Historias de Vida:Ana Quitral

2

Historias de Vida

3

FLORICULTORA DE VIERNES A VIERNES.LA BÚSQUEDA DE UNA RUTA EN EL CAMPO.

Ana Quitral

Ana Quitral se dedica a la floricultura y horticultura hace 16 años de manera exclusiva e independiente, en su parcela ubicada en Isla de Marchant que se encuentra a unos 15 kilómetros de Curicó hacia la costa en la Región del Maule de Chile. Se trata de una zona del valle central de este país que por su clima presenta grandes extensiones de cultivos de hortalizas, pero en sus alrededores es difícil encontrar floricultores como es el caso de esta mujer que tiene 8 invernaderos con astromelias y liliums en gran parte de éstos.

Coordinación: Rita BorquezElaborador Por: Angela CortésImágenes: Angela CortésDiseño y Diagramación: Corporación PROCASUR

4

Siempre en el campo pero nunca con flores.Para aproximarse a la labor de Ana es preciso conocer su experiencia de vida en el campo, debido a que todo cambió el año 1998 con la muerte de su esposo llamado Hugo Lucero Vargas, quien se dedicaba al cultivo al aire libre de tomate, pepino, zapallo, papas, cebolla, entre otros, mientras Ana se abocaba a las labores de dueña de casa y el cuidado de sus dos hijos, ayudando a Hugo sólo en los tiempos libres.

La muerte de mi esposo, fui yo y dije qué hago, estaba el terreno, había una inversión que no podía quedar botada, habían créditos, habían deudas y había que pagarlas porque eran a personas amigas que le pasaban abonos, en una semillería amiga este señor le pasaba semillas, insumos, sin ningún comprobante. Yo sabía que debía entonces mi deber era ir y cancelar, dar la cara, y de ahí seguí po.

Fue entonces cuando quedó viuda y con un par de hijos de 13 y 14 años de edad que según cuenta tuvo que salir adelante, continuar el trabajo de su esposo y reinventarse. La necesidad la llevó a cultivar el terreno que en un principio era de propiedad de los padres de Hugo, y las circunstancias de ese año que registro una gran sequía en la zona fueron un desafío para los inicios de Ana, quien logró cosechar lechugas y venderlas a un precio que era 5 veces mayor al de aquel entonces, debido a que ningún otro agricultor logró cosechar sus cultivos que murieron a causa de la sequía.

Yo me embrutecí trabajando, día y noche. En la noche me iba a regar porque como no había agua yo era la primera que tocaba el agua aquí, sacaba el agua y me ponía a regar así. Fui la única que pude cosechar y cultivar en ese año de sequía y vendí muy bien. 50 pesos cada mata y estaba todo el potrero con lechuga así que con eso gracias a dios pude comprarle a mi suegro una parte aquí para rescatar mi casa que estaba aquí construida esta pura parte de madera en el aire po, sin escritura sin nada.

Los ingresos económicos que tuvo con ese primer paso le permitieron comprar par te del terreno a sus suegros y regularizar la situación de la casa construida de material ligero que habían levantado con su esposo sin ningún título de propiedad ni escritura. Luego indagó sobre el cultivo forzado o bajo plástico que son los conocidos invernaderos y construyó uno en la parcela, sin embargo, su interés era tener otro tipo de cultivos más ligeros y en cierto sentido más femenino. Así fue como compró unos bulbos de lilium y quiso adentrarse en la floricultura sin tener experiencia previa, y además, continuar con cultivos de cilantro, lechuga, perejil, acelga, etc.

No obstante, la construcción del primer invernadero fue pensada para utilizarlo con cultivos hidropónicos que no pudieron llevarse a cabo por los resultados del análisis de agua que encargó Ana al Servicio Nacional de Salud, razón por la que luego de ese error tuvo que buscar una salida alternativa a dicha inversión y decidió optar por las flores.

