historia de la encuadernación Persuy

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ANN IE PERSuy -SON EVRARD LA ENCUADERNACIÓN TÉCNICA Y PROCESO OLLERO & RAMOS

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ANNIE PERSuy-SON EVRARD

LA ENCUADERNACIÓN

TÉCNICA Y PROCESO

OLLERO & RAMOS

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1. HISTORIA

LOS ORÍGENES DE LA ESCRITURA

:Qué caminos ha debido recorrer la humani­

.:;¡d hasta llegar al preciado objeto que entre

os es un bello libro, encuadernado a mano

decorado de una manera refinada y sensible?

~ conveniente recordar .aquí algunas etapas ..:.ecisivas de esta historia.

ANTES D E N U ESTRA ERA

: - 00: Invención de los caracteres chinos y

.rr>roximadamente en la misma época aparición !:D Egipw de los primeros jeroglíficos. ~ -!OO : Los caldees inventan el alfabeto cunei­

:orme de Ugarit. ;00: Los griegos aislan las "vocales" de los va­

iores consonánticos y crean nuestro alfabetO

moderno, que será fijado definitivamente por

los romanos, a excepción de la Y y de la W que

\c-ndrán posteriormente.

~ -O: Invención del pincel de escritura en China. !OO: Descubrimiento del proceso de tratamiento del pergamino en Pérgamo (Asia Menor).

ERA CRISTIANA

105 : Invención del papel en C hina por Tsai­Tun.

1-5: En C hina, impresión de texto por es­

tampación del papel.

- 5 1: Toma de Samarcanda por los árabes que

roban a los chinos el secreto de la fabricación

del papel. 104 1: Invención en China del "carácter tipo

móvil" de imprenta.

1150: Comienzo de la fabricación y utilización

del papel en la Europa Occidental. 1409: Primer libr!> impreso en Corea.

1450: Gutenberg imprime la Biblia en Magun­

cia con tipos móviles; la imprenta y la edición

en masa pueden empezar. En cuanto a la en­

cuadernación, que todavía es ante codo una la­

bor orientada a comprobar si están todos los

pliegos y que se entiende como un medio de pro­

tección, se la conoda desde hace mucho tiempo.

LAs ENCUADERNACIONES EN SUS

FORMAS ARCAICAS

Los documentos escritos o grabados eran tan

apreciados y raros en la ant igüedad que

pronto se pensó en buscar el medio para pro­tegerlos. Los ladrillos cocidos de Babilonia es­

taban numerados en el orden en que debían

ser leídos y se almacenaban en estanterías cui­

dadosamente catalogadas, pues cada tablilla

llevaba el título de la ob ra de la que form aba

parte. A panir del momento en que fue posi­

ble escribir sobre "algo susceptible de enro­

llarse" -seda, papiro o pergamino- el problema

de verificar el orden de los documentos y de

cómo podían ser protegidos se resolvió más

fáci lmente. Los rollos que trataban de un

mismo tema se colocaban juntos y apretados,

muchos de ellos se han enco ntrado dentro de

jarras que fueron enterradas para sustraerlas a

la calamidad de los tiempos. Los rollos pre­

ciosos eran guardados en cofrecillos de madera

de esencia rara, a menudo maderas olorosas

con finalidad profiláctica, o bien en cofres de

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Encuadernación de Marius Michel , piel incrusrrada de Guetanr

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!

.. ..

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l. Díptico de marfi l de Philoxeno 2. Libro del Sud~Este asiático sobre hoja de hurí 3. Rollo de la Thora del siglo XV

metal más o m enos preciosos y decorados. Los textos griegos o romanos se unían a me­nudo con un cordoncillo que se pasaba por una de las esquinas o se cosían sobre el lado izquierdo. Habicualmenre se escribía sobre tablillas de madera o de marfil recubiertas de cera. Estas tablillas estaban a veces unidas mediante bisagras o por un grueso hilo para formar dípticos y trípticos. En las civiliza­cio nes del sudeste asiático O amerindias los " libros" estaban a menudo hechos con hojas de palmera o de bambú. Estas hojas estaban cortadas en rectángulo y todas ellas eran agu­jereadas en el m ismo lugar para permitir el paso de la cuerdecilla que las reunía. La pro­tección estaba asegurada por dos planchas de madera o de corteza de árbol que tenían las

mismas dimensiones que las hojas y estaban atadas con ellas.

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APARICION DEL LIBRO

Según la leyenda, y las leyendas a menudo es<án

en lo cierto, cuando C leopatra invitó a César a visitar los talleres de Alejandría I~ mostr61os pri- . meros pasos de una nueva fórmula de presenta­ción de los documentos. En lugar del habitual rollo o "volumen", a los egipcios se les había ocu­rrido la idea de doblar las hojas de papiro en dos

partes, cortar varias de estas hojas del mismo modo para que tuviesen idénticas dimensiones y unirlas entre sí cosiéndolas de modo que for­maran una especie de "ladrillo cuadrangular" fá­cil de consultar. Este "lad rillo" se llamará "codex"

y es el antecedente del libro.

Aunque parece ser que la forma "codex" ya se conocía en Asiria durante el reinado de Sarg6n II (722-705 antes de Cristo), sólo se extendió

verdaderamente desde Egipto a comienzos de nuestra era. Dado que el papiro se plegaba con

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-..:i erta dificultad, se decidió utilizar en su lugar

d pergamino. Fue en los monasterios coptos,

en los primeros siglos de nuestra era, donde el .m:e del libro empezó verdaderamente su an­

.:!adura y donde la técnica fue inventada. Que­

..:!afl muy pocas encuadernaciones de esa época: n gunas en El Cairo, otras en la colección Pier­

?Cm Morgan, de Nueva York así como las en­

..:nmradas en Kariuán. En su mayoría datan de

los siglos I1I, IV Y VII.

LA TÉCN ICA

L nas veces se trata de un sólo y grueso cua­

'::erni llo recubierto de piel, otras de varios cua­

& rn illos cosidos con una aguja o dos agujas

~ue trabajan separadamente para formar una

..:2deneta muy sólida.

