Hispania Nostra Nº 3

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Número 3 de la revista Hispania Nostra

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  • Junio 2011 - N 3

    La Arquitectura Popular Patrimonio en extincin?

    El barrio de El Cabanyal, una batalla ciudadana

  • HISPANIA NOSTRA

    rgano oficial de la Asociacin Hispania Nostrapara la defensa y conservacin del PatrimonioCultural de Espaa

    c/ Manuel, 5 1B, 28015 MadridTel: 91 542 41 [email protected]

    EDITA

    Asociacin Hispania Nostra

    PRESIDENTA DE HONOR

    S.M. La Reina Doa Sofia

    VICEPRESIDENTES DE HONOR

    Carlos Fitz-James Stuart, duque de HuscarCarmen Ortueta de Salaslvaro Fernndez-Villaverde, marqus de Santa CruzSantiago de Ybarra y Churruca

    PRESIDENTE

    Alfredo Prez de Armin y de la Serna

    VICEPRESIDENTES

    Araceli Pereda AlonsoCarlos Morens y Maritegui, marqus de Borghetto

    DIRECTORA DE LA REVISTA

    Isabel Ordieres [email protected]

    SECRETARA DE REDACCIN

    Brbara Cordero [email protected]

    CONSEJO DE REDACCIN

    Alfredo Prez de ArminAraceli Pereda AlonsoCarlos Morens y Maritegui

    PRODUCCIN

    Brbara Cordero Bellas [email protected]: 91 542 41 35

    DISEO Y MAQUETACIN

    Manuel Garca

    IMPRIME

    Timber Press, S.L.

    FOTO DE PORTADA: Njar (Almera), dibujo de Jos Luis Garca Grinda

    Depsito legal: M. 24196-1978ISSN: 1578-4908

    Quedan hechos los depsitos que marca la ley.Se prohbe la reproduccin total o parcial del material grfico y literario que incluye la revista,salvo por autorizacin escrita.

    editorialGracias a nuestros colaboradores

    Animados por la buena acogida de los socios y lectores en general, en estenmero introducimos nuevas mejoras y ampliamos el nmero de pginas.Nos motiva a ello, tambin, la gran ayuda recibida de nuestros numerososcolaboradores: desde instituciones, tanto pblicas como privadas, al mun-do universitario dentro del cual nos parece muy esperanzadora la colabo-racin de alumnos y, por supuesto, de empresas y profesionales relacio-nados con los temas aqu tratados.

    Nos satisface de especial manera servir como plataforma para que las aso-ciaciones y colectivos de defensa del patrimonio puedan difundir sus ac-tuaciones, expresar sus opiniones y denunciar los daos. Damos a todosellos las gracias por su valiosa ayuda, por su valenta y por su contagiosoentusiasmo.

    Desde el principio deseamos que cada nmero de la revista tuviera perso-nalidad propia, a manera de monogrfico, sin dejar por ello desatendidaslas secciones fijas. Creemos haberlo conseguido en este nmero, cuyo temacentral es nuestra arquitectura popular en su valiosa diversidad. Nos hemosacercado a ella para recordar los peligros de todo tipo que se ciernen sobreella, dejando que el diagnstico de sus problemas corriera a cargo de algu-nos de los ms importantes especialistas e investigadores, tanto desdedentro del propio campo de la arquitectura como de la sociologa.

    Pero no hemos querido quedarnos slo en la evaluacin de los problemasde esta arquitectura popular, sino mostrar tambin algunas soluciones defuturo. Mientras la propia normativa en materia de edificacin parece, hoypor hoy, un lastre ms que una ayuda para intentar salvaguardar estaarquitectura, en el extremo opuesto, algunos profesionales estn lograndodar interesantes respuestas al reto de recuperar y actualizar las enseanzasde la arquitectura tradicional para atender as a las actuales demandas desostenibilidad energtica y de aprovechamiento bioclimtico.

    En las secciones fijas hemos dado acogida a parte de los informes y noti-cias que nos envan, siguiendo as de cerca la actualidad de nuestro patri-monio, tanto monumental como natural. Para nosotros, tan importante esque se logre salvar, gracias a la encomiable iniciativa privada, monumen-tos de la calidad del Castillo de Belmonte en Cuenca, como la esforzadalucha que se mantiene desde ciertos colectivos por salvar un barrio taninsustituible en la historia de Valencia como es El Cabanyal. Todo ello ensu conjunto nos ayuda a comprender quines somos y de dnde venimosy contribuye a mantener la riqueza y variedad de nuestra cultura, de la quedeberamos sentirnos orgullosos puesto que es nuestro principal acervoque nos distingue e identifica en un mundo cada vez ms globalizado.

    N 3 - JUNIO 2011

  • sum

    ario 6 NoticiasLa actualidad sobre el Patrimonio

    Cultural y Natural de Espaa,publicada en los medios decomunicacin.

    50 Tradicin y futuroConstruir con tierra hoy.

    ALBERTO VIGIL-ESCALERA DEL POZOFRANCISCO JOS CASTILLA PASCUALANTONIO BAO NIEVA

    38 Lista Roja del PatrimonioPalacio de los Acua, Condes deBuenda. Dueas (Palencia).

    20 Ciudades HistricasEl barrio de El Cabanyal (Valencia).

    LUIS FRANCISCO HERRERO GARCAAITOR VAREA ORO

    8/11 Opinin/Tribuna Conjurar al genio del lugar.

    ENRIQUE GIL CALVO

    Rehabilitacin del patrimonio.JESS PAOS ARROYO

    54/58 PatrimonioEtnogrfico Las cabaas montaesas de Cantabria.

    FERNANDO LPEZ RODRGUEZ

    Hrreos: los pilares de la tierra.NGEL ENRIQUE CUADRADO GONZLEZ

    40 Patrimonio en el tiempoLa restauracin de las puertas de entrada de la Mezquita de Crdoba.

    26 Patrimonio ArquitectnicoEl Castillo de Belmonte en Cuenca.

    JAVIER FITZ-JAMES STUART DE SOTOCONDE DE MONTALVO

    12 ActualidadPremios Unin Europea de PatrimonioCultural/Europa Nostra 2011.

    JOS MARA BALLESTER

    63 AsociacionesEcologistas en Accin de Len.

    42 Ciudades HistricasLa ruta de los palacios en Vitoria-Gasteiz. El renacer de la ciudad histrica.

    30 EntrevistaConversacin con Carlos Flores.

    ALFONSO SEGOVIA MONTOYA

    16 Patrimonio ArquitectnicoArquitectura popular. Un patrimonio amenazado.

    JOS LUIS GARCA GRINDA

    46 NormativaUna gran oportunidad perdida para la arquitectura tradicional.

    MARA RAMREZ GUTIRREZ

    60 InstitucionesLos Planes Nacionales de ConservacinPreventiva y Patrimonio Industrial.

    ALFONSO MUOZ COSME

    36 PatrimonioNatural La morera de Alzira.

  • 7notic

    ias

    La UE acuerda el lanzamiento del Sello delPatrimonio Europeo en el ao 2013

    Los ministros de Cultura de la UE han acordado la puesta en marcha del Sello delPatrimonio Europeo a escala comunitaria en 2013, una denominacin que se apli-car a los lugares histricos, naturales o culturales que hayan contribuido a la cons-truccin de la identidad europea. El objetivo del sello es crear una identidad euro-pea comn y fomentar el reconocimiento y el atractivo turstico de aquellos luga-res que jugaron un papel importante en la cultura y la historia de la UE, segndijo en rueda de prensa el ministro hngaro del ramo, Gza Szcs.

    EFE, 19 de mayo de 2011

    El ltimo molino de mareasdel mundo con turbina de piedra, en peligroConstruido en 1683 en las marismas de la reserva de labiosfera de Urdaibai, Portu Errota se mueve graciasa la pleamar. Estos molinos de marea se comenzaron aedificar en la costa vasca en el siglo XVI, aunque en elnorte de Europa se usaban desde el siglo XI. El PortuErrota es el nico que conserva la mayor parte de susinstalaciones originales, que estn en uso, la estructu-ra original del edificio y la turbina de piedra esculpida

    para la molienda. Tambin est catalogado como parte del patrimonio cultural de Euskadi, pero lamentablemen-te se encuentra en grave peligro de derrumbe, ha explicado a Efe Jon Iturribarria, quien ha sido hasta ahora pro-pietario del molino. Los tcnicos de conservacin de la Diputacin de Vizcaya le han advertido del peligro y le haninstado a acometer las reformas necesarias para garantizar su mantenimiento. Sin embargo, ha censuradoIturribarria, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino le niega el permiso para iniciar las obras dereforma aduciendo que, en aplicacin de la Ley de Costas, ya no es el propietario legal del molino.

    EFE, 21 de mayo de 2011

    Censadas 10.000parejas de flamencoy 5.000 de morito en DoanaLa Consejera de Medio Ambiente hacensado en la actual temporada repro-ductiva en el Espacio Natural deDoana en torno a 10.000 parejas deflamenco y 5.000 de morito, entre otras

    especies de aves que habitan en el enclave y cuyas poblaciones han experimentado unaprogresin al alza como consecuencia de las excelentes condiciones ambientales quepresenta el espacio natural protegido en la actualidad, especialmente la marisma, con unnivel de inundacin ptimo favorecido por las abundantes precipitaciones de las ltimastemporadas.

    Europa Press, 24 de mayo de 2011

    Evalan en 50,3millones los daos en monumentos de Lorca y de AledoLos terremotos registrados hace ochodas con epicentro en Lorca han causa-do daos por ms de 50,3 millones deeuros en 29 iglesias, monumentos yotros bienes del patrimonio artstico de

    la ciudad, as como en la Torre de Calahorra, la Muralla y la iglesia de Santa Mara la Real,stos del municipio prximo de Aledo. Segn datos aportados hoy por el consejero deCultura, Pedro Alberto Cruz, y el director general de Bellas Artes, Enrique Ujaldn, elinmueble ms afectado por los sesmos es la iglesia y el convento de San Francisco deLorca, propiedad del Patronato de San Juan de Dios, que ha sufrido daos valorados en10,5 millones de euros.

    EFE, 13 de mayo de 2011

    El Palacio Gell de Gaudreabre al pblico tras unarestauracin integralLa Diputacin de Barcelona ha invertido en las obrasrealizadas en los ltimos siete aos, desde el cierre deledificio a la visita pblica, cerca de 9 millones de euros.En el edificio, una de las primeras obras de Gaud, quedestaca por su innovadora concepcin del espacio y eltratamiento de la luz, el arquitecto introdujo solucionesbasadas en planteamientos muy personales y formasexpresivas fruto de su imaginacin a partir del uso demateriales nobles como la piedra, el mrmol, la made-ra, el hierro forjado y los metales y el vidrio. Tras unaetapa de abandono, Merc Gell, hija del industrial,cedi en 1945 el palacio a la Diputacin de Barcelona,propietario desde entonces del inmueble.

    EFE, 13 de mayo de 2011

    El Arte Rupestre deCantabria forma parte delprimer Itinerario Cultural del Consejo de Europadedicado a la PrehistoriaEl Arte Rupestre de Cantabria forma parte ya del pri-mer Itinerario Cultural del Consejo de Europa dedicadoa la prehistoria del continente, y el presidente de laasociacin CARP, ngel Sainz, recibir el diploma quelo acredita en el primer Foro Internacional Caminos deArte Rupestre Prehistrico, que se celebrar enPontevedra. Este itinerario estar formado por un totalde 112 lugares visitables con arte rupestre prehistricocomo cuevas, abrigos, petroglifos, cmaras megalti-cas, museos, o centros de interpretacin.

