sociales concretas, que despliega intereses contradictorios con los que se
fabrica el tejido social histrico concreto de la sociedades y el mundo. Y otra igual de
fundamentalista y ahistorica que tampoco es capaz de reconocer los procesos de
transformacin en marcha, confundindolos con una conspiracin del capitalismo
internacional, que slo se puede enfrentar con un mayor control estatista de la sociedades,
con lo que se cae en un determinismo homogneo del mismo tipo del esoterismo mano
invisible del economicismo fundamentalista, que siempre desembocan en la justificacin
de un renovado despotismo estatal.
No es posible determinar o influir sobre los procesos histricos de manera lineal en
el sentido deseado por uno de los actores; la historia es un proceso dialctico cuyo resultado
final depende de la desenvolvimiento contradictorio de las fuerzas y movimientos sociales
que en ella actan, como bien lo dijo Marx, los hombres hacen la historia pero no saben la
16 Touraine, Alain, Cmo salir del liberalismo?. Barcelona, Paids, 1999, p. 18.
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historia que hacen. De tal manera que la historia nunca realiza los fines de grupos
particulares por muy grandes y poderosos que estos sean, con lo que siempre habr
consecuencias histricas inesperadas.
La Tercera Va enfrenta la visin ahistrica del neoliberalismo cuya finalidad es
desvalorizar toda la experiencia reformista y reguladora del capitalismo entre 1945 y 1970,
que sin duda alguna produjo el ms largo perodo auge y prosperidad del capitalismo; y que
respondi a los excesos del libre mercado en los aos 20 y 30 del siglo pasado. El que las
transformaciones mismas del capitalismo hayan conducido a la desaparicin de las
condiciones que la hicieron exitosa, no puede descalificar como un todo el llamado Estado
de Bienestar o Welfare State, sobre todo por los logros alcanzados en materia de derechos
sociales, seguridad social, estabilidad poltica y avance de la democracia. Y en estas
materias es donde haciendo frente a la mundializacin se pueden obtener referencias
valiosas, para abordar las nuevas realidades de la globalidad capitalista. Lo importante es
rescatar que sin equilibrios sociopolticos mnimos, que garanticen situaciones sociales
tolerables no es posible el sostenimiento estable de ningn rgimen, por lo menos en
democracia17.
LA TERCERA VA Y AMRICA LATINA
17 Esta conviccin no es nueva, ya Polanyi lo planteaba en los aos 40 de la siguiente manera: Por lo tanto,en lo referente a los negocios exista una situacin muy similar a la que exista respecto de la sustancia natural
y humana de la sociedad. El mercado auto-regulado era una amenaza para todos ellos, y por razonesesencialmente similares. Y se requeran la legislacin fabril y las leyes sociales para proteger al hombreindustrial de las implicaciones de la ficcin de las mercancas en lo que se refiere al poder del trabajo, si senecesitaban leyes de tierras y aranceles agrarios para proteger los recursos naturales y la cultura del campocontra las implicaciones de la ficcin de las mercancas a su respecto, era igualmente cierto que se necesitabala Banca Central y la administracin del sistema monetario para impedir que las manufacturas y otrasactividades productivas se vieran perjudicadas por la ficcin de las mercancas aplicadas al dinero.Paradjicamente, no slo los seres humanos y los recursos naturales sino tambin la organizacin de la propiaproduccin capitalista necesitaban una proteccin contra los efectos devastadores de un mercado auto-regulado. Polanyi, K. Ob. cit. p. 139.
