INTERIOR CUENTOS 4 - Junta de Andalucía...so de droga, alcohol y tabaco. Des-pués de varias...

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  • Premios de Certamen de Cuentos.Programa Municipal de Prevención de Drogodependencias© Delegación de Políticas Sociales y del Mayor

    Plaza de la Merced, s/n11404 JEREZ

    DISEÑODepartamento de Imagen y Diseño.Ayuntamiento de Jerez.

    IMPRESIÓNImprenta Municipal. Ayuntamiento de Jerez

    DEPÓSITO LEGALCA-456/02

    AGRADECIMIENTOS:- A todos/as los/as profesores/as de los Centros

    participantes.- A la Delegación de planes Especiales Educación y Voluntariado- Oficina de la Delegación Provincial de Educación de Jerez- CTA (Centro de Tratamiento Ambulatorio de Adicciones)- Un alumno del IES Santa Isabel de Hungría

  • CUENTOSPARA FLIPARCON LA VIDA

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    “Premios de Certamen de Cuentos”

    Programa Municipal de Prevención

    de Drogodependencias

    Delegación de Políticas Sociales y del Mayor

  • PRÓLOGO

    Dejarnos llevar por la imaginación de losniños y las niñas puede hacernos descubrirnuevas formas de ver la realidad. Una reali-dad más humana, repleta de buenos deseos.

    Nos transmiten un mensaje, en el que lacruda realidad del mundo de las drogas y susconsecuencias se mezcla con la creatividad yla posibilidad de que cambien las cosas.

    Es una llamada a buscar alternativas másresponsables y saludables partiendo de unaescala de valores más humana. La prevenciónprecisamente apunta a un cambio de valores,apostando por hacer posible aquello quetodos y todas soñamos.

    Espero que disfrutéis con la lectura y osdejéis llevar por la fantasía de nuestrospequeños/as.

    Un saludo

    PILAR SÁNCHEZ MUÑOZAlcaldesa de Jerez

  • Cristina González BenítezLAS TRES ADICCIONES

    pág. 11

    Alfonso Sola Galindo Jaime Padilla Esquivel

    EL MOSQUITO ALCOHÓLICOpág. 17

    Alejandro Naranjo LópezNO FUMES MÁS PAPÁ

    pág. 27

    ÍNDICE

  • Lidia Carrasco SedaLOS 2 NIÑOS MUY AMIGOS

    pág. 37

    Paula M. RomeroPaola Vega

    JUAN Y LUISApág. 43

    Lenuel Romero PeñaFernando Fernández Barca

    Paco Ojeda MeneraJavier Lajara Manday

    Macarena Alvarado PanSaray Garcia Rodriguez

    Ezequiel Avecilla benitezERASE UN NIÑO LLAMADO

    FABIAN pág. 51

  • Adrián Bazán MuñozEL HOMBRE QUE NO HACIA

    CASO A NADIEpág. 55

    Pablo Muñoz Cachón Nicolas Montoya Vega.

    LOS GNOMOS DEL BIEN YDEL MAL

    pág. 61

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    Érase una vez tres hermanos,dos niños y una niña: Droga,Tabaco y Alcohol. Los tres teníanun carácter muy difícil y se lleva-ban muy mal, las peleas eran conti-

    LAS TRESADICCIONES

    Cristina González BenítezCOLEGIO JESÚS MARÍA ASUNCIÓN

  • nuas y cada vez que pasaba algo seechaban las culpas unos a los otros.

    Droga era la hermana mayor,sin embargo era muy mala. Tabacoera el mediano y cada vez ibaaumentando su maldad y Alcoholera el pequeño y por supuesto elmás travieso de los tres.

    Un día que los tres hermanosiban paseando por el parque, seencontraron a “Juventud” a la quetenían mucha envidia. Se miraronmaliciosamente y decidieron enga-ñarla para que se hiciera amiga deellos. Juventud que era muy buena,creyó en las falsas palabras de loshermanos y se hizo su amiga. Ellacomo era incapaz de creer quefuesen malos pensó que no habíamaldad en ellos, todo lo contrarioque eran buenas personas. Pero sí,

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • sí la había y además mucha.Cada vez que se encontraban,

    Juventud creía que se lo iba apasar muy bien con ellos, perosiempre acababa con problemas.

    Un día que Juventud volvió ajugar con ellos se dio cuenta que seencontraba muy mal y que los ami-gos que tenía antes de unirse a lostres hermanos, se habían alejadode ella. Comprobó que los echabade menos y que los añoraba muchopero no podía dejar a los hermanosporque sentía una gran dependen-cia y se encontraba físicamentemal si no estaba con Droga, Taba-co y Alcohol.

    Un fin de semana Juventud sepuso realmente enferma y suspadres la llevaron al hospital. Allíla tuvieron que ingresar por exce-

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    LAS 3 ADICCIONES

  • so de droga, alcohol y tabaco. Des-pués de varias semanas salió delhospital, ya que estaba bastanterecuperada. Sabía que aunque seacordaba de los tres hermanos, noeran buenos amigos para ella yrecordó las palabras de su madre:“Amigos son aquellos que te hacenser mejor”.

    Verdaderamente Droga, Taba-co y Alcohol no eran buenos amigos,ni siquiera eran amigos. Fue enton-ces cuando Juventud se dio cuentade que lo único que hacían los treshermanos era perjudicarla y hacerque se pusiera enferma y no quisoir más con ellos.

