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Compiu luní Extra, 6(fl), 1996: 225-239 HACIA UNA METODOLOGÍA PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO Narciso Zafra de la Torre * I?BS&MBN.- En la actualidad los problemas derivados de la protección, conservación y difusión del patri¡no- nio arqueológico se atacan sólo cuando surge,, y con los medios disponibles en el momento. Esta labor “onU-incendios” es desalentadora y poco productiva y la contraria (poseer todo la infonnación y toda la ca- pacidad que nos faculte para una gestión absolutamente eficaz y enriquecedora) es hoy por lmov imposible, por ello se propone una tercera lía: la reorganización del método de trabajo arqueológico, de modo que ni edi ante la reorieníación de la formación de los profesionales de la arqueología se rentabilice el patrimonio en sus ver- tientes cultural y socio-económica. Ansm~cr - Noviada vs, ihose problems whicl, arise fon; the protection, nmaintenance aud spreading of the archacological líeritage are ouA’ token luto accouní ~vl,en tlmey appeag and with ihe means ,md,icl, are available it, thai mamen?. Ibis “non -fire” t’ask ir d¿scouraging ami unproduc.ti me <md ¡he canírarm’ opte ka liare all 1/te informnation and oíl the capacitv which empovmers usfor a completely cifective aud prosperous managemeur,) Ls impossible ca thc presení time, so, a third .svstern is proposed: the reorganization of ihe archaeologi cal ~ork metl¡od,so 1/mal, by the readjusunení of Archaeology professional ‘s training. tíje heritage will be promoted fi, iís cultural and socio-economic aspects. P,aÁspu (‘¡ArR Patrimonio arqueológico. Metodología, Arqueología profesionalizada. Km il’oni~s: Archa eological heritage, Al ethodology, Professionalisn, archaeology. El arte ese! punto culminante de lo investigación, peto ESTE NO ES T5EMPO PARA EL ARTE Féti,~ de Azuma Hay arqueólogos, en su mayoría anglosajo- nes, que consideran la arqueología como una parte de la antropología. concretamente “el tiempo pasado de la antropología cultura?’ (Renfrew Bahn 1993: 9). Otros defienden su autarquia metodológica y concep- tual, sumándose al grito independentista de David Clarke: “la arqueo/agio ex arqucologia, es arqueolo- gía, es arqueología”. Y aún hay quien, como noso- tros, ve en la arqueología una historia especializada, aplicada, una “historia orinada de una palo” como reza la gráfica expresión de Artsikovsky (Klejn 1993: 55). Esta diferencia de pareceres. que arranca desde la misma raíz del concepto. evidencia la confu- suón propia de las ciencias en formación, “inmadu- ras” por utilizar la terminología de Kuhn, que en nuestro caso sufre un proceso de gestación que res- ponde al prototipo evolucionista clásico: se parte de una homogeneidad indefinida (estudio del pasado material) para acercarse a una heterogeneidad defini- da (segmentación y especialización). La tendencia actual se inicia en los años se- tenta con la adopción del paradigma contextual-espa- cmal (Ruiz el ah 1996) y la preocupación por el pasa- do más reciente (muestra palpable de la vocación ecuménica de la arqueología) que ha contribuido a ampliar tanto el campo como las técnicas dc estudio. lo que ha revertido en la redefinición del concepto mismo de arqueología, a la que se ha obligado a aceptar como propios los problemas derivados de la protección, conservación, difusión y gestión del pa- trimonto. Fuera de la Academia, en la práctica, este proceso tiene su reflejo en una evolución hacia la profesionalización. que en su estado actual se sitúa en un momento de transición entre lo que hemos da- do en llamar arqueología artesanal y lo que será la * Delegación de Cuiltura de la Junta de Andalucia en Jaén. Miembro dcl Grupo de Investigación del Patrimonio Arqueoló- gico de la Universidad dc Jaén (GIPAJ). C/Martimíez Montañés, 8. 23007 Jaén.

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Compiu luní Extra, 6(fl), 1996: 225-239

HACIA UNA METODOLOGÍA PARA EL ESTUDIODEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO

NarcisoZafrade la Torre *

I?BS&MBN.- En la actualidad los problemas derivados de la protección, conservación y difusión delpatri¡no-nio arqueológico se atacan sólo cuando surge,, y con los medios disponibles en el momento. Esta labor“onU-incendios” es desalentadora y poco productiva y la contraria (poseer todo la infonnación y toda la ca-pacidad que nos faculte para una gestión absolutamente eficaz y enriquecedora) es hoy por lmov imposible, porello se propone una tercera lía: la reorganización del método de trabajo arqueológico, de modo que niediantela reorieníación de la formación de los profesionales de la arqueología se rentabilice el patrimonio en sus ver-tientes cultural y socio-económica.

Ansm~cr - Noviada vs, ihose problems whicl, arise fon; the protection, nmaintenance aud spreading of thearchacological líeritage are ouA’ token luto accouní ~vl,entlmey appeag and with ihe means ,md,icl, are availableit, thai mamen?. Ibis “non-fire” t’ask ir d¿scouraging ami unproduc.time <md ¡he canírarm’ opte ka liare all 1/teinformnation and oíl the capacitv which empovmers usfor a completely cifective aud prosperous managemeur,) Lsimpossible ca thc presení time, so, a third .svstern is proposed: the reorganization of ihe archaeologi cal ~orkmetl¡od,so 1/mal, by the readjusunení ofArchaeology professional ‘s training. tíje heritage will be promoted fi,iís cultural and socio-economic aspects.

P,aÁspu (‘¡ArR Patrimonio arqueológico. Metodología, Arqueología profesionalizada.

Km il’oni~s: Archa eological heritage, Alethodology, Professionalisn, archaeology.

El arte ese!punto culminante de lo investigación, petoESTENOEST5EMPO PARAEL ARTE

Féti,~ deAzuma

Hay arqueólogos,en su mayoría anglosajo-nes,queconsideranla arqueologíacomounapartedela antropología.concretamente“el tiempo pasado dela antropología cultura?’ (Renfrew Bahn 1993: 9).Otros defiendensu autarquiametodológicay concep-tual, sumándoseal grito independentistade DavidClarke: “la arqueo/agio ex arqucologia, es arqueolo-gía, es arqueología”. Y aún hay quien, como noso-tros, ve en la arqueologíaunahistoria especializada,aplicada,una “historia orinada de una palo” comorezala gráficaexpresiónde Artsikovsky (Klejn 1993:

55).Esta diferencia de pareceres.que arranca

desdela mismaraízdel concepto.evidencia la confu-suón propia de las cienciasen formación, “inmadu-ras” por utilizar la terminologíade Kuhn, que ennuestrocasosufre un procesode gestaciónque res-

pondeal prototipo evolucionistaclásico: se partedeuna homogeneidadindefinida (estudio del pasadomaterial)paraacercarsea unaheterogeneidaddefini-da (segmentacióny especialización).

La tendenciaactualse inicia en los añosse-tentaconla adopcióndel paradigmacontextual-espa-cmal (Ruiz el ah 1996)y la preocupaciónpor el pasa-do más reciente (muestrapalpablede la vocaciónecuménicade la arqueología)que ha contribuido aampliar tantoel campocomo las técnicasdc estudio.lo que ha revertido en la redefinicióndel conceptomismo de arqueología,a la que se ha obligado aaceptarcomo propios los problemasderivadosde laprotección,conservación,difusión y gestióndel pa-trimonto.

Fuera de la Academia, en la práctica, esteprocesotiene su reflejo en una evolución hacia laprofesionalización.que en su estadoactual se sitúaenun momentode transiciónentre lo quehemosda-do en llamar arqueología artesanal y lo que serála

* Delegaciónde Cuilturade la JuntadeAndaluciaen Jaén.Miembrodcl Grupode Investigacióndel PatrimonioArqueoló-

gico de la Universidaddc Jaén(GIPAJ). C/MartimíezMontañés,8. 23007Jaén.

NARCISO ZAFRA DE LA TORRE

ANTICUARIA ARQUEOLOGÍA ARTESANAL ARQUEOLOGIA PROFESIONAL

OBJETO DETRABAJO

-La pieza, en concreto el objeuoaruisuico.

-El vacitajento como objeto. -El uerriuorio. La Zona Arqueológica amplia-da, su protección t cotíservacion.

MEDIOS

DE

TRABAJO

-Procedimientos particularessin estandarización.

