Historia de la Parroquia
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EXORDIO
En actos como el que iniciamos suele ser costumbre que alguna persona haga la presentación
del que va a exponer el tema y actuar de moderador pero, en este caso , la persona indicada para
ello, y que además estaba dispuesta a realizarlo, no puede hacerlo por razones de todos conocidas
por lo cual , y sin que sea un alarde de presunción por mi parte, se me puede considerar
“IMPRESENTABLE” y esa presunción se fundamenta en que me considero conocido por los
muchos años que llevo vinculado a la Parroquia.
Me hubiera gustado que esta charla se hubiera llevado a efecto sin sujeción a la lectura de
unos cuantos folios, pero:
- Si recordamos la intervención del “charlista” que lo hizo en la fecha precedente, a mi me
faltan su juventud, su inteligencia, sus cualidades oratorias y su retentiva y como el plazo
historiado o resumido es bastante más amplio que el del enunciado –que no es mío- pues
lo que hemos pretendido exponer es la historia anecdótica de la Parroquia – y no
solamente del templo, que es el que celebra las BODAS DE PLATA-, son 45 los años
recogidos en esta exposición y requeriría más alarde memorístico.
- Precisamente por la extensión del período reflejado puede resultar el relato algo largo y
pesado, por lo que tenéis entera libertad para decirme abiertamente “corta el rollo”.
- Preferiría que el susodicho “rollo” no fuese un monólogo, sino un diálogo, lo que
significa que puede interrumpirse para hacer preguntas, solicitar aclaraciones, intercalar
sugerencias, etc.
Finalmente, me parece obligado que esta charla o exposición se la dediquemos a nuestro
querido párroco, D. Juan, que no puede estar presente, como hubiese deseado, al haber sido
sometido a una intervención quirúrgica y que, en los días precedentes –aun estando internado-,
me ha dado sobradas muestras de afecto al interesarse por mi estado de ánimo, posteriormente si
lo tenía todo preparado y lo que debía hacer para disponer del material necesario y
asegurándome, al final, que rezaría para que todo resultase satisfactoriamente.
Así pues, como en algunos espectáculos, VAYA UN BRINDIS POR EL .
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CONTENIDO
3
GENESIS DE UNA PARROQUIA
Cuando la Archidiócesis, entonces denominada de Madrid-Alcalá, estaba regida por
Monseñor Casimiro Morcillo fueron creadas numerosas parroquias, con el posible objetivo de
intensificar la acción pastoral que tropezaba con las lógicas dificultades derivadas de la extensión
de algunas de las existentes.
Así, en el año 1.964, de la parroquia de S. Miguel Arcángel, de Chamartín, se desglosó un
perímetro delimitado: por el este por las tapias y recinto de la estación de ferrocarril; por el oeste,
por el paseo de la Castellana; por el norte, por la calle de Francisco Palau y Quer y por el sur, por
la calle de Mateo Inurria, creándose así un nuevo ámbito parroquial, que se puso bajo la
advocación de San Dárnaso y conforma, por consiguiente, la que denominamos, y es, Nuestra
Parroquia.
Se calcula que constituían el núcleo parroquial unas 3.100 familias con lo que, si estimamos
un promedio de cuatro personas por familia, nos daría un censo aproximado, de 12.500
feligreses
Le fue asignada esta parroquia a D. Julián Manzano Ramos, que anteriormente era Párroco
4
Arcipreste en El Molar, cuya primera labor fue la de localizar un espacio: local, piso o lo que
fuese para materializar la situación de la misma, encontrando un semisótano (más propiamente
sótano) del bloque de viviendas situado en el número 222 del Paseo de la Castellana. El único
acceso a dicho local era una escalera, bastante estrecha que terminaba en una puerta de similares
características en cuanto a su amplitud, lo que contribuía muy mucho a algo que después se
detallará.