Historias de Vida

5

Historias de Vida

Cabe destacar que siempre ha trabajado en su predio y con escasa ayuda de terceros, porque ella realiza el proceso completo de manera solitaria, desde la compra de los insumos necesarios para la producción hasta la comercialización y venta de sus productos. Según ella es la única forma que el negocio sea rentable, ya que si dependiera de otras personas o contratara trabajadores permanentemente gastaría todos sus ingresos en sostener los salarios, sin embargo, ocasionalmente contrata a personas para servicios como el techado de los invernaderos y cosechas de grandes volúmenes en un plazo corto de tiempo que despacha a Temuco, pero siempre se trata de situaciones particulares.

Yo hago todo, yo planto, yo arreglo tierra, lo único contrato maestros para techar los invernaderos, yo ayudo sí a tirar nylon, qué sé yo, a pasar tablillas, clavar, pero contrato gente para eso y lo otro que contrato es un tractor para arar el terreno de afuera, porque los invernaderos no, yo misma con un motocultivador chiquitito que hay y de ahí sigo po. Se arregla la tierra, se panta, se fumiga, después se cosecha […] y ahora tengo mis clientes que vienen prácticamente todos los días a comprar diferentes cosas. Muchos particulares y comerciantes también. La cosecha también la hago yo, es que estoy acostumbrada y lo otro es que hay que ahorrar po, si me voy a ir con puro trabajador no podría ser, a veces sí que cuando hay que entregar mercadería, camiones para afuera que entrego todos los años a Temuco, por ejemplo la cosecha

del tomate yo no la podría hacer sola porque hay que sacar 50-60 cajones en el día […] entonces ahí contrato entre días trabajadores, 2 chiquillos.

Todo esto constituye a grandes rasgos una caracterización de Ana y de cómo llegó a dedicarse a su actividad laboral principal que desarrolla actualmente, pero es preciso abordar a continuación otros aspectos de su trayectoria que se ha prolongado por una década y media.

Encontrando nuevos objetivos a partir de la experiencia familiar.Si bien la muerte de Hugo fue lo que gatilló la acción de Ana, su gran motivación han sido sus hijos Cintia y Luciano, en tanto ella se planteó la meta de ser el sustento económico de su familia y ser capaz de financiar la educación superior de ambos hijos. Y así fue, su negocio de flores y hortalizas fue creciendo paulatinamente y generando el dinero necesario para complementar la beca de estudios Presidente de la República1 que recibieron sus hijos en la educación básica tras el fallecimiento de su padre.

Luciano ingresó a la Fuerza Aérea y fue trasladado al norte del país a la ciudad de Iquique en la Región de Tarapacá, pero luego se recibirse como suboficial ingresó a la Universidad Arturo Prat a estudiar Administración Financiera en la misma ciudad. Por su parte, Cintia estudió Pedagogía en Historia en la Universidad de la Frontera en Temuco y encontró trabajo allá mientras vivía con una tía. Actualmente Luciano tiene una empresa dedicada al rubro de la ferretería con un primo y Cintia es profesora de un colegio, ambos en la ciudad de Curicó, y regresaron a la casa a vivir junto a Ana.

El hecho de que sus dos hijos sean profesionales es el motivo de mayor orgullo para Ana, quien entiende que el sacrificio y esfuerzo dedicado al campo le permitió esa posibilidad. Sin embargo, esto 1 Aporte en dinero de libre disposición para estudiantes con escasos recursos eco-nómicos y rendimiento académico destacado otorgado por la Junta Nacional de Auxi-lio Escolar y Becas perteneciente al Ministerio de Educación de Chile.

6

no se habría concretado si ella no continuara invirtiendo en su negocio por medio de la obtención de créditos, ampliando la diversidad de sus cultivos, la calidad de su infraestructura y la oferta de servicios.

Ahora bien, una vez que contaba con su primer invernadero construido y los bulbos de lilium por plantar acudió a PRODESAL2 para conseguir asesoría sobre este cultivo y todo lo relacionado que le permitiera tener flores para la venta, aunque en primera instancia no tuvo éxito en la oficina de Curicó por falta de cupos en el programa de capacitaciones, insistió en una segunda ocasión y consiguió alguien que resolviera sus dudas y la guiara en el proceso de siembra y cuidados.

