Hiperleptinemia en pacientes urémicos sometidos a diálisis ... · TRATAMIENTO CONSERVADOR DE LA...
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UNIVERSIDADE DA CORUÑA
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DA SAUDE
HIPERLEPTINEMIA EN PACIENTES UREMICOS SOMETIDOS A DIALISIS O
TRATAMIENTO CONSERVADOR DE LA UREMIA. ANALISIS DE SUS
DETERMINANTES Y POSIBLE RELACION CON ÉL ESTADO NUTRICIONAL
MEMORIA
Presentada para optar al grado de Doctor en Medicina por
María Teresa García Falcón
Don Fernando Cordido Carballido, Doctor en Medicina, Catedrático de la Escuela
Universitaria de A Coruña y Médico Adjunto de Endocrinología del Hospital Juan
Canalejo de A Coruña
CERTIFSCO
Que la licenciada en Medicina y Cirugía Doña María Teresa García Falcón ha
realizado bajo la dirección de los Doctores en Medicina Doña Ana Rodríguez-Carmona
de la Torre y Don Miguel Pérez Fontán el trabajo titulado .
Hiperleptinemia en pacientes urémicos sometidos a Diálisis o tratamiento
conservador de la uremia. Análisis de sus determinantes y posible relación con
el estado nutricional para optar al grado de Doctor.
Revisado el presente trabajo, como Tutor de María Teresa García Falcón, quedo
conforme con su presentación para ser juzgado como Tesis Doctoral
A Coruña, 30 de Mayo de 2001
Fdo: Dr. D. Fernando Cordido Carballido
II
Doña Ana Rodríguez-Carmona de la Torre, Doctora en Medicina y Médico Especialista
en Nefrología del Hospital Juan Canalejo de A Coruña y Don Miguel Pérez Fontán,
Doctor en Medicina y Médico Especialista en Nefrología del Hospital Juan Canatejo de
A Coruña
CERTIFICAN
Que la licenciada en Medicina y Cirugía Doña María Teresa García Falcón ha
realizado bajo nuestra dirección el trabajo titulado:
Hiperleptinemia en pacientes urémicos sometidos a Diálisis o tratamiento
conservador de la uremia. Análisis de sus determinantes y posible relación con
el estado nutricional
Revisado el presente trabajo, quedamos conformes con su presentación para ser
juzgado como tesis doctoral
A Coruña, 30 de Mayo de 2001
Fdo: Dra. Dña Ana Rodríguez-Carmona Fdo: Dr. D. Miguel Pérez Fontán
III
F1
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• DEDICATORIA
A mis padres
A Angel
A Fede
IV
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AGRADECIMIENTOS
A los Doctores Ana Rodríguez-Carmona y Miguel Pérez Fontán, directores de
este trabajo de investigación, a quienes se debe el diseño del mismo y la constante
supervisión durante su elaboración.
AI Doctor Francisco Valdés Cañedo, quien me inició en la investigación clínica
♦
y me facilitó y estimuló en la realización de esta tesis.
AI Doctor Fernando Cordido Carballido, tutor de esta tesis, por su ayuda y
v
•
orientación en la planificación y realización de la misma.
A todos los miembros del Servicio de Nefrología y laboratorio de Nefrotogía por
su colaboración. .
AI Doctor Juan Ojea de Castro, por su ayuda y buenos consejos.
A mi familia, por su apoyo y comprensión durante la realización de este trabajo.
AI Doctor Alvarez Jorge, por su dedicación, estímulo constante y apoyo
incondicional.
V
ABREVIATURAS
s
v
ANU Aparición de nitrógeno ureico
ATN Aparición total de nitrógeno
ANP Equivalente proteico de la aparición total de nitrógeno
ANPn ANP normalizado
CCr Aclaramiento de creatinina
CCK Colecistokinina
DEXA Absorciometría dual de rayos x
CMBM Circunferencia muscular del brazo medio
DP Diálisis Peritoneal
DPCA Diálisis Peritoneal Continua Ambulatoria
DPA Diálisis Peritoneal Automática
GH Hormona del crecimiento
GHRH Factor estimulador de GH
HD Hemodiálisis
HTA Hipertensión arterial
IGF Factor de crecimiento "insulin-like"
IGF-BP Proteínas transportadoras d.é IGF
IL Interleukina
IMC Indice de masa corporal
IRC Insuficiencia renal crónica
IRCT IRC terminal
NPY Neuropéptido Y
PRE Prediálisis
PT Pliegue tricipital
PTHi Hormona paratiroidea intacta
SNC Sistema nervíoso central
VGS Valoración global subjetiva .
vl
INDICE
•
1 INTRODUCCION ....................................................................................... ^
1. LEPTINA
1.1. Antecentes históricos ......................................................... 2
1.2. Estructura del gen ob ........................................................... 3
1.3. Estructura de la proteína ..................................................... 4
1.4. EI receptor de leptina ........................................................... 5
1.4.1. Descripción ....................................................... 5
1.4.2. Mutaciones del receptor de leptina ................. 7
1.5. Regulación de la producción leptina .................................. 8
1.6. Acciones fisiológicas de la leptina ...................................... 11
1.7. Relación entre leptina y eje GH-IGF-1 ................................. 16
1.8. Papel de la leptina en fisiopatología humana ..................... 18
1.8.1. Leptina en el neonato ...................................... 18
1.8.2. Leptina en la niñez y pubertad ........................ 19.
1.8.3. Leptina y obesidad .......................................... 19
1.8.4. Leptina y la respuesta metabólica y
neuroendocrina a la privación de alimento ............... 22
1.8.5. Leptina en Hipertensión arterial, Diabetes
Mellitus y Enfermedad de ovario poliquístico ............ 23
1.8.6. Leptina y trastornos de alimentación ............... 24
1.8.7. Leptina en otras situaciones clínicas ............... 25
1.9. Regulación hormonal del apetito y la ingesta y del
balance energético .............................................................. 25
1.9.1. Modelo de "depleción-repleción" ....................... 26
1.9.2. Modelo "lipostático" ........................................... 27
1.9.3. Papel del sistema nervioso central. Vías
efectoras centrales ................................................... 27
VII
♦
.
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w
1.10. Leptina y riñón ................................................................... 28
1.10.1. Aclaramiento ................................................. 28
1.10.2. Efectos de la leptina sobre el riñón ........:....... 29
1.10.3. Acumulación de leptina en la IRC ................. 30
1.10.4. Causas de hiperleptinemia en la IRC ............. 31
1.10.5. Consecuencias de la hiperleptinemia
en la IRC ...................................................... 32
2. MALNUTRICION E INSUFICIENCIA RENAL CRONICA ................ 34
2.1. Definición de malnutrición ...............:................................... 34
2.2. Métodos para evaluar el estado nutricional en la IRC ........ 35
2.2.1. Anamnesis y exploración física ....................... 35
2.2.2. Antropometría nutricional ................................. 36
2.2.3. Análisis de composición corporal .................... 37
2.2.4. Mediciones de parámetros bioquímicos ......... 39
2.2.5. Valoración global subjetiva ............................. 41
2.2.6. Adecuación de diálisis. Modelo cinético
de la urea ................................................................... 41
2.3. Causas de malnutrición en la IRC ....................................... 43
2.3.1. Pacientes en prediálisis ................................... 44
2.3.2. Pacientes sometídos a tratamiento con diálisis 48
2.3.2.1. Hemodiálisis ..................................... 48
2.3.2.2. Diálisis peritoneal ............................. 50
2.4. Magnitud del problema ........................................................ 51
2.4.1. Pacientes en Prediálisis ................................... 51
2.4.2. Pacientes en Hemodiálisis ............................... 52
2.4.3. Pacientes en Diálisis Peritoneal ....................... 52
2.5. Significado pronóstico de la malnutrición ............................ 53
2.5.1. Pacientes en tratamiento conservador ............... 53
2.5.2. Pacientes en Hemodiálisis ............................... 54
2.5.3. Pacientes en Diálisis Peritoneal ....................... 55
2.6. Prevención y tratamiento de la malnutrición ........................ 55
2.6.1. Pacientes en tratamiento conservador ............... 55
2.6.2. Pacientes en diálisis ........................................ 56
VIII
........................................................................................ 611 OBJETIVOS
•
^ MATERIAL Y METODOS ........... .... ........ ...................... .................... 63
1. Población estudiada .......................... ...................................................... 64
2. Diseño del estudio ............................ ................................................ 65
3. Marcadores nutricionales ................................................................. 67
3.1. Parámetros antropométricos .......................................:............ 67
3.2. Valoración global subjetiva estándar ................................... 68
3.3. Parámetros bioquímicos ......... .................................................. 69
3.4. Parámetros hormonales ........................................................... 70
4. Función renal ........................................................................................ 72
5. Adecuación de diálisis ............................................................................ 73
6. Estimación de ingesta proteica ........................................................... 74
7. Análisis éstadístico .......................................................................... 75
^, ^ RESULTADOS ................................................................................ 78
,
r
1. Descripción general .................................................................. 79
1.1. Población .................................................................... 79
1.2. Parámetros hormonales ..... ................................................. 81
1.3. Función renal y adecuación de diálisis ............................. 83
2. Determinantes de leptinemia ............ ............................................ 85
2.1. Determinantes básicos de leptina ..................................... 85
2.2. Correlación entre leptina y modalidad de tratamiento,
insulina y diabetes ................ ............................................... 85
2.3. Correlación entre leptina y marcadores de adecuación de
diálisis y funcibn renal ....................................................... 92
2.4. Correlación entre leptina y pérdidas proteicas
peritoneales y renales ...................................................... 94
3. Correlación entre leptina y eje GH-tGF-I ......................................... 96
4. Correlación entre leptina y parámetros nutricionales ..................... 97
IX
•
M
M
M
5. Estudio nutricional comparativo ....................................................... 107
5.1. Análisis univariante ........................................................... 109
5.2. Análisis multivariante ........................................................ 115
1 DISCUSION .................................................................................... 121
1 CONCLUSIONES ............................................................................ 142
1 BIBLIOGRAFIA ............................................................................... 145
X
1 I NTRODUCCIO N
Introducción
•
•
.
•
1. LEPTINA
1.1. ANTECEDENTES HISTORICOS
EI peso y la composición corporal del humano están determinados por una
compleja interacción de factores genéticos, ambientales, de comportamiento y
sociales. No existe un buen modelo para estudiar estas interacciones (1), por lo que la
mayoría de los investigadores se han centrado en modelos simples de
retroalimentación negativa para describir la regulación del peso corporal.
Kennedy, en 1953, propuso la existencia de un mecanismo homeostático
(teoría "del lipostato") (2) basado en la producción una señal periférica, proporcional al
total de tejido adiposo del organismo. Esta señal es comparada con un upunto de
ajuste" por las áreas adecuadas del cerebro, provocando cambios en la ingesta
(apetito) o consumo de energía (actividad física, termogénesis), para devolver los
depósitos grasos a un nivel predeterminado. EI concepto de "set point" constituye una
simplificación, fácil de entender conceptualmente en un sistema de retroalimentación
negativa, pero difícil de probar experimentalmente. ^
®e los numerosos estudios experimentales que se han realizado en animales,
los de parabiosis entre animales obesos y delgados aportaron la información más
interesante. En esta técnica, dos animales son unidos quirúrgicamente a través de
incisiones en el flanco. Hervey, en 1959, observó que la unión de una rata normal con
otra en la que se inducía obesidad mediante lesión del hipotálamo ventromedial,
resultaba en hipofagia y en disminución de peso en el animal normal. Esta experiencia
sugería que el animal lesionado no podía responder a una señal anorexígena
circulante que aumentaba al incrementarse el peso. En cambio, el animal sano
respondía al nivel aumentado de esta "señal de saciedad" reduciendo su ingesta (3).
2
Introducción
v
•
•
•
•
En otra experiencia, la unión de un ratón genéticamente obeso ob/ob con otro
normal, Ilevaba a la pérdida de peso del ratón obeso, lo que sugería que este último
carecía de un "factor de saciedad", relacionado con la grasa, y que era aportado por el
ratón delgado (4).
La parabiosis de un ratón ob/ob con un ratón db/db (un segundo ratón
genéticamente obeso) resultó en pérdida de peso y posterior muerte por inanición del
ob/ob. Esto indicaba igualmente que el ratón ob/ob carecía de la señal adiposa que
aportaba el ratón db/db. También se elaborb la hipótesis de que el ratón db/db era
similar a la rata con lesión ventromedial y no podía responder a su señal de saciedad
endógena (4).
La incapacidad para aislar el factor de saciedad asociado a la grasa hizo que la
teoría "del lipostato" no pudiera ser definitivamente comprobada, y condujo a estudios
de genética molecular sobre los ratones ob/ob y db/db. EI descubrimiento del gen ob y
su producto proteico, la leptina, supuso un elemento de confirmación de esta hipótesis.
1.2. ESTRUCTURA DEL GEN OB
EI gen ob, responsable de la obesidad en el ratón ob/ob, se localizó en el
cromosoma 6(4), y fue posteriormente identificado usando técnicas de clonación
posicional (5). EI gen consta de tres exones separados por dos intrones (6).
EI gen ob del ratón produce un mRNA de 4,5 kb que se expresa en los
adipocitos (5). En animales de experimentación también se ha encontrado expresión
del RNAm ob en glándula mamaria (7), músculo esquelético tras estimulación con
glucosamina (8) y estómago (9).
EI gen ob humano se ha localizado en el cromosoma 7q31.3 (10, 11), y es,
estructuralmente similar al de los roedores. EI mRNA que codifica es de
aproximadamente 3.5 kb, y se expresa fundamentalmente en tejido adiposo (11-13).
3
Introduccibn
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•
m
•
•
Se ha detectado también su expresión en corazón y placenta (11, 14), y en células
epiteliales mamarias en mujeres (15). También se ha sugerido, tras estudios
dinámicos, que existe producción de leptina en el cerebro humano (16, 17).
La expresión del mRNA de leptina en tejido adiposo es unas 20 veces superior
en ratones obesos que delgados (18, 19), y excepto en el ratón ob/ob, que presenta
ausencia de secreción de leptina biotógicamente activa, en los demás modelos
animales de obesidad el incremento de la expresión del gen de la leptina se acompaña
de un incremento en la leptina plasmática (18, 19).
1.3. ESTRUCTURA DE LA PROTEINA
EI producto del gen ob se ha denominado leptina (del griego leptos, que
significa delgado) (20). EI RNA mensajero ob codifica una proteína de 167
aminoácidos, con una señal secretora aminoterminal de 21 aminoácidos (5). La leptina
circula en la sangre como una proteína de 146 aminoácidos con un peso molecular
aparente de 16000. La liberación de leptina parece ser completa tras su síntesis, pues
no se han detectado depósitos significativos en tejido adiposo. La leptina humana es
homóloga en un 84% a la del ratón (5).
Los estudios de estructura terciaria sugieren que la molécula es una proteína
globular similar a las citoquinas hemopoyéticas como interleukinas y factor estimulador
de granulocitos-macrófagos (21). La proteína consta de 4 hélices a y dos cortas (3
unidas por un puente disulfuro entre cisteína 96 y cisteína 146.
La leptina endógena ha sido aislada del suero humano y examinada por
espectrometría (22). La masa molecular determinada por esta técnica es de 16026±9,
y es simílar al valor calculado de la secuencia de DNAc. La digestión de la leptina
endógena no indica que existan modificaciones post-translacionales aparte de la
eliminación de la señal aminoterminal y la formación del puente disulfuro.
4
Introducción
•
•
1.4. EL RECEPTOR DE LEPTINA
1.4.1. Descripción
Un año después del descubrimiento del gen ob, se comunicó la secuencia del
DNAc del receptor de leptina (OB-R) (23). Desde entonces se han identificado distintas
variantes (24, 25).
Inicialmente se incubaron con leptina marcada distintas secciones del cerebro,
observándose una importante actividad en el plexo coroideo del ratón, lo que indica
que el receptor de la leptina se expresa a ese nivel (23). EI líquido cefalorraquídeo es
producido en el plexo coroideo, situado en los ventrículos laterales, tercero y cuarto del
cerebro. Las células epiteliales forman fuertes uniones, constituyendo una barrera que
evita el contacto directo de la sangre y el líquido cefalorraquídeo.
A continuacibn se aisló del plexo coroideo. murino un DNA complementario de
5.1 kb (23), que codifica una proteína de 894 aminoácidos. Este receptor está formado
por tres dominios: extracelular, transmembrana (de 23 aminoácidos) e intracelular (de
34 aminoácidos). Posteriormente se identificó un segundo receptor de leptina en el,
hipotálamo (24), idéntico al del plexo coroideo, péro con un dominio intracelular más
largo (269 aminoácidos más).
EI receptor de leptina es estructuralmente similar a los receptores de las
citoquinas de clase I. EI dominio intracelular del receptor largo contiene un lugar de
interacción "janus kinase" (Jak) y un lugar STAT (signal transducer and activator of
transcription), que son característicos del dominio citoplasmático de estos receptores
de citoquinas, y responsables de la activación de señales intracelulares (26). EI
receptor corto carece del STAT, por lo que, dada su situación, podría actuar en el
transporte de la leptina a través de la barrera hematoencefálica.
Se han identificado otros tres receptores de leptina en el cerebro de ratón. Lee
Ilamó a los receptores corto y largo Ob-Ra y Ob-Rb, respectivamente, describió el Ob-
5
lntroducción
•
•
•
Rc, el Ob-Rd, y el Ob-Re, que carece de dominio transmembrana, por lo que podría
tratarse de una proteína soluble (25).
Los distintos receptores de leptina parecen resultar de un único gen, capaz de
generar distintas formas de la proteína, y situado en el cromosoma 4 del ratón (23-25),
en el mismo fragmento que contiene el locus DB, lo que apoya la hipótesis de que el
gen db es el gen de la leptina.
EI receptor de leptina se ha identificado en otros tejidos aparte del cerebro. EI
dominio extracelular se ha detectado por Northern-Blot en riñón y pulmón, y
débilmente en hígado y músculo esquelético (23). Tanto el receptor largo como el
corto se han detectado por técnica de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) en
hipotálamo, testículo y tejido adiposo (25). EI RNAm para los otros dos cortos, Ob-Rc y
Ob-Rd, se ha encontrado en el tejido adiposo. También se ha detectado RNAm para el
potencial receptor soluble en tejido adiposo, hipotálamo, corazón y testículo (25).
EI ,receptor de leptina humano se clonó originalmente a partir de un cerebro
infantil, utilizando el receptor del ratón como sonda (23). La secuencia deducida de
aminoácidos del dominio extracelular es idéntica en un 78% al receptor de leptina
largo murino, y el intracelular idéntico en un 71 %(23, 24). La secuencia del DNAc del
receptor humano se ha confirmado y localizado en el hipotálamo de adultos (27). En el
hombre aún no se ha descubierto una forma corta del receptor de leptina. Las
relaciones entre el genoma humano y murino sugieren que el receptor de leptina
humano puede localizarse en el cromosoma 1 p31 (28).
Aunque se expresa fundamentalmente en el hipotálamo, recientemente se ha
demostrado que el receptor de leptina también puede expresarse en los vasos
sanguíneos y en cultivos de células endoteliales humanas. Estudio ŝ in vivo e in vitro
sugieren que la leptina tiene actividad angiogénica (29).
Et receptor largo de leptina funciona como lo hacen los receptores de
citoquinas, que estimulan la transcripción genética vía activación de las proteínas
s
Introducción
R
•
r
citosólicas STAT. Ghilardi demostró la capacidad del receptor largo del ratón para
activar las STAT-3, STAT-5 y STAT-6, pero no STAT-1, STAT-2 o STAT-4 (30). Se
necesitan más estudios para conocer cuál de estas activaciones es más importante
para la señal de leptina, y qué genes son activados. Parece que el STAT-3 podría ser
el segundo mensajero más importante utilizado por el receptor largo de leptina en el
hipotálamo (26).
En la circulación la leptina puede estar en forma libre o unida a proteínas
transportadoras. En sujetos delgados, hasta un 50% se encuentra en la forma unida,
mientras en obesos la mayoría está en la forma libre (31). Esto podría deberse a la
existencia de una concentración limitada de proteínas fijadoras de leptina en la
circulación, que no variaría con incrementos en la producción de leptina. EI significado
fisiológico relativo de la leptina unida frente a la libre se desconoce por el momento.
1.4.2. Mutaciones del receptor de leptina
Se ha identificado una mutación en el receptor de leptina hipotalámico en los
ratones db/db (24, 25, 30). EI defecto en el mensaje para el receptor de leptina resulta
en la sfntesis de un receptor largo truncado, que es incapaz de activar las proteínas
STAT in vitro (30). La incapacidad de este receptor db/db para transmitir la señal Ileva
a estos ratones al fenotipo obeso. Efectivamente, al contrario que los ratones ob/ob o
los obesos inducidos por dieta y los ratones normales, los ratones db/db no responden
a la administración exógena de leptina (20, 32-34). En humanos se ha estudiado la
forma larga del receptor de leptina en un grupo pequeño de sujetos obesos y
delgados. En ningún caso se detectó una mutación como la responsable del defecto
en el ratbn db/db, ni como la de la rata fa/fa (27).
En 1997 Gotoda (35) determinó la secuencia completa del DNAc del receptor
de leptina humano a partir de los linfocitos de sangre periférica de 22 pacientes
7
s
•
w
Introducción
obesos, sin que observaran relación entre las variantes halladas y el desarrollo de
obesidad. Los resultados sugieren que el receptor de leptina es normal en personas
obesas, y que las mutaciones en el gen del receptor de leptina no son una causa
común de obesidad en el humano. EI defecto que causa la resistencia a la leptina
podría estar a nivel post-receptor. Podrían existir potenciales errores a nivel de la
transducción de la señal tras la unión de leptina, en la integración de la señal de
leptina con otras señales en el hipotálamo que regulan el balance energético, o en
mecanismos efectores que modifican el balance energético.
En 1998 Clement et al (36) comunicaron una mutación en el gen del receptor
de leptina humano (una transición G-A en la posición +1 del intron 16), causa de
obesidad y disfunción pituitaria. La mutación fue descubierta en una familia
consanguínea de origen argelino, en la que 4 de 9 hermanos presentaban obesidad
mórbida con inicio en los primeros meses de vida.
1.5. REGULACION DE LA PRODUCCION DE^LEPTINA
En 1996, el grupo de Caro determínó mediante radioinmunoensayo la
concentración media de leptina sérica, en sujetos sanos de peso normal y de ambos
sexos, siendo de 7,5±9,3 ng/ml. En el mismo estudio los niveles observados en sujetos
obesos eran cuatro veces superiores (31.3±24.1 ng/ml) (37). Otros estudios
empleando técnicas de inmunoprecipitación y radíoinmunoensayo han mostrado
resultados similares (26). En general, tanto en ratones como en humanos, la
concentración de leptina circulante está determinada por la grasa corporal. Los niveles
de leptina aumentan exponencialmente con el índice de masa corporal (IMC) o el
porcentaje de grasa en el organismo. Además, variaciones pequeñas de la grasa
corporal conllevan variaciones muy grandes en los niveles de leptina (38).
s
Introducción
•
*
Se ha detectado también una influencia del sexo en los niveles de leptina, tanto
en humanos como en roedores, independiente de la masa grasa corporal (26). Las
mujeres presentan niveles más altos que los hombres (39-43). Aunque no se ha
descubierto el mecanismo exacto, las hormonas reproductoras podrían tener influencia
sobre la producción de leptina (42).
Las concentraciones séricas de leptina en niños son similares a las de los
adultos, y también se correlacionan con el índice de masa corporal (44).
EB aporte calórico también es determinante de los niveles séricos de leptina. EI
ayuno, tanto en humanos como en animales, conlleva importantes reducciones en la
leptina sérica en ausencia de cambios apreciables en la grasa corporal (45, 46). AI
contrario, un día de sobrealimentación (120 cal/kg en 12 horas) aumentó la leptina
sérica en ausencia de ganacia de peso (45). Sin embargo en humanos, al contrario
que en roedores (47), no se encontró modificación en los niveles de leptina tras la
ingesta de una comida normal (37), lo que indica que la leptina no es una señal de
saciedad. ^
La composición de la dieta (específicamente macro o micronutrientes, como el
zinc) y algunos factores hormonales también podrían estar implicados en la regulación
de los niveles de leptina (48). Una de las hormonas más ampliamente estudiadas en
relación con la leptina es la insulina. Experimentos Ilevados a cabo en roedores
demostraron que la expresión del RNAm de leptina aumentaba tras la inyección de
insulina, independientemente de sus efectos sobre la glucemia (47). También en
cultivos de adipocitos de rata la insulina estimulaba un rápido e intenso incremento del
RNAm de leptina (47). Estos hallazgos sugieren que la insulina es un regulador
importante de RNAm de leptina en roedores, aunque no se sabe si el efecto es
primario o secundario a los efectos sobre el metabolismo lipídico.
En humanos la situación no es tan clara. Aunque se ha hallado correlación
entre la concentración de insulina en ayunas y leptina sérica (49), los estudios en los
s
Introducción
•
e
w
que se ha investigado un posible papel de la insulina sobre la regulación de la
producción de leptina han proporcionado resultados aparentemente contradictorios.
Experimentos Ilevados a cabo con inducción de hiperinsulinemia de corta duración no
mostraron efecto sobre la liberación de leptina (50-52). Sin embargo se ha visto que la
hiperinsulinemia mantenida a largo plazo conlleva un incremento en los niveles séricos
de leptina (50). Estas observaciones sugieren que, al contrario que en los roedores, la
insulina no tiene un efecto agudo sobre el RNAm de leptina en humanos, y la
capacidad de la insulina de estimular el RNAm de leptina podría ser secundaria a otros
cambios metabólicos inducidos en el adipocito (50). En un reciente trabajo se sugiere
que la insulinemia fisiológica regula de forma aguda la concentración de leptina (53).
También parece que existe una concentración de leptina sérica elevada en situaciones
de resistencia a la insulina, independientemente de la masa grasa corporal (51).
Las tiazolidinedionas son una nueva clase de drogas antidiabéticas que
mejoran la sensiblidad a la insulina, tanto en animales como en humanos. Actúan
uniéndose a un factor de transcripción específico del tejido adiposo PPARy
(peroxisome proliferator-activated receptor ^, y disminuyen la producción de leptina
por adipocitos in vitro e in vivo en modelos animales (26, 48). Se ha estudiado en
humanos el efecto de la administración de troglitazona dos veces al día (200 mg)
sobre la concentración plasmática de leptina en ayunas, sin encontrar cambios, a
pesar de una reducción del 40-50% de la concentración de insulina en ayunas y
postprandial. In vitro, esta sustancia inhibió la producción de leptina aproximadamente
en un 40% y bloqueó completamente la capacidad de la insulina de estimular la
liberación de leptina por adipocitos humanos (54). Serán necesarios más estudios para
entender completamente el efecto de la activación de PPARY en el gen ob y leptina en
humanos.
10
lntroducción
y
•
M
EI isoproterenol y los agonistas de los receptores adrenérgicos p3 reducen la
expresión del RNAm de leptina y los niveles circulantes; y el hábito de fumar, que
induce un estado hiperadrenérgico, también se ha asociado con niveles de leptina
séricos descendidos (26, 28). Asimismo, la infusión de isoproterenol también puede
provocar un descenso en la secreción de leptina en humanos (55).
Los glucocorticoides aumentan la producción de leptina in vitro (48), y la
administración exógena de glucocorticoides produce un aumento sostenido en los
niveles de leptina circulante en humanos (56), sin que esté aún clarificado cuál es el
mecanismo de estimulacibn.
Varias citoquinas, como el factor de necrosis tumoral a, interleukina 1 e
interleukina 6, también alteran la expresión de RNAm de leptina y los niveles
circulantes (48, 57, 58).
Se desconocen aún los factores que puedan influir en la putsatilidad de la
producción de leptina, pero se sabe que sus niveles varían significativamente durante
el día, con un pico noctumo alrededor de las 2 a.m. (59, 60).
1.6. ACCIONES FISIOLOGICAS DE LA LEPTINA
Los hallazgos descritos demuestran que la leptina es un producto secretado
por el tejido adiposo, presente en ta circulación en concentración proporcional a la
masa adiposa. Además, los niveles de leptina se reducen o elevan en respuesta a
pérdidas o ganancias de tejido adiposo y también responden al consumo de energía y
estímulos hormonales. Sin embargo, ninguna de estas observaciones prueba que la
leptina participe en la regulación del balance energético o en el mantenimiento de la
composición corporal. Fue la producción de leptina por tecnología recombinante y su
11
Introducción
administración a ratones la que aportó las pruebas de que la leptina intervenía en la
regulación del balance energético.