¿Qué había en ese sótano? Un piso de cemento (con algún pequeño desconchón, que hubo de
subsanarse) y un reducido cuarto -más bien cuchitril- sin puerta, que D. Julián habilitó como
"despacho" que constaba de una mesa y una silla (no cabía más) y una percha mural para poder
colgar alguna prenda. Todo lo demás, hubo de improvisarse, generalmente con donaciones de
mobiliario o piezas (lo mismo que la mesa y la silla antes citadas) procedentes de cesiones de
particulares, conventos, iglesias, colegios, etc. que habían o iban retirando por desuso. Por
ejemplo, el altar lo habilitó con materiales de una estantería que, debidamente revestidos con
restos de sábanas, cortinas y demás, aunque con el ara debidamente consagrada, se convirtieron
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en el altar mayor ( y único, por supuesto) dotado con unos candelabros, también procedentes de
donativos, que permitía celebrar las Eucaristías.
De otras donaciones, se disponía de unos bancos, carentes de uniformidad por las diferentes
procedencias, pero que ocupaban sólo una pequeña parte del recinto, por lo que bastantes
feligreses habían de permanecer de pie durante toda la celebración; al fondo se situaron dos
confesonarios (por supuesto, donados) y la imagen de S.Dámaso (la misma que conocemos) y
como por sus dimensiones no pudo colocarse en las proximidades del altar, estaba prácticamente
en un rincón que, por otra parte, impedía el acceso a uno de los laterales del confesonario.
LOS PRIMEROS AÑOS
En estas circunstancias se permaneció durante 20 años, sin variaciones sensibles en cuanto al
aparato exterior. Aunque durante todo este tiempo se mantenía la promesa de un nuevo templo
puesto que, prácticamente desde el inicio, se recordaba que las colectas de los primeros
domingos de cada mes, se destinaban a formar un fondo para la construcción del futuro templo;
este fondo se nutría también con la venta de periódicos usados, que los feligreses iban llevando y
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el párroco almacenaba en uno de los muros, protegidos de las miradas con una amplia cortina;
cuando había una cantidad apreciable la vendía al peso, como tal papel usado.
Los sacerdotes oficiantes se vestían y desvestían al lado del altar, donde colocó un mueble-
cajonera, en el que se guardaban los ornamentos.
Hemos dicho antes que el local era un sótano y su identificación exterior era solamente un
rótulo, bastante rústico, con la inscripción: "Parroquia de San Dámaso" con una cruz superpuesta,
todo ello fijado en la pared a cuyo lado discurría la escalera de acceso. Véase una recreación del
acceso al local.
Debido al uso inicial del mismo, discurrían por su techo todas las tuberías del sanearniento
de las viviendas (desagües, calefacción, conducción de agua, etc.) y no era infrecuente que
durante las ceremonias religiosas se oyese el paso de los fluidos circulantes por todos esos
conductos.
Como el local carecía de servicios higiénicos propios, algún tiempo después de iniciada la
actividad, consiguió el Párroco que le autorizaran a poner un mínimo servicio para las
necesidades más apremiantes, anexo a lo que antes hemos llamado eufemísticamente despacho
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parroquial
A nuestro juicio, la visión de conjunto de los comienzos y primeros tiempos de la Parroquia
han quedado suficientemente reflejados, pero completaremos esta visión con algunas anécdotas
que ilustran algo más esta perspectiva.
- A nadie se le oculta, con los detalles expuestos, que las condiciones de seguridad, ante
una posible evacuación, por cualquier circunstancia imprevista, eran bastante
problemáticas, de ahí que no pocas personas, como medida precautoria se quedaban en
la zona inmediata a la única puerta o incluso en las escaleras de acceso.
