Imágenes de mundo sobre la reubicación de asentamientos … · · 2013-11-06En un texto...
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Imágenes de mundo sobre la reubicación de asentamientos urbanos en la ciudad de Córdoba:
'Cicatrización' y 'Recuperación' del territorio como metáforas operantes en discursos
mediáticos, técnicos y políticos
Por María Eugenia Boito, María Belén Espoz Dalmasso e Ileana Ibáñez.1
1- Introducción
A fines de julio, la administración delasotista inauguró la última 'ciudad-barrio' construida
en el marco del programa habitacional denominado 'Mi Casa, mi vida'. 'Ciudad Parque Las Rosas',
está conformada por 312 viviendas destinadas a pobladores de distintos asentamientos aledaños a
barrio Matienzo (La Tablita, Costa Canal I y II, Las Siete Alcantarillas, entre otros) y constituye la
séptima ciudad-barrio creada en el marco de este tipo de política pública en materia de hábitat.
Hasta el presente son numerosas las visiones críticas y los cuestionamientos que se han
generado por este tipo de intervención estatal urbana, tanto por profesionales (desde instancias
académicas, periodísticas) como por los mismos destinatarios que, en algunos casos han resistido
los traslados y en otros2, -ya ocupando las unidades habitacionales de los nuevos barrios- han
abandonado las viviendas y retornaron a los anteriores asentamientos3.
En el marco del debate instalado, lo que aparece como objeto de reflexión prevalente remite
o bien a las características de estas urbanizaciones en tanto solución socio-habitacional (localización
relativa con relación al centro de la ciudad, calidad de los materiales utilizados en las viviendas y en
la infraestructura básica de servicios, nivel de adecuación de la unidad de vivienda en función de las
características socio-familiares de los grupos destinatarios, etc.), o bien al impacto de los traslados
sobre los procesos de reproducción cotidiana de estos grupos (pérdida o transformación de las
estrategias de sobrevivencia para el acceso a recursos, modificaciones en las trayectorias escolares
de los niños y jóvenes, etc.).
Por el contrario en este trabajo pretendemos desplazar la mirada sobre estos tópicos, para
recorrer e interrogar las prácticas de decir-hacer que se despliegan en (o a partir de) la emergencia
de territorios 'abandonados', que se nominan como 'recuperados' en la cobertura mediática y en el
discurso gubernamental; y que se traducen en acciones estatales y privadas orientadas a 'cicatrizar'
el terreno, borrar la historia e impedir la posibilidad de cualquier forma de inscripción.
1 Estas reflexiones fueron presentadas en el “V Jornadas de Encuentro Interdisciplinario, ‘Las Ciencias Sociales y humanas en Córdoba’”, organizada por la Facultad de Filosofía y Humanidades y el CIFFyH. UNC. Córdoba, 2007.
2 Consultar: los números 49 y 51 (mayo y diciembre 2005) de la revista Desafíos Urbanos, el primer número de la publicación bimestral (Octubre, 2005) Contramano, y también la nota titulada "Políticas habitacionales provinciales. Un acercamiento exploratorio al programa habitacional generador de nuevas-ciudades barrio" en revista Confluencias, número 51, abril de 2005 del Colegio Profesional en Servicio Social.
3 Ver nota del 19 de agosto del 2006 en diario La voz del Interior “A dos años de su relocalización, villa La Maternidad vuelve a poblarse”
Pretendemos identificar, describir e interpretar estas construcciones metafóricas que se
inscriben en textos y operan en situaciones concretas; imágenes de mundo que como expresiones
naturalizadas del sentido común (e incluso de saberes científico-técnicos) suponen y ponen en acto
ciertas formas de comprender e intervenir en contextos de expulsión social, y que por esto nos
interpelan a intentar y ensayar ejercicios de crítica ideológica.
La estrategia argumentativa que organiza estas reflexiones se orienta a partir de un primer
desarrollo teórico que refiere a ciertas nociones foucaultianas en cuanto a la relación entre las
configuraciones de espacios y el dispositivo de seguridad. A la vez se retoman ciertas
consideraciones que realiza R. Sennett con respecto a los procesos de urbanización y los aportes de
A. Scribano con respecto a la constitución de “imágenes de mundo”.
En un primer momento -sobre el tratamiento informativo concretado por el diario local La
Voz del Interior en cuanto a los diversos traslados a las nuevas 'ciudades-barrio' y la operatoria de
este programa habitacional- identificamos y comparamos las metáforas predominantes en la
cobertura mediática y el decir técnico. Tal como indicamos en el título que nomina estas
reflexiones, las expresiones ‘cicatrización’ y ‘recuperación’ exponen su prevalencia, a la vez que
suponen y actualizan formas de intervención específicas en tanto dispositivos que se inscriben y
reconocen contextos médicos / militares de constitución de sentido, para el quehacer con grupos en
situación de pobreza extrema.
A posteriori presentamos un conjunto de actividades y tareas que operacionalizan las
imágenes de mundo antes referidas en un traslado concreto. La observación en terreno (ilustrada
con fotografías) y de los decires de profesionales participantes, constituyen el encuadre de
significación que orienta la lectura y las interpretaciones sobre esta política habitacional. Por
último -y a modo de notas finales provisorias- el recorrido descriptivo/interpretativo realizado nos
expone a los desafíos que encuentra un tipo de lectura orientada a la crítica ideológica en un
contexto donde ciertos signos -no ya en su opacidad y en tanto particular juego de lenguaje sino
asumiendo una especie de obscena transparencia- actúan literalmente, sin velamiento. Decires y
haceres que invisibilizan su carácter político de manera paradójica: simplemente mostrándose.
2-Las intervenciones sobre la pobreza y sus metáforas
Los estudios y las consecuentes planificaciones para intervenir sobre contextos
caracterizados por la pobreza (como es el caso de la política analizada), se sostienen en supuestos
ontológicos que conforman discursos en tanto disposición material de lugares y formas de acción
específicas.
