Grun, Anselm - El Bautismo

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    EL BAUTISMO

    Anselm Grun

    INTRODUCCIN

    LA NUEVAIDENTIDAD

    El bautismo en la Iglesia primitiva era un rito quedejaba una impronta profunda tanto en los que sebautizaban como en todos los que participaban ensu celebracin. El bautismo estaba precedido poruna preparacin que duraba algunos aos. En ellalos que se iban a bautizar eran introducidos en elmisterio de la vida cristiana.

    Evidentemente, la Iglesia de los primeros siglossaba suscitar en las personas un gran entusiasmopor una vida con Cristo y en Cristo. En esta nuevavida, en efecto, las personas experimentaban unaalternativa a ese trajinar carente de sentido y deDios que caracterizaba el final del mundo antiguo.

    En el bautismo, los que se bautizaban cortaban conlo que haba sido su vida hasta ese momento. Op-taban por una vida que no slo se orientaba por laspalabras de jess, sino que tambin estaba alimen-tada por otra fuente, una fuente divina. Tenan lasensacin de que slo a travs del bautismo llega-ban verdaderamente a la vida. Todo lo que habasucedido hasta ese momento como dice la pri-mera Carta de Pedro era mtaios, es decir, sinsentido y vaco, mera ilusin y apariencia de vi-da. En el bautismo abandonaban su vieja identi-dad para encontrar una nueva identidad en Jesu-

    cristo.La vida de la antigedad tarda estaba caracterizadapor pedirpanem et circenses, pan y juegos. Era unmundo decadente. El sentido de la vida se habaperdido y todo giraba en torno a la curiosidad y alas sensaciones, a los placeres y a las diversiones.Los que se bautizaban se sustraan a este trajnvaco para encontrar en Cristo una nueva identidad.La ruptura con su vieja identidad se expresaba demodo impresionante en la celebracin del bautis-mo, que tena lugar durante una vigilia nocturna.Los que se iban a bautizar descendan desnudos a la

    fuente bautismal y se les verta tres veces agua so-bre las cabezas. Renunciaban al mal y a la insensa-tez de una vida alejada de Dios y se decidan a morira este mundo y a no definirse ya a s mismos por elxito o sus dotes personales, por los placeres y losexcesos, sino exclusivamente desde Cristo.

    NUEVONACIMIENTO

    Los que se iban a bautizar experimentaban el bau-tismo como un nuevo nacimiento. En Cristo habanrecibido una nueva existencia. La nueva existenciase caracterizaba por la experiencia de una gran

    libertad. Se definen ahora desde Dios; ahora sonpersonas libres. Ya no tienen ningn rey por encimade ellos. Ya no estn condenados a llevar a cabo lasexpectativas de los dems. Son verdaderamente

    libres y pueden recorrer el camino que les lleva a lavida verdadera.

    El bautismo les haca partcipes de la experiencia deuna nueva cercana de Dios y de un amor en el quese saban amados incondicionalmente. El bautismoera para ellos la iniciacin en el misterio de unavida redimida y liberada y en el misterio de un Diosque les acoga en la corriente de su amor divino.

    Cuando los que se bautizaban salan desnudos de lapiscina bautismal y luego eran ungidos con aceiteperfumado por el obispo (las mujeres, por una mu-jer), se perciban realmente como hombres nuevos,es decir, como hombres total y verdaderamenteenvueltos en el amor de Dios. Y al mismo tiempoconstataban que encontraban en la Iglesia nuevoshermanos y hermanas, una comunidad en la queeran acogidos sin prejuicios y que, sin embargo, lesimpulsaba a vivir una vida plena y llena de sentido.

    PARTCIPES DE DIOS

    El anhelo de una vida plena, libre de las expectati-vas y de las pretensiones de este mundo, cierta-mente tambin mueve hoy da a muchos hombres.Sin embargo, muchos se preguntan qu tiene quever con Cristo este anhelo y por qu, precisamente,la unin con Jesucristo debera otorgarles la liber-tad y la vida en plenitud. Se podra recorrer cual-quier otro itinerario espiritual y tener xito tambinsin Jess. Sin duda se requerira una obra apartepara describir el papel de Jess en nuestro caminopara hacernos hombres. Para los primeros cristia-nos, el encuentro con Cristo era tan fascinante que

    aceptaban correr el peligro de la persecucin paraexperimentar personalmente esta nueva cualidadde vida que Jess les regalaba. Pero, qu admira-ban sobre todo las personas en Jess y qu les im-pulsaba a poner en juego su vida?

    La segunda carta del apstol Pedro, que traduce elmensaje de Jess a la situacin del ambiente hele-nstico, vea que el atractivo de Jess se basaba enel hecho de que l nos da todo lo que es bueno paranosotros y para nuestra vida. En Jess resplandecela gloria de Dios:

    Con esto [todo lo necesario para la vida...] nos hadado los bienes grandsimos y preciosos que habansido prometidos para que escapramos al deseo delas cosas corruptibles que dominan el mundo acausa de la concupiscencia y llegramos a ser part-cipes de la naturaleza divina (2Pe 1,4).

    El bautismo nos libera del sendero que no reportanada y conduce a la perdicin, y nos concede tenerparte en la naturaleza divina.

    En la antigedad clsica ser partcipes de la natu-raleza misma de Dios era el deseo supremo de loshombres que estaban en camino de bsqueda. Slo

    si el ser humano participa de la naturaleza de Diosllega a ser verdaderamente hombre. As se pensabaen la antigedad tarda. As lo experiment tambinAlfred Delp, en una crcel de la Gestapo, poco antesde su muerte: El ser humano slo es hombre

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    cuando est unido a Dios. La ideologa del nacio-nalsocialismo, que profesaba un profundo despre-cio hacia la persona, le haba enseado que el serhumano, para llegar a serlo, tiene necesidad de lanaturaleza divina.

    En el bautismo se nos hace participar en la vidadivina. La tarea de la Iglesia debera ser celebrarhoy el bautismo de tal modo que, mediante l, los

    hombres barrunten el secreto de su vida y sepanquines son verdaderamente.

    EL SIGNIFICADO DEL BAUTISMO

    Cuando el bautismo de los nios se hizo cada vezms corriente, se perdi gran parte de la eficaciaexistencial del bautismo. Todava hoy sentimos uncierto malestar si se nos pregunta qu significadotiene la celebracin del bautismo de los nios, dadoque el nio no comprende absolutamente nada deello.

    En el pasado se dieron explicaciones que han hecho

    todava ms difcil la comprensin del bautismo delos nios. Por ejemplo, se deca que el nio era li-berado del pecado original y que, de pagano, seconverta en hijo de Dios; o que mediante el bau-tismo era incorporado a la Iglesia. La primera deestas explicaciones suena un poco mgica y pesi-mista: como si el nio sin el bautismo no fuera hijode Dios ni pudiera ir al cielo. Si el bautismo es ex-plicado de modo unilateral como incorporacin a laIglesia, adquiere en cierta forma el sabor de uningreso. Entonces la Iglesia es entendida como unaespecie de asociacin que quiere vincular a sus

    miembros consigo lo ms rpidamente posible.La pregunta es cmo podemos entender nosotroshoy el bautismo. Cmo podemos celebrar el bau-tismo, de tal modo que las personas permanezcanfascinadas ante el misterio de la vida y puedan go-zar del don de un hijo que Dios les ha destinado? Elbautismo es algo genuinamente cristiano. A pesarde todas las analogas que tiene con las ablucionesjudas, como las que eran usuales en Qumrn,ciertamente tiene algo especfico. Por otro lado, entodas las religiones hay ritos que tienen como ob-jeto el nacimiento de un nio. Evidentemente todoslos pueblos y todas las culturas tienen la necesidadde expresar mediante ritos el misterio del naci-miento y el regalo divino de un nio. A menudoestos ritos giran en torno al tema del agua o de laablucin. Se limpia al nio de todo lo que escondesu verdadera esencia y se le pone en contacto con laverdadera fuente de la vida.