Costura con dos agujas

:...os lomos son lisos, pues los hilos de costura

?iS= simplemente por el fondo de los cuader­

;;illos sin hilo ni nervio de apoyo. Las tapas son

~ madera o hechas de papiro pegado con cola.

-=-Jalen la dimensión exacta de los cuadernillos,

29 pues, no hay cejas. Esta técnica influyó en .:td.os los países de la ribera oriental mediterrá­

::aea y la Europa carolingia, prueba de ello es el ~-.mgelio de San Cutuberto (muerto en el año _ -n en Lindisfarne, en Inglaterra.

:..os europeos no abandonaron la técnica capta

:;..tS[a la invención del telar entre los siglos - \. Xl I.

LA DECORACIÓN

~ inspirada en el arte egipcio tradicional: in­

.:manes sobre cuero, cuero repujado, calado, con

motivos en relieve o planos. El dibujo de las en­

cuadernaciones es casi siempre geométrico: file­

tes que delimitan rectángulos, cuadrados con

círculos inscritos o circunscritos, rombos, cruces

y dibujos cincelados o bien con hierros sobre la

piel húmeda. Los musulmanes recuperaron el arte capto en la ejecución de sus encuaderna­

ciones, a las que añadieron motivos persas y ára­

bes; y sobre todo descubrieron, quizá a partir del

siglo XIII (libro de 1256 en la medersa de Ma­

rrakech) y seguramente en el siglo XV, el secreto

del dorado sobre la piel o "badana de oro".

LA ENCUADERNACIÓN

EN FRANCIA

ANTES DEL SIGLO XII Los libros son muy raros y caros. Son copia­dos en los scriptoria de los -monasterios y si el cuerpo del volumen está hecho por el monje

"ligator" la encuadernación es más bien el pro­

ducto de los orfebres y arresanos del marfil. El

cosido sobre nervios se ha generalizado (pri­

mer ejemplo en Fulda, en Alemania en el siglo

VIII). Se cose sobre nervios dobles, después so-

F Costura sobre nervio

Costura sobre un nervio doble

"]

bre nervios hendidos. Los extremos de estos

nervios se pasan en muescas practicadas en el grueso de dos pesadas planchas de madera que

sirven de cubierta y así sujetan sólidamente el conjunto. Las cabezadas desbordan a veces las

planchas de madera y se les añade una lengüeta

de reforzamiento de cuero .

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Los lomos son planos, la piel no está pegada a ellos y todos los volúmenes están provistos de abrazaderas y correas, pues el pergamino tiene tendencia a combarse e hincharse. Casi todos los libros tenían cuatro cantoneras de metal o cuatro clavos, los bullones, y un grueso clavo central , el ombligo, para evitar el deterioro de la cubierta. Las encuadernaciones están hechas total o par­cialmente con una piel gruesa muy ruda: car­nero, cerda, ciervo o gamo apenas adelgazado o con pergamino. PuestO que el cuero es de­masiado bastO como para ser decorado, las be­llas encuadernaciones son pues: - En tela: terciopelo, brocado, camelote. - En madera con piedras preciosas incrustadas o con placas de marfil. - En metal precioso adornado con esculturas y gemas. No queda nada en Francia de las encuaderna­ciones de orfebrería anteriores al siglo IX. Du-

., ,: ~'.r.

ran te el periodo carolingio, la moda más ex­rendida fue la de las placas antiguas engastadas en un marco de orfebrería; después, en el siglo X, hubo muchos conjuntos de altar, vasos sa­grados y encuadernaciones ejecutadas en d mismo estilo y decoradas con riqueza semejante..

Los SlGLOS XII, XIII y XIV El auge económico del siglo XII va a provocar una renovación artística. Los encuadernadores dejan de estar exclusivamente en los monaste­rios y se instalan cerca de las universidades y bajo su con trol. Nace una clientela insrruicb que va a pedir libros más pequeños, más sen­cillos y más cuidados.

L AS ENCUADERNACIONES DE ORFEBRERfA

Son decoradas por esmaltadores de Limoges aso­ciados con orfebres. El último y más bello con­junto de orfebrería será el Evangelario de Carlos V realizado para la Santa Capilla en 1379.

~ . • t. l1fi!J .• ~--,~rliiiííeIi3e~t::iW.lBr:¡- /l'

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Cabezada antigua en piel (grabado extraído del libro de Dudin) , siglo XVIII

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ENCUADERNACIONES EN PIEL DECORADA

Aparece el telar, o al menos se extiende, las plan­

.:has de madera para las tapas se vuelven más

:inas y, a finales del siglo XlII, se empieza a uti­lizar el cartón para las tapas. cuyo primer ejem­

?lo encontramos en Troyes en el Diccionario

"" papel del prelado Guy de Roye (1345-1409). Para decorar la piel de las encuadernaciones se

:J(ililan dos procedimientos:

- El cincelado, que consiste en grabar un di­~ujo conando ligeramente con ayuda de un

?unzón la flor de la piel ablandada de ante­mano con agua caliente.

- El estampado, que uti liza la presión de blo-ues de madera de boj que se graban en hueco

~ en relieve, dej~ndo su huella sobre la piel hu­medecida, para realizar lo que se llama el "ti­:ado en frío". Este término de estampación se

..:onserva cuando, en lugar de madera se ha em­

pleado un pequeño bloque de hierro o de co­bre grabado y ajustado sobre un mango: el ruerro para dorar.

