1

Guía para educaren la Equidad de Género en las familias

2

Índice1. PRESENTACIÓN

¿QUIÉNES SOMOS?HACIA UNA CIUDADANÍA GLOBALLA CAMPAÑA DE EDUCACIÓN PARA LA EQUIDAD DE GÉNERO

2. CONTENIDOS

2.1. Comunicación: uso del lenguaje, literatura, televisión. “Lo que hablamos y lo que vemos, de todo aprendemos”.2.2. Uso del tiempo en el hogar: “Si barremos o fregamos, todos y todas colaboramos”.2.3. Uso del ocio y el tiempo libre en la familia.

- Nuestra Propuesta desde un Enfoque de Género.2.4. Expresión de sentimientos: ¿Cómo nos “educan” y “educa- mos” con respecto a los sentimientos y a su expresión?

3. GLOSARIO

4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

3

333

7

8

12

14

17

21

24

EditanONGD Solidaridad Don BoscoC/ Salesianos 1B, 41008 SevillaTel. +34 954 532 827Fax. +34 954 426 665www.solidaridaddonbosco.org

Esta publicación tiene una finalidad educativa en busca de la transformación social de la realidad, por lo que os invitamos a reproducir y distribuir estos materiales sin una finalidad lucrativa, citando su origen.

Esta publicación ha sido realizada con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). El contenido de dicha publicación es responsabilidad exclusiva de Solidaridad Don Bosco y VOLS y no refleja necesariamente la opinión de la AECID.

Impreso en papel reciclado y ecológicocon Certificado Ángel Azul

ONGD VOLS- Voluntariado SolidarioPlaza Artós nº4, 08017-BarcelonaTel. +34 932038808Fax. +34 932054971www.ongvols.org

3

1. Presentación¿QUIÉNES SOMOS?

Solidaridad Don Bosco es una ONG de Desarrollo promovida por los sale-sianos y formada por mujeres y hombres que vivimos convencidos/das de que un mundo más justo y solidario es posible y necesario. Favorecemos la promoción integral de las personas y los pueblos de los países empo-brecidos, especialmente de los/las jóvenes en situación de riesgo y ex-clusión social, promoviendo proyectos de capacitación e inserción socio-profesional. Impulsamos propuestas de desarrollo personal y comunitario facilitando espacios para la educación y la participación que promuevan una ciudadanía activa que sea motor de cambio.

VOLS -Voluntariado Solidario- es una ONG de Cooperación al Desarrollo vinculada a la Familia Salesiana de Cataluña, Aragón, Baleares y Andorra. Tiene como objetivo la contribución a la promoción humana desde el campo de la educación, trabajando para la transformación social, tanto en las sociedades del norte como en las del sur. El objetivo de VOLS es promover la transformación y la movilización hacia la justicia social y la igualdad norte-sur, especialmente en los/las jóvenes, y apoyar material y humanamente proyectos educativos en los pueblos y las naciones empobrecidos.

HACIA UNA CIUDADANÍA GLOBAL

Para construir una sociedad más justa es necesario actuar teniendo en cuenta que formamos parte de una ciudadanía global. Tenemos que educar para generar responsabilidad con esta comunidad mundial, luchando contra las injusticias y las pobrezas existentes para construir una sociedad más solidaria, encaminada a una mayor justicia social.

Debemos educar en las múltiples dimensiones de cada niño/a y joven desde una visión orientada a la transformación progresiva de los valores, actitudes y comportamientos.

4

A través de la educación en la escuela y la familia debemos analizar los conflictos actuales identificando las causas que los generan y sus conse-cuencias para entender mejor el mundo que nos rodea y poder actuar en consecuencia. Por lo tanto, debemos apostar por una intervención que po-tencie e incida en las capacidades para comprender e interpretar la realidad y ser críticos/as hacia ella.

CAMPAÑA GENERA GÉNERO: ¿Por qué una campaña de Género?

A lo largo de la vida vamos reproduciendo esquemas educativos que hemos recibido de nuestros padres y madres o de la sociedad en que vivimos. A menudo, una educación cargada de estereotipos y prejuicios.

Las personas nacemos con un determinado sexo y a lo largo de la vida vamos adoptando una serie de roles masculinos y femeninos relacionados con el género. El género no hace referencia al hombre y a la mujer, sino a las cualidades y características que la sociedad atribuye a cada persona por tener uno u otro sexo y que coloca a las mujeres, en general, en una posición de subordinación.

Los roles asignados tradicionalmente a mujeres y a hombres se basan en una visión androcéntrica del mundo: las mujeres están en condiciones de inferioridad y de subordinación en numerosos aspectos (nivel de ingre-sos, cargas laborales y familiares, etc.) y los hombres se ven obligados a seguir patrones de conducta concretos, siendo criticados y “penalizados” cuando no se atienen a ellos, lo cual les impide crecer o desarrollarse en determinados ámbitos vitales. Si bien en España la mayoría de los centros educativos son mixtos, a veces no significa que en ellos haya una verdadera coeducación, un proceso edu-cativo intencionado cuyo objetivo es el desarrollo integral de las personas en igualdad (partiendo del hecho de que éstas tienen una realidad diferente según sea su sexo) y que forma a estas personas para una convivencia social igualitaria y sin discriminación de ninguna clase. La familia es el primer entorno de socialización donde niñas y niños apren-den las normas, los valores y los comportamientos de la sociedad en la

5

que viven. Las personas adultas que conforman una familia son modelos y referentes con los que las niñas y los niños se identifican.