- Podría pensarse, con todo lo anterior, que la concurrencia a los actos religiosos no
sería muy numerosa y, en efecto, hay constancia de que bastantes fieles se desplazaban
a otras iglesias, pero estas ausencias tenían como contrapartida un no despreciable
número de personas que acudían a nuestro templo en las misas dominicales, atraídas
por su brevedad, pues estaba extendida la idea de la rapidez con que se cumplía el
precepto, ya que la duración no solía exceder de los 25 minutos, con homilía que
nunca se omitía y con una Comunión bastante numerosa. Quizá por esta circunstancia
-o por alguna otra que podemos suponer- en algunas ocasiones acudían personas
destacadas en el ámbito social y recordamos, en varias ocasiones, la asistencia a la
Misa dominical del que fue ministro y alcalde de Madrid -donde cuenta con un parque
que lleva su nombre- D. Agustín Rodríguez Sahagún. La verdad es que las Misas
dominicales se celebraban con el recinto prácticamente lleno.
- Permanecía, entonces, en la liturgia el lavabo de los dedos del sacerdote y para ello
había un juego de jarro y jofaina, de cobre o latón, que si después de su utilización
quedaban húmedos, fácilmente se producía una capa similar al óxido, por lo que el
sacerdote recordaba a la persona que le asistía que secase bien la jofaina, para lo que
había en el entrepaño de la estantería -que hemos visto que era el altar- un trozo de
toalla o felpa para este menester.
- El primer bautizo se realizó el día 2 de noviembre de 1.964
- Dos detalles que, aunque intrascendentes, tienen cierta curiosidad:
Las Misas dominicales, invariablemente, las iniciaba el Párroco con estas palabras:
Bienvenidos seais, una vez más, a esta vuestra casa donde, en familia, estamos
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celebrando……. Y aquí el título de la dominica 1º de adviento, 1º de Cuaresma, etc.
También, sin olvidar el anterior calendario de fiestas religiosas, en tres señaladas
fechas la homilía comenzaba con estas o parecidas palabras: “Hoy es una fiesta
recogida por el refranero popular que dice “Tres jueves hay en el año que relumbran
más que el sol :Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión
Después de este anecdotario, es posible que surja una pregunta ¿qué pasó con el dinero
recaudado para la construcción del templo?: Algo tan simple como que se invirtió en la
adquisición del terreno en que había de edificarse, y así en junio de 1.977 se entregaron al
Arzobispado, en cifras redondas, cinco millones y medio de pesetas para dicha finalidad.
También se puede preguntar: ¿por qué no se inició la edificación? El Párroco se sentía mayor
para afrontar la complejidad de las obras, veía muy próxima su jubilación y, a pesar de que
algunos feligreses le ofrecieron su ayuda para tal fin, consideró más conveniente demorarlo para
que alguien más joven que él pudiese llevar a cabo la construcción.
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RELEVO PARROQUIAL Y GESTACION DEL NUEVO TEMPLO
Sin notables modificaciones continuó así la vida de la Parroquia, hasta el año 1.983. El 14 de
noviembre de ese año fue designado un nuevo Párroco, D. Luis Maicas Coarasa.
A título anecdótico, dejaremos constancia de que la presentación de D. Luis como párroco se
hizo sin alharacas ni asistencia de persona alguna del Arzobispado. El mismo día de su
nombramiento era domingo y los fieles de la primera Misa -y las restantes- vieron a un sacerdote
que permaneció en aquella parte del templo que hemos dicho que carecía de bancos, el cual,
después de la Comunión se acercó al altar e hizo su presentación como nuevo párroco.
No hay que ser muy perspicaz para suponer que estaba debidamente informado de la
necesidad de un templo digno, así como de la situación en que se encontraba la posibilidad de su
construcción. Corroborando esta suposición, al día siguiente, es decir el día 15, fue a
entrevistarse con el responsable diocesano del Secretariado de Templos para recabar información
sobre el posible proyecto de obras y' con los datos obtenidos, ese mismo día, por la tarde, visitó
al Arquitecto que habían designado, que admitió tales datos, pero también le dijo que los planos
no estaban terminados todavía. (No hemos dicho que era natural de Zaragoza y, como buen
“maño”, su tenacidad era proverbial).
