Excitabilidad muscular, fisiología muscular y sinapsis neuromuscular
Intervención muscular como método preventivo para ...
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Universidad Nacional de Río Negro
Lic. en Kinesiología y Fisiatría
Trabajo Final de Grado
Intervención muscular como método
preventivo para disminuir la sarcopenia en
los adultos mayores de 60 años.
Una revisión bibliográfica.
Estudiante: Izquierdo Carolina Soledad
Directora: Pamer Pamela
Año: 2020
1
Agradecimientos
A mi sostén durante estos 5 años Araceli, Cesar y Franco. A toda mi familia,
hermanas, abuela, tías y primos que siempre me dieron aliento para seguir
adelante.
A todos mis amigos, que hicieron que en mis años lejos de mi casa siempre
me sienta acompañada y contenida, y que en este último tiempo siempre estuvieron
apoyándome.
A todo el personal docente y no docente que estuvieron y están siempre para
cada uno de los estudiantes.
¡A la universidad pública!
2
Índice
Introducción………………………………………………………………………..Pág.3
Marco metodológico……………………………………………………….……. Pág. 5
Planteamiento del problema……………………………………………... Pág.6
Hipótesis a demostrar…………………………………………………….. Pág.6
Objetivos………………………………………………………………...…. Pág.6
Justificación………………………………………………………………... Pág.6
Procedimiento……………………………………………………………... Pág.7
Marco Teórico…………………………………………………………………….. Pág.8
Envejecimiento…………………………………………………………….. Pág.9
Adulto mayor……………………………………………………………..... Pág.11
Sarcopenia………………………………………………………………….Pág.13
Actividad física……………………………………………………………..Pág.21
Análisis y síntesis de estudios……………………………………………….. Pág.24
Agrupación de artículos………………………………………………….. Pág.28
Descripción general de los artículos……………………………………. Pág.29
Conclusión…………………………………………………………………………Pág.41
Bibliografía…………………………………………………………………………Pág.43
4
El proceso del envejecimiento humano comporta una serie de cambios a nivel
de los diferentes sistemas del organismo que se traducen en la pérdida progresiva
de diferentes funciones. (Masanes Toran, 2010).
En las últimas décadas se objetiva un incremento progresivo de
envejecimiento de la población mundial. Los cálculos indican que para el año 2025
la población mundial mayor de 65 años alcanzaría el 21 %. Y se estima que para el
2050, 1 de cada 5 argentinos superará los 64 años. (Quintar, Giber. 2014)
Cabe destacar que según la Organización Mundial de la Salud (O.M.S) se
considera adulto mayor o persona de tercera edad, a todo aquel adulto que tenga
más de 60 años.
Debido a este aumento de la población adulta se considera que se deben
reforzar las medidas preventivas, ya que con el incremento de la edad se asocian
numerosas patologías, como lo es la sarcopenia y un aumento de la dependencia
para transitar sus actividades de la vida diaria.
Según el European Working Group on Sarcopenia in Older People
(EWGSOP) se define a la sarcopenia como:«síndrome caracterizado por pérdida de
masa muscular y fuerza de forma progresiva y generalizada, con riesgo de
consecuencias adversas como la discapacidad física, una pobre calidad de vida y la
muerte».
En base a estos puntos nombrados anteriormente la sarcopenia juega un rol
fundamental en la dependencia del adulto mayor, ya que es una enfermedad
multifactorial que va a disminuir la fuerza y la masa muscular en los adultos
mayores, generando así un aumento en el riesgo de caídas, fracturas, fragilidad,
falta de movilidad, comorbilidades o hasta incluso la muerte.
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
El presente trabajo es una investigación con el objetivo de determinar cómo
el abordaje muscular ayuda a disminuir consecuentemente la sarcopenia.
Se llevó adelante una revisión de bibliografía en donde se indagó acerca de
los distintos métodos de abordaje muscular utilizados para disminuir o prevenir la
sarcopenia y así sintetizar toda la información existente sobre este tema.
HIPÓTESIS A DEMOSTRAR
El ejercicio físico y el entrenamiento de la fuerza ayuda a disminuir y prevenir
la sarcopenia en los adultos mayores de 60 años.
OBJETIVOS
Generales
-Determinar si el abordaje del sistema muscular ayudaría a disminuir la
sarcopenia en los adultos mayores de 60 años.
Específicos
-Indagar acerca de los efectos del trabajo muscular en los adultos mayores
de 60 años con sarcopenia.
-Investigar acerca de todos los métodos físicos que se utilizan para prevenir
la sarcopenia en el sistema muscular.
JUSTIFICACIÓN
A través de esta revisión de bibliografía se exponen todos los tipos de
abordajes musculares encontrados que ayudan a disminuir o prevenir la sarcopenia.
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Los resultados serán sumamente relevantes para los profesionales de la
salud ya que la población anciana está aumentando a nivel mundial y se considera
que, enfatizando en la prevención, se disminuirán los riesgos y se potenciará su
calidad de vida.
PROCEDIMIENTO
Metodología de trabajo
Este trabajo es una investigación de corte teórico, en donde se expone una
revisión de bibliografía de tipo descriptiva.
Búsqueda
Se realizó una búsqueda de artículos científicos, tesis, en bases de datos
como Google Académico, Lilacs, Pubmed entre mayo y junio de 2020.
Se consideraron estas bases de datos por ser fuentes de búsqueda utilizadas
mundialmente y por tener gran alcance de publicaciones.
Se seleccionaron artículos a partir de los siguientes requisitos:
● Escritos en idiomas español e inglés.
● Publicados entre los años 2000 a 2020.
● Hayan incluido en prevención o tratamiento de la sarcopenia al ejercicio físico
o entrenamiento de la fuerza.
● Hayan estudiado el ejercicio físico como método de prevención de
sarcopenia.
Análisis de datos
En el siguiente trabajo se analizan exhaustivamente los artículos
seleccionados según los criterios de inclusión y luego se lleva a cabo una
conclusión general en donde se establecen los puntos más relevantes del tema.
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ENVEJECIMIENTO
El envejecimiento de la población surge y cobra relevancia como un
fenómeno a nivel mundial por primera vez en la historia aproximadamente en el
último siglo, al ser un hecho ineluctable que se produce en todas las poblaciones y
sociedades más desarrolladas que incrementaron la esperanza de vida de su
población anciana.
Como el envejecimiento influye en muchas facetas de la vida , hoy en día los
gobiernos y las sociedades enfrentan nuevos desafíos sociales y económicos que
tienen impacto en la atención de la salud y en las responsabilidades de la familia y
la comunidad. Es así, que la epidemia de enfermedades relacionadas con el
envejecimiento que se espera que tenga lugar en las próximas décadas sometera
de gran estrés a los sistemas de salud.
Existen muchas razones para entender el auge de este proceso de
envejecimiento en todo el mundo. Entre las más importantes cabe citar las
siguientes:
Demográficas. El número de ancianos crece en todos los países
desarrollados, y los ancianos cada vez alcanzan edades más elevadas, con mejor
nivel cultural y mayor conciencia de sus derechos en este terreno.
Además forman el colectivo que presenta más enfermedades, que son más
complejas, interrelacionadas y vinculadas a la situación social.
Socioeconómicas. Derivadas de la trascendencia que las decisiones
médicas tienen en la política, la economía y los aspectos sociales. Basta recordar el
volumen económico que todos los países dedican a pensiones, el derivado del
consumo de farmacia o la necesidad de aportar recursos sanitarios y sociales a los
ancianos incapacitados o con problemas de recuperación.
Científicas. Existe una doctrina geriátrica, generada en sus aspectos básicos
en los años centrales del siglo xx, que implica desde el conocimiento de los cambios
de todo tipo incluidos en el proceso de envejecer con sus implicaciones específicas
diagnósticas y terapéuticas, hasta una sistemática de trabajo basada en los
principios de la valoración geriátrica integral y el respeto a los principios de la
bioética.
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Los cambios en la composición de la población producidos por la transición
demográfica hacen preciso que los países adapten de forma continua sus
estructuras sociales. Los sistemas que están más sometidos a tensiones son
aquellos relacionados con el mercado laboral, la seguridad social y la atención
sanitaria. Cualquier adaptación supone cambios y, en consecuencia, tensiones,
producidas por las fuerzas a favor de tales transformaciones y las inercias que
tienden a mantener el statu quo. Cualquier adaptación lleva tiempo, el cual varía
enormemente en función de los países que se analicen. Así, los antiguos países
industrializados hicieron esta transición en 100-150 años, con lo que han podido ir
adaptando sus estructuras sociales más pausadamente; en cambio, los actuales
países emergentes están abocados a una transición rápida (25-40 años), lo que
aumenta el riesgo de que se produzcan tensiones sociales.
No es lo mismo envejecer que enfermar aunque, habitualmente, la vejez se
acompaña de un mayor número de padecimientos. Además, no siempre está clara
la frontera entre los tres grupos de procesos que modulan los cambios que presenta
el anciano:
a) las modificaciones fisiológicas establecidas por el simple paso del tiempo y
derivadas de la carga genética de cada individuo (envejecimiento primario);
b) las consecuencias de la exposición a lo largo de muchos años a los
llamados factores de riesgo o al propio ambiente, como contaminación, humo, dietas
inadecuadas, estrés, alcohol o falta de actividad física (envejecimiento secundario),
c) las secuelas de las enfermedades, accidentes y mutilaciones quirúrgicas
acumulados a lo largo de la vida (envejecimiento secundario).