    Europa Press, 24 de mayo de 2011

  • 98

    OPININ

    Cuando los ingleses inventaron a comienzos del XVIIIel jardn paisajista, tratando de superar el uniformistajardn francs de tipo geomtrico, lo justificaron ideo-lgicamente con la necesidad de respetar al genius loci:en latn, el espritu del lugar. As lo argumentaba laclebre Oda a Lord Burlington del poeta neoclsicoAlexander Pope, que encomendaba al ms famosoarquitecto de Londres el deber esttico de ser fiel a lanaturaleza propia del paraje sobre el que haba de dise-ar un jardn que realzase su genuina singularidad sinpar. Y este principio prerromntico que busca poten-ciar el genio propio de cada lugar es el que presidetodava hoy la prctica arquitectnica del paisajismo.

    As, para reconstruir la identidad de un determinadoemplazamiento, rescatando su autenticidad originaria,nada mejor que convocar al genio del lugar, que como elgenio de la lmpara o el genio de la botella es el guardinde sus esencias originales. Por eso, al igual que frotandola lmpara maravillosa aparece por arte de magia elgenio que la habita, tambin para conjurar al genio dellugar hay que frotar el habitculo que lo contiene. Perodnde reside el espritu del lugar, en qu fuente seguarda su cdigo gentico, a qu puerta hay que llamarpara conjurar al genius loci? La respuesta paisajista quehace residir la identidad local en la naturaleza fsica dellugar no nos sirve, puesto que la singularidad geogrfi-ca del paisaje es puramente accidental, aleatoria y con-tingente; es decir, arbitraria e irracional. Y la mejorsolucin al enigma del genius loci es identificarlo con laarquitectura popular: una construccin humana plena-mente racional y dotada de sentido, que desempeamltiples funciones tanto prcticas como simblicas,pero que es al mismo tiempo representativa de la iden-tidad propia de cada territorio singular. En consecuen-cia, para conjurar al genius loci nada mejor que frotarla arquitectura popular en que habita como si fuera sulmpara maravillosa; frotarla, es decir, reconstruirla ydesarrollarla con mxima fidelidad y autenticidad.

    Pero no siempre se ha hecho as. Por el contrario,durante largas pocas de olvido y adulteracin, al

    genio del lugar no se le ha respetado sino que se le hatraicionado pervirtiendo y corrompiendo sus seas deidentidad. As ocurri por ejemplo durante los varioslustros en que se mantuvo el desarrollismo caracters-tico del franquismo tardo, perodo en el que se produ-jo un doble proceso de degeneracin del genio arqui-tectnico de cada lugar. Por una parte, la masiva emi-gracin del campo a la ciudad despobl las comunida-des rurales, un proceso agravado sobre todo porque lasmujeres ms jvenes que acudan a estudiar y emple-arse en las capitales acabaron por casarse all, con loque sus envejecidas aldeas de origen se quedaron casislo habitadas por solterones: como los tiones de Plan.Con ello hizo quiebra la reproduccin familiar de losentornos rurales, bloquendose la renovacin genera-cional de un patrimonio arquitectnico que se fue pro-gresivamente desmoronando hasta derruirse y erosio-narse: la Lluvia amarilla de Llamazares lo expresabien. Y por otro lado, el propio enriquecimiento colec-tivo derivado del desarrollo econmico gener uncambio de preferencias estticas que llevaron equivo-cadamente a asociar la pobreza con lo popular y laprosperidad con lo hortera. Un esnobismo cateto eignorante que, al optar por la ostentosa exhibicin designos externos de edificacin pretendidamentemoderna, alent la inmisericorde destruccin delpatrimonio local de arquitectura popular, suplantan-do su cdigo gentico peculiar de cada territorio por elformato uniformizador del chalet del parvenu o la col-mena gregaria de la ciudad dormitorio.

    Todo lo cual amenazaba con enterrar quiz para siem-pre al genio arquitectnico de cada lugar, sepultadobajo toneladas filisteas de mal gusto rampln y arri-bista. Pero afortunadamente el desarrollismo fran-quismo pas a la historia y, junto con una gravsimacrisis econmica internacional, se produjo el esperadoadvenimiento de la transicin a la democracia. Y conello advino tambin el renacimiento del genio dellugar, cuyo espritu irredento comenz a ser conjura-do por doquier en casi todas las latitudes de la penn-

    sula. Semejante resurreccin tambin fue operada porfuerzas polticas, pues con la democracia lleg la doblereivindicacin del autogobierno local (con la eclosinen 1979 de los primeros ayuntamientos democrticosinspirados por el movimiento vecinal) y de la autono-ma poltica de las nacionalidades y regiones delEstado espaol. Una doble movilizacin a la vez socialy territorial que, al proclamar la voluntad de recons-truir las identidades locales, regionales y nacionales,gener una autntica eclosin de la arquitecturapopular, entre otros muchos signos de identidadcomunitaria (el idioma propio, la msica popular, latoponimia paisajista...) que pasaron a ocupar el primerplano del escenario. Y por efecto del frote frentico dela lmpara identitaria, el conjurado genio del lugarrenaca ms vivo y vigoroso que nunca.

    As se instal por inspiracin oficial una especie deedad de oro de la arquitectura popular como mejormanifestacin territorial del genius loci, cuyo perodode vigencia puede extenderse a lo largo de cuatro lus-tros hasta 1998. Es la fecha de aprobacin de la nuevaLey del Suelo del Partido Popular en la que cabe situarla causa ltima tanto de la formacin de la burbujainmobiliaria especulativa, que habra de expandirseexponencialmente durante diez largos aos, como dela consiguiente destruccin inexorable de la arquitec-tura popular, barrida por el tsunami constructor queforr Espaa con miradas de urbanizaciones mimti-cas que emulaban el modelo estadounidense de ciu-dad jardn edificada en la periferia de las ciudadesdonde se cruzan las redes de autovas en torno a uncampo de golf y a un centro comercial. Un modelocompletamente deslocalizado y por tanto global queahora inspira con su nefasto influjo a todas las pobla-ciones del planeta, que ven as cmo se desvanece elgenio primigenio de su antigua identidad local.

    Y esta orga globalizadora de hipertrofia urbanstica ysuburbana gener entre nosotros lo que yo llam enotro lugar la americanizacin de Espaa, atrayendo amillones de inmigrantes como mano de obra baratadestinada a construir las nuevas residencias (y a ser-vir en ellas como criadas domsticas) de las nuevasclases medias espaolas, cada vez ms envanecidaspor el efecto riqueza derivado del alza estratosfricadel precio de la vivienda, que hizo de nuestro pas unaostentosa sociedad de nuevos ricos consumistas, con-ductores de todoterrenos y obsesionados por habitaren chalets pareados o adosados, como corresponda asu flamante estatus de individualistas posesivos. Asfue como el genio arquitectnico de cada lugar fuefagocitado por el monstruo de la burbuja especulativa

    que enladrill Espaa de cabo a rabo con urbanizacio-nes perfectamente idnticas.

    Y ahora qu? Tras el estallido de la burbuja especula-tiva que se inici en 2008, y la inmediata inundacinde masivo desempleo y ruinas hipotecarias a que diolugar, la consiguiente crisis econmica que sea hagenerado ha creado tambin una nueva oportunidadpara que se produzca otro nuevo renacimiento delgenio arquitectnico del lugar. En efecto, el modeloglobal de urbanizacin suburbana ha muerto, de puroruinoso e insostenible. Y por tanto se impone la nece-sidad de crear un nuevo modelo arquitectnico queest de nuevo fundado en el ms fiel respeto al geniodel lugar, como en la Oda a Lord Burlington de sirAlexander Pope. Un genius loci al que ahora habr queconjurar frotando la lmpara maravillosa de cadaentorno territorial sobre bases enteramente nuevas,no slo fundadas en el respeto al patrimonio tradicio-nal de la arquitectura popular sino adems en el res-peto a la sostenibilidad ambiental, que es la nuevaforma emergente del paisajismo inteligente que exigenuestro tiempo, a la vez local y global.

    Conjurar al genio del lugar

    ENRIQUE GIL CALVO

    Licenciado y Doctor en Sociologa por la UniversidadComplutense. Catedrtico de Sociologa en la Facul-tad de Ciencias Polticas y Sociologa de la Univer-sidad Complutense.

    Premio Anagrama de Ensayo 1977 por Lgica de lalibertad. Premio Espasa de Ensayo 1991 por Estadode fiesta. Premio Internacional de Ensayo Jovellanos2006 por La ideologa espaola. Columnista polticoen el diario El Pas de Madrid.

    Dos docenas largas de libros publicados. Entre los msrecientes, cabe destacar Medias miradas (Anagrama,Barcelona, 2000), Nacidos para cambiar (Taurus,Madrid, 2001), El poder gris (Mondadori, Barcelona,2003), El miedo es el mensaje (Alianza, Madrid, 2003),Mscaras masculinas (Anagrama, Barcelona, 2006), La lucha poltica a la espaola (Taurus, Madrid, 2008)y Crisis crnica (Alianza, Madrid, 2009).

  • 11

    TRIBUNA

    Rehabilitacin delpatrimonio: hagamospresente el pasadoLas construcciones que nos rodean hablan de nuestras vidas, de nuestrasociedad y de nuestro contexto histrico. El parque inmobiliario actualest, ms que nunca, sometido a normativas cada vez ms exigentes enmateria de seguridad, evacuacin, calidad de materiales, impactomedioambiental, eficiencia energtica Al ritmo con que se sofistica lasociedad lo hacen tambin nuestras viviendas, nuestros edificios pbli-cos y nuestros servicios.

    En mitad de esta vorgine de avances y cambios es importante reivindi-car la importancia del patrimonio como un concepto en auge. Y es que yasea en pro de la identidad propia de un municipio, ya sea como muestrade orgullo y riqueza cultural, nuestro pas est tomando conciencia delvalor del llamado Patrimonio Histrico. Hasta tal punto que a da de hoy,

    no slo las edificaciones o bienes tangibles son susceptibles de ser preservados, sino que bailes, lenguas, estilosmusicales y, en definitiva, todo aquello que alcanza dimensin cultural puede considerarse digno de proteccin.El patrimonio es el lazo que nos vincula con la historia.

    El papel que juega el patrimonio en la sociedad moderna nos obliga a permanecer extremadamente vigilantes encuanto a su cuidado, proteccin y adaptacin a los tiempos que corren. En lo que a la figura del aparejador respecta,nos sentimos responsables de respetar los valores culturales del patrimonio urbano, rural y arquitectnico, perosomos conscientes de que debemos hacerlo dentro de las exigencias de seguridad y normas medioambientalesvigentes. Frente a esta conciliacin de pocas, en el Colegio de Aparejadores de Madrid venimos impulsando desdehace aos un concepto de rehabilitacin sostenible que considera el consumo responsable de materiales y recursos.Apostamos por la rehabilitacin inteligente del patrimonio, o lo que es lo mismo, hacer ms presente el pasado.

    En este sentido, en el Colegio estamos inmersos en el Ao de la Rehabilitacin Sostenible, un plan anual com-pleto bajo cuyo marco ofrecemos asesoramiento, celebramos jornadas y actividades e impulsamos las accionesde rehabilitacin bajo el prisma de la sostenibilidad. En este plan se incluye la preservacin del PatrimonioHistrico mediante actuaciones de rehabilitacin que permitan conservar la diversidad cultural del parqueinmobiliario y su rigor cientfico sin comprometer a la seguridad de la ciudadana.

    Los edificios histricos, los lugares de valor cultural, religioso o simblico, no son ajenos al paso del tiempo ni ala exposicin de los agentes externos, que a menudo afectan a su condicin estructural o a la conservacin de losmateriales empleados durante su construccin. A su vez, los materiales no siempre cumplen los niveles de cali-dad y seguridad exigidos hoy en da.

