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IS Working Papers 3.ª Série, N.º 45 Hombres cuidadores de personas en situación de dependencia. Un estudio en curso de la ciudad de Valencia (España) Juan Antonio Rodríguez del Pino Porto, dezembro de 2016

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IS Working Papers

3.ª Série, N.º 45

Hombres cuidadores de

personas en situación de

dependencia. Un estudio

en curso de la ciudad de

Valencia (España) Juan Antonio Rodríguez del Pino

Porto, dezembro de 2016

IS Working Paper, 3.ª Série, N.º 45

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Hombres cuidadores de personas en situación de

dependencia. Un estudio en curso de la ciudad de

Valencia (España)

Juan Antonio Rodríguez del Pino

Grupo IMAS∗, Departamento de Sociología y Antropología Social, Universidad de Valencia

E-mail: [email protected]

Submetido para avaliação: dezembro de 2016/Aprovado para publicação: dezembro de 2016

Resumen

En nuestra sociedad, cada vez más envejecida, el aumento de la población dependiente

está implicando cambios sociales. Primero con la visibilidad de la problemática, tras el

reconocimiento de la ley que la ampara (Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de

Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de

dependencia); y segundo, la feminización del rol de persona cuidadora, con las

consecuencias que de ello se deriva. ¿Pero cómo viven su rol cuidador los hombres

que lo ejercen? ¿Pueden descubrir elementos positivos de esa labor? ¿Es posible que

los hombres puedan asumir el cuidado como un valor propio? Desde la Universidad

de Valencia se inició en agosto de 2016 un estudio de un año de duración, financiado

por el Ayuntamiento de Valencia. Esta investigación pretende observar como perciben

su propio rol de cuidador, los hombres que desarrollan habitualmente esta función de

cuidado. Asimismo determinar que consecuencias positivas puede reportarles el

cuidado informal en la atención a personas dependientes, para así revalorizar un

elemento claramente denostado; y promover actitudes y acciones que fomenten el rol

del cuidado en los hombres. Presentamos los resultados, necesariamente incompletos,

de la primera fase del estudio y las primeras valoraciones de una investigación inédita

en el marco territorial de la Comunidad Valenciana.

Palabras clave: dependencia, cuidado, hombres, dar valor, investigación, Valencia.

∗ Grupo IMAS (Igualdad y Masculinidad en el Ámbito Sociolaboral) de la Universitat de València, formado por los

Doctores Juan Antonio Rodríguez del Pino y Enric Sigalat Signes, las profesoras Susana Marín Traura y Teresa Samper

Mas y la investigadora Ana Elisa Moreno Ruiz.

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Resumo

Na nossa sociedade, cada vez mais envelhecida, o aumento da população dependente

tem implicado alterações sociais. Primeiro, e com base na visibilidade do problema,

surge o reconhecimento da lei que protege (Lei 39/2006 de 14 de Dezembro sobre a

Promoção da Autonomia Pessoal e cuidados às pessoas dependentes); e, segundo, o

papel atribuido de cuidador comúnmente atribuido às mulheres, com as

consequências que se daí advêm. Mas, como vivem os homens no papel de cuidador

que também exercem? É possível salientar elementos positivos deste trabalho? É

possível que os homens possam cuidar por um valor próprio?

Este estudo, com inicio em 2016 e financiado pela Cidade de Valência, tem como

objetivo observar como os homens percebem o seu próprio papel de cuidador, ou seja,

homens que costumam desenvolver esta função de cuidado. Procuramos abordar e os

resultados positivos no cuidado informal a pessoas dependentes e, assim, reavaliar

elemento claramente insultado, promovendo atitudes e ações que potenciem o papel

dos cuidados nos homens. Os resultados são preliminares e correspondem à primeira

fase do presente projeto.

Palavras-chave: dependência, cuidado, homens, dar valor, investigação, Valencia.

Abstract

In our increasingly aging society, the increase in the dependent population is implying

changes. First with the visibility of the problem, after the recognition of the law that

protects it (Law 39/2006, of December 14, on Promotion of Personal Autonomy and

Care for people in a situation of dependency); And secondly, the feminization of the

role of caregiver, with the consequences that result from it. But how do the men who

exercise it live their role in care? Can you find positive elements of this work? Is it

possible that men can take care of as self-worth?

From the University of Valencia began in August 2016 a study of a year, funded by the

City of Valencia. This research tries to observe how they perceive their own role of

caregiver, the men who usually develop this care function. Also determine what

positive consequences can inform informal care in care for dependent persons, to

revalue a clearly dejected element; And promote attitudes and actions that promote

the role of care in men.

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We present the necessarily incomplete results of the first phase of the study and the

first evaluations of an unpublished research in the territorial framework of the

Valencian Community.

Keywords: dependence, care, men, give value, investigation, Valencia.