    Cuando volvió a salir a la calle,nadie quería jugar, hablar, ni jun-tarse con ella, sólo sus antiguosamigos la apoyaron y la ayudaron,

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • así descubrió que se lo pasabamejor con sus otros amigos, susverdaderos amigos Deporte, Juegoy Música y no volvió a ir más conDroga, Tabaco y Alcohol.

    FIN.

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    LAS 3 ADICCIONES

  • 17

    Alfonso Sola Galinda y Jaime Padilla EsquivelCOLEGIO ALBARIZA

    Juan es un niño muy feliz, esalto, rubio, con los ojos azules ydelgado. Es muy aficionado a losdeportes, sobre todo al baloncesto.

    Un día Juan estaba jugandotranquilamente al baloncesto en la

    EL MOSQUITOALCOHÓLICO

  • pista polideportiva de su barriocuando llegaron sus amigos Pepe yMaría y le informaron de una noti-cia que les habían contado: Habíaun mosquito que al que picaba lovolvía alcohólico.

    Entonces Juan empezó ahablar:

    - Yo no quiero que me piqueese mosquito, me han dicho que seralcohólico cambia mucho tu vida,de tener una vida feliz pasas a unavida muy desgraciada. No dominastu vida, te la domina el alcohol.

    Seguidamente le contestó Pepe:- Yo voy a llevar a partir de

    ahora un matamoscas o lo que seapara aplastarlo.

    - ¡Adivinad lo que me handicho!, dijo María.

    - ¿El qué?, preguntó Juan.

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • - Que el mosquito este es muyfuerte y casi indestructible, loúnico que se puede hacer es atra-parlo dentro de un tarro de cris-tal, contestó María.

    De repente se escuchó unsonido que les resultaba familiar atodos.

    - Mmmmmmmmmmmmmmmmm- ¿Qué es?, pregunto Pepe.- ¡¡¡ Es el mosquito alcohóoooo-

    lico !!!, gritaron todos.Los niños pudieron escapar

    pero, por desgracia, a un pájaroque estaba comiendo una migas depan del suelo le picó el mosquito.

    Entonces, el pájaro empezó aandar en eses y a mover las alascomo un loco.

    - Pobre animal, comentó Pepe,hay que ayudarle.

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    EL MOSQUITO ALCOHÓLICO

  • - Si, dijo María, vamos a lle-varlo al veterinario.

    Varios años después, cuandolos niños ya estaban en la ESO,Pepe y María vieron a Juan hablan-do por teléfono en una cabina ytenía un mosquito detrás. Sospe-chando que era el mosquito alcohó-lico gritó Pepe:

    - ¡¡Cuidado Juan, detrás de ti!!Juan se volvió, viendo al mos-

    quito y, con su habilidad y rapidezconsiguió esquivarlo a tiempo sal-vándose de la picadura. A conti-nuación fue junto a sus amigos.

    - ¡Que susto!, exclamó Juan.Los chicos se fueron y de

    repente oyeron:- ¡¡Juan, Pepe, María !!.Volviendo las caras hacia

    donde venían los gritos vieron a

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • Miguel, un nuevo amigo del colegio.- Adivinad que he leído en el

    periódico, dijo Miguel.- ¿El qué? , preguntó María.- Que han descubierto un

    segundo mosquito alcohólico. Hayque tener más cuidado, dijoMiguel.

    En ese momento vieron al mos-quito alcohólico picando a un hom-bre. Éste empezó a andar forman-do eses y entrando a un barcomenzó a pedir todo tipo de bebi-das alcohólicas.

    Juan reunió a los amigos y lesdijo:

    - Tenemos que hacer algo, hayque atrapar al puñetero mosquito,si no todo el mundo se volveráalgún día alcohólico. María encár-gate tú de seguir a este último

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    EL MOSQUITO ALCOHÓLICO

  • mosquito que nosotros vamos ainvestigar donde está el otro.

    Mas tarde, estando los tresamigos preparándose para buscary luchar contra el mosquito alcohó-lico en la casa de Miguel, Pepe quetenía el oído más fino que sus com-pañeros oyó un zumbido que leresultaba familiar:

    - Mmmmmmmmmmmmmmmm.- ¡Eh chicos!, ¿habéis oído?,

    ¡es el mosquito que estábamos bus-cando!, avisó Pepe.

    Entonces, los niños que seestaban armando y protegiendopara luchar contra los mosquitoscon todo lo que habían conseguidoen sus casas: rodilleras, guantes,impermeables, botas de agua yunas máscaras de protección quetenía Miguel del día que fueron a

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • visitar con el colegio las colmenasde abejas. Cogieron varios colado-res de la cocina y botes de cristaly dijeron lanzándose a por él:

    - ¡Al ataque, a por el mosquito!En ese momento gritó Miguel.- ¡Cuidado Juan, a tu derecha!Juan con gran habilidad consi-

    guió darle un buen golpe con eltarro pero no consiguió atraparlo.El mosquito, enfadado, se dirigíahacia Pepe para picarle, el niño seapartó y el mosquito se chocó con-tra una pared. Cuando Miguel creíaque ya lo iba a atrapar, el mosquitoaprovechó que la ventana estabaabierta y se fue.

    - Puff, ya no lo podremosatrapar, dijo Miguel.

    - Tranquilo, ya lo encontrare-mos, comentó Juan.