Con dicha tesonería continuó insistiendo, urgiendo y gestionando para que se ultimase el
proyecto, hasta que el 26 de diciembre se llevó a efecto un estudio geotécnico -que había sido
exigido- y el día 27 consiguió que se solicitase la licencia de obras que, después de muchos
avatares, no llegó a la zona municipal correspondiente hasta el 16 de enero. A pesar de parecer
ya todo encarrilado, no cesaba en sus gestiones, y el día 31 del mismo mes fue a ver al
Arquitecto municipal de la zona quien le indicó que era necesario efectuar unos retranqueos, por
lo cual llevó al Arquitecto de la obra a hacer las mediciones oportunas en el solar a fin de
modificar los planos en la forma requerida.
Omitiremos por su prolijidad las vicisitudes, desilusiones, etc. que hubo de soportar, en todos
los aspectos durante los meses de febrero y marzo hasta que, por fin, el 27 de este último mes
recibió la licencia de obras, que comenzaron nada más finalizar la Semana Santa, en el mes de
abril de 1.984.
Al disponerse de licencia de obras, e iniciarse las mismas, D. Luis se aventuró a pronosticar su
deseo de que el nuevo templo pudiera inaugurarse para la fiesta de la Virgen del Pilar, con el
inevitable escepticismo de los que le escuchaban, dado el reducido plazo, aunque al final se
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cumplió por haber estado pendiente en todo momento de la realización de las mismas.
Pasando por alto su desarrollo y los inevitables inconvenientes surgidos y superados, por fin, -
como había predicho- el día de Nuestra Señora del Pilar, de ese mismo año de 1.984, fue
solemnemente consagrado el templo por el Sr. Arzobispo, Monseñor Angel Suquía. Las restantes
dependencias parroquiales fueron inauguradas con posterioridad.
También hay anécdotas relativas a la inauguración:
- La misma mañana en que iba a ser bendecido el templo, un grupo de voluntarios
estuvo trasladando los bancos de que se disponía, así como unas sillas adicionales que
se habían ido adquiriendo, para que pudiera acomodarse el mayor número posible de
personas, debido a que los bancos encargados no se habían recibido.
- Se disponía de la imagen de la Virgen del Pilar y la columna de granito que le sirve de
base, pero no tenía corona y como se consideraba un poco desairado que apareciera así
la imagen, uno de los de aquel grupo inicial se comprometió -sólo dos días antes-, a
improvisar una corona -muy bien realizada, por cierto- que debidamente pintada con
purpurina y sujeta con un listón de madera a la parte posterior de la columna, surtió
perfectamente el efecto deseado, y así continuó hasta que se dispuso de la corona
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definitiva que hoy ostenta.
- Al no estar totalmente acondicionadas las dependencias parroquiales, se improvisó
como sacristía el actual salón, en el que se vistieron cuantos concelebraron.
- D. Manuel López Agüi que ya con anterioridad formaba parte de la comunidad
parroquial, había constituido un pequeño equipo de liturgia, que colaboró proclamando
las moniciones, lecturas y asistiendo como acólitos, etc. en la ceremonia.
FORMACION REAL DE LA PARROQUIA
De lo expuesto hasta ahora, puede pensarse que sólo existía preocupación por lo material; sin
embargo, en la primera carta que el nuevo párroco envió a todos los feligreses -y que aparece en
la pantalla- verán que anunciaba el comienzo de algún grupo de formación, germen de los que
posteriormente se irían formando.
Al disponerse ya de un templo apropiado y las dependencias anexas, se fue también
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ampliando aquel pequeño grupo antes citado y así fueron estableciéndose:
- El Consejo Pastoral que, desde su comienzo se reunía una vez al mes y estaba formado
por un representante de cada uno de los grupos parroquiales y cuya primera reunión se
celebró el 14 de febrero de 1.986.
- Catequesis de niños, con dos grupos: preparación para la Primera Comunión y de
postcomunión.
- Catequesis de jóvenes, preparatoria para la Confirmación y varios grupos de los ya
confirmados.
- Catequesis de Vida ascendente.