Aproximadamente a los 6/7 años, niños y niñas han aprendido sus roles de género y han interiorizado un conjunto de actitudes, comportamientos, saberes y valores diferenciados que se pondrán en práctica durante toda la vida (Félix López Sánchez, 2005). Aprenderán lo que deben o no hacer, en función del sexo con el que han nacido y, en este proceso de adaptación cultural y psicológica, se limitará el desarrollo de sus potencialidades, al excluir las opciones atribuidas al otro sexo.

En la familia se aprenden los valores, las normas, las costumbres y las herra-mientas para convivir. Se transmiten las formas de relacionarse (simétricas o asimétricas) con la pareja, los hijos e hijas y con los que son semejantes o diferentes. En familia se aprende quién y cómo se toman decisiones coti-dianas y excepcionales y cómo se resuelven los conflictos.

En este proceso complejo serán importantes: el lenguaje, las miradas, el contacto físico, el tono de voz, un amplio conjunto de mensajes y señales que se dan, implícita o explícitamente, en lo cotidiano; las creencias del padre y de la madre, de las hermanas y los hermanos, de las abuelas y los abuelos, de las tías y los tíos, de las amistades, de la comunidad... los espacios y tiempos privados, aquellos que el padre y la madre dedican a sí mismos, y los objetos, juguetes, espacios y colores que se consideren masculinos y femeninos (Antolín, L. 2003).

6

Las actitudes que la familia tenga hacia aquello que no se ajusta a los comportamientos esperados serán muy importantes en el aprendizaje. En resumen, en la familia se aprende a apreciar a los demás y a uno/a mismo/a, a poner límites, a pensar, a sentir y a valorar, a relacionarse. Es decir, a ser quienes somos individualmente y como parte de un grupo.

La influencia de las expectativas de padres y madres, diferenciadas en función del sexo, tiene una gran importancia desde el mismo momento del nacimiento:

«Desde el momento en que llega el recién nacido, las expectativas del padre y de la madre dependen de que sea niño o niña. En un estudio de las actitudes de los progenitores hacia sus bebés a las 24 horas de nacidos, se les pidió a los hombres que hicieran una breve descripción de sus hijos a un amigo cercano. Objetivamente, los bebés tenían el mismo tamaño y gozaban de la misma salud; sin embargo, los niños fueron descritos como mejor coordinados, más fuertes, más alertas y mayores que las niñas. A ellas se les describió como pequeñas, suaves y más delicadas» Rubin, Provenzano y Luria, 1974.

A pesar de que se ha producido un avance importante en la equidad de género tanto en el entorno escolar como en el familiar, todavía estamos lejos de una verdadera igualdad entre hombres y mujeres, en cuanto a posibilidad de promoción profesional, condiciones laborales, derechos,…

La inequidad de género provoca desigualdades y, llevada a un extremo, puede ser causa de fracaso escolar, especialmente entre los chicos (la “obligación” social de seguir el patrón clásico masculino a menudo se opone a una actitud de respeto y comportamiento adecuado en el aula), de relaciones de amistad y de pareja poco satisfactorias (basadas en roles más que en una comunicación sincera) e incluso de situaciones de violencia (directa o encubierta), que pueden conducir a un fracaso personal y social.

Por todo ello, en Solidaridad Don Bosco y VOLS creemos que es fundamental llevar a cabo una campaña educativa orientada a analizar la equidad de género en la actualidad en nuestra sociedad. También creemos que debe-

7

mos dar un paso más y promover la construcción gradual de una igualdad de oportunidades efectiva entre mujeres y hombres.

Desde la Educación para el Desarrollo confiamos en la capacidad de las personas, especialmente las más jóvenes, para la transformación de las rea-lidades de desigualdad. En este sentido, apostamos por la reflexión personal y grupal sobre los modelos de personas en los que hemos sido educadas y educados e incorporar las cuestiones de género en la familia que favorezcan la igualdad y un estilo de vida responsable y comprometida.

2. ContenidosPara concretar la promoción de cambios de actitudes y transformación social desde la familia hacia la equidad de género, hemos optado por tratar estos 4 temas, aunque pueden tratarse muchos más que de seguro saldrán en la lectura de estos:

Comunicación. Distribución de los tiempos en el hogar.Uso del ocio y tiempo libre. Expresión de sentimientos.

