GUIA DE BUENAS PRÁCTICAS EN LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS...
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GUIA DE BUENAS
PRÁCTICAS EN LA
PREVENCIÓN DE
INCENDIOS
FORESTALES dirigida a asociaciones que desarrollan su
actividad en el medio rural
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GUIA DE BUENAS PRÁCTICAS EN LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES
dirigida a asociaciones que desarrollan su actividad en el medio rural
Asociación Profesional de Selvicultores de Galicia (SILVANUS)
Asociación Sectorial Forestal Galega (ASEFOGA)
Autor: Equipo técnico de SILVANUS y ASEFOGA
ESTE MATERIAL NO EXPRESA NECESARIAMENTE LA VISIÓN DE LA COMISIÓN
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Contenido
EL MONTE Y EL MEDIO RURAL GALLEGO ......................................................... 2
EL PAPEL DE LAS ASOCIACIONES DEL ENTORNO RURAL EN LA
SENSIBILIZACIÓN MEDIOAMBIENTAL Y LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS
FORESTALES ....................................................................................................... 2
CÓMO CONCIENCIAR A LA POBLACIÓN RURAL EN LA PREVENCIÓN DE
INCENDIOS FORESTALES ................................................................................... 2
CONSEJOS PRÁCTICOS EN LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES ... 2
BUENAS PRÁCTICAS EN LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS DESTINADAS A
PROPIETARIOS FORESTALES Y PERSONAS ÍNTIMAMENTE RELACIONADAS
CON EL MEDIO RURAL ...................................................................................... 2
BUENAS PRÁCTICAS EN LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS RELACIONADAS
CON USUARIOS DEL MONTE GALLEGO. .......................................................... 2
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EL MONTE Y EL MEDIO RURAL GALLEGO
alicia fue desde siempre una tierra ligada al campo. Con una extensión de
poco más de 29000 Km2 y una población, en el año 2011, de
aproximadamente 2.795.000 habitantes puede considerarse que cerca del
87% del territorio es rural (si atendemos al número de habitantes por km2).
El relieve gallego y sus características
climáticas derivadas de la posición
geográfica en la que se encuentra y, por
otra parte, el tipo de “urbanismo”
predominante en Galicia conforman este
carácter rural.
La actitud productiva de los suelos gallegos
hace que en una misma zona se realicen
diferentes actividades entremezcladas, lo
agrícola y lo forestal forman parte de un
todo y raro es el agricultor que no posee
parcelas de monte y a la inversa,
diferenciándose de otras zonas de la
península en la que ambos conceptos se
encuentran por lo general en polos
opuestos. Esta característica no es nueva,
más bien, una tradición secular que se
mantiene a lo largo de los años y que
debido a la ausencia de políticas de
ordenación del territorio se mantiene con
sus pros y sus contras. Por una parte
podemos gozar de un paisaje rico en
matices y biodiversidad y, por otro, esta
mezcla, unida a otros problemas
estructurales, condiciona sobre manera la
capacidad productiva de las
explotaciones agrícolas y forestales.
Este patrimonio natural debe ser explotado para compensar las limitaciones que
representa a otro tipo desarrollo económico menos respetuoso con el medio
ambiente pero más rentable para una ya de por sí ahogada actividad rural.
G
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La población por su parte presenta otra
característica diferencial con respecto a otras
zonas de la península, la dispersión.
Galicia cuenta con casi 30000 entidades de
población la mayoría con un número reducido de
habitantes o prácticamente despobladas.
Asociadas a esta dispersión se encuentra, como es
lógico, la explotación agroforestal del territorio que
una vez más se vuelve a diferenciar del resto del
territorio por lo que a priori resulta una de las
mayores limitaciones al desarrollo rural en Galicia, el
tamaño de la propiedad y su estructura.
Más de millón y medio de titulares catastrales, unos 13 millones de parcelas y
una superficie de 0,23 ha, datos lo suficientemente elocuentes de la lacra que
esto supone para la viabilidad y rentabilidad del rural gallego.
Si uno duda de esta afirmación no hay más que ver la diferencia entre
aquellas zonas en las que más tarde o más temprano se ha llevado a cabo
un proceso de concentración parcelaria y en la que no. La concentración
parcelaria tanto agrícola como forestal supone una primera iniciativa para la
reactivación del medio rural que, unida a otras políticas, puede suponer un
freno a la sangría poblacional y el abandono que en los últimos años sufre el
rural gallego.
La necesidad de potenciar el sector agroforestal no responde únicamente a
un interés ecológico o conservacionista sino que responde a la realidad de
Galicia. En esta guía dirigida a entidades asociativas gallegas relacionadas
con el medio rural se incide en la importancia del monte gallego como motor
económico de la comunidad. Las siguientes cifras hablan por sí mismas.
Galicia representa a nivel español la mayor
despensa de madera nacional. La riqueza de los
montes gallegos, donde caben multitud de especies,
derivada de su variedad topográfica y climática
hace de nuestra región un tesoro incalculable a nivel
medioambiental.
El 69% de la superficie del territorio tiene un carácter
forestal y cerca del 45% del total de la misma se
encuentra arbolada contando con
aproximadamente 1 millón de hectáreas arboladas.
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El crecimiento anual de los montes gallegos es de 11 millones de metros cúbicos de
madera la año de los cuales ponemos de media en el mercado 6,5 millones (la
misma cantidad que el resto de comunidades autónomas juntas).
Esta productividad tiene un claro reflejo en la economía gallega donde, por
ejemplo, la actividad de transformación de madera es la segunda actividad
industrial en Lugo, la tercera en Pontevedra y Ourense y la cuarta en A Coruña.
Datos del año 2010 sobre la facturación de las industrias de primera y segunda
transformación arrojan los siguientes datos:
Vemos, como a pesar de la crisis, se mantienen unas altas cifras de facturación que
hace que en la mayor parte de las comarcas gallegas la explotación forestal sea la
tercera fuente de empleo.
