Hobsbawm-Sobre La Historia - Cap 11, Marx y la historia

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    Cuadernos Polticos , nmero 48, Mxico D.F., ed. Era, octubre-diciembre, 1986, pp.73-81.

    Eric HobsbawmMarx y la historia*

    Estamos aqu para discutir temas y problemas de la concepcin marxista de la historia, cien aodespus de la muerte de Marx. ste no es un ritual de celebracin de su centenario, pero s esimportante que comencemos por recordar el papel nico de Marx dentro de la historiografa. Lohar sencillamente por medio de tres ilustraciones. La primera es autobiogrfica. Cuando yo erestudiante en Cambridge en los aos treinta, muchos de los hombres y mujeres ms aptos seafiliaron al Partido Comunista. Pero como sta era una poca muy brillante en la historia de ununiversidad muy distinguida, muchos de ellos estaban profundamente influidos por los grandenombres a cuyos pies nos sentbamos. All, entre los jvenes comunistas, solamos decir enbroma que los filsofos comunistas eran wittgensteinianos, los economistas comunistas eran

    keynesianos, los estudiantes comunistas de la literatura eran discpulos de F .R. Leavis. Y lohistoriadores? Eran marxistas, porque no haba ningn historiador que conociramos enCambridge .ni en ninguna otra parte y conocamos a algunos grandes, como Marc Bloch qupudiera competir con Marx como maestro y como inspiracin. Mi segundo ejemplo es similarTreinta aos despus, en 1969, Sir John Hicks, ganador del premio Nobel, public suTeora dela Historia Econmica. Escribi: La mayora de aquellos [que deseen otorgar un lugar al cursogeneral de la historia] usaran las categoras marxianas, o alguna versin modificada de ellas, yque no hay muchas versiones alternativas disponibles. Sin embargo, sigue siendo extraordinarioque cien aos despus de Das Kapital [...] no haya surgido mucho ms1 Mi tercera ilustracinproviene del esplndido libro de Fernand Braudel El capitalismo y la vida material, un libro cuyottulo mismo indica un vnculo con Marx. En ese ilustre trabajo se alude a Marx ms que a ningn

    otro autor, ms an que a cualquier otro autor francs. Un tributo de esta naturaleza de un pas nomuy dado a subestimar a sus pensadores nacionales, es en s impresionante.

    ESCRITOS HISTRICOS

    Esta influencia de Marx en la escritura de la historia no es un desarrollo evidente. Aunque econcepto materialista de la historia es el fundamento del marxismo, y aunque todo lo que Marxescribi est impregnado de historia, Marx mismo no escribi mucha historia en el sentido en eque los historiadores la entienden. En este respecto Engels fue ms historiador, pues escribi mtrabajos que razonablemente podran clasificarse como historia en las bibliotecas. Desde luegMarx estudi historia y era erudito en extremo. Pero no escribi ningn trabajo que dijeraHistoria en el ttulo, a excepcin de una serie de artculos polmicos antizaristas que despus spublic bajo el ttulo La historia secreta de la diplomacia en el siglo XVIII y que es uno de sustrabajos menos valiosos. Lo que llamamos criterios histricos de Marx consisten casiexclusivamente de anlisis polticos de acontecimientos actuales y comentarios periodsticos1*Dictado por el autor en la conferencia del Centenario de Marx, organizada por la Repblica de San Marino en1983.

    J. Hicks, A Theory of Economic History, Londres, 1969, p. 3-8.

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    combinados con cierto trasfondo histrico. Sus anlisis polticos, como La lucha de clases en Francia y El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, son realmente notables. Sus voluminososescritos periodsticos, aunque notodos son de igual inters, contienen anlisis de la mayorrelevancia uno piensa en sus artculos sobre la India y son, en todo caso, ejemplos de cmoMarx aplic su mtodo a problemas concretos tanto de historia como de un periodo que desde

    entonces se ha convertido en historia. Pero no fueron escritos en tanto que historia, como laentienden las personas que se dedican al estudio del pasado. Finalmente, el estudio que Marx hizodel capitalismo contiene una enorme cantidad de material histrico, ilustraciones histricas yotros elementos importantes para el historiador.

    As, el grueso del trabajo histrico de Marx est integrado a sus escritos tericos y polticosTodos ellos consideran el desarrollo histrico dentro de un marco ms o menos a largo plazo, queabarca todo el lapso del desarrollo humano. Deben leerse en conjunto con los escritos que secentran en periodos cortos o en problemas y temas particulares, o en la historia detallada deacontecimientos concretos. Sin embargo, no puede encontrarse en Marx ninguna sntesiscompleta del proceso del desarrollo histrico; ni tampoco puede tratarse a El Capital como unahistoria del capitalismo hasta 1867.