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1. Introducción

Una de las prioridades de Horizonte 2020 es la dedicada a los retos de la sociedad,

según se indica en el Portal Español del Programa Marco de Investigación e

Innovación de la Unión Europea. En este bloque se reflejan las prioridades políticas de

la estrategia Europa 2020 con la finalidad de estimular la investigación y la innovación

que permiten conseguir los objetivos políticos de la Unión.

Dentro de estas prioridades, la financiación se centrará en diversos objetivos

específicos (retos), entre ellos destaca el denominado: Salud, Cambio Demográfico y

Bienestar.

Así, todas las actividades aplicarán un enfoque basado en ofrecer respuesta a los retos

que afronta la sociedad, incluyendo investigación básica o aplicada, transferencia de

tecnología o innovación, centrándose en las prioridades políticas sin predeterminar las

tecnologías o soluciones que han de desarrollarse. No sólo habrá que tener en cuenta

soluciones basadas en la tecnología, sino también la innovación no tecnológica y la

organizativa, así como los sistemas de innovación y la innovación en el sector público.

Se enfatizará la reunión de una masa crítica de recursos y conocimientos de diferentes

campos, tecnologías, disciplinas científicas e infraestructuras de investigación, para

abordar los desafios. Las actividades cubrirán el ciclo completo, de la investigación en

el mercado, poniendo el acento en las actividades relacionadas con la innovación, tales

como ejercicios piloto, actividades de demostración, bancos de pruebas, soporte a la

contratación pública, diseño, innovación impulsada por el usuario final, innovación

social, transferencia de tecnología y asimilación de las innovaciones para el mercado,

así como la estandarización.

Los cambios que en nuestra sociedad se están produciendo, comportan que

observemos en la actualidad dos aspectos sociales importantes. Primero la visibilidad

de la problemática, tras el reconocimiento de la ley que la ampara (Ley 39/2006, de 14

de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en

situación de dependencia); y segundo, la feminización del rol de persona cuidadora,

con las consecuencias que de ello se deriva. Por todo eso, se justifica la necesidad de:

a) Observar como perciben su propio rol de cuidador, los hombres que desarrollan

habitualmente esta función de cuidado.

b) Determinar que consecuencias positivas puede reportarles el cuidado informal en

la atención a personas dependientes, para así revalorizar un elemento claramente

denostado.

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c) Promover actitudes y acciones que fomenten el rol del cuidado en los hombres,

evitando sobrecargar a las mujeres cuidadoras.

La investigación se encuentra actualmente en curso (hasta agosto de 2017). Y aunque

la firma del contrato con el Ayuntamiento de Valencia se oficializó a partir de agosto

de 2016, se inició, en la práctica, en mayo de este mismo año.

Destacamos como objetivos del estudio:

Generales:

� Analizar las percepciones, creencias y comportamientos de los hombres, en

relación a los diversos aspectos que comporta el cuidado de personas adultas en

situación de dependencia en el ámbito familiar (cuidado informal).

� Identificar las resistencias, pero también las barreras culturales (construcciones de

género) y las barreras de oportunidad (mejor situación de los hombres en el

mercado de trabajo) que dificultan la implicación de estos en los trabajos de

cuidado de personas adultas en situación de dependencia; reconociendo los

modelos emergentes.

Específicos:

� Explorar las valoraciones que los hombres tienen sobre el cuidado.

� Analizar las percepciones, creencias y actitudes en relación al cuidado

de personas adultas en situación de dependencia (ascendentes y

descendentes) y pareja.

� Investigar sobre la práctica concreta en el ejercicio de los cuidados y

como concilian éstos con otras responsabilidades y proyectos vitales.

� Explorar las justificaciones y contradicciones, así como la coherencia,

entre lo que piensan y sus prácticas cotidianas.

� Identificar acciones incluidas dentro de las tareas cotidianas del

cuidado de personas adultas en situación de dependencia, que

puedan reportar satisfacción para los hombres cuidadores.

� Generar propuestas de intervención para propiciar el empowerment

(empoderamiento) de los hombres, permitiendo que asuman como

válidos los valores del cuidado, especialmente con personas adultas

en situación de dependencia.

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Estructura de las primeras partes del estudio

En el momento presente, la fase ya completada es la primera, la que denominamos de

DISEÑO de la Investigación, que tuvo una duración de dos meses. En los cuales, por

un lado, se determinaron los indicadores clave de análisis para el estudio de casos

posterior; y también se diseñaron las herramientas investigadoras y de recogida de

información.

Posteriormente, se inicio la segunda fase que denominamos de TRABAJO DE

CAMPO, y que tiene una duración global de seis meses divididos, a su vez, en

diferentes estadios:

1º.- Contacto y concreción del calendario de visitas a los Centros de Día de

Personas Mayores Municipales, establecimiento de las entrevistas a los

profesionales (Médica, Trabajadora social y Psicólogas) y de los

Departamentos de Servicios Sociales Municipales (Técnicas-os (Trabajadoras-

es Sociales) de dependencia).

2º.- Parte cuantitativa: Repartir, seguir y recoger la encuesta (un mes).

3º.- Parte cualitativa: Entrevistas a profesionales y a hombres cuidadores (3

meses).

