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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO HISTORIA Y MÉTODO EN EL SIGLO XX PILAR GILARDI MARTÍN RÍOS Coordinación TIEMPO TEMPORALIDAD ESCRITURA MARC BLOCH

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTOacuteNOMA DE MEacuteXICO

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HISTORIAY

MEacuteTODOEN EL SIGLO XX

PILAR GILARDIMARTIacuteN RIacuteOSCoordinacioacuten

TIEMPOTEMPORALIDAD

ESCRITURA

MARC BLOCH

El libro Historia y meacutetodo en el siglo xx reuacutene ocho contribucio-nes en las que se analiza la forma en la que las distintas corrien-

tes histoacutericas y filosoacuteficas desarrolladas a lo largo de esa centena moldearon el quehacer de los historiadores en el siglo pasado y contribuyeron a definir la validez del conocimiento histoacuterico y su lugar en el conjunto de las ciencias sociales A partir de la deacute-cada de 1930 y hasta los primeros antildeos de la presente centuria la preocupacioacuten por el meacutetodo llevada a cabo por historiadores y filoacutesofos en continuo diaacutelogo fue una constante y es precisa-mente ese diaacutelogo el que hemos querido analizar con detalle en estas paacuteginas de la mano de ocho especialistas en los campos de la historiografiacutea la teoriacutea de la historia y la filosofiacutea de la historia

Portada Fotograma de Harold Lloyd en Fred C Newmeyer y Sam Taylor Safety Last [El hombre mosca] filme Culver City Hal Roach Studios 1923

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HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

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INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTOacuteRICAS

Serie Teoriacutea de la Historia y la Historiografiacutea 14

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTOacuteNOMA DE MEacuteXICOMEacuteXICO 2017

HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

PILAR GILARDI GONZAacuteLEZMARTIacuteN F RIacuteOS SALOMA

Coordinacioacuten

Roberto Fernaacutendez Castro bull Pilar Gilardi GonzaacutelezFernando Betancourt Martiacutenez bull Aurelia Valero Pie

Martiacuten F Riacuteos Saloma bull Evelia Trejo Estrada bull Javier Rico MorenoRebeca Villalobos Aacutelvarez

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Primera edicioacuten 2017

DR copy 2017 Universidad Nacional Autoacutenoma de MeacutexicoInstItuto de InvestIgacIones HIstoacuterIcasCircuito Mario de la Cueva sn Ciudad UniversitariaCoyoacaacuten 04510 Ciudad de Meacutexico

ISBN 978-607-02-9836-3

Portada Rebeca Bautista Goacutemez

Prohibida la reproduccioacuten total o parcial por cualquier mediosin autorizacioacuten escrita del titular de los derechos patrimoniales

Impreso en Meacutexico

Historia y meacutetodo en el siglo xx Pilar Gilardi Gonzaacutelez Martiacuten F Riacuteos Saloma coordinacioacuten Roberto Fernaacutendez Castro Pilar Gilardi Gonzaacutelez Fernando Betancourt Martiacutenez Aurelia Valero Pie Martiacuten F Riacuteos Saloma Evelia Trejo Estrada Javier Rico Moreno Rebeca Villalobos Aacutelvarez mdash Primera edicioacuten200 paacuteginas mdash (Serie Teoriacutea de la Historia y la Historiografiacutea 14)

ISBN 978-607-02-9836-3

1 Historia mdash Metodologiacutea 2 Historia mdash Filosofiacutea 3 Historiografiacutea I Gilardi Gonzaacutelez Pilar editor autor II Riacuteos Saloma Martiacuten F editor autor III Fernaacutendez Castro Roberto autor Iv Betancourt Martiacutenez Fernando (Fernando Jesuacutes) autor v Valero Pie Aurelia autor vI Trejo Estrada Evelia autor vII Rico Moreno Javier 1958 autor vIII Villalobos Aacutelvarez Rebeca autor Ix SerieD16H579 2017LIBRUNAM 1964436

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Iacutendice

PresentacioacutenPilar Gilardi y Martiacuten Riacuteos 7

HIstorIa y Meacutetodo en el sIglo xx la PersPectIva de la teoriacutea de la HIstorIa

Eduardo Nicol (1907-1990) La ciencia de la historia y el meacutetodo fenomenoloacutegicoRoberto Fernaacutendez Castro 15

La hermeneacuteutica en la teoriacutea de la historia de Edmundo OrsquoGorman (1906-1995)Pilar Gilardi Gonzaacutelez 37

Michel de Certeau (1925-1986) y la diferencia como loacutegica procedimental de la historia Epistemologiacutea sistema operativo y proceso metoacutedicoFernando Betancourt Martiacutenez 51

Franccedilois Hartog (n 1946) o el contraste como meacutetodoAurelia Valero Pie 81

HIstorIa y Meacutetodo en el sIglo xxla PersPectIva HIstorIograacuteFIca

Marc Bloch (1886-1944) La preocupacioacuten por el meacutetodo histoacuterico

Martiacuten F Riacuteos Saloma 107

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198 historia y meacutetodo en el siglo xx

Joseacute Gaos (1900-1969) Un hombre entre la historia y el meacutetodoEvelia Trejo Estrada 129

Las lecturas y el meacutetodo Dos casos Luis Villoro y John WomackJavier Rico Moreno 147

Filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia El caso de Metahistoria de Hayden White (n 1928)Rebeca Villalobos Aacutelvarez 175

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Presentacioacuten

El volumen que el lector tiene entre sus manos es resultado del in-tereacutes compartido por sus editores a propoacutesito de la relacioacuten entre dos nociones fundamentales historia y meacutetodo La reflexioacuten sobre el viacutenculo entre estos dos conceptos implica por un lado situar en un aquiacute y un ahora es decir histoacutericamente lo que sobre historia y meacutetodo se ha dicho en un determinado periodo de la historia en este caso el siglo xx por el otro considerar a nivel formal si se quiere filosoacutefico el significado mismo de los teacuterminos en cuestioacuten Estos dos modos de proceder que de ninguna manera se excluyen siacute reflejan dos modos de pensar de forma distinta el sentido y la relacioacuten entre las nociones sentildealadas

La diferencia en la manera de considerar este viacutenculo se hizo patente cuando el intereacutes compartido se convirtioacute en un proyecto a realizar en forma de seminario Gratamente pudimos constatar la pluralidad y la diversidad en las formas de estudiar y de comprender el sentido de los teacuterminos en cuestioacuten Y sin embargo dentro de esta rica diversidad la reflexioacuten giroacute alrededor de un punto en comuacuten hablar de historia y meacutetodo de ninguna manera implica proponer una suerte de instructivo que nos indique los pasos sobre coacutemo debe de procederse en determinada investigacioacuten histoacuterica o filosoacutefica La idea de meacutetodo que permea de distinta manera cada una de las re-flexiones ofrecidas por quienes han colaborado en el ahora libro hace eco del origen etimoloacutegico del teacutermino meacutetodo proviene del vocablo griego methodos que significa camino o viacutea para llegar a un fin

La preocupacioacuten por el meacutetodo no es nueva Ya Reneacute Descartes en el siglo xvII habiacutea llamado la atencioacuten sobre la necesidad de fun-damentar en un meacutetodo infalible todo conocimiento que pretendie-ra considerarse cientiacutefico A esta fundamentacioacuten fueron llamadas tanto la filosofiacutea como la historia En el aacutembito de esta uacuteltima Jean Mabillon y Jean Boland aceptaron el desafiacuteo de dotar a la historia

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8 historia y meacutetodo en el siglo xx

de una serie de procedimientos gracias a los cuales se pudiera de-mostrar la originalidad de la documentacioacuten utilizada y se verifica-ra la informacioacuten en ella contenida con el fin de establecer ldquola ver-dadrdquo inaugurando asiacute la criacutetica histoacuterica que seriacutea perfeccionada por la escuela alemana en el siglo xIx y sistematizada por Charles Langlois y Charles Seignobos en su Introduccioacuten a los estudios histoacute-ricos (1898) Sin embargo la Gran Guerra barrioacute las certezas en las que se habiacutea fundado el ldquoprogresordquo y en el aacutembito de la historia surgieron nuevas reflexiones sobre el meacutetodo ligadas al desarrollo de la sociologiacutea la economiacutea y la geografiacutea que acabariacutean cristali-zando en el llamado de Bloch y Febvre de 1929 A finales del siglo xIx y principios del xx en el horizonte de la filosofiacutea la importancia del meacutetodo fue fundamental por ejemplo en el pensamiento de Wilhelm Dilthey quien habiacutea reparado en la necesidad de diferen-ciar el modo de proceder de las ciencias naturales y las ciencias del espiacuteritu y en la necesidad de dotar a estas uacuteltimas de un meacutetodo propio La preocupacioacuten por el meacutetodo fue patente en la fenomeno-logiacutea cuyo fundador Edmund Husserl no la concibioacute como una escuela filosoacutefica o como doctrina sino precisamente como el meacuteto-do filosoacutefico por excelencia La influencia de Dilthey y de Husserl en el pensamiento de Martin Heidegger como es bien sabido seriacutea fundamental El filoacutesofo de Messkirch llevoacute a cabo una transforma-cioacuten de la fenomenologiacutea reflexiva de su maestro Edmund Husserl en la que seriacutea conocida como fenomenologiacutea hermeneacuteutica

De tal manera a partir de la deacutecada de 1930 y hasta los primeros antildeos del siglo xxI la preocupacioacuten por el meacutetodo llevada a cabo por historiadores y filoacutesofos ha sido una constante Por ello los espe-cialistas invitados a participar en este volumen se han abocado al estudio de un autor perteneciente al siglo xx para quien la relacioacuten entre historia y meacutetodo se constituyoacute en una cuestioacuten fundamental en su pensamiento

Asiacute las cosas este libro se ha articulado en torno a tres preguntas sencillas pero que encierran una enorme riqueza y complejidad iquestcuaacuteles fueron los planteamientos metodoloacutegicos desarrollados por algunos de los filoacutesofos e historiadores maacutes importantes del siglo xx en ambos lados del Atlaacutentico iquestDe queacute manera las propuestas teoacute-ricas que imperaban en la eacutepoca en que dichos pensadores escribiacutean

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9presentacioacuten

se reflejaron en sus propuestas metodoloacutegicas iquestEn queacute medida el pensamiento de los autores analizados en el presente trabajo reflejoacute tales concepciones

Los ocho textos que conforman el volumen mdashdebidamente so-metidos a una rigurosa evaluacioacuten por paresmdash han sido organizados en dos secciones tal divisioacuten responde al modo en el que los inves-tigadores invitados han procedido en su anaacutelisis sobre el viacutenculo entre historia y meacutetodo La primera seccioacuten reuacutene textos trabajados desde la perspectiva filosoacutefica la segunda desde la perspectiva his-toriograacutefica De esta suerte los estudios se presentan en orden cro-noloacutegico no soacutelo por una cuestioacuten de sencillez sino por cuanto las ideas de la primera mitad del siglo xx mdashy sus contextosmdash desenca-denaraacuten reflexiones particulares en la segunda mitad de la centuria generando debates y concatenaciones sumamente enriquecedoras

No obstante ademaacutes de la ordenacioacuten sentildealada pueden realizar-se muacuteltiples y diversas lecturas del libro que presentamos En efecto tambieacuten puede llevarse a cabo una lectura a partir de los puntos en comuacuten entre los autores trabajados De tal manera es posible estable-cer un viacutenculo entre el trabajo de Aurelia Valero y el de Martiacuten Riacuteos sobre las propuestas de Franccedilois Hartog y Marc Bloch respectiva-mente puesto que aunque separados en el tiempo por casi medio siglo ambos historiadores franceses hicieron del tiempo su principal objeto de anaacutelisis lo que permitioacute al segundo formular su propuesta relativa a los ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo y al primero definir a la Historia como ldquola ciencia de los hombres en el tiempordquo Resulta asi-mismo interesante comprobar que el intereacutes por la Edad Media mdashen el caso de Blochmdash y en la historiografiacutea antigua mdashen el caso de Har-togmdash fueran los puntos de partida hacia una reflexioacuten mucho maacutes amplia sobre el sentido de la historia sus condiciones de posibilidad y su lugar en el conjunto de las ciencias sociales

Por otra parte es interesante seguir el hilo conductor en el pen-samiento de tres destacados historiadores filoacutesofos o filoacutesofos historia-dores iacutentimamente vinculados como Joseacute Gaos Eduardo Nicol y Ed-mundo OrsquoGorman quienes fueron contemporaacuteneos tanto en tiempo como en espacio En efecto los tres vivieron en Meacutexico entre 1930 y 1960 impartieron clases en la Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico y mantuvieron un fructiacutefero y en ocasiones acalorado

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diaacutelogo fuertemente influido por la fenomenologiacutea hermeneacuteutica de Martin Heidegger De esta suerte Roberto Fernaacutendez dedica sus paacuteginas a desentrantildear y revalorizar las propuestas de Eduardo Nicol en torno a la fenomenologiacutea resaltando entre otros elementos su cercaniacutea con el pensamiento de Edmund Husserl mdashldquomaacutes cerca de lo que eacutel mismo estuvo dispuesto a reconocerldquomdash y de Martin Hei-degger con quien compartiacutea una ldquoontologiacutea de la historia cuyo meacute-todo tendriacutea que ser histoacuterico y fenomenoloacutegico a la vezrdquo Por su parte Pilar Gilardi presenta un trabajo dedicado a la presencia de la filosofiacutea heideggeriana en el pensamiento de Edmundo OrsquoGorman enfatizando el modo en que el historiador se vale del pensamiento del filoacutesofo alemaacuten para volver a pensar la ciencia histoacuterica desde sus cimientos Finalmente Evelia Trejo expone algunas de las re-flexiones de Joseacute Gaos a propoacutesito de las relaciones entre historia y meacutetodo a partir de las siguientes caracteriacutesticas de la personalidad del filoacutesofo su sensibilidad respecto de la historia su propuesta para componer una historia de las ideas y su capacidad para obser-var el quehacer historiograacutefico Ademaacutes de lo anterior la autora sentildeala la amplitud de miras del filoacutesofo asturiano y su preocupacioacuten por lo humano y por la vida

Otra posible liacutenea de lectura es aquella constituida por el proble-ma de ldquoLa escritura de la historiardquo que naturalmente remite a las propuestas de Michel de Certeau contenidas en su ceacutelebre texto Fer-nando Betancourt es el encargado de desgranar el pensamiento del sabio jesuita iniciando con la definicioacuten que eacuteste dio acerca de lo que debe entenderse por ldquoseminariordquo al que concibioacute como ldquoun labora-torio comuacuten que permite a cada uno de los participantes articular sus praacutecticas y sus propios conocimientosrdquo pasando por un profundo anaacutelisis de la operacioacuten historiograacutefica y los problemas vinculados a la nocioacuten de ldquoprocedimientordquo para concluir con una reflexioacuten a propoacute-sito de la funcionalidad del saber moderno Rebeca Villalobos por su parte explora las propuestas realizadas desde la orilla americana del Atlaacutentico por Hayden White y elabora una criacutetica al uso indiscrimi-nado de las propuestas del historiador norteamericano al tiempo que considera Metahistory no soacutelo como un brillante estudio sobre la es-critura de la historia en el siglo xIx sino como un auteacutentico construc-to filosoacutefico que contribuyoacute a sentar las bases de la posmodernidad

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11presentacioacuten

Una uacuteltima propuesta de lectura mdashaunque desde luego el lector podriacutea descubrir muchas maacutesmdash es la de ldquoLa historia comparadardquo que quiere ser un guintildeo a March Bloch uno de los primeros histo-riadores que reflexionoacute sobre los liacutemites y las posibilidades de la historia comparativa y que estaacute representada por un sugerente y extenso capiacutetulo firmado por Javier Rico quien dedica varias paacutegi-nas a analizar la manera en que diversas fuentes que conforman el bagaje del historiador articulan una forma de concebir la dinaacutemica social en un fragmento del pasado humano y de esta manera per-miten delinear el meacutetodo a seguir Tras este anaacutelisis Rico compara las obras de dos autores que fueron fundamentales para la histo-riografiacutea mexicana del siglo xx con el fin de demostrar su hipoacutetesis Luis Villoro y John Womack

Seguramente los especialistas echaraacuten en falta nombres de historiadores y filoacutesofos importantes del siglo xx como Benedetto Croce Hans-Georg Gadamer Fernand Braudel Paul Ricoeur Georges Duby Roger Chartier Peter Burke Carlo Ginzburg Er-nest Kantorowicz Joseacute Antonio Maravall Joseacute Luis Romero Ro-ger Collingwood Edward Thompson Eric Hobsbawm Peter Brown Reinhard Koselleck Natalie Zemon Davis Gabrielle Spiegel o Frank Ankersmit por mencionar tan soacutelo algunos nombres im-portantes de allende y aquendehellip Al final hemos tenido que hacer una seleccioacuten como ocurre siempre en historia Estas ausencias muestran sin duda que es necesario continuar por este derro-tero y profundizar en la reflexioacuten histoacuterica y en el diaacutelogo entre historia y filosofiacutea

Hoy cuando la ciencia histoacuterica se halla en crisis cuando se intensifica el debate a propoacutesito de los liacutemites entre historia y me-moria cuando desde el Estado y la opinioacuten puacuteblica se manipula a la historia con el fin de establecer ldquola verdad histoacutericardquo y cuando en fin el contexto de globalizacioacuten e interconexioacuten en el que vivimos nos invita a cambiar los paraacutemetros de observacioacuten y a explorar las interrelaciones entre las escalas global regional y local es necesario reflexionar sobre los sustentos epistemoloacutegicos y metodoloacutegicos que hacen de la historia un saber particular y que la dotan de rigor cien-tiacutefico y en consecuencia de validez y legitimidad En este sentido la obra colectiva que ofrecemos a los lectores interesados en estas

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cuestiones quiere ser en uacuteltima instancia una primera propuesta de conjunto

Para cerrar estas paacuteginas introductorias los editores queremos externar nuestra gratitud en primer lugar a los propios autores pues sus contribuciones han enriquecido sustancialmente esta liacutenea de investigacioacuten reflejando la pluralidad de posiciones teoacutericas y de maneras de entender el quehacer histoacuterico que caracteriza a nuestra disciplina en el siglo xxI En segundo teacutermino al Instituto de Inves-tigaciones Histoacutericas y a todas las personas que hicieron posible que este volumen viese la luz de la imprenta particularmente a Sandra Torres Ayala y Alberto Trejo Martiacuten quienes revisaron y homoge-neizaron el aparato criacutetico y la bibliografiacutea contribuyendo de forma significativa a la aparicioacuten de la presente obra

PIlar gIlardI y Martiacuten riacuteosCiudad Universitaria octubre de 2016

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HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

LA PERSPECTIVA DE LA TEORIacuteA DE LA HISTORIA

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Eduardo Nicol (1907-1990)La ciencia de la historia

y el meacutetodo fenomenoloacutegico

roberto Fernaacutendez castroUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

Introduccioacuten

Lo primero que quiero advertir es que en las paacuteginas siguientes no pretendo dar cuenta ni siquiera de un modo general del pensa-miento o las ideas de Eduardo Nicol tampoco de todo lo que pudo haber dejado escrito o dicho acerca de la ciencia de la historia o del meacutetodo fenomenoloacutegico Acerca del meacutetodo escribioacute con abundan-cia a lo largo de la mayor parte de su vida como filoacutesofo incluso aspiroacute a constituir su propia filosofiacutea como la asuncioacuten hasta un proceder estrictamente fenomenoloacutegico Paso a paso y como contra-punto criacutetico de lo que eacutel consideraba los meacutetodos y propoacutesitos de la fenomenologiacutea aunque siempre valoroacute de un modo positivo el legado de Edmund Husserl tambieacuten llegoacute a criticar en eacutel los restos de un idealismo que traicionaba el meacutetodo fenomenoloacutegico Pero contrario a otros filoacutesofos de la eacutepoca tampoco se dejoacute guiar por las investigaciones del maacutes famoso disciacutepulo del filoacutesofo de Prosnitz Tambieacuten contra la creciente influencia de Martin Heidegger Nicol empentildeoacute todo su trabajo en la restauracioacuten de la fidelidad del fenoacute-meno respecto del ser No obstante me atrevo a considerar que la filosofiacutea de Eduardo Nicol permanecioacute maacutes cerca de la fenomeno-logiacutea trascendental de Husserl de lo que eacutel mismo estuvo dispuesto a reconocer y tuvo con Heidegger una coincidencia fundamental para nosotros la de proponer una ontologiacutea de la historia cuyo meacutetodo tendriacutea que ser histoacuterico y fenomenoloacutegico a la vez1

1 Para el estudio de la fenomenologiacutea de Eduardo Nicol y coacutemo se relacionoacute con la fenomenologiacutea de Edmund Husserl veacutease Antonio Zirioacuten Quijano Historia de la feno-menologiacutea en Meacutexico Morelia (Michoacaacuten) Red UtopiacuteaJitanjaacutefora 2003 y tambieacuten en La fenomenologiacutea en Meacutexico Historia y antologiacutea estudio introductorio y seleccioacuten de tex-tos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

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16 historia y meacutetodo en el siglo xx

Voy entonces a atender un consejo que Robert Sokolowski ofre-ce en su Introduccioacuten a la fenomenologiacutea y que me parece recordar una situacioacuten conocida tambieacuten por los historiadores Sokolowski se fija en una diferencia fundamental entre el trabajo de los filoacuteso-fos y el de los matemaacuteticos Estos uacuteltimos dice no comentan los escritos de los matemaacuteticos anteriores aun cuando hayan sido muy influidos por ellos simplemente hacen uso del material que en-cuentran en los autores que leen tratan de condensar los hallaz-gos y siguen adelante Pocos matemaacuteticos estudian los trabajos de los siglos pasados porque comparados con las matemaacuteticas contemporaacuteneas esos viejos escritos casi les parecen obras de nintildeos Los filoacutesofos en cambio a menudo conservan religiosamen-te las obras claacutesicas maacutes como objetos de exeacutegesis que como recur-sos para ser explotados no tienden a preguntar ldquoiquestA doacutende vamos a partir de aquiacuterdquo En lugar de eso nos informan acerca de las doctrinas de los pensadores maacutes importantes Son maacutes propensos a comentar trabajos anteriores

Pero Sokolowski toma entonces la sugerencia de su amigo Gian-Carlo Rota quien creiacutea que los filoacutesofos debiacutean hacer maacutes que eso y coincide en que ademaacutes de ofrecer exposiciones deberiacutean abreviar los viejos escritos y abordar directamente los asuntos ha-blando con su propia voz e incorporando en su propio trabajo lo que sus predecesores han hecho Fue asiacute como eacutel se dejoacute convencer por Rota de escribir una introduccioacuten a la fenomenologiacutea donde no di-jera lo que Husserl o Heidegger pensaron sino donde soacutelo dijera a la gente lo que es la fenomenologiacutea Y como la fenomenologiacutea es el estudio de la experiencia humana y de los modos en que las cosas se nos presentan ellas mismas en y a traveacutes de dicha experiencia no se trata pues de informar a los demaacutes acerca de un movimiento filosoacutefico particular sino de ofrecer la posibilidad de pensar filosoacute-ficamente en un momento en que dicho pensamiento es seriamente puesto en cuestioacuten o ampliamente ignorado2

Facultad de Filosofiacutea y LetrasUniversidad Michoacana de San Nicolaacutes de HidalgoRed Utopiacutea Jitanjaacutefora 2009

2 Robert Sokolowski Introduccioacuten a la fenomenologiacutea traduccioacuten de Esteban Mariacuten Aacutevila Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2012

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17Eduardo Nicol (1907-1990)

Pues bien aquellos que conozcan o hayan leiacutedo algo acerca de Eduardo Nicol uno de sus libros o alguno de sus artiacuteculos podraacuten advertir que en las paacuteginas siguientes voy a parafrasear a Eduardo Nicol voy a traicionar algunos de sus textos y tambieacuten a discutir algunas de sus posiciones maacutes importantes en relacioacuten con la his-toria y la fenomenologiacutea Por su parte a aquellos que sin saber demasiado acerca de sus ideas crean que se van a enterar ahora de lo que eacutel pensaba de la ciencia de la historia o del meacutetodo fenome-noloacutegico prefiero quitarles esa ilusioacuten exegeacutetica desde ahora lo que siacute van a encontrar en cambio es una muestra de lo poco que yo he podido pensar leyendo a Nicol pero observando siacute que mucho maacutes se podriacutea pensar tan soacutelo siguiendo algunos de los problemas que involucran tanto a la historia como a la fenomenologiacutea en el sentido que la definioacute Sokolowski como el estudio de la experiencia huma-na Con esto enuncio ademaacutes la primera sugerencia de Eduardo Nicol que yo mismo trato de poner en praacutectica en mis cursos y que ahora pido al posible lector a partir de este punto seguir al histo-riador no soacutelo para consultarlo en busca de datos sino seguirlo y aprender de eacutel lo maacutes importante aprender de eacutel a pensar histoacuteri-camente y queacute mejor si se aprende a pensar histoacutericamente desde la fenomenologiacutea

Aun asiacute cabe la necesidad de ofrecer siquiera una breve imagen de quien es uno de los filoacutesofos maacutes importantes del exilio espantildeol republicano de 1939 y no soacutelo de Meacutexico donde escribioacute la mayor parte de su extensa obra sino de todos los paiacuteses de lengua castellana Si bien es cierto que fuera de Meacutexico no ha tenido todaviacutea la atencioacuten que merece es indudable que en alguacuten momento seraacute parte de la his-toria del pensamiento cuya memoria se ha ido recuperando en la peniacutensula a cuentagotas acaso por lo significativo que a la postre resultoacute haber perdido aquellas generaciones de soacutelidos humanistas3

3 A pesar de todo es posible encontrar una bibliografiacutea poco numerosa pero se-lecta acerca de la filosofiacutea de Nicol como la siguiente Joseacute Luis Abellaacuten El exilio filo-soacutefico en Ameacuterica Los transterrados de 1939 Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998 p 65-99 Eduardo Nicol La filosofiacutea como razoacuten simboacutelica nuacutemero monograacutefico de la revis-ta Anthropos 1998 extra nuacutemero 3 Eduard Nicol semblanza drsquoun filosof edicioacuten a cargo de Aacutengel Castintildeeira Barcelona Acta 1991 Juliana Gonzaacutelez La metafiacutesica dialeacutectica de Eduar-do Nicol Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y

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18 historia y meacutetodo en el siglo xx

Despueacutes de pasar un corto tiempo en el campo de concentracioacuten de Argelegraves-sur-Mer Eduardo Nicol llegoacute a Meacutexico a bordo del Sinaia en 1939 Junto a Eduardo Garciacutea Maacuteynez fundoacute el Centro de Estudios Filosoacuteficos de la Universidad Nacional donde tambieacuten ejercioacute la docencia hasta su fallecimiento en 1991 Dirigioacute y fundoacute Diaacutenoia Anuario de filosofiacutea editado con la colaboracioacuten del Fondo de Cultu-ra Econoacutemica asiacute como la revista Filosofiacutea y Letras ademaacutes de publi-car una docena de libros algunos de ellos revisados y reeditados por completo Eacutesta fue una caracteriacutestica propia de la personalidad y la filosofiacutea de Nicol su aspiracioacuten a un pensamiento riguroso coherente sistemaacutetico y continuado lo llevoacute a oponerse por com-pleto al estilo filosoacutefico predominante en Espantildea por la influencia de Joseacute Ortega y Gasset el del ensayo esteacutetico criacutetico y a veces soacutelo periodiacutestico que al final hizo presa del ceacutelebre maestro madrilentildeo Eacutesa fue soacutelo una de las razones por las que Nicol llegoacute a la poleacutemica con Joseacute Gaos y su personalismo4

El meacutetodo fenomenoloacutegico

En la frase con la que Eduardo Nicol dio inicio a su conferencia ti-tulada ldquoDiscurso sobre el meacutetodordquo afirmoacute de un modo categoacuterico ldquotodos somos fenomenoacutelogosrdquo o al menos ldquoel hombre comienza a ser fenomenoacutelogo cuando accede a la auteacutentica humanidadrdquo he aquiacute el primer obstaacuteculo para el cabal cumplimiento de su aserto Maacutes que un meacutetodo o el sistema filosoacutefico particular de Edmund Husserl escribe Nicol en el lenguaje filosoacutefico actual la fenomenologiacutea de-signa la verdadera actitud filosoacutefica Es desde luego distinta de la fenomenologiacutea de Kant o de Hegel y lo es tambieacuten de la fenome-nologiacutea de Heidegger posterior Aunque los pensadores griegos

Letras 1981 Ricardo Horneffer Eduardo Nicol semblanza Zapopan (Jalisco)MeacutexicoBarcelona El Colegio de JaliscoGeacuteneralitat de Catalunya 2000

4 La poleacutemica con Joseacute Gaos tuvo lugar en las paacuteginas de las revistas Cuadernos Americanos y Filosofiacutea y Letras Aunque las diferencias entre ambos profesores no eran nuevas aqueacutella se suscitoacute abiertamente a raiacutez de la resentildea que Gaos dedicoacute a la prime-ra edicioacuten del libro de Eduardo Nicol Historicismo y existencialismo La temporalidad del ser y la razoacuten Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1950

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19Eduardo Nicol (1907-1990)

antiguos no emplearon la palabra fenomenologiacutea eacutesta se compo-ne de dos vocablos con ese origen phainomenon y loacutegos Phainomenon designa lo que aparece y contiene la raiacutez de phaos luz lo mismo que el verbo phaino que quiere decir poner a la luz mostrar manifestar exponer etceacutetera Las cosas se muestran a la luz las cosas son fenoacute-menos Pero como la visibilidad de las cosas no es una propiedad intriacutenseca de las cosas cuando el hombre habla de ellas es cuando ejecuta el acto de ponerlas a la luz Por eso dice Nicol en esto con-siste literalmente la fenomenologiacutea ver y nombrar o poner a la luz lo visto son inseparables

Sin embargo el hombre comuacuten no siempre ve bien lo que estaacute a la vista ni habla bien de lo visible pasa por ello o junto a ello como si fuera e-vidente Por eso algunos caen en el error de creer que la filosofiacutea acota una realidad especial o privada distinta en su misma base del punto de partida del hombre comuacuten con la consecuencia grave de que la filosofiacutea no llega a ser verdadero loacutegos sobre el fenoacute-meno no llega a constituirse en auteacutentica fenomenologiacutea La pre-gunta entonces es por queacute la filosofiacutea no ha llegado a ser auteacutentica y conscientemente fenomenoloacutegica mantenieacutendose en una fase de pluralidad de meacutetodos Esto explica por queacute Eduardo Nicol no ofre-ce un discurso del meacutetodo sino sobre el meacutetodo que consiste en hablar de lo que aparece del fenoacutemeno El problema surge cuando lo que aparece se confunde con una simple apariencia contrapuesta por nosotros mismos a la realidad5

La discusioacuten de Eduardo Nicol con la fenomenologiacutea de Husserl y Heidegger se enuncia entonces del modo siguiente ldquoEl hombre es el uacutenico ser del universo frente al cual no soacutelo tenemos la intuicioacuten inmediata de una existencia real como la tenemos de cualquier otro ente su mera presencia nos revela ya su forma de serrdquo6 Esto signifi-ca que siendo el ente el dato del ser la fenomenologiacutea no viene a revelar el ser sino que cuenta con su presencia de un modo inme-diato la aprehensioacuten y la identificacioacuten distintiva del ser en el ente

5 Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 p 267-278 A partir de aquiacute cuando no se indica lo contrario todas las referencias pertenecen a las obras de Eduardo Nicol

6 Metafiacutesica de la expresioacuten 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1974 p 119

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se dan conjunta y simultaacuteneamente Por eso Nicol afirma que lo que el hombre revela con su acto de presencia es la revelacioacuten misma el acto distintivo de su ser es la expresioacuten7 Se comprende asiacute el paso siguiente que nos conduce hacia el otro hacia el proacutejimo que como interlocutor es descrito como un sujeto libre de realizar una accioacuten que siempre habraacute de ser expresiva cargada siempre con una inten-cionalidad comunicativa y con un contenido significativo suscepti-bles de ser analizados de acuerdo con un meacutetodo fenomenoloacutegico que ha de ser asimismo hermeneacuteutico Tambieacuten en este punto Nicol trata de oponerse a Heidegger rechazando la necesidad de una in-terpretacioacuten especial del sentido del ser propio del hombre puesto que el hombre es el sentido del ser y lo uacutenico que requiere una in-terpretacioacuten son el contenido significativo y la intencioacuten expresiva

La criacutetica que Nicol dirige a Heidegger es sin embargo innece-saria a mi parecer Por ello no voy a insistir maacutes en eso Mayor atencioacuten merece su sentildealamiento de la necesidad de un estudio detenido acerca del fenoacutemeno de la expresioacuten como alternativa para encauzar una teoriacutea general del ser y del conocer La expresioacuten como rasgo constitutivo del sentido del ser humano se afirma como una realidad antecedente de todo lo demaacutes pero en un sentido que ha de entenderse con claridad incluso ahiacute donde Nicol habla de ldquorefinar y reforzar ese fundamental y saludable positivismo que hay en la intencioacuten del meacutetodo fenomenoloacutegicordquo8 Se trata de la nueva

7 El pasaje completo de la Metafiacutesica de la expresioacuten es oscuro pero dice lo siguiente ldquoEsto acontece con invariable uniformidad sin vacilacioacuten ninguna porque lo que el hom-bre revela con su acto de presencia es la revelacioacuten misma es el acto distintivo del ser de la expresioacuten La presencia humana es una revelacioacuten expresardquo Digo que es oscuro porque parece haber aquiacute al menos tres tesis que se confunden 1) se pone el acento en lo que el hombre revela en la revelacioacuten misma no en el hombre ni en su acto de presencia 2) el acto de la presencia parece ser interpretado como aquello que distingue al ser de la expresioacuten de modo que el objeto principal ya no es el ser humano sino el ser de la expresioacuten huma-na 3) la presencia humana es una revelacioacuten que se da de un modo expreso se dice de ella que es expresa cuando lo que cabriacutea decir es que la presencia humana es una revela-cioacuten que expresa que es expresiva Por eso maacutes que corregir tambieacuten en este punto he seguido e interpretado a Nicol del modo como se comprenderaacute en adelante

8 Metafiacutesica de la expresioacuten p 120 A pesar de lo que parece Eduardo Nicol no exa-gera ni comete un error en la comparacioacuten con el positivismo pero tambieacuten es necesario ponerlo en claro El propio Husserl escribioacute el siguiente pasaje en medio de su criacutetica al empirismo como un escepticismo ldquoMientras que ellos como genuinos filoacutesofos que

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21Eduardo Nicol (1907-1990)

vigencia que Nicol encuentra en la idea platoacutenica seguacuten la cual ldquoel hombre es el siacutembolo del hombrerdquo (Banquete 191d) Esto es posible porque la simbolizacioacuten implica una relacioacuten comunicativa y no es tan soacutelo una predisposicioacuten ontoloacutegica entre sujetos que podriacutean mantenerse como suficientes o extrantildeos entre siacute sino que la expre-sioacuten es el ser mismo en el hombre y la razoacuten es simboacutelica porque el hombre es simboacutelico

De aquiacute la foacutermula que da tiacutetulo a una de las obras maacutes signifi-cativas de Eduardo Nicol la Criacutetica de la razoacuten simboacutelica que no debe entenderse entonces como una forma especial de denominar a la razoacuten sino como la explicitacioacuten de coacutemo el hombre es siacutembolo de siacute mismo porque es el uacutenico ser esencialmente pensable la razoacuten es fun-damentalmente simboacutelica porque nada sabemos de ella cuando consideramos que puede dar razoacuten de siacute misma como si fuera in-dependiente suficiente y definible en siacute cuando lo cierto es que la expresioacuten de cada hombre es su ser en acto su razoacuten constituye simboacutelicamente su mismidad sobre la base del nombrar y poseer internamente al otro como una posibilidad de su propio ser9

tienen ya un punto de vista parten de previas opiniones no aclaradas ni fundadas en patente contradiccioacuten con su principio de exencioacuten de prejuicios nosotros tomamos nuestro punto de partida de aquello que se encuentra antes de todos los puntos de vista del dominio entero de lo dado ello mismo intuitivamente y antes de todo pensar teoacuterico de todo aquello que se puede ver y captar inmediatamente mdashcuando precisa-mente no se deja uno cegar por prejuicios ni apartar por ellos la atencioacuten de clases en-teras de auteacutenticos datosmdash Si lsquoPosItIvIsMorsquo quiere decir tanto como fundamentacioacuten absolutamente exenta de prejuicios de todas las ciencias en lo lsquopositivorsquo esto es en lo que se puede captar originariamente entonces somos nosotros los auteacutenticos positi-vistas Nosotros en efecto no nos dejamos menoscabar por nInguna autoridad el de-recho de reconocer todas las especies de intuicioacuten como fuentes de legitimidad del co-nocimiento igualmente valiosas mdashni siquiera por la autoridad de la lsquociencia moderna de la naturalezamdashrsquo rdquo Edmund Husserl Ideas relativas a una fenomenologiacutea pura y una filo-sofiacutea fenomenoloacutegica Libro primero Introduccioacuten general a la fenomenologiacutea pura nueva edi-cioacuten y refundicioacuten integral de la traduccioacuten de Joseacute Gaos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filo-soacuteficasFondo de Cultura Econoacutemica 2013 p 123

9 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1982 p 230 y 239 Nicol habla aquiacute de la relacioacuten dialeacutectica de un yo con lo otro como un no-yo esta imprecisioacuten como se puede ver la he interpretado aquiacute desde la intersubjetividad pro-puesta por Husserl desde la cual miacutenimamente se reconoce que yo en mi experiencia propia no soacutelo tengo experiencia de miacute mismo sino tambieacuten del otro pero como otro

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22 historia y meacutetodo en el siglo xx

Lo que resulta auacuten maacutes sorprendente es que para terminar con esta consideracioacuten del meacutetodo necesario para abordar el estudio del ser que como objeto de una experiencia primaria y comuacuten es lo esencialmente comunicable la idea platoacutenica del hombre como en-tidad incompleta por su insuficiencia simboacutelica Eduardo Nicol la valora al final desde la historia porque la insuficiencia del hombre trae consigo la posibilidad de completarse de hacer algo para siacute mismo con el otro por eso dice de la relacioacuten simboacutelica nace la historia En tanto que la contingencia del hombre entrantildea el poder ser la historia es siacutembolo del hombre y eacutesta es su constante renaci-miento simboacutelico10 Si los actos del habla constituyen este proceso entonces ldquoesa parte del ser que habla del ser se actualiza a siacute misma histoacutericamente Por esto tiene que ser fenomenoloacutegico e histoacuterico (ademaacutes de dialeacutectico y hermeneacuteutico) el meacutetodo apropiado en la ontologiacutea del hombre y en la criacutetica de la razoacutenrdquo11

La ciencia de la historia y el pasado

En el caso de la ciencia de la historia Eduardo Nicol parte de la exigencia de las que le parecen ser las dos tareas previas de toda ciencia la de acotar el dominio de su jurisdiccioacuten y la de definir queacute es lo histoacuterico Pero la definicioacuten de lo histoacuterico en siacute le parece que no es tarea propia de la ciencia histoacuterica sino de la ontologiacutea pues el historiador no dispone de recursos para establecer las diferencias categoriales entre la forma de ser de lo histoacuterico y la forma de ser no histoacuterica de la naturaleza por ejemplo Es posible dice Nicol que si le preguntamos a un historiador queacute es lo histoacuterico se quede perplejo como los interlocutores de Soacutecrates La paradoja socraacute-tica es que la pregunta por el queacute no parece incumbencia de quienes

yo El filoacutesofo mexicano en cambio trata del no-yo del tuacute y del otro-yo como si fueran equivalentes y no explica nada al respecto por eso digo que se trata de una imprecisioacuten aun cuando se dijera que se trata de una rodeo dialeacutectico necesario o bien que soacutelo estaacute sirvieacutendose de ideas auxiliares tomadas de la tradicioacuten metafiacutesica histoacuterica Uno de los peligros advertido por Husserl por ejemplo en sus Meditaciones cartesianas

10 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 242-243 y 24811 Metafiacutesica de la expresioacuten p 129-130

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23Eduardo Nicol (1907-1990)

ponen en praacutectica su tarea es una pregunta filosoacutefica Pero lo cierto es que este saber que no se posee relativo al ser de una cosa o de una actividad cualquiera no puede darse por supuesto pues no hay ciencia verdadera que se base en meros supuestos lo que equivale a decir que no puede haber ciencia especial sin ciencia fundamental y lo que auacuten faltariacutea a la ciencia de la historia es hacerse cargo de la investigacioacuten de siacute misma como ciencia fundamental12

Es esta un cuestioacuten acerca de la cual Eduardo Nicol escribioacute tambieacuten en un artiacuteculo titulado ldquoLa presencia del pasadordquo A todos nos parece normal dice ocuparnos de la historia de la filosofiacutea los hechos de esa historia parecen evidentes y existe una abundancia fabulosa de obras dedicadas a esos asuntos pero lo que no nos preguntamos ni como filoacutesofos ni como historiadores es iquestqueacute necesidad tenemos de hacer historia Haciendo historia de la filosofiacutea por ejemplo recordamos su pasado y tratamos de revivirlo iquestpero puede revivir lo que estaacute bien muerto y ha sido enterrado por el tiempo Afirmamos que la discipli-na debe figurar en los planes de estudios la presencia del pasado la admitimos sin reservas pero tambieacuten sin averiguaciones relativas al coacutemo y al porqueacute Maacutes bien se diriacutea que lo que cabe averiguar es coacutemo es posible que lo pasado esteacute presente y por queacute este pasado se inser-ta en el quehacer actual de la historia De acuerdo con esto es que la historia y la verdadera filosofiacutea sistemaacutetica de la historia se encuentran reunidas en una correlacioacuten cuyo significado seriacutea el siguiente que la historia para llegar a ser ciencia fundamental posee tambieacuten una ne-cesidad intriacutenseca de desdoblarse y examinar su propia historia Esta dialeacutectica positiva como la llama Nicol es al mismo tiempo fenome-nologiacutea porque muestra coacutemo ninguacuten acto innovador cancela los an-teriores como pretenden algunos teoacutericos actuales de la historia que como diriacutea Rosalind E Krauss han venido divulgando ldquola originalidad de la vanguardia y otros mitos modernosrdquo y posmodernos13

No cabe duda de que el imperio conceptual de la ciencia histoacute-rica sobre su propio dominio ha sido precario e impreciso Y aunque

12 ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje p 327-337

13 Rosalind E Krauss La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos versioacuten de Adolfo Goacutemez Cedillo Madrid Alianza 1996

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ha habido grandes historiadores ellos son los maacutes discutidos pues en gran parte aquella informalidad perdura Hay aquiacute un cambio formidable en la relacioacuten de la historia con la ciencia que Nicol re-gistra y parece hablar de lo que hoy ocurre con la filosofiacutea de la historia que es el siguiente formados en la tradicioacuten realista cree-mos naturalmente que un pensamiento no puede ser verdadero y variable al mismo tiempo Se trata de esa arraigada nocioacuten de que la historia es corrosiva Pero la historia no es soacutelo cambio sino per-manencia ninguna cosa cambiariacutea si no durara ldquola actualidad no cancela el pasado lo retienerdquo14

En la Criacutetica de la razoacuten simboacutelica hay una larga explicacioacuten al respecto iquestQueacute es historia pregunta Nicol Si bien es cierto que la interrogacioacuten suele apuntar inicialmente a la realidad histoacuterica y soacutelo despueacutes a la ciencia de la historia no importa coacutemo se la defina ldquohis-toria es expresioacutenrdquo pues todas las notas que se le atribuyen confluyen en la expresioacuten o son ellas mismas modos expresivos Si se acepta que la historia es el desarrollo de la accioacuten humana cabe advertir que actuar es expresar y como desde antiguo se sabe que pensar es actuar la ciencia se nos presenta como ese modo especial de accioacuten que consiste en buscar la verdad En el caso particular que nos interesa se diriacutea entonces que la ciencia de la historia es expresioacuten y la expre-sioacuten es historia15 Los binomios que Nicol suele asociar en una sinuo-sa loacutegica del sentido lo llevan a desarrollar lo que eacutel llama el proble-ma de la verdad y de la historia por el camino de la conexioacuten entre expresividad e historicidad entre verdad y expresioacuten

Para Nicol es indudable que la verdad es expresioacuten en el senti-do de que se expresa quien la dice pero tambieacuten en el sentido seguacuten el cual la verdad como tal es expresiva y no soacutelo el modo de buscar-la y pronunciarla No soacutelo en la filosofiacutea tambieacuten en la historia pro-fesional se presenta el problema de coacutemo conciliar la aceptacioacuten de que el hombre expresa que toda expresioacuten es histoacuterica pero sobre todo que el quehacer cientiacutefico tampoco se sustrae a la totalidad expresiva de la vida Por eso la historicidad aparece como una

14 ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje p 332

15 Metafiacutesica de la expresioacuten p 43-44

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25Eduardo Nicol (1907-1990)

necesidad propia del relativismo maacutes que como el argumento para poner la verdad cientiacutefica a salvo no de la historia sino de la con-tingencia Las cuestiones de quieacuten expresa queacute expresa y coacutemo ex-presa si son solidarias entre siacute cuando se trata de la verdad tambieacuten nos permiten resolver entonces el problema de la llamada verdad histoacuterica quien expresa es el hombre lo expresado primariamente es el hombre mismo que ldquoda de siacuterdquo y la ciencia es uno sus posibles modos de expresioacuten

Por eso Nicol destaca la importancia del error cientiacutefico porque lo importante es que ldquoel ser queda expuesto lo mismo cuando atinamos que cuando nos equivocamosrdquo Incluso en la distincioacuten entre verdades de teoriacutea y verdades de hecho cabe observar la presencia de las mismas dos clases de errores de modo que Nicol nos permite escla-recer uno de los maacutes caros temores a la ciencia de la historia el de la subjetividad Es cierto que las verdades y los errores de hecho son maacutes apofaacutenticos o presentativos que las verdades y los errores de teoriacutea que son maacutes re-presentativos o poieacuteticos y que son eacutestos por tanto los maacutes debatibles pero lo importante es que en ellos el ser pensante queda maacutes expuesto que en la mera exposicioacuten de los he-chos por eso los hechos no se discuten se examinan y se corrigen cuando es necesario pero los errores de teoriacutea no se corrigen pro-piamente porque lo que cuenta es su expresividad Soacutelo asiacute se en-tiende por queacute tambieacuten en la ciencia de la historia ldquola teoriacutea es tesis en el sentido de hipoacutetesisrdquo16

Otro factor que tambieacuten suscita la criacutetica de Eduardo Nicol al historicismo es el de la relacioacuten del pensamiento con un determina-do situs espacio-temporal el factor situacional que indudablemente es un factor de historicidad diraacute Nicol El problema no radica en la evidente paradoja de que el relativismo histoacuterico funciona al mismo tiempo como un determinismo en la relacioacuten del pensamiento cien-tiacutefico con la situacioacuten histoacuterica sino en el hecho de que este plantea-miento tradicional de la cuestioacuten es ademaacutes unilateral Tanto el relativismo como el determinismo histoacutericos dejan impliacutecitamente a salvo del influjo situacional a las ciencias positivas como si en ellas de un modo excepcional debiera considerarse soacutelo la relacioacuten

16 Ibidem p 50

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del pensamiento con el objeto pero no soacutelo la situacioacuten penetra en el pensamiento tambieacuten el pensamiento penetra en la situacioacuten Por eso ldquola ciencia es un factor de historicidad de la situacioacutenrdquo es una con el mundo al que pertenece el sitio que ocupa no es el del polo opuesto al mundo De nuevo la conexioacuten que se establece es entre expresividad e historicidad porque la expresioacuten es una viacutea de acce-so al ser que es comuacuten y singular a la vez No es que la significacioacuten se mantenga a pesar de la expresividad sino que lo hace precisa-mente y uacutenicamente por ella Se completa asiacute uno de los perfiles descritos a propoacutesito del meacutetodo el de la hermeneacuteutica que ha de ser como se comprenderaacute con lo que llevamos dicho semaacutentica sintaacutectica e histoacuterica

La vocacioacuten humana

En un pasaje que da continuidad al problema de la verdad y la his-toria Eduardo Nicol expuso del modo siguiente coacutemo es que dicha cuestioacuten siempre dentro de los liacutemites de la unidad de la ciencia se vincula con la vocacioacuten humana El hombre afirma el filoacutesofo nece-sita la verdad no puede existir sin ella ldquoLa verdad es siempre lo busca-do por el hombrerdquo17 porque el anhelo de la verdad es el anhelo de ser-maacutes verdaderamente humano Pero como esta verdad no se da sino que se busca este camino de la buacutesqueda es el camino del saber y el camino de la vida El hombre se afana por captar al ser ajeno que como se dijo ya estaacute dado de una vez soacutelo que como es inagotable es menester buscarlo y rebuscarlo Y cuando esa re-buacutes-queda se hace de un modo metoacutedico recibe el nombre de investiga-cioacuten y su resultado el de verdad La verdad es tan vital en la ciencia como lo es en la existencia ordinaria primero porque el hombre nun-ca se completa a siacute mismo definitivamente pero tambieacuten porque el ser al que desea conocer siempre da maacutes de siacute Se comprende ahora por queacute la tarea cientiacutefica prosigue sin cesar por queacute la historia es buacutesque-da de la verdad y por queacute como se dijo antes la verdad es histoacuterica no situacional sino de verdad histoacuterica en un sentido radical

17 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 67

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27Eduardo Nicol (1907-1990)

La verdad es una apoacutefansis del ser lo manifiesta lo hace pre-sente o patente con la palabra pero tambieacuten es poacuteiesis es un obrar humano y como tal es de nuevo factor de historicidad Por eso en toda ciencia la verdad es posibilidad La discrepancia es posible porque ninguna verdad es completa y no es completa porque es posible Eduardo Nicol ilustra este ejemplo con la ldquoconcordancia de los discordantesrdquo de Heraacuteclito como muestra de civilizacioacuten La in-compatibilidad en cambio es barbarie La persecucioacuten del discre-pante no soacutelo es cosa antigua se ha producido tambieacuten entre filoacuteso-fos y esa normalidad de la hostilidad es la que representa la crisis de la dialeacutectica

En esta parte de su trabajo Nicol termina apuntando algunas interrogaciones en teacuterminos de sorpresa porque como sabemos bien mdashdicemdash ldquola sorpresa o el thauma estaacute en la geacutenesis de la filosofiacuteardquo De estas interrogantes voy a recordar soacutelo una

En tanto que el pensamiento es una poacuteiesis sus efectos recaen sobre el lugar y el tiempo en que la verdad aparece Lo cual revela otra ver-tiente de la historicidad todo pensamiento transforma al mundo sea erroacuteneo o verdadero Tal vez todas estas sorpresas no basten pero una vez mordido el fruto de la duda la voracidad es insaciable A miacute tam-bieacuten me parece insuficiente el repertorio de las dudas que he enume-rado A diferencia de quien se fortifica en lo que ya pensoacute la ventaja en este oficio de dudar es que la aventura no termina nunca18

ldquoEl hombre y la dudardquo fue precisamente el tema de una confe-rencia pronunciada por Nicol en mayo de 1969 La duda dijo enton-ces es la conciencia de la ignorancia propia por eso el filoacutesofo es vocacionalmente dubitativo y no dogmaacutetico filoacutesofo es el que bus-ca porque filosofar es preguntar Nicol se lanza en contra del ldquohom-bre segurordquo el arrogante que no soacutelo yerra sobre las cosas de afuera diga lo que diga ademaacutes yerra siempre sobre siacute mismo y ni siquie-ra lo sabe Este pobre infeliz es desdentildeoso del pasado y seguro del futuro ldquoacomodado en su deshumanizada superioridadrdquo es osten-toso de sus medios de su maacutequina de su ciencia de su dinero de

18 Metafiacutesica de la expresioacuten p 336-337

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28 historia y meacutetodo en el siglo xx

sus nuacutemeros y en suma de su poder de accioacuten Tiene todo domi-nado o lo dominaraacute menos a siacute mismo pues eacutel mismo es como un nuevo hombre pero carente de originalidad pues ya ha sido reco-nocido y clasificado Es eacuteste el mismo ser encargado de suprimir las alternativas que son sustancia de la duda es el antidialeacutectico para quien todo ha de estar decidido de antemano y uniacutevocamente me-caacutenicamente con uniformidad y sin poesiacutea Nicol confiacutea en que el destino final de este hombre seguro seraacute el mismo de Fausto pero porque si el hombre seguro gana la partida ldquose acabaraacute realmente eso que hemos llamado hombre desde que hay poesiacutea y filosofiacuteardquo19

En su libro de La vocacioacuten humana Eduardo Nicol escribioacute varios antildeos antes unas liacuteneas que yo propongo leer del modo siguiente la palabra filosoacutefica es siempre provisional es buacutesqueda y no hallazgo porque la verdad misma es un intento prolongado y no un logro ha de seguir dicieacutendose y enmendaacutendose La dignidad del arte expre-sivo entonces le presta a la filosofiacutea una libertad que no tendriacutea en el estricto menester oscuro seco atribulado a veces y siempre labo-rioso de la buacutesqueda Por esto Platoacuten intercalaba raciocinios en sus mitos Y este lujo de la palabra platoacutenica que conocemos era signo de la humildad filosoacutefica El hombre trata de rebasar los liacutemites de su propia constitucioacuten espacial y temporal de su ser aquiacute y ahora con la fantasiacutea trata de rebasar los liacutemites de la relatividad con la fe y los liacutemites de la provisionalidad que es siempre el resultado de su empentildeo de saber lo mismo en ciencia que en filosofiacutea los rebasa el hombre con el absoluto de la poesiacutea Por esto el bien decir es como una liberacioacuten que aproxima lo precario de la verdad histoacuterica a lo seguro de la poesiacutea20

Ademaacutes el bien decir tiene un valor moral de ejemplaridad in-sospechado El bien decir es el buen decir es obra de bondad y no soacutelo de belleza Y no importa que no sepamos en filosofiacutea definir el bien ni encontrar el paradigma del bien absoluto y permanente La vida histoacuterica muda los arquetipos pero la historia misma es una tradicioacuten y su continuidad no se explicariacutea si algo no quedara firme

19 ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 4-12

20 La vocacioacuten humana Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1953

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29Eduardo Nicol (1907-1990)

en la mudanza y no se transmitiese de la eacutepoca pasada a la eacutepoca nueva que la hizo caducar No estudiemos la historia a medias y por fuera nos dice vieacutendola por fuera soacutelo advertimos las diversidades y esta visioacuten produce en el aacutenimo la congoja de la relatividad Vieacuten-dola por dentro y cabalmente advertiremos que a lo largo de todas las mutaciones de criterio en culturas y en eacutepocas distintas se va marcando una escala de valores de nivel humano que nos permite sentirnos en comunidad con lo remoto y con lo diferente

Las leyes modernas no son como las de Atenas pero todaviacutea hoy estamos del lado de Soacutecrates y no del lado de Anitos Si no estuvie-ran vinculados a una tradicioacuten y dependiendo de ella nuestros juicios actuales no nos permitiriacutean discernir en el pasado quieacuten fue un hombre de honor y quieacuten un miserable Es cierto que en el fondo dice Nicol el paciacutefico razonable que fue Soacutecrates es peligroso para los dogmaacuteticos intolerantes que se han ensentildeoreado en el mundo y tambieacuten por eso es un fracasado pero aunque los reflexivos sean pocos con ellos es suficiente para asegurarnos de que el espiacuteritu de la duda que encarna Soacutecrates auacuten no ha muerto del todo21

La tradicioacuten no es fundamentalmente sino esa escala de niveles vitales que no tiene el caraacutecter de un riacutegido modelo de accioacuten o de una jerarquiacutea arbitraria de valores pero siacute tiene la fuerza de una inspiracioacuten y es lo que mantiene vinculadas a las comunidades sin que lo adviertan a veces sus propios miembros La cohesioacuten de la historia es justamente aquello que permite rebasar el tiempo histoacuteri-co y mantener diaacutelogo con el pasado La memoria es la continuidad de la existencia personal lo que nos vincula a nuestros actos pasados buenos y malos pero la historia es la memoria comuacuten que nos per-tenece y de cuyo caudal seleccionamos las almas fraternas y repu-diamos a las hostiles De este modo en el presente dos almas pueden hermanarse cuando mantienen una misma fraternidad con el pasado

Podemos decir entonces que la misioacuten principal de la filosofiacutea de la historia es hoy en diacutea mantener la tradicioacuten Estos filoacutesofos tienen que ser preservadores y mantenedores de una tradicioacuten que enlace el pasado con el futuro asiacute sea a traveacutes del intervalo

21 ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 12

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30 historia y meacutetodo en el siglo xx

desolado del presente Y esto ha de hacerse a fuerza de palabras cuanto maacutes bellas maacutes perdurables Siquiera que ellas no se con-tagien de la barbarie utilitaria del falso saber de la ambicioacuten de dominio El arte de hablar o expresarse con palabras es oficio que se aprende Pero soacutelo pueden aprenderlo con provecho quienes tienen el don de ser iacutentegramente en la palabra Lo cual significa que esas formas de expresioacuten como la filosofiacutea estricta requieren vocacioacuten responden a llamadas de vida El sentido moral de esta llamada estriba en que el arte expresivo es un servicio para la co-munidad Expresarse es existir y expresarse es ser en otros entrar en comunicacioacuten y diaacutelogo con otros Pero el simple uso de la pa-labra no hace del hombre un ser generoso En el uso utilitario la expresioacuten no es maacutes que el egoiacutesmo natural del ser que atiende a sus necesidades y que existe para siacute aunque radica en la comuni-dad Por el contrario expresarse con arte por lo mismo que es algo innecesario y desinteresado entrantildea una forma de ser para ti una existencia literalmente servicial y generosa que se entrega por completo en la palabra

En unas pocas liacuteneas muy parecidas pero creo que sin duda mucho maacutes elocuentes Eduardo Nicol escribioacute lo siguiente en su proacutelogo a los Diaacutelogos sobre religioacuten natural de David Hume

Hablar es cosa tan tremenda que San Agustiacuten pediacutea misericordia para poder hacerlo No todo el que habla sin embargo necesita de la mise-ricordia ni hace una cosa tremenda Pues hay muchos modos de hablar y se habla de muchas cosas O si se quiere hablamos en verdad muy pocas veces muy pocas empentildeando a la verdad en lo que decimos La palabra no puede ser tremenda cuando soacutelo es un signo uacutetil para la vida cuando tiene una mera funcioacuten indicativa y no expresiva cuando se cambia como el signo monetario Entonces no hay en ella ni buscamos en ella pretensioacuten ni compromiso de verdad Tremendo es hablar empentildeando el alma entera en la palabra o hablando de algo entero cuando hay la entereza de la cosa y la entereza del que habla El hablar con verdad nos hace y esto es tremendo22

22 David Hume Diaacutelogos sobre religioacuten natural trad de Edmundo OrsquoGorman proacute-logo de Eduardo Nicol Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1942

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31Eduardo Nicol (1907-1990)

Conclusioacuten

Los filoacutesofos ―escribioacute Nicol― incurrimos con frecuencia en el desati-no de dar consejo a quien no lo pide Me disculpo por esta reincidencia si les sugiero que desconfiacuteen de aquellos pensadores (que pueden tener reconocido prestigio internacional) dedicados a una disciplina llama-da filosofiacutea de la ciencia y que no se percatan siquiera del problema de la historicidad [hellip] Desconfiacuteen igualmente de aquellos que andan por ahiacute haciendo filosofiacutea de la historia (muy distinguidos tambieacuten y cuyas obras traducidas suelen tener gran aceptacioacuten) y que tampoco se per-catan de que esta disciplina suya envuelve el problema de la ciencia en general del fundamento de toda ciencia posible Porque no soacutelo no es legiacutetimo cultivar la ciencia histoacuterica sin establecer formalmente y de manera previa el estatuto ontoloacutegico de la realidad histoacuterica es auacuten maacutes ilegiacutetimo ldquohacer filosofiacutea de la historia con la creencia impliacutecita de que esta disciplina no estaacute encuadrada en el dominio de la ciencia principal la ciencia de la ciencia iquestQueacute es eso de hacer filosofiacutea de la historia sin haber planteado siquiera el problema de la historicidad de la propia filosofiacutea Y esto significa el problema de la posibilidad de un conocimiento verdadero en cualquier dominio cientiacuteficordquo23

Como a veces ocurre cuando nos encontramos con apreciaciones tan certeras acerca del modo de proceder de algunos historiadores y filoacutesofos ignoramos los nombres de aquellos en quienes pensaba Nicol cuando escribioacute este pasaje pero no importa averiguarlos por-que sin duda en sus palabras encontramos la imagen clara de algu-nos otros a quienes conocemos hoy Maacutes allaacute de esto cabe retener la relacioacuten entre el estatuto ontoloacutegico de la realidad histoacuterica y la per-tenencia de la filosofiacutea de la historia a la ciencia de la ciencia A este respecto aclaroacute coacutemo es que la omisioacuten de un problema no anula su vigencia El problema de la historia es actual y estaacute relacionado con las cuestiones principales de la filosofiacutea aunque su actualidad filo-soacutefica soacutelo por accidente coincide con las actualidades caracterizadas por las soluciones preferidas maacutes que por las interrogaciones

Tal vez dice Nicol la escasa atencioacuten que hoy se dedica a esas cuestiones de principio explicariacutea la correspondiente escasez de

23 Metafiacutesica de la expresioacuten p 332

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32 historia y meacutetodo en el siglo xx

investigaciones radicales sobre lo histoacuterico y antildeadioacute ldquoAlgunos filoacuteso-fos prescinden del problema como si la historicidad no afectara a su propio pensamiento Otros asignan a la historia un lugar prominente porque juzgan que dejoacute de ser problema En estas condiciones resul-tariacutea revolucionario el soacutelo intento de presentar la historia como pro-blema ontoloacutegico No importa si por esto mismo la operacioacuten pare-ce quedar al margen de las actualidadesrdquo24 Esto nos permite recordar una afirmacioacuten que con frecuencia escuchamos o leemos sin reflexioacuten alguna y seguacuten la cual el hombre es un ser histoacuterico lo que significa no soacutelo que hace la historia sino que se hace a siacute mismo histoacutericamen-te En una modalidad formal de la constitucioacuten de una ontologiacutea de la historia lo que Nicol afirma es que no tenemos el hombre y la historia como dos realidades que puedan considerarse en su raiacutez separada-mente ldquoLa historia es historia del ser humanordquo Por eso reconocemos de nuevo la razoacuten por la cual en un sentido riguroso el meacutetodo de la investigacioacuten ontoloacutegica debe ser el meacutetodo de la correlacioacuten entre un anaacutelisis histoacuterico y un anaacutelisis fenomenoloacutegico25

Si alguien se pregunta entonces en queacute consiste el meacutetodo feno-menoloacutegico para Eduardo Nicol y coacutemo llevarlo a su aplicacioacuten en la ciencia de la historia yo diriacutea que en hacer esto precisamente Eacutel habla desde luego del filoacutesofo pero yo no le pediriacutea menos al his-toriador Es cierto mientras la comunidad estaacute vuelta de espaldas ocupada en minuacutesculos asuntos de gran importancia como lo son el progreso y el provecho el filoacutesofo de la historia tiene la misioacuten de ser la conciencia de la comunidad Para Nicol ser desdentildeoso es una afectacioacuten y es una traicioacuten ser mero espectador Es un actor por el contrario un hombre de veras en un mundo de veras que ha de estar en un diaacutelogo permanente viviendo en la escena del mundo Su tragedia es que la escena permanezca desierta y que su palabra se convierta en un monoacutelogo Su tragedia es tener siempre maacutes ca-pacidad de vida que la vida efectiva tener capacidad de querer maacutes cosas de las que se ponen al alcance del amor La respuesta que eacutel espera y no recibe es la enmienda de esas corrupciones e insensateces y agresividades de un mundo sin honor o en el que el deshonor

24 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 10325 Ibidem p 106-112

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33Eduardo Nicol (1907-1990)

nunca se toma en cuenta si se envuelve de riqueza o poderiacuteo No puede ser espectador cuando la piedad se prostituye convirtieacutendose en defensa que ya fuera innecesaria del fuerte contra el deacutebil cuan-do el amor pasa a ser tema de historia o de psicoterapia cuando la esperanza de bien se considera inconciencia del iluso cuando todo semejante se juzga un competidor y por ello un adversario potencial cuando tantas naciones son gobernadas por la triste y vanidosa me-diocridad o por la infamia cuando no hay fuerza verdadera de pa-siones grandes ni delicadeza Para el verdadero filoacutesofo buscar el bien de cada lado casi siempre es recibir lo peor de cada lado porque ha de sentir como propios todos los infortunios ajenos

Por esto la misioacuten uacuteltima de la filosofiacutea consiste en revelar su propia insuficiencia No hay nada peor que la suficiencia nada tan engantildeoso como la simple razoacuten pues no siendo ella jamaacutes tan pura tan cristalina y esterilizada como pretenden algunos desinformados confundimos muchas veces las grandes verdades con nuestros an-tojos especulativos La filosofiacutea acadeacutemica que elabora sistemas como castillos en el aire olvida la sumisioacuten que debemos a las cosas y nuestra propia naturaleza finita y decaiacuteda y promulga sus ver-dades con voz de autoridad tanto maacutes resonante cuanto maacutes adul-teradas de error y fantasiacutea Por queacute se filosofa ha de ser maacutes impor-tante que la filosofiacutea que hagamos lo que haya detraacutes de ella ha de valer maacutes que ella misma Los sistemas han de ser bien cons-truidos como las casas que hacer bien las cosas es parte de la mo-ral del trabajo pero el mero constructor de sistemas no es un sabio y no se puede ser sabio sin ser hombre de bien ni hombre de bien cuando el mal se contempla como si fuera un espectaacuteculo El filoacute-sofo es un hombre como todos los demaacutes no estaacute por encima del bien y del mal porque no estaacute por encima de la vida Estaacute como todos en el centro mismo de la brega y si por algo han de distin-guirlo en ella los demaacutes ha de ser por la manera de bregar sin enga-ntildear a nadie porque no puede engantildearse a siacute mismo26 Yo creo que el meacutetodo fenomenoloacutegico de Eduardo Nicol hasta donde puedo llegar ahora es esto que tiene para ofrecer a la ciencia de la historia un punto de partida verdadero

26 La vocacioacuten humana p 19

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34 historia y meacutetodo en el siglo xx

bIblIograFiacutea

abellaacuten Joseacute Luis El exilio filosoacutefico en Ameacuterica Los transterrados de 1939 Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998

Eduardo Nicol La filosofiacutea como razoacuten simboacutelica nuacutemero monograacute-fico de la revista Anthropos 1998 extra nuacutemero 3

Eduard Nicol semblanza drsquoun filosof edicioacuten a cargo de Aacutengel Castintildeeira Barcelona Acta 1991

gonzaacutelez Juliana La metafiacutesica dialeacutectica de Eduardo Nicol Meacutexico Univer-sidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1981

HorneFFer Ricardo Eduardo Nicol Semblanza Zapopan (Jalisco)Barce-lona El Colegio de JaliscoGeacuteneralitat de Catalunya 2000

HuMe David Diaacutelogos sobre religioacuten natural traduccioacuten de Edmundo OrsquoGorman proacutelogo de Eduardo Nicol Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1942 xlvII+170 p

Husserl Edmund Ideas relativas a una fenomenologiacutea pura y una filosofiacutea fe-nomenoloacutegica Libro primero Introduccioacuten general a la fenomenologiacutea pura nueva edicioacuten y refundicioacuten integral de la traduccioacuten de Joseacute Gaos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones FilosoacuteficasFondo de Cultura Econoacutemica 2013 808 p (Coleccioacuten Filosofiacutea Contemporaacutenea)

Krauss Rosalind E La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos versioacuten de Adolfo Goacutemez Cedillo Madrid Alianza 1996 320 p (Alianza Forma 135)

nIcol Eduardo Criacutetica de la razoacuten simboacutelica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1982 280 p (Seccioacuten de Obras de Filosofiacutea)

ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 4-12

Historicismo y existencialismo La temporalidad del ser y la razoacuten Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1950 373 p

Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 427 p

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35Eduardo Nicol (1907-1990)

ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 p 327-337

La vocacioacuten humana Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1953 352 p

Metafiacutesica de la expresioacuten 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Eco-noacutemica 1974 285 p (Seccioacuten de Obras de Filosofiacutea)

soKolowsKI Robert Introduccioacuten a la fenomenologiacutea trad de Esteban Mariacuten Aacutevila Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2012 300 p (Coleccioacuten Filoso-fiacutea Serie Fenomenologiacutea 13)

zIrIoacuten QuIjano Antonio Historia de la fenomenologiacutea en Meacutexico Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2003 479 p (Coleccioacuten Filosofiacutea Serie Feno-menologiacutea 1)

La fenomenologiacutea en Meacutexico Historia y antologiacutea estudio introduc-torio y seleccioacuten de textos Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y LetrasUniversidad Michoacana de San Nicolaacutes de HidalgoRed Utopiacutea Jitanjaacutefora 2009 551 p

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La hermeneacuteutica en la teoriacutea de la historia de Edmundo OrsquoGorman

(1906-1995)PIlar gIlardI gonzaacutelez

Universidad Nacional Autoacutenoma de MeacutexicoInstituto de Investigaciones Histoacutericas

La tarea de Edmundo OrsquoGorman y el caraacutecter metoacutedico de la hermeneacuteutica

De la preocupacioacuten fundamental por el caraacutecter vivo de la historia se desprenderaacute en Edmundo OrsquoGorman el anaacutelisis sobre los presu-puestos metodoloacutegicos de la ciencia que la estudia En efecto el historiador sabe de acuerdo con las ensentildeanzas recibidas de su maestro Joseacute Gaos conocedor de la fenomenologiacutea y el existencia-lismo que la manera de concebir el conocimiento se funda en una determinada forma de comprender el objeto o la realidad en cues-tioacuten En su texto de 1947 Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica en el cual me apoyo para este artiacuteculo agradece a su maestro las lecciones transmitidas y reconoce la gran influencia recibida de la filosofiacutea de Martin Heidegger

En las primeras liacuteneas de este libro fundamental para la teoriacutea de la historia ogormaniana sentildeala su propoacutesito ldquoExaminar en queacute consiste el conocimiento historiograacutefico en cuanto tal conocimiento y llegar asiacute a una determinacioacuten de sus supuestos [hellip] Se trata de una revisioacuten de la historia de la historiografiacutea y de un anaacutelisis criacuteti-co de su meacutetodordquo1 En este sentido el historiador no pretende llevar a cabo una buacutesqueda erudita que antildeada maacutes informacioacuten a la ya muy probablemente extensa investigacioacuten sobre determinado tema histoacuterico lo que le incumbe es mostrar que ldquo[hellip] la verdad no pue-de limitarse a simplemente corregir tal o cual interpretacioacuten de sus mayores heredada sino que se trata de aventurarse a expresar por cuenta propia una que puedan llamar suya y que por propia sea

1 Edmundo OrsquoGorman Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2006 p x

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38 historia y meacutetodo en el siglo xx

verdaderamente una interpretacioacuten referencia a su modo maacutes per-sonal de vida descubrimiento significativordquo2

OrsquoGorman no tiene pues como objetivo buscar posibles ldquoerroresrdquo en la historia que hemos recibido ya que de entrada la nocioacuten de ldquoerrorrdquo en la historia tiene un significado enteramente distinto al que posee en las ciencias naturales En efecto afirma el historiador

La Historia si se la ve en abstracto no puede menos de parecer como una larguiacutesima cadena de errores lo que viene a decir que en histo-ria la nocioacuten de error como la entienden las ciencias fiacutesicas no tiene validez a no ser que se decrete que toda la Historia es ella un error notorio disparate grandiacutesimo [hellip] No se trata pues de algo ldquosus-ceptible de correccioacutenrdquo sino de algo que aceptado en cuanto lo que es debe comprenderse con referencia a nosotros mismos es decir significativamente3

La tarea de nuestro autor consistiraacute en desfundar la interpretacioacuten llevada a cabo por el conocimiento historiograacutefico tradicional y asiacute exhibir sus bases y presupuestos Al hacerlo se pondraacute de manifies-to que la concepcioacuten del pasado que alliacute se representa escinde la historia de la vida De tal forma nos dice OrsquoGorman ldquo[hellip] en lugar de adicionar o rectificar la vieja nocioacuten hay que empezar por des-fundarla exhibiendo sus bases y presupuestos y por consiguiente que la tarea verdadera consiste ante todo en examinar los oriacutegenes los prejuicios y los procesos de las verdades recibidas En una pala-bra hacer cuestioacuten expresa de la historia de la historiardquo4

Porque a decir del historiador mexicano ldquola indistincioacuten termi-noloacutegica es semillero de monstruosrdquo5 conviene aclarar desde un inicio el origen de los conceptos utilizados El sentido del teacutermino desfundar con el que liacuteneas maacutes arriba OrsquoGorman califica la tarea que se propone llevar a cabo no debe pasar inadvertido ya que expresa el caraacutecter propio de la hermeneacuteutica tal y como es comprendida por Heidegger y recibida por OrsquoGorman En efecto para el filoacutesofo alemaacuten

2 Ibidem p 83 Ibidem p 94 Idem Las cursivas son miacuteas5 Ibidem p 18

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39la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

la hermeneacuteutica ya no es concebida como doctrina del arte de inter-pretacioacuten de textos o como mera teoriacutea de la interpretacioacuten La her-meneacuteutica tal y como es concebida por Heidegger va maacutes allaacute de la distincioacuten claacutesica entre el meacutetodo de las ciencias naturales y el meacute-todo de la comprensioacuten de las ciencias histoacutericas establecido por Dilthey y se desmarca del concepto claacutesico de hermeneacuteutica como ars interpretandi es decir como teacutecnica de interpretacioacuten de textos claacutesicos juriacutedicos y teoloacutegicos y como ldquoteoriacutea del comprenderrdquo6 Heidegger asigna a eacutesta un nuevo valor filosoacutefico por el que el com-prender (y no el entender teoacuterico-cognoscitivo) ya no es una simple operacioacuten cognoscitiva sino una modalidad de existencia por la que la vida humana articula su mundo y su historia7

En este sentido congruente con la radicalizacioacuten de los concep-tos filosoacuteficos que llevaraacute a cabo en su quehacer filosoacutefico la herme-neacuteutica deberaacute comprenderse como el modo de acceso a la vida faacutectica e histoacuterica aacutembito desde el cual la filosofiacutea si pretende ser ciencia de lo originario debe partir8

Para Heidegger la hermeneacuteutica como meacutetodo debe lograr apre-hender este aacutembito originario libre de los encubrimientos que ine-vitablemente recibimos de la tradicioacuten En este sentido se trata de sacar a la luz la historia de los encubrimientos heredados9 Este sen-tido de la hermeneacuteutica seraacute fundamental para Edmundo OrsquoGorman Cotidianamente estamos a tal grado inmersos y absorbidos por las cosas que nos rodean y por el conocimiento que recibimos de la tra-dicioacuten que no advertimos coacutemo y desde doacutende nos es dado aquello que nos es dado

Es precisamente aquiacute donde interviene la hermeneacuteutica como movi-miento de descubrimiento de des-velamiento des-enmascaramiento

6 Jesuacutes Adriaacuten Escudero El lenguaje de Heidegger Diccionario filosoacutefico 1912-1927 Barcelona Herder 2009 p 108

7 Cfr ibidem8 ldquoEl teacutermino hermeneacuteutica pretende indicar el modo unitario de abordar plantear

acceder a ella cuestionar y explicar la facticidadrdquo Cfr Martin Heidegger Ontologiacutea Hermeneacuteutica de la facticidad trad de Jaime Aspiunza Madrid Alianza 1999 p 27 En adelante ohf

9 Ibidem p 99

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40 historia y meacutetodo en el siglo xx

[] En efecto la invocacioacuten a las cosas mismas (propia de la fenome-nologiacutea) supone que no las vemos en siacute mismas sino encubiertas en un campo que las distorsiona y desfigura (como por ejemplo el de una tradicioacuten que nos ensentildea queacute cosas vemos y coacutemo tenemos que verlas) [hellip] El lema ldquoa las cosas mismasrdquo significa eliminar los presupuestos de iacutendole filosoacutefica cientiacutefica o histoacuterica que recubren la experiencia inmediata de la vida10

Este propoacutesito soacutelo puede lograrse a partir de un desmontaje (Abbau) o destruccioacuten (Destruktion) de la tradicioacuten11 Sin embargo hay que afirmar que

La destruccioacuten no tiene el sentido negativo de un deshacerse de la tradicioacuten ontoloacutegica Por el contrario lo que busca es circunscribirla en lo positivo de sus posibilidades lo que implica siempre acotarla en sus liacutemites es decir en los liacutemites faacutecticamente dados en el respectivo cuestionamiento y en la delimitacioacuten del posible campo de investi-gacioacuten bosquejado desde aqueacutel12

Lejos de pretender sepultar el pasado en la nada la destruccioacuten debe hacer patentes los presupuestos encubiertos eacutesta es su funcioacuten positiva la negativa la que hemos comprendido como desmontaje es soacutelo impliacutecita e indirecta13 La hermeneacuteutica asiacute concebida es eminentemente deconstructiva y criacutetica14 Soacutelo puede llevarse a cabo

10 Cfr Jesuacutes Adriaacuten Escudero Heidegger y la genealogiacutea de la pregunta por el ser Bar-celona Herder 2010 p 476-477

11 ldquoHeidegger plantea la necesidad de un desmontaje de una destruccioacuten de los conceptos heredados acriacuteticamente por la tradicioacuten [hellip] Al reconocer que en la inter-pretacioacuten puacuteblica en que nos movemos existen elementos que pueden ocultar desfigu-rar encubrir velar deformar enmascarar nivelar o desvirtuar nuestra comprensioacuten inmediata de la situacioacuten hermeneacuteutica se impone un momento de desmontaje (Abbau) de la orientacioacuten previa Aquiacute es donde la hermeneacuteutica interviene en calidad de contra-movimiento que des-cubre des-vela des-oculta las diferentes maacutescaras de la publicidad como fuerza capaz de neutralizar de suspender la validez de la autoridad anoacutenima de la tradicioacutenrdquo Escudero El lenguaje de Heideggerhellip p 35-36

12 Martin Heidegger Ser y tiempo trad de Jorge Eduardo Rivera Santiago de Chile Editorial Universitaria 2002 p 64 En adelante st

13 Cfr ibidem14 ohf p 135

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41la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

como criacutetica histoacuterica radical15 En este sentido la destruccioacuten supo-ne una revisioacuten profundamente histoacuterica anclada en la propia his-toricidad del hombre

Como meacutetodo la hermeneacuteutica no tiene caraacutecter meramente instrumental o teacutecnico16 No es algo que se impone al objeto en cues-tioacuten sino que por el contrario siendo fieles al principio fenomeno-loacutegico de ldquovolver a las cosas mismasrdquo hay que afirmar que es del tipo de objeto y de su correspondiente modo de acceso de donde debe extraerse el sentido del rigor de la ciencia17 Por eso reflexionar sobre el meacutetodo no significa definir teacutecnicas de investigacioacuten histo-riograacutefica El meacutetodo no debe entenderse como herramienta sino como el modo de acceso que permite la comprensioacuten de la realidad histoacuterica que somos en cada caso nosotros mismos

Ahora bien la puesta en marcha del meacutetodo hermeneacuteutico im-plicaraacute para OrsquoGorman poner al descubierto los presupuestos desde los que se ha construido el conocimiento cientiacutefico y por extensioacuten la idea de ciencia histoacuterica

Es bien conocido que la transformacioacuten de la historiografiacutea en ciencia formal comienza con la Alemania moderna El pensamiento moderno se distingue desde sus inicios por la buacutesqueda de objeti-vidad eacutesta constituye el garante de la imparcialidad que de acuerdo con las ciencias exactas pertenece a la verdad18

Las ciencias naturales proceden a partir de la objetivacioacuten de su asunto Objetivar significa hacer presente representar En latiacuten el

15 Cfr ohf p 135-13616 En efecto para Heidegger ldquoEl meacutetodo no es ninguacuten procedimiento externo sino

que se halla en estrecha relacioacuten con su objeto [hellip] El meacutetodo filosoacutefico no es pues nin-guacuten medio teacutecnico o herramienta sino soacutelo posible al incluir al lsquoobjetorsquo por investigar En sentido estricto el meacutetodo es determinado por el lsquoobjetorsquo Por eso es importante advertir que si es el objeto el que dicta o sentildeala el meacutetodo y de eacuteste es propio el caraacutecter de mundo esto es la significatividad entonces eacuteste es eminentemente hermeneacuteuticordquo Aacutengel Xolocotzi Fenomenologiacutea de la vida faacutectica Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2004 p 51

17 Ibidem p 9618 Cfr Pilar Gilardi ldquoEl problema de la verdad histoacuterica una lectura desde la feno-

menologiacutea hermeneacuteuticardquo Estudios de Historia Moderna y Contemporaacutenea de Meacutexico Ins-tituto de Investigaciones Histoacutericas Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico n 46 julio-diciembre 2013 p 121-140

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42 historia y meacutetodo en el siglo xx

verbo repraesentatio- representare proviene del teacutermino praesens que significa hacer presente presentar o poner delante19 A traveacutes del comportamiento cientiacutefico las cosas adquieren el caraacutecter de objeto es decir de aquello que estaacute-ahiacute enfrente y este en-frente es el que permite o mejor dicho del que brota la posibilidad de hacer del ente en cuestioacuten un tema una teoriacutea Desde eacutesta se ofrece un aspecto del ente y eacuteste toma el lugar de la investigacioacuten En la captacioacuten teoacuterica lo pensado tiene el modo de ser de la presencia El acto mismo de pensar consiste en traer a la presencia lo pensado

La pregunta cientiacutefica estaacute orientada por el ente considerado en su objetividad La aspiracioacuten de la ciencia por conocer las cosas en siacute mismas en su esencia significa conocer lo que en eacutestas se repite lo que las hace ser lo que son pero este ldquolo que las hace ser lo que sonrdquo es en-tendido como universal De esta manera la ciencia es capaz de cap-turar de trazar un sentido universal abstracto bajo el supuesto de que todo puede reducirse a un uacutenico principio La totalidad de lo ente asiacute entendida deja de lado la singularidad y por ende la diferencia

Si la historiografiacutea pretende llamarse a siacute misma ciencia deberaacute entonces cumplir con estos requisitos Deberaacute ajustarse al modo de proceder de las ciencias naturales cuyo modelo es la ciencia mate-maacutetica que poco o nada tiene que ver con la realidad histoacuterica En efecto eso que denominamos asiacute sin maacutes preaacutembulo historia no tiene el caraacutecter de lo que estaacute simplemente ahiacute presente La historia como categoriacutea de la existencia tiene caraacutecter de acontecimiento es aquello que nos acontece y que nos constituye no es algo que pueda aprehenderse por medio de abstracciones y no tiene que ver tanto con lo universal sino con lo singular y concreto En este sentido la verdad histoacuterica no puede resolverse en abstracciones sino en el aacutembito de lo particular y determinado

Y sin embargo ajustaacutendose al modelo cientiacutefico la historiografiacutea ha considerado al pasado como un ente maacutes entre los entes Ha olvi-dado que el pasado es un modo del tiempo y eacuteste en definitiva no es un ente20 Al considerar el pasado como un ente lo ha objetivado

19 Aacutengel Xolocotzi Subjetividad radical y comprensioacuten afectiva Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2007 p 155

20 st p 123

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43la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

y ha conseguido hacer de eacutel una especie de foacutesil o relicario ajeno a la vida Procediendo de tal modo lograraacute la objetividad y la im-parcialidad buscada a costa de la naturaleza de su propio objeto de estudio En este sentido afirma OrsquoGorman ldquo[hellip] para la histo-riografiacutea lo esencial seriacutea que no fuese posible comprobar parcia-lidad alguna aunque de hecho no dejara de estar presente Par-cialidad incomprobable tal en efecto era la foacutermula maacutegica en cuya virtud la historiografiacutea podriacutea en lo sucesivo hablarse hasta de tuacute con las matemaacuteticasrdquo21

El historiador mexicano encuentra en Ranke la personificacioacuten de esta postura que aniquila la vitalidad de la historia En uno de los paacuterrafos maacutes conocidos de su libro nos dice

Ranke estaacute firmemente persuadido de que la historia es lo pasado lo que ya pasoacute y que en consecuencia lo presente le es constitutivamen-te ajeno [hellip] El postulado sobre el que se levanta la historiografiacutea tra-dicional es el siguiente entre el presente y el pasado entre vida e historia surge un golfo impasable que hace pedazos la unidad de la vida entre nosotros y nuestra historia22

El feacuterreo propoacutesito de hacer de la historia una ciencia y la inter-pretacioacuten inherente a eacutesta de comprender la verdad en teacuterminos de objetividad e imparcialidad olvida la pregunta esencial sobre el ser de la realidad histoacuterica En efecto la historiografiacutea tradicional se caracteriza por la ausencia de la preocupacioacuten por comprender el ser de la realidad que estudia En la medida en que considera el pasado como una cosa visible y tangible que comparte el mismo modo de ser de los entes naturales cree lograr la neutralidad y la imparcialidad propias de todo saber cientiacutefico que se jacte de serlo Asiacute lo funda-mental para la ciencia histoacuterica seraacute como lo sentildealoacute Ranke dar cuen-ta de los hechos tal y como eacutestos ocurrieron de manera imparcial y desinteresada

El pasado humano se convierte asiacute en un ser objetivo corporal en algo visible y tangible en una cosa ldquoque quedardquo Ranke cosifica a la historia Pero iquestqueacute profundo motivo se esconde detraacutes de semejante

21 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 5122 Ibidem p 55-56

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44 historia y meacutetodo en el siglo xx

postulado iquestNo seraacute que obedece a que el hombre se ha interpretado a siacute mismo en teacuterminos de substancia y naturaleza23

El caraacutecter interpretativo del conocimiento

No obstante advierte el historiador hay en la historiografiacutea natu-ralista una gran ingenuidad ya que al olvidar la pregunta esencial sobre el modo de ser de su objeto de estudio no se percata de que la realidad histoacuterica somos nosotros mismos nosotros que en la me-dida en que somos en el mundo y no frente a eacutel tenemos la forma de ser de la comprensioacuten (Verstehen) y la interpretacioacuten (Auslegung) Esto uacuteltimo significa que todo lo que nos es dado a traveacutes de los distintos comportamientos que nos determinan estaacute atravesado por estas formas estructurales de proceder De tal forma la ciencia o comportamiento teoacuterico no escapa a este modo de ser eminentemen-te interpretativo OrsquoGorman siguiendo a Heidegger lo explica asiacute

Conviene averiguar sin embargo de queacute modo se origina la ciencia para ver si la historiografiacutea verdaderamente queda comprendida den-tro de la descripcioacuten general de ese fenoacutemeno Aprovechemos aquiacute las ensentildeanzas de Heidegger acerca de esta cuestioacuten Ensentildea el maestro que por ldquopreocupacioacutenrdquo hemos de entender el existir del hombre en-tregado al mundo que lo circunda Tal preocupacioacuten que es un ldquoexis-tir enrdquo y que las maacutes de las veces toma la forma de un haacutebito se con-creta en muacuteltiples operaciones cuya praacutectica supone una manipulacioacuten instrumental pues que el correlato de la preocupacioacuten es considerar-lo todo desde el punto de vista de su ldquoutilidad posiblerdquo Ahora bien advierte Heidegger que hay una preocupacioacuten especial que no se refie-re a un objeto praacutectico Es la preocupacioacuten sabia o sea la preocupacioacuten especulativa de iacutendole teoreacutetica origen de la ciencia24

En efecto el modo de ser que seguacuten Heidegger determina el ser del hombre es el cuidado (Sorge)25 o la preocupacioacuten (Besorgnis)

23 Ibidem p 56-5724 Ibidem p 133-13425 ldquoEl cuidado es una de las estructuras ontoloacutegicas fundamentales del Dasein Sor-

ge tiene en alemaacuten diferentes acepciones lsquocuidadorsquo lsquopreocupacioacutenrsquo lsquoinquietudrsquo lsquosolici-

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45la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

Con estos teacuterminos el filoacutesofo alemaacuten pretende poner de manifies-to que el ser del hombre antes de poder ser definido en teacuterminos de conciencia o reflexioacuten debe entenderse en teacuterminos praacutecticos26 De tal forma la ciencia como comportamiento teoacuterico es expresioacuten de eacuteste su modo de ser

El cuidado o la preocupacioacuten se expresan a traveacutes del trato esto es en el habeacuternoslas con las cosas que forman parte del mundo en el que estamos Este mundo debe entenderse como contexto esto es como esa red o plexo significativo en el que todas las cosas remiten a otras que no son ellas mismas De tal forma es posible afirmar que el caraacutecter significativo de todo lo que nos rodea proviene del caraacutecter referencial que constituye y determina a los entes

Los entes y los hechos que configuran la vida cotidiana nunca nos son dados como meras cosas en un estado neutral si asiacute suce-diera nos resultariacutean inaccesibles Todo lo que nos rodea las cosas las situaciones en las que nos encontramos los hechos que narramos refieren a otra cosa a otra situacioacuten a otro hecho que en uacuteltima instancia apunta al hombre Asiacute por ejemplo la mesa comparece como aquello para comer y para escribir la universidad la casa o el

tudrsquo Dado el componente praacutectico y dinaacutemico que Heidegger atribuye a la Sorge la mejor solucioacuten para traducir Sorge es lsquocuidadorsquo en lugar del arcaiacutesmo lsquocurarsquo Este ingre-diente de actividad y movilidad inherente a la vida faacutectica queda muy bien reflejado en el verbo sorgen lsquocuidarrsquo lsquotener cuidadorsquo o lsquohabeacuterselas conrsquo ldquo Escudero El lenguaje de Heideggerhellip p 156

26 La praxis constituye para Heidegger no soacutelo un modo de conocimiento sino un modo de ser Respecto de la apropiacioacuten y la radicalizacioacuten de la nocioacuten de praxis en Heidegger la extraordinaria interpretacioacuten de Franco Volpi resulta ya una referencia obligada ldquoEn ce qui concerne le concept selon moi central de praxis Heidegger croit pouvoir saisir chez Aristote comme on lrsquoa vu un double emploi du concept un emploi ontique dans lequel le terme indique les praxeis particuliegraveres et drsquoapregraves lequel les praxeis se trouvent certes distingueacutees mais au mecircme niveau que les poieseis et les theoriai par-ticuliegraveres crsquoest lrsquoemploi par exemple du deacutebut de Lrsquoeacutethique agrave Nicomaque et un emploi philosophique ontologique dans lequel praxis nrsquoindique pas drsquoactions particuliegraveres mais une modaliteacute drsquoecirctrerdquo Franco Volpi ldquoDasein comme praxis lrsquoassimilation et la ra-dicalisation heideggerienne de la philosophie pratique drsquoAristoterdquo en Franco Volpi (ed) Heidegger et lrsquoideacutee de la pheacutenomeacutenologie Dordrecht (Holanda) Kluwer Academic Publi-shers 1988 p 23 Veacuteanse ademaacutes del mismo autor Heidegger y Aristoacuteteles Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2012 y ldquoLa trasformazione della fenomenologia da Husserl a Heideggerrdquo Theoria n 4 1984 Tambieacuten de Carmen Segura Peraita Hermeneacuteutica de la vida humana en torno al informe Natorp de M Heidegger Madrid Trotta 2002

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46 historia y meacutetodo en el siglo xx

cine como lugares de aprendizaje de descanso o de recreo Una situacioacuten o un hecho determinado como puede ser una inundacioacuten una guerra o un acuerdo de paz aunque todaviacutea no reciban el tiacutetu-lo con el que la ciencia histoacuterica los haraacute pasar a la posteridad estaacuten ya dotados de una significacioacuten que no es fruto de una construccioacuten a posteriori Lo que con esta uacuteltima afirmacioacuten se quiere poner de manifiesto es que el caraacutecter comprensivo e interpretativo que determina nuestro ser en el mundo es a priori esto es estructural

Historiografiacutea auteacutentica temporalidad e historicidad

Precisamente porque la interpretacioacuten es un rasgo estructural de la vida la hermeneacuteutica se reconoce como el meacutetodo capaz de articu-lar en conceptos la facticidad y la historicidad que determinan el modo de ser del hombre Ahora bien el reconocimiento de la histo-ricidad del hombre situacutea en definitiva la plataforma desde la cual deberaacute llevarse a cabo la denominada por OrsquoGorman historiografiacutea auteacutentica Eacutesta a diferencia de la historiografiacutea naturalista debe co-menzar por determinar con precisioacuten la naturaleza de su objeto Debe recordar que nuestra existencia es histoacuterica que somos historia De tal forma el historiador no vacila en afirmar que ldquoLa historiografiacutea auteacutentica es un recordar ontoloacutegicordquo27

La historicidad es expresioacuten del caraacutecter eminentemente tempo-ral del hombre En sentido estricto hay que afirmar que el hombre no estaacute en el tiempo sino que es tiempo28 El tiempo del hombre es justamente tiempo histoacuterico No estaacute aquiacute en juego la discusioacuten sobre el tiempo de la naturaleza ni que es un hecho del que no se puede dudar sin caer en el absurdo que una vez que hayamos desaparecido de este mundo el tiempo seguiraacute su curso Al afirmar que la tempora-lidad es constitutiva del hombre y que la historicidad es su expresioacuten maacutes iacutentima a lo que Heidegger apunta es a la radical finitud y con-tingencia que atraviesa el ser del hombre rasgo que por cierto no

27 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 20328 ldquoEl anaacutelisis de la historicidad del Dasein intenta mostrar que este ente no es

lsquotempoacutereorsquo porque lsquoesteacute dentro de la historiarsquo sino que por el contrario soacutelo existe y puede existir histoacutericamente porque es tempoacutereo en el fondo de su serrdquo st p 393

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47la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

estaraacute presente como tal en la interpretacioacuten que OrsquoGorman lleva a cabo de dichos fenoacutemenos El tiempo de las ciencias naturales ese que sigue su curso responde a una concepcioacuten netamente lineal de pasado presente y futuro Sin embargo esta comprensioacuten del tiem-po procede de una abstraccioacuten que como vimos anteriormente fa-cilita la consideracioacuten del pasado como aquello que ha quedado atraacutes y la exclusioacuten de vida e historia Si en cambio estamos atentos a la vida tal y como es vivida seraacute necesario reconocer que ahora mismo ya somos nuestro pasado y que ahora mismo ya se anuncian las posibilidades que tienen la forma de ser de eso que llamamos futuro

Ahora bien en la medida en que la existencia es su historicidad segrega ldquohechosrdquo Los hechos que constituyen el saber histoacuterico nos dice OrsquoGorman

[hellip] son historicidad exteriorizada y plasmada Los hechos objetos histoacutericos no lo son de suyo sino de prestado por asiacute decirlo En sen-tido estricto hay que afirmar que hay hechos y objetos histoacutericos porque el hombre es primeramente histoacuterico y no al reveacutes como piensa el pensar cotidiano29

De tal manera la historicidad puede comprenderse de dos modos si nos fijamos en el porvenir (momento decisivo para Heidegger origen del pasado y presente) la historicidad es aptitud o capacidad de engen-drar historia Ejercicio autoacutenomo de esa capacidad Si nos fijamos en el pasado la historicidad es historia hecha De eacutesta se ocupa el cono-cimiento histoacuterico La descubre y elabora su inteligibilidad30

Siguiendo muy de cerca al filoacutesofo de Friburgo OrsquoGorman se-ntildeala que

El fin del conocimiento histoacuterico consiste en revelar a la existencia su verdadera historicidad al mostrar las posibilidades reales elegidas por las existencias que fueron (hechos histoacutericos) distinguiendo en ellos lo uacutenico y lo que se repite El historiador debe examinar los hechos bajo la formalidad de ldquoposibilidades reales elegidasrdquo Este es el a priori funda-mental de la ciencia histoacuterica31

29 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 20730 Ibidem p 20831 Cfr ibidem p 217

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48 historia y meacutetodo en el siglo xx

Desde la perspectiva ogormaniana el historiador tiene que ver los hechos como posibilidades cumplidas Anterior al factum es la posibilidad de serlo por eso la historia como saber auteacutentico es ciencia no de asuntos concluidos o muertos sino de posibilidades

La insistencia ogormaniana de mostrar el caraacutecter interpretativo de la verdad atravesaraacute toda su obra Sabe que es tarea de la herme-neacuteutica ldquoconfigurar la posicioacuten desde la cual sea posible preguntar y cuestionar de modo radical el asunto en cuestioacuten32 y bajo este tenor como es bien conocido formularaacute su reflexioacuten sobre el ser de Ameacuterica revelando la inadecuacioacuten del teacutermino ldquodescubrimientordquo para calificar el encuentro con estas tierras

Asimismo OrsquoGorman acertaraacute al advertir que la teoriacutea de la historia que parte del modelo de la historiografiacutea naturalista oculta un propoacutesito pragmaacutetico e impide el paso a la verdadera tematiza-cioacuten de la historia porque al separar la historia de la vida ldquoaplanardquo todo cuestionamiento posible y la concibe como mero almacenamien-to de datos Lo que importaraacute son soacutelo los hechos datados y situados La teoriacutea de la historia asiacute concebida se muestra incapaz de formular problemas que por lo demaacutes no tendraacute ninguacuten intereacutes de discutir

Consideraciones finales

OrsquoGorman muy pronto consideroacute la necesidad de pensar desde un horizonte distinto al de la tradicioacuten los fundamentos de la ciencia histoacuterica encontrando en la filosofiacutea heideggeriana una aliada El historiador mexicano se inscribe en esa lista de pensadores que com-prendioacute la historia como un problema De tal forma que pensar la historia implicaraacute dar cuenta de su complejidad

La insistencia con que sentildealaraacute el caraacutecter eminentemente her-meneacuteutico de la ciencia histoacuterica lo coloca en una posicioacuten avanzada respecto de sus contemporaacuteneos ya que en sentido estricto bajo esta afirmacioacuten descansa la consideracioacuten interpretativa del conocimien-to en general de la cual no escapan las propias ciencias experimen-tales En efecto actualmente el reconocimiento del caraacutecter interpre-

32 ohf p 87

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49la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

tativo del conocimiento es praacutecticamente ya un convenio en la filosofiacutea de la ciencia

Con OrsquoGorman queda abierta la puerta a la reflexioacuten sobre el estatuto filosoacutefico de dicha instancia interpretativa lo cual implica-raacute un llamado una advertencia radical al historiador sobre el modo de hacer historia y sobre la necesidad imperante de preguntar una y otra vez sobre los fundamentos de su ciencia Eacutesta creo es la gran discusioacuten que abrioacute OrsquoGorman y que no debe cerrarse

bIblIograFiacutea

escudero Jesuacutes Adriaacuten El lenguaje de Heidegger Diccionario filosoacutefico 1912-1927 Barcelona Herder 2009

Heidegger y la genealogiacutea de la pregunta por el ser Barcelona Herder 2010

gIlardI Pilar ldquoEl problema de la verdad histoacuterica una lectura desde la fenomenologiacutea hermeneacuteuticardquo Estudios de Historia Moderna y Contem-poraacutenea de Meacutexico n 46 julio-diciembre 2013 p 21-140

HeIdegger Martin El ser y el tiempo trad de Joseacute Gaos Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1986

Ontologiacutea Hermeneacuteutica de la facticidad trad de Jaime Aspiunza Madrid Alianza 1999

Ser y tiempo trad de Jorge Eduardo Rivera Santiago de Chile Editorial Universitaria 2002

orsquogorMan Edmundo Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Meacutexico Uni-versidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2006

La idea del descubrimiento de Ameacuterica Historia de esa interpretacioacuten y criacutetica de sus fundamentos Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1976

La invencioacuten de Ameacuterica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2006

segura PeraIta Carmen Hermeneacuteutica de la vida humana en torno al infor-me Natorp de M Heidegger Madrid Trotta 2002

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50 historia y meacutetodo en el siglo xx

vIgo Alejandro Arqueologiacutea y aleteiologiacutea y otros estudios heideggerianos Buenos Aires Biblos 2008

ldquoComprensioacuten como experiencia de sentido y como acontecimien-to Los fundamentos de la concepcioacuten gadameriana del Verstehenrdquo Alea Revista Internacional de fenomenologiacutea y hermeneacuteutica Documenta Universitaria Barcelona v 8 2010

volPI Franco ldquoDasein comme praxis lrsquoassimilation et la radicalisation hei-deggerienne de la philosophie pratique drsquoAristoterdquo en Franco Volpi (ed) Heidegger et lrsquoideacutee de la pheacutenomeacutenologie Dordrecht (Holanda) Kluwer Academic Publishers 1988

Heidegger e Aristotele Padua Daphne Editrice 1984

Heidegger y Aristoacuteteles trad de Mariacutea Julia De Ruschi Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2012

ldquoLa trasformazione della fenomenologia da Husserl a Heideggerrdquo Theoria v 4 1984

xolocotzI Aacutengel Fenomenologiacutea de la vida faacutectica Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2004

Subjetividad radical y comprensioacuten afectiva Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2007

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Michel de Certeau (1925-1986) y la diferencia como loacutegica procedimental

de la historiaEpistemologiacutea sistema operativo

y proceso metoacutedico

Fernando betancourt MartiacutenezUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

Introduccioacuten

ldquoUn seminario es un laboratorio comuacuten que permite a cada uno de los participantes articular sus praacutecticas y sus propios conocimientosrdquo1 Asiacute inicia una intervencioacuten de Michel de Certeau sobre la naturaleza del seminario mdashun conversadero afirma de entradamdash soacutelo para in-cluirse de inmediato en el gesto mismo que refiere a esas praacutecticas y a esos conocimientos El teacutermino intervencioacuten alude directamente a una situacioacuten donde el locutor se inserta en aquello que motiva una descripcioacuten o reflexioacuten Contrario a la manera en que se han justificado las opiniones o los juicios desde Descartes el observador no necesita maacutes que buscar observarse a siacute mismo en la propia ope-racioacuten de observacioacuten2 El gesto de De Certeau recusa aquella pres-cripcioacuten tan cara para la tradicioacuten reflexiva moderna y que encuen-tra en el alejamiento del objeto escrutado la uacutenica manera de asegurar objetividad lo que implica la instauracioacuten de un observador flotante nunca coincidente con lo que examina

1 Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo en Carmen Rico de Sotelo (coord e intr) Relecturas de Michel de Certeau Meacutexico Universidad Catoacutelica de UruguayPon-tificia Universidad JaverianaUniversidad Iberoamericana 2006 p 43

2 ldquoEl concepto de observacioacuten debe echar mano de todas las disposiciones de teoriacutea circular (construccioacuten operativa de los sistemas clausura operativa autopoiesis) para poder entender coacutemo es posible que una observacioacuten pueda producirse a siacute misma al producir observacioacutenrdquo Niklas Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas lecciones publicadas por Javier Torres Nafarrate Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de Occidente 2009 p 152

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52 historia y meacutetodo en el siglo xx

El nivel del observador trascendental garantizaba que las per-cepciones generadas no dependieran de criterios autorreferenciales puesto que el orden descrito estaba incapacitado para aportar ele-mentos determinantes es objeto dispuesto para un ejercicio de des-velamiento A la par de desentenderse de ese orden como orden construido el observador tampoco se incluiacutea en la descripcioacuten como elemento taxativo y configurante de lo observado Hasta hace poco esta norma no podiacutea ser materia de revisioacuten criacutetica puesto que no se habiacutea notado que la operacioacuten de observacioacuten depende de distin-ciones que soacutelo tienen sentido para la propia operacioacuten La heterorre-ferencialidad estaba inscrita en toda la gama de cualidades anexadas al sujeto observador y gracias a las cuales podiacutea tomar nota de las realidades circundantes siempre y cuando sus juicios expresaran la diferencia ontoloacutegica habida entre eacutel como sujeto y esas realidades de las cuales se diferenciaba Pero ya la indicacioacuten formulada por De Certeau nos muestra que estamos en otra disposicioacuten reflexiva

Lo decisivo en esa experiencia de los conversaderos mdashfinalmente una ldquopoliacutetica de la palabrardquomdash no estaacute en circunscribir una exteriori-dad respecto al seminario y gracias a la cual se permita proyectar hacia adentro el juego de las identidades o las homogeneidades pues la diferenciacioacuten es un proceso interno3 En estos comentarios formulados por De Certeau dos cuestiones centrales se interrelacio-nan el papel que desempentildea la diferencia y la circularidad que se expresa en su despliegue loacutegico Ambos aspectos conforman la base de sustentacioacuten para una epistemologiacutea histoacuterica que en mi opi-nioacuten constituye uno de los esfuerzos sobresalientes de Michel de Certeau Precisamente respecto al seminario se destacan dos

3 ldquoLa experiencia del tiempo comienza en un grupo con la explicitacioacuten de su plu-ralidad Es necesario reconocerse diferentes (de una diferencia que no puede ser supe-rada por ninguna posicioacuten magisterial por ninguacuten discurso particular por ninguacuten fervor festivo) para que un seminario se transforme en una historia comuacuten y parcial (un trabajo sobre y entre diferencias) y para que la palabra se vuelva el instrumento de una poliacutetica (el elemento linguumliacutestico de conflictos de contratos de sorpresas en suma de procedimientos lsquodemo-craacuteticosrsquo)rdquo Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo p 44 Los tres teacuterminos resaltados por De Certeau con cursivas mdashtiempo historia poliacuteticamdash aluden a tres series que despliegan diferencias cada una seguacuten una loacutegica de la repro-duccioacuten recursiva de siacute mismas

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53MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

precisiones coincidentes con el papel que ejerce la diferencia y con el caraacutecter autorreferencial del trabajo cientiacutefico

Primero un corte o una serie de cortes (principio de limitabilidad) que deben ser explicitados y que articulan los ldquomodelos teoacutericosrdquo movilizados en ciertas aacutereas de investigacioacuten o del conocimiento Se trata en este caso de establecer liacutemites prescritos que se desprenden de una particularidad pero que permiten volver tratable aquello que queda en su interior es un ejercicio de formalizacioacuten en sentido claacute-sico A continuacioacuten y a partir de esta formalizacioacuten se busca abrirse a posibles desviaciones a nuevas experiencias y preguntas que mues-tran la fragilidad de los liacutemites establecidos (principio de contingencia o deriva) Se trata en el primer caso de un ejercicio de extraccioacuten gesto etnoloacutegico por excelencia aislar unas praacutecticas para delimitar un cam-po de acometida De Certeau reconoce con ello la funcioacuten y la utilidad de la determinacioacuten mdashhacer cortes establecer distincionesmdash pues es con esto como se posibilitan las modalidades del trabajo de in-vestigacioacuten Despueacutes del aislamiento segundo caso se introduce el reconocimiento de la arbitrariedad de esos liacutemites por medio de interrogaciones generadas a partir del campo establecido

Es en el segundo momento donde se produce una inversioacuten res-pecto a las reglas del campo inaugurado y cuyo objetivo es trans-gredir esos liacutemites con nuevos problemas generando de esta mane-ra variaciones significativas para ser tratadas posteriormente La diferencia se encuentra al inicio (definir cortes establecer liacutemites) y se busca establecerla tambieacuten como producto del trabajo cientiacutefico mismo pero desde los criterios y las operaciones puestas en marcha originalmente sin necesidad de ir maacutes allaacute de la naturaleza de las operaciones utilizadas (circularidad)4 Esta forma de tratamiento genera un marco a partir del cual plantear las cuestiones de orden metoacutedico o procedimental sin necesidad de acudir a la nocioacuten con-vencional de meacutetodo como secuencia loacutegica estricta

4 ldquoLos lsquomodelosrsquo teoacutericos propuestos tienen por funcioacuten recortar unos liacutemites (la particularidad de mis preguntas) y hacer posibles unas desviaciones (la expresioacuten de experiencias y de otras preguntas) Por ahiacute comienza un trabajo comuacuten que crea acon-tecimientos una serie de diferenciaciones permite a cada uno especificar paso a paso su propio camino en la masa de informaciones intercambiadasrdquo Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo p 45

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54 historia y meacutetodo en el siglo xx

Por otro lado llama la atencioacuten que este enfoque epistemoloacute-gico estaacute presente incluso en su visioacuten sobre el quiebre de la fun-cioacuten que la teologiacutea veniacutea cumpliendo en Occidente y sobre el traslado moderno de las problemaacuteticas centrales que constituiacutean su campo de estudio a la esfera de competencia de las ldquociencias humanasrdquo5 Tambieacuten dicha condicioacuten episteacutemica estaacute presente en sus estudios sobre la miacutestica Asiacute el fenoacutemeno miacutestico como ldquofi-gura de pasordquo termina por deshacer los grandes postulados medie-vales al introducir de manera radical otro lugar de enunciacioacuten6 De igual manera la temaacutetica epistemoloacutegica es central en las re-flexiones que dedicoacute al saber histoacuterico En efecto el orden del saber histoacuterico que lo capacita para instaurar en todo aacutembito moderno la ambiguumledad del tiempo por un lado y la falta radical de lo real en sus formas de saber por otro se encuentra instituido como espacio de operacioacuten especiacutefico7

En cada estudio particular aparece esta cuestioacuten en condiciones limitadas temaacuteticamente pero que pueden ser consideradas como formas de manifestacioacuten de una preocupacioacuten general toda obser-vacioacuten introduce una diferencia que depende del propio observador y no de los objetos observados Precisamente el objetivo del presen-te estudio consiste en explorar esta propuesta de epistemologiacutea histoacuterica con el fin de delimitar el campo reflexivo de la metodolo-giacutea entendiendo esta uacuteltima dimensioacuten como forma de aplicacioacuten operativa determinante iquestCoacutemo reintroducir la diferencia en el aacuterea procedimental del saber histoacuterico iquestQueacute consecuencias epis-temoloacutegicas acarrea la diferenciacioacuten como instancia central en las observaciones historiograacuteficas Eacutestas son las interrogaciones medulares que han guiado una relectura de la obra de Michel de Certeau

5 Michel de Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo en La debilidad del creer trad de Viacutector Goldstein Buenos Aires Katz 2006 p 191-230

6 Michel de Certau La faacutebula miacutestica Siglos xvi y xvii trad de Jorge Loacutepez Moc-tezuma revisioacuten teacutecnica de Roberto Flores y Luce Giard Meacutexico Universidad Ibe-roamericana 1993

7 Michel de Certeau La escritura de la historia 2a trad de Jorge Loacutepez Moctezuma Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993

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La epistemologiacutea histoacuterica como constructivismo

La epistemologiacutea histoacuterica vincula de una manera diferente los proce-sos cognitivos con consideraciones ontoloacutegicas de tal manera que ahora son las categoriacuteas los conceptos y sus articulaciones teoacutericas asiacute como los procesos metoacutedicos aplicados los que establecen y de-terminan los objetos estudiados Al contrario de esa supuesta espon-taneidad realista que se instala al nivel de la percepcioacuten de los objetos del mundo este enfoque asume que no puede considerarse un solo protocolo de justificacioacuten de las creencias y una sola modalidad de sistematizacioacuten La historicidad como factor epistemoloacutegico muestra la variabilidad en cuanto a las modalidades de descripcioacuten donde el mundo soacutelo es posible a partir de la operacioacuten de observacioacuten involucrada y de los criterios movilizados en ella En tal sentido la pasioacuten por la alteridad mostrada por De Certeau como problema cen-tral que motiva la reflexioacuten se encuentra en constante relacioacuten con la necesidad de reconocer las particularidades desde donde se ar-ticulan los discursos8

La situacioacuten que abre la modernidad a partir del siglo xvII estaacute dominada por la falta de certezas uacuteltimas Se trata de un mundo cultural donde la carencia de garantiacuteas se convierte en su nuacutecleo constitutivo por lo que la diferencia se instituye como elemento fun-dante y no como una situacioacuten inconveniente que hay que superar Pero lo anterior exige sacar consecuencias de gran importancia La pluralidad de lugares desde donde se proyectan los horizontes in-terpretativos mdashesa diferencia fundantemdash alcanza a los propios ldquohe-chos religiososrdquo para ser inteligibles ahora encuentran su lugar en el seno de los sistemas y ya no maacutes en el campo de la dogmaacutetica En otras palabras soacutelo puede hablarse de cognicioacuten en el aacutembito de un proceso sistemaacutetico que tiene la cualidad de reproducirse a siacute mismo

El valor que tiene esta apreciacioacuten es inequiacutevoca en De Certeau y alcanza dimensioacuten epistemoloacutegica en su particular definicioacuten del teacutermino sistema rdquoPor lsquosistemarsquo hay que entender no la realidad de

8 Cfr Franccedilois Dosse ldquoDe Certeau un historiador de la alteridadrdquo en Perla Chinchilla (coord) Michel de Certeau un pensador de la diferencia Meacutexico Universidad Iberoamericana 2009 p 13-39

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una infraestructura o un todo aislable sino el modelo interpretativo constituido y verificado por una praacutectica cientiacutefica es decir una organizacioacuten coherente de los procedimientosrdquo9 El campo del co-nocimiento histoacuterico estaacute constituido por un conjunto de praacutecticas articuladas y constantemente ejecutadas mdashldquouna organizacioacuten cohe-rente de los procedimientosrdquo como sentildealoacute De Certeaumdash que redis-tribuye el conjunto de formalidades establecidas Definiendo crite-rios y estableciendo distinciones en cuanto niveles de anaacutelisis el sistema se capacita para tratarlos como elementos pertenecientes a praacutecticas socioloacutegicas econoacutemicas poliacuteticas culturales Las ciencias sociales incluyendo a la propia historiografiacutea se muestran como estructuras racionales que combinan procedimientos y cuyos resul-tados son observaciones siempre determinadas por el conjunto de las decisiones previas

El rasgo anterior viene a ser lo cientiacutefico propiamente dicho un conjunto racional operativo que delimita campos de objetos a tratar establece con precisioacuten las modalidades de esos tratamientos y los tipos de anaacutelisis correlativos a ellos a la par de especificar las reen-tradas constantes de los resultados en el circuito ya constituido Estos resultados son ldquodesarrollosrdquo permitidos gracias al ldquoaislamien-to de un campo propiordquo y dependen en cuanto a su reproduccioacuten de la ldquonormalizacioacutenrdquo de los procedimientos instituidos10 Esta des-cripcioacuten de la praxis cientiacutefica acota para todas las implicaciones que se siguen de ella lo que es una perspectiva constructivista Por lo tanto los elementos centrales de operacioacuten y su relacioacuten con luga-res se combinan de manera compleja con las dos nociones previa-mente aisladas diferencia y circularidad Sus combinaciones analiacute-ticas estaacuten interrelacionadas de forma diversa en el campo de la propia operacioacuten historiograacutefica11 Se deja ver en este constructivismo

9 De Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo p 199 nota 1310 Ibidem p 20411 Si bien su consideracioacuten sobre dicha nocioacuten en cuanto al juego constantemente

reiterado de combinaciones entre ldquolugar sociales praacutecticas cientiacuteficasrdquo y escrituras es conducido bajo su percepcioacuten del coacutemo se hace la historia no deja de tener una base epistemoloacutegica en un fuerte sentido constructivista En la siguiente cita esto se hace notar con toda precisioacuten ldquoEl teacutermino cientiacutefico bastante sospechoso en el conjunto de las lsquociencias humanasrsquo (donde se le sustituye por el teacutermino de anaacutelisis) no lo es menos

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operativo la importancia que adquiere la dimensioacuten temporal de la propia operacioacuten mdashun conjunto de procedimientos normalizados enlazados entre siacute que se autorregulanmdash pues la ordenacioacuten que conduce de un procedimiento a otro no puede darse en teacuterminos de inmediatez sino de secuencia o sucesioacuten

La operacioacuten en su conjunto se encuentra temporalmente esta-blecida aunque sin duda condicionada al presente de su ejecucioacuten La operacioacuten como conjunto se descompone en lo que De Certeau denomina procedimientos que no son otra cosa que operaciones sin-gulares enlazadas con otras Esto por supuesto requiere tiempo en su realizacioacuten pero la diferencia es central en los enlaces entre ope-raciones De tal forma que su ejecucioacuten supone la ampliacioacuten de di-ferencias siempre y cuando puedan ser tratadas en el interior del sistema con las mismas formas operativas Esta articulacioacuten constan-te entre diferencia y circularidad son rasgos centrales en la visioacuten constructivista claacutesica y coincidente en sus aspectos generales con lo apuntado por Heinz von Foerster uno de los grandes impulsores de la ciberneacutetica de segundo orden En uno de esos pequentildeos trabajos que tienen la cualidad de sintetizar el cuacutemulo de apreciaciones teoacute-ricas y praacutecticas realizadas previamente Von Foerster aiacutesla dos pun-tos centrales del constructivismo que tienen importancia relevante para plantear en sus propias palabras ldquouna nueva epistemologiacuteardquo

A tiacutetulo de declaraciones la primera de ellas establece que el constructivismo es en siacute mismo ya una epistemologiacutea por lo que resulta trivial preguntarse por la impronta de esta postura en teacutermi-nos de problemaacutetica cognitiva Pero lo que continuacutea tiene grandes implicaciones en cuanto al problema de la autorreferencia o la cir-cularidad el constructivismo es una peculiar epistemologiacutea que debe dar cuenta de siacute misma desde siacute misma Es una epistemologiacutea de la epistemologiacutea12 Asiacute la epistemologiacutea es una forma de autorreflexioacuten

en el campo de las lsquociencias exactasrsquo en la medida en que este teacutermino nos remite a leyes Se puede definir sin embargo con este teacutermino la posibilidad de establecer un conjun-to de reglas que permitan lsquocontrolarrsquo operaciones proporcionadas a la produccioacuten de objetos determinadosrdquo De Certeau La escritura de la historia p 68

12 Luhmann introduce la expresioacuten investigacioacuten de la investigacioacuten para dar cuenta de esa forma de circularidad propia de la reflexioacuten epistemoloacutegica tomando precisa-mente como referencia central a Heinz von Foerster Esta expresioacuten precisa la modalidad

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de las ciencias sobre ellas mismas al punto que como teoriacutea cogniti-va soacutelo puede autocontenerse En De Certeau los ldquomodelos teoacutericosrdquo que presuponen cortes o liacutemites donde lo significativo estaacute en lo que queda dentro del campo delimitado presentan la cualidad de esta-blecer una referencia soacutelo a partir de esas liacuteneas divisorias establecidas con anterioridad Por eso puede decirse que los modelos se aplican a siacute mismos y a los objetos que ellos determinan a partir de los criterios movilizados La segunda declaracioacuten de Von Foerster es la siguiente ldquocada vez que surge la pregunta de si algo es inventado o descubier-to entonces el constructivista es identificable o seraacute reconocido como aquel que tiende a responder lsquoEsa cosa ha sido inventadarsquo rdquo13

Esta segunda afirmacioacuten retoma los trabajos de Kronecker y Brou-wer sobre los objetos matemaacuteticos No soacutelo refiere la asercioacuten a la cualidad por la cual los preceptos previos de orden teoacuterico determinan la referencialidad de los teacuterminos involucrados sino que expresa su complementacioacuten con la autorreferencia sentildealada en la primera de-claracioacuten Dicha complementacioacuten se produce en la necesaria espe-cificacioacuten sobre la autorreflexioacuten se trata ya de una observacioacuten de segundo orden esto es una observacioacuten que observa observaciones No cabriacutean dudas respecto a que las posturas epistemoloacutegicas hasta ahora presentadas de Michel de Certeau suponen ya un nivel tal de reflexividad sostenido insistentemente en su obra14 Si la reflexividad

de autoobservacioacuten en que consiste la reflexividad del sistema ciencia Es una forma de reflexioacuten sobre la propia investigacioacuten y por tanto una variante de la autopoiesis del sistema Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad trad de Silvia Pappe Brunhilde Erker y Luis Felipe Segura bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Nafarrate Meacutexico Univer-sidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de OccidenteAnthropos 1996 p 420

13 Heinz von Foerster ldquoPor una nueva epistemologiacuteardquo Metapoliacutetica Meacutexico v 2 n 8 p 629 Disponible en httpecologiahumanaclpdfPOR20UNA20NUEVA20EPISTEMOLOGIApdf (fecha de consulta 19 de diciembre de 2013) Veacutease tambieacuten del mismo autor Observing Systems con una introduccioacuten de Francisco J Varela Seaside (California) Intersystems Publications 1981

14 Michel de Certeau La posesioacuten de Loudun edicioacuten revisada por Luce Giard trad de Marcela Cinta Meacutexico Universidad Iberoamericana 2012 Creo que este libro puede leerse en perspectiva epistemoloacutegica Pero son particularmente notorias las coordenadas constructivistas en los comentarios que hace De Certeau sobre el papel de los meacutedicos en ese famoso caso de posesioacuten diaboacutelica Veacutease al respecto el capiacutetulo 9 ldquoTeratologiacutea de la verdadrdquo p 139-169

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es vista como operacioacuten especiacutefica del sistema ese factor estaacute en re-lacioacuten directa con la cualidad de la observacioacuten de segundo orden que es tambieacuten una operacioacuten Se trata del problema de coacutemo obser-var al observador y que se encuentra en la base misma de la episte-mologiacutea constructivista

La ldquooperacioacuten historiograacuteficardquo analizada por De Certeau en la Escritura de la historia consiste en un ejercicio de racionalizacioacuten que se enfrenta directamente con ese problema es decir iquestcoacutemo observar al observador en un campo operativo particular15 En este caso se trata de aislar las distinciones utilizadas convencionalmente en las observaciones historiograacuteficas que adquieren el nivel de observa-ciones de primer orden Si la disciplina histoacuterica es un sistema observador se ve obligada a incrementar sus posibilidades de va-riacioacuten y control por medio de lo que Alfonso Mendiola ha denomi-nado ldquogiro historiograacuteficordquo Dicho giro expresa en pleno siglo xx una situacioacuten maacutes o menos generalizada por lo que la obra de Mi-chel de Certeau puede incluirse en un escenario mayor caracteriza-do por el paso a una descripcioacuten autorreferencial de la ciencia histoacute-rica16 Se debe tomar en cuenta que esa funcioacuten autorreflexiva es un componente crucial de la propia investigacioacuten que se lleva a cabo al punto en que no puede desarrollarse investigacioacuten alguna sin los elementos que aporta

Asiacute ldquola investigacioacuten de la investigacioacutenrdquo o el giro historiograacute-fico para el caso de la ciencia histoacuterica pertenecen a ese campo empiacuterico que es al mismo tiempo su objeto central de deliberacioacuten Tal situacioacuten supone una restriccioacuten de principio no estaacute a su alcan-ce dar cuenta exhaustiva del sistema observado de la misma mane-

15 Dos nuevas cuestiones sobresalen seguacuten Luhmann del trabajo de von Foerster Ambas en relacioacuten con la apreciacioacuten de coacutemo observar lo inobservable por medio de otra observacioacuten que se dirige a las distinciones utilizadas previamente Primero iquestel conocimiento es soacutelo posible debido a que el sistema que lo produce es un sistema ce-rrado operativamente Segundo iquesthay valores propios en el ejercicio de la observacioacuten de primero y segundo orden que permita su continuidad estable Niklas Luhmann ldquoiquestCoacutemo se pueden observar estructuras latentes en Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Homenaje a Heinz von Foerster trad de Cristoacutebal Piechocki Barcelona Paidoacutes 1995 p 69-70

16 Alfonso Mendiola ldquoEl giro historiograacutefico la observacioacuten de observaciones del pasadordquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2000 p 191 y s

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ra que lo podriacutea hacer un observador externo por lo menos en teacuterminos ideales Esta presuposicioacuten de un observador que puede ser descrito independientemente de la operacioacuten que lleva a cabo ha acompantildeado a las nociones modernas de objetividad y verdad por lo menos desde el siglo xvII Por tanto tampoco forma parte de sus atribuciones mdashdejando de lado las presuposiciones ontoloacutegi-casmdash normar las operaciones en su conjunto y ordenarlas secuen-cialmente de manera teleoloacutegica Maacutes bien la autorreflexioacuten per-mite orientar si por tal nocioacuten se entiende restringir ldquoel repertorio de aquellas operaciones que el sistema puede ejecutarrdquo antes que establecer todas las condiciones que conducen hacia los ldquoestados finalesrdquo del sistema17 Si se habla de control y orientacioacuten entonces la competencia de la investigacioacuten de la investigacioacuten (epistemo-logiacutea) se conjuga en un tipo de conduccioacuten recursiva modulada autorreflexivamente

Si bien la observacioacuten de primer orden es una forma que reduce complejidad mdashexpresa una distincioacuten y una indicacioacuten orientando el conjunto operativo hacia lo que se deriva de la segunda instanciamdash la observacioacuten que observa esta operacioacuten implica ya otra distincioacuten Pero este enlace es signo de un entramado recurrente de otros enla-ces al punto de introducir con cada observacioacuten enlazada mayor complejidad Este aumento es un efecto deducido desde el procesa-miento de observaciones recurrentes que permiten por su propia reiteracioacuten establecer la unidad del sistema Su dinaacutemica operativa necesita por tanto de mayores niveles de recursividad al no haber criterios finales de certeza o correspondencia con lo real en los re-sultados aportados lo que se infiere ya en la propia nocioacuten de au-torreflexividad18

17 ldquoLa orientacioacuten no es otra cosa que restriccioacuten de las capacidades de conexioacuten internas por medio de operaciones expresamente diferenciadas para ello susceptibles ellas mismas de una conexioacutenrdquo Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad p 241

18 ldquoEl punto decisivo de la observacioacuten de segundo orden consiste entonces en que es una observacioacuten de primer orden especializada en la ganancia de complejidad Este aumento de complejidad se efectuacutea en la medida en que se renuncia a la confirmacioacuten uacuteltima de validez y de las seguridades ontoloacutegicas y en la medida en que ya no se puede apelar a las formas esenciales de los contenidos del mundordquo Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas p 169

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La condicioacuten histoacuterica del saber moderno lo no sabido

Entonces si la epistemologiacutea como autorreflexioacuten es una forma sis-temaacutetica de producir observaciones de segundo orden el problema central que se presenta mdashcomo ya se ha sentildealadomdash consiste en coacutemo observar lo inobservable el punto ciego o latente que permite todo ejercicio historiograacutefico o cientiacutefico Es en esta problemaacutetica donde De Certeau sigue de cerca los estudios llevados a cabo por Michel Foucault ejercicio que ha dado pie a varios escritos reunidos en su libro Historia y psicoanaacutelisis19 En teacuterminos generales la tesis resalta-da por De Certeau en su lectura de Las palabras y las cosas puede ser formulada de la siguiente manera en toda configuracioacuten de saber el conjunto de las ldquopositividadesrdquo que se abren para el conocimiento estaacuten permitidas por un suelo arqueoloacutegico que viene a ser su impen-sado un no sabido20 Eso que permite los ejercicios de saber moderno incluso anclados en la nocioacuten hombre (sujeto que conoce y se conoce) no es susceptible de clarificacioacuten con los mismos instrumentos con los que esos saberes se dotan de potencial cognitivo

Los criterios que posibilitan pensar el orden mdashcondicioacuten para los saberes modernos sobre la vida el trabajo y el lenguajemdash estaacuten por debajo de la razoacuten que los sustenta por eso se muestran soacutelo como su alteridad Si la modernidad instaura diversos ldquocampos epistemo-loacutegicosrdquo su condicioacuten de posibilidad no le es accesible desde ellos mismos desde sus propias positividades ni de sus capacidades ana-liacuteticas Sin embargo no cesa de reencontrar sus huellas desplazadas

19 Michel de Certeau Historia y psicoanaacutelisis entre ciencia y ficcioacuten 2a ed trad de Alfonso Mendiola Meacutexico Universidad Iberoamericana 2003

20 ldquoNo se trataraacute de conocimientos descritos en su progreso hacia una objetividad en la que al fin puede reconocerse nuestra ciencia actual lo que se intentaraacute sacar a la luz es el campo epistemoloacutegico la episteme en la que los conocimientos considerados fuera de cualquier criterio que se refiera a su valor racional o a sus formas objetivas hunden su positividad y manifiestan asiacute una historia que no es la de su perfeccioacuten creciente sino la de sus condiciones de posibilidad en este texto lo que debe aparecer son dentro del espacio del saber las configuraciones que han dado lugar a las diversas formas de conocimiento empiacuterico Maacutes que una historia en el sentido tradicional de la palabra se trata de una lsquoarqueologiacutearsquordquo Michel Foucault Las palabras y las cosas una arqueologiacutea de las ciencias humanas 24a ed trad de Elsa Cecilia Frost Meacutexico Siglo XXI 1996 p 7

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y manifestadas como lapsus esta disposicioacuten episteacutemica viene a ser lo latente para esas formas de racionalidad modernas La expresioacuten anterior muestra la gran importancia que tiene el psicoanaacutelisis para abordar tambieacuten desde otro aacutengulo la misma problemaacutetica Ese elemento latente mdashel punto ciego de la observacioacutenmdash es ldquouna falla internardquo ldquoel significante de un significado imposible de enunciarrdquo21

El modo de ser del orden revela en la esfera maacutes general de la cultura una loacutegica gobernada por la diferencia donde esa loacutegica no es accesible a una descripcioacuten pormenorizada ni mucho menos a un desvelamiento total por medio de la razoacuten analiacutetica La proble-maacutetica anterior acarrea dos grandes consecuencias Primero ya la propia observacioacuten que se produce en las ldquosuperficiesrdquo desplegadas del orden en cuanto a los seres vivos en la labor sin teacutermino de los seres humanos para garantizar su reproduccioacuten material o en ese espacio donde se despliega su ilimitada capacidad expresiva in-troduce incesantemente distinciones que determinan los propios productos cognitivos como sistemas operantes mdashlas ciencias hu-manas en la perspectiva de Foucaultmdash Por tanto pueden estable-cerse diferentes plataformas histoacutericas de observacioacuten es decir diversos modos de hacer distinciones de considerar o evaluar incluso si se quiere de juzgar Atenieacutendose a uno de los lados de la distincioacuten involucrada se coloca la otra instancia como lo impliacutecito o lo latente en la operacioacuten que lleva a cabo bajo la consideracioacuten de que sin ella no seriacutea posible como tal es decir como observacioacuten

Se puede decir que este observador del mundo y que lo instituye al observarlo a partir de distinciones no tiene acceso a la unidad de la diferencia de la cual parte Lo que conduce a la segunda consecuen-cia El procedimiento arqueoloacutegico que introduce Foucault es en opinioacuten de Michel de Certeau un ejercicio autorreflexivo que busca observar lo inobservable introduciendo para ello maacutes distinciones

21 De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 77 La importancia para De Certeau de Las palabras y las cosas ha sido resaltada por Alfonso Mendiola La interpretacioacuten presentada arriba debe mucho a los sentildealamientos que realizoacute en torno a esa ldquocondicioacuten de posibili-dadrdquo para los ordenamientos de saber modernos esto es como una forma de acceso al punto ciego de toda observacioacuten la observacioacuten de la observacioacuten Cfr Alfonso Mendio-la ldquoEl conflicto o la unioacuten en la diferencia institucioacuten creencia y herejiacutea en Michel de Certeaurdquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 30 2008 p 43 y s

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por lo que estaacute en condiciones de acceder a la unidad de la dife-rencia utilizada Esto coincide con la epistemologiacutea de la epistemologiacutea si consideramos que su aspiracioacuten es la de poder observar la uni-dad de la distincioacuten utilizada por medio de otra observacioacuten pero donde esa observacioacuten segunda tambieacuten moviliza distinciones sin llegar a ver su propia unidad es decir su propio punto ciego22 Estos modos de lo observable no pueden alcanzar otro rango que no sea el de productos provisionales23

Esa cualidad es mdashpara todo efecto praacutectico que es lo que aquiacute interesamdash la caracteriacutestica maacutes llamativa de la operacioacuten cientiacutefica en general e involucra el hecho de que todos los resultados aporta-dos son propiamente efectos inducidos a partir de la aplicacioacuten de modelos Su naturaleza contingente estaacute definida por las distinciones que en el inicio del proceso de observacioacuten predeterminan el con-junto de elementos que se siguen de eacutel incluyendo las operaciones sucesivas en teacuterminos de continuacioacuten recursiva Pero nada garan-tiza la validez de la distincioacuten utilizada frente a otras posibles por lo que la contingencia de la operacioacuten cientiacutefica estaacute en relacioacuten directa con el caraacutecter siempre relativo es decir histoacutericamente variable Esta situacioacuten determina todos los elementos organizacio-nales que se delimitan a partir de uno de los polos de la distincioacuten Ese punto ciego de toda observacioacuten (lo latente) incluida la de se-gundo orden es inobservable y por eso se encuentra maacutes allaacute de una justificacioacuten racional en sentido loacutegico24 De esta paradoja mdashuna

22 Cfr Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas p 167 y s23 ldquoLo heterogeacuteneo es a la vez lo estimulante y lo inadmisible Es la herida de un

racionalismo Hay por tanto dos niveles en el desarrollo del problema por una parte la comprensioacuten de un sistema que es diferente por otra la exigencia de una colocacioacuten reciacuteproca de sistemas concebidos como lsquomodos de ser diferentes del ordenrsquo Lo mar-ginal nos enviacutea a una estructura esencial o a un lsquoesquemarsquo sobre el cual se inscriben y coordinan analogiacuteas u oposiciones para nosotros impensablesrdquo De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 82

24 ldquoEl teorema de Goumldel ha demostrado los liacutemites de la demostracioacuten loacutegica en el seno de sistemas formalizados complejos eacutestos comportan al menos una proposicioacuten que es indecible lo que hace que el conjunto del sistema sea indecible Lo que es inte-resante en esta idea es que se la pueda generalizar todo sistema conceptual suficiente-mente rico incluye necesariamente cuestiones a las que no puede responder desde siacute mismo pero a las que soacutelo se puede responder refirieacutendose al exterior de ese sistemardquo

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racionalidad sostenida por su contrariomdash tampoco puede desem-barazarse el conocimiento histoacuterico

Asiacute entendida la observacioacuten de una observacioacuten mdashla episte-mologiacutea de la epistemologiacuteamdash viene a ser el prototipo por excelen-cia de la autorreflexioacuten es decir esa capacidad reivindicada ince-santemente por De Certeau de cuestionar el propio hacer y decir en el aacutembito de una operacioacuten siempre localizada en alguacuten punto del sistema y ligada necesariamente a un tiempo de ejecucioacuten Por su-puesto la lectura que De Certeau llevoacute a cabo de Foucault no se queda en este punto tan importante y que tuvo consecuencias de gran relevancia para su propia obra Es posible decir que la recupe-racioacuten que llevoacute a cabo de esa problemaacutetica arqueoloacutegica actuacutea como marco general de referencia que por otros caminos ya De Certeau habiacutea identificado y desarrollado Me refiero a un apartado de su famoso estudio dedicado a la operacioacuten historiograacutefica25

Es ahiacute donde nuestro autor desarrolloacute una visioacuten muy aguda respecto al estatuto metoacutedico de la ciencia histoacuterica concordante ademaacutes con el papel central que para eacutel teniacutea la diferencia como loacutegica desplegada Es en la esfera de la aplicacioacuten metodoloacutegica o de modelos donde se plasma con mayor claridad la impronta de un trabajo que no cesa de construir diferencias a partir de otras diferencias todo en el sentido de un trabajo criacutetico Es necesario precisar que la nocioacuten de modelo en su perspectiva supone la con-juncioacuten de un momento teoacuterico con una aplicacioacuten praacutectica en teacuter-minos de investigacioacuten empiacuterica El primer aspecto el teoacuterico inclu-ye conjuntos conceptuales pero ligados a una expansioacuten discursiva eacutestas son propiamente las teoriacuteas formuladas desde diversos campos del conocimiento social En tanto este nivel implica competencia dis-cursiva puede hablarse de campos semaacutenticos que permiten dicha conjuncioacuten teoacuterica y praacutectica

Pero esta postura puede ser ampliada a una visioacuten maacutes abarcan-te del proceso operativo mismo existe interdependencia sistemaacuteti-

Edgar Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo Gazeta de Antropologiacutea n 20 2004 p 8-9 Disponible en httpwwwugres~pwlacG20_02Edgar_Morinpdf (fecha de consulta 20 de diciembre de 2013)

25 Ese apartado se titula ldquoHacer resaltar las diferencias las desviaciones del modelordquo en De Certeau La escritura de la historia p 90 y s

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camente establecida entre proceso metoacutedico y marco general de referencia Este uacuteltimo elemento expresa el condicionamiento teoacuterico de toda investigacioacuten empiacuterica Pero lo que es necesario incluir ya como factor teoacuterico central radica en la cualidad autorreflexiva ya mencionada En otras palabras no puede haber investigacioacuten ni aplicacioacuten metoacutedica sin teoriacuteas autorreferenciales26 Esta situacioacuten alcanza al propio estatuto del documento histoacuterico pues este corpus textual estriba en un producto concertado y guiado por el conjunto de decisiones previas adoptadas La masa de documentos histoacutericos es generada y cargada de significacioacuten particular para la investigacioacuten soacutelo porque ha sido transformada previamente en cuerpo textual Al ser articulados a un espacio particular adquieren una competencia discursiva diferente mdashla propia de la disciplina histoacutericamdash por lo que esas escrituras pueden ser sometidas a una variedad de tratamientos

Eacutestos van desde la especificacioacuten de criterios de eleccioacuten la uti-lizacioacuten de procesos materiales o de orden teacutecnico orientados de modo tal que tienden a producir otras conformaciones (series cur-vas estadiacutesticas ciclos) pasando por la reprogramacioacuten generada a partir de una serie de valores discretos impuestos (correlaciones cuantificaciones o modalidades cualitativas) hasta su encuadre ana-liacutetico en una diversidad de sistemas conceptuales que dan pie a la especificacioacuten de relaciones (funcionales causales de analogiacutea) Esta dimensioacuten teoacuterica que preside la loacutegica operativa es expresada de la siguiente manera por De Certeau

Su praacutectica consiste en construir modelos impuestos por decisiones en ldquoreemplazar el estudio del fenoacutemeno concreto por el de un objeto

26 ldquoEsto acerca a la conclusioacuten (y muchos la han extraiacutedo) de que el historiador debe permanecer en su tarea siendo tal tarea la investigacioacuten empiacuterica y que soacutelo de ella deberiacutea obtener sus fundamentos En contra de este punto de vista sin embargo hablan dos cosas por un lado el hecho de que la autorreflexioacuten que va maacutes allaacute del desempe-ntildeo de la investigacioacuten empiacuterica es una necesidad de la ciencia [] y por el otro el hecho de que no puede haber cambios capaces de producir progreso en una ciencia que no hayan sido acompantildeados y coproducidos por una autorreflexioacuten criacutetica de la ciencia en cuestioacutenrdquo Joumlrn Ruumlsen ldquoOrigen y tarea de la teoriacutea de la historiardquo en Silvia Pappe (coord) Debates recientes en la teoriacutea de la historiografiacutea alemana trad de Kermit McPherson Meacutexico Universidad Autoacutenoma Metropolitana AzcapotzalcoUniversidad Iberoamericana 2000 p 38

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constituido por su definicioacutenrdquo en juzgar el valor cientiacutefico de dicho objeto seguacuten el ldquocampo de preguntasrdquo a las cuales puede responder y seguacuten las respuestas que proporciona y en ldquofijar los liacutemites de la sig-nificabilidad de dicho modelordquo27

Es por eso que la historia se ha convertido en un conjunto de ldquolaboratorios de experimentacioacuten epistemoloacutegicardquo28 donde lo que se pone a prueba es el valor del modelo en su doble aspecto teoacuterico y praacutectico Teoacuterico en el sentido de poder producir campos delimi-tados de estudio mdashfenoacutemenos concretos en la expresioacuten de Michel de Certeaumdash en deducir problemas pertinentes y articular interro-gaciones ajustadas a dicho campo ademaacutes de calibrar las respuestas que puede aportar Praacutectico en tanto abre la posibilidad de mensu-rar ldquolos liacutemites de significabilidadrdquo no del campo de las preguntas o las respuestas aportadas sino del propio modelo como conjunto interrelacionado De nueva cuenta nos encontramos con lo que ya habiacutea mencionado De Certeau respecto al Seminario y al trabajo de investigacioacuten Los cortes teoacutericos facultan la constitucioacuten de campos de observacioacuten a partir de distinciones De tal manera que lo teoacuterico es funcional cuando puede establecer distinciones y utilizarlas con-secuentemente esto es cuando estaacute en condiciones de explotar las operaciones que se permiten en teacuterminos de formalizacioacuten y sus conexiones subsecuentes

Posteriormente es necesario introducir un trabajo criacutetico de des-viacioacuten si por tal se entiende la especificacioacuten de nuevas preguntas que ponen en entredicho esas limitaciones formales esos cortes De los cortes se pasa a las desviaciones este proceso no reconoce el juego de las vecindades y sus coherencias como elemento central sino la posibilidad de las ldquotransgresiones loacutegicasrdquo29 El trabajo cientiacutefico en

27 De Certeau La escritura de la historia p 89 Destaco en este punto que Niklas Luhmann desarrolloacute una visioacuten maacutes que cercana de la problemaacutetica de la operacioacuten cientiacutefica La nocioacuten que utiliza en sus posturas epistemoloacutegicas es la de ldquoprogramardquo como instancia que permite establecer sin equiacutevocos los valores cientiacuteficos codificados Los programas estaacuten compuestos de teoriacuteas (enunciados y conceptos ldquopredicativosrdquo) y los meacutetodos como formas de resolver el problema especiacutefico de atribucioacuten de verdad o no verdad Cfr Luhmann La ciencia de la sociedad p 291 y s

28 Ibidem p 9729 Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidad p 9

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historia como en cualquier otra ciencia interviene en confrontacioacuten con los liacutemites impuestos todo con el fin de poder observar el otro lado de la distincioacuten Incluso para acceder en un punto particu-lar de la ejecucioacuten de dicha loacutegica autorregulativa a la unidad mis-ma de la distincioacuten utilizada aunque eacutesta soacutelo sea una situacioacuten temporalmente estabilizada En suma los laboratorios de experi-mentacioacuten epistemoloacutegica mdashesas instancias que ponen a prueba los modelosmdash se conforman como los nuacutecleos teoacuterico-metoacutedicos de la investigacioacuten histoacuterica

La diferenciacioacuten metoacutedica de la historia

Lo que destaca De Certeau es que esos modelos son trasladados al campo de la investigacioacuten histoacuterica desde otras disciplinas mientras que su aplicacioacuten al terreno de la investigacioacuten histoacuterica se cintildee al tipo de un ejercicio criacutetico de control y falsacioacuten de gran importancia para las propias ciencias o disciplinas cientiacuteficas que los originaron30 Me interesa mostrar algunas implicaciones que se pueden despren-der de la apreciacioacuten anterior La diversificacioacuten de modalidades de investigacioacuten histoacuterica y las distinciones con que cada una de ellas opera se incrementan constantemente gracias a sus aportes como resultado de la investigacioacuten Esto parece expresar la exigencia de reproduccioacuten autorreferencial por la viacutea de una ampliacioacuten continua de su base disciplinaria Esos dos aspectos son tratados por De Certeau en el sentido de una complementacioacuten por una parte respecto del empleo ldquosistemaacutetico de modelosrdquo mdashque ya son formas de diferen-ciacioacuten y que suponen variacioacuten en cuanto a las asimetriacuteas utiliza-dasmdash con aquella capacidad para identificar sus liacutemites de aplicacioacuten y ldquotransformar dichos liacutemites en problemas que puedan tratarse teacutecnicamenterdquo por otro31 Hay reproduccioacuten autorreferencial de las

30 ldquoLa historia se convierte en un lugar de lsquocontrolrsquo donde se ejercita una funcioacuten de falsificacioacutenrsquo Alliacute puede caerse en la cuenta de hasta doacutende llegan los liacutemites de significa-bilidad relativos a lsquomodelosrsquo que son lsquoensayadosrsquo uno por uno por la historia en campos ajenos a los de su propia elaboracioacutenrdquo De Certeau La escritura de la historia p 94

31 ldquoEstos dos aspectos estaacuten por lo demaacutes coordenados entre siacute puesto que si la diferencia se manifiesta gracias a la extensioacuten rigurosa de los modelos construidos se

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diversas formas de investigacioacuten histoacuterica cuando esas mismas mo-dalidades de trabajo producen maacutes diferenciaciones y distinciones a partir de diferenciaciones y distinciones previas

Las primeras las diferenciaciones se despliegan bajo un forma-to sincroacutenico segmentos sistemas de inteligibilidad o formas de racionalidad especiacuteficas Se coordinan bajo la relacioacuten de transver-salidad de manera tal que las diferencias entre ciencia econoacutemica sociologiacutea psicologiacutea social y antropologiacutea son tramitadas al interior del saber histoacuterico tambieacuten como procesos segmentados historia econoacutemica historia social historia de las mentalidades historia cul-tural etceacutetera Las segundas las distinciones de base utilizadas den-tro de cada segmento se despliegan en la investigacioacuten histoacuterica bajo criterios diacroacutenicos gracias a una distincioacuten basal de otro tipo pero caracteriacutesticamente histoacuterica la distincioacuten pasadofuturo32 Si bien la operacioacuten de todo sistema supone la necesidad de introducir estructuras de temporalidad como estas y que expresan los sucesivos estados internos del sistema bajo la diferencia entre pasado y futuro la historia se singulariza por introducir en cada distincioacuten prove-niente de las disciplinas con las que se relaciona un iacutendice de tem-poralizacioacuten por medio de la distincioacuten aludida

En este caso se trata de un proceso de reentrada de las distinciones operantes en la investigacioacuten social es decir que han sido sometidas ya a un proceso de reentrada en el interior de esas disciplinas33 Pero

vuelve significativa gracias a la relacioacuten que mantiene con ellos debido a una desviacioacuten mdashy precisamente esta desviacioacuten nos permite volver sobre los modelos para corregir-losmdash Se podriacutea decir que la formalizacioacuten de la investigacioacuten tiene precisamente como objetivo la produccioacuten de lsquoerroresrsquo mdashinsuficiencias carenciasmdash que pueden utilizarse cientiacuteficamenterdquo De Certeau La escritura de la historia p 91

32 Cfr Niklas Luhmann Sistemas sociales Lineamientos para una teoriacutea general trad de Silvia Pappe y Brunhilde Erker bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Nafarrate Meacutexico Alianza 1991 p 97 y s

33 El concepto de re-entrada (re-entry) elaborado por Spencer Brown en el marco de su trabajo sobre el caacutelculo de las formas intenta describir una capacidad especiacutefica de los sistemas autorreferenciales y autopoieacuteticos como la ciencia Ese rasgo consiste en que su operacioacuten se gesta alrededor de una distincioacuten especiacutefica distincioacuten que es constantemen-te reintroducida en su interior como forma de autoobservacioacuten esto es de autorreflexioacuten Esta capacidad al consolidarse le permite al sistema designar su propia unidad siempre en relacioacuten con un entorno Veacutease al respecto Luhmann La ciencia de la sociedad p 65 y s

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ademaacutes supone en cuanto al nivel autorreflexivo requerido la ins-tauracioacuten de ese proceso de circularidad que debe ahora reproducir-se como investigacioacuten histoacuterica En otras palabras el desarrollo me-toacutedico en la investigacioacuten histoacuterica se dirige a falsear el modelo utilizado en su conjunto expandiendo la consideracioacuten que al res-pecto ha sentildealado la propia filosofiacutea de la ciencia Se trata de un ejercicio de ampliacioacuten de las importantes aportaciones que Popper realizoacute sobre dicho proceso idealmente dirigido a explicar el modo por el cual los enunciados condicionales de las hipoacutetesis debiacutean so-meterse a la prueba de la falsacioacuten uno por uno y de manera total Frente a esta cualidad de la falsacioacuten el procedimiento metoacutedico en historia conjunta en esta fase al modelo como tal (teoriacuteas y procesos de aplicacioacuten) Es asiacute como la investigacioacuten en historia puede ser considerada un proceso de falsacioacuten de modelos sociales de sus sis-temas conceptuales y de los campos semaacutenticos asociados a ellos

De Certeau se refiere a esta peculiaridad cuando sentildeala que la funcioacuten de la investigacioacuten histoacuterica consiste en hacer resaltar las desviaciones al modelo singularizar sus liacutemites y hacerlos evidentes todo con el fin de reutilizar esos ldquoerroresrdquo como forma de correccioacuten histoacuterica en este caso de los propios modelos Esta forma de pro-ceder se manifiesta como un verdadero ldquocambio de frenterdquo en el aacutembito de la investigacioacuten Maacutes que iniciar con los datos referidos a la singularidad de los acontecimientos para acceder inductiva-mente desde este nivel baacutesico a generalizaciones bajo la forma de coherencias justificadas formalmente ahora se invierten los teacuterminos involucrados La investigacioacuten no puede maacutes que iniciar con cohe-rencias o ldquounidadesrdquo instituidas a priori buscando establecer decli-naciones entre las ldquocombinaciones loacutegicas de seriesrdquo Ello supone altos grados de abstraccioacuten de origen pues es de esta manera como se puede tratar la masa de informaciones disponibles por medio tambieacuten de decisiones y programaciones previas De una ldquoformali-zacioacutenrdquo de inicio se pasa a la singularidad de las rarezas identificadas como ldquofenoacutemenos de fronterardquo34

34 De Certeau La escritura de la historia p 92-93 En esta uacuteltima paacutegina afirmoacute ldquoEl intereacutes cientiacutefico de estos trabajos consiste en la relacioacuten que mantienen con totalidades impuestas o supuestas mdashlsquouna coherencia en el espaciorsquo lsquouna permanencia en el tiemporsquomdash

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Esto supone una transformacioacuten en la dimensioacuten misma de lo singularizable En el siglo xx la historia fue inscrita en el campo de aquellas ciencias que se caracterizaban por tratar lo particular mdashlos hechos uacutenicos e irrepetibles en la perspectiva historicistamdash mientras su meacutetodo y la intermediacioacuten documental recuperaban dicha cua-lidad gracias a la naturaleza inductiva de los procedimientos que poniacutean en juego Ya en su parte final los recursos a los que se acudiacutea eran formalmente interpretativos o aptos para la comprensioacuten her-meneacuteutica lo que sentaba su singularidad frente a las ciencias natu-rales Ahora ese cambio de frente desplaza el acontecimiento o lo particular hacia el final de una cadena productiva Es asiacute como los modelos y sus condiciones teoacutericas asociadas disponen las condicio-nes a partir de las cuales circunscribir aquello que puede ser deter-minado como singularidad Lo que alcanza denominacioacuten de par-ticularidad es un producto de operaciones regulares que tienden a sis tematizar universalidades acotadas35 Esto es si no hay un sistema observador clausurado en el sentido de la doble clausura que maneja el constructivismo operativo no es posible observar hechos particu-lares o acontecimientos diferenciados de otros acontecimientos

Es lo mismo que decir que cuando se identifica una singularidad o una particularidad esto se vuelve significativo mdashen la apreciacioacuten de Michel de Certeaumdash soacutelo desde un fondo y horizonte maacutes general Hay acontecimientos singularizados porque se pueden apreciar las diferencias que las determinan desde ciertas plataformas observado-ras que incluyen por fuerza la observacioacuten de la unidad de las dis-tinciones operadas (observaciones de segundo orden) De modo que el acontecimiento maacutes que mostrar una unidad simple que puede inscribirse progresivamente en conjunto con otras unidades para for-mar una estructura maacutes compleja mdashla loacutegica del todo y las partesmdash ex-presa una relacioacuten es decir una diferencia ldquoEl hecho es la diferenciardquo

y en los correctivos que pueden aportar [hellip] La investigacioacuten utiliza objetos que tienen la forma de su praacutectica ellos les proporcionan el medio de hacer resaltar las diferencias relativas a las continuidades o a las unidades de donde parte el anaacutelisisrdquo

35 Para Morin esas singularidades son determinaciones generadas por el empleo de leyes de interaccioacuten Esto cambia la relacioacuten habitual entre lo universal (expresado en leyes) y lo particular o singular al punto de que lo universal puede llegar a ser una singularidad entre otras Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo p 3

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afirmacioacuten realizada por De Certeau pero lo es en cuanto ldquodesigna una relacioacutenrdquo o una serie asiacute como sus ldquocombinacionesrdquo y sus muacutel-tiples posibilidades de cruzamiento el hecho no es una unidad o una suerte de sustancia percibible de forma naturalizada36

Las observaciones recurrentes enmarcadas en procesos conti-nuos que crean valores propios estaacuten en condiciones de signar el acontecimiento como una diferencia apreciable en un conjunto sis-temaacuteticamente organizado de interrelaciones Maacutes auacuten eacuteste es efec-to de la capacidad del sistema para organizar las diferencias que produce jerarquizarlas y crear otras estructuras menos evanescen-tes Si hay hechos singulares es porque son producto de un rejuego concertado de muacuteltiples interrelaciones pero su cualidad temporal es la falta de duracioacuten o su deacutebil estabilidad Ahora bien en cuanto a los errores identificables mdashesas desviaciones ya aludidasmdash la orientacioacuten manifestada por De Certeau no deja de ser concurrente en sus resultados e implicaciones con las nuevas prescripciones res-pecto a lo queacute es el trabajo cientiacutefico desde una postura sisteacutemica De tal suerte que ahora es ya comuacuten considerar que las ciencias producen estructuras que se enfrentan directamente con la frustra-cioacuten de las expectativas formuladas con anterioridad por ella misma

Las expectativas son estructuras que logran condensarse y que por lo tanto tienen cierta duracioacuten condicioacuten que resalta frente a la ocurrencia del acontecimiento pues eacuteste tiende a desaparecer en cuanto se exterioriza en el orden de un esquema Dichas estructuras suponen un trabajo especializado que consiste seguacuten lo dicho an-teriormente en tramitar como variacioacuten lo que se esfuerza constan-temente en encontrar como desengantildeo esto uacuteltimo se refiere a ese conjunto de probabilidades que ella designa como campo de pronoacutes-ticos significativos Los elementos condicionales de las expectativas

36 De Certeau La escritura de la historia p 97 En este mismo texto paacutegina 99 escri-bioacute lo siguiente ldquoSi es verdad que lo particular especifica a la vez la atencioacuten y la inves-tigacioacuten esto no lo hace como un objeto pensado sino al contrario porque es el liacutemite de lo pensable Lo uacutenico pensado es lo universal [hellip] Si la lsquocomprensioacutenrsquo histoacuterica no se encierra en la tautologiacutea de la leyenda o no huye hacia la ideologiacutea tiene como prime-ra caracteriacutestica no el convertir en pensable las series de datos trillados (aunque alliacute esteacute la lsquobasersquo) sino el nunca renunciar a la relacioacuten que las lsquoregularidadesrsquo mantienen con las lsquoparticularidadesrsquo que se les escapanrdquo

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en el campo cientiacutefico se preparan para poder ldquoafrontar decepcio-nesrdquo en un entorno altamente contingente es decir suscrito a muacutel-tiples posibilidades de decepcioacuten Es por este camino que la ciencia continuamente introduce ajustes es decir modificaciones en sus propias expectativas con el fin de tratar de asegurar la continuidad de su operacioacuten por medio de variaciones susceptibles de ser ges-tionadas en su interior37

La nocioacuten de falsacioacuten expresa por tanto la orientacioacuten central que tienen los procedimientos metodoloacutegicos a saber enfrentarse a altos estaacutendares de improbabilidad para poder continuar constante-mente con sus ejecuciones en un ambiente especializado En opinioacuten de Michel de Certeau la historia no busca ya maacutes un sentido global y unitario sino el conjunto de ldquoexcepcionesrdquo susceptibles de ser lo-calizadas cuando utiliza modelos en contraste continuo con corpus documentales ldquoEl trabajo consiste en producir algo negativo que sea significativo Se ha especializado en la fabricacioacuten de diferencias signi-ficativas que permiten lsquoimponerrsquo un rigor maacutes grande en las progra-maciones y explorarlas maacutes sistemaacuteticamenterdquo38 Si consideramos todaviacutea la imagen habitual de la ciencia incluso para posturas como las enarboladas por el empirismo loacutegico la historia no podriacutea ser ciencia si no siguiera el camino trazado por su fundamentacioacuten filo-soacutefica convencional Entonces como la ciencia debe comprobar sus enunciados condicionales (hipoacutetesis) bajo procedimientos estrictos en sentido loacutegico asiacute la historia se quedariacutea en un trabajo fuacutetil de

37 Luhmann Sistemas sociales p 272 y s En otro de sus trabajos ya citado aquiacute sentildealoacute al respecto ldquoLas estructuras que permiten de esta manera que surja comunicacioacuten de comunicacioacuten tienen que contener proyecciones temporales Deben consistir de ex-pectativas (si se nos permite el uso despsicologizado del teacutermino) que reducen las posi-bilidades de variacioacuten de otras comunicaciones Las expectativas producen precisamen-te porque tienen que estar preparadas para afrontar decepciones una continuidad suficiente de mundo [hellip] No es necesario saber coacutemo es el mundo realmente Soacutelo se tiene que disponer de posibilidades de registrar y recordar (aunque en forma selectiva y olvidadiza) las experiencias propias Entonces la comunicacioacuten puede trabajar con suposiciones fijables mediante el lenguaje calibradas para posibles decepciones y que pueden ser utilizadas como algo familiarizado porque se sabe o en caso dado se puede determinar raacutepidamente coacutemo iniciar las reparaciones y coacutemo seguir comunicando en forma comprensiblerdquo Luhmann La ciencia de la sociedad p 102-103

38 De Certeau La escritura de la historia p 99

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formular redundancias a partir de expectativas fuertes que son para todos los efectos reflexivos estructuras de redundancia

Por supuesto que existen estructuras de redundancia sin las cua-les la operacioacuten historiograacutefica seriacutea imposible y que actuacutean bajo los dictados de una memoria de la propia operacioacuten Pero ello no inhi-be sino que incluso lo exige como precepto crucial la posibilidad de identificar formas de variacioacuten que son siguiendo a De Certeau significativas no asiacute las redundancias La expresioacuten diferencias signi-ficativas quiere decir formas estructuradas por el sistema operativo para identificar y utilizar aquellos enlaces que le permitan conti-nuar su recursividad La investigacioacuten histoacuterica soacutelo puede pro-ducir maacutes investigacioacuten histoacuterica mdashgenerar diferencias a partir de diferenciasmdash siempre y cuando esteacute capacitada para continuar falseando modelos sociales Es otra forma de decir que la historia es una ciencia especializada en trabajar con contingencias puesto que un mundo social como el actual configurado en todos sus aacutem-bitos por situaciones de gran complejidad el riesgo se convierte en indeterminacioacuten radical

El problema de la complejidad y la funcionalidad del saber histoacuterico

Ya en los estudios realizados por Max Weber sobre el caraacutecter de la sociedad moderna se introduce la suposicioacuten de que dicho sistema no puede maacutes que reproducirse incrementando sus tasas internas de complejidad39 Lo que se haraacute evidente maacutes tarde es que el siste-ma social alcanzando niveles de una organizacioacuten funcionalmente diferenciada gestiona esos altos grados de complejidad y de inde-terminacioacuten (contingencia) de dos maneras En un caso especializa aacutereas en el tratamiento de sectores o regiones siendo estos sectores

39 La complejidad social incrementada se entiende en Weber como aumento ten-dencial de diferenciacioacuten social interna Esta apreciacioacuten se encuentra en sus trabajos sobre el desencantamiento de mundo en el aacutembito de las propias imaacutegenes religiosas in-cluida la eacutetica protestante Pero tambieacuten en la comprensioacuten de la modernidad como proceso de racionalizacioacuten Veacutease la sugerente lectura realizada por Habermas en Juumlrgen Habermas Teoriacutea de la accioacuten comunicativa i Racionalidad de la accioacuten y racionalizacioacuten social versioacuten castellana de Manuel Jimeacutenez Redondo Meacutexico Taurus 2002 p 213 y s

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producto de un proceso evolutivo que hace emerger sistemas socia-les diversificados40 En otro transforma la indeterminacioacuten y la im-probabilidad resultante en expectativas enfrentadas a las probables decepciones que a su vez pueden dar cabida a una variacioacuten con-trolada de sus estructuras La historia es un saber ligado a esa di-versificacioacuten y a la indeterminacioacuten correlativa bajo una particular forma de afrontar decepciones que siguiendo el razonamiento an-terior es funcional para la propia sociedad Esta funcionalidad de la historia la entiende De Certeau como ejercicio criacutetico en relacioacuten con el uso de modelos

Al historizar dichos modelos cosa que no sucede necesariamen-te en sus disciplinas de origen la historia pone en juego una deter-minacioacuten sobre los modelos de racionalidad que los sostienen con-jugada con un ejercicio de temporalizacioacuten Es decir muestra la contingencia que los permite proyectaacutendolos en un espacio tempo-ral especiacutefico Se trata de una criacutetica histoacuterica dado que obliga a tomar en cuenta los liacutemites de esos modelos de racionalidad y por tanto la imposibilidad de universalizarlos Un doble efecto se presenta con esta criacutetica histoacuterica y es puesto de relieve por De Certeau Pri-mero una historizacioacuten del presente del sistema social cuestioacuten que no puede desligarse del proceso inaugurado por la cultura moderna esto es la diferenciacioacuten como criterio interno del sistema El pro-ceso consiste en historizar lo actual seguacuten la apreciacioacuten de Michel de Certeau Segundo el pasado muestra su valor para ese presente en el sentido de simbolizar ldquolo que hace faltardquo en eacutel41 En otras pa-labras expone la pertinencia de la distincioacuten pasadofuturo para el ejercicio de autorreflexioacuten del sistema social

Aun cuando la sociedad recurre a formas elaboradas de autorre-flexioacuten y en este rubro debe incluirse a las ciencias sociales no puede alcanzar una descripcioacuten unitaria de siacute misma Lo que lo impide es el propio proceso de diferenciacioacuten interna dado que la complejidad resultante escapa a toda descripcioacuten teoacuterica que pueda dar cuenta del