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Amrica Latina es tambin una regin ampliamente afectada por las polticas
neoliberales, que se implementan desde los aos setenta, primero en el Cono Sur y que
luego se fueron generalizando a todo el subcontinente como resultado de las polticas de
ajuste y estabilizacin impuestas por el FMI y el BM, como soluciones a la crisis de la
deuda externa declarada en 1982. Como consecuencia Amrica Latina que haba sido
receptora neta de capitales durante la postguerra se convirti en exportadora neta de
capitales, lo que condujo a la declaracin de Lawrence Summers en la Asamblea mundial
del BID en Jerusaln que de ahora en ms de los pases de la regin (Latinoamericana)
deben considerar la entrada de capitales como una excepcin y (ciertamente exagerando) la
fuga como una regla con consecuencias terribles sobre la sociedad. Desde la crisis de la
deuda externa, Latinoamrica desapareci de los mercados voluntarios de crdito y ha
transferido a los pases desarrollados entre los 220.000 y 250.000 millones de dlares; en
1985 tres aos despus de desatada la crisis la transferencia fue del orden del 4,8% del PIB
y en 1990 esta cifra era an de 2,3% del PIB, lo que ha trado como consecuencia una cada
en el crecimiento18. Entre 1945 y mediados de los aos setenta, la tasa de crecimiento del
producto fue del 5,5% anual, mientras en los ltimos veinte aos, bajo el predominio de las
estrategias neoliberales declin a una tasa del 2,7%19. Este comportamiento junto con los
flujos negativos de capital determinaron el comportamiento global de las sociedades
latinoamericanas condicionadas por el objetivo predominante del pago de la deuda externa
por sobre el crecimiento y el desarrollo, esto justific la declaracin de la CEPAL de la
dcada prdida para los aos ochenta.
18 Lavagna, Roberto, Neoconservadurismo versus capitalismo competitivo. Buenos Aires, Fondo de CulturaEconomica, 1999, p. 87.19 Ferrer, Aldo, Hechos y ficciones de la globalizacin Argentina y el Mercosur en el sistema internacional.Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 2000, p.42.
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Amrica Latina vuelve a verse confrontada con la tarea histrica de la
industrializacin y la insercin autnoma al mercado mundial; pero al igual que en el
pasado este objetivo histrico se ha visto frustrado como resultado de la aplicacin de
malas polticas; en los cincuenta y sesenta la inflexibilidad del modelo de sustitucin de
importaciones o estrategia de crecimiento hacia adentro frustro la posibilidad de una
industrializacin que combinara el crecimiento del mercado interno con una oferta de
productos industriales exportables; que consolidara integralmente el aparato productivo
nacional. Y actualmente su adhesin a las poltica y practicas econmicas neoliberales,
consistente en administrar el stockde deuda existente y en satisfacer las expectativas de los
mercados, como eje de una insercin unilateral mercado, es lo que ha generado para el
subcontinente una gran inestabilidad econmica, social y poltica que genera una alta
incertidumbre sobre el desarrollo futuro de la regin.
El predominio en la regin de la visin fundamentalista de la globalizacin
neoliberal, expresada por la estrategia del consenso de Washington, de acuerdo con la cual
la apertura unilateral, la garanta absoluta a los derechos de propiedad, la libertad de
mercado, la reduccin de los costos de transaccin, desregulacin de los mercados
financieros, flexibilizacin de los mercados de trabajo, mantener el equilibrio fiscal, la
estabilidad de precios, y la privatizacin de todas las empresas en manos del Estado, as
como reducir el Estado a su mnima expresin; es una receta que ha significado
desindustrializacin y vuelta a la dependencia del sector primario y una alta dependencia y
vulnerabilidad del sector externo.
Esto plantea la necesidad de una tercera va para Amrica Latina, para enfrentar la
permanente situacin de inestabilidad e incertidumbre como resultados de las crisis cclicas
que la azotan desde hace dos dcadas. Y donde instituciones como el FMI y el BM, que al
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inicio de los aos ochenta formaban parte de supuestas soluciones a los problemas
planteados por la crisis de la deuda externa, hoy por hoy son parte del problema, en la
medida en que ellas han asumido el papel garante de la aplicacin del paquete de polticas
antes expuestas, sustrayendo a cada Estado nacional la posibilidad de la formulacin de su
poltica econmica, para la salvaguarda de los intereses de los acreedores. Lo cual ha
conducido a un agravamiento de los problemas y una mutilacin de la capacidad en la toma
de decisiones econmicas, sujetndose los pases al criterio cuasi absoluto de los
acreedores. Esto hace que la formulacin de una va alternativa para Latinoamrica
pasa por una recuperacin de su autonoma relativa sobre su poltica econmica y
sobre su capacidad de una accin poltica independiente.