4º- Transcripción de las entrevistas (en curso).

Una vez explicada la estructura del estudio que presentamos, y antes de entrar en la

investigación en sí, es preciso contextualizar la investigación. No cabe duda la

necesidad de conocer la idiosincrasia concreta de la ciudad de Valencia.

2. Apuntes sobre el cuidado y la ley de dependencia

En España, la condición de “dependencia” ha sido regulada en la Ley 39/2006, de 14

de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en

situación de dependencia de España, más conocida como “ley de dependencia”.

Entendiéndose esta como “el estado de carácter permanente en que se encuentran las

personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y

ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial,

precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar

actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad

intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal”

(artículo 2, Ley 39/2006).

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La necesidad de esta regulación se debe al hecho de que existe una creciente demanda

de servicios y prestaciones de apoyo social por parte de personas en situación de

dependencia como consecuencia de las tendencias sociales y demográficas, entre otras

razones, a las transformaciones en la institución familiar y en la incorporación de las

mujeres al mercado laboral, lo que implica que “se disponga de menos cuidadores

potenciales y menos tiempo para cuidar” (Escuredo, 2007: 67).

Pero no es sólo un fenómeno exclusivo de España. El resto de Europa también se

enfrenta a los mismos cambios ya que “la población está envejeciendo y, al mismo

tiempo, la esperanza de vida de hombres y mujeres crece de forma continuada”

(Camacho, Rodríguez y Hernández, 2008: 38) lo que implica que se estén tomando, de

manera acuciante, medidas para actuar.

La Ley 39/2006, ha intentado otorgar prioridad a los servicios frente a las prestaciones

económicas lo que, por un lado ha asegurado que se cubriera realmente las

necesidades y, por otro, es una ayuda efectiva y directa para los cuidadores. Ha

implicado reconocer el cuidado ejercido y, en su pretensión, “podría suponer un

cambio cualitativo a favor de los cuidadores informales” (Escuredo, 2007: 85)

Pero, a pesar de las expectativas que generó dicha Ley en su momento, diez años

después, presenta más sombras que luces. Desde el inicio de la crisis económica en

2008, la Ley de Dependencia, salió casi lastrada en fases muy tempranas,

“principalmente por las políticas de contención del déficit público o recortes

presupuestarios, especialmente en gasto social, y por la opción del mercado, coherente

con la ideología de corte neoliberal. El Estado no ha desarrollado un modelo

prestatario de servicios. (…) Antes al contrario, orienta la prestación a las otras dos

esferas: el mercado y la familia” (Muñoz, 2015: 13). Esto supuso que la atención a la

dependencia en España sufriera un claro estancamiento desde mediados 2012 hasta

mediados de 2015.

Además han existido diferencias notables en cuanto a su implantación de unas

Comunidades Autónomas a otras. Según el Informe del Observatorio Estatal de la

Dependencia, en su informe de julio de 2016:

No todas las Comunidades Autónomas han mejorado la gestión en la misma

medida. De hecho se perciben algunas situaciones críticas que no se pueden obviar

(…) Frente a territorios que han avanzado significativamente como son Castilla y

León (que ya ha culminado el proceso de incorporación de dependientes

moderados); Madrid; Asturias; La Rioja (…) encontramos dos Comunidades en

situación crítica como son Canarias (…) y Cataluña, que es la única Comunidad

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que ha reducido el número de personas atendidas en el último año teniendo una

lista de espera superior al 40% (OED, 2016: 1-2).

En definitiva, una legislación necesaria, que surgió en un momento difícil y que ha

tenido, hasta el momento, una trayectoria errática dependiendo de factores

económicos y del perfil político de quien gobierne en cada momento y región.

3. La ciudad de Valencia en contexto

Datos generales sobre la población de la ciudad de Valencia.

La ciudad de Valencia con una población total de 786.189 habitantes1, es la tercera

ciudad de España. Esto la dota de una significancia importante como referente de

análisis de cara a cierta validez estadística. Significa que, dado su tamaño medio, ni

tan grande como las millonarias ciudades de Madrid o Barcelona; ni tan pequeña como

otras capitales provinciales (Cuenca, Soria, etc.), le confiere una cierta capacidad de

representatividad. De esta manera, lo que se pueda decir de la ciudad de Valencia no

diferirá, a grandes rasgos, de lo que podríamos recoger de otras capitales españolas.

De esta manera, lo primero que hay que destacar entre la población de la ciudad de

Valencia es el envejecimiento paulatino de las personas residentes. Las personas

jóvenes, por diversas razones, suelen ubicarse más en el cinturón metropolitano antes

que en la propia capital provincial.

FIGURA 1 Pirámide de la población de Valencia por edad y sexo a 01/01/2015

1 Según datos de los Padrones Municipales de Habitantes. Oficina de Estadística. Ajuntament de València a 1 de

enero de 2015 y datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)

8.000 6.000 4.000 2.000 2.000 4.000 6.000 8.000

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95

≥ 100

Homes Dones

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Fuente: Padrón Municipal de habitantes. Oficina d’Es tadística. Ajuntament de València.