8

,,2.1 COMUNICACIÓN: USO DEL LENGUAJE, LITERATURA, TELEVISIÓN: “LO QUE HABLAMOS Y LO QUE VEMOS, DE TODO APRENDEMOS” El lenguaje es un instrumento de comunicación y socialización, que sirve para representar el mundo, crear la propia identidad y relacionarse con las demás personas.

Desde edades tempranas se interiorizan los valores de género que se transmiten en la familia, sociedad, grupo de iguales, escuela... y se recha-zan los que no se corresponden con ellos.

La lengua, como construcción social y cultural, es una forma de ver la realidad, de percibir el mundo y de nombrarlo.

Al mismo tiempo, refleja la realidad pero puede también modificarla y crear otras nuevas realidades. Es un instrumento fundamental en la construc-ción del pensamiento.

El hecho de que los niños sean nombrados a menudo como sujetos de referencia y las niñas como personas dependientes y subordinadas, tiene repercusiones en su autoconcepto y autoestima, con ventajas y desven-tajas para ambos.

Algunos ejemplos de comentarios que se pueden oír en situaciones fami-liares, son:

Venga campeón, que los niños no lloran, ¡hay que ser valiente!”

Claro que sí princesa, pero ve con cuidado.”

Es todo un machote, me ha dicho que en el cole tiene tres novias.”

Es evidente que el lenguaje que se utiliza en el entorno familiar es el len-guaje de los afectos, y por ello hay que tener en cuenta que el vocabulario y las expresiones que se usen tendrán un mayor efecto en los niños y las niñas que lo que reciban de otras personas del entorno. Por lo tanto y, lógicamente, debemos procurar que el efecto que se genere sea el más positivo posible.

A través del lenguaje, madres y padres podemos transmitir las dife-rencias sociales en función del sexo, utilizando diferentes expresiones

9

tanto gestuales -por medio de signos- como orales, y todas tienen una referencia social.

A la niña, se le llama “bonita”, “preciosa”... Generalmente se usan más dimi-nutivos, caricias y sonrisas que refuerzan la “conducta femenina”.

Al niño, se le llama “glotón”, “gamberro”, “machote”... Generalmente se le habla menos que a las niñas, y se usan adjetivos que refuerzan la conducta viril. Se juega más con ellos, se les acaricia menos, se les da palmaditas como si fuera un amigote.

Posibles consecuencias a largo plazo:

NiñagSe le transmite una supuesta mayor debilidad, inferioridad y que está más capacitada para el lenguaje, la comunicación y la expresión de sentimientos.

NiñogSe le transmite que tiene más fuerza, una supuesta superiori-dad, que está menos capacitado para la comunicación y que es más capaz de controlar sus sentimientos.

Por todo ello, es necesario ser conscientes de que el lenguaje asociado a la crianza, en general, transmite bastantes estereotipos asociados al género.

Muchos adjetivos, por ejemplo, cambian de sentido cuando se refieren al femenino:

Un hombre serio (responsable).Una mujer seria (que no coquetea).Un hombre público (un político, un representante de alguna Institución).Una mujer pública (una prostituta).Un hombre cualquiera (determinado, cierto).Una mujer cualquiera (una prostituta).

El lenguaje sexista se perpetúa a través de diversos caminos. Uno de ellos son los estereotipos y clichés, pero históricamente se han ins-talado a través de lo que se ha venido en llamar de manera errónea “sabiduría popular”.

Los refranes se consideran como una verdad irrefutable y eterna compro-bada generación tras generación. El refranero muestra a la mujer de forma

10

,,

muy negativa. Diversos estudios señalan que el refrán presenta a la mujer con los atributos de la holgazanería, el engaño y la crítica envenenada. La debilidad, la falta de inteligencia, la tendencia a equivocarse, la indecisión, son rasgos que están presentes en los refranes que se refieren a mujeres.

Existen muchos refranes que se refieren a las mujeres con el objetivo de controlarlas y ajustarlas al perfil masculino. Se subraya el prototipo ideal de mujer “hermosa, obediente, sumisa, fiel, honesta, dulce, dócil, hogareña, discreta” a través de los refranes.

Algunos ejemplos:

Palabra de mujer no vale un alfiler”Gallinas y mujeres entre cuatro paredes”La mujer y la mentira nacieron el mismo día”Dos hijas y una madre, la perdición de un padre”

En los cuentos tradicionales también encontramos muchos estereotipos de género. Nos encontramos generalmente con la figura del héroe que re-presenta al hombre con arrojo, valentía, agresivo y dominador. En cambio, aparece también la figura de la doncella, que representa a la mujer sumisa y a la espera, en su papel pasivo. Por otra parte, la madrastra (nunca padrastro), siempre mala y de mal humor. Los personajes femeninos y masculinos son arquetípicos y se corresponden a los mismos que marca el refranero. Los papeles están perfectamente repartidos y perpetúan la estructura sexual tradicional.

También se encuentran en los medios audiovisuales (televisión, cine, anun-cios). Por ejemplo: la televisión nos da una idea de que los niños juegan al fútbol o con coches y las niñas juegan más a las muñecas y a cocinitas. Si algún niño juega a “algo de niñas” ya es discriminado por los demás niños y viceversa.

