Info y textos
-
Upload
mtg1212 -
Category
Economy & Finance
-
view
1.019 -
download
12
Transcript of Info y textos
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 1
Material para Lengua y Literatura 3er año
Contenidos:
Lengua y Literatura
1er Trimestre 2do Trimestre
3er Trimestre
Origen y evolución
del castellano
Composición
de palabras
Texto expositivo
Subrayado de ideas
Notas marginales
Procedimientos
Cuadros comparativos
Red conceptual
Nociones
gramaticales
Cohesión semántica:
sinonimia, hiperonimia,
campo semántico
Oración simple
Revisión
Géneros literarios y
subgéneros
La narrativa:
cuento - novela
Nociones
gramaticales
Oración compuesta
Coordinación
Descripción
técnica y literaria
Géneros literarios y
subgéneros
La lírica: versificación, rima,
recursos poéticos.
Texto
argumentativo
Carta del lector:
partes y recursos
argumentativos
Cohesión sintáctica:
conectores, sustitución.
Nociones
gramaticales
Oración compuesta:
subordinación
Verbos irregulares:
conjugación
Géneros literarios y
subgéneros
El drama:
elementos y
características
El texto y sus
propiedades
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 2
Actividad de diagnóstico Lectura 1
Lea el texto con atención y subraya las ideas más importantes:
EL ECLIPSE
Augusto Monterroso
Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva
poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se
sentó con tranquilidad a esperar la muerte. * Quiso morir allí , sin ninguna esperanza, aislado, con el
pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos
Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso
de su labor redentora.
Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a
sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin,
de sus temores, de su destino, de sí mismo.
Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo
algunas palabras que fueron comprendidas.
Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su
arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y
dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.
-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se
produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén.
Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la
piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas
recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían
eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus
códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 3
TEMA: ORIGEN Y FORMACION DEL CASTELLANO
Algunos aseguran que la lengua que hablamos hoy en día llega a mas de 400 millones de personas en el
mundo; nació en la región montañosa de Cantabria, al norte de la península ibérica.
El uso de la lengua castellana se ha rastreado hasta el siglo X en las proximidades de la región de Burgos
(región de Castilla La Vieja, también al norte de la península ibérica, muy cercana a la región de los montes
cantábricos).
Sin embargo, el uso de dicha lengua no fue automático, no surgió espontáneamente, sino que sufrió un
largo y trajinado proceso de formación que se emparenta, inevitablemente, con muchos sucesos acaecidos
en la península ibérica desde más de dos milenios.
1.- Lenguas primitivas.
-Antes de la llegada de los españoles, en el siglo III A.C. ya vivían en la península ibérica
algunos pueblos de procedencias diversas y que tenían sus propias lenguas (obviamente
primitivas), a saber, los íberos, los celtas, los vascos, los cartagineses y los griegos.
Posteriormente los íberos se fundieron con los celtas y dieron nacimiento a la cultura celtíbera.
Se sabe que diversas culturas colonizaron la península en diferentes momentos históricos y,
como es natural, cada una dio a estos territorios un nombre. Por ejemplo, los fenicios la
llamaron Ishepanim (Tierra de Conejos), de donde
los cartagineses derivaron Spanija y
los romanos Hispania; claro que antes de estos
últimos los griegos la llamaron Iberia.
De las culturas antiguas, primeras, la única que ha
sobrevivido hasta ahora son los Vascos quienes
mantienen el uso de su lengua vascuence o
euskera, actualmente en uso en el país Vasco,
perteneciente al estado español. Pero hasta las que no
han sobrevivido han dejado su huella en el
vocabulario español: barro, cabaña, cerveza, salmón,
carpintero, conejo, charca, perro, lanza, balsa...
2.- Dominación romana.-
Los romanos invadieron la península ibérica en el siglo III AC y su influencia política militar
persistió hasta el siglo V dC.
Una vez declarada Hispania provincia romana, los invasores organizaron y colonizaron la
mayor parte del territorio peninsular, impusieron sus costumbres, su cultura, sus normas
jurídicas y, obviamente, su lengua (el latín).
En el tiempo en que Roma colonizó la península se usaban hasta tres tipos de latín: el latín
clásico o literario (lengua en la que escribían los grandes poetas romanos); el latín
urbano (usado en las ciudades por los patricios y ciudadanos en sus conversaciones diarias); y
el latín vulgar (usado por el ejército y los colonos).
Este ultimo latín vulgar, usado por los legionarios romanos en las provincias conquistadas y
por la masa popular de los colonos y comerciantes fue el que dio original romance castellano.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 4
El Vasco no sufrió la dominación romana como el resto de la Península y por eso conservó su
propia lengua. La mayoría de las palabras del castellano proceden del latín (70 %): los días de
la semana (menos el sábado), los meses del año, muchos nombres de ciudades y pueblos
(Pamplona, León, Zaragoza, Lugo, Mérida, Astorga...), los numerales, etc.
Tema: composición de palabras prefijos y sufijos
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 5
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 6
TEMA: ORIGEN Y FORMACION DEL CASTELLANO (cont)
3.- La invasión de los Visigodos.- Ya en el siglo V d.C., un conjunto de pueblos no
conquistados (a los que los romanos dieron la denominación general de bárbaros) invadió las
provincias romanas. Esto originó un rompimiento del vínculo político social y militar
con Roma y las formas vulgares del latín traído
por los legionarios empezaron a diferenciarse
cada vez más, no solo de la lengua romana sino
también entre las diversas regiones que dejaron
de pertenecer al Imperio.
Los Visigodos, pueblo de origen germánico,
fueron los que se establecieron en la península
ibérica. Paulatinamente fueron adaptándose a las
costumbres y lenguas propias de la región,
romanizándose profundamente, sobre todo
desde su conversión al catolicismo en el siglo VI.
La actual nacionalidad española está basada en la
cultura hispano visigoda. Si bien los visigodos, se adaptaron a la cultura y al latín vulgar que
se utilizaba en España; nos dejaron muchas palabras de su lengua que se llaman
germanismos: parra, ropa, ganso, aspa, guardia, espía, tapa, brotar…
4.- La invasión árabe.- Obedeciendo los preceptos religiosos del Islamismo, los árabes
invadieron la península ibérica en el año 711 d.C. Casi todo lo que se conoce ahora como
territorio español cayó bajo dominación musulmana.
Es así como una nueva cultura y una nueva lengua se posesionan en la península ibérica y
nutren al que luego será el romance castellano. Se calcula que cerca del 5% del léxico
castellano proviene del árabe. Después del latín es la lengua que más términos ha aportado a
nuestra lengua. Su cultura es superior a la de los visigodos. Por esto y por la cantidad de
tiempo que estuvieron con nosotros, nos dejaron muchísimas palabras: Ejemplo:
Agricultura: alcachofa, acequia, albaricoque, algodón,
azúcar, zanahoria, aceituna, naranja... Jardinería: alhelí,
azucena, azahar Construcción: albañil, alcoba, tabique,
alcantarilla, azotea, azulejo. Ropa y utensilios: alfombra,
taza, almohada, tarima, albornoz Ciencias: álgebra, alcohol,
cifra, jarabe, azufre, alambique.
5.- Lenguas románicas.- La expresión lengua
romance o románica proviene de Roma de la
expresión hablar a la romana, muy usada en la época de la influencia visigoda y que sirvió
para señalar a las personas que hablaban en algún dialecto del latín vulgar que aun
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 7
permaneció vigente, tomando cada vez más su propia personalidad región a región, en los
antiguos territorios del Imperio Romano.
Con el transcurrir de las centurias
estos hablares a la romana fueron
transformándose y adquiriendo su
propia personalidad, llegando hasta
nuestros días con sus propios
nombres: castellano, francés,
italiano, portugués, provenzal,
rumano, sardo, catalán,
retorrománico, asturiano y gallego.
6.- Formación del Castellano.- La
llamada Guerra de la Reconquista le
costó a los españoles alrededor de ocho siglos de penurias y enfrentamientos contra los árabes
(711-1492).
Los reinos cristianos, replegados en la zona montañosa del norte, combatieron contra los
musulmanes que dominaban todo el sur y el centro de la península.
Pero estos más de ocho siglos no fueron de permanente tensión bélica entre los dos pueblos.
Hubo largos periodos de paz entre cristiano y musulmanes. Un numeroso grupo de
pobladores hispano godos, llamados mozárabes vivieron en lugares de abierta dominación
árabe.
En los reinos del norte, lentamente se fueron diferenciando los romance gallego, castellano y
catalán. En el centro y sur de la península, los árabes hablaban el árabe y los hispanogodos el
mozárabe.
Los habitantes del reino de
Castilla fueron, siempre los
adelantados en la Guerra de la
Reconquista; siempre
estuvieron en el límite entre
los cristianos y los árabes y
fueron ellos quienes
consiguieron, lentamente,
replegar a los musulmanes
hacia el sur de la península.
Con ese espíritu combativo,
independiente y abnegado,
reflejado en las mismas costumbres de la población, se fue nutriendo el romance que
hablaban. El romance castellano recibe así, una marcada personalidad frente a las otras
lenguas.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 8
7.- Préstamos lingüísticos: El
vocabulario de esta época se
enriqueció con numerosas voces
tomadas del latín, pero también con
términos de origen italiano (bisoño,
escopeta, piloto, centinela, terceto,
novela<), francés (servilleta,
trinchera, bayeta, corcel, batallón<).
En el arte: fachada, escorzo,
carroza, medalla, soneto, terceto,
piano, barcarola, etc.; milicia:
escopeta baqueta, centinela, alerta,
Los siglos XVIII, XIX son épocas de
importantes avances materiales y
científicos, lo cual creó una gran demanda de términos para denominar los nuevos conceptos
y realidades; algunos se acuñaron utilizando los recursos de la propia lengua, pero otros
muchos fueron préstamos que se tomaron del francés (galicismos). Ejemplos: hotel, silueta,
chofer, manjar, vinagre, servilleta, etc
En el siglo XX, el anglicismo ha tenido un progreso imparable, acrecentado en los últimos
tiempos por las innovaciones tecnológicas y de la irrupción de los neologismos y calcos del
inglés. Ejemplo: Voley, golf, surf, shampoo, ok, click, compact, sketch, fan, túnel, vagón, yate,
etc.
8.- En el año 1492 Colón arribó a las costas de América. Para ese entonces en la península
ibérica el castellano ya se encontraba fuertemente asentado.
En América el objetivo era imponer el español, y a este largo proceso se lo llamó
hispanización. Este duró largos años debido a que el continente americano era el más
fragmentado lingüísticamente. Se calcula que había más o menos entre 123 familias de
lenguas. De ellas destacamos a algunas
como: el taino, el maya, el quechua, el
guaraní, el mapuche, el náhuatl y el
aymará.
El quechua se utilizaba en la zona de lo
que hoy en día es Perú, Bolivia y Ecuador,
ejemplo: mate, papa, locro, chacra,
pampa, ojota, choclo, zapallo, Andes,
cancha, etc. El aymará, en Bolivia. El
náhuatl se hablaba en México, ejemplo:
chocolate, cacao, tomate, cacahuate,
chapulín, etc. Y el guaraní era un habla
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 9
predominante en lo que en la actualidad conocemos por Paraguay y las provincias argentinas
de Misiones y Corrientes, ejemplo: ombú, ñandú, tapera, tucán, etc. El Caribe en las Antillas,
ejemplo: canoa, colibrí, cacique, maíz, huracán, etc.
9- El español en la Argentina
El idioma español, presenta un sistema y rasgos gramaticales, los cuales son únicos e
inalterados. No obstante en nuestro país este idioma se diferencia en algunos aspectos de tipo
morfológico, fonético, sintáctico, semántico y especialmente en el vocabulario. Eran de
esperarse estas diferencias, debido a las disímiles realidades, costumbres, estilo de vida,
ubicación y propiedades geogr{ficas. Por ejemplo palabras como “mate”, “puma” y “pampa”
son solamente aplicables para la Argentina. En cuanto al resto de América las desigualdades
se deben a factores socio-culturales.
Sin embargo, entre las distintas regiones de Argentina también hay diferencias en el habla.
Esto se debe a las distintas influencias por parte de los grupos indígenas y a las inmigraciones
extranjeras.
Hay dos clasificaciones posibles de la lengua, la lengua escrita (o culta) y la hablada (o
coloquial). La primera, no ha sufrido muchos cambios y fue mejorándose a través de la
variedad de obras con autores argentinos. La segunda podemos observar a grandes rasgos dos
diferencias: la escasez de vocabulario, en las zonas con mayor población y en las zonas rurales,
características fonéticas vulgares.
A ejemplos de las características fónicas:
*El seseo aplicado de manera similar a la “s”, “c”, y “z”, ejemplo: siruela por ciruela, sapato en
vez de zapato y sapo por sapo.
*El yeísmo, que es la pronunciación de la “ll” como “y”, ejemplo: yama por llama y yanto por
llanto. En la provincia de corrientes la herencia del guaraní, determinó en la fonética una “ll”
muy marcada. En algunas provincias, la “ll” fue remplazada por el sonido de la letra “i”,
ejemplo: cabaio por caballo y iave por llave.
*En las provincias de la Rioja y Catamarca se pronuncia la “rr” similar a la “y”,
ejemplo: yisa por risa y ayeglo por arreglo.
*La aspiración de la “s” cuando esta se encuentra al final de la sílaba, ejemplo: do o tre como
dos o tres.
*La acentuación del pronombre en el caso del pronombre enclítico, ejemplo: sientesé por
siéntese y tomenlá por tómenla.
*En el caso de algunas provincias como Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán y Salta, el
acento sufre una alteración, varía la cantidad de vocales, abreviándolas o alargándolas según
el tono.
Las siguientes son características de aspecto sintáctico:
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 10
*El voseo: reemplazo del pronombre personal “tú” por el pronombre personal “vos”. Este
último concuerda con la persona del plural, pero contraída, y pierde el diptongo (vos contás,
vos tenés, y vos estudiás).
*El uso de ustedes por vosotros concordando con la tercera persona del plural (ustedes
cantarán, ustedes tienen)
*Ciertos tiempos verbales, como el futuro indicativo, son reemplazados por frases (voy a salir,
voy a comer)
*En las oraciones condicionales se utiliza en lugar del pretérito imperfecto, el modo potencial
(si tendría ganas lo haría, si podría iría en vez de si pudiese iría o si tuviese ganas lo haría).
*Uso de la forma “lo de” por “la casa de” (iré a lo del médico). Y m{s grave todavía (iré del
médico).
*La muletilla denominada “dequeísmo” consiste en agregar la preposición “de” en algunas
frases (me dijo de que vendrán por me dijo que vendrán).
Aspectos morfológicos:
*El ya nombrado voseo, puede categorizarse también en el área morfológica debido a la
pérdida del diptongo en el verbo (vos podés en lugar de puedes).
*El uso de diminutivos y aumentativos (paisanote, grandote, cerquita, gauchito).
Características léxicas:
*En la gran ciudad se produjo un fenómeno que fue el crecimiento de una jerga paralela. Esta
jerga denominada lunfardo, se originó en las clases sociales más pobres y fue desarrollándose
a través del tiempo hasta formar parte del habla porteña. Es frecuente también que algunos
escritores nacionales mezclen alguna palabra del lunfardo con el castellano generalmente en el
género narrativo o teatral. En lunfardo es el legado de las inmigraciones, a comienzos del siglo
XX, de Italia principalmente y de Francia.
*Algunas palabras solo son utilizadas en nuestro país como: tiento, mate, puestero, velorio,
churrasco, yuyo, trincar, apechugar, tranquera, masita, retrucar, pampero, canillita, etc.
Ejemplo de lunfardo en la letra de los tangos:
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 11
Yira yira
Cuando la suerte qu' es grela,
fayando y fayando
te largue parao;
cuando estés bien en la vía,
sin rumbo, desesperao;
cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol;
cuando rajés los tamangos
buscando ese mango
que te haga morfar...
la indiferencia del mundo
-que es sordo y es mudo-
recién sentirás.
Verás que todo el mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa...
¡Yira!... ¡Yira!...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor.
Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres
que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao...
Cuando te dejen tirao
después de cinchar
lo mismo que a mí.
Cuando manyés que a tu lado
se prueban la ropa
que vas a dejar...
Te acordarás de este otario
que un día, cansado,
¡se puso a ladrar!
Grela: mugre, basura
fayar-fayando: defraudar
estar en la vía es quedarse
sin nada
tamangos: zapatos
mangos: dinero
morfar: comer
yirar: andar sin rumbo, vagar
cincha: esforzarte
manyar: comer, pero en el
sentido que lo dice es darte cuenta,
avivarte
otario: ingenuo, un tonto
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 12
Tango 1930
Música: Enrique Santos Discepolo
Letra: Enrique Santos Discepolo
Sorpresas del idioma / Sugerencias e imposiciones de la Real Academia Española
Cómo manejarse con la nueva ortografía
Supresión de tildes, castellanización de palabras provenientes de otras
lenguas, nuevos nombres para viejas letras, entre los cambios
Domingo 02 de enero de 2011 | Publicado en edición impresaAdriánSack
Para LA NACION
MADRID.- La llegada de 2011 no sólo significó una vuelta de página para la historia, sino
también para el uso del idioma español. A partir de ayer, las nuevas reglas y recomendaciones
incluidas en las 745 páginas de la flamante edición de la Ortografía de la lengua española ,
editada en diciembre último por la Real Academia Española (RAE), comenzaron a regir y a
generar, al mismo tiempo, dudas y polémicas sobre la necesidad de llevar a cabo esta muy
comentada reforma.
No obstante, y ante el vendaval de críticas y objeciones recibidas desde la prensa ibérica, el
propio presidente de la RAE, José Manuel Blecua, se esmeró en aclarar en los últimos días que
la mayoría de las modificaciones anunciadas por los medios como "cambios impuestos" por
esa institución no son más que "simples recomendaciones", mientras que las alteraciones más
radicales "sólo obedecen a la consolidación de reglas" que en la edición anterior de la
Ortografía , publicada en 1999 y con 577 páginas menos que la actual, presentaban alternativas
en su empleo o aparecían como recomendaciones.
A pesar de las aclaraciones, en esa última categoría es donde aparecen los cambios más
profundos.
Es el caso de las palabras "guión", "huí", "Sión", "truhán" o "fié", que desde ayer deben
escribirse obligatoriamente sin tilde, a no ser que sean empleadas, como en esta nota, para dar
cuenta de la modificación de la regla. Pero desde la RAE se insistió en que el uso de las nuevas
formas prescindentes de acentuación ortográfica ya habían sido aprobadas 11 años atrás, por
lo que tal supresión representa, apenas, la ratificación de una regla preexistente que no fue
debidamente acatada tras su presentación.
De igual manera, la muy española tendencia a castellanizar los términos extranjeros -en
especial provenientes del inglés- tiene, desde ayer, forma de ley.
Ya no será correcto escribir "piercing", "catering", "sexy", "judo" o "manager" si no se hace en
bastardilla o cursiva, con el fin de remarcar su origen extranjero. Desde el primer minuto de
2011, sólo se puede escribir sin este recurso la forma adaptada al idioma español de estas
palabras, es decir, "pirsin", "cáterin", "sexi", "yudo" y "mánayer". También sucede lo mismo con
los nombres propios, donde Tchaikovski pasará a escribirse Chaikovski.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 13
En la lista de las imposiciones más drásticas, también se hace notar la muerte de la tilde en la
conjunción disyuntiva "o" cuando es escrita entre números, lo que originalmente se
recomendaba para que la letra "o" no fuera confundida con el número "0". Pero ya no estará
bien escribir "4 ó 5". La única forma aceptada será "4 o 5".
Además, ya no existen más los ex presidentes ni los ex maridos, aunque sólo nominalmente,
porque luego de las modificaciones publicadas en la Ortografía de la lengua... , pasaron a ser
"expresidentes" y "exmaridos". Tan sólo las expresiones compuestas, como alto comisionado o
capitán general, podrán utilizar el prefijo "ex" en forma separada.
En cambio, y contrariamente a lo interpretado en un primer momento por varios medios
internacionales, la supresión del acento ortográfico en el adverbio "sólo" y los pronombres
"éste", "ése" y "aquél" no será obligatoria, ya que, tras arduas discusiones entre académicos, se
decidió mantener el uso de ambas formas.
"A partir de ahora se podrá prescindir de la tilde, incluso en casos de doble interpretación",
dice el texto, donde el "deberá" fue degradado en su rigor a un simple "podrá".
El empleo opcional de las modificaciones también se extiende a una de las reglas que más
polémicas despertaron: el reemplazo de la "b" corta por la más castiza "uve" para denominar a
la letra "v", o la desaparición del nombre "i griega" para designar a la "y", que la Docta Casa,
fundada en 1713, prefiere llamar "ye" por resultar su uso "el único recomendado para todo el
ámbito hispánico, por ser más simple y distinguirse directamente, sin más necesidad de
especificadores, del nombre de la vocal i».
Frente a las controversias y resistencias generadas por la gran cantidad de modificaciones de
las reglas incluidas en la nueva ortografía, que comprende la supresión en el alfabeto de la
"ch" y la "ll", José Manuel Blecua, de 71 años, se esperanzó de que todos los cambios impuestos
y propuestos "serán asimilados en cuanto se empiecen a enseñar en las escuelas", tal como
sucedió con reformas anteriores.
"En cuanto eso se enseñe en la escuela, no habrá inconvenientes. El problema es para nosotros,
para los que hemos aprendido así. A mí se me irá la mano en guión, es inevitable. Yo viví el
cambio de fue, vio , dio , que antes se escribían con tilde. Pero la nueva generación no ha tenido
ese problema", señaló el director de la RAE.
A partir de ahora, José Manuel Blecua será el encargado de demostrar que la nueva Ortografía
de la lengua española no fue inspirada por el guion de un truhan, sino por el trabajo conjunto y
consensuado de expertos y algún mánayer del idioma español en todos los países
hispanohablantes.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 14
Lectura 2
EL CRIMEN CASI PERFECTO
La coartada de los tres hermanos de la suicida fue verificada. Ellos no
habían mentido. El mayor, Juan, permaneció desde las cinco de la tarde hasta las
doce de la noche (la señora Stevens se suicidó entre siete y diez de la noche)
detenido en una comisaría por su participación imprudente en una accidente de
tránsito. El segundo hermano, Esteban, se encontraba en el pueblo de Lister desde
las seis de la tarde de aquel día hasta las nueve del siguiente, y, en cuanto al
tercero, el doctor Pablo, no se había apartado ni un momento del laboratorio de
análisis de leche de la Erpa Cía., donde estaba adjunto a la sección de dosificación
de mantecas en las cremas.
Lo más curioso de caso es que aquel día los tres hermanos almorzaron con
la suicida para festejar su cumpleaños, y ella, a su vez, en ningún momento dejó de
traslucir su intención funesta. Comieron todos alegremente; luego, a las dos de la
tarde, los hombres se retiraron.
Sus declaraciones coincidían en un todo con las de la antigua doméstica que
servía hacía muchos años a la señora Stevens. Esta mujer, que dormía afuera del
departamento, a las siete de la tarde se retiró a su casa. La última orden que recibió
de la señora Stevens fue que le enviara por el portero un diario de la tarde. La
criada se marchó; a las siete y diez el portero le entregó a la señora Stevens el
diario pedido y el proceso de acción que ésta siguió antes de matarse se presume
lógicamente así: la propietaria revisó las adiciones en las libretas donde llevaba
anotadas las entradas y salidas de su contabilidad doméstica, porque las libretas se
encontraban sobre la mesa del comedor con algunos gastos del día subrayados;
luego se sirvió un vaso de agua con whisky, y en esta mezcla arrojó
aproximadamente medio gramo de cianuro de potasio. A continuación se puso a
leer el diario, bebió el veneno, y al sentirse morir trató de ponerse de pie y cayó
sobre la alfombra. El periódico fue hallado entre sus dedos tremendamente
contraídos.
Tal era la primera hipótesis que se desprendía del conjunto de cosas
ordenadas pacíficamente en el interior del departamento pero, como se puede
apreciar, este proceso de suicidio está cargado de absurdos psicológicos. Ninguno
de los funcionarios que intervinimos en la investigación podíamos aceptar
congruentemente que la señora Stevens se hubiese suicidado. Sin embargo,
únicamente la Stevens podía haber echado el cianuro en el vaso. El whisky no
contenía veneno. El agua que se agregó al whisky también era pura. Podía
presumirse que el veneno había sido depositado en el fondo o las paredes de la
copa, pero el vaso utilizado por la suicida había sido retirado de un anaquel
donde se hallaba una docena de vasos del mismo estilo; de manera que el presunto
asesino no podía saber se la Stevens iba a utilizar éste o aquél. La oficina policial de
química nos informó que ninguno de los vasos contenía veneno adherido a sus
paredes.
El asunto no era fácil. Las primeras pruebas, pruebas mecánicas como las
llamaba yo, nos inclinaban a aceptar que la viuda se había quitado la vida por su
propia mano, pero la evidencia de que ella estaba distraída leyendo un periódico
cuando la sorprendió la muerte transformaba en disparatada la prueba mecánica
del suicidio.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 15
Tal era la situación técnica del caso cuando yo fui designado por mis
superiores para continuar ocupándome de él. En cuanto a los informes de nuestro
gabinete de análisis, no cabían dudas. Únicamente en el vaso, donde la señora
Stevens había bebido, se encontraba veneno. El agua y el whisky de las botellas
eran completamente inofensivos. Por otra parte, la declaración del portero era
terminante; nadie había visitado a la señora Stevens después que él le alcanzó el
periódico; de manera que si yo, después de algunas investigaciones superficiales,
hubiera cerrado el sumario informando de un suicidio comprobado, mis
superiores no hubiesen podido objetar palabra. Sin embargo, para mí cerrar el
sumario significaba confesarme fracasado. La señora Stevens había sido asesinada,
y había un indicio que lo comprobaba:¿ dónde se hallaba el envase que contenía el
veneno antes de que ella lo arrojara en su bebida?
Por más que nosotros revisáramos el departamento, no nos fue posible
descubrir la caja, el sobre o el frasco que contuvo el tóxico. Aquel indicio resultaba
extraordinariamente sugestivo. Además había otro: los hermanos de la muerta
eran tres bribones.