Así, en una primera visión de la pirámide de población por edad (figura 1) de la ciudad

de Valencia, se puede apreciar que no difiere en demasía de otras ciudades del Estado.

Es decir, es lo que se conoce como Pirámide regresiva, esto es, paulatinamente más

ancha en los grupos superiores (de mayor edad) que en la base (más jóvenes), debido

al descenso en la natalidad y al envejecimiento continuo de su población; por tanto, su

perspectiva de futuro es de descenso.

Además, en cuanto a la distribución geográfica de la población en la ciudad de

Valencia (ver mapa 1), sigue la pauta clásica, según la cual existe un paulatino

envejecimiento en los cascos viejos de las ciudades, mientras que las personas más

jóvenes se van, paulatinamente, alejando hacia las zonas externas del cinturón

metropolitano por cuestiones económicas y de mayores dotaciones educativas y de

habitabilidad2.

FIGURA 2 Porcentaje de la población mayor de 65 años y su dis tribución en la ciudad.

Fuente: Padrón Municipal de habitantes. Oficina d’Es tadística. Ajuntament de València.

2 “Las nuevas infraestructuras – especialmente de transporte-, la localización espacial de grandes equipamientos

(universidades, hospitales...) o del suelo para uso industrial o terciario (grandes superficies, parques científicos y

tecnológicos, parques empresariales...) juegan un papel cada vez más determinante porque acaban marcando las

tendencias demográficas de las ciudades españolas y sus formas de crecimiento.” (Reques, 2011: 239)

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Sobre el crecimiento vegetativo o natural de la población de Valencia, (Miranda,

2009). La situación de la población de Valencia (Figura 2) no sólo se repite, sino que

más bien se incrementa cada año; supone una fuente de preocupación y empieza a

plantear una duda importante, a saber, quien cuidará de toda esa población

dependiente adulta que ya existe y que las estimaciones auguran que vaya aumentará.

FIGURA 3 Crecimiento vegetativo o natural de la población de Valencia

Fuente: Censos y Padrones. Instituto Nacional de Est adística.

En estudios realizados con anterioridad, como el de Bonmatí y Sebastià (1990), ya se

recogía el envejecimiento de la población valenciana y su progresión a lo largo de los

siguientes años, como así ha sido.

Si en algunos momentos ha existido en Valencia un crecimiento de la población de la

ciudad, hay que determinar que este se ha debido al saldo migratorio y no el natural,

quien ha contribuido mayoritariamente al dinamismo demográfico de la ciudad

(Cutillas, 2011). Por tanto, ante una situación de crisis económica, es de esperar que la

población inmigrante, de normal con mayor movilidad, abandone la ciudad en busca

de zonas donde exista mayor oferta de empleo.

Sobre las personas adultas en situación de dependencia de la ciudad de Valencia.

Según los datos recogidos (tabla 1), se observa la red de cobertura de recursos, de

muy diversa índole, que posee el Ayuntamiento en Valencia. Esta, aunque amplia,

siempre va a resultar escasa e insuficiente dado el gradual incremento de personas

adultas en situación de dependencia que precisan de estos recursos.

0

100.000

200.000

300.000

400.000

500.000

600.000

700.000

800.000

900.000

1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010

Habitantes

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TABLA 1 Recursos existentes para personas mayores y persona s dependientes en la ciudad de Valencia

Personas mayores Nº

CEAM (Centros especializados de atención a mayores) 5

Centros de día para personas mayores dependientes 17

Residencias para personas mayores 21

Residencias y centros de día para personas mayores 6

Personas dependientes

Centros Municipales de servicios sociales 11∗

Centros de día para personas con discapacidad en situación de

dependencia

10∗∗

Centros Ocupacionales 6

Empresas de servicios (para personas mayores y para

personas dependientes)

22

Fuente: Ayuntamiento de Valencia y Elaboración prop ia.

A esta red municipal habría que unirle la más amplia red de centros privados

gestionados tanto por empresas privadas como por entidades religiosas, repartidos

por toda la ciudad y que complementan la dotación de recursos gerontológicos.

Aún así, sigue existiendo una escasez dotacional, sobre todo en previsión del

envejecimiento constante y paulatino que la población de Valencia va a tener los

próximos decenios -con el obvio coste que esto supondrá-.

4. Metodología

La metodología desde la que se aborda la presente investigación es la socio-

antropológica, ya que es esta tradición analítica la que consideramos más adecuada

para el problema de estudio presentado. Aunque se hace uso de metodología

cuantitativa (encuesta), se complementa con la perspectiva cualitativa, suponiendo esa

combinación idónea aquí, dadas las características del estudio. Asimismo se valoró la

realización de una etnografía como técnica principal de investigación.