Por todo lo mencionado los conceptos como envejecimiento activo han ido
ganando importancia en la gerontología a medida que la transición demográfica se
ha ido convirtiendo en una realidad para la mayoría de los países del mundo. En la
década del 2020 al 2030, por primera vez en la historia de la humanidad habrá más
personas mayores de 60 años que niños menores de 5 años de edad. No solamente
hay más personas adultas mayores en el mundo sino que la importancia de esta
población en los sistemas de salud aumenta debido a la cronicidad o aparición de
numerosas patologías asociadas a la edad.
La O.M.S define el término “Envejecimiento Activo” como el proceso de
optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de
mejorar la calidad de vida de las personas que envejecen. Haciendo referencia a la
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participación continua en los roles sociales del individuo y no solo en su capacidad
física o actividad laboral.
Se puede definir el envejecimiento exitoso como la habilidad de:
1) reducir los factores de riesgo de enfermedad y la discapacidad relacionada
con enfermedades;
2) mantener alto nivel de funcionamiento físico y mental, y
3) participar en actividades sociales.
Así en este concepto de envejecimiento activo se pone en práctica optimizar
las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el
objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de
vida en la vejez. Una de las principales estrategias de lograrlo es a través de la
realización regular de actividad física, la cual está directamente relacionada con el
aumento de bienestar psicológico de los individuos, el mantenimiento de la
funcionalidad con el fin de mejorar sus condiciones de salud, garantizando una
mejor calidad de vida. Ya que para la OMS, la funcionalidad representa el principal
determinante del estado de salud entre los adultos mayores, midiendo su estado en
términos de mantenimiento de la capacidad funcional, entendida como la aptitud
para ejecutar eficientemente las actividades básicas e instrumentales de la vida
diaria.
ADULTO MAYOR
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como adulto mayor a toda
persona de 60 años en adelante. Teniendo en cuenta esto en las últimas décadas
se objetiva en la población mundial un envejecimiento progresivo. Es así, que los
cálculos indican que para el año 2025 la población mundial mayor de 65 años, en
los países desarrollados, alcanzaría el 21%. Y algunas estimaciones calculan que
para el año 2050 1 de cada 5 argentinos superará los 64 años de edad. (Quintar,
Giber. 2014)
El incremento de la edad se asocia con un aumento de la prevalencia de
múltiples enfermedades y discapacidades, o también dolencias que padecen en
otros momentos de la vida pero con una incidencia superior facilitada por los
cambios en el organismo que hace que no se comporten igual que en otras edades.
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Hay numerosos cambios en el organismo del adulto mayor cuando comienza
el proceso de envejecimiento. Los cambios profundos en la composición corporal
pueden ser el efecto más evidente e inevitable del envejecimiento. El peso tiende a
disminuir en los varones entre los 65 y 70 años, y esto ocurre un poco más tarde en
las mujeres. La masa corporal magra, compuesta sobre todo por músculo y
vísceras, disminuye de forma constante después del tercer decenio de edad. En el
músculo, esta atrofia es mayor en las fibras de contracción rápida que en las de
contracción lenta. La masa adiposa tiende a aumentar en la madurez y luego
disminuye en la edad avanzada, un reflejo de los cambios en el peso. La
circunferencia abdominal continúa en aumento durante toda la vida, un patrón
sugestivo de que la acumulación de grasa visceral, causante de la mayoría de las
consecuencias patológicas de la obesidad, es continua. En algunas personas, la
grasa también se acumula dentro del músculo, lo que afecta su calidad y función.
Con la edad, el tejido fibroconjuntivo tiende a aumentar en muchos sistemas
orgánicos. En el músculo, la acumulación de este tejido también afecta la calidad y
la función muscular.
En conjunto, la pérdida de masa y la calidad del músculo reducen la fuerza
muscular, que al final impacta en la capacidad funcional y la movilidad. La fuerza
muscular disminuye con la edad y no sólo afecta el estado funcional, también es un
factor pronóstico importante independiente de la mortalidad.
El hueso experimenta una desmineralización progresiva y modificación
estructural, lo que reduce la fuerza ósea; esto eleva el riesgo de fracturas. Las
diferencias sexuales en los efectos del envejecimiento en la masa ósea se deben a
las discrepancias genéricas de la masa ósea máxima y a los efectos de las
hormonas gonadales en el hueso. En general, en comparación con los varones, las
mujeres tienden a perder masa ósea a edad más temprana y llegan con más
rapidez al límite de fortaleza ósea baja que incrementa el riesgo de fractura. Todos
estos cambios en la composición corporal pueden atribuirse a la pérdida de vínculos
entre la síntesis, degradación y reparación que remodelan los tejidos. Tales cambios
en la composición corporal no sólo dependen del envejecimiento y la enfermedad,
también de factores del estilo de vida, como la actividad física y la dieta. En varones
y mujeres sanos pertenecientes al tercer decenio de vida, la masa corporal magra
promedio representa 85% del peso corporal y casi 50% de la masa magra está
representada por el músculo esquelético.
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Con el envejecimiento, tanto el porcentaje de masa magra como el porcentaje
representado por el músculo disminuyen con rapidez; estos cambios tienen
consecuencias importantes para la salud y la función.
SARCOPENIA
Con el paso de los años y el envejecimiento se produce una pérdida
progresiva de la masa muscular, que compromete la funcionalidad de las personas.
En ausencia de patologías, entre los 40 y 70 años se puede presentar un descenso
de hasta 8% por decenio: pero después de los 70 años esta pérdida se duplica,
comprometiendo la capacidad de la persona para desempeñarse satisfactoriamente
en su vida cotidiana.(Solano,Carazo,2018)
Con esta pérdida gradual de masa muscular esquelética y fuerza se
determina el inicio de la SARCOPENIA. Por primera vez en 1989 Irwin Rosenberg
propone el término «sarcopenia», del griego sarx («carne») y penia («pérdida»),
para describir la disminución de masa muscular asociada al proceso de
envejecimiento.
Desde entonces varias definiciones de sarcopenia asociada al envejecimiento
se han ido desarrollando con el fin de buscar un consenso entre sociedades
científicas. Según fueron apareciendo nuevas técnicas de imagen para evaluar la
composición corporal y aumentando la información epidemiológica disponible. Sin
embargo, actualmente no hay consenso sobre una definición universal que sea
aplicable a todas las poblaciones geriátricas (ya sean agudos o subagudos, como
en el medio residencial) y a todos los grupos étnicos/raciales específicos. En la
literatura científica existen múltiples definiciones, sin que ninguna de ellas haya sido
adoptada de forma consensuada.
En los últimos 20 años las definiciones han ido cambiando y, así, han dejado
de basarse en la exclusiva cuantificación de la masa muscular para hacerlo,
además, en la función y la fuerza musculares.
● Baumgartner et al. evalúan la masa magra apendicular (MMA; en kilogramos)
dividida entre la talla en metros al cuadrado (MMA/talla2).
Definen la sarcopenia como MMA/talla2 igual o menor de 5,45 kg/m2 en
mujeres e igual o menor de 7,26 kg/m2 en hombres, que corresponde a 2
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desviaciones estándar por debajo de la media de los valores comparados con
los de una población joven.
● El enfoque de Delmonico et al. es ligeramente diferente, ya que no se basa
en la comparación con una población joven, sino que considera que
presentan sarcopenia los participantes del estudio Health-ABC que se
encuentran por debajo del percentil 20, específico por sexo. Los puntos de
corte para el índice MMA/talla2 encontrados con este método son menores o
iguales a 5,67 kg/m2 para mujeres y menores o iguales a 7,25 kg/m2 para
hombres.
● Por otra parte, Newman et al. utilizan un enfoque estadístico (método
residual) para definir la sarcopenia, calculando, mediante una regresión lineal
(entre MMA, talla y masa grasa), los residuos del modelo. Gráficamente,
cuanto más grande es el residuo, más lejos se encuentra de la línea de
regresión (la «media») de la población estudiada. Identifica la sarcopenia en
los sujetos que presentan el percentil 20 más bajo de residuo (específico por
sexo). Es la primera definición que tiene en cuenta otro parámetro de la
composición corporal como es la masa grasa.
A partir de estas definiciones «clásicas» diferentes grupos de expertos han
propuesto nuevas definiciones basándose en los datos epidemiológicos que
demuestran la escasa consistencia de la relación entre la masa muscular y el
desarrollo de discapacidad. (Abizanda Soler, P.[Ed.], Rodríguez Mañas, L.[Ed.],
2015, Tratado de medicina geriátrica, España, Editorial: ElSevier)
El European Working Group on Sarcopenia in Older People (EWGSOP)
propone la siguiente definición: «Sarcopenia es un síndrome caracterizado por
pérdida de masa muscular y fuerza de forma progresiva y generalizada, con riesgo
de consecuencias adversas como la discapacidad física, una pobre calidad de vida
y la muerte».