Los tres, en menos de diez años, habían despilfarrado los bienes que
heredaron de sus padres. Actualmente sus medios de vida no eran del todo
satisfactorios.
Juan trabajaba como ayudante de un procurador especializado en divorcios.
Su conducta resultó más de una vez sospechosa y lindante con la presunción de un
chantaje. Esteban era corredor de seguros y había asegurado a su hermana en una
gruesa suma a su favor,; en cuanto a Pablo, trabajaba de veterinario , pero estaba
descalificado por la Justicia e inhabilitado para ejercer su profesión, convicto de
haber dopado caballos. Para no morirse de hambre ingresó en la industria lechera,
se ocupaba de los análisis.
Tales eran los hermanos de la señora Stevens. En cuanto a ésta, había
enviudado tres veces. El día del “suicidio” cumplió 68 años; pero era una mujer
extraordinariamente conservada, gruesa, robusta, enérgica, con el cabello
totalmente renegrido. Podía aspirar a casarse una cuarta vez y manejaba su casa
alegremente y con puño duro. Aficionada a los placeres de la mesa, su despensa
estaba provista de vinos y comestibles, y no cabe duda de que sin aquel
“accidente” la viuda hubiera vivido cien años. Suponer que una mujer de ese
carácter era capaz de suicidarse, es desconocer la naturaleza humana. Su muerte
beneficiaba a cada uno de los tres hermanos con doscientos treinta mil pesos.
La criada de la muerta era una mujer casi estúpida, y utilizada por aquélla
en las labores groseras de la casa. Ahora estaba prácticamente aterrorizada al verse
engranada en un procedimiento
judicial.
El cadáver fue descubierto
por el portero y la sirvienta a las
siete de la mañana, hora en que
ésta, no pudiendo abrir la puerta
porque las hojas estaban
aseguradas por dentro con cadenas
de acero, llamó en su auxilio al
encargado de la casa. A las once de
la mañana, como creo haber dicho
anteriormente, estaban en nuestro
poder los informes del laboratorio
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 16
de análisis, a las tres de la tarde abandonaba yo la habitación que quedaba
detenida la sirvienta, con una idea brincando en el magín: ¿y si alguien había
entrado en el departamento de la viuda rompiendo un vidrio de la ventana y
colocando otro después que volcó el veneno en el vaso? Era una fantasía de novela
policial. Pero convenía verificar la hipótesis.
Salí decepcionado del departamento. Mi conjetura era absolutamente
disparatada: la masilla solidificada no revelaba mudanza alguna.
Eché a caminar sin prisa. El “suicidio” de la señora Stevens me preocupaba
(diré una enormidad) no policialmente, sino deportivamente. Yo estaba en
presencia de un asesino sagacísimo, posiblemente uno de los tres hermanos que
había utilizado un recurso simple y complicado, pero imposible de presumir en la
nitidez de aquel vacío.
Absorbido en mis cavilaciones, entré en un café, y tan identificado estaba en
mis conjeturas, que yo. que nunca bebo bebidas alcohólicas, automáticamente pedí
un whisky. ¿Cuánto tiempo permaneció el
whisky servido frente a mis ojos? No lo sé; pero de pronto mis ojos vieron el vaso
de whisky, la garrafa de agua y un plato con trozos de hielo. Atónito quedé
mirando el conjunto aquel. De pronto una idea alumbró mi curiosidad, llamé al
camarero, le pagué la bebida que no había tomado, subí apresuradamente a un
automóvil y me dirigí a la casa de la sirvienta. Una hipótesis daba grandes saltos
en mi cerebro. Entré en la habitación donde estaba detenida, me senté frente a ella
y le dije:
- Míreme bien y fíjese en lo que me va a contestar: la señora Stevens,
¿tomaba el whisky con hielo o sin hielo?
-Con hielo, señor.
-¿Dónde compraba el hielo?
- No lo compraba, señor. En casa había una heladera pequeña que lo
fabricaba en pancitos. - Y la criada casi iluminada prosiguió, a pesar de su
estupidez.-
.-Ahora que me acuerdo, la heladera, hasta ayer, que vino el señor Pablo,
estaba descompuesta. Él se encargó de arreglarla en un momento.
Una hora después nos encontrábamos en el departamento de la suicida el
químico de nuestra oficina de análisis, el técnico retiró el agua que se encontraba
en el depósito congelador de la heladera y varios pancitos de hielo. El químico
inició la operación destinada a revelar la presencia del tóxico, y a los pocos
minutos pudo manifestarnos:
- El agua está envenenada y los panes de este hielo están fabricados con
agua envenenada.
Nos miramos jubilosamente. El misterio estaba desentrañado.
Ahora era un juego reconstruir el crimen. El doctor Pablo, al reparar el
fusible de la heladera (defecto que localizó el técnico) arrojó en el depósito
congelador una cantidad de cianuro disuelto. Después, ignorante de lo que
aguardaba, la señora Stevens preparó un whisky; del depósito retiró un pancito de
hielo (lo cual explicaba que el palto con hielo disuelto se encontrara sobre la mesa),
el cual, al desleírse en el alcohol, lo envenenó poderosamente debido a su alta
concentración. Sin imaginarse que la muerte la aguardaba en su vicio, la señora
Stevens se puso a leer el periódico, hasta que juzgando el whisky suficientemente
enfriado, bebió un sorbo. Los efectos no se hicieron esperar.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 17
No quedaba sino ir en busca del veterinario. Inútilmente lo aguardamos en
su casa. Ignoraban dónde se encontraba. Del laboratorio donde trabajaba nos
informaron que llegaría a las diez de la noche.
A las once, yo, mi superior y el juez nos presentamos en el laboratorio de la
Erpa. El doctor Pablo, en cuanto nos vio comparecer en grupo, levantó el brazo
como si quisiera anatemizar nuestras investigaciones, abrió la boca y se desplomó
inerte junto a la mesa de mármol. Lo había muerto de un síncope. En su armario se
encontraba un frasco de veneno. Fue el asesino más ingenioso que conocí.
Roberto Arlt.
Tema: El Texto y sus propiedades
¿QUÉ ES UN TEXTO?
Es la máxima unidad de comunicación con sentido completo que un hablante
puede elaborar. Existe solo en la medida en que comunica algo en una situación
determinada.
El texto tiene:
- Un sentido concreto (significado): se lo proporcionan las unidades de la lengua que lo
componen (palabras y estructuras). El significado del texto es: “Lo que se dice”.
- Un sentido diferente que adquieren en el acto comunicativo. El sentido del texto es: “lo
que se quiere decir”.
CARACTERÍSTICAS DEL TEXTO
1. No tiene una extensión limitada. Una frase o una novela extensa son,
igualmente, textos.
2. Siempre es una unidad cerrada. Acaba en punto final.
3. Constituye un todo unitario y coherente.
4. Posee una función propia (una finalidad) que llamaremos sentido o función
textual.
5. Por ser una unidad comunicativa, necesita de un hablante concreto (emisor), que
envíe el mensaje (el texto) a uno o varios oyentes (receptores) en un momento y
circunstancias determinados (tiempo, lugar, conocimientos compartidos) y un
canal de comunicación.
PROPIEDADES BÁSICAS DEL TEXTO
1. COHERENCIA (Lógica)
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 18
Es una propiedad del texto que consiste en que haya conexión entre los elementos
que lo componen (los elementos se encuentran conectados entre sí formando un
todo).
SE LOGRA:
a. Unidad temática: todos los elementos del texto deben tratar sobre el mismo
tema.
b. Ordenación lógica de los enunciados que componen el texto.
UN TEXTO ES INCOHERENTE:
- Si las palabras que lo conforman son semánticamente incompatibles.
- Usamos mal los marcadores textuales.
- Falta unidad temática.
- Mala construcción sintáctica de un enunciado.
Ejemplo: lea el siguiente texto y determine la falta de coherencia.
Por escrito gallina una “Con lo que pasa es nosotras exaltante. R{pidamente del
posesionado mundo hemos nos, hurra. Era un inofensivo aparentemente cohete
lanzado Cañaveral americanos Cabo por los desde. Razones se desconocidas por
órbita de la desvió, probablemente algo al rozar invisible la tierra devolvió a.
Cresta nos cayó en la ¡paf!, y mutación golpe entramos de. Rápidamente la
multiplicar aprendiendo de tabla estamos, dotadas muy literatura para la somos de
historia, química menos un poco, desastre ahora hasta deportes, no importa pero:
de ser{ gallinas cosmos el, ¡carajo qué!”.
Julio Cortázar.La vuelta al día en ochenta mundos
2. COHESIÓN (Lingüística)
Relaciona a los elementos de un texto para que tenga coherencia. Se manifiesta en
la interrelación semántica y sintáctica de los enunciados que lo constituyen. Es el
reflejo lingüístico de coherencia.
MECANISMOS DE ENLACE:
Los mecanismos que enlazan los enunciados del texto se denominan
procedimientos de cohesión textual y pueden ser:
a) Los mecanismos de recurrencia. Consiste en la utilización reiterada de un mismo
elemento lingüístico. Entre ellos se encuentran:
- Repetición de una misma palabra.
- Utilización de palabras que pertenecen al mismo campo léxico.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 19
- Empleo de frases con una misma estructura sintáctica.
- Uso de términos con un mismo significado connotativo.
b) Los mecanismos de sustitución. Se emplean para evitar la repetición de una
palabra ya mencionada en el texto. Entre ellos se encuentran:
- Sustitución de una palabra por su sinónimo o por un hiperónimo.
- Uso de pronombres o adverbios, demostrativos que permiten hacer referencia anafórica o
catafórica a otras palabras o enunciados ya mencionados en el texto.
c) Los marcadores y conectores textuales: son elementos gramaticales que dirigen
la interpretación del sentido de un texto. Sus características lingüísticas son:
- Son elementos invariables.
- Pertenecen a distintas categorías gramaticales: conjunciones (luego, porque, mientras,
además), adverbios (también, entonces, seguidamente), locuciones conjuntivas o adverbiales
Ejemplo: lea el texto con atención y escríbelo empleando, apropiadamente,
mecanismos de la cohesión.
En este momento, Carlos, que estaba muy nervioso, llamó por teléfono a Luisa,
hermana de su alumno Luis, porque quería ver a Luisa. Luisa le dijo a Carlos que
en este momento no podía. Entonces Carlos llamó por teléfono a su alumno Luis
para que convenciera a Luisa; pero Luis no estaba en casa. Desesperado, llamó por
teléfono a Pedro, compañero de la infancia; por suerte, Pedro estaba en casa. Carlos
le pidió a Pedro que necesitaba hablar con él. Carlos y Pedro quedaron en verse al
lado de la estación. La estación estaba a las afueras de la ciudad y deberían tomar
un autobús; pero a Carlos no le gustaba el autobús y decidió ir en su propio coche.
3. ADECUACIÓN (a la situación)
La adecuación es la propiedad textual que se refiere a la adaptación del texto a la
situación comunicativa. Las personas ponemos en práctica nuestro dominio de las
variaciones socio-lingüísticas (registros o niveles de uso) para decir lo apropiado
en el momento preciso y de la manera apropiada. Todas las lenguas disponen de
muchos registros para adecuarse a las situaciones comunicativas: culto, vulgar,
coloquial, técnico...Los sinónimos nos ofrecen una muestra particular de cómo la
lengua se adapta a las situaciones concretas de comunicación. (Tienda: local,
almacén, puesto, negocio, despacho, comercio)
FACTORES DE ADECUCACIÓN
Los factores que determinan las diferencias lingüísticas entre los registros son
cuatro:
a) La intención comunicativa: Es la finalidad que pretendemos con un texto o una
comunicación: informar, ordenar, instruir, convencer, entretener, etc. Desde esta
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 20
perspectiva, los textos se clasifican en informativos, prescriptivos, argumentativos,
expositivos, informativos, lúdico-estéticos, etc. El emisor del mensaje debe adaptarse a la
intención con la que escribe el texto.
b) El canal o soporte: Es el medio que empleamos para transmitir la información. Los dos
medios básicos de expresión lingüística son: el medio oral y el medio escrito. En cada uno de
ellos pueden aparecer distintas modalidades.
c) El enfoque del tema: Es el tratamiento que le queremos dar a la información que
transmitimos: general, específico, divulgativo o técnico.
d) El grado de familiaridad: Es la relación que mantenemos con los destinatarios de
nuestras comunicaciones. Esta relación se manifiesta en los tratamientos, las formas de
cortesías y el registro empleado.
- Es necesario indicar que la adecuación semántica se traduce en la elección del vocabulario
que ha de ser preciso, rico y creativo.
PROBLEMAS DE ADECUACIÓN MÁS FRECUENTES:
1. Falta de precisión sobre la finalidad de los escritos.
2. Dificultades al expresar la relación formal con el destinatario.
3. Dificultades al considerar los conocimientos previos del destinatario y
sobreentender conocimientos que no tiene.
4. Usar términos inadecuados o pertenecientes a niveles de uso relacionados con la
oralidad (coloquialismos, vulgarismos).
Actividad: mejore la redacción de los siguientes textos empleando mecanismos
de cohesión.
El otro día en la calle me encontré con unos amigos. Los amigos me contaron que
habían comprado una moto. Habían comprado la moto con un dinero que habían
ganado en verano. En verano habían estado trabajando para ganar dinero y
comprar una moto.
Tener animales en casa es muy agradable. También tener animales en casa tiene
problemas. Tienes que sacar a los animales a pasear y tienes que llevarlos al
veterinario. Hay personas que no quieren tener animales en su casa. No quieren
tener animales por varios razones. Algunas personas tienen alergia a los animales.
Otras personas no pueden cuidar a los animales.
Mis padres vivían en una casa junto a un campo de fútbol. Mis padres siempre van
a ver los partidos de fútbol y antes también iban a ver los partidos. Ahora mis
padres viven en el campo. Se mudaron al campo porque quieren vivir ahora una
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 21
vida más tranquila y siempre han vivido junto a un campo de fútbol. Hay mucho
ruido junto a un campo de fútbol.
Lectura 3
«UNA DE TERROR» de PABLO DE SANTIS
Tengo una caja de cartón a laque llamo “la caja de los tesoros”. Seguramente a nadie le
podrían parecer tesoros más que a mí. Hay un soldado de plomo del ejército
napoleónico al que le falta un brazo, un yoyo “profesional” Russell, un cortaplumas
roto, una brújula con el cristal astillado, una figurita de El Zorro (la única que me
quedó de las miles que junté cuando era chico) y una postal que me envió una novia
desde alguna playa. En la postal solamente se ve una ola, y nada más, y en el reverso
ella me escribió:¿Viste alguna vez una postal m{s estúpida que ésta?” Si cualquier
persona se asomara a esa caja (desde luego, ese acto sería castigado con la pena de
muerte) no podría advertir cuál es el objeto más extraño de todos, y quizás el más
precioso: un pedacito de papel viejo, quebradizo, casi quemado, encerrado en un
sobre. En el papel no puede leerse casi nada. Es apenas una huella.
Cuando tenía doce años empecé a dibujar historietas. En ese momento la mayoría de
los chicos leían las revistas mexicanas de Batman, Superman, Fantomas, La Pequeña
Lulú, y las chicas Susy, Secretos del corazón; a mí me gustaban, en cambio, las de
terror. Era difícil conseguirlas, no estaban en todos los quioscos sino en ferias de
plazas o en viejas librerías. Había dos: Doctor Tetrick y Doctor Mortis. En una de ellas
vi una página —en la revista decía que era la única que se conservaba— de un
dibujante llamado Ashton Forbes. A partir de ahí empecé a seguir los pasos de Forbes
y pude conocer su historia, aunque de poco me sirvió.
En una minúscula revista de historietas que publicaban (bueno, fotocopiaban en
realidad) unos amigos, puse un aviso llamando a los interesados en Ashton Forbes. A
pesar de que la revista debía tener una venta que rara vez superaba los treinta
ejemplares, alguien me contestó. La carta que me mandó estaba firmada sólo con unas
iniciales: L.M. Jam{s hubiera imaginado que la “L” era de Lucía. LM
Cuando entré en el bar vi que la única persona que tenía la revista “Doctor Tetrick”
sobre la mesa era una chica. Me presenté, combinando un desconcertado tartamudeo
con algunos gestos con las manos, por completo incomprensibles. (En ese tiempo uno
no esperaba que las chicas se dedicaran a las revistas de
terror. Nunca supe muy bien en qué se interesaban las
chicas. Hubo un momento en que no existían en
absoluto para mí, y un tiempo después ya eran tan
importantes, que tampoco pude detenerme a mirar qué
cosas les gustaban. Existían, y eso era suficiente.)
Lucía era terriblemente alta. Me llevaba una cabeza y
media. (Pero de eso me enteré sólo al salir del bar.) Creo
que los dos estábamos nerviosos, y si no hubiera sido
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 22
por Forbes, cada uno hubiera salido corriendo por su lado. Teníamos pocos datos de
Forbes, pero entre los dos reconstruimos parte de su historia.
Ashton Forbes era un dibujante norteamericano que se había venido a vivir a Buenos
Aires en 1956. Es posible que estuviera escapando de algo. Durante un año trabajó en
la ciudad dibujando historietas para la revista “El espanto de lo cotidiano”. Después
se fue a Córdoba y nada más se supo de él. Quizá volvió a Estados Unidos, o se murió,
o puso un hotel en las sierras. También había dibujado algunas tapas de novelas
policiales de la Editorial Tor, libros de páginas y portadas amarillas. Aunque los
dibujos no llevaban firma, me parecía reconocer su estilo en algunas novelas de Edgar
Wallace y Gastón Leroux.
Le pregunté a Lucía si había conseguido alguna revista de “El espanto de lo cotidiano”
y se rió.
—No existe un solo ejemplar en todo el mundo.
—¿Se perdieron?
—No. Se autodestruyeron.
Lucía iba mucho más adelantada que yo en la investigación sobre Forbes. Había
logrado ubicara un viejo guionista que vagamente recordaba la historia de los veinte
números de “El espanto de lo cotidiano”. La publicaba la editorial Nocturno; su dueño
había tenido la mala suerte de comprar el papel más barato que había en plaza, y que
probablemente había entrado de contrabando. Ese papel, se supo más tarde, tenía
unas características muy curiosas: envejecía aceleradamente y era alérgico a la tinta.
Apenas las revistas salían a la venta comenzaba su lento proceso de desintegración.
Las destruía la luz. Cinco años después del cierre de la editorial (“El espanto de lo
cotidiano” fue un fracaso total) no quedaba un solo ejemplar. Todos se habían vuelto
cenizas.
El editor murió poco después y de los originales de Forbes nunca se supo nada. La
única página publicada que se salvó (y que yo había descubierto en Doctor Tetrick)
había sido salvada del devastador efecto de la luz porque su dueño la había recortado,
guardándola entre las páginas de un manual de cocina. No la guardó por los dibujos,
sino porque en el reverso había una receta: “El espanto de lo cotidiano” incluía una
sección de cocina. Platos típicos de Transilvania, qué comía Edgar Poe entre botella y
botella, especialidades de la cocina caníbal (se podían reemplazar algunos
ingredientes).
Cuando salí del bar me importaba mucho menos Ashton Forbes y sus malditas
páginas inexistentes que volver a ver a Lucía, aunque salir con ella me trajera algunos
problemas en el cuello. Fuimos una tarde al cine de la parroquia que quedaba a la
vuelta de casa para ver “Cuentos de ultratumba”: a mí me asustó tanto que estuve a
punto de irme de la sala, pero como ella resistía, me llevé las manos a la cara y
espiando apenas por entre las rendijas de los dedos pude llegar hasta el final. Creo
que una semana después la invité a mi casa para ver “El cuervo”, con Vincent Price y
Peter Lorre en “S{bados de súper acción”.
A los tres días me llamó por teléfono. Había ido a casa de un viejo coleccionista a
cambiarle unas Billiken del año treinta que había encontrado en su casa por algunas
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 23
revistas de terror importadas. El canje no debía haber sido muy ventajoso para Lucía,
porque apenas se cerró el trato el viejo empezó a saltar de contento. Y hasta le confesó:
—Tengo un ejemplar de “El espanto de lo cotidiano”, donde est{ la historieta “El
cuarto de arriba”, de Ashton Forbes. Es el último ejemplar que existe.
Lucía le ofreció toda su colección de historietas por la revista, pero el viejo se negó. Al
final le arrancó el permiso para que fuéramos juntos a ver la revista. El hombre dudó,
pero finalmente aceptó: a veces los coleccionistas se cansan de tener algo cuyo valor
todos ignoran, y quieren divulgar, aunque sea por unos instantes, su secreto al
mundo.
Un sábado a la mañana fuimos a Flores, hasta un caserón en ruinas, cerca de la
estación de tren. Cruzamos la verja oxidada: entre los altos pastos amarillos había
figuras de piedra que parecían dibujos de Forbes. El viejo nos recibió con pocas
palabras y nos condujo al primer piso de la casa.
Había una habitación entera destinada a “El espanto de lo cotidiano”. El coleccionista
encendió una lámpara de luz roja, que no dañaba el papel. Vi, en el suelo, una caja de
cristal negro. El viejo la abrió: allí estaba el ejemplar de una especie extinguida, la
última huella del paso de Forbes por el mundo. Pero no habíamos venido solamente a
mirar la revista. Éramos traidores, y habíamos organizado todo para fotografiar las
páginas. A la hora señalada el teléfono sonó y el viejo no tuvo más remedio que
dejamos solos para hablar con uno de mis amigos, que trataría de entretenerlo durante
diez minutos, consultándolo sobre revistas desaparecidas. Sólo el gato estaba con
nosotros.
Yo suponía que los breves golpes de flash no le harían daño a las páginas. No había
notado, mientras Lucía pasaba hoja tras hoja, que el papel se ennegrecía con cada
relámpago. No tuvimos tiempo de leer la historieta, ni siquiera de mirar los dibujos.
Cuando terminamos la revista se había convertido en sesenta páginas indescifrables,
manchas grises contra el papel amarillo.
Ya se oían los pasos del viejo en la escalera. Escondí la cámara, pero no podía ocultar
la revista. Lucía fue más rápida que yo: abrió la puerta, de la que llegaba la luz
implacable de una ventana, y atrapó al gato, colgándoselo de la camisa. Cuando el
viejo vio que la puerta estaba abierta, entró corriendo, horrorizado; Lucía simulaba
defenderse del pobre gato. Dijo que la había atacado y que casi se muere del susto. El
coleccionista ni siquiera la miró: sus ojos estaban clavados en la revista que, con la
nueva luz, ya no sólo se desdibujaba sino que comenzaba a hacerse polvo ante
nuestros ojos. En medio del caos alcancé a guardar un papelito que se desprendió.
¿Creyó el viejo la mentira de Lucía? Nunca supimos si quiso vengarse burdamente del
animal, o sutilmente de nosotros, porque agarró al gato, le retorció el cuello, y lo tiró
escaleras abajo. Nosotros habíamos empezado nuestra huida apenas oímos el crack. El
cuerpo del animal cayó a mis pies.
Nunca hablamos con nadie de lo que había pasado. Ni siquiera entre nosotros.
Durante unos quince días dijimos que éramos novios y nos besamos en las plazas
vacías, pero eran tiempos en que todo pasaba rápido y no sé muy bien cómo pero nos
alejamos (ella se mudó a otro barrio, yo cambié de colegio, pero a lo mejor son cosas
que no tuvieron nada que ver, aunque seguramente les echamos la culpa). Evitamos
siempre hablar de ese día, pero no sé si fue por culpa o por miedo. Porque cuando
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 24
revelamos las fotografías para hacerlas publicar, vimos que la historia que había
contado Ashton Forbes era la de unos chicos que en busca de una revista rara visitan a
un coleccionista, y cuando están solos allá arriba, en la oscuridad, se confiesan que
todo aquello no era otra cosa que un pacto de amor...
Nunca supimos cómo terminaba la historieta, porque a pie de página decía
“continuar{”, y como ya no quedaban ejemplares en el mundo, la aventura había sido
cancelada para siempre.
Tema: El Texto expositivo
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 25
REPASAMOS:
Tipos de textos
Tipos de textos expositivos:
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 26
Formas de organizar la información en el texto:
Procedimientos de los textos expositivos:
Se trata de procedimientos que en ningún caso son exclusivos de la exposición,
pero que sirven para desarrollar contenidos.
La DEFINICIÓN es el punto de partida de muchos textos expositivos.
Las CLASIFICACIONES no son más que una serie de definiciones relacionadas
entre sí.
La COMPARACIÓN tiene como objetivo facilitar la comprensión.
La EJEMPLIFICACIÓN. Los ejemplos sirven para apoyar lo que se explica;
ayudan a la comprensión.
La DESCRIPCIÓN es un apoyo fundamental de la exposición, sobre todo en
aquellos casos en los que es necesario explicar las partes o funciones de un objeto o
fenómeno.
Textos:
EL LIBRO, ESE OBJETO INDESTRUCTIBLE
Un libro abierto es un cerebro que habla;
cerrado,un amigo que espera;
olvidado,un alma que perdona;
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 27
destruido, un corazón que llora.
Proverbio hindú
Hace más de 4500 años, en Mesopotamia, un
pastor cuenta sus animales. Para no olvidar el
número, lo anota sobre una tablilla de arcilla. La
historia del libro acaba de comenzar. Sobre la
arcilla blanda los hombres, con la ayuda de un
punzón, escriben sus leyendas y conocimientos.
Un libro (del latín liber, libri, membrana,
corteza de árbol) es una obra impresa,
manuscrita o pintada en una serie de hojas de
papel, pergamino, vitela u otro material, unidas por un lado (es decir,
encuadernadas) y protegidas con tapas, también llamadas cubiertas.
Desde su comienzo, la humanidad ha tenido que hacer frente a una cuestión
fundamental: la forma de preservar y transmitir su cultura, es decir, sus creencias y
conocimientos, tanto en el espacio como en el tiempo.
El más antiguo precedente de los primeros documentos impresos de que se tiene
memoria se remonta a la prehistoria con las primeras manifestaciones pictóricas de
nuestros antepasados: las pinturas rupestres del hombre paleolítico. Con un
simbolismo, posiblemente cargado de significados mágicos, estas pinturas
muestran animales, cacerías y otras escenas cotidianas del entorno natural del
hombre antiguo, que trataba de dominar las fuerzas adversas de la naturaleza
capturando su esencia mediante su re
presentación.