    Existen tres razones, dos menores y una fundamental, por lo cual esto es as; y por qu loshistoriadores marxistas no se limitan meramente a comentar a Marx sino que llevan a cabo lo quel mismo no hizo. Primero, como sabemos, Marx tuvo una gran dificultad para terminar susproyectos literarios. Segundo, sus puntos de vista continuaron evolucionando hasta su muerteaunque sujetos a un marco establecido a mediados de los 1840. Tercero, y ms importante, ensus trabajos ms maduros Marx deliberadamente estudi la historia en un orden inverso, tomandoal capitalismo desarrollado como su punto de partida. El hombre era la clave para la anatomdel simio. Desde luego, esto no es un procedimiento antihistrico. Implica que el pasado nopuede ser entendido exclusiva o primariamente en sus propios trminos: no slo porque formaparte de un proceso histrico, sino porque tambin slo ese proceso histrico nos ha permitidoanalizar y entender cosas sobre ese proceso y sobre el pasado. Tomemos el concepto detrabajo,fundamental para el concepto materialista de la historia. Antes del capitalismo o antes deAdam Smith, como Marx lo dice ms especficamente el concepto de trabajo-en-general, adiferencia de las clases particulares del trabajo que son cualitativamente diferentes y nocomparables, no exista. Mas si hemos de entender la historia de la humanidad, en un sentidoglobal, a largo plazo, como la utilizacin progresiva y efectiva de la naturaleza por el hombreentonces el concepto del trabajo social en general resulta esencial. La posicin de Marx an esdebatible, en el sentido de que no puede decimos si un anlisis futuro, basado en el desarrollohistrico futuro, ser capaz de hacer descubrimientos analticos comparables que permitan a lopensadores reinterpretar la historia de la humanidad en trminos de algn otro concepto analticcentral. ste es un hueco potencial en el anlisis, aun cuando no pensamos que tal futurodesarrollo hipottico pueda abandonar la centralidad del anlisis marxista del trabajo, al me- norespecto a ciertos aspectos obviamente cruciales de la historia humana. No intento cuestionar aMarx, sino sencillamente mostrar que su postura debe excluir mucho de lo que a los historiadoreles interesa saber como algo de no inmediata relevancia para su propsito; por ejemplomuchos aspectos de la transicin del feudalismo al capitalismo. stos fueron dejados a losmarxistas posteriores, aunque es cierto que Federico Engels, siempre ms interesado en lo quesucedi realmente, se ocup ms de tales asuntos.

    El concepto materialista de la historia

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    La influencia de Marx en los historiadores, y no slo en los historiadores marxistas, est, sinembargo, basada tanto en su teora general (el concepto materialista de la historia), con susalusiones y esbozos de la configuracin general del desarrollo histrico de la humanidad desde ecomunalismo primitivo hasta el capitalismo, cuanto en sus observaciones concretas en relacin aspectos particulares, periodos y problemas del pasado. No quiero decir mucho acerca de estas

    ltimas, aun cuando han sido extremadamente influyentes y an pueden ser muy estimulantes eiluminadoras. El primer volumen de El Capital contiene tres o cuatro referencias ms o menosmarginales acerca del protestantismo, pero el debate acerca de la religin en general y elprotestantismo en particular, as como sobre el modo de produccin capitalista, se deriva de ellasDe manera similar, El Capital tiene una nota al pie de pgina sobre Descartes en que vincula suspuntos de vista (animales como mquinas, lo real en oposicin a lo especulativo, la filosofacomo medio para dominar la naturaleza y perfeccionar la vida humana) con el periodo de lamanufactura y plantea la pregunta de por qu los primeros economistas preferan a Hobbes y aBacon como filsofos, y los posteriores a Locke. (Por su parte, Dudley North crea que el mtodocartesiano haba comenzado a liberar a la poltica econmica de sus antiguas supersticiones.)2 Hacia el ao de 1890 los no-marxistas ya estaban utilizando esto para ejemplificar la notableoriginalidad de Marx, y todava hoy puede proporcionar material para un seminario de al menoseis meses de duracin. Sin embargo, no ser necesario convencer a ninguno de los asistentes esta reunin de la genialidad de Marx o de la gama de sus conocimientos e intereses; y debeapreciarse que muchos de sus escritos acerca de aspectos particulares del pasado reflejaninevitablemente el conocimiento histrico disponible en su tiempo.

