Imaginarios y Teoría de la Complejidad

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REFLEXIONES EN TORNO A LA COMPLEJIDAD DE LA FORMULACIÓN DEL PROYECTO DE TESIS: “FAMILIA Y REINSERCIÓN LABORAL: EL IMAGINARIO FAMILIAR DE LA ESQUIZOFRENIA” Alumno: Sebastián A. Diez C.

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REFLEXIONES EN TORNO A LA COMPLEJIDAD DE LA FORMULACIN DEL PROYECTO DE TESIS:

FAMILIA Y REINSERCIN LABORAL:EL IMAGINARIO FAMILIAR DE LA ESQUIZOFRENIA

Alumno: Sebastin A. Diez C.Ctedra: Teora de la ComplejidadPorfesor: Gonzao Ojeda U.

El tratamiento de los Imaginarios Sociales evoca fielmente lo que denominaramos complejo. Primero creo es necesario hacer una distincin entre lo imaginario y lo que por sentido comn podra asocirsele: las distinciones menos claras se establecen con el concepto de representacin social; pero primero hablar brevemente sobre la distincin obvia entre discurso e imaginario. El discurso, cuya definicin bsica es ideologa o, ms coloquialmente, punto de vista, evidentemente involucra una conciencia y un raciocinio, una planificacin y un manejo; esto relacionndolo con lo que se dira es un imaginario se le escapa por dos caractersticas fundamentales. Una, que el imaginario no est regido por la lgica, de hecho condiciona l a la lgica, pues el imaginario es netamente creacin, y la lgica puede desarrollarse slo en tanto medio creado, por ejemplo, la lgica matemtica no puede crear una frmula por s misma, es necesario el acto creador para que surja tal cosa. La matemtica se limita a trabajar con el material dispuesto, pero no puede crear. (Castoriadis, 1999). Ahora descartado el discurso, de acuerdo a las representaciones sociales, e hilando ms fino, creo que si bien stas conllevan cierta inconciencia o incontrolabilidad por parte del individuo, no dejan de poseer una coherencia. Adems, apuntan a un sentido referencial constitudo y en ella la paradoja es insustancial. Las representaciones tienen un ncleo comn, es su parte ms estable y sirve de identificacin del grupo en torno a un tema significativo para l (Chuaqui et al, 2010, pp. 102). En este sentido, son estticas y sirven, si bien en un nivel simblico, como referencias a las que el individuo acude y que no porta con l. Por qu me he referido a la paradoja? Pues para explicarlo debera sealar brevemente primero el origen de mi problema de investigacin. El problema emprico de la investigacin se desprende bsicamente de la siguiente aseveracin de las familias de personas con esquizofrenia acerca de su reinsercin laboral extrada de una investigacin llevada a cabo por el profesor Jorge Chuaqui: aunque () tienen fe en las capacidades de sus hijos, en general no los creen capaces de valerse por s mismos (Chuaqui, 2012, pp. 32, las cursivas son mas). Es decir por una parte los tutores sienten que sus hijos son capaces y por otra parte creen que no. Esta doble significacin de un mismo sujeto, o en palabras ms cercanas, el doble discurso sostenido sobre la misma situacin, me puso en la conciencia de estar frente a una paradoja. Cmo abordar una paradoja?, si lo caracterstico de sta es su dudosa ubicacin (lo mismo es distinto en el mismo lugar); y lo ms complejo de este asunto es que esa dualidad emana a la vez de un mismo ente (la familia), lo que produce la ilgica situacin de una misma cosa ser dos cosas distintas a la vez, esto respecto a su ubicuidad. Temporalmente esto se supone como superposicin, pues la evolucin corriente de un estado a otro aqu est truncada, y dos estados que deberan estar separados por alguna distancia de tiempo estn compartiendo el mismo instante. En fin, esquemticamente esto constituye la complejidad de mi investigacin y la respuesta definitiva de por qu utilizo imaginarios sociales y no otro recurso. Edgar Morin dice de la complejidad que es aquello que aparece como irracionalidad, como incertidumbre, como angustia, como desorden (Solanas, 2005, pp. 30). En este caso la incertidumbre de contemplar dos cosas en una. Esta incertidumbre a la vez resultado de las condiciones sociohistricas de la sociedad actual, en la que la multplicidad de