Durante las edades Antigua (desde la
aparición de la escritura hasta el siglo V
después de Cristo) y Media (siglo V al
XV) los libros eran escasos y costosos,
pues todos estaban escritos a mano en
grandes pergaminos hechos a partir de
la piel de carneros, becerros o caprinos,
muy usados a partir del siglo II a, C. En la Antigüedad, un gran centro de
producción de pergaminos y, según algunos, el lugar de su invención, era la
ciudad de Pérgamo, en el Asia Menor, surgida hacia el siglo XII a. C. donde hoy
está la ciudad turca de Bérgamo. Estos pergaminos eran custodiados celosamente
en algunas bibliotecas, como por ejemplo, las de Pérgamo, Alejandría o Bizancio,
de modo que las personas que querían instruirse en ellos debían viajar a dichas
ciudades y solicitarlos. El acceder a un libro de la época era un trámite al alcance
de pocos. Desde la antigüedad, predominaban la ignorancia y la superstición, pero
se reconocía el enorme poder e influjo que tenía la información para quien decidía
obtenerla.
En el siglo XV se dieron dos innovaciones tecnológicas que revolucionaron la
producción de libros en Europa: una fue el papel, y la otra, la imprenta de tipos
móviles, inventada por Johannes Gutenberg. Se inicia así la época de expansión
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 28
bibliográfica, de la modernidad y del pensamiento crítico. Estos avances
tecnológicos simplificaron la producción de libros, por consiguiente, la
alfabetización creció enormemente.
En el siglo XVI, tanto el número de obras como el número de copias de cada una
aumentó de un modo espectacular, y este crecimiento comenzó a estimular el
apetito del público por los libros.
A partir de la Revolución Industrial, la producción de libros se fue convirtiendo en
un proceso muy mecanizado. Se transforma en una mercancía de fácil acceso y
comienza a ser valorado por las minorías ilustradas de la sociedad.
PANTALLA VERSUS PAPEL
Actualmente, el objeto libro no queda circunscrito al mundo impreso o de los
soportes físicos, dada la aparición y auge de los nuevos formatos documentales y
especialmente de la World Wide Web. Por ejemplo, el libro digital conocido como
e-book está irrumpiendo con fuerza cada vez mayor en el mundo del libro y en la
práctica profesional bibliotecaria y documental. Además, el libro también puede
encontrarse en formato audio, en cuyo caso se denomina audiolibro.
A pesar de que los modernos medios de
comunicación, como la radio, el cine y la
televisión, han quitado protagonismo
cultural al libro, continúa constituyendo
el principal medio de transmisión de
conocimientos, enseñanza y experiencias
tanto reales como imaginadas.
Tema: Recursos de cohesión –repaso y síntesis-
Procedimientos de Cohesión de un Texto
Para lograr la cohesión en un discurso, es necesario tener en consideración una serie de
elementos, que son llamados “mecanismos de cohesión”, los que permiten establecer
conexiones entre las muchas ideas que se entregan en un texto. Estos factores se unen unos con
otros, cumpliendo la función de dar unidad a la estructura textual.
Los Conectores
Son palabras que sirven de nexos al interior de las oraciones y permiten dar claridad y
organización a las ideas que se van planteando; estos conectores son elementos de sintaxis,
tales como:
Las Conjunciones: enlazan palabras en las frases u oraciones (y, ni, o, u, e)
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 29
Las Preposiciones: se utilizan de nexo para unir una idea principal con las ideas que la
apoyan y sirven de complemento (a, ante, con, para, por, según, sin; de, desde, hacia,
etc.)
Los Pronombres Relativos: estos nexos sirven para reemplazar a un sustantivo, adjetivo
o adverbio que ya ha sido mencionado en el texto (quien, que, cual, etc.)
La Elipsis
Consiste en no dar explícita la información en el texto, pues ya está dada a conocer con
anterioridad y, de esta forma, el lector puede inferir de modo muy fácil. Ejemplo:
“Ella estaba hablando sobre la lluvia de anoche, otros del viento que hubo y las caídas de los {rboles.”
Lo que se hizo en ese ejemplo fue suprimir el verbo “hablaban”, pues sería una reiteración
innecesaria, ya que se entiende que eso se continúa diciendo en la oración.
La Sustitución (Sinonimia)
Es un elemento, donde se reemplaza una palabra o una expresión por otra; esta técnica
favorece la claridad de ideas y evita la repetición innecesaria. A lo largo de un texto, en sus
diferentes párrafos conformados por oraciones, hay palabras que se van reiterando; la idea de
la correferencia es utilizar sinónimos para esas palabras, ideas o lugares ya mencionados, de
modo que el texto mantenga una semántica lógica. La correferencia busca mencionar al sujeto
de la oración o al tema de un texto, con expresiones diferentes a la palabra original utilizada.
Ejemplo:
“Romi era una niña de 13 años, un poco introvertida pero amable. Esta tímida muchacha no
quería ir al colegio, pues le daba temor lo que otros pensaran de ella.”
Hiperonimia e hiponimia:
Los hiperónimos son palabras capaces de abarcar un conjunto de vocablos.
Ejemplo:
“Herramientas” es el hiperónimo de “tenaza”, “martillo” y “pala”.
“Tenaza”, “martillo” y “pala” son hipónimos de “herramientas”.
Campo Semántico:
Las palabras utilizadas en un texto deben pertenecer al campo semántico del tema o asunto
que se esté tratando. Es decir, un campo de palabras que se relacionan con un mismo tema, por
ejemplo:
Si en el texto estamos hablando del cuidado del jardín, es probable que encontremos las palabras que
pertenecen al campo semántico de jardín: césped, tierra, plantas, flores, riego, cavar, etc.
Marcadores Discursivos
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 30
Son las palabras o expresiones que van ubicando las diferentes partes que componen o en que
se organiza un texto. Dentro de los marcadores discursivos podemos mencionar:
Presentación del tema: el fin de estas líneas, la idea de escribir este texto es<, etc.
Comienzo del tema: primeramente, para empezar, antes que todo, etc.
Desarrollo del tema: en primer lugar, en segundo lugar, para finalizar, etc.
Continuación del tema: a continuación, seguidamente, siguiendo con lo anterior, etc.
Resumen del tema: sintetizando, en resumen, en síntesis, recapitulando, etc.
Conclusión del tema: para terminar, concluyendo, finalizando, para cerrar, etc.
Transición del tema: por otro lado, por otra parte, viéndolo de otro modo, etc.
Digresivos: a propósito, a todo esto, por cierto, etc.
Espacio temporal del tema: hasta ahora, hasta el momento, hasta aquí, etc. (señala
anterioridad); ahora mismo, en este instante, mientras, etc. (señalan presente,
simultaneidad); posteriormente, después de, luego que, más adelante, próximamente,
etc. (indican posterioridad)
La referencia pronominal
Es cuando se hace uso de pronombres, para referirnos a palabras que están siendo partícipes
en el texto, con la intención de no causar iteración en el mismo. Ejemplo:
“Rosario entró a la universidad después de un largo proceso de estudio. Ella se preparó por un año
completo, asistiendo a clases en un preuniversitario y repasando en su casa.
Los Signos de Puntuación
Son los elementos de expresión gráfica, es decir, las pausas o entonaciones existentes al interior
de un texto, quedan reflejados por medio de signos escritos, que son los signos de puntuación.
Signos de Pausas: utilizados para dar descanso y coherencia al discurso, pues si no
existiesen la lectura o exposición del mismo sería una lluvia y aglutinación de ideas sin
sintaxis ni semántica. Acá se hallan la coma, los dos puntos, el punto y coma y el
punto.
Signos de Apoyo: son los que se utilizan para agregar elementos de información extra
al texto, es así que conocemos los signos de paréntesis, los guiones y asteriscos para las
notas al pie.
Signos de Entonación: estos signos dan el énfasis necesario para que una idea tenga la
fuerza que requiere, asimismo, entrega el ritmo y la entonación pertinente para la
comprensión del discurso. Signos interrogativos, exclamativos y el uso de las comillas.
Textos expositivos:
Rayos, tormentas y
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 31
fenómenos meteorológicos
espectaculares
Ahora mismo se están produciendo en el mundo unas 20.000 tormentas, que
lanzan unos cien rayos por segundo. Por término medio, tienen lugar al año entre
16 y 17 millones de tormentas, unas 44.000 diarias. Esto supone que caen 8
millones de relámpagos al día, capaces de liberar una energía comparable a 2
millones de toneladas de dinamita.
Se calcula que cada rayo mide unos 5 kilómetros de longitud por solo 1 centímetro
de anchura, y descarga entre 1.000 y 10.000 millones de julios de energía, con una
corriente de hasta 200.000 amperios y 100 millones de voltios. El aire circundante
puede alcanzar temperaturas de 20.000 ºC, más de tres veces la de la superficie del
Sol, que ronda los 6.000 ºC. Por eso los rayos son tan letales.
El proceso de formación de rayos en la atmósfera es complejo. Se trata de una
descomunal descarga eléctrica que se produce cuando el movimiento ascendente y
descendente del aire dentro de un cumulonimbo –la nube de tormenta– crea dos
zonas de potencial eléctrico opuesto: en la parte superior de la nube se acumulan
las partículas con carga positiva y en la parte baja, las negativas. Cuando la
separación entre unas y otras es muy grande, se produce el rayo en el interior de la
nube, entre nubes distintas o entre la nube y la tierra. La mayoría de las descargas
eléctricas que se generan en una tormenta no llegan a la superficie terrestre.
Imagen: U.S. National Oceanic and Atmospheric Administration
Las redes sociales nos hacen menos
inteligentes
Estar conectados a nuestros perfiles de Twitter y Facebook a cada momento nos
hace parecer más inteligentes, pero en realidad merma nuestras capacidades
intelectuales, según afirma un nuevo estudio publicado por la Royal Society. Las
redes sociales constituyen una fuente primaria de información para muchos
usuarios, aunque algunos estudios afirmen que leemos noticias sin pretenderlo y
que en realidad siempre nos conectamos
para saber qué hacen nuestros
conocidos. Sea de casualidad o no, leer los
artículos publicados por nuestros
contactos nos hace estar al tanto de lo que
ocurre, pero no agudiza nuestro intelecto,
ya que la sobre información a la que nos
exponemos a través de las redes
disminuye nuestra concentración,
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 32
contemplación y reflexión, ha demostrado este trabajo.
Para obtener esta conclusión, los investigadores entrevistaron a un grupo de 100
universitarios divididos en cinco grupos que utilizaban redes sociales diferentes y
asignadas al azar. La mitad de los voluntarios estaban conectados con todos los
demás, mientras que el 50 por ciento restante no tenían ningún tipo de conexión
con el resto. Los científicos sometieron a los participantes serie de preguntas
basadas en el razonamiento analítico para comprobar su nivel intuitivo. Los
resultados mostraron que los primeros eran más propensos a reproducir las
respuestas correctas de sus contactos que a razonar las suyas propias. Las redes
sociales ayudaban a los voluntarios a elegir mejores respuestas, pero les eximían de
aplicar su propio razonamiento analítico.
La tendencia a copiar "hace que parezcamos más inteligentes cuando en realidad
cada vez pensamos menos", concluyen los autores del estudio. En vista del
hallazgo, quizá debamos buscar fuentes de información alternativas y desistir en
nuestro empeño de aparentar intelecto en nuestros perfiles digitales, sobre todo los
hombres, que son quienes intentan parecer más eruditos.
Y los electrodomésticos cambiaron
nuestras vidas...
¿Te cuesta mucho realizar las tareas domésticas? Es raro el hogar en el que no haya
disputas para mantener el orden y la limpieza, y en general estas labores se llevan
a cabo a regañadientes. Sin embargo, gracias al avance de la tecnología, hoy en día
es mucho más sencillo mantener la casa en orden, por no hablar de la liberación de
la mujer, que ha permitido el reparto de los trabajos del hogar entre todos los
miembros de la familia.
Hasta hace pocos años, nuestras abuelas cargaban a sus espaldas con todo el peso
de la casa, y para colmo no disponían de las facilidades de las que disfrutamos
nosotros en la actualidad.
La lavadora es uno de esos electrodomésticos imprescindibles hoy en día. ¿A
alguien se le ocurre, por ejemplo, lavar a mano las sábanas, los manteles o las
cortinas del salón? Sin embargo, hasta hace muy poco, nuestras abuelas y
bisabuelas limpiaban la ropa en el río o empleaban las tradicionales tablas de lavar,
frotando durante horas para limpiar las prendas manchadas. Aunque la primera
patente para una lavadora se concedió en 1691, en Europa su uso no se popularizó
hasta después de la Segunda Guerra Mundial, hace apenas 60 años.
Y si no podemos vivir sin lavadora, ¿qué decir del frigorífico? Es uno de los
pocos electrodomésticos que están conectados las 24 horas del día, y gracias a él
conservamos los alimentos y disfrutamos de bebida fresca. El inventor de este
aparato insustituible fue Charles Tellier,
quién comenzó diseñando una máquina de
hacer hielo y acabó patentando el primer
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 33
refrigerador funcional en 1876. Los primeros frigoríficos comerciales surgieron en
torno a los años 20: apenas un siglo de convivencia entre el hombre y esta máquina
imprescindible. Ahora, ya no solo enfrían sino que consiguen gracias a
innovadoras tecnologías controlar los alimentos para mantenerlos frescos más
tiempos.
Lavadora, secadora, refrigerador, aspiradora, batidora... la vida cotidiana es más
sencilla gracias a la tecnología. Pero, a pesar de la comodidad de nuestros
modernos electrodomésticos, el trabajo de la casa consume tiempo y energía, y en
muchos hogares estas tareas aún siguen siendo competencia exclusiva de la mujer.
Aunque atrás quedaron los tiempos en los que las niñas estudiaban "labores del
hogar" y "economía doméstica" y la mujer se preparaba exclusivamente para ser
madre y esposa, aún hay desigualdades en el reparto de tareas. Un estudio llevado
a cabo por el Ayuntamiento de Vitoria revela que las mujeres dedican al cuidado
de personas y a las labores del hogar una media de 110 minutos más al día que los
hombres. La incorporación de la mujer al mundo
laboral también ha obligado a repartir las cargas domésticas y la mejora de las
tecnologías ha simplificado el trabajo casero. De hecho algunas innovadoras
tecnologías consiguen, por ejemplo en el lavado de las prendas, imitar los
movimientos de la limpieza manual, para que la ropa se estropee menos. Pero aún
queda mucho por recorrer para que la imagen de un hombre planchando la ropa
deje de ser la excepción.
Encuentran pruebas de un "cine
paleolítico"
No es un fenómeno moderno. Nuestros parientes del Paleolítico ya hacían sus
pinitos en el arte de la animación e intentaban dar sensación de movimiento en
sus pinturas rupestres. Estos son los resultados de un estudio que se publica en la
revista Antiquity, que analiza 53 obras descubiertas en varias cuevas francesas.
Algunas de las pinturas analizadas presentaban animales con muchas patas, o
algunas partes de su cuerpo repetido, lo que para los investigadores supone una
prueba de intentos primitivos de animación. Según afirman en el trabajo, esta
forma de dibujar los
animales permitía que las
imágenes parecieran moverse
bajo la luz de las llamas.
La cueva Lascaux, al suroeste de
Francia, es la que contaba con
mayor número de animaciones.
"Se han encontrado unas 20
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 34
representaciones de animales, principalmente caballos, con la cabeza, patas o cola
multiplicadas", afirma Marc Azema, de la Universidad de Toluose-Le Mirail
(Francia).
Además, los científicos han encontrado discos grabados por ambas caras que
pudieron ser usadas como taumatropo, un juguete que consiste en un disco en el
que se insertan dos cuerdas o una goma a cada lado. Al girar rápido el disco con la
ayuda de las cuerdas las imágenes se combinan y se obtiene una animación. "Estos
discos y las imágenes en las cuevas estaban anunciando la creación del cine", ha
señalado el científico.
¿Por qué recordamos los sueños?
Hay personas que tienen una gran facilidad para recordar con un impresionante
abanico de detalles el sueño que han tenido la noche anterior. Otras, sin embargo,
manifiestan no recordar nada o prácticamente nada. ¿Por qué sucede esto?
Aunque la razón por la que soñamos sigue siendo un misterio para la ciencia, no
lo es el hecho de que existan estos dos tipos de soñadores. Para averiguar por qué
se produce esta diferencia en el recuerdo del sueño, un equipo liderado por Perrine
Ruby del Centro de Investigación de Neurociencia de Lyon (Francia), ha realizado
un estudio, publicado en la revista Neuropsychopharmacology, sobre la actividad
cerebral de ambos.
Los resultados del estudio
revelan que la unión
temporoparietal (centro de
procesamiento de
información en el
cerebro) es mucho más
activa en las personas que
recuerdan los sueños (y
también lo es durante la
vigilia).
Gracias a este aumento de
la actividad cerebral, se produce una especie de vigilia dentro de la ensoñación. El
individuo queda en una situación de predisposición a los estímulos auditivos del
sueño, que pueden provocar pequeños despertares durante la noche y favorecer
así la codificación de esas fantasías en la memoria, porque “el cerebro dormido
no es capaz de memorizar nueva información; tiene que despertar para poder
hacer eso”, afirma la investigadora Perrine Ruby.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 35
¿Qué mensajes ocultan los cuentos
infantiles?
El cuento de Caperucita Roja revela la sexualidad de una niña en la pubertad para
la que no está preparada. Duda entre lo que quiere hacer y lo que le dice su madre
que debe hacer. Hay un componente de narcisismo, pues le gusta ser seducida y
que el lobo –trasunto del padre– le dedique toda su atención. El mito de Eva está
representado en el hecho de que es la figura femenina la que se deja tentar por su
curiosidad. Caperucita desobedece la orden de no hablar con desconocidos y se
deja embaucar por el lobo.
El relato diferencia entre el poblado, habitado y seguro, y el bosque, lleno de
peligros. Esta contraposición era típica de la Edad Media, cuando se gestó
originalmente el cuento. En los cuentos, los personajes son o buenos o malos.
Maldad y bondad nunca están presentes a la vez en una persona, como ocurre en
la realidad, sino en forma de arquetipos. Y es que los niños no están preparados
para la ambigüedad, necesitan certezas que la literatura les proporciona.
La literatura cumple una función terapéutica.
Casi todos los niños temen el sexo, pero a la vez quieren descubrir los secretos
eróticos de los adultos. En la versión de Perrault, Caperucita está asustada y a la
vez fascinada por el lobo –"¡Qué boca tan grande tienes!"–. Inconscientemente,
busca la excitación. Bruno
Bettelheim dice enPsicoanálisis de los
cuentos de hadas que "muchos padres
creen que deben ocultar a sus hijos
los instintos de sexo y violencia y
solo presentarles la cara amable de
la vida". Pero los cuentos, en sus
versiones antiguas, sí mostraban ese
lado oscuro, aunque con el tiempo
se fueron edulcorando. Por ejemplo,
en la Caperucita de Perrault (1697),
el lobo se come a la niña y a su
abuela. En cambio los hermanos Grimm introdujeron al cazador que las salva en su
versión de 1812. La norma del final feliz se hizo obligatoria en las películas de
Disney.
CHIMPANCÉS DEPRIMIDOS
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 36
Después de vivir encerrados en un laboratorio, siendo partícipes de múltiples
experimentos médicos, los chimpancés no pueden regresar a una vida normal
una vez dados de alta
Después de vivir encerrados en un laboratorio, siendo partícipes de múltiples
experimentos médicos, los chimpancés no pueden regresar a una vida normal una
vez dados de alta. La mayoría sufren de depresión y traumatismo y son incapaces
de relacionarse con los
demás miembros de su
especie.
Debido a que
compartimos el 99% de
nuestro ADN con los
chimpancés, estos
animales sirven como
ideales modelos de
humanos en la investigación médica. Su similitud genética significa que pueden
contraer casi todas las enfermedades que afectan a las personas hoy en día. Han
sido utilizados principalmente en la elaboración de vacunas y tratamientos como la
de hepatitis A, B y el SIDA.
Alrededor de mil chimpancés se encuentran actualmente en laboratorios, tanto
privados como gubernamentales, tan solo en Estados Unidos. Una vez servida su
sentencia, la mayoría son liberados en santuarios. Muchos de ellos, tras 10 o 15
años de encierro. Solitarios, apáticos y con varios trastornos mentales, no pueden
resumir una vida social sana.
Afortunadamente para los chimpancés, un nuevo estudio apunta hacia los
antidepresivos como una posible solución a la vida tras el laboratorio. Godelieve
Kranendonk del Centro de Rescate para Animales Exóticos y Martin Bruene,
psiquiatra de la Universidad de Bochum en Alemania, han administrado a cinco
chimpancés dosis de SSRI (inhibidores selectivos de recaptación de serotonina) con
excelentes resultados.
Después de 6 a 8 semanas, los chimpancés recobraron su vitalidad y empezaron a
interactuar y jugar con otros simios. Conforme presentaban un comportamiento
normal, el medicamento se suspendió gradualmente. Más allá de ser físicamente
similares, nuestros parientes también comparten respuestas emocionales y
psicológicas.
¿QUÉ DICEN LOS PERROS CUANDO LADRAN? Un nuevo estudio demuestra que los perros tienen un sistema de comunicación de gran complejidad
Un nuevo estudio demuestra que los perros tienen un sistema de comunicación de
gran complejidad. Los ladridos de
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 37
tu perro, más allá de causarte problemas con vecinos y no dejarte dormir, están
cargados de significados que los canes, y a veces los humanos, pueden
decodificar.Brian Hare y Vanessa Woods, investigadores de la Universidad de
Duke, convencidos de la inteligencia canina, condujeron varios experimentos en
los que comprueban existe entre los perros un elaborado lenguaje.
Al igual que los humanos, los perros pueden vocalizar. Si bien no lo hacen con la
misma sofisticación, la movilidad de sus cuerdas vocales les permite alterar su voz
para producir diferentes sonidos con diferentes significados. Los ladridos y
gruñidos varían según el contexto.
En una prueba, los científicos grabaron a dos perros gruñendo, uno mientras
protegía su comida y otro al acercársele un desconocido. En una segunda etapa, se
colocó un hueso jugoso y cada que un perro iba hacia él se reproducían las
grabaciones. Los perros titubeaban al escuchar el gruñido por la comida más que el
de por un extraño.
En un experimento similar, se grabó el ladrido de un perro al sentirse solo y otro
cuando se aproximaba un extraño. Diferentes perros escucharon las grabaciones y
se ponían en alerta al oír el ladrido provocado por un extraño. Claramente, los
perros podían distinguir entre los diferentes sonidos y comprender sus
significados.
Sin embargo, la comunicación canina no es exclusiva de los perros. Durante otro
experimento se le pidió a un grupo de personas que escucharan diferentes
ladridos. La mayoría pudo distinguir entre aquellos que eran amistosos, agresivos,
por soledad, o causa de un extraño. Se cree que los ladridos son consecuencia de la
domesticación, ya que los lobos raramente lo hacen.
A pesar de acompañarnos durante miles de años, realmente sabemos poco acerca
del lenguaje canino, quizá estudios como éste nos ayuden a entender mejor a
nuestro mejor amigo.
LLUVIA DE ARAÑAS
FECHA DE PUBLICACIÓN: 2013-02-13 AUTOR: REDACCIÓN
El pasado 8 de febrero, el pueblo brasileño de San Antonio da Platina presenció
un espectáculo impresionante: una red comunal de miles de arañas cubrió el cielo
con una telaraña gigante.
A pesar de lo impactante del suceso, la bióloga Leticia Aviles, de la Universidad de
British Columbia, explicó que lo ocurrido es un fenómeno bastante común: Hay
ciertas especies de arañas que mantienen un comportamiento colaborativo e
inclusive forman colonias.
En concreto, estas arañas se clasifican en dos grupos: arañas sociales y arañas
coloniales. Las arañas sociales construyen una red grupal y se auxilian a la hora de
cazar una presa. Las arañas coloniales, por otro lado, conforman una red gigante
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 38
compuesta por pequeñas telarañas individuales, que cada una habita, defiende y
en la que caza por separado.
Por las características fenotípicas de las arañas observadas en Brasil, la entomóloga
Deborah Smith, de la Universidad de Kansas, cree que se trata de la
especie Parawixia bistriata, una araña colonial grande y robusta que construye
telarañas espirales.
Formar colonias le permite a la Parawixia bistriata capturar más presas ya que la
telaraña comunal abarca un área mucho más amplia que una telaraña individual.
Así mismo, reduce la cantidad de seda que cada araña debe aportar para
conformar su propia red. Las colonias suelen mantenerse hasta que las arañas
llegan a su edad reproductiva, cuando éstas se dispersan.
Aún no se sabe si las arañas
observadas en San Antonio da
Platina estaban instalándose en
una nueva colonia o salían para
dispersarse. Pero de lo que no
queda duda es que ofrecieron un
espectáculo que pocos olvidarán.
El pueblo brasileño de San Antonio da Platina presenció un espectáculo impresionante: una red comunal de
miles de arañas cubrió el cielo con una telaraña gigante
¿CÓMO SE DOMESTICARON LOS PERROS? La respuesta está en los desechos de los humanos
FECHA DE PUBLICACIÓN: 2013-01-24 AUTOR: REDACCIÓN
Un estudio propone que los primeros desechos humanos provocaron la
domesticación del lobo salvaje.
Es sabido que el perro desciende del lobo, pero ¿en qué momento se domesticó?
Aunque durante miles de años ha sido el mejor amigo del hombre, se desconoce
cómo y cuándo fue que empezó esta relación. Un nuevo estudio comparativo de
genes caninos argumenta que el secreto detrás del comportamiento de estos
animales está en su alimentación.