La inyección intraperitoneal diaria de leptina a los ratones oblob, que carecen
por completo de la hormona endógena, causó un descenso en el peso corporal,
dependiente del tiempo y la dosis administrada (20, 33). En ratones heterozigotos para
la mutación del gen ob (+l?) o"wild type" (+/+) también se produjo reducción del peso,
pero sólo con las dosis más elevadas (20, 32, 33). En los ratones dbldb no se observó
ningún efecto a las concentraciones empleadas (20, 32).
La pérdida de peso inducida en los ratones ob/ob resultó de un efecto
anorexígeno, con disminución de la ingesta de alimento, y de un aumento en el
consumo de oxígeno, temperatura corporal y actividad locomotora (33). Este efecto
podría resultar de la activación del Sistema Nervioso Simpático, ya que la infusión de
leptina aumenta la actividad nerviosa simpática en el tejido graso pardo, riñón,
músculo y glándula adrenal en ratas (61). La glucosa e insulina también se
normalizaron en los ratones oblob tratados con leptina (33).
EI hipotálamo parece ser el principal lugar de coordinación. de la regulación
metabólica, y donde probablemente la leptina ejerce su efecto sobre el peso corporal.
La administración directa en el ventrículo lateral a través de una cánula
intracerebroventricular produce efecto anorexígeno en ratones oblob, y no provoca
respuesta en ratones db/db (32, 34). En 1995, Stephens et al demostraron por primera
vez alta afinidad de la leptina marcada con I125 por las membranas plasmáticas
hipotalámicas (34) y la inhibición de la liberación de neuropéptido Y(NPY) en una
preparacibn de hipotálamo aislado murino. EI NPY es un péptido de 36 aminoácidos
producido fundamentalmente en el núcleo arcuato del hipotálamo, que provoca una
disminución en el gasto energético, es un estímulo potente para la ingesta de alimento,
y favorece la síntesis y almacenamiento de grasa. Su inyección repetida hipotalámica
causa rápidamente obesidad, y los ratones oblob y db/db tienen mayor expresión del
12
lntroduccibn
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a
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s
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•
gen NPY en el núcleo arcuato (62, 63). La inyección de leptina intraperitoneal en
ratones ob/ob reduce el RNAm de NPY en el núcleo arcuato del hipotálamo un 42,3%
respecto a controles tratados con suero salino, lo que evidencia que en estos ratones
el NPY puede contribuir al síndrome de obesidad (26).
La evidencia de que el NPY juega un papel crucial en la patogénesis de la
obesidad de los ratones ob/ob fue aportada por un estudio en el que se cruzaron
ratones con deficiencia de NPY y ob/ob, para crear ratones con deficiencia de leptina y
NPY, presentando estos ratones un síndrome de obesidad atenuado en un 50%
respecto a los ob/ob, lo que indica que el NPY es necesario para que exista una
completa respuesta a la ausencia de leptina (64).
Sin embargo cada vez hay más datos que indican que el NPY no es más que
uno de los sistemas hipotalámicos de regulación del balance de energía que
responden a la leptina. Los estudios Ilevados a cabo en ratones modificados
genéticamente con ausencia completa de NPY, muestran que son fenotípicamente
normales y con ingesta alimentaria normal. Son sensibles al efecto anorexígeno de la
leptina, lo que sugiere que la regulación centrál del balance energético no está
mediada exclusivamente por el NPY, y que éste no es un requisito absoluto para la
acción de la leptina (65).
Las vías que estimulan la ingesta de alimentos y promueven ganancia de peso,
como la MCH (melanin concentrating hormone), proteína "agouti-related" y orexinas A
y B parecen ser inhibidas por la leptina, activadas durante el ayuno, o ambos. Las vías
que promueven anorexia y pérdida de peso, como CRH (corticotropin-releasing
hormone), melanocortina, CART (cocaíne- and amphetamine-regulated transcript), y
TRH (thyrotropin releasing honnone) son estimulados por la leptina. Así ^ pues, parece
que es un sistema muy integrado y redundante de vías neuronales el que media la
respuesta del sistema nervioso central (SNC) a cambios en la señal de leptina (63).
13
lntroducción
.
•
•
Por otra parte, cada vez hay más evidencias de que puede existir un efecto
directo de la leptina sobre los tejidos periféricos. Varias de las isoformas del receptor
de leptina se expresan en tejidos periféricos (23-25) y las profundas respuestas
biológicas a la leptina en hepatocitos, adipocitos, células hematopoyéticas y células de
los islotes pancreáticos (66) apoyan la existencia de una acción periférica.
Son de especial interés los efectos de la leptina sobre el metábolismo lipídico,
observados en cultivos celulares, ya que sugieren una explicación alternativa para los
efectos beneficiosos que la leptina tiene sobre el metabolismo de la glucosa. La leptina
inhibe directamente la concentración de lípidos intracelulares, al reducir la síntesis de
ácidos grasos y triglicéridos y aumentar la oxidación lipídica (67). Esto podría estar
mediado por un efecto inhibidor de la leptina sobre la Acetil CoA carboxilasa (68). Se
ha sugerido que la leptina, al revertir la acumulación de lípidos en distintos tejidos,
podría tener efectos beneficiosos sobre la resistencia a la insulina y función de células
R pacreáticas, mejorando finalmente la homeostasis de glucosa (67). Aunque estos
efectos directos de la leptina sobre el metabolismo lipídico son consistentes con los
estudios in vivo que muestran que la leptina mejora el balance de glucosa, son
contradictorios con algunos estudios in vitro en los que se observó que la leptina
interfiere con la acción de la insulina (66) .
Otra acción interesante atribuida a la administración de leptina es la corrección
de la esterilidad de los ratones hembra oblob. Se ha postulado que éstas son infértiles
por hipogonadismo hipotalámico, caracterizado por una producción reducida de
hormonas reproductivas, y el defecto no se corrige con la normalización del peso por
restricción dietética. Chehab demostró que la administración de leptina exógena
durante 30 días restauraba la fertilidad de las hembras oblob, aparte de producir
reducción del peso (69). Barash et al encontraron que la administración de leptina a
ratones hembra oblob Ilevaba a un aumento en los niveles de hormona luteinizante y
14
Introducción
•
a
aumento en peso ovárico y uterino. EI tratamiento con leptina en los machos
conllevaba aumento de la concentración de hormona FSH (estimulante folicular), del
peso testicular y de las vesículas seminales, lo que mejoraba la fertilidad (70).
Se podría especular que, debido a la ausencia total de leptina en estos ratones,
el eje hipotálamo-pituitario-gonadal podría considerar al animal demasiado delgado
para la reproducción, aunque en realidad está obeso (19).
Se han hecho estudios en ratones privados de alimento, en los que se
provocan cambios en los ejes adrenal, tiroideo y gonadal acompañando a la reducción
de leptina. En ellos la administración de leptina enmascara estas alteraciones
hormonales y previene el retraso en la ovulación de los ratones hembra inducido por la
inanición, pero no tiene ningún efecto sobre la glucosa plasmática o el peso corporal
(71). En primates también parece que la leptina es una señal metabólica para el eje
reproductor (72). De ser así, la caída de la concentración de leptina podría ser un
mediador importante para iniciar la respuesta neuroendocrina a la privación de
alimento, que es una habilidad importante para la supervivencia de las especies en
épocas de escasez de alimento. La identificación de receptores de leptina en el ovario
sugiere que la leptina podría estar directamente implicada en la función reproductiva
(19).
En el epitelio gástrico de ratas se ha probado la existencia de RNAm de leptina,
y las células epiteliales del fundus gástrico son inmunorreactivas para la leptina. La
administración de alimento y de colecistokinina (CCK)-8, la porción C-terminal activa
de la CCK, provocan una rápida e importante disminución tanto en la
inmunoreactividad de la célula a la leptina como en el contenido de leptina del epitelio
fúndico, con un aumento concomitante en la leptina circulante. Esto indicaría que la
leptina gástrica puede estar implicada en los efectos tempranos activados por la
ingesta de comida y mediados por la CCK, posiblemente incluyendo et reflejo de la
saciedad (9).
15
Introducción
•
EI aporte insuficiente de alimento deprime la función inmune. Los ratones
ob/ob, que no poseen leptina, o los dbldb, que presentan una alteración en su
receptor, presentan una inmunidad celular defectuosa. Una alteración de la inmunidad
celular y niveles reducidos de leptina son características del bajo peso corporal en
humanos. Además, la malnutrición predispone a la muerte por enfermedades
infecciosas. Lord (1998) comunicó que la leptina tiene un efecto específico en la
respuesta de los linfocitos T, regulando su proliferación. La administración de leptina a
ratones revirtió los efectos inmunosupresores provocados por la privación de alimento.
La leptina parece tener un papel en la conexión del estado nutricional y la función
inmune y aporta un mecanismo molecular para explicar la disfunción inmune presente
en la situación provocada por la privación prolongada de alimento (73, 74).
1.7. RELACION ENTRE LEPTINA Y EJE GH-IGF-I
La hormona de crecimiento (GH) ejerce sus efectos sobre los tejidos bien
directamente o a través de los factores de crecimiento insulin-like (IGF),
estructuralmente relacionados con la insulina. Hay dos formas de IGF: I y II. Los
factores de crecimiento forman complejos con proteínas transportadoras de alta
afinidad (IGFBP). Se conocen 6 tipos de IGFBP, pero la IGFBP-3 es a la que se liga la
mayor proporción de IGF.
Los efectos fisiológicos de la GH se han estudiado fundamentalmente tras su
administración a niños con deficiencia de hormona de crecimiento, lo que da lugar a
una rápida reanudación del desarrollo visceral, esquelético y muscular, reflejo de una
estimulación del anabolismo proteico, que resulta en un balance nitrogenado
marcadamente positivo (75). La GH también promueve la lipolisis en el tejido adiposo y
en el músculo, que Ileva a pérdida de la grasa subcutánea en los niños con deficiencia
16
Introducción
•
•
•
de GH tratados. A la vez provoca cambios en el metabolismo de la glucosa, con un
descenso en la sensibilidad a la insulina, que conduce a un incremento en la secreción
de insulina tras ingesta de glucosa. Si existe un trastorno adquirido o congénito de la
secreción de insulina puede producirse diabetes (75). Los efectos anabólicos y sobre
el crecimiento de la GH probablemente estén mediados por la fracción libre de IGF-I.
Las acciones mejor caracterizadas de IGF son sus acciones estimuladoras
sobre la proliferación celular e inhibición de la muerte celular (76). Las acciones
insulin-like de los IGFs muestran algunas diferencias con la insulina,
fundamentalmente una menor potencia hipogtucemiante y falta de inhibición a nivel
hepático de la liberación de glucosa (75, 76).
La GH es uno de los principales reguladores de IGF-I (77). También la insulina,
hormonas tiroideas y el aporte energético y proteico de la dieta pueden regular los
niveles circulantes de IGFs e IGFBP3, sugiriendo que el sistema IGF-I tiene un papel
importante en la regulación del metabolismo energético, más allá de su asociación con
la GH. Sin embargo, el conocimiento de los mecanismos por los que el sistema GH-
IGF-I responde a los cambios de la masa grasa y composición corporal son aún
pobremente entendidos (43, 77, 78) .
Algunos autores han intentado demostrar la existencia de una interacción entre
el sistema GH-IGF-I y la leptina en la regulación de la composición corporal. La
administración de leptina a animales de experimentación y humanos (20, 33, 79, 80)
provoca pérdida de peso. Además, se ha comprobado que existen cambios
circadianos en la concentración de leptina en el plasma humano (59, 60), de forma
similar a los cambios en la secreción de GH (75), y parece que el principal lugar de
acción de la leptina es el hipotálamo (23, 25, 34), que es una región del cerebro
también crítica para la regulación de la actividad de GH.
En distintos trabajos se ha detectado una relación entre los niveles de IGF-I,
IGFBP 3 y leptina (41, 43, 81, 82), pero sin establecer la relevancia fisiológica global
17
Introducción
w
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•
de la interacción entre ambos sistemas. También se ha estudiado la capacidad de la
GH para modificar los niveles de leptina (83-87) pero no se ha podido demostrar un
efecto directo de la GH sobre la producción de leptina, independiente de sus efectos
sobre el tejido adiposo. ^
Por otra parte, se ha planteado la hipótesis de que la leptina podría actuar
directamente sobre el eje hipotálamo-hipofisario, por lo que podría tener influencia
también sobre la liberación de GH. En animales de experimentación se ha encontrado
que la administración de anticuerpos anti-leptina vía intracerebroventricular provoca
una inhibición completa de la liberación de GH (88). En ratas sometidas a ayuno, en
las que la GH cae a niveles muy bajos, la administración de leptina
intracerebroventricular restauró la liberación de hormona del crecimiento. Esto
indicaría que se necesita un cierto nivel de leptina en el líquido cefalorraquídeo para
permitir la liberación normal de GH (88). También parece que esta acción de la leptina
podría ser ejercida actuando sobre las hormonas hipotatámicas reguladoras de GH
(89). Como en general la regulación de la secreción de GH es en humanos^ a la inversa
que en ratas, el papel preciso de la leptina en la regulación de la secreción de GH
precisa de más estudios (78).
1.8. PAPEL DE LA LEPTINA EN FISIOPATOLOGIA HUMANA
1.8.1. Leptina en el neonato
EI nivel de leptina en la sangre del cordón umbilical se correlaciona
positivamente con el peso corporal y la masa grasa del neonato, y es menor en niños
pretérmino y aquellos que son pequeños para su edad gestacional (48). Además de
una señal de las reservas de energía para el cerebro, ta leptina podría regular el
18
Introducción
•
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crecimiento (88) y promover hematopoyesis y linfopoyesis en el recién nacido (90,
91). La leptina también es secretada en la leche y puede pasar del tracto
gastrointestinal a la sangre. Es, pues, posible que la leptina materna pueda, como en
los roedores, tener un cometido en la regulación de la ingesta de alimento o en el
crecimiento del recién nacido (92).
1.8.2. Leptina en la niñez y pubertad
La leptina podría ser una señal para el cerebro de la cantidad de depósitos
grasos necesaria para iniciar la pubertad y mantener los ciclos menstruales y la
capacidad reproductiva (93). En niños normales, los niveles de leptina aumentan antes
de la pubertad, a medida que se incrementa el tejido adiposo, y alcanzan su pico con
el desarrollo de la misma. Por ello se ha sugerido que la leptina puede ser un
desencadenante de la pubertad en humanos (94, 95).
Se ha comunicado la existencia de una mutacíón que inactiva el receptor
humano para la leptina (36). Los pacientes que presentan esta anomalía desarrollan
obesidad mórbida desde los primeros meses de vida. Además los homozigotos para la
mutación no desarrollan espontáneamente la pubertad y presentan bajos niveles de
estradiol y FSH, lo que es consistente con hipogonadismo de origen central (36). Los
primeros casos descritos en humanos de deficiencia congénita de leptina se
encontraban en fase pre-puberal (96), pero más recientemente se ha demostrado la
deficiencia en adultos (97). Estos pacientes presentaban hipogonadismo hipotalámico,
sugiriendo que la leptina es una señal necesaria para el inicio de la pubertad (97)
1.8.3. Leptina y obesidad
Desde la identificación del gen ob el papel de la leptina en el desarrollo de la
obesidad en el hombre ha sido objeto de gran interés. Los efectos dramáticos de la
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Introducción
•
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•
administración de leptina a ratones ob/ob, que carecen de la hormona leptina debido a
una mutación en su gen, levantó expectativas sobre si la obesidad humana podría
ser un estado de deficiencia de leptina, susceptible de ser tratado con administración
de leptina exógena. Aunque se han identificado pacientes con obesidad precoz y
extrema debida a una mutación del gen de la leptina (96, 97), distintos estudios en
poblaciones amplias no han podido demostrar estas mutaciones en la mayoría de los
casos' ( 13, 98, 99), lo que sugiere que las personas con deficiencia de leptina
representan sólo una pequeña fracción del total de obesos.
La mayoría de sujetos obesos tiene niveles de leptina elevados en relación a
individuos de peso normal (37, 39, 40, 50, 51), sugiriendo que la obesidad es resultado
de un estado de resistencia a la leptina en la mayoría de los casos. La identificación de
posibles defectos a nivel de receptor y post-receptor potencialmente responsables de
la resistencia a la leptina, tendría gran significación clínica.
Igual que en los modelos de obesidad murina (24, 25), se ha descrito en una
familia humana una mutación que da lugar a un receptor de leptina truncado, que
carece de dominio intracelular y transmembrana (36). Los pacientes homozigotos para
esta mutación presentan obesidad mórbida de desarrollo precoz, ausencia de
desarrollo puberal, y disfunción de los ejes tiroideo y de la hormona de crecimiento;
desafortunadamente no existe información detallada sobre el funcionamiento de su eje
hipotálamo-adrenal.
Se desconoce la prevalencia de las mutaciones del receptor de leptina en la
población general, pero probablemente es muy baja. La búsqueda de moléculas
capaces de inducir resistencia a la leptina, a nivel de su receptor y posterior, ha
comenzado. Se han detectado dos pacientes con mutaciones de pro-opiomelanocortin
(una molécula que sirve de efector del receptor de leptina) y que presentan obesidad
precoz e insuficiencia suprarrenal (100). Se han observado fenotipos similares
asociados con distintas mutaciones a otros niveles, y se esperan con interés
20
Introducción
..
•
•
resultados futuros por las importantes implicaciones en la patogénesis de la obesidad
humana, que parece un trastorno poligénico (48). .
Otro posible punto de resistencia a la leptina es el transporte a través de la
barrera hematoencefálica. Se han observado diferencias marcadas entre las
concentraciones de leptina en plasma y líquido cefalorraquídeo en sujetos obesos
(101), lo que sugiere que podría desarrollarse obesidad si los niveles de leptina
plasmática exceden la capacidad del sistema de transporte. En algunas cepas de
ratones obesos, dosis de leptina que no tienen efecto administradas periféricamente sí
provocan reducción de peso cuando se administran a nivel intracerebral (102).
Algunas señales periféricas, como los glucocorticoides, pueden interferir
también con la interacción entre leptina y sus receptores y provocar resistencia a la
leptina (62, 103).
Por el contrario, anomalías en la fijación a proteínas plasmáticas o un
catabolismo anormal no parecen ser mecanismos subyacentes para el desarrollo de
obesidad humana, ya que la actividad biológica de la leptina circulante es similar en
sujetos obesos y delgados (104, 105). Además, los anticuerpos antileptina y la
proteina transportadora de leptina no inactivan la leptina en sujetos obesos (66).
Se espera que la clarificación del mecanismo que subyace en la resistencia a la
leptina Ileve a una mejor comprensión de la patogénesis de la obesidad y al desarrollo
de tratamientos específicos y efectivos para este trastorno. De forma parecida, el
esclarecimiento del papel de la leptina como mediadora de la respuesta metabólica y
neuroendocrina de personas obesas a la dieta puede tener importantes implicaciones
clínicas.
21
Introducción
.
•
1.8.4. Leptina y la respuesta metabólica y neuroendocrina a la privación
de alimento
Aunque la mayoría de los clínicos e ínvestigadores ven la leptina como una
hormona antiobesidad, recientemente se ha propuesto que el sistema de la leptina
puede funcionar como un mecanismo adaptativo en un medio donde la disponibilidad
de alimento es limitada. En este contexto, uno de los principales papeles de la leptina
sería conservar la energía mediante la disminución de la termogénesis inducida por las
hormonas tiroideas, y movilizar los depósitos de energía, al incrementar la secreción
de glucocorticoides de estrés. También suprimiría la función gonadal, evitando así las
demandas energéticas del embarazo y la lactancia (62, 71). En un estudio Ilevado a
cabo en ratas, la administración de leptina atenuaba la mayoría de las respuestas
neuroendocrinas usuales en los ratones privados de alimento (supresión del eje
tiroideo y gonadal y estimulación de la actividad del eje adrenal) (71). Se conoce que
este efecto es mediado, al menos en parte, por el NPY (71, 88, 106). Parece que estos
hallazgos también se producen en humanos (48): La deficiencia funcional de leptina
debida a mutaciones del gen del receptor de leptina conlleva anomalías en los ejes
hipotalámico-hipófiso-gonadal y tiroideo. Las variaciones en los niveles séricos de
leptina se correlacionan con cambios en la concentración de hormonas
adrenocorticotropas y cortisol en hombres normales (107) y LH y niveles de estradiol
en mujeres normales (60). Por tanto, una leptinemia disminuida puede estar detrás de
los cambios metabólicos y neuroendocrinos característicos de la anorexia nerviosa y
del tratamiento dietético de la obesidad, y también podría explicar la alta tasa de
fracaso entre las personas que siguen dietas.
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t
1.8.5. Leptina en hipertensión arterial, diabetes mellitus y enfermedad de
ovario poliquístico
Aunque a corto plazo la leptina puede funcionar como un factor diurético y
natriurérico (108), a largo plazo provoca aumento del recambio de norepinefrina y de la
actividad simpática en ratones (61, 109) y humanos (110). En algunos trabajos
experimentales la administración de leptina se asoció a un aumento de la presión
arterial en ratones (109, 111). En el hombre no se ha demostrado todavía de forma
concluyente que la leptina tenga relevancia en la patogénesis de la hipertensión
arterial, si bien se ha sugerido que podía jugar algún papel (112).
La obesidad, la hipertensión arterial y la resistencia a la insulina están
estrechamente unidas en humanos. Sin embargo, aunque la administración de leptina
mejora la resistencia a la insulina en estudios en ratones (113, 114), y la resistencia a
insulina se ha asociado con niveles elevados de leptina en humanos (51), distintos
estudios han mostrado que los niveles de leptina son similares en pacientes con
diabetes mellitus tipo 2 y controles (54, 58, 105). No hay hasta el momento evidencia
de la implicación de mutaciones en el gen de la leptina o su receptor en el desarrollo
de diabetes mellítus tipo 2(98).a
También se ha estudiado el papel de la leptina circulante en pacientes con
síndrome de ovario poliquístico, que se asocia frecuentemente con resistencia a la
insulina. En la mayoría de los estudios los niveles séricos de leptina en estas mujeres
no eran distintos de los de las mujeres normales (115, 116), si bien en un estudio
estas mujeres presentaban niveles de leptina aumentados (117). Sin embargo, dado
que datos recientes indican que la leptina puede afectar directamente al metabolismo
de la glucosa y de los lípidos, y que se han identificado receptores de leptina en los
ovarios (118), se ha propuesto que la acción local de la leptina puede ser más
23
- Intr^oducción
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•
importante que la leptina circulante en la patogénesis del síndrome del ovario
poliquístico y la diabetes tipo 2(48)
1.8.6. Leptina y los trastornos de la alimentación
La anorexia nerviosa es un trastorno grave de la alimentación, caracterizado
por disminucibn de la ingesta calórica, aumento de la actividad física, bajo peso
crónico y resistencia a los esfuerzos para incrementar el peso corporal. La patogénesis
de esta enfermedad potencialmente fatal no es aún totalmente conocida. Se han
detectado múltiples anomalías del sistema neuroendocrino, que en gran parte reflejan
los cambios inducidos por la privación de alimento, e incluyen la activación del eje
hipotálamo-hipófiso-adrenal y la supresión del eje tiroideo y gonadal. Además, hay
alteraciones del eje GH-IGF, con un aumento de la secreción de GH y supresión de la
secreción de IGF-I.
Múltiples estudios en pacientes con anorexia nerviosa han demostrado niveles
séricos de leptina disminuidos, aunque no queda totalmente definida la relación exacta
entre peso corporal y leptina (119, 120). En un reciente estudio longitudinal en mujeres
con anorexia nerviosa (121) se observó que los niveles de leptina sérica eran bajos
antes del tratamiento con respecto a los controles, y no se correlacionaban con el
índice de masa corporal. Tras realimentación y aumento de peso, los niveles de leptina
se elevaron de manera lineal con el aumento del índice de masa corporal, aunque con
tendencia a presentar niveles más elevados que los controles de peso similar.
También se ha sugerido que estos pacientes presentan un transporte de leptina
al líquido cefalorraquídeo superior en presencia de niveles más bajos de leptina sérica
(122). Tras el tratamiento y la ganancia de peso, la persistencia de niveles altos de
leptina en líquido cefalorraquídeo podría explicar las alteraciones neuroendocrinas que
24
lnfroducción
r
•
aparecen en la anorexia nerviosa, y posiblemente se relacionarían con las dificultades
que se observan en la clínica para conseguir recuperar peso y mantenerlo (48, 121).
1.8.7. Leptina en otras situaciones clínicas
Dado que las citoquinas regulan los niveles de leptina circulantes en humanos,
se ha propuesto que ésta podría mediar la caquexia asociada al cáncer o al SIDA (58,
123). Se han medido las concentraciones de leptina sérica en pacientes infectados con
VIH (124), sin resultados concluyentes.
1.9. REGULACION HORMONAL DEL APETITO Y LA INGESTA Y DEL
BALANCE ENERGETICO
Los mecanismos de regulación de la ingesta y el apetito son complejos,
estando implicados distintos neurotransmisores y hormonas. También los nutrientes
absorbidos, como glucosa y ácidos grasos libres, pueden influir en este sistema
directamente a nivel del cerebro (125).
Los mecanismos que regulan la ingesta de alimentos pueden dividirse en
centrales y periféricos, siendo el hipotálamo una pieza clave en el sistema central.
También hay que distinguir entre los mecanismos reguladores a corto plazo -afectados
por la ingesta, y que regulan el apetito en cada comida- y a largo plazo, éstos
implicados en la regulación del peso corporal (125).
Durante los últimos años el estudio de la ingesta de alimento se ha basado
fundamentalmente en dos tipos de modelos (126): el modelo "depleción-repleción" y el
modelo "lipostático"
25
lntroduccibn
.
•
1.9.1. Modelo de "depleción-repleción"
Estos modelos son simples conceptualmente, y proponen que algunos
sustratos nutricionales se encuentran constantemente monitorizados, y su descenso
desencadena el inicio de una comida, que finatizaría cuando los depósitos estuvieran
suficientemente repletos (126). Distintos factores como hábitos, asociaciones
aprendidas, oportunidad y momento del día pueden influir en la cantidad y frecuencia
de la ingesta. Recientemente se ha documentado la existencia de señales generadas
en respuesta a la toma de alimento, los Ilamados "factores dé saciedad", que se
acumulan durante la ingesta y contribuyen a finalizar una comida (63, 125, 126). Se
han identificado varios factores de saciedad endógenos, siendo la colecistokinina
(CCK) uno de los mejores conocidos. La CCK es un péptido que se secreta en el
intestino en respuesta a una comida, y cuando se administra de forma exógena
disminuye la cantidad de alimento ingerido. Otras muchas sustancias pueden estar
implicadas, como péptidos de la familia de la bombesina, y glucagon (125, 126).
Los factores de saciedad pueden inhibir la motilidad gástrica e infonnar al SNC, vía
nervios periféricos (por ejemplo vías aferentes .^vagales) y también a través de
receptores dentro del propio cerebro. Inicialmente esta información relativa a la comida
se transmite al núcleo del tracto solitario, un área del tronco cerebral donde son
integradas las señales aferentes que Ilegan de la lengua (gusto) y aparato digestivo
(126). Después la información neuronal aferente pasa hacia hipotálamo y otras áreas
cerebrales. Aunque estos factores pueden modificar la cantidad de una comida, su
administración repetida no tiene efecto sobre el peso corporal (125, 126), por lo que
tienen, por sí mismos, poca influencia en la estabilidad de la composición corporal a
largo plazo. Esto implica la existencia de otras señales, probablemente proporcionales
a la masa grasa corporal (1, 126), que serían señales "a largo plazo". Estas últimas no
son señales de saciedad, pero actúan durante largos intervalos de tiempo suprimiendo
2s
Introducción
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N
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la ingesta al interaccionar con los estímulos relacionados con las comidas. La
integración del control de la ingesta de alimento en el control del balance de los
depósitos grasos se produce a través de esta interacción entre las señales de la masa
grasa corporal y las señales de saciedad asociadas a la ingesta (126).