E] título de los libros estaba a menudo escrito

o pintado a mano sobre el corte, lo que per­mitía identificar el libro cuando reposaba co­

locado plano. Aparecen los primeros cortes

ooloreados o decorados con plantilla de estar­

cir y cincelados. En Amberes, en 1250, y des­pués en Bruselas, hacia el año l 350, se graban

las primeras "planchas" de encuadernación: se

erata de hierros grandes que faci litarán la deco­

ración de las tapas; son de tema religioso. Prác­cicamente todos los ornamentos de hierros

anteriores al siglo XV son ejecutados con hie­

rros llamados "monásticos" cuyo dibujo venía

grabado en hueco sobre el hierro. El motivo

aparecía en relieve sobre un fondo de piel aplas­

tada y ennegrecida. Los hierros son de inspira­

ción religiosa o caballeresca. Se m ultiplican los

tal leres y la decoración, aunque en general bas­

[ante monótona, se hace más sofisticada (bi­

blioteca del príncipe Henri (1121-1 175); en determinadas encuadernaciones del siglo XIII

encontrarnos marcas doradas ejecutadas con oro

líquido (Salterio de Beauvais) . A partir del siglo XlV se empiezan a utilizar la

piel de ternera y la de buey, a veces teñidas de

rojo o de verde. Hechos importantes: bajo el

reinado de Carlos V (1338- 1380), principio de una Biblioteca Real en la Torre de la Libre­ría en el Palacio de l Louvre; comienzos de la

bibliofilia con la colección del duque de Berry, hermano del rey.

EL SIGLO XV Se empieza a utilizar el papel con menos reti­

cencias para hacer libros y Gutenberg imprimirá

su primera Biblia uciJizando simultáneamente

como soporte el pergamino y el papel. No obs­tante, durante cerca de setenta afias, de 1450 a

1520, el libro titubeará entre la copia de ma­nuscritos o la creación de un estilo nuevo de li­

bro impreso: las primeras obras impresas son

llamadas incunables. H ará falta ir rápido, pues

si las ediciones manuscritas se contaban por cien­

tos en el mejor de los casos, la necesidad delli­

bro es tal que se han podido contabilizar unos veinte millones de ejemplares impresos enrre

1450 y 1500 en Europa.

LA TfcNICA

El cuerpo de la obra se realiza con mucha per­

fección; todos los lomos tienen nervios sa­

lientes (entre 5 y 7 según el formato). La piel es de ternera parda o de badana. D espués de la toma de Constantinopla por los turcos en

el año 1453, obreros greco-bizantinos ven­

drán a trabajar a Europa, donde in troducirán

el cosido "a la griega" en el cual el cordel que sostiene la coscura no sobresale lo suficiente

como para formar "nervios". Este cordel se

aloja en muescas hechas con sierra en el lomo:

las hendiduras "griegas". Este tipo de costura

sólo será autorizada oficialmente en Francia

en 1750 pero de hecho será practicada antes de esta fecha.

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Hierros monásticos del siglo XV (CatáJogo de la casa AJi von)

+. INNOVACIONES

Las primeras planchas grabadas aparecen en Francia hacia e! año 1480. Estas planchas per­miten decorar el centro de las cubiertas de un solo golpe en la prensa de balancín. De peque­ñas dimensiones al principio, están rodeadas de motivos repetitivos hechos con las "tuedas".

La rueda es un círculo de metal que gira libre­meme sobre un eje cuyas extremidades están fi-

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jadas en un estribo montado sobre un mango de madera. El borde de! círculo avanza rodando sobre la pie! dejando en ella una huella de un hilo más o menos ancho o de un motivo gra­bado que se repite regularmente. Estos dos inventos responden a las necesida­des de una decoración rápida, y sin embargo re­

finada, urgentemente requerida por el creciente número de libros impresos y por el gusto de los aficionados.

DORADO

El ejemplo francés más antiguo de encuader­nación dorada que se conoce es el de una re­cubierta por completo con panes de oro, ejecutada para Carlos V alrededor de 1484. Esta técn ica, inventada por los árabes y trans­mitida a través suyo a los italianos, fue reve­lada a los franceses durante las guerras de Italia. Técnica utilizada para dorar: se uma la piel con clara de huevo; después de un tiempo de secado,

se engrasa ligeramente la parte que debe dorarse con aceite de almendra dulce para retener sobre la pie! e! pan de oro. Sobre este pan de oro, e! dorador emplea su herramienta -florón, hilo o rueda- que ha calentado previamente. Bajo la acción de! calor y de la presión, la clara de huevo fija a la piel el oro que se encueo.tra en contacto con los grabados de las herramientas. Este descubrimiento, que va a cambiar sustan­

cialmente el aspecto de las encuadernaciones. sólo será explotado realmente en e! siglo XVI.

E L RENACIM IENTO: EL BELLO SIGLO XVI Es un periodo de raro equilibrio entre cali­dad de! pape!, exce!encia de la tipografía, ar­mónica disposición de la página, brillantez en la ilustración de! libro y belleza de su encua­dernación. Para alcanzar estos logros fue ne­cesaria no solamente la intervención de artistas geniales sino también la apertura de mente y la efi caz ayuda de mecenas , ya fueran estos reyes o bibliófilos. Bajo los reinados de Luis

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XIII, Francisco 1 y sobre rodo de Enrique II dorece el arte de la encuadernación. El prororipo de bibliófilo es segurameme Jean Grolier (1479-1565), relacionado por su pa­dre con el mundo del libro italiano, vivió a ca­

ballo entre Italia y Francia; contribuyó en -enecia al sostén del taller de Aldo Manuzio

y en Francia introdujo la novedosa técnica del c orado con panes de oro. Enseñando mode­Jos, ordenando ejecutarlos por los encuader­nadores franceses, contribuyó decisivamente a la creación de un estilo completamente nuevo. Junto a él y en la misma época debe citarse al condestable Anne de Montmorency y al mé­d ico Thomas Mahieu, que fueron también grandes "aficionados" a los libros bellos, así

como al hisroriador J. A. de Thou.

LA NUEVA TÉCNICA

El dorado sobre COrtes se realizó con la ayuda del "bol de Armenia" (arcilla rojiza) y clara de huevo. Se deposita el pan de oro sobre este pre­

parado húmedo y se da brillo a continuación con la utilización de la piedra de ágata.