Yo me presenté, dije que no iba a pedir plata, no voy a pedir cosas, yo lo único necesito es que me enseñen, compré unos bulbos de lilium y no tengo idea cómo se. No que está todo completo, no hay cupo, qué sé yo. […] me vine desilusionada. Después dije yo voy a ir otra vez, partí de nuevo y ahí encontré otro señor que es el que siempre ahora me atiende que es don Gastón Ortiz […] me presenté y le conté mi historia. […] tengo el invernadero pero no sé cómo se plantan, qué se hace, qué necesidades de agua tienen estas plantas. Me dijo sabe no hay cupos pero […] yo voy a ir, yo le voy a enseñar. Y en la

2 Programa de Desarrollo Local del Instituto de Desarrollo Agropecuario dependiente del Ministerio de Agricultura, que entrega asesoría técnica y fondos de inversión a familias rurales.

tarde llegó el mismo día acá y empecé […] un día me llama y venga señora Ana me dice, hay un cupo, se fue otro integrante del grupo del PRODESAL y se lo vamos a hacer a usted me dijo, la voy a inscribir. Necesito fotocopia de las escrituras de su terreno o contrato de arriendo, fotocopia de carnet, qué sé yo y la voy a ingresar. Y yo más feliz, y me ingresó.

Asimismo, la orientación hacia la producción de alimentos orgánicos fue consecuencia de los consejos de la asesoría de PRODESAL, en donde aprendió cómo combatir plagas e infecciones y plantar barreras naturales, abonar la tierra y producir el humus, entre otras prácticas que se utilizan en la agricultura orgánica para prescindir del empleo de químicos en las producción, y que actualmente Ana las realiza.

Posteriormente continuó construyendo invernaderos al considerar que trabajar solamente en uno resultaba insuficiente, para lo cual necesitó buscar financiamiento mediante la solicitud de créditos agrícolas a través de INDAP3 y Banco Estado, debido a que éstos presentan una tasa de interés menor que la comercial y requerimientos asequibles para ella. De forma paralela participó en capacitaciones de PRODESAL sobre temas relacionados con el cultivo en invernadero, para diversificar los de su predio y así comenzó sembrando tomates y otras verduras en los invernaderos restantes, que actualmente son de 280 m2 de superficie.

3 Instituto de Desarrollo Agropecuario.

Historias de Vida

7

Historias de Vida

INDAP me pasa plata con costos bajos, bajos intereses y bueno PRODESAL enseña, capacita, tiene las salidas uno, las giras a terreno. […] Cuando uno busca financiamiento o cuando uno quiere cambiar un poquito la estructura de lo que ya tiene construido acá en el terreno, viendo las formas de que sea más rentable, sea más fácil para trabajar y tener más diversidad también, porque yo empecé con poco y ahora ya tengo bien surtido.

Por otro lado, Ana trabaja con semillas híbridas que compra a algunos agricultores de la zona y a semillerías en Curicó, razón por la cual dejó de producir semillas en su propio cultivo porque al tratarse de semillas de tipo híbrido darán una cantidad menor de frutos a la siguiente temporada. En cambio, sí produce el humus en una compostera con lombrices californianas que tiene en su campo, en donde vierte todos los desechos orgánicos de su trabajo, pero señala que una de las necesidades que tiene en este momento es una máquina chipeadora para trozar todo antes de vaciarlo a la compostera, y así lograr que las lombrices aceleren el proceso de producción de abono.

En cuanto a infraestructura Ana reconoce haber cometido error con la inversión en una cámara de frío para almacenar las flores antes de venderla, lo pensó porque en verano cuando

las temperaturas son demasiado altas provocan el florecimiento simultáneo de gran cantidad de flores en los invernaderos, para lo cual Ana implementó esta cámara con la función de conservar más tiempo las flores cortadas antes de venderlas. Si bien la cámara de frío operó correctamente, las flores que eran sacadas para la venta se marchitaban considerablemente más rápido en comparación a las que no eran enfriadas.