Un equipo de investigadores de La Universidad de Uppsala en Suecia, La
Universidad de Hedmark en Noruega y el Instituto de Tecnología de
Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, entre otros, examinaron el ADN de más
de 50 perros de diferentes razas en contraposición con la información genética de
12 lobos alrededor del mundo. Las diferencias más relevantes, se encontraron en
los genes pertenecientes a la metabolización del almidón y el desarrollo cerebral.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 39
En contraste con el lobo, el can tiene muchos más genes que codifican las enzimas
necesarias para digerir el almidón. Esto significa que puede hacer mejor uso de los
nutrientes en ciertos carbohidratos. Los cambios que ha provocado esta dieta, son
responsables de la personalidad dócil y energética del perro.
Los hallazgos en la investigación sustentan la teoría de que el proceso de
domesticación se originó a partir de aquellos lobos capaces de robar y digerir los
desechos de los primeros agricultores. Las sobras de los asentamientos primerizos
de nuestros ancestros representaron una nueva fuente de alimentación que, con el
paso del tiempo, provocó que el perro viviera permanentemente cerca del hombre.
En otras palabras, la evolución del perro está íntimamente ligada a su consumo de
nuestra basura.
Lectura 4
Un pacto con el diablo
Juan José Arreola
Aunque me di prisa y llegué al cine corriendo, la película había comenzado. En el
salón oscuro traté de encontrar un sitio. Quedé junto a un hombre de aspecto
distinguido.
-Perdone usted -le dije-, ¿no podría contarme brevemente lo que ha ocurrido en la
pantalla?
-Sí. Daniel Brown, a quien ve usted allí, ha hecho un pacto con el diablo.
-Gracias. Ahora quiero saber las condiciones del pacto: ¿podría explicármelas?
-Con mucho gusto. El diablo se compromete a proporcionar la riqueza a Daniel
Brown durante siete años. Naturalmente, a cambio de su alma.
-¿Siete nomás?
-El contrato puede renovarse. No hace mucho, Daniel Brown lo firmó con un poco
de sangre.
Yo podía completar con estos datos el argumento de la película. Eran suficientes,
pero quise saber algo más. El complaciente desconocido parecía ser hombre de
criterio. En tanto que Daniel Brown se embolsaba una buena cantidad de monedas
de oro, pregunté:
-En su concepto, ¿quién de los dos se ha comprometido más?
-El diablo.
-¿Cómo es eso? -repliqué sorprendido.
-El alma de Daniel Brown, créame usted, no valía gran cosa en el momento en que
la cedió.
-Entonces el diablo...
-Va a salir muy perjudicado en el negocio, porque Daniel se manifiesta muy
deseoso de dinero, mírelo usted.
Efectivamente, Brown gastaba el dinero a puñados. Su alma de campesino se
desquiciaba. Con ojos de reproche, mi vecino añadió:
-Ya llegarás al séptimo año, ya.
Tuve un estremecimiento. Daniel Brown me inspiraba simpatía. No pude menos
de preguntar:
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 40
-Usted, perdóneme, ¿no se ha encontrado pobre alguna vez?
El perfil de mi vecino, esfumado en la oscuridad, sonrió débilmente. Apartó los
ojos de la pantalla donde ya Daniel Brown comenzaba a sentir remordimientos y
dijo sin mirarme:
-Ignoro en qué consiste la pobreza, ¿sabe
usted?
-Siendo así...
-En cambio, sé muy bien lo que puede hacerse
en siete años de riqueza.
Hice un esfuerzo para comprender lo que
serían esos años, y vi la imagen de Paulina,
sonriente, con un traje nuevo y rodeada de
cosas hermosas. Esta imagen dio origen a otros
pensamientos:
-Usted acaba de decirme que el alma de Daniel Brown no valía nada: ¿cómo, pues,
el diablo le ha dado tanto?
-El alma de ese pobre muchacho puede mejorar, los remordimientos pueden
hacerla crecer -contestó filosóficamente mi vecino, agregando luego con malicia-:
entonces el diablo no habrá perdido su tiempo.
-¿Y si Daniel se arrepiente?...
Mi interlocutor pareció disgustado por la piedad que yo manifestaba. Hizo un
movimiento como para hablar, pero solamente salió de su boca un pequeño sonido
gutural. Yo insistí:
-Porque Daniel Brown podría arrepentirse, y entonces...
-No sería la primera vez que al diablo le salieran mal estas cosas. Algunos se le han
ido ya de las manos a pesar del contrato.
-Realmente es muy poco honrado -dije, sin darme cuenta.
-¿Qué dice usted?
-Si el diablo cumple, con mayor razón debe el hombre cumplir -añadí como para
explicarme.
-Por ejemplo... -y mi vecino hizo una pausa llena de interés.
-Aquí está Daniel Brown -contesté-. Adora a su mujer. Mire usted la casa que le
compró. Por amor ha dado su alma y debe cumplir.
A mi compañero le desconcertaron mucho estas razones.
-Perdóneme -dijo-, hace un instante usted estaba de parte de Daniel.
-Y sigo de su parte. Pero debe cumplir.
-Usted, ¿cumpliría?
No pude responder. En la pantalla, Daniel Brown se hallaba sombrío. La opulencia
no bastaba para hacerle olvidar su vida sencilla de campesino. Su casa era grande y
lujosa, pero extrañamente triste. A su mujer le sentaban mal las galas y las alhajas.
¡Parecía tan cambiada!
Los años transcurrían veloces y las monedas saltaban rápidas de las manos de
Daniel, como antaño la semilla. Pero tras él, en lugar de plantas, crecían tristezas,
remordimientos.
Hice un esfuerzo y dije:
-Daniel debe cumplir. Yo también cumpliría. Nada existe peor que la pobreza. Se
ha sacrificado por su mujer, lo demás no importa.
-Dice usted bien. Usted comprende porque también tiene mujer, ¿no es cierto?
-Daría cualquier cosa porque nada le faltase a Paulina.
-¿Su alma?
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 41
Hablábamos en voz baja. Sin embargo, las personas que nos rodeaban parecían
molestas. Varias veces nos habían pedido que calláramos. Mi amigo, que parecía
vivamente interesado en la conversación, me dijo:
-¿No quiere usted que salgamos a uno de los pasillos? Podremos ver más tarde la
película.
No pude rehusar y salimos. Miré por última vez a la pantalla: Daniel Brown
confesaba llorando a su mujer el pacto que había hecho con el diablo.
Yo seguía pensando en Paulina, en la desesperante estrechez en que vivíamos, en
la pobreza que ella soportaba dulcemente y que me hacía sufrir mucho más.
Decididamente, no comprendía yo a Daniel Brown, que lloraba con los bolsillos
repletos.
-Usted, ¿es pobre?
Habíamos atravesado el salón y entrábamos en un angosto pasillo, oscuro y con un
leve olor de humedad. Al trasponer la cortina gastada, mi acompañante volvió a
preguntarme:
-Usted, ¿es muy pobre?
-En este día -le contesté-, las entradas al cine cuestan más baratas que de ordinario
y, sin embargo, si supiera usted qué lucha para decidirme a gastar ese dinero.
Paulina se ha empeñado en que viniera; precisamente por discutir con ella llegué
tarde al cine.
-Entonces, un hombre que resuelve sus problemas tal como lo hizo Daniel, ¿qué
concepto le merece?
-Es cosa de pensarlo. Mis asuntos marchan muy mal. Las personas ya no se cuidan
de vestirse. Van de cualquier modo. Reparan sus trajes, los limpian, los arreglan
una y otra vez. Paulina misma sabe entenderse muy bien. Hace combinaciones y
añadidos, se improvisa trajes; lo cierto es que desde hace mucho tiempo no tiene
un vestido nuevo.
-Le prometo hacerme su cliente -dijo mi interlocutor, compadecido-; en esta
semana le encargaré un par de trajes.
-Gracias. Tenía razón Paulina al pedirme que viniera al cine; cuando sepa esto va a
ponerse contenta.
-Podría hacer algo más por usted -añadió el nuevo cliente-; por ejemplo, me
gustaría proponerle un negocio, hacerle una compra...
-Perdón -contesté con rapidez-, no tenemos ya nada para vender: lo último, unos
aretes de Paulina...
-Piense usted bien, hay algo que quizás olvida...
Hice como que meditaba un poco. Hubo una pausa que mi benefactor interrumpió
con voz extraña:
-Reflexione usted. Mire, allí tiene usted a Daniel Brown. Poco antes de que usted
llegara, no tenía nada para vender, y, sin embargo...
Noté, de pronto, que el rostro de aquel hombre se hacía más agudo. La luz roja de
un letrero puesto en la pared daba a sus ojos un fulgor extraño, como fuego. Él
advirtió mi turbación y dijo con voz clara y distinta:
-A estas alturas, señor mío, resulta por demás una presentación. Estoy
completamente a sus órdenes.
Hice instintivamente la señal de la cruz con mi mano derecha, pero sin sacarla del
bolsillo. Esto pareció quitar al signo su virtud, porque el diablo, componiendo el
nudo de su corbata, dijo con toda calma:
-Aquí, en la cartera, llevo un documento que...
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 42
Yo estaba perplejo. Volvía a ver a Paulina de pie en el umbral de la casa, con su
traje gracioso y desteñido, en la actitud en que se hallaba cuando salí: el rostro
inclinado y sonriente, las manos ocultas en los pequeños bolsillos de su delantal.
Pensé que nuestra fortuna estaba en mis manos. Esta noche apenas si teníamos
algo para comer. Mañana habría manjares sobre la mesa. Y también vestidos y
joyas, y una casa grande y hermosa. ¿El alma?
Mientras me hallaba sumido en tales pensamientos, el diablo había sacado un
pliego crujiente y en una de sus manos brillaba una aguja.
"Daría cualquier cosa porque nada te faltara." Esto lo había dicho yo muchas veces
a mi mujer. Cualquier cosa. ¿El alma? Ahora estaba frente a mí el que podía hacer
efectivas mis palabras. Pero yo seguía meditando. Dudaba. Sentía una especie de
vértigo. Bruscamente, me decidí:
-Trato hecho. Sólo pongo una condición.
El diablo, que ya trataba de pinchar mi brazo con su aguja, pareció desconcertado:
-¿Qué condición?
-Me gustaría ver el final de la película -contesté.
-¡Pero qué le importa a usted lo que ocurra a ese imbécil de Daniel Brown!
Además, eso es un cuento. Déjelo usted y firme, el documento está en regla, sólo
hace falta su firma, aquí sobre esta raya.
La voz del diablo era insinuante, ladina, como un sonido de monedas de oro.
Añadió:
-Si usted gusta, puedo hacerle ahora mismo un anticipo.
Parecía un comerciante astuto. Yo repuse con energía:
-Necesito ver el final de la película. Después firmaré.
-¿Me da usted su palabra?
-Sí.
Entramos de nuevo en el salón. Yo no veía en absoluto, pero mi guía supo hallar
fácilmente dos asientos.
En la pantalla, es decir, en la vida de Daniel Brown, se había operado un cambio
sorprendente, debido a no sé qué misteriosas circunstancias.
Una casa campesina, destartalada y pobre. La mujer de Brown estaba junto al
fuego, preparando la comida. Era el crepúsculo y Daniel volvía del campo con la
azada al hombro. Sudoroso, fatigado, con su burdo traje lleno de polvo, parecía,
sin embargo, dichoso.
Apoyado en la azada, permaneció junto a la puerta. Su mujer se le acercó,
sonriendo. Los dos contemplaron el día que se acababa dulcemente, prometiendo
la paz y el descanso de la noche. Daniel miró con ternura a su esposa, y
recorriendo luego con los ojos la limpia pobreza de la casa, preguntó:
-Pero, ¿no echas tú de menos nuestra pasada riqueza? ¿Es que no te hacen falta
todas las cosas que teníamos?
La mujer respondió lentamente:
-Tu alma vale más que todo eso, Daniel...
El rostro del campesino se fue iluminando, su sonrisa parecía extenderse, llenar
toda la casa, salir del paisaje. Una música surgió de esa sonrisa y parecía disolver
poco a poco las imágenes. Entonces, de la casa dichosa y pobre de Daniel Brown
brotaron tres letras blancas que fueron creciendo, creciendo, hasta llenar toda la
pantalla.
Sin saber cómo, me hallé de pronto en medio del tumulto que salía de la sala,
empujando, atropellando, abriéndome paso con violencia. Alguien me cogió de un
brazo y trató de sujetarme. Con gran energía me solté, y pronto salí a la calle.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 43
Era de noche. Me puse a caminar de prisa, cada vez más de prisa, hasta que acabé
por echar a correr. No volví la cabeza ni me detuve hasta que llegué a mi casa.
Entré lo más tranquilamente que pude y cerré la puerta con cuidado.
Paulina me esperaba.
Echándome los brazos al cuello, me dijo:
-Pareces agitado.
-No, nada, es que...
-¿No te ha gustado la película?
-Sí, pero...
Yo me hallaba turbado. Me llevé las manos a los ojos. Paulina se quedó
mirándome, y luego, sin poderse contener, comenzó a reír, a reír alegremente de
mí, que deslumbrado y confuso me había quedado sin saber qué decir. En medio
de su risa, exclamó con festivo reproche:
-¿Es posible que te hayas dormido?
Estas palabras me tranquilizaron. Me señalaron un rumbo. Como avergonzado,
contesté:
-Es verdad, me he dormido.
Y luego, en son de disculpa, añadí:
-Tuve un sueño, y voy a contártelo.
Cuando acabé mi relato, Paulina me dijo que era la mejor película que yo podía
haberle contado. Parecía contenta y se rió mucho.
Sin embargo, cuando yo me acostaba, pude ver cómo ella, sigilosamente, trazaba
con un poco de ceniza la señal de la cruz sobre el umbral de nuestra casa.
Tema: La oración simple –repaso-
Trabaja con el siguiente texto:
Los osos polares.
Parque Nacional Wapusk en Canadá. Una osa, gigante y somnolienta, juega con
sus crías. Un cuadro conmovedor. Los oseznos, como bolas de nieve, no han
desarrollado aún el peso ni la pelambre suficientes. La muerte de la madre los
volvería vulnerables. Los cachorros necesitan dos años para independizarse.
La hembra, diestra cazadora, está hambrienta. Recorre el parque nevado en busca
de alimento. Las crías la siguen y le exigen cuidados especiales. Construye la osera
durante el día cavando en la nieve con sus enormes zarpas.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 44
Hay un cachorro muy débil. La madre lo protege tierna y cálida. Le da la leche,
alimento básico de los oseznos. La escena, enternecedora. Más lejos, otra familia de
osos. Saco fotografías. Las imágenes serán admiradas en numerosos países por los
amantes de los animales.
Norbert Rosing, Revista National Geographic, (texto adaptado)
Función
sintáctica
Forma de reconocimiento Clase de palabra
Sujeto
Núcleo
S
n
Se pregunta al verbo ¿Quién hace o sobre quién
recae la acción? Concordancia en persona y
número con el verbo.
Tipos:
Simple: un núcleo
Compuesto: más de un núcleo
Expreso: sujeto presente
Tácito: sujeto ausente, lo reconocemos por la
concordancia pronombre/ verbo. (elipsis de
sujeto)
Sustantivo Lucas llegó.
Pronombre: Él llegó
Verbo en infinitivo: Esperar es
lo más conveniente.
Adverbio sustantivado: El sí es
la respuesta correcta
Modificadores del núcleo del sujeto
Directo m.d Acompaña directamente al núcleo, sin nexo. Adjetivos o artículos
Indirecto m.i Acompaña indirectamente al núcleo, con nexo Prep. + construcción sustantiva
Aposición Apos
.
Es equivalente semántico del núcleo (sustantivo)
Puede intercambiar su lugar con el núcleo sin
variar su significado.
Es una aclaración, va entre comas.
Sustantivo o construcción sustantiva
Construcció
n
comparativa
c.c Modifica indirectamente al núcleo a través del
nexo comparativo: como, cual.
Nexo comparativo + construcción
sustantiva.
Predicado
Núcleo
P
n
Se pregunta ¿qué hace o qué es el sujeto?
Concordancia en persona y número con el
verbo.
Tipos:
Simple: un núcleo
Compuesto: más de un núcleo
Verbal: verbo presente
No verbal: verbo ausente, se reconoce por la
presencia de una coma que puede ser
reemplazada por el verbo elidido. (elipsis de
verbo)
Verbo en el predicado verbal.
Sustantivo o adjetivo en el predicado no
verbal nominal (Pnvnom)
El mejor amigo del hombre, el perro.
(es)
Adverbio: en el predicado no verbal
adverbial. (Pnvadv)
El almacén, en la otra cuadra.
(está)
Modificadores del núcleo del predicado
Objeto
directo
o.d Se pregunta al verbo: ¿Qué cosa<?
Se puede reemplazar por los pronombres la, las,
lo, los según el género y número.
Al pasar a voz pasiva el o.d pasa a ser sujeto.
Sustantivo o construcción sustantiva.
El joven regaló unas flores.
¿Qué cosa regaló?
El joven las regaló.
Unas flores fueron regaladas por el joven.
Sólo cuando se refiere a una persona lleva
la prep.. a.
Buscó a Marcos. Lo buscó.
Objeto
indirecto
o.i Se pregunta al verbo: ¿A quién o para quién?
Se puede reemplazar por los pronombres le o les
según el número.
Sustantivo o construcción sustantiva
encabezada por la preposición a o para
El joven regaló unas flores a su madre.
¿A quién regaló unas flores?
El joven le regaló unas flores.
Circunstanci
ales
C C. T -tiempo- ¿Cuándo? C.M –modo- ¿Cómo?
C.L -lugar-¿Dónde? C.C –cantidad- ¿Cuánto?
C.I –instrumento- ¿Con qué? C.t –tema- ¿De
qué?
Adverbio
Habló rápidamente
Construcción equivalente (encabezado
por una preposición)
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 45
C.c – compañía- ¿Con quién? Cn –negación-
C a –afirmación Cd – duda CF –finalidad- ¿Para
qué? C.ca –causa- ¿Por qué? Etc.
.Habló con rapidez.
¿Cómo habló?
Predicativo pred Modificador bivalente: está en el predicado pero
se refiere al núcleo del sujeto.
Concuerda en número y/o género con el núcleo
del sujeto. Si éste cambia también, el predicativo.
Pred. Obligatorio: cuando el verbo de la oración
es ser, estar, parecer, semejar.
Adjetivo.
Su voz es suave.
(Sus voces son suaves.)
Sustantivo.
El autor es un arquitecto.
(Las autoras son arquitectas.)
Complemen
to agente.
c.ag Sólo aparece en voz pasiva.
En voz activa es el sujeto.
Encabezado por la prep.. por.
Construcción sustantiva.
Unas flores fueron regaladas por el joven.
V.P
(El joven regaló unas flores.) V.A
Voz pasiva V.P La acción recae sobre el objeto. Se observa el siguiente cambio de voz activa a voz pasiva:
Tomás guardó el CD en el estuche. (V:A) Tomás guarda el CD en el estuche. (V:A)
n/S o.d n/S o.d
El CD fue guardado por Tomás en el estuche.(V:P) El CD es guardado por Tomás en el
estuche.(V:P
n/S c.ag n/S c.ag
Tomás guardará el CD en el estuche. (V:A) El CD será guardado por Tomás en el estuche
.(V:P)
n/S o.d n/S c.ag
El verbo ser va en el tiempo del verbo que está en voz activa + participio del verbo
conjugado
Lectura 5
MONÓLOGO DE LA GRINGA
Soy la "Gringa Loca" y mañana todo el pueblo hablará de mí. Como cuando era "La
gringa" a secas y empezaron a llamarme así porque no me vieron llorar en el
velorio del Basilio. Era el único hijo varón que en mala hora tuve con el Gervasio;
me lo mataron como a un pato de estero, con perdigones...
Y yo pregunto si no es como para volverse loca si una dejó que se le seque el alma
durante veinte años cuidando un hijo para que al final... Me había salido
demasiado rubio y hermoso como para que durase.
La hija no: negra y mala como su padre, sólo nos parecíamos en el odio.
Cuando mi hijo murió sangrando por diez mil agujeros yo ya estaba seca desde
siempre, Se me había ido la vida de a poco gambeteándole a la muerte desde que él
nació. El resto fue sólo para exprimirme lo que quedaba.
El Basilio nació cuando Gervasio ya se había mandado a mudar a tentar suerte a la
capital; esperé mucho la plata para seguirlo. Un día apareció para hacerme la otra
hija y contarme que todavía no era tiempo para que yo también me vaya.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 46
Nunca más lo vi. Cuando la chica quiso ir con el padre me alegré. Cada uno con lo
suyo, pensé, ambos eran iguales, que me dejen con lo mío.
Y yo pregunto si una es loca si sabe que la muerte está en todas partes queriéndose
llevar un pedazo de carne rosada y tibia y toda mía. Había una muerte silenciosa
ondulando entre los yuyos; había otra en los oscuros remolinos de la correntada;
otra en esta maldita resolana que no perdona, y otras mil en las noches que no
acaban, en las madrugadas en las que mi hijo ya no vuelve...
Había peligro en todo: en los aljibes, en las zanjas, en las ventanas abiertas, en la
escuela, en la hamaca y las hondas, en los cuchillos y las tormentas. Para que no
sufra, yo misma enseñé a mi Basilio a leer, sola lavé, cociné y corté la leña. Lo tenía
en cajoncitos cuando tuve que trabajar afuera y cuando caminó no dejé que llegue
más allá del portoncito.
Iba conmigo a la iglesia, al almacén y a los velorios. En las visitas me sobaba todo
el tiempo la cartera sentado al lado mío y por suerte nunca lo invitaron a una
fiesta.
Yo misma le cortaba el pelo y las camisas; le mostré cómo hay que afeitarse y
ponerse talco para evitar las paspaduras. Quemé la citación del regimiento y
cuando me preguntó por qué no lo llamaban le mentí que a los sin padre no los
necesita nadie.
Recién cuando me enfermé de la pierna dejé que fuera solo a comprarme la
provista y a entregar la ropa lavada. Le indicaba el camino más corto pero empezó
a demorar siglos en volver. Esas veces me volvía más loca que nunca. No hubo
caso, al principio se demoraba un rato para escucharlos, luego ya se sentó de
amigo con los del Bar.
Tantos años de sufrimientos para que termine en la mesa de un boliche con media
docena de atorrantes, escuchando porquerías. Por lo menos, decía yo, si ninguno
de ellos trabaja, ni juega al fútbol, ni sale de caza, no hay peligro. Eran seis o siete
inútiles, jugando al dominó en la vereda para poder sacar mejor el cuero a la gente.
Terminé por darle para el café con tal que se quedase allí sin moverse y venga a
comer y dormir a la casa.
Pero no, el más inútil de todos, el hijo de Pereda, tuvo que llevar una escopeta para
hacerse ver. Él, el hijo del más rico del pueblo, tenía que ser al que se le escape la
perdigonada que me dejó sin alma...
Después del entierro escribí a la hija, seguí lavando ropa afuera y comencé a criar
cuanto perro guacho y abandonado encontraba por ahí. Por tan poco me llamaron
la "Gringa Loca".
Pero mañana todos hablarán de mí.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 47
En el mismo jeep en el que lo llevaron preso al hijo de Pereda lo trajeron hace unos
meses, en "libertad condicional", o suelto "por falta de pruebas", o algo así; lo único
seguro son los millones que había aflojado el padre para que lo larguen. ¿Cuánto
haría falta para que me devuelvan el mío?
Sé también que el cretino volvió más porquería que nunca, y que persigue hace
rato a una pobre sirvientita que tomaron. No para mucho le ha de dar el amor
porque se sabe que la cacheteó un día porque se le quemaron unas ropas con
lavandina. No le servirán ésas pero se compra otras... pero yo, ¿qué hago con dos
cajas con las de mi hijo? Ahí están sobre el ropero, mejor lavadas y planchadas que
nunca, ropas que para siempre no usará el Basilio; como las mías, ya que quemé
todas las que no pude teñir de negro.
También dicen que el Pereda armó un escándalo porque a la chica se le rompió un
frasco de colonia. , . Y yo que dejé a mano uno que era del Basilio, para olerlo de
vez en cuando si me amenaza el olvido o se me quiere espantar la rabia que
siempre tuve... Entonces, en vez de llorar como el mundo quiere, salgo al patio y
les destrozo el espinazo a palos a los perros que junto, que para eso están, para que
me aguanten la bronca. Y gracias a ellos mañana todo el pueblo hablará de mí.
Hace tres meses que todas las noches les rompo el alma a esos veinte perros,
vistiéndome con las ropas que tiró el hijo de Pereda porque se le "quemaron" con
lavandina. Veinte perros alimentados a carne cruda, que cuando olfatean una
colonia que se le rompió a la sirvienta de los Pereda, se retuercen de dolor y
espanto, queriendo morder a quien desde las sombras los castiga sin piedad,
mientras silba como un tordo.
Y esta noche vendrá el hijo de Pereda, caliente y perfumado, buscando el cuerpo
de una sirvientita con la que hace tiempo afila en el portoncito de un rancho, en las
afueras del pueblo; una negrita que sale a mañerearle la boca apenas siente que él
le silba como un tordo desde la oscuridad.
Digo yo si será estúpida la gente, que habiendo otras atorrantas en el pueblo, justo
tuvo que gustarle ésta, una pobre muchachita con modales de porteña, en mala
hora hija mía y del Gervasio, que se me parece sólo en el odio que tenemos, desde
que le escribí a Buenos Aires, contándole lo de su hermano.
La misma sirvientita que cuando sienta el ya pactado silbidito "como de tordo"
llamándola por última vez desde el portoncito abierto, me ayudará a soltar veinte
perros famélicos, para que mañana y siempre todo el pueblo hable de mí.
Abel Pohulanik, si bien nació en Corrientes por circunstancias fortuitas (Su madre iba allí para tener a sus
hijos), residió toda su vida en Resistencia (Chaco). Es profesor en Letras. El relato que a continuación se
transcribe, "Monólogo de la Gringa" , mereció el segundo premio de la Subsecretaría de Cultura de la
Provincia de Chaco, en 1981, en el Concurso Regional de Cuentos.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 48
Tema: La oración compuesta
Coordinación
Cuando las oraciones simples (unimembres o bimembres) se conectan entre sí, pierden
su autonomía sintáctica y forman unidades de sentido mayores, que se
llaman oraciones compuestas.
Las primitivas oraciones pasan entonces a llamarse Proposiciones.