1.9.2. Modelo. "lipostático"
Estos modelos proponen que hay señales hormonales generadas de forma
proporcional a la masa grasa corporal (63, 126), que actúan a nivel cerebral
modificando la ingesta de alimento y el gasto energético. Dos piezas fundamentales en
este sistema serían la insulina y la leptina. La concentración de ambas es proporcional
a la masa grasa corporal, si bien la leptina se produce fundamentalmente en el tejido
adiposo y la insulina en las células beta pancreáticas, y ejercen acciones a nivel del
SNC provocando reducción de la ingesta de alimento y pérdida de peso. AI contrario
que las señales a corto plazo, la insulina y la leptina ejercen un efecto sobre el SNC
de inicio lento, con un retraso de horas a días, y que después se mantiene durante
largos períodos de tíempo. Estas hormonas parecen regular la actividad de sistemas
neuronales que tienen gran influencia sobre el balance energético, conocidas como
"vías centrales efectoras" (63). Por ejemplo, en respuesta a la pérdida de peso, la
reducción de estas hormonas tendría como efecto disminuir la eficacia de las señales
de saciedad, suprimir las vías catabólicas y activar las vías efectoras anabólicas (62)
1.9.3. Papel del SNC. Vías efectoras centrales
La regulación del balance energético a largo plazo es Ilevada a cabo mediante
la integración de señales producidas de forma proporcional a la cantidad de tejido
adiposo (leptina e insulina) y las señales reguladoras a corto plazo de la ingesta. Esta
integración se Ileva a cabo en el hipotálamo, que contiene múltiples sistemas
27
Introducción
:
•
•
neuronales importantes en la regulación del balance energético (126). Estos sistemas
pueden clasificarse como anabólicos, cuya estimulación resultaría en un incremento
neto de la ingesta y almacenamiento energético, y catabólicos, cuya estimulación
resultaría en un descenso de almacenamiento energético. Los sistemas anabólicos
actuarían incrementando la ingesta aunque también podrían disminuir el consumo
energético o actuar sobre el metabolismo, favoreciendo la asimilación y
almacenamiento de la energía ingerida. Los catabólicos, por el contrario, promoverían
la movilización de la grasa almacenada y causarían pérdida de peso al aumentar la
lipolisis y termogénesis y disminuir la ingesta de alimentos, o ambos (63, 126).
Como candidatos anabólicos de este sistema efector están: neuropéptido Y,
hormona concentradora de melanina, proteína "agouti-related", orexina A y B,
galanina, beta endorfina, dinorfina, GHRH y norepinefrina. Los glucocorticoides juegan
un papel importante en la regulación del apetito y metabolismo energético (125). Estos
efectos sobre el apetito parecen ser mediados a nivel central a través del neuropéptido
Y, lo que sugiere que son antagonistas endógenos de leptina e insulina én el control
del balance energético (63, 126).
Como candidatos catabblicos implicados en el control hipotalámico del balance
energético están: CRF (factor liberador de corticotropina), MSH (hormona estimuladora
de los melanocitos), CART (Cocaine-and amphetamine-regulated transcript),
bombesina, somatostatina, CCK, TRH (hormona reguladora de tirotropina),
neurotensina y serotonina, entre otros (63).
1.10. LEPTINA Y RIÑON
1.10.1. A^laramiento
La leptina tiene una vida media de 1,6 horas en la circulación en ratas normales
delgadas, y es eliminada fundamentalmente por el riñón (127). En humanos, el
28
Introducción
•
•
•
•
aclaramiento de leptina de la circulación depende de la función renal, según se
desprende de estudios de medición directa de niveles de leptina en aorta y venas
renales (128), existiendo evidencia de una correlación positiva entre la creatinina
sérica y la leptina circulante (129). No parece existir diferencia en la tasa de
aclaramiento entre obesos y no obesos (104). Klein investigó la cinética de la leptina
plasmática en el hombre, y no observó diferencia en los aclaramientos de sujetos _
obesos y delgados. En este mismo estudio la vida media estimada de la leptina fue de
24,9±4,4 minutos, basado en medidas de flujo sanguíneo de tejido adiposo, cálculos
de balance arteriovenoso y tasa de producción de la hormona.
Se sabe poco sobre el aclaramiento de leptina en estados dinámicos como el
ayuno, o sobre el papel relativo de la filtración glomerular frente a la secreción activa
en la eliminación renal de la hormona. ^
1.10.2. Efectos de la leptina en el riñón. Fisiología y fisiopatología renal
Hay que destacar que el riñón es uno de los pocos tejidos extra-neurales que
expresan la forma larga del receptor de leptina. Análisis tipo Northern-Blot han
detectado el dominio extracelular del receptor en riñón y pulmón de ratón (23, 128).
Se conoce poco acerca del posible efecto de la leptina sobre la fisiología renal.
Algunos estudios a corto plazo en animales de experimentación han demostrado un
efecto diurético-natriurético y ahorrador de potasio de la leptina. A largo plazo la
leptina aumenta el recambio de norepinefrina y la actividad del sistema nervioso
simpático (61, 108-110), lo que conlleva un aumento de gasto de energía y de la
presión arterial en roedores (109, 111). Sin embargo todavía no se ha probado que la
leptina tenga efecto en la patogénesis de la hipertensión arterial en humanos, tal y
como se ha sugerido (48,112, 130)
2s
Introducción
•
a
•
Debido a que el receptor de leptina pertenece a la familia de los receptores de
citoquinas clase I, la acción de la leptina podría tener algo que ver en trastornos
inflamatorios del riñón (131).
Un estudio recientemente publicado indica que la leptina puede estimular la
proliferación de células endoteliales glomerulares in vitro e in vivo, y que la
administración de leptina en ratas causa proteinuria y expansión de la matriz
mesangial glomerular. Como la glomeruloesclerosis focal y segmentaria se observa a
veces en pacientes con obesidad mórbida, los autores han sugerido un nexo potencial
entre el sistema hormonal que controla los depósitos grasos corporales y el tamaño y
contenido en matriz mesangial glomerular, implicando a la leptina como posible factor
causal para el desarrollo de glomeruloesclerosis (132).
La leptina también podría esta implicada en la patogénesis de la resistencia a
la insulina. La resistencia a insulina se ha asociado con un incremento en la leptina
plasmática (51) en humanos, hallándose resultados similares en pacientes urémicos
(130). En base a ello, se ha propuesto que la hiperleptinemia de los pacientes
urémicos podría explicar su HTA sodio-sensible y la resistencia a la insulina (130).
1.10.3. Acumulación de leptina en la insuficiencia renal crónica
Distintos estudios indican que los niveles séricos de leptina están aumentados
en los pacientes con insuficiencia renal crónica avanzada, bien sean tratados de
manera conservadora (129, 133-135), con Hemodiálisis (133-135, 137-140) o con
diálisis peritoneal (133, 134, 137, 141).
Como en la insuficiencia renal puede existir una alteración en el transporte de
proteínas, cabría pensar que los niveles elevados podrían deberse a un aumento en la
fracción de leptina unida a proteínas (130). Sin embargo, al menos un estudio ha
demostrado que la leptina circulante se encuentra fundamentalmente en forma libre
30
Introduccibn
•
(128), presentando el mismo peso molecular que la leptina humana intacta (138). No
parece que las proteínas transportadoras o los productos de degradación de la leptina
se encuentren elevados en los pacientes con IRC (131).
1.10.4. Causas de hiperleptinemia en la IRC
Los mecanismos posibles para explicar la hiperleptinemia en estos pacientes
incluyen una alteración en el aclaramiento renal y/o una síntesis aumentada. Se ha
confirmado la presencia de un descenso en et aclaramiento renal de leptina en la
insuficiencia renal (127, 128, 129, 142). No obstante, los pacientes con un bajo IMC
mantienen niveles apropiadamente bajos de leptina (140, 141, 143). Se desconoce
cómo se produce la eliminación de la hormona en estos pacientes, pero la existencia
de receptores de leptina a otros niveles hace pensar que su eliminación mediada por
receptor prodría ocurrir en tejidos no renales (144). La disminución del aclaramiento
renal justifica en parte, pero no totalmente, la elevación de leptina en la IRC. .
Otra posible causa de hiperleptinemia en la IRC es la inflamación crónica (137,
142). Se ha demostrado que las citoquinas pueden inducir un incremento en el RNAm
de leptina y anorexia en animales (123), lo que sugiere que la leptinemia elevada sea
uno de los mecanismos que induce anorexia en estados inflamatorios.
La hiperinsulinemia puede afectar los niveles séricos de leptina en la IRC. La
leptina, la insulina y el peso corporal están interrelacionados, y existe una correlación
directa entre las concentraciones de insulina y leptina en los pacientes urémicos (129,
130, 143) y no urémicos (37, 50). Son necesarios más estudios para aclarar estas
asociaciones.
31
Introducción
•
•
s
1.10.5. Consecuencias de la hiperleptinemia en la IRC
EI significado fisiopatológico de los niveles circulantes de leptina en la IRCT no
está claro. Basado en que la administración de leptina a animales de experimentación
(20) y humanos (79, 80) induce disminución de apetito y pérdida de peso, se ha
propuesto que la elevación crónica de la leptina sérica podría inhibir el apetito en los
pacientes con IRC, y alterar su estado nutricional (130).
Se ha descrito una relación negativa significativa entre albuminemia y tasa de
catabolismo proteico y niveles de leptina en pacientes en diálisis (145). También se ha
sugerido que los niveles elevados de leptina pueden inducir anorexia en pacientes
urémicos con un proceso inflamatorio (137). Sin embargo, otros investigadores no han
podido hallar una asociación entre los niveles elevados de leptina y marcadores de
malnutrición en pacientes con IRC (138, 146).
Aparte de sus acciones sobre el apetito, la leptína también incrementa el
consumo energético, por un efecto estimulador sobre el SNC (114), por lo que la
hiperleptinemia podría ser un factor contribuyente al balance energético negativo en la
uremia (130). No existen aún estudios longitudinales que establezcan definitivamente
una relación causal entre leptinemia y estado nutricional.
Los efectos de la leptina sobre el metabolismo de la insulina son complejos,
pero es posible que la hiperleptinemia también contribuya al estado de resistencia a la
insulina que existe en la IRC (130).
Además de su acción sobre la regulación de la masa grasa corporal,
investigaciones recientes sugieren que la leptina podría también actuar sobre la
proliferación de las células madre hematopoyéticas (29, 90), y podría existir un
sinergismo entre leptina y eritropoyetina (90). La médula ósea contiene adipocitos que
expresan el gen ob. EI contenido de células grasas de la médula ósea puede reflejar
los requerimientos de leptina para la activación de la hematopoyesis (90). Se podría
32
lntroducción
•
•
•
•
especular que en situaciones clínicas en las que existe anemia y producción
insuficiente de eritropoyetina, como la insuficiencia renal, otros factores
hematopoyéticos, como la leptina, podrían incrementar su participación como
estimuladores de la eritropoyesis (147).
33
Iníroducción
.
•
•
•
2. MALNUTRICION EN LA INSUFICIENCIA RENAL CRONICA
En los últimos años el número de pacientes portadores de insuficiencia renal
crónica tratados con diálisis ha aumentado sustancialmente. Los criterios de admisión
en programas de diálisis se han ampliado de forma importante, por lo que los
pacientes presentan frecuentemente edad avanzada, diabetes con repercusión
orgánica importante y enfermedades crónicas debilitantes. A pesar de los avances en
la tecnología de diálisis, la tasa de mortalidad continúa siendo alta, al igual que la
morbilidad, incluyendo frecuentes hospitalizaciones y estado funcional y calidad de
vida disminuidos (148). Los pacientes con IRC presentan una elevada incidencia de
malnutrición (149, 150-152), y numerosos investigadores consideran que la
malnutrición energético-proteica juega un papel muy importante en la evolución de
estos pacientes, asociándose a una morbilidad y mortalidad aumentada (153-160).
2.1. DEFINICION DE MALNUTRICION
La malnutrición energético proteica se desarrolla cuando las necesidades del
organismo de proteínas, energía o ambos no pueden ser satisfechas por la dieta.
Generalmente las deficiencias proteicas y energéticas coinciden, pero a veces
predomina una sobre la otra, dando lugar a los síndromes clínicos de kwashiorkor
(deficiencia proteica fundamentalmente, caracterizada por concentraciones bajas de
albúmina y otras proteínas séricas) o marasmo (deficiencia fundamentalmente
energética, con pérdida de los depósitos proteicos somáticos y mantenimiento de la
concentración de proteínas viscerales relativamente normal. hasta fases muy
avanzadas). La superposición de estrés agudo sobre una malnutrición preexistente de
cualquier tipo puede Ilevar a una forma severa de malnutrición Ilamada malnutrición de
tipo combinado marasmo-kwashiorkor. En formas leves es difícil reconocer cuál es el
déficit que predomina (161, 162).
34
Introducción
a
•
La malnutrición puede resultar de una ingesta disminuida (primaria) o ser
secundaria, cuando se debe a otras enfermedades o situaciones que conllevan ingesta
disminuida, inadecuada absorción o utilización de nutrientes, aumento en los
requerimiento nutricionales y/o pérdidas aumentadas. EI desarrollo de malnutrición
puede ser relativamente rápido, como en la privación abrupta de alimento, o gradual.
(162, 163).
2.2. METODOS PARA EVALUAR EL ESTADO NUTRICIONAL EN
PACIENTES CON IRC.
La evaluación cuidadosa del estado nutricional de estos pacientes es importante
para detectar deficiencias nutricionales y establecer las medidas adecuadas
precozmente (149). La valoración inicial se basa en la anamnesis, exploración clínica y
el estudio antropométrico, junto con marcadores bioquímicos y métodos de análisis de
composición corporal.
2.2.1. Anamnesis y exploración física
Nos ofrecen indícios importantes para valorar el estado nutricional. La
progresión^ de la insuficiencia renal crónica conlleva un descenso en la ingesta
energética y proteica (152), por lo que es importante realizar un seguimiento estrecho
de la función renal en estos pacientes. La aparición de síntomas como la falta de
apetito suele asociarse con una función renal muy deteriorada.
La obtención de una historia dietética es un primer paso de gran interés, y
aporta información muy importante, si bien muestran gran variación individual y no es
absolutamente fiable para una valoración cuantitativa de la ingesta (149, 151).
35
Introducción
•
•
La ingesta proteica se puede valorar de forma indirecta a través de la "aparición
de nitrógeno ureico" (ANU) o ATN (aparición total de nitrógeno). ATN es la suma de
todas las pérdidas de nitrógeno del cuerpo, incluyendo dializado, orina, heces,
vómitos, etc, y los cambios en el nitrógéno ureico corporal. En pacientes que están en
balance de nitrógeno neutro, la ATN se correlaciona estrechamente con la ingesta de
nitrógeno. La medición directa de la ATN precisa una metodología laboriosa y cara, y
no tiene utilidad en la práctica médica habitual. Ya que la urea es el principal producto
nitrogenado de la degradación proteica y de aminoácidos, se puede usar la ANU para
estimar la ATN y la ingesta de nitrógeno. ANU es el total de nitrógeno ureico que
aparece o se acumula en los líquidos orgánicos y pérdidas (p. ej. orina, dializado,
drenaje por una fístula) (164).
Se han desarrollado fórmulas que correlacionan ingesta proteica, ATN y ANU,
permitiendo su estimación rápida a partir de medidas no costosas de ANU (165, 166).
Aunque la correlación entre estos parámetros es fuerte, la fórmula puede no predecir
exactamente el ATN si el paciente tiene pérdidas importantes de proteínas al dializado,
o excreción de amoníaco urinario elevado, es una mujer embarazada o tiene balance
proteico no neutro (166).
La ingesta proteica estimada a partir de la ANU se ha denominado en la
literatura de diálisis clásicamente tasa de catabolismo proteico, término que está
siendo sustituido por equivalente proteico de la aparición total de nitrógeno (ANP).
Para la comparación de ANP con los estándares se suele calcular el ANP normalizado
para el volumen de distribución de la urea (ANPn) (166).
2.2.2. Antropometría nutricional.
Se basa en el estudio de un reducido número de medidas somáticas. Puede
aportar información importante, sobre todo si se realizan mediciones de forma seriada,
36
Jntroducción
•
•
•
•
para detectar cambios en los pacientes a lo largo del tiempo (149), y la sencillez de la
recogida de datos.constitye una ventaja adicional.
n Determinación del peso corporal y la talla. Es la técnica más sencilla, y si el
paciente no está edematoso sirve para valorar el estado nutricional. Se usa
frecuentemente el índice de masa corporal (peso/estatura2 ), niveles por debajo de
19 y por encima de 28 se asocian con morbilidad y mortalidad incrementadas
(167).
n Pliegues cutáneos. La medida del espesor del pliegue cutáneo permite estimar con
bastante precisión la cantidad de grasa subcutánea. En la clínica los más
empleados son el pliegue tricipital y subescapular, que estiman la obesidad
generalizada o periférica y troncular, respectivamente.
n Circunferencias. La medida de algunas circunferencias permite obtener
información indirecta sobre el crecimiento y maduración de determinados órganos
y sobre la situación de los compartimentos graso y muscular. La circunferencia del
brazo es la de mayor interés en antropometría nutricional. Dado que ésta depende
de los compartimentos graso y muscular en el brazo, se han ideado fórmulas para
estimar el área muscular y grasa a este nivel. Hay otras circunferencias con
utilidad para el estudio del patrón de distribución de la grasa, como son la
circunferencia de la cintura, cadera y muslo. Muchas de estas medidas se pueden
combinar para calcular índices que describen niveles de composición corporal,
estado nutricional o riesgo de enfermedad (167, 168). Los resultados deben
compararse con los de referencia para una población sana (169).
2.2.3. Análisis de composición corporal
Actualmente se dispone de distintos métodos precisos y fiables para valorar la
composición corporal, que incluyen:
37
Introducción
•
•
•
•
n Métodos indirectos
. Impedancia bioeléctrica. Esta técnica mide diferencias en la conductividad
eléctrica entre el compartimento graso y el tejido libre de grasa. Tiene la
ventaja de ser no invasiva y simple en su realización, pero su mayor limitación
es la incapacidad para diferenciar agua extra e intracelular y para detectar el
edema, importante en pacientes con insuficiencia renal, que tienen dificultades
de manejo del agua corporal (167).
• Hidrodensitometría. Estima la composición corporal usando la densidad global
del cuerpo. Es un método muy preciso, pero de fiabilidad y utilidad clínica
limitadas (167).
n Métodos directos. Entre éstos se incluyen la activación de neutrones, tomografía
computada, resonacia magnética y la absorciometría dual de rayos X(DEXA). Esta
última mide la composición corporal como 3 compartimentos: masa grasa, masa libre
de grasa, y hueso. Las medidas seriadas en situaciones de hidratación similares
parecen ser útiles en la clínica, incluso para pacientes renales (149).
Las mediciones mediante estas técnicas tienen limitaciones. La DEXA, la
activación de neutrones o hidrodensitometría son caras, implican radiación, no son
rápidas y son difíciles de Ilevar a cabo.
Para la mayoría de pacientes con IRC que son seguidos en un hospital las
medidas del pliegue, circunferencia del brazo y peso corporal son las más simples,
menos costosas y más rápidas, y aportan información útil y fiable sobre cambios en la
situación nutricional.
Aunque no está totalmente establecido, generalmente las mediciones de
composición corporal en los pacientes en diálisis se realizan inmediatamente después
de una sesión de Hemodiálisis para evitar oscilaciones debidas a cambios en el
contenido de agua corporal. En los pacientes en DP deben Ilevarse a cabo con la
cavidad abdominal vacía.
38
lntroducción
•
•
2.2.4. Mediciones de parámetros bioquímicos
A causa de su simplicidad son de los más empleados para valorar el estado
nutricional de los pacientes con IRC.
• La albúmina sérica es uno de los índices nutricionales más estudiado en casi todas
las poblaciones de pacientes, probablemente por su disponibilidad y fuerte asociación
con la evolución (170), particularmente en los pacientes en diálisis (153-157, 159,
171).
Para su interpretación hay que tener en cuenta que la hipoalbuminemia es una
manifestación relativamente tardía de malnutrición, pues tiene una vida media larga,
alrededor de 19 días, y también los cambios en el volumen extracelular representan
una fuente potencial de error (149). ^
La concentración de albúmina en los pacientes con IRC viene determinada por
varios factores, fundamentalmente la tasa de síntesis y las pérdidas euternas, bien a
través del hemodializador, como consecuencia de la reutilización de dializadores (172,
173) o a través de la membrana peritoneal en los pacientes en DP (174). La
disminución de la síntesis de albúmina puede deberse a una ingesta proteica baja, a la
presencia de inflamación, o a la combinación de ambas (175). En muchos pacientes
con IRC hay evidencia de activación de una respuesta inflamatoria (175). En los
últimos años se está prestando mucha atención a la inflamación sola o en combinación
con la malnutrición, sugiriendo que pueden jugar un papel muy importante en la
hipoalbuminemia de los pacientes en diálisis (175). Se ha comprobado en distintos
trabajos una correlación negativa entre marcadores de inflamación (proteína C
reactiva) y albúmina (176, 177, 178) en la IRC, y más prevalencia de signos de
inflamación en pacientes malnutridos (179). Hay datos que indican que la HD con
membranas bioincompatibles puede activar una respuesta inflamatoria (180), que
39
Introducción
•
•
•
♦
también podría deberse a la presencia de una infección no evidente clínicamente
(177). Otra hipótesis apunta a que el "medio urémico" per se tiene que ver en el
desarrollo de inflamación-malnutricibri (179). Así, la hipoalbuminemia podría reflejar en
esta población una combinación de "malnutrición-inflamación", lo que explicaría la falta
de respuesta al tratamiento nutricional en muchos de estos pacientes (175).
• Otras proteínas séricas usadas en la valoración del paciente con IRC son:
n Transferrina. Se considera un marcador sensible, y relativamente precoz, de la
concentración de proteínas séricas viscerales. Se ha sugerido que cifras por
debajo de 150-200 mg/dL se asocian a malnutrición (151, 181, 182), pero
puede también alterarse en presencia de otras enfermedades
(gastrointestinales, insuficiencia cardíaca), por el empleo de eritropoyetina y
tratamiento con hierro, así como en estados inflamatorios (149, 178, 181, 182 ).
n Prealbúmina. Es una proteína plasmática de recambio plasmático rápido (2-3
días) y depósitos relativamente pequeños, muy sensible para detectar cuadros
agudos e incipientes de malnutrición en la población general, también usada en
los pacientes con IRC (149). En estudios Ilevados a cabo en pacientes en
diálisis la prealbúmina se correlacionó adecuadamente con otros parámetros de
malnutrición y fue un predictor independiente de mortalidad en estos pacientes
(156, 157, 183). Un nivel plasmático por debajo de 29 mg/dl se considera
evidencia de malnutrición (149, 181, 182). Para su interpretación también hay
que tener en cuenta que su concentración puede verse influenciada por
enfermedades hepáticas, función renal y estados inflamatorios (149, 178).
n IGF-I. Se ha propuesto como otro índice de estado nutricional en los pacientes
en diálisis (151, 181, 184, 185), y niveles por debajo de 200 ng/ml
generalmente se asocian con otros signos de nutrición deficiente (182, 186).
40
Introducción
n Niveles bajos de colesterol sérico, urea, creatinina, potasio y linfocitos totales
también se consideran marcadores de malnutrición en esta población (149,
181, 182).
2.2.5. Valoración global subjetiva (VGS).
La combinación de distintos marcadores para realizar una evaluación global del
estado nutricional ha Ilevado al concepto de la VGS (187), que ha mostrado ser útil en
diferentes poblaciones, incluidos los pacientes urémicos, en los que probablemente la
valoración de un marcador nutricional único es insuficiente para detectar alteraciones
del estado nutricional (151, 188, 189). La VGS incluye varios marcadores, pero se
basa fundamentalmente en la evaluación clínica, a través de la historia clínica (pérdida
de peso, síntomas gastrointestinales, pérdida de capacidad funcional debido a la
malnutrición, y factores comórbidos). De la exploración física se valora la pérdida de
grasa subcutánea y masa muscular, y la presencia de edema o ascitis. En los últimos
años este método ha sido validado en distintos estudios en pacientes urémicos en
diálisis (150, 171, 176, 189, 190-192) y en tratamiento conservador (179, 193), y se
puede considerar como el método más útil en esta población.
2.2.6. Adecuación de diálisis. Modelo cinético de la urea
En los últimos años se ha comprobado la importancia de administrar una dosis
adecuada de diálisis, tanto en HD como en DP, para mejorar la evotución de los
pacientes dializados (151, 153, 171, 194-196).
Es difícil definir el concepto de diálisis adecuada con una explicación única. Se
podría decir que es aquella que consigue una alta supervivencia, baja morbilidad y una
mejor calidad de vida, así como adecuada corrección de las alteraciones metabólicas y
41
lnrroducción
i
•
sistémicas del síndrome urémico, con ausencia de efectos adversos a corto y largo
plazo y un adecuado estado de nutrición (197, 198).
Se ha intentado definir la diálisis adecuada con criterios clínicos, biológicos y
químicos y con diferentes combinaciones de los anteriores. También se han
desarrollado métodos matemático-estadísticos que sirvieran como índice de control.
En HD el estudio de adecuación en diálisis ha ocupado a los investigadores
desde hace más de dos décadas. La concentración de solutos de pequeño peso
molecular ha sido correlacionada adecuadamente con los parámetros clínicos y la urea
es un buen marcador de estos solutos. Sin embargo, los niveles sanguíneos de urea
no constituyen una guía fiable, pues dependen, fundamentalmente, de la generación
de urea, del volumen corporal y de su aclaramiento por el dializador (197, 198).
AI sistema que integra estas variables se le conoce como modelo cinético de la
urea, y se considera un método racional, práctico y fiable para definir la diálisis
adecuada e individualizar la dosis de diálisis requerida por cada paciente (197).
En HD la cantidad de urea eliminada se relaciona fundamentalmente con la
duración de la sesión de HD, con el tipo de dializador empleado y el flujo sanguíneo y
de dializado. La extracción o aclaramiento de urea es igual al aclaramiento de urea por
el dializador, multiplicado por el tiempo de tratamiento y dividido por el volumen de
distribución de la urea, por lo que la dosis de diálisis puede ser expresada como KtN,
siendo K el aclaramiento de urea del dializador, t el tiempo de HD y V el volumen de
distribución corporal de la urea. EI volumen de distribución de la urea es
aproximadamente el del agua corporal. Desde el punto de vista matemático el KtN
está relacionado con el cociente de urea post/pre diálisis (R) y con el peso corporal y
el líquido ultrafiltrado durante la diálisis. Se han desarrollado distintas fórmulas para
estimar el Kt/V de forma sencílla a partir de estos valores (199, 200-204), teniendo en
cuenta factores de distorsión como el rebote de la urea tras la sesión de Hemodiálisis.
42
Introducción
s
•
En los pacientes que continúan manteniendo una cierta función renal residual
se puede calcular cuál es su contribución a la dosis de diálisis, hallando un KT o Kt/V
corregido, que representa el aclaramiento total de urea (199).
Mientras que en HD está bien establecido que la mejor expresión de la
adecuación de la HD se realiza en términos de aclaramiento fraccional de urea (KtN),
aún no se ha establecido de manera universal cuál es el mejor método para valorar la
adecuación de la Diálisis Peritoneal (198). Se han propuesto, sin embargo, estándares
de adecuación, tanto en términos de acláramiento de urea como de creatinina (205)
La fórmula de consenso empleada (206) es el aclaramiento semanal total de
urea, es decir, peritoneal más urinario (KtN total semanal).
EI aclaramiento semanal total de creatinina se estandariza para superficie
corporal (litros/semana/superficie corporal), y también valora, aparte del aclaramiento
de creatinina peritoneal, la contribución de la funcibn renal residual (205). Hay distintas
fórmulas para valorar la contribución del aclaramiento de creatinina renal residual al
total. Dado que con niveles bajos de función renal sólo el 60 0 70% del aclaramiento
renal residual de creatinina corresponde a la filtráción glomerular, una de las más
extendidas recomienda añadir el 60% de esta cifra al CCr peritoneal, o bien emplear
una media del aclaramiento de urea y creatinina (205, 207).
2.3. CAUSAS DE MALNUTRICION EN LA IRC
Existen numerosos factores que juegan un papel importante en el desarrollo de
malnutrición en los pacientes con IRC. Muchos de ellos actúan de forma simultánea en
la progresión de nutrición subóptima a malnutrición evidente. Distintos factores se
solapan durante las distintas fases de tratamiento de la IRC, y, mientras algunos
43
•
•
Introducción
pueden resolverse instaurando medidas oportunas, el efecto de otros permanecerá
durante todas las fases de la IRC.
2.3.1. Pacientes con IRC en situación pre-diálisis
Las causas fundamentales de malnutrición proteico-calórica en los pacientes
con IRC sometidos a tratamiento conservador incluyen:
2.3.1.1. /ngesta de nutrientes reducida
Es debida fundamentalmente a la anorexia, y aún no se conocen totalmente
sus causas. Puede estar inducida por la insuficiencia renal per se, enfermedades
acompañantes como la diabetes, y por trastornos psicológicos como la depresión.
Otros problemas como ausencia de piezas dentarias o incapacidad para adquirir o
preparar comidas pueden influir (149). La restricción de la ingesta proteica
habitualmente prescrita a estos pacientes también puede contribuir a la malnutrición si
no se monitoriza adecuadamente su estado nutricional (152, 208).