ALGUNOS CONSEJOS para evitar como madres y padres que se perpetúen en la familia estereotipos de género:

Vigilar el lenguaje que se utiliza habitualmente. Hay que preocuparse porque realmente represente a hombres y a mujeres y estar atentos/as a qué se está transmitiendo con el lenguaje de los afectos.

1

11

Seleccionar tebeos, cómics, programas de televisión donde se pre-senten modelos de niños y niñas con las mismas capacidades.

Es recomendable tratar de acompañar a los hijos e hijas en la ac-tividad de ver televisión, cine, leer libros. De esta forma, se podrán conocer verdaderamente los contenidos de los programas para tener juicios más apropiados en el momento de emitir una opinión. Acom-pañándoles podemos darnos cuenta de sus gustos o preferencias, y los efectos que pueden producir en ellos y ellas.

Hay que fomentar en familia el análisis crítico del contenido de los programas de la televisión. Desde pequeños/as se puede fomentar el saber ver y distinguir lo bueno y lo malo que pueda contener un determinado programa de televisión.

Algunos anuncios pueden ser tan peligrosos como los malos progra-mas de televisión. Hay que estar alerta para que la televisión no con-vierta a los hijos y las hijas en personas superficiales o consumidoras de todo lo que se anuncia. Nunca hay que hacer caso de la publicidad de juegos que inciten a la violencia, a la discriminación o al racismo.

Exigir una televisión de calidad, especialmente en horarios infantiles. Las actitudes groseras, los hábitos y comportamientos antisociales, las obscenidades del lenguaje, la pérdida del sentido de la autori-dad, la vulgaridad y la frivolidad, la apología subliminal o directa de conductas reprochables, la discriminación de la mujer o su utilización como objeto sexual y cualquier menosprecio a la vida humana, de-ben ser erradicados, especialmente de los espacios que tengan a los niños y las niñas como destinatarios/as.

Los padres y las madres tienen la responsabilidad de poner en mar-cha una crítica constructiva sobre la televisión, ejerciendo así los derechos ciudadanos. Asimismo, y como contrapartida al esfuerzo realizado por las personas que trabajan en el ámbito de la televisión, es conveniente incentivar una buena televisión, resaltando y difun-diendo entre las amistades los buenos programas de televisión.

Todos y todas tenemos que predicar con el ejemplo, es la herramienta más eficaz que tienen las familias en sus manos.

2

3

4

5

6

7

8

12

¿¿2.2 USO DEL TIEMPO EN EL HOGAR: “SI BARREMOS O FREGAMOS, TODOS Y TODAS COLABORAMOS” Entre los roles de género que se aprenden en la familia destacamos el reparto de las responsabilidades familiares por la importancia que tiene en la calidad de vida de las personas. Si bien es cierto que a lo largo de estos últimos años este aspecto ha ido cambiando en algunos contextos socioculturales, sigue siendo causa de la reproducción de relaciones de desigualdad en el seno de las unidades familiares.

Al observar detenidamente la distribución de responsabilidades y tareas, podemos ver que aquellas tareas relacionadas con los cuidados y el man-tenimiento del bienestar afectivo-emocional de las personas que integran el núcleo familiar, las realizan generalmente las mujeres, con independen-cia de su situación laboral. El 88% del trabajo de atención en salud no es remunerado y el 50% de las enfermedades se resuelven en casa. Esto tiene como consecuencia que los hijos e hijas aprenden no sólo que tienen distintas tareas, sino que unas tienen menor valor que otras. Por este motivo podemos decir que la familia, cuando refuerza este-reotipos de género, está reproduciendo valores, actitudes y conductas sexistas. Es importante señalar que los cambios en los tipos o modelos de fa-milia están afectando la transmisión de roles y estereotipos. A pesar de que aparecen nuevas formas de relacionarse y de repartir el trabajo, los estereotipos de género siguen transmitiéndose aunque sea de una manera más sutil. Debemos ser conscientes de ello para evitar las dis-criminaciones.

El trabajo doméstico es la variable con mayor poder de diferenciación entre hombres y mujeres. ¿Sabías que las mujeres dedican al trabajo doméstico dentro del ámbito familiar 4 horas y 12 minutos más de tiempo que sus compañeros los hombres? Las tareas del hogar y el cuidado de las personas dependientes recaen mayoritariamente sobre las mujeres, que le dedican tres veces más tiempo que los hombres.

13

¿¿¿Las mujeres acceden al mercado laboral como un paso hacia su autonomía, pero los hombres aún no se han implicado plenamente en la corresponsabilidad en el ejercicio de las tareas domésticas, con la consecuencia de la doble jornada para las mujeres y su escaso tiempo libre y de ocio.

Crees que el reparto del tiempo en el hogar entre los hombres y mujeres de tu familia es equitativo?