Pero la Tercera Va elaborada por la socialdemocracia europea como una respuesta
a los problemas sociales, ambientales de los pases desarrollados no genera una misma
visin hacia una Tercera Va en Amrica Latina. En primer lugar, porque en cuestiones
cruciales, no se advierte ningn cambio desde el primer mundo hacia la periferia. En efecto
no existen una intencin por parte de los partidos socialdemcratas partidarios de la Tercera
Va, por incorporar a nivel global los mismos criterios de equidad que se proponen entre
pases del primer mundo, con lo cual las reglas de juego son francamente asimtricas a
favor del centro. As los problemas de la deuda, del acceso a los mercados, la pobreza
extrema, la desigualdad extrema, que afecta a la periferia, estn fuera de la visin de la
Tercera Va europea. En este sentido no existe ninguna diferencia entre esta Tercera Va
europea y las actitudes asumidas por los EE.UU. o Japn respecto a estos temas. Y lo
prueba el hecho de que estos pases europeos forman parte principal en los organismos
multilaterales o de las cumbres para la discusin sobre los problemas mundiales, y nunca
encontramos testimonios reales de una decidida actitud que apoye a los pases del tercer
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mundo a resolver los graves y persistentes problemas de deuda externa, acceso a los
mercados de bienes y servicios o de capital. Hasta ahora es una postura meramente retrica
por decir lo menos.
La bsqueda de alternativas para Amrica Latina es hoy una tarea urgente en virtud
del complicado escenario de la economa mundial, dominado por un proceso de
disminucin del crecimiento en las economas centrales, con los pases en desarrollo sobre
todo los dragones y tigres asiticos bajo los efectos de la brutal crisis de finales de siglo, y
los latinoamericanos Brasil y Argentina con una crisis en pleno proceso de desarrollo. Pero
lo que hace ms compleja la situacin es que como bien seala George Soros, los pases
desarrollados no vinculan los procesos econmicos del tercer y segundo mundo con los
procesos que se viven en sus economas. Para las economas centrales lo que pasa en el
resto del mundo en trminos de problemas econmicos (crack de las economas) es el
resultado de errores de poltica econmica, fallas coyunturales que no envuelven o que no
tienen que ver con el desenvolvimiento estructural de la economa mundial; en sus
palabras:
La crisis financiera mundial est oficialmente superada. Los nuevos mercados en Asia yLatinoamrica han resurgido con fuerza. Los mercados ms maduros, los que ocupan el centro delsistema capitalista mundial, nunca se vieron verdaderamente perjudicados, excepto por un breveperodo de hundimiento en otoo de 1998. La economa mundial sufri un revs y algunos pasesquedaron desechos, pero la economa estadounidense no hizo ms que mejorar y hoy existen clarosindicios de recuperacin en el resto del mundo, especialmente en Asia. Si ahora se derrumbaran denuevo los mercados financieros, habra que considerarlo una nueva crisis, no una prolongacin de laanterior.En el momento culminante de la crisis se hablo mucho de la arquitectura financiera mundial y lanecesidad de un nuevo Bretton Woods, y yo me mostr muy partidario de tales debates. En la
actualidad, la demanda de una reforma radical ha disminuido, y en adelante vamos a centrarnos enresolver los detalles. Por ltimo una metfora de moda, parece que ahora vamos a arreglar lascaeras en vez de elaborar un diseo totalmente nuevo.20
20 Soros, George, La nueva arquitectura financiera mundial en Giddens, Anthony y Hutton, Will, En el lmite.Barcelona, Tusquets Editores, 2001, p. 127. En el comentario citado Soros coincide con Paul A. Volcker,cuando este plantea: El problema no es regional, sino internacional. Y existen todos los indicios de que esestructural, en el sentido literal de que no surgen de algn deus ex machina, sino de los mecanismosordinarios del propio sistema financiero internacional. Ocano de las finanzas mundiales en Giddens yHutton, Ob. cit. p. 115.