Ej: (El sabio investiga la verdad) y (el erudito la difunde).
proposición proposición
Concepto de proposición
La Proposición es entonces una palabra o conjunto de palabras con sentido
completo, pero en relación sintáctica con otra.
Al analizar un texto, cada oración se descompone en sus proposiciones
componentes, y luego cada proposición se analiza interna y separadamente:
Ejemplo:
S.S. P.V.S S.S. P.V.S
(El sabio / investiga la verdad) y (el erudito / la difunde) . O.B.C.
md. N. N. o.d nexo md. N. od. N.
Prop. Coord. Cop. Prop. Coord. Cop.
Esta relación o dependencia de proposiciones puede hacerse mediante palabras de
enlace, llamadas nexos, o sin ellos:
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 49
Ø Con nexo: Vos leés y yo aprendo.
Ø Sin nexo: Vos leés; yo aprendo.
Estos nexos pueden ser coordinantes (conjunciones) o señales gráficas y fónicas
(coma, punto y coma, dos puntos, puntos suspensivos, pausas y entonación).
Proposiciones coordinadas (con nexo o sin él)
Coordinación es la unión de proposiciones de valor sintáctico
equivalente.
Son proposiciones conectadas entre sí mediante conjunciones (nexo
gramatical coordinante). La coordinación también puede hacerse sin conjunciones, por yuxtaposición
es decir, separadas únicamente por pausas gráficas (coma, punto y coma,
dos puntos).
Las proposiciones coordinadas (y yuxtapuestas) admiten internamente el
mismo análisis que las oraciones: sujeto, predicado, y los modificadores de
cada uno, etc.
Clases de coordinación
La Coordinación puede ser:
Con Nexos:
Ø Copulativa
Ø Disyuntiva
Ø Adversativa
Ø Consecutiva
Sin Nexos:
Ø Yuxtapuesta
COPULATIVAS
Las coordinadas copulativas ocurren cuando las proposiciones se suceden unas a
otras por simple adición.
Se usan los nexos: y, e, ni. (Se los nombra n/c: nexo coordinante)
Ej:
(Pablo escribe) y (Juan pinta).
n/c
(Pablo escribe) e (Ignacio pinta).
n/c
(Pablo no escribe) ni (Juan pinta).
n/c
DISYUNTIVAS
Las proposiciones disyuntivas expresan ideas contradictorias que no pueden ser
verdaderos a la vez, o verificarse al mismo tiempo. Lo que expresa una proposición
excluye lo que expresa la otra.
Se usan los nexos: o, u.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 50
Ej:
(Esto es verdadero) o (o me han engañado).
n/c
(Hágalo usted) u (otro lo hará antes).
n/c
ADVERSATIVAS
Las proposiciones adversativas contraponen una proposición afirmativa a una
negativa. En otras palabras. En otras palabras, establece una contrariedad entre las
proposiciones.
Los nexos que se usan son: mas, pero, sino, aunque, sin embargo, no obstante,
antes bien, con todo, etc.
Ej:
(Eres bondadoso) pero (tus actos no lo demuestran).
n/c
(No lo demuestras) aunque (tu mirada es bondadosa).
n/c
(Eres bondadoso) mas (tus palabras no lo demuestran).
n/c
CONSECUTIVAS
La segunda de las proposiciones expresa una consecuencia o efecto de lo
expresado en la primera.
Los nexos que se usan son: luego, por consiguiente, por lo tanto, así que, de modo
que, de manera que, etc.
Ej:
(Ganaste) luego (tendrás el premio).
n/c
COORDINACION EXTRA ORACIONAL
En algunos casos, el nexo comienza la oración o párrafo y no está presente la
primera proposición, pero como hay una concatenación lógica del pensamiento, se
lo sobreentiende.
Se dice entonces que hay coordinación extra oracional.
Por lo general, este tipo de coordinación tiene un valor estilístico, busca un efecto
artístico.
Ej:
Y así será.
n/c
¿Pero por qué?
n/c
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 51
Transcribe el siguiente texto a tu cuaderno y reconoce las oraciones compuestas,
destaca las proposiciones y analiza sintácticamente.
Texto 1
Alejandro Casona, el autor de “La barca sin pescador”, desarrolló una amplia
cultura en tiempos de la República Española y su literatura llegó a los medios
populares campesinos. Se inició en las letras con un libro de poemas y, después
compuso su primera comedia en 1934.
“La sirena varada” fue estrenada, con éxito, por Margarita Xirgu y Enrique
Borrás. En el exilio, tras la guerra de España, continuó su obra de manera
ininterrumpida.
Texto 2
Una mañana apareció un Falcon gris enfrente de casa, pero yo 0conocía0 bien los
coches de todos los vecinos, y este auto no pertenecía a nadie de la cuadra.
Me pidieron los datos del coche y yo les di la marca, el color y el número de la
patente. Al día siguiente me llamaron. El Falcon no tenía pedido de captura de la
policía; por eso ninguna compañía de seguro lo había denunciado.
Tal vez, el hombre tuvo un accidente en el camino, y está inconsciente en la cama
de un hospital; o peor aún, había sido secuestrado.
Lectura 6
LA TORMENTA
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 52
En muchas partes he oído acerca de “ahogados”. Quien m{s quien menos
nos relata que estaba “bellísimo”, otro que era horrible como escuerzo y así
cada uno con su versión.
Cuando yo vi al ahogado en la playa, boca abajo, bebiéndose el océano con
sed infinita, tuve la sensación que la gente exagera demasiado, porque un
ahogado es un muerto y éste, bien digo, era el muerto más muerto del universo.
Nada más. La playa silenciosa y la puesta de sol era un espectáculo digno de
cualquier funeral. Nadie, salvo yo, había notado la presencia del cadáver en la
playita baja de Punta del Dunar, o eso creí, entonces, y me quedé un rato,
mirando extasiado cómo el agua mojaba y remojaba el cuerpo, como las olas
jugaban con él, meciéndolo rro, rro, rro. Me acerqué. Un cuchillo clavado en su
espalda corroboró mi primera impresión.
La sangre salía a pequeños borbotones y se escurría buscando el declive
de la arena. El agua diluía la sangre y la convertía en una delgadísima cáscara
rosada desde el cuerpo hacia el borde de arena. La cara del hombre no se veía
bien, es decir, no pude verla mejor, de cualquier modo no la hubiera reconocido
dado que yo era un turista más de los miles que invadíamos la playa en esa
época del año. Un brazo había escondido abajo del cuerpo y el otro, cuan largo
era, a su costado. ¡Ni que estuviera dormido! Observé con tamaño espíritu de
investigación que el cuchillo era de los comunes, casi se diría que no hubo
necesidad de afilarlo, y ya en el tema: como los peces no usan cuchillo y los
hombres no se suicidan por la espalda, concluí que era un asesinato.
Por fortuna la seccional no distaba mucho
de la playita y fui retrocediendo con alguna
cautela, creo que en puntas de pie, siempre de
cara al ahogado y recién al llegar al murallón
del puente, comencé a caminar con paso
normal. Trepé de un salto hasta alcanzar la
pasarela y casi sin ninguna prisa, me detuve a
mirarlo. No, no era una pesadilla. Allí estaba.
Posado en la barandilla pude apreciar un detalle que antes me pasó
inadvertido: los anteojos. Sus anteojos habían quedado a poca distancia del
cuerpo, tan poca, que quizás estuve a punto de pisarlos. El detalle que en un
principio me pareció de crucial importancia, luego me lo fue pareciendo menos
y ya, cuando decidí seguir camino de la comisaría, lo había olvidado por
completo. ¡Qué va a hacer uno! Si no lo vi fue porque soy chicato de nacimiento
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 53
y, de cerca, sin los lente, no veo “ni mi sombra” (eso es lo que dice Doris, mi
mujer, cada vez que sale a relucir el tema)
Del puente a la calle principal no hubo más que un paso. El trayecto
incluía un pequeño desvío: entrar al hotel donde nos hospedábamos con Doris,
y contárselo. Fue entonces cuando recordé el compromiso contraído con
Manolo para ir al teatro todos juntos esa noche. Ya no quedaba demasiado
tiempo y supuse que Doris estaría enfurecida por la demora, de modo que pasé
frente al hotel con toda velocidad y doblé en la primera esquina.
Al cruzar la calle, vi el escudo en la fachada del único edificio de dos
plantas y al guardia en la puerta. Buenas tardes, pero debió ser por el frío que
ya se anunciaba o porque los guardias no saludan a nadie, no devolvió mi
saludo. Traspasé la puerta principal y cuatro internas “Oiga, agente, vengo a
denunciar un asesinato. Mire, yo lo único que quiero es informarles que he visto un tipo
muer< SE DAN CUENTA QUE ES UN CRIMEN ALEVOSO Y<maldito el
apunte que me llevaron. O estaban sordos o se hacían los idiotas, el caso es que
traspuse nuevamente las cuatro puertas internas y la principal, ya ni saludé al
guardia y si la mismísima policía no se daba por enterada, a quién diablos le iba
a contar lo que sabía.
Sentí la tremenda necesidad de volver a la playa. Doris no tenía más
remedio que esperar.
Acomodé lo mejor que pude el muñón izquierdo (un accidente como
cualquiera tiene uno en la vida, sólo que éste me dejó sin brazo) y caminé con
rapidez, diría yo, eché a correr en dirección al puente, como si el muerto
pudiera escaparse. Pero no. Allí estaba, tal como lo había dejado. Creo que si no
se hubiera tratado de algo tan macabro, en verdad sería un espectáculo muy
hermoso: aquel cuerpo tendido con tanta paz, con tanta frescura, con un sol que
ya no era sino una sola raya horizontal abierta sobre el mar para señalarlo<
Quedé un rato pensando en mi dilema: no podía irme así tan tranquilo y
dejar al muerto librado a su suerte, ni sabía a quién recurrir.
Ensimismado en tan profundos pensamientos, noté, tardíamente que una
pareja me había estado observando todo el tiempo, y ahora se alejaba a gran
velocidad, ambos tomados del brazo y cuchicheando entre ellos. Entonces me
invadió la desesperación porque, alguien que vuelve al lugar del hecho como si
en realidad le importara, ¿quién es? EL ASESINO, no cabe duda. Por otra parte,
me habían visto realizar los movimientos más sospechosos e inquietantes que
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 54
pueda llevar a cabo una persona en estado de culpabilidad. ¿Y SI DAN AVISO
A LA POLICÍA? Porque a mí podrían haberme ignorado, pero dos testigos<
Entre qué hago, qué no hago, le largué una nueva y profundísima mirada de
respeto al cuerpo yaciente, vaya a saber por qué y salí del puente como alma
que se la lleva el diablo<
Doris. Sí. Exactamente iría al hotel y le contaría a Doris.
Pero en el cuarto del hotel no había nadie. Sólo una nota para el personal
encargado de la limpieza con un dinero en calidad de propina.
Creo que en ese instante olvidé al muerto para sorprenderme: ¡si aún
faltaban quince días para terminar nuestras vacaciones en Punta del Dunar! De
pronto, como una luz, recordé el teatro. Y a Manolo, mi amigo de infancia, cuya
presencia en aquella ciudad balnearia había hecho posible nuestras vacaciones.
Entonces decidí llegar hasta nuestro chalet, no demasiado lejos del hotel, ni del
muerto, ya que debería pasar nuevamente por ese lugar, maldita la gracia que
me hacía.
La noche me acompañó como si hubiera sabido de antemano el desenlace.
Una neblina intensa comenzó a cubrir el cielo y la tierra, y los nubarrones del
sur indicaron la tormenta próxima.
El chalet estaba a oscuras y por más que sacudí el timbre, las palmas y me
desgañité gritando, nadie salió a recibirme. Di la vuelta por la entrada de
servicio: estaba abierta. Con más terror que sigilo, porque además de lo que ya
estaba sabiendo lo que hacía era ni más ni menos que una violación de
domicilio, entré. Pero allí no pasó nada: la casa algo revuelta, alguien con
mucho apuro, seguramente. Calcetines en el living, lo cual no me extrañaba en
la casa de Manolo, un soltero con pinta y plata (¿te acordás, Doris? Yo siempre
dije que manolo iba a terminar mal), los discos desparramados sobre el sofá,
dos vasos de whisky en la alfombra mullida y mis anteojos<
Mis anteojos, sí, caramba. Mis anteojos dejados en el hotel, no en la casa de
Manolo. Entonces me fui a la habitación: la cama estaba desarmada, nada raro
por cierto, pero la alfombra adornada con enormes flores rojas de sangre. Me
puse blanco. Ya ni terror sentí. Sólo asco, vergüenza y rabia. Salí.
No sabía qué hacer ni a dónde dirigirme. Al llegar al puente me detuve
pero ya no miré el cadáver, que pienso seguirá solo, solo hasta que mañana la
policía descubra el hecho. Recuerdo la pareja que vi alejarse con gran velocidad
de allí, ya no cabe duda. La tormenta arrecia., el agua corre cenagosa por todos
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 55
lados, es una lluvia infernal con viento y todo. Me quedo muy quieto, inerme y
aho ra sí miro al muerto más muerto del universo que no es ni feo, ni lindo, ni
escuerzo. Me miro a la distancia y pregunto por qué.
Dejo oleaje venga y vaya, me moje y me remoje, que la tormenta me
empuje más allá, más acá, que la arena trague toda mi sangre o se diluya en el
agua. Aprieto contra el cuerpo mi muñón izquierdo para que la gente crea que
he caído con el brazo doblado. ¡Que tengan buen viaje! Yo ya he partido hacia
otros rumbos.
Liliana Aguilar de Paolinelli. Ed. Sanjuanina
Tema: los géneros literarios
¿Qué es un género literario?
Es posible clasificar las obras literarias según distintos criterios: se pueden
agrupar según el movimiento cultural o la época que les dio origen (literatura
romántica, literatura medieval), según el lugar en el que fueron escritas (literatura
hispanoamericana, literatura francesa), según la estructura que tienen las propias
obras, etc. En este último caso, se atiende a cómo están dispuestos los elementos
que las componen y cómo se presenta la materia de la que tratan. Las obras se
disponen así en diversos géneros literarios o esquemas básicos de composición.
Aunque existen distintas clasificaciones, la más aceptada establece tres grandes
géneros literarios: la lírica, la narrativa y el teatro o género dramático.
Los géneros han ido adquiriendo a lo largo del tiempo formas concretas
diferentes según los gustos estéticos de la época y del movimiento artístico en el
que se inscriben. A las variedades genéricas se las denomina subgéneros.
Algunos de los subgéneros líricos más importantes son la canción, la égloga, la
oda y la elegía. Entre los subgéneros narrativos destacan la epopeya, el cantar
de gesta, el romance, la novela o el cuento. Por último, en el género dramático,
los subgéneros más representativos son la comedia, la tragedia y el drama.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 56
La clasificación de las obras literarias en géneros y subgéneros permite
relacionar una obra con creaciones anteriores; facilita su comparación con otras
composiciones que emplean el mismo esquema y ayuda al estudio del
fenómeno literario. Además, el autor tiene en cuenta estos modelos cuando
escribe su obra, para seguirlos o para romperlos.
Características de los géneros literarios
Uno de los criterios básicos que definen un género es la actitud del autor ante la
materia que trata y la forma que tiene de expresarla. Según este criterio,
diferenciamos los siguientes géneros literarios:
1. El género lírico. Pertenecen al género lírico las obras que se caracterizan
por presentar desde un punto de vista personal el contenido tratado. Las
obras líricas reflejan el estado de ánimo, los pensamientos o los
sentimientos de la persona que habla.
2. El género narrativo. Se incluyen en el género narrativo las obras en las
que el autor crea una voz, denominada narrador, que relata una historia.
El narrador sitúa los hechos en un tiempo y en un lugar determinados,
describe ambientes y personajes, introduce diálogos y va tejiendo la
trama o argumento.
3. El género dramático o teatro. Como en el género narrativo, el género
dramático presenta una acción desarrollada por unos personajes en un
espacio y en un tiempo. Sin embargo, las obras de teatro se crean para ser
representadas en un escenario ante el público. Esto hace que las obras
dramáticas presenten unos rasgos específicos de contenido y de forma.
En la actualidad, los géneros literarios no se conciben como categorías cerradas.
Aunque una obra se inscriba dentro de un género, puede participar de las
características de otro. Así, determinadas obras de teatro pueden tener, por
ejemplo, un carácter lírico. Podemos, incluso, encontrarnos con una obra que
combine pasajes líricos, dramáticos, narrativos, etc.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 57
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 58
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 59
Tema: La descripción literaria
y la descripción informativa
Describir un ser o un objeto es presentarlo por medio de las palabras, de forma
que el receptor pueda hacerse una idea precisa de cómo es; es decir, consiste en
presentar las partes o los rasgos característicos de seres, lugares, ambientes,
objetos, sentimientos o fenómenos. Por tanto, la realización de una descripción
exige seguir una serie de pasos o fases, entre los que destacan los siguientes:
1. La observación minuciosa del objeto que se va a describir.
2. La selección de los rasgos característicos que distinguen a ese objeto: su
forma, su color, su tamaño, sus constituyentes<
3. La disposición de los elementos seleccionados: de arriba abajo, de derecha a
izquierda, de lo anterior a lo posterior<
4. La redacción de la descripción, siempre de acuerdo con los objetivos que se
busquen: exactitud, expresividad<
Recursos de la descripción
Para realizar una descripción, contamos con diversos recursos de carácter
lingüístico. Estos son los principales:
La adjetivación. Los adjetivos expresan las cualidades o estados de los objetos a
que se refieren. Ejemplo: “Era Yurrumendi un hombre enorme, con la espalda ancha,
el abdomen abultado, las manos grandísimas… “
Las imágenes, por ejemplo: Luis es una ardilla. Celia es un verdadero ciclón.
Las comparaciones o las metáforas. Para presentar gráficamente el objeto, se
emplean comparaciones o metáforas, que sugieren nuevos aspectos de la
realidad descrita. Ejemplo: “… una chaqueta de paño negra, fuerte, que debía de estar
calafateada como una gabarra. “; “La chimenea ofrecía un aspecto siniestro, como una
boca enorme y hambrienta incrustada en la pared.” Al comparar podemos utilizar
dos tipos de rasgos:
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 60
Los rasgos diferenciales de cada objeto. Son las características que distinguen a
unos objetos de otros.
Los rasgos comunes a las cosas que comparamos. Son las características que
hacen que podamos agrupar a los seres en clases.
Para comparar hay que tener en cuenta lo siguiente:
Se deben comparar variables análogas. Al comparar objetos podemos observar
el tamaño, la forma, la materia, el precio, la procedencia<
Se deben indicar las semejanzas y las diferencias.
Se deben ordenar la comparación. Primero las semejanzas y después las
diferencias o al contrario.
Tipos de descripción
Hay distintos tipos de descripción y cada uno de ellos presenta unos requisitos
peculiares:
- La descripción técnica, por ejemplo, se caracteriza por su precisión,
claridad y objetividad.
- En la descripción literaria, en cambio, pueden ser más importantes la
expresividad o la capacidad de evocar determinados sentimientos.
1- Según los rasgos de la realidad que el emisor seleccione, la descripción
puede ser:
La descripción exhaustiva refleja de forma detallada y meticulosa todos los
rasgos de la realidad que se quiere representar, mostrándola a veces desde
puntos de vista distintos. Esta forma de descripción es propia de los textos
científicos y técnicos. Ejemplo: albaricoque [...] Fruta parecida al melocotón, pero
de menor tamaño, con piel de color amarillento y de superficie lisa, pulpa dulce y
aromática y semilla en forma de hueso acorazonado del que se extrae un aceite semejante
al de las almendras.
La descripción selectiva presenta solo los rasgos más significativos o
expresivos de la realidad descrita. Ejemplo: “Asomaban los albaricoques entre el
follaje como rosadas mejillas de niño”.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 61
2- Según el tratamiento que el emisor dé a la realidad que describe, la
descripción puede ser:
La descripción estática presenta una realidad fija, estable. Ejemplo:
España es abondada de mieses, deleitosa de fructas, viciosa de pescados, sabrosa de leche
et de todas las cosas que se della facen; llena de venados et de caça, cubierta de ganados,
loçana de caballos, provechosa de mulos, segura et abatida de castiellos, alegre por
buenos vinos, folgada de abondamiento de pan; rica en metales, de plomo, de estaño, de
argent vivo, de fierro, de arambre, de plata, de oro, de piedras preciosas, de toda manera
de piedra de mármol, de sales de mar et de salinas de tierra de sal en peñas, et dotros
mineros muchos. Crónica general de España, Alfonso X El Sabio.
La descripción dinámica presenta una realidad cambiante.
Ejemplo: “Entonces, empujando una gruesa línea de nubes plomizas que negreaba en el
horizonte, un viento frío y húmedo empezó a soplar desde el este”. El capitán
Alatriste, Arturo Pérez Reverte.
3- Según la intención comunicativa del emisor, su punto de vista, la
descripción puede ser:
La descripción objetiva es propia de los textos científicos y técnicos. Tiene una
finalidad informativa: pretende mostrar la realidad tal como es. En ella, el
emisor se limita a reflejar lo que ve de una manera minuciosa y precisa, sin
manifestar sus propios sentimientos o emociones. Este tipo de descripción
utiliza un lenguaje objetivo y riguroso. Ejemplo: “El refranero es un libro en el que
se recogen refranes, máximas, aforismos, etc.”
La descripción subjetiva es propia de los textos literarios. Tiene una finalidad
estética. El emisor no se preocupa tanto de reflejar la realidad como de dar
cuenta de los efectos que esa realidad produce en su ánimo; por eso, la
descripción pierde en minuciosidad y exactitud y se llena de valoraciones
personales que transmiten al receptor las emociones y sentimientos de quien
hace la descripción. Ejemplo: “Hay en ella un sosiego, una paz exterior, que puede
provenir de frialdad de espíritu y de corazón, de estar muy sobre sí y de calcularlo todo,
sintiendo poco o nada, y pudiera provenir también de otras prendas que hubiera en su
alma; de la tranquilidad de su conciencia, de la pureza de sus aspiraciones y del
pensamiento de cumplir en esta vida con los deberes que la sociedad impone, fijando la
mente, como término, en esperanzas m{s altas.” Pepita Jiménez, Juan
Valera.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 62
Los tonos de la descripción
La descripción tiene que ser viva y estar próxima a la realidad. Para ello hay
que observar el mayor número de detalles posible y destacar los que llamen
más la atención en el receptor, porque sean llamativos, enérgicos o tengan algún
tipo de significación en el texto. También es común adoptar un punto de vista
propio en función de lo que se quiere reflejar; así se hará con más eficacia. El
punto de vista puede cambiar según la perspectiva con que el autor decide
mirar la obra, desde un objetivismo puro hasta los enfoques más subjetivos.
Antes de escribir un retrato de un personaje, el escritor decide qué tono
adoptará en él; por ejemplo, un tono serio o un tono burlón. Así se pueden
exagerar mucho los rasgos de una persona, con intención satírica o humorística,
para que el retrato pase a ser una caricatura.
Si el autor intenta describir la realidad tal como se presenta, nos encontramos
ante una descripción realista. Ejemplo: “El gabinete de lectura, que también servía
de biblioteca, era estrecho y no muy largo. En medio había una mesa oblonga cubierta de
bayeta verde y rodeada de sillones de terciopelo de Utrecht.” La Regenta, Leopoldo Alas,
Clarín.
Si el autor selecciona los aspectos positivos de la realidad con el ánimo de
ennoblecer lo descrito, hablamos de descripción idealizadora. Esta forma de
descripción es frecuente en los panegíricos o discursos en alabanza de una
persona. Ejemplo:
“Tu aliento es el aliento de las flores, tu voz es de los cisnes la armonía; es tu mirada el
esplendor del día y el color de la rosa es tu color.” Rimas, Gustavo Adolfo Bécquer.
Si el autor intenta rebajar lo descrito destacando sus aspectos negativos, la
descripción es degradante. Las caricaturas y las sátiras se basan en este tipo de
descripción. Ejemplo:
“Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una alquitara
medio viva, érase un peje espada mal barbado; era un reloj de sol mal encarado, érase un
elefante boca arriba, érase una nariz sayón y escriba, un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las doce tribus de narices
era; érase un naricísimo infinito frisón archinariz, caratulera, sabañón garrafal, morado
y frito.”
A un hombre de gran nariz, Francisco de Quevedo.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 63
Descripción de personas
Hay varias formas de describir a una persona. Según se describan sus rasgos
sería una:
Prosopografía Es la descripción de los rasgos físicos de la persona, de su
apariencia externa.
Etopeya Es la descripción de rasgos psicológicos o morales del
personaje: su manera de ser, de actuar, su carácter.
Retrato
Es una descripción combinada en la que se describen las
características físicas y morales de la persona. Une la
prosopografía y la etopeya.
Caricatura
Es un tipo de descripción en la que los rasgos físicos y
morales de la persona se presentan de manera exagerada,
acentuando los defectos.
Ordenar la información. El orden espacial
En la descripción, los elementos que integran la información pueden aparecer
relacionados en el espacio: se sitúan unos al lado de otros, o encima de otros o
detrás de otros, o bien constituyen partes de un todo. La información se
organiza, pues, en estos casos según un orden espacial, aunque el orden
también puede ser lógico o temporal. Antes de hacer una descripción hay
que observar, seleccionar y hay que presentarlos en un orden determinado. Se
pueden seguir distintos criterios. Por ejemplo:
De dentro afuera (o a la inversa). Ejemplo: “En el interior de la casa, todo estaba a
oscuras; fuera, las últimas luces del día permitían aún reconocer la forma de los
objetos.”
Del primer plano al fondo, de lo general a lo particular (o a la inversa). Ejemplo:
“En el primer plano, se veía a los alumnos, alineados; al fondo estaban los padres.”
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 64
De izquierda a derecha (o a la inversa). Ejemplo: “A la izquierda, se amontonaban
los seguidores del equipo local; en el lado derecho, los hinchas del equipo visitante.”
Lectura 7
Paranoia De Memorias del futuro, Alberto Vanasco , Torres Agüero Editor, Buenos Aires, 1986.
Mendizábal había leído la noticia la noche anterior, antes de acostarse, pero no
le había prestado una especial atención. La había leído, simplemente, entre
otras informaciones y después había doblado el periódico con sumo cuidado
como era su costumbre, y se había ido a la cama.