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    EL MOSQUITO ALCOHÓLICO

  • Mientras tanto, María, quehabía seguido al otro mosquito,vio que éste se metía en el inte-rior de una casa grande queparecía abandonada. Llamó a susamigos con el móvil y les dijodonde estaba y que viniesenrápido.

    Cuando llegaron a la casa seencontraron con María, que habíadescubierto que dentro de la casahabía unos fabricantes de bebidasalcohólicas que capturaban a losmosquitos y los convertían en alco-hólicos. Éstos picarían a todo elmundo y ellos se harían millonariosvendiendo alcohol.

    Los niños se reunieron y dijeronque tenían que acabar con esos mal-hechores, atrapándolos y matando alos mosquitos.

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • Juan, que era el más valientese puso delante y dijo:

    - ¡ Al ataque !Entraron en la casa pillándolos

    desprevenidos pudiéndolos captu-rar fácilmente. Los mosquitos tra-taron de huir pero Pepe y Miguelcon los coladores que llevaban losgolpearon hasta hacerlos picadillo.

    Seguidamente llamaron a lapolicía y le dijeron lo que habíanhecho.

    De esta forma estos valientesniños consiguieron salvar a lahumanidad del consumo exageradodel alcohol.

    FIN.

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    EL MOSQUITO ALCOHÓLICO

  • 27

    En un pueblecito pequeño situa-do en una zona montañosa viví-an nuestros protagonistas; Raúl,Víctor y Quique. Tienen unos 10años y mucha fantasía.

    NO FUMESMÁS PAPÁ

    Alejandro naranjo LópezCOLEGIO JESÚS MARÍA ASUNCIÓN

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

    Se reúnen todas las tardesdespués de hacer los deberes y sevan a una cabaña que se han hechoa la salida del pueblo.

    Cuando se reunieron esa tardeRaúl y Víctor notaron que Quiqueestaba muy triste.

    -¿Qué te pasa Quique?,- pre-guntó Raúl.

    -Nada, tonterías mías -con-testó Quique.

    -Anda Quique cuéntanos ypodremos ayudarte -dijo Víctor,esperando animar a su amigo.

    -Bueno sabéis que en el coleestamos haciendo un taller desalud dónde nos han dado charlassobre lo malo que es el tabaco yyo estoy preocupado por mipadre que fuma mucho- les contóQuique.

  • 29

    NO FUMES MÁS PAPÁ

    -¿Qué piensas hacer?- Pre-gunta Raúl.

    - Pues no lo sé. Ya he hecho detodo. Le he escondido el tabaco, lehe quitado cigarrillos para quefumara menos, se los he tirado a labasura, le he roto cigarrillos, le heescondido los mecheros, las ceri-llas y lo único que he conseguido esque mi padre se enfadase o saliesea comprar más.

    Se hizo un silencio hasta queRaúl gritó.

    -Ya sé, vamos a un Centro deSalud a pedir ayuda.

    Quedaron para ir al díasiguiente por la tarde. Quique nopodía dormir porque estaba muyemocionado. Llegó la mañanasiguiente y se levantó muy conten-to, pero cuando vio a su padre

  • 30

    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

    fumando se entristeció, aunquepensando que por la tarde podíaencontrar la solución a este pro-blema se le dibujó una sonrisapícara,

    Desayunó muy rápido y supadre se extrañó;

    -Quique ¿dónde vas tan depri-sa?-

    -Voy al cole que hoy tenemosmuchas actividades.-contestó Qui-que.

    -Me alegra que estés tan con-tento.-dijo el padre.

    -Más contento estaría sifumaras menos.-le gritó Quique.

    -¡Otra vez con lo mismo¡ Ya telo he dicho que esto es para elestrés .

    -No voy a discutir contigopapá. Tú sabrás lo que haces, pero

  • 31

    NO FUMES MÁS PAPÁ

    en el cole me han dicho que es muymalo.

    El padre de Quique lo dejó conla conversación y se fue al baño.De alguna forma estaba de acuer-do pero le costaba mucho dejar elúnico vicio que tenía.

    Llegada la tarde se reunieronlos tres niños y muy excitados sedirigieron al centro de salud. Pre-guntaron en información y les dije-ron que eso era para adultos. Laseñora de la ventanilla les preguntó:

    -¿Vosotros fumáis?- No, no, contestaron los tres

    al mismo tiempo.-Es el padre de Quique y que-

    remos ayudarle.- respondió uno desus amigos.

    -Bueno -dijo la señora-. Aquítenemos un Programa de Ayuda,

  • pero tiene que ser directamentecon la persona fumadora y lo pri-mero que tenéis que conseguir esque tu padre quiera dejar defumar y que se acerque a nuestrocentro de salud.

    Los tres amigos se marcharony decidieron que tenían que buscarla forma de convencer al padre deQuique. Después de mucho pensara Raúl se le ocurrió que tenían quehacer unos carteles y ponerlos portoda la casa.

    Los carteles dirían:¡Prohibido fumar!, ¡Si tú fumas,

    fumamos todos!, ¡Sala de no fumador!¡Cambiar un cigarrillo por un carame-lo! , ¡No vives solo!, ¡Qué mal huele!