    Vale la pena discutir ms la concepcin materialista de la historia porque hoyes punto decontroversia o de crtica no slo de los no-marxistas y los antimarxistas, sino tambin dentro demarxismo. Por generaciones fue la parte menos cuestionada del marxismo y se le considerabacorrectamente creo yo, como su meollo. Desarrollada en el transcurso de la crtica que Marx yEngels hicieron de la filosofa e ideologa alemanas, la concepcin materialista de la historiaapunta esencialmente contra la creencia de que las ideas, pensamientos y conceptos producendeterminan y dominan al hombre, sus condiciones materiales y su vida real.3 A partir de 1846este concepto permaneci casi inalterado. Puede resumrsele en una sola frase, repetida convariantes: No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina laconciencia.4 Ya est elaborada en La ideologa alemana: Esta concepcin de la historia por tanto se basa en explicar el proceso real de produccinempezando por la produccin material de la vida misma- y en comprender la forma de relacinconectada con y creada por este modo de produccin, por ejemplo, la sociedad civil en sus variaetapas, como la base de toda la historia; describindola en su accin como Estado, y tambinexplicando cmo todos los distintos productos tericos y formas de la conciencia, la religin, lafilosofa, la moralidad, etctera, etctera, surgen de ella, y rastreando el proceso de su formacindesde esa base; es as como todo el conjunto puede, por supuesto, ser representado en su totalidad(y por lo tanto tambin las acciones recprocas de estos diferentes aspectos entre s).5 Debemosnotar de paso que para Marx y para Engels el verdadero proceso de produccin no es

    2 Citado de El Capital, vol. I, Carlos Marx, Penguin Books, Harmondsworth, 1976, p. 513.

    3 Marx, Engels. La ideologa alemana, ed. Pueblos Unidos, Buenos Aires, 1973, p. 26.

    4 Ibid., p. 37.

    5 Ibid., p. 53.

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    simplemente la produccin material de la vida misma, sino algo ms amplio. Para utilizar la justa formulacin de Eric Wolf, es el complejo conjunto establecido de relaciones mutuamentedependientes entre naturaleza, trabajo, labor y organizacin social.6 Tambin debemos notar quelos humanos producen tanto con las manos como con la cabeza.7 Esta concepcin no es historia sino una gua para ella y un programa de investigacin. Citemo

    nuevamente La ideologa alemana:Ah donde termina la especulacin, donde comienza la vida real, ah por consiguienteempieza la verdadera ciencia positiva, la explicacin de la actividad prctica, del procesoprctico del desarrollo humano [...] Cuando se describe la realidad, la filosofaautosuficiente[die selbstiindinge Philosophie] pierde su medio de existencia. En el mejorde los casos su lugar slo puede ocuparlo una suma de los resultados ms generales,abstracciones que se derivan de la observacin del desarrollo histrico de los hombres.Estas abstracciones, divorciadas de la historia real, no tienen valor alguno en s mismas.Slo pueden servir para facilitar el acomodo del material histrico, para indicar la secuenciade sus estratos independientes. Pero de ninguna manera proporcionar una receta o unesquema, como lo hace la filosofa, para recortar ntidamente las pocas de la historia.8

    La formulacin ms completa viene en el Prefacio de 1859 a laContribucin a la crtica de laeconoma poltica. Debe preguntarse, desde luego, si uno puede rechazarlo y seguir siendomarxista. Sin embargo, es perfectamente claro que esta formulacin ultraconcisa requiere de unelaboracin: la ambigedad de sus trminos ha suscitado un debate acerca del significado precisode fuerzas y relaciones sociales de produccin, lo que constituye la base econmica, .lasuperestructura, etctera. Tambin est perfectamente claro el principio que, debido a que losseres humanos tienen conciencia, el concepto materialista de la historia es labase de laexplicacin histrica, pero no la explicacin histrica en s. La historia no es como la ecologalos seres humanos deciden y piensan acerca de lo que sucede. Lo que no queda tan claro es si edeterminista en el sentido de que nos permite descubrir lo que sucederinevitablemente, adiferencia de los procedimientos generales de la transformacin histrica. La cuestin de lainevitabilidad histrica slo puede resolverse de manera firme en retrospectiva, y aun as slocomo una tautologa: lo que sucedi era inevitable porque no pas otra cosa; por lo tantocualquier cosa que hubiera podido ocurrir es de inters acadmico. Marx quera probar a priorque un cierto resultado histrico, el comunismo, era el producto inevitable del desarrollohistrico. Pero de ninguna manera parece claro que esto pueda demostrarse a travs de un anlisihistrico cientfico. Lo que era patente desde un principio es que el materialismo histrico no erdeterminismoeconmico: no todos los fenmenos no-econmicos de la historia pueden derivarsede fenmenos econmicos especficos, y los acontecimientos y las fechas particulares no estndeterminados en este sentido. Aun los ms rgidos proponentes del materialismo histricodedicaron largas discusiones al papel del accidente y del individuo en la historia (Plejnov); ypese a todas las crticas filosficas que puedan hacerse a las formulaciones de Engels, ste fuebastante poco ambiguo en este punto en sus ltimas cartas a Bloch, Schmidt, Starkenburg y otrosMarx mismo, en textos tan especficos como El dieciocho brumario y en textos periodsticos de

    6 E. Wolf. Europa y el pueblo sin historia, Berkeley, 1983, p. 74.

    7 lbid., p. 75.

    8 La ideologa alemana, cit., p. 37.

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    los aos cincuenta, no deja duda alguna de que su punto de vista era bsicamente el mismo.