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Las responsabilidades de las crisis queda establecida en las polticas
macroeconmicas irresponsables: excesivo gasto pblico, expansin monetaria
inflacionaria y escalada de precios y salarios, para slo mencionar algunas de las favoritas
de los economistas neoliberales. Pero algo importante que han revelado las economas
asiticas es que los problemas en el origen de la crisis estn ms del lado del
comportamiento del sector privado que del sector pblico (problemas ms tpicos de
Amrica Latina); y como bien seala Paul A. Volcker, la mayora de las economas
asiticas que entraron en crisis en el ao 98, eran objeto de todos los elogios por parte del
FMI y el BM; con lo cual a su juicio la profundidad de la crisis y los remedios aplicados
por el FMI suponen dudas profundas sobre el funcionamiento del sistema financiero
mundial y la disciplina macroeconmica21.
Esta sospecha tiene su origen en la extraordinaria expansin de los mercados de
capital y los mercado financieros que junto con su extraordinaria movilidad han venido
generando una gran inestabilidad sobre las economas emergentes por el esquema con que
suele estar acompaado su comportamiento, que se refuerza con el tipo de respuesta que los
organismos multilaterales suelen tener en proteccin de los capitales financieros. Este
esquema de comportamiento del capital no distingue entre naciones asiticas o
latinoamericanas, y es precisamente en esta indiferenciacin donde el problema se hace
nico y estructural a pesar de las visibles diferencias entre las economas de los dragones y
tigres y las economas brasilea o Argentina.
No cabe duda de que la expansin de la inversin de capital directo, ha tenido un
efecto benfico sobre las economas receptoras, en materia de tecnologa, comercio de
transables y empleo, pero junto con esto se ha producido la expansin de los capitales21Ibidem. p. 118-119.
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mviles o golondrinos, en busca de rentabilidad en los nuevos pases en desarrollo, con lo
que junto a efectos positivos que se reflejan en tasas de inters ms baja, se producen
aumentos desproporcionados en el precio de los activos y la propiedad inmobiliaria,
comportamiento competitivo de la banca en la colocacin de prstamos tanto internos como
externos, apreciacin de los tipos de cambio, que son el pivote de un crecimiento acelerado
(un auge); mientras la situacin se sostenga el ciclo se autoalimenta; hasta que tarde o
temprano algn acontecimiento desate la duda sobre la posibilidad de su sustentacin. Con
lo cual todo lo que de positivo se haba logrado con la entrada de capitales se invierte de un
da para el otro, como le ocurri a los pases asiticos en el 98, y anteriormente a Mxico
en el 94; la entrada de capital disminuye o desaparece, y se producen dramticas
devaluaciones y aumentos salvajes de la tasa de inters, acompaado con la evaporacin de
las reservas internacionales. Y esto sucede como plantea Volcker, debido a que las
economas pequeas y abiertas son intrnsecamente vulnerables a la volatilidad de los
mercados mundiales de capital. La imagen visual de un vasto ocano de capital liquido me
parece apropiada, con las grandes tormentas inevitables que un gran trasatlntico como
Estados Unidos puede atravesar sin problemas pero que hunden seguramente a la ms
slida canoa del Pacfico Sur.22
Este comportamiento en vez de ser moderado por la intervencin del FMI, produce
un efecto contrario, debido a que la actuacin del fondo se dirige a cumplir con su objetivo
intrnseco de conservar la sanidad del sistema financiero internacional; y de acuerdo con
ello impone una poltica de ajuste que termina agravando el problema del pas auxiliado. Lo
cual ha convertido al FMI en parte del problema que agobia a los pases en dificultades.