    Quique cogió todos los carte-les y con ayuda de sus amigos,aprovechando que no estaban sus

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • padres, los fueron colocando portoda la casa, en todas las habita-ciones en el espejo del cuartobaño, en el armario, en la nevera,en la pantalla del ordenador…

    Cuando Carlos, que era elpadre de Quique, llegó a su casa yvio todo lo que había preparadoQuique se enfadó un poco. María,su mujer, le dijo que pensara lo queiba a decir porque se podía arre-pentir y para sorpresa de todosQuique dijo que tenían que hablarlos tres. Era una familia que dialo-gaba mucho y entre los tres siem-pre decidían todo.

    -Me parece muy bien.- dijoMaría-. Estoy de acuerdo con Qui-que y no hay discusión ninguna.

    Carlos a regañadientes tam-bién estuvo de acuerdo. Se senta-

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    NO FUMES MÁS PAPÁ

  • ron alrededor de una mesa y Qui-que fue el primero en hablar.

    -Papá yo quiero que tu dejesde fumar,- pidió Quique.

    - Si yo sé que es muy malofumar...- contestó Carlos-, pero aligual que tú comes chucherías, a míme gusta fumar.

    María replicó: -Eso no es comparable y ade-

    más, Quique es un niño muy res-ponsable y no está todo el díacomiendo chucherías. ¡Basta deexcusas tontas!

    -Papá, podrías intentarlo.-pidió Quique.

    Carlos se dio cuenta que esta-ba perdiendo terreno y como en elfondo él quería dejarlo, decidióescuchar a Quique.

    -Vamos hijo, lo voy a intentar

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • pero me tenéis que ayudar.-¡Bien, bien! Papá va a dejar de

    fumar y Quique se puso a dar vuel-tas loco de alegría.

    Todos decidieron acompañar aCarlos al Centro de Salud. Mien-tras Carlos estaba en la consulta,María decidió invitar a Quique ysus amigos a merendar en la cafe-tería-heladería infantil que habíaen el pueblo.

    Los tres amigos pidieron detodo, helados, pasteles, María dijoque se lo merecían, que habíanhecho muy bien ayudando a unamigo y que Quique era muy buenoy tenía mucha suerte de teneresos amigos.

    Cuando Carlos regresó de laconsulta venía muy contento, laprimera cita había ido muy bien,

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    NO FUMES MÁS PAPÁ

  • ahora tenia que tener paciencia yseguir las pautas que le habíanaconsejado.

    Al día siguiente, la maestra delos niños les mandó realizar unanarración sobre lo trabajado en elTaller de Salud y ellos decidieroncontar lo que habían hecho paraque Carlos dejase de fumar.

    Pasados unos meses llegó elverano y los amigos se fueron a lapiscina y recordaban como habíaido el año y el premio que habíanrecibido en el colegio con la histo-ria “No fumes más papá”.

    Carlos se sentía muy orgullosode su hijo, pero lo más importante,era lo orgulloso que se sentía Qui-que de su padre.

    FIN.

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • 37

    Lidia Carrasco SedaCOLEGIO FEDERICO MAYO

    Érase una vez dos niños que eranmuy amigos.Uno se llamaba Eric y el otro

    David. Eric era graciosa, simpáti-co, divertido y era muy guapo y

    LOS DOSNIÑOS MUYAMIGOS

  • sin embargo David era malo, legustaba hacer cosas malas; si veíaa uno fumar, él quería tambiénfumar, si uno quería beber el tam-bién bebía.

    Entonces un día David dijo:vamos a comprar unos cigarros ybebidas y dijo Eric: no, yo esascosas ni tocarlas.

    David: Venga ya hombre, siestas deseando ¡venga!

    Eric: Te he dicho que no, situ la quieres fumar y quieresbeber allá tu, yo te aconsejo queno toques esas cosas.

    David: ¡A que te pego! ¡Vengahe dicho!.

    Eric: Que no, me voy para micasa, adiós. Y se fue.

    Al día siguiente dijo David:venga vámonos a dar una vuelta con

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • mi moto. David estaba un poquitoborracho y dijo Eric:

    Eric: Yo no voyDavid: ¿por qué?Eric: Pues porque tú estas

    borrachoDavid: ¿Qué dices, que estoy

    borracho?. Pues mira, si estoyborracho o no, tu vas a venir con-migo.

    Eric: No, si yo no quiero novoy a ir obligado.

    David lo cogió por el brazo y lomontó en la moto y dijo Eric:

    Eric: No quiero. David lo estaba forzando.

    Eric, seguía diciendoEric: No quiero, bájame por

    favor.David, iba muy rápido y había

    un semáforo en rojo y no se paró y

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    LOS 2 NIÑOS MUY AMIGOS

  • chocó con el coche que habíadelante y se cayeron de la moto,encima no se pusieron ni cascos. Elhombre del coche, preocupado,llamó al hospital y vino la ambulan-cia y se los llevaron.

    A David lo metieron en la UVI.Eric nada más que tenía una bre-cha. Le aplicaron 10 puntos y saliódel hospital, pero David, que es elque se había llevado más golpe por-que él iba conduciendo, no salió.Eric se quedaría allí hasta quesaliera. Llamo a los familiares deDavid y todos se quedaron allíhasta que mejorara David.