Por su parte, el International Working Group on Sarcopenia la define como
«la pérdida de masa muscular y de su función asociada al envejecimiento. Las
causas de sarcopenia son multifactoriales y pueden incluir desuso, función
endocrina alterada, enfermedades crónicas, inflamación, resistencia a la insulina y
deficiencias nutricionales. Aunque la caquexia puede ser un componente de la
sarcopenia, estas dos condiciones no son iguales».
15
Finalmente, la Society on Sarcopenia, Cachexia and Wasting Disorders
(SCWD) refiere que «la sarcopenia es una reducción de la masa muscular con
limitación de la movilidad, es una entidad clínica importante y la mayoría de los
ancianos deberían ser cribados para esta condición. La limitación de la movilidad no
debe ser secundaria claramente a una enfermedad diferente específica del músculo,
a una enfermedad vascular periférica con claudicación intermitente, a desórdenes
del sistema nervioso central o periférico o a caquexia».
Cabe destacar que la sarcopenia, por sí misma, se encuentra asociada a
consecuencias para la salud de los ancianos como un aumento de morbilidad,
mayor riesgo de caídas, mayor probabilidad de institucionalización, un inicio más
temprano de la discapacidad y también de muerte prematura. Teniendo en cuenta
todo esto también podemos objetivar que los costos en la salud pública van a ser
mayores si no se genera antes una prevención adecuada.
Etiología.
La etiología de la sarcopenia es multifactorial y su progresión se atribuye
generalmente a cambios relacionados con la edad en el músculo esquelético: un
aumento de la pérdida, o la resistencia a los factores anabólicos.
Diferentes estudios sobre la calidad muscular han puesto en manifiesto una
disminución importante en la calidad para producir la fuerza por unidad de músculo
durante el envejecimiento.
La posterior incapacidad funcional producida por la sarcopenia aparece como
consecuencia de la pérdida de las fibras tipo II o de fuerza rápida
La reducción de fibras en la masa muscular también se produce por factores
intrínsecos en los miocitos. Este efecto perjudicial es causado por la acumulación de
daño del ADNmt que afecta negativamente a la tasa metabólica, la síntesis de
proteínas y la producción de ATP. Como resultado de esto es que se produce la
muerte de las fibras musculares.
Por otra parte cabe destacar que el mecanismo de regeneración y reparación
de fibras musculares también está comprometido en los adultos mayores.
Otras causas relacionadas con la etiología multifactorial de la sarcopenia son
las siguientes:
● Causa neurológica: Se asocia con la causa del tono neurotrófico vital
para mantener el tono muscular, pérdida de motoneuronas alfa y fibras
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nerviosas de conducción rápida de la médula espinal. Estas fibras son
indispensables para conducir el impulso nervioso a las fibras
musculares rápidas de tipo II que corrigen la posición y actitudes del
cuerpo y que ayudan a evitar caídas , mantener una correcta posición
bípeda, así también como moverse con destreza y habilidad.
● Causa muscular: A partir de los 30 años se pierde masa ósea y masa
muscular. Las fibras musculares sufren una disminución en el número
de proteínas de contracción, se hacen más delgadas y son
reemplazadas por tejido colágeno y conjuntivo. Luego con el tiempo
desaparecen.
● Causa hormonal: La edad está asociada con la reducción de
hormonas anabólicas como andrógenos, estrógenos y hormonas del
crecimiento. También se asocian con el aumento de citoquinas
antiinflamatorias que tienen una fuerte influencia en el equilibrio entre
la síntesis proteica y la degradación muscular y llevan al deterioro de
la fibra muscular.
● Causa nutricional: La disminución de la ingesta de alimentos en los
adultos mayores conlleva serias consecuencias en las que podría
reflejarse la pérdida de fuerza y masa muscular. Además teniendo en
cuenta que los ancianos consumen menores cantidades de alimentos
podría ser más difícil para ellos satisfacer la necesidad de nutrientes,
especialmente micronutrientes.
● Estilo de vida sedentario: La condición de la sarcopenia empeora con
una vida sedentaria, lo que produce una mayor pérdida de músculo
que en una vida activa. El estilo de vida sedentario está relacionado
con un bajo nivel de actividad física.
● Caquexia: Reconocida como una condición asociada con un número
de enfermedades crónicas y agudas. Fue definida por Evans y Cols
como un síndrome metabólico complejo asociada con la enfermedad
subyacente y caracterizado por la pérdida de músculo con o sin
pérdida de masa grasa. Esta pérdida de masa musculoesquelética
distingue la caquexia de la pérdida de peso que se debe únicamente a
la ingesta de energía.
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● Estrés oxidativo: Es un estado en el que se altera el control normal y
equilibrado de la producción de oxidantes y la capacidad
antioxidante.A niveles fisiológicos, estas moléculas oxidantes cumplen
importantes tareas de señalización, pero cuando la concentración se
eleva se produce un fenómeno conocido como estrés oxidativo, el cual
provoca efectos adversos tales como alteraciones en los lípidos,
proteínas y el ADN. Está demostrado que el estrés oxidativo se asocia
con enfermedades crónicas y con el proceso del envejecimiento, y
supone que un aumento de estrés oxidativo dirige a las células del
músculo a un estado catabólico que lleva a la pérdida de masa
muscular. Además el estrés oxidativo es un potente inductor de la
apoptosis, una forma de muerte celular programada que está regulada
genéticamente.
● Células satélites: Aunque los mecanismos exactos que causan la
sarcopenia no se han dilucidado , la hipótesis de que las células
satélites podrían desempeñar un papel importante en la pérdida de la
masa muscular esquelética relacionada con la edad ha ganado mucho
interés. Las células satélites o células madres del músculo son la única
fuente para la generación de mionucleos nuevos in vivo en el músculo
esquelético. Las células satélites son esenciales para la reparación e
hipertrofia del tejido muscular. Normalmente , estas células se
encuentran en reposo entre la lámina basal y la membrana plasmática
de fibras musculares. En la proliferación y activación subsiguiente, la
mayoría de las células satélites se diferencian para formar mionucleos
nuevos, o bien se fusionan con las fibras existentes para formar
nuevas fibras, mientras que una pequeña proporción vuelve a
quiescencia. Debido a que las células satélites son responsables del
mantenimiento de la masa muscular esquelética , una disminución en
el número de estas células, o en su capacidad para activarse y
proliferar en la respuesta a estímulos anabólicos, es probable que
resulte una alteración estructural del músculo y su función.
● Composición corporal: Los hombres a medida que envejecen
disminuyen la masa muscular y aumentan la masa grasa, pero
posteriormente disminuyen la masa grasa. Por su parte las mujeres
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tienen un aumento de grasa intramuscular y visceral pero
posteriormente disminuye la grasa subcutánea.
● Fragilidad: Se lo conoce como un síndrome geriátrico que se
caracteriza como deterioro degenerativo asociado con la edad de
diferentes sistemas fisiológicos, con alteración de la reserva
homeostática, y disminución de la capacidad del organismo de
soportar el estrés. Todo ello tiende a aumentar la vulnerabilidad dando
lugar a efectos no deseados como caídas, hospitalización,
institucionalización y aumento de la mortalidad. Hay tres
características que respaldan un diagnóstico de fragilidad: Pérdida de
peso involuntaria, agotamiento, debilidad, velocidad lenta en la marcha
y baja actividad física. La fragilidad y la sarcopenia se superponen; de
esta forma gran cantidad de adultos mayores frágiles tienen
sarcopenia, y también personas de edad avanzada con sarcopenia
pueden ser frágiles.
● Inmovilidad y cama: Son lamentablemente consecuencias comunes de
ingreso hospitalario por enfermedad y trauma. Hay estudios que
demuestran que en un anciano postrado en una cama durante 10 días
existe una reducción en la síntesis de proteína y significativa pérdida
de masa muscular sin cambios en la masa grasa, mientras que en una
persona joven ocurre a los 28 días. Es por esto que se intenta prevenir
las cirugías en ancianos ya que en 10 días se produce un deterioro
físico muchas veces difícil de revertir.
● Pérdida de neuronas por medio del envejecimiento neuromuscular: Es
un proceso progresivo e irreversible que aumenta con la edad. Entre
las causas que contribuyen a la pérdida de resistencia asociada a la
sarcopenia, debemos observar los cambios en el sistema nervioso
asociados a la edad que provocan pérdida de unidades motoras.
(Colón, Collado, Cuevas, 2014)
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Fig. 1 Mecanismos de la sarcopenia. (Cruz y Cols).
Método diagnóstico para la evaluación de la sarcopenia.
Partiendo de la base de la dimensión bidimensional de la sarcopenia, las
variables necesarias para evaluar esta son la MMA (Masa Magra Apendicular), la
masa grasa, la fuerza muscular y la función muscular. Las pruebas de imagen,
como la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), han sido
consideradas como las mejores herramientas para diagnosticar la sarcopenia ya
que con la precisión de estas técnicas se logra diferenciar la infiltración grasa de la
del resto del músculo.
La TC permite la evaluación transversal del área y del volumen del músculo,
además de su densidad (depósitos de grasa intramiocelular), así como la de tejido
adiposo de depósito subcutáneo e intramuscular.