∗ Los Centros Municipales de Servicios Sociales, atienden todo tipo de problemáticas sociales, incluidas las de las

personas mayores y la de las personas en situación de Dependencia (personas mayores y/o discapacitadas). ∗∗ Dentro de este epígrafe se incorporan recursos muy variados, desde Centros de Día, Centros Ocupacionales,

Residencias de personas mayores que también son Centros de día y que también atienden a personas con dependencia,

etc.

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La perspectiva cualitativa, supone “recoger datos descriptivos, es decir, las palabras y

las conductas de las personas sometidas a la investigación”. Desde esta adscripción

metodológica, se observa de manera crítica el entorno donde se desarrollan las vidas

de los individuos protagonistas de la investigación.

Nuestro interés implica entender el fenómeno social desde la mirada de sus

protagonistas. Examinar como experimentan el mundo. Por esto, la etnografía, en

muchos sentidos, “es la forma básica de investigación social (…) se parece a las

maneras rutinarias con que la gente le da sentido al mundo en la vida diaria”

Hammersley y Atkinson (2001).

Encuesta

Ante la falta de tiempo se optó por utilizar una encuesta combinada con la adaptación

de los cuestionarios estandarizados y ya validados: La escala de sobrecarga del

cuidador ZARIT, y la escala de apoyo social DUKE-UNK-11, ambas ampliamente

difundidas.

Se distribuyeron entre hombres cuidadores (que ejercen el cuidado informal) de

personas adultas en situación de dependencia que acuden a los cuatro Centros de Día

Municipales (ver gráfica 2). Ello nos permitió describir acciones que con ayudarán -

con posterioridad- a definir las categorías aplicadas en las entrevistas. Del igual modo,

poder enfocar las acciones consideradas más positivas, así como las menos.

TABLA 2 Centros de Día Municipales (en la Ciudad de Valencia )

Nombre del Centro Encuestas previstas Encuestas recogidas Variación

C.D. Arniches 19 20 105,26 %

C.D. La Amistad 27 14 51,8 %

C.D. La Purísima 16 16 100 %

C.D. Tres Forques 29 25 86,2 %

Totales 91 (100%) 75 (82,4 %)

Fuente: Elaboración propia.

Para que tuviera validez estadística entendíamos que se debían recoger un mínimo de

entre 30 y 40 encuestas. Se distribuyeron éstas entre el universo de los 91 hombres

cuidadores informales que, según datos de febrero de 2016, estaban registrados en los

cuatro Centros de Día Municipales.

Como se puede apreciar según la tabla 2, el número de encuestas recogidas fue muy

superior (75) a lo estimado en un principio, superándose en algunos centros la

participación prevista inicialmente (caso por ejemplo del C.D. Arniches).

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Entrevistas

Buscamos la complementariedad a través de la combinación de técnicas. En primer

lugar entre las propias entrevistas, se busca comprender el discurso sobre el objeto de

estudio, lo importante es el contenido y la calidad de la información.

Se pretende que cada entrevista pueda complementar a las anteriores y dar motivo a

las siguientes. Nos interesaban factores tales como la intimidad y la complicidad, que

permiten ir descubriendo, con más detalle y con mayor profundidad, aspectos que

ellos consideraban relevantes y trascendentales dentro de su propia experiencia.

Consideramos indispensable realizarla no sólo de forma individual, sino también, en

espacios donde el entrevistado se sintiera cómodo y seguro.

Promover un clima de confianza que permitiera recoger, no sólo los discursos, sino

también los silencios que, en ocasiones, podían resultar cargados de información.

La previsión inicial (a la hora de diseñar el estudio) era realizar un total de entre 13 y

15 entrevistas semi-estructuradas. Distribuidas de la siguiente manera:

- 11 hombres cuidadores informales de personas adultas en situación de

dependencia (que se encontraran dentro del sistema de Dependencia como

cuidadores o en fase del reconocimiento de esta condición), uno de cada uno de

los 11 Centros de Servicios Sociales Municipales en los que se organiza la ciudad.

- 2 o 4 (dependería del nivel de saturación de la información), profesionales

responsables de la tramitación y seguimiento de la dependencia que, por tanto,

estuvieran en contacto con los hombres cuidadores.

Pero en la práctica esta previsión inicial quedó desbordada ante el interés mostrado

por el personal profesional (sobre todo de las Trabajadoras Sociales) en colaborar en

el estudio. Esto nos ha permitido ampliar una visión más profesionalizada del estudio.

De esta manera la participación en su fase cualitativa, queda según se observa (en la

tabla 3) a continuación mucho más ampliada. Ha supuesto más tiempo de dedicación

que entendemos resultará beneficioso, puesto que enriquecerá el discurso una vez

iniciemos la siguiente fase de análisis:

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TABLA 3 Trabajo de campo: Entrevistas realizadas hasta la fe cha

Centro Municipal de

Servicios Sociales

Profesional-es

entrevistados-as

Cuidador

entrevistado

Totales

1 Benimaclet 2 1 3

2 Salvador Allende 1 1 2

3 Olivereta 2 1 3

4 Malvarrosa 1 1 2

5 Campanar 1 1 2

6 Quatre Carreres 1 1 2

7 Sant Marcel·lí 1 1 2

8 Trafalgar 2 1 3

9 Patraix 1 1 2

10 Nazaret 2 --- 2

11 Ciutat Vella 1 --- 1

Profesionales de los C.D. 4

TOTAL 19 9 28

Fuente: Elaboración propia.