-Métodos y técnicas estandarizadas.-Formacion mecanica-práctica con fimo-damenuos teóricos diversos (históricos, ti-lológicos, artísticos,...).-Tiuuílacióm, paralela.-ciencias auxiliares adoptadas.

-Métodos y mécnicas estandarizadas,-Formación teórico-práctica histórico-arqucomógica.-‘ritulación real,-Planificación del cosue sociocconómico delas intervenciones.-Ciencias auxiliares adaptadas.

TIPO

DE

TRABAJO

-Personal.-Intujuivo.-Aucórico.-Sin metodología.-Basado en la experiencia per-sonau previa.-Progreso incierto.

-Equipo de excavadores preparados trasmucha práctica.-Teoría implícita.-Metodología aceptada sin critica.-Registro por escuelas.-Flspccialización crono-cutturaU-Progreso basado en la práctica.

-Aplicaciones estancas.

-Excavadores y prospecciones preparados.-Protocolos de investigación.-Metodologías razonadas:

m)e intervet,ción (registro).De control de calidad.

-Especiatixacíóít técnica,-Análisis y teoría.

-Progreso basado en el conocimiento,-Nuevas aplicaciones (urbana. emergentes,contemporánea....).

PRODUCTO-Objeto clasificado y mercan-

tilizado.

-El objeto en si’ contexto estratigráfico. -lnfon,,ación histórica.

-Propuesuas de protección y conservación.- Patrímonio Arqueológico utilizable.

uso

SOCIAL

-Propiedad privada.

-Comercio y coleccionismo.

-Propiedad pubítea.

-Uso restringido.-Acunnílación museistica y canales cien-tíficos de difusión.

-Propiedad pública.

-Uso antplio.-Protección y conservación del Patrimonio.-Generación de recitrsos.-canales científicos.-Divulgación.-Difusión patrimonial (puesta en valor).

Fig. 1.- Descripción de la evolución de los elementos simples del proceso de trabajo en arqueología.

arqueologíaprofesional.La figura 1 describesomera-mente los elementossimplesdel proceso de trabajoen cada una de las etapasconsideradas,el tipo deproduccióngeneraday su usocomún(paraunaapro-ximación al análisisdel procesode trabajoarqueoló-gico ver Ruizel alii 1996).

De acuerdocon estaidea la situaciónactualdel trabajo profesionalpodría describirsecomo unafase en la que el objeto de trabajocomienzaa serelterritorio y el patrimonio. Los mediosde trabajo sereducena procedimientosheredadossin crítica que,aunqueen revisión, sonmayoritariamenteasumidosy a una formaciónmecánicaprácticaque no se pías-ma en una titulaciónespecífica.

Mientrastanto los planteamientosetírricula-res universitarios se han mantenidoprácticamenteintactos, lo que no debeextrañarya que en nuestropaís la relaciónemítredemandasde la sociedad.,- ofer-ta universitariasólo recientementese ha comenzadoa teneren consideración.

En definitiva, la prácticaarqueológicatradi-cional no ha conseguidoformalizar un procesodetrabajo técnico, de hechose tiende a consegumirunmáximode destrezaartesanaly un mínimo de ínter-

cambiabilidad.La arqueología,parafraseandoa Fontana,

debeseranálisisdel pasadoy proyectosocial, y debeserlo desdela primera paletadade tierra, desdeelprimer mapaobservado,Eso se consigueconlas mi-raspuestasno sólo en la búsquedacientífica del pa-sado(investigación),también en el usoencomúnquede esainvestigaciónpodemoshaceren el presente(protección, conservación,difusión, educación,ex-plotación)y, cornono, en la proyeccióndeestosusoshacia el futuro (planificación, gestión, cambio so-cial...). Se consigue,por tanto,desdeun enfoquedia-léctico que estudie la realidad de la zona arqueoló-gica desdelas multitud de conteNtosque la confor-man.

Por ello proponemosla sistematizacióndcuna metodologíaque integre el estudiode todas lasfacetas,a fin de perínitir al profesionalno sólo la in-vestigaciónarqueológica.simio también proponerso-luciones al problema concreto de protección o dcconservacióncreado,definiendopreviay simultánea-mentelos aspectoshistóricos,patrimonialesy de ges-tión.

Así la labor dcl arqueólogosería,en deftni—

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uva,tomar los datosdel presente,dotarlosdesentidohistórico (contextualizándolos,interpretándolos)ydevolverlosa la sociedadcomopartecomprensible(ymaterial) de su historia. Nos reservamosel papel deelementocatalizadoren un procesoen el que la Ex-PLICACIÓ?-J científica de la historia debe ser, entreotrascosas,el pasoprevio a la INWLtCACtÓN social enla conservacióndel patrimoniohistórico.

1. FUNDAMENTOS DE UNAPROPUESTA METODOLÓGICA

Toda metodologíadescansaen y sostieneauna teoría. Por tanto,se reconozcao no.estácargadaideológicamente.En nuestrocasola cargamaterialis-ta del métodoes conscientey por coherenciaqumere-mosque seaexplícita. Por ello nosdemoraremosfi-jando algunosconceptos.

La teoría en tanto que ‘fimdamento del co-nocimiento y lógica de la justificación” (Lakatos1989: 250). es decir en tanto que pensamientodelquenosservimosparaorientar la investigación(Fon-tana 1982: 9) estámediatizadapor su ontología(na-turalezadel conocimnientoa adquirir)y por suepiste-mologia (naturalezade la relación del investigadorcon eseconocimiento)(EgonGuba, citado en Clark1994:463).

El materialismohistóricopresentaunaonto-logia materialista:se estudiauna realidad(las socie-dadesy susprocesosde cambio)dependientede múl-tiples contextosque interactúansimultáneay sucesi-vamente(Bate y Nocete 1993: 9), regidapor leyeshistóricasqueno sonni mecánicasni biológicas(Vi-lar 1974: 17). cuyoconceptoexplicativopreferenteesel gradode desarrollode las fuerzasproductivasy delas relacionesde producciótí. Su epistemologíaes ob-jetivista (Chalmers1993: 170). Marx en su “Cont,-i-bución a la crítica de la economíapolítico” indicabaque“no es la conciencia del hombre lo que determni-na su ser, sino, por el contrario, es su existencia so-cial lo que determina su conciencia” - La acti~’idadcientíficano puedesustraersea esteaxioma,quedan-do marcadala relación entreel investigadory el co-nocimiento que persiguepor el hechode que el se-gundo existe sin el primero, y el grado de conoci-miento que se alcanzadependede las posibilidadesfijadaspor las condicionesdecadarealidadsocial.

La metododogíapor su partepretendeserobservacionale interpretadorae intentaaunarlos dosmodosde adquisiciónde conocimientocon quecon-tamos:pensary observar(Chalmers1993: 160). Bá-sicamenteconsisteen “un diálogo entre concepto y

dato empírico, conducido po¡ hipótesis sucesivas;

por un lado, e investigación empírica, por otro”(Thomson1981: 67)’.

Éstoes válido como fundamentogeneraldela investigaciónhistórica materialista,pero sabemosque la arqueologíaposeeentidadpropia y personali-dad diferenciadadentro de los estudioshistóricos,¿cómoencajaenesteesquemageneral?

Ya hemosdicho quepara nosotrosla teoríade la arqueologíaes teoriade la historia2. Porconsi-guientees en el objeto formal de estudioy en las téc-nicasdondedebebuscarsela distinción.

1.1. El objeto deestudio

Los arqueólogos,comoel restode los histo-riadores,los antropólogoso los geógrafos.solemostrabajar, reconociéndoloo no. con un gran sistemacambiante:la sociedaden su medioambiente.Lo queexplica que nuestroscamposde investigaciónesténcadadía mas interconectados.y en muchossentidosyuxtapuestos3.

El patrimonio arqueológicoes simultánea-mentepatrimoniohistórico y patrimonio ambiental.La comuniónentrerecursoshistóricosy ambientalesdimanadel marco dondese presentan:el territorio,que lejosde serunacategoríaabstractaaparececomoun fragmentorealdel espacio-tiempohistóricamenteproducidopor la sociedad.Tenemosqueextraerde larealidadfisica actual(la únicaquepodemosanalizar)la informaciónnecesariapara reconstruir (interpre-tar. reconocer)los territorios anteriores,las socieda-desque los conformarony sustrayectoriashistóricas.

La especifmcidadde la arqueología radicapor ello en el papelqueen su análisisjuegael con-ceptodeespacio.