    En este libro no quiero desarrollar una teologacompleta del bautismo, sino mostrar con un len-guaje rico en imgenes simblicas (como hacan losPadres de la Iglesia) qu significado puede tener

    para nosotros el bautismo (y sin duda, tambin elde los nios), cmo lo celebramos y cmo podemosvivir como personas libres y amadas incondicio-nalmente a partir de la realidad de nuestro bautis-mo.

    El bautismo es un sacramento. Sin embargo, amuchas personas este concepto hoy no les dicemucho. Sacramento significa un acto de consa-gracin con una obligacin derivada del juramen-to. Sacramentum era la jura de bandera del sol-dado romano. El que se bautiza se vincula conCristo en el sacramento del bautismo y con ello

    expresa que quiere conformar su vida con Cristo.Pero el trmino sacramento significa tambin otracosa. Es la traduccin del trmino griego myste-rion. Mysterium significa la iniciacin del creyenteen el misterio de la vida y en el misterio de lamuerte y resurreccin de Jesucristo. La cuestin es:Cmo estos dos conceptos pueden ayudarnos acomprender el bautismo de un nio?

    EL MISTERIO DEL NIO

    En el bautismo celebramos el misterio del nio.Qu constituye su esencia? Quin es este nio en

    su realidad ms profunda? Si relacionamos la vidade este nio con el destino de Jesucristo, debeaparecemos claro quin es verdaderamente estenio, lo que significa su vida y cmo podemos verlocon los ojos de la fe. A la luz del destino de Jess sedebe desplegar ante nosotros

    el misterio del nio y hemos de reconocer que noslo posee una vida terrena, sino tambin una vidadivina, que la muerte ya no tiene ningn poder

    sobre l, porque ya es partcipe de la resurreccinde Jess. Pero, qu efecto debe tener el rito delbautismo sobre el que se bautiza y sobre las perso-nas que participan en la celebracin? El rito nosabre los ojos para que podamos ver al nio no slocomo hijo de sus padres y de la gran familia hu-mana, sino como hijo de Dios, en el que Dios poneun nuevo inicio y en el que resplandece algo nico yparticular sobre este mundo.

    Pero el rito realiza algo ms. En el rito Jesucristomismo entra en contacto con el nio, derrama en lsu vida divina y su amor incondicional, lo toca, le

    proporciona la proteccin de Dios y le manifiesta subelleza. No hablamos slo del nio. Celebramos sumisterio, ponindolo ante el misterio de Dios que senos ha manifestado del modo ms luminoso enJesucristo.

    Sin embargo, en un rito no slo sucede algo con lapersona en la que se realiza el rito, sino que siempresucede tambin algo en los que toman parte en l.En el mismo nio pequeo, puesto que apenas esconsciente de lo que le sucede, el efecto del rito serlimitado. Pero celebramos el bautismo tambinpara nosotros mismos, para mirar al nio con ojosnuevos y para ejercitarnos en nuevos comporta-mientos y en nuevos modelos de relacin medianterituales establecidos.

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    El nio no slo es hijo de sus padres. Es hijo deDios. Tiene una dignidad divina. Es libre. No per-tenece a los padres, sino a Dios. Recorrer su pro-pio camino. A su lado tiene un ngel que lo acom-paar y guiar con pie seguro, tambin a travs delos peligros de la vida y las heridas de una educa-cin incluso llena de buenas intenciones. De estemodo, el bautismo libera a los padres, quienes fre-cuentemente estn sometidos a la presin de tenerque hacer todo correctamente en la educacin, pueslos errores de la educacin podran tener conse-cuencias irreparables y daar al nio de manerapermanente. El bautismo nos hace ver que Diostiene su mano sobre el nio para protegerlo, que lafuerza salvadora de Cristo es ms poderosa que losmecanismos lesivos de nuestra psique neurtica yque el nio tiene su ngel que vela sobre l.

    EL AGUA

    Las caractersticas que posee la vida y que cele-bramos en el bautismo se pueden explicar con al-gunos smbolos presentes en los ritos bautismales.

    El smbolo central del bautismo es, sin duda alguna,el agua. Para los primeros cristianos, que se su-mergan desnudos en la fuente bautismal, estesmbolo deba tener un significado ms impactanteque para nosotros hoy da, pues nos limitamos averter unas gotas de agua sobre la cabeza del nio.El agua es el origen de cualquier tipo de vida. Todavida tiene su origen en el agua. En las fbulas sehabla del agua de la vida que sana las heridas y hacevivir para siempre.

    Tambin existe la imagen de la fuente de la juven-tud. Quien bebe de esta fuente permanece siemprejoven. Fuentes y pozos son lugares sagrados entodas las culturas. Las personas se encuentran en elpozo. Los hombres van a l para buscar una posibleesposa, como hicieron Moiss o Isaac. El pozo tieneuna dimensin ertica. Es el lugar en el que Dios semanifiesta. Agar, la esclava expulsada por Abrahn,reencuentra el coraje para vivir junto a un pozo.Junto a un pozo, Jess encuentra a la mujer sama-ritana y le habla del agua que l mismo dar.

    Quien beba de esa agua ya nunca tendr sed; elagua que yo le dar se convertir en l en fuente deagua que salta hasta

    la vida eterna (Jn 4,14).

    Por tanto, la fuente bautismal es algo anlogo aestos pozos, en los que nosotros sacamos agua, quese convertir en nosotros mismos en una fuente quenunca se seca. En la fuente bautismal se hace tam-bin visible la dimensin amorosa de las fuentes yde los pozos. Al fin y al cabo, es el amor de Dios quese derrama sobre nosotros y que, en nosotros, setransforma en una fuente inagotable. Nuestra sed

    ms profunda es sed de amor, de un amor que no seagota nunca porque es alimentado por la fuente queno se seca nunca. Este amor divino se nos regala enel agua de la fuente del bautismo. Siempre podemos

    beber de esta agua cuando nuestro amor humano sehace frgil, cuando se nos escapa de las manos.

    EL AGUA DE LA PURIFICACIN

    En todas las religiones y culturas el agua posee unafuerza purificadora y renovadora. El agua del bau-tismo nos purifica de los errores del pasado y nosrenueva para que vivamos como personas nuevas.

    Esto es ms comprensible para un adulto asperjadopor el agua que para un nio. De qu debe serpurificado el nio? El todava no ha pecado. Si laIglesia medieval sostena que el nio era lavado delpecado original, nosotros podramos traducirlo ennuestro lenguaje del modo siguiente: se quita alnio del contexto en el que su destino lo ha colo-cado. Todo lo que pesa sobre el nio, comenzandopor los factores hereditarios y terminando por lasituacin psquica de la familia, que a su vez estcondicionada por las experiencias infantiles de lospadres, los abuelos y los bisabuelos, es lavado en el

    bautismo. Naturalmente, esto no sucede de maneramgica. Sin duda, no se puede decir que todas lascomplicaciones psquicas sean simplemente libe-radas mediante el bao bautismal. Sin embargo,podemos imaginar que, vertida el agua sobre lacabeza del nio, este no est condenado a repetir eldestino de sus padres y de sus abuelos; no es sim-plemente el resultado del rbol genealgico, sinoque puede comenzar desde el principio.

    Es un nacimiento espiritual lo que celebramos en elbautismo. El nio no est determinado por el pa-sado, sino que se abre a la novedad que Dios desea

    obrar en l. Ya no sern los misterios oscuros defamilia los que dejen una impronta sobre l, sino elngel de Dios que lo guiar hacia la libertad y lavida, a pesar de todos los vnculos con la situacinfamiliar heredada. Tambin se puede imaginar queel agua lava todas las turbaciones que nosotroscausamos al nio y que nacen de nuestras proyec-ciones, distorsionando y amenazando su ser. Elagua del bautismo quiere purificar al nio de todolo que puede ofuscar la irrepetible imagen de Diosque se manifiesta en l.