40 Niklas Luhmann Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia edicioacuten y trad de Josetxo Beriain y Joseacute Mariacutea Garciacutea Blanco Madrid Trotta 1998 Veacutease en particular el capiacutetulo 4 titulado ldquoLa diferenciacioacuten de la sociedadrdquo p 71-98

41 De Certeau La escritura de la historia p 100

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conjunto de los elementos actuantes en su propia autopoiesis Esta situacioacuten implica la necesidad de seleccioacuten Es imposible calcular el nuacutemero de relaciones posibles entre los elementos actuantes en el sis-tema dado que no soacutelo han aumentado en cantidad y en grados im-posibles de determinar sino que las relaciones que pueden estable-cerse entre ellos no se realizan de manera exhaustiva y no se producen de forma simultaacutenea De ahiacute que sea la seleccioacuten el criterio operativo central para un sistema que alcanza esos niveles de complejidad42 Lo anterior puede relacionarse con la propia diversificacioacuten entre las ciencias sociales pues expresan precisamente el proceso de diferen-ciacioacuten social los grados de su espacializacioacuten reproducen los niveles diferenciados necesarios para afrontar esa complejidad

Lo que resulta es de nuevo una paradoja la complejidad enten-dida como proceso agudo de disociacioacuten interna (subsistemas socia-les) puede ser reflexionada por instancias igualmente diferenciadas pero siempre ligadas a esferas particulares No es ya posible desde una situacioacuten social como la nuestra describir el proceso con una sola teoriacutea ni acceder a un conocimiento universal o sinteacutetico de esa misma situacioacuten social compleja Las ciencias sociales contribuyen con una autocomprensioacuten del sistema social a partir de generar ob-servaciones de segundo orden sobre los oacuterdenes diferenciados mis-mos En tal sentido las investigaciones sociales dan cuenta de la diferenciacioacuten evolutiva que ha alcanzado el propio sistema social De tal forma que las observaciones construidas por estas ciencias se convierten en autoobservaciones del propio sistema social para nu-trir sus procesos de autorreflexioacuten Las ciencias sociales son funcio-nales para el sistema porque tematizan la complejidad evolutiva del propio sistema Sus propios campos de estudio o empiacutericos se cons-tituyen en relacioacuten directa con el proceso de diversificacioacuten social

42 ldquoPodemos encontrar foacutermulas matemaacuteticas que calculen el nuacutemero de relaciones posibles pero toda operacioacuten del sistema que establece una relacioacuten tiene que elegir una entre muchas mdashla complejidad impone la seleccioacutenmdash Un sistema complejo surge soacutelo por seleccioacuten Esta necesidad de seleccioacuten cualifica los elementos es decir da cualidad a la pura cantidad La cualidad en este caso no es otra cosa que la capacidad selectiva limi-tada es la neguentropiacutea comparada con la entropiacutea mdashque significa que todas las rela-ciones loacutegicamente posibles tienen un oportunidad igual de realizarserdquo Luhmann Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia p 26

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por lo que los resultados entendidos como autoobservaciones apor-tan elementos para la reproduccioacuten de los sistemas sociales y de sus iacutendices de diferenciacioacuten

Tomando en cuenta lo anterior la disciplina histoacuterica presenta una singularidad debida a la relacioacuten que guarda con esta clase de ciencias gracias al transporte de modelos sociales reproduce en su loacutegica de investigacioacuten tambieacuten una diferenciacioacuten anaacuteloga a la que se presenta entre las propias ciencias sociales y entre los subsistemas con los cua-les estaacuten ligadas Por un lado la relacioacuten induce una homogeneizacioacuten de ramas de investigacioacuten sumamente especializadas (historia econoacute-mica historia social historia poliacutetica historia cultural etceacutetera) Por otro establece una heterogeneidad entre cada rama la misma hetero-geneidad que guardan las diferentes disciplinas sociales A este pro-ceso le ha denominado segmentacioacuten y permite la cohesioacuten interna de cada forma de investigacioacuten histoacuterica De manera un tanto esquemaacute-tica se pueden establecer dos aspectos en teacuterminos de funcionalidad respecto al campo de la investigacioacuten social cosa que en De Certeau supone ejercicio criacutetico Primero este ejercicio establece los liacutemites operativos de las propias investigaciones sociales por medio del ejer-cicio de falsacioacuten de sus modelos como ya hemos visto incremen-tando asiacute el iacutendice de variacioacuten de la ciencia social de que se trate esto lo he denominado al inicio de este escrito principio de limitabilidad

El segundo aspecto de criticidad consecuencia del anterior con-siste en aumentar los recursos de autorreflexioacuten de estas disciplinas al introducir una referencia al pasado del sistema social y por tanto de los subsistemas y de las observaciones que sobre dicha diferencia-cioacuten producen las ciencias sociales Esto acarrea la introduccioacuten de ese principio de contingencia o de deriva que junto con el anterior con-forman los pilares centrales de la epistemologiacutea histoacuterica En este caso se trata de un necesario rasgo de historizacioacuten de sus propios modelos pero tambieacuten de la disciplina que lo generoacute cosa que le permite obser-varse en el horizonte de un despliegue temporal de su ra cionalidad operativa43 Lo que muestran ambos aspectos es que las investigaciones

43 ldquoCada ciencia se refiere a un movimiento histoacuterico explicita sus posibilidades en un modo discursivo que le es propio implica un lsquootrorsquo diferente de ella misma la historia que la permitioacute y sigue siendo el a priori de toda racionalidad Todo lenguaje

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77MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

histoacutericas se comportan para los efectos de variacioacuten cognitiva (frus-tracioacuten de expectativas) y de reflexividad en la reproduccioacuten auto-poieacutetica de las disciplinas sociales como productora de observaciones de tercer orden en relacioacuten con las observaciones sociales

Al producir estas observaciones que en todo caso se conforman como comunicaciones la historia aporta elementos para establecer la unidad del sistema social a partir de sentildealar lo diferente Las co-municaciones historiograacuteficas designan directamente esas diferen-ciaciones en teacuterminos temporales es decir introduciendo mayores iacutendices de contingencia sin los cuales los sistemas no pueden operar Al establecer los liacutemites de los modelos de racionalidad del presen-te faculta a esas disciplinas para historizar sus propias unidades operativas condicioacuten requerida para la autopoiesis del sistema En-tonces las estructuras temporales que introduce la historiografiacutea permiten para cada disciplina establecer los estados presentes de su operacioacuten sisteacutemica lo actualmente dado y por tanto tambieacuten lo posible44 La diferencia que resulta es decir el pasado instituye un conjunto de previsiones susceptibles de ser tratadas como unidades formales actuales mientras lo posible se juega en un horizonte de aperturas que son conceptualmente esquematizadas y planteadas hipoteacuteticamente en los registros metodoloacutegicos de las historias

Esas unidades formales del presente coinciden con los liacutemites identificados de las operaciones al comparar el estado actual con los estados anteriores de los subsistemas se les dota de elementos de control sobre sus propias formas de operacioacuten ademaacutes de permitir orientar las transformaciones de sus estructuras por medio de una suerte de estabilidad dinaacutemica45 La ciencia de la historia como con-glomerado operativo exhibe su condicioacuten de sistema observador de

coherente funciona gracias a cuestiones previas que eacuteste supone sin fundarlasrdquo De Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo p 213-214

44 ldquoLa diferencia fundamental entre actualidad y horizonte de posibilidades hace posible la rediferenciacioacuten de las diferencias entre las posibilidades abiertas asiacute como su comprensioacuten tipificacioacuten esquematizacioacuten y que ganen valor de informacioacuten en la siguiente actualizacioacuten [hellip] Al principio por tanto no se encuentra la identidad sino la diferencia Soacutelo asiacute es posible conferir valor de informacioacuten a las casualidades y construir con ello un ordenrdquo Luhmann Sistemas sociales p 94

45 Luhmann La ciencia de la sociedad p 202

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tercer orden pues confronta directamente la inseguridad autoprodu-cida por las investigaciones sociales con el fin de inducir su gestioacuten y manipulacioacuten para sus propias operaciones autopoieacuteticas46 Por tanto la historia es una ciencia especializada en el tratamiento de la inseguridad temporal que resulta de la relacioacuten entre estados futuros y decisiones presentes Si como ha sentildealado De Certeau en la ope-racioacuten historiograacutefica ldquolas permanencias ocultas y las rupturas ins-tauradoras se amalgamanrdquo esto mismo es agregado reflexivamente a las observaciones sociales La historia aporta una visioacuten que mues-tra que su funcionamiento es producto de un conjunto de ldquopertenen-ciasrdquo sociales y praacutecticas instauradas en el orden de lo contingente47

La localizacioacuten efectuada da pie para el anaacutelisis reflexivo que se necesita para conducir la reproduccioacuten de las operaciones y las ob-servaciones subsecuentes Es en este punto crucial de la recursividad sisteacutemica donde la historia encuentra su caraacutecter funcional tempo-ralizar e introducir elementos reflexivos en las modalidades de au-toobservacioacuten de la sociedad tardomoderna Al situar el conjunto de las operaciones en aquellos ambientes sociales donde se produ-cen la reflexividad aportada consiste en suma en comunicar lo indudable o evidente en teacuterminos de lo maacutes improbable ldquoPensar como improbable la ya existenterdquo48 Lo contrario seriacutea sin duda la ruina para las formas de saber actuales esto es la ficcioacuten de haber triunfado sobre la diferencia De tal suerte que no habriacutea otra confi-guracioacuten de saber moderna donde la diferencia alcance tales dimen-siones cognitivas como en la historia al punto de convertirse en una ciencia que busca constantemente la herejiacutea que le es inherente y los innumerables puntos de fractura que introduce en el presente49

46 ldquoLa ciencia tiene que ver ante todo con inseguridad autoproducida Esta inse-guridad se puede aprovechar en forma siempre diferente y quizaacutes mejor puede ser puesta en circulacioacuten en la observacioacuten de los observadores Pero no puede ser elimi-nada Y toda ciencia se basa en ellardquo Ibidem p 78

47 De Certeau La escritura de la historia p 53 Del mismo autor ldquoLa ruptura instau-radorardquo p 212

48 Alfonso Mendiola ldquoLa inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia iquestargu-mentativa yo narrativardquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2005 p 93-122 p 118

49 ldquoRespecto a lo pensable reintroduce la hipoacutetesis de una diferencia la herejiacutea de otras coherencias En las organizaciones actuales sentildeala la fisura entre un irreal distinto

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79MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

bIblIograFiacutea

certeau Michel de Historia y psicoanaacutelisis entre ciencia y ficcioacuten 2a ed trad de Alfonso Mendiola Meacutexico Universidad Iberoamericana 2003 168 p

La escritura de la historia 2a ed trad de Jorge Loacutepez Moctezuma Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993 334 p

La faacutebula miacutestica Siglos xvi y xvii trad de Jorge Loacutepez Moctezuma revisioacuten teacutecnica de Roberto Flores y Luce Giard Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993 353 p

La posesioacuten de Loudun edicioacuten revisada por Luce Giard trad de Marcela Cinta Meacutexico Universidad Iberoamericana 2012 270 p

ldquoLa ruptura instauradorardquo en La debilidad del creer trad de Viacutector Goldstein Buenos Aires Katz 2006 p 191-230

ldquoiquestQueacute es un seminariordquo en Carmen Rico de Sotelo (coord) Re-lecturas de Michel de Certeau Meacutexico Universidad Catoacutelica de UruguayPontificia Universidad JaverianaUniversidad Iberoamericana 2006

dosse Franccedilois ldquoDe Certeau un historiador de la alteridadrdquo en Perla Chinchilla (coord) Michel de Certeau un pensador de la diferencia Meacutexico Universidad Iberoamericana 2009 p 13-39

Foerster Heinz von Observing Systems introduccioacuten de Francisco J Varela Seaside (California) Intersystems Publications 1981 331 p

ldquoPor una nueva epistemologiacuteardquo Metapoliacutetica Meacutexico v 2 n 8 Disponible en httpecologiahumanaclpdfPOR20UNA20NUEVA20EPISTEMOLOGIApdf (fecha de consulta 19 de diciembre de 2013)

Foucault Michel Las palabras y las cosas una arqueologiacutea de las ciencias humanas 24a ed trad de Elsa Cecilia Frost Meacutexico Siglo XXI 1996

(en ese momento y tal vez debido a que presenta esa posibilidad como lo real de ayer) La escritura historiograacutefica crea a-topiacuteas Abre no-sitios (ausencias) en el presente A veces organiza sistemaacuteticamente puntos de huida en el orden de los pensamientos y de las praacutecticas contemporaacuteneas Se coloca entonces del lado del suentildeo Bentham ya lo deciacutea y el anaacutelisis freudiano nos lo ensentildeoacute auacuten mejor la alteridad de lo real resurge en la ficcioacuten vuelve a lo irreal de lo fantaacutestico Reaparece bajo la figura literaria del fictitious despueacutes de haber sido eliminada por las otras praacutecticas productoras de lsquohechos objetivosrsquordquo De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 120

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80 historia y meacutetodo en el siglo xx

HaberMas Juumlrgen Teoriacutea de la accioacuten comunicativa i Racionalidad de la accioacuten y racionalizacioacuten social versioacuten castellana de Manuel Jimeacutenez Redondo Meacutexico Taurus 2002

luHMann Niklas Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas lecciones publicadas por Javier Torres Nafarrate Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de Occidente 2009

ldquoiquestCoacutemo se pueden observar estructuras latentesrdquo en Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Homenaje a Heinz von Foerster trad Cristoacutebal Piechocki Barcelona Paidoacutes 1995

Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia edicioacuten y tra-duccioacuten de Josetxo Beriain y Joseacute Mariacutea Garciacutea Blanco Madrid Trotta 1998 257 p

La ciencia de la sociedad trad de Silvia Pappe Brunhilde Erker y Luis Felipe Segura Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de OccidenteAnthropos 1996

Sistemas sociales Lineamientos para una teoriacutea general trad de Silvia Pappe y Brunhilde Erker bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Na-farrate Meacutexico Alianza 1991

MendIola Alfonso ldquoEl conflicto o la unioacuten en la diferencia institucioacuten creencia y herejiacutea en Michel de Certeaurdquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 30 2008

ldquoEl giro historiograacutefico la observacioacuten de observaciones del pa-sadordquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2000 p 181-208

ldquoLa inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia iquestargumen-tacioacuten yo narrativa Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2005 p 93-122

MorIn Edgar ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo Gazeta de Antropolo-giacutea n 20 2004 p 8-9 Disponible en httpwwwugres~pwlac G20_02Edgar_Morinpdf (fecha de consulta 20 de diciembre de 2013)

ruumlsen Joumlrn ldquoOrigen y tarea de la teoriacutea de la historiardquo en Silvia Pappe (coord) Debates recientes en la teoriacutea de la historiografiacutea alemana trad de Kermit McPherson Meacutexico Universidad Autoacutenoma Metropolitana AzcapotzalcoUniversidad Iberoamericana 2000

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Franccedilois Hartog (n 1946) o el contraste como meacutetodo

aurelIa valero PIeUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Unidad de Investigacioacuten sobre Representaciones Culturales y Sociales Morelia

ldquoCuando se quiere estudiar a los hombres mdashescribioacute Jean-Jacques Rousseaumdash es necesario mirar cerca de siacute pero para estudiar al hombre hay que aprender a llevar la vista a lo lejos hay que obser-var primero las diferencias para descubrir luego las propiedadesrdquo1 En esas y otras liacuteneas del Ensayo sobre el origen de las lenguas se ha llegado a reconocer algunos antecedentes de la antropologiacutea con-temporaacutenea esto es aquella rama del conocimiento que examina la alteridad y organiza el espacio del otro mediante diversas estrategias discursivas2 Entendido como un ir y venir entre lo universal y lo particular entre la igualdad y la diferencia lo que podriacutea denomi-narse gesto etnograacutefico vinculariacutea a pensadores a la vez cercanos y disiacutemiles como Eacutemile Durkheim Marcel Mauss Claude Leacutevi-Strauss y Michel de Certeau por no mencionar sino a unos cuantos autores de lengua francesa

A estos nombres convendriacutea agregar el de Franccedilois Hartog des-de luego no soacutelo por vincularse a ese espacio linguumliacutestico y cultural sino en virtud de una obra que ha contribuido a renovar la historia intelectual merced a distintas operaciones de tipo comparatista En un vaiveacuten constante entre diversos periodos autores y disciplinas su manejo del contraste se ha traducido en innovadoras lecturas de la historia la historicidad y la historiografiacutea ademaacutes de haberle permitido construir herramientas conceptuales de una amplia ca-pacidad heuriacutestica Tal es el caso en especial de nociones como ldquopresentismordquo y ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo cuyos alcances y li-mitaciones se estaacuten poniendo a prueba incluso maacutes allaacute del medio

1 Jean-Jacques Rousseau Ensayo sobre el origen de las lenguas Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1984 p 38

2 Sobre la posicioacuten de Rousseau como ldquopadrerdquo de la etnologiacutea y precursor de la lin-guumliacutestica contemporaacutenea es posible consultar Claude Leacutevi-Strauss Le regard eacuteloigneacute Pariacutes Plon 1983 y Jacques Derrida De la grammatologie Pariacutes Les Eacuteditions de Minuit 1967

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82 historia y meacutetodo en el siglo xx

historiador Examinar ese enfoque a partir de ciertos pasajes y ele-mentos inscritos en su obra constituye el objeto de las paacuteginas siguientes concebidas para evaluar el meacutetodo empleado y sus potencialidades para el presente

la InQuIetante extrantildeeza de la HIstorIa

En una conferencia pronunciada hace un par de antildeos en esta ciudad Hartog describioacute su condicioacuten de historiador como una ldquono perte-nenciardquo ldquoNo soy mdashafirmabamdash un historiador de Francia de Brasil de Meacutexico ni de ninguacuten otro sitio y [hellip] por lo tanto me encuentro en una situacioacuten de no pertenenciardquo Los viajes acadeacutemicos los tras-lados constantes e incluso una larga estancia de investigacioacuten en Indonesia favorecieron que desarrollara una ldquomirada a distanciardquo (regard eacuteloigneacute) entendida en el sentido que Claude Leacutevi-Strauss prestoacute a la expresioacuten3 ldquoEsta situacioacuten mdashaclaroacute el conferenciantemdash permite ser maacutes atentordquo4

Los principales componentes de su planteamiento aparecen ya en esas palabras en primer teacutermino la importancia concedida al lugar del observador y el intereacutes por desplazarlo de continuo Ello responde a que la historia uacutenicamente realiza su potencial pleno cuando se introducen sucesivos cambios de perspectiva De esta forma no soacutelo se alude al hecho ciertamente banal de que nuevos fragmentos del pasado van surgiendo conforme se rota la pupila sin descartar novedades posibles la especificidad del enfoque re-side en proceder por una especie de rodeo en que lo ajeno desem-boca en lo propio y lo familiar se redescubre en la extrantildeeza ldquoLa desviacioacuten mdashespecificoacute en otro momentomdash es justamente lo que

3 Seguacuten Claude Leacutevi-Strauss la mirada distanciada constituye el gesto distintivo del antropoacutelogo un gesto que permite percibir por efecto de un descentramiento los rasgos positivos y negativos de la cultura propia Se vuelven de este modo patentes ciertos aspectos que hasta entonces habiacutean permanecido latentes y se preserva el lugar del observador de cualquier pretensioacuten de absoluto Veacutease por ejemplo Claude Leacutevi- Strauss y Didier Eribon De pregraves et de loin Pariacutes Odile Jacob 1988

4 Franccedilois Hartog ldquoCreer en la historia ayer y hoy Sesioacuten de preguntasrdquo en Gui-llermo Zermentildeo (coord) HistoriaFin de siglo Meacutexico El Colegio de Meacutexico 2016

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83FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

interesa porque ofrece un punto de apoyo para poner en tela de juicio nuestras certezas y por lo tanto volver sobre nuestras dudasrdquo5 Dar un paso hacia atraacutes mdasho a un costado seguacuten preconi-zaba Michel de Certeaumdash con el fin de desnaturalizar el pasado y relativizar el presente constituye a muy grandes rasgos el modus operandi de esta apuesta interpretativa

Avanzar de lo desconocido a lo conocido tal como sugiere la propuesta supone invertir al menos en apariencia la ruta maacutes comuacuten en la construccioacuten del saber Pese a contravenir la loacutegica habitual recorrer el camino a contraflujo de las praacutecticas corrientes obedece a la necesidad de disipar una ilusioacuten aquella que pretende convertir la cercaniacutea en una garantiacutea de comprensioacuten Por lo demaacutes no hay nada maacutes opuesto a la experiencia ordinaria aunque la leccioacuten suele pasar inadvertida aqueacutella nos ensentildea que a mayor proximidad lo visible tiende a tornarse invisible Por obra del contacto constante las imaacute-genes de nuestro pasado y nuestro presente se transforman de acuer-do con una metaacutefora de Hartog en ldquoretratos de familia tan familiares que ya no los vemosrdquo6 De ahiacute que el problema no consista tanto en la dificultad de reconstruir una ausencia cuanto en la exigencia de devolver la visibilidad a una presencia Colocar el entorno bajo una

5 Franccedilois Hartog El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2003 p 8

6 Franccedilois Hartog Evidencia de la historia Lo que ven los historiadores Meacutexico Uni-versidad Iberoamericana 2011 p 87 Tal es por recurrir a un ejemplo la leccioacuten que Edgar Allan Poe nos ofrece en su conocido relato ldquoLa carta robadardquo A la pregunta sobre coacutemo asegurar el anonimato de un valioso documento Auguste Dupin el perso-naje central de la historia responde dejaacutendolo a la vista La siguiente analogiacutea explica esa contradiccioacuten inherente a nuestras facultades perceptivas ldquoHay un juego de acerti-jos [hellip] que se realiza sobre un mapa Uno de los jugadores pide a alguien que encuen-tre un nombre dado mdashel nombre de una ciudad de un riacuteo de un estado o de un impe-riomdash cualquier palabra en suma comprendida en la extensioacuten abigarrada e intrincada del mapa Una persona novata en el juego procura en general embrollar a sus adver-sarios indicaacutendoles nombres impresos en letras diminutas pero los acostumbrados al juego escogen los nombres impresos en gruesos caracteres que se extienden desde una punta a la otra del mapa Estas palabras [hellip] escapan a la observacioacuten por el hecho mismo de su excesiva evidencia y aquiacute el olvido material es precisamente anaacutelogo a la intencioacuten moral de una inteligencia que deja pasar las consideraciones demasiado pal-pables demasiado patentesrdquo Edgar Allan Poe El escarabajo de oro y otros cuentos Meacutexico Rei 1988 p 227-228

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84 historia y meacutetodo en el siglo xx

luz inusual de tal modo que eacuteste se imponga nuevamente a la con-ciencia es una propiedad del meacutetodo comparatista

Asociado en Francia a personalidades como Jean-Pierre Vernant Marcel Detienne y Pierre Vidal-Naquet el comparatismo se convir-tioacute en el sello distintivo de una escuela de antropologiacutea histoacuterica que desde los antildeos setenta privilegioacute el estudio de la Antiguumledad grie-ga7 En esa liacutenea es posible situar igualmente a Franccedilois Hartog no soacutelo por haber recibido en directo aquellas ensentildeanzas sino por haber sabido cultivar un enfoque que examina no tanto objetos cuanto las relaciones que priman entre ellos Junto con el caraacutecter experimental y constructivo al que aspira esta corriente su obra se distingue por el recurso a la comparacioacuten en tanto instrumento do-tado de una amplia capacidad heuriacutestica La principal consiste en la facultad de poner en evidencia y colocar en perspectiva atributos uacutenicamente aprovechables de evitarse el reduccionismo que conti-nuamente acecha a esa operacioacuten cognitiva Limitarse a articular oposiciones binarias olvidar los problemas que conlleva homologar entidades inconexas u obviar los paraacutemetros que regulan las corre-laciones construidas son ejemplos de las simplificaciones que con frecuencia acarrea el uso irreflexivo del contraste8 En ocasiones de manera expliacutecita y en otras tantas de modo impliacutecito a esas cuestio-nes Hartog ha respondido al postular que ldquono se trata de desplegar un programa de una comparacioacuten regulada sino de dar muestra de una atencioacuten comparatistardquo Por debajo de su llamada ldquoarqueologiacutea del historiadorrdquo aparecen de este modo los contornos de una teoriacutea de la observacioacuten9

Desde un punto de vista estructural iquestqueacute significa observar sino introducir una diferencia entre lo visto y lo no visto entre lo que

7 Se considera que la obra de Marcel Detienne Comparer lrsquoincomparable Pariacutes Le Seuil 2009 expone el programa y el meacutetodo que dirigioacute la escuela francesa de antropo-logiacutea comparada Un breve recuento de esta corriente junto con sus principales obras y representantes figura en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 p 434-448

8 Algunas de las principales criacuteticas dirigidas contra el enfoque comparatista apare-cen en Michael Werner y Beacuteneacutedicte Zimmermann ldquoBeyond Comparison Histoire Croiseacutee and the Challenge of Reflexivityrdquo History and Theory v 45 n 1 febrero 2006 p 30-50

9 Hartog Evidencia de la historia p 24-25 y 133 Las cursivas son miacuteas

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85FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

retiene el intereacutes y aquello que permanece como un teloacuten de fondo Siendo asiacute quien mira a su alrededor establece distinciones sucesi-vas condicioacuten indispensable para atribuir un orden y un valor a la pluralidad de estiacutemulos que informa la experiencia De aceptar estas premisas una consecuencia se impone a saber que entender coacutemo se ve desde un mirador en especiacutefico mdashy no soacutelo aquello que se ve el queacute de la miradamdash requiere explicitar dichas distinciones Trasla-darlas a la conciencia de tal modo que se yergan en objeto de aten-cioacuten equivale a efectuar lo que Niklas Luhmann denominoacute una observacioacuten de segundo grado ldquoPara la observacioacuten de una operacioacuten (incluyendo la de la observacioacuten) mdashexplicoacute en referencia al teacutermi-nomdash basta una observacioacuten simple de lo que sucede [hellip] Para la observacioacuten de la operacioacuten como observacioacuten sin embargo hay que hacer el esfuerzo por colocarse en un nivel de segundo orden lo cual significa seguacuten una idea hoy en diacutea asimilada en la linguumliacutestica un nivel con componentes autorreferencialesrdquo10 Identificar los ejes que estructuran la mirada es resultado por consiguiente de un desdo-blamiento que consiste en observar la observacioacuten y en asumirse como sujeto y objeto de estudio Si bien formulado desde otro marco teoacuterico y conceptual tal es igualmente el sentido y la funcioacuten que Hartog ha prestado al tiacutetulo de arqueoacutelogo de la percepcioacuten11

observando al observador

Un ejemplo del esfuerzo por mostrar los estratos que sostienen lo visible aparece en El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro tesis de Estado publicada en 1980 con el sello de la editorial Gallimard Que identificar esos sedimentos constituyera el intereacutes

10 Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad Meacutexico Universidad Iberoamericana 1996 p 61

11 Asiacute se registra en pasajes como el siguiente al confrontar ldquolos enunciados del texto con el saber compartido no se trata de evaluar la descripcioacuten o juzgar la informa-cioacuten sino maacutes bien de estudiar la manera como se realiza la descripcioacuten y dedicarse al tratamiento de la informacioacuten Este problema del coacutemo [hellip] plantea finalmente el de las condiciones de posibilidad o al menos de una de ellas la de la construccioacuten del relatordquo Hartog El espejo de Heroacutedoto p 37

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86 historia y meacutetodo en el siglo xx

principal del autor queda de manifiesto en el objetivo asignado a la obra Eacuteste reside nada menos que en reconstruir ldquola mirada del his-toriador y el ojo de la historiardquo a partir del campo visual de quien seguacuten la tradicioacuten fundoacute la disciplina12 Desde esa oacuteptica los nueve libros de la Historia tiacutetulo que enmarca los escritos del tambieacuten geoacute-grafo griego funcionan como un observatorio para dilucidar tanto los elementos que refleja su retina cuanto el punto de fuga que or-ganiza su mirada Dos preguntas interrogan la perspectiva del lla-mado padre de la disciplina iquestQuieacuten es el ldquoyordquo y quieacuten es el ldquootrordquo ofrecen en efecto las liacuteneas geomeacutetricas mdasho distincionesmdash que van estructurando el horizonte A contraluz en el arco celeste terminaraacute por proyectarse merced a un sofisticado juego de reflejos y desviacuteos una retoacuterica de la alteridad y la gesta del discurso historiograacutefico

Las respuestas se desplazan conforme cambian los espacios Si en primer lugar el yo es Heroacutedoto los otros son entonces los inter-locutores y personajes que encuentra en cada escala del camino sean eacutestos medas libios persas o tracios La visioacuten del etnoacutegrafo se apodera del viajero dado que observar significa identificar las diferencias que distinguen frente al extranjero En las circunstan-cias que dicta una excursioacuten sin embargo iquestquieacuten ocupa el lugar del forastero iquestLos no griegos o quien abandona su ecuacutemene natal con el propoacutesito de recorrer tierras ignotas iquestLos baacuterbaros o quien llega de afuera y desde sus propios paraacutemetros inspecciona juz-ga y analiza Pero la frontera que conlleva toda alteridad no soacutelo se establece entre el explorador y su objeto de estudio tambieacuten aparece a su regreso momento que marca el encuentro con sus coterraacuteneos Pese a hallarse ante sus pares los helenos Heroacutedoto ha visto y lo que no atestiguoacute le ha sido relatado Ese conocimiento lo separa de aquellos en cuya compantildeiacutea nacioacute y vivioacute Compartir la experiencia de lo extrantildeo supone introducir componentes exoacutegenos en el mundo familiar un gesto que fractura la armoniacutea preexisten-te entre los iguales A fin de reestablecerla es necesario traducir es decir buscar las equivalencias disponibles entre los referentes que ofrece el universo semaacutentico en comuacuten en ese caso el de la Magna Grecia tal como se configuroacute a raiacutez de las denominadas Guerras

12 Ibidem p 30

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87FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

Meacutedicas Esas aproximaciones permiten asimilar la extrantildeeza en beneficio de lo propio

La apropiacioacuten no se realiza de manera inmediata sino que apa-rece mediada por una serie de recursos que Hartog situacutea bajo los signos de la inversioacuten la comparacioacuten y la analogiacutea13 Con indepen-dencia de su funcionamiento especiacutefico lo maacutes destacado de esas figuras retoacutericas reside en que cada una instituye al propio yo (o al nosotros) como punto de referencia De este modo se establecen tanto las condiciones que permiten construir el relato como las reglas con que se fabrica al otro Soacutelo al llegar al final del proceso es posible nombrar y clasificar es decir comprender La imaginacioacuten y el en-tendimiento estaacuten determinados por el grado de desviacioacuten que el objeto extrantildeo presenta con respecto a lo ya conocido lo cual impone a su vez el liacutemite de lo cognoscible Ampliar esos maacutergenes consti-tuye una tarea gradual pero imprescindible dado que de ella depen-de que se incorporen datos nuevos en el marco de un saber colectivo Desempentildear dicha tarea al poner en marcha los procesos interro-gativos y de exploracioacuten es justamente un papel de la otredad en tanto motor del conocimiento

Conocer al otro implica medir la distancia en relacioacuten con el yo Este es un hecho que ya Platoacuten sentildealaba al admitir que la alteridad absoluta es impensable la diferencia soacutelo puede captarse cuando se cintildee a las reglas de la identidad que establece la razoacuten14 Uacutenicamente la variacioacuten y no la heterogeneidad radical es asimilable ldquoDecir el otro mdashpuntualizoacute Hartogmdash es postularlo como diferente es postular

13 Si bien Hartog apenas menciona su nombre en alguacuten escrito posterior resultan notables las coincidencias a este respecto con algunas ideas de Hayden White A modo de evidencia compaacuterese lo hasta aquiacute expuesto con pasajes como el siguiente ldquocom-prender es un proceso que consiste en hacer que lo no familiar o lo lsquoextrantildeorsquo en el sentido que Freud le da a ese teacutermino aparezca como familiar o trasladarlo del dominio de las cosas sentidas como lsquoexoacuteticasrsquo e inclasificadas a un cierto dominio de la experien-cia codificada adecuadamente para ser sentida como humanamente uacutetil no amenazan-te o simplemente conocida por asociacioacuten Este proceso de comprensioacuten soacutelo puede ser tropoloacutegico en su naturaleza pues lo que estaacute involucrado en este convertir en familiar lo no familiar es un tropologizar que es generalmente figurativordquo Hayden White ldquoTropologiacutea discurso y modos de conciencia humanardquo en El texto histoacuterico como arte-facto literario y otros escritos Barcelona Paidoacutes 2003 p 71

14 Platoacuten ldquoParmeacutenidesrdquo en Diaacutelogos Madrid Edaf 2002

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que existen dos teacuterminos a y b y que a no es b o sea hay griegos y no griegos Pero la diferencia soacutelo adquiere intereacutes a partir del mo-mento en que a y b entran en un mismo sistema hasta entonces existiacutea una no coincidencia pura y simplerdquo15 Incorporar al contex-to de partida supone traducir determinar aquellos puntos de con-tacto que permiten entrar en relacioacuten con lo desconocido Que en ese proceso de apropiacioacuten se sacrifiquen diversas dosis de la sin-gularidad ajena no soacutelo constituye un lugar comuacuten sino el presu-puesto de base en toda traduccioacuten quienes lamentan que los des-plazamientos conlleven una u otra peacuterdida mdashya sea en el orden del ritmo y la cadencia en el campo del significado o en los confines de la evocacioacutenmdash olvidan que aqueacutella no se efectuacutea cuando la entidad extranjera permanece ideacutentica a siacute misma16 A ello habriacutea que antildeadir que la imposibilidad de conservar inalterado el signo asimilado constituye una limitante contenida en el lenguaje puesto que la co-municacioacuten se produce en el mundo que vivimos y nuestras palabras remiten a las formas que nos rodean De ello se desprende que la facultad de designar por medio de la lengua estaacute determinada por la comunidad linguumliacutestica a la que pertenecemos Describir al otro implica insertarlo en el campo de nuestra propia experiencia

Si ver y decir son coextensivos esto significa que la percepcioacuten limita el habla y a la inversa que el horizonte del lenguaje con-diciona los sentidos17 Las implicaciones que de ahiacute se derivan di-fiacutecilmente podriacutean ser maacutes significativas ellas indican que vemos a traveacutes del lenguaje y que observar equivale a traducir a nuestros

15 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 20716 Sobre la imposibilidad de restituir el conjunto de valores y significados en el

pasaje de una lengua a otra me permito remitir a tiacutetulo de ejemplos a los ya claacutesicos Joseacute Ortega y Gasset ldquoMiseria y esplendor de la traduccioacutenrdquo en Obras completas Madrid Alianza Revista de Occidente 1983 v v p 431-452 y Vladimir Nabokov ldquoProblems of Translation lsquoOneginrsquo in Englishrdquo en Lawrence Venuti (ed) The Translation Reader Londres Routledge 2000 p 71-83

17 Comentando los mecanismos que descubre en la obra de Heroacutedoto Hartog sostiene ldquose pasa insensiblemente de la expresioacuten del espacio y el movimiento en la lengua al espacio de la lengua como representacioacuten del espacio concreto es decir como imitacioacuten Impliacutecitamente mi discurso supone que la armazoacuten del espacio concreto corresponde a las divisiones de la lengua y reaparece aquiacute la cuestioacuten de la homologiacutea de lo visible y lo deciblerdquo Hartog El espejo de Heroacutedoto p 323

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propios teacuterminos El acceso a la realidad se verifica por consiguiente a partir de comunicaciones y no de percepciones Lo mismo sucede en el discurso historiograacutefico tal como Franccedilois Hartog lo expone al tomar la obra de Heroacutedoto Historia como clave y ejemplo de su interpretacioacuten

asiacute como el marco del acuarelista reticula su pintura mdashexplicoacute en un pasaje de su obramdash en la Historia existen uno o varios reticulados Este teacutermino tiene dos sentidos En primer lugar el reticulado estructura el relato llamado Historia (que en este caso ocupa la posicioacuten de tablero y trata a partir de eacuteste de volver visible el reticulado que lo rige) En segundo lugar la Historia es el reticulado ldquoa traveacutes del cualrdquo el narrador ve y hace ver al destinatario el mundo los otros el pasado de Grecia etceacutetera Pero aquiacute se plantea la cuestioacuten iquestacaso ha funcionado la His-toria como reticulado si se me permite el teacutermino maacutes allaacute de siacute misma o volviendo a nuestra metaacutefora acaso hay ldquoacuarelistasrdquo que a lo largo del tiempo usaron la Historia a la manera de un ldquocuadriculadordquo para ver lo que deseaban dibujar

Evidentemente la metaacutefora del acuarelista tiene su liacutemite en el he-cho de que el reticulado no se compone de hilos ni de liacuteneas sino de lenguaje Y puesto que diga lo que diga Montaigne no existe un diccio-nario personal ldquointeriorrdquo eacuteste estaacute lleno de saber compartido El reticu-lado maneja y trabaja el saber compartido que a la vez lo hace posible lo corrige lo completa incluso llegado el caso ayuda a transformarlo18

Presente pasado y futuro se perciben a traveacutes de ciertas estruc-turas socialmente dadas mdasho de retiacuteculas de acuerdo con la metaacutefo-ra citada Asiacute lo indica Hartog al separar un hilo maacutes de la trama que ha ido desenredando poco a poco aquella en que se entreteje el discurso de la alteridad Esa hebra se anuda con las interpretaciones sucesivas de las que Heroacutedoto ha sido objeto Mediante ese proce-dimiento el ldquoyordquo se desplaza hacia los historiadores que han estu-diado su figura en el transcurso del tiempo el ldquootrordquo es ahora el protagonista del relato convertido seguacuten el narrador en turno en primer historiador mitoacutelogo o artista Sobra decir que el contenido

18 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 297 Asiacute se entiende que en opinioacuten de Hartog la Historia funcione como un ldquodispositivo para hacer verrdquo Ibidem p 325

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de su obra no ha variado en absoluto han cambiado eso siacute los coacute-digos de lectura en tanto resultado de ese proceso de adecuacioacuten constante que conforma la vida misma

Pese a que en nuestros diacuteas rara vez se cuestiona el caraacutecter his-toacuterico del discurso no han faltado quienes ciegos ante el devenir dinaacutemico de las estructuras sociales atribuyeron un sentido perento-rio a su propia mirada como historiador y buscaron imprimirle ciertos tintes de absoluto Erigiendo la verdad atemporal en garante de juicios y de observaciones esos exeacutegetas del pasado pretendieron cubrirse con las insignias del jurista Contra todo pronoacutestico mdasho al menos de quienes buscaron convertirse en portavoces de la ldquouacuteltima palabrardquomdash del tribunal de la historiografiacutea el inculpado ha salido mucho mejor que airoso Por una ironiacutea inherente al propio razonamiento juriacutedi-co Hartog explica que ldquoeste proceso en el cual jamaacutes se pronuncia una sentencia definitiva mdashporque cada sentencia anterior es consi-derada un mero testimonio hacia un fallo nuevo en esta investiga-cioacuten que jamaacutes se detienemdash es tambieacuten el que asegura la inmortali-zacioacuten de Heroacutedoto la impronta misma de su inmortalidadrdquo19 Poner de manifiesto el caraacutecter relativo de la historia y propiciar la permanencia del sabio de Halicarnaso ha sido el expediente de una causa conducida con tenacidad y con una loacutegica implacable

ldquoLos espejos y la coacutepula son abominables porque multiplican el nuacutemero de los hombresrdquo afirmaba en palabras de Adolfo Bioy Casares un heresiarca de Uqbar20 Aunque lejos de producir aver-sioacuten el mecanismo de luces y reflejos que Hartog puso en movi-miento muestra que todo individuo se despliega hasta incluso ase-mejar una pequentildea multitud por efecto de la refraccioacuten su identidad se desagrega en tantos aspectos como pares de ojos alcanza a atraer Asiacute tras reconocer las distintas dimensiones o planos de sentido que se yuxtaponen en la imagen que la posteridad ha forjado en torno a Heroacutedoto el investigador concluye que ldquotenemos el principio de muchas figuras del historiador desde el investigador-viajero hasta el lector de archivos desde el agrimensor de campos de batalla hasta

19 Ibidem p 2320 Jorge Luis Borges ldquoTloumln Uqbar Orbis Tertiusrdquo en Ficciones Madrid Alianza

1989 p 14

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el fabricante de soldados de papel pasando por el juez en su proble-maacutetico tribunal de la historiardquo21 El potencial interpretativo conteni-do en el autor objeto de estudio mdashy en el meacutetodo que lo diseccio-namdash se revela en esa particularidad quien primero se interesara en registrar los hechos del pasado funge como un prisma en que se descomponen a la manera de haces luminosos las ideas que van configurando el sentido y la naturaleza de la disciplina histoacuterica en su devenir La ilusioacuten de objetividad se disuelve ante la pluralidad de perspectivas y se revela que la vuelta a los oriacutegenes constituye una manera de historiar la mirada del historiador y de relativizarla Se admite su caraacutecter singular por oposicioacuten a universal y contin-gente por oposicioacuten a atemporal

nocIones a Prueba la evIdencIa y la dIstancIa HIstoacuterIca

En fechas recientes al reflexionar sobre los pormenores de su tra-yectoria intelectual Franccedilois Hartog explicoacute en retrospectiva que al momento de orientar sus estudios ldquoelegir la Antiguumledad griega fue una manera no de abandonar el presente [hellip] sino al menos de dar un paso lateralrdquo22 El espejo de Heroacutedoto fue desde esa perspec-tiva el primer esfuerzo sistemaacutetico por responder de modo tangen-cial o por la viacutea del rodeo algunas interrogantes de vigencia peren-ne para la disciplina Entre ellas se cuentan las preguntas sobre la naturaleza de los documentos la construccioacuten de los textos histo-riograacuteficos y las modalidades que rigen la lectura iquestQuieacuten habla iquestcon queacute propoacutesito iquestcoacutemo busca convencernos iquestcoacutemo sabe lo que dice son algunas muy claacutesicas que con frecuencia se olvidan tras la autoridad de la fuente Maacutes auacuten escribioacute ldquoa partir de las idas y ve-nidas que se proponen entre antiguos y modernos todo mi trabajo sugiere que estos movimientos ayudan a comprender mejor tanto a unos como a otros es decir lo que estaacute en juego en sus respectivos

21 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 2222 Franccedilois Hartog La chambre de veille con la colaboracioacuten de Felipe Brandi y

Thomas Hirsch Pariacutes Flammarion 2013 p 40 (mi traduccioacuten)

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debates asiacute como lo no dicho las dificultades a las cuales conducen y las evidencias sobre las que reposanrdquo23 Retraerse en el tiempo y alejarse en el espacio supuso una oportunidad para cuestionar uno y otro y desde un aacutengulo inhabitual transitar en palabras de Certeau ldquode la ajenidad de lo que hoy ocurrerdquo a la ldquodiscursividad del comprenderrdquo24

Al explorar las viacuteas en que opera el reflejo asiacute como las imaacutegenes que de este modo van fraguaacutendose El espejo de Heroacutedoto pone en praacutectica una teoriacutea del observador por cierto muy afiacuten a la que se desarrolloacute desde las trincheras del llamado ldquoconstructivismo radicalrdquo25 Orientada hacia la epistemologiacutea esta corriente ha bus-cado esclarecer la interdependencia entre el observador y el mundo observado con el propoacutesito de interrogar y comprender coacutemo se produce el conocimiento

El observar mdashescribe Humberto Maturana uno de sus principales exponentesmdash resulta ser el punto de partida fundamental para expli-car al observador al instrumento de explicacioacuten y a la cuestioacuten maacutes importante en cualquier intento de comprender realidad y razoacuten como fenoacutemenos del dominio humano O dicho en otras palabras desde el momento en que todo lo dicho es dicho por un observador a otro ob-servador que puede ser eacutel mismo y considerando que el observador es un ser humano el observador y el observar deben ser explicados en la explicacioacuten del ser humano en tanto observador26

23 Hartog Evidencia de la historia p 1824 Citado en ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois

Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades Buenos Aires Waldhuter Editores 2010 p 159

25 Como constructivismo radical se conocen los trabajos de diversos cientiacuteficos que al indagar sobre el problema del conocimiento han subrayado el papel activo del suje-to cognoscente y por lo tanto el caraacutecter construido mdashpor oposicioacuten a recibidomdash de percepciones y saberes Entre quienes se encuentran asociados a esta corriente destaca el matemaacutetico George Spencer con su teoriacutea de la diferencia el fiacutesico Heinz von Foerster con su teoriacutea de la circularidad y el bioacutelogo Humberto Maturana con su concepto de autopoiesis y su teoriacutea del lenguaje Veacutease por ejemplo Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Barcelona Gedisa 2000

26 Humberto Maturana ldquoRealidad la buacutesqueda de la objetividad o la persecucioacuten del argumento que obligardquo en Marcelo Pakman (comp) Construcciones de la experiencia humana Barcelona Gedisa 1996 v I p 54

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Desde sus propios paraacutemetros y sin que la asociacioacuten fuera en ninguacuten momento intencionada Hartog ha terciado en el debate al adecuar y trasladar ciertas lecciones hacia el terreno de la historia La triangulacioacuten no resulta menor sobre todo si se considera que esta rama del saber hunde sus raiacuteces mdashy asiacute lo recuerda tambieacuten su epistemologiacuteamdash en el terreno de la vista Maacutes en concreto al advertir que toda perspectiva se construye al tiempo que sirve para cons-truir los escritos del autor que nos ocupa han contribuido a cuestio-nar y a explotar la capacidad heuriacutestica contenida en algunas nociones centrales para la disciplina Una de ellas es nada menos que el con-cepto de evidencia teacutermino que conjuga y condensa los actos de ver y hacer ver de decir y convencer De ahiacute que escrutar ese horizonte semaacutentico permita calcular los espacios que ocupan lo visible y lo invisible en sus desplazamientos sucesivos Por si fuera poco en la medida en que la evidencia sea cual sea su naturaleza pretende fun-dar juicios y conocimientos su examen abre a la posibilidad de es-tablecer una historia de la verdad entre cuyos capiacutetulos figurariacutea el siguiente un relato de ldquola mirada histoacuterica que sentildealariacutea a partir del ojo y de su lugar los diversos regiacutemenes historiograacuteficos que des-de la Antiguumledad hasta nuestros diacuteas han prevalecido en esto que se ha convertido la tradicioacuten europeardquo27

Escribir algunas paacuteginas de esa historia intelectual constituye como ya se ha indicado un objetivo central en la obra de Hartog Al filo de la escritura sus liacuteneas han puesto a prueba la nocioacuten de ldquodis-tancia histoacutericardquo a la que se alude sin nombrar en pasajes como el siguiente ldquoa partir del lugar de saber que se da el lsquoyorsquo [lsquojersquo] viajero que se hace todo ojos y todo oiacutedos puede desplegarse entonces una interpretacioacuten del mundo y de su historiardquo28 iquestCoacutemo entender el

27 Hartog Evidencia de la historia p 13328 Franccedilois Hartog Memoria de Ulises Relatos sobre la frontera en la antigua Grecia

Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 1999 p 127 Es de destacar que este tipo de aseveraciones desmienten parcialmente a quienes acusan a Hartog de disociar las ideas del contexto y de los portadores que les prestan sustento ldquoQuizaacutes mdashconcede eacutel mismomdash Pero no veo coacutemo podriacutea haber trabajado las cuestiones que me apremiaron de haberme privado de los recursos mdashen un sentido estrictomdash de la literatura no como revista en que se hurga sino como pensamiento que provoca la reflexioacutenrdquo Hartog La chambre de veille p 194 (mi traduccioacuten)

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papel atribuido al lugar del historiador sino como el punto de mira que organiza el discurso sobre el pasado Esa medida siempre cam-biante que regula la separacioacuten frente al ayer es lo que comuacutenmente se designa como distancia histoacuterica Del latiacuten distantia alejamiento o desviacuteo el teacutermino se inscribe en el campo de la espacialidad si bien en la disciplina histoacuterica la nocioacuten suele utilizarse para designar el tiempo y maacutes en especiacutefico el tiempo como imperativo metodoloacute-gico y como condicioacuten de objetividad29 En los escritos de Hartog sin embargo esa metaacutefora se convierte en un dispositivo heuriacutestico cuya doble acepcioacuten latina mdashel alejamiento y el desviacuteomdash sirven para medir y experimentar con las potencialidades inscritas en la pers-pectiva histoacuterica No menos se vale de ese gesto que conjuga las dimensiones temporal y espacial dado que sentildeala ldquopara poder ser asida o volverse manifiesta la inteligibilidad parece necesitar maacutes espacios cronoloacutegicos o geograacuteficosrdquo30

a) La distancia como espacio

Por el lado de las superficies terrestres y de su geografiacutea el meacutetodo invita a atravesar amplios territorios operacioacuten que permite ir co-tejando ciertos palmos en beneficio de la comprensioacuten Eacutesta se al-canza al construir un marco de referencia condicioacuten de base para realzar y medir tanto las presencias como las ausencias A desarro-llar ese proceso responde la variacioacuten en los puntos de anclaje si-tuados ora en la antigua Aacutetica ora en la Roma de Polibio algunas veces en Francia y otras maacutes en Berliacuten Incluso la isla de Ogigia tierra miacutetica donde Ulises dejoacute correr siete antildeos en compantildeiacutea de Calipso forma parte de las coordenadas presentes en maacutes de un escrito Y es que explica el investigador

invitar a partir de estas configuraciones lejanas y pasadas tanto en Fidjiacute como en Esqueria [hellip] depende del ejercicio de la mirada distanciada

29 Veacutease el nuacutemero monograacutefico coordinado por Jaap den Hollander Herman Paul y Rik Peters que la revista History and Theory v 50 n 4 diciembre de 2011 dedicoacute al tema de la distancia histoacuterica

30 Hartog Evidencia de la historia p 74

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que de Montaigne a Leacutevi-Strauss pasando por Rousseau y muchos otros aspira a aportar beneficios de inteligibilidad Ya que de entrada nos alejamos del centro cuestionamos lo que teniacuteamos como evidencias dudamos de sus propias categoriacuteas hacemos posible la comparacioacuten31

Aparece nuevamente el caraacutecter relacional de la propuesta dado que comparar supone poner en relacioacuten dos elementos cual-quiera que sea su naturaleza o ubicacioacuten en el espacio Pese a ello tan temerarios han llegado a parecer esos saltos longitudinales que no ha faltado quien en nombre del ldquorigorrdquo y de la ldquoprecisioacutenrdquo que con-viene a una praacutectica cientiacutefica lo acuse de incurrir en una excesiva rapidez procedimental de trabajar en el aire y de tender hacia la superficialidad Contra esos reparos el propio Hartog ha reivindi-cado un enfoque interesado en registrar no tanto objetos unitarios encerrados en su mismidad cuanto los posibles viacutenculos que pri-man entre ellos Aunque de este modo quedan fuera numerosos aspectos y facetas aclara ldquolo que merece retener la atencioacuten mdashal menos la miacuteamdash son estos recorridos por parte de un autor de una pregunta conservando los puntos en que se invierten y transfor-man sentildealando las cesuras a partir de las cuales las cosas se anudan de otro modordquo32

De ese planteamiento ha emanado un peculiar modo de escritura concebida como el registro de los movimientos o como una bitaacutecora de navegacioacuten Con ello una advertencia se impone a saber que el intereacutes en los traslados por oposicioacuten a los momentos de reposo no equivale a practicar el turismo cultural o dicho de otro modo aque-llo que en la jerga acadeacutemica suele tildarse de ldquoensayismordquo33 Una diferencia radica en que Hartog al recubrir su postura episteacutemica con los rasgos del transeuacutente no se contenta con observar ciertos lugares

31 Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007 p 81

32 Hartog La chambre de veille p 45 (mi traduccioacuten)33 Por lo demaacutes un ldquoensayordquo puede definirse seguacuten una foacutermula que Hartog toma

de Robert Musil como ldquola forma uacutenica e inalterable que un pensamiento decisivo hace tomar a la vida interior de un hombrerdquo ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades p 161

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comunes ni con andar trayectos dispuestos de antemano aunque admite cierta afinidad con quien frecuenta tianguis y mercadillos (con el chineur) su procedimiento se caracteriza por buscar interre-laciones insospechadas y por privilegiar los procesos por encima de los resultados Apenas admira por consiguiente que en sus paacuteginas ocupe un lugar destacado la figura del viaje ldquoese movimiento ese ritmo casi esa respiracioacuten entre el mismo y el otrordquo34 No trazar un mapa sino describir un itinerario constituye la manera de reconstituir esos trayectos aquellos que suscitan y logran ldquoque se correspondan se entrecrucen o se superpongan lugares y miradas que sentildealan puntos de referencia momentos en que las cosas se enturbian o se desviacuteanrdquo35 Maacutes auacuten en la medida en que resume y concentra un modelo operatorio se entiende que su buacutesqueda se oriente no hacia ldquoel viaje en siacute mismo en su materialidad sino como operador dis-cursivo y esquema narrativo el viaje como mirada y resolucioacuten de un problema o respuesta a una preguntardquo36

Un ejemplo de escritura a partir de dudas y cuestionamientos se encuentra en los anaacutelisis desarrollados en torno al concepto de ldquoori-genrdquo y de otros maacutes que le son afines Quien se asome a la obra de Hartog advertiraacute en efecto que esa constelacioacuten semaacutentica aparece de modo recurrente en sus trabajos y tanto asiacute que incluso fundoacute un libro en la ldquoproblemaacutetica de los comienzos y la perspectiva de una Grecia vista como inauguracioacutenrdquo37 iquestQueacute entender por unos teacuterminos tan equiacutevocos como inquietantes y cuyo empleo es tributario en la opinioacuten de Marc Bloch de una enquistada ldquoobsesioacuten embriogeacutenicardquo iquestRefieren a un inicio ex novo o a las causas a un principio explicati-vo o a ciertos fundamentos iquestCoacutemo explicar que se siga adorando al ldquoiacutedolo de los oriacutegenesrdquo pese a haberse consumado al menos en la teoriacutea un desencantamiento del mundo y de su historia38 Quizaacutes con el deseo de disipar las sospechas de idolatriacutea Hartog ha preci-sado que la idea no consiste en buscar unas raiacuteces primigenias al

34 Hartog La memoria de Ulises p 1735 Ibidem p 1636 Ibidem p 2437 Hartog Memoria de Ulises p 24 Las cursivas son miacuteas38 Marc Bloch Apologiacutea de la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura

Econoacutemica 2003 p 59-64

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afirmar que ldquoel comienzo que alcanzamos remontando los aconte-cimientos no es el comienzo sino lsquola primera manifestacioacutenrsquo rdquo sus palabras sugieren que el origen representa no un hecho por descu-brir sino un dispositivo heuriacutestico de alcances por explorar39

No es que tenga un gusto particular por los oriacutegenes mdashapunta en otro pasajemdash sin embargo con ellos podemos disponer de una especie de si-tuacioacuten experimental Podemos tomar las configuraciones a partir de las cuales se han operado las bifurcaciones o las elecciones que habriacutean podido no ser o ser otras ellas han sido olvidadas muy pronto o se han vuelto tan evidentes que ya no hemos pensado en cuestionarlas40

La vuelta a los oriacutegenes se convierte asiacute en un postulado teoacuterico capaz de traducirse en una estrategia de tipo pragmaacutetico El corola-rio que de esto se deriva no es en modo alguno menor Eacuteste con-siste nada menos que en reintroducir la contingencia en la historia al difuminar la ilusioacuten retrospectiva de necesidad y al impedirnos ordenar los sucesos de acuerdo con un recorrido orientado en pro-greso continuo y en que cada etapa anuncia la siguiente Pero hay maacutes al retroceder en el tiempo y retraerse en el espacio hasta encon-trar el momento y lugar en que una nocioacuten una categoriacutea o una experiencia se tornoacute concebible Hartog no soacutelo recuerda que todo lo que fue pudo no haber sido o serlo de otra manera tambieacuten apunta hacia sus condiciones de posibilidad arrojando nueva luz sobre el devenir efectivo De ahiacute que tomando como ejemplo su aacuterea privi-legiada de estudio recomiende ldquodeberiacuteamos poder limitar mejor eso que no era y antes que nada eso que no podiacutea ser el Mediterraacute-neo antiguo Con esto no soacutelo ganariacuteamos enriqueceriacuteamos y preci-sariacuteamos el cuestionario sino tambieacuten volveriacuteamos expliacutecitos algunos de los presupuestos de la praacutectica modernardquo41 La historicidad que

39 Hartog Evidencia de la historia p 23640 Ibidem p 33 Paacuteginas maacutes adelante comenta el autor ldquoestas observaciones no

apuntan de ninguna manera a sostener que todo se encuentra o que todo se juega en los comienzos sino invitan soacutelo a considerarlos como un espacio experimental donde se comunican todaviacutea las experiencias histoacutericas divergentes las divisiones inician las elecciones positivas se formulan las rupturas se dibujan en pocas palabras donde un lsquopensamiento histoacuterico occidentalrsquo se construyerdquo Ibidem p 37

41 Ibidem p 25

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define al pasado y al presente se torna visible una vez maacutes a partir de los cuestionamientos geograacuteficos

b) La distancia como tiempo

Si trayectos traslados recorridos y desplazamientos desempentildean un papel central en el vocabulario de Hartog no menos lo hacen nociones como las fronteras los umbrales y los intersticios Ademaacutes de insertarse en el campo de la espacialidad todas ellas comparten el caraacutecter liminar denotan una situacioacuten de entre-dos y funcionan como cierre y apertura como punto de clausura y de origen De una estructura similar es el concepto de ldquocrisisrdquo teacutermino que mar-ca una ruptura temporal y que vincula dos oacuterdenes del tiempo o mejor dicho dos modos de experimentar el tiempo Esta uacuteltima pre-cisioacuten resulta relevante en la medida en que por esas fracturas se entienden aquellas coyunturas en que la articulacioacuten entre pasado presente y futuro pierde la evidencia de que hasta entonces gozaba Es entonces cuando las dudas y la incertidumbre invitan cuando no obligan a repensar la tradicioacuten y a fijar nuevos puntos de refe-rencia A ello se debe que dichos episodios funcionen como lentes de aumento susceptibles de revelar un proceso tan profundo y constante como por lo general imperceptible para sus contemporaacuteneos Se tra-ta desde luego de la dimensioacuten temporal cuya paradoacutejica centralidad para la historia recuerda Franccedilois Hartog mediante la siguiente ad-vertencia ldquocon la evidencia de su omnipresencia mdashalertamdash el tiem-po corre el riesgo de volverse lo impensado de una disciplina que se proclama la maacutes rigurosa de todos los garantes de eacutel mismordquo42 Devolverlo a la esfera de lo visible y registrar los cambios que se operan en eacutel es el propoacutesito de los ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo

Acuntildeada a finales de los antildeos ochenta la expresioacuten ldquoreacutegimen de historicidadrdquo designa no tanto la experiencia social del tiempo enten-dida en un sentido empiacuterico cuanto un artefacto interpretativo ideado para examinar esa misma experiencia El sintagma forma parte des-de esa perspectiva de las categoriacuteas metahistoacutericas o construcciones

42 Ibidem p 28

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99FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

conceptuales que permiten aislar analizar e interpretar un objeto en especiacutefico En este caso bajo la lupa puede observarse la conciencia mdashen un sentido laxomdash del pasado del presente y del futuro formas universales cuya articulacioacuten va variando en funcioacuten de las eacutepocas los espacios y las sociedades En un punto intermedio entre la vacui-dad de la abstraccioacuten y la ceguera de lo faacutectico la nocioacuten puntualizoacute Hartog ldquonunca ha sido una entidad metafiacutesica descendida del cielo y de alcance universal No es maacutes que la expresioacuten de un orden do-minante del tiempo tejido a partir de diferentes regiacutemenes de tem-poralidad es para terminar una manera de traducir y de ordenar las experiencias del tiempo [hellip] y de darles sentidordquo43

En la medida en que busca captar las manifestaciones concretas de un fenoacutemeno universal mdashla relacioacuten con el tiempomdash ese cons-tructo se instituye en un instrumento comparatista por vocacioacuten casi cabriacutea decir por excelencia Interesado en la triple dimensioacuten temporal en sus muacuteltiples entrelazamientos eacuteste permite analizar coacutemo esa divisioacuten tripartita se articula y se desplaza cualquiera que sea el momento y el lugar que se examine Maoriacutes y helenos Ale-mania y Brasil el Renacimiento y la edad contemporaacutenea son algu-nos sujetos paiacuteses y periodos cuya experiencia de la temporalidad encuentra cabida bajo la forma de preguntas en la narrativa de Har-tog A ello importa antildeadir que esa amplitud de miras no deriva en es-peculaciones sobre el Hombre entendido desde una concepcioacuten atemporal a la inversa que las indagaciones uacutenicamente pretenden conocer al individuo concreto es una consecuencia directa de la par-ticular fusioacuten presente a la manera de constante entre la perspectiva histoacuterica y el meacutetodo antropoloacutegico

Si bien Franccedilois Hartog ha reconocido maacutes de una vez una deuda intelectual con Reinhardt Koselleck no fue el disciacutepulo de Heideg ger su primer ni principal interlocutor al momento de acuntildear la expre-sioacuten ldquoreacutegimen de historicidadrdquo44 Seguacuten ha precisado en reiteradas

43 Hartog Regiacutemenes de historicidad p 13244 A ese respecto Hartog explica que la lectura de Futuro pasado aparecido en

franceacutes en 1990 ldquome ayudoacute mucho a formular preguntas que todaviacutea no teniacutea en claro La agudeza de sus anaacutelisis me permitioacute comprender mejor la gran transformacioacuten que supuso la instauracioacuten del tiempo moderno y por contraste las implicaciones tempo-rales de la historia magistra Con los conceptos metahistoacutericos de espacio de experiencia

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100 historia y meacutetodo en el siglo xx

ocasiones el motor de su reflexioacuten se originoacute no en la historia sino en la antropologiacutea y maacutes en especiacutefico en el enfoque e ideas del in-vestigador estadounidense Marshall Sahlins Al reconocer que ldquootros tiempos otras costumbresrdquo implican tambieacuten ldquootras historiasrdquo su homoacutelogo franceacutes trasladoacute parte de ese debate hacia el terreno de la historiografiacutea llamando la atencioacuten entre otras problemaacuteticas hacia la cuestioacuten de ldquola simultaneidad de lo no simul taacuteneordquo45 De este modo a la vez que advertiacutea la coexistencia de loacutegicas y experiencias temporales inasimilables entre siacute tambieacuten admitioacute la necesidad de relacionarlas si no de encuadrarlas dentro de un mismo sistema No es otro el sentido y la funcioacuten de los regiacutemenes de historicidad nocioacuten bisagra que carece de ldquola generalidad de una condicioacuten de posibili-dad pero [que] tampoco es simplemente denotativa Su categoriacutea seriacutea intermedia trabaja sobre las tensiones entre experiencia y ex-pectativa las estructura las nombra permite las comparacionesrdquo46

Utilizadas por la criacutetica estas uacuteltimas han servido abierta o veladamente para negar al autor cualquier viso de originalidad es-timando su meacutetodo como una mera glosa del alemaacuten y maacutes en especiacutefico como una traduccioacuten de las categoriacuteas ldquoespacio de expe-rienciardquo y ldquohorizonte de expectativardquo No obstante las diferencias frente al enfoque de Koselleck no resultan menores Una de ellas estriba en que el diaacutelogo disciplinar se establece frente a la antropo-logiacutea por oposicioacuten a la filosofiacutea de lo cual derivan varias conse-cuencias ldquoLos regiacutemenes mdashreplicoacute Hartog a quienes quisieron ver una calcamdash no estaacuten sustentados por ninguna teleologiacutea a la mane-ra de las fases o de los modos de produccioacuten de antantildeo y no preten-den dar la clave de la historiardquo Por el contrario se trata de ldquoun ar-tefacto cuya finalidad es heuriacutestica No es el punto de partida de una teoriacutea de la historiardquo47 La renuncia a adentrarse en los secretos

[hellip] y de horizonte de expectativa [hellip] [Koselleck] proveyoacute una poderosa herramienta interpretativardquo Hartog La chambre de veille p 136 (mi traduccioacuten)

45 Ibidem p 51 ldquoOtros tiempos otras costumbres la antropologiacutea de la historiardquo es el tiacutetulo de una conferencia que Marshall Sahlins pronuncioacute en 1981 y que unos antildeos maacutes tarde publicoacute en su conocida obra Islas de historia Barcelona Gedisa 1987

46 ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades p 155

47 Ibidem p 153

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101FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

del devenir humano no equivale sin embargo a negar los alcances de su propia propuesta Lejos de ello eacutel mismo ha reivindicado haber abierto el espectro de preguntas al desarrollar una herramien-ta interpretativa capaz de ampliar las coordenadas de estudio maacutes allaacute de Europa y de extender la cronologiacutea de anaacutelisis hasta incluso abarcar la edad contemporaacutenea

ldquoA lo que me dedico mdashafirmoacute este observador de la temporalidad y su experienciamdash es a cuestionar el pasado por el presente y el pre-sente por el pasado con el propoacutesito confeso de adquirir conocimien-to sobre uno y otrordquo48 Por esa labor de contraste entre uno y otro tiempo el historiador ha afianzado un terreno vedado a quienes entienden la ldquodistancia histoacutericardquo como una suma de antildeos incluso de siglos Al postular en efecto que la clave se encuentra no en una mera acumulacioacuten numeacuterica sino en el intereacutes de adoptar una mira-da distante Hartog ha reivindicado las capacidades de la historia para observar cualquier momento incluido el ahora En ese sentido que a partir del concepto ldquoreacutegimen de historicidadrdquo haya elaborado un sofisticado diagnoacutestico sobre la sociedad contemporaacutenea resulta significativo Eacuteste le permitioacute reconocer coacutemo se establecioacute en el trans-curso del siglo xx un nuevo equilibrio entre los oacuterdenes del tiempo o mejor dicho una relacioacuten que se define por la preponderancia del presente A medida que el pasado y el futuro se desvanecen en tan-to dimensiones invisibles o inalcanzables la actualidad se cierra so-bre siacute misma y pierde la capacidad de voltear hacia atraacutes o hacia adelante Tal es el sentido de la palabra ldquopresentismordquo el reacutegimen temporal de nuestros diacuteas49

a Modo de cIerre desde el Faro

La chambre de veille es el tiacutetulo que eligioacute Franccedilois Hartog para encua-drar un reciente libro de entrevistas Los pormenores que marcaron una provechosa trayectoria intelectual junto con numerosos recuerdos

48 Hartog La chambre de veille p 62 (mi traduccioacuten)49 Sobre el ldquopresentismordquo tema que mereceriacutea un trabajo en detalle es posible con-

sultar Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad asiacute como La chambre de veille p 151-183

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102 historia y meacutetodo en el siglo xx

y reflexiones sobre su experiencia vital y laboral aparecen pues bajo lo que en espantildeol se denomina con menor carga poeacutetica como ldquocaacute-mara de serviciordquo Con ese teacutermino suelen designarse unos espacios situados en la punta de los faros pequentildeos recintos destinados a albergar las labores del vigiacutea Una cama un escritorio y algunos instrumentos constituyen todo el mobiliario de quien consagra sus diacuteas y sus noches a cuidar la luz y a escrutar el horizonte Desde las alturas centildeidas de cristal el vigilante lo observa todo y al mismo tiempo no ve nada a su disposicioacuten tiene un aacutengulo visual insupe-rable y sin embargo es muy posible que lo esencial ocurra en otra parte Maacutes auacuten si no hay un movimiento que le pase desapercibido cada uno soacutelo adquiere sentido a partir de los coacutedigos y las coorde-nadas inscritos en las bitaacutecoras y los libros colocados en la mesa La analogiacutea con el oficio de historiar se esclarece poco a poco

Termineacute por comprender mdashescribioacute Hartogmdash que mi oficina con los estantes de la biblioteca los expedientes y las notas diversas era mi caacutemara de servicio [hellip] Tambieacuten ahiacute en el espacio de la oficina se verifican intercambios entre lo que uno ve y no ve Se encuentra lo que uno intenta ver que cree ver y que se esfuerza por hacer ver Y con demasiada frecuencia aquello que por una u otra razoacuten nos elude50

Definido como quien acecha el tiempo el historiador conjuga un lugar y una mirada Se convierte por lo tanto en el ojo de la historia aunque no en un sentido normativo ni mucho menos por aspirar a la omnipresencia el tiacutetulo responde simplemente a su capacidad para postular y poner en praacutectica una teoriacutea de la obser-vacioacuten planteada en este caso en teacuterminos de distanciamiento y de vocacioacuten itinerante A partir de los efectos de contraste que pro-duce y explota el meacutetodo de Hartog trae a la memoria preguntas olvidadas pone en tela de juicio las certezas actualiza las dudas y reintroduce la contingencia A fin de cuentas pregunta ldquoiquestcuaacutel pue-de ser la tarea del historiador (incluso su responsabilidad) si no la de poner el presente en perspectiva Por los conocimientos que aporta su trabajo apunta a reunir maacutes inteligibilidad y lucidez al hacer de

50 Ibidem p 11 (mi traduccioacuten)

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103FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

la historia un ejercicio criacuteticordquo51 Esa criacutetica implica un extrantildeamien-to y por su misma estructura puede ayudarnos a desacelerar

bIblIograFiacutea

blocH Marc Apologiacutea de la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2003

borges Jorge Luis Ficciones Madrid Alianza 1989

delacroIx Christian Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades Buenos Aires Waldhuter 2010

Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007

derrIda Jacques De la grammatologie Pariacutes Les Eacuteditions de Minuit 1967

detIenne Marcel Comparer lrsquoincomparable Pariacutes Le Seuil 2009

Hartog Franccedilois El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2003

Evidencia de la historia Lo que ven los historiadores Meacutexico Univer-sidad Iberoamericana 2011

La chambre de veille con la colaboracioacuten de Felipe Brandi y Thomas Hirsch Pariacutes Flammarion 2013

Memoria de Ulises Relatos sobre la frontera en la antigua Grecia Bue-nos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 1999

Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007

Hollander Jaap den Herman Paul y Rik Peters (coords) ldquoIntroduction The Metaphor of Historical Distancerdquo History and Theory v 50 n 4 diciembre 2011 p 1-10

leacutevI-strauss Claude Le regard eacuteloigneacute Pariacutes Plon 1983

51 Hartog Regiacutemenes de historicidad p 14

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104 historia y meacutetodo en el siglo xx

y Didier erIbon De pregraves et de loin Pariacutes Odile Jacob 1988

luHMann Niklas La ciencia de la sociedad Meacutexico Universidad Iberoame-ricana 1996

ortega y gasset Joseacute Obras completas Tomo v 1932-1940 Madrid Alian-zaRevista de Occidente 1983

PaKMan Marcelo (comp) Construcciones de la experiencia humana Barce-lona Gedisa 1996 v I

Platoacuten ldquoParmeacutenidesrdquo en Diaacutelogos Madrid Edaf 2002

Poe Edgar Allan El escarabajo de oro y otros cuentos Meacutexico Rei 1988

rousseau Jean-Jacques Ensayo sobre el origen de las lenguas Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1984

saHlIns Marshall Islas de historia Barcelona Gedisa 1987

venutI Lawrence (ed) The Translation Reader Londres Routledge 2000

watzlawIcK Paul y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribu-ciones al constructivismo Barcelona Gedisa 2000

werner Michael y Beacuteneacutedicte Zimmermann ldquoBeyond Comparison His-toire Croiseacutee and the Challenge of Reflexivityrdquo History and Theory v 45 n 1 febrero 2006

wHIte Hayden El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Bar-celona Paidoacutes 2003

zerMentildeo Guillermo (coord) HistoriaFin de siglo Meacutexico El Colegio de Meacutexico 2016

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HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

LA PERSPECTIVA HISTORIOGRAacuteFICA

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Marc Bloch (1886-1944) La preocupacioacuten por el meacutetodo histoacuterico

Martiacuten F riacuteos saloMaUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

Introduccioacuten

ldquoEs como historiador de la estructura social que me presento ante el Colegio de Francia pero como un historiador que situado fren-te a los hechos humanos y reconociendo en ellos por naturaleza hechos psicoloacutegicos se esfuerza cada vez maacutes en sus trabajos y se esforzaraacute en su ensentildeanza en explicarlos desde el interiorrdquo1 Es con estas palabras con las que el ceacutelebre historiador franceacutes se presen-taba a siacute mismo en el dossier que redactoacute en el antildeo 1934 para postu-lar su candidatura a la prestigiosa institucioacuten candidatura que final-mente seriacutea rechazada Sin embargo es posible constatar que las palabras contenidas en estas liacuteneas vistas a la luz del tiempo trans-currido condensan los aportes que Marc Bloch realizoacute a la ciencia histoacuterica los cuales han permitido a los historiadores de la histo-riografiacutea considerarlo como uno de los grandes intelectuales del siglo xx y sin duda como uno de los historiadores franceses de mayor relevancia de la primera mitad de la centuria pasada

La ingente produccioacuten del historiador nacido en Lyon la pro-fundidad trascendencia e innovacioacuten de sus planteamientos histo-riograacuteficos sus aportes a la historia medieval en general y al mejor conocimiento del sistema feudal en particular su intensa actividad docente su avidez de conocimiento e inquietudes intelectuales

1 Marc Bloch ldquoProjet drsquoun enseignement drsquohistoire compareacutee des socieacuteteacutes euro-peacuteennes Candidatures au Collegravege de France 1934rdquo en Marc Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance edicioacuten de Annette Becker y Eacutetienne Bloch prefacio de Annette Becker introduccioacuten de Eacutetienne Bloch Pariacutes Gallimard 2006 p 443-450 p 445 El rechazo de la candidatura de Bloch al Collegravege de France no se debioacute uacutenicamente a la supresioacuten de cuatro caacutetedras en abril de 1934 sino a tambieacuten a sus oriacutegenes judiacuteos ldquoLes origines juives de Marc Bloch se reacuteveacuteleront ecirctre un handicap les universitaires franccedilais eacutetant sensibles agrave une forme non dite de quotasrdquo Idem ldquoMarch Bloch 1886-1944 Vie et œuvrerdquo ibidem p 1-77 p 38

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108 historia y meacutetodo en el siglo xx

mdashque lo llevaron a fundar como es bien sabido los Annales en 1929mdash su participacioacuten activa en las dos guerras mundiales y su traacutegica muerte en junio de 1944 han generado tal cantidad de estu-dios y escritos que quien elaboroacute estas liacuteneas se preguntoacute a lo largo de varios meses si era posible decir algo novedoso sobre la obra de Marc Bloch2

La respuesta en realidad vino de los estudiantes a quienes im-partiacute el curso de Comentario de Textos durante el semestre 2014-1 alumnos de primer antildeo de la Licenciatura en Historia aacutevidos de conocimientos a quienes di a conocer la Apologiacutea por la historia Yo mismo habiacutea leiacutedo mdashgracias al doctor Sergio Mirandamdash la primera semana de mis estudios universitarios en el ya lejano antildeo de 1994 la versioacuten castellana del texto ldquoReflexiones para un lector curioso del meacutetodordquo publicada en la revista Eslabones y poco despueacutes tuve que leer para alguno de los cursos de historiografiacutea la Introduccioacuten a la historia3 Entonces me parecioacute un libro fascinante y cautivador pero soacutelo en la relectura realizada para preparar las respectivas clases del

2 Frente a la enorme produccioacuten historiograacutefica a propoacutesito de Marc Bloch y su obra resalto los textos introductorios de Annette Becker y Eacutetienne Bloch al volumen que coordinaron bajo el tiacutetulo Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance (vid supra nota 1) p vII-lx y lxI-lxxI respectivamente De obligada referencia son los trabajos de Carlos Aguirre Rojas Los Annales y la historiografiacutea francesa Tradiciones criacuteticas de Marc Bloch a Michel Foucault Meacutexico Quinto Sol 1996 Jaume Aurell La escritura de la memoria De los posi-tivismos a los postmodernismos Valencia Prensas de la Universidad de Valencia 2005 particularmente p 23-66 Dominique Bartheacutelemy ldquoMarc Blochrdquo en Veacuteronique Sales Les historiens Pariacutes Armand Colin 2003 p 85-102 Peter Burke La revolucioacuten historio-graacutefica francesa La Escuela de los Annales 1929-1989 Barcelona Gedisa 1993 particular-mente los capiacutetulos 1 y 2 p 15-37 Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 particularmente p 200-295 Franccedilois Dosse La historia en migajas De Annales a la ldquonueva historiardquo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2006 particularmente p 27-95 Olivier Dumoulin Marc Bloch Pariacutes Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques 2000 Carole Fink Marc Bloch A Life in History 2a ed Cambridge Cambridge University Press 1991 George G Iggers Historiography in the Twentieth Century From Scientific Objectivity to the Postdmodern Challenge HanoverLondres Wesleyan University PressUniversity Press of New England 1997 particularmente p 51-64 y Massimo Mastrogregori El manus-crito interrumpido de Marc Bloch Apologiacutea para la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998

3 Marc Bloch ldquoReflexiones para el lector curioso del meacutetodordquo Eslabones Revista semestral de estudios regionales Sociedad Nacional de Estudios Regionales Meacutexico n 7

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109MARC BLOCH (1886-1944)

mencionado curso asiacute como la ponencia origen de este escrito pude comprender cabalmente y ponderar la enorme riqueza que encierra este pequentildeo libro y la trascendencia intelectual de su autor

Hace no mucho Dominique Bartheacutelemy uno de los medievalis-tas franceses maacutes importantes y especialista en el sistema feudal tomando en consideracioacuten que el estilo y el pensamiento de Marc Bloch eran propios de un profesor de la Tercera Repuacuteblica y que las ciencias sociales se habiacutean transformado significativamente en los uacuteltimos treinta antildeos se preguntaba si auacuten podiacutea leerse la obra de Marc Bloch con ldquoconfianza y provechordquo Su respuesta era afirmativa ldquo[hellip] a condicioacuten mdashsosteniacuteamdash de situarlo en el contexto intelectual de esta repuacuteblica que hizo eclosionar dos lsquoescuelas histoacutericasrsquo suce-sivas el positivismo o mejor dicho la escuela metoacutedica a partir de 1875 y la escuela de los Annales en 1929rdquo4

A tenor de mi propia experiencia en el campo histoacuterico debo di-sentir de las consideraciones de Bartheacutelemy a propoacutesito de su aseve-racioacuten pues si bien es cierto que es necesario situar a Marc Bloch en su contexto histoacuterico intelectual e historiograacutefico tanto mi praxis en el campo de la historiografiacutea a propoacutesito del concepto de Reconquista y el desarrollo del medievalismo espantildeol como mi labor docente impar-tiendo cursos de Historiografiacutea y Metodologiacutea Histoacuterica me hacen evi-dente la vigencia del pensamiento de Bloch no soacutelo en el aacutembito de la historia medieval sino en realidad en el campo mismo de la historia5

Porque la pregunta que lanzara el insigne medievalista al iniciar su Apologiacutea y que de forma nada inocente poniacutea en boca de un es-colar ldquoiquestpara queacute sirve la historiardquo es una pregunta que como el mismo Bloch sosteniacutea plantea el problema de la ldquolegitimidad de la historiardquo y por lo tanto no interesa uacutenicamente al gremio de his-toriadores sino que ldquoafecta a toda la civilizacioacuten occidentalrdquo6 Una

enero-junio 1994 p xII-xxI Marc Bloch Introduccioacuten a la historia 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994

4 Bartheacutelemy ldquoMarc Blochrdquo p 865 Martiacuten Riacuteos Saloma La Reconquista Una construccioacuten historiograacutefica (siglos xvi-xix) proacute-

logo de Mariacutea Isabel Peacuterez de Tudela MadridMeacutexico Marcial PonsUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2011 y del mismo autor La Reconquista en la historiografiacutea espantildeola contemporaacutenea MadridMeacutexico SiacutelexUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2013

6 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 9

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110 historia y meacutetodo en el siglo xx

legitimidad que es cuestionada no ya como en los antildeos de la pri-mera posguerra por las otras ciencias sociales sino por una socie-dad que cada vez destina menos recursos a la creacioacuten de plazas universitarias que no incluye en los campos de accioacuten prioritaria de la formacioacuten posgradual a las humanidades en general y a la historia en particular que no es capaz de ponerse de acuerdo sobre queacute historia ensentildear y coacutemo ensentildearla7 que descuida y desatiende a los docentes de historia de la ensentildeanza baacutesica media baacutesica y media superior y abusa del discurso histoacuterico De esta suerte hemos asistido en los uacuteltimos tiempos al hecho de que la Historia ha sido obligada a abandonar los espacios acadeacutemicos y a participar en el debate poliacutetico al punto que la opinioacuten puacuteblica pide al historiador que se convierta en jurisconsulto y dirima las querellas que no pu-dieron resolver los jueces del momento mdasho los poliacuteticos actualesmdash trayendo al primer plano de la discusioacuten puacuteblica conceptos caros a la ciencia histoacuterica como los de ldquotestigordquo ldquotestimoniordquo ldquomemoriardquo

Pero complejizando auacuten maacutes el problema de la legitimidad de la historia y los abusos que de esta disciplina se hacen en el caso de los acontecimientos maacutes traacutegicos del mundo contemporaacuteneo mdashcomo la Soah la violacioacuten de mujeres alemanas por parte del ejeacutercito rojo el despojo de los pueblos indiacutegenas de Ameacuterica Latina la muerte de los empleados de las Torres Gemelasmdash se pide al his-toriador que establezca la verdad histoacuterica para restaurar a la ldquoviacutectimardquo a riesgo de que si no participa en tal debate sean los representantes de los poderes puacuteblicos quienes se arroguen el derecho de determinar dicha ldquoverdadrdquo8 Asiacute pues el historiador profesional constata con cons-ternacioacuten los ldquousos puacuteblicos de la historiardquo9 mediante los cuales se pretende legitimar gobiernos regiacutemenes poliacuteticos reivindicaciones

7 Una experiencia reciente en Meacutexico fueron las sucesivas modificaciones a los planes de estudio realizadas durante los gobiernos panistas (2000-2012)

8 Estas problemaacuteticas fueron analizadas por Franccedilois Hartog en la conferencia in-titulada ldquoEl presente del historiadorrdquo impartida el diacutea jueves 12 de noviembre de 2009 en el marco de la Caacutetedra Marcel Bataillon Temporalidades historias presente del historia-dor desarrollada en el Instituto de Investigaciones Histoacutericas de la unaM

9 Recupero el teacutermino de ldquousos puacuteblicos de la historiardquo de la propuesta colectiva de Joseacute Carreras Ares y Carlos Forcadell Aacutelvarez (eds) Usos puacuteblicos de la historia Po-nencias del VI Congreso de la Asociacioacuten de Historia Contemporaacutenea (Universidad de Zaragoza 2002) Madrid Marcial PonsPrensas Universitarias de Zaragoza 2003

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de determinados grupos o ideologiacuteas o programas de accioacuten tanto en el aacutembito de la poliacutetica nacional como en el aacutembito internacional Asiacute ocurrioacute cuando el expresidente espantildeol Joseacute Mariacutea Aznar quiso justificar la invasioacuten de Irak como un capiacutetulo maacutes de la lucha mul-tisecular mantenida entre cristianos y musulmanes a partir del 711 o cuando el secretario de Gobernacioacuten de los Estados Unidos Mexi-canos presentoacute un documento producto de la investigacioacuten judicial llevada a cabo sobre el particular como ldquola verdad histoacutericardquo a pro-poacutesito de los sucesos de Ayotzinapa en los que 43 estudiantes de magisterio fueron secuestrados torturados y asesinados

Por otra parte en un mundo globalizado definido por la emergen-cia de un reacutegimen de temporalidad al que Franccedilois Hartog ha llamado ldquopresentismordquo caracterizado por la preponderancia del presente sobre los otros tiempos histoacutericos10 es necesario preguntarse sobre el papel y la funcioacuten que puede tener el estudio del pasado En una era en la que la revolucioacuten tecnoloacutegica operada a finales del siglo xx ha acortado las distancias y ha impuesto una vertiginosa velocidad en las comuni-caciones mdashelementos que pueden considerarse como algunos de los siacutentomas maacutes visibles de este nuevo reacutegimen de historicidadmdash la His-toria como disciplina pareceriacutea no tener cabida ni sentido porque es un hecho innegable que las sociedades mdashparticularmente las de los paiacuteses desarrollados y aquellos que se hallan en viacuteas de desarrollomdash han experimentado una nueva relacioacuten con el tiempo que se refleja en su permanente conexioacuten a la red y a la demanda perenne de respues-tas y noticias instantaacuteneas que dejan poco espacio para la reflexioacuten sosegada y en consecuencia para el estudio del pasado Estos fenoacute-menos sociales se experimentan incluso en las universidades por cuan-to las poliacuteticas de evaluacioacuten acadeacutemica demandan constantemente a los colegas de los distintos paiacuteses un aumento en su productividad es decir maacutes en menor tiempo sin dar tiempo a los intelectuales a generar conocimiento verdaderamente significativo y trascendente

En este complejo contexto a casi setenta antildeos de su publicacioacuten La apologiacutea de la historia u oficio del historiador muestra plenamente su vigencia y los historiadores estamos llamados a releer estas paacuteginas

10 Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo trad de Norma Duraacuten y Pablo Avileacutes Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007

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ya claacutesicas con la certeza de encontrar en ellas no soacutelo las reflexiones de un historiador maduro preocupado por el meacutetodo sino las res-puestas personales de un intelectual preocupado por los grandes problemas de su tiempo y la forma en que la historia podriacutea contri-buir a su comprensioacuten En este sentido no deja de sorprender el hecho de que Marc Bloch utilizara ya conceptos y liacuteneas de pensa-miento historiograacutefico mdashmuchos de ellos provenientes de la socio-logiacuteamdash que seriacutean desarrollados por las generaciones subsecuentes estructura temporalidades larga duracioacuten semaacutentica histoacuterica sentido representacioacuten narrativismohellip

Las reflexiones aquiacute presentadas realizadas desde el aacutembito de la historia se suman a una larga lista de autores mdashentre los que debe mencionarse a Peter Burke Franccedilois Dosse Carlos Aguirre Domi-nique Bartheacutelemy Jaume Aurell Olivier Dumoulin Carole Fink Mas-simo Mastrogregori y Annette Beckermdash y se centraraacuten11 debido a la naturaleza del volumen en el que se integran estas paacuteginas en los planteamientos metodoloacutegicos del pensamiento de Marc Bloch La mayoriacutea de eacutestos se hallan contenidos en la Apologiacutea pero no he que-rido dejar de revisar diversos escritos de los antildeos previos por cuanto nos permiten atestiguar la evolucioacuten del pensamiento del historia-dor soslayando en esta ocasioacuten Los reyes taumaturgos Los caracteres originales de la historia rural francesa y La sociedad feudal12

La preocupacioacuten por el meacutetodo

La preocupacioacuten de Marc Bloch por las cuestiones metodoloacutegicas se remonta al antildeo de 1906 cuando con veinte antildeos escribioacute un breve texto intitulado a posteriori ldquoCuaderno de metodologiacutea histoacutericardquo13 En eacutel el joven Bloch auacuten en servicio militar anunciaba que su deseo

11 Todos ellos citados vid supra nota 212 Marc Bloch Los reyes taumaturgos trad de Marcos Lara Meacutexico Fondo de Cul-

tura Econoacutemica 1993 [1a ed 1924] Les caractegraveres originaux de lrsquohistoire rurale franccedilaise OsloPariacutes AshebourgLes Belles-Lettres 1931 y La socieacuteteacute feacuteodale 6a ed prefacio de Robert Fossier Pariacutes Albin Michel 1994 [1a ed 1939]

13 Marc Bloch ldquoCarnet lsquomethodologie historiquersquo rdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 85-95

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era ldquofijar por escrito ciertas ideas sobre la metodologiacutea histoacutericardquo que se habiacutean ldquodesarrollado en su espiacuteritu desde haciacutea alguacuten tiempordquo y afirmaba categoacutericamente a continuacioacuten que ldquola historia no tiene existencia cientiacuteficardquo En su programa esbozado en este cuaderno Bloch se proponiacutea sustituir la nocioacuten de ldquoacontecimientordquo por aque-lla de ldquofenoacutemenordquo entendiendo por acontecimiento ldquoun conjunto de hechos que tienen por uacutenico trazo comuacuten ser ordenados en la misma caja de la categoriacutea de tiempordquo El fenoacutemeno continuaba el joven historiador ldquoes el producto del anaacutelisis del acontecimientordquo Y cerraba la primera paacutegina asegurando que el meacutetodo histoacuterico era un meacutetodo descriptivo y se oponiacutea al meacutetodo analiacutetico14 Las reflexiones continua-ban comparando el meacutetodo histoacuterico con el meacutetodo de las ciencias naturales particularmente la quiacutemica para anotar posteriormente que desde su perspectiva existiacutea ldquoun orden de fenoacutemenos que llamaremos si se quiere fenoacutemenos psico-socialesrdquo15 ldquoPara estudiar uacutetilmente este orden mdashantildeadiacuteamdash habiacutea que dividirlo en familias es necesario susti-tuir un meacutetodo cronoloacutegico [hellip] por un meacutetodo analiacutetico que por el anaacutelisis llegue a la siacutentesis cientiacuteficardquo16 ldquoLa historia mdashsentenciabamdash es una recopilacioacuten de experiencias No se trata solamente de publicar esta recopilacioacuten [hellip] se trata sobre todo de interpretarrdquo

Quisiera detenerme un momento para sentildealar que en franceacutes la frase original reza literalmente ldquoLrsquohistoire est un recueil drsquoexpeacute rien-cesrdquo17 El teacutermino ldquorecueilrdquo fue ampliamente utilizado en las numero-sas colecciones de documentos medievales que se editaron en Francia a lo largo del siglo xIx particularmente cuando se trataba de los cartularios abaciales y catedralicios18 En este sentido no me parece

14 Ibidem p 8715 Ibidem p 8916 Idem17 Idem18 Una de las recopilaciones documentales maacutes importantes del medievalismo

decimonoacutenico franceacutes fue preparada por Auguste Bernard (1811-1868) y Alexandre Bruel (1841-1920) y llevaba por tiacutetulo Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny 6 v Pariacutes Impri-merie Nationale 1876-1903 Al respecto veacutease Seacutebastien Barret ldquocluny Note sur le Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny drsquoAuguste Bernard et Alexandre Bruelrdquo Bulletin du Centre drsquoEacutetudes Meacutedieacutevales drsquoAuxerre | buceMa [en liacutenea] Collection cbMa Les cartu-laires puestos en liacutenea el 16 de junio de 2009 Disponible en URL httpcemrevuesorg11017 DOI 104000cem11017 (fecha de consulta 17 de marzo de 2014)

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gratuito que un medievalista en formacioacuten recuperara el teacutermino ldquorecopilacioacutenrdquordquorecueilrdquo para definir a la historia pues en buena medida ello era una herencia del meacutetodo histoacuterico construido en el siglo anterior Lo que siacute me parece interesante y novedoso para la eacutepoca es que se acompantildee del teacutermino ldquoexperienciardquoexpeacuteriencesrdquo pues ello encierra en realidad una criacutetica abierta a ese ingente tra-bajo de erudicioacuten decimonoacutenica y a las propuestas metodoloacutegicas de Ranke Langlois y Seignobos que se agotaban en reunir y trans-cribir una enorme cantidad de documentos para determinar los acontecimientos tal y como habiacutean sido No los documentos no hablaban por siacute mismos y por lo tanto no bastaba con recolectar gran nuacutemero de eacutestos habiacutea que saber interrogarlos e interpretar su con-tenido19 Es aquiacute donde el teacutermino ldquoexperienciardquo adquiere una mayor significacioacuten por cuanto el pensamiento de Bloch se hace eco de las ciencias experimentales y se aparta del positivismo la historia no estaacute en el documento no es el documento sino la experiencia vivida por el sujeto mdashindividual y colectivomdash La historia podriacuteamos in-ferir es vida y en consecuencia no se ocupa de la palabra muerta sino de la experiencia vivida contenida en la palabra

Paacuteginas adelante Bloch precisaba que las formas diversas de esa psicosociologiacutea no eran sino los fenoacutemenos de la lengua los fenoacute-menos religiosos y los fenoacutemenos econoacutemicos De esta suerte el joven Bloch aseguraba que la historia deberiacutea abordar el estudio de ldquolas sociedadesrdquo20 y explicar precisamente esos fenoacutemenos psicoso-ciales Bloch concluiacutea este texto afirmando que el meacuterito del siglo xIx ldquohabiacutea sido encontrar el meacutetodo de la investigacioacuten histoacuterica y opi-naba que ldquoel meacutetodo criacutetico [hellip] habiacutea sido llevado a su punto de perfeccioacutenrdquo Pero antildeadiacutea ldquoel historiador se parece a un bioacutelogo que teniendo un microscopio excelente ignora en queacute aplicarlordquo21 La referencia a la biologiacutea haciacutea patente el intereacutes de Bloch en las cien-cias experimentales y en el criterio de cientificidad al tiempo que

19 Ibidem p 89 La obra de referencia sobre metodologiacutea histoacuterica para Bloch era por supuesto la de Charles Langlois y Charles Victor Seignobos Introduction aux eacutetudes historiques Pariacutes Hachette 1898

20 Bloch ldquoCarnethelliprdquo p 9021 Ibidem p 93-94

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reforzaba la idea seguacuten la cual el meacutetodo criacutetico propio de la historia hecha en el siglo xIx careciacutea de sentido si no se daba el paso a la interpretacioacuten y era tan inuacutetil como el mejor instrumento cientiacutefico en manos inexpertas

A nadie puede escapar la importancia de este texto de juventud por cuanto en su forma rudimentaria representa en realidad el programa de trabajo del novel historiador que es desarrollar un meacutetodo analiacutetico que permita a la Historia ser considerada como una ciencia gracias a la cual estudiar a las sociedades y sus fenoacuteme-nos maacutes complejos y profundos la lengua las mentalidades y la economiacutea Tal planteamiento llevaba impliacutecita la necesidad de formular preguntas es decir de problematizar estos fenoacutemenos y de trascender los liacutemites impuestos por la erudicioacuten decimonoacutenica que focalizaba sus esfuerzos en la depuracioacuten de las fuentes el es-tablecimiento de las fechas exactas y la redaccioacuten de una historia poliacutetica al servicio de la nacioacuten22

Unos diacuteas antes de iniciar la Gran Guerra el 13 de julio de 1914 Bloch fue llamado a pronunciar un discurso en la ceremonia de en-trega de reconocimientos con la que se cerraba el ciclo escolar en el liceo de Amiens En esta intervencioacuten destinada a joacutevenes auditores Bloch planteaba de forma sencilla los problemas de fondo de la cien-cia histoacuterica al tiempo que delineaba una primera definicioacuten de su objeto de estudio Debo citar en extenso

Como ustedes saben soy profesor de historia El pasado forma parte de mi ensentildeanza Narro batallas en las cuales no participeacute describo monumentos desaparecidos mucho antes de que yo naciera les hablo de hombres que nunca he visto Y mi caso es el de todos los historiado-res No tenemos de los acontecimientos del pasado un conocimiento

22 Sobre la Historia en el siglo xIx dos claacutesicos Georges Gooch Historia e historia-dores en el siglo xix trad de Ernestina Champourciacuten y Ramoacuten Iglesia Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1942 Georges Lefebvre El nacimiento de la historiografiacutea moderna trad de Alberto Meacutendez Barcelona Ediciones Martiacutenez Roca 1974 y dos estudios re-novadores aunque focalizados en el caso espantildeol Benoicirct Pelistrandi Un discours natio-nal La Real Academia de la Historia entre science et politique (1847-1897) Madrid Casa de Velaacutezquez 2004 Ignacio Peiroacute Martiacuten Los guardianes de la historia La historiografiacutea aca-deacutemica de la restauracioacuten 2a ed revisada y aumentada Zaragoza Institucioacuten Fernando el Catoacutelico 2006

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inmediato y personal comparable por ejemplo a aquel que su profe-sor de fiacutesica tiene de la electricidad No sabemos nada de los aconte-cimientos maacutes que por los relatos [reacutecits] de los hombres que los vieron realizarse Cuando estos relatos nos faltan nuestra ignorancia es com-pleta y no tiene remedio [hellip] [Los historiadores] somos jueces de ins-truccioacuten encargados de una amplia investigacioacuten sobre el pasado Como nuestros colegas del palacio de Justicia reunimos testimonios con la ayuda de los cuales buscamos reconstruir la realidad23

Y era precisamente sobre estos testimonios sobre los que el his-toriador debiacutea realizar la labor intelectual maacutes compleja con el fin de evitar los errores y establecer un poco de verdad ldquoal arte de discernir en los relatos lo verdadero lo falso y lo probable se deno-mina criacutetica histoacutericardquo24 Este ldquoarterdquo mdashy pensemos lo que para un medievalista puede significar el teacutermino arte el cual nos remite a las ldquoartes liberalesrdquomdash poseiacutea sus propias reglas tal y como las habiacutea desarrollado la ldquoeacutecole meacutethodiquerdquo de Charles Langlois y Charles Seignobos La primera era ofrecer las referencias en las notas corres-pondientes dado que a traveacutes de las notas es posible ldquoverificar el uso que se hace de los testimoniosrdquo ldquoCitar a las fuentes es el primer deber [devoir] del historiadorrdquo25 La segunda regla era en conse-cuencia reunir los documentos los testimonios y criticarlos es decir confrontarlos pues soacutelo ldquoen la comparacioacuten de los testimo-nios puede llegarse a la verdadrdquo26 Y pediacutea Bloch a sus joacutevenes oyentes comprender los aportes de la criacutetica histoacuterica explicando que ldquolas reglas de la criacutetica del testimoniordquo elaboradas sobre todo por historiadores y filoacutelogos no eran ldquoun juego de eruditosrdquo sino que se aplicaban ldquotanto al presente como al pasadordquo puesto que eran una forma de llegar a la verdad27

La lectura de estos dos textos de juventud obliga al historiador a interrogarse sobre las razones profundas que llevaron a Bloch a

23 Marc Bloch ldquoCritique historique et critique du teacutemoinage Amiens 1914rdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 97-107 p 99

24 Ibidem p 10025 Idem26 Ibidem p 10627 Ibidem p 107

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reflexionar sobre el meacutetodo histoacuterico pero tambieacuten a cuestionarse sobre la aparente contradiccioacuten que hay en uno y otro texto respec-to de la importancia y el valor dado a la criacutetica histoacuterica minusva-lorada en el primero pasa a convertirse en el segundo en la base epistemoloacutegica de la historia

No basta apelar a la mente imaginativa y brillante de Bloch para explicar su preocupacioacuten por el meacutetodo es necesario tomar en cuen-ta el contexto intelectual en el que Bloch desarrolloacute sus estudios y comenzoacute el ejercicio de su profesioacuten un contexto marcado por el de-sarrollo de la sociologiacutea y las ciencias naturales que han analizado Aurell y Dosse28 En este sentido de forma particular Dosse ha de-mostrado que el eacutexito de Bloch y Febvre se debioacute en buena medida a haber hecho suyas las criacuteticas provenientes de la linguumliacutestica la antro-pologiacutea el psicoanaacutelisis y la sociologiacutea y haber dado seguimiento a los retos planteados por estas nuevas ciencias pero tambieacuten por haber ofrecido respuestas a una sociedad marcada primero por la guerra y despueacutes por la crisis econoacutemica mundial que perdiacutea su fe en la nocioacuten de progreso y que ldquodesplazaba su mirada de lo poliacutetico hacia lo econoacutemicordquo a lo largo de las tres primeras deacutecadas del siglo xx29

Asiacute el desencanto y la peacuterdida de certezas convirtieron a la ge-neracioacuten de Bloch en una generacioacuten criacutetica con sus maestros que planteaba nuevas respuestas a nuevos problemas y que buscaba en las ciencias naturales los criterios de cientificidad no es gratuito que una y otra vez desde el texto de 1906 hasta 1943 antildeo de la redaccioacuten de la Apologiacutea por la historia nuestro historiador recurra a compara-ciones y analogiacuteas constantes con las ciencias naturales Para los nue-vos retos que planteaba la sociedad emergida de la Gran Guerra la historia poliacutetica tradicional no bastaba se haciacutea necesario incidir en lo econoacutemico en lo social y en lo psicoloacutegico y para ello era obliga-torio formular un nuevo meacutetodo o en el mejor de los casos renovar el existente pues sus liacutemites eran evidentes ante nuevas inquietudes

De igual forma es necesario tomar en cuenta la propia formacioacuten intelectual de Bloch Hijo de un reconocido romanista mdashGustave Blochmdash y alumno de la ceacutelebre Eacutecole Normale Supeacuterieure Marc Bloch

28 Aurell La escritura de la memoriahellip p 23-49 Dosse La historia en migajashellip p 27-6129 Dosse La historia en migajashellip p 28

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se formoacute en el rigor acadeacutemico de la erudicioacuten y en el cuidadoso tra-tamiento de los documentos Para los temas que le interesan el meacute-todo desarrollado por Langlois y Seignobos en su Introduccioacuten a los estudios histoacutericos le parece insuficiente Pero en 1909 Bloch realizoacute una estancia acadeacutemica en Berliacuten y Leipzig donde pudo comprobar las bondades del meacutetodo y relacionarse con un rico ambiente intelec-tual que atraiacutea a joacutevenes universitarios de toda Europa Posteriormen-te gracias a su ingreso en la Universidad de Estrasburgo en 1919 al finalizar la Gran Guerra y ser desmovilizado tendriacutea la ocasioacuten de conocer a personalidades que marcariacutean de forma indeleble su pen-samiento particularmente Lucien Febvre y Maurice Halbwachs30 Estas experiencias acadeacutemicas y universitarias le permitiriacutean matizar su postura original el meacutetodo criacutetico era fundamental al punto que en la Apologiacutea recordariacutea como buen medievalista los esfuerzos de Mabillon y sus aportes en la obra De re diplomatica reconocieacutendole la paternidad de la criacutetica de los documentos de archivo y calificando el antildeo 1681 fecha de la edicioacuten de la obra del benedictino como ldquouna gran fecha en la historia del espiacuteritu humanordquo31 pero la criacutetica soacutelo es el primer paso posteriormente habraacute que interpretar

De forma voluntaria saltareacute el antildeo de 1929 y la significacioacuten de la aparicioacuten del primer nuacutemero de Anales de Historia Econoacutemica y Social puesto que su trascendencia para la historiografiacutea contemporaacutenea ha sido ponderada en numerosas ocasiones de tal forma que prefiero recalar en el texto de 1939 intitulado Reflexiones para un lector curioso del meacutetodo mencionado maacutes arriba y que es en realidad el trabajo preparatorio que anuncia la Apologiacutea por la historia un texto que que-riacutea ser un libro y que aspiraba a ver la luz de la imprenta La Apologiacutea

30 Carlos Aguirre Rojas ldquoEl itinerario intelectual de Marc Bloch y el compromiso con su propio presenterdquo en Contribuciones desde Coatepec Universidad Autoacutenoma del Estado de Meacutexico Toluca n 2 enero-junio 2002 p 72-94

31 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 67 Jean Mabillon De re diplomatica libri vi in quibus quidquid ad veterum instrumentorum antiquitatem materiam scripturam et stilum quidquid ad sigilla monogrammata subscriptiones ac notas chronoligicas quidquid inde ad antiquariam historicam forensemque disciplinam pertinet explicatur et illustratur Accedunt commentarius de antiquis regum Francorum palatiis veterum scripturarum varia specimina tabulis lx comprehensa nova ducentorum et amplius monumentorum collectio opera et studio domni Johannis Mabillon Pariacutes L Billaine 1681

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es una obra redactada sin la posibilidad de consultar notas ni biblio-tecas puesto que su autor se habiacutea enrolado ya en el servicio militar

La primera paacutegina de las Reflexiones constituye como la presen-tacioacuten del primer nuacutemero de Annales un auteacutentico manifiesto sobre una nueva historia Es obligado citar en extenso

La historia que me propongo escribir es la de los franceses considera-dos como grupo social No una historia sin poliacutetica puesto que la forma en la que los pueblos son gobernados asiacute como las virtudes las ambi-ciones y las ilusiones de sus gobernantes son uno de los elementos que marcan el destino comuacuten No una historia sin guerras iquestquieacuten en el momento en el que ennegrezco este papel osariacutea negar a las violen-cias guerreras el poder de moldear las sociedades o negar que eacutestas experimentan en algunas ocasiones las maacutes iacutentimas inclinaciones No una historia exclusivamente popular puesto que la accioacuten de las clases dirigentes junto con la de las de las eacutelites mdashlas dos palabras no son necesariamente sinoacutenimosmdash no se podraacute comparar jamaacutes con lo dis-minuido de su nuacutemero No una historia sin individuos porque las personalidades magneacuteticas o solamente bien situadas reflejan como un espejo las tendencias semiinconscientes de las masas [hellip] Pero esta historia quiere ser la de los hombres y no uacutenicamente la de algunos jefes o que se nombran como tales Esta historia deseariacutea poner al desnudo bajo las superficies brillantes [hellip] las realidades profundas Tal historia sontildeariacutea en fin con ser verdaderamente analiacutetica y expli-cativa sin cesar por ello de mantenerse fiel a los colores de la vida32

Y agrega paacuterrafos adelante un axioma esbozado en los escritos de juventud y que ahora se encuentra perfectamente elaborado ldquoComo todos los conocimientos no importa en queacute rama de las cien-cias el conocimiento histoacuterico tiene sus propios liacutemites El maacutes in-mediato aparentemente estaacute relacionado con las condiciones que se imponen a la observacioacuten Eacutesta no es nunca directa De los fenoacutemenos que estudia el historiador retiene uacutenicamente los trazos que eacutestos han dejadordquo33 Para Bloch estos testimonios podiacutean dividirse en dos categoriacuteas la de los testimonios intencionales y la de los que daban

32 Utilizo la versioacuten francesa Marc Bloch ldquoReacuteflexions pour un lecteur curieux de meacutethoderdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 505-515 p 507-508

33 Ibidem p 509

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informacioacuten sin haberlo deseado inclusive a su pesar El historiador estaba llamado a reunir la mayor cantidad de testimonios posibles y a confrontarlos utilizando el meacutetodo criacutetico ideado por Mabillon Papenbroech y Beaufort en las postrimeriacuteas del siglo xvII y que con-sistiacutea en reunir la mayor cantidad de diplomas y cartularios ejercer sobre ellos una criacutetica externa analizar los tipos de letra las tintas empleadas el tipo de soportesmdash y una criacutetica interna mdashanalizar fechas de composicioacuten formularios signatarios contenidosmdash con-frontar los documentos entre siacute y con las fuentes croniacutesticas y final-mente elaborar una historia eliminando las leyendas las interpola-ciones las falsedades consignando uacutenicamente ldquola verdadrdquo34 ldquoBien mirado asegura ahora Marc Bloch la originalidad de este meacutetodo criacutetico reside menos en la naturaleza de sus herramientas que en la especie de convergencia que realiza en provecho del discernimiento de la verdad entre procedimientos de investigacioacuten prestados de disciplinas diversas y de horizontes maacutes ampliosrdquo35

Las reflexiones sobre el meacutetodo criacutetico llevan a Bloch a cerrar su texto con una criacutetica a la maacutexima de Ranke en la cual sostiene que la divisa del viejo historiador alemaacuten tomada literalmente estaba des-provista de sentido36 En su argumentacioacuten nuestro medievalista dariacutea una primera definicioacuten de la historia que seriacutea modificada en sus escritos posteriores pero que merece la pena ser resaltada para poder establecer la evolucioacuten de su pensamiento ldquoPrimero porque la historia no es la ciencia del pasado por entero sino que eacutesta es lo que es bien diferente la ciencia del hombre en el pasado Es posible ciertamente que haya que acordar un lugar a los acontecimientos del mundo fiacutesico pero solamente por cuanto hayan ejercido una accioacuten sobre el destino de los hombres y en la medida de cierta accioacutenrdquo37

iquestCoacutemo pasoacute Bloch de una definicioacuten seguacuten la cual la historia es ldquola ciencia del hombre en el pasadordquo a aquella de 1943 seguacuten la cual la historia es ldquola ciencia de los hombres en el tiempordquo38 La pregunta

34 Blandine Barret-Kriegel Les historiens et la monarchie 1 Jean Mabillon Pariacutes Presses Universitaires de France 1988

35 Ibidem p 511-51236 Ibidem p 51537 Idem38 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 26

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no es banal ni retoacuterica por cuanto muestra una reflexioacuten continuada a lo largo de cinco antildeos en el marco de la guerra y de las inquietudes y angustias que tal suceso generoacute en los intelectuales que la vivieron pero tambieacuten por cuanto muestra la importancia que para Bloch teniacutea el hecho de dotar a la historia de un criterio de cientificidad que debiacutea incluir un objeto de estudio propio un meacutetodo particular un lenguaje especiacutefico y unas herramientas de anaacutelisis determinadas

La respuesta se halla contenida en la propia Apologiacutea por la histo-ria un escrito complejo y rico que representa un auteacutentico testamento intelectual en el que se condensa la experiencia de toda una vida consagrada al quehacer histoacuterico En este sentido y de forma para-doacutejica el libro descansa sobre un soacutelido trabajo erudito desarrollado en los antildeos previos y que dio como resultado Los reyes taumaturgos Los caracteres originales y La sociedad feudal ya mencionados tres obras que son referentes fundamentales del medievalismo y de la histo-riografiacutea contemporaacutenea Pero tambieacuten es necesario subrayar que el libro reposa sobre una profunda reflexioacuten epistemoloacutegica sobre dos categoriacuteas fundamentales de la modernidad el ser y el tiempo soacutelo que en este caso se trata de un ser colectivo los hombres es decir las sociedades Desconozco la relacioacuten que pudo haber tenido Bloch con la obra de Henri Bergson o Martin Heidegger y no es este el lugar para explorar tal viacutea pero en cualquier caso quisiera llamar la atencioacuten sobre la coincidencia de las inquietudes intelectuales entre los hombres de aquella generacioacuten39

En la versioacuten que vio la luz de la imprenta la Apologiacutea estaacute divi-dida en cinco capiacutetulos que corresponden a cada uno de los temas de naturaleza epistemoloacutegica que inquietaron a March Bloch a lo largo de su vida ldquoLa historia los hombres y el tiempordquo ldquoLa observacioacuten histoacutericardquo ldquoLa criacuteticardquo ldquoEl anaacutelisis histoacutericordquo la ldquoCausalidadrdquo Si tomamos en conjunto la introduccioacuten y el capiacutetulo primero veremos la estrecha relacioacuten que existe entre la pregunta sobre la legitimidad de la ciencia histoacuterica y el objeto de estudio la historia soacutelo es legiacutetima

39 Es sumamente probable que las reflexiones de Bloch sobre el tiempo estuviesen inspiradas maacutes por la obra de Bergson que por la de Heiddeger pero eacutesta seriacutea una viacutea por explorar en otros trabajos Sobre Bergson veacutease Giovanni Reale y Dario Antiseri ldquoHenri Bergson y la evolucioacuten creadorardquo en Historia del pensamiento filosoacutefico y cientiacutefico Barcelona Herder 1988 v 3 p 624-634

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por cuanto permite comprender el presente mediante el estudio del pasado de tal suerte que el estudio del pasado en siacute mismo no sirve para nada es decir carece de legitimidad puesto que con ese proceder no se ofrecen respuestas a las inquietudes presentes

La definicioacuten del objeto de estudio de la ciencia histoacuterica por parte de Bloch conlleva dos nociones que resultaron fundamentales en la renovacioacuten historiograacutefica impulsada por el historiador franceacutes por una parte la necesidad y la obligacioacuten que tiene el historiador de interpretar de explicar de comprender es decir de realizar como escribiacutea nuestro medievalista en 1906 una historia analiacutetica y no soacutelo narrativa por la otra la idea de un continuo movimiento (cambiotransformacioacuten) de las sociedades en su devenir de donde se deriva una continua relacioacuten entre el pasado y el presente mdashcon los problemas de observacioacuten que ello generamdash y la idea maacutes re-volucionaria auacuten de que el pasado no es algo dado sino que es algo que se construye La ciencia histoacuterica tiene en consecuencia como objeto de estudio no lo muerto y lo estaacutetico sino lo dinaacutemico y lo vivo pues estudia las rupturas las continuidades las innovaciones y las transformaciones de una sociedad a lo largo del tiempo El tiempo pues se convirtioacute en este uacuteltimo escrito de Bloch en una categoriacutea fundamental para la historia Pero no se trataba ya de las viejas cronologiacuteas de los siglos de la Razoacuten que pretendiacutean dotar a la historia de un criterio de cientificidad basado en la matemaacutetica del coacutemputo del tiempo sino en realidad de un tiempo mdashpuedo equivocarmemdash de naturaleza filosoacutefica (Le temps historique) que anunciaba ya las distintas duraciones y temporalidades en y de la historia a las que tanta atencioacuten prestariacutean autores como Fernand Braudel por ejemplo40 Y en el centro del tiempo el hombre tal y como magistralmente lo muestra el disentildeo de la portada realizada por el Fondo de Cultura Econoacutemica el Hombre de Vitruvio inserto en medio de la caraacutetula de un reloj ldquoLrsquohistoire science des hommes dans le tempsrdquo41

40 Veacutease el capiacutetulo primero de la Apologiacutea ldquoLa historia los hombres y el tiempordquo Soacutelo por el gusto de la erudicioacuten me permito recordar el artiacuteculo de Fernand Braudel ldquoHistoire et sciences sociales la longue dureacuteerdquo Annales esc n 4 octubre-diciembre 1958 p 725-753

41 Prefiero la versioacuten francesa Marc Bloch Apologie pour lrsquohistoire ou meacutetier drsquohisto-rien en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 843-895 p 867 Subrayo el sentido

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123MARC BLOCH (1886-1944)

Conclusiones

Quisiera cerrar estas liacuteneas con un paacuterrafo que me parece muy re-velador del estado de la ciencia histoacuterica en la eacutepoca en que Marc Bloch escribiacutea su Apologiacutea

La historia mdashdeciacutea el antiguo profesor de Estrasburgomdash no es sola-mente una ciencia en marcha Es tambieacuten una ciencia que se halla en la infancia como todas las que tienen por objeto el espiacuteritu humano [hellip] O por mejor decir vieja bajo la forma embrionaria del relato mu-cho tiempo envuelta en ficciones mucho maacutes tiempo todaviacutea unida a los sucesos maacutes inmediatamente captables es muy joven como empre-sa razonada de anaacutelisis Se esfuerza por penetrar en fin por debajo de los hechos de la superficie por rechazar despueacutes de las seducciones de la leyenda o de la retoacuterica los venenos hoy maacutes peligrosos de la rutina erudita y del empirismo disfrazado de sentido comuacuten42

A tenor del desarrollo de la historiografiacutea occidental en los uacutelti-mos setenta antildeos en los que la historia se ocupoacute de las estructuras y de ldquolos fenoacutemenosrdquo de larga duracioacuten que se desarrollaban debajo de la superficie de la historia de los acontecimientos en los que la disciplina dio un giro hacia la narrativa y establecioacute que la historia no era otra sino discursos sobre el pasado en los que la disciplina se ha ocupado de sujetos que no soacutelo son ldquolos hombresrdquo sino que tambieacuten lo son el clima los ecosistemas los olores las ciudades el mar los sentimientos los espacios los precios etceacutetera en los que se ha puesto de manifiesto la importante funcioacuten que posee el relato histoacuterico como creador de identidades colectivas y legitimador de instituciones y en los que a pesar de todo seguimos recurriendo a las fuentes y las citamos en las notas merece la pena subrayar el importante papel que desempentildeoacute Marc Bloch mdashy con eacutel toda su generacioacutenmdash en aras de la construccioacuten de una historia cientiacutefica En cualquier caso opino lo maacutes importante consiste en que hoy

del teacutermino dans en el franceacutes original y que en castellano podriacutea traducirse no soacutelo como ldquoenrdquo sino ldquodentrordquo

42 Ibidem p 857-858 de la edicioacuten francesa (p 16 de la edicioacuten castellana del Fondo de Cultura Econoacutemica)

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124 historia y meacutetodo en el siglo xx

como ayer la historia mantiene su sentido originario pues es ante todo ldquoinvestigacioacutenrdquo aunque ldquoel tipo de operaciones intelectualesrdquo las formas discursivas y de argumentacioacuten y los criterios de veraci-dad ldquoque se consideran vaacutelidos en cada momento histoacutericordquo se ha-yan transformado con el correr de los antildeos43

Marc Bloch dio las respuestas que pudo a las inquietudes de su tiempo y tuvo un papel central al dotar a la disciplina histoacuterica del caraacutecter cientiacutefico del que careciacutea subrayando la importancia preci-samente de la operacioacuten hermeneacuteutica y subrayando la importancia de la explicacioacuten frente a la mera narracioacuten Nos corresponde ahora responder a las inquietudes de nuestra propia eacutepoca y a las proble-maacuteticas planteadas por la ciencia histoacuterica practicando siempre la honestidad intelectual e impulsando a los joacutevenes historiadores mdashaprendices del oficio de historiarmdash a que den sus propias respuestas sobre la utilidad y la legitimidad de la Historia en el siglo xxI

bIblIograFiacutea

aguIrre rojas Carlos ldquoEl itinerario intelectual de Marc Bloch y el com-promiso con su propio presenterdquo Contribuciones desde Coatepec Uni-versidad Autoacutenoma del Estado de Meacutexico Toluca n 2 enero-junio 2002 p 72-94

Los Annales y la historiografiacutea francesa Tradiciones criacuteticas de Marc Bloch a Michel Foucault Meacutexico Quinto Sol 1996 248 p

aurell Jaume La escritura de la memoria De los positivismos a los postmoder-nismos Valencia Prensas de la Universidad de Valencia 2005 254 p

barret Seacutebastien ldquocluny Note sur le Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny drsquoAuguste Bernard et Alexandre Bruelrdquo Bulletin du Centre drsquoEacutetudes Meacutedieacutevales drsquoAuxerre | buceMa [en liacutenea] Collection cbMa Les cartu-laires puestos en liacutenea el 16 de junio de 2009 Disponible en URL

43 Recupero en estas liacuteneas las ideas y observaciones vertidas por la doctora Aure-lia Valero a propoacutesito de mi trabajo en el marco del coloquio Agradezco enormemente sus sugerencias que me permitieron enriquecer el texto de manera significativa

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125MARC BLOCH (1886-1944)

httpcemrevuesorg11017 DOI 104000cem11017 (fecha de con-sulta 17 de marzo de 2014)

barret-KrIegel Blandine Les historiens et la monarchie 1 Jean Mabillon Pariacutes Presses Universitaires de France 1988 299 p

bartHeacuteleMy Dominique ldquoMarc Blochrdquo en Veacuteronique Sales Les historiens Pariacutes Armand Colin 2003 p 85-102

bernard Auguste y Alexandre Bruel Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny 6 v Pariacutes Imprimerie Nationale 1876-1903

blocH Marc Introduccioacuten a la historia 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994 159 p (Breviarios 64)

Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance edicioacuten de Annette Becker y Eacutetien-ne Bloch prefacio de Annette Becker introduccioacuten de Eacutetienne Bloch Pariacutes Gallimard 2006 lxxI+1095 p

La socieacuteteacute feacuteodale 6a ed prefacio de Robert Fossier Pariacutes Albin Michel 1994 xII+702 p [1a ed 1939]

Les caractegraveres originaux de lrsquohistoire rurale franccedilaise OsloPariacutes Ashe-bourgLes Belles-Lettres 1931 262 p

Los reyes taumaturgos trad de Marcos Lara Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1993 492 p [1a ed 1924]

ldquoReflexiones para el lector curioso del meacutetodordquo Eslabones Revista semestral de estudios regionales Sociedad Nacional de Estudios Regionales Meacutexico n 7 enero-junio 1994 p xII-xxI

braudel Fernand ldquoHistoire et sciences sociales la longue dureacuteerdquo Annales esc n 4 octubre-diciembre 1958 p 725-753

burKe Peter La revolucioacuten historiograacutefica francesa La Escuela de los Annales 1929-1989 Barcelona Gedisa 1993 142 p

carreras ares Joseacute y Carlos Forcadell Aacutelvarez (eds) Usos puacuteblicos de la Historia Ponencias del VI Congreso de la Asociacioacuten de Historia Contempo-raacutenea (Universidad de Zaragoza 2002) Madrid Marcial PonsPrensas Universitarias de Zaragoza 2003 360 p

delacroIx Christian Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants his-toriques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 724 p (Col Folio Histoire 158)

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126 historia y meacutetodo en el siglo xx

deyon Pierre Jean-Claude Richez y Leacuteon Strauss Marc Bloch Lrsquohistorien et la citeacute Estrasburgo Presses Universitaires de Strasbourg 1997 222 p (Collection de la Maison des Sciences de lrsquoHomme de Strasbourg 22)

dosse Franccedilois La historia en migajas De Annales a la ldquonueva historiardquo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2006 249 p

duMoulIn Olivier Marc Bloch Pariacutes Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques 2000 340 p

FInK Carole Marc Bloch A Life in History 2a ed Cambridge Cambridge University Press 1991 371 p

goocH Georges Historia e historiadores en el siglo xix trad de Ernestina Champourciacuten y Ramoacuten Iglesia Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1942 607 p

Hartog Franccedilois Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo trad de Norma Duraacuten y Pablo Avileacutes Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007 243 p

Iggers George G Historiography in the Twentieth Century From Scientific Objectivity to the Postdmodern Challenge HanoverLondres Wesleyan University PressUniversity Press of New England 1997 182 p

langloIs Charles y Charles Victor Seignobos Introduction aux eacutetudes his-toriques Pariacutes Hachette 1898 xvIII+308 p

leFebvre Georges El nacimiento de la historiografiacutea moderna trad de Alberto Meacutendez Barcelona Ediciones Martiacutenez Roca 1974 340 p

MabIllon Jean De re diplomatica libri vi in quibus quidquid ad veterum ins-trumentorum antiquitatem materiam scripturam et stilum quidquid ad sigilla monogrammata subscriptiones ac notas chronoligicas quidquid inde ad antiquariam historicam forensemque disciplinam pertinet explicatur et illustratur Accedunt commentarius de antiquis regum Francorum palatiis veterum scripturarum varia specimina tabulis lx comprehensa nova ducen-torum et amplius monumentorum collectio opera et studio domni Johannis Mabillon Pariacutes L Billaine 1681 xIx+664 p

MastrogregorI Massimo El manuscrito interrumpido de Marc Bloch Apo-logiacutea para la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998 140 p

PeIroacute Martiacuten Ignacio Los guardianes de la historia La historiografiacutea acadeacutemi-ca de la restauracioacuten 2a ed revisada y aumentada Zaragoza Institucioacuten Fernando el Catoacutelico 2006 446 p

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127MARC BLOCH (1886-1944)

PelIstrandI Benoicirct Un discours national La Real Academia de la Historia entre science et politique (1847-1897) Madrid Casa de Velaacutezquez 2004 466 p

reale Giovanni y Dario Antiseri ldquoHenri Bergson y la evolucioacuten creadorardquo en Historia del pensamiento filosoacutefico y cientiacutefico 3 v Barcelona Herder 1988 v 3 p 624-634

riacuteos saloMa Martiacuten La Reconquista en la historiografiacutea espantildeola contempo-raacutenea MadridMeacutexico SiacutelexUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2013 242 p

La Reconquista Una construccioacuten historiograacutefica (siglos xvi-xix) proacute-logo de Mariacutea Isabel Peacuterez de Tudela MadridMeacutexico Marcial PonsUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2011 351 p

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Joseacute Gaos (1900-1969) Un hombre entre la historia y el meacutetodo

evelIa trejo estradaUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

[hellip] la naturaleza humana la humanidad se rea-liza en pluralidad de individuos cada uno con su inalienable unidad en Humanidad

joseacute gaos

Soacutelo entre todos los hombres se llega a vivir lo humano

eMManuel Kant

Historia y meacutetodo son teacuterminos que invitan a pensar en algunas de las ideas planteadas y sugeridas por Joseacute Gaos y sobre todo a recor-dar que la obra del filoacutesofo asturiano es una rica fuente para meditar en la relacioacuten entre ambos en la medida en que ofrece recursos para ampliar los horizontes de la reflexioacuten histoacuterica y de las realizaciones historiograacuteficas

En esta oportunidad he elegido uacutenicamente tres cuestiones de-rivadas sobre todo de la aproximacioacuten a tres de sus textos que con-sidero apropiados para aquilatar aportaciones suyas a la materia Dichas cuestiones son la sensibilidad de Gaos respecto de la histo-ria su propuesta para componer una Historia de las ideas y su ca-pacidad para observar el quehacer historiograacutefico

He tenido ocasioacuten en distintos momentos de aludir al lugar que tiene Joseacute Gaos en mi formacioacuten como historiadora El homenaje que un grupo de colegas rendimos en enero de 2013 a Rosa Camelo la decana del Seminario de Historiografiacutea Mexicana que mes a mes celebramos en el Instituto por ejemplo me permitioacute colocar una pequentildea porcioacuten de aquello que debo al maestro espantildeol en el afaacuten por esclarecer lo que entiendo como una tradicioacuten de la que he

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130 historia y meacutetodo en el siglo xx

abrevado para relacionarme con el pasado1 Sin embargo debo agregar que es sobre todo la satisfaccioacuten de constatar el provecho que obtienen los estudiantes invitados a conocer su obra lo que me mueve a destacar algunos rasgos de sus aportaciones que considero bagaje indispensable de quienes transitan por la Historia y tienen disposicioacuten para reflexionar acerca de lo que esto implica Echando mano de esa experiencia cotidiana en las siguientes paacuteginas inten-tareacute establecer coacutemo entiendo a Joseacute Gaos en su relacioacuten con la his-toria y coacutemo en su visioacuten de la historiografiacutea para finalmente aven-turar una respuesta sobre si es conveniente o no hablar de meacutetodo en el caso de Gaos

Me he valido y lo hareacute nuevamente del escrito de sus Confesio-nes profesionales2 para situar ciertos ejes con los que he podido acce-der a este pensador Enseguida me acerco a una de sus obras histoacute-ricas maacutes importantes la Historia de nuestra idea del mundo3 y posteriormente me refiero a sus significativas contribuciones a la filosofiacutea de la historiografiacutea aparecidas en sus ldquoNotas sobre la his-toriografiacuteardquo4 con el fin de expresar mi reconocimiento al historiador

1 Evelia Trejo ldquoHilvanar la tradicioacutenrdquo ponencia en el Homenaje a Rosa Camelo Instituto de Investigaciones Histoacutericas de la Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexi-co enero de 2013 Una versioacuten completa ha sido publicada en Aacutelvaro Matute y Evelia Trejo (coords) De historiografiacutea y otras pasiones homenaje a Rosa Camelo Meacutexico Univer-sidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Histoacutericas 2016 248 p p 17-34

2 Joseacute Gaos Confesiones profesionales edicioacuten conmemorativa Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2002 [Las notas estaacuten tomadas de esta edicioacuten] Las ldquoConfesioneshelliprdquo se publican en Joseacute Gaos Obras completas xvii Confesiones profesionales Aforiacutestica coordinacioacuten de Fernando Salmeroacuten proacutelogo y seleccioacuten de la aforiacutestica in-eacutedita por Vera Yamuni Tabush Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1982 p 41-137

3 Joseacute Gaos Historia de nuestra idea del mundo con una nota sobre la edicioacuten de Andreacutes Lira Meacutexico El Colegio de Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1973 [Esta edicioacuten seraacute la citada en el texto] Tambieacuten en Joseacute Gaos Obras completas xiv Historia de nuestra idea del mundo nueva edicioacuten cotejada con el manuscrito original coordinador de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo de Andreacutes Lira Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 1994

4 Joseacute Gaos ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo en La teoriacutea de la historia en Meacutexico (1940-1973) Meacutexico Secretariacutea de Educacioacuten Puacuteblica 1974 Las ldquoNotashelliprdquo se publicaron tambieacuten en Obras completas xv Discurso de filosofiacutea De antropologiacutea e historiografiacutea El siglo del esplen-dor de Meacutexico coordinador de la edicioacuten Antonio Zirioacuten Q proacutelogo de Aacutelvaro Matute

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131JOSEacute GAOS (1900-1969)

que dada la iacutendole de su primera y maacutes constante formacioacuten filo-soacutefica lleva a cabo su tarea y reflexiona sobre ella y por uacuteltimo ensayo un comentario sobre la posibilidad de desprender de su obra un meacutetodo5

I Joseacute Gaos en sus Confesiones profesionales se presenta como un es-tudioso de la filosofiacutea y relata coacutemo desde los primeros antildeos de su formacioacuten en la Filosofiacutea tropieza con la Historia y asume la condi-cioacuten de historicidad de la filosofiacutea misma De ahiacute que el papel de la Historia comience a cobrar para eacutel una dimensioacuten particularmente valiosa para llevar a cabo sus pesquisas Hace conciencia de que la ensentildeanza de la filosofiacutea adoptoacute cada vez en mayor medida una perspectiva histoacuterica y decide que a sus preguntas sobre metafiacutesica o teoriacutea del conocimiento debe agregar la condicioacuten histoacuterica de las diversas respuestas que se les ha dado

Por otra parte una de sus primeras confesiones es la de haberse inclinado desde los antildeos de juventud a una lectura de la Historia literaria y de las ideas que en cualquiera de sus formas le alimentoacute dice uno de sus ldquogustos maacutes extrantildeosrdquo Y advierte ldquoEl gusto puede llegar a lo que puede ser una aberracioacuten a gustar maacutes que de leer las obras originales a leer obras sobre otras obrasrdquo6

iquestCoacutemo leer esta foacutermula autocriacutetica en alguacuten sentido Yo he querido hacerlo acudiendo a otras de sus afirmaciones en el texto que sigo su intereacutes en lo que los hombres piensan en cualquier tiempo y lugar y su necesidad de cotejar el pensamiento de unos y otros con el de su propio tiempo Una especie de urgencia por colocar en la balanza asuntos de la filosofiacutea prentildeados siempre de la condicioacuten de ser interpretados y reinterpretados de acuerdo con el momento en que se vive En esta visioacuten retrospectiva de su propia experiencia

Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Coordinacioacuten de Humanidades Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 2009 p 353-372 En el mismo volumen aparecen ldquo[Otras] Notas sobre la historiografiacuteardquo p 558-561 procedentes del archivo de Joseacute Gaos

5 La eleccioacuten de los textos a que hareacute referencia la he hecho a sabiendas de que dejo fuera una gran cantidad de escritos de Joseacute Gaos de enorme utilidad para los estudio-sos de la historia de las ideas y de la historia de la historiografiacutea por fortuna publicados en su mayoriacutea dentro de la vasta coleccioacuten de sus Obras completas

6 Gaos Confesioneshellip p 33-34

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132 historia y meacutetodo en el siglo xx

Gaos hace evidente que su paso por la Universidad de Madrid y el contacto con sus distintos profesores a lo largo de maacutes de una deacuteca-da lo llevoacute a aquilatar diferentes aportaciones de la filosofiacutea como las maacutes valiosas y a optar por asumir ya en los antildeos treinta un es-cepticismo frente a la pretensioacuten de verdad de cada una de ellas

Su debut como profesor de la Facultad de Filosofiacutea recieacuten inau-gurada en la Ciudad Universitaria de Madrid en enero de 1933 seriacutea seguacuten asienta el inicio de su prisioacuten en Heidegger7 Para ese momen-to en el recuento que Gaos procura de su trayectoria es muy impor-tante la conciencia que toma de coacutemo pudo apreciar en sus maestros la apropiacioacuten de las distintas filosofiacuteas como verdades sucesivamen-te incorporadas a sus vidas De manera que alimentar el asunto de la historicidad fue lo suyo primero al parecer experiencialmente des-pueacutes con el respaldo de un pensamiento que lo hizo enriquecerse en tal sentido El encuentro con las propuestas de Wilhelm Dilthey lo empujoacute a sustentar que la Historia de la Filosofiacutea era la uacutenica base justa de la Teoriacutea de la Filosofiacutea y de la Filosofiacutea de la Filosofiacutea

Asiacute Joseacute Gaos llegoacute a Meacutexico en el antildeo 1938 maacutes que armado para iniciar un magisterio en el que la Historia reinaba como disciplina si bien es cierto que en la manera de ponerla en praacutectica estariacutea presente el estrecho viacutenculo historia-filosofiacutea que habiacutea movido sus intereses en cuando menos los uacuteltimos quince antildeos de su vida hasta ese momento en que la Guerra Civil le colocoacute como destino nuestro suelo

A poco maacutes de una deacutecada de formar parte del medio acadeacutemi-co en el que se insertoacute en 1953 a lo largo de cinco lecciones a los 52 antildeos cumplidos dictoacute precisamente el texto que he tomado como guiacutea y en el cual asumiacutea para comenzar su condicioacuten de profesor de filosofiacutea y no la de filoacutesofo puesto que no habiacutea construido una

7 Si bien sentildeala que fue en 1930 cuando escuchoacute de Joseacute Ortega y Gasset por vez primera el nombre de Heidegger y se hizo de un ejemplar de Ser y tiempo antildeade coacutemo fue por el entusiasmo de Zubiri que se decidioacute a estudiar en serio al filoacutesofo alemaacuten Ibidem p 43-46 Un paacuterrafo elocuente sobre la historicidad que veiacutea en la filosofiacutea incluso al referirse a ese largo periodo de 1933-1953 en que se ocupaba de Heidegger es el si-guiente ldquome decidiacute a estudiar a Heidegger como a quien maacutes y a ensentildearlo a tiacutetulo de filoacutesofo del diacutea que era mi deber profesional estudiar y ensentildear pero tambieacuten a tiacutetulo provisional mientras no desarrollara el problema de la Filosofiacutea misma en toda una Teoriacutea de la Filosofiacutea [hellip]rdquo Ibidem p 46

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133JOSEacute GAOS (1900-1969)

filosofiacutea de manera sistemaacutetica y objetiva8 No obstante aceptaba haber producido algunas ideas propias de las que se proponiacutea ha-blar presentando el modo en que habiacutea llegado a ellas Alliacute reparaba justamente en su propoacutesito de generar una comunicacioacuten para en-riquecer ldquonuestras individuales humanidades incomunicables en su aacutepice absolutordquo9 Gaos hace conciencia de la importancia de poner en claro la ruta que ha seguido su pensamiento como una foacutermula para ldquohacer conversacioacutenrdquo con aquellos interesados en sus preguntas y respuestas muchas de ellas de orden filosoacutefico y res-pondidas siempre en el marco de la historicidad

Subraya que las confesiones que pretende hacer son las de su vida puacuteblica y plantea como una razoacuten para considerar algunas confesiones (no las suyas) empobrecedoras el hecho de que son desmoralizadoras iquestLuego entonces se podriacutea suponer que piensa en que las escritas por eacutel pueden leerse como moralizadoras

No tengo una respuesta sobre el punto Pero lo que siacute puedo asegurar es que Gaos entre las filias y las fobias que expresa respec-to de los maacutes eminentes representantes de la filosofiacutea en el tiempo muestra su conviccioacuten de estar haciendo una contribucioacuten al mundo moderno a aquel del que se siente parte O dicho de otra manera porque se asume como un hombre moderno cree su deber comuni-carse con quienes comparten ese mismo mundo siempre con el afaacuten

8 Respecto de esta consideracioacuten de Gaos es pertinente revisar las paacuteginas que dedica Vera Yamuni a precisar por queacute el concepto de Gaos de la filosofiacutea como siste-maacutetica y objetiva es lo que lo lleva a declarar ldquoser muy poco filoacutesofordquo y ldquofaltarle preci-samente una filosofiacuteardquo Yamuni explica atendiendo a la cronologiacutea de su obra coacutemo para 1958 en que publica las Confesiones profesionales Gaos no habiacutea escrito las obras en las que se aprecia la sistematizacioacuten de sus ideas filosoacuteficas Cfr Vera Yamuni ldquoProacutelogordquo en Obras completas xviihellip p 5-40 p 7 y 8 Por otra parte a esa misma fecha correspon-de un importante seminario organizado por Gaos con cuatro de sus disciacutepulos en el que los incita a escribir y eacutel mismo lo hace sobre su vocacioacuten filosoacutefica en una clara demostracioacuten de sus preocupaciones sobre el tema La edicioacuten reciente de estos textos estaacute acompantildeada de una excelente introduccioacuten que permite ubicar las condiciones en que se produjo el seminario asiacute como atender las preocupaciones del maestro y las tensiones existentes entre unos y otros Cfr Filosofiacutea y vocacioacuten Seminario de filosofiacutea mo-derna de Joseacute Gaos edicioacuten e introduccioacuten de Aurelia Valero Pie epiacutelogo de Guillermo Hurtado textos de Joseacute Gaos Ricardo Guerra Alejandro Rossi Emilio Uranga y Luis Villoro Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2012 139 p

9 Gaos Confesiones p 13

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134 historia y meacutetodo en el siglo xx

de participarles coacutemo su propia historicidad es lo que resulta defi-nitorio del pensamiento que profesa Finalmente esta preacutedica de historicidad vista con atencioacuten parece guiada por una intencioacuten moralizadora como quizaacute pueda aclarar lo que viene adelante

II Una prueba del empentildeo por colocar el tema de la historicidad en el centro mismo de las tareas es sin duda el texto que Joseacute Gaos nos ha legado gracias al empentildeo de uno de sus maacutes distinguidos disciacute-pulos Se trata de la publicacioacuten poacutestuma de sus lecciones sobre Historia de nuestra idea del mundo en las que estaacute contenido un largo trayecto de afanes investigativos y convicciones profundas En 1973 esto es veinte antildeos despueacutes de que Gaos dictara las lecciones que constituyen sus Confesiones profesionales Andreacutes Lira firma la nota sobre la edicioacuten de lo que fuera su curso correspondiente a 1967

Alliacute como un ejercicio particularmente caro al maestro precisa lo que quiere decir con cada uno de los teacuterminos del nombre dado a su curso Para comenzar hace patente lo que entiende por historia10 que para el caso debe escribirse con minuacutescula y suponer la aproximacioacuten a una parte de la realidad histoacuterica Es decir aunque el tiacutetulo comien-za como debe ser escribiendo la palabra con mayuacutescula Gaos expli-cita que habraacute de referirse a la idea del mundo que se da en la historia es decir en el transcurrir del tiempo aunque para hacerlo se ve en la necesidad de construir una Historia en este caso con mayuacutescula y equivalente a lo que eacutel ha optado por denominar historiografiacutea

Aclara asimismo aquello que concibe como idea

Porque lo que de la Naturaleza y la Humanidad y el otro mundo tenemos si no se queda solamente en una ldquoimagenrdquo tampoco llega a ser puramente una ldquoconcepcioacutenrdquo es algo que se mantiene en suspen-sioacuten entre la imaginacioacuten y el pensamiento conceptual para designar lo cual es muy propia la palabra ldquoideardquo que significando etimoloacutegica-mente cosa visible vista o visioacuten vino a ser sinoacutenima de ldquoconceptordquo11

10 El haacutebito de definir con la mayor precisioacuten posible los teacuterminos que utiliza es una caracteriacutestica que revela el afaacuten didaacutectico de Gaos Las ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo son muestra notable de su preocupacioacuten por definir todo lo concerniente a las palabras y conceptos que se requieren para entrar en los terrenos de su argumentacioacuten

11 Gaos Historia de nuestrahellip p 4

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135JOSEacute GAOS (1900-1969)

Y muestra con detalle las implicaciones que tiene el hecho de que utilice la palabra nuestra un plural que en la filosofiacutea de Gaos tiene un enorme significado

El nuestra hace referencia a un ldquonosotrosrdquo ldquoNosotrosrdquo somos ante todo ldquolos presentesrdquo Pero los presentes somos mdashunos mexicanos de hoymdash unos occidentales modernos mdashunos seres humanos de siemprehellip Entre todo esto que somos decide aquello que somos como sujetos de nuestra idea del mundo precisamente esta nuestra idea del mundo12

Por uacuteltimo ya que ha expresado que esa parte de la realidad histoacuterica que concibe como nuestra idea lo es del mundo explicita tambieacuten lo que entiende por tal y con ello abre la puerta a una suma de ideas que habraacuten de ocuparse de todo lo que cabe en dicho teacuter-mino lo natural lo fiacutesico lo humano e incluso lo sobrenatural Su propuesta es el resultado de muchas reflexiones que lo han llevado a colocar la idea de mundo en la dimensioacuten en la que nos la ofrece es decir con la complejidad que supone la composicioacuten en la que entran distintas ideas parciales sobre el mundo ideas incluso con-tradictorias y definitivamente en movimiento constante a la vez que producidas todas ellas en la historia

El recorrido por las paacuteginas del libro editado por Lira implica un viaje intenso no exento de la dificultad de seguirlo en cada una de sus exposiciones cargadas de erudicioacuten que sobre todo a los habitantes del siglo xx hoy siglo pasado nos interpela y nos con-duce a preguntas puntuales sobre el modo propio de estar en ese mundo que Gaos perfila en sus paacuteginas

Elige para establecer lo que propone como una Historiografiacutea de la idea del mundo mdashpuesto que se trata de componer un discur-so sobre el coacutemo se ha ido configurando en el pasado esa ideamdash un repertorio demasiado amplio como para intentar siquiera dar una somera relacioacuten de lo que implica Baste por el momento resentildear en liacuteneas muy generales su contenido no sin antes hacer algunas pun-tualizaciones relativas al caraacutecter de las ideas atendidas en el tex to y a su procedencia que contribuiraacuten a aquilatar su empresa

12 Idem

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136 historia y meacutetodo en el siglo xx

En las sustanciosas paacuteginas que constituyen su introduccioacuten al curso Joseacute Gaos sentildeala la diferencia entre una Historiografiacutea de la Filosofiacutea y una de las ideas al precisar que la Filosofiacutea seriacutea una idea ldquorazonadardquo del mundo mientras que para la mayoriacutea de la Huma-nidad una idea del mundo puede ser una idea perfectamente ldquoirra-cionalrdquo es decir no fundada en razones sino motivada por las po-tencias irracionales del hombre13 Con ello pareciera preparar al escucha o bien al lector para recibir la idea que se espera en mani-festaciones distintas a las que provienen de los sistemas filosoacuteficos cuando menos en algunos casos

Por otra parte en los teacuterminos en que Gaos se hace cargo de esta propuesta en particular leemos nosotros poco maacutes de cuarenta antildeos maacutes tarde preocupaciones que atienden a la intriacutenseca relacioacuten en-tre vivir el mundo y tener una visioacuten de eacutel como algo propio de la historia de las ideas Es decir en Gaos el horizonte de lo que piensa como idea es mucho maacutes amplio que el que se ha adjudicado cuan-do se habla de que la Historia de las ideas ha atendido a eacutestas des-prendieacutendolas de los sujetos que las tienen

Asiacute pues lo que Gaos ofrece es una ejemplar historia de ideas que cobraron forma de diversas maneras y en distintos tiempos pero que en cada caso representan una idea de mundo en mayor o menor medida que prevalece hasta su propio tiempo De tal manera que lejos de quedar circunscritas al tiempo en el que surgen parecen dejar un sedimento que se mantiene en un cierto grado de vitalidad a lo largo de la historia nutriendo por tal motivo nuestra idea del mundo la de ese presente en que Gaos la proclama El asunto aquiacute es que cuando percibimos el desfile de ldquoideasrdquo que nos obsequia Gaos nos vemos obligados a reparar en la frase de Lira que dice ldquoEn la Historia o historiografiacutea de las ideas deciacutea Gaos se persigue la comprensioacuten de los hechos humanos al igual que en cualquier otra historiografiacutea En este intento hay que preguntarse primero frente a las expresioacuten de las ideas a quieacuten han pertenecido o de quieacuten son tales ideas antes de preguntarse por el queacute de las mismasrdquo

Una vez establecidos esos paraacutemetros es importante recuperar algo de lo que sugiere para hacerse de dichas ideas y narrar su Historia

13 Ibidem p 6

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137JOSEacute GAOS (1900-1969)

Como en tantos otros textos es la preocupacioacuten por los hombres en el tiempo lo que asedia al filoacutesofo espantildeol Hombre con experien-cia habituado a interrogar a la filosofiacutea misma invocando a la his-toria su recorrido es siacute histoacuterico-cronoloacutegico pero por encima de esto es una suerte de buceo en la configuracioacuten de todo aquello que para la cultura occidental ha ido siendo significativo a partir de un cierto momento Las fuentes de su investigacioacuten son variadas ar-quitectoacutenicas literarias filosoacuteficas religiosas cientiacuteficas poliacuteticas Nada parece escapar a una mirada que insiste en develar los fila-mentos de lo que conscientemente razonado o inconscientemente vivido se ha congregado para formar la idea del mundo desde el medioevo hasta la contemporaneidad que observa el estudioso La divisioacuten del curso implica pues un viaje desde la idea medieval has-ta la moderna en su primera parte y uno maacutes de la moderna a la contemporaacutenea en su segunda parte

En esa primera parte ocupan su lugar con igual derecho la cate-dral de Chartres la Suma teoloacutegica y la Divina comedia que las ideas de Lutero san Ignacio Copeacuternico Galileo Newton Dalton Maquia-velo Hobbes Locke Voltaire Montesquieu Rousseau que Bossuet y Condorcet Kant Fichte Hegel o bien El Quijote y Fausto La se-gunda parte en cambio prescinde en los encabezados de los nombres propios de manera que la enunciacioacuten de las ideas que sigue al sub-tiacutetulo ldquoLa idea contemporaacutenea y nuestrardquo pareciera referirse al con-junto de propuestas sobre la realidad del hombre que lo conciben en su evolucioacuten en su psique en su desarrollo econoacutemico en el teacutecnico Y siacute detraacutes de cada conjunto de ideas aparece el nombre de quien las genera pero toma un lugar preponderante el modo en que las dichas ideas se insertan en la mente de los seres humanos para in-corporar nuevos ingredientes al modo de ver el mundo14

Una visioacuten somera de los temas que trata Gaos no hace sino inci-tar la curiosidad del lector y obligarlo a apreciar la manera en que

14 Una lectura interpretativa de los propoacutesitos de esta obra asiacute como de los capiacutetulos que Gaos dedica en ella al marxismo puede leerse en Evelia Trejo ldquoAfinidades electivas A propoacutesito del marxismo letras para la Historia y la Filosofiacuteardquo en Homenaje a Aacutelvaro Matute Aguirre coordinacioacuten de Joseacute Ortiz Monasterio Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Bibliograacuteficas 2009 p 141-167

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138 historia y meacutetodo en el siglo xx

logroacute reunir en soacutelo las 746 paacuteginas de la edicioacuten un panorama tan vasto y a la vez conducir a traveacutes de eacutel a un presente que lo revela como el pensador que fue en el que ronda siempre el fan-tasma de la filosofiacutea el tema de la historia y el de los inevitables efectos del cambio en las diversas esferas de la vida que una a una se iluminan cuando repasa los aportes maacutes significativos de su contemporaneidad

Asiacute la lectura atenta de esta obra se convierte en un ejemplo de historia de las ideas que sin embargo no resulta faacutecil imitar Pare-ceriacutea tratarse de un modelo uacutenico son las inquietudes propias del autor las que dirigen paso a paso la determinacioacuten del gran conjun-to Explorar cada una de las manifestaciones que elige y entrar de lleno en las cualidades descriptivas y los recursos interpretativos que emplea para presentarlas y establecer eslabones entre ellas es constatar que Gaos se impone un compromiso de alta envergadura cuando consciente de lo que emprende explicita la perspectiva an-tropoloacutegica que lo guiacutea Conocedor de la dificultad que toda labor historiograacutefica reviste apunta con seguridad a un objetivo ocuparse de ldquolos cuerpos de expresiones relativamente maacutes esenciales de la historia de nuestra idea del mundordquo seguacuten sentildeala tras discurrir acer-ca de la constitucioacuten histoacuterica de esa idea del mundo tras la cual va

Una y otra vez la ldquoPresentacioacuten del cursordquo pone de manifiesto esa personalidad del maestro que gira sobre preocupaciones que pueden atisbarse en praacutecticamente toda su obra entre las que des-tacan sus observaciones sobre lo que entiende por historia y lo que concibe como Historiografiacutea asunto este uacuteltimo de especial intereacutes para los siguientes comentarios

En los paacuterrafos en los que se propone explicar el meacutetodo de la Historiografiacutea de las Ideas Gaos afirma que la idea del mundo como todas las ideas es Histoacuterica (es decir susceptible de ser historiada) por la peculiar manera de estar inserta en la historia porque incluso las ideas propias y actuales asiacute como las ajenas y pasadas existen para nosotros ya sea en nuestras mentes o bien en las expresiones que las comunican y las hacen subsistir De alliacute que la Historiografiacutea de las Ideas a su juicio no es posible maacutes que sobre la base de la expresioacuten ldquomaterialrdquo de las mismas Tal como sucede con la gene-ralidad de las fuentes de que se vale toda Historiografiacutea

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139JOSEacute GAOS (1900-1969)

Dicho esto es decir ubicada la fuente de conocimiento a la que acude repara en la pluralidad de expresiones que hay que tener en cuenta para la Historiografiacutea que propone Y en la presentacioacuten de esa pluralidad introduce un elemento central en su pensamiento los cuerpos de expresiones de que puede valer para identificar la idea del mundo son cuerpos de expresiones en dos sentidos algunos son expresioacuten de objetos y todos son expresioacuten de sujetos

[hellip] es decir de las ideas los sentimientos las voliciones de eacutestos de los individuales y de los colectivos [hellip] Es por lo que por ejemplo en un texto cientiacutefico o literario puede leerse y debe leerse lo que diga no soacutelo ldquoexpresardquo y ldquotemaacuteticamenterdquo de un determinado ldquoobjetordquo sino ldquoincidentalrdquo o ldquotaacutecitardquo o ldquoimpliacutecitamenterdquo de las ldquocircunstancias his-toacutericas por las que explicarlo y comprenderlo ldquoantropoloacutegicamenterdquo [hellip]15

Es decir el Gaos historiador en este caso historiador de las ideas ratifica su conviccioacuten de que los planos que observa el historiador son dos y que de ellos el que no puede perderse nunca de vista es el del sujeto en situacioacuten histoacuterica que da vida a la idea porque se expresa en ella

En otro sentido identificadas las fuentes de diversa iacutendole que habraacute de escudrintildear dedica algunas frases a lo que podriacuteamos tomar como su criterio de seleccioacuten en este caso es el tema del valor el que sale a relucir La ldquoorografiacuteardquo muestra que hay cimas sobre laderas y valles Gaos parece convencido de que se pueden detectar los cuerpos de expresiones maacutes esenciales para cada etapa Lo que argumenta es que dicha esencialidad y jerarquiacutea axioloacutegica estaacute en relacioacuten con el sentido de la historia Cita a su maestro Ortega y Gasset para estable-cer si asiacute quiere verse una analogiacutea Es la relativa a que la vida huma-na ldquo lsquoes una faena que se hace hacia adelantersquo marcha en el sentido de alguna meta finalidad o fin sea su marcha hacia ella progresiva o digresiva o sigue una marcha que no lleva a ninguna parterdquo16

De esta manera hace presente el nuacutecleo de la Filosofiacutea de la historia como un ingrediente de la tarea de historiar y maacutes auacuten

15 Gaos Historia de nuestra ideahellip p 2316 Ibidem p 24

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140 historia y meacutetodo en el siglo xx

avanza tras esta explicitacioacuten de la importancia que tiene para eacutel la cuestioacuten de los valores para indicarnos el modo en que concibe la posibilidad del conocimiento histoacuterico Cuando invoca los mo-tivos para iniciar el tema con la idea del mundo en la Edad Media argumenta que

Hay una diferencia enorme entre saber de algo por propia experien-cia vital y saber de algo por mero conocimiento intelectual Esta di-ferencia insiste traza una frontera importantiacutesima dentro del cono-cimiento historiograacutefico Jamaacutes conoceremos por medio de la Historiografiacutea y por mucha que sea nuestra ciencia historiograacutefica aquellas partes de la historia que ya no podemos conocer por propia experiencia como podemos conocer aquellas otras que conozcamos por esta experiencia17

Y antildeade ldquoQuizaacute pueda formularse la diferencia diciendo que lsquocomprenderrsquo lo que se dice lsquocomprenderrsquo no podemos maacutes que las partes de la historia con las que nos une una continuidad vital como la que nos une con el cristianismo pero ya no con la religioacuten griegardquo18

Otras proposiciones no menos importantes se dan cita en estas paacuteginas introductorias de su curso y hoy en diacutea de su libro pero basta por ahora solamente mencionar dos de las uacuteltimas consigna-das la de que los hechos histoacutericos no se suceden sincroacutenicamente sino que nacen y acaban en los que les anteceden y les suceden y la llamada de atencioacuten sobre la manera en que la psicologiacutea y la loacutegica estaacuten implicadas en la historiografiacutea La primera porque permite detectar la complejidad de las almas colectivas mayor aun que la de las almas individuales y por tanto contribuye a apreciar los antagonismos y antiacutetesis que existen dentro de una misma eacutepoca y la segunda por la importancia que reviste distinguir que al estudio de la historia debe aplicarse no la Loacutegica de la generalizacioacuten sino la de la diferenciacioacuten hasta la individuacioacuten puesto que lo que importa en la historia es precisamente la diferencia

En fin dejo hasta aquiacute las consideraciones relativas a una obra que amerita un estudio acucioso por muacuteltiples razones para dirigirme a

17 Ibidem p 2518 Idem

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141JOSEacute GAOS (1900-1969)

la reflexioacuten a que me invita esta obra del Gaos historiador a la luz de algunas de sus aseveraciones en el imprescindible texto en el que siete antildeos antes de dictar el curso al que he hecho referencia esto es en 1960 el ya para entonces destacado maestro diera a conocer lo que entendiacutea como Historiografiacutea

III He querido tratar este punto hasta ahora en aras de corroborar aunque sea someramente la relacioacuten estrecha entre el Gaos que em-prende en la uacuteltima etapa de su vida la tarea de historiar lo que denomina nuestra idea del mundo y el Gaos que seguramente obede-ciendo a su formacioacuten en la fenomenologiacutea sabe establecer en las ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo con lujo de precisiones toda la com-plejidad que encierra esa actividad que hizo suya a base de experi-mentar a lo largo de su vida el peso de la historia en todas y cada una de las actividades humanas

Los paraacutegrafos con los que estaacuten compuestas lo he dicho en repe-tidas ocasiones no tienen desperdicio y eacuteste no puede ser el espacio para ir tras ellos con la intencioacuten de aquilatarlos uno a uno Pero una vez que he acercado la lente aunque de paso a esa obra historiograacutefica que cultivoacute con esmero es un imperativo recordar que su concepcioacuten de este tipo de obras es producto de una observacioacuten bastante cuidado-sa Brinda al establecer sus caracteriacutesticas un modelo uacutetil para incursio-nar en su manufactura cuando como lectores de una de ellas y no soacutelo una suma de proposiciones sobre el pasado nos demanda apreciarla en muchos maacutes planos de los que se perciben a primera vista

Estas obras como todas las de la misma iacutendole a saber todas aquellas que tienen su expresioacuten en la palabra escrita son cuerpos de proposi-ciones en ciertas relaciones Estas proposiciones en sus relaciones son las uacuteltimas unidades integrantes de la Historiografiacutea las obras historio-graacuteficas mismas son unidades de orden superior19

Esas unidades asiacute como las proposiciones que las integran deben ser estudiadas como expresiones porque es en ellas en donde se encuentra en relacioacuten lo expresado y lo expresivo esto uacuteltimo como

19 Gaos ldquoNotas sobrehelliprdquo p 70

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142 historia y meacutetodo en el siglo xx

algo que en excelencia puede darse en la palabra oral o escrita y que tiene a su vez como destinatario un comprensivo Todas las palabras con las que Gaos explica esta relacioacuten estaacuten destinadas a explicar coacutemo lo expresivo ldquoes un instrumento u oacutergano de la convivenciardquo de los seres humanos y los animales superiores ldquoUn grito humano o animal es algo que no tiene sentido sino en medio de un complejo de relaciones reales o posibles entre hombres animales u hombres y animalesrdquo20

La obra historiograacutefica identificada por Gaos en los teacuterminos expuestos implica operaciones que nos son bien conocidas aunque no necesariamente bien comprendidas Siacute admitimos que la heuriacutes-tica y la criacutetica la hermeneacuteutica y la etiologiacutea tanto como la arqui-tectoacutenica y la estiliacutestica estaacuten conjugadas en ese acto deliberado de historiar y hacerlo procurando llevar a la meta el propoacutesito de co-nocer y dar a conocer el pasado21 Pero en medio de tales operacio-nes lo que nos obliga a ver Gaos es el papel del sujeto que habla y la finalidad que tiene hacerlo

El hombre que habla se encuentra en una situacioacuten concreta de convi-vencia con los demaacutes hombres No importa que eacutestos no se hallen pre-sentes en la inmediacioacuten espacial del que habla ni que eacuteste no los co-nozca personalmente el escritor escribe esencialmente para un puacuteblico maacutes o menos definido aunque soacutelo fuese eacutel mismo desdoblado en puacute-blico de siacute propio el escritor escribe frecuentemente para la posteridad22

Tomarlo en consideracioacuten con todo lo que implica imprime una potencia especial a su palabra Nunca despueacutes de aceptar el plan-teamiento de Gaos podemos abrir un libro de Historia sin llevar con nosotros un cuacutemulo de preguntas que parecen estar fuera del tema que se trata Y digo que parecen estar fuera porque Gaos tambieacuten indica entre liacuteneas lo que muestra con el ejemplo El historiador se expresa en su tema Eacutel Joseacute Gaos lo hace en la Historia que escribe

20 Ibidem p 7121 Ibidem p 77-87 En esas paacuteginas del paraacutegrafo 32 al 51 Gaos presenta los argu-

mentos en que se basa para considerar estas operaciones como las constitutivas de la historiografiacutea

22 Ibidem p 71

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143JOSEacute GAOS (1900-1969)

para ser dictada y que pese a sus reservas va a la imprenta como una unidad que lo revela

El individuo que alliacute se ofrece cumple incluso a su pesar con lo consignado en su papel de filoacutesofo de la historiografiacutea Pone en ten-sioacuten la particularidad que exige cada tema con la universalidad de la que forma parte Del mismo modo que el sujeto individuo que escribe se sabe un ser uacutenico diferente de otros pero constrentildeido siempre a buscar la comunicacioacuten que le hace sentirse parte de la Humanidad a la que tanto invoca El sector de la cultura sobre el cual se atreve a pronunciarse es el que le corresponde por la afinidad que ha desarrollado con eacutel pero el hecho de empentildearse en abarcar-lo con la amplitud con que lo hace entrantildea a mi juicio un riesgo al mismo tiempo que denota la personalidad del autor

Gaos consciente de la tensioacuten entre la pluralidad de lo histoacuterico y la universalidad de lo humano elige el camino difiacutecil de mostrar la idea del mundo de los hombres de su tiempo intentando asomar-se a todo lo que puede servir para integrarla Un anaacutelisis riguroso permitiriacutea apreciar en queacute medida logra hacer suya la voz de cada una de las expresiones de esa idea que quiere configurar pero un anaacutelisis tal pierde sentido ante la evidencia de que lo que prevalece es la voluntad de Gaos de ver en esa suma la multiplicidad de com-ponentes que hacen posible hablar de un nosotros por encima de un yo El filoacutesofo Gaos apuesta como explicacioacuten de la vocacioacuten filosoacutefica a la soberbia de los hombres a buscar la redencioacuten de ese pecado mayor concediendo desde muy pronto un papel a la historia que al evidenciar la relatividad de las verdades obliga a aceptar liacutemites a actuar asiacute sea por la presioacuten que ejerce el tiempo con una dosis de humildad

A la vez la conciencia de lo inalienable de su individualidad no le impide pronunciarse como parte de una colectividad como ates-tigua al final de su curso al sentildealar que ldquola historia de la idea del mundo es la de la progresiva e inminente extincioacuten de esta idea del reemplazo de un mundo con una idea del mundo por un mundo sin idea del mundordquo

Porque este nuestro mundo es el mundo para el que proclamoacute Marx que ya no habiacutea que seguir contemplaacutendolo especulaacutendolo como haciacutean los

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filoacutesofos que andan hoy realmente muy de capa caiacuteda sino que habiacutea que hacerlo otro como se esfuerzan por hacerlo los revolucionarios y los teacutecnicos que son los auteacutenticos sentildeores de nuestro mundo23

Asiacute se expresaba en la sesioacuten del 17 de septiembre de 1967 sin embargo pocos meses maacutes tarde seguacuten asienta en sus paacuteginas Vera Yamuni Joseacute Gaos manifestaba la vigencia de algo de aquella idea del mundo que en sus lecciones sobre el medioevo auacuten formaba parte de su vida ldquoHoy he cumplido los sesenta y siete iexclloado sea Diosrdquo Y un antildeo maacutes tarde ldquoUn milagro que agradecer he cumpli-do los sesenta y ocho antildeosrdquo Murioacute cinco meses y medio despueacutes de haber pronunciado la anterior frase seguacuten afirma su disciacutepula ldquoLa necesidad de pedir gracias y darlas motivo de su oracioacuten pasoacute asiacute a ser la esencia de su religioacuten y comprendioacute los conceptos de gracia peticioacuten y agradecimientordquo24

En fin del testimonio de su curso y del que recibimos por viacutea indirecta sobre los uacuteltimos antildeos de su vida queda la impresioacuten de que algo permanece y algo cambia en esa idea del mundo la que el propio Gaos portaba y aquella de la que se haciacutea portavoz