Dc veinteañosa estapartese ha aceptado,yde algún modose ha comprendido,que el territoriono es sólo el marcodonde se desarrollanlos hechoshistóricosa estudiar:el territorio esel hechohistóri-co a estudiar4.Estono quieredecirque seael únicoámbitodeestudioperosí la basede todoslos demás.

Hayque insistir en que la materialidaddelobjeto de estudio y el tiempo en que se manifiesta(siemprehoy) impone la necesidaddeteneren cuen-ta aspectoscomo la protección,la conservacióny ladifusión consustancialesy legitimadoresde la prácti-ca arqueológica finisecular. Cuando Carandini(1984: 81) acuñóel término “historia-a,nbiente” pa-ra diferenciar el punto de vista arqueológicode loque denominaba“visión tipográfica” o “gutemberio-no” de la historia, no analizó suis implicaciones: laarqueologíainvestiga las propiedadesmaterialesdelPRESENTEparadescubrirlas propiedadesmaterialesysocialesdel pasado.

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Pruiebade ello es la competenciadirectaquelos restosarqtmeológicosestablecencon otrasrealiza-cionesde nuestrasociedad(crecimientode las ciuda-des,reordenacionesterritoriales,tareasagrícolas.ar-queotráfmco.etc.). competenciaqueamargamentede-nunciabaeseautoren el mismo texto y queraramnen-te seda en los estudioshistóricosno arqueológicos5.

Pesea guie en determinadasreaccionescon-sers’acionislas.que lodoshemosexperimentadoy guíepuedenrastrearseen la literaturaarqueológicadesdesusinicios, subyaceunaaprehensiónintuitiva de estaidea. merecela petía detenersea explicarla dadasusignificaciónen el posteriordesarrollodeestetrabajoy en la redefiniciótí inconscientedel propio conceptode arqueología.

BenedettoCroceescribió que toda la histo-ria es historia contemporáneaporque“po- remotosque nos parezcan los acontecimientos, la histoia serefiere en realidad a las necesidades presentes y alas situaciones presentes en que vibran dichos acon-tecin¡ientos” (Carr 1993: 29). Gramsciafirmabaquelo que le atraja de la historia era “que se ocupa delos hombres vivos” (Fontana 1982: 235). Ambasideas Formuladascasi desdelas antípodasideológi-cas, de algún modo ilustran nuestrointentode expli-car el espaciode la literaturaarqueológicaen la bis-toriografma.

La picola no es una máquinadel tiempo, larealidad arqueológicase manifiesta en el presemíte.Debemosacostuníbrarmiosa entenderque toda evi-dencia material (sea paleolíticao decimonónica)esunamanifestaciónACTUAL del periodoque investiga-mos. Esacontemporaneidadradical, esa“rabiosa ac-tualidad” de nuestroobjeto de estudioes lo quedotaa la arqueologíadesu dimensiónmasespecíFica,dis-tinguiéndolacomo decíamosdel restode lascienciashistóricas0,

En estesentidoel aforismoidealistade Cro-ce aplicadoa nuestradisciplina (toda la arqueologíaes arqueologíacontemporánea)se toma materialista,va que la contemporaneidadno vienedadapor la in-terpretaciónpersonalque el arqueólogohaga HOYdel dato o del hecho,sino porqueel dato,el hechoensí. escontemporáneo(tan contemporáneocomo la in-terpretación).

U. La forma de estudio

Popperdiferenciabados tipos de teoríasdclconocimiento,las pasivas,que entendíanel conoci-miento corno la impronta de la naturalezaen utnamente“inerte” e inocente(v.g. el empirismoclásico),y las activas, que sostienenque la única maneradecomprenderla naturalezaes interpretándolacomí umía

mente teorizante (v.g. el materialismo) (Latatos1989: 32).

La arqueologíaforzosamemitedebealinearseen estesegundotipo porque.en tanto que historia,nopuedeutilizar la lógica imíductiva de los empiristascomo base probatoriade las teoríasque formula: la“verdad” en arqueologiamío puedeserprobadapor laexperiencia,puestoguíe el conocimientohistórico noes experimental.

Éstono quieredecir quíe cl método seame-nosválido que el utilizado por las ciencias“duras” ofísicas, es distinto, y no por ello debemosencastillar-tíos en posicionesdescriptivaso retirarnosa las trin-cherasde la narrativa. Sencillamentese constataqueel análisis histórico no puedebasarseen resultadosobtenidosen pruebas de laboratorio estrictamentecontroladas.

Lo queno significa guíe la interpretaciónenarqueologíaestéa mercedde cualqumiertipo de elucu-bración.y mucho menosque todas las interpretacio-nes tenganla misma validez, cosaque tácitamentepropugnanlos idealistas y expresamentelos anar-qumistas metodológicos(Feyerabetd& Cía.). Nadieniega que existen hechos que podemosconsiderar“verdaderos”,Hechos,no proposiciones.Pero,y aquíseguimosa Wittgenstein (1985: 201>, “los hechospertenecen alproblema, no a la solución”, y el pro-blemasólo es el inicio dela investigación.

La investigaciónhistórico-arqueológicamí-nimamenteseriaplanteahipótesisde trabajoextraí-dasdel estudiode datosy tesisanterioresparaselec-cionar la búsquedade nuevos dalos que permitanavanzarteorias que prueben las proposiciones.Esteciclo respondeal elichéclásicode lo que debeserel“métodocientífico” quedesdeNewtonse describeco-mo un proceso recurrelUe de análisis-síntesis,quegrosso¡nodo” se revelainductivo en la ida y deduc-

tivo en lavuelta.De algunamaneratoda construcciónteórica

ambiciosa,seafuncionalista.estnícturalista.materia-lista o híbrida participadeestecliclié, y responde,enlo sustantivo(existenciade tín núcleofmrníe de ideas

potenciaciónde la heutrísticadefensiva),al esque-ma de ProgramadeInvestigaciónCientífica enuncía-do por Lakatos(1989: pos-sim).Pordesgraciase que-dan en el esquema.vaque con frecuenciael desarro-llo teóricoquedalastradopor unagrancargaintuiti-va, inercial y dogmáticaque tiendea anular la plani-fícación y desdibujalos objetivos.

Eso explica quepesea queocultauna grancapacidadde formulación de leves y un potencialpredictivo considerable,el 90% de la investigaciónarqueológicano ha salidodel empirismomáspedes-tre, caracterizadopor la ausenciade deducciones,de

HACIA UNA METODOLOGÍA PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIOARQUEOLÓGICO 229

conceptoformal de hipótesis” y de criteriosde eva-luación —fuera del prestigio del investigador—(Clark 1994:462)~.

La arqueologíaposeeuna metodología deestudiohistóricoconprotocolosde investigaciónpro-pios progresivamenteestandarizadosy técnicasex-elusivas,con un ámbito de aplicación expansivodetendenciasuniversalese intemuporales.que si bienpresentaen la actualidadmúltiplesenfoquesteórico&convieneen la necesidaddedesarrollarprovectosdemuvestigaciónque,con rigor metodológicoy coheren-cia teórica,aportensoluciones(no sólo datos)a losproblemasque los procesoshistóricosplantean.

El modelo de cambio científico de LarryLaudan(Estany 1990: 109-136)establecequeel ba-remo con el queevaluar el potencial de las teoríascientíficas es su capacidadde resoluciónde proble-mas.Bajo esteenfoquese haceimprescindible saberPARA QuÉ investigamosy aqui entra lo que hemosdenominado,siguiendoa Medinay Sanmartin(1990),“aspectoexterno” dela in~’estigación.

La sociedadfinisecularha impuestoa la ar-queologíaunafunción parala quelos arqueólogosnoestamospreparados:la de informarparaactuar,paradecidir. La producciónarqueológicava no es sólocientífica. didactica o inforínativa. tambiénes, debeser, labasedeun criterio de decisión8.

En Andalucía. por ejemplo, la financiaciónpara llevar a caboproyectosde investigaciónsiste-mática, desde 1993. estácondiciomíadapor unas li-ne¿ísprioritarias impuestasen la convocatoriaanual.Queremoscreerque esta decisiónadtnituistrativaesuna concesióna la lógica y a la realidadactualde laarqueología(con la protección-conservacióncomoprimera preocupación),que introduceen el procedi-mientoun primer atisbodel control que cabe esperardel promotorde un proyecto.