    FECUNDIDAD ESPIRITUALEl agua es adems un smbolo de fecundidad espi-ritual. Hay personas que se petrifican en la rutinacotidiana, personas de las cuales ya no sale nadaporque todo se ha desertizado y fosilizado.

    El bautismo nos recuerda que en nosotros brotacontinuamente una fuente que no permite que nossequemos. Es la fuente del Espritu Santo, a la cualsiempre podemos acudir, pues

    nos inspirar nuevas ideas al ponernos en contactocon la creatividad divina. El que trabaja partiendode esta fuente, nunca se sentir extenuado. El tra-bajo

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    fluir de sus manos. Experimentar placer en ello yse alegrar por la vida que florece en l. Cada unode nosotros vive tambin con el miedo de que susfuerzas puedan decaer, de no encontrar ya nuevasideas, de convertirse en aburrido y vaco. El bau-tismo nos promete que la fuente que hay en noso-tros es inagotable porque es divina. Nos mantendrsiempre frescos y vivos y fecundar la semilla quequiere nacer en nosotros.

    El aspecto creativo del agua bautismal aparece cla-ramente en el relato del bautismo del centurinpagano Cornelio. Cornelio haba tenido en sueosla sugerencia de pedir a Pedro que fuera a su casa.Mientras Pedro est predicando ante l y ante sufamilia, todos se llenan del Espritu Santo. Co-mienzan a hablar en lenguas diversas y a alabar aDios. Todos los judos se admiran de que el EsprituSanto venga tambin sobre los paganos, pero Pedrodice:

    Se puede prohibir quiz que sean bautizados con

    agua los que han recibido el Espritu Santo al mis-mo tiempo que nosotros? Y mand que fueran bau-tizados en el nombre de Jesucristo (He 10,47s).

    El bautismo con agua tiene que ver con el envo delEspritu. La Iglesia primitiva crea que el agua delbautismo estaba llena de la fuerza santificadora yvivificante del Espritu Santo. Por eso el agua bau-tismal fecunda a la persona, la santifica y la renue-va.

    SEPULTAR LO QUE ESTORBA EN LA VIDA

    El agua puede tener tambin una fuerza destructo-ra. Los antiguos teman los peligros del mar. Toda-va hoy comprobamos la fuerza destructora delagua en las numerosas catstrofes causadas por lasinundaciones. En los sueos, el aluvin significaque somos inundados por el inconsciente, que ya nosomos nosotros los que vivimos, sino que nosmueven algunas fuerzas que provienen del incons-ciente. Pablo tiene presente esta fuerza portadorade muerte que puede tener el agua, cuando escribeque en el bautismo somos bautizados en la muertede Cristo y que, como Cristo, Dios nos resucitar deentre los muertos (cf Rom 6,3ss). Nos sumergimosen el bautismo como si descendiramos a la tumbade Cristo y all sepultamos todo lo que es obstculopara nuestra vida.

    Sepultamos nuestra vieja identidad, que tendaposiblemente slo a la adquisicin de dinero, defuerza y de consideracin, que giraba exclusiva-mente en torno a s misma hasta convertirse en suprisionera. Sepultamos tambin nuestro pasado,que nos ha condicionado hasta aquel momento.Sepultamos las ofensas y las heridas. No queremoscontinuar haciendo uso de ellas para atribuir a

    otros la culpa de nuestra situacin actual. Morimosa este mundo para vivir como personas nuevas. Yano nos definimos segn el xito o los resultados, elreconocimiento y la atencin por parte de otros,

    sino solamente a partir de Dios. Este es el signifi-cado de la verdadera libertad.

    El bautismo de los nios nos muestra que tienelugar un

    cambio de identidad. El nio es puesto en contactocon su verdadera esencia, liberada de cualquierdependencia de este mundo. Pero en el bautismo

    tambin nosotros nos ejercitamos en relacionarnoscon el nio de modo nuevo. No queremos condi-cionarlo a que viva una existencia que dependa delreconocimiento de los dems o del xito. Queremosver en l el misterio de Dios, el misterio de la liber-tad y de la unicidad, el misterio de la dignidad di-vina.

    QUITAR EL PODER A LA MUERTE

    Si estamos muertos al mundo, si este ya no tieneningn poder sobre nosotros, esto significa tambinque nosotros vivimos ms all del umbral tras el

    cual la muerte ya no nos puede tocar.

    En cada nacimiento se mezclan siempre la alegrapor la vida joven y el miedo por lo que vivir el pe-queo que acaba de nacer. En el bautismo expre-samos nuestra fe, que nos dice que este nio nuncamorir. Aunque la muerte fsica le azote en algnmomento, el yo de este nio, su ncleo personal,nunca perecer. Esto quiere decir que nuestra rela-cin con este nio nunca podr ser destruida.

    El amor de Dios, del que participa el pequeo y quepasa a travs de nosotros, nos vincular tambin

    con l ms all de la muerte. Esta certeza de fe nosquita el temor de que el nio pueda sernos arreba-tado por la muerte, y la libertad de un temor seme-jante nos preservar de aferramos a l a toda costa,de quererlo retener junto a nosotros.

    EL CIELO ABIERTO

    Cuando contemplamos el bautismo de Jess, sepresentan tam-bien ante nuestros ojos otros as-pectos del agua y del bautismo. Marcos describe asel bautismo de Jess:

    En aquellos das vino Jess desde Nazaret de Ga-

    lilea, y fue bautizado por Juan en el Jordn. Y, sa-liendo del agua, vio abrirse los cielos y al Espritudescender sobre l en forma de paloma. Se oy unavoz desde el cielo: "T eres mi hijo predilecto; en time he complacido" (Me 1,941).

    El sumergirse de Jess en el agua simboliza quepenetra en las profundidades de la tierra. En psi-cologa el agua es smbolo del inconsciente.

    En el bautismo descendemos a las profundidadesdel inconsciente, a los abismos de nuestra alma, alreino de las sombras en los que se ha amontonado

    todo lo que hemos excluido de la vida. Y precisa-mente cuando descendemos a nuestra propia oscu-ridad, se abre el cielo. Es una bella imagen simb-lica para el misterio del cristiano!

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    Tenemos la valenta de aceptar nuestra condicinpersonal de seres humanos, con sus cimas y susabismos, y tambin con la tiniebla que ha anidadoen nuestro inconsciente.

    Nosotros no removemos nada. Pero, precisamentecuando tenemos la valenta de descender a nuestraprofundidad, el cielo se abre sobre nosotros. Elcielo abierto nos revela el horizonte en el que vivi-

    mos como cristianos. Es el horizonte abierto deDios.

    Nuestra alma participa de la amplitud del cielo, delresplandor

    del cielo estrellado, del colorido esplendor del cieloestival y de la tenue luz del cielo otoal. Deberamosestimamos bastante ms. Sobre nosotros se abre el

    cielo. Nuestra vida llega hasta Dios.

    ADOPCIN INCONDICIONAL

    Desde el cielo Dios nos dirige la palabra y nos diceque somos aceptados incondicionalmente y quetenemos el derecho a vivir. Karl Frielingsdorf haescrito en su libro De sobrevivir a vivir que muchosnios se sienten con el derecho de existir slo con-dicionalmente. Experimentan que slo son acep-tados si cumplen determinadas condiciones, si tie-nen xito, si logran algo importante, si no dan que-braderos de cabeza a los padres, si no tienen nece-

    sidad de demasiados cuidados y se adaptan.

    Si un nio se siente aceptado slo de modo condi-cional, entonces desarrolla estrategias para sobre-vivir. Para ser amado reprime siempre su propiaopinin, aparta toda tristeza y todo enojo para nodar preocupaciones a sus padres. Para llegar a serreconocido se porta cada vez mejor, se da total-mente, pero nunca experimentar la confirmacinque ansia. De este modo no vive nunca realmente.Est como arrancado de la vida. Frielingsdorf llamasupervivencia a esta vida reducida. Para que el

    hijo pueda sobrevivir necesita estas estrategias decomportamiento y de adaptacin. El nio slopuede vivir si percibe un derecho incondicionadopara existir.