    Al día siguiente, el médico lecomunicó a la familia de David y aEric, que a lo mejor podría falle-cer. La familia y Eric le pregunta-ron si no había una esperanza, y el

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • médico le dijo que la esperanza quehabía era operarlo y la madre ledijo que sí. Al día siguiente lo ope-raron pasaron tres horas y salió elmédico y le dijo a la familia y a Ericque la operación había salido estu-pendamente bien. A los pocos díassiguientes le dieron el alta y Davidle contó a la madre todo lo quehabía pasado y prometió a lamadre, a su familia y a su amigoEric, que no lo iba hacer más, ni ibaa beber, ni iba a fumar y despuésle dijo a su amigo Eric, que ya no leiba a hacer más daño y que él hacíaeso para hacerse el chulito con losdemás.

    David: ¿Me perdonas?Eric: Sí David: ¿Amigos?Eric: Amigos como antes

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    LOS 2 NIÑOS MUY AMIGOS

  • Y David comprendió que todoeso es malo. ¿Quieres que te dé unconsejo? Nunca vayas a fumar, ni abeber, ni a tomar drogas eso esmuy malo porque la vida te va adurar dos días.

    FIN.

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • 43

    Paula M. Romero y Paola VegaCOLEGIO JUVENTUD

    Esta es la historia de Juan yLuisa, una pareja que a pesarde vivir en el infierno de las dro-gas, un día vieron brillar una luz deesperanza, en sus tristes vidas.

    JUAN YLUISA

  • Todo comenzó cuando eranunos críos y salían por ahí con supandilla, los fines de semanas yhacían “botellonas” y fumabanpaquetes y paquetes de tabaco.

    A Luisa todo esto, en realidad,no le atraía mucho, pero comoestaba coladita por Juan, aceptabatodo lo que le echaran encima.

    Como se veía venir, a los 16años empezaron a salir juntoscomo pareja. Sus días pasabanentre el instituto y las plazasdonde se reunían con sus “colegas”para hacer lo que más les gustaba,sus botellonas y sus historias.Ahora ya habían incluido otrascositas nuevas, los “porritos” demarihuana, (según ellos para estarmás “a gustitos”). Así estuvieronpasando el tiempo y pasando de

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • todo y de todos. A los 18 años sefueron a vivir juntos sin el consen-timiento de sus padres, claro esta.

    Lo que en un principio erandroga blandas, como se les llamahoy al (tabaco, alcohol y porros) sefue convirtiendo en unas pastillaspara ir de marcha, y alguna queotra “rayita de cocaína” paraaguantar al día siguiente el traba-jo, (puesto que habían abandonadolos estudios).

    Sin darse cuenta los dos ibanentrando en ese oscuro mundo, queles agarraba más y más y ellos aje-nos a todo esto, pensaban que se lopasaban “de muerte”.

    Cuando quisieron despertar deesta pesadilla, Luisa ya estabaenferma, y a Juan le habían despe-dido de su trabajo, como era de

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    JUAN Y LUISA

  • esperar. Luisa estaba mal de lospulmones, de tanto tabaco y otrassustancias de las que habían abu-sado, a lo largo de su juventud.Dado al tratamiento tan fuerteque le daban, no podría tener hijosen el futuro.

    Lo bueno de esto, es que mien-tras Luisa se curaba de su enfer-medad en el hospital, también con-siguió curarse de sus adiciones; yser una nueva persona.

    Por otra parte, Juan estabadestrozado, sin trabajo, sin ilusio-nes, y casi sin familia, y con el sen-timiento de culpabilidad de haberdestrozado su vida y la de Luisa.Una de las veces que fue a verla alhospital, Luisa le dio un ultimátum,o, las drogas, o yo. A Juan le costóbastante decidirse pero su amor

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • por Luisa y el saber que habíaestado a punto de perderla, lehicieron reaccionar.

    No sería nada fácil, al contra-rio sería un camino muy duro, durí-simo. Pero su amor, su voluntad ysu propia necesidad de ser denuevo una persona como era antesde conocer las drogas, hicieron elresto.

    Cuando Juan y Luisa volvierona estar de nuevo juntos, (ella fueradel hospital y él fuera del centrodonde se había curado) tenían pordelante una nueva vida llena de ilu-siones y de proyectos. No seríafácil, y habría que demostrarse aellos mismos y a todos que podíantener su confianza. Pero no teníanninguna prisa, el tiempo les iríadando la razón y les haría fuertes,

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    JUAN Y LUISA

  • frente a las tentaciones y a losproblemas.

    Entre sus proyectos másinmediatos, estaba conseguir untrabajo y formar una familia.Superarían los problemas de Luisaadoptando un niño, y dándole todoel cariño que tenían para él.

    Empezarían a despertar desus más oscuras pesadilla, y por finverían la luz.

    Juan y Luisa, dos jóvenes lle-nos de vida y de ilusiones, que casila pierden, por querer experimen-tar “cosas nuevas” y no saberechar el freno a tiempo en elmundo de “las drogas”.

    Esta historia tiene un finalfeliz, pero por desgracia la mayo-ría no, esa es la triste y cruda rea-lidad.

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • Cuando tengas curiosidad,pregunta, no te quedes con la duda,no creas que eres menos “guay”,por informarte bien, antes dehacer ninguna tontería.

    La curiosidad es buena, perote puede jugar malas pasadas, si nola sabes dominar.

    Y AUNQUE TE PAREZCAMENTIRA “LAS DROGAS MATAN”.

    FIN.