significados, la impotencia de ideologas unificadoras, y en fin, un caos donde pugnan elementos y posibilidades contradictorios, fuerzas e ideas unificadoras y desarticuladoras (Idem, pp.90) dificultan las contemplacin sociolgica. En el caso particular de mi investigacin lo que el objeto de estudio huelga es la comprensin de su movimiento, de su mecanismo, pues los discursos disonantes estn ya expresados, los objetos estticos ya estn caracterizados, falta la comprensin de su dialctica, o sea, la dialctica entre la significacin sienten y la significacin creen. Morin nos dice al respecto, haciendo una analoga con las clulas:No son ladrillos unas al lado de las otras; estn en interaccin. Y estas interacciones, son acontecimientos, ellos mismos ligados por acontecimientos repetitivos que son martilleados por el movimiento de nuestro corazn, movimientos a la vez regular e inscrito en un flujo irreversible. Todo elemento puede ser leo tambin como evento. Y est sobre todo el problema de la sistematicidad; hay niveles de emergencia; los elementos asociados forman parte de conjuntos organizados; en el plano de la organizacin del conjunto, emergen cualidades que no existen en las partes. (Solanas, 2005, pp. 34)Estas cualidades que no existen en las partes constituiran lo que denomino Imaginario Social. El que sea caracterstico de l y que constituya adems un movimiento nos lleva a la idea de eso que se est creando all. Para entender mejor esto es necesario referirse a Cornelius Castoriadis, quien desarrolla el concepto de imaginario a lo largo de toda su obra. El suceso creador segn ste autor acaece a todo momento en la imaginacin, lo que constituira la batera o fuerza que facilita al imaginario su existencia. El flujo incesante hace aparecer formas que antes no haban sido concebidas, y cada eclosin de pensamiento posee su particularidad y especificidad. As, la creacin es concebida en trminos formales por este autor como la capacidad de hacer emerger lo que ni est dado ni puede derivarse, combinatoriamente o de cualquier otro modo, a partir de lo dado (Castoriadis, 1998, pp. 110). El problema resultante de esta idea, cotejndola con la ciencia ortodoxa, es que implica inesperabilidad, de lo que se deduce una latente disfuncionalidad. Esto para Castoriadis es de lo menos relevante y constituye el fantasma teleolgico que an ronda en la actividad cientfica, del que se deduce la atribucin de la creacin a una entidad particular, dgase Dios; es decir, que se produce fuera del alcance del humano, por lo que a ste no le atae. De otro modo, sin esta fuerza creadora, como deca, ni el mismo pensamiento lgico hubiese aparecido. La existencia del lenguaje y de las instituciones, as, son atribudas a esta potencia creadora (Castoriadis, 1999, pp.94). El objetivo del presente ensayo es explicar la complejidad de la investigacin o de los instrumentos mismos para llevarla a cabo. Por lo que expondr el procedimiento de operacionalizacin del imaginario. Manuel Baeza, socilogo chileno miembro del GCEIS[footnoteRef:1] y coordinador de la agrupacin en Latinoamrica, define los imaginarios como ejes de articulacin de pensamiento y de la accin social frente a la opacidad de la realidad social. (Baeza, 2000, pp. 10). El paradigma sociolgico en el que se instalan los imaginarios sociales se alejara de los clsicos que operan jerarquizando el conocimiento, as, este nuevo enfoque integrara anomalas, flexibilidad y universalidad (Aliaga et al, 2012, pp. 11) que facilitaran el acceso a los niveles paradjicos y aparentemente inencontrables de los imaginarios. El mismo Castoriadis seala la dificultad de acceso estos de manera lgica: [1: Grupo Compostela de Estudios sobre Imaginarios Sociales (GCEIS) las sedes del grupo estn en Espaa, en la Universidad de Santiago de Compostela y en Chile en la Universidad de Concepcin, est ltima funciona como coordinadora para Amrica Latina. Tienen como base la sociologa como disciplina central de abordaje del imaginario social. A ellos se suma el: Ncleo de investigaciones sobre el imaginario, que opera en la Universidad de Chile adscrito a GCEIS. (Aliaga, 2012, pp. 6)]