    Muchas de estas obras emblemticas piden a gritos un proyecto de rehabilitacin inteligente que preserve intac-ta su apariencia externa pero apuntale sus pilares bsicos. Se impone un modelo constructivo capaz de integrarel patrimonio en el entorno normativo actual, en consonancia con procesos de produccin ecolgicos y de mxi-mo rigor histrico. En la implantacin de este modelo, cabe alabar el constante esfuerzo de Hispania Nostra porla preservacin de nuestra historia, al mismo tiempo que agradecer, en nombre del Colegio de Aparejadores deMadrid, su invitacin a colaborar en su revista, confiando en que este ser el primer paso de una productiva rela-cin a favor de la conservacin del patrimonio.

    Como figura clave en el sector, los aparejadores debemos ser los primeros en adaptarnos y en saber adaptar nues-tro patrimonio inmobiliario al momento actual. La experiencia que nos han dado los aos nos ha enseado laimportancia de respetar el paisaje histrico, tanto el natural como el artificial.

    JESS PAOS ARROYOPresidente del Colegio de Aparejadores de Madrid

  • 1312

    ACTUALIDAD

    Los Premios Unin Europea de Pa-trimonio Cultural/Europa Nostrano solamente consolidan una cola-boracin ejemplar entre las Insti-tuciones pblicas y la sociedadcivil, sino que se convierten, cadaao con ms fuerza, en una especiede barmetro o de observatorio delas polticas de patrimonio enEuropa. La convocatoria corres-pondiente a este ao de 2011 secaracteriz por la diversidad de lascandidaturas, tanto en lo que serefiere a su origen como a su conte-nido. A medida en que nuestro con-tinente, superada ya su divisin enbloques geopolticos, se va convir-tiendo en un vasto espacio de segu-ridad y de ciudadana democrtica,cobra conciencia como propusie-ron los Jefes de Estado y deGobierno en la Cumbre que elConsejo de Europa celebr enViena, el ao 1993 del valor tico ysocial, adems de cultural, quetiene lo que ya consideramos comoun patrimonio cultural comn,enriquecido por su diversidad.

    Europa es, ciertamente y entreotras muchas cosas, una forma deciudadana democrtica. En elloreposa el modelo de sociedad queEuropa propone, como resultado delos valores de orden espiritual, deorden tico y de orden intelectual,que constituyen los signos de unaidentidad compartida. Esa identi-dad que, ms all de nacionalis-mos, reticencias o particularis-mos, suscita en nosotros un senti-miento de pertenencia comn.

    Y el patrimonio cultural resultadeterminante para ello. Por eso debetratarse en un contexto de tica desociedad, que va mucho ms all deotras potencialidades culturales,econmicas, tursticas o estticasque, indudablemente, tiene. Paraello resulta de vital importanciaaceptar la evolucin experimentadapor el propio concepto de patrimo-nio en el curso de los ltimos treintaaos y no caer en la tentacin de esainvolucin que, en los momentoscrticos que vive la humanidad,

    parece vislumbrarse, con el riesgode que el Patrimonio retorne alpunto donde se encontraba cuan-do comenz esa evolucin.

    Las candidaturas presentadas a losPremios Unin Europea/EuropaNostra responden, cada vez conms fuerza a esa visin amplia quesita al patrimonio cultural en elmencionado contexto tico ysocial y contribuyen, con ello, alpapel creciente de nuestra Fede-racin como voz del patrimonioen Europa. Los premios concedi-dos en cada una de las cuatro cate-goras constituyen un reflejo fide-digno de esta ambicin.

    Por una parte, se han premiadograndes monumentos singulares,cuya restauracin adems de supropio mrito tena un claro im-pacto social. Es el caso de la impo-nente restauracin de la EstacinCentral de Amberes, monumentodel siglo XX convertido ya en unade las referencias identitarias de lacapital flamenca, o de la Villa Em-

    pain de Bruselas, tambin del sigloXX, adquirida por la FundacinBoghosian para servir como Cen-tro de Arte y de dilogo entre lasculturas de oriente y de occi-dente. Lo mismo podra decirse dela recuperacin de la Vieja Abadade Ardenne, una de las tres gran-des abadas premonstratenses de

    Normanda, cerca de Caen, cuyasruinas han sido rehabilitadas enuna feliz conjuncin con la arqui-tectura de nuestro tiempo comoBiblioteca y como Centro Culturalde Encuentros dedicado al libro.Se percibe, en todo ello, el saberhacer y que ese saber hacer tiene,adems, una funcin social.

    En la misma dinmica se inscribela denominada BK City, en Delft,una intervencin de gran enverga-dura, catalogado como una de losmayores edificios universitariosconstruidos antes de la SegundaGuerra Mundial, conocido comoRed Chemistry, restaurado paraacoger la Facultad de Arquitectura

    Premios Unin Europea de Patrimonio Cultural/

    Europa Nostra 2011Diversidad y dimensin europea

    del Patrimonio Cultural

    JOS MARA BALLESTERVicepresidente del jurado. Categora de Conservador

    Trabajo de recuperacin de los edificios pre-industriales de Ademuz (Valencia).

  • 1514

    ACTUALIDAD

    de Delft y pensada su restauracincomo un espacio vibrante de traba-jo, de encuentro y de intercambio:como la ciudad de la arquitecturaque figura en su sobrenombre. Elreconocimiento a la restauracindel Hackfall Woodland Garden, enRipon, Reino Unido, subraya ladimensin territorial adquirida porla propia nocin de patrimonio cul-tural y su ntima conexin con elnuevo concepto de paisaje. Su res-tauracin, adems, es obra de ungrupo interdisciplinar que haincluido arquitectos paisajistas, his-toriadores, ecologistas e hidrlogos.

    En esa nueva dinmica del patri-monio cultural y su fusin con el

    medio ambiente, llama la atencinel inters renovado hacia la arqui-tectura vernacular y los edificiosindustriales y agrcolas. El premioobtenido por Espaa por el pacientey cuidadoso trabajo de recuperacinde los edificios pre-industriales deAdemuz, en Valencia, es bien signi-ficativo de ese inters. Como lo esotro proyecto premiado en Polonia:el Blue Lamb Granary, en Gdansk.La arqueologa, con una presenciaprogresiva en estos Premios, harecibido este ao un reconoci-miento de excepcin: la cuidadarestauracin del sitio de la antiguaMessene, donde no se sabe dondesituar la primaca de la accin rea-

    lizada: si en la rigurosa y pacientemetodologa que se ha seguido o enlo espectacular del resultado obte-nido, hacindolo adems accesibleal pblico y facilitando su com-prensin.

    En la categora de artes decorativas,se premiaron dos proyectos impor-tantes. La restauracin de los deno-minados Tapices de Pastrana, definales del siglo XV, probablementetejidos en Tournay, que describencon gran riqueza de detalles unacontecimiento contemporneoalgo inslito y excepcional en lahistoria de la tapicera como es laconquista de las plazas del Norte defrica por Alfonso V de Portugal.

    Por otra parte, la propuesta de unanueva aproximacin a la restaura-cin del mobiliario Boulle. Enambos casos, y bien significativa-mente, se trataba de proyectoscuya realizacin resultaba de unacooperacin trasnacional: en elcaso de los tapices que se conser-van en la Colegiata de Pastrana, enGuadalajara, fue la FundacinCarlos de Amberes quien acome-ti su restauracin en talleres fla-mencos y gracias al concurso deuna Fundacin belga. En el casodel mobiliario Boulle, por la com-posicin de un equipo internacio-nal con expertos procedentes deAustria, Francia, Gran Bretaa y

    Alemania. Por ltimo cabe researel trabajo de restauracin de laIglesia de San Jorge en Shipcka,Albania.

    Esto en lo que se refiere al Juradode la Categora de Conservacin.Pero el mismo espritu inspir lasdecisiones de los Jurados que deb-an pronunciarse en materia dededicacin personal o institucionalal Patrimonio, de investigacin, y deeducacin/sensibilizacin. Desta-cara, en la segunda categora, elpremio concedido al trabajo deinvestigacin de las cubiertas vege-tales de Europa Occidental, deAsturias a Islandia, llevado a cabopor la profesora de la Universidad

    Politcnica de Madrid, CarmenOliva Menndez. Y la labor de edu-cacin y sensibilizacin al Patri-monio, premiada en la Categora 4,que lleva a cabo La Fundacin CajaMadrid con los talleres didcticosdel proyecto cultural de restaura-cin del Monasterio de San Millnde Yuso.

    Quedara por recordar, para termi-nar, las menciones especiales obte-nidas por candidaturas espaolas:la integracin en el entorno de lalnea 1 del tranva, en Serra Grossa,Alicante, como ejemplo de gestinde un paisaje cotidiano, y la conce-dida a la Fundacin del PatrimonioHistrico de Castilla y Len.

    Restauracin de los tapices que se conservan en la Colegiata de Pastrana, en Guadalajara, llevada a cabo por la Fundacin Carlos deAmberes en talleres flamencos y gracias al concurso de una Fundacin belga.

    Integracin en el entorno de la lnea 1 del tranva, en Serra Grossa (Alicante).

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    PATRIMONIO ARQUITECTNICO

    Hace doce aos de la aprobacin dela Carta del Patrimonio VernculoConstruido, en 1999 por ICOMOS.Sin duda, a niveles internacionales,la concepcin e incorporacin co-mo patrimonio de la que desdeEspaa llamamos Arquitectura Po-pular es un hecho incontestable,que indudablemente se recoge ennuestra legislacin de Patrimonioestatal y autonmica, donde sereferencia especficamente el Pa-trimonio Etnogrfico. Sin embargoesta incorporacin genrica de pro-teccin legislativa ha sido escasa-mente aplicada y plasmada enmecanismos de proteccin y pre-servacin concretos.

    El primer ejemplar de arquitectu-ra popular declarado en la enton-ces categora de Monumento Na-cional hoy Bien de Inters Cul-

    tural, lo fue en el ao 1968, laferrera de Compludo en Len,apoyado en un error de datacin.Se pensaba que era un ejemplaralto medieval, indicndose enalgunas sealizaciones que era delsiglo X, cuando haba sido cons-truida en los aos veinte del sigloXIX. Le seguir una declaracingenrica a los hrreos y cabazos deAsturias y Galicia de ms de cienaos, realizada segn decreto de1973, definindolos como bienesprotegidos. Estas protecciones ini-ciales se completarn en pocams reciente con declaracionesespecficas de bienes de carcterpopular etnogrfico como Bienesde Inters Cultural, para los luga-res de Argul (2002) y Teixois(2008) en Asturias o los de San-tiago de Pealba (2008) y Las

    Regueiras y Las Vallinas (2008) enLen, adquiriendo estas protec-ciones, junto con otras realizadasen arquitecturas especializadas,un carcter meramente aislado.Un planeamiento urbanstico li-mitado e inadecuado no ha contri-buido a complementar la protec-cin y el necesario fomento de larecuperacin y rehabilitacin deesta arquitectura, cuando no hasimplemente olvidado o fomenta-do su sustitucin.

    La situacin de este patrimonio enlos comienzos de este siglo XXI esde una acelerada destruccin ytransformacin generalizada ennuestro pas, pudiendo calificarseesta arquitectura como una espe-cie en trance de desaparicin.Junto a la incorporacin de tipos,volmenes y materiales construc-

    Arquitecturapopular

    Un patrimonio amenazadoJOS LUIS GARCA GRINDA

    Arquitecto Catedrtico, director del Departamento de Composicin de la ETSAM

    (Dibujos del autor del artculo)

    Izquierda: Guadix (Granada). El habitat troglodita popular como ejemplo de adaptacin climtica.