20
Por su parte, la RM guarda bastante relación con los resultados de la TC, en
ella no hay exposición a radiación y, además, tiene la capacidad de hacer cortes
múltiples y estimaciones volumétricas tridimensionales. Por otra parte, permite
realizar una tractografía de las fibras musculares, similar a la que se hace para las
neuronas en las enfermedades neurodegenerativas. La tractografía podría ser una
medida de función muscular.
Sin embargo, la técnica más utilizada en la práctica clínica es la energía dual
de rayos X por absorciometría (DXA), la cual actualmente representa el método más
accesible para evaluar la composición corporal. Ofrece una estimación menos
precisa que la de la RM o la TC de la masa grasa, de la masa magra y del tejido
óseo del cuerpo entero o de regiones específicas. No tiene un alto costo y es rápida
de utilizar. La exposición a la radiación es baja y aceptable (aproximadamente de 3
micro-rem). Es la más utilizada, ya que se encuentra disponible más comúnmente
tanto en el ámbito clínico como en centros de investigación. Es bien tolerada por la
población anciana. (Abizanda Soler, P.[Ed.], Rodríguez Mañas, L.[Ed.], 2015,
Tratado de medicina geriátrica, España, Editorial: ElSevier)
Para la fuerza muscular, la medida más aceptada en la práctica clínica es la
fuerza de prensión hecha con un dinamómetro y utilizando criterios estándar de
evaluación. Otras medidas más complejas de análisis de fuerza muscular deben
realizarse en función del objetivo principal de los estudios.
Finalmente, la forma más simple para evaluar la función muscular es objetivar
la velocidad de la marcha o realizar una Short Physical Performance Battery
(SPPB), un test compuesto de tres evaluaciones (velocidad de la marcha, del
equilibrio y de la fuerza del cuádriceps).
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Fig. 2 Métodos más utilizados para la evaluación de función y fuerza muscular en la
sarcopenia y sus ventajas. (Abizanda Soler, P.[Ed.], Rodríguez Mañas, L.[Ed.],
2015, Tratado de medicina geriátrica, España, Editorial: ElSevier)
ACTIVIDAD FÍSICA
La actividad física regular ha demostrado retrasar sustancialmente el inicio de
las limitaciones funcionales y de la pérdida de independencia. Además, mejora la
calidad del sueño, la masa muscular y el apetito, así como reduce los síntomas de
depresión y el uso de medicamentos. Desafortunadamente la tasa de actividad
física regular disminuye con la edad y es la más baja en los ancianos. Esta situación
es mala debido a que el aumento de la actividad física tiene beneficios claros para
los ancianos, mejora su función física, fuerza muscular, estado de ánimo y sueño.
Algunos estudios sugieren que el ejercicio mejora la cognición y evita la
demencia, pero esto aún es tema de debate. Los programas de ejercicio, tanto
aeróbicos como de entrenamiento de fuerza, son factibles y provechosos, incluso en
los individuos muy viejos y frágiles.
22
Si no hay contraindicaciones, la actividad física más intensa y prolongada
aporta mayores beneficios. Es probable que las personas frágiles y sedentarias
necesiten supervisión, al menos al principio del programa de ejercicio, para evitar
caídas y lesiones relacionadas con el ejercicio.
Deben explicarse igualmente su uso y sus contraindicaciones en función de
las características del paciente, además de cómo protegerse de los efectos
adversos que también pueden existir. Incluso los pacientes con condiciones de
riesgo pueden ejercitarse de forma segura, en niveles bajos, una vez que la
evaluación y el tratamiento apropiado se han iniciado, y bajo monitoreo estrecho. En
general, se recomiendan tres tipos de ejercicio físico: el ejercicio aeróbico, los
ejercicios de fortalecimiento, y los de equilibrio y flexibilidad.
La OMS clasifica los beneficios de la actividad física para los ancianos en dos
grandes categorías:
1. Beneficios de la actividad física para el individuo:
a. Beneficios fisiopatológicos.
b. Beneficios psicológicos.
c. Beneficios sociales.
2. Beneficios para la sociedad de la promoción de estilos de vida físicamente
activos entre ancianos.
1. Beneficios de la actividad física para el individuo.
Beneficios fisiopatológicos
Con el envejecimiento se produce un lento y progresivo deterioro estructural y
funcional en la mayoría de los sistemas fisiológicos, especialmente en los sistemas
cardiovascular (disminuye la frecuencia cardíaca máxima, el volumen cardíaco de
eyección y la función vascular), músculo esquelético (aumenta la cantidad de masa
grasa y disminuye la masa muscular, con lo que empeora tanto la fuerza como la
potencia) y respiratorio. Como consecuencia de estas alteraciones fisiológicas, se
produce una disminución en el volumen y en la intensidad de la actividad física que
son capaces de realizar los ancianos, lo que provoca una limitación para la
realización de las actividades de la vida diaria.
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Beneficios psicológicos
La actividad física también ha mostrado efectos beneficiosos desde un punto
de vista psicológico. A corto plazo reduce el estrés y la ansiedad, con lo que
aumenta el nivel de relajación, y mejora el humor y la sensación de bienestar. A
largo plazo mejoran el autoconcepto y la autoestima, la autoeficacia y la
competencia percibida, con lo que disminuye la sensación de pérdida de control que
con frecuencia se asocia al envejecimiento. Además, se reduce el riesgo y mejora el
control clínico de enfermedades como la depresión y la ansiedad. Estudios
epidemiológicos, tanto transversales como longitudinales, han demostrado que el
ejercicio aeróbico y los altos niveles de actividad física reducen el riesgo de
desarrollar deterioro cognitivo y demencia, mientras que la participación en
ejercicios aeróbicos, de fuerza o ambos mantiene y mejora la función cognitiva,
especialmente en las tareas de función ejecutiva.
Beneficios sociales
La actividad física aporta confianza a los ancianos al promover el
mantenimiento de un rol más activo en la sociedad. Favorece la realización de
nuevas amistades y el fortalecimiento de las redes sociales, con lo que promueve la
integración social y cultural, especialmente cuando la actividad física se realiza en
grupo. Favorece la actividad intergeneracional, con lo que disminuyen las
percepciones estereotipadas sobre el envejecimiento y los ancianos.
2.Beneficios para la sociedad de la promoción de estilos de vida
físicamente activos entre ancianos.
La actividad física reduce la aparición de la dependencia y de múltiples
enfermedades, al mismo tiempo que favorece una participación más activa de los
ancianos en la sociedad aumentando su productividad. Todo esto se traduce en una
reducción significativa de los costes sociales y sanitarios. (Abizanda Soler, P.[Ed.],
Rodríguez Mañas, L.[Ed.], 2015, Tratado de medicina geriátrica, España, Editorial:
ElSevier)
25
Tras llevarse a cabo una búsqueda exhaustiva de artículos en las bases de
datos: Pubmed, Lilacs y Google Académico se analizaron y seleccionaron los de
interés relevante para dicha investigación.
Las palabras claves que se utilizaron fueron: adultos mayores, sarcopenia,
actividad física, fisioterapia.
BÚSQUEDA
● PUBMED: 37 artículos
● LILACS: 51 artículos
● GOOGLE ACADÉMICO: 43 artículos - 16 tesis
147 ARCHIVOS
PRIMERA SELECCIÓN
En la primera selección se hizo una clasificación por título.
Las tesis se apartaron para una observación diferenciada.
● PUBMED: 14 artículos
● LILACS: 9 artículos
● GOOGLE ACADÉMICO: 14 artículos
●
31 ARCHIVOS
26
SEGUNDA SELECCIÓN
Se realizó una segunda selección en donde se hizo una lectura de los “abstract”
(resumen) de todos los artículos en donde se seleccionaron 11 ARCHIVOS, de los
cuales se descartó uno por ser ya propiamente una revisión sistemática.
De las 17 tesis mencionadas anteriormente no se seleccionó ninguna por no
cumplir con los requisitos de la investigación.
SELECCIÓN FINAL
10 ARTÍCULOS
Los 10 artículos que se van a poner en revisión son los siguientes:
Muhlberg,W. , Sieber, C., (2004) “Sarcopenia and frailty in geriatric patients:
Implications for training and prevention”
Visvanathan, R., Champán, I., (2010) “Preventing sarcopenia in older people”
Rolland, Y., Dupuy, C., Abellan van Kan, G., Gillette,S., Vellas,B., (2011) “Treatment
strategies for Sarcopenia and Frailty”
Freiberger, E., Sieber, C., Pfeifer, K., (2011) “Physical activity, exercise and
sarcopenia-future challenges”
Fernandez Montero, N., Rexach-Serra, J., (2013) “Role of exercise on sarcopenia in
the elderly”
27
Landi, F., Marzetti, E., Martone, A., Bernabei, R., Onder, G., (2013) “Exercise as a
remedy for sarcopenia”
Padilla Colon, C., Collado Sanchez, P., Cuevas, M., (2014) “Beneficios del
entrenamiento de fuerza para la prevención y tratamiento de la sarcopenia”
Marzetti, E., Calvani, R., Tosato, M., Cesari, M., Di Bari, M., Cheburini, A.,
Broccatelli, M., Savera, G., D’Elia, M., Pahor, M., Bernabei, R., Landi, F., (2017)
“Physical activity and exercise as countermeasures yo physical frailty and
sarcopenia”
Marzetti, E., Cesari, M., Calvani, R., Msihid, J., Tosato, M., Mañas, L., Lattanzio, F.,
Cherubini,A., Behuit, R., Di Bari, M., Maggio, M., Vellas, B., Dantoine, T., Jentoft, A.,
Sieber, C., Freiberger, E., Skalska, A., Grodzicki, T., Sinclair, A., Topinkova, E.,
Ryznarova, I., Strandberg, T., Schols, A., Wirnsberger, R., Jónsson, P., Ramel, A.,
Del Signore, S., Pahor,M., Roubenoff, R., Bernabei, R., Landi, F., (2018)” The
“Sarcopenia and physical frailty in older people: multi-component treatment
strategies” (SPRINT) randomized controlled trial: Case ffinding screening and
characteristics of eligible participants”
Lopes , K., Bottino, D., Farinatti, P., Coelho de Souza, M., Maranhao, P., Soares de
Araujo, C., Bouskela, E., Lourenco Alves, R., Brandao de Oliveira, R., (2019)
“Strength training with blood flow restriction - a novel therapeutic approach for older
adults with sarcopenia? A case report”
28
AGRUPACIÓN DE ARTÍCULOS
Los artículos fueron agrupados según el tema de estudio que investigaron.
