Hago huelga

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Hago huelga, porque si este ataque que está sufriendo la Enseñanza Pública lo hubiera perpetrado un partido de izquierdas, el primero en levantar el grito a los cielos sería yo también, hubiese votado a una corriente o a otra. Hago huelga porque nací en una familia de trabajadores del campo y taberneros y, si hace poco he podido llegar a sacar la cátedra, lo más alto a lo que podía aspirar, ha sido gracias a la Enseñanza Pública. Y me han inculcado que de bien nacidos es ser agradecido. Hago huelga porque en el pueblaco donde estudié, Elche de la Sierra (4.000 habitantes, perdido en la Sierra del Segura y a comienzos de los 80), en mi clase del instituto público éramos 35 alumnos: de éstos mis profesores consiguieron encauzar a dos profesores de instituto, dos maestros, un notario, un médico, un matemático,... Y muchos de esos profesores que se dejaron la piel en aquel villorrio eran interinos. Y como bien nacido que quiero ser, les guardo eterna gratitud y, por coherencia, quiero hacer por mis alumnos de la pública lo que ellos hicieron por mí. Hago huelga porque quiero que mis hijos en sus centros públicos tengan a los mejores profesionales, entregados y satisfechos con su trabajo, que vean reconocidos sus esfuerzos (al menos por lo que sabemos lo que cuesta meterse en un aula) y que no se sientan ninguneados, humillados y ultrajados por los que se suponen que los gobiernan. Hago huelga por hartazgo, porque estoy cansado de que hoy siga siendo aplicable lo que le dijeron al Cid hace más de mil años: "Qué buen vasallo si hubiese buen señor". Soy un vasallo, y no me importa, pero ya no tolero servir a ganapanes, fuleros y aprovechados. Hago huelga porque me indigna saber que los que empuñan la guadaña para recortar derechos y servicios públicos, se ven inmunes a ellos, pues los suyos no los van a sufrir, ya que no pisan las aulas públicas. Hago huelga porque me aterroriza leer de Elvira Rodríguez, gerifalte del PP y ex diputado por Murcia, si no me equivoco, que deben reducir en un 10% el peso del sector público en España y que eso les va a obligar a tomar "medidas dolorosas" (para nuestras gargantas, que no las suyas, claro): blanco y en botella, leche. O sea, que en breve nos sorprenderán con que van a privatizar servicios en educación (firmando un concierto con una empresa que les dotará de profesorado por menos de lo que nosotros cobramos, por supuesto, pero pagando una miseria a sus empleados, pues han de lucrarse también estas empresas privadas). La propia presunta "señora" Rodríguez reconocía que al principio se iba a producir destrucción de empleo en el sector público, pero que esperaba que con el tiempo esto se solucionaría con la irrupción del sector privado. Contratando por menos dinero a los despedidos funcionarios públicos, claro. Sólo han de cambiar unas leyes y decretos para que perdamos la condición vitalicia los funcionarios públicos. Y ya vemos las ganas de reformas que traen. (La entrevista a la presunta señora Rodríguez fue publicada, si no yerro, el viernes en la edición digital de El País, por si alguno duda de mis palabras). Hago huelga porque pienso que la Educación no se puede regir por criterios economicistas y aritméticos, por lo complejamente humana y delicada que es. Ya no se me ocurren más razones y, repito, a nadie quiero convencer, sólo he usado este foro para ladrar mi desolación, mi indignación, mi rabia por tener que ponerme a defender yo, un simple funcionario, la enseñanza pública frente al ataque de mis propios superiores: es esquizofrénico total. Gracias. Arístides Mínguez Baños, profesor de un instituto público.

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Hago huelga, porque si este ataque que está sufriendo la Enseñanza Pública lo hubiera perpetrado un partido de

izquierdas, el primero en levantar el grito a los cielos sería yo también, hubiese votado a una corriente o a otra.

Hago huelga porque nací en una familia de trabajadores del campo y taberneros y, si hace poco he podido llegar a

sacar la cátedra, lo más alto a lo que podía aspirar, ha sido gracias a la Enseñanza Pública. Y me han inculcado que de

bien nacidos es ser agradecido.

Hago huelga porque en el pueblaco donde estudié, Elche de la Sierra (4.000 habitantes, perdido en la Sierra del

Segura y a comienzos de los 80), en mi clase del instituto público éramos 35 alumnos: de éstos mis profesores

consiguieron encauzar a dos profesores de instituto, dos maestros, un notario, un médico, un matemático,... Y

muchos de esos profesores que se dejaron la piel en aquel villorrio eran interinos. Y como bien nacido que quiero

ser, les guardo eterna gratitud y, por coherencia, quiero hacer por mis alumnos de la pública lo que ellos hicieron por

mí.

Hago huelga porque quiero que mis hijos en sus centros públicos tengan a los mejores profesionales, entregados y

satisfechos con su trabajo, que vean reconocidos sus esfuerzos (al menos por lo que sabemos lo que cuesta meterse

en un aula) y que no se sientan ninguneados, humillados y ultrajados por los que se suponen que los gobiernan.

Hago huelga por hartazgo, porque estoy cansado de que hoy siga siendo aplicable lo que le dijeron al Cid hace más

de mil años: "Qué buen vasallo si hubiese buen señor". Soy un vasallo, y no me importa, pero ya no tolero servir a

ganapanes, fuleros y aprovechados.

Hago huelga porque me indigna saber que los que empuñan la guadaña para recortar derechos y servicios públicos,

se ven inmunes a ellos, pues los suyos no los van a sufrir, ya que no pisan las aulas públicas.

Hago huelga porque me aterroriza leer de Elvira Rodríguez, gerifalte del PP y ex diputado por Murcia, si no me

equivoco, que deben reducir en un 10% el peso del sector público en España y que eso les va a obligar a tomar

"medidas dolorosas" (para nuestras gargantas, que no las suyas, claro): blanco y en botella, leche. O sea, que en

breve nos sorprenderán con que van a privatizar servicios en educación (firmando un concierto con una empresa

que les dotará de profesorado por menos de lo que nosotros cobramos, por supuesto, pero pagando una miseria a

sus empleados, pues han de lucrarse también estas empresas privadas). La propia presunta "señora" Rodríguez

reconocía que al principio se iba a producir destrucción de empleo en el sector público, pero que esperaba que con

el tiempo esto se solucionaría con la irrupción del sector privado. Contratando por menos dinero a los despedidos

funcionarios públicos, claro. Sólo han de cambiar unas leyes y decretos para que perdamos la condición vitalicia los

funcionarios públicos. Y ya vemos las ganas de reformas que traen. (La entrevista a la presunta señora Rodríguez fue

publicada, si no yerro, el viernes en la edición digital de El País, por si alguno duda de mis palabras).

Hago huelga porque pienso que la Educación no se puede regir por criterios economicistas y aritméticos, por lo

complejamente humana y delicada que es.

Ya no se me ocurren más razones y, repito, a nadie quiero convencer, sólo he usado este foro para ladrar mi

desolación, mi indignación, mi rabia por tener que ponerme a defender yo, un simple funcionario, la enseñanza

pública frente al ataque de mis propios superiores: es esquizofrénico total.

Gracias.

Arístides Mínguez Baños, profesor de un instituto público.