Ignacio Rojas - La reivindicación de la palabra

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    Los Naufragios: El xito de la palabra frente al vaco

    Por Ignacio Rojas

    () siempre fue muy grande de tener particular memoria de todo, para que si en algn tiempo Diosnuestro Seor quisiese traerme donde ahora estoy, pudiese dar testigo de mi voluntad, y servir a Vuestra

    Majestad. Lo cual yo escrib con tanta certinidad, que aunque en ella se lean cosas muy nuevas y para

    algunos difciles de creer, pueden sin duda creerlas: y creer por muy cierto, que antes soy en todo ms cortoque largo, y bastara para esto haberlo ofrecido a Vuestra Majestad por tal. A la cual suplico la reciba ennombre del servicio, pues ste es solo el que un hombre que sali desnudo pudo sacar consigo.

    Alvar Nez Cabeza de Vaca, proemio a Carlos V

    Contra el teln de fondo de esta oposicin entre hablar y obrar que cuestiona Alvar Nez se recorta unelemento que aparece dotado, por primera vez dentro del discurso narrativo de la conquista, de unatrascendencia que se pretende tan valiosa como la del botn material conseguido por otros: la palabra.

    Beatriz Pastor, El discurso narrativo del fracaso

    Ambos epgrafes nos exigen posar la mirada sobre el inicio, la creacin y eldespliegue de un nuevo valor. Este nuevo valor se manifiesta en una transformacin ycreacin doble: () siempre fue muy grande de tener particular memoria de todo () ybastara para esto haberlo ofrecido a Vuestra Majestad por tal. A la cual suplico la reciba en

    nombre del servicio, pues ste es solo el que un hombre que sali desnudo pudo sacarconsigo.1 Esta cita del Proemio, es clave para reconocer la respiracin vital que se desliza atravs de una doble vertiente; la declaracin a Carlos V nos revela en primer lugar laresistencia de la memoria, el afn de permanencia, luego nos suplica con desparpajo lareciba en nombre del servicio, sealando rotundamente el nuevo valor y su direccin, paraposteriormente rematar con la instigacin de lo inevitable y su excepcionalidad, el segundomovimiento: () pues ste es solo el que un hombre que sali desnudo pudo sacarconsigo.2

    1Cabeza de Vaca, Alvar Nez. Prohemio, Relacin de los Naufragios y comentarios de Alvar Nez

    Cabeza de Vaca adelantado y gobernador del Ro de la Plata, Librera General de Victoriano Surez,

    Madrid, 1906. Edicin de M. Serrano y Sanz, Vol. I, p. 4.

    2Op. cit., Prohemio, p. 4.

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    Es precisamente aqu donde Cabeza de Vaca anuncia un nuevo valor, el queevidencia no slo la cancelacin del modelo de conquista sino tambin de la mentalidad delhombre conquistador, el cual en un gesto decisivo deja las armas, cambiando el filo de laespada por la conformacin inmortal de lapalabra.

    Desde este punto, la crnica de Cabeza de Vaca, manifiesta intereses y fijaciones

    distintas, desligndose paulatinamente tanto de los modos oficiales como del hombre quela crea, el conquistador. La corporalidad de la narracin comienza a discurrir en unacadencia que se orienta a travs de la sinuosidad de una geografa sin nombre,estableciendo con ella un vnculo apremiante, matizado en diferentes estadios de relacin.Eco importante de esto, son las oposiciones de otredad3, as como tambin la naturaleza,muchas veces adversa y destructiva, otras solcita y seductora, completamente abarcadora ydecididamente temperamental.4

    Las motivaciones que acompaan la actividad conquistadora quedan en entredichoante la desnudez; las motivaciones, no son otras que los ropajes que quedan a la vera delcamino, tales como la misin militar, la aplicacin del Requerimiento y principalmente labsqueda del oro. Este ltimo aspecto es fundamental para comprender el cambio, ya que,las motivaciones de orden comercial, enfocados en la bsqueda y obtencin de metales, se

    modifica con la proposicin del nuevo servicio, el cual, abre su entrega a una lgica distintadel botn. Esto se hace posible, tras el afn imperioso la afinidad de orden renacentista,que mueve al discurso a explicar, describir y por sobre todo, a enfrentar el vaco de lodesconocido, riesgo constante de un territorio a la intemperie, un locusambiguo que sometea los distintos cdigos y registros a una convivencia tanto afectiva como hostil, dondeinversiones y dislocaciones comulgan con una evasin y un presentimiento, una singularatraccin.