    Arriba: Ribadeo (Lugo). El hrreo como smbolo e identificacin de la casa gallega.

  • 1918

    PATRIMONIO ARQUITECTNICO

    tivos inadecuados y ajenos a lascaractersticas de esta arquitectu-ra, las ruinas producto del abando-no son la tnica habitual que jalo-nan nuestras poblaciones rurales,no pudiendo olvidar que tambinesta arquitectura la hallamos en elmbito urbano de nuestras ciuda-des, como ponen de manifiesto porejemplo, las corralas madrileas.

    Las razones de este proceso des-tructivo en el medio rural alcanzandiversos aspectos que merecen serbrevemente sealados y remarca-dos en sus constantes bsicas. Porun lado se dan razones sociales, conel abandono y despoblacin de granparte del territorio rural interior, enparalelo al crecimiento de las reasurbanas y la transformacin delterritorio rural vinculadas a ellas. A ello contribuye la inexistencia de

    una verdadera poltica especficasobre el mundo rural en Espaa,ms dependiente de las decisionescomunitarias europeas que deatender a las necesidades propiasrurales, con intentos recienteslimitados en nacientes legislacio-nes, como la Ley de AgriculturaSostenible. En segundo lugar, sedan razones culturales, producin-dose una falta de identificacin dela poblacin rural con esta arqui-tectura, que se vincula a un pasadode dificultades y pobreza que sequiere abandonar o simplementehacer desaparecer, por una moder-nidad mal entendida o asimilada,influida por la rotura del mundocultural rural, dominada hoy porlos epifenmenos culturales urba-nos. En tercer lugar, se dan tambinrazones funcionales, debido a las

    transformaciones sufridas en losmtodos de produccin agropecua-rios de carcter industrial, lo quepone en crisis las arquitecturasespecializadas tradicionales querespondan a estas necesidadesproductivas, aunque las renovadasproducciones artesanales de carc-ter ecolgico pueden posibilitaruna reutilizacin, son de carcternumricamente no significativo ensu conjunto.

    Qu hacer? Aparecen como respuesta a la dra-mtica situacin que presenta estepatrimonio un conjunto de tareasque responden a un denominadorcomn: EDUCACIN. Sin lugar adudas lo central es procurar queesta arquitectura se asuma comopatrimonio socialmente, pues solo

    aquel patrimonio que se reconocecomo tal ser conservado y trans-mitido a las generaciones futuras.Desde luego, usuarios directos yhabitantes de las poblaciones rura-les son los principales sujetos aincorporar en procesos de valoriza-cin de esta arquitectura, teniendogran trascendencia en ello el papelde las escuelas y el trabajo con losms jvenes, en distintas labores dedivulgacin, explicacin y revalori-zacin cultural. Agentes y adminis-traciones locales adquieren tam-bin una gran importancia en esteproceso de concienciacin local.Ello unido a la creacin de autnti-cos y cuidados ejemplos demostra-tivos de recuperaciones y rehabili-taciones, aprovechando los distin-tos programas de desarrollo localrural, que puedan hacer comprobarde manera directa al habitante localque una casa tradicional adecuada-mente rehabilitada puede atenderlas necesidades actuales de la habi-tacin contempornea.

    En segundo lugar aparece comoimprescindible, en el proceso derecuperacin y rehabilitacin deesta arquitectura, atender a la for-macin de artesanos y constructo-res locales, normalmente pococonocedores de las tcnicas ymateriales locales tradicionales ylas correspondientes tcnicas con-temporneas compatibles conaquellas, ayudndose de los cono-cimientos de los antiguos artesa-nos locales, en experiencias aplica-das a ejemplos concretos de arqui-tectura popular. No hay que olvi-dar, en este sentido, que esta arqui-tectura constituye una importantereserva de conocimientos histri-cos en el uso y produccin de losmateriales locales tradicionales,producto de su utilizacin y ajusteemprico a lo largo del tiempo a suspropias caractersticas y utilidadesconcretas, conocimiento cuya uti-lidad social se extiende al campo de

    la restauracin de los monumentoshistricos y la nueva arquitectura,y con la clara posibilidad de gene-rar empleo productivo cualificadoque recupere esta arquitectura yproduzca materiales locales deaplicacin actual, de lo que tene-mos algunos recientes ejemplossignificativos.

    En tercer lugar, una formacinespecfica dirigida a los tcnicosresponsables en el campo de laconstruccin, introduciendo desdelas Escuelas de Arquitectura eIngeniera los conocimientos con-cretos que posibiliten un adecuadoasesoramiento que evite las trans-formaciones y sustituciones inade-cuadas, con un acercamiento di-recto que permita valorar y cono-cer mejor esta arquitectura, ascomo la necesaria formacin com-plementaria de los tcnicos enejercicio. Ello llevara implcitouna ampliacin del imprescindibleconocimiento de la arquitecturapopular, con el fomento de la inves-tigacin aplicada a ella, pues toda-va existen territorios donde seconoce muy superficialmente.Desde luego se deben incorporarlos conceptos de eco-rehabilita-

    cin y sostenibilidad adecuada-mente aplicados en estos procesosformativos, facilitados y vinculadosal carcter de paradigma de buenaparte de la arquitectura popular eneste campo.

    Estos procesos formativos debie-ran estar vinculados a unas urgen-tes e imprescindibles OperacionesPilotos de Rehabilitacin Integra-da en conjuntos representativoscomarcales seleccionados que per-mitieran dotar de una instrumen-tacin ejemplar para impulsar larecuperacin y rehabilitacin deeste patrimonio olvidado de modointegral. Y desde aqu reiteramos alas administraciones estatal yautonmicas a asumir su respon-sabilidad en este campo, impulsan-do y plasmando estas actuaciones.La inaccin y la displicencia eneste momento harn que en unfuturo inmediato tengamos queacudir a la excavacin arqueolgicay a la documentacin que hemosvenido recogiendo algunos en estosltimos aos, con la idea de docu-menta pues algo queda, para poderrecrear la aoranza de un patrimo-nio perdido.

    Barrio de la Chanca (Almera). Un ejemplo prcticamente desapare-cido de arquitectura popular en un mbito urbano.

    Brcena Mayor, Los Tojos (Cantabria). La integracin de la arquitec-tura popular como parte sustancial del paisaje rural.

    Biar (Alicante). La arquitectura popular conformando la imagen de muchos de nuestrosconjuntos histricos.

  • CIUDADES HISTRICAS

    El Plan General de OrdenacinUrbana de Valencia vigente, delimi-ta determinadas reas de la ciudadque han servido de origen a la for-macin de ncleos urbanos tradi-cionales (Casco Antiguo y PobladosMartimos) y las califica comoConjuntos Histricos Protegidos(CHP). Dentro del ncleo urbanotradicional de los Poblados Mar-timos, El Cabanyal est incluido enel CHP-2 Grao-Cabanyal.

    Adems, El Cabanyal forma partedel conjunto histrico de Valenciadeclarado Bien de Inters Culturalpor Decreto del Gobierno Valen-ciano de fecha 3 de mayo de 1993.

    El barrio marinero de El Cabanyalcomenz siendo un poblado debarracas construidas sobre unaurdimbre de calles paralelas almar, en direccin norte-sur.

    Esta forma de agrupacin de lasbarracas era muy vulnerable a losincendios por la combustibilidadde los materiales empleados parala construccin de la techumbre delas barracas: broza y paja de trigo.

    Por esa razn, a partir de 1875, traslos devastadores efectos de unincendio que destruy buena partedel barrio, las barracas se fueronsustituyendo por casas, respetan-do la urdimbre de calles, pautadapor las travesas que desde ponien-te, llegaban hasta la playa, lugar detrabajo de aquellos habitantes delbarrio, dedicados a la pesca.

    La exitosa evolucin hacia la casa,se prolong hasta bien entrado elsiglo XX respetando la estructuraurbana de la poca de las barracas.Buena parte del xito de toda laoperacin se debe precisamente a

    esta sabia estructura de callesprincipales paralelas al mar y tra-vesas que facilitan el acceso allugar de trabajo (transformadorecientemente en lugar de ocio): laplaya. Las fachadas de las casasrecaen a las calles y por su orienta-cin este-oeste, tienen todos losdas su rato de sol; mientras que lasaceras orientadas norte-sur, tie-nen su rato de sombra. Adems, laexistencia del patio trasero, here-dero del corral de las barracas, per-mite la doble orientacin, con loque el rgimen de brisas marinas,este-oeste, ventila las estancias delas viviendas. Tambin se mantie-ne la relacin directa con la calleque tenan las barracas, pues

    El CabanyalEl barrio de

    LUIS FRANCISCO HERRERO GARCAArquitecto, profesor TEU del Dpto. de Proyectos Arq. de la UPV

    AITOR VAREA OROArquitecto

    En la fachada martima de la ciudad de Valencia, el barrio de El Cabanyal es una urdimbre de calles paralelas al mar que desde

    mediados del siglo XIX conforman una estructura urbana considerada en 1993 Bien de Inters Cultural, patrimonio de todos 1.

    1 Para ms informacin, www.cabanyal.com

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  • 2322

    CIUDADES HISTRICAS

    muchas de las casas, o son vivien-das unifamiliares, o no tienen ele-mentos comunes tales comozagun o escalera de vecinos, por-que a las viviendas de planta bajase entra desde la calle y a las supe-riores por escaleras particulares.

    El resultado es un conjunto espe-cialmente saludable, bien soleadoy ventilado (situacin que no escomn en los Conjuntos Histri-cos) donde calles y travesas,encuentran su lmite y su defini-cin en el protagonismo de unas

    fachadas en las que el gusto popu-lar interpreta los estilos cultos decada poca, viste de colores unespacio pblico al que las casasabren sus puertas sin pudor.

    Aquel barrio consagrado a la acti-vidad pesquera, ha evolucionadohasta el actual barrio residencialmixto, donde con una gran vitali-dad, coexisten viviendas, peque-os talleres, estudios profesiona-les y de artistas y comercio de pro-ximidad. El Cabanyal, esa peculiartrama en retcula derivada de las

    alineaciones de las antiguas barra-cas, en las que se desarrolla unaarquitectura popular de clara rai-gambre eclecticista, valorada comopatrimonio cultural espaol en elDecreto de declaracin de Bien deInters Cultural de 1993, formaparte del frente martimo deValencia desde hace ms de 200aos y es el original y necesario fil-tro entre la ciudad y su playa.

    El Cabanyal debe ser conservado,merece la oportunidad de conti-nuar su transformacin respetandolas permanencias que constituyensus seas de identidad: su estructu-ra urbana, su parcelario, la dobleorientacin de sus casas relaciona-das directamente con la calle. En elao 2009 lanzamos una iniciativapara comprobar si una transforma-cin paulatina de este tipo, eracapaz de satisfacer las necesidadesprovocadas por las maneras de viviractuales; participaron ms de 40arquitectos y los resultados, satis-factorios a nuestro juicio, se puedenver en www.juegateeltipo.com o enla edicin impresa publicada elao 2010.

    Si el barrio debe ser conservado ydisfruta de magnficas posibilida-des de transformacin para inte-grarse con xito en la Valencia delsiglo XXI, respetuosas con susvalores patrimoniales, qu impi-de que esto se haga realidad?

    Una avenida diseada a finales delsiglo XIX que, en origen, serva paraenlazar Valencia con El Cabanyal,modific su objetivo a partir de ladcada de los 40 del siglo pasado,para alcanzar la playa a expensas dela destruccin del barrio por suparte central. La persistencia muni-cipal en este objetivo hasta 1982 (enque la nueva sensibilidad hacia elpatrimonio, hizo que la idea de lle-gar al mar decayese), ha provocadoel lento pero inexorable deterioro

    del conjunto histrico, necesitadode un impulso regenerador. Ladeclaracin de Bien de IntersCultural de 1993 debi haber resuel-to, a favor de la regeneracin delbarrio, el dilema que se plantea en laMemoria Justificativa del PlanGeneral vigente: debemos optarentre mantener una traza urbanade un siglo de vigencia [la avenida],o la integridad de un barrio con unafuerte personalidad.