- Liturgia
- Caritas
- Junta Económica
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- Guardería (se había formado un grupo de voluntarios para hacerse cargo de los niños
durante las misas dominicales de 12 y 1- a fin de que sus padres pudieran oírla con
mayor devoción y tranquilidad)
- Ornamentación, que se ocupaba también de la limpieza del templo y las restantes
dependencias parroquiales.
Omitiremos otras facetas del desarrollo de la Parroquia, puesto que son sobradamente
conocidas, pero sí expondremos algunas facetas de interés.
SACERDOTES QUE HAN COLABORADO EN LA PARROQUIA
El primer párroco, como antes se indicó, fue D. Julián, que tuvo como coadjutores de mayor
permanencia, a D. Amancio y D. Juan María, aparte de algún otro, menos permanentes, cuyos
nombres no recordamos.
D. Julián -ya jubilado y en su localidad natal- falleció el 1° de enero de 2.002. También hemos
anotado que en noviembre de l.983 tomó posesión de la Parroquia, D. Luis y unos meses
después, se incorporó D. Manuel (al que también hemos hecho referencia). Permaneció éste hasta
el mes de diciembre de 1.988 en que a petición propia, fue trasladado a la parroquia de la
Concepción.
En 1.985 fue nombrado Vicario parroquial D. José Esteban García, que falleció en Julio de
1.988.
D. Francisco de Frutos colaboró poco tiempo, apenas unos meses, dentro del año 1.986 pues
fue nombrado ese mismo año y causó baja en el mes de septiembre.
En octubre de 1.987 comenzó su labor pastoral, como seminarista D. Fernando Morell, que
fue ordenado Diácono en marzo de 1.988 y Presbítero en abril de 1.990 celebrando su Primera
Misa en la Parroquia el 29 del mismo mes, aun cuando poco tiempo después fue trasladado,
como entonces era habitual en los nuevos sacerdotes. El fue el autor del Cantoral que todavía
seguimos utilizando.
Cuando, como se ha dicho, cesó D. Manuel en diciembre de 1.988, fue nombrado Vicario
parroquial, D. José Maria Jiménez Velandia, que todos recordamos y que permaneció hasta el
14
mes de marzo de 2.008 en que causó baja por jubilación.
En octubre de 1.990 fue designado coadjutor D. Gonzalo Fernández de Córdoba, de corta
permanencia entre nosotros puesto que en septiembre de l.991 le nombraron capellán del
Aeropuerto de Barajas.
En octubre de 1.994. como colaborador cualificado -ya que no como coadjutor – llegó a
nuestra parroquia D. José Pérez Reyero y que continuó hasta el mes de junio de 1.998 en que se
retiró definitivamente de la actividad pastoral.
Con motivo del fallecimiento de D. Luis Maicas, el 5 de marzo de 1 .996, designaron para
regir la parroquia a D. Juan Espinosa Rueda, que tomó posesión el 25 de junio de ese año y que,
para satisfacción de todos, continúa desarrollando su actividad pastoral en el día de hoy y
desearnos que por mucho tiempo.
Al comienzo del curso de 1.998 se inició en las labores pastorales parroquiales, como
seminarista, D. José Galera Gómez -más familiarmente conocido como Pepe- que fue ordenado
Diácono el 21 de marzo de 1.999 y Presbítero el 30 de mayo del mismo año y que continuó
desempeñando su labor pastoral hasta el mes de mayo de 2.006 en que fue trasladado a otra
Parroquia.
D. Sergio Hernández Anduino comenzó también a tomar contacto con la actividad parroquial
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y pastoral, como seminarista, en enero de 2.005 y fue ordenado Presbítero el 13 de mayo de
2.006. Siguió con nosotros hasta el mes de enero de 2.009 en que, por razones de tipo personal
causó baja provisionalmente, haciéndolo de manera definitiva el 1° de abril, al haber sido
designado para otro cometido diocesano. Mencionaremos también a otros sacerdotes que, sin
cargo pastoral, han colaborado en la parroquia: D. Bernardo Herráez, D. Alejandro Jiménez, D.