No pretendemoscomo Aristótelesque la po-lítica ordene“cuál de las ciencias debe ser estudiadaen el estado’. La propumestaes que la investigaciónhistóricaacadémicasea finamíciada y regladapor lasentidadescompetentes(umíiversidades.institutos deinvestigación,etc.) y La investigaciómahistóricaapli-cada,la investigaciónen patrimonio, sc nutní de lospresupuestosde la administraciónresponsablede laproteccióny conservacióndel mismo.

Esaoptimizacióndel gastoseriacompletasilas intervencionesse canalizasena travésde lo quedenominamosestudiosintegrados.

2. LOS ESTUDIOS INTEGRADOS

estáligado al sagradopreceptode libertaddel inves-tigador: libertadde elecciótí del objeto o problemaaestudiary libertadde eleccióndel protocolode inves-tigacióna emplear.

Ahora bien, cuandoesalibertadno existeose restringe.cuiando el problemaes impuestopor lasociedady el aspectoestrictamentecientifico pasaaseruno másentrevarios (y, en ocasuones.no precisa-mente“prí/nus ínter pares”), como ocurreen el casode la prácticaarqueológicamavomitaria, la interpre-taciónhistórica,por muyatinadaque sea.sóloabarcauno de los problemaso mejor dicho un aspectodelproblema (el “interno”). Su análisis separado no sólono llega a solventarlosinoque,como enocasionesseha comprobado,puedeagravarlo.Con lo que se im-pide de todos modosel accesode la sociedada suhistoria y seesterilizael esfuerzo.

Hastano hacemuchoel estudioarqueológi-co (y todo aqtíel relacionadoconel patrimoniohistó-rico) se desvelabacomo un procesoque se iniciabaen un análisisy desembocabaen un “berrinche”. Deun tiempoa estapartey a pesarde muchosinconve-nientes,pareceque el procesose ha convertidoal uti-litarismo y añadeal análisisel diagnósticoy a ésteeltratamniento.entendiendoque el esfuerzoque se em-pleaen desgarrarselas vestidurasy llevarse las ma-nos a la cabezase puedeusarenbeneficiodel propiotrabajoy del patrimonio.

Por desgraciala protección y conservacióndel patrimonioarqueológicose enfocacon demasiadafrecuenciasin la profesionalidaddebida,siendo porello pastode la opinión, entendiendoquizásque ata-ñen a la “semísibilidad”. al “gusto” y a cierta forma-ción humanísticahoy en día un tanto desprestigiada.Ello se debea la idea dequesontemasinabarcablesdesdeunaperspectivatécnica: no soncuantificables,susprediccionessonaleatoriascuandono arbitrariasy en la mayoríade los casos las conclusiones,si sedan, mio son~‘erifmcables.Baste comoejemplo deestesentir la defmniciómí recogidaenun recienteensayodeJulio Caro Baroja(1991: 83): “la arqueologíaes unadisciplina que manejo datos incicí-tos a la luz de lacanjetura”.

Amíte lo expuesto la preguntaobligada es¿cómoorganizarnuestrotrabajoparahacercompati-ble la investigacióncientífica,la proteccióny conser-vacióndel patrimonioarquteológicoy los interesesdela sociedad?

Desdeluego parece¿bvio que la línea segui-da hastael momentono es precisamentesatisfacto-na. Porun lado lo quepodríamosdenominararqueo-logía “olínmpica”9 (dedicadaa la investigaciónpura),está condenadaa ser minoritaria y elitista, No sóloporqueel destinodc los siempreescasospresupimestosEl método científico. hijo de la llustracion.

NARCISOZAFRA DE LA TORRE

DOCUMENTO PRACTICA ARQUEOLÓGICA NORMALIZADACIENTIFICO prospecciones,excavaciones,docuimentacioties,

alimenta

DOCUMENTO

TÉCNICO

ARQUEOLOGíA APLICADA

zonifacaciones.cartas de riesgo, inventarios, estudiosde impacto,alimenta

DOCUMENTO

LEGAL

INSTRUMENTOSDli PROTECCIÓNURBANISTICOS

Nornias subsidiarias,Planesespeciales,

Planesgenerales,

PATRIMONflLES

Catalogaciones,Servidumbresarqueológicas,.,.

AMBIENTALES

Declaracionesde impacto am-biental,

alimenta

RENTABILIZACIÓNSOCIOCULTURAL

PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN, CONSERVACIÓN USO Y GESTIÓN

Fig. 2.-Arqueología en acción.

dependecadavez másde las necesidadesde la inves-tigación aplicada, sino también porque su proyec-ción, ensimismada,pocasvecessuperalos límites delos campus.Por supuestotambién debepasarsela ho-ja de lo quepodriamosllamar, por contraste,arqueo-logia “bastarda”’ que ha dominadola prácticatota-lidad de las intervencionesde urgenciadurantela úl-tima décaday queno ha sabidodar respuestaa nin-guna delas tres facetasdel problema,ni a la históri-ca ni a la patrimonialni a la profesional,revelándosede paso igualmente impermeablea la contrastacióncientíficay al usosocial.

Esto demuestraque el conjunto de instru-mentos legales,técnicosy cientificoscon queconta-mospararealizarnuestrotrabajose encuentrasinje-rarquizarni sistematizaren unametodologiaútil, in-dicio por otro lado de que los objetivos quese persi-guen tampocoestánbién definidos,aunqueen abs-tractotodos podríamoseon~’eniren quese limitariana conocer, protegery conservarla basematerial denuestrahistoria.

Vamosa explicarcomo entendemosquede-bendisponerselas funcionesde cadacomponentedelconjuntopara rentabilizarlos esfuerzosinvestigado-resy económicos.

2.1. El concepto

El mareo legal en el que desempeñamosnuestratareaes amplio ¡el ordenamientointernacio-nal, la Constitución, la Ley de PatrimonioHistóricoEspañol,el Texto Refundidode la Ley dc Suelo, lasLeyes Autonómicasde PatrimonioHistórico, las Le-yes de Medioambiente.los reglamentosquedesarro-llan estostextosy el planeamientourbanístico]y pro-

porciona instrumentosde protección derivadosentres vias: la patrimonial (declaracionesde BIC, deServidumbrearqueológica,catalogaciones),la urba-nistica (PlanesEspeciales.PlanesGeneralesdeOrde-nación, Normas Subsidiarias.etc.) y la medioam-

biental (Declaracionesde impacto ambiental,califi-cacionesambientales,etc.).

Lastresvíasexpresadasrequierendocumen-tostécnicosen los queapoyarsusargumentospreser-vadores(inventarios,cartasde riesgo,zonificaciones.estudiosde impacto,etc.). que a su vez se nutrendela informacióncientífica aportadapor la prácticaar-queológica(prospecciones,sondeos,excavacionesex-tensivas, documentacionesgráfucas, delimitaciones,etc.) tanto recogidaen investigacionesprevias,comorealizadasex proFeso.La fig. 2 pretendeilustrar estemareode relaciones.

Básicamenteestosdocumentosdebenidenti-ficar, delimitar y jimstificar las zonasarqueológicas,definir sim valor de conservación,prever los efectosperniciososde la futura ordenación,prevenir los im-pactosy. dependiendode su carácter, aportarpro-puestaslegales,criterios y procedimientosde inter-vención, posibilidadesde musealización,estímaemo-neseconómicas.etc.

La práctica habitual se viene preocupandopor las tareasde identificacióny delimitación, paralas que estamosmás o menosentrenadosy el restoquedaa merced de la improvisacióny el ingenio,convirtiendoen “jazz-session”lo que debíasersinfo-ulía, La manifiestadescounpensaciónque éstosuponeno sólo difleulta la operatividad,sino que socava lamismacredibilidadde los estudios.

Los documentosparaserútiles sólo puedenelaborarsedesdela perspectivade los estudiosinte-

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HACIA UNA METODOLOGíA PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO 231

grados(planesespeciales,planesgeneralesde orde-nación, evaluacionesde impacto ambiental,progra-mas de catalogación,programasde conservación,proyectosde investigaciónterritorial, etc.)que, segúnsu capacidady alcance, deberíanser diseñadosdeacuerdoconlas directricesestablecidaspor los planesgeneralesde intervención,losestudiosde ordenacióndel territorio o los programaspreventivosde investi-gación.

El modelogeneralde organizacióndel estu-dio podria ser el reflejadoen la figura 3. Convieneexplicarqueaunquelo quedenominamosdocumentocientífico y documentotécnico se tratanpor separa-do, se integranen un procesode trabajodondesuslí-mites no estándefinidos,pesea ello optamospor ladiferenciaciónparaclarificar los términos.