Ahora lo había recordado y de un salto fue hasta el comedor y volvió con el
diario.
Buscó la información y volvió a leerla. El cable decía así: “M{laga, 19 (U.P.) El
sábado por la noche numerosas personas afirmaron haber visto maniobrar
sobre el mar una flotilla de objetos voladores que luego se perdieron en lo alto.
Al parecer se han observado fenómenos similares en diferentes ciudades de
Europa y América”.
Pequeñas anomalías ocurridas esa mañana habían hecho que se acordara:
primero fue cuando Delia le trajo el desayuno y comprobó que ya eran las siete
y media de la mañana.
—Son las siete y media —había dicho él, mientras se incorporaba sobre
un codo para poner la bandeja en el costado.
—Se me hizo tarde —aclaró ella— Tuve que usar el calentador a alcohol.
—¿Por qué?
—No hay gas.
—¿Lo cortaron?
—Supongo que sí. Ayer estaban arreglando las cañerías en la calle.
Pero después, cuando fue a afeitarse, comprobó que tampoco había agua en el
baño.
—¡Tampoco hay agua! —le dijo a su mujer.
—No. Tampoco. Deben estar arreglando los caños de la calle. Tuve que hacer
café con lo que había quedado en la pava.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 65
—Es raro —se limitó a comentar él y trató de peinarse y de lavarse los dientes
con el poco de agua que había sobrado. Y cuando por fin quiso prender la radio
para escuchar el noticioso no tuvo más remedio que aceptar que tampoco había
corriente.
—Es demasiado — dijo entonces, y en ese momento recordó la noticia: trajo el
diario y se echó de nuevo en la cama.
—Aquí está la explicación —le dijo a Delia.
—¿La explicación de qué? —dijo ella.
—De todo. ¿Te parece normal que corten el gas, la luz y el agua, todo al mismo
tiempo?
—Sí, creo que es normal —dijo ella—. Siempre están cortando algo. Algún día
tenía que faltar todo a la vez.
Mendizábal le leyó entonces, en voz alta, la noticia que traía el diario. Recordó
después que el día anterior había leído algo parecido. Buscó en la pila de
periódicos que había debajo del televisor y no tardó en encontrar la página.
También le leyó a Delia esta noticia: “Ayer han sido observados siete
gigantescos OVNIS en siete ciudades distintas de América latina. Se trata, según
las declaraciones de los testigos, de platos voladores madres pues han visto
desprenderse de ellos otras naves más pequeñas que al cabo de realizar rápidos
vuelos regresaron al aparato principal.”
—¿Y eso qué tiene que ver? —dijo ella.
—Son los marcianos. Al fin nos han invadido.
—Estás loco —dijo Delia—. Vestite de una vez y andá a trabajar. Ya van a ser
las ocho.
—¿Dónde está la portátil? —preguntó él.
Buscó en el ropero y sacó la pequeña radio a transistores que en vano intentó
hacer funcionar: ningún sonido partía del diminuto parlante.
—¿No te lo dije? —insistió con maligna satisfacción-. Las radios han dejado de
transmitir. Toda la ciudad está en poder de los marcianos.
—Las pilas están gastadas, eso es lo que sucede. Desde el año pasado que no las
cambiamos.
—Vos a todo querés encontrarle una justificación. Pero yo te lo puedo asegurar:
han bajado a la Tierra y están ocupando todos los países.
Salieron al balcón y desde aquel tercer piso pudieron contemplar la calle
desierta, los frentes de los negocios cerrados, los autos inmóviles, vacíos junto a
las dos aceras.
En la esquina un policía cruzó la calzada y se detuvo un momento sobre el
cordón, con una pierna en alto, y después desapareció detrás de la ochava. Pasó
un ómnibus con tres pasajeros estáticos, absortos, que miraban con fijeza hacia
adelante como tratando de reconstruir mentalmente y esforzadamente algo.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 66
Pasó también una camioneta conducida por una monja y donde viajaban cuatro
monjas más.
—¿Viste? —dijo ella.
—Mirá —dijo Mendizábal—. Los negocios están cerrados.
—Siempre están cerrados a esta hora —dijo Delia—. Es mejor que te vayas
enseguida.
Lo empujó hacia la puerta mientras le ayudaba a ponerse el saco, y después lo
oyó bajar las escaleras porque el ascensor, por supuesto, no andaba.
Cuando se vio sola fue hasta el teléfono y levantó el auricular: en efecto, no
había tono; discó dos o tres números y constató que habían cortado la línea. Se
asomó nuevamente a la calle y pudo divisarlo a él cuando llegaba a la esquina y
doblaba por la avenida para esperar el ómnibus. En ese preciso momento una
señora gorda volvía del mercado con un bolso repleto y después de cruzar se
fue acercando con toda parsimonia por la vereda de enfrente. Delia cerró las
puertas del balcón y fue hasta la cocina de donde regresó con el escobillón y un
trapo para la limpieza,
No había terminado de tender la cama cuando sintió el golpe de la puerta al
cerrarse; y Mendizábal se precipitó en el dormitorio y se lanzó sobre el ropero
de donde, después de subirse a una silla, empezó a sacar cosas
atropelladamente. Tiraba mantas y valijas sobre la cama. Delia se había
quedado allí tiesa, tensa, con una almohada en las manos y la boca entreabierta.
—Te lo dije, son ellos. Han ocupado la ciudad. Han tomado las casas. Y se han
llevado a la gente.
Lo que Mendizábal estaba ahora sacando del estante superior del ropero eran
armas de fuego: una carabina, dos pistolas y una ametralladora de mano.
Después empezó a buscar y a sacar las cajas de proyectiles.
—¿De dónde trajiste todo eso? -dijo Delia.
—Las fui comprando de a poco para un caso como éste. Estaba seguro de que
pasaría.
Mendizábal arrastró el armamento hasta el balcón y sin esperar más comenzó a
disparar ráfagas de ametralladora hacia la calle hasta terminar la carga y
después tiró con la carabina y por último empuñó las pistolas. Disparaba hacia
abajo, hacia la esquina, hacia las ventanas del edificio público que tenían
enfrente. Delia se había quedado congelada, de pie en el centro del comedor con
una mano tapándose la boca.
—No te quedés ahí como una estatua —le gritó él—. Cargame de nuevo las
armas.
Ella se hincó junto a las cajas de proyectiles y repuso el cargador de la
metralleta y después el de la carabina. Mendizábal hacía fuego ahora
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 67
espaciadamente. A veces apuntaba con un gran cuidado y al rato, por fin,
tiraba. Por lo visto, todos en la vecindad se hallaban ocultos.
Se oyó llegar varios coches de la policía y sonar las sirenas agudas como un
alarido y en una de las ventanas de enfrente resonaba la voz del megáfono:
—¿Hay alguien más ahí en esa casa? ¿No puede usted detener a ese loco?
Delia no respondió: se limitó a levantar un brazo haciendo un ademán que
quería ser de impotencia. Después, desde el otro lado de la calle, también
hacían fuego.
—Quienquiera sea usted —seguía el megáfono, arroje las armas a la calle.
Dentro de unos segundos desalojaremos el edificio.
—¡Busquen un médico! —gritó Delia—. ¡No está bien de los nervios!
—¡Vamos a la azotea! —exclamó Mendizábal y tomándole una mano, la
arrastró a ella escaleras arriba, con todos sus paquetes de municiones. Cuando
llegó a la terraza cerró la puerta con llave y se asomó sobre el antepecho
barriendo la calle con las descargas de su ametralladora.
Entonces, desde un piso más alto, se volvió a oír la voz del megáfono:
—Sixto Mendizábal, sabemos quién es usted. No tema. No le pasará nada.
Arroje sus armas a la calle y levante los brazos.
La única respuesta de Sixto fue una rabiosa, furiosa, cerrada, interminable
descarga contra los ventanales del edificio público. Se oyó luego un grito y casi
en seguida las sirenas de otros autos que llegaban.
Delia se debatía mientras tanto llenando y
volviendo a llenar compulsivamente el almacén
de cada una de las armas, se quemó las manos
con los caños humeantes.
—Le damos un minuto —dijo el megáfono—.
Dentro de un minuto asaltaremos esa azotea.
Delia vio a varios uniformados que corrían a
guarecerse tras las chimeneas cercanas. Contó
cinco, diez. Estaban rodeados. Lo miró después a Sixto, enardecido, frenético,
enajenado. En un arrebato de cordura levantó las cuatro armas y las arrojó a la
calle. Mendizábal se volvió hacia ella:
—¿Por qué lo hiciste? —dijo. Pero fue lo último que dijo. Los hombres
uniformados se aproximaron en círculo y con una descarga compacta acabaron
con él. Cayó con los brazos abiertos sobre las baldosas, perforado como una
bestia salvaje. Delia quedó de pie, inerte junto al cuerpo de Sixto, como
cataléptica, y cuando ellos se acercaron no dirigieron ni una mirada al cadáver
ni se ocuparon de él. La tomaron a ella y le ataron los brazos atrás. Después, la
condujeron escaleras abajo.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 68
Y mientras se la llevaban en uno de los coches, con una mordaza en la boca, ella
pudo ver que cada uno de aquellos seres uniformados tenía una cresta coriácea,
una horripilante y monstruosa excrecencia de escamas en la espalda, que les
llegaba desde la cabeza hasta más abajo de la cintura.
Tema: El verbo irregular
SOBRE VERBOS IRREGULARES
¡Bestias !
La duda suscitada cierta vez entre dos personas sobre si debía decirse ¡ soy un bestia! o
¡ soy una bestia! nos mueve a aclarar que bestia es un sustantivo femenino, sinónimo de
animal cuadrúpedo, especialmente los de carga, como el caballo, la mula, etc., de modo
que si alguien quiere exagerar y decir: ¡trabajó como una bestia!, puede hacerlo, que no
cometió ninguna transgresión. Pero usándolo con ese significado o como adjetivo,
sinónimo de persona ruda e ignorante, puede sincerarse y decir ¡soy un bestia! o ¡soy
una bestia!, que de los dos modos está bien dicho. Esto nos recuerda una clase de
castellano durante la cual un profesor preguntó a los alumnos cómo era lo correcto: "Me
conducí como un bestia" o "me conducí como una bestia". La mitad de la clase se
inclinó por "un bestia", la otra mitad por "una bestia". Entonces el profesor dio un
golpe en el pupitre y vociferó: "Está mal de las dos maneras (estupefacción general)...
porque no se dice me CONDUCÍ sino me conduje, ¡bestias !"
Luis Canossa
Las irregularidades se repiten en todos los verbos terminados en ducir, tales
como producir, traducir, seducir, deducir, introducir, reducir, etc.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 69
Este verbo cambia la raíz conduc por conduzc, en la 1° persona del presente del
indicativo y en todas las formas del presente del subjuntivo.
Presente del indicativo Pretérito perfecto simple
Yo conduzco Yo conduje
Tú conduces Tú condujiste
Él conduce Él condujo
Nosotros conducimos Nosotros condujimos
Vosotros conducís Vosotros condujisteis
Ellos conducen Ellos condujeron
Presente del subjuntivo Pretérito imperfecto del
subjuntivo
conduzca condujera o condujese
conduzcas condujeras o condujeses
conduzca condujera o condujese
conduzcamos condujéramos o condujésemos
conduzcáis
condujerais
o
condujeseis
conduzcan
condujeran o
condujesen
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 70
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 71
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 72
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 73
Tema: Género lírico
Características -
recursos
Gracias a la vida (Violeta Parra)
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado,
y en las multitudes el hombre que yo amo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que, en todo su ancho,
graba noche y día grillos y canarios,
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
y la voz tan tierna de mi bien amado.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro:
madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano,
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto
y el canto de ustedes que es el mismo canto,
y el canto de todos, que es mi propio canto.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 74
Hagamos un trato
Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos o hasta diez
sino contar conmigo.
Si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.
Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.
Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.
No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
Táctica y estrategia
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme con vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 75
Mario Benedetti
Poema XX
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 76
La misma noche que hace blanquear los mismos
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis
brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda
Soneto
Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,
si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 77
sino después de haberlo padecido.
Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Francisco Luis Bernárdez
Es que yo también tengo derecho
Es que yo, yo también tengo derecho
aunque vos por mí no hayas vivido.
No es que no quiera, no.
Te llevo adentro
y tu apellido es mío, no tu credo.
Y es que yo tengo derecho,
porque no soy revancha de destinos.
Soy mi pasión y soy
mi varadero,
no el comodín final
en tu proceso.
Porque duele, pero sé: tengo derecho
sin que sea renegar de tus auxilios
y es que voy y quiero ser
sin parejeros
que sofrenen con mi prisa
mis arrestos.
Y es que sé que yo tengo derecho
a dirimir gigantes o molinos,
a legislar mi fe,
mi propio precio
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 78
y el tajo de mi hoz
porque es mi riesgo.
Porque duele, pero sé: tengo derecho
a recorrer sin vos mi laberinto,
a repetir tu erial, tu desconsuelo
pero no a ser inquilino entre mis huesos.
Mónica Ferrero
Un día, tu sonrisa
Hasta que un día,
tu sonrisa,
atravesando el follaje de las dudas,
me alumbró el alma.
Fue el amanecer de la alegría. Bien lo recuerdo.
Estabas en el bosque de los rostros.
Quizás muchas veces te había visto
y seguía sin mirarte
practicando senderos
que siempre concluían en la sombra...
Hasta que un día, tu sonrisa,
superando el bosque de los rostros,
me encendió los ojos de esperanza.
Y fue el despertar. Bien lo recuerdo.
Se llenaron mis cántaros de fe
y el corazón de amor.
Y fui campanario
de la dicha más honda, celebrando, ese día,
un milagro de luz
en tu sonrisa.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 79
Él vivía en el barrio de las latas,
Ella en un piso de Avenida Alvear.
Él cargaba carbón en alpargatas,
Ella no laburaba, iba a estudiar.
Él morfaba en "El Mago de la Costa",
un fondín muy barato y atorrante.
Ella iba siempre a sitios elegantes
y pedía perdices y langosta.
Ella tenía un auto convertible,
a él le prestaban una bicicleta.
Él soñaba sus sueños imposibles,
mientras ella, tiraba la chancleta.
Él era humilde, ella arrogante,
ella era hermosa, él fulero.
El viejo de él, un tano laburante,
él de ella, ministro y estanciero.
Ella sufría fuertes depresiones
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 80
que le curaba su psicoanalista,
Él tenía terribles sabañones,
y jamás en su vida, fue al dentista.
Una tarde, entre medio de la gente,
se encontraron los dos y.......
¡oh maravilla!!!.
Cruzaron sus miradas,
de repente.
Se estudiaron muy bien y finalmente....
No se dieron, ni cinco de bolilla...
Alejandro Dolina
Tema: Oración compuesta - Subordinación
Las oraciones subordinadas son aquellas que tienen una situación de
dependencia con respecto a otra.
Estas oraciones se reconocen porque:
1. Cumplen una función de sustantivo, adjetivo o adverbio dentro de la
oración subordinante o principal.
2. Pueden comenzar por un nexo o, simplemente, estar yuxtapuestas.
ESTRUCTURA DE LAS ORACIONES SUBORDINADAS
Para que exista la subordinación es necesario que haya dos oraciones: una
principal, o subordinante, y otra subordinada. Por ejemplo:
El árbol que sembré creció
Oración principal o subordinante: El árbol creció
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 81
Nexo subordinante: que
Oración subordinada: que sembré
La oración principal o subordinante está unida a la oración subordinada por
medio de un nexo subordinante, en este caso la partícula que.
La oración subordinada puede estar al principio, al final o intercalada en la
expresión, y depende siempre de la oración principal, pues no se entiende por sí
misma.
Subordinación adjetiva
Las oraciones subordinadas adjetivas tiene la función de modificar a un
sustantivo, llamado antecedente. Estas oraciones van siempre introducidas por
un pronombre relativo (que o quien).
Ejemplos de oraciones subordinadas adjetivas:
David, quien es el más rápido, fue superado.
Oración principal o subordinante: David fue superado
Nexo subordinante: quien
Oración subordinada: es el más rápido
La oración subordinada, en el ejemplo anterior, cumple una función adjetiva,
porque la palabra rápido es un adjetivo que modifica al sustantivo: David.
Cortamos los mangos que estaban maduros
Oración principal o subordinante: Cortamos los mangos
Nexo subordinante: que
Oración subordinada: estaban maduros
Esta oración también es subordinada adjetiva, porque la palabra maduros es un
adjetivo que modifica al sustantivo: mangos.
En resumen: las proposiciones subordinadas adjetivas.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 82
Son aquellas que cumplen la función de modificador. Se denominan
proposiciones subordinadas adjetivas porque tienen la misma función de un
adjetivo dentro de un sintagma nominal. En este caso el pronombre relativo se
refiere a una palabra que se conoce como antecedente.
La película que estoy viendo es alucinante.
Los libros que nos ha dejado son geniales.
El sintagma nominal que contiene la proposición subordinada adjetiva se
incluye siempre dentro de un grupo nominal que puede hacer cualquier
función: sujeto, complemento directo, etc.
Estuve en esa casa que está casi destruida.
En este caso, que está casi destruida, modifica a un complemento circunstancial
de lugar.
Los nexos de las proposiciones subordinadas adjetivas.
Pronombres relativos.
Recordemos que los pronombres relativos son: que, el que, la que, los que, las
que, quien, quienes, el cual, la cual, los cuales y las cuales.
Escuche al profesor, quien rectificaba los errores del examen.
Vive en una ciudad, que está en pleno auge industrial
Adverbios relativos:
También estos adverbios se refieren al antecedente. Son: donde, como y
cuando.
Llegó por fin al pueblo donde estaba su madre.
Por último no podemos olvidar los determinantes relativos, que tienen valor
posesivo.
Recuerda: cuyo, cuya, cuyos y cuyas.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 83
Tengo esa película, cuyo casting viví en primera persona.
Veamos otros ejemplos
El hombre que trae los libros vive muy cerca de aquí.
Lectura 8
La pata de mono W.W. Jacobs
La noche era fría y húmeda, pero en la pequeña sala de
Laburnum Villa los postigos estaban cerrados y el fuego
ardía vivamente. Padre e hijo jugaban al ajedrez. El
primero tenía ideas personales sobre el juego y ponía al
rey en tan desesperados e inútiles peligros que
provocaba el comentario de la vieja señora que tejía
plácidamente junto a la chimenea.
-Oigan el viento -dijo el señor White; había cometido un
error fatal y trataba de que su hijo no lo advirtiera.
-Lo oigo -dijo éste moviendo im placablemente la reina-.
Jaque.
-No creo que venga esta noche -dijo el padre con la mano sobre el tablero.
-Mate -contestó el hijo.
-Esto es lo malo de vivir tan lejos -vociferó el señor White con imprevista y
repentina violencia-. De todos los suburbios, este es el peor. El camino es un
pantano. No se qué piensa la gente. Como hay sólo dos casas alquiladas, no les
importa.
-No te aflijas, querido -dijo suavemente su mujer-, ganarás la próxima vez.
El señor White alzó la vista y sorprendió una mirada de complicidad entre
madre e hijo. Las palabras murieron en sus labios y disimuló un gesto de
fastidio.
-Ahí viene -dijo Herbert White al oír el golpe del portón y unos pasos que se
acercaban. Su padre se levantó con apresurada hospitalidad y abrió la puerta; le
oyeron condolerse con el recién venido.
Luego, entraron. El forastero era un hombre fornido, con los ojos salientes y la
cara rojiza.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 84
-El sargento mayor Morris -dijo el señor White, presentándolo. El sargento les
dio la mano, aceptó la silla que le ofrecieron y observó con satisfacción que el
dueño de casa traía whisky y unos vasos y ponía una pequeña pava de cobre
sobre el fuego.
Al tercer vaso, le brillaron los ojos y empezó a hablar. La familia miraba con
interés a ese forastero que hablaba de guerras, de epidemias y de pueblos
extraños.
-Hace veintiún años -dijo el señor White sonriendo a su mujer y a su hijo-.
Cuando se fue era apenas un muchacho. Mírenlo ahora.
-No parece haberle sentado tan mal -dijo la señora White amablemente.
-Me gustaría ir a la India -dijo el señor White-. Sólo para dar un vistazo.
-Mejor quedarse aquí -replicó el sargento moviendo la cabeza. Dejó el vaso y,
suspirando levemente, volvió a sacudir la
cabeza.
-Me gustaría ver los viejos templos y faquires
y malabaristas -dijo el señor White-. ¿Qué fue,
Morris, lo que usted empezó a contarme los
otros días, de una pata de mono o algo por el
estilo?
-Nada -contestó el soldado apresuradamente-.
Nada que valga la pena oír.
-¿Una pata de mono? -preguntó la señora
White.
-Bueno, es lo que se llama magia, tal vez -dijo con desgana el militar.
Sus tres interlocutores lo miraron con avidez. Distraídamente, el forastero llevó
la copa vacía a los labios: volvió a dejarla. El dueño de casa la llenó.
-A primera vista, es una patita momificada que no tiene nada de particular -dijo
el sargento mostrando algo que sacó del bolsillo.
La señora retrocedió, con una mueca. El hijo tomó la pata de mono y la examinó
atentamente.
-¿Y qué tiene de extraordinario? -preguntó el señor White quitándosela a su
hijo, para mirarla.
-Un viejo faquir le dio poderes mágicos -dijo el sargento mayor-. Un hombre
muy santo... Quería demostrar que el destino gobierna la vida de los hombres y
que nadie puede oponérsele impunemente. Le dio este poder: Tres hombres
pueden pedirle tres deseos.
Habló tan seriamente que los otros sintieron que sus risas desentonaban.
-Y usted, ¿por qué no pide las tres cosas? -preguntó Herbert White.
El sargento lo miró con tolerancia.
-Las he pedido -dijo, y su rostro curtido palideció.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 85
-¿Realmente se cumplieron los tres deseos? -preguntó la señora White.
-Se cumplieron -dijo el sargento.
-¿Y nadie más pidió? -insistió la señora.
-Sí, un hombre. No sé cuáles fueron las dos primeras cosas que pidió; la tercera
fue la muerte. Por eso entré en posesión de la pata de mono.
Habló con tanta gravedad que produjo silencio.
-Morris, si obtuvo sus tres deseos, ya no le sirve el talismán -dijo, finalmente, el
señor White-. ¿Para qué lo guarda?
El sargento sacudió la cabeza:
-Probablemente he tenido, alguna vez, la idea de venderlo; pero creo que no lo
haré. Ya ha causado bastantes desgracias. Además, la gente no quiere
comprarlo. Algunos sospechan que es un cuento de hadas; otros quieren
probarlo primero y pagarme después.
-Y si a usted le concedieran tres deseos más -dijo el señor White-, ¿los pediría?
-No sé -contestó el otro-. No sé.
Tomó la pata de mono, la agitó entre el pulgar y el índice y la tiró al fuego.
White la recogió.
-Mejor que se queme -dijo con solemnidad el sargento.
-Si usted no la quiere, Morris, démela.
-No quiero -respondió terminantemente-. La tiré al fuego; si la guarda, no me
eche la culpa de lo que pueda suceder. Sea razonable, tírela.
El otro sacudió la cabeza y examinó su nueva adquisición. Preguntó:
-¿Cómo se hace?
-Hay que tenerla en la mano derecha y pedir los deseos en voz alta. Pero le
prevengo que debe temer las consecuencias.
-Parece de Las mil y una noches -dijo la señora White. Se levantó a preparar la
mesa-. ¿No le parece que podrían pedir para mí otro par de manos?
El señor White sacó del bolsillo el talismán; los tres se rieron al ver la expresión
de alarma del sargento.
-Si está resuelto a pedir algo -dijo agarrando el brazo de White- pida algo
razonable.
El señor White guardó en el bolsillo la pata de mono. Invitó a Morris a sentarse
a la mesa. Durante la comida el talismán fue, en cierto modo, olvidado.
Atraídos, escucharon nuevos relatos de la vida del sargento en la India.
-Si en el cuento de la pata de mono hay tanta verdad como en los otros -dijo
Herbert cuando el forastero cerró la puerta y se alejó con prisa, para alcanzar el
último tren-, no conseguiremos gran cosa.
-¿Le diste algo? -preguntó la señora mirando atentamente a su marido.
-Una bagatela -contestó el señor White, ruborizándose levemente-. No quería
aceptarlo, pero lo obligué. Insistió en que tirara el talismán.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 86
-Sin duda -dijo Herbert, con fingido horror-, seremos felices, ricos y famosos.
Para empezar tienes que pedir un imperio, así no estarás dominado por tu
mujer.
El señor White sacó del bolsillo el talismán y lo examinó con perplejidad.
-No se me ocurre nada para pedirle -dijo con lentitud-. Me parece que tengo
todo lo que deseo.
-Si pagaras la hipoteca de la casa serías feliz, ¿no es cierto? -dijo Herbert
poniéndole la mano sobre el hombro-. Bastará con que pidas doscientas libras.
El padre sonrió avergonzado de su propia credulidad y levantó el talismán;
Herbert puso una cara solemne, hizo un guiño a su madre y tocó en el piano
unos acordes graves.
-Quiero doscientas libras -pronunció el señor White.
Un gran estrépito del piano contestó a sus palabras. El señor White dio un grito.
Su mujer y su hijo corrieron hacia él.
-Se movió -dijo, mirando con desagrado el objeto, y lo dejó caer-. Se retorció en
mi mano como una víbora.
-Pero yo no veo el dinero -observó el hijo, recogiendo el talismán y poniéndolo
sobre la mesa-. Apostaría que nunca lo veré.
-Habrá sido tu imaginación, querido -dijo la mujer, mirándolo ansiosamente.
Sacudió la cabeza.
-No importa. No ha sido nada. Pero me dio un susto.
Se sentaron junto al fuego y los dos hombres acabaron de fumar sus pipas. El
viento era más fuerte que nunca. El señor White se sobresaltó cuando golpeó
una puerta en los pisos altos. Un silencio inusitado y deprimente los envolvió
hasta que se levantaron para ir a acostarse.
-Se me ocurre que encontrarás el dinero en una gran bolsa, en medio de la cama
-dijo Herbert al darles las buenas noches-. Una aparición horrible, agazapada
encima del ropero, te acechará cuando estés guardando tus bienes ilegítimos.