Las significaciones pueden ser localizadas, pero no estn plenamente determinadas. Estn indefenidamente vinculadas unas con otras mediante un modo de relacin que es la remisin. () Las significaciones no son bien distintas y bien definidas, no estn vinculadas entre s por condiciones definidas por condiciones necesarias y suficientes, y no pueden ser construdas de manera analtica. Es vano tratar de descubrir tomos de significacin. (Castoriadis, 2006, pp.84)El problema entonces no constituye un mtodo lgico de acceso o un marco analtico determinado, pues intrnsecamente dichos intrumentos no sirven. As, el mismo Castoriadis propone dos aluciones a la forma de abordar el imaginario: primero, que el anlisis se reduzca a los lmites del material compilado, y segundo, que exista cotejo con otras significaciones (Cancino, 2011, pp. 75). Con este fin, el socilogo espaol Juan Luis Pintos, fundador del GCEIS, en su libro El Imaginario Social (1995) nos muestra un mtodo con el cual acceder a partir de estas dos aluciones a los imaginarios. Primero, se define lo que implica la situacin, es decir, el terreno en el que el imaginario se mueve, as Pintos reconoce que existen tres niveles de terreno, uno econmico, uno poltico y uno cultural. Los imaginarios operaran en este ltimo nivel, tal como Castoriadis manifestara: La cultura es el mbito del imaginario en sentido estricto (Castoriadis, 1999, pp. 98). Entonces el anlisis se reducira a ste y conforme a sus pautas, es decir, valores, smbolos, costumbres, etc. Pintos se limita a decir, debido a la abundancia terica en el mbito cultura, que en ste interviene el conocimiento y los imaginarios sociales (Pintos, 1995a, pp. 3). De acuerdo a la segunda alusin, que involucra una teorizacin ms compleja, Pintos sugiere que se debe partir por el principio de que la realidad social es algo construdo, y que por tanto los imaginarios sociales son constructores del orden social (Idem, pp. 6). Esto como es evidente se desprende de la Sociologa del Conocimiento de Berger y Luckmann. Ahora bien, el fin prctico de esta aseveracin nos obliga a intentar hacer visible la invisibilidad social (Ibidem). O como afirmaba Baeza, hacerle frente a la opacidad social (Baeza, 2000). Por lo tanto, se debe ejercer la actividad investigativa en y con el mismo mecanismo ocupado por el orden social para invisibilisarse, como decamos, el mecanismo que opera entre aquello que sienten, su intimidad, lo que no se ve; y aquello que creen, que se manifiesta en la realidad, en la dificultad del individuo paraintegrarse laboralmente. En palabras del propio Pintos, nos interesan ms bienlos mecanismospor los que un determinado orden social llega a considerarse por la gente comoalgo naturaly consiguientemente establece la dominacin social como una coaccin legtima, hegemnica y aceptada. (Idem, pp. 7). Esta naturalidad que invisibiliza lo social es caracterstica de aquello que de hecho no se ha cosificado, o institudo como dira Castoriadis, o realizado como se referira Raymond Ledrut, socilogo francs, importante en el uso de imaginarios urbanos (Ledrut, 1987). Existen, y existirn siempre, mbitos sociales que pasan desapercibidos y cuyo peso ideolgico y enmascaramiento simblico han permitido que las miradas del saber y del poder no las perciban o no lleguen a atribuirles sustantividad suficiente como para someterlos al correspondiente proceso y procedimiento de localizacin institucional (Baeza, 2000, pp. 10) En este panorama el investigador se ve en la obligacin de someter a la realidad misma a interrogatorio. Recordemos que Castoriadis aluda al cotejo de significancias, lo que quiere decir que se presentaran variadas significancias para un mismo objeto o realidad (los tericos del GCEIS insisten en hablar de realidad(es) sociales), en nuestro caso