2.2. El documentocientífico

D’Alembert fiel a Bacony a la fiebreclasifi-cadorade la Ilustración,dividía la “ciencia humana”de acuerdoconlas trespotenciasdel alma: memona-Historia, imaginación-Poesíay razón-Filosofia. Elalejamientode la historia de todo lo que fuera juicioe inspiraciónla relegabaa la descripcióndepasadosinamovibles, compuestospor hechos que según seachacarana Dios, a la naturalezao a los hombres,encajarianen los dominiosde la Historia Sagrada,dela Historia Natural o de la Historia Civil. La labordel historiadorconsistíaen la obtencióny ordenaciónde datosy enningúncasollevaba aparejadala inter-pretacióno la critica. El descubrimientoera el fin dela investigación(la reglaIV de Newtonestablecequedescubriresprobar).

Esta concepciónprendió en la arqueologíacon másfuerzaqueen ningunaotra forma de hacerhistoria. Los historicistasy empiristasmantuvierony

mantienenfirmes susbasesdescriptivasy clasificato-rias. Cualquieriniciativa innovadoraha contadoconsu animadversiónincondicional. Basta recordar laopinión de D. MartinianoMartínezy Ramírez.profe-sor de Bosch Gimpera.que ya opinabaa finales delsiglo XIX que la prehistórica (en sus inicios clara-mente evolucionista)era “una ciencia tendenciosainventada por los herejes para combatir la religión”(Cortadella1991: 161).

Afortunadamentedesdeentonces,al igualque en el restode las ciencias,la metodologíaha ex-perimentadomúltiplescambios.En numestropaís, hoypor hoy, relegadaun tanto la obsesióntaxonómica,lasmayoresinquietudesrevisionistasafectana la fa-se de obtencióny observaciónde los datos.con lasinterpretacionesde los procesosde formación ytransformaciónde losdepósitosy los modelosde re-

gistro comoprincipalespreocupaciones.El propósitoes conseguirun mayorvolumen

de datos e informacióny unificar las observaciones(la mirada) delosarqueólogos”.

Estos esfuerzoscon ser necesariosno son,como algunospretenden,la panacea.No hay queol-vidar que lo que se observa,el modoen que se orde-na y los fundamentosde las explicacionesdependendela teoríahistóricadela que separte.P. Vilar ya loadvirtió: no seencuentramásque loque sebusca.

Por eso, aúnpretendiendoconcentrarel es-fuerzoen las aplicacionestécnicas,la coherenciadeldiscursoobliga a avanzaralgunasideassobre la or-ganizacióny enfoquede la investigaciónarqueológi-ca“pura”.

Cuandoen páginasanterioresdefinimos losfundamentosde nuestrapropuestaindicábamosquela metodologíaarqueológicaintenta aunar los dosmodosde apropiaciónde conocimiento:pensary ob-servar,pero ésto ¿cómo se concreta?Iraida Vargas(1990: 24 y ss.)estableceen la investigaciónarqueo-lógica una diferenciaciónentre lo que se podría de-nominar instanciasideológicase instanciasmetodo-lógicas. Las primerasrigen el proceso de conoci-mientoy sefijan, por un lado, en una teoríasustanti-va que entiendede los procesosde conformaciónycambiode la sociedad;por otro, en una teoría de laobservaciónque explica los procesosde formaciónydesarrollode los contextosarqueológicos(de éstasyanos hemosocupadoal tratar los fundamentosde lapropuestay no reiteraremosnuestraposición). -

Las segundasestablecenla forma en que seaccedeal conocimiento.Vargas, siguiendoa Bate,reconocetres instanciasmetodológicasen la investi-gaciónarqueológica:

1. Obtenciónvobservaciónde los datos.2. Ordenacióndela in.forniacmon.3. Generalización-Particularización.

Entendemosque este esquemano fija unapautaen la quecadafase del procesoprecedesiem-pre enel tiempoa otra, sólo señalala maneraen quese estructurade modogeneralun procesode trabajoprofusamenteimbricado y cíclico. Por ello compar-tiendo estemodelo, proponemosunapautade inves-tigación quepretendeser reflejo prácticodel mismo(verfug. 3):

1. Coyunturade intervención.Planteamientodelproblemahistórico,metodológicoo patrimonial.2. Selecciónde las manifestacionesempíricasainvestigar(quéestudiar).3. Selecciónde la forma de estudio (métodosy

técnicas).4. Diseñodel proyecto.5. Recopilacióny estudiode la documentación

NARCISO ZAFRA DE LA TORRE

4-

Lrrlrbi

232

PROPIJESnS bOAE P*OtSTS O! MOC*C~CLES Oet.PtSMSAUIENrO O MJ!VAS PROYCTO

APÉJO*tO# CE INflRVÉCIG¡SSLEOISLACIOÑ

Hg. 3.- Nlod&o general dcl docurnenuo cieuiuífico.

HACIA UNA METODOLOGÍA PARA EL ESTUDIODEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO 233

disponible. Bibliografía, estudios arqueológicosprevios.amatecedentesadministrativos,etc. Primernivel dehipótesis.6. Estudiodel territorio a documentar.Orografía,suelos, vías de comunicacióny cuantoscompo-nentesdel paisajecontribuyana predecirlos tiposdepoblamientolocalizables.‘7. Prospecciónarqueológicasuperficial, parade-terminarlos límitesy el potencialde las zonasar-queológicas.La eleccióndel métodoprospectivoaaplicar dependeráde las particularidadesdel te-rritorio vías e~’idenciasdisponibles,peroen todocasoserá sistemáticay no discriminatoriani es-pacialni cronológicamente.8. Ordenacióncrono-espacialde los datose inter-pretaciónhistórica(segundonivel de hipótesis).9. Selecciónrazonadade las zonasdonderealizarla excavaciónarqueológica,atendiendoa necesi-dadesde conservación.investigación,proteccióno. ensucaso,correccióndeimpactos.10. Ordenacióncrono-espacialde los datos.inter-pretacióndel procesodeposicionaly postdeposi-cional.11. Generalización,particularización:interpreta-ción histórica12. Informe con las conclusioneshistóricas, losvalorespatrimonialesy la propuestade criteriosdeconservación.13. Publicación y cualquier otra vía de difusiónde los resultados.

En la fig. 3 se representaesta paula de in-vestigaciónintegradaen un modelo más amplio deorganizacióndel estudioarqueológico,requeridoporel documentotécnico.

2.3. El documento técnico

El documento técnico es una aplicaciónprácticadel científico, pero no es sólo eso. Éste,deacuerdocon lo expuestomás arriba.se puedeclasifi-caratendiendoa la legislaciónen queseapoyadel si-guientemodo:

- Vía patrimonial: programasdc catalogación,programasde conservación.programasde difr-sion..-• Vía ambiental:evaluacionesde impactoambien-tal, calificacionesambientales..- Via urbanística:planesgenenílesde ordenación.planesespecialesde protección,planesde refor-ma, normassubsidiarias,delimitacionesde suelourbano,estudiosde detalle.- -

Los documentoscontemplan, requieren y

generanun determinadotipo de in.for¡nación,queva-ria de acuerdocon las exigenciasdecadaadministra-

ción. peroqueen generaltiendena ser totalizadores.Lo que sigue se ajustaa lo queexige la ComunidadAutónomadeAndalucía:

• Comitemplan:• Identificación• DescripciónJustificación

- Delimitación- Propiedad

Definicióndealteraciones• Propuestalegal o calificaciónInstruccionesparticulares.muedidaspreven-

tivas. medidascorrectorasy. en sim caso,propues-tas de intervención

- Intervencionesen conservación(en suca-so)• Requieren:

El documentocientíficoya descrito,un aná-lisis de la situaciónlegal y un estudiodel proyec-to agresivo(ensucaso)(ver fig. 3)• ~‘Generan:

- inventarios(basesde datos)Catalogaciones(con o sin instrucciones

particulares)• articuladoen planeamiento- articuladoen declaracionesde impactoam-

biental‘programasdeconservación• planesdeusoy gestiónComo estetrabajo sólo pretendeapuntara

grandesrasgosla líneametodológicapropuestano sedesarrollarámilos contenidosde los documentosmen-cionadosema la clasificaciónanterior, pero si seránabordadosalgunosaspectosque son fundamentalespara cualquierade las aplicacionesprácticasde losestudios arqueológicos: las catalogaciones(instru-mento de protecciónbásico), los programasde con-servacióny los programasdedifusión.