Ya solo, el señor White se sentó en la oscuridad y miró las brasas, y vio caras en
ellas. La última era tan simiesca, tan horrible, que la miró con asombro; se rió,
molesto, y buscó en la mesa su vaso de agua para echárselo encima y apagar la
brasa; sin querer, tocó la pata de mono; se estremeció, limpió la mano en el
abrigo y subió a su cuarto.
II
A la mañana siguiente, mientras tomaba el desayuno en la claridad del sol
invernal, se rió de sus temores. En el cuarto había un ambiente de prosaica
salud que faltaba la noche anterior; y esa pata de mono; arrugada y sucia, tirada
sobre el aparador, no parecía terrible.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 87
-Todos los viejos militares son iguales -dijo la señora White-. ¡Qué idea, la
nuestra, escuchar esas tonterías! ¿Cómo puede creerse en talismanes en esta
época? Y si consiguieras las doscientas libras, ¿qué mal podrían hacerte?
-Pueden caer de arriba y lastimarte la cabeza -dijo Herbert.
-Según Morris, las cosas ocurrían con tanta naturalidad que parecían
coincidencias -dijo el padre.
-Bueno, no vayas a encontrarte con el dinero antes de mi vuelta -dijo Herbert,
levantándose de la mesa-. No sea que te conviertas en un avaro y tengamos que
repudiarte.
La madre se rió, lo acompañó hasta afuera y lo vio alejarse por el camino; de
vuelta a la mesa del comedor, se burló de la credulidad del marido.
Sin embargo, cuando el cartero llamó a la puerta corrió a abrirla, y cuando vio
que sólo traía la cuenta del sastre se refirió con cierto malhumor a los militares
de costumbres intemperantes.
-Me parece que Herbert tendrá tema para sus bromas -dijo al sentarse.
-Sin duda -dijo el señor White-. Pero, a pesar de todo, la pata se movió en mi
mano. Puedo jurarlo.
-Habrá sido en tu imaginación -dijo la señora suavemente.
-Afirmo que se movió. Yo no estaba sugestionado. Era... ¿Qué sucede?
Su mujer no le contestó. Observaba los misteriosos movimientos de un hombre
que rondaba la casa y no se decidía a entrar. Notó que el hombre estaba bien
vestido y que tenía una galera nueva y reluciente; pensó en las doscientas libras.
El hombre se detuvo tres veces en el
portón; por fin se decidió a llamar.
Apresuradamente, la señora White se
quitó el delantal y lo escondió debajo
del almohadón de la silla.
Hizo pasar al desconocido. Éste
parecía incómodo. La miraba
furtivamente, mientras ella le pedía
disculpas por el desorden que había
en el cuarto y por el guardapolvo del marido. La señora esperó cortésmente que
les dijera el motivo de la visita; el desconocido estuvo un rato en silencio.
-Vengo de parte de Maw & Meggins -dijo por fin.
La señora White tuvo un sobresalto.
-¿Qué pasa? ¿Qué pasa? ¿Le ha sucedido algo a Herbert?
Su marido se interpuso.
-Espera, querida. No te adelantes a los acontecimientos. Supongo que usted no
trae malas noticias, señor.
Y lo miró patéticamente.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 88
-Lo siento... -empezó el otro.
-¿Está herido? -preguntó, enloquecida, la madre.
El hombre asintió.
-Mal herido -dijo pausadamente-. Pero no sufre.
-Gracias a Dios -dijo la señora White, juntando las manos-. Gracias a Dios.
Bruscamente comprendió el sentido siniestro que había en la seguridad que le
daban y vio la confirmación de sus temores en la cara significativa del hombre.
Retuvo la respiración, miró a su marido que parecía tardar en comprender, y le
tomó la mano temblorosamente. Hubo un largo silencio.
-Lo agarraron las máquinas -dijo en voz baja el visitante.
-Lo agarraron las máquinas -repitió el señor White, aturdido.
Se sentó, mirando fijamente por la ventana; tomó la mano de su mujer, la apretó
en la suya, como en sus tiempos de enamorados.
-Era el único que nos quedaba -le dijo al visitante-. Es duro.
El otro se levantó y se acercó a la ventana.
-La compañía me ha encargado que le exprese sus condolencias por esta gran
pérdida -dijo sin darse la vuelta-. Le ruego que comprenda que soy tan sólo un
empleado y que obedezco las órdenes que me dieron.
No hubo respuesta. La cara de la señora White estaba lívida.
-Se me ha comisionado para declararles que Maw & Meggins niegan toda
responsabilidad en el accidente -prosiguió el otro-. Pero en consideración a los
servicios prestados por su hijo, le remiten una suma determinada.
El señor White soltó la mano de su mujer y, levantándose, miró con terror al
visitante. Sus labios secos pronunciaron la palabra: ¿cuánto?
-Doscientas libras -fue la respuesta.
Sin oír el grito de su mujer, el señor White sonrió levemente, extendió los
brazos, como un ciego, y se desplomó, desmayado.
III
En el cementerio nuevo, a unas dos millas de distancia, marido y mujer dieron
sepultura a su muerto y volvieron a la casa transidos de sombra y de silencio.
Todo pasó tan pronto que al principio casi no lo entendieron y quedaron
esperando alguna otra cosa que les aliviara el dolor. Pero los días pasaron y la
expectativa se transformó en resignación, esa desesperada resignación de los
viejos, que algunos llaman apatía. Pocas veces hablaban, porque no tenían nada
que decirse; sus días eran interminables hasta el cansancio.
Una semana después, el señor White, despertándose bruscamente en la noche,
estiró la mano y se encontró solo.
El cuarto estaba a oscuras; oyó cerca de la ventana, un llanto contenido. Se
incorporó en la cama para escuchar.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 89
-Vuelve a acostarte -dijo tiernamente-. Vas a coger frío.
-Mi hijo tiene más frío -dijo la señora White y volvió a llorar.
Los sollozos se desvanecieron en los oídos del señor White. La cama estaba
tibia, y sus ojos pesados de sueño. Un despavorido grito de su mujer lo
despertó.
-La pata de mono -gritaba desatinadamente-, la pata de mono.
El señor White se incorporó alarmado.
-¿Dónde? ¿Dónde está? ¿Qué sucede?
Ella se acercó:
-La quiero. ¿No la has destruido?
-Está en la sala, sobre la repisa -contestó asombrado-. ¿Por qué la quieres?
Llorando y riendo se inclinó para besarlo, y le dijo histéricamente:
-Sólo ahora he pensado... ¿Por qué no he pensado antes? ¿Por qué tú no
pensaste?
-¿Pensaste en qué? -preguntó.
-En los otros dos deseos -respondió en seguida-. Sólo hemos pedido uno.
-¿No fue bastante?
-No -gritó ella triunfalmente-. Le pediremos otro más. Búscala pronto y pide
que nuestro hijo vuelva a la vida.
El hombre se sentó en la cama, temblando.
-Dios mío, estás loca.
-Búscala pronto y pide -le balbuceó-; ¡mi hijo, mi hijo!
El hombre encendió la vela.
-Vuelve a acostarte. No sabes lo que estás diciendo.
-Nuestro primer deseo se cumplió. ¿Por qué no hemos de pedir el segundo?
-Fue una coincidencia.
-Búscala y desea -gritó con exaltación la mujer.
El marido se volvió y la miró:
-Hace diez días que está muerto y además, no quiero decirte otra cosa, lo
reconocí por el traje. Si ya entonces era demasiado horrible para que lo vieras...
-¡Tráemelo! -gritó la mujer arrastrándolo hacia la puerta-. ¿Crees que temo al
niño que he criado?
El señor White bajó en la oscuridad, entró en la sala y se acercó a la repisa.
El talismán estaba en su lugar. Tuvo miedo de que el deseo todavía no
formulado trajera a su hijo hecho pedazos, antes de que él pudiera escaparse del
cuarto.
Perdió la orientación. No encontraba la puerta. Tanteó alrededor de la mesa y a
lo largo de la pared y de pronto se encontró en el zaguán, con el maligno objeto
en la mano.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 90
Cuando entró en el dormitorio, hasta la cara de su mujer le pareció cambiada.
Estaba ansiosa y blanca y tenía algo sobrenatural. Le tuvo miedo.
-¡Pídelo! -gritó con violencia.
-Es absurdo y perverso -balbuceó.
-Pídelo -repitió la mujer.
El hombre levantó la mano:
-Deseo que mi hijo viva de nuevo.
El talismán cayó al suelo. El señor White siguió mirándolo con terror. Luego,
temblando, se dejó caer en una silla mientras la mujer se acercó a la ventana y
levantó la cortina. El hombre no se movió de allí, hasta que el frío del alba lo
traspasó. A veces miraba a su mujer que estaba en la ventana. La vela se había
consumido; hasta casi apagarse. Proyectaba en las paredes y el techo sombras
vacilantes.
Con un inexplicable alivio ante el fracaso del talismán, el hombre volvió a la
cama; un minuto después, la mujer, apática y silenciosa, se acostó a su lado.
No hablaron; escuchaban el latido del reloj. Crujió un escalón. La oscuridad era
opresiva; el señor White juntó coraje, encendió un fósforo y bajó a buscar una
vela.
Al pie de la escalera el fósforo se apagó. El señor White se detuvo para encender
otro; simultáneamente resonó un golpe furtivo, casi imperceptible, en la puerta
de entrada.
Los fósforos cayeron. Permaneció inmóvil, sin respirar, hasta que se repitió el
golpe. Huyó a su cuarto y cerró la puerta. Se oyó un tercer golpe.
-¿Qué es eso? -gritó la mujer.
-Un ratón -dijo el hombre-. Un ratón. Se me cruzó en la escalera.
La mujer se incorporó. Un fuerte golpe retumbó en toda la casa.
-¡Es Herbert! ¡Es Herbert! -La señora White corrió hacia la puerta, pero su
marido la alcanzó.
-¿Qué vas a hacer? -le dijo ahogadamente.
-¡Es mi hijo; es Herbert! -gritó la mujer, luchando para que la soltara-. Me había
olvidado de que el cementerio está a dos millas. Suéltame; tengo que abrir la
puerta.
-Por amor de Dios, no lo dejes entrar -dijo el hombre, temblando.
-¿Tienes miedo de tu propio hijo? -gritó-. Suéltame. Ya voy, Herbert; ya voy.
Hubo dos golpes más. La mujer se libró y huyó del cuarto. El hombre la siguió
y la llamó, mientras bajaba la escalera. Oyó el ruido de la tranca de abajo; oyó el
cerrojo; y luego, la voz de la mujer, anhelante:
-La tranca -dijo-. No puedo alcanzarla.
Pero el marido, arrodillado, tanteaba el piso, en busca de la pata de mono.
-Si pudiera encontrarla antes de que eso entrara...
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 91
Los golpes volvieron a resonar en toda la casa. El señor White oyó que su mujer
acercaba una silla; oyó el ruido de la tranca al abrirse; en el mismo instante
encontró la pata de mono y, frenéticamente, balbuceó el tercer y último deseo.
Los golpes cesaron de pronto; aunque los ecos resonaban aún en la casa. Oyó
retirar la silla y abrir la puerta. Un viento helado entró por la escalera, y un
largo y desconsolado alarido de su mujer le dio valor para correr hacia ella y
luego hasta el portón. El camino estaba desierto y tranquilo.
Tema: texto argumentativo – la carta de lector
Carta de lector
Definición
Es un texto que un lector de un medio
de comunicación escrito escribe al
director de la publicación pero con el
propósito de que el mismo sea
publicado en ese mismo medio.
¿Quiénes suelen
escribirlas?
Los lectores de la publicación en la que
aparecen
¿En qué
medio/circunstancias
se la emplea?
Cuando un lector quiere hacer un comentario sobre algo
aparecido en un medio de comunicación escrito, presentar
su punto de vista sobre un asunto de interés general,
realizar algún pedido o solicitud de carácter público a
alguna institución o llevar a cabo una denuncia.
Aparecen en una sección especial de la publicación escrita
dedicada a las mismas.
¿A qué audiencia
está destinada?
Al público lector en general del medio
escrito en el que aparecen.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 92
Características
generales
Es importante tener en cuenta que el tema de estos
textos debe ser de interés público y general para que
puedan aspirar a ser publicados. Por lo general las
cartas de lectores incluyen la narración de un hecho y
luego una opinión sobre él. A menudo se trata de
denuncias sobre algo que no funciona bien, de
reclamos a las autoridades, de sugerencias en relación
con un problema, de agradecimientos, o de discusiones
de la opinión de un periodista de la publicación.
Pueden basarse o no en una experiencia vivida
personalmente.
¿Qué rasgos la
distinguen de otros
textos?
Se trata de una carta, con algunas de las
características de este género, pero posee la
particularidad de haber sido pensada desde el principio
para ser publicada en un medio masivo de
comunicación. Desde este punto de vista, se diferencia
de la carta familiar o personal por los temas de los que
se ocupa, y de los diferentes tipos de carta formal por el
carácter más o menos público o general de los
propósitos o intereses que guían su escritura.
¿Qué función,
intención o
finalidad tiene?
Su función es predominantemente apelativa, aunque
por supuesto poseen aspectos emotivos y referenciales.
En general quienes las escriben lo hacen por intereses
que pueden ir de lo estrictamente personal a lo
colectivo, aunque siempre deben tener un alcance
relativamente general. Habitualmente se ocupan de
dar una opinión, hacer un pedido, agradecer, comentar
o denunciar. En relación con la diversidad de acciones
que pueden llevar a cabo, sus fines son variados.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 93
Composición
Formato
Estilo
Se usa un registro formal y la lengua es estándar, es
decir, se tiende a no incluir marcas que se aparten de
la norma general escolar.
Se usan los recursos característicos de la
argumentación escrita: ejemplificación, generalización,
referencia apelativa, analogía, refutación, pregunta
retórica, repetición, etc.
A la hora de escribir cartas de lectores, conviene pensarlas como
cartas formales dirigidas al director del medio gráfico del que se
trate, aunque no deben incluir las formulas de cortesía que
encabezan o cierran ese tipo de cartas. Es importante no olvidar
incluir el nombre del autor y datos básicos que sirvan para
identificarlo (número de documento, localidad de residencia, etc.).
Al ser publicadas, el medio de comunicación en el que aparecen
suele adosarles un título que sirve para que los lectores identifiquen
el tema de la carta.
La carta de lectores suele dividirse en dos partes fundamentales: la
primera consiste en una exposición de los hechos a los que se refiere, y
la segunda es un comentario de los mismos. Como muchas veces
predomina en ella la trama argumentativa, la segunda parte puede
estructurarse planteando una tesis y dando argumentos para
defenderla. La tesis puede aparecer hacia el principio o hacia el final de
la carta, o incluso puede quedar librada a la interpretación del lector.
Hay que tener especialmente en cuenta que los medios gráficos suelen
incluir restricciones respecto de la extensión de las cartas de lectores, y
además recortan o editan las cartas que finalmente publican. Es
fundamental incluir en este tipo de textos elementos que permitan
identificar fehacientemente a su autor, como su nombre, su número de
documento o su lugar de residencia.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 94
Opinión
El auto evolucionó; el hombre, no Por IaninaZanazzi
Para LA NACION
Soy piloto de autos de carrera, estoy estudiando marketing, y también me desempeño como instructora de conducción deportiva en el Autódromo de Buenos Aires, en la escuela de José Bianchi. Los autos en los últimos 20 años evolucionaron mucho en frenos, suspensión y ganaron cada vez más potencia. Este cambio no lo hizo el hombre en la misma medida respecto a su manejo, quedando de algún modo superado por la máquina. Si bien la mayoría de los accidentes se producen por imprudencia, otra gran parte de ellos tiene como motivo esta falta de control del conductor sobre su automóvil, que es producto del desconocimiento de la técnica conductiva. Según las estadísticas, los accidentes más graves son causados por conductores hombres, a pesar de la suposición general de que ellos son mejores conductores que las mujeres. La mujer es, por lo general, más distraída y un poco más insegura que el hombre manejando, pero sí es más consciente que el hombre de sus limitaciones conductivas. Para explicarlo, vale un ejemplo cotidiano que se ve en la calle: una mujer va por el carril izquierdo, y un hombre la pasa por la derecha, dado que ésta no se corrió del carril para cederle el paso, y le dice: "Salí de ahí y andá a lavar los platos!". Pero la realidad es que los dueños de los "mejores bifes" son ellos, por lo menos así lo marcan las estadísticas. Esto sucede porque desde chiquitos fabrican los autos con los que juegan, corren por la vereda con el autito atado de un piolín y van haciendo todos los ruidos, pasan cambios, tocan bocina, frenan...en cambio nosotras jugamos con muñecas. De adolescente la mujer aprende a cocinar con la mamá y el papá le enseña a manejar al "nene" y después de los 17 el hombre sale con sus amigos en su primer auto, y a las mujeres los padres se turnan haciendo pool para llevarlas y traerlas a casa. Tras muchos años con este sistema, el resultado es que el hombre maneja más rápido que las mujer, y es más pasional con el auto. Le cambia las llantas, el escape, le baja la suspensión, lo potencia, le hace tratamiento de teflón, etc... Una rayita sobre la pintura del capó significa una semana de depresión. Las mujeres, en cambio, no hacen nada de esto, lo resumen a un medio de transporte. A la hora de explicar los choques también se nota la diferencia, el hombre utiliza el cuerpo para describir los movimientos del auto, imita los ruidos y utiliza frases como: se pasó la cola, se bloquearon las ruedas, bajé un cambio me hizo un trompo y choqué contra el guarda rail. Los choques de las mujeres suelen ser inexplicables. Por suerte esto cambió en los últimos tiempos y la mujer ya tiene su propio auto, así que en unos pocos años manejaremos como los hombres pero seguiremos siendo causales de menos accidentes, y ahí si me gustaría que los hombres nos alcancen o superen.
La autora es piloto de la categoría Fórmula Renault, en el Equipo Crespi Junior.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 95
Animales abandonados San Juan 04/11/2010
Sr. Director:
El drama que se vive en San Juan por causa de los animales vagabundos es alarmante y parece
que no quiere ser considerado ni por la población ni por las autoridades.
Hay gente que comete infracción por acumular más animales de lo permitido en sus
domicilios, que reproduce mascotas libremente para la venta o para "regalar'', o abandonar
deliberadamente en cualquier parte, ocasionando perjuicio a sus semejantes y quienes se
dedican a envenenar sistemáticamente y con total impunidad, poniendo
en riesgo, además, la vida de la población.
Lejos de escuchar a los protectores, desde los distintos estamentos
estatales, las autoridades dan nuestros números telefónicos para que
solucionemos cuanto reclamo les llega y así se lavan las manos. Es más,
la mayoría de las personas que nos llama, por un reclamo, (por
supuesto, nadie lo hace para ofrecer ayuda) lo hacen convencidos de
que tenemos la obligación de ir a buscar el animal en cuestión, creen
que tenemos el servicio de ambulancia y albergue para todos los problemas.
Es hora de que nuestros mandatarios presten atención al problema de los animales y, como
política de Estado, dispongan darle solución ética y definitiva. Al exceso de animales, se suma
el gravísimo incremento de los "potencialmente peligrosos''. Todo perro tiene el instinto
propio de la especie, aplacado por la convivencia con los humanos, pero cuando se les desata
ese instinto, se tornan peligrosos.
Sin embargo, no puedo dejar de reconocer la tarea iniciada por la Subsecretaría de Medio
Ambiente, con el quirófano recientemente implementado, que junto con lo que realiza
algunos municipios, es totalmente insuficiente, dada la magnitud del problema. Este problema
debe ser encarado con seriedad y responsabilidad, en toda la provincia: esterilizar y poner en
ejecución leyes restrictivas, tal como existen en países civilizados.
Rita Aída Spinosi. APA (Agrupación Protectores de Animales) DNI 4.500.302
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 96
Tribus urbanas
Sr. Director:
Me llamo Macarena Merino, soy una adolescente de 15 años y en mi colegio tengo la posibilidad de
asistir a un taller de argumentación, en el que elaboré esta carta para opinar sobre las tribus urbanas
presentes en San Juan.
Los procesos de adaptación e identificación en esta etapa de la vida son completamente comunes, lo que
me preocupa es hasta qué extremo pueden llegar los actos y pensamientos de los integrantes de estos
grupos. Las tribus urbanas argentinas son varias, en San Juan se pueden observar floggers, emos,
punks, rolingas, cumbieros, rastafaris y los hippis.
Toda esta diversidad es excelente, pero son justamente estas diferencias las que me preocupan. Por
ejemplo, a los floggers los rechazan, hasta he escuchado que unas cuantas personas dicen "los floggers
se merecen la muerte". Escuché que dicen lo mismo de los emos, y cuando uno les pregunta por qué
ese odio, simplemente responden "así son las tribus urbanas, Maca". Además dentro de las tribus, de
cierta manera, los chicos pierden su personalidad. Empiezan a vestirse, pensar y actuar igual, dejan sus
intereses personales de lado con tal de ser mejores en el grupo o ser más aceptados.
Aparte la gente tiende a clasificarte tan solo por lo que llevas puesto, supongamos que un día se nos
ocurre vestirnos con colores llamativos o de negro, cortarnos el flequillo o hacernos un jopo y ya nos
están gritando ¡Rolinga!, ¡Flogger!, ¡Darky!, etc. Por lo tanto yo digo ¿Qué hay de malo en ser diferente,
distinto? ¿Está tan mal querer pertenecer a un grupo sin ser discriminado? Aceptar las diferencias del
"otro" es lo que tenemos que hacer, sino, todos seríamos iguales.
MacarenaMerino
DNI 36.911.596
''El acto solidario de la donación de órganos
Si bien los trasplantes se han convertido en una práctica habitual, aún persisten fuertes
temores en la población para donar órganos. Lograr su superación es la clave para
aumentar el número de los dadores solidarios que hacen falta para salvar miles de
vidas. Las razones que dificultan la decisión de ser donante son múltiples. En muchos
casos, arraigan en convicciones de índole religiosa, moral o filosófica que cuestionan la
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 97
donación. En otros, se fundan en el temor a la existencia de traficantes de órganos, o en
la desconfianza en el sistema de salud, que llevan a pensar que alguien podría no ser
asistido bien o a tiempo para obtener sus vísceras. También está el caso frecuente de
quienes no pueden sentirse solidarios en el momento en que atraviesan el dolor por la
muerte de un ser querido, que es cuando se les requiere que dispongan la entrega de
los órganos para prolongarle la vida a otro ser humano. Es preciso, entonces, que se
aclaren algunas cuestiones. Primero, que la complejidad del procedimiento de ablación
y trasplante, en el que intervienen varios equipos médicos altamente especializados,
torna muy improbable la existencia de circuitos clandestinos. Segundo, que la necesaria
compatibilidad entre donante y receptor también aleja la posibilidad de
manipulaciones que pudieran derivar en muertes “a pedido”. La última cuestión es la
más compleja. Porque hasta el presente, aunque alguien haya manifestado
expresamente su voluntad de donar, es a la familia a la que se consulta en el momento
en que aquélla puede efectivizarse. Y tal consulta llega en un momento crucial, en
general poco propicio para las reflexiones profundas, máxime si tienen que llevar a la
toma de una decisión rápida. Cuando esté vigente el consentimiento presunto previsto
en la ley, que implica que sólo deba manifestarse expresamente la negativa a donar,
muchos de estos problemas se evitarán. Mientras tanto, las campañas públicas deben
esclarecer sobre la naturaleza de los procedimientos técnicos, para disipar fantasmas.
Pero, esencialmente, deben apuntar a que se tome conciencia de lo que significa salvar
otra vida. Porque para decidirlo en un momento límite es menester que la idea se haya
considerado y discutido previamente, con calma y en profundidad. Nadie está exento
de que la vida a salvar pueda ser la propia o la de un ser querido. Por eso debería
destacarse que es más fácil lamentar el no haber consentido una donación a tiempo que
arrepentirse por haberlo hecho.''(Clarín. Opinión. Viernes 26 de julio de 2002)
Tema: texto dramático
Vocación
de Jorge Maestro y Sergio Vainman
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 98
(La madre cose una camisa. El hijo está con un block, dibujando a su madre).
MADRE: —A veces quisiera ser pulga para ver qué hacés con las camisas< (la
enarbola). Mir{< ¡Ni un botón!
CÉSAR: —¿Qué querés que haga mamá?... Lo que hace todo el mundo.
MADRE: —¿Y estos puños? ¡Mirá cómo están estos puños! ¿Qué les pasás,
papel de lija?...
CÉSAR (Mecánicamente): —No, mamá.
MADRE: —¿Y estas manchas de qué son?... Parece grasa< pintura< ¿Qué es
esto?
CÉSAR (Cada vez más automáticamente): —No sé, mamá.
MADRE: —César, no te hagas el pavo. (Hace un bollo con la camisa). Esta
camisa no sirve más. (Se levanta para ir a tirarla).
CÉSAR (La ataja) —No, no. Traela, d{mela<
MADRE: —¿Para qué la querés?... ¡Es una vergüenza de tanto zurcido!
CÉSAR: —A mí me gusta, dej{<
MADRE: —Vos lo hacés todo para llevarle la contra a tu madre< ¿Qué querés?
¿Qué digan que tu madre no se ocupa de vos?... ¿Qué soy una mugrienta? (Tira
la camisa hecha un bollo que cae en el proscenio).
CÉSAR: —¡Pero vieja!
MADRE: —No me digas vieja que no me gusta<
CÉSAR: —La quiero para pintar.
MADRE: —Ah<(Reacciona) ¿Para pintar qué?...
CÉSAR: —Para pintar. En la escuela de Bellas Artes todos usan ropa gastada
para no ensuciarse<
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 99
MADRE: —¿Y vos qué tenés que ver con la escuela de Bellas Artes?
CÉSAR: —Todavía nada, pero<
MADRE: —Pero qué, César< ¡Habl{, por Dios!
CÉSAR: —¡Eh< par{! Yo estuve pensando y< resolví que<
MADRE: —¿Resolviste?
CÉSAR: —Bueno< sí< averigüé. ¡Quiero estudiar pintura! (La madre lo mira
azorada).
