En cada gota de lluvia hay un alma perdida, lo sé porque una vez estuve en una gotita, ¿Quién me metió allí? El mago Sed de la lluvia.

Todo empezó un día que fui a dar un paseo por mí ciudad, empezó a llover y para no mojarme me metí debajo de un tejadillo esperando a que parara, pero llovía y llovía así que me fui a casa preparada para mojarme, ya me secare en casa, pensé. Pero me moje tanto que El mago Sed de la lluvia me atrapo en una de sus gotas. De repente ya no podía andar, flotaba por el aire hasta que caí en un charco. Allí me quede un rato, hasta que me pisaron unos niños con sus botas, de allí me arrastraron hasta otro charco donde me pude soltar y me quede al lado de otras gotas de lluvia con alma, les pregunte como podía salir de allí porque tenía que ir casa, ten paciencia, me dijeron que el sol aparecerá, nos secara y quedaremos libres.

Allí pase unos días y me hice amiga de aquellas gotas, pero yo tenía ganas de volver a correr, saltar, andar en bici, ver a mi familia y amigos y amigas. Entonces ocurrió que un día el sol empezó a calentar y a secar el charco. Poco a poco nos liberó a todas las gotitas y así pude volver a mi casa.

Desde entonces, siempre salgo con mi paraguas y chubasquero para que El mago Sed de la lluvia no pueda volver a atraparme.

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