Iv Finalmente iquestpodemos encontrar en Joseacute Gaos un meacutetodo para la Historia Lo primero que tengo que decir es que quizaacute los cono-cedores de su obra en conjunto o los que maacutes han profundizado en alguna parte de ella son los maacutes indicados para responder Mi esca-sa relacioacuten con los textos que maacutes efecto han hecho en mi tarea me lleva a ensayar uacutenicamente esta aproximacioacuten

Si por meacutetodo se entiende mdashcomo sentildeala el Diccionario de la len-gua espantildeolamdash atendiendo a la acepcioacuten filosoacutefica el procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y ensentildearla ten-driacuteamos que hacer algunos altos en el camino para optar por una afirmacioacuten puesto que el saber del que se ocupa Gaos es definido por eacutel como ciencia y arte a la vez lo cual genera como consecuencia una idea respecto de la verdad que difiacutecilmente podriacuteamos tratar en este espacio

23 Gaos Historia de nuestra ideahellip p 74424 Yamuni ldquoProacutelogordquo en Obras completas xviihellip p 33

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145JOSEacute GAOS (1900-1969)

Si en cambio nos atenemos a la primera parte de lo que el Dic-cionario de filosofiacutea de Ferrater Mora indica a saber ldquoSe tiene un meacutetodo cuando se dispone de o se sigue un cierto lsquocaminorsquo para alcanzar un determinado fin propuesto de antemano Este fin puede ser el conocimiento o puede ser tambieacuten un lsquofin humanorsquo o lsquovitalrsquo rdquo estamos en la viacutea que conduce a un siacute categoacuterico Gaos tiene un meacutetodo y lo sigue busca el saber para la vida que encuentra en el camino de la historia elige eso siacute una ruta larga para mostrarlo y espera asiacute quiero pensarlo que en el futuro sus palabras encuentren lectores aacutevidos de intentar transitar caminos semejantes

Frente a la lectura de la Historia y frente a la empresa de escri-birla las liacuteneas que nos ha dejado Joseacute Gaos estaacuten maacutes cerca del modelo que del meacutetodo sus convicciones al mismo tiempo que sus contradicciones y tensiones invitan a colocarlo como guiacutea para des-pertar nuestra sensibilidad respecto del tiempo en que vivimos y trazar con preguntas al pasado un compromiso firme con el saber histoacuterico siempre en el aacutenimo de constituirlo en puente de comuni-cacioacuten entre los hombres

bIblIograFiacutea

gaos Joseacute Confesiones profesionales edicioacuten conmemorativa Meacutexico Uni-versidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2002 183 p

Obras completas xvii Confesiones profesionales Aforiacutestica coordina-dor de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo y seleccioacuten de la aforiacutes-tica ineacutedita por Vera Yamuni Tabush Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1982 (Nueva Biblioteca Mexicana 85)

Historia de nuestra idea del mundo con una nota sobre la edicioacuten de Andreacutes Lira Meacutexico El Colegio de MeacutexicoFondo de Cultura Econoacute-mica 1973 Ix+748 p [Esta edicioacuten seraacute la citada en el texto]

Obras completas xiv Historia de nuestra idea del mundo nueva edi-cioacuten cotejada con el manuscrito original coordinador de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo de Andreacutes Lira Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 1994 (Nueva Biblioteca Mexicana 116)

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146 historia y meacutetodo en el siglo xx

Obras completas xv Discurso de filosofiacutea De antropologiacutea e historio-grafiacutea El siglo del esplendor de Meacutexico coordinador de la edicioacuten Antonio Zirioacuten Quijano proacutelogo de Aacutelvaro Matute Meacutexico Universidad Na-cional Autoacutenoma de Meacutexico Coordinacioacuten de Humanidades Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 2009 (Nueva Biblioteca Mexicana 158)

Matute Aacutelvaro La teoriacutea de la historia en Meacutexico (1940-1973) Meacutexico Secretariacutea de Educacioacuten Puacuteblica 1974 208 p (SepSetentas 126)

trejo Evelia ldquoAfinidades electivas A propoacutesito del marxismo letras para la Historia y la Filosofiacuteardquo en Joseacute Ortiz Monasterio (coord) Homenaje a Aacutelvaro Matute Aguirre Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Bibliograacuteficas 2009 p 141-167

valero PIe Aurelia (ed) Filosofiacutea y vocacioacuten Seminario de filosofiacutea moderna de Joseacute Gaos epiacutelogo de Guillermo Hurtado textos de Joseacute Gaos Ricardo Guerra Alejandro Rossi Emilio Uranga y Luis Villoro Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 139 p (Biblioteca Universitaria de Bolsillo)

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Las lecturas y el meacutetodoDos casos Luis Villoro y John Womack

javIer rIco MorenoUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

El concepto absoluto que el milenarismo se forma del ldquoahorardquo y que no le permite percibir el desarrollo nos proporciona sin embargo una diferenciacioacuten cualita-tiva del tiempo Conforme a este concepto existen eacutepocas prentildeadas de sentido y otras desprovistas de eacutel En este hecho radica un meacutetodo histoacuterico-filosoacutefico que serviraacute para establecer una diferenciacioacuten de los tiem-pos histoacutericos Su importancia soacutelo se podraacute apreciar despueacutes de poner de manifiesto que aun una conside-racioacuten empiacuterica de la historia es imposible sin una diferenciacioacuten histoacuterico-filosoacutefica del tiempo (a menu-do latente y por lo tanto imperceptible en sus efectos)

Karl MannHeIM

Una constante en estudios historiograacuteficos recientes sigue siendo la especial atencioacuten que se dedica a las fuentes mdashtanto documentales como bibliograacuteficasmdash cuya impronta se reconoce en el texto en cues-tioacuten Con dicha operacioacuten se pretende sopesar la informacioacuten de la que se valioacute el autor poniendo eacutenfasis en su calidad cantidad y novedad como uno de los factores que determinan el valor de la obra La tesis central de este artiacuteculo es que hay fuentes (lecturas previas o paralelas a la investigacioacuten de un historiador) que pueden o no proporcionar datos y sin embargo llegan a cumplir una impor-tante funcioacuten articular una forma de concebir la dinaacutemica social en un fragmento del pasado humano y de esta manera permiten de-linear el meacutetodo a seguir Luego de un ejercicio para definir el tiempo y el lugar desde los cuales conviene formular las preguntas acerca del meacutetodo de los historiadores se procederaacute a estudiar la relacioacuten entre las lecturas y el meacutetodo en dos casos particulares El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia de Luis Villoro y Zapata y la Revolucioacuten mexicana de John Womack

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Tiempo y lugar del meacutetodo

Desde hace unos ciento cincuenta antildeos el problema del meacutetodo en una disciplina tan peculiar como la que pretende conocer el pasado del hombre ha ocupado un lugar central en muacuteltiples reflexiones y estudios encaminados a aclarar la naturaleza del objeto de estudio y las caracteriacutesticas de aquello que produce (la historia escrita) Se han emprendido dignos esfuerzos por reivindicar la particularidad del conocimiento histoacuterico frente a las pretensiones de uniformidad metodoloacutegica con base en el procedimiento de las ciencias naturales que en el siglo xIx llegoacute a concebirse como el modelo rector para todo conocimiento vaacutelido El reclamo de la autonomiacutea metodoloacutegica de la historia se ha apoyado principalmente en la especificidad de su objeto hechos humanos del pasado singulares e irrepetibles Asiacute se ha podido argumentar que la validez del conocimiento del pasado del hombre no puede sujetarse a los criterios del meacutetodo cientiacutefico Al paso del tiempo teniendo en cuenta el desarrollo de la disciplina y la diferenciacioacuten de las aacutereas que la conforman vale la pena pre-guntar desde queacute tiempo y espacio es pertinente abordar la cuestioacuten del meacutetodo en la investigacioacuten histoacuterica

El tema del meacutetodo en la historia se ubica en la interseccioacuten de dos aacutereas que forman parte de los estudios histoacutericos y otra que co-rresponde a la filosofiacutea (veacutease esquema 1) El asunto parece sujeto a la tensioacuten generada por tres tipos de interrogantes que aunque dis-tintas se reclaman unas a otras De un lado se encuentra la pregunta por las condiciones de posibilidad del conocimiento histoacuterico a par-tir de la cual comenzoacute a configurarse mdashsobre todo desde la segunda mitad del siglo xIxmdash la teoriacutea de la historia que pondraacute eacutenfasis en la dimensioacuten epistemoloacutegica Tarea de filoacutesofos con marcado intereacutes en el conocimiento del pasado o de historiadores conscientes de la im-portancia de la reflexioacuten filosoacutefica se encamina hacia la explicacioacuten del proceso en general haciendo abstraccioacuten de los casos particulares a los que suele acudir soacutelo para ilustrar alguacuten problema o parte de eacutel

De otro lado se encuentran las preguntas acerca del modo en que se lleva a cabo la produccioacuten historiograacutefica en sus formas con-cretas y que orientan el estudio de una obra historiograacutefica de la produccioacuten de un historiador de una corriente o de una escuela o

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bien de las diversas interpretaciones de un mismo acontecimiento periodo personaje o proceso Las investigaciones que se despliegan en esta liacutenea se insertan propiamente en los estudios historiograacuteficos es decir lo que en teacuterminos generales suele referirse como historio-grafiacutea pero entendida no como una historia de la historia sino como un estudio criacutetico de las representaciones del pasado en que consis-ten las obras historiograacuteficas Con un desarrollo maacutes reciente que la anterior no puede prescindir de los esquemas abstractos pero el centro de gravedad de sus observaciones estaacute en los productos de la historia como disciplina

Por uacuteltimo se encuentran las preguntas acerca de la constitucioacuten de la realidad la situacioacuten del hombre en el mundo la historicidad o la naturaleza del ser humano el estatus ontoloacutegico del pasado el tiempo y la temporalidad Su ejercicio corresponde maacutes plenamen-te a los filoacutesofos y las reflexiones derivadas de las preguntas que le son propias tienen un caraacutecter fundamental tanto para la teoriacutea de la historia como para los estudios historiograacuteficos

Ahora bien mientras en forma llana o simple el meacutetodo tiene el significado de camino que se sigue para llegar a un destino en un

Fuente Elaboracioacuten propia

Esquema 1 el lugar de las Preguntas sobre el Meacutetodo en la HIstorIa

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sentido maacutes cercano a la investigacioacuten por meacutetodo se entiende un conjunto de procedimientos para obtener el conocimiento verdade-ro o vaacutelido de algo1 En el caso de la investigacioacuten histoacuterica se trata de un camino mental o intelectual que se va formando por el encadenamiento multidireccional de preguntas y respuestas ideas operaciones loacutegicas (anaacutelisis comparacioacuten siacutentesis) procedimientos heuriacutesticos conceptos e imaacutegenes Cuando se reconoce que a pesar de la pretensioacuten de uniformidad metodoloacutegica (un meacutetodo univer-sal) lo que existe es una diversidad de meacutetodos y eacutestos se convierten en objeto de estudio entonces es pertinente hablar de metodologiacutea que es justamente el estudio de los meacutetodos

A partir de estas consideraciones sugiero que la historiografiacutea o maacutes propiamente la criacutetica historiograacutefica es un lugar privilegia-do para el estudio del meacutetodo por medio del cual los sujetos de la enunciacioacuten historiograacutefica llegan a la produccioacuten de una representa-cioacuten del pasado es decir a construir un cierto conocimiento de lo acontecido Lo anterior se funda en la constatacioacuten de que toda obser-vacioacuten y estudio del meacutetodo son siempre procedimientos a poste-riori es decir como un estudio del camino recorrido (y no por reco-rrer) o de los procedimientos realizados (y no por realizar) pues como dice el poeta ldquoCaminante no hay camino se hace camino al andar Al andar se hace el camino y al volver la vista atraacutes se ve la senda que nunca se ha de volver a pisarrdquo2

La analogiacutea con los versos de Antonio Machado me parece afor-tunada al iniciar una investigacioacuten el historiador preveacute (en el pleno sentido de ver con anterioridad) un conjunto maacutes o menos ordenado de procedimientos y acciones que le permitan conocer un aspecto de algo que sucedioacute (un hecho del pasado) La experiencia nos ensentildea que en el curso de la investigacioacuten ese meacutetodo previsto siempre se modifica en ocasiones sustancialmente Por eso el meacutetodo soacutelo puede

1 Es probable que el significado original de camino por recorrer motive que en ocasiones se piense en el meacutetodo soacutelo como un conjunto de procedimientos empiacutericos tales como la recoleccioacuten de datos y su verificacioacuten y se dejen fuera de las considera-ciones metodoloacutegicas los procedimientos loacutegicos y propiamente imaginativos que estaacuten involucrados en la investigacioacuten histoacuterica

2 A Machado ldquoProverbios y cantares xxIxrdquo en Obras poesiacutea y prosa 2a edicioacuten Buenos Aires Losada 1973 p 218

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observarse al final de la investigacioacuten como el camino andado Hay que sentildealar ademaacutes que todo estudio metodoloacutegico es aproximativo el estudioso de la historiografiacutea descubre en una obra historiograacutefica una serie de pistas huellas o evidencias que indican el camino que siguioacute el historiador (conceptos ideas teoriacuteas fuentes lecturas) pero es posible que ni siquiera el autor mismo pueda reconstruir paso a paso el camino que lo llevoacute a representar un fragmento del pasado tal como lo hizo Debe considerarse ademaacutes que cuando se accede a la obra generalmente en forma de publicacioacuten el texto pudo haber su-frido cambios en relacioacuten con la versioacuten original (modificaciones en la estructura de los capiacutetulos o apartados supresiones o adiciones que se llevan a cabo con criterios editoriales de censura o de autocensura y no teoacutericos ni metodoloacutegicos) No estaacute de maacutes reconocer que como toda investigacioacuten los meacutetodos son irrepetibles y se convierten en la senda que no se volveraacute a pisar es decir resulta praacutecticamente impo-sible seguir con exactitud el mismo camino para otra investigacioacuten

Escribo luego leo

La conocida conclusioacuten a la que llegara Reneacute Descartes en el Discur-so del meacutetodo mdashldquoPienso luego existordquomdash tiene un sentido loacutegico y no temporal y resulta maacutes accesible en la forma ldquopienso por lo tanto existordquo de manera que el pensar es la prueba del existir En un ejer-cicio luacutedico podemos imaginar una relacioacuten semejante aplicada a los procesos de la escritura y la lectura como actos concomitantes al hacer de los historiadores Las diversas operaciones que eacutestos llevan a cabo se condensan en un producto final que es la representacioacuten del pasado mediante el lenguaje escrito es decir en una narracioacuten lo que aqueacutellos escriben mdashcomo parece suceder en todos los casos de escrituramdash tiene el destino de la lectura Pero la relacioacuten entre ambos actos tiene tambieacuten un sentido distinto en tanto que todo historiador es un lector lo que escribe expresa la presencia de sus lecturas previas refiere lo que antes ha leiacutedo El historiador escribe por lo tanto lee la escritura es tambieacuten una prueba de sus lecturas

Ahora bien la cuestioacuten del meacutetodo no se reduce a la aplicacioacuten de un conjunto de teacutecnicas o a la localizacioacuten de fuentes documentales y

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utilizacioacuten de herramientas teoacutericas de cuya suma final resulte un itinerario lineal e infalible que necesariamente conduciraacute al objetivo establecido Implica la prefiguracioacuten de un procedimiento en funcioacuten de preguntas que toman su lugar en un escenario o campo histoacuterico imaginado Las lecturas previas o paralelas a una investigacioacuten mdashal menos algunas de ellasmdash suelen tener una incidencia metodoloacutegica al definir las liacuteneas con las que el historiador traza por asiacute decirlo un boceto del pasado que pretende representar con la mayor preci-sioacuten posible Captar la incidencia de las lecturas en la configuracioacuten de un meacutetodo implica reconocer la dimensioacuten sociocultural de la lec-tura mediante la cual eacutesta deja de ser un mero proceso de decodifi-cacioacuten para adquirir la forma de una experiencia vital del sujeto lector

En el proacutelogo a la primera edicioacuten de la obra de Joseph de Acosta Edmundo OrsquoGorman perfiloacute una serie de consideraciones que anti-cipaban su criacutetica a la historia tradicional y que integraraacuten parte central de Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Al referirse a la va-loracioacuten que los historiadores del siglo xIx habiacutean hecho de obras como la Historia natural de las Indias exclusivamente como fuentes histoacutericas advierte

En teacuterminos generales cabe afirmar que los textos que pueden llamarse fuentes histoacutericas han recibido de nuestros historiadores un tratamiento ciertamente serio de criacutetica intensa pero orientado de una manera in-suficiente Se encuentra fundamentalmente una actitud de considerarlos como mdashpara usar una metaacutefora expresivamdash minas de doacutende extraer ciertos datos y noticias Lo menos que hoy puede decirse a este respecto es que es una posicioacuten absolutamente ineficaz si soacutelo fuera porque esos textos son tambieacuten susceptibles de la consideracioacuten como totalidades Ya no es posible ignorar que un libro un texto una fuente vienen a ser la respuesta de una voluntad la que a su vez descansa en una serie inde-finida de supuestos Es por esto que un libro dice mucho maacutes de lo que puede deducirse por medio de un anaacutelisis fragmentario3

Consecuencia de lo anterior mdashcontinuacutea OrsquoGormanmdash textos como el de Acosta fueron valorados baacutesicamente en teacuterminos ldquo[hellip]

3 Edmundo OrsquoGorman ldquoProacutelogordquo a Historia natural de las Indias Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1939 p x

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de la verdad objetiva y originalidad de los datos y noticias uacutenicos elementos considerados como valiososrdquo4 Otra importante aprecia-cioacuten acerca del valor de las lecturas como parte de un horizonte histoacuterico cultural es la que elaboroacute el historiador Irving Leonard en una obra (publicada originalmente en 1949) que constituye un im-portante antecedente de la historia de la lectura Al referirse a la li-teratura de ficcioacuten y su relacioacuten con las actitudes de los conquista-dores espantildeoles Leonard tratoacute de enfatizar los efectos posibles de una lectura que se emprende bajo ciertas circunstancias (y que bien podemos reconocer en otros tipos de obras y de lectores)

En los estudios de historia moderna no se sopesan en todo su valor las frecuentes y sutiles interacciones entre la literatura y los hechos hu-manos Los escritos de ficcioacuten no solamente son los registros subjetivos de la experiencia humana sino que a veces son los instigadores incons-cientes de las acciones del hombre al condicionar sus actitudes y re-acciones Los productos de la imaginacioacuten que a este respecto ejercie-ron mayor influencia en determinado tiempo y determinado lugar no son siempre las supremas creaciones del genio sino manifestaciones inferiores de la expresioacuten artiacutestica que por circunstancias especiales remueven las emociones de sus lectores de un modo maacutes profundo como resultado de esto suelen alterar el curso de la historia o modificar las costumbres y los usos de una eacutepoca5

Pensamiento y accioacuten

El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia tiacutetulo definitivo que Luis Villoro establecioacute para la segunda edicioacuten (publicada en 1967 catorce antildeos despueacutes de la primera) no podiacutea ser menos elocuente Lejos de los enfoques tradicionales que buscaban en el pensamiento poliacutetico de la Ilustracioacuten el corpus de ideas que habiacutea orientado el origen y el cauce de la independencia de Meacutexico Villoro emprendioacute un notable estudio de las transformaciones que en el curso de aquel

4 Ibidem p xII5 Irving Leonard Los libros del conquistador trad de Mario Monteforte Toledo

Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1953 p 9

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acontecimiento histoacuterico experimentaron las formas de pensar con-creto en relacioacuten con los grupos sociales es decir los cambios en la ideologiacutea de la revolucioacuten de independencia La interpretacioacuten histoacute-rica que emprendioacute el filoacutesofo mexicano situoacute en el centro de su anaacute-lisis el binomio que integran ideologiacutea y utopiacutea el cual desde media-dos del siglo xx cobroacute relevancia en el marco de los movimientos revolucionarios en el llamado tercer mundo y luego de las revueltas estudiantiles Ambos teacuterminos pusieron de manifiesto una eferves-cencia de la mentalidad utoacutepica que en muchas ocasiones se acompa-ntildeaba de una lucha contra las ideologiacuteas En forma paralela aquel binomio atrajo poderosamente la atencioacuten de las ciencias sociales y las humanidades haciendo comuacuten la referencia al estudio que sobre el tema en particular habiacutea emprendido Karl Mannheim

No estaacute nada claro el hecho de que el problema de la utopiacutea se haya visto estimulado gracias a Mannheim y sus consideraciones al res-pecto Pero no podemos negar que este concepto ganoacute por primera vez gracias a eacutel contornos maacutes precisos en tanto que categoriacutea heuriacutestica siendo aceptado en un campo teoacuterico-social relevante Aunque quizaacute tal campo el de la ldquosociologiacutea cientiacuteficardquo haya anulado maacutes que reflejado el problema de la utopiacutea6

Originalmente con el teacutermino ideologiacutea se designoacute el estudio de las facultades y las ideas que producen de ahiacute que los ideoacutelogos fue-ron al principio filoacutesofos que se ocuparon de la clasificacioacuten y el estu-dio de las ideas particularmente en Francia A raiacutez de la oposicioacuten de un grupo de ellos al emperador Napoleoacuten Bonaparte se comenzoacute a generalizar la referencia a los ideoacutelogos en una forma poliacuteticamente despectiva Por otra parte siguiendo las apreciaciones de Hegel en torno a la ideologiacutea como conciencia escindida en el pensamiento de Marx tomaraacute la forma de falsa conciencia que se caracteriza por ocul-tar o enmascarar la realidad econoacutemica y social En otro sentido al proyectar una sociologiacutea del saber Max Scheler sosteniacutea que el cono-cimiento podiacutea estudiarse no soacutelo en teacuterminos de sus contenidos sino

6 Arnhelm Neusuumls ldquoDificultades de una sociologiacutea del pensamiento utoacutepicordquo en Utopiacutea trad de Mariacutea Nolla Barcelona Barral Editores 1970 p 18 Entrecomillado del autor

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tambieacuten en su relacioacuten con una situacioacuten social e histoacuterica en cuya dimensioacuten se encontraban justamente las ideologiacuteas

Eacutestos son grosso modo los antecedentes en liacutenea directa de una obra cuya lectura tendraacute una funcioacuten articuladora en el meacutetodo que siguioacute Luis Villoro en su investigacioacuten sobre la revolucioacuten de inde-pendencia La obra a la que me refiero se publicoacute en 1936 y en 1941 aparecioacute la versioacuten en espantildeol bajo el tiacutetulo de Ideologiacutea y utopiacutea En palabras del filoacutesofo de origen huacutengaro7 el libro teniacutea el propoacutesito de ldquo[hellip] resolver el problema de coacutemo piensan los hombresrdquo pero no como se trata el pensamiento en los libros de loacutegica sino ldquoen la vida puacuteblica y en la poliacutetica como instrumento de accioacuten colectivardquo8

En 1925 Mannheim habiacutea publicado El problema de una sociologiacutea del saber que seguiacutea una liacutenea semejante a la de Max Scheler pero proponiendo ahora una sociologiacutea del conocimiento cuya tesis central es que existen formas de pensamiento que no pueden com-prenderse en tanto no se aclaren sus oriacutegenes sociales En Ideologiacutea y utopiacutea sentildealoacute la necesidad de captar el pensamiento en el marco de una situacioacuten histoacuterico-social pero sin olvidar que los modos de pensar concreto son inseparables de ldquola trama de la accioacuten colectivardquo Dicha relacioacuten permite distinguir la complejidad de cualquier situa-cioacuten pues en toda sociedad los grupos que la conforman ldquo[hellip] actuacutean unos contra otros [hellip] y al hacerlo piensan unos con otros y unos contra otrosrdquo9 Sus investigaciones sobre el estudio de la geacutenesis la estructura y la funcioacuten de las construcciones intelectuales en la dinaacute-mica social lo llevoacute a reconocer dos formas ideoloacutegicas (la ideologiacutea propiamente dicha y la utopiacutea) las cuales aunque semejantes entre siacute lograban una plena diferenciacioacuten en las situaciones de conflicto

7 Nacido en Budapest en 1893 Karl Mannheim habiacutea realizado estudios en filo-sofiacutea en la universidad de su ciudad natal En el contexto de la revolucioacuten huacutengara traboacute amistad con el destacado teoacuterico del marxismo Georg Lukaacutecs autor de la influ-yente Historia y conciencia de clase (1923) Luego se vio obligado a viajar a Alemania y en 1925 se incorporoacute a la Universidad de Frankfurt Tras el ascenso de Hitler al poder se trasladoacute a Inglaterra y desde 1933 hasta su muerte ocurrida en 1947 ensentildeoacute en la London School of Economics

8 Karl Mannheim Ideologiacutea y utopiacutea Introduccioacuten a la sociologiacutea del conocimiento 2a edicioacuten traduccioacuten de Salvador Echevarriacutea estudio preliminar de Louis Wirth Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1987 p 33

9 Ibidem p 36

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social El examen de la triada constituida por grupo social conflicto poliacutetico y situacioacuten de intereses derivoacute en el estudio de las ideologiacuteas no soacutelo como un conjunto de ideas sino fundamentalmente como la expresioacuten de una actitud histoacuterica (veacutease esquema 2) El anaacutelisis de la situacioacuten permitiraacute a Mannheim descubrir el proceso de las cons-trucciones del tiempo histoacuterico que lleva a cabo cada grupo social

La estructura interna de la mentalidad de un grupo nunca se podraacute comprender mejor que cuando nos esforzamos por comprender su concepto del tiempo a la luz de sus esperanzas de sus aspiraciones y de sus propoacutesitos Sobre la base de estos propoacutesitos y de estas espe-ranzas una mentalidad bien definida ordena no soacutelo los acontecimien-tos del futuro sino los del pasado Los acontecimientos que a primera vista se presentan como una mera acumulacioacuten cronoloacutegica adquie-ren el caraacutecter de un destino desde este punto de vista Los hechos escuetos se arreglan por siacute solos en perspectiva y los eacutenfasis del ldquosen-tidordquo se distribuyen y atribuyen a los acontecimientos individuales de acuerdo con las direcciones fundamentales en que lucha la personalidad En este ordenamiento significativo de los acontecimientos que es algo maacutes que un mero arreglo cronoloacutegico se podraacute descubrir el principio estructural del tiempo histoacuterico10

Las formas de pensar concreto mediante las cuales se expresa la actitud histoacuterica de un grupo social equivalen a una mentalidad histoacuterica y en funcioacuten del proceso del que resultan (interaccioacuten entre grupo social conflicto social y situacioacuten de intereses) se con-vierten en un elemento fundamental para estudiar la relacioacuten entre el pensamiento y la accioacuten en situaciones de conflicto En eacutestas las ideologiacuteas suelen asociarse a la intencioacuten de mantener una estaacutetica social mientras que las utopiacuteas se vinculan a una voluntad de trans-formacioacuten11

10 Ibidem p 246-247 Como se podraacute apreciar estaacute aquiacute la problematizacioacuten del tiempo histoacuterico y su relacioacuten con el proceso de significacioacuten y con las dimensiones del pasado y el futuro mismas que pensadores posteriores habraacuten de desarrollar con mayor amplitud El entrecomillado es del autor las cursivas son miacuteas

11 Como ha precisado Arnhelm Neusuumlss al revisar la obra de Mannheim la dife-rencia entre una y otra radica en la adecuacioacuten o no adecuacioacuten con la realidad y en la orientacioacuten temporal de la utopiacutea (un futuro que todaviacutea no es) ldquoiquestQueacute papel juega

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En El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia se observa con claridad la marca metodoloacutegica que le imprime la obra de Mann-heim Cierto que desde las primeras liacuteneas del proacutelogo a la prime-ra edicioacuten Villoro previene al lector con la mencioacuten de una evi-dencia que como tal muchas veces se omite ldquo[hellip] el objeto de la historiografiacutea es el hombrerdquo con lo cual subrayariacutea el caraacutecter hu-manista de la disciplina a condicioacuten de sustituir la imagen de ldquouna conciencia descarnadardquo por la del ldquohombre arrojado en el mundordquo12

pues en el contexto de esta concepcioacuten el concepto de utopiacutea Es comuacuten tanto para las ideologiacuteas como para las utopiacuteas el hecho de que tanto unas como otras son visiones de la realidad social determinadas posicionalmente y por lo tanto particulares En el sentido del concepto de ideologiacutea lsquototal y generalrsquo tambieacuten las formas de mentalidad utoacutepica son ideoloacutegicas Se diferencian en un sentido maacutes estricto de las ideologiacuteas uacutenicamente en su distinta lsquono adecuacioacuten con la realidad existentersquo No intentan como las ideologiacuteas calificar etapas pasadas de la realidad como auacuten existentes es decir no quedan a la zaga del presente sino que requieren lsquotrascenderrsquo la fase alcanzada sobre-pasarla intelectualmente y tambieacuten en lo posible praacutecticamente La diferencia existen-te entre las ideologiacuteas y las utopiacuteas estriba en la orientacioacuten temporal Ibidem p 19 Entrecomillados del autor

12 Luis Villoro El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia 2a edicioacuten Meacutexico Consejo Nacional para la Cultura y las Artes 1999 p 15

Esquema 2 Marco reFerencIal del estudIo de las Ideologiacuteas en K MannHeIM

Fuente Elaboracioacuten propia

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Expone luego una serie de consideraciones que transparentan sus viacutenculos intelectuales con el historicismo el existencialismo y el marxismo relativas sobre todo a la situacioacuten del hombre y el acon-tecer histoacuterico

El acontecer histoacuterico nada tiene que ver con el transcurrir natural se funda en el despliegue temporal de la existencia y no en la medida del tiempo del mundo Mas tampoco tiene que ver con los avatares de una conciencia descarnada su protagonista no es una entidad abstracta sino el hombre arrojado en el mundo El ldquolugarrdquo de lo humano en la historia no podraacute encontrarse fuera de los liacutemites que le sentildeala su si-tuacioacuten Cada individuo es inseparable del mundo de relaciones en que vive y que constituye un contexto comuacuten de referencias tejido por el trabajo y la convivencia El concepto de ldquoclaserdquo puede servirnos para sentildealar la circunscripcioacuten del mundo social vivido por cada hombre constituye un punto de referencia para ldquosituarrdquo nuestro objeto Por ende nuestro estudio se referiraacute ante todo a grupos humanos vinculados por un mundo vivido comuacuten y secundariamente a las individualidades que destaquen en su seno13

No es difiacutecil constatar que la situacioacuten se habiacutea convertido en una categoriacutea baacutesica en las filosofiacuteas de la existencia Kierkegaard sosteniacutea que el ser humano mdashen tanto que existentemdash aparece siem-pre en situacioacuten para Ortega y Gasset en su reclamo por ubicar al hombre en la realidad radical de la vida la situacioacuten es equivalente a la circunstancia algo semejante sucede con el ldquoestar-en-el-mundordquo de Heidegger Karl Jaspers por su parte tambieacuten enfatizoacute la misma e inseparable relacioacuten (ldquoyo como existencia estoy siempre en una determinada situacioacutenrdquo)14

Al trasladar la loacutegica de la geacutenesis de las ideologiacuteas al plano de la sociedad novohispana de finales del siglo xvIII y de la revolucioacuten de independencia Villoro construiraacute el escenario de una situacioacuten histoacuterica En eacutel los seres humanos integran grupos (clases) sociales cohesionados por un mundo vivido comuacuten (una experiencia social

13 Ibidem p 1514 Cfr Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea Barcelona Ariel 1994 v Iv

p 3313-3315

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vital que es semejante en todos los miembros de un grupo) del que se desprende un horizonte de posibilidades reales En ese mundo vivido comuacuten hay intereses y valores (econoacutemicos sociales morales) que condicionan una disposicioacuten a actuar La combinacioacuten de tales elementos a su vez forma el condicionante de una particular cons-truccioacuten del tiempo histoacuterico (veacutease esquema 3)

Esquema 3 loacutegIca del dInaMIsMo socIal

en el proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia

Fuente Elaboracioacuten propia

Este modelo de explicacioacuten mdashcabe recordarmdash se refiere a una situacioacuten de conflicto siempre sobre la base de una sociedad escin-dida en grupos En su anaacutelisis del momento previo a la revolucioacuten Villoro reconoce tres clases sociales diferenciadas indudablemente por criterios econoacutemicos y sociales No obstante y he aquiacute el que me parece uno de los aciertos maacutes importantes de su estudio la actua-cioacuten de esos actores colectivos en el escenario de la situacioacuten de conflicto se comprende no tanto por su posicioacuten econoacutemica como por su experiencia vital comuacuten y la actitud histoacuterica que asumen en funcioacuten de su valoracioacuten de la temporalidad (veacutease esquema 4)

La situacioacuten de la clase dominante (los peninsulares) y su actua-cioacuten se articulan por el mundo vivido comuacuten de una prosperidad ligada a los viacutenculos de dependencia de la metroacutepoli en ello radican sus intereses y sus valores En tanto que su experiencia vital es la prosperidad perciben a la patria como algo ya hecho y soacutelo se

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160 historia y meacutetodo en el siglo xx

requiere una adecuada administracioacuten es expresioacuten de una concep-cioacuten burocraacutetica (estaacutetica) de la sociedad El presente (que se vive) y el futuro (por vivir) no se pueden percibir maacutes que como una prolongacioacuten del pasado que es el origen y basamento del orden colonial lo que equivale a una preterizacioacuten del futuro Su actitud histoacuterica por tanto seraacute contrarrevolucionaria y se expresaraacute me-diante una ideologiacutea orientada a la conservacioacuten del orden colonial15

Seraacute en el siguiente sector el de la clase media ilustrada donde Villoro descubra una transformacioacuten ideoloacutegica que tiene como tras-

15 El sentido del tiempo histoacuterico de la clase dominante corresponde en Mannheim a la tercera forma de mentalidad utoacutepica (la idea conservadora) ldquoEl sentido del tiempo de ese modo de experiencia y de pensamiento es completamente opuesto al del libera-lismo En tanto que para eacuteste el futuro era todo y el pasado nada el modo de experi-mentar el tiempo del conservatismo halloacute la mejor corroboracioacuten de su sentido de la determinacioacuten histoacuterica en el descubrimiento de la importancia del pasado en el des-cubrimiento del tiempo como creador de valores El tiempo no existiacutea en forma alguna en la mentalidad quiliaacutestica y existioacute para el liberalismo soacutelo en cuanto era capaz de producir un progreso en el futuro Mannheim Ideologiacutea y utopiacuteahellip p 272

Fuente Elaboracioacuten propia

Esquema 4 actItud HIstoacuterIca de la clase doMInante

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161las lecturas y el meacutetodo

fondo un cambio en la percepcioacuten de la temporalidad particular-mente del pasado Esta clase se distingue por una experiencia vital en la que predomina la insatisfaccioacuten y por tanto emprenderaacute una negacioacuten del pasado inmediato (que casi se funde con el presente) y un intento por restaurar el pasado remoto es decir el origen del orden colonial Fray Servando Teresa de Mier manifestoacute esa aspira-cioacuten en el alegato histoacuterico juriacutedico que desplegoacute en el libro xIv de su poleacutemica Historia de la revolucioacuten de Nueva Espantildea Sosteniacutea la existencia de un pacto original que consignaba los derechos y pre-rrogativas de los americanos un pacto que los peninsulares habiacutean violentado de este modo si en el origen de la Nueva Espantildea estaban los fundamentos de una sociedad justa entonces habiacutea que restaurar ese pasado remoto Sin embargo advierte Villoro desatada la in-surgencia y al contacto con el pueblo se advierte en la clase media una transformacioacuten revolucionaria que implicaraacute la negacioacuten de la totalidad del pasado colonial16

A diferencia de la concepcioacuten burocraacutetica de los peninsulares para los americanos la patria seraacute algo que habiacutea que construir eran ahora portadores de una concepcioacuten utoacutepica (dinaacutemica) de la socie-dad En esta transformacioacuten la clase media asumiraacute una actitud his-toacuterica revolucionaria que tras la negacioacuten del pasado asimila una concepcioacuten utoacutepica de la sociedad Su actitud histoacuterica integra una fu-turizacioacuten del presente es decir las acciones del presente vivido tie-nen el propoacutesito de acercar un futuro deseable configurado a partir de las ideas de la teoriacutea poliacutetica del liberalismo (veacutease esquema 5)

El tercer grupo social es la clase trabajadora su mundo vivido comuacuten es la opresioacuten No tiene posibilidades de articular ideoloacutegi-camente una visioacuten y una valoracioacuten del pasado y del presente pro-pias y por tanto no puede llevar a cabo la proyeccioacuten de un futuro deseado Su actuacioacuten en el proceso histoacuterico se encaminaraacute a la

16 La valoracioacuten negativa del pasado corresponde en el estudio de Mannheim a la segunda forma de mentalidad utoacutepica (la idea liberal humanitaria) ldquoLa mentalidad nor-mativa liberal contiene tambieacuten esa diferenciacioacuten cualitativa de los acontecimientos his-toacutericos y ademaacutes soacutelo siente desprecio por considerarlo como un mal por todo lo que se ha vuelto parte del pasado o es parte del presente Aplaza la realizacioacuten de esas normas a un remoto futuro y [hellip] lo ve como surgiendo del proceso de devenir en el aquiacute y ahora surgiendo de los acontecimientos de la vida cotidianardquo Ibidem p 263 Cursivas del autor

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instauracioacuten del reino de la religioacuten y la igualdad sin margen para construir la imagen de una nueva sociedad Su actitud histoacuterica si acaso la hay es la de una entrega a la vivencia del instante sin re-ferencia a un pasado ni a un futuro (veacutease esquema 6) Su mejor referente es el de las rebeliones inspiradas en el milenarismo o qui-liasmo como el de Thomas Muumlnzer en el siglo xvI17

Tal es la situacioacuten histoacuterica en la que los protagonistas cuyo perfil trazoacute Villoro tratando de comprender la relacioacuten entre pen-samiento y accioacuten escenifican un drama que se desarrolla en el sentido de una serie de paradojas anunciadas en las primeras liacuteneas de la obra

17 Mannheim reconoce en el milenarismo la primera forma de mentalidad utoacutepica cuya principal caracteriacutestica es ldquo[hellip] su absoluta actualidad el hecho de que siempre se halla situada en el presente [hellip] Para el verdadero milenarista el presente se convierte en una brecha por la cual lo que antes era interior irrumpe de repente se aduentildea del mundo exterior y lo transforma [hellip] Tal vez esta misma sustancia extaacutetica sea la que se convierta en el milenarista en el lsquoaquiacute y ahora inmediatosrsquo pero no solamente para deleitarse en ellos sino para convertirlos en parte de siacute mismo [hellip] El milenarista espe-ra una unioacuten con un presente inmediato Por lo tanto no se preocupa en su vida coti-diana por vanas esperanzas del futuro o reminiscencias romaacutenticasrdquo Ibidem p 252-254 Entrecomillados del autor

Esquema 5 actItud HIstoacuterIca de la clase MedIa

Fuente Elaboracioacuten propia

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163las lecturas y el meacutetodo

Nos encontramos con que muchos de los precursores del movimien-to se transforman en sus aceacuterrimos enemigos en el instante mismo en que estalla con que no consuman la Independencia quienes la proclamaron sino sus antagonistas y por uacuteltimo que el mismo par-tido revolucionario ocasiona la peacuterdida de los consumadores de la independencia18

Sin embargo la resolucioacuten del conflicto no seraacute una paradoja cerrada sino abierta el proceso ideoloacutegico no concluye con la con-sumacioacuten de la independencia en realidad se prolongaraacute a lo largo de todo el siglo xIx y principios del xx En teacuterminos de la produc-cioacuten de formas de pensar concreto (ideoloacutegicas) el estudio de Villo-ro permite comprender tambieacuten la manera en que la expectativa de un futuro deseado una sociedad moderna basada en los principios poliacuteticos y econoacutemicos del liberalismo encauzoacute la interpretacioacuten de la historia de Meacutexico que a la postre seriacutea la hegemoacutenica

El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia es quizaacute la uacuteltima experiencia en la historiografiacutea mexicana del siglo xx pro-ducto del diaacutelogo directo de la historia con la filosofiacutea despliega la indagacioacuten de un proceso histoacuterico a la luz de la situacioacuten del hom-bre en el mundo cuya comprensioacuten en uacuteltima instancia debe ser el fin de la historiografiacutea

Aunque Villoro soacutelo cita en una ocasioacuten el trabajo de Mannheim la presencia de Ideologiacutea y utopiacutea en El proceso es innegable Pero su importancia no estaacute en ser una fuente de datos o de informacioacuten (el filoacutesofo de Budapest nada dice sobre el hecho histoacuterico en cuestioacuten

18 Villoro El proceso ideoloacutegicohellip p 19

Esquema 6 la vIvencIa del Presente de la clase trabajadora

Fuente Elaboracioacuten propia

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ni tampoco sobre criollos y peninsulares) y menos auacuten ofrece un cataacutelogo de unidades conceptuales Su lectura le permite a Villoro construir un eje de interpretacioacuten mediante un procedimiento para encontrar la relacioacuten entre la situacioacuten en el mundo de cada clase social su horizonte de posibilidades reales y su experiencia de la temporalidad Soacutelo asiacute las ideologiacuteas en juego durante el proceso de independencia dejan de ser un mero conjunto de ideas abstractas para convertirse en formas de expresioacuten de una actitud histoacuterica categoriacutea que permite articular el viacutenculo de pensamiento y accioacuten en el marco del meacutetodo histoacuterico filosoacutefico para la historia social e intelectual por el que pugnaba Mannheim

Tradicioacuten y modernidad

El segundo caso a analizar es una obra historiograacutefica que habriacutea de convertirse en un referente baacutesico del revisionismo de la Revolucioacuten mexicana Zapata y la Revolucioacuten mexicana es la derivacioacuten de la tesis doctoral que John Womack presentoacute en la Universidad de Harvard en 1965 Luego de un periodo de ampliaciones y correcciones el tex-to llegoacute a la prestigiada casa neoyorkina Alfred Knopf ahiacute el editor le sugirioacute a Womack proponerle a Arnaldo Orfila (entonces director de Siglo xxI Editores) la edicioacuten en espantildeol de Zapata and the Mexi-can Revolution La gestioacuten fue exitosa y las dos ediciones salieron con diferencia de meses entre 1968 y 1969

En Zapata y la Revolucioacuten mexicana Womack inauguroacute la narra-cioacuten con una figura retoacuterica que anuncia el despliegue de un drama configurado como una tragedia La conocida frase inicial ldquoEacuteste es un libro acerca de unos campesinos que no queriacutean cambiar y que por ello mismo hicieron una revolucioacutenrdquo19 es una paradoja que

19 John Womack Jr Zapata y la Revolucioacuten mexicana 9a edicioacuten traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Siglo XXI 1978 p xI En la edicioacuten en ingleacutes el verbo es move y no change (ldquoThis is a book about country people who did not want to move and therefore got into a revolutionrdquo) lo cual ha suscitado interpretaciones distintas Al respecto en una entrevista realizada por el historiador Marco Velaacutezquez Womack sentildealoacute ldquo[hellip] penseacute en la palabra lsquocambiarrsquo no como una insertacioacuten o remocioacuten sino maacutes bien entendida como un acto de no separacioacuten la palabra lsquocambiarrsquo es maacutes elegan-

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165las lecturas y el meacutetodo

contiene en siacute misma todo el relato lo sintetiza en una especie de matriz significante Los once capiacutetulos el proacutelogo y el epiacutelogo que integran el libro son el desdoblamiento de esa paradoja en distintos planos dando lugar a un juego de oposiciones en una dimensioacuten histoacuterico-antropoloacutegica Asiacute por ejemplo la eleccioacuten de Emiliano Za-pata como dirigente del pueblo (una especie de democracia natural) es el polo opuesto del proceso electoral que lleva a Pablo Escandoacuten a la gubernatura del estado (democracia formal) y el progreso de los hacendados es la antiacutetesis de la decadencia de los pueblos mdashcomo Anenecuilcomdash que se hallaban al borde del colapso

La destreza narrativa de Womack y la perspectiva desde la cual emprendioacute la minuciosa investigacioacuten produjeron una historia del zapatismo en la tonalidad de las expectativas y el imaginario social de algunos sectores de clase media en los antildeos sesenta y setenta La serie de antagonismos que integran la trama del relato tiene como eje interpretativo una oposicioacuten fundamental aquella que se genera entre tradicioacuten y modernidad No era eacuteste un tema novedoso desde deacutecadas anteriores veniacutea ganando terreno una visioacuten dicotoacutemica de la sociedad como objeto de estudio que se habiacutea forjado en la convergencia de distintas disciplinas y enfoques

Con la influencia de las corrientes socioloacutegicas [hellip] el auge del funcio-nalismo en sociologiacutea y antropologiacutea [hellip] el desarrollo de la antropo-logiacutea cultural norteamericana y sus aproximaciones psicoloacutegicas [hellip] y el predominio de las tesis gradualistas (incluido el marxismo y los raacutepidamente envejecidos desarrollismos) las corrientes teoacutericas de las ciencias sociales-antropoloacutegicas tendieron a polarizar la sociedad en dos extremos sagrado-secular tradicional-moderno folk-urbano siguiendo la liacutenea de base neoevolucionista en cuanto al pasaje de un polo al otro Pese a sus exageraciones y errores baacutesicos estas (nuevamente dicotoacutemicas) perspectivas proporcionaron algunas de las aportaciones teoacutericas y trabajos de campo maacutes fecundos no tanto

te en la traduccioacuten pero cuando la escribiacute originalmente tuve la idea de move como lsquocambiarrsquo reflejando una posicioacuten y no una accioacutenrdquo Cfr Marco Velaacutezquez ldquoEl tropos del heacuteroe traacutegico entre la historia y la literatura De Lev Tolstoacutei a John Womackrdquo Gra - f fylia Revista de la Facultad de Filosofiacutea y Letras Benemeacuterita Universidad Autoacutenoma de Puebla n 7 2007 p 107-118 p 112 Entrecomillados y cursivas del autor

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en siacute mismas como (y sobre todo) por las reacciones debates y discu-siones que generaron20

En el campo de las ciencias sociales de la academia estadouni-dense a partir de los antildeos treinta del siglo xx se desarrolloacute una liacutenea de investigacioacuten en torno a los efectos de la modernizacioacuten y los cambios tecnoloacutegicos en las sociedades primitivas la cual fue deri-vando en un enfoque que poniacutea eacutenfasis en la doble polaridad cam-po-ciudadtradicioacuten-modernidad Consecuencia relevante en los estudios realizados desde esa perspectiva fue el reconocimiento de la cultura ya no como una capa superpuesta a las estructuras eco-noacutemicas y sociales sino como un factor fundamental en el desarro-llo y el funcionamiento de los grupos sociales tanto rurales como urbanos

Uno de los pioneros y principales promotores de esa orientacioacuten en Estados Unidos fue Robert Redfield (1897-1958) Abogado de origen es probable que un viaje a Meacutexico a principios de los antildeos veinte y el contacto que establecioacute con Manuel Gamio lo hayan motivado para abandonar las leyes y regresar a la Universidad de Chicago para realizar estudios de posgrado en antropologiacutea Du-rante sus posteriores viajes a Tepoztlaacuten Morelos (1926) y luego a la zona maya de Yucataacuten y de Guatemala (en los antildeos treinta) re-unioacute suficiente material para dar forma a sus estudios sobre las alteraciones provocadas por la expansioacuten de los centros urbanos en las comunidades rurales21

Redfield estaba convencido de que el estudio de las sociedades folk (teacutermino que prefiere al de primitivas) permitiriacutea entender mejor tanto a la sociedad en general como a las sociedades urbanas moder-nas Al constatar que a pesar de diferencias visibles todas sociedades

20 Guillermo E Magrassi y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduccioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 26-27

21 En una obra publicada en 1953 Redfield expuso sus ideas en torno a las socie-dades primitivas en el marco de la ldquohistoria como el relato de una sola carrera la del geacutenero humanordquo En este aacutembito las alteraciones de la sociedad primitiva mdashsosteniacuteamdash estaban directamente vinculadas a la aparicioacuten de la civilizacioacuten a partir de la revolucioacuten neoliacutetica estudiada entre otros por el arqueoacutelogo australiano Gordon Childe El mundo de las sociedades primitivas y sus transformaciones traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1963

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folk presentan un conjunto baacutesico de caracteriacutesticas comunes procedioacute a la elaboracioacuten de un tipo o modelo a partir de elementos como la territorialidad la economiacutea los mecanismos de cohesioacuten social la homogeneidad racial y cultural la moral y la tradicioacuten

Modelo de socIedad folk de robert redFIeld22

Invariablemente se trata de sociedades pequentildeas no tienen maacutes integrantes que los que llegan a conocerse entre siacute

Aislamiento Son sociedades aisladas guardan pocos viacutenculos con grupos o miembros de sociedades distintas o extrantildeas rasgo que contrasta con la iacutentima comunicacioacuten que experimentan al interior

Movilidad territorial En general sus integrantes se desplazan soacutelo entre los liacutemites del estrecho territorio que habitan aun cuando algunos individuos van maacutes allaacute no suelen establecer una comu-nicacioacuten significativa con los otros

Predominio de la oralidad Dada la ausencia o poca penetracioacuten de la cultura impresa predomina la comunicacioacuten oral que no tiene competidor ni encuentra resistencias ldquoEl conocimiento de lo que ha pasado no va maacutes allaacute de lo que la memoria y la conversa-cioacuten entre joacutevenes y viejos es capaz de retener maacutes allaacute del lsquotiem-po de nuestros abuelosrsquo todo es vago y legendariordquo23

Experiencia por acumulacioacuten Ante la ausencia de mecanismos de intercambio cultural la experiencia estaacute en funcioacuten de la edad de los integrantes por tanto ldquo[hellip] los viejos que saben maacutes que los joacutevenes que no han vivido igual cantidad de tiempo que ellos gozan de autoridad y prestigiordquo24

Homogeneidad bioloacutegica y cultural Las semejanzas bioloacutegicas tienen su equivalente en que la forma de actuar y de pensar es igual para todos lo cual deja un estrecho margen incluso para el cambio generacional el resultado es una visible homogeneidad cultural y la permanencia de la tradicioacuten

22 Elaborado a partir de R Redfield ldquoLa sociedad folkrdquo en Introduccioacuten al folklorehellip p 37-64 (Con el tiacutetulo ldquoThe Folk Societyldquo el artiacuteculo de Redfield se publicoacute original-mente en American Journal of Sociology en 1947)

23 Ibidem p 4224 Ibidem p 43

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168 historia y meacutetodo en el siglo xx

Gran sentido de solidaridad de grupo La moral predominante el impulso a actuar (sobre todo al momento de enfrentar una crisis) se basa en fines que no estaacuten doctrinariamente enunciados sino que se hallan sobreentendidos en la accioacuten ldquo[hellip] lo que se hace en la sociedad folk tipo se hace asiacute no porque alguno o algunos de sus miembros lo decidan a un mismo tiempo [hellip] sino porque pa-rece lsquonecesariamentersquo derivarse de la naturaleza iacutentima de las co-sas y [hellip] no hay inclinacioacuten a reflexionar en los actos tradiciona-les y considerarlos objetiva y criacuteticamenterdquo25

Autosuficiencia de la tradicioacuten Al interior de una sociedad folk la conducta es tradicional espontaacutenea y escapa a la observacioacuten criacute-tica lo que hace de la tradicioacuten una autoridad suficiente

Conducta personal Tanto por la dimensioacuten de la sociedad folk como por la intercomunicacioacuten y el conocimiento de sus miembros entre siacute la estructura de las asociaciones mentales es predominan-temente personal y emocional incluso la naturaleza suele ser objeto de un trato personal

Predominio del parentesco y la religiosidad Las relaciones inter-personales se articulan no por valores de cambio (econoacutemicos) sino en funcioacuten del parentesco y la religiosidad

Economiacutea de autoconsumo La ausencia de factores del mercado la escasa divisioacuten del trabajo y su relativa autonomiacutea econoacutemica configuran una economiacutea premoderna

Aunque en ocasiones el teacutermino ldquoprimitivasrdquo aparece como si-noacutenimo de folk cabe sentildealar que Redfield no hace referencia a socie-dades ya desaparecidas sino a una forma de sociedad que coexiste con las sociedades urbanas o modernas una coexistencia que toma la forma de la oposicioacuten campo-ciudad Praacutecticamente todas las ca-racteriacutesticas que integran el modelo de sociedad folk constituyen lo opuesto de la sociedad moderna (urbana) en la que predominan el individualismo una progresiva secularizacioacuten de la vida social la economiacutea de mercado la movilidad territorial la intercomuni-cacioacuten con lo diferente (entre otras cosas por medio de la comu-nicacioacuten escrita) una conducta que obedece a principios expliacutecitos

25 Ibidem p 48 Ello no significa advierte el autor que sus miembros actuacuteen como autoacutematas

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169las lecturas y el meacutetodo

dictados por una institucioacuten la interdependencia econoacutemica el de-bilitamiento de los lazos de parentesco y de la tradicioacuten como auto-ridad y la diversidad bioloacutegica y cultural26

Ubicado entre dos extremos cronoloacutegicos (el crecimiento de las haciendas azucareras durante el Porfiriato y la inestabilidad poliacutetica en Morelos al final de la Revolucioacuten) el drama central del relato de Womack se localiza en los once antildeos de lucha violenta durante los cuales los campesinos de aquella regioacuten vivieron los avatares de una revolucioacuten unas veces dominando su territorio otras como refugia-dos y de ldquo[hellip] coacutemo finalmente volvioacute la paz y de coacutemo entonces los tratoacute el destinordquo27

Como sentildealeacute antes el nuacutecleo del drama histoacuterico estaacute en el an-tagonismo entre tradicioacuten y modernidad en varios niveles (veacutease es-quema 7) El primero de ellos corresponde a una voluntad de no que-rer cambiar y el escenario de una revolucioacuten irremediablemente asociada al cambio Un segundo nivel de antagonismo es el que se expresa en teacuterminos de los agentes histoacutericos que participan en el con-flicto los pueblos (tradicioacuten) y las haciendas (modernidad) En las distintas etapas de la lucha armada las acciones de los campesinos de Morelos levantados en armas responderaacuten puntualmente a las carac-teriacutesticas con las que Redfield construyoacute su modelo de la sociedad folk

En el curso del proceso revolucionario los pueblos de Morelos no dejaraacuten de expresar ya sea en sus aspiraciones en sus formas de organizacioacuten o en sus estrategias de lucha los rasgos propios de una sociedad folk De hecho su incorporacioacuten a la revolucioacuten es maacutes el producto de una dinaacutemica interna o local que respuesta a un pro-blema de poliacutetica nacional Es esa dinaacutemica interna la vida de los pueblos la que se ve alterada por un elemento que viene de fuera (la modernizacioacuten) Su forma de actuar corresponde a un naturalis-mo que lo mismo se expresa en los mecanismos de toma de decisio-nes que en la manera de trazar el deslinde de tierras (Zapata repren-de a los ingenieros agroacutenomos que pretenden trazar liacuteneas rectas y

26 Una aguda criacutetica de los modelos de sociedad rural y sociedad urbana de Redfield se encuentra en George M Foster ldquoQueacute es la cultura folkrdquo en Introduccioacuten al folklorehellip p 65-75

27 Womack Zapata y la Revolucioacuten mexicana p xII

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170 historia y meacutetodo en el siglo xx

Esquema 7 tradIcIoacuten y ModernIdad coMo eje

de la InterPretacIoacuten HIstoacuterIca en Zapata y la revolucioacuten mexicana

Fuente Elaboracioacuten propia

les ordena que sigan el lindero que marca el tecorral) Su indisposi-cioacuten para emprender acciones fuera del territorio que les es familiar o la desconfianza que muestran hacia la gente que viene de fuera denotan su profundo localismo Y maacutes que nada los distingue de otros grupos revolucionarios su apego a una tradicioacuten que ante todo delimita una manera de vivir comunidades pequentildeas en don-de los viacutenculos de parentesco son fuertes y se mantiene una relacioacuten estrecha casi personal y emocional con la tierra donde todos se conocen y todos son semejantes donde vivieron sus padres y sus abuelos (veacutease esquema 8)

Naturalismo localismo tradicionalismo son en el relato de Wo-mack los elementos que constituyen su autenticidad como faccioacuten revolucionaria no hay en ellos simulacioacuten poliacutetica ni subordinacioacuten a ideas o proyectos ajenos la moral que orienta sus acciones es la

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171las lecturas y el meacutetodo

misma que informa su vida cotidiana En esos elementos radica su fuerza pero tambieacuten su debilidad ante los otros aquellos que orga-nizan ejeacutercitos regulares que pueden desplazarse miles de kiloacutemetros para presentar un combate que pueden vivir en las ciudades Los otros en fin que actuacutean de acuerdo con una racionalidad moderna

Finalmente la oposicioacuten entre la voluntad de no querer cambiar y hacer una revolucioacuten se resuelve en el caso del zapatismo en una de las formas posibles de revolucioacuten un movimiento que pretende restaurar un pasado deseable armoacutenico que en alguacuten momento fue violentado por una fuerza ajena la modernidad

Conclusiones

Sin duda por su cercaniacutea cronoloacutegica las obras aquiacute analizadas tie-nen maacutes de una coincidencia ya sea por su intereacutes en los procesos revolucionarios o por la oposicioacuten de contrarios que se convierte en el eje de sus interpretaciones del pasado (ideologiacutea y utopiacutea tradicioacuten y modernidad) Pero al margen de esas coincidencias me interesa

Esquema 8 tradIcIoacuten y ModernIdad en la loacutegIca revolucIonarIa

Fuente Elaboracioacuten propia

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destacar el papel que en esas obras tuvieron las lecturas previas No se trata de encontrar ese extrantildeo fenoacutemeno al que se suele referir como ldquoinfluenciasrdquo de un autor en otro sino de advertir una actitud dialoacutegica mediante la cual un texto se convierte en un entramado de textos Sin duda tanto en El proceso ideoloacutegicohellip como en Zapata y la Revolucioacuten mexicana hay otras lecturas previas en este estudio he querido destacar la importancia de las ideas de Mannheim y de Redfield en el procedimiento explicativo que siguieron tanto Villo-ro como Womack en la construccioacuten de sus respectivos objetos de estudio (situaciones de conflicto) y de los actores histoacutericos inclu-yendo la loacutegica de sus modos de actuar

Este ejercicio de una especie de arqueologiacutea historiograacutefica ha despertado otras tantas inquietudes iquestEn queacute momento y de queacute ma-nera un historiador comienza a disentildear el meacutetodo de su investigacioacuten El disentildeo del meacutetodo y el inicio de la investigacioacuten iquestcorresponden a dos momentos distintos tal como a menudo se ensentildea a los estudian-tes de historia Todo parece indicar que la elaboracioacuten del meacutetodo no antecede a la investigacioacuten es parte de ella Por tanto iquesthay un punto cero en la investigacioacuten Podriacutea argumentarse que toda investigacioacuten comienza con la formulacioacuten de una pregunta y que a partir de en-tonces se procede a concebir un procedimiento para llegar a la res-puesta correcta Pero la pregunta que formula el historiador es la expresioacuten de un no saber relativo que se configura a partir del cuacutemu-lo de sus experiencias vitales sus percepciones de la temporalidad su formacioacuten y en buena medida de las lecturas que han orienta-do su visioacuten del mundo social y el modelo de su explicacioacuten En este sentido quizaacute no existe nunca un punto cero sino una convergencia de variables circunstanciales que puede dar lugar al encadena-miento de una pregunta y la buacutesqueda de una respuesta

bIblIograFiacutea

cHIlde Gordon El mundo de las sociedades primitivas y sus transformaciones traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Fondo de Cultura Eco-noacutemica 1963

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173las lecturas y el meacutetodo

Ferrater Mora Joseacute Diccionario de filosofiacutea Barcelona Ariel 1994 v Iv

Foster George M ldquoQueacute es la cultura folkrdquo en Guillermo E Magrassi y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduccioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 65-75

leonard Irving Los libros del conquistador traduccioacuten de Mario Monte-forte Toledo Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1953

MacHado Antonio ldquoProverbios y cantares xxIxrdquo en Obras poesiacutea y prosa 2a edicioacuten Buenos Aires Losada 1973

MagrassI Guillermo E y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduc-cioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 26-27

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Filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

El caso de Metahistoria de Hayden White (n 1928)

rebeca vIllalobos aacutelvarezUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

El lector tiene en sus manos una reflexioacuten en torno al viacutenculo mdashpro-blemaacutetico y aun asiacute renovadomdash entre teoriacutea y metodologiacutea histoacuteri-cas Aunque el desempentildeo de ambas tareas constituye en un senti-do muy elemental la puesta en marcha de un ejercicio de anaacutelisis y conceptualizacioacuten los objetivos implicados en la labor de un teoacuterico no siempre se corresponden con las intenciones de un metodoacutelogo o con las de cualquier profesional de las humanidades en la praacutecti-ca cotidiana de su disciplina La construccioacuten de una mirada teoacuterica respecto a la historia por su parte no necesariamente da lugar a la generacioacuten de una metodologiacutea concreta para la interpretacioacuten de un determinado fenoacutemeno del mismo modo en que la aplicacioacuten de un esquema metodoloacutegico cualquiera no presupone una filia-cioacuten de origen a una perspectiva teoacuterica o filosoacutefica en particular Aun asiacute parece inobjetable que desde la segunda mitad del siglo xx a la fecha el rigor en los procedimientos de investigacioacuten la expli-citacioacuten de conceptos y referencias teoacutericas la asimilacioacuten de otras perspectivas disciplinarias y la reivindicacioacuten de la reflexioacuten filosoacute-fica desempentildean un papel mucho maacutes significativo en el desarrollo de los estudios histoacutericos a nivel profesional Esta situacioacuten favore-ce una perspectiva menos empirista de la disciplina y una forma acaso menos ingenua de concebir las peculiaridades del conocimien-to que nos ofrece sobre el mundo En el contexto de la historiografiacutea contemporaacutenea el ejercicio habitual de reconstruccioacuten interpreta-cioacuten yo explicacioacuten del pasado involucra la creciente utilizacioacuten de referentes teoacutericos y el uso cada vez maacutes reflexivo de teacuterminos a los que se les atribuye cierta base conceptual (me refiero por ejemplo a las nociones de ldquoeacuteliterdquo ldquoprocesordquo ldquoideologiacuteardquo etceacutetera)

Ahora bien cabe destacar que la relacioacuten entre teoriacutea e historia no se limita a procedimientos de interpretacioacuten o anaacutelisis puntuales

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El tipo de reflexioacuten que se juzga teoacuterica tambieacuten involucra conside-raciones generales sobre la praacutectica historiograacutefica cuestiones que revelan su carga filosoacutefica cuando se traducen bajo la forma de pre-guntas fundamentales iquestcuaacutel es el sentido de la historia iquestcuaacutel es la naturaleza del conocimiento histoacuterico iquestcuaacutel es la relacioacuten de la historia con otras disciplinas etceacutetera Si bien es cierto que la tarea cotidiana del historiador no necesariamente involucra cuestiona-mientos expliacutecitos en ese sentido hemos aprendido a reconocer en la resolucioacuten de problemas concretos implicaciones teoacuterico-filosoacuteficas de maacutes largo aliento Esto ha permitido a su vez renovar la idea que tenemos acerca de la teoriacutea o la filosofiacutea de la historia como activida-des que no son ideacutenticas a la del historiador pero que muchas veces se encuentran estrechamente relacionadas con ella

Aun asiacute resulta riesgoso y en la mayoriacutea de los casos poco per-tinente la plena identificacioacuten entre una determinada teoriacutea de la historia y el seguimiento puntual de lineamientos metodoloacutegicos Esto se debe al menos en parte a que el uso de las expresiones teo-riacutea de la historia y filosofiacutea de la historia no se rige por criterios claros y mucho menos uniacutevocos Las acepciones de los teacuterminos simples (teoriacutea y filosofiacutea) suelen variar pero tambieacuten es cierto que en mu-chas ocasiones suelen utilizarse como sinoacutenimos Cuando entende-mos por filosofiacutea simple y llanamente un ldquoconjunto de saberes que busca establecer de manera racional los principios maacutes generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidadrdquo la equi-paracioacuten con una acepcioacuten igualmente simple de teoriacutea es perfecta-mente posible1 El pensamiento de Karl Marx por citar otro ejemplo significativo pero maacutes puntual se ha caracterizado apelando a am-bos vocablos Tampoco resulta inusual referirse a la filosofiacutea de la historia implicada en obras historiograacuteficas complejas como Histo-ria de los papas de Leopold von Ranke o La democracia en Ameacuterica de Alexis de Tocqueville Un caso tambieacuten interesante es el anaacutelisis que se ha hecho de los componentes teoacuterico-filosoacuteficos involucrados en

1 La definicioacuten de filosofiacutea es del Diccionario de la lengua espantildeola 22a edicioacuten Ma-drid Real Academia Espantildeola 2001 (versioacuten electroacutenica) y puede compararse con ca-racterizaciones simples de teoriacutea como ldquoconjunto sistemaacutetico y ordenado de principios que explican un fenoacutemeno o un acontecimientordquo

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177filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

la produccioacuten historiograacutefica de toda la corriente de Annales2 Todos estos ejemplos revelan viacutenculos estrechos entre teoriacutea filosofiacutea e historia En algunos casos (Ranke) la relacioacuten exhibe la preeminen-cia de una visioacuten filosoacutefica sobre el sentido del devenir humano que imprime cualidades especiacuteficas a la interpretacioacuten de fenoacutemenos histoacutericos concretos En otros (Braudel por ejemplo) el viacutenculo su-pone la conceptualizacioacuten de un modelo de explicacioacuten (la teoriacutea de la corta mediana y larga duracioacuten) en el anaacutelisis de problemaacuteticas histoacutericas Ahora bien cabe destacar que el reconocimiento de seme-jantes convergencias no facilita la definicioacuten acotada y puntual de lo que entendemos por teoriacutea o filosofiacutea de la historia Pero reflexio-nar sobre ello siacute nos permite identificar los diferentes niveles en que el lenguaje teoacuterico y las perspectivas filosoacuteficas se involucran en la labor del historiador

El presente trabajo se encamina en esa direccioacuten Su objetivo es mostrar que teoriacutea o filosofiacutea de la historia son nombres que utiliza-mos (a veces de manera indistinta) para referir una amplia e intere-sante gama de concepciones generales sobre la realidad humana el conocimiento histoacuterico yo sus procedimientos de interpretacioacuten y anaacutelisis Desde mi punto de vista un buen camino para entender la naturaleza de los viacutenculos entre teoriacutea y metodologiacutea es consideran-do el lenguaje conceptual en uacuteltima instancia filosoacutefico como una herramienta que funciona en distintos contextos y en diferentes ni-veles muchas veces conectados pero no necesariamente correspon-dientes Para ejemplificar lo anterior he considerado oportuno eva-luar los diversos usos del lenguaje filosoacutefico o conceptual asiacute como sus implicaciones teoacuterico-metodoloacutegicas en una obra en particular

Metahistoria de Hayden White que vio la luz en 1973 constitu-ye un referente indiscutible del narrativismo una de las corrientes maacutes importantes de la teoriacutea histoacuterica contemporaacutenea3 Al mismo tiempo se ha convertido hay que decir que no siempre con eacutexito en una suerte de paraacutemetro o guiacutea en funcioacuten del cual se analizan

2 Paul Ricoeur La memoria la historia el olvido Madrid Trotta 2003 particular-mente en la segunda parte de la obra titulada ldquoHistoriaEpistemologiacuteardquo p 177-376

3 Hayden White Metahistoria La imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix Meacute-xico Fondo de Cultura Econoacutemica 1992

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178 historia y meacutetodo en el siglo xx

obras histoacutericas teniendo como base precisamente ciertos criterios metodoloacutegicos sobre el anaacutelisis del texto historiograacutefico desde el punto de vista literario A la luz de estas consideraciones el propoacute-sito de las siguientes liacuteneas es analizar algunas de las peculiaridades de Metahistoria en estos dos sentidos mdashuno eminentemente teoacuterico o filosoacutefico y otro metodoloacutegicomdash con la finalidad de evaluar los distintos planos de accioacuten de la actividad teoreacutetica Pero antes de entrar en materia juzgo necesario aclarar lo que se entiende aquiacute por lenguaje teoacuterico o conceptual Por esta razoacuten el presente trabajo se compone de dos secciones En la primera se ofrece un panorama general de los distintos usos que suelen darse al teacutermino teoriacutea y por extensioacuten al de teoriacutea de la historia mientras que en la segunda se aterrizan estas reflexiones en funcioacuten de lo que al diacutea de hoy Metahis-toria ha llegado a significar en el campo de la filosofiacutea y la teoriacutea de la historia contemporaacuteneas Pasemos pues a la primera consideracioacuten

Sobre la teoriacutea en general y la teoriacutea de la historia en particular

En los uacuteltimos veinte antildeos y tal vez desde antes las diversas refe-rencias a la teoriacutea de la historia se han hecho maacutes frecuentes y en algunos casos incluso se ha formalizado el uso del teacutermino a traveacutes de diversos programas y lineamientos acadeacutemicos que hacen posi-ble juzgarla como una materia pertinente en la praacutectica historiograacute-fica reciente Asimismo el conjunto a todas luces creciente de obras y artiacuteculos que la tienen como su materia principal de estudio da fe de la emergencia de la teoriacutea de la historia como una subespecialidad reconocida y hasta cierto punto habitual en el campo maacutes general de la disciplina histoacuterica En consonancia con este fenoacutemeno cabe preguntarse queacute entendemos en la actualidad por teoriacutea de la historia y cuaacuteles son sus formas de interaccioacuten con otras aacutereas modalidades o perspectivas de los estudios histoacutericos

Como suele ocurrir con otros campos de especializacioacuten (histo-ria cultural historia conceptual historia poliacutetica historia de geacutenero etceacutetera) el desarrollo de la praacutectica en siacute mismo ha superado am-pliamente nuestra capacidad para establecer consensos y liacutemites claros en cuanto a la naturaleza la importancia y el significado de

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este tipo de investigacioacuten siendo uno de los resultados de este fe-noacutemeno la dificultad para identificar una matriz comuacuten dentro del vasto y heterogeacuteneo universo de las obras relativas a la teoriacutea de la historia asiacute como una suerte de usos o aplicaciones muchas veces indiscriminados o incluso confusos del teacutermino ldquoteoriacuteardquo En virtud de lo anterior considero no soacutelo pertinente sino necesario comen-zar esta discusioacuten sentildealando cuaacuteles son desde mi punto de vista las implicaciones baacutesicas que supone la utilizacioacuten de este vocablo y por extensioacuten del de ldquoteoriacutea de la historiardquo Una vez hecho esto creo que estareacute en condiciones de mostrar el viacutenculo manifiesto entre una concepcioacuten teoacuterica sobre la historia y una o varias perspectivas metodoloacutegicas posibles

Resulta pertinente o al menos didaacutectico hacer alusioacuten a los sig-nificados comunes del teacutermino en su modalidad maacutes simple Una raacutepida mirada a los diccionarios ofrece por lo regular una definicioacuten de ldquoteoriacuteardquo compuesta por dos significados distintos pero muy re-lacionados entre siacute En el primer caso y en estrecho viacutenculo con sus raiacuteces griegas maacutes antiguas ldquoteoriacuteardquo significa la actividad de mirar desinteresadamente esto es sin tomar participacioacuten en aquello que se observa De ello resulta la conceptualizacioacuten de ldquoteoriacuteardquo como acto mental o intelectual cuyo propoacutesito geneacuterico es concebir idear o incluso inventar4 En el segundo caso muy frecuente tanto en los diccionarios de lengua como en los especializados los significados del vocablo hacen alusioacuten a una serie o conjunto organizado de ideas leyes o hipoacutetesis sobre cualquier cosa o tema5 Es en este segundo

4 ldquoEl verbo griego θεωρία significa lsquomirarrsquo lsquoobservarrsquo (lo que haciacutea el espectador en los juegos y festivales puacuteblicos) Este espectador no interveniacutea en tales juegos y fes-tivales su actividad era lsquoteoacutericarsquo [hellip] Cuando el mirar ver u observar se entendiacutean lsquomentalmentersquo significaba lsquoconsiderarrsquo o lsquocontemplarrsquo rdquo De ahiacute en suma la identificacioacuten del teacutermino con una actividad esencialmente especulativa o de contemplacioacuten que es la que habitualmente se considera cuando el teacutermino es referido en un sentido eminente-mente filosoacutefico Veacutease Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea 4 v Barcelona Ariel 2009 p 3474-3475

5 ldquoConjunto organizado de ideas referentes a cierta cosa o que tratan de explicar un fenoacutemenordquo Mariacutea Moliner Diccionario de uso del espantildeol Madrid Gredos 2007 p 2851 Otras acepciones comunes en los diccionarios de lengua claramente relacionadas con la anterior refieren el teacutermino lsquoteoriacutearsquo como 1) ldquoConocimiento especulativo conside-rado con independencia de toda aplicacioacutenrdquo 2) ldquoSerie de las leyes que sirven para

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180 historia y meacutetodo en el siglo xx

sentido que el teacutermino resulta perfectamente concordante con la produccioacuten de conocimiento cientiacutefico y la razoacuten por la cual las vo-ces ldquoteoriacuteardquo y ldquoteoriacutea cientiacuteficardquo tienden a convertirse en sinoacutenimos Desde la perspectiva de la filosofiacutea de las ciencias la teoriacutea consti-tuye un ldquoconocimiento especulativo considerado con independencia de toda aplicacioacutenrdquo6 En este contexto el uso del teacutermino involucra la construccioacuten de modelos explicativos o conjuntos de premisas que con mayor o menor efectividad permiten interpretar o descri-bir condiciones dadas esto es observadas directamente En cual-quiera de los casos antes mencionados la actividad teoreacutetica se in-serta en el campo de la epistemologiacutea constituyendo de ese modo la herramienta esencial del pensamiento filosoacutefico7

Las definiciones maacutes complejas del teacutermino por su parte suelen vincular los dos sentidos baacutesicos que he referido haciendo posible su interpretacioacuten conjunta como el acto de mirar reflexivamente con la finalidad de organizar y articular ideas en funcioacuten de sistemas y modelos abstractos Concebido de esta manera el conocimiento teoacute-rico aun cuando se juzga de naturaleza eminentemente conceptual y abstracta8 no parece destinado a quedarse en el aacutembito de la especulacioacuten Tal vez eacuteste sea el motivo por el que nos resulta tan habitual relacionar los teacuterminos teoriacutea y praacutectica y no por ejemplo

relacionar determinado orden de fenoacutemenosrdquo 3) ldquoHipoacutetesis cuyas consecuencias se aplican a toda una ciencia o a parte muy importante de ellardquo Veacutease Diccionario de la lengua espantildeola

6 Diccionario de la lengua espantildeola7 ldquoA scientific theory is an attempt to bind together in a systematic fashion the

knowledge that one has of some particular aspect of the world of experience The aim is to achieve some form of understanding where is usually cashed out as explanatory power and predictive fertilityrdquo The Oxford Companion to Philosophy 2a edicioacuten edicioacuten de Ted Honderich Nueva York Oxford University Press 2005 p 914 Para Joseacute Ferrater Mora ldquola nocioacuten de teoriacutea se halla implicada en casi todos los problemas que se suscitan en epistemologiacutea y en particular en filosofiacutea de la cienciardquo y aun cuando el autor consi-dere que precisamente a eso se debe la dificultad para precisar el sentido del teacutermino resulta inobjetable su estrecho viacutenculo con las preocupaciones de caraacutecter cognitivo Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea

8 ldquoEl conocimiento humano es teoreacutetico seguacuten su forma en tanto tiene caraacutecter general y seguacuten su contenido en tanto trasciende lo dado en cada casordquo Hermann Krings Hans Michael Baumgartner Christoph Wild et al Conceptos fundamentales de filosofiacutea 4 v Barcelona Herder 1979 p 484-485

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181filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

los de filosofiacutea y praacutectica Algo en la forma en que conceptualizamos la palabra teoriacutea y el acto en siacute de teorizar hace no soacutelo liacutecito sino deseable el viacutenculo entre el conocimiento que se guiacutea por generali-dades y abstracciones y el acto de observar fenoacutemenos individuales yo concretos9

Por su parte la definicioacuten del teacutermino compuesto ldquoteoriacutea de la historiardquo supone algunas de las connotaciones presentes en el voca-blo simple aunque tambieacuten un mayor grado de ambivalencia y has-ta de ambiguumledad Las dificultades provienen creo yo fundamen-talmente del segundo teacutermino en accioacuten el de ldquohistoriardquo Como todos sabemos esta palabra es altamente poliseacutemica y su uso fre-cuente da lugar no soacutelo a ambiguumledades sino a francas confusiones ldquoHistoriardquo puede implicar por lo menos tres cosas 1) el acontecer en siacute 2) los escritos sobre lo acontecido y 3) la ciencia encargada de explicar yo interpretar el devenir10 Reduzco voluntariamente la gama de significados por motivos didaacutecticos y expositivos pero tambieacuten para evidenciar el hecho de que la expresioacuten ldquoteoriacutea de la historiardquo puede operar por lo menos en los tres niveles antes mencionados De este modo una determinada teoriacutea de la historia puede definirse como 1) un modelo de naturaleza conceptual y abstracta cuya finalidad es la explicacioacuten del acontecer (la teoriacutea marxista de los modos de produccioacuten y las clases sociales por ejemplo) 2) como un conjunto de lineamientos que permite explicar el funcionamiento del lenguaje historiograacutefico como tal y finalmente 3) como el acto de reflexionar u observar el funcionamiento de las

9 Las consideraciones maacutes generales sobre el teacutermino tienden a enfatizar el caraacutec-ter abstracto y especulativo de la actividad teoreacutetica sin embargo existe tambieacuten la necesidad de matizar semejante perspectiva en virtud del ejercicio teoacuterico que se ejer-ce en el contexto de diversos campos disciplinarios En consecuencia la nocioacuten de teoriacutea en tanto que sistema o modelo se relativiza subrayando el aspecto observacional o empiacuterico que involucra el anaacutelisis de fenoacutemenos concretos En este sentido el pen-samiento teoacuterico constituye ya no un ejercicio exclusivo de la filosofiacutea de la ciencia (que puede abstraerse de la praacutectica cientiacutefica como tal) sino un referente teoacuterico-metodoloacutegico para el estudio de fenoacutemenos observables Veacutease The Oxford Companion to Philosophy

10 Una reflexioacuten precisa de esta problemaacutetica se encuentra en J Huizinga ldquoEn tor-no a una definicioacuten del concepto de historiardquo en El concepto de la historia y otros ensayos Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994 p 86-97

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182 historia y meacutetodo en el siglo xx

operaciones mentales e intelectuales que tienen por objeto la pro-duccioacuten de conocimiento cientiacutefico

Ahora bien maacutes allaacute de los ejercicios de definicioacuten terminoloacutegi-ca o conceptual o precisamente a raiacutez de las dificultades que seme-jante revisioacuten arroja es preciso tomar en cuenta aunque sea de modo general algunas nociones ya no sobre el teacutermino en siacute mismo sino sobre la actividad o el tipo de estudios que como dije antes se rea-lizan bajo el auspicio de ese vocablo

La referencia maacutes temprana que conozco del teacutermino ldquoteoriacutea de la historiardquo al menos en un sentido maacutes proacuteximo a la praacutectica de los estudios contemporaacuteneos en la materia se encuentra en un artiacuteculo de Benedetto Croce publicado en la Revista de Siacutentesis Histoacuterica en 1902 (Revue de Synthegravese Historique Pariacutes 1902) con el tiacutetulo ldquoLos estu-dios relativos a la teoriacutea de la historia en Italia durante los uacuteltimos quince antildeosrdquo Ahiacute el autor define la teoriacutea de la historia como la reflexioacuten en torno a los criterios a traveacutes de los cuales los historia-dores han dado forma unidad y contenido a sus narrativas siendo en uacuteltima instancia la esteacutetica (que Croce concibe en teacuterminos de una loacutegica de las intuiciones) el uacutenico criterio liacutecito para semejante actividad teoreacutetica11

Sin embargo la teoriacutea de la historia concebida ldquodentro de los confines del arterdquo no tuvo un impacto significativo en las deacutecadas subsecuentes a la publicacioacuten del artiacuteculo de Croce ni siquiera en el terreno del historicismo filosoacutefico por otro lado tan vinculado con el pensamiento del autor napolitano Por lo que he alcanzado a observar el uso del teacutermino mismo no resulta habitual sino hasta 1960 antildeo en que se inaugura la publicacioacuten de la que sea probable-mente la primera revista especializada en la materia History and Theory12 Las deacutecadas anteriores a esta publicacioacuten reflejan un intereacutes

11 Citado en Hayden White ldquoWhat Is Living and What Is Dead in Crocersquos Criticism of Vicordquo en Tropics of Discourse Essays in Cultural Criticism Baltimore Johns Hopkins Paperbacks edition 1985 p 218-229 p 221

12 History and Theory ha logrado congregar los nombres y en general las problemaacute-ticas maacutes relevantes en el terreno de la reflexioacuten teoacuterica desde 1960 hasta la fecha En su primer nuacutemero publicoacute artiacuteculos de Isaiah Berlin ldquoHistory and Theory The Concept of Scientific Historyrdquo William Dray ldquoToynbeersquos Search for Historical Lawsrdquo Arthur Lee Burns ldquoInternational Theory and Historical Explanationrdquo y Gerald J Gruman

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183filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

ciertamente creciente por el estudio teoacuterico y filosoacutefico sobre la his-toria pero la literatura sobre el tema suele privilegiar la expresioacuten ldquofilosofiacutea de la historiardquo antes que la de ldquoteoriacutea de la historiardquo El problema a lo largo de la primera deacutecada del siglo xx es la identi-ficacioacuten de los sistemas filosoacutefico-especulativos de Hegel Comte o Marx bajo el teacutermino ldquofilosofiacuteas de la historiardquo razoacuten por la cual un nutrido grupo de intelectuales de todas las filiaciones tendieron a establecer una distancia entre la llamada filosofiacutea especulativa o sustantiva sobre la historia y la ahora denominada filosofiacutea analiacutetica de la historia

A partir de los antildeos cuarenta y de manera mucho maacutes decidida en la deacutecada de los cincuenta esta segunda acepcioacuten comenzoacute a circular gracias a la controversia suscitada por el artiacuteculo de Carl Hempel ldquoLa funcioacuten de las leyes generales en la historiardquo (1942) La poleacutemica conocida bajo el nombre de Debate Anglosajoacuten13 se dio fundamentalmente en el aacutembito de habla inglesa y participaron en ella esencialmente filoacutesofos deudores de la corriente analiacutetica pre-ocupados por estudiar los fundamentos cognitivos de la investiga-cioacuten histoacuterica y sus procedimientos explicativos Una de las conse-cuencias de este debate fue la necesidad de definir la actividad filosoacutefica en torno a la historia como una labor de reflexioacuten y anaacuteli-sis sobre el conocimiento histoacuterico y no sobre la realidad o el acon-tecer histoacuterico en siacute En este contexto el teoacuterico no ldquousurpardquo por decirlo asiacute la labor del historiador no pretende imitarlo ni emularlo sino simplemente indagar en torno a la validez de sus afirmaciones

ldquo lsquoBalancersquo and lsquoExcessrsquo as Gibbonrsquos Explanation of the Decline and Fallrdquo La revisioacuten de estos materiales sugiere un uso ya frecuente del teacutermino asiacute como la asimilacioacuten de al-gunas controversias que ya veniacutean mostrando la emergencia de un campo de estudio particular cultivado tanto por filoacutesofos de distintas procedencias como por algunos historiadores History and Theory v 1 n 1 1960

13 La controversia ha sido referida en diversos espacios y en algunos casos definida como el primer espacio de reflexioacuten teoacuterica sobre la historia que no estaba determinado por las filosofiacuteas de corte idealista Veacutease Patrick Gardiner (ed) Theories of History Nueva York The Free Press 1959 De W H Walsh Introduccioacuten a la filosofiacutea de la historia Meacutexico Siglo XXI Editores 1970 La primera edicioacuten de habla inglesa aparecioacute en 1960 Arthur Danto Analythical Philosophy of History Londres Cambridge University Press 1965 History and Theory Beiheft 25 Knowin And Telling History The Anglo-Saxon Debate edicioacuten de F Ankersmit Middletown Wesleyan University 1986

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explicaciones yo interpretaciones sobre el pasado A partir de este momento la filosofiacutea de la historia comenzoacute a entenderse como una praacutectica esencialmente analiacutetica una suerte de teoriacutea o teorizacioacuten susceptible de expresarse en conjuntos de premisas e incluso de linea-mientos y preceptivas loacutegicamente organizados en torno a lo que se juzgaba en uacuteltima instancia como una disciplina cientiacutefica

A partir de los antildeos sesenta la expresioacuten ldquoteoriacutea de la historiardquo fue adquiriendo mayor preponderancia y esto ocurrioacute al menos en un inicio en clara correspondencia con las inquietudes expresadas en el Debate Anglosajoacuten El uso recurrente de ese teacutermino concuer-da con la tambieacuten creciente acuntildeacioacuten de las expresiones ldquofilosofiacutea criacuteticardquo y ldquofilosofiacutea analiacuteticardquo de la historia casos en que la caracte-rizacioacuten de una teoriacutea de la historia tambieacuten supone un tipo de ac-tividad diferenciada de aquella que los historiadores realizan coti-dianamente Cabe destacar que desde entonces un grupo cada vez maacutes nutrido de historiadores y no soacutelo de filoacutesofos se encargoacute de reflexionar en torno a su propia labor y de analizar los productos historiograacuteficos en funcioacuten de criterios conceptuales y abstractos14

Desde mi punto de vista y sin aacutenimo de vincular artificiosamen-te tendencias filosoacuteficas yo historiograacuteficas de muy diversas pro-cedencias existe una caracteriacutestica comuacuten entre la llamada filosofiacutea analiacutetica (o criacutetica) de la historia y los diferentes estudios que con el nombre de teoriacutea de la historia fueron apareciendo bajo el auspi-cio de revistas y colecciones editoriales especializadas En todos los casos el tipo de reflexioacuten mostrada es de caraacutecter eminentemente sistemaacutetico en el sentido de que supone la articulacioacuten loacutegica de ideas herramientas de representacioacuten o procedimientos de explica-cioacuten de lo histoacuterico Me refiero pues para decirlo en funcioacuten del teacutermino que inicieacute explorando a teoriacuteas algunas de las cuales pre-tendieron incluso funcionar como modelos (el hempeliano es en

14 A lo largo de toda la deacutecada de los sesenta History and Theory continuoacute con su labor en este terreno dando a conocer no soacutelo algunos de los trabajos maacutes connotados del llamado ldquodebate anglosajoacutenrdquo sino tambieacuten otro tipo de materiales producidos en el centro de la actividad historiograacutefica profesional Veacutease History and Theory Symposium Uses of Theory in the Study of History v 3 n 1 1963 Jurgen Herbst ldquoTheoretical Work in History in American University Curriculardquo History and Theory v 7 octubre 1968 p 336-354

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este sentido un claro ejemplo) destinados a describir la loacutegica ex-plicativa del historiador o bien las peculiaridades del objeto de es-tudio de la ciencia histoacuterica Al mismo tiempo comenzaron a surgir teoriacuteas acerca de las formas de representacioacuten y las distintas estra-tegias literarias del lenguaje historiograacutefico En todos los casos no obstante encontramos el ejercicio de un lenguaje analiacutetico esencial-mente conceptual y proclive a la construccioacuten de abstracciones Y tambieacuten identificamos que en este contexto la labor del teoacuterico se da con un cierto grado de independencia (absoluto o relativo) a la praacutectica comuacuten del historiador que se pregunta sobre el acontecer en alguna de sus dimensiones Por estas razones todas merecen a mi juicio el nombre de teoriacuteas de la historia siempre y cuando en-tendamos que a la luz de estos ejemplos el teacutermino ldquohistoriardquo se refiere ya sea a las obras histoacutericas (historiografiacutea) o a la disciplina acadeacutemica (ciencia de la historia) como tal

A la luz de este antecedente la emergencia del narrativismo supuso lo que comuacutenmente se ha considerado como una verdadera revolucioacuten en el aacutembito de la teoriacutea15 Una de las razones para atri-buirle semejante preponderancia es la conexioacuten que guarda esta peculiar filosofiacutea de la historia con el fenoacutemeno historiograacutefico en siacute mismo Con esto me refiero a la dedicada atencioacuten que ha puesto esta corriente en las particularidades de los distintos discursos histoacutericos Lo anterior justifica hablar del narrativismo en teacuterminos de una teo-riacutea del lenguaje historiograacutefico pero semejante denominacioacuten puede conducir a una reduccioacuten en la medida en que una aspiracioacuten ma-nifiesta de las posturas narrativistas involucra no soacutelo una perspec-tiva sistemaacutetica del discurso sino tambieacuten una perspectiva filosoacutefica sobre la conciencia histoacuterica en sus distintos niveles de accioacuten En consecuencia se ha vuelto habitual caracterizar el narrativismo en dos sentidos como una teoriacutea sobre el texto historiograacutefico y como una filosofiacutea que desafiacutea nuestras concepciones habituales de la his-toria entendida uacutenicamente como praacutectica cientiacutefica

En relacioacuten con esta cuestioacuten Metahistoria guarda un significado especial Los estudios recientes sobre ella han revalorado su papel

15 Frank Ankersmit ldquoEl dilema de la filosofiacutea de la historia anglosajonardquo en His-toria y tropologiacutea Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2004 p 91-150

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como filosofiacutea de la conciencia histoacuterica y no soacutelo su funcionali-dad como modelo de anaacutelisis historiograacutefico16 Sin embargo a lo largo de sus primeras dos deacutecadas de vida la criacutetica se centroacute casi exclusivamente en su validez como teoriacutea del lenguaje historiograacute-fico Lo que maacutes atrajo atencioacuten y desde luego tambieacuten controversia fue la pertinencia de un modelo que pareciacutea desdibujar por completo la distincioacuten habitual entre relato literario y discurso histoacuterico Los criacuteticos maacutes fervorosos entendieron los planteamientos de Metahis-toria como un desafiacuteo frontal a la concepcioacuten de objetividad histoacuterica No obstante maacutes allaacute de la supuesta amenaza que constituye el pen-samiento de White a la doxa de la ciencia histoacuterica considero que su valor radica en la comprensioacuten de dos proyectos distintos pero com-plementarios del pensamiento teoacuterico que permiten la diversificacioacuten de perspectivas metodoloacutegicas a la luz de una reflexioacuten filosoacutefica a todas luces sugerente Veamos esto a continuacioacuten

Metahistoria filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

Si bien resentildeada e incluso alabada en sus primeros antildeos de vida Metahistoria no adquirioacute el alto grado de recepcioacuten que eventual-mente justificoacute su fama y fortuna sino hasta la deacutecada de los antildeos ochenta Desde entonces sin embargo no soacutelo eacutesa sino otras apor-taciones del pensamiento de White se han vuelto cada vez maacutes conocidas y ha sido reconocida su importancia como pionero del narrativismo en particular y de las perspectivas posmodernistas en lo general17 En medio del debate propiciado por sus propuestas una cosa parece quedar clara al menos a sus criacuteticos maacutes recientes la obra de White en su conjunto y particularmente Metahistoria ha logrado introducir el llamado ldquolenguaje sobre el discurso y la representacioacutenrdquo en el campo de los estudios histoacutericos al grado de

16 Herman Paul Hayden White The Historical Imagination Cambridge Polity Press 2011 Hans Kellner ldquoTwenty Years After A Note on Metahistories and Their Horizonsrdquo Storia Della Storiografia 24 1993 p 109-117

17 Ewa Domańska Encounters Philosophy of History After Postmodernism Charlottes-ville University of Virginia Press 1998 Veacutease en particular la introduccioacuten y la entrevista a Hayden White

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constituirse en una referencia obligada para el ldquoanaacutelisis literario de textos histoacutericosrdquo18

Ahora bien ponderar las aportaciones de White como represen-tativas de la teoriacutea narrativista implica tomar en cuenta al menos dos grupos de problemas Por un lado la reflexioacuten hace necesario mencionar los planteamientos de naturaleza estrictamente filosoacutefica que acompantildean al pensamiento whiteano Estos uacuteltimos suponen cuestionamientos de caraacutecter maacutes profundo y general que apelan a los fundamentos de nuestra conciencia sobre lo histoacuterico Me refiero con ello a las preguntas que Herman Paul ha sugerido para describir las inquietudes maacutes profundas de la filosofiacutea narrativista ldquoqueacute en-tendemos por realidad histoacutericardquo ldquocuaacutel es el viacutenculo entre nuestras ideas sobre el pasado y nuestra conciencia sobre el presenterdquo ldquoqueacute puede considerarse como un agente histoacutericordquo ldquocuaacuteles son las pecu-liaridades del pensamiento historiograacutefico respecto de otras modali-dades de significacioacuten y comprensioacuten del pasadordquo entre otras19 Por otro lado el narrativismo involucra consideraciones teoacutericas espe-ciacuteficas sobre posibles estructuras recursos literarios o poeacuteticos y estrategias argumentativas o retoacutericas del lenguaje mismo de la re-presentacioacuten En este uacuteltimo sentido el narrativismo funciona como una teoriacutea que explica las distintas modalidades del discurso histoacuteri-co y en algunos casos como un referente metodoloacutegico concreto para la indagacioacuten sobre el pasado cuando eacuteste se mira en funcioacuten de tradiciones e ideas transmitidas a traveacutes del lenguaje La pregunta que es preciso formular llegado este punto es coacutemo interactuacutean en el caso particular de Metahistoria las distintas preocupaciones del narrativismo en general

Dicha obra es preciso enfatizarlo constituye un conjunto no siempre concordante de distintas perspectivas de anaacutelisis y reflexioacuten sobre una muestra reducida de obras histoacutericas y de posturas filo-soacuteficas sobre el devenir El uacutenico aacutembito de circunscripcioacuten es his-toacuterico en la medida en que el texto se concentra como bien sentildeala el subtiacutetulo en la imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix La propuesta alude no soacutelo a las caracteriacutesticas formales del lenguaje

18 Herman Paul ldquoIntroduction How to Read Hayden Whiterdquo p 187-45919 Idem

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literario y los modos de representacioacuten empleados por los grandes historiadores del periodo (Ranke Tocqueville o Burckhardt) sino que tambieacuten supone un anaacutelisis acerca de concepciones filosoacuteficas muy distintas (Hegel Marx Croce y Nietzsche) En el contexto de Metahistoria la filosofiacutea de la historia y el realismo historiograacutefico son fenoacutemenos paralelos y en algunos casos incluso complementa-rios En este sentido es preciso recordar que uno de los objetivos maacutes inmediatos del anaacutelisis de obras histoacutericas es explicitar distintas modalidades de conciencia y conceptualizacioacuten filosoacutefica que el len-guaje historiograacutefico mantiene veladas bajo la intencioacuten de interpretar lo concreto y no lo general

Debido a las temaacuteticas que aborda y sobre todo en virtud de sus procedimientos de anaacutelisis formal juzgados muchas veces esquemaacute-ticos o poco consistentes Metahistoria supera el aacutembito de la teoriacutea que busca esclarecer modos concretos de composicioacuten literaria al evaluar cuestiones que afectan no soacutelo el lenguaje de las obras histoacutericas sino las concepciones eacuteticas esteacuteticas y en uacuteltima instancia metafiacutesicas que surgen en cualquier forma de reflexioacuten y representacioacuten del pasado El holandeacutes Herman Paul autor de uno de los estudios maacutes completos sobre el pensamiento de Hayden White ha llegado a la conclusioacuten de que el principal objeto de intereacutes de Metahistoria no es el discurso na-rrativo sino el pensamiento miacutetico y la imaginacioacuten entendidos como factores decisivos en nuestra comprensioacuten de la realidad20 La afir-macioacuten no tiene la intencioacuten de negar la impronta del estructuralis-mo y muchas otras perspectivas de anaacutelisis formal en el contexto de produccioacuten de Metahistoria pero siacute busca enfatizar aspectos a veces soslayados del pensamiento de Hayden White en particular y del narrativisimo en general Para H Paul el lector de White no deberiacutea esperar una postura definida en teacuterminos de un sistema estructurado de ideas filosoacuteficas sino maacutes bien una suerte de irrupcioacuten creativa de ideas novedosas y profundamente controversiales21

Semejante caracterizacioacuten destaca el afaacuten polemista de Hayden White sin minimizar la agudeza de sus planteamientos y sugiere a sus lectores una revisioacuten maacutes cautelosa o tal vez menos literal de sus

20 Herman Paul Hayden Whitehellip p 44021 Ibidem p 313

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distintas propuestas Es cierto por ejemplo que en la introduccioacuten a su opus magna el mismo White se refiere a su trabajo en teacuterminos de una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo22 Es cierto tambieacuten que utiliza constantemente (no soacutelo en la seccioacuten inaugural sino en el resto del libro) categoriacuteas de anaacutelisis literario como tropo trama o estructura narrativa No obstante es preciso advertirlo semejante uso del len-guaje conceptual no parece tener siempre la intencioacuten metodoloacutegica que uno podriacutea esperar de este texto a saber la de funcionar como base para el anaacutelisis historiograacutefico Aun cuando en ocasiones asiacute resulte una mirada al conjunto y sobre todo a las conclusiones revela con mayor claridad los cuestionamientos filosoacuteficos y la huella existencialista en un autor maacutes preocupado por la ideologiacutea subya-cente al discurso histoacuterico que por los mecanismos retoacutericos linguumliacutes-ticos o narrativos que hacen posible la representacioacuten del pasado Como bien se ha sentildealado un rasgo interesante de Metahistoria es constituir una suerte de relato o historia de la decadencia del pensa-miento histoacuterico La uacuteltima parte del libro dedicada a la reflexioacuten de ese estado de ironiacutea en que el pensamiento histoacuterico del siglo xIx habiacutea caiacutedo confirma la inclinacioacuten del autor a distanciarse del pla-no formal del lenguaje en favor de la reflexioacuten que atiende precisa-mente las formas de conciencia y el decisivo papel que desempentildean las prefiguraciones intuitivas o miacuteticas en la construccioacuten de ciertos modos de representacioacuten historiograacutefica

22 En general toda la introduccioacuten a Metahistoria hace gala del caraacutecter metodoloacute-gico del texto El autor indica como su principal propoacutesito ldquoel anaacutelisis de la estructura profunda de la imaginacioacuten histoacuterica de la Europa del siglo xIxrdquo lo cual ciertamente apunta hacia esos rasgos de la conciencia histoacuterica que subyacen al discurso Sin embargo plantea el camino a seguir como un ldquomeacutetodordquo esencialmente ldquoformalistardquo y justifica su aproximacioacuten a la obra histoacuterica como ldquouna estructura verbal en forma de discursordquo Maacutes adelante y bajo el subtiacutetulo de ldquoLa teoriacutea de la obra histoacutericardquo el autor procede a explicar punto por punto sus planteamientos Aunque no pretendo afirmar que White se ldquodesdigardquo por asiacute decir de su propoacutesito inicial considero acertada la afirmacioacuten de que la mayor parte del anaacutelisis realizado en los capiacutetulos subsecuentes difiacutecilmente se corresponde con el formalismo de la introduccioacuten Si bien White nunca desiste en el empleo de las categoriacuteas de anaacutelisis presentadas al inicio eacutestas no necesariamente re-fieren aspectos formales de las narrativas de Ranke Burckhardt o cualquier otro autor sino maacutes bien aspectos ideoloacutegicos frente a los cuales el autor emprende poleacutemica Hayden White Metahistoriahellip p 14-16

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El anaacutelisis maacutes o menos sistemaacutetico y en general todos los giros y aspectos de la obra terminan por concluirse y por momentos opa-carse ante la discusioacuten de las paacuteginas finales Estas uacuteltimas lejos de mostrar los resultados de una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo revelan una penetrante reflexioacuten filosoacutefica y una toma de postura respecto al realismo decimonoacutenico y sus implicaciones ideoloacutegicas Nociones como las de argumentacioacuten formal o explicacioacuten por la trama que-dan maacutes o menos al margen frente a lo que parece mostrarse como el verdadero propoacutesito de la obra ldquoEn las ciencias humanas todaviacutea se trata no soacutelo de expresar una preferencia por uno u otro modo de concebir las tareas del anaacutelisis sino tambieacuten de elegir entre nociones contrastantes de lo que podriacutea ser una ciencia humana adecuadardquo23 En unas cuantas liacuteneas todo el aparato analiacutetico de Metahistoria pa-rece estar conformado con el uacutenico propoacutesito de desvelar y en uacutelti-ma instancia cuestionar las bases morales o esteacuteticas que operan en la eleccioacuten de uno u otro modo de configuracioacuten de la realidad hu-mana24 Al final como afirma H Paul Metahistoria muestra su lado humanista y sus preocupaciones existencialistas maacutes que su siste-matizacioacuten teoacuterica y metodoloacutegica

En virtud de todo lo dicho hasta aquiacute Metahistoria puede consi-derarse creo yo con justicia una muestra clara del ejercicio del pen-samiento teoacuterico en por lo menos dos de sus posibles niveles de ac-cioacuten Por un lado tenemos una propuesta de anaacutelisis formal de obras histoacutericas guiada por principios metodoloacutegicos diversos que van desde el estructuralismo y la teoriacutea de los tropos de Northrop Frye y Harold Bloom hasta las propuestas de anaacutelisis retoacuterico de Stephen C Pepper y Kenneth Burke Independientemente del grado de apli-cabilidad que estos referentes adquieren o dejan de adquirir a lo largo de cada uno de los capiacutetulos de Metahistoria lo cierto es que la mera sugerencia de estas categoriacuteas como puntos de partida para el anaacutelisis de la literatura histoacuterica amplificoacute de manera sustancial las posibilidades de la criacutetica historiograacutefica25 Por otro lado semejante

23 Ibidem p 41124 Idem25 Aacutelvaro Matute ldquoEl componente metahistoacuterico Propuesta para una lectura ana-

liacutetica de la historiardquo Ciencia y Desarrollo Meacutexico n 116 mayo-junio 1994 p 62-66

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herramienta de anaacutelisis parece indisociable al menos en el contexto de esta obra de principios o afirmaciones de caraacutecter filosoacutefico que fundamentan y en uacuteltima instancia dan sentido a un estudio de esta naturaleza

Una de las presuposiciones que juzgo maacutes fructiacuteferas de Meta-historia al menos en el contexto del anaacutelisis historiograacutefico es la afirmacioacuten de que la forma narrativa del discurso histoacuterico es reve-ladora en el caso de la historiografiacutea decimonoacutenica no soacutelo el ca-raacutecter estiliacutestico o literario de dichas obras sino de la visioacuten que los historiadores del xIx tuvieron sobre la realidad humana represen-tada gracias a la forma narrativa bajo los principios de la coheren-cia y el desarrollo (development) Es en este sentido que White afirma que los distintos modos de explicacioacuten o entramado histoacuterico no son otra cosa que ldquoformalizaciones de intuiciones poeacuteticasrdquo26 mdashde ahiacute que Herman Paul haga eacutenfasis en la importancia que da Metahistoria a la base miacutetica del pensamiento histoacutericomdash Bajo esta perspectiva la narrativa es como suele decirse una cuestioacuten no soacutelo de forma sino de contenidos pues evidencia la coexistencia de estrategias literarias concretas por un lado y visiones de mundo por el otro

El viacutenculo entre modos de discurso y modos de conciencia en el contexto de Metahistoria es el nuacutecleo que hace posible articular los tres posibles usos que seguacuten indiqueacute antes involucra el lenguaje teoreacutetico a saber el teoacuterico el filosoacutefico y el metodoloacutegico La intro-duccioacuten bien puede leerse como un verdadero ldquomanifesto teoreacuteticordquo o como una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo casi en el exacto sentido que los distintos diccionarios antes referidos dan al teacutermino ldquoteoriacuteardquo o incluso al de ldquoteoriacutea cientiacuteficardquo27 En concordancia algunos de los capiacutetulos que integran la parte toral de la obra constituyen efectiva-mente muestras luminosas de anaacutelisis historiograacutefico puntual mien-tras que la conclusioacuten por su parte se muestra como una reflexioacuten filosoacutefica de tintes mucho maacutes abstractos y en cierto sentido hasta

26 White Metahistoria p 1127 En general como un ldquoconjunto organizado de ideas referentes a cierta cosa o que

tratan de explicar un fenoacutemenordquo o bien en tanto que un sistema maacutes o menos riacutegido de conceptualizaciones cuya finalidad es explicar articular y abstraer lo observado o examinado directamente Vid supra notas 3 5 y 6

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especulativos28 Ahora bien la articulacioacuten entre estos tres niveles debe creo yo tomarse con cautela

Uno de los aspectos maacutes destacados en los estudios recientes sobre Metahistoria (el cual he venido reiterando) es precisamente su falta de sistematicidad para aplicar conceptos y utilizar algunas ca-tegoriacuteas La referencia por ejemplo a tropos caracterizadores de una determinada obra histoacuterica mdashcomo bien ha puntualizado H Paulmdash suele indicar elementos de naturaleza maacutes ideoloacutegica que estricta-mente discursiva Estos conceptos extraiacutedos de diversas teoriacuteas del discurso se utilizan para describir modos de conciencia que no ne-cesariamente se corresponden con el anaacutelisis puntual de estructuras narrativas yo dispositivos retoacutericos especiacuteficos

En conclusioacuten aun cuando Metahistoria parece discutir esencial-mente el aspecto narrativo o discursivo de una obra determinada en realidad estaacute haciendo afirmaciones de distinta iacutendole respecto de las presuposiciones ideoloacutegicas de cada uno de los autores ana-lizados En este punto el lector podriacutea preguntarse sobre la funcio-nalidad o las virtudes de un ejercicio semejante A mi juicio la es-quematizacioacuten del pensamiento rankeano a partir del tropo de la sineacutecdoque (por citar soacutelo uno de los muchos ejemplos que nos ofrece el texto) resulta no soacutelo plausible sino increiacuteblemente ilumi-nador pues sugiere una pauta de anaacutelisis que puede utilizarse en muchos otros casos Aun si por momentos el planteamiento resulta problemaacutetico (hay en realidad muy pocos ejemplos concretos sobre el funcionamiento especiacutefico de esta configuracioacuten poeacutetica en la na-rrativa rankeana) la interpretacioacuten del discurso histoacuterico tal como se desarrolla en Metahistoria supuso la apertura hacia nuevas pers-pectivas para el estudio de la IMagInacIoacuten histoacuterica La palabra subrayada constituye uno de los vocablos maacutes recurrentes de la obra Su reiteracioacuten revela la importancia del sustrato ideoloacutegico en el ejercicio del anaacutelisis discursivo Aun si el lenguaje es el uacutenico cami-no posible para identificar estas ldquointuiciones poeacuteticasrdquo es importante

28 Desde este punto de vista Metahistoria constituye una propuesta maacutes enmarcada en la filosofiacutea de la conciencia o en la eacutetica del discurso histoacuterico ese rasgo se explicita en otros trabajos de Hayden White particularmente en ldquoTropologiacutea discurso y modos de conciencia humanardquo en El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Barce-lona Paidoacutes 2003

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reconocer que la propuesta de Metahistoria no se agota en una teoriacutea del lenguaje sino que eacutesta se entiende tambieacuten como una filosofiacutea de la conciencia

Conclusiones

A la luz de lo dicho hasta aquiacute considero que el eacutexito de Metahisto-ria radica en la novedad de sus diversos planteamientos filosoacuteficos (eacuteticos y esteacuteticos) pero tambieacuten en el potencial que adquiere el anaacutelisis formal al amparo de una visioacuten que juzga el texto como una suerte de mundo ideado y por lo tanto construido en funcioacuten de intuiciones impliacutecitas o ideologiacuteas asumidas Al mismo tiempo semejante convergencia de intereses supone a su vez un serio cuestionamiento a nuestros propios modos de comprensioacuten y a la forma en que evaluamos su validez cognitiva En este uacuteltimo pun-to es que se ha concentrado la mayor parte de la controversia en torno del posmodernismo o el supuesto relativismo radical de la obra y el pensamiento de su autor29

Ahora bien precisamente en razoacuten de lo anterior es que llevar los componentes metodoloacutegicos de semejante perspectiva de anaacuteli-sis a cualquier aacutembito de reflexioacuten puede resultar no soacutelo riesgoso sino incluso inuacutetil El estudio de las tramas y los tropos tal como se muestra en Metahistoria no resulta pertinente para cualquier narra-tiva histoacuterica o para cualquier forma del discurso destinando a la representacioacuten de lo histoacuterico entre otras cosas porque como dije antes ni siquiera opera dentro de Metahistoria como una metodo-logiacutea sistemaacutetica para el anaacutelisis del discurso De hecho esas pautas de anaacutelisis que en Metahistoria son tan reveladoras y que a todas luces justificariacutean un examen genuinamente narratoloacutegico de la li-teratura histoacuterica del xIx resultan completamente inapropiadas y acaso esteacuteriles frente a una enorme proporcioacuten de las obras produ-cidas por los profesionales de la historia en las uacuteltimas cinco deacutecadas

29 Una visioacuten panoraacutemica de la cuestioacuten asiacute como una suerte de enumeracioacuten raacutepi-da sobre los planteamientos whiteanos que mayor poleacutemica han desatado puede encon-trarse en Keith Jenkins Why History Ethics and Postmodernity Londres Routledge 1999

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Una obra monograacutefica un artiacuteculo de revista especializada o incluso una obra elaborada bajo los estrictos criterios acadeacutemicos actuales difiacutecilmente podriacutean constituir el material idoacuteneo para el anaacutelisis de formas tropoloacutegicas y tipos de entramado A la luz de lo anterior hacer uso de Metahistoria como un referente metodoloacutegico sin nin-guacuten miramiento puede constituir un franco error de procedimien-to que ha llevado a muchos a desestimar por completo sus funda-mentos teoacutericos y filosoacuteficos Desde mi perspectiva semejante desestimacioacuten supone una distorsioacuten de origen vinculada con las reflexiones iniciales de este ensayo

A pesar de la diversidad de definiciones y de los muchos aspec-tos involucrados en una labor filosoacutefica teoacuterica o metodoloacutegica en torno de la historia existen ciertos rasgos en comuacuten Las tres expre-siones suponen un ejercicio de reflexioacuten eminentemente contem-plativo que emplea abstracciones a traveacutes de un lenguaje maacutes o menos artificial esto es esencialmente conceptual Este rasgo o ma-triz comuacuten es el que nos orilla a confundir los distintos niveles o usos de un lenguaje que a mi juicio no puede sino denominarse filosoacutefico Reevaluar Metahistoria como un referente importante de la filosofiacutea o la teoriacutea de la historia contemporaacutenea supone creo yo considerar la comunioacuten pero tambieacuten la necesaria identificacioacuten de la actividad teoreacutetica en sus diversos niveles Y adecuar el pensa-miento teoacuterico al estudio de problemaacuteticas concretas constituye la mayor responsabilidad del teoacuterico de la historia en la actualidad Desde hace ya varias deacutecadas el anaacutelisis del discurso no se limita al estudio de tramas narrativas sino que ha incursionado en otros terrenos e incorporado perspectivas metodoloacutegicas de muy diversas procedencias Estas modalidades teoacutericas o metodoloacutegicas sin em-bargo no estaacuten exentas de presuposiciones de caraacutecter filosoacutefico en un sentido maacutes general Quiero decir que en muchos casos sugieren perspectivas amplias sobre los fundamentos uacuteltimos de la reflexioacuten histoacuterica o de la interpretacioacuten de la realidad humana y en este sentido pueden constituirse con o sin conciencia de ello en deudo-ras de una determinada filosofiacutea de la ciencia (histoacuterica) o una cier-ta filosofiacutea especulativa sobre la realidad el devenir o la naturaleza humana como tal A la luz de lo dicho el valor de una obra como Metahistoria es haber revelado la compleja relacioacuten entre nuestras

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195filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

concepciones filosoacuteficas y el desarrollo de estrategias teoacuterico-meto-doloacutegicas en el quehacer cotidiano de la disciplina A la luz de esa propuesta le corresponde al historiador (y no soacutelo al filoacutesofo) des-cubrir la eficacia la inconsistencia o la virtud de su propia teoriacutea o filosofiacutea de la historia

bIblIograFiacutea

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Ferrater Mora Joseacute Diccionario de filosofiacutea 4 v Barcelona Ariel 2009

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History and Theory v 1 n 1 1960

History and Theory Symposium Uses of Theory in the Study of History v 3 n 1 1963

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KrIngs Hermann Hans Michael Baumgartner Christoph Wild et al Con-ceptos fundamentales de filosofiacutea 4 v Barcelona Herder 1979

Matute Aacutelvaro ldquoEl componente metahistoacuterico Propuesta para una lec-tura analiacutetica de la historiardquo Ciencia y Desarrollo Meacutexico nuacutemero 116 mayo-junio 1994 p 62-66

MolIner Mariacutea Diccionario de uso del espantildeol 2 v Madrid Gredos 2007

The Oxford Companion to Philosophy 2a edicioacuten edicioacuten de Ted Honderich Nueva York Oxford University Press 2005

Paul Herman Hayden White The Historical Imagination Cambridge Poli-ty Press 2011

rIcoeur Paul La memoria la historia el olvido traduccioacuten de Agustiacuten Neria Madrid Trotta 2003

walsH W H Introduccioacuten a la filosofiacutea de la historia Meacutexico Siglo XXI Editores 1970

wHIte Hayden Metahistoria La imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1992

Tropics of Discourse Essays in Cultural Criticism Baltimore Johns Hopkins Paperbacks Edition 1985

El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Barcelona Paidoacutes 2003

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Historia y meacutetodo en el siglo xx

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La edicioacuten en papel Cultural de 90 gramos consta de 300 ejemplares y estuvo al cuidado de Rosalba Alcaraz Cienfuegos

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTOacuteNOMA DE MEacuteXICO

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HISTORIAY

MEacuteTODOEN EL SIGLO XX

PILAR GILARDIMARTIacuteN RIacuteOSCoordinacioacuten

TIEMPOTEMPORALIDAD

ESCRITURA

MARC BLOCH

El libro Historia y meacutetodo en el siglo xx reuacutene ocho contribucio-nes en las que se analiza la forma en la que las distintas corrien-

tes histoacutericas y filosoacuteficas desarrolladas a lo largo de esa centena moldearon el quehacer de los historiadores en el siglo pasado y contribuyeron a definir la validez del conocimiento histoacuterico y su lugar en el conjunto de las ciencias sociales A partir de la deacute-cada de 1930 y hasta los primeros antildeos de la presente centuria la preocupacioacuten por el meacutetodo llevada a cabo por historiadores y filoacutesofos en continuo diaacutelogo fue una constante y es precisa-mente ese diaacutelogo el que hemos querido analizar con detalle en estas paacuteginas de la mano de ocho especialistas en los campos de la historiografiacutea la teoriacutea de la historia y la filosofiacutea de la historia

Portada Fotograma de Harold Lloyd en Fred C Newmeyer y Sam Taylor Safety Last [El hombre mosca] filme Culver City Hal Roach Studios 1923

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Page 2: ipfs.io · UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO  HISTORIA Y MÉTODO EN EL SIGLO XX HISTORIA Y MÉTODO EN EL SIGLO XX PILAR GILARDI MARTÍN RÍOS Coordinación TIEM

HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

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INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTOacuteRICAS

Serie Teoriacutea de la Historia y la Historiografiacutea 14

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTOacuteNOMA DE MEacuteXICOMEacuteXICO 2017

HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

PILAR GILARDI GONZAacuteLEZMARTIacuteN F RIacuteOS SALOMA

Coordinacioacuten

Roberto Fernaacutendez Castro bull Pilar Gilardi GonzaacutelezFernando Betancourt Martiacutenez bull Aurelia Valero Pie

Martiacuten F Riacuteos Saloma bull Evelia Trejo Estrada bull Javier Rico MorenoRebeca Villalobos Aacutelvarez

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Primera edicioacuten 2017

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ISBN 978-607-02-9836-3

Portada Rebeca Bautista Goacutemez

Prohibida la reproduccioacuten total o parcial por cualquier mediosin autorizacioacuten escrita del titular de los derechos patrimoniales

Impreso en Meacutexico

Historia y meacutetodo en el siglo xx Pilar Gilardi Gonzaacutelez Martiacuten F Riacuteos Saloma coordinacioacuten Roberto Fernaacutendez Castro Pilar Gilardi Gonzaacutelez Fernando Betancourt Martiacutenez Aurelia Valero Pie Martiacuten F Riacuteos Saloma Evelia Trejo Estrada Javier Rico Moreno Rebeca Villalobos Aacutelvarez mdash Primera edicioacuten200 paacuteginas mdash (Serie Teoriacutea de la Historia y la Historiografiacutea 14)

ISBN 978-607-02-9836-3

1 Historia mdash Metodologiacutea 2 Historia mdash Filosofiacutea 3 Historiografiacutea I Gilardi Gonzaacutelez Pilar editor autor II Riacuteos Saloma Martiacuten F editor autor III Fernaacutendez Castro Roberto autor Iv Betancourt Martiacutenez Fernando (Fernando Jesuacutes) autor v Valero Pie Aurelia autor vI Trejo Estrada Evelia autor vII Rico Moreno Javier 1958 autor vIII Villalobos Aacutelvarez Rebeca autor Ix SerieD16H579 2017LIBRUNAM 1964436

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Iacutendice

PresentacioacutenPilar Gilardi y Martiacuten Riacuteos 7

HIstorIa y Meacutetodo en el sIglo xx la PersPectIva de la teoriacutea de la HIstorIa

Eduardo Nicol (1907-1990) La ciencia de la historia y el meacutetodo fenomenoloacutegicoRoberto Fernaacutendez Castro 15

La hermeneacuteutica en la teoriacutea de la historia de Edmundo OrsquoGorman (1906-1995)Pilar Gilardi Gonzaacutelez 37

Michel de Certeau (1925-1986) y la diferencia como loacutegica procedimental de la historia Epistemologiacutea sistema operativo y proceso metoacutedicoFernando Betancourt Martiacutenez 51

Franccedilois Hartog (n 1946) o el contraste como meacutetodoAurelia Valero Pie 81

HIstorIa y Meacutetodo en el sIglo xxla PersPectIva HIstorIograacuteFIca

Marc Bloch (1886-1944) La preocupacioacuten por el meacutetodo histoacuterico

Martiacuten F Riacuteos Saloma 107

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198 historia y meacutetodo en el siglo xx

Joseacute Gaos (1900-1969) Un hombre entre la historia y el meacutetodoEvelia Trejo Estrada 129

Las lecturas y el meacutetodo Dos casos Luis Villoro y John WomackJavier Rico Moreno 147

Filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia El caso de Metahistoria de Hayden White (n 1928)Rebeca Villalobos Aacutelvarez 175

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Presentacioacuten

El volumen que el lector tiene entre sus manos es resultado del in-tereacutes compartido por sus editores a propoacutesito de la relacioacuten entre dos nociones fundamentales historia y meacutetodo La reflexioacuten sobre el viacutenculo entre estos dos conceptos implica por un lado situar en un aquiacute y un ahora es decir histoacutericamente lo que sobre historia y meacutetodo se ha dicho en un determinado periodo de la historia en este caso el siglo xx por el otro considerar a nivel formal si se quiere filosoacutefico el significado mismo de los teacuterminos en cuestioacuten Estos dos modos de proceder que de ninguna manera se excluyen siacute reflejan dos modos de pensar de forma distinta el sentido y la relacioacuten entre las nociones sentildealadas

La diferencia en la manera de considerar este viacutenculo se hizo patente cuando el intereacutes compartido se convirtioacute en un proyecto a realizar en forma de seminario Gratamente pudimos constatar la pluralidad y la diversidad en las formas de estudiar y de comprender el sentido de los teacuterminos en cuestioacuten Y sin embargo dentro de esta rica diversidad la reflexioacuten giroacute alrededor de un punto en comuacuten hablar de historia y meacutetodo de ninguna manera implica proponer una suerte de instructivo que nos indique los pasos sobre coacutemo debe de procederse en determinada investigacioacuten histoacuterica o filosoacutefica La idea de meacutetodo que permea de distinta manera cada una de las re-flexiones ofrecidas por quienes han colaborado en el ahora libro hace eco del origen etimoloacutegico del teacutermino meacutetodo proviene del vocablo griego methodos que significa camino o viacutea para llegar a un fin

La preocupacioacuten por el meacutetodo no es nueva Ya Reneacute Descartes en el siglo xvII habiacutea llamado la atencioacuten sobre la necesidad de fun-damentar en un meacutetodo infalible todo conocimiento que pretendie-ra considerarse cientiacutefico A esta fundamentacioacuten fueron llamadas tanto la filosofiacutea como la historia En el aacutembito de esta uacuteltima Jean Mabillon y Jean Boland aceptaron el desafiacuteo de dotar a la historia

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8 historia y meacutetodo en el siglo xx

de una serie de procedimientos gracias a los cuales se pudiera de-mostrar la originalidad de la documentacioacuten utilizada y se verifica-ra la informacioacuten en ella contenida con el fin de establecer ldquola ver-dadrdquo inaugurando asiacute la criacutetica histoacuterica que seriacutea perfeccionada por la escuela alemana en el siglo xIx y sistematizada por Charles Langlois y Charles Seignobos en su Introduccioacuten a los estudios histoacute-ricos (1898) Sin embargo la Gran Guerra barrioacute las certezas en las que se habiacutea fundado el ldquoprogresordquo y en el aacutembito de la historia surgieron nuevas reflexiones sobre el meacutetodo ligadas al desarrollo de la sociologiacutea la economiacutea y la geografiacutea que acabariacutean cristali-zando en el llamado de Bloch y Febvre de 1929 A finales del siglo xIx y principios del xx en el horizonte de la filosofiacutea la importancia del meacutetodo fue fundamental por ejemplo en el pensamiento de Wilhelm Dilthey quien habiacutea reparado en la necesidad de diferen-ciar el modo de proceder de las ciencias naturales y las ciencias del espiacuteritu y en la necesidad de dotar a estas uacuteltimas de un meacutetodo propio La preocupacioacuten por el meacutetodo fue patente en la fenomeno-logiacutea cuyo fundador Edmund Husserl no la concibioacute como una escuela filosoacutefica o como doctrina sino precisamente como el meacuteto-do filosoacutefico por excelencia La influencia de Dilthey y de Husserl en el pensamiento de Martin Heidegger como es bien sabido seriacutea fundamental El filoacutesofo de Messkirch llevoacute a cabo una transforma-cioacuten de la fenomenologiacutea reflexiva de su maestro Edmund Husserl en la que seriacutea conocida como fenomenologiacutea hermeneacuteutica

De tal manera a partir de la deacutecada de 1930 y hasta los primeros antildeos del siglo xxI la preocupacioacuten por el meacutetodo llevada a cabo por historiadores y filoacutesofos ha sido una constante Por ello los espe-cialistas invitados a participar en este volumen se han abocado al estudio de un autor perteneciente al siglo xx para quien la relacioacuten entre historia y meacutetodo se constituyoacute en una cuestioacuten fundamental en su pensamiento

Asiacute las cosas este libro se ha articulado en torno a tres preguntas sencillas pero que encierran una enorme riqueza y complejidad iquestcuaacuteles fueron los planteamientos metodoloacutegicos desarrollados por algunos de los filoacutesofos e historiadores maacutes importantes del siglo xx en ambos lados del Atlaacutentico iquestDe queacute manera las propuestas teoacute-ricas que imperaban en la eacutepoca en que dichos pensadores escribiacutean

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9presentacioacuten

se reflejaron en sus propuestas metodoloacutegicas iquestEn queacute medida el pensamiento de los autores analizados en el presente trabajo reflejoacute tales concepciones

Los ocho textos que conforman el volumen mdashdebidamente so-metidos a una rigurosa evaluacioacuten por paresmdash han sido organizados en dos secciones tal divisioacuten responde al modo en el que los inves-tigadores invitados han procedido en su anaacutelisis sobre el viacutenculo entre historia y meacutetodo La primera seccioacuten reuacutene textos trabajados desde la perspectiva filosoacutefica la segunda desde la perspectiva his-toriograacutefica De esta suerte los estudios se presentan en orden cro-noloacutegico no soacutelo por una cuestioacuten de sencillez sino por cuanto las ideas de la primera mitad del siglo xx mdashy sus contextosmdash desenca-denaraacuten reflexiones particulares en la segunda mitad de la centuria generando debates y concatenaciones sumamente enriquecedoras

No obstante ademaacutes de la ordenacioacuten sentildealada pueden realizar-se muacuteltiples y diversas lecturas del libro que presentamos En efecto tambieacuten puede llevarse a cabo una lectura a partir de los puntos en comuacuten entre los autores trabajados De tal manera es posible estable-cer un viacutenculo entre el trabajo de Aurelia Valero y el de Martiacuten Riacuteos sobre las propuestas de Franccedilois Hartog y Marc Bloch respectiva-mente puesto que aunque separados en el tiempo por casi medio siglo ambos historiadores franceses hicieron del tiempo su principal objeto de anaacutelisis lo que permitioacute al segundo formular su propuesta relativa a los ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo y al primero definir a la Historia como ldquola ciencia de los hombres en el tiempordquo Resulta asi-mismo interesante comprobar que el intereacutes por la Edad Media mdashen el caso de Blochmdash y en la historiografiacutea antigua mdashen el caso de Har-togmdash fueran los puntos de partida hacia una reflexioacuten mucho maacutes amplia sobre el sentido de la historia sus condiciones de posibilidad y su lugar en el conjunto de las ciencias sociales

Por otra parte es interesante seguir el hilo conductor en el pen-samiento de tres destacados historiadores filoacutesofos o filoacutesofos historia-dores iacutentimamente vinculados como Joseacute Gaos Eduardo Nicol y Ed-mundo OrsquoGorman quienes fueron contemporaacuteneos tanto en tiempo como en espacio En efecto los tres vivieron en Meacutexico entre 1930 y 1960 impartieron clases en la Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico y mantuvieron un fructiacutefero y en ocasiones acalorado

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10 historia y meacutetodo en el siglo xx

diaacutelogo fuertemente influido por la fenomenologiacutea hermeneacuteutica de Martin Heidegger De esta suerte Roberto Fernaacutendez dedica sus paacuteginas a desentrantildear y revalorizar las propuestas de Eduardo Nicol en torno a la fenomenologiacutea resaltando entre otros elementos su cercaniacutea con el pensamiento de Edmund Husserl mdashldquomaacutes cerca de lo que eacutel mismo estuvo dispuesto a reconocerldquomdash y de Martin Hei-degger con quien compartiacutea una ldquoontologiacutea de la historia cuyo meacute-todo tendriacutea que ser histoacuterico y fenomenoloacutegico a la vezrdquo Por su parte Pilar Gilardi presenta un trabajo dedicado a la presencia de la filosofiacutea heideggeriana en el pensamiento de Edmundo OrsquoGorman enfatizando el modo en que el historiador se vale del pensamiento del filoacutesofo alemaacuten para volver a pensar la ciencia histoacuterica desde sus cimientos Finalmente Evelia Trejo expone algunas de las re-flexiones de Joseacute Gaos a propoacutesito de las relaciones entre historia y meacutetodo a partir de las siguientes caracteriacutesticas de la personalidad del filoacutesofo su sensibilidad respecto de la historia su propuesta para componer una historia de las ideas y su capacidad para obser-var el quehacer historiograacutefico Ademaacutes de lo anterior la autora sentildeala la amplitud de miras del filoacutesofo asturiano y su preocupacioacuten por lo humano y por la vida

Otra posible liacutenea de lectura es aquella constituida por el proble-ma de ldquoLa escritura de la historiardquo que naturalmente remite a las propuestas de Michel de Certeau contenidas en su ceacutelebre texto Fer-nando Betancourt es el encargado de desgranar el pensamiento del sabio jesuita iniciando con la definicioacuten que eacuteste dio acerca de lo que debe entenderse por ldquoseminariordquo al que concibioacute como ldquoun labora-torio comuacuten que permite a cada uno de los participantes articular sus praacutecticas y sus propios conocimientosrdquo pasando por un profundo anaacutelisis de la operacioacuten historiograacutefica y los problemas vinculados a la nocioacuten de ldquoprocedimientordquo para concluir con una reflexioacuten a propoacute-sito de la funcionalidad del saber moderno Rebeca Villalobos por su parte explora las propuestas realizadas desde la orilla americana del Atlaacutentico por Hayden White y elabora una criacutetica al uso indiscrimi-nado de las propuestas del historiador norteamericano al tiempo que considera Metahistory no soacutelo como un brillante estudio sobre la es-critura de la historia en el siglo xIx sino como un auteacutentico construc-to filosoacutefico que contribuyoacute a sentar las bases de la posmodernidad

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11presentacioacuten

Una uacuteltima propuesta de lectura mdashaunque desde luego el lector podriacutea descubrir muchas maacutesmdash es la de ldquoLa historia comparadardquo que quiere ser un guintildeo a March Bloch uno de los primeros histo-riadores que reflexionoacute sobre los liacutemites y las posibilidades de la historia comparativa y que estaacute representada por un sugerente y extenso capiacutetulo firmado por Javier Rico quien dedica varias paacutegi-nas a analizar la manera en que diversas fuentes que conforman el bagaje del historiador articulan una forma de concebir la dinaacutemica social en un fragmento del pasado humano y de esta manera per-miten delinear el meacutetodo a seguir Tras este anaacutelisis Rico compara las obras de dos autores que fueron fundamentales para la histo-riografiacutea mexicana del siglo xx con el fin de demostrar su hipoacutetesis Luis Villoro y John Womack

Seguramente los especialistas echaraacuten en falta nombres de historiadores y filoacutesofos importantes del siglo xx como Benedetto Croce Hans-Georg Gadamer Fernand Braudel Paul Ricoeur Georges Duby Roger Chartier Peter Burke Carlo Ginzburg Er-nest Kantorowicz Joseacute Antonio Maravall Joseacute Luis Romero Ro-ger Collingwood Edward Thompson Eric Hobsbawm Peter Brown Reinhard Koselleck Natalie Zemon Davis Gabrielle Spiegel o Frank Ankersmit por mencionar tan soacutelo algunos nombres im-portantes de allende y aquendehellip Al final hemos tenido que hacer una seleccioacuten como ocurre siempre en historia Estas ausencias muestran sin duda que es necesario continuar por este derro-tero y profundizar en la reflexioacuten histoacuterica y en el diaacutelogo entre historia y filosofiacutea

Hoy cuando la ciencia histoacuterica se halla en crisis cuando se intensifica el debate a propoacutesito de los liacutemites entre historia y me-moria cuando desde el Estado y la opinioacuten puacuteblica se manipula a la historia con el fin de establecer ldquola verdad histoacutericardquo y cuando en fin el contexto de globalizacioacuten e interconexioacuten en el que vivimos nos invita a cambiar los paraacutemetros de observacioacuten y a explorar las interrelaciones entre las escalas global regional y local es necesario reflexionar sobre los sustentos epistemoloacutegicos y metodoloacutegicos que hacen de la historia un saber particular y que la dotan de rigor cien-tiacutefico y en consecuencia de validez y legitimidad En este sentido la obra colectiva que ofrecemos a los lectores interesados en estas

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12 historia y meacutetodo en el siglo xx

cuestiones quiere ser en uacuteltima instancia una primera propuesta de conjunto

Para cerrar estas paacuteginas introductorias los editores queremos externar nuestra gratitud en primer lugar a los propios autores pues sus contribuciones han enriquecido sustancialmente esta liacutenea de investigacioacuten reflejando la pluralidad de posiciones teoacutericas y de maneras de entender el quehacer histoacuterico que caracteriza a nuestra disciplina en el siglo xxI En segundo teacutermino al Instituto de Inves-tigaciones Histoacutericas y a todas las personas que hicieron posible que este volumen viese la luz de la imprenta particularmente a Sandra Torres Ayala y Alberto Trejo Martiacuten quienes revisaron y homoge-neizaron el aparato criacutetico y la bibliografiacutea contribuyendo de forma significativa a la aparicioacuten de la presente obra

PIlar gIlardI y Martiacuten riacuteosCiudad Universitaria octubre de 2016

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HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

LA PERSPECTIVA DE LA TEORIacuteA DE LA HISTORIA

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Eduardo Nicol (1907-1990)La ciencia de la historia

y el meacutetodo fenomenoloacutegico

roberto Fernaacutendez castroUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

Introduccioacuten

Lo primero que quiero advertir es que en las paacuteginas siguientes no pretendo dar cuenta ni siquiera de un modo general del pensa-miento o las ideas de Eduardo Nicol tampoco de todo lo que pudo haber dejado escrito o dicho acerca de la ciencia de la historia o del meacutetodo fenomenoloacutegico Acerca del meacutetodo escribioacute con abundan-cia a lo largo de la mayor parte de su vida como filoacutesofo incluso aspiroacute a constituir su propia filosofiacutea como la asuncioacuten hasta un proceder estrictamente fenomenoloacutegico Paso a paso y como contra-punto criacutetico de lo que eacutel consideraba los meacutetodos y propoacutesitos de la fenomenologiacutea aunque siempre valoroacute de un modo positivo el legado de Edmund Husserl tambieacuten llegoacute a criticar en eacutel los restos de un idealismo que traicionaba el meacutetodo fenomenoloacutegico Pero contrario a otros filoacutesofos de la eacutepoca tampoco se dejoacute guiar por las investigaciones del maacutes famoso disciacutepulo del filoacutesofo de Prosnitz Tambieacuten contra la creciente influencia de Martin Heidegger Nicol empentildeoacute todo su trabajo en la restauracioacuten de la fidelidad del fenoacute-meno respecto del ser No obstante me atrevo a considerar que la filosofiacutea de Eduardo Nicol permanecioacute maacutes cerca de la fenomeno-logiacutea trascendental de Husserl de lo que eacutel mismo estuvo dispuesto a reconocer y tuvo con Heidegger una coincidencia fundamental para nosotros la de proponer una ontologiacutea de la historia cuyo meacutetodo tendriacutea que ser histoacuterico y fenomenoloacutegico a la vez1

1 Para el estudio de la fenomenologiacutea de Eduardo Nicol y coacutemo se relacionoacute con la fenomenologiacutea de Edmund Husserl veacutease Antonio Zirioacuten Quijano Historia de la feno-menologiacutea en Meacutexico Morelia (Michoacaacuten) Red UtopiacuteaJitanjaacutefora 2003 y tambieacuten en La fenomenologiacutea en Meacutexico Historia y antologiacutea estudio introductorio y seleccioacuten de tex-tos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

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16 historia y meacutetodo en el siglo xx

Voy entonces a atender un consejo que Robert Sokolowski ofre-ce en su Introduccioacuten a la fenomenologiacutea y que me parece recordar una situacioacuten conocida tambieacuten por los historiadores Sokolowski se fija en una diferencia fundamental entre el trabajo de los filoacuteso-fos y el de los matemaacuteticos Estos uacuteltimos dice no comentan los escritos de los matemaacuteticos anteriores aun cuando hayan sido muy influidos por ellos simplemente hacen uso del material que en-cuentran en los autores que leen tratan de condensar los hallaz-gos y siguen adelante Pocos matemaacuteticos estudian los trabajos de los siglos pasados porque comparados con las matemaacuteticas contemporaacuteneas esos viejos escritos casi les parecen obras de nintildeos Los filoacutesofos en cambio a menudo conservan religiosamen-te las obras claacutesicas maacutes como objetos de exeacutegesis que como recur-sos para ser explotados no tienden a preguntar ldquoiquestA doacutende vamos a partir de aquiacuterdquo En lugar de eso nos informan acerca de las doctrinas de los pensadores maacutes importantes Son maacutes propensos a comentar trabajos anteriores

Pero Sokolowski toma entonces la sugerencia de su amigo Gian-Carlo Rota quien creiacutea que los filoacutesofos debiacutean hacer maacutes que eso y coincide en que ademaacutes de ofrecer exposiciones deberiacutean abreviar los viejos escritos y abordar directamente los asuntos ha-blando con su propia voz e incorporando en su propio trabajo lo que sus predecesores han hecho Fue asiacute como eacutel se dejoacute convencer por Rota de escribir una introduccioacuten a la fenomenologiacutea donde no di-jera lo que Husserl o Heidegger pensaron sino donde soacutelo dijera a la gente lo que es la fenomenologiacutea Y como la fenomenologiacutea es el estudio de la experiencia humana y de los modos en que las cosas se nos presentan ellas mismas en y a traveacutes de dicha experiencia no se trata pues de informar a los demaacutes acerca de un movimiento filosoacutefico particular sino de ofrecer la posibilidad de pensar filosoacute-ficamente en un momento en que dicho pensamiento es seriamente puesto en cuestioacuten o ampliamente ignorado2

Facultad de Filosofiacutea y LetrasUniversidad Michoacana de San Nicolaacutes de HidalgoRed Utopiacutea Jitanjaacutefora 2009

2 Robert Sokolowski Introduccioacuten a la fenomenologiacutea traduccioacuten de Esteban Mariacuten Aacutevila Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2012

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17Eduardo Nicol (1907-1990)

Pues bien aquellos que conozcan o hayan leiacutedo algo acerca de Eduardo Nicol uno de sus libros o alguno de sus artiacuteculos podraacuten advertir que en las paacuteginas siguientes voy a parafrasear a Eduardo Nicol voy a traicionar algunos de sus textos y tambieacuten a discutir algunas de sus posiciones maacutes importantes en relacioacuten con la his-toria y la fenomenologiacutea Por su parte a aquellos que sin saber demasiado acerca de sus ideas crean que se van a enterar ahora de lo que eacutel pensaba de la ciencia de la historia o del meacutetodo fenome-noloacutegico prefiero quitarles esa ilusioacuten exegeacutetica desde ahora lo que siacute van a encontrar en cambio es una muestra de lo poco que yo he podido pensar leyendo a Nicol pero observando siacute que mucho maacutes se podriacutea pensar tan soacutelo siguiendo algunos de los problemas que involucran tanto a la historia como a la fenomenologiacutea en el sentido que la definioacute Sokolowski como el estudio de la experiencia huma-na Con esto enuncio ademaacutes la primera sugerencia de Eduardo Nicol que yo mismo trato de poner en praacutectica en mis cursos y que ahora pido al posible lector a partir de este punto seguir al histo-riador no soacutelo para consultarlo en busca de datos sino seguirlo y aprender de eacutel lo maacutes importante aprender de eacutel a pensar histoacuteri-camente y queacute mejor si se aprende a pensar histoacutericamente desde la fenomenologiacutea

Aun asiacute cabe la necesidad de ofrecer siquiera una breve imagen de quien es uno de los filoacutesofos maacutes importantes del exilio espantildeol republicano de 1939 y no soacutelo de Meacutexico donde escribioacute la mayor parte de su extensa obra sino de todos los paiacuteses de lengua castellana Si bien es cierto que fuera de Meacutexico no ha tenido todaviacutea la atencioacuten que merece es indudable que en alguacuten momento seraacute parte de la his-toria del pensamiento cuya memoria se ha ido recuperando en la peniacutensula a cuentagotas acaso por lo significativo que a la postre resultoacute haber perdido aquellas generaciones de soacutelidos humanistas3

3 A pesar de todo es posible encontrar una bibliografiacutea poco numerosa pero se-lecta acerca de la filosofiacutea de Nicol como la siguiente Joseacute Luis Abellaacuten El exilio filo-soacutefico en Ameacuterica Los transterrados de 1939 Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998 p 65-99 Eduardo Nicol La filosofiacutea como razoacuten simboacutelica nuacutemero monograacutefico de la revis-ta Anthropos 1998 extra nuacutemero 3 Eduard Nicol semblanza drsquoun filosof edicioacuten a cargo de Aacutengel Castintildeeira Barcelona Acta 1991 Juliana Gonzaacutelez La metafiacutesica dialeacutectica de Eduar-do Nicol Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y

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18 historia y meacutetodo en el siglo xx

Despueacutes de pasar un corto tiempo en el campo de concentracioacuten de Argelegraves-sur-Mer Eduardo Nicol llegoacute a Meacutexico a bordo del Sinaia en 1939 Junto a Eduardo Garciacutea Maacuteynez fundoacute el Centro de Estudios Filosoacuteficos de la Universidad Nacional donde tambieacuten ejercioacute la docencia hasta su fallecimiento en 1991 Dirigioacute y fundoacute Diaacutenoia Anuario de filosofiacutea editado con la colaboracioacuten del Fondo de Cultu-ra Econoacutemica asiacute como la revista Filosofiacutea y Letras ademaacutes de publi-car una docena de libros algunos de ellos revisados y reeditados por completo Eacutesta fue una caracteriacutestica propia de la personalidad y la filosofiacutea de Nicol su aspiracioacuten a un pensamiento riguroso coherente sistemaacutetico y continuado lo llevoacute a oponerse por com-pleto al estilo filosoacutefico predominante en Espantildea por la influencia de Joseacute Ortega y Gasset el del ensayo esteacutetico criacutetico y a veces soacutelo periodiacutestico que al final hizo presa del ceacutelebre maestro madrilentildeo Eacutesa fue soacutelo una de las razones por las que Nicol llegoacute a la poleacutemica con Joseacute Gaos y su personalismo4

El meacutetodo fenomenoloacutegico

En la frase con la que Eduardo Nicol dio inicio a su conferencia ti-tulada ldquoDiscurso sobre el meacutetodordquo afirmoacute de un modo categoacuterico ldquotodos somos fenomenoacutelogosrdquo o al menos ldquoel hombre comienza a ser fenomenoacutelogo cuando accede a la auteacutentica humanidadrdquo he aquiacute el primer obstaacuteculo para el cabal cumplimiento de su aserto Maacutes que un meacutetodo o el sistema filosoacutefico particular de Edmund Husserl escribe Nicol en el lenguaje filosoacutefico actual la fenomenologiacutea de-signa la verdadera actitud filosoacutefica Es desde luego distinta de la fenomenologiacutea de Kant o de Hegel y lo es tambieacuten de la fenome-nologiacutea de Heidegger posterior Aunque los pensadores griegos

Letras 1981 Ricardo Horneffer Eduardo Nicol semblanza Zapopan (Jalisco)MeacutexicoBarcelona El Colegio de JaliscoGeacuteneralitat de Catalunya 2000

4 La poleacutemica con Joseacute Gaos tuvo lugar en las paacuteginas de las revistas Cuadernos Americanos y Filosofiacutea y Letras Aunque las diferencias entre ambos profesores no eran nuevas aqueacutella se suscitoacute abiertamente a raiacutez de la resentildea que Gaos dedicoacute a la prime-ra edicioacuten del libro de Eduardo Nicol Historicismo y existencialismo La temporalidad del ser y la razoacuten Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1950

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19Eduardo Nicol (1907-1990)

antiguos no emplearon la palabra fenomenologiacutea eacutesta se compo-ne de dos vocablos con ese origen phainomenon y loacutegos Phainomenon designa lo que aparece y contiene la raiacutez de phaos luz lo mismo que el verbo phaino que quiere decir poner a la luz mostrar manifestar exponer etceacutetera Las cosas se muestran a la luz las cosas son fenoacute-menos Pero como la visibilidad de las cosas no es una propiedad intriacutenseca de las cosas cuando el hombre habla de ellas es cuando ejecuta el acto de ponerlas a la luz Por eso dice Nicol en esto con-siste literalmente la fenomenologiacutea ver y nombrar o poner a la luz lo visto son inseparables

Sin embargo el hombre comuacuten no siempre ve bien lo que estaacute a la vista ni habla bien de lo visible pasa por ello o junto a ello como si fuera e-vidente Por eso algunos caen en el error de creer que la filosofiacutea acota una realidad especial o privada distinta en su misma base del punto de partida del hombre comuacuten con la consecuencia grave de que la filosofiacutea no llega a ser verdadero loacutegos sobre el fenoacute-meno no llega a constituirse en auteacutentica fenomenologiacutea La pre-gunta entonces es por queacute la filosofiacutea no ha llegado a ser auteacutentica y conscientemente fenomenoloacutegica mantenieacutendose en una fase de pluralidad de meacutetodos Esto explica por queacute Eduardo Nicol no ofre-ce un discurso del meacutetodo sino sobre el meacutetodo que consiste en hablar de lo que aparece del fenoacutemeno El problema surge cuando lo que aparece se confunde con una simple apariencia contrapuesta por nosotros mismos a la realidad5

La discusioacuten de Eduardo Nicol con la fenomenologiacutea de Husserl y Heidegger se enuncia entonces del modo siguiente ldquoEl hombre es el uacutenico ser del universo frente al cual no soacutelo tenemos la intuicioacuten inmediata de una existencia real como la tenemos de cualquier otro ente su mera presencia nos revela ya su forma de serrdquo6 Esto signifi-ca que siendo el ente el dato del ser la fenomenologiacutea no viene a revelar el ser sino que cuenta con su presencia de un modo inme-diato la aprehensioacuten y la identificacioacuten distintiva del ser en el ente

5 Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 p 267-278 A partir de aquiacute cuando no se indica lo contrario todas las referencias pertenecen a las obras de Eduardo Nicol

6 Metafiacutesica de la expresioacuten 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1974 p 119

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se dan conjunta y simultaacuteneamente Por eso Nicol afirma que lo que el hombre revela con su acto de presencia es la revelacioacuten misma el acto distintivo de su ser es la expresioacuten7 Se comprende asiacute el paso siguiente que nos conduce hacia el otro hacia el proacutejimo que como interlocutor es descrito como un sujeto libre de realizar una accioacuten que siempre habraacute de ser expresiva cargada siempre con una inten-cionalidad comunicativa y con un contenido significativo suscepti-bles de ser analizados de acuerdo con un meacutetodo fenomenoloacutegico que ha de ser asimismo hermeneacuteutico Tambieacuten en este punto Nicol trata de oponerse a Heidegger rechazando la necesidad de una in-terpretacioacuten especial del sentido del ser propio del hombre puesto que el hombre es el sentido del ser y lo uacutenico que requiere una in-terpretacioacuten son el contenido significativo y la intencioacuten expresiva

La criacutetica que Nicol dirige a Heidegger es sin embargo innece-saria a mi parecer Por ello no voy a insistir maacutes en eso Mayor atencioacuten merece su sentildealamiento de la necesidad de un estudio detenido acerca del fenoacutemeno de la expresioacuten como alternativa para encauzar una teoriacutea general del ser y del conocer La expresioacuten como rasgo constitutivo del sentido del ser humano se afirma como una realidad antecedente de todo lo demaacutes pero en un sentido que ha de entenderse con claridad incluso ahiacute donde Nicol habla de ldquorefinar y reforzar ese fundamental y saludable positivismo que hay en la intencioacuten del meacutetodo fenomenoloacutegicordquo8 Se trata de la nueva

7 El pasaje completo de la Metafiacutesica de la expresioacuten es oscuro pero dice lo siguiente ldquoEsto acontece con invariable uniformidad sin vacilacioacuten ninguna porque lo que el hom-bre revela con su acto de presencia es la revelacioacuten misma es el acto distintivo del ser de la expresioacuten La presencia humana es una revelacioacuten expresardquo Digo que es oscuro porque parece haber aquiacute al menos tres tesis que se confunden 1) se pone el acento en lo que el hombre revela en la revelacioacuten misma no en el hombre ni en su acto de presencia 2) el acto de la presencia parece ser interpretado como aquello que distingue al ser de la expresioacuten de modo que el objeto principal ya no es el ser humano sino el ser de la expresioacuten huma-na 3) la presencia humana es una revelacioacuten que se da de un modo expreso se dice de ella que es expresa cuando lo que cabriacutea decir es que la presencia humana es una revela-cioacuten que expresa que es expresiva Por eso maacutes que corregir tambieacuten en este punto he seguido e interpretado a Nicol del modo como se comprenderaacute en adelante

8 Metafiacutesica de la expresioacuten p 120 A pesar de lo que parece Eduardo Nicol no exa-gera ni comete un error en la comparacioacuten con el positivismo pero tambieacuten es necesario ponerlo en claro El propio Husserl escribioacute el siguiente pasaje en medio de su criacutetica al empirismo como un escepticismo ldquoMientras que ellos como genuinos filoacutesofos que

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vigencia que Nicol encuentra en la idea platoacutenica seguacuten la cual ldquoel hombre es el siacutembolo del hombrerdquo (Banquete 191d) Esto es posible porque la simbolizacioacuten implica una relacioacuten comunicativa y no es tan soacutelo una predisposicioacuten ontoloacutegica entre sujetos que podriacutean mantenerse como suficientes o extrantildeos entre siacute sino que la expre-sioacuten es el ser mismo en el hombre y la razoacuten es simboacutelica porque el hombre es simboacutelico

De aquiacute la foacutermula que da tiacutetulo a una de las obras maacutes signifi-cativas de Eduardo Nicol la Criacutetica de la razoacuten simboacutelica que no debe entenderse entonces como una forma especial de denominar a la razoacuten sino como la explicitacioacuten de coacutemo el hombre es siacutembolo de siacute mismo porque es el uacutenico ser esencialmente pensable la razoacuten es fun-damentalmente simboacutelica porque nada sabemos de ella cuando consideramos que puede dar razoacuten de siacute misma como si fuera in-dependiente suficiente y definible en siacute cuando lo cierto es que la expresioacuten de cada hombre es su ser en acto su razoacuten constituye simboacutelicamente su mismidad sobre la base del nombrar y poseer internamente al otro como una posibilidad de su propio ser9

tienen ya un punto de vista parten de previas opiniones no aclaradas ni fundadas en patente contradiccioacuten con su principio de exencioacuten de prejuicios nosotros tomamos nuestro punto de partida de aquello que se encuentra antes de todos los puntos de vista del dominio entero de lo dado ello mismo intuitivamente y antes de todo pensar teoacuterico de todo aquello que se puede ver y captar inmediatamente mdashcuando precisa-mente no se deja uno cegar por prejuicios ni apartar por ellos la atencioacuten de clases en-teras de auteacutenticos datosmdash Si lsquoPosItIvIsMorsquo quiere decir tanto como fundamentacioacuten absolutamente exenta de prejuicios de todas las ciencias en lo lsquopositivorsquo esto es en lo que se puede captar originariamente entonces somos nosotros los auteacutenticos positi-vistas Nosotros en efecto no nos dejamos menoscabar por nInguna autoridad el de-recho de reconocer todas las especies de intuicioacuten como fuentes de legitimidad del co-nocimiento igualmente valiosas mdashni siquiera por la autoridad de la lsquociencia moderna de la naturalezamdashrsquo rdquo Edmund Husserl Ideas relativas a una fenomenologiacutea pura y una filo-sofiacutea fenomenoloacutegica Libro primero Introduccioacuten general a la fenomenologiacutea pura nueva edi-cioacuten y refundicioacuten integral de la traduccioacuten de Joseacute Gaos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filo-soacuteficasFondo de Cultura Econoacutemica 2013 p 123

9 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1982 p 230 y 239 Nicol habla aquiacute de la relacioacuten dialeacutectica de un yo con lo otro como un no-yo esta imprecisioacuten como se puede ver la he interpretado aquiacute desde la intersubjetividad pro-puesta por Husserl desde la cual miacutenimamente se reconoce que yo en mi experiencia propia no soacutelo tengo experiencia de miacute mismo sino tambieacuten del otro pero como otro

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Lo que resulta auacuten maacutes sorprendente es que para terminar con esta consideracioacuten del meacutetodo necesario para abordar el estudio del ser que como objeto de una experiencia primaria y comuacuten es lo esencialmente comunicable la idea platoacutenica del hombre como en-tidad incompleta por su insuficiencia simboacutelica Eduardo Nicol la valora al final desde la historia porque la insuficiencia del hombre trae consigo la posibilidad de completarse de hacer algo para siacute mismo con el otro por eso dice de la relacioacuten simboacutelica nace la historia En tanto que la contingencia del hombre entrantildea el poder ser la historia es siacutembolo del hombre y eacutesta es su constante renaci-miento simboacutelico10 Si los actos del habla constituyen este proceso entonces ldquoesa parte del ser que habla del ser se actualiza a siacute misma histoacutericamente Por esto tiene que ser fenomenoloacutegico e histoacuterico (ademaacutes de dialeacutectico y hermeneacuteutico) el meacutetodo apropiado en la ontologiacutea del hombre y en la criacutetica de la razoacutenrdquo11

La ciencia de la historia y el pasado

En el caso de la ciencia de la historia Eduardo Nicol parte de la exigencia de las que le parecen ser las dos tareas previas de toda ciencia la de acotar el dominio de su jurisdiccioacuten y la de definir queacute es lo histoacuterico Pero la definicioacuten de lo histoacuterico en siacute le parece que no es tarea propia de la ciencia histoacuterica sino de la ontologiacutea pues el historiador no dispone de recursos para establecer las diferencias categoriales entre la forma de ser de lo histoacuterico y la forma de ser no histoacuterica de la naturaleza por ejemplo Es posible dice Nicol que si le preguntamos a un historiador queacute es lo histoacuterico se quede perplejo como los interlocutores de Soacutecrates La paradoja socraacute-tica es que la pregunta por el queacute no parece incumbencia de quienes

yo El filoacutesofo mexicano en cambio trata del no-yo del tuacute y del otro-yo como si fueran equivalentes y no explica nada al respecto por eso digo que se trata de una imprecisioacuten aun cuando se dijera que se trata de una rodeo dialeacutectico necesario o bien que soacutelo estaacute sirvieacutendose de ideas auxiliares tomadas de la tradicioacuten metafiacutesica histoacuterica Uno de los peligros advertido por Husserl por ejemplo en sus Meditaciones cartesianas

10 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 242-243 y 24811 Metafiacutesica de la expresioacuten p 129-130

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ponen en praacutectica su tarea es una pregunta filosoacutefica Pero lo cierto es que este saber que no se posee relativo al ser de una cosa o de una actividad cualquiera no puede darse por supuesto pues no hay ciencia verdadera que se base en meros supuestos lo que equivale a decir que no puede haber ciencia especial sin ciencia fundamental y lo que auacuten faltariacutea a la ciencia de la historia es hacerse cargo de la investigacioacuten de siacute misma como ciencia fundamental12

Es esta un cuestioacuten acerca de la cual Eduardo Nicol escribioacute tambieacuten en un artiacuteculo titulado ldquoLa presencia del pasadordquo A todos nos parece normal dice ocuparnos de la historia de la filosofiacutea los hechos de esa historia parecen evidentes y existe una abundancia fabulosa de obras dedicadas a esos asuntos pero lo que no nos preguntamos ni como filoacutesofos ni como historiadores es iquestqueacute necesidad tenemos de hacer historia Haciendo historia de la filosofiacutea por ejemplo recordamos su pasado y tratamos de revivirlo iquestpero puede revivir lo que estaacute bien muerto y ha sido enterrado por el tiempo Afirmamos que la discipli-na debe figurar en los planes de estudios la presencia del pasado la admitimos sin reservas pero tambieacuten sin averiguaciones relativas al coacutemo y al porqueacute Maacutes bien se diriacutea que lo que cabe averiguar es coacutemo es posible que lo pasado esteacute presente y por queacute este pasado se inser-ta en el quehacer actual de la historia De acuerdo con esto es que la historia y la verdadera filosofiacutea sistemaacutetica de la historia se encuentran reunidas en una correlacioacuten cuyo significado seriacutea el siguiente que la historia para llegar a ser ciencia fundamental posee tambieacuten una ne-cesidad intriacutenseca de desdoblarse y examinar su propia historia Esta dialeacutectica positiva como la llama Nicol es al mismo tiempo fenome-nologiacutea porque muestra coacutemo ninguacuten acto innovador cancela los an-teriores como pretenden algunos teoacutericos actuales de la historia que como diriacutea Rosalind E Krauss han venido divulgando ldquola originalidad de la vanguardia y otros mitos modernosrdquo y posmodernos13

No cabe duda de que el imperio conceptual de la ciencia histoacute-rica sobre su propio dominio ha sido precario e impreciso Y aunque

12 ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje p 327-337

13 Rosalind E Krauss La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos versioacuten de Adolfo Goacutemez Cedillo Madrid Alianza 1996

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ha habido grandes historiadores ellos son los maacutes discutidos pues en gran parte aquella informalidad perdura Hay aquiacute un cambio formidable en la relacioacuten de la historia con la ciencia que Nicol re-gistra y parece hablar de lo que hoy ocurre con la filosofiacutea de la historia que es el siguiente formados en la tradicioacuten realista cree-mos naturalmente que un pensamiento no puede ser verdadero y variable al mismo tiempo Se trata de esa arraigada nocioacuten de que la historia es corrosiva Pero la historia no es soacutelo cambio sino per-manencia ninguna cosa cambiariacutea si no durara ldquola actualidad no cancela el pasado lo retienerdquo14

En la Criacutetica de la razoacuten simboacutelica hay una larga explicacioacuten al respecto iquestQueacute es historia pregunta Nicol Si bien es cierto que la interrogacioacuten suele apuntar inicialmente a la realidad histoacuterica y soacutelo despueacutes a la ciencia de la historia no importa coacutemo se la defina ldquohis-toria es expresioacutenrdquo pues todas las notas que se le atribuyen confluyen en la expresioacuten o son ellas mismas modos expresivos Si se acepta que la historia es el desarrollo de la accioacuten humana cabe advertir que actuar es expresar y como desde antiguo se sabe que pensar es actuar la ciencia se nos presenta como ese modo especial de accioacuten que consiste en buscar la verdad En el caso particular que nos interesa se diriacutea entonces que la ciencia de la historia es expresioacuten y la expre-sioacuten es historia15 Los binomios que Nicol suele asociar en una sinuo-sa loacutegica del sentido lo llevan a desarrollar lo que eacutel llama el proble-ma de la verdad y de la historia por el camino de la conexioacuten entre expresividad e historicidad entre verdad y expresioacuten

Para Nicol es indudable que la verdad es expresioacuten en el senti-do de que se expresa quien la dice pero tambieacuten en el sentido seguacuten el cual la verdad como tal es expresiva y no soacutelo el modo de buscar-la y pronunciarla No soacutelo en la filosofiacutea tambieacuten en la historia pro-fesional se presenta el problema de coacutemo conciliar la aceptacioacuten de que el hombre expresa que toda expresioacuten es histoacuterica pero sobre todo que el quehacer cientiacutefico tampoco se sustrae a la totalidad expresiva de la vida Por eso la historicidad aparece como una

14 ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje p 332

15 Metafiacutesica de la expresioacuten p 43-44

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necesidad propia del relativismo maacutes que como el argumento para poner la verdad cientiacutefica a salvo no de la historia sino de la con-tingencia Las cuestiones de quieacuten expresa queacute expresa y coacutemo ex-presa si son solidarias entre siacute cuando se trata de la verdad tambieacuten nos permiten resolver entonces el problema de la llamada verdad histoacuterica quien expresa es el hombre lo expresado primariamente es el hombre mismo que ldquoda de siacuterdquo y la ciencia es uno sus posibles modos de expresioacuten

Por eso Nicol destaca la importancia del error cientiacutefico porque lo importante es que ldquoel ser queda expuesto lo mismo cuando atinamos que cuando nos equivocamosrdquo Incluso en la distincioacuten entre verdades de teoriacutea y verdades de hecho cabe observar la presencia de las mismas dos clases de errores de modo que Nicol nos permite escla-recer uno de los maacutes caros temores a la ciencia de la historia el de la subjetividad Es cierto que las verdades y los errores de hecho son maacutes apofaacutenticos o presentativos que las verdades y los errores de teoriacutea que son maacutes re-presentativos o poieacuteticos y que son eacutestos por tanto los maacutes debatibles pero lo importante es que en ellos el ser pensante queda maacutes expuesto que en la mera exposicioacuten de los he-chos por eso los hechos no se discuten se examinan y se corrigen cuando es necesario pero los errores de teoriacutea no se corrigen pro-piamente porque lo que cuenta es su expresividad Soacutelo asiacute se en-tiende por queacute tambieacuten en la ciencia de la historia ldquola teoriacutea es tesis en el sentido de hipoacutetesisrdquo16

Otro factor que tambieacuten suscita la criacutetica de Eduardo Nicol al historicismo es el de la relacioacuten del pensamiento con un determina-do situs espacio-temporal el factor situacional que indudablemente es un factor de historicidad diraacute Nicol El problema no radica en la evidente paradoja de que el relativismo histoacuterico funciona al mismo tiempo como un determinismo en la relacioacuten del pensamiento cien-tiacutefico con la situacioacuten histoacuterica sino en el hecho de que este plantea-miento tradicional de la cuestioacuten es ademaacutes unilateral Tanto el relativismo como el determinismo histoacutericos dejan impliacutecitamente a salvo del influjo situacional a las ciencias positivas como si en ellas de un modo excepcional debiera considerarse soacutelo la relacioacuten

16 Ibidem p 50

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del pensamiento con el objeto pero no soacutelo la situacioacuten penetra en el pensamiento tambieacuten el pensamiento penetra en la situacioacuten Por eso ldquola ciencia es un factor de historicidad de la situacioacutenrdquo es una con el mundo al que pertenece el sitio que ocupa no es el del polo opuesto al mundo De nuevo la conexioacuten que se establece es entre expresividad e historicidad porque la expresioacuten es una viacutea de acce-so al ser que es comuacuten y singular a la vez No es que la significacioacuten se mantenga a pesar de la expresividad sino que lo hace precisa-mente y uacutenicamente por ella Se completa asiacute uno de los perfiles descritos a propoacutesito del meacutetodo el de la hermeneacuteutica que ha de ser como se comprenderaacute con lo que llevamos dicho semaacutentica sintaacutectica e histoacuterica