2.3.1.2. Comorbilidad
Las enfermedades crónicas que frecuentemente presentan estos pacientes
(enfermedad cardiovascular, diabetes, enfermedad pulmonar crónica, etc) pueden
contribuir a la malnutrición al inducir un estado hipercatabólico y reducir la ingesta
(176, 209, 210). Por ejemplo los pacientes con IRC secundaria a diabetes mellitus, que
es una de las causas principales de IRC, tienen una incidencia de malnutrición mayor
que los no diabéticos, de origen probablemente multifactorial, en relación con la
gastroparesia, insuficiencia pancreátíca y síndrome nefrótico (181). También las
frecuentes enfermedades intercun-entes que se dan en esta población tienen
consecuencias similares (149).
44
Introducción
•
•
•
2.3.1.3. Trasfornos hormona/es
En la IRC se producen varios trastornos hormonales, algunos de los cuales
influyen en el desarrollo de malnutrición.
Los pacientes con IRC presentan intolerancia a la glucosa, debido
fundamentalmente a un defecto en la secreción de insulina y una resistencia periférica
a la accibn de la misma (211). Este estado de resistencia a la insulina parece deberse
a un defecto post-receptor (212). EI metabolismo de la insulina está comprometido
tanto a nivel hepático como renal en la IRC. En pacientes con IRC avanzada la vida
media de la insulina se alarga considerablemente, pudiendo dar lugar a hipoglucemias
(149, 181, 211).
Los pacientes con IRC presentan un déficit en la secreción insulínica por los
islotes pancreáticos. Los niveles de hormona paratiroidea (PTH) se han relacionado en
numerosos trabajos con la eficacia secretora de los islotes pancreáticos. La variable
tolerancia a la glucosa de estos pacientes puede ser debida en parte a los niveles de
PTH y su influencia sobre la producción de insulina. También parece que la 1,25
(OH)2D3 puede tener influencia sobre la misma (211).
Se ha investigado una posible implicación de la resistencia a la insulina en la
síntesis y/o degradación proteica en la uremia. Un mecanismo potencial que uniría la
resistencia a la insulina y la degradación proteica incrementada podría ser la
disminución de la captación de glucosa mediada por insulina y el incremento de la
glucolisis y liberación de lactato en el músculo (181). La concentración elevada de
hormona paratiroidea también se ha considerado un posible factor catabólico en la IRC
(213).
Recientemente se han descrito anomalías en el eje de la hormona de
crecimiento e IGF-I que podrían tener importancia en el desarrollo de malnutrición en
la IRC (214). Las concentraciones plasmáticas de GH aumentan al progresar la
insuficiencia renal, probablemente al reducirse su aclaramiento, pero se asocia al
45
Introduccibn
i
•
•
M
desarrollo de resistencia a las acciones de la hormona a nivel celular (214). En
estudios experimentales se ha demostrado que en la uremia existe una expresión
reducida de RNAm del receptor de GH, así como de RNAm de IGF-I. Esto implicaría
que los efectos anabólicos de estas hormonas estarían atenuados en esta situación.
Las anomalías en la concentración de leptina, recientemente descritas, podrían
tener, teóricamente, algún efecto sobre el proceso metabólico, incluyendo el apetito y
el estado nutricional (144).
2.3.1.4. Metabolitos tóxicos
La acumulación de metabolitos tóxicos en la uremia puede producir
malnutrición. Se conocen más de 120 de estos productos, y probablemente algunos
son bioactivos y pueden tener acciones catabólicas o antianabólicas (209). La acidosis
metabólica, frecuente en la IRC, provoca un aumento en el catabolismo proteico,
suprime la síntesis de albúmina y promueve un balance nitrogenado negativo (149).
2.3.1.5. Pérdida de la actividad metabólica del riñón
EI riñón es uno de los órganos metabólicamente más activos. Degrada y
sintetiza múltiples compuestos biológicamente activos, incluyendo aminoácidos,
péptidos, glucosa y ácidos grasos. La interrrupción de estos procesos puede alterar el
estado nutricional (209).
2.3.1.6. Respuesta ínf/amatoría
Algunos estudios recientes sugieren que hay una asociación importante entre
estado nutricional e inflamación (175, 178, 193, 215, 216), si bien el nexo
fisiopatológico entre estas dos condiciones permanece sin aclarar aún por completo.
Recientemente se ha establecido que una elevación de la concentración plasmática de
proteína C reactiva (parámetro ampliamente empleado como marcador de inflamación)
46
Inrroducción
♦
•
•
se asocia con un riesgo elevado de enfermedad cardiovascular en sujetos sanos
(217). También se ha comunicado que la proteina C reactiva elevada es un factor de
riesgo de hospitalización en pacientes en diálisis (178).
Los niveles de proteína C reactiva se encuentran elevados en pacientes en
diálisis (176) y prediálisis (179). Estos niveles parecen ser reflejo de de la generación
de citoquinas proinflamatorias como interleukina (IL)-1, IL-6 y factor de necrosis
tumoral a(TNF-a), que también se hallan elevadas en los pacientes con IRC
sometidos a tratamiento conservador o HD (193, 218). Está documentado que los
niveles aumentados de citoquinas pro-inflamatorias pueden causar malnutrición a
través de una estimulación del catabolismo proteico y reducción de la síntesis proteica,
y mediante el desarrollo de anorexia (215), que en parte podría deberse a un aumento
en la expresión de la leptina (57).
Las causas potenciales para el desarrollo de la respuesta inflamatoria en la IRC
incluyen la aparición de infecciones, hemorragias, o la enfermedad subyacente per se.
Parece razonable considerar que existe un nexo estrecho entre la respuesta
inflamatoria de fase aguda y la malnutrición, y que podrían contribuir a la elevada
mortalidad cardiovascular de los pacientes con IRC. Algunos autorés sugieren
distinguir dos tipos de malnutrición: tipo 1, asociado con la uremia per se y el tipo 2,
en el que frecuentemente hay asociada comorbilidad, como insuficiencia cardíaca
crónica; y una respuesta inflamatoria, evidenciada por un nivel elevado de proteína C
reactiva y citoquinas proinflamatorias. En la mayoría de los casos probablemente
existe un tipo mixto de malnutrición (219).
La respuesta inflamatoria, a través de mecanismos mediados por citoquinas,
causa reducción del compartimiento graso y muscular y altera las concentraciones de
proteínas séricas en forma similar a la observada en la malnutrición calórico-proteica.
Parámetros bioquímicos generalmente empleados como marcadores nutricionales
47
Introducción
•
•
tales como albúmina, prealbúmina y transferrina, son también reactantes de fase
aguda, y su concentración se afecta de forma importante en la respuesta inflamatoria.
Esto contribuiría a complicar la evaluacibn de la malnutrición en la IRC, siendo preciso
recurrir a otras proteínas de fase aguda, fundamentalmente la proteína C reactiva.
(215, 216).
2.3.2. Pacientes sometidos a tratamiento con diálisis
Muchos de los factores que predisponen a malnutrición en los pacientes
tratados de forma conservadora continúan actuando tras el inicio de tratamiento
sustitutivo. Según distintos estudios de balance metabólico, los pacientes sometidos a
diálisis precisan, en general, una ingesta proteica mínima en tomo a 1,2 g/kg/día, lo
que supone una cantidad superior a la de la población sana (174, 195, 220-222). La
ingesta calórica recomendada depende del grado de actividad física. No hay evidencia
de que los requerimientos energéticos de los pacientes en diálisis sean
significativamente diferentes de los sujetos sanos. Se suele indicar una dieta que
contenga en torno a 35 kcal/kg peso/ día.
2.3.2.1. Factores re/acíonados con la Hemodiálísis
La Hemodiálisis ha sido considerada tradicionalmente como un proceso
catabólico. La pérdida de nutrientes es un componente importante del catabolismo
asociado a la diálisis. Se han documentado pérdidas de 5 a 8 gramos de aminoácidos
durante cada sesión usando dializadores de baja permeabilidad, que aumentan en un
30% si se emplean membranas de alta permeabilidad. También se ha comprobado la
existencia de pérdidas de albúmina con la reutilización de dializadores (172, 173).
Asimismo se producen pérdidas de glucosa y vitaminas hidrosolubles en cantidad
variable (149, 222).
48
Introduccibn
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a
•
•
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Otra causa bien definida, al menos experimentalmente, de catabolismo proteico
inadecuado es la biocompatibilidad, es decir, el conjunto de fenómenos derivados del
contacto de la sangre con materiales extraños durante la diálisis. La interacción de la
sangre con la membrana de HD da lugar a la activación de múltiples vías humorales y
celulares, incluyendo la cascada del complemento y sus bioproductos, así como la
cascada de la coagulación. Estas vías están probablemente interrelacionadas. Las
membranas bioincompatibles activan el sistema del complemento vigorosamente,
induciendo un catabolismo proteico neto (180). Aunque no está aún aclarado el
mecanismo por el que la activación de estas vías promueven el catabolismo proteico,
parece que la activación de monocitos, con la liberacibn de ciertas citoquinas,
incluyendo IL-1 y TNF-a, son causa de degradación proteica y liberación de
aminoácidos (215, 216, 222).
Estos fenómenos experimentales parecen tener su correspondencia clínica,
pues los pacientes que se dializan con membranas biocompatibles mantienen un
mejor estado nutricional que los que se dializan con membranas más bioincompatibles
(191). También se ha comprobado que a igual doŝis de diálisis, la ANP (marcador de
ingesta proteica en pacientes estables en HD) es superior en los pacientes dializados
con membranas biocompatibles con respecto a los dializados con membranas
bioincompatibles (223).
La inadecuación de diálisis es probablemente uno de los factores que más
afecta al estado nutricional del paciente en diálisis. Distintos estudios han demostrado
que existe una correlación entre la dosis de diálisis prescrita en HD (definida por el
K/tV de urea) y la ingesta proteica estimada por el ANP (195, 223). En estos estudios
no se pudo establecer una relación causal entre Kt/V y ANP, pero un estudio de
Lindsay demostró que al aumentar el Kt/V de 0,8 a 1,3 el ANP pasó de 0,8 a 1.0.
(194). Hakim también estudió durante cuatro años, en 130 pacientes, el efecto del
49
Introducción
M
+
i`
•
•
incremento del KtN, y observó una mejoría en la supervivencia y en los parámetros
nutricionales (albúmina, transferrina y tasa de catabolismo proteico) (196).
Se ha sugerido que la relación entre ANP y Kt/V podría ser un artefacto
matemático (153). Parece claro, sin embargo, que el descenso del aclaramiento de
toxinas urémicas se asocia con anorexia progresiva en todas las etapas de la
insuficiencia renal.
Los pacientes tratados con HD a menudo presentan valores séricos de
bicarbonato bajos, lo que sugiere que la acidosis puede ser frecuente en estos
pacientes, al menos prediálisis. La acidosis, aún leve, puede Ilevar a un aumento del
catabolismo proteico, e inducir un balance de nitrógeno negativo (149, 220, 222).
2.3.2.2. Factores re/acíonados con Díálisis Peritoneal
EI efecto de la DP no parece tan catabólico como el de la HD en períodos libres
de peritonitis, pero subsiste la posibilidad de que el procedimiento dialítico per se
induzca una respuesta inflamatoria de bajo grado que estimule el catabolismo proteico.
La exposición de la membrana peritoneal a endofioxinas, plásticos, silicona, u otros
que entren en contacto con ella . pueden desencadenar una respuesta inflamatoria
(215, 216, 221).
Otro factor catabólico en DP es la pérdida de proteínas al dializado, que puede
ser de 5 a 15 gramos en 24 horas (174, 224), y aún superior en caso de peritonitis
asociadas.
En estos pacientes la absorción de glucosa del líquido de diálisis aporta
energía adicional, pero puede predisponer a anorexia por un mecanismo de saciedad,
ayudado por la sensación de plenitud inducida por el liquido de diálisis en la cavidad
abdominal (174).
En los pacientes sometidos a DP se han realizado observaciones similares a
los de HD en cuanto a la asociación de dosis de diálisis e ingesta proteica (194, 195,
50
lntroducción
•
225). La pérdida inadvertida de función renal residual puede contribuir de forma
importante a la aparición de infradiálisis (171, 225).
2.4. MAGNITUD DEL PROBLEMA
Prácticamente todos los estudios que han evaluado el estado nutricional en los
pacientes con IRC terminal han detectado algún grado de malnutrición en esta
población. Su prevalencia se ha estimado entre un 10 al 50% en diferentes estudios
(150, 169, 171, 181, 185, 190, 191, 193, 195, 220, 226-230). Pueden observarse
grados leves de malnutricibn, particularmente proteica, en casi la totalidad de los
pacientes. Su reconocimiento, sin embargo, depende en gran medida de la
sensibilidad de los métodos empleados, y sus consecuencias son todavía
desconocidas (148).
2.4.1. Pacientes con insuficiencia renal crónica en situación prediálisis
Existen pocos estudios acerca de la prevalencia de malnutrición en pacientes
en situación prediálisis. EI estudio de la modificación de la dieta en la enfermedad
renal sugiere que hay signos precoces de malnutrición como reducción del peso, BMI
y medidas antropométricas y un descenso en la excreción de creatinina urinaria a
medida que la función renal empeora (152, 164). También comunican, Ikizler et al, en
un trabajo más reciente, la presencia de distintos marcadores de malnutrición (ingesta
proteica, transferrina, colesterol, IGF-I, peso corporal y excreción urinaria de
creatinina) a medida que la función renal empeora (208). Stenvinkel et al, estudiando
una población de 109 pacientes con IRC avanzada demostró una prevalencia de
malnutrición, medida por valoración global subjetiva, del 44% (179). En un trabajo de
51
lntroducción
•
w
1997, sobre un menor número de pacientes, se indica una prevalencia en torno al 65%
(193).
2.4.2. Pacientes en Hemodiálisis
Un estudio sobre 12000 pacientes en HD detectó hipoalbuminemia
(concentración de albúmina inferior a 3,7 mg/dl) en el 25% de esta población (154).
Por otra parte, en un análisis de la población del "National Cooperative Dialysis Study"
(NCDS) de Estados Unidos, se observaron una ingesta proteica y energética bajas en
el 23% de los pacientes, objetivándose reducción en la grasa corporal y depósitos
musculares en un 40% (231).
Otros estudios que emplean varios métodos para evaluar el estado nutricional,
aislados o en combinación, detectan una prevalencia de malnutrición que va del 45 al
60% (176, 185, 190, 226, 227). -
2.4.3. Diálisis Peritoneal
La prevalencia de malnutrición es también elevada en los pacientes en Diálisis
Peritoneal, estimándose que entre un 18 y un 56% de pacientes presentan signos
bioquímicos o antropométricos de malnutrición (150, 169, 171, 191, 227). La
evaluación más extensa ha sido Ilevada a cabo en 224 pacientes en un estudio
multicéntrico en USA y Europa. Usando una VGS del estado nutricional encontraron
que un 8% de los pacientes se encontraban severamente malnutridos, un 33% leve a
moderadamente malnutridos y un 59% sin evidencia de malnutrición (150)
Los escasos estudios que comparan la prevalencia de malnutrición en DPCA y
HD muestran resultados contradictorios. Un estudio multicéntrico en Italia puso de
manifiesto, empleando el método de la VGS, una mayor prevalencia de malnutrición
en los pacientes en DPCA (42% vs 31 %) (190). Un análisis reciente, en un grupo
52
Introducción
•
•
•
menor de pacientes, revela una prevalencia de malnutrición del 36% en DP y 18% en
HD (191). También se ha comunicado una ausencia de diferencia entre ambos grupos
(227).
2.5. SIGNIFICADO PRONOSTICO DE LA MALNUTRICION
Distintos estudios han documentado un aumento de morbimortalidad en los
pacientes con IRC terminal (IRCT) que presentan malnutrición (181, 209). Este efecto
ha sido observado en otras poblaciones, particularmente en pacientes ancianos
agudamente enfermos. Un estudio sobre 15000 pacientes hospitalizados por
diferentes motivos concluyó que la concentración de albúmina sérica en el momento
del ingreso predecía la mortalidad, duración de hospitalización y reingreso (170).
Es interesante destacar que la malnutrición rara vez se documenta como causa
de muerte en pacientes con IRCT. Sin embargo, hay evidencias que sugieren que la
situación nutricional de pacientes con IRCT juega un papel importante en la evolución
de estos pacientes, como se señala a continuación.
2.5.1. Paĉientes con IRC en tratamiento conservador
Estudios recientes indican que el estado nutricional de los pacientes^ con IRC
comienza a deteriorarse mucho antes de que se desan-olle IRCT. En el estudio de
modificación de la dieta en la insuficiencia renal (MDRD), se aprecia una tendencia a
empeorar el estado nutricional a medida que el filtrado glomerular desciende por
debajo de 30 ml/m/1,73m2 (152).
EI estado nutricional de los pacientes con IRCT prediálisis puede afectar a la
evolución de estos pacientes tras el inicio de diálisis (232). EI análisis de los pacientes
que inician diálisis en Estados Unidos (USRDS) muestra que niveles de albúmina y
53
Introducción
M
•
!
creatinina bajos al inicio de diálisis se asocian a un^ riesgo aumentado de muerte
durante el curso del tratamiento sustitutivo (157). Parece pues importante prevenir el
desarrollo de malnutrición antes de que los pacientes alcancen situación de IRCT, con
el fin de mejorar su evolución posterior.
2.5.2. Pscientes en Hemodiálisis
EI NCDS fue uno de los primeros estudios que sugirió que la nutrición
subóptima se relacionaba con una mala evolución en los pacientes en diálisis, ya que
los pacientes que tenían un ANP más bajo (que probablemente reflejaría la ingesta
proteica en pacientes en Hemodiálisis crónica estables), tenían tasas de fracaso de
tratamiento y mortalidad mayores (233).
Un estudio de Churchill sobre 496 pacientes canadienses en HD mostró que la
albúmina baja (_< 3 g/dl) se asociaba con riesgo aumentado de hospitalización por
infección, edema pulmonar o trombosis del acceso vascular. También tenían mayor
riesgo de muerte, pero la asociación no era independiente al usar métodos
multivariantes (234).
En un estudio sobre 12000 pacientes en HD, Lowrie et al detectaron que la
albúmina sérica era el predictor más poderoso de mortalidad. EI riesgo relativo de
muerte en pacientes con albúmina sérica inferior a 2,5 g/dl fue de 20 veces cuando se
le comparaba con pacientes con albúmina de 4-4,5 g/dl. También creatinina, urea y
colesterol plasmáticos bajos se asociaron con mayor mortalidad. Utilizando la misma
fuente de pacientes, Owen confirmó estos hallazgos, ajustándolos para la tasa de
reduccibn de urea (153-155).
Otros parámetros nutricionales se han asociado con riesgo aumentado de
muerte, incluyendo prealbúmina, transferrina, linfocitos totales, IGF-I, perfil anormal de
aminoácidos plasrnáticos y relación de peso-talla, entre otros (158, 176, 183).
54
lntroduccibn
•
►
2.5.3. Pacientes en Diálisis Peritoneal ^
En esta población de pacientes se han hecho observaciones similares a las de
HD. Un estudio de Teehan sobre 51 pacientes en un período de 5 años, demostró que
la tasa de hospitalización se correlacionaba con niveles bajos de ANP, urea y
albúminas séricas y Kt/V de urea. La albúmina era el más potente predictor de
mortalidad y días de hospitalización (159).
Más recientemente, Lowrie, en un estudio sobre 1552 pacientes en DPCA y
HD, ha revelado que el riesgo de muerte está elevado en pacientes con albúmina baja,
de manera comparable a los pacientes en HD (155).
Keshaviah, en el estudio CANUSA (Canada y USA) comprobó que la albúmina
y la valoración global subjetiva del estado nutricional se asociaban
independientemente con el riesgo relativo de muerte elevado (160).
2.6. PREVENCION Y TRATAMIENTO DE LA MALNUTRICION
2.6.1. Pacientes con IRC en tratamiento conservador
EI manejo nutricional en la IRC tiene tres objetivos fundamentales: mantener un
buen estado nutricional, retrasar la progresión de la insuficiencia renal, y prevenir o
reducir la toxicidad urémica y la alteración metabólica de la IRC (164). Habitualmente
se prescribe a los pacientes con IRC una dieta hipoproteica que contiene 0,6 gr de
proteínas /kg de peso/día, o una dieta muy hipoproteica, de unos 16-20 gr de proteínas
diarias con suplementos de aminoácidos (164).
A medida que empeora la función renal se produce un descenso espontáneo
en la ingesta proteica y energética, que se correlaciona con un empeoramiento en los
parámetros nutricionales (152). Por ello es muy importante el seguimiento cuidadoso
55
Introducción
•
de estos pacientes, monitorizando el estado nutricional y ajustando el tratamiento,
especialmente para asegurar una ingesta calórica adecuada (164).
La aparente existencia de una correlación entre el estado nutricional en el
momento de inicio del tratamiento sustitutivo renal y la evolución posterior es uno de
los factores que ha inducido la tendencia actual a un inicio de diálisis más precoz del
tratamiento sustitutivo, a fin de prevenir el desarrollo de malnutrición y mejorar la
supervivencia (232, 235). Recientemente se ha propuesto que el aclaramiento
endógeno de moléculas pequeñas (Kt/V urea) no debería probablemente ser inferior
en los pacientes sometidos a tratamiento conservador al recomendado en diálisis, y
que en cuanto se alcanzara esta nivel, o bien existieran datos de malnutrición, debería
iniciarse tratamiento sustitutivo renal (151, 200).
2.6.2. Pacientes en diálisis
2.6.2.1. Dosis de díálísís
De los distintos estudios realizados en HD parece desprenderse que optimizar
la dosis de diálisis conlleva una mejoría en el estado nutricional (194-196, 223). Sin
embargo, aunque existe una correlación significativa entre el KtN y el ANP, ésta no es
precisa, y muchos pacientes con un Kt/V relativamente alto mantienen una ingesta
proteica baja, lo que no es sorprendente, ya que hay otras situaciones que Ilevan a
reducción de la ingesta proteica independientemente del estado urémico. Actualmente
no disponemos de datos fiables sobre cuánto afecta el Kt/V a la ingesta. Las
recomendaciones actuales en HD son de mantener un Kt/V de al menos 1,2, aunque
algunos autores consideran que sería mejor un Kt/V de 1,4 ó 1,6 (199, 236).
También en los pacientes en DP se ha encontrado una relación directa entre
Kt/V y ANP, (194, 195, 225), aunque la relación es diferente en HD y DP, pareciendo
existir un efecto más favorable sobre el ANP por unidad de incremento en Kt/V en
56
•
Introducción
Diálisis Peritoneal frente a HD (195, 228). La función renal residual contribuye de
forma relevante al aclaramiento total de pequeñas moléculas, por lo que es muy
importante su monitorización, debiéndose incrementar la dosis de diálisis a medida
que la función renál desciende (221). Se recomienda mantener un KtN urea semanal
en torno a 2 o un aclaramiento de creatinina semanal en torno a 60 I/sem/1,73m2 (171,
205, 207).
2.6.2.2. Tipo de membrana
Aunque estudios experimentales y transversales han probado los efectos
anorexígenos y catabólicos de las membranas bioincompatibles (180), no está bien
establecido que el uso a largo plazo de membranas biocompatibles pueda mejorar el
estado nutricional en pacientes en HD. Un reciente trabajo prospectivo señala que los
pacientes tratados con membranas biocompatibles mejoran su estado nutricional,
comparado con los tratados con membranas no biocompatibles (186).
2.6.2.3. Consejo diefético
Debe hacerse hincapié al inicio del tratamiento dialítico en las nuevas
necesidades nutricionales, pues los pacientes presentan tendencia a continuar con la
dieta prescrita durante el tratamiento conservador. Una vez que se comprueba la
presencia de malnutrición, debe intensificarse el consejo dietético. Si no es suficiente,
se pueden añadir suplementos orales específicos. Si esto no mejora la situación
nutricionaB, y el tracto gastrointestinal es funcionante, la alimentación enteral a través
de sonda es el paso siguiente. Esto puede ser inapropíado en DP debido al riesgo de
peritonitis fúngica o perforación del intestino (182).
57
Introducción
•
•
2.6.2.4. IVufríción parenteral intradialítica
La nutrición parenteral intradialítica es una opción posible, y probablemente
deba considerarse tras agotar las anteriores opciones terapéuticas (237, 182).
2.6.2.5. Nutrición intraperitoneal
La administración de soluciones intraperitoneales de aminoácidos en DP se
inició a principios de los 80, con resultados desalentadores. Sin embargo, la
introducción posterior de una solución modificada ha mostrado ser eficaz en distintos
estudios, incluido un amplio estudio randomizado (221).
2.6.2.6. Factores de crecimiento
La GH y su mayor mediador, el IGF-I, tienen importantes propiedades
anabólicas (75). Tras el reconocimiento de las alteraciones en el eje GH-IGF-I en los
pacientes con IRC, y el desarrollo de las formas recombinantes, se han propuesto
como potenciales agentes anabólicos en esta población (238, 239). Se han Ilevado a
cabo varios estudios a corto plazo en los que se ŝuministró GH a pacientes en HD,
encontrando efectos anabólicos, fundamentalmente reflejados como descenso del
UNA y los niveles de urea (240, 241), y en un caso de mayor duración también se
detectó efecto sobre el nivel de albúmina y la fuerza (145). Resultados similares se
han comunicado para DP (242, 243), y algunos estudios preliminares también en DP
apuntan hacia la efectividad del rHU-IGF-1 como anabolizante (244). Hay que
considerar aún este tratamiento en fase experimental, y habrá que esperar para saber
si estamos ante un tratamiento seguro y efectivo para los pacientes con IRC.
58
Introducción
•
•
•
•
2.6.2.7. Estimulantes del apetito
Actualmente se está investigando el efecto de distintas sustancias, por ejemplo
el acetato de megestrol, pero sin resultados concluyentes en la población con
insuficiencia renal (182).
Como se ha señalado, la malnutrición tiene una alta prevalencia entre los
pacientes urémicos, y se asocia a una morbilidad y mortalidad aumentada.
Las causas de la anorexia asociada a la insuficiencia renal no se conocen en
su totalidad, pero la acumulación de toxinas urémicas parece tener gran relevancia
(149, 181).
EI descubrimiento reciente de la leptina, el producto del gen ob (4, 5), ha
aportado nuevas hipótesis en la explicación de la malnutrición en la IRC. La leptina,
tanto en animales de experimentación como en humanos, induce disminución de
apetito y pérdida de peso (20, 79, 80). Se han realizado varios estudios que muestran
elevación de los niveles séricos de leptina en los pacientes con IRC, bien tratados de
forma conservadora (129, 133-135), con Hemodíálisis (133-135, 137-140) o con
Diálisis Peritoneal (133, 134, 137, 141).
EI significado fisiopatológico de esta elevación de la leptinemia en la IRC no
está claro, pero debido a sus acciones anorexígenas y de inducción de disminución de
peso, se ha propuesto que podría estar implicada en el desarrollo de malnutricibn en
esta población, aunque los resultados de los estudios realizados en este sentido son
contradictorios. Si bien algunos estudios apoyan la hipótesis de que la leptina
contribuye a la malnutrición (134, 145, 245-247), otros no encuentran asociación entre
leptinemia y cambios recientes del peso corporal u otros marcadores nutricionales
(138, 146).
59
Introducción
i
•
•
•
•
Hay que destacar además que estos estudios aplican técnicas de análisis
univariante, y que las conclusiones basadas en datos de estudios transversales, como
son la mayoría, son incompletos y pueden no tener en cuenta el efecto regulador y
dinámico que la leptina puede tener en el desarrollo precoz de cambios en la
composición corporal.
Por otra parte, el estado nutricional de los pacientes urémicos es y ha sido
objeto de numerosos estudios, y cada vez se está prestando más atención al efecto de
la malnutrición sobre la evolución de esta población. Sin embargo, son pocos los
trabajos que analizan el posible efecto de la forma de tratamiento de la IRC avanzada
en la nutrición, y muy pocos los estudios que comparan el estado nutricional según la
modalidad de tratamiento.
EI presente estudio se puso en marcha con el fin de conocer la magnitud y los
determinantes de hiperleptinemia en una población amplia de pacientes con IRC, así
como analizar el posible papel de este trastorno en la génesis de la malnutrición
asociada a la uremia.
so
' ^ OBJET IVOS
Objetivos
•
1. Analizar, de manera comparativa, los niveles séricos de leptina en una
población amplia de pacientes con insuficiencia renal crónica sometidos
a diferentes formas de tratamiento: Diálisis Peritoneal, Hemodiálisis y
tratamiento conservador.
2. Establecer los factores que determinan los niveles de leptina en la
uremia, analizando diferencias potenciales inducidas por la modalidad
de tratamiento.