Para reflexionar sobre ello te proponemos que contestes a las cuestiones planteadas en la siguiente ficha para que así puedas analizar si existen diferencias en el uso del tiempo en tu ámbito familiar. Este análisis lo puedes realizar individualmente o trabajarlo en familia, y además puede ser interesante que añadáis tareas concretas del ámbito doméstico para ver quién/es las realizan.

HOMBRES MUJERESCantidad de componentes de la unidad familiar

¿Quién realiza un trabajo remunerado?

¿Qué estudios han realizado?

¿Quién realiza las siguientes labores domésticas: hacer las camas, fregar el suelo, fregar los platos, limpiar los baños, poner la lavadora, tender la ropa, planchar, comprar, cocinar?

Calcula el tiempo dedicado.

¿Quién se encarga de las diferentes tareas implícitas al cuidado y bienestar de los/las hijos/as (quién les lleva o recoge del colegio, quién les lleva al médico, quién se queda en casa a su cuidado cuando están enfermos/as)?

¿Quién realiza actividades de ocio y tiempo libre? ¿Cuántas horas? ¿Qué tipo de actividades son?

¿Cuánto tiempo dedican a sus relaciones personales?

14

Es muy importante el ejemplo diario en nuestro hogar, distribuyendo de forma equitativa entre todas las personas de la unidad familiar las tareas en función de sus posibilidades.

En la distribución de las tareas influyen factores de preferencias y habilidades personales, así pues podemos llegar a pactos que sean justos y equitativos. El trabajo fuera del hogar no debería representar una excusa para no contribuir en las tareas domésticas. Hombres y mujeres pueden realizar cualquier actividad de la casa.

Es fundamental que, en función de su edad y nivel de desarrollo madurativo, el niño o la niña vaya aprendiendo y colaborando de forma progresiva en el desarrollo de las tareas domésticas y que vaya asumiendo responsabilidades. De esta manera cuando llegue a la adolescencia será capaz de realizar todas las tareas, tanto si es chica como si es chico. Además, serán personas más responsables, autónomas e independientes.

2.3. USO DEL OCIO Y EL TIEMPO LIBRE EN LA FAMILIA

Consideramos que es necesario ser conscientes en la familia de las diferencias y desigualdades que existen en la utilización de espacios y tiempos de ocio o tiempo libre que realizan mujeres y hombres, para fomentar como padres y madres un uso equitativo del tiempo libre por parte de nuestras hijas e hijos.

Las actividades culturales, de ocio y tiempo libre, son aquellas que cualquier persona puede desarrollar voluntariamente para descansar, relajarse, divertirse, entretenerse, formarse, desarrollar su capacidad creadora, practicar deportes, disfrutar del arte, museos, cine, teatro; realizar excursiones; elaborar manualidades, artesanías, etc.

Las actividades culturales y de ocio y tiempo libre, suponen tener y disfrutar libremente de tiempos propios.

Estas actividades intentan cubrir el tiempo del que se dispone una vez que se han liberado de las obligaciones profesionales, familiares y sociales, por eso la inequidad en el reparto de las horas dedicadas por mujeres y hombres

15

al mundo laboral y familiar, incide directamente en su disponibilidad para tomar parte en éstas.

De este modo, el tiempo libre para mujeres y hombres de todas las edades, se define en relación a la interiorización, asunción y cumplimiento de dichas obligaciones que vendrán a su vez condicionadas por el rol de género imperante en la sociedad y grupo social al que pertenezcan.

Cada vez más mujeres acceden a este espacio. Podemos decir que sigue existiendo una participación desigual, respecto al número de horas dedicadas y al tipo de actividades que se realizan, estando éstas vinculadas al rol que como mujer u hombre aprendemos que debemos desarrollar.

Además, el tiempo libre debemos plantearlo también como un espacio donde se puede fomentar una sociedad más solidaria, más justa y más igualitaria para todos y todas. Un medio en el que podemos proponer alternativas a valores y actitudes que tienen éxito en la sociedad actual, como la competitividad, el consumismo o la violencia, y que no contribuyen a la construcción de una realidad justa para todas y todos.

16

!!!Las mujeres realizan más deportes en espacios cerrados y los hombres en espacios abiertos. ¿Por qué crees que sucede esto?

Es importante, como madres y padres, considerar el uso de espacios de tiempo libre en la familia desde una perspectiva de género. Y esto, ¿cómo lo hacemos?:

Podemos cuestionarnos si las mujeres en casa tienen el mismo tiempo libre que los hombres.

Analizar si hay distintas formas de utilizar ese tiempo libre por cuestión de género: en la naturaleza, actividades lúdicas, culturales y artísticas, etc.

Como hemos ido viendo en esta Guía, nuestro proceso de socialización difiere si somos hombres o mujeres, lo que trae consecuencias también en el uso del tiempo. Y como apuntábamos en el apartado anterior, es el trabajo doméstico la causa que mayor poder de diferenciación establece entre mujeres y hombres.

Nuestra propuesta desde un enfoque de género.