    El ser y la conciencia

    En realidad, el argumento crucial acerca de la concepcin materialista de la historia ha tenido qu

    ver con la relacin fundamental entre el ser social y la conciencia. Esto se ha centrado no tanto enconsideraciones filosficas (por ejemplo idealismo contra materialismo) o en cuestionemorales (cul es el papel del libre albedro y de la accin humana consciente?, si la situacinno est madura, cmo podemos actuar?), cuanto en problemas empricos de historiacomparativa y antropologa social. Un argumento tpico sera que es imposible distinguir lasrelaciones sociales de produccin de las ideas y los conceptos (por ejemplo, distinguir la base dla superestructura), en parte porque sta es, en s, una distincin histrica retrospectiva, y en partporque las relaciones sociales de produccin estn estructuradas por la cultura y por conceptoque no pueden ser reducidos a ellas. Otra objecin sera que ya que un cierto modo de produccines compatible conn tipo de conceptos, stos no pueden explicarse mediante la reduccin a labase. As, sabemos de sociedades que tienen la misma base material pero con diferentesmaneras de estructurar las relaciones sociales, la ideologa y otros rasgos superestructuralesHasta este grado la visin que tienen los hombres del universo determina las formas de suexistencia social, al menos en la medida en que stas determinan a aqulla. Lo que designan estopuntos de vista debe entonces analizarse de modo distinto: por ejemplo, siguiendo a Lvi-Strausscomo un conjunto de variaciones sobre un nmero ilimitado de conceptos intelectuales.

    Dejemos de lado la cuestin de si Marx abstrae de la cultura. (Mi propio punto de vista es queen sus escritos histricos es todo lo contrario de un reduccionista econmico.) El hechofundamental sigue siendo que el anlisis de cualquier sociedad, en cualquier momento de sudesarrollo histrico, debe comenzar con el anlisis de su modo de produccin: esto es decir, de ala forma tcnico-econmica del metabolismo entre el hombre y la naturaleza (Marx), la maneraen que el hombre se adapta a la naturaleza y la transforma a travs del trabajo: y b] los arreglossociales por medio de los cuales el trabajo es movilizado, organizado, distribuido. Hoy esto esas: si deseamos comprender lo que sea acerca de Gran Bretaa o Italia a finales del siglo XXobviamente debemos comenzar por las transformaciones masivas de los mtodos de produccinque se llevaron a cabo en los aos cincuenta y sesenta. En el caso de las sociedades msprimitivas, la organizacin basada en el parentesco y en el sistema de ideas (del cual laorganizacin por parentesco es, entre otras cosas un aspecto) depender de si estamos tratandocon una economa basada en la recoleccin o en la produccin de alimentos. Por ejemplo, comolo ha sealado Wolf,9 en una economa basada en la recoleccin de alimentos los recursos estnampliamente disponibles para cualquiera con la habilidad de obtenerlos, y en la economa basaden la produccin de alimentos (agrcola o pastoral) el acceso a estos recursos es restringido. Debeser definido, no slo aqu y ahora sino a lo largo de generaciones.

    Ahora bien, aunque el concepto de base y superestructura es esencial para definir una serie deprioridades analticas, la concepcin materialista de la historia se enfrenta a otra crtica ms seriaMarx sostiene no slo que el mtodo de produccin es primario y que la superestructura debe dalguna manera conformarse a las distinciones esenciales entre los seres humanos que implica(es decir, las relaciones sociales de produccin), sino tambin que hay una inevitable tendenciaevolutiva al desarrollo de las fuerzas productivas materiales de la sociedad y, merced a ella, a queentren en contradiccin con las relaciones de produccin existentes y sus expresiones

    9 Wolf, op. cit., pp. 91-92.

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    superestructurales relativamente inflexibles, las cuales entonces tienen que ceder. Como G.ACohen ha sostenido, esta tendencia evolutiva es, entonces, en el sentido ms amplio, tecnolgica.

    El problema no es tanto por qu debera existir esta tendencia, ya que, a travs de la historia demundo entero, sin lugar a dudas ha existido hasta nuestros das. El verdadero problema est enque, evidentemente, esta tendencia no es universal. Aunque podemos dar explicaciones sobre

    muchos casos de sociedades en que no se presenta, o parece detenerse en cierto punto, esto no esuficiente. Bien podemos postular una tendencia general a progresar de la recoleccin a laproduccin de alimentos (donde esto no sea imposible o innecesario por razones ecolgicas)pero no podemos hacer lo mismo para los desarrollos modernos de la tecnologa y laindustrializacin, los cuales han conquistado el mundo desde una, y una sola, base regional. Estoparece crear una trampa sin salida: obien no hay una tendencia general de desarrollo de lasfuerzas materiales de la produccin de una sociedad, o a desarrollarse ms all de cierto punto; ecuyo caso el desarrollo del capitalismo occidental debe ser explicado sin una referencia primaria una tendencia tan general, y la concepcin materialista de la historia slo puede en el mejor dlos casos utilizarse para explicar un caso en especial. (Apunto de pasada que abandonar laopinin de que los hombres estn actuando constantemente de una manera que tiende a aumentasu control sobre la naturaleza no es realista y produce considerables complicaciones histricas yde otros tipos.)O bien existe tal tendencia histrica general; en cuyo caso debemos explicar porqu no ha funcionado en todas partes, o por qu en muchos casos (por ejemplo en China) ha sidoefectivamente contrarrestada con toda claridad. Parecera que tan slo la fuerza, la inercia o algnotro poder de la estructura social y de la superestructura sobre la base material pudieron habedetenido el movimiento de esa base material.