3. Analizar la correlación entre los niveles de leptina y el eje GH-IGF-I en
los citados pacientes.
4. Establecer el posible papel de la hiperleptinemia en la malnutrición
asociada a la uremia, ajustando su efecto para el de otros
determinantes de la citada complicación.
5. Valorar un posible efecto diferencial de la leptina sobre la malnutricióna
•
según la modalidad de tratamiento de la uremia.
6. Valorar la prevalencia de malnutrición en esta población de pacientes
con IRC, de forma comparativa según el modo de tratamiento.
62
^ MATERIAL Y METODO
•
M
•
Material y método
1. POBLACION ESTUDIADA
Siguiendo un diseño transversal, se realizó un estudio sobre 206 pacientes con
insuficiencia renal crónica. De ellos 75 recibían tratamiento con DP (42 tratados con
DP Continua Ambulatoria [DPCA] y 33 con DP automática [DPA]), 52 con Hemodiálisis
(31 con membranas de baja permeabilidad y 21 con hemodiafiltración y membrana de
alta permeabilidad [AN69, Hospal, MeyZieu, France]) y 79 eran tratados de forma
conservadora.
Todos los pacientes procedían del área sanitaria de A Coruña y Ferrol, que
abarca una población en torno a los 700 000 habitantes, en el caso de pacientes con
IRC sometidos a tratamiento conservador. Los paciente ŝ sometidos a DP procedían de
nuestro programa de diálisis domiciliaria, de la misma área que los anteriores. Los
pacientes en HD procedían de nuestro programa de diálisis hospitalaria, perteneciendo
éstos exclusivamente al área de A Coruña (población en torno a 500.000 habitantes).
Se excluyeron los pacientes en diálisis que habían recibido tratamiento durante menos
de un mes. Entre los pacientes en prediálisis no hubo criterios de exclusión, y se
incluyeron en el estudio todos los pacientes que eran seguidos periódicamente en la
Consulta Externa de Prediálisis del Hospital Juan Canalejo, entre las fechas señaladas
a continuación.
La fase de recogida de datos para el estudio se extendió entre noviembre de
1998 y noviembre de 1999, e incluyó las características demográficas (edad, sexo,
enfermedad de base, presencia de diabetes, comorbilidades, clase social y lugar de
residencia, y si habían recibido un trasplante renal previamente) recogidas en la tabla
1.
64
r
•
•
Material y método
Es de destacar el alto número de enfermedades aparte de la insuficiencia renal
crónica que presentaban estos pacientes. Se valoraron:
n Indicadores de patología cardiovascular
^ Cardiopatía isquémica de grado moderado o severo
^ Arritmia mayor
^ Antecedentes de insuficiencia cardíaca u otras cardiopatías
^ Hipertensión arterial
^ Accidente cerebrovascular o accidente isquémico transitorio previos
^ Datos de vasculopatía periférica
n Patología no cardiovascular
^ Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
^ Hepatopatía crónica
^ Neoplasia previa _
^ Diabetes Mellitus
^ Antecedentes psiquiátricos
^ Otras comorbilidades
2. DISEÑO DEL ESTUDIO
Ya que el fin del estudio era fundamentalmente comprobar si existía una
alteración en la leptinemia en los pacientes con IRC, cuáles eran sus determinantes en
esta población, y su posible efecto sobre el estado nutricional, se analizó una
población amplia con IRC, distinguiendo tres grupos de pacientes según el tratamiento
65
Material y método
•
•
a que estuvieran sometidos (tratados con DP, HD o de forma conservadora). La
leptina fue la variable principal del estudio.
En una primera fase, la leptina se analizó como variable dependiente. Se
analizaron los niveles de leptina en cada modalidad de tratamiento directamente, y
también después de controlar para otros determinantes conocidos de leptinemia,
intentado estudiar cuáles son sus determinantes en la uremia y cuál es el efecto de la
modalidad de tratamiento. Se hizo especial hincapié en la relación de la leptina con el
eje GH-IGF-I. Para ello se analizb la correlación entre leptinemia y GH, IGF-I, IGF BP-
3 e insulina, de forma global y comparativa según el modo de tratamiento.
A continuación se utilizó la leptina como variable independiente, para intentar
hallar una posible relación entre hiperleptinemia y desarrollo de malnutrición en estos
pacientes. Para ello se emplearon como variables dependientes marcadores
nutricionales antropométricos (CMBM), bioquímicos (albúmina, prealbúmina,
transferrina, IGF-I), estimación de ingesta proteica mediante ANPn y valoración global
subjetiva. La correlación entre leptina y dichas variables se ajustb para variables de
confusión (edad, sexo, diabetes, comorbilidades, fiempo en diálisis, adecuación de
diálisis, función renal, hemoglobina, proteinuria, pérdidas proteicas y absorción de
glucosa peritoneal en DP). EI análisis se hizo en términos generales y tras ajustar la
leptina para la masa grasa, para corregir el sesgo potencial que genera la tendencia a
una correlación entre masa grasa y estado nutricional.
También se analizó el estudio nutricional de esta poblacibn, de forma
comparativa según la modalidad de tratamiento, lo cual se Ilevó a cabo también
siguiendo una base multivariante, ajustando el efecto de la modalidad de tratamiento
para el de otros determinantes conocidos de malnutricibn.
66
Materia! y método
•
3. MARCADORES NUTRICIONALES
3.1. PARAMETROS ANTROPOMETRICOS (167)
• Peso (Kg).- Se evalub en los pacientes en HD después de la sesión de HD. En los
sujetos en DP con el peritoneo vacío, y en el caso de los pacientes en tratamiento
conservador, durante su visita al consultorio. En todos los casos tras comprobar
ausencia de signos de sobrecarga de volumen.
• Talla (metros). EI sujeto permanece en bipedestación con el peso distribuido sobre
ambos pies y con al menos nalgas y talones en contacto con el tablero vertical. Se
baja la barra horizontal a la cabeza, con presión suficiente para comprimir el cabello.
• Indice de masa corporal: peso/altura2 (kg/m2) (167)
• Pliegue del triceps (PT) (mm). Se midió con un plicómetro Holtain LTD (Crymych
Reino Unido). Con el sujeto con el brazo en extensión y relajado se calcula el punto
medio posterior entre acromion y olécranon, se pellizca con los dedos pulgar e índice
un pliegue de piel y tejido celular subcutáneo, diferenciándolos de la masa muscular
subyacente, y se le aplica el calibrador, manteniéndolo 3 segundos, al cabo de los
cuales se hace la lectura. Esta técnica se realiza tres veces consecutivas, calculando
la media.
• La CMBM y el PT se presentaron como percentiles, después de compararlos con
una población sana de similar edad y sexo (248).
• Circunferencia del brazo medio (CBM) (cm). Se mide en el punto medio acromion-
olécranon, con el brazo en extensión, relajado, con una cinta métrica flexible, sin
comprimir el brazo del sujeto.
La circunferencia del brazo medio y el pliegue tricipital se midieron en el brazo no
dominante, y en el caso de pacientes en HD, en el brazo sin acceso vascular.
67
Material y método
•
•
•
La circunferencia muscular del brazo medio (CMBM) se calculó siguiendo la fórmula:
CMBM= CB-^.PT (168).
• La CMBM y el PT se presentaron como percentiles, después de compararlos con
una población sana de similar edad y sexo (248).
3.2. VALORACION GLOBAL SUBJETIVA ESTANDAR
Se basó en los estudios clásicos de Detsky (187). Se tuvieron en cuenta cinco
características de la historia clínica:
n Pérdida de peso en los 6 meses previos. Se considera que una pérdida inferior al
5% es pequeña, entre 5 y 10% potencialmente significativa, y superior al 10%
significativa. También se valora el ritmo de pérdida de peso, por ejemplo se considera
bien nutrido un paciente que a pesar de haber perdido peso en los últimos meses,
comienza a recuperarlo o se estabiliza.
n Ingesta en relación con el patrón usual del paciente. Se dividen en ingesta normal
o anormal, fijándose también en la duración y grado de la ingesta anormal (privación
completa de alimento, líquidos hipocalóricos, dieta líquida completa, dieta sólida
subóptima).
n Presencia de síntomas gastrointestinales (anorexia, náuseas, vómitos, diarrea) que
persisten a diario durante más de 2 semanas. Una diarrea de corta duración o vómitos
intermitentes no se consideran significativos.
n Deterioro de la capacidad funcional del paciente.
n Valoración de las demandas metabólicas de la situación actual del paciente. Un
ejemplo de enfermedad de estrés alto es una colitis ulcerosa con diarrea y pérdidas
sanguíneas durante días. Una enfermedad de bajo estrés podría ser una infección
leve.
68
Material y método
i
•
De la exploración física se valoraron cuatro signos, que se registran como
normal, leve, moderado o severo:
n Pérdida de grasa subcutánea, medida en la región del triceps y en la línea media
axilar a nivel de las últimas costillas. Estas medidas no son precisas, pero son una
impresión subjetiva de la cuantía de la pérdida de tejido subcutáneo.
n Pérdida de masa muscular, en el cuádriceps y deltoides, determinado por la
pérdida de volumen y tono detectado por palpación.
n Presencia de edema sacro o en tobillos.
n Ascitis (no en pacientes en DP).
En base a estos datos de la historia y examen físico, se identificó un rango de
la valoración global subjetiva que caracterizaba el estado nutricional del paciente.
Estas categorías son:
• A: Bien nutrido
• B: Leve o moderadamente malnutrido
• C: Severamente malnutrido
Para la clasificación no se emplea un esquema numérico preciso, sino que se
basa precisamente en la "valoración subjetiva". Las variables más valoradas son la
pérdida de peso, disminucibn de la ingesta, pérdida de tejido subcutáneo y de masa
muscular.
3.3. PARAMETROS BIOQUIMICOS.
Se analizaron en sangre:
n Urea (mg/dl).
n Creatinina (mg/dl).
n Proteínas totales (g/I).
69
Material y método
•
•
•
n Albúmina (g/I).
n Colesterol (mg/dl).
n Triglicéridos (mg/dl).
Para su determinación se empleó el método usual, espectrofotométrico, en
autoanalizador Hitachi -747 o Technicon RA-1000.
n Ferritina (ng/ml) en autoanalizador Hitachi 917
n Transferrina (mg/dl). Se determinó mediante nefelometría, en nefelómetro
de Behring (BN II).
n Prealbúmina (mg/dl). Se determinó mediante método nefelométrico, en
nefelómetro Behring (BN II).
n La hemoglobina (g/I), Hematocrito (%) y los linfocitos totales se determinaron
en analizador VARIAN (BIORAD).
n Bicarbonato (mEq/I), por el método del electrodo selectivo.
En orina:
n Urea, creatinina y proteínas, por igual método que en sangre.
En líquido peritoneal: ^
n Proteínas, urea, creatinina y glucosa, en autoanalizador Technicon RA-1000.
Se hizo cuantificación directa de la absorción de glucosa en los pacientes
en DP, y de las pérdidas proteicas peritoneales.
3.4. PARAMETROS HORMONALES
n Leptina.- Determinada por radioinmunoanálisis (RIA), mediante kit comercial
(Mediagnost, Túbingen, Germany).
n Hormona del crecimiento (GH).- Determinada ^ por RIA (Nicholls Inst. Diag.,
San Juan Capistrano, California).
• Factor de crecimiento insulina-like I(IGF-I).- Determinado por RIA (Nicholls
Inst. Diag.).
70
Material y método
•
•
n Proteina fijadora de IGF (IGFBP-3).- Determinada por RIA (Nicholls Inst.
Diag.).
n Insulina.- Determinada por RIA (CIS Bio International, Cedex, Francia).
n Hormona paratiroidea intacta (PTHi).- Determinada por RIA (IRMA, Incstar
Corp., Stillwater, Minnesota.)
Las muestras sanguíneas se obtuvieron después de un mínimo de 8 horas de
ayuno. En los pacientes en DP y con tratamiento conservador a primera hora de la
mañana, y en los pacientes en HD inmediatamente antes de una sesión de HD.
Los pacientes recogieron las muestras de orina y dializado de 24 horas según
las instrucciones habituales:
• Para recogida de orina de 24 horas, se indica al paciente que el día en que se
inicia la recogida deseche la primera micción de la mañana, tras lo cual debe
recolectar toda la orina emitida durante el día y la noche y la primera micción de la
mañana siguiente.
• Para recogida de dializado de 24 horas
n En DPCA.- Tras desechar el dializado del primer intercambio del día, se
recoge en una garrafa el dializado de los restantes intercambios diurnos,
separando una muestra de este líquido. A la mañana siguiente se recoge
otra muestra del primer dializado de la mañana, rotulando claramente en los
envases "nocturno" y"diurno", y se Ilevan al Hospital, donde se mezclan, de
forma proporcional al volumen total, y se remiten al laboratorio.
n En DPA.- Se recoge en primer lugar una muestra de dializado del primer
drenaje al conectarse a la cicladora, y en caso de realizar un intercambio
suplementario, otra muestra de éste. La mañana siguiente se toma una
muestra del último drenaje. En el hospital se procede igual que en DPCA,
realizando una mezcla del dializado proporcional al volumen total.
71
Material y método
4. FUNCION RENAL ^
Para evaluar la función renal se emplearon los siguientes parámetros (166, 206,
•
•
•
249)
• Aclaramiento de urea (Curea) en orina de 24 horas.
Curea (ml/m) _(UO xVolO) /(UP x 1440), donde
UO es concentración de urea en orina (mg/dl).
VolO es volumen de orina de 24 horas (ml).
UP es concentración plasmática de urea en sangre (mg/dl).
• Aclaramiento de creatinina en orina de 24 horas (CCr).
Ccr (ml/m) _ (Cr0 x VolO) / (CrPx1440)
Cr0 es concentración de creatinina en orina (mg/dl)
CrP es concentración de creatinina en sangre (mg/dl)
• Aclaramiento renal medio, hallado como (aclaramiento de urea + aclaramiento de
creatinina)/2. (250)
• Aclaramiento renal de urea semanal, normalizado para el volumen de distribución
de la urea, Kt/Vurea renal semanal (Kt/Vrs) (205, 206)
KtNrs=7x(VolOxUO/UP)/V, donde
VolO es volumen de orina en litros.
V es el volumen de distribución de la urea, hallado según nomograma (251).
72
Material y método
5. ADECUACION DE DIALISIS
q En Hemodiálisis (166, 201-204)
• Kt/Vst = Kt/Vs + Kt/V rs
• Kt/Vs = Kt/Ve x 3
• KtNe = Kt/V -(0, 5Kt/v) + 0, 03
^^ • KtN =-In(R-0.03) +(4-3.5 x R) x UF/W, donde
• Kt/Ve es el Kt/V de urea corregido para el rebote de urea post-HD.
. Kt/Vs es el Kt/V de urea equilibrado semanal.
. KtNst es el Kt/V de urea semanal total
. R es urea post-diálisis/urea pre-diálisis en la diálisis intermedia de la•
semana.
. UF es el volumen de ultrafiltración durante la diálisis (litros)
. W es el peso al final de la diálisis (kilos)
. t es la duración de Hemodiálisis en horas.
•
o Para los pacientes en Diálisis Peritoneal ^
Se realizaron los análisis a partir de la recogida de orina y dializado de 24 horas,
empleando los siguientes cálculos
• KtNurea semanal total (Kt/Vst) (205, 206)
Kt/Vst= 7 x(VoID x D/Pu^a + VolO x O/ Pu^a)N, donde
. VoID es volumen de dializado de 24 horas, en litros.
. VolO es volumen de orina de 24 horas, en litros.
. D/P^^a y O/P^^a son relación de concentración de urea dializado-
plasma y orina-plasma, respectivamente.
. V es el volumen de distribución de la urea, calculado a partir de talla
y peso en nomograma (251)
73
•
a
MateriaJ y método
• Aclaramiento de creatinina semanal total (CCr st) normalizado para superficie
corporal (205, 206)
CCr st = 7[VoID x D/P^^atinina+ (0,60 x VO10 x O/P^^atinina) ] x 1,73/SC, donde
• D/Pcreatinina Y O/PCreatinina son tasa de creatinina en dializado y
plasma, y tasa en orina y plasma, respectivamente.
. SC es la superficie corporal, calculada a partir del peso y la talla
(205)
6. ESTIMACION DE INGESTA PROTEICA
q En Hemodiálisis (201-204)
• ANPn = BUN pre/ (36,3 + 5,48 x KtN + 53,5/KtN + 0,168), donde
BUN pre es el nitrógeno ureico plasmático antes de la diálisis, en mg/dl.
ANPn es la tasa de aparición de nitrógeno ureico normalizado, en g/kg/día
q En Diálisis Peritoneal (206):
• ANPn (g/kg/24horas) = 0,58ANPN,
• ANP (gramos/24 horas) = 10,76 (UNA + 1,46)
UNA (mg/minuto) = 10 (VolO x OuN + VoID x DuN)/1440, donde
VolO y VoID son volumen de orina y dializado de 24 horas en litros,
respectivamente, y OuN Y DuN son concentraciones de nitrbgeno ureico en orina y
dializado respectivamente, en mg/dl.
q En tratamiento conservador (166, 165, 200)
• ANPn = ANPx0,58N
• ANP (g/día) = 6,25 x(1,19UNA (g/día) + 1,27 g/día), donde
74
Material y método
•.
•
• V es el volumen de distribución de la urea, calculado a partir de talla
y peso en nomograma (251)
• UNA (g/día)=(O^^xVolO)/100
. VolO es el volumen de orina de 24 horas en litros, y O^N es la
concentración de nitrógeno ureico en orina, en mg/dl.
7. ANALISIS ESTADISTICO
Para el análisis univariante, la comparación entre dos o más medias se basó en
las pruebas de la t de Student (bilateral) y análisis de variancia (estudio de contrastes
mediante prueba de Scheffé). En caso de vulneración de supuesto de normalidad
(prueba de Shapiro-Wilks), se utilizaron las pruebas de Mann Whitney y Kruskall
Wallis. La comparación entre variables categóricas se basb en el análisis de
distribución x2. La con-elación entre variables numéricas se basó en el coeficiente de
correlación por ordenaciones de Spearman.
EI análisis multivariante se Ilevó a cabo mediante modelos de regresión múltiple
producidos por técnica progresiva y paso a paso ("stepwise"). Con el fin de soslayar
vulneraciones en el supuesto de normalidad, las siguientes variables fueron
manejadas mediante transformación logarítmica: leptina, insulina, GH, parathormona y
triglicéridos.
La estrategia general de análisis multivariante se Ilevó a cabo como sigue:
n Para el análisis de determinantes de niveles de leptina, se buscó primero un
modelo basal de mejor ajuste, incluyendo las variables con correlación conocida
con la variable dependiente (índice de masa corporal y sexo). A continuación, se
incluyó la modalidad de tratamiento de la insuficiencia renal en el modelo, para
obtener el efecto ajustado de aquélla sobre los niveles de leptina. Finalmente, la
75
Material y método
.
•
correlación ajustada entre leptina y modalidad de tratamiento fue corregida, paso a
paso, para otras variables estudiadas, con el fin de detectar relaciones entre éstas
y eventuales diferencias en los niveles de leptina entre diferentes formas de
tratamiento. La comparación entre modalidades de tratamiento se hubo de hacer
por parejas, dada la falta de linealidad de la variable modalidad de tratamiento.
n La correlacibn entre leptina y eje GH-IGF-I se analizb sobre la hipótesis de
existencia de una relación fisiológica, pero sin conocer el sentido primario de la
relación (leptina modifica eje GH-IGF-I versus eje GH-IGF-I modifica leptina), por lo
que el análisis de regresión múltiple se Ilevó a cabo utilizando, alternativamente, la
leptina y la IGF-I como variable dependiente. Obviamente, las variables de ajuste
del modelo fueron diferentes en cada caso, y tuvieron en cuenta la información
disponible en la literatura al respecto. Así, si la leptina era variable dependiente, el
índice de masa corporal, el sexo y la insulina eran covariables de análisis obligado,
y lo mismo sucedía con GH, prealbúmina o bicarbonato si la variable dependiente
era la IGF-I.
n Para analizar la correlación entre leptinemia y marcadores de malnutrición
proteica, fueron variables dependientes: albúmina, prealbúmina, transferrina, IGF-I,
CMBM, ANPn y valoracibn global subjetiva. La correlación entre leptina (ahora
variable independiente) y las citadas variables se ajustó para: edad, sexo,
diabetes, comorbilidades, tiempo en diálisis, adecuación (Kt/V para Hemodiálisis,
aclaramiento semanal de creatinina para DP y tratamiento conservador), función
renal (aclaramiento de creatinina), hemoglobina, proteinuria y, para pacientes en
DP, pérdidas proteicas y absorción de glucosa peritoneales. Los ajustes incluían
sólo variables con efecto de confusión e interacción, excluyéndose aquellas que no
influían en el modelo. Por último, el análisis se realizó valorando tanto el efecto de
la hiperleptinemia en términos absolutos, como de la leptinemia ajustada a masa
grasa, incluyendo entonces el índice de masa corporal en el modelo, con el fin de
76
Material y método
a
•
•
corregir el sesgo potencial que genera la tendencia a una correlación positiva entre
masa grasa y estado nutricional general.
n La comparación de estado nutricional en diferentes formas de tratamiento de la
uremia se realizó también sobre base multivariante, ajustando el efecto de la
modalidad de tratamiento para el de otros determinantes conocidos de
malnutrición: edad, sexo, comorbilidad, tiempo en diálisis, factores sociales (nivel
socio-económico, medio de residencia), diabetes, anemia y proteinuria. Las
variables dependientes en esta fase del análisis fueron: albúmina, prealbúmina,
transferrina, IGF-I, valoración global subjetiva, circunferencia muscular del brazo
medio (percentil), pliegue tricipital (percentil), índice de masa corporal y ANPn.
Se utilizó el programa SPSS, versión 9,0 (SPSS Inc., Chicago, Illinois) para el
análisis de datos.
77
IRESULTADOS
.1
•
•
Resultados
1. DE^CRIPCION GENERAL
1.1. PO^LACION
Las características generales de la población estudiada se presentan de
manera comparativa en la tabla 1. Los pacientes en tratamiento sustitutivo renal
presentaban edad avanzada, con una media en tomo a los 60 años, siendo el paciente
de mayor edad de 84 años, tratado con DP. La edad de los pacientes en prediálisis era
similar a la de los pacientes de los otros grupos.
La primera causa de insuficiencia renal crónica en los pacientes incluidos en
programa de DP era la diabetes, que suponía un 31 %, mientras en los pacientes
tratados con HD el porcentaje era de un 13%. En los pacientes en situación de
prediálisis la diabetes era la causa de insuficiencia renal crónica en el 21 % de los
casos.
La comorbilidad de estos pacientes era alta. La patología cardiovascular es una
de las causas más importantes de mortalidad y morbilidad en los pacientes con IRC.
Globalmente, la poblacíón en DP presentaba mayor comorbilidad cardiovascular con
respecto a los otros dos grupos (p<0,05).
La hipertensión arterial era el diagnóstico asociado más frecuente,
presentándola el 72%, 63,5% y 62% de pacientes en DP, HD y Prediálisis,
respectivamente. EI 28% de los pacientes en DP, el 21 % de pacientes en HD y el
17% de pacientes en prediálisis estaban diagnosticados de cardiopatía isquémica, que
era grave en mayor porcentaje de pacientes en DP y prediálisis (13%), frente al 4% de
los pacientes en HD. EI 20% de pacientes en DP tenían antecedentes de insuficiencia
cardíaca, frente a un 10% en HD y 1 % en prediálisis (p<0,001).
79
Resultados
•
Tabla 1
Características generales de la población
•
•
DP HD PRE p
Edad (años) 63,Ot14,5 57,1t17,1 61,5t12,2 NS(18-84) (18-79) (19-86)
Sexo (% hombres/mujeres) 56/44 61,5/38,5 60,8/39,2 NS
Enfermedad de base (%) 0,005Glomerulonefritis 7,0 19,2 10,1Tubulointersticial 12,7 9,6 20,3Vascular 8,5 5,8 21,5Enfermedad poliquística 5,6 9,6 7,6Enfermedad sistémica 2,8 9,6 5,1Diabetes 31 13, 5 21, 5Otras/desconocida 32,4 32,7 13,9
Trasplante renal previo (%) 4,2 17,3 0 a 0,000
Diabetes (%) 31, 5 13, 5 22, 8 NS
Número comorbilidades CV 1 0 0 a 0,04(0-5) (0-3) (0-4) (3 0,02
Número de comorbilidades 0 0 0 NSno CV (0-3) (0-2) (0-2)
Medio de residencia 41,1/58,9 36,5/63,5 31,3/68,7 NSrural/urbano %Clase social 34,2/57,5/8,2 38,5/50/11,5 30,4/63,8/5,8 NSba'a/media/media-alta %Tiempo en diálisis (meses) 9 25,5 - a 0,006
(1-228) (1-180)
Las variables numéricas se expresan como mediana y(amplitud), excepto la edad,que se presenta como media t desviación estándar y(amplitud). La comparación esmediante x2, Kruskall Wallis, y test de Mann-WhitneyDP: Diálisis Peritoneal; HD: Hemodiálisis; PRE: Prediálisis; CV: Cardiovasculares; No-CV: no cardiovasculares.a: DP vs HD; (i: DP vs PRE.
80
Resulrados
•
•
i
La patología vascular cerebral fue un antecedente frecuentemente recogido,
con diagnóstico de accidente vascular cerebral previo en el 13% de pacientes en DP,
15% de pacientes en HD y 9% de pacientes en prediálisis (NS).
La vasculopatía periférica estaba presente más frecuentemente en el grupo en
DP (27%) que en HD (13,5%), y prediálisis (11 %, p<0,05).
Las otras patologías recogidas también tuvieron una prevalencia elevada.
Globalmente no hubo diferencias entre los grupos. La broncopatía crónica se
diagnosticó en el 8,5% de pacientes en DP, 13,5% en HD y 5% en prediálisis (NS). EI
11 % de los pacientes en DP tenían antecedentes de neoplasia, frente al 4 y 6% en los
pacientes en HD y prediálisis, respectivamente (NS). Se encontró un porcentaje
superior de antecedentes psiquiátricos en los pacientes sometidos a Hemodiálisis
(15%) frente al 7% en pacientes en DP e inexistentes en los pacientes en prediálisis
(p<0,002).
Los pacientes en HD habían recibido previamente tratamiento con trasplante
renal más frecuentemente que los pacientes en DP (17% versus 4%), y su tiempo de
permanencia en diálisis fue significativamente superior al de los pacientes en DP.
1.2. PARAMETROS HORMONALES
En la tabla 2 se presentan los resultados de las determinaciones hormonales
realizadas. Los niveles de leptina fueron significativamente superiores en los pacientes
en DP que en HD o prediálisis. Sin embargo, los pacientes en DP presentaban mayor
IMC respecto a los pacientes en HD (tabla 12), y el porcentaje de mujeres era
ligeramente superior en el grupo tratado con DP. Los niveles fueron similares en
pacientes tratados con DPCA (mediana 35,7 ng/ml) y DP Automática (mediana 36,0
81
Resultados
•
ng/ml), y también en pacientes tratados con HD convencional (mediana 3,5 mg/ml) o
hemodiafiltración (mediana 7,1 ng/ml) (NS).
Tabla 2Niveles hormonales en sangre
•
M
DP HD PRE p(n=75) (n=52) (n=79)
Leptina (ng/ml) 36,0 5,4 10,8 a 0,000(1-477) (0,2-143) (0,4-159) (3 0,000
Hormona de 1,4 2,9 1,3 NScrecimiento (ng/ml) (0,1=14,9) (0,1-16,8) (0,1-22)
IGF-I (ng/ml) 337t144 211t108 247t109 a 0,000(81-867) (29-503) (46-613) (3 0,000
IGF-BP3 (µg/ml) 7,6t2,3 6,8t1,6 6,6t2,2 NS(2,3-11,6) (5,8-10,0) (2,8-13,5)
Insulina (µU/ml) 19,6 15,4 11,1 a 0,000(7,4-76,3) (4,5-34) (3,2-49,4) (3 0,000
Hormona paratiroidea 81 77 196 R 0,006intacta (pg/ml) (5-691) (8-1411) (17-2009) x 0,02
Los valores de IGF-I e IGFBP-3 se presentan cómo media t desviación estándar y(amplitud), comparándose por análisis de variancia. Los restantes valores sepresentan como mediana (amplitud), comparándose mediante el test de Kruskall-Wallis, debido a su distribución anormal.DP: Diálisis Peritoneal; HD: Hemodiálisis; PRE: Prediálisis; IGF-1: factor decrecimiento insulin-like I(insulin like growth factor); IGF-BP3: proteína fijadora deIGF (IGF- binding protein 3).a: DP vs HD; R:DP vs PRE; x: HD vs PRE; NS: no significativo.