    La redefinicin del botn en el nuevo servicio, resalta en contraposicin crtica almodelo de conquista, el contacto con el Otro, la evangelizacin pacfica, una conductatico-moral del hroe muy distinta del conquistador y su hueste, y una voluntad deregistro, archivista, superior a los mrgenes trazados. La palabra se cristaliza en los

    Naufragiosa la par de la accin, y en medio de ese proceso, Alvar Nez reconstruye su3

    Entre los planos significativos de esta crnica, se encuentra el testimonio del contacto directo y

    cercano con el otro existente y las relaciones con l. Una apreciacin interesante y significativa en ese

    mbito es la aportada por Luisa Pranzetti en su ensayo El Naufragio como metfora, donde

    lucidamente identifica cuatro momentos: Choque, Encuentro, Integracin y Retorno. Ahora bien, en mi

    trabajo de tesis Los Naufragios de Alvar Nez Cabeza de Vaca y los Puntos de no retorno en el

    discurso, el captulo titulado Sensacin de otredad e identificacin, se ocupa precisamente en

    ampliar la nocin de Choque de Pranzetti, desglosando una dinmica de contrarios o bien de miradas

    dislocadas en tres direcciones que revelan las distintas perspectivas de otredad que operan en el

    discurso: espaol/otro-indgena, indgena/otro-espaol y espaol/otro-espaol.

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    Beatriz Pastor se ocupa con detalle y precisin del papel que juega el paisaje en lo que ella denominacerteramente Discursos narrativos del fracaso. Vase ms en su libro Discursos narrativos de la

    conquista: mitificacin y emergencia, Ediciones del Norte, Hanover, 1988.

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    Yo a travs del aprendizaje itinerante que plantea la catstrofe; la evolucin y lascontradicciones del personaje se forjan a travs de la palabra, una palabra de entre mundos,la etapa an seminal, de lo que podramos llamar la palabra americana, ambigua, ancladaen un locus cuyo nombre esta an hilvanndose, incipiente. Algunas claves sobre latrascendencia del proyecto de Cabeza de Vaca, en contraste a otras manifestaciones y

    mentalidades, nos aporta Beatriz Pastor al sealar la ventaja de sentido que el discursoalcanza:

    Alvar Nez da un paso ms cuando reivindica explcitamente el valorde la palabra frente al de la accin. A las obras, que dieron a susantepasados un lugar destacado en la historia, el narrador contrapone larelacin, apuntando as a un proyecto personal de lo que Enrique Pupo-

    Walker ha llamado la incorporacin a la historia desde la escritura.Encuadrando en este marco intencional, el texto de los Naufragios seconvierte en un proceso de autodefinicin del hombre en la historia, enclara oposicin al proyecto poltico que estructuraba la ficcionalizacin

    de las Cartas de Relacinde Corts, al proyecto comercial que articulaba lasmitificaciones del discurso de Coln, o al de exposicin de mritos enque se quedaban los otros textos del discurso narrativo del fracaso.5

    Este nuevo botn asume la exigencia, no slo de dar a conocer y expresar el alcancede su virtud volitiva, su vala e intencin, tambin se sumerge en la tarea de explorar uncuerpo vivo, conocerlo, padecerlo, luchar contra l, beber y comer de sus frutos y sentir laextraeza de la diferencia, como si de sexos opuestos se tratara. Pero la tarea de la palabracreadora, la palabra botn, no termina ah, sta an comparte una complicidad ms. Dibujay da nombre a la geografa americana, a sus singularidades, da nombre y forma a lo queantes era inexistente; los Naufragios nos muestra uno de los rostros de Amrica, menos

    aquejado y vulnerado por el imaginario de una mentalidad ajena a ella:

    No se podra practicar mejor la imitacin de los antiguos; losconquistadores tenan presentes en el espritu las hazaas de los hroesde la Iladay las de Amads o de Tirant lo Blanch; trataron de vencer a losantiguos en su propio terreno: el herosmo. Este Nuevo Mundo que elloshaban encontrado habitado por una humanidad desconocida lopoblaron de las leyendas que haban aprendido en el Viejo Mundo y asaprisionaron y se apropiaron de Amrica con tanta seguridad como porla conquista misma.6