La vocacioacuten humana

En un pasaje que da continuidad al problema de la verdad y la his-toria Eduardo Nicol expuso del modo siguiente coacutemo es que dicha cuestioacuten siempre dentro de los liacutemites de la unidad de la ciencia se vincula con la vocacioacuten humana El hombre afirma el filoacutesofo nece-sita la verdad no puede existir sin ella ldquoLa verdad es siempre lo busca-do por el hombrerdquo17 porque el anhelo de la verdad es el anhelo de ser-maacutes verdaderamente humano Pero como esta verdad no se da sino que se busca este camino de la buacutesqueda es el camino del saber y el camino de la vida El hombre se afana por captar al ser ajeno que como se dijo ya estaacute dado de una vez soacutelo que como es inagotable es menester buscarlo y rebuscarlo Y cuando esa re-buacutes-queda se hace de un modo metoacutedico recibe el nombre de investiga-cioacuten y su resultado el de verdad La verdad es tan vital en la ciencia como lo es en la existencia ordinaria primero porque el hombre nun-ca se completa a siacute mismo definitivamente pero tambieacuten porque el ser al que desea conocer siempre da maacutes de siacute Se comprende ahora por queacute la tarea cientiacutefica prosigue sin cesar por queacute la historia es buacutesque-da de la verdad y por queacute como se dijo antes la verdad es histoacuterica no situacional sino de verdad histoacuterica en un sentido radical

17 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 67

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La verdad es una apoacutefansis del ser lo manifiesta lo hace pre-sente o patente con la palabra pero tambieacuten es poacuteiesis es un obrar humano y como tal es de nuevo factor de historicidad Por eso en toda ciencia la verdad es posibilidad La discrepancia es posible porque ninguna verdad es completa y no es completa porque es posible Eduardo Nicol ilustra este ejemplo con la ldquoconcordancia de los discordantesrdquo de Heraacuteclito como muestra de civilizacioacuten La in-compatibilidad en cambio es barbarie La persecucioacuten del discre-pante no soacutelo es cosa antigua se ha producido tambieacuten entre filoacuteso-fos y esa normalidad de la hostilidad es la que representa la crisis de la dialeacutectica

En esta parte de su trabajo Nicol termina apuntando algunas interrogaciones en teacuterminos de sorpresa porque como sabemos bien mdashdicemdash ldquola sorpresa o el thauma estaacute en la geacutenesis de la filosofiacuteardquo De estas interrogantes voy a recordar soacutelo una

En tanto que el pensamiento es una poacuteiesis sus efectos recaen sobre el lugar y el tiempo en que la verdad aparece Lo cual revela otra ver-tiente de la historicidad todo pensamiento transforma al mundo sea erroacuteneo o verdadero Tal vez todas estas sorpresas no basten pero una vez mordido el fruto de la duda la voracidad es insaciable A miacute tam-bieacuten me parece insuficiente el repertorio de las dudas que he enume-rado A diferencia de quien se fortifica en lo que ya pensoacute la ventaja en este oficio de dudar es que la aventura no termina nunca18

ldquoEl hombre y la dudardquo fue precisamente el tema de una confe-rencia pronunciada por Nicol en mayo de 1969 La duda dijo enton-ces es la conciencia de la ignorancia propia por eso el filoacutesofo es vocacionalmente dubitativo y no dogmaacutetico filoacutesofo es el que bus-ca porque filosofar es preguntar Nicol se lanza en contra del ldquohom-bre segurordquo el arrogante que no soacutelo yerra sobre las cosas de afuera diga lo que diga ademaacutes yerra siempre sobre siacute mismo y ni siquie-ra lo sabe Este pobre infeliz es desdentildeoso del pasado y seguro del futuro ldquoacomodado en su deshumanizada superioridadrdquo es osten-toso de sus medios de su maacutequina de su ciencia de su dinero de

18 Metafiacutesica de la expresioacuten p 336-337

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sus nuacutemeros y en suma de su poder de accioacuten Tiene todo domi-nado o lo dominaraacute menos a siacute mismo pues eacutel mismo es como un nuevo hombre pero carente de originalidad pues ya ha sido reco-nocido y clasificado Es eacuteste el mismo ser encargado de suprimir las alternativas que son sustancia de la duda es el antidialeacutectico para quien todo ha de estar decidido de antemano y uniacutevocamente me-caacutenicamente con uniformidad y sin poesiacutea Nicol confiacutea en que el destino final de este hombre seguro seraacute el mismo de Fausto pero porque si el hombre seguro gana la partida ldquose acabaraacute realmente eso que hemos llamado hombre desde que hay poesiacutea y filosofiacuteardquo19

En su libro de La vocacioacuten humana Eduardo Nicol escribioacute varios antildeos antes unas liacuteneas que yo propongo leer del modo siguiente la palabra filosoacutefica es siempre provisional es buacutesqueda y no hallazgo porque la verdad misma es un intento prolongado y no un logro ha de seguir dicieacutendose y enmendaacutendose La dignidad del arte expre-sivo entonces le presta a la filosofiacutea una libertad que no tendriacutea en el estricto menester oscuro seco atribulado a veces y siempre labo-rioso de la buacutesqueda Por esto Platoacuten intercalaba raciocinios en sus mitos Y este lujo de la palabra platoacutenica que conocemos era signo de la humildad filosoacutefica El hombre trata de rebasar los liacutemites de su propia constitucioacuten espacial y temporal de su ser aquiacute y ahora con la fantasiacutea trata de rebasar los liacutemites de la relatividad con la fe y los liacutemites de la provisionalidad que es siempre el resultado de su empentildeo de saber lo mismo en ciencia que en filosofiacutea los rebasa el hombre con el absoluto de la poesiacutea Por esto el bien decir es como una liberacioacuten que aproxima lo precario de la verdad histoacuterica a lo seguro de la poesiacutea20

Ademaacutes el bien decir tiene un valor moral de ejemplaridad in-sospechado El bien decir es el buen decir es obra de bondad y no soacutelo de belleza Y no importa que no sepamos en filosofiacutea definir el bien ni encontrar el paradigma del bien absoluto y permanente La vida histoacuterica muda los arquetipos pero la historia misma es una tradicioacuten y su continuidad no se explicariacutea si algo no quedara firme

19 ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 4-12

20 La vocacioacuten humana Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1953

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29Eduardo Nicol (1907-1990)

en la mudanza y no se transmitiese de la eacutepoca pasada a la eacutepoca nueva que la hizo caducar No estudiemos la historia a medias y por fuera nos dice vieacutendola por fuera soacutelo advertimos las diversidades y esta visioacuten produce en el aacutenimo la congoja de la relatividad Vieacuten-dola por dentro y cabalmente advertiremos que a lo largo de todas las mutaciones de criterio en culturas y en eacutepocas distintas se va marcando una escala de valores de nivel humano que nos permite sentirnos en comunidad con lo remoto y con lo diferente

Las leyes modernas no son como las de Atenas pero todaviacutea hoy estamos del lado de Soacutecrates y no del lado de Anitos Si no estuvie-ran vinculados a una tradicioacuten y dependiendo de ella nuestros juicios actuales no nos permitiriacutean discernir en el pasado quieacuten fue un hombre de honor y quieacuten un miserable Es cierto que en el fondo dice Nicol el paciacutefico razonable que fue Soacutecrates es peligroso para los dogmaacuteticos intolerantes que se han ensentildeoreado en el mundo y tambieacuten por eso es un fracasado pero aunque los reflexivos sean pocos con ellos es suficiente para asegurarnos de que el espiacuteritu de la duda que encarna Soacutecrates auacuten no ha muerto del todo21

La tradicioacuten no es fundamentalmente sino esa escala de niveles vitales que no tiene el caraacutecter de un riacutegido modelo de accioacuten o de una jerarquiacutea arbitraria de valores pero siacute tiene la fuerza de una inspiracioacuten y es lo que mantiene vinculadas a las comunidades sin que lo adviertan a veces sus propios miembros La cohesioacuten de la historia es justamente aquello que permite rebasar el tiempo histoacuteri-co y mantener diaacutelogo con el pasado La memoria es la continuidad de la existencia personal lo que nos vincula a nuestros actos pasados buenos y malos pero la historia es la memoria comuacuten que nos per-tenece y de cuyo caudal seleccionamos las almas fraternas y repu-diamos a las hostiles De este modo en el presente dos almas pueden hermanarse cuando mantienen una misma fraternidad con el pasado

Podemos decir entonces que la misioacuten principal de la filosofiacutea de la historia es hoy en diacutea mantener la tradicioacuten Estos filoacutesofos tienen que ser preservadores y mantenedores de una tradicioacuten que enlace el pasado con el futuro asiacute sea a traveacutes del intervalo

21 ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 12

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30 historia y meacutetodo en el siglo xx

desolado del presente Y esto ha de hacerse a fuerza de palabras cuanto maacutes bellas maacutes perdurables Siquiera que ellas no se con-tagien de la barbarie utilitaria del falso saber de la ambicioacuten de dominio El arte de hablar o expresarse con palabras es oficio que se aprende Pero soacutelo pueden aprenderlo con provecho quienes tienen el don de ser iacutentegramente en la palabra Lo cual significa que esas formas de expresioacuten como la filosofiacutea estricta requieren vocacioacuten responden a llamadas de vida El sentido moral de esta llamada estriba en que el arte expresivo es un servicio para la co-munidad Expresarse es existir y expresarse es ser en otros entrar en comunicacioacuten y diaacutelogo con otros Pero el simple uso de la pa-labra no hace del hombre un ser generoso En el uso utilitario la expresioacuten no es maacutes que el egoiacutesmo natural del ser que atiende a sus necesidades y que existe para siacute aunque radica en la comuni-dad Por el contrario expresarse con arte por lo mismo que es algo innecesario y desinteresado entrantildea una forma de ser para ti una existencia literalmente servicial y generosa que se entrega por completo en la palabra

En unas pocas liacuteneas muy parecidas pero creo que sin duda mucho maacutes elocuentes Eduardo Nicol escribioacute lo siguiente en su proacutelogo a los Diaacutelogos sobre religioacuten natural de David Hume

Hablar es cosa tan tremenda que San Agustiacuten pediacutea misericordia para poder hacerlo No todo el que habla sin embargo necesita de la mise-ricordia ni hace una cosa tremenda Pues hay muchos modos de hablar y se habla de muchas cosas O si se quiere hablamos en verdad muy pocas veces muy pocas empentildeando a la verdad en lo que decimos La palabra no puede ser tremenda cuando soacutelo es un signo uacutetil para la vida cuando tiene una mera funcioacuten indicativa y no expresiva cuando se cambia como el signo monetario Entonces no hay en ella ni buscamos en ella pretensioacuten ni compromiso de verdad Tremendo es hablar empentildeando el alma entera en la palabra o hablando de algo entero cuando hay la entereza de la cosa y la entereza del que habla El hablar con verdad nos hace y esto es tremendo22

22 David Hume Diaacutelogos sobre religioacuten natural trad de Edmundo OrsquoGorman proacute-logo de Eduardo Nicol Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1942

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31Eduardo Nicol (1907-1990)

Conclusioacuten

Los filoacutesofos ―escribioacute Nicol― incurrimos con frecuencia en el desati-no de dar consejo a quien no lo pide Me disculpo por esta reincidencia si les sugiero que desconfiacuteen de aquellos pensadores (que pueden tener reconocido prestigio internacional) dedicados a una disciplina llama-da filosofiacutea de la ciencia y que no se percatan siquiera del problema de la historicidad [hellip] Desconfiacuteen igualmente de aquellos que andan por ahiacute haciendo filosofiacutea de la historia (muy distinguidos tambieacuten y cuyas obras traducidas suelen tener gran aceptacioacuten) y que tampoco se per-catan de que esta disciplina suya envuelve el problema de la ciencia en general del fundamento de toda ciencia posible Porque no soacutelo no es legiacutetimo cultivar la ciencia histoacuterica sin establecer formalmente y de manera previa el estatuto ontoloacutegico de la realidad histoacuterica es auacuten maacutes ilegiacutetimo ldquohacer filosofiacutea de la historia con la creencia impliacutecita de que esta disciplina no estaacute encuadrada en el dominio de la ciencia principal la ciencia de la ciencia iquestQueacute es eso de hacer filosofiacutea de la historia sin haber planteado siquiera el problema de la historicidad de la propia filosofiacutea Y esto significa el problema de la posibilidad de un conocimiento verdadero en cualquier dominio cientiacuteficordquo23

Como a veces ocurre cuando nos encontramos con apreciaciones tan certeras acerca del modo de proceder de algunos historiadores y filoacutesofos ignoramos los nombres de aquellos en quienes pensaba Nicol cuando escribioacute este pasaje pero no importa averiguarlos por-que sin duda en sus palabras encontramos la imagen clara de algu-nos otros a quienes conocemos hoy Maacutes allaacute de esto cabe retener la relacioacuten entre el estatuto ontoloacutegico de la realidad histoacuterica y la per-tenencia de la filosofiacutea de la historia a la ciencia de la ciencia A este respecto aclaroacute coacutemo es que la omisioacuten de un problema no anula su vigencia El problema de la historia es actual y estaacute relacionado con las cuestiones principales de la filosofiacutea aunque su actualidad filo-soacutefica soacutelo por accidente coincide con las actualidades caracterizadas por las soluciones preferidas maacutes que por las interrogaciones

Tal vez dice Nicol la escasa atencioacuten que hoy se dedica a esas cuestiones de principio explicariacutea la correspondiente escasez de

23 Metafiacutesica de la expresioacuten p 332

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32 historia y meacutetodo en el siglo xx

investigaciones radicales sobre lo histoacuterico y antildeadioacute ldquoAlgunos filoacuteso-fos prescinden del problema como si la historicidad no afectara a su propio pensamiento Otros asignan a la historia un lugar prominente porque juzgan que dejoacute de ser problema En estas condiciones resul-tariacutea revolucionario el soacutelo intento de presentar la historia como pro-blema ontoloacutegico No importa si por esto mismo la operacioacuten pare-ce quedar al margen de las actualidadesrdquo24 Esto nos permite recordar una afirmacioacuten que con frecuencia escuchamos o leemos sin reflexioacuten alguna y seguacuten la cual el hombre es un ser histoacuterico lo que significa no soacutelo que hace la historia sino que se hace a siacute mismo histoacutericamen-te En una modalidad formal de la constitucioacuten de una ontologiacutea de la historia lo que Nicol afirma es que no tenemos el hombre y la historia como dos realidades que puedan considerarse en su raiacutez separada-mente ldquoLa historia es historia del ser humanordquo Por eso reconocemos de nuevo la razoacuten por la cual en un sentido riguroso el meacutetodo de la investigacioacuten ontoloacutegica debe ser el meacutetodo de la correlacioacuten entre un anaacutelisis histoacuterico y un anaacutelisis fenomenoloacutegico25

Si alguien se pregunta entonces en queacute consiste el meacutetodo feno-menoloacutegico para Eduardo Nicol y coacutemo llevarlo a su aplicacioacuten en la ciencia de la historia yo diriacutea que en hacer esto precisamente Eacutel habla desde luego del filoacutesofo pero yo no le pediriacutea menos al his-toriador Es cierto mientras la comunidad estaacute vuelta de espaldas ocupada en minuacutesculos asuntos de gran importancia como lo son el progreso y el provecho el filoacutesofo de la historia tiene la misioacuten de ser la conciencia de la comunidad Para Nicol ser desdentildeoso es una afectacioacuten y es una traicioacuten ser mero espectador Es un actor por el contrario un hombre de veras en un mundo de veras que ha de estar en un diaacutelogo permanente viviendo en la escena del mundo Su tragedia es que la escena permanezca desierta y que su palabra se convierta en un monoacutelogo Su tragedia es tener siempre maacutes ca-pacidad de vida que la vida efectiva tener capacidad de querer maacutes cosas de las que se ponen al alcance del amor La respuesta que eacutel espera y no recibe es la enmienda de esas corrupciones e insensateces y agresividades de un mundo sin honor o en el que el deshonor

24 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 10325 Ibidem p 106-112

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33Eduardo Nicol (1907-1990)

nunca se toma en cuenta si se envuelve de riqueza o poderiacuteo No puede ser espectador cuando la piedad se prostituye convirtieacutendose en defensa que ya fuera innecesaria del fuerte contra el deacutebil cuan-do el amor pasa a ser tema de historia o de psicoterapia cuando la esperanza de bien se considera inconciencia del iluso cuando todo semejante se juzga un competidor y por ello un adversario potencial cuando tantas naciones son gobernadas por la triste y vanidosa me-diocridad o por la infamia cuando no hay fuerza verdadera de pa-siones grandes ni delicadeza Para el verdadero filoacutesofo buscar el bien de cada lado casi siempre es recibir lo peor de cada lado porque ha de sentir como propios todos los infortunios ajenos

Por esto la misioacuten uacuteltima de la filosofiacutea consiste en revelar su propia insuficiencia No hay nada peor que la suficiencia nada tan engantildeoso como la simple razoacuten pues no siendo ella jamaacutes tan pura tan cristalina y esterilizada como pretenden algunos desinformados confundimos muchas veces las grandes verdades con nuestros an-tojos especulativos La filosofiacutea acadeacutemica que elabora sistemas como castillos en el aire olvida la sumisioacuten que debemos a las cosas y nuestra propia naturaleza finita y decaiacuteda y promulga sus ver-dades con voz de autoridad tanto maacutes resonante cuanto maacutes adul-teradas de error y fantasiacutea Por queacute se filosofa ha de ser maacutes impor-tante que la filosofiacutea que hagamos lo que haya detraacutes de ella ha de valer maacutes que ella misma Los sistemas han de ser bien cons-truidos como las casas que hacer bien las cosas es parte de la mo-ral del trabajo pero el mero constructor de sistemas no es un sabio y no se puede ser sabio sin ser hombre de bien ni hombre de bien cuando el mal se contempla como si fuera un espectaacuteculo El filoacute-sofo es un hombre como todos los demaacutes no estaacute por encima del bien y del mal porque no estaacute por encima de la vida Estaacute como todos en el centro mismo de la brega y si por algo han de distin-guirlo en ella los demaacutes ha de ser por la manera de bregar sin enga-ntildear a nadie porque no puede engantildearse a siacute mismo26 Yo creo que el meacutetodo fenomenoloacutegico de Eduardo Nicol hasta donde puedo llegar ahora es esto que tiene para ofrecer a la ciencia de la historia un punto de partida verdadero

26 La vocacioacuten humana p 19

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34 historia y meacutetodo en el siglo xx

bIblIograFiacutea

abellaacuten Joseacute Luis El exilio filosoacutefico en Ameacuterica Los transterrados de 1939 Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998

Eduardo Nicol La filosofiacutea como razoacuten simboacutelica nuacutemero monograacute-fico de la revista Anthropos 1998 extra nuacutemero 3

Eduard Nicol semblanza drsquoun filosof edicioacuten a cargo de Aacutengel Castintildeeira Barcelona Acta 1991

gonzaacutelez Juliana La metafiacutesica dialeacutectica de Eduardo Nicol Meacutexico Univer-sidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1981

HorneFFer Ricardo Eduardo Nicol Semblanza Zapopan (Jalisco)Barce-lona El Colegio de JaliscoGeacuteneralitat de Catalunya 2000

HuMe David Diaacutelogos sobre religioacuten natural traduccioacuten de Edmundo OrsquoGorman proacutelogo de Eduardo Nicol Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1942 xlvII+170 p

Husserl Edmund Ideas relativas a una fenomenologiacutea pura y una filosofiacutea fe-nomenoloacutegica Libro primero Introduccioacuten general a la fenomenologiacutea pura nueva edicioacuten y refundicioacuten integral de la traduccioacuten de Joseacute Gaos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones FilosoacuteficasFondo de Cultura Econoacutemica 2013 808 p (Coleccioacuten Filosofiacutea Contemporaacutenea)

Krauss Rosalind E La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos versioacuten de Adolfo Goacutemez Cedillo Madrid Alianza 1996 320 p (Alianza Forma 135)

nIcol Eduardo Criacutetica de la razoacuten simboacutelica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1982 280 p (Seccioacuten de Obras de Filosofiacutea)

ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 4-12

Historicismo y existencialismo La temporalidad del ser y la razoacuten Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1950 373 p

Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 427 p

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35Eduardo Nicol (1907-1990)

ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 p 327-337

La vocacioacuten humana Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1953 352 p

Metafiacutesica de la expresioacuten 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Eco-noacutemica 1974 285 p (Seccioacuten de Obras de Filosofiacutea)

soKolowsKI Robert Introduccioacuten a la fenomenologiacutea trad de Esteban Mariacuten Aacutevila Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2012 300 p (Coleccioacuten Filoso-fiacutea Serie Fenomenologiacutea 13)

zIrIoacuten QuIjano Antonio Historia de la fenomenologiacutea en Meacutexico Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2003 479 p (Coleccioacuten Filosofiacutea Serie Feno-menologiacutea 1)

La fenomenologiacutea en Meacutexico Historia y antologiacutea estudio introduc-torio y seleccioacuten de textos Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y LetrasUniversidad Michoacana de San Nicolaacutes de HidalgoRed Utopiacutea Jitanjaacutefora 2009 551 p

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La hermeneacuteutica en la teoriacutea de la historia de Edmundo OrsquoGorman

(1906-1995)PIlar gIlardI gonzaacutelez

Universidad Nacional Autoacutenoma de MeacutexicoInstituto de Investigaciones Histoacutericas

La tarea de Edmundo OrsquoGorman y el caraacutecter metoacutedico de la hermeneacuteutica

De la preocupacioacuten fundamental por el caraacutecter vivo de la historia se desprenderaacute en Edmundo OrsquoGorman el anaacutelisis sobre los presu-puestos metodoloacutegicos de la ciencia que la estudia En efecto el historiador sabe de acuerdo con las ensentildeanzas recibidas de su maestro Joseacute Gaos conocedor de la fenomenologiacutea y el existencia-lismo que la manera de concebir el conocimiento se funda en una determinada forma de comprender el objeto o la realidad en cues-tioacuten En su texto de 1947 Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica en el cual me apoyo para este artiacuteculo agradece a su maestro las lecciones transmitidas y reconoce la gran influencia recibida de la filosofiacutea de Martin Heidegger

En las primeras liacuteneas de este libro fundamental para la teoriacutea de la historia ogormaniana sentildeala su propoacutesito ldquoExaminar en queacute consiste el conocimiento historiograacutefico en cuanto tal conocimiento y llegar asiacute a una determinacioacuten de sus supuestos [hellip] Se trata de una revisioacuten de la historia de la historiografiacutea y de un anaacutelisis criacuteti-co de su meacutetodordquo1 En este sentido el historiador no pretende llevar a cabo una buacutesqueda erudita que antildeada maacutes informacioacuten a la ya muy probablemente extensa investigacioacuten sobre determinado tema histoacuterico lo que le incumbe es mostrar que ldquo[hellip] la verdad no pue-de limitarse a simplemente corregir tal o cual interpretacioacuten de sus mayores heredada sino que se trata de aventurarse a expresar por cuenta propia una que puedan llamar suya y que por propia sea

1 Edmundo OrsquoGorman Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2006 p x

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38 historia y meacutetodo en el siglo xx

verdaderamente una interpretacioacuten referencia a su modo maacutes per-sonal de vida descubrimiento significativordquo2

OrsquoGorman no tiene pues como objetivo buscar posibles ldquoerroresrdquo en la historia que hemos recibido ya que de entrada la nocioacuten de ldquoerrorrdquo en la historia tiene un significado enteramente distinto al que posee en las ciencias naturales En efecto afirma el historiador

La Historia si se la ve en abstracto no puede menos de parecer como una larguiacutesima cadena de errores lo que viene a decir que en histo-ria la nocioacuten de error como la entienden las ciencias fiacutesicas no tiene validez a no ser que se decrete que toda la Historia es ella un error notorio disparate grandiacutesimo [hellip] No se trata pues de algo ldquosus-ceptible de correccioacutenrdquo sino de algo que aceptado en cuanto lo que es debe comprenderse con referencia a nosotros mismos es decir significativamente3

La tarea de nuestro autor consistiraacute en desfundar la interpretacioacuten llevada a cabo por el conocimiento historiograacutefico tradicional y asiacute exhibir sus bases y presupuestos Al hacerlo se pondraacute de manifies-to que la concepcioacuten del pasado que alliacute se representa escinde la historia de la vida De tal forma nos dice OrsquoGorman ldquo[hellip] en lugar de adicionar o rectificar la vieja nocioacuten hay que empezar por des-fundarla exhibiendo sus bases y presupuestos y por consiguiente que la tarea verdadera consiste ante todo en examinar los oriacutegenes los prejuicios y los procesos de las verdades recibidas En una pala-bra hacer cuestioacuten expresa de la historia de la historiardquo4

Porque a decir del historiador mexicano ldquola indistincioacuten termi-noloacutegica es semillero de monstruosrdquo5 conviene aclarar desde un inicio el origen de los conceptos utilizados El sentido del teacutermino desfundar con el que liacuteneas maacutes arriba OrsquoGorman califica la tarea que se propone llevar a cabo no debe pasar inadvertido ya que expresa el caraacutecter propio de la hermeneacuteutica tal y como es comprendida por Heidegger y recibida por OrsquoGorman En efecto para el filoacutesofo alemaacuten

2 Ibidem p 83 Ibidem p 94 Idem Las cursivas son miacuteas5 Ibidem p 18

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39la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

la hermeneacuteutica ya no es concebida como doctrina del arte de inter-pretacioacuten de textos o como mera teoriacutea de la interpretacioacuten La her-meneacuteutica tal y como es concebida por Heidegger va maacutes allaacute de la distincioacuten claacutesica entre el meacutetodo de las ciencias naturales y el meacute-todo de la comprensioacuten de las ciencias histoacutericas establecido por Dilthey y se desmarca del concepto claacutesico de hermeneacuteutica como ars interpretandi es decir como teacutecnica de interpretacioacuten de textos claacutesicos juriacutedicos y teoloacutegicos y como ldquoteoriacutea del comprenderrdquo6 Heidegger asigna a eacutesta un nuevo valor filosoacutefico por el que el com-prender (y no el entender teoacuterico-cognoscitivo) ya no es una simple operacioacuten cognoscitiva sino una modalidad de existencia por la que la vida humana articula su mundo y su historia7

En este sentido congruente con la radicalizacioacuten de los concep-tos filosoacuteficos que llevaraacute a cabo en su quehacer filosoacutefico la herme-neacuteutica deberaacute comprenderse como el modo de acceso a la vida faacutectica e histoacuterica aacutembito desde el cual la filosofiacutea si pretende ser ciencia de lo originario debe partir8

Para Heidegger la hermeneacuteutica como meacutetodo debe lograr apre-hender este aacutembito originario libre de los encubrimientos que ine-vitablemente recibimos de la tradicioacuten En este sentido se trata de sacar a la luz la historia de los encubrimientos heredados9 Este sen-tido de la hermeneacuteutica seraacute fundamental para Edmundo OrsquoGorman Cotidianamente estamos a tal grado inmersos y absorbidos por las cosas que nos rodean y por el conocimiento que recibimos de la tra-dicioacuten que no advertimos coacutemo y desde doacutende nos es dado aquello que nos es dado

Es precisamente aquiacute donde interviene la hermeneacuteutica como movi-miento de descubrimiento de des-velamiento des-enmascaramiento

6 Jesuacutes Adriaacuten Escudero El lenguaje de Heidegger Diccionario filosoacutefico 1912-1927 Barcelona Herder 2009 p 108

7 Cfr ibidem8 ldquoEl teacutermino hermeneacuteutica pretende indicar el modo unitario de abordar plantear

acceder a ella cuestionar y explicar la facticidadrdquo Cfr Martin Heidegger Ontologiacutea Hermeneacuteutica de la facticidad trad de Jaime Aspiunza Madrid Alianza 1999 p 27 En adelante ohf

9 Ibidem p 99

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40 historia y meacutetodo en el siglo xx

[] En efecto la invocacioacuten a las cosas mismas (propia de la fenome-nologiacutea) supone que no las vemos en siacute mismas sino encubiertas en un campo que las distorsiona y desfigura (como por ejemplo el de una tradicioacuten que nos ensentildea queacute cosas vemos y coacutemo tenemos que verlas) [hellip] El lema ldquoa las cosas mismasrdquo significa eliminar los presupuestos de iacutendole filosoacutefica cientiacutefica o histoacuterica que recubren la experiencia inmediata de la vida10

Este propoacutesito soacutelo puede lograrse a partir de un desmontaje (Abbau) o destruccioacuten (Destruktion) de la tradicioacuten11 Sin embargo hay que afirmar que

La destruccioacuten no tiene el sentido negativo de un deshacerse de la tradicioacuten ontoloacutegica Por el contrario lo que busca es circunscribirla en lo positivo de sus posibilidades lo que implica siempre acotarla en sus liacutemites es decir en los liacutemites faacutecticamente dados en el respectivo cuestionamiento y en la delimitacioacuten del posible campo de investi-gacioacuten bosquejado desde aqueacutel12

Lejos de pretender sepultar el pasado en la nada la destruccioacuten debe hacer patentes los presupuestos encubiertos eacutesta es su funcioacuten positiva la negativa la que hemos comprendido como desmontaje es soacutelo impliacutecita e indirecta13 La hermeneacuteutica asiacute concebida es eminentemente deconstructiva y criacutetica14 Soacutelo puede llevarse a cabo

10 Cfr Jesuacutes Adriaacuten Escudero Heidegger y la genealogiacutea de la pregunta por el ser Bar-celona Herder 2010 p 476-477

11 ldquoHeidegger plantea la necesidad de un desmontaje de una destruccioacuten de los conceptos heredados acriacuteticamente por la tradicioacuten [hellip] Al reconocer que en la inter-pretacioacuten puacuteblica en que nos movemos existen elementos que pueden ocultar desfigu-rar encubrir velar deformar enmascarar nivelar o desvirtuar nuestra comprensioacuten inmediata de la situacioacuten hermeneacuteutica se impone un momento de desmontaje (Abbau) de la orientacioacuten previa Aquiacute es donde la hermeneacuteutica interviene en calidad de contra-movimiento que des-cubre des-vela des-oculta las diferentes maacutescaras de la publicidad como fuerza capaz de neutralizar de suspender la validez de la autoridad anoacutenima de la tradicioacutenrdquo Escudero El lenguaje de Heideggerhellip p 35-36

12 Martin Heidegger Ser y tiempo trad de Jorge Eduardo Rivera Santiago de Chile Editorial Universitaria 2002 p 64 En adelante st

13 Cfr ibidem14 ohf p 135

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41la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

como criacutetica histoacuterica radical15 En este sentido la destruccioacuten supo-ne una revisioacuten profundamente histoacuterica anclada en la propia his-toricidad del hombre

Como meacutetodo la hermeneacuteutica no tiene caraacutecter meramente instrumental o teacutecnico16 No es algo que se impone al objeto en cues-tioacuten sino que por el contrario siendo fieles al principio fenomeno-loacutegico de ldquovolver a las cosas mismasrdquo hay que afirmar que es del tipo de objeto y de su correspondiente modo de acceso de donde debe extraerse el sentido del rigor de la ciencia17 Por eso reflexionar sobre el meacutetodo no significa definir teacutecnicas de investigacioacuten histo-riograacutefica El meacutetodo no debe entenderse como herramienta sino como el modo de acceso que permite la comprensioacuten de la realidad histoacuterica que somos en cada caso nosotros mismos

Ahora bien la puesta en marcha del meacutetodo hermeneacuteutico im-plicaraacute para OrsquoGorman poner al descubierto los presupuestos desde los que se ha construido el conocimiento cientiacutefico y por extensioacuten la idea de ciencia histoacuterica

Es bien conocido que la transformacioacuten de la historiografiacutea en ciencia formal comienza con la Alemania moderna El pensamiento moderno se distingue desde sus inicios por la buacutesqueda de objeti-vidad eacutesta constituye el garante de la imparcialidad que de acuerdo con las ciencias exactas pertenece a la verdad18

Las ciencias naturales proceden a partir de la objetivacioacuten de su asunto Objetivar significa hacer presente representar En latiacuten el

15 Cfr ohf p 135-13616 En efecto para Heidegger ldquoEl meacutetodo no es ninguacuten procedimiento externo sino

que se halla en estrecha relacioacuten con su objeto [hellip] El meacutetodo filosoacutefico no es pues nin-guacuten medio teacutecnico o herramienta sino soacutelo posible al incluir al lsquoobjetorsquo por investigar En sentido estricto el meacutetodo es determinado por el lsquoobjetorsquo Por eso es importante advertir que si es el objeto el que dicta o sentildeala el meacutetodo y de eacuteste es propio el caraacutecter de mundo esto es la significatividad entonces eacuteste es eminentemente hermeneacuteuticordquo Aacutengel Xolocotzi Fenomenologiacutea de la vida faacutectica Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2004 p 51

17 Ibidem p 9618 Cfr Pilar Gilardi ldquoEl problema de la verdad histoacuterica una lectura desde la feno-

menologiacutea hermeneacuteuticardquo Estudios de Historia Moderna y Contemporaacutenea de Meacutexico Ins-tituto de Investigaciones Histoacutericas Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico n 46 julio-diciembre 2013 p 121-140

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42 historia y meacutetodo en el siglo xx

verbo repraesentatio- representare proviene del teacutermino praesens que significa hacer presente presentar o poner delante19 A traveacutes del comportamiento cientiacutefico las cosas adquieren el caraacutecter de objeto es decir de aquello que estaacute-ahiacute enfrente y este en-frente es el que permite o mejor dicho del que brota la posibilidad de hacer del ente en cuestioacuten un tema una teoriacutea Desde eacutesta se ofrece un aspecto del ente y eacuteste toma el lugar de la investigacioacuten En la captacioacuten teoacuterica lo pensado tiene el modo de ser de la presencia El acto mismo de pensar consiste en traer a la presencia lo pensado

La pregunta cientiacutefica estaacute orientada por el ente considerado en su objetividad La aspiracioacuten de la ciencia por conocer las cosas en siacute mismas en su esencia significa conocer lo que en eacutestas se repite lo que las hace ser lo que son pero este ldquolo que las hace ser lo que sonrdquo es en-tendido como universal De esta manera la ciencia es capaz de cap-turar de trazar un sentido universal abstracto bajo el supuesto de que todo puede reducirse a un uacutenico principio La totalidad de lo ente asiacute entendida deja de lado la singularidad y por ende la diferencia

Si la historiografiacutea pretende llamarse a siacute misma ciencia deberaacute entonces cumplir con estos requisitos Deberaacute ajustarse al modo de proceder de las ciencias naturales cuyo modelo es la ciencia mate-maacutetica que poco o nada tiene que ver con la realidad histoacuterica En efecto eso que denominamos asiacute sin maacutes preaacutembulo historia no tiene el caraacutecter de lo que estaacute simplemente ahiacute presente La historia como categoriacutea de la existencia tiene caraacutecter de acontecimiento es aquello que nos acontece y que nos constituye no es algo que pueda aprehenderse por medio de abstracciones y no tiene que ver tanto con lo universal sino con lo singular y concreto En este sentido la verdad histoacuterica no puede resolverse en abstracciones sino en el aacutembito de lo particular y determinado

Y sin embargo ajustaacutendose al modelo cientiacutefico la historiografiacutea ha considerado al pasado como un ente maacutes entre los entes Ha olvi-dado que el pasado es un modo del tiempo y eacuteste en definitiva no es un ente20 Al considerar el pasado como un ente lo ha objetivado

19 Aacutengel Xolocotzi Subjetividad radical y comprensioacuten afectiva Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2007 p 155

20 st p 123

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43la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

y ha conseguido hacer de eacutel una especie de foacutesil o relicario ajeno a la vida Procediendo de tal modo lograraacute la objetividad y la im-parcialidad buscada a costa de la naturaleza de su propio objeto de estudio En este sentido afirma OrsquoGorman ldquo[hellip] para la histo-riografiacutea lo esencial seriacutea que no fuese posible comprobar parcia-lidad alguna aunque de hecho no dejara de estar presente Par-cialidad incomprobable tal en efecto era la foacutermula maacutegica en cuya virtud la historiografiacutea podriacutea en lo sucesivo hablarse hasta de tuacute con las matemaacuteticasrdquo21

El historiador mexicano encuentra en Ranke la personificacioacuten de esta postura que aniquila la vitalidad de la historia En uno de los paacuterrafos maacutes conocidos de su libro nos dice

Ranke estaacute firmemente persuadido de que la historia es lo pasado lo que ya pasoacute y que en consecuencia lo presente le es constitutivamen-te ajeno [hellip] El postulado sobre el que se levanta la historiografiacutea tra-dicional es el siguiente entre el presente y el pasado entre vida e historia surge un golfo impasable que hace pedazos la unidad de la vida entre nosotros y nuestra historia22

El feacuterreo propoacutesito de hacer de la historia una ciencia y la inter-pretacioacuten inherente a eacutesta de comprender la verdad en teacuterminos de objetividad e imparcialidad olvida la pregunta esencial sobre el ser de la realidad histoacuterica En efecto la historiografiacutea tradicional se caracteriza por la ausencia de la preocupacioacuten por comprender el ser de la realidad que estudia En la medida en que considera el pasado como una cosa visible y tangible que comparte el mismo modo de ser de los entes naturales cree lograr la neutralidad y la imparcialidad propias de todo saber cientiacutefico que se jacte de serlo Asiacute lo funda-mental para la ciencia histoacuterica seraacute como lo sentildealoacute Ranke dar cuen-ta de los hechos tal y como eacutestos ocurrieron de manera imparcial y desinteresada

El pasado humano se convierte asiacute en un ser objetivo corporal en algo visible y tangible en una cosa ldquoque quedardquo Ranke cosifica a la historia Pero iquestqueacute profundo motivo se esconde detraacutes de semejante

21 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 5122 Ibidem p 55-56

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44 historia y meacutetodo en el siglo xx

postulado iquestNo seraacute que obedece a que el hombre se ha interpretado a siacute mismo en teacuterminos de substancia y naturaleza23

El caraacutecter interpretativo del conocimiento

No obstante advierte el historiador hay en la historiografiacutea natu-ralista una gran ingenuidad ya que al olvidar la pregunta esencial sobre el modo de ser de su objeto de estudio no se percata de que la realidad histoacuterica somos nosotros mismos nosotros que en la me-dida en que somos en el mundo y no frente a eacutel tenemos la forma de ser de la comprensioacuten (Verstehen) y la interpretacioacuten (Auslegung) Esto uacuteltimo significa que todo lo que nos es dado a traveacutes de los distintos comportamientos que nos determinan estaacute atravesado por estas formas estructurales de proceder De tal forma la ciencia o comportamiento teoacuterico no escapa a este modo de ser eminentemen-te interpretativo OrsquoGorman siguiendo a Heidegger lo explica asiacute

Conviene averiguar sin embargo de queacute modo se origina la ciencia para ver si la historiografiacutea verdaderamente queda comprendida den-tro de la descripcioacuten general de ese fenoacutemeno Aprovechemos aquiacute las ensentildeanzas de Heidegger acerca de esta cuestioacuten Ensentildea el maestro que por ldquopreocupacioacutenrdquo hemos de entender el existir del hombre en-tregado al mundo que lo circunda Tal preocupacioacuten que es un ldquoexis-tir enrdquo y que las maacutes de las veces toma la forma de un haacutebito se con-creta en muacuteltiples operaciones cuya praacutectica supone una manipulacioacuten instrumental pues que el correlato de la preocupacioacuten es considerar-lo todo desde el punto de vista de su ldquoutilidad posiblerdquo Ahora bien advierte Heidegger que hay una preocupacioacuten especial que no se refie-re a un objeto praacutectico Es la preocupacioacuten sabia o sea la preocupacioacuten especulativa de iacutendole teoreacutetica origen de la ciencia24

En efecto el modo de ser que seguacuten Heidegger determina el ser del hombre es el cuidado (Sorge)25 o la preocupacioacuten (Besorgnis)

23 Ibidem p 56-5724 Ibidem p 133-13425 ldquoEl cuidado es una de las estructuras ontoloacutegicas fundamentales del Dasein Sor-

ge tiene en alemaacuten diferentes acepciones lsquocuidadorsquo lsquopreocupacioacutenrsquo lsquoinquietudrsquo lsquosolici-

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Con estos teacuterminos el filoacutesofo alemaacuten pretende poner de manifies-to que el ser del hombre antes de poder ser definido en teacuterminos de conciencia o reflexioacuten debe entenderse en teacuterminos praacutecticos26 De tal forma la ciencia como comportamiento teoacuterico es expresioacuten de eacuteste su modo de ser

El cuidado o la preocupacioacuten se expresan a traveacutes del trato esto es en el habeacuternoslas con las cosas que forman parte del mundo en el que estamos Este mundo debe entenderse como contexto esto es como esa red o plexo significativo en el que todas las cosas remiten a otras que no son ellas mismas De tal forma es posible afirmar que el caraacutecter significativo de todo lo que nos rodea proviene del caraacutecter referencial que constituye y determina a los entes

Los entes y los hechos que configuran la vida cotidiana nunca nos son dados como meras cosas en un estado neutral si asiacute suce-diera nos resultariacutean inaccesibles Todo lo que nos rodea las cosas las situaciones en las que nos encontramos los hechos que narramos refieren a otra cosa a otra situacioacuten a otro hecho que en uacuteltima instancia apunta al hombre Asiacute por ejemplo la mesa comparece como aquello para comer y para escribir la universidad la casa o el

tudrsquo Dado el componente praacutectico y dinaacutemico que Heidegger atribuye a la Sorge la mejor solucioacuten para traducir Sorge es lsquocuidadorsquo en lugar del arcaiacutesmo lsquocurarsquo Este ingre-diente de actividad y movilidad inherente a la vida faacutectica queda muy bien reflejado en el verbo sorgen lsquocuidarrsquo lsquotener cuidadorsquo o lsquohabeacuterselas conrsquo ldquo Escudero El lenguaje de Heideggerhellip p 156

26 La praxis constituye para Heidegger no soacutelo un modo de conocimiento sino un modo de ser Respecto de la apropiacioacuten y la radicalizacioacuten de la nocioacuten de praxis en Heidegger la extraordinaria interpretacioacuten de Franco Volpi resulta ya una referencia obligada ldquoEn ce qui concerne le concept selon moi central de praxis Heidegger croit pouvoir saisir chez Aristote comme on lrsquoa vu un double emploi du concept un emploi ontique dans lequel le terme indique les praxeis particuliegraveres et drsquoapregraves lequel les praxeis se trouvent certes distingueacutees mais au mecircme niveau que les poieseis et les theoriai par-ticuliegraveres crsquoest lrsquoemploi par exemple du deacutebut de Lrsquoeacutethique agrave Nicomaque et un emploi philosophique ontologique dans lequel praxis nrsquoindique pas drsquoactions particuliegraveres mais une modaliteacute drsquoecirctrerdquo Franco Volpi ldquoDasein comme praxis lrsquoassimilation et la ra-dicalisation heideggerienne de la philosophie pratique drsquoAristoterdquo en Franco Volpi (ed) Heidegger et lrsquoideacutee de la pheacutenomeacutenologie Dordrecht (Holanda) Kluwer Academic Publi-shers 1988 p 23 Veacuteanse ademaacutes del mismo autor Heidegger y Aristoacuteteles Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2012 y ldquoLa trasformazione della fenomenologia da Husserl a Heideggerrdquo Theoria n 4 1984 Tambieacuten de Carmen Segura Peraita Hermeneacuteutica de la vida humana en torno al informe Natorp de M Heidegger Madrid Trotta 2002

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46 historia y meacutetodo en el siglo xx

cine como lugares de aprendizaje de descanso o de recreo Una situacioacuten o un hecho determinado como puede ser una inundacioacuten una guerra o un acuerdo de paz aunque todaviacutea no reciban el tiacutetu-lo con el que la ciencia histoacuterica los haraacute pasar a la posteridad estaacuten ya dotados de una significacioacuten que no es fruto de una construccioacuten a posteriori Lo que con esta uacuteltima afirmacioacuten se quiere poner de manifiesto es que el caraacutecter comprensivo e interpretativo que determina nuestro ser en el mundo es a priori esto es estructural

Historiografiacutea auteacutentica temporalidad e historicidad

Precisamente porque la interpretacioacuten es un rasgo estructural de la vida la hermeneacuteutica se reconoce como el meacutetodo capaz de articu-lar en conceptos la facticidad y la historicidad que determinan el modo de ser del hombre Ahora bien el reconocimiento de la histo-ricidad del hombre situacutea en definitiva la plataforma desde la cual deberaacute llevarse a cabo la denominada por OrsquoGorman historiografiacutea auteacutentica Eacutesta a diferencia de la historiografiacutea naturalista debe co-menzar por determinar con precisioacuten la naturaleza de su objeto Debe recordar que nuestra existencia es histoacuterica que somos historia De tal forma el historiador no vacila en afirmar que ldquoLa historiografiacutea auteacutentica es un recordar ontoloacutegicordquo27

La historicidad es expresioacuten del caraacutecter eminentemente tempo-ral del hombre En sentido estricto hay que afirmar que el hombre no estaacute en el tiempo sino que es tiempo28 El tiempo del hombre es justamente tiempo histoacuterico No estaacute aquiacute en juego la discusioacuten sobre el tiempo de la naturaleza ni que es un hecho del que no se puede dudar sin caer en el absurdo que una vez que hayamos desaparecido de este mundo el tiempo seguiraacute su curso Al afirmar que la tempora-lidad es constitutiva del hombre y que la historicidad es su expresioacuten maacutes iacutentima a lo que Heidegger apunta es a la radical finitud y con-tingencia que atraviesa el ser del hombre rasgo que por cierto no

27 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 20328 ldquoEl anaacutelisis de la historicidad del Dasein intenta mostrar que este ente no es

lsquotempoacutereorsquo porque lsquoesteacute dentro de la historiarsquo sino que por el contrario soacutelo existe y puede existir histoacutericamente porque es tempoacutereo en el fondo de su serrdquo st p 393

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47la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

estaraacute presente como tal en la interpretacioacuten que OrsquoGorman lleva a cabo de dichos fenoacutemenos El tiempo de las ciencias naturales ese que sigue su curso responde a una concepcioacuten netamente lineal de pasado presente y futuro Sin embargo esta comprensioacuten del tiem-po procede de una abstraccioacuten que como vimos anteriormente fa-cilita la consideracioacuten del pasado como aquello que ha quedado atraacutes y la exclusioacuten de vida e historia Si en cambio estamos atentos a la vida tal y como es vivida seraacute necesario reconocer que ahora mismo ya somos nuestro pasado y que ahora mismo ya se anuncian las posibilidades que tienen la forma de ser de eso que llamamos futuro

Ahora bien en la medida en que la existencia es su historicidad segrega ldquohechosrdquo Los hechos que constituyen el saber histoacuterico nos dice OrsquoGorman

[hellip] son historicidad exteriorizada y plasmada Los hechos objetos histoacutericos no lo son de suyo sino de prestado por asiacute decirlo En sen-tido estricto hay que afirmar que hay hechos y objetos histoacutericos porque el hombre es primeramente histoacuterico y no al reveacutes como piensa el pensar cotidiano29

De tal manera la historicidad puede comprenderse de dos modos si nos fijamos en el porvenir (momento decisivo para Heidegger origen del pasado y presente) la historicidad es aptitud o capacidad de engen-drar historia Ejercicio autoacutenomo de esa capacidad Si nos fijamos en el pasado la historicidad es historia hecha De eacutesta se ocupa el cono-cimiento histoacuterico La descubre y elabora su inteligibilidad30

Siguiendo muy de cerca al filoacutesofo de Friburgo OrsquoGorman se-ntildeala que

El fin del conocimiento histoacuterico consiste en revelar a la existencia su verdadera historicidad al mostrar las posibilidades reales elegidas por las existencias que fueron (hechos histoacutericos) distinguiendo en ellos lo uacutenico y lo que se repite El historiador debe examinar los hechos bajo la formalidad de ldquoposibilidades reales elegidasrdquo Este es el a priori funda-mental de la ciencia histoacuterica31

29 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 20730 Ibidem p 20831 Cfr ibidem p 217

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48 historia y meacutetodo en el siglo xx

Desde la perspectiva ogormaniana el historiador tiene que ver los hechos como posibilidades cumplidas Anterior al factum es la posibilidad de serlo por eso la historia como saber auteacutentico es ciencia no de asuntos concluidos o muertos sino de posibilidades

La insistencia ogormaniana de mostrar el caraacutecter interpretativo de la verdad atravesaraacute toda su obra Sabe que es tarea de la herme-neacuteutica ldquoconfigurar la posicioacuten desde la cual sea posible preguntar y cuestionar de modo radical el asunto en cuestioacuten32 y bajo este tenor como es bien conocido formularaacute su reflexioacuten sobre el ser de Ameacuterica revelando la inadecuacioacuten del teacutermino ldquodescubrimientordquo para calificar el encuentro con estas tierras

Asimismo OrsquoGorman acertaraacute al advertir que la teoriacutea de la historia que parte del modelo de la historiografiacutea naturalista oculta un propoacutesito pragmaacutetico e impide el paso a la verdadera tematiza-cioacuten de la historia porque al separar la historia de la vida ldquoaplanardquo todo cuestionamiento posible y la concibe como mero almacenamien-to de datos Lo que importaraacute son soacutelo los hechos datados y situados La teoriacutea de la historia asiacute concebida se muestra incapaz de formular problemas que por lo demaacutes no tendraacute ninguacuten intereacutes de discutir

Consideraciones finales

OrsquoGorman muy pronto consideroacute la necesidad de pensar desde un horizonte distinto al de la tradicioacuten los fundamentos de la ciencia histoacuterica encontrando en la filosofiacutea heideggeriana una aliada El historiador mexicano se inscribe en esa lista de pensadores que com-prendioacute la historia como un problema De tal forma que pensar la historia implicaraacute dar cuenta de su complejidad

La insistencia con que sentildealaraacute el caraacutecter eminentemente her-meneacuteutico de la ciencia histoacuterica lo coloca en una posicioacuten avanzada respecto de sus contemporaacuteneos ya que en sentido estricto bajo esta afirmacioacuten descansa la consideracioacuten interpretativa del conocimien-to en general de la cual no escapan las propias ciencias experimen-tales En efecto actualmente el reconocimiento del caraacutecter interpre-

32 ohf p 87

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49la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

tativo del conocimiento es praacutecticamente ya un convenio en la filosofiacutea de la ciencia

Con OrsquoGorman queda abierta la puerta a la reflexioacuten sobre el estatuto filosoacutefico de dicha instancia interpretativa lo cual implica-raacute un llamado una advertencia radical al historiador sobre el modo de hacer historia y sobre la necesidad imperante de preguntar una y otra vez sobre los fundamentos de su ciencia Eacutesta creo es la gran discusioacuten que abrioacute OrsquoGorman y que no debe cerrarse

bIblIograFiacutea

escudero Jesuacutes Adriaacuten El lenguaje de Heidegger Diccionario filosoacutefico 1912-1927 Barcelona Herder 2009

Heidegger y la genealogiacutea de la pregunta por el ser Barcelona Herder 2010

gIlardI Pilar ldquoEl problema de la verdad histoacuterica una lectura desde la fenomenologiacutea hermeneacuteuticardquo Estudios de Historia Moderna y Contem-poraacutenea de Meacutexico n 46 julio-diciembre 2013 p 21-140

HeIdegger Martin El ser y el tiempo trad de Joseacute Gaos Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1986

Ontologiacutea Hermeneacuteutica de la facticidad trad de Jaime Aspiunza Madrid Alianza 1999

Ser y tiempo trad de Jorge Eduardo Rivera Santiago de Chile Editorial Universitaria 2002

orsquogorMan Edmundo Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Meacutexico Uni-versidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2006

La idea del descubrimiento de Ameacuterica Historia de esa interpretacioacuten y criacutetica de sus fundamentos Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1976

La invencioacuten de Ameacuterica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2006

segura PeraIta Carmen Hermeneacuteutica de la vida humana en torno al infor-me Natorp de M Heidegger Madrid Trotta 2002

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50 historia y meacutetodo en el siglo xx

vIgo Alejandro Arqueologiacutea y aleteiologiacutea y otros estudios heideggerianos Buenos Aires Biblos 2008

ldquoComprensioacuten como experiencia de sentido y como acontecimien-to Los fundamentos de la concepcioacuten gadameriana del Verstehenrdquo Alea Revista Internacional de fenomenologiacutea y hermeneacuteutica Documenta Universitaria Barcelona v 8 2010

volPI Franco ldquoDasein comme praxis lrsquoassimilation et la radicalisation hei-deggerienne de la philosophie pratique drsquoAristoterdquo en Franco Volpi (ed) Heidegger et lrsquoideacutee de la pheacutenomeacutenologie Dordrecht (Holanda) Kluwer Academic Publishers 1988

Heidegger e Aristotele Padua Daphne Editrice 1984

Heidegger y Aristoacuteteles trad de Mariacutea Julia De Ruschi Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2012

ldquoLa trasformazione della fenomenologia da Husserl a Heideggerrdquo Theoria v 4 1984

xolocotzI Aacutengel Fenomenologiacutea de la vida faacutectica Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2004

Subjetividad radical y comprensioacuten afectiva Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2007

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Michel de Certeau (1925-1986) y la diferencia como loacutegica procedimental

de la historiaEpistemologiacutea sistema operativo

y proceso metoacutedico

Fernando betancourt MartiacutenezUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

Introduccioacuten

ldquoUn seminario es un laboratorio comuacuten que permite a cada uno de los participantes articular sus praacutecticas y sus propios conocimientosrdquo1 Asiacute inicia una intervencioacuten de Michel de Certeau sobre la naturaleza del seminario mdashun conversadero afirma de entradamdash soacutelo para in-cluirse de inmediato en el gesto mismo que refiere a esas praacutecticas y a esos conocimientos El teacutermino intervencioacuten alude directamente a una situacioacuten donde el locutor se inserta en aquello que motiva una descripcioacuten o reflexioacuten Contrario a la manera en que se han justificado las opiniones o los juicios desde Descartes el observador no necesita maacutes que buscar observarse a siacute mismo en la propia ope-racioacuten de observacioacuten2 El gesto de De Certeau recusa aquella pres-cripcioacuten tan cara para la tradicioacuten reflexiva moderna y que encuen-tra en el alejamiento del objeto escrutado la uacutenica manera de asegurar objetividad lo que implica la instauracioacuten de un observador flotante nunca coincidente con lo que examina

1 Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo en Carmen Rico de Sotelo (coord e intr) Relecturas de Michel de Certeau Meacutexico Universidad Catoacutelica de UruguayPon-tificia Universidad JaverianaUniversidad Iberoamericana 2006 p 43

2 ldquoEl concepto de observacioacuten debe echar mano de todas las disposiciones de teoriacutea circular (construccioacuten operativa de los sistemas clausura operativa autopoiesis) para poder entender coacutemo es posible que una observacioacuten pueda producirse a siacute misma al producir observacioacutenrdquo Niklas Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas lecciones publicadas por Javier Torres Nafarrate Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de Occidente 2009 p 152

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52 historia y meacutetodo en el siglo xx

El nivel del observador trascendental garantizaba que las per-cepciones generadas no dependieran de criterios autorreferenciales puesto que el orden descrito estaba incapacitado para aportar ele-mentos determinantes es objeto dispuesto para un ejercicio de des-velamiento A la par de desentenderse de ese orden como orden construido el observador tampoco se incluiacutea en la descripcioacuten como elemento taxativo y configurante de lo observado Hasta hace poco esta norma no podiacutea ser materia de revisioacuten criacutetica puesto que no se habiacutea notado que la operacioacuten de observacioacuten depende de distin-ciones que soacutelo tienen sentido para la propia operacioacuten La heterorre-ferencialidad estaba inscrita en toda la gama de cualidades anexadas al sujeto observador y gracias a las cuales podiacutea tomar nota de las realidades circundantes siempre y cuando sus juicios expresaran la diferencia ontoloacutegica habida entre eacutel como sujeto y esas realidades de las cuales se diferenciaba Pero ya la indicacioacuten formulada por De Certeau nos muestra que estamos en otra disposicioacuten reflexiva

Lo decisivo en esa experiencia de los conversaderos mdashfinalmente una ldquopoliacutetica de la palabrardquomdash no estaacute en circunscribir una exteriori-dad respecto al seminario y gracias a la cual se permita proyectar hacia adentro el juego de las identidades o las homogeneidades pues la diferenciacioacuten es un proceso interno3 En estos comentarios formulados por De Certeau dos cuestiones centrales se interrelacio-nan el papel que desempentildea la diferencia y la circularidad que se expresa en su despliegue loacutegico Ambos aspectos conforman la base de sustentacioacuten para una epistemologiacutea histoacuterica que en mi opi-nioacuten constituye uno de los esfuerzos sobresalientes de Michel de Certeau Precisamente respecto al seminario se destacan dos

3 ldquoLa experiencia del tiempo comienza en un grupo con la explicitacioacuten de su plu-ralidad Es necesario reconocerse diferentes (de una diferencia que no puede ser supe-rada por ninguna posicioacuten magisterial por ninguacuten discurso particular por ninguacuten fervor festivo) para que un seminario se transforme en una historia comuacuten y parcial (un trabajo sobre y entre diferencias) y para que la palabra se vuelva el instrumento de una poliacutetica (el elemento linguumliacutestico de conflictos de contratos de sorpresas en suma de procedimientos lsquodemo-craacuteticosrsquo)rdquo Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo p 44 Los tres teacuterminos resaltados por De Certeau con cursivas mdashtiempo historia poliacuteticamdash aluden a tres series que despliegan diferencias cada una seguacuten una loacutegica de la repro-duccioacuten recursiva de siacute mismas

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53MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

precisiones coincidentes con el papel que ejerce la diferencia y con el caraacutecter autorreferencial del trabajo cientiacutefico

Primero un corte o una serie de cortes (principio de limitabilidad) que deben ser explicitados y que articulan los ldquomodelos teoacutericosrdquo movilizados en ciertas aacutereas de investigacioacuten o del conocimiento Se trata en este caso de establecer liacutemites prescritos que se desprenden de una particularidad pero que permiten volver tratable aquello que queda en su interior es un ejercicio de formalizacioacuten en sentido claacute-sico A continuacioacuten y a partir de esta formalizacioacuten se busca abrirse a posibles desviaciones a nuevas experiencias y preguntas que mues-tran la fragilidad de los liacutemites establecidos (principio de contingencia o deriva) Se trata en el primer caso de un ejercicio de extraccioacuten gesto etnoloacutegico por excelencia aislar unas praacutecticas para delimitar un cam-po de acometida De Certeau reconoce con ello la funcioacuten y la utilidad de la determinacioacuten mdashhacer cortes establecer distincionesmdash pues es con esto como se posibilitan las modalidades del trabajo de in-vestigacioacuten Despueacutes del aislamiento segundo caso se introduce el reconocimiento de la arbitrariedad de esos liacutemites por medio de interrogaciones generadas a partir del campo establecido

Es en el segundo momento donde se produce una inversioacuten res-pecto a las reglas del campo inaugurado y cuyo objetivo es trans-gredir esos liacutemites con nuevos problemas generando de esta mane-ra variaciones significativas para ser tratadas posteriormente La diferencia se encuentra al inicio (definir cortes establecer liacutemites) y se busca establecerla tambieacuten como producto del trabajo cientiacutefico mismo pero desde los criterios y las operaciones puestas en marcha originalmente sin necesidad de ir maacutes allaacute de la naturaleza de las operaciones utilizadas (circularidad)4 Esta forma de tratamiento genera un marco a partir del cual plantear las cuestiones de orden metoacutedico o procedimental sin necesidad de acudir a la nocioacuten con-vencional de meacutetodo como secuencia loacutegica estricta

4 ldquoLos lsquomodelosrsquo teoacutericos propuestos tienen por funcioacuten recortar unos liacutemites (la particularidad de mis preguntas) y hacer posibles unas desviaciones (la expresioacuten de experiencias y de otras preguntas) Por ahiacute comienza un trabajo comuacuten que crea acon-tecimientos una serie de diferenciaciones permite a cada uno especificar paso a paso su propio camino en la masa de informaciones intercambiadasrdquo Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo p 45

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54 historia y meacutetodo en el siglo xx

Por otro lado llama la atencioacuten que este enfoque epistemoloacute-gico estaacute presente incluso en su visioacuten sobre el quiebre de la fun-cioacuten que la teologiacutea veniacutea cumpliendo en Occidente y sobre el traslado moderno de las problemaacuteticas centrales que constituiacutean su campo de estudio a la esfera de competencia de las ldquociencias humanasrdquo5 Tambieacuten dicha condicioacuten episteacutemica estaacute presente en sus estudios sobre la miacutestica Asiacute el fenoacutemeno miacutestico como ldquofi-gura de pasordquo termina por deshacer los grandes postulados medie-vales al introducir de manera radical otro lugar de enunciacioacuten6 De igual manera la temaacutetica epistemoloacutegica es central en las re-flexiones que dedicoacute al saber histoacuterico En efecto el orden del saber histoacuterico que lo capacita para instaurar en todo aacutembito moderno la ambiguumledad del tiempo por un lado y la falta radical de lo real en sus formas de saber por otro se encuentra instituido como espacio de operacioacuten especiacutefico7

En cada estudio particular aparece esta cuestioacuten en condiciones limitadas temaacuteticamente pero que pueden ser consideradas como formas de manifestacioacuten de una preocupacioacuten general toda obser-vacioacuten introduce una diferencia que depende del propio observador y no de los objetos observados Precisamente el objetivo del presen-te estudio consiste en explorar esta propuesta de epistemologiacutea histoacuterica con el fin de delimitar el campo reflexivo de la metodolo-giacutea entendiendo esta uacuteltima dimensioacuten como forma de aplicacioacuten operativa determinante iquestCoacutemo reintroducir la diferencia en el aacuterea procedimental del saber histoacuterico iquestQueacute consecuencias epis-temoloacutegicas acarrea la diferenciacioacuten como instancia central en las observaciones historiograacuteficas Eacutestas son las interrogaciones medulares que han guiado una relectura de la obra de Michel de Certeau

5 Michel de Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo en La debilidad del creer trad de Viacutector Goldstein Buenos Aires Katz 2006 p 191-230

6 Michel de Certau La faacutebula miacutestica Siglos xvi y xvii trad de Jorge Loacutepez Moc-tezuma revisioacuten teacutecnica de Roberto Flores y Luce Giard Meacutexico Universidad Ibe-roamericana 1993

7 Michel de Certeau La escritura de la historia 2a trad de Jorge Loacutepez Moctezuma Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993

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La epistemologiacutea histoacuterica como constructivismo

La epistemologiacutea histoacuterica vincula de una manera diferente los proce-sos cognitivos con consideraciones ontoloacutegicas de tal manera que ahora son las categoriacuteas los conceptos y sus articulaciones teoacutericas asiacute como los procesos metoacutedicos aplicados los que establecen y de-terminan los objetos estudiados Al contrario de esa supuesta espon-taneidad realista que se instala al nivel de la percepcioacuten de los objetos del mundo este enfoque asume que no puede considerarse un solo protocolo de justificacioacuten de las creencias y una sola modalidad de sistematizacioacuten La historicidad como factor epistemoloacutegico muestra la variabilidad en cuanto a las modalidades de descripcioacuten donde el mundo soacutelo es posible a partir de la operacioacuten de observacioacuten involucrada y de los criterios movilizados en ella En tal sentido la pasioacuten por la alteridad mostrada por De Certeau como problema cen-tral que motiva la reflexioacuten se encuentra en constante relacioacuten con la necesidad de reconocer las particularidades desde donde se ar-ticulan los discursos8

La situacioacuten que abre la modernidad a partir del siglo xvII estaacute dominada por la falta de certezas uacuteltimas Se trata de un mundo cultural donde la carencia de garantiacuteas se convierte en su nuacutecleo constitutivo por lo que la diferencia se instituye como elemento fun-dante y no como una situacioacuten inconveniente que hay que superar Pero lo anterior exige sacar consecuencias de gran importancia La pluralidad de lugares desde donde se proyectan los horizontes in-terpretativos mdashesa diferencia fundantemdash alcanza a los propios ldquohe-chos religiososrdquo para ser inteligibles ahora encuentran su lugar en el seno de los sistemas y ya no maacutes en el campo de la dogmaacutetica En otras palabras soacutelo puede hablarse de cognicioacuten en el aacutembito de un proceso sistemaacutetico que tiene la cualidad de reproducirse a siacute mismo

El valor que tiene esta apreciacioacuten es inequiacutevoca en De Certeau y alcanza dimensioacuten epistemoloacutegica en su particular definicioacuten del teacutermino sistema rdquoPor lsquosistemarsquo hay que entender no la realidad de

8 Cfr Franccedilois Dosse ldquoDe Certeau un historiador de la alteridadrdquo en Perla Chinchilla (coord) Michel de Certeau un pensador de la diferencia Meacutexico Universidad Iberoamericana 2009 p 13-39

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una infraestructura o un todo aislable sino el modelo interpretativo constituido y verificado por una praacutectica cientiacutefica es decir una organizacioacuten coherente de los procedimientosrdquo9 El campo del co-nocimiento histoacuterico estaacute constituido por un conjunto de praacutecticas articuladas y constantemente ejecutadas mdashldquouna organizacioacuten cohe-rente de los procedimientosrdquo como sentildealoacute De Certeaumdash que redis-tribuye el conjunto de formalidades establecidas Definiendo crite-rios y estableciendo distinciones en cuanto niveles de anaacutelisis el sistema se capacita para tratarlos como elementos pertenecientes a praacutecticas socioloacutegicas econoacutemicas poliacuteticas culturales Las ciencias sociales incluyendo a la propia historiografiacutea se muestran como estructuras racionales que combinan procedimientos y cuyos resul-tados son observaciones siempre determinadas por el conjunto de las decisiones previas

El rasgo anterior viene a ser lo cientiacutefico propiamente dicho un conjunto racional operativo que delimita campos de objetos a tratar establece con precisioacuten las modalidades de esos tratamientos y los tipos de anaacutelisis correlativos a ellos a la par de especificar las reen-tradas constantes de los resultados en el circuito ya constituido Estos resultados son ldquodesarrollosrdquo permitidos gracias al ldquoaislamien-to de un campo propiordquo y dependen en cuanto a su reproduccioacuten de la ldquonormalizacioacutenrdquo de los procedimientos instituidos10 Esta des-cripcioacuten de la praxis cientiacutefica acota para todas las implicaciones que se siguen de ella lo que es una perspectiva constructivista Por lo tanto los elementos centrales de operacioacuten y su relacioacuten con luga-res se combinan de manera compleja con las dos nociones previa-mente aisladas diferencia y circularidad Sus combinaciones analiacute-ticas estaacuten interrelacionadas de forma diversa en el campo de la propia operacioacuten historiograacutefica11 Se deja ver en este constructivismo

9 De Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo p 199 nota 1310 Ibidem p 20411 Si bien su consideracioacuten sobre dicha nocioacuten en cuanto al juego constantemente

reiterado de combinaciones entre ldquolugar sociales praacutecticas cientiacuteficasrdquo y escrituras es conducido bajo su percepcioacuten del coacutemo se hace la historia no deja de tener una base epistemoloacutegica en un fuerte sentido constructivista En la siguiente cita esto se hace notar con toda precisioacuten ldquoEl teacutermino cientiacutefico bastante sospechoso en el conjunto de las lsquociencias humanasrsquo (donde se le sustituye por el teacutermino de anaacutelisis) no lo es menos

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operativo la importancia que adquiere la dimensioacuten temporal de la propia operacioacuten mdashun conjunto de procedimientos normalizados enlazados entre siacute que se autorregulanmdash pues la ordenacioacuten que conduce de un procedimiento a otro no puede darse en teacuterminos de inmediatez sino de secuencia o sucesioacuten

La operacioacuten en su conjunto se encuentra temporalmente esta-blecida aunque sin duda condicionada al presente de su ejecucioacuten La operacioacuten como conjunto se descompone en lo que De Certeau denomina procedimientos que no son otra cosa que operaciones sin-gulares enlazadas con otras Esto por supuesto requiere tiempo en su realizacioacuten pero la diferencia es central en los enlaces entre ope-raciones De tal forma que su ejecucioacuten supone la ampliacioacuten de di-ferencias siempre y cuando puedan ser tratadas en el interior del sistema con las mismas formas operativas Esta articulacioacuten constan-te entre diferencia y circularidad son rasgos centrales en la visioacuten constructivista claacutesica y coincidente en sus aspectos generales con lo apuntado por Heinz von Foerster uno de los grandes impulsores de la ciberneacutetica de segundo orden En uno de esos pequentildeos trabajos que tienen la cualidad de sintetizar el cuacutemulo de apreciaciones teoacute-ricas y praacutecticas realizadas previamente Von Foerster aiacutesla dos pun-tos centrales del constructivismo que tienen importancia relevante para plantear en sus propias palabras ldquouna nueva epistemologiacuteardquo

A tiacutetulo de declaraciones la primera de ellas establece que el constructivismo es en siacute mismo ya una epistemologiacutea por lo que resulta trivial preguntarse por la impronta de esta postura en teacutermi-nos de problemaacutetica cognitiva Pero lo que continuacutea tiene grandes implicaciones en cuanto al problema de la autorreferencia o la cir-cularidad el constructivismo es una peculiar epistemologiacutea que debe dar cuenta de siacute misma desde siacute misma Es una epistemologiacutea de la epistemologiacutea12 Asiacute la epistemologiacutea es una forma de autorreflexioacuten

en el campo de las lsquociencias exactasrsquo en la medida en que este teacutermino nos remite a leyes Se puede definir sin embargo con este teacutermino la posibilidad de establecer un conjun-to de reglas que permitan lsquocontrolarrsquo operaciones proporcionadas a la produccioacuten de objetos determinadosrdquo De Certeau La escritura de la historia p 68

12 Luhmann introduce la expresioacuten investigacioacuten de la investigacioacuten para dar cuenta de esa forma de circularidad propia de la reflexioacuten epistemoloacutegica tomando precisa-mente como referencia central a Heinz von Foerster Esta expresioacuten precisa la modalidad

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de las ciencias sobre ellas mismas al punto que como teoriacutea cogniti-va soacutelo puede autocontenerse En De Certeau los ldquomodelos teoacutericosrdquo que presuponen cortes o liacutemites donde lo significativo estaacute en lo que queda dentro del campo delimitado presentan la cualidad de esta-blecer una referencia soacutelo a partir de esas liacuteneas divisorias establecidas con anterioridad Por eso puede decirse que los modelos se aplican a siacute mismos y a los objetos que ellos determinan a partir de los criterios movilizados La segunda declaracioacuten de Von Foerster es la siguiente ldquocada vez que surge la pregunta de si algo es inventado o descubier-to entonces el constructivista es identificable o seraacute reconocido como aquel que tiende a responder lsquoEsa cosa ha sido inventadarsquo rdquo13

Esta segunda afirmacioacuten retoma los trabajos de Kronecker y Brou-wer sobre los objetos matemaacuteticos No soacutelo refiere la asercioacuten a la cualidad por la cual los preceptos previos de orden teoacuterico determinan la referencialidad de los teacuterminos involucrados sino que expresa su complementacioacuten con la autorreferencia sentildealada en la primera de-claracioacuten Dicha complementacioacuten se produce en la necesaria espe-cificacioacuten sobre la autorreflexioacuten se trata ya de una observacioacuten de segundo orden esto es una observacioacuten que observa observaciones No cabriacutean dudas respecto a que las posturas epistemoloacutegicas hasta ahora presentadas de Michel de Certeau suponen ya un nivel tal de reflexividad sostenido insistentemente en su obra14 Si la reflexividad

de autoobservacioacuten en que consiste la reflexividad del sistema ciencia Es una forma de reflexioacuten sobre la propia investigacioacuten y por tanto una variante de la autopoiesis del sistema Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad trad de Silvia Pappe Brunhilde Erker y Luis Felipe Segura bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Nafarrate Meacutexico Univer-sidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de OccidenteAnthropos 1996 p 420

13 Heinz von Foerster ldquoPor una nueva epistemologiacuteardquo Metapoliacutetica Meacutexico v 2 n 8 p 629 Disponible en httpecologiahumanaclpdfPOR20UNA20NUEVA20EPISTEMOLOGIApdf (fecha de consulta 19 de diciembre de 2013) Veacutease tambieacuten del mismo autor Observing Systems con una introduccioacuten de Francisco J Varela Seaside (California) Intersystems Publications 1981

14 Michel de Certeau La posesioacuten de Loudun edicioacuten revisada por Luce Giard trad de Marcela Cinta Meacutexico Universidad Iberoamericana 2012 Creo que este libro puede leerse en perspectiva epistemoloacutegica Pero son particularmente notorias las coordenadas constructivistas en los comentarios que hace De Certeau sobre el papel de los meacutedicos en ese famoso caso de posesioacuten diaboacutelica Veacutease al respecto el capiacutetulo 9 ldquoTeratologiacutea de la verdadrdquo p 139-169

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es vista como operacioacuten especiacutefica del sistema ese factor estaacute en re-lacioacuten directa con la cualidad de la observacioacuten de segundo orden que es tambieacuten una operacioacuten Se trata del problema de coacutemo obser-var al observador y que se encuentra en la base misma de la episte-mologiacutea constructivista

La ldquooperacioacuten historiograacuteficardquo analizada por De Certeau en la Escritura de la historia consiste en un ejercicio de racionalizacioacuten que se enfrenta directamente con ese problema es decir iquestcoacutemo observar al observador en un campo operativo particular15 En este caso se trata de aislar las distinciones utilizadas convencionalmente en las observaciones historiograacuteficas que adquieren el nivel de observa-ciones de primer orden Si la disciplina histoacuterica es un sistema observador se ve obligada a incrementar sus posibilidades de va-riacioacuten y control por medio de lo que Alfonso Mendiola ha denomi-nado ldquogiro historiograacuteficordquo Dicho giro expresa en pleno siglo xx una situacioacuten maacutes o menos generalizada por lo que la obra de Mi-chel de Certeau puede incluirse en un escenario mayor caracteriza-do por el paso a una descripcioacuten autorreferencial de la ciencia histoacute-rica16 Se debe tomar en cuenta que esa funcioacuten autorreflexiva es un componente crucial de la propia investigacioacuten que se lleva a cabo al punto en que no puede desarrollarse investigacioacuten alguna sin los elementos que aporta

Asiacute ldquola investigacioacuten de la investigacioacutenrdquo o el giro historiograacute-fico para el caso de la ciencia histoacuterica pertenecen a ese campo empiacuterico que es al mismo tiempo su objeto central de deliberacioacuten Tal situacioacuten supone una restriccioacuten de principio no estaacute a su alcan-ce dar cuenta exhaustiva del sistema observado de la misma mane-

15 Dos nuevas cuestiones sobresalen seguacuten Luhmann del trabajo de von Foerster Ambas en relacioacuten con la apreciacioacuten de coacutemo observar lo inobservable por medio de otra observacioacuten que se dirige a las distinciones utilizadas previamente Primero iquestel conocimiento es soacutelo posible debido a que el sistema que lo produce es un sistema ce-rrado operativamente Segundo iquesthay valores propios en el ejercicio de la observacioacuten de primero y segundo orden que permita su continuidad estable Niklas Luhmann ldquoiquestCoacutemo se pueden observar estructuras latentes en Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Homenaje a Heinz von Foerster trad de Cristoacutebal Piechocki Barcelona Paidoacutes 1995 p 69-70

16 Alfonso Mendiola ldquoEl giro historiograacutefico la observacioacuten de observaciones del pasadordquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2000 p 191 y s

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ra que lo podriacutea hacer un observador externo por lo menos en teacuterminos ideales Esta presuposicioacuten de un observador que puede ser descrito independientemente de la operacioacuten que lleva a cabo ha acompantildeado a las nociones modernas de objetividad y verdad por lo menos desde el siglo xvII Por tanto tampoco forma parte de sus atribuciones mdashdejando de lado las presuposiciones ontoloacutegi-casmdash normar las operaciones en su conjunto y ordenarlas secuen-cialmente de manera teleoloacutegica Maacutes bien la autorreflexioacuten per-mite orientar si por tal nocioacuten se entiende restringir ldquoel repertorio de aquellas operaciones que el sistema puede ejecutarrdquo antes que establecer todas las condiciones que conducen hacia los ldquoestados finalesrdquo del sistema17 Si se habla de control y orientacioacuten entonces la competencia de la investigacioacuten de la investigacioacuten (epistemo-logiacutea) se conjuga en un tipo de conduccioacuten recursiva modulada autorreflexivamente

Si bien la observacioacuten de primer orden es una forma que reduce complejidad mdashexpresa una distincioacuten y una indicacioacuten orientando el conjunto operativo hacia lo que se deriva de la segunda instanciamdash la observacioacuten que observa esta operacioacuten implica ya otra distincioacuten Pero este enlace es signo de un entramado recurrente de otros enla-ces al punto de introducir con cada observacioacuten enlazada mayor complejidad Este aumento es un efecto deducido desde el procesa-miento de observaciones recurrentes que permiten por su propia reiteracioacuten establecer la unidad del sistema Su dinaacutemica operativa necesita por tanto de mayores niveles de recursividad al no haber criterios finales de certeza o correspondencia con lo real en los re-sultados aportados lo que se infiere ya en la propia nocioacuten de au-torreflexividad18

17 ldquoLa orientacioacuten no es otra cosa que restriccioacuten de las capacidades de conexioacuten internas por medio de operaciones expresamente diferenciadas para ello susceptibles ellas mismas de una conexioacutenrdquo Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad p 241

18 ldquoEl punto decisivo de la observacioacuten de segundo orden consiste entonces en que es una observacioacuten de primer orden especializada en la ganancia de complejidad Este aumento de complejidad se efectuacutea en la medida en que se renuncia a la confirmacioacuten uacuteltima de validez y de las seguridades ontoloacutegicas y en la medida en que ya no se puede apelar a las formas esenciales de los contenidos del mundordquo Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas p 169

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La condicioacuten histoacuterica del saber moderno lo no sabido

Entonces si la epistemologiacutea como autorreflexioacuten es una forma sis-temaacutetica de producir observaciones de segundo orden el problema central que se presenta mdashcomo ya se ha sentildealadomdash consiste en coacutemo observar lo inobservable el punto ciego o latente que permite todo ejercicio historiograacutefico o cientiacutefico Es en esta problemaacutetica donde De Certeau sigue de cerca los estudios llevados a cabo por Michel Foucault ejercicio que ha dado pie a varios escritos reunidos en su libro Historia y psicoanaacutelisis19 En teacuterminos generales la tesis resalta-da por De Certeau en su lectura de Las palabras y las cosas puede ser formulada de la siguiente manera en toda configuracioacuten de saber el conjunto de las ldquopositividadesrdquo que se abren para el conocimiento estaacuten permitidas por un suelo arqueoloacutegico que viene a ser su impen-sado un no sabido20 Eso que permite los ejercicios de saber moderno incluso anclados en la nocioacuten hombre (sujeto que conoce y se conoce) no es susceptible de clarificacioacuten con los mismos instrumentos con los que esos saberes se dotan de potencial cognitivo

Los criterios que posibilitan pensar el orden mdashcondicioacuten para los saberes modernos sobre la vida el trabajo y el lenguajemdash estaacuten por debajo de la razoacuten que los sustenta por eso se muestran soacutelo como su alteridad Si la modernidad instaura diversos ldquocampos epistemo-loacutegicosrdquo su condicioacuten de posibilidad no le es accesible desde ellos mismos desde sus propias positividades ni de sus capacidades ana-liacuteticas Sin embargo no cesa de reencontrar sus huellas desplazadas

19 Michel de Certeau Historia y psicoanaacutelisis entre ciencia y ficcioacuten 2a ed trad de Alfonso Mendiola Meacutexico Universidad Iberoamericana 2003

20 ldquoNo se trataraacute de conocimientos descritos en su progreso hacia una objetividad en la que al fin puede reconocerse nuestra ciencia actual lo que se intentaraacute sacar a la luz es el campo epistemoloacutegico la episteme en la que los conocimientos considerados fuera de cualquier criterio que se refiera a su valor racional o a sus formas objetivas hunden su positividad y manifiestan asiacute una historia que no es la de su perfeccioacuten creciente sino la de sus condiciones de posibilidad en este texto lo que debe aparecer son dentro del espacio del saber las configuraciones que han dado lugar a las diversas formas de conocimiento empiacuterico Maacutes que una historia en el sentido tradicional de la palabra se trata de una lsquoarqueologiacutearsquordquo Michel Foucault Las palabras y las cosas una arqueologiacutea de las ciencias humanas 24a ed trad de Elsa Cecilia Frost Meacutexico Siglo XXI 1996 p 7

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y manifestadas como lapsus esta disposicioacuten episteacutemica viene a ser lo latente para esas formas de racionalidad modernas La expresioacuten anterior muestra la gran importancia que tiene el psicoanaacutelisis para abordar tambieacuten desde otro aacutengulo la misma problemaacutetica Ese elemento latente mdashel punto ciego de la observacioacutenmdash es ldquouna falla internardquo ldquoel significante de un significado imposible de enunciarrdquo21

El modo de ser del orden revela en la esfera maacutes general de la cultura una loacutegica gobernada por la diferencia donde esa loacutegica no es accesible a una descripcioacuten pormenorizada ni mucho menos a un desvelamiento total por medio de la razoacuten analiacutetica La proble-maacutetica anterior acarrea dos grandes consecuencias Primero ya la propia observacioacuten que se produce en las ldquosuperficiesrdquo desplegadas del orden en cuanto a los seres vivos en la labor sin teacutermino de los seres humanos para garantizar su reproduccioacuten material o en ese espacio donde se despliega su ilimitada capacidad expresiva in-troduce incesantemente distinciones que determinan los propios productos cognitivos como sistemas operantes mdashlas ciencias hu-manas en la perspectiva de Foucaultmdash Por tanto pueden estable-cerse diferentes plataformas histoacutericas de observacioacuten es decir diversos modos de hacer distinciones de considerar o evaluar incluso si se quiere de juzgar Atenieacutendose a uno de los lados de la distincioacuten involucrada se coloca la otra instancia como lo impliacutecito o lo latente en la operacioacuten que lleva a cabo bajo la consideracioacuten de que sin ella no seriacutea posible como tal es decir como observacioacuten

Se puede decir que este observador del mundo y que lo instituye al observarlo a partir de distinciones no tiene acceso a la unidad de la diferencia de la cual parte Lo que conduce a la segunda consecuen-cia El procedimiento arqueoloacutegico que introduce Foucault es en opinioacuten de Michel de Certeau un ejercicio autorreflexivo que busca observar lo inobservable introduciendo para ello maacutes distinciones

21 De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 77 La importancia para De Certeau de Las palabras y las cosas ha sido resaltada por Alfonso Mendiola La interpretacioacuten presentada arriba debe mucho a los sentildealamientos que realizoacute en torno a esa ldquocondicioacuten de posibili-dadrdquo para los ordenamientos de saber modernos esto es como una forma de acceso al punto ciego de toda observacioacuten la observacioacuten de la observacioacuten Cfr Alfonso Mendio-la ldquoEl conflicto o la unioacuten en la diferencia institucioacuten creencia y herejiacutea en Michel de Certeaurdquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 30 2008 p 43 y s

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por lo que estaacute en condiciones de acceder a la unidad de la dife-rencia utilizada Esto coincide con la epistemologiacutea de la epistemologiacutea si consideramos que su aspiracioacuten es la de poder observar la uni-dad de la distincioacuten utilizada por medio de otra observacioacuten pero donde esa observacioacuten segunda tambieacuten moviliza distinciones sin llegar a ver su propia unidad es decir su propio punto ciego22 Estos modos de lo observable no pueden alcanzar otro rango que no sea el de productos provisionales23

Esa cualidad es mdashpara todo efecto praacutectico que es lo que aquiacute interesamdash la caracteriacutestica maacutes llamativa de la operacioacuten cientiacutefica en general e involucra el hecho de que todos los resultados aporta-dos son propiamente efectos inducidos a partir de la aplicacioacuten de modelos Su naturaleza contingente estaacute definida por las distinciones que en el inicio del proceso de observacioacuten predeterminan el con-junto de elementos que se siguen de eacutel incluyendo las operaciones sucesivas en teacuterminos de continuacioacuten recursiva Pero nada garan-tiza la validez de la distincioacuten utilizada frente a otras posibles por lo que la contingencia de la operacioacuten cientiacutefica estaacute en relacioacuten directa con el caraacutecter siempre relativo es decir histoacutericamente variable Esta situacioacuten determina todos los elementos organizacio-nales que se delimitan a partir de uno de los polos de la distincioacuten Ese punto ciego de toda observacioacuten (lo latente) incluida la de se-gundo orden es inobservable y por eso se encuentra maacutes allaacute de una justificacioacuten racional en sentido loacutegico24 De esta paradoja mdashuna

22 Cfr Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas p 167 y s23 ldquoLo heterogeacuteneo es a la vez lo estimulante y lo inadmisible Es la herida de un

racionalismo Hay por tanto dos niveles en el desarrollo del problema por una parte la comprensioacuten de un sistema que es diferente por otra la exigencia de una colocacioacuten reciacuteproca de sistemas concebidos como lsquomodos de ser diferentes del ordenrsquo Lo mar-ginal nos enviacutea a una estructura esencial o a un lsquoesquemarsquo sobre el cual se inscriben y coordinan analogiacuteas u oposiciones para nosotros impensablesrdquo De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 82

24 ldquoEl teorema de Goumldel ha demostrado los liacutemites de la demostracioacuten loacutegica en el seno de sistemas formalizados complejos eacutestos comportan al menos una proposicioacuten que es indecible lo que hace que el conjunto del sistema sea indecible Lo que es inte-resante en esta idea es que se la pueda generalizar todo sistema conceptual suficiente-mente rico incluye necesariamente cuestiones a las que no puede responder desde siacute mismo pero a las que soacutelo se puede responder refirieacutendose al exterior de ese sistemardquo

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racionalidad sostenida por su contrariomdash tampoco puede desem-barazarse el conocimiento histoacuterico

Asiacute entendida la observacioacuten de una observacioacuten mdashla episte-mologiacutea de la epistemologiacuteamdash viene a ser el prototipo por excelen-cia de la autorreflexioacuten es decir esa capacidad reivindicada ince-santemente por De Certeau de cuestionar el propio hacer y decir en el aacutembito de una operacioacuten siempre localizada en alguacuten punto del sistema y ligada necesariamente a un tiempo de ejecucioacuten Por su-puesto la lectura que De Certeau llevoacute a cabo de Foucault no se queda en este punto tan importante y que tuvo consecuencias de gran relevancia para su propia obra Es posible decir que la recupe-racioacuten que llevoacute a cabo de esa problemaacutetica arqueoloacutegica actuacutea como marco general de referencia que por otros caminos ya De Certeau habiacutea identificado y desarrollado Me refiero a un apartado de su famoso estudio dedicado a la operacioacuten historiograacutefica25

Es ahiacute donde nuestro autor desarrolloacute una visioacuten muy aguda respecto al estatuto metoacutedico de la ciencia histoacuterica concordante ademaacutes con el papel central que para eacutel teniacutea la diferencia como loacutegica desplegada Es en la esfera de la aplicacioacuten metodoloacutegica o de modelos donde se plasma con mayor claridad la impronta de un trabajo que no cesa de construir diferencias a partir de otras diferencias todo en el sentido de un trabajo criacutetico Es necesario precisar que la nocioacuten de modelo en su perspectiva supone la con-juncioacuten de un momento teoacuterico con una aplicacioacuten praacutectica en teacuter-minos de investigacioacuten empiacuterica El primer aspecto el teoacuterico inclu-ye conjuntos conceptuales pero ligados a una expansioacuten discursiva eacutestas son propiamente las teoriacuteas formuladas desde diversos campos del conocimiento social En tanto este nivel implica competencia dis-cursiva puede hablarse de campos semaacutenticos que permiten dicha conjuncioacuten teoacuterica y praacutectica

Pero esta postura puede ser ampliada a una visioacuten maacutes abarcan-te del proceso operativo mismo existe interdependencia sistemaacuteti-

Edgar Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo Gazeta de Antropologiacutea n 20 2004 p 8-9 Disponible en httpwwwugres~pwlacG20_02Edgar_Morinpdf (fecha de consulta 20 de diciembre de 2013)

25 Ese apartado se titula ldquoHacer resaltar las diferencias las desviaciones del modelordquo en De Certeau La escritura de la historia p 90 y s

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camente establecida entre proceso metoacutedico y marco general de referencia Este uacuteltimo elemento expresa el condicionamiento teoacuterico de toda investigacioacuten empiacuterica Pero lo que es necesario incluir ya como factor teoacuterico central radica en la cualidad autorreflexiva ya mencionada En otras palabras no puede haber investigacioacuten ni aplicacioacuten metoacutedica sin teoriacuteas autorreferenciales26 Esta situacioacuten alcanza al propio estatuto del documento histoacuterico pues este corpus textual estriba en un producto concertado y guiado por el conjunto de decisiones previas adoptadas La masa de documentos histoacutericos es generada y cargada de significacioacuten particular para la investigacioacuten soacutelo porque ha sido transformada previamente en cuerpo textual Al ser articulados a un espacio particular adquieren una competencia discursiva diferente mdashla propia de la disciplina histoacutericamdash por lo que esas escrituras pueden ser sometidas a una variedad de tratamientos

Eacutestos van desde la especificacioacuten de criterios de eleccioacuten la uti-lizacioacuten de procesos materiales o de orden teacutecnico orientados de modo tal que tienden a producir otras conformaciones (series cur-vas estadiacutesticas ciclos) pasando por la reprogramacioacuten generada a partir de una serie de valores discretos impuestos (correlaciones cuantificaciones o modalidades cualitativas) hasta su encuadre ana-liacutetico en una diversidad de sistemas conceptuales que dan pie a la especificacioacuten de relaciones (funcionales causales de analogiacutea) Esta dimensioacuten teoacuterica que preside la loacutegica operativa es expresada de la siguiente manera por De Certeau

Su praacutectica consiste en construir modelos impuestos por decisiones en ldquoreemplazar el estudio del fenoacutemeno concreto por el de un objeto

26 ldquoEsto acerca a la conclusioacuten (y muchos la han extraiacutedo) de que el historiador debe permanecer en su tarea siendo tal tarea la investigacioacuten empiacuterica y que soacutelo de ella deberiacutea obtener sus fundamentos En contra de este punto de vista sin embargo hablan dos cosas por un lado el hecho de que la autorreflexioacuten que va maacutes allaacute del desempe-ntildeo de la investigacioacuten empiacuterica es una necesidad de la ciencia [] y por el otro el hecho de que no puede haber cambios capaces de producir progreso en una ciencia que no hayan sido acompantildeados y coproducidos por una autorreflexioacuten criacutetica de la ciencia en cuestioacutenrdquo Joumlrn Ruumlsen ldquoOrigen y tarea de la teoriacutea de la historiardquo en Silvia Pappe (coord) Debates recientes en la teoriacutea de la historiografiacutea alemana trad de Kermit McPherson Meacutexico Universidad Autoacutenoma Metropolitana AzcapotzalcoUniversidad Iberoamericana 2000 p 38

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constituido por su definicioacutenrdquo en juzgar el valor cientiacutefico de dicho objeto seguacuten el ldquocampo de preguntasrdquo a las cuales puede responder y seguacuten las respuestas que proporciona y en ldquofijar los liacutemites de la sig-nificabilidad de dicho modelordquo27

Es por eso que la historia se ha convertido en un conjunto de ldquolaboratorios de experimentacioacuten epistemoloacutegicardquo28 donde lo que se pone a prueba es el valor del modelo en su doble aspecto teoacuterico y praacutectico Teoacuterico en el sentido de poder producir campos delimi-tados de estudio mdashfenoacutemenos concretos en la expresioacuten de Michel de Certeaumdash en deducir problemas pertinentes y articular interro-gaciones ajustadas a dicho campo ademaacutes de calibrar las respuestas que puede aportar Praacutectico en tanto abre la posibilidad de mensu-rar ldquolos liacutemites de significabilidadrdquo no del campo de las preguntas o las respuestas aportadas sino del propio modelo como conjunto interrelacionado De nueva cuenta nos encontramos con lo que ya habiacutea mencionado De Certeau respecto al Seminario y al trabajo de investigacioacuten Los cortes teoacutericos facultan la constitucioacuten de campos de observacioacuten a partir de distinciones De tal manera que lo teoacuterico es funcional cuando puede establecer distinciones y utilizarlas con-secuentemente esto es cuando estaacute en condiciones de explotar las operaciones que se permiten en teacuterminos de formalizacioacuten y sus conexiones subsecuentes

Posteriormente es necesario introducir un trabajo criacutetico de des-viacioacuten si por tal se entiende la especificacioacuten de nuevas preguntas que ponen en entredicho esas limitaciones formales esos cortes De los cortes se pasa a las desviaciones este proceso no reconoce el juego de las vecindades y sus coherencias como elemento central sino la posibilidad de las ldquotransgresiones loacutegicasrdquo29 El trabajo cientiacutefico en

27 De Certeau La escritura de la historia p 89 Destaco en este punto que Niklas Luhmann desarrolloacute una visioacuten maacutes que cercana de la problemaacutetica de la operacioacuten cientiacutefica La nocioacuten que utiliza en sus posturas epistemoloacutegicas es la de ldquoprogramardquo como instancia que permite establecer sin equiacutevocos los valores cientiacuteficos codificados Los programas estaacuten compuestos de teoriacuteas (enunciados y conceptos ldquopredicativosrdquo) y los meacutetodos como formas de resolver el problema especiacutefico de atribucioacuten de verdad o no verdad Cfr Luhmann La ciencia de la sociedad p 291 y s

28 Ibidem p 9729 Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidad p 9

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historia como en cualquier otra ciencia interviene en confrontacioacuten con los liacutemites impuestos todo con el fin de poder observar el otro lado de la distincioacuten Incluso para acceder en un punto particu-lar de la ejecucioacuten de dicha loacutegica autorregulativa a la unidad mis-ma de la distincioacuten utilizada aunque eacutesta soacutelo sea una situacioacuten temporalmente estabilizada En suma los laboratorios de experi-mentacioacuten epistemoloacutegica mdashesas instancias que ponen a prueba los modelosmdash se conforman como los nuacutecleos teoacuterico-metoacutedicos de la investigacioacuten histoacuterica

La diferenciacioacuten metoacutedica de la historia

Lo que destaca De Certeau es que esos modelos son trasladados al campo de la investigacioacuten histoacuterica desde otras disciplinas mientras que su aplicacioacuten al terreno de la investigacioacuten histoacuterica se cintildee al tipo de un ejercicio criacutetico de control y falsacioacuten de gran importancia para las propias ciencias o disciplinas cientiacuteficas que los originaron30 Me interesa mostrar algunas implicaciones que se pueden despren-der de la apreciacioacuten anterior La diversificacioacuten de modalidades de investigacioacuten histoacuterica y las distinciones con que cada una de ellas opera se incrementan constantemente gracias a sus aportes como resultado de la investigacioacuten Esto parece expresar la exigencia de reproduccioacuten autorreferencial por la viacutea de una ampliacioacuten continua de su base disciplinaria Esos dos aspectos son tratados por De Certeau en el sentido de una complementacioacuten por una parte respecto del empleo ldquosistemaacutetico de modelosrdquo mdashque ya son formas de diferen-ciacioacuten y que suponen variacioacuten en cuanto a las asimetriacuteas utiliza-dasmdash con aquella capacidad para identificar sus liacutemites de aplicacioacuten y ldquotransformar dichos liacutemites en problemas que puedan tratarse teacutecnicamenterdquo por otro31 Hay reproduccioacuten autorreferencial de las

30 ldquoLa historia se convierte en un lugar de lsquocontrolrsquo donde se ejercita una funcioacuten de falsificacioacutenrsquo Alliacute puede caerse en la cuenta de hasta doacutende llegan los liacutemites de significa-bilidad relativos a lsquomodelosrsquo que son lsquoensayadosrsquo uno por uno por la historia en campos ajenos a los de su propia elaboracioacutenrdquo De Certeau La escritura de la historia p 94

31 ldquoEstos dos aspectos estaacuten por lo demaacutes coordenados entre siacute puesto que si la diferencia se manifiesta gracias a la extensioacuten rigurosa de los modelos construidos se

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diversas formas de investigacioacuten histoacuterica cuando esas mismas mo-dalidades de trabajo producen maacutes diferenciaciones y distinciones a partir de diferenciaciones y distinciones previas

Las primeras las diferenciaciones se despliegan bajo un forma-to sincroacutenico segmentos sistemas de inteligibilidad o formas de racionalidad especiacuteficas Se coordinan bajo la relacioacuten de transver-salidad de manera tal que las diferencias entre ciencia econoacutemica sociologiacutea psicologiacutea social y antropologiacutea son tramitadas al interior del saber histoacuterico tambieacuten como procesos segmentados historia econoacutemica historia social historia de las mentalidades historia cul-tural etceacutetera Las segundas las distinciones de base utilizadas den-tro de cada segmento se despliegan en la investigacioacuten histoacuterica bajo criterios diacroacutenicos gracias a una distincioacuten basal de otro tipo pero caracteriacutesticamente histoacuterica la distincioacuten pasadofuturo32 Si bien la operacioacuten de todo sistema supone la necesidad de introducir estructuras de temporalidad como estas y que expresan los sucesivos estados internos del sistema bajo la diferencia entre pasado y futuro la historia se singulariza por introducir en cada distincioacuten prove-niente de las disciplinas con las que se relaciona un iacutendice de tem-poralizacioacuten por medio de la distincioacuten aludida

En este caso se trata de un proceso de reentrada de las distinciones operantes en la investigacioacuten social es decir que han sido sometidas ya a un proceso de reentrada en el interior de esas disciplinas33 Pero

vuelve significativa gracias a la relacioacuten que mantiene con ellos debido a una desviacioacuten mdashy precisamente esta desviacioacuten nos permite volver sobre los modelos para corregir-losmdash Se podriacutea decir que la formalizacioacuten de la investigacioacuten tiene precisamente como objetivo la produccioacuten de lsquoerroresrsquo mdashinsuficiencias carenciasmdash que pueden utilizarse cientiacuteficamenterdquo De Certeau La escritura de la historia p 91

32 Cfr Niklas Luhmann Sistemas sociales Lineamientos para una teoriacutea general trad de Silvia Pappe y Brunhilde Erker bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Nafarrate Meacutexico Alianza 1991 p 97 y s

33 El concepto de re-entrada (re-entry) elaborado por Spencer Brown en el marco de su trabajo sobre el caacutelculo de las formas intenta describir una capacidad especiacutefica de los sistemas autorreferenciales y autopoieacuteticos como la ciencia Ese rasgo consiste en que su operacioacuten se gesta alrededor de una distincioacuten especiacutefica distincioacuten que es constantemen-te reintroducida en su interior como forma de autoobservacioacuten esto es de autorreflexioacuten Esta capacidad al consolidarse le permite al sistema designar su propia unidad siempre en relacioacuten con un entorno Veacutease al respecto Luhmann La ciencia de la sociedad p 65 y s

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ademaacutes supone en cuanto al nivel autorreflexivo requerido la ins-tauracioacuten de ese proceso de circularidad que debe ahora reproducir-se como investigacioacuten histoacuterica En otras palabras el desarrollo me-toacutedico en la investigacioacuten histoacuterica se dirige a falsear el modelo utilizado en su conjunto expandiendo la consideracioacuten que al res-pecto ha sentildealado la propia filosofiacutea de la ciencia Se trata de un ejercicio de ampliacioacuten de las importantes aportaciones que Popper realizoacute sobre dicho proceso idealmente dirigido a explicar el modo por el cual los enunciados condicionales de las hipoacutetesis debiacutean so-meterse a la prueba de la falsacioacuten uno por uno y de manera total Frente a esta cualidad de la falsacioacuten el procedimiento metoacutedico en historia conjunta en esta fase al modelo como tal (teoriacuteas y procesos de aplicacioacuten) Es asiacute como la investigacioacuten en historia puede ser considerada un proceso de falsacioacuten de modelos sociales de sus sis-temas conceptuales y de los campos semaacutenticos asociados a ellos

De Certeau se refiere a esta peculiaridad cuando sentildeala que la funcioacuten de la investigacioacuten histoacuterica consiste en hacer resaltar las desviaciones al modelo singularizar sus liacutemites y hacerlos evidentes todo con el fin de reutilizar esos ldquoerroresrdquo como forma de correccioacuten histoacuterica en este caso de los propios modelos Esta forma de pro-ceder se manifiesta como un verdadero ldquocambio de frenterdquo en el aacutembito de la investigacioacuten Maacutes que iniciar con los datos referidos a la singularidad de los acontecimientos para acceder inductiva-mente desde este nivel baacutesico a generalizaciones bajo la forma de coherencias justificadas formalmente ahora se invierten los teacuterminos involucrados La investigacioacuten no puede maacutes que iniciar con cohe-rencias o ldquounidadesrdquo instituidas a priori buscando establecer decli-naciones entre las ldquocombinaciones loacutegicas de seriesrdquo Ello supone altos grados de abstraccioacuten de origen pues es de esta manera como se puede tratar la masa de informaciones disponibles por medio tambieacuten de decisiones y programaciones previas De una ldquoformali-zacioacutenrdquo de inicio se pasa a la singularidad de las rarezas identificadas como ldquofenoacutemenos de fronterardquo34

34 De Certeau La escritura de la historia p 92-93 En esta uacuteltima paacutegina afirmoacute ldquoEl intereacutes cientiacutefico de estos trabajos consiste en la relacioacuten que mantienen con totalidades impuestas o supuestas mdashlsquouna coherencia en el espaciorsquo lsquouna permanencia en el tiemporsquomdash

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Esto supone una transformacioacuten en la dimensioacuten misma de lo singularizable En el siglo xx la historia fue inscrita en el campo de aquellas ciencias que se caracterizaban por tratar lo particular mdashlos hechos uacutenicos e irrepetibles en la perspectiva historicistamdash mientras su meacutetodo y la intermediacioacuten documental recuperaban dicha cua-lidad gracias a la naturaleza inductiva de los procedimientos que poniacutean en juego Ya en su parte final los recursos a los que se acudiacutea eran formalmente interpretativos o aptos para la comprensioacuten her-meneacuteutica lo que sentaba su singularidad frente a las ciencias natu-rales Ahora ese cambio de frente desplaza el acontecimiento o lo particular hacia el final de una cadena productiva Es asiacute como los modelos y sus condiciones teoacutericas asociadas disponen las condicio-nes a partir de las cuales circunscribir aquello que puede ser deter-minado como singularidad Lo que alcanza denominacioacuten de par-ticularidad es un producto de operaciones regulares que tienden a sis tematizar universalidades acotadas35 Esto es si no hay un sistema observador clausurado en el sentido de la doble clausura que maneja el constructivismo operativo no es posible observar hechos particu-lares o acontecimientos diferenciados de otros acontecimientos

Es lo mismo que decir que cuando se identifica una singularidad o una particularidad esto se vuelve significativo mdashen la apreciacioacuten de Michel de Certeaumdash soacutelo desde un fondo y horizonte maacutes general Hay acontecimientos singularizados porque se pueden apreciar las diferencias que las determinan desde ciertas plataformas observado-ras que incluyen por fuerza la observacioacuten de la unidad de las dis-tinciones operadas (observaciones de segundo orden) De modo que el acontecimiento maacutes que mostrar una unidad simple que puede inscribirse progresivamente en conjunto con otras unidades para for-mar una estructura maacutes compleja mdashla loacutegica del todo y las partesmdash ex-presa una relacioacuten es decir una diferencia ldquoEl hecho es la diferenciardquo

y en los correctivos que pueden aportar [hellip] La investigacioacuten utiliza objetos que tienen la forma de su praacutectica ellos les proporcionan el medio de hacer resaltar las diferencias relativas a las continuidades o a las unidades de donde parte el anaacutelisisrdquo

35 Para Morin esas singularidades son determinaciones generadas por el empleo de leyes de interaccioacuten Esto cambia la relacioacuten habitual entre lo universal (expresado en leyes) y lo particular o singular al punto de que lo universal puede llegar a ser una singularidad entre otras Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo p 3

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afirmacioacuten realizada por De Certeau pero lo es en cuanto ldquodesigna una relacioacutenrdquo o una serie asiacute como sus ldquocombinacionesrdquo y sus muacutel-tiples posibilidades de cruzamiento el hecho no es una unidad o una suerte de sustancia percibible de forma naturalizada36

Las observaciones recurrentes enmarcadas en procesos conti-nuos que crean valores propios estaacuten en condiciones de signar el acontecimiento como una diferencia apreciable en un conjunto sis-temaacuteticamente organizado de interrelaciones Maacutes auacuten eacuteste es efec-to de la capacidad del sistema para organizar las diferencias que produce jerarquizarlas y crear otras estructuras menos evanescen-tes Si hay hechos singulares es porque son producto de un rejuego concertado de muacuteltiples interrelaciones pero su cualidad temporal es la falta de duracioacuten o su deacutebil estabilidad Ahora bien en cuanto a los errores identificables mdashesas desviaciones ya aludidasmdash la orientacioacuten manifestada por De Certeau no deja de ser concurrente en sus resultados e implicaciones con las nuevas prescripciones res-pecto a lo queacute es el trabajo cientiacutefico desde una postura sisteacutemica De tal suerte que ahora es ya comuacuten considerar que las ciencias producen estructuras que se enfrentan directamente con la frustra-cioacuten de las expectativas formuladas con anterioridad por ella misma

Las expectativas son estructuras que logran condensarse y que por lo tanto tienen cierta duracioacuten condicioacuten que resalta frente a la ocurrencia del acontecimiento pues eacuteste tiende a desaparecer en cuanto se exterioriza en el orden de un esquema Dichas estructuras suponen un trabajo especializado que consiste seguacuten lo dicho an-teriormente en tramitar como variacioacuten lo que se esfuerza constan-temente en encontrar como desengantildeo esto uacuteltimo se refiere a ese conjunto de probabilidades que ella designa como campo de pronoacutes-ticos significativos Los elementos condicionales de las expectativas

36 De Certeau La escritura de la historia p 97 En este mismo texto paacutegina 99 escri-bioacute lo siguiente ldquoSi es verdad que lo particular especifica a la vez la atencioacuten y la inves-tigacioacuten esto no lo hace como un objeto pensado sino al contrario porque es el liacutemite de lo pensable Lo uacutenico pensado es lo universal [hellip] Si la lsquocomprensioacutenrsquo histoacuterica no se encierra en la tautologiacutea de la leyenda o no huye hacia la ideologiacutea tiene como prime-ra caracteriacutestica no el convertir en pensable las series de datos trillados (aunque alliacute esteacute la lsquobasersquo) sino el nunca renunciar a la relacioacuten que las lsquoregularidadesrsquo mantienen con las lsquoparticularidadesrsquo que se les escapanrdquo

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en el campo cientiacutefico se preparan para poder ldquoafrontar decepcio-nesrdquo en un entorno altamente contingente es decir suscrito a muacutel-tiples posibilidades de decepcioacuten Es por este camino que la ciencia continuamente introduce ajustes es decir modificaciones en sus propias expectativas con el fin de tratar de asegurar la continuidad de su operacioacuten por medio de variaciones susceptibles de ser ges-tionadas en su interior37

La nocioacuten de falsacioacuten expresa por tanto la orientacioacuten central que tienen los procedimientos metodoloacutegicos a saber enfrentarse a altos estaacutendares de improbabilidad para poder continuar constante-mente con sus ejecuciones en un ambiente especializado En opinioacuten de Michel de Certeau la historia no busca ya maacutes un sentido global y unitario sino el conjunto de ldquoexcepcionesrdquo susceptibles de ser lo-calizadas cuando utiliza modelos en contraste continuo con corpus documentales ldquoEl trabajo consiste en producir algo negativo que sea significativo Se ha especializado en la fabricacioacuten de diferencias signi-ficativas que permiten lsquoimponerrsquo un rigor maacutes grande en las progra-maciones y explorarlas maacutes sistemaacuteticamenterdquo38 Si consideramos todaviacutea la imagen habitual de la ciencia incluso para posturas como las enarboladas por el empirismo loacutegico la historia no podriacutea ser ciencia si no siguiera el camino trazado por su fundamentacioacuten filo-soacutefica convencional Entonces como la ciencia debe comprobar sus enunciados condicionales (hipoacutetesis) bajo procedimientos estrictos en sentido loacutegico asiacute la historia se quedariacutea en un trabajo fuacutetil de

37 Luhmann Sistemas sociales p 272 y s En otro de sus trabajos ya citado aquiacute sentildealoacute al respecto ldquoLas estructuras que permiten de esta manera que surja comunicacioacuten de comunicacioacuten tienen que contener proyecciones temporales Deben consistir de ex-pectativas (si se nos permite el uso despsicologizado del teacutermino) que reducen las posi-bilidades de variacioacuten de otras comunicaciones Las expectativas producen precisamen-te porque tienen que estar preparadas para afrontar decepciones una continuidad suficiente de mundo [hellip] No es necesario saber coacutemo es el mundo realmente Soacutelo se tiene que disponer de posibilidades de registrar y recordar (aunque en forma selectiva y olvidadiza) las experiencias propias Entonces la comunicacioacuten puede trabajar con suposiciones fijables mediante el lenguaje calibradas para posibles decepciones y que pueden ser utilizadas como algo familiarizado porque se sabe o en caso dado se puede determinar raacutepidamente coacutemo iniciar las reparaciones y coacutemo seguir comunicando en forma comprensiblerdquo Luhmann La ciencia de la sociedad p 102-103

38 De Certeau La escritura de la historia p 99

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formular redundancias a partir de expectativas fuertes que son para todos los efectos reflexivos estructuras de redundancia

Por supuesto que existen estructuras de redundancia sin las cua-les la operacioacuten historiograacutefica seriacutea imposible y que actuacutean bajo los dictados de una memoria de la propia operacioacuten Pero ello no inhi-be sino que incluso lo exige como precepto crucial la posibilidad de identificar formas de variacioacuten que son siguiendo a De Certeau significativas no asiacute las redundancias La expresioacuten diferencias signi-ficativas quiere decir formas estructuradas por el sistema operativo para identificar y utilizar aquellos enlaces que le permitan conti-nuar su recursividad La investigacioacuten histoacuterica soacutelo puede pro-ducir maacutes investigacioacuten histoacuterica mdashgenerar diferencias a partir de diferenciasmdash siempre y cuando esteacute capacitada para continuar falseando modelos sociales Es otra forma de decir que la historia es una ciencia especializada en trabajar con contingencias puesto que un mundo social como el actual configurado en todos sus aacutem-bitos por situaciones de gran complejidad el riesgo se convierte en indeterminacioacuten radical

El problema de la complejidad y la funcionalidad del saber histoacuterico

Ya en los estudios realizados por Max Weber sobre el caraacutecter de la sociedad moderna se introduce la suposicioacuten de que dicho sistema no puede maacutes que reproducirse incrementando sus tasas internas de complejidad39 Lo que se haraacute evidente maacutes tarde es que el siste-ma social alcanzando niveles de una organizacioacuten funcionalmente diferenciada gestiona esos altos grados de complejidad y de inde-terminacioacuten (contingencia) de dos maneras En un caso especializa aacutereas en el tratamiento de sectores o regiones siendo estos sectores

39 La complejidad social incrementada se entiende en Weber como aumento ten-dencial de diferenciacioacuten social interna Esta apreciacioacuten se encuentra en sus trabajos sobre el desencantamiento de mundo en el aacutembito de las propias imaacutegenes religiosas in-cluida la eacutetica protestante Pero tambieacuten en la comprensioacuten de la modernidad como proceso de racionalizacioacuten Veacutease la sugerente lectura realizada por Habermas en Juumlrgen Habermas Teoriacutea de la accioacuten comunicativa i Racionalidad de la accioacuten y racionalizacioacuten social versioacuten castellana de Manuel Jimeacutenez Redondo Meacutexico Taurus 2002 p 213 y s

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producto de un proceso evolutivo que hace emerger sistemas socia-les diversificados40 En otro transforma la indeterminacioacuten y la im-probabilidad resultante en expectativas enfrentadas a las probables decepciones que a su vez pueden dar cabida a una variacioacuten con-trolada de sus estructuras La historia es un saber ligado a esa di-versificacioacuten y a la indeterminacioacuten correlativa bajo una particular forma de afrontar decepciones que siguiendo el razonamiento an-terior es funcional para la propia sociedad Esta funcionalidad de la historia la entiende De Certeau como ejercicio criacutetico en relacioacuten con el uso de modelos

Al historizar dichos modelos cosa que no sucede necesariamen-te en sus disciplinas de origen la historia pone en juego una deter-minacioacuten sobre los modelos de racionalidad que los sostienen con-jugada con un ejercicio de temporalizacioacuten Es decir muestra la contingencia que los permite proyectaacutendolos en un espacio tempo-ral especiacutefico Se trata de una criacutetica histoacuterica dado que obliga a tomar en cuenta los liacutemites de esos modelos de racionalidad y por tanto la imposibilidad de universalizarlos Un doble efecto se presenta con esta criacutetica histoacuterica y es puesto de relieve por De Certeau Pri-mero una historizacioacuten del presente del sistema social cuestioacuten que no puede desligarse del proceso inaugurado por la cultura moderna esto es la diferenciacioacuten como criterio interno del sistema El pro-ceso consiste en historizar lo actual seguacuten la apreciacioacuten de Michel de Certeau Segundo el pasado muestra su valor para ese presente en el sentido de simbolizar ldquolo que hace faltardquo en eacutel41 En otras pa-labras expone la pertinencia de la distincioacuten pasadofuturo para el ejercicio de autorreflexioacuten del sistema social

Aun cuando la sociedad recurre a formas elaboradas de autorre-flexioacuten y en este rubro debe incluirse a las ciencias sociales no puede alcanzar una descripcioacuten unitaria de siacute misma Lo que lo impide es el propio proceso de diferenciacioacuten interna dado que la complejidad resultante escapa a toda descripcioacuten teoacuterica que pueda dar cuenta del

40 Niklas Luhmann Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia edicioacuten y trad de Josetxo Beriain y Joseacute Mariacutea Garciacutea Blanco Madrid Trotta 1998 Veacutease en particular el capiacutetulo 4 titulado ldquoLa diferenciacioacuten de la sociedadrdquo p 71-98

41 De Certeau La escritura de la historia p 100

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conjunto de los elementos actuantes en su propia autopoiesis Esta situacioacuten implica la necesidad de seleccioacuten Es imposible calcular el nuacutemero de relaciones posibles entre los elementos actuantes en el sis-tema dado que no soacutelo han aumentado en cantidad y en grados im-posibles de determinar sino que las relaciones que pueden estable-cerse entre ellos no se realizan de manera exhaustiva y no se producen de forma simultaacutenea De ahiacute que sea la seleccioacuten el criterio operativo central para un sistema que alcanza esos niveles de complejidad42 Lo anterior puede relacionarse con la propia diversificacioacuten entre las ciencias sociales pues expresan precisamente el proceso de diferen-ciacioacuten social los grados de su espacializacioacuten reproducen los niveles diferenciados necesarios para afrontar esa complejidad

Lo que resulta es de nuevo una paradoja la complejidad enten-dida como proceso agudo de disociacioacuten interna (subsistemas socia-les) puede ser reflexionada por instancias igualmente diferenciadas pero siempre ligadas a esferas particulares No es ya posible desde una situacioacuten social como la nuestra describir el proceso con una sola teoriacutea ni acceder a un conocimiento universal o sinteacutetico de esa misma situacioacuten social compleja Las ciencias sociales contribuyen con una autocomprensioacuten del sistema social a partir de generar ob-servaciones de segundo orden sobre los oacuterdenes diferenciados mis-mos En tal sentido las investigaciones sociales dan cuenta de la diferenciacioacuten evolutiva que ha alcanzado el propio sistema social De tal forma que las observaciones construidas por estas ciencias se convierten en autoobservaciones del propio sistema social para nu-trir sus procesos de autorreflexioacuten Las ciencias sociales son funcio-nales para el sistema porque tematizan la complejidad evolutiva del propio sistema Sus propios campos de estudio o empiacutericos se cons-tituyen en relacioacuten directa con el proceso de diversificacioacuten social

42 ldquoPodemos encontrar foacutermulas matemaacuteticas que calculen el nuacutemero de relaciones posibles pero toda operacioacuten del sistema que establece una relacioacuten tiene que elegir una entre muchas mdashla complejidad impone la seleccioacutenmdash Un sistema complejo surge soacutelo por seleccioacuten Esta necesidad de seleccioacuten cualifica los elementos es decir da cualidad a la pura cantidad La cualidad en este caso no es otra cosa que la capacidad selectiva limi-tada es la neguentropiacutea comparada con la entropiacutea mdashque significa que todas las rela-ciones loacutegicamente posibles tienen un oportunidad igual de realizarserdquo Luhmann Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia p 26

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por lo que los resultados entendidos como autoobservaciones apor-tan elementos para la reproduccioacuten de los sistemas sociales y de sus iacutendices de diferenciacioacuten

Tomando en cuenta lo anterior la disciplina histoacuterica presenta una singularidad debida a la relacioacuten que guarda con esta clase de ciencias gracias al transporte de modelos sociales reproduce en su loacutegica de investigacioacuten tambieacuten una diferenciacioacuten anaacuteloga a la que se presenta entre las propias ciencias sociales y entre los subsistemas con los cua-les estaacuten ligadas Por un lado la relacioacuten induce una homogeneizacioacuten de ramas de investigacioacuten sumamente especializadas (historia econoacute-mica historia social historia poliacutetica historia cultural etceacutetera) Por otro establece una heterogeneidad entre cada rama la misma hetero-geneidad que guardan las diferentes disciplinas sociales A este pro-ceso le ha denominado segmentacioacuten y permite la cohesioacuten interna de cada forma de investigacioacuten histoacuterica De manera un tanto esquemaacute-tica se pueden establecer dos aspectos en teacuterminos de funcionalidad respecto al campo de la investigacioacuten social cosa que en De Certeau supone ejercicio criacutetico Primero este ejercicio establece los liacutemites operativos de las propias investigaciones sociales por medio del ejer-cicio de falsacioacuten de sus modelos como ya hemos visto incremen-tando asiacute el iacutendice de variacioacuten de la ciencia social de que se trate esto lo he denominado al inicio de este escrito principio de limitabilidad

El segundo aspecto de criticidad consecuencia del anterior con-siste en aumentar los recursos de autorreflexioacuten de estas disciplinas al introducir una referencia al pasado del sistema social y por tanto de los subsistemas y de las observaciones que sobre dicha diferencia-cioacuten producen las ciencias sociales Esto acarrea la introduccioacuten de ese principio de contingencia o de deriva que junto con el anterior con-forman los pilares centrales de la epistemologiacutea histoacuterica En este caso se trata de un necesario rasgo de historizacioacuten de sus propios modelos pero tambieacuten de la disciplina que lo generoacute cosa que le permite obser-varse en el horizonte de un despliegue temporal de su ra cionalidad operativa43 Lo que muestran ambos aspectos es que las investigaciones

43 ldquoCada ciencia se refiere a un movimiento histoacuterico explicita sus posibilidades en un modo discursivo que le es propio implica un lsquootrorsquo diferente de ella misma la historia que la permitioacute y sigue siendo el a priori de toda racionalidad Todo lenguaje

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77MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

histoacutericas se comportan para los efectos de variacioacuten cognitiva (frus-tracioacuten de expectativas) y de reflexividad en la reproduccioacuten auto-poieacutetica de las disciplinas sociales como productora de observaciones de tercer orden en relacioacuten con las observaciones sociales

Al producir estas observaciones que en todo caso se conforman como comunicaciones la historia aporta elementos para establecer la unidad del sistema social a partir de sentildealar lo diferente Las co-municaciones historiograacuteficas designan directamente esas diferen-ciaciones en teacuterminos temporales es decir introduciendo mayores iacutendices de contingencia sin los cuales los sistemas no pueden operar Al establecer los liacutemites de los modelos de racionalidad del presen-te faculta a esas disciplinas para historizar sus propias unidades operativas condicioacuten requerida para la autopoiesis del sistema En-tonces las estructuras temporales que introduce la historiografiacutea permiten para cada disciplina establecer los estados presentes de su operacioacuten sisteacutemica lo actualmente dado y por tanto tambieacuten lo posible44 La diferencia que resulta es decir el pasado instituye un conjunto de previsiones susceptibles de ser tratadas como unidades formales actuales mientras lo posible se juega en un horizonte de aperturas que son conceptualmente esquematizadas y planteadas hipoteacuteticamente en los registros metodoloacutegicos de las historias

Esas unidades formales del presente coinciden con los liacutemites identificados de las operaciones al comparar el estado actual con los estados anteriores de los subsistemas se les dota de elementos de control sobre sus propias formas de operacioacuten ademaacutes de permitir orientar las transformaciones de sus estructuras por medio de una suerte de estabilidad dinaacutemica45 La ciencia de la historia como con-glomerado operativo exhibe su condicioacuten de sistema observador de

coherente funciona gracias a cuestiones previas que eacuteste supone sin fundarlasrdquo De Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo p 213-214

44 ldquoLa diferencia fundamental entre actualidad y horizonte de posibilidades hace posible la rediferenciacioacuten de las diferencias entre las posibilidades abiertas asiacute como su comprensioacuten tipificacioacuten esquematizacioacuten y que ganen valor de informacioacuten en la siguiente actualizacioacuten [hellip] Al principio por tanto no se encuentra la identidad sino la diferencia Soacutelo asiacute es posible conferir valor de informacioacuten a las casualidades y construir con ello un ordenrdquo Luhmann Sistemas sociales p 94

45 Luhmann La ciencia de la sociedad p 202

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tercer orden pues confronta directamente la inseguridad autoprodu-cida por las investigaciones sociales con el fin de inducir su gestioacuten y manipulacioacuten para sus propias operaciones autopoieacuteticas46 Por tanto la historia es una ciencia especializada en el tratamiento de la inseguridad temporal que resulta de la relacioacuten entre estados futuros y decisiones presentes Si como ha sentildealado De Certeau en la ope-racioacuten historiograacutefica ldquolas permanencias ocultas y las rupturas ins-tauradoras se amalgamanrdquo esto mismo es agregado reflexivamente a las observaciones sociales La historia aporta una visioacuten que mues-tra que su funcionamiento es producto de un conjunto de ldquopertenen-ciasrdquo sociales y praacutecticas instauradas en el orden de lo contingente47

La localizacioacuten efectuada da pie para el anaacutelisis reflexivo que se necesita para conducir la reproduccioacuten de las operaciones y las ob-servaciones subsecuentes Es en este punto crucial de la recursividad sisteacutemica donde la historia encuentra su caraacutecter funcional tempo-ralizar e introducir elementos reflexivos en las modalidades de au-toobservacioacuten de la sociedad tardomoderna Al situar el conjunto de las operaciones en aquellos ambientes sociales donde se produ-cen la reflexividad aportada consiste en suma en comunicar lo indudable o evidente en teacuterminos de lo maacutes improbable ldquoPensar como improbable la ya existenterdquo48 Lo contrario seriacutea sin duda la ruina para las formas de saber actuales esto es la ficcioacuten de haber triunfado sobre la diferencia De tal suerte que no habriacutea otra confi-guracioacuten de saber moderna donde la diferencia alcance tales dimen-siones cognitivas como en la historia al punto de convertirse en una ciencia que busca constantemente la herejiacutea que le es inherente y los innumerables puntos de fractura que introduce en el presente49

46 ldquoLa ciencia tiene que ver ante todo con inseguridad autoproducida Esta inse-guridad se puede aprovechar en forma siempre diferente y quizaacutes mejor puede ser puesta en circulacioacuten en la observacioacuten de los observadores Pero no puede ser elimi-nada Y toda ciencia se basa en ellardquo Ibidem p 78

47 De Certeau La escritura de la historia p 53 Del mismo autor ldquoLa ruptura instau-radorardquo p 212

48 Alfonso Mendiola ldquoLa inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia iquestargu-mentativa yo narrativardquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2005 p 93-122 p 118

49 ldquoRespecto a lo pensable reintroduce la hipoacutetesis de una diferencia la herejiacutea de otras coherencias En las organizaciones actuales sentildeala la fisura entre un irreal distinto

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79MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

bIblIograFiacutea

certeau Michel de Historia y psicoanaacutelisis entre ciencia y ficcioacuten 2a ed trad de Alfonso Mendiola Meacutexico Universidad Iberoamericana 2003 168 p

La escritura de la historia 2a ed trad de Jorge Loacutepez Moctezuma Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993 334 p

La faacutebula miacutestica Siglos xvi y xvii trad de Jorge Loacutepez Moctezuma revisioacuten teacutecnica de Roberto Flores y Luce Giard Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993 353 p

La posesioacuten de Loudun edicioacuten revisada por Luce Giard trad de Marcela Cinta Meacutexico Universidad Iberoamericana 2012 270 p

ldquoLa ruptura instauradorardquo en La debilidad del creer trad de Viacutector Goldstein Buenos Aires Katz 2006 p 191-230

ldquoiquestQueacute es un seminariordquo en Carmen Rico de Sotelo (coord) Re-lecturas de Michel de Certeau Meacutexico Universidad Catoacutelica de UruguayPontificia Universidad JaverianaUniversidad Iberoamericana 2006

dosse Franccedilois ldquoDe Certeau un historiador de la alteridadrdquo en Perla Chinchilla (coord) Michel de Certeau un pensador de la diferencia Meacutexico Universidad Iberoamericana 2009 p 13-39

Foerster Heinz von Observing Systems introduccioacuten de Francisco J Varela Seaside (California) Intersystems Publications 1981 331 p

ldquoPor una nueva epistemologiacuteardquo Metapoliacutetica Meacutexico v 2 n 8 Disponible en httpecologiahumanaclpdfPOR20UNA20NUEVA20EPISTEMOLOGIApdf (fecha de consulta 19 de diciembre de 2013)

Foucault Michel Las palabras y las cosas una arqueologiacutea de las ciencias humanas 24a ed trad de Elsa Cecilia Frost Meacutexico Siglo XXI 1996

(en ese momento y tal vez debido a que presenta esa posibilidad como lo real de ayer) La escritura historiograacutefica crea a-topiacuteas Abre no-sitios (ausencias) en el presente A veces organiza sistemaacuteticamente puntos de huida en el orden de los pensamientos y de las praacutecticas contemporaacuteneas Se coloca entonces del lado del suentildeo Bentham ya lo deciacutea y el anaacutelisis freudiano nos lo ensentildeoacute auacuten mejor la alteridad de lo real resurge en la ficcioacuten vuelve a lo irreal de lo fantaacutestico Reaparece bajo la figura literaria del fictitious despueacutes de haber sido eliminada por las otras praacutecticas productoras de lsquohechos objetivosrsquordquo De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 120

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80 historia y meacutetodo en el siglo xx

HaberMas Juumlrgen Teoriacutea de la accioacuten comunicativa i Racionalidad de la accioacuten y racionalizacioacuten social versioacuten castellana de Manuel Jimeacutenez Redondo Meacutexico Taurus 2002

luHMann Niklas Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas lecciones publicadas por Javier Torres Nafarrate Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de Occidente 2009

ldquoiquestCoacutemo se pueden observar estructuras latentesrdquo en Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Homenaje a Heinz von Foerster trad Cristoacutebal Piechocki Barcelona Paidoacutes 1995

Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia edicioacuten y tra-duccioacuten de Josetxo Beriain y Joseacute Mariacutea Garciacutea Blanco Madrid Trotta 1998 257 p

La ciencia de la sociedad trad de Silvia Pappe Brunhilde Erker y Luis Felipe Segura Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de OccidenteAnthropos 1996

Sistemas sociales Lineamientos para una teoriacutea general trad de Silvia Pappe y Brunhilde Erker bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Na-farrate Meacutexico Alianza 1991

MendIola Alfonso ldquoEl conflicto o la unioacuten en la diferencia institucioacuten creencia y herejiacutea en Michel de Certeaurdquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 30 2008

ldquoEl giro historiograacutefico la observacioacuten de observaciones del pa-sadordquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2000 p 181-208

ldquoLa inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia iquestargumen-tacioacuten yo narrativa Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2005 p 93-122

MorIn Edgar ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo Gazeta de Antropolo-giacutea n 20 2004 p 8-9 Disponible en httpwwwugres~pwlac G20_02Edgar_Morinpdf (fecha de consulta 20 de diciembre de 2013)

ruumlsen Joumlrn ldquoOrigen y tarea de la teoriacutea de la historiardquo en Silvia Pappe (coord) Debates recientes en la teoriacutea de la historiografiacutea alemana trad de Kermit McPherson Meacutexico Universidad Autoacutenoma Metropolitana AzcapotzalcoUniversidad Iberoamericana 2000

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Franccedilois Hartog (n 1946) o el contraste como meacutetodo

aurelIa valero PIeUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Unidad de Investigacioacuten sobre Representaciones Culturales y Sociales Morelia

ldquoCuando se quiere estudiar a los hombres mdashescribioacute Jean-Jacques Rousseaumdash es necesario mirar cerca de siacute pero para estudiar al hombre hay que aprender a llevar la vista a lo lejos hay que obser-var primero las diferencias para descubrir luego las propiedadesrdquo1 En esas y otras liacuteneas del Ensayo sobre el origen de las lenguas se ha llegado a reconocer algunos antecedentes de la antropologiacutea con-temporaacutenea esto es aquella rama del conocimiento que examina la alteridad y organiza el espacio del otro mediante diversas estrategias discursivas2 Entendido como un ir y venir entre lo universal y lo particular entre la igualdad y la diferencia lo que podriacutea denomi-narse gesto etnograacutefico vinculariacutea a pensadores a la vez cercanos y disiacutemiles como Eacutemile Durkheim Marcel Mauss Claude Leacutevi-Strauss y Michel de Certeau por no mencionar sino a unos cuantos autores de lengua francesa

A estos nombres convendriacutea agregar el de Franccedilois Hartog des-de luego no soacutelo por vincularse a ese espacio linguumliacutestico y cultural sino en virtud de una obra que ha contribuido a renovar la historia intelectual merced a distintas operaciones de tipo comparatista En un vaiveacuten constante entre diversos periodos autores y disciplinas su manejo del contraste se ha traducido en innovadoras lecturas de la historia la historicidad y la historiografiacutea ademaacutes de haberle permitido construir herramientas conceptuales de una amplia ca-pacidad heuriacutestica Tal es el caso en especial de nociones como ldquopresentismordquo y ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo cuyos alcances y li-mitaciones se estaacuten poniendo a prueba incluso maacutes allaacute del medio

1 Jean-Jacques Rousseau Ensayo sobre el origen de las lenguas Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1984 p 38

2 Sobre la posicioacuten de Rousseau como ldquopadrerdquo de la etnologiacutea y precursor de la lin-guumliacutestica contemporaacutenea es posible consultar Claude Leacutevi-Strauss Le regard eacuteloigneacute Pariacutes Plon 1983 y Jacques Derrida De la grammatologie Pariacutes Les Eacuteditions de Minuit 1967

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82 historia y meacutetodo en el siglo xx

historiador Examinar ese enfoque a partir de ciertos pasajes y ele-mentos inscritos en su obra constituye el objeto de las paacuteginas siguientes concebidas para evaluar el meacutetodo empleado y sus potencialidades para el presente

la InQuIetante extrantildeeza de la HIstorIa

En una conferencia pronunciada hace un par de antildeos en esta ciudad Hartog describioacute su condicioacuten de historiador como una ldquono perte-nenciardquo ldquoNo soy mdashafirmabamdash un historiador de Francia de Brasil de Meacutexico ni de ninguacuten otro sitio y [hellip] por lo tanto me encuentro en una situacioacuten de no pertenenciardquo Los viajes acadeacutemicos los tras-lados constantes e incluso una larga estancia de investigacioacuten en Indonesia favorecieron que desarrollara una ldquomirada a distanciardquo (regard eacuteloigneacute) entendida en el sentido que Claude Leacutevi-Strauss prestoacute a la expresioacuten3 ldquoEsta situacioacuten mdashaclaroacute el conferenciantemdash permite ser maacutes atentordquo4

Los principales componentes de su planteamiento aparecen ya en esas palabras en primer teacutermino la importancia concedida al lugar del observador y el intereacutes por desplazarlo de continuo Ello responde a que la historia uacutenicamente realiza su potencial pleno cuando se introducen sucesivos cambios de perspectiva De esta forma no soacutelo se alude al hecho ciertamente banal de que nuevos fragmentos del pasado van surgiendo conforme se rota la pupila sin descartar novedades posibles la especificidad del enfoque re-side en proceder por una especie de rodeo en que lo ajeno desem-boca en lo propio y lo familiar se redescubre en la extrantildeeza ldquoLa desviacioacuten mdashespecificoacute en otro momentomdash es justamente lo que

3 Seguacuten Claude Leacutevi-Strauss la mirada distanciada constituye el gesto distintivo del antropoacutelogo un gesto que permite percibir por efecto de un descentramiento los rasgos positivos y negativos de la cultura propia Se vuelven de este modo patentes ciertos aspectos que hasta entonces habiacutean permanecido latentes y se preserva el lugar del observador de cualquier pretensioacuten de absoluto Veacutease por ejemplo Claude Leacutevi- Strauss y Didier Eribon De pregraves et de loin Pariacutes Odile Jacob 1988

4 Franccedilois Hartog ldquoCreer en la historia ayer y hoy Sesioacuten de preguntasrdquo en Gui-llermo Zermentildeo (coord) HistoriaFin de siglo Meacutexico El Colegio de Meacutexico 2016

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83FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

interesa porque ofrece un punto de apoyo para poner en tela de juicio nuestras certezas y por lo tanto volver sobre nuestras dudasrdquo5 Dar un paso hacia atraacutes mdasho a un costado seguacuten preconi-zaba Michel de Certeaumdash con el fin de desnaturalizar el pasado y relativizar el presente constituye a muy grandes rasgos el modus operandi de esta apuesta interpretativa

Avanzar de lo desconocido a lo conocido tal como sugiere la propuesta supone invertir al menos en apariencia la ruta maacutes comuacuten en la construccioacuten del saber Pese a contravenir la loacutegica habitual recorrer el camino a contraflujo de las praacutecticas corrientes obedece a la necesidad de disipar una ilusioacuten aquella que pretende convertir la cercaniacutea en una garantiacutea de comprensioacuten Por lo demaacutes no hay nada maacutes opuesto a la experiencia ordinaria aunque la leccioacuten suele pasar inadvertida aqueacutella nos ensentildea que a mayor proximidad lo visible tiende a tornarse invisible Por obra del contacto constante las imaacute-genes de nuestro pasado y nuestro presente se transforman de acuer-do con una metaacutefora de Hartog en ldquoretratos de familia tan familiares que ya no los vemosrdquo6 De ahiacute que el problema no consista tanto en la dificultad de reconstruir una ausencia cuanto en la exigencia de devolver la visibilidad a una presencia Colocar el entorno bajo una

5 Franccedilois Hartog El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2003 p 8

6 Franccedilois Hartog Evidencia de la historia Lo que ven los historiadores Meacutexico Uni-versidad Iberoamericana 2011 p 87 Tal es por recurrir a un ejemplo la leccioacuten que Edgar Allan Poe nos ofrece en su conocido relato ldquoLa carta robadardquo A la pregunta sobre coacutemo asegurar el anonimato de un valioso documento Auguste Dupin el perso-naje central de la historia responde dejaacutendolo a la vista La siguiente analogiacutea explica esa contradiccioacuten inherente a nuestras facultades perceptivas ldquoHay un juego de acerti-jos [hellip] que se realiza sobre un mapa Uno de los jugadores pide a alguien que encuen-tre un nombre dado mdashel nombre de una ciudad de un riacuteo de un estado o de un impe-riomdash cualquier palabra en suma comprendida en la extensioacuten abigarrada e intrincada del mapa Una persona novata en el juego procura en general embrollar a sus adver-sarios indicaacutendoles nombres impresos en letras diminutas pero los acostumbrados al juego escogen los nombres impresos en gruesos caracteres que se extienden desde una punta a la otra del mapa Estas palabras [hellip] escapan a la observacioacuten por el hecho mismo de su excesiva evidencia y aquiacute el olvido material es precisamente anaacutelogo a la intencioacuten moral de una inteligencia que deja pasar las consideraciones demasiado pal-pables demasiado patentesrdquo Edgar Allan Poe El escarabajo de oro y otros cuentos Meacutexico Rei 1988 p 227-228

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84 historia y meacutetodo en el siglo xx

luz inusual de tal modo que eacuteste se imponga nuevamente a la con-ciencia es una propiedad del meacutetodo comparatista

Asociado en Francia a personalidades como Jean-Pierre Vernant Marcel Detienne y Pierre Vidal-Naquet el comparatismo se convir-tioacute en el sello distintivo de una escuela de antropologiacutea histoacuterica que desde los antildeos setenta privilegioacute el estudio de la Antiguumledad grie-ga7 En esa liacutenea es posible situar igualmente a Franccedilois Hartog no soacutelo por haber recibido en directo aquellas ensentildeanzas sino por haber sabido cultivar un enfoque que examina no tanto objetos cuanto las relaciones que priman entre ellos Junto con el caraacutecter experimental y constructivo al que aspira esta corriente su obra se distingue por el recurso a la comparacioacuten en tanto instrumento do-tado de una amplia capacidad heuriacutestica La principal consiste en la facultad de poner en evidencia y colocar en perspectiva atributos uacutenicamente aprovechables de evitarse el reduccionismo que conti-nuamente acecha a esa operacioacuten cognitiva Limitarse a articular oposiciones binarias olvidar los problemas que conlleva homologar entidades inconexas u obviar los paraacutemetros que regulan las corre-laciones construidas son ejemplos de las simplificaciones que con frecuencia acarrea el uso irreflexivo del contraste8 En ocasiones de manera expliacutecita y en otras tantas de modo impliacutecito a esas cuestio-nes Hartog ha respondido al postular que ldquono se trata de desplegar un programa de una comparacioacuten regulada sino de dar muestra de una atencioacuten comparatistardquo Por debajo de su llamada ldquoarqueologiacutea del historiadorrdquo aparecen de este modo los contornos de una teoriacutea de la observacioacuten9

Desde un punto de vista estructural iquestqueacute significa observar sino introducir una diferencia entre lo visto y lo no visto entre lo que

7 Se considera que la obra de Marcel Detienne Comparer lrsquoincomparable Pariacutes Le Seuil 2009 expone el programa y el meacutetodo que dirigioacute la escuela francesa de antropo-logiacutea comparada Un breve recuento de esta corriente junto con sus principales obras y representantes figura en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 p 434-448

8 Algunas de las principales criacuteticas dirigidas contra el enfoque comparatista apare-cen en Michael Werner y Beacuteneacutedicte Zimmermann ldquoBeyond Comparison Histoire Croiseacutee and the Challenge of Reflexivityrdquo History and Theory v 45 n 1 febrero 2006 p 30-50

9 Hartog Evidencia de la historia p 24-25 y 133 Las cursivas son miacuteas

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85FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

retiene el intereacutes y aquello que permanece como un teloacuten de fondo Siendo asiacute quien mira a su alrededor establece distinciones sucesi-vas condicioacuten indispensable para atribuir un orden y un valor a la pluralidad de estiacutemulos que informa la experiencia De aceptar estas premisas una consecuencia se impone a saber que entender coacutemo se ve desde un mirador en especiacutefico mdashy no soacutelo aquello que se ve el queacute de la miradamdash requiere explicitar dichas distinciones Trasla-darlas a la conciencia de tal modo que se yergan en objeto de aten-cioacuten equivale a efectuar lo que Niklas Luhmann denominoacute una observacioacuten de segundo grado ldquoPara la observacioacuten de una operacioacuten (incluyendo la de la observacioacuten) mdashexplicoacute en referencia al teacutermi-nomdash basta una observacioacuten simple de lo que sucede [hellip] Para la observacioacuten de la operacioacuten como observacioacuten sin embargo hay que hacer el esfuerzo por colocarse en un nivel de segundo orden lo cual significa seguacuten una idea hoy en diacutea asimilada en la linguumliacutestica un nivel con componentes autorreferencialesrdquo10 Identificar los ejes que estructuran la mirada es resultado por consiguiente de un desdo-blamiento que consiste en observar la observacioacuten y en asumirse como sujeto y objeto de estudio Si bien formulado desde otro marco teoacuterico y conceptual tal es igualmente el sentido y la funcioacuten que Hartog ha prestado al tiacutetulo de arqueoacutelogo de la percepcioacuten11

observando al observador

Un ejemplo del esfuerzo por mostrar los estratos que sostienen lo visible aparece en El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro tesis de Estado publicada en 1980 con el sello de la editorial Gallimard Que identificar esos sedimentos constituyera el intereacutes

10 Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad Meacutexico Universidad Iberoamericana 1996 p 61

11 Asiacute se registra en pasajes como el siguiente al confrontar ldquolos enunciados del texto con el saber compartido no se trata de evaluar la descripcioacuten o juzgar la informa-cioacuten sino maacutes bien de estudiar la manera como se realiza la descripcioacuten y dedicarse al tratamiento de la informacioacuten Este problema del coacutemo [hellip] plantea finalmente el de las condiciones de posibilidad o al menos de una de ellas la de la construccioacuten del relatordquo Hartog El espejo de Heroacutedoto p 37

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86 historia y meacutetodo en el siglo xx

principal del autor queda de manifiesto en el objetivo asignado a la obra Eacuteste reside nada menos que en reconstruir ldquola mirada del his-toriador y el ojo de la historiardquo a partir del campo visual de quien seguacuten la tradicioacuten fundoacute la disciplina12 Desde esa oacuteptica los nueve libros de la Historia tiacutetulo que enmarca los escritos del tambieacuten geoacute-grafo griego funcionan como un observatorio para dilucidar tanto los elementos que refleja su retina cuanto el punto de fuga que or-ganiza su mirada Dos preguntas interrogan la perspectiva del lla-mado padre de la disciplina iquestQuieacuten es el ldquoyordquo y quieacuten es el ldquootrordquo ofrecen en efecto las liacuteneas geomeacutetricas mdasho distincionesmdash que van estructurando el horizonte A contraluz en el arco celeste terminaraacute por proyectarse merced a un sofisticado juego de reflejos y desviacuteos una retoacuterica de la alteridad y la gesta del discurso historiograacutefico

Las respuestas se desplazan conforme cambian los espacios Si en primer lugar el yo es Heroacutedoto los otros son entonces los inter-locutores y personajes que encuentra en cada escala del camino sean eacutestos medas libios persas o tracios La visioacuten del etnoacutegrafo se apodera del viajero dado que observar significa identificar las diferencias que distinguen frente al extranjero En las circunstan-cias que dicta una excursioacuten sin embargo iquestquieacuten ocupa el lugar del forastero iquestLos no griegos o quien abandona su ecuacutemene natal con el propoacutesito de recorrer tierras ignotas iquestLos baacuterbaros o quien llega de afuera y desde sus propios paraacutemetros inspecciona juz-ga y analiza Pero la frontera que conlleva toda alteridad no soacutelo se establece entre el explorador y su objeto de estudio tambieacuten aparece a su regreso momento que marca el encuentro con sus coterraacuteneos Pese a hallarse ante sus pares los helenos Heroacutedoto ha visto y lo que no atestiguoacute le ha sido relatado Ese conocimiento lo separa de aquellos en cuya compantildeiacutea nacioacute y vivioacute Compartir la experiencia de lo extrantildeo supone introducir componentes exoacutegenos en el mundo familiar un gesto que fractura la armoniacutea preexisten-te entre los iguales A fin de reestablecerla es necesario traducir es decir buscar las equivalencias disponibles entre los referentes que ofrece el universo semaacutentico en comuacuten en ese caso el de la Magna Grecia tal como se configuroacute a raiacutez de las denominadas Guerras

12 Ibidem p 30

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87FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

Meacutedicas Esas aproximaciones permiten asimilar la extrantildeeza en beneficio de lo propio

La apropiacioacuten no se realiza de manera inmediata sino que apa-rece mediada por una serie de recursos que Hartog situacutea bajo los signos de la inversioacuten la comparacioacuten y la analogiacutea13 Con indepen-dencia de su funcionamiento especiacutefico lo maacutes destacado de esas figuras retoacutericas reside en que cada una instituye al propio yo (o al nosotros) como punto de referencia De este modo se establecen tanto las condiciones que permiten construir el relato como las reglas con que se fabrica al otro Soacutelo al llegar al final del proceso es posible nombrar y clasificar es decir comprender La imaginacioacuten y el en-tendimiento estaacuten determinados por el grado de desviacioacuten que el objeto extrantildeo presenta con respecto a lo ya conocido lo cual impone a su vez el liacutemite de lo cognoscible Ampliar esos maacutergenes consti-tuye una tarea gradual pero imprescindible dado que de ella depen-de que se incorporen datos nuevos en el marco de un saber colectivo Desempentildear dicha tarea al poner en marcha los procesos interro-gativos y de exploracioacuten es justamente un papel de la otredad en tanto motor del conocimiento

Conocer al otro implica medir la distancia en relacioacuten con el yo Este es un hecho que ya Platoacuten sentildealaba al admitir que la alteridad absoluta es impensable la diferencia soacutelo puede captarse cuando se cintildee a las reglas de la identidad que establece la razoacuten14 Uacutenicamente la variacioacuten y no la heterogeneidad radical es asimilable ldquoDecir el otro mdashpuntualizoacute Hartogmdash es postularlo como diferente es postular

13 Si bien Hartog apenas menciona su nombre en alguacuten escrito posterior resultan notables las coincidencias a este respecto con algunas ideas de Hayden White A modo de evidencia compaacuterese lo hasta aquiacute expuesto con pasajes como el siguiente ldquocom-prender es un proceso que consiste en hacer que lo no familiar o lo lsquoextrantildeorsquo en el sentido que Freud le da a ese teacutermino aparezca como familiar o trasladarlo del dominio de las cosas sentidas como lsquoexoacuteticasrsquo e inclasificadas a un cierto dominio de la experien-cia codificada adecuadamente para ser sentida como humanamente uacutetil no amenazan-te o simplemente conocida por asociacioacuten Este proceso de comprensioacuten soacutelo puede ser tropoloacutegico en su naturaleza pues lo que estaacute involucrado en este convertir en familiar lo no familiar es un tropologizar que es generalmente figurativordquo Hayden White ldquoTropologiacutea discurso y modos de conciencia humanardquo en El texto histoacuterico como arte-facto literario y otros escritos Barcelona Paidoacutes 2003 p 71

14 Platoacuten ldquoParmeacutenidesrdquo en Diaacutelogos Madrid Edaf 2002

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que existen dos teacuterminos a y b y que a no es b o sea hay griegos y no griegos Pero la diferencia soacutelo adquiere intereacutes a partir del mo-mento en que a y b entran en un mismo sistema hasta entonces existiacutea una no coincidencia pura y simplerdquo15 Incorporar al contex-to de partida supone traducir determinar aquellos puntos de con-tacto que permiten entrar en relacioacuten con lo desconocido Que en ese proceso de apropiacioacuten se sacrifiquen diversas dosis de la sin-gularidad ajena no soacutelo constituye un lugar comuacuten sino el presu-puesto de base en toda traduccioacuten quienes lamentan que los des-plazamientos conlleven una u otra peacuterdida mdashya sea en el orden del ritmo y la cadencia en el campo del significado o en los confines de la evocacioacutenmdash olvidan que aqueacutella no se efectuacutea cuando la entidad extranjera permanece ideacutentica a siacute misma16 A ello habriacutea que antildeadir que la imposibilidad de conservar inalterado el signo asimilado constituye una limitante contenida en el lenguaje puesto que la co-municacioacuten se produce en el mundo que vivimos y nuestras palabras remiten a las formas que nos rodean De ello se desprende que la facultad de designar por medio de la lengua estaacute determinada por la comunidad linguumliacutestica a la que pertenecemos Describir al otro implica insertarlo en el campo de nuestra propia experiencia

Si ver y decir son coextensivos esto significa que la percepcioacuten limita el habla y a la inversa que el horizonte del lenguaje con-diciona los sentidos17 Las implicaciones que de ahiacute se derivan di-fiacutecilmente podriacutean ser maacutes significativas ellas indican que vemos a traveacutes del lenguaje y que observar equivale a traducir a nuestros

15 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 20716 Sobre la imposibilidad de restituir el conjunto de valores y significados en el

pasaje de una lengua a otra me permito remitir a tiacutetulo de ejemplos a los ya claacutesicos Joseacute Ortega y Gasset ldquoMiseria y esplendor de la traduccioacutenrdquo en Obras completas Madrid Alianza Revista de Occidente 1983 v v p 431-452 y Vladimir Nabokov ldquoProblems of Translation lsquoOneginrsquo in Englishrdquo en Lawrence Venuti (ed) The Translation Reader Londres Routledge 2000 p 71-83

17 Comentando los mecanismos que descubre en la obra de Heroacutedoto Hartog sostiene ldquose pasa insensiblemente de la expresioacuten del espacio y el movimiento en la lengua al espacio de la lengua como representacioacuten del espacio concreto es decir como imitacioacuten Impliacutecitamente mi discurso supone que la armazoacuten del espacio concreto corresponde a las divisiones de la lengua y reaparece aquiacute la cuestioacuten de la homologiacutea de lo visible y lo deciblerdquo Hartog El espejo de Heroacutedoto p 323

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propios teacuterminos El acceso a la realidad se verifica por consiguiente a partir de comunicaciones y no de percepciones Lo mismo sucede en el discurso historiograacutefico tal como Franccedilois Hartog lo expone al tomar la obra de Heroacutedoto Historia como clave y ejemplo de su interpretacioacuten

asiacute como el marco del acuarelista reticula su pintura mdashexplicoacute en un pasaje de su obramdash en la Historia existen uno o varios reticulados Este teacutermino tiene dos sentidos En primer lugar el reticulado estructura el relato llamado Historia (que en este caso ocupa la posicioacuten de tablero y trata a partir de eacuteste de volver visible el reticulado que lo rige) En segundo lugar la Historia es el reticulado ldquoa traveacutes del cualrdquo el narrador ve y hace ver al destinatario el mundo los otros el pasado de Grecia etceacutetera Pero aquiacute se plantea la cuestioacuten iquestacaso ha funcionado la His-toria como reticulado si se me permite el teacutermino maacutes allaacute de siacute misma o volviendo a nuestra metaacutefora acaso hay ldquoacuarelistasrdquo que a lo largo del tiempo usaron la Historia a la manera de un ldquocuadriculadordquo para ver lo que deseaban dibujar

Evidentemente la metaacutefora del acuarelista tiene su liacutemite en el he-cho de que el reticulado no se compone de hilos ni de liacuteneas sino de lenguaje Y puesto que diga lo que diga Montaigne no existe un diccio-nario personal ldquointeriorrdquo eacuteste estaacute lleno de saber compartido El reticu-lado maneja y trabaja el saber compartido que a la vez lo hace posible lo corrige lo completa incluso llegado el caso ayuda a transformarlo18

Presente pasado y futuro se perciben a traveacutes de ciertas estruc-turas socialmente dadas mdasho de retiacuteculas de acuerdo con la metaacutefo-ra citada Asiacute lo indica Hartog al separar un hilo maacutes de la trama que ha ido desenredando poco a poco aquella en que se entreteje el discurso de la alteridad Esa hebra se anuda con las interpretaciones sucesivas de las que Heroacutedoto ha sido objeto Mediante ese proce-dimiento el ldquoyordquo se desplaza hacia los historiadores que han estu-diado su figura en el transcurso del tiempo el ldquootrordquo es ahora el protagonista del relato convertido seguacuten el narrador en turno en primer historiador mitoacutelogo o artista Sobra decir que el contenido

18 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 297 Asiacute se entiende que en opinioacuten de Hartog la Historia funcione como un ldquodispositivo para hacer verrdquo Ibidem p 325

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de su obra no ha variado en absoluto han cambiado eso siacute los coacute-digos de lectura en tanto resultado de ese proceso de adecuacioacuten constante que conforma la vida misma

Pese a que en nuestros diacuteas rara vez se cuestiona el caraacutecter his-toacuterico del discurso no han faltado quienes ciegos ante el devenir dinaacutemico de las estructuras sociales atribuyeron un sentido perento-rio a su propia mirada como historiador y buscaron imprimirle ciertos tintes de absoluto Erigiendo la verdad atemporal en garante de juicios y de observaciones esos exeacutegetas del pasado pretendieron cubrirse con las insignias del jurista Contra todo pronoacutestico mdasho al menos de quienes buscaron convertirse en portavoces de la ldquouacuteltima palabrardquomdash del tribunal de la historiografiacutea el inculpado ha salido mucho mejor que airoso Por una ironiacutea inherente al propio razonamiento juriacutedi-co Hartog explica que ldquoeste proceso en el cual jamaacutes se pronuncia una sentencia definitiva mdashporque cada sentencia anterior es consi-derada un mero testimonio hacia un fallo nuevo en esta investiga-cioacuten que jamaacutes se detienemdash es tambieacuten el que asegura la inmortali-zacioacuten de Heroacutedoto la impronta misma de su inmortalidadrdquo19 Poner de manifiesto el caraacutecter relativo de la historia y propiciar la permanencia del sabio de Halicarnaso ha sido el expediente de una causa conducida con tenacidad y con una loacutegica implacable

ldquoLos espejos y la coacutepula son abominables porque multiplican el nuacutemero de los hombresrdquo afirmaba en palabras de Adolfo Bioy Casares un heresiarca de Uqbar20 Aunque lejos de producir aver-sioacuten el mecanismo de luces y reflejos que Hartog puso en movi-miento muestra que todo individuo se despliega hasta incluso ase-mejar una pequentildea multitud por efecto de la refraccioacuten su identidad se desagrega en tantos aspectos como pares de ojos alcanza a atraer Asiacute tras reconocer las distintas dimensiones o planos de sentido que se yuxtaponen en la imagen que la posteridad ha forjado en torno a Heroacutedoto el investigador concluye que ldquotenemos el principio de muchas figuras del historiador desde el investigador-viajero hasta el lector de archivos desde el agrimensor de campos de batalla hasta

19 Ibidem p 2320 Jorge Luis Borges ldquoTloumln Uqbar Orbis Tertiusrdquo en Ficciones Madrid Alianza

1989 p 14

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el fabricante de soldados de papel pasando por el juez en su proble-maacutetico tribunal de la historiardquo21 El potencial interpretativo conteni-do en el autor objeto de estudio mdashy en el meacutetodo que lo diseccio-namdash se revela en esa particularidad quien primero se interesara en registrar los hechos del pasado funge como un prisma en que se descomponen a la manera de haces luminosos las ideas que van configurando el sentido y la naturaleza de la disciplina histoacuterica en su devenir La ilusioacuten de objetividad se disuelve ante la pluralidad de perspectivas y se revela que la vuelta a los oriacutegenes constituye una manera de historiar la mirada del historiador y de relativizarla Se admite su caraacutecter singular por oposicioacuten a universal y contin-gente por oposicioacuten a atemporal

nocIones a Prueba la evIdencIa y la dIstancIa HIstoacuterIca

En fechas recientes al reflexionar sobre los pormenores de su tra-yectoria intelectual Franccedilois Hartog explicoacute en retrospectiva que al momento de orientar sus estudios ldquoelegir la Antiguumledad griega fue una manera no de abandonar el presente [hellip] sino al menos de dar un paso lateralrdquo22 El espejo de Heroacutedoto fue desde esa perspec-tiva el primer esfuerzo sistemaacutetico por responder de modo tangen-cial o por la viacutea del rodeo algunas interrogantes de vigencia peren-ne para la disciplina Entre ellas se cuentan las preguntas sobre la naturaleza de los documentos la construccioacuten de los textos histo-riograacuteficos y las modalidades que rigen la lectura iquestQuieacuten habla iquestcon queacute propoacutesito iquestcoacutemo busca convencernos iquestcoacutemo sabe lo que dice son algunas muy claacutesicas que con frecuencia se olvidan tras la autoridad de la fuente Maacutes auacuten escribioacute ldquoa partir de las idas y ve-nidas que se proponen entre antiguos y modernos todo mi trabajo sugiere que estos movimientos ayudan a comprender mejor tanto a unos como a otros es decir lo que estaacute en juego en sus respectivos

21 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 2222 Franccedilois Hartog La chambre de veille con la colaboracioacuten de Felipe Brandi y

Thomas Hirsch Pariacutes Flammarion 2013 p 40 (mi traduccioacuten)

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debates asiacute como lo no dicho las dificultades a las cuales conducen y las evidencias sobre las que reposanrdquo23 Retraerse en el tiempo y alejarse en el espacio supuso una oportunidad para cuestionar uno y otro y desde un aacutengulo inhabitual transitar en palabras de Certeau ldquode la ajenidad de lo que hoy ocurrerdquo a la ldquodiscursividad del comprenderrdquo24

Al explorar las viacuteas en que opera el reflejo asiacute como las imaacutegenes que de este modo van fraguaacutendose El espejo de Heroacutedoto pone en praacutectica una teoriacutea del observador por cierto muy afiacuten a la que se desarrolloacute desde las trincheras del llamado ldquoconstructivismo radicalrdquo25 Orientada hacia la epistemologiacutea esta corriente ha bus-cado esclarecer la interdependencia entre el observador y el mundo observado con el propoacutesito de interrogar y comprender coacutemo se produce el conocimiento

El observar mdashescribe Humberto Maturana uno de sus principales exponentesmdash resulta ser el punto de partida fundamental para expli-car al observador al instrumento de explicacioacuten y a la cuestioacuten maacutes importante en cualquier intento de comprender realidad y razoacuten como fenoacutemenos del dominio humano O dicho en otras palabras desde el momento en que todo lo dicho es dicho por un observador a otro ob-servador que puede ser eacutel mismo y considerando que el observador es un ser humano el observador y el observar deben ser explicados en la explicacioacuten del ser humano en tanto observador26

23 Hartog Evidencia de la historia p 1824 Citado en ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois

Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades Buenos Aires Waldhuter Editores 2010 p 159

25 Como constructivismo radical se conocen los trabajos de diversos cientiacuteficos que al indagar sobre el problema del conocimiento han subrayado el papel activo del suje-to cognoscente y por lo tanto el caraacutecter construido mdashpor oposicioacuten a recibidomdash de percepciones y saberes Entre quienes se encuentran asociados a esta corriente destaca el matemaacutetico George Spencer con su teoriacutea de la diferencia el fiacutesico Heinz von Foerster con su teoriacutea de la circularidad y el bioacutelogo Humberto Maturana con su concepto de autopoiesis y su teoriacutea del lenguaje Veacutease por ejemplo Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Barcelona Gedisa 2000

26 Humberto Maturana ldquoRealidad la buacutesqueda de la objetividad o la persecucioacuten del argumento que obligardquo en Marcelo Pakman (comp) Construcciones de la experiencia humana Barcelona Gedisa 1996 v I p 54

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Desde sus propios paraacutemetros y sin que la asociacioacuten fuera en ninguacuten momento intencionada Hartog ha terciado en el debate al adecuar y trasladar ciertas lecciones hacia el terreno de la historia La triangulacioacuten no resulta menor sobre todo si se considera que esta rama del saber hunde sus raiacuteces mdashy asiacute lo recuerda tambieacuten su epistemologiacuteamdash en el terreno de la vista Maacutes en concreto al advertir que toda perspectiva se construye al tiempo que sirve para cons-truir los escritos del autor que nos ocupa han contribuido a cuestio-nar y a explotar la capacidad heuriacutestica contenida en algunas nociones centrales para la disciplina Una de ellas es nada menos que el con-cepto de evidencia teacutermino que conjuga y condensa los actos de ver y hacer ver de decir y convencer De ahiacute que escrutar ese horizonte semaacutentico permita calcular los espacios que ocupan lo visible y lo invisible en sus desplazamientos sucesivos Por si fuera poco en la medida en que la evidencia sea cual sea su naturaleza pretende fun-dar juicios y conocimientos su examen abre a la posibilidad de es-tablecer una historia de la verdad entre cuyos capiacutetulos figurariacutea el siguiente un relato de ldquola mirada histoacuterica que sentildealariacutea a partir del ojo y de su lugar los diversos regiacutemenes historiograacuteficos que des-de la Antiguumledad hasta nuestros diacuteas han prevalecido en esto que se ha convertido la tradicioacuten europeardquo27

Escribir algunas paacuteginas de esa historia intelectual constituye como ya se ha indicado un objetivo central en la obra de Hartog Al filo de la escritura sus liacuteneas han puesto a prueba la nocioacuten de ldquodis-tancia histoacutericardquo a la que se alude sin nombrar en pasajes como el siguiente ldquoa partir del lugar de saber que se da el lsquoyorsquo [lsquojersquo] viajero que se hace todo ojos y todo oiacutedos puede desplegarse entonces una interpretacioacuten del mundo y de su historiardquo28 iquestCoacutemo entender el

27 Hartog Evidencia de la historia p 13328 Franccedilois Hartog Memoria de Ulises Relatos sobre la frontera en la antigua Grecia

Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 1999 p 127 Es de destacar que este tipo de aseveraciones desmienten parcialmente a quienes acusan a Hartog de disociar las ideas del contexto y de los portadores que les prestan sustento ldquoQuizaacutes mdashconcede eacutel mismomdash Pero no veo coacutemo podriacutea haber trabajado las cuestiones que me apremiaron de haberme privado de los recursos mdashen un sentido estrictomdash de la literatura no como revista en que se hurga sino como pensamiento que provoca la reflexioacutenrdquo Hartog La chambre de veille p 194 (mi traduccioacuten)