Me endeudé, me hice una cámara de frío para colocar las flores para cuando de repente se florecen de un golpe, muchas, por las temperaturas altas, el lilium, las astromelias… entonces vine y me pedí un crédito, compramos la unidad completa nueva, motores para hacer la cámara de frío y compré los paneles. Pero fue una muy muy mala inversión, más de 3 millones, funcionó súper bien. Yo cortaba las flores y las colocaba en la cámara 2-3 días y después las sacaba y las iba a vender. Pero yo me di a conocer por la calidad de las flores, no porque tenga hartas o bonitas. Resulta que cuando uno las coloca en el frío, después que las saca no duran nada nada nada. Entonces ese yo creo que fue uno de los peores negocios que hice.

Afortunadamente para Ana, fue sólo un traspié en los negocios y no perjudicó la preferencia que tienen sus clientes por sus

8

flores, sino que pudo retomar su método anterior y continuar la producción de flores de calidad destacada.

Me di a conocer por calidad, porque duran 15-20 días, en cambio si uno las corta y las mete a la cámara, las saca y cuando mucho pueden durar 1 semana. En cambio así si uno las corta en el instante y las vende altiro, no hay problema, duran 15-20 días.

Así como ella destaca la calidad de sus productos y la preferencia de sus clientes, durante su trayectoria laboral también ha recibido reconocimientos externos y premios en concursos, entre los que destaca el vehículo de trabajo Chevrolet N300 Max que le fue otorgado por su primer lugar en la octava versión del Premio al Emprendedor Banco Estado en la categoría Innovación y Emprendimiento el año 2012. A su vez, ha recibido recursos de INDAP por el Programa de Desarrollo Local para el fortalecimiento productivo al cual se postula con proyectos de

desarrollo de inversiones en microempresas. De esta forma, ha podido implementar un sistema de riego tecnificado y paneles solares para almacenar energía en una batería, que utiliza para extraer agua de un pozo e iluminar los invernaderos cuando trabaja de noche en ellos, lo cual ha financiado con aportes estatales e inversión propia.

En términos económicos Ana ha sabido sor tear obstáculos, aunque siempre existen necesidades más complejas de resolver, según ella la disponibilidad de tiempo para hacer tantas labores es una de las principales en estos momentos, aunque también reconoce las satisfacciones de su quehacer.

Cuando ya tengo todo, las lechugas envasadas, encajonadas y recibo la plata, es la felicidad, el logro de que uno tuvo un producto bueno y que a uno se lo valoren, eso yo creo que ese es el producto final, que a uno le valoren su mercadería, su calidad.

Historias de Vida

9

Historias de Vida

Puerta a puerta hasta sus clientes.La combinación de la producción de flores y alimentos Ana la interpreta como un servicio a su comunidad, en el sentido de que sus vecinos y amistades tienen la posibilidad de comprar productos frescos para su hogar o negocios, pero también para decorar los espacios, demostrar afecto en cementerios y velorios, etc. De allí el orgullo de mantener siempre una variedad de ambas, procurando sembrar y cosechar de manera tal que nunca exista escases de su oferta.

En concordancia al título de la historia de vida de Ana, los días viernes son el punto cumbre de su semana puesto que lleva muchos años dedicándolos a la entrega, promoción y venta de sus flores en Curicó. Comenzó como una forma de darse a conocer “puerta a puerta” y personalmente, para lo cual tuvo que organizar su trabajo y disponer de un día completo y la noche previa para empaquetar las flores y ofrecerlas a la venta. Su propósito se cumplió paulatinamente, y ya se encuentra establecido como el día en que ella sale a la calle y sus clientes hacen la compra habitual y reciben sus encargos.