Que incluyeron en prevención o
tratamiento de la sarcopenia al
ejercicio físico o entrenamiento de
fuerza.
Que estudiaron directamente el
ejercicio físico como método de
prevención o tratamiento de la
sarcopenia.
(2004) Sarcopenia and frailty in geriatric patients: Implications for training and prevention.
(2011) Physical activity, exercise and sarcopenia- future challenges.
(2010) Preventing sarcopenia in older people.
(2013) Role of exercise on sarcopenia in the elderly.
(2011) Treatment Strategies for sarcopenia and frailty.
(2013) Exercise as a remedy for sarcopenia.
(2018) “Sarcopenia and Physical frailty in older people: multi-component treatment strategies” (SPRINT)
(2014) Beneficios del entrenamiento de la fuerza para la prevención y tratamiento de la sarcopenia.
(2017) Physical activity and exercise as countermeasures to physical frailty and sarcopenia.
(2019) Strength training with blood flow restriction- a novel therapeutic approach for older adults with sarcopenia? A case report.
29
DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS ARTÍCULOS.
En los siguientes cuadros se expone una descripción general de los artículos que
fueron seleccionados para la revisión bibliográfica.
TÍTULO: “Sarcopenia and frailty in geriatrics patients: Implications for training
and prevention “
Año: 2004 Autores: Muhlberg,W. , Sieber, C.
Objetivo: Indagar
acerca de las
implicaciones para el
entrenamiento y la
prevención de la
sarcopenia y la
fragilidad en los adultos
mayores.
Conclusiones: Aportan que con la teoría existente se
puede permitir una terapia optimizada para prevenir la
sarcopenia y fragilidad en la medicina geriátrica.
La dificultad es que hasta ahora, las múltiples causas de
sarcopenia y fragilidad (y sus interacciones) no están
completamente entendidas. Por lo tanto, las
intervenciones clínicas, formaciones y métodos de
prevención contra la sarcopenia y la fragilidad que se han
utilizado hasta ahora, son solo con éxito modesto.
Resumen:
En este artículo se muestran como desencadenantes de la sarcopenia 3 lazos
viciosos que aumentan la pérdida de fuerza y masa muscular, ellos son:
-Sarcopenia e inmovilización: La sarcopenia dará una discapacidad
neuromuscular aumentando el riesgo de caídas y fracturas lo que va a dar
nuevamente inmovilización y más sarcopenia.
-Sarcopenia y malnutrición: Con la sarcopenia y la inmovilización hay una
disminución de las habilidades nutricionales, con esto una malnutrición y un daño en
la síntesis de proteínas y así nuevamente aumento de la sarcopenia.
-Sarcopenia y la disminución de la reserva de proteína en el cuerpo: Con la
sarcopenia se produce una disminución de la reserva de la proteína en el cuerpo y
consecuentemente disminuye la capacidad para cumplir una demanda extra de
síntesis de proteína asociada con enfermedades e injurias lo que nos lleva al
aumento de la sarcopenia.
Luego tomaron como prevención de la sarcopenia estos puntos específicos de
entrenamiento: a) entrenamiento neuromuscular continuo ,b) movilización, c)
prevención de caídas y fracturas, d) entrenamiento de habilidades nutricionales y
mejoramiento de la nutrición, e) mejora de la discapacidad en la síntesis de proteínas
y f) evitación de drogas peligrosas.
Los primeros dos puntos son de interés ya que incluyen al ejercicio físico como
método para prevención de la sarcopenia. Cabe destacar que en este artículo se
menciona que en los adultos mayores encontraron mejoras a la hora de realizar
ejercicio o moverse en una práctica de tai-chi pero el problema era la falta de
adhesión o que no permanecían en el tiempo las prácticas.
30
TÍTULO: “Preventing sarcopenia in older people “
Año: 2010 Autores: Visvanathan, R., Champán, I.
Objetivo:
Investigar acerca
de los métodos
de prevención
para la
sarcopenia en
los adultos
mayores.
Conclusiones: El ejercicio regular y, en particular, el ejercicio de
resistencia, a lo largo de la vida, parecen ser los medios más
importantes para prevenir o retrasar la sarcopenia en etapas
adultas de la vida.
El ejercicio de resistencia o con soporte de peso es importante
para garantizar también una mejor salud ósea, siempre aportando
además una buena nutrición.
Destacan que es necesario adoptar medidas de salud pública,
centrarse en los factores ambientales, financieros, de seguridad y
sociales que faciliten la aplicación de las medidas ya
mencionadas y así mejorar los niveles de actividad física por
población
Resumen: En este artículo se destaca la importancia de evitar la pérdida de masa y
función del músculo esquelético en lugar de restaurarlo en la vejez después de haber
perdido su función. Poniendo así mayor énfasis en la prevención no sólo mediante el
ejercicio físico sino también en una adecuada nutrición.
Describe que tanto el ejercicio aeróbico como el de resistencia ayudan a retrasar la
edad, disminución y progresión a sarcopenia. Además se describen estos tipos de
ejercicios, el aeróbico y el de resistencia de la siguiente manera:
-Los efectos beneficiosos del ejercicio aeróbico regular, como caminar, trotar,
hacer ciclismo o natación, son tan buenos en adultos mayores como en jóvenes. Las
personas mayores pueden aumentar su VO2máx alrededor del 10-25% con
regularidad. El ejercicio aeróbico, tiene mayores mejoras en quienes hacen ejercicio
durante al menos 30 minutos tres veces por semana a una intensidad del 80% o más.
El ejercicio aeróbico aumenta el volumen cardíaco, reduce la frecuencia cardíaca y la
presión arterial en reposo y conduce a reducciones en porcentaje de grasa corporal.
Dependiendo de su tipo e intensidad el ejercicio aeróbico puede tener efectos
beneficiosos sobre la masa muscular. Sin embargo, el ejercicio aeróbico de
resistencia no previene significativamente la disminución de la masa y fuerza
muscular relacionada con la edad. El ejercicio de resistencia tiene un mayor efecto
beneficioso en estas medidas.
-El ejercicio de resistencia es el funcionamiento de contracciones dinámicas o
estáticas contra una resistencia externa de intensidades variables. Algunos ejemplos
de entrenamiento de resistencia incluyen levantar pesas o trabajar fuerza en
máquinas de resistencia en el gimnasio. En personas mayores se pueden utilizar
pesas o bandas elásticas. El entrenamiento de resistencia aborda el problema de
atrofia por desuso relacionada con la edad al aumentar la masa muscular y la fuerza
en adultos mayores y ancianos frágiles. Además de desarrollar músculo, el
entrenamiento de resistencia también se ha asociado con mejoras en aptitud aeróbica
31
(VO2max), función y desempeño de actividades de la vida diaria. Aunque los
beneficios del ejercicio de resistencia son mayores con ejercicios de mayor intensidad
(más del 80% capacidad máxima), también ocurren a intensidades tan bajas como
50% de máximo, y probablemente se pueden lograr con incluso dos sesiones de 30
minutos por semana. Además los programas de ejercicios de resistencia son bien
tolerados por los ancianos, incluidos los que se encuentran en hogares de ancianos.
-Una mezcla de ejercicio aeróbico y de resistencia arroja mejores resultados. El
ejercicio debe llevarse a cabo durante al menos 30–45 minutos, 3-5 veces por
semana, y “The American Heart Association” recomienda que la resistencia en el
ejercicio para individuos sanos tome la forma de 8-10 ejercicios 2-3 veces por semana
a un nivel moderado del 50% de intensidad máxima.
Claramente este artículo propone dos tipos de ejercicios bien diferenciados
para la prevención de la sarcopenia, pero por último resalta que es mejor hacer los
dos tipos de ejercicios juntos para aumentar así los beneficios en el adulto.
TÍTULO: “Treatment Strategies for Sarcopenia and Frailty”
Año: 2011 Autores: Rolland, Y., Dupuy, C., Abellan van Kan, G.,
Gillette,S., Vellas,B.
Objetivo: Indagar acerca
de las estrategias de
tratamiento para la
sarcopenia y fragilidad.