Con lo que Soros tiene razn al ubicar el problema en las contradicciones que resultan de la
22Idem. p. 122.
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disparidad entre el tratamiento de los acreedores y los prestatarios y entre la prevencin y la
intervencin23.
En el caso de la primera disparidad, cuando sobreviene el ajuste se impone al pas
deudor unos tipos de inters leoninos, que tienen el doble propsito de estabilizar los tipos
de cambio y crear un supervit comercial al precipitar una recesin, con lo cual se beneficia
a los acreedores porque se facilitan el pago de las deudas. Este modo de actuar a llevado a
lo que se considera como riesgo moral. En el sentido de que los acreedores pueden actuar
de manera no del todo responsable en el otorgamiento de crditos amparados en la certeza
de que el FMI los rescatara en caso de problemas. Lo que este rescate significa para los
deudores es el hundimiento en la recesin producto de que el aumento de los tipos de
inters y la cada de la demanda interna impuesta por el programa de ajuste exageran el
peso de la deuda y el hundimiento del tipo de cambio eleva para las empresas la proporcin
deuda externa a capital, con lo cual se salva al acreedor a costa del deudor (sin que la
responsabilidad del acreedor en la crisis se haya puesto en la balanza), y por ello aparece
esta nueva significacin atestiguada por el riesgo moral.
En cuanto a la segunda disparidad, se observa como el FMI no tiene autoridad para
intervenir en prevencin de una crisis, con lo que su actuacin queda limitada a la accin
una vez comenzada la crisis y slo en proteccin de los intereses de los acreedores. Como
bien seala Soros: Estas dos asimetras, juntas explican por qu el FMI ha acabado siendo
parte del problema. En la ltima crisis, el FMI impuso unos tipos de inters leoninos y los
pases afectados cayeron en una profunda recesin. Pero cuando la crisis amenaz a los
Estados Unidos, la Reserva Federal baj los tipos de inters y la economa norteamericana
escap indemne.24
23Idem. p.128.24Idem. p. 129.
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Esto es lo que Paul Krugman, ha denominado el doble estndar25, que permite a la
mayora de los economistas a aceptar como la mejor e imperfecta solucin al sistema de
tasas de cambio flotante; y efectivamente esto es cierto para los pases del primer mundo,
porque los mercados estn dispuestos a darle el beneficio de la duda. Pero en el caso de los
pases de reciente industrializacin de Asia y Latinoamrica, que han intentado (por
recomendacin o imposicin del FMI) elevados tipos de inters y devaluaciones moderadas
para estabilizar sus economas y evitar macrodevaluaciones, han terminado logrando
exactamente lo contrario del objetivo; porque los mercados tienen la percepcin de que
para estos pases no hay devaluacin pequea, lo cree y entonces se realiza efectivamente.
Esto conduce a la trampa de la confianza, la confianza de los mercados. Es este juego de la
confianza el que genera el doble estndar, porque las medidas de poltica econmica que
generan confianza en el primer mundo, baja en las tasas de inters no son recomendables
(FMI) para los pases en desarrollo, con lo que en dichos pases una crisis econmica se
puede alimentar as misma a pesar de una poltica econmica slida; y que no sea capaz de
revertir la percepcin sobre la confianza en una determinada economa, con lo que todo
queda a la apreciacin de los prejuicios y caprichos de los mercados. Como bien observa
Krugman:
Y fue as como el acuerdo keynesiano se rompi: la poltica econmica internacional terminteniendo poco que ver con economa. Se convirti en un ejercicio de psicologa de aficionados, enque el FMI y el Departamento del Tesoro trataban de convencer a los pases de hacer cosas que ellosesperaban que los mercados percibieran como favorables. No es sorprendente que tan pronto estallla crisis todos hubieran tirado sus libros de texto de economa a la basura26
Este doble estndar esta llevando a que las crisis recurrentes de los pases en
desarrollo y las intervenciones del FMI, con su secuela de agravamiento de los problemas
25 Krugman, Paul, De vuelta a la economa de la gran depresin. Bogot, Grupo Editorial Norma, 1999, p.178.
26Ibidem. p. 182.