Muchas mujeres participan en estas actividades por una vinculación directa entre su rol de género y el contenido de la actividad, enrolándose en ellas más por una motivación práctica (aprender a tapizar, cocinar, etc.) que por una motivación personal desvinculada de su rol de género (deportes, cine, etc.). Es por ello, que desde la familia, se debe tener en cuenta la perspectiva de género para orientar la elección de actividades de hijas e hijos.

17

Llevar a cabo actividades en el tiempo libre, con enfoque de género, tiene un impacto positivo en el avance hacia una sociedad más justa entre mujeres y hombres, contribuyendo a la modificación del rol de género tradicional.

Para fomentar y organizar actividades desde una perspectiva de género hay que:

Observar los contenidos de las propias actividades en relación al rol de género de mujeres y hombres.

Formarnos y formar a nuestras hijas e hijos en igualdad de oportunidades y género, para evitar sesgos de género durante el desarrollo de la actividad.

Impulsar nuestra participación como mujeres y hombres en las actividades de tiempo libre sin que tengan que estar directamente relacionadas con nuestros roles de género.

2.4. EXPRESIÓN DE SENTIMENTOS: ¿CÓMO NOS “EDUCAN” Y “EDUCAMOS” CON RESPECTO A LOS SENTIMIENTOS Y A SU EXPRESIÓN?

La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. Daniel Goleman

Los sentimientos están directamente relacionados con nuestra forma de actuar, de vivir, de pensar, por eso creemos importante incluir en esta Guía la influencia de la educación de nuestras emociones como mujeres y como hombres.

Como hemos ido descubriendo en apartados anteriores, a través de una educación de género aprendemos a ser mujeres o ser hombres en nuestra cultura y, normalmente, actuamos según ese patrón. Pero no solamente actuamos, sino que también sentimos y expresamos nuestros sentimientos en base a nuestro género.

Desde que estamos en la barriga de nuestras madres, empiezan a llegarnos mensajes diferenciados relacionados con las emociones: si es niña y da patadas se dice que está nerviosa, en cambio, si es niño, que va a ser deportista.

18

Cuando somos pequeños/as estos mensajes nos llegan en diferentes lugares y con diferentes modelos. Por un lado, vemos cómo actúan y expresan sus sentimientos las personas adultas; por otro, se nos dice lo que debemos o no hacer, y además, vamos aprendiendo que hay cosas que si las hacemos se aprecian, y otras que no están bien vistas. Estos tres aspectos son esenciales en la educación de nuestros sentimientos:

aprendemos a través de modelos,

a través de mensajes o mandatos,

por el control social.

Cuando pensamos en sentimientos que se relacionan con mujeres o con hombres, observamos que en la mayoría de los casos, se ven como mitades complementarias: fuerza- debilidad, dureza-ternura, valentía-fragilidad, actividad-pasividad, etc.Así, tanto a hombres como a mujeres se nos educa como personas incompletas, que necesitan “su media naranja”. Esta separación ha hecho que hablemos de sentimientos más “femeninos” o más “masculinos”, como si fuera algo puramente genético.

Cuando una persona no sigue el modelo y se sale de esta norma, se le reprocha socialmente de diferentes formas. Seguro que hemos escuchado alguna vez decirle a una persona que parecía un “niño” o una “niña” y que no se comportara así. Desde la infancia vamos aprendiendo a actuar no sólo por nosotros/as mismos/as sino también porque necesitamos que se nos reconozca y que nos quieran.

19

En nuestra sociedad y en nuestra cultura, se valoran aspectos diferentes en mujeres y hombres.

Como madres y padres debemos intentar educar a nuestros hijos e hijas como personas completas que pueden tener valores, emociones y sentimientos “femeninos” y “masculinos”. Para ello, es importante fomentar la vivencia y la expresión de sentimientos independientemente del sexo, evitando así que puedan generar desigualdades entre chicos y chicas.

Reparemos en algunos sentimientos diferenciados por el género y veamos cómo influyen directamente en la desigualdad y en la discriminación:

Sentimientos que se relacionan con “lo infantil”, con la inmadurez, como determinadas manifestaciones de alegría, de espontaneidad, de sensibilidad, de fragilidad: chillar, saltar, llorar, temblar, asombrarse, emocionarse fácil y frecuentemente… No se censuran tanto en las mujeres porque se “comprenden”, se admiten, pero son menos admitidos en los hombres. Esto sucede porque se infravaloran: pueden estar bien en las mujeres y los niños y niñas, pero no estarían bien en un hombre “hecho y derecho”. Es como si necesariamente estas emociones y su expresión estuvieran ligadas a la falta de madurez y fueran, al mismo tiempo, la demostración de que no tenemos las mismas capacidades, de que no podemos controlarnos. No se valoran en ningún caso en los hombres como sí se hace con otros aspectos como la valentía, la firmeza, la fuerza… que siempre se han relacionado con los hombres y que incluso son valorados aunque lleven consigo sentimientos de ira, de furia, de violencia…

