Guía de lectura unidad 1

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Lenguaje y Comunicación Prof. Claudio Alarcón Hernández Guía de lectura unidad 1 El flautista de Hamelin Hace mucho, mucho tiempo, cerca de un río, existió una tranquila ciudad llamada Hamelin. Al despertar, una mañana, los vecinos de Hamelin se llevaron un gran susto: ¡la ciudad estaba llena de ratas! Las ratas se comían los libros, los juguetes de los niños, sacaban el queso de las despensas, rompían las puertas y destrozaban todo lo que estaba a su alcance. Los habitantes de Hamelin muy asustados, corrían y gritaban: —¡Hay ratas, hay ratas! El alcalde, muy preocupado por esta situación, prometió entregar una bolsa de monedas de oro a quien consiguiera echar a las ratas de la ciudad. El alcalde esperó todo el día, pero nadie se presentó. Al día siguiente, un misterioso joven, alto y flaco, con una flauta, se presentó ante el alcalde y le dijo: —Yo echaré a las ratas de Hamelin con mi flauta. Y dicho y hecho, se fue a la plaza y se puso a tocar. Al oír la melodía, las ratas salieron de todos los rincones y comenzaron a bailar al son de la mágica música. El joven siguió tocando mientras recorría las calles y salía del pueblo, seguido por miles de ratas. El flautista tocó y tocó hasta llegar al río. Una vez allí, se metió en el agua. Las ratas, encantadas por la música, intentaron seguirle, pero, como no sabían nadar, se ahogaron. ¡No quedó ni una! Poco después, el flautista volvió a la ciudad a recoger su recompensa por librar a Hamelin de las ratas. —¡Cómo voy a pagarte solo por tocar la flauta! ¡Ni hablar! —dijo el alcalde y se negó a pagar lo prometido.

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Lenguaje y ComunicaciónProf. Claudio Alarcón Hernández

4°Guía de lectura unidad 1

El flautista de Hamelin

Hace mucho, mucho tiempo, cerca de un río, existió una tranquila ciudad llamada Hamelin. Al despertar, una mañana, los vecinos de Hamelin se llevaron un gran susto: ¡la ciudad estaba llena de ratas!Las ratas se comían los libros, los juguetes de los niños, sacaban el queso de las despensas, rompían las puertas y destrozaban todo lo que estaba a su alcance.Los habitantes de Hamelin muy asustados, corrían y gritaban:—¡Hay ratas, hay ratas!El alcalde, muy preocupado por esta situación, prometió entregar una bolsa de monedas de oro a quien consiguiera echar a las ratas de la ciudad. El alcalde esperó todo el día, pero nadie se presentó.Al día siguiente, un misterioso joven, alto y flaco, con una flauta, se presentó ante el alcalde y le dijo:—Yo echaré a las ratas de Hamelin con mi flauta.Y dicho y hecho, se fue a la plaza y se puso a tocar. Al oír la melodía, las ratas salieron de todos los rincones y comenzaron a bailar al son de la mágica música.El joven siguió tocando mientras recorría las calles y salía del pueblo, seguido por miles de ratas.El flautista tocó y tocó hasta llegar al río. Una vez allí, se metió en el agua. Las ratas, encantadas por la música, intentaron seguirle, pero, como no sabían nadar, se ahogaron. ¡No quedó ni una! Poco después, el flautista volvió a la ciudad a recoger su recompensa por librar a Hamelin de las ratas.—¡Cómo voy a pagarte solo por tocar la flauta! ¡Ni hablar! —dijo el alcalde y se negó a pagar lo prometido.El joven, muy enojado, volvió a la plaza. Comenzó a tocar la más dulce melodía jamás escuchada. Pero esta vez fueron los niños, que, como por arte de magia, salieron corriendo de sus casas para seguir al flautista. Los habitantes de Hamelin vieron cómo sus pequeños hijos se alejaban bailando y riendo, sin poder detenerlos. El flautista dirigió sus pasos hacia una alta montaña, donde había una enorme cueva. Allí entró el músico seguido por todos los niños. Al entrar el último, ¡zas!, la cueva se cerró, dejándolos dentro.Hamelin se volvió triste sin la alegría de los niños. Pronto aparecieron los padres frente a la cueva y rogaron al flautista:—¡Por favor, devuélvenos a nuestros hijos!El flautista, muy tranquilo, respondió:—Solo saldrán si el alcalde cumple su promesa y me paga.Rápidamente, los padres fueron donde el alcalde y le exigieron cumplir lo prometido.El alcalde, avergonzado por lo que había hecho, pagó la deuda al flautista y los niños quedaron libres. Jugando y corriendo volvieron felices a sus casas.Ese mismo día, el flautista se despidió de todos y se marchó de Hamelin con su extraña flauta, y ¡con una bolsa de monedas de oro!

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4°Cuentan que desde ese día, en la ciudad de Hamelin, por más que busquen, nunca han encontrado ni una rata.

En Rossel, V. (Adap.). (2006).Cuentos gigantes: El flautista de Hamelin y La creación del mundo.

Santiago de Chile: Santillana del Pacífico, S. A

Marca con una ✘ la letra de la alternativa correcta.1. ¿Cuál era el problema de Hamelin?A. Las ratas.B. Los niños.C. El flautista.D. Las moscas.2. ¿Quién solucionó el problema?A. El alcalde.B. Los niños.C. El flautista.D. Los padres.3. ¿Por qué las ratas siguieron al flautista?A. Le tenían miedo.B. Les prometió comida.C. Las llevaría a otro lugar.D. La música que tocaba era mágica.

Responde en tu cuaderno.4. ¿Por qué el flautista encerró a los niños de Hamelin en una cueva?5. ¿Por qué el texto asegura que Hamelin se volvió triste sin los niños? Explica.6. ¿Por qué el alcalde se avergonzaba de no haberle pagado al flautista? Explica.7. Escribe en tu cuaderno una carta al alcalde en la que expreses tu opinión sobre su decisión de no pagarle al flautista. Recuerda escribir respetando la estructura de la carta.