    Desde mi punto de vista esto no crea un problema insuperable para la concepcin materialistade la historia como forma de interpretacin del mundo. El mismo Marx, que estaba muy lejos deser un pensador de una sola lnea, ofreci una explicacin de por qu algunas sociedadesevolucionaron desde la antigedad clsica al capitalismo pasando por el feudalismo y, tambinpor qu no lo hicieron otras sociedades (la mayora de las cuales pueden ms o menos agruparsbajo el Modo de Produccin Asitico). Sin embargo, esto crea una dificultad muy grande para lconcepcin materialista de la historia como manera decambiar el mundo. El meollo delargumento de Marx con respecto a esto es que la revolucin debe venir porque las fuerzas deproduccin han alcanzado, o deben alcanzar, un punto en el cual son incompatibles con eltegumento capitalista de las relaciones de produccin. Pero, si puede demostrarse que en otrasociedades no ha habido ninguna tendencia a crecer de las fuer- zas materiales, o bien que sucrecimiento ha sido controlado o desviado por la fuerza de la organizacin social y lasuperestructura, o que sta misma ha impedido el estallido de la revolucin tal como la define ePrefacio de 1859, entonces por qu no ocurre lo mismo en la sociedad burguesa? Por supuestosera posible y hasta relativamente fcil formular un argumento histrico ms modesto sobre lanecesidad o acaso la inevitabilidad de la transformacin del capitalismo en socialismo. Peroentonces perderamos dos cosas que eran importantes para Karl Marx, y ciertamente para susseguidores (yo incluido): a] la idea de que el triunfo del socialismo es el fin lgico de toda laevolucin histrica hasta la fecha; y b] que el socialismo marca el fin de la prehistoria, en esentido de que no puede ser ni ser una sociedad "antagonista.

    Modos de produccin

    Esto no afecta el valor del concepto de modo de produccin, que el Prefacio define como eagregado de las relaciones de produccin que constituyen la estructura econmica de una

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    sociedad y forman el modo de produccin de los medios materiales de la existencia.Cualesquiera que sean las relaciones de produccin, y cualesquiera sean las otras funciones qupuedan tener, el modo de produccin constituye la estructura que determina la forma que tomarnel crecimiento de las fuerzas productivas y de la distribucin del excedente, y determina cmo lsociedad puede o no cambiar sus estructuras, y cmo, en momentos adecuados, la transicin a

    otro modo de produccin pueda llevarse o se llevar a cabo. Tambin establece la gama deposibilidades superestructurales. En resumen, el modo de produccin es la base para comprendela variedad de sociedades humanas y sus interacciones. As como sus dinmicas histricas. Emodo de produccin no es idntico a una sociedad: la sociedad es un sistema de relacioneshumanas, o para ser ms precisos, una relacin entre grupos humanos. El concepto de modo deproduccin (MDP) sirve para identificar las fuerzas que conforman la alineacin de estosgrupos; lo cual puede hacerse de varias maneras en diferentes sociedades, dentro de una ciertgama. Forman los MDP una serie de etapas evolutivas ordenadas cronolgicamente o de algunaotra manera? No parece haber mucha duda de que Marx vea a los MDP como formando unaserie en la que la creciente emancipacin del hombre de la naturaleza y su control sobre ellaafectaban tanto a las fuerzas como a las relaciones de produccin. De acuerdo con este grupo dcriterios, podra pensarse que los distintos MDP estn agrupados en orden ascendente. Peromientras es claro que algunos MDP no pueden situarse o pensarse unos antes que otros (porejemplo aquellos que requieren la produccin de mercancas o mquinas de vapor antes quaquellos que no la requieren), la lista de MDP que hizo Marx no intenta formar una cronologalineal sucesiva. De hecho, es cuestin de observar que en todos, menos los (hipotticos) estadoms primitivos del desarrollo humano, ha existido una variedad de MDP que coexisten einteractan.