Es por esto que el furgón de reparto fue tan significativo para ella, ya que al principio se movilizaba en transporte público cargando

las flores desde su casa hasta la plaza de armas de Curicó, teniendo que hacer varias veces al día ese viaje de ida y vuelta. Después sus hijos le regalaron una camioneta, pero ya parecía muy pequeña para el volumen de mercadería que acostumbra a trabajar. Sin embargo, ahora cuenta con un vehículo propio y bastante más amplio, pero aún no aprende a conducir ni ha dado el examen para tener licencia, así que le pide a su hermana o a algún vecino que la lleven y la traigan al centro los días viernes, que de no ser así perdería gran parte de los ingresos que tiene con la venta de flores.

Sus clientes son principalmente particulares, pero también hace entregas a algunos comerciantes, y la mayoría de las personas llega directamente a su casa a hacer un pedido y retirar la compra, otros la contactan por teléfono para hacer encargos. Ana se ha preocupado de distribuir tarjetas de presentación con sus datos de contacto y cultivos producidos, como una estrategia de promoción de su trabajo para llegar a más personas, ya que reconoce que la comercialización es una fase tan relevante como el cuidado de todo el proceso productivo.

Tanto las ventas como las instancias de transmisión de conocimientos son oportunidades claves para adquirir contactos y formar redes según Ana, quien ha tenido la posibilidad de

10

encontrar entre sus propios clientes personas profesionales que le han ayudado a resolver problemas, por ejemplo, una abogada que la apoyo en un conflicto sobre inscripción de aguas y un profesor que le brindó estudiantes para prácticas en terreno en su parcela.

Por otra parte, ella recuerda varias oportunidades en que ha sido quien ha acudido en ayuda de otros, como en el caso de muertes de personas conocidas fuera del horario laboral, momentos en que los familiares le han avisado y encargado flores urgentemente, por lo que durante la madrugada se ha levantado a trabajar en la fabricación de arreglos florales.

Su forma de trabajo es como se ha descrito en los apartados anteriores, sencilla y constante, se trata de una mujer de campo con una familia que le ha brindado apoyo de todo tipo, como dinero para pagar deudas, cuidar a sus hijos, hacerse cargo de sus cultivos cuando ha tenido que ausentarse, trasladarla en el furgón, etc. Esto porque Ana es dueña y única trabajadora de su empresa, por tanto es difícil que pueda cumplir a cabalidad y de manera paralela el conjunto de tareas necesarias.

La ventaja que me mando sola y la desventaja que me esclaviza harto.

La experiencia acerca de un saber-hacer.El proceso de aprendizaje que ha desarrollado Ana durante su trayectoria como floricultura y horticultura le ha permitido generar un espacio de enseñanza y transmisión de su saber-hacer, lo cual constituye el ámbito más relevante de abordar en esta historia de vida, y es por esto que fueron expuestos sus antecedentes con miras a un análisis posterior.

La principal modalidad en la que se desenvuelve son prácticas en terreno con estudiantes de enseñanza básica, media y superior. Hace una década que comenzó a recibir a cursos de estudiantes de la Escuela Agrícola de Romeral y de Molina en su campo, ya que un profesor que era uno de sus clientes habituales le

planteó la idea de que vinieran a ayudarla en su trabajo, según las labores que ella necesitara que los alumnos realizaran, lo que les permitiría aprender sobre todo el proceso agrícola en la práctica y no tan sólo en términos teóricos.

Ana accedió con cierta inseguridad sobre los resultados que pudieran tener estas actividades, ya que no había realizado nada similar anteriormente, no obstante, es una experiencia que ha repetido constantemente e incluso conserva lazos con quienes han pasado por su casa como simple estudiantes cursando una asignatura de la escuela.

Asimismo, varios años después una sobrina que hacía clases en la Universidad del Mar a los estudiantes de Agronomía le solicitó que los recibiera, porque ellos no contaban con un lugar donde realizar su práctica profesional. También aceptó que vinieran, pero esta vez se trataba de adultos, que igualmente demostraron interés por el trabajo de Ana y aportaron con su experiencia académica al respecto, al igual que con el Instituto Profesional Santo Tomás cuyos alumnos han realizado prácticas sobre cultivos en la parcela.