2.31. CatalogaciónEl catálogo, como parte fundamental de

cualquieresfuerzoplanificador,es una herramienta,un medio no un fin. La metodologíade catalogaciónexplícita las basesteóricasque la hacennecesariaycómo llevarlaa la práctica. Seacual seasu ambición,para seroperativanecesitacontenerregistros clara-mentedefinidosen el espacio,con cautelasperfecta-mentemarcadas.Lo querequierecriteriosdedelimi-taciónde la ZonaArqueológicay su entorno.

Ruiz y otros (1996)planteanque el asenta-mientoes impemisablesin suterritorio, cosahistórica-mentecorrecta,pero ¿cómose plasmaesosobrecar-tograf’ma’?. ¿conpolígonosThiessen?,¿coninferenciasde límites de áreade captaciónde recursos?o ¿con

234 NARCISOZAFRA DE LA TORRE

gigantescosterritoriospolíticos?Por un lado, la teo-ria nos impulsa a considerarla Zona Arqueológicacomo un territorio amplio (asentamiento.necrópolis,área de captaciónde recursos,zona de influenciaeconómica,zona de influencia política, etc.) it porotro, la realidadde la propiedadde la tierra, suscon-dicionamientos legalesy sobre todo su gestión (elcontrol) acotísejanrestringir las áreasde protecciónalos espaciosarqueológicosde hábitat y susentornosinmediatos.

Estedilema no presentasoltícionesdecarác-ter gemíeral.cadacasorequiereun estudiopormenori-zado. y la adopciónde determinadoscriterios(histó-ricos, paisajísticos, geomorfológicos,hidrográficos.catastrales,etc.) dependeráde las característicases-pecíficasde cadazonaarqueológica.

Sin embargodesdenuestra perspectivaesobligado comenzara proponer zonasarqueológicasque,a la manerade los espaciosnaturalesprotegidos,abarquenporcionesdel paisajehistóricamentecohe-sionadasy englobenredesde asentamientos(territo-rios localeso territoriospolíticos)quepermitaninter-pretacionesinternas(Ruiz etalii 1996). Lo quesupo-ne incluir elementosdel paisajeagrarioquehan per-manecidohastaahora ajenosa cualquiervaloraciónhistóricay que,parasercoherentescon la definicióndel patrimonioarqueológicode la legislaciónvigen-te, debenserprotegidoscon el objeto de asegurarsuconservaciónparael usopúblico (Zafraetallí 1995).

Carandini(1984: 139) comentaba,concuer-ta grandilocuencia,que el patrimoniose entiendede-masiadoa menudocomo un conjuntode “bienes” ol-vidando quees “nuestra matriz, por lo tanto la pro-pia nación”. Buenapartedc la imagendisgregadoraque él constatacabe achacarlaa la noción aislacio-nista de las zonasarqueológicasen los inventarios.El abandonode esa catalogación“insular” puedeayudara desbaratarel sustratoidealistaque subyaceensuconcepción.

Comonormade aplicación prácticaconvie-nc teneren cuentaque la proteccióna aplicar debeser gradual,no se puedenimponer las mismasres-tricciones de uso o aprovechamientoa la zona ar-queológicapropiamentedicha que a su entornoo aloselementosemergentesquea los soterrados.En to-do casolas cautelasdebenser fundamentadas,cohe-rentes,aplicablesy convisión de futuro, lo queexigeun conocimientoaquilatadode las afeccionesrealesopotencialesde los usosestablecidosy los previstos.Tampocoí’ienemal un ejerciciode modestia.el reco-nocimientode las limitacionesdel métodocontribuyea evitar conflictos futuros, el ajustede los límites delas áreasde protecciónsebasaráen las evidenciasy

tambiénen las posibilidadesestimadas.

2.3,2, Programasde ConservacionLas zonasarqueológicasson recursoscultu-

rales mio renovables:su utilización implica en buenamedidasu destrucción.Nuestramecánicade obten-ción de datos es muy rígida y suponeen todo casounaperturbaciónde las manifestacionesdel procesoque se intenta explicar (Vargas1990: 25). Como esnatural el nivel de agotamientodel recursodependede la entidadde la actuacióny de su futuro previsto,no es lo mismo un sondeoestratigráficode compro-bacióncronológicaqueunaexcavacióntotal por im-perativosurbanísticos.

De cualquier modoel juego limpio implicala conservaciónde lo investigadoparapermitir enelfuturo su reinterpretacióny la contrastaciónde losresuiltados.Estaes unapreocupaciónpresenteenbas-tantes“escuelas”y se ha aceptadola convenienciadeacotar reservasen los asentamientos,para permitirestudiosfuturos. Sin embargosólo en contadasoca-siones las áreassobre las que se actúadirectamentesomí tratadascontantadeferencia.

Las intervenciones en conservaciónpresen-tan unaescaladependientedel fin quese persiga,queva desdeel valladodel lugar hastasu musealización,pasandopor el cubrimiento,la consolidación.la res-tauración.etc. La decisióno la propuestasobreel ti-po aplicablea cadaelementoestá en función de loscriteriosde estimacióndel valorde conservación.

Los estudiosde economíade los recursosambientalesadmiten para éstos la existenciade trestipos de valor, el de existencia,el de opción y el deuso(en realidadtresestadosdel valor de uso).El pa-trimonio arqueológicoen su calidadde recursoam-biental participa de esta clasificación con algunasmatizaciones.Siguiendoa CarlosRomero(1994: 50)podemosdefinir el primerocomo el activo que no sehautiliLado ni se piensautilizar perocuyaexistenciareportaun beneficio.Por ejemplo muypocosespaño-les podremosentraren la cuevade Altamira, peroelconocimientode quesu conservaciónestáaseguradaes un í’alor al queno estamosdispuestosa renunciar.El valor de opción se definecomo un activo quenoes utilizadoperoes susceptiblede serlo, por ejemploaún no hemospodido visitar Atapuerca,pero tene-mosprevistohacerloalgún día.El valor de usoes eldel activoutilizado, v.g. la Plazade ArmasdePuenteTablaszonaarqueológicaque“títilizamos” con regu-laridad’2.

Estasposibilidadesde utilizaciónestánpre-seíítescomo referenciabasea la horade decidirsobrelo que sedebeo no sedebeconservar(léasedondesedebeo no invertir), pero para ganar operatividadesconvenientedefinir algunoscriteriosconcretosonen-tativos.advirtiendoqueadquierensentidoplenocon-

HACIA UNA METODOLOGÍA PARA ELESTUDIO DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO 235

sideradosen estudiosde ámbito macro-territorial yqueno pretendenagotarlas posibilidades:

DívERsínan.Variabilidadde un conjuntodeasentamhenLos.vg. Territorio bien definido dondehay un asentamientode cadaépocaadquiriendocadauno un valor de conjunto como fase de un procesohistórico (estratigrafías horizontales), o ten-itoriobien definido dondese articulaun patrónproductivocompleto(mina-metalurgia,elaboración-consumo...).

RAREZA. Presenciaescasaenel ámbitoconsi-deradoo en la bandacronológicaa la queseadscribe(santuario,palacio,mina, ciudad.etc.).

SINQuLA.p.n»n. Caso único en el ámbito deestudioo en la región. que atañea condicionesdeconservación,valor científico, tipo dezonaarqueoló-gica... y no sólo a cronologias.

FRAGILIDAD. Gradode sensibilidada las alte-raciones,quedependede la superficilidadde los res-tos, del tipo deéstosy dela intervenciónpropuesta.

INTEGRIDAn Grado de interconexiónde losrestos (mayor en recintos amurallados,estrncturasaisladas,cuevas.-3.

REPRESENTATIVIDAD. Valor simbólico,emble-mático o significativo. Gradode relación del patri-monio recuperadocon sus receploresprevistos,de-pendiendoéste de la capacacidaddel bien patrimo-nial parahacersereconocersin intermediarios.

EJEKWLAPJfl~D. Posibilidad de “efecto domi-nó” por agravioscomparativosuna vez permitida laalteración.Requiereconocerlos planesprevistospa-rael territorio dondeseenmarcael estudio.

COMPLEJuDAD. Dificultad de comprensaon,con el conocimientoactual,del mareohistóricoenelque se encuadrala zonaarqueológica.

TITuLARIn’®. Pertenenciade la zonaarqueo-lógica a las administracionespúblicas.