    Un modo de produccin abarca tanto un programa particular de produccin (una manera deproducir sobre la base de una tecnologa particular y la divisin productiva del trabajo) como unconjunto especfico histrico de relaciones sociales a travs de las cuales se despliega el trabajopara arrebatar energa a la naturaleza por medio de herramientas, habilidades, organizacin yconocimiento, en una cierta fase de su desarrollo, y a travs de la cual el remanente socialmenteproducido es circulado, distribuido y utilizado para acumularse o para algn otro fin. Una historimarxista debe considerar ambas funciones. Aqu est la debilidad de un libro importantsimo ymuy original del antroplogo Eric Wolf: Europa y el pueblo sin historia. En l Wolf intentademostrar cmo la expansin global y el triunfo del capitalismo han afectado a las sociedadesprecapitalistas que aqul ha integrado a su sistema mundial; y cmo el capitalismo, a su vez, hasido modificado y moldeado al ser empotrado, en cierto sentido, dentro de una pluralidad demodos de produccin. ste es un libro de conexiones ms que de causas, aunque las conexionepuedan resultar esenciales para el anlisis de las causas. De manera brillante explica una forma decomprender las caractersticas estratgicas de [...] [la] variabilidad de diferentes sociedadesesto es, las formas en las que podran modificarse o no por el contacto con el capitalismo.Incidentalmente, tambin nos proporciona una gua para entender las relaciones entre los MDP las sociedades que los contienen y sus ideologas o culturas10 Lo que no hace ni de hechointenta hacer es explicar el movimiento de la base material y de la divisin del trabajo, y por lotanto las transformaciones de los MDP. Wolf trabaja con tres grandes MDP o familias deMDP: el modo ordenado por el parentesco, el modo tributario y el modo capitalista. Peroaunque reconoce el cambio de una sociedad cazadora y recolectora de alimentos a una sociedadproductora dentro del modo ordenado por el parentesco, su mtodo tributario es un vasto

    10 Wolf, op. cit., p. 389.

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    continuo de sistemas que incluye tanto lo que Marx llam feudal como lo que llam asiticoEn todos stos, los grupos dominantes que ejercen una fuerza poltica y militar se apropian de loexcedentes. Hay mucho que decir sobre esta clasificacin tan amplia, tomada de Samir Aminpero su inconveniente es que el mtodo tributario claramente incluye sociedades en muydiferentes etapas de capacidad productiva, de los seores feudales occidentales de la Edad Medi

    al Imperio Chino; de economas sin ciudades a las urbanizadas. Sin embargo, el anlisis toca sloperifricamente lo que es el problema esencial del por qu, cmo y cundo una variante demtodo tributario gener el capitalismo desarrollado.

    En resumen, el anlisis de los sistemas de produccin debe estar basado en el estudio de lasfuerzas materiales de produccin existentes: esto es, estudio tanto de la tecnologa y de laorganizacin como de la economa. No debemos olvidar que en el mismo Prefacio, cuyo pasajeposterior es citado con tanta frecuencia, Marx sostiene que la economa poltica es la anatoma dela sociedad civil. Sin embargo, en un aspecto el anlisis tradicional de los MDP y sutransformacin aun debe desarrollarse; y el trabajo marxista reciente lo ha hecho. A menudo, latransformacin real de un modo de produccin ha sido vista en trminos causales y unilinealesdentro de cada modo, se dice, existe una contradiccin bsica que genera la dinmica y lasfuerzas que llevarn a su transformacin. No est muy claro que sta sea la visin de Marx aexcepcin del capitalismo y ciertamente nos conduce a grandes dificultades y a debates sin finparticularmente en referencia a la transicin del feudalismo occidental al capitalismo. Parece dmayor utilidad hacer las siguientes dos suposiciones. Primero, que los elementos bsicos dentrode un modo de produccin que conducen a desestabilizarlo implican la potencialidad, ms que lacerteza, de la transformacin, pero que, dependiendo de la estructura del mtodo, tambinestablecen ciertos lmites al tipo de transformacin posible.Segundo, que los mecanismos queconducen a la transformacin de un modo a otro pueden no ser exclusivamente internos de esemodo, sino pueden surgir de la conjuncin e interaccin con sociedades con diferentesestructuras. En este sentido todo desarrollo es un desarrollomixto. En vez de buscar nicamentelas condiciones regionales especficas que llevan a la formacin de, digamos, el sistema peculiade la antigedad clsica en el Mediterrneo, o de la transicin del feudalismo al capitalismodentro de los feudos y las ciudades de Europa occidental, deberamos observar los distintoscaminos que conducen a los cruces y encrucijadas en que se encontraron estas regiones en ciertetapa de desarrollo.

    Este acercamiento que me parece cabe perfectamente dentro del espritu de Marx, y para ecual, si es preciso, puede encontrarse alguna autoridad textual facilita la explicacin de lacoexistencia de sociedades que progresan ms en el camino del capitalismo y aquellas que, hastno ser penetradas y conquistadas por l, no pudieron desarrollarse de esa manera. Pero tambincentra la atencin en un hecho, de que los historiadores y los capitalistas estn cada vez msconscientes: que la evolucin de este sistema es en s una evolucin mixta; que se construyesobre la base de materiales preexistentes, utilizndolos y adaptndolos pero tambin siendomoldeado por ellos. Investigaciones recientes sobre la formacin y el desarrollo de las clasestrabajadoras han servido para ilustrar este punto. De hecho, una de las razones por las que lopasados veinticinco aos en la historia del mundo han sido testigos de cambios sociales de talprofundidad, es que esos elementos precapitalistas, hasta ahora partes esenciales de la operacidel capitalismo, finalmente han sido demasiado erosionados por el desarrollo capitalista para jugar el papel vital que alguna vez ocuparon. Estoy pensando aqu, por supuesto, en la familia.