Por este motivo la preservación de los recursos forestales y del monte gallego es
fundamental para asegurar un futuro económico de las zonas rurales y por ese
motivo es necesario combatir, ya desde la prevención, una de sus principales
amenazas, LOS INCENDIOS FORESTALES
1ª Transformación
Rematantes, Aserraderos, Tablero y Pasta
1.237 millones de €
> 14% frente a 2009
2ª Transformación
Carpintería y Mobiliario
485 millones de €
< 9,4% frente a 2009
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Por las razones antes expuestas (dispersión poblacional, fragmentación de la
propiedad, diversificación de actividades en una misma explotación, prácticas
secularizadas,…) la introducción de nuevas propuestas, actividades o formas de
actuar precisan de una amplia información, formación y concienciación que se
escapan a la capacidad de las administraciones públicas.
Es aquí donde el papel de las asociaciones ligadas al mundo rural cobra una
especial importancia, no por su capacidad de abarcar una mayor cobertura del
territorio, ya que muchas de estas asociaciones presentan un ámbito de actuación
local o provincial, sino por su cercanía a la población rural que ofrece a la misma
una confianza lejos del recelo que suele suscitar la administración pública. Esta
cercanía hace que dichas asociaciones tengan un mayor conocimiento de las
singularidades que caracterizan a cada zona en concreto y que, de esta forma,
adapten mejor sus propuestas y soluciones a las necesidades del territorio y la
población a la que dedican su actividad.
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as asociaciones rurales presentes en Galicia son de diversa índole. Existen
desde asociaciones propiamente ligadas a lo que sería la actividad
agroforestal, tanto de carácter privado como semi-público, como otras que, si
bien no están directamente relacionadas con el sector agroforestal, si cuentan
entre sus asociados y partícipes con personas directa o indirectamente vinculadas
al medio rural.
Sean de uno u otro signo su papel en la sensibilización medioambiental y la
prevención de incendios forestales va unido a la incentivación del desarrollo del
medio rural y de su población.
En este caso daremos las indicaciones necesarias para que las entidades
desarrollen su actividad en la sensibilización y prevención de incendios en base a
tres ejes principales, que se extraen básicamente del Plan de Desarrollo Rural de
Galicia (PDR 2007-2013):
1. Crear o reforzar la base productiva forestal
2. Fomentar un sector forestal multifuncional y sostenible
3. Mejorar la calidad de vida y la economía de los propietarios forestales
de las zonas rurales
Estos tres ejes principales deben desenvolverse en base a una serie de actuaciones
secundarias que faciliten su desarrollo entre la población rural.
Así, para crear o reforzar la base productiva forestal se hace necesario:
Fomentar la formación y avanzar en el desarrollo del potencial
existente: para ello será necesario realizar actuaciones de
información, formación y asesoramiento técnico a propietarios y
trabajadores forestales y desarrollar el I+D+I forestal.
L
EL PAPEL DE LAS ASOCIACIONES DEL ENTORNO
RURAL EN LA SENSIBILIZACIÓN MEDIOAMBIENTAL
Y LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES
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Reestructurar el sector: fomentando formas de agrupación que
contribuyan a aumentar la capacidad productiva de las
explotaciones forestales, nuevas formas de valorización de los
productos forestales mediante la promoción de medidas de valor
añadido que aporten calidad al producto final (Certificación Forestal)
o comercialización eficiente, o bien, tratando de introducir nuevos
productos.
El uso sostenible y multifuncional de las explotaciones forestales implicará por
parte de las asociaciones forestales la ejecución de propuestas y medidas
encaminadas por una parte fomentar este tipo de uso y por otra parte a
conservar y poner en valor el patrimonio natural intrínseco del monte.
Pueden dirigirse estas actividades al empleo de prácticas de Gestión Forestal
Sostenible en las explotaciones forestales, al fomento de actividades de recreo y
ocio en el monte, a la puesta en valor y uso de espacios naturales de alto valor
ecológico, al fomento de actuaciones de defensa contra los incendios forestales
y la recuperación de espacios degradados por los mismos, o actuaciones
similares.
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La mejora de la calidad de vida y la economía de las personas vinculadas a las
explotaciones forestales mejoraría en el caso de que las actuaciones propuestas
anteriormente se llevasen a cabo con éxito. Aun así estas se podrían
complementar con el desarrollo de actividades tales como:
Propuestas y actuaciones de mejora de las infraestructuras rurales, en
particular a lo que se refiere a las nuevas tecnologías.
Iniciativas que, basándose en los productos forestales, creen
actividades secundarias destinadas al aprovechamiento de estos
productos o subproductos de los mismos.
En la mayor parte de las ocasiones los recursos y posibilidades de las asociaciones
rurales son limitados, tanto por su nivel de infraestructura como por las limitaciones
económicas, aun así, existen numerosas líneas de ayuda (la mayoría públicas) que
contribuyen a paliar estas limitaciones.
Entre las iniciativas de más fácil ejecución y que,
desarrolladas de una forma profesional y correcta,
alcanzan un mayor grado de éxito entre la
población rural se encontrarían:
Cursos teórico - prácticos
Seminarios y sesiones de información
Acciones de demostración
Acciones y campañas de información,
divulgación y concienciación
Visitas formativas
Diseño, edición y publicación de
material didáctico e informativo
Junto a estas propuestas de actuación se proponen otras que resulta de gran
eficacia dado el grado de complicación que supone para el propietario o gestor
forestal la adopción de nuevos mecanismos de trabajo o gestión relacionados con
el funcionamiento corriente de su explotación forestal.
Las actividades de asesoramiento se deben de orientar, dada la naturaleza de las
explotaciones gallegas a, en la mayor parte de los casos, tres ejes principales:
La gestión forestal sostenible
El aprovechamiento multifuncional del monte
La prevención de incendios forestales
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El asesoramiento se debe realizar por personal técnico, con formación específica y
experiencia en el sector, ya que la adopción de personas inexpertas o no
familiarizadas con el funcionamiento del mismo puede ser más un problema que
una solución.