    En cambio, pocos aos despus, en1998, el Ayuntamiento retoma laidea de prolongar la avenida hastael mar, expoliando el patrimoniode todos, como as se declara en labien argumentada Orden del Mi-nisterio de Cultura de 29 dediciembre de 2009: el Plan Espe-cial de Proteccin y ReformaInterior de Cabanyal-Canyamelar

    determina la EXPOLIACIN delconjunto histrico del Cabanyal.

    Adems, como se reconoce en lacitada Memoria Justificativa delPlan General vigente, la prolonga-cin de la avenida no despierta elinters de los ciudadanos, no esnecesaria para la funcionalidad dela estructura urbana de la ciudad ysupone una elevada inversin y unenorme coste social.

    Las casas de El Cabanyal y esasociedad de peculiar idiosincrasiaque las habita, capaz de recuperar-se de las calamidades que les afec-taron desde siempre (hambrunas,epidemias, incendios, inundacio-nes, bombardeos), est siendonuevamente amenazada por elproyecto de la expoliadora e inne-cesaria prolongacin de una aveni-

    da cuya ejecucin destruira elbarrio: una desigual batalla en queel Ayuntamiento derriba casas endeterminadas zonas, mientras losvecinos (los de toda la vida y losque han elegido el barrio por suinmejorable habitabilidad, proce-dentes de otros barrios, ciudades opases) las construyen y rehabili-tan en otras.

    La transformacin de la ciudadforma parte de la voluntad de pro-greso de sus ciudadanos, pero stadebe partir siempre de la valora-cin de los recursos locales, enconsonancia con los valores deuna sociedad como la actual, preo-cupada por la sostenibilidad de lascondiciones que hacen posible lavida humana en el planeta. Re-ducir, reusar y reciclar se convier-ten as en operaciones capaces de

    Las barracas (Archivo Huguet).

    Ambiente (Fotografa, Pascal Hentschel).

    La progresiva sustitucin de las barracas por casas (Archivo Huguet).

  • 2524

    CIUDADES HISTRICAS

    activar las fuerzas sociales emer-gentes en cada lugar concreto.Debemos convencer a nuestrasadministraciones de que interve-nir sobre lo construido reutilizn-dolo, implica una menor inversinde recursos y energa sostenibili-dad y tambin, respeto por el con-tinuum de la cultura urbana,donde cada capa se superpone a laanterior sin destruirla, aadiendoa las tres dimensiones espaciales,la dimensin tiempo.

    Si se ejecutara al plan municipal,sus responsables no sern recor-dados como los que hicieron reali-dad el sueo centenario (la pesadi-lla) de prolongar una avenidahasta el mar, sino por haber des-truido El Cabanyal: un ConjuntoHistrico Protegido, declaradoBien de Inters Cultural, patrimo-

    nio de todos. Desde 1982, se handesperdiciado casi 30 aos; porello, autoridades y ciudadanostenemos que esforzarnos para quepodamos seguir hablando de ElCabanyal, de la rehabilitacin delos edificios representativos de supasado marinero fbrica de hielo,lonjas, casas de bous, casinos...,de la revitalizacin de su caserosobre un parcelario en evolucindesde su antigua ocupacin porbarracas de pescadores, del esta-blecimiento de itinerarios comer-ciales en las tantas travesas queconducen al mar o de la construc-cin de equipamientos sociales yviviendas en los numerosos sola-res de propiedad municipal; endefinitiva, de las transformacionesque hagan compatible sus valorespatrimoniales con la correcta

    insercin del barrio en el siglo XXI:en resumen, de la regeneracinfsica y social del barrio2.

    As Valencia podr seguir presu-miendo de uno de sus barriosmarineros, de su patrimonio que loes de todos. Porque como recuerdalvaro Siza, un sitio vale tanto porlo que es como por lo que puedellegar a ser, pero una cosa estsiempre en relacin con la otra.Conviene que no lo olvidemos paraevitar que nuestro futuro se nosvuelva extrao.

    Ambiente (Fotografa, Luis Francisco Herrero).

    Detalle (Fotografa, Burkhart Springtubbe).

    Detalle (Fotografa, Burkhart Springtubbe). Edificios afectados por El Plan Municipal. Vicente Gallart.

    Detalle (Fotografa, Burkhart Springtubbe). Detalle (Fotografa, Burkhart Springtubbe).

    2 En www.lapepri.com (una herramientade participacin ciudadana para unfuturo de la ciudad, respetuoso con losvalores patrimoniales de El Cabanyal) y en www.en3barrios.com (resultadosde un workshop internacional sobre el barrio), se pueden consultar ideas alrespecto.

  • 26 27

    PATRIMONIO ARQUITECTNICO

    El Castillo de Belmonte, de estilogtico mudjar, fue mandado cons-truir por Don Juan Pacheco, pri-mer marqus de Villena y III seorde Belmonte, en 1456; hombre deconfianza del Rey Enrique IV deCastilla y seor ms poderoso delreino en su poca.

    La planta en forma de estrella esnica, y su interior palaciego deco-rado con lujosas techumbresmudjares en sus salones y galer-as, as como su bestiario medie-val esculpido en piedra, no tienenparangn en Espaa y sin dudahacen de este castillo uno de losms emblemticos de nuestro pas.

    El castillo se encuentra en muybuen estado de conservacin, gra-cias al esfuerzo de sus propietariosa lo largo de los siglos, que se havisto culminado con la ltima res-

    tauracin, apoyando en esta oca-sin las instituciones pblicas elesfuerzo de la Casa Ducal dePearanda y Montijo, descendien-te del marqus de Villena y propie-taria del castillo.

    En el ao 1959 nuestro abueloHernando Alfonso Fitz-JamesStuart, duque de Pearanda deDuero y conde de Montijo, hizouna cesin de uso del castillo por50 aos al Ayuntamiento deBelmonte. El motivo de dichacesin fue la de asegurar el mante-nimiento del castillo involucrandoal ayuntamiento en la gestin. Acambio, el ayuntamiento se com-prometa a explotar tursticamen-te el monumento y a invertirdichos fondos en la completa res-tauracin y mantenimiento delcastillo. Esos 50 aos expiraban elao 2009 pero el castillo no solo no

    estaba restaurado sino que seencontraba en un estado de dete-rioro lamentable. Por ese motivodecidimos cancelar la cesin quehiciera nuestro abuelo y alcanzarun nuevo acuerdo con el ayunta-miento, pero esta vez con unosobjetivos de restauracin concre-tos e implicndonos directamenteen la gestin del proyecto.

    Fue all por el ao 1999 cuando mihermano Hernando, mi primoHernando y yo empezamos a con-siderar seriamente la posibilidadde restaurar el castillo. No poda-mos consentir que el castillo sedeteriorara ms y nuestra deter-minacin fue firme. La empresa noera fcil puesto que para empezarnecesitbamos que se dieran cua-tro circunstancias fundamentales;la autorizacin de los dueos,nuestros padres y tos, conseguir

    los fondos privados necesariospara acometer el proyecto, obtenerel apoyo institucional y polticopara que el proyecto fuera viableeconmicamente complementan-do nuestra aportacin privada, ypor ltimo la iniciativa y firmedeterminacin de llevar a cabo elproyecto por nuestra parte.

    Una vez que todos esos ingredien-tes fueron ganando forma, y no fuefcil conseguirlo, nos pusimos enmarcha. Despus de aos de con-versaciones, y ms de un ao detrmites administrativos y legalespara plasmar nuestro acuerdo eintenciones sobre el papel, el 2 defebrero de 2007 firmamos unacuerdo con el Ayuntamiento deBelmonte a travs del cual hemostenido acceso a subvenciones porparte del Ministerio de Fomento yde la Consejera de Cultura de la

    JCCM, de conformidad con el con-venio firmado entre la propiedad,la empresa gestora y el propioayuntamiento encargado de trami-tar las subvenciones.

    La rehabilitacin del castillo cons-tara de tres fases. La primera, yacompletada, inclua la recupera-cin del interior; la segunda, yaadjudicada y pendiente de empe-zar, se ocupar de los lienzos exte-riores de muralla, de las sietetorres y del patio y la barbacana; yuna tercera y ltima que se ocupa-r de restaurar la muralla que bajadel castillo al pueblo, adems delajardinamiento de los terrenosintramuros de las murallas queantiguamente rodeaban a la pobla-cin de Belmonte.

    Merced a dicho acuerdo, la propie-dad se ha comprometido a abrir el

    El Castillo de Belmonte en Cuenca

    La importancia de la iniciativa privada en la conservacin del Patrimonio Cultural

    Rehabilitacin y puesta en valor

    JAVIER FITZ-JAMES STUART DE SOTOConde de Montalvo

    Puerta de entrada al patio del Castillo deBelmonte.

  • 2928

    PATRIMONIO ARQUITECTNICO

    castillo al pblico y la gestinrecaer durante 75 aos en la socie-dad Fortaleza de Belmonte S.L., queha sufragado aproximadamente el50% del coste total de rehabilita-cin y musealizacin del castillo enesta primera fase del proyecto queacaba en junio de 2010, excediendosobradamente su compromiso eco-nmico. Dicha sociedad gestoraque tengo el honor de presidir, per-tenece a los propietarios e hijos,entre los que me encuentro. Lasobras de restauracin de la primerade las tres fases concluyeron enjunio de 2010 despus de 2 aos y 3meses y permiten al visitante apre-

    ciar el antiguo esplendor delCastillo de Belmonte en distintasetapas de su historia.

    Nuestra familia construy estecastillo a mediados del siglo XV, y alo largo de su historia muchos denuestros antepasados dedicaronenormes recursos y esfuerzo parasu conservacin y cito a dos de losms recientes: la emperatrizEugenia de Montijo en el siglo XIXy nuestro bisabuelo HernandoFitz-James Stuart y Falc, duquede Pearanda y conde de Montijo, aprincipios del siglo XX, que rematlos trabajos. Es para nosotros unorgullo continuar hoy, a principios

    del siglo XXI, con ese esfuerzomediante el acuerdo de colabora-cin alcanzado entre nuestra fami-lia y las instituciones para dejar elcastillo en perfecto estado.

    Despus de muchas peripecias elCastillo de Belmonte reabri suspuertas al pblico en julio de 2010 yofrece al visitante un recorrido cul-tural a lo largo de la historia de tanemblemtico monumento, desde elsiglo XV hasta la actualidad.

    Terminada la visita, el visitantehabr conocido, adems de cmoera la vida en un castillo medieval,las vicisitudes de la guerra desucesin en Castilla en la segundamitad del siglo XV, entre la prince-sa Juana de Trastmara, La Bel-traneja, protegida del marqus deVillena valedor de sus derechosdinsticos, y su ta Isabel mstarde conocida como La Catlica, yel papel que desempe el seor deeste castillo en esa contienda. Elresultado de la misma, determina-r la unificacin de Espaa en1492 tras la cada del reino deGranada donde tambin participa-ron activamente los seores delcastillo de Belmonte, siendo DiegoLpez Pacheco, segundo marqus

    de Villena, capitn general de losejrcitos espaoles en aquellaaccin.