    En el bautismo omos la voz de Dios: T eres mihijo predilecto, t eres mi hija predilecta. En ti mehe complacido. Te quiero mucho, no por lo quehaces, sino porque est bien tal como eres. De estemodo eres bienvenido, aceptado, amado en todo ypor todo. Este derecho absoluto a la existencia, queexperimentamos en el bautismo, es la premisa parapoder no slo sobrevivir, sino para vivir realmente.

    NUEVO NACIMIENTO

    El agua del bautismo, fecundada por el EsprituSanto, se entiende tambin como seno sagradodesde el cual son regeneradas las personas. La

    imagen del nuevo nacimiento ilustra un aspectoesencial del bautismo. En el evangelio de Juan,Jess dice a Nicodemo: Si uno no nace de nuevono puede ver el Reino de los cielos (Jn 3,3).

    Como Nicodemo no entiende, Jess le explica elmisterio del nuevo nacimiento:

    Si uno no nace del agua y del Espritu no puedeentrar en el Reino de Dios. El que nace de la carne

    es carne; lo que nace del Espritu es espritu (Jn3,5s).

    El nuevo nacimiento significa que el bautizado re-cibe una nueva identidad. Su vieja identidad biol-gica estaba condicionada por factores naturales. Elnuevo nacimiento del Espritu te regala la libertad.

    En el bautismo el nio renace a la vida eterna y, portanto, es divinizado. Ya no es carne, ya no es frgil ydbil, sino que es espritu, es decir, participa de lainmortalidad y de la eternidad de Dios. Sumergidoen la imperecedera vida divina, se convierte

    en una persona nueva. Esta vida divina no se puedever, slo se puede creer en ella. Pero si creemos enel nuevo nacimiento del bautizado segn el Espri-tu, entonces miramos al nio con otros ojos porquedescubrimos en l la belleza divina, algo de impe-recedero y eterno que toca ya ahora la eternidad deDios. En el rostro del nio encontramos el cielo yaaqu sobre la.tierra y se nos despliega en la persona

    humana el misterio de Dios.LA UNCIN

    Otro smbolo del bautismo es el de la uncin. En elbautismo el que va a ser bautizado es ungido dosveces: una con el leo de los catecmenos y, luego,con el crisma.

    El leo de los catecmenos es el leo de la curacin.La uncin con el leo de los catecmenos expresaque la fuerza sanante, que proviene de Jesucristo,es ms fuerte que las heridas que el nio sufrir a lolargo de su vida. Por mucho que los padres lo traten

    con todos los cuidados y las atenciones posibles,todo nio ser herido. Ninguno de nosotros puedeafrontar las heridas que nos depara la vida. Sinembargo, es decisivo el modo como tratamos lasheridas de nuestra historia personal.

    El aceite de los catecmenos quiere hacernos en-tender concretamente que no se nos deja solos connuestras heridas. En el rito de la uncin expresa-mos que el amor de Cristo se vuelca en nuestrasheridas, que Cristo mismo las toca con ternura. Elleo siempre significa ternura, amor, atencin, ca-ricia amorosa. Cristo nos acaricia con amor preci-

    samente donde estamos heridos, y su roce puedesanar nuestras heridas exactamente igual quecuando en un tiempo Jess tocaba a los enfermos ylos curaba.

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    Entonces vemos propiamente la realidad. La le-yenda de santa Otilia lo ha hecho suyo. La mujer,ciega de nacimiento, adquiri la vista en el bautis-mo. El bautismo ilumina nuestros ojos para quereconozcamos la luz de Dios en nosotros.

    LA VESTIDURA BLANCA

    Con la vestidura blanca dada al neobautizado, elbautismo expresa lo que es un cristiano. Los pri-meros cristianos bajaban desnudos a la fuente bau-tismal y luego se ponan vestiduras blancas. Reali-zaban lo que Pablo escribe en la Carta a los glatas:

    Todos los que habis sido bautizados en Cristo oshabis revestido en Cristo (Gal 3,27).

    Pablo retoma en este punto la imagen de la vesti-dura celestial preparada para nosotros en el cielo.Mediante el bautismo nos hemos hecho una solacosa con Cristo; nos hemos hecho, en cierto modo,personas celestiales que reflejan ahora en esta tie-rra la belleza del cielo.

    Imponer la vestidura no es slo algo exterior, sinoms bien algo que transforma toda la persona, in-cluso su corazn. Por el bautismo nos hemos con-vertido en otras personas. Hemos adquirido una

    nueva existencia. Estamos Henos del espritu deJess, que quiere hacer resplandecer tambinnuestro cuerpo, como manifiestan continuamentelos Padres de la Iglesia. Con la entrega de la vesti-dura blanca llevamos a cabo un rito en el que expe-rimentamos nuevos modos de comportamiento enrelacin con el nio.

    Una vez me dijo mi hermana a propsito de unhombre: Ese le mira a una como si quisiera des-nudarla. Por el contrario, debo relacionarme coneste nio de tal modo que se sienta vestido con unavestidura blanca, que se sienta rodeado de amor,

    que pueda gozar de su dignidad. Mi mirada le debecubrir en vez de desnudarlo. El rito significa tam-bin ponerse siempre en juego, experimentandonuevos modos de comportamiento que hagan msjusticia a la persona humana que nuestros viejosjuegos y patrones de comportamiento.

    TRANSFORMACIN

    Todos los smbolos y ritos que hemos tomado enconsideracin hasta ahora nos dicen algo sobre elmisterio del individuo.

    Muchos de los que mantienen todava los principiosde la antigua teologa del bautismo se preguntanqu es lo que cambia mediante el bautismo respectodel pasado y qu es lo que tiene que ver con la Igle-sia, en la que el individuo es indudablemente aco-gido. Ahora bien, el bautismo no muestra slo loque es la persona humana, sino que tambin operauna transformacin. Un sacramento as lo dice laantigua doctrina catlica consiste en expresaralgo invisible por medio de algo visible y entregarloal hombre.

    Mediante ritos exteriores se dona al bautizado lagracia de Dios. No hacemos una especie de repre-sentacin ni realizamos prcticas mgicas, msbien mostramos lo que Dios mismo obra en estapersona.

    Los Padres de la Iglesia crean que es Jess mismoquien toca al nio y obra en l a travs de las manosdel sacerdote o del cristiano. Lo que Jess realizen las personas hace dos mil aos lo realiza tambin

    en nosotros. Nos alivia, nos acaricia, cura nuestrasheridas, nos anima con sus palabras, nos da su Es-pritu, que ha derramado sobre nosotros con sumuerte. Y nos acoge en su camino, que conduce, atravs de la cruz, a la resurreccin, a la vida verda-dera y eterna.

    En la Iglesia primitiva el rito del bautismo consti-tua para los nefitos un gran acontecimiento. Ex-perimentaban que algo distinto les haba sucedido,y que all haba habido una transformacin. Losnios, naturalmente, slo sienten lo que les sucedea nivel instintivo. No podemos imaginarnos que laexperiencia del bautismo tenga para ellos efectosulteriores. Pero por lo menos algo sucede en la co-munidad que celebra el bautismo. Recibe una nue-va sensibilidad en relacin con el misterio del nio.En consecuencia, su relacin con el nio ser dife-rente. Y mediante este nuevo modo de relacionarsetambin cambiar algo en el nio. El bautismo creaentre los hombres un espacio en el que el niopuede recorrer el camino de su propia realizacin.

    De ah que tambin es legtimo celebrar el bautismoen pequeo grupo familiar, porque tambin all hay

    una comunidad eclesial, la Iglesia domstica, endonde crecer

    el bautizado.

