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INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE OCCIDENTE Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios de Nivel Superior según Acuerdo Secretarial 15018, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 29 de noviembre de 1976 DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS SOCIOCULTURALES MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN DE LA CIENCIA Y LA CULTURA Radio Comunitaria Indígena. Resignificación de la identidad indígena en una comunidad maya. Estudio de caso. Proyecto de Tesis II Presenta Grecia Mariel Gutiérrez Lara Directora de tesis: Dra. Gabriela Gómez Rodríguez Tlaquepaque, Jalisco. 2015

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INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE OCCIDENTE

Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios de Nivel Superior según Acuerdo Secretarial

15018, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 29 de noviembre de 1976

DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS SOCIOCULTURALES MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN DE LA CIENCIA Y LA CULTURA

Radio Comunitaria Indígena. Resignificación de la identidad indígena en una comunidad maya.

Estudio de caso.

Proyecto de Tesis II

Presenta

Grecia Mariel Gutiérrez Lara

Directora de tesis: Dra. Gabriela Gómez Rodríguez

Tlaquepaque, Jalisco. 2015

Resumen.

Las radios comunitarias indígenas ejercen una función social dentro de sus

propias comunidades, permiten fortalecer, conservar y difundir la lengua y la

identidad. El elemento lingüístico y la autonomía de las radios comunitarias

indígenas posibilita reconocimientos con sus pares, al tiempo que refleja sus

realidades.

En el aspecto legal, las radios comunitarias indígenas de México luchan por

conseguir un espacio para dirigir y operar los medios de comunicación propios

y democráticos de manera autónoma y digna. La gran mayoría de dichas

emisoras opera en un marco fuera de los lineamientos legales, por esto mismo

el panorama no es nada favorable para el reconocimiento de estos medios

comunitarios. A pesar de ello, día a día y a contracorriente hacen una labor

plausible de comunicación.

Palabras clave: Radio comunitaria indígena, pueblos indígenas,

identidad.

Índice

1. Introducción………………………………………………………………………….4

2. Problema de investigación…………………………………………………………6

2.1. México multicultural y pérdida de identidad……………………………8

2.2. Medios de comunicación. Radio indigenista vs Radio comunitaria indígena………………………………………………………………………..11

2.3. La palabra hecha radio…………………………………………………18

2.4. Ley de Telecomunicación………………………………………………19

2.5. Objetivo de la investigación……………………………………………21

2.6 Justificación………………………………………………………………21

3. Marco Teórico.……………………………………………………………………..22

4. Estado de la cuestión.…………………………………………………………….25

5. Pregunta de investigación.……………………………………………………….28

6. Hipótesis de trabajo.………………………………………………………………28

7. Metodología.……………………………………………………………………….29

71. Universo/Muestra de estudio.…………………………………………..30

7.2 Plan de obtención de información…………………………..…………30

7.3 Plan de procesamiento de información………………………..………30

8. Consideraciones éticas…………………………………………………………..31

9.Recursos……………………………………………………………………………31

10. Indigenismo en México………………………………………………………….32

10.1. Problema indígena…………………………………………………….34

10.2. Neoindigenismo Mexicano……………………………………………41

10.3. La tradición oral indígena……………………………………………..43

11.Referencias bibliográficas……………………………………………………….45

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Wa miina'ane' mootsil, ma' u yaan kuuxtal.

Si no hay raíz, no hay pertenencia.

1. Introducción.

La UNESCO ha declarado que las radios de comunidades indígenas

representan un mecanismo de divulgación pública que permite aumentar el

acceso a la educación, a la expresión personal y de la comunidad,

especialmente en el ámbito rural que incluso, también es el caso de las

comunidades más apartadas y de difícil acceso.

La ley en materia de radiocomunicación en México es muy clara al

proponer “la construcción y ampliación de vías de comunicación y

telecomunicación. Establecer condiciones para que los pueblos y las

comunidades indígenas puedan adquirir, operar y administrar medios de

comunicación” . Ante este planteamiento tácito pero no ejercido a cabalidad, 1

los pueblos indígenas se han organizado para hacer valer sus derechos y

asimismo para establecer y luchar por su autonomía.

Gasparello (2012) señala:

En el ejercicio de la comunicación de los pueblos indígenas están

construyendo su autonomía de facto y sin pedir permiso, así como lo

hacen instalando municipios autónomos, impulsando programas

educativos y de salud diferentes, estableciendo sistemas propios de

seguridad y justicia comunitaria y creando proyectos productivos

autogestionarios.

Artículo 2, inciso B, fracción 6 de la Constitución Política Mexicana. 1

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Por fortuna, la tecnología actual para la transmisión radiofónica no es tan

onerosa como antaño. Hemos visto pequeñas y humildes radios, como Radio

Jën Poj en Oaxaca o La Voz Campesina en Veracruz, las cuales, a pesar de la

censura, las amenazas, la intromisión violenta tanto de agentes

gubernamentales como de grupos civiles que sienten afectados sus intereses,

o las carencias técnicas y económicas, transmiten todos los días de manera

formal a través de las voces de los pobladores. Estas emisoras son dignas de

estudios más profundos y sistemáticos ya que aportan ejemplos claros de

comunicación en ambientes sociales, políticos, económicos y geográficos poco

propicios o francamente adversos a pesar de que la Ley Telecom, por primera

vez, las denomina como ‘medios sociales’ o de ‘uso social’.

Los medios indígenas han auxiliado a la reivindicación de los derechos

indígenas y si así ha sucedido no ha sido por efecto de elucubraciones

teóricas, sino por el empuje decidido de los propios pueblos y organizaciones

indígenas (Bárcenas, 2008). Por lo tanto sus propios medios se han venido

forjando de manera sigilosa, casi invisible a ojos de la sociedad -mas no de sus

comunidades- como una reacción al abandono o en el peor de los casos a la

presión y violencia, casi sistemáticos, de los que han sido objeto a lo largo de

la historia.

Esta investigación pretende reflexionar sobre el significado de la

identidad que se construye entre la radio comunitaria indígena y la comunidad

de origen a través de sus procesos identitarios como la resignificación del

contexto cultural, legal, social y político que conforman a las comunidades

indígenas, teniendo siempre presente la diversidad cultural como la riqueza

más importante.

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2. Planteamiento del problema. Actualmente existe un fenómeno de ocultamiento de identidad maya en el

Estado de Quintana Roo, una de las principales causas es la migración a

ciudades turísticas para acceder a mejores condiciones laborales y de vida.

Este ocultamiento de identidad se ve reflejado en el resultado del INEGI (2010)

sobre la población maya de Quintana Roo con 163,477 habitantes que se

reconocen como mayas; a diferencia del conteo realizado en el 2005 que

refleja un total de 170,982 habitantes mayas.

Las comunidades mayas están pasando por un acelerado proceso de

deterioro y cambio cultural, que es más significativo en el abandono de la

lengua, vestimenta, tradiciones comunitarias, entre otros elementos de su

identidad y a su vez de la comunidad indígena.

A través de experiencias personales de campo y la cercanía con las

comunidades mayas de Quintana Roo, se pudo percibir el fenómeno de

ocultamiento de identidad maya, por parte de personas que migran a las

ciudades como las que se establecen en su comunidad de origen.

A lo largo de un año, se ejecutó el proyecto denominado “Cultura de las

Comunidades Mayas” (Abril 2012-Mayo 2013) con el apoyo del Gobierno del

Estado de Quintana Roo, la Secretaría de Cultura y el Consejo Nacional para la

Cultura y las Artes (CONACULTA). Las labores realizadas en 93 comunidades

del Estado y con el apoyo de 34 promotores culturales indígenas, fueron

principalmente la ejecución de programas de trabajo autogestivo y sustentable,

donde los procesos, los proyectos y actividades estimularan la cultura

tradicional maya.

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Durante las diversas experiencias, acercamientos y entrevistas

informales con la población maya se lograron identificar las características que

manifestaron los mismos miembros de las comunidades, las cuales se

enumeran a continuación:

1. Los padres de familia mantienen un pensamiento negativo sobre su propia

lengua materna. Este pensamiento impide en la mayoría de las veces la

transmisión del idioma maya a los hijos; algunos de estos pensamientos

expresados por varios padres de familia son los siguientes: Mi hijo no va a

aprender a hablar el español de manera correcta; si le enseño maya no va

a conseguir empleo; si le enseño maya va terminar como yo, como un

campesino; otro importante factor por el cual los padres no enseñan el

idioma maya a sus hijos es para protegerlos de la discriminación social.

2. Los niños y niñas prefieren aprender el idioma inglés, una de las formas de

aprendizaje se da a través de los medios de comunicación, principalmente

la televisión.