Con estos tres tipos de asesoramiento se persigue la mejora productiva,
económica, comercial, medioambiental y de uso sostenible de los recursos
naturales, así como la diversificación de actividades y la mejora de las condiciones
de trabajo.
Junto al servicio de asesoramiento es interesante ofrecer la posibilidad de acercar
a los asociados y propietarios forestales, los servicios de gestión.
Estos servicios ya cuentan con una amplia implantación entre algunos sectores
forestales como son las Comunidades de Montes, cuya gestión técnica suele estar
en manos de asociaciones de propietarios o gestores forestales que disponen del
personal técnico necesario y los medios para llevar a cabo los trabajos que se
precisan para el funcionamiento de las mismas. La gestión económica de estas
entidades suele correr a cargo de esas mismas asociaciones o bien estar
transferida a gestorías corrientes.
Lo interesante y, en lo que deben de incidir las asociaciones, es en la
generalización de esta práctica y en su traslado a entidades más pequeñas como
agrupaciones de propietarios e incluso a los mismos propietarios individuales.
El asesoramiento técnico y la gestión no sólo supone un ahorro para el propietario
forestal en relación al coste de este tipo de actividades a la hora de hacer el
balance global de ingresos y gastos de la explotación, sino que repercute en una
mejora de la calidad global de la misma al ofrecer una mayor capacidad técnica
y de gestión que la que el propietario conseguiría por sí mismo, ya que de este
modo se cuenta con asesoramiento profesional.
Buscaremos sobre todo con este conjunto de actuaciones:
Una mejora de la estructura productiva de
las explotaciones junto con la reducción de costes
de producción y la mejora de la rentabilidad
Incremento de la superficie útil de las
explotaciones permitiendo una mayor
extensificación de las producciones, mejorando
de paso las condiciones de trabajo, y fomentando
la capacidad de mantenimiento de población del
rural gallego.
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Este tipo de iniciativas promovidas desde las asociaciones abarcarán la mayor
parte de los agentes ligados al sector productivo forestal, desde el propietario
hasta las industrias transformadoras, de forma que se forma una cadena en la que
el flujo de mejora no se vea interrumpido en ninguno de sus eslabones.
Con relación al sector de la transformación es interesante, desde un punto de vista
de las asociaciones, realizar y fomentar actividades conducentes a:
Fomento de la innovación y la investigación
Diversificación de la producción
Integración de los productores en el sistema agroindustrial
Como sectores interesantes en este punto se sitúan:
Introducción de nuevos procesos, productos o tecnologías de los que
resulten productos innovadores o más competitivos en los mercados.
Desarrollo de biocombustibles y aprovechamientos bioenergéticos.
El tratamiento de la lucha contra los incendios forestales abarca muchas de las
actuaciones propuestas en estos apartados, si bien podemos proponer una serie
de líneas de actuación específicas y en las que se encontrarían:
Actuaciones de fomación, información y concienciación orientadas a
medidas preventivas.
Formación en silvicultura preventiva
Actuaciones de restablecimiento del potencial silvícola de las superficies
afectadas por incendios y puesta en valor de su potencial ecológico.
Como vemos el papel de las asociaciones vinculadas al medio rural es de vital
importancia en el desarrollo de actividades, tanto dinamizadoras de la actividad
rural como de conservación del medio y, como es lógico, entre ellas se
encuentran, bien directa o indirectamente, las vinculadas a la prevención de
incendios.
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l tema de los incendios forestales en Galicia es un problema estructural pero
con un amplio componente cultural lo que dificulta enormemente la solución
ya de por sí complicada del problema.
Un estudio publicado por la Diputación de A Coruña en el año 2007 y realizado por
la Guardia Civil establecía para Galicia, en función de los datos obtenidos de los
incendios de los últimos 10 años, que, en las primeras estimaciones, la
intencionalidad de los mismos alcanzaba el 84,7% frente al 33% del resto del estado
Español.
Por el contrario las negligencias,
accidentes y causas naturales solo
representaban el 7,61% frente al 41,10%
del resto de España.
Sólo un 7,7% de los incendios se daban
por causas desconocidas.
Una vez investigados el porcentaje de
intencionalidad era del 60%, altamente
elevado.
Si se realizaba un estudio pormenorizado de esa intencionalidad, esta revelaba
causas profundamente arraigadas en la sociedad gallega:
Motivaciones por prácticas tradicionales inadecuadas (eliminación de
rastrojos o mato, regeneración de pastos o su empleo para ahuyentar
animales como el lobo o el jabalí)
Incendios provocados por pirómanos: Casi un 7% (frente al 3,7% estatal)
Otras causas desconocidas: entre ellas algunas tan simples como la
búsqueda de lindes de fincas, la animadversión contra el vecino, el buscar
empleo en la extinción, la baja del precio de la madera,…
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CÓMO CONCIENCIAR A LA POBLACIÓN RURAL
EN LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES
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Algo que debemos tener presente es que las causas de los incendios son variables
y que no todas están al alcance de nuestras manos prevenirlas.
Así, entre las principales, contamos con:
Las negligencias
o Quemas de pastos, quemas para cultivos en fincas no
forestales, quemas en fincas forestales y relacionadas con
trabajos o la explotación de las mismas.
o Hogueras de excursionistas o transeúntes
o Fumadores
o Mala gestión de residuos: fuegos en vertederos
principalmente.
Causas naturales
Accidentes
o De vehículos de motor y otros
o Líneas eléctricas
o Fuegos de artificio
Incendiarios
Otras causas
Estadísticas recientes ofrecen
resultados devastadores e
informan de que la práctica
totalidad de la superficie forestal
gallega ha sufrido alguna vez un
incendio, en parte, debido a los
más de 250 mil incendios que se
han producido en Galicia en los
últimos 50 años.