Centrados en el hacer cotidiano, urgidos por demandas asistenciales, muchas veces no
contamos con un espacio/tiempo para reflexionar sobre las maneras que tenemos de representarnos
las situaciones de pobreza, ni sobre las interpretaciones que portamos sobre las posibilidades,
límites y alcances de las acciones que realizamos.
Sin embargo estas construcciones im-plícitas, in-corporadas existen y operan conformando
nuestro quehacer. Parafraseando a Adrián Scribano, lo que entendemos por pobre y por situación de
pobreza, impacta en las interpretaciones e intervenciones que orientan nuestro quehacer sobre esta
problemática.
En el marco de un trabajo de investigación sobre este tema4, Scribano precisa que una de las
funciones específicas de la reflexión filosófica en relación con la construcción de teoría y práctica
sociológica, es colaborar en la conformación de una actitud de 'vigilancia epistemológica', orientada
al análisis y la crítica de los diversos niveles que conforman una teoría social: el teórico sustantivo,
el ontológico, el epistemológico, el metodológico y el crítico.
A nivel ontológico, la noción de 'imagen de mundo' permite identificar y reconocer las
formas definitorias de estos supuestos, ya que remite "al conjunto de presuposiciones sobre el modo
de existir de los agentes, el tiempo, el espacio y sus relaciones con la realidad social que producen
las aludidas teorías". (En este sentido, las imágenes de mundo) "nos posibilitan aprehender el
contorno de los esquemas perceptivos desde donde la teoría viene construida". (Scribano, 2002:
116,117)
Desde la perspectiva del autor, durante la década del 90 las investigaciones y las prácticas
efectivas de 'medición' de la pobreza en el marco de procesos de planificación y acción social, han
compartido un magma de implicaciones ontológicas que se condensan en tres metáforas: la médica,
la militar y la geológica. Citamos en extenso a Scribano:
"En una mirada preliminar, emergen tres grandes grupos de mediaciones metafóricas. En primer lugar aquellas que se apoyan en el uso de analogías militares que usan, entre otros, términos tales como combatir, luchar, abatir y eliminar. En segundo lugar, las analogías médicas que echan mano a expresiones tales como extirpar y mitigar y, en tercer lugar, las geológicas/naturales que utilizan conceptos tales como estratos y zonas, o desplazamiento y desventaja.No hay que meditar demasiado sobre estos usos para advertir que remiten a la pobreza desde la idea de conflicto, enfermedad y fenómeno natural". (2002: 135)
En la implementación de la política habitacional abordada, las expresiones 'cicatrización' y
'recuperación' se inscriben discursivamente, es decir materialmente, en contextos de significación
que operacionalizan las mediaciones metafóricas médicas y militares en la acción concreta en
contextos de pobreza urbana.
Antes de continuar necesitamos precisar que la noción de discurso con la que trabajamos
opera en sentido psicoanalítico; es decir que la remisión a este concepto supone indicar una forma
de "lazo social. Vínculo entre un agente y otro donde algo se produce y hay efectos de verdad".
4 Scribano, A. Representar e Intervenir la pobreza, financiado por SECyT, Universidad Nacional de Catamarca, 1997.
(Recio, en 1995: 485)
Desde el campo de lectura psicoanalítica, hablar de 'discurso' no supone una interpretación
textualista que refiera a la intencionalidad significante de cierto decir analizado; sino que en
aparente paradoja:
"el discurso es sin palabras, pues es una relación entre letras y lugares. El lazo social no se refiere solamente a la cadena significante, también esta referido al inconsciente y a la pulsión. Es decir, a los efectos sintomáticos que se producen en las diferentes modalidades de vínculo con el Otro. La modalidad de goce en lo social es la forma de pensar lo social del lado del síntoma." (Recio, en 1995: 482).
El discurso de este programa habitacional dispone una forma singular de lazo social con la
'población beneficiaria', a la que interpela -desplegando la mediación metafórica médica- en
términos de 'paciente'.
La posición de pasividad fue constitutiva y constituyente en los diversos momentos de
elaboración de esta política pública: desde la transformación en cuestión socialmente
problematizada, la formulación de políticas en la materia, hasta la implementación de programas
específicos. Incluso los pobladores se encontraron dispuestos como espectadores en el proceso de
destrucción de las viviendas precarias que habitaban hasta ese momento.
En un texto reciente,5 Richard Sennett interroga ciertas experiencias de urbanización
apelando a su memoria como protagonista de ese proceso, actualizando ciertas reacciones
emocionales que reaparecen asociadas a recuerdos. En este marco se plantea la problemática de la
generación de respeto. Así el autor señala que actuar con respeto en un mundo de desigualdad, no se
logra con la pretensión de hacerlo. Tampoco se sostiene en verbalizaciones que objetiven esta
intencionalidad. El respeto al otro -tal como se manifiesta en el ejemplo elegido por Sennett,
mediante la ejecución colectiva de una obra musical- es un acto que se realiza, que ocurre como
encuentro entre sujetos que se reconocen en su dependencia, pero también en su autonomía.
Por el contrario en el programa de hábitat analizado y en el traslado observado, se instala es
un tipo de definición de la situación que enfatiza la impotencia de los destinatarios: no participaron
en la formulación de este proyecto, no tuvieron lugar activo en la implementación más que como
espectadores en determinados momentos (los técnicos del Ministerio de la Solidaridad suelen
organizar -durante el pre/traslado- visitas de las familias 'beneficiarias' al nuevo barrio), no
participaron en la construcción de su vivienda mediante la modalidad de esfuerzo propio y ayuda
mutua (el proceso de construcción fue objeto de licitación: los costos y los tiempos por vivienda de
una de las U.T.E6 ganadoras redefine en términos de imposibilidad la salida constructiva antes 5 Sennett, R. El respeto. Sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad, Anagrama, Barcelona, 2003,
parte de su experiencia como poblador del plan habitacional del Cabrini Green, en Chicago durante la post-guerra.
6 Unión Transitoria de Empresas.
expuesta: en urbanizaciones de 300 viviendas, se construyó más de una vivienda por día a un costo
de $12.000 aproximadamente) y hasta se exhibe antes sus ojos la destrucción de la casa.