3. Los jóvenes que migran a centros turísticos en busca de un empleo

adoptan costumbres extrajeras y también de jóvenes mexicanos urbanos,

por lo tanto surge un proceso de aculturación, que permite de forma

acelerada el desarraigo a su comunidad.

4. El sistema educativo monolingüe que desarrolla el personal docente de las

escuelas no cumple con el objetivo de promover la lengua, la identidad y el

respeto a los derechos lingüísticos, a pesar de estar estipulado en el

artículo 11 de la Ley General de Derechos Lingüísticos, que a la letra dice:

Las autoridades educativas federales y de las entidades federativas, garantizarán

que la población indígena tenga acceso a la educación obligatoria, bilingüe e

intercultural, y adoptarán las medidas necesarias para que en el sistema educativo

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se asegure el respeto a la dignidad e identidad de las personas,

independientemente de su lengua. Asimismo, en los niveles medio y superior, se

fomentará la interculturalidad, el multilingüismo y el respeto a la diversidad y los

derechos lingüísticos.

Garcia Canclini reflexiona sobre la conexión/desconexión para insertarla en la

sociedad como un nuevo elemento que se va a adjuntar a las categorías de

diferencia -étnica, nacional, de género- y a la desigualdad generada por

razones económicas y educativas (García Canclini en Repoll 2010).

2.1. México multicultural y pérdida de identidad.

México es un país pluricultural rebosante de tradiciones, rituales,

historias, gastronomía, lenguas y saberes milenarios que portan los pueblos

indígenas. La diversidad de elementos que los caracteriza se asume bajo su

entorno natural y colectivo. El conjunto que conforman estos elementos crea

una visión diferente del origen que cada comunidad indígena posee; la

multiculturalidad con la que cuenta México lo cataloga como uno de los países

con más vitalidad cultural a nivel Latinoamérica (Comisión Económica para

América Latina [CEPAL], 2014).

En la Declaración Universal de la Organización de las Naciones Unidas

para la Educación, la Ciencia y la Cultura, se reconoce la diversidad cultural

como patrimonio común de la humanidad y por ello se asume que, “la

diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad

biológica para los organismos vivos” (UNESCO, 2001).

A lo largo de todo el territorio mexicano existen 68 pueblos autóctonos,

con una población de 15.7 millones de personas que se reconocen como

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indígenas de los cuales 6.6 millones son hablantes de una lengua indígena y

9.1 millones no hablan una lengua indígena (INEGI, 2010).

Los pueblos originarios se reconocen entre ellos mismos, en su cultura

que los arraiga y en su riqueza que también reside en su diversidad dialogante.

La lengua indígena es más que un medio de comunicación, es la concepción

de su mundo que los vincula con la realidad. Es la realidad en boca de una

comunidad, para develar el mundo.

El devenir de los pueblos originarios se ha desarrollado a través de

acontecimientos históricos no propicios para los indígenas. A lo largo de cinco

siglos estuvieron subordinados a la voluntad de grupos españoles que los

consideraron inferiores, tal inferioridad radica en sus diferencias; su origen, su

lengua, sus formas de vidas “precarias”. Los indios es un apelativo asignado

por los hombres del viejo mundo en 1492, y que aún prevalece de forma

despectiva, separatista, en nuestra sociedad.

Los esfuerzos llevados a cabo por el Estado Nación para crear una

homogeneización cultural en México a favor –pero obviamente en contra- de

los indígenas han sido atribuidos a movimientos que trataron de incluir a los

indígenas a la sociedad, a través de políticas indigenistas ejercidas desde

tiempos coloniales. Cristina Oehmichen (1999) expresa que “la política

indigenista es interpretada como parte de la política social del Estado”. En un

primer acercamiento la política indigenista se orientó a conseguir la

alfabetización y castellanización forzosa, o a través de la mezcla de razas “toda

vez que la diversidad étnica y cultural se presentaba como un obstáculo para la

unificación nacional”. José del Val (2005) admite que “los pueblos diversos han

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resistido a esta loza de la indianitud”, que aún mantiene arraigada su lengua e

identidad.

En la globalización del siglo XXI, los pueblos indígenas de México son

víctimas de diversos despojos físicos como el territorio y también el inmaterial

como lo es su identidad. López Barcenas lo admite de la siguiente manera:

El despojo de sus propiedades, recursos naturales y patrimonio cultural se

encuentra bajo acecho constante del capital, a veces con fórmulas legalizadas y otras sin ellas. Como consecuencia del despojo y la explotación, la pobreza en que se ha sumido a las comunidades indígenas y la rápida descomposición de las relaciones sociales y familiares, afectando formas tradicionales de reproducción social a nivel de unidad doméstica, así como las estructuras de participación como el tequio, los sistemas de cargos y las fiestas que tanta importancia tienen dentro de las estructuras de las comunidades indígenas. (2005).

En el censo del INEGI (2010) se reveló que 400 mil personas que

hablan una lengua indígena en el país no se reconocen como tal. Argumento

que conlleva a otros factores como la discriminación.

Las lenguas indígenas son un elemento vital para las comunidades, es

una forma de atesorar y transmitir sus saberes ancestrales, a pesar de ello no

se le otorga valor a la palabra indígena. El Instituto Nacional de Lenguas

Indígenas afirma que “las lenguas indígenas, en su gran mayoría, han

prevalecido en México de manera oral, no escrita” (INALI, 2015).

2.2 Medios de comunicación. Radios Culturales Indigenistas vs Radios Comunitarias Indígenas.

Los medios de comunicación actuales asumen un papel preponderante en la

sociedad; el acto de la comunicación a través de los medios pasó de informar

para el beneficio de la comunidad, a un estado en el que se transmiten ciertos

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contenidos de información que sirven a intereses económicos y políticos, en el

que predominan las utilidades mercantiles. Restringen el uso de la palabra,

limitan a otros medios radiofónicos como los educativos, y sobre todo a los

medios comunitarios e indígenas.

En México en el siglo XXI, el espacio mediático, entendido cada vez más

como un espacio de mercado, excluye también a los consumidores indígenas

por su escaso poder adquisitivo y por una inercia de décadas de

discriminación. (Castells -Tallens, 2006).

En México a partir de 1979 cuando el entonces Instituto Nacional

Indigenista (INI) sucesor de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos

Indígenas (CDI) creó un Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas.

Nacen las primeras radios indigenistas, los objetivos castellanizantes aún

prevalecen en los estatutos aunque tal vez no de forma prioritaria (Castells-

Tallens, 2006). El perfil de las radios indigenistas se basa en la transmisión en

español y en la lengua vernácula de la comunidad, programación que incluye

música tradicional y contemporánea, noticias, temas de cultura, salud,

agricultura y derechos indígenas, no es comercial ya que su fin no es el lucro,

reciben un presupuesto destinado por parte del Gobierno Federal y por lo tanto

no pasan por una incertidumbre económica, las emisoras indigenistas reciben

capacitación profesional de manera constante y sus funciones se inspiran en

medios comunitarios (Castells-Tallens, 2011), cuentan con gran popularidad en

su comunidad por lo que es bien aceptada por los radioescuchas. Actualmente

las emisoras indigenistas conforman el Sistema de Radiodifusoras Culturales

indigenistas (SRCI) siendo un total de 24 radios que transmiten en 31 lenguas

indígenas, además de cuatro centros digitales de información indígena. El

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público en su mayoría indígena se ha logrado identificar con estas emisoras

manteniendo una relación amigable (Ibídem).

Las radios indigenistas son un ejemplo de que través de los medios de

comunicación se puede fortalecer la lengua, sin embargo dichas radios al

depender totalmente del gobierno no ejercen una libertad en cuanto a la línea

editorial ya que se ven obligadas a mantener un perfil oficialista, por lo tanto no

le pertenece ni a los indígenas ni a la comunidad, pero sí al Estado. Un hecho

importante fue el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

(EZLN) en 1994, el Estado ya no consideró a los pueblos indígenas como un

“obstáculo incómodo”, sino como un problema de seguridad nacional. Los

zapatistas exigían que las radios indigenistas pasaran a manos de las

comunidades indígenas, hecho que no sucedió.(Henríquez et al, 2000, citado

en Castells-Tallens, 2011:308). Con el movimiento zapatista las políticas de

control fueron excesivamente rigurosas, el INI prohibió a las radios indigenistas

transmitir información sobre el conflicto. El EZLN tomó las instalaciones de

Radio XEVFS para difundir sus comunicados, a esto se debió que técnicos

contratados por el INI instalaran dispositivos en los transmisores de algunas

radios, aparatos que permitían cortar la señal del transmisión en cualquier

momento, con la justificación de “salvaguardar al personal de las radios y

salvaguardar la misma estación de radio” (citado en Castells-Tallens, 2011).