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El abandono del entorno rural gallego acusado en los últimas décadas por la
pérdida de potencial económico de sus actividades, la ausencia de gestión
forestal en la mayor parte de las explotaciones gallegas dado su reducido
tamaño y la falta de una cultura productiva, unida a la creciente
preocupación social por el medio ambiente, han llevado a que la sociedad
en general reclame una mejor y más eficaz gestión en la prevención y
extinción de incendios.
La concienciación social y la observación de normas de conducta
éticamente responsables por parte de los usuarios gallegos deben sustituir a
las imposiciones legales al respecto de la prevención de incendios,
quedando estas últimas como simples herramientas de sanción en los casos
en que la educación y la concienciación fallen.
Por esto las asociaciones rurales juegan un papel decisivo en el combate de
los incendios forestales, básicamente por los estrechos lazos que les unen con
la población y el territorio en el que desarrollan su actividad.
Como en todo proceso preventivo la base de unos buenos resultados es la
formación y la concienciación. Ambas deben ir de la mano y ser el primer
pilar en el que asiente la prevención de incendios forestales, dejando la
legislación y la extinción para aquellos casos en los que sea imposible vencer
con otras armas.
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Como hemos dicho en apartados anteriores las asociaciones vinculadas al medio
rural son de muy diversa índole pero entre sus asociados o posibles destinatarios de
sus actuaciones se pueden distinguir los siguientes tipos:
Propietarios forestales particulares
Comuneros
Ganaderos o agricultores que desarrollan su actividad en el medio rural y
que tienen en la actividad forestal unos ingresos secundarios a su actividad
principal.
Profesionales del sector forestal
Usuarios habituales del monte (cazadores y pescadores, senderistas,
campistas,…)
Usuarios ocasionales de montes (excursionistas, “domingueros”,…)
Como vemos existen dos grupos
diferenciados, aquellos directamente
vinculados con el medio rural
(propietarios, ganaderos, agricultores y
profesionales) y aquellos otros con una
relación más ocasional y no tan
estrechamente vinculada.
En ambos casos se hace necesario
desde las asociaciones facilitar a
ambos colectivos una serie de buenas
prácticas o normas de conducta que
ayuden en la prevención de incendios.
Como líneas generales facilitaremos en esta guía las principales normas que a
ambos colectivos afectan y que podrán ser usadas en futuras acciones de
formación y concienciación.
CONSEJOS PRÁCTICOS EN LA
PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES
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Repoblaciones
Se debe preparar el terreno adecuadamente, eliminando el matorral, los restos de
tala anteriores y cualquier otro combustible. Se debe evitar el uso del fuego para
tal fin.
Se deben evitar las superficies continuas
monoespecíficas muy extensas y de pies coetáneos, se
debe observar una fragmentación de las masas.
Se deben espaciar las plantas teniendo en cuenta la
mecanización posterior del desbroce. Así aunque haya
más espacio para el rebrote del matorral, será más fácil
su eliminación mecanizada.
Deben mezclarse especies cuando ecológicamente sea posible. En Galicia, que es
una zona con alto riesgo de incendio se deben alternar las especies inflamables
con las que resisten mejor al fuego.
Crear corredores ecológicos a lo largo de los cursos de agua con anchura variable
de 20 a 40 m. Se emplearán especies hidrófilas o de ribera como Aliso (Alnus sp.),
Abedul (Bétula sp.) y Fresno (Fraxinus sp.) que tengan entre otras, la función de
barreras naturales contra el fuego.
En los claros de las repoblaciones forestales productoras,
en los bordes de pistas y vaguadas, es conveniente
enriquecer la masa con especies más próximas al clímax
(frondosas de la serie), que actúen como cortafuegos
naturales.
Las plantaciones estarán diseñadas con las
infraestructuras de acceso y defensa contra incendios
necesarias (cortafuegos, pistas, puntos de agua).
BUENAS PRÁCTICAS EN LA PREVENCIÓN DE
INCENDIOS DESTINADAS A PROPIETARIOS
FORESTALES Y PERSONAS ÍNTIMAMENTE
RELACIONADAS CON EL MEDIO RURAL
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En el caso de reforestar una zona afectada por un incendio, se deben elegir las
especies y densidades adecuadas a los objetivos de la repoblación: en las
repoblaciones protectoras (protección contra la erosión), emplear especies
colonizadoras de crecimiento rápido que garanticen antes la protección del suelo.
No introducir especies exigentes (frondosas) en terrenos degradados y descubiertos
Actuaciones silvícolas
Los cuidados selvícolas más importantes a la hora de aplicar una selvicultura
preventiva son el tratamiento de la vegetación complementaria a través del
desbroce y el control de la biomasa aérea a través de las podas y las claras.
ROMPER LA CONTINUIDAD HORIZONTAL DEL COMBUSTIBLE
Desbroces
Los desbroces mecanizados se realizarán en épocas y
en la manera en que no afecten a la fauna silvestre y
antes de las épocas de peligro de incendios forestales.
Evitar los vertidos de residuos forestales (lubricantes, fuel)
en aquellas labores forestales que puedan aumentar el
riesgo de incendios forestales.
Las empresas de servicios deberán contar con un sistema de tratamiento de
residuos.
El desbroce químico de mantenimiento será por
bandas o por puntos con fitocidas sistémicos no
residuales. El herbicida produce la muerte de las
especies arbustivas y herbáceas, permaneciendo en el
terreno por un tiempo la materia muerta, lo que
aumenta la velocidad de propagación de incendios
forestales, por lo que se debe evitarse en la medida de
lo posible su aplicación, y en caso contrario, debe ser
combinada con un tratamiento mecánico de trituración.
Eliminar los residuos forestales, preferiblemente mediante la trituración de los
mismos para evitar la acumulación de biomasa forestal susceptible de arder en
caso de incendio forestal.
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Claras y clareos
Planificar el calendario de clareos y claras en función de la especie que sea, los
objetivos productivos y el estado fitosanitario. Evitando en la medida de lo posible
las épocas de máximo riesgo de incendios
forestales.