Demostración de impotencia excesiva, que se subraya con la necesidad de solicitar a los técnicos
que autoricen la 'recuperación' de algunos materiales para ser reutilizados (perfiles, viguetas,
chapas, bloques).
Como hemos señalado en otra oportunidad7 a través de este programa se generan efectos de
desubjetivación en los sujetos destinatarios, no solo en el momento del traslado concreto sino en las
diversas instancias que configuran la elaboración de esta respuesta habitacional, por la presencia de
un tipo de 'racionalidad' que potencia una vinculación dependiente en términos de Sennett.
3- Territorio y población como campo de gestión política.
La cuestión del territorio (y la del espacio en general) se vuelve esencial para pensar de qué
tipo de dispositivos hablamos cuando la intervención social implica -incluso- el saneamiento del
suelo para su futura “habitabilidad y circulación”. En este contexto, la política publica de hábitat
social se operativiza en pautas que responden a un dispositivo particular: el de seguridad. Según M.
Foucault, el poder se ejerce sobre el espacio; espacio que se configura de manera diferencial según
qué técnica de poder lo ordene. Si con la soberanía el ejercicio operaba dentro de los límites del
territorio, con la disciplina, lo hace sobre el cuerpo de los individuos, y finalmente con la
seguridad, sobre el conjunto de la población.
¿Pero cómo se constituye la población como espacio? Siguiendo el análisis foucaultiano,8
intentaremos articular esta configuración con las prácticas actuales de gobierno cordobés en el área
de hábitat social.
Durante el siglo XVII y XVIII con el desarrollo de las ciudades europeas,9 se replantea la
cuestión de cómo lograr una circulación fluida (de bienes, de personas y de dinero) sin perder la
seguridad que las murallas brindaban hacia el adentro del espacio cotidiano. Esto implica que la
seguridad trabaje sobre datos, maximizando los elementos positivos y minimizando "los aspectos
riesgosos e inconvenientes como el robo, las enfermedades, sin desconocer, por supuesto, que
jamás se los suprimirá del todo. (...) El buen ordenamiento de la ciudad responde a tener en cuenta
lo que puede pasar (Foucault, 2006: 39).
La población se constituye así como espacio de gestión. Es lo que el dispositivo de 7 Parte de Avance del informe de SECyT 2006, titulado “Subjetividades y contextos de pobreza. Deconstrucción de
políticas habitacionales en el traslado de familias a nuevas "ciudades-barrios" de Córdoba”.
8 Foucault, M. Seguridad, Territorio y Población, Fondo de Cultura Económica, Bs. As. 2006.
9 Tanto Foucault como Sennett en sus lecturas sobre la constitución de las ciudades tienen en cuenta un vector histórico para analizar las particularidades de tal conformación y su impacto en la constitución de subjetividades, aun cuando es necesario destacar divergencias en lo que enfatiza cada perspectiva.
seguridad tratará de acondicionar como medio en función de la probabilidad10. Y aquí la cuestión
esencial: ¿qué es el medio? Es lo necesario para explicar la acción a distancia de un cuerpo sobre
otro. Se trata, por lo tanto, del soporte y el elemento de circulación de una acción (41). Este
traslado que se produce desde la mecánica de los cuerpos hacia la configuración (y explicación) del
cuerpo social, es precisamente lo que va a dar origen a la formación del concepto población.
Concepto que, atravesado por la excesiva función metafórica del lenguaje actúa “allí” como algo
dado, natural, que no es pensado como espacio de gestión construido social y políticamente, guiado
por el desarrollo capitalista. Población parece ser así el resultado del medio.
Entonces, el concepto de medio permite la introducción de todo un campo de intervención
que desde el siglo XVIII en adelante, va a tener como objeto a toda la población, es decir, a la
multiplicidad de individuos que están y sólo existen biológicamente ligados a la materialidad dentro
de la cual se inscriben. Y en este punto irrumpe la naturalidad de la especie humana como
artificialidad política de una relación de poder (42). Se trata de la idea de “un medio artificial y
natural, en el cual el artificio actúa como una naturaleza con respecto a una población que, tejida
de relaciones sociales y políticas, también funciona a la vez como especie” (42). Es a partir de este
punto en que comienzan a “confundirse, mezclarse, fusionarse” la naturaleza en el sentido de
elementos físicos, con la naturaleza en el sentido de naturaleza de la especie humana. De allí que la
técnica de seguridad se dirija al medio (y su control).
La técnica de seguridad opera en el reconocimiento -impulsado por la lógica eugenésica- de
los elementos pertinentes para habitar y/o potenciar el espacio. En palabras de Foucault:
“Dentro del propio saber-poder, dentro de la propia tecnología y gestión económica, tendremos ese corte entre el nivel pertinente de la población y el nivel no pertinente, o bien el nivel simplemente instrumental (…) La población es pertinente como objetivo y los individuos, las series de individuos (…) no van a serlo como objetivo. Lo serán sencillamente como instrumento, relevo o condición para obtener algo en el plano de la población (63).
En este sentido, es clara la continua utilización en los análisis actuales sobre pobreza en
nuestro país11 de conceptos como 'vulnerabilidad social', 'capital social' y 'resiliencia'12, que
depositan en la franja de individuos definidos como “pobres” el instrumento de la misma gestión
social.
Si se comienza a hablar de niveles de pertinencia, hay una relación directa entre la
10 En este sentido, la potencialidad que brinda el cálculo es central a la hora de pensar y relacionar los diversos elementos, componentes y fenómenos que pasarán a formar parte de la política estatal, entendida en términos mucho más abarcativos.
11 En especial el caso de la sociodemografía.
12 El desarrollo de estas ideas se encuentran en la ponencia titulada “Las ausencias en las producciones teóricas sobre la pobreza. ¿Una intervención Biopolítica?” de Maria Belén Espoz presentada en el Congreso de Investigadores en Comunicación 2006, San Juan.
referencialidad que se desprende del concepto de espacio y las posibilidades de habitarlo. Lo cual
implica por un lado, características “naturales” vinculadas al lugar, y por otro, una valoración
axiológica sobre quienes tienen derecho a ese espacio, instalando como problema como se
determinan esos derechos.