Historias de Vida

11

Historias de Vida

Bueno para mí bien, a uno le abre puerta, conoce tanta gente, indistintamente de que a veces chiquillos flojos que vienen a lesear, pero sí hay otros muy buenos, uno por dios que aprende, comparte, le alegran la vida, uno conoce historias, conoce casos.

Puesto que la experiencia de abrir las puertas de su casa al trabajo de estudiantes ha sido buena para Ana, ella ha incorporado de forma permanente este tipo de servicios al firmar un contrato de arrendamiento de un invernadero y las herramientas necesarias con INACAP desde hace un par de años. Esto consiste en que ella destina un invernadero completo de libre disposición para los estudiantes de dicha institución educacional, quienes realizan el trabajo práctico de algunas asignaturas en horarios y días a voluntad, cumpliendo con evaluaciones y tareas asignadas por sus profesores.

Ana planifica conjuntamente a ellos las labores al interior del invernadero, ya que efectúa una rotación de cultivos en sus espacios para cuidar la calidad de la tierra, es decir, alterna cultivos cíclicamente según su tipo: tubérculos, frutales, hortalizas, etc. Otra manera de guiarlos es aconsejando cultivos más resistentes o repelentes a plagas e infecciones, aportando conocimientos sobre agricultura orgánica y colaborando en su práctica con los riegos y extracción de maleza. No obstante, es el único caso que le reporta ingresos monetarios ya que todas

las instancias anteriores las ha realizado de manera totalmente gratuita, incluso sin recibir ningún otro tipo de apor te en especies, maquinaria o herramientas.

Yo no cobraba hasta el año pasado, nunca cobré, nunca, de hecho todavía no les cobro a ninguno de los colegios de enseñanza media, terceros y cuartos medios vienen a práctica aquí, nunca les he cobrado nada, ni siquiera un aporte. A mí me sugerían, a mí me decían que debería pedir aporte en herramientas, que un par de palas, azadones, o rastrillo, en fin, guantes, cualquier aporte, una máquina de fumigar, nunca lo he hecho con los colegios de enseñanza media. Pero al INACAP sí, por qué, porque yo les tengo un invernadero específicamente para ellos, todos los años les doy un invernadero que lo trabajen ellos, incluso les aporto con semillas, los riegos, todo se los hago yo. Y ahí les cobré ahora mensualidad, yo les facturo todos los meses 100.000 pesos mensual más IVA.

Actualmente una estudiante está realizando su tesis de pregrado de la carrera de agronomía con un cultivo de zanahorias en los invernaderos de Ana, proceso en el que ella también ha participado de manera activa, puesto que comparte la responsabilidad del trabajo de cultivo y aconseja a la estudiante acerca del proceso en lo que estime conveniente. Aquella tarea la realiza con la mayoría de los estudiantes de agronomía que visitan la parcela, aunque no todos llegan con la misma disposición a aprender y trabajar, situación con la que también debe lidiar constantemente, por ejemplo, algunos piensan que sólo ocuparán cargos directivos de alta responsabilidad en su actividad laboral, por el hecho de estudiar una carrera profesional y tener un título, y frente a esto Ana tiene una opinión diferente.

Pero pa qué si yo voy a dirigir, no es que si tú vas a dirigir tienes que saber cómo se hace, cuánto demoras en hacer esto, porque después tú no vas a saber mandar, porque no saber cómo se hace, para qué se hace, por qué, qué consecuencias hay, qué beneficios.

12

Sin embargo, también trabaja capacitando a grupos de pequeños productores agrícolas que llegan por PRODESAL provenientes de otros lugares como San Fernando, Rancagua y Rauco. Con ellos tiene la oportunidad de compartir experiencias, aciertos y fracasos, y además, realizan intercambios de plantas y especies que cada uno cultiva en su predio.