    Incorporacin significa algo ms que una vincula-cin jurdica a la parroquia. El cristiano vive siem-pre en relacin. Aprende la fe por medio de losdems. Experimenta en la comunidad de los cre-yentes lo que es el misterio de su vida. La incorpo-racin en la comunidad de la Iglesia tiene sentido,por tanto, solamente si a travs del bautismo suce-de tambin algo en la comunidad que lo celebra, simediante los ritos bautismales se implica en elmisterio del nio y en el misterio de salvacin y

    liberacin de Jesucristo.

    La misin de los padrinos quiere indicar que, con elbautismo, se debe romper el crculo estrecho de la

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    familia y que el nio crece en un crculo de personasms amplio que le ofrece una atmsfera saludableque refuerza su fe.

    INCORPORACINDespus del concilio Vaticano II el bautismo seentendi sobre todo como insercin en la comuni-dad de la Iglesia. Por eso muchas comunidadescristianas prefieren bautizar a varios nios durantelas misas dominicales para que toda la comunidadpueda participar en l.

    Teolgicamente est pensado correctamente. Sinembargo, con frecuencia no refleja la realidad, yaque, son realmente las comunidades el lugar don-de los nios se sienten como en su casa y donde las

    familias jvenes saben que son aceptadas y soste-nidas?

    Las reflexiones sobre el rito del bautismo debenayudar a los padres a preparar y estructurar per-sonal y conscientemente la celebracin del bautis-mo de su hijo. No basta que el sacerdote Heve acabo todos los ritos que hemos descrito anterior-mente. Los ritos existen para que podamos mani-festar los sentimientos que no podemos expresar de

    otro modo. Los ritos pueden vincular a las personasentre s de manera ms profunda que las palabras.Abren a Dios nuestro estar juntos. En los ritosirrumpe en nuestra vida otra dimensin: la dimen-sin del cielo que entra en contacto con la tierra.Los ritos hacen visibles en medio de nosotros lafigura de Jesucristo.

    En los ritos bautismales no se trata slo de los sen-timientos y de la fe del sacerdote, sino tambin delos de todos los presentes, sobre todo de los de iospadres y padrinos. Por tanto, es aconsejable ocu-parse de los ritos previamente y reflexionar sobre el

    modo de entenderlos y celebrarlos o -si es el ca-so-modificarlos oportunamente para que lleguen aser una verdadera celebracin comunitaria.

    LA CELEBRACIN DEL BAUTISMO

    Cada uno de los asistentes al bautismo es invitadotambin a contribuir personalmente a la celebra-cin. "Se pide una cierta inventiva a los padrinos,pero creo que es conveniente que los invitados nosean simples espectadores pasivos, sino que se im-pliquen en los ritos que han preparado los padres,los padrinos y el sacerdote y que aporten even-tualmente propuestas sobre cmo querran parti-cipar.

    LOS ESCRUTINIOS

    El bautismo comienza con las preguntas a los pa-dres y a los padrinos. Creo que conviene que no seadopten simplemente las frmulas previstas por el

    rito, sino que se pregunte personalmente a los pa-dres por qu motivos quieren bautizar a su hijo, quentienden por bautismo y por qu han elegido pre-cisamente ese nombre para el pequeo. Ya en lapreparacin del bautismo se deben entregar a lospadres estas preguntas para que reflexionen sobreellas. Representa un estmulo para que piensen loque es importante para ellos en el bautismo. Ante-riormente se les llamar para que cuenten ante lacomunidad sus reflexiones y expresen su fe.

    Una vez, una seora que se haba alejado de laIglesia rompi a llorar cuando explic ante sus fa-

    miliares por qu deseaba que su hijo fuera bauti-zado. Para ella la fe se haba convertido en una pa-tria y no quera que su hijo viviera sin races en estemundo caracterizado por la ausencia de obligacio-nes y la pluralidad. Segn ella, el bautismo abra alnio un espacio en el que se senta seguro y prote-gido.

    EL NOMBRE

    Pero los padres tal vez tengan que hacer algo mscon el nombre que han dado al nio. El nombre nodeja de tener importancia. A veces el nombre, desdesu etimologa, es un programa para la persona. Unavez un caballero, llamado Donato, me cont lo pocoque le gustaba de nio su nombre, y, en cambio, loagradecido que estaba ahora a quien se lo habapuesto. En efecto, haba ido creciendo con estenombre. Ahora se entenda como donado, esdecir, como regalo de Dios.

    Con el nombre se escoge tambin un patrono, unsanto que podra representar un modelo o un pro-grama de vida. El nombre puede hacer crecer. No esalgo que carezca de importancia. Si reflexiono sobremi santo patrono, descubrir en m mismo posibi-lidades que de otro modo habra dejado de apro-vechar. Yo soy llamado por mi nombre. Esto creami especificidad. Reflexionando sobre mi nombrecrecer interiormente cada vez ms en el misteriode mi unicidad. Dejar gustosamente que me lla-men por mi nombre y despus me identificar con

    el nombre que me dieron mis padres.

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    EL OFICIO DEL PADRINO

    Tambin suelo preguntar personalmente a los pa-drinos cmo entienden su funcin. Algunos dicenque quieren acompaar al nio a conciencia, quequieren ser para l un apoyo y un interlocutor alque siempre se pueda drigit Ven su funcin comoun compromiso de crecimiento personal en la fe y

    como una renovada confrontacin con ella. Lospadrinos dicen que quieren ser una presencia parael nio, cuando los padres se enfrentan con suslmites personales en la educacin del hijo parapoderlo animar. Y precisamente cuando, quiz en lapubertad, el nio tenga dificultades con los padres,ellos sostienen que es conveniente contar fuera dela familia con un tercero al que poder dirigirse. Aveces los padrinos llevan consigo un texto que lesabre al misterio del bautismo. La simple bsquedade tal texto suscita en los padres y en los padrinosalgo ms profundo que si uno pretendiera que fue-

    ran a misa todos los domingos para poder darejemplo al nio.

    LAS LECTURAS DEL BAUTISMO

    Despus de las preguntas a los padres sigue untexto tomado de la Biblia. A este propsito esoportuno que los padres busquen el texto bblico

    que mejor exprese para ellos el misterio del bau-tismo. El Ritual del bautismo ofrece una rica selec-cin de pasajes bblicos posibles. Algunos escogenun texto que no habla necesariamente slo del bau-tismo, sino que podra ser ms bien una imagen oun programa para la vida del nio.

    Una vez una pareja de padres escogi el texto de latempestad sobre el lago e hizo girar toda la celebra-cin del bautismo en torno a esta imagen utilizadacomo fondo. Con cascaras de nuez, hicieron velitasque luego resplandeciesen sobre el ocano de la

    vida. Otros padres leyeron el Salmo 139, en el quese habla de la mano de Dios que nos rodea por to-das partes. Para ellos era importante la imagen dela mano buena de Dios que protege al nio. Cadanio no slo cuenta con las manos del padre y de lamadre que le acarician, sino tambin con un ngelque apoya su mano llena de ternura sobre l paraprotegerlo de los peligros y hacerle sentir el inago-table amor de Dios cuando falla el amor de los pa-dres.

    LA SEAL DE LA CRUZ

    Despus de una breve homila, durante la cual elsacerdote explica principalmente las reflexiones eimgenes que se han credo importantes en la pre-paracin que han hecho juntos, comienza propia-

    mente el rito con la seal de la cruz sobre la frentedel nio, que no slo lo realiza el sacerdote, sinotambin los padres y los padrinos y, si es posible,todos los presentes.

    Con esta seal de la cruz expresamos que el niopertenece a Dios y no al estado ni a ningn empe-rador o rey. Existe no para satisfacer las exigenciasde los dems, sino para recorrer con libertad su

    propio camino. La cruz es tambin smbolo de launidad de todos los contrarios. Para Juan es elsigno del amor con el que Cristo nos ha amadohasta el final. Con la seal de la cruz decimos alnio: Es bueno que t existas. Todo es bueno en ti.Las contradicciones no te deben herir. Ests enarmona contigo mismo porque te has hecho unocon el amor de Cristo. Eres aceptado y amado entodo y por todo. En ti no existe nada que no hayasido tocado por el amor de Dios. Y en la seal de lacruz hacemos explcita la promesa de Dios: Estarcontigo dondequiera que vayas. Estoy junto a ti.