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econmicos, sociales y polticos sin salida aparente, se conviertan cada vez en un peligro
estructural de carcter poltico sobre el sistema capitalista, por las reacciones nacionalistas
y antiglobalizadoras que se estn desatando con gran violencia. Esta sensacin de alerta
provoca el que Paul Volcker, seale lo siguiente:
Tampoco debera haber dudas sobre lo que est en juego. Si de aqu a unos aos, ya en el nuevomilenio, las turbulencias del mercado siguen impidiendo un crecimiento fuerte y consistente en losmercados emergentes, las tentaciones de rechazar la ideologa de los mercados libres y elmultilateralismo se incrementarn. El regionalismo abierto y benigno que caracteriza gran parte delcomercio actual podra volverse sobre s mismo en un paso perjudicial, con todo lo que ello implicade conflicto poltico y tensin econmica.27
Es la permanencia de la crisis, el recurrir cada cierto tiempo (cada vez ms corto) a
programas de ajuste, lo que esta llevando a un exacerbacin poltica de la situacin. La
bsqueda de alternativas para los pases de Amrica Latina, una tercera va no pasa por la
implementacin de programas de ajuste y estabilizacin tal como los que ha vivido la
regin durante las ltimas dos dcadas. Esto queda confirmado por el comportamiento de
los pases asiticos y del propio Japn, cuando fue sometido a este mismo tipo de polticas,
an cuando sus problemas tenan un origen diferente a los de Amrica Latina y un avance
en la industrializacin notablemente mayor. Las soluciones deben encontrarse en primer
lugar, en la recuperacin de la capacidad de accin poltica, que permita asumir una
posicin de autonoma frente a todo tipo de fundamentalismo ya sea de mercado o estatista.
A la vez que incorporarse a la lucha por la reforma del sistema econmico
internacional en sentido positivo, es decir, en el sostenimiento de un orden abierto
multilateral e interdependiente, pero donde se acepte una regulacin adecuada y donde los
pases del tercer mundo puedan ser tratados bajo normas de igualdad y equidad, para evitar
que estos pases puedan retroceder hacia visiones de nacionalismo extremo, que conducen
siempre a mayores dosis de despotismo estatal.
27 Volcker, Paul, Ob. Cit. p. 125.
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La bsqueda exitosa de una tercera va supone deshacerse de la postura de que las
soluciones viene en el simple abandono a las leyes naturales del libre mercado; esta es una
visin atrasada e interesada polticamente, que nos somete a un orden econmico injusto.
De la misma manera una postura antiglobalizadora a ultranza, puede conducirnos
igualmente a situaciones sin salidas. Por eso se trata de comprender que la lucha contra el
desempleo, la pobreza, el estancamiento econmico, slo puede alcanzar el xito, si
asumimos una clara accin econmica y poltica, que nos permita abrir espacios para la
reforma econmica, poltica y social, que nos permitan romper con los falsos dilemas entre
capitalismo salvaje o capitalismo desptico. Debemos recuperar el espacio de la accin
reformista para recuperar los equilibrios econmicos, sociales y polticos perdidos,
disminuir los costos de la nueva industrializacin as como la insoslayable incorporacin a
las corrientes de la economa mundial. Hemos perdido dos dcadas presos del
fundamentalismo econmico, asumiendo acriticamente las recetas del FMI o las formulas
salvadoras del consenso de Washington, por lo que resulta impostergable disear una
posicin autnoma sobre los problemas que nos agobian, as como unir esfuerzos con otros
para dar la batalla contra los grandes pases, por la creacin de un sistema de normas que
permitan la regulacin del nuevo capitalismo, del capitalismo informacional.