LA DECORACIÓN

Los elementos decorativos se realizarán con mayor facilidad sobre el marroquín de Cór­doba, piel de gran calidad que llega a Francia a partir de 1536, o quizá algo antes. - Los ornamentos ejecutados en frío con la ayuda de hierros o de planchas aplicadas so­bre cubiertas de piel de ternera. Las planchas que salen del taller de André Boulle desracan por su belleza y la niridez de su grabado. Aun­que la iconografía es casi siempre religiosa, incluye también emblemas, divisas o motivos

de flores o de frutos. Poco a poco, florones dorados se mezclan con motivos ejecutados en frío. - Las decoraciones italianizan tes de florones do­rados o plateados en encuadramientos de file­tes, arabescos, escudos.

Hierros monásticos del siglo XVI (Catálogo de la casa Alivon)

O·········· ~";,> ........ ........ ~/ O

~ Las decoraciones geométricas del tipo rec­

tángulos-rombos entremezclados, en cuyo cen­tro reservan cartelas que contienen en su interior escudos o una leyenda y algunos o ningún flo­rón; o bien filetes de volutas libres puntuados por hierros azurados, como el famoso "hierro trilobulado". Esta decoración geométrica se en­

riquece a menudo con realces en color conse­guidos con barniz o con ceras coloreadas.

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- Las decoraciones mosaicadas comienzan a apa­recer en los libros encuadernados por Francisco 1, y sobre todo en las encuadernaciones de gran formato encargadas por Enrique 11. Son pie­zas de pieles muy rebajadas de diferentes co­lores. recortadas y embutidas sobre la piel de fondo , después rodeadas por un fi lete, que ocupan la cartela cenrral o animan las com­posiciones creando así deco raciones de una gran nqueza. - La decoración a la fanfare. Nace hacia el año 1560 y sólo se la conocerá con este nombre a partir del siglo XIX. Está formada por compar­timemos geométricos dibujados sobre las cu­bien as; el lomo está más o menos provisto de volutas y de ramas de follaje ejecutadas con hie­rrecillos salvo un óvalo central que se deja libre. - La decoración de sembrados en la cual la en­cuadernación , a menudo en pergamino, está completamente guarnecida de flores de lis y de iniciales dispuestas regularmente, en ocasiones con la impresión en el centro de una plancha de entrelazos o de emblemas.

Los GRANDES ENCUADERNADORES

Pierre Roffet realizó las encuadernaciones para los reyes Luis XII y Francisco J. Su hijo, Etienne Roffet, encuadernador real, ejecutó elegantes encuadernaciones geomérricas realzadas con ceras polícromas para Francisco 1 y Grolier. Claude de Piques trabajó para Catalina de Mé­dicis: su nombre está vinculado al "hierro tri­lobulado" y a las decoraciones de graciosos arabescos que realizó. Nicolás Eve es conocido por sus encuaderna­ciones a la fanfare y por las decoradas co n emblemas religiosos o fúnebres, dorados o pla­teados, ejecutadas para el rey Enrique III. Son célebres también sus encuadernaciones con sembrados de flores de lis con la paloma del

Espíritu Santo grabada en los ángulos. Durante todo este periodo los lomos presentan nervios y el título, a menudo abreviado, está

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dorado, no siempre de forma regular. En las encuadernaciones en pergamino, dlomo nunca lleva nervios. Las bellísimas encuadernaciones ejecutadas en marroquín mosaicado son todavía raras; se utiliza más habitualmente la ternera amarilla. Debe señalarse también la reaparición mo­mentánea de clavos y burletes de protección de las cabezadas para los volúmenes de gran formato.

EL SIGLO XVII Es una época en la que la edición se desarrolla muchísimo. Casi rodas los libros están encua­dernados en ternera de tono pardo de mediocre calidad. Únicamente los lomos están adorna­dos en los entrenervios delimitados por filetes o ruedas, por hierros de esquina triangulares y por un florón central romboidal, inspirados en las filigranas de 105 encajes. Los cortes son rojos o azules y en las contratapas se empieza a utilizar los papeles de peine o marmoleados. La gran mayoría de los libros están cosidos so­bre los nervios. Los CÍtulos aparecen en letras doradas, si bien tOdavía de un modo titubeante. La mayoría de las encuadernaciones están decoradas de una manera muy sencilla: un encuadramiento de tres hilqs o una rueda adornada y en el centro los escudos del pro­pietario. A veces se añade un florón en las esqUinas.

LA NUEVA nCNICA

Se introducen los papeles marmoleados y en Holanda se empieza a praccicar el marmoleado sobre el corte aplicado solo o bajo el pan de oro (1675).

LA DECORAC10N

- La decoración "a la Duseuil" viene del nombre de un encuadernador que sólo trabajaría un si­glo más tarde. Esta decoración comporta un pri­mer encuadramiento de tres filetes dorados muy

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Encuadernación "a la faofare", siglo XVII (Colección Chrecien)

cercanos al borde de la tapa. Un segundo en­cuadramiento se coloca mucho más en el inte­rior. Cuatro grandes florones ornan las esqui­nas, ya sea entre los dos grupos de filetes de encuadres, en el interior. Será la decoración "clá­sica" en el siglo XVII y adornará la mayoría de los libros de fondo de las grandes bibliotecas, Las encuadernaciones artísticas se complican, los filetes exteriores se doblan con un encua­dramiento ejecutado con rueda. Los filetes in­teriores se interrumpen para dejar espacio a por­ciones de círculos enriquecidos con hierros con punteados mientras que en el centro de la cu­bierta campea una cartela cuadrilobulada que rodea un título o escudos. - La decoración de "compartimentos geomé­[[icos". Es la misma decoración a la fanfare, sólo que ahora se complica y enriquece con hierros dispuestos en espirales punteados hasta el punto de llenar completamente la superfi­cie de la tapa con exclusión de la cartela cen­[[al. Algunas raras encuadernaciones compar­timentadas presentan motivos mosaicados. - La decoración de "abanico". Presenta en el centro de la tapa motivos radiales ejecutados con hierros punteados; encontramos los mis-

mos motivos en forma de cuarto de círculo en los ángulos dando un aspecto muy rico. - La habitual decoración con sembrados. - El lomo decorado "a la grotesca". Se decora el lomo enteramente con pequeñas espirales con una interrupción para el título y encuadra­mientos de filetes. Las encuadernaciones más bellas llevan las guardas de la con tratapa en piel de marroquín con decoración, y todavía

Hierros del siglo XVII (Catálogo de la casa de Alivon)

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Page 12: historia de la encuadernación Persuy

encontramos muchas encuadernaciones en vi­tela blanca con tapas flexibles adornadas con ornamentos va riados. - La encuadernación "jansenista" aparece al fi­nal del siglo: presenta tapas de marroquín sin decoración alguna y de ejecución impecable; sólo la contratapa está adornada y dorada. - El "encaje del Louvre" es un encuadramiento de anchas hojas que rodean ramas; este encua­dramiento ha sido dorado con el volante, se re­serva para las encuadernaciones reales.