Foucault señala13 que la política moderna (como acto de gobierno) comienza a operar en
aspectos de lo biológico de la vida humana. Esto es posible gracias a la intervención y desarrollo de
las Ciencias Humanas. De allí que la vida del cuerpo se coloca como problema político. Se
comienzan a delinear los límites de aceptabilidad que definen y determinan los niveles de
pertinencia de una población.
El Estado Moderno, en el momento que se hace cargo de la población, se erige como
representante de la vida en general, y por lo tanto es el responsable de identificar todo aquello que
atente contra ella. Ese “todo aquello” remite a la idea de subrazas, expresión con sentido negativo
que indica la existencia de ciertos cuerpos que se consideran como amenaza para la sociedad.
En el ideal del Estado Moderno definido como “el bien común” hay un sentido biologicista
representado en la idea de “infiltración”. Este concepto que parece “inocente” en el sentido de
referir solo a una “idea” de lo que potencialmente puede atentar contra el orden social (y su
población), se traduce en formas de acción diferenciales sobre algunos cuerpos, hasta situaciones
extremas en las que se reclama su eliminación, en vistas a proteger a la sociedad14.
Esta operación es definida por Foucault como racismo de Estado. Y es precisamente cuando
el Estado se hace cargo de esta operación que su legitimidad depende de esa defensa. Pasa a ser el
lugar donde se producen las diferenciaciones sociales por un lado, pero también un mecanismo de
reproducción de la violencia para poder fundar su legitimidad “como gestor de la vida”15. De esta
manera, el Estado no representa a una raza sino que produce -a través de la inclusión de
mecanismos biologizantes del discurso médico- la degradación de series de la población y lo eleva a
la categoría de amenaza y peligro.
Un ejemplo esclarecedor es el caso de los mecanismos que construyen las condiciones de
aceptabilidad de algunos asesinatos: hay que poder eliminar a “ciertos sujetos” porque esas vidas
amenazan a la “Vida” (entendida desde la potencialidad de la población). El Estado despoja así al
cuerpo de la "'naturaleza humana" (se habla de “psicópatas”, “perversos”, “enfermos”) y de su
ciudadanía, a través de la intervención de la racionalidad jurídico-política. Así, se identifica los
13 Foucault, M. Genealogía del racismo. De la guerra de las razas al racismo de Estado, Traducción: Alfredo Tzveibely, La Piqueta. Madrid.
14 Pensemos en la fuerza performativa que tuvo el concepto de “infiltración” durante la ultima dictadura militar en nuestro país.
15 La política en este sentido no sería sino la continuación de la guerra por otros medios.
cuerpos amenazantes, se los deshumaniza, se los despoja de todo aquello que remite al universo
común de la vida, y su muerte (social o física) no constituye un asesinato sino más bien “justicia”16.
Esta idea de justicia atraviesa el campo de producción discursiva sobre la pobreza. Y es el
vector del ejercicio de las políticas habitacionales en la provincia de Córdoba17 que se sustentan en
la idea de “medio” y sus variables (que incluyen por igual a individuos, condiciones del suelo,
características del espacio físico, etc.). La lectura que hace el gobierno provincial acerca de las
condiciones paupérrimas de vida de los habitantes de las villas miserias, de las condiciones de no-
higiene, de los focos infecciosos potenciales, en fin, “del medio no apto para la existencia” (no la
existencia pertinente en términos poblacionales) es la que permite la intervención y el saneamiento.
Por ello se procede a realizar la “cicatrización del lugar”, como si éste hubiera sido infectado por los
habitantes que lo ocupaban, borrando toda marca de sentido, toda relación de pertenencia, todo
resto de significatividad producida por sus “antiguos habitantes”.
Estamos ante un espacio constituido como ejercicio biopolítico. En el mismo, hay
intervenciones reales que no son solamente de cuidado sino también de mejoramiento: hay que
perfeccionar la especie. Este progreso implica una selección natural de los más aptos para la
supervivencia, quedando los “no pertinentes” relegados a la categoría de nocivos y por ello
destinados a los márgenes de la ciudad. El “afuera” del territorio se funda como lugar marginal,
excluyente quedando como “adentro” (espacios verdes recuperados) ese espacio saneado -y limpio,
cicatrizado- que solo puede ser parte de la ciudad en tanto espacio cuya "fisonomía" se encuentre en
relación armoniosa con el resto de los elementos que la compongan.
Esto se presenta claramente en los documentos reglamentarios del proyecto de rehabilitación
habitacional18. El segundo componente del mismo se define como Recuperación ambiental de las
zonas de riesgo inundables desalojadas.
Las inversiones están destinadas a: a) ampliar las Áreas Verdes de uso Recreativo en la Ciudad, b)
neutralizar la posibilidad de instalación de nuevos asentamientos irregulares. Este último punto
sirve de garantía para evitar cualquier posibilidad de reasentamientos dentro de la Ciudad,
acentuando el carácter de “expulsión” al que se presta la noción de “traslado”. De allí que, una vez
producido el traslado, se proceda a realizar la “cicatrización del lugar en donde se encontraba el
16 En especial tenemos en cuenta los aportes de G. Agamben.
17 El “nuevo espacio” que se les adjudica en tanto beneficiarios de la política estatal, no solo los “reincorpora” a condiciones habitacionales dignas, sino también a “una calidad de vida diferente” (cartilla), donde diferente -según el análisis realizado- es “mejor”, “mas acorde a lo ciudadanamente preferible, en "Las políticas habitacionales y la gestión de la marginalidad: El programa "Mi casa, mi vida", realizado por Capellino, Espoz e Ibañez. Ver en este volumen.