Evitar los vertidos de residuos forestales
(lubricantes, fuel) en las labores forestales que
puedan aumentar el riesgo de incendios
forestales.
Las empresas de servicios deberán contar con
un sistema de tratamiento de residuos.
Compaginar estos cuidados con otros como poda, desbroce y eliminación de
restos.
Evitar claras y clareos muy intensos en zonas
expuestas a fuertes vientos: la masa se vuelve
inestable y existe el riesgo de roturas y derribos,
lo que puede provocar un aumento de la
biomasa muerta después de la ejecución del
tratamiento cultural, incrementando el riesgo de
incendios.
Evitar las prácticas selvícolas que fomenten la
aparición de plagas y enfermedades, como
son la quema de residuos en el monte o el abandono de ramas con un diámetro
superior a los 6 cm. sin triturar.
Respetar siempre las normas de prevención de incendios con la
maquinaria empleada y las de seguridad e higiene en el trabajo.
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ROMPER LA CONTINUIDAD VERTICAL DEL COMBUSTIBLE:
Podas:
Planificar con antelación la época de poda, de
acuerdo con la especie, los objetivos de producción
del monte (madera, frutos, etc.) y el riesgo de
incendios y el estado sanitario del arbolado.
Evitar prácticas selvícolas que fomenten la aparición
de plagas y enfermedades, como son la quema de
residuos en el monte o el abandono de ramas con un
diámetro superior a los 6 cm. sin triturar.
Realizar la poda en varias etapas en función del
crecimiento del árbol y solo en aquellos pies que van a
quedar para la corta final.
No realizar la primera poda hasta que los árboles tengan 6 m. de altura o 10 cm.
de diámetro en la base del tronco.
Eliminar las ramas bajas hasta 1/3 de la altura total o hasta el máximo diámetro de
copas.
Hacer coincidir la altura final de poda con múltiplos de la longitud comercial de las
trozas.
Realizar la poda de ramas verdes durante el período de menor actividad de la
planta (inverno) y con menor riesgo sanitario y de incendios forestales.
Emplear las técnicas y herramientas adecuadas antes de realizar la poda.
Utilizar herramientas de corte limpias para que no provoquen riesgos sanitarios y
que minimicen la superficie afectada por el corte.
Cortar las ramas mediante un corte al nivel del tronco, evitando dañar las verrugas
de cicatrización.
Eliminar los residuos forestales, preferiblemente mediante la trituración de los
mismos para evitar la acumulación de biomasa forestal susceptible de arder en
caso de incendio forestal.
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MAQUINARIA Y EQUIPAMIENTO UTILIZADO PARA LAS ACTUACIONES DE
SELVICULTURA PREVENTIVA CONTRA INCENDIOS FORESTALES:
Durante la época de peligro alto, en los trabajos y otras actividades que se lleven a
cabo en todos los terrenos forestales y zonas de influencia forestal es obligatorio:
- Que todo tipo de tractores, máquinas y vehículos de transporte pesados
sean dotados de dispositivos de retención de chispas y de dispositivos
antillamas en los tubos de escape.
- Que los tractores, máquinas y vehículos de transporte pesados a utilizar se
provean de equipamiento para la extinción de incendios en los términos
que se establezcan reglamentariamente.
El uso de otra maquinaria no forestal ni
agrícola con herramientas que puedan
producir chispas o soldaduras de cualquier
tipo precisará de la correspondiente
autorización.
Aprovechamientos forestales
Los aprovechamientos forestales son una de las actividades que pueden tener un
mayor impacto en el monte, así como un mayor riesgo de incendios, no solo por la
maquinaria utilizada, sino también por la cantidad de materia muerta que persiste
en el suelo una vez finalizado el mismo.
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BUENAS PRÁCTICAS EN PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES
- Señalizar debidamente el área a aprovechar de forma previa.
- Identificar y demarcar las áreas de aprovechamiento y de seguridad.
- Favorecer la utilización de vías de saca sin realizar movimientos del suelo,
minimizando los daños al mismo, para facilitar el tránsito de los equipos de
vigilancia contra incendios forestales o si fuese necesario los equipos de
extinción.
- Prestar especial atención a las distancias de seguridad en la proximidad de
las líneas eléctricas, para evitar posibles incendios por negligencia.
- Controlar que las máquinas y herramientas estén en buenas condiciones al
inicio de cada trabajo y si es en época de alto riesgo de incendios que estén
equipados con los dispositivos de retención de chispas y de dispositivos
antillamas en los tubos de escape así como con el equipamiento para la
extinción correspondiente.
- Realizar las actividades de mantenimiento de maquinaria y recarga de
combustible y productos químicos en áreas señaladas.
- Procurar que la altura de los tocones sea la menor posible, para evitar la
persistencia en el monte de grandes cantidades de biomasa susceptibles de
arder.
- Asegurar un adecuado tratamiento de los residuos forestales, favoreciendo
la distribución de los mismos en la zona de corta, siempre que no favorezca
el riesgo de incendio.
- Procurar la máxima utilización del fuste, para disminuir el volumen de residuos
forestales de mayor diámetro y difícil incorporación.
- Favorecer la utilización de vías de saca sin realizar movimientos de suelo,
minimizando los daños al mismo, los recursos hídricos y la masa forestal.
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Infraestructuras de defensa contra incendios
Planificación de las infraestructuras de defensa contra incendios:
Las áreas cortafuegos deben diseñarse como parte general de defensa a medio
plazo integrando todas las superficies en las que se reducen los combustibles
peligrosos y que pueden servir de interrupción al avance del fuego.
El emplazamiento de las infraestructuras de defensa contra incendios no está
predeterminado.
Pueden considerarse los siguientes casos:
- Siguiendo las divisorias o vaguadas anchas para fragmentar superficies
arboladas.
- Cortafuegos perimetrales para separar las superficies arboladas de
zonas habitadas o zonas de cultivos.