Los GRANDES ENCUAD ERNADORES

Clovis Eve sucede a su padre como encuader­nador real hasta 1634 y rrabaja para Enrique 111 , para quien ejecuta fanfares y encuaderna­ciones con sembrados. Macé Ruette, nuevo encuadernador del rey, es célebre por haber introducido en Francia la téc­nica de los papeles marmoleados y de peine. Es autor de hermosísimas encuadernaciones a la Duseuil que su hijo Antoine Ruette embe­llecerá todavía más dándoles un elegantísimo aspecto afiligranado. A F1orimond Badier se deben riquísimas en­cuadernaciones de decoración mosaicada muy exuberante y colores vivos: rojos, amarillo li­món, verde oliva, pardo. Los cortes están mar­maleados bajo un fondo de oro. Luc-Antaine Boyer adorna sus encuadernacio­nes con un finísimo encaje ejecutado con rueda en el borde de las tapas; es autor de encuader­naciones jansenistas de una gran perfección con una contratapa finamente adornada. Le Gasean, maestro encuadernador a partir de 1622, dorador de gran virtuosismo, ejecutó be­llísimas encuadernaciones adornadas con hierros punteados que dan el tOno de las encuader­naciones de este siglo, entre ellas la famo sa "Guirnalda de Juli e" . Todos estos grandes en­cuadernadores han trabajado para el rey y para los bibliófi los tales como Fran,ois-Auguste de Thou y Claude de Peiresc.

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EL SIGLO XVl ll HASTA LA REVOLUCION

Es un periodo privilegiado para el libro. Los grandes textos, realzados por una tipografía muy bella, son ilustrados por el grabado en talla dulce, que conoce su edad de oro. Los aficionados a los bellos libros se multiplican ~

El fasto y el aparato de es ta época quedan re­flej ados en el estilo de las encuadernaciones de lujo. Sin embargo, paralelamente a estas rea­lizaciones muy costosas, encontramos un a cantidad siempre creciente de ediciones más sencillas que llevan cubiertas económicas de papel jaspeado azul y papel marmoleado, O

bien en te rnera de mediocre calidad; para di­simular sus imperfecciones. se pintaba la piel co n manchas que im itaban el granito o se "jaspeaba" con una tinta a menudo ácida. Se extienden las medias encuadernaciones eje­cutadas esencialmente en badana jaspeada. Los bellos libros son encuadernados en ter­nera amarillo suave o en marroquín rojo, oliva, azulo amarillo limón. Este marroquín todavía no tenía el "grano" que se le conoce actualmente. El tejuelo del título aparece eje­cutado en un marroquín de color contrastado. Las guardas se hacen en papel decorado, pero para las encuadernaciones de lujo se utiliza la seda moa ré rosa o .azul o el !TIarroquín con adornos. Los cortes es tán pintados en rojo O

en un azuJ a veces marcado de blanco, dora­dos o marmoleados. El cosido sin nervios, autor izado en 1750, se generaliza. Sin embargo, los lomos, incluso cuando son planos, permanecen divididos en compartimentos que simulan los nervios y es­tán decorados por un rico ornamento dorado, o bien, en otros casos, se ejecutan "a la grotesca".

LAS DECORACIONES

La decoración que caracteriza el siglo XVIII es la ornamentación de "encaje". Sobre un en­cuadramiento de finas ruedas dispuestas en "dientes de rata" o a modo de simples filetes,

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Hierros del siglo XVIII (Catálogo de la casa de Alivon)

*

se aprietan pequeños hierros unos al lado de Otros para formar un "encaje" que se va am­pliando en las esquinas y en medio de cada lado

mientras que el centro de las tapas se reserva a

escudos. Los hierros que componen esta deco­

ración son nuevos y además de florecillas, con­

chas, flores y hojas estilizadas encontramos

hierros figurados: un pájaro que será conside­

rado como la firma de Derome el Joven, una cabeza de perfil, o diversos emblemas.

Todos estos motivos se toman del bordado más

que del encaje y reflejan a la perfección los te­

mas esenciales del estilo Luis xv. Este estilo se

desarrolló bajo la Regencia, cuando se aban­donan las decoraciones a menudo solemnes

imperantes en la moda bajo el reinado de Luis

XlV, para adoptar formas más graciosas. Se hacen entonces encuadernaciones de com­partimentos mosaicados y muchas encuader­naciones con planchas, los hierros "todo oro" que adornarán encuadernaciones de lujo "en serie" para los libros de fiestas y los almana­

ques reales.