5. Resultados

Es posible una primera aproximación a los datos recogidos, sin entrar en el análisis

global del estudio. Contando, para ello, con un primer vaciado de información

extraída de las encuestas a los hombres cuidadores informales de personas adultas en

situación de dependencia, que acuden a los cuatro Centros de Día Municipales de la

Ciudad de Valencia.

Sobre los datos sociológicos del cuidador informal.

En el análisis de la información sociológica recogida de los hombres cuidadores de

personas adultas en situación de dependencia (a partir de ahora hombres cuidadores o

cuidadores), destacamos la edad (Gráfica 3), como una variable que supone un elemento

que condicionará muchas respuestas posteriores. La edad tiene importancia porque

los hombres encuestados, tienen una relación de proximidad con la persona que

cuidan a nivel afectivo, pero también a nivel biológico.

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El hecho de que más de dos tercios (55) de las personas que han respondido la encuesta

tengan más de 55 años, implica que son de una generación con una carga socio-cultural

de la sociedad española, muy diferente a los que son menores de 50 años que

participan de otros valores desarrollados a partir del tardo-franquismo y la transición

democrática. Esta diferencia generacional posee muchas connotaciones sobre los

valores y funciones que, tanto hombres como mujeres, debían asumir.

FIGURA 4 Edad de los hombres cuidadores encuestados

Fuente: Elaboración propiá.

El siguiente elemento que hemos valorado de gran importancia en el estudio ha sido

el nivel de instrucción que poseen (véase gráfica 4). Aquí destacamos el importante

porcentaje de formación, ya que un total de 55, 9 % poseen un nivel alto y medio-alto

de estudios, puesto que de los cuidadores, tienen estudios secundarios (17,3 %),

Formación profesional (21,3 %) o estudios universitarios (17,3 %) frente a los que sólo

saben leer y escribir (9,3%) o poseen estudios primarios (incompletos (10,7 %) y

completos (22,7 %)).

Esto nos aporta una referencia significativa sobre la extracción sociocultural de la que

proceden. No nos encontramos, al menos por las encuestas recogidas, frente a

personas en situación de precariedad socio-cultural (la situación económica sería tema

aparte). Lo que nos mueve a pensar que estos pueden tener un cierto conocimiento de

sus derechos y, por consiguiente, una reivindicación de los mismos.

0

10

20

30

40

25 a 34

años

35 a 44

años

45 a 54

años

55 a 64

años

65 a 74

años

Más de

75 años

14

1510

13

32

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FIGURA 5 Nivel de estudios de los cuidadores

Fuente: Elaboración propiá.

Otro factor muy relevante es el que supone la situación laboral (y por ende la

económica) ya que condiciona, como es bien sabido, las formas de relación y

convivencia de los individuos; sus recursos y la posibilidad de tenerlos, mejorarlos y/o

complementarlos.

Además de por el factor económico, no podemos obviar también que el empleo y el

(no) empleo – entendido aquí tanto en su vertiente de desempleo, como en la de

jubilación – van a tener una importancia crucial a la hora de conciliar vida laboral y

familiar.

FIGURA 6 Situación laboral del cuidador

Sabe leer y

escribir; 9,3

Estudios

primarios

incompletos;

10,7

Estudios

primarios;

22,7Educación

secundaria;

17,3

Estudio de

formación

profesional;

21,3

Estudios

universitario

s; 17,3 Otros; 1,3

0

10

20

30

40

50

60

70

16

1,36,7

12

0 0 1,3 0 1,3

61,3

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Fuente: Elaboración propia.

En el sentido de la conciliación, la gráfica sobre la situación laboral (Gráfica 5) nos

llama la atención los hombres cuidadores que están trabajando a jornada completa (16

%). Ello nos conduce a una cuestión que no es menor: ¿Estos hombres cuidadores que

trabajan, poseen jornadas que les permiten atender a las personas cuidadas? Y si no es

así, ¿quién las cuida de hecho? En el otro extremo encontramos a los que están

desempleados y no cobran prestación/ subsidio (12 %). Lo cual nos lleva a otra

cuestión: ¿Cuáles son los ingresos de ese hombre cuidador desempleado que ya no

percibe prestación/ subsidio…? Sin entrar en un análisis pormenorizado se podría

deducir fácilmente la respuesta: de las pensiones de las personas cuidadas en situación

de dependencia. Aunque para comprobar este punto habrá que esperar al análisis de

la fase cualitativa.

A pesar de estos puntos importantes, desearíamos destacar el mayor peso de los

hombres (61,3 %) que están jubilados, lo cual nos hace pensar que tienen una edad al

menos igual de alta que la persona cuidada, su pareja. Esto nos lleva a plantearnos una

reflexión destacada: ¿Quién cuida del cuidador? Dado que aunque cuidador, por una

cuestión meramente biológica, también posee multiplicidad de problemáticas

derivadas de su edad.