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papel atribuido al lugar del historiador sino como el punto de mira que organiza el discurso sobre el pasado Esa medida siempre cam-biante que regula la separacioacuten frente al ayer es lo que comuacutenmente se designa como distancia histoacuterica Del latiacuten distantia alejamiento o desviacuteo el teacutermino se inscribe en el campo de la espacialidad si bien en la disciplina histoacuterica la nocioacuten suele utilizarse para designar el tiempo y maacutes en especiacutefico el tiempo como imperativo metodoloacute-gico y como condicioacuten de objetividad29 En los escritos de Hartog sin embargo esa metaacutefora se convierte en un dispositivo heuriacutestico cuya doble acepcioacuten latina mdashel alejamiento y el desviacuteomdash sirven para medir y experimentar con las potencialidades inscritas en la pers-pectiva histoacuterica No menos se vale de ese gesto que conjuga las dimensiones temporal y espacial dado que sentildeala ldquopara poder ser asida o volverse manifiesta la inteligibilidad parece necesitar maacutes espacios cronoloacutegicos o geograacuteficosrdquo30

a) La distancia como espacio

Por el lado de las superficies terrestres y de su geografiacutea el meacutetodo invita a atravesar amplios territorios operacioacuten que permite ir co-tejando ciertos palmos en beneficio de la comprensioacuten Eacutesta se al-canza al construir un marco de referencia condicioacuten de base para realzar y medir tanto las presencias como las ausencias A desarro-llar ese proceso responde la variacioacuten en los puntos de anclaje si-tuados ora en la antigua Aacutetica ora en la Roma de Polibio algunas veces en Francia y otras maacutes en Berliacuten Incluso la isla de Ogigia tierra miacutetica donde Ulises dejoacute correr siete antildeos en compantildeiacutea de Calipso forma parte de las coordenadas presentes en maacutes de un escrito Y es que explica el investigador

invitar a partir de estas configuraciones lejanas y pasadas tanto en Fidjiacute como en Esqueria [hellip] depende del ejercicio de la mirada distanciada

29 Veacutease el nuacutemero monograacutefico coordinado por Jaap den Hollander Herman Paul y Rik Peters que la revista History and Theory v 50 n 4 diciembre de 2011 dedicoacute al tema de la distancia histoacuterica

30 Hartog Evidencia de la historia p 74

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que de Montaigne a Leacutevi-Strauss pasando por Rousseau y muchos otros aspira a aportar beneficios de inteligibilidad Ya que de entrada nos alejamos del centro cuestionamos lo que teniacuteamos como evidencias dudamos de sus propias categoriacuteas hacemos posible la comparacioacuten31

Aparece nuevamente el caraacutecter relacional de la propuesta dado que comparar supone poner en relacioacuten dos elementos cual-quiera que sea su naturaleza o ubicacioacuten en el espacio Pese a ello tan temerarios han llegado a parecer esos saltos longitudinales que no ha faltado quien en nombre del ldquorigorrdquo y de la ldquoprecisioacutenrdquo que con-viene a una praacutectica cientiacutefica lo acuse de incurrir en una excesiva rapidez procedimental de trabajar en el aire y de tender hacia la superficialidad Contra esos reparos el propio Hartog ha reivindi-cado un enfoque interesado en registrar no tanto objetos unitarios encerrados en su mismidad cuanto los posibles viacutenculos que pri-man entre ellos Aunque de este modo quedan fuera numerosos aspectos y facetas aclara ldquolo que merece retener la atencioacuten mdashal menos la miacuteamdash son estos recorridos por parte de un autor de una pregunta conservando los puntos en que se invierten y transfor-man sentildealando las cesuras a partir de las cuales las cosas se anudan de otro modordquo32

De ese planteamiento ha emanado un peculiar modo de escritura concebida como el registro de los movimientos o como una bitaacutecora de navegacioacuten Con ello una advertencia se impone a saber que el intereacutes en los traslados por oposicioacuten a los momentos de reposo no equivale a practicar el turismo cultural o dicho de otro modo aque-llo que en la jerga acadeacutemica suele tildarse de ldquoensayismordquo33 Una diferencia radica en que Hartog al recubrir su postura episteacutemica con los rasgos del transeuacutente no se contenta con observar ciertos lugares

31 Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007 p 81

32 Hartog La chambre de veille p 45 (mi traduccioacuten)33 Por lo demaacutes un ldquoensayordquo puede definirse seguacuten una foacutermula que Hartog toma

de Robert Musil como ldquola forma uacutenica e inalterable que un pensamiento decisivo hace tomar a la vida interior de un hombrerdquo ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades p 161

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comunes ni con andar trayectos dispuestos de antemano aunque admite cierta afinidad con quien frecuenta tianguis y mercadillos (con el chineur) su procedimiento se caracteriza por buscar interre-laciones insospechadas y por privilegiar los procesos por encima de los resultados Apenas admira por consiguiente que en sus paacuteginas ocupe un lugar destacado la figura del viaje ldquoese movimiento ese ritmo casi esa respiracioacuten entre el mismo y el otrordquo34 No trazar un mapa sino describir un itinerario constituye la manera de reconstituir esos trayectos aquellos que suscitan y logran ldquoque se correspondan se entrecrucen o se superpongan lugares y miradas que sentildealan puntos de referencia momentos en que las cosas se enturbian o se desviacuteanrdquo35 Maacutes auacuten en la medida en que resume y concentra un modelo operatorio se entiende que su buacutesqueda se oriente no hacia ldquoel viaje en siacute mismo en su materialidad sino como operador dis-cursivo y esquema narrativo el viaje como mirada y resolucioacuten de un problema o respuesta a una preguntardquo36

Un ejemplo de escritura a partir de dudas y cuestionamientos se encuentra en los anaacutelisis desarrollados en torno al concepto de ldquoori-genrdquo y de otros maacutes que le son afines Quien se asome a la obra de Hartog advertiraacute en efecto que esa constelacioacuten semaacutentica aparece de modo recurrente en sus trabajos y tanto asiacute que incluso fundoacute un libro en la ldquoproblemaacutetica de los comienzos y la perspectiva de una Grecia vista como inauguracioacutenrdquo37 iquestQueacute entender por unos teacuterminos tan equiacutevocos como inquietantes y cuyo empleo es tributario en la opinioacuten de Marc Bloch de una enquistada ldquoobsesioacuten embriogeacutenicardquo iquestRefieren a un inicio ex novo o a las causas a un principio explicati-vo o a ciertos fundamentos iquestCoacutemo explicar que se siga adorando al ldquoiacutedolo de los oriacutegenesrdquo pese a haberse consumado al menos en la teoriacutea un desencantamiento del mundo y de su historia38 Quizaacutes con el deseo de disipar las sospechas de idolatriacutea Hartog ha preci-sado que la idea no consiste en buscar unas raiacuteces primigenias al

34 Hartog La memoria de Ulises p 1735 Ibidem p 1636 Ibidem p 2437 Hartog Memoria de Ulises p 24 Las cursivas son miacuteas38 Marc Bloch Apologiacutea de la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura

Econoacutemica 2003 p 59-64

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afirmar que ldquoel comienzo que alcanzamos remontando los aconte-cimientos no es el comienzo sino lsquola primera manifestacioacutenrsquo rdquo sus palabras sugieren que el origen representa no un hecho por descu-brir sino un dispositivo heuriacutestico de alcances por explorar39

No es que tenga un gusto particular por los oriacutegenes mdashapunta en otro pasajemdash sin embargo con ellos podemos disponer de una especie de si-tuacioacuten experimental Podemos tomar las configuraciones a partir de las cuales se han operado las bifurcaciones o las elecciones que habriacutean podido no ser o ser otras ellas han sido olvidadas muy pronto o se han vuelto tan evidentes que ya no hemos pensado en cuestionarlas40

La vuelta a los oriacutegenes se convierte asiacute en un postulado teoacuterico capaz de traducirse en una estrategia de tipo pragmaacutetico El corola-rio que de esto se deriva no es en modo alguno menor Eacuteste con-siste nada menos que en reintroducir la contingencia en la historia al difuminar la ilusioacuten retrospectiva de necesidad y al impedirnos ordenar los sucesos de acuerdo con un recorrido orientado en pro-greso continuo y en que cada etapa anuncia la siguiente Pero hay maacutes al retroceder en el tiempo y retraerse en el espacio hasta encon-trar el momento y lugar en que una nocioacuten una categoriacutea o una experiencia se tornoacute concebible Hartog no soacutelo recuerda que todo lo que fue pudo no haber sido o serlo de otra manera tambieacuten apunta hacia sus condiciones de posibilidad arrojando nueva luz sobre el devenir efectivo De ahiacute que tomando como ejemplo su aacuterea privi-legiada de estudio recomiende ldquodeberiacuteamos poder limitar mejor eso que no era y antes que nada eso que no podiacutea ser el Mediterraacute-neo antiguo Con esto no soacutelo ganariacuteamos enriqueceriacuteamos y preci-sariacuteamos el cuestionario sino tambieacuten volveriacuteamos expliacutecitos algunos de los presupuestos de la praacutectica modernardquo41 La historicidad que

39 Hartog Evidencia de la historia p 23640 Ibidem p 33 Paacuteginas maacutes adelante comenta el autor ldquoestas observaciones no

apuntan de ninguna manera a sostener que todo se encuentra o que todo se juega en los comienzos sino invitan soacutelo a considerarlos como un espacio experimental donde se comunican todaviacutea las experiencias histoacutericas divergentes las divisiones inician las elecciones positivas se formulan las rupturas se dibujan en pocas palabras donde un lsquopensamiento histoacuterico occidentalrsquo se construyerdquo Ibidem p 37

41 Ibidem p 25

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define al pasado y al presente se torna visible una vez maacutes a partir de los cuestionamientos geograacuteficos

b) La distancia como tiempo

Si trayectos traslados recorridos y desplazamientos desempentildean un papel central en el vocabulario de Hartog no menos lo hacen nociones como las fronteras los umbrales y los intersticios Ademaacutes de insertarse en el campo de la espacialidad todas ellas comparten el caraacutecter liminar denotan una situacioacuten de entre-dos y funcionan como cierre y apertura como punto de clausura y de origen De una estructura similar es el concepto de ldquocrisisrdquo teacutermino que mar-ca una ruptura temporal y que vincula dos oacuterdenes del tiempo o mejor dicho dos modos de experimentar el tiempo Esta uacuteltima pre-cisioacuten resulta relevante en la medida en que por esas fracturas se entienden aquellas coyunturas en que la articulacioacuten entre pasado presente y futuro pierde la evidencia de que hasta entonces gozaba Es entonces cuando las dudas y la incertidumbre invitan cuando no obligan a repensar la tradicioacuten y a fijar nuevos puntos de refe-rencia A ello se debe que dichos episodios funcionen como lentes de aumento susceptibles de revelar un proceso tan profundo y constante como por lo general imperceptible para sus contemporaacuteneos Se tra-ta desde luego de la dimensioacuten temporal cuya paradoacutejica centralidad para la historia recuerda Franccedilois Hartog mediante la siguiente ad-vertencia ldquocon la evidencia de su omnipresencia mdashalertamdash el tiem-po corre el riesgo de volverse lo impensado de una disciplina que se proclama la maacutes rigurosa de todos los garantes de eacutel mismordquo42 Devolverlo a la esfera de lo visible y registrar los cambios que se operan en eacutel es el propoacutesito de los ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo

Acuntildeada a finales de los antildeos ochenta la expresioacuten ldquoreacutegimen de historicidadrdquo designa no tanto la experiencia social del tiempo enten-dida en un sentido empiacuterico cuanto un artefacto interpretativo ideado para examinar esa misma experiencia El sintagma forma parte des-de esa perspectiva de las categoriacuteas metahistoacutericas o construcciones

42 Ibidem p 28

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99FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

conceptuales que permiten aislar analizar e interpretar un objeto en especiacutefico En este caso bajo la lupa puede observarse la conciencia mdashen un sentido laxomdash del pasado del presente y del futuro formas universales cuya articulacioacuten va variando en funcioacuten de las eacutepocas los espacios y las sociedades En un punto intermedio entre la vacui-dad de la abstraccioacuten y la ceguera de lo faacutectico la nocioacuten puntualizoacute Hartog ldquonunca ha sido una entidad metafiacutesica descendida del cielo y de alcance universal No es maacutes que la expresioacuten de un orden do-minante del tiempo tejido a partir de diferentes regiacutemenes de tem-poralidad es para terminar una manera de traducir y de ordenar las experiencias del tiempo [hellip] y de darles sentidordquo43

En la medida en que busca captar las manifestaciones concretas de un fenoacutemeno universal mdashla relacioacuten con el tiempomdash ese cons-tructo se instituye en un instrumento comparatista por vocacioacuten casi cabriacutea decir por excelencia Interesado en la triple dimensioacuten temporal en sus muacuteltiples entrelazamientos eacuteste permite analizar coacutemo esa divisioacuten tripartita se articula y se desplaza cualquiera que sea el momento y el lugar que se examine Maoriacutes y helenos Ale-mania y Brasil el Renacimiento y la edad contemporaacutenea son algu-nos sujetos paiacuteses y periodos cuya experiencia de la temporalidad encuentra cabida bajo la forma de preguntas en la narrativa de Har-tog A ello importa antildeadir que esa amplitud de miras no deriva en es-peculaciones sobre el Hombre entendido desde una concepcioacuten atemporal a la inversa que las indagaciones uacutenicamente pretenden conocer al individuo concreto es una consecuencia directa de la par-ticular fusioacuten presente a la manera de constante entre la perspectiva histoacuterica y el meacutetodo antropoloacutegico

Si bien Franccedilois Hartog ha reconocido maacutes de una vez una deuda intelectual con Reinhardt Koselleck no fue el disciacutepulo de Heideg ger su primer ni principal interlocutor al momento de acuntildear la expre-sioacuten ldquoreacutegimen de historicidadrdquo44 Seguacuten ha precisado en reiteradas

43 Hartog Regiacutemenes de historicidad p 13244 A ese respecto Hartog explica que la lectura de Futuro pasado aparecido en

franceacutes en 1990 ldquome ayudoacute mucho a formular preguntas que todaviacutea no teniacutea en claro La agudeza de sus anaacutelisis me permitioacute comprender mejor la gran transformacioacuten que supuso la instauracioacuten del tiempo moderno y por contraste las implicaciones tempo-rales de la historia magistra Con los conceptos metahistoacutericos de espacio de experiencia

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100 historia y meacutetodo en el siglo xx

ocasiones el motor de su reflexioacuten se originoacute no en la historia sino en la antropologiacutea y maacutes en especiacutefico en el enfoque e ideas del in-vestigador estadounidense Marshall Sahlins Al reconocer que ldquootros tiempos otras costumbresrdquo implican tambieacuten ldquootras historiasrdquo su homoacutelogo franceacutes trasladoacute parte de ese debate hacia el terreno de la historiografiacutea llamando la atencioacuten entre otras problemaacuteticas hacia la cuestioacuten de ldquola simultaneidad de lo no simul taacuteneordquo45 De este modo a la vez que advertiacutea la coexistencia de loacutegicas y experiencias temporales inasimilables entre siacute tambieacuten admitioacute la necesidad de relacionarlas si no de encuadrarlas dentro de un mismo sistema No es otro el sentido y la funcioacuten de los regiacutemenes de historicidad nocioacuten bisagra que carece de ldquola generalidad de una condicioacuten de posibili-dad pero [que] tampoco es simplemente denotativa Su categoriacutea seriacutea intermedia trabaja sobre las tensiones entre experiencia y ex-pectativa las estructura las nombra permite las comparacionesrdquo46

Utilizadas por la criacutetica estas uacuteltimas han servido abierta o veladamente para negar al autor cualquier viso de originalidad es-timando su meacutetodo como una mera glosa del alemaacuten y maacutes en especiacutefico como una traduccioacuten de las categoriacuteas ldquoespacio de expe-rienciardquo y ldquohorizonte de expectativardquo No obstante las diferencias frente al enfoque de Koselleck no resultan menores Una de ellas estriba en que el diaacutelogo disciplinar se establece frente a la antropo-logiacutea por oposicioacuten a la filosofiacutea de lo cual derivan varias conse-cuencias ldquoLos regiacutemenes mdashreplicoacute Hartog a quienes quisieron ver una calcamdash no estaacuten sustentados por ninguna teleologiacutea a la mane-ra de las fases o de los modos de produccioacuten de antantildeo y no preten-den dar la clave de la historiardquo Por el contrario se trata de ldquoun ar-tefacto cuya finalidad es heuriacutestica No es el punto de partida de una teoriacutea de la historiardquo47 La renuncia a adentrarse en los secretos

[hellip] y de horizonte de expectativa [hellip] [Koselleck] proveyoacute una poderosa herramienta interpretativardquo Hartog La chambre de veille p 136 (mi traduccioacuten)

45 Ibidem p 51 ldquoOtros tiempos otras costumbres la antropologiacutea de la historiardquo es el tiacutetulo de una conferencia que Marshall Sahlins pronuncioacute en 1981 y que unos antildeos maacutes tarde publicoacute en su conocida obra Islas de historia Barcelona Gedisa 1987

46 ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades p 155

47 Ibidem p 153

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101FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

del devenir humano no equivale sin embargo a negar los alcances de su propia propuesta Lejos de ello eacutel mismo ha reivindicado haber abierto el espectro de preguntas al desarrollar una herramien-ta interpretativa capaz de ampliar las coordenadas de estudio maacutes allaacute de Europa y de extender la cronologiacutea de anaacutelisis hasta incluso abarcar la edad contemporaacutenea

ldquoA lo que me dedico mdashafirmoacute este observador de la temporalidad y su experienciamdash es a cuestionar el pasado por el presente y el pre-sente por el pasado con el propoacutesito confeso de adquirir conocimien-to sobre uno y otrordquo48 Por esa labor de contraste entre uno y otro tiempo el historiador ha afianzado un terreno vedado a quienes entienden la ldquodistancia histoacutericardquo como una suma de antildeos incluso de siglos Al postular en efecto que la clave se encuentra no en una mera acumulacioacuten numeacuterica sino en el intereacutes de adoptar una mira-da distante Hartog ha reivindicado las capacidades de la historia para observar cualquier momento incluido el ahora En ese sentido que a partir del concepto ldquoreacutegimen de historicidadrdquo haya elaborado un sofisticado diagnoacutestico sobre la sociedad contemporaacutenea resulta significativo Eacuteste le permitioacute reconocer coacutemo se establecioacute en el trans-curso del siglo xx un nuevo equilibrio entre los oacuterdenes del tiempo o mejor dicho una relacioacuten que se define por la preponderancia del presente A medida que el pasado y el futuro se desvanecen en tan-to dimensiones invisibles o inalcanzables la actualidad se cierra so-bre siacute misma y pierde la capacidad de voltear hacia atraacutes o hacia adelante Tal es el sentido de la palabra ldquopresentismordquo el reacutegimen temporal de nuestros diacuteas49

a Modo de cIerre desde el Faro

La chambre de veille es el tiacutetulo que eligioacute Franccedilois Hartog para encua-drar un reciente libro de entrevistas Los pormenores que marcaron una provechosa trayectoria intelectual junto con numerosos recuerdos

48 Hartog La chambre de veille p 62 (mi traduccioacuten)49 Sobre el ldquopresentismordquo tema que mereceriacutea un trabajo en detalle es posible con-

sultar Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad asiacute como La chambre de veille p 151-183

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102 historia y meacutetodo en el siglo xx

y reflexiones sobre su experiencia vital y laboral aparecen pues bajo lo que en espantildeol se denomina con menor carga poeacutetica como ldquocaacute-mara de serviciordquo Con ese teacutermino suelen designarse unos espacios situados en la punta de los faros pequentildeos recintos destinados a albergar las labores del vigiacutea Una cama un escritorio y algunos instrumentos constituyen todo el mobiliario de quien consagra sus diacuteas y sus noches a cuidar la luz y a escrutar el horizonte Desde las alturas centildeidas de cristal el vigilante lo observa todo y al mismo tiempo no ve nada a su disposicioacuten tiene un aacutengulo visual insupe-rable y sin embargo es muy posible que lo esencial ocurra en otra parte Maacutes auacuten si no hay un movimiento que le pase desapercibido cada uno soacutelo adquiere sentido a partir de los coacutedigos y las coorde-nadas inscritos en las bitaacutecoras y los libros colocados en la mesa La analogiacutea con el oficio de historiar se esclarece poco a poco

Termineacute por comprender mdashescribioacute Hartogmdash que mi oficina con los estantes de la biblioteca los expedientes y las notas diversas era mi caacutemara de servicio [hellip] Tambieacuten ahiacute en el espacio de la oficina se verifican intercambios entre lo que uno ve y no ve Se encuentra lo que uno intenta ver que cree ver y que se esfuerza por hacer ver Y con demasiada frecuencia aquello que por una u otra razoacuten nos elude50

Definido como quien acecha el tiempo el historiador conjuga un lugar y una mirada Se convierte por lo tanto en el ojo de la historia aunque no en un sentido normativo ni mucho menos por aspirar a la omnipresencia el tiacutetulo responde simplemente a su capacidad para postular y poner en praacutectica una teoriacutea de la obser-vacioacuten planteada en este caso en teacuterminos de distanciamiento y de vocacioacuten itinerante A partir de los efectos de contraste que pro-duce y explota el meacutetodo de Hartog trae a la memoria preguntas olvidadas pone en tela de juicio las certezas actualiza las dudas y reintroduce la contingencia A fin de cuentas pregunta ldquoiquestcuaacutel pue-de ser la tarea del historiador (incluso su responsabilidad) si no la de poner el presente en perspectiva Por los conocimientos que aporta su trabajo apunta a reunir maacutes inteligibilidad y lucidez al hacer de

50 Ibidem p 11 (mi traduccioacuten)

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103FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

la historia un ejercicio criacuteticordquo51 Esa criacutetica implica un extrantildeamien-to y por su misma estructura puede ayudarnos a desacelerar

bIblIograFiacutea

blocH Marc Apologiacutea de la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2003

borges Jorge Luis Ficciones Madrid Alianza 1989

delacroIx Christian Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades Buenos Aires Waldhuter 2010

Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007

derrIda Jacques De la grammatologie Pariacutes Les Eacuteditions de Minuit 1967

detIenne Marcel Comparer lrsquoincomparable Pariacutes Le Seuil 2009

Hartog Franccedilois El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2003

Evidencia de la historia Lo que ven los historiadores Meacutexico Univer-sidad Iberoamericana 2011

La chambre de veille con la colaboracioacuten de Felipe Brandi y Thomas Hirsch Pariacutes Flammarion 2013

Memoria de Ulises Relatos sobre la frontera en la antigua Grecia Bue-nos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 1999

Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007

Hollander Jaap den Herman Paul y Rik Peters (coords) ldquoIntroduction The Metaphor of Historical Distancerdquo History and Theory v 50 n 4 diciembre 2011 p 1-10

leacutevI-strauss Claude Le regard eacuteloigneacute Pariacutes Plon 1983

51 Hartog Regiacutemenes de historicidad p 14

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104 historia y meacutetodo en el siglo xx

y Didier erIbon De pregraves et de loin Pariacutes Odile Jacob 1988

luHMann Niklas La ciencia de la sociedad Meacutexico Universidad Iberoame-ricana 1996

ortega y gasset Joseacute Obras completas Tomo v 1932-1940 Madrid Alian-zaRevista de Occidente 1983

PaKMan Marcelo (comp) Construcciones de la experiencia humana Barce-lona Gedisa 1996 v I

Platoacuten ldquoParmeacutenidesrdquo en Diaacutelogos Madrid Edaf 2002

Poe Edgar Allan El escarabajo de oro y otros cuentos Meacutexico Rei 1988

rousseau Jean-Jacques Ensayo sobre el origen de las lenguas Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1984

saHlIns Marshall Islas de historia Barcelona Gedisa 1987

venutI Lawrence (ed) The Translation Reader Londres Routledge 2000

watzlawIcK Paul y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribu-ciones al constructivismo Barcelona Gedisa 2000

werner Michael y Beacuteneacutedicte Zimmermann ldquoBeyond Comparison His-toire Croiseacutee and the Challenge of Reflexivityrdquo History and Theory v 45 n 1 febrero 2006

wHIte Hayden El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Bar-celona Paidoacutes 2003

zerMentildeo Guillermo (coord) HistoriaFin de siglo Meacutexico El Colegio de Meacutexico 2016

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HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

LA PERSPECTIVA HISTORIOGRAacuteFICA

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Marc Bloch (1886-1944) La preocupacioacuten por el meacutetodo histoacuterico

Martiacuten F riacuteos saloMaUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

Introduccioacuten

ldquoEs como historiador de la estructura social que me presento ante el Colegio de Francia pero como un historiador que situado fren-te a los hechos humanos y reconociendo en ellos por naturaleza hechos psicoloacutegicos se esfuerza cada vez maacutes en sus trabajos y se esforzaraacute en su ensentildeanza en explicarlos desde el interiorrdquo1 Es con estas palabras con las que el ceacutelebre historiador franceacutes se presen-taba a siacute mismo en el dossier que redactoacute en el antildeo 1934 para postu-lar su candidatura a la prestigiosa institucioacuten candidatura que final-mente seriacutea rechazada Sin embargo es posible constatar que las palabras contenidas en estas liacuteneas vistas a la luz del tiempo trans-currido condensan los aportes que Marc Bloch realizoacute a la ciencia histoacuterica los cuales han permitido a los historiadores de la histo-riografiacutea considerarlo como uno de los grandes intelectuales del siglo xx y sin duda como uno de los historiadores franceses de mayor relevancia de la primera mitad de la centuria pasada

La ingente produccioacuten del historiador nacido en Lyon la pro-fundidad trascendencia e innovacioacuten de sus planteamientos histo-riograacuteficos sus aportes a la historia medieval en general y al mejor conocimiento del sistema feudal en particular su intensa actividad docente su avidez de conocimiento e inquietudes intelectuales

1 Marc Bloch ldquoProjet drsquoun enseignement drsquohistoire compareacutee des socieacuteteacutes euro-peacuteennes Candidatures au Collegravege de France 1934rdquo en Marc Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance edicioacuten de Annette Becker y Eacutetienne Bloch prefacio de Annette Becker introduccioacuten de Eacutetienne Bloch Pariacutes Gallimard 2006 p 443-450 p 445 El rechazo de la candidatura de Bloch al Collegravege de France no se debioacute uacutenicamente a la supresioacuten de cuatro caacutetedras en abril de 1934 sino a tambieacuten a sus oriacutegenes judiacuteos ldquoLes origines juives de Marc Bloch se reacuteveacuteleront ecirctre un handicap les universitaires franccedilais eacutetant sensibles agrave une forme non dite de quotasrdquo Idem ldquoMarch Bloch 1886-1944 Vie et œuvrerdquo ibidem p 1-77 p 38

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108 historia y meacutetodo en el siglo xx

mdashque lo llevaron a fundar como es bien sabido los Annales en 1929mdash su participacioacuten activa en las dos guerras mundiales y su traacutegica muerte en junio de 1944 han generado tal cantidad de estu-dios y escritos que quien elaboroacute estas liacuteneas se preguntoacute a lo largo de varios meses si era posible decir algo novedoso sobre la obra de Marc Bloch2

La respuesta en realidad vino de los estudiantes a quienes im-partiacute el curso de Comentario de Textos durante el semestre 2014-1 alumnos de primer antildeo de la Licenciatura en Historia aacutevidos de conocimientos a quienes di a conocer la Apologiacutea por la historia Yo mismo habiacutea leiacutedo mdashgracias al doctor Sergio Mirandamdash la primera semana de mis estudios universitarios en el ya lejano antildeo de 1994 la versioacuten castellana del texto ldquoReflexiones para un lector curioso del meacutetodordquo publicada en la revista Eslabones y poco despueacutes tuve que leer para alguno de los cursos de historiografiacutea la Introduccioacuten a la historia3 Entonces me parecioacute un libro fascinante y cautivador pero soacutelo en la relectura realizada para preparar las respectivas clases del

2 Frente a la enorme produccioacuten historiograacutefica a propoacutesito de Marc Bloch y su obra resalto los textos introductorios de Annette Becker y Eacutetienne Bloch al volumen que coordinaron bajo el tiacutetulo Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance (vid supra nota 1) p vII-lx y lxI-lxxI respectivamente De obligada referencia son los trabajos de Carlos Aguirre Rojas Los Annales y la historiografiacutea francesa Tradiciones criacuteticas de Marc Bloch a Michel Foucault Meacutexico Quinto Sol 1996 Jaume Aurell La escritura de la memoria De los posi-tivismos a los postmodernismos Valencia Prensas de la Universidad de Valencia 2005 particularmente p 23-66 Dominique Bartheacutelemy ldquoMarc Blochrdquo en Veacuteronique Sales Les historiens Pariacutes Armand Colin 2003 p 85-102 Peter Burke La revolucioacuten historio-graacutefica francesa La Escuela de los Annales 1929-1989 Barcelona Gedisa 1993 particular-mente los capiacutetulos 1 y 2 p 15-37 Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 particularmente p 200-295 Franccedilois Dosse La historia en migajas De Annales a la ldquonueva historiardquo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2006 particularmente p 27-95 Olivier Dumoulin Marc Bloch Pariacutes Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques 2000 Carole Fink Marc Bloch A Life in History 2a ed Cambridge Cambridge University Press 1991 George G Iggers Historiography in the Twentieth Century From Scientific Objectivity to the Postdmodern Challenge HanoverLondres Wesleyan University PressUniversity Press of New England 1997 particularmente p 51-64 y Massimo Mastrogregori El manus-crito interrumpido de Marc Bloch Apologiacutea para la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998

3 Marc Bloch ldquoReflexiones para el lector curioso del meacutetodordquo Eslabones Revista semestral de estudios regionales Sociedad Nacional de Estudios Regionales Meacutexico n 7

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109MARC BLOCH (1886-1944)

mencionado curso asiacute como la ponencia origen de este escrito pude comprender cabalmente y ponderar la enorme riqueza que encierra este pequentildeo libro y la trascendencia intelectual de su autor

Hace no mucho Dominique Bartheacutelemy uno de los medievalis-tas franceses maacutes importantes y especialista en el sistema feudal tomando en consideracioacuten que el estilo y el pensamiento de Marc Bloch eran propios de un profesor de la Tercera Repuacuteblica y que las ciencias sociales se habiacutean transformado significativamente en los uacuteltimos treinta antildeos se preguntaba si auacuten podiacutea leerse la obra de Marc Bloch con ldquoconfianza y provechordquo Su respuesta era afirmativa ldquo[hellip] a condicioacuten mdashsosteniacuteamdash de situarlo en el contexto intelectual de esta repuacuteblica que hizo eclosionar dos lsquoescuelas histoacutericasrsquo suce-sivas el positivismo o mejor dicho la escuela metoacutedica a partir de 1875 y la escuela de los Annales en 1929rdquo4

A tenor de mi propia experiencia en el campo histoacuterico debo di-sentir de las consideraciones de Bartheacutelemy a propoacutesito de su aseve-racioacuten pues si bien es cierto que es necesario situar a Marc Bloch en su contexto histoacuterico intelectual e historiograacutefico tanto mi praxis en el campo de la historiografiacutea a propoacutesito del concepto de Reconquista y el desarrollo del medievalismo espantildeol como mi labor docente impar-tiendo cursos de Historiografiacutea y Metodologiacutea Histoacuterica me hacen evi-dente la vigencia del pensamiento de Bloch no soacutelo en el aacutembito de la historia medieval sino en realidad en el campo mismo de la historia5

Porque la pregunta que lanzara el insigne medievalista al iniciar su Apologiacutea y que de forma nada inocente poniacutea en boca de un es-colar ldquoiquestpara queacute sirve la historiardquo es una pregunta que como el mismo Bloch sosteniacutea plantea el problema de la ldquolegitimidad de la historiardquo y por lo tanto no interesa uacutenicamente al gremio de his-toriadores sino que ldquoafecta a toda la civilizacioacuten occidentalrdquo6 Una

enero-junio 1994 p xII-xxI Marc Bloch Introduccioacuten a la historia 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994

4 Bartheacutelemy ldquoMarc Blochrdquo p 865 Martiacuten Riacuteos Saloma La Reconquista Una construccioacuten historiograacutefica (siglos xvi-xix) proacute-

logo de Mariacutea Isabel Peacuterez de Tudela MadridMeacutexico Marcial PonsUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2011 y del mismo autor La Reconquista en la historiografiacutea espantildeola contemporaacutenea MadridMeacutexico SiacutelexUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2013

6 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 9

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110 historia y meacutetodo en el siglo xx

legitimidad que es cuestionada no ya como en los antildeos de la pri-mera posguerra por las otras ciencias sociales sino por una socie-dad que cada vez destina menos recursos a la creacioacuten de plazas universitarias que no incluye en los campos de accioacuten prioritaria de la formacioacuten posgradual a las humanidades en general y a la historia en particular que no es capaz de ponerse de acuerdo sobre queacute historia ensentildear y coacutemo ensentildearla7 que descuida y desatiende a los docentes de historia de la ensentildeanza baacutesica media baacutesica y media superior y abusa del discurso histoacuterico De esta suerte hemos asistido en los uacuteltimos tiempos al hecho de que la Historia ha sido obligada a abandonar los espacios acadeacutemicos y a participar en el debate poliacutetico al punto que la opinioacuten puacuteblica pide al historiador que se convierta en jurisconsulto y dirima las querellas que no pu-dieron resolver los jueces del momento mdasho los poliacuteticos actualesmdash trayendo al primer plano de la discusioacuten puacuteblica conceptos caros a la ciencia histoacuterica como los de ldquotestigordquo ldquotestimoniordquo ldquomemoriardquo

Pero complejizando auacuten maacutes el problema de la legitimidad de la historia y los abusos que de esta disciplina se hacen en el caso de los acontecimientos maacutes traacutegicos del mundo contemporaacuteneo mdashcomo la Soah la violacioacuten de mujeres alemanas por parte del ejeacutercito rojo el despojo de los pueblos indiacutegenas de Ameacuterica Latina la muerte de los empleados de las Torres Gemelasmdash se pide al his-toriador que establezca la verdad histoacuterica para restaurar a la ldquoviacutectimardquo a riesgo de que si no participa en tal debate sean los representantes de los poderes puacuteblicos quienes se arroguen el derecho de determinar dicha ldquoverdadrdquo8 Asiacute pues el historiador profesional constata con cons-ternacioacuten los ldquousos puacuteblicos de la historiardquo9 mediante los cuales se pretende legitimar gobiernos regiacutemenes poliacuteticos reivindicaciones

7 Una experiencia reciente en Meacutexico fueron las sucesivas modificaciones a los planes de estudio realizadas durante los gobiernos panistas (2000-2012)

8 Estas problemaacuteticas fueron analizadas por Franccedilois Hartog en la conferencia in-titulada ldquoEl presente del historiadorrdquo impartida el diacutea jueves 12 de noviembre de 2009 en el marco de la Caacutetedra Marcel Bataillon Temporalidades historias presente del historia-dor desarrollada en el Instituto de Investigaciones Histoacutericas de la unaM

9 Recupero el teacutermino de ldquousos puacuteblicos de la historiardquo de la propuesta colectiva de Joseacute Carreras Ares y Carlos Forcadell Aacutelvarez (eds) Usos puacuteblicos de la historia Po-nencias del VI Congreso de la Asociacioacuten de Historia Contemporaacutenea (Universidad de Zaragoza 2002) Madrid Marcial PonsPrensas Universitarias de Zaragoza 2003

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de determinados grupos o ideologiacuteas o programas de accioacuten tanto en el aacutembito de la poliacutetica nacional como en el aacutembito internacional Asiacute ocurrioacute cuando el expresidente espantildeol Joseacute Mariacutea Aznar quiso justificar la invasioacuten de Irak como un capiacutetulo maacutes de la lucha mul-tisecular mantenida entre cristianos y musulmanes a partir del 711 o cuando el secretario de Gobernacioacuten de los Estados Unidos Mexi-canos presentoacute un documento producto de la investigacioacuten judicial llevada a cabo sobre el particular como ldquola verdad histoacutericardquo a pro-poacutesito de los sucesos de Ayotzinapa en los que 43 estudiantes de magisterio fueron secuestrados torturados y asesinados

Por otra parte en un mundo globalizado definido por la emergen-cia de un reacutegimen de temporalidad al que Franccedilois Hartog ha llamado ldquopresentismordquo caracterizado por la preponderancia del presente sobre los otros tiempos histoacutericos10 es necesario preguntarse sobre el papel y la funcioacuten que puede tener el estudio del pasado En una era en la que la revolucioacuten tecnoloacutegica operada a finales del siglo xx ha acortado las distancias y ha impuesto una vertiginosa velocidad en las comuni-caciones mdashelementos que pueden considerarse como algunos de los siacutentomas maacutes visibles de este nuevo reacutegimen de historicidadmdash la His-toria como disciplina pareceriacutea no tener cabida ni sentido porque es un hecho innegable que las sociedades mdashparticularmente las de los paiacuteses desarrollados y aquellos que se hallan en viacuteas de desarrollomdash han experimentado una nueva relacioacuten con el tiempo que se refleja en su permanente conexioacuten a la red y a la demanda perenne de respues-tas y noticias instantaacuteneas que dejan poco espacio para la reflexioacuten sosegada y en consecuencia para el estudio del pasado Estos fenoacute-menos sociales se experimentan incluso en las universidades por cuan-to las poliacuteticas de evaluacioacuten acadeacutemica demandan constantemente a los colegas de los distintos paiacuteses un aumento en su productividad es decir maacutes en menor tiempo sin dar tiempo a los intelectuales a generar conocimiento verdaderamente significativo y trascendente

En este complejo contexto a casi setenta antildeos de su publicacioacuten La apologiacutea de la historia u oficio del historiador muestra plenamente su vigencia y los historiadores estamos llamados a releer estas paacuteginas

10 Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo trad de Norma Duraacuten y Pablo Avileacutes Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007

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ya claacutesicas con la certeza de encontrar en ellas no soacutelo las reflexiones de un historiador maduro preocupado por el meacutetodo sino las res-puestas personales de un intelectual preocupado por los grandes problemas de su tiempo y la forma en que la historia podriacutea contri-buir a su comprensioacuten En este sentido no deja de sorprender el hecho de que Marc Bloch utilizara ya conceptos y liacuteneas de pensa-miento historiograacutefico mdashmuchos de ellos provenientes de la socio-logiacuteamdash que seriacutean desarrollados por las generaciones subsecuentes estructura temporalidades larga duracioacuten semaacutentica histoacuterica sentido representacioacuten narrativismohellip

Las reflexiones aquiacute presentadas realizadas desde el aacutembito de la historia se suman a una larga lista de autores mdashentre los que debe mencionarse a Peter Burke Franccedilois Dosse Carlos Aguirre Domi-nique Bartheacutelemy Jaume Aurell Olivier Dumoulin Carole Fink Mas-simo Mastrogregori y Annette Beckermdash y se centraraacuten11 debido a la naturaleza del volumen en el que se integran estas paacuteginas en los planteamientos metodoloacutegicos del pensamiento de Marc Bloch La mayoriacutea de eacutestos se hallan contenidos en la Apologiacutea pero no he que-rido dejar de revisar diversos escritos de los antildeos previos por cuanto nos permiten atestiguar la evolucioacuten del pensamiento del historia-dor soslayando en esta ocasioacuten Los reyes taumaturgos Los caracteres originales de la historia rural francesa y La sociedad feudal12

La preocupacioacuten por el meacutetodo

La preocupacioacuten de Marc Bloch por las cuestiones metodoloacutegicas se remonta al antildeo de 1906 cuando con veinte antildeos escribioacute un breve texto intitulado a posteriori ldquoCuaderno de metodologiacutea histoacutericardquo13 En eacutel el joven Bloch auacuten en servicio militar anunciaba que su deseo

11 Todos ellos citados vid supra nota 212 Marc Bloch Los reyes taumaturgos trad de Marcos Lara Meacutexico Fondo de Cul-

tura Econoacutemica 1993 [1a ed 1924] Les caractegraveres originaux de lrsquohistoire rurale franccedilaise OsloPariacutes AshebourgLes Belles-Lettres 1931 y La socieacuteteacute feacuteodale 6a ed prefacio de Robert Fossier Pariacutes Albin Michel 1994 [1a ed 1939]

13 Marc Bloch ldquoCarnet lsquomethodologie historiquersquo rdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 85-95

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era ldquofijar por escrito ciertas ideas sobre la metodologiacutea histoacutericardquo que se habiacutean ldquodesarrollado en su espiacuteritu desde haciacutea alguacuten tiempordquo y afirmaba categoacutericamente a continuacioacuten que ldquola historia no tiene existencia cientiacuteficardquo En su programa esbozado en este cuaderno Bloch se proponiacutea sustituir la nocioacuten de ldquoacontecimientordquo por aque-lla de ldquofenoacutemenordquo entendiendo por acontecimiento ldquoun conjunto de hechos que tienen por uacutenico trazo comuacuten ser ordenados en la misma caja de la categoriacutea de tiempordquo El fenoacutemeno continuaba el joven historiador ldquoes el producto del anaacutelisis del acontecimientordquo Y cerraba la primera paacutegina asegurando que el meacutetodo histoacuterico era un meacutetodo descriptivo y se oponiacutea al meacutetodo analiacutetico14 Las reflexiones continua-ban comparando el meacutetodo histoacuterico con el meacutetodo de las ciencias naturales particularmente la quiacutemica para anotar posteriormente que desde su perspectiva existiacutea ldquoun orden de fenoacutemenos que llamaremos si se quiere fenoacutemenos psico-socialesrdquo15 ldquoPara estudiar uacutetilmente este orden mdashantildeadiacuteamdash habiacutea que dividirlo en familias es necesario susti-tuir un meacutetodo cronoloacutegico [hellip] por un meacutetodo analiacutetico que por el anaacutelisis llegue a la siacutentesis cientiacuteficardquo16 ldquoLa historia mdashsentenciabamdash es una recopilacioacuten de experiencias No se trata solamente de publicar esta recopilacioacuten [hellip] se trata sobre todo de interpretarrdquo

Quisiera detenerme un momento para sentildealar que en franceacutes la frase original reza literalmente ldquoLrsquohistoire est un recueil drsquoexpeacute rien-cesrdquo17 El teacutermino ldquorecueilrdquo fue ampliamente utilizado en las numero-sas colecciones de documentos medievales que se editaron en Francia a lo largo del siglo xIx particularmente cuando se trataba de los cartularios abaciales y catedralicios18 En este sentido no me parece

14 Ibidem p 8715 Ibidem p 8916 Idem17 Idem18 Una de las recopilaciones documentales maacutes importantes del medievalismo

decimonoacutenico franceacutes fue preparada por Auguste Bernard (1811-1868) y Alexandre Bruel (1841-1920) y llevaba por tiacutetulo Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny 6 v Pariacutes Impri-merie Nationale 1876-1903 Al respecto veacutease Seacutebastien Barret ldquocluny Note sur le Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny drsquoAuguste Bernard et Alexandre Bruelrdquo Bulletin du Centre drsquoEacutetudes Meacutedieacutevales drsquoAuxerre | buceMa [en liacutenea] Collection cbMa Les cartu-laires puestos en liacutenea el 16 de junio de 2009 Disponible en URL httpcemrevuesorg11017 DOI 104000cem11017 (fecha de consulta 17 de marzo de 2014)

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gratuito que un medievalista en formacioacuten recuperara el teacutermino ldquorecopilacioacutenrdquordquorecueilrdquo para definir a la historia pues en buena medida ello era una herencia del meacutetodo histoacuterico construido en el siglo anterior Lo que siacute me parece interesante y novedoso para la eacutepoca es que se acompantildee del teacutermino ldquoexperienciardquoexpeacuteriencesrdquo pues ello encierra en realidad una criacutetica abierta a ese ingente tra-bajo de erudicioacuten decimonoacutenica y a las propuestas metodoloacutegicas de Ranke Langlois y Seignobos que se agotaban en reunir y trans-cribir una enorme cantidad de documentos para determinar los acontecimientos tal y como habiacutean sido No los documentos no hablaban por siacute mismos y por lo tanto no bastaba con recolectar gran nuacutemero de eacutestos habiacutea que saber interrogarlos e interpretar su con-tenido19 Es aquiacute donde el teacutermino ldquoexperienciardquo adquiere una mayor significacioacuten por cuanto el pensamiento de Bloch se hace eco de las ciencias experimentales y se aparta del positivismo la historia no estaacute en el documento no es el documento sino la experiencia vivida por el sujeto mdashindividual y colectivomdash La historia podriacuteamos in-ferir es vida y en consecuencia no se ocupa de la palabra muerta sino de la experiencia vivida contenida en la palabra

Paacuteginas adelante Bloch precisaba que las formas diversas de esa psicosociologiacutea no eran sino los fenoacutemenos de la lengua los fenoacute-menos religiosos y los fenoacutemenos econoacutemicos De esta suerte el joven Bloch aseguraba que la historia deberiacutea abordar el estudio de ldquolas sociedadesrdquo20 y explicar precisamente esos fenoacutemenos psicoso-ciales Bloch concluiacutea este texto afirmando que el meacuterito del siglo xIx ldquohabiacutea sido encontrar el meacutetodo de la investigacioacuten histoacuterica y opi-naba que ldquoel meacutetodo criacutetico [hellip] habiacutea sido llevado a su punto de perfeccioacutenrdquo Pero antildeadiacutea ldquoel historiador se parece a un bioacutelogo que teniendo un microscopio excelente ignora en queacute aplicarlordquo21 La referencia a la biologiacutea haciacutea patente el intereacutes de Bloch en las cien-cias experimentales y en el criterio de cientificidad al tiempo que

19 Ibidem p 89 La obra de referencia sobre metodologiacutea histoacuterica para Bloch era por supuesto la de Charles Langlois y Charles Victor Seignobos Introduction aux eacutetudes historiques Pariacutes Hachette 1898

20 Bloch ldquoCarnethelliprdquo p 9021 Ibidem p 93-94

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reforzaba la idea seguacuten la cual el meacutetodo criacutetico propio de la historia hecha en el siglo xIx careciacutea de sentido si no se daba el paso a la interpretacioacuten y era tan inuacutetil como el mejor instrumento cientiacutefico en manos inexpertas

A nadie puede escapar la importancia de este texto de juventud por cuanto en su forma rudimentaria representa en realidad el programa de trabajo del novel historiador que es desarrollar un meacutetodo analiacutetico que permita a la Historia ser considerada como una ciencia gracias a la cual estudiar a las sociedades y sus fenoacuteme-nos maacutes complejos y profundos la lengua las mentalidades y la economiacutea Tal planteamiento llevaba impliacutecita la necesidad de formular preguntas es decir de problematizar estos fenoacutemenos y de trascender los liacutemites impuestos por la erudicioacuten decimonoacutenica que focalizaba sus esfuerzos en la depuracioacuten de las fuentes el es-tablecimiento de las fechas exactas y la redaccioacuten de una historia poliacutetica al servicio de la nacioacuten22

Unos diacuteas antes de iniciar la Gran Guerra el 13 de julio de 1914 Bloch fue llamado a pronunciar un discurso en la ceremonia de en-trega de reconocimientos con la que se cerraba el ciclo escolar en el liceo de Amiens En esta intervencioacuten destinada a joacutevenes auditores Bloch planteaba de forma sencilla los problemas de fondo de la cien-cia histoacuterica al tiempo que delineaba una primera definicioacuten de su objeto de estudio Debo citar en extenso

Como ustedes saben soy profesor de historia El pasado forma parte de mi ensentildeanza Narro batallas en las cuales no participeacute describo monumentos desaparecidos mucho antes de que yo naciera les hablo de hombres que nunca he visto Y mi caso es el de todos los historiado-res No tenemos de los acontecimientos del pasado un conocimiento

22 Sobre la Historia en el siglo xIx dos claacutesicos Georges Gooch Historia e historia-dores en el siglo xix trad de Ernestina Champourciacuten y Ramoacuten Iglesia Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1942 Georges Lefebvre El nacimiento de la historiografiacutea moderna trad de Alberto Meacutendez Barcelona Ediciones Martiacutenez Roca 1974 y dos estudios re-novadores aunque focalizados en el caso espantildeol Benoicirct Pelistrandi Un discours natio-nal La Real Academia de la Historia entre science et politique (1847-1897) Madrid Casa de Velaacutezquez 2004 Ignacio Peiroacute Martiacuten Los guardianes de la historia La historiografiacutea aca-deacutemica de la restauracioacuten 2a ed revisada y aumentada Zaragoza Institucioacuten Fernando el Catoacutelico 2006

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inmediato y personal comparable por ejemplo a aquel que su profe-sor de fiacutesica tiene de la electricidad No sabemos nada de los aconte-cimientos maacutes que por los relatos [reacutecits] de los hombres que los vieron realizarse Cuando estos relatos nos faltan nuestra ignorancia es com-pleta y no tiene remedio [hellip] [Los historiadores] somos jueces de ins-truccioacuten encargados de una amplia investigacioacuten sobre el pasado Como nuestros colegas del palacio de Justicia reunimos testimonios con la ayuda de los cuales buscamos reconstruir la realidad23

Y era precisamente sobre estos testimonios sobre los que el his-toriador debiacutea realizar la labor intelectual maacutes compleja con el fin de evitar los errores y establecer un poco de verdad ldquoal arte de discernir en los relatos lo verdadero lo falso y lo probable se deno-mina criacutetica histoacutericardquo24 Este ldquoarterdquo mdashy pensemos lo que para un medievalista puede significar el teacutermino arte el cual nos remite a las ldquoartes liberalesrdquomdash poseiacutea sus propias reglas tal y como las habiacutea desarrollado la ldquoeacutecole meacutethodiquerdquo de Charles Langlois y Charles Seignobos La primera era ofrecer las referencias en las notas corres-pondientes dado que a traveacutes de las notas es posible ldquoverificar el uso que se hace de los testimoniosrdquo ldquoCitar a las fuentes es el primer deber [devoir] del historiadorrdquo25 La segunda regla era en conse-cuencia reunir los documentos los testimonios y criticarlos es decir confrontarlos pues soacutelo ldquoen la comparacioacuten de los testimo-nios puede llegarse a la verdadrdquo26 Y pediacutea Bloch a sus joacutevenes oyentes comprender los aportes de la criacutetica histoacuterica explicando que ldquolas reglas de la criacutetica del testimoniordquo elaboradas sobre todo por historiadores y filoacutelogos no eran ldquoun juego de eruditosrdquo sino que se aplicaban ldquotanto al presente como al pasadordquo puesto que eran una forma de llegar a la verdad27

La lectura de estos dos textos de juventud obliga al historiador a interrogarse sobre las razones profundas que llevaron a Bloch a

23 Marc Bloch ldquoCritique historique et critique du teacutemoinage Amiens 1914rdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 97-107 p 99

24 Ibidem p 10025 Idem26 Ibidem p 10627 Ibidem p 107

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reflexionar sobre el meacutetodo histoacuterico pero tambieacuten a cuestionarse sobre la aparente contradiccioacuten que hay en uno y otro texto respec-to de la importancia y el valor dado a la criacutetica histoacuterica minusva-lorada en el primero pasa a convertirse en el segundo en la base epistemoloacutegica de la historia

No basta apelar a la mente imaginativa y brillante de Bloch para explicar su preocupacioacuten por el meacutetodo es necesario tomar en cuen-ta el contexto intelectual en el que Bloch desarrolloacute sus estudios y comenzoacute el ejercicio de su profesioacuten un contexto marcado por el de-sarrollo de la sociologiacutea y las ciencias naturales que han analizado Aurell y Dosse28 En este sentido de forma particular Dosse ha de-mostrado que el eacutexito de Bloch y Febvre se debioacute en buena medida a haber hecho suyas las criacuteticas provenientes de la linguumliacutestica la antro-pologiacutea el psicoanaacutelisis y la sociologiacutea y haber dado seguimiento a los retos planteados por estas nuevas ciencias pero tambieacuten por haber ofrecido respuestas a una sociedad marcada primero por la guerra y despueacutes por la crisis econoacutemica mundial que perdiacutea su fe en la nocioacuten de progreso y que ldquodesplazaba su mirada de lo poliacutetico hacia lo econoacutemicordquo a lo largo de las tres primeras deacutecadas del siglo xx29

Asiacute el desencanto y la peacuterdida de certezas convirtieron a la ge-neracioacuten de Bloch en una generacioacuten criacutetica con sus maestros que planteaba nuevas respuestas a nuevos problemas y que buscaba en las ciencias naturales los criterios de cientificidad no es gratuito que una y otra vez desde el texto de 1906 hasta 1943 antildeo de la redaccioacuten de la Apologiacutea por la historia nuestro historiador recurra a compara-ciones y analogiacuteas constantes con las ciencias naturales Para los nue-vos retos que planteaba la sociedad emergida de la Gran Guerra la historia poliacutetica tradicional no bastaba se haciacutea necesario incidir en lo econoacutemico en lo social y en lo psicoloacutegico y para ello era obliga-torio formular un nuevo meacutetodo o en el mejor de los casos renovar el existente pues sus liacutemites eran evidentes ante nuevas inquietudes

De igual forma es necesario tomar en cuenta la propia formacioacuten intelectual de Bloch Hijo de un reconocido romanista mdashGustave Blochmdash y alumno de la ceacutelebre Eacutecole Normale Supeacuterieure Marc Bloch

28 Aurell La escritura de la memoriahellip p 23-49 Dosse La historia en migajashellip p 27-6129 Dosse La historia en migajashellip p 28

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se formoacute en el rigor acadeacutemico de la erudicioacuten y en el cuidadoso tra-tamiento de los documentos Para los temas que le interesan el meacute-todo desarrollado por Langlois y Seignobos en su Introduccioacuten a los estudios histoacutericos le parece insuficiente Pero en 1909 Bloch realizoacute una estancia acadeacutemica en Berliacuten y Leipzig donde pudo comprobar las bondades del meacutetodo y relacionarse con un rico ambiente intelec-tual que atraiacutea a joacutevenes universitarios de toda Europa Posteriormen-te gracias a su ingreso en la Universidad de Estrasburgo en 1919 al finalizar la Gran Guerra y ser desmovilizado tendriacutea la ocasioacuten de conocer a personalidades que marcariacutean de forma indeleble su pen-samiento particularmente Lucien Febvre y Maurice Halbwachs30 Estas experiencias acadeacutemicas y universitarias le permitiriacutean matizar su postura original el meacutetodo criacutetico era fundamental al punto que en la Apologiacutea recordariacutea como buen medievalista los esfuerzos de Mabillon y sus aportes en la obra De re diplomatica reconocieacutendole la paternidad de la criacutetica de los documentos de archivo y calificando el antildeo 1681 fecha de la edicioacuten de la obra del benedictino como ldquouna gran fecha en la historia del espiacuteritu humanordquo31 pero la criacutetica soacutelo es el primer paso posteriormente habraacute que interpretar

De forma voluntaria saltareacute el antildeo de 1929 y la significacioacuten de la aparicioacuten del primer nuacutemero de Anales de Historia Econoacutemica y Social puesto que su trascendencia para la historiografiacutea contemporaacutenea ha sido ponderada en numerosas ocasiones de tal forma que prefiero recalar en el texto de 1939 intitulado Reflexiones para un lector curioso del meacutetodo mencionado maacutes arriba y que es en realidad el trabajo preparatorio que anuncia la Apologiacutea por la historia un texto que que-riacutea ser un libro y que aspiraba a ver la luz de la imprenta La Apologiacutea

30 Carlos Aguirre Rojas ldquoEl itinerario intelectual de Marc Bloch y el compromiso con su propio presenterdquo en Contribuciones desde Coatepec Universidad Autoacutenoma del Estado de Meacutexico Toluca n 2 enero-junio 2002 p 72-94

31 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 67 Jean Mabillon De re diplomatica libri vi in quibus quidquid ad veterum instrumentorum antiquitatem materiam scripturam et stilum quidquid ad sigilla monogrammata subscriptiones ac notas chronoligicas quidquid inde ad antiquariam historicam forensemque disciplinam pertinet explicatur et illustratur Accedunt commentarius de antiquis regum Francorum palatiis veterum scripturarum varia specimina tabulis lx comprehensa nova ducentorum et amplius monumentorum collectio opera et studio domni Johannis Mabillon Pariacutes L Billaine 1681

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es una obra redactada sin la posibilidad de consultar notas ni biblio-tecas puesto que su autor se habiacutea enrolado ya en el servicio militar

La primera paacutegina de las Reflexiones constituye como la presen-tacioacuten del primer nuacutemero de Annales un auteacutentico manifiesto sobre una nueva historia Es obligado citar en extenso

La historia que me propongo escribir es la de los franceses considera-dos como grupo social No una historia sin poliacutetica puesto que la forma en la que los pueblos son gobernados asiacute como las virtudes las ambi-ciones y las ilusiones de sus gobernantes son uno de los elementos que marcan el destino comuacuten No una historia sin guerras iquestquieacuten en el momento en el que ennegrezco este papel osariacutea negar a las violen-cias guerreras el poder de moldear las sociedades o negar que eacutestas experimentan en algunas ocasiones las maacutes iacutentimas inclinaciones No una historia exclusivamente popular puesto que la accioacuten de las clases dirigentes junto con la de las de las eacutelites mdashlas dos palabras no son necesariamente sinoacutenimosmdash no se podraacute comparar jamaacutes con lo dis-minuido de su nuacutemero No una historia sin individuos porque las personalidades magneacuteticas o solamente bien situadas reflejan como un espejo las tendencias semiinconscientes de las masas [hellip] Pero esta historia quiere ser la de los hombres y no uacutenicamente la de algunos jefes o que se nombran como tales Esta historia deseariacutea poner al desnudo bajo las superficies brillantes [hellip] las realidades profundas Tal historia sontildeariacutea en fin con ser verdaderamente analiacutetica y expli-cativa sin cesar por ello de mantenerse fiel a los colores de la vida32

Y agrega paacuterrafos adelante un axioma esbozado en los escritos de juventud y que ahora se encuentra perfectamente elaborado ldquoComo todos los conocimientos no importa en queacute rama de las cien-cias el conocimiento histoacuterico tiene sus propios liacutemites El maacutes in-mediato aparentemente estaacute relacionado con las condiciones que se imponen a la observacioacuten Eacutesta no es nunca directa De los fenoacutemenos que estudia el historiador retiene uacutenicamente los trazos que eacutestos han dejadordquo33 Para Bloch estos testimonios podiacutean dividirse en dos categoriacuteas la de los testimonios intencionales y la de los que daban

32 Utilizo la versioacuten francesa Marc Bloch ldquoReacuteflexions pour un lecteur curieux de meacutethoderdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 505-515 p 507-508

33 Ibidem p 509

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informacioacuten sin haberlo deseado inclusive a su pesar El historiador estaba llamado a reunir la mayor cantidad de testimonios posibles y a confrontarlos utilizando el meacutetodo criacutetico ideado por Mabillon Papenbroech y Beaufort en las postrimeriacuteas del siglo xvII y que con-sistiacutea en reunir la mayor cantidad de diplomas y cartularios ejercer sobre ellos una criacutetica externa analizar los tipos de letra las tintas empleadas el tipo de soportesmdash y una criacutetica interna mdashanalizar fechas de composicioacuten formularios signatarios contenidosmdash con-frontar los documentos entre siacute y con las fuentes croniacutesticas y final-mente elaborar una historia eliminando las leyendas las interpola-ciones las falsedades consignando uacutenicamente ldquola verdadrdquo34 ldquoBien mirado asegura ahora Marc Bloch la originalidad de este meacutetodo criacutetico reside menos en la naturaleza de sus herramientas que en la especie de convergencia que realiza en provecho del discernimiento de la verdad entre procedimientos de investigacioacuten prestados de disciplinas diversas y de horizontes maacutes ampliosrdquo35

Las reflexiones sobre el meacutetodo criacutetico llevan a Bloch a cerrar su texto con una criacutetica a la maacutexima de Ranke en la cual sostiene que la divisa del viejo historiador alemaacuten tomada literalmente estaba des-provista de sentido36 En su argumentacioacuten nuestro medievalista dariacutea una primera definicioacuten de la historia que seriacutea modificada en sus escritos posteriores pero que merece la pena ser resaltada para poder establecer la evolucioacuten de su pensamiento ldquoPrimero porque la historia no es la ciencia del pasado por entero sino que eacutesta es lo que es bien diferente la ciencia del hombre en el pasado Es posible ciertamente que haya que acordar un lugar a los acontecimientos del mundo fiacutesico pero solamente por cuanto hayan ejercido una accioacuten sobre el destino de los hombres y en la medida de cierta accioacutenrdquo37

iquestCoacutemo pasoacute Bloch de una definicioacuten seguacuten la cual la historia es ldquola ciencia del hombre en el pasadordquo a aquella de 1943 seguacuten la cual la historia es ldquola ciencia de los hombres en el tiempordquo38 La pregunta

34 Blandine Barret-Kriegel Les historiens et la monarchie 1 Jean Mabillon Pariacutes Presses Universitaires de France 1988

35 Ibidem p 511-51236 Ibidem p 51537 Idem38 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 26

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no es banal ni retoacuterica por cuanto muestra una reflexioacuten continuada a lo largo de cinco antildeos en el marco de la guerra y de las inquietudes y angustias que tal suceso generoacute en los intelectuales que la vivieron pero tambieacuten por cuanto muestra la importancia que para Bloch teniacutea el hecho de dotar a la historia de un criterio de cientificidad que debiacutea incluir un objeto de estudio propio un meacutetodo particular un lenguaje especiacutefico y unas herramientas de anaacutelisis determinadas

La respuesta se halla contenida en la propia Apologiacutea por la histo-ria un escrito complejo y rico que representa un auteacutentico testamento intelectual en el que se condensa la experiencia de toda una vida consagrada al quehacer histoacuterico En este sentido y de forma para-doacutejica el libro descansa sobre un soacutelido trabajo erudito desarrollado en los antildeos previos y que dio como resultado Los reyes taumaturgos Los caracteres originales y La sociedad feudal ya mencionados tres obras que son referentes fundamentales del medievalismo y de la histo-riografiacutea contemporaacutenea Pero tambieacuten es necesario subrayar que el libro reposa sobre una profunda reflexioacuten epistemoloacutegica sobre dos categoriacuteas fundamentales de la modernidad el ser y el tiempo soacutelo que en este caso se trata de un ser colectivo los hombres es decir las sociedades Desconozco la relacioacuten que pudo haber tenido Bloch con la obra de Henri Bergson o Martin Heidegger y no es este el lugar para explorar tal viacutea pero en cualquier caso quisiera llamar la atencioacuten sobre la coincidencia de las inquietudes intelectuales entre los hombres de aquella generacioacuten39

En la versioacuten que vio la luz de la imprenta la Apologiacutea estaacute divi-dida en cinco capiacutetulos que corresponden a cada uno de los temas de naturaleza epistemoloacutegica que inquietaron a March Bloch a lo largo de su vida ldquoLa historia los hombres y el tiempordquo ldquoLa observacioacuten histoacutericardquo ldquoLa criacuteticardquo ldquoEl anaacutelisis histoacutericordquo la ldquoCausalidadrdquo Si tomamos en conjunto la introduccioacuten y el capiacutetulo primero veremos la estrecha relacioacuten que existe entre la pregunta sobre la legitimidad de la ciencia histoacuterica y el objeto de estudio la historia soacutelo es legiacutetima

39 Es sumamente probable que las reflexiones de Bloch sobre el tiempo estuviesen inspiradas maacutes por la obra de Bergson que por la de Heiddeger pero eacutesta seriacutea una viacutea por explorar en otros trabajos Sobre Bergson veacutease Giovanni Reale y Dario Antiseri ldquoHenri Bergson y la evolucioacuten creadorardquo en Historia del pensamiento filosoacutefico y cientiacutefico Barcelona Herder 1988 v 3 p 624-634

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por cuanto permite comprender el presente mediante el estudio del pasado de tal suerte que el estudio del pasado en siacute mismo no sirve para nada es decir carece de legitimidad puesto que con ese proceder no se ofrecen respuestas a las inquietudes presentes

La definicioacuten del objeto de estudio de la ciencia histoacuterica por parte de Bloch conlleva dos nociones que resultaron fundamentales en la renovacioacuten historiograacutefica impulsada por el historiador franceacutes por una parte la necesidad y la obligacioacuten que tiene el historiador de interpretar de explicar de comprender es decir de realizar como escribiacutea nuestro medievalista en 1906 una historia analiacutetica y no soacutelo narrativa por la otra la idea de un continuo movimiento (cambiotransformacioacuten) de las sociedades en su devenir de donde se deriva una continua relacioacuten entre el pasado y el presente mdashcon los problemas de observacioacuten que ello generamdash y la idea maacutes re-volucionaria auacuten de que el pasado no es algo dado sino que es algo que se construye La ciencia histoacuterica tiene en consecuencia como objeto de estudio no lo muerto y lo estaacutetico sino lo dinaacutemico y lo vivo pues estudia las rupturas las continuidades las innovaciones y las transformaciones de una sociedad a lo largo del tiempo El tiempo pues se convirtioacute en este uacuteltimo escrito de Bloch en una categoriacutea fundamental para la historia Pero no se trataba ya de las viejas cronologiacuteas de los siglos de la Razoacuten que pretendiacutean dotar a la historia de un criterio de cientificidad basado en la matemaacutetica del coacutemputo del tiempo sino en realidad de un tiempo mdashpuedo equivocarmemdash de naturaleza filosoacutefica (Le temps historique) que anunciaba ya las distintas duraciones y temporalidades en y de la historia a las que tanta atencioacuten prestariacutean autores como Fernand Braudel por ejemplo40 Y en el centro del tiempo el hombre tal y como magistralmente lo muestra el disentildeo de la portada realizada por el Fondo de Cultura Econoacutemica el Hombre de Vitruvio inserto en medio de la caraacutetula de un reloj ldquoLrsquohistoire science des hommes dans le tempsrdquo41

40 Veacutease el capiacutetulo primero de la Apologiacutea ldquoLa historia los hombres y el tiempordquo Soacutelo por el gusto de la erudicioacuten me permito recordar el artiacuteculo de Fernand Braudel ldquoHistoire et sciences sociales la longue dureacuteerdquo Annales esc n 4 octubre-diciembre 1958 p 725-753

41 Prefiero la versioacuten francesa Marc Bloch Apologie pour lrsquohistoire ou meacutetier drsquohisto-rien en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 843-895 p 867 Subrayo el sentido

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123MARC BLOCH (1886-1944)

Conclusiones

Quisiera cerrar estas liacuteneas con un paacuterrafo que me parece muy re-velador del estado de la ciencia histoacuterica en la eacutepoca en que Marc Bloch escribiacutea su Apologiacutea

La historia mdashdeciacutea el antiguo profesor de Estrasburgomdash no es sola-mente una ciencia en marcha Es tambieacuten una ciencia que se halla en la infancia como todas las que tienen por objeto el espiacuteritu humano [hellip] O por mejor decir vieja bajo la forma embrionaria del relato mu-cho tiempo envuelta en ficciones mucho maacutes tiempo todaviacutea unida a los sucesos maacutes inmediatamente captables es muy joven como empre-sa razonada de anaacutelisis Se esfuerza por penetrar en fin por debajo de los hechos de la superficie por rechazar despueacutes de las seducciones de la leyenda o de la retoacuterica los venenos hoy maacutes peligrosos de la rutina erudita y del empirismo disfrazado de sentido comuacuten42

A tenor del desarrollo de la historiografiacutea occidental en los uacutelti-mos setenta antildeos en los que la historia se ocupoacute de las estructuras y de ldquolos fenoacutemenosrdquo de larga duracioacuten que se desarrollaban debajo de la superficie de la historia de los acontecimientos en los que la disciplina dio un giro hacia la narrativa y establecioacute que la historia no era otra sino discursos sobre el pasado en los que la disciplina se ha ocupado de sujetos que no soacutelo son ldquolos hombresrdquo sino que tambieacuten lo son el clima los ecosistemas los olores las ciudades el mar los sentimientos los espacios los precios etceacutetera en los que se ha puesto de manifiesto la importante funcioacuten que posee el relato histoacuterico como creador de identidades colectivas y legitimador de instituciones y en los que a pesar de todo seguimos recurriendo a las fuentes y las citamos en las notas merece la pena subrayar el importante papel que desempentildeoacute Marc Bloch mdashy con eacutel toda su generacioacutenmdash en aras de la construccioacuten de una historia cientiacutefica En cualquier caso opino lo maacutes importante consiste en que hoy

del teacutermino dans en el franceacutes original y que en castellano podriacutea traducirse no soacutelo como ldquoenrdquo sino ldquodentrordquo

42 Ibidem p 857-858 de la edicioacuten francesa (p 16 de la edicioacuten castellana del Fondo de Cultura Econoacutemica)

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124 historia y meacutetodo en el siglo xx

como ayer la historia mantiene su sentido originario pues es ante todo ldquoinvestigacioacutenrdquo aunque ldquoel tipo de operaciones intelectualesrdquo las formas discursivas y de argumentacioacuten y los criterios de veraci-dad ldquoque se consideran vaacutelidos en cada momento histoacutericordquo se ha-yan transformado con el correr de los antildeos43

Marc Bloch dio las respuestas que pudo a las inquietudes de su tiempo y tuvo un papel central al dotar a la disciplina histoacuterica del caraacutecter cientiacutefico del que careciacutea subrayando la importancia preci-samente de la operacioacuten hermeneacuteutica y subrayando la importancia de la explicacioacuten frente a la mera narracioacuten Nos corresponde ahora responder a las inquietudes de nuestra propia eacutepoca y a las proble-maacuteticas planteadas por la ciencia histoacuterica practicando siempre la honestidad intelectual e impulsando a los joacutevenes historiadores mdashaprendices del oficio de historiarmdash a que den sus propias respuestas sobre la utilidad y la legitimidad de la Historia en el siglo xxI

bIblIograFiacutea

aguIrre rojas Carlos ldquoEl itinerario intelectual de Marc Bloch y el com-promiso con su propio presenterdquo Contribuciones desde Coatepec Uni-versidad Autoacutenoma del Estado de Meacutexico Toluca n 2 enero-junio 2002 p 72-94

Los Annales y la historiografiacutea francesa Tradiciones criacuteticas de Marc Bloch a Michel Foucault Meacutexico Quinto Sol 1996 248 p

aurell Jaume La escritura de la memoria De los positivismos a los postmoder-nismos Valencia Prensas de la Universidad de Valencia 2005 254 p

barret Seacutebastien ldquocluny Note sur le Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny drsquoAuguste Bernard et Alexandre Bruelrdquo Bulletin du Centre drsquoEacutetudes Meacutedieacutevales drsquoAuxerre | buceMa [en liacutenea] Collection cbMa Les cartu-laires puestos en liacutenea el 16 de junio de 2009 Disponible en URL

43 Recupero en estas liacuteneas las ideas y observaciones vertidas por la doctora Aure-lia Valero a propoacutesito de mi trabajo en el marco del coloquio Agradezco enormemente sus sugerencias que me permitieron enriquecer el texto de manera significativa

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125MARC BLOCH (1886-1944)

httpcemrevuesorg11017 DOI 104000cem11017 (fecha de con-sulta 17 de marzo de 2014)

barret-KrIegel Blandine Les historiens et la monarchie 1 Jean Mabillon Pariacutes Presses Universitaires de France 1988 299 p

bartHeacuteleMy Dominique ldquoMarc Blochrdquo en Veacuteronique Sales Les historiens Pariacutes Armand Colin 2003 p 85-102

bernard Auguste y Alexandre Bruel Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny 6 v Pariacutes Imprimerie Nationale 1876-1903

blocH Marc Introduccioacuten a la historia 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994 159 p (Breviarios 64)

Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance edicioacuten de Annette Becker y Eacutetien-ne Bloch prefacio de Annette Becker introduccioacuten de Eacutetienne Bloch Pariacutes Gallimard 2006 lxxI+1095 p

La socieacuteteacute feacuteodale 6a ed prefacio de Robert Fossier Pariacutes Albin Michel 1994 xII+702 p [1a ed 1939]

Les caractegraveres originaux de lrsquohistoire rurale franccedilaise OsloPariacutes Ashe-bourgLes Belles-Lettres 1931 262 p

Los reyes taumaturgos trad de Marcos Lara Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1993 492 p [1a ed 1924]

ldquoReflexiones para el lector curioso del meacutetodordquo Eslabones Revista semestral de estudios regionales Sociedad Nacional de Estudios Regionales Meacutexico n 7 enero-junio 1994 p xII-xxI

braudel Fernand ldquoHistoire et sciences sociales la longue dureacuteerdquo Annales esc n 4 octubre-diciembre 1958 p 725-753

burKe Peter La revolucioacuten historiograacutefica francesa La Escuela de los Annales 1929-1989 Barcelona Gedisa 1993 142 p

carreras ares Joseacute y Carlos Forcadell Aacutelvarez (eds) Usos puacuteblicos de la Historia Ponencias del VI Congreso de la Asociacioacuten de Historia Contempo-raacutenea (Universidad de Zaragoza 2002) Madrid Marcial PonsPrensas Universitarias de Zaragoza 2003 360 p

delacroIx Christian Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants his-toriques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 724 p (Col Folio Histoire 158)

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126 historia y meacutetodo en el siglo xx

deyon Pierre Jean-Claude Richez y Leacuteon Strauss Marc Bloch Lrsquohistorien et la citeacute Estrasburgo Presses Universitaires de Strasbourg 1997 222 p (Collection de la Maison des Sciences de lrsquoHomme de Strasbourg 22)

dosse Franccedilois La historia en migajas De Annales a la ldquonueva historiardquo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2006 249 p

duMoulIn Olivier Marc Bloch Pariacutes Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques 2000 340 p

FInK Carole Marc Bloch A Life in History 2a ed Cambridge Cambridge University Press 1991 371 p

goocH Georges Historia e historiadores en el siglo xix trad de Ernestina Champourciacuten y Ramoacuten Iglesia Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1942 607 p

Hartog Franccedilois Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo trad de Norma Duraacuten y Pablo Avileacutes Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007 243 p

Iggers George G Historiography in the Twentieth Century From Scientific Objectivity to the Postdmodern Challenge HanoverLondres Wesleyan University PressUniversity Press of New England 1997 182 p

langloIs Charles y Charles Victor Seignobos Introduction aux eacutetudes his-toriques Pariacutes Hachette 1898 xvIII+308 p

leFebvre Georges El nacimiento de la historiografiacutea moderna trad de Alberto Meacutendez Barcelona Ediciones Martiacutenez Roca 1974 340 p

MabIllon Jean De re diplomatica libri vi in quibus quidquid ad veterum ins-trumentorum antiquitatem materiam scripturam et stilum quidquid ad sigilla monogrammata subscriptiones ac notas chronoligicas quidquid inde ad antiquariam historicam forensemque disciplinam pertinet explicatur et illustratur Accedunt commentarius de antiquis regum Francorum palatiis veterum scripturarum varia specimina tabulis lx comprehensa nova ducen-torum et amplius monumentorum collectio opera et studio domni Johannis Mabillon Pariacutes L Billaine 1681 xIx+664 p

MastrogregorI Massimo El manuscrito interrumpido de Marc Bloch Apo-logiacutea para la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998 140 p

PeIroacute Martiacuten Ignacio Los guardianes de la historia La historiografiacutea acadeacutemi-ca de la restauracioacuten 2a ed revisada y aumentada Zaragoza Institucioacuten Fernando el Catoacutelico 2006 446 p

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127MARC BLOCH (1886-1944)

PelIstrandI Benoicirct Un discours national La Real Academia de la Historia entre science et politique (1847-1897) Madrid Casa de Velaacutezquez 2004 466 p

reale Giovanni y Dario Antiseri ldquoHenri Bergson y la evolucioacuten creadorardquo en Historia del pensamiento filosoacutefico y cientiacutefico 3 v Barcelona Herder 1988 v 3 p 624-634

riacuteos saloMa Martiacuten La Reconquista en la historiografiacutea espantildeola contempo-raacutenea MadridMeacutexico SiacutelexUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2013 242 p

La Reconquista Una construccioacuten historiograacutefica (siglos xvi-xix) proacute-logo de Mariacutea Isabel Peacuterez de Tudela MadridMeacutexico Marcial PonsUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2011 351 p

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Joseacute Gaos (1900-1969) Un hombre entre la historia y el meacutetodo

evelIa trejo estradaUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

[hellip] la naturaleza humana la humanidad se rea-liza en pluralidad de individuos cada uno con su inalienable unidad en Humanidad

joseacute gaos

Soacutelo entre todos los hombres se llega a vivir lo humano

eMManuel Kant

Historia y meacutetodo son teacuterminos que invitan a pensar en algunas de las ideas planteadas y sugeridas por Joseacute Gaos y sobre todo a recor-dar que la obra del filoacutesofo asturiano es una rica fuente para meditar en la relacioacuten entre ambos en la medida en que ofrece recursos para ampliar los horizontes de la reflexioacuten histoacuterica y de las realizaciones historiograacuteficas

En esta oportunidad he elegido uacutenicamente tres cuestiones de-rivadas sobre todo de la aproximacioacuten a tres de sus textos que con-sidero apropiados para aquilatar aportaciones suyas a la materia Dichas cuestiones son la sensibilidad de Gaos respecto de la histo-ria su propuesta para componer una Historia de las ideas y su ca-pacidad para observar el quehacer historiograacutefico

He tenido ocasioacuten en distintos momentos de aludir al lugar que tiene Joseacute Gaos en mi formacioacuten como historiadora El homenaje que un grupo de colegas rendimos en enero de 2013 a Rosa Camelo la decana del Seminario de Historiografiacutea Mexicana que mes a mes celebramos en el Instituto por ejemplo me permitioacute colocar una pequentildea porcioacuten de aquello que debo al maestro espantildeol en el afaacuten por esclarecer lo que entiendo como una tradicioacuten de la que he

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130 historia y meacutetodo en el siglo xx

abrevado para relacionarme con el pasado1 Sin embargo debo agregar que es sobre todo la satisfaccioacuten de constatar el provecho que obtienen los estudiantes invitados a conocer su obra lo que me mueve a destacar algunos rasgos de sus aportaciones que considero bagaje indispensable de quienes transitan por la Historia y tienen disposicioacuten para reflexionar acerca de lo que esto implica Echando mano de esa experiencia cotidiana en las siguientes paacuteginas inten-tareacute establecer coacutemo entiendo a Joseacute Gaos en su relacioacuten con la his-toria y coacutemo en su visioacuten de la historiografiacutea para finalmente aven-turar una respuesta sobre si es conveniente o no hablar de meacutetodo en el caso de Gaos

Me he valido y lo hareacute nuevamente del escrito de sus Confesio-nes profesionales2 para situar ciertos ejes con los que he podido acce-der a este pensador Enseguida me acerco a una de sus obras histoacute-ricas maacutes importantes la Historia de nuestra idea del mundo3 y posteriormente me refiero a sus significativas contribuciones a la filosofiacutea de la historiografiacutea aparecidas en sus ldquoNotas sobre la his-toriografiacuteardquo4 con el fin de expresar mi reconocimiento al historiador

1 Evelia Trejo ldquoHilvanar la tradicioacutenrdquo ponencia en el Homenaje a Rosa Camelo Instituto de Investigaciones Histoacutericas de la Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexi-co enero de 2013 Una versioacuten completa ha sido publicada en Aacutelvaro Matute y Evelia Trejo (coords) De historiografiacutea y otras pasiones homenaje a Rosa Camelo Meacutexico Univer-sidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Histoacutericas 2016 248 p p 17-34

2 Joseacute Gaos Confesiones profesionales edicioacuten conmemorativa Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2002 [Las notas estaacuten tomadas de esta edicioacuten] Las ldquoConfesioneshelliprdquo se publican en Joseacute Gaos Obras completas xvii Confesiones profesionales Aforiacutestica coordinacioacuten de Fernando Salmeroacuten proacutelogo y seleccioacuten de la aforiacutestica in-eacutedita por Vera Yamuni Tabush Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1982 p 41-137

3 Joseacute Gaos Historia de nuestra idea del mundo con una nota sobre la edicioacuten de Andreacutes Lira Meacutexico El Colegio de Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1973 [Esta edicioacuten seraacute la citada en el texto] Tambieacuten en Joseacute Gaos Obras completas xiv Historia de nuestra idea del mundo nueva edicioacuten cotejada con el manuscrito original coordinador de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo de Andreacutes Lira Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 1994

4 Joseacute Gaos ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo en La teoriacutea de la historia en Meacutexico (1940-1973) Meacutexico Secretariacutea de Educacioacuten Puacuteblica 1974 Las ldquoNotashelliprdquo se publicaron tambieacuten en Obras completas xv Discurso de filosofiacutea De antropologiacutea e historiografiacutea El siglo del esplen-dor de Meacutexico coordinador de la edicioacuten Antonio Zirioacuten Q proacutelogo de Aacutelvaro Matute

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131JOSEacute GAOS (1900-1969)

que dada la iacutendole de su primera y maacutes constante formacioacuten filo-soacutefica lleva a cabo su tarea y reflexiona sobre ella y por uacuteltimo ensayo un comentario sobre la posibilidad de desprender de su obra un meacutetodo5

I Joseacute Gaos en sus Confesiones profesionales se presenta como un es-tudioso de la filosofiacutea y relata coacutemo desde los primeros antildeos de su formacioacuten en la Filosofiacutea tropieza con la Historia y asume la condi-cioacuten de historicidad de la filosofiacutea misma De ahiacute que el papel de la Historia comience a cobrar para eacutel una dimensioacuten particularmente valiosa para llevar a cabo sus pesquisas Hace conciencia de que la ensentildeanza de la filosofiacutea adoptoacute cada vez en mayor medida una perspectiva histoacuterica y decide que a sus preguntas sobre metafiacutesica o teoriacutea del conocimiento debe agregar la condicioacuten histoacuterica de las diversas respuestas que se les ha dado

Por otra parte una de sus primeras confesiones es la de haberse inclinado desde los antildeos de juventud a una lectura de la Historia literaria y de las ideas que en cualquiera de sus formas le alimentoacute dice uno de sus ldquogustos maacutes extrantildeosrdquo Y advierte ldquoEl gusto puede llegar a lo que puede ser una aberracioacuten a gustar maacutes que de leer las obras originales a leer obras sobre otras obrasrdquo6

iquestCoacutemo leer esta foacutermula autocriacutetica en alguacuten sentido Yo he querido hacerlo acudiendo a otras de sus afirmaciones en el texto que sigo su intereacutes en lo que los hombres piensan en cualquier tiempo y lugar y su necesidad de cotejar el pensamiento de unos y otros con el de su propio tiempo Una especie de urgencia por colocar en la balanza asuntos de la filosofiacutea prentildeados siempre de la condicioacuten de ser interpretados y reinterpretados de acuerdo con el momento en que se vive En esta visioacuten retrospectiva de su propia experiencia

Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Coordinacioacuten de Humanidades Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 2009 p 353-372 En el mismo volumen aparecen ldquo[Otras] Notas sobre la historiografiacuteardquo p 558-561 procedentes del archivo de Joseacute Gaos

5 La eleccioacuten de los textos a que hareacute referencia la he hecho a sabiendas de que dejo fuera una gran cantidad de escritos de Joseacute Gaos de enorme utilidad para los estudio-sos de la historia de las ideas y de la historia de la historiografiacutea por fortuna publicados en su mayoriacutea dentro de la vasta coleccioacuten de sus Obras completas

6 Gaos Confesioneshellip p 33-34

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132 historia y meacutetodo en el siglo xx

Gaos hace evidente que su paso por la Universidad de Madrid y el contacto con sus distintos profesores a lo largo de maacutes de una deacuteca-da lo llevoacute a aquilatar diferentes aportaciones de la filosofiacutea como las maacutes valiosas y a optar por asumir ya en los antildeos treinta un es-cepticismo frente a la pretensioacuten de verdad de cada una de ellas

Su debut como profesor de la Facultad de Filosofiacutea recieacuten inau-gurada en la Ciudad Universitaria de Madrid en enero de 1933 seriacutea seguacuten asienta el inicio de su prisioacuten en Heidegger7 Para ese momen-to en el recuento que Gaos procura de su trayectoria es muy impor-tante la conciencia que toma de coacutemo pudo apreciar en sus maestros la apropiacioacuten de las distintas filosofiacuteas como verdades sucesivamen-te incorporadas a sus vidas De manera que alimentar el asunto de la historicidad fue lo suyo primero al parecer experiencialmente des-pueacutes con el respaldo de un pensamiento que lo hizo enriquecerse en tal sentido El encuentro con las propuestas de Wilhelm Dilthey lo empujoacute a sustentar que la Historia de la Filosofiacutea era la uacutenica base justa de la Teoriacutea de la Filosofiacutea y de la Filosofiacutea de la Filosofiacutea

Asiacute Joseacute Gaos llegoacute a Meacutexico en el antildeo 1938 maacutes que armado para iniciar un magisterio en el que la Historia reinaba como disciplina si bien es cierto que en la manera de ponerla en praacutectica estariacutea presente el estrecho viacutenculo historia-filosofiacutea que habiacutea movido sus intereses en cuando menos los uacuteltimos quince antildeos de su vida hasta ese momento en que la Guerra Civil le colocoacute como destino nuestro suelo

A poco maacutes de una deacutecada de formar parte del medio acadeacutemi-co en el que se insertoacute en 1953 a lo largo de cinco lecciones a los 52 antildeos cumplidos dictoacute precisamente el texto que he tomado como guiacutea y en el cual asumiacutea para comenzar su condicioacuten de profesor de filosofiacutea y no la de filoacutesofo puesto que no habiacutea construido una

7 Si bien sentildeala que fue en 1930 cuando escuchoacute de Joseacute Ortega y Gasset por vez primera el nombre de Heidegger y se hizo de un ejemplar de Ser y tiempo antildeade coacutemo fue por el entusiasmo de Zubiri que se decidioacute a estudiar en serio al filoacutesofo alemaacuten Ibidem p 43-46 Un paacuterrafo elocuente sobre la historicidad que veiacutea en la filosofiacutea incluso al referirse a ese largo periodo de 1933-1953 en que se ocupaba de Heidegger es el si-guiente ldquome decidiacute a estudiar a Heidegger como a quien maacutes y a ensentildearlo a tiacutetulo de filoacutesofo del diacutea que era mi deber profesional estudiar y ensentildear pero tambieacuten a tiacutetulo provisional mientras no desarrollara el problema de la Filosofiacutea misma en toda una Teoriacutea de la Filosofiacutea [hellip]rdquo Ibidem p 46

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133JOSEacute GAOS (1900-1969)

filosofiacutea de manera sistemaacutetica y objetiva8 No obstante aceptaba haber producido algunas ideas propias de las que se proponiacutea ha-blar presentando el modo en que habiacutea llegado a ellas Alliacute reparaba justamente en su propoacutesito de generar una comunicacioacuten para en-riquecer ldquonuestras individuales humanidades incomunicables en su aacutepice absolutordquo9 Gaos hace conciencia de la importancia de poner en claro la ruta que ha seguido su pensamiento como una foacutermula para ldquohacer conversacioacutenrdquo con aquellos interesados en sus preguntas y respuestas muchas de ellas de orden filosoacutefico y res-pondidas siempre en el marco de la historicidad

Subraya que las confesiones que pretende hacer son las de su vida puacuteblica y plantea como una razoacuten para considerar algunas confesiones (no las suyas) empobrecedoras el hecho de que son desmoralizadoras iquestLuego entonces se podriacutea suponer que piensa en que las escritas por eacutel pueden leerse como moralizadoras

No tengo una respuesta sobre el punto Pero lo que siacute puedo asegurar es que Gaos entre las filias y las fobias que expresa respec-to de los maacutes eminentes representantes de la filosofiacutea en el tiempo muestra su conviccioacuten de estar haciendo una contribucioacuten al mundo moderno a aquel del que se siente parte O dicho de otra manera porque se asume como un hombre moderno cree su deber comuni-carse con quienes comparten ese mismo mundo siempre con el afaacuten

8 Respecto de esta consideracioacuten de Gaos es pertinente revisar las paacuteginas que dedica Vera Yamuni a precisar por queacute el concepto de Gaos de la filosofiacutea como siste-maacutetica y objetiva es lo que lo lleva a declarar ldquoser muy poco filoacutesofordquo y ldquofaltarle preci-samente una filosofiacuteardquo Yamuni explica atendiendo a la cronologiacutea de su obra coacutemo para 1958 en que publica las Confesiones profesionales Gaos no habiacutea escrito las obras en las que se aprecia la sistematizacioacuten de sus ideas filosoacuteficas Cfr Vera Yamuni ldquoProacutelogordquo en Obras completas xviihellip p 5-40 p 7 y 8 Por otra parte a esa misma fecha correspon-de un importante seminario organizado por Gaos con cuatro de sus disciacutepulos en el que los incita a escribir y eacutel mismo lo hace sobre su vocacioacuten filosoacutefica en una clara demostracioacuten de sus preocupaciones sobre el tema La edicioacuten reciente de estos textos estaacute acompantildeada de una excelente introduccioacuten que permite ubicar las condiciones en que se produjo el seminario asiacute como atender las preocupaciones del maestro y las tensiones existentes entre unos y otros Cfr Filosofiacutea y vocacioacuten Seminario de filosofiacutea mo-derna de Joseacute Gaos edicioacuten e introduccioacuten de Aurelia Valero Pie epiacutelogo de Guillermo Hurtado textos de Joseacute Gaos Ricardo Guerra Alejandro Rossi Emilio Uranga y Luis Villoro Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2012 139 p

9 Gaos Confesiones p 13

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134 historia y meacutetodo en el siglo xx

de participarles coacutemo su propia historicidad es lo que resulta defi-nitorio del pensamiento que profesa Finalmente esta preacutedica de historicidad vista con atencioacuten parece guiada por una intencioacuten moralizadora como quizaacute pueda aclarar lo que viene adelante

II Una prueba del empentildeo por colocar el tema de la historicidad en el centro mismo de las tareas es sin duda el texto que Joseacute Gaos nos ha legado gracias al empentildeo de uno de sus maacutes distinguidos disciacute-pulos Se trata de la publicacioacuten poacutestuma de sus lecciones sobre Historia de nuestra idea del mundo en las que estaacute contenido un largo trayecto de afanes investigativos y convicciones profundas En 1973 esto es veinte antildeos despueacutes de que Gaos dictara las lecciones que constituyen sus Confesiones profesionales Andreacutes Lira firma la nota sobre la edicioacuten de lo que fuera su curso correspondiente a 1967

Alliacute como un ejercicio particularmente caro al maestro precisa lo que quiere decir con cada uno de los teacuterminos del nombre dado a su curso Para comenzar hace patente lo que entiende por historia10 que para el caso debe escribirse con minuacutescula y suponer la aproximacioacuten a una parte de la realidad histoacuterica Es decir aunque el tiacutetulo comien-za como debe ser escribiendo la palabra con mayuacutescula Gaos expli-cita que habraacute de referirse a la idea del mundo que se da en la historia es decir en el transcurrir del tiempo aunque para hacerlo se ve en la necesidad de construir una Historia en este caso con mayuacutescula y equivalente a lo que eacutel ha optado por denominar historiografiacutea

Aclara asimismo aquello que concibe como idea

Porque lo que de la Naturaleza y la Humanidad y el otro mundo tenemos si no se queda solamente en una ldquoimagenrdquo tampoco llega a ser puramente una ldquoconcepcioacutenrdquo es algo que se mantiene en suspen-sioacuten entre la imaginacioacuten y el pensamiento conceptual para designar lo cual es muy propia la palabra ldquoideardquo que significando etimoloacutegica-mente cosa visible vista o visioacuten vino a ser sinoacutenima de ldquoconceptordquo11

10 El haacutebito de definir con la mayor precisioacuten posible los teacuterminos que utiliza es una caracteriacutestica que revela el afaacuten didaacutectico de Gaos Las ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo son muestra notable de su preocupacioacuten por definir todo lo concerniente a las palabras y conceptos que se requieren para entrar en los terrenos de su argumentacioacuten

11 Gaos Historia de nuestrahellip p 4

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135JOSEacute GAOS (1900-1969)

Y muestra con detalle las implicaciones que tiene el hecho de que utilice la palabra nuestra un plural que en la filosofiacutea de Gaos tiene un enorme significado

El nuestra hace referencia a un ldquonosotrosrdquo ldquoNosotrosrdquo somos ante todo ldquolos presentesrdquo Pero los presentes somos mdashunos mexicanos de hoymdash unos occidentales modernos mdashunos seres humanos de siemprehellip Entre todo esto que somos decide aquello que somos como sujetos de nuestra idea del mundo precisamente esta nuestra idea del mundo12

Por uacuteltimo ya que ha expresado que esa parte de la realidad histoacuterica que concibe como nuestra idea lo es del mundo explicita tambieacuten lo que entiende por tal y con ello abre la puerta a una suma de ideas que habraacuten de ocuparse de todo lo que cabe en dicho teacuter-mino lo natural lo fiacutesico lo humano e incluso lo sobrenatural Su propuesta es el resultado de muchas reflexiones que lo han llevado a colocar la idea de mundo en la dimensioacuten en la que nos la ofrece es decir con la complejidad que supone la composicioacuten en la que entran distintas ideas parciales sobre el mundo ideas incluso con-tradictorias y definitivamente en movimiento constante a la vez que producidas todas ellas en la historia

El recorrido por las paacuteginas del libro editado por Lira implica un viaje intenso no exento de la dificultad de seguirlo en cada una de sus exposiciones cargadas de erudicioacuten que sobre todo a los habitantes del siglo xx hoy siglo pasado nos interpela y nos con-duce a preguntas puntuales sobre el modo propio de estar en ese mundo que Gaos perfila en sus paacuteginas

Elige para establecer lo que propone como una Historiografiacutea de la idea del mundo mdashpuesto que se trata de componer un discur-so sobre el coacutemo se ha ido configurando en el pasado esa ideamdash un repertorio demasiado amplio como para intentar siquiera dar una somera relacioacuten de lo que implica Baste por el momento resentildear en liacuteneas muy generales su contenido no sin antes hacer algunas pun-tualizaciones relativas al caraacutecter de las ideas atendidas en el tex to y a su procedencia que contribuiraacuten a aquilatar su empresa

12 Idem

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136 historia y meacutetodo en el siglo xx

En las sustanciosas paacuteginas que constituyen su introduccioacuten al curso Joseacute Gaos sentildeala la diferencia entre una Historiografiacutea de la Filosofiacutea y una de las ideas al precisar que la Filosofiacutea seriacutea una idea ldquorazonadardquo del mundo mientras que para la mayoriacutea de la Huma-nidad una idea del mundo puede ser una idea perfectamente ldquoirra-cionalrdquo es decir no fundada en razones sino motivada por las po-tencias irracionales del hombre13 Con ello pareciera preparar al escucha o bien al lector para recibir la idea que se espera en mani-festaciones distintas a las que provienen de los sistemas filosoacuteficos cuando menos en algunos casos

Por otra parte en los teacuterminos en que Gaos se hace cargo de esta propuesta en particular leemos nosotros poco maacutes de cuarenta antildeos maacutes tarde preocupaciones que atienden a la intriacutenseca relacioacuten en-tre vivir el mundo y tener una visioacuten de eacutel como algo propio de la historia de las ideas Es decir en Gaos el horizonte de lo que piensa como idea es mucho maacutes amplio que el que se ha adjudicado cuan-do se habla de que la Historia de las ideas ha atendido a eacutestas des-prendieacutendolas de los sujetos que las tienen

Asiacute pues lo que Gaos ofrece es una ejemplar historia de ideas que cobraron forma de diversas maneras y en distintos tiempos pero que en cada caso representan una idea de mundo en mayor o menor medida que prevalece hasta su propio tiempo De tal manera que lejos de quedar circunscritas al tiempo en el que surgen parecen dejar un sedimento que se mantiene en un cierto grado de vitalidad a lo largo de la historia nutriendo por tal motivo nuestra idea del mundo la de ese presente en que Gaos la proclama El asunto aquiacute es que cuando percibimos el desfile de ldquoideasrdquo que nos obsequia Gaos nos vemos obligados a reparar en la frase de Lira que dice ldquoEn la Historia o historiografiacutea de las ideas deciacutea Gaos se persigue la comprensioacuten de los hechos humanos al igual que en cualquier otra historiografiacutea En este intento hay que preguntarse primero frente a las expresioacuten de las ideas a quieacuten han pertenecido o de quieacuten son tales ideas antes de preguntarse por el queacute de las mismasrdquo

Una vez establecidos esos paraacutemetros es importante recuperar algo de lo que sugiere para hacerse de dichas ideas y narrar su Historia

13 Ibidem p 6

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137JOSEacute GAOS (1900-1969)

Como en tantos otros textos es la preocupacioacuten por los hombres en el tiempo lo que asedia al filoacutesofo espantildeol Hombre con experien-cia habituado a interrogar a la filosofiacutea misma invocando a la his-toria su recorrido es siacute histoacuterico-cronoloacutegico pero por encima de esto es una suerte de buceo en la configuracioacuten de todo aquello que para la cultura occidental ha ido siendo significativo a partir de un cierto momento Las fuentes de su investigacioacuten son variadas ar-quitectoacutenicas literarias filosoacuteficas religiosas cientiacuteficas poliacuteticas Nada parece escapar a una mirada que insiste en develar los fila-mentos de lo que conscientemente razonado o inconscientemente vivido se ha congregado para formar la idea del mundo desde el medioevo hasta la contemporaneidad que observa el estudioso La divisioacuten del curso implica pues un viaje desde la idea medieval has-ta la moderna en su primera parte y uno maacutes de la moderna a la contemporaacutenea en su segunda parte

En esa primera parte ocupan su lugar con igual derecho la cate-dral de Chartres la Suma teoloacutegica y la Divina comedia que las ideas de Lutero san Ignacio Copeacuternico Galileo Newton Dalton Maquia-velo Hobbes Locke Voltaire Montesquieu Rousseau que Bossuet y Condorcet Kant Fichte Hegel o bien El Quijote y Fausto La se-gunda parte en cambio prescinde en los encabezados de los nombres propios de manera que la enunciacioacuten de las ideas que sigue al sub-tiacutetulo ldquoLa idea contemporaacutenea y nuestrardquo pareciera referirse al con-junto de propuestas sobre la realidad del hombre que lo conciben en su evolucioacuten en su psique en su desarrollo econoacutemico en el teacutecnico Y siacute detraacutes de cada conjunto de ideas aparece el nombre de quien las genera pero toma un lugar preponderante el modo en que las dichas ideas se insertan en la mente de los seres humanos para in-corporar nuevos ingredientes al modo de ver el mundo14

Una visioacuten somera de los temas que trata Gaos no hace sino inci-tar la curiosidad del lector y obligarlo a apreciar la manera en que

14 Una lectura interpretativa de los propoacutesitos de esta obra asiacute como de los capiacutetulos que Gaos dedica en ella al marxismo puede leerse en Evelia Trejo ldquoAfinidades electivas A propoacutesito del marxismo letras para la Historia y la Filosofiacuteardquo en Homenaje a Aacutelvaro Matute Aguirre coordinacioacuten de Joseacute Ortiz Monasterio Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Bibliograacuteficas 2009 p 141-167

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138 historia y meacutetodo en el siglo xx

logroacute reunir en soacutelo las 746 paacuteginas de la edicioacuten un panorama tan vasto y a la vez conducir a traveacutes de eacutel a un presente que lo revela como el pensador que fue en el que ronda siempre el fan-tasma de la filosofiacutea el tema de la historia y el de los inevitables efectos del cambio en las diversas esferas de la vida que una a una se iluminan cuando repasa los aportes maacutes significativos de su contemporaneidad

Asiacute la lectura atenta de esta obra se convierte en un ejemplo de historia de las ideas que sin embargo no resulta faacutecil imitar Pare-ceriacutea tratarse de un modelo uacutenico son las inquietudes propias del autor las que dirigen paso a paso la determinacioacuten del gran conjun-to Explorar cada una de las manifestaciones que elige y entrar de lleno en las cualidades descriptivas y los recursos interpretativos que emplea para presentarlas y establecer eslabones entre ellas es constatar que Gaos se impone un compromiso de alta envergadura cuando consciente de lo que emprende explicita la perspectiva an-tropoloacutegica que lo guiacutea Conocedor de la dificultad que toda labor historiograacutefica reviste apunta con seguridad a un objetivo ocuparse de ldquolos cuerpos de expresiones relativamente maacutes esenciales de la historia de nuestra idea del mundordquo seguacuten sentildeala tras discurrir acer-ca de la constitucioacuten histoacuterica de esa idea del mundo tras la cual va

Una y otra vez la ldquoPresentacioacuten del cursordquo pone de manifiesto esa personalidad del maestro que gira sobre preocupaciones que pueden atisbarse en praacutecticamente toda su obra entre las que des-tacan sus observaciones sobre lo que entiende por historia y lo que concibe como Historiografiacutea asunto este uacuteltimo de especial intereacutes para los siguientes comentarios

En los paacuterrafos en los que se propone explicar el meacutetodo de la Historiografiacutea de las Ideas Gaos afirma que la idea del mundo como todas las ideas es Histoacuterica (es decir susceptible de ser historiada) por la peculiar manera de estar inserta en la historia porque incluso las ideas propias y actuales asiacute como las ajenas y pasadas existen para nosotros ya sea en nuestras mentes o bien en las expresiones que las comunican y las hacen subsistir De alliacute que la Historiografiacutea de las Ideas a su juicio no es posible maacutes que sobre la base de la expresioacuten ldquomaterialrdquo de las mismas Tal como sucede con la gene-ralidad de las fuentes de que se vale toda Historiografiacutea

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139JOSEacute GAOS (1900-1969)

Dicho esto es decir ubicada la fuente de conocimiento a la que acude repara en la pluralidad de expresiones que hay que tener en cuenta para la Historiografiacutea que propone Y en la presentacioacuten de esa pluralidad introduce un elemento central en su pensamiento los cuerpos de expresiones de que puede valer para identificar la idea del mundo son cuerpos de expresiones en dos sentidos algunos son expresioacuten de objetos y todos son expresioacuten de sujetos

[hellip] es decir de las ideas los sentimientos las voliciones de eacutestos de los individuales y de los colectivos [hellip] Es por lo que por ejemplo en un texto cientiacutefico o literario puede leerse y debe leerse lo que diga no soacutelo ldquoexpresardquo y ldquotemaacuteticamenterdquo de un determinado ldquoobjetordquo sino ldquoincidentalrdquo o ldquotaacutecitardquo o ldquoimpliacutecitamenterdquo de las ldquocircunstancias his-toacutericas por las que explicarlo y comprenderlo ldquoantropoloacutegicamenterdquo [hellip]15

Es decir el Gaos historiador en este caso historiador de las ideas ratifica su conviccioacuten de que los planos que observa el historiador son dos y que de ellos el que no puede perderse nunca de vista es el del sujeto en situacioacuten histoacuterica que da vida a la idea porque se expresa en ella

En otro sentido identificadas las fuentes de diversa iacutendole que habraacute de escudrintildear dedica algunas frases a lo que podriacuteamos tomar como su criterio de seleccioacuten en este caso es el tema del valor el que sale a relucir La ldquoorografiacuteardquo muestra que hay cimas sobre laderas y valles Gaos parece convencido de que se pueden detectar los cuerpos de expresiones maacutes esenciales para cada etapa Lo que argumenta es que dicha esencialidad y jerarquiacutea axioloacutegica estaacute en relacioacuten con el sentido de la historia Cita a su maestro Ortega y Gasset para estable-cer si asiacute quiere verse una analogiacutea Es la relativa a que la vida huma-na ldquo lsquoes una faena que se hace hacia adelantersquo marcha en el sentido de alguna meta finalidad o fin sea su marcha hacia ella progresiva o digresiva o sigue una marcha que no lleva a ninguna parterdquo16

De esta manera hace presente el nuacutecleo de la Filosofiacutea de la historia como un ingrediente de la tarea de historiar y maacutes auacuten

15 Gaos Historia de nuestra ideahellip p 2316 Ibidem p 24

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140 historia y meacutetodo en el siglo xx

avanza tras esta explicitacioacuten de la importancia que tiene para eacutel la cuestioacuten de los valores para indicarnos el modo en que concibe la posibilidad del conocimiento histoacuterico Cuando invoca los mo-tivos para iniciar el tema con la idea del mundo en la Edad Media argumenta que

Hay una diferencia enorme entre saber de algo por propia experien-cia vital y saber de algo por mero conocimiento intelectual Esta di-ferencia insiste traza una frontera importantiacutesima dentro del cono-cimiento historiograacutefico Jamaacutes conoceremos por medio de la Historiografiacutea y por mucha que sea nuestra ciencia historiograacutefica aquellas partes de la historia que ya no podemos conocer por propia experiencia como podemos conocer aquellas otras que conozcamos por esta experiencia17

Y antildeade ldquoQuizaacute pueda formularse la diferencia diciendo que lsquocomprenderrsquo lo que se dice lsquocomprenderrsquo no podemos maacutes que las partes de la historia con las que nos une una continuidad vital como la que nos une con el cristianismo pero ya no con la religioacuten griegardquo18

Otras proposiciones no menos importantes se dan cita en estas paacuteginas introductorias de su curso y hoy en diacutea de su libro pero basta por ahora solamente mencionar dos de las uacuteltimas consigna-das la de que los hechos histoacutericos no se suceden sincroacutenicamente sino que nacen y acaban en los que les anteceden y les suceden y la llamada de atencioacuten sobre la manera en que la psicologiacutea y la loacutegica estaacuten implicadas en la historiografiacutea La primera porque permite detectar la complejidad de las almas colectivas mayor aun que la de las almas individuales y por tanto contribuye a apreciar los antagonismos y antiacutetesis que existen dentro de una misma eacutepoca y la segunda por la importancia que reviste distinguir que al estudio de la historia debe aplicarse no la Loacutegica de la generalizacioacuten sino la de la diferenciacioacuten hasta la individuacioacuten puesto que lo que importa en la historia es precisamente la diferencia

En fin dejo hasta aquiacute las consideraciones relativas a una obra que amerita un estudio acucioso por muacuteltiples razones para dirigirme a

17 Ibidem p 2518 Idem

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141JOSEacute GAOS (1900-1969)

la reflexioacuten a que me invita esta obra del Gaos historiador a la luz de algunas de sus aseveraciones en el imprescindible texto en el que siete antildeos antes de dictar el curso al que he hecho referencia esto es en 1960 el ya para entonces destacado maestro diera a conocer lo que entendiacutea como Historiografiacutea

III He querido tratar este punto hasta ahora en aras de corroborar aunque sea someramente la relacioacuten estrecha entre el Gaos que em-prende en la uacuteltima etapa de su vida la tarea de historiar lo que denomina nuestra idea del mundo y el Gaos que seguramente obede-ciendo a su formacioacuten en la fenomenologiacutea sabe establecer en las ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo con lujo de precisiones toda la com-plejidad que encierra esa actividad que hizo suya a base de experi-mentar a lo largo de su vida el peso de la historia en todas y cada una de las actividades humanas

Los paraacutegrafos con los que estaacuten compuestas lo he dicho en repe-tidas ocasiones no tienen desperdicio y eacuteste no puede ser el espacio para ir tras ellos con la intencioacuten de aquilatarlos uno a uno Pero una vez que he acercado la lente aunque de paso a esa obra historiograacutefica que cultivoacute con esmero es un imperativo recordar que su concepcioacuten de este tipo de obras es producto de una observacioacuten bastante cuidado-sa Brinda al establecer sus caracteriacutesticas un modelo uacutetil para incursio-nar en su manufactura cuando como lectores de una de ellas y no soacutelo una suma de proposiciones sobre el pasado nos demanda apreciarla en muchos maacutes planos de los que se perciben a primera vista

Estas obras como todas las de la misma iacutendole a saber todas aquellas que tienen su expresioacuten en la palabra escrita son cuerpos de proposi-ciones en ciertas relaciones Estas proposiciones en sus relaciones son las uacuteltimas unidades integrantes de la Historiografiacutea las obras historio-graacuteficas mismas son unidades de orden superior19

Esas unidades asiacute como las proposiciones que las integran deben ser estudiadas como expresiones porque es en ellas en donde se encuentra en relacioacuten lo expresado y lo expresivo esto uacuteltimo como

19 Gaos ldquoNotas sobrehelliprdquo p 70

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142 historia y meacutetodo en el siglo xx

algo que en excelencia puede darse en la palabra oral o escrita y que tiene a su vez como destinatario un comprensivo Todas las palabras con las que Gaos explica esta relacioacuten estaacuten destinadas a explicar coacutemo lo expresivo ldquoes un instrumento u oacutergano de la convivenciardquo de los seres humanos y los animales superiores ldquoUn grito humano o animal es algo que no tiene sentido sino en medio de un complejo de relaciones reales o posibles entre hombres animales u hombres y animalesrdquo20

La obra historiograacutefica identificada por Gaos en los teacuterminos expuestos implica operaciones que nos son bien conocidas aunque no necesariamente bien comprendidas Siacute admitimos que la heuriacutes-tica y la criacutetica la hermeneacuteutica y la etiologiacutea tanto como la arqui-tectoacutenica y la estiliacutestica estaacuten conjugadas en ese acto deliberado de historiar y hacerlo procurando llevar a la meta el propoacutesito de co-nocer y dar a conocer el pasado21 Pero en medio de tales operacio-nes lo que nos obliga a ver Gaos es el papel del sujeto que habla y la finalidad que tiene hacerlo

El hombre que habla se encuentra en una situacioacuten concreta de convi-vencia con los demaacutes hombres No importa que eacutestos no se hallen pre-sentes en la inmediacioacuten espacial del que habla ni que eacuteste no los co-nozca personalmente el escritor escribe esencialmente para un puacuteblico maacutes o menos definido aunque soacutelo fuese eacutel mismo desdoblado en puacute-blico de siacute propio el escritor escribe frecuentemente para la posteridad22

Tomarlo en consideracioacuten con todo lo que implica imprime una potencia especial a su palabra Nunca despueacutes de aceptar el plan-teamiento de Gaos podemos abrir un libro de Historia sin llevar con nosotros un cuacutemulo de preguntas que parecen estar fuera del tema que se trata Y digo que parecen estar fuera porque Gaos tambieacuten indica entre liacuteneas lo que muestra con el ejemplo El historiador se expresa en su tema Eacutel Joseacute Gaos lo hace en la Historia que escribe

20 Ibidem p 7121 Ibidem p 77-87 En esas paacuteginas del paraacutegrafo 32 al 51 Gaos presenta los argu-

mentos en que se basa para considerar estas operaciones como las constitutivas de la historiografiacutea

22 Ibidem p 71

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143JOSEacute GAOS (1900-1969)

para ser dictada y que pese a sus reservas va a la imprenta como una unidad que lo revela

El individuo que alliacute se ofrece cumple incluso a su pesar con lo consignado en su papel de filoacutesofo de la historiografiacutea Pone en ten-sioacuten la particularidad que exige cada tema con la universalidad de la que forma parte Del mismo modo que el sujeto individuo que escribe se sabe un ser uacutenico diferente de otros pero constrentildeido siempre a buscar la comunicacioacuten que le hace sentirse parte de la Humanidad a la que tanto invoca El sector de la cultura sobre el cual se atreve a pronunciarse es el que le corresponde por la afinidad que ha desarrollado con eacutel pero el hecho de empentildearse en abarcar-lo con la amplitud con que lo hace entrantildea a mi juicio un riesgo al mismo tiempo que denota la personalidad del autor

Gaos consciente de la tensioacuten entre la pluralidad de lo histoacuterico y la universalidad de lo humano elige el camino difiacutecil de mostrar la idea del mundo de los hombres de su tiempo intentando asomar-se a todo lo que puede servir para integrarla Un anaacutelisis riguroso permitiriacutea apreciar en queacute medida logra hacer suya la voz de cada una de las expresiones de esa idea que quiere configurar pero un anaacutelisis tal pierde sentido ante la evidencia de que lo que prevalece es la voluntad de Gaos de ver en esa suma la multiplicidad de com-ponentes que hacen posible hablar de un nosotros por encima de un yo El filoacutesofo Gaos apuesta como explicacioacuten de la vocacioacuten filosoacutefica a la soberbia de los hombres a buscar la redencioacuten de ese pecado mayor concediendo desde muy pronto un papel a la historia que al evidenciar la relatividad de las verdades obliga a aceptar liacutemites a actuar asiacute sea por la presioacuten que ejerce el tiempo con una dosis de humildad

A la vez la conciencia de lo inalienable de su individualidad no le impide pronunciarse como parte de una colectividad como ates-tigua al final de su curso al sentildealar que ldquola historia de la idea del mundo es la de la progresiva e inminente extincioacuten de esta idea del reemplazo de un mundo con una idea del mundo por un mundo sin idea del mundordquo

Porque este nuestro mundo es el mundo para el que proclamoacute Marx que ya no habiacutea que seguir contemplaacutendolo especulaacutendolo como haciacutean los

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filoacutesofos que andan hoy realmente muy de capa caiacuteda sino que habiacutea que hacerlo otro como se esfuerzan por hacerlo los revolucionarios y los teacutecnicos que son los auteacutenticos sentildeores de nuestro mundo23

Asiacute se expresaba en la sesioacuten del 17 de septiembre de 1967 sin embargo pocos meses maacutes tarde seguacuten asienta en sus paacuteginas Vera Yamuni Joseacute Gaos manifestaba la vigencia de algo de aquella idea del mundo que en sus lecciones sobre el medioevo auacuten formaba parte de su vida ldquoHoy he cumplido los sesenta y siete iexclloado sea Diosrdquo Y un antildeo maacutes tarde ldquoUn milagro que agradecer he cumpli-do los sesenta y ocho antildeosrdquo Murioacute cinco meses y medio despueacutes de haber pronunciado la anterior frase seguacuten afirma su disciacutepula ldquoLa necesidad de pedir gracias y darlas motivo de su oracioacuten pasoacute asiacute a ser la esencia de su religioacuten y comprendioacute los conceptos de gracia peticioacuten y agradecimientordquo24

En fin del testimonio de su curso y del que recibimos por viacutea indirecta sobre los uacuteltimos antildeos de su vida queda la impresioacuten de que algo permanece y algo cambia en esa idea del mundo la que el propio Gaos portaba y aquella de la que se haciacutea portavoz

Iv Finalmente iquestpodemos encontrar en Joseacute Gaos un meacutetodo para la Historia Lo primero que tengo que decir es que quizaacute los cono-cedores de su obra en conjunto o los que maacutes han profundizado en alguna parte de ella son los maacutes indicados para responder Mi esca-sa relacioacuten con los textos que maacutes efecto han hecho en mi tarea me lleva a ensayar uacutenicamente esta aproximacioacuten

Si por meacutetodo se entiende mdashcomo sentildeala el Diccionario de la len-gua espantildeolamdash atendiendo a la acepcioacuten filosoacutefica el procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y ensentildearla ten-driacuteamos que hacer algunos altos en el camino para optar por una afirmacioacuten puesto que el saber del que se ocupa Gaos es definido por eacutel como ciencia y arte a la vez lo cual genera como consecuencia una idea respecto de la verdad que difiacutecilmente podriacuteamos tratar en este espacio

23 Gaos Historia de nuestra ideahellip p 74424 Yamuni ldquoProacutelogordquo en Obras completas xviihellip p 33

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145JOSEacute GAOS (1900-1969)

Si en cambio nos atenemos a la primera parte de lo que el Dic-cionario de filosofiacutea de Ferrater Mora indica a saber ldquoSe tiene un meacutetodo cuando se dispone de o se sigue un cierto lsquocaminorsquo para alcanzar un determinado fin propuesto de antemano Este fin puede ser el conocimiento o puede ser tambieacuten un lsquofin humanorsquo o lsquovitalrsquo rdquo estamos en la viacutea que conduce a un siacute categoacuterico Gaos tiene un meacutetodo y lo sigue busca el saber para la vida que encuentra en el camino de la historia elige eso siacute una ruta larga para mostrarlo y espera asiacute quiero pensarlo que en el futuro sus palabras encuentren lectores aacutevidos de intentar transitar caminos semejantes

Frente a la lectura de la Historia y frente a la empresa de escri-birla las liacuteneas que nos ha dejado Joseacute Gaos estaacuten maacutes cerca del modelo que del meacutetodo sus convicciones al mismo tiempo que sus contradicciones y tensiones invitan a colocarlo como guiacutea para des-pertar nuestra sensibilidad respecto del tiempo en que vivimos y trazar con preguntas al pasado un compromiso firme con el saber histoacuterico siempre en el aacutenimo de constituirlo en puente de comuni-cacioacuten entre los hombres

bIblIograFiacutea

gaos Joseacute Confesiones profesionales edicioacuten conmemorativa Meacutexico Uni-versidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2002 183 p

Obras completas xvii Confesiones profesionales Aforiacutestica coordina-dor de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo y seleccioacuten de la aforiacutes-tica ineacutedita por Vera Yamuni Tabush Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1982 (Nueva Biblioteca Mexicana 85)

Historia de nuestra idea del mundo con una nota sobre la edicioacuten de Andreacutes Lira Meacutexico El Colegio de MeacutexicoFondo de Cultura Econoacute-mica 1973 Ix+748 p [Esta edicioacuten seraacute la citada en el texto]

Obras completas xiv Historia de nuestra idea del mundo nueva edi-cioacuten cotejada con el manuscrito original coordinador de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo de Andreacutes Lira Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 1994 (Nueva Biblioteca Mexicana 116)

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146 historia y meacutetodo en el siglo xx

Obras completas xv Discurso de filosofiacutea De antropologiacutea e historio-grafiacutea El siglo del esplendor de Meacutexico coordinador de la edicioacuten Antonio Zirioacuten Quijano proacutelogo de Aacutelvaro Matute Meacutexico Universidad Na-cional Autoacutenoma de Meacutexico Coordinacioacuten de Humanidades Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 2009 (Nueva Biblioteca Mexicana 158)

Matute Aacutelvaro La teoriacutea de la historia en Meacutexico (1940-1973) Meacutexico Secretariacutea de Educacioacuten Puacuteblica 1974 208 p (SepSetentas 126)

trejo Evelia ldquoAfinidades electivas A propoacutesito del marxismo letras para la Historia y la Filosofiacuteardquo en Joseacute Ortiz Monasterio (coord) Homenaje a Aacutelvaro Matute Aguirre Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Bibliograacuteficas 2009 p 141-167

valero PIe Aurelia (ed) Filosofiacutea y vocacioacuten Seminario de filosofiacutea moderna de Joseacute Gaos epiacutelogo de Guillermo Hurtado textos de Joseacute Gaos Ricardo Guerra Alejandro Rossi Emilio Uranga y Luis Villoro Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 139 p (Biblioteca Universitaria de Bolsillo)

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Las lecturas y el meacutetodoDos casos Luis Villoro y John Womack

javIer rIco MorenoUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

El concepto absoluto que el milenarismo se forma del ldquoahorardquo y que no le permite percibir el desarrollo nos proporciona sin embargo una diferenciacioacuten cualita-tiva del tiempo Conforme a este concepto existen eacutepocas prentildeadas de sentido y otras desprovistas de eacutel En este hecho radica un meacutetodo histoacuterico-filosoacutefico que serviraacute para establecer una diferenciacioacuten de los tiem-pos histoacutericos Su importancia soacutelo se podraacute apreciar despueacutes de poner de manifiesto que aun una conside-racioacuten empiacuterica de la historia es imposible sin una diferenciacioacuten histoacuterico-filosoacutefica del tiempo (a menu-do latente y por lo tanto imperceptible en sus efectos)

Karl MannHeIM

Una constante en estudios historiograacuteficos recientes sigue siendo la especial atencioacuten que se dedica a las fuentes mdashtanto documentales como bibliograacuteficasmdash cuya impronta se reconoce en el texto en cues-tioacuten Con dicha operacioacuten se pretende sopesar la informacioacuten de la que se valioacute el autor poniendo eacutenfasis en su calidad cantidad y novedad como uno de los factores que determinan el valor de la obra La tesis central de este artiacuteculo es que hay fuentes (lecturas previas o paralelas a la investigacioacuten de un historiador) que pueden o no proporcionar datos y sin embargo llegan a cumplir una impor-tante funcioacuten articular una forma de concebir la dinaacutemica social en un fragmento del pasado humano y de esta manera permiten de-linear el meacutetodo a seguir Luego de un ejercicio para definir el tiempo y el lugar desde los cuales conviene formular las preguntas acerca del meacutetodo de los historiadores se procederaacute a estudiar la relacioacuten entre las lecturas y el meacutetodo en dos casos particulares El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia de Luis Villoro y Zapata y la Revolucioacuten mexicana de John Womack

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Tiempo y lugar del meacutetodo

Desde hace unos ciento cincuenta antildeos el problema del meacutetodo en una disciplina tan peculiar como la que pretende conocer el pasado del hombre ha ocupado un lugar central en muacuteltiples reflexiones y estudios encaminados a aclarar la naturaleza del objeto de estudio y las caracteriacutesticas de aquello que produce (la historia escrita) Se han emprendido dignos esfuerzos por reivindicar la particularidad del conocimiento histoacuterico frente a las pretensiones de uniformidad metodoloacutegica con base en el procedimiento de las ciencias naturales que en el siglo xIx llegoacute a concebirse como el modelo rector para todo conocimiento vaacutelido El reclamo de la autonomiacutea metodoloacutegica de la historia se ha apoyado principalmente en la especificidad de su objeto hechos humanos del pasado singulares e irrepetibles Asiacute se ha podido argumentar que la validez del conocimiento del pasado del hombre no puede sujetarse a los criterios del meacutetodo cientiacutefico Al paso del tiempo teniendo en cuenta el desarrollo de la disciplina y la diferenciacioacuten de las aacutereas que la conforman vale la pena pre-guntar desde queacute tiempo y espacio es pertinente abordar la cuestioacuten del meacutetodo en la investigacioacuten histoacuterica

El tema del meacutetodo en la historia se ubica en la interseccioacuten de dos aacutereas que forman parte de los estudios histoacutericos y otra que co-rresponde a la filosofiacutea (veacutease esquema 1) El asunto parece sujeto a la tensioacuten generada por tres tipos de interrogantes que aunque dis-tintas se reclaman unas a otras De un lado se encuentra la pregunta por las condiciones de posibilidad del conocimiento histoacuterico a par-tir de la cual comenzoacute a configurarse mdashsobre todo desde la segunda mitad del siglo xIxmdash la teoriacutea de la historia que pondraacute eacutenfasis en la dimensioacuten epistemoloacutegica Tarea de filoacutesofos con marcado intereacutes en el conocimiento del pasado o de historiadores conscientes de la im-portancia de la reflexioacuten filosoacutefica se encamina hacia la explicacioacuten del proceso en general haciendo abstraccioacuten de los casos particulares a los que suele acudir soacutelo para ilustrar alguacuten problema o parte de eacutel

De otro lado se encuentran las preguntas acerca del modo en que se lleva a cabo la produccioacuten historiograacutefica en sus formas con-cretas y que orientan el estudio de una obra historiograacutefica de la produccioacuten de un historiador de una corriente o de una escuela o

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bien de las diversas interpretaciones de un mismo acontecimiento periodo personaje o proceso Las investigaciones que se despliegan en esta liacutenea se insertan propiamente en los estudios historiograacuteficos es decir lo que en teacuterminos generales suele referirse como historio-grafiacutea pero entendida no como una historia de la historia sino como un estudio criacutetico de las representaciones del pasado en que consis-ten las obras historiograacuteficas Con un desarrollo maacutes reciente que la anterior no puede prescindir de los esquemas abstractos pero el centro de gravedad de sus observaciones estaacute en los productos de la historia como disciplina

Por uacuteltimo se encuentran las preguntas acerca de la constitucioacuten de la realidad la situacioacuten del hombre en el mundo la historicidad o la naturaleza del ser humano el estatus ontoloacutegico del pasado el tiempo y la temporalidad Su ejercicio corresponde maacutes plenamen-te a los filoacutesofos y las reflexiones derivadas de las preguntas que le son propias tienen un caraacutecter fundamental tanto para la teoriacutea de la historia como para los estudios historiograacuteficos

Ahora bien mientras en forma llana o simple el meacutetodo tiene el significado de camino que se sigue para llegar a un destino en un

Fuente Elaboracioacuten propia

Esquema 1 el lugar de las Preguntas sobre el Meacutetodo en la HIstorIa

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sentido maacutes cercano a la investigacioacuten por meacutetodo se entiende un conjunto de procedimientos para obtener el conocimiento verdade-ro o vaacutelido de algo1 En el caso de la investigacioacuten histoacuterica se trata de un camino mental o intelectual que se va formando por el encadenamiento multidireccional de preguntas y respuestas ideas operaciones loacutegicas (anaacutelisis comparacioacuten siacutentesis) procedimientos heuriacutesticos conceptos e imaacutegenes Cuando se reconoce que a pesar de la pretensioacuten de uniformidad metodoloacutegica (un meacutetodo univer-sal) lo que existe es una diversidad de meacutetodos y eacutestos se convierten en objeto de estudio entonces es pertinente hablar de metodologiacutea que es justamente el estudio de los meacutetodos

A partir de estas consideraciones sugiero que la historiografiacutea o maacutes propiamente la criacutetica historiograacutefica es un lugar privilegia-do para el estudio del meacutetodo por medio del cual los sujetos de la enunciacioacuten historiograacutefica llegan a la produccioacuten de una representa-cioacuten del pasado es decir a construir un cierto conocimiento de lo acontecido Lo anterior se funda en la constatacioacuten de que toda obser-vacioacuten y estudio del meacutetodo son siempre procedimientos a poste-riori es decir como un estudio del camino recorrido (y no por reco-rrer) o de los procedimientos realizados (y no por realizar) pues como dice el poeta ldquoCaminante no hay camino se hace camino al andar Al andar se hace el camino y al volver la vista atraacutes se ve la senda que nunca se ha de volver a pisarrdquo2

La analogiacutea con los versos de Antonio Machado me parece afor-tunada al iniciar una investigacioacuten el historiador preveacute (en el pleno sentido de ver con anterioridad) un conjunto maacutes o menos ordenado de procedimientos y acciones que le permitan conocer un aspecto de algo que sucedioacute (un hecho del pasado) La experiencia nos ensentildea que en el curso de la investigacioacuten ese meacutetodo previsto siempre se modifica en ocasiones sustancialmente Por eso el meacutetodo soacutelo puede

1 Es probable que el significado original de camino por recorrer motive que en ocasiones se piense en el meacutetodo soacutelo como un conjunto de procedimientos empiacutericos tales como la recoleccioacuten de datos y su verificacioacuten y se dejen fuera de las considera-ciones metodoloacutegicas los procedimientos loacutegicos y propiamente imaginativos que estaacuten involucrados en la investigacioacuten histoacuterica

2 A Machado ldquoProverbios y cantares xxIxrdquo en Obras poesiacutea y prosa 2a edicioacuten Buenos Aires Losada 1973 p 218

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observarse al final de la investigacioacuten como el camino andado Hay que sentildealar ademaacutes que todo estudio metodoloacutegico es aproximativo el estudioso de la historiografiacutea descubre en una obra historiograacutefica una serie de pistas huellas o evidencias que indican el camino que siguioacute el historiador (conceptos ideas teoriacuteas fuentes lecturas) pero es posible que ni siquiera el autor mismo pueda reconstruir paso a paso el camino que lo llevoacute a representar un fragmento del pasado tal como lo hizo Debe considerarse ademaacutes que cuando se accede a la obra generalmente en forma de publicacioacuten el texto pudo haber su-frido cambios en relacioacuten con la versioacuten original (modificaciones en la estructura de los capiacutetulos o apartados supresiones o adiciones que se llevan a cabo con criterios editoriales de censura o de autocensura y no teoacutericos ni metodoloacutegicos) No estaacute de maacutes reconocer que como toda investigacioacuten los meacutetodos son irrepetibles y se convierten en la senda que no se volveraacute a pisar es decir resulta praacutecticamente impo-sible seguir con exactitud el mismo camino para otra investigacioacuten

Escribo luego leo

La conocida conclusioacuten a la que llegara Reneacute Descartes en el Discur-so del meacutetodo mdashldquoPienso luego existordquomdash tiene un sentido loacutegico y no temporal y resulta maacutes accesible en la forma ldquopienso por lo tanto existordquo de manera que el pensar es la prueba del existir En un ejer-cicio luacutedico podemos imaginar una relacioacuten semejante aplicada a los procesos de la escritura y la lectura como actos concomitantes al hacer de los historiadores Las diversas operaciones que eacutestos llevan a cabo se condensan en un producto final que es la representacioacuten del pasado mediante el lenguaje escrito es decir en una narracioacuten lo que aqueacutellos escriben mdashcomo parece suceder en todos los casos de escrituramdash tiene el destino de la lectura Pero la relacioacuten entre ambos actos tiene tambieacuten un sentido distinto en tanto que todo historiador es un lector lo que escribe expresa la presencia de sus lecturas previas refiere lo que antes ha leiacutedo El historiador escribe por lo tanto lee la escritura es tambieacuten una prueba de sus lecturas

Ahora bien la cuestioacuten del meacutetodo no se reduce a la aplicacioacuten de un conjunto de teacutecnicas o a la localizacioacuten de fuentes documentales y

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utilizacioacuten de herramientas teoacutericas de cuya suma final resulte un itinerario lineal e infalible que necesariamente conduciraacute al objetivo establecido Implica la prefiguracioacuten de un procedimiento en funcioacuten de preguntas que toman su lugar en un escenario o campo histoacuterico imaginado Las lecturas previas o paralelas a una investigacioacuten mdashal menos algunas de ellasmdash suelen tener una incidencia metodoloacutegica al definir las liacuteneas con las que el historiador traza por asiacute decirlo un boceto del pasado que pretende representar con la mayor preci-sioacuten posible Captar la incidencia de las lecturas en la configuracioacuten de un meacutetodo implica reconocer la dimensioacuten sociocultural de la lec-tura mediante la cual eacutesta deja de ser un mero proceso de decodifi-cacioacuten para adquirir la forma de una experiencia vital del sujeto lector

En el proacutelogo a la primera edicioacuten de la obra de Joseph de Acosta Edmundo OrsquoGorman perfiloacute una serie de consideraciones que anti-cipaban su criacutetica a la historia tradicional y que integraraacuten parte central de Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Al referirse a la va-loracioacuten que los historiadores del siglo xIx habiacutean hecho de obras como la Historia natural de las Indias exclusivamente como fuentes histoacutericas advierte

En teacuterminos generales cabe afirmar que los textos que pueden llamarse fuentes histoacutericas han recibido de nuestros historiadores un tratamiento ciertamente serio de criacutetica intensa pero orientado de una manera in-suficiente Se encuentra fundamentalmente una actitud de considerarlos como mdashpara usar una metaacutefora expresivamdash minas de doacutende extraer ciertos datos y noticias Lo menos que hoy puede decirse a este respecto es que es una posicioacuten absolutamente ineficaz si soacutelo fuera porque esos textos son tambieacuten susceptibles de la consideracioacuten como totalidades Ya no es posible ignorar que un libro un texto una fuente vienen a ser la respuesta de una voluntad la que a su vez descansa en una serie inde-finida de supuestos Es por esto que un libro dice mucho maacutes de lo que puede deducirse por medio de un anaacutelisis fragmentario3

Consecuencia de lo anterior mdashcontinuacutea OrsquoGormanmdash textos como el de Acosta fueron valorados baacutesicamente en teacuterminos ldquo[hellip]

3 Edmundo OrsquoGorman ldquoProacutelogordquo a Historia natural de las Indias Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1939 p x

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de la verdad objetiva y originalidad de los datos y noticias uacutenicos elementos considerados como valiososrdquo4 Otra importante aprecia-cioacuten acerca del valor de las lecturas como parte de un horizonte histoacuterico cultural es la que elaboroacute el historiador Irving Leonard en una obra (publicada originalmente en 1949) que constituye un im-portante antecedente de la historia de la lectura Al referirse a la li-teratura de ficcioacuten y su relacioacuten con las actitudes de los conquista-dores espantildeoles Leonard tratoacute de enfatizar los efectos posibles de una lectura que se emprende bajo ciertas circunstancias (y que bien podemos reconocer en otros tipos de obras y de lectores)

En los estudios de historia moderna no se sopesan en todo su valor las frecuentes y sutiles interacciones entre la literatura y los hechos hu-manos Los escritos de ficcioacuten no solamente son los registros subjetivos de la experiencia humana sino que a veces son los instigadores incons-cientes de las acciones del hombre al condicionar sus actitudes y re-acciones Los productos de la imaginacioacuten que a este respecto ejercie-ron mayor influencia en determinado tiempo y determinado lugar no son siempre las supremas creaciones del genio sino manifestaciones inferiores de la expresioacuten artiacutestica que por circunstancias especiales remueven las emociones de sus lectores de un modo maacutes profundo como resultado de esto suelen alterar el curso de la historia o modificar las costumbres y los usos de una eacutepoca5

Pensamiento y accioacuten

El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia tiacutetulo definitivo que Luis Villoro establecioacute para la segunda edicioacuten (publicada en 1967 catorce antildeos despueacutes de la primera) no podiacutea ser menos elocuente Lejos de los enfoques tradicionales que buscaban en el pensamiento poliacutetico de la Ilustracioacuten el corpus de ideas que habiacutea orientado el origen y el cauce de la independencia de Meacutexico Villoro emprendioacute un notable estudio de las transformaciones que en el curso de aquel

4 Ibidem p xII5 Irving Leonard Los libros del conquistador trad de Mario Monteforte Toledo

Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1953 p 9

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acontecimiento histoacuterico experimentaron las formas de pensar con-creto en relacioacuten con los grupos sociales es decir los cambios en la ideologiacutea de la revolucioacuten de independencia La interpretacioacuten histoacute-rica que emprendioacute el filoacutesofo mexicano situoacute en el centro de su anaacute-lisis el binomio que integran ideologiacutea y utopiacutea el cual desde media-dos del siglo xx cobroacute relevancia en el marco de los movimientos revolucionarios en el llamado tercer mundo y luego de las revueltas estudiantiles Ambos teacuterminos pusieron de manifiesto una eferves-cencia de la mentalidad utoacutepica que en muchas ocasiones se acompa-ntildeaba de una lucha contra las ideologiacuteas En forma paralela aquel binomio atrajo poderosamente la atencioacuten de las ciencias sociales y las humanidades haciendo comuacuten la referencia al estudio que sobre el tema en particular habiacutea emprendido Karl Mannheim

No estaacute nada claro el hecho de que el problema de la utopiacutea se haya visto estimulado gracias a Mannheim y sus consideraciones al res-pecto Pero no podemos negar que este concepto ganoacute por primera vez gracias a eacutel contornos maacutes precisos en tanto que categoriacutea heuriacutestica siendo aceptado en un campo teoacuterico-social relevante Aunque quizaacute tal campo el de la ldquosociologiacutea cientiacuteficardquo haya anulado maacutes que reflejado el problema de la utopiacutea6

Originalmente con el teacutermino ideologiacutea se designoacute el estudio de las facultades y las ideas que producen de ahiacute que los ideoacutelogos fue-ron al principio filoacutesofos que se ocuparon de la clasificacioacuten y el estu-dio de las ideas particularmente en Francia A raiacutez de la oposicioacuten de un grupo de ellos al emperador Napoleoacuten Bonaparte se comenzoacute a generalizar la referencia a los ideoacutelogos en una forma poliacuteticamente despectiva Por otra parte siguiendo las apreciaciones de Hegel en torno a la ideologiacutea como conciencia escindida en el pensamiento de Marx tomaraacute la forma de falsa conciencia que se caracteriza por ocul-tar o enmascarar la realidad econoacutemica y social En otro sentido al proyectar una sociologiacutea del saber Max Scheler sosteniacutea que el cono-cimiento podiacutea estudiarse no soacutelo en teacuterminos de sus contenidos sino

6 Arnhelm Neusuumls ldquoDificultades de una sociologiacutea del pensamiento utoacutepicordquo en Utopiacutea trad de Mariacutea Nolla Barcelona Barral Editores 1970 p 18 Entrecomillado del autor

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tambieacuten en su relacioacuten con una situacioacuten social e histoacuterica en cuya dimensioacuten se encontraban justamente las ideologiacuteas

Eacutestos son grosso modo los antecedentes en liacutenea directa de una obra cuya lectura tendraacute una funcioacuten articuladora en el meacutetodo que siguioacute Luis Villoro en su investigacioacuten sobre la revolucioacuten de inde-pendencia La obra a la que me refiero se publicoacute en 1936 y en 1941 aparecioacute la versioacuten en espantildeol bajo el tiacutetulo de Ideologiacutea y utopiacutea En palabras del filoacutesofo de origen huacutengaro7 el libro teniacutea el propoacutesito de ldquo[hellip] resolver el problema de coacutemo piensan los hombresrdquo pero no como se trata el pensamiento en los libros de loacutegica sino ldquoen la vida puacuteblica y en la poliacutetica como instrumento de accioacuten colectivardquo8

En 1925 Mannheim habiacutea publicado El problema de una sociologiacutea del saber que seguiacutea una liacutenea semejante a la de Max Scheler pero proponiendo ahora una sociologiacutea del conocimiento cuya tesis central es que existen formas de pensamiento que no pueden com-prenderse en tanto no se aclaren sus oriacutegenes sociales En Ideologiacutea y utopiacutea sentildealoacute la necesidad de captar el pensamiento en el marco de una situacioacuten histoacuterico-social pero sin olvidar que los modos de pensar concreto son inseparables de ldquola trama de la accioacuten colectivardquo Dicha relacioacuten permite distinguir la complejidad de cualquier situa-cioacuten pues en toda sociedad los grupos que la conforman ldquo[hellip] actuacutean unos contra otros [hellip] y al hacerlo piensan unos con otros y unos contra otrosrdquo9 Sus investigaciones sobre el estudio de la geacutenesis la estructura y la funcioacuten de las construcciones intelectuales en la dinaacute-mica social lo llevoacute a reconocer dos formas ideoloacutegicas (la ideologiacutea propiamente dicha y la utopiacutea) las cuales aunque semejantes entre siacute lograban una plena diferenciacioacuten en las situaciones de conflicto

7 Nacido en Budapest en 1893 Karl Mannheim habiacutea realizado estudios en filo-sofiacutea en la universidad de su ciudad natal En el contexto de la revolucioacuten huacutengara traboacute amistad con el destacado teoacuterico del marxismo Georg Lukaacutecs autor de la influ-yente Historia y conciencia de clase (1923) Luego se vio obligado a viajar a Alemania y en 1925 se incorporoacute a la Universidad de Frankfurt Tras el ascenso de Hitler al poder se trasladoacute a Inglaterra y desde 1933 hasta su muerte ocurrida en 1947 ensentildeoacute en la London School of Economics

8 Karl Mannheim Ideologiacutea y utopiacutea Introduccioacuten a la sociologiacutea del conocimiento 2a edicioacuten traduccioacuten de Salvador Echevarriacutea estudio preliminar de Louis Wirth Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1987 p 33

9 Ibidem p 36

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social El examen de la triada constituida por grupo social conflicto poliacutetico y situacioacuten de intereses derivoacute en el estudio de las ideologiacuteas no soacutelo como un conjunto de ideas sino fundamentalmente como la expresioacuten de una actitud histoacuterica (veacutease esquema 2) El anaacutelisis de la situacioacuten permitiraacute a Mannheim descubrir el proceso de las cons-trucciones del tiempo histoacuterico que lleva a cabo cada grupo social

La estructura interna de la mentalidad de un grupo nunca se podraacute comprender mejor que cuando nos esforzamos por comprender su concepto del tiempo a la luz de sus esperanzas de sus aspiraciones y de sus propoacutesitos Sobre la base de estos propoacutesitos y de estas espe-ranzas una mentalidad bien definida ordena no soacutelo los acontecimien-tos del futuro sino los del pasado Los acontecimientos que a primera vista se presentan como una mera acumulacioacuten cronoloacutegica adquie-ren el caraacutecter de un destino desde este punto de vista Los hechos escuetos se arreglan por siacute solos en perspectiva y los eacutenfasis del ldquosen-tidordquo se distribuyen y atribuyen a los acontecimientos individuales de acuerdo con las direcciones fundamentales en que lucha la personalidad En este ordenamiento significativo de los acontecimientos que es algo maacutes que un mero arreglo cronoloacutegico se podraacute descubrir el principio estructural del tiempo histoacuterico10

Las formas de pensar concreto mediante las cuales se expresa la actitud histoacuterica de un grupo social equivalen a una mentalidad histoacuterica y en funcioacuten del proceso del que resultan (interaccioacuten entre grupo social conflicto social y situacioacuten de intereses) se con-vierten en un elemento fundamental para estudiar la relacioacuten entre el pensamiento y la accioacuten en situaciones de conflicto En eacutestas las ideologiacuteas suelen asociarse a la intencioacuten de mantener una estaacutetica social mientras que las utopiacuteas se vinculan a una voluntad de trans-formacioacuten11

10 Ibidem p 246-247 Como se podraacute apreciar estaacute aquiacute la problematizacioacuten del tiempo histoacuterico y su relacioacuten con el proceso de significacioacuten y con las dimensiones del pasado y el futuro mismas que pensadores posteriores habraacuten de desarrollar con mayor amplitud El entrecomillado es del autor las cursivas son miacuteas

11 Como ha precisado Arnhelm Neusuumlss al revisar la obra de Mannheim la dife-rencia entre una y otra radica en la adecuacioacuten o no adecuacioacuten con la realidad y en la orientacioacuten temporal de la utopiacutea (un futuro que todaviacutea no es) ldquoiquestQueacute papel juega

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En El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia se observa con claridad la marca metodoloacutegica que le imprime la obra de Mann-heim Cierto que desde las primeras liacuteneas del proacutelogo a la prime-ra edicioacuten Villoro previene al lector con la mencioacuten de una evi-dencia que como tal muchas veces se omite ldquo[hellip] el objeto de la historiografiacutea es el hombrerdquo con lo cual subrayariacutea el caraacutecter hu-manista de la disciplina a condicioacuten de sustituir la imagen de ldquouna conciencia descarnadardquo por la del ldquohombre arrojado en el mundordquo12

pues en el contexto de esta concepcioacuten el concepto de utopiacutea Es comuacuten tanto para las ideologiacuteas como para las utopiacuteas el hecho de que tanto unas como otras son visiones de la realidad social determinadas posicionalmente y por lo tanto particulares En el sentido del concepto de ideologiacutea lsquototal y generalrsquo tambieacuten las formas de mentalidad utoacutepica son ideoloacutegicas Se diferencian en un sentido maacutes estricto de las ideologiacuteas uacutenicamente en su distinta lsquono adecuacioacuten con la realidad existentersquo No intentan como las ideologiacuteas calificar etapas pasadas de la realidad como auacuten existentes es decir no quedan a la zaga del presente sino que requieren lsquotrascenderrsquo la fase alcanzada sobre-pasarla intelectualmente y tambieacuten en lo posible praacutecticamente La diferencia existen-te entre las ideologiacuteas y las utopiacuteas estriba en la orientacioacuten temporal Ibidem p 19 Entrecomillados del autor

12 Luis Villoro El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia 2a edicioacuten Meacutexico Consejo Nacional para la Cultura y las Artes 1999 p 15

Esquema 2 Marco reFerencIal del estudIo de las Ideologiacuteas en K MannHeIM

Fuente Elaboracioacuten propia

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Expone luego una serie de consideraciones que transparentan sus viacutenculos intelectuales con el historicismo el existencialismo y el marxismo relativas sobre todo a la situacioacuten del hombre y el acon-tecer histoacuterico

El acontecer histoacuterico nada tiene que ver con el transcurrir natural se funda en el despliegue temporal de la existencia y no en la medida del tiempo del mundo Mas tampoco tiene que ver con los avatares de una conciencia descarnada su protagonista no es una entidad abstracta sino el hombre arrojado en el mundo El ldquolugarrdquo de lo humano en la historia no podraacute encontrarse fuera de los liacutemites que le sentildeala su si-tuacioacuten Cada individuo es inseparable del mundo de relaciones en que vive y que constituye un contexto comuacuten de referencias tejido por el trabajo y la convivencia El concepto de ldquoclaserdquo puede servirnos para sentildealar la circunscripcioacuten del mundo social vivido por cada hombre constituye un punto de referencia para ldquosituarrdquo nuestro objeto Por ende nuestro estudio se referiraacute ante todo a grupos humanos vinculados por un mundo vivido comuacuten y secundariamente a las individualidades que destaquen en su seno13

No es difiacutecil constatar que la situacioacuten se habiacutea convertido en una categoriacutea baacutesica en las filosofiacuteas de la existencia Kierkegaard sosteniacutea que el ser humano mdashen tanto que existentemdash aparece siem-pre en situacioacuten para Ortega y Gasset en su reclamo por ubicar al hombre en la realidad radical de la vida la situacioacuten es equivalente a la circunstancia algo semejante sucede con el ldquoestar-en-el-mundordquo de Heidegger Karl Jaspers por su parte tambieacuten enfatizoacute la misma e inseparable relacioacuten (ldquoyo como existencia estoy siempre en una determinada situacioacutenrdquo)14

Al trasladar la loacutegica de la geacutenesis de las ideologiacuteas al plano de la sociedad novohispana de finales del siglo xvIII y de la revolucioacuten de independencia Villoro construiraacute el escenario de una situacioacuten histoacuterica En eacutel los seres humanos integran grupos (clases) sociales cohesionados por un mundo vivido comuacuten (una experiencia social

13 Ibidem p 1514 Cfr Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea Barcelona Ariel 1994 v Iv

p 3313-3315

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vital que es semejante en todos los miembros de un grupo) del que se desprende un horizonte de posibilidades reales En ese mundo vivido comuacuten hay intereses y valores (econoacutemicos sociales morales) que condicionan una disposicioacuten a actuar La combinacioacuten de tales elementos a su vez forma el condicionante de una particular cons-truccioacuten del tiempo histoacuterico (veacutease esquema 3)

Esquema 3 loacutegIca del dInaMIsMo socIal

en el proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia

Fuente Elaboracioacuten propia

Este modelo de explicacioacuten mdashcabe recordarmdash se refiere a una situacioacuten de conflicto siempre sobre la base de una sociedad escin-dida en grupos En su anaacutelisis del momento previo a la revolucioacuten Villoro reconoce tres clases sociales diferenciadas indudablemente por criterios econoacutemicos y sociales No obstante y he aquiacute el que me parece uno de los aciertos maacutes importantes de su estudio la actua-cioacuten de esos actores colectivos en el escenario de la situacioacuten de conflicto se comprende no tanto por su posicioacuten econoacutemica como por su experiencia vital comuacuten y la actitud histoacuterica que asumen en funcioacuten de su valoracioacuten de la temporalidad (veacutease esquema 4)

La situacioacuten de la clase dominante (los peninsulares) y su actua-cioacuten se articulan por el mundo vivido comuacuten de una prosperidad ligada a los viacutenculos de dependencia de la metroacutepoli en ello radican sus intereses y sus valores En tanto que su experiencia vital es la prosperidad perciben a la patria como algo ya hecho y soacutelo se

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160 historia y meacutetodo en el siglo xx

requiere una adecuada administracioacuten es expresioacuten de una concep-cioacuten burocraacutetica (estaacutetica) de la sociedad El presente (que se vive) y el futuro (por vivir) no se pueden percibir maacutes que como una prolongacioacuten del pasado que es el origen y basamento del orden colonial lo que equivale a una preterizacioacuten del futuro Su actitud histoacuterica por tanto seraacute contrarrevolucionaria y se expresaraacute me-diante una ideologiacutea orientada a la conservacioacuten del orden colonial15

Seraacute en el siguiente sector el de la clase media ilustrada donde Villoro descubra una transformacioacuten ideoloacutegica que tiene como tras-

15 El sentido del tiempo histoacuterico de la clase dominante corresponde en Mannheim a la tercera forma de mentalidad utoacutepica (la idea conservadora) ldquoEl sentido del tiempo de ese modo de experiencia y de pensamiento es completamente opuesto al del libera-lismo En tanto que para eacuteste el futuro era todo y el pasado nada el modo de experi-mentar el tiempo del conservatismo halloacute la mejor corroboracioacuten de su sentido de la determinacioacuten histoacuterica en el descubrimiento de la importancia del pasado en el des-cubrimiento del tiempo como creador de valores El tiempo no existiacutea en forma alguna en la mentalidad quiliaacutestica y existioacute para el liberalismo soacutelo en cuanto era capaz de producir un progreso en el futuro Mannheim Ideologiacutea y utopiacuteahellip p 272

Fuente Elaboracioacuten propia

Esquema 4 actItud HIstoacuterIca de la clase doMInante

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161las lecturas y el meacutetodo

fondo un cambio en la percepcioacuten de la temporalidad particular-mente del pasado Esta clase se distingue por una experiencia vital en la que predomina la insatisfaccioacuten y por tanto emprenderaacute una negacioacuten del pasado inmediato (que casi se funde con el presente) y un intento por restaurar el pasado remoto es decir el origen del orden colonial Fray Servando Teresa de Mier manifestoacute esa aspira-cioacuten en el alegato histoacuterico juriacutedico que desplegoacute en el libro xIv de su poleacutemica Historia de la revolucioacuten de Nueva Espantildea Sosteniacutea la existencia de un pacto original que consignaba los derechos y pre-rrogativas de los americanos un pacto que los peninsulares habiacutean violentado de este modo si en el origen de la Nueva Espantildea estaban los fundamentos de una sociedad justa entonces habiacutea que restaurar ese pasado remoto Sin embargo advierte Villoro desatada la in-surgencia y al contacto con el pueblo se advierte en la clase media una transformacioacuten revolucionaria que implicaraacute la negacioacuten de la totalidad del pasado colonial16

A diferencia de la concepcioacuten burocraacutetica de los peninsulares para los americanos la patria seraacute algo que habiacutea que construir eran ahora portadores de una concepcioacuten utoacutepica (dinaacutemica) de la socie-dad En esta transformacioacuten la clase media asumiraacute una actitud his-toacuterica revolucionaria que tras la negacioacuten del pasado asimila una concepcioacuten utoacutepica de la sociedad Su actitud histoacuterica integra una fu-turizacioacuten del presente es decir las acciones del presente vivido tie-nen el propoacutesito de acercar un futuro deseable configurado a partir de las ideas de la teoriacutea poliacutetica del liberalismo (veacutease esquema 5)

El tercer grupo social es la clase trabajadora su mundo vivido comuacuten es la opresioacuten No tiene posibilidades de articular ideoloacutegi-camente una visioacuten y una valoracioacuten del pasado y del presente pro-pias y por tanto no puede llevar a cabo la proyeccioacuten de un futuro deseado Su actuacioacuten en el proceso histoacuterico se encaminaraacute a la

16 La valoracioacuten negativa del pasado corresponde en el estudio de Mannheim a la segunda forma de mentalidad utoacutepica (la idea liberal humanitaria) ldquoLa mentalidad nor-mativa liberal contiene tambieacuten esa diferenciacioacuten cualitativa de los acontecimientos his-toacutericos y ademaacutes soacutelo siente desprecio por considerarlo como un mal por todo lo que se ha vuelto parte del pasado o es parte del presente Aplaza la realizacioacuten de esas normas a un remoto futuro y [hellip] lo ve como surgiendo del proceso de devenir en el aquiacute y ahora surgiendo de los acontecimientos de la vida cotidianardquo Ibidem p 263 Cursivas del autor

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instauracioacuten del reino de la religioacuten y la igualdad sin margen para construir la imagen de una nueva sociedad Su actitud histoacuterica si acaso la hay es la de una entrega a la vivencia del instante sin re-ferencia a un pasado ni a un futuro (veacutease esquema 6) Su mejor referente es el de las rebeliones inspiradas en el milenarismo o qui-liasmo como el de Thomas Muumlnzer en el siglo xvI17

Tal es la situacioacuten histoacuterica en la que los protagonistas cuyo perfil trazoacute Villoro tratando de comprender la relacioacuten entre pen-samiento y accioacuten escenifican un drama que se desarrolla en el sentido de una serie de paradojas anunciadas en las primeras liacuteneas de la obra

17 Mannheim reconoce en el milenarismo la primera forma de mentalidad utoacutepica cuya principal caracteriacutestica es ldquo[hellip] su absoluta actualidad el hecho de que siempre se halla situada en el presente [hellip] Para el verdadero milenarista el presente se convierte en una brecha por la cual lo que antes era interior irrumpe de repente se aduentildea del mundo exterior y lo transforma [hellip] Tal vez esta misma sustancia extaacutetica sea la que se convierta en el milenarista en el lsquoaquiacute y ahora inmediatosrsquo pero no solamente para deleitarse en ellos sino para convertirlos en parte de siacute mismo [hellip] El milenarista espe-ra una unioacuten con un presente inmediato Por lo tanto no se preocupa en su vida coti-diana por vanas esperanzas del futuro o reminiscencias romaacutenticasrdquo Ibidem p 252-254 Entrecomillados del autor

Esquema 5 actItud HIstoacuterIca de la clase MedIa

Fuente Elaboracioacuten propia

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163las lecturas y el meacutetodo

Nos encontramos con que muchos de los precursores del movimien-to se transforman en sus aceacuterrimos enemigos en el instante mismo en que estalla con que no consuman la Independencia quienes la proclamaron sino sus antagonistas y por uacuteltimo que el mismo par-tido revolucionario ocasiona la peacuterdida de los consumadores de la independencia18

Sin embargo la resolucioacuten del conflicto no seraacute una paradoja cerrada sino abierta el proceso ideoloacutegico no concluye con la con-sumacioacuten de la independencia en realidad se prolongaraacute a lo largo de todo el siglo xIx y principios del xx En teacuterminos de la produc-cioacuten de formas de pensar concreto (ideoloacutegicas) el estudio de Villo-ro permite comprender tambieacuten la manera en que la expectativa de un futuro deseado una sociedad moderna basada en los principios poliacuteticos y econoacutemicos del liberalismo encauzoacute la interpretacioacuten de la historia de Meacutexico que a la postre seriacutea la hegemoacutenica

El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia es quizaacute la uacuteltima experiencia en la historiografiacutea mexicana del siglo xx pro-ducto del diaacutelogo directo de la historia con la filosofiacutea despliega la indagacioacuten de un proceso histoacuterico a la luz de la situacioacuten del hom-bre en el mundo cuya comprensioacuten en uacuteltima instancia debe ser el fin de la historiografiacutea

Aunque Villoro soacutelo cita en una ocasioacuten el trabajo de Mannheim la presencia de Ideologiacutea y utopiacutea en El proceso es innegable Pero su importancia no estaacute en ser una fuente de datos o de informacioacuten (el filoacutesofo de Budapest nada dice sobre el hecho histoacuterico en cuestioacuten

18 Villoro El proceso ideoloacutegicohellip p 19

Esquema 6 la vIvencIa del Presente de la clase trabajadora

Fuente Elaboracioacuten propia

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ni tampoco sobre criollos y peninsulares) y menos auacuten ofrece un cataacutelogo de unidades conceptuales Su lectura le permite a Villoro construir un eje de interpretacioacuten mediante un procedimiento para encontrar la relacioacuten entre la situacioacuten en el mundo de cada clase social su horizonte de posibilidades reales y su experiencia de la temporalidad Soacutelo asiacute las ideologiacuteas en juego durante el proceso de independencia dejan de ser un mero conjunto de ideas abstractas para convertirse en formas de expresioacuten de una actitud histoacuterica categoriacutea que permite articular el viacutenculo de pensamiento y accioacuten en el marco del meacutetodo histoacuterico filosoacutefico para la historia social e intelectual por el que pugnaba Mannheim

Tradicioacuten y modernidad

El segundo caso a analizar es una obra historiograacutefica que habriacutea de convertirse en un referente baacutesico del revisionismo de la Revolucioacuten mexicana Zapata y la Revolucioacuten mexicana es la derivacioacuten de la tesis doctoral que John Womack presentoacute en la Universidad de Harvard en 1965 Luego de un periodo de ampliaciones y correcciones el tex-to llegoacute a la prestigiada casa neoyorkina Alfred Knopf ahiacute el editor le sugirioacute a Womack proponerle a Arnaldo Orfila (entonces director de Siglo xxI Editores) la edicioacuten en espantildeol de Zapata and the Mexi-can Revolution La gestioacuten fue exitosa y las dos ediciones salieron con diferencia de meses entre 1968 y 1969

En Zapata y la Revolucioacuten mexicana Womack inauguroacute la narra-cioacuten con una figura retoacuterica que anuncia el despliegue de un drama configurado como una tragedia La conocida frase inicial ldquoEacuteste es un libro acerca de unos campesinos que no queriacutean cambiar y que por ello mismo hicieron una revolucioacutenrdquo19 es una paradoja que

19 John Womack Jr Zapata y la Revolucioacuten mexicana 9a edicioacuten traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Siglo XXI 1978 p xI En la edicioacuten en ingleacutes el verbo es move y no change (ldquoThis is a book about country people who did not want to move and therefore got into a revolutionrdquo) lo cual ha suscitado interpretaciones distintas Al respecto en una entrevista realizada por el historiador Marco Velaacutezquez Womack sentildealoacute ldquo[hellip] penseacute en la palabra lsquocambiarrsquo no como una insertacioacuten o remocioacuten sino maacutes bien entendida como un acto de no separacioacuten la palabra lsquocambiarrsquo es maacutes elegan-

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165las lecturas y el meacutetodo

contiene en siacute misma todo el relato lo sintetiza en una especie de matriz significante Los once capiacutetulos el proacutelogo y el epiacutelogo que integran el libro son el desdoblamiento de esa paradoja en distintos planos dando lugar a un juego de oposiciones en una dimensioacuten histoacuterico-antropoloacutegica Asiacute por ejemplo la eleccioacuten de Emiliano Za-pata como dirigente del pueblo (una especie de democracia natural) es el polo opuesto del proceso electoral que lleva a Pablo Escandoacuten a la gubernatura del estado (democracia formal) y el progreso de los hacendados es la antiacutetesis de la decadencia de los pueblos mdashcomo Anenecuilcomdash que se hallaban al borde del colapso

La destreza narrativa de Womack y la perspectiva desde la cual emprendioacute la minuciosa investigacioacuten produjeron una historia del zapatismo en la tonalidad de las expectativas y el imaginario social de algunos sectores de clase media en los antildeos sesenta y setenta La serie de antagonismos que integran la trama del relato tiene como eje interpretativo una oposicioacuten fundamental aquella que se genera entre tradicioacuten y modernidad No era eacuteste un tema novedoso desde deacutecadas anteriores veniacutea ganando terreno una visioacuten dicotoacutemica de la sociedad como objeto de estudio que se habiacutea forjado en la convergencia de distintas disciplinas y enfoques

Con la influencia de las corrientes socioloacutegicas [hellip] el auge del funcio-nalismo en sociologiacutea y antropologiacutea [hellip] el desarrollo de la antropo-logiacutea cultural norteamericana y sus aproximaciones psicoloacutegicas [hellip] y el predominio de las tesis gradualistas (incluido el marxismo y los raacutepidamente envejecidos desarrollismos) las corrientes teoacutericas de las ciencias sociales-antropoloacutegicas tendieron a polarizar la sociedad en dos extremos sagrado-secular tradicional-moderno folk-urbano siguiendo la liacutenea de base neoevolucionista en cuanto al pasaje de un polo al otro Pese a sus exageraciones y errores baacutesicos estas (nuevamente dicotoacutemicas) perspectivas proporcionaron algunas de las aportaciones teoacutericas y trabajos de campo maacutes fecundos no tanto

te en la traduccioacuten pero cuando la escribiacute originalmente tuve la idea de move como lsquocambiarrsquo reflejando una posicioacuten y no una accioacutenrdquo Cfr Marco Velaacutezquez ldquoEl tropos del heacuteroe traacutegico entre la historia y la literatura De Lev Tolstoacutei a John Womackrdquo Gra - f fylia Revista de la Facultad de Filosofiacutea y Letras Benemeacuterita Universidad Autoacutenoma de Puebla n 7 2007 p 107-118 p 112 Entrecomillados y cursivas del autor

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en siacute mismas como (y sobre todo) por las reacciones debates y discu-siones que generaron20

En el campo de las ciencias sociales de la academia estadouni-dense a partir de los antildeos treinta del siglo xx se desarrolloacute una liacutenea de investigacioacuten en torno a los efectos de la modernizacioacuten y los cambios tecnoloacutegicos en las sociedades primitivas la cual fue deri-vando en un enfoque que poniacutea eacutenfasis en la doble polaridad cam-po-ciudadtradicioacuten-modernidad Consecuencia relevante en los estudios realizados desde esa perspectiva fue el reconocimiento de la cultura ya no como una capa superpuesta a las estructuras eco-noacutemicas y sociales sino como un factor fundamental en el desarro-llo y el funcionamiento de los grupos sociales tanto rurales como urbanos

Uno de los pioneros y principales promotores de esa orientacioacuten en Estados Unidos fue Robert Redfield (1897-1958) Abogado de origen es probable que un viaje a Meacutexico a principios de los antildeos veinte y el contacto que establecioacute con Manuel Gamio lo hayan motivado para abandonar las leyes y regresar a la Universidad de Chicago para realizar estudios de posgrado en antropologiacutea Du-rante sus posteriores viajes a Tepoztlaacuten Morelos (1926) y luego a la zona maya de Yucataacuten y de Guatemala (en los antildeos treinta) re-unioacute suficiente material para dar forma a sus estudios sobre las alteraciones provocadas por la expansioacuten de los centros urbanos en las comunidades rurales21

Redfield estaba convencido de que el estudio de las sociedades folk (teacutermino que prefiere al de primitivas) permitiriacutea entender mejor tanto a la sociedad en general como a las sociedades urbanas moder-nas Al constatar que a pesar de diferencias visibles todas sociedades

20 Guillermo E Magrassi y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduccioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 26-27

21 En una obra publicada en 1953 Redfield expuso sus ideas en torno a las socie-dades primitivas en el marco de la ldquohistoria como el relato de una sola carrera la del geacutenero humanordquo En este aacutembito las alteraciones de la sociedad primitiva mdashsosteniacuteamdash estaban directamente vinculadas a la aparicioacuten de la civilizacioacuten a partir de la revolucioacuten neoliacutetica estudiada entre otros por el arqueoacutelogo australiano Gordon Childe El mundo de las sociedades primitivas y sus transformaciones traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1963

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folk presentan un conjunto baacutesico de caracteriacutesticas comunes procedioacute a la elaboracioacuten de un tipo o modelo a partir de elementos como la territorialidad la economiacutea los mecanismos de cohesioacuten social la homogeneidad racial y cultural la moral y la tradicioacuten

Modelo de socIedad folk de robert redFIeld22

Invariablemente se trata de sociedades pequentildeas no tienen maacutes integrantes que los que llegan a conocerse entre siacute