Los GRANDES ENCUADERNADORES

El gremio de los encuadernadores-doradores

nace en el año 1686, fecha en la que se separa

de la corporación que agrupaba a los maestros impresores y libreros. Sin embargo, el nivel de la profesión no dejará de bajar durante todo el

siglo XVIII, lo que favorece la moda de la "an­

glomanía", que mueve a varios coleccionistas a hacer encuadernar sus libros en Londres. Puede decirse que hasta la Revolución todos los principales encuadernadores pertenecen a tres poderosas dinastías, cada una de las cuales ha dado, entre el siglo XVII y XIX, entre

quince y veinte nombres al arte del libro fran­cés. Son los Padeloup, los Le Monnier y los De­

romeo De los Padeloup, Anroine-Michel es sin

duda el más famoso (1658-1758). Firma sus

obras, lo que todavía es raro en esta época, yes el autor de encuadernaciones mosaicadas com­partimentadas geométricas, que ejecuta para un célebre coleccionista: el conde Hoym. En

su taller y en el de sus sucesores nacerá la or­namentación a la dentelle. Estas encuaderna­ciones se dorarán con "hierros grasos" imitados del bordado, con conchas en las esquinas y con

la imagen de un pájaro revoloteando. Pierre­Paul Dubuisson, nombrado encuadernador ofi­

cial del rey en el año 1762, se especializó, corno Padeloup, en grandes encuadernaciones con

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planchas. La dinastía de los Le Monnier se es­pecializó en encuadernaciones mosaicadas con rebuscados y extraños motivos ornamentales ejecutados según el guSto pastoral o chino. Entre los Derome, Jacques Anroine, maestro encuadernador en 1728, es autor de bellísimos mosaicos. Nicolás Denis, su hijo, llamado el Jo­ven, es célebre por la calidad de sus "encajes", todavía más ligeros y finos que los de Padeloup. En el centro de la decoración se desliza, a modo de firma, el famoso hierro "con el pájaro". Bajo Luis XVI empieza a despuntar un estilo nuevo, hecho de rigor y sobriedad. El género de los ornamentos dorados se modifica, se hace más ligero. Aparecen sobre las tapas encuadra­mientos de punteados y motivos sencillos: rec­tángulos, rombos, óvalos, grecas, urnas. El encuadernador Bradel trae de Alemania un tipo de encuadernación-encartonado que encuentra cierta resonancia, y se asiste a la industrializa­ción de la encuadernación. Hace su aparición, procedente de Inglaterra, el marroquín "de grano largo".

E L PERlO DO REVOLUCIONARIO

La encuadernación de lujo va a desaparecer casi por completo. Se generaliza la encuader­nación en media piel. Los papeles de la tapa son papeles "de engrudo" de tonos general­mente uniformes. Desaparecen los escudos que se colocaban en el centro del volumen y

son reemplazados por emblemas revoluciona­rios. La piel es de una calidad mediocre y la ejecución es en general mala. Las grandes in­novaciones de esta época son la introducción de planchas de colores en los libros y la urili­zación en los títulos de grandes mayúsculas Oidor marcadas de manera muy clara y que contrastan felizmente con los títulos anterio­res. El mejor encuadernador que conocemos en este periodo es Bradel-Derome, sobrino de Derome, que firmó encuadernaciones senci­llas en ternera o en marroquín de grano largo

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adornadas con simples encuadramientos de rueda en los bordes de las rapas y sobre los lo­mos Slll nervIOs.

E L CONSULADO y EL IMPERIO

La manera más difundida de encuadernar será la encuadernación en media piel o el encarto­nado. Se utiliza sobre todo la ternera en tono rojizo y en tonos raros: rosa, gris, lila. Las en­cuadernaciones más bellas son, en general, en marroquín inglés delgado de grano largo que se utiliza en cuatro colores principales: rojo claro, azul oscuro, verde imperio y amarillo li­món. Las tapas están a menudo adornadas con encuadramientos de ruedas donde aparece el repertorio decorativo del estilo Imperio: grecas, esfinges, lirios, urnas, personajes al estilo anti­guo, ramas de roble o de laurel.

Los GRANDES ENCUADERNADORES

Son los hermanos Bozérian: el primogénito trabajará hasra el año 1814 y el joven esrará acrivo entre los años 1804 y 1817. Mejora el cuerpo del libro y aunque a menudo se en­cuaderna "a la inglesa" -cortes decorados con

Encuadernación "de encaje" del siglo XVIII con un medallón pintado bajo mica

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un paisaje que sólo es visible cuando se abre el libro-, se vuelven a gofrar florones en las es­

quinas, lo que supone el comienzo del estilo de copia de encuadernaciones que será co­rriente en el siglo XIX. Los lomos se dividen siempre en comparti­mentos con paletas que se ponen en el lugar que deberían ocupar los nervios: compartimentos

desnudos albergan los títulos, que son grandes y claros; los otros están adornados con peque­ños hierros dispuestos alrededor de un punto central, sobre un fondo de puntos de oro. El mosaico aparece sobre el lomo solamente en las encuadernaciones de lujo y las guardas son de tabí o moaré. Las tapas están decoradas con rom­bos entrecruzados o por filetes dispuestos en un

rectángulo y un rombo que se cortan. Los progresos de la química permiten decorar al­gunas encuadernaciones con "barniz Martín", fi­guritas o ramos que se destacan sobre un fondo coloreado.

L A RESTAURACIÓN

El estilo Imperio va a mantenerse durante al­gún tiempo: encuadramienros con ruedas y lo­mos divididos en compartimentos punteados en oro. A partir de 1819 las exposiciones de­dicadas especialmente a la encuadernación se multiplican y permiten seguir mejor la evolu­ción estilística de los grandes encuadernado­res. Se constata que la técnica mejora y se abre

paso a una moda menos seca. El marroquín y la ternera brillante toman nue­vos colores: gris, lila, rosa, hoj a seca (el marro­

quín Lavalliere) y violeta. El marroquín de grano largo es sustiruido a menudo por el ma­rroquín de grano redondo y por la ternera lisa con guardas e incluso contratapas de piel. Planchas finamente grabadas sirven para ador­nar toda o una parte de la encuadernación de

lujo. Unas veces son prensadas sin oro, otras con oro y con resplandecientes mosaicos para las hermosas "encuadernaciones de editor".

La encuadernación en media piel gana tam­bién terreno con sus lomos adornados y sus aj ustados cajas de piel. Los hierros "gruesos" (rellenos) suceden a los hierros granizados (con

líneas delgadas) estilo Imperio y se tetoma la técnica de los hierros monásticos para hacer hierros "en frío" llamados "de gofrar", grabados

en hueco, imprimiendo e! ornamento en re­lieve sobre la piel. Es e! triunfo del estilo "tro­vador" donde se imitan las encuadernaciones de Grolier, se hacen planchas "a la catedral", se

ejecutan encuadernaciones al estilo de los Eve con las nuevas "fanfares" (el nombre viene de

una obra que perteneció al célebre bibliófilo Charles Nodier); se imitan los tapices de la Sa­vonnerie adoptando ornamentos orientales.