MADRE: —¿Desde cuándo?
CÉSAR: —Cuando termine la secundaria, mam{<
MADRE: —Desde cuándo se te metieron esas ideas, quiero decir.
CÉSAR: —Hace rato que lo vengo pensando.
MADRE: —¿Y cómo no se te ocurrió decirme nada, nene?
CÉSAR: —Porque no sabía, ¿viste?... No estaba muy seguro<
MADRE: —¡Ay! Cuando se entere tu padre<
CÉSAR: —Ay, ay< ¡Qué va a pasar, mam{!
(Llega el padre. Viene muy cansado. Se afloja la corbata, deja el saco que cuelga
prolija y solemnemente).
PADRE: —Hola, vieja< ¿Qué tal, César?
CÉSAR: —Bien<
PADRE: —¿Cómo anduvo el colegio?
CÉSAR: —Bien. (Sigue dibujando).
PADRE: —¿Alguna novedad?
CÉSAR: —No. (La madre nerviosa espera a que el hijo hable).
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 100
MADRE: —¿Te parece que no tenés ninguna novedad?
CÉSAR: —¿Eh?
PADRE: —Dej{ de garabatear, César. Te est{ hablando tu madre<
CÉSAR (Ofendido): —No estoy garabateando, papá. La estoy dibujando a
mamá.
PADRE: —Ah, se te dio por ahí< ¿A ver, che? (César muestra el dibujo que el
padre mira) T{ bien, eh< ¿Viste, vieja?... ¡Tá lindo, eh! Te sale bien< Es un
lindo pasatiempo< Yo, cuando era pibe, así como vos, se me había dado por
desarmar todos los relojes que encontraba<
Hasta llegué a pedir los folletos de un curso por correspondencia que salía<
(Trata de recordar) ¿Cuánto salía? (Se queda pensativo).
CÉSAR: —Para mí no es un pasatiempo.
PADRE: —¿Ah, no? Para mí, sí. Yo me pasaba horas. Estoy seguro que hubiera
llegado a ser un buen relojero. Me gustaban las cosas chiquitas de los relojes. (A
la mujer que va a servir la mesa). Es como un trabajo de cirugía, no te vayas a
creer. (Al hijo). Quizá me hubiera hecho de un oficio, un negocito< pero tu
abuelo no quería. Era muy estricto el abuelo< ¿Te acord{s del abuelo, vos? (El
hijo va a hablar, el padre sigue). ¡Qué te vas a acordar!... Era bravo el abuelo, un
día cortó por lo sano: me tiró todas las herramientas, los relojes viejos, los
folletos, todo< Y me dijo que en casa no había lugar para distracciones: “Ac{
hay que trabajar, amiguito”, me dijo. En aquel momento me dio mucha rabia,
bronca, ¿viste? (La madre ha estado sirviendo la mesa). A uno cuando es joven
le molestan las cosas que le dicen, pero<
después pasan los años, a uno le vienen las responsabilidades< en fin.
(Transición). Así que ni siquiera como pasatiempo< Pero lo hacés bastante
bien, ¿eh?
CÉSAR: —Viejo< No entendiste. Es al contrario: yo quiero ser pintor. Pintor de
cuadros, o dibujante, o grabador. Dedicarme< (La madre ha terminado de
servir).
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 101
MADRE: —Vienen a comer< (El padre mira a César).
PADRE: —¿Cómo que querés ser pintor?... ¿Cómo es eso? Esa te la inventaste
hoy<
CÉSAR (Agresivo): —Viejo, no empecés< ¿Cómo que me la inventé?
PADRE: —¡Yo no empiezo nada! Digo que te la inventaste hoy, porque hasta
hoy no sabía nada. (A la madre). ¿Vos sabías algo, Clara?
MADRE (Haciéndose la distraída): —¿De qué hablan?
PADRE: —De que vamos a tener un artista en la familia< ¿Vos sabías algo?
MADRE (Rapidito y bajo): —No.
PADRE (Al hijo): —Ahí lo tenés< Si ni tu madre ni yo sabíamos nada es
porque te lo inventaste hoy< (Se le acerca). Porque algo tenemos que ver tu
madre y yo, ¿no?... ¿O somos extraños?...
CÉSAR: —Pero quién dice eso, pap{< Lo que pasa es que lo pensé bien,
averigüé hasta estar seguro y< ahora sí te lo puedo decir porque lo tengo
decidido<
PADRE: —¡Ah, qué bien! ¡Ya lo decidiste! ¡Nosotros somos de palo!
MADRE: —Vengan a comer, que se enfría<
PADRE (Nervioso): —¿Podés esperar un minuto?
MADRE: —¡La comida no puede esperar! ¿O querés comer las albóndigas frías?
Claro, ¡total! Después soy yo la que se levanta a prepararte la sal de fruta y el
tecito<
CÉSAR (Displicente): —Por mí podemos hablar mientras comemos<
PADRE (Estalla. Casi gritando): —¡Es que con vos ya no se habla en esta casa!
¡El señor decide solo! ¡Le creció la barba!... ¡Se manda solito! Mirá, César, ¡sabés
muy bien que para mandarte solo, también hay que mantenerse solo!
MADRE: —Par{, viejo< No te pongas así< Sentate a comer.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 102
CÉSAR: —Dejalo mam{< Tiene razón, pero yo me la voy a saber bancar<
PADRE: —¡Pero qué vas a saber bancar sino sabés sonarte los mocos!
CÉSAR: —Como quieras, pero yo lo tengo decidido. (Transición del padre. Se
calma).
MADRE: —¿Comemos?
CÉSAR: —No tengo hambre<
PADRE: —Esper{, Clara<
MADRE: —César< (Padre e hijo se dan vuelta y
dicen al mismo tiempo).
PADRE Y CÉSAR : —¿Qué?
MADRE: —Le hablo a tu padre. (Al padre). Vamos
a comer, César. Dejalo al chico.
CÉSAR: —Ya no soy un chico, mamá.
PADRE: —Claro, ahora defendelo. Acá el que tiene que hacer el papel de malo
soy yo. (Lo mira a César). Pero mirá qué lindo: ¡pintor!... ¿Y de qué vas a vivir,
che?... ¿Qué vas a comer?... ¿Acuarela? (Resopla. Transición. Se sienta. Lo sienta
al hijo. Va a comer). (A la madre).
Estas albóndigas no se pueden comer, están frías. (La madre toma los platos y
sale). (<) (Sale César).
(<)
MADRE: —Yo de nuevo no las caliento. (Agresiva).
PADRE: —¡Ah!... ¡Ahora te la agarrás conmigo, encima!
MADRE: —¿Y cómo no querés que me la agarre? ¿Siempre hay que repetir la
historia, César? (El padre come pan).
PADRE: —Yo no repito ninguna historia<
MADRE: —¿Ah, no? ¿Te creés que yo no te miro cuando salimos?
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 103
PADRE: —¿Cuándo salimos?
MADRE: —Yo te miro, César<
PADRE: —¿Qué mirás?
MADRE: —Te miro. Te parás delante de cuanta relojería encontramos en el
camino, si hay un relojero componiendo sos capaz de quedarte horas< ¿Qué
mir{s, César? < ¿Mir{s los relojes que te tiró tu pap{?
(El padre va a hablar y vuelve a las albóndigas. Transición).
PADRE (Probando las albóndigas): —No est{n tan mal frías< (Come).
MADRE: —Yo creo que lo que mirás es lo que no pudiste ser< Un camino que
se cortó y que vos no tuviste la valentía de pelear como hoy
la tiene el nene.
PADRE (Reflexiona y agrega sonriendo): —¡El nene! Yo le voy a dar valentía.
(Estalla. Transición). Estas albóndigas están frías. (Aparta el plato. Se pone de
pie). ¡Pero mirale la facha de pintor a este!
MADRE: —¿A qué hora te lo pongo para mañana?... (Caminando, sin notarlo,
llegó hasta el block. Mira el dibujo. La madre toma un despertador y le da
cuerda).
PADRE: —A las siete< No, siete menos cuarto. Hoy sonó tarde.
MADRE: —Debe atrasar<
PADRE: —A ver. Traé, traé < (Saca un destornillador y se pone a desarmarlo.
El padre mira el reloj desarmado. La madre, de pie lo observa. Mira
alternativamente el block y el reloj. A la madre). ¿Cuántos años son la escuela
de pintura?
MADRE: —No sé, ¿por?
PADRE: —Por nada< (El padre deja el reloj, toma el block saliendo llama al
hijo). (Va a buscar al hijo). (La madre mira la camisa que ha quedado tirada.
Sonríe. La mira. La extiende. La observa y la dobla con cuidado). ¡César!<
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 104
La isla desierta
(Roberto Arlt)
PERSONAJES:
EL JEFE
MANUEL
MARÍA
EMPLEADO 1
EMPLEADO 2
TENEDOR DE LIBROS
EMPLEADA 1ª
EMPLEADA 2ª
EMPLEADA 3ª
CIPRIANO (MULATO)
DIRECTOR
ACTO ÚNICO
ESCENA: Oficina rectangular blanquísima, con ventanal a todo lo ancho del salón,
enmarcando un cielo infinito caldeado en azul. Frente a las mesas escritorios,
dispuestos en hilera como reclutas, trabajan, inclinados sobre las máquinas de escribir,
los empleados. En el centro y en el fondo del salón, la mesa del JEFE, emboscado tras
unas gafas negras y con el pelo cortado como la pelambre de un cepillo. Son las dos de
la tarde, y una extrema luminosidad pesa sobre estos desdichados simultáneamente
encorvados y recortados en el espacio por la desolada simetría de este salón de un
décimo piso.
EL JEFE.- Otra equivocación, Manuel.
MANUEL.- ¿Señor?
EL JEFE.- Ha vuelto a equivocarse, Manuel.
MANUEL.- Lo siento, señor.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 105
EL JEFE.- Yo también. (Alcanzándole la planilla.) Corríjala. (Un minuto de
silencio.)
EL JEFE.- María.
MARÍA.- ¿Señor?
EL JEFE.- Ha vuelto a equivocarse, María.
MARÍA.- (Acercándose al escritorio de EL JEFE.) Lo siento, señor.
EL JEFE.- También yo lo voy a sentir cuando tenga que hacerlos echar. Corrija.
(Nuevamente hay otro minuto de silencio. Durante este intervalo pasan
chimeneas de buques y se oyen las pitadas de un remolcador y el bronco pito de
un buque. Automáticamente todos los EMPLEADOS enderezan las espaldas y se
quedan mirando la ventana.)
EL JEFE.- (Irritado.) ¡A ver si siguen equivocándose! (Pausa.)
EMPLEADO 1º.- (Con un apagado grito de angustia.) ¡Oh! no; no es posible.
(Todos se vuelven hacia él.)
EL JEFE.- (Con venenosa suavidad.) ¿Qué no es posible, señor?
MANUEL.- No es posible trabajar aquí.
EL JEFE.- ¿No es posible trabajar aquí? ¿Y por qué no es posible trabajar aquí?
(Con lentitud.) ¿Hay pulgas en las sillas? ¿Cucarachas en la tinta?
MANUEL.- (Poniéndose de pie y gritando.) ¡Cómo no equivocarse! ¿Es posible
trabajar sin equivocarse aquí? Contéstame. ¿Es posible trabajar sin equivocarse
aquí?
EL JEFE.- No me falte, Manuel. Su antigüedad en la casa no lo autoriza a tanto.
¿Por qué se arrebata?
MANUEL.- Yo no me arrebato, señor. (Señalando la ventana.) Los culpables de
que nos equivoquemos son esos malditos buques.
EL JEFE.- (Extrañado.) ¿Los buques? (Pausa.) ¿Qué tienen los buques?
MANUEL.- Sí, los buques. Los buques que entran y salen, chillándonos en las
orejas, metiéndosenos por los ojos, pasándonos las chimeneas por las narices.
(Se deja caer en la silla.) No puedo más.
TENEDOR DE LIBROS.- Don Manuel tiene razón. Cuando trabajábamos en el
subsuelo no nos equivocábamos nunca.
MARÍA.- Cierto; nunca nos sucedía esto.
EMPLEADA 1ª.- Hace siete años.
EMPLEADO 1º.- ¿Ya han pasado siete años?
EMPLEADO 2º.- Claro que han pasado.
TENEDOR DE LIBROS.- Yo creo, jefe, que estos buques, yendo y viniendo,
son perjudiciales para la contabilidad.
EL JEFE.- ¿Lo creen?
MANUEL.- Todos lo creemos. ¿No es cierto que todos lo creemos?
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 106
MARÍA.- Yo nunca he subido a un buque, pero lo creo.
TODOS.- Nosotros también lo creemos.
EMPLEADA 2ª.- Jefe, ¿ha subido a un buque, alguna vez?
EL JEFE.- Y para qué un jefe de oficina necesita subir a un buque?
MARÍA.- ¿Se dan cuenta? Ninguno de los que trabajan aquí ha subido a un
buque.
EMPLEADA 2ª.- Parece mentira que ninguno haya viajado.
EMPLEADO 2º.- ¿Y por qué no ha viajado usted?
EMPLEADA 2ª.- Esperaba casarme...
TENEDOR DE LIBROS.- Lo que es a mí, ganas no me han faltado.
EMPLEADO 2º.- Y a mí. Viajando es como se disfruta.
EMPLEADO 3º.- Vivimos entre estas cuatro paredes como en un calabozo.
MANUEL.- Cómo no equivocarnos. Estamos aquí suma que te suma, y por la
ventana no hacen nada más que pasar barcos que van a otras tierras. (Pausa.) A
otras tierras que no vimos nunca. Y que cuando fuimos jóvenes pensamos
visitar.
EL JEFE.- (Irritado.) ¡Basta! ¡Basta de charlar! ¡Trabajen!
MANUEL.- No puedo trabajar.
EL JEFE.- ¿No puede? ¿Y por qué no puede, don Manuel?
MANUEL.- No. No puedo. El puerto me produce melancolía.
EL JEFE.- Le produce melancolía. (Sardónico.) Así que le produce melancolía.
(Conteniendo su furor.) Siga, siga su trabajo.
MANUEL.- No puedo.
EL JEFE.- Veremos lo que dice el Director General. (Sale violentamente.)
MANUEL.- Cuarenta años de oficina. La juventud perdida.
MARÍA.- ¡Cuarenta años! ¿Y ahora?...
MANUEL.- ¿Y quieren decirme ustedes para qué?
EMPLEADA 3ª.- Ahora lo van a echar...
MANUEL.- ¡Qué me importa! Cuarenta años de Debe y Haber. De Caja y
Mayor. De Pérdidas y Ganancias.
EMPLEADA 2ª.- ¿Quiere una aspirina, Don Manuel?
MANUEL.- Gracias, señorita. Esto no se arregla con aspirina. Cuando yo era
joven creía que no podría soportar esta vida. Me llamaban las aventuras... los
bosques. Me hubiera gustado ser guardabosques. O cuidar un faro...
TENEDOR DE LIBROS.- Y pensar que a todo se acostumbra uno.
MANUEL.- Hasta a esto...
TENEDOR DE LIBROS.- Sin embargo, hay que reconocer que estábamos
mejor abajo. Lo malo es que en el subsuelo hay que trabajar con luz eléctrica.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 107
MARÍA.- ¿Y con qué va a trabajar uno si no?
EMPLEADO 1º.- Uno estaba allí tan tranquilo como en el fondo de una tumba.
TENEDOR DE LIBROS.- Cierto, se parece a una tumba. Yo muchas veces me
decía: "Si se apaga el sol, aquí no nos enteramos"...
MANUEL.- Y de pronto, sin decir agua va, nos sacan del sótano y nos meten
aquí. En plena luz. ¿Para qué queremos tanta luz? ¿Podés decirme para qué
queremos tanta luz?
TENEDOR DE LIBROS.- Francamente, yo no sé...
EMPLEADA 2ª.- El jefe tiene que usar lentes negros...
EMPLEADO 2º.- Yo perdí la vista allá abajo...
EMPLEADO 1º.- Sí, pero estábamos tan tranquilos como en el fondo del mar.
TENEDOR DE LIBROS.- De allí traje mi reumatismo. (Entra el ordenanza
CIPRIANO, con un uniforme color canela y un vaso de agua helada. Es
MULATO, simple y complicado, exquisito y brutal, y su voz por momentos
persuasiva.)
MULATO.- ¿Y el Jefe?
EMPLEADA 2ª.- No está. ¿No ve que no está?
EMPLEADO 2º.- Fue a la Dirección...
MULATO.- (Mirando por la ventana.) ¡Hoy llegó el "Astoria"! Yo lo hacía en
Montevideo.
EMPLEADA 2ª.- (Acercándose a la ventana.) ¡Qué chimeneas grandes tiene!
MULATO.- Desplaza cuarenta y tres mil toneladas...
EMPLEADO 1º.- Ya bajan los pasajeros...
MANUEL.- Y nosotros quisiéramos subir.
MULATO.- Y pensar que yo he subido a casi todos los buques que dan vuelta
por los puertos del mundo.
EMPLEADO 2º.- Hablaron mucho los diarios...
MULATO.- Sé los pies que calan. En qué astilleros se construyeron. El día que
los botaron. Yo, cuando menos, merecía ser ingeniero naval.
EMPLEADO 2º.- Vos, ingeniero naval... No me hagas reír.
MULATO.- O capitán de fragata. He sido grumete, lavaplatos, marinero,
cocinero de veleros, maquinista de bergantines, timonel de sampanes,
contramaestre de paquebotes...
EMPLEADO 2º.- ¿Por dónde viajaste? ¿Por la línea del Tigre o por la de
Constitución?
MULATO.- (Sin mirar al que lo interrumpe.) Desde los siete años que doy
vueltas por el mundo, y juro que jamás en la vida me he visto entre chusma tan
insignificante como la que tengo que tratar a veces...
MARÍA.- (A empleada 1ª.) A buen entendedor...
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 108
MULATO.- Conozco el mar de las Indias. El Caribe, el Báltico... hasta el
océano Ártico conozco. Las focas, recostadas en los hielos, lo miran a uno como
mujeres aburridas, sin moverse...
EMPLEADO 2º.- ¡Che, debe hacer un fresco bárbaro por ahí!
EMPLEADA 2ª.- Cuente, Cipriano, cuente. No haga caso.
MULATO.- (Sin volverse.) Aviada estaría la luna si tuviera que hacer caso de
los perros que ladran. En un sampán me he recorrido el Ganges. Y había que ver
los cocodrilos que nos seguían...
MARÍA.- No sea exagerado, Cipriano.
MULATO.- Se lo juro, señorita.
EMPLEADO 2º.- Indudablemente, este no pasó de San Fernando.
MULATO.- (Violento.) A mí nadie me trata de mentiroso, ¿sabe? (Arrebatado,
se quita la chaquetilla, y luego la camisa, que muestra una camiseta roja, que
también se saca.)
EMPLEADA 1ª.- ¿Qué hace, Cipriano?
EMPLEADA 2ª.- ¿Está loco?
EMPLEADA 3ª.- Cuidado, que puede venir el jefe.
MULATO.- Vean, vean estos tatuajes. Digan si estos son tatuajes hechos entre
la línea del Tigre o Constitución. Vean...
EMPLEADA 2ª.- ¡Una mujer en cueros!
MULATO.- Este tatuaje me lo hicieron en Madagascar, con una espina de
tiburón.
EMPLEADO 2º.- ¡Qué mala espina!
MULATO.- Vean esta rosa que tengo sobre el ombligo. Observen que
delicadeza de pétalos. Un trabajo de indígenas australianos.
EMPLEADO 2º.- ¿No será una calcomanía?
EMPLEADA 2ª.- ¡Qué va a ser calcomanía! Este es un tatuaje de veras.
MULATO.- Le aseguro, señorita, que si me viera sin pantalones se asombraría...
TODOS.- ¡Oh... ah!...
MULATO.- (Enfático.) Sin pantalones soy extraordinario.
EMPLEADA 1ª.- No se los pensará quitar, supongo.
MULATO.- ¿Por qué no?
EMPLEADA 3ª.- No, no se los quite.
MULATO.- No voy a quedar desnudo por eso. Y verán qué tatuajes tengo
labrados en las piernas.
EMPLEADA 1ª.- Es que si entra alguien...
EMPLEADA 3ª.- Cerrando la puerta. (Va a la puerta.)
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 109
MULATO.- (Quitándose los pantalones y quedando con un calzoncillo corto y
rojo con lunares blancos.) Miren estos dibujos. Son del más puro estilo malasio.
¿Qué les parece esta guarda de monos pelando bananas? (Murmullos de "Oh...
ah...") Lo menos que merezco es ser capitán de una isla. (Toma un pliego de
papel madera y rasgándolo en tiras se lo coloca alrededor de la cintura.) Así
van vestidos los salvajes de las islas.
EMPLEADA 1ª.- ¿A las mujeres también les hacen tatuajes?...
MULATO.- Claro. ¡Y qué tatuajes! Como para resucitar a un muerto.
EMPLEADA 2ª.- ¿Y es doloroso tatuarse?
MULATO.- No mucho... Lo primero que hace el brujo tatuador es ponerlo a uno
bajo un árbol...
EMPLEADA 2ª.- Uy, que miedo.
MULATO.- Ningún miedo. El brujo acaricia la piel hasta dormirla. Y uno acaba
por no sentir nada.
EMPLEADO 1º.- Claro...
MULATO.- Siempre bajo los árboles hay hombres y mujeres haciéndose tatuar.
Y uno termina por no saber si es un hombre, un tigre, una nube o un dragón.
TODOS.- ¡Oh, quién lo iba a decir! ¡Si parece mentira!
MULATO.- (Fabricándose una corona con papel y poniéndosela.) Los brujos
llevan una corona así y nadie los mortifica.
EMPLEADA 1ª.- Es notable.
EMPLEADA 2ª.- Las cosas que se aprenden viajando...
MULATO.- Allá no hay jueces, ni cobradores de impuestos, ni divorcios, ni
guardianes de plaza. Cada hombre toma a la mujer que le gusta y cada mujer al
hombre que le agrada. Todos viven desnudos entre las flores, con collares de
rosas colgantes del cuello y los tobillos adornados de flores. Y se alimentan de
ensaladas de magnolias y sopas de violetas.
TODOS.- Eh, eh...
EMPLEADA 2ª.- ¡Eh! ¡Cipriano, que no nacimos ayer!
MULATO.- Juro que se alimentan de ensaladas de magnolias.
TODOS.- No.
MULATO.- Sí.
EMPLEADO 2º.- Mucho... mucho...
MULATO.- Digo que sí. Y además los árboles están siempre cargados de toda
clase de fruta.
MANUEL.- No será como la que uno compra aquí, en la feria.
MULATO.- Allá no. Cuelgan libremente de las ramas y quien quiere, come, y
quién no quiere, no come... y por la noche, entre los grandes árboles, se
encienden fogatas y ocurre lo que es natural que ocurra entre hombres y mujeres.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 110
EMPLEADA 1º.- ¡Qué países, qué países!
MULATO.- Y digo que es muy saludable vivir así libremente. Al otro día la
gente trabaja con más ánimo en los arrozales y si uno tiene sed (toma el vaso de
agua y bebe.) parte un coco y bebe su deliciosa agua fresca.
MANUEL.- (Tirando violentamente un libro al suelo.) ¡Basta!
MULATO.- ¿Basta qué?
MANUEL.- Basta de noria. Se acabó. Me voy.
EMPLEADA 2ª.- ¿A dónde va, don Manuel?
MANUEL.- A correr mundo. A vivir la vida. Basta de oficina. Basta de
malacate. Basta de números. Basta de reloj. Basta de aguantarlo a este otro
canalla. (Señala la mesa del jefe.) (Pausa.)
EMPLEADO 1º.- ¿Quién es el otro?
TODOS.- ¿Quién es?
MANUEL.- (Perplejo.) El otro... el otro... el otro... soy yo.
EMPLEADA 3ª.- ¡Usted, don Manuel!
MANUEL.- Sí, yo; que desde hace veinte años le llevo los chismes al jefe.
Mucho tiempo hacía que me amargaba este secreto. Pero trabajábamos en el
subsuelo. Y en el subsuelo las cosas no se sienten.
TODOS.- ¡Oh!...
EMPLEADO 1º.- ¿Qué tiene que ver el subsuelo?
MANUEL.- No sé. La vida no se siente. Uno es como una lombriz solitaria en
un intestino de cemento. Pasan los días y no se sabe cuándo es de día, cuándo es
de noche. Misterio. (Con desesperación.) Pero un día nos traen a este décimo
piso. Y el cielo, las nubes, las chimeneas de los transatlánticos se nos entran.
Desnudas de los pies a la cabeza. Con collares de flores. Que se alimentan de
ensaladas de magnolias. Y hermosos hombres desnudos. Que bailan bajo los
árboles, como ahora nosotros bailamos aquí...
La hoja de la bananera
De verde ya se madura
Quien toma prenda de joven
Tiene la vida segura.
(La danza se ha ido generalizando a medida que habla el MULATO, y los
viejos, los empleados y las empleadas giran en torno de la mesa, donde como un
demonio gesticula, toca el tambor y habla el condenado negro.)
Y bailan, bailan, bajo los árboles cargados de frutas.
De aromas...
(Histéricamente todos los hombres se van quitando los sacos, los chalecos, las
corbatas; las muchachas se recogen las faldas y arrojan los zapatos. El
MULATO bate frenéticamente la tapa de la máquina de escribir. Y cantan un
ritmo de rumba.)
La hoja de la bananera...
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 111
EL JEFE.- (Entrando bruscamente con el DIRECTOR con voz de trueno.) ¿Qué
pasa aquí?
MARÍA.- (Después de alguna vacilación.) Señor... esta ventana maldita y el
puesto... Y los buques... esos buques malditos...
EMPLEADA 2ª.- Y este negro.
DIRECTOR.- Oh... comprendo... comprendo. (a EL JEFE). Despida a todo el
personal. Haga poner vidrios opacos en la ventana.
TELÓN
Fuente:Roberto Arlt. “La isla desierta”. Teatro completo, Tomo
II. Presentación por Mirta Arlt. Buenos Aires: Editorial Schapire,
1968, págs. 15-28.
E.I.D.F.S 3ero 3era
pág. 112