Por otro lado, antes de que ella pudiera enseñarle a otras personas asistió y continúa par ticipando en capacitaciones organizadas principalmente por PRODESAL, en donde se desenvuelve como una estudiante más del grupo, pudiendo visitar experiencias en otros lugares de Chile y el extranjero, lo cual es uno de los aspectos que más valora de estas instancias.

Muchas, muchas, en instituciones, capacitaciones, giras, he salido también, fuimos a Argentina a una capacitación con un grupo de agricultores y de apicultores, a Uruguay también, muy buena, bueno uno aprende y las salidas a terreno yo creo

que influyen tanto. Como para uno ir sacando todo lo bonito, lo bueno, y también de los errores uno sacar algo po.

En este tipo de actividades ha adquirido conocimientos y compartido saberes, y por ello ha decidido dedicarse tanto a la producción de alimentos y flores como a la enseñanza y capacitación, complementando ambas labores en tanto le generan oportunidades de formarse, ampliar contactos, comercializar productos, entre otros.

Siempre participo como estudiante digamos y como profe a la vez en las diferentes instituciones, se dan cursos, yo voy, charlas, salidas a terreno, hace poquito fui a Concepción a ver un grupo de mapuches con hortalizas también sustentables, orgánica, en fin, uno de ellos aprende, así como a uno le enseñan, le entregan conocimientos, uno también aprende mucho. Las salidas por dios que son importantes.

Historias de Vida

13

Por último, Ana considera que una de sus mayores preocupaciones es que ninguna persona siga trabajando en su campo cuando ella muera o por razones de salud tenga que dejarlo, les ha pedido a sus hijos que no vendan el terreno y que dediquen tiempo a buscar una forma de seguir produciendo allí. En este sentido, el enseñar a otros es una de las alternativas que quiere desarrollar con este propósito, y para ello se encuentra formando una suerte de aprendiz que sea capaz de trabajar junto a ella desde ahora para luego quedarse él a cargo.

Dejarle esto a alguien, no quiero que esto cuando yo muera se me muera, yo les digo, voy a torturar a los cabros si dejan de funcionar en esto, o ven una persona pero esto no puede morir. Yo voy a morir pero esto de aquí no puede morir, es mucha la inversión y el sacrificio y el cariño que le tengo para que me lo dejen todo botado. Ellos saben, yo les digo, yo los voy a arrastrar de las mechas si me dejan esto botado, tienen que seguir.

En este sentido, Ana trabaja en labores bastante extendidas en el mundo rural como lo son la agricultura y la floricultura, pero lo hace de manera solitaria e independiente desde que tuvo que generar ingresos económicos para solventar los gastos familiares, razón por la cual la conservación de su trabajo en aquel predio es algo de gran importancia para ella. No obstante, sus hijos se encuentran dedicados a otro tipo de trabajos que no están relacionados con el campo, por lo cual Ana ha debido orientar su enseñanza hacia quienes provienen de instituciones o familias de campo.

En suma, la empresa familiar formada por Ana depende por completo de alguien que se sume a su trabajo y pueda continuarlo luego de que ella deje de trabajar, pero el desempeñar todo tipo de labores en su parcela a tiempo completo, le dificulta aumentar significativamente la oferta de sus servicios de transmisión de conocimientos, razón por la cual se ha dedicado a recibir a distintos grupos de entidades educacionales o par ticulares que la acompañen en su quehacer diario, pero no cuenta con

la oportunidad de trasladarse para enseñar a otros porque no puede ausentarse de su campo por periodos de tiempo prolongados que implican abandonar la producción.

A partir de esta experiencia es preciso constatar que si bien es posible desarrollar actividades en el campo que le permiten subsistir a familias y comunidades completas, se trata de un trabajo en base a conocimientos heredados y transmitidos de manera tradicional a través de las generaciones, por lo cual la migración de los hijos constituye un factor de riesgo importante para el quehacer de los padres y la consecuente entrega de conocimientos, además de implicancias económicas como la pérdida de la inversión en los terrenos y la infraestructura para la producción.

HISTORIAS DE VIDA