LAs TÉCN ICAS

Son las mismas que las del libro romántico. La técnica de! "falso lomo" en la cual ya no se pega

la piel directamente sobre el lomo del libro sino sobre un papel pegado ligeramente al mismo, se generalizó desde mediados del siglo XVIII. Se utiliza ampliamente el cosido a la griega (con los cordeles hendidos) y los falsos nervios. Apa­rece un nuevo género: el lomo de cuatro ner­vios y la cabezada plana; el lomo se redondea débilmente y los nervios son poco aparentes.

Los GRANDES ENCUADERNADORES

Thouvenin, conocido desde 181 4, hizo mu­

chas copias de encuadernaciones antiguas para C harles Nodier y fue célebre por la solidez de su "cuerpo del libro" .

Simier fue encuadernador del rey y de la du­quesa de Berry. Bauzonnet abtió su taller en 1830. Dorador habilísimo, creó el último estilo original de co­mienzos de siglo: los encuadramientos y los

juegos de filetes rectos que se entrelazan para formar rectángulos o rombos o conjuntos or­namentales que mezclan filetes y florones.

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Hierros románticos (Catálogo de la casa de Alivon)

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EL PERIODO 1840- 1880 El periodo que va desde 1840 hasta alrededor de 1880 es la época de la copia y el pastiche. Si por un lado la encuadernación industrial está en

una fase muy creativa y produce esas bellas en­cuadernaciones de editOr que admiramos hoy en día, por oua parte la encuadernación de lujo. despreciando los logros de la ciencia y el p ro-

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greso, sólo aprecia el escila amiguo. Por lo de­más, las copias alcanzan una gran perfección, no exenta sin embargo de cierto envaramiento: se quiere hacer a lo bello "todavía más bello».

Los encuadernadores que satisfacen mejor este deseo alcanzarán gran popularidad. Entre estos

podemos citar los siguientes: Trautz alcanzó celebridad por sus copias de en­cuadernaciones afiligranadas del siglo XV1II y

por la deslumbrante maestría de sus dorados. Junto a él, pero sin alcanzar su altura, se en­cuentran Lortic, Chambolle-Duru, Canape y Cuzin, que hizo muchas encuadernaciones al estilo Luis XV que alcanzaron una espléndida perfección, tan to po r la belleza del marroquín empleado corno por la excelencia del cuerpo del libro y los dorados. Lortic es famoso por sus encuadernaciones

muy cargadas y lujosas. Debe citarse también un taller celebérrimo: la casa Gruel, más tarde

G ruel-Engelmann, que se especial izó en la en­cuadernación de misales. algunos de los cuales fueron muy lujosos. En es te taller trabajó un dorador de gran talento que copiaba con una admirable seguridad manual las encuaderna­ciones de Enrique Il: Mari us Michel. Junto con su hijo. Henri Marius Michel, abrió un ta­ller de encuadernación de artr. Henri obtuvo el primer premio en la Exposición de encua­dernaciones del año 1878. Su estilo evoluciona lentamente bajo la probable influencia de pin­

tores-encuadernadores de la escuela de Nancy o de la escuela inglesa de los "prerrafaelistas» y

del encuadernador Cobden-Sanderson. que aportaban nueva savia a su inspiración. Con­siguió crear composiciones vegetales en las que flores y follajes de tOda laya se enroscan fo rmando una estructura muy elaborada que respeta la simetría y las grandes reglas de de­coración de las encuadernaciones. El tema de

la decoración todavía no tiene relación con el tema del libro. Se colorea la piel con tintes ra­ros y rebuscados. se graban nuevos hierros de

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acuerdo con las necesiqades del "art nouveau"; es sin duda uno de los grandes momentos de

la encuadernación. Al mismo tiempo que Ma­rius Michel, podemos citar encee los mejores encuadernadores del momentO los nombres de Charles Meunier-Noulhac, Petrus Ruban y Ge­orges Canape.

L A ERA DE LOS MAQUETISTAS

Es la era de la d isociación entre creación y fabri­cación. Esta disociación va a generalizarse y la entente perfecta de un artista creador con un ar­resano de muy aleo nivel producirá verdaderas

obras maestras. Pierre Legrain, un decorador que lo ignoraba todo sobre encuadernaciones, las di­seña para el cosrurero Jacques Doucet. Bajo la influencia del cubismo compuso. con la ayuda de trazados geométricos, un decorado que va de lUla cubierta a Otra de la encuadernación pasando por el lomo. Otras innovaciones relevantes son la intervención de la tipografía en la decoración y la utilización de materiales inusuales tales como e! nácar, la pie! de pescado curtida, la madera

preciosa. los dorados con paladio, el oro y el co­lor. Las 1.236 encuadernaciones dibujadas por él no "tienen en sí mismo lila significación. La tapa

del libro no es más que un fromispicio que re­sume su alma y nos prepara a su lectura mediante la elección de un matiz o de un signo".

También debe citarse a Rose A1der (iPor fin una mujed). Hasta entonces la actividad femenina en

los talleres se había reducido a las tareas de de­sencuadernación. reparación y costura. El gran encuadernador Cobden-Sanderson de lngla«­rra y la emperatriz Eugenia de Francia. al fun­dar la sección de encuadernación de la Escuela de Artes Decorativas y abrirla a las mujeres, les permitieron aprender la totalidad del oficio ... Jacques Doucet se fijó en las encuadernacio­nes que Rose Adler exponía en 1923 en e! pa­bellón Marsan . Esta mujer había aprendido la encuadernación y el dorado en el talle r de Noulhac. Doucet le encargó ejecutar encua­

dernaciones para él y enseguida se dedicó ex­clusivamente a hacer maquetas confiando su realización a los mejores artesanos. Según su frase célebre " la encuadernación es como un eco preparatorio del libro y que se hace sin de­ficiencia sobre el cuerpo del libro" . Prefería la piel de ternera al marroquín. Los to­nos de la ternera, que guardan entre sí una re­lación muy sutil, contrastaban con las guardas de ante de otro matiz. Una gran sobriedad en la

ornamentación que se conjugaba con una gran armonía la aproximaba a los poetas cuyas obras se delimitaba especialmente en encuadernar. Paul Bonet (1889-197 1) maquetista de oficio,

sabía todo sobre el dibujo y el color, pero nada

Planchas grabadas románticas (Colección de la casa de Alivon)