Tambin se debe ser muy crticos respecto del movimiento antiglobalizador que
pretende asumir posiciones a favor de los pases del tercer mundo. Este movimiento
formado de manera aluvional y dando cabida a los ms disimiles intereses pretende ser
defensor de los pases del tercer mundo generalizando intereses o dando por sentado
intereses comunes entre movimientos crticos del primer y tercer mundo, asumiendo a
nombre de una tica universal posiciones salvadoras que no son nada favorables a los
pases que pujan por su industrializacin. As como arriba ramos crticos respecto de la
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tercera va europea respecto de su actitud con los pases emergentes, de igual manera hay
que someter muy bien al escrutinio de la crtica el supuesto carcter progresista del
movimiento antiglobalizacin con respecto de los pases perifricos.
En este sentido la crtica postura en defensa de la ecologa por parte de los pases
desarrollados de Europa y movimientos ecologistas, se ha convertido en una forma de
imponer trabas al comercio de los pases emergentes en forma de mecanismos para-
arancelarios, que pretenden la proteccin del medio ambiente; o el querer imponer a las
economas de reciente industrializacin (o en proceso) normas de derechos sociales y
laborales iguales a las del primer mundo, so pena de penalizar sus exportaciones bajo la
acusacin de dumping social. Si se cumplieran por parte de los pases emergentes normas
ecolgicas y de derechos sociales iguales a los de pases de economas maduras, llevara a
cancelar en los primeros cualquier posibilidad de desarrollo, porque los costos sociales y
laborales haran imposible desarrollar economas competitivas. Con esto no queremos
expresar ningn acuerdo con la barbarie de la sobreexplotacin del trabajo humano donde
las mujeres y los nios se convierten en las vctimas propiciatorias de tales prcticas. Sino
que los pases subdesarrollados deben dar prioridad a la creacin de empleo, niveles de
ingresos aceptables, la lucha contra la inflacin, para dar un decidida guerra a la pobreza,
con lo que asumir estndares sociales y ecolgicos por encima de sus posibilidades
econmicas y sociales historicamente alcanzadas sencillamente sera una condena de
antemano a la pobreza generalizada y al eterno conflicto poltico. Una modificacin del
sistema econmico internacional con reglas ms equitativas para todos los actores, es una
mejor garanta que las predicas a ultranzas contra libre comercio, que paralizaran el
comercio de los pases pobre y el acceso a los mercados de capital.
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No existe una formula fcil, sencilla y rpida con la que lidiar contra la
globalizacin neoliberal, la vuelta a posturas nacionalistas o el cierre a canto y fuego por
parte de los pases subdesarrollados de sus mercados de capital no es una visin realista
para salir de las actuales dificultades, ello ms bien pudiera agravarlas, adems pudiera
arrojarnos en brazos de nuevas formas de despotismo estatal. Todas las posibles soluciones
que se propongan deben ser estudiadas cuidadosamente sopesada en funcin de nuestros
intereses y del inters por mantener un sistema internacional verdaderamente
interdependiente y mundializado.