Conclusiones: El ejercicio físico tanto de resistencia como
aeróbico con una adecuada nutrición son métodos
importantes para la prevención de la sarcopenia y la
fragilidad.
Resumen: En este artículo se describe a la sarcopenia como una de las
características más importantes en el síndrome de fragilidad de los adultos mayores.
Sugieren que la mayoría de los factores etiológicos para la fragilidad y la sarcopenia
son prevenibles o manejables. Entre estos factores, la inactividad y la ingesta
nutricional deficiente son los principales dominios a tratar. Es por esto que se incluyen
en la prevención o tratamiento de la sarcopenia los ejercicios junto con una ingesta
de proteínas adecuada.
En este artículo se destaca que el entrenamiento de resistencia es actualmente la
contramedida protectora más relevante para frenar la sarcopenia. La fuerza muscular
aumenta después de unos días de entrenamiento, mientras que la masa muscular
aumenta después de 6 a 8 semanas del entrenamiento de resistencia.
Esta diferencia entre fuerza y ganancia de masa es poco conocida. Probablemente
mejora el impulso excitatorio de la corteza, excitabilidad de la motoneurona alfa,
reclutamiento de unidades motoras y transmisión neuromuscular, procesos de
acoplamiento excitación-contracción, morfología muscular y arquitectura.
Las recomendaciones actuales en este estudio para el entrenamiento de resistencia
son de la American Heart Association, que propone que para las personas mayores
es recomendable realizar 1 serie de 8 a 12 repeticiones o 10 a 15 repeticiones a
niveles reducidos de resistencia. Estas deben repetirse 2 a 3 veces por semana con 8
32
a 10 ejercicios diferentes en cada sesión.
Sin embargo, en este artículo se destaca que en las personas mayores obesas
sarcopénicas, el entrenamiento de resistencia puede ser beneficioso para controlar el
peso y mejorar el rendimiento físico. Además, en las personas mayores, el
cumplimiento de actividades aeróbicas como caminar, correr, andar en bicicleta o
nadar pueden ser tan beneficiosas como el entrenamiento de resistencia.
TITULO: “Sarcopenia and Physical frailty in older people: multi-component treatment strategies” (SPRINT) randomized controlled trial: Case ffinding screening and characteristics of eligible participants”
Año: 2018 Autores: Marzetti, E., Cesari, M., Calvani, R.,
Msihid, J., Tosato, M., Mañas, L., Lattanzio, F.,
Cherubini,A., Behuit, R., Di Bari, M., Maggio, M.,
Vellas, B., Dantoine, T., Jentoft, A., Sieber, C.,
Freiberger, E., Skalska, A., Grodzicki, T., Sinclair,
A., Topinkova, E., Ryznarova, I., Strandberg, T.,
Schols, A., Wirnsberger, R., Jónsson, P., Ramel,
A., Del Signore, S., Pahor,M., Roubenoff, R.,
Bernabei, R., Landi, F.
Objetivos: En el proyecto de
estrategias de tratamiento
multicomponente (SPRINTT) se
está llevando a cabo un ensayo
controlado aleatorio (RCT) para
probar una intervención
multicomponente (DCL)
diseñada específicamente para
prevenir la discapacidad motriz
en personas mayores de alto
riesgo.
Conclusiones: Se espera que los resultados de
SPRINTT promuevan avances significativos en el
manejo de personas mayores frágiles con alto
riesgo de discapacidad desde las perspectivas
tanto clínicas como regulatorias. También se
prevé que los resultados allanarán el camino para
importantes inversiones en el campo de la
prevención de la discapacidad en la vejez,
análisis de costo-efectividad, calidad de vida y
tasa de mortalidad.
Resumen: (SPRINTT) se está llevando a cabo un ensayo controlado aleatorio (RCT)
para probar una intervención multicomponente (DCL) diseñada específicamente para
prevenir la discapacidad motriz en personas mayores de alto riesgo. SPRINTT es un
Ensayo Controlado Aleatorio multicéntrico de fase III cuyo objetivo es comparar la
eficacia de un DCL, basado en actividad física estructurada a largo plazo,
asesoramiento nutricional / intervención dietética y una intervención de tecnología de
la información y la comunicación, versus un programa educativo de estilo de vida de
envejecimiento saludable diseñado para prevenir discapacidad de movilidad en 1500
personas mayores con fragilidad física y sarcopenia a las que se les hará un
seguimiento de hasta 36 meses. El resultado principal del ensayo SPRINTT es la
discapacidad de movilidad, operación analizada como la incapacidad para caminar
400 m en 15 minutos, sin estar sentado, sin la ayuda de otra persona o el uso de un
33
andador. Los resultados secundarios incluyen cambios en la masa y fuerza muscular,
discapacidad de movilidad persistente, caídas y caídas con lesiones, discapacidad en
las actividades de la vida diaria, estado nutricional, cognición, estado de ánimo, uso
de recursos sanitarios, análisis de rentabilidad, calidad de vida y mortalidad.
TÍTULO: “Physical activity, exercise, and sarcopenia- future challenges”
Año: 2011 Autores: Freiberger, E., Sieber, C., Pfeifer, K.
Objetivo: Discutir
las diferentes
barreras y desafíos
en la prevención de
la sarcopenia y el
tratamiento de la
misma.
Conclusiones: Tanto la actividad física como el ejercicio han
demostrado disminuir el riesgo de sarcopenia y la aparición de
limitaciones funcionales en las personas mayores.
Desafortunadamente, la cohorte de personas mayores es la
que tiene el mayor porcentaje de individuos clasificados como
inactivos o sedentarios. Por lo tanto, motivar a las personas
mayores para que aumenten su nivel de actividad física, así
como brindarles un acceso seguro a los programas de
ejercicio, parece ser una tarea obligatoria.
Resumen: En este artículo se relaciona directamente el ejercicio físico como método
de prevención de la sarcopenia. Se toma en cuenta con qué frecuencia y durabilidad
deberían realizar actividad física los adultos mayores para luego tomar una mirada de
la sarcopenia y la actividad física juntos. Además lo que se deja en claro en este
artículo es que la actividad física incrementa la independencia en los adultos mientras
que la falta de esta hace que el adulto se deteriore más rápidamente y que además la
pérdida de masa muscular e incapacidades asociadas se den en mayor cantidad.
También se destaca que los ejercicios que dan mayores resultados en cuanto a la
prevención de la sarcopenia en los adultos mayores son los ejercicios de resistencia y
que son superiores para mejorar la fuerza, aunque se describen 4 tipos de ejercicios
diferenciados:
-Ejercicios de resistencia: Se realizan como mínimo en un lapso de 30 a 60
minutos por día, la intensidad dependerá de la persona que la realice. Pueden
realizarse en modo de caminata, natación o bicicletear.
-Ejercicios de fuerza: Se recomienda realizarlos dos veces por semana, con
intensidades moderadas y progresivas en el entrenamiento de la fuerza
comenzando con 8 repeticiones como mínimo de un ejercicio y 12 como
máximo.
-Ejercicios de flexibilidad: Se realizan movimientos de elongación sosteniendo
2 minutos las posiciones.
-Ejercicios de equilibrio: Para este último debido a la falta de evidencia de
investigación adecuada, actualmente no existen recomendaciones específicas
con respecto a frecuencia, intensidad o tipo de ejercicios de equilibrio para
adultos mayores.
34
TÍTULO: “Role of exercise on sarcopenia in the elderly”
Año: 2013 Autores: Fernandez Montero, N., Rexach-Serra, J.
Objetivos: Indagar acerca
de las formas de ejercicio
físico y que rol cumple
este en los adultos
mayores con sarcopenia.
Conclusiones: En este artículo se propone motivar a las
personas mayores para que aumenten su nivel de
actividad física, así como proporcionar un programa de
ejercicio seguro, ya que los beneficios en la prevención y
tratamiento de la sarcopenia han sido demostrados.
Resumen: En este artículo se describe el rol del ejercicio en la sarcopenia en los
ancianos. Se realiza una descripción de los distintos tipos de ejercicios recomendados
para los adultos mayores, dentro de estos se incluyen: Ejercicios aeróbicos, de
resistencia progresiva, flexibilidad y entrenamiento de equilibrio. Luego se dan
recomendaciones de cómo hacer que el adulto mayor tenga más adherencia al
tratamiento y así este sea más efectivo. Las recomendaciones son:
-Un programa específico de ejercicio donde el médico debe considerar los
ejercicios específicos que el adulto prefiera de acuerdo a sus preferencias sociales,
normas culturales, historia del ejercicio, preparación, motivación, autodisciplina y
objetivos a corto y largo plazo.
-Este plan debería ser individualizado con objetivos y tareas específicas de
acuerdo a la medida de las condiciones crónicas y limitaciones en la actividad, riesgo
de caídas, habilidades y aptitudes individuales.
-La prescripción de actividad física podría ser hecha de la misma manera que
un médico prescribe drogas para una enfermedad. El plan tiene que definir qué,
cómo, cuándo, dónde y con qué frecuencia debe hacer cada actividad. Por ejemplo:
“Tomar unos 10 minutos para caminar, tres veces al día, todos los días de la semana.
La distancia no es importante sino que camine 10 minutos”
-La progresión de las actividades (intensidad y duración) debería también ser
individual y de un enfoque conservador porque podría ser necesario para el individuo
más desacondicionado y físicamente limitado para minimizar riesgo de injurias.