- Áreas cortafuegos a lo largo de pistas, carreteras, cursos de agua.
Áreas cortafuegos
Son superficies de anchura variable donde se
modifica la vegetación mediante desbroces,
podas y clareos, para conseguir una estructura
menos inflamable sin continuidad del
combustible. Su objetivo es detener los fuegos
o controlarlos más fácilmente. Se suelen
apoyar en líneas de máxima pendiente, en
divisorias de cumbre, en vaguadas o en pistas
forestales.
Cortafuegos
Son fajas de anchura fija donde se elimina
toda la vegetación hasta descubrir el suelo
mineral. Sirven para detener el fuego de suelo
y de subsuelo y para dar apoyo a un
contrafuego.
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Faja auxiliar de pista
Es una faja de anchura generalmente fija, a ambos lados de una carretera o pista,
en la que se poda el arbolado y se roza el matorral.
Puntos de agua
Los puntos de agua son los lugares naturales (arroyos, ríos o charcas) o las obras
artificiales (depósitos de regadío, lavaderos, piscinas, embalses y depósitos
forestales) donde pueden tomar agua los vehículos motobomba y los helicópteros
de extinción de incendios.
Los agentes implicados en la gestión forestal deben
mantener las infraestructuras de defensa contra
incendios en condiciones óptimas, para que cumplan
con la función para la que fueran ejecutadas.
Infraestructuras viarias
En el diseño y gestión de un monte es fundamental planificar, construir y mantener
en buen estado una red de pistas forestales para facilitar la vigilancia del monte,
así como para conseguir una eficaz lucha contra incendios.
En Galicia, las principales infraestructuras viarias forestales son los caminos y pistas
forestales y los cargaderos de madera. Por caminos y pistas forestales definimos las
vías de acceso y circulación que permiten realizar el transporte de modo seguro.
Como cargaderos de madera se entiende los lugares en los que se reúnen las
trozas de madera durante el proceso de extracción para su posterior transporte.
En todos los casos, son fundamentales las buenas prácticas tanto en la
planificación y diseño de los mismos, como en la construcción y su posterior
mantenimiento.
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Buenas Prácticas en la gestión de infraestructuras viarias
Recomendaciones Generales
Emplear caminos y cargaderos ya preexistentes, siempre y cuando éstos no
generen problemas ambientales y sociales.
Prestar atención sobre el estado de las vías y caminos forestales tras la
ejecución de los trabajos correspondientes, debiendo restablecer las
condiciones fisicomecánicas en aquellas infraestructuras que quedaron
dañadas.
Planificación y diseño de pistas forestales y cargaderos de madera
Planificar y construir las infraestructuras viarias para realizar el depósito y
transporte de los productos forestales de forma segura y
medioambientalmente adecuada.
Planificar las infraestructuras de modo que se minimicen los movimientos de
tierra y los daños a las cunetas.
Las pistas forestales deben garantizar el rápido desplazamiento a las zonas del
monte y no deben superar como norma general los 40 m. de pista/ha.
Procurar que el trazado de las pistas siga las curvas de nivel, preferentemente
siguiendo las divisorias de agua. En caso de las laderas tender a que estas vías
tengan una pendiente inferior al 5%.
Mantener las pendientes transversales de las pistas en el orden del 3 al 5%.
Diseñar la distribución de los cargaderos en función del volumen a almacenar,
la red de pistas forestales y los accesos al monte.
Seleccionar sitios apropiados para la construcción y funcionamiento de los
cargaderos. Elegir suelos firmes, con buen drenaje.
Minimizar el tamaño de los cargaderos, siempre que permitan realizar las
operaciones de carga y descarga de forma segura.
26
Construcción de pistas y cargaderos
En la construcción de las infraestructuras viarias emplear materiales extraídos
de la zona.
El ancho de la pista, incluyendo las cunetas estará comprendida entre 3 y 5 m.
y estará dotada de los pasos de agua y cuneta necesarias.
La sección transversal del camino tendrá una caída del 1- 2% para facilitar la
evacuación del agua hacia las cunetas.
Dotar a las pistas de al menos 2 pasos de agua por kilómetro.
El agua de las pistas forestales no se drenará directamente a los cursos de
agua y deberá discurrir entre la vegetación como mínimo 10 m.
En los tramos con pendiente se realizarán cortes transversales cada 50m
dirigidos al exterior de la pista para facilitar la evacuación de agua.
Los taludes y desmontes deberán drenarse y reforzarse en caso de ser
susceptibles de desmoronamiento.
Revegetar los taludes y desmontes, siempre que sea necesario, se realizará
con especies autóctonas y tenderá a minimizar los riesgos de erosión.
Compactar y estabilizar los terrenos destinados a cargaderos para disminuir los
daños al medio ambiente por su utilización.
Mantenimiento de pistas y cargaderos
Realizar un control periódico del estado de pistas y cargaderos y realizar el
mantenimiento necesario para su conservación.
Reducir la utilización de caminos en invierno, en especial en suelos arcillos o
con fuerte pendiente.
Realizar las obras de mantenimiento de cunetas, taludes de forma periódica
cuando sea necesario para evitar la erosión. Eliminar los residuos forestales de
los cargaderos para una mejor conservación de los mismos.
27
Quema de restos agrícolas
Como medida preventiva, se prohíbe el uso del fuego en los montes, terrenos
forestales y zonas de influencia forestal, salvo para las actividades y en las
condiciones, períodos o zonas autorizadas por la “Consellería” competente en
materia forestal.
Es obligatorio la comunicación a la “Consellería” competente en materia
forestal de la quema de restos agrícolas en terrenos forestales y en aquellos
terrenos situados en las zonas de influencia forestal.
Tendrá un plazo necesario de 7 días para la ejecución de la quema y sólo la
podrán realizar 2 días después de su comunicación
Es obligatorio contar con autorización preceptiva de la “Consellería”
competente en materia forestal para la quema de restos forestales. En este
caso, para la concesión de la autorización se tendrán en cuenta los riesgos y la
superficie a quemar.