EYCECTATIVAS DE liso. Posibilidad potencialde inversionesen la zonacon finesculturales.

Comose decíaestarelación es útil a la horade proponero decidir sobrequé se interviene. La in-tervenciónen sí reclamaun programainterdiscipli-nar que con criterios convergentessirva a objetivosculturalesy socio-económicos.En jergade economis-tas, se trataríade una decisión multicriterio basadaen unaprogramaciónmultiobjetivo.

Estosprogramaspor requerir una ampliacarga de estudiosprevios (arqueológica.medioam-biental. arquitectónica,de factoresde deterioro...)searticulan en diversos proyectosde investigaciónyejecución,quedesarrollanel conjuntode actuacionesdecididas,organizadasy lascadasen la programa-ción, que es la quecohesionay dota de coherenciaalas interpretacionesque se pretendentrasladara lasociedad.

23.3. DifusiónUna cínicateoríamus’ extendidaentreinfor-

madoresy periodistas estableceque si un aconteci-miento no es percibido no existe. Esto esespecial-mentecierto en arqueología,porquela proteccióndelpatrimonio se percibe como un freno, una trabaal“desarrollo” y la difusión en su másamplio sentido(divulgación, publicidad, publicación, enseñanza,puestaen valor, etc.) se encargade poner de manu-fiesto su capacidadde generaciónde recursos(cultu-rales y sociocconómicos>.Es por ello el eslabónquelegitima y justifica antela sociedadlas inversionesylosesfuerzos.

“La d,ji¡sión es una gestión cultural inedia-dora entre el patrimonio y la sociedad’ (Martín1991). El objetivo de la difusión es promoveren lacomunidadla asunciónde la memoriacomúny la ac-tualizacióndela propia identidadculturala travésdela conservacióny uso del patrimonioarqueológico(Zafraet alii 1995).

Raza, lengua. religión y gestasguerrerasconformanlos códigostradicionalesde identidadna-cional. Juntoa ellos el territorio es contempladoco-mounaplasmaciónideal en el tiempoy el espaciodeesosvalores“eternos”: la patria o patria chica quedota a sus habitantesde las caraetemisticasque losadornan.La tierra, confundidacon el Estado,es unorganismo~‘ivo aunqueinmóvil (inamovible), quealumbra,alimentay educaa susmoradores.

Numancia,Sagunto,Itálicano sonzonasar-queológicas,son banderas, representacionesde laideade grandezamoralo riquezamaterialquese es-perade los “españoles”de todaslas épocas.Sonsan-tuariosaisladosanimadospor el “espíritu del pueblo”(Volkgeist) hegeliano,ajeno a las manifestacionesmaterialesde losavataressociocconómicos.

En estasinterpretacionesde basefilológica,el paisajedesempeñauna función emocional,que alser una categoriahistóricamemiteinexplicable no secomicretaenuna superficiedeterminada.Éstosignifi-ca quecualquiertierra por muy“cuna de los valoreseternos”que sea,no tiene queser conservadaen suaspeetoreal, fisico. porqueesosvaloresle soninma-nentes.

Paraelarqueólogola realidadfísica explica-da (el territorio historiado) se afirma como vínculode la comunidad.Sepersigueque la comprensióndelo “material” expliqueel procesohistórico comparti-do. Esteenfoqucde la difusión, al sermás inmediatoy máscomprometidoconel patrimonioque la nociónidealistade “espíritu del pueblo”, se revela másútilparaprotegerloy de pasoayudaa fomentarunaacti-tud conservacionistaidentificandopaisajecon patri-monio histórico, y comunicando,por medio de la

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produccióncientífica,a la historia níaterialcon la so-ciedad.

Esa comunicaciónrequmiere estímulos,me-dios y perceptores.La selecciónde unosu otros obe-decea los objetivosque sepersiguenque.como siem-pre, no sonneutros.

El hechode que realidadescomo el JorvikViking Centre, cuyo estimulo es económico,su me-dio la reconstrucciónespectaculary los perceptoreslos turistas; o los BAR.. cuyo estímuloesacadémi-co, su medio la publicaciónespecializaday los per-ceptoresla comunidadcientífica,se alejende nuestroideal de difusión no quieredecirque seaninnecesa-nos,sencillamenteno sonsuficientes.

La inversiónen patrimoniohistóricoy espe-cialmenteenpatrimonioarqueológicopara justificar-se debeperseguircomo objetivo la recuperacióndezonasdeprimidasy la poteneiacióuide recursosin-frautili-zados. apostandopor provectosestablesquegenerenpuestosde trabajo.a la vez querevalorizanla forma de vida tradicionaly la miaturalezainmedia-ta conla ideade afianzarla propia identidadculturalal tiempoque seprocurariqueza.

El medio para conseguirloes la zona ar-qucológicaentendidacomo el foco desdeel que seirradia toda la información. De nuevo la programa-ción es esencial.El diseñode directricesy la organi-zación de las escalasde intervenciónsonla garantíade la eficacia. Xavier Balívé (1993: 120) precisaquelosplanesde usoy gestión de losconjuntoso parquesarqueológicos.lo quedenominaplanificaciónestraté-gica, debentenercomo mcta su rentabilizacióncultu-ral, socio-económicay (en lo posible)’3 financiera.Compartimosestaideay aíiadimosque es extensibleal resto de la escalade actuaciones,desdela simplepublicidadhastala difusión científicapasandopor ladivulgación másconvencional,en la creenciade qumela utilidadesel referenteapropiadoparaorientarlas.

La pretensiónes recuperarel patrimoniopa-ra Los herederosde las comunidadesque lo genera-ron, contribuyendoa la autovaloraciónsocial delmismo a travésde dosmecanismosdiferentes:la par-ticipaciónen la reconstníeciónde sul historia y el re-conocimientoy preservaciónde un conjunto patrí-monial ignorado(Zafraet alii 1995). Lo queaparejael establecimientode un diálogo con el receptorten-diendoa procuraruna participaciónactiva.Estodifí-cilmentelo puederealizarel profesionalen solitariodado su limitado campo de acción (divulgación ~produccióncientífica)perosi la administracióny los

equiposde investigacióndebidamentefinanciados.Juntoa ésto las nuevastecnologíaspermiten

aplicacionescasi infinitas. videos. equiposmultime-dia, realidad virtual, red Internet...abrenposibilida-

des inmensasen la forma de ofrecer y accedera lainformacióny debenutilizarse en la medidaen quese ajusten a los fines qume se persiguen.pero nuncasuplantándolos.En ocasionesel deslumbramienloantela tecnologiahaceolvidar queesunaherraunien-la de trabajono el productodel ulismo.

3. LA ARQUEOLOGÍA

SOCIALMENTE ÚTIL

“El conocimiento inútil” es el significativotitulo conel que iP. Revel (1993: 479) agmpabaunavoluminosaseriede reflexionesen torno a la pregun-ta de si el constanteaumentodelosconocimientosdeque disponemosnos conducea tomar mejoresdeci-siones. El título expresacon larguezasu opiniómí alrespecto.Estaobra, apartede contenerun ferozata-queal papelde la ideologíaen la prácticacientíficaqume no comprendemosmii compartimos.pemíite si-tuar en uit marcosocio-cumíluralamplio el sentidodenuiestro epígrafe,haciéndonos~‘erque estapreocupa-cióul por la, ensu terminología.“inserción de los co-nocunienlos en la accion’’ no es exclusiva de una dis—ftmnción de la praxisarqueológica,sinoque abarcaelextensocampode las cienciassocialesy físicas.

Los historiadoress’ sociólogosdel conocí-níiento(Medinay Sanínartin199<): 114-122)hanre-prochadoa la filosofía de la cienciasu desinterésporlo quedenominan“aspectosexternos” de la investi-gacióncientífica.Entendiendoque el olvido del con-texto social es el molde paraulla coartadaque legiti-mita cualquierprácticaciemítílica en arasdel progreso.El hechode no considerarel costoambientalo socialde la investigaciónexculpaa los científicos.volcandolas responsabilidadesen los industrialesy técnicosque aplicansusdescubrimiemítos.

En arqueologíatambién hayun “aspectoex-lerno”y un repartode roles en el baile de culpas.Sineunbargo.y pesea serdeteruninanteen tas condicio-nesde trabajode cualquierestudio,el contextohistó-rico en el quese desarrollanlas intervencionespocasveceses tenido en cucuila a la hora de planificarías.al menosconscientemente.