Sentimientos relacionados con el cuidado: la ternura, la capacidad para dar cariño, la tristeza, la pena y el dolor (del sufrimiento ajeno) o la estética del cuidado cotidiano del entorno. Son sentimientos y actitudes que siempre se han relacionado con lo femenino. Incluso, cuando las mujeres salen del ámbito doméstico, suelen ocupar profesiones que tienen que ver con esta característica (maestras, enfermeras…). Esto no es negativo, pero cuando todo está orientado al cuidado de los demás y del entorno, sin darnos cuenta, la mujer siente que es para los demás, y casi nada para ella como persona. La mujer necesita también los cuidados.

g

g

20

Todo esto está muy relacionado con determinados sentimientos que se encuentran en muchas mujeres, que les impiden moverse o cambiar: la falta de autoestima, la culpabilidad y la inseguridad. Es importante que en nuestras familias fomentemos en chicos y chicas una educación emocional libre de estos sentimientos tan anclados en una sociedad que exige actitudes diferenciadas en función del género.

Otro sentimiento relacionado con la educación que reciben las mujeres es el miedo. Siguiendo el modelo que exponíamos antes de la “media naranja”, los hombres son valientes y, las mujeres, frágiles y miedosas. El miedo es también, sin duda, un sentimiento con un lado positivo: hace estar alerta, prepara para reaccionar ante las dificultades… Pero también tiene una cara negativa: paraliza, obliga a actuar de una determinada forma, hace personas inseguras, dependientes… Lo que interesa analizar sobre todo, son los miedos intencionados: aquellos que se provocan desde fuera para obligar o empujar a actuar, pensar, sentir y valorar de una determinada manera. El miedo impide el empoderamiento, que es ese proceso por el que una persona o un colectivo recupera el poder sobre sí misma, su capacidad de pensar, actuar, sentir y valorar de manera autónoma.

Y, para finalizar, pensemos en el control emocional. A veces, se nos hace creer que los hombres controlan sus emociones y las mujeres no, pero en realidad se espera de los hombres que controlen determinadas emociones y de las mujeres que controlen otras. Se espera que los hombres no expresen tristeza, no hablen de sus sentimientos de ternura, no expresen su compasión casi nunca, que sean fuertes ante el dolor… Sin embargo, no se espera de ellos que repriman su ira, o su afán de vencer, su furia, o su alegría ante el triunfo y la victoria… Por el contrario, de las mujeres se espera que no controlen las emociones “femeninas”, pero que no expresen su ira, que no sean demasiado competitivas o que se manifiesten audaces, autoconfiadas o con mucha iniciativa.

Los niños y las niñas aprenderán a relacionarse de la misma manera en que lo hacemos las personas adultas; por tanto, debemos velar por garantizar entornos abiertos a la comunicación y a la expresión de los sentimientos. La imagen o el dibujo también pueden ayudar a expresar cómo se sienten; dibujar y representar nuestros sentimientos como padres y madres también nos puede ayudar.

g

g

g

21

g

Se nos reprime sistemáticamente el llanto. Esta expresión natural del dolor, la tristeza, la rabia o la frustración que nos sirve de desahogo está mal vista en general, pero sobre todo en los niños. Si llora un niño, los adultos que tengan cerca intentarán por todos los medios

hacer que se calle, mediante el reproche, el engaño, la distracción, el chantaje emocional, los castigos o los premios. Los niños aprenden que no deben llorar y desarrollan estrategias para ocultar y olvidar

el dolor. La mayoría de las veces las proporcionan los adultos (chupete, osito insustituible, dulces, distracción) y al convertirnos en

adolescentes y adultos, pueden transformarse en adicciones para calmar una ansiedad que no sabemos de dónde viene porque nadie

nos ha enseñado a aceptar, canalizar y desahogar nuestras pequeñas penas de cada día (…). Animemos a los niños a identificar, respetar y aceptar sus emociones. Ayudémoslos a liberarlas en la forma no

agresiva que quieran para desahogarse a gusto.Email de Marta Abengoechea para la revista “El Semanal”

Educar y actuar del mismo modo con un niño y con una niña es lo que conllevará el cambio de visión, una visión que ha de ser igualitaria.

3. GlosarioGÉNERO: Construcción cultural según la cual se asigna a las personas

determinados roles, ocupaciones o valores por el simple hecho de haber nacido mujeres u hombres. Se habla de género masculino y femenino. Es un término cultural, que puede ser cambiado mediante la educación y la acción directa con las personas. El género es lo que nos dice cómo ser hombres o mujeres en la sociedad en la que vivimos. En las diferentes maneras de ser mujeres y hombres marcadas por la sociedad, está la discriminación y la labor de la educación para lograr la igualdad.

SEXO: Se refiere a aquellas características biológicas que determinan que una persona sea hombre o mujer.

22

EQUIDAD DE GÉNERO: Plantea el tratamiento en términos de justicia de los hombres y las mujeres en función de sus necesidades. Supone valorar y promover los comportamientos, aspiraciones y necesidades de las mujeres y los hombres.