Aislamiento Son sociedades aisladas guardan pocos viacutenculos con grupos o miembros de sociedades distintas o extrantildeas rasgo que contrasta con la iacutentima comunicacioacuten que experimentan al interior

Movilidad territorial En general sus integrantes se desplazan soacutelo entre los liacutemites del estrecho territorio que habitan aun cuando algunos individuos van maacutes allaacute no suelen establecer una comu-nicacioacuten significativa con los otros

Predominio de la oralidad Dada la ausencia o poca penetracioacuten de la cultura impresa predomina la comunicacioacuten oral que no tiene competidor ni encuentra resistencias ldquoEl conocimiento de lo que ha pasado no va maacutes allaacute de lo que la memoria y la conversa-cioacuten entre joacutevenes y viejos es capaz de retener maacutes allaacute del lsquotiem-po de nuestros abuelosrsquo todo es vago y legendariordquo23

Experiencia por acumulacioacuten Ante la ausencia de mecanismos de intercambio cultural la experiencia estaacute en funcioacuten de la edad de los integrantes por tanto ldquo[hellip] los viejos que saben maacutes que los joacutevenes que no han vivido igual cantidad de tiempo que ellos gozan de autoridad y prestigiordquo24

Homogeneidad bioloacutegica y cultural Las semejanzas bioloacutegicas tienen su equivalente en que la forma de actuar y de pensar es igual para todos lo cual deja un estrecho margen incluso para el cambio generacional el resultado es una visible homogeneidad cultural y la permanencia de la tradicioacuten

22 Elaborado a partir de R Redfield ldquoLa sociedad folkrdquo en Introduccioacuten al folklorehellip p 37-64 (Con el tiacutetulo ldquoThe Folk Societyldquo el artiacuteculo de Redfield se publicoacute original-mente en American Journal of Sociology en 1947)

23 Ibidem p 4224 Ibidem p 43

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168 historia y meacutetodo en el siglo xx

Gran sentido de solidaridad de grupo La moral predominante el impulso a actuar (sobre todo al momento de enfrentar una crisis) se basa en fines que no estaacuten doctrinariamente enunciados sino que se hallan sobreentendidos en la accioacuten ldquo[hellip] lo que se hace en la sociedad folk tipo se hace asiacute no porque alguno o algunos de sus miembros lo decidan a un mismo tiempo [hellip] sino porque pa-rece lsquonecesariamentersquo derivarse de la naturaleza iacutentima de las co-sas y [hellip] no hay inclinacioacuten a reflexionar en los actos tradiciona-les y considerarlos objetiva y criacuteticamenterdquo25

Autosuficiencia de la tradicioacuten Al interior de una sociedad folk la conducta es tradicional espontaacutenea y escapa a la observacioacuten criacute-tica lo que hace de la tradicioacuten una autoridad suficiente

Conducta personal Tanto por la dimensioacuten de la sociedad folk como por la intercomunicacioacuten y el conocimiento de sus miembros entre siacute la estructura de las asociaciones mentales es predominan-temente personal y emocional incluso la naturaleza suele ser objeto de un trato personal

Predominio del parentesco y la religiosidad Las relaciones inter-personales se articulan no por valores de cambio (econoacutemicos) sino en funcioacuten del parentesco y la religiosidad

Economiacutea de autoconsumo La ausencia de factores del mercado la escasa divisioacuten del trabajo y su relativa autonomiacutea econoacutemica configuran una economiacutea premoderna

Aunque en ocasiones el teacutermino ldquoprimitivasrdquo aparece como si-noacutenimo de folk cabe sentildealar que Redfield no hace referencia a socie-dades ya desaparecidas sino a una forma de sociedad que coexiste con las sociedades urbanas o modernas una coexistencia que toma la forma de la oposicioacuten campo-ciudad Praacutecticamente todas las ca-racteriacutesticas que integran el modelo de sociedad folk constituyen lo opuesto de la sociedad moderna (urbana) en la que predominan el individualismo una progresiva secularizacioacuten de la vida social la economiacutea de mercado la movilidad territorial la intercomuni-cacioacuten con lo diferente (entre otras cosas por medio de la comu-nicacioacuten escrita) una conducta que obedece a principios expliacutecitos

25 Ibidem p 48 Ello no significa advierte el autor que sus miembros actuacuteen como autoacutematas

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169las lecturas y el meacutetodo

dictados por una institucioacuten la interdependencia econoacutemica el de-bilitamiento de los lazos de parentesco y de la tradicioacuten como auto-ridad y la diversidad bioloacutegica y cultural26

Ubicado entre dos extremos cronoloacutegicos (el crecimiento de las haciendas azucareras durante el Porfiriato y la inestabilidad poliacutetica en Morelos al final de la Revolucioacuten) el drama central del relato de Womack se localiza en los once antildeos de lucha violenta durante los cuales los campesinos de aquella regioacuten vivieron los avatares de una revolucioacuten unas veces dominando su territorio otras como refugia-dos y de ldquo[hellip] coacutemo finalmente volvioacute la paz y de coacutemo entonces los tratoacute el destinordquo27

Como sentildealeacute antes el nuacutecleo del drama histoacuterico estaacute en el an-tagonismo entre tradicioacuten y modernidad en varios niveles (veacutease es-quema 7) El primero de ellos corresponde a una voluntad de no que-rer cambiar y el escenario de una revolucioacuten irremediablemente asociada al cambio Un segundo nivel de antagonismo es el que se expresa en teacuterminos de los agentes histoacutericos que participan en el con-flicto los pueblos (tradicioacuten) y las haciendas (modernidad) En las distintas etapas de la lucha armada las acciones de los campesinos de Morelos levantados en armas responderaacuten puntualmente a las carac-teriacutesticas con las que Redfield construyoacute su modelo de la sociedad folk

En el curso del proceso revolucionario los pueblos de Morelos no dejaraacuten de expresar ya sea en sus aspiraciones en sus formas de organizacioacuten o en sus estrategias de lucha los rasgos propios de una sociedad folk De hecho su incorporacioacuten a la revolucioacuten es maacutes el producto de una dinaacutemica interna o local que respuesta a un pro-blema de poliacutetica nacional Es esa dinaacutemica interna la vida de los pueblos la que se ve alterada por un elemento que viene de fuera (la modernizacioacuten) Su forma de actuar corresponde a un naturalis-mo que lo mismo se expresa en los mecanismos de toma de decisio-nes que en la manera de trazar el deslinde de tierras (Zapata repren-de a los ingenieros agroacutenomos que pretenden trazar liacuteneas rectas y

26 Una aguda criacutetica de los modelos de sociedad rural y sociedad urbana de Redfield se encuentra en George M Foster ldquoQueacute es la cultura folkrdquo en Introduccioacuten al folklorehellip p 65-75

27 Womack Zapata y la Revolucioacuten mexicana p xII

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170 historia y meacutetodo en el siglo xx

Esquema 7 tradIcIoacuten y ModernIdad coMo eje

de la InterPretacIoacuten HIstoacuterIca en Zapata y la revolucioacuten mexicana

Fuente Elaboracioacuten propia

les ordena que sigan el lindero que marca el tecorral) Su indisposi-cioacuten para emprender acciones fuera del territorio que les es familiar o la desconfianza que muestran hacia la gente que viene de fuera denotan su profundo localismo Y maacutes que nada los distingue de otros grupos revolucionarios su apego a una tradicioacuten que ante todo delimita una manera de vivir comunidades pequentildeas en don-de los viacutenculos de parentesco son fuertes y se mantiene una relacioacuten estrecha casi personal y emocional con la tierra donde todos se conocen y todos son semejantes donde vivieron sus padres y sus abuelos (veacutease esquema 8)

Naturalismo localismo tradicionalismo son en el relato de Wo-mack los elementos que constituyen su autenticidad como faccioacuten revolucionaria no hay en ellos simulacioacuten poliacutetica ni subordinacioacuten a ideas o proyectos ajenos la moral que orienta sus acciones es la

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171las lecturas y el meacutetodo

misma que informa su vida cotidiana En esos elementos radica su fuerza pero tambieacuten su debilidad ante los otros aquellos que orga-nizan ejeacutercitos regulares que pueden desplazarse miles de kiloacutemetros para presentar un combate que pueden vivir en las ciudades Los otros en fin que actuacutean de acuerdo con una racionalidad moderna

Finalmente la oposicioacuten entre la voluntad de no querer cambiar y hacer una revolucioacuten se resuelve en el caso del zapatismo en una de las formas posibles de revolucioacuten un movimiento que pretende restaurar un pasado deseable armoacutenico que en alguacuten momento fue violentado por una fuerza ajena la modernidad

Conclusiones

Sin duda por su cercaniacutea cronoloacutegica las obras aquiacute analizadas tie-nen maacutes de una coincidencia ya sea por su intereacutes en los procesos revolucionarios o por la oposicioacuten de contrarios que se convierte en el eje de sus interpretaciones del pasado (ideologiacutea y utopiacutea tradicioacuten y modernidad) Pero al margen de esas coincidencias me interesa

Esquema 8 tradIcIoacuten y ModernIdad en la loacutegIca revolucIonarIa

Fuente Elaboracioacuten propia

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destacar el papel que en esas obras tuvieron las lecturas previas No se trata de encontrar ese extrantildeo fenoacutemeno al que se suele referir como ldquoinfluenciasrdquo de un autor en otro sino de advertir una actitud dialoacutegica mediante la cual un texto se convierte en un entramado de textos Sin duda tanto en El proceso ideoloacutegicohellip como en Zapata y la Revolucioacuten mexicana hay otras lecturas previas en este estudio he querido destacar la importancia de las ideas de Mannheim y de Redfield en el procedimiento explicativo que siguieron tanto Villo-ro como Womack en la construccioacuten de sus respectivos objetos de estudio (situaciones de conflicto) y de los actores histoacutericos inclu-yendo la loacutegica de sus modos de actuar

Este ejercicio de una especie de arqueologiacutea historiograacutefica ha despertado otras tantas inquietudes iquestEn queacute momento y de queacute ma-nera un historiador comienza a disentildear el meacutetodo de su investigacioacuten El disentildeo del meacutetodo y el inicio de la investigacioacuten iquestcorresponden a dos momentos distintos tal como a menudo se ensentildea a los estudian-tes de historia Todo parece indicar que la elaboracioacuten del meacutetodo no antecede a la investigacioacuten es parte de ella Por tanto iquesthay un punto cero en la investigacioacuten Podriacutea argumentarse que toda investigacioacuten comienza con la formulacioacuten de una pregunta y que a partir de en-tonces se procede a concebir un procedimiento para llegar a la res-puesta correcta Pero la pregunta que formula el historiador es la expresioacuten de un no saber relativo que se configura a partir del cuacutemu-lo de sus experiencias vitales sus percepciones de la temporalidad su formacioacuten y en buena medida de las lecturas que han orienta-do su visioacuten del mundo social y el modelo de su explicacioacuten En este sentido quizaacute no existe nunca un punto cero sino una convergencia de variables circunstanciales que puede dar lugar al encadena-miento de una pregunta y la buacutesqueda de una respuesta

bIblIograFiacutea

cHIlde Gordon El mundo de las sociedades primitivas y sus transformaciones traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Fondo de Cultura Eco-noacutemica 1963

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173las lecturas y el meacutetodo

Ferrater Mora Joseacute Diccionario de filosofiacutea Barcelona Ariel 1994 v Iv

Foster George M ldquoQueacute es la cultura folkrdquo en Guillermo E Magrassi y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduccioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 65-75

leonard Irving Los libros del conquistador traduccioacuten de Mario Monte-forte Toledo Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1953

MacHado Antonio ldquoProverbios y cantares xxIxrdquo en Obras poesiacutea y prosa 2a edicioacuten Buenos Aires Losada 1973

MagrassI Guillermo E y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduc-cioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 26-27

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Filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

El caso de Metahistoria de Hayden White (n 1928)

rebeca vIllalobos aacutelvarezUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

El lector tiene en sus manos una reflexioacuten en torno al viacutenculo mdashpro-blemaacutetico y aun asiacute renovadomdash entre teoriacutea y metodologiacutea histoacuteri-cas Aunque el desempentildeo de ambas tareas constituye en un senti-do muy elemental la puesta en marcha de un ejercicio de anaacutelisis y conceptualizacioacuten los objetivos implicados en la labor de un teoacuterico no siempre se corresponden con las intenciones de un metodoacutelogo o con las de cualquier profesional de las humanidades en la praacutecti-ca cotidiana de su disciplina La construccioacuten de una mirada teoacuterica respecto a la historia por su parte no necesariamente da lugar a la generacioacuten de una metodologiacutea concreta para la interpretacioacuten de un determinado fenoacutemeno del mismo modo en que la aplicacioacuten de un esquema metodoloacutegico cualquiera no presupone una filia-cioacuten de origen a una perspectiva teoacuterica o filosoacutefica en particular Aun asiacute parece inobjetable que desde la segunda mitad del siglo xx a la fecha el rigor en los procedimientos de investigacioacuten la expli-citacioacuten de conceptos y referencias teoacutericas la asimilacioacuten de otras perspectivas disciplinarias y la reivindicacioacuten de la reflexioacuten filosoacute-fica desempentildean un papel mucho maacutes significativo en el desarrollo de los estudios histoacutericos a nivel profesional Esta situacioacuten favore-ce una perspectiva menos empirista de la disciplina y una forma acaso menos ingenua de concebir las peculiaridades del conocimien-to que nos ofrece sobre el mundo En el contexto de la historiografiacutea contemporaacutenea el ejercicio habitual de reconstruccioacuten interpreta-cioacuten yo explicacioacuten del pasado involucra la creciente utilizacioacuten de referentes teoacutericos y el uso cada vez maacutes reflexivo de teacuterminos a los que se les atribuye cierta base conceptual (me refiero por ejemplo a las nociones de ldquoeacuteliterdquo ldquoprocesordquo ldquoideologiacuteardquo etceacutetera)

Ahora bien cabe destacar que la relacioacuten entre teoriacutea e historia no se limita a procedimientos de interpretacioacuten o anaacutelisis puntuales

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El tipo de reflexioacuten que se juzga teoacuterica tambieacuten involucra conside-raciones generales sobre la praacutectica historiograacutefica cuestiones que revelan su carga filosoacutefica cuando se traducen bajo la forma de pre-guntas fundamentales iquestcuaacutel es el sentido de la historia iquestcuaacutel es la naturaleza del conocimiento histoacuterico iquestcuaacutel es la relacioacuten de la historia con otras disciplinas etceacutetera Si bien es cierto que la tarea cotidiana del historiador no necesariamente involucra cuestiona-mientos expliacutecitos en ese sentido hemos aprendido a reconocer en la resolucioacuten de problemas concretos implicaciones teoacuterico-filosoacuteficas de maacutes largo aliento Esto ha permitido a su vez renovar la idea que tenemos acerca de la teoriacutea o la filosofiacutea de la historia como activida-des que no son ideacutenticas a la del historiador pero que muchas veces se encuentran estrechamente relacionadas con ella

Aun asiacute resulta riesgoso y en la mayoriacutea de los casos poco per-tinente la plena identificacioacuten entre una determinada teoriacutea de la historia y el seguimiento puntual de lineamientos metodoloacutegicos Esto se debe al menos en parte a que el uso de las expresiones teo-riacutea de la historia y filosofiacutea de la historia no se rige por criterios claros y mucho menos uniacutevocos Las acepciones de los teacuterminos simples (teoriacutea y filosofiacutea) suelen variar pero tambieacuten es cierto que en mu-chas ocasiones suelen utilizarse como sinoacutenimos Cuando entende-mos por filosofiacutea simple y llanamente un ldquoconjunto de saberes que busca establecer de manera racional los principios maacutes generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidadrdquo la equi-paracioacuten con una acepcioacuten igualmente simple de teoriacutea es perfecta-mente posible1 El pensamiento de Karl Marx por citar otro ejemplo significativo pero maacutes puntual se ha caracterizado apelando a am-bos vocablos Tampoco resulta inusual referirse a la filosofiacutea de la historia implicada en obras historiograacuteficas complejas como Histo-ria de los papas de Leopold von Ranke o La democracia en Ameacuterica de Alexis de Tocqueville Un caso tambieacuten interesante es el anaacutelisis que se ha hecho de los componentes teoacuterico-filosoacuteficos involucrados en

1 La definicioacuten de filosofiacutea es del Diccionario de la lengua espantildeola 22a edicioacuten Ma-drid Real Academia Espantildeola 2001 (versioacuten electroacutenica) y puede compararse con ca-racterizaciones simples de teoriacutea como ldquoconjunto sistemaacutetico y ordenado de principios que explican un fenoacutemeno o un acontecimientordquo

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177filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

la produccioacuten historiograacutefica de toda la corriente de Annales2 Todos estos ejemplos revelan viacutenculos estrechos entre teoriacutea filosofiacutea e historia En algunos casos (Ranke) la relacioacuten exhibe la preeminen-cia de una visioacuten filosoacutefica sobre el sentido del devenir humano que imprime cualidades especiacuteficas a la interpretacioacuten de fenoacutemenos histoacutericos concretos En otros (Braudel por ejemplo) el viacutenculo su-pone la conceptualizacioacuten de un modelo de explicacioacuten (la teoriacutea de la corta mediana y larga duracioacuten) en el anaacutelisis de problemaacuteticas histoacutericas Ahora bien cabe destacar que el reconocimiento de seme-jantes convergencias no facilita la definicioacuten acotada y puntual de lo que entendemos por teoriacutea o filosofiacutea de la historia Pero reflexio-nar sobre ello siacute nos permite identificar los diferentes niveles en que el lenguaje teoacuterico y las perspectivas filosoacuteficas se involucran en la labor del historiador

El presente trabajo se encamina en esa direccioacuten Su objetivo es mostrar que teoriacutea o filosofiacutea de la historia son nombres que utiliza-mos (a veces de manera indistinta) para referir una amplia e intere-sante gama de concepciones generales sobre la realidad humana el conocimiento histoacuterico yo sus procedimientos de interpretacioacuten y anaacutelisis Desde mi punto de vista un buen camino para entender la naturaleza de los viacutenculos entre teoriacutea y metodologiacutea es consideran-do el lenguaje conceptual en uacuteltima instancia filosoacutefico como una herramienta que funciona en distintos contextos y en diferentes ni-veles muchas veces conectados pero no necesariamente correspon-dientes Para ejemplificar lo anterior he considerado oportuno eva-luar los diversos usos del lenguaje filosoacutefico o conceptual asiacute como sus implicaciones teoacuterico-metodoloacutegicas en una obra en particular

Metahistoria de Hayden White que vio la luz en 1973 constitu-ye un referente indiscutible del narrativismo una de las corrientes maacutes importantes de la teoriacutea histoacuterica contemporaacutenea3 Al mismo tiempo se ha convertido hay que decir que no siempre con eacutexito en una suerte de paraacutemetro o guiacutea en funcioacuten del cual se analizan

2 Paul Ricoeur La memoria la historia el olvido Madrid Trotta 2003 particular-mente en la segunda parte de la obra titulada ldquoHistoriaEpistemologiacuteardquo p 177-376

3 Hayden White Metahistoria La imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix Meacute-xico Fondo de Cultura Econoacutemica 1992

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178 historia y meacutetodo en el siglo xx

obras histoacutericas teniendo como base precisamente ciertos criterios metodoloacutegicos sobre el anaacutelisis del texto historiograacutefico desde el punto de vista literario A la luz de estas consideraciones el propoacute-sito de las siguientes liacuteneas es analizar algunas de las peculiaridades de Metahistoria en estos dos sentidos mdashuno eminentemente teoacuterico o filosoacutefico y otro metodoloacutegicomdash con la finalidad de evaluar los distintos planos de accioacuten de la actividad teoreacutetica Pero antes de entrar en materia juzgo necesario aclarar lo que se entiende aquiacute por lenguaje teoacuterico o conceptual Por esta razoacuten el presente trabajo se compone de dos secciones En la primera se ofrece un panorama general de los distintos usos que suelen darse al teacutermino teoriacutea y por extensioacuten al de teoriacutea de la historia mientras que en la segunda se aterrizan estas reflexiones en funcioacuten de lo que al diacutea de hoy Metahis-toria ha llegado a significar en el campo de la filosofiacutea y la teoriacutea de la historia contemporaacuteneas Pasemos pues a la primera consideracioacuten

Sobre la teoriacutea en general y la teoriacutea de la historia en particular

En los uacuteltimos veinte antildeos y tal vez desde antes las diversas refe-rencias a la teoriacutea de la historia se han hecho maacutes frecuentes y en algunos casos incluso se ha formalizado el uso del teacutermino a traveacutes de diversos programas y lineamientos acadeacutemicos que hacen posi-ble juzgarla como una materia pertinente en la praacutectica historiograacute-fica reciente Asimismo el conjunto a todas luces creciente de obras y artiacuteculos que la tienen como su materia principal de estudio da fe de la emergencia de la teoriacutea de la historia como una subespecialidad reconocida y hasta cierto punto habitual en el campo maacutes general de la disciplina histoacuterica En consonancia con este fenoacutemeno cabe preguntarse queacute entendemos en la actualidad por teoriacutea de la historia y cuaacuteles son sus formas de interaccioacuten con otras aacutereas modalidades o perspectivas de los estudios histoacutericos

Como suele ocurrir con otros campos de especializacioacuten (histo-ria cultural historia conceptual historia poliacutetica historia de geacutenero etceacutetera) el desarrollo de la praacutectica en siacute mismo ha superado am-pliamente nuestra capacidad para establecer consensos y liacutemites claros en cuanto a la naturaleza la importancia y el significado de

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este tipo de investigacioacuten siendo uno de los resultados de este fe-noacutemeno la dificultad para identificar una matriz comuacuten dentro del vasto y heterogeacuteneo universo de las obras relativas a la teoriacutea de la historia asiacute como una suerte de usos o aplicaciones muchas veces indiscriminados o incluso confusos del teacutermino ldquoteoriacuteardquo En virtud de lo anterior considero no soacutelo pertinente sino necesario comen-zar esta discusioacuten sentildealando cuaacuteles son desde mi punto de vista las implicaciones baacutesicas que supone la utilizacioacuten de este vocablo y por extensioacuten del de ldquoteoriacutea de la historiardquo Una vez hecho esto creo que estareacute en condiciones de mostrar el viacutenculo manifiesto entre una concepcioacuten teoacuterica sobre la historia y una o varias perspectivas metodoloacutegicas posibles

Resulta pertinente o al menos didaacutectico hacer alusioacuten a los sig-nificados comunes del teacutermino en su modalidad maacutes simple Una raacutepida mirada a los diccionarios ofrece por lo regular una definicioacuten de ldquoteoriacuteardquo compuesta por dos significados distintos pero muy re-lacionados entre siacute En el primer caso y en estrecho viacutenculo con sus raiacuteces griegas maacutes antiguas ldquoteoriacuteardquo significa la actividad de mirar desinteresadamente esto es sin tomar participacioacuten en aquello que se observa De ello resulta la conceptualizacioacuten de ldquoteoriacuteardquo como acto mental o intelectual cuyo propoacutesito geneacuterico es concebir idear o incluso inventar4 En el segundo caso muy frecuente tanto en los diccionarios de lengua como en los especializados los significados del vocablo hacen alusioacuten a una serie o conjunto organizado de ideas leyes o hipoacutetesis sobre cualquier cosa o tema5 Es en este segundo

4 ldquoEl verbo griego θεωρία significa lsquomirarrsquo lsquoobservarrsquo (lo que haciacutea el espectador en los juegos y festivales puacuteblicos) Este espectador no interveniacutea en tales juegos y fes-tivales su actividad era lsquoteoacutericarsquo [hellip] Cuando el mirar ver u observar se entendiacutean lsquomentalmentersquo significaba lsquoconsiderarrsquo o lsquocontemplarrsquo rdquo De ahiacute en suma la identificacioacuten del teacutermino con una actividad esencialmente especulativa o de contemplacioacuten que es la que habitualmente se considera cuando el teacutermino es referido en un sentido eminente-mente filosoacutefico Veacutease Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea 4 v Barcelona Ariel 2009 p 3474-3475

5 ldquoConjunto organizado de ideas referentes a cierta cosa o que tratan de explicar un fenoacutemenordquo Mariacutea Moliner Diccionario de uso del espantildeol Madrid Gredos 2007 p 2851 Otras acepciones comunes en los diccionarios de lengua claramente relacionadas con la anterior refieren el teacutermino lsquoteoriacutearsquo como 1) ldquoConocimiento especulativo conside-rado con independencia de toda aplicacioacutenrdquo 2) ldquoSerie de las leyes que sirven para

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180 historia y meacutetodo en el siglo xx

sentido que el teacutermino resulta perfectamente concordante con la produccioacuten de conocimiento cientiacutefico y la razoacuten por la cual las vo-ces ldquoteoriacuteardquo y ldquoteoriacutea cientiacuteficardquo tienden a convertirse en sinoacutenimos Desde la perspectiva de la filosofiacutea de las ciencias la teoriacutea consti-tuye un ldquoconocimiento especulativo considerado con independencia de toda aplicacioacutenrdquo6 En este contexto el uso del teacutermino involucra la construccioacuten de modelos explicativos o conjuntos de premisas que con mayor o menor efectividad permiten interpretar o descri-bir condiciones dadas esto es observadas directamente En cual-quiera de los casos antes mencionados la actividad teoreacutetica se in-serta en el campo de la epistemologiacutea constituyendo de ese modo la herramienta esencial del pensamiento filosoacutefico7

Las definiciones maacutes complejas del teacutermino por su parte suelen vincular los dos sentidos baacutesicos que he referido haciendo posible su interpretacioacuten conjunta como el acto de mirar reflexivamente con la finalidad de organizar y articular ideas en funcioacuten de sistemas y modelos abstractos Concebido de esta manera el conocimiento teoacute-rico aun cuando se juzga de naturaleza eminentemente conceptual y abstracta8 no parece destinado a quedarse en el aacutembito de la especulacioacuten Tal vez eacuteste sea el motivo por el que nos resulta tan habitual relacionar los teacuterminos teoriacutea y praacutectica y no por ejemplo

relacionar determinado orden de fenoacutemenosrdquo 3) ldquoHipoacutetesis cuyas consecuencias se aplican a toda una ciencia o a parte muy importante de ellardquo Veacutease Diccionario de la lengua espantildeola

6 Diccionario de la lengua espantildeola7 ldquoA scientific theory is an attempt to bind together in a systematic fashion the

knowledge that one has of some particular aspect of the world of experience The aim is to achieve some form of understanding where is usually cashed out as explanatory power and predictive fertilityrdquo The Oxford Companion to Philosophy 2a edicioacuten edicioacuten de Ted Honderich Nueva York Oxford University Press 2005 p 914 Para Joseacute Ferrater Mora ldquola nocioacuten de teoriacutea se halla implicada en casi todos los problemas que se suscitan en epistemologiacutea y en particular en filosofiacutea de la cienciardquo y aun cuando el autor consi-dere que precisamente a eso se debe la dificultad para precisar el sentido del teacutermino resulta inobjetable su estrecho viacutenculo con las preocupaciones de caraacutecter cognitivo Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea

8 ldquoEl conocimiento humano es teoreacutetico seguacuten su forma en tanto tiene caraacutecter general y seguacuten su contenido en tanto trasciende lo dado en cada casordquo Hermann Krings Hans Michael Baumgartner Christoph Wild et al Conceptos fundamentales de filosofiacutea 4 v Barcelona Herder 1979 p 484-485

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181filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

los de filosofiacutea y praacutectica Algo en la forma en que conceptualizamos la palabra teoriacutea y el acto en siacute de teorizar hace no soacutelo liacutecito sino deseable el viacutenculo entre el conocimiento que se guiacutea por generali-dades y abstracciones y el acto de observar fenoacutemenos individuales yo concretos9

Por su parte la definicioacuten del teacutermino compuesto ldquoteoriacutea de la historiardquo supone algunas de las connotaciones presentes en el voca-blo simple aunque tambieacuten un mayor grado de ambivalencia y has-ta de ambiguumledad Las dificultades provienen creo yo fundamen-talmente del segundo teacutermino en accioacuten el de ldquohistoriardquo Como todos sabemos esta palabra es altamente poliseacutemica y su uso fre-cuente da lugar no soacutelo a ambiguumledades sino a francas confusiones ldquoHistoriardquo puede implicar por lo menos tres cosas 1) el acontecer en siacute 2) los escritos sobre lo acontecido y 3) la ciencia encargada de explicar yo interpretar el devenir10 Reduzco voluntariamente la gama de significados por motivos didaacutecticos y expositivos pero tambieacuten para evidenciar el hecho de que la expresioacuten ldquoteoriacutea de la historiardquo puede operar por lo menos en los tres niveles antes mencionados De este modo una determinada teoriacutea de la historia puede definirse como 1) un modelo de naturaleza conceptual y abstracta cuya finalidad es la explicacioacuten del acontecer (la teoriacutea marxista de los modos de produccioacuten y las clases sociales por ejemplo) 2) como un conjunto de lineamientos que permite explicar el funcionamiento del lenguaje historiograacutefico como tal y finalmente 3) como el acto de reflexionar u observar el funcionamiento de las

9 Las consideraciones maacutes generales sobre el teacutermino tienden a enfatizar el caraacutec-ter abstracto y especulativo de la actividad teoreacutetica sin embargo existe tambieacuten la necesidad de matizar semejante perspectiva en virtud del ejercicio teoacuterico que se ejer-ce en el contexto de diversos campos disciplinarios En consecuencia la nocioacuten de teoriacutea en tanto que sistema o modelo se relativiza subrayando el aspecto observacional o empiacuterico que involucra el anaacutelisis de fenoacutemenos concretos En este sentido el pen-samiento teoacuterico constituye ya no un ejercicio exclusivo de la filosofiacutea de la ciencia (que puede abstraerse de la praacutectica cientiacutefica como tal) sino un referente teoacuterico-metodoloacutegico para el estudio de fenoacutemenos observables Veacutease The Oxford Companion to Philosophy

10 Una reflexioacuten precisa de esta problemaacutetica se encuentra en J Huizinga ldquoEn tor-no a una definicioacuten del concepto de historiardquo en El concepto de la historia y otros ensayos Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994 p 86-97

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182 historia y meacutetodo en el siglo xx

operaciones mentales e intelectuales que tienen por objeto la pro-duccioacuten de conocimiento cientiacutefico

Ahora bien maacutes allaacute de los ejercicios de definicioacuten terminoloacutegi-ca o conceptual o precisamente a raiacutez de las dificultades que seme-jante revisioacuten arroja es preciso tomar en cuenta aunque sea de modo general algunas nociones ya no sobre el teacutermino en siacute mismo sino sobre la actividad o el tipo de estudios que como dije antes se rea-lizan bajo el auspicio de ese vocablo

La referencia maacutes temprana que conozco del teacutermino ldquoteoriacutea de la historiardquo al menos en un sentido maacutes proacuteximo a la praacutectica de los estudios contemporaacuteneos en la materia se encuentra en un artiacuteculo de Benedetto Croce publicado en la Revista de Siacutentesis Histoacuterica en 1902 (Revue de Synthegravese Historique Pariacutes 1902) con el tiacutetulo ldquoLos estu-dios relativos a la teoriacutea de la historia en Italia durante los uacuteltimos quince antildeosrdquo Ahiacute el autor define la teoriacutea de la historia como la reflexioacuten en torno a los criterios a traveacutes de los cuales los historia-dores han dado forma unidad y contenido a sus narrativas siendo en uacuteltima instancia la esteacutetica (que Croce concibe en teacuterminos de una loacutegica de las intuiciones) el uacutenico criterio liacutecito para semejante actividad teoreacutetica11

Sin embargo la teoriacutea de la historia concebida ldquodentro de los confines del arterdquo no tuvo un impacto significativo en las deacutecadas subsecuentes a la publicacioacuten del artiacuteculo de Croce ni siquiera en el terreno del historicismo filosoacutefico por otro lado tan vinculado con el pensamiento del autor napolitano Por lo que he alcanzado a observar el uso del teacutermino mismo no resulta habitual sino hasta 1960 antildeo en que se inaugura la publicacioacuten de la que sea probable-mente la primera revista especializada en la materia History and Theory12 Las deacutecadas anteriores a esta publicacioacuten reflejan un intereacutes

11 Citado en Hayden White ldquoWhat Is Living and What Is Dead in Crocersquos Criticism of Vicordquo en Tropics of Discourse Essays in Cultural Criticism Baltimore Johns Hopkins Paperbacks edition 1985 p 218-229 p 221

12 History and Theory ha logrado congregar los nombres y en general las problemaacute-ticas maacutes relevantes en el terreno de la reflexioacuten teoacuterica desde 1960 hasta la fecha En su primer nuacutemero publicoacute artiacuteculos de Isaiah Berlin ldquoHistory and Theory The Concept of Scientific Historyrdquo William Dray ldquoToynbeersquos Search for Historical Lawsrdquo Arthur Lee Burns ldquoInternational Theory and Historical Explanationrdquo y Gerald J Gruman

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183filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

ciertamente creciente por el estudio teoacuterico y filosoacutefico sobre la his-toria pero la literatura sobre el tema suele privilegiar la expresioacuten ldquofilosofiacutea de la historiardquo antes que la de ldquoteoriacutea de la historiardquo El problema a lo largo de la primera deacutecada del siglo xx es la identi-ficacioacuten de los sistemas filosoacutefico-especulativos de Hegel Comte o Marx bajo el teacutermino ldquofilosofiacuteas de la historiardquo razoacuten por la cual un nutrido grupo de intelectuales de todas las filiaciones tendieron a establecer una distancia entre la llamada filosofiacutea especulativa o sustantiva sobre la historia y la ahora denominada filosofiacutea analiacutetica de la historia

A partir de los antildeos cuarenta y de manera mucho maacutes decidida en la deacutecada de los cincuenta esta segunda acepcioacuten comenzoacute a circular gracias a la controversia suscitada por el artiacuteculo de Carl Hempel ldquoLa funcioacuten de las leyes generales en la historiardquo (1942) La poleacutemica conocida bajo el nombre de Debate Anglosajoacuten13 se dio fundamentalmente en el aacutembito de habla inglesa y participaron en ella esencialmente filoacutesofos deudores de la corriente analiacutetica pre-ocupados por estudiar los fundamentos cognitivos de la investiga-cioacuten histoacuterica y sus procedimientos explicativos Una de las conse-cuencias de este debate fue la necesidad de definir la actividad filosoacutefica en torno a la historia como una labor de reflexioacuten y anaacuteli-sis sobre el conocimiento histoacuterico y no sobre la realidad o el acon-tecer histoacuterico en siacute En este contexto el teoacuterico no ldquousurpardquo por decirlo asiacute la labor del historiador no pretende imitarlo ni emularlo sino simplemente indagar en torno a la validez de sus afirmaciones

ldquo lsquoBalancersquo and lsquoExcessrsquo as Gibbonrsquos Explanation of the Decline and Fallrdquo La revisioacuten de estos materiales sugiere un uso ya frecuente del teacutermino asiacute como la asimilacioacuten de al-gunas controversias que ya veniacutean mostrando la emergencia de un campo de estudio particular cultivado tanto por filoacutesofos de distintas procedencias como por algunos historiadores History and Theory v 1 n 1 1960

13 La controversia ha sido referida en diversos espacios y en algunos casos definida como el primer espacio de reflexioacuten teoacuterica sobre la historia que no estaba determinado por las filosofiacuteas de corte idealista Veacutease Patrick Gardiner (ed) Theories of History Nueva York The Free Press 1959 De W H Walsh Introduccioacuten a la filosofiacutea de la historia Meacutexico Siglo XXI Editores 1970 La primera edicioacuten de habla inglesa aparecioacute en 1960 Arthur Danto Analythical Philosophy of History Londres Cambridge University Press 1965 History and Theory Beiheft 25 Knowin And Telling History The Anglo-Saxon Debate edicioacuten de F Ankersmit Middletown Wesleyan University 1986

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explicaciones yo interpretaciones sobre el pasado A partir de este momento la filosofiacutea de la historia comenzoacute a entenderse como una praacutectica esencialmente analiacutetica una suerte de teoriacutea o teorizacioacuten susceptible de expresarse en conjuntos de premisas e incluso de linea-mientos y preceptivas loacutegicamente organizados en torno a lo que se juzgaba en uacuteltima instancia como una disciplina cientiacutefica

A partir de los antildeos sesenta la expresioacuten ldquoteoriacutea de la historiardquo fue adquiriendo mayor preponderancia y esto ocurrioacute al menos en un inicio en clara correspondencia con las inquietudes expresadas en el Debate Anglosajoacuten El uso recurrente de ese teacutermino concuer-da con la tambieacuten creciente acuntildeacioacuten de las expresiones ldquofilosofiacutea criacuteticardquo y ldquofilosofiacutea analiacuteticardquo de la historia casos en que la caracte-rizacioacuten de una teoriacutea de la historia tambieacuten supone un tipo de ac-tividad diferenciada de aquella que los historiadores realizan coti-dianamente Cabe destacar que desde entonces un grupo cada vez maacutes nutrido de historiadores y no soacutelo de filoacutesofos se encargoacute de reflexionar en torno a su propia labor y de analizar los productos historiograacuteficos en funcioacuten de criterios conceptuales y abstractos14

Desde mi punto de vista y sin aacutenimo de vincular artificiosamen-te tendencias filosoacuteficas yo historiograacuteficas de muy diversas pro-cedencias existe una caracteriacutestica comuacuten entre la llamada filosofiacutea analiacutetica (o criacutetica) de la historia y los diferentes estudios que con el nombre de teoriacutea de la historia fueron apareciendo bajo el auspi-cio de revistas y colecciones editoriales especializadas En todos los casos el tipo de reflexioacuten mostrada es de caraacutecter eminentemente sistemaacutetico en el sentido de que supone la articulacioacuten loacutegica de ideas herramientas de representacioacuten o procedimientos de explica-cioacuten de lo histoacuterico Me refiero pues para decirlo en funcioacuten del teacutermino que inicieacute explorando a teoriacuteas algunas de las cuales pre-tendieron incluso funcionar como modelos (el hempeliano es en

14 A lo largo de toda la deacutecada de los sesenta History and Theory continuoacute con su labor en este terreno dando a conocer no soacutelo algunos de los trabajos maacutes connotados del llamado ldquodebate anglosajoacutenrdquo sino tambieacuten otro tipo de materiales producidos en el centro de la actividad historiograacutefica profesional Veacutease History and Theory Symposium Uses of Theory in the Study of History v 3 n 1 1963 Jurgen Herbst ldquoTheoretical Work in History in American University Curriculardquo History and Theory v 7 octubre 1968 p 336-354

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este sentido un claro ejemplo) destinados a describir la loacutegica ex-plicativa del historiador o bien las peculiaridades del objeto de es-tudio de la ciencia histoacuterica Al mismo tiempo comenzaron a surgir teoriacuteas acerca de las formas de representacioacuten y las distintas estra-tegias literarias del lenguaje historiograacutefico En todos los casos no obstante encontramos el ejercicio de un lenguaje analiacutetico esencial-mente conceptual y proclive a la construccioacuten de abstracciones Y tambieacuten identificamos que en este contexto la labor del teoacuterico se da con un cierto grado de independencia (absoluto o relativo) a la praacutectica comuacuten del historiador que se pregunta sobre el acontecer en alguna de sus dimensiones Por estas razones todas merecen a mi juicio el nombre de teoriacuteas de la historia siempre y cuando en-tendamos que a la luz de estos ejemplos el teacutermino ldquohistoriardquo se refiere ya sea a las obras histoacutericas (historiografiacutea) o a la disciplina acadeacutemica (ciencia de la historia) como tal

A la luz de este antecedente la emergencia del narrativismo supuso lo que comuacutenmente se ha considerado como una verdadera revolucioacuten en el aacutembito de la teoriacutea15 Una de las razones para atri-buirle semejante preponderancia es la conexioacuten que guarda esta peculiar filosofiacutea de la historia con el fenoacutemeno historiograacutefico en siacute mismo Con esto me refiero a la dedicada atencioacuten que ha puesto esta corriente en las particularidades de los distintos discursos histoacutericos Lo anterior justifica hablar del narrativismo en teacuterminos de una teo-riacutea del lenguaje historiograacutefico pero semejante denominacioacuten puede conducir a una reduccioacuten en la medida en que una aspiracioacuten ma-nifiesta de las posturas narrativistas involucra no soacutelo una perspec-tiva sistemaacutetica del discurso sino tambieacuten una perspectiva filosoacutefica sobre la conciencia histoacuterica en sus distintos niveles de accioacuten En consecuencia se ha vuelto habitual caracterizar el narrativismo en dos sentidos como una teoriacutea sobre el texto historiograacutefico y como una filosofiacutea que desafiacutea nuestras concepciones habituales de la his-toria entendida uacutenicamente como praacutectica cientiacutefica

En relacioacuten con esta cuestioacuten Metahistoria guarda un significado especial Los estudios recientes sobre ella han revalorado su papel

15 Frank Ankersmit ldquoEl dilema de la filosofiacutea de la historia anglosajonardquo en His-toria y tropologiacutea Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2004 p 91-150

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como filosofiacutea de la conciencia histoacuterica y no soacutelo su funcionali-dad como modelo de anaacutelisis historiograacutefico16 Sin embargo a lo largo de sus primeras dos deacutecadas de vida la criacutetica se centroacute casi exclusivamente en su validez como teoriacutea del lenguaje historiograacute-fico Lo que maacutes atrajo atencioacuten y desde luego tambieacuten controversia fue la pertinencia de un modelo que pareciacutea desdibujar por completo la distincioacuten habitual entre relato literario y discurso histoacuterico Los criacuteticos maacutes fervorosos entendieron los planteamientos de Metahis-toria como un desafiacuteo frontal a la concepcioacuten de objetividad histoacuterica No obstante maacutes allaacute de la supuesta amenaza que constituye el pen-samiento de White a la doxa de la ciencia histoacuterica considero que su valor radica en la comprensioacuten de dos proyectos distintos pero com-plementarios del pensamiento teoacuterico que permiten la diversificacioacuten de perspectivas metodoloacutegicas a la luz de una reflexioacuten filosoacutefica a todas luces sugerente Veamos esto a continuacioacuten

Metahistoria filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

Si bien resentildeada e incluso alabada en sus primeros antildeos de vida Metahistoria no adquirioacute el alto grado de recepcioacuten que eventual-mente justificoacute su fama y fortuna sino hasta la deacutecada de los antildeos ochenta Desde entonces sin embargo no soacutelo eacutesa sino otras apor-taciones del pensamiento de White se han vuelto cada vez maacutes conocidas y ha sido reconocida su importancia como pionero del narrativismo en particular y de las perspectivas posmodernistas en lo general17 En medio del debate propiciado por sus propuestas una cosa parece quedar clara al menos a sus criacuteticos maacutes recientes la obra de White en su conjunto y particularmente Metahistoria ha logrado introducir el llamado ldquolenguaje sobre el discurso y la representacioacutenrdquo en el campo de los estudios histoacutericos al grado de

16 Herman Paul Hayden White The Historical Imagination Cambridge Polity Press 2011 Hans Kellner ldquoTwenty Years After A Note on Metahistories and Their Horizonsrdquo Storia Della Storiografia 24 1993 p 109-117

17 Ewa Domańska Encounters Philosophy of History After Postmodernism Charlottes-ville University of Virginia Press 1998 Veacutease en particular la introduccioacuten y la entrevista a Hayden White

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constituirse en una referencia obligada para el ldquoanaacutelisis literario de textos histoacutericosrdquo18

Ahora bien ponderar las aportaciones de White como represen-tativas de la teoriacutea narrativista implica tomar en cuenta al menos dos grupos de problemas Por un lado la reflexioacuten hace necesario mencionar los planteamientos de naturaleza estrictamente filosoacutefica que acompantildean al pensamiento whiteano Estos uacuteltimos suponen cuestionamientos de caraacutecter maacutes profundo y general que apelan a los fundamentos de nuestra conciencia sobre lo histoacuterico Me refiero con ello a las preguntas que Herman Paul ha sugerido para describir las inquietudes maacutes profundas de la filosofiacutea narrativista ldquoqueacute en-tendemos por realidad histoacutericardquo ldquocuaacutel es el viacutenculo entre nuestras ideas sobre el pasado y nuestra conciencia sobre el presenterdquo ldquoqueacute puede considerarse como un agente histoacutericordquo ldquocuaacuteles son las pecu-liaridades del pensamiento historiograacutefico respecto de otras modali-dades de significacioacuten y comprensioacuten del pasadordquo entre otras19 Por otro lado el narrativismo involucra consideraciones teoacutericas espe-ciacuteficas sobre posibles estructuras recursos literarios o poeacuteticos y estrategias argumentativas o retoacutericas del lenguaje mismo de la re-presentacioacuten En este uacuteltimo sentido el narrativismo funciona como una teoriacutea que explica las distintas modalidades del discurso histoacuteri-co y en algunos casos como un referente metodoloacutegico concreto para la indagacioacuten sobre el pasado cuando eacuteste se mira en funcioacuten de tradiciones e ideas transmitidas a traveacutes del lenguaje La pregunta que es preciso formular llegado este punto es coacutemo interactuacutean en el caso particular de Metahistoria las distintas preocupaciones del narrativismo en general

Dicha obra es preciso enfatizarlo constituye un conjunto no siempre concordante de distintas perspectivas de anaacutelisis y reflexioacuten sobre una muestra reducida de obras histoacutericas y de posturas filo-soacuteficas sobre el devenir El uacutenico aacutembito de circunscripcioacuten es his-toacuterico en la medida en que el texto se concentra como bien sentildeala el subtiacutetulo en la imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix La propuesta alude no soacutelo a las caracteriacutesticas formales del lenguaje

18 Herman Paul ldquoIntroduction How to Read Hayden Whiterdquo p 187-45919 Idem

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literario y los modos de representacioacuten empleados por los grandes historiadores del periodo (Ranke Tocqueville o Burckhardt) sino que tambieacuten supone un anaacutelisis acerca de concepciones filosoacuteficas muy distintas (Hegel Marx Croce y Nietzsche) En el contexto de Metahistoria la filosofiacutea de la historia y el realismo historiograacutefico son fenoacutemenos paralelos y en algunos casos incluso complementa-rios En este sentido es preciso recordar que uno de los objetivos maacutes inmediatos del anaacutelisis de obras histoacutericas es explicitar distintas modalidades de conciencia y conceptualizacioacuten filosoacutefica que el len-guaje historiograacutefico mantiene veladas bajo la intencioacuten de interpretar lo concreto y no lo general

Debido a las temaacuteticas que aborda y sobre todo en virtud de sus procedimientos de anaacutelisis formal juzgados muchas veces esquemaacute-ticos o poco consistentes Metahistoria supera el aacutembito de la teoriacutea que busca esclarecer modos concretos de composicioacuten literaria al evaluar cuestiones que afectan no soacutelo el lenguaje de las obras histoacutericas sino las concepciones eacuteticas esteacuteticas y en uacuteltima instancia metafiacutesicas que surgen en cualquier forma de reflexioacuten y representacioacuten del pasado El holandeacutes Herman Paul autor de uno de los estudios maacutes completos sobre el pensamiento de Hayden White ha llegado a la conclusioacuten de que el principal objeto de intereacutes de Metahistoria no es el discurso na-rrativo sino el pensamiento miacutetico y la imaginacioacuten entendidos como factores decisivos en nuestra comprensioacuten de la realidad20 La afir-macioacuten no tiene la intencioacuten de negar la impronta del estructuralis-mo y muchas otras perspectivas de anaacutelisis formal en el contexto de produccioacuten de Metahistoria pero siacute busca enfatizar aspectos a veces soslayados del pensamiento de Hayden White en particular y del narrativisimo en general Para H Paul el lector de White no deberiacutea esperar una postura definida en teacuterminos de un sistema estructurado de ideas filosoacuteficas sino maacutes bien una suerte de irrupcioacuten creativa de ideas novedosas y profundamente controversiales21

Semejante caracterizacioacuten destaca el afaacuten polemista de Hayden White sin minimizar la agudeza de sus planteamientos y sugiere a sus lectores una revisioacuten maacutes cautelosa o tal vez menos literal de sus

20 Herman Paul Hayden Whitehellip p 44021 Ibidem p 313

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distintas propuestas Es cierto por ejemplo que en la introduccioacuten a su opus magna el mismo White se refiere a su trabajo en teacuterminos de una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo22 Es cierto tambieacuten que utiliza constantemente (no soacutelo en la seccioacuten inaugural sino en el resto del libro) categoriacuteas de anaacutelisis literario como tropo trama o estructura narrativa No obstante es preciso advertirlo semejante uso del len-guaje conceptual no parece tener siempre la intencioacuten metodoloacutegica que uno podriacutea esperar de este texto a saber la de funcionar como base para el anaacutelisis historiograacutefico Aun cuando en ocasiones asiacute resulte una mirada al conjunto y sobre todo a las conclusiones revela con mayor claridad los cuestionamientos filosoacuteficos y la huella existencialista en un autor maacutes preocupado por la ideologiacutea subya-cente al discurso histoacuterico que por los mecanismos retoacutericos linguumliacutes-ticos o narrativos que hacen posible la representacioacuten del pasado Como bien se ha sentildealado un rasgo interesante de Metahistoria es constituir una suerte de relato o historia de la decadencia del pensa-miento histoacuterico La uacuteltima parte del libro dedicada a la reflexioacuten de ese estado de ironiacutea en que el pensamiento histoacuterico del siglo xIx habiacutea caiacutedo confirma la inclinacioacuten del autor a distanciarse del pla-no formal del lenguaje en favor de la reflexioacuten que atiende precisa-mente las formas de conciencia y el decisivo papel que desempentildean las prefiguraciones intuitivas o miacuteticas en la construccioacuten de ciertos modos de representacioacuten historiograacutefica

22 En general toda la introduccioacuten a Metahistoria hace gala del caraacutecter metodoloacute-gico del texto El autor indica como su principal propoacutesito ldquoel anaacutelisis de la estructura profunda de la imaginacioacuten histoacuterica de la Europa del siglo xIxrdquo lo cual ciertamente apunta hacia esos rasgos de la conciencia histoacuterica que subyacen al discurso Sin embargo plantea el camino a seguir como un ldquomeacutetodordquo esencialmente ldquoformalistardquo y justifica su aproximacioacuten a la obra histoacuterica como ldquouna estructura verbal en forma de discursordquo Maacutes adelante y bajo el subtiacutetulo de ldquoLa teoriacutea de la obra histoacutericardquo el autor procede a explicar punto por punto sus planteamientos Aunque no pretendo afirmar que White se ldquodesdigardquo por asiacute decir de su propoacutesito inicial considero acertada la afirmacioacuten de que la mayor parte del anaacutelisis realizado en los capiacutetulos subsecuentes difiacutecilmente se corresponde con el formalismo de la introduccioacuten Si bien White nunca desiste en el empleo de las categoriacuteas de anaacutelisis presentadas al inicio eacutestas no necesariamente re-fieren aspectos formales de las narrativas de Ranke Burckhardt o cualquier otro autor sino maacutes bien aspectos ideoloacutegicos frente a los cuales el autor emprende poleacutemica Hayden White Metahistoriahellip p 14-16

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El anaacutelisis maacutes o menos sistemaacutetico y en general todos los giros y aspectos de la obra terminan por concluirse y por momentos opa-carse ante la discusioacuten de las paacuteginas finales Estas uacuteltimas lejos de mostrar los resultados de una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo revelan una penetrante reflexioacuten filosoacutefica y una toma de postura respecto al realismo decimonoacutenico y sus implicaciones ideoloacutegicas Nociones como las de argumentacioacuten formal o explicacioacuten por la trama que-dan maacutes o menos al margen frente a lo que parece mostrarse como el verdadero propoacutesito de la obra ldquoEn las ciencias humanas todaviacutea se trata no soacutelo de expresar una preferencia por uno u otro modo de concebir las tareas del anaacutelisis sino tambieacuten de elegir entre nociones contrastantes de lo que podriacutea ser una ciencia humana adecuadardquo23 En unas cuantas liacuteneas todo el aparato analiacutetico de Metahistoria pa-rece estar conformado con el uacutenico propoacutesito de desvelar y en uacutelti-ma instancia cuestionar las bases morales o esteacuteticas que operan en la eleccioacuten de uno u otro modo de configuracioacuten de la realidad hu-mana24 Al final como afirma H Paul Metahistoria muestra su lado humanista y sus preocupaciones existencialistas maacutes que su siste-matizacioacuten teoacuterica y metodoloacutegica

En virtud de todo lo dicho hasta aquiacute Metahistoria puede consi-derarse creo yo con justicia una muestra clara del ejercicio del pen-samiento teoacuterico en por lo menos dos de sus posibles niveles de ac-cioacuten Por un lado tenemos una propuesta de anaacutelisis formal de obras histoacutericas guiada por principios metodoloacutegicos diversos que van desde el estructuralismo y la teoriacutea de los tropos de Northrop Frye y Harold Bloom hasta las propuestas de anaacutelisis retoacuterico de Stephen C Pepper y Kenneth Burke Independientemente del grado de apli-cabilidad que estos referentes adquieren o dejan de adquirir a lo largo de cada uno de los capiacutetulos de Metahistoria lo cierto es que la mera sugerencia de estas categoriacuteas como puntos de partida para el anaacutelisis de la literatura histoacuterica amplificoacute de manera sustancial las posibilidades de la criacutetica historiograacutefica25 Por otro lado semejante

23 Ibidem p 41124 Idem25 Aacutelvaro Matute ldquoEl componente metahistoacuterico Propuesta para una lectura ana-

liacutetica de la historiardquo Ciencia y Desarrollo Meacutexico n 116 mayo-junio 1994 p 62-66

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herramienta de anaacutelisis parece indisociable al menos en el contexto de esta obra de principios o afirmaciones de caraacutecter filosoacutefico que fundamentan y en uacuteltima instancia dan sentido a un estudio de esta naturaleza

Una de las presuposiciones que juzgo maacutes fructiacuteferas de Meta-historia al menos en el contexto del anaacutelisis historiograacutefico es la afirmacioacuten de que la forma narrativa del discurso histoacuterico es reve-ladora en el caso de la historiografiacutea decimonoacutenica no soacutelo el ca-raacutecter estiliacutestico o literario de dichas obras sino de la visioacuten que los historiadores del xIx tuvieron sobre la realidad humana represen-tada gracias a la forma narrativa bajo los principios de la coheren-cia y el desarrollo (development) Es en este sentido que White afirma que los distintos modos de explicacioacuten o entramado histoacuterico no son otra cosa que ldquoformalizaciones de intuiciones poeacuteticasrdquo26 mdashde ahiacute que Herman Paul haga eacutenfasis en la importancia que da Metahistoria a la base miacutetica del pensamiento histoacutericomdash Bajo esta perspectiva la narrativa es como suele decirse una cuestioacuten no soacutelo de forma sino de contenidos pues evidencia la coexistencia de estrategias literarias concretas por un lado y visiones de mundo por el otro

El viacutenculo entre modos de discurso y modos de conciencia en el contexto de Metahistoria es el nuacutecleo que hace posible articular los tres posibles usos que seguacuten indiqueacute antes involucra el lenguaje teoreacutetico a saber el teoacuterico el filosoacutefico y el metodoloacutegico La intro-duccioacuten bien puede leerse como un verdadero ldquomanifesto teoreacuteticordquo o como una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo casi en el exacto sentido que los distintos diccionarios antes referidos dan al teacutermino ldquoteoriacuteardquo o incluso al de ldquoteoriacutea cientiacuteficardquo27 En concordancia algunos de los capiacutetulos que integran la parte toral de la obra constituyen efectiva-mente muestras luminosas de anaacutelisis historiograacutefico puntual mien-tras que la conclusioacuten por su parte se muestra como una reflexioacuten filosoacutefica de tintes mucho maacutes abstractos y en cierto sentido hasta

26 White Metahistoria p 1127 En general como un ldquoconjunto organizado de ideas referentes a cierta cosa o que

tratan de explicar un fenoacutemenordquo o bien en tanto que un sistema maacutes o menos riacutegido de conceptualizaciones cuya finalidad es explicar articular y abstraer lo observado o examinado directamente Vid supra notas 3 5 y 6

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especulativos28 Ahora bien la articulacioacuten entre estos tres niveles debe creo yo tomarse con cautela

Uno de los aspectos maacutes destacados en los estudios recientes sobre Metahistoria (el cual he venido reiterando) es precisamente su falta de sistematicidad para aplicar conceptos y utilizar algunas ca-tegoriacuteas La referencia por ejemplo a tropos caracterizadores de una determinada obra histoacuterica mdashcomo bien ha puntualizado H Paulmdash suele indicar elementos de naturaleza maacutes ideoloacutegica que estricta-mente discursiva Estos conceptos extraiacutedos de diversas teoriacuteas del discurso se utilizan para describir modos de conciencia que no ne-cesariamente se corresponden con el anaacutelisis puntual de estructuras narrativas yo dispositivos retoacutericos especiacuteficos

En conclusioacuten aun cuando Metahistoria parece discutir esencial-mente el aspecto narrativo o discursivo de una obra determinada en realidad estaacute haciendo afirmaciones de distinta iacutendole respecto de las presuposiciones ideoloacutegicas de cada uno de los autores ana-lizados En este punto el lector podriacutea preguntarse sobre la funcio-nalidad o las virtudes de un ejercicio semejante A mi juicio la es-quematizacioacuten del pensamiento rankeano a partir del tropo de la sineacutecdoque (por citar soacutelo uno de los muchos ejemplos que nos ofrece el texto) resulta no soacutelo plausible sino increiacuteblemente ilumi-nador pues sugiere una pauta de anaacutelisis que puede utilizarse en muchos otros casos Aun si por momentos el planteamiento resulta problemaacutetico (hay en realidad muy pocos ejemplos concretos sobre el funcionamiento especiacutefico de esta configuracioacuten poeacutetica en la na-rrativa rankeana) la interpretacioacuten del discurso histoacuterico tal como se desarrolla en Metahistoria supuso la apertura hacia nuevas pers-pectivas para el estudio de la IMagInacIoacuten histoacuterica La palabra subrayada constituye uno de los vocablos maacutes recurrentes de la obra Su reiteracioacuten revela la importancia del sustrato ideoloacutegico en el ejercicio del anaacutelisis discursivo Aun si el lenguaje es el uacutenico cami-no posible para identificar estas ldquointuiciones poeacuteticasrdquo es importante

28 Desde este punto de vista Metahistoria constituye una propuesta maacutes enmarcada en la filosofiacutea de la conciencia o en la eacutetica del discurso histoacuterico ese rasgo se explicita en otros trabajos de Hayden White particularmente en ldquoTropologiacutea discurso y modos de conciencia humanardquo en El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Barce-lona Paidoacutes 2003

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reconocer que la propuesta de Metahistoria no se agota en una teoriacutea del lenguaje sino que eacutesta se entiende tambieacuten como una filosofiacutea de la conciencia

Conclusiones

A la luz de lo dicho hasta aquiacute considero que el eacutexito de Metahisto-ria radica en la novedad de sus diversos planteamientos filosoacuteficos (eacuteticos y esteacuteticos) pero tambieacuten en el potencial que adquiere el anaacutelisis formal al amparo de una visioacuten que juzga el texto como una suerte de mundo ideado y por lo tanto construido en funcioacuten de intuiciones impliacutecitas o ideologiacuteas asumidas Al mismo tiempo semejante convergencia de intereses supone a su vez un serio cuestionamiento a nuestros propios modos de comprensioacuten y a la forma en que evaluamos su validez cognitiva En este uacuteltimo pun-to es que se ha concentrado la mayor parte de la controversia en torno del posmodernismo o el supuesto relativismo radical de la obra y el pensamiento de su autor29

Ahora bien precisamente en razoacuten de lo anterior es que llevar los componentes metodoloacutegicos de semejante perspectiva de anaacuteli-sis a cualquier aacutembito de reflexioacuten puede resultar no soacutelo riesgoso sino incluso inuacutetil El estudio de las tramas y los tropos tal como se muestra en Metahistoria no resulta pertinente para cualquier narra-tiva histoacuterica o para cualquier forma del discurso destinando a la representacioacuten de lo histoacuterico entre otras cosas porque como dije antes ni siquiera opera dentro de Metahistoria como una metodo-logiacutea sistemaacutetica para el anaacutelisis del discurso De hecho esas pautas de anaacutelisis que en Metahistoria son tan reveladoras y que a todas luces justificariacutean un examen genuinamente narratoloacutegico de la li-teratura histoacuterica del xIx resultan completamente inapropiadas y acaso esteacuteriles frente a una enorme proporcioacuten de las obras produ-cidas por los profesionales de la historia en las uacuteltimas cinco deacutecadas

29 Una visioacuten panoraacutemica de la cuestioacuten asiacute como una suerte de enumeracioacuten raacutepi-da sobre los planteamientos whiteanos que mayor poleacutemica han desatado puede encon-trarse en Keith Jenkins Why History Ethics and Postmodernity Londres Routledge 1999

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Una obra monograacutefica un artiacuteculo de revista especializada o incluso una obra elaborada bajo los estrictos criterios acadeacutemicos actuales difiacutecilmente podriacutean constituir el material idoacuteneo para el anaacutelisis de formas tropoloacutegicas y tipos de entramado A la luz de lo anterior hacer uso de Metahistoria como un referente metodoloacutegico sin nin-guacuten miramiento puede constituir un franco error de procedimien-to que ha llevado a muchos a desestimar por completo sus funda-mentos teoacutericos y filosoacuteficos Desde mi perspectiva semejante desestimacioacuten supone una distorsioacuten de origen vinculada con las reflexiones iniciales de este ensayo

A pesar de la diversidad de definiciones y de los muchos aspec-tos involucrados en una labor filosoacutefica teoacuterica o metodoloacutegica en torno de la historia existen ciertos rasgos en comuacuten Las tres expre-siones suponen un ejercicio de reflexioacuten eminentemente contem-plativo que emplea abstracciones a traveacutes de un lenguaje maacutes o menos artificial esto es esencialmente conceptual Este rasgo o ma-triz comuacuten es el que nos orilla a confundir los distintos niveles o usos de un lenguaje que a mi juicio no puede sino denominarse filosoacutefico Reevaluar Metahistoria como un referente importante de la filosofiacutea o la teoriacutea de la historia contemporaacutenea supone creo yo considerar la comunioacuten pero tambieacuten la necesaria identificacioacuten de la actividad teoreacutetica en sus diversos niveles Y adecuar el pensa-miento teoacuterico al estudio de problemaacuteticas concretas constituye la mayor responsabilidad del teoacuterico de la historia en la actualidad Desde hace ya varias deacutecadas el anaacutelisis del discurso no se limita al estudio de tramas narrativas sino que ha incursionado en otros terrenos e incorporado perspectivas metodoloacutegicas de muy diversas procedencias Estas modalidades teoacutericas o metodoloacutegicas sin em-bargo no estaacuten exentas de presuposiciones de caraacutecter filosoacutefico en un sentido maacutes general Quiero decir que en muchos casos sugieren perspectivas amplias sobre los fundamentos uacuteltimos de la reflexioacuten histoacuterica o de la interpretacioacuten de la realidad humana y en este sentido pueden constituirse con o sin conciencia de ello en deudo-ras de una determinada filosofiacutea de la ciencia (histoacuterica) o una cier-ta filosofiacutea especulativa sobre la realidad el devenir o la naturaleza humana como tal A la luz de lo dicho el valor de una obra como Metahistoria es haber revelado la compleja relacioacuten entre nuestras

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195filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

concepciones filosoacuteficas y el desarrollo de estrategias teoacuterico-meto-doloacutegicas en el quehacer cotidiano de la disciplina A la luz de esa propuesta le corresponde al historiador (y no soacutelo al filoacutesofo) des-cubrir la eficacia la inconsistencia o la virtud de su propia teoriacutea o filosofiacutea de la historia

bIblIograFiacutea

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Ferrater Mora Joseacute Diccionario de filosofiacutea 4 v Barcelona Ariel 2009

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History and Theory v 1 n 1 1960

History and Theory Symposium Uses of Theory in the Study of History v 3 n 1 1963

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KrIngs Hermann Hans Michael Baumgartner Christoph Wild et al Con-ceptos fundamentales de filosofiacutea 4 v Barcelona Herder 1979

Matute Aacutelvaro ldquoEl componente metahistoacuterico Propuesta para una lec-tura analiacutetica de la historiardquo Ciencia y Desarrollo Meacutexico nuacutemero 116 mayo-junio 1994 p 62-66

MolIner Mariacutea Diccionario de uso del espantildeol 2 v Madrid Gredos 2007

The Oxford Companion to Philosophy 2a edicioacuten edicioacuten de Ted Honderich Nueva York Oxford University Press 2005

Paul Herman Hayden White The Historical Imagination Cambridge Poli-ty Press 2011

rIcoeur Paul La memoria la historia el olvido traduccioacuten de Agustiacuten Neria Madrid Trotta 2003

walsH W H Introduccioacuten a la filosofiacutea de la historia Meacutexico Siglo XXI Editores 1970

wHIte Hayden Metahistoria La imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1992

Tropics of Discourse Essays in Cultural Criticism Baltimore Johns Hopkins Paperbacks Edition 1985

El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Barcelona Paidoacutes 2003

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Historia y meacutetodo en el siglo xx

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La edicioacuten en papel Cultural de 90 gramos consta de 300 ejemplares y estuvo al cuidado de Rosalba Alcaraz Cienfuegos

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTOacuteNOMA DE MEacuteXICO

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HISTORIAY

MEacuteTODOEN EL SIGLO XX

PILAR GILARDIMARTIacuteN RIacuteOSCoordinacioacuten

TIEMPOTEMPORALIDAD

ESCRITURA

MARC BLOCH

El libro Historia y meacutetodo en el siglo xx reuacutene ocho contribucio-nes en las que se analiza la forma en la que las distintas corrien-

tes histoacutericas y filosoacuteficas desarrolladas a lo largo de esa centena moldearon el quehacer de los historiadores en el siglo pasado y contribuyeron a definir la validez del conocimiento histoacuterico y su lugar en el conjunto de las ciencias sociales A partir de la deacute-cada de 1930 y hasta los primeros antildeos de la presente centuria la preocupacioacuten por el meacutetodo llevada a cabo por historiadores y filoacutesofos en continuo diaacutelogo fue una constante y es precisa-mente ese diaacutelogo el que hemos querido analizar con detalle en estas paacuteginas de la mano de ocho especialistas en los campos de la historiografiacutea la teoriacutea de la historia y la filosofiacutea de la historia

Portada Fotograma de Harold Lloyd en Fred C Newmeyer y Sam Taylor Safety Last [El hombre mosca] filme Culver City Hal Roach Studios 1923

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Page 3: ipfs.io · UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO  HISTORIA Y MÉTODO EN EL SIGLO XX HISTORIA Y MÉTODO EN EL SIGLO XX PILAR GILARDI MARTÍN RÍOS Coordinación TIEM

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTOacuteRICAS

Serie Teoriacutea de la Historia y la Historiografiacutea 14

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTOacuteNOMA DE MEacuteXICOMEacuteXICO 2017

HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

PILAR GILARDI GONZAacuteLEZMARTIacuteN F RIacuteOS SALOMA

Coordinacioacuten

Roberto Fernaacutendez Castro bull Pilar Gilardi GonzaacutelezFernando Betancourt Martiacutenez bull Aurelia Valero Pie

Martiacuten F Riacuteos Saloma bull Evelia Trejo Estrada bull Javier Rico MorenoRebeca Villalobos Aacutelvarez

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Primera edicioacuten 2017

DR copy 2017 Universidad Nacional Autoacutenoma de MeacutexicoInstItuto de InvestIgacIones HIstoacuterIcasCircuito Mario de la Cueva sn Ciudad UniversitariaCoyoacaacuten 04510 Ciudad de Meacutexico

ISBN 978-607-02-9836-3

Portada Rebeca Bautista Goacutemez

Prohibida la reproduccioacuten total o parcial por cualquier mediosin autorizacioacuten escrita del titular de los derechos patrimoniales

Impreso en Meacutexico

Historia y meacutetodo en el siglo xx Pilar Gilardi Gonzaacutelez Martiacuten F Riacuteos Saloma coordinacioacuten Roberto Fernaacutendez Castro Pilar Gilardi Gonzaacutelez Fernando Betancourt Martiacutenez Aurelia Valero Pie Martiacuten F Riacuteos Saloma Evelia Trejo Estrada Javier Rico Moreno Rebeca Villalobos Aacutelvarez mdash Primera edicioacuten200 paacuteginas mdash (Serie Teoriacutea de la Historia y la Historiografiacutea 14)

ISBN 978-607-02-9836-3

1 Historia mdash Metodologiacutea 2 Historia mdash Filosofiacutea 3 Historiografiacutea I Gilardi Gonzaacutelez Pilar editor autor II Riacuteos Saloma Martiacuten F editor autor III Fernaacutendez Castro Roberto autor Iv Betancourt Martiacutenez Fernando (Fernando Jesuacutes) autor v Valero Pie Aurelia autor vI Trejo Estrada Evelia autor vII Rico Moreno Javier 1958 autor vIII Villalobos Aacutelvarez Rebeca autor Ix SerieD16H579 2017LIBRUNAM 1964436

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Iacutendice

PresentacioacutenPilar Gilardi y Martiacuten Riacuteos 7

HIstorIa y Meacutetodo en el sIglo xx la PersPectIva de la teoriacutea de la HIstorIa

Eduardo Nicol (1907-1990) La ciencia de la historia y el meacutetodo fenomenoloacutegicoRoberto Fernaacutendez Castro 15

La hermeneacuteutica en la teoriacutea de la historia de Edmundo OrsquoGorman (1906-1995)Pilar Gilardi Gonzaacutelez 37

Michel de Certeau (1925-1986) y la diferencia como loacutegica procedimental de la historia Epistemologiacutea sistema operativo y proceso metoacutedicoFernando Betancourt Martiacutenez 51

Franccedilois Hartog (n 1946) o el contraste como meacutetodoAurelia Valero Pie 81

HIstorIa y Meacutetodo en el sIglo xxla PersPectIva HIstorIograacuteFIca

Marc Bloch (1886-1944) La preocupacioacuten por el meacutetodo histoacuterico

Martiacuten F Riacuteos Saloma 107

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198 historia y meacutetodo en el siglo xx

Joseacute Gaos (1900-1969) Un hombre entre la historia y el meacutetodoEvelia Trejo Estrada 129

Las lecturas y el meacutetodo Dos casos Luis Villoro y John WomackJavier Rico Moreno 147

Filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia El caso de Metahistoria de Hayden White (n 1928)Rebeca Villalobos Aacutelvarez 175

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Presentacioacuten

El volumen que el lector tiene entre sus manos es resultado del in-tereacutes compartido por sus editores a propoacutesito de la relacioacuten entre dos nociones fundamentales historia y meacutetodo La reflexioacuten sobre el viacutenculo entre estos dos conceptos implica por un lado situar en un aquiacute y un ahora es decir histoacutericamente lo que sobre historia y meacutetodo se ha dicho en un determinado periodo de la historia en este caso el siglo xx por el otro considerar a nivel formal si se quiere filosoacutefico el significado mismo de los teacuterminos en cuestioacuten Estos dos modos de proceder que de ninguna manera se excluyen siacute reflejan dos modos de pensar de forma distinta el sentido y la relacioacuten entre las nociones sentildealadas

La diferencia en la manera de considerar este viacutenculo se hizo patente cuando el intereacutes compartido se convirtioacute en un proyecto a realizar en forma de seminario Gratamente pudimos constatar la pluralidad y la diversidad en las formas de estudiar y de comprender el sentido de los teacuterminos en cuestioacuten Y sin embargo dentro de esta rica diversidad la reflexioacuten giroacute alrededor de un punto en comuacuten hablar de historia y meacutetodo de ninguna manera implica proponer una suerte de instructivo que nos indique los pasos sobre coacutemo debe de procederse en determinada investigacioacuten histoacuterica o filosoacutefica La idea de meacutetodo que permea de distinta manera cada una de las re-flexiones ofrecidas por quienes han colaborado en el ahora libro hace eco del origen etimoloacutegico del teacutermino meacutetodo proviene del vocablo griego methodos que significa camino o viacutea para llegar a un fin

La preocupacioacuten por el meacutetodo no es nueva Ya Reneacute Descartes en el siglo xvII habiacutea llamado la atencioacuten sobre la necesidad de fun-damentar en un meacutetodo infalible todo conocimiento que pretendie-ra considerarse cientiacutefico A esta fundamentacioacuten fueron llamadas tanto la filosofiacutea como la historia En el aacutembito de esta uacuteltima Jean Mabillon y Jean Boland aceptaron el desafiacuteo de dotar a la historia

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8 historia y meacutetodo en el siglo xx

de una serie de procedimientos gracias a los cuales se pudiera de-mostrar la originalidad de la documentacioacuten utilizada y se verifica-ra la informacioacuten en ella contenida con el fin de establecer ldquola ver-dadrdquo inaugurando asiacute la criacutetica histoacuterica que seriacutea perfeccionada por la escuela alemana en el siglo xIx y sistematizada por Charles Langlois y Charles Seignobos en su Introduccioacuten a los estudios histoacute-ricos (1898) Sin embargo la Gran Guerra barrioacute las certezas en las que se habiacutea fundado el ldquoprogresordquo y en el aacutembito de la historia surgieron nuevas reflexiones sobre el meacutetodo ligadas al desarrollo de la sociologiacutea la economiacutea y la geografiacutea que acabariacutean cristali-zando en el llamado de Bloch y Febvre de 1929 A finales del siglo xIx y principios del xx en el horizonte de la filosofiacutea la importancia del meacutetodo fue fundamental por ejemplo en el pensamiento de Wilhelm Dilthey quien habiacutea reparado en la necesidad de diferen-ciar el modo de proceder de las ciencias naturales y las ciencias del espiacuteritu y en la necesidad de dotar a estas uacuteltimas de un meacutetodo propio La preocupacioacuten por el meacutetodo fue patente en la fenomeno-logiacutea cuyo fundador Edmund Husserl no la concibioacute como una escuela filosoacutefica o como doctrina sino precisamente como el meacuteto-do filosoacutefico por excelencia La influencia de Dilthey y de Husserl en el pensamiento de Martin Heidegger como es bien sabido seriacutea fundamental El filoacutesofo de Messkirch llevoacute a cabo una transforma-cioacuten de la fenomenologiacutea reflexiva de su maestro Edmund Husserl en la que seriacutea conocida como fenomenologiacutea hermeneacuteutica

De tal manera a partir de la deacutecada de 1930 y hasta los primeros antildeos del siglo xxI la preocupacioacuten por el meacutetodo llevada a cabo por historiadores y filoacutesofos ha sido una constante Por ello los espe-cialistas invitados a participar en este volumen se han abocado al estudio de un autor perteneciente al siglo xx para quien la relacioacuten entre historia y meacutetodo se constituyoacute en una cuestioacuten fundamental en su pensamiento

Asiacute las cosas este libro se ha articulado en torno a tres preguntas sencillas pero que encierran una enorme riqueza y complejidad iquestcuaacuteles fueron los planteamientos metodoloacutegicos desarrollados por algunos de los filoacutesofos e historiadores maacutes importantes del siglo xx en ambos lados del Atlaacutentico iquestDe queacute manera las propuestas teoacute-ricas que imperaban en la eacutepoca en que dichos pensadores escribiacutean

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9presentacioacuten

se reflejaron en sus propuestas metodoloacutegicas iquestEn queacute medida el pensamiento de los autores analizados en el presente trabajo reflejoacute tales concepciones

Los ocho textos que conforman el volumen mdashdebidamente so-metidos a una rigurosa evaluacioacuten por paresmdash han sido organizados en dos secciones tal divisioacuten responde al modo en el que los inves-tigadores invitados han procedido en su anaacutelisis sobre el viacutenculo entre historia y meacutetodo La primera seccioacuten reuacutene textos trabajados desde la perspectiva filosoacutefica la segunda desde la perspectiva his-toriograacutefica De esta suerte los estudios se presentan en orden cro-noloacutegico no soacutelo por una cuestioacuten de sencillez sino por cuanto las ideas de la primera mitad del siglo xx mdashy sus contextosmdash desenca-denaraacuten reflexiones particulares en la segunda mitad de la centuria generando debates y concatenaciones sumamente enriquecedoras

No obstante ademaacutes de la ordenacioacuten sentildealada pueden realizar-se muacuteltiples y diversas lecturas del libro que presentamos En efecto tambieacuten puede llevarse a cabo una lectura a partir de los puntos en comuacuten entre los autores trabajados De tal manera es posible estable-cer un viacutenculo entre el trabajo de Aurelia Valero y el de Martiacuten Riacuteos sobre las propuestas de Franccedilois Hartog y Marc Bloch respectiva-mente puesto que aunque separados en el tiempo por casi medio siglo ambos historiadores franceses hicieron del tiempo su principal objeto de anaacutelisis lo que permitioacute al segundo formular su propuesta relativa a los ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo y al primero definir a la Historia como ldquola ciencia de los hombres en el tiempordquo Resulta asi-mismo interesante comprobar que el intereacutes por la Edad Media mdashen el caso de Blochmdash y en la historiografiacutea antigua mdashen el caso de Har-togmdash fueran los puntos de partida hacia una reflexioacuten mucho maacutes amplia sobre el sentido de la historia sus condiciones de posibilidad y su lugar en el conjunto de las ciencias sociales

Por otra parte es interesante seguir el hilo conductor en el pen-samiento de tres destacados historiadores filoacutesofos o filoacutesofos historia-dores iacutentimamente vinculados como Joseacute Gaos Eduardo Nicol y Ed-mundo OrsquoGorman quienes fueron contemporaacuteneos tanto en tiempo como en espacio En efecto los tres vivieron en Meacutexico entre 1930 y 1960 impartieron clases en la Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico y mantuvieron un fructiacutefero y en ocasiones acalorado

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10 historia y meacutetodo en el siglo xx

diaacutelogo fuertemente influido por la fenomenologiacutea hermeneacuteutica de Martin Heidegger De esta suerte Roberto Fernaacutendez dedica sus paacuteginas a desentrantildear y revalorizar las propuestas de Eduardo Nicol en torno a la fenomenologiacutea resaltando entre otros elementos su cercaniacutea con el pensamiento de Edmund Husserl mdashldquomaacutes cerca de lo que eacutel mismo estuvo dispuesto a reconocerldquomdash y de Martin Hei-degger con quien compartiacutea una ldquoontologiacutea de la historia cuyo meacute-todo tendriacutea que ser histoacuterico y fenomenoloacutegico a la vezrdquo Por su parte Pilar Gilardi presenta un trabajo dedicado a la presencia de la filosofiacutea heideggeriana en el pensamiento de Edmundo OrsquoGorman enfatizando el modo en que el historiador se vale del pensamiento del filoacutesofo alemaacuten para volver a pensar la ciencia histoacuterica desde sus cimientos Finalmente Evelia Trejo expone algunas de las re-flexiones de Joseacute Gaos a propoacutesito de las relaciones entre historia y meacutetodo a partir de las siguientes caracteriacutesticas de la personalidad del filoacutesofo su sensibilidad respecto de la historia su propuesta para componer una historia de las ideas y su capacidad para obser-var el quehacer historiograacutefico Ademaacutes de lo anterior la autora sentildeala la amplitud de miras del filoacutesofo asturiano y su preocupacioacuten por lo humano y por la vida

Otra posible liacutenea de lectura es aquella constituida por el proble-ma de ldquoLa escritura de la historiardquo que naturalmente remite a las propuestas de Michel de Certeau contenidas en su ceacutelebre texto Fer-nando Betancourt es el encargado de desgranar el pensamiento del sabio jesuita iniciando con la definicioacuten que eacuteste dio acerca de lo que debe entenderse por ldquoseminariordquo al que concibioacute como ldquoun labora-torio comuacuten que permite a cada uno de los participantes articular sus praacutecticas y sus propios conocimientosrdquo pasando por un profundo anaacutelisis de la operacioacuten historiograacutefica y los problemas vinculados a la nocioacuten de ldquoprocedimientordquo para concluir con una reflexioacuten a propoacute-sito de la funcionalidad del saber moderno Rebeca Villalobos por su parte explora las propuestas realizadas desde la orilla americana del Atlaacutentico por Hayden White y elabora una criacutetica al uso indiscrimi-nado de las propuestas del historiador norteamericano al tiempo que considera Metahistory no soacutelo como un brillante estudio sobre la es-critura de la historia en el siglo xIx sino como un auteacutentico construc-to filosoacutefico que contribuyoacute a sentar las bases de la posmodernidad

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11presentacioacuten

Una uacuteltima propuesta de lectura mdashaunque desde luego el lector podriacutea descubrir muchas maacutesmdash es la de ldquoLa historia comparadardquo que quiere ser un guintildeo a March Bloch uno de los primeros histo-riadores que reflexionoacute sobre los liacutemites y las posibilidades de la historia comparativa y que estaacute representada por un sugerente y extenso capiacutetulo firmado por Javier Rico quien dedica varias paacutegi-nas a analizar la manera en que diversas fuentes que conforman el bagaje del historiador articulan una forma de concebir la dinaacutemica social en un fragmento del pasado humano y de esta manera per-miten delinear el meacutetodo a seguir Tras este anaacutelisis Rico compara las obras de dos autores que fueron fundamentales para la histo-riografiacutea mexicana del siglo xx con el fin de demostrar su hipoacutetesis Luis Villoro y John Womack

Seguramente los especialistas echaraacuten en falta nombres de historiadores y filoacutesofos importantes del siglo xx como Benedetto Croce Hans-Georg Gadamer Fernand Braudel Paul Ricoeur Georges Duby Roger Chartier Peter Burke Carlo Ginzburg Er-nest Kantorowicz Joseacute Antonio Maravall Joseacute Luis Romero Ro-ger Collingwood Edward Thompson Eric Hobsbawm Peter Brown Reinhard Koselleck Natalie Zemon Davis Gabrielle Spiegel o Frank Ankersmit por mencionar tan soacutelo algunos nombres im-portantes de allende y aquendehellip Al final hemos tenido que hacer una seleccioacuten como ocurre siempre en historia Estas ausencias muestran sin duda que es necesario continuar por este derro-tero y profundizar en la reflexioacuten histoacuterica y en el diaacutelogo entre historia y filosofiacutea

Hoy cuando la ciencia histoacuterica se halla en crisis cuando se intensifica el debate a propoacutesito de los liacutemites entre historia y me-moria cuando desde el Estado y la opinioacuten puacuteblica se manipula a la historia con el fin de establecer ldquola verdad histoacutericardquo y cuando en fin el contexto de globalizacioacuten e interconexioacuten en el que vivimos nos invita a cambiar los paraacutemetros de observacioacuten y a explorar las interrelaciones entre las escalas global regional y local es necesario reflexionar sobre los sustentos epistemoloacutegicos y metodoloacutegicos que hacen de la historia un saber particular y que la dotan de rigor cien-tiacutefico y en consecuencia de validez y legitimidad En este sentido la obra colectiva que ofrecemos a los lectores interesados en estas

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12 historia y meacutetodo en el siglo xx

cuestiones quiere ser en uacuteltima instancia una primera propuesta de conjunto

Para cerrar estas paacuteginas introductorias los editores queremos externar nuestra gratitud en primer lugar a los propios autores pues sus contribuciones han enriquecido sustancialmente esta liacutenea de investigacioacuten reflejando la pluralidad de posiciones teoacutericas y de maneras de entender el quehacer histoacuterico que caracteriza a nuestra disciplina en el siglo xxI En segundo teacutermino al Instituto de Inves-tigaciones Histoacutericas y a todas las personas que hicieron posible que este volumen viese la luz de la imprenta particularmente a Sandra Torres Ayala y Alberto Trejo Martiacuten quienes revisaron y homoge-neizaron el aparato criacutetico y la bibliografiacutea contribuyendo de forma significativa a la aparicioacuten de la presente obra

PIlar gIlardI y Martiacuten riacuteosCiudad Universitaria octubre de 2016

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HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

LA PERSPECTIVA DE LA TEORIacuteA DE LA HISTORIA

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Eduardo Nicol (1907-1990)La ciencia de la historia

y el meacutetodo fenomenoloacutegico

roberto Fernaacutendez castroUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

Introduccioacuten

Lo primero que quiero advertir es que en las paacuteginas siguientes no pretendo dar cuenta ni siquiera de un modo general del pensa-miento o las ideas de Eduardo Nicol tampoco de todo lo que pudo haber dejado escrito o dicho acerca de la ciencia de la historia o del meacutetodo fenomenoloacutegico Acerca del meacutetodo escribioacute con abundan-cia a lo largo de la mayor parte de su vida como filoacutesofo incluso aspiroacute a constituir su propia filosofiacutea como la asuncioacuten hasta un proceder estrictamente fenomenoloacutegico Paso a paso y como contra-punto criacutetico de lo que eacutel consideraba los meacutetodos y propoacutesitos de la fenomenologiacutea aunque siempre valoroacute de un modo positivo el legado de Edmund Husserl tambieacuten llegoacute a criticar en eacutel los restos de un idealismo que traicionaba el meacutetodo fenomenoloacutegico Pero contrario a otros filoacutesofos de la eacutepoca tampoco se dejoacute guiar por las investigaciones del maacutes famoso disciacutepulo del filoacutesofo de Prosnitz Tambieacuten contra la creciente influencia de Martin Heidegger Nicol empentildeoacute todo su trabajo en la restauracioacuten de la fidelidad del fenoacute-meno respecto del ser No obstante me atrevo a considerar que la filosofiacutea de Eduardo Nicol permanecioacute maacutes cerca de la fenomeno-logiacutea trascendental de Husserl de lo que eacutel mismo estuvo dispuesto a reconocer y tuvo con Heidegger una coincidencia fundamental para nosotros la de proponer una ontologiacutea de la historia cuyo meacutetodo tendriacutea que ser histoacuterico y fenomenoloacutegico a la vez1

1 Para el estudio de la fenomenologiacutea de Eduardo Nicol y coacutemo se relacionoacute con la fenomenologiacutea de Edmund Husserl veacutease Antonio Zirioacuten Quijano Historia de la feno-menologiacutea en Meacutexico Morelia (Michoacaacuten) Red UtopiacuteaJitanjaacutefora 2003 y tambieacuten en La fenomenologiacutea en Meacutexico Historia y antologiacutea estudio introductorio y seleccioacuten de tex-tos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

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16 historia y meacutetodo en el siglo xx

Voy entonces a atender un consejo que Robert Sokolowski ofre-ce en su Introduccioacuten a la fenomenologiacutea y que me parece recordar una situacioacuten conocida tambieacuten por los historiadores Sokolowski se fija en una diferencia fundamental entre el trabajo de los filoacuteso-fos y el de los matemaacuteticos Estos uacuteltimos dice no comentan los escritos de los matemaacuteticos anteriores aun cuando hayan sido muy influidos por ellos simplemente hacen uso del material que en-cuentran en los autores que leen tratan de condensar los hallaz-gos y siguen adelante Pocos matemaacuteticos estudian los trabajos de los siglos pasados porque comparados con las matemaacuteticas contemporaacuteneas esos viejos escritos casi les parecen obras de nintildeos Los filoacutesofos en cambio a menudo conservan religiosamen-te las obras claacutesicas maacutes como objetos de exeacutegesis que como recur-sos para ser explotados no tienden a preguntar ldquoiquestA doacutende vamos a partir de aquiacuterdquo En lugar de eso nos informan acerca de las doctrinas de los pensadores maacutes importantes Son maacutes propensos a comentar trabajos anteriores

Pero Sokolowski toma entonces la sugerencia de su amigo Gian-Carlo Rota quien creiacutea que los filoacutesofos debiacutean hacer maacutes que eso y coincide en que ademaacutes de ofrecer exposiciones deberiacutean abreviar los viejos escritos y abordar directamente los asuntos ha-blando con su propia voz e incorporando en su propio trabajo lo que sus predecesores han hecho Fue asiacute como eacutel se dejoacute convencer por Rota de escribir una introduccioacuten a la fenomenologiacutea donde no di-jera lo que Husserl o Heidegger pensaron sino donde soacutelo dijera a la gente lo que es la fenomenologiacutea Y como la fenomenologiacutea es el estudio de la experiencia humana y de los modos en que las cosas se nos presentan ellas mismas en y a traveacutes de dicha experiencia no se trata pues de informar a los demaacutes acerca de un movimiento filosoacutefico particular sino de ofrecer la posibilidad de pensar filosoacute-ficamente en un momento en que dicho pensamiento es seriamente puesto en cuestioacuten o ampliamente ignorado2

Facultad de Filosofiacutea y LetrasUniversidad Michoacana de San Nicolaacutes de HidalgoRed Utopiacutea Jitanjaacutefora 2009

2 Robert Sokolowski Introduccioacuten a la fenomenologiacutea traduccioacuten de Esteban Mariacuten Aacutevila Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2012

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17Eduardo Nicol (1907-1990)

Pues bien aquellos que conozcan o hayan leiacutedo algo acerca de Eduardo Nicol uno de sus libros o alguno de sus artiacuteculos podraacuten advertir que en las paacuteginas siguientes voy a parafrasear a Eduardo Nicol voy a traicionar algunos de sus textos y tambieacuten a discutir algunas de sus posiciones maacutes importantes en relacioacuten con la his-toria y la fenomenologiacutea Por su parte a aquellos que sin saber demasiado acerca de sus ideas crean que se van a enterar ahora de lo que eacutel pensaba de la ciencia de la historia o del meacutetodo fenome-noloacutegico prefiero quitarles esa ilusioacuten exegeacutetica desde ahora lo que siacute van a encontrar en cambio es una muestra de lo poco que yo he podido pensar leyendo a Nicol pero observando siacute que mucho maacutes se podriacutea pensar tan soacutelo siguiendo algunos de los problemas que involucran tanto a la historia como a la fenomenologiacutea en el sentido que la definioacute Sokolowski como el estudio de la experiencia huma-na Con esto enuncio ademaacutes la primera sugerencia de Eduardo Nicol que yo mismo trato de poner en praacutectica en mis cursos y que ahora pido al posible lector a partir de este punto seguir al histo-riador no soacutelo para consultarlo en busca de datos sino seguirlo y aprender de eacutel lo maacutes importante aprender de eacutel a pensar histoacuteri-camente y queacute mejor si se aprende a pensar histoacutericamente desde la fenomenologiacutea

Aun asiacute cabe la necesidad de ofrecer siquiera una breve imagen de quien es uno de los filoacutesofos maacutes importantes del exilio espantildeol republicano de 1939 y no soacutelo de Meacutexico donde escribioacute la mayor parte de su extensa obra sino de todos los paiacuteses de lengua castellana Si bien es cierto que fuera de Meacutexico no ha tenido todaviacutea la atencioacuten que merece es indudable que en alguacuten momento seraacute parte de la his-toria del pensamiento cuya memoria se ha ido recuperando en la peniacutensula a cuentagotas acaso por lo significativo que a la postre resultoacute haber perdido aquellas generaciones de soacutelidos humanistas3

3 A pesar de todo es posible encontrar una bibliografiacutea poco numerosa pero se-lecta acerca de la filosofiacutea de Nicol como la siguiente Joseacute Luis Abellaacuten El exilio filo-soacutefico en Ameacuterica Los transterrados de 1939 Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998 p 65-99 Eduardo Nicol La filosofiacutea como razoacuten simboacutelica nuacutemero monograacutefico de la revis-ta Anthropos 1998 extra nuacutemero 3 Eduard Nicol semblanza drsquoun filosof edicioacuten a cargo de Aacutengel Castintildeeira Barcelona Acta 1991 Juliana Gonzaacutelez La metafiacutesica dialeacutectica de Eduar-do Nicol Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y

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18 historia y meacutetodo en el siglo xx

Despueacutes de pasar un corto tiempo en el campo de concentracioacuten de Argelegraves-sur-Mer Eduardo Nicol llegoacute a Meacutexico a bordo del Sinaia en 1939 Junto a Eduardo Garciacutea Maacuteynez fundoacute el Centro de Estudios Filosoacuteficos de la Universidad Nacional donde tambieacuten ejercioacute la docencia hasta su fallecimiento en 1991 Dirigioacute y fundoacute Diaacutenoia Anuario de filosofiacutea editado con la colaboracioacuten del Fondo de Cultu-ra Econoacutemica asiacute como la revista Filosofiacutea y Letras ademaacutes de publi-car una docena de libros algunos de ellos revisados y reeditados por completo Eacutesta fue una caracteriacutestica propia de la personalidad y la filosofiacutea de Nicol su aspiracioacuten a un pensamiento riguroso coherente sistemaacutetico y continuado lo llevoacute a oponerse por com-pleto al estilo filosoacutefico predominante en Espantildea por la influencia de Joseacute Ortega y Gasset el del ensayo esteacutetico criacutetico y a veces soacutelo periodiacutestico que al final hizo presa del ceacutelebre maestro madrilentildeo Eacutesa fue soacutelo una de las razones por las que Nicol llegoacute a la poleacutemica con Joseacute Gaos y su personalismo4

El meacutetodo fenomenoloacutegico

En la frase con la que Eduardo Nicol dio inicio a su conferencia ti-tulada ldquoDiscurso sobre el meacutetodordquo afirmoacute de un modo categoacuterico ldquotodos somos fenomenoacutelogosrdquo o al menos ldquoel hombre comienza a ser fenomenoacutelogo cuando accede a la auteacutentica humanidadrdquo he aquiacute el primer obstaacuteculo para el cabal cumplimiento de su aserto Maacutes que un meacutetodo o el sistema filosoacutefico particular de Edmund Husserl escribe Nicol en el lenguaje filosoacutefico actual la fenomenologiacutea de-signa la verdadera actitud filosoacutefica Es desde luego distinta de la fenomenologiacutea de Kant o de Hegel y lo es tambieacuten de la fenome-nologiacutea de Heidegger posterior Aunque los pensadores griegos

Letras 1981 Ricardo Horneffer Eduardo Nicol semblanza Zapopan (Jalisco)MeacutexicoBarcelona El Colegio de JaliscoGeacuteneralitat de Catalunya 2000

4 La poleacutemica con Joseacute Gaos tuvo lugar en las paacuteginas de las revistas Cuadernos Americanos y Filosofiacutea y Letras Aunque las diferencias entre ambos profesores no eran nuevas aqueacutella se suscitoacute abiertamente a raiacutez de la resentildea que Gaos dedicoacute a la prime-ra edicioacuten del libro de Eduardo Nicol Historicismo y existencialismo La temporalidad del ser y la razoacuten Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1950

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19Eduardo Nicol (1907-1990)

antiguos no emplearon la palabra fenomenologiacutea eacutesta se compo-ne de dos vocablos con ese origen phainomenon y loacutegos Phainomenon designa lo que aparece y contiene la raiacutez de phaos luz lo mismo que el verbo phaino que quiere decir poner a la luz mostrar manifestar exponer etceacutetera Las cosas se muestran a la luz las cosas son fenoacute-menos Pero como la visibilidad de las cosas no es una propiedad intriacutenseca de las cosas cuando el hombre habla de ellas es cuando ejecuta el acto de ponerlas a la luz Por eso dice Nicol en esto con-siste literalmente la fenomenologiacutea ver y nombrar o poner a la luz lo visto son inseparables

Sin embargo el hombre comuacuten no siempre ve bien lo que estaacute a la vista ni habla bien de lo visible pasa por ello o junto a ello como si fuera e-vidente Por eso algunos caen en el error de creer que la filosofiacutea acota una realidad especial o privada distinta en su misma base del punto de partida del hombre comuacuten con la consecuencia grave de que la filosofiacutea no llega a ser verdadero loacutegos sobre el fenoacute-meno no llega a constituirse en auteacutentica fenomenologiacutea La pre-gunta entonces es por queacute la filosofiacutea no ha llegado a ser auteacutentica y conscientemente fenomenoloacutegica mantenieacutendose en una fase de pluralidad de meacutetodos Esto explica por queacute Eduardo Nicol no ofre-ce un discurso del meacutetodo sino sobre el meacutetodo que consiste en hablar de lo que aparece del fenoacutemeno El problema surge cuando lo que aparece se confunde con una simple apariencia contrapuesta por nosotros mismos a la realidad5

La discusioacuten de Eduardo Nicol con la fenomenologiacutea de Husserl y Heidegger se enuncia entonces del modo siguiente ldquoEl hombre es el uacutenico ser del universo frente al cual no soacutelo tenemos la intuicioacuten inmediata de una existencia real como la tenemos de cualquier otro ente su mera presencia nos revela ya su forma de serrdquo6 Esto signifi-ca que siendo el ente el dato del ser la fenomenologiacutea no viene a revelar el ser sino que cuenta con su presencia de un modo inme-diato la aprehensioacuten y la identificacioacuten distintiva del ser en el ente

5 Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 p 267-278 A partir de aquiacute cuando no se indica lo contrario todas las referencias pertenecen a las obras de Eduardo Nicol

6 Metafiacutesica de la expresioacuten 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1974 p 119

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se dan conjunta y simultaacuteneamente Por eso Nicol afirma que lo que el hombre revela con su acto de presencia es la revelacioacuten misma el acto distintivo de su ser es la expresioacuten7 Se comprende asiacute el paso siguiente que nos conduce hacia el otro hacia el proacutejimo que como interlocutor es descrito como un sujeto libre de realizar una accioacuten que siempre habraacute de ser expresiva cargada siempre con una inten-cionalidad comunicativa y con un contenido significativo suscepti-bles de ser analizados de acuerdo con un meacutetodo fenomenoloacutegico que ha de ser asimismo hermeneacuteutico Tambieacuten en este punto Nicol trata de oponerse a Heidegger rechazando la necesidad de una in-terpretacioacuten especial del sentido del ser propio del hombre puesto que el hombre es el sentido del ser y lo uacutenico que requiere una in-terpretacioacuten son el contenido significativo y la intencioacuten expresiva

La criacutetica que Nicol dirige a Heidegger es sin embargo innece-saria a mi parecer Por ello no voy a insistir maacutes en eso Mayor atencioacuten merece su sentildealamiento de la necesidad de un estudio detenido acerca del fenoacutemeno de la expresioacuten como alternativa para encauzar una teoriacutea general del ser y del conocer La expresioacuten como rasgo constitutivo del sentido del ser humano se afirma como una realidad antecedente de todo lo demaacutes pero en un sentido que ha de entenderse con claridad incluso ahiacute donde Nicol habla de ldquorefinar y reforzar ese fundamental y saludable positivismo que hay en la intencioacuten del meacutetodo fenomenoloacutegicordquo8 Se trata de la nueva

7 El pasaje completo de la Metafiacutesica de la expresioacuten es oscuro pero dice lo siguiente ldquoEsto acontece con invariable uniformidad sin vacilacioacuten ninguna porque lo que el hom-bre revela con su acto de presencia es la revelacioacuten misma es el acto distintivo del ser de la expresioacuten La presencia humana es una revelacioacuten expresardquo Digo que es oscuro porque parece haber aquiacute al menos tres tesis que se confunden 1) se pone el acento en lo que el hombre revela en la revelacioacuten misma no en el hombre ni en su acto de presencia 2) el acto de la presencia parece ser interpretado como aquello que distingue al ser de la expresioacuten de modo que el objeto principal ya no es el ser humano sino el ser de la expresioacuten huma-na 3) la presencia humana es una revelacioacuten que se da de un modo expreso se dice de ella que es expresa cuando lo que cabriacutea decir es que la presencia humana es una revela-cioacuten que expresa que es expresiva Por eso maacutes que corregir tambieacuten en este punto he seguido e interpretado a Nicol del modo como se comprenderaacute en adelante

8 Metafiacutesica de la expresioacuten p 120 A pesar de lo que parece Eduardo Nicol no exa-gera ni comete un error en la comparacioacuten con el positivismo pero tambieacuten es necesario ponerlo en claro El propio Husserl escribioacute el siguiente pasaje en medio de su criacutetica al empirismo como un escepticismo ldquoMientras que ellos como genuinos filoacutesofos que

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21Eduardo Nicol (1907-1990)

vigencia que Nicol encuentra en la idea platoacutenica seguacuten la cual ldquoel hombre es el siacutembolo del hombrerdquo (Banquete 191d) Esto es posible porque la simbolizacioacuten implica una relacioacuten comunicativa y no es tan soacutelo una predisposicioacuten ontoloacutegica entre sujetos que podriacutean mantenerse como suficientes o extrantildeos entre siacute sino que la expre-sioacuten es el ser mismo en el hombre y la razoacuten es simboacutelica porque el hombre es simboacutelico

De aquiacute la foacutermula que da tiacutetulo a una de las obras maacutes signifi-cativas de Eduardo Nicol la Criacutetica de la razoacuten simboacutelica que no debe entenderse entonces como una forma especial de denominar a la razoacuten sino como la explicitacioacuten de coacutemo el hombre es siacutembolo de siacute mismo porque es el uacutenico ser esencialmente pensable la razoacuten es fun-damentalmente simboacutelica porque nada sabemos de ella cuando consideramos que puede dar razoacuten de siacute misma como si fuera in-dependiente suficiente y definible en siacute cuando lo cierto es que la expresioacuten de cada hombre es su ser en acto su razoacuten constituye simboacutelicamente su mismidad sobre la base del nombrar y poseer internamente al otro como una posibilidad de su propio ser9

tienen ya un punto de vista parten de previas opiniones no aclaradas ni fundadas en patente contradiccioacuten con su principio de exencioacuten de prejuicios nosotros tomamos nuestro punto de partida de aquello que se encuentra antes de todos los puntos de vista del dominio entero de lo dado ello mismo intuitivamente y antes de todo pensar teoacuterico de todo aquello que se puede ver y captar inmediatamente mdashcuando precisa-mente no se deja uno cegar por prejuicios ni apartar por ellos la atencioacuten de clases en-teras de auteacutenticos datosmdash Si lsquoPosItIvIsMorsquo quiere decir tanto como fundamentacioacuten absolutamente exenta de prejuicios de todas las ciencias en lo lsquopositivorsquo esto es en lo que se puede captar originariamente entonces somos nosotros los auteacutenticos positi-vistas Nosotros en efecto no nos dejamos menoscabar por nInguna autoridad el de-recho de reconocer todas las especies de intuicioacuten como fuentes de legitimidad del co-nocimiento igualmente valiosas mdashni siquiera por la autoridad de la lsquociencia moderna de la naturalezamdashrsquo rdquo Edmund Husserl Ideas relativas a una fenomenologiacutea pura y una filo-sofiacutea fenomenoloacutegica Libro primero Introduccioacuten general a la fenomenologiacutea pura nueva edi-cioacuten y refundicioacuten integral de la traduccioacuten de Joseacute Gaos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filo-soacuteficasFondo de Cultura Econoacutemica 2013 p 123

9 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1982 p 230 y 239 Nicol habla aquiacute de la relacioacuten dialeacutectica de un yo con lo otro como un no-yo esta imprecisioacuten como se puede ver la he interpretado aquiacute desde la intersubjetividad pro-puesta por Husserl desde la cual miacutenimamente se reconoce que yo en mi experiencia propia no soacutelo tengo experiencia de miacute mismo sino tambieacuten del otro pero como otro

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22 historia y meacutetodo en el siglo xx

Lo que resulta auacuten maacutes sorprendente es que para terminar con esta consideracioacuten del meacutetodo necesario para abordar el estudio del ser que como objeto de una experiencia primaria y comuacuten es lo esencialmente comunicable la idea platoacutenica del hombre como en-tidad incompleta por su insuficiencia simboacutelica Eduardo Nicol la valora al final desde la historia porque la insuficiencia del hombre trae consigo la posibilidad de completarse de hacer algo para siacute mismo con el otro por eso dice de la relacioacuten simboacutelica nace la historia En tanto que la contingencia del hombre entrantildea el poder ser la historia es siacutembolo del hombre y eacutesta es su constante renaci-miento simboacutelico10 Si los actos del habla constituyen este proceso entonces ldquoesa parte del ser que habla del ser se actualiza a siacute misma histoacutericamente Por esto tiene que ser fenomenoloacutegico e histoacuterico (ademaacutes de dialeacutectico y hermeneacuteutico) el meacutetodo apropiado en la ontologiacutea del hombre y en la criacutetica de la razoacutenrdquo11

La ciencia de la historia y el pasado

En el caso de la ciencia de la historia Eduardo Nicol parte de la exigencia de las que le parecen ser las dos tareas previas de toda ciencia la de acotar el dominio de su jurisdiccioacuten y la de definir queacute es lo histoacuterico Pero la definicioacuten de lo histoacuterico en siacute le parece que no es tarea propia de la ciencia histoacuterica sino de la ontologiacutea pues el historiador no dispone de recursos para establecer las diferencias categoriales entre la forma de ser de lo histoacuterico y la forma de ser no histoacuterica de la naturaleza por ejemplo Es posible dice Nicol que si le preguntamos a un historiador queacute es lo histoacuterico se quede perplejo como los interlocutores de Soacutecrates La paradoja socraacute-tica es que la pregunta por el queacute no parece incumbencia de quienes

yo El filoacutesofo mexicano en cambio trata del no-yo del tuacute y del otro-yo como si fueran equivalentes y no explica nada al respecto por eso digo que se trata de una imprecisioacuten aun cuando se dijera que se trata de una rodeo dialeacutectico necesario o bien que soacutelo estaacute sirvieacutendose de ideas auxiliares tomadas de la tradicioacuten metafiacutesica histoacuterica Uno de los peligros advertido por Husserl por ejemplo en sus Meditaciones cartesianas

10 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 242-243 y 24811 Metafiacutesica de la expresioacuten p 129-130

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23Eduardo Nicol (1907-1990)

ponen en praacutectica su tarea es una pregunta filosoacutefica Pero lo cierto es que este saber que no se posee relativo al ser de una cosa o de una actividad cualquiera no puede darse por supuesto pues no hay ciencia verdadera que se base en meros supuestos lo que equivale a decir que no puede haber ciencia especial sin ciencia fundamental y lo que auacuten faltariacutea a la ciencia de la historia es hacerse cargo de la investigacioacuten de siacute misma como ciencia fundamental12

Es esta un cuestioacuten acerca de la cual Eduardo Nicol escribioacute tambieacuten en un artiacuteculo titulado ldquoLa presencia del pasadordquo A todos nos parece normal dice ocuparnos de la historia de la filosofiacutea los hechos de esa historia parecen evidentes y existe una abundancia fabulosa de obras dedicadas a esos asuntos pero lo que no nos preguntamos ni como filoacutesofos ni como historiadores es iquestqueacute necesidad tenemos de hacer historia Haciendo historia de la filosofiacutea por ejemplo recordamos su pasado y tratamos de revivirlo iquestpero puede revivir lo que estaacute bien muerto y ha sido enterrado por el tiempo Afirmamos que la discipli-na debe figurar en los planes de estudios la presencia del pasado la admitimos sin reservas pero tambieacuten sin averiguaciones relativas al coacutemo y al porqueacute Maacutes bien se diriacutea que lo que cabe averiguar es coacutemo es posible que lo pasado esteacute presente y por queacute este pasado se inser-ta en el quehacer actual de la historia De acuerdo con esto es que la historia y la verdadera filosofiacutea sistemaacutetica de la historia se encuentran reunidas en una correlacioacuten cuyo significado seriacutea el siguiente que la historia para llegar a ser ciencia fundamental posee tambieacuten una ne-cesidad intriacutenseca de desdoblarse y examinar su propia historia Esta dialeacutectica positiva como la llama Nicol es al mismo tiempo fenome-nologiacutea porque muestra coacutemo ninguacuten acto innovador cancela los an-teriores como pretenden algunos teoacutericos actuales de la historia que como diriacutea Rosalind E Krauss han venido divulgando ldquola originalidad de la vanguardia y otros mitos modernosrdquo y posmodernos13

No cabe duda de que el imperio conceptual de la ciencia histoacute-rica sobre su propio dominio ha sido precario e impreciso Y aunque

12 ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje p 327-337

13 Rosalind E Krauss La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos versioacuten de Adolfo Goacutemez Cedillo Madrid Alianza 1996

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ha habido grandes historiadores ellos son los maacutes discutidos pues en gran parte aquella informalidad perdura Hay aquiacute un cambio formidable en la relacioacuten de la historia con la ciencia que Nicol re-gistra y parece hablar de lo que hoy ocurre con la filosofiacutea de la historia que es el siguiente formados en la tradicioacuten realista cree-mos naturalmente que un pensamiento no puede ser verdadero y variable al mismo tiempo Se trata de esa arraigada nocioacuten de que la historia es corrosiva Pero la historia no es soacutelo cambio sino per-manencia ninguna cosa cambiariacutea si no durara ldquola actualidad no cancela el pasado lo retienerdquo14

En la Criacutetica de la razoacuten simboacutelica hay una larga explicacioacuten al respecto iquestQueacute es historia pregunta Nicol Si bien es cierto que la interrogacioacuten suele apuntar inicialmente a la realidad histoacuterica y soacutelo despueacutes a la ciencia de la historia no importa coacutemo se la defina ldquohis-toria es expresioacutenrdquo pues todas las notas que se le atribuyen confluyen en la expresioacuten o son ellas mismas modos expresivos Si se acepta que la historia es el desarrollo de la accioacuten humana cabe advertir que actuar es expresar y como desde antiguo se sabe que pensar es actuar la ciencia se nos presenta como ese modo especial de accioacuten que consiste en buscar la verdad En el caso particular que nos interesa se diriacutea entonces que la ciencia de la historia es expresioacuten y la expre-sioacuten es historia15 Los binomios que Nicol suele asociar en una sinuo-sa loacutegica del sentido lo llevan a desarrollar lo que eacutel llama el proble-ma de la verdad y de la historia por el camino de la conexioacuten entre expresividad e historicidad entre verdad y expresioacuten

Para Nicol es indudable que la verdad es expresioacuten en el senti-do de que se expresa quien la dice pero tambieacuten en el sentido seguacuten el cual la verdad como tal es expresiva y no soacutelo el modo de buscar-la y pronunciarla No soacutelo en la filosofiacutea tambieacuten en la historia pro-fesional se presenta el problema de coacutemo conciliar la aceptacioacuten de que el hombre expresa que toda expresioacuten es histoacuterica pero sobre todo que el quehacer cientiacutefico tampoco se sustrae a la totalidad expresiva de la vida Por eso la historicidad aparece como una

14 ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje p 332

15 Metafiacutesica de la expresioacuten p 43-44

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25Eduardo Nicol (1907-1990)

necesidad propia del relativismo maacutes que como el argumento para poner la verdad cientiacutefica a salvo no de la historia sino de la con-tingencia Las cuestiones de quieacuten expresa queacute expresa y coacutemo ex-presa si son solidarias entre siacute cuando se trata de la verdad tambieacuten nos permiten resolver entonces el problema de la llamada verdad histoacuterica quien expresa es el hombre lo expresado primariamente es el hombre mismo que ldquoda de siacuterdquo y la ciencia es uno sus posibles modos de expresioacuten

Por eso Nicol destaca la importancia del error cientiacutefico porque lo importante es que ldquoel ser queda expuesto lo mismo cuando atinamos que cuando nos equivocamosrdquo Incluso en la distincioacuten entre verdades de teoriacutea y verdades de hecho cabe observar la presencia de las mismas dos clases de errores de modo que Nicol nos permite escla-recer uno de los maacutes caros temores a la ciencia de la historia el de la subjetividad Es cierto que las verdades y los errores de hecho son maacutes apofaacutenticos o presentativos que las verdades y los errores de teoriacutea que son maacutes re-presentativos o poieacuteticos y que son eacutestos por tanto los maacutes debatibles pero lo importante es que en ellos el ser pensante queda maacutes expuesto que en la mera exposicioacuten de los he-chos por eso los hechos no se discuten se examinan y se corrigen cuando es necesario pero los errores de teoriacutea no se corrigen pro-piamente porque lo que cuenta es su expresividad Soacutelo asiacute se en-tiende por queacute tambieacuten en la ciencia de la historia ldquola teoriacutea es tesis en el sentido de hipoacutetesisrdquo16

Otro factor que tambieacuten suscita la criacutetica de Eduardo Nicol al historicismo es el de la relacioacuten del pensamiento con un determina-do situs espacio-temporal el factor situacional que indudablemente es un factor de historicidad diraacute Nicol El problema no radica en la evidente paradoja de que el relativismo histoacuterico funciona al mismo tiempo como un determinismo en la relacioacuten del pensamiento cien-tiacutefico con la situacioacuten histoacuterica sino en el hecho de que este plantea-miento tradicional de la cuestioacuten es ademaacutes unilateral Tanto el relativismo como el determinismo histoacutericos dejan impliacutecitamente a salvo del influjo situacional a las ciencias positivas como si en ellas de un modo excepcional debiera considerarse soacutelo la relacioacuten

16 Ibidem p 50

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del pensamiento con el objeto pero no soacutelo la situacioacuten penetra en el pensamiento tambieacuten el pensamiento penetra en la situacioacuten Por eso ldquola ciencia es un factor de historicidad de la situacioacutenrdquo es una con el mundo al que pertenece el sitio que ocupa no es el del polo opuesto al mundo De nuevo la conexioacuten que se establece es entre expresividad e historicidad porque la expresioacuten es una viacutea de acce-so al ser que es comuacuten y singular a la vez No es que la significacioacuten se mantenga a pesar de la expresividad sino que lo hace precisa-mente y uacutenicamente por ella Se completa asiacute uno de los perfiles descritos a propoacutesito del meacutetodo el de la hermeneacuteutica que ha de ser como se comprenderaacute con lo que llevamos dicho semaacutentica sintaacutectica e histoacuterica

La vocacioacuten humana

En un pasaje que da continuidad al problema de la verdad y la his-toria Eduardo Nicol expuso del modo siguiente coacutemo es que dicha cuestioacuten siempre dentro de los liacutemites de la unidad de la ciencia se vincula con la vocacioacuten humana El hombre afirma el filoacutesofo nece-sita la verdad no puede existir sin ella ldquoLa verdad es siempre lo busca-do por el hombrerdquo17 porque el anhelo de la verdad es el anhelo de ser-maacutes verdaderamente humano Pero como esta verdad no se da sino que se busca este camino de la buacutesqueda es el camino del saber y el camino de la vida El hombre se afana por captar al ser ajeno que como se dijo ya estaacute dado de una vez soacutelo que como es inagotable es menester buscarlo y rebuscarlo Y cuando esa re-buacutes-queda se hace de un modo metoacutedico recibe el nombre de investiga-cioacuten y su resultado el de verdad La verdad es tan vital en la ciencia como lo es en la existencia ordinaria primero porque el hombre nun-ca se completa a siacute mismo definitivamente pero tambieacuten porque el ser al que desea conocer siempre da maacutes de siacute Se comprende ahora por queacute la tarea cientiacutefica prosigue sin cesar por queacute la historia es buacutesque-da de la verdad y por queacute como se dijo antes la verdad es histoacuterica no situacional sino de verdad histoacuterica en un sentido radical

17 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 67

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27Eduardo Nicol (1907-1990)

La verdad es una apoacutefansis del ser lo manifiesta lo hace pre-sente o patente con la palabra pero tambieacuten es poacuteiesis es un obrar humano y como tal es de nuevo factor de historicidad Por eso en toda ciencia la verdad es posibilidad La discrepancia es posible porque ninguna verdad es completa y no es completa porque es posible Eduardo Nicol ilustra este ejemplo con la ldquoconcordancia de los discordantesrdquo de Heraacuteclito como muestra de civilizacioacuten La in-compatibilidad en cambio es barbarie La persecucioacuten del discre-pante no soacutelo es cosa antigua se ha producido tambieacuten entre filoacuteso-fos y esa normalidad de la hostilidad es la que representa la crisis de la dialeacutectica

En esta parte de su trabajo Nicol termina apuntando algunas interrogaciones en teacuterminos de sorpresa porque como sabemos bien mdashdicemdash ldquola sorpresa o el thauma estaacute en la geacutenesis de la filosofiacuteardquo De estas interrogantes voy a recordar soacutelo una

En tanto que el pensamiento es una poacuteiesis sus efectos recaen sobre el lugar y el tiempo en que la verdad aparece Lo cual revela otra ver-tiente de la historicidad todo pensamiento transforma al mundo sea erroacuteneo o verdadero Tal vez todas estas sorpresas no basten pero una vez mordido el fruto de la duda la voracidad es insaciable A miacute tam-bieacuten me parece insuficiente el repertorio de las dudas que he enume-rado A diferencia de quien se fortifica en lo que ya pensoacute la ventaja en este oficio de dudar es que la aventura no termina nunca18

ldquoEl hombre y la dudardquo fue precisamente el tema de una confe-rencia pronunciada por Nicol en mayo de 1969 La duda dijo enton-ces es la conciencia de la ignorancia propia por eso el filoacutesofo es vocacionalmente dubitativo y no dogmaacutetico filoacutesofo es el que bus-ca porque filosofar es preguntar Nicol se lanza en contra del ldquohom-bre segurordquo el arrogante que no soacutelo yerra sobre las cosas de afuera diga lo que diga ademaacutes yerra siempre sobre siacute mismo y ni siquie-ra lo sabe Este pobre infeliz es desdentildeoso del pasado y seguro del futuro ldquoacomodado en su deshumanizada superioridadrdquo es osten-toso de sus medios de su maacutequina de su ciencia de su dinero de

18 Metafiacutesica de la expresioacuten p 336-337

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28 historia y meacutetodo en el siglo xx

sus nuacutemeros y en suma de su poder de accioacuten Tiene todo domi-nado o lo dominaraacute menos a siacute mismo pues eacutel mismo es como un nuevo hombre pero carente de originalidad pues ya ha sido reco-nocido y clasificado Es eacuteste el mismo ser encargado de suprimir las alternativas que son sustancia de la duda es el antidialeacutectico para quien todo ha de estar decidido de antemano y uniacutevocamente me-caacutenicamente con uniformidad y sin poesiacutea Nicol confiacutea en que el destino final de este hombre seguro seraacute el mismo de Fausto pero porque si el hombre seguro gana la partida ldquose acabaraacute realmente eso que hemos llamado hombre desde que hay poesiacutea y filosofiacuteardquo19

En su libro de La vocacioacuten humana Eduardo Nicol escribioacute varios antildeos antes unas liacuteneas que yo propongo leer del modo siguiente la palabra filosoacutefica es siempre provisional es buacutesqueda y no hallazgo porque la verdad misma es un intento prolongado y no un logro ha de seguir dicieacutendose y enmendaacutendose La dignidad del arte expre-sivo entonces le presta a la filosofiacutea una libertad que no tendriacutea en el estricto menester oscuro seco atribulado a veces y siempre labo-rioso de la buacutesqueda Por esto Platoacuten intercalaba raciocinios en sus mitos Y este lujo de la palabra platoacutenica que conocemos era signo de la humildad filosoacutefica El hombre trata de rebasar los liacutemites de su propia constitucioacuten espacial y temporal de su ser aquiacute y ahora con la fantasiacutea trata de rebasar los liacutemites de la relatividad con la fe y los liacutemites de la provisionalidad que es siempre el resultado de su empentildeo de saber lo mismo en ciencia que en filosofiacutea los rebasa el hombre con el absoluto de la poesiacutea Por esto el bien decir es como una liberacioacuten que aproxima lo precario de la verdad histoacuterica a lo seguro de la poesiacutea20

Ademaacutes el bien decir tiene un valor moral de ejemplaridad in-sospechado El bien decir es el buen decir es obra de bondad y no soacutelo de belleza Y no importa que no sepamos en filosofiacutea definir el bien ni encontrar el paradigma del bien absoluto y permanente La vida histoacuterica muda los arquetipos pero la historia misma es una tradicioacuten y su continuidad no se explicariacutea si algo no quedara firme

19 ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 4-12

20 La vocacioacuten humana Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1953

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29Eduardo Nicol (1907-1990)

en la mudanza y no se transmitiese de la eacutepoca pasada a la eacutepoca nueva que la hizo caducar No estudiemos la historia a medias y por fuera nos dice vieacutendola por fuera soacutelo advertimos las diversidades y esta visioacuten produce en el aacutenimo la congoja de la relatividad Vieacuten-dola por dentro y cabalmente advertiremos que a lo largo de todas las mutaciones de criterio en culturas y en eacutepocas distintas se va marcando una escala de valores de nivel humano que nos permite sentirnos en comunidad con lo remoto y con lo diferente

Las leyes modernas no son como las de Atenas pero todaviacutea hoy estamos del lado de Soacutecrates y no del lado de Anitos Si no estuvie-ran vinculados a una tradicioacuten y dependiendo de ella nuestros juicios actuales no nos permitiriacutean discernir en el pasado quieacuten fue un hombre de honor y quieacuten un miserable Es cierto que en el fondo dice Nicol el paciacutefico razonable que fue Soacutecrates es peligroso para los dogmaacuteticos intolerantes que se han ensentildeoreado en el mundo y tambieacuten por eso es un fracasado pero aunque los reflexivos sean pocos con ellos es suficiente para asegurarnos de que el espiacuteritu de la duda que encarna Soacutecrates auacuten no ha muerto del todo21

La tradicioacuten no es fundamentalmente sino esa escala de niveles vitales que no tiene el caraacutecter de un riacutegido modelo de accioacuten o de una jerarquiacutea arbitraria de valores pero siacute tiene la fuerza de una inspiracioacuten y es lo que mantiene vinculadas a las comunidades sin que lo adviertan a veces sus propios miembros La cohesioacuten de la historia es justamente aquello que permite rebasar el tiempo histoacuteri-co y mantener diaacutelogo con el pasado La memoria es la continuidad de la existencia personal lo que nos vincula a nuestros actos pasados buenos y malos pero la historia es la memoria comuacuten que nos per-tenece y de cuyo caudal seleccionamos las almas fraternas y repu-diamos a las hostiles De este modo en el presente dos almas pueden hermanarse cuando mantienen una misma fraternidad con el pasado

Podemos decir entonces que la misioacuten principal de la filosofiacutea de la historia es hoy en diacutea mantener la tradicioacuten Estos filoacutesofos tienen que ser preservadores y mantenedores de una tradicioacuten que enlace el pasado con el futuro asiacute sea a traveacutes del intervalo

21 ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 12

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30 historia y meacutetodo en el siglo xx

desolado del presente Y esto ha de hacerse a fuerza de palabras cuanto maacutes bellas maacutes perdurables Siquiera que ellas no se con-tagien de la barbarie utilitaria del falso saber de la ambicioacuten de dominio El arte de hablar o expresarse con palabras es oficio que se aprende Pero soacutelo pueden aprenderlo con provecho quienes tienen el don de ser iacutentegramente en la palabra Lo cual significa que esas formas de expresioacuten como la filosofiacutea estricta requieren vocacioacuten responden a llamadas de vida El sentido moral de esta llamada estriba en que el arte expresivo es un servicio para la co-munidad Expresarse es existir y expresarse es ser en otros entrar en comunicacioacuten y diaacutelogo con otros Pero el simple uso de la pa-labra no hace del hombre un ser generoso En el uso utilitario la expresioacuten no es maacutes que el egoiacutesmo natural del ser que atiende a sus necesidades y que existe para siacute aunque radica en la comuni-dad Por el contrario expresarse con arte por lo mismo que es algo innecesario y desinteresado entrantildea una forma de ser para ti una existencia literalmente servicial y generosa que se entrega por completo en la palabra

En unas pocas liacuteneas muy parecidas pero creo que sin duda mucho maacutes elocuentes Eduardo Nicol escribioacute lo siguiente en su proacutelogo a los Diaacutelogos sobre religioacuten natural de David Hume

Hablar es cosa tan tremenda que San Agustiacuten pediacutea misericordia para poder hacerlo No todo el que habla sin embargo necesita de la mise-ricordia ni hace una cosa tremenda Pues hay muchos modos de hablar y se habla de muchas cosas O si se quiere hablamos en verdad muy pocas veces muy pocas empentildeando a la verdad en lo que decimos La palabra no puede ser tremenda cuando soacutelo es un signo uacutetil para la vida cuando tiene una mera funcioacuten indicativa y no expresiva cuando se cambia como el signo monetario Entonces no hay en ella ni buscamos en ella pretensioacuten ni compromiso de verdad Tremendo es hablar empentildeando el alma entera en la palabra o hablando de algo entero cuando hay la entereza de la cosa y la entereza del que habla El hablar con verdad nos hace y esto es tremendo22

22 David Hume Diaacutelogos sobre religioacuten natural trad de Edmundo OrsquoGorman proacute-logo de Eduardo Nicol Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1942

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31Eduardo Nicol (1907-1990)

Conclusioacuten

Los filoacutesofos ―escribioacute Nicol― incurrimos con frecuencia en el desati-no de dar consejo a quien no lo pide Me disculpo por esta reincidencia si les sugiero que desconfiacuteen de aquellos pensadores (que pueden tener reconocido prestigio internacional) dedicados a una disciplina llama-da filosofiacutea de la ciencia y que no se percatan siquiera del problema de la historicidad [hellip] Desconfiacuteen igualmente de aquellos que andan por ahiacute haciendo filosofiacutea de la historia (muy distinguidos tambieacuten y cuyas obras traducidas suelen tener gran aceptacioacuten) y que tampoco se per-catan de que esta disciplina suya envuelve el problema de la ciencia en general del fundamento de toda ciencia posible Porque no soacutelo no es legiacutetimo cultivar la ciencia histoacuterica sin establecer formalmente y de manera previa el estatuto ontoloacutegico de la realidad histoacuterica es auacuten maacutes ilegiacutetimo ldquohacer filosofiacutea de la historia con la creencia impliacutecita de que esta disciplina no estaacute encuadrada en el dominio de la ciencia principal la ciencia de la ciencia iquestQueacute es eso de hacer filosofiacutea de la historia sin haber planteado siquiera el problema de la historicidad de la propia filosofiacutea Y esto significa el problema de la posibilidad de un conocimiento verdadero en cualquier dominio cientiacuteficordquo23

Como a veces ocurre cuando nos encontramos con apreciaciones tan certeras acerca del modo de proceder de algunos historiadores y filoacutesofos ignoramos los nombres de aquellos en quienes pensaba Nicol cuando escribioacute este pasaje pero no importa averiguarlos por-que sin duda en sus palabras encontramos la imagen clara de algu-nos otros a quienes conocemos hoy Maacutes allaacute de esto cabe retener la relacioacuten entre el estatuto ontoloacutegico de la realidad histoacuterica y la per-tenencia de la filosofiacutea de la historia a la ciencia de la ciencia A este respecto aclaroacute coacutemo es que la omisioacuten de un problema no anula su vigencia El problema de la historia es actual y estaacute relacionado con las cuestiones principales de la filosofiacutea aunque su actualidad filo-soacutefica soacutelo por accidente coincide con las actualidades caracterizadas por las soluciones preferidas maacutes que por las interrogaciones

Tal vez dice Nicol la escasa atencioacuten que hoy se dedica a esas cuestiones de principio explicariacutea la correspondiente escasez de

23 Metafiacutesica de la expresioacuten p 332

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32 historia y meacutetodo en el siglo xx

investigaciones radicales sobre lo histoacuterico y antildeadioacute ldquoAlgunos filoacuteso-fos prescinden del problema como si la historicidad no afectara a su propio pensamiento Otros asignan a la historia un lugar prominente porque juzgan que dejoacute de ser problema En estas condiciones resul-tariacutea revolucionario el soacutelo intento de presentar la historia como pro-blema ontoloacutegico No importa si por esto mismo la operacioacuten pare-ce quedar al margen de las actualidadesrdquo24 Esto nos permite recordar una afirmacioacuten que con frecuencia escuchamos o leemos sin reflexioacuten alguna y seguacuten la cual el hombre es un ser histoacuterico lo que significa no soacutelo que hace la historia sino que se hace a siacute mismo histoacutericamen-te En una modalidad formal de la constitucioacuten de una ontologiacutea de la historia lo que Nicol afirma es que no tenemos el hombre y la historia como dos realidades que puedan considerarse en su raiacutez separada-mente ldquoLa historia es historia del ser humanordquo Por eso reconocemos de nuevo la razoacuten por la cual en un sentido riguroso el meacutetodo de la investigacioacuten ontoloacutegica debe ser el meacutetodo de la correlacioacuten entre un anaacutelisis histoacuterico y un anaacutelisis fenomenoloacutegico25

Si alguien se pregunta entonces en queacute consiste el meacutetodo feno-menoloacutegico para Eduardo Nicol y coacutemo llevarlo a su aplicacioacuten en la ciencia de la historia yo diriacutea que en hacer esto precisamente Eacutel habla desde luego del filoacutesofo pero yo no le pediriacutea menos al his-toriador Es cierto mientras la comunidad estaacute vuelta de espaldas ocupada en minuacutesculos asuntos de gran importancia como lo son el progreso y el provecho el filoacutesofo de la historia tiene la misioacuten de ser la conciencia de la comunidad Para Nicol ser desdentildeoso es una afectacioacuten y es una traicioacuten ser mero espectador Es un actor por el contrario un hombre de veras en un mundo de veras que ha de estar en un diaacutelogo permanente viviendo en la escena del mundo Su tragedia es que la escena permanezca desierta y que su palabra se convierta en un monoacutelogo Su tragedia es tener siempre maacutes ca-pacidad de vida que la vida efectiva tener capacidad de querer maacutes cosas de las que se ponen al alcance del amor La respuesta que eacutel espera y no recibe es la enmienda de esas corrupciones e insensateces y agresividades de un mundo sin honor o en el que el deshonor

24 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 10325 Ibidem p 106-112

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33Eduardo Nicol (1907-1990)

nunca se toma en cuenta si se envuelve de riqueza o poderiacuteo No puede ser espectador cuando la piedad se prostituye convirtieacutendose en defensa que ya fuera innecesaria del fuerte contra el deacutebil cuan-do el amor pasa a ser tema de historia o de psicoterapia cuando la esperanza de bien se considera inconciencia del iluso cuando todo semejante se juzga un competidor y por ello un adversario potencial cuando tantas naciones son gobernadas por la triste y vanidosa me-diocridad o por la infamia cuando no hay fuerza verdadera de pa-siones grandes ni delicadeza Para el verdadero filoacutesofo buscar el bien de cada lado casi siempre es recibir lo peor de cada lado porque ha de sentir como propios todos los infortunios ajenos

Por esto la misioacuten uacuteltima de la filosofiacutea consiste en revelar su propia insuficiencia No hay nada peor que la suficiencia nada tan engantildeoso como la simple razoacuten pues no siendo ella jamaacutes tan pura tan cristalina y esterilizada como pretenden algunos desinformados confundimos muchas veces las grandes verdades con nuestros an-tojos especulativos La filosofiacutea acadeacutemica que elabora sistemas como castillos en el aire olvida la sumisioacuten que debemos a las cosas y nuestra propia naturaleza finita y decaiacuteda y promulga sus ver-dades con voz de autoridad tanto maacutes resonante cuanto maacutes adul-teradas de error y fantasiacutea Por queacute se filosofa ha de ser maacutes impor-tante que la filosofiacutea que hagamos lo que haya detraacutes de ella ha de valer maacutes que ella misma Los sistemas han de ser bien cons-truidos como las casas que hacer bien las cosas es parte de la mo-ral del trabajo pero el mero constructor de sistemas no es un sabio y no se puede ser sabio sin ser hombre de bien ni hombre de bien cuando el mal se contempla como si fuera un espectaacuteculo El filoacute-sofo es un hombre como todos los demaacutes no estaacute por encima del bien y del mal porque no estaacute por encima de la vida Estaacute como todos en el centro mismo de la brega y si por algo han de distin-guirlo en ella los demaacutes ha de ser por la manera de bregar sin enga-ntildear a nadie porque no puede engantildearse a siacute mismo26 Yo creo que el meacutetodo fenomenoloacutegico de Eduardo Nicol hasta donde puedo llegar ahora es esto que tiene para ofrecer a la ciencia de la historia un punto de partida verdadero

26 La vocacioacuten humana p 19

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34 historia y meacutetodo en el siglo xx

bIblIograFiacutea

abellaacuten Joseacute Luis El exilio filosoacutefico en Ameacuterica Los transterrados de 1939 Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998

Eduardo Nicol La filosofiacutea como razoacuten simboacutelica nuacutemero monograacute-fico de la revista Anthropos 1998 extra nuacutemero 3

Eduard Nicol semblanza drsquoun filosof edicioacuten a cargo de Aacutengel Castintildeeira Barcelona Acta 1991

gonzaacutelez Juliana La metafiacutesica dialeacutectica de Eduardo Nicol Meacutexico Univer-sidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1981

HorneFFer Ricardo Eduardo Nicol Semblanza Zapopan (Jalisco)Barce-lona El Colegio de JaliscoGeacuteneralitat de Catalunya 2000

HuMe David Diaacutelogos sobre religioacuten natural traduccioacuten de Edmundo OrsquoGorman proacutelogo de Eduardo Nicol Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1942 xlvII+170 p

Husserl Edmund Ideas relativas a una fenomenologiacutea pura y una filosofiacutea fe-nomenoloacutegica Libro primero Introduccioacuten general a la fenomenologiacutea pura nueva edicioacuten y refundicioacuten integral de la traduccioacuten de Joseacute Gaos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones FilosoacuteficasFondo de Cultura Econoacutemica 2013 808 p (Coleccioacuten Filosofiacutea Contemporaacutenea)

Krauss Rosalind E La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos versioacuten de Adolfo Goacutemez Cedillo Madrid Alianza 1996 320 p (Alianza Forma 135)

nIcol Eduardo Criacutetica de la razoacuten simboacutelica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1982 280 p (Seccioacuten de Obras de Filosofiacutea)

ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 4-12

Historicismo y existencialismo La temporalidad del ser y la razoacuten Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1950 373 p

Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 427 p

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35Eduardo Nicol (1907-1990)

ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 p 327-337

La vocacioacuten humana Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1953 352 p

Metafiacutesica de la expresioacuten 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Eco-noacutemica 1974 285 p (Seccioacuten de Obras de Filosofiacutea)

soKolowsKI Robert Introduccioacuten a la fenomenologiacutea trad de Esteban Mariacuten Aacutevila Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2012 300 p (Coleccioacuten Filoso-fiacutea Serie Fenomenologiacutea 13)

zIrIoacuten QuIjano Antonio Historia de la fenomenologiacutea en Meacutexico Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2003 479 p (Coleccioacuten Filosofiacutea Serie Feno-menologiacutea 1)

La fenomenologiacutea en Meacutexico Historia y antologiacutea estudio introduc-torio y seleccioacuten de textos Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y LetrasUniversidad Michoacana de San Nicolaacutes de HidalgoRed Utopiacutea Jitanjaacutefora 2009 551 p

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La hermeneacuteutica en la teoriacutea de la historia de Edmundo OrsquoGorman

(1906-1995)PIlar gIlardI gonzaacutelez

Universidad Nacional Autoacutenoma de MeacutexicoInstituto de Investigaciones Histoacutericas

La tarea de Edmundo OrsquoGorman y el caraacutecter metoacutedico de la hermeneacuteutica

De la preocupacioacuten fundamental por el caraacutecter vivo de la historia se desprenderaacute en Edmundo OrsquoGorman el anaacutelisis sobre los presu-puestos metodoloacutegicos de la ciencia que la estudia En efecto el historiador sabe de acuerdo con las ensentildeanzas recibidas de su maestro Joseacute Gaos conocedor de la fenomenologiacutea y el existencia-lismo que la manera de concebir el conocimiento se funda en una determinada forma de comprender el objeto o la realidad en cues-tioacuten En su texto de 1947 Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica en el cual me apoyo para este artiacuteculo agradece a su maestro las lecciones transmitidas y reconoce la gran influencia recibida de la filosofiacutea de Martin Heidegger

En las primeras liacuteneas de este libro fundamental para la teoriacutea de la historia ogormaniana sentildeala su propoacutesito ldquoExaminar en queacute consiste el conocimiento historiograacutefico en cuanto tal conocimiento y llegar asiacute a una determinacioacuten de sus supuestos [hellip] Se trata de una revisioacuten de la historia de la historiografiacutea y de un anaacutelisis criacuteti-co de su meacutetodordquo1 En este sentido el historiador no pretende llevar a cabo una buacutesqueda erudita que antildeada maacutes informacioacuten a la ya muy probablemente extensa investigacioacuten sobre determinado tema histoacuterico lo que le incumbe es mostrar que ldquo[hellip] la verdad no pue-de limitarse a simplemente corregir tal o cual interpretacioacuten de sus mayores heredada sino que se trata de aventurarse a expresar por cuenta propia una que puedan llamar suya y que por propia sea

1 Edmundo OrsquoGorman Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2006 p x

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38 historia y meacutetodo en el siglo xx

verdaderamente una interpretacioacuten referencia a su modo maacutes per-sonal de vida descubrimiento significativordquo2

OrsquoGorman no tiene pues como objetivo buscar posibles ldquoerroresrdquo en la historia que hemos recibido ya que de entrada la nocioacuten de ldquoerrorrdquo en la historia tiene un significado enteramente distinto al que posee en las ciencias naturales En efecto afirma el historiador

La Historia si se la ve en abstracto no puede menos de parecer como una larguiacutesima cadena de errores lo que viene a decir que en histo-ria la nocioacuten de error como la entienden las ciencias fiacutesicas no tiene validez a no ser que se decrete que toda la Historia es ella un error notorio disparate grandiacutesimo [hellip] No se trata pues de algo ldquosus-ceptible de correccioacutenrdquo sino de algo que aceptado en cuanto lo que es debe comprenderse con referencia a nosotros mismos es decir significativamente3

La tarea de nuestro autor consistiraacute en desfundar la interpretacioacuten llevada a cabo por el conocimiento historiograacutefico tradicional y asiacute exhibir sus bases y presupuestos Al hacerlo se pondraacute de manifies-to que la concepcioacuten del pasado que alliacute se representa escinde la historia de la vida De tal forma nos dice OrsquoGorman ldquo[hellip] en lugar de adicionar o rectificar la vieja nocioacuten hay que empezar por des-fundarla exhibiendo sus bases y presupuestos y por consiguiente que la tarea verdadera consiste ante todo en examinar los oriacutegenes los prejuicios y los procesos de las verdades recibidas En una pala-bra hacer cuestioacuten expresa de la historia de la historiardquo4

Porque a decir del historiador mexicano ldquola indistincioacuten termi-noloacutegica es semillero de monstruosrdquo5 conviene aclarar desde un inicio el origen de los conceptos utilizados El sentido del teacutermino desfundar con el que liacuteneas maacutes arriba OrsquoGorman califica la tarea que se propone llevar a cabo no debe pasar inadvertido ya que expresa el caraacutecter propio de la hermeneacuteutica tal y como es comprendida por Heidegger y recibida por OrsquoGorman En efecto para el filoacutesofo alemaacuten

2 Ibidem p 83 Ibidem p 94 Idem Las cursivas son miacuteas5 Ibidem p 18

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39la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

la hermeneacuteutica ya no es concebida como doctrina del arte de inter-pretacioacuten de textos o como mera teoriacutea de la interpretacioacuten La her-meneacuteutica tal y como es concebida por Heidegger va maacutes allaacute de la distincioacuten claacutesica entre el meacutetodo de las ciencias naturales y el meacute-todo de la comprensioacuten de las ciencias histoacutericas establecido por Dilthey y se desmarca del concepto claacutesico de hermeneacuteutica como ars interpretandi es decir como teacutecnica de interpretacioacuten de textos claacutesicos juriacutedicos y teoloacutegicos y como ldquoteoriacutea del comprenderrdquo6 Heidegger asigna a eacutesta un nuevo valor filosoacutefico por el que el com-prender (y no el entender teoacuterico-cognoscitivo) ya no es una simple operacioacuten cognoscitiva sino una modalidad de existencia por la que la vida humana articula su mundo y su historia7

En este sentido congruente con la radicalizacioacuten de los concep-tos filosoacuteficos que llevaraacute a cabo en su quehacer filosoacutefico la herme-neacuteutica deberaacute comprenderse como el modo de acceso a la vida faacutectica e histoacuterica aacutembito desde el cual la filosofiacutea si pretende ser ciencia de lo originario debe partir8

Para Heidegger la hermeneacuteutica como meacutetodo debe lograr apre-hender este aacutembito originario libre de los encubrimientos que ine-vitablemente recibimos de la tradicioacuten En este sentido se trata de sacar a la luz la historia de los encubrimientos heredados9 Este sen-tido de la hermeneacuteutica seraacute fundamental para Edmundo OrsquoGorman Cotidianamente estamos a tal grado inmersos y absorbidos por las cosas que nos rodean y por el conocimiento que recibimos de la tra-dicioacuten que no advertimos coacutemo y desde doacutende nos es dado aquello que nos es dado

Es precisamente aquiacute donde interviene la hermeneacuteutica como movi-miento de descubrimiento de des-velamiento des-enmascaramiento

6 Jesuacutes Adriaacuten Escudero El lenguaje de Heidegger Diccionario filosoacutefico 1912-1927 Barcelona Herder 2009 p 108

7 Cfr ibidem8 ldquoEl teacutermino hermeneacuteutica pretende indicar el modo unitario de abordar plantear

acceder a ella cuestionar y explicar la facticidadrdquo Cfr Martin Heidegger Ontologiacutea Hermeneacuteutica de la facticidad trad de Jaime Aspiunza Madrid Alianza 1999 p 27 En adelante ohf

9 Ibidem p 99

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40 historia y meacutetodo en el siglo xx

[] En efecto la invocacioacuten a las cosas mismas (propia de la fenome-nologiacutea) supone que no las vemos en siacute mismas sino encubiertas en un campo que las distorsiona y desfigura (como por ejemplo el de una tradicioacuten que nos ensentildea queacute cosas vemos y coacutemo tenemos que verlas) [hellip] El lema ldquoa las cosas mismasrdquo significa eliminar los presupuestos de iacutendole filosoacutefica cientiacutefica o histoacuterica que recubren la experiencia inmediata de la vida10

Este propoacutesito soacutelo puede lograrse a partir de un desmontaje (Abbau) o destruccioacuten (Destruktion) de la tradicioacuten11 Sin embargo hay que afirmar que

La destruccioacuten no tiene el sentido negativo de un deshacerse de la tradicioacuten ontoloacutegica Por el contrario lo que busca es circunscribirla en lo positivo de sus posibilidades lo que implica siempre acotarla en sus liacutemites es decir en los liacutemites faacutecticamente dados en el respectivo cuestionamiento y en la delimitacioacuten del posible campo de investi-gacioacuten bosquejado desde aqueacutel12

Lejos de pretender sepultar el pasado en la nada la destruccioacuten debe hacer patentes los presupuestos encubiertos eacutesta es su funcioacuten positiva la negativa la que hemos comprendido como desmontaje es soacutelo impliacutecita e indirecta13 La hermeneacuteutica asiacute concebida es eminentemente deconstructiva y criacutetica14 Soacutelo puede llevarse a cabo

10 Cfr Jesuacutes Adriaacuten Escudero Heidegger y la genealogiacutea de la pregunta por el ser Bar-celona Herder 2010 p 476-477

11 ldquoHeidegger plantea la necesidad de un desmontaje de una destruccioacuten de los conceptos heredados acriacuteticamente por la tradicioacuten [hellip] Al reconocer que en la inter-pretacioacuten puacuteblica en que nos movemos existen elementos que pueden ocultar desfigu-rar encubrir velar deformar enmascarar nivelar o desvirtuar nuestra comprensioacuten inmediata de la situacioacuten hermeneacuteutica se impone un momento de desmontaje (Abbau) de la orientacioacuten previa Aquiacute es donde la hermeneacuteutica interviene en calidad de contra-movimiento que des-cubre des-vela des-oculta las diferentes maacutescaras de la publicidad como fuerza capaz de neutralizar de suspender la validez de la autoridad anoacutenima de la tradicioacutenrdquo Escudero El lenguaje de Heideggerhellip p 35-36

12 Martin Heidegger Ser y tiempo trad de Jorge Eduardo Rivera Santiago de Chile Editorial Universitaria 2002 p 64 En adelante st

13 Cfr ibidem14 ohf p 135

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41la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

como criacutetica histoacuterica radical15 En este sentido la destruccioacuten supo-ne una revisioacuten profundamente histoacuterica anclada en la propia his-toricidad del hombre

Como meacutetodo la hermeneacuteutica no tiene caraacutecter meramente instrumental o teacutecnico16 No es algo que se impone al objeto en cues-tioacuten sino que por el contrario siendo fieles al principio fenomeno-loacutegico de ldquovolver a las cosas mismasrdquo hay que afirmar que es del tipo de objeto y de su correspondiente modo de acceso de donde debe extraerse el sentido del rigor de la ciencia17 Por eso reflexionar sobre el meacutetodo no significa definir teacutecnicas de investigacioacuten histo-riograacutefica El meacutetodo no debe entenderse como herramienta sino como el modo de acceso que permite la comprensioacuten de la realidad histoacuterica que somos en cada caso nosotros mismos

Ahora bien la puesta en marcha del meacutetodo hermeneacuteutico im-plicaraacute para OrsquoGorman poner al descubierto los presupuestos desde los que se ha construido el conocimiento cientiacutefico y por extensioacuten la idea de ciencia histoacuterica

Es bien conocido que la transformacioacuten de la historiografiacutea en ciencia formal comienza con la Alemania moderna El pensamiento moderno se distingue desde sus inicios por la buacutesqueda de objeti-vidad eacutesta constituye el garante de la imparcialidad que de acuerdo con las ciencias exactas pertenece a la verdad18

Las ciencias naturales proceden a partir de la objetivacioacuten de su asunto Objetivar significa hacer presente representar En latiacuten el

15 Cfr ohf p 135-13616 En efecto para Heidegger ldquoEl meacutetodo no es ninguacuten procedimiento externo sino

que se halla en estrecha relacioacuten con su objeto [hellip] El meacutetodo filosoacutefico no es pues nin-guacuten medio teacutecnico o herramienta sino soacutelo posible al incluir al lsquoobjetorsquo por investigar En sentido estricto el meacutetodo es determinado por el lsquoobjetorsquo Por eso es importante advertir que si es el objeto el que dicta o sentildeala el meacutetodo y de eacuteste es propio el caraacutecter de mundo esto es la significatividad entonces eacuteste es eminentemente hermeneacuteuticordquo Aacutengel Xolocotzi Fenomenologiacutea de la vida faacutectica Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2004 p 51

17 Ibidem p 9618 Cfr Pilar Gilardi ldquoEl problema de la verdad histoacuterica una lectura desde la feno-

menologiacutea hermeneacuteuticardquo Estudios de Historia Moderna y Contemporaacutenea de Meacutexico Ins-tituto de Investigaciones Histoacutericas Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico n 46 julio-diciembre 2013 p 121-140

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42 historia y meacutetodo en el siglo xx

verbo repraesentatio- representare proviene del teacutermino praesens que significa hacer presente presentar o poner delante19 A traveacutes del comportamiento cientiacutefico las cosas adquieren el caraacutecter de objeto es decir de aquello que estaacute-ahiacute enfrente y este en-frente es el que permite o mejor dicho del que brota la posibilidad de hacer del ente en cuestioacuten un tema una teoriacutea Desde eacutesta se ofrece un aspecto del ente y eacuteste toma el lugar de la investigacioacuten En la captacioacuten teoacuterica lo pensado tiene el modo de ser de la presencia El acto mismo de pensar consiste en traer a la presencia lo pensado

La pregunta cientiacutefica estaacute orientada por el ente considerado en su objetividad La aspiracioacuten de la ciencia por conocer las cosas en siacute mismas en su esencia significa conocer lo que en eacutestas se repite lo que las hace ser lo que son pero este ldquolo que las hace ser lo que sonrdquo es en-tendido como universal De esta manera la ciencia es capaz de cap-turar de trazar un sentido universal abstracto bajo el supuesto de que todo puede reducirse a un uacutenico principio La totalidad de lo ente asiacute entendida deja de lado la singularidad y por ende la diferencia

Si la historiografiacutea pretende llamarse a siacute misma ciencia deberaacute entonces cumplir con estos requisitos Deberaacute ajustarse al modo de proceder de las ciencias naturales cuyo modelo es la ciencia mate-maacutetica que poco o nada tiene que ver con la realidad histoacuterica En efecto eso que denominamos asiacute sin maacutes preaacutembulo historia no tiene el caraacutecter de lo que estaacute simplemente ahiacute presente La historia como categoriacutea de la existencia tiene caraacutecter de acontecimiento es aquello que nos acontece y que nos constituye no es algo que pueda aprehenderse por medio de abstracciones y no tiene que ver tanto con lo universal sino con lo singular y concreto En este sentido la verdad histoacuterica no puede resolverse en abstracciones sino en el aacutembito de lo particular y determinado

Y sin embargo ajustaacutendose al modelo cientiacutefico la historiografiacutea ha considerado al pasado como un ente maacutes entre los entes Ha olvi-dado que el pasado es un modo del tiempo y eacuteste en definitiva no es un ente20 Al considerar el pasado como un ente lo ha objetivado

19 Aacutengel Xolocotzi Subjetividad radical y comprensioacuten afectiva Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2007 p 155

20 st p 123

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43la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

y ha conseguido hacer de eacutel una especie de foacutesil o relicario ajeno a la vida Procediendo de tal modo lograraacute la objetividad y la im-parcialidad buscada a costa de la naturaleza de su propio objeto de estudio En este sentido afirma OrsquoGorman ldquo[hellip] para la histo-riografiacutea lo esencial seriacutea que no fuese posible comprobar parcia-lidad alguna aunque de hecho no dejara de estar presente Par-cialidad incomprobable tal en efecto era la foacutermula maacutegica en cuya virtud la historiografiacutea podriacutea en lo sucesivo hablarse hasta de tuacute con las matemaacuteticasrdquo21

El historiador mexicano encuentra en Ranke la personificacioacuten de esta postura que aniquila la vitalidad de la historia En uno de los paacuterrafos maacutes conocidos de su libro nos dice

Ranke estaacute firmemente persuadido de que la historia es lo pasado lo que ya pasoacute y que en consecuencia lo presente le es constitutivamen-te ajeno [hellip] El postulado sobre el que se levanta la historiografiacutea tra-dicional es el siguiente entre el presente y el pasado entre vida e historia surge un golfo impasable que hace pedazos la unidad de la vida entre nosotros y nuestra historia22

El feacuterreo propoacutesito de hacer de la historia una ciencia y la inter-pretacioacuten inherente a eacutesta de comprender la verdad en teacuterminos de objetividad e imparcialidad olvida la pregunta esencial sobre el ser de la realidad histoacuterica En efecto la historiografiacutea tradicional se caracteriza por la ausencia de la preocupacioacuten por comprender el ser de la realidad que estudia En la medida en que considera el pasado como una cosa visible y tangible que comparte el mismo modo de ser de los entes naturales cree lograr la neutralidad y la imparcialidad propias de todo saber cientiacutefico que se jacte de serlo Asiacute lo funda-mental para la ciencia histoacuterica seraacute como lo sentildealoacute Ranke dar cuen-ta de los hechos tal y como eacutestos ocurrieron de manera imparcial y desinteresada

El pasado humano se convierte asiacute en un ser objetivo corporal en algo visible y tangible en una cosa ldquoque quedardquo Ranke cosifica a la historia Pero iquestqueacute profundo motivo se esconde detraacutes de semejante

21 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 5122 Ibidem p 55-56

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44 historia y meacutetodo en el siglo xx

postulado iquestNo seraacute que obedece a que el hombre se ha interpretado a siacute mismo en teacuterminos de substancia y naturaleza23

El caraacutecter interpretativo del conocimiento

No obstante advierte el historiador hay en la historiografiacutea natu-ralista una gran ingenuidad ya que al olvidar la pregunta esencial sobre el modo de ser de su objeto de estudio no se percata de que la realidad histoacuterica somos nosotros mismos nosotros que en la me-dida en que somos en el mundo y no frente a eacutel tenemos la forma de ser de la comprensioacuten (Verstehen) y la interpretacioacuten (Auslegung) Esto uacuteltimo significa que todo lo que nos es dado a traveacutes de los distintos comportamientos que nos determinan estaacute atravesado por estas formas estructurales de proceder De tal forma la ciencia o comportamiento teoacuterico no escapa a este modo de ser eminentemen-te interpretativo OrsquoGorman siguiendo a Heidegger lo explica asiacute

Conviene averiguar sin embargo de queacute modo se origina la ciencia para ver si la historiografiacutea verdaderamente queda comprendida den-tro de la descripcioacuten general de ese fenoacutemeno Aprovechemos aquiacute las ensentildeanzas de Heidegger acerca de esta cuestioacuten Ensentildea el maestro que por ldquopreocupacioacutenrdquo hemos de entender el existir del hombre en-tregado al mundo que lo circunda Tal preocupacioacuten que es un ldquoexis-tir enrdquo y que las maacutes de las veces toma la forma de un haacutebito se con-creta en muacuteltiples operaciones cuya praacutectica supone una manipulacioacuten instrumental pues que el correlato de la preocupacioacuten es considerar-lo todo desde el punto de vista de su ldquoutilidad posiblerdquo Ahora bien advierte Heidegger que hay una preocupacioacuten especial que no se refie-re a un objeto praacutectico Es la preocupacioacuten sabia o sea la preocupacioacuten especulativa de iacutendole teoreacutetica origen de la ciencia24

En efecto el modo de ser que seguacuten Heidegger determina el ser del hombre es el cuidado (Sorge)25 o la preocupacioacuten (Besorgnis)

23 Ibidem p 56-5724 Ibidem p 133-13425 ldquoEl cuidado es una de las estructuras ontoloacutegicas fundamentales del Dasein Sor-

ge tiene en alemaacuten diferentes acepciones lsquocuidadorsquo lsquopreocupacioacutenrsquo lsquoinquietudrsquo lsquosolici-

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45la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

Con estos teacuterminos el filoacutesofo alemaacuten pretende poner de manifies-to que el ser del hombre antes de poder ser definido en teacuterminos de conciencia o reflexioacuten debe entenderse en teacuterminos praacutecticos26 De tal forma la ciencia como comportamiento teoacuterico es expresioacuten de eacuteste su modo de ser

El cuidado o la preocupacioacuten se expresan a traveacutes del trato esto es en el habeacuternoslas con las cosas que forman parte del mundo en el que estamos Este mundo debe entenderse como contexto esto es como esa red o plexo significativo en el que todas las cosas remiten a otras que no son ellas mismas De tal forma es posible afirmar que el caraacutecter significativo de todo lo que nos rodea proviene del caraacutecter referencial que constituye y determina a los entes

Los entes y los hechos que configuran la vida cotidiana nunca nos son dados como meras cosas en un estado neutral si asiacute suce-diera nos resultariacutean inaccesibles Todo lo que nos rodea las cosas las situaciones en las que nos encontramos los hechos que narramos refieren a otra cosa a otra situacioacuten a otro hecho que en uacuteltima instancia apunta al hombre Asiacute por ejemplo la mesa comparece como aquello para comer y para escribir la universidad la casa o el

tudrsquo Dado el componente praacutectico y dinaacutemico que Heidegger atribuye a la Sorge la mejor solucioacuten para traducir Sorge es lsquocuidadorsquo en lugar del arcaiacutesmo lsquocurarsquo Este ingre-diente de actividad y movilidad inherente a la vida faacutectica queda muy bien reflejado en el verbo sorgen lsquocuidarrsquo lsquotener cuidadorsquo o lsquohabeacuterselas conrsquo ldquo Escudero El lenguaje de Heideggerhellip p 156

26 La praxis constituye para Heidegger no soacutelo un modo de conocimiento sino un modo de ser Respecto de la apropiacioacuten y la radicalizacioacuten de la nocioacuten de praxis en Heidegger la extraordinaria interpretacioacuten de Franco Volpi resulta ya una referencia obligada ldquoEn ce qui concerne le concept selon moi central de praxis Heidegger croit pouvoir saisir chez Aristote comme on lrsquoa vu un double emploi du concept un emploi ontique dans lequel le terme indique les praxeis particuliegraveres et drsquoapregraves lequel les praxeis se trouvent certes distingueacutees mais au mecircme niveau que les poieseis et les theoriai par-ticuliegraveres crsquoest lrsquoemploi par exemple du deacutebut de Lrsquoeacutethique agrave Nicomaque et un emploi philosophique ontologique dans lequel praxis nrsquoindique pas drsquoactions particuliegraveres mais une modaliteacute drsquoecirctrerdquo Franco Volpi ldquoDasein comme praxis lrsquoassimilation et la ra-dicalisation heideggerienne de la philosophie pratique drsquoAristoterdquo en Franco Volpi (ed) Heidegger et lrsquoideacutee de la pheacutenomeacutenologie Dordrecht (Holanda) Kluwer Academic Publi-shers 1988 p 23 Veacuteanse ademaacutes del mismo autor Heidegger y Aristoacuteteles Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2012 y ldquoLa trasformazione della fenomenologia da Husserl a Heideggerrdquo Theoria n 4 1984 Tambieacuten de Carmen Segura Peraita Hermeneacuteutica de la vida humana en torno al informe Natorp de M Heidegger Madrid Trotta 2002

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46 historia y meacutetodo en el siglo xx

cine como lugares de aprendizaje de descanso o de recreo Una situacioacuten o un hecho determinado como puede ser una inundacioacuten una guerra o un acuerdo de paz aunque todaviacutea no reciban el tiacutetu-lo con el que la ciencia histoacuterica los haraacute pasar a la posteridad estaacuten ya dotados de una significacioacuten que no es fruto de una construccioacuten a posteriori Lo que con esta uacuteltima afirmacioacuten se quiere poner de manifiesto es que el caraacutecter comprensivo e interpretativo que determina nuestro ser en el mundo es a priori esto es estructural

Historiografiacutea auteacutentica temporalidad e historicidad

Precisamente porque la interpretacioacuten es un rasgo estructural de la vida la hermeneacuteutica se reconoce como el meacutetodo capaz de articu-lar en conceptos la facticidad y la historicidad que determinan el modo de ser del hombre Ahora bien el reconocimiento de la histo-ricidad del hombre situacutea en definitiva la plataforma desde la cual deberaacute llevarse a cabo la denominada por OrsquoGorman historiografiacutea auteacutentica Eacutesta a diferencia de la historiografiacutea naturalista debe co-menzar por determinar con precisioacuten la naturaleza de su objeto Debe recordar que nuestra existencia es histoacuterica que somos historia De tal forma el historiador no vacila en afirmar que ldquoLa historiografiacutea auteacutentica es un recordar ontoloacutegicordquo27

La historicidad es expresioacuten del caraacutecter eminentemente tempo-ral del hombre En sentido estricto hay que afirmar que el hombre no estaacute en el tiempo sino que es tiempo28 El tiempo del hombre es justamente tiempo histoacuterico No estaacute aquiacute en juego la discusioacuten sobre el tiempo de la naturaleza ni que es un hecho del que no se puede dudar sin caer en el absurdo que una vez que hayamos desaparecido de este mundo el tiempo seguiraacute su curso Al afirmar que la tempora-lidad es constitutiva del hombre y que la historicidad es su expresioacuten maacutes iacutentima a lo que Heidegger apunta es a la radical finitud y con-tingencia que atraviesa el ser del hombre rasgo que por cierto no

27 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 20328 ldquoEl anaacutelisis de la historicidad del Dasein intenta mostrar que este ente no es

lsquotempoacutereorsquo porque lsquoesteacute dentro de la historiarsquo sino que por el contrario soacutelo existe y puede existir histoacutericamente porque es tempoacutereo en el fondo de su serrdquo st p 393

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47la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

estaraacute presente como tal en la interpretacioacuten que OrsquoGorman lleva a cabo de dichos fenoacutemenos El tiempo de las ciencias naturales ese que sigue su curso responde a una concepcioacuten netamente lineal de pasado presente y futuro Sin embargo esta comprensioacuten del tiem-po procede de una abstraccioacuten que como vimos anteriormente fa-cilita la consideracioacuten del pasado como aquello que ha quedado atraacutes y la exclusioacuten de vida e historia Si en cambio estamos atentos a la vida tal y como es vivida seraacute necesario reconocer que ahora mismo ya somos nuestro pasado y que ahora mismo ya se anuncian las posibilidades que tienen la forma de ser de eso que llamamos futuro

Ahora bien en la medida en que la existencia es su historicidad segrega ldquohechosrdquo Los hechos que constituyen el saber histoacuterico nos dice OrsquoGorman

[hellip] son historicidad exteriorizada y plasmada Los hechos objetos histoacutericos no lo son de suyo sino de prestado por asiacute decirlo En sen-tido estricto hay que afirmar que hay hechos y objetos histoacutericos porque el hombre es primeramente histoacuterico y no al reveacutes como piensa el pensar cotidiano29

De tal manera la historicidad puede comprenderse de dos modos si nos fijamos en el porvenir (momento decisivo para Heidegger origen del pasado y presente) la historicidad es aptitud o capacidad de engen-drar historia Ejercicio autoacutenomo de esa capacidad Si nos fijamos en el pasado la historicidad es historia hecha De eacutesta se ocupa el cono-cimiento histoacuterico La descubre y elabora su inteligibilidad30

Siguiendo muy de cerca al filoacutesofo de Friburgo OrsquoGorman se-ntildeala que

El fin del conocimiento histoacuterico consiste en revelar a la existencia su verdadera historicidad al mostrar las posibilidades reales elegidas por las existencias que fueron (hechos histoacutericos) distinguiendo en ellos lo uacutenico y lo que se repite El historiador debe examinar los hechos bajo la formalidad de ldquoposibilidades reales elegidasrdquo Este es el a priori funda-mental de la ciencia histoacuterica31

29 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 20730 Ibidem p 20831 Cfr ibidem p 217

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48 historia y meacutetodo en el siglo xx

Desde la perspectiva ogormaniana el historiador tiene que ver los hechos como posibilidades cumplidas Anterior al factum es la posibilidad de serlo por eso la historia como saber auteacutentico es ciencia no de asuntos concluidos o muertos sino de posibilidades