Sobre la ubicación física del acto de cuidar.

Este aspecto pretende determinar quién comparte la convivencia cotidiana con el

cuidador y con la persona cuidada, puesto que de ello depende que aquel tenga más

o menos apoyos.

Esto nos conduce al siguiente dato reseñable, a nuestro entender, recogido a través de

las encuestas realizadas dentro del epígrafe que podríamos denominar como: ¿Con

quién convive el cuidador?

Para contestar a esta pregunta contamos con una doble información. Por un lado,

directamente las personas con las que vive (gráfica 6), destacándose de manera

significativa la convivencia con la familia nuclear, puesto que de forma mayoritaria

(un 73,3 %) convive con su pareja y; de manera significativa, pero ya muy alejada de

ese porcentaje con encontramos la convivencia con su madre (16 %).

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FIGURA 7 Convivencia del cuidador

Fuente: Elaboración propia.

Y, por otro lado, resulta destacable el dato recogido, relativo a la convivencia

abrumadora (89,3 %) de la persona adulta en situación de dependencia con el

cuidador, lo cual no nos debe extrañar dado que mayoritariamente los hombres

encuestados son las parejas de las personas cuidadas. No entraremos, puesto que no

es este el lugar de análisis idóneo, en la fórmula que puede resultar compleja al unirse

diversos factores:

Relación de pareja + jubilación + cuidado = ¿?

Esto puede conducir a diferentes respuestas que condicionarán la relación entre los

cónyuges.

Ambas informaciones nos dan una imagen bastante ajustada del significativo peso que

el cuidador (y aquí no hay diferencias si este es hombre o mujer) tiene cuando asume

la responsabilidad del cuidado. Esto implica que quien convive con la persona cuidada

contrae un compromiso (quiera o no) que en la casi totalidad de las ocasiones

sobrelleva en soledad.

De hecho, indagamos en los hombres cuidadores sobre ¿Cuáles son las ayudas y

apoyos que recibe? Ésta es esta una pregunta de espectro amplio y de respuesta

múltiple, diseñada para poder recoger la pluralidad de opciones. Obtenemos, sin

embargo unas respuestas (Gráfica 7) que inciden en la situación de soledad a la hora

de cuidar. Dado que, si eliminamos la respuesta positiva dada al Centro de Día (con

un 91,2 %) por razones obvias, ya todos los participantes hacen uso del recurso; lo que

prevalece son los recursos familiares. Esto supone que, tanto el resto de personas que

conviven con el cuidador, familiar conviviente, es decir, su pareja, hijos-as, etc. (26,5

010

20

3040

5060

7080

4

73,3

4

16

1,3 1,3 0

IS Working Paper, 3.ª Série, N.º 45

20

%); como otros familiares que no viven en el mismo núcleo de convivencia (32, 4 %),

están representando más de la mitad (58,9 %) de los apoyos con los que cuentan.

FIGURA 8 Tipos de ayuda recibida

Fuente: Elaboración propiá.

En este punto, el tipo de ayuda recibida, refuerza un modelo “donde las políticas para

atender los cuidados de larga duración se han asentado en el familismo” (Comas, 2015:

399). Eso queda reflejado en la gráfica, al observarse los bajos porcentajes en cuanto a

los apoyos y ayudas que aportan las diversas Administraciones Públicas por las que

se han indagado (Servicios de Ayuda a Domicilio (SAD), con 4,4 %; Grupos de

autoayuda, con un 2,9 %; y servicios de voluntariado con un 1,5 %) y que todos ellos

no representan, en su totalidad, más que un 8,6 %.

Sobre las creencias y sentimientos.

Recogemos aquí una información que posee la riqueza de lo subjetivo, de la auto-

mirada hacía uno mismo y que, por esa misma razón, requerirá de la posterior

contrastación, a través de la indagación efectuada mediante el análisis del discurso de

las entrevistas.

Aclarado este punto, podemos señalar como primer dato de interés, la apreciación que

posee el cuidador sobre el impacto que tiene el hecho de cuidar sobre su propia salud

(de manera genérica y sin entrar en la corroboración médica y/o psicológica). Los

resultados (Gráfica 8) no dejan margen de duda puesto que de forma abrumadora (74,

7%), los hombres cuidadores señalan el impacto que cuidar a otras personas, tiene en

su propia salud. Ello presenta estrecha relación con lo afirmado anteriormente, esto

26,5

32,4

2,9

4,41,511,8

91,2

4,4 1,5 Tipos de ayuda recibidaFamiliar conviviente

Familiar no conviviente

Vecina/o

Amiga/o

Voluntario/a

Ayuda remunerada

Centro de día

Servicio ayuda domicilio

(SAD)Grupos de autoayuda

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es, quien está cuidando de las personas adultas en situación de dependencia, es

mayoritariamente otra persona mayor. Quizás no tan dependiente, pero sí con los

problemas derivados de su avanzada edad.