Desde el momento de la autorización dispondrán de 7 días para su ejecución.
Si los terrenos pertenecen a un espacio natural protegido, será necesario el
informe previo de la “Consellería” competente en materia de medio ambiente.
28
Buenas prácticas en la ejecución de las quemas de restos agrícolas y forestales:
1. La quema no se iniciará antes de salir el sol y quedará totalmente extinguida
dos horas antes del momento de su puesta.
2. Se realizará un cortafuegos (se eliminará la totalidad del material combustible)
de por lo menos 5 m rodeando el perímetro que se va a quemar.
3. No realizar quemas si hace viento. Asimismo, si iniciados los trabajos se
produjera la aparición de viento, se suspenderá inmediatamente la operación
procediendo a apagar el fuego.
4. No se abandonará la vigilancia de la zona quemada, hasta que el fuego esté
totalmente apagado y transcurrieran dos horas sin que se observen llamas o
brasas.
5. En ningún caso realice la quema individualmente. Deberá contar con el
personal y con el material suficiente para su debido control.
6. Lleve siempre el DNI, el teléfono móvil y el número de la comunicación o
autorización.
QUEMAS CONTROLADAS:
- Se necesita autorización
- Se realizan para controlar el matorral como medida preventiva y con criterios
técnicos.
- Se ejecutan bajo la supervisión de la Administración forestal, con personal
autorizado y equipos de extinción de incendios.
- La solicitud se realiza en los Distritos Forestales.
29
CONOCIMIENTOS LEGALES BÁSICOS
Es necesario difundir entre los usuarios ocasionales de los montes gallegos la
normativa existente en cuanto a prevención de incendios forestales, en muchos
casos desconocida, y que provoca entre la población comportamientos
incorrectos en épocas de alto riesgo de incendios que hacen aumentar el
peligro de originarse uno y dificultan el trabajo del personal de vigilancia y
extinción.
Lo primero que debemos difundir es la existencia del denominado IRDI (Índice de
Riesgo Diario de Incendio forestal): Este índice mide diariamente el potencial
riesgo de incendio y en base a su clasificación limita las actividades que
podemos desarrollar en el monte.
Se puede consultar en la página web de la Consellería de Medio Rural e do Mar:
http://mediorural.xunta.es
Además debemos saber que todos los años se define una ÉPOCA DE PELIGRO
DE INCENDIO en tres niveles ALTO, MEDIO Y BAJO, que es determinada por la
Consellería con competencias en materia forestal.
BUENAS PRÁCTICAS EN LA PREVENCIÓN
DE INCENDIOS RELACIONADAS CON
USUARIOS DEL MONTE GALLEGO.
30
Por ello, antes de hacer cualquier actividad en el monte debemos consultarlo y
tener en cuenta que, como normas generales para un usuario normal y dentro
de la ÉPOCA DE PELIGRO ALTO DE INCENDIO(Ley 3/2007, del 9 de Abril, de
incendios de Galicia):
1) Cuando se verifique que el IRDI es MUY ALTO O EXTREMO, no está
permitido acceder, circular o permanecer en el interior de las siguientes
áreas:
a. Zonas de Alto Riesgo de Incendio: (Se definen a nivel de parroquia
y municipal en el Plan de Prevención y defensa contra los incendios
forestales de Galicia y en los Planes de prevención y defensa
contra los incendios forestales de distrito)
b. Áreas Forestales o naturales bajo gestión de la Xunta de Galicia.
c. Áreas donde exista señalización correspondiente a la limitación de
actividades
2) Cuando se verifique que el IRDI es ALTO está prohibido desenvolver
cualquier actuación no relacionada con las actividades forestales y
agrícolas ni circular con vehículos motorizados en los caminos forestales,
caminos rurales y otras vías que los atraviesen.
3) Cuando se verifique que el IRDI es MODERADO Y ALTO, todas las personas
que circulen en interior de estas áreas de alto riesgo y por los caminos
forestales, caminos rurales y otras vías que las atraviesen o delimiten están
obligadas a identificarse ante las autoridades competentes.
31
4) Fuera de la época de peligro alto y, desde que se verifique el IRDI DE
NIVELES MUY ALTO Y EXTREMO, no estará permitido acceder, circular y
permanecer en el interior de las zonas descritas en el apartado 1, en los
caminos forestales, caminos rurales y otras vías que las cruzan (salvo las
excepciones más abajo indicadas).
5) Fuera de la época de peligro alto y, desde que se verifique el IRDI DE
NIVELES MODERADO Y ALTO en las citadas zonas, todas las personas que
circulen en interior de estas áreas de alto riesgo y por los caminos
forestales, caminos rurales y otras vías que las atraviesen o delimiten están
obligadas a identificarse ante las autoridades competentes.
Con respecto a esto se establecen algunas excepciones que como usuarios
generales nos afectan:
- No nos afectan si somos residentes, propietarios o productores forestales,
o bien, personas que ejerzamos allí nuestra actividad profesional.
- Tampoco si la única vía de acceso a nuestras residencias o locales de
trabajo se realiza por el interior de estas zonas.
- Tampoco afectan a la circulación por autovías, autopistas, itinerarios
principales o complementarios y carreteras de la red estatal o
autonómica, así como, aquellas locales para las cuales no exista otra
alternativa de circulación con equivalente recorrido.
- Si participamos en actividades recreativas organizadas por las distintas
administraciones o entidades de su dependencia, siempre que nos
acompañe personal acreditado.
- Se nos prohíbe fumar.
- No son aplicables las normas a:
o Las áreas urbanas o industriales
o Los accesos a playas fluviales o marítimas
o Las fincas rústicas fuera de las zonas de alto riesgo donde se
realiza aprovechamiento cinegético
o Los cuerpos de seguridad del estado y demás personal de la
administración.