18 Reglamento Operativo del “Proyecto de Emergencia para la Rehabilitación Habitacional de los Grupos Vulnerables Afectados por las Inundaciones en la Ciudad de Córdoba, Provincia de Córdoba”. Contrato de Préstamo 1287/OC-AR.
asentamiento trasladado, ampliando de esta forma los espacios verdes y de recreación en la ciudad
de Córdoba19”. Acción que de manera “pornográfica” remarca la intencionalidad política que ya se
encuentra en el concepto de cicatrización. “Asegurarse” que esos sujetos no “vuelvan” a ocupar ese
espacio.
Para dar cuenta de ello tomemos en cuenta -siempre siguiendo el reglamento operativo- las
siguientes descripciones: estos espacios en donde se localizaban los asentamientos afectados por el
desastre natural, “afrontan problemas de inundación en forma periódica” o son “zonas de alto
riesgo ambientales”. Lo cual vuelve al menos “dudosa” la utilización de los mismos para
recreación, en especial si se piensan realizar “actividades de esparcimiento, deportivas y culturales”
–como se plantea en el R.O.- en esos mismos espacios para los habitantes de la ciudad de Córdoba.
Esto nos pone frente a una idea de “limpieza” de la Ciudad, sustentada en la idea de
“cicatrización” -como herida provocada, no sólo por el “desastre natural”- que debe ser sellada y
reparada para convertirse en un espacio “habitable”. Pero también se establece que en esos espacios
“recuperados”, se incluirá todo el equipamiento “afín” a la recreación de los habitantes de la
Ciudad de Córdoba que contribuya a mejorar la calidad de vida.
Es en este punto donde las contradicciones del objetivo del proyecto se ponen en evidencia y
más que interpretar en él un intento de salvaguardar la integridad física de las personas, de sus
viviendas, de un posible desastre natural -que efectivamente se dio en determinados lugares-
podemos leer un fuerte elemento de biopoder que procedió a realizar una “limpieza” visual
-material- de los elementos “nocivos” a la Ciudad, estableciendo de este modo, un ideal de Ciudad.
Ideal que materializa los desiguales modos de 'merecer la ciudad' (en la clásica expresión de Oscar
Oszlak).
4- La puesta en escena para los ciudadanos. Metáforas que naturalizan la intervención
política en el discurso mediático
El discurso mediático ha conformado en el tratamiento de diferentes momentos de
aplicación de la política de hábitat, modalidades de comprensión que sostienen y actualizan el
discurso técnico (“recuperación” y “cicatrización”). Pero también apela a la sensibilidad y la moral
como modalidad interpretativa, que a la vez justifica esta intervención sobre conjuntos
poblacionales, a partir de los traslados de habitantes de diversos asentamientos a las soluciones
habitacionales (“Ciudad Evita”, “Ciudad de mis sueños” “Ciudad de los cuartetos”,”Ciudad de los
niños”, entre otros). De esta manera se configuran estrategias de interpretación que naturalizan las
lógicas de funcionamiento y modalidades de intervención del Estado20.
19 Reglamento Operativo del préstamo del BID.20Trabajaremos con dos casos claves cuya particularidad reside dos tipos de resistencias a la política: la de sujetos
Estas articulaciones discursivas se conforman desde metáforas (en decires y haceres) que
deslizan el conflicto, la lucha por el espacio a territorios “no políticos”, “no ideológicos” remitiendo
a la sensibilidad, la moral y la religiosidad.
La literalidad de “la recuperación”
El concepto de “recuperación” provoca una alusión necesaria, la pregunta: ¿Para quien se
recupera este territorio? En las notas del diario La Voz del Interior el “afuera” y el “adentro” está
muy claro: “el proyecto cuyo objetivo es recuperar el sector urbano donde desde hace décadas está
la villa miseria La Maternidad” (16/06/2004).
El lexema “recuperación” como eje de los objetivos del postraslado señala una falta, que es
mediada por la acción de “otro” que en este caso ocupaba ese territorio: los habitantes de “la villa
miseria”. En palabras de Squeff21 “La idea es recuperar sectores para devolverlos a la sociedad”
(10/06/2004).
La “devolución a la sociedad” es definida por la intervención estatal como acto justo de
“recuperación” de lo propio del todo social. Esto implica no solo la eliminación (traslado,
expulsión) de los elementos nocivos en tanto especie degradada, sino la transformación de ese
espacio para que adquiera la imagen necesaria para la “ciudad ideal”.
En este sentido el discurso mediático refiere a imágenes expresivas de este proceso de
“recuperación” y “mejoramiento”, algunas de ellas son:
“Un parque lineal de casi dos hectáreas y media de superficie con obras de forestación, iluminación, juegos infantiles, un anfiteatro e incluso una residencia para la Maternidad Provincial” (10/06/2004)
“Una nueva imagen” (...) El proyecto ambiental procura otorgar una nueva fisonomía a un sector deprimido en lo urbanístico y de alto riesgo en materia de seguridad para quienes transitan por los alrededores de la villa” (10/06/2004)
Proceso que necesita de una:
Intervención rápida (...) Tal como se ha realizado en otros sectores urbanos, el trabajo de recuperación de la zona se efectuará en forma urgente, para evitar que se reinicie el proceso de asentamiento precario. “Inmediatamente de realizada la mudanza demolemos la casa y comenzamos la remediación. Es un trabajo sobre área liberada”. En la zona hay emprendimientos inmobiliarios en marcha y se procura que además de un nuevo espacio de esparcimientos, se elimine un punto peligroso en materia de seguridad (Squeff en 10/06/2004).
afectados en tanto son sus “beneficiarios”, es decir los “potenciales trasladados” (en el caso que analizaremos, los habitantes de Villa La Maternidad”) y los sujetos que se reconocen a si mismos como afectados, los pobladores de barrios adyacentes a donde se edificaron las soluciones habitacionales (el caso de los vecinos de Matienzo).
21 Dario Squeff es el titular del Proyecto Ambiental del Programa de 12 mil viviendas de la Dirección de Ambiente de la Provincia de Córdoba.
En las frases anteriores reconocemos construcciones ideológicas que articulan y naturalizan
modalidades de intervención estatal, a partir de la actualización de metáforas militares y médicas.