    Contigo recorro todos tus caminos, incluso el ca-mino de la cruz, ios caminos equivocados y los mslargos.

    LA LETANA DE LOS SANTOS

    Despus de la seal de la cruz se invoca a los santosy se recita la oracin de los fieles por el nio. Los

    padres y familiares pueden preparar esta parte de laliturgia de manera muy personal.

    Una posibilidad podra ser que cada uno reflexio-nara sobre el santo cuyo nombre lleva y desee alnio lo que el santo ha realizado en su comporta-miento. As, una madre de nombre Mara desearque el nio est preparado para abandonarse enDios, como la Virgen Mara. O, si se llama Mnica,podr desearle que no se rinda nunca, aunque lassituaciones vistas desde fuera parezca que no tienensalida o todo parezca intil visto de tejas abajo. Unpadre puede desear a su hijo que sepa combatir

    como san Jorge. Para m san Anselmo es tan fasci-nante porque fue considerado uno de los hombresms amables de su tiempo. Por eso deseo al nioque posea algo de esa amabilidad que tuvo Ansel-mo. O si los padres ya se han ocupado antes delbautismo del nombre del santo protector del nio,llegados a este momento de la celebracin puedenrelatar algo de la vida de este santo y desear a suretoo que sea lo que este santo representa.

    Los nios que participan en la celebracin del bau-tismo pueden preparar ya antes dibujos en los queexpresen lo que desean al bautizando. Esta prepa-racin al bautismo sera sobre todo buena para loshermanos y hermanas del bautizando.

    Algunos trasladan las oraciones pensadas para elnio al momento en que se entrega a los padres la

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    vela bautismal encendida. En ese momento se in-vita a todos los presentes a que enciendan sus velasen el cirio pascual para expresar al bautizando losdeseos que surgen espontneamente en ellos o queya se han escrito antes.

    LA IMPOSICIN DE LAS MANOS

    El rito prev despus la imposicin de las manos yla oracin que invoca la proteccin sobre el nio.Tiene un significado denso si no slo el sacerdote,sino tambin los padres, imponen sus manos sobrela cabeza o sobre los hombros del nio. De estemodo el significado de la oracin se hace tangible:que Dios mantenga siempre su mano protectora ybondadosa sobre el nio preservndolo del mal y leproteja en el peligro.

    Para reforzar este gesto protector el nio es ungidoluego con el leo de los catecmenos, el leo decuracin, para que la fuerza santificadora de Cristo

    transforme todas sus heridas en perlas. Aunque lospadres estn animados de las mejores intenciones,a pesar de ello, no dejarn de herir al nio. La un-cin con el aceite de salvacin quita a los padres elmiedo de sus propios errores y refuerza su con-fianza en que, mediante la fuerza santificadora deCristo, las heridas se transformarn en algo pre-cioso, en un tesoro que hace al nio capaz de estarabierto a los hombres y a Dios.

    LA BENDICIN DEL AGUA BAUTISMAL

    Luego se bendice el agua del bautismo. En estaoracin de bendicin se mencionan todos los efec-tos vivificadores, purificadores, refrescantes y re-novadores del agua tal como se narran en la historiade Dios con su pueblo Israel y en el tiempo de Je-ss. La oracin evoca la imagen arquetpica delbautismo, el paso de los hebreos a travs del marRojo, donde murieron todos los enemigos egipcios.

    Habla de la sangre y el agua que brotaron del cos-tado traspasado de Cristo. En el bautismo brota delcorazn de Jess el amor de Dios hecho hombrepara crear de nuevo al nio.

    Para meditar sobre el misterio del agua del bau-tismo se podra, en este momento, dar una vueltaalrededor de la pila bautismal. En esta especie dedanza nos movemos en torno a la fuente bautismalpara que el agua empiece a fluir tambin en noso-tros.

    LA RENUNCIA AL MAL

    Despus de la bendicin del agua est prevista larenuncia al mal. Este rito era muy importante en laIglesia primitiva porque los bautizandos renuncia-ban conscientemente a la vida carente de sentido yprivada de Dios que captaban en su entorno y es-cogan una vida con Cristo y en Cristo. Cuando sebautiza a un adulto este rito tiene ciertamente susignificado. El rito demuestra los peligros de lavida. No hay que dar por hecho que en la vida setenga xito. Tambin la vida es combate.

    La pregunta es cmo podemos realizar nosotrosactualmente nuestra renuncia al mal de un modoconforme a nuestra experiencia. El mal se nos ma-nifiesta hoy en tendencias de nuestra sociedad quepisotean la dignidad de la persona, en la insensibi-lidad y la dureza, en estructuras injustas, en condi-ciones de vida que llevan a la enfermedad, en laviolencia, en el terror. Para que el nio no se con-tamine con el mal ni se vea obstaculizado en la vida,los padres y familiares declaran su rechazo del mal

    y expresan su disponibilidad para combatir contralas tendencias que en nuestra sociedad dificultan lavida y para oponer resistencia all donde la digni-dad del hombre es herida y donde las fuerzasenemigas de la vida triunfan.

    Sin embargo, para algunos es dic conseguir quecomprendan estas formulaciones negativas. Unaseora que particip en un bautismo, slo supodecir que se haba hablado continuamente del dia-blo y que le haba provocado temor. Se podra pre-sentar de otro modo el rito de la renuncia al mal.Los padres y padrinos podran expresar con sus

    propias palabras dnde ponen el lmite que los se-para de las tendencias negativas de nuestro tiempoy cmo querran oponerse a ellas. O tambin po-dran manifestar con smbolos las resistencias quehay que poner a las fuerzas destructoras; por ejem-plo, con una imagen, con un gesto que delimite elcrculo protector interior de la fe de las amenazasque provienen del exterior. Luego los participantespodran formar un crculo protector en torno a lamadre y al nio y recitar todos juntos una oracin ocantar un canto (como Ubi caritas et amor),ya queel significado de este rito no es slo la opcin porCristo, sino tambin vivir la experiencia de unacomunidad que protege al nio del mal. El nio esdado a luz en un mundo en el que desde el co-mienzo encuentra tambin el mal. Pero donde laspersonas creyentes rodeen al nio, experimentarel espacio salvfico y protector de la Iglesia, en laque el maligno no tiene ningn poder.

    Ciertamente sera demasiado reductivo saltarse porlas buenas este rito de renuncia al mal, porque pre-cisamente lo que tiene de embarazoso representaun reto para que los padres reflexionen sobre cmo

    querran llenar de sentido esta antigua praxis demodo armnico para ellos mismos y para su hijo.

    Con ocasin de un bautizo invit a todos los niospresentes a que se colocaran en torno a la madre yal bautizando. Si queran, los nios podan extender

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    sobre l sus manos como signo de proteccin.Mientras, nosotros cantbamos siempre el mismoestribillo: Eres bendito, eres una bendicin. Losnios.

    fascinados al bautizando y l se senta perfecta-mente en su salsa en medio de ellos. Se cre unaatmsfera muy intensa, un espacio de proteccin,de seguridad y de amor en el que el nio se senta

    defendido de las fuerzas enemigas y desestabili-zantes. De repente todos entendieron el verdaderosignificado de la renuncia al mal. La cualidad deesta renuncia y este espacio protector de amor y deconfianza se perciba en el ambiente.

    SUMERGIDO EN EL AMOR

    Tras la renuncia al mal y el credo siguen propia-mente los ritos bautismales: la infusin del agua yla uncin con el crisma.