La perversidad de la globalizacin neoliberal reside en la falta de reglas y de
instituciones que permitan minimizar los costos asociados al desempeo global de las
naciones en un ambiente internacional ms complejo. Porque las naciones del primer
mundo y sobre todo los Estados Unidos, utilizan la globalizacin como una estrategia
nacionalista destinada a la apertura de los mercados de bienes y servicios y la bsqueda de
ganancias financieras sin regulacin en los mercados financieros de todo el orbe. Con lo
que la predica de la globalizacin neoliberal es slo retrica oportunista. En este sentido en
mi libro apertura y globalizacin haba planteado lo siguiente:
El problema no es la globalizacin o la presencia omnipotente en el escenario mundial delEstado-nacin, el problema est constituido por la falta de reglas y de instituciones que permitanminimizar los costos asociados al desempeo global de las naciones en un ambiente. Las tensiones ycrispaciones en el orden mundial aumentan cuando se quieren contrarrestar los efectos de lainterdependencia con polticas nacionales autnomas: proteccionismo, polticas monetariasunilaterales, desconociendo los efectos que esto ocasiona sobre otras economas; con lo que losenfrentamientos nacionales vuelven a plantearse abiertamente. Si el proceso de deinternacionalizacin que hemos venido discutiendo produce efectos adversos sobre los Estados
nacinales, estos se van a defender apelando en primera instancia a polticas econmicas de carcterautnomo el caso extremo fue el del capitalismo en los aos treinta, cuando frente a los problemasde orden econmico mundial las naciones terminaron retirndose a sus fronteras nacionales-, y en lamedida en que esos problemas se hacen crticos se apela al expediente militar sirva de nuevo elejemplo de las aos treinta-. El capitalismo tardo por su alejamiento de reglas claras defuncionamiento, no esta regulado ni por el mercado, ni por institucin alguna, y este es el problemafundamental.28
28 Castro, Pedro, Apertura y globalizacin tensiones nacionalistas en el 2do. gobierno de Carlos AndrsPrez 1989-1993. Caracas, Fondo editorial de Humanidades y Educacin Universidad Central de Venezuela,
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Es por ello que los pases subdesarrollados si debemos luchar por un verdadero
orden global mundializado con reglas e instituciones lo regulen, que permitan absorber de
la manera menos perjudicial posible los costos que se derivan de una interdependencia
econmica, poltica, social, y cultural compleja, optar abiertamente por un nuevo
capitalismo bajo regulacin democrtica tanto nacional como internacionalmente.
ANEXO
Presentamos algunas propuestas realizadas por pases europeos y por economistasacadmicos del primer mundo para la reforma del sistema econmico mundial:
Pases PropuestasFrancia Dotar al comit Interino del FMI de mayor
capacidad de decisin.
Crear zonas monetarias comunes al estilo de laUnin Europea.Alemania Usar targets en materia de tipos de cambio al
estilo de lo que fue la serpiente europeaGran Bretaa Considerar la fusion del Banco Mundial y el FMI
Japn Aceptar controles de cambio temporales. Apoyar la fijacin de tipos de cambio. Control de los hedge funds.
2000, p. 128.
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Economistas-Acadmicos PropuestasPaul Krugman (MIT) Aceptar el uso transitorio de los tipos de cambio
J. Sachs (Harvard) Dejar caer libremente las monedas; adems de su idea de permitir alos pases aplicar un esquema de reestructuracin de deuda similaral que las empresas privadas tienen en los Estados Unidos dentrodel esquema del captulo 11 del Cdigo de Quiebras.
M. Wyplosz (InternationalStudies of Ginebra)
Eliminar en el mundo en desarrollo las monedas ancladas amonedas fuertes.
J. Bhagwati (Columbia) Pone en duda la utilidad de liberalizaciones extremas de los flujosde capitales por presin de lo que defini como el Wall Street-Treasury Complex.
R. Mc. Kinnon (Stanford) Crtica al FMI por ir demasiado lejos en proponer la liberalizacinde la c.uenta de capital
J. Stiglitz (Banco Mundial) Propone polticas pro-keynesianas y por ende un mayor rol para elEstado.
J. Atalli Propone: creacin de un Banco Central Global. Serpiente monetaria mundial. Impuesto Mundial.
J. Garten Recomienda crear un Banco Central Global independiente (a partirdel G 15) financiado por: -un arancel sobre comercio mundial y un impuesto sobre transacciones financieras.