Palabras como “fisonomía”, “remediación”, junto con la referencia a la in-seguridad del territorio
(en términos naturales y sociales) son la presentación de la problemática, mientras que la acción de
destrucción de las viviendas es definida como “un trabajo sobre área liberada”. Estas
articulaciones discusivas establecen relaciones entre los sujetos, donde los afectados por esta
política se definen como pacientes o enemigos; un sujeto extraño a la ciudad.
Los agentes activos son el Ministerio de la Solidaridad, la Agencia Córdoba Ambiente y el
Ejército, quienes realizaron el “operativo mudanza”. “Operativo” es utilizado en su significación
como acción médica y también militar; convergencia, homología entre ambas lógicas interpretativas
que permite asociar estas acciones al discurso de la naturaleza y la necesidad. Un tiempo ‘urgente’
para que estos cuerpos extraños a la población no regresen, pero también para que los territorios
recuperados dejen de ser peligrosos.
Tal es el caso de la presentación que realiza el diario el día 16 de junio del 2004 sobre el
traslado de Villa La Maternidad: “Comenzó a desaparecer la villa más antigua y céntrica de
Córdoba”. Este titular sin sujeto, presenta al traslado como un acto espontáneo, cuasi mágico de
desaparición física: comienza, sin por qué ni anclaje en decisiones políticas ni sociales.
“Entre nubes de polvillo, golpes de mazas y topadoras que derrumbaban paredes, se puso en marcha ayer el operativo de demolición de las casas que durante mas de medio siglo formaron la villa La Maternidad”. (16/06/2004)
Con esta imagen comienza la nota. La potencialidad y eficacia de esta descripción se
encuentra en la referencia a una dimensión temporal histórica de esas viviendas, que en el acto de
destrucción es negado como historia presente, viva y constitutiva de la ciudad.
El “operativo” de destrucción-desaparición de los restos de villa La Maternidad es realizado
simultáneamente con el traslado; es decir, mientras esperan, las familias ven “el derrumbe de las
construcciones precarias”. Asimismo esta expectación es construida a partir de la narrativización
del diario:
“Sentado en la puerta de la pieza que constituía toda su propiedad, Juan Luis López observaba el trabajo, mientras soñaba con tener una casa nueva para compartir con su hijo de 18 años” (16/06/2004).
Esta descripción nos interpela a preguntarnos ¿Quién sueña con esta casa nueva que señala
el diario? ¿Es Juan Luis López mientras veía el “trabajo” de destrucción de “toda” su propiedad?
Esta construcción discursiva del diario implica la transposición de los deseos y los sueños del
periodista desde su particular posición de clase. En este mismo acto captura para sí la posibilidad de
desear del “otro”, negándolo en su subjetividad; Juan Luis López no solo es contado e interpretado
por el discurso mediático, sino que también es expropiado de sus sueños y ‘hablado’ desde el diario.
Lo mismo sucede en otra parte de la nota, donde se enuncia “entre los montículos de escombros,
grupos de chicos jugaban esperando el momento en que se hiciera el traslado”. Se afirma una
especie de “espera esperanzada” que el periodista “captura” a partir de una interpretación de
sensaciones, emociones y deseos con solo mirar al “otro”. Por otro lado el cierre discursivo
naturaliza la acción de cicatrización por analogía a fenómenos ecológicos:
“Al caer la tarde, desde la avenida de Circunvalación podían verse algunos lugares donde el paisaje semejaba a la acción de un terremoto” (16/06/2004).
La naturalización de la acción social de los sujetos sobre ese espacio, esta dada por “la
semejanza a la acción de un terremoto”. Esta distancia que introduce el concepto de “semejante a”,
ocluye la literalidad del terremoto social, las consecuencias simbólicas y materiales de las acciones
políticas.
La sensibilidad y la moral como estrategia interpretativa de la acción política
En barrio Matienzo los habitantes (quienes se percibían como afectados indirectos de la
política estatal) reclamaban la suspensión de la edificación de ‘Ciudad Parque Las Rosas’ en las
proximidades del barrio. El argumento era la asociación de esos sujetos “otros” con la inseguridad,
nominándolos como “sujetos peligrosos” por su lugar de procedencia. (“villas miserias”)
El conflicto es presentado por el diario La Voz del Interior el 9 de junio del 2005, en la
sección Opinión. Se destacan cuatro artículos escritos por: Horacio Saravia (integrante de la
Pastoral Social), Luis Juez (Intendente de Córdoba), Marcelo Falo (Secretario de Información
Pública) y la editorial del diario. Estos actores son reconocidos como capaces de narrar e interpretar
el conflicto, no solo en cuanto a las implicancias de la política en términos materiales, sino también
a nivel de las emociones y necesidades subjetivas de los afectados.
Las imágenes que se actualizan para dar cuenta del conflicto provocan un corrimiento de la
dimensión política, estableciéndose sin embargo particularidades divisiones y polémicas: en el caso
de Juez y el representante de la pastoral social, se trata de una lucha de pobres contra pobres
(derecho a la vivienda/ derecho a la seguridad); mientras que Marcelo Falo y la editorial del diario
inscriben el conflicto en el plano de la sensibilidad y la moral: buenos cristianos/malos cristianos,
hombres de buena voluntad/hombres de mala voluntad, solidarios/no solidarios.
Estas modalidades interpretativas dan por hecho la escisión social. Se narrativiza la acción
política de manera tal que, los sujetos “son hablados” no sólo interpretando sus necesidades
materiales sino también afectivas, profundizando de esta manera el proceso de desubjetivación. El
Estado es presentado como mediador y gestor de la política pero no como parte del conflicto, como
actor que define el adentro y el afuera de la ciudad.
La sensibilidad y la moral como fundamento de la acción política son articuladas en el
discurso de Marcelo Falo en su artículo titulado “Extremos de insensibilidad”, en el sostiene:
“Sólo me cabe expresar la sorpresa y también la pena que he experimentado al descubrir hasta qué punto algunos de nosotros nos hemos vuelto insensibles ante los padecimientos ajenos. A los extremos de insensibilidad a los que hemos llegado y lo lejos que estamos de poder decir que nuestra Córdoba es una comunidad solidaria, tolerante, libre de prejuicios y auténticamente cristiana”.