La censura en la radios indigenistas surgió antes del levantamiento

zapatista, así, las radios ya conocían la censura. En algunas emisoras, las

carátulas de los discos de vinilo muestran las canciones que no se podían

poner en antena: canciones como “Gracias a la vida” tienen un “no” escrito con

marcador al lado. En 1990 Radio XENAC en Tabasco fue clausurada de

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manera definitiva, después de que un grupo de chontales tomara las

instalaciones como reivindicación (Castells-Tallens, 2011).

Las radios indigenistas fungen como medio de comunicación entre las

diversas comunidades y al mismo tiempo es una forma para que el Estado

mantenga el control de las mismas; ofrecen a los pueblos lengua y cultura, sin

embargo se tiene demasiado cuidado al tocar los temas políticos.

A estas emisoras las mantienen bajo un control estricto, de tal manera

que no responden a las necesidades reales de las comunidades indígenas. Es

por esto que surgen las radios comunitarias a finales de los años setenta en

México y en Latinoamérica , con el fin de reconocer la problemática y poder 2

distinguir las expectativas de las comunidades que la mayoría de las veces

eran y siguen siendo segregadas en otros medios de comunicación.

Frente a los medios de comunicación masivos, controlados por el Estado

y el mercado, desde hace varias décadas se han practicado formas directas de

comunicación: comunitaria, educativa, popular, alternativa, etc., que podemos

resumir (con cierto margen de aproximación) en el término de comunicación

participativa. (Gasparello, 2012)

Aleida Calleja y Beatriz Solís definen a la radio comunitaria como:

Una propuesta social que un colectivo u organización ofrece a la

sociedad, exponiendo claramente cómo pretenden estar y en

consecuencia, incidir en el tejido social. Entendida así la radio

comunitaria, es un proyecto político. Las radios comunitarias son

producto de procesos autogestivos de las comunidades, quienes a

través de la reflexión y discusión determinan la necesidad de contar con

En América Latina la historia de las radios comunitarias se relacionan con las luchas 2

políticas que en el continente libraron los sectores populares.

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un medio de comunicación y expresión propio, como instrumento de

difusión y visualización de su problemática específica, sea por

coyunturas o bien, por procesos sociales de más largo aliento (Calleja y

Solís, 2005).

El movimiento de radios comunitarias en su mayor parte está articulado por la

Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) . Gustavo Gómez, 3

Director de AMARC manifiesta que la radio comunitaria ha sido el instrumento y

el espacio para debatir abiertamente lo que preocupa a las diversas

comunidades de una sociedad, responden a las necesidades, intereses,

problemas y expectativas de sectores que muchas veces han sido

empobrecidos, relegados y discriminados de la sociedad civil.

Para las comunidades indígenas de México contar con un medio de

comunicación como la radio comunitaria es otra forma de ejercer la

comunicación como derecho a través de su propia lengua, revalorizar la cultura

propia e identidad, como es el caso de la radiodifusora Jën Poj ubicada en

Santa María Tlahuitoltepec en el estado de Oaxaca. A raíz del movimiento

indígena en México, el Comité de Defensa de los Recursos Naturales,

Humanos y Culturales Mixes” (CODREMI) en 1979, empezó a generar un

proceso de reorganización del Pueblo Mixe desde la perspectiva de la

autonomía y la autogestión y tenía como objetivo la revitalización de la cultura

mixe a través de pronunciamientos como el respeto a los derechos humanos,

detener el saqueo de los recursos minerales o proteger los recursos naturales,

entre otros. Iniciaron las transmisiones sin permiso legal por lo que comenzaron

AMARC en América Latina y el Caribe fue fundada en 1990 cuenta con 400 3

asociadas y 18 representantes nacionales que impulsan las actividades de la asocian en sus respectivos países.

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a recibir acosos por parte de los gobiernos federales. El permiso se logró

obtener en el año 2004 (Mora, 2011). Radio Jën Poj logró consolidar un medio

comunitario que ha permitido la difusión de su cultura, costumbres y

tradiciones.

Radio Huayacocotla, en Veracruz, es uno de los antecedentes más

antiguos de la radio comunitaria en México. Tras iniciar como radio educativa

en el año de 1965 y a través de onda corta obtiene su permiso hasta el año

2005 y se obtuvo bajo el nombre y auspicios de la Universidad Iberoamericana;

en el 2015 Radio Huayacocotla se transformó en la Voz Campesina y hoy

transmite en lenguas ñühü, náhuatl, masapijni y español (AMARC, 2015).

No se sabe con exactitud cuántas radios indígenas existen que

transmiten en el marco de la legalidad, razón por lo que han sido víctimas de la

criminalización por parte, incluso, de las instituciones gubernamentales, como

es el caso de Radio Ñomdaa ubicada en la Costa Chica en los límites del

estado de Guerrero. Radio Ñomdaa -única emisora en lengua amuzga- surge a

raíz de los movimientos indígenas amuzgos y las diferencias encontradas 4

entre las imposiciones de los partidos políticos en la comunidad. En una nota

de La Jornada (Muñoz, 2011), los integrantes de la radio señalan: “En estos

años nos hemos dado cuenta que es posible otra manera de comunicarnos,

sobre todo es muy necesario. Nos hemos dado cuenta que este medio permite

platicarnos lo que nos pasa, nos ha permitido reflexionar el porqué de las

injusticias que padecemos, también nos ha posibilitado el ponernos de acuerdo

hacia dónde podemos caminar juntos”. En el año 2004, 40 elementos de la AFI

y de la SCT se presentaron en las instalaciones de la emisora con el fin de

Los pueblos amuzgos organizados respaldaron esta decisión con los acuerdos de 4

San Andrés, firmados por el EZLN y el gobierno federal en 1996.

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clausurarla y llevarse el equipo, pero gran parte de la comunidad se organizó y

protestó y con la presión lograron defender la cabina de radio. El Gobierno

Federal a través de la CDI ha propuesto a Radio Ñomndaa incorporarse al

sistema oficial de radiodifusoras y terminar así con el hostigamiento, siempre y

cuando sea bajo ciertas condiciones, la respuesta por parte de la radio fue

negada (La Jornada, 2009).

Las radios comunitarias indígenas en algunos casos son respaldas por

organizaciones no gubernamentales, pero la mayoría de las emisoras sólo

cuentan con el apoyo de la misma comunidad. Entre estas organizaciones no

gubernamentales destaca AMARC en su labor de gestionar y asesorar a las

radios comunitarias para la obtención del permiso a nivel nacional. En Chiapas

existe la Red de Comunicadores Boca de Polen que contribuye con la

Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER). En Oaxaca

preside la Asociación de Radios Comunitarias Benito Juárez y la organización

Ojo de Agua, quienes con base en su organización han logrado capacitarse en

temas relacionados al marco jurídico y sobre la práctica de comunicar como un

ejercicio de función social dentro de sus comunidades. De manera más

independiente, en Michoacán se encuentra la Asociación de Radios

Comunitarias del Estado de Michoacán con 28 emisoras y Radios Indígenas

Comunitarias que abarca un número similar (Ramos, 2015).

Al no ser parte de una institución gubernamental como el caso de las

radios indigenistas, estas no reciben un presupuesto destinado ni capacitación.

El financiamiento lo obtiene a través de pequeñas donaciones por parte de la

comunidad o realizando eventos como rifas, kermés o fiestas para obtener

algún ingreso; si bien es cierto que su objetivo no es el lucro, algunas de las

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emisoras ofrecen spots a bajo costo para las pequeñas tiendas aledañas a la

comunidad. El dinero obtenido a través de dichas formas de recaudación de

fondos es básicamente para el mantenimiento y/o compra del equipo. La forma

de trabajo para dichas radios se basa en un sistema que refleja su misma

ideología como comunidad, es decir, el trabajo voluntario –el tequio- es una

forma de aportación para la comunidad.

El proceso de aprendizaje a que están sujetos los trabajadores y

colaboradores de las radios indígenas se ha hecho mayormente de manera

empírica, difícilmente han podido contar con los conocimientos y destrezas de

los así llamados, profesionales de la comunicación, lo cual no quiere decir que

sus transmisiones carezcan de valor ya que cumplen con el objetivo de acercar

a la comunidad con sus tradiciones, cultura, maneras de vida, reivindicación de

sus derechos más elementales y la propagación de sus conocimientos

ancestrales. Dentro del contexto sociopolítico en el que se encuentran las

radios comunitarias indígenas se continúa con esta labor invaluable de

comunicar y reivindicar sus derechos colectivos en un marco de no legitimidad

legal, pero sí con el reconocimiento del pueblo indígena, es decir, una

legitimidad civil, conferida por sus comunidades. Más aún, la ley actual perfila

un castigo mucho más severo a quien opere de manera irregular una

frecuencia que a un tratante de personas.