    El legado de Marx

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    Permtanme ahora volver a los ejemplos de que hablaba al principio de esta charla que ilustran lgran significacin que tuvo Marx para los historiadores. Marx sigue siendo la base esencial decualquier estudio adecuado de la historia, porque hasta ahora slo l ha intentado formulaun enfoque metodolgico de la historia como totalidad, y de concebir y explicar el proceso enterode la evolucin social humana. En este sentido es superior a Max Weber, su nico verdadero riva

    como influencia terica para los historiadores, y en muchos aspectos un suplemento importante ycorrectivo. Una historia basada en Marx es inconcebible sin adiciones weberianas, pero la historiweberiana es inconcebible excepto en la medida en que toma a Marx, o al menos el

    Fragestellung marxista, como punto de partida. Si deseamos responder la gran pregunta de todala historia principalmente, cmo, por qu y a travs de qu procesos ha evolucionado lahumanidad, del hombre de las cavernas al astronauta, el detentador de la fuerza nuclear y elingeniero gentico slo podemos hacerlo formulando preguntas al estilo de Marx, aunque noaceptemos todas sus respuestas. Lo mismo se aplica si queremos responder la segunda granpregunta implcita en la primera: por qu esta evolucin no ha sido pareja y lineal, sinoextraordinariamente desigual y combinada. Las nicas respuestas alternativas que han sidosugeridas formulan en trminos de evolucin biolgica (la sociobiologa), pero sonevidentemente inadecuadas. Marx no dijo la ltima palabra todo lo contrario pero s laprimera, y todava estamos obligados a continuar el discurso que l inaugur.

    El tema de esta charla es Marx y la Historia, y no es mi funcin anticipar aqu la discusinacerca de cules son (o deberan ser) los temas ms relevantes para los historiadores marxistas dhoy. Pero no quisiera terminar sin llamar la atencin hacia dos temas que a mi parecer requierende atencin urgente. El primero ya lo he mencionado: es el desarrollo de la naturaleza mixta ocombinada de cualquier sociedad o sistema social; su interaccin con otros sistemas y con epasado. Es, si desean, la elaboracin de la frase clebre de Marx en el sentido de que los hombrehacen su propia historia, pero no como ellos la eligen sino bajo circunstancias especficas, daday transmitidas desde el pasado. La segunda es la clase y la lucha de clases. Sabemos que amboson conceptos esenciales para Marx, al menos en la discusin de la historia del capitalismo, pertambin sabemos que los conceptos estn pobremente definidos en sus escritos, lo cual haoriginado grandes debates. Una gran parte de la historiografa marxista tradicional no ha podidoesclarecerlos, y por lo tanto esto ha acarreado dificultades. Permtanme dar un solo ejemploQu es la revolucin burguesa? Podemos pensar en una revolucin burguesa comohecha por una burguesa, como el objetivo de una lucha burguesa por el poder contra el antiguorgimen o la clase dominante que obstaculiza el camino de la institucin de una sociedadburguesa? O cundo podemos pensar que esto sucede as? Las crticas recientes de lainterpretacin marxista de las revoluciones inglesa y francesa han sido efectivas, en gran parteporque han demostrado que una imagen tan tradicional de la burguesa y de la revolucinburguesa es inadecuada. Deberamos haber sabido esto. Como marxistas, o de hecho comoobservadores realistas de la historia, no seguiremos a los crticos que niegan la existencia de talerevoluciones, o niegan que las revoluciones inglesas del siglo XVII y la revolucin francesaconsiguieron cambios fundamentales y la reorientacin burguesa de sus sociedades. Perotendremos que pensar con mayor precisin lo que queremos decir.

