Heidegger Botas de Van Gogh

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  • 7/25/2019 Heidegger Botas de Van Gogh

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    Tomaremos como ejemplo un utensilio corriente: un par de botas decampesino. Para describirlas ni siquiera necesitamos tener delante unejemplar de ese tipo de til.

    Todo el mundo sabe cmo son, pero puesto que pretendemos ofreceruna descripcin directa, no estar de ms procurar ofrecer una

    ilustracin de las mismas. A tal n bastar un ejemplo grco.Escogeremos un famoso cuadro de an !og", quien pint #arias#eces las mentadas botas de campesino.Pero $qu% puede #erse all&' Todo el mundo sabe en qu% consiste un(apato. A no ser que se trate de unos (uecos o de unas (apatillas deesparto, un (apato tiene siempre una suela ) un empeine de cuerounidos mediante un cosido ) unos cla#os. Este tipo de utensilio sir#epara cal(ar los pies. *ependiendo del n al que #an a ser destinados,para trabajar en el campo o para bailar, #ariarn tanto la materiacomo la forma de los (apatos.Estos datos, perfectamente correctos, no "acen sino ilustrar algo que)a sabemos. Pues bien, las botas campesinas las lle#a la labradoracuando trabaja en el campo ) slo en ese momento son precisamentelo que son. +o son tanto ms cuanto menos piensa la labradora en susbotas durante su trabajo, cuando ni siquiera las mira ni las siente. +alabradora se sostiene sobre sus botas ) anda con ellas. As& es comodic"as botas sir#en realmente para algo. Es en este proceso cuandodebemos toparnos #erdaderamente con su carcter.Por el contrario, mientras slo nos representemos un par de botas engeneral, mientras nos limitemos a #er en el cuadro un simple par de(apatos #ac&os ) no utili(ados, nunca llegaremos a saber lo que es de

    #erdad el ser del utensilio.+a tela de an !og" no nos permite ni siquiera armar cul es el lugaren el que se encuentran los (apatos. En torno a las botas de labran(ano se obser#a nada que pueda indicarnos el lugar al que pertenecen osu destino, sino un mero espacio indenido. i siquiera aparecepegado a las botas algn resto de la tierra del campo o del camino delabor que pudiera darnos alguna pista acerca de su nalidad. -n parde botas de campesino ) nada ms. sin embargo...En la oscura boca del gastado interior del (apato est grabada lafatiga de los pasos de la faena. En la ruda ) robusta pesade( de lasbotas "a quedado apresada la obstinacin del lento a#an(ar a lo largo

    de los e/tendidos ) montonos surcos del campo mientras sopla un#iento "elado. En el cuero est estampada la "umedad ) el barro delsuelo. 0ajo las suelas se despliega toda la soledad del camino delcampo cuando cae la tarde. En el (apato tiembla la callada llamadade la tierra, su silencioso regalo del trigo maduro, su enigmticarenuncia de s& misma en el )ermo barbec"o del campo in#ernal. Atra#%s de este utensilio pasa todo el callado temor por tener seguro elpan, toda la silenciosa alegr&a por "aber #uelto a #encer la miseria,toda la angustia ante el nacimiento pr/imo ) el escalofr&o ante laamena(a de la muerte. Este utensilio pertenece a la tierra ) surefugio es el mundo de la labradora.

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    Pero tal #e( todas estas cosas slo las #emos en los (apatos delcuadro, mientras que la campesina se limita sencillamente a lle#arpuestas sus botas. 12i fuera tan sencillo como parece34ada #e( que la labradora se quita sus botas al llegar la noc"e, llenade una dura pero sana fatiga, ) se las #uel#e a poner apenas empie(a

    a clarear el alba, o cada #e( que pasa al lado de ellas sin pon%rselaslos d&as de esta, sabe mu) bien todo esto sin necesidad de mirarlasni de re5e/ionar en nada.!racias a esto la labradora se abandona en manos de la calladallamada de la tierra, gracias a esto est segura de su mundo. Para ella) para los que estn con ella ) son como ella, el mundo ) la tierra sloestn a"& de esa manera: en el par de botas.