José Benito, D. Martín Ortego y continúan haciéndolo D. José García –anterior misionero en
Zimbawe- y D. Jorge Dompablo, ecónomo de Nuestra Señora de la Guía, anexionada a nuestra
parroquia en octubre de 2.004.
La más reciente incorporación -desde 1º de septiembre- ha sido la de D. Alejandro Arevalillo,
es de suponer conocido por todos.
ACONTECIMIENTOS O HECHOS DESTACABLES EN LA VIDA PARROQUIAL
Hemos indicado con anterioridad que el Consejo Parroquial se constituyó en el mes de febrero
de 1.986. Pues, bien, este Consejo sugirió, en abril del mismo año la conveniencia de elaborar un
Censo parroquial, proponiendo un sistema para ponerlo en marcha. En la misma reunión se
acordó editar una revista o boletín, del que más adelante nos ocuparemos.
De este mismo Consejo partió la idea de celebrar una Misa especial dedicada a los niños, los
domingos y festivos, con la doble finalidad de que posiblemente algunos padres cumplan
también con el precepto.
Aun no siendo exclusivo de la parroquia, destacaremos que en el Adviento de 1.988 se puso
en vigor la modificación de algunos textos de oraciones de la Misa, especialmente el Credo y el
Padrenuestro, basándose esta modificación en la necesidad de equiparar la liturgia en todos los
países de habla hispana.
En octubre de 1.989, se considera momento oportuno de renovar el Consejo Parroquial,
interviniendo todos los grupos en la designación de los nuevos miembros.
Por iniciativa de D. Luis, en enero de 1.990 se encargó la confección del icono de S. Dámaso,
que realizaron en breve tiempo puesto que fue entronizado el 14 de Abril del mismo año.
En el año 1.993 quisiéramos destacar dos hechos:
16
- En relación con la Iglesia universal, se da a conocer el nuevo Catecismo de la Iglesia
Católica, especialmente en la edición en nuestro idioma.
- En el ámbito parroquial, en el mes de junio el Consejo Parroquial aprueba iniciar las
gestiones para llevar a cabo una Misión evangelizadora y como consecuencia de estas
gestiones, en el mes de septiembre del mismo año los Padres Claretianos dieron a
conocer su proyecto de Misión, explicando todas sus facetas así como las labores
previas que habían de realizarse para poder llevar a efecto tal acontecimiento: grupos
de visitadores, coordinadores de grupos, etc. y así los días 1O y 11 de enero, ya de
1.994, tuvo lugar un cursillo para todos ellos a fin de formarles en la función que
habían de realizar y el sistema para llevarla a cabo con lo que el día 16 de enero se
inició la visita a la totalidad de las familias de la parroquia que quisieron recibir el
mensaje que se les transmitía y recabar el compromiso de los que habían de ser
hogares-sede de las asambleas familiares, participantes en cada una de ellas, monitores
de las mismas, etc.
El núcleo fuerte de la Misión se llevó a efecto entre los días 17 de noviembre al 4 de
diciembre, encargándose de ello los Padres, Lucinio, Julio y José María.
17
Como es notorio, bastantes de estas asambleas continúan activas hoy.
En el Adviento de 1.995 tuvo lugar la "Renovación de la Misión" para consolidar las prácticas
constitutivas del trabajo evangelizador antes realizado.
Se insinuó con anterioridad que en octubre de 2.004, al jubilarse el anterior párroco de Ntra.
Sra. de la Guía, el Arzobispado juzgó conveniente anexionar dicha parroquia a la de S . Dárnaso,
pero manteniendo aquélla su propia operatividad, en todos los aspectos, si bien el rector de la
misma, a efectos oficiales, figuraría como coadjutor de S. Dámaso, cuya función está realizando,
como ya se indicó, D. Jorge.
LA REVISTA SENDA
Ya se apuntó que la idea inicial, del Consejo Pastoral de abril de 1.986, de editar una revista
o boletín se complementó poco después con la conveniencia de que un buen momento para su
aparición sería en el mes de octubre, coincidiendo con el 2° aniversario de la consagración del
templo y en la reunión del mes de mayo se decidió en firme la puesta en marcha, de lo que se
encargó D. José Esteban, esbozándose su contenido, periodicidad, etc. e incluso se apuntó como
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colaboradores a D. José Hernando y D. Juan Carlos Cela.