Los niveles de hormona del crecimiento fueron similares en todos los grupos, al
igual que los de IGF-BP3. Los niveles de IGF-I, sin embargo, se encontraron
significativamente elevados en los pacientes sometidos a DP frente a los pacientes en
HD y prediálisis.
82
Resultados
`
•
•
•
La insulinemia también fue significativamente mayor en los pacientes tratados
con DP en comparación con los pacientes en HD y en prediálisis.
Los niveles de hormona paratiroidea intacta fueron más elevados en los
pacientes en prediálisis que en los pacientes en tratamiento sustitutivo renal,
independientemente de la modalidad de diálisis.
1.3. FUNCION RENAL Y ADECUACION DE DIALISIS
En la tabla 3 se representan los parámetros de adecuación de diáfisis y función
renal residual. Los pacientes en prediálisis presentaron un Kt/V semanal inferior al de
los pacientes que recibían tratamiento sustitutivo renal (p<0,001). Como ya es
conocido, los pacientes en DP presentaban una función renal residual estimada
mediante aclaramiento renal medio mejor preservada que los pacientes tratados con
HD, si bien los pacientes en HD habían recibido tratamiento sustitutivo renal durante
más tiempo que los pacientes en DP.
La media de las pérdidas proteicas peritoneales, en pacientes en DP, fue de
9,1 f5 gramos/día, con una amplitud de 3,3 a 32 g/día. La proteinuria presentó una
mediana de 0,6 g/día en los pacientes en DP (amplitud 0-4,7), 1,3 g/día en el grupo de
prediálisis (amplitud 0-15), y negativa en todos menos uno de los pacientes tratados
con HD (p<0,001).
La absorción medida de glucosa peritoneal en los pacientes en DP fue de 101
g/día (amplitud 30-313 g).
83
Resultados
1Tabla 3
Adecuación de diálisis y función renal residual
•
DP HD PRE P
Kt/V renal 0,6t0,6 0,15t0,3 2,36t 1,2 a 0,01semanal (0-2,5) (0-1,21) (0,60-7,80) ^i 0,000
K 0,01
KtN por diálisis 1,89t0,5 3,7t0,9 - a 0,000semanal (0,65-3,52) (1,80-5,90)
KtN semanal total 2,49t0,7 3,89t0,9 2,36t1,2 a 0,000(1, 34-4, 66) (1, 92-6, 30) (0, 60-7, 80) K 0, 000
CCr total (I/sem) 74,5t26,9 - - -(4,3-153)
CCr renal (ml/m) 3,8t3,8 1,1t2,2 15,5t10,7 R 0,000(0-15) (0-9) (2-61) K 0,000
C urea renal 2,17t2,2 0,59t1,2 8,11 t4,4 a 0,014(ml/m) (0-9,1) (0-5,4) (1,6-31) ^i 0,000
^ K 0, 000C renal medio 2,99t2,9 0,86t1,7 11,6t6,6 a 0,023(ml/m) (0-12,1) (0-7,2) (1,8-36,8) R 0,000
K 0,000
Los valores se presentan como media t desviación estándar y(amplitud).Comparación mediante análisis de variancia.DP: Diálisis Peritoneal; HD: Hemodiálisis; PRE: Prediálisis. KtN diálisis semanal:KtNurea semanal debido a diálisis (grupos HD y DP); KtN semanal total: KtN deurea semanal suma de Kt/V por diálisis y renal (En PRE equivale a KtN renalsemanal); CCr total: Aclaramiento de creatinina semanal total (peritoneal + renal),normalizado para superficie corporal (sólo para DP); CCr renal: aclaramiento decreatinina renal residual; C urea renal: Aclaramiento renal residual de urea; C renalmedio: media de aclaramiento renal de urea y creatinina.a: DP vs HD; (3: DP vs PRE; x: HD vs PRE.
84
•
•
Resultados
2. DETERMINANTES DE LEPTINEMIA
2.1. DETERMINANTES BASICOS DE LEPTINA
Tal como se ha descrito en la literatura, los niveles de leptina fueron superiores
en mujeres (mediana 35,0 ng/ml) que en hombres (mediana 7,6 ng/ml), en todas las
modalidades de tratamiento (figura 1). La leptina mostró también una buena
correlación con el IMC, en todas las modalidades de tratamiento (tabla 4, figura2).
La edad no se correlacionó con la leptinemia, independientemente del modo de
tratamiento (figura 3), y tampoco el tiempo en diálisis. Las comorbilidades también
mostraron una pobre correlación, excepto el número de comorbilidades no-
cardiovasculares en los pacientes en HD, que se con-elacionó negativamente con la
leptina (r=-0,355, p<0,001).
EI estudio multivariante confirmó que el sexo, junto con el índice de masa
corporal, eran predictores independientes de la leptinemia (tablas 5,6,7).
2.2. CORRELACION ENTRE LEPTINA Y MODALIDAD DE TRATAMIENTO,
INSULINA Y DIABETES
Los niveles de leptina tendieron a ser mayores en los pacientes del grupo de
DP que en los pacientes en PRE o HD, particularmente en presencia de un índice de
masa corporal elevado (figura 4), siendo la diferencia menor en caso de un índice de
masa corporal bajo (inferior a 21 kg/m2).
Como se indicó anteriormente en Material y Métodos, el impacto del modo de
tratamiento en el modelo se analizó, siguiendo una estrategia multivariante, por
parejas (DP vs HD, DP vs PRE, HD vs PRE) debido a la falta de linealidad de esta
variable. La inclusión de este factor mejoró la calidad del mejor modelo matemático
(estimado por R2 ajustada) en grado variable. (tablas 5,6,7).
85
Resultados
.
Figura 1. Niveles de leptina según sexo y modalidad de diálisis
^o
so
^
..
DPMujer
Varón
Sexo
Figura 2. Correlación leptina-índice de masa corporal
•
r
Indice de masa corporal (Kg/m2)
Prediálisis
o HD
o DP
86
Resultados
•
•
•
Tabla 4
Correlación entre leatina v marcadores nutricionales. Univariante.DP HD PRE
IMC 0,61 *** 0,56*** 0,57***
CMBM (percentil) 0,40*** 0,45*** 0,19
PT (percentil) 0,50*** 0,46 *** 0,40***
Valoración globalsub'etiva
-0,48*** -0,48*** -0,30^`
Proteínas totales -0,00 -0,10 0,35***
Albúmina 0,06 -0,02 0,12
Prealbúmina 0,22 -0,02 0,23*
Transferrina 0,17 -0,17 0,22*
Colesterol 0,15 0,06 0,27*
Triglicéridos 0,24* 0,15 0,28*
Urea plasma 0,23* 0,04 0,12
Creatinina plasma 0,17 -0,9 -0,01
Linfocitos totales 0,04 0,17 -0,05
Hemoglobina 0,02 0,05 0,03
Ferritina 0,10 0,08 -0,05
Bicarbonatolasmático
-0,21 0,19 0,16
APNn 0,15 0,05 0,07
*p<0,05; **p<0,01; ***p<0,001DP: Diálisis Peritoneal; HD: Hemodiálisis; PRE: Prediálisis.IMC: índice de masa corporal; CMBM: circunferencia muscular del brazo medio; PT:pliegue tricipital; ANPn: tasa de aparición de nitrógeno ureico normalizada.Los resultados indican correlación entre leptina y las variables presentadas, paracada grupo de estudio (Coeficiente de Spearman).
87
Resultados
Figura 3. Correlación leptina-edad
so
50
40
30
20
10
0Hasta 40 >65
Figura 4. Leptinemia según IMC y tipo de tratamiento
so
50
40
30
20
10
0
<21 21-26
Indice de masa corporal (Kg/m2)
>26
DP
^`^^^°' HD^;.;:^^
a Prediálisis
88
Resultados
!
•
•
t
•
Tabla 5Determinantes de niveles de leptina. Multivariante. DP versus HD
B IC 95% de B P
Indice de masa corporal 0,10 0,07, 0,13 0;0005
Sexo femenino 0,50 0,29, 0,71 0,0005
Insulina en ayunas (log,o) 0,66 0,18, 1,12 0,008
IGF-I 0,0014 0,0001, 0,002 0,004
Diálisis Peritoneal vs HD -0,41 -0,67, -0,16 0,004
HD: grupo de Hemodiálisis; PRE: grupo de prediálisis.B: Coeficiente de regresión. IC95%: Intervalo de confianza 95% de B. Variabledependiente: log^o ( leptina). R2 ajustada 0,68
Tabla 6Determinantes de niveles de leptina. Multivariante. DP vs PRE
B IC 95% de B P
Indice de masa corporal 0,07 0,05, 0,10 0,0005
Sexo femenino 0,43 0,24, 0,62 0,0005
Insulina en ayunas ( log,o) 0,58 0,15, 1,01 0,009
IGF-I 0,0005 0,0001, 0,001 0,23
Diálisis Peritoneal vs PRE -0,31 -0,53, -0,008 0,008
HD: grupo de Hemodiálisis; PRE: grupo de prediálisis.B: Coeficiente de regresión. IC95%: Intervalo de confianza 95% de B. Variabledependiente: log,o ( leptina). R2 ajustada 0,61 ^
89
Resultados
•
•
Tabla 7Determinantes de niveles de leptina. Multivariante. HD vs PRE
B IC 95% de B P
Indice de masa corporal 0,05 0,03, 0,08 0,0005
Sexo femenino 0,48 0,30, 0,67 0,0005
Insulina en ayunas ( log^o) 0,93 0,60, 1,27 0,0005
IGF-I 0,004 0,0001, 0,001 0,35
HD vs PRE -0,10 -0,22, -0,01 0,08
HD: grupo de Hemodiálisis; PRE: grupo de prediálisis.B: Coeficiente de regresión. IC95%: Intervalo de confianza 95% de B. Variabledependiente: log,o (leptina). R2 ajustada 0,55.
Los pacientes en DP mostraron niveles de leptina ajustados mayores que sus
homólogos en HD o en prediálisis. Por otra parte, los pacientes en prediálisis
mostraron niveles de leptina ajustados algo superiores a los pacientes en HD.
Se hallaron valores similares en pacientes diabéticos (mediana 11,3 ng/mL) y
no diabéticos (mediana 13,1 mg/mL)(NS) en el estudio univariante. Para el grupo total,
los niveles de leptina ajustados fueron semejantes en pacientes diabéticos y no
diabéticos (B=0,02, IC -0,13/0,18, P=0,72). Sólamente en el grupo PRE los pacientes
diabéticos presentaban niveles séricos de leptina ajustados inferiores a los no
diabéticos (B=0,26, CI 0,05/0,47, P=0,02).
EI análisis univariante (tabla 8) mostró una correlación significativa entre los
niveles de leptina y la insulinemia. En los tres grupos la mayor leptinemia se
correlacionaba con mayor insulinemia, aunque con más fuerza en los pacientes
tratados con HD y en situación prediálisis (figura 5). EI análisis multivariante confirmó
que, después de controlar para sexo e IMC, la insulinemia en ayunas mantenía una
90
f?esultados
Tabla 8
.Correlación entre leptina y determinaciones hormonales. Univariante
DP HD PRE
Hormona del crecimiento -0,28* -0,23 -0,08
IGF-I 0,30* 0,29* 0,16
IGFBP-3 0,01 -0,12 0,03
Insulína 0,36* 0,59*** 0,53***
PTH intacta -0,14 0,009 0,13
*p<0, 05; **p<0, 01; ***p<0, 001DP: Diálisis Peritoneal; HD: Hemodíálisis; PRE: Prediálisis.IGF-I: factor de crecimiento insulin-like 1(insulin like gwoth factor); IGF-BP3:proteína fijadora de IGF ( IGF-bindíng protein 3); PTH: hormona paratiroidea.Los resultados indican correlación entre leptina y las variables presentadas, paracada grupo de estudio (Coeficiente de Spearman).
Figura 5. Correlación leptina-insulina
•
r
Ln(insulina)
o Prediálisis
o HD
O DP
91
Resultados
•
I
•
buena correlación con la leptina {tabla 5,6,7). Esta correlación permanecía significativa
para pacientes del grupo DP y PRE por separado, pero no alcanzó significación
estadística en el caso de pacientes en HD. Cuando los efectos del modo de
tratamiento e insulinemia en ayunas se ajustaron para sexo e IMC, los dos factores
predijeron los niveles de leptina cuando se compararon cualquiera de las modalidades
de tratamiento de dos en dos.
2.3. CORRELACION ENTRE LEPTINA Y MARCADORES DE ADECUACION DE
DIALISIS Y FUNCION RENAL
En la tabla 9 se muestra la correlación entre Ios niveles de leptina y
marcadores de adecuación en diálisis y función renal. Con respecto a la función renal,
en los pacientes sometidos a tratamiento conservador se comprobó una relación
inversa entre función renal residual, valorada mediante aclaramiento medio, y niveles
de leptina: a menor función renal, mayores niveles de leptina (figura 6).
Figura 6. Corretación leptina-función renal
s,
6 •I
^NC
áacCJ
4; 0 0O o0^ o a
O
_
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O O 00 ^® o0O O o
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0
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d o® o ^
^
^ O O O o^n
-2 0 2 4 6 8 10 12
Aclaramiento medio (ml/min)
n0 0
0
14
n
16
^ Pre (r---0,27,p<0,05)
o HD (r=0,21, NS)
o DP (r=-0,16, NS)
92
Resultados
Tabla 9Correlaciones entre leptina y marcadores de adecuación de diálisis.
Univariante
•
•
a
•
DP HD PRE
Aclaramiento renal decreatinina
-0,18 0,21 -0,20
Aclaramiento renal de urea -0,12 0,19 -0,23
Aclaramiento renal medio -0,16 0,21 -0,27*
Aclaramiento semanal decreatinina
-0,23 - -
KtN renal semanal -0,10 0,66 -0,18
KtN diálisis semanal 0,023 0,003 -
KtN semanal total -0,12 0,06 -0,18
*p<0,05; **p<0,01; ***p<0,001DP: Diálisis Peritoneal; HD: Hemodiálisis; PRE: Prediáfisis.Aclaramiento renal medio: media de aclaramiento renal de urea y creatinina;aclaramiento semanal de creatinina: suma de aclaramiento semanal de creatinina pordiálisis y renal (60^0), sólo en los pacientes en DP; KtN semanal total: KtN de ureasemanal incluyendo KtN por diálisis y renal (en PRE equivale a KtN renal semanal).Los resultados indican correlación entre leptina y las variables presentadas, para cadagrupo de estudio (Coeficiente de Spearman).
No se encontró correlación entre leptinemia y adecuación de diálisis, valorada
mediante Kt/V de urea en los pacientes sometidos a Hemodiálisis, y KtN de urea y
aclaramiento semanal de creatinina en los pacientes en Diálisis Peritoneal (figura 7).
Usando un método multivariante ni la función renal estimada por aclaramiento
medio ni la adecuación de diálisis valorada por KtN se asociaron independientemente
con la leptina sérica.
93
l^esultados
Figura 7. Correlación leptina-adecuación
NS
8
6
.
0o ° ^
^ ó 0ó Q
^^ ^o ° ° ^o ^° 90^^
.
4
^ ^ ^^
2 M
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8 0 oŜ0!^--°---^A^.^o ^o °^ _^-o ^ -,- ,_ - - -o ° ° ^ ° ,rp _ _a ^4_ -_ = ñ
^ O °^ p^^ _ 1^ -° .^, ^
0°°
^ f^l'ed Iá^ÍS IS
0 2 6
° HD
O pp
8
°°
4
KtN total de urea
f
2.4. CORRELACION ENTRE LEPTINA Y PERDIDAS PROTEICAS PERITONEALES
Y RENALES
En los pacientes en Diátisis Peritoneal, el análisis univariante mostró una
correlación entre las pérdidas proteicas peritoneales y la leptinemia, disminuyendo
ésta a medida que aumentaban las pérdidas proteicas (figura 8). Después de controlar
para sexo e índice de masa corporal se confirmó una correlación negativa débil pero
significativa (B=-0,022; IC -0,041 /-0,002).
No se comprobó relación, sin embargo, con la absorción peritoneal de glucosa
(figura 9) ni con la proteinuria en ninguno de los modos de tratamien#o.
a
94
Resultados
•
Figura 8. Correlación leptina-pérdidas proteicas peritoneales
7
sa
80S o^
O0
r
•
°o 00
go
4
3;
0
O
f^érdidas pro#eicas peritoneales (g/d)
Figura 9. Correlación teptina-absorción peritoneal de glucosa
7.
5r
^ 3^^c^ 2^
1a
-1
0
O
O
100 200 300 400
Absorción de glucosa peritoneal (g/d)
0 0 00°ao o° o °
o °O
O
10.
Op 0 O
r---0,24, p=0,04
O
O
20 30 40
NS
O Ooao®^^
_ O O Q O
oo° ó 0800 0 0 0
O ^
^ O O
° ° OO
O ®
95
Resultados
M
•
•
s
3. CORRELACION ENTRE LEPTINA Y EJE GH-IGF
La hormona del crecimiento mostró una correlación significativa con la
leptinemia en los pacientes tratados con DP, mostrándose niveles de GH más altos al
disminuir la leptinemia (figura 10). EI IGF-I se correlacionó signi^cativamente con la
leptina en los pacientes sometidos a tratamiento con diálisis, bien DP o HD (figura 11).
No se encontró correlacibn entre leptinemia e IGFBP-3.
Los niveles de GH no se asociaron de forma independiente con los niveles de
leptina, después de controlar para sexo e IMC. Esto sucedió tanto para el grupo total
como para las tres modalidades de tratamiento por separado. Los niveles de IGF-I se
correlacionaron con la leptinemia en el grupo total, después de corregir para sexo e
IMC. Sin embargo, la generación de términos de interacción mostró que la relación era
sostenida por los pacientes en DP, existiendo una pobre correlación entre leptina e
IGF-I en los otros dos grupos. Después de controlar para el modo de tratamiento, los
niveles de IGF-I permanecieron asociados de forma independiente con los niveles de
leptina sólo cuando se compararon los pacientes en DP con los pacientes en HD, pero
no cuando fueron comparados con los pacientes en pre, o éstos con los de HD.
La relación fisiológica entre leptina e IGF-I no está aclarada completamente
hasta el momento, por lo que consideramos la posibilidad de que la leptina pudiera
regular primariamente la secreción de IGF-I, y que la relación inversa representase un
mecanismo de feed-back. La regresión múltiple mostró que los niveles de IGF-I se
predecían de forma independiente por leptina (B=59,1; IC 28,6/89, 5, p=0,0002),
prealbúmina (B= 3,6; IC 1,1-6,1; p=0,005), y edad (B=-2,37; IC, -1,00/-3,75; p=0,0002).
Por el contrario, el modelo no identificó factores como bicarbonato sérico, insulina, GH
e IMC como predictores de los niveles de IGF-I. Este patrón fue verdad para el grupo
completo y también para pacientes en DP y HD por separado, mientras para los
96
14esultados
s
•
•
pacientes del grupo prediálisis la leptina no alcanzó significación estadística como
predictor de niveles de IGF-I (B = 2,95; IC, -12,6/71,5; p= 0,11).
4. CORRELACION ENTRE LEPTINA Y PARAMETROS NUTRICIONALES
Con respecto a los marcadores nutricionales, la leptina mostró una buena
correlación con marcadores de masa grasa, como el índice de masa corporal (figura
2). También se demostró una correlación positiva con distintos parámetros
antropométricos. En los pacientes tratados con diálisis la leptinemia se incrementaba
con el aumento del percentil de la circunferencia muscular del brazo medio (figura 12).
En el caso del pliegue tricipital (indicador de contenido adiposo corporal) la correlacibn
positiva con la leptina estaba presen#e en todos los pacientes, independientemente de
la modalidad de tratamiento (figura 13).
Por otra parte, la leptinemia mostró una correlación pobre con los marcadores
de malnutrición proteica. Sólo en los pacientes en prediálisis existió correlación
positiva entre leptina y proteínas totales, prealbúmina (figura 14), transferrina (figura
15) y colesterol (tabla 4). No se comprobó correlación con otros marcadores
bioquímicos de malnutrición como albúmina (figura 16), linfocitos, urea, creatinina
(tabla 4) o hemoglobina (figura 17).
La ingesta proteica estimada mediante ANPn no se correlacionó con la
leptinemia en ningún grupo (figura 18, tabla 4).
Se demostró una correlación entre leptina y valoración global subjetiva en todos
los pacientes, presentando mayores niveles de leptina los pacientes con estado
nutricional normal o con malnutrición leve-moderada, al compararlos con los que
presentaban malnutrición severa {figura 19).
97
Resul#ados
Figura 10. Correlación leptina-GH
• s
° Prediálisis
o HD
O DP
4
Ln(GH)
Figura 11. Correlación leptina-IGF-I
•
•
° Prediálisis
° HD
-2^" " ^ ^ DP
0 200 400 600 800 1000
IGF-I (ng/ml)
98
Resultados
R
•
•
Figura 12. Correlación leptina-CMBM (percentil)
100,
so ^
60 ^
40 ^
20
0 _° ° ° o o n
-2 0 2 6
° Pr^ediálisis
r--0,19, NS
° HD
r-0,45, p<0,001
° DP
r-0,40, p=0,001
8
Ln (lepti na)
Figura 13. Correlación leptina-percenti! de pliegue tricipital
100
° Pre (r=0,40,p<0,001)
° HD (r=0,46, p<0,001 j
-2^0 2 4
l.n (leptina)
°
6
^ DP (r=0,51, p<0,001)
99
♦
•
r
Figura 14. Correlación leptina-prealbúmina
so ,
50 ^0
00
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O
20 r
10^ n
^o 0 00 0 0
n
-2 0 2 4
Ln (lep#ina)
f^esultados
° Pre (r=0,23, p=0,04)
^ HD (r=0,02, NS)
^ DP (r=0,22, p=0,05)
6 8
^igura 15. Correlación leptina-transferrina
Ln (lepttna)
100
00 00
° Pre (r^,22, p=0,05)
° HD (r=0,16, NS)
^ DP (r=-0,17 , NS)
Resulfados
.60 ^
NS
w
50 ^
.,c
Figura 16. Correlacibn leptina-albúmina
D
0 0o nn^ e
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20
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O
^ Prediálisis
o HD
O pp:4 6
Ln (leptina)
•8
Figura 17. Correlación leptina-hemoglobina
NS6 .
4o^ 0
^ ^^ ^O ^,- „ ^
O o a^ V p ^------- --0--^ ^-^^-Q ^----°---°----^^
m m ^ n ^^ _d, ^ ° ^ .► - - .,a °
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-2° °
40 60 80.
100
8
°
120 140 160
Hemoglobina (g/I)
00
a
00 00
101
Resultados
Figura 18. Correlación leptina-ingesta proteica
•
^ Prediálisis
^ HD
^ DP
Ln (leptina)
•Figura 19. Correlación leptina-valoración global subjetiva
so
50
^ _ 40
30
20
r 10
0
Normal ^Mln. moderada Mln. severa
Valoración global subjetiva
HD
Q Prediálisis
102
Resultados
•
s
La leptinemia y la hormona paratiroidea no mostraron correlación (figura 20).
La leptina mostró una pobre correlación ajustada con los marcadores de
malnutrición proteica (tabla 10). Se observó una tendencia clara hacia una correlación
positiva entre leptina y la presencia de depósitos proteicos bien preservados,
estimados por los marcadores analizados, fundamentalmente prealbúmina,
transferrina, IGF-I y CMBM. En todos los grupos se encontró una fuerte correlación
positiva entre la valoración global subjetiva y la leptinemia.
Se realizó un nuevo análisis incluyendo el IMC en el modelo matemático. Esto
no influyó en los resultados de forma cualitativa (tabla 11), pero disminuyó la
intensidad de la correlación positiva entre la leptina y los marcadores de depósitos
proteicos del organismo
103
Resultados
•
•
^co
áa:
cJ
s
2J
OJ
Figura 20. Correlación leptina-PTH
o °
OO p^ ^ ^^
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n
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^n O a
5
Ln (PTH)
6 7
a Prediálisis
o HD
O DP.8
104
0
Resultados
Tabla 10Correlación ajustada entre leptina y los marcadores de
malnutrición proteica
DP HD PRE
Albúmina -0,33 (-0,92, 0,87) 0,13 (-0,65, 0,93) -0,20 (-1,85, 1,45)
Prealbúmina 0,08 (-1,55, 1,70) 0,02 (-1,42, 1,47) 2,17 (0,82, 3,53)***
Transferrina 7,14 (-1,83, 16,12) -9,24 (-22,98, 4,51) 10,51 (1,24, 19,79)*
IGF-I 5,73 (-25,77, 37,24) 26,77 (5,15, 48,39)** 30,83 (8,98, 52,69)*^`^`
AN Pn -0, 02 (-0,11, 0, 08) 0, 03 (-0, 03, 0, 09) 0, 01 (-0, 07, 0, 09)
CMBM (percentil) 6,70 (0,41, 12,98)* 11,65 (6,60, 16,70)^`* 2,49 (-3,12, 8,10)
Valoración globalsub'etiva
0,23 (0,13, 0,33)*** 0,24 (0,11, 0,38)*^` 0,15 (0,04, 0,25)^`
Análisis de regresión múltiple. Se muestra la correlación ajustada entre el logaritmonatural de la leptina y las variables señaladas. No se incluye el IMC como una variablede control. Entre paréntesis, el intervalo de confianza del 95%DP: Diálisis Peritoneal; HD: Hemodiálisis; PRE: Prediálisis. ^ANPn: aparición de nitrógeno proteico normalizado. CMBM: Circunferencia musculardel brazo medio. * p<0,05; **p<0,01; ***p<0,001. Los otros coeficientes no sonsignificativos.
105
Resultados
•
•
s
Tabla 11Correlación de leptina y marcadores de malnutrición proteica, ajustados
para el índice de masa corporal
DP HD PRE
Albúmina -0,45 (-1,50, 0,61) -0,13 (-1,86, 1,11) -0,50 (-2,63, 1,62)
Prealbúmina 0,50 (-1,50, 2,51) 0,09 (-1,80, 1,99) 1,77 (0,1'7, 3,36)*
Transferrina 0,51 (-10,74, 11,77) -10,13 (-27,00, 6,72) 10,06 (-0,91, 21,04)
IGF-I 9,04 (-29,22, 47,30) 30,88 (4,91, 56,85)* 28,87 (3,07, 54,67)*
AN Pn 0, 05 (-0, 08, 0,17) 0, 03 (-0, 06, 0,11) 0, 03 (-0, 07, 0,13)
CMBM (percentil) -2,82 (-10,31, 4,67) 7,24 (0,90, 13,57)* -1,80 (-7,80, 4,19)
Valoración globalsub'etiva
0,18 (0,05, 0,30)** 0,05 (-0,10, 0,19) 0,05 (-0,06, 0,15)
Análisis de regresión múltiple. Se muestra la correlación entre el logaritmo natural deleptina y las variables presentadas. EI IMC se incluyó en todos los casos como unavariable de control. Entre paréntesis, el intervalo de confianza del 95%.DP: Diál ŭsis Peritoneal; HD: Hemodiálisis; PRE: Prediálisis.ANPn: aparición de nitrógeno proteico normalizado. CMBM: Circunferencia musculardel brazo medio.* p<0,05; **p<0,01. Los otros coeficientes no son significativos.
106
Resultados
•
•
•
5. ESTUDIO NUTRICIONAL COMPARATIVO
La población total presentó como media un IMC normal (26 kg/m2; amplitud
16,7-40,6). Una minoría, en torno al 10%, presentaba un IMC sugestivo de
malnutrición, por debajo de 21, y el 46% tenía IMC superior a 26 (figura 21). EI
percentil medio de la CMBM fue de 61 en la población total. En menos del 10% se
objetivó deplección severa de la CMBM (percentil inferior a 10), y en torno al 25% se
encontraba por encima del percentil 90 (figura 22).
EI 20% de los pacientes se encontraban por debajo del percentil 10 del PT,
indicando una deplección de depósitos grasos importante (figura 23).
La albuminemia es uno de los marcadores nutricionales más frecuentemente
estudiados en la literatura. En la población analizada, globalmente, los niveles de
albúmina eran normales, con media de 41,6 g/I (amplitud 23-58). Sólo en el 8,6% de
los pacientes se objetivaron niveles inferiores a 3,5 g/I. Los niveles plasmáticos de
prealbúmina en el grupo total fueron de 31,9 mg/dl (amplitud 10-63), y de transferrina
208,1 mg/dl (amplitud 92-471), considerados dentro de la normalidad. EI 17,5% de la
población tenía niveles de prealbúmina por debajo de 25 mg/dl, y el 13%
transferrinemia inferior a 150 mg/dl, y el 44% inferior a 200 mg/dl. EI colesterol total fue
de 208 mg/dl (amplitud 77-440). Los niveles de IGF-I en la población total fueron de
261,9 t124,9 ng/ml (amplitud 29-867).