    Entonces, cmo podemos resumir el impacto de Marx en la escritura de la historia cien aodespus de su muerte? Podemos sealar cuatro puntos esenciales:

    l. La actual influencia de Marx en los pases no-socialistas es indudablemente mayor entre loshistoriadores de lo que lo fue durante mi vida y mi memoria abarca cincuenta aos yprobablemente ms que nunca desde su muerte. (La situacin en pases oficialmente

  • 7/31/2019 Hobsbawm-Sobre La Historia - Cap 11, Marx y la historia

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    comprometidos con sus ideas obviamente no puede compararse.) Es necesario decir esto, porquen Oeste momento hay un movimiento bastante generalizado de alejamiento de Marx entre losintelectuales, particularmente en Francia y en Italia. El hecho es que su influencia puede verse noslo en el gran nmero de historiadores que se proclaman marxistas, aunque es bastante grande, yet nmero que reconocen su significacin en la historia (por ejemplo Braudel en Francia, la

    escuela de Bielefeld en Alemania), sino tambin en el enorme nmero de historiadoresexmarxistas, a menudo eminentes, que sostienen el nombre de Marx ante el mundo (por ejemplPostan). Ms an, existen muchos elementos que, hace cincuenta aos, eran manejadosprincipalmente por marxistas y ahora se han vuelto parte de la principal corriente de la historiaEs cierto que esto no ha sido slo debido a Carlos Marx, pero probablemente el marxismo ha sidola influencia principal en la modernizacin de la escritura de la historia contempornea.

    2. El marxismo, tal y como se escribe y discute hoy, al me- nos en la mayora de los pases, toma Marx como punto de partida y no como su punto de llegada. No quiero decir quenecesariamente este marxismo est en desacuerdo con los textos de Marx, aunque est preparadopara hacerlo donde stos estn equivocados o donde son obsoletos. Esto sucede claramente en ecaso de su visin de las sociedades orientales y del modo de produccin asitico, brillantes yprofundas como a menudo eran sus ideas, y tambin respecto a sus puntos de vista sobre lassociedades primitivas y su evolucin. Como se ha sealado en un reciente libro sobre elmarxismo y la antropologa escrito por un antroplogo marxista: El conocimiento de Marx yEngels de las sociedades primitivas era bastante insuficiente como base para la antropologamoderna. Tampoco quiero decir que este marxismo necesariamente desee revisar o abandonalas lneas principales del concepto materialista de la historia, aunque est preparado paraconsiderarlas crticamente donde sea necesario. Por mi parte, no deseo abandonar la concepcinmaterialista de la historia. Pero la historia marxista, en sus versiones ms fructferas, ahora utilizlos mtodos de Marx ms que comentar sus textos; excepto donde claramente vale la penacomentarlos. Tratamos de hacer lo que el mismo Marx no hizo.

    3. Hoy la historia marxista es plural. Una sola interpretacin correcta no es lo que Marx noshered: se volvi parte de la herencia marxista, particularmente a partir de 1930 ms o menospero esto ya no se acepta ni es aceptable, al menos ah donde la gente tiene una opcin en elasunto. Este pluralismo tiene sus desventajas. Son ms obvias entre quienes teorizan acerca de lhistoria que entre quienes la escriben, pero son visibles aun entre estos ltimos. Sin embargo, ysea que pensemos que estas desventajas son ms grandes o mas pequeas que las ventajas, epluralismo del trabajo marxista de hoy constituye un hecho ineludible. Es ms, no hay nada maloen ello: La ciencia es un dilogo entre distintos puntos de vista basados en un mtodo comnSlo deja de ser ciencia cuando no hay un mtodo para decidir cul de los dos puntos de vistacontendientes est equivocado o es menos fructfero. Desafortunadamente, a menudo ste es ecaso en la historia, pero de ninguna manera slo en la historia marxista.

    4. Hoy la historia marxista no est, ni puede estar, aislada del resto del pensamiento y de lainvestigacin histrica. sta es una declaracin con una perspectiva doble. Por una parte lomarxistas ya no rechazan excepto como fuente de material bsico para su trabajo los escritode historiadores que no pretenden ser marxistas, o que de hecho son antimarxistas. Si son buenosdebe tomrseles en cuenta. Esto no nos detiene, sin embargo, para criticar o librar una batallaideolgica aun contra los buenos historiadores que actan como idelogos. Por otra parte, elmarxismo ha transformado la corriente fundamental de la historia a tal grado que a menudo hoy

  • 7/31/2019 Hobsbawm-Sobre La Historia - Cap 11, Marx y la historia

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    resulta imposible decir si un trabajo particular ha sido escrito por un marxista o por un no-marxista, a menos que el autor nos advierta de su posicin ideolgica. Esto no es causa delamentaciones. Me gustara pensar en un tiempo futuro en que nadie preguntara si los autores somarxistas o no, porque entonces los marxistas podran estar satisfechos con la transformacin dla historia alcanzada a travs de las ideas de Marx. Pero estamos lejos de una condicin tan

    utpica; las luchas de ideologa y poltica, clase y liberacin del siglo XX son tales que nisiquiera es concebible. Para el futuro previsible, tendremos que defender a Marx y al marxismodentro y fuera de la historia, contra aquellos que lo atacan con bases polticas e ideolgicas. Ahacerlo, defenderemos tambin la historia, y la capacidad del hombre para comprender cmo emundo ha llegado a ser lo que es, y cmo el hombre puede avanzar hacia un futuro mejor.

    [Tomado de New Left Review, n. 143, Londres, 1984. Traduccin de Laura Emilia Pacheco]