FIGURA 9 Impacto del cuidado en el cuidador

Fuente: Elaboración propiá.

Asimismo, es reveladora la información que se obtiene cuando se le pregunta al

cuidador sobre ¿Cuál es el impacto sobre las relaciones sociales? Aquí también son

respuestas muy polarizadas, puesto que más de la mitad de los encuestados (66,7%)

afirma que sí que impacta – en general de forma negativa – en sus relaciones sociales,

frente a un 20 % que lo niega.

En último lugar una de las pocas preguntas que no eran de valoración, sino que se

planteaba como respuesta múltiple. El interés de la misma radicaba en saber que le

aportaba o restaba el hecho de cuidar (Gráfica 9). Esto es, aún a pesar de ser una

encuesta impersonal, se buscaba conocer, a partir de una batería de afirmaciones, los

sentimientos personales, positivos o negativos, del individuo. Y, en definitiva, cuáles

son las consecuencias del hecho de cuidar a una persona con la que le une un vínculo

afectivo profundo y estrecho.

74,7

24

1,3

No

No contesta

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FIGURA 10 ¿Cómo se siente cuándo cuida?

Fuente: Elaboración propia.

Son destacables los resultados favorables sobre todo en dos sentidos, en los que afecta

al propio cuidador (sentirse útil, sentirse valorado, valorar más la vida…) y los que

tienen vinculación con la persona cuidada (fortalecer el vínculo con la persona

cuidada, tener una actitud más positiva…)

Destacamos también los resultados irrelevantes que poseen las afirmaciones negativas

tales como: tener menos tiempo libre, estar agotado…. Esto contrasta con las

respuestas aportadas anteriormente y que deberá ser confrontado con el análisis de las

entrevistas realizadas posteriormente a hombres cuidadores.

6. Conclusiones preliminares

Entendemos que lo que aquí hemos presentado son los primeros esbozos de un

estudio que se encuentra en sus fases iníciales. No queremos, por tanto, aventurar

conclusiones definitivas que puedan dar lugar a posteriores retractaciones

innecesarias.

En definitiva, “La Ley de Dependencia empieza a implementarse en el año 2007, y a

pesar de la crisis económica, el sistema se va desplegando hasta finales del 2011, en

que el gobierno reduce los presupuestos y pospone la atención de las personas con

dependencia moderada“ (Comas, 2015: 396). En esta situación, el peso de la institución

familiar (sobre todo las mujeres en ese pacto desigual de reparto de funciones)

38,7

50,7

24

16

2,78

22,7

1613,3

41,3 1,3 1,3 2,7 4 2,7

0

10

20

30

40

50

60

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continúa asumiendo el peso de la tarea del cuidado de las personas adultas en

situación de dependencia -en una inmensa mayoría-. Mientras que el papel que el

Estado representa, a través de las diversas Administraciones Públicas, sigue siendo

escaso y, en ciertas ocasiones, resulta meramente testimonial.

Por lo que se puede apreciar en estos primeros resultados, la sobrecarga que soportan

las parejas –mayoritariamente– de las personas en situación de dependencia se

produce principalmente por la acción de cuidar.

Ésta se desarrolla en soledad, en un contexto diferente a lo que, por su generación,

habían interiorizado como cosas “propias de hombres” y “propias de mujeres” lo cual

puede resultar un nuevo aprendizaje.

El hecho de cuidar tiene implicaciones en la propia salud del individuo y en el

deterioro de su entorno social. A pesar de ello, esto no resulta un impedimento para

que el cuidador valore esta nueva situación como una etapa donde se pueden extraer,

en general, un cierto crecimiento personal y un afianzamiento de los lazos afectivos

que le une – más si cabe – con la persona cuidada. Y en esto no observamos diferencias

entre hombres y mujeres cuando ejercen de cuidadores-as.

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IS Working Papers

3.ª Série/3 rd Series

Editora/Editor: Paula Guerra

Comissão Científica/ Scientific Committee: João Queirós, Maria Manuela Mendes,

Sofia Cruz

Uma publicação seriada online do

Instituto de Sociologia da Universidade do Porto

Unidade de I&D 727 da Fundação para a Ciência e a Tecnologia

IS Working Papers are an online sequential publication of the

Institute of Sociology of the University of Porto

R&D Unit 727 of the Foundation for Science and Technology

Disponível em/Available on: http://isociologia.pt/publicacoes_workingpapers.aspx

ISSN: 1647-9424

IS Working Paper N.º 45

Título/Title “Hombres cuidadores de personas en situación de dependencia. Un estudio en curso de la ciudad de Valencia (España)”

Autor/Author Juan Antonio Rodríguez del Pino

O autor, titular dos direitos desta obra, publica-a nos termos da licença Creative Commons

“Atribuição – Uso Não Comercial – Partilha” nos Mesmos Termos 2.5 Portugal

(cf. http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/pt/).