la creencia (que no puden) y el sentimiento (que si pueden) de los familiares. El que un mismo objeto mantenga una multvoca significancia resulta inevitablemente paradojal y ambiguo.Sin embargo, esto no atae particularmente a esta situacin de la reinsercin laboral, como Morin dice, esto es transversal a todo orden social, a todo proceso. La evolucin misma es vista como paradoja, no como evidencia lgica (Solana, 2005, pp. 58). As, la paradoja se convierte en el foco de anlisis de los imaginarios sociales y con esto en el quiebre mismo con la investigacin clsica, con tendencia a lo emprico y armada slo de la lgica. La paradoja y la contradiccin o pueden ser tratadas por ms tiempo como anomalas y disfuncionalidades de proceso investigador (Idem, pp. 216). Pintos reafirma esta idea en la siguente cita:El acceso a este campo [el de los imaginarios] se produce siempre de forma indirecta y a travs de una ambigedad constitutiva: no lo podemos interpretar segn una lgica de una racionalidad especfica, pues no se identifica con el disurso ideolgico (ya que el saber imaginario conoce su ser independiente) ni con las racionalidades tradicional o afectiva (Weber) ni con el deseo (Foucault); y, sin embargo, est presente en los grandes discursos cientficos, polticos, morales o religiosos, como el elemento decisivo que impulsa a la accin. (Pintos, 1995a, pp. 10, los corchetes y cursivas son mas)Al tratarse de una ambigedad, esta conformara una matriz de sentidos diversos por la que la multiplicidad de los imaginarios se conectaran dando resultado a los distintos elementos de la experiencia social. Es decir, esta ambigedad, como dice Pintos, es constitutiva, y por lo tanto no exclusiva de sentidos, funciona como un todo ambiguo, una matriz (Ibidem). En fin, tenemos de manera mejor esquematizada gracias a Pintos lo que Castoriadis alucidaba sobre el acceso a los imaginarios. Reduciendo as su complejidad a un esquema ms manipulable pero que no ha perdido en absoluto su complejidad constitutiva. Este esquema se conformara entonces, por una parte, por el terreno o espacio en que el imaginario se mueve, que sera la Cultura. Y por otra, por el cotejo de significaciones que tratara de esta matriz de sentidos ambiguos. La ambigedad por tanto no se supera, la esquematizacin no deja de ser compleja, y cumple con lo que Morin dice: La paradoja consiste en que la reduccin de la complejidad se efecta mediante estructuras que, para lograr su propsito, han de hacerse cada vez ms complejas (Solana, 2005, pp. 179). Y agrego: Esos rasgos [los sentidos ambiguos] se remiten uno al otro, sin que podamos superar la paradoja. As, por ejemplo, la desviacin se acenta y desarrolla ah donde se halla el eslabn ms dbil de la invariacin, pero que es al mismo tiempo la fuente ms fuerte (Solana, 2005, pp. 86) En conclusin la Teora de la Complejidad en el caso de mi investigacin se presenta como necesaria en el procedimiento para elucidar el Imaginario en cuestin. La paradoja misma del problema es entendible exclusivamente mediante el imaginario, como pude justificarlo en un principio, pero eso no cesa all; hay que posteriormente conceptualizar la relacin particular (enfermo-familia) para obtener los niveles en que el imaginario opera, aislar las dos significaciones antnimas para que en su interseccin se bosqueje el imaginario. Todo esto a travs de un arduo procedimiento de anlisis semntico, de significados y significantes.

BIBLIOGRAFAALIAGA, F. PINTOS, J.L. (2012). La investigacin en torno a los imaginarios sociales. Un horizonte abierto a las posibilidades. En: Revista de Investigaciones Polticas y Sociolgicas, vol. 11, n2, pp. 11-17.BAEZA, M. (2000). Los Caminos Invisibles de la Realidad Social. Santiago, Chile: Ed. RIL.

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