En una posterior reunión se determinó ya el título de SENDA y, como se había previsto
apareció el número 0,cuya primera y última páginas podemos contemplar en la pantalla.
Vemos después la evolución que se fue introduciendo en las portadas.
19
Debido al criterio, mantenido entonces, de economizar gastos, se sugirió la posibilidad de
conseguir e insertar anuncios de establecimientos comerciales de la zona, sin sujeción a tarifas,
sino solamente con las aportaciones voluntarias de los anunciantes.
De acuerdo con esta sugerencia, ya en el número 1 se insertaron 4 anuncios, cifra que fue
aumentando en números sucesivos hasta alcanzar la de 19 en los números 5 y 6, si bien, a partir
del número 7 se suprimieron tales anuncios. En pantalla vemos la primera y la última inserción
de ellos.
La periodicidad de publicación, desde el primer número, fue: septiembre-octubre. como
iniciación del curso; Adviento-Navidad: Cuaresma y Resurrección-Pentecostés prosiguiendo así
durante 12 años, aunque posteriormente se redujeron las ediciones.
Si bien es de todos conocido, dejaremos constancia del procedimiento de distribución que no
es otro que el de los voluntarios -uno por cada bloque de viviendas- que se encargan de hacer
llegar la revista a todas las familias de la feligresía.
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ALGUNOS APUNTES ECONOMICOS
Antes de iniciarse las obras del nuevo templo, se reunió D. Luis con un reducido grupo de
feligreses, quizá como primera Junta Económica, y consideraron oportuno solicitar la
colaboración económica de todas las familias pertenecientes a la Parroquia, para sufragar los
gastos de la construcción del templo y los específicos parroquiales, y con esta finalidad se
encargaron de conseguir "enlaces" en cada uno de los bloques de viviendas con el fin de
distribuir en todos los pisos una carta del Párroco y un boletín de suscripción.
De esta inicial campaña informativa, se obtuvo un total de 559 respuestas, de las cuales 247
ofrecieron un donativo por una sola vez y las restantes 312 fueron suscripciones periódicas.
El detalle de los gastos totales de la construcción y amueblamiento del templo, están
reflejados en pantalla y, como ven, ascendieron a casi 105 millones de pesetas (en la moneda
actual, serían 630.112 euros)
Durante los seis años invertidos en la amortización del crédito que se había concedido para la
realización de las obras, se fue dando cuenta a los feligreses de diversas formas: exposición en el
tablón de anuncios, comunicados leídos en las misas dominicales, revista Senda, etc. con los
21
resultados periódicos de ingresos y gastos, cantidades amortizadas y cifras pendientes de
amortización. Véase en la pantalla como historia, el primer balance que se realizó y dio a conocer
referido al 31 de diciembre de 1.984
Durante todos esos años se mantuvo un compromiso tácito de restringir los gastos a las cifras
estrictamente necesarias para sostener con el debido decoro las necesidades inherentes al culto,
para poder dedicar, de manera primordial y con carácter preferente, la mayor cantidad de
ingresos a las amortizaciones a que nos hemos referido.
Como anécdota, concordante con el criterio anterior, referiremos que, en una ocasión un
sacerdote solicitó ayuda para unas religiosas de clausura que necesitaban efectuar unas
reparaciones urgentes en el convento y no disponían de recursos, contestándosele que no se
podían detraer fondos de las cantidades necesarias para hacer frente a las deudas parroquiales.
Este esfuerzo económico de los feligreses fue ensalzado en diversas ocasiones por el
Secretariado Diocesano de Templos que ponía como ejemplo a nuestra parroquia del
cumplimiento de sus obligaciones “amortizadoras”, lo que les permitía ayudar a otras parroquias
22
necesitadas.