    El visitante se trasladar a lasegunda mitad del siglo XIX consalas ambientadas al gusto de lapropietaria del castillo en esapoca, Eugenia de Montijo, des-cendiente de los seores deBelmonte y emperatriz de Franciapor su matrimonio con NapolenIII. Durante el recorrido de esassalas se da a conocer la apasionan-te vida de esta noble espaola quelleg a ser regente del imperiofrancs en tres ocasiones y queorden la restauracin del castilloa mediados del siglo XIX.

    Contina la visita con el paseo porel adarve, entre almenas y torreo-nes, desde donde se vislumbran lamagnfica Colegiata de San Bar-tolom que ordenara construir elmarqus de Villena, el antiguoalczar del Infante Don Juan

    Manuel, morada de los seores deBelmonte hasta la construccindel castillo y la muralla que, desdela fortaleza protectora, abraza elcasco antiguo de Belmonte.

    Para terminar el recorrido, y des-pus de pasar por la torre del home-naje, podemos bajar al patio dearmas por una escalera de caracol yvisitar las mazmorras y stanos.

    El castillo, Bien de Inters Cultu-ral, se ha convertido, gracias a lainiciativa de la familia propietaria,en un monumento capaz de alber-gar eventos culturales, acadmicosy sociales recuperando su antiguoesplendor, y as la villa de Belmontey su historia se dan a conocer a losojos del mundo a travs del mismo.Mientras escribo este artculo,estamos organizando distintasactividades culturales y ldicas,como la representacin teatraldedicada a Juana de Trastmara ysu ta Isabel La Catlica enfrenta-

    das por sus aspiraciones al trono deCastilla, la recreacin en vivo y contotal rigor histrico de la vida en uncastillo en el siglo XV, torneos ycombates con arneses y armadurasde la poca, conciertos de msicaclsica y medieval, etc.

    Tengo que decir que se nos presen-ta un reto interesante, que es hacerde Belmonte y su castillo un desti-no turstico de calidad y referenciaa nivel nacional ofreciendo a nues-tros visitante cultura, entreteni-miento y disfrute. Esperamos enbreve continuar con la fase 2 derestauracin exterior del castillolo cual no impedir que permanez-ca abierto al visitante.

    Con este escrito deseamos ponerde manifiesto el xito de la inicia-tiva privada alineada con las insti-tuciones pblicas en aras de unmismo objetivo; la recuperacin ypuesta en valor de nuestro patri-monio histrico.

    Patio del castillo.

    Se piensa que el maestro cantero fue Hanequn de Bruselas aunque se aprecian tambin influencias decorativas de Juan Guas.

    Estrado.

    El castillo se situ sobre el cerro de San Cristbal.

  • 3130

    ENTREVISTA

    Han pasado 50 aos desde la publicacin de su librosobre Arquitectura Espaola Contempornea y 38aos desde la publicacin del primer tomo sobreArquitectura Popular en Espaa (1971). Cmo se pro-dujo ese salto investigador?

    En realidad, no se produjo ningn salto, puesto quecuando yo inici la investigacin sobre la arquitecturapopular, en el ao 1965, ya estaba dirigiendo la revistaHogar y Arquitectura y continu hacindolo solapan-do ambas actividades lo que me permiti mantener elcontacto cotidiano con la arquitectura que se haca enaquellos momentos en Espaa. La razn para abordar-lo fue bien simple: era evidente la carencia de estudiosamplios sobre esa materia y se comentaba, dentro delmbito de la profesin y la cultura arquitectnica, lanecesidad de llevar a cabo esa tarea. Alguien tena quehacerlo. Se trataba, pues, de dar el paso y ofrecerse.

    En cualquier caso, si hubiera tenido que elegir entreambos campos temticos, habra elegido el de la arqui-tectura popular. A m, me dejaba atnito.

    Qu influencia tuvo el maestro Torres Balbs y qurecuerda de l?

    Fui alumno suyo y admiraba los trabajos que habarealizado, al igual que los hechos por Julio CaroBaroja, que me sirvieron de referencia para mi laborposterior.

    Recuerdo que Leopoldo Torres Balbs, durante susclases, nos proyectaba diapositivas de algunos ejem-

    Nacido en Cuenca el 14 de Junio de 1928. Arquitecto porla Escuela Tcnica Superior de Arquitectura de Madrid(1958). Doctor Arquitecto por esa misma Escuela en elao 1964. Director de la revista Hogar y Arquitectura(1963-1974). Profesor de Composicin Arquitectnicaen la ETSA de Madrid (1987-1998).

    Autor de diversos libros sobre: Arquitectura EspaolaContempornea (1961), La Ciudad Lineal de Arturo Soria(1968), Arquitectura Popular Espaola (1971-1977),Arquitectura Modernista en Catalua (Gaud y Jujol)(1982). Ha publicado numerosos artculos en revistasespecializadas de todo el mundo, as como impartidoconferencias en diversas instituciones culturales y pro-fesionales.

    Segn nos dice l mismo, haciendo uso de su caracte-rstico buen humor: Para los que me suponen falleci-do y enterrado, junto con D. Leopoldo Torres Balbs,deseo comunicarles que gozo de buena salud (provisio-nal), en compaa de mi mujer, mis hijos y mis nietos,mientras sigo apasionadamente interesado por laarquitectura.

    Conversacin conCarlos Flores

    plos de arquitectura popular, pero era muy escueto ensus comentarios, yo dira con gran respeto que casiaburrido, limitndose a decir que le parecan muysugestivos. Fue ms tarde, al descubrir su magnficolibro Folklore y Costumbres de Espaa, cuandocomprend la gran aportacin que supuso esta figura.Adems, era una excelente persona. Cuando yo fuidirector de la revista Hogar y Arquitectura quise dedi-carle un nmero de homenaje, pero me lo prohibieronabiertamente. El rgimen franquista nunca le perdo-n sus simpatas republicanas.

    Hubo otros investigadores, como el navarro LeoncioUrabayen, que influyeron con sus ideas y entusiasmo.Para m fue muy iluminadora aquella expresin suya:... la arquitectura popular no es un precipitado geo-grfico..., en la que pona lmites al determinismo delMedio, del que tanto se ha abusado.

    Y coincido con lo que dijo Sol Sabars sobre la genia-lidad geogrfica de Espaa.

    Cuantos aos de trabajo supuso la investigacinsobre la arquitectura popular ?

    En total, fueron unos 12 aos, desde el primer tomohasta el quinto de los publicados.

    En principio, exista el compromiso de hacer cuatrolibros, pero se comprob que la documentacin reco-gida permita ampliar la edicin y, adems, la acepta-cin, por parte de los lectores, era muy satisfactoria,por lo que la editorial no puso ningn inconveniente.

    La obligada economa de medios materiales ejerce un efecto positivo, al despojar a la arquitectura popular de casi todo aquello que no seaestrictamente necesario; sobriedad y elegancia como resultantes habituales.

    Los cinco tomos de la Arquitectura Popular Espaola de Carlos Flores, aparecidos a principios de losaos setenta, se convirtieron en un autntico fenmeno cultural, que trascendi el mero campoprofesional arquitectnico para dejar una influencia indudable en toda una generacin de espaolesque acabbamos de vivir las desastrosas consecuencias del desarrollismo en nuestros pueblos y aldeas:la despoblacin, el desarraigo y, finalmente, el menosprecio por todo lo que sonara a rural.

    La mirada inteligente y sensible de Carlos Flores nos ense a entender, con ojos contemporneos,nuestra ms profunda tradicin. A travs de sus textos y, especialmente, de sus fotografas y susinolvidables comentarios a stas, logr hacernos sentir la grandeza de esta arquitectura, cuya bellezaproviene de su radical sinceridad.

    El arquitecto Alfonso Segovia Montoya, autor tambin de libros dedicados a la arquitectura popular, yconcretamente a la riqueza de sus texturas y colores en los diferentes casos de Valencia, Murcia, y laRioja, ha mantenido una amigable conversacin con l, como un pequeo homenaje a la figura de estegran historiador de la arquitectura espaola.

  • 3332

    ENTREVISTA

    En ese aspecto, tengo un gran agradecimiento a TirsoEcheanda, consejero-apoderado de la editorial, queimpuls el proyecto desde sus comienzos.

    Cuantos colaboradores te acompaaron?

    Los nicos acompaantes fueron mi mujer y, tambin,mis dos hijos, en una edad an temprana, que compar-tieron muchos de los desplazamientos por Espaa,dentro de un Citroen 2CV transformado, en algunasocasiones, en improvisado dormitorio infantil. La ls-tima es que, al ser tan nios, les han quedado pocosrecuerdos de todo aquello.

    Mi mujer, Teresa Pazos, fue una colaboradora especial-mente eficaz en la elaboracin de la documentacin y,por supuesto, tuve la colaboracin imprescindiblede una cmara fotogrfica Rolleiflex, de segunda mano,comprada por 7.000 pesetas, que supona, entonces,una respetable cantidad de dinero. Encontrar el mag-nfico estudio Farc, para mis revelados, fue tambinfundamental.

    Esa manera de trabajar, tan individualista, tuvo venta-jas e inconvenientes. Por un lado, se limitaba la ampli-tud del campo de trabajo. Pero, a cambio, exista unaunidad de criterio y una visin panormica del con-junto, que facilit la investigacin, as como el anlisiscomparativo de los datos y su exposicin posterior enforma de resultados.

    No crees que los aos 60/70 fueron un momento deespecial esplendor, para todo lo relacionado con laarquitectura popular, no solo dentro del mundo profe-sional y de la cultura, sino, en general, por el intersque suscit entre la ciudadana comn? a qu cir-cunstancias pudo deberse?

    Efectivamente, como dije antes, haba una carenciaclara en esa materia y el inters de los profesionales porcubrirla. Durante esa poca, Luis Feduchi estaba reali-zando un trabajo bastante similar, en sus Itinerarios deArquitectura Popular Espaola. Y hubo, incluso, unintento de colaboracin entre ambos, junto con otraspersonas, como Oriol Bohigas, Moneo y FernndezAlba, pero no se pudo concretar la forma de hacerlo.

    La decisin final de Feduchi consisti en repartir lastareas entre grupos de alumnos, que recogan infor-macin por distintas zonas de Espaa. Yo creo que elresultado, a pesar de ser un magnfico trabajo, acusesa dispersin.

    En cuanto al inters de la ciudadana, recuerdo que lagente haca suscripciones con mucha antelacin, por

    las grandes facilidades econmicas que daba la edito-rial, para recibir los cuatro tomos previstos. Y no huboningn problema, con esas suscripciones, cuando seaument el nmero a cinco, para divulgar la gran can-tidad de informacin que yo haba acumulado. Todofueron facilidades por parte de la Editorial Aguilar.

    Por tanto, se debi, en gran manera, al propio entu-siasmo y al de la empresa editorial, el que ese esfuerzotuviera tal dimensin y proyeccin social

    Qued algo pendiente o quizs, ms bien, no se termi-na nunca de investigar?

    Siempre queda algo pendiente de investigar, comosera el hacer hincapi en el tema de los detalles cons-tructivos y el uso del color en la arquitectura popular,que se abord con menos profundidad. Tuve intencinde hacerlo en una publicacin independiente, pero,tambin me interesaban otras investigaciones, enaquellos momentos, como era la arquitectura moder-nista en Catalua, con la obra de Gaud y la de Jujol(una figura, a mi juicio, imprescindible para entender

    esa poca), a la que dediqu buena parte de mi esfuer-zo, recompensado por la edicin de un libro sobre eltema, en el ao 1982.

    Tambin continu con el tema de lo popular, a travsde otras publicaciones sobre la Espaa Popular y laarquitectura verncula, con la misma editorialAguilar, en 1979.

    Existe cierta confusin en los conceptos que matizanlas diferencias entre Arquitectura Popular, Arquitec-tura Verncula y Arquitectura Tradicional. Incluso,puede plantearse dnde empieza y termina laArquitectura, frente al simple acto de construir.

