Historia de La Doctrina Del Espiritu Santo

Historia de la Doctrina del Espíritu Santo

Adaptación de David Suazo

Hay que recordar que, aunque todos los datos acerca de la doctrina del Espíritu Santo ya están revelados en las Sagradas Escrituras, no siempre se han explicado ordenada y sistemáticamente por los maestros de la Iglesia.


La doctrina del Espíritu Santo casi nunca fue objeto de discusión a lo largo de la historia de la Iglesia.


Tratar de averiguar qué pensaba Orígenes o Agustín es tarea poco menos que imposible, por no decir, inútil, porque ellos no tenían ese tema como parte de su agenda teológica contextual.


En conclusión, la doctrina del Espíritu Santo ha pasado por un proceso de formulación que se ha intensificado en los últimos cien años debido al surgimiento de movimientos que, como los pentecostales han enfatizado los temas pneumatológicos. Por esta razón la pneumatología es tan importante en nuestros días.


Los primeros siglos hasta el Concilio de Nicea (325 AD)

El testimonio ortodoxo La fórmula bautismal El Credo de los Apóstoles Pastor de Hermas


Resumen y conclusión Doctrina ortodoxa del E.S. No sufrió grandes desviaciones


Principales Herejías El Montanismo (150 AD)

Problema bibliológico Dones espectaculares (¿raíces

pentecostales?)


El sabelianismo/modalismo (215 AD) E. S. “modo” de manifestación del

único Dios El arrianismo (325 AD)

Negar la deidad de Cristo


Desde el Concilio de Nicea hasta la Reforma (325-1517)

El Concilio de Constantinopla (381 AD) Agustín (354-430 AD)

De Trinitas La controversia pelagiana


El Concilio de Calcedonia (451 AD) Doctrina de la persona de Cristo Afirmación trinitaria


El sínodo de Toledo (589 AD) La cláusula filioque Quiere decir literalmente “y del

Hijo” “El Espíritu Santo procede del

Padre y del Hijo”


Perijoresis

Unión

Amor Comunión

MutualidadJn.

10:30, 38;

14:16; 15:26; 17:21-

22; Gal. 4:6; Ro.

8:9

Abelardo (1079-1142) Sabelianismo ¿Modalista?

Tomás de Aquino (1227-1274) Agustín (E.S.) Ontológico en la Trinidad


Desde la Reforma hasta nuestros días (1517-) La Reforma Protestante

←la Reforma: persona → la Reforma: obra


La RegeneraciónSe hizo énfasis en la obra del Espíritu Santo en el individuo totalmente depravado, es decir, incapacitado para acercarse a Dios y cumplir sus demandas. Siguiendo a Agustín, los reformadores hablaron de la obra de gracia del Espíritu Santo en la regeneración del hombre.


La IluminaciónLos reformadores incluyeron en sus doctrinas del Espíritu Santo la iluminación que El ejercía en los creyentes cuando estudiaban las Escrituras. Esto estaba abiertamente en contra de las ideas que enseñaba la Iglesia Católica Romana.


La SantificaciónFue Juan Calvino quien más hizo énfasis en este asunto. Él decía que la santificación era obra del Espíritu Santo como consecuencia lógica de la fe ejercida en el momento de la conversión.


Los socinianos Este grupo representa la herejía trinitaria

del siglo XVI. Es como una resurrección de la vieja herejía

arriana del siglo IV. Ellos negaron la Trinidad, la deidad de Cristo

y, por consiguiente la del Espíritu Santo. Son los precursores de los modernos

unitarios y de los Testigos de Jehová.


El arminianismoJacobo Arminio, un teólogo holandés de tercera generación después de los reformadores encabezó este movimiento y le dio su nombre. El punto principal era su oposición a los cinco puntos de la teología de Calvino.


Cinco puntos de Calvino:La depravación total del hombreElección incondicionalRedención limitadaGracia irresistiblePerseverancia de los santos (seguridad de la salvación depende de Dios)


En esa oposición se llegó a afirmar que la salvación, o por lo menos, la permanencia en ella era obra del hombre. En este sentido se minimizó la obra del Espíritu Santo en el creyente.


John Owen (1616-1683) John Owen es un personaje que pertenece a

la tradición de los puritanos de Inglaterra del siglo XVII.

Discurso concerniente al Espíritu Santo.


Abraham Kuyper (1837-1920) En relación con la doctrina del Espíritu Santo

escribió una obra clásica que se titula La obra del Espíritu Santo.

Esta obra es muy importante porque fue escrita en tiempos en que el liberalismo teológico estaba negando casi todos los fundamentos de la fe cristiana en Europa.


Los Hermanos Libres/Hermanos de Plymouth (ca. 1825) La importancia de este grupo, que surgió en

Inglaterra a principios del siglo pasado, es que hizo una clara distinción entre la obra bautizadora del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento y las demás actividades del Espíritu en el resto de la Biblia.


La Neo-Ortodoxia La Neo-Ortodoxia es un movimiento

teológico surgido en este siglo como una reacción al liberalismo teológico del siglo pasado y principios del presente.


Liberalismo Idealismo alemán Negación de la revelación e inspiración de

las Escrituras Desarrollo de la ciencia


Su principal exponente fue Karl Barth, uno de los más grandes teólogos del presente siglo.

Él hizo énfasis en el retorno a la Palabra de Dios, que los liberales habían abandonado. Sin embargo, cuando explicó la Trinidad, dio la impresión de que lo estaba haciendo a la manera del viejo modalismo.


En este sentido el Espíritu Santo fue considerado más como una actividad de Dios que como una persona divina.

El Neo-Liberalismo Este liberalismo sigue negando la deidad de

Cristo, y por consiguiente la del Espíritu Santo.


El Espíritu Santo es considerado más como una función de Dios, que como una persona divina


El Pentecostalismo Se puede decir que el pentecostalismo es el

primer grupo cristiano que sustenta su base doctrinal alrededor de la doctrina del Espíritu Santo.


El énfasis pentecostal en la doctrina del bautismo como una segunda obra de gracia del Espíritu, ha dado lugar a innumerables controversias.

Esto, claro, incluye el don de lenguas como evidencia del bautismo del Espíritu Santo y la manifestación de otros dones espectaculares.


El movimiento carismático Bautismo del Espíritu Santo Énfasis en los dones espectaculares Énfasis exorcismos, los demonios Apertura eclesial con otras

denominaciones


Hay extremos que deben ser evaluados, criticados y evitados en esta doctrina:

El exceso de activismo pragmático, representado por evangélicos involucrados en la acción social, ha caído en el error de hacer de la actividad cristiana una actividad meramente humana con poca o ninguna participación del Espíritu Santo.

Reflexión

El exceso de emocionalismo intuitivo, representado por los movimientos pentecostal y carismático, ha pecado al olvidarse de que la obra del Espíritu también incluye obras de misericordia, reflexión crítica y teológica y responsabilidad social.

Reflexión

El exceso de intelectualismo racionalista, representado por evangélicos tradicionales, ha pecado al reducir al Espíritu Santo a una mera doctrina que hay que entender mentalmente y tener las ideas correctas.

Esto niega tanto las obras de misericordia y la acción social, como las emociones y el hecho de que el Espíritu es vida no solamente ideas.

Reflexión

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