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    JUAN Y LUISA

  • 51

    Fabián, tenía mucha imaginacióny le encantaba inventar histo-rias. Tanto le gustaba que una vezcontó esta historia:

    ÉRASE UNNIÑO LLAMADO

    FABIAN

    Lenuel Romero Peña, Fernando FernándezBarca, Paco Ojeda Menera, Javier LajaraManday, Macarena Alvarado Pan, SarayGarcia Rodriguez y Ezequiel Avecilla benitezCOLEGIO FEDERICO MAYO

  • Había una vez un payaso llama-do Pepín. A Pepín le gustaba muchodivertir a la gente, hasta que todoel mundo se lo pasaba muy bien.Iba a fiestas de cumpleaños yhacía reír a niños y mayores. Todoel mundo pensaba que Pepín era unpersona feliz y que siempre estabade buen humor. Pero no era así.

    A veces, Pepín no tenía ganasde hacer payasadas, se sentía tris-te y agobiado; pero tenía quehacer reír a la gente.

    La primera vez que esto ocu-rrió, un “amigo” de Pepín le ofrecióunos polvillos blancos que al aspi-rarlos hicieron que Pepín se sintie-ra de pronto alegre y con ganas dehacer cosas.

    Pepín se fue acostumbrando ausar esos polvillos. Al principio, los

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • usaba de vez en cuando, luego losempezó a usar cada vez más; ycuando se dio cuenta, no podíaparar sin ellos. Si no los tomaba, nopodía trabajar y se encontrabatriste y deprimido.

    Cuando Pepín se dio cuenta desu situación, se percató de quetenía un problema y de que no lopodía solucionar él sólo. Pidióayuda y hubo mucha gente que leayudó. Pepín se había dado cuentade que es muy triste depender desustancias para estar alegre. Yaprendió que no hay nada comotener buenos amigos.

    FIN.

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    ÉRASE UN NIÑO LLAMDO FABIAN

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    Adrían Bazán MuñozCOLEGIO JESÚS MARÍA ASUNCIÓN

    Érase una vez un hombre tacañoy desconfiado que se pasabatodo el día fumando. Todas laspersonas que conocía le advertíanque dejara de fumar pero él no

    EL HOMBREQUE NO HACÍACASO A NADIE

  • hacia caso a nadie. Hasta que undía cuando cumplió los cuarenta ycinco años, empezó a toser confrecuencia y a dolerle los pulmo-nes. Desde ese día empezó a hacercaso de lo que le decían las perso-nas de su alrededor. Vivía en sucasa con su hijo Pepe. Él se llama-ba Juanma. Su historia comienzaasí.

    Un lunes de julio, Juanma seencontraba en su casa durmiendo,se levantó, desayunó y se vistió.Luego salió a dar una vuelta por elbarrio. Era una mañana muy solea-da y sin ninguna nube en todo elcielo. Era un día espléndido paradar un paseo por el barrio. Juanmaempezó a andar y sin darse cuentase fue acercando al bar del barrio.Claro, todos los días iba al mismo

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • bar por el mismo camino. Cuandollegó se sentó y empezó a fumarsecuatro paquetes de tabaco. Ahíempezaron las discusiones detodos los días con los vecinos delbarrio, porque a todos le molesta-ba mucho el humo del tabaco. Ycomo siempre él se enfadaba y seiba a su casa. Pero cuando llegó acasa se sorprendió porque vio quehabía llegado su hijo y cuando llegasu hijo siempre pasa lo mismo queen el bar. Entró y se sentó en elsillón. Empezó a fumar otra vez loque le había quedado de antes.Pero esta vez su hijo no le dijonada y él le preguntó:

    -¿Por qué no me has dichonada?- le preguntó Juanma.

    -Porque diga lo que diga tu nome haces caso, ni a mí ni a nadie.

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    EL HOMBRE QUE NO HACÍA CASO A NADIE

  • -Pero, yo os digo que porqué osenfadáis conmigo.

    -Muy sencillo- le respondió suhijo-, porque fumar no beneficia anadie y perjudica a todos los queestán a tu alrededor y sobre todoa ti mismo.

    Entonces Juanma se fue a sudormitorio a reflexionar sobre laspalabras que le había dicho su hijo,pero por mucho que intentabadejar el tabaco no lo conseguía.

    Fueron pasando los años yJuanma se iba poniendo peor y noconseguía dejar de fumar. Su hijointentó que se quedara sin dinero yno pudiera comprar tabaco, peroJuanma se dio cuenta de que lefaltaba dinero en la cartera.Entonces procuró no quitarse lacartera de encima por si acaso

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • alguien le quitaba dinero. Despuésde esto, el hijo, siempre atento,vio que su padre se iba a meter enun verdadero problema cuandofuera mayor. No por el dinero sinopor el tabaco. Tendría muchos pro-blemas de pulmones y de corazón.Así que se acercó a su padre y ledijo:

    -Esto no puede seguir así por-que de lo contrario, si ahora tienescincuenta años con setenta, yahabrás muerto.

    -Pero tú no sabes lo que cues-ta dejar de fumar, cuando seempieza cuesta mucho dejarlo.

    -Pues no haber empezado.-Si lo hubiera sabido no hubie-

    ra empezado.Como ésta eran todas las con-

    versaciones, empezaban igual y

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    EL HOMBRE QUE NO HACÍA CASO A NADIE

  • acababan igual. Así pasaron losaños y Juanma cumplió setentaaños pero ya estaba en el hospital.Entonces Juanma se dio cuenta deque debería haber tenido en cuen-ta los consejos de las personasconocidas. Si les hubiera hechocaso, no hubiera muerto por culpadel tabaco.