La insistencia ogormaniana de mostrar el caraacutecter interpretativo de la verdad atravesaraacute toda su obra Sabe que es tarea de la herme-neacuteutica ldquoconfigurar la posicioacuten desde la cual sea posible preguntar y cuestionar de modo radical el asunto en cuestioacuten32 y bajo este tenor como es bien conocido formularaacute su reflexioacuten sobre el ser de Ameacuterica revelando la inadecuacioacuten del teacutermino ldquodescubrimientordquo para calificar el encuentro con estas tierras

Asimismo OrsquoGorman acertaraacute al advertir que la teoriacutea de la historia que parte del modelo de la historiografiacutea naturalista oculta un propoacutesito pragmaacutetico e impide el paso a la verdadera tematiza-cioacuten de la historia porque al separar la historia de la vida ldquoaplanardquo todo cuestionamiento posible y la concibe como mero almacenamien-to de datos Lo que importaraacute son soacutelo los hechos datados y situados La teoriacutea de la historia asiacute concebida se muestra incapaz de formular problemas que por lo demaacutes no tendraacute ninguacuten intereacutes de discutir

Consideraciones finales

OrsquoGorman muy pronto consideroacute la necesidad de pensar desde un horizonte distinto al de la tradicioacuten los fundamentos de la ciencia histoacuterica encontrando en la filosofiacutea heideggeriana una aliada El historiador mexicano se inscribe en esa lista de pensadores que com-prendioacute la historia como un problema De tal forma que pensar la historia implicaraacute dar cuenta de su complejidad

La insistencia con que sentildealaraacute el caraacutecter eminentemente her-meneacuteutico de la ciencia histoacuterica lo coloca en una posicioacuten avanzada respecto de sus contemporaacuteneos ya que en sentido estricto bajo esta afirmacioacuten descansa la consideracioacuten interpretativa del conocimien-to en general de la cual no escapan las propias ciencias experimen-tales En efecto actualmente el reconocimiento del caraacutecter interpre-

32 ohf p 87

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49la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

tativo del conocimiento es praacutecticamente ya un convenio en la filosofiacutea de la ciencia

Con OrsquoGorman queda abierta la puerta a la reflexioacuten sobre el estatuto filosoacutefico de dicha instancia interpretativa lo cual implica-raacute un llamado una advertencia radical al historiador sobre el modo de hacer historia y sobre la necesidad imperante de preguntar una y otra vez sobre los fundamentos de su ciencia Eacutesta creo es la gran discusioacuten que abrioacute OrsquoGorman y que no debe cerrarse

bIblIograFiacutea

escudero Jesuacutes Adriaacuten El lenguaje de Heidegger Diccionario filosoacutefico 1912-1927 Barcelona Herder 2009

Heidegger y la genealogiacutea de la pregunta por el ser Barcelona Herder 2010

gIlardI Pilar ldquoEl problema de la verdad histoacuterica una lectura desde la fenomenologiacutea hermeneacuteuticardquo Estudios de Historia Moderna y Contem-poraacutenea de Meacutexico n 46 julio-diciembre 2013 p 21-140

HeIdegger Martin El ser y el tiempo trad de Joseacute Gaos Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1986

Ontologiacutea Hermeneacuteutica de la facticidad trad de Jaime Aspiunza Madrid Alianza 1999

Ser y tiempo trad de Jorge Eduardo Rivera Santiago de Chile Editorial Universitaria 2002

orsquogorMan Edmundo Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Meacutexico Uni-versidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2006

La idea del descubrimiento de Ameacuterica Historia de esa interpretacioacuten y criacutetica de sus fundamentos Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1976

La invencioacuten de Ameacuterica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2006

segura PeraIta Carmen Hermeneacuteutica de la vida humana en torno al infor-me Natorp de M Heidegger Madrid Trotta 2002

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50 historia y meacutetodo en el siglo xx

vIgo Alejandro Arqueologiacutea y aleteiologiacutea y otros estudios heideggerianos Buenos Aires Biblos 2008

ldquoComprensioacuten como experiencia de sentido y como acontecimien-to Los fundamentos de la concepcioacuten gadameriana del Verstehenrdquo Alea Revista Internacional de fenomenologiacutea y hermeneacuteutica Documenta Universitaria Barcelona v 8 2010

volPI Franco ldquoDasein comme praxis lrsquoassimilation et la radicalisation hei-deggerienne de la philosophie pratique drsquoAristoterdquo en Franco Volpi (ed) Heidegger et lrsquoideacutee de la pheacutenomeacutenologie Dordrecht (Holanda) Kluwer Academic Publishers 1988

Heidegger e Aristotele Padua Daphne Editrice 1984

Heidegger y Aristoacuteteles trad de Mariacutea Julia De Ruschi Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2012

ldquoLa trasformazione della fenomenologia da Husserl a Heideggerrdquo Theoria v 4 1984

xolocotzI Aacutengel Fenomenologiacutea de la vida faacutectica Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2004

Subjetividad radical y comprensioacuten afectiva Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2007

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Michel de Certeau (1925-1986) y la diferencia como loacutegica procedimental

de la historiaEpistemologiacutea sistema operativo

y proceso metoacutedico

Fernando betancourt MartiacutenezUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

Introduccioacuten

ldquoUn seminario es un laboratorio comuacuten que permite a cada uno de los participantes articular sus praacutecticas y sus propios conocimientosrdquo1 Asiacute inicia una intervencioacuten de Michel de Certeau sobre la naturaleza del seminario mdashun conversadero afirma de entradamdash soacutelo para in-cluirse de inmediato en el gesto mismo que refiere a esas praacutecticas y a esos conocimientos El teacutermino intervencioacuten alude directamente a una situacioacuten donde el locutor se inserta en aquello que motiva una descripcioacuten o reflexioacuten Contrario a la manera en que se han justificado las opiniones o los juicios desde Descartes el observador no necesita maacutes que buscar observarse a siacute mismo en la propia ope-racioacuten de observacioacuten2 El gesto de De Certeau recusa aquella pres-cripcioacuten tan cara para la tradicioacuten reflexiva moderna y que encuen-tra en el alejamiento del objeto escrutado la uacutenica manera de asegurar objetividad lo que implica la instauracioacuten de un observador flotante nunca coincidente con lo que examina

1 Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo en Carmen Rico de Sotelo (coord e intr) Relecturas de Michel de Certeau Meacutexico Universidad Catoacutelica de UruguayPon-tificia Universidad JaverianaUniversidad Iberoamericana 2006 p 43

2 ldquoEl concepto de observacioacuten debe echar mano de todas las disposiciones de teoriacutea circular (construccioacuten operativa de los sistemas clausura operativa autopoiesis) para poder entender coacutemo es posible que una observacioacuten pueda producirse a siacute misma al producir observacioacutenrdquo Niklas Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas lecciones publicadas por Javier Torres Nafarrate Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de Occidente 2009 p 152

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52 historia y meacutetodo en el siglo xx

El nivel del observador trascendental garantizaba que las per-cepciones generadas no dependieran de criterios autorreferenciales puesto que el orden descrito estaba incapacitado para aportar ele-mentos determinantes es objeto dispuesto para un ejercicio de des-velamiento A la par de desentenderse de ese orden como orden construido el observador tampoco se incluiacutea en la descripcioacuten como elemento taxativo y configurante de lo observado Hasta hace poco esta norma no podiacutea ser materia de revisioacuten criacutetica puesto que no se habiacutea notado que la operacioacuten de observacioacuten depende de distin-ciones que soacutelo tienen sentido para la propia operacioacuten La heterorre-ferencialidad estaba inscrita en toda la gama de cualidades anexadas al sujeto observador y gracias a las cuales podiacutea tomar nota de las realidades circundantes siempre y cuando sus juicios expresaran la diferencia ontoloacutegica habida entre eacutel como sujeto y esas realidades de las cuales se diferenciaba Pero ya la indicacioacuten formulada por De Certeau nos muestra que estamos en otra disposicioacuten reflexiva

Lo decisivo en esa experiencia de los conversaderos mdashfinalmente una ldquopoliacutetica de la palabrardquomdash no estaacute en circunscribir una exteriori-dad respecto al seminario y gracias a la cual se permita proyectar hacia adentro el juego de las identidades o las homogeneidades pues la diferenciacioacuten es un proceso interno3 En estos comentarios formulados por De Certeau dos cuestiones centrales se interrelacio-nan el papel que desempentildea la diferencia y la circularidad que se expresa en su despliegue loacutegico Ambos aspectos conforman la base de sustentacioacuten para una epistemologiacutea histoacuterica que en mi opi-nioacuten constituye uno de los esfuerzos sobresalientes de Michel de Certeau Precisamente respecto al seminario se destacan dos

3 ldquoLa experiencia del tiempo comienza en un grupo con la explicitacioacuten de su plu-ralidad Es necesario reconocerse diferentes (de una diferencia que no puede ser supe-rada por ninguna posicioacuten magisterial por ninguacuten discurso particular por ninguacuten fervor festivo) para que un seminario se transforme en una historia comuacuten y parcial (un trabajo sobre y entre diferencias) y para que la palabra se vuelva el instrumento de una poliacutetica (el elemento linguumliacutestico de conflictos de contratos de sorpresas en suma de procedimientos lsquodemo-craacuteticosrsquo)rdquo Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo p 44 Los tres teacuterminos resaltados por De Certeau con cursivas mdashtiempo historia poliacuteticamdash aluden a tres series que despliegan diferencias cada una seguacuten una loacutegica de la repro-duccioacuten recursiva de siacute mismas

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53MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

precisiones coincidentes con el papel que ejerce la diferencia y con el caraacutecter autorreferencial del trabajo cientiacutefico

Primero un corte o una serie de cortes (principio de limitabilidad) que deben ser explicitados y que articulan los ldquomodelos teoacutericosrdquo movilizados en ciertas aacutereas de investigacioacuten o del conocimiento Se trata en este caso de establecer liacutemites prescritos que se desprenden de una particularidad pero que permiten volver tratable aquello que queda en su interior es un ejercicio de formalizacioacuten en sentido claacute-sico A continuacioacuten y a partir de esta formalizacioacuten se busca abrirse a posibles desviaciones a nuevas experiencias y preguntas que mues-tran la fragilidad de los liacutemites establecidos (principio de contingencia o deriva) Se trata en el primer caso de un ejercicio de extraccioacuten gesto etnoloacutegico por excelencia aislar unas praacutecticas para delimitar un cam-po de acometida De Certeau reconoce con ello la funcioacuten y la utilidad de la determinacioacuten mdashhacer cortes establecer distincionesmdash pues es con esto como se posibilitan las modalidades del trabajo de in-vestigacioacuten Despueacutes del aislamiento segundo caso se introduce el reconocimiento de la arbitrariedad de esos liacutemites por medio de interrogaciones generadas a partir del campo establecido

Es en el segundo momento donde se produce una inversioacuten res-pecto a las reglas del campo inaugurado y cuyo objetivo es trans-gredir esos liacutemites con nuevos problemas generando de esta mane-ra variaciones significativas para ser tratadas posteriormente La diferencia se encuentra al inicio (definir cortes establecer liacutemites) y se busca establecerla tambieacuten como producto del trabajo cientiacutefico mismo pero desde los criterios y las operaciones puestas en marcha originalmente sin necesidad de ir maacutes allaacute de la naturaleza de las operaciones utilizadas (circularidad)4 Esta forma de tratamiento genera un marco a partir del cual plantear las cuestiones de orden metoacutedico o procedimental sin necesidad de acudir a la nocioacuten con-vencional de meacutetodo como secuencia loacutegica estricta

4 ldquoLos lsquomodelosrsquo teoacutericos propuestos tienen por funcioacuten recortar unos liacutemites (la particularidad de mis preguntas) y hacer posibles unas desviaciones (la expresioacuten de experiencias y de otras preguntas) Por ahiacute comienza un trabajo comuacuten que crea acon-tecimientos una serie de diferenciaciones permite a cada uno especificar paso a paso su propio camino en la masa de informaciones intercambiadasrdquo Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo p 45

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54 historia y meacutetodo en el siglo xx

Por otro lado llama la atencioacuten que este enfoque epistemoloacute-gico estaacute presente incluso en su visioacuten sobre el quiebre de la fun-cioacuten que la teologiacutea veniacutea cumpliendo en Occidente y sobre el traslado moderno de las problemaacuteticas centrales que constituiacutean su campo de estudio a la esfera de competencia de las ldquociencias humanasrdquo5 Tambieacuten dicha condicioacuten episteacutemica estaacute presente en sus estudios sobre la miacutestica Asiacute el fenoacutemeno miacutestico como ldquofi-gura de pasordquo termina por deshacer los grandes postulados medie-vales al introducir de manera radical otro lugar de enunciacioacuten6 De igual manera la temaacutetica epistemoloacutegica es central en las re-flexiones que dedicoacute al saber histoacuterico En efecto el orden del saber histoacuterico que lo capacita para instaurar en todo aacutembito moderno la ambiguumledad del tiempo por un lado y la falta radical de lo real en sus formas de saber por otro se encuentra instituido como espacio de operacioacuten especiacutefico7

En cada estudio particular aparece esta cuestioacuten en condiciones limitadas temaacuteticamente pero que pueden ser consideradas como formas de manifestacioacuten de una preocupacioacuten general toda obser-vacioacuten introduce una diferencia que depende del propio observador y no de los objetos observados Precisamente el objetivo del presen-te estudio consiste en explorar esta propuesta de epistemologiacutea histoacuterica con el fin de delimitar el campo reflexivo de la metodolo-giacutea entendiendo esta uacuteltima dimensioacuten como forma de aplicacioacuten operativa determinante iquestCoacutemo reintroducir la diferencia en el aacuterea procedimental del saber histoacuterico iquestQueacute consecuencias epis-temoloacutegicas acarrea la diferenciacioacuten como instancia central en las observaciones historiograacuteficas Eacutestas son las interrogaciones medulares que han guiado una relectura de la obra de Michel de Certeau

5 Michel de Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo en La debilidad del creer trad de Viacutector Goldstein Buenos Aires Katz 2006 p 191-230

6 Michel de Certau La faacutebula miacutestica Siglos xvi y xvii trad de Jorge Loacutepez Moc-tezuma revisioacuten teacutecnica de Roberto Flores y Luce Giard Meacutexico Universidad Ibe-roamericana 1993

7 Michel de Certeau La escritura de la historia 2a trad de Jorge Loacutepez Moctezuma Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993

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La epistemologiacutea histoacuterica como constructivismo

La epistemologiacutea histoacuterica vincula de una manera diferente los proce-sos cognitivos con consideraciones ontoloacutegicas de tal manera que ahora son las categoriacuteas los conceptos y sus articulaciones teoacutericas asiacute como los procesos metoacutedicos aplicados los que establecen y de-terminan los objetos estudiados Al contrario de esa supuesta espon-taneidad realista que se instala al nivel de la percepcioacuten de los objetos del mundo este enfoque asume que no puede considerarse un solo protocolo de justificacioacuten de las creencias y una sola modalidad de sistematizacioacuten La historicidad como factor epistemoloacutegico muestra la variabilidad en cuanto a las modalidades de descripcioacuten donde el mundo soacutelo es posible a partir de la operacioacuten de observacioacuten involucrada y de los criterios movilizados en ella En tal sentido la pasioacuten por la alteridad mostrada por De Certeau como problema cen-tral que motiva la reflexioacuten se encuentra en constante relacioacuten con la necesidad de reconocer las particularidades desde donde se ar-ticulan los discursos8

La situacioacuten que abre la modernidad a partir del siglo xvII estaacute dominada por la falta de certezas uacuteltimas Se trata de un mundo cultural donde la carencia de garantiacuteas se convierte en su nuacutecleo constitutivo por lo que la diferencia se instituye como elemento fun-dante y no como una situacioacuten inconveniente que hay que superar Pero lo anterior exige sacar consecuencias de gran importancia La pluralidad de lugares desde donde se proyectan los horizontes in-terpretativos mdashesa diferencia fundantemdash alcanza a los propios ldquohe-chos religiososrdquo para ser inteligibles ahora encuentran su lugar en el seno de los sistemas y ya no maacutes en el campo de la dogmaacutetica En otras palabras soacutelo puede hablarse de cognicioacuten en el aacutembito de un proceso sistemaacutetico que tiene la cualidad de reproducirse a siacute mismo

El valor que tiene esta apreciacioacuten es inequiacutevoca en De Certeau y alcanza dimensioacuten epistemoloacutegica en su particular definicioacuten del teacutermino sistema rdquoPor lsquosistemarsquo hay que entender no la realidad de

8 Cfr Franccedilois Dosse ldquoDe Certeau un historiador de la alteridadrdquo en Perla Chinchilla (coord) Michel de Certeau un pensador de la diferencia Meacutexico Universidad Iberoamericana 2009 p 13-39

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una infraestructura o un todo aislable sino el modelo interpretativo constituido y verificado por una praacutectica cientiacutefica es decir una organizacioacuten coherente de los procedimientosrdquo9 El campo del co-nocimiento histoacuterico estaacute constituido por un conjunto de praacutecticas articuladas y constantemente ejecutadas mdashldquouna organizacioacuten cohe-rente de los procedimientosrdquo como sentildealoacute De Certeaumdash que redis-tribuye el conjunto de formalidades establecidas Definiendo crite-rios y estableciendo distinciones en cuanto niveles de anaacutelisis el sistema se capacita para tratarlos como elementos pertenecientes a praacutecticas socioloacutegicas econoacutemicas poliacuteticas culturales Las ciencias sociales incluyendo a la propia historiografiacutea se muestran como estructuras racionales que combinan procedimientos y cuyos resul-tados son observaciones siempre determinadas por el conjunto de las decisiones previas

El rasgo anterior viene a ser lo cientiacutefico propiamente dicho un conjunto racional operativo que delimita campos de objetos a tratar establece con precisioacuten las modalidades de esos tratamientos y los tipos de anaacutelisis correlativos a ellos a la par de especificar las reen-tradas constantes de los resultados en el circuito ya constituido Estos resultados son ldquodesarrollosrdquo permitidos gracias al ldquoaislamien-to de un campo propiordquo y dependen en cuanto a su reproduccioacuten de la ldquonormalizacioacutenrdquo de los procedimientos instituidos10 Esta des-cripcioacuten de la praxis cientiacutefica acota para todas las implicaciones que se siguen de ella lo que es una perspectiva constructivista Por lo tanto los elementos centrales de operacioacuten y su relacioacuten con luga-res se combinan de manera compleja con las dos nociones previa-mente aisladas diferencia y circularidad Sus combinaciones analiacute-ticas estaacuten interrelacionadas de forma diversa en el campo de la propia operacioacuten historiograacutefica11 Se deja ver en este constructivismo

9 De Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo p 199 nota 1310 Ibidem p 20411 Si bien su consideracioacuten sobre dicha nocioacuten en cuanto al juego constantemente

reiterado de combinaciones entre ldquolugar sociales praacutecticas cientiacuteficasrdquo y escrituras es conducido bajo su percepcioacuten del coacutemo se hace la historia no deja de tener una base epistemoloacutegica en un fuerte sentido constructivista En la siguiente cita esto se hace notar con toda precisioacuten ldquoEl teacutermino cientiacutefico bastante sospechoso en el conjunto de las lsquociencias humanasrsquo (donde se le sustituye por el teacutermino de anaacutelisis) no lo es menos

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operativo la importancia que adquiere la dimensioacuten temporal de la propia operacioacuten mdashun conjunto de procedimientos normalizados enlazados entre siacute que se autorregulanmdash pues la ordenacioacuten que conduce de un procedimiento a otro no puede darse en teacuterminos de inmediatez sino de secuencia o sucesioacuten

La operacioacuten en su conjunto se encuentra temporalmente esta-blecida aunque sin duda condicionada al presente de su ejecucioacuten La operacioacuten como conjunto se descompone en lo que De Certeau denomina procedimientos que no son otra cosa que operaciones sin-gulares enlazadas con otras Esto por supuesto requiere tiempo en su realizacioacuten pero la diferencia es central en los enlaces entre ope-raciones De tal forma que su ejecucioacuten supone la ampliacioacuten de di-ferencias siempre y cuando puedan ser tratadas en el interior del sistema con las mismas formas operativas Esta articulacioacuten constan-te entre diferencia y circularidad son rasgos centrales en la visioacuten constructivista claacutesica y coincidente en sus aspectos generales con lo apuntado por Heinz von Foerster uno de los grandes impulsores de la ciberneacutetica de segundo orden En uno de esos pequentildeos trabajos que tienen la cualidad de sintetizar el cuacutemulo de apreciaciones teoacute-ricas y praacutecticas realizadas previamente Von Foerster aiacutesla dos pun-tos centrales del constructivismo que tienen importancia relevante para plantear en sus propias palabras ldquouna nueva epistemologiacuteardquo

A tiacutetulo de declaraciones la primera de ellas establece que el constructivismo es en siacute mismo ya una epistemologiacutea por lo que resulta trivial preguntarse por la impronta de esta postura en teacutermi-nos de problemaacutetica cognitiva Pero lo que continuacutea tiene grandes implicaciones en cuanto al problema de la autorreferencia o la cir-cularidad el constructivismo es una peculiar epistemologiacutea que debe dar cuenta de siacute misma desde siacute misma Es una epistemologiacutea de la epistemologiacutea12 Asiacute la epistemologiacutea es una forma de autorreflexioacuten

en el campo de las lsquociencias exactasrsquo en la medida en que este teacutermino nos remite a leyes Se puede definir sin embargo con este teacutermino la posibilidad de establecer un conjun-to de reglas que permitan lsquocontrolarrsquo operaciones proporcionadas a la produccioacuten de objetos determinadosrdquo De Certeau La escritura de la historia p 68

12 Luhmann introduce la expresioacuten investigacioacuten de la investigacioacuten para dar cuenta de esa forma de circularidad propia de la reflexioacuten epistemoloacutegica tomando precisa-mente como referencia central a Heinz von Foerster Esta expresioacuten precisa la modalidad

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de las ciencias sobre ellas mismas al punto que como teoriacutea cogniti-va soacutelo puede autocontenerse En De Certeau los ldquomodelos teoacutericosrdquo que presuponen cortes o liacutemites donde lo significativo estaacute en lo que queda dentro del campo delimitado presentan la cualidad de esta-blecer una referencia soacutelo a partir de esas liacuteneas divisorias establecidas con anterioridad Por eso puede decirse que los modelos se aplican a siacute mismos y a los objetos que ellos determinan a partir de los criterios movilizados La segunda declaracioacuten de Von Foerster es la siguiente ldquocada vez que surge la pregunta de si algo es inventado o descubier-to entonces el constructivista es identificable o seraacute reconocido como aquel que tiende a responder lsquoEsa cosa ha sido inventadarsquo rdquo13

Esta segunda afirmacioacuten retoma los trabajos de Kronecker y Brou-wer sobre los objetos matemaacuteticos No soacutelo refiere la asercioacuten a la cualidad por la cual los preceptos previos de orden teoacuterico determinan la referencialidad de los teacuterminos involucrados sino que expresa su complementacioacuten con la autorreferencia sentildealada en la primera de-claracioacuten Dicha complementacioacuten se produce en la necesaria espe-cificacioacuten sobre la autorreflexioacuten se trata ya de una observacioacuten de segundo orden esto es una observacioacuten que observa observaciones No cabriacutean dudas respecto a que las posturas epistemoloacutegicas hasta ahora presentadas de Michel de Certeau suponen ya un nivel tal de reflexividad sostenido insistentemente en su obra14 Si la reflexividad

de autoobservacioacuten en que consiste la reflexividad del sistema ciencia Es una forma de reflexioacuten sobre la propia investigacioacuten y por tanto una variante de la autopoiesis del sistema Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad trad de Silvia Pappe Brunhilde Erker y Luis Felipe Segura bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Nafarrate Meacutexico Univer-sidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de OccidenteAnthropos 1996 p 420

13 Heinz von Foerster ldquoPor una nueva epistemologiacuteardquo Metapoliacutetica Meacutexico v 2 n 8 p 629 Disponible en httpecologiahumanaclpdfPOR20UNA20NUEVA20EPISTEMOLOGIApdf (fecha de consulta 19 de diciembre de 2013) Veacutease tambieacuten del mismo autor Observing Systems con una introduccioacuten de Francisco J Varela Seaside (California) Intersystems Publications 1981

14 Michel de Certeau La posesioacuten de Loudun edicioacuten revisada por Luce Giard trad de Marcela Cinta Meacutexico Universidad Iberoamericana 2012 Creo que este libro puede leerse en perspectiva epistemoloacutegica Pero son particularmente notorias las coordenadas constructivistas en los comentarios que hace De Certeau sobre el papel de los meacutedicos en ese famoso caso de posesioacuten diaboacutelica Veacutease al respecto el capiacutetulo 9 ldquoTeratologiacutea de la verdadrdquo p 139-169

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es vista como operacioacuten especiacutefica del sistema ese factor estaacute en re-lacioacuten directa con la cualidad de la observacioacuten de segundo orden que es tambieacuten una operacioacuten Se trata del problema de coacutemo obser-var al observador y que se encuentra en la base misma de la episte-mologiacutea constructivista

La ldquooperacioacuten historiograacuteficardquo analizada por De Certeau en la Escritura de la historia consiste en un ejercicio de racionalizacioacuten que se enfrenta directamente con ese problema es decir iquestcoacutemo observar al observador en un campo operativo particular15 En este caso se trata de aislar las distinciones utilizadas convencionalmente en las observaciones historiograacuteficas que adquieren el nivel de observa-ciones de primer orden Si la disciplina histoacuterica es un sistema observador se ve obligada a incrementar sus posibilidades de va-riacioacuten y control por medio de lo que Alfonso Mendiola ha denomi-nado ldquogiro historiograacuteficordquo Dicho giro expresa en pleno siglo xx una situacioacuten maacutes o menos generalizada por lo que la obra de Mi-chel de Certeau puede incluirse en un escenario mayor caracteriza-do por el paso a una descripcioacuten autorreferencial de la ciencia histoacute-rica16 Se debe tomar en cuenta que esa funcioacuten autorreflexiva es un componente crucial de la propia investigacioacuten que se lleva a cabo al punto en que no puede desarrollarse investigacioacuten alguna sin los elementos que aporta

Asiacute ldquola investigacioacuten de la investigacioacutenrdquo o el giro historiograacute-fico para el caso de la ciencia histoacuterica pertenecen a ese campo empiacuterico que es al mismo tiempo su objeto central de deliberacioacuten Tal situacioacuten supone una restriccioacuten de principio no estaacute a su alcan-ce dar cuenta exhaustiva del sistema observado de la misma mane-

15 Dos nuevas cuestiones sobresalen seguacuten Luhmann del trabajo de von Foerster Ambas en relacioacuten con la apreciacioacuten de coacutemo observar lo inobservable por medio de otra observacioacuten que se dirige a las distinciones utilizadas previamente Primero iquestel conocimiento es soacutelo posible debido a que el sistema que lo produce es un sistema ce-rrado operativamente Segundo iquesthay valores propios en el ejercicio de la observacioacuten de primero y segundo orden que permita su continuidad estable Niklas Luhmann ldquoiquestCoacutemo se pueden observar estructuras latentes en Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Homenaje a Heinz von Foerster trad de Cristoacutebal Piechocki Barcelona Paidoacutes 1995 p 69-70

16 Alfonso Mendiola ldquoEl giro historiograacutefico la observacioacuten de observaciones del pasadordquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2000 p 191 y s

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ra que lo podriacutea hacer un observador externo por lo menos en teacuterminos ideales Esta presuposicioacuten de un observador que puede ser descrito independientemente de la operacioacuten que lleva a cabo ha acompantildeado a las nociones modernas de objetividad y verdad por lo menos desde el siglo xvII Por tanto tampoco forma parte de sus atribuciones mdashdejando de lado las presuposiciones ontoloacutegi-casmdash normar las operaciones en su conjunto y ordenarlas secuen-cialmente de manera teleoloacutegica Maacutes bien la autorreflexioacuten per-mite orientar si por tal nocioacuten se entiende restringir ldquoel repertorio de aquellas operaciones que el sistema puede ejecutarrdquo antes que establecer todas las condiciones que conducen hacia los ldquoestados finalesrdquo del sistema17 Si se habla de control y orientacioacuten entonces la competencia de la investigacioacuten de la investigacioacuten (epistemo-logiacutea) se conjuga en un tipo de conduccioacuten recursiva modulada autorreflexivamente

Si bien la observacioacuten de primer orden es una forma que reduce complejidad mdashexpresa una distincioacuten y una indicacioacuten orientando el conjunto operativo hacia lo que se deriva de la segunda instanciamdash la observacioacuten que observa esta operacioacuten implica ya otra distincioacuten Pero este enlace es signo de un entramado recurrente de otros enla-ces al punto de introducir con cada observacioacuten enlazada mayor complejidad Este aumento es un efecto deducido desde el procesa-miento de observaciones recurrentes que permiten por su propia reiteracioacuten establecer la unidad del sistema Su dinaacutemica operativa necesita por tanto de mayores niveles de recursividad al no haber criterios finales de certeza o correspondencia con lo real en los re-sultados aportados lo que se infiere ya en la propia nocioacuten de au-torreflexividad18

17 ldquoLa orientacioacuten no es otra cosa que restriccioacuten de las capacidades de conexioacuten internas por medio de operaciones expresamente diferenciadas para ello susceptibles ellas mismas de una conexioacutenrdquo Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad p 241

18 ldquoEl punto decisivo de la observacioacuten de segundo orden consiste entonces en que es una observacioacuten de primer orden especializada en la ganancia de complejidad Este aumento de complejidad se efectuacutea en la medida en que se renuncia a la confirmacioacuten uacuteltima de validez y de las seguridades ontoloacutegicas y en la medida en que ya no se puede apelar a las formas esenciales de los contenidos del mundordquo Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas p 169

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La condicioacuten histoacuterica del saber moderno lo no sabido

Entonces si la epistemologiacutea como autorreflexioacuten es una forma sis-temaacutetica de producir observaciones de segundo orden el problema central que se presenta mdashcomo ya se ha sentildealadomdash consiste en coacutemo observar lo inobservable el punto ciego o latente que permite todo ejercicio historiograacutefico o cientiacutefico Es en esta problemaacutetica donde De Certeau sigue de cerca los estudios llevados a cabo por Michel Foucault ejercicio que ha dado pie a varios escritos reunidos en su libro Historia y psicoanaacutelisis19 En teacuterminos generales la tesis resalta-da por De Certeau en su lectura de Las palabras y las cosas puede ser formulada de la siguiente manera en toda configuracioacuten de saber el conjunto de las ldquopositividadesrdquo que se abren para el conocimiento estaacuten permitidas por un suelo arqueoloacutegico que viene a ser su impen-sado un no sabido20 Eso que permite los ejercicios de saber moderno incluso anclados en la nocioacuten hombre (sujeto que conoce y se conoce) no es susceptible de clarificacioacuten con los mismos instrumentos con los que esos saberes se dotan de potencial cognitivo

Los criterios que posibilitan pensar el orden mdashcondicioacuten para los saberes modernos sobre la vida el trabajo y el lenguajemdash estaacuten por debajo de la razoacuten que los sustenta por eso se muestran soacutelo como su alteridad Si la modernidad instaura diversos ldquocampos epistemo-loacutegicosrdquo su condicioacuten de posibilidad no le es accesible desde ellos mismos desde sus propias positividades ni de sus capacidades ana-liacuteticas Sin embargo no cesa de reencontrar sus huellas desplazadas

19 Michel de Certeau Historia y psicoanaacutelisis entre ciencia y ficcioacuten 2a ed trad de Alfonso Mendiola Meacutexico Universidad Iberoamericana 2003

20 ldquoNo se trataraacute de conocimientos descritos en su progreso hacia una objetividad en la que al fin puede reconocerse nuestra ciencia actual lo que se intentaraacute sacar a la luz es el campo epistemoloacutegico la episteme en la que los conocimientos considerados fuera de cualquier criterio que se refiera a su valor racional o a sus formas objetivas hunden su positividad y manifiestan asiacute una historia que no es la de su perfeccioacuten creciente sino la de sus condiciones de posibilidad en este texto lo que debe aparecer son dentro del espacio del saber las configuraciones que han dado lugar a las diversas formas de conocimiento empiacuterico Maacutes que una historia en el sentido tradicional de la palabra se trata de una lsquoarqueologiacutearsquordquo Michel Foucault Las palabras y las cosas una arqueologiacutea de las ciencias humanas 24a ed trad de Elsa Cecilia Frost Meacutexico Siglo XXI 1996 p 7

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y manifestadas como lapsus esta disposicioacuten episteacutemica viene a ser lo latente para esas formas de racionalidad modernas La expresioacuten anterior muestra la gran importancia que tiene el psicoanaacutelisis para abordar tambieacuten desde otro aacutengulo la misma problemaacutetica Ese elemento latente mdashel punto ciego de la observacioacutenmdash es ldquouna falla internardquo ldquoel significante de un significado imposible de enunciarrdquo21

El modo de ser del orden revela en la esfera maacutes general de la cultura una loacutegica gobernada por la diferencia donde esa loacutegica no es accesible a una descripcioacuten pormenorizada ni mucho menos a un desvelamiento total por medio de la razoacuten analiacutetica La proble-maacutetica anterior acarrea dos grandes consecuencias Primero ya la propia observacioacuten que se produce en las ldquosuperficiesrdquo desplegadas del orden en cuanto a los seres vivos en la labor sin teacutermino de los seres humanos para garantizar su reproduccioacuten material o en ese espacio donde se despliega su ilimitada capacidad expresiva in-troduce incesantemente distinciones que determinan los propios productos cognitivos como sistemas operantes mdashlas ciencias hu-manas en la perspectiva de Foucaultmdash Por tanto pueden estable-cerse diferentes plataformas histoacutericas de observacioacuten es decir diversos modos de hacer distinciones de considerar o evaluar incluso si se quiere de juzgar Atenieacutendose a uno de los lados de la distincioacuten involucrada se coloca la otra instancia como lo impliacutecito o lo latente en la operacioacuten que lleva a cabo bajo la consideracioacuten de que sin ella no seriacutea posible como tal es decir como observacioacuten

Se puede decir que este observador del mundo y que lo instituye al observarlo a partir de distinciones no tiene acceso a la unidad de la diferencia de la cual parte Lo que conduce a la segunda consecuen-cia El procedimiento arqueoloacutegico que introduce Foucault es en opinioacuten de Michel de Certeau un ejercicio autorreflexivo que busca observar lo inobservable introduciendo para ello maacutes distinciones

21 De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 77 La importancia para De Certeau de Las palabras y las cosas ha sido resaltada por Alfonso Mendiola La interpretacioacuten presentada arriba debe mucho a los sentildealamientos que realizoacute en torno a esa ldquocondicioacuten de posibili-dadrdquo para los ordenamientos de saber modernos esto es como una forma de acceso al punto ciego de toda observacioacuten la observacioacuten de la observacioacuten Cfr Alfonso Mendio-la ldquoEl conflicto o la unioacuten en la diferencia institucioacuten creencia y herejiacutea en Michel de Certeaurdquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 30 2008 p 43 y s

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por lo que estaacute en condiciones de acceder a la unidad de la dife-rencia utilizada Esto coincide con la epistemologiacutea de la epistemologiacutea si consideramos que su aspiracioacuten es la de poder observar la uni-dad de la distincioacuten utilizada por medio de otra observacioacuten pero donde esa observacioacuten segunda tambieacuten moviliza distinciones sin llegar a ver su propia unidad es decir su propio punto ciego22 Estos modos de lo observable no pueden alcanzar otro rango que no sea el de productos provisionales23

Esa cualidad es mdashpara todo efecto praacutectico que es lo que aquiacute interesamdash la caracteriacutestica maacutes llamativa de la operacioacuten cientiacutefica en general e involucra el hecho de que todos los resultados aporta-dos son propiamente efectos inducidos a partir de la aplicacioacuten de modelos Su naturaleza contingente estaacute definida por las distinciones que en el inicio del proceso de observacioacuten predeterminan el con-junto de elementos que se siguen de eacutel incluyendo las operaciones sucesivas en teacuterminos de continuacioacuten recursiva Pero nada garan-tiza la validez de la distincioacuten utilizada frente a otras posibles por lo que la contingencia de la operacioacuten cientiacutefica estaacute en relacioacuten directa con el caraacutecter siempre relativo es decir histoacutericamente variable Esta situacioacuten determina todos los elementos organizacio-nales que se delimitan a partir de uno de los polos de la distincioacuten Ese punto ciego de toda observacioacuten (lo latente) incluida la de se-gundo orden es inobservable y por eso se encuentra maacutes allaacute de una justificacioacuten racional en sentido loacutegico24 De esta paradoja mdashuna

22 Cfr Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas p 167 y s23 ldquoLo heterogeacuteneo es a la vez lo estimulante y lo inadmisible Es la herida de un

racionalismo Hay por tanto dos niveles en el desarrollo del problema por una parte la comprensioacuten de un sistema que es diferente por otra la exigencia de una colocacioacuten reciacuteproca de sistemas concebidos como lsquomodos de ser diferentes del ordenrsquo Lo mar-ginal nos enviacutea a una estructura esencial o a un lsquoesquemarsquo sobre el cual se inscriben y coordinan analogiacuteas u oposiciones para nosotros impensablesrdquo De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 82

24 ldquoEl teorema de Goumldel ha demostrado los liacutemites de la demostracioacuten loacutegica en el seno de sistemas formalizados complejos eacutestos comportan al menos una proposicioacuten que es indecible lo que hace que el conjunto del sistema sea indecible Lo que es inte-resante en esta idea es que se la pueda generalizar todo sistema conceptual suficiente-mente rico incluye necesariamente cuestiones a las que no puede responder desde siacute mismo pero a las que soacutelo se puede responder refirieacutendose al exterior de ese sistemardquo

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racionalidad sostenida por su contrariomdash tampoco puede desem-barazarse el conocimiento histoacuterico

Asiacute entendida la observacioacuten de una observacioacuten mdashla episte-mologiacutea de la epistemologiacuteamdash viene a ser el prototipo por excelen-cia de la autorreflexioacuten es decir esa capacidad reivindicada ince-santemente por De Certeau de cuestionar el propio hacer y decir en el aacutembito de una operacioacuten siempre localizada en alguacuten punto del sistema y ligada necesariamente a un tiempo de ejecucioacuten Por su-puesto la lectura que De Certeau llevoacute a cabo de Foucault no se queda en este punto tan importante y que tuvo consecuencias de gran relevancia para su propia obra Es posible decir que la recupe-racioacuten que llevoacute a cabo de esa problemaacutetica arqueoloacutegica actuacutea como marco general de referencia que por otros caminos ya De Certeau habiacutea identificado y desarrollado Me refiero a un apartado de su famoso estudio dedicado a la operacioacuten historiograacutefica25

Es ahiacute donde nuestro autor desarrolloacute una visioacuten muy aguda respecto al estatuto metoacutedico de la ciencia histoacuterica concordante ademaacutes con el papel central que para eacutel teniacutea la diferencia como loacutegica desplegada Es en la esfera de la aplicacioacuten metodoloacutegica o de modelos donde se plasma con mayor claridad la impronta de un trabajo que no cesa de construir diferencias a partir de otras diferencias todo en el sentido de un trabajo criacutetico Es necesario precisar que la nocioacuten de modelo en su perspectiva supone la con-juncioacuten de un momento teoacuterico con una aplicacioacuten praacutectica en teacuter-minos de investigacioacuten empiacuterica El primer aspecto el teoacuterico inclu-ye conjuntos conceptuales pero ligados a una expansioacuten discursiva eacutestas son propiamente las teoriacuteas formuladas desde diversos campos del conocimiento social En tanto este nivel implica competencia dis-cursiva puede hablarse de campos semaacutenticos que permiten dicha conjuncioacuten teoacuterica y praacutectica

Pero esta postura puede ser ampliada a una visioacuten maacutes abarcan-te del proceso operativo mismo existe interdependencia sistemaacuteti-

Edgar Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo Gazeta de Antropologiacutea n 20 2004 p 8-9 Disponible en httpwwwugres~pwlacG20_02Edgar_Morinpdf (fecha de consulta 20 de diciembre de 2013)

25 Ese apartado se titula ldquoHacer resaltar las diferencias las desviaciones del modelordquo en De Certeau La escritura de la historia p 90 y s

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camente establecida entre proceso metoacutedico y marco general de referencia Este uacuteltimo elemento expresa el condicionamiento teoacuterico de toda investigacioacuten empiacuterica Pero lo que es necesario incluir ya como factor teoacuterico central radica en la cualidad autorreflexiva ya mencionada En otras palabras no puede haber investigacioacuten ni aplicacioacuten metoacutedica sin teoriacuteas autorreferenciales26 Esta situacioacuten alcanza al propio estatuto del documento histoacuterico pues este corpus textual estriba en un producto concertado y guiado por el conjunto de decisiones previas adoptadas La masa de documentos histoacutericos es generada y cargada de significacioacuten particular para la investigacioacuten soacutelo porque ha sido transformada previamente en cuerpo textual Al ser articulados a un espacio particular adquieren una competencia discursiva diferente mdashla propia de la disciplina histoacutericamdash por lo que esas escrituras pueden ser sometidas a una variedad de tratamientos

Eacutestos van desde la especificacioacuten de criterios de eleccioacuten la uti-lizacioacuten de procesos materiales o de orden teacutecnico orientados de modo tal que tienden a producir otras conformaciones (series cur-vas estadiacutesticas ciclos) pasando por la reprogramacioacuten generada a partir de una serie de valores discretos impuestos (correlaciones cuantificaciones o modalidades cualitativas) hasta su encuadre ana-liacutetico en una diversidad de sistemas conceptuales que dan pie a la especificacioacuten de relaciones (funcionales causales de analogiacutea) Esta dimensioacuten teoacuterica que preside la loacutegica operativa es expresada de la siguiente manera por De Certeau

Su praacutectica consiste en construir modelos impuestos por decisiones en ldquoreemplazar el estudio del fenoacutemeno concreto por el de un objeto

26 ldquoEsto acerca a la conclusioacuten (y muchos la han extraiacutedo) de que el historiador debe permanecer en su tarea siendo tal tarea la investigacioacuten empiacuterica y que soacutelo de ella deberiacutea obtener sus fundamentos En contra de este punto de vista sin embargo hablan dos cosas por un lado el hecho de que la autorreflexioacuten que va maacutes allaacute del desempe-ntildeo de la investigacioacuten empiacuterica es una necesidad de la ciencia [] y por el otro el hecho de que no puede haber cambios capaces de producir progreso en una ciencia que no hayan sido acompantildeados y coproducidos por una autorreflexioacuten criacutetica de la ciencia en cuestioacutenrdquo Joumlrn Ruumlsen ldquoOrigen y tarea de la teoriacutea de la historiardquo en Silvia Pappe (coord) Debates recientes en la teoriacutea de la historiografiacutea alemana trad de Kermit McPherson Meacutexico Universidad Autoacutenoma Metropolitana AzcapotzalcoUniversidad Iberoamericana 2000 p 38

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constituido por su definicioacutenrdquo en juzgar el valor cientiacutefico de dicho objeto seguacuten el ldquocampo de preguntasrdquo a las cuales puede responder y seguacuten las respuestas que proporciona y en ldquofijar los liacutemites de la sig-nificabilidad de dicho modelordquo27

Es por eso que la historia se ha convertido en un conjunto de ldquolaboratorios de experimentacioacuten epistemoloacutegicardquo28 donde lo que se pone a prueba es el valor del modelo en su doble aspecto teoacuterico y praacutectico Teoacuterico en el sentido de poder producir campos delimi-tados de estudio mdashfenoacutemenos concretos en la expresioacuten de Michel de Certeaumdash en deducir problemas pertinentes y articular interro-gaciones ajustadas a dicho campo ademaacutes de calibrar las respuestas que puede aportar Praacutectico en tanto abre la posibilidad de mensu-rar ldquolos liacutemites de significabilidadrdquo no del campo de las preguntas o las respuestas aportadas sino del propio modelo como conjunto interrelacionado De nueva cuenta nos encontramos con lo que ya habiacutea mencionado De Certeau respecto al Seminario y al trabajo de investigacioacuten Los cortes teoacutericos facultan la constitucioacuten de campos de observacioacuten a partir de distinciones De tal manera que lo teoacuterico es funcional cuando puede establecer distinciones y utilizarlas con-secuentemente esto es cuando estaacute en condiciones de explotar las operaciones que se permiten en teacuterminos de formalizacioacuten y sus conexiones subsecuentes

Posteriormente es necesario introducir un trabajo criacutetico de des-viacioacuten si por tal se entiende la especificacioacuten de nuevas preguntas que ponen en entredicho esas limitaciones formales esos cortes De los cortes se pasa a las desviaciones este proceso no reconoce el juego de las vecindades y sus coherencias como elemento central sino la posibilidad de las ldquotransgresiones loacutegicasrdquo29 El trabajo cientiacutefico en

27 De Certeau La escritura de la historia p 89 Destaco en este punto que Niklas Luhmann desarrolloacute una visioacuten maacutes que cercana de la problemaacutetica de la operacioacuten cientiacutefica La nocioacuten que utiliza en sus posturas epistemoloacutegicas es la de ldquoprogramardquo como instancia que permite establecer sin equiacutevocos los valores cientiacuteficos codificados Los programas estaacuten compuestos de teoriacuteas (enunciados y conceptos ldquopredicativosrdquo) y los meacutetodos como formas de resolver el problema especiacutefico de atribucioacuten de verdad o no verdad Cfr Luhmann La ciencia de la sociedad p 291 y s

28 Ibidem p 9729 Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidad p 9

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historia como en cualquier otra ciencia interviene en confrontacioacuten con los liacutemites impuestos todo con el fin de poder observar el otro lado de la distincioacuten Incluso para acceder en un punto particu-lar de la ejecucioacuten de dicha loacutegica autorregulativa a la unidad mis-ma de la distincioacuten utilizada aunque eacutesta soacutelo sea una situacioacuten temporalmente estabilizada En suma los laboratorios de experi-mentacioacuten epistemoloacutegica mdashesas instancias que ponen a prueba los modelosmdash se conforman como los nuacutecleos teoacuterico-metoacutedicos de la investigacioacuten histoacuterica

La diferenciacioacuten metoacutedica de la historia

Lo que destaca De Certeau es que esos modelos son trasladados al campo de la investigacioacuten histoacuterica desde otras disciplinas mientras que su aplicacioacuten al terreno de la investigacioacuten histoacuterica se cintildee al tipo de un ejercicio criacutetico de control y falsacioacuten de gran importancia para las propias ciencias o disciplinas cientiacuteficas que los originaron30 Me interesa mostrar algunas implicaciones que se pueden despren-der de la apreciacioacuten anterior La diversificacioacuten de modalidades de investigacioacuten histoacuterica y las distinciones con que cada una de ellas opera se incrementan constantemente gracias a sus aportes como resultado de la investigacioacuten Esto parece expresar la exigencia de reproduccioacuten autorreferencial por la viacutea de una ampliacioacuten continua de su base disciplinaria Esos dos aspectos son tratados por De Certeau en el sentido de una complementacioacuten por una parte respecto del empleo ldquosistemaacutetico de modelosrdquo mdashque ya son formas de diferen-ciacioacuten y que suponen variacioacuten en cuanto a las asimetriacuteas utiliza-dasmdash con aquella capacidad para identificar sus liacutemites de aplicacioacuten y ldquotransformar dichos liacutemites en problemas que puedan tratarse teacutecnicamenterdquo por otro31 Hay reproduccioacuten autorreferencial de las

30 ldquoLa historia se convierte en un lugar de lsquocontrolrsquo donde se ejercita una funcioacuten de falsificacioacutenrsquo Alliacute puede caerse en la cuenta de hasta doacutende llegan los liacutemites de significa-bilidad relativos a lsquomodelosrsquo que son lsquoensayadosrsquo uno por uno por la historia en campos ajenos a los de su propia elaboracioacutenrdquo De Certeau La escritura de la historia p 94

31 ldquoEstos dos aspectos estaacuten por lo demaacutes coordenados entre siacute puesto que si la diferencia se manifiesta gracias a la extensioacuten rigurosa de los modelos construidos se

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diversas formas de investigacioacuten histoacuterica cuando esas mismas mo-dalidades de trabajo producen maacutes diferenciaciones y distinciones a partir de diferenciaciones y distinciones previas

Las primeras las diferenciaciones se despliegan bajo un forma-to sincroacutenico segmentos sistemas de inteligibilidad o formas de racionalidad especiacuteficas Se coordinan bajo la relacioacuten de transver-salidad de manera tal que las diferencias entre ciencia econoacutemica sociologiacutea psicologiacutea social y antropologiacutea son tramitadas al interior del saber histoacuterico tambieacuten como procesos segmentados historia econoacutemica historia social historia de las mentalidades historia cul-tural etceacutetera Las segundas las distinciones de base utilizadas den-tro de cada segmento se despliegan en la investigacioacuten histoacuterica bajo criterios diacroacutenicos gracias a una distincioacuten basal de otro tipo pero caracteriacutesticamente histoacuterica la distincioacuten pasadofuturo32 Si bien la operacioacuten de todo sistema supone la necesidad de introducir estructuras de temporalidad como estas y que expresan los sucesivos estados internos del sistema bajo la diferencia entre pasado y futuro la historia se singulariza por introducir en cada distincioacuten prove-niente de las disciplinas con las que se relaciona un iacutendice de tem-poralizacioacuten por medio de la distincioacuten aludida

En este caso se trata de un proceso de reentrada de las distinciones operantes en la investigacioacuten social es decir que han sido sometidas ya a un proceso de reentrada en el interior de esas disciplinas33 Pero

vuelve significativa gracias a la relacioacuten que mantiene con ellos debido a una desviacioacuten mdashy precisamente esta desviacioacuten nos permite volver sobre los modelos para corregir-losmdash Se podriacutea decir que la formalizacioacuten de la investigacioacuten tiene precisamente como objetivo la produccioacuten de lsquoerroresrsquo mdashinsuficiencias carenciasmdash que pueden utilizarse cientiacuteficamenterdquo De Certeau La escritura de la historia p 91

32 Cfr Niklas Luhmann Sistemas sociales Lineamientos para una teoriacutea general trad de Silvia Pappe y Brunhilde Erker bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Nafarrate Meacutexico Alianza 1991 p 97 y s

33 El concepto de re-entrada (re-entry) elaborado por Spencer Brown en el marco de su trabajo sobre el caacutelculo de las formas intenta describir una capacidad especiacutefica de los sistemas autorreferenciales y autopoieacuteticos como la ciencia Ese rasgo consiste en que su operacioacuten se gesta alrededor de una distincioacuten especiacutefica distincioacuten que es constantemen-te reintroducida en su interior como forma de autoobservacioacuten esto es de autorreflexioacuten Esta capacidad al consolidarse le permite al sistema designar su propia unidad siempre en relacioacuten con un entorno Veacutease al respecto Luhmann La ciencia de la sociedad p 65 y s

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ademaacutes supone en cuanto al nivel autorreflexivo requerido la ins-tauracioacuten de ese proceso de circularidad que debe ahora reproducir-se como investigacioacuten histoacuterica En otras palabras el desarrollo me-toacutedico en la investigacioacuten histoacuterica se dirige a falsear el modelo utilizado en su conjunto expandiendo la consideracioacuten que al res-pecto ha sentildealado la propia filosofiacutea de la ciencia Se trata de un ejercicio de ampliacioacuten de las importantes aportaciones que Popper realizoacute sobre dicho proceso idealmente dirigido a explicar el modo por el cual los enunciados condicionales de las hipoacutetesis debiacutean so-meterse a la prueba de la falsacioacuten uno por uno y de manera total Frente a esta cualidad de la falsacioacuten el procedimiento metoacutedico en historia conjunta en esta fase al modelo como tal (teoriacuteas y procesos de aplicacioacuten) Es asiacute como la investigacioacuten en historia puede ser considerada un proceso de falsacioacuten de modelos sociales de sus sis-temas conceptuales y de los campos semaacutenticos asociados a ellos

De Certeau se refiere a esta peculiaridad cuando sentildeala que la funcioacuten de la investigacioacuten histoacuterica consiste en hacer resaltar las desviaciones al modelo singularizar sus liacutemites y hacerlos evidentes todo con el fin de reutilizar esos ldquoerroresrdquo como forma de correccioacuten histoacuterica en este caso de los propios modelos Esta forma de pro-ceder se manifiesta como un verdadero ldquocambio de frenterdquo en el aacutembito de la investigacioacuten Maacutes que iniciar con los datos referidos a la singularidad de los acontecimientos para acceder inductiva-mente desde este nivel baacutesico a generalizaciones bajo la forma de coherencias justificadas formalmente ahora se invierten los teacuterminos involucrados La investigacioacuten no puede maacutes que iniciar con cohe-rencias o ldquounidadesrdquo instituidas a priori buscando establecer decli-naciones entre las ldquocombinaciones loacutegicas de seriesrdquo Ello supone altos grados de abstraccioacuten de origen pues es de esta manera como se puede tratar la masa de informaciones disponibles por medio tambieacuten de decisiones y programaciones previas De una ldquoformali-zacioacutenrdquo de inicio se pasa a la singularidad de las rarezas identificadas como ldquofenoacutemenos de fronterardquo34

34 De Certeau La escritura de la historia p 92-93 En esta uacuteltima paacutegina afirmoacute ldquoEl intereacutes cientiacutefico de estos trabajos consiste en la relacioacuten que mantienen con totalidades impuestas o supuestas mdashlsquouna coherencia en el espaciorsquo lsquouna permanencia en el tiemporsquomdash

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Esto supone una transformacioacuten en la dimensioacuten misma de lo singularizable En el siglo xx la historia fue inscrita en el campo de aquellas ciencias que se caracterizaban por tratar lo particular mdashlos hechos uacutenicos e irrepetibles en la perspectiva historicistamdash mientras su meacutetodo y la intermediacioacuten documental recuperaban dicha cua-lidad gracias a la naturaleza inductiva de los procedimientos que poniacutean en juego Ya en su parte final los recursos a los que se acudiacutea eran formalmente interpretativos o aptos para la comprensioacuten her-meneacuteutica lo que sentaba su singularidad frente a las ciencias natu-rales Ahora ese cambio de frente desplaza el acontecimiento o lo particular hacia el final de una cadena productiva Es asiacute como los modelos y sus condiciones teoacutericas asociadas disponen las condicio-nes a partir de las cuales circunscribir aquello que puede ser deter-minado como singularidad Lo que alcanza denominacioacuten de par-ticularidad es un producto de operaciones regulares que tienden a sis tematizar universalidades acotadas35 Esto es si no hay un sistema observador clausurado en el sentido de la doble clausura que maneja el constructivismo operativo no es posible observar hechos particu-lares o acontecimientos diferenciados de otros acontecimientos

Es lo mismo que decir que cuando se identifica una singularidad o una particularidad esto se vuelve significativo mdashen la apreciacioacuten de Michel de Certeaumdash soacutelo desde un fondo y horizonte maacutes general Hay acontecimientos singularizados porque se pueden apreciar las diferencias que las determinan desde ciertas plataformas observado-ras que incluyen por fuerza la observacioacuten de la unidad de las dis-tinciones operadas (observaciones de segundo orden) De modo que el acontecimiento maacutes que mostrar una unidad simple que puede inscribirse progresivamente en conjunto con otras unidades para for-mar una estructura maacutes compleja mdashla loacutegica del todo y las partesmdash ex-presa una relacioacuten es decir una diferencia ldquoEl hecho es la diferenciardquo

y en los correctivos que pueden aportar [hellip] La investigacioacuten utiliza objetos que tienen la forma de su praacutectica ellos les proporcionan el medio de hacer resaltar las diferencias relativas a las continuidades o a las unidades de donde parte el anaacutelisisrdquo

35 Para Morin esas singularidades son determinaciones generadas por el empleo de leyes de interaccioacuten Esto cambia la relacioacuten habitual entre lo universal (expresado en leyes) y lo particular o singular al punto de que lo universal puede llegar a ser una singularidad entre otras Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo p 3

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afirmacioacuten realizada por De Certeau pero lo es en cuanto ldquodesigna una relacioacutenrdquo o una serie asiacute como sus ldquocombinacionesrdquo y sus muacutel-tiples posibilidades de cruzamiento el hecho no es una unidad o una suerte de sustancia percibible de forma naturalizada36

Las observaciones recurrentes enmarcadas en procesos conti-nuos que crean valores propios estaacuten en condiciones de signar el acontecimiento como una diferencia apreciable en un conjunto sis-temaacuteticamente organizado de interrelaciones Maacutes auacuten eacuteste es efec-to de la capacidad del sistema para organizar las diferencias que produce jerarquizarlas y crear otras estructuras menos evanescen-tes Si hay hechos singulares es porque son producto de un rejuego concertado de muacuteltiples interrelaciones pero su cualidad temporal es la falta de duracioacuten o su deacutebil estabilidad Ahora bien en cuanto a los errores identificables mdashesas desviaciones ya aludidasmdash la orientacioacuten manifestada por De Certeau no deja de ser concurrente en sus resultados e implicaciones con las nuevas prescripciones res-pecto a lo queacute es el trabajo cientiacutefico desde una postura sisteacutemica De tal suerte que ahora es ya comuacuten considerar que las ciencias producen estructuras que se enfrentan directamente con la frustra-cioacuten de las expectativas formuladas con anterioridad por ella misma

Las expectativas son estructuras que logran condensarse y que por lo tanto tienen cierta duracioacuten condicioacuten que resalta frente a la ocurrencia del acontecimiento pues eacuteste tiende a desaparecer en cuanto se exterioriza en el orden de un esquema Dichas estructuras suponen un trabajo especializado que consiste seguacuten lo dicho an-teriormente en tramitar como variacioacuten lo que se esfuerza constan-temente en encontrar como desengantildeo esto uacuteltimo se refiere a ese conjunto de probabilidades que ella designa como campo de pronoacutes-ticos significativos Los elementos condicionales de las expectativas

36 De Certeau La escritura de la historia p 97 En este mismo texto paacutegina 99 escri-bioacute lo siguiente ldquoSi es verdad que lo particular especifica a la vez la atencioacuten y la inves-tigacioacuten esto no lo hace como un objeto pensado sino al contrario porque es el liacutemite de lo pensable Lo uacutenico pensado es lo universal [hellip] Si la lsquocomprensioacutenrsquo histoacuterica no se encierra en la tautologiacutea de la leyenda o no huye hacia la ideologiacutea tiene como prime-ra caracteriacutestica no el convertir en pensable las series de datos trillados (aunque alliacute esteacute la lsquobasersquo) sino el nunca renunciar a la relacioacuten que las lsquoregularidadesrsquo mantienen con las lsquoparticularidadesrsquo que se les escapanrdquo

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en el campo cientiacutefico se preparan para poder ldquoafrontar decepcio-nesrdquo en un entorno altamente contingente es decir suscrito a muacutel-tiples posibilidades de decepcioacuten Es por este camino que la ciencia continuamente introduce ajustes es decir modificaciones en sus propias expectativas con el fin de tratar de asegurar la continuidad de su operacioacuten por medio de variaciones susceptibles de ser ges-tionadas en su interior37

La nocioacuten de falsacioacuten expresa por tanto la orientacioacuten central que tienen los procedimientos metodoloacutegicos a saber enfrentarse a altos estaacutendares de improbabilidad para poder continuar constante-mente con sus ejecuciones en un ambiente especializado En opinioacuten de Michel de Certeau la historia no busca ya maacutes un sentido global y unitario sino el conjunto de ldquoexcepcionesrdquo susceptibles de ser lo-calizadas cuando utiliza modelos en contraste continuo con corpus documentales ldquoEl trabajo consiste en producir algo negativo que sea significativo Se ha especializado en la fabricacioacuten de diferencias signi-ficativas que permiten lsquoimponerrsquo un rigor maacutes grande en las progra-maciones y explorarlas maacutes sistemaacuteticamenterdquo38 Si consideramos todaviacutea la imagen habitual de la ciencia incluso para posturas como las enarboladas por el empirismo loacutegico la historia no podriacutea ser ciencia si no siguiera el camino trazado por su fundamentacioacuten filo-soacutefica convencional Entonces como la ciencia debe comprobar sus enunciados condicionales (hipoacutetesis) bajo procedimientos estrictos en sentido loacutegico asiacute la historia se quedariacutea en un trabajo fuacutetil de

37 Luhmann Sistemas sociales p 272 y s En otro de sus trabajos ya citado aquiacute sentildealoacute al respecto ldquoLas estructuras que permiten de esta manera que surja comunicacioacuten de comunicacioacuten tienen que contener proyecciones temporales Deben consistir de ex-pectativas (si se nos permite el uso despsicologizado del teacutermino) que reducen las posi-bilidades de variacioacuten de otras comunicaciones Las expectativas producen precisamen-te porque tienen que estar preparadas para afrontar decepciones una continuidad suficiente de mundo [hellip] No es necesario saber coacutemo es el mundo realmente Soacutelo se tiene que disponer de posibilidades de registrar y recordar (aunque en forma selectiva y olvidadiza) las experiencias propias Entonces la comunicacioacuten puede trabajar con suposiciones fijables mediante el lenguaje calibradas para posibles decepciones y que pueden ser utilizadas como algo familiarizado porque se sabe o en caso dado se puede determinar raacutepidamente coacutemo iniciar las reparaciones y coacutemo seguir comunicando en forma comprensiblerdquo Luhmann La ciencia de la sociedad p 102-103

38 De Certeau La escritura de la historia p 99

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formular redundancias a partir de expectativas fuertes que son para todos los efectos reflexivos estructuras de redundancia

Por supuesto que existen estructuras de redundancia sin las cua-les la operacioacuten historiograacutefica seriacutea imposible y que actuacutean bajo los dictados de una memoria de la propia operacioacuten Pero ello no inhi-be sino que incluso lo exige como precepto crucial la posibilidad de identificar formas de variacioacuten que son siguiendo a De Certeau significativas no asiacute las redundancias La expresioacuten diferencias signi-ficativas quiere decir formas estructuradas por el sistema operativo para identificar y utilizar aquellos enlaces que le permitan conti-nuar su recursividad La investigacioacuten histoacuterica soacutelo puede pro-ducir maacutes investigacioacuten histoacuterica mdashgenerar diferencias a partir de diferenciasmdash siempre y cuando esteacute capacitada para continuar falseando modelos sociales Es otra forma de decir que la historia es una ciencia especializada en trabajar con contingencias puesto que un mundo social como el actual configurado en todos sus aacutem-bitos por situaciones de gran complejidad el riesgo se convierte en indeterminacioacuten radical

El problema de la complejidad y la funcionalidad del saber histoacuterico

Ya en los estudios realizados por Max Weber sobre el caraacutecter de la sociedad moderna se introduce la suposicioacuten de que dicho sistema no puede maacutes que reproducirse incrementando sus tasas internas de complejidad39 Lo que se haraacute evidente maacutes tarde es que el siste-ma social alcanzando niveles de una organizacioacuten funcionalmente diferenciada gestiona esos altos grados de complejidad y de inde-terminacioacuten (contingencia) de dos maneras En un caso especializa aacutereas en el tratamiento de sectores o regiones siendo estos sectores

39 La complejidad social incrementada se entiende en Weber como aumento ten-dencial de diferenciacioacuten social interna Esta apreciacioacuten se encuentra en sus trabajos sobre el desencantamiento de mundo en el aacutembito de las propias imaacutegenes religiosas in-cluida la eacutetica protestante Pero tambieacuten en la comprensioacuten de la modernidad como proceso de racionalizacioacuten Veacutease la sugerente lectura realizada por Habermas en Juumlrgen Habermas Teoriacutea de la accioacuten comunicativa i Racionalidad de la accioacuten y racionalizacioacuten social versioacuten castellana de Manuel Jimeacutenez Redondo Meacutexico Taurus 2002 p 213 y s

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producto de un proceso evolutivo que hace emerger sistemas socia-les diversificados40 En otro transforma la indeterminacioacuten y la im-probabilidad resultante en expectativas enfrentadas a las probables decepciones que a su vez pueden dar cabida a una variacioacuten con-trolada de sus estructuras La historia es un saber ligado a esa di-versificacioacuten y a la indeterminacioacuten correlativa bajo una particular forma de afrontar decepciones que siguiendo el razonamiento an-terior es funcional para la propia sociedad Esta funcionalidad de la historia la entiende De Certeau como ejercicio criacutetico en relacioacuten con el uso de modelos

Al historizar dichos modelos cosa que no sucede necesariamen-te en sus disciplinas de origen la historia pone en juego una deter-minacioacuten sobre los modelos de racionalidad que los sostienen con-jugada con un ejercicio de temporalizacioacuten Es decir muestra la contingencia que los permite proyectaacutendolos en un espacio tempo-ral especiacutefico Se trata de una criacutetica histoacuterica dado que obliga a tomar en cuenta los liacutemites de esos modelos de racionalidad y por tanto la imposibilidad de universalizarlos Un doble efecto se presenta con esta criacutetica histoacuterica y es puesto de relieve por De Certeau Pri-mero una historizacioacuten del presente del sistema social cuestioacuten que no puede desligarse del proceso inaugurado por la cultura moderna esto es la diferenciacioacuten como criterio interno del sistema El pro-ceso consiste en historizar lo actual seguacuten la apreciacioacuten de Michel de Certeau Segundo el pasado muestra su valor para ese presente en el sentido de simbolizar ldquolo que hace faltardquo en eacutel41 En otras pa-labras expone la pertinencia de la distincioacuten pasadofuturo para el ejercicio de autorreflexioacuten del sistema social

Aun cuando la sociedad recurre a formas elaboradas de autorre-flexioacuten y en este rubro debe incluirse a las ciencias sociales no puede alcanzar una descripcioacuten unitaria de siacute misma Lo que lo impide es el propio proceso de diferenciacioacuten interna dado que la complejidad resultante escapa a toda descripcioacuten teoacuterica que pueda dar cuenta del

40 Niklas Luhmann Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia edicioacuten y trad de Josetxo Beriain y Joseacute Mariacutea Garciacutea Blanco Madrid Trotta 1998 Veacutease en particular el capiacutetulo 4 titulado ldquoLa diferenciacioacuten de la sociedadrdquo p 71-98

41 De Certeau La escritura de la historia p 100

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conjunto de los elementos actuantes en su propia autopoiesis Esta situacioacuten implica la necesidad de seleccioacuten Es imposible calcular el nuacutemero de relaciones posibles entre los elementos actuantes en el sis-tema dado que no soacutelo han aumentado en cantidad y en grados im-posibles de determinar sino que las relaciones que pueden estable-cerse entre ellos no se realizan de manera exhaustiva y no se producen de forma simultaacutenea De ahiacute que sea la seleccioacuten el criterio operativo central para un sistema que alcanza esos niveles de complejidad42 Lo anterior puede relacionarse con la propia diversificacioacuten entre las ciencias sociales pues expresan precisamente el proceso de diferen-ciacioacuten social los grados de su espacializacioacuten reproducen los niveles diferenciados necesarios para afrontar esa complejidad

Lo que resulta es de nuevo una paradoja la complejidad enten-dida como proceso agudo de disociacioacuten interna (subsistemas socia-les) puede ser reflexionada por instancias igualmente diferenciadas pero siempre ligadas a esferas particulares No es ya posible desde una situacioacuten social como la nuestra describir el proceso con una sola teoriacutea ni acceder a un conocimiento universal o sinteacutetico de esa misma situacioacuten social compleja Las ciencias sociales contribuyen con una autocomprensioacuten del sistema social a partir de generar ob-servaciones de segundo orden sobre los oacuterdenes diferenciados mis-mos En tal sentido las investigaciones sociales dan cuenta de la diferenciacioacuten evolutiva que ha alcanzado el propio sistema social De tal forma que las observaciones construidas por estas ciencias se convierten en autoobservaciones del propio sistema social para nu-trir sus procesos de autorreflexioacuten Las ciencias sociales son funcio-nales para el sistema porque tematizan la complejidad evolutiva del propio sistema Sus propios campos de estudio o empiacutericos se cons-tituyen en relacioacuten directa con el proceso de diversificacioacuten social

42 ldquoPodemos encontrar foacutermulas matemaacuteticas que calculen el nuacutemero de relaciones posibles pero toda operacioacuten del sistema que establece una relacioacuten tiene que elegir una entre muchas mdashla complejidad impone la seleccioacutenmdash Un sistema complejo surge soacutelo por seleccioacuten Esta necesidad de seleccioacuten cualifica los elementos es decir da cualidad a la pura cantidad La cualidad en este caso no es otra cosa que la capacidad selectiva limi-tada es la neguentropiacutea comparada con la entropiacutea mdashque significa que todas las rela-ciones loacutegicamente posibles tienen un oportunidad igual de realizarserdquo Luhmann Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia p 26

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por lo que los resultados entendidos como autoobservaciones apor-tan elementos para la reproduccioacuten de los sistemas sociales y de sus iacutendices de diferenciacioacuten

Tomando en cuenta lo anterior la disciplina histoacuterica presenta una singularidad debida a la relacioacuten que guarda con esta clase de ciencias gracias al transporte de modelos sociales reproduce en su loacutegica de investigacioacuten tambieacuten una diferenciacioacuten anaacuteloga a la que se presenta entre las propias ciencias sociales y entre los subsistemas con los cua-les estaacuten ligadas Por un lado la relacioacuten induce una homogeneizacioacuten de ramas de investigacioacuten sumamente especializadas (historia econoacute-mica historia social historia poliacutetica historia cultural etceacutetera) Por otro establece una heterogeneidad entre cada rama la misma hetero-geneidad que guardan las diferentes disciplinas sociales A este pro-ceso le ha denominado segmentacioacuten y permite la cohesioacuten interna de cada forma de investigacioacuten histoacuterica De manera un tanto esquemaacute-tica se pueden establecer dos aspectos en teacuterminos de funcionalidad respecto al campo de la investigacioacuten social cosa que en De Certeau supone ejercicio criacutetico Primero este ejercicio establece los liacutemites operativos de las propias investigaciones sociales por medio del ejer-cicio de falsacioacuten de sus modelos como ya hemos visto incremen-tando asiacute el iacutendice de variacioacuten de la ciencia social de que se trate esto lo he denominado al inicio de este escrito principio de limitabilidad

El segundo aspecto de criticidad consecuencia del anterior con-siste en aumentar los recursos de autorreflexioacuten de estas disciplinas al introducir una referencia al pasado del sistema social y por tanto de los subsistemas y de las observaciones que sobre dicha diferencia-cioacuten producen las ciencias sociales Esto acarrea la introduccioacuten de ese principio de contingencia o de deriva que junto con el anterior con-forman los pilares centrales de la epistemologiacutea histoacuterica En este caso se trata de un necesario rasgo de historizacioacuten de sus propios modelos pero tambieacuten de la disciplina que lo generoacute cosa que le permite obser-varse en el horizonte de un despliegue temporal de su ra cionalidad operativa43 Lo que muestran ambos aspectos es que las investigaciones

43 ldquoCada ciencia se refiere a un movimiento histoacuterico explicita sus posibilidades en un modo discursivo que le es propio implica un lsquootrorsquo diferente de ella misma la historia que la permitioacute y sigue siendo el a priori de toda racionalidad Todo lenguaje

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77MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

histoacutericas se comportan para los efectos de variacioacuten cognitiva (frus-tracioacuten de expectativas) y de reflexividad en la reproduccioacuten auto-poieacutetica de las disciplinas sociales como productora de observaciones de tercer orden en relacioacuten con las observaciones sociales

Al producir estas observaciones que en todo caso se conforman como comunicaciones la historia aporta elementos para establecer la unidad del sistema social a partir de sentildealar lo diferente Las co-municaciones historiograacuteficas designan directamente esas diferen-ciaciones en teacuterminos temporales es decir introduciendo mayores iacutendices de contingencia sin los cuales los sistemas no pueden operar Al establecer los liacutemites de los modelos de racionalidad del presen-te faculta a esas disciplinas para historizar sus propias unidades operativas condicioacuten requerida para la autopoiesis del sistema En-tonces las estructuras temporales que introduce la historiografiacutea permiten para cada disciplina establecer los estados presentes de su operacioacuten sisteacutemica lo actualmente dado y por tanto tambieacuten lo posible44 La diferencia que resulta es decir el pasado instituye un conjunto de previsiones susceptibles de ser tratadas como unidades formales actuales mientras lo posible se juega en un horizonte de aperturas que son conceptualmente esquematizadas y planteadas hipoteacuteticamente en los registros metodoloacutegicos de las historias

Esas unidades formales del presente coinciden con los liacutemites identificados de las operaciones al comparar el estado actual con los estados anteriores de los subsistemas se les dota de elementos de control sobre sus propias formas de operacioacuten ademaacutes de permitir orientar las transformaciones de sus estructuras por medio de una suerte de estabilidad dinaacutemica45 La ciencia de la historia como con-glomerado operativo exhibe su condicioacuten de sistema observador de

coherente funciona gracias a cuestiones previas que eacuteste supone sin fundarlasrdquo De Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo p 213-214

44 ldquoLa diferencia fundamental entre actualidad y horizonte de posibilidades hace posible la rediferenciacioacuten de las diferencias entre las posibilidades abiertas asiacute como su comprensioacuten tipificacioacuten esquematizacioacuten y que ganen valor de informacioacuten en la siguiente actualizacioacuten [hellip] Al principio por tanto no se encuentra la identidad sino la diferencia Soacutelo asiacute es posible conferir valor de informacioacuten a las casualidades y construir con ello un ordenrdquo Luhmann Sistemas sociales p 94

45 Luhmann La ciencia de la sociedad p 202

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tercer orden pues confronta directamente la inseguridad autoprodu-cida por las investigaciones sociales con el fin de inducir su gestioacuten y manipulacioacuten para sus propias operaciones autopoieacuteticas46 Por tanto la historia es una ciencia especializada en el tratamiento de la inseguridad temporal que resulta de la relacioacuten entre estados futuros y decisiones presentes Si como ha sentildealado De Certeau en la ope-racioacuten historiograacutefica ldquolas permanencias ocultas y las rupturas ins-tauradoras se amalgamanrdquo esto mismo es agregado reflexivamente a las observaciones sociales La historia aporta una visioacuten que mues-tra que su funcionamiento es producto de un conjunto de ldquopertenen-ciasrdquo sociales y praacutecticas instauradas en el orden de lo contingente47

La localizacioacuten efectuada da pie para el anaacutelisis reflexivo que se necesita para conducir la reproduccioacuten de las operaciones y las ob-servaciones subsecuentes Es en este punto crucial de la recursividad sisteacutemica donde la historia encuentra su caraacutecter funcional tempo-ralizar e introducir elementos reflexivos en las modalidades de au-toobservacioacuten de la sociedad tardomoderna Al situar el conjunto de las operaciones en aquellos ambientes sociales donde se produ-cen la reflexividad aportada consiste en suma en comunicar lo indudable o evidente en teacuterminos de lo maacutes improbable ldquoPensar como improbable la ya existenterdquo48 Lo contrario seriacutea sin duda la ruina para las formas de saber actuales esto es la ficcioacuten de haber triunfado sobre la diferencia De tal suerte que no habriacutea otra confi-guracioacuten de saber moderna donde la diferencia alcance tales dimen-siones cognitivas como en la historia al punto de convertirse en una ciencia que busca constantemente la herejiacutea que le es inherente y los innumerables puntos de fractura que introduce en el presente49

46 ldquoLa ciencia tiene que ver ante todo con inseguridad autoproducida Esta inse-guridad se puede aprovechar en forma siempre diferente y quizaacutes mejor puede ser puesta en circulacioacuten en la observacioacuten de los observadores Pero no puede ser elimi-nada Y toda ciencia se basa en ellardquo Ibidem p 78

47 De Certeau La escritura de la historia p 53 Del mismo autor ldquoLa ruptura instau-radorardquo p 212

48 Alfonso Mendiola ldquoLa inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia iquestargu-mentativa yo narrativardquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2005 p 93-122 p 118

49 ldquoRespecto a lo pensable reintroduce la hipoacutetesis de una diferencia la herejiacutea de otras coherencias En las organizaciones actuales sentildeala la fisura entre un irreal distinto

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79MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

bIblIograFiacutea

certeau Michel de Historia y psicoanaacutelisis entre ciencia y ficcioacuten 2a ed trad de Alfonso Mendiola Meacutexico Universidad Iberoamericana 2003 168 p

La escritura de la historia 2a ed trad de Jorge Loacutepez Moctezuma Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993 334 p

La faacutebula miacutestica Siglos xvi y xvii trad de Jorge Loacutepez Moctezuma revisioacuten teacutecnica de Roberto Flores y Luce Giard Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993 353 p

La posesioacuten de Loudun edicioacuten revisada por Luce Giard trad de Marcela Cinta Meacutexico Universidad Iberoamericana 2012 270 p

ldquoLa ruptura instauradorardquo en La debilidad del creer trad de Viacutector Goldstein Buenos Aires Katz 2006 p 191-230

ldquoiquestQueacute es un seminariordquo en Carmen Rico de Sotelo (coord) Re-lecturas de Michel de Certeau Meacutexico Universidad Catoacutelica de UruguayPontificia Universidad JaverianaUniversidad Iberoamericana 2006

dosse Franccedilois ldquoDe Certeau un historiador de la alteridadrdquo en Perla Chinchilla (coord) Michel de Certeau un pensador de la diferencia Meacutexico Universidad Iberoamericana 2009 p 13-39

Foerster Heinz von Observing Systems introduccioacuten de Francisco J Varela Seaside (California) Intersystems Publications 1981 331 p

ldquoPor una nueva epistemologiacuteardquo Metapoliacutetica Meacutexico v 2 n 8 Disponible en httpecologiahumanaclpdfPOR20UNA20NUEVA20EPISTEMOLOGIApdf (fecha de consulta 19 de diciembre de 2013)

Foucault Michel Las palabras y las cosas una arqueologiacutea de las ciencias humanas 24a ed trad de Elsa Cecilia Frost Meacutexico Siglo XXI 1996

(en ese momento y tal vez debido a que presenta esa posibilidad como lo real de ayer) La escritura historiograacutefica crea a-topiacuteas Abre no-sitios (ausencias) en el presente A veces organiza sistemaacuteticamente puntos de huida en el orden de los pensamientos y de las praacutecticas contemporaacuteneas Se coloca entonces del lado del suentildeo Bentham ya lo deciacutea y el anaacutelisis freudiano nos lo ensentildeoacute auacuten mejor la alteridad de lo real resurge en la ficcioacuten vuelve a lo irreal de lo fantaacutestico Reaparece bajo la figura literaria del fictitious despueacutes de haber sido eliminada por las otras praacutecticas productoras de lsquohechos objetivosrsquordquo De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 120

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80 historia y meacutetodo en el siglo xx

HaberMas Juumlrgen Teoriacutea de la accioacuten comunicativa i Racionalidad de la accioacuten y racionalizacioacuten social versioacuten castellana de Manuel Jimeacutenez Redondo Meacutexico Taurus 2002

luHMann Niklas Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas lecciones publicadas por Javier Torres Nafarrate Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de Occidente 2009

ldquoiquestCoacutemo se pueden observar estructuras latentesrdquo en Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Homenaje a Heinz von Foerster trad Cristoacutebal Piechocki Barcelona Paidoacutes 1995

Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia edicioacuten y tra-duccioacuten de Josetxo Beriain y Joseacute Mariacutea Garciacutea Blanco Madrid Trotta 1998 257 p

La ciencia de la sociedad trad de Silvia Pappe Brunhilde Erker y Luis Felipe Segura Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de OccidenteAnthropos 1996

Sistemas sociales Lineamientos para una teoriacutea general trad de Silvia Pappe y Brunhilde Erker bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Na-farrate Meacutexico Alianza 1991

MendIola Alfonso ldquoEl conflicto o la unioacuten en la diferencia institucioacuten creencia y herejiacutea en Michel de Certeaurdquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 30 2008

ldquoEl giro historiograacutefico la observacioacuten de observaciones del pa-sadordquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2000 p 181-208

ldquoLa inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia iquestargumen-tacioacuten yo narrativa Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2005 p 93-122

MorIn Edgar ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo Gazeta de Antropolo-giacutea n 20 2004 p 8-9 Disponible en httpwwwugres~pwlac G20_02Edgar_Morinpdf (fecha de consulta 20 de diciembre de 2013)

ruumlsen Joumlrn ldquoOrigen y tarea de la teoriacutea de la historiardquo en Silvia Pappe (coord) Debates recientes en la teoriacutea de la historiografiacutea alemana trad de Kermit McPherson Meacutexico Universidad Autoacutenoma Metropolitana AzcapotzalcoUniversidad Iberoamericana 2000

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Franccedilois Hartog (n 1946) o el contraste como meacutetodo

aurelIa valero PIeUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Unidad de Investigacioacuten sobre Representaciones Culturales y Sociales Morelia

ldquoCuando se quiere estudiar a los hombres mdashescribioacute Jean-Jacques Rousseaumdash es necesario mirar cerca de siacute pero para estudiar al hombre hay que aprender a llevar la vista a lo lejos hay que obser-var primero las diferencias para descubrir luego las propiedadesrdquo1 En esas y otras liacuteneas del Ensayo sobre el origen de las lenguas se ha llegado a reconocer algunos antecedentes de la antropologiacutea con-temporaacutenea esto es aquella rama del conocimiento que examina la alteridad y organiza el espacio del otro mediante diversas estrategias discursivas2 Entendido como un ir y venir entre lo universal y lo particular entre la igualdad y la diferencia lo que podriacutea denomi-narse gesto etnograacutefico vinculariacutea a pensadores a la vez cercanos y disiacutemiles como Eacutemile Durkheim Marcel Mauss Claude Leacutevi-Strauss y Michel de Certeau por no mencionar sino a unos cuantos autores de lengua francesa

A estos nombres convendriacutea agregar el de Franccedilois Hartog des-de luego no soacutelo por vincularse a ese espacio linguumliacutestico y cultural sino en virtud de una obra que ha contribuido a renovar la historia intelectual merced a distintas operaciones de tipo comparatista En un vaiveacuten constante entre diversos periodos autores y disciplinas su manejo del contraste se ha traducido en innovadoras lecturas de la historia la historicidad y la historiografiacutea ademaacutes de haberle permitido construir herramientas conceptuales de una amplia ca-pacidad heuriacutestica Tal es el caso en especial de nociones como ldquopresentismordquo y ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo cuyos alcances y li-mitaciones se estaacuten poniendo a prueba incluso maacutes allaacute del medio

1 Jean-Jacques Rousseau Ensayo sobre el origen de las lenguas Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1984 p 38

2 Sobre la posicioacuten de Rousseau como ldquopadrerdquo de la etnologiacutea y precursor de la lin-guumliacutestica contemporaacutenea es posible consultar Claude Leacutevi-Strauss Le regard eacuteloigneacute Pariacutes Plon 1983 y Jacques Derrida De la grammatologie Pariacutes Les Eacuteditions de Minuit 1967

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82 historia y meacutetodo en el siglo xx

historiador Examinar ese enfoque a partir de ciertos pasajes y ele-mentos inscritos en su obra constituye el objeto de las paacuteginas siguientes concebidas para evaluar el meacutetodo empleado y sus potencialidades para el presente

la InQuIetante extrantildeeza de la HIstorIa

En una conferencia pronunciada hace un par de antildeos en esta ciudad Hartog describioacute su condicioacuten de historiador como una ldquono perte-nenciardquo ldquoNo soy mdashafirmabamdash un historiador de Francia de Brasil de Meacutexico ni de ninguacuten otro sitio y [hellip] por lo tanto me encuentro en una situacioacuten de no pertenenciardquo Los viajes acadeacutemicos los tras-lados constantes e incluso una larga estancia de investigacioacuten en Indonesia favorecieron que desarrollara una ldquomirada a distanciardquo (regard eacuteloigneacute) entendida en el sentido que Claude Leacutevi-Strauss prestoacute a la expresioacuten3 ldquoEsta situacioacuten mdashaclaroacute el conferenciantemdash permite ser maacutes atentordquo4

Los principales componentes de su planteamiento aparecen ya en esas palabras en primer teacutermino la importancia concedida al lugar del observador y el intereacutes por desplazarlo de continuo Ello responde a que la historia uacutenicamente realiza su potencial pleno cuando se introducen sucesivos cambios de perspectiva De esta forma no soacutelo se alude al hecho ciertamente banal de que nuevos fragmentos del pasado van surgiendo conforme se rota la pupila sin descartar novedades posibles la especificidad del enfoque re-side en proceder por una especie de rodeo en que lo ajeno desem-boca en lo propio y lo familiar se redescubre en la extrantildeeza ldquoLa desviacioacuten mdashespecificoacute en otro momentomdash es justamente lo que

3 Seguacuten Claude Leacutevi-Strauss la mirada distanciada constituye el gesto distintivo del antropoacutelogo un gesto que permite percibir por efecto de un descentramiento los rasgos positivos y negativos de la cultura propia Se vuelven de este modo patentes ciertos aspectos que hasta entonces habiacutean permanecido latentes y se preserva el lugar del observador de cualquier pretensioacuten de absoluto Veacutease por ejemplo Claude Leacutevi- Strauss y Didier Eribon De pregraves et de loin Pariacutes Odile Jacob 1988

4 Franccedilois Hartog ldquoCreer en la historia ayer y hoy Sesioacuten de preguntasrdquo en Gui-llermo Zermentildeo (coord) HistoriaFin de siglo Meacutexico El Colegio de Meacutexico 2016

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83FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

interesa porque ofrece un punto de apoyo para poner en tela de juicio nuestras certezas y por lo tanto volver sobre nuestras dudasrdquo5 Dar un paso hacia atraacutes mdasho a un costado seguacuten preconi-zaba Michel de Certeaumdash con el fin de desnaturalizar el pasado y relativizar el presente constituye a muy grandes rasgos el modus operandi de esta apuesta interpretativa

Avanzar de lo desconocido a lo conocido tal como sugiere la propuesta supone invertir al menos en apariencia la ruta maacutes comuacuten en la construccioacuten del saber Pese a contravenir la loacutegica habitual recorrer el camino a contraflujo de las praacutecticas corrientes obedece a la necesidad de disipar una ilusioacuten aquella que pretende convertir la cercaniacutea en una garantiacutea de comprensioacuten Por lo demaacutes no hay nada maacutes opuesto a la experiencia ordinaria aunque la leccioacuten suele pasar inadvertida aqueacutella nos ensentildea que a mayor proximidad lo visible tiende a tornarse invisible Por obra del contacto constante las imaacute-genes de nuestro pasado y nuestro presente se transforman de acuer-do con una metaacutefora de Hartog en ldquoretratos de familia tan familiares que ya no los vemosrdquo6 De ahiacute que el problema no consista tanto en la dificultad de reconstruir una ausencia cuanto en la exigencia de devolver la visibilidad a una presencia Colocar el entorno bajo una

5 Franccedilois Hartog El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2003 p 8

6 Franccedilois Hartog Evidencia de la historia Lo que ven los historiadores Meacutexico Uni-versidad Iberoamericana 2011 p 87 Tal es por recurrir a un ejemplo la leccioacuten que Edgar Allan Poe nos ofrece en su conocido relato ldquoLa carta robadardquo A la pregunta sobre coacutemo asegurar el anonimato de un valioso documento Auguste Dupin el perso-naje central de la historia responde dejaacutendolo a la vista La siguiente analogiacutea explica esa contradiccioacuten inherente a nuestras facultades perceptivas ldquoHay un juego de acerti-jos [hellip] que se realiza sobre un mapa Uno de los jugadores pide a alguien que encuen-tre un nombre dado mdashel nombre de una ciudad de un riacuteo de un estado o de un impe-riomdash cualquier palabra en suma comprendida en la extensioacuten abigarrada e intrincada del mapa Una persona novata en el juego procura en general embrollar a sus adver-sarios indicaacutendoles nombres impresos en letras diminutas pero los acostumbrados al juego escogen los nombres impresos en gruesos caracteres que se extienden desde una punta a la otra del mapa Estas palabras [hellip] escapan a la observacioacuten por el hecho mismo de su excesiva evidencia y aquiacute el olvido material es precisamente anaacutelogo a la intencioacuten moral de una inteligencia que deja pasar las consideraciones demasiado pal-pables demasiado patentesrdquo Edgar Allan Poe El escarabajo de oro y otros cuentos Meacutexico Rei 1988 p 227-228

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84 historia y meacutetodo en el siglo xx

luz inusual de tal modo que eacuteste se imponga nuevamente a la con-ciencia es una propiedad del meacutetodo comparatista

Asociado en Francia a personalidades como Jean-Pierre Vernant Marcel Detienne y Pierre Vidal-Naquet el comparatismo se convir-tioacute en el sello distintivo de una escuela de antropologiacutea histoacuterica que desde los antildeos setenta privilegioacute el estudio de la Antiguumledad grie-ga7 En esa liacutenea es posible situar igualmente a Franccedilois Hartog no soacutelo por haber recibido en directo aquellas ensentildeanzas sino por haber sabido cultivar un enfoque que examina no tanto objetos cuanto las relaciones que priman entre ellos Junto con el caraacutecter experimental y constructivo al que aspira esta corriente su obra se distingue por el recurso a la comparacioacuten en tanto instrumento do-tado de una amplia capacidad heuriacutestica La principal consiste en la facultad de poner en evidencia y colocar en perspectiva atributos uacutenicamente aprovechables de evitarse el reduccionismo que conti-nuamente acecha a esa operacioacuten cognitiva Limitarse a articular oposiciones binarias olvidar los problemas que conlleva homologar entidades inconexas u obviar los paraacutemetros que regulan las corre-laciones construidas son ejemplos de las simplificaciones que con frecuencia acarrea el uso irreflexivo del contraste8 En ocasiones de manera expliacutecita y en otras tantas de modo impliacutecito a esas cuestio-nes Hartog ha respondido al postular que ldquono se trata de desplegar un programa de una comparacioacuten regulada sino de dar muestra de una atencioacuten comparatistardquo Por debajo de su llamada ldquoarqueologiacutea del historiadorrdquo aparecen de este modo los contornos de una teoriacutea de la observacioacuten9

Desde un punto de vista estructural iquestqueacute significa observar sino introducir una diferencia entre lo visto y lo no visto entre lo que

7 Se considera que la obra de Marcel Detienne Comparer lrsquoincomparable Pariacutes Le Seuil 2009 expone el programa y el meacutetodo que dirigioacute la escuela francesa de antropo-logiacutea comparada Un breve recuento de esta corriente junto con sus principales obras y representantes figura en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 p 434-448

8 Algunas de las principales criacuteticas dirigidas contra el enfoque comparatista apare-cen en Michael Werner y Beacuteneacutedicte Zimmermann ldquoBeyond Comparison Histoire Croiseacutee and the Challenge of Reflexivityrdquo History and Theory v 45 n 1 febrero 2006 p 30-50

9 Hartog Evidencia de la historia p 24-25 y 133 Las cursivas son miacuteas

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85FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

retiene el intereacutes y aquello que permanece como un teloacuten de fondo Siendo asiacute quien mira a su alrededor establece distinciones sucesi-vas condicioacuten indispensable para atribuir un orden y un valor a la pluralidad de estiacutemulos que informa la experiencia De aceptar estas premisas una consecuencia se impone a saber que entender coacutemo se ve desde un mirador en especiacutefico mdashy no soacutelo aquello que se ve el queacute de la miradamdash requiere explicitar dichas distinciones Trasla-darlas a la conciencia de tal modo que se yergan en objeto de aten-cioacuten equivale a efectuar lo que Niklas Luhmann denominoacute una observacioacuten de segundo grado ldquoPara la observacioacuten de una operacioacuten (incluyendo la de la observacioacuten) mdashexplicoacute en referencia al teacutermi-nomdash basta una observacioacuten simple de lo que sucede [hellip] Para la observacioacuten de la operacioacuten como observacioacuten sin embargo hay que hacer el esfuerzo por colocarse en un nivel de segundo orden lo cual significa seguacuten una idea hoy en diacutea asimilada en la linguumliacutestica un nivel con componentes autorreferencialesrdquo10 Identificar los ejes que estructuran la mirada es resultado por consiguiente de un desdo-blamiento que consiste en observar la observacioacuten y en asumirse como sujeto y objeto de estudio Si bien formulado desde otro marco teoacuterico y conceptual tal es igualmente el sentido y la funcioacuten que Hartog ha prestado al tiacutetulo de arqueoacutelogo de la percepcioacuten11

observando al observador

Un ejemplo del esfuerzo por mostrar los estratos que sostienen lo visible aparece en El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro tesis de Estado publicada en 1980 con el sello de la editorial Gallimard Que identificar esos sedimentos constituyera el intereacutes

10 Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad Meacutexico Universidad Iberoamericana 1996 p 61

11 Asiacute se registra en pasajes como el siguiente al confrontar ldquolos enunciados del texto con el saber compartido no se trata de evaluar la descripcioacuten o juzgar la informa-cioacuten sino maacutes bien de estudiar la manera como se realiza la descripcioacuten y dedicarse al tratamiento de la informacioacuten Este problema del coacutemo [hellip] plantea finalmente el de las condiciones de posibilidad o al menos de una de ellas la de la construccioacuten del relatordquo Hartog El espejo de Heroacutedoto p 37

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86 historia y meacutetodo en el siglo xx

principal del autor queda de manifiesto en el objetivo asignado a la obra Eacuteste reside nada menos que en reconstruir ldquola mirada del his-toriador y el ojo de la historiardquo a partir del campo visual de quien seguacuten la tradicioacuten fundoacute la disciplina12 Desde esa oacuteptica los nueve libros de la Historia tiacutetulo que enmarca los escritos del tambieacuten geoacute-grafo griego funcionan como un observatorio para dilucidar tanto los elementos que refleja su retina cuanto el punto de fuga que or-ganiza su mirada Dos preguntas interrogan la perspectiva del lla-mado padre de la disciplina iquestQuieacuten es el ldquoyordquo y quieacuten es el ldquootrordquo ofrecen en efecto las liacuteneas geomeacutetricas mdasho distincionesmdash que van estructurando el horizonte A contraluz en el arco celeste terminaraacute por proyectarse merced a un sofisticado juego de reflejos y desviacuteos una retoacuterica de la alteridad y la gesta del discurso historiograacutefico

Las respuestas se desplazan conforme cambian los espacios Si en primer lugar el yo es Heroacutedoto los otros son entonces los inter-locutores y personajes que encuentra en cada escala del camino sean eacutestos medas libios persas o tracios La visioacuten del etnoacutegrafo se apodera del viajero dado que observar significa identificar las diferencias que distinguen frente al extranjero En las circunstan-cias que dicta una excursioacuten sin embargo iquestquieacuten ocupa el lugar del forastero iquestLos no griegos o quien abandona su ecuacutemene natal con el propoacutesito de recorrer tierras ignotas iquestLos baacuterbaros o quien llega de afuera y desde sus propios paraacutemetros inspecciona juz-ga y analiza Pero la frontera que conlleva toda alteridad no soacutelo se establece entre el explorador y su objeto de estudio tambieacuten aparece a su regreso momento que marca el encuentro con sus coterraacuteneos Pese a hallarse ante sus pares los helenos Heroacutedoto ha visto y lo que no atestiguoacute le ha sido relatado Ese conocimiento lo separa de aquellos en cuya compantildeiacutea nacioacute y vivioacute Compartir la experiencia de lo extrantildeo supone introducir componentes exoacutegenos en el mundo familiar un gesto que fractura la armoniacutea preexisten-te entre los iguales A fin de reestablecerla es necesario traducir es decir buscar las equivalencias disponibles entre los referentes que ofrece el universo semaacutentico en comuacuten en ese caso el de la Magna Grecia tal como se configuroacute a raiacutez de las denominadas Guerras

12 Ibidem p 30

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87FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

Meacutedicas Esas aproximaciones permiten asimilar la extrantildeeza en beneficio de lo propio

La apropiacioacuten no se realiza de manera inmediata sino que apa-rece mediada por una serie de recursos que Hartog situacutea bajo los signos de la inversioacuten la comparacioacuten y la analogiacutea13 Con indepen-dencia de su funcionamiento especiacutefico lo maacutes destacado de esas figuras retoacutericas reside en que cada una instituye al propio yo (o al nosotros) como punto de referencia De este modo se establecen tanto las condiciones que permiten construir el relato como las reglas con que se fabrica al otro Soacutelo al llegar al final del proceso es posible nombrar y clasificar es decir comprender La imaginacioacuten y el en-tendimiento estaacuten determinados por el grado de desviacioacuten que el objeto extrantildeo presenta con respecto a lo ya conocido lo cual impone a su vez el liacutemite de lo cognoscible Ampliar esos maacutergenes consti-tuye una tarea gradual pero imprescindible dado que de ella depen-de que se incorporen datos nuevos en el marco de un saber colectivo Desempentildear dicha tarea al poner en marcha los procesos interro-gativos y de exploracioacuten es justamente un papel de la otredad en tanto motor del conocimiento

Conocer al otro implica medir la distancia en relacioacuten con el yo Este es un hecho que ya Platoacuten sentildealaba al admitir que la alteridad absoluta es impensable la diferencia soacutelo puede captarse cuando se cintildee a las reglas de la identidad que establece la razoacuten14 Uacutenicamente la variacioacuten y no la heterogeneidad radical es asimilable ldquoDecir el otro mdashpuntualizoacute Hartogmdash es postularlo como diferente es postular

13 Si bien Hartog apenas menciona su nombre en alguacuten escrito posterior resultan notables las coincidencias a este respecto con algunas ideas de Hayden White A modo de evidencia compaacuterese lo hasta aquiacute expuesto con pasajes como el siguiente ldquocom-prender es un proceso que consiste en hacer que lo no familiar o lo lsquoextrantildeorsquo en el sentido que Freud le da a ese teacutermino aparezca como familiar o trasladarlo del dominio de las cosas sentidas como lsquoexoacuteticasrsquo e inclasificadas a un cierto dominio de la experien-cia codificada adecuadamente para ser sentida como humanamente uacutetil no amenazan-te o simplemente conocida por asociacioacuten Este proceso de comprensioacuten soacutelo puede ser tropoloacutegico en su naturaleza pues lo que estaacute involucrado en este convertir en familiar lo no familiar es un tropologizar que es generalmente figurativordquo Hayden White ldquoTropologiacutea discurso y modos de conciencia humanardquo en El texto histoacuterico como arte-facto literario y otros escritos Barcelona Paidoacutes 2003 p 71

14 Platoacuten ldquoParmeacutenidesrdquo en Diaacutelogos Madrid Edaf 2002

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que existen dos teacuterminos a y b y que a no es b o sea hay griegos y no griegos Pero la diferencia soacutelo adquiere intereacutes a partir del mo-mento en que a y b entran en un mismo sistema hasta entonces existiacutea una no coincidencia pura y simplerdquo15 Incorporar al contex-to de partida supone traducir determinar aquellos puntos de con-tacto que permiten entrar en relacioacuten con lo desconocido Que en ese proceso de apropiacioacuten se sacrifiquen diversas dosis de la sin-gularidad ajena no soacutelo constituye un lugar comuacuten sino el presu-puesto de base en toda traduccioacuten quienes lamentan que los des-plazamientos conlleven una u otra peacuterdida mdashya sea en el orden del ritmo y la cadencia en el campo del significado o en los confines de la evocacioacutenmdash olvidan que aqueacutella no se efectuacutea cuando la entidad extranjera permanece ideacutentica a siacute misma16 A ello habriacutea que antildeadir que la imposibilidad de conservar inalterado el signo asimilado constituye una limitante contenida en el lenguaje puesto que la co-municacioacuten se produce en el mundo que vivimos y nuestras palabras remiten a las formas que nos rodean De ello se desprende que la facultad de designar por medio de la lengua estaacute determinada por la comunidad linguumliacutestica a la que pertenecemos Describir al otro implica insertarlo en el campo de nuestra propia experiencia

Si ver y decir son coextensivos esto significa que la percepcioacuten limita el habla y a la inversa que el horizonte del lenguaje con-diciona los sentidos17 Las implicaciones que de ahiacute se derivan di-fiacutecilmente podriacutean ser maacutes significativas ellas indican que vemos a traveacutes del lenguaje y que observar equivale a traducir a nuestros

15 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 20716 Sobre la imposibilidad de restituir el conjunto de valores y significados en el

pasaje de una lengua a otra me permito remitir a tiacutetulo de ejemplos a los ya claacutesicos Joseacute Ortega y Gasset ldquoMiseria y esplendor de la traduccioacutenrdquo en Obras completas Madrid Alianza Revista de Occidente 1983 v v p 431-452 y Vladimir Nabokov ldquoProblems of Translation lsquoOneginrsquo in Englishrdquo en Lawrence Venuti (ed) The Translation Reader Londres Routledge 2000 p 71-83

17 Comentando los mecanismos que descubre en la obra de Heroacutedoto Hartog sostiene ldquose pasa insensiblemente de la expresioacuten del espacio y el movimiento en la lengua al espacio de la lengua como representacioacuten del espacio concreto es decir como imitacioacuten Impliacutecitamente mi discurso supone que la armazoacuten del espacio concreto corresponde a las divisiones de la lengua y reaparece aquiacute la cuestioacuten de la homologiacutea de lo visible y lo deciblerdquo Hartog El espejo de Heroacutedoto p 323

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propios teacuterminos El acceso a la realidad se verifica por consiguiente a partir de comunicaciones y no de percepciones Lo mismo sucede en el discurso historiograacutefico tal como Franccedilois Hartog lo expone al tomar la obra de Heroacutedoto Historia como clave y ejemplo de su interpretacioacuten

asiacute como el marco del acuarelista reticula su pintura mdashexplicoacute en un pasaje de su obramdash en la Historia existen uno o varios reticulados Este teacutermino tiene dos sentidos En primer lugar el reticulado estructura el relato llamado Historia (que en este caso ocupa la posicioacuten de tablero y trata a partir de eacuteste de volver visible el reticulado que lo rige) En segundo lugar la Historia es el reticulado ldquoa traveacutes del cualrdquo el narrador ve y hace ver al destinatario el mundo los otros el pasado de Grecia etceacutetera Pero aquiacute se plantea la cuestioacuten iquestacaso ha funcionado la His-toria como reticulado si se me permite el teacutermino maacutes allaacute de siacute misma o volviendo a nuestra metaacutefora acaso hay ldquoacuarelistasrdquo que a lo largo del tiempo usaron la Historia a la manera de un ldquocuadriculadordquo para ver lo que deseaban dibujar

Evidentemente la metaacutefora del acuarelista tiene su liacutemite en el he-cho de que el reticulado no se compone de hilos ni de liacuteneas sino de lenguaje Y puesto que diga lo que diga Montaigne no existe un diccio-nario personal ldquointeriorrdquo eacuteste estaacute lleno de saber compartido El reticu-lado maneja y trabaja el saber compartido que a la vez lo hace posible lo corrige lo completa incluso llegado el caso ayuda a transformarlo18

Presente pasado y futuro se perciben a traveacutes de ciertas estruc-turas socialmente dadas mdasho de retiacuteculas de acuerdo con la metaacutefo-ra citada Asiacute lo indica Hartog al separar un hilo maacutes de la trama que ha ido desenredando poco a poco aquella en que se entreteje el discurso de la alteridad Esa hebra se anuda con las interpretaciones sucesivas de las que Heroacutedoto ha sido objeto Mediante ese proce-dimiento el ldquoyordquo se desplaza hacia los historiadores que han estu-diado su figura en el transcurso del tiempo el ldquootrordquo es ahora el protagonista del relato convertido seguacuten el narrador en turno en primer historiador mitoacutelogo o artista Sobra decir que el contenido

18 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 297 Asiacute se entiende que en opinioacuten de Hartog la Historia funcione como un ldquodispositivo para hacer verrdquo Ibidem p 325

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de su obra no ha variado en absoluto han cambiado eso siacute los coacute-digos de lectura en tanto resultado de ese proceso de adecuacioacuten constante que conforma la vida misma

Pese a que en nuestros diacuteas rara vez se cuestiona el caraacutecter his-toacuterico del discurso no han faltado quienes ciegos ante el devenir dinaacutemico de las estructuras sociales atribuyeron un sentido perento-rio a su propia mirada como historiador y buscaron imprimirle ciertos tintes de absoluto Erigiendo la verdad atemporal en garante de juicios y de observaciones esos exeacutegetas del pasado pretendieron cubrirse con las insignias del jurista Contra todo pronoacutestico mdasho al menos de quienes buscaron convertirse en portavoces de la ldquouacuteltima palabrardquomdash del tribunal de la historiografiacutea el inculpado ha salido mucho mejor que airoso Por una ironiacutea inherente al propio razonamiento juriacutedi-co Hartog explica que ldquoeste proceso en el cual jamaacutes se pronuncia una sentencia definitiva mdashporque cada sentencia anterior es consi-derada un mero testimonio hacia un fallo nuevo en esta investiga-cioacuten que jamaacutes se detienemdash es tambieacuten el que asegura la inmortali-zacioacuten de Heroacutedoto la impronta misma de su inmortalidadrdquo19 Poner de manifiesto el caraacutecter relativo de la historia y propiciar la permanencia del sabio de Halicarnaso ha sido el expediente de una causa conducida con tenacidad y con una loacutegica implacable

ldquoLos espejos y la coacutepula son abominables porque multiplican el nuacutemero de los hombresrdquo afirmaba en palabras de Adolfo Bioy Casares un heresiarca de Uqbar20 Aunque lejos de producir aver-sioacuten el mecanismo de luces y reflejos que Hartog puso en movi-miento muestra que todo individuo se despliega hasta incluso ase-mejar una pequentildea multitud por efecto de la refraccioacuten su identidad se desagrega en tantos aspectos como pares de ojos alcanza a atraer Asiacute tras reconocer las distintas dimensiones o planos de sentido que se yuxtaponen en la imagen que la posteridad ha forjado en torno a Heroacutedoto el investigador concluye que ldquotenemos el principio de muchas figuras del historiador desde el investigador-viajero hasta el lector de archivos desde el agrimensor de campos de batalla hasta

19 Ibidem p 2320 Jorge Luis Borges ldquoTloumln Uqbar Orbis Tertiusrdquo en Ficciones Madrid Alianza

1989 p 14

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el fabricante de soldados de papel pasando por el juez en su proble-maacutetico tribunal de la historiardquo21 El potencial interpretativo conteni-do en el autor objeto de estudio mdashy en el meacutetodo que lo diseccio-namdash se revela en esa particularidad quien primero se interesara en registrar los hechos del pasado funge como un prisma en que se descomponen a la manera de haces luminosos las ideas que van configurando el sentido y la naturaleza de la disciplina histoacuterica en su devenir La ilusioacuten de objetividad se disuelve ante la pluralidad de perspectivas y se revela que la vuelta a los oriacutegenes constituye una manera de historiar la mirada del historiador y de relativizarla Se admite su caraacutecter singular por oposicioacuten a universal y contin-gente por oposicioacuten a atemporal

nocIones a Prueba la evIdencIa y la dIstancIa HIstoacuterIca

En fechas recientes al reflexionar sobre los pormenores de su tra-yectoria intelectual Franccedilois Hartog explicoacute en retrospectiva que al momento de orientar sus estudios ldquoelegir la Antiguumledad griega fue una manera no de abandonar el presente [hellip] sino al menos de dar un paso lateralrdquo22 El espejo de Heroacutedoto fue desde esa perspec-tiva el primer esfuerzo sistemaacutetico por responder de modo tangen-cial o por la viacutea del rodeo algunas interrogantes de vigencia peren-ne para la disciplina Entre ellas se cuentan las preguntas sobre la naturaleza de los documentos la construccioacuten de los textos histo-riograacuteficos y las modalidades que rigen la lectura iquestQuieacuten habla iquestcon queacute propoacutesito iquestcoacutemo busca convencernos iquestcoacutemo sabe lo que dice son algunas muy claacutesicas que con frecuencia se olvidan tras la autoridad de la fuente Maacutes auacuten escribioacute ldquoa partir de las idas y ve-nidas que se proponen entre antiguos y modernos todo mi trabajo sugiere que estos movimientos ayudan a comprender mejor tanto a unos como a otros es decir lo que estaacute en juego en sus respectivos

21 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 2222 Franccedilois Hartog La chambre de veille con la colaboracioacuten de Felipe Brandi y

Thomas Hirsch Pariacutes Flammarion 2013 p 40 (mi traduccioacuten)

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debates asiacute como lo no dicho las dificultades a las cuales conducen y las evidencias sobre las que reposanrdquo23 Retraerse en el tiempo y alejarse en el espacio supuso una oportunidad para cuestionar uno y otro y desde un aacutengulo inhabitual transitar en palabras de Certeau ldquode la ajenidad de lo que hoy ocurrerdquo a la ldquodiscursividad del comprenderrdquo24

Al explorar las viacuteas en que opera el reflejo asiacute como las imaacutegenes que de este modo van fraguaacutendose El espejo de Heroacutedoto pone en praacutectica una teoriacutea del observador por cierto muy afiacuten a la que se desarrolloacute desde las trincheras del llamado ldquoconstructivismo radicalrdquo25 Orientada hacia la epistemologiacutea esta corriente ha bus-cado esclarecer la interdependencia entre el observador y el mundo observado con el propoacutesito de interrogar y comprender coacutemo se produce el conocimiento

El observar mdashescribe Humberto Maturana uno de sus principales exponentesmdash resulta ser el punto de partida fundamental para expli-car al observador al instrumento de explicacioacuten y a la cuestioacuten maacutes importante en cualquier intento de comprender realidad y razoacuten como fenoacutemenos del dominio humano O dicho en otras palabras desde el momento en que todo lo dicho es dicho por un observador a otro ob-servador que puede ser eacutel mismo y considerando que el observador es un ser humano el observador y el observar deben ser explicados en la explicacioacuten del ser humano en tanto observador26

23 Hartog Evidencia de la historia p 1824 Citado en ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois

Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades Buenos Aires Waldhuter Editores 2010 p 159

25 Como constructivismo radical se conocen los trabajos de diversos cientiacuteficos que al indagar sobre el problema del conocimiento han subrayado el papel activo del suje-to cognoscente y por lo tanto el caraacutecter construido mdashpor oposicioacuten a recibidomdash de percepciones y saberes Entre quienes se encuentran asociados a esta corriente destaca el matemaacutetico George Spencer con su teoriacutea de la diferencia el fiacutesico Heinz von Foerster con su teoriacutea de la circularidad y el bioacutelogo Humberto Maturana con su concepto de autopoiesis y su teoriacutea del lenguaje Veacutease por ejemplo Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Barcelona Gedisa 2000

26 Humberto Maturana ldquoRealidad la buacutesqueda de la objetividad o la persecucioacuten del argumento que obligardquo en Marcelo Pakman (comp) Construcciones de la experiencia humana Barcelona Gedisa 1996 v I p 54

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Desde sus propios paraacutemetros y sin que la asociacioacuten fuera en ninguacuten momento intencionada Hartog ha terciado en el debate al adecuar y trasladar ciertas lecciones hacia el terreno de la historia La triangulacioacuten no resulta menor sobre todo si se considera que esta rama del saber hunde sus raiacuteces mdashy asiacute lo recuerda tambieacuten su epistemologiacuteamdash en el terreno de la vista Maacutes en concreto al advertir que toda perspectiva se construye al tiempo que sirve para cons-truir los escritos del autor que nos ocupa han contribuido a cuestio-nar y a explotar la capacidad heuriacutestica contenida en algunas nociones centrales para la disciplina Una de ellas es nada menos que el con-cepto de evidencia teacutermino que conjuga y condensa los actos de ver y hacer ver de decir y convencer De ahiacute que escrutar ese horizonte semaacutentico permita calcular los espacios que ocupan lo visible y lo invisible en sus desplazamientos sucesivos Por si fuera poco en la medida en que la evidencia sea cual sea su naturaleza pretende fun-dar juicios y conocimientos su examen abre a la posibilidad de es-tablecer una historia de la verdad entre cuyos capiacutetulos figurariacutea el siguiente un relato de ldquola mirada histoacuterica que sentildealariacutea a partir del ojo y de su lugar los diversos regiacutemenes historiograacuteficos que des-de la Antiguumledad hasta nuestros diacuteas han prevalecido en esto que se ha convertido la tradicioacuten europeardquo27

Escribir algunas paacuteginas de esa historia intelectual constituye como ya se ha indicado un objetivo central en la obra de Hartog Al filo de la escritura sus liacuteneas han puesto a prueba la nocioacuten de ldquodis-tancia histoacutericardquo a la que se alude sin nombrar en pasajes como el siguiente ldquoa partir del lugar de saber que se da el lsquoyorsquo [lsquojersquo] viajero que se hace todo ojos y todo oiacutedos puede desplegarse entonces una interpretacioacuten del mundo y de su historiardquo28 iquestCoacutemo entender el

27 Hartog Evidencia de la historia p 13328 Franccedilois Hartog Memoria de Ulises Relatos sobre la frontera en la antigua Grecia

Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 1999 p 127 Es de destacar que este tipo de aseveraciones desmienten parcialmente a quienes acusan a Hartog de disociar las ideas del contexto y de los portadores que les prestan sustento ldquoQuizaacutes mdashconcede eacutel mismomdash Pero no veo coacutemo podriacutea haber trabajado las cuestiones que me apremiaron de haberme privado de los recursos mdashen un sentido estrictomdash de la literatura no como revista en que se hurga sino como pensamiento que provoca la reflexioacutenrdquo Hartog La chambre de veille p 194 (mi traduccioacuten)

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papel atribuido al lugar del historiador sino como el punto de mira que organiza el discurso sobre el pasado Esa medida siempre cam-biante que regula la separacioacuten frente al ayer es lo que comuacutenmente se designa como distancia histoacuterica Del latiacuten distantia alejamiento o desviacuteo el teacutermino se inscribe en el campo de la espacialidad si bien en la disciplina histoacuterica la nocioacuten suele utilizarse para designar el tiempo y maacutes en especiacutefico el tiempo como imperativo metodoloacute-gico y como condicioacuten de objetividad29 En los escritos de Hartog sin embargo esa metaacutefora se convierte en un dispositivo heuriacutestico cuya doble acepcioacuten latina mdashel alejamiento y el desviacuteomdash sirven para medir y experimentar con las potencialidades inscritas en la pers-pectiva histoacuterica No menos se vale de ese gesto que conjuga las dimensiones temporal y espacial dado que sentildeala ldquopara poder ser asida o volverse manifiesta la inteligibilidad parece necesitar maacutes espacios cronoloacutegicos o geograacuteficosrdquo30

a) La distancia como espacio

Por el lado de las superficies terrestres y de su geografiacutea el meacutetodo invita a atravesar amplios territorios operacioacuten que permite ir co-tejando ciertos palmos en beneficio de la comprensioacuten Eacutesta se al-canza al construir un marco de referencia condicioacuten de base para realzar y medir tanto las presencias como las ausencias A desarro-llar ese proceso responde la variacioacuten en los puntos de anclaje si-tuados ora en la antigua Aacutetica ora en la Roma de Polibio algunas veces en Francia y otras maacutes en Berliacuten Incluso la isla de Ogigia tierra miacutetica donde Ulises dejoacute correr siete antildeos en compantildeiacutea de Calipso forma parte de las coordenadas presentes en maacutes de un escrito Y es que explica el investigador

invitar a partir de estas configuraciones lejanas y pasadas tanto en Fidjiacute como en Esqueria [hellip] depende del ejercicio de la mirada distanciada

29 Veacutease el nuacutemero monograacutefico coordinado por Jaap den Hollander Herman Paul y Rik Peters que la revista History and Theory v 50 n 4 diciembre de 2011 dedicoacute al tema de la distancia histoacuterica

30 Hartog Evidencia de la historia p 74

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que de Montaigne a Leacutevi-Strauss pasando por Rousseau y muchos otros aspira a aportar beneficios de inteligibilidad Ya que de entrada nos alejamos del centro cuestionamos lo que teniacuteamos como evidencias dudamos de sus propias categoriacuteas hacemos posible la comparacioacuten31

Aparece nuevamente el caraacutecter relacional de la propuesta dado que comparar supone poner en relacioacuten dos elementos cual-quiera que sea su naturaleza o ubicacioacuten en el espacio Pese a ello tan temerarios han llegado a parecer esos saltos longitudinales que no ha faltado quien en nombre del ldquorigorrdquo y de la ldquoprecisioacutenrdquo que con-viene a una praacutectica cientiacutefica lo acuse de incurrir en una excesiva rapidez procedimental de trabajar en el aire y de tender hacia la superficialidad Contra esos reparos el propio Hartog ha reivindi-cado un enfoque interesado en registrar no tanto objetos unitarios encerrados en su mismidad cuanto los posibles viacutenculos que pri-man entre ellos Aunque de este modo quedan fuera numerosos aspectos y facetas aclara ldquolo que merece retener la atencioacuten mdashal menos la miacuteamdash son estos recorridos por parte de un autor de una pregunta conservando los puntos en que se invierten y transfor-man sentildealando las cesuras a partir de las cuales las cosas se anudan de otro modordquo32

De ese planteamiento ha emanado un peculiar modo de escritura concebida como el registro de los movimientos o como una bitaacutecora de navegacioacuten Con ello una advertencia se impone a saber que el intereacutes en los traslados por oposicioacuten a los momentos de reposo no equivale a practicar el turismo cultural o dicho de otro modo aque-llo que en la jerga acadeacutemica suele tildarse de ldquoensayismordquo33 Una diferencia radica en que Hartog al recubrir su postura episteacutemica con los rasgos del transeuacutente no se contenta con observar ciertos lugares

31 Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007 p 81

32 Hartog La chambre de veille p 45 (mi traduccioacuten)33 Por lo demaacutes un ldquoensayordquo puede definirse seguacuten una foacutermula que Hartog toma

de Robert Musil como ldquola forma uacutenica e inalterable que un pensamiento decisivo hace tomar a la vida interior de un hombrerdquo ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades p 161

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comunes ni con andar trayectos dispuestos de antemano aunque admite cierta afinidad con quien frecuenta tianguis y mercadillos (con el chineur) su procedimiento se caracteriza por buscar interre-laciones insospechadas y por privilegiar los procesos por encima de los resultados Apenas admira por consiguiente que en sus paacuteginas ocupe un lugar destacado la figura del viaje ldquoese movimiento ese ritmo casi esa respiracioacuten entre el mismo y el otrordquo34 No trazar un mapa sino describir un itinerario constituye la manera de reconstituir esos trayectos aquellos que suscitan y logran ldquoque se correspondan se entrecrucen o se superpongan lugares y miradas que sentildealan puntos de referencia momentos en que las cosas se enturbian o se desviacuteanrdquo35 Maacutes auacuten en la medida en que resume y concentra un modelo operatorio se entiende que su buacutesqueda se oriente no hacia ldquoel viaje en siacute mismo en su materialidad sino como operador dis-cursivo y esquema narrativo el viaje como mirada y resolucioacuten de un problema o respuesta a una preguntardquo36

Un ejemplo de escritura a partir de dudas y cuestionamientos se encuentra en los anaacutelisis desarrollados en torno al concepto de ldquoori-genrdquo y de otros maacutes que le son afines Quien se asome a la obra de Hartog advertiraacute en efecto que esa constelacioacuten semaacutentica aparece de modo recurrente en sus trabajos y tanto asiacute que incluso fundoacute un libro en la ldquoproblemaacutetica de los comienzos y la perspectiva de una Grecia vista como inauguracioacutenrdquo37 iquestQueacute entender por unos teacuterminos tan equiacutevocos como inquietantes y cuyo empleo es tributario en la opinioacuten de Marc Bloch de una enquistada ldquoobsesioacuten embriogeacutenicardquo iquestRefieren a un inicio ex novo o a las causas a un principio explicati-vo o a ciertos fundamentos iquestCoacutemo explicar que se siga adorando al ldquoiacutedolo de los oriacutegenesrdquo pese a haberse consumado al menos en la teoriacutea un desencantamiento del mundo y de su historia38 Quizaacutes con el deseo de disipar las sospechas de idolatriacutea Hartog ha preci-sado que la idea no consiste en buscar unas raiacuteces primigenias al

34 Hartog La memoria de Ulises p 1735 Ibidem p 1636 Ibidem p 2437 Hartog Memoria de Ulises p 24 Las cursivas son miacuteas38 Marc Bloch Apologiacutea de la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura

Econoacutemica 2003 p 59-64

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afirmar que ldquoel comienzo que alcanzamos remontando los aconte-cimientos no es el comienzo sino lsquola primera manifestacioacutenrsquo rdquo sus palabras sugieren que el origen representa no un hecho por descu-brir sino un dispositivo heuriacutestico de alcances por explorar39

No es que tenga un gusto particular por los oriacutegenes mdashapunta en otro pasajemdash sin embargo con ellos podemos disponer de una especie de si-tuacioacuten experimental Podemos tomar las configuraciones a partir de las cuales se han operado las bifurcaciones o las elecciones que habriacutean podido no ser o ser otras ellas han sido olvidadas muy pronto o se han vuelto tan evidentes que ya no hemos pensado en cuestionarlas40

La vuelta a los oriacutegenes se convierte asiacute en un postulado teoacuterico capaz de traducirse en una estrategia de tipo pragmaacutetico El corola-rio que de esto se deriva no es en modo alguno menor Eacuteste con-siste nada menos que en reintroducir la contingencia en la historia al difuminar la ilusioacuten retrospectiva de necesidad y al impedirnos ordenar los sucesos de acuerdo con un recorrido orientado en pro-greso continuo y en que cada etapa anuncia la siguiente Pero hay maacutes al retroceder en el tiempo y retraerse en el espacio hasta encon-trar el momento y lugar en que una nocioacuten una categoriacutea o una experiencia se tornoacute concebible Hartog no soacutelo recuerda que todo lo que fue pudo no haber sido o serlo de otra manera tambieacuten apunta hacia sus condiciones de posibilidad arrojando nueva luz sobre el devenir efectivo De ahiacute que tomando como ejemplo su aacuterea privi-legiada de estudio recomiende ldquodeberiacuteamos poder limitar mejor eso que no era y antes que nada eso que no podiacutea ser el Mediterraacute-neo antiguo Con esto no soacutelo ganariacuteamos enriqueceriacuteamos y preci-sariacuteamos el cuestionario sino tambieacuten volveriacuteamos expliacutecitos algunos de los presupuestos de la praacutectica modernardquo41 La historicidad que

39 Hartog Evidencia de la historia p 23640 Ibidem p 33 Paacuteginas maacutes adelante comenta el autor ldquoestas observaciones no

apuntan de ninguna manera a sostener que todo se encuentra o que todo se juega en los comienzos sino invitan soacutelo a considerarlos como un espacio experimental donde se comunican todaviacutea las experiencias histoacutericas divergentes las divisiones inician las elecciones positivas se formulan las rupturas se dibujan en pocas palabras donde un lsquopensamiento histoacuterico occidentalrsquo se construyerdquo Ibidem p 37

41 Ibidem p 25

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define al pasado y al presente se torna visible una vez maacutes a partir de los cuestionamientos geograacuteficos

b) La distancia como tiempo

Si trayectos traslados recorridos y desplazamientos desempentildean un papel central en el vocabulario de Hartog no menos lo hacen nociones como las fronteras los umbrales y los intersticios Ademaacutes de insertarse en el campo de la espacialidad todas ellas comparten el caraacutecter liminar denotan una situacioacuten de entre-dos y funcionan como cierre y apertura como punto de clausura y de origen De una estructura similar es el concepto de ldquocrisisrdquo teacutermino que mar-ca una ruptura temporal y que vincula dos oacuterdenes del tiempo o mejor dicho dos modos de experimentar el tiempo Esta uacuteltima pre-cisioacuten resulta relevante en la medida en que por esas fracturas se entienden aquellas coyunturas en que la articulacioacuten entre pasado presente y futuro pierde la evidencia de que hasta entonces gozaba Es entonces cuando las dudas y la incertidumbre invitan cuando no obligan a repensar la tradicioacuten y a fijar nuevos puntos de refe-rencia A ello se debe que dichos episodios funcionen como lentes de aumento susceptibles de revelar un proceso tan profundo y constante como por lo general imperceptible para sus contemporaacuteneos Se tra-ta desde luego de la dimensioacuten temporal cuya paradoacutejica centralidad para la historia recuerda Franccedilois Hartog mediante la siguiente ad-vertencia ldquocon la evidencia de su omnipresencia mdashalertamdash el tiem-po corre el riesgo de volverse lo impensado de una disciplina que se proclama la maacutes rigurosa de todos los garantes de eacutel mismordquo42 Devolverlo a la esfera de lo visible y registrar los cambios que se operan en eacutel es el propoacutesito de los ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo

Acuntildeada a finales de los antildeos ochenta la expresioacuten ldquoreacutegimen de historicidadrdquo designa no tanto la experiencia social del tiempo enten-dida en un sentido empiacuterico cuanto un artefacto interpretativo ideado para examinar esa misma experiencia El sintagma forma parte des-de esa perspectiva de las categoriacuteas metahistoacutericas o construcciones

42 Ibidem p 28

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99FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

conceptuales que permiten aislar analizar e interpretar un objeto en especiacutefico En este caso bajo la lupa puede observarse la conciencia mdashen un sentido laxomdash del pasado del presente y del futuro formas universales cuya articulacioacuten va variando en funcioacuten de las eacutepocas los espacios y las sociedades En un punto intermedio entre la vacui-dad de la abstraccioacuten y la ceguera de lo faacutectico la nocioacuten puntualizoacute Hartog ldquonunca ha sido una entidad metafiacutesica descendida del cielo y de alcance universal No es maacutes que la expresioacuten de un orden do-minante del tiempo tejido a partir de diferentes regiacutemenes de tem-poralidad es para terminar una manera de traducir y de ordenar las experiencias del tiempo [hellip] y de darles sentidordquo43

En la medida en que busca captar las manifestaciones concretas de un fenoacutemeno universal mdashla relacioacuten con el tiempomdash ese cons-tructo se instituye en un instrumento comparatista por vocacioacuten casi cabriacutea decir por excelencia Interesado en la triple dimensioacuten temporal en sus muacuteltiples entrelazamientos eacuteste permite analizar coacutemo esa divisioacuten tripartita se articula y se desplaza cualquiera que sea el momento y el lugar que se examine Maoriacutes y helenos Ale-mania y Brasil el Renacimiento y la edad contemporaacutenea son algu-nos sujetos paiacuteses y periodos cuya experiencia de la temporalidad encuentra cabida bajo la forma de preguntas en la narrativa de Har-tog A ello importa antildeadir que esa amplitud de miras no deriva en es-peculaciones sobre el Hombre entendido desde una concepcioacuten atemporal a la inversa que las indagaciones uacutenicamente pretenden conocer al individuo concreto es una consecuencia directa de la par-ticular fusioacuten presente a la manera de constante entre la perspectiva histoacuterica y el meacutetodo antropoloacutegico

Si bien Franccedilois Hartog ha reconocido maacutes de una vez una deuda intelectual con Reinhardt Koselleck no fue el disciacutepulo de Heideg ger su primer ni principal interlocutor al momento de acuntildear la expre-sioacuten ldquoreacutegimen de historicidadrdquo44 Seguacuten ha precisado en reiteradas

43 Hartog Regiacutemenes de historicidad p 13244 A ese respecto Hartog explica que la lectura de Futuro pasado aparecido en

franceacutes en 1990 ldquome ayudoacute mucho a formular preguntas que todaviacutea no teniacutea en claro La agudeza de sus anaacutelisis me permitioacute comprender mejor la gran transformacioacuten que supuso la instauracioacuten del tiempo moderno y por contraste las implicaciones tempo-rales de la historia magistra Con los conceptos metahistoacutericos de espacio de experiencia

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100 historia y meacutetodo en el siglo xx

ocasiones el motor de su reflexioacuten se originoacute no en la historia sino en la antropologiacutea y maacutes en especiacutefico en el enfoque e ideas del in-vestigador estadounidense Marshall Sahlins Al reconocer que ldquootros tiempos otras costumbresrdquo implican tambieacuten ldquootras historiasrdquo su homoacutelogo franceacutes trasladoacute parte de ese debate hacia el terreno de la historiografiacutea llamando la atencioacuten entre otras problemaacuteticas hacia la cuestioacuten de ldquola simultaneidad de lo no simul taacuteneordquo45 De este modo a la vez que advertiacutea la coexistencia de loacutegicas y experiencias temporales inasimilables entre siacute tambieacuten admitioacute la necesidad de relacionarlas si no de encuadrarlas dentro de un mismo sistema No es otro el sentido y la funcioacuten de los regiacutemenes de historicidad nocioacuten bisagra que carece de ldquola generalidad de una condicioacuten de posibili-dad pero [que] tampoco es simplemente denotativa Su categoriacutea seriacutea intermedia trabaja sobre las tensiones entre experiencia y ex-pectativa las estructura las nombra permite las comparacionesrdquo46

Utilizadas por la criacutetica estas uacuteltimas han servido abierta o veladamente para negar al autor cualquier viso de originalidad es-timando su meacutetodo como una mera glosa del alemaacuten y maacutes en especiacutefico como una traduccioacuten de las categoriacuteas ldquoespacio de expe-rienciardquo y ldquohorizonte de expectativardquo No obstante las diferencias frente al enfoque de Koselleck no resultan menores Una de ellas estriba en que el diaacutelogo disciplinar se establece frente a la antropo-logiacutea por oposicioacuten a la filosofiacutea de lo cual derivan varias conse-cuencias ldquoLos regiacutemenes mdashreplicoacute Hartog a quienes quisieron ver una calcamdash no estaacuten sustentados por ninguna teleologiacutea a la mane-ra de las fases o de los modos de produccioacuten de antantildeo y no preten-den dar la clave de la historiardquo Por el contrario se trata de ldquoun ar-tefacto cuya finalidad es heuriacutestica No es el punto de partida de una teoriacutea de la historiardquo47 La renuncia a adentrarse en los secretos

[hellip] y de horizonte de expectativa [hellip] [Koselleck] proveyoacute una poderosa herramienta interpretativardquo Hartog La chambre de veille p 136 (mi traduccioacuten)

45 Ibidem p 51 ldquoOtros tiempos otras costumbres la antropologiacutea de la historiardquo es el tiacutetulo de una conferencia que Marshall Sahlins pronuncioacute en 1981 y que unos antildeos maacutes tarde publicoacute en su conocida obra Islas de historia Barcelona Gedisa 1987

46 ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades p 155

47 Ibidem p 153

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101FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

del devenir humano no equivale sin embargo a negar los alcances de su propia propuesta Lejos de ello eacutel mismo ha reivindicado haber abierto el espectro de preguntas al desarrollar una herramien-ta interpretativa capaz de ampliar las coordenadas de estudio maacutes allaacute de Europa y de extender la cronologiacutea de anaacutelisis hasta incluso abarcar la edad contemporaacutenea

ldquoA lo que me dedico mdashafirmoacute este observador de la temporalidad y su experienciamdash es a cuestionar el pasado por el presente y el pre-sente por el pasado con el propoacutesito confeso de adquirir conocimien-to sobre uno y otrordquo48 Por esa labor de contraste entre uno y otro tiempo el historiador ha afianzado un terreno vedado a quienes entienden la ldquodistancia histoacutericardquo como una suma de antildeos incluso de siglos Al postular en efecto que la clave se encuentra no en una mera acumulacioacuten numeacuterica sino en el intereacutes de adoptar una mira-da distante Hartog ha reivindicado las capacidades de la historia para observar cualquier momento incluido el ahora En ese sentido que a partir del concepto ldquoreacutegimen de historicidadrdquo haya elaborado un sofisticado diagnoacutestico sobre la sociedad contemporaacutenea resulta significativo Eacuteste le permitioacute reconocer coacutemo se establecioacute en el trans-curso del siglo xx un nuevo equilibrio entre los oacuterdenes del tiempo o mejor dicho una relacioacuten que se define por la preponderancia del presente A medida que el pasado y el futuro se desvanecen en tan-to dimensiones invisibles o inalcanzables la actualidad se cierra so-bre siacute misma y pierde la capacidad de voltear hacia atraacutes o hacia adelante Tal es el sentido de la palabra ldquopresentismordquo el reacutegimen temporal de nuestros diacuteas49

a Modo de cIerre desde el Faro

La chambre de veille es el tiacutetulo que eligioacute Franccedilois Hartog para encua-drar un reciente libro de entrevistas Los pormenores que marcaron una provechosa trayectoria intelectual junto con numerosos recuerdos

48 Hartog La chambre de veille p 62 (mi traduccioacuten)49 Sobre el ldquopresentismordquo tema que mereceriacutea un trabajo en detalle es posible con-

sultar Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad asiacute como La chambre de veille p 151-183

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102 historia y meacutetodo en el siglo xx

y reflexiones sobre su experiencia vital y laboral aparecen pues bajo lo que en espantildeol se denomina con menor carga poeacutetica como ldquocaacute-mara de serviciordquo Con ese teacutermino suelen designarse unos espacios situados en la punta de los faros pequentildeos recintos destinados a albergar las labores del vigiacutea Una cama un escritorio y algunos instrumentos constituyen todo el mobiliario de quien consagra sus diacuteas y sus noches a cuidar la luz y a escrutar el horizonte Desde las alturas centildeidas de cristal el vigilante lo observa todo y al mismo tiempo no ve nada a su disposicioacuten tiene un aacutengulo visual insupe-rable y sin embargo es muy posible que lo esencial ocurra en otra parte Maacutes auacuten si no hay un movimiento que le pase desapercibido cada uno soacutelo adquiere sentido a partir de los coacutedigos y las coorde-nadas inscritos en las bitaacutecoras y los libros colocados en la mesa La analogiacutea con el oficio de historiar se esclarece poco a poco

Termineacute por comprender mdashescribioacute Hartogmdash que mi oficina con los estantes de la biblioteca los expedientes y las notas diversas era mi caacutemara de servicio [hellip] Tambieacuten ahiacute en el espacio de la oficina se verifican intercambios entre lo que uno ve y no ve Se encuentra lo que uno intenta ver que cree ver y que se esfuerza por hacer ver Y con demasiada frecuencia aquello que por una u otra razoacuten nos elude50

Definido como quien acecha el tiempo el historiador conjuga un lugar y una mirada Se convierte por lo tanto en el ojo de la historia aunque no en un sentido normativo ni mucho menos por aspirar a la omnipresencia el tiacutetulo responde simplemente a su capacidad para postular y poner en praacutectica una teoriacutea de la obser-vacioacuten planteada en este caso en teacuterminos de distanciamiento y de vocacioacuten itinerante A partir de los efectos de contraste que pro-duce y explota el meacutetodo de Hartog trae a la memoria preguntas olvidadas pone en tela de juicio las certezas actualiza las dudas y reintroduce la contingencia A fin de cuentas pregunta ldquoiquestcuaacutel pue-de ser la tarea del historiador (incluso su responsabilidad) si no la de poner el presente en perspectiva Por los conocimientos que aporta su trabajo apunta a reunir maacutes inteligibilidad y lucidez al hacer de

50 Ibidem p 11 (mi traduccioacuten)

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103FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

la historia un ejercicio criacuteticordquo51 Esa criacutetica implica un extrantildeamien-to y por su misma estructura puede ayudarnos a desacelerar

bIblIograFiacutea

blocH Marc Apologiacutea de la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2003

borges Jorge Luis Ficciones Madrid Alianza 1989

delacroIx Christian Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades Buenos Aires Waldhuter 2010

Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007

derrIda Jacques De la grammatologie Pariacutes Les Eacuteditions de Minuit 1967

detIenne Marcel Comparer lrsquoincomparable Pariacutes Le Seuil 2009

Hartog Franccedilois El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2003

Evidencia de la historia Lo que ven los historiadores Meacutexico Univer-sidad Iberoamericana 2011

La chambre de veille con la colaboracioacuten de Felipe Brandi y Thomas Hirsch Pariacutes Flammarion 2013

Memoria de Ulises Relatos sobre la frontera en la antigua Grecia Bue-nos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 1999

Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007

Hollander Jaap den Herman Paul y Rik Peters (coords) ldquoIntroduction The Metaphor of Historical Distancerdquo History and Theory v 50 n 4 diciembre 2011 p 1-10

leacutevI-strauss Claude Le regard eacuteloigneacute Pariacutes Plon 1983

51 Hartog Regiacutemenes de historicidad p 14

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104 historia y meacutetodo en el siglo xx

y Didier erIbon De pregraves et de loin Pariacutes Odile Jacob 1988

luHMann Niklas La ciencia de la sociedad Meacutexico Universidad Iberoame-ricana 1996

ortega y gasset Joseacute Obras completas Tomo v 1932-1940 Madrid Alian-zaRevista de Occidente 1983

PaKMan Marcelo (comp) Construcciones de la experiencia humana Barce-lona Gedisa 1996 v I

Platoacuten ldquoParmeacutenidesrdquo en Diaacutelogos Madrid Edaf 2002

Poe Edgar Allan El escarabajo de oro y otros cuentos Meacutexico Rei 1988

rousseau Jean-Jacques Ensayo sobre el origen de las lenguas Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1984

saHlIns Marshall Islas de historia Barcelona Gedisa 1987

venutI Lawrence (ed) The Translation Reader Londres Routledge 2000

watzlawIcK Paul y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribu-ciones al constructivismo Barcelona Gedisa 2000

werner Michael y Beacuteneacutedicte Zimmermann ldquoBeyond Comparison His-toire Croiseacutee and the Challenge of Reflexivityrdquo History and Theory v 45 n 1 febrero 2006

wHIte Hayden El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Bar-celona Paidoacutes 2003

zerMentildeo Guillermo (coord) HistoriaFin de siglo Meacutexico El Colegio de Meacutexico 2016

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HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

LA PERSPECTIVA HISTORIOGRAacuteFICA

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Marc Bloch (1886-1944) La preocupacioacuten por el meacutetodo histoacuterico

Martiacuten F riacuteos saloMaUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

Introduccioacuten

ldquoEs como historiador de la estructura social que me presento ante el Colegio de Francia pero como un historiador que situado fren-te a los hechos humanos y reconociendo en ellos por naturaleza hechos psicoloacutegicos se esfuerza cada vez maacutes en sus trabajos y se esforzaraacute en su ensentildeanza en explicarlos desde el interiorrdquo1 Es con estas palabras con las que el ceacutelebre historiador franceacutes se presen-taba a siacute mismo en el dossier que redactoacute en el antildeo 1934 para postu-lar su candidatura a la prestigiosa institucioacuten candidatura que final-mente seriacutea rechazada Sin embargo es posible constatar que las palabras contenidas en estas liacuteneas vistas a la luz del tiempo trans-currido condensan los aportes que Marc Bloch realizoacute a la ciencia histoacuterica los cuales han permitido a los historiadores de la histo-riografiacutea considerarlo como uno de los grandes intelectuales del siglo xx y sin duda como uno de los historiadores franceses de mayor relevancia de la primera mitad de la centuria pasada

La ingente produccioacuten del historiador nacido en Lyon la pro-fundidad trascendencia e innovacioacuten de sus planteamientos histo-riograacuteficos sus aportes a la historia medieval en general y al mejor conocimiento del sistema feudal en particular su intensa actividad docente su avidez de conocimiento e inquietudes intelectuales

1 Marc Bloch ldquoProjet drsquoun enseignement drsquohistoire compareacutee des socieacuteteacutes euro-peacuteennes Candidatures au Collegravege de France 1934rdquo en Marc Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance edicioacuten de Annette Becker y Eacutetienne Bloch prefacio de Annette Becker introduccioacuten de Eacutetienne Bloch Pariacutes Gallimard 2006 p 443-450 p 445 El rechazo de la candidatura de Bloch al Collegravege de France no se debioacute uacutenicamente a la supresioacuten de cuatro caacutetedras en abril de 1934 sino a tambieacuten a sus oriacutegenes judiacuteos ldquoLes origines juives de Marc Bloch se reacuteveacuteleront ecirctre un handicap les universitaires franccedilais eacutetant sensibles agrave une forme non dite de quotasrdquo Idem ldquoMarch Bloch 1886-1944 Vie et œuvrerdquo ibidem p 1-77 p 38

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108 historia y meacutetodo en el siglo xx

mdashque lo llevaron a fundar como es bien sabido los Annales en 1929mdash su participacioacuten activa en las dos guerras mundiales y su traacutegica muerte en junio de 1944 han generado tal cantidad de estu-dios y escritos que quien elaboroacute estas liacuteneas se preguntoacute a lo largo de varios meses si era posible decir algo novedoso sobre la obra de Marc Bloch2

La respuesta en realidad vino de los estudiantes a quienes im-partiacute el curso de Comentario de Textos durante el semestre 2014-1 alumnos de primer antildeo de la Licenciatura en Historia aacutevidos de conocimientos a quienes di a conocer la Apologiacutea por la historia Yo mismo habiacutea leiacutedo mdashgracias al doctor Sergio Mirandamdash la primera semana de mis estudios universitarios en el ya lejano antildeo de 1994 la versioacuten castellana del texto ldquoReflexiones para un lector curioso del meacutetodordquo publicada en la revista Eslabones y poco despueacutes tuve que leer para alguno de los cursos de historiografiacutea la Introduccioacuten a la historia3 Entonces me parecioacute un libro fascinante y cautivador pero soacutelo en la relectura realizada para preparar las respectivas clases del

2 Frente a la enorme produccioacuten historiograacutefica a propoacutesito de Marc Bloch y su obra resalto los textos introductorios de Annette Becker y Eacutetienne Bloch al volumen que coordinaron bajo el tiacutetulo Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance (vid supra nota 1) p vII-lx y lxI-lxxI respectivamente De obligada referencia son los trabajos de Carlos Aguirre Rojas Los Annales y la historiografiacutea francesa Tradiciones criacuteticas de Marc Bloch a Michel Foucault Meacutexico Quinto Sol 1996 Jaume Aurell La escritura de la memoria De los posi-tivismos a los postmodernismos Valencia Prensas de la Universidad de Valencia 2005 particularmente p 23-66 Dominique Bartheacutelemy ldquoMarc Blochrdquo en Veacuteronique Sales Les historiens Pariacutes Armand Colin 2003 p 85-102 Peter Burke La revolucioacuten historio-graacutefica francesa La Escuela de los Annales 1929-1989 Barcelona Gedisa 1993 particular-mente los capiacutetulos 1 y 2 p 15-37 Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 particularmente p 200-295 Franccedilois Dosse La historia en migajas De Annales a la ldquonueva historiardquo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2006 particularmente p 27-95 Olivier Dumoulin Marc Bloch Pariacutes Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques 2000 Carole Fink Marc Bloch A Life in History 2a ed Cambridge Cambridge University Press 1991 George G Iggers Historiography in the Twentieth Century From Scientific Objectivity to the Postdmodern Challenge HanoverLondres Wesleyan University PressUniversity Press of New England 1997 particularmente p 51-64 y Massimo Mastrogregori El manus-crito interrumpido de Marc Bloch Apologiacutea para la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998

3 Marc Bloch ldquoReflexiones para el lector curioso del meacutetodordquo Eslabones Revista semestral de estudios regionales Sociedad Nacional de Estudios Regionales Meacutexico n 7

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109MARC BLOCH (1886-1944)

mencionado curso asiacute como la ponencia origen de este escrito pude comprender cabalmente y ponderar la enorme riqueza que encierra este pequentildeo libro y la trascendencia intelectual de su autor

Hace no mucho Dominique Bartheacutelemy uno de los medievalis-tas franceses maacutes importantes y especialista en el sistema feudal tomando en consideracioacuten que el estilo y el pensamiento de Marc Bloch eran propios de un profesor de la Tercera Repuacuteblica y que las ciencias sociales se habiacutean transformado significativamente en los uacuteltimos treinta antildeos se preguntaba si auacuten podiacutea leerse la obra de Marc Bloch con ldquoconfianza y provechordquo Su respuesta era afirmativa ldquo[hellip] a condicioacuten mdashsosteniacuteamdash de situarlo en el contexto intelectual de esta repuacuteblica que hizo eclosionar dos lsquoescuelas histoacutericasrsquo suce-sivas el positivismo o mejor dicho la escuela metoacutedica a partir de 1875 y la escuela de los Annales en 1929rdquo4

A tenor de mi propia experiencia en el campo histoacuterico debo di-sentir de las consideraciones de Bartheacutelemy a propoacutesito de su aseve-racioacuten pues si bien es cierto que es necesario situar a Marc Bloch en su contexto histoacuterico intelectual e historiograacutefico tanto mi praxis en el campo de la historiografiacutea a propoacutesito del concepto de Reconquista y el desarrollo del medievalismo espantildeol como mi labor docente impar-tiendo cursos de Historiografiacutea y Metodologiacutea Histoacuterica me hacen evi-dente la vigencia del pensamiento de Bloch no soacutelo en el aacutembito de la historia medieval sino en realidad en el campo mismo de la historia5

Porque la pregunta que lanzara el insigne medievalista al iniciar su Apologiacutea y que de forma nada inocente poniacutea en boca de un es-colar ldquoiquestpara queacute sirve la historiardquo es una pregunta que como el mismo Bloch sosteniacutea plantea el problema de la ldquolegitimidad de la historiardquo y por lo tanto no interesa uacutenicamente al gremio de his-toriadores sino que ldquoafecta a toda la civilizacioacuten occidentalrdquo6 Una

enero-junio 1994 p xII-xxI Marc Bloch Introduccioacuten a la historia 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994

4 Bartheacutelemy ldquoMarc Blochrdquo p 865 Martiacuten Riacuteos Saloma La Reconquista Una construccioacuten historiograacutefica (siglos xvi-xix) proacute-

logo de Mariacutea Isabel Peacuterez de Tudela MadridMeacutexico Marcial PonsUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2011 y del mismo autor La Reconquista en la historiografiacutea espantildeola contemporaacutenea MadridMeacutexico SiacutelexUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2013

6 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 9

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110 historia y meacutetodo en el siglo xx

legitimidad que es cuestionada no ya como en los antildeos de la pri-mera posguerra por las otras ciencias sociales sino por una socie-dad que cada vez destina menos recursos a la creacioacuten de plazas universitarias que no incluye en los campos de accioacuten prioritaria de la formacioacuten posgradual a las humanidades en general y a la historia en particular que no es capaz de ponerse de acuerdo sobre queacute historia ensentildear y coacutemo ensentildearla7 que descuida y desatiende a los docentes de historia de la ensentildeanza baacutesica media baacutesica y media superior y abusa del discurso histoacuterico De esta suerte hemos asistido en los uacuteltimos tiempos al hecho de que la Historia ha sido obligada a abandonar los espacios acadeacutemicos y a participar en el debate poliacutetico al punto que la opinioacuten puacuteblica pide al historiador que se convierta en jurisconsulto y dirima las querellas que no pu-dieron resolver los jueces del momento mdasho los poliacuteticos actualesmdash trayendo al primer plano de la discusioacuten puacuteblica conceptos caros a la ciencia histoacuterica como los de ldquotestigordquo ldquotestimoniordquo ldquomemoriardquo

Pero complejizando auacuten maacutes el problema de la legitimidad de la historia y los abusos que de esta disciplina se hacen en el caso de los acontecimientos maacutes traacutegicos del mundo contemporaacuteneo mdashcomo la Soah la violacioacuten de mujeres alemanas por parte del ejeacutercito rojo el despojo de los pueblos indiacutegenas de Ameacuterica Latina la muerte de los empleados de las Torres Gemelasmdash se pide al his-toriador que establezca la verdad histoacuterica para restaurar a la ldquoviacutectimardquo a riesgo de que si no participa en tal debate sean los representantes de los poderes puacuteblicos quienes se arroguen el derecho de determinar dicha ldquoverdadrdquo8 Asiacute pues el historiador profesional constata con cons-ternacioacuten los ldquousos puacuteblicos de la historiardquo9 mediante los cuales se pretende legitimar gobiernos regiacutemenes poliacuteticos reivindicaciones

7 Una experiencia reciente en Meacutexico fueron las sucesivas modificaciones a los planes de estudio realizadas durante los gobiernos panistas (2000-2012)

8 Estas problemaacuteticas fueron analizadas por Franccedilois Hartog en la conferencia in-titulada ldquoEl presente del historiadorrdquo impartida el diacutea jueves 12 de noviembre de 2009 en el marco de la Caacutetedra Marcel Bataillon Temporalidades historias presente del historia-dor desarrollada en el Instituto de Investigaciones Histoacutericas de la unaM

9 Recupero el teacutermino de ldquousos puacuteblicos de la historiardquo de la propuesta colectiva de Joseacute Carreras Ares y Carlos Forcadell Aacutelvarez (eds) Usos puacuteblicos de la historia Po-nencias del VI Congreso de la Asociacioacuten de Historia Contemporaacutenea (Universidad de Zaragoza 2002) Madrid Marcial PonsPrensas Universitarias de Zaragoza 2003

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de determinados grupos o ideologiacuteas o programas de accioacuten tanto en el aacutembito de la poliacutetica nacional como en el aacutembito internacional Asiacute ocurrioacute cuando el expresidente espantildeol Joseacute Mariacutea Aznar quiso justificar la invasioacuten de Irak como un capiacutetulo maacutes de la lucha mul-tisecular mantenida entre cristianos y musulmanes a partir del 711 o cuando el secretario de Gobernacioacuten de los Estados Unidos Mexi-canos presentoacute un documento producto de la investigacioacuten judicial llevada a cabo sobre el particular como ldquola verdad histoacutericardquo a pro-poacutesito de los sucesos de Ayotzinapa en los que 43 estudiantes de magisterio fueron secuestrados torturados y asesinados

Por otra parte en un mundo globalizado definido por la emergen-cia de un reacutegimen de temporalidad al que Franccedilois Hartog ha llamado ldquopresentismordquo caracterizado por la preponderancia del presente sobre los otros tiempos histoacutericos10 es necesario preguntarse sobre el papel y la funcioacuten que puede tener el estudio del pasado En una era en la que la revolucioacuten tecnoloacutegica operada a finales del siglo xx ha acortado las distancias y ha impuesto una vertiginosa velocidad en las comuni-caciones mdashelementos que pueden considerarse como algunos de los siacutentomas maacutes visibles de este nuevo reacutegimen de historicidadmdash la His-toria como disciplina pareceriacutea no tener cabida ni sentido porque es un hecho innegable que las sociedades mdashparticularmente las de los paiacuteses desarrollados y aquellos que se hallan en viacuteas de desarrollomdash han experimentado una nueva relacioacuten con el tiempo que se refleja en su permanente conexioacuten a la red y a la demanda perenne de respues-tas y noticias instantaacuteneas que dejan poco espacio para la reflexioacuten sosegada y en consecuencia para el estudio del pasado Estos fenoacute-menos sociales se experimentan incluso en las universidades por cuan-to las poliacuteticas de evaluacioacuten acadeacutemica demandan constantemente a los colegas de los distintos paiacuteses un aumento en su productividad es decir maacutes en menor tiempo sin dar tiempo a los intelectuales a generar conocimiento verdaderamente significativo y trascendente

En este complejo contexto a casi setenta antildeos de su publicacioacuten La apologiacutea de la historia u oficio del historiador muestra plenamente su vigencia y los historiadores estamos llamados a releer estas paacuteginas

10 Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo trad de Norma Duraacuten y Pablo Avileacutes Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007

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ya claacutesicas con la certeza de encontrar en ellas no soacutelo las reflexiones de un historiador maduro preocupado por el meacutetodo sino las res-puestas personales de un intelectual preocupado por los grandes problemas de su tiempo y la forma en que la historia podriacutea contri-buir a su comprensioacuten En este sentido no deja de sorprender el hecho de que Marc Bloch utilizara ya conceptos y liacuteneas de pensa-miento historiograacutefico mdashmuchos de ellos provenientes de la socio-logiacuteamdash que seriacutean desarrollados por las generaciones subsecuentes estructura temporalidades larga duracioacuten semaacutentica histoacuterica sentido representacioacuten narrativismohellip

Las reflexiones aquiacute presentadas realizadas desde el aacutembito de la historia se suman a una larga lista de autores mdashentre los que debe mencionarse a Peter Burke Franccedilois Dosse Carlos Aguirre Domi-nique Bartheacutelemy Jaume Aurell Olivier Dumoulin Carole Fink Mas-simo Mastrogregori y Annette Beckermdash y se centraraacuten11 debido a la naturaleza del volumen en el que se integran estas paacuteginas en los planteamientos metodoloacutegicos del pensamiento de Marc Bloch La mayoriacutea de eacutestos se hallan contenidos en la Apologiacutea pero no he que-rido dejar de revisar diversos escritos de los antildeos previos por cuanto nos permiten atestiguar la evolucioacuten del pensamiento del historia-dor soslayando en esta ocasioacuten Los reyes taumaturgos Los caracteres originales de la historia rural francesa y La sociedad feudal12

La preocupacioacuten por el meacutetodo

La preocupacioacuten de Marc Bloch por las cuestiones metodoloacutegicas se remonta al antildeo de 1906 cuando con veinte antildeos escribioacute un breve texto intitulado a posteriori ldquoCuaderno de metodologiacutea histoacutericardquo13 En eacutel el joven Bloch auacuten en servicio militar anunciaba que su deseo

11 Todos ellos citados vid supra nota 212 Marc Bloch Los reyes taumaturgos trad de Marcos Lara Meacutexico Fondo de Cul-

tura Econoacutemica 1993 [1a ed 1924] Les caractegraveres originaux de lrsquohistoire rurale franccedilaise OsloPariacutes AshebourgLes Belles-Lettres 1931 y La socieacuteteacute feacuteodale 6a ed prefacio de Robert Fossier Pariacutes Albin Michel 1994 [1a ed 1939]

13 Marc Bloch ldquoCarnet lsquomethodologie historiquersquo rdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 85-95

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era ldquofijar por escrito ciertas ideas sobre la metodologiacutea histoacutericardquo que se habiacutean ldquodesarrollado en su espiacuteritu desde haciacutea alguacuten tiempordquo y afirmaba categoacutericamente a continuacioacuten que ldquola historia no tiene existencia cientiacuteficardquo En su programa esbozado en este cuaderno Bloch se proponiacutea sustituir la nocioacuten de ldquoacontecimientordquo por aque-lla de ldquofenoacutemenordquo entendiendo por acontecimiento ldquoun conjunto de hechos que tienen por uacutenico trazo comuacuten ser ordenados en la misma caja de la categoriacutea de tiempordquo El fenoacutemeno continuaba el joven historiador ldquoes el producto del anaacutelisis del acontecimientordquo Y cerraba la primera paacutegina asegurando que el meacutetodo histoacuterico era un meacutetodo descriptivo y se oponiacutea al meacutetodo analiacutetico14 Las reflexiones continua-ban comparando el meacutetodo histoacuterico con el meacutetodo de las ciencias naturales particularmente la quiacutemica para anotar posteriormente que desde su perspectiva existiacutea ldquoun orden de fenoacutemenos que llamaremos si se quiere fenoacutemenos psico-socialesrdquo15 ldquoPara estudiar uacutetilmente este orden mdashantildeadiacuteamdash habiacutea que dividirlo en familias es necesario susti-tuir un meacutetodo cronoloacutegico [hellip] por un meacutetodo analiacutetico que por el anaacutelisis llegue a la siacutentesis cientiacuteficardquo16 ldquoLa historia mdashsentenciabamdash es una recopilacioacuten de experiencias No se trata solamente de publicar esta recopilacioacuten [hellip] se trata sobre todo de interpretarrdquo

Quisiera detenerme un momento para sentildealar que en franceacutes la frase original reza literalmente ldquoLrsquohistoire est un recueil drsquoexpeacute rien-cesrdquo17 El teacutermino ldquorecueilrdquo fue ampliamente utilizado en las numero-sas colecciones de documentos medievales que se editaron en Francia a lo largo del siglo xIx particularmente cuando se trataba de los cartularios abaciales y catedralicios18 En este sentido no me parece

14 Ibidem p 8715 Ibidem p 8916 Idem17 Idem18 Una de las recopilaciones documentales maacutes importantes del medievalismo

decimonoacutenico franceacutes fue preparada por Auguste Bernard (1811-1868) y Alexandre Bruel (1841-1920) y llevaba por tiacutetulo Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny 6 v Pariacutes Impri-merie Nationale 1876-1903 Al respecto veacutease Seacutebastien Barret ldquocluny Note sur le Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny drsquoAuguste Bernard et Alexandre Bruelrdquo Bulletin du Centre drsquoEacutetudes Meacutedieacutevales drsquoAuxerre | buceMa [en liacutenea] Collection cbMa Les cartu-laires puestos en liacutenea el 16 de junio de 2009 Disponible en URL httpcemrevuesorg11017 DOI 104000cem11017 (fecha de consulta 17 de marzo de 2014)

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gratuito que un medievalista en formacioacuten recuperara el teacutermino ldquorecopilacioacutenrdquordquorecueilrdquo para definir a la historia pues en buena medida ello era una herencia del meacutetodo histoacuterico construido en el siglo anterior Lo que siacute me parece interesante y novedoso para la eacutepoca es que se acompantildee del teacutermino ldquoexperienciardquoexpeacuteriencesrdquo pues ello encierra en realidad una criacutetica abierta a ese ingente tra-bajo de erudicioacuten decimonoacutenica y a las propuestas metodoloacutegicas de Ranke Langlois y Seignobos que se agotaban en reunir y trans-cribir una enorme cantidad de documentos para determinar los acontecimientos tal y como habiacutean sido No los documentos no hablaban por siacute mismos y por lo tanto no bastaba con recolectar gran nuacutemero de eacutestos habiacutea que saber interrogarlos e interpretar su con-tenido19 Es aquiacute donde el teacutermino ldquoexperienciardquo adquiere una mayor significacioacuten por cuanto el pensamiento de Bloch se hace eco de las ciencias experimentales y se aparta del positivismo la historia no estaacute en el documento no es el documento sino la experiencia vivida por el sujeto mdashindividual y colectivomdash La historia podriacuteamos in-ferir es vida y en consecuencia no se ocupa de la palabra muerta sino de la experiencia vivida contenida en la palabra

Paacuteginas adelante Bloch precisaba que las formas diversas de esa psicosociologiacutea no eran sino los fenoacutemenos de la lengua los fenoacute-menos religiosos y los fenoacutemenos econoacutemicos De esta suerte el joven Bloch aseguraba que la historia deberiacutea abordar el estudio de ldquolas sociedadesrdquo20 y explicar precisamente esos fenoacutemenos psicoso-ciales Bloch concluiacutea este texto afirmando que el meacuterito del siglo xIx ldquohabiacutea sido encontrar el meacutetodo de la investigacioacuten histoacuterica y opi-naba que ldquoel meacutetodo criacutetico [hellip] habiacutea sido llevado a su punto de perfeccioacutenrdquo Pero antildeadiacutea ldquoel historiador se parece a un bioacutelogo que teniendo un microscopio excelente ignora en queacute aplicarlordquo21 La referencia a la biologiacutea haciacutea patente el intereacutes de Bloch en las cien-cias experimentales y en el criterio de cientificidad al tiempo que

19 Ibidem p 89 La obra de referencia sobre metodologiacutea histoacuterica para Bloch era por supuesto la de Charles Langlois y Charles Victor Seignobos Introduction aux eacutetudes historiques Pariacutes Hachette 1898

20 Bloch ldquoCarnethelliprdquo p 9021 Ibidem p 93-94

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reforzaba la idea seguacuten la cual el meacutetodo criacutetico propio de la historia hecha en el siglo xIx careciacutea de sentido si no se daba el paso a la interpretacioacuten y era tan inuacutetil como el mejor instrumento cientiacutefico en manos inexpertas

A nadie puede escapar la importancia de este texto de juventud por cuanto en su forma rudimentaria representa en realidad el programa de trabajo del novel historiador que es desarrollar un meacutetodo analiacutetico que permita a la Historia ser considerada como una ciencia gracias a la cual estudiar a las sociedades y sus fenoacuteme-nos maacutes complejos y profundos la lengua las mentalidades y la economiacutea Tal planteamiento llevaba impliacutecita la necesidad de formular preguntas es decir de problematizar estos fenoacutemenos y de trascender los liacutemites impuestos por la erudicioacuten decimonoacutenica que focalizaba sus esfuerzos en la depuracioacuten de las fuentes el es-tablecimiento de las fechas exactas y la redaccioacuten de una historia poliacutetica al servicio de la nacioacuten22

Unos diacuteas antes de iniciar la Gran Guerra el 13 de julio de 1914 Bloch fue llamado a pronunciar un discurso en la ceremonia de en-trega de reconocimientos con la que se cerraba el ciclo escolar en el liceo de Amiens En esta intervencioacuten destinada a joacutevenes auditores Bloch planteaba de forma sencilla los problemas de fondo de la cien-cia histoacuterica al tiempo que delineaba una primera definicioacuten de su objeto de estudio Debo citar en extenso

Como ustedes saben soy profesor de historia El pasado forma parte de mi ensentildeanza Narro batallas en las cuales no participeacute describo monumentos desaparecidos mucho antes de que yo naciera les hablo de hombres que nunca he visto Y mi caso es el de todos los historiado-res No tenemos de los acontecimientos del pasado un conocimiento

22 Sobre la Historia en el siglo xIx dos claacutesicos Georges Gooch Historia e historia-dores en el siglo xix trad de Ernestina Champourciacuten y Ramoacuten Iglesia Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1942 Georges Lefebvre El nacimiento de la historiografiacutea moderna trad de Alberto Meacutendez Barcelona Ediciones Martiacutenez Roca 1974 y dos estudios re-novadores aunque focalizados en el caso espantildeol Benoicirct Pelistrandi Un discours natio-nal La Real Academia de la Historia entre science et politique (1847-1897) Madrid Casa de Velaacutezquez 2004 Ignacio Peiroacute Martiacuten Los guardianes de la historia La historiografiacutea aca-deacutemica de la restauracioacuten 2a ed revisada y aumentada Zaragoza Institucioacuten Fernando el Catoacutelico 2006

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inmediato y personal comparable por ejemplo a aquel que su profe-sor de fiacutesica tiene de la electricidad No sabemos nada de los aconte-cimientos maacutes que por los relatos [reacutecits] de los hombres que los vieron realizarse Cuando estos relatos nos faltan nuestra ignorancia es com-pleta y no tiene remedio [hellip] [Los historiadores] somos jueces de ins-truccioacuten encargados de una amplia investigacioacuten sobre el pasado Como nuestros colegas del palacio de Justicia reunimos testimonios con la ayuda de los cuales buscamos reconstruir la realidad23