2.3 La palabra hecha radio.

Los sonidos, el lenguaje, la imaginación y las dimensiones que viajan a través

de ondas hertzianas crean y recrean los sentidos a través de la voz

escuchada.

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En esta sociedad en que la gente casi no se acerca a la lectura y en la

que la televisión ofrece emisiones de bajísima calidad, masivas, uniformes, en

ocasiones extranjerizantes y siempre enajenantes, es decir, no nos deja ver o

nos quita el interés por los verdaderos problemas sociales y nos deja sin

soluciones. La virtud de la radio es que no cuenta con una imagen, la radio es

un medio interactivo por antonomasia ya que desde que la encendemos nos

transporta a otros lados, nos hace ponerle cara, vestido, colores a los

interlocutores, además de que nos puede atraer si se utiliza un lenguaje rico,

llano, simple y eficaz.

La radio tiene esa capacidad de acompañar a la gente, de otorgar

espacios a la comunidad con palabras y contenidos adecuados en donde los

niños tengan voz, acción e inteligencia, las mujeres vean reflejada su

problemática, sus anhelos, y en conjunto puedan llevar a cabo vías para su

solución de manera organizada y en donde los hombres entiendan y ejerzan el

nuevo rol que les toca representar en la sociedad, para el enriquecimiento de la

comunidad en particular y de la sociedad actual en general.

En las comunidades indígenas de México, la radio es una forma en

enlazar y compartir sus sabidurías ancestrales, sus modos comunitarios de

vida y formas de percibir el mundo, por ello cobra mayor fuerza cuando la

transmisión de la palabra es en su lengua indígena, sonidos y fonemas que

reconoce y le son propios. En la mayoría de los casos la población acepta de

manera satisfactoria la radio y es porque la tradición oral mantiene su fuerza

predominante. Lidia Camacho afirma: “La gente común siguió hablando y

contando historias, rezando a sus dioses, repitiendo fórmulas; en suma,

�18

persistió en reforzar la tradición oral, a pesar de que ya existía una forma de

conservar lo que de los labios nacía y en los oídos moría (1997).

En un país discriminante en el cual la lengua originaria no es un símbolo

de orgullo sino de prejuicios y tanto las instituciones como la sociedad ignoran

su valor, escucharla a través de un medio de comunicación -como la radio- la

oralidad indígena posiciona y revaloriza el lenguaje y la identidad de los

pueblos comunitarios. Contar con espacios donde las comunidades puedan

expresar y continuar con la historia de sus pueblos es un gran aporte para el

entendimiento de un México que comparte el territorio con más de 50 pueblos

indígenas (CDI, 2010).

2.4 Ley de Telecomunicación.

La Ley de Telecomunicaciones mejor conocida como Ley Telecom, en el 2013

por primera vez reconoce a los medios comunitarios como “medios sociales”. Al

mismo tiempo que las reconoce de manera legal les impone una serie de

limitaciones que les impide obtener ingresos para la comercialización de sus

espacios. La reforma reconoce en la industria de la radiodifusión (televisión y

radio) cuatro ordenamientos para categorizar a las emisoras de radio:

comerciales, privadas, públicas y para uso social; estas últimas deben de tener

como objetivo el fomento de los aspectos culturales, educativos, científicos o

valores de su comunidad. Se les prohíbe comercializar su tiempo aire, dado

que las modificaciones de la Ley establecen que deberá mantener su

operación con las aportaciones que el Estado les canalice, en este sentido la

legislación determinó el 1% del gasto anual del Gobierno Federal, así como el

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1% del presupuesto de los Gobiernos estatal y/o municipal para que vayan al

financiamiento de las radios comunitarias e indígenas (AMARC, 2015).

El financiamiento que otorga el Gobierno podría comprometer la libertad

de expresión de las emisoras comunitarias por lo que las estaría situando en

un estado de dependencia, el cual han estado rechazando de manera

constante al luchar por la defensa de su autonomía y libertad de expresión.

Otro aspecto que establece la ley son las multas millonarias para quien abra

una radio sin permiso y la confiscación de bienes y equipos (AMARC, 2015). A

raíz de esto, grupos de comunicadores en Oaxaca han solicitado al edil del 5

municipio de Juchitán que aclare la situación de las radios comunitarias frente

a la reforma de telecomunicaciones.

Las radios indígenas son producto de procesos autogestivos de las

comunidades quienes a través de la reflexión y discusión determinan la

necesidad de contar con un medio de comunicación. Cada radio indígena se

organiza de acuerdo a sus necesidades y su contexto.

La construcción de medios por parte de los pueblos indígenas se ha

venido desarrollando de forma más sólida. En sus luchas y autonomía ha

propiciado espacios de comunicación; están pasando de un estado de

victimización a ser sujetos de acción, a reconocer y hacer valer sus derechos.

Este conjunto de fenómenos desde las leyes mismas de

Telecomunicación que reconocen la necesidad de radios emisoras diferentes

como las comunitarias, pasando por el olvido premeditado hasta llegar a las

Aproximadamente con presencia de unos 50 comunicadores y trabajadores de radios 5

comunitarias se organizaron para conocer a fondo los aspectos de la Ley Telecom.

�20

agresiones sistemáticas del Estado en contra de las mismas, genera la pérdida

de la identidad de las comunidades.

2.5 Objetivo de la investigación.

Interpretar la resignificación de la identidad a través de la mediación entre un

medio comunitario y una población indígena.

2.6. Justificación.

A partir de que sigue existiendo la confusión de lo que es y para qué sirve y

desde dónde viene una emisora indígena en contraposición con una emisora

indigenista, es conducente ubicar esas diferencias en la justificación. Con el fin

de tener más claro el panorama del objeto a estudiar, en tanto que existe

muchas investigaciones de las radio indigenistas pero no de las emisoras

comunitarias indígenas.

De ahí que el interés de esta investigación sea el querer aportar

elementos de estudio y reflexión a un fenómeno comunicacional que si bien no

es nuevo es el factor que le dará sustento y fuerza a la identidad de las

comunidades indigenas .

3. Marco Teórico.

Se proponen tres marcos conceptuales que son la comunalidad desde

Floriberto Díaz Gómez y Jaime Martínez Luna; la identidad basada en Gilberto

Giménez y como tercer gran campo el de Martín Barbero que se relaciona con

la comunicación, la mediación y su interrelación.

�21

Es importante tomar el concepto de comunalidad, desde la perspectiva

de dos indígenas mixes, quienes con sus investigaciones han llegado a definir

con claridad este concepto en la interfaz que relaciona al objeto observable con

el sujeto que lo observa. A esta relación entre objeto y sujeto le llamamos

observable de acuerdo con Rolando García (citado en González, 2007).

Jorge González (2007) señala que un observable es la relación que

establecemos entre una parte de información que proviene de las

determinaciones del Objeto (O), y otra parte de interpretación que proviene de

las determinaciones del sujeto (S).

Aunque un mismo hecho sea “visto”por un grupo de personas, ese

hecho nunca será visto de la misma manera entre ese grupo. Ni los

observables ni los hechos se captan directamente por al experiencia sensorial.

(…) Un hecho, al igual que un observable, siempre es construido.

La propuesta teórica de Díaz y Martínez se basa en el hecho de que la

comunalidad está constituida por tres elementos: una estructura, una forma de

organización social y una mentalidad. La estructura es la comunidad, la forma

de organización es lo que inicialmente se ha llamado comunalidad (expresada

en el poder, el trabajo, el territorio y la fiesta) y la mentalidad colectivista es el

elemento a partir del cual las diferentes sociedades originarias han dado forma

a su estructura y organización en los distintos momentos de su historia. La

caracterización de la vida indígena como comunal tenía por objetivo nombrar lo

que era propiamente indígena, lo que los diferenciaba de los no indígenas y por

“La comunalidad expresa principios y verdades universales en lo que respecta a la sociedad indígena, la que habrá que entenderse de entrada no como algo opuesto sino como diferente de la sociedad occidental. Para entender cada uno de sus elementos hay que tener en cuenta ciertas nociones: lo comunal, lo colectivo, la complementariedad y la integralidad. Sin tener presente el sentido comunal e integral de cada parte que pretendamos comprender y explicar,nuestro conocimiento estará siempre limitado” (Díaz y Martínez, 2007)

�22

A través de esta definición, los autores consiguen salir de la

reproducción de binarismos, resaltando el carácter no opuesto sino diferencial

de la sociedad indígena con respecto a la sociedad “occidental”.