    Un ejemplo simple sobre el acto de construir puedeser ste (dice, mientras nos muestra una imagen deuna choza, con cubierta de brezo, en los sotos deAranjuez).

    El arquitecto contemporneo es incapaz, por su men-talidad, su formacin y su falta de humildad, de hacerarquitectura popular. Es decir, basada en la tradi-cin.

    Adaptacin al medio. Gran influencia de los factores fisiogrficosy climticos.

    La arquitectura popular es, al propio tiempo, una arquitectura de mdulo familiar y de conjuntos. Los conjuntos se forman por agregacinde clulas, lo que da como resultado una variedad y vivacidad orgnicas, distintas a la montona masificacin que una repeticin ilimitada eindiscriminada llega a producir dentro de la arquitectura profesional.

    La arquitectura popular suele ofrecer un predominio de los valoresvolumtricos sobre los espaciales, si bien la existencia de elementostales como patios, galeras, soportales, etc..dar lugar tambin asoluciones de una indiscutible calidad y significacin espaciales.

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    ENTREVISTA

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    Quizs Alejandro de la Sota, Coderch o Fernndez delAmo, se aproximaron, desde el campo de la cultura, arealizar una obra aparentemente popular, pero slo lohicieron tomando algunas cosas de lo popular y sindejar de ser ellos mismos, por supuesto.

    Era compatible la investigacin con el ejercicio pro-fesional de proyectar y construir? tuviste que renun-ciar a esa parte de la profesin?

    Cuando yo curs la carrera universitaria de arquitec-tura, sta era muy larga y con un curso de iniciacinbastante duro, que provocaba una seleccin importan-te entre los aspirantes. En cierta forma, siempre hedicho que era como estudiar para cura en un semina-rio, que tardabas doce aos en terminar. Salas de la Escuela con un gran entusiasmo por proyectar yconstruir.

    Yo no era una excepcin y esa fue mi vocacin, pero,poco a poco, me enganch esta otra ilusin y, adems,no me gustaba demasiado la parte de papeleo y buro-cracia que iba aadida a la profesin, de manera queconstru muy poco. En ese sentido, se puede decir quesoy un arquitecto de secano.

    En tu caso, se mantiene vigente (como actitud) lamanera de enfrentarse a un trabajo como el llevado acabo sobre la arquitectura popular o sera revisable?

    Hay ocasiones en que, pasado el tiempo, al volver aleer aquellos escritos y trabajos realizados en las pri-meras etapas profesionales, uno mismo se enjuiciacon severidad y percibe errores, inexactitudes ocarencias, fruto de la juventud o inexperiencia.

    Siempre se pueden hacer mejor las cosas, indudable-mente, pero...visto ahora, desde la distancia...conside-

    rando los medios de que dispuse entonces, puedodecir que me siento satisfecho del trabajo realizado.

    Qu resulta ms difcil conservar, las unidades o losconjuntos arquitectnicos? se lucha mejor contrael individuo o contra el colectivo social?

    La mayora de las veces, cuando hablamos de arqui-tectura popular estamos hablando de conjuntos: no sepuede entender de otra manera... son pueblos o barriosenteros.

    Un ejemplo: Si admiramos la calle que asciende por elcentro de Calataazor, no es solo por el inters de suscasas, una a una, sino por el conjunto urbano que for-man. Mantienen ese aspecto tan importante de launidad en la variedad.

    Una intervencin inadecuada en una de ellas, en cuan-to a altura, tipologa, materiales... hace un dao irrepa-rable al conjunto. En ocasiones se encuentran, tam-bin, ejemplos interesantes, de forma aislada, como enlos cortijos o haciendas de olivar; por cierto, bien dife-rentes entre s, a pesar de los versos de Machado:Campo, campo, campo, entre los olivos los cortijosblancos En cuanto a contra quien se lucha mejorno s contestarte pues no ha sido mi tarea. La oleadaturstica se vea, entonces, como uno de los factoresdel desastre.

    Cree, ahora, que el turismo supuestamente ruralpuede parar el proceso destructivo?

    Lo necesario es un cambio de mentalizacin de la socie-dad, sobre todo dentro de los pueblos, que comprenda elvalor de respetar e intentar conservar esta arquitectura,aunque, eso s, con las necesarias actualizaciones.

    No creo que el turismo las pueda salvar, porque siempresera desnaturalizarlas. La belleza de esta arquitecturaest en su sinceridad; cuando sta falla, la otra se pierde.

    Ha seguido activo, en el mundo de la cultura quedefiende el patrimonio popular?

    De manera personal, sigo atento a estas cuestiones. Deotras formas, ms organizadas, hace unos aos, cuan-do an viva Fernando Chueca y estaba como deca-no al frente del Colegio de Arquitectos de Madrid,nos convoc a varios arquitectos, para formar parte deuna Liga para la defensa de los pueblos espaoles. La verdad es que el asunto no cuaj.

    Una ltima pregunta : Qu opinin te merece la situa-cin del patrimonio arquitectnico popular en Espaa?

    Me da mucha pena cuando veo las cosas que se estnhaciendo, con tan poco criterio y amor por la sinceri-dad de lo popular. Creo que preferira que se dejarancaer a que las rehagan de esa forma tan artificial.

    Dentro de la arquitectura popular, las construcciones auxiliares o secundarias son resueltas, por lo general, con la misma atencin, cuidadoy entrega que la propia vivienda.

    El esfuerzo personal que el hombre popular dedica a sus obras, da lugar a que se establezca entre ambos una cierta relacin afectiva deincidencia positiva en el resultado final.

  • 36

    PATRIMONIO NATURAL

    En ocasiones hay rboles que re-nen por s solos tales caractersti-cas que los hacen merecedores dereconocimiento y proteccin porparte incluso de la propia Admi-nistracin como verdaderos mo-numentos vegetales.

    Destacar este tipo de puesta envalor es fundamental en un pascomo Espaa de tendencia arbori-cida, donde el poco respeto a losrboles es proverbial y la poda derboles se realiza de forma autn-ticamente traumtica y, en mu-chos casos, causando de manerainevitable a corto plazo su muerteprematura. Podas indiscrimina-das, realizadas en muchos casospor personas desconocedoras deloficio, que parecen no entender loque un rbol de gran porte da a

    cambio y lo que supone a la natura-leza lograrlo.

    El rbol del que vamos a hablar seencuentra en la finca Huerto delRemedio, propiedad de Sofa Ca-brera Sirera, cerca del paraje de laMurta, en Alzira (Valencia), unlugar que conserva tambin enbuen estado ejemplos de la arqui-tectura y del paisaje rural valen-ciano, caracterizado esencialmen-te por el trazado de su huertos,acequias y arbolado.

    El ejemplar en cuestin es unaMorus kagayamae Fruitless, de-nominada vulgarmente como mo-rera japonesa, de 331m de dime-tro, 12m de altura y ms de 150 aosde antigedad. Presenta un porteespectacular ya que no ha sufridoimportantes heridas o daos y, por

    rodearle tierra muy frtil sin pavi-mentar, ha podido expandirse libre-mente sin restricciones.

    Adems de su belleza espectacular,tiene la singularidad de pertenecera una variedad de morera sin fru-tos de la que ste rbol puede ser,segn los expertos, el ejemplar msantiguo vivo de Espaa. Es intere-sante destacar esta particularidaddado que es una especie distinta dela morera blanca, que se aprovechdesde antiguo para la cra de gusa-nos de seda. Se usa esta variedadhoy como rbol eminentementeornamental, puesto que no man-cha al carecer de frutos, aunque nodeja de tener una cierta lecturasimblica el que sea una morera dela que estemos tratando, cuandoesta localidad de Alzira se la cono-ci precisamente, desde poca his-panomusulmana, por su produc-cin de seda, que el propio diccio-nario Madoz an recoga a media-dos del siglo XIX. Es posible quecon la intencin de perpetuar eserecuerdo hubiera decidido plan-tarla el propietario en su da?

    La Comunidad Valenciana loincorpor a su Catlogo de rbolesSingulares en 2009 y el Ayunta-miento de Alzira lo declar rbolde Inters Local en 2010.

    Asimismo la ONG Bosques sinFronteras, que junto con la Fun-dacin Biodiversidad convoca losPremios rbol y Bosque, le conce-di el premio del ao 2010 a laactual propietaria de esta moreranica, como reconocimiento a suslabores de cuidado y manteni-miento, que constituyen un verda-dero ejemplo a seguir.

    I. O.

    La morera de AlziraUn monumento vegetal

    La morera, conocida popularmente como La matriarca.

  • LISTA ROJA DEL PATRIMONIO

    CASTILLA Y LEN. DUEAS (PALENCIA)

    PALACIO DE LOS ACUA, CONDES DE BUENDA

    El Palacio de los Condes de Buenda se encuentra en elcasco histrico de la ciudad de Dueas, declarado Biende Inters Cultural con categora de ConjuntoHistrico-Artstico desde 1967. El palacio fue construi-do en 1440 y ocupa una manzana: todo un lateral dela actual Plaza de Espaa (antigua Plaza del Mercado),bajando hacia la Barbacana dando fachada a la Plazalas Tercias (actualmente de Isabel la Catlica), pordonde tiene entrada a un Patio de Armas, que es loms destacado del conjunto: tiene forma cuadrada,acaso cerrado en los cuatro lados, y presenta seis pila-res ochavados esbeltos y bien tallados que descansanen basa cuadrada con capiteles sencillos. El conjuntode la edificacin en su base era de piedra y luego de

    mampostera y adobe con entramados de madera. En

    el interior se encuentra la Sala Dorada, por el artesana-

    do del techo ya hundido.

    Su importancia radica, principalmente, en el valor his-

    trico del edificio que fue la residencia habitual de los

    condes de Buenda, quienes convirtieron a Dueas en

    la cabeza de su seoro en los siglos XIV y XV, tomn-

    dose en l decisiones de gran importancia que llevan a

    algunos autores a hablar de una Corte de Dueas. En

    l nace la primera hija de los Reyes Catlicos en 1470,

    Isabel; en l Fernando el Catlico contrae matrimonio

    en segundas nupcias con Germana de Foix en 1506, y

    dio cobij a otros reyes como Carlos I o Felipe II. En l

    vivi tambin Mara de Padilla casada con el condeJuan de Acua y Enrquez. En el siglo XVII pasa el seo-ro a los condes de Padilla por matrimonio de Mara deAcua con el Adelantado de Castilla Juan de Padilla, yposteriormente a los duques de Medinaceli.

    Durante el invierno de 2009, debido a las intensas llu-vias, se produjo el desplome de uno de sus balcones,ante lo cual su dueo opt por desmontar toda lafachada de la segunda que da a la Plaza de Espaa. Noexiste proyecto alguno y el edificio sigue deteriorndo-se irreversiblemente pues ha perdido los tejados y arte-sonados que tena en su interior, hundindose poco apoco todo l. Ante la completa dejadez por parte detodas las instituciones, este abandono puede convertir-se en irreversible, dando lugar a la desaparicin com-pleta del inmueble. El aspecto que da a la plaza delpueblo, en pleno casco histrico, es lastimoso.

    38 39

    POCA

    Siglo XV. Estilo gtico-mudjar.

    PROPIEDAD

    Privada.

    GRADO DE PROTECCIN

    Es uno de los edificios principales del pue-blo de Dueas, declarado en su totalidadConjunto Histrico Artstico en 1967.

    ESTADO

    En ruinas.

    CARCTER DEL RIESGO

    Hundimiento progresivo.