Gráfico 2
Gráfico 1
23
La evolución de las cifras de ingresos y gastos a través de los años transcurridos hasta el
momento actual la vemos reflejada en el gráfico proyectado (Gráfico 1), que consideramos más
elocuente que una aburrida exposición de cifras.
Este otro gráfico (Gráfico 2) nos muestra la deuda inicial y cómo fue disminuyendo a través de
los seis años en que se llevó a cabo la amortización de capital, pero como quedaban pendientes
de amortización los intereses devengados, se fue haciendo en la forma que nos muestra el otro
gráfico que exponemos (Gráfico 3).
Al haber finalizado la amortización del capital adelantado en el mes de junio de 1.990, el 5 de
noviembre de ese mismo año se remitió a todos los suscriptores una carta haciéndoles saber que
su compromiso inicial se había cumplido, por si deseaban rescindir dicha suscripción, si bien se
les indicaba expresamente que quedaban pendientes los intereses, independientemente de los
gastos ordinarios a que había que hacer frente para el debido desenvolvimiento de la parroquia, la
colaboración diocesana y de la Iglesia, en general, a lo que estábamos obligados todos los fieles.
Las respuestas a esta notificación no pudieron ser más aleccionadoras:
- Suscripciones anuladas:........................................... 0
- " disminuidas en su cuantía .................... 2
Gráfico 3
24
- " incrementadas ....................................... 26
- Donantes esporádicos que pasaron a suscriptores…. 17
- Nuevas suscripciones ............................................... 4
En el momento presente -debido a las evoluciones- el número de suscripciones es de 309, que
reportan unos ingresos anuales aproximados de 83.000 euros.
Para que puedan hacerse una idea de la proporcionalidad entre las diferentes fuentes de
ingresos parroquiales, hemos preparado estos gráficos que representan las cifras a través de los
años y para cada uno de los conceptos: suscripciones y donativos, colectas y otros ingresos
(Gráfico 4) y, de forma más global, la distribución media (Gráfico 5).
25
Si hasta ahora hemos hecho referencia a los ingresos, vamos rápidamente a exponer algunos
datos relativos a los gastos.
INGRESOS
Gráfico 4
Gráfico 5
26
Tenemos en pantalla un gráfico (Gráfico 6) representativo de las distintas agrupaciones de
gastos y su evolución a través de los últimos diez años. Estimamos que es bastante significativo,
GASTOS Gráfico 6
Gráfico 7
27
más comprensivo visualmente que una prolija enumeración de cifras, aunque éstas están a
disposición de quien desee alguna aclaración. Sí haremos mención aclaratoria a alguno de los
epígrafes. Los dos primeros (Colectas a Instituciones y Nóminas) así como Fondo Común
Diocesano, no precisarán de mayor aclaración. En el de Reparaciones y conservación, se han
agrupado los gastos específicos de reparaciones de todo tipo, limpieza, jardinería, seguros, etc.;
en el de Servicios, los que se entienden como tales: agua, gas y electricidad fundamentalmente
y, por supuesto, en el de Otros, los restantes como puede ser, material de oficina, revista, correo,
teléfono, etc.
El gráfico que ahora exponemos (Gráfico 7) representa la incidencia de cada una de estas
agrupaciones de gastos (su promedio en los últimos diez años) en el total de los gastos.
FINAL
Hemos ofrecido una visión de lo que ha sido - y sigue siendo- nuestra Parroquia desde su
creación. Quizá ha resultado un poco -demasiado- extensa, aun cuando hemos procurado no
detallar muchas otras cosas -como podríamos haber hecho- en orden, precisamente, a no dilatar
su extensión, a pesar de lo cual si la exposición ha resultado soporífera pido humildemente que
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me disculpen y agradezco anticipadamente su perdón. Eso sí, si alguno desea ampliación de
algún dato o cualquier otro tipo de aclaración, con mucho gusto atenderé la petición, si está
dentro de mis posibilidades realizarlo. Repito, otra vez, mi agradecimiento por haberme
escuchado.