ROLES DE GÉNERO: comportamientos que se atribuyen a mujeres o a hombres y que llegan a considerarse como naturales, como propios de los sexos, incluso llegando a pensar que vienen determinados genéticamente. Así, hay personas que opinan que las mujeres ya nacen con una especial maña para las tareas domésticas, mientras que los hombres nacerían con una especie de “gen del taladro”.

ESTEREOTIPOS DE GÉNERO: Conjunto de creencias estructuradas sobre supuestos atributos “naturales” (“innatos”) de mujeres y hombres. Cada sociedad establece sus patrones masculinos y femeninos como normas culturales. Los estereotipos condicionan nuestra conducta. Nos comportamos como se espera que lo hagamos, interiorizamos unos valores y papeles ya marcados. Carecen de objetividad y justifican las actitudes y conductas sociales hacia grupos concretos.

Ejemplos de estereotipos:

Atributos masculinos: la autonomía en lo público, la agresividad, el poder, la capacidad técnica, la habilidad espacial, la racionalidad, la fuerza física, la autoridad, la decisión, la torpeza emocional, la incapacidad para el detalle, la violencia, la dominación, la inflexibilidad,...

Atributos femeninos: la autonomía en lo privado, la sensibilidad, la delicadeza, la habilidad emocional, la generosidad, la capacidad para el cuidado, la habilidad para la comunicación, la fluidez verbal, la capacidad de seducción, la torpeza técnica, el pensamiento muy concreto, la debilidad, la sumisión, la subordinación o la escasa habilidad espacial.

PERSPECTIVA DE GÉNERO: Permite analizar y comprender las características que definen a las mujeres y a los hombres, así como sus semejanzas y diferencias. Analiza las posibilidades y oportunidades de ambos, sus expectativas, las complejas y diversas relaciones sociales que se

23

dan entre ambos géneros, así como los conflictos institucionales y cotidianos que deben enfrentar y las maneras en que lo hacen.

ANDROCENTRISMO: se define como sistema de pensamiento que pone al hombre como centro, referencia y medida de las cosas y que implica un fuerte sesgo en la visión del mundo. Visión de la realidad desde la perspectiva masculina, ocultando otras realidades, entre ellas la de la mujer.

SEXISMO: Actitudes que favorecen y perpetúan la desigualdad y la jerarquización en el trato que reciben las mujeres basándose en su diferenciación sexual.

MACHISMO: conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a justificar y promover el mantenimiento de conductas percibidas tradicionalmente como masculinas y, también, discriminatorias contra las mujeres.

HEMBRISMO: es la posición contraria del machismo. Es el fenómeno de discriminación y subvaloración de los hombres por parte de las mujeres. Actitud personal que concibe a las mujeres como grupo opuesto a los hombres y que propugna la superioridad de unas sobre los otros. Es un término paralelo a “machismo” y no tiene relación alguna con el término “feminismo”.

FEMINISMO: Corriente crítica de pensamiento social y político, que trata de superar la situación de subordinación y sometimiento de las mujeres y que propone un nuevo modelo de sociedad basado en la igualdad real entre hombres y mujeres.

COEDUCAR: Significa que todas las personas sean formadas por igual en un sistema de valores, de comportamientos, de normas y de expectativas que no esté jerarquizado en función del sexo. Esto significa que cuando coeducamos queremos eliminar el predominio de un género sobre otro.

EMPODERAMIENTO: Proceso, consciente y planificado, que da valor a la labor de las mujeres y potencia su papel en la sociedad, en igualdad de condiciones con los hombres, tanto en los ámbitos económico y político, como en la toma de decisiones a todos los niveles.

24

Impr

eso

en p

apel

reci

clad

o y

ecol

ógic

o co

n C

ertifi

cado

Áng

el A

zul

www.generandociudadania.org

Con la financiación de:

4. Referencias bibliográficasWEBS

http://fongdcam.org/manuales/genero/datos/docs/1_ARTICULOS_Y_DOCUMENTOS_DE_REFERENCIA/D_EDUCACION/Estereotipos_y_Coeducacion.pdf

http://www.aciprensa.com/Familia/consejostv.htm

http://www.educacionenvalores.org/spip.php?article299

http://www.caib.es/govern/archivo.do?id=134387

MATERIAL IMPRESO

Campaña “Muévete por la Igualdad, es de Justicia: Muévete por una educación en igualdad”. Ayuda en Acción, Entreculturas e Intered. 2008.

“¿Cómo aprendemos a ser mujeres? Propuesta para una des-educación alternativa”. CALA- Centro Alternativo de Aprendizajes. 2007.

“Cuestiones esenciales sobre género”. ACSUR-Las Segovias. 2006.

“El valor del tiempo. ¿Cuántas horas te faltan al día?”. Espasa Calpe, Madrid, 2006.

“Educación para la ciudadanía”. MARTÍN, Raquel y ORTEGA, Irene (coord.). Entreculturas, 2007.