  • 4140

    PATRIMONIO EN EL TIEMPO

    Tras siglos de desinters por lacultura rabe, a partir de la segun-da mitad del siglo XIX, en Espaase volvi los ojos lentamente a losmonumentos de esa larga etapahistrica. La primera labor restau-radora en sentido moderno que serealiz en la mezquita de Crdobase prolong de 1891 a 1918 siendoel conocido arquitecto madrileoRicardo Velzquez Bosco el direc-tor de las obras.

    Del intenso y complejo procesorestaurador de Velzquez en lamezquita de Crdoba hemos elegi-do un solo ejemplo: la reconstruc-cin de las puertas de la mezquitaen su fachada exterior. A travs de sus imgenes clave, que aqu semuestran, se puede comprender el espritu con que se acometieste proceso de recuperacinpatrimonial del pasado hispano-musulmn.

    Del exterior de la mezquita y dedetalles de los restos de celosas ydecoracin de las puertas del ladode Levante se haba hecho undibujo en torno a 1860 en el que,por primera vez, se intentaba unacercamiento erudito, buscandoanalizar y comprender esta arqui-tectura. Este dibujo fue obra delarquitecto Agustn Ortiz de Villa-jos, y respondi a un encargo parailustrar las extraordinarias lmi-nas de la coleccin de grabados ylitografas Monumentos Arquitec-tnicos de Espaa (1857-1882) di-rigida por la Real Academia deBellas Artes de San Fernando conel patrocinio de la Corona. Estacoleccin de lminas y textossupuso los inicios de los estudiospositivistas de nuestra historia delarte nacional1.

    Cuando Velzquez Bosco inici laardua tarea restauradora del mo-numento califal se enfrent con unimportante dilema: por un lado la

    necesidad de estudiar con erudi-cin arqueolgica la totalidad deledificio para interpretarlo de lamanera ms fiel, y, por otro, eldeseo de reconstruir todas aquellaspartes que haban desaparecido oestaban en mal estado para inten-tar recuperar el pasado esplendorde edificio. Ambos exigencias erancontradictorias entre s y, final-mente, ganara el deseo de restituirsus valores arquitectnicos y deco-rativos, como vena siendo la pos-tura habitual en esa poca, en con-sonancia con los criterios y ense-anzas del famoso arquitecto res-taurador francs Viollet-le-Duc.

    Para legitimar Velzquez su actua-cin, y acallar las posibles crticasde los arquelogos ms estrictos,en el caso concreto de las portadas,bas su reconstruccin en vesti-gios califales autnticos, concreta-

    mente los de las puertas pertene-cientes al antiguo muro exterior dela mezquita, que haban quedadoen el interior de sta cuando sehaban realizado las obras de laampliacin de la sala de oraciones,ordenada por Almazor, debido elcrecimiento de la poblacin cordo-besa del siglo X.

    La segunda cuestin en la que basVelzquez la legitimidad de su deci-sin fue la introduccin de artficescuya alta cualificacin dignificaranpor s mismas las nuevas obras en lamezquita. Efectivamente, el propioVelzquez haba sido muy crticocon la labor de restauracin que sehaba realizado en la Alhambradesde las dcadas de los treinta ycuarenta del siglo XIX por RafaelContreras, el cual se haba atrevidoa reintegrar numerosas yeserasnazares confeccionndolas me-

    diante moldes, es decir con un siste-ma semi industrial.

    Para solventar esa limitacin, Ve-lzquez escogi como artfice aMateo Inurria, a la sazn profesorde la Escuela de Artes y Oficios deCrdoba, y que llegara a ser uno delos escultores ms famosos de laEspaa del primer tercio del sigloXX. Inurria dirigi todos los traba-jos decorativos de las portadas consus arqueras polilobuladas y losfinos atauriques vegetales.

    Quizs para dejar constancia de lacontemporaneidad de estas labores,se introdujeron en las nuevas epi-grafas rabes de estas puertas, enlugar de las jaculatorias cornicas aluso, alusiones al rey Alfonso XIII,al ministro del ramo en funcionesy al arquitecto director de la obra.

    I. O.

    1 Ortiz de Villajos, tambin dibuj lasinscripciones islmicas de la mezquita,que se guardan en la Real Academiade la Historia, en el Departamento deCartografa y Bellas Artes.

    La restauracinde las puertasde entrada dela Mezquita de Crdoba

    Proyecto de restauracin de una de las portadas. En negro las partes originales y en rojo las partes a reintegrar. (Archivo General de laAdministracin de Alcal de Henares).

    Dibujo de Ortiz de Villajos hacia 1860. (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando).Arriba: una de las puertas de la mezquita antes de la restauracin de Velzquez Bosco.(Archivo General de la Administracin de Alcal de Henares).

  • 4342

    CIUDADES HISTRICAS

    Dentro de las murallas de la ciudadmedieval se respiraba libertad. Lacomunicacin, fruto de la convi-vencia ente los ciudadanos, provo-caba riqueza, intercambio y cultu-ra. Los monasterios, que se asenta-ban extramuros a modo de peque-os satlites de esta Vitoria-Gasteiz renacentista, y los pala-cios intramuros, son hoy la huellade ese tiempo de la historia deVitoria. Paseando por el coraznde su almendra se puede recorreruna ruta que nos lleva cientos deaos atrs en el tiempo. La ubica-cin topogrfica de la ciudad,sobre la colina de Gasteiz, la hacadominar toda la llanada alavesa, ysu situacin estratgica, entreBurgos y los puertos del Cant-brico, le permiti introducirse enel mercado de lana y hierro, dina-mizando la pequea industriaartesanal de los gremios locales.Hoy han desaparecido cuatro con-ventos y un hospital de esa pocaesplendorosa, pero el trazado ur-bano medieval est intacto. Sobreesta trama todava podemos dis-frutar de un conjunto de palaciosde gran valor artstico. De las pie-dras de Elguea, Gomecha y Bur-gueta surgieron los escudos, lascolumnas y las logias que perdu-ran y nos transmiten el mensaje desu historia.

    Palacio de lava-Esquivel Construido en 1488, su entradaprincipal estuvo en la calle Zapa-tera; su configuracin actual datade 1865, probablemente obra deFausto iguez de Betolaza. Unode sus ms insignes propietarios,Ignacio Mara de lava y Sez de Navarrete (1750-1817) fue unimportante almirante y hroe delas guerras de los siglos XVIII yXIX, adems de to del InsigneGeneral lava. En este palacio,an puede verse un reloj de unnavo ingls apresado el 25 de

    junio de 1782. Probablemente setrate del reloj del buque Ardent de74 caones.

    Palacio de Montehermoso Construido por Hortuo Ibez deAguirre y su esposa Mara Esqui-vel en 1522. Lo erigieron como con-vento y luego decidieron destinarloa residencia familiar, quizs por labelleza de su emplazamiento, do-minando el poniente. En 1679 lareina Mara Luisa de Orleans,esposa de Carlos II, asisti en estepalacio a la representacin solem-ne y barroca de la Comedia ElJardn de Farelina. En 1808 JosBonaparte fij la corte en Vitorianaque pas a ser en esos momentos lacapital del reino. El palacio lerecordaba los hoteles franceses definales del siglo XVIII, y valorabade l su inusual y estupenda biblio-

    teca y su extraordinario jardn. El21 de junio de 1813, tras la batallade Vitoriana, el palacio sirvi dealojamiento al triunfante generalingls duque de Wellington. En1887 el arquitecto Fausto iguezde Betolaza lo transform paradestinarlo a sede episcopal. Ac-tualmente es un Centro Culturalrehabilitado por los arquitectosErcilla, Campo y Bueno.

    Palacio de Escoriaza Esquivel Es considerado uno de los edifi-cios ms bellos del Renacimientovasco. Es muy interesante la gra-dacin de espacios, desde la plazapblica, frente a la espectacularfachada; el palacio en torno a unpatio y el jardn interior, como rin-cn ms ntimo. Se construy en1541 por orden de Fernn Lpez deEscoriaza, que fue el mdico del

    La ruta de los palacios en Vitoria-Gasteiz

    El renacer de laciudad histrica

    En el siglo XVI la nobleza se traslad de suscastillos en el campo a nuevos palacios en las

    calles gticas de la colina de Gasteiz y construyuna ciudad renaciente que se convirti en centro

    de comercio y de poder.

    Palacio de lava-Esquivel. Palacio de Montehermoso. (Quintas Fotgrafos).

    Palacio de Escoriaza Esquivel. (Quintas Fotgrafos).

    Palacio de Escoriaza Esquivel. (Quintas Fotgrafos).

  • 4544

    CIUDADES HISTRICAS

    rey de Inglaterra Enrique VIII. El galeno vitoriano viaj a la corteinglesa como mdico de Catalinade Aragn, primera esposa delfamoso rey. Incluso lleg a ser elmdico particular del emperadorCarlos V. Cofund el colegio demdicos de Londres en 1518 y fueun importante personaje en la uni-versidad de Oxford. Tras la cadaen desgracia de la reina, sirvi decorreo entre ambas coronas, pero

    ante el riesgo de ser descubiertoescap a Espaa donde sigui alservicio del emperador Carloshasta su muerte. La construccindel palacio dur desde 1540 hasta1550, y nunca lleg a residir en l,pues muri en Madrid en 1542.

    Casa del CordnUn magnfico ejemplo de arquitec-tura civil de la poca medieval es laCasa del Cordn que se compone deuna torre del siglo XIII y un palacioque la rodea, edificado en el siglo XVpor un rico mercader de origen judollamado Juan Snchez de Bilbao. Elnombre de la casa proviene del cor-dn franciscano labrado en piedraque decora su fachada. En esta casase alojaron los Reyes Catlicos yFelipe I. Cuando en 1520 Carlos Iparti para Alemania dejando como

    regente del reino a su antiguomaestro, Adriano de Utrecht, stedecidi utilizar Vitoria como sededel estado mientras preparaba ladefensa de Navarra del inminenteataque francs, y en esta Casa delCordn, en 1522, recibi la noticiade que haba sido elegido nuevoPapa de Roma, sucediendo a LenX con el nombre de Adriano VI. Supromesa de convertir la iglesia deSanta Mara en sede episcopal,para celebrar dicho acontecimien-to, se hara realidad tres siglos mstarde.

    Palacio de Villasuso Villa Suso significa casa de arriba.La disposicin de este palacio arti-cula todava la muralla primitivade Vitoriana con la plaza delMachete. Este palacio fue manda-do construir por Martn de Salinasen 1539, personaje que sera emba-jador de Carlos V. En la fachadarenacentista que forma parte de laplaza del Machete destaca la logiaque mira hacia el sur.

    En la trasera del palacio deVillasuso, y entrando desde la callede Fray Zacaras Martnez, seaccede a la rehabilitacin de la pri-mera muralla de Vitoria-Gasteiz,recientemente inaugurada, dondese reproduce la dimensin originalde sta con madera de cedro y esposible acceder a la torre de vigadel siglo XIII. Tambin se puedeconocer el gran nevero donde sealmacenaba antiguamente la nievedurante el invierno y que, conve-nientemente aislada, aguantabatodo el ao con el fin de refrescar yconservar los alimentos.

    Palacio de BendaaEl palacio Bendaa se edific ori-ginalmente en 1525 por JuanLpez de Arrieta sobre la casafuerte de los Maestu. Destaca elcontraste entre su fachada exte-

    rior cerrada, con elementos gti-cos, y la fachada interior, con patiode inspiracin ya renacentista. En1886 fue vendido por el poseedordel mayorazgo de los Arrieta, elmarqus de Bendaya. Tras pasarpor diversos dueos y usos fueadquirido por la Diputacin Foralde Navarra y alberga actualmente

    el Museo Fournier de Naipes quese inici en 1916 y custodia algu-nos de los ejemplares ms anti-guos de Europa. El edificio se haampliado y moder