- Y sobre todo, que es algo muy importante, a la utilización de áreas
recreativas cuando estén debidamente equipadas
32
Con respecto a esto, debemos tener muy en cuenta que en las zonas de
influencia forestal durante la época de peligro alto o bien fuera de esta época
pero desde que se verifique el índice de riesgo diario de niveles MUY ALTO O
MÁXIMO, tenemos prohibido realizar hogueras para el recreo u ocio y para la
confección de alimentos, así como utilizar equipamientos de quema o
combustión destinados a la iluminación o confección de alimentos.
SOLO podremos realizar esto en zonas NO INCLUÍDAS en las de alto riesgo de
incendios y siempre en ÁREAS EXPRESAMENTE PREVISTAS para el efecto (áreas
recreativas u otras debidamente identificadas y que cuenten con
infraestructuras adecuadas para ello).
Queda claro por tanto que NUNCA DEBEMOS DE HACER FUEGO FUERA DE LAS
ZONAS HABILITADAS PARA TAL FIN.
En caso de realizar hogueras o quemas, debemos por todos los medios evitar la
propagación del fuego por el suelo (a través del pasto, el matorral o las raíces)
y que este tampoco alcance las ramas de los árboles próximos así como que
no se dispersen las chispas.
En lo referente a hogueras y quemas de rastrojos es de aplicación lo descrito en
el apartado de propietarios forestales y personas íntimamente ligadas al medio
rural.
Esperamos que las pautas e indicaciones contenidas en esta
guía sirvan de base a las distintas asociaciones vinculadas al
medio rural para asentar las bases de iniciativas destinadas a la
prevención de incendios y a la concienciación y formación de
los diferentes colectivos relacionados con el medio rural en esta
materia.
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Teléfonos de interés
Comunicaciones y autorizaciones de
quemas 012
Para alarma de incendio forestal 085
Si la línea estuviese ocupada puede llamar
al teléfono 112
Para dar alarma de actividad incendiaria llamar
a la Guaria Civil al teléfono
062
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ANEXO I
LEY DE MONTES DE GALICIA. EN TRAMITACIÓN PARLAMENTARIA
Distancias mínimas a respetar por las nuevas repoblaciones forestales
Distancia de plantación
Con parcelas forestales 2 metros
Con terrenos situados en suelo rústico de
especial protección agropecuaria 10 metros
Con zonas dedicadas a labradío, cultivo,
prados o pastos, no clasificados de
especial protección agropecuaria.
4 metros cuando se empleen las especies
frondosas del Anexo I, y 10 m en el resto
de especies.
Con la arista exterior de la explanación de
las vías (autopistas, autovías, corredores,
vías rápidas y carreteras convencionales) o
ferrocarril.
4 metros cuando se empleen las especies
frondosas del Anexo I, y 10 m en el resto
de especies.
Con pistas forestales principales
4 metros cuando se empleen las especies
frondosas del Anexo I, y 10 m en el resto
de especies.
Desde la proyección de los conductores
eléctricos de la infraestructura de los
tendidos eléctricos.
5 metros para todas las especies.
Canales fluviales de más de 2 metros de
ancho.
5 metros cuando se empleen las especies
frondosas del Anexo I, y 10 m en el resto
de especies.
Viviendas y construcciones legalizadas.
Suelo urbano, suelo de núcleo rural y suelo
urbanizable delimitado.
10 metros cuando se empleen las
especies de frondosas del Anexo I, y 30
metros en el resto de especies.
Con gasolineras y con industrias o
instalaciones preexistentes en las que se
desarrollen actividades peligrosas conforme
a lo establecido en la Ley 1/1992, de 2 de
enero, de protección medioambiental de
Galicia, o en su normativa de desarrollo
10 metros cuando se empleen las
especies de frondosas del Anexo I, y 50
metros en el resto de especies
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ANEXO I DE LA LEY DE MONTES DE GALICIA (EN TRAMITACIÓN PARLAMENTARIA)
CONÍFERAS
Nombre científico Nombre en castellano Nombre en gallego
Pinus sylvestris Pino albar Piñeiro silvestre
Taxus baccata Tejo Teixo
FRONDOSAS
Alnus glutinosa Aliso Ameneiro
Acer pseudoplatanus Arce Pradairo
Betula sp. Abedul Bidueiro
Fraxinus excelsior Fresno común o fresno
de hoja grande Freixo
Fraxinus angustifolia Fresno de hoja estrecha Freixo
Castanea sativa Castaño Castiñeiro
Castanea x hybrida Castaño híbrido Castiñeiro híbrido
Prunus avium Cerezo Cerdeira
Quercus robur Roble común Carballo
Corylus avellana Avellano Abeleira
Fagus silvatica Haya Faia
Quercus pyrenaica Rebollo Cerquiño
Quercus suber Alcornoque Sobreira
Ulmus glabra Olmo montano Olmo
Ulmus minor Olmo común Olmo
Laurus nobilis Laurel Loureiro
Sorbus aria Serbal blanco Sobreira
Sorbus acuparia Serbal de los cazadores Capudre
Quercus petraea Roble albar Carballo albar
Quercus ilex Encina Aciñeira
Quercus rotundifolia Encina carrasca Aciñeira
Castanea sativa para fruto Castaño para fruto Castiñeiro para froito
Juglans regia Nogal Nogueira
Arbutus unedo Madroño Érbedo.
36
“CON LA
CONTRIBUCIÓN DEL
INSTRUMENTO
FINANCIERO LIFE+
DE LA COMUNIDAD
EUROPEA”
El programa LIFE+ financia proyectos que contribuyen al desarrollo y la
aplicación de la política y el Derecho en materia medioambiental. Este
programa facilita considerablemente la integración de aspectos
medioambientales en las demás políticas y, de manera más general, contribuye
al desarrollo sostenible. El programa LIFE+ sustituye a una serie de
instrumentos financieros dedicados al medio ambiente, entre ellos el programa
LIFE al que sucede”