Floriberto lleva la noción de comunalidad cuando afirma que está

expresa principios y verdades universales en lo que respecta a una sociedad

indígena. La noción se compone de algunos elementos básicos que garantizan

su entendimiento en la comunidad: 1. La Tierra, como Madre y como territorio,

2. El consenso en Asamblea para la toma de decisiones, 3. El servicio gratuito,

como ejercicio de autoridad, 4. El trabajo colectivo, como acto de recreación y

5. Los ritos y ceremonias, como expresión del don comunal.

La identidad, según Gilberto Giménez (2005) puede ser definida como un

proceso subjetivo y frecuentemente auto-reflexivo por el que los sujetos

individuales definen sus diferencias con respecto a otros sujetos mediante la

auto-asignación de un repertorio de atributos culturales generalmente

valorizados y relativamente estables en el tiempo.

Al hablar de los grupos de pertenencia , Giménez señala los siguiente:

según los sociólogos, los más importantes – aunque no los únicos – serían la

clase social, la etnicidad, las colectividades territorializadas (localidad, región,

nación), los grupos de edad y el género. Tales serían las principales fuentes

que alimentan la identidad personal.

Alberto Melucci en su obra Challenging codes (citado en Giménez,2005)

construye el concepto de identidad colectiva – como categoría analítica - a

partir de una teoría de la acción colectiva. (…) la identidad colectiva define la

capacidad para la acción autónoma así como la diferenciación del actor

�23

respecto a otros dentro de la continuidad de su identidad. (…) La capacidad del

actor para distinguirse de los otros debe ser reconocida por esos “otros”.

Resulta imposible hablar de identidad colectiva sin referirse a su dimensión

relacional.

Aproximación al concepto de mediación. El tercer marco conceptual es

abarcado desde lo comunicativo bajo el concepto de mediación, de ahí que

para abordarlo, Jesús Martín Barbero (2002) piensa: dos procesos están

transformando radicalmente el lugar de la cultura en nuestras sociedades fin de

siglo: la revitalización de las identidades y la revolución de las tecnicidades.

Lo que la revolución tecnológica de este fin de siglo introduce en

nuestras sociedades no es tanto una cantidad inusitada de nuevas máquinas

sino un nuevo modo de relación entre los procesos simbólicos -que constituyen

lo cultural y las formas de producción y distribución de los bienes y servicios: un

nuevo modo de producir, inextricablemente asociado a un nuevo modo de

comunicar, convierte al conocimiento en una fuerza productiva directa (ibidem:

11).

La mediación entendida como una nueva forma de interacción social, y definida

por el autor como aquella instancia cultural desde la cual los significados y

sentidos son producidos y apropiados por la audiencia. Concebir el proceso de

comunicación desde lo comunicacional, de intercambio cultural y de un

acuerdo político.

�24

Se considera abordar con mayor profundidad los conceptos antes

mencionados, para lograr un análisis relacional entre uno y otro concepto, para

una compresión más clara sobre la articulación del marco conceptual.

4. Estado de la cuestión.

Este apartado abarca tres investigaciones sobre la radio comunitaria en

México.

1. La radio comunitaria indígena, sus relaciones e implicaciones han sido

estudiadas desde la comunicación comunitaria y otros campos. Giovanna

Gasparello (2010) en su publicación No morirá la flor de la palabra, señala que 6

existen tres temáticas principales de estudio sobre la radio comunitaria

indígena en Guerrero y Oaxaca. La primera toma como referencia a

investigadores dentro de la comunicación y la antropología, como Néstor

García Canclini y Martín Barbero quienes estudian la apropiación y

construcción de los medios por parte de las comunidades indígenas. La

segunda temática es la función social de la radio comunitaria indígena,

tomando como elementos principales el uso de la lengua vernácula, su

revitalización, la producción y reproducción cultural y la defensa del territorio a

través de la radio usada como herramienta. Por último, la tercera, analiza la

legislación mexicana hacia las radios comunitarias, dentro del discurso del

estado y las políticas públicas discriminatorias y que pueden ser el detonante

de nuevas formas de comunicación como medios de resistencia.

Maestra en Ciencias Antropológicas. Doctorante en Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma 6

Metropolitana-Itztapalapa. Líneas de investigación: autonomía indígena, antropología jurídica, comunicación indígena.

�25

La radio comunitaria, sin la presión gubernamental, ejerce como modelo

un proceso horizontal: “ya no hay emisor y perceptor, sino actores sociales que

asumen continuamente ambos roles” (Gasparello, 2010). Entre las principales

motivaciones de los pueblos indígenas para instalar un medio comunitario,

según la investigación, se destacan: resistencia a la dominación cultural y

política, experiencias que nacen de procesos organizativos y sirven para

apoyar su comunidad y la afirmación del derecho a la libertad de expresión.

2. Desde el campo de las políticas de comunicación, Antoni Castells i Talens

(2011), investigador de la Universidad Veracruzana, en su publicación titulada

Ni indígena, ni comunitaria analiza las políticas de comunicación indígena a

través de un recorrido por las administraciones panistas, en donde se

cuestiona los proyectos que el gobierno en turno impuso sobre la comunicación

popular, imprimiendo características muy particulares a las radios indigenistas

que no son ni indígenas, ni comunitarias.

Describe de manera general el perfil de las radios indigenistas: no son

comerciales, reciben un presupuesto por parte del gobierno, transmiten en

lenguas indígenas y en español, sus funciones se inspiran en medios

comunitarios y cuentan con gran popularidad en la comunidad de origen. Esta

manera de organizar a los medios aparentemente comunitarios es una forma

de control político sobre las comunidades indígenas. La investigación

contribuye al estudio de las políticas neoindígenistas del siglo XXI, con el

diseño foxista de políticas gubernamentales que intentaron modernizar su

relación con los pueblos indígenas a partir de un discurso más amable para

apaciguar las demandas de autonomía indígena. Hace evidente que las radios

�26

indigenistas no son indígenas por varias razones: el presupuesto otorgado

viene del gobierno en su totalidad, las decisiones de las políticas de las radios

no están en manos de los propios indígenas, y tampoco se les puede atribuir el

término de comunitarias dado que estas mantienen una organización horizontal

y dependen de la misma comunidad, mientras que las radios indigenistas

responden a las políticas del gobierno, no ejercen su derecho a la libertad de

expresión ya que son previamente censuradas y controladas. Sin embargo, las

radios indigenistas cuenta con características comunitarias bien definidas como

la participación popular, el diseño de la programación y la contribución social

con la comunidad.

3.Dentro del contexto internacional la investigación Comunicación para el

cambio social: la radio indígena comunitaria Pataxó-Ha-ha-hae en Brasil,

abordado desde Maider Iriarte (2006) y publicado por la UNESCO, refleja otras

realidades de otros indigenismos con sus características geosociales, políticas

y culturales específicas pero que finalmente encuentran vasos comunicantes

con los indigenas mexicanos que puede dar la pauta para identificarnos y

diferenciarnos. Sobre este tema se estoy realizando la revisión de literatura y

que más adelante será plasmado y analizado desde la perspectiva de la

identidad.

A partir de la reflexión de estos tres grandes temas de investigación se

planeta la forma en que podemos aproximarnos a las siguientes características:

el funcionamiento de las radios comunitarias indígenas como herramienta

prioritaria de comunicación en su comunidad, contribución a un beneficio

común dentro de su localidad al presentar y desarrollar temas como la defensa

de sus derechos colectivos, el uso de sus lenguas originales o la defensa de

�27

sus costumbres y tradiciones, no obstante se desconoce de manera particular

en cómo se construye la resignificacón de la identidad indígena en una

comunidad.

5. Pregunta de investigación.

Los elementos de esta investigación son los siguientes:

1. La comunidad maya

2. La identidad de esa comunidad

3. La radio comunitaria y la apropiación de tecnología como elementos de

mediación.

En base a estas premisas se plantea la siguiente pregunta de investigación:

¿De qué manera se resignifica la identidad de la comunidad maya a través de

los procesos de mediación de una herramienta tecnológica como la radio

comunitaria indígena?

6. Hipótesis de trabajo.

Las radios indígenas como medios de comunicación ayudan a

revalorizar la identidad de una comunidad a través de una comunicación no

con el otro, sino a través de ellos mismos, entre ellos mismos y desde la

realidad que les acontece como comunidad. El hecho de que un medio de

comunicación trasmita en una lengua indígena representa un símbolo de

valorización para la comunidad. La identidad es una forma de permanencia y

resistencia a la homogeneización de otra cultura y de otra realidad que no les

pertenece. A través de la palabra indígena, es decir, de la identidad propia se

�28

expanden los saberes y manifestaciones de los actores sociales involucrados.

El Estado, con el antecedente y la creación de las políticas indigenistas ha

incidido en esta relación entre radio y comunidad, trastocando los elementos

identitarios de las comunidades, ya que algunas veces funge como actor

dominante sobre una comunidad y otras veces sobre la radio misma.

La hipótesis se encuentra en un momento de transformaciones lógicas,

debido a que los propios elementos que van a ir organizando y constituyente la

investigación son cambiantes y otros elementos se podrán ir adhiriendo a lo

largo de la misma.