-Las actividades de fortalecimiento muscular y/o el entrenamiento de equilibrio
podría necesitar antes una actividad de entrenamiento aeróbico entre los individuos
muy frágiles.
-Un apropiado calentamiento y elongación son particularmente importantes con
cuidados en el equilibrio y la respiración. Un calentamiento con actividad aeróbica
usualmente consiste en intervalos cortos de movimientos de baja intensidad. (Ej.:
caminar 5 minutos)
-Las discapacidades sensoriales, tales como pérdida de la audición, podrían
ser una dificultad para instruir a los adultos. Por esto, hablar en voz alta y lenta,
usando ayuda visual, y demostrando los ejercicios son todas las técnicas que ayudan
al adulto mayor a volverse activo.
-Supervisión, monitoreo, enseñanza, y animación son esenciales reconociendo
que son largos periodos de adaptación y podrían ser necesarios. La supervisión es
35
mejor cuando viene desde familiares que conocen las necesidades especiales del
adulto.
-Finalmente en ausencia de contraindicaciones, el consumo de proteínas
debería ser alrededor de 1.5 g/kg por día para obtener una robusta síntesis de
proteínas.
Luego de estas recomendaciones se presentan los tipos de ejercicio y las
forma de realizarlos, estos son:
-Ejercicio aeróbico: Siguiendo las pautas de la American Heart Association y el
Colegio Americano de Medicina Deportiva se sugiere que para promover y mantener
la salud 30-60 minutos por día de actividad aeróbica de intensidad moderada dentro
de 5 días cada semana, o 20-30 minutos de actividad de intensidad vigorosa dentro
de 3 días de cada semana, o algunas combinaciones de las dos, con no más de dos
días consecutivos entre ellos. Los tipos de ejercicio implicados en esto son caminar
rápido, nadar, bicicletear o hacer step que son usualmente tolerados por los
individuos adultos.
-Ejercicios de resistencia progresiva (PRE): Las actuales pautas de PRE
también requieren dos o más días no consecutivos por semana usando un conjunto
de 8-10 ejercicios para todo el cuerpo, y de moderado (5-6 de 10) a vigoroso (7-8 de
10) niveles de esfuerzo que permiten 10-12 repeticiones. El tipo de ejercicio
recomendado son actividades de fortalecimiento muscular que involucren todos los
mayores grupos musculares (piernas, caderas, pecho, espalda, abdomen, hombros y
brazos) con un programa de entrenamiento de carga progresiva, como subir
escaleras, y otras actividades de fortalecimiento que usen la mayor parte de grupos
musculares, o ejercicios de soporte de peso. No se debe olvidar proporcionar unos 2
minutos de descanso entre los ejercicios.
-Flexibilidad: La evidencia muestra que la flexibilidad puede aumentar en las
articulaciones principales mediante estos ejercicios. El Colegio Americano de
Medicina Deportiva recomienda que los ejercicios de flexibilidad deberían hacerse al
menos dos veces por semana, 10 minutos por día de una intensidad moderada dentro
de la escala de 0-10 e incluyendo ejercicios para el cuello, hombros, codo, muñeca,
caderas, rodillas y tobillos. Preferentemente, las actividades de flexibilidad son
realizadas dentro de todos los días que se realice actividad de fortalecimiento
muscular o aeróbica.
-Equilibrio: No hay recomendaciones específicas sobre esto. Pero se menciona
que con la práctica de Tai-Chi se logran muy buenos resultados.
36
TÍTULO: “Exercise as a remedy for sarcopenia”
Año: 2013 Autores: Landi, F., Marzetti, E., Martone, A., Bernabei,
R., Onder, G.
Objetivos: Presentar la
evidencia disponible sobre
el impacto del ejercicio
físico sobre los
componentes del
síndrome de fragilidad, en
particular, como remedio
para la sarcopenia.
Conclusiones: El ejercicio regular es la única estrategia
que se ha encontrado para prevenir la fragilidad y
mejorar la sarcopenia y la función física en los adultos
mayores. Los ejercicios físicos aumentan la capacidad
aeróbica, la fuerza muscular y resistencia, mejorando el
acondicionamiento aeróbico y / o la fuerza. En pacientes
mayores, el ejercicio y la actividad física producen al
menos los mismos efectos beneficiosos observados en
individuos más jóvenes.
Resumen: En el presente artículo se describe a la sarcopenia como una de las causas
de la fragilidad en los adultos mayores y describen al ejercicio como un remedio para
esta. Los tipos de ejercicios que recomiendan son: Entrenamiento aeróbico y
entrenamiento de fuerza y se exponen sus principios, beneficios y sus riesgos.
-Ejercicio aeróbico: Sus características son que tienen muchas repeticiones
con baja resistencia y se utilizan grandes grupos musculares. Los mecanismos son
que los cambios principalmente caracterizados incrementan la estructura de la célula
en la mitocondria promoviendo el consumo y suministro de oxígeno. Las
recomendaciones que proponen es que se seleccione un ejercicio ya sea caminar,
andar en bicicleta o bailar, pero con una intensidad baja (40 % del ritmo cardíaco
máximo) y corta duración (5-10 minutos) e incluir en el entrenamiento calentar y luego
enfriar. Los beneficios que este tipo de ejercicio va a ofrecer es que mejora la
eficiencia cardiovascular y la composición corporal. Mejora la sensibilidad a la insulina
y perfil lipídico. Incrementa la resistencia muscular (extracción de oxígeno, densidad
capilar y almacenamiento de glucógeno) y también tiene beneficios para las
enfermedades crónicas (enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión,
artritis, obesidad y osteoporosis). Aunque destacan que los potenciales riesgos de
este tipo de ejercicios son eventos cardiovasculares e injurias musculoesqueléticas
principalmente en rodillas y tobillos.
-Ejercicio de resistencia: Este tipo de entrenamiento está caracterizado
principalmente por ser de pocas repeticiones (8-12) en contra de una resistencia
moderada a alta con la contracción de varios grupos musculares. Los cambios que
produce son el crecimiento de las fibras musculares principalmente determinadas por
el aumento en las proteínas contráctiles. Las recomendaciones son que se determine
la base de la mayor fuerza muscular y desde ahí realizar el ejercicio alrededor de un
40-50% de la fuerza basal al inicio del estímulo de entrenamiento. Se seleccionan
unos pocos grupos musculares (rodillas y tobillos) en ambos lados con el mayor rango
de movimiento posible y luego se va agregando resistencia con pequeñas cargas.
Los beneficios que tiene este tipo de ejercicio son que aumenta la fuerza y la energía
muscular, además de que mejora la independencia funcional e incrementa la masa
corporal magra. Disminuye los dolores de las enfermedades articulares degenerativas
37
y también reduce el riesgo de injurias como caídas. Los potenciales riesgos que
tienen este tipo de ejercicios son tensiones musculoesqueléticas, fracturas de huesos
osteoporóticos y exacerbación de enfermedades articulares subyacentes.
TÍTULO: “Beneficios del entrenamiento de la fuerza para la prevención y
tratamiento de la sarcopenia”
Año:2014 Autores: Padilla Colon, C., Collado Sanchez, P., Cuevas, M.
Objetivo: Demostrar
que el entrenamiento
de fuerza
proporciona
beneficios en la
sarcopenia.
Conclusiones: La realización de entrenamiento físico, de
forma más específica, el entrenamiento de la fuerza, es una
de las intervenciones más eficaces para retrasar la
sarcopenia y los eventos relacionados que se asocian
habitualmente con esta condición. Cada vez se confirman
más resultados beneficiosos del entrenamiento de fuerza en
la población de personas mayores y sus efectos se extienden
a otras situaciones como lo son las caídas y el deterioro
cognitivo.
Resumen: En este artículo se explica que el entrenamiento de la fuerza es uno de los
más utilizados y que arroja resultados muy positivos y beneficiosos en la sarcopenia
para la población adulta. Se expone en el artículo un cuadro en donde se aprecia
cómo debe ser el entrenamiento de la fuerza para el incremento de la masa muscular
con el objetivo de la reducción de la sarcopenia.
Se propone: 8-12 repeticiones por grupo muscular con un 60-80% de fuerza de una
repetición máxima, 3 series, 3 unidades de entrenamiento por semana, por lo menos
8-12 semanas.
Además se expone en el cuadro el modo de realizar los ejercicios para el aumento de
la fuerza muscular, de la siguiente manera:
-Incremento de la masa muscular: 8-12 repeticiones por grupo muscular de un 70-
85% de una repetición máxima, 3 sets; 2-3 unidades de entrenamiento por semana
por lo menos 8-12 semanas. (Ejercicios en estudios, gimnasio, hogar bajo instrucción
y luego de forma independiente)
-Entrenamiento de la coordinación intramuscular: hasta 8 repeticiones por grupo
muscular con intensidad de más del 80 % de una repetición máxima, 3-5 series, 3
unidades de entrenamiento por semana, varias semanas. (Ejercicios en estudios,
gimnasio, hogar , bajo instrucción)
-Entrenamiento de la coordinación intermuscular: varias repeticiones, más
unidades de entrenamiento diario, de alta velocidad de movimiento, entre otros.