Pero inconscienciano es sinónimode ilio-cencia. El arqueólogomio puedepretenderqueantelaperspectivade destrucciómíde unazonaarqueológicasim planteamientoseapomíderado.O lo que es igual,íío podemosmedir con la misma vara el perjuiciocausadoa su protección/conservacióny el beneficioquíe puedesuponersu desaparición.Sin embargoesevidentequeen cuestionescomo ésta, que afectaííala organi7.aeiónde la sociedado a su modode vida.míadie puedeopinar en exclusiva. Pesea ello tende-

HACIA UNA METODOLOGÍA PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO 237

mosa considerarnoslos actores,los espectadores.laobra y el teatro, por lo que la mayoríade las vecesperdemoscréditoy público.

Con el tiempo(a la fuerzaahorcan>llegare-mos a aceptarque los ~‘aloresde las cienciasestánmediatizadospor otrosvaloressocialescomo la justi-cia, la calidadde ~‘idao el bienestargeneral,quesi-túan en umn plano políticosu desarrollo(Santesmasesy Borillo 1994: 682).Convieneeneste puntono con-fundir los papeles:la ciencia no puedecrearfines: alo sumopuedefacilitar, como dijo Einstein, los me-dios con que alcanzarlos.Correspondea la política(no sólo a los políticos) fijar las metas,sin queesosupongaparalos profesionalesuna “dejación de fun-ciones” (la política la hacemostodos). Conviene in-cluir aquí la opinión-de SánchezAlbornoz (1978:114) paraquien la política deberíaser la “Ciencia deaplicación de la Historia” con lo quese cerrariauncírculode mutuasdependencias.

Los planes,programasy proyectosarqueoló-gicos se debenpensary diseñarpara atenderlas ne-cesidadesde nuestrasociedada travésno sólodel co-nocimiento del pasadosino tambiénde suconserva-ción y uso. La arqueologíagenera(debegenerar)do-cumentacióncientifica, patrimoniohistórico y. en lamedidade lo posible, recursos.

Se facilitaría estatareasi conseguimosha-cer comprenderel carácterbifronte dela protección

del patrimonioarqueológico:se protegeel pasadoentanto que patrimonio histórico y el futuro en tantoquepatrimonioambiental.

Es indiscutibleque el interéspor la protec-ción de las zonasarqueológicasno ha alcanzadoelnivel de implicación social que la conservaciónme-dioambiental.sin embargono debemosalentarani-madversionescontra los linces o los pinsapospor serpreferidosa los fondosde cabañao al “opus spica-tunz

En el fondo es un problemaético. La con-servacióndel medio ambientecomienzaa establecer-se como un valor dominanteen nuestrasociedady

cualquieraque lo poneen peligro es inmediatamentereprobado(no sabemossi como exponenteanacróni-co de unamoral vencida,como defendíaNietzsche,osencillamentecomo un serantisocialinsensiblea lasinquietudesdesu tiempo).

Comodiariamentenosdemuestrala televi-sión el interésde la ciudadaníaes dirigible, por tantoes factibleconquistarun puestoen esecódigo de va-lores,estaproptmestaquiereserunacontribucióna talesfuerzo.

De nosotrosdepende.

Jaén,noviembrede 1995

NOTAS

Es cieno que el peso de cada término del binomio influye decisiva-mente en el grado de fiabilidad de los resultados y con rrecueneia seha reprochado a los estudiosos que asumen expresamente una ideolo-gía (Revel 1993: passinm) y sobre uodo a los marxistas, su “ligereza”en el trauamienuo de los datos si estos no comulgan con los plantea-miemos ueóm-ieos, Esua crítica, no del todo inmerecida. no es achacablea la calidad científica de la metodología sino a la anchura de llangadel código deontológico del investigador.

2 Esto es válido en el nivel de explicación de la formación y desarrollo

de la sociedad. Junto a éste existe el de ucorización sobre la lbrniaeióny desarrollo de los contextos arqueológicos, exclusivo de nuestra dis-cipln>a.

‘comenta N’oeeue(1992: 392) que hemos caído en la trampa de pen-sar geográficamente la historia en vez de pensar históricamente lageografia. ésto demuestra el escaso éxiuo de la propuesta de (Zarandiní(1984: 49) guíe en 1975 pedía la “asralixación” de la historia y la re-valorización de la geografia histórica, en linea con los estudios quedesde los años 30 desarrollaba Pierre Vilar.

‘nensión te;npo>-al [también] se expresa en asociaciones espacia-les”.

Esta constatación también contribuye a explicar lateralmente lo si-guiente:

1. La distinta significación de un objeto si ha sido locali-zado a finales del NIN o a finales del >C<. Porque una vez ex-humado paradójicamente lo devolvemos al pasado, pero no a Supasado, sino a tina detenninada visión del pasado que depende,entre otros l’actores. del momento en que se investigó, prueba dela identidad entre soporte e informaeton,

2. La obsolescencia casi inmediata de las exposiciones,nuseismieas. que obflgan a la ren,odelación constanle, El pasadoes múltiple dinámico porque la historia siempre se escribe en elftít uro.

3. El concepto de patrimonio histórico, producto de nues-tra época, que implica tina herencia, osca algo que hoy nos per-tenece por decisión o imprevisión de nuestros mayores.

Si bieíi aceptamos que el soporte de la información de la historia ba-sada en las fuentes (palimseptos. pergaminos. epigrafia. etc.) se mani-fiesta en el presente no podemos dejar de notar que la informaciónmisma se gencró en un momento hístonco anterior. El soporte y la in-

En él se localizan con los espacios, los tiempos que le precedieron.Como bien dice Iraida Vargas (1990: 34> “En arqueología ladi-

238 NARCISO ZAFRA DE LA TORRE

l’ormación son diacrónicos. En arqueologia en la inmensa mayoría deocasiones el soporte y la información son la misma cosa, y por ellosíneronícos y contemporáneos del arqueólogo. Los materiales arqueo-lógicos se concibieron como productos o herramientas, no como In-formación histórica. De este carácter se les dota después. en el mo-mento en que son desenterrados.

Has- que decir en nuestra defensa que una gran parte de la bibliogra-fin solo “ticha items arqueológicos, dando cuenta del ‘descubri-miento” o “salvamento” de este o aquel elemento, situándose ruera depro~eetos de investigación con objetivos definidos. En ese contextodificilmente se puede pretender hacer ciencia y las criticas no se pue-den cebar en la ausencia de paradi~na cientitico sino en la calidaddel registro y en la utilidad social del trabajo.

• Otra cosa es el uso que la instancia decisora haga de la información.que no siempre es presumible. ya que en demasiados casos dependemás de la opinión de quién maneja los hilos. que de la línea politicapreseleccionada como ya observara Carandini (1984: 128).

El epiteto describe una práctica marcada por el reto personal y la in-genuidad. Un ejemplo ajeno a la arqueologia que tipilica este com-portaníiento es la repuesta de Sir Edmun Hillary a la pregunta deporqué subió al Everets: Porque está ahí. Es la quintaesencia del retodeportivo. Asimismo describe la morada y el espiritu de quienes sos-tienen todavia que las aguas se apartan ante palabras como cultura.patrimonio o investigación, olvidando los ~aloresdominantes en la

sociedad occidental finisecular

El adjeti’o pretende definir las condiciones de trabajo y los objeti-

vos de las excavaciones de urgencia, marcadas por las exigencias ur-banisticas. la premura y la parquedad de los resultados históricos.Alude tantién a que la manija conceptual y metodológica que sc lentribu”e. no tiene padres reconocidos y a la vez ilustra la considera-ción social de sus practicantes en comparación con los del grupo ante-nor.

Para ello las aplicaciones infonnáticas se están revelando de granayuda. Existen ya progranías como Archaeol)ala o el sistema de In-formación Arqueológica de la Universidad de Granada que, sobre labase de un Sistema de Información Geográfica. intentan sisteníatizartodo el proceso de obtención de datos.

~Este esquiema tiene en cuenta la utilidad potencial o activa de un

modo general pero admite otras lecturas. Por ejemplo tina vertientecientilica: la zona arqueológica en proceso de investigación (valor deuso). potencialmente estudiable (valor de opción) o 110 in~estigable,por no interesar o por inasequible pero protegida y conservada (valorde existencia).

3 El paréntesis es nuestro. No se puede esperar siempre rentabilidad

econótnicn de las inversiones culturales, al fin y al cal~ son un sena-cio público.

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