7. Metodología.

Se plantea trabajar con una metodología híbrida, en la que de manera

cuantitativa, se lleven a cabo encuestas entre la gente del pueblo para conocer

la opinión general sobre su emisora de radio. Y por otro lado se trabajará con

entrevistas semiestructuradas, de manera cualitativa, con personajes que

puedan ser relevantes para la comunidad.

La observación participante se tomará en cuenta para normar el criterio de la

investigación sobre los responsables de la emisora, que fungen como actores

sociales ya que pretenden elegir los rasgos culturales que los identifican

(Giménez, 2002).

7.1. Universo/muestra de estudio.

Según la Asociación Mundial de Radios Comunitarias AMARC-México (2015),

existen aproximadamente 200 emisoras comunitarias sin permiso, de las que

no hay un registro sistemático a través del cual se pueda saber cuántas de

�29

ellas son indígenas. Me encuentro elaborando de manera personal una base

de datos que en este momento se encuentra en proceso de preparación.

Se pretende trabajar con una radio comunitaria indígena cuyo nombre será

omitido por cuestiones éticas, ya que se encuentra en la comunidad maya del

mismo nombre ubicada en el estado de Quintana Roo.

7.2. Plan de obtención de información.

Se trabajará con encuestas, entrevistas semiestructuradas y observación

participante, bajo un método híbrido.

Debido a que la radio comunitaria incide en toda una comunidad y la

comunidad en su propia emisora, decidí trabajar con estas tres herramientas ya

que considero que para la obtención de los datos pertinentes es necesario

usarlas; de manera previa se realizarán pruebas de manera experimental para

asegurar el procesamiento de los datos.

7.3. Plan de procesamiento de información.

Para poder interpretar los tres elementos anteriormente descritos, como son la

encuesta, la entrevista y la observación participante, se deben analizar por

separado cada uno de estos elementos, de manera que al categorizarlos se

pueda definir el método que permita organizarlos y sistematizarlos.

Debido a la limitación de tiempo considero que un muestreo fiel no puede ser

llevado a cabo con márgenes de errores menores. Debido a que estoy

proponiendo una investigación híbrida, es pertinente darle mayor peso a la

investigación cualitativa, ya que considero que va a arrojar mejores elementos

para la investigación.

�30

8. Consideraciones éticas.

Para esta investigación los datos a usar sobre la radio comunitaria involucrada

se realizara de manera anónima ya que actualmente no cuentan con permiso

legal, es una forma de no exponerlos ante los posibles abusos por parte de las

autoridades; de la misma forma los nombres de los responsables serán

reemplazados. Toda acción futura que tenga que involucrar a la radio será en

diálogo con los responsables de la emisora y bajo su autorización.

9. Recursos.

En este momento de la investigación considero que los recursos necesarios

para llevarlo a cabo son prioritariamente de orden económico, seguidamente

de tiempo. Se cuenta con suficientes recursos humanos ya que se necesita de

un entrevistador, en este caso yo, y las diversas personas de la misma

comunidad.

10. El indigenismo en México. Cada uno de sus pueblos indígenas le da luz, brillo y voz a un México

multicultural que se hace presente en el pasado a lo largo de sus tradiciones,

rituales, cosmogonías, territorios y estructuras sociales; prácticas culturales

enraizadas desde la conformación y confirmación de dichos pueblos,

mostrados en el transcurso de la historia. La estrecha relación que mantienen

�31

con la naturaleza y el derecho de antigüedad sobre sus propias tierras, los

hace por convicción dueños de su espacio y amos de su destino, mismos que

han protegido y que les ha dado vida y sustento.

Ciertas prácticas de la sociedad occidental se han puesto en marcha a

través y a partir de modelos sociopolíticos regionales, han tomado como guía

las propuestas iniciales de los pueblos originarios como son: organización

social, cultural, proyectos educativos, artísticos, comunitarios, de economías

solidarias, soberanía alimentaria, incluso de medicina tradicional; (Landey,

2014) que dignifican y fomentan una labor comunal, incluyente y de respeto

irrestricto a su cultura.

El término indígena ha contenido siempre una carga cultural, social y

política; su significado según la Real Academia Española (RAE) es “Originario

del país de que se trata”, a diferencia del término indio que fue acuñado por los

españoles del siglo XVI para referirse a los individuos de los pueblos

originarios.

Para la historia de la ciencia el punto de partida de la polémica sobre el

indio americano, y por extensión del mexicano, se dio en el siglo XVIII con la

obra de Buffon. Este científico sostuvo en su célebre Historia Natural la tesis de

la inferioridad de la naturaleza, el clima y los habitantes de América. (…) Esta

teoría, apoyada en el enorme prestigio intelectual de Buffon, armonizaba bien

con la creencia de la superioridad de la civilización europea sobre cualquier

otra y, con mayor razón, sobre todo tipo de cultura primitiva, como era la de los

pueblos de América (Trabulse, 1996 :79).

Históricamente han existido un cúmulo de prejuicios que califican a los

indígenas, que los posiciona en función de sus diferencias; esa diferenciación

es la que funge como línea divisoria elemental que separa en dos a nuestra

sociedad. Según el Catálogo de las Lenguas Indígenas Nacionales, publicado

por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI, 2008: 38), México

cuenta con más de 62 grupos etnolingüísticos, con lenguas particulares que

forman parte de las tradiciones enraizadas a su cosmogonía, valores y saberes

ancestrales y que son aporte, reflejo y enriquecimiento del México mestizo.

Sobre el indio americano, el mismo Buffon hace esta sentencia:

“Solamente dejándolo en libertad finalmente él podrá, por efecto de la lucha de

�32

con la naturaleza, salir adelante y redimirse del estado de postración en el que

se encuentra”. Es la primera tesis liberacionista que aparece en la historia

respecto del indio americano, y tiene raíces evolucionistas y biológicas.

(Trabulse,1996)

Quien armó todas estas tesis en un vasto corpus histórico y científico

acerca de la degeneración de América fue el prusiano Cornelius de Pauw en

sus Investigaciones Filosóficas sobre los Americanos. (…) “Ya sea que haya

sido una combinación funesta de nuestros destinos o un escape necesario de

tantos crímenes y tantas faltas, es cierto que las conquista del Nuevo Mundo,

tan famosa como injusta, ha sido la más grande de las desgracias que la

humanidad ha experimentado” (Ibídem).

Pensadores como Francisco Javier Clavijero o José Antonio Alzate

refutaron estas tesis y las criticaron como “trabajos de gabinete” ya que Buffon

y otros, jamás habían pisado el Nuevo Mundo. La defensa más virulenta la

dieron en contra de la obra Historia de América, de William Robertson.

“En su obra Robertson había expuesto con argumentos científicos y

filosóficos que los indios americanos, en general, y mexicanos, en particular,

eran incapaces de formar ideas generales y abstractas. Sus detractores

afirmaron, como primer argumento contra dicha tesis, el hecho de que los

indios poseían leyes, instituciones y un código moral que revelaban que sí eran

capaces de formar ideas generales”. (Ibídem)

A partir del siglo XVI los pueblos indígenas se han visto obligados a

cambios profundos en sus modos de ser, en su existencia y sobrevivencia. Las

manifestaciones sociales, culturales de los pueblos originarios se desarrollaron

a través de una serie de acontecimientos que, si bien los han transformado,

muchas veces fueron dolorosos: luchas, resistencias, ideologías en pugna,

costumbres y modos de vivir, que fueron adaptándose para cimentar a la

Nueva España, forjando al mismo tiempo una ideología nacionalista

completamente inédita.

Con la Revolución Mexicana se inició una serie de demandas políticas,

económicas y sociales en las cuales se exigía que todos los mexicanos debían

contar con educación, salud, vivienda, tierra y trabajo que les proporcionara un

mínimo de bienestar a los individuos y por consiguiente, al país; ante este

�33

reclamo, el Estado desarrolló un discurso político que fue conocido como

nacionalismo revolucionario, el cual se tomó como ideal político y se fue

complementando con el indigenismo cada vez más visible. “Entendiendo el

indigenismo como una ideología y política social dirigida hacia los sectores que

para entonces aún no se habían integrado al proyecto nacional: los pueblos

indígenas” (C. Oehmichen, 1999). Una forma de integración fue la creación de

políticas indigenistas para apartar a los indígenas del analfabetismo,

socializarlos e integrarlos al desarrollo nacional.