Insensibilidad ante los “padecimientos ajenos” (en tanto ‘resto’ que no entra en el
llamamiento al “nosotros social”). Este padecer es inscripto en el plano individual y emocional, en
donde la afección de ese padecimiento del “otro” se expone para la población en una
argumentación anclada en la “sensibilidad”, la “tolerancia”, “solidaridad” y la “autenticidad
cristiana”. Esta formulación corre el eje de la acción política sobre los cuerpos de los sujetos
trasladados, velando la responsabilidad estatal sobre estas acciones, que no instaura un lazo social
como “ciudadanos” sino que implican una relación de condescendencia y generosidad de unos
sobre otros. Así en el cierre:
“A esta altura de los acontecimientos no me queda más que pedir a los cordobeses de buena voluntad – que estoy convencido que son la inmensa mayoría- que traten de disuadir a quienes discriminan a los humildes. Que los llamen a la reflexión. También pedir un gesto de generosidad, nuevamente, a quienes por temor a supuestos marginales han optado por marginarse a sí mismos”.
La editorial del diario, también actualiza este llamamiento a la sensibilidad y la moral
reproduciendo los mismos efectos argumentativos antes analizados. El título y el cierre lo afirman:
“Solidaridad responsable”, y “Ayudémoslos para que se ayuden y, al hacerlo, nos ayudaremos
todos”.
Lo mismo sucede en el caso de lo expresado por Saravia, que desde una lectura anclada en
los derechos humanos establece el conflicto como una disputa de “pobres contra pobres”. En el
mismo acto de reconocimiento al derecho a la vivienda se establece un deslizamiento de su carácter
político y social, porque se interpela a los individuos desde la sensibilidad, desconociendo a los
sujetos como ciudadanos, como agentes activos y autónomos.
“Hoy vivimos y nos lastimamos con un enfrentamiento pernicioso. Nunca los derechos humanos pueden ser incompatibles... si han llegado a serlo (el derecho a la vivienda y el derecho a la seguridad) mucho se debe al personalismo autoritario de quién tiene la primera responsabilidad.”
La interpretación mediática sobre el traslado a Ciudad-Parque las Rosas inscribe el conflicto
en el plano moral y sensitivo construyendo “imágenes de mundo” que instituyen a los sujetos como
depositarios de “buenas intenciones” -y no como sujetos de derecho-. En este marco explicativo y a
partir de la actualización del discurso de la tolerancia, de los derechos humanos propios de la
racionalidad liberal y del mandato cristiano, se “naturalizan” las posibilidades diferenciales
(desiguales) de ejercicio del derecho a la ciudad que portan los actores.
5- En terreno: "Ciudad Parque Las Rosas"
La nueva 'ciudad- barrio' "Parque Las Rosas" está compuesta por 312 viviendas habitadas
por 126 familias de 'Las siete alcantarillas' (6 grupos familiares no fueron trasladados en esta
oportunidad ya que cuentan con estrategias de reproducción cotidiana de características rurales
basada en la cría de animales), 25 familias de un sector denominado 'Desprendimiento', 100
familias de 'La Tablita' (al oeste de Barrio Estación Flores, entre Circunvalación y calle
Luxemburgo), 20 familias que ocupaban construcciones del Ferrocarril y la escuela abandonada
'Alas Argentinas', 13 familias de Costa Canal I (asentamiento lineal, al margen del canal maestro) y
22 familias de Costa Canal II (asentamiento al margen oeste del canal maestro sur).
Literalmente, el nuevo barrio se encuentra mas allá de Frontera, calle que se constituye
como límite en relación a Barrio Matienzo. Esta urbanización es particular, ya que linda con un
barrio obrero tradicional como el antes nombrado, así como con nuevos emprendimientos
inmobiliarios: un barrio de la cooperativa de vivienda 'Horizonte' llamado 'Favaloro Sud" (que
produce viviendas para un sector con nivel adquisitivo medio) y dos barrios cerrados: Natania (al
este) y Soles del Oeste.
El traslado
En el 'operativo de traslado'22, por primera vez, participaron diversas organizaciones públicas
y privatizadas: técnicos del Ministerio de la Solidaridad, empleados de la empresa provincial de
energía eléctrica (EPEC), personal de Ferrocarriles Argentinos, representantes de las privatizadas
ECOGAS y de AGUAS CORDOBESAS.
El personal de EPEC inició el proceso de 'desenergización de la zona', mediante el retiro de
las conexiones directas al servicio de energía pública. Los pobladores, a partir de las ocho de la
mañana, fueron retirando sus bienes de las viviendas y los ubicaron en la puerta, en espera de los
camiones del ejército que iban a realizar la mudanza. Apenas subieron sus pertenencias al camión,
las topadoras comenzaron con la destrucción total de las viviendas. En términos técnicos, los viajes
se autorizaban cuando 'La vivienda debe estar demolida completamente o presentar in-
habitabilidad.'
"las cosas se sacaban y se ponían en la calle. En ese mismo momento ya las máquinas estaban 22 El traslado se realizó durante dos días, el 27 y 28 de julio. Durante el primero se mudaron 179 familias; durante el
segundo, 133
demoliendo las casas... la gente estaba como inerte, no hacían nada. Veían como levantaban los techos y los volvían a largar para que se partan y volteaban las paredes”. (Entrevista a técnico P.)
Las viviendas fueron destruidas hasta los cimientos. No podía quedar ningún tipo de
construcción a ser re-utilizada; de allí que era necesario 'meterse bajo la superficie del terreno, pasar
la máquina y remover el suelo'. El traslado se inició a las 8 de la mañana; a las 15 horas las
topadoras estaban en plena demolición, acopiando escombros en algunos sitios prefijados para
luego cargarlos en camiones y trasladarlos.