    Este documento goza de atributos que no comparten todas las relaciones quetrataron de dar cuenta del Nuevo Mundo. A pesar de que en muchos pasajes la prosa semuestra seca y sumaria, la vital experiencia humana se trasunta a travs de las fibrassensibles de sus necesidades, cuestionamientos y por supuesto su crtica a los sistemasdominantes. Finalmente sus mecanismos y flujos de fidelidad, adquieren su importancia a lahora de medir el esfuerzo con el que ayud en gran medida a reinterpretar el mundo, adevelarnos su fisonoma insospechada sorteando los innumerables espejismos de la

    5Pastor, Beatriz. Discursos narrativos de la conquista: mitificacin y emergencia , Ediciones del Norte,

    Hanover, 1988, p. 237.

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    Lafaye, Jacques. Los Caudillos, Los conquistadores, figuras y escrituras, F.C.E., Mxico D.F., 1999, p.81.

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    literatura, as como tambin las intenciones de revivir una sociedad feudal y/o utpica,todos sueos engendrados de la frustracin.

    Sin embargo, y en un ltimo trmino, la palabra, el nuevo botn, su reivindicacin,adquiere sentido a la luz de su estudio y atenta auscultacin; la relectura de sus gestos ydeformidades, posesionan al texto como el botn ms preciado, por no dar ste ningn

    espacio a la duda sobre su estimacin, prueba de esto es la atraccin imperecedera quesigue empujndonos hacia sus pginas colmadas de un valor nuevo y permanente que sealzo triunfante en medio del fracaso por sobre todos los bienes temporales de Amrica.

    Alvar Nez encontr y conquisto lapalabra, y algunas de sus advertencias siemprepermanecern inalterables y marcadas por el signo de lo nuevo:

    Lo cual yo escrib con tanta certinidad, que aunque en ella se leanalgunas cosas muy nuevas y para algunos muy difciles de creer, puedensin duda creerlas7

    La advertencia de una oposicin y una accin a travs de la palabra, frente al vaco

    de la pgina en blanco que era el continente americano, queda patente en las intencionesdel cronista. De esta praxis, un momento conmovedor y capital para describir el colapso delos modelos conquistadores, desplazados trgicamente hacia otros referentes, nuevos eimpacientes por ser explicados, tocados, descritos y apreciados, se da en una simpledescripcin de costumbres:

    Dbannos de comer frisoles y calabazas; la manera de cocerlas es tannueva que por ser tal, yo la quise aqu poner, para que se vea y se conozca cundiversos y extraos son los ingenios e industrias de los hombreshumanos.8

    Si situamos las palabras anteriores de Alvar Nez, el cual, sin temor a lo nuevo,describe detalladamente la preparacin de estas calabazas, en oposicin al asombroinnombrablede Corts en su entrada a Tenochtitlan, veremos las dos caras de la moneda. Lainfranqueable brecha que se abre entre un discurso apegado y sostenido por las categoraspolticas, a la sombra del avance vital hacia el inefable sexo de la tierra, opcin de los

    Naufragios:

    Finalmente, que en los dichos mercados se venden todas las cosascuantas se hallan en toda la tierra, que adems de las que he dicho sontantas y de tantas calidades que por la prolijidad y por no me ocurrirtantas a la memoria y aun por no saber poner los nombres no las expreso

    () que no hay lengua humana que sepa explicar la grandeza eparticularidades della9

    Y si Alvar Nez y no Corts hubiera visto Mxico, la gran ciudad de Tenochtitlanpor primera vez?

    7Op. cit., Prohemio, p. 5.

    8Cabeza de Vaca, Alvar Nez, Captulo XXX, Naufragios de Alvar Nez Cabeza de Vaca y relacin que

    hizo a la Florida con el adelantado Pnfilo Narvez, Editorial Layac, Mxico D. F., 1944, p. 60. (las

    cursivas son mas).

    9Corts, Hernn. Cartas de Relacin, Editorial Castalia, Madrid, 1993, pp. 236-237.