Pero la integración les ha representado saqueo y destrucción como se

ha documentado en las Declaraciones de Managua, Quito y Xelajú y en las

Cumbres Indígenas convocadas por Rigoberta Menchú, en ocasión de lo que

se dio en llamar El V Centenario del Descubrimiento y/o Encuentro. Para

celebrar el Año Internacional de las Poblaciones Indígenas que se llevó a cabo

en Oaxtepec, Morelos en 1993. “La aplicación de políticas de “ajuste

estructural” y en general las políticas neoliberales que aplican los gobiernos

donde vivimos y que tienen enormes impactos negativos sobre la salud, el

empleo, la educación y las condiciones de vida de nuestros pueblos”. 7

10.1. El problema indígena.

Ha existido y aún prevalece la noción, sobre las comunidades indígenas, que

se relaciona con el rezago por situarse en localidades rurales lejanas, con difícil

acceso y con una educación deplorable, aspectos que condicionan al país

mismo a un estado de atraso. Las comunidades indígenas al no tener un “nivel

cultural”, educativo y productivo semejante al resto del país, están sujetas a

políticas especiales, enfocadas en elementos culturales, económicos y

educativos necesarios para la incorporación de las comunidades indígenas a la

vida del país. El problema indígena se trató de resolver a través de políticas

Declaración de Oaxtepec, segunda Cumbre Indígena que se celebró del 4 al 7

8 de octubre de 1993, en el Estado de Morelos.

�34

indigenistas proponiendo una transformación para su propio progreso y el

progreso de México (Caso, 1958).

La Constitución de 1824 consagró la igualdad para todos los mexicanos

a tal punto que José María Luis Mora propuso en el Congreso del Estado de

México que el término “indio” se eliminara del uso público e insistió en que, por

ley, los indios no deberían seguir existiendo (Reina, 1993)

El indigenismo, comprendido como una política social, se remite hacia la

consolidación del Estado Mexicano post-revolucionario; en un primer

acercamiento las políticas establecidas estaban orientadas a una

homogeneización a través de la alfabetización y la castellanización, es decir, la

impartición del idioma español de manera forzosa. Los indígenas

representaban un obstáculo para la unificación nacional. En segunda instancia

la política social indigenista se ubicó entre los años de 1934 a 1976, como

forma de socializar con los indios integrándolos al modelo económico como

mano de obra y para generar la sustitución de importaciones, después se pasó

al modelo del “indigenismo de participación”. Durante los ochentas el discurso

enfatizó el respeto de la diversidad cultural y al apoyo del desarrollo autónomo

y de autogestión de los pueblos indígenas, discurso que en la práctica se

enfocó a criterios económicos traducidos en la marginalidad y la pobreza (C.

Oehmichen, 1999: 57).

De 1989 a 1994, las acciones se orientaron a capacitar a la población

indígena para ajustarla a los requerimientos del mercado, otorgándoles pleno

dominio de sus tierras, ya sea para trabajarlas o asociarse con inversionistas

privados, para hipotecarlas o venderlas en el libre mercado. Por instrucciones

del presidente Lázaro Cárdenas se encomendó al profesor Luis Chaves Orozco

�35

organizar el Primer Congreso Indigenista Interamericano, celebrado en

Pátzcuaro Michoacán en 1940, logrando reunir a delegaciones de 18 países

del continente, cuyas políticas estaban enfocadas a “fortalecer su unidad

interna y consolidar sus estados nacionales bajo la perspectiva de incorporar a

los indios a sus naciones” (C. Oehmichen, 1999: 64).

A principios del siglo XX, el Estado Nación comenzó por reconocer a los

pueblos indígenas, a través de la creación de organizaciones como el Instituto

Nacional Indigenista (INI), filial del Instituto Indigenista Interamericano sujeto a

los acuerdos plasmados en el Primer Congreso Indigenista Interamericano. El

INI fue fundado en 1948 bajo el mando del presidente Miguel Alemán, y

actualmente es la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos

Indígenas (CDI).

Según el artículo “Los pueblos indígenas de México” (2004), en esta

misma época surgieron otras instituciones como: el Departamento de

Antropología de la Secretaría de Agricultura (1917); la creación del

Departamento de Educación y Cultura para la Raza Indígena (1921); la

conversión de las escuelas rurales en "Casas del Pueblo" (1923); la fundación

del primer internado indígena "Casa del Estudiante Indígena" en 1924,

convertido más tarde en el "Internado Nacional de Indios"; la creación del

Departamento de Escuelas Rurales de Incorporación Cultural Indígena (1925),

el Departamento Autónomo de Asuntos Indígenas (1935-1° de diciembre de

1936) y, en la Secretaría de Educación, la creación del Departamento de

Educación Indígena (1937). Esta fue la oferta gubernamental de las

instituciones para el reconocimiento pluricultural de la nación.

�36

EL INI avaló durante 55 años su labor indigenista en casi todo el país, su

objetivo desde el principio se basó en la integración de las comunidades

indígenas con la sociedad mexicana. En palabras del Dr. Caso,(1958) primer

director del INI y que permaneció ahí hasta su muerte en1970: “El instituto, al

promover el desarrollo de las comunidades, no pretende conservarlas en el

estado de atraso económico y cultural en que se encuentran, sino transformar

su cultura para integrarlas a la vida económica, social y política del país,

asegurando en esta forma, la unidad de México”.

El INI adoptó el concepto de aculturación, desde una perspectiva

culturalista es utilizado como una categoría descriptiva de los procesos de

cambio cultural inducido. La operación de INI estuvo basada en “regiones

interculturales” ideadas por Aguirre Beltrán , a partir de 1951 se delimitó cierto 8

número de regiones para establecer en cada una de ellas un centro

coordinador, que promovería el desarrollo regional y romper con la dominación

y explotación de las poblaciones indígenas por parte de las “ciudades

señoriales” (C. Oehmichen, 1999: 70).

Los diversos enfoques con los que se ha estudiado al problema indígena

han sido variados, desde la teoría biológica cuya solución ha sido de carácter

igualitario y liberacionista, hasta el histórico-social que ha dado como resultado

una política de carácter proteccionista y paternalista. Estas soluciones han

fracasado, son artificiales “pues se parte de consideraciones científicas,

históricas y sociales, cuya premisa fundamental es la “exclusión”; es decir,

siempre consideran al indígena, sin importar su grado de aculturación, a

El Dr. Caso invito a colaborar a sobresalientes antropólogos mexicanos que dieron 8

gran impulso al desarrollo de la antropología mexicana que nació íntimamente vinculada al indigenismo. Gonzalo Aguirre Beltrán fue el máximo exponente de esta escuela.

�37

quinientos años del descubrimiento de América por los europeos, como ajenos

a la civilización occidental”(Trabulse, 1996).

A partir de 1979 se inicia el Sistema de Radiodifusoras Culturales

Indigenistas (SRCI), el cual busca contribuir al reconocimiento de la diversidad

de los pueblos indígenas, a través de la transmisión radiofónica de programas

en lenguas indígenas. El proyecto inició en la mitad de la época de los setenta

y ha sido bien aceptado por la comunidad indígena que escucha la

programación en español y en su lengua materna. En la página oficial de la

CDI se enfatizan como únicas en todo el país:

“Las emisoras del SRCI son las únicas, en todo el país, que transmiten

en 31 lenguas indígenas, en cumplimiento del derecho de los pueblos

indígenas a ser informados en su propio idioma. Durante este cuarto de siglo

las radios indigenistas han sido facilitadoras de procesos educativos, del uso

de las lenguas y de su fortalecimiento. Pero, sobre todo, se han convertido en

un puente de comunicación entre el mundo indígena y el no indígena”.

A casi cuatro décadas de la creación del SCRI, la relación entre el

gobierno y los pueblos indígenas, no ha podido desarrollar políticas que

asuman la libre determinación y la autonomía de los pueblos indígenas.

Durante el año de 1994 el indigenismo fue severamente cuestionado por el

Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la cuestión indígena en

México se polarizaba, el reclamo de los indígenas zapatistas hacia el Gobierno,

fue una manifestación en voz propia de los mismos indígenas exigiendo que se

reconozca a todos los mexicanos con derechos plenos, este hecho cambió la

visión que se tenía de las comunidades indígenas que pasaron de ser pasivas

a sujeto activo dentro de la sociedad mexicana.

�38

Mencionar el indigenismo es remitirnos a un conjunto de cualidades y

características sobre su ser originario en una comunidad determinada. El Dr.

Caso (1958: 11-12) clasifica cuatro elementos para lograr la definición de indio:

1. El biológico, consiste en precisar un conjunto preponderante de

características físicas no europeas.

2. El cultural, demostrar que un grupo utiliza objetos, técnicas, ideas y

creencias de origen indígena o de origen europeo pero adoptadas, de grado

o por fuerza entre los indígenas.

3. El criterio lingüístico, bueno para los grupos monolingües, pero inútil para

aquellos grupos que ya hablan el castellano.

4. El criterio psicológico, que consiste en demostrar que el individuo se siente

parte de una comunidad indígena.