Paralelamente a esto, la privatizada empresa de agua iba desenterrando y cortando las
mangueras precarias mediante las cuales las familias habían podido acceder a la red para la
provisión de agua. Este es el primer caso en el que participa AGUAS CORDOBESAS en el
momento del traslado; participación que puede responder a dos motivos: en primer lugar, como
algunos grupos familiares no fueron mudados a Ciudad Parque las Rosas ya que se dedican a la cría
y venta de animales como estrategia de obtención de recursos, había que garantizar que pudiesen
seguir 'conectados' con la 'arteria' de agua (es decir, arreglar si por la demolición se rompían los
'finos capilares') ; en segundo lugar -en tanto 'intervención preventiva'- la 'cicatrización' también
incluía 'extirpar' el tejido de mangueras para obstaculizar cualquier nuevo intento de asentamiento.
Curiosamente, en el lugar había tanques de agua que se encontraban en una situación extraña
en términos de legalidad-ilegalidad. Para la empresa privatizada no estaban incluidos como parte de
la red; sin embargo no es que fueron adquiridos por los habitantes en tanto 'táctica' organizada para
obtener agua potable, sino que una borrosa inscripción en el frente de los tanques expone su origen
y procedencia: 'Ministerio de Asuntos Sociales'.
Durante semanas23 las máquinas y los técnicos siguieron actuando en el territorio
'recuperado' mediante acciones que constituyen el anverso al quehacer del arqueólogo: no se trata
de encontrar ruinas o fósiles de un tiempo remoto para intentar leer y descifrar en esos restos los
rastros de una forma de vida, sino provocar un 'terremoto' que borre cualquier indicio o marca de un
presente social próximo que pretenda interpelar como significación política. La acción de
'cicatrización' también supone un trabajo de sepultura. Las siguientes fotos son expresivas de este
sentido:
23 Las fotografías que ilustran este trabajo fueron tomadas el 7/9/06, el traslado se realizó el 27 y 28/8/06.
A modo de cierre
Hemos identificado y descripto la capacidad performativa de las imágenes de mundo
analizadas, que se materializa en el desplazamiento y en la operatividad que adquieren en la
intervención pública estudiada.
El dispositivo de seguridad opera con una lógica que naturaliza lo social: la aparición del
caso permite individualizar los fenómenos colectivos o colectivizar los fenómenos individuales, de
manera tal que las llamadas ciencias humanas y sociales se “ofrecen” como instrumento necesario
para la operatoria objetivante. Luego, al determinar -por medio del cálculo- los riesgos
diferenciales, se instaura la curva de “normalidad” que permitirá la clasificación esquemática de las
desviaciones. Todo ello para enunciar el “peligro” potencial que de manera casi inminente
provocará una “crisis” (fenómeno de intensificación circular que solo podrá ser frenado por un
mecanismo natural o una intervención artificial). Ante el peligro y la crisis hay una sola salida:
eliminar los elementos nocivos aun mucho antes de que se constituyan como tales por medio de la
intervención estatal. Y se trata de una acción política “legítima” en tanto que el dispositivo ya
naturaliza a los sujetos como productos nocivos de un medio que se presenta como peligroso para
la población en su conjunto.
Estas mediaciones metafóricas no solo invocan presencias que se traducen en tareas y
acciones 'técnicas', sino que presentifican ausencias mediante las borraduras y los silencios que
también delimitan y encuadran las formas de lo discursivo (en tanto lazo social materialmente
posible). En este sentido, los sujetos 'beneficiarios' del programa habitacional son producidos
discursivamente desde diversas dimensiones de incapacidad (para participar y decidir sobre las
formas, los espacios y los tiempos de concreción de la respuesta habitacional, para ejecutar el
programa, para evaluarlo).
Un intento de ejercicio de crítica ideológica sobre esta forma de intervención presenta
dificultades. Necesitamos 'intervenir' esa intervención, intercalar otra versión -según la expresión de
Eduardo Gruner- cuestionando no ya cierta opacidad en los discursos producidos, sino una
pornográfica transparencia donde 'recuperar' quiere decir 'recuperar' y 'cicatrizar' también remite a
una similar tautología. Entonces nos preguntamos ¿cómo hacer visible lo que esta ante los ojos y
no se ve? ¿Cómo atravesar críticamente lo que tiene la forma y el contenido de lo invisible por
mostración? Quizás apegarnos a la literalidad de las expresiones utilizadas y desarrollar sus
consecuencias e implicaciones políticas sea una vía.
En términos médicos, 'cicatrización' se define de la siguiente manera: "es un tejido neo-
formado que viene a ocupar el lugar de esa herida." Como característica principal, "tiene una
retracción progresiva". No es posible cicatrizar las heridas sociales de la desigualdad mediante
respuestas habitacionales desancladas de una perspectiva integral sobre la 'etiología' de la pobreza,
que además no tienen en cuenta ningún nivel de gradualidad en el abordaje, sino que interviene
traumáticamente, disponiendo a los sujetos en espectáculo (para otros) / espectadores de sus propias
vidas, demoliendo las condiciones de posibilidad para acciones mas autónomas.
La idea de cicatrización no es más ni menos que la graficación obscena de ese proceso.
Proceso cuya fuerza adormeció la opinión pública menos ávida; peor aún a la reflexión critica más
simple. Por eso la urgencia se nos presenta como doble desafío: la necesidad imperiosa de recuperar
la potencia performativa del lenguaje como instancia de producción de prácticas sociales; y la
desmitificación de la naturalización -impulsada por el fin de cientificidad de las ciencias- de los
fenómenos sociales.
Por esto el apego a cierta literalidad en lo dicho puede iluminar, hacer visible el diagrama
que sostiene la intervención analizada; pero acto seguido es necesario identificar que tipo de fuerza
opera haciendo desaparecer (en los marcos teóricos de las ciencias, en lo construcción de los
fenómenos indagados) otras versiones orientadas a inter–venir reconociendo el desacuerdo
constitutivo (político) entre qué cuerpos pueden habitar qué lugares.
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Revistas
www.lavozdelinterior.com.ar de los días: 10/06/2004 -16/06/2004 -09/06/2005
Desafíos Urbanos nº 49 y 51 (mayo y diciembre 2005)
Contramano nº 1 (Octubre, 2005)
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