    FIN.

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

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    Pablo Muñoz Cachón y Nicolas Montoya VegaCOLEGIO ALBARIZA

    PERSONAJES: Marcos, David,Fran, Elisa, madre de Marcos yLaurita.MARCO: En la actualidad, en elparque del pueblo y en el colegio.

    LOS GNOMOSDEL BIEN YDEL MAL

  • ARGUMENTO: Un grupo de ami-gos, tiene problemas con el alcoholy la droga por culpa de unos gno-mos que le convencen de que tomaralcohol y droga es bueno. Pero unniño del grupo sueña que al díasiguiente otros gnomos distintos leayudan diciéndoles la verdad. Gra-cias a su sueño, que parece que fuerealidad, todo vuelve a la normali-dad.

    CUENTO:- ¡Mamá, mamá! - gritó Marcos

    desde su cuarto mientras acababala tarea-. Voy al parque a meren-dar con mis amigos, dame dineropara comprar algo -le suplicó.

    - Toma cariño.Y se despidieron con un beso

    en la mejilla.

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • - ¡A las nueve te quiero veraquí! - le recordó su madre

    Marcos se fue de su casa,cerrando la puerta suavemente,para no despertar a Laurita, suhermanita chica.

    Fue directamente a la tiendaque estaba debajo de su piso; com-pró unas galletas y un zumo denaranja. Se dirigió al parque comootras veces. Cuando se acercaba, sequedó totalmente aterrorizadocuando vió que unos seres muypequeños parecidos a los gnomos,que Marcos había visto en las pelícu-las, pero de pinta salvaje y rebelde,estaban hablando con sus amigos.

    Tuvo miedo, pero a la vezpensó ¿qué podrían estar diciendoesos malvados gnomos a sus mejo-res amigos?

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    LOS GNOMOS DEL BIEN Y DEL MAL

  • Se escondió tras unos mato-rrales y esperó a que se fueran. Lepareció una eternidad el rato queestuvo esperando.

    Durante ese tiempo, escuchócosas que sabía que nunca iban aser verdad: que el alcohol es muybueno, que bebiéndolo se ven cosasque nunca podrás ver si no lo prue-bas, que la droga te ayuda en elcolegio, que si fumas mucho tediviertes más,…

    Cuando Marcos ya empezaba adesesperarse, vio como los seresdiminutos se iban del lugar.

    Marcos aprovechó entonces,se acercó a ver a uno de sus ami-gos, y le preguntó:

    - ¿Qué ha pasado, Fran?- Nada, a ti qué te importa –

    contestó Fran con desdén-.

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • - ¿Quiénes eran esos gnomos?,preguntó Marcos.

    - Unos amigos – le respondióElisa con ironía-.

    Marcos notaba que sus amigoshabían cambiado de carácterrepentinamente.

    -¿No le habréis hecho caso aesos seres, verdad?, preguntó elchico.

    - Pues sí, y además tienenmucha razón -contestaron todos-Por cierto ¿tienes algo de droga?

    - Vosotros estáis mal de lacabeza, respondió Marcos.

    - Vale, vale,…te entendemoslistillo, - respondió David-, perodanos dinero para comprar alcohol,¡venga!.

    Marcos se dio por vencido ydespués de pensar varias veces lo

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    LOS GNOMOS DEL BIEN Y DEL MAL

  • que debía hacer, les dijo a todos:- Chicos, necesitáis ayuda.

    ¡Adiós¡Marcos se fue a su casa, pen-

    sando qué podría hacer para quitarde la cabeza de sus amigos todaslas tonterías que les dijeron esosseres con altura de botijo.

    Mientras cenaba, los padresobservaron que estaba triste ypensativo, porque además estabamuy callado.

    - ¿Ha pasado algo en el parque,Marcos?

    - Nada, mintió Marcos.- Marcos, cariño, sé que ha

    debido pasar algo –insistió sumadre.

    - Vale,… es que he notado amis amigos un poco raros –contes-tó.

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • Marcos sabía que no habíadicho toda la verdad a sus padres,pero lo cierto es que no tenía clarosi contar lo que había presenciadoen el parque.

    Se fue a la cama, tardó bas-tante en dormirse porque no para-ba de pensar en el tema. Cuando alfin se durmió, le sucedió algo espe-cial.

    Soñó que el día siguiente, a lamisma hora del día anterior estarí-an todos los amigos otra vez en elparque pero esta vez no estaríanlos gnomos malvados hablando conellos, sino otros seres diminutospero muy diferentes. Eran tambiénpequeños, pero con un aspectototalmente diferente, parecíanbuenas personas, alegres y simpá-ticos, y la conversación que ahora

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    LOS GNOMOS DEL BIEN Y DEL MAL

  • escuchaba no tenía nada que vercon la que había escuchado por latarde: ..” que el alcohol era malo,que las drogas no sirven paranada…, que no merecía la pena pro-barlas…”

    Las caras de sus amigos eranotras, más alegres y felices. Real-mente parecía que habían cambia-do de forma de ser otra vez.

    Cuando más estaba disfrutan-do, se despertó de su sueño. Miróel reloj de su cuarto, la luz del solentre las persianas y supo que erala hora de ir al colegio. Esa mañanaestaba alegre desayunando y suspadres se lo notaron. Se despidióde su madre y se fue al colegio consu padre en el coche.