La ingesta proteica estimada mediante ANPn fue en la población total de 1,2
g/kg/día (amplitud 0,4-2,9), que está por encima de los valores sugestivos de
malnutrición.
Según la valoración global subjetiva, que es probablemente el indicador
nutricional aislado más útil en la población con IRC, el 64% de la población total
presentaba un estado nutricional normal, señalándose en el 6% de los pacientes
malnutrición severa, y en el 30% malnutrición moderada.
107
Resulrados
• Figura 21. Distribución de IMC. Todos los pacientes
50
1'
\°0
Indice de masa corporal (Kg/m2)
•
Figura 22. Distribución de CMBM (percentil). Todos los pacientes
so,
50^
10•
0r T
<10T
10-20T
20-80
^^^^^.^°'.'-^.:..^^ T^.^,.
RO-90 >90
Percentil de CMBM
108
Resultados
•
•
5.1. ANALISIS UNIVARIANTE
En las tablas 12 y 13 se muestran los marcadores nutricionales de manera
comparativa en los tres grupos.
Los pacientes en DP y prediálisis tenían un IMC similar, y superior al de los
pacientes en HD (tabla 12). EI porcentaje de pacientes con IMC bajo, sugestivo de
malnutrición, también era más elevado en HD, grupo en el que el 19% de los pacientes
presentaba IMC inferior a 21 kg/m2, frente al 7% de pacientes en DP y 8% de
pacientes en prediálisis (figura 24).
La misma tendencia se observó en la CMBM, y los pacientes en HD se
encontraban en un percentil más bajo que los pacientes de los otros grupos. EI 23%
de los pacientes en HD se encontraban por debajo del percentil 20, frente al 10% en
los pacientes en DP y 8% en prediálisis (figura 25). Para el PT no se demostraron
diferencias significativas entre grupos, si bien parecía existir una tendencia a mostrar
un PT inferior los pacientes en HD (en torno al 30% se situaba por debajo del percentil
10, frente al 18% en DP y 16% en PRE) (figura 26).
Los pacientes en prediálisis presentaban niveles de albúmina plasmática
superiores a los pacientes de los otros dos grupos. Los pacientes en DP fueron los
que mostraron albuminemia más baja, significativamente inferior a los pacientes en
prediálisis y HD (tabla 12). Los pacientes con albúmina inferior a 3,5 g/dl oscilaron
entre el 7 y 15%, según la modalidad de tratamiento (figura 27).
De entre los otros parámetros bioquímicos estudiados destaca que los niveles
de prealbúmina eran inferiores en los pacientes en HD con respecto a los pacientes en
prediálisis (figura 28). Los niveles de transferrina plasmática eran superiores en los
pacientes en prediálisis con respecto a DP, y en torno al 17% de los pacientes en
diálisis presentaban niveles inferiores a 150 mg/dl, frente al 6% de pacientes en
prediálisis.
109
Resultados
•
•
Figura 23. Distribución del PT (percentil). Todos los pacientes
10
<10 10-20 20-80 80-90 >90
•Percentil de PT
Figura 24. Distribución de IMC según tipo de tratamiento
•
•
•
60
50
40
^ 30
20
10
0
<21 . 21-26
Indice de masa corporal (kg/m2)
>26
DP
HD
q PRE
110
Resultados
Tabla 12Marcadores nutricionales. Estadística univariante
•
•
DP HD PRE p
Peso (kg) 67f 13 64f 12 70t 14 x 0,03(Rango: 43-103) (Rango:41-88) (Rango:45-123)
IMC (kg/m ) 26,1 f4,3 23,8f3,4 26,9f4,3 a 0,01(16,7-37,5) (17,6-32,7) (18,4-40,6) x 0,000
CB (cm) 27,1 f3,5 24,8f3,2 27,4t3,2 a 0,001(16-35) (18-32) (22-37) x 0, 000
CMBM (cm) 23,6f9,2 21,3f3 23,3t3,2 NS(12,2-27) (15,3-28,2) (14,9-33,4)
CMBM (percentil) 63,2f29 42,4f30 65,1 f27 a 0,001(1-99) (1-95) (3-99) x 0, 000
PT (mm) 14,9f12 11,1f5,3 13,1f6,1 NS(4-30) (2-23,5) (4-29)
PT (percentil) 40,2f31,7 29,7t26,6 36,4t28,6 NS(1-99) (1-99) (1-99)
Albúmina plasma 39,5f5 42,Of3.5 44,5f5.1 a 0,018(g/I) (27-52) (31-48) (26-58) (3 0,000
^ x 0,018
Proteínas totales 67,3f6.5 68,6f5.3 70,1f6.5 R 0,02(g/I) (53-85) (56-82) (47-81)
Prealbúmina 31,8f8,7 29,3f8,9 33,8f6,4 x 0,008(mg/dl) (14-53) (10-63) (20-48)
Transferrina 196,4f53,8 206,1 f62,2 222,9f45 ^3 0,01plasma (mg/dl) (101-335) (118-471) (128-389)
DP: Diálisis Peritoneal; HD: Hemodiálisis; PRE: Prediálisis.IMC: índice de masa corporal; CB circunferencia del brazo medio; CMBM:circunferencia muscular del brazo medio; PT: pliegue tricipital; VGS: valoración globalsubjetiva, A: normal, B: malnutrición moderada; C: malnutrición severa.a: DP vs HD; (3: DP vs PRE; x: HD vs PRE.Las variables numéricas se expresan como media t desviación estándar y(amplitud).La comparación es mediante x2, Kruskall Wallis, y test de Mann-Whitney
111
Resultados
•
•
•
•
•
Tabla 13Marcadores nutricionales. Univariante
DP HD PRE p
Colesterol (mg/dl) 212f54 181 f56 212f51 a 0,007(91-336) (77-440) (121-343) x 0, 007
Triglicéridos plasma 171,6f92 146,6f89 147,4f89,5 NS(mg/dl) (28-488) (44-413) (29-520)
Urea plasma (mg/dl) 158,6f44 169,5f41 196,4f68 R 0,000(56-263) (92-250) (54-350) x 0,023
Creatinina plasma 8,5f2,8 8,8t1,9 5,4f2,2 (3 0,000(mg/dl) (2,9-14,3) (4,6-12,7) (1,4-12) x 0,000
Linfocitos totales en 1602f679 1406f490 1610f614 NSsangre (570-4150) (290-2480) (409-3448)
Bicarbonato plasma 25,3t3,9 23,6f3,1 23,5f4,0 R 0,029(mEq/I) (17-38) (18-32) (15-32)
Hematocrito (%) 29,3f4,7 31,1 f7,0 32,1 f5,9 R 0,014(17-42) (19-54) (19-47)
Hemoglobina (g/I) 96,6f13,8 96,8f20,7 105,6f19,4 ^i 0,02(68-126) (60-151) (64-157) x 0,04
Estado nutricional NSsegún VGS (%)A 60, 3 57,1 67, 9B 32,9 30,6 30,8C 6,8 12,2 1,3
ANPn (g/kg/día) 1,35t0,4 1,19f0,3 0;97f0,3 a 0,04(0, 65-2, 89) (0, 70-2, 0) (0,43-2, 05) (3 0, 000
x 0,016
DP: Diálisis Peritoneal; HD: Hemodiálisis; PRE: Prediálisis.IMC: índice de masa corporal; CB circunferencia del brazo medio; CMBM:circunferencia muscular del brazo medio; PT: pliegue tricipital; VGS: valoración globalsubjetiva, A: normal, B: malnutrición moderada; C: malnutrición severa.a: DP vs HD; (3: DP vs PRE; x: HD vs PRE.Las variables numéricas se expresan como media t desviación estándar y(amplitud).La comparación es mediante x2, Kruskall Wallis, y test de Mann-Whitney.
112
Resulrados
•
•
Figura 25. Distribución de CMBM (percentil) según tipo de tratamiento
60
50
40
^ 30
20
10
0
<10 10a20 20a80 80a90
• Percentil de CMBM
•
>90
DP^ HDq PRE
Figura 26. Distribución de PT (percentil) según tipo de tratamiento
60
50
40
^ 30
20
10
0
<10 10a20 20a80 80a90
^ Percentil del pliegue tricipital
>90
^ DPHD
q PRE
113
Resultados
. Figura 27. Distribución de albuminemia según tipo de tratamiento
100
80
60
40
20
0
>35
i
•
80
60
40
20
0
>25
. Prealbuminemia (mg/dl)
Albuminemia (g/l)
<35
DP
HD
q PRE
Figura 28. Distribución de prealbuminemia según tipo de tratamiento
100
<25
^ DP0 HD
q PRE
114
Resultados
•
•
•
•
Los niveles plasmáticos de colesterol fueron inferiores en los pacientes en HD
que en los pacientes en DP o prediálisis, pero con valores medios no sugestivos de
malnutrición. Los niveles de IGF-I fueron superiores en los pacientes en DP frente a
los pacientes en HD y prediálisis (tabla 2).
La ingesta proteica estimada mediante la ANPn fue significativamente más alta
en los pacientes que recibían tratamiento dialítico que en los que eran tratados de
forma conservadora (tabla 13). Resultó también signifícativamente superior en los
pacientes tratados con DP frente a los tratados con HD. En los pacientes que se
dializaban, en torno al 9% tenían una ANPn inferior a 0,8 g/kg/día, y se vio una
tendencia de los pacientes en DP a presentar más frecuentemente cifras de ANPn
más elevadas, con un 43% de pacientes que alcanzaban ingestas proteicas por
encima de 1,4 g/kg/día (figura 29). Por el contrario, los pacientes en prediálisis con un
ANPn inferior a 0,8 suponía el 35%, estando la mayoría por debajo de 1 g/kg/día
(69%).
No se objetivaron diferencias significativas en el estado nutricional estimado
por VGS en las diferentes formas de tratamiento de la IRC (figura 30).
5.2. ANALISIS MULTIVARIANTE
EI estudio comparativo del estado nutricional en los distintos modos de
tratamiento de la IRC se realizó también sobre base multivariante, comparando las
formas de tratamiento de dos en dos.
Las variables dependientes analizadas fueron albúmina, prealbúmina,
transferrina, IGF-I, CMBM (percentil), PT (percentil), ANPn, IMC y VGS (tablas 14-16).
Como era de esperar, la edad, la diabetes, otras comorbilidades y sexo, fueron
predictores del estado nutricional. En el análisis multivariante se confirmaron los
115
Resulfados
Figura 29. Distribucion de ANPn según modalidad de dialisis
•
® DP
< 1 g/kg/d í a 1-1.4 g/kg/día > 1,4 g/kg/día
, ANPn
Figura 30. Valoración global subjetiva según forma de tratamiento
70
^ HD
DP
HD^
q PRE
Normal Malnutrición Malnutrición severamoderada
Estado nutricional por VGS
116
Resultados
•
•
♦
•
resultados del análisis univariante. Los pacientes en DP tenían un IMC superior a los
pacientes en HD. Después de ajustar para edad, comorbilidades y sexo, no se
comprobó la diferencia mostrada en el análisis univariante entre pacientes en HD y
prediálisis.
Los pacientes en DP también presentaron una CMBM significativamente más
alta que los pacientes en HD en el análisis multivariante, sin diferencias entre HD y
prediálisis (presentes en el análisis univaríante), y se reafirmó que venía condicionada
por la edad y las comorbilidades.
La albuminemia se confirmó inferior en los pacientes en DP al compararlos con
los pacientes en HD o prediálisis, tras ajustar para diabetes y edad (tablas 14 y 15) y
en los pacientes tratados con HD también era inferior a los pacientes en prediálisis
(tabla 15) después de ajustar para diabetes, edad y comorbilidades. La prealbúmina,
independientemente de las comorbilidades, se demostró más elevada en los pacientes
en DP que en los tratados con HD, sin hallar diferencias al comparar pacientes en DP
o HD con pacientes en prediálisis, tras ajustar para sexo, comorbilidades y diabetes.
La transferrina, aunque con una significación no muy elevada, fue superior en los
pacientes en prediálisis frente a los pacientes en DP y HD, después de ajustar para la
ferritina (tablas 15 y 16).
En el análisis de la ingesta proteica medida mediante APIVn se confirmó una
inferior ingesta en los pacientes en prediálisis comparativamente con los pacientes en
programa de diálisis (tablas 15 y 16), lo que es coherente con las dietas prescritas
habitualmente y lo reflejado en la literatura. La ingesta proteica fue similar en los
pacientes en diálisis, independientemente de la modalidad.
117
Resultados
Tabla 14
Efecto ajustado de la modalidad de diálisis sobreparámetros nutricionales.
Diálisis Peritoneal versus Hemodiálisis
•
•
•
B IC 95% DE B P Variables de ajuste
Albúmina 2,05 0,65, 3,45 0,004 Edad, Diabetes
Prealbúmina -3,99 -6,97, -1,01 0,009 Comorbilidades
Transferrina 2,27 -14,61, 19,1zf6 0,79 Ferritina
IGF-I -138,25 -179,45 -97,04 0,0005 Comorbilidades
CMBM (percentil) -18,28 -27,59, -8,98 0,0005 Sexo, comorbilidades
ANPn -0,007 -0,21, 0,064 0,29 Sexo, función renal residual
PT (percentil) -5,60 -15,25, 4,06 0,25 Sexo, edad, comorbilidades
Indice de masacor oral
-1,66 -2,84, -0,48 0,006 Edad, sexo
Valoración globalsub^etiva
0,07 -0,14, 0,28 0,52 Edad, comorbilidades
B: Coeficiente de regresión. IC 95%: Intervalo de confianza 95% de B. Variabledependiente: log,o(leptina). Otras variables: variables con impacto sobre el modelo deregresión. Los valores negativos de B indican mayor valor en DP.ANPn: aparición de nitrógeno ureico normalizada.CMBM: Circunferencia muscular del brazo medio.PT: pliegue tricipital.IGF-I: factor de crecimiento insulin-like I(insulin-like growth factor).
118
Resultados
Tabla 15
Efecto ajustado de la modalidad de diálisis sobreparámetros nutricionales.
Hemodiálisis versus tratamiento conservador.
•
•
B IC 95% DE B P Variables de ajuste
Albúmina 1,84 1,14, 2,55 0,0005 Diabetes, edad,comorbilidades
Prealbúmina 0,54 -0,90, 1,97 0,46 Sexo, comorbilidades
Transferrina 8,50 0,09, 16,95 0,04 Ferritina
IGF-I 47,02 24,10, 69,90, 0,0005 Edad
CMBM (percentil) 0,005 -4,71, 4,81 0,97 Edad, comorbilidades
AN Pn -0,19 -0, 26, -0,11 0, 0005 -
PT (percentil) -3,18 -7,55, 1,20 0,15 Edad, sexo, comorbilidades
Indice de masacor oral
-0,02 -0,64, 0,60 0,98 Edad, comorbilidades, niveleconómico
Valoración globalsub'etiva
0,027 -0,12, 0,70 0,60 Comorbilidades
B: Coeficiente de regresión. tC 95%: Intervalo de confianza 95% de B. Variabledependiente: log,o(leptina). Otras variables: variables con impacto sobre el modelo deregresión. Los valores negativos de B indican mayor valor en HD.ANPn: aparición de nitrógeno ureico normalizada.CMBM: Circunferencia muscular del brazo medio.PT: pliegue tricipital.IGF-I: factor de crecimiento insulin-like I(insulin-like growth factor).
119
Resultados
Tabla 16:^
Efecto ajustado de la modalidad de diálisis sobreparámetros nutricionales.
Diálisis Peritoneal versus tratamiento conservador.
•
B IC 95% DE B P Variables de ajuste
Albúmina 1,86 1,11, 2,62 0,0005 Diabetes
Prealbúmina 0,85 -0,46, 2,15 0,20 Sexo, diabetes
Transferrina 7,67 0,03, 15,30 0,05 Ferritina
IGF-I -55,83 -78,92, -32,74 0,0005 Edad, sexo, comorbilidades
CMBM (percentil) -0,27 -5,14, 4,60 0,91 -
ANPn -0,19 -0,27, -0,11 0,0005 Sexo, diabetes
PT (percentil) -3,17 -7,63, 1,29 0,16 Sexo, comorbilidades
Indice de masacor oral
-0,005 -0,68, 0,58 0,88 Edad
Valoración globalsub'etiva
0,021 -0,11, 0,70 0,64,
Comorbilidades
B: Coeficiente de regresión. IC 95%: Intervalo de confianza 95% de B. Variabledependiente: log,o(leptina). Otras variables: variables con impacto sobre el modelo deregresión. Los valores negativos de B indican mayor valor en DP.ANPn: aparición de nitrógeno ureico normalizada.CMBM: Circunferencia muscular del brazo medio.PT: pliegue tricipital.IGF-I: factor de crecimiento insulin-like I(insulin-like growth factor).
120
^ D ISCUSIO N
Discusión
s
•
•
•
En los últimos años se ha producido un incremento en el número de pacientes
con IRC sometidos a tratamiento sustitutivo renal. La existencia de criterios de
admisión en diálisis crónica menos estrictos ha Ilevado a que los pacientes presenten
edad más avanzada, diabeteŝ con afectación orgánica importante y otras
enfermedades crónicas (148). La población objeto de este estudio presentaba también
edad avanzada y numerosas patologías asociadas. Además los pacientes tratados con
DP tenían mayor comorbilidad cardiovascular que los tratados con HD, reflejando un
claro sesgo de selección. De hecho, entre las razones médicas, la presencia de
enfermedades cardíacas graves es el motivo que más a menudo Ileva a indicar la DP
(252). En general, este tipo de diálisis proporciona mayor estabilidad hemodinámica, y
disminuye el riesgo de arritmias graves, al evitar las oscilaciones de volumen y
electrolíticas inherentes a la HD (253).
EI reciente descubrimiento de la leptina, el producto del gen ob, ha supuesto un
gran paso en el conocimiento de la regulación del apetito y el balance energético (20,
26, 32, 33, 38, 48, 62, 63, 66, 254). Cada vez hay más información sobre sus posibles
acciones fisiológicas a otros niveles, como en el desarrollo puberal (94, 95, 97), en la
hipertensión arterial (109, 111, 112) y síndrome del ovario poliquístico (117), entre
otras.
La leptina es secretada por los adipocitos, y su concentración está determinada
en gran medida por la masa grasa corporal (38, 37). Desde los primeros trabajos en
que se realizaron mediciones de leptina en humanos también fue evidente una clara
diferencia según el sexo. Los niveles de leptina eran de dos a tres veces superiores en .
las mujeres, para igual índice de masa corporal (26, 37-40). EI aporte calórico (45, 46)
122
Discusión
•
•
•
y la composición de la dieta (48), entre otros factores, también influyen en la
leptinemia.
Los mecanismos básicos que regulan la secreción de leptina parecen estar
conservados, al menos parcialmente, en los pacientes urémicos. Así, en esta
población también se ha demostrado una asociación positiva entre leptinemia y el
contenido de grasa corporal (129, 133-137, 139-141, 143, 145, 246, 247, 255), así
como entre leptinemia y sexo femenino (129, 133-135, 137-141, 246, 255-257).
EI sexo y el IMC se objetivaron en el presente trabajo como los más
importantes predictores de leptinemia (tabla 5,6,7), independientemente de la
modalidad de tratamiento.
Distintos estudios han demostrado una elevación de los niveles séricos de
leptina en los pacientes con IRC, tanto antes de iniciar tratamiento con diálisis (129,
133-135) como una vez iniciada, ya sea HD (133-135, 137-140) o DP (133, 134, 137,
141, 246). La disminución del aclaramiento renal de leptina parece ser el mecanismo
básico para su acumulación en la IRC (127, 128, 129, 142). Sin embargo existen
pacientes con IRC que presentan niveles de leptina sérica normales o disminuidos,
fundamentalmente hombres con escaso tejido adiposo e insulinemia baja (130, 140,
141, 143).
Howard y Johansen han comunicado, en sendos trabajos, la existencia de una
leptinemia superior en los pacientes en DP con respecto a los pacientes en HD (133,
145). También en el actual estudio los pacientes en DP presentaron niveles de leptina
más elevados que los pacientes sometidos a HD o en situación de prediálisis, después
de corregir para otros determinantes de leptinemia como IMC, sexo, insulinemia y
niveles de IGF-I. En los pacientes en DP con IMC normal o elevado se demostraron
niveles de leptina desproporcionadamente elevados, al compararlos con los pacientes
en HD o PRE. Las causas de este hallazgo no están claras. La absorción continua de
glucosa a través del peritoneo Ileva a una situación de hiperinsulinismo crónico (258),
123
Discusión
•
•
•
y se ha demostrado que la hiperinsulinemia conlleva un incremento en los niveles de
leptina, en humanos (50, 51). La insulinemia fue superior en estos pacientes en DP que
en HD o en PRE. Sin embargo, la forma de tratamiento continuó siendo un predictor
de leptinemia después de controlar para la insulinemia, sugiriendo que algún otro
factor o factores podrían mediar la hiperleptinemia. Aún así se podría argumentar que
la insulinemia es clave en las diferencias encontradas, y que la insulinemia en ayunas
no refleja de forma adecuada la magnitud y el perfil de estimulación de insulina en los
pacientes en DP frente a los pacientes en HD o prediálisis. También se ha sugerido
que la diferencia en la severidad de la resistencia a la insulina entre los tres grupos de
pacientes podrfa conducir a una respuesta diferente de la leptina ante los estímulos
fisiológicos, aunque no se ha confirmado (51, 129).
Wang et al han demostrado que la secreción de leptina puede ser estimulada
por nutrientes, a través de un mecanismo insulin-independiente (8), por lo que se
podría pensar que la absorción de glucosa del líquido de diálisis a través del peritoneo
es suficiente para estimular directamente la producción de leptina.
La posibilidad de que la DP sea menos eficiente que la HD en la eliminación de
leptina sería otra explicación para la diferencia encontrada en los niveles de leptina.
Sin embargo, sólo se ha comprobado aclaramiento significativo de leptina durante la
Hemodiálisis con membranas de alta permeabilidad, sin encontrar cambios en la
leptinemia antes y después de la Hemodiálisis con membranas de celulosa (128, 139,
259). En el actual estudio, en los pacientes sometidos a HD no se encontró influencia
del tipo de membrana sobre la leptinemia, pues ésta era igual independientemente del
tipo de HD que recibieran, si bien no se analizaron variaciones entre leptina pre y post-
diálisis.
EI aclaramiento peritoneal de leptina, que constituye una pequeña fracción de
la leptina producida diariamente (257, 260), y su probable síntesis local por adipocitos
intraperitoneales es objeto de estudio actualmente, desconociéndose por el momento
124
Discusión
s
a
su relevancia clínica (261). EI papel potencial de otros factores en la hiperleptinemia^
observada en los pacientes en DP, como el eje GH-IGF-I (143), la producción
aumentada de citoquinas (137, 142), la existencia de inflamación de bajo grado (246) o
cambios en la respuesta de la expresión del gen ob a cambios en la masa grasa (142)
aún no son conocidos en profundidad.
En distintos trabajos en humanos se ha comprobado la existencia de una
relación entre niveles elevados^ de leptina sérica e hiperinsulinemia y resistencia a la
insulina (50, 51, 53). Segal et al han demostrado que los niveles elevados de leptina
en pacientes con resistencia a la insulina son independientes del contenido de grasa
corporal (51). En estudios experimentales en humanos la hiperinsulinemia inducida por
técnicas de "clamp" condujo a elevación de la concentración de leptina, pero sólo a
largo plazo, y no de forma aguda (50, 52). AI contrario, hay también cada vez más
datos que sugieren que la leptina puede modular la acción y secreción de la insulina.
En los ratones oblob, caracterizados por hiperglucemia, hiperinsulinemia y resistencia
a la insulina, el tratamiento con leptina puede corregir estas alteraciones antes de
producirse disminución del peso corporal (33, 34).
Se ha sugerido que en animales sanos, la leptina podría inducir una reducción
en la secreción de insulina a través de una activación del sistema nervioso simpático
(262). También podría ejercer un efecto directo sobre receptores para leptina de las
células R-pancreáticas productoras de insulina, reduciendo la producción de ésta
(263). Además se ha planteado la posibilidad de que la leptina sea importante en el
desarrollo de diabetes mellitus tipo 2, pero hasta el momento no hay evidencia de la
asociación de mutaciones en el gen de la leptina o su receptor con el desarrollo de
diabetes mellitus tipo 2 o intolerancia a la glucosa. No se detectaron mutaciones en el
gen ob en estudios Ilevados a cabo con pacientes afectados por esta enfermedad (98,
125
Discusión
•
•
•
•
•
264), y los niveles de leptina son similares en sujetos diabéticos y no diabéticos, al
tener en cuenta el IMC o el porcentaje de masa grasa corporal (105).
En los pacientes con IRC, en los que existe un estado de resistencia a la
insulina (212), también se ha descrito una buena correlación entre insulina y leptina,
tanto en pacientes urémicos tratados con HD (140) o en tratamiento conservador
(130). Sin embargo, en un reciente trabajo en pacientes con IRC en tratamiento
conservador se investigó el efecto del estado de hiperinsulinemia y resistencia a la
insulina sobre la leptinemia. Mediante dietas de muy bajo contenido proteico se mejoró
la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia, sin acompañarse de cambios en ta
hiperleptinemia (265). En DP, si bien en algún trabajo se ha comprobado correlación
entre insulina y leptina (246), se ha comunicado también una relación pobre (141), y
en un análisis de pacientes diabéticos, ausencia de relación (266).
En los pacientes del presente estudio, independientemente de la modalidad de
tratamiento, se observó una correlación independiente entre insulinemia y leptina
sérica (tabla 8), confirmada en el análisis multivariante (tablas 5,6 y 7).
Uno de los mecanismos fundamentales que explican la hiperleptinemia en la
IRC es la disminución del aclaramiento renal, pues ésta es la principal vía de
eliminación en humanos sanos (128). En el actual análisis, en los pacientes tratados
de forma conservadora se demostró una correlación negativa entre filtrado glomerular
y leptinemia, que no se mantenía en los pacientes en diálisis. Se ha confirmado en
algunos trabajos un descenso del aclaramiento de leptina en pacientes con
insuficiencia renal sin diálisis (128, 129, 142, 247), si bien en otros análisis no se
encontró relación entre función renal y leptinemia, en pacientes sometidos a
tratamiento conservador de la uremia (134, 135, 141), ni en diálisis (134, 137, 138,
257).
126
Discusión
•
•
•
La adecuación de diálisis, valorada por Kt/V en HD y por Kt/V y aclaramiento de
creatinina en DP, no se asoció con la leptinemia en el estudio actual, en ninguna de
las formas de diálisis. En los escasos trabajos en que se ha analizado esta relación, se
corroboró la falta de correlación, tanto en DP (133, 134, 141), como en HD (133, 134,
138).
La correlación débil negativa encontrada entre pérdidas proteicas peritoneales
y leptinemia no tiene una explicación conocida, pero ya se han realizado las primeras
investigaciones sobre aclaramiento peritoneal de leptina (257, 260, 261, 267, 268).
En un estudio de Landt et al, en el que comparan el aclaramiento peritoneal de
leptina con el de a-2 microglobulina, debido a su parecido peso molecular, objetivaron
un aclaramiento similar en mujeres, pero significativamente superior en varones (257).
Sin embargo; Kagan et al (267) objetivaron un aclaramiento peritoneal de leptina
inferior al de (3-2 microglobulina, discordante también con un trabajo de Arkouche et al,
que demuestra una eliminación superior al dializado de leptina que de R-2
microglobulina (261). Resultados similares describen Heimburger et al, que sugieren
que el aclaramiento peritoneal de leptina, superior al que se esperaría extrapolando a
partir del aclaramiento de ^i-2 microglobulina y albúmina, podría deberse a la
existencia de una producción local intraperitoneal (268).
Las diferencias en el esquema de Diálisis Peritoneal, con las consecuentes
diferencias en el ritmo de aporte de glucosa en DPA y DPCA, no influyeron en los
niveles de leptina. Tampoco la permeabilidad de la membrana en Hemodiálisis afectó
a los niveles séricos de leptina, si bien está descrito que las membranas de alta
permeabilidad tienen capacidad de aclaramiento de leptina (128, 139, 259 ). Sin
embargo, en este trabajo no se analizaron los niveles de leptina pre y post-
Hemodiálisis, por lo que no se pudo comprobar esta hipótesis.