    Durante la infusin del agua los nios deberanestar lo ms cerca posible del bautizando. Los niosquieren ver y vivir las situaciones. Siempre les fas-cina ver el agua que por tres veces se derrama sobrela cabeza del nio. Durante la infusin el sacerdotedice: N., yo te bautizo en el nombre del Padre y delHijo y del Espritu Santo. El nio es acogido en lacomunin del Dios trinitario y es sumergido en elamor entre el Padre y el Hijo, amor que es derra-

    mado por la fuerza del Espritu Santo en los cora-zones de los hombres.

    Si se considera oportuno, se puede asperjar con elagua del bautismo tambin a los presentes para quetodos experimenten de alguna manera la fuerzavivificante y revitalizadora del agua y participen enla comunin del Dios trinitario.

    REY, SACERDOTE Y PROFETA

    La uncin con el crisma se experimenta realmenteslo cuando el aceite difunde un perfume agrada-ble. Yo unjo con el crisma no slo al nio, sinotambin a los padres y padrinos. Tambin ellos sonpersonas reales, profticas y sacerdotales que en elbautismo llevan a cabo su tarea sacerdotal. Durante

    la uncin explico con mis propias palabras el signi-ficado de la frmula prescrita, ms o menos as:Cristo te ha regalado una nueva vida que provienedel agua y del Espritu Santo. Que l te unja comosacerdote, para que te dejes penetrar por el amor deDios; como rey, para que vivas como persona libreen la conciencia de tu dignidad divina; y como pro-feta, para que anuncies la Palabra que Dios quierehacer resonar en este mundo precisamente pormedio de ti.

    Durante la uncin dirijo otras palabras a padres ypadrinos. Unjo a la madre como sacerdotisa, reina yprofetisa y al padre como sacerdote, de manera quepueda descubrir las huellas de Dios en la vida delnio; como rey, para que viva en primera personaen vez de dejarse llevar, y como profeta, para queconsiga expresar a Dios en el modo debido.

    IMAGEN DE DIOS

    Luego se viste al nio con una vestidura blanca. Elrito comenta tambin este acto con la referencia aGal 3,27, explicando que el nio se reviste de Cristomismo y con l de la belleza de Dios. La vestidurablanca es smbolo de pureza y de autenticidad. Ex-presa que el nio es totalmente permeable a Cristoy a su seoro. En el nio resplandece para noso-tros el amor de Cristo sin intereses y egosmos quelo oscurezcan. Al poner al nio la vestidura blancale deseamos que sea autntica e irrepetiblementeimagen de Dios y que viva de manera lmpida y

    pura sin dejarse arrugar por los peligros y las con-testaciones.

    LA LUZ DE LA RESURRECCIN

    Encender la vela bautismal es siempre para todosun momento impactante. Cuando la enciendo en elcirio pascual, pido que la luz de la resurreccin que

    ilumina la noche de la muerte ilumine todas lasnoches de este nio. Manteniendo la vela encendidajunto al nio, le deseo que lleve luz en la oscuridaddel mundo y calor donde hay fro y los sentimientosamenazan con congelarse. Luego los nios encien-den en la vela del bautizado las velas que han trado

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    fuente interior. La vida quiere fluir. El entumeci-miento en la rutina significa la muerte de la vida.

    El bautismo quiere preservarnos de la fosilizacin;quiere desbloquearnos, para que la vida puedaempezar a fluir de nuevo.

    EN COMUNIDAD

    Para m estar bautizado no slo significa vivir de lafuente divina, sino tambin vivir en comunin conJesucristo. Si miro dentro de m, no slo me topocon mi historia personal, sino tambin con Jesu-cristo, como realidad ntima. En el bautismo hecrecido junto a l. De qu manera marca este he-cho mi vida, la percepcin de m mismo? Meditarsobre m bautismo significa, para m, que nunca me

    siento solo. Sentado ahora en mi escritorio, escri-biendo este libro, no debo estrujarme los sesos.Conmigo y dentro de m est Jesucristo. No debopensar a toda costa siempre en l ni tengo que leersin parar la Biblia para ponerme en contacto con l.El est en mi interior.

    Si soy consciente de ello, me siento aliviado de lapresin de tener que afrontar m vida por m mis-mo. Me siento en relacin con l. Pensar en Jessque est presente en m, hace que el amor corra atravs de mi cuerpo. No estoy aislado, sino inmersoen un amor dirigido personalmente a m, que quie-

    re continuar corriendo en el mundo a travs de m.Haber crecido con Jess significa para m no estarnunca solo y saber que esta relacin existe tambinen la soledad; no estar nunca perplejo, sin ayuda,sin amor y sin proteccin.

    EL AGUA BENDITA

    El bautismo se administra en el marco de un con-

    junto de ritos. Hay rituales cotidianos que me re-cuerdan la realidad del bautismo. Por ejemplo, elrito de tomar el agua bendita. Cogemos agua ben-dita cuando entramos en la iglesia. Algunas perso-nas tienen tambin en casa una pila de agua ben-dita. Comienzan el da signndose con agua bendi-ta. El agua bendita quiere mantenernos despierta laexperiencia de que en nosotros corre la fuente delEspritu Santo, que no nos hemos secado ni que-mado, sino que en nosotros corre continuamente elagua vivificante de Dios que nos refresca y renueva.El agua bendita es tambin un smbolo de que en el

    bautismo hemos sido totalmente lavados y purifi-cados. Cuando me signo con el agua bendita vis-lumbro lo que significa estar totalmente puro,permeable a Dios, crecer libre de toda perturbacinque falsea la imagen originaria de Dios en m, puri-

    ficado de mi pasado y de mi culpa. Las manchas quese han grabado a lo largo de la historia de mi vidadesaparecen. En este momento estoy ante Dioslibre de todo aquello que me haba manchado ycontaminado. En el agua santa est encerrada lapromesa de que puedo comenzar otra vez mi vidadesde el principio, que cada da puede ser un nuevoinicio y que no estoy condicionado por el pasado,por las heridas de mi vida, por mis culpas y por misfracasos.

    Me signo con la cruz en la frente, en el pecho, en elhombro izquierdo y en el derecho, reconociendocon este gesto que la vida y el amor de Dios discu-rren en mis pensamientos, en mi vitalidad y en misexualidad, en el nivel inconsciente y en el cons-ciente y que todo lo que hay en m ha sido aceptadoy amado incondicionalmente. Todo, tambin lo queme gustara excluir de m mismo. Mientras mesigno con el agua entro en contacto con la fuenteque brota en m y que apaga mi sed. Me siento in-

    merso en la vida y en el amor de Dios.El agua bendita me recuerda tambin que con elbautismo he muerto para este mundo. El mundocon sus criterios ya no tiene ningn poder sobre m.Lo que el mundo piense de m ya no tiene impor-tancia. No dependo de las confirmaciones de mientorno. Vivo en este mundo, pero no soy de estemundo. Esto me da una sensacin de libertad. Cadamaana, cuando voy a la iglesia a las cinco y mesigno con agua bendita, tomo conciencia y digo:Hoy no tienes que demostrarte nada. No eres delmundo. Los criterios de este mundo, como el xito y

    los reconocimientos, la benevolencia y la instru-mentalizacin, no son vlidos para ti. Vive de turealidad ms ntima/ Vive de Jesucristo!. Cuandome humedezco atentamente con agua benditaaflora en m la sensacin de lo que significa sercristiano: ser libre, ser amado, vivir de la realidadde Dios y poseer una realidad inviolable.

    REVESTIRSE DE CRISTO

    En el bautismo nos hemos revestido de Cristo. Estosuena a menudo como una frase devota, pero queno afecta a mi vida. En la tradicin religiosa eracostumbre que el sacerdote, al revestirse sus orna-mentos sagrados, recitase respectivamente la si-guiente oracin: Me he revestido con las vestidu-ras de la salvacin. Al ponerse la estola deca: Mevisto con el vestido de la inmortalidad.