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Planchas grabadas románticas (Colección de la casa de AJivon)

sobre la encuadernación. En un primer mo­mento se interesó únicamente por sus propios libros; después, solicitado por bibliófilos y pre­sentado al grupo surrealista. reveló verdadera­mente todo su genio. Rodeándose de los mejores realizadores , no cesó de renovarse, dando al "físico" del libro un atuendo tal que: "El espíritu, la vida inte­rior que están dispuestOs a manifestarse a la mirada, a los labios, al intelecto dellecror, es­taban prefigurados bajo las especies exteriores de vestido" (Paul Valéry). Siguiendo la vía abierta por Pierre Legrain, en su obra proliferan las búsquedas: encuaderna­ciones esculpidas, encuadernaciones fotográfi­cas, encuadernaciones rad iales únicamente merced al juego de los filetes dorados, encua­dernaciones de níquel o de duraluminio. En 1946 se le pidió que fundara juntO con orros cinco encuadernadores y doce bibliófilos la So­ciedad de la Encuadernación Original que du­rante largos años se esforzó en promover, a través de exposiciones nacionales e internacio­nales, este arre de la encuadernación, a menudo ignorado por el gran público. Junco a estos grandes nombres, muchos Otros encuaderna-

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dores han dado vida a este oficio en el mismo periodo con gran brillantez, ya sea de una ma­nera tradicional como Georges Cretté, el dis­cfpulo predilecto de Marius Michel, Roben Bonfils, Henri Creuzevault. O bien, más cerca del estilo moderno, el grupo que trabaja con Fran,ois-Louis Schmied, René Kiefer, que fu e uno de los encuadernadores de Legrain, Le­vi tsky y sus fastuosas encuadernaciones mo­saicadas, Mercher y sus encuadernaciones profundamente originales, y tiLnros otros ... Esta época ha camada también con los traha­jos de maravillosos doradores que a menudo se olvida mencionar: René Jeanne, André Ar­noult, Gitaldon, R. Mondange han sabido tras­ladar brillantemente a la piel la visión del maquetista, lo que a menudo representaba un peligroso ejercicio.

EL PERIODO CONTEMPoRANEO

Es difícil hablar del periodo en el que uno vive. Se puede simplemente constatar que la encua­dernación, lejos de ser un arte olvidado, ame­nazado, que no oponga resistencia a claras encuadernaciones de serie, demasiado caro, etc" consigue sali r adelame. Los creadores están

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aquí y se muestran sensibles al ambiente de la época que han sabido captar e interpretar. En los años de la inmediata postguerra se ha producido cieno auge en el arte de la encua­dernación que, más concretamente, está ilus­rrado por los artistas siguientes: Pierre-Lucien Martin cultiva un estilo lleno de rigor y de sutileza. Efectos de relieve produci­dos por estructuras planas, mosaicadas, multi­colores, utilización de materiales poco habituales rales como la madera desplegada, el seeraje de la piel, esculturas de lerras, impresión de cabellos, de encaje, de hojas ... Germaine de Coster-Hélene Dumas combina ejemplarmente la concepción y la realización en amplias composiciones mO$aicadas de pieles de tonos vivos, de metal, de marroquín desmenu­zado, adornadas de lileces de oro, paladio y oeser. Monique Mathieu es una maquetista de pri­mera fila en la encuadernación contemporá­nea tanto en el terreno gráfico como en el plano de la invención. Georges Leroux es un creador reconocido que utiliza materiales heteróclitos en un estilo nuevo. Colette y Jean-Paul Miguet conciben maque­ras de un grafismo sutil; hacen encuaderna­ciones de una rara calidad técnica y saben realizar también los mosaicos y el dorado. Michel Richard y Elisaberh Rossignol conjugan en sus encuadernaciones un grafismo y un do­rado de muy alto nivel en libros a menudo ilus­trados por Michel en un estilo profundamente personal y original. Alain y Paul e Lobstein son otra pareja de

creadores que se complementa: ella se ocupa del lado gráfico del ornamentO y él de los ma­teriales y la realización de la encuadernación.

Claude Honnela·itre es un excelente encuader­nador que ha realizado invenciones muy inte­resantes en el terreno del grafismo y de la utilización de materiales en un sentido muy moderno. Renaud Vernier es un encuadernador que ha alcanzado una gran perfección técnica. La par­ticular elegancia de sus decoraciones se funda en la alianza de la piel con materiales diversos, so­bre roda merales. Roger Devauchelle es uno de los "grandes" con­temporáneos. Reconocido varias veces como mejor encuadernador de Francia es a la vez in­ventor y realizador de sus encuadernaciones. En su taller modelo todo se ejecuta con la má­xima perfección: desde la restauración de los libros antiguos hasta la encuadernación mo­derna, desde los papeles marmoleados al do­rado, desde el trabajo de los cortes -ya sean estos "envejecidos", pintados o dorados- hasta la ejecución de los ornamentos más refinados. Roger Devauchelle es autor de una Historia de la encuadernación editada en tres volúmenes que está agotada y vuelta a edi tar. Jean de Gonet aporta una nueva concepción de la encuadernación en la cual decoración y estructura de la encuadernación se interrela­cionan y realzan mutuamente. Aquí sólo podemos hablar de los más "grandes",

en todo caso de los más conocidos de entre los encuadernadores franceses contemporáneos. Sin embargo, tamo en Francia como en el extran­jero exis ten "Escuelas" de encuadernación de gran interés, en las que trabajan una multitud de encuadernadores que hacen interesantes creaciones para que el arte de la encuadernación viva y se perpetúe

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