(Entrenamiento sobre superficies irregulares, con o sin peso adicionales; bajo
instrucción, luego de forma independiente)
38
TÍTULO: “Physical activity and exercise as countermeasures to physical frailty
and sarcopenia“
Año: 2017 Autores: Marzetti, E., Calvani, R., Tosato, M., Cesari, M., Di Bari,
M., Cheburini, A., Broccatelli, M., Savera, G., D’Elia, M., Pahor, M.,
Bernabei, R., Landi, F.
Objetivos:
Identificar si la
actividad física
y el ejercicio
proporcionan
mejoras en
grandes
síndromes
como la
fragilidad y la
sarcopenia.
Conclusiones: La actividad física, en sus diversas combinaciones,
aumenta la capacidad aeróbica, la masa muscular, la fuerza y la
resistencia al mejorar el acondicionamiento aeróbico y / o la fuerza.
En las personas mayores, la actividad física confiere al menos el
mismo beneficio que en las personas más jóvenes.
La evidencia acumulada apoya la actividad física regular, en
combinación con el apoyo nutricional apropiado, como la estrategia
más efectiva para mejorar la sarcopenia y la función física y
prevenir la discapacidad.
A su vez el ensayo SPRINTT proporcionará evidencia de la
eficacia de la actividad física de intensidad moderada a largo
plazo, para prevenir la discapacidad de movilidad y varios
resultados de salud adversos en personas mayores con fragilidad
física y sarcopenia, que están en riesgo de discapacidad.
Resumen: En el artículo se detalla cómo prevenir la sarcopenia según varios estudios
realizados y llegan a la conclusión de que basado en la evidencia disponible, las
recomendaciones para las personas mayores con sarcopenia deben incluir un
programa equilibrado de ejercicios de resistencia y fuerza realizados en un horario
regular (al menos 3 días a la semana).
Luego también se describe cómo se realiza el método SPRINTT ya que podría ser
una muy buena estrategia para combatir la sarcopenia y la fragilidad, poniendo en
énfasis que el método protocolizado SPRINTT será uno de los más relevantes para la
prevención y tratamiento de las patologías nombradas anteriormente.
Resumiendo, en SPRINTT, se prueba la eficacia de una intervención
multicomponente basada en actividad física estructurada a largo plazo, asesoramiento
nutricional /intervención dietética y una intervención de tecnología de la información y
la comunicación (TIC), para prevenir la discapacidad motriz en comparación con una
educación sobre estilos de vida para el envejecimiento saludable en adultos mayores
residentes en la comunidad con fragilidad física y sarcopenia. Este programa de
actividad física incluye ejercicios aeróbicos, fuerza, flexibilidad y entrenamiento del
equilibrio. A los participantes se les presenta el programa de actividad física de una
manera estructurada, de modo que comienzan con una intensidad más baja y
aumentan gradualmente la intensidad durante las primeras 2-3 semanas de la
intervención. El programa de actividad física consiste en la continuación de sesiones
de ejercicio grupal en un centro especializado dos veces por semana y una progresión
de la actividad física en el hogar de 3 a 4 veces por semana. La intervención
comprende un objetivo general de caminata semanal de 150 minutos.
En el artículo se mencionan cuatro tipos de actividad física:
39
-Ejercicio de forma aeróbica: Caminatas semanales de 150 minutos.
-Entrenamiento de fuerza: El objetivo es incluir tres sesiones de entrenamiento de
fuerza a lo largo de la intervención. Cada ejercicio de fuerza incluye dos series de 10
repeticiones cada una, con un minuto de descanso entre ellas. La intensidad se
aborda de manera progresiva durante un período de 4 semanas dependiendo del
progreso de cada participante.
-Entrenamiento de equilibrio: Los participantes realizan un entrenamiento de equilibrio
de acuerdo con cinco niveles diferentes de dificultad. La progresión al siguiente nivel
ocurre cuando todos los ejercicios de un cierto nivel se pueden realizar
correctamente. Los ejercicios de equilibrio se realizan una vez al día todos los días
durante toda la intervención.
-Ejercicios para la parte superior del cuerpo: Estos se incorporan al final de la sesión.
Cada mes, el entrenador elige un ejercicio para la parte superior del cuerpo y lo
realiza al final de la sesión grupal.
TÍTULO: “Strength training with blood flow restriction- a novel therapeutic
approach for older adults with sarcopenia? A case report”
Año: 2019 Autores: Lopes , K., Bottino, D., Farinatti, P.,
Coelho de Souza, M., Maranhao, P., Soares de
Araujo, C., Bouskela, E., Lourenco Alves, R.,
Brandao de Oliveira, R.
Objetivo: Investigar los efectos del
entrenamiento de fuerza realizado
con baja intensidad en forma
aislada o con restricción del flujo
sanguíneo, sobre la fuerza, la masa
muscular, IGF-1(Factor de
crecimiento insulínico TIPO I),
función endotelial, microcirculación,
biomarcadores inflamatorios y
estrés oxidativo.
Conclusiones: Los resultados del reporte de
caso son prometedores y sugieren que un
entrenamiento de fuerza de baja intensidad
con restricción del flujo sanguíneo, debe
considerarse como una alternativa para
prevenir la pérdida de masa muscular y
mejorar la aptitud funcional en poblaciones
ancianas frágiles.
Resumen: Este artículo es un reporte de caso de un hombre de 91 años, sedentario,
con diagnóstico de sarcopenia en donde se le realiza un entrenamiento de fuerza con
restricción del flujo sanguíneo y luego se desatan las conclusiones.
Lo que se hizo fue realizar primero una intervención de 36 sesiones de ejercicios de
baja intensidad (30 %) y luego de un mes de inactividad se realizó una segunda
intervención de 24 sesiones con ejercicios de baja intensidad (similar a la anterior) y
con la restricción del flujo sanguíneo (50 %).
Los resultados de este reporte de caso fueron que en el entrenamiento de fuerza
realizado con LI (Baja intensidad) y BFR (Restricción del flujo sanguíneo) mejoró la
fuerza, ASM (Masa muscular esquelética apendicular) , IGF-1 y la función endotelial
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en el paciente sarcopenico de 91 años. Estos efectos no se detectaron después del
entrenamiento de fuerza aislado realizado con intensidad similar (LI).
Estos resultados son prometedores y sugieren que LI y BFR deberían ser
considerados como una intervención clínica alternativa para prevenir la pérdida
muscular y mejorar la aptitud funcional en poblaciones de ancianos sarcopenicos, que
a menudo son refractarios a las rutinas de ejercicio HI (alta intensidad). Igualmente se
necesita investigación adicional para ratificar el presente hallazgo y para dilucidar los
mecanismos subyacentes a los efectos potenciales del entrenamiento BFR sobre la
función muscular y salud vascular de ancianos frágiles.
Es así que estos resultados sugieren que el ejercicio con BFR puede atenuar la
sarcopenia en personas mayores frágiles, reduciendo el riesgo de discapacidad
asociado con el envejecimiento, sin deterioro de la función endotelial y
microcirculación.
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Luego de un minucioso análisis puedo corroborar que según los artículos
descritos el ejercicio físico y el entrenamiento de la fuerza ayudan a disminuir y
prevenir la sarcopenia en los adultos mayores de 60 años.
Los artículos detallados anteriormente nos muestran una gran variedad de
formas de realizar ejercicio físico que son beneficiosos para los adultos mayores con
sarcopenia. Dentro de ellos se presentan los ejercicios aeróbicos y los de
resistencia o fuerza como los más eficaces y que más evidencia tienen. A su vez,
cabe destacar que entre los artículos hay similitudes entre estos tipos de ejercicios,
teniendo en común en la mayoría, un tipo de ejercicios, con repeticiones, intensidad
y forma de ejecutarlos similares. Como punto en común podemos concluir en que
los ejercicios aeróbicos deben realizarse con una intensidad baja entre 30-60
minutos, 3 veces a la semana, y que por su parte los ejercicios de fuerza o
resistencia deben realizarse con una fuerza del 80 %, entre 8-12 repeticiones, 3
veces a la semana.
Luego en algunas investigaciones se mencionan ejercicios de equilibrio y
flexibilidad pero se expone que no hay suficientes investigaciones que describan y
expliquen cómo realizarlos.
Por último uno de los estudios más interesantes es el que propone un
ejercicio de baja intensidad con restricción del flujo sanguíneo como método para
prevenir la sarcopenia, aunque al ser un reporte de caso de un solo adulto se
requiere mayor evidencia práctica.
De igual manera destaco la heterogeneidad de los artículos seleccionados ya
que no utilizan los mismos métodos de diagnósticos de la sarcopenia, ni un tipo de
ejercicio universal, pero esto nos ofrece una pluralidad de formas de realizar
ejercicios en los adultos mayores.
Creo que es un tema muy interesante ya que como futuros profesionales de
la salud y principalmente de la kinesiología estamos abocados al movimiento como
una herramienta esencial para el tratamiento de diversas enfermedades. Estos
artículos deberían motivarnos y ser un punto de partida para realizar estudios más
homogéneos y con mayor nivel de evidencia, ya que la población adulta mayor está
aumentando a nivel mundial y se nos presenta el desafío de mejorar su calidad de
vida.
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