    En nuestra tradicin monstica es costumbre vestirel hbito o la cogulla recitando oraciones persona-les. Cuando por la maana me visto el hbito mo-nstico con un gesto consciente, me digo:

    No me pertenezco a m mismo, sino a Dios. Estoya su servicio y no a mi propio servicio. Puedo

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    imaginarme que Cristo me rodea con la vestiduraque llevo. Junto con l camino durante todo el da.Para la oracin en el coro nos ponemos encima delhbito la cogulla que la tradicin religiosa ha vistocomo indumentaria penitencial. Si no me la pongoa toda prisa, sino que lo hago atentamente, ba-rrunto lo que significa: crecer junto con Cristo, re-vestirme de Cristo, participar de su persona y serrevestido con su Espritu.

    LA REALEZA DEL HOMBRE

    Puedo recordar tambin mi bautismo mientras voyconsciente-mente erguido en la vida, mientras mesiento como rey o reina. De esta manera experi-mento mi dignidad. Vislumbro qu aspecto tendrasi viviera verdaderamente en primera persona, enlugar de dejarme arrastrar; si fuera dueo de mmismo, en lugar de estar determinado por los de-ms; si estuviera en paz conmigo mismo. Teniendopresente ante los ojos la imagen del rey, del profetay del sacerdote, me vivira a m mismo de mododiverso.

    Si me siento de otro modo, pensar y actuar tam-bin de manera diferente. M pensamiento ya noestar marcado por la comparacin con los dems,por abrigar resentimientos contra otros o provocarsentimientos de irritacin contra ellos. Como per-

    sona regia cuidar tambin su dignidad porque yano tendr necesidad de ocuparme permanente-mente de ellos para mnusvalorarlos o herirlos conel fin de sentirme mejor. Si estoy en armona con-migo mismo, dar espacio tambin a los demspara que puedan vivir su dignidad.

    DECISIN PARA LA VIDA

    En el bautismo hemos renunciado conscientementeal mal. Acordarse del bautismo significa tambin

    optar una y otra vez por Dios y por la vida. En-cuentro constantemente personas que siempre es-tn hundindose en la autocompasin. Por la ma-ana dudan en levantarse de la cama porque siem-pre se encuentran mal. Tienen lstima de s mismoscontinuamente y giran slo en torno a sus senti-mientos depresivos. No me canso de decirles:Debes optar por la vida. Cuando te levantas de lacama, sumrgete en la vida y no en tu depresin.

    Cuando me sorprendo a m mismo en esta situacinen la que comienzo a quejarme de lo difcil que es

    todo, entonces me ayuda el recuerdo del bautismo.Me digo a m mismo: Quiero vivir en lugar dequejarme. Quiero gobernar yo mismo mi vida, enlugar de abandonarme en la negatividad de losdems. Opto por la vida.

    A lo largo del ao litrgico hay dos festividades quenos recuerdan sobre todo nuestro bautismo: lafiesta del bautismo del Seor, el primer domingodespus de la Epifana, y la noche de Pascua. Elsacerdote, en la fiesta del bautismo de Jess, alinicio de la eucarista, roca a todos los fieles conagua bendita al tiempo que toda la asamblea cantael antiguo himno Asperges me: Rocame con elhisopo, Seor, y quedar limpio. Lvame, y quedarms blanco que la nieve.

    En la noche pascual el sacerdote bendice el aguabautismal. Introduce tres veces el cirio pascual en elagua, diciendo: Te pedimos, Seor, por tu queridoHijo, que descienda sobre esta agua la fuerza delEspritu Santo, para que todos los que han sidosepultados con Cristo en su muerte, mediante elbautismo resuciten con l a la vida eterna.

    iglesia hay un gran cuenco lleno de agua bendita ^"Tit despus de la Vigilia Pascual, puedan llevar 1,313q la e agua bendecida. Les debe recordar durantetodo de Pina que han resucitado con Cristo, ,ue enellos la vida ha vencido tambin a la muerte.

    La reflexin sobre el bautismo y sobre sus ritosmaravillosos no slo quiere ser una ayuda para lospadres en la preparacin del bautismo de sus hijos.Las reflexiones recogidas en este libro deben esti-mular a todos los bautizados a que reflexionen so-bre el misterio de su bautismo y a que verifiquencontinuamente la identidad que han adquirido en

    l. La simbologa del bautismo quiere recordar acada creyente lo que significa ser cristiano, cul esel misterio del ser humano, qu significa ser amadopor Dios de manera total, participar de la natura-leza divina y haber crecido en unin con Cristo.

    Para los primeros cristianos el bautismo era unacontecimiento tan impresionante que recordarloles pona constantemente ante los ojos el origen desu vida. Para nosotros, que hemos sido bautizadosde pequeos, puede servirnos de ayuda, al partici-par en la celebracin de un bautismo, que tomemosconciencia del hecho de que todos esos ritos fueron

    tambin realizados sobre nosotros. Podemos me-ditar entonces sobre esos ritos e imaginar lo quecomporta para nosotros haber sido ungidos comosacerdotes, reyes y profetas, haber sido bautizadosen el agua y en el Espritu Santo, y el hecho de quese nos hayan abierto los sentidos. Podemos intuirentonces quines somos verdaderamente, cul es elmisterio de nuestra vida y cul es el misterio deJesucristo, con el que hemos crecido en el bautis-mo.

    Recordar nuestro bautismo podra ayudarnos atomar conciencia de nuestra identidad cristiana.Demasiado fcilmente corremos el peligro deadaptarnos a este mundo. A veces ya no sabemos en

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    absoluto por qu somos cristianos ni qu nos/Prenda de los que buscan su salvacin en el su-permercado senderos espirituales. Hoy necesita-mos ayuda para onscientemente como cristianos,no tanto erigiendo barricadas contra el mundocuanto viviendo en l perfectamente conscientes deque estamos en el mundo, pero no somos delmundo. Necesitamos itinerarios para poner enprctica como verdaderos cristianos nuestra liber-tad y nuestra dignidad. Necesitamos ayudas paravivir nuestra vida hoy, amenazada por tantas ten-dencias hostiles, de modo que verdaderamentemerezca la pena dicho nombre. Se trata de ejerci-tarnos para la vida eterna, para una vida que yaahora tienda hacia la vida de Dios y que est entre-tejida de su vida inmortal.

    Recordar el propio bautismo puede ser un modoconcreto para acceder a la esencia de nuestra fe y denuestra vida cada da de modo nuevo y vivir as msconsciente y autnticamente como cristianos.

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    NDICE

    Introduccin

    La nueva identidad 5

    Nuevo nacimiento 6

    Partcipes de Dios 7

    El significado del bautismo

    El sacramento del bautismo 11

    El misterio del nio

    El agua

    El agua de la purificacin

    Fecundidad espiritual

    Sepultar lo que estorba en la vida 17

    Quitar el poder a la muerte

    El cielo abiertoAdopcin incondicional ^0

    Nuevo nacimiento A

    77

    La uncin

    n 23

    bl crisma

    Acceso a Dios

    La vela bautismal ^5

    La vestidura blanca 26

    Transformacin ^7Incorporacin 28

    La celebracin del bautismo 30

    Los escrutinios 3*

  • 7/22/2019 Grun, Anselm - El Bautismo

    18/18

    El nombre 32

    El oficio del padrino 32

    Las lecturas del bautismo 33

    La seal de la cruz

    La letana de los santos

    La imposicin de las manos 36

    La bendicin del agua bautismal 36

    La renuncia al mal 37Sumergido en el amor 39

    Rey, sacerdote y profeta 40

    Imagen de Dios 40

    La luz de la resurreccin 41

    Ei rito del Eflet 42

    La bendicin 44

    47 47 48 49 50 51 52 53 54

    56 59

    La esencia del bautismo 45

    La vida desde el bautismo

    Renovacin del bautismo...

    Estoy bautizado

    La fuente de la vida

    En comunidad

    El agua bendita

    Revestirse de Cristo

    La realeza del hombre

    Decisin para la vida

    ResumenBibliografa