Sin embargo existen situaciones en las que algunas personas no

cuentan con el elemento lingüístico, y no por ello se deja de considerar como

persona indígena; el elemento más importante es la autodefinición y el sentido

de pertenencia hacia su cultura de origen.

La siguiente definición de lo que significa ser indio es proporcionada por

el Dr. Alfonso Caso (1958).

“Es indio aquel que se siente pertenecer a una comunidad indígena, y es

una comunidad indígena aquella en que predominan elementos somáticos no

europeos, que habla preferentemente una lengua indígena, que posee en su

cultura material y espiritual elementos indígenas en fuerte proporción y que, por

último, tiene un sentido social de comunidad aislada dentro de las otras

comunidades que la rodean, que la hace distinguirse asimismo de los pueblos

de blancos y mestizos”.

�39

Eduardo Galeano en El libro de los abrazos (2013) redactó un pequeño

pasaje que hace referencia a los indígenas y cómo han sido marcados por las

personas no indígenas, extraigo una pequeña parte del escrito: “Que no hablan

idiomas, si no dialectos; que no hacen arte, sino artesanía; que no practican

cultura, sino folklore; que no son seres humanos, sino recursos humanos; que

no tienen cara, sino brazos, que no tienen nombre sino número”.

Carlos Monsiváis en Cultura y Derecho de los Pueblos Indígenas de

México (1996) hace mención de la existencia de indígenas entre los símbolos

nacionales:

“Cuauhtémoc, Xicoténcatl, Juárez, Altamirano, Juan Álvarez, Porfirio

Díaz, Zapata, Rufino Tamayo. Con todo, y sin ánimo de ofensa, hacen las

veces del Indio Genial, las excepciones que confirman la regla, las

personalidades a las cuales una sociedad, por más racista que sea, rinde

acatamiento. Lo más difícil en una sociedad racista es reconocer el papel

de los indígenas en la estructura nacional. Son fuentes de energía psicológica

y cultural de primera importancia y son, aunque se niegue, indispensables en

la vida económica”.

10.2. Neoindigenismo Mexicano.

En el año 2000 México pasó a una nueva administración de gobierno, después

de haber estado bajo la dirección del Partido Revolucionario Institucional (PRI)

por casi 72 años, fue parado por el Partido Acción Nacional (PAN) con el triunfo

�40

de Vicente Fox Quesada, administración que trajo consigo nuevas formas de

gobierno.

Korsbaek y Sámano (2007:) plantean que el gobierno del cambio con el

presidente Vicente Fox Quesada (2000-2006), modificó las siglas del INI

creyendo que el cambio del nombre significaría un cambio en la política, sin

embargo el Estado mexicano continúa con una política indigenista -

proteccionista y sin embargo violenta- ahora llamada “desarrollo de los pueblos

indígenas”, y que sólo se ve reflejado en las “buenas” intenciones sin lograr un

cambio sustancial en la política paternalista y asistencialista que ha

caracterizado al indigenismo del viejo Estado. La CDI es igual que la vieja INI,

como la llaman los indígenas, pues en esencia es una institución indigenista,

es decir, que ejerce el control de los pueblos a través de subsidios, olvido o

violencia, según sea el caso.

Como crítica a la postmodernidad, las etnias se mantienen, se defienden

ante la avalancha de las políticas globalizadoras; sobreviven en el territorio

nacional, en la nación dividida en varias naciones. Los grupos indios reclaman

a la nación la autonomía política, civil y religiosa. El movimiento zapatista ha

sido la sal en la herida de la evidencia de la crisis del modelo de desarrollo

nacional. Vivimos en Chiapas lo que Tomóchic significó para mostrar el

agotamiento del porfiriato en 1893. La diferencia notable es el uso de la

violencia y los muertos que, en la sierra de Chihuahua, fue el genocidio de la

dictadura. En Chiapas se ha impuesto la guerra de la información y en lugar de

tomar las barricadas se toman las primeras planas de los periódicos. La guerra

de la información ha sido el medio más efectivo para una lucha que defiende la

identidad ante la Nación y ante el mundo. Paradójicamente, el conflicto de

�41

Chiapas es la crítica a la globalización que nos lleva a la postmodernidad, pero

se utiliza su medio más eficaz: el internet (Benítez, Fernando et al.1996).

Después del fracaso del antiguo indigenismo, tratando de incorporar al

indio a la nación mexicana con políticas indigenistas débiles, se desarrolla un

nuevo modelo de indigenismo denominado neoindigenismo, instaurando una

nueva relación entre los indígenas y el Estado, aspirando dejar atrás la pobreza

económica y la marginación política y social del indio de México. En la

economía, erradicar la pobreza y superar el asistencialismo que ha

caracterizado al Estado mexicano y promover el desarrollo propio de los

indígenas; y en lo político, erradicar la marginación y el paternalismo de

Estado, permitiendo ser a los pueblos indígenas, con su propia identidad y sus

formas de gobierno y autonomía (Korsbaek y Sámano, 2007)

Según Hernández, Paz y Sierra, el neoindigenismo se entiende como el

conjunto de fundamentos teóricos y políticas de la administración 2000-2006 en

relación del estado con los pueblos indígenas (citado en Castells-Tallens,

2006). La posición de concebir a los pueblos indígenas como objetos de

asistencia social más que como sujetos de derecho, continua con políticas

incluidas a su vez por políticas globales dictadas por organismos

internacionales como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo o

la Organización Mundial del Trabajo, ejecutando programas para terminar con

la desigualdad, la pobreza y la injusticia en los pueblos indígenas, proyectos

que no han logrado cambios estructurales de fondo. Hernández, Paz y Sierra

atribuyen el nuevo planteamiento político reinterpretando los requisitos de

estas agencias y los usa para desarticular los poderes corporativos regionales,

aún fuertes en zonas rurales; y las políticas de estado convierten a la defensa

�42

del libre desarrollo de los pueblos indígenas en proyectos de desarrollo

económico que ya han sido remplazados en las últimas décadas. (citado en

Castells-Tallens, 2006).

10.3 La tradición oral indígena.

Una de las formas para tratar de erradicar la lengua indígena fue a través de la

castellanización, con el pretexto de ofrecer a los indios cultura y una mejor

calidad de vida, por el bien de la nación. Sin embargo la palabra aún está

presente en los labios de aproximadamente seis millones de personas que

hablan una lengua indígena (INEGI, 2010).

Miguel León Portilla, (1996) armoniza la palabra del pueblo de la

siguiente manera: “No es algo que se compre ni se venda”, dice el

Huehuehtlahtolli, que es un testimonio de la palabra antigua. La palabra es “luz

de antorcha que no se ahúma; ella ilumina el camino de quienes han de ser

dueños de su destino”.

La antigua palabra maya, como la de otros pueblos mesoamericanos es

acto: enuncian, ordenan y encaminan a la acción. Confieren significación a

cuanto realizan. Sus varios millones de descendientes en la península

yucateca, Chiapas, Belice, Guatemala y otros lugares comienzan a tener

acceso a ese legado que más que a nadie a ellos les pertenece. Mucho es lo

que podemos aprender de la antigua y la nueva palabra de los pueblos

indígenas. Se debaten temas cruciales relativos a la cultura, la lengua y los

derechos de estos pueblos, no sólo es conveniente sino necesario y urgente

escuchar su palabra (Benítez, et al, 1996).

�43

Hablar en su lengua materna es el elemento central de identidad y

comunidad de los pueblos indígenas. Visualizar la lengua sólo como un medio

de comunicación entre las comunidades es un modo simplista de juzgarlo; la

lengua es la forma en cómo se concibe el mundo por lo tanto su identidad. Los

pueblos indígenas a través de la oralidad han conservado la construcción de su

propio mundo, proyectan al manifiesto de sus rituales y la palabra cobra vida.

El patrimonio que portan los pueblos indígenas prevalece en sus formas

etnolingüísticas, México ocupa el 4º lugar a nivel latinoamericano con mayor

porcentaje de población indígena, superada por países como Perú, Guatemala

y Bolivia. (Comisión Económica para América Latina [CEPAL], 2014). La gran

diversidad de idiomas que existe pertenece a once familias lingüísticas

indoamericanas que son parte de 68 agrupaciones lingüísticas con 364

variantes, según el catálogo de Lenguas indígenas publicado por el Instituto

Nacional de Lenguas Indígenas (INALI, 2008), declarando en dicho catálogo

las lenguas como nacionales y oficiales en la regiones donde la población

indígena fuera mayoritaria. Por su parte el Instituto Nacional de Estadística y

Geografía (INEGI) registró durante el censo del 2010 un total de 6’913, 362

personas mayores de tres años y más que hablan una lengua indígena y a 15.7

millones de personas que se consideran indígenas . 9

11. Referencias bibliográficas.

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