127
Discusión
•
•
•
La GH tiene un papel importante en la regulación de la composición corporal y
distribución grasa a través de su influencia sobre el metabolismo energético y efectos
lipolítico y estimulante del anabolismo proteico. Las alteraciones del estado nutricional
influencian la secreción de GH. La obesidad se asocia con alteraciones en el eje GH-
IGF-I, y los niveles de GH e IGF-BP están generalmente disminuidos en estos
pacientes, resultando en niveles elevados de IGF-I (269), coincidiendo con niveles
plasmáticos de leptina elevados (37, 39, 40, 45, 50, 51, 101 ). La de^ciencia de GH en
adultos se asocia con un incremento de la masa grasa y descenso de masa magra
corporal (75), y se acompañan paralelamente de incremento en las concentraciones
de leptina sérica (87). Esta correlación inversa entre leptinemia y GH plasmáticas no
es un hallazgo universal (120). Los efectos de la administración de GH sobre la
producción de leptina no están claramente definidos. Los intentos de aclarar si existe
un efecto directo de la GH sobre la liberación de leptina, actuando directamente sobre
los adipocitos no tuvieron conclusiones claras, siendo los resultados de los estudios
contradictorios (84, 85, 87, 270). Cuando se analizaron los resultados sobre la leptina
de la administración de GH a largo plazo se constató un descenso en la leptinemia
(83) o un incremento tras su suspensión (87), relacionados con cambios en el
porcentaje de masa grasa corporal. Estos resultados sugieren que el efecto de la GH
sobre la leptinemia no sería independiente de su efecto sobre el tejido adiposo (44,
87). Los resultados iniciales del presente estudio, que apuntaban a una correlación
negativa entre leptina y GH, aunque sólo en los pacientes en DP, no se confirmaron en
el análisis multivariante, después de controlar para sexo e IMC, coincidiendo con lo
señalado anteriormente.
Otra cuestión que es actualmente objeto de investigación es si la leptina tiene
entre sus acciones ser una señal metabólica con actuación a nivel hipotalámico para
regular la secreción de GH (78, 88). La correlación positiva encontrada entre leptina e
IGF-I en los pacientes en DP del actual estudio no se encuentra descrita en otros
128
Discusión
•
a
estudios en pacientes con IRC (86), pero sí en sujeto ŝ sanos y en otras situaciones
(43, 81, 270). Fouque et al han comunicado que la administración de IGF-I durante 3
días provoca un descenso en la leptinemia, mientras que al añadir GH al IGF-I se
produce un aumento en la leptinemia en pacientes en diálisis (143). Dagogo et al
comprobaron que la administración de IGF-I durante 24 días a pacientes con IRC en
tratamiento conservador provocaba también un descenso en la leptinemia (86). Se
podría pensar que la leptina podría estimular directamente la secreción de IGF-I,
implicando así una correlación leptina-IGF-I en ausencia de una correlación leptina-
GH. Este patrón podría ser similar al observado en pacientes obesos, que muestran
simultáneamente descenso en la secreción de GH, niveles de leptina aumentados y
niveles de IGF-I de normales a elevados (269, 271).
Los niveles de leptina parecen correlacionarse estrechamente con los niveles
de proteínas transportadoras de GH (fracción soluble del receptor de GH) en sujetos
normales, obesos y con anorexia (82). Los resultados obtenidos en el actuat análisis
sugieren que existe la misma relación en los pacientes con IRC, pues la leptina fue un
fuerte predictor independiente de los niveles de IGF-I. EI significado de todos estos
hallazgos y su relación con la fisiología de la leptina en la uremia aún no está
establecida, pero las interacciones entre leptina y el eje GH-IGF parecen ser fuertes,
tanto en pacientes urémicos como en sujetos sanos.
Los pacientes con IRC, tanto tratados con diálisis como en tratamiento
conservador de la uremia, a menudo presentan malnutrición (149-152) y es uno de los
más importantes predictores de supervivencia en esta población (152-155, 157, 159,
171, 181, 183, 209, 232-234). ^
Dado que la administración de leptina a animales de experimentación (20) y
humanos (79, 80) induce disminución de apetito y pérdida de peso, se ha propuesto
129
Discusión
•
•
que la hiperleptinemia crónica que existe en los pacientes con IRC podría contribuir
directamente al desarrollo de anorexia y malnutrición.
En el presente estudio la leptinemia se correlacionó positivamente con los
indicadores de contenido adiposo corporal, como el IMC y pliegue tricipital, de acuerdo
con lo conocido acerca de que la masa grasa es probablemente el principal
determinante de la leptina sérica, tanto en sujetos sanos (26, 37-40, 50, 51) como en
la población con IRC (34-40, 133-135, 137-139, 140, 141, 247, 265, 266). Con
respecto a los marcadores estudiados de malnutrición proteica (albúmina,
prealbúmina, transferrina, IGF-I, PNAn, CMBM y VGS), no se observó una relación
inversa entre ellos y la leptinemia. Por el contrario, se encontró tendencia hacia una
correlación positiva entre leptinemia y depósitos proteicos.
En algunos estudios realizados se comunican resultados distintos. Johansen et
al objetivaron, en una población con IRC en diálisis (HD y DP), una correlación
negativa entre los niveles de leptina y marcadores de malnutrición proteica, incluyendo
albúmina, transferrina y tasa de catabolismo proteico (272). Young et al, en su estudio
sobre 93 pacientes con IRCT tratados conservadoramente y en diálisis, confirmaron
una con•elación negativa entre leptina plasmática e ingesta proteica, aunque no
hallaron relación con otros índices de malnutrición (134). Estos estudios, sin embargo,
aplican técnicas de estadística univariantes, y no tienen en cuenta la posible confusión
introducida por determinantes importantes de malnutrición en la IRC. Odamaki et al,
empleando un diseño longitudinal, observaron un riesgo para pérdida de peso en los
pacientes con IRC en HD que presentaban niveles de leptina desproporcionadamente
altos (245). Stenvinkel et al, en un análisis de una población en DP, objetivaron una
evotución diferente de los pacientes que presentaban niveles superiores de leptina y
proteína C reactiva al iniciar tratamiento sustitutivo renal, pues sufrían pérdida de peso
con respecto a los pacientes con niveles más bajos (246).
130
Discusión
•
Los hallazgos que se obtuvieron en el presente estudio no deberían ser
inesperados. Hay que tener en cuenta que la correlación entre masa grasa y leptina se
mantiene en la uremia (133-135, 137-140, 141, 247, 265, 266), y la causa esencial de
obesidad en la población general es una ingesta aumentada, en relación con hábitos
personales y sociales (273). Aunque puede asociarse la obesidad con desnutrición
proteica, desde un punto de vista epidemiológico lo lógico es esperar que los
pacientes con más contenido adiposo corporal presenten desnutrición proteica menos
frecuentemente. De acuerdo con esto, la correlación positiva que se observó entre la
leptinemia y los marcadores de malnutrición proteica se debilitó cuando se introdujo en
el modelo matemático el índice de masa corporal como una variable de control (tabla
8).
Los pacientes en DP analizados presentaban niveles de leptina
desproporcionadamente elevados al compararlos con los pacientes de los otros
grupos, aún controlando para IMC. En estos pacientes, la absorción continuada de
glucosa a través del peritoneo aumenta el riesgo de disociación entre contenido
adiposo corporal y estado nutricional proteico (190). Sin embargo, en este estudio no
se encontró un patrón diferente de correlación entre leptinemia y marcadores de
malnutrición proteica para las distintas modalidades de tratamiento de la insuficiencia
renal crónica. De todas formas, el diseño del estudio debería ser longitudinal para
demostrar una asociación entre leptinemia y cambios en el estado nutricional.
ESTUDIO NUTRICIONAL
La dieta y la nutrición han sido aspectos importantes de la práctica de la
Nefrología desde sus inicios, particularmente en el cuidado de los pacientes con IRC
avanzada (148). La tasa de morbilidad y mortalidad en esta población continúa siendo
131
Discusión
•
alta, y algunos investigadores han sugerido que la prevalencia y severidad de la
malnutrición energético-proteica es un factor de gran importancia pronóstica.
En los últimos años se han Ilevado a cabo numerosos estudios para determinar
la prevalencia y severidad de la malnutrición en pacientes urémicos, y prácticamente
todos han detectado algún grado de malnutrición en esta población. La prevalencia
que se ha comunicado oscila entre 10 y 50% según los distintos trabajos, la
malnutrición severa generalmente aparece entre un 5-10% de pacientes, pero grados
leves de malnutricibn, fundamentalmente proteica, pueden estar presentes en la
mayoría de los pacientes (148, 150, 169, 171, 181, 185, 190, 191, 193, 195, 220, 226-
230).
EI reconocimiento de la malnutrición depende en gran medida de la sensibilidad
del método empleado, y en esta población puede resultar particularmente difícil debido
a los cambios que sufren en el metabolismo proteico e hidrocarbonado y a las
alteraciones del balance de sal y agua.
La anamnesis, incluyendo la obtención de información acerca de la dieta que
realiza el paciente es esencial como parte de la valoración inicial del estado
nutricional. Sin embargo, la historia dietética no es absolutamente fiable para la
valoración de la ingesta (149, 151). La aparición de nitrógeno ureico estima, en
pacientes estables, la ingesta proteica (164, 166). Los parámetros antropométricos se
consideran marcadores válidos del estado nutricional, sobre todo si se realizan
mediciones de forma seriada, para detectar cambios a lo largo del tiempo (149). EI
peso y la talla son los más sencillos y reproducibles, aunque son medidas "groseras"
de la composición corporal, y en los pacientes en diálisis tienen la limitación de su
frecuente estado de hiperhidratación. Los pliegues y circunferencias ^se emplean para
calcular el porcentaje de masa grasa corporal, realizando combinaciones de ellos para
desarrollar índices que describen niveles de composición corporal, estado nutricional o
riesgo de enfermedad (167). Las limitaciones fundamentales son la necesidad de
132
Discusión
r
•
•
personal entrenado, que requieren tiempo y están sometidos a variaciones
dependiendo del observador, y en pacientes con insuficiencia renal a errores relativos
al estado de hidratación y elasticidad de los tejidos (167). En la actualidad se dispone
de múltiples métodos para analizar la composición corporal, como son la
bioimpedancia eléctrica, hidrodensitometría, activación de neutrones, tomografía
computada, resonancia magnética y DEXA. Los métodos que más se han empleado
en los pacientes urémicos y que parecen de mayor utilidad práctica, son la
bioimpedancia y DEXA (149, 167).
Los parámetros bioquímicos son de los más frecuentemente empleados para
valorar el estado nutricional de los pacientes con IRC. Para su interpretación hay que
tener en cuenta que su concentración puede verse alterada por el desarrollo de
enfermedades intercurrentes o la enfermedad renal per se, pero aún así son de gran
utilidad, sobre todo al realizar mediciones seriadas (149, 156-178, 181-183).
La valoración global subjetiva del estado nutricional, desarrollada y validada por
Detsky et al (187) es un método simple y útil en diferentes poblaciones, incluidos los
pacientes urémicos, en los que la valoración de un único marcador nutricional es
probablemente insuficiente para detectar alteraciones (151, 188, 189). En los últimos
años se ha empleado mucho y tal vez pueda considerarse como el método más útil en
esta población (150, 171, 176, 189-192). Aunque son muchos los métodos propuestos
para evalurar la nutrición proteico-energética, los métodos más prácticos para uso
rutinario en la clínica incluye la valoración de ingesta proteica mediante aparición de
nitrógeno ureico o parámetros bioquímicos como albúmina, prealbúmina, transferrina,
valoración de la composición corporal mediante peso, IMC y otras medidas
antropométricas.
Las múltiples causas de malnutrición en la uremia incluyeri la anorexia, otras
enfermedades coexistentes, la diabetes, dietas hipoproteicas prescritas, trastornos
hormonales, estados inflamatorios, bioincompatibilidad de materiales de diálisis,
133
Discusión
•
•
•
pérdida de proteínas, aminoácidos y otros nutrientes durante el procedimiento dialítico,
y diálisis inadecuada, entre otros factores (149, 151, 176, 180, 181, 193, 196, 209,
216, 218, 222, 223).
Los pacientes del presente estudio presentaron, globalmente, matnutrición
entre el 10 y 20%, mediante evaluación antropométrica, y entre el 9 y 17% mediante
evaluación de parámetros bioquímicos. Según la valoración global subjetiva el 6%
mostraba malnutrición severa y el 30% moderada. En los numerosos estudios que han
evaluado el estado nutricional de los pacientes con IRC terminal, fundamentalmente
referidos a los tratados con diálisis, se ha comunicado una prevalencia de malnutrición
que va del 10 al 50%, dependiendo en parte de los métodos empleados (150, 169,
171, 181, 185, 190, 191, 193, 195, 220, 226-230), lo cual concuerda con el resultado
del trabajo actual.
Los parámetros antropométricos analizados se mantenían en general bien
preservados en los pacientes del presente análisis, y no diferían mucho de los de una
población sana (248). Esto contrasta con los resultados de otros estudios, en los que
se señala un alto índice de anomalías en los índices antropométricos (150, 229, 230,
231, 226). Sin embargo en un reciente trabajo, Nelson et al, analizando parámetros
antropométricos en una población amplia de pacientes en HD, no objetivaron
diferencias con respecto a la población general (169). Podría indicar esto un sesgo en
la selección de pacientes o una influencia positiva sobre el estado nutricional del inicio
más precoz de diálisis.
La hipoalbuminemia es quizá el principal factor de riesgo independiente para
mortalidad en los pacientes en diálisis, incluso si se produce antes del inicio de ésta
(153-157). Se ha comunicado una correlación entre hipoalbuminemia y peor evolución
en diálisis, proporcional a la intensidad de la hipoalbuminemia (155). Los pacientes del
presente estudio tenían como media una albúmina normal, pero el 9% presentaba
hipoalbuminemia. En un trabajo de Thumberg et al en HD (226), se comprobó
134
Discusión
•
•
•
hipoalbuminemia en un 76% de pacientes, mientras en un reciente estudio de Ge et al
se objetivó una albuminemia normal como media (230).
Los otros parámetros bioquímicos analizados, incluyendo prealbúmina,
transfen-ina, colesterol e IGF-I, mostraron también como media vaBores considerados
dentro de la normalidad.
La prealbúmina se considera un marcador sensible y específico de malnutrición
en pacientes en diálisis (125, 181, 182) y en un trabajo reciente de Chertow et al se
confirma como predictor de mortalidad en una población en HD, independiente de los
niveles séricos de albúmina y otros predictores conocidos de mortalidad (183).
Casi un cuarto de los pacientes mostraban niveles de prealbúmina inferiores a
25 mg/dl, y el 13% tenía niveles bajos de transferrina. La frecuente depleción de los
depósitos de hierro que se produce en los pacientes urémicos puede afectar a su
concentración plasmática, si bien no se ha determinado exactamente cuál es su efecto
(182).
EI ANP se puede emplear para estimar la ingesta proteica en pacientes
clínicamente estables (164-166). En la mayoría de los pacientes del presente estudio
la ingesta proteica estimada estaba por encima de los niveles sugestivos de
malnutrición.
La valoración global subjetiva del estado nutricional emplea la combinación de
distintos marcadores nutricionales (187), y se considera de gran utilidad en la
población en diálisis, en la que un único marcador nutricional es probablemente
insuficiente para detectar alteraciones de la situación nutricional (151, 188), y se ha
utilizado en diferentes estudios, fundamentalmente en diálisis (150, 171, 176, 190-
192), pero también en pacientes con IRC sometidos a tratamiento conservador (179,
193). En el análisis actual algo más de la mitad de la población presentaba estado
nutricional normal, en torno a un tercio malnutrición moderada, y un porcentaje en
torno al 6% mainutrición severa.
135
Discusión
•
•
•
•
•
•
Son pocos hasta el momento los estudios comparativos acerca del estado
nutricional según la modalidad de tratamiento de la IRC, y en general comparan DP y
HD, sin hacer referencia a la situación prediálisis.
En el presente estudio el análisis multivariante demostró que los pacientes en
DP tenían un índice de masa corporal, circunferencia muscular del brazo, IGF-I y
prealbúmina superior al de los pacientes en HD, pero niveles de albúmina inferiores.
Sin embargo, la estimación mediante VGS no detectó diferencias entre los grupos, que
mostraban un estado nutricional similar, al igual que la ingesta proteica estimada
mediante ANPn, que era similar en todos los pacientes en diálisis, y superior a la de
los pacientes en tratamiento conservador.
.. En la literatura hay algún estudio que señala un mayor peso corporal en los
pacientes en DP frente a HD (189-191). Es frecuente que durante el primer año de
tratamiento con DP los pacientes sufran una ganancia de peso que puede Ilevar al
desarrollo de obesidad (221), y probablemente es reflejo del mayor aporte de calorías
que reciben estos pacientes a través de la absorción de glucosa del líquido de diálisis
(174). Se ha sugerido que esta ganancia de peso estaría relacionada con un
incremento de la masa adiposa, y tal vez en el agua corporal (190, 221). Sin embargo,
los pacientes en DP aquí estudiados se encontraban en un percentil del PT que no fue
significativamente diferente del de los otros pacientes en HD o PRE, lo que parece
indicar que su porcentaje graso no es superior. Por el contrario, la CMBM fue superior
en la población en DP. Tal vez podría indicar esto una contaminación en la medición
de los pliegues en pacientes de mayor peso.
De entre los parámetros bioquímicos empleados para la evaluación del estado
nutricional, la albúmina sérica es probablemente la más empleada, y refleja los
depósitos proteicos viscerales. Sin embargo un nivel disminuido de albúmina no
siempre supone un estado nutricional pobre del paciente, ya que sus niveles se ven
influenciados por otros procesos como infecciones, únflamación, o enfermedad
136
Discusión
•
•
•
♦
s
hepática, y su eliminación también se puede ver influenciada por enfermedades
renales como el síndrome nefrótico. EI estado de hidratación, especialmente fluctuante
en los pacientes urémicos, puede asimismo falsear la medición de la albuminemia.
(221). Globalmente, los pacientes del estudio actual presentaban cifras de albúmina
normales, pero los pacientes en DP tenían niveles significativamente más bajos que
los pacientes en HD, siendo los pacientes en prediálisis los que presentaban niveles
más altos, al compararlos con los otros dos grupos, después de ajustar para edad,
diabetes y comorbilidades.
La pérdida media de proteínas al dializado en los pacientes en DP del presente
estudio fue de 9 gramos diarios, que puede ser uno de los motivos de
hipoalbuminemia en esta población (175, 224, 228), mientras que la práctica habitual
en nuestro medio del empleo de dializadores una sola vez elimina una de las fuentes
de pérdidas proteicas en los pacientes en Hemodiálisis, asociada al "reuso" (172, 173).
Maiorca et al comunicaron que en pacientes en HD seguidos durante 4 años se
producía una mejoría en la albuminemia, mientras no mejoraba en los pacientes en DP
en el mismo período de tiempo (274). Los estudios comparativos entre HD y DP
coinciden con los resultados del presente trabajo, describiéndose niveles inferiores de
albúmina en DP (189-191). Los niveles séricos de albúmina, como ya se ha señalado,
se ven influenciados por diferentes factores, y no refleja únicamente el estado
nutricional. En algunos estudios en DP no se ha demostrado una correlación directa de
la albuminemia con otros marcadores de malnutrición (275). Así, parece que la
albúmina no sería un buen marcador para estimar el estado nutricional en pacientes
en DP al compararlos con otros grupos de pacientes como por ejemplo en HD (221,
275). La prealbúmina y el IGF-I fueron superiores en los pacientes én DP que en HD,
pareciendo corroborar la anterior hipótesis.
La prealbúmina tiende a estar elevada en los pacientes con IRC, por lo que los
valores que se consideran sugestivos de malnutrición en esta población son
137
Discusión
•
•
•
a
superiores a los de la población general (182). La transferrina también se usa
ampliamente en la valoración nutricional, y al igual que la prealbúmina, es de utilidad
en situaciones agudas debido a su corta vida media (161, 182). La transferrina fue
más alta en los pacientes en prediálisis del actual estudio que en los pacientes en
diálisis, aunque con una significacibn baja.
Si bien son pocos los trabajos en los que se han determinado los niveles de
IGF-I en la población urémica, se ha mostrado como un marcador útil en la valoración
del estado nutricional. Se ha observado que predice la pérdida de depósitos grasos en
pacientes en HD (185) y se ha comprobado una adecuada correlación con el estado
nutricional estimado mediante valoración global subjetiva, en pacientes en HD (176).
Se considera que para los pacientes en HD, un nivel inferior a 300 mg/dl es indicativo
de malnutrición (182, 185). Un reciente estudio en DP mostró que los niveles de IGF-I
eran superiores a los de los controles, y se correlacionaban con otros marcadores
antropométricos de malnutrición como IMC, PT y CMBM. La sensibilidad de niveles
séricos de IGF-I para detectar pacientes con depleción importante del PT fue superior
a la de otros parámetros bioquímicos (229).
En el presente estudio el IGF-I era superior en los pacientes en DP que en los
otros dos grupos, y la población en HD tenía un nivel inferior a los pacientes en
prediálisis. En un trabajo de Kagan et al, en el que analizan este parámetro
comparativamente en pacientes en HD y DP, no objetivan diferencias significativas
(276) y señalan una correlación con el peso corporal. En esa población los pacientes
en DP tenían mayor IMC que los de HD, pero la diferencia en los niveles de IGF-I se
mantenían en el análisis multivariante. Hasta la fecha no se han realizado estudios que
indiquen cuál es el rango de IGF-I que se puede considerar normal para la población
con IRC en situación prediálisis. En un trabajo de Jacob en DP, en 1990, se señala
una media de IGF-I algo inferior a la de los pacientes del actual trabajo, pero también
con un IMC algo inferior (24 frente a 26 kg/m2) (185).
138
Discusión
i
•
•
La buena correlación de IGF-I con el estado nutricional para pacientes en DP
hace sugerir la posible contribución del descenso de los niveles séricos de IGF-I en la
patogénesis de la malnutrición, ya que se trata de una hormona anabólica (229).
Los pacientes en prediálisis del actual estudio presentaban una ingesta
proteica valorada mediante ANPn inferior a los pacientes tratados con diálisis,
coherente con la habitual restricción proteica que se les indica a los pacientes con IRC
y/o la espontánea disminución de la ingesta que se asocia con el deterioro de función
renal (152, 164, 208). De todas formas, estos pacientes tenían una ingesta proteica
superior a la que se considera generalmente adecuada en esta situación, y aún para la
población sana normal (164, 208, 220), que resultó en torno a 0,9 g/kg peso/día. Sin
embargo, en torno al 40% de los pacientes tenían un ANPn inferior a 0,8, y
recientemente se ha propuesto que los pacientes con una función renal muy
deteriorada y un ANPn por debajo de 0,8 g/kg/día, deberían iniciar tratamiento con
diálisis, pues el retraso en el comienzo del tratamiento sustitutivo renal se asociaría
con una peor evolución (200, 235).
Los pacientes en diálisis tienen unas necesidades proteicas en torno a 1,2
gramos/kg/día (174, 195, 220, 221), e ingestas proteicas diarias por debajo de 0,8-1
g/kg/d se consideran sugestivas de malnutrición (182). En los estudios Ilevados a
cabo comparando la ingesta proteica entre pacientes tratados con Hemodiálisis y
Diálisis Peritoneal, hay resultados contradictorios. Cianciaruso et al comunicaron un
ANPn similar para pacientes en DPCA y HD (0,91 y 0,95) (190), al igual que en un
trabajo de Enia (189), si bien éste analizaba pacientes bien nutridos (tasa de
catabolismo proteico 1,11 en DPCA vs 1,06 g/kg/día en HD). En otros estudios
señalan una ingesta proteica inferior en los pacientes eri DP (195, 221) con respecto a
los de HD. En un reciente trabajo de Park (191), comparando 51 pacientes en DP y
169 pacientes en HD, demostraron una mayor ingesta proteica en los pacientes en DP
(1,12 vs 0, 98).
139
Discusión
•
•
EI análisis univariante inicial de los resultados del presente estudio mostró
también una mayor ingesta proteica de los pacientes tratados con DP con respecto a
los pacientes en HD (1,35 vs 1,19 g/kg/d), pero al realizar el análisis multivariante,
ajustando para el efecto de la función renal residual y sexo, la diferencia dejó de ser
significativa. En la mayoría de los trabajos comparativos realizados (189-191, 195) y
en otros no comparativos (171, 228, 231), se indica una ingesta proteica por debajo de
la recomendada, mientras los pacientes aquí analizados presentaban una ingesta
proteica incluso superior a la recomendada en DP, y en torno al 20% de los pacientes
en diálisis presentan un ANPn inferior a 1 g/kg/día.
Los pacientes en prediálisis del actual trabajo presentaban, mediante VGS,
malnutrición moderada en un 31 % de los casos, y severa en el 1,3%. En pacientes con
IRC avanzada, Stenvinkel et al encontraron una prevalencia de malnutrición, valorada
por VGS, del 44%, y Abdullah et al, en una revisión de 20 pacientes, del 65% (50%
presentaban malnutrición moderada y el 15% severa) (179, 193).
En los pacientes en diálisis del presente estudio se objetivó una incidencia de
malnutrición valorada por VGS en torno al 32%. No se encontraron diferencias según
la modalidad de diálisis, y en el análisis multivariante se confirmó la influencia de la
edad y las comorbilidades.
La población en diálisis tiene una incidencia de malnutrición, evaluada por
VGS, muy variable, y oscila entre un 18 y un 68% en los distintos trabajos (entre un
33 y un 55% en estudios en DP, y entre un 18 y 68% en HD) (150, 171, 176, 190-192).
En los únicos estudios que hacen una comparación entre las distintas modalidades de
diálisis, señalan, en uno, una mayor incidencia de malnutrición en pacientes en DP
(191) y en el otro una leve diferencia, sólo importante en el grupo de pacientes de
entre 41 y 64 años, peor nutridos en DPCA (190). No se puede concluir, a partir de los
diferentes trabajos publicados, qué tratamiento es superior en el manejo de la nutrición
en los pacientes urémicos, ya que los estudios difieren en la edad de los pacientes, el
140
Discusión
•
.
•
tiempo en diálisis, incidencia de enfermedades asociadas, condiciones
socioeconómicas, función renal residual, dosis de diálisis y recomendaciones
dietéticas. En el actual análisis tampoco se objetivaron diferencias según el
tratamiento.
141
1 CONCLUSION ES
Conclusiones
•
•
•
1. EI sexo y el índice de masa corporal fueron predictores básicos de leptinemia en
los pacientes con insuficiencia renal crónica, independientemente de la modalidad
de tratamiento a que estén sometidos.
2. La insulinemia en ayunas mostró una marcada correlación positiva con los niveles
de leptina en la insuficiencia renal crónica. Esta correlación fue más intensa en los
pacientes tratados de manera conservadora y con Hemodiálisis, y menos intensa
en los tratados con Diálisis Peritoneal.
3. Los pacientes urémicos tratados con Diálisis Peritoneal presentaron niveles de
leptina superiores a sus homólogos tratados con Hemodiálisis o con terapia
conservadora de la uremia. Esta diferencia persistió tras ajustar los citados niveles
para fndice de masa corporal e insulinemia.
4. Se observb una clara tendencia a correlación positiva entre los niveles de leptina e
IGF-I, en ausencia de correlación entre leptina y hormona de crecimiento. EI diseño
del presente estudio no permite profundizar en el sentido o significado fisiológico
de esta relación.
5. En la población estudiada, la leptinemia mostró correlación positiva con todos los
marcadores de masa adiposa analizados.
143
Conclusiones
•
•
6. La leptinemia mostró tendencia a correlación positiva con marcadores de nutrición
proteica. Esta relación parece sesgada por la tendencia natural a correlación
positiva entre ingesta excesiva, masa adiposa aumentada y buen estado
nutricional. En todo caso, no se objetivó tendencia alguna a correlación inversa
entre leptinemia y estado de nutrición proteica, en la población estudiada.
7. La prevalencia global estimada de malnutrición en la población estudiada fue del
36%, con un 6% de pacientes mostrando signos de malnutrición severa.
8. EI índice de masa corporal fue superior en los pacientes tratados con Diálisis
Peritoneal que en los tratados con Hemodiálisis, indicando una mayor masa grasa.
Aunque la albuminemia fue inferior en los pacientes tratados con Diálisis
Peritoneal, otros marcadores, incluyendo la masa muscular del brazo, prealbúmina
e IGF-I, sugieren un estado nutricional proteico al menos tan bien preservado en
estos pacientes como en sus homólogos en Hemodiálisis.
9. Los pacientes en tratamiento conservador de la uremia presentaron un perfil de
marcadores nutricionales sugestivo de una buena preservación de los depósitos
proteicos corporales. Este perfil fue mejor que el de sus controles en Hemodiálisis,
y similar al de los tratados con Diálisis Peritoneal.
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