    Cuando llegó, se le pasó por lacabeza que su sueño podría haber-

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • se hecho realidad. Antes de entrara clase, intentó hablar con sus ami-gos y se llevó la grata sorpresa deque se les notaba diferentes, habí-an cambiado, estaban bromeandocomo siempre, alegres y simpáti-cos. Todo era más normal. Como decostumbre.

    Marcos explotaba de alegría yantes de abrir el libro de matemá-ticas, les preguntó: ¿estáis en con-tra del alcohol y de las drogas,verdad?

    - ¿De que hablas, Marcos?-dijo Fran.

    - Bueno, bueno,… nada, nada,ya no tiene sentido - tartamudeóMarcos.

    No dijo nada más en esemomento, ni durante todo el día, nien los días sucesivos, porque lo que

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    LOS GNOMOS DEL BIEN Y DEL MAL

  • más quería en su corazón, era novolver a ver sus amigos colgados delas drogas, ni a él mismo escuchan-do a quienes estaban equivocados.

    FIN.

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    CUENTOS PARA FLIPAR CON LA VIDA

  • PARTICIPANTESCOLEGIO ALBARIZA

    ALBA VALLECRISTINA MORENOIRENE MUÑOZALEJANDRO PADILLAPABLO NAVARROANA ROSADOCARMEN QUINTEROANA CABALLEROANABEL ORTEGAANTONIO ROBLESPABLO GÓMEZALBERTO VELÁZQUEZCARLA JIMÉNEZMARIA SÁNCHEZNATALIA EDISONJULIA CASTILLOEDER ISACELAYAALEJANDRO GUARINOJUAN LUIS RIPOLDAJAVIER ROMEROALVARO SOTOJOSE M. DE LA HERAMIGUEL MONTESDANIEL DE LA ROSALAURA PINEDAALICIA PANIMARIA MORENOLORENZO LAGEPATRICIA PEREZBELEN CASTILLEJOANDREA MARQUEZMARIA SERRANPEDRO GALVANFRANCISCO J. SEGOVIA

  • PARTICIPANTESCOLEGIO HIJAS DESAN JOSÉ

    ALMUDENA MUÑOZANDRÉS PEREZANA SÁNCHEZOLGA GUTIERREZ BEATRIZ JIMÉNEZBELEN MARTOAMARÍA RODRÍGUEZBELEN GAMBOSAMILAGROS SÁNCHEZCRISTINA LUNAROSA BOCANEGRAINMA SILVAESTEFANÍA PEREZLAURA SOTOJUAN M. MARRAFOMANUEL PEÑALIDIA ROMANELVIRA TEJEROICIA NAVARROMª ANGELES PALOMINOMARIA INES LOBATOMARTA QUEVEDOMª JESÚS RUIZJENNIFER GÓMEZMIGUEL MERINOBARBARA FERNÁNDEZANTONIO RUEDANATALIA GARCÍAMª ESPERANZA PIÑEROMIRIAN LEONNATALIA VALERAVALERIA CHACÓN

    PARTICIPANTESCOLEGIO POETACARLOS ÁLVAREZ

    YOLANDA RIOSMANUELA CARPIO

  • PARTICIPANTESCOLEGIO JESÚSMARÍA ASUNCIÓN

    ALBA BERZOSO ALEJANDRA DURANINMACULADA MUÑOZJOSÉ CARLOS SERRANOJOSÉ ANTONIO CHACONJUAN BARRAGÁNFRANCISCO PORTOLAURA LÓPEZLORENA MANCILLAPALOMA MARTINEZPAULA MOUREPAULA MUÑOZ

    PARTICIPANTESCOLEGIOFEDERICO MAYO

    EZEQUIEL AVECILLAJESÚS ALBERTO CAROANTONIO ATIENZAISIDORO ROMANPAULA GUERREROZARAI GARCÍAMACARENA ALVARADO

    PARTICIPANTESCOLEGIOJUVENTUD

    FATIMA ROMANISABEL RODRÍGUEZJUAN ANTONIO RUBIOMARIO GOMEZDAVID DIEZMERCEDES GARCIA

  • PARTICIPANTESCOLEGIO SANJUAN BOSCO

    CAROLINA FERNÁNDEZMACARENA BERNALCRISTINA REYNALDOLUCIA JIMÉNEZMARTA CORRALEVA PALOMINOFRANCISCA PEREAGEMA GÓMEZCRISTINA HERASJUAN ESPINOSALORENA DOMÍNGUEZIRENE NÚÑEZCELA DE LA FLORMARTA DIAZANA ROMEROROSARIO ROMERO

    PARTICIPANTESCOLEGIO LA INA

    ISABEL CASTRO IVAN HOLGADOJOSE GIRALDOLORENA LOPEZTATIANA TOLEDOVIRGINIA AGILAR

    PARTICIPANTESCOLEGIO PIO XII

    CELIA DOMÍNGUEZTOÑI CUZCOMª GRACIA NOGUERALDANIEL BARRANCOESTEBAN ORELLANAFRANCISCO UCEDACARLOS NARANJO

  • PARTICIPANTESCOLEGIO SANJUAN DE DIOS

    AFRICA BENÍTEZALEJANDRA YEPESCORAIMA GARCÍACRISTIAN RAMOSJESSICA SÁNCHEZMARÍA JUGOMIRIAN MORENO