Y era precisamente sobre estos testimonios sobre los que el his-toriador debiacutea realizar la labor intelectual maacutes compleja con el fin de evitar los errores y establecer un poco de verdad ldquoal arte de discernir en los relatos lo verdadero lo falso y lo probable se deno-mina criacutetica histoacutericardquo24 Este ldquoarterdquo mdashy pensemos lo que para un medievalista puede significar el teacutermino arte el cual nos remite a las ldquoartes liberalesrdquomdash poseiacutea sus propias reglas tal y como las habiacutea desarrollado la ldquoeacutecole meacutethodiquerdquo de Charles Langlois y Charles Seignobos La primera era ofrecer las referencias en las notas corres-pondientes dado que a traveacutes de las notas es posible ldquoverificar el uso que se hace de los testimoniosrdquo ldquoCitar a las fuentes es el primer deber [devoir] del historiadorrdquo25 La segunda regla era en conse-cuencia reunir los documentos los testimonios y criticarlos es decir confrontarlos pues soacutelo ldquoen la comparacioacuten de los testimo-nios puede llegarse a la verdadrdquo26 Y pediacutea Bloch a sus joacutevenes oyentes comprender los aportes de la criacutetica histoacuterica explicando que ldquolas reglas de la criacutetica del testimoniordquo elaboradas sobre todo por historiadores y filoacutelogos no eran ldquoun juego de eruditosrdquo sino que se aplicaban ldquotanto al presente como al pasadordquo puesto que eran una forma de llegar a la verdad27

La lectura de estos dos textos de juventud obliga al historiador a interrogarse sobre las razones profundas que llevaron a Bloch a

23 Marc Bloch ldquoCritique historique et critique du teacutemoinage Amiens 1914rdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 97-107 p 99

24 Ibidem p 10025 Idem26 Ibidem p 10627 Ibidem p 107

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reflexionar sobre el meacutetodo histoacuterico pero tambieacuten a cuestionarse sobre la aparente contradiccioacuten que hay en uno y otro texto respec-to de la importancia y el valor dado a la criacutetica histoacuterica minusva-lorada en el primero pasa a convertirse en el segundo en la base epistemoloacutegica de la historia

No basta apelar a la mente imaginativa y brillante de Bloch para explicar su preocupacioacuten por el meacutetodo es necesario tomar en cuen-ta el contexto intelectual en el que Bloch desarrolloacute sus estudios y comenzoacute el ejercicio de su profesioacuten un contexto marcado por el de-sarrollo de la sociologiacutea y las ciencias naturales que han analizado Aurell y Dosse28 En este sentido de forma particular Dosse ha de-mostrado que el eacutexito de Bloch y Febvre se debioacute en buena medida a haber hecho suyas las criacuteticas provenientes de la linguumliacutestica la antro-pologiacutea el psicoanaacutelisis y la sociologiacutea y haber dado seguimiento a los retos planteados por estas nuevas ciencias pero tambieacuten por haber ofrecido respuestas a una sociedad marcada primero por la guerra y despueacutes por la crisis econoacutemica mundial que perdiacutea su fe en la nocioacuten de progreso y que ldquodesplazaba su mirada de lo poliacutetico hacia lo econoacutemicordquo a lo largo de las tres primeras deacutecadas del siglo xx29

Asiacute el desencanto y la peacuterdida de certezas convirtieron a la ge-neracioacuten de Bloch en una generacioacuten criacutetica con sus maestros que planteaba nuevas respuestas a nuevos problemas y que buscaba en las ciencias naturales los criterios de cientificidad no es gratuito que una y otra vez desde el texto de 1906 hasta 1943 antildeo de la redaccioacuten de la Apologiacutea por la historia nuestro historiador recurra a compara-ciones y analogiacuteas constantes con las ciencias naturales Para los nue-vos retos que planteaba la sociedad emergida de la Gran Guerra la historia poliacutetica tradicional no bastaba se haciacutea necesario incidir en lo econoacutemico en lo social y en lo psicoloacutegico y para ello era obliga-torio formular un nuevo meacutetodo o en el mejor de los casos renovar el existente pues sus liacutemites eran evidentes ante nuevas inquietudes

De igual forma es necesario tomar en cuenta la propia formacioacuten intelectual de Bloch Hijo de un reconocido romanista mdashGustave Blochmdash y alumno de la ceacutelebre Eacutecole Normale Supeacuterieure Marc Bloch

28 Aurell La escritura de la memoriahellip p 23-49 Dosse La historia en migajashellip p 27-6129 Dosse La historia en migajashellip p 28

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se formoacute en el rigor acadeacutemico de la erudicioacuten y en el cuidadoso tra-tamiento de los documentos Para los temas que le interesan el meacute-todo desarrollado por Langlois y Seignobos en su Introduccioacuten a los estudios histoacutericos le parece insuficiente Pero en 1909 Bloch realizoacute una estancia acadeacutemica en Berliacuten y Leipzig donde pudo comprobar las bondades del meacutetodo y relacionarse con un rico ambiente intelec-tual que atraiacutea a joacutevenes universitarios de toda Europa Posteriormen-te gracias a su ingreso en la Universidad de Estrasburgo en 1919 al finalizar la Gran Guerra y ser desmovilizado tendriacutea la ocasioacuten de conocer a personalidades que marcariacutean de forma indeleble su pen-samiento particularmente Lucien Febvre y Maurice Halbwachs30 Estas experiencias acadeacutemicas y universitarias le permitiriacutean matizar su postura original el meacutetodo criacutetico era fundamental al punto que en la Apologiacutea recordariacutea como buen medievalista los esfuerzos de Mabillon y sus aportes en la obra De re diplomatica reconocieacutendole la paternidad de la criacutetica de los documentos de archivo y calificando el antildeo 1681 fecha de la edicioacuten de la obra del benedictino como ldquouna gran fecha en la historia del espiacuteritu humanordquo31 pero la criacutetica soacutelo es el primer paso posteriormente habraacute que interpretar

De forma voluntaria saltareacute el antildeo de 1929 y la significacioacuten de la aparicioacuten del primer nuacutemero de Anales de Historia Econoacutemica y Social puesto que su trascendencia para la historiografiacutea contemporaacutenea ha sido ponderada en numerosas ocasiones de tal forma que prefiero recalar en el texto de 1939 intitulado Reflexiones para un lector curioso del meacutetodo mencionado maacutes arriba y que es en realidad el trabajo preparatorio que anuncia la Apologiacutea por la historia un texto que que-riacutea ser un libro y que aspiraba a ver la luz de la imprenta La Apologiacutea

30 Carlos Aguirre Rojas ldquoEl itinerario intelectual de Marc Bloch y el compromiso con su propio presenterdquo en Contribuciones desde Coatepec Universidad Autoacutenoma del Estado de Meacutexico Toluca n 2 enero-junio 2002 p 72-94

31 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 67 Jean Mabillon De re diplomatica libri vi in quibus quidquid ad veterum instrumentorum antiquitatem materiam scripturam et stilum quidquid ad sigilla monogrammata subscriptiones ac notas chronoligicas quidquid inde ad antiquariam historicam forensemque disciplinam pertinet explicatur et illustratur Accedunt commentarius de antiquis regum Francorum palatiis veterum scripturarum varia specimina tabulis lx comprehensa nova ducentorum et amplius monumentorum collectio opera et studio domni Johannis Mabillon Pariacutes L Billaine 1681

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es una obra redactada sin la posibilidad de consultar notas ni biblio-tecas puesto que su autor se habiacutea enrolado ya en el servicio militar

La primera paacutegina de las Reflexiones constituye como la presen-tacioacuten del primer nuacutemero de Annales un auteacutentico manifiesto sobre una nueva historia Es obligado citar en extenso

La historia que me propongo escribir es la de los franceses considera-dos como grupo social No una historia sin poliacutetica puesto que la forma en la que los pueblos son gobernados asiacute como las virtudes las ambi-ciones y las ilusiones de sus gobernantes son uno de los elementos que marcan el destino comuacuten No una historia sin guerras iquestquieacuten en el momento en el que ennegrezco este papel osariacutea negar a las violen-cias guerreras el poder de moldear las sociedades o negar que eacutestas experimentan en algunas ocasiones las maacutes iacutentimas inclinaciones No una historia exclusivamente popular puesto que la accioacuten de las clases dirigentes junto con la de las de las eacutelites mdashlas dos palabras no son necesariamente sinoacutenimosmdash no se podraacute comparar jamaacutes con lo dis-minuido de su nuacutemero No una historia sin individuos porque las personalidades magneacuteticas o solamente bien situadas reflejan como un espejo las tendencias semiinconscientes de las masas [hellip] Pero esta historia quiere ser la de los hombres y no uacutenicamente la de algunos jefes o que se nombran como tales Esta historia deseariacutea poner al desnudo bajo las superficies brillantes [hellip] las realidades profundas Tal historia sontildeariacutea en fin con ser verdaderamente analiacutetica y expli-cativa sin cesar por ello de mantenerse fiel a los colores de la vida32

Y agrega paacuterrafos adelante un axioma esbozado en los escritos de juventud y que ahora se encuentra perfectamente elaborado ldquoComo todos los conocimientos no importa en queacute rama de las cien-cias el conocimiento histoacuterico tiene sus propios liacutemites El maacutes in-mediato aparentemente estaacute relacionado con las condiciones que se imponen a la observacioacuten Eacutesta no es nunca directa De los fenoacutemenos que estudia el historiador retiene uacutenicamente los trazos que eacutestos han dejadordquo33 Para Bloch estos testimonios podiacutean dividirse en dos categoriacuteas la de los testimonios intencionales y la de los que daban

32 Utilizo la versioacuten francesa Marc Bloch ldquoReacuteflexions pour un lecteur curieux de meacutethoderdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 505-515 p 507-508

33 Ibidem p 509

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informacioacuten sin haberlo deseado inclusive a su pesar El historiador estaba llamado a reunir la mayor cantidad de testimonios posibles y a confrontarlos utilizando el meacutetodo criacutetico ideado por Mabillon Papenbroech y Beaufort en las postrimeriacuteas del siglo xvII y que con-sistiacutea en reunir la mayor cantidad de diplomas y cartularios ejercer sobre ellos una criacutetica externa analizar los tipos de letra las tintas empleadas el tipo de soportesmdash y una criacutetica interna mdashanalizar fechas de composicioacuten formularios signatarios contenidosmdash con-frontar los documentos entre siacute y con las fuentes croniacutesticas y final-mente elaborar una historia eliminando las leyendas las interpola-ciones las falsedades consignando uacutenicamente ldquola verdadrdquo34 ldquoBien mirado asegura ahora Marc Bloch la originalidad de este meacutetodo criacutetico reside menos en la naturaleza de sus herramientas que en la especie de convergencia que realiza en provecho del discernimiento de la verdad entre procedimientos de investigacioacuten prestados de disciplinas diversas y de horizontes maacutes ampliosrdquo35

Las reflexiones sobre el meacutetodo criacutetico llevan a Bloch a cerrar su texto con una criacutetica a la maacutexima de Ranke en la cual sostiene que la divisa del viejo historiador alemaacuten tomada literalmente estaba des-provista de sentido36 En su argumentacioacuten nuestro medievalista dariacutea una primera definicioacuten de la historia que seriacutea modificada en sus escritos posteriores pero que merece la pena ser resaltada para poder establecer la evolucioacuten de su pensamiento ldquoPrimero porque la historia no es la ciencia del pasado por entero sino que eacutesta es lo que es bien diferente la ciencia del hombre en el pasado Es posible ciertamente que haya que acordar un lugar a los acontecimientos del mundo fiacutesico pero solamente por cuanto hayan ejercido una accioacuten sobre el destino de los hombres y en la medida de cierta accioacutenrdquo37

iquestCoacutemo pasoacute Bloch de una definicioacuten seguacuten la cual la historia es ldquola ciencia del hombre en el pasadordquo a aquella de 1943 seguacuten la cual la historia es ldquola ciencia de los hombres en el tiempordquo38 La pregunta

34 Blandine Barret-Kriegel Les historiens et la monarchie 1 Jean Mabillon Pariacutes Presses Universitaires de France 1988

35 Ibidem p 511-51236 Ibidem p 51537 Idem38 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 26

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no es banal ni retoacuterica por cuanto muestra una reflexioacuten continuada a lo largo de cinco antildeos en el marco de la guerra y de las inquietudes y angustias que tal suceso generoacute en los intelectuales que la vivieron pero tambieacuten por cuanto muestra la importancia que para Bloch teniacutea el hecho de dotar a la historia de un criterio de cientificidad que debiacutea incluir un objeto de estudio propio un meacutetodo particular un lenguaje especiacutefico y unas herramientas de anaacutelisis determinadas

La respuesta se halla contenida en la propia Apologiacutea por la histo-ria un escrito complejo y rico que representa un auteacutentico testamento intelectual en el que se condensa la experiencia de toda una vida consagrada al quehacer histoacuterico En este sentido y de forma para-doacutejica el libro descansa sobre un soacutelido trabajo erudito desarrollado en los antildeos previos y que dio como resultado Los reyes taumaturgos Los caracteres originales y La sociedad feudal ya mencionados tres obras que son referentes fundamentales del medievalismo y de la histo-riografiacutea contemporaacutenea Pero tambieacuten es necesario subrayar que el libro reposa sobre una profunda reflexioacuten epistemoloacutegica sobre dos categoriacuteas fundamentales de la modernidad el ser y el tiempo soacutelo que en este caso se trata de un ser colectivo los hombres es decir las sociedades Desconozco la relacioacuten que pudo haber tenido Bloch con la obra de Henri Bergson o Martin Heidegger y no es este el lugar para explorar tal viacutea pero en cualquier caso quisiera llamar la atencioacuten sobre la coincidencia de las inquietudes intelectuales entre los hombres de aquella generacioacuten39

En la versioacuten que vio la luz de la imprenta la Apologiacutea estaacute divi-dida en cinco capiacutetulos que corresponden a cada uno de los temas de naturaleza epistemoloacutegica que inquietaron a March Bloch a lo largo de su vida ldquoLa historia los hombres y el tiempordquo ldquoLa observacioacuten histoacutericardquo ldquoLa criacuteticardquo ldquoEl anaacutelisis histoacutericordquo la ldquoCausalidadrdquo Si tomamos en conjunto la introduccioacuten y el capiacutetulo primero veremos la estrecha relacioacuten que existe entre la pregunta sobre la legitimidad de la ciencia histoacuterica y el objeto de estudio la historia soacutelo es legiacutetima

39 Es sumamente probable que las reflexiones de Bloch sobre el tiempo estuviesen inspiradas maacutes por la obra de Bergson que por la de Heiddeger pero eacutesta seriacutea una viacutea por explorar en otros trabajos Sobre Bergson veacutease Giovanni Reale y Dario Antiseri ldquoHenri Bergson y la evolucioacuten creadorardquo en Historia del pensamiento filosoacutefico y cientiacutefico Barcelona Herder 1988 v 3 p 624-634

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por cuanto permite comprender el presente mediante el estudio del pasado de tal suerte que el estudio del pasado en siacute mismo no sirve para nada es decir carece de legitimidad puesto que con ese proceder no se ofrecen respuestas a las inquietudes presentes

La definicioacuten del objeto de estudio de la ciencia histoacuterica por parte de Bloch conlleva dos nociones que resultaron fundamentales en la renovacioacuten historiograacutefica impulsada por el historiador franceacutes por una parte la necesidad y la obligacioacuten que tiene el historiador de interpretar de explicar de comprender es decir de realizar como escribiacutea nuestro medievalista en 1906 una historia analiacutetica y no soacutelo narrativa por la otra la idea de un continuo movimiento (cambiotransformacioacuten) de las sociedades en su devenir de donde se deriva una continua relacioacuten entre el pasado y el presente mdashcon los problemas de observacioacuten que ello generamdash y la idea maacutes re-volucionaria auacuten de que el pasado no es algo dado sino que es algo que se construye La ciencia histoacuterica tiene en consecuencia como objeto de estudio no lo muerto y lo estaacutetico sino lo dinaacutemico y lo vivo pues estudia las rupturas las continuidades las innovaciones y las transformaciones de una sociedad a lo largo del tiempo El tiempo pues se convirtioacute en este uacuteltimo escrito de Bloch en una categoriacutea fundamental para la historia Pero no se trataba ya de las viejas cronologiacuteas de los siglos de la Razoacuten que pretendiacutean dotar a la historia de un criterio de cientificidad basado en la matemaacutetica del coacutemputo del tiempo sino en realidad de un tiempo mdashpuedo equivocarmemdash de naturaleza filosoacutefica (Le temps historique) que anunciaba ya las distintas duraciones y temporalidades en y de la historia a las que tanta atencioacuten prestariacutean autores como Fernand Braudel por ejemplo40 Y en el centro del tiempo el hombre tal y como magistralmente lo muestra el disentildeo de la portada realizada por el Fondo de Cultura Econoacutemica el Hombre de Vitruvio inserto en medio de la caraacutetula de un reloj ldquoLrsquohistoire science des hommes dans le tempsrdquo41

40 Veacutease el capiacutetulo primero de la Apologiacutea ldquoLa historia los hombres y el tiempordquo Soacutelo por el gusto de la erudicioacuten me permito recordar el artiacuteculo de Fernand Braudel ldquoHistoire et sciences sociales la longue dureacuteerdquo Annales esc n 4 octubre-diciembre 1958 p 725-753

41 Prefiero la versioacuten francesa Marc Bloch Apologie pour lrsquohistoire ou meacutetier drsquohisto-rien en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 843-895 p 867 Subrayo el sentido

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123MARC BLOCH (1886-1944)

Conclusiones

Quisiera cerrar estas liacuteneas con un paacuterrafo que me parece muy re-velador del estado de la ciencia histoacuterica en la eacutepoca en que Marc Bloch escribiacutea su Apologiacutea

La historia mdashdeciacutea el antiguo profesor de Estrasburgomdash no es sola-mente una ciencia en marcha Es tambieacuten una ciencia que se halla en la infancia como todas las que tienen por objeto el espiacuteritu humano [hellip] O por mejor decir vieja bajo la forma embrionaria del relato mu-cho tiempo envuelta en ficciones mucho maacutes tiempo todaviacutea unida a los sucesos maacutes inmediatamente captables es muy joven como empre-sa razonada de anaacutelisis Se esfuerza por penetrar en fin por debajo de los hechos de la superficie por rechazar despueacutes de las seducciones de la leyenda o de la retoacuterica los venenos hoy maacutes peligrosos de la rutina erudita y del empirismo disfrazado de sentido comuacuten42

A tenor del desarrollo de la historiografiacutea occidental en los uacutelti-mos setenta antildeos en los que la historia se ocupoacute de las estructuras y de ldquolos fenoacutemenosrdquo de larga duracioacuten que se desarrollaban debajo de la superficie de la historia de los acontecimientos en los que la disciplina dio un giro hacia la narrativa y establecioacute que la historia no era otra sino discursos sobre el pasado en los que la disciplina se ha ocupado de sujetos que no soacutelo son ldquolos hombresrdquo sino que tambieacuten lo son el clima los ecosistemas los olores las ciudades el mar los sentimientos los espacios los precios etceacutetera en los que se ha puesto de manifiesto la importante funcioacuten que posee el relato histoacuterico como creador de identidades colectivas y legitimador de instituciones y en los que a pesar de todo seguimos recurriendo a las fuentes y las citamos en las notas merece la pena subrayar el importante papel que desempentildeoacute Marc Bloch mdashy con eacutel toda su generacioacutenmdash en aras de la construccioacuten de una historia cientiacutefica En cualquier caso opino lo maacutes importante consiste en que hoy

del teacutermino dans en el franceacutes original y que en castellano podriacutea traducirse no soacutelo como ldquoenrdquo sino ldquodentrordquo

42 Ibidem p 857-858 de la edicioacuten francesa (p 16 de la edicioacuten castellana del Fondo de Cultura Econoacutemica)

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124 historia y meacutetodo en el siglo xx

como ayer la historia mantiene su sentido originario pues es ante todo ldquoinvestigacioacutenrdquo aunque ldquoel tipo de operaciones intelectualesrdquo las formas discursivas y de argumentacioacuten y los criterios de veraci-dad ldquoque se consideran vaacutelidos en cada momento histoacutericordquo se ha-yan transformado con el correr de los antildeos43

Marc Bloch dio las respuestas que pudo a las inquietudes de su tiempo y tuvo un papel central al dotar a la disciplina histoacuterica del caraacutecter cientiacutefico del que careciacutea subrayando la importancia preci-samente de la operacioacuten hermeneacuteutica y subrayando la importancia de la explicacioacuten frente a la mera narracioacuten Nos corresponde ahora responder a las inquietudes de nuestra propia eacutepoca y a las proble-maacuteticas planteadas por la ciencia histoacuterica practicando siempre la honestidad intelectual e impulsando a los joacutevenes historiadores mdashaprendices del oficio de historiarmdash a que den sus propias respuestas sobre la utilidad y la legitimidad de la Historia en el siglo xxI

bIblIograFiacutea

aguIrre rojas Carlos ldquoEl itinerario intelectual de Marc Bloch y el com-promiso con su propio presenterdquo Contribuciones desde Coatepec Uni-versidad Autoacutenoma del Estado de Meacutexico Toluca n 2 enero-junio 2002 p 72-94

Los Annales y la historiografiacutea francesa Tradiciones criacuteticas de Marc Bloch a Michel Foucault Meacutexico Quinto Sol 1996 248 p

aurell Jaume La escritura de la memoria De los positivismos a los postmoder-nismos Valencia Prensas de la Universidad de Valencia 2005 254 p

barret Seacutebastien ldquocluny Note sur le Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny drsquoAuguste Bernard et Alexandre Bruelrdquo Bulletin du Centre drsquoEacutetudes Meacutedieacutevales drsquoAuxerre | buceMa [en liacutenea] Collection cbMa Les cartu-laires puestos en liacutenea el 16 de junio de 2009 Disponible en URL

43 Recupero en estas liacuteneas las ideas y observaciones vertidas por la doctora Aure-lia Valero a propoacutesito de mi trabajo en el marco del coloquio Agradezco enormemente sus sugerencias que me permitieron enriquecer el texto de manera significativa

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125MARC BLOCH (1886-1944)

httpcemrevuesorg11017 DOI 104000cem11017 (fecha de con-sulta 17 de marzo de 2014)

barret-KrIegel Blandine Les historiens et la monarchie 1 Jean Mabillon Pariacutes Presses Universitaires de France 1988 299 p

bartHeacuteleMy Dominique ldquoMarc Blochrdquo en Veacuteronique Sales Les historiens Pariacutes Armand Colin 2003 p 85-102

bernard Auguste y Alexandre Bruel Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny 6 v Pariacutes Imprimerie Nationale 1876-1903

blocH Marc Introduccioacuten a la historia 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994 159 p (Breviarios 64)

Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance edicioacuten de Annette Becker y Eacutetien-ne Bloch prefacio de Annette Becker introduccioacuten de Eacutetienne Bloch Pariacutes Gallimard 2006 lxxI+1095 p

La socieacuteteacute feacuteodale 6a ed prefacio de Robert Fossier Pariacutes Albin Michel 1994 xII+702 p [1a ed 1939]

Les caractegraveres originaux de lrsquohistoire rurale franccedilaise OsloPariacutes Ashe-bourgLes Belles-Lettres 1931 262 p

Los reyes taumaturgos trad de Marcos Lara Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1993 492 p [1a ed 1924]

ldquoReflexiones para el lector curioso del meacutetodordquo Eslabones Revista semestral de estudios regionales Sociedad Nacional de Estudios Regionales Meacutexico n 7 enero-junio 1994 p xII-xxI

braudel Fernand ldquoHistoire et sciences sociales la longue dureacuteerdquo Annales esc n 4 octubre-diciembre 1958 p 725-753

burKe Peter La revolucioacuten historiograacutefica francesa La Escuela de los Annales 1929-1989 Barcelona Gedisa 1993 142 p

carreras ares Joseacute y Carlos Forcadell Aacutelvarez (eds) Usos puacuteblicos de la Historia Ponencias del VI Congreso de la Asociacioacuten de Historia Contempo-raacutenea (Universidad de Zaragoza 2002) Madrid Marcial PonsPrensas Universitarias de Zaragoza 2003 360 p

delacroIx Christian Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants his-toriques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 724 p (Col Folio Histoire 158)

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126 historia y meacutetodo en el siglo xx

deyon Pierre Jean-Claude Richez y Leacuteon Strauss Marc Bloch Lrsquohistorien et la citeacute Estrasburgo Presses Universitaires de Strasbourg 1997 222 p (Collection de la Maison des Sciences de lrsquoHomme de Strasbourg 22)

dosse Franccedilois La historia en migajas De Annales a la ldquonueva historiardquo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2006 249 p

duMoulIn Olivier Marc Bloch Pariacutes Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques 2000 340 p

FInK Carole Marc Bloch A Life in History 2a ed Cambridge Cambridge University Press 1991 371 p

goocH Georges Historia e historiadores en el siglo xix trad de Ernestina Champourciacuten y Ramoacuten Iglesia Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1942 607 p

Hartog Franccedilois Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo trad de Norma Duraacuten y Pablo Avileacutes Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007 243 p

Iggers George G Historiography in the Twentieth Century From Scientific Objectivity to the Postdmodern Challenge HanoverLondres Wesleyan University PressUniversity Press of New England 1997 182 p

langloIs Charles y Charles Victor Seignobos Introduction aux eacutetudes his-toriques Pariacutes Hachette 1898 xvIII+308 p

leFebvre Georges El nacimiento de la historiografiacutea moderna trad de Alberto Meacutendez Barcelona Ediciones Martiacutenez Roca 1974 340 p

MabIllon Jean De re diplomatica libri vi in quibus quidquid ad veterum ins-trumentorum antiquitatem materiam scripturam et stilum quidquid ad sigilla monogrammata subscriptiones ac notas chronoligicas quidquid inde ad antiquariam historicam forensemque disciplinam pertinet explicatur et illustratur Accedunt commentarius de antiquis regum Francorum palatiis veterum scripturarum varia specimina tabulis lx comprehensa nova ducen-torum et amplius monumentorum collectio opera et studio domni Johannis Mabillon Pariacutes L Billaine 1681 xIx+664 p

MastrogregorI Massimo El manuscrito interrumpido de Marc Bloch Apo-logiacutea para la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998 140 p

PeIroacute Martiacuten Ignacio Los guardianes de la historia La historiografiacutea acadeacutemi-ca de la restauracioacuten 2a ed revisada y aumentada Zaragoza Institucioacuten Fernando el Catoacutelico 2006 446 p

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127MARC BLOCH (1886-1944)

PelIstrandI Benoicirct Un discours national La Real Academia de la Historia entre science et politique (1847-1897) Madrid Casa de Velaacutezquez 2004 466 p

reale Giovanni y Dario Antiseri ldquoHenri Bergson y la evolucioacuten creadorardquo en Historia del pensamiento filosoacutefico y cientiacutefico 3 v Barcelona Herder 1988 v 3 p 624-634

riacuteos saloMa Martiacuten La Reconquista en la historiografiacutea espantildeola contempo-raacutenea MadridMeacutexico SiacutelexUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2013 242 p

La Reconquista Una construccioacuten historiograacutefica (siglos xvi-xix) proacute-logo de Mariacutea Isabel Peacuterez de Tudela MadridMeacutexico Marcial PonsUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2011 351 p

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Joseacute Gaos (1900-1969) Un hombre entre la historia y el meacutetodo

evelIa trejo estradaUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

[hellip] la naturaleza humana la humanidad se rea-liza en pluralidad de individuos cada uno con su inalienable unidad en Humanidad

joseacute gaos

Soacutelo entre todos los hombres se llega a vivir lo humano

eMManuel Kant

Historia y meacutetodo son teacuterminos que invitan a pensar en algunas de las ideas planteadas y sugeridas por Joseacute Gaos y sobre todo a recor-dar que la obra del filoacutesofo asturiano es una rica fuente para meditar en la relacioacuten entre ambos en la medida en que ofrece recursos para ampliar los horizontes de la reflexioacuten histoacuterica y de las realizaciones historiograacuteficas

En esta oportunidad he elegido uacutenicamente tres cuestiones de-rivadas sobre todo de la aproximacioacuten a tres de sus textos que con-sidero apropiados para aquilatar aportaciones suyas a la materia Dichas cuestiones son la sensibilidad de Gaos respecto de la histo-ria su propuesta para componer una Historia de las ideas y su ca-pacidad para observar el quehacer historiograacutefico

He tenido ocasioacuten en distintos momentos de aludir al lugar que tiene Joseacute Gaos en mi formacioacuten como historiadora El homenaje que un grupo de colegas rendimos en enero de 2013 a Rosa Camelo la decana del Seminario de Historiografiacutea Mexicana que mes a mes celebramos en el Instituto por ejemplo me permitioacute colocar una pequentildea porcioacuten de aquello que debo al maestro espantildeol en el afaacuten por esclarecer lo que entiendo como una tradicioacuten de la que he

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130 historia y meacutetodo en el siglo xx

abrevado para relacionarme con el pasado1 Sin embargo debo agregar que es sobre todo la satisfaccioacuten de constatar el provecho que obtienen los estudiantes invitados a conocer su obra lo que me mueve a destacar algunos rasgos de sus aportaciones que considero bagaje indispensable de quienes transitan por la Historia y tienen disposicioacuten para reflexionar acerca de lo que esto implica Echando mano de esa experiencia cotidiana en las siguientes paacuteginas inten-tareacute establecer coacutemo entiendo a Joseacute Gaos en su relacioacuten con la his-toria y coacutemo en su visioacuten de la historiografiacutea para finalmente aven-turar una respuesta sobre si es conveniente o no hablar de meacutetodo en el caso de Gaos

Me he valido y lo hareacute nuevamente del escrito de sus Confesio-nes profesionales2 para situar ciertos ejes con los que he podido acce-der a este pensador Enseguida me acerco a una de sus obras histoacute-ricas maacutes importantes la Historia de nuestra idea del mundo3 y posteriormente me refiero a sus significativas contribuciones a la filosofiacutea de la historiografiacutea aparecidas en sus ldquoNotas sobre la his-toriografiacuteardquo4 con el fin de expresar mi reconocimiento al historiador

1 Evelia Trejo ldquoHilvanar la tradicioacutenrdquo ponencia en el Homenaje a Rosa Camelo Instituto de Investigaciones Histoacutericas de la Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexi-co enero de 2013 Una versioacuten completa ha sido publicada en Aacutelvaro Matute y Evelia Trejo (coords) De historiografiacutea y otras pasiones homenaje a Rosa Camelo Meacutexico Univer-sidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Histoacutericas 2016 248 p p 17-34

2 Joseacute Gaos Confesiones profesionales edicioacuten conmemorativa Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2002 [Las notas estaacuten tomadas de esta edicioacuten] Las ldquoConfesioneshelliprdquo se publican en Joseacute Gaos Obras completas xvii Confesiones profesionales Aforiacutestica coordinacioacuten de Fernando Salmeroacuten proacutelogo y seleccioacuten de la aforiacutestica in-eacutedita por Vera Yamuni Tabush Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1982 p 41-137

3 Joseacute Gaos Historia de nuestra idea del mundo con una nota sobre la edicioacuten de Andreacutes Lira Meacutexico El Colegio de Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1973 [Esta edicioacuten seraacute la citada en el texto] Tambieacuten en Joseacute Gaos Obras completas xiv Historia de nuestra idea del mundo nueva edicioacuten cotejada con el manuscrito original coordinador de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo de Andreacutes Lira Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 1994

4 Joseacute Gaos ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo en La teoriacutea de la historia en Meacutexico (1940-1973) Meacutexico Secretariacutea de Educacioacuten Puacuteblica 1974 Las ldquoNotashelliprdquo se publicaron tambieacuten en Obras completas xv Discurso de filosofiacutea De antropologiacutea e historiografiacutea El siglo del esplen-dor de Meacutexico coordinador de la edicioacuten Antonio Zirioacuten Q proacutelogo de Aacutelvaro Matute

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131JOSEacute GAOS (1900-1969)

que dada la iacutendole de su primera y maacutes constante formacioacuten filo-soacutefica lleva a cabo su tarea y reflexiona sobre ella y por uacuteltimo ensayo un comentario sobre la posibilidad de desprender de su obra un meacutetodo5

I Joseacute Gaos en sus Confesiones profesionales se presenta como un es-tudioso de la filosofiacutea y relata coacutemo desde los primeros antildeos de su formacioacuten en la Filosofiacutea tropieza con la Historia y asume la condi-cioacuten de historicidad de la filosofiacutea misma De ahiacute que el papel de la Historia comience a cobrar para eacutel una dimensioacuten particularmente valiosa para llevar a cabo sus pesquisas Hace conciencia de que la ensentildeanza de la filosofiacutea adoptoacute cada vez en mayor medida una perspectiva histoacuterica y decide que a sus preguntas sobre metafiacutesica o teoriacutea del conocimiento debe agregar la condicioacuten histoacuterica de las diversas respuestas que se les ha dado

Por otra parte una de sus primeras confesiones es la de haberse inclinado desde los antildeos de juventud a una lectura de la Historia literaria y de las ideas que en cualquiera de sus formas le alimentoacute dice uno de sus ldquogustos maacutes extrantildeosrdquo Y advierte ldquoEl gusto puede llegar a lo que puede ser una aberracioacuten a gustar maacutes que de leer las obras originales a leer obras sobre otras obrasrdquo6

iquestCoacutemo leer esta foacutermula autocriacutetica en alguacuten sentido Yo he querido hacerlo acudiendo a otras de sus afirmaciones en el texto que sigo su intereacutes en lo que los hombres piensan en cualquier tiempo y lugar y su necesidad de cotejar el pensamiento de unos y otros con el de su propio tiempo Una especie de urgencia por colocar en la balanza asuntos de la filosofiacutea prentildeados siempre de la condicioacuten de ser interpretados y reinterpretados de acuerdo con el momento en que se vive En esta visioacuten retrospectiva de su propia experiencia

Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Coordinacioacuten de Humanidades Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 2009 p 353-372 En el mismo volumen aparecen ldquo[Otras] Notas sobre la historiografiacuteardquo p 558-561 procedentes del archivo de Joseacute Gaos

5 La eleccioacuten de los textos a que hareacute referencia la he hecho a sabiendas de que dejo fuera una gran cantidad de escritos de Joseacute Gaos de enorme utilidad para los estudio-sos de la historia de las ideas y de la historia de la historiografiacutea por fortuna publicados en su mayoriacutea dentro de la vasta coleccioacuten de sus Obras completas

6 Gaos Confesioneshellip p 33-34

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132 historia y meacutetodo en el siglo xx

Gaos hace evidente que su paso por la Universidad de Madrid y el contacto con sus distintos profesores a lo largo de maacutes de una deacuteca-da lo llevoacute a aquilatar diferentes aportaciones de la filosofiacutea como las maacutes valiosas y a optar por asumir ya en los antildeos treinta un es-cepticismo frente a la pretensioacuten de verdad de cada una de ellas

Su debut como profesor de la Facultad de Filosofiacutea recieacuten inau-gurada en la Ciudad Universitaria de Madrid en enero de 1933 seriacutea seguacuten asienta el inicio de su prisioacuten en Heidegger7 Para ese momen-to en el recuento que Gaos procura de su trayectoria es muy impor-tante la conciencia que toma de coacutemo pudo apreciar en sus maestros la apropiacioacuten de las distintas filosofiacuteas como verdades sucesivamen-te incorporadas a sus vidas De manera que alimentar el asunto de la historicidad fue lo suyo primero al parecer experiencialmente des-pueacutes con el respaldo de un pensamiento que lo hizo enriquecerse en tal sentido El encuentro con las propuestas de Wilhelm Dilthey lo empujoacute a sustentar que la Historia de la Filosofiacutea era la uacutenica base justa de la Teoriacutea de la Filosofiacutea y de la Filosofiacutea de la Filosofiacutea

Asiacute Joseacute Gaos llegoacute a Meacutexico en el antildeo 1938 maacutes que armado para iniciar un magisterio en el que la Historia reinaba como disciplina si bien es cierto que en la manera de ponerla en praacutectica estariacutea presente el estrecho viacutenculo historia-filosofiacutea que habiacutea movido sus intereses en cuando menos los uacuteltimos quince antildeos de su vida hasta ese momento en que la Guerra Civil le colocoacute como destino nuestro suelo

A poco maacutes de una deacutecada de formar parte del medio acadeacutemi-co en el que se insertoacute en 1953 a lo largo de cinco lecciones a los 52 antildeos cumplidos dictoacute precisamente el texto que he tomado como guiacutea y en el cual asumiacutea para comenzar su condicioacuten de profesor de filosofiacutea y no la de filoacutesofo puesto que no habiacutea construido una

7 Si bien sentildeala que fue en 1930 cuando escuchoacute de Joseacute Ortega y Gasset por vez primera el nombre de Heidegger y se hizo de un ejemplar de Ser y tiempo antildeade coacutemo fue por el entusiasmo de Zubiri que se decidioacute a estudiar en serio al filoacutesofo alemaacuten Ibidem p 43-46 Un paacuterrafo elocuente sobre la historicidad que veiacutea en la filosofiacutea incluso al referirse a ese largo periodo de 1933-1953 en que se ocupaba de Heidegger es el si-guiente ldquome decidiacute a estudiar a Heidegger como a quien maacutes y a ensentildearlo a tiacutetulo de filoacutesofo del diacutea que era mi deber profesional estudiar y ensentildear pero tambieacuten a tiacutetulo provisional mientras no desarrollara el problema de la Filosofiacutea misma en toda una Teoriacutea de la Filosofiacutea [hellip]rdquo Ibidem p 46

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133JOSEacute GAOS (1900-1969)

filosofiacutea de manera sistemaacutetica y objetiva8 No obstante aceptaba haber producido algunas ideas propias de las que se proponiacutea ha-blar presentando el modo en que habiacutea llegado a ellas Alliacute reparaba justamente en su propoacutesito de generar una comunicacioacuten para en-riquecer ldquonuestras individuales humanidades incomunicables en su aacutepice absolutordquo9 Gaos hace conciencia de la importancia de poner en claro la ruta que ha seguido su pensamiento como una foacutermula para ldquohacer conversacioacutenrdquo con aquellos interesados en sus preguntas y respuestas muchas de ellas de orden filosoacutefico y res-pondidas siempre en el marco de la historicidad

Subraya que las confesiones que pretende hacer son las de su vida puacuteblica y plantea como una razoacuten para considerar algunas confesiones (no las suyas) empobrecedoras el hecho de que son desmoralizadoras iquestLuego entonces se podriacutea suponer que piensa en que las escritas por eacutel pueden leerse como moralizadoras

No tengo una respuesta sobre el punto Pero lo que siacute puedo asegurar es que Gaos entre las filias y las fobias que expresa respec-to de los maacutes eminentes representantes de la filosofiacutea en el tiempo muestra su conviccioacuten de estar haciendo una contribucioacuten al mundo moderno a aquel del que se siente parte O dicho de otra manera porque se asume como un hombre moderno cree su deber comuni-carse con quienes comparten ese mismo mundo siempre con el afaacuten

8 Respecto de esta consideracioacuten de Gaos es pertinente revisar las paacuteginas que dedica Vera Yamuni a precisar por queacute el concepto de Gaos de la filosofiacutea como siste-maacutetica y objetiva es lo que lo lleva a declarar ldquoser muy poco filoacutesofordquo y ldquofaltarle preci-samente una filosofiacuteardquo Yamuni explica atendiendo a la cronologiacutea de su obra coacutemo para 1958 en que publica las Confesiones profesionales Gaos no habiacutea escrito las obras en las que se aprecia la sistematizacioacuten de sus ideas filosoacuteficas Cfr Vera Yamuni ldquoProacutelogordquo en Obras completas xviihellip p 5-40 p 7 y 8 Por otra parte a esa misma fecha correspon-de un importante seminario organizado por Gaos con cuatro de sus disciacutepulos en el que los incita a escribir y eacutel mismo lo hace sobre su vocacioacuten filosoacutefica en una clara demostracioacuten de sus preocupaciones sobre el tema La edicioacuten reciente de estos textos estaacute acompantildeada de una excelente introduccioacuten que permite ubicar las condiciones en que se produjo el seminario asiacute como atender las preocupaciones del maestro y las tensiones existentes entre unos y otros Cfr Filosofiacutea y vocacioacuten Seminario de filosofiacutea mo-derna de Joseacute Gaos edicioacuten e introduccioacuten de Aurelia Valero Pie epiacutelogo de Guillermo Hurtado textos de Joseacute Gaos Ricardo Guerra Alejandro Rossi Emilio Uranga y Luis Villoro Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2012 139 p

9 Gaos Confesiones p 13

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134 historia y meacutetodo en el siglo xx

de participarles coacutemo su propia historicidad es lo que resulta defi-nitorio del pensamiento que profesa Finalmente esta preacutedica de historicidad vista con atencioacuten parece guiada por una intencioacuten moralizadora como quizaacute pueda aclarar lo que viene adelante

II Una prueba del empentildeo por colocar el tema de la historicidad en el centro mismo de las tareas es sin duda el texto que Joseacute Gaos nos ha legado gracias al empentildeo de uno de sus maacutes distinguidos disciacute-pulos Se trata de la publicacioacuten poacutestuma de sus lecciones sobre Historia de nuestra idea del mundo en las que estaacute contenido un largo trayecto de afanes investigativos y convicciones profundas En 1973 esto es veinte antildeos despueacutes de que Gaos dictara las lecciones que constituyen sus Confesiones profesionales Andreacutes Lira firma la nota sobre la edicioacuten de lo que fuera su curso correspondiente a 1967

Alliacute como un ejercicio particularmente caro al maestro precisa lo que quiere decir con cada uno de los teacuterminos del nombre dado a su curso Para comenzar hace patente lo que entiende por historia10 que para el caso debe escribirse con minuacutescula y suponer la aproximacioacuten a una parte de la realidad histoacuterica Es decir aunque el tiacutetulo comien-za como debe ser escribiendo la palabra con mayuacutescula Gaos expli-cita que habraacute de referirse a la idea del mundo que se da en la historia es decir en el transcurrir del tiempo aunque para hacerlo se ve en la necesidad de construir una Historia en este caso con mayuacutescula y equivalente a lo que eacutel ha optado por denominar historiografiacutea

Aclara asimismo aquello que concibe como idea

Porque lo que de la Naturaleza y la Humanidad y el otro mundo tenemos si no se queda solamente en una ldquoimagenrdquo tampoco llega a ser puramente una ldquoconcepcioacutenrdquo es algo que se mantiene en suspen-sioacuten entre la imaginacioacuten y el pensamiento conceptual para designar lo cual es muy propia la palabra ldquoideardquo que significando etimoloacutegica-mente cosa visible vista o visioacuten vino a ser sinoacutenima de ldquoconceptordquo11

10 El haacutebito de definir con la mayor precisioacuten posible los teacuterminos que utiliza es una caracteriacutestica que revela el afaacuten didaacutectico de Gaos Las ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo son muestra notable de su preocupacioacuten por definir todo lo concerniente a las palabras y conceptos que se requieren para entrar en los terrenos de su argumentacioacuten

11 Gaos Historia de nuestrahellip p 4

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135JOSEacute GAOS (1900-1969)

Y muestra con detalle las implicaciones que tiene el hecho de que utilice la palabra nuestra un plural que en la filosofiacutea de Gaos tiene un enorme significado

El nuestra hace referencia a un ldquonosotrosrdquo ldquoNosotrosrdquo somos ante todo ldquolos presentesrdquo Pero los presentes somos mdashunos mexicanos de hoymdash unos occidentales modernos mdashunos seres humanos de siemprehellip Entre todo esto que somos decide aquello que somos como sujetos de nuestra idea del mundo precisamente esta nuestra idea del mundo12

Por uacuteltimo ya que ha expresado que esa parte de la realidad histoacuterica que concibe como nuestra idea lo es del mundo explicita tambieacuten lo que entiende por tal y con ello abre la puerta a una suma de ideas que habraacuten de ocuparse de todo lo que cabe en dicho teacuter-mino lo natural lo fiacutesico lo humano e incluso lo sobrenatural Su propuesta es el resultado de muchas reflexiones que lo han llevado a colocar la idea de mundo en la dimensioacuten en la que nos la ofrece es decir con la complejidad que supone la composicioacuten en la que entran distintas ideas parciales sobre el mundo ideas incluso con-tradictorias y definitivamente en movimiento constante a la vez que producidas todas ellas en la historia

El recorrido por las paacuteginas del libro editado por Lira implica un viaje intenso no exento de la dificultad de seguirlo en cada una de sus exposiciones cargadas de erudicioacuten que sobre todo a los habitantes del siglo xx hoy siglo pasado nos interpela y nos con-duce a preguntas puntuales sobre el modo propio de estar en ese mundo que Gaos perfila en sus paacuteginas

Elige para establecer lo que propone como una Historiografiacutea de la idea del mundo mdashpuesto que se trata de componer un discur-so sobre el coacutemo se ha ido configurando en el pasado esa ideamdash un repertorio demasiado amplio como para intentar siquiera dar una somera relacioacuten de lo que implica Baste por el momento resentildear en liacuteneas muy generales su contenido no sin antes hacer algunas pun-tualizaciones relativas al caraacutecter de las ideas atendidas en el tex to y a su procedencia que contribuiraacuten a aquilatar su empresa

12 Idem

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136 historia y meacutetodo en el siglo xx

En las sustanciosas paacuteginas que constituyen su introduccioacuten al curso Joseacute Gaos sentildeala la diferencia entre una Historiografiacutea de la Filosofiacutea y una de las ideas al precisar que la Filosofiacutea seriacutea una idea ldquorazonadardquo del mundo mientras que para la mayoriacutea de la Huma-nidad una idea del mundo puede ser una idea perfectamente ldquoirra-cionalrdquo es decir no fundada en razones sino motivada por las po-tencias irracionales del hombre13 Con ello pareciera preparar al escucha o bien al lector para recibir la idea que se espera en mani-festaciones distintas a las que provienen de los sistemas filosoacuteficos cuando menos en algunos casos

Por otra parte en los teacuterminos en que Gaos se hace cargo de esta propuesta en particular leemos nosotros poco maacutes de cuarenta antildeos maacutes tarde preocupaciones que atienden a la intriacutenseca relacioacuten en-tre vivir el mundo y tener una visioacuten de eacutel como algo propio de la historia de las ideas Es decir en Gaos el horizonte de lo que piensa como idea es mucho maacutes amplio que el que se ha adjudicado cuan-do se habla de que la Historia de las ideas ha atendido a eacutestas des-prendieacutendolas de los sujetos que las tienen

Asiacute pues lo que Gaos ofrece es una ejemplar historia de ideas que cobraron forma de diversas maneras y en distintos tiempos pero que en cada caso representan una idea de mundo en mayor o menor medida que prevalece hasta su propio tiempo De tal manera que lejos de quedar circunscritas al tiempo en el que surgen parecen dejar un sedimento que se mantiene en un cierto grado de vitalidad a lo largo de la historia nutriendo por tal motivo nuestra idea del mundo la de ese presente en que Gaos la proclama El asunto aquiacute es que cuando percibimos el desfile de ldquoideasrdquo que nos obsequia Gaos nos vemos obligados a reparar en la frase de Lira que dice ldquoEn la Historia o historiografiacutea de las ideas deciacutea Gaos se persigue la comprensioacuten de los hechos humanos al igual que en cualquier otra historiografiacutea En este intento hay que preguntarse primero frente a las expresioacuten de las ideas a quieacuten han pertenecido o de quieacuten son tales ideas antes de preguntarse por el queacute de las mismasrdquo

Una vez establecidos esos paraacutemetros es importante recuperar algo de lo que sugiere para hacerse de dichas ideas y narrar su Historia

13 Ibidem p 6

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137JOSEacute GAOS (1900-1969)

Como en tantos otros textos es la preocupacioacuten por los hombres en el tiempo lo que asedia al filoacutesofo espantildeol Hombre con experien-cia habituado a interrogar a la filosofiacutea misma invocando a la his-toria su recorrido es siacute histoacuterico-cronoloacutegico pero por encima de esto es una suerte de buceo en la configuracioacuten de todo aquello que para la cultura occidental ha ido siendo significativo a partir de un cierto momento Las fuentes de su investigacioacuten son variadas ar-quitectoacutenicas literarias filosoacuteficas religiosas cientiacuteficas poliacuteticas Nada parece escapar a una mirada que insiste en develar los fila-mentos de lo que conscientemente razonado o inconscientemente vivido se ha congregado para formar la idea del mundo desde el medioevo hasta la contemporaneidad que observa el estudioso La divisioacuten del curso implica pues un viaje desde la idea medieval has-ta la moderna en su primera parte y uno maacutes de la moderna a la contemporaacutenea en su segunda parte

En esa primera parte ocupan su lugar con igual derecho la cate-dral de Chartres la Suma teoloacutegica y la Divina comedia que las ideas de Lutero san Ignacio Copeacuternico Galileo Newton Dalton Maquia-velo Hobbes Locke Voltaire Montesquieu Rousseau que Bossuet y Condorcet Kant Fichte Hegel o bien El Quijote y Fausto La se-gunda parte en cambio prescinde en los encabezados de los nombres propios de manera que la enunciacioacuten de las ideas que sigue al sub-tiacutetulo ldquoLa idea contemporaacutenea y nuestrardquo pareciera referirse al con-junto de propuestas sobre la realidad del hombre que lo conciben en su evolucioacuten en su psique en su desarrollo econoacutemico en el teacutecnico Y siacute detraacutes de cada conjunto de ideas aparece el nombre de quien las genera pero toma un lugar preponderante el modo en que las dichas ideas se insertan en la mente de los seres humanos para in-corporar nuevos ingredientes al modo de ver el mundo14

Una visioacuten somera de los temas que trata Gaos no hace sino inci-tar la curiosidad del lector y obligarlo a apreciar la manera en que

14 Una lectura interpretativa de los propoacutesitos de esta obra asiacute como de los capiacutetulos que Gaos dedica en ella al marxismo puede leerse en Evelia Trejo ldquoAfinidades electivas A propoacutesito del marxismo letras para la Historia y la Filosofiacuteardquo en Homenaje a Aacutelvaro Matute Aguirre coordinacioacuten de Joseacute Ortiz Monasterio Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Bibliograacuteficas 2009 p 141-167

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138 historia y meacutetodo en el siglo xx

logroacute reunir en soacutelo las 746 paacuteginas de la edicioacuten un panorama tan vasto y a la vez conducir a traveacutes de eacutel a un presente que lo revela como el pensador que fue en el que ronda siempre el fan-tasma de la filosofiacutea el tema de la historia y el de los inevitables efectos del cambio en las diversas esferas de la vida que una a una se iluminan cuando repasa los aportes maacutes significativos de su contemporaneidad

Asiacute la lectura atenta de esta obra se convierte en un ejemplo de historia de las ideas que sin embargo no resulta faacutecil imitar Pare-ceriacutea tratarse de un modelo uacutenico son las inquietudes propias del autor las que dirigen paso a paso la determinacioacuten del gran conjun-to Explorar cada una de las manifestaciones que elige y entrar de lleno en las cualidades descriptivas y los recursos interpretativos que emplea para presentarlas y establecer eslabones entre ellas es constatar que Gaos se impone un compromiso de alta envergadura cuando consciente de lo que emprende explicita la perspectiva an-tropoloacutegica que lo guiacutea Conocedor de la dificultad que toda labor historiograacutefica reviste apunta con seguridad a un objetivo ocuparse de ldquolos cuerpos de expresiones relativamente maacutes esenciales de la historia de nuestra idea del mundordquo seguacuten sentildeala tras discurrir acer-ca de la constitucioacuten histoacuterica de esa idea del mundo tras la cual va

Una y otra vez la ldquoPresentacioacuten del cursordquo pone de manifiesto esa personalidad del maestro que gira sobre preocupaciones que pueden atisbarse en praacutecticamente toda su obra entre las que des-tacan sus observaciones sobre lo que entiende por historia y lo que concibe como Historiografiacutea asunto este uacuteltimo de especial intereacutes para los siguientes comentarios

En los paacuterrafos en los que se propone explicar el meacutetodo de la Historiografiacutea de las Ideas Gaos afirma que la idea del mundo como todas las ideas es Histoacuterica (es decir susceptible de ser historiada) por la peculiar manera de estar inserta en la historia porque incluso las ideas propias y actuales asiacute como las ajenas y pasadas existen para nosotros ya sea en nuestras mentes o bien en las expresiones que las comunican y las hacen subsistir De alliacute que la Historiografiacutea de las Ideas a su juicio no es posible maacutes que sobre la base de la expresioacuten ldquomaterialrdquo de las mismas Tal como sucede con la gene-ralidad de las fuentes de que se vale toda Historiografiacutea

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139JOSEacute GAOS (1900-1969)

Dicho esto es decir ubicada la fuente de conocimiento a la que acude repara en la pluralidad de expresiones que hay que tener en cuenta para la Historiografiacutea que propone Y en la presentacioacuten de esa pluralidad introduce un elemento central en su pensamiento los cuerpos de expresiones de que puede valer para identificar la idea del mundo son cuerpos de expresiones en dos sentidos algunos son expresioacuten de objetos y todos son expresioacuten de sujetos

[hellip] es decir de las ideas los sentimientos las voliciones de eacutestos de los individuales y de los colectivos [hellip] Es por lo que por ejemplo en un texto cientiacutefico o literario puede leerse y debe leerse lo que diga no soacutelo ldquoexpresardquo y ldquotemaacuteticamenterdquo de un determinado ldquoobjetordquo sino ldquoincidentalrdquo o ldquotaacutecitardquo o ldquoimpliacutecitamenterdquo de las ldquocircunstancias his-toacutericas por las que explicarlo y comprenderlo ldquoantropoloacutegicamenterdquo [hellip]15

Es decir el Gaos historiador en este caso historiador de las ideas ratifica su conviccioacuten de que los planos que observa el historiador son dos y que de ellos el que no puede perderse nunca de vista es el del sujeto en situacioacuten histoacuterica que da vida a la idea porque se expresa en ella

En otro sentido identificadas las fuentes de diversa iacutendole que habraacute de escudrintildear dedica algunas frases a lo que podriacuteamos tomar como su criterio de seleccioacuten en este caso es el tema del valor el que sale a relucir La ldquoorografiacuteardquo muestra que hay cimas sobre laderas y valles Gaos parece convencido de que se pueden detectar los cuerpos de expresiones maacutes esenciales para cada etapa Lo que argumenta es que dicha esencialidad y jerarquiacutea axioloacutegica estaacute en relacioacuten con el sentido de la historia Cita a su maestro Ortega y Gasset para estable-cer si asiacute quiere verse una analogiacutea Es la relativa a que la vida huma-na ldquo lsquoes una faena que se hace hacia adelantersquo marcha en el sentido de alguna meta finalidad o fin sea su marcha hacia ella progresiva o digresiva o sigue una marcha que no lleva a ninguna parterdquo16

De esta manera hace presente el nuacutecleo de la Filosofiacutea de la historia como un ingrediente de la tarea de historiar y maacutes auacuten

15 Gaos Historia de nuestra ideahellip p 2316 Ibidem p 24

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140 historia y meacutetodo en el siglo xx

avanza tras esta explicitacioacuten de la importancia que tiene para eacutel la cuestioacuten de los valores para indicarnos el modo en que concibe la posibilidad del conocimiento histoacuterico Cuando invoca los mo-tivos para iniciar el tema con la idea del mundo en la Edad Media argumenta que

Hay una diferencia enorme entre saber de algo por propia experien-cia vital y saber de algo por mero conocimiento intelectual Esta di-ferencia insiste traza una frontera importantiacutesima dentro del cono-cimiento historiograacutefico Jamaacutes conoceremos por medio de la Historiografiacutea y por mucha que sea nuestra ciencia historiograacutefica aquellas partes de la historia que ya no podemos conocer por propia experiencia como podemos conocer aquellas otras que conozcamos por esta experiencia17

Y antildeade ldquoQuizaacute pueda formularse la diferencia diciendo que lsquocomprenderrsquo lo que se dice lsquocomprenderrsquo no podemos maacutes que las partes de la historia con las que nos une una continuidad vital como la que nos une con el cristianismo pero ya no con la religioacuten griegardquo18

Otras proposiciones no menos importantes se dan cita en estas paacuteginas introductorias de su curso y hoy en diacutea de su libro pero basta por ahora solamente mencionar dos de las uacuteltimas consigna-das la de que los hechos histoacutericos no se suceden sincroacutenicamente sino que nacen y acaban en los que les anteceden y les suceden y la llamada de atencioacuten sobre la manera en que la psicologiacutea y la loacutegica estaacuten implicadas en la historiografiacutea La primera porque permite detectar la complejidad de las almas colectivas mayor aun que la de las almas individuales y por tanto contribuye a apreciar los antagonismos y antiacutetesis que existen dentro de una misma eacutepoca y la segunda por la importancia que reviste distinguir que al estudio de la historia debe aplicarse no la Loacutegica de la generalizacioacuten sino la de la diferenciacioacuten hasta la individuacioacuten puesto que lo que importa en la historia es precisamente la diferencia

En fin dejo hasta aquiacute las consideraciones relativas a una obra que amerita un estudio acucioso por muacuteltiples razones para dirigirme a

17 Ibidem p 2518 Idem

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141JOSEacute GAOS (1900-1969)

la reflexioacuten a que me invita esta obra del Gaos historiador a la luz de algunas de sus aseveraciones en el imprescindible texto en el que siete antildeos antes de dictar el curso al que he hecho referencia esto es en 1960 el ya para entonces destacado maestro diera a conocer lo que entendiacutea como Historiografiacutea

III He querido tratar este punto hasta ahora en aras de corroborar aunque sea someramente la relacioacuten estrecha entre el Gaos que em-prende en la uacuteltima etapa de su vida la tarea de historiar lo que denomina nuestra idea del mundo y el Gaos que seguramente obede-ciendo a su formacioacuten en la fenomenologiacutea sabe establecer en las ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo con lujo de precisiones toda la com-plejidad que encierra esa actividad que hizo suya a base de experi-mentar a lo largo de su vida el peso de la historia en todas y cada una de las actividades humanas

Los paraacutegrafos con los que estaacuten compuestas lo he dicho en repe-tidas ocasiones no tienen desperdicio y eacuteste no puede ser el espacio para ir tras ellos con la intencioacuten de aquilatarlos uno a uno Pero una vez que he acercado la lente aunque de paso a esa obra historiograacutefica que cultivoacute con esmero es un imperativo recordar que su concepcioacuten de este tipo de obras es producto de una observacioacuten bastante cuidado-sa Brinda al establecer sus caracteriacutesticas un modelo uacutetil para incursio-nar en su manufactura cuando como lectores de una de ellas y no soacutelo una suma de proposiciones sobre el pasado nos demanda apreciarla en muchos maacutes planos de los que se perciben a primera vista

Estas obras como todas las de la misma iacutendole a saber todas aquellas que tienen su expresioacuten en la palabra escrita son cuerpos de proposi-ciones en ciertas relaciones Estas proposiciones en sus relaciones son las uacuteltimas unidades integrantes de la Historiografiacutea las obras historio-graacuteficas mismas son unidades de orden superior19

Esas unidades asiacute como las proposiciones que las integran deben ser estudiadas como expresiones porque es en ellas en donde se encuentra en relacioacuten lo expresado y lo expresivo esto uacuteltimo como

19 Gaos ldquoNotas sobrehelliprdquo p 70

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142 historia y meacutetodo en el siglo xx

algo que en excelencia puede darse en la palabra oral o escrita y que tiene a su vez como destinatario un comprensivo Todas las palabras con las que Gaos explica esta relacioacuten estaacuten destinadas a explicar coacutemo lo expresivo ldquoes un instrumento u oacutergano de la convivenciardquo de los seres humanos y los animales superiores ldquoUn grito humano o animal es algo que no tiene sentido sino en medio de un complejo de relaciones reales o posibles entre hombres animales u hombres y animalesrdquo20

La obra historiograacutefica identificada por Gaos en los teacuterminos expuestos implica operaciones que nos son bien conocidas aunque no necesariamente bien comprendidas Siacute admitimos que la heuriacutes-tica y la criacutetica la hermeneacuteutica y la etiologiacutea tanto como la arqui-tectoacutenica y la estiliacutestica estaacuten conjugadas en ese acto deliberado de historiar y hacerlo procurando llevar a la meta el propoacutesito de co-nocer y dar a conocer el pasado21 Pero en medio de tales operacio-nes lo que nos obliga a ver Gaos es el papel del sujeto que habla y la finalidad que tiene hacerlo

El hombre que habla se encuentra en una situacioacuten concreta de convi-vencia con los demaacutes hombres No importa que eacutestos no se hallen pre-sentes en la inmediacioacuten espacial del que habla ni que eacuteste no los co-nozca personalmente el escritor escribe esencialmente para un puacuteblico maacutes o menos definido aunque soacutelo fuese eacutel mismo desdoblado en puacute-blico de siacute propio el escritor escribe frecuentemente para la posteridad22

Tomarlo en consideracioacuten con todo lo que implica imprime una potencia especial a su palabra Nunca despueacutes de aceptar el plan-teamiento de Gaos podemos abrir un libro de Historia sin llevar con nosotros un cuacutemulo de preguntas que parecen estar fuera del tema que se trata Y digo que parecen estar fuera porque Gaos tambieacuten indica entre liacuteneas lo que muestra con el ejemplo El historiador se expresa en su tema Eacutel Joseacute Gaos lo hace en la Historia que escribe

20 Ibidem p 7121 Ibidem p 77-87 En esas paacuteginas del paraacutegrafo 32 al 51 Gaos presenta los argu-

mentos en que se basa para considerar estas operaciones como las constitutivas de la historiografiacutea

22 Ibidem p 71

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143JOSEacute GAOS (1900-1969)

para ser dictada y que pese a sus reservas va a la imprenta como una unidad que lo revela

El individuo que alliacute se ofrece cumple incluso a su pesar con lo consignado en su papel de filoacutesofo de la historiografiacutea Pone en ten-sioacuten la particularidad que exige cada tema con la universalidad de la que forma parte Del mismo modo que el sujeto individuo que escribe se sabe un ser uacutenico diferente de otros pero constrentildeido siempre a buscar la comunicacioacuten que le hace sentirse parte de la Humanidad a la que tanto invoca El sector de la cultura sobre el cual se atreve a pronunciarse es el que le corresponde por la afinidad que ha desarrollado con eacutel pero el hecho de empentildearse en abarcar-lo con la amplitud con que lo hace entrantildea a mi juicio un riesgo al mismo tiempo que denota la personalidad del autor

Gaos consciente de la tensioacuten entre la pluralidad de lo histoacuterico y la universalidad de lo humano elige el camino difiacutecil de mostrar la idea del mundo de los hombres de su tiempo intentando asomar-se a todo lo que puede servir para integrarla Un anaacutelisis riguroso permitiriacutea apreciar en queacute medida logra hacer suya la voz de cada una de las expresiones de esa idea que quiere configurar pero un anaacutelisis tal pierde sentido ante la evidencia de que lo que prevalece es la voluntad de Gaos de ver en esa suma la multiplicidad de com-ponentes que hacen posible hablar de un nosotros por encima de un yo El filoacutesofo Gaos apuesta como explicacioacuten de la vocacioacuten filosoacutefica a la soberbia de los hombres a buscar la redencioacuten de ese pecado mayor concediendo desde muy pronto un papel a la historia que al evidenciar la relatividad de las verdades obliga a aceptar liacutemites a actuar asiacute sea por la presioacuten que ejerce el tiempo con una dosis de humildad

A la vez la conciencia de lo inalienable de su individualidad no le impide pronunciarse como parte de una colectividad como ates-tigua al final de su curso al sentildealar que ldquola historia de la idea del mundo es la de la progresiva e inminente extincioacuten de esta idea del reemplazo de un mundo con una idea del mundo por un mundo sin idea del mundordquo

Porque este nuestro mundo es el mundo para el que proclamoacute Marx que ya no habiacutea que seguir contemplaacutendolo especulaacutendolo como haciacutean los

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filoacutesofos que andan hoy realmente muy de capa caiacuteda sino que habiacutea que hacerlo otro como se esfuerzan por hacerlo los revolucionarios y los teacutecnicos que son los auteacutenticos sentildeores de nuestro mundo23

Asiacute se expresaba en la sesioacuten del 17 de septiembre de 1967 sin embargo pocos meses maacutes tarde seguacuten asienta en sus paacuteginas Vera Yamuni Joseacute Gaos manifestaba la vigencia de algo de aquella idea del mundo que en sus lecciones sobre el medioevo auacuten formaba parte de su vida ldquoHoy he cumplido los sesenta y siete iexclloado sea Diosrdquo Y un antildeo maacutes tarde ldquoUn milagro que agradecer he cumpli-do los sesenta y ocho antildeosrdquo Murioacute cinco meses y medio despueacutes de haber pronunciado la anterior frase seguacuten afirma su disciacutepula ldquoLa necesidad de pedir gracias y darlas motivo de su oracioacuten pasoacute asiacute a ser la esencia de su religioacuten y comprendioacute los conceptos de gracia peticioacuten y agradecimientordquo24

En fin del testimonio de su curso y del que recibimos por viacutea indirecta sobre los uacuteltimos antildeos de su vida queda la impresioacuten de que algo permanece y algo cambia en esa idea del mundo la que el propio Gaos portaba y aquella de la que se haciacutea portavoz

Iv Finalmente iquestpodemos encontrar en Joseacute Gaos un meacutetodo para la Historia Lo primero que tengo que decir es que quizaacute los cono-cedores de su obra en conjunto o los que maacutes han profundizado en alguna parte de ella son los maacutes indicados para responder Mi esca-sa relacioacuten con los textos que maacutes efecto han hecho en mi tarea me lleva a ensayar uacutenicamente esta aproximacioacuten

Si por meacutetodo se entiende mdashcomo sentildeala el Diccionario de la len-gua espantildeolamdash atendiendo a la acepcioacuten filosoacutefica el procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y ensentildearla ten-driacuteamos que hacer algunos altos en el camino para optar por una afirmacioacuten puesto que el saber del que se ocupa Gaos es definido por eacutel como ciencia y arte a la vez lo cual genera como consecuencia una idea respecto de la verdad que difiacutecilmente podriacuteamos tratar en este espacio

23 Gaos Historia de nuestra ideahellip p 74424 Yamuni ldquoProacutelogordquo en Obras completas xviihellip p 33

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145JOSEacute GAOS (1900-1969)

Si en cambio nos atenemos a la primera parte de lo que el Dic-cionario de filosofiacutea de Ferrater Mora indica a saber ldquoSe tiene un meacutetodo cuando se dispone de o se sigue un cierto lsquocaminorsquo para alcanzar un determinado fin propuesto de antemano Este fin puede ser el conocimiento o puede ser tambieacuten un lsquofin humanorsquo o lsquovitalrsquo rdquo estamos en la viacutea que conduce a un siacute categoacuterico Gaos tiene un meacutetodo y lo sigue busca el saber para la vida que encuentra en el camino de la historia elige eso siacute una ruta larga para mostrarlo y espera asiacute quiero pensarlo que en el futuro sus palabras encuentren lectores aacutevidos de intentar transitar caminos semejantes

Frente a la lectura de la Historia y frente a la empresa de escri-birla las liacuteneas que nos ha dejado Joseacute Gaos estaacuten maacutes cerca del modelo que del meacutetodo sus convicciones al mismo tiempo que sus contradicciones y tensiones invitan a colocarlo como guiacutea para des-pertar nuestra sensibilidad respecto del tiempo en que vivimos y trazar con preguntas al pasado un compromiso firme con el saber histoacuterico siempre en el aacutenimo de constituirlo en puente de comuni-cacioacuten entre los hombres

bIblIograFiacutea

gaos Joseacute Confesiones profesionales edicioacuten conmemorativa Meacutexico Uni-versidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2002 183 p

Obras completas xvii Confesiones profesionales Aforiacutestica coordina-dor de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo y seleccioacuten de la aforiacutes-tica ineacutedita por Vera Yamuni Tabush Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1982 (Nueva Biblioteca Mexicana 85)

Historia de nuestra idea del mundo con una nota sobre la edicioacuten de Andreacutes Lira Meacutexico El Colegio de MeacutexicoFondo de Cultura Econoacute-mica 1973 Ix+748 p [Esta edicioacuten seraacute la citada en el texto]

Obras completas xiv Historia de nuestra idea del mundo nueva edi-cioacuten cotejada con el manuscrito original coordinador de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo de Andreacutes Lira Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 1994 (Nueva Biblioteca Mexicana 116)

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146 historia y meacutetodo en el siglo xx

Obras completas xv Discurso de filosofiacutea De antropologiacutea e historio-grafiacutea El siglo del esplendor de Meacutexico coordinador de la edicioacuten Antonio Zirioacuten Quijano proacutelogo de Aacutelvaro Matute Meacutexico Universidad Na-cional Autoacutenoma de Meacutexico Coordinacioacuten de Humanidades Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 2009 (Nueva Biblioteca Mexicana 158)

Matute Aacutelvaro La teoriacutea de la historia en Meacutexico (1940-1973) Meacutexico Secretariacutea de Educacioacuten Puacuteblica 1974 208 p (SepSetentas 126)

trejo Evelia ldquoAfinidades electivas A propoacutesito del marxismo letras para la Historia y la Filosofiacuteardquo en Joseacute Ortiz Monasterio (coord) Homenaje a Aacutelvaro Matute Aguirre Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Bibliograacuteficas 2009 p 141-167

valero PIe Aurelia (ed) Filosofiacutea y vocacioacuten Seminario de filosofiacutea moderna de Joseacute Gaos epiacutelogo de Guillermo Hurtado textos de Joseacute Gaos Ricardo Guerra Alejandro Rossi Emilio Uranga y Luis Villoro Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 139 p (Biblioteca Universitaria de Bolsillo)

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Las lecturas y el meacutetodoDos casos Luis Villoro y John Womack

javIer rIco MorenoUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

El concepto absoluto que el milenarismo se forma del ldquoahorardquo y que no le permite percibir el desarrollo nos proporciona sin embargo una diferenciacioacuten cualita-tiva del tiempo Conforme a este concepto existen eacutepocas prentildeadas de sentido y otras desprovistas de eacutel En este hecho radica un meacutetodo histoacuterico-filosoacutefico que serviraacute para establecer una diferenciacioacuten de los tiem-pos histoacutericos Su importancia soacutelo se podraacute apreciar despueacutes de poner de manifiesto que aun una conside-racioacuten empiacuterica de la historia es imposible sin una diferenciacioacuten histoacuterico-filosoacutefica del tiempo (a menu-do latente y por lo tanto imperceptible en sus efectos)

Karl MannHeIM

Una constante en estudios historiograacuteficos recientes sigue siendo la especial atencioacuten que se dedica a las fuentes mdashtanto documentales como bibliograacuteficasmdash cuya impronta se reconoce en el texto en cues-tioacuten Con dicha operacioacuten se pretende sopesar la informacioacuten de la que se valioacute el autor poniendo eacutenfasis en su calidad cantidad y novedad como uno de los factores que determinan el valor de la obra La tesis central de este artiacuteculo es que hay fuentes (lecturas previas o paralelas a la investigacioacuten de un historiador) que pueden o no proporcionar datos y sin embargo llegan a cumplir una impor-tante funcioacuten articular una forma de concebir la dinaacutemica social en un fragmento del pasado humano y de esta manera permiten de-linear el meacutetodo a seguir Luego de un ejercicio para definir el tiempo y el lugar desde los cuales conviene formular las preguntas acerca del meacutetodo de los historiadores se procederaacute a estudiar la relacioacuten entre las lecturas y el meacutetodo en dos casos particulares El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia de Luis Villoro y Zapata y la Revolucioacuten mexicana de John Womack

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Tiempo y lugar del meacutetodo

Desde hace unos ciento cincuenta antildeos el problema del meacutetodo en una disciplina tan peculiar como la que pretende conocer el pasado del hombre ha ocupado un lugar central en muacuteltiples reflexiones y estudios encaminados a aclarar la naturaleza del objeto de estudio y las caracteriacutesticas de aquello que produce (la historia escrita) Se han emprendido dignos esfuerzos por reivindicar la particularidad del conocimiento histoacuterico frente a las pretensiones de uniformidad metodoloacutegica con base en el procedimiento de las ciencias naturales que en el siglo xIx llegoacute a concebirse como el modelo rector para todo conocimiento vaacutelido El reclamo de la autonomiacutea metodoloacutegica de la historia se ha apoyado principalmente en la especificidad de su objeto hechos humanos del pasado singulares e irrepetibles Asiacute se ha podido argumentar que la validez del conocimiento del pasado del hombre no puede sujetarse a los criterios del meacutetodo cientiacutefico Al paso del tiempo teniendo en cuenta el desarrollo de la disciplina y la diferenciacioacuten de las aacutereas que la conforman vale la pena pre-guntar desde queacute tiempo y espacio es pertinente abordar la cuestioacuten del meacutetodo en la investigacioacuten histoacuterica

El tema del meacutetodo en la historia se ubica en la interseccioacuten de dos aacutereas que forman parte de los estudios histoacutericos y otra que co-rresponde a la filosofiacutea (veacutease esquema 1) El asunto parece sujeto a la tensioacuten generada por tres tipos de interrogantes que aunque dis-tintas se reclaman unas a otras De un lado se encuentra la pregunta por las condiciones de posibilidad del conocimiento histoacuterico a par-tir de la cual comenzoacute a configurarse mdashsobre todo desde la segunda mitad del siglo xIxmdash la teoriacutea de la historia que pondraacute eacutenfasis en la dimensioacuten epistemoloacutegica Tarea de filoacutesofos con marcado intereacutes en el conocimiento del pasado o de historiadores conscientes de la im-portancia de la reflexioacuten filosoacutefica se encamina hacia la explicacioacuten del proceso en general haciendo abstraccioacuten de los casos particulares a los que suele acudir soacutelo para ilustrar alguacuten problema o parte de eacutel

De otro lado se encuentran las preguntas acerca del modo en que se lleva a cabo la produccioacuten historiograacutefica en sus formas con-cretas y que orientan el estudio de una obra historiograacutefica de la produccioacuten de un historiador de una corriente o de una escuela o

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bien de las diversas interpretaciones de un mismo acontecimiento periodo personaje o proceso Las investigaciones que se despliegan en esta liacutenea se insertan propiamente en los estudios historiograacuteficos es decir lo que en teacuterminos generales suele referirse como historio-grafiacutea pero entendida no como una historia de la historia sino como un estudio criacutetico de las representaciones del pasado en que consis-ten las obras historiograacuteficas Con un desarrollo maacutes reciente que la anterior no puede prescindir de los esquemas abstractos pero el centro de gravedad de sus observaciones estaacute en los productos de la historia como disciplina

Por uacuteltimo se encuentran las preguntas acerca de la constitucioacuten de la realidad la situacioacuten del hombre en el mundo la historicidad o la naturaleza del ser humano el estatus ontoloacutegico del pasado el tiempo y la temporalidad Su ejercicio corresponde maacutes plenamen-te a los filoacutesofos y las reflexiones derivadas de las preguntas que le son propias tienen un caraacutecter fundamental tanto para la teoriacutea de la historia como para los estudios historiograacuteficos

Ahora bien mientras en forma llana o simple el meacutetodo tiene el significado de camino que se sigue para llegar a un destino en un

Fuente Elaboracioacuten propia

Esquema 1 el lugar de las Preguntas sobre el Meacutetodo en la HIstorIa

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sentido maacutes cercano a la investigacioacuten por meacutetodo se entiende un conjunto de procedimientos para obtener el conocimiento verdade-ro o vaacutelido de algo1 En el caso de la investigacioacuten histoacuterica se trata de un camino mental o intelectual que se va formando por el encadenamiento multidireccional de preguntas y respuestas ideas operaciones loacutegicas (anaacutelisis comparacioacuten siacutentesis) procedimientos heuriacutesticos conceptos e imaacutegenes Cuando se reconoce que a pesar de la pretensioacuten de uniformidad metodoloacutegica (un meacutetodo univer-sal) lo que existe es una diversidad de meacutetodos y eacutestos se convierten en objeto de estudio entonces es pertinente hablar de metodologiacutea que es justamente el estudio de los meacutetodos

A partir de estas consideraciones sugiero que la historiografiacutea o maacutes propiamente la criacutetica historiograacutefica es un lugar privilegia-do para el estudio del meacutetodo por medio del cual los sujetos de la enunciacioacuten historiograacutefica llegan a la produccioacuten de una representa-cioacuten del pasado es decir a construir un cierto conocimiento de lo acontecido Lo anterior se funda en la constatacioacuten de que toda obser-vacioacuten y estudio del meacutetodo son siempre procedimientos a poste-riori es decir como un estudio del camino recorrido (y no por reco-rrer) o de los procedimientos realizados (y no por realizar) pues como dice el poeta ldquoCaminante no hay camino se hace camino al andar Al andar se hace el camino y al volver la vista atraacutes se ve la senda que nunca se ha de volver a pisarrdquo2

La analogiacutea con los versos de Antonio Machado me parece afor-tunada al iniciar una investigacioacuten el historiador preveacute (en el pleno sentido de ver con anterioridad) un conjunto maacutes o menos ordenado de procedimientos y acciones que le permitan conocer un aspecto de algo que sucedioacute (un hecho del pasado) La experiencia nos ensentildea que en el curso de la investigacioacuten ese meacutetodo previsto siempre se modifica en ocasiones sustancialmente Por eso el meacutetodo soacutelo puede

1 Es probable que el significado original de camino por recorrer motive que en ocasiones se piense en el meacutetodo soacutelo como un conjunto de procedimientos empiacutericos tales como la recoleccioacuten de datos y su verificacioacuten y se dejen fuera de las considera-ciones metodoloacutegicas los procedimientos loacutegicos y propiamente imaginativos que estaacuten involucrados en la investigacioacuten histoacuterica

2 A Machado ldquoProverbios y cantares xxIxrdquo en Obras poesiacutea y prosa 2a edicioacuten Buenos Aires Losada 1973 p 218

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observarse al final de la investigacioacuten como el camino andado Hay que sentildealar ademaacutes que todo estudio metodoloacutegico es aproximativo el estudioso de la historiografiacutea descubre en una obra historiograacutefica una serie de pistas huellas o evidencias que indican el camino que siguioacute el historiador (conceptos ideas teoriacuteas fuentes lecturas) pero es posible que ni siquiera el autor mismo pueda reconstruir paso a paso el camino que lo llevoacute a representar un fragmento del pasado tal como lo hizo Debe considerarse ademaacutes que cuando se accede a la obra generalmente en forma de publicacioacuten el texto pudo haber su-frido cambios en relacioacuten con la versioacuten original (modificaciones en la estructura de los capiacutetulos o apartados supresiones o adiciones que se llevan a cabo con criterios editoriales de censura o de autocensura y no teoacutericos ni metodoloacutegicos) No estaacute de maacutes reconocer que como toda investigacioacuten los meacutetodos son irrepetibles y se convierten en la senda que no se volveraacute a pisar es decir resulta praacutecticamente impo-sible seguir con exactitud el mismo camino para otra investigacioacuten

Escribo luego leo

La conocida conclusioacuten a la que llegara Reneacute Descartes en el Discur-so del meacutetodo mdashldquoPienso luego existordquomdash tiene un sentido loacutegico y no temporal y resulta maacutes accesible en la forma ldquopienso por lo tanto existordquo de manera que el pensar es la prueba del existir En un ejer-cicio luacutedico podemos imaginar una relacioacuten semejante aplicada a los procesos de la escritura y la lectura como actos concomitantes al hacer de los historiadores Las diversas operaciones que eacutestos llevan a cabo se condensan en un producto final que es la representacioacuten del pasado mediante el lenguaje escrito es decir en una narracioacuten lo que aqueacutellos escriben mdashcomo parece suceder en todos los casos de escrituramdash tiene el destino de la lectura Pero la relacioacuten entre ambos actos tiene tambieacuten un sentido distinto en tanto que todo historiador es un lector lo que escribe expresa la presencia de sus lecturas previas refiere lo que antes ha leiacutedo El historiador escribe por lo tanto lee la escritura es tambieacuten una prueba de sus lecturas

Ahora bien la cuestioacuten del meacutetodo no se reduce a la aplicacioacuten de un conjunto de teacutecnicas o a la localizacioacuten de fuentes documentales y

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utilizacioacuten de herramientas teoacutericas de cuya suma final resulte un itinerario lineal e infalible que necesariamente conduciraacute al objetivo establecido Implica la prefiguracioacuten de un procedimiento en funcioacuten de preguntas que toman su lugar en un escenario o campo histoacuterico imaginado Las lecturas previas o paralelas a una investigacioacuten mdashal menos algunas de ellasmdash suelen tener una incidencia metodoloacutegica al definir las liacuteneas con las que el historiador traza por asiacute decirlo un boceto del pasado que pretende representar con la mayor preci-sioacuten posible Captar la incidencia de las lecturas en la configuracioacuten de un meacutetodo implica reconocer la dimensioacuten sociocultural de la lec-tura mediante la cual eacutesta deja de ser un mero proceso de decodifi-cacioacuten para adquirir la forma de una experiencia vital del sujeto lector

En el proacutelogo a la primera edicioacuten de la obra de Joseph de Acosta Edmundo OrsquoGorman perfiloacute una serie de consideraciones que anti-cipaban su criacutetica a la historia tradicional y que integraraacuten parte central de Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Al referirse a la va-loracioacuten que los historiadores del siglo xIx habiacutean hecho de obras como la Historia natural de las Indias exclusivamente como fuentes histoacutericas advierte

En teacuterminos generales cabe afirmar que los textos que pueden llamarse fuentes histoacutericas han recibido de nuestros historiadores un tratamiento ciertamente serio de criacutetica intensa pero orientado de una manera in-suficiente Se encuentra fundamentalmente una actitud de considerarlos como mdashpara usar una metaacutefora expresivamdash minas de doacutende extraer ciertos datos y noticias Lo menos que hoy puede decirse a este respecto es que es una posicioacuten absolutamente ineficaz si soacutelo fuera porque esos textos son tambieacuten susceptibles de la consideracioacuten como totalidades Ya no es posible ignorar que un libro un texto una fuente vienen a ser la respuesta de una voluntad la que a su vez descansa en una serie inde-finida de supuestos Es por esto que un libro dice mucho maacutes de lo que puede deducirse por medio de un anaacutelisis fragmentario3

Consecuencia de lo anterior mdashcontinuacutea OrsquoGormanmdash textos como el de Acosta fueron valorados baacutesicamente en teacuterminos ldquo[hellip]

3 Edmundo OrsquoGorman ldquoProacutelogordquo a Historia natural de las Indias Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1939 p x

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de la verdad objetiva y originalidad de los datos y noticias uacutenicos elementos considerados como valiososrdquo4 Otra importante aprecia-cioacuten acerca del valor de las lecturas como parte de un horizonte histoacuterico cultural es la que elaboroacute el historiador Irving Leonard en una obra (publicada originalmente en 1949) que constituye un im-portante antecedente de la historia de la lectura Al referirse a la li-teratura de ficcioacuten y su relacioacuten con las actitudes de los conquista-dores espantildeoles Leonard tratoacute de enfatizar los efectos posibles de una lectura que se emprende bajo ciertas circunstancias (y que bien podemos reconocer en otros tipos de obras y de lectores)

En los estudios de historia moderna no se sopesan en todo su valor las frecuentes y sutiles interacciones entre la literatura y los hechos hu-manos Los escritos de ficcioacuten no solamente son los registros subjetivos de la experiencia humana sino que a veces son los instigadores incons-cientes de las acciones del hombre al condicionar sus actitudes y re-acciones Los productos de la imaginacioacuten que a este respecto ejercie-ron mayor influencia en determinado tiempo y determinado lugar no son siempre las supremas creaciones del genio sino manifestaciones inferiores de la expresioacuten artiacutestica que por circunstancias especiales remueven las emociones de sus lectores de un modo maacutes profundo como resultado de esto suelen alterar el curso de la historia o modificar las costumbres y los usos de una eacutepoca5

Pensamiento y accioacuten

El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia tiacutetulo definitivo que Luis Villoro establecioacute para la segunda edicioacuten (publicada en 1967 catorce antildeos despueacutes de la primera) no podiacutea ser menos elocuente Lejos de los enfoques tradicionales que buscaban en el pensamiento poliacutetico de la Ilustracioacuten el corpus de ideas que habiacutea orientado el origen y el cauce de la independencia de Meacutexico Villoro emprendioacute un notable estudio de las transformaciones que en el curso de aquel

4 Ibidem p xII5 Irving Leonard Los libros del conquistador trad de Mario Monteforte Toledo

Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1953 p 9

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acontecimiento histoacuterico experimentaron las formas de pensar con-creto en relacioacuten con los grupos sociales es decir los cambios en la ideologiacutea de la revolucioacuten de independencia La interpretacioacuten histoacute-rica que emprendioacute el filoacutesofo mexicano situoacute en el centro de su anaacute-lisis el binomio que integran ideologiacutea y utopiacutea el cual desde media-dos del siglo xx cobroacute relevancia en el marco de los movimientos revolucionarios en el llamado tercer mundo y luego de las revueltas estudiantiles Ambos teacuterminos pusieron de manifiesto una eferves-cencia de la mentalidad utoacutepica que en muchas ocasiones se acompa-ntildeaba de una lucha contra las ideologiacuteas En forma paralela aquel binomio atrajo poderosamente la atencioacuten de las ciencias sociales y las humanidades haciendo comuacuten la referencia al estudio que sobre el tema en particular habiacutea emprendido Karl Mannheim

No estaacute nada claro el hecho de que el problema de la utopiacutea se haya visto estimulado gracias a Mannheim y sus consideraciones al res-pecto Pero no podemos negar que este concepto ganoacute por primera vez gracias a eacutel contornos maacutes precisos en tanto que categoriacutea heuriacutestica siendo aceptado en un campo teoacuterico-social relevante Aunque quizaacute tal campo el de la ldquosociologiacutea cientiacuteficardquo haya anulado maacutes que reflejado el problema de la utopiacutea6

Originalmente con el teacutermino ideologiacutea se designoacute el estudio de las facultades y las ideas que producen de ahiacute que los ideoacutelogos fue-ron al principio filoacutesofos que se ocuparon de la clasificacioacuten y el estu-dio de las ideas particularmente en Francia A raiacutez de la oposicioacuten de un grupo de ellos al emperador Napoleoacuten Bonaparte se comenzoacute a generalizar la referencia a los ideoacutelogos en una forma poliacuteticamente despectiva Por otra parte siguiendo las apreciaciones de Hegel en torno a la ideologiacutea como conciencia escindida en el pensamiento de Marx tomaraacute la forma de falsa conciencia que se caracteriza por ocul-tar o enmascarar la realidad econoacutemica y social En otro sentido al proyectar una sociologiacutea del saber Max Scheler sosteniacutea que el cono-cimiento podiacutea estudiarse no soacutelo en teacuterminos de sus contenidos sino

6 Arnhelm Neusuumls ldquoDificultades de una sociologiacutea del pensamiento utoacutepicordquo en Utopiacutea trad de Mariacutea Nolla Barcelona Barral Editores 1970 p 18 Entrecomillado del autor

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tambieacuten en su relacioacuten con una situacioacuten social e histoacuterica en cuya dimensioacuten se encontraban justamente las ideologiacuteas

Eacutestos son grosso modo los antecedentes en liacutenea directa de una obra cuya lectura tendraacute una funcioacuten articuladora en el meacutetodo que siguioacute Luis Villoro en su investigacioacuten sobre la revolucioacuten de inde-pendencia La obra a la que me refiero se publicoacute en 1936 y en 1941 aparecioacute la versioacuten en espantildeol bajo el tiacutetulo de Ideologiacutea y utopiacutea En palabras del filoacutesofo de origen huacutengaro7 el libro teniacutea el propoacutesito de ldquo[hellip] resolver el problema de coacutemo piensan los hombresrdquo pero no como se trata el pensamiento en los libros de loacutegica sino ldquoen la vida puacuteblica y en la poliacutetica como instrumento de accioacuten colectivardquo8

En 1925 Mannheim habiacutea publicado El problema de una sociologiacutea del saber que seguiacutea una liacutenea semejante a la de Max Scheler pero proponiendo ahora una sociologiacutea del conocimiento cuya tesis central es que existen formas de pensamiento que no pueden com-prenderse en tanto no se aclaren sus oriacutegenes sociales En Ideologiacutea y utopiacutea sentildealoacute la necesidad de captar el pensamiento en el marco de una situacioacuten histoacuterico-social pero sin olvidar que los modos de pensar concreto son inseparables de ldquola trama de la accioacuten colectivardquo Dicha relacioacuten permite distinguir la complejidad de cualquier situa-cioacuten pues en toda sociedad los grupos que la conforman ldquo[hellip] actuacutean unos contra otros [hellip] y al hacerlo piensan unos con otros y unos contra otrosrdquo9 Sus investigaciones sobre el estudio de la geacutenesis la estructura y la funcioacuten de las construcciones intelectuales en la dinaacute-mica social lo llevoacute a reconocer dos formas ideoloacutegicas (la ideologiacutea propiamente dicha y la utopiacutea) las cuales aunque semejantes entre siacute lograban una plena diferenciacioacuten en las situaciones de conflicto

7 Nacido en Budapest en 1893 Karl Mannheim habiacutea realizado estudios en filo-sofiacutea en la universidad de su ciudad natal En el contexto de la revolucioacuten huacutengara traboacute amistad con el destacado teoacuterico del marxismo Georg Lukaacutecs autor de la influ-yente Historia y conciencia de clase (1923) Luego se vio obligado a viajar a Alemania y en 1925 se incorporoacute a la Universidad de Frankfurt Tras el ascenso de Hitler al poder se trasladoacute a Inglaterra y desde 1933 hasta su muerte ocurrida en 1947 ensentildeoacute en la London School of Economics

8 Karl Mannheim Ideologiacutea y utopiacutea Introduccioacuten a la sociologiacutea del conocimiento 2a edicioacuten traduccioacuten de Salvador Echevarriacutea estudio preliminar de Louis Wirth Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1987 p 33

9 Ibidem p 36

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social El examen de la triada constituida por grupo social conflicto poliacutetico y situacioacuten de intereses derivoacute en el estudio de las ideologiacuteas no soacutelo como un conjunto de ideas sino fundamentalmente como la expresioacuten de una actitud histoacuterica (veacutease esquema 2) El anaacutelisis de la situacioacuten permitiraacute a Mannheim descubrir el proceso de las cons-trucciones del tiempo histoacuterico que lleva a cabo cada grupo social

La estructura interna de la mentalidad de un grupo nunca se podraacute comprender mejor que cuando nos esforzamos por comprender su concepto del tiempo a la luz de sus esperanzas de sus aspiraciones y de sus propoacutesitos Sobre la base de estos propoacutesitos y de estas espe-ranzas una mentalidad bien definida ordena no soacutelo los acontecimien-tos del futuro sino los del pasado Los acontecimientos que a primera vista se presentan como una mera acumulacioacuten cronoloacutegica adquie-ren el caraacutecter de un destino desde este punto de vista Los hechos escuetos se arreglan por siacute solos en perspectiva y los eacutenfasis del ldquosen-tidordquo se distribuyen y atribuyen a los acontecimientos individuales de acuerdo con las direcciones fundamentales en que lucha la personalidad En este ordenamiento significativo de los acontecimientos que es algo maacutes que un mero arreglo cronoloacutegico se podraacute descubrir el principio estructural del tiempo histoacuterico10

Las formas de pensar concreto mediante las cuales se expresa la actitud histoacuterica de un grupo social equivalen a una mentalidad histoacuterica y en funcioacuten del proceso del que resultan (interaccioacuten entre grupo social conflicto social y situacioacuten de intereses) se con-vierten en un elemento fundamental para estudiar la relacioacuten entre el pensamiento y la accioacuten en situaciones de conflicto En eacutestas las ideologiacuteas suelen asociarse a la intencioacuten de mantener una estaacutetica social mientras que las utopiacuteas se vinculan a una voluntad de trans-formacioacuten11

10 Ibidem p 246-247 Como se podraacute apreciar estaacute aquiacute la problematizacioacuten del tiempo histoacuterico y su relacioacuten con el proceso de significacioacuten y con las dimensiones del pasado y el futuro mismas que pensadores posteriores habraacuten de desarrollar con mayor amplitud El entrecomillado es del autor las cursivas son miacuteas

11 Como ha precisado Arnhelm Neusuumlss al revisar la obra de Mannheim la dife-rencia entre una y otra radica en la adecuacioacuten o no adecuacioacuten con la realidad y en la orientacioacuten temporal de la utopiacutea (un futuro que todaviacutea no es) ldquoiquestQueacute papel juega

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En El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia se observa con claridad la marca metodoloacutegica que le imprime la obra de Mann-heim Cierto que desde las primeras liacuteneas del proacutelogo a la prime-ra edicioacuten Villoro previene al lector con la mencioacuten de una evi-dencia que como tal muchas veces se omite ldquo[hellip] el objeto de la historiografiacutea es el hombrerdquo con lo cual subrayariacutea el caraacutecter hu-manista de la disciplina a condicioacuten de sustituir la imagen de ldquouna conciencia descarnadardquo por la del ldquohombre arrojado en el mundordquo12

pues en el contexto de esta concepcioacuten el concepto de utopiacutea Es comuacuten tanto para las ideologiacuteas como para las utopiacuteas el hecho de que tanto unas como otras son visiones de la realidad social determinadas posicionalmente y por lo tanto particulares En el sentido del concepto de ideologiacutea lsquototal y generalrsquo tambieacuten las formas de mentalidad utoacutepica son ideoloacutegicas Se diferencian en un sentido maacutes estricto de las ideologiacuteas uacutenicamente en su distinta lsquono adecuacioacuten con la realidad existentersquo No intentan como las ideologiacuteas calificar etapas pasadas de la realidad como auacuten existentes es decir no quedan a la zaga del presente sino que requieren lsquotrascenderrsquo la fase alcanzada sobre-pasarla intelectualmente y tambieacuten en lo posible praacutecticamente La diferencia existen-te entre las ideologiacuteas y las utopiacuteas estriba en la orientacioacuten temporal Ibidem p 19 Entrecomillados del autor

12 Luis Villoro El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia 2a edicioacuten Meacutexico Consejo Nacional para la Cultura y las Artes 1999 p 15

Esquema 2 Marco reFerencIal del estudIo de las Ideologiacuteas en K MannHeIM

Fuente Elaboracioacuten propia

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Expone luego una serie de consideraciones que transparentan sus viacutenculos intelectuales con el historicismo el existencialismo y el marxismo relativas sobre todo a la situacioacuten del hombre y el acon-tecer histoacuterico

El acontecer histoacuterico nada tiene que ver con el transcurrir natural se funda en el despliegue temporal de la existencia y no en la medida del tiempo del mundo Mas tampoco tiene que ver con los avatares de una conciencia descarnada su protagonista no es una entidad abstracta sino el hombre arrojado en el mundo El ldquolugarrdquo de lo humano en la historia no podraacute encontrarse fuera de los liacutemites que le sentildeala su si-tuacioacuten Cada individuo es inseparable del mundo de relaciones en que vive y que constituye un contexto comuacuten de referencias tejido por el trabajo y la convivencia El concepto de ldquoclaserdquo puede servirnos para sentildealar la circunscripcioacuten del mundo social vivido por cada hombre constituye un punto de referencia para ldquosituarrdquo nuestro objeto Por ende nuestro estudio se referiraacute ante todo a grupos humanos vinculados por un mundo vivido comuacuten y secundariamente a las individualidades que destaquen en su seno13

No es difiacutecil constatar que la situacioacuten se habiacutea convertido en una categoriacutea baacutesica en las filosofiacuteas de la existencia Kierkegaard sosteniacutea que el ser humano mdashen tanto que existentemdash aparece siem-pre en situacioacuten para Ortega y Gasset en su reclamo por ubicar al hombre en la realidad radical de la vida la situacioacuten es equivalente a la circunstancia algo semejante sucede con el ldquoestar-en-el-mundordquo de Heidegger Karl Jaspers por su parte tambieacuten enfatizoacute la misma e inseparable relacioacuten (ldquoyo como existencia estoy siempre en una determinada situacioacutenrdquo)14

Al trasladar la loacutegica de la geacutenesis de las ideologiacuteas al plano de la sociedad novohispana de finales del siglo xvIII y de la revolucioacuten de independencia Villoro construiraacute el escenario de una situacioacuten histoacuterica En eacutel los seres humanos integran grupos (clases) sociales cohesionados por un mundo vivido comuacuten (una experiencia social

13 Ibidem p 1514 Cfr Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea Barcelona Ariel 1994 v Iv

p 3313-3315

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vital que es semejante en todos los miembros de un grupo) del que se desprende un horizonte de posibilidades reales En ese mundo vivido comuacuten hay intereses y valores (econoacutemicos sociales morales) que condicionan una disposicioacuten a actuar La combinacioacuten de tales elementos a su vez forma el condicionante de una particular cons-truccioacuten del tiempo histoacuterico (veacutease esquema 3)

Esquema 3 loacutegIca del dInaMIsMo socIal

en el proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia

Fuente Elaboracioacuten propia

Este modelo de explicacioacuten mdashcabe recordarmdash se refiere a una situacioacuten de conflicto siempre sobre la base de una sociedad escin-dida en grupos En su anaacutelisis del momento previo a la revolucioacuten Villoro reconoce tres clases sociales diferenciadas indudablemente por criterios econoacutemicos y sociales No obstante y he aquiacute el que me parece uno de los aciertos maacutes importantes de su estudio la actua-cioacuten de esos actores colectivos en el escenario de la situacioacuten de conflicto se comprende no tanto por su posicioacuten econoacutemica como por su experiencia vital comuacuten y la actitud histoacuterica que asumen en funcioacuten de su valoracioacuten de la temporalidad (veacutease esquema 4)

La situacioacuten de la clase dominante (los peninsulares) y su actua-cioacuten se articulan por el mundo vivido comuacuten de una prosperidad ligada a los viacutenculos de dependencia de la metroacutepoli en ello radican sus intereses y sus valores En tanto que su experiencia vital es la prosperidad perciben a la patria como algo ya hecho y soacutelo se

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160 historia y meacutetodo en el siglo xx

requiere una adecuada administracioacuten es expresioacuten de una concep-cioacuten burocraacutetica (estaacutetica) de la sociedad El presente (que se vive) y el futuro (por vivir) no se pueden percibir maacutes que como una prolongacioacuten del pasado que es el origen y basamento del orden colonial lo que equivale a una preterizacioacuten del futuro Su actitud histoacuterica por tanto seraacute contrarrevolucionaria y se expresaraacute me-diante una ideologiacutea orientada a la conservacioacuten del orden colonial15

Seraacute en el siguiente sector el de la clase media ilustrada donde Villoro descubra una transformacioacuten ideoloacutegica que tiene como tras-

15 El sentido del tiempo histoacuterico de la clase dominante corresponde en Mannheim a la tercera forma de mentalidad utoacutepica (la idea conservadora) ldquoEl sentido del tiempo de ese modo de experiencia y de pensamiento es completamente opuesto al del libera-lismo En tanto que para eacuteste el futuro era todo y el pasado nada el modo de experi-mentar el tiempo del conservatismo halloacute la mejor corroboracioacuten de su sentido de la determinacioacuten histoacuterica en el descubrimiento de la importancia del pasado en el des-cubrimiento del tiempo como creador de valores El tiempo no existiacutea en forma alguna en la mentalidad quiliaacutestica y existioacute para el liberalismo soacutelo en cuanto era capaz de producir un progreso en el futuro Mannheim Ideologiacutea y utopiacuteahellip p 272

Fuente Elaboracioacuten propia

Esquema 4 actItud HIstoacuterIca de la clase doMInante

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161las lecturas y el meacutetodo

fondo un cambio en la percepcioacuten de la temporalidad particular-mente del pasado Esta clase se distingue por una experiencia vital en la que predomina la insatisfaccioacuten y por tanto emprenderaacute una negacioacuten del pasado inmediato (que casi se funde con el presente) y un intento por restaurar el pasado remoto es decir el origen del orden colonial Fray Servando Teresa de Mier manifestoacute esa aspira-cioacuten en el alegato histoacuterico juriacutedico que desplegoacute en el libro xIv de su poleacutemica Historia de la revolucioacuten de Nueva Espantildea Sosteniacutea la existencia de un pacto original que consignaba los derechos y pre-rrogativas de los americanos un pacto que los peninsulares habiacutean violentado de este modo si en el origen de la Nueva Espantildea estaban los fundamentos de una sociedad justa entonces habiacutea que restaurar ese pasado remoto Sin embargo advierte Villoro desatada la in-surgencia y al contacto con el pueblo se advierte en la clase media una transformacioacuten revolucionaria que implicaraacute la negacioacuten de la totalidad del pasado colonial16

A diferencia de la concepcioacuten burocraacutetica de los peninsulares para los americanos la patria seraacute algo que habiacutea que construir eran ahora portadores de una concepcioacuten utoacutepica (dinaacutemica) de la socie-dad En esta transformacioacuten la clase media asumiraacute una actitud his-toacuterica revolucionaria que tras la negacioacuten del pasado asimila una concepcioacuten utoacutepica de la sociedad Su actitud histoacuterica integra una fu-turizacioacuten del presente es decir las acciones del presente vivido tie-nen el propoacutesito de acercar un futuro deseable configurado a partir de las ideas de la teoriacutea poliacutetica del liberalismo (veacutease esquema 5)

El tercer grupo social es la clase trabajadora su mundo vivido comuacuten es la opresioacuten No tiene posibilidades de articular ideoloacutegi-camente una visioacuten y una valoracioacuten del pasado y del presente pro-pias y por tanto no puede llevar a cabo la proyeccioacuten de un futuro deseado Su actuacioacuten en el proceso histoacuterico se encaminaraacute a la

16 La valoracioacuten negativa del pasado corresponde en el estudio de Mannheim a la segunda forma de mentalidad utoacutepica (la idea liberal humanitaria) ldquoLa mentalidad nor-mativa liberal contiene tambieacuten esa diferenciacioacuten cualitativa de los acontecimientos his-toacutericos y ademaacutes soacutelo siente desprecio por considerarlo como un mal por todo lo que se ha vuelto parte del pasado o es parte del presente Aplaza la realizacioacuten de esas normas a un remoto futuro y [hellip] lo ve como surgiendo del proceso de devenir en el aquiacute y ahora surgiendo de los acontecimientos de la vida cotidianardquo Ibidem p 263 Cursivas del autor

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instauracioacuten del reino de la religioacuten y la igualdad sin margen para construir la imagen de una nueva sociedad Su actitud histoacuterica si acaso la hay es la de una entrega a la vivencia del instante sin re-ferencia a un pasado ni a un futuro (veacutease esquema 6) Su mejor referente es el de las rebeliones inspiradas en el milenarismo o qui-liasmo como el de Thomas Muumlnzer en el siglo xvI17

Tal es la situacioacuten histoacuterica en la que los protagonistas cuyo perfil trazoacute Villoro tratando de comprender la relacioacuten entre pen-samiento y accioacuten escenifican un drama que se desarrolla en el sentido de una serie de paradojas anunciadas en las primeras liacuteneas de la obra

17 Mannheim reconoce en el milenarismo la primera forma de mentalidad utoacutepica cuya principal caracteriacutestica es ldquo[hellip] su absoluta actualidad el hecho de que siempre se halla situada en el presente [hellip] Para el verdadero milenarista el presente se convierte en una brecha por la cual lo que antes era interior irrumpe de repente se aduentildea del mundo exterior y lo transforma [hellip] Tal vez esta misma sustancia extaacutetica sea la que se convierta en el milenarista en el lsquoaquiacute y ahora inmediatosrsquo pero no solamente para deleitarse en ellos sino para convertirlos en parte de siacute mismo [hellip] El milenarista espe-ra una unioacuten con un presente inmediato Por lo tanto no se preocupa en su vida coti-diana por vanas esperanzas del futuro o reminiscencias romaacutenticasrdquo Ibidem p 252-254 Entrecomillados del autor

Esquema 5 actItud HIstoacuterIca de la clase MedIa

Fuente Elaboracioacuten propia

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163las lecturas y el meacutetodo

Nos encontramos con que muchos de los precursores del movimien-to se transforman en sus aceacuterrimos enemigos en el instante mismo en que estalla con que no consuman la Independencia quienes la proclamaron sino sus antagonistas y por uacuteltimo que el mismo par-tido revolucionario ocasiona la peacuterdida de los consumadores de la independencia18

Sin embargo la resolucioacuten del conflicto no seraacute una paradoja cerrada sino abierta el proceso ideoloacutegico no concluye con la con-sumacioacuten de la independencia en realidad se prolongaraacute a lo largo de todo el siglo xIx y principios del xx En teacuterminos de la produc-cioacuten de formas de pensar concreto (ideoloacutegicas) el estudio de Villo-ro permite comprender tambieacuten la manera en que la expectativa de un futuro deseado una sociedad moderna basada en los principios poliacuteticos y econoacutemicos del liberalismo encauzoacute la interpretacioacuten de la historia de Meacutexico que a la postre seriacutea la hegemoacutenica

El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia es quizaacute la uacuteltima experiencia en la historiografiacutea mexicana del siglo xx pro-ducto del diaacutelogo directo de la historia con la filosofiacutea despliega la indagacioacuten de un proceso histoacuterico a la luz de la situacioacuten del hom-bre en el mundo cuya comprensioacuten en uacuteltima instancia debe ser el fin de la historiografiacutea

Aunque Villoro soacutelo cita en una ocasioacuten el trabajo de Mannheim la presencia de Ideologiacutea y utopiacutea en El proceso es innegable Pero su importancia no estaacute en ser una fuente de datos o de informacioacuten (el filoacutesofo de Budapest nada dice sobre el hecho histoacuterico en cuestioacuten

18 Villoro El proceso ideoloacutegicohellip p 19

Esquema 6 la vIvencIa del Presente de la clase trabajadora

Fuente Elaboracioacuten propia

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ni tampoco sobre criollos y peninsulares) y menos auacuten ofrece un cataacutelogo de unidades conceptuales Su lectura le permite a Villoro construir un eje de interpretacioacuten mediante un procedimiento para encontrar la relacioacuten entre la situacioacuten en el mundo de cada clase social su horizonte de posibilidades reales y su experiencia de la temporalidad Soacutelo asiacute las ideologiacuteas en juego durante el proceso de independencia dejan de ser un mero conjunto de ideas abstractas para convertirse en formas de expresioacuten de una actitud histoacuterica categoriacutea que permite articular el viacutenculo de pensamiento y accioacuten en el marco del meacutetodo histoacuterico filosoacutefico para la historia social e intelectual por el que pugnaba Mannheim

Tradicioacuten y modernidad

El segundo caso a analizar es una obra historiograacutefica que habriacutea de convertirse en un referente baacutesico del revisionismo de la Revolucioacuten mexicana Zapata y la Revolucioacuten mexicana es la derivacioacuten de la tesis doctoral que John Womack presentoacute en la Universidad de Harvard en 1965 Luego de un periodo de ampliaciones y correcciones el tex-to llegoacute a la prestigiada casa neoyorkina Alfred Knopf ahiacute el editor le sugirioacute a Womack proponerle a Arnaldo Orfila (entonces director de Siglo xxI Editores) la edicioacuten en espantildeol de Zapata and the Mexi-can Revolution La gestioacuten fue exitosa y las dos ediciones salieron con diferencia de meses entre 1968 y 1969

En Zapata y la Revolucioacuten mexicana Womack inauguroacute la narra-cioacuten con una figura retoacuterica que anuncia el despliegue de un drama configurado como una tragedia La conocida frase inicial ldquoEacuteste es un libro acerca de unos campesinos que no queriacutean cambiar y que por ello mismo hicieron una revolucioacutenrdquo19 es una paradoja que

19 John Womack Jr Zapata y la Revolucioacuten mexicana 9a edicioacuten traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Siglo XXI 1978 p xI En la edicioacuten en ingleacutes el verbo es move y no change (ldquoThis is a book about country people who did not want to move and therefore got into a revolutionrdquo) lo cual ha suscitado interpretaciones distintas Al respecto en una entrevista realizada por el historiador Marco Velaacutezquez Womack sentildealoacute ldquo[hellip] penseacute en la palabra lsquocambiarrsquo no como una insertacioacuten o remocioacuten sino maacutes bien entendida como un acto de no separacioacuten la palabra lsquocambiarrsquo es maacutes elegan-

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165las lecturas y el meacutetodo

contiene en siacute misma todo el relato lo sintetiza en una especie de matriz significante Los once capiacutetulos el proacutelogo y el epiacutelogo que integran el libro son el desdoblamiento de esa paradoja en distintos planos dando lugar a un juego de oposiciones en una dimensioacuten histoacuterico-antropoloacutegica Asiacute por ejemplo la eleccioacuten de Emiliano Za-pata como dirigente del pueblo (una especie de democracia natural) es el polo opuesto del proceso electoral que lleva a Pablo Escandoacuten a la gubernatura del estado (democracia formal) y el progreso de los hacendados es la antiacutetesis de la decadencia de los pueblos mdashcomo Anenecuilcomdash que se hallaban al borde del colapso

La destreza narrativa de Womack y la perspectiva desde la cual emprendioacute la minuciosa investigacioacuten produjeron una historia del zapatismo en la tonalidad de las expectativas y el imaginario social de algunos sectores de clase media en los antildeos sesenta y setenta La serie de antagonismos que integran la trama del relato tiene como eje interpretativo una oposicioacuten fundamental aquella que se genera entre tradicioacuten y modernidad No era eacuteste un tema novedoso desde deacutecadas anteriores veniacutea ganando terreno una visioacuten dicotoacutemica de la sociedad como objeto de estudio que se habiacutea forjado en la convergencia de distintas disciplinas y enfoques

Con la influencia de las corrientes socioloacutegicas [hellip] el auge del funcio-nalismo en sociologiacutea y antropologiacutea [hellip] el desarrollo de la antropo-logiacutea cultural norteamericana y sus aproximaciones psicoloacutegicas [hellip] y el predominio de las tesis gradualistas (incluido el marxismo y los raacutepidamente envejecidos desarrollismos) las corrientes teoacutericas de las ciencias sociales-antropoloacutegicas tendieron a polarizar la sociedad en dos extremos sagrado-secular tradicional-moderno folk-urbano siguiendo la liacutenea de base neoevolucionista en cuanto al pasaje de un polo al otro Pese a sus exageraciones y errores baacutesicos estas (nuevamente dicotoacutemicas) perspectivas proporcionaron algunas de las aportaciones teoacutericas y trabajos de campo maacutes fecundos no tanto

te en la traduccioacuten pero cuando la escribiacute originalmente tuve la idea de move como lsquocambiarrsquo reflejando una posicioacuten y no una accioacutenrdquo Cfr Marco Velaacutezquez ldquoEl tropos del heacuteroe traacutegico entre la historia y la literatura De Lev Tolstoacutei a John Womackrdquo Gra - f fylia Revista de la Facultad de Filosofiacutea y Letras Benemeacuterita Universidad Autoacutenoma de Puebla n 7 2007 p 107-118 p 112 Entrecomillados y cursivas del autor

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en siacute mismas como (y sobre todo) por las reacciones debates y discu-siones que generaron20

En el campo de las ciencias sociales de la academia estadouni-dense a partir de los antildeos treinta del siglo xx se desarrolloacute una liacutenea de investigacioacuten en torno a los efectos de la modernizacioacuten y los cambios tecnoloacutegicos en las sociedades primitivas la cual fue deri-vando en un enfoque que poniacutea eacutenfasis en la doble polaridad cam-po-ciudadtradicioacuten-modernidad Consecuencia relevante en los estudios realizados desde esa perspectiva fue el reconocimiento de la cultura ya no como una capa superpuesta a las estructuras eco-noacutemicas y sociales sino como un factor fundamental en el desarro-llo y el funcionamiento de los grupos sociales tanto rurales como urbanos

Uno de los pioneros y principales promotores de esa orientacioacuten en Estados Unidos fue Robert Redfield (1897-1958) Abogado de origen es probable que un viaje a Meacutexico a principios de los antildeos veinte y el contacto que establecioacute con Manuel Gamio lo hayan motivado para abandonar las leyes y regresar a la Universidad de Chicago para realizar estudios de posgrado en antropologiacutea Du-rante sus posteriores viajes a Tepoztlaacuten Morelos (1926) y luego a la zona maya de Yucataacuten y de Guatemala (en los antildeos treinta) re-unioacute suficiente material para dar forma a sus estudios sobre las alteraciones provocadas por la expansioacuten de los centros urbanos en las comunidades rurales21

Redfield estaba convencido de que el estudio de las sociedades folk (teacutermino que prefiere al de primitivas) permitiriacutea entender mejor tanto a la sociedad en general como a las sociedades urbanas moder-nas Al constatar que a pesar de diferencias visibles todas sociedades

20 Guillermo E Magrassi y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduccioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 26-27

21 En una obra publicada en 1953 Redfield expuso sus ideas en torno a las socie-dades primitivas en el marco de la ldquohistoria como el relato de una sola carrera la del geacutenero humanordquo En este aacutembito las alteraciones de la sociedad primitiva mdashsosteniacuteamdash estaban directamente vinculadas a la aparicioacuten de la civilizacioacuten a partir de la revolucioacuten neoliacutetica estudiada entre otros por el arqueoacutelogo australiano Gordon Childe El mundo de las sociedades primitivas y sus transformaciones traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1963

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folk presentan un conjunto baacutesico de caracteriacutesticas comunes procedioacute a la elaboracioacuten de un tipo o modelo a partir de elementos como la territorialidad la economiacutea los mecanismos de cohesioacuten social la homogeneidad racial y cultural la moral y la tradicioacuten

Modelo de socIedad folk de robert redFIeld22

Invariablemente se trata de sociedades pequentildeas no tienen maacutes integrantes que los que llegan a conocerse entre siacute

Aislamiento Son sociedades aisladas guardan pocos viacutenculos con grupos o miembros de sociedades distintas o extrantildeas rasgo que contrasta con la iacutentima comunicacioacuten que experimentan al interior

Movilidad territorial En general sus integrantes se desplazan soacutelo entre los liacutemites del estrecho territorio que habitan aun cuando algunos individuos van maacutes allaacute no suelen establecer una comu-nicacioacuten significativa con los otros

Predominio de la oralidad Dada la ausencia o poca penetracioacuten de la cultura impresa predomina la comunicacioacuten oral que no tiene competidor ni encuentra resistencias ldquoEl conocimiento de lo que ha pasado no va maacutes allaacute de lo que la memoria y la conversa-cioacuten entre joacutevenes y viejos es capaz de retener maacutes allaacute del lsquotiem-po de nuestros abuelosrsquo todo es vago y legendariordquo23

Experiencia por acumulacioacuten Ante la ausencia de mecanismos de intercambio cultural la experiencia estaacute en funcioacuten de la edad de los integrantes por tanto ldquo[hellip] los viejos que saben maacutes que los joacutevenes que no han vivido igual cantidad de tiempo que ellos gozan de autoridad y prestigiordquo24

Homogeneidad bioloacutegica y cultural Las semejanzas bioloacutegicas tienen su equivalente en que la forma de actuar y de pensar es igual para todos lo cual deja un estrecho margen incluso para el cambio generacional el resultado es una visible homogeneidad cultural y la permanencia de la tradicioacuten

22 Elaborado a partir de R Redfield ldquoLa sociedad folkrdquo en Introduccioacuten al folklorehellip p 37-64 (Con el tiacutetulo ldquoThe Folk Societyldquo el artiacuteculo de Redfield se publicoacute original-mente en American Journal of Sociology en 1947)

23 Ibidem p 4224 Ibidem p 43

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168 historia y meacutetodo en el siglo xx

Gran sentido de solidaridad de grupo La moral predominante el impulso a actuar (sobre todo al momento de enfrentar una crisis) se basa en fines que no estaacuten doctrinariamente enunciados sino que se hallan sobreentendidos en la accioacuten ldquo[hellip] lo que se hace en la sociedad folk tipo se hace asiacute no porque alguno o algunos de sus miembros lo decidan a un mismo tiempo [hellip] sino porque pa-rece lsquonecesariamentersquo derivarse de la naturaleza iacutentima de las co-sas y [hellip] no hay inclinacioacuten a reflexionar en los actos tradiciona-les y considerarlos objetiva y criacuteticamenterdquo25

Autosuficiencia de la tradicioacuten Al interior de una sociedad folk la conducta es tradicional espontaacutenea y escapa a la observacioacuten criacute-tica lo que hace de la tradicioacuten una autoridad suficiente

Conducta personal Tanto por la dimensioacuten de la sociedad folk como por la intercomunicacioacuten y el conocimiento de sus miembros entre siacute la estructura de las asociaciones mentales es predominan-temente personal y emocional incluso la naturaleza suele ser objeto de un trato personal

Predominio del parentesco y la religiosidad Las relaciones inter-personales se articulan no por valores de cambio (econoacutemicos) sino en funcioacuten del parentesco y la religiosidad

Economiacutea de autoconsumo La ausencia de factores del mercado la escasa divisioacuten del trabajo y su relativa autonomiacutea econoacutemica configuran una economiacutea premoderna

Aunque en ocasiones el teacutermino ldquoprimitivasrdquo aparece como si-noacutenimo de folk cabe sentildealar que Redfield no hace referencia a socie-dades ya desaparecidas sino a una forma de sociedad que coexiste con las sociedades urbanas o modernas una coexistencia que toma la forma de la oposicioacuten campo-ciudad Praacutecticamente todas las ca-racteriacutesticas que integran el modelo de sociedad folk constituyen lo opuesto de la sociedad moderna (urbana) en la que predominan el individualismo una progresiva secularizacioacuten de la vida social la economiacutea de mercado la movilidad territorial la intercomuni-cacioacuten con lo diferente (entre otras cosas por medio de la comu-nicacioacuten escrita) una conducta que obedece a principios expliacutecitos

25 Ibidem p 48 Ello no significa advierte el autor que sus miembros actuacuteen como autoacutematas

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169las lecturas y el meacutetodo

dictados por una institucioacuten la interdependencia econoacutemica el de-bilitamiento de los lazos de parentesco y de la tradicioacuten como auto-ridad y la diversidad bioloacutegica y cultural26

Ubicado entre dos extremos cronoloacutegicos (el crecimiento de las haciendas azucareras durante el Porfiriato y la inestabilidad poliacutetica en Morelos al final de la Revolucioacuten) el drama central del relato de Womack se localiza en los once antildeos de lucha violenta durante los cuales los campesinos de aquella regioacuten vivieron los avatares de una revolucioacuten unas veces dominando su territorio otras como refugia-dos y de ldquo[hellip] coacutemo finalmente volvioacute la paz y de coacutemo entonces los tratoacute el destinordquo27

Como sentildealeacute antes el nuacutecleo del drama histoacuterico estaacute en el an-tagonismo entre tradicioacuten y modernidad en varios niveles (veacutease es-quema 7) El primero de ellos corresponde a una voluntad de no que-rer cambiar y el escenario de una revolucioacuten irremediablemente asociada al cambio Un segundo nivel de antagonismo es el que se expresa en teacuterminos de los agentes histoacutericos que participan en el con-flicto los pueblos (tradicioacuten) y las haciendas (modernidad) En las distintas etapas de la lucha armada las acciones de los campesinos de Morelos levantados en armas responderaacuten puntualmente a las carac-teriacutesticas con las que Redfield construyoacute su modelo de la sociedad folk

En el curso del proceso revolucionario los pueblos de Morelos no dejaraacuten de expresar ya sea en sus aspiraciones en sus formas de organizacioacuten o en sus estrategias de lucha los rasgos propios de una sociedad folk De hecho su incorporacioacuten a la revolucioacuten es maacutes el producto de una dinaacutemica interna o local que respuesta a un pro-blema de poliacutetica nacional Es esa dinaacutemica interna la vida de los pueblos la que se ve alterada por un elemento que viene de fuera (la modernizacioacuten) Su forma de actuar corresponde a un naturalis-mo que lo mismo se expresa en los mecanismos de toma de decisio-nes que en la manera de trazar el deslinde de tierras (Zapata repren-de a los ingenieros agroacutenomos que pretenden trazar liacuteneas rectas y

26 Una aguda criacutetica de los modelos de sociedad rural y sociedad urbana de Redfield se encuentra en George M Foster ldquoQueacute es la cultura folkrdquo en Introduccioacuten al folklorehellip p 65-75

27 Womack Zapata y la Revolucioacuten mexicana p xII

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170 historia y meacutetodo en el siglo xx

Esquema 7 tradIcIoacuten y ModernIdad coMo eje

de la InterPretacIoacuten HIstoacuterIca en Zapata y la revolucioacuten mexicana

Fuente Elaboracioacuten propia

les ordena que sigan el lindero que marca el tecorral) Su indisposi-cioacuten para emprender acciones fuera del territorio que les es familiar o la desconfianza que muestran hacia la gente que viene de fuera denotan su profundo localismo Y maacutes que nada los distingue de otros grupos revolucionarios su apego a una tradicioacuten que ante todo delimita una manera de vivir comunidades pequentildeas en don-de los viacutenculos de parentesco son fuertes y se mantiene una relacioacuten estrecha casi personal y emocional con la tierra donde todos se conocen y todos son semejantes donde vivieron sus padres y sus abuelos (veacutease esquema 8)

Naturalismo localismo tradicionalismo son en el relato de Wo-mack los elementos que constituyen su autenticidad como faccioacuten revolucionaria no hay en ellos simulacioacuten poliacutetica ni subordinacioacuten a ideas o proyectos ajenos la moral que orienta sus acciones es la

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171las lecturas y el meacutetodo

misma que informa su vida cotidiana En esos elementos radica su fuerza pero tambieacuten su debilidad ante los otros aquellos que orga-nizan ejeacutercitos regulares que pueden desplazarse miles de kiloacutemetros para presentar un combate que pueden vivir en las ciudades Los otros en fin que actuacutean de acuerdo con una racionalidad moderna

Finalmente la oposicioacuten entre la voluntad de no querer cambiar y hacer una revolucioacuten se resuelve en el caso del zapatismo en una de las formas posibles de revolucioacuten un movimiento que pretende restaurar un pasado deseable armoacutenico que en alguacuten momento fue violentado por una fuerza ajena la modernidad

Conclusiones

Sin duda por su cercaniacutea cronoloacutegica las obras aquiacute analizadas tie-nen maacutes de una coincidencia ya sea por su intereacutes en los procesos revolucionarios o por la oposicioacuten de contrarios que se convierte en el eje de sus interpretaciones del pasado (ideologiacutea y utopiacutea tradicioacuten y modernidad) Pero al margen de esas coincidencias me interesa

Esquema 8 tradIcIoacuten y ModernIdad en la loacutegIca revolucIonarIa

Fuente Elaboracioacuten propia

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destacar el papel que en esas obras tuvieron las lecturas previas No se trata de encontrar ese extrantildeo fenoacutemeno al que se suele referir como ldquoinfluenciasrdquo de un autor en otro sino de advertir una actitud dialoacutegica mediante la cual un texto se convierte en un entramado de textos Sin duda tanto en El proceso ideoloacutegicohellip como en Zapata y la Revolucioacuten mexicana hay otras lecturas previas en este estudio he querido destacar la importancia de las ideas de Mannheim y de Redfield en el procedimiento explicativo que siguieron tanto Villo-ro como Womack en la construccioacuten de sus respectivos objetos de estudio (situaciones de conflicto) y de los actores histoacutericos inclu-yendo la loacutegica de sus modos de actuar

Este ejercicio de una especie de arqueologiacutea historiograacutefica ha despertado otras tantas inquietudes iquestEn queacute momento y de queacute ma-nera un historiador comienza a disentildear el meacutetodo de su investigacioacuten El disentildeo del meacutetodo y el inicio de la investigacioacuten iquestcorresponden a dos momentos distintos tal como a menudo se ensentildea a los estudian-tes de historia Todo parece indicar que la elaboracioacuten del meacutetodo no antecede a la investigacioacuten es parte de ella Por tanto iquesthay un punto cero en la investigacioacuten Podriacutea argumentarse que toda investigacioacuten comienza con la formulacioacuten de una pregunta y que a partir de en-tonces se procede a concebir un procedimiento para llegar a la res-puesta correcta Pero la pregunta que formula el historiador es la expresioacuten de un no saber relativo que se configura a partir del cuacutemu-lo de sus experiencias vitales sus percepciones de la temporalidad su formacioacuten y en buena medida de las lecturas que han orienta-do su visioacuten del mundo social y el modelo de su explicacioacuten En este sentido quizaacute no existe nunca un punto cero sino una convergencia de variables circunstanciales que puede dar lugar al encadena-miento de una pregunta y la buacutesqueda de una respuesta

bIblIograFiacutea

cHIlde Gordon El mundo de las sociedades primitivas y sus transformaciones traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Fondo de Cultura Eco-noacutemica 1963

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173las lecturas y el meacutetodo

Ferrater Mora Joseacute Diccionario de filosofiacutea Barcelona Ariel 1994 v Iv

Foster George M ldquoQueacute es la cultura folkrdquo en Guillermo E Magrassi y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduccioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 65-75

leonard Irving Los libros del conquistador traduccioacuten de Mario Monte-forte Toledo Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1953

MacHado Antonio ldquoProverbios y cantares xxIxrdquo en Obras poesiacutea y prosa 2a edicioacuten Buenos Aires Losada 1973

MagrassI Guillermo E y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduc-cioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 26-27

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Filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

El caso de Metahistoria de Hayden White (n 1928)

rebeca vIllalobos aacutelvarezUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

El lector tiene en sus manos una reflexioacuten en torno al viacutenculo mdashpro-blemaacutetico y aun asiacute renovadomdash entre teoriacutea y metodologiacutea histoacuteri-cas Aunque el desempentildeo de ambas tareas constituye en un senti-do muy elemental la puesta en marcha de un ejercicio de anaacutelisis y conceptualizacioacuten los objetivos implicados en la labor de un teoacuterico no siempre se corresponden con las intenciones de un metodoacutelogo o con las de cualquier profesional de las humanidades en la praacutecti-ca cotidiana de su disciplina La construccioacuten de una mirada teoacuterica respecto a la historia por su parte no necesariamente da lugar a la generacioacuten de una metodologiacutea concreta para la interpretacioacuten de un determinado fenoacutemeno del mismo modo en que la aplicacioacuten de un esquema metodoloacutegico cualquiera no presupone una filia-cioacuten de origen a una perspectiva teoacuterica o filosoacutefica en particular Aun asiacute parece inobjetable que desde la segunda mitad del siglo xx a la fecha el rigor en los procedimientos de investigacioacuten la expli-citacioacuten de conceptos y referencias teoacutericas la asimilacioacuten de otras perspectivas disciplinarias y la reivindicacioacuten de la reflexioacuten filosoacute-fica desempentildean un papel mucho maacutes significativo en el desarrollo de los estudios histoacutericos a nivel profesional Esta situacioacuten favore-ce una perspectiva menos empirista de la disciplina y una forma acaso menos ingenua de concebir las peculiaridades del conocimien-to que nos ofrece sobre el mundo En el contexto de la historiografiacutea contemporaacutenea el ejercicio habitual de reconstruccioacuten interpreta-cioacuten yo explicacioacuten del pasado involucra la creciente utilizacioacuten de referentes teoacutericos y el uso cada vez maacutes reflexivo de teacuterminos a los que se les atribuye cierta base conceptual (me refiero por ejemplo a las nociones de ldquoeacuteliterdquo ldquoprocesordquo ldquoideologiacuteardquo etceacutetera)

Ahora bien cabe destacar que la relacioacuten entre teoriacutea e historia no se limita a procedimientos de interpretacioacuten o anaacutelisis puntuales

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El tipo de reflexioacuten que se juzga teoacuterica tambieacuten involucra conside-raciones generales sobre la praacutectica historiograacutefica cuestiones que revelan su carga filosoacutefica cuando se traducen bajo la forma de pre-guntas fundamentales iquestcuaacutel es el sentido de la historia iquestcuaacutel es la naturaleza del conocimiento histoacuterico iquestcuaacutel es la relacioacuten de la historia con otras disciplinas etceacutetera Si bien es cierto que la tarea cotidiana del historiador no necesariamente involucra cuestiona-mientos expliacutecitos en ese sentido hemos aprendido a reconocer en la resolucioacuten de problemas concretos implicaciones teoacuterico-filosoacuteficas de maacutes largo aliento Esto ha permitido a su vez renovar la idea que tenemos acerca de la teoriacutea o la filosofiacutea de la historia como activida-des que no son ideacutenticas a la del historiador pero que muchas veces se encuentran estrechamente relacionadas con ella

Aun asiacute resulta riesgoso y en la mayoriacutea de los casos poco per-tinente la plena identificacioacuten entre una determinada teoriacutea de la historia y el seguimiento puntual de lineamientos metodoloacutegicos Esto se debe al menos en parte a que el uso de las expresiones teo-riacutea de la historia y filosofiacutea de la historia no se rige por criterios claros y mucho menos uniacutevocos Las acepciones de los teacuterminos simples (teoriacutea y filosofiacutea) suelen variar pero tambieacuten es cierto que en mu-chas ocasiones suelen utilizarse como sinoacutenimos Cuando entende-mos por filosofiacutea simple y llanamente un ldquoconjunto de saberes que busca establecer de manera racional los principios maacutes generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidadrdquo la equi-paracioacuten con una acepcioacuten igualmente simple de teoriacutea es perfecta-mente posible1 El pensamiento de Karl Marx por citar otro ejemplo significativo pero maacutes puntual se ha caracterizado apelando a am-bos vocablos Tampoco resulta inusual referirse a la filosofiacutea de la historia implicada en obras historiograacuteficas complejas como Histo-ria de los papas de Leopold von Ranke o La democracia en Ameacuterica de Alexis de Tocqueville Un caso tambieacuten interesante es el anaacutelisis que se ha hecho de los componentes teoacuterico-filosoacuteficos involucrados en

1 La definicioacuten de filosofiacutea es del Diccionario de la lengua espantildeola 22a edicioacuten Ma-drid Real Academia Espantildeola 2001 (versioacuten electroacutenica) y puede compararse con ca-racterizaciones simples de teoriacutea como ldquoconjunto sistemaacutetico y ordenado de principios que explican un fenoacutemeno o un acontecimientordquo

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177filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

la produccioacuten historiograacutefica de toda la corriente de Annales2 Todos estos ejemplos revelan viacutenculos estrechos entre teoriacutea filosofiacutea e historia En algunos casos (Ranke) la relacioacuten exhibe la preeminen-cia de una visioacuten filosoacutefica sobre el sentido del devenir humano que imprime cualidades especiacuteficas a la interpretacioacuten de fenoacutemenos histoacutericos concretos En otros (Braudel por ejemplo) el viacutenculo su-pone la conceptualizacioacuten de un modelo de explicacioacuten (la teoriacutea de la corta mediana y larga duracioacuten) en el anaacutelisis de problemaacuteticas histoacutericas Ahora bien cabe destacar que el reconocimiento de seme-jantes convergencias no facilita la definicioacuten acotada y puntual de lo que entendemos por teoriacutea o filosofiacutea de la historia Pero reflexio-nar sobre ello siacute nos permite identificar los diferentes niveles en que el lenguaje teoacuterico y las perspectivas filosoacuteficas se involucran en la labor del historiador

El presente trabajo se encamina en esa direccioacuten Su objetivo es mostrar que teoriacutea o filosofiacutea de la historia son nombres que utiliza-mos (a veces de manera indistinta) para referir una amplia e intere-sante gama de concepciones generales sobre la realidad humana el conocimiento histoacuterico yo sus procedimientos de interpretacioacuten y anaacutelisis Desde mi punto de vista un buen camino para entender la naturaleza de los viacutenculos entre teoriacutea y metodologiacutea es consideran-do el lenguaje conceptual en uacuteltima instancia filosoacutefico como una herramienta que funciona en distintos contextos y en diferentes ni-veles muchas veces conectados pero no necesariamente correspon-dientes Para ejemplificar lo anterior he considerado oportuno eva-luar los diversos usos del lenguaje filosoacutefico o conceptual asiacute como sus implicaciones teoacuterico-metodoloacutegicas en una obra en particular

Metahistoria de Hayden White que vio la luz en 1973 constitu-ye un referente indiscutible del narrativismo una de las corrientes maacutes importantes de la teoriacutea histoacuterica contemporaacutenea3 Al mismo tiempo se ha convertido hay que decir que no siempre con eacutexito en una suerte de paraacutemetro o guiacutea en funcioacuten del cual se analizan

2 Paul Ricoeur La memoria la historia el olvido Madrid Trotta 2003 particular-mente en la segunda parte de la obra titulada ldquoHistoriaEpistemologiacuteardquo p 177-376

3 Hayden White Metahistoria La imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix Meacute-xico Fondo de Cultura Econoacutemica 1992

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178 historia y meacutetodo en el siglo xx

obras histoacutericas teniendo como base precisamente ciertos criterios metodoloacutegicos sobre el anaacutelisis del texto historiograacutefico desde el punto de vista literario A la luz de estas consideraciones el propoacute-sito de las siguientes liacuteneas es analizar algunas de las peculiaridades de Metahistoria en estos dos sentidos mdashuno eminentemente teoacuterico o filosoacutefico y otro metodoloacutegicomdash con la finalidad de evaluar los distintos planos de accioacuten de la actividad teoreacutetica Pero antes de entrar en materia juzgo necesario aclarar lo que se entiende aquiacute por lenguaje teoacuterico o conceptual Por esta razoacuten el presente trabajo se compone de dos secciones En la primera se ofrece un panorama general de los distintos usos que suelen darse al teacutermino teoriacutea y por extensioacuten al de teoriacutea de la historia mientras que en la segunda se aterrizan estas reflexiones en funcioacuten de lo que al diacutea de hoy Metahis-toria ha llegado a significar en el campo de la filosofiacutea y la teoriacutea de la historia contemporaacuteneas Pasemos pues a la primera consideracioacuten

Sobre la teoriacutea en general y la teoriacutea de la historia en particular

En los uacuteltimos veinte antildeos y tal vez desde antes las diversas refe-rencias a la teoriacutea de la historia se han hecho maacutes frecuentes y en algunos casos incluso se ha formalizado el uso del teacutermino a traveacutes de diversos programas y lineamientos acadeacutemicos que hacen posi-ble juzgarla como una materia pertinente en la praacutectica historiograacute-fica reciente Asimismo el conjunto a todas luces creciente de obras y artiacuteculos que la tienen como su materia principal de estudio da fe de la emergencia de la teoriacutea de la historia como una subespecialidad reconocida y hasta cierto punto habitual en el campo maacutes general de la disciplina histoacuterica En consonancia con este fenoacutemeno cabe preguntarse queacute entendemos en la actualidad por teoriacutea de la historia y cuaacuteles son sus formas de interaccioacuten con otras aacutereas modalidades o perspectivas de los estudios histoacutericos

Como suele ocurrir con otros campos de especializacioacuten (histo-ria cultural historia conceptual historia poliacutetica historia de geacutenero etceacutetera) el desarrollo de la praacutectica en siacute mismo ha superado am-pliamente nuestra capacidad para establecer consensos y liacutemites claros en cuanto a la naturaleza la importancia y el significado de

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este tipo de investigacioacuten siendo uno de los resultados de este fe-noacutemeno la dificultad para identificar una matriz comuacuten dentro del vasto y heterogeacuteneo universo de las obras relativas a la teoriacutea de la historia asiacute como una suerte de usos o aplicaciones muchas veces indiscriminados o incluso confusos del teacutermino ldquoteoriacuteardquo En virtud de lo anterior considero no soacutelo pertinente sino necesario comen-zar esta discusioacuten sentildealando cuaacuteles son desde mi punto de vista las implicaciones baacutesicas que supone la utilizacioacuten de este vocablo y por extensioacuten del de ldquoteoriacutea de la historiardquo Una vez hecho esto creo que estareacute en condiciones de mostrar el viacutenculo manifiesto entre una concepcioacuten teoacuterica sobre la historia y una o varias perspectivas metodoloacutegicas posibles

Resulta pertinente o al menos didaacutectico hacer alusioacuten a los sig-nificados comunes del teacutermino en su modalidad maacutes simple Una raacutepida mirada a los diccionarios ofrece por lo regular una definicioacuten de ldquoteoriacuteardquo compuesta por dos significados distintos pero muy re-lacionados entre siacute En el primer caso y en estrecho viacutenculo con sus raiacuteces griegas maacutes antiguas ldquoteoriacuteardquo significa la actividad de mirar desinteresadamente esto es sin tomar participacioacuten en aquello que se observa De ello resulta la conceptualizacioacuten de ldquoteoriacuteardquo como acto mental o intelectual cuyo propoacutesito geneacuterico es concebir idear o incluso inventar4 En el segundo caso muy frecuente tanto en los diccionarios de lengua como en los especializados los significados del vocablo hacen alusioacuten a una serie o conjunto organizado de ideas leyes o hipoacutetesis sobre cualquier cosa o tema5 Es en este segundo

4 ldquoEl verbo griego θεωρία significa lsquomirarrsquo lsquoobservarrsquo (lo que haciacutea el espectador en los juegos y festivales puacuteblicos) Este espectador no interveniacutea en tales juegos y fes-tivales su actividad era lsquoteoacutericarsquo [hellip] Cuando el mirar ver u observar se entendiacutean lsquomentalmentersquo significaba lsquoconsiderarrsquo o lsquocontemplarrsquo rdquo De ahiacute en suma la identificacioacuten del teacutermino con una actividad esencialmente especulativa o de contemplacioacuten que es la que habitualmente se considera cuando el teacutermino es referido en un sentido eminente-mente filosoacutefico Veacutease Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea 4 v Barcelona Ariel 2009 p 3474-3475

5 ldquoConjunto organizado de ideas referentes a cierta cosa o que tratan de explicar un fenoacutemenordquo Mariacutea Moliner Diccionario de uso del espantildeol Madrid Gredos 2007 p 2851 Otras acepciones comunes en los diccionarios de lengua claramente relacionadas con la anterior refieren el teacutermino lsquoteoriacutearsquo como 1) ldquoConocimiento especulativo conside-rado con independencia de toda aplicacioacutenrdquo 2) ldquoSerie de las leyes que sirven para

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180 historia y meacutetodo en el siglo xx

sentido que el teacutermino resulta perfectamente concordante con la produccioacuten de conocimiento cientiacutefico y la razoacuten por la cual las vo-ces ldquoteoriacuteardquo y ldquoteoriacutea cientiacuteficardquo tienden a convertirse en sinoacutenimos Desde la perspectiva de la filosofiacutea de las ciencias la teoriacutea consti-tuye un ldquoconocimiento especulativo considerado con independencia de toda aplicacioacutenrdquo6 En este contexto el uso del teacutermino involucra la construccioacuten de modelos explicativos o conjuntos de premisas que con mayor o menor efectividad permiten interpretar o descri-bir condiciones dadas esto es observadas directamente En cual-quiera de los casos antes mencionados la actividad teoreacutetica se in-serta en el campo de la epistemologiacutea constituyendo de ese modo la herramienta esencial del pensamiento filosoacutefico7

Las definiciones maacutes complejas del teacutermino por su parte suelen vincular los dos sentidos baacutesicos que he referido haciendo posible su interpretacioacuten conjunta como el acto de mirar reflexivamente con la finalidad de organizar y articular ideas en funcioacuten de sistemas y modelos abstractos Concebido de esta manera el conocimiento teoacute-rico aun cuando se juzga de naturaleza eminentemente conceptual y abstracta8 no parece destinado a quedarse en el aacutembito de la especulacioacuten Tal vez eacuteste sea el motivo por el que nos resulta tan habitual relacionar los teacuterminos teoriacutea y praacutectica y no por ejemplo

relacionar determinado orden de fenoacutemenosrdquo 3) ldquoHipoacutetesis cuyas consecuencias se aplican a toda una ciencia o a parte muy importante de ellardquo Veacutease Diccionario de la lengua espantildeola

6 Diccionario de la lengua espantildeola7 ldquoA scientific theory is an attempt to bind together in a systematic fashion the

knowledge that one has of some particular aspect of the world of experience The aim is to achieve some form of understanding where is usually cashed out as explanatory power and predictive fertilityrdquo The Oxford Companion to Philosophy 2a edicioacuten edicioacuten de Ted Honderich Nueva York Oxford University Press 2005 p 914 Para Joseacute Ferrater Mora ldquola nocioacuten de teoriacutea se halla implicada en casi todos los problemas que se suscitan en epistemologiacutea y en particular en filosofiacutea de la cienciardquo y aun cuando el autor consi-dere que precisamente a eso se debe la dificultad para precisar el sentido del teacutermino resulta inobjetable su estrecho viacutenculo con las preocupaciones de caraacutecter cognitivo Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea

8 ldquoEl conocimiento humano es teoreacutetico seguacuten su forma en tanto tiene caraacutecter general y seguacuten su contenido en tanto trasciende lo dado en cada casordquo Hermann Krings Hans Michael Baumgartner Christoph Wild et al Conceptos fundamentales de filosofiacutea 4 v Barcelona Herder 1979 p 484-485

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181filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

los de filosofiacutea y praacutectica Algo en la forma en que conceptualizamos la palabra teoriacutea y el acto en siacute de teorizar hace no soacutelo liacutecito sino deseable el viacutenculo entre el conocimiento que se guiacutea por generali-dades y abstracciones y el acto de observar fenoacutemenos individuales yo concretos9

Por su parte la definicioacuten del teacutermino compuesto ldquoteoriacutea de la historiardquo supone algunas de las connotaciones presentes en el voca-blo simple aunque tambieacuten un mayor grado de ambivalencia y has-ta de ambiguumledad Las dificultades provienen creo yo fundamen-talmente del segundo teacutermino en accioacuten el de ldquohistoriardquo Como todos sabemos esta palabra es altamente poliseacutemica y su uso fre-cuente da lugar no soacutelo a ambiguumledades sino a francas confusiones ldquoHistoriardquo puede implicar por lo menos tres cosas 1) el acontecer en siacute 2) los escritos sobre lo acontecido y 3) la ciencia encargada de explicar yo interpretar el devenir10 Reduzco voluntariamente la gama de significados por motivos didaacutecticos y expositivos pero tambieacuten para evidenciar el hecho de que la expresioacuten ldquoteoriacutea de la historiardquo puede operar por lo menos en los tres niveles antes mencionados De este modo una determinada teoriacutea de la historia puede definirse como 1) un modelo de naturaleza conceptual y abstracta cuya finalidad es la explicacioacuten del acontecer (la teoriacutea marxista de los modos de produccioacuten y las clases sociales por ejemplo) 2) como un conjunto de lineamientos que permite explicar el funcionamiento del lenguaje historiograacutefico como tal y finalmente 3) como el acto de reflexionar u observar el funcionamiento de las

9 Las consideraciones maacutes generales sobre el teacutermino tienden a enfatizar el caraacutec-ter abstracto y especulativo de la actividad teoreacutetica sin embargo existe tambieacuten la necesidad de matizar semejante perspectiva en virtud del ejercicio teoacuterico que se ejer-ce en el contexto de diversos campos disciplinarios En consecuencia la nocioacuten de teoriacutea en tanto que sistema o modelo se relativiza subrayando el aspecto observacional o empiacuterico que involucra el anaacutelisis de fenoacutemenos concretos En este sentido el pen-samiento teoacuterico constituye ya no un ejercicio exclusivo de la filosofiacutea de la ciencia (que puede abstraerse de la praacutectica cientiacutefica como tal) sino un referente teoacuterico-metodoloacutegico para el estudio de fenoacutemenos observables Veacutease The Oxford Companion to Philosophy

10 Una reflexioacuten precisa de esta problemaacutetica se encuentra en J Huizinga ldquoEn tor-no a una definicioacuten del concepto de historiardquo en El concepto de la historia y otros ensayos Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994 p 86-97

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182 historia y meacutetodo en el siglo xx

operaciones mentales e intelectuales que tienen por objeto la pro-duccioacuten de conocimiento cientiacutefico

Ahora bien maacutes allaacute de los ejercicios de definicioacuten terminoloacutegi-ca o conceptual o precisamente a raiacutez de las dificultades que seme-jante revisioacuten arroja es preciso tomar en cuenta aunque sea de modo general algunas nociones ya no sobre el teacutermino en siacute mismo sino sobre la actividad o el tipo de estudios que como dije antes se rea-lizan bajo el auspicio de ese vocablo

La referencia maacutes temprana que conozco del teacutermino ldquoteoriacutea de la historiardquo al menos en un sentido maacutes proacuteximo a la praacutectica de los estudios contemporaacuteneos en la materia se encuentra en un artiacuteculo de Benedetto Croce publicado en la Revista de Siacutentesis Histoacuterica en 1902 (Revue de Synthegravese Historique Pariacutes 1902) con el tiacutetulo ldquoLos estu-dios relativos a la teoriacutea de la historia en Italia durante los uacuteltimos quince antildeosrdquo Ahiacute el autor define la teoriacutea de la historia como la reflexioacuten en torno a los criterios a traveacutes de los cuales los historia-dores han dado forma unidad y contenido a sus narrativas siendo en uacuteltima instancia la esteacutetica (que Croce concibe en teacuterminos de una loacutegica de las intuiciones) el uacutenico criterio liacutecito para semejante actividad teoreacutetica11

Sin embargo la teoriacutea de la historia concebida ldquodentro de los confines del arterdquo no tuvo un impacto significativo en las deacutecadas subsecuentes a la publicacioacuten del artiacuteculo de Croce ni siquiera en el terreno del historicismo filosoacutefico por otro lado tan vinculado con el pensamiento del autor napolitano Por lo que he alcanzado a observar el uso del teacutermino mismo no resulta habitual sino hasta 1960 antildeo en que se inaugura la publicacioacuten de la que sea probable-mente la primera revista especializada en la materia History and Theory12 Las deacutecadas anteriores a esta publicacioacuten reflejan un intereacutes

11 Citado en Hayden White ldquoWhat Is Living and What Is Dead in Crocersquos Criticism of Vicordquo en Tropics of Discourse Essays in Cultural Criticism Baltimore Johns Hopkins Paperbacks edition 1985 p 218-229 p 221

12 History and Theory ha logrado congregar los nombres y en general las problemaacute-ticas maacutes relevantes en el terreno de la reflexioacuten teoacuterica desde 1960 hasta la fecha En su primer nuacutemero publicoacute artiacuteculos de Isaiah Berlin ldquoHistory and Theory The Concept of Scientific Historyrdquo William Dray ldquoToynbeersquos Search for Historical Lawsrdquo Arthur Lee Burns ldquoInternational Theory and Historical Explanationrdquo y Gerald J Gruman

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183filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

ciertamente creciente por el estudio teoacuterico y filosoacutefico sobre la his-toria pero la literatura sobre el tema suele privilegiar la expresioacuten ldquofilosofiacutea de la historiardquo antes que la de ldquoteoriacutea de la historiardquo El problema a lo largo de la primera deacutecada del siglo xx es la identi-ficacioacuten de los sistemas filosoacutefico-especulativos de Hegel Comte o Marx bajo el teacutermino ldquofilosofiacuteas de la historiardquo razoacuten por la cual un nutrido grupo de intelectuales de todas las filiaciones tendieron a establecer una distancia entre la llamada filosofiacutea especulativa o sustantiva sobre la historia y la ahora denominada filosofiacutea analiacutetica de la historia

A partir de los antildeos cuarenta y de manera mucho maacutes decidida en la deacutecada de los cincuenta esta segunda acepcioacuten comenzoacute a circular gracias a la controversia suscitada por el artiacuteculo de Carl Hempel ldquoLa funcioacuten de las leyes generales en la historiardquo (1942) La poleacutemica conocida bajo el nombre de Debate Anglosajoacuten13 se dio fundamentalmente en el aacutembito de habla inglesa y participaron en ella esencialmente filoacutesofos deudores de la corriente analiacutetica pre-ocupados por estudiar los fundamentos cognitivos de la investiga-cioacuten histoacuterica y sus procedimientos explicativos Una de las conse-cuencias de este debate fue la necesidad de definir la actividad filosoacutefica en torno a la historia como una labor de reflexioacuten y anaacuteli-sis sobre el conocimiento histoacuterico y no sobre la realidad o el acon-tecer histoacuterico en siacute En este contexto el teoacuterico no ldquousurpardquo por decirlo asiacute la labor del historiador no pretende imitarlo ni emularlo sino simplemente indagar en torno a la validez de sus afirmaciones

ldquo lsquoBalancersquo and lsquoExcessrsquo as Gibbonrsquos Explanation of the Decline and Fallrdquo La revisioacuten de estos materiales sugiere un uso ya frecuente del teacutermino asiacute como la asimilacioacuten de al-gunas controversias que ya veniacutean mostrando la emergencia de un campo de estudio particular cultivado tanto por filoacutesofos de distintas procedencias como por algunos historiadores History and Theory v 1 n 1 1960

13 La controversia ha sido referida en diversos espacios y en algunos casos definida como el primer espacio de reflexioacuten teoacuterica sobre la historia que no estaba determinado por las filosofiacuteas de corte idealista Veacutease Patrick Gardiner (ed) Theories of History Nueva York The Free Press 1959 De W H Walsh Introduccioacuten a la filosofiacutea de la historia Meacutexico Siglo XXI Editores 1970 La primera edicioacuten de habla inglesa aparecioacute en 1960 Arthur Danto Analythical Philosophy of History Londres Cambridge University Press 1965 History and Theory Beiheft 25 Knowin And Telling History The Anglo-Saxon Debate edicioacuten de F Ankersmit Middletown Wesleyan University 1986

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explicaciones yo interpretaciones sobre el pasado A partir de este momento la filosofiacutea de la historia comenzoacute a entenderse como una praacutectica esencialmente analiacutetica una suerte de teoriacutea o teorizacioacuten susceptible de expresarse en conjuntos de premisas e incluso de linea-mientos y preceptivas loacutegicamente organizados en torno a lo que se juzgaba en uacuteltima instancia como una disciplina cientiacutefica

A partir de los antildeos sesenta la expresioacuten ldquoteoriacutea de la historiardquo fue adquiriendo mayor preponderancia y esto ocurrioacute al menos en un inicio en clara correspondencia con las inquietudes expresadas en el Debate Anglosajoacuten El uso recurrente de ese teacutermino concuer-da con la tambieacuten creciente acuntildeacioacuten de las expresiones ldquofilosofiacutea criacuteticardquo y ldquofilosofiacutea analiacuteticardquo de la historia casos en que la caracte-rizacioacuten de una teoriacutea de la historia tambieacuten supone un tipo de ac-tividad diferenciada de aquella que los historiadores realizan coti-dianamente Cabe destacar que desde entonces un grupo cada vez maacutes nutrido de historiadores y no soacutelo de filoacutesofos se encargoacute de reflexionar en torno a su propia labor y de analizar los productos historiograacuteficos en funcioacuten de criterios conceptuales y abstractos14

Desde mi punto de vista y sin aacutenimo de vincular artificiosamen-te tendencias filosoacuteficas yo historiograacuteficas de muy diversas pro-cedencias existe una caracteriacutestica comuacuten entre la llamada filosofiacutea analiacutetica (o criacutetica) de la historia y los diferentes estudios que con el nombre de teoriacutea de la historia fueron apareciendo bajo el auspi-cio de revistas y colecciones editoriales especializadas En todos los casos el tipo de reflexioacuten mostrada es de caraacutecter eminentemente sistemaacutetico en el sentido de que supone la articulacioacuten loacutegica de ideas herramientas de representacioacuten o procedimientos de explica-cioacuten de lo histoacuterico Me refiero pues para decirlo en funcioacuten del teacutermino que inicieacute explorando a teoriacuteas algunas de las cuales pre-tendieron incluso funcionar como modelos (el hempeliano es en

14 A lo largo de toda la deacutecada de los sesenta History and Theory continuoacute con su labor en este terreno dando a conocer no soacutelo algunos de los trabajos maacutes connotados del llamado ldquodebate anglosajoacutenrdquo sino tambieacuten otro tipo de materiales producidos en el centro de la actividad historiograacutefica profesional Veacutease History and Theory Symposium Uses of Theory in the Study of History v 3 n 1 1963 Jurgen Herbst ldquoTheoretical Work in History in American University Curriculardquo History and Theory v 7 octubre 1968 p 336-354

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este sentido un claro ejemplo) destinados a describir la loacutegica ex-plicativa del historiador o bien las peculiaridades del objeto de es-tudio de la ciencia histoacuterica Al mismo tiempo comenzaron a surgir teoriacuteas acerca de las formas de representacioacuten y las distintas estra-tegias literarias del lenguaje historiograacutefico En todos los casos no obstante encontramos el ejercicio de un lenguaje analiacutetico esencial-mente conceptual y proclive a la construccioacuten de abstracciones Y tambieacuten identificamos que en este contexto la labor del teoacuterico se da con un cierto grado de independencia (absoluto o relativo) a la praacutectica comuacuten del historiador que se pregunta sobre el acontecer en alguna de sus dimensiones Por estas razones todas merecen a mi juicio el nombre de teoriacuteas de la historia siempre y cuando en-tendamos que a la luz de estos ejemplos el teacutermino ldquohistoriardquo se refiere ya sea a las obras histoacutericas (historiografiacutea) o a la disciplina acadeacutemica (ciencia de la historia) como tal

A la luz de este antecedente la emergencia del narrativismo supuso lo que comuacutenmente se ha considerado como una verdadera revolucioacuten en el aacutembito de la teoriacutea15 Una de las razones para atri-buirle semejante preponderancia es la conexioacuten que guarda esta peculiar filosofiacutea de la historia con el fenoacutemeno historiograacutefico en siacute mismo Con esto me refiero a la dedicada atencioacuten que ha puesto esta corriente en las particularidades de los distintos discursos histoacutericos Lo anterior justifica hablar del narrativismo en teacuterminos de una teo-riacutea del lenguaje historiograacutefico pero semejante denominacioacuten puede conducir a una reduccioacuten en la medida en que una aspiracioacuten ma-nifiesta de las posturas narrativistas involucra no soacutelo una perspec-tiva sistemaacutetica del discurso sino tambieacuten una perspectiva filosoacutefica sobre la conciencia histoacuterica en sus distintos niveles de accioacuten En consecuencia se ha vuelto habitual caracterizar el narrativismo en dos sentidos como una teoriacutea sobre el texto historiograacutefico y como una filosofiacutea que desafiacutea nuestras concepciones habituales de la his-toria entendida uacutenicamente como praacutectica cientiacutefica

En relacioacuten con esta cuestioacuten Metahistoria guarda un significado especial Los estudios recientes sobre ella han revalorado su papel

15 Frank Ankersmit ldquoEl dilema de la filosofiacutea de la historia anglosajonardquo en His-toria y tropologiacutea Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2004 p 91-150

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como filosofiacutea de la conciencia histoacuterica y no soacutelo su funcionali-dad como modelo de anaacutelisis historiograacutefico16 Sin embargo a lo largo de sus primeras dos deacutecadas de vida la criacutetica se centroacute casi exclusivamente en su validez como teoriacutea del lenguaje historiograacute-fico Lo que maacutes atrajo atencioacuten y desde luego tambieacuten controversia fue la pertinencia de un modelo que pareciacutea desdibujar por completo la distincioacuten habitual entre relato literario y discurso histoacuterico Los criacuteticos maacutes fervorosos entendieron los planteamientos de Metahis-toria como un desafiacuteo frontal a la concepcioacuten de objetividad histoacuterica No obstante maacutes allaacute de la supuesta amenaza que constituye el pen-samiento de White a la doxa de la ciencia histoacuterica considero que su valor radica en la comprensioacuten de dos proyectos distintos pero com-plementarios del pensamiento teoacuterico que permiten la diversificacioacuten de perspectivas metodoloacutegicas a la luz de una reflexioacuten filosoacutefica a todas luces sugerente Veamos esto a continuacioacuten

Metahistoria filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

Si bien resentildeada e incluso alabada en sus primeros antildeos de vida Metahistoria no adquirioacute el alto grado de recepcioacuten que eventual-mente justificoacute su fama y fortuna sino hasta la deacutecada de los antildeos ochenta Desde entonces sin embargo no soacutelo eacutesa sino otras apor-taciones del pensamiento de White se han vuelto cada vez maacutes conocidas y ha sido reconocida su importancia como pionero del narrativismo en particular y de las perspectivas posmodernistas en lo general17 En medio del debate propiciado por sus propuestas una cosa parece quedar clara al menos a sus criacuteticos maacutes recientes la obra de White en su conjunto y particularmente Metahistoria ha logrado introducir el llamado ldquolenguaje sobre el discurso y la representacioacutenrdquo en el campo de los estudios histoacutericos al grado de

16 Herman Paul Hayden White The Historical Imagination Cambridge Polity Press 2011 Hans Kellner ldquoTwenty Years After A Note on Metahistories and Their Horizonsrdquo Storia Della Storiografia 24 1993 p 109-117

17 Ewa Domańska Encounters Philosophy of History After Postmodernism Charlottes-ville University of Virginia Press 1998 Veacutease en particular la introduccioacuten y la entrevista a Hayden White

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constituirse en una referencia obligada para el ldquoanaacutelisis literario de textos histoacutericosrdquo18

Ahora bien ponderar las aportaciones de White como represen-tativas de la teoriacutea narrativista implica tomar en cuenta al menos dos grupos de problemas Por un lado la reflexioacuten hace necesario mencionar los planteamientos de naturaleza estrictamente filosoacutefica que acompantildean al pensamiento whiteano Estos uacuteltimos suponen cuestionamientos de caraacutecter maacutes profundo y general que apelan a los fundamentos de nuestra conciencia sobre lo histoacuterico Me refiero con ello a las preguntas que Herman Paul ha sugerido para describir las inquietudes maacutes profundas de la filosofiacutea narrativista ldquoqueacute en-tendemos por realidad histoacutericardquo ldquocuaacutel es el viacutenculo entre nuestras ideas sobre el pasado y nuestra conciencia sobre el presenterdquo ldquoqueacute puede considerarse como un agente histoacutericordquo ldquocuaacuteles son las pecu-liaridades del pensamiento historiograacutefico respecto de otras modali-dades de significacioacuten y comprensioacuten del pasadordquo entre otras19 Por otro lado el narrativismo involucra consideraciones teoacutericas espe-ciacuteficas sobre posibles estructuras recursos literarios o poeacuteticos y estrategias argumentativas o retoacutericas del lenguaje mismo de la re-presentacioacuten En este uacuteltimo sentido el narrativismo funciona como una teoriacutea que explica las distintas modalidades del discurso histoacuteri-co y en algunos casos como un referente metodoloacutegico concreto para la indagacioacuten sobre el pasado cuando eacuteste se mira en funcioacuten de tradiciones e ideas transmitidas a traveacutes del lenguaje La pregunta que es preciso formular llegado este punto es coacutemo interactuacutean en el caso particular de Metahistoria las distintas preocupaciones del narrativismo en general

Dicha obra es preciso enfatizarlo constituye un conjunto no siempre concordante de distintas perspectivas de anaacutelisis y reflexioacuten sobre una muestra reducida de obras histoacutericas y de posturas filo-soacuteficas sobre el devenir El uacutenico aacutembito de circunscripcioacuten es his-toacuterico en la medida en que el texto se concentra como bien sentildeala el subtiacutetulo en la imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix La propuesta alude no soacutelo a las caracteriacutesticas formales del lenguaje

18 Herman Paul ldquoIntroduction How to Read Hayden Whiterdquo p 187-45919 Idem

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literario y los modos de representacioacuten empleados por los grandes historiadores del periodo (Ranke Tocqueville o Burckhardt) sino que tambieacuten supone un anaacutelisis acerca de concepciones filosoacuteficas muy distintas (Hegel Marx Croce y Nietzsche) En el contexto de Metahistoria la filosofiacutea de la historia y el realismo historiograacutefico son fenoacutemenos paralelos y en algunos casos incluso complementa-rios En este sentido es preciso recordar que uno de los objetivos maacutes inmediatos del anaacutelisis de obras histoacutericas es explicitar distintas modalidades de conciencia y conceptualizacioacuten filosoacutefica que el len-guaje historiograacutefico mantiene veladas bajo la intencioacuten de interpretar lo concreto y no lo general

Debido a las temaacuteticas que aborda y sobre todo en virtud de sus procedimientos de anaacutelisis formal juzgados muchas veces esquemaacute-ticos o poco consistentes Metahistoria supera el aacutembito de la teoriacutea que busca esclarecer modos concretos de composicioacuten literaria al evaluar cuestiones que afectan no soacutelo el lenguaje de las obras histoacutericas sino las concepciones eacuteticas esteacuteticas y en uacuteltima instancia metafiacutesicas que surgen en cualquier forma de reflexioacuten y representacioacuten del pasado El holandeacutes Herman Paul autor de uno de los estudios maacutes completos sobre el pensamiento de Hayden White ha llegado a la conclusioacuten de que el principal objeto de intereacutes de Metahistoria no es el discurso na-rrativo sino el pensamiento miacutetico y la imaginacioacuten entendidos como factores decisivos en nuestra comprensioacuten de la realidad20 La afir-macioacuten no tiene la intencioacuten de negar la impronta del estructuralis-mo y muchas otras perspectivas de anaacutelisis formal en el contexto de produccioacuten de Metahistoria pero siacute busca enfatizar aspectos a veces soslayados del pensamiento de Hayden White en particular y del narrativisimo en general Para H Paul el lector de White no deberiacutea esperar una postura definida en teacuterminos de un sistema estructurado de ideas filosoacuteficas sino maacutes bien una suerte de irrupcioacuten creativa de ideas novedosas y profundamente controversiales21

Semejante caracterizacioacuten destaca el afaacuten polemista de Hayden White sin minimizar la agudeza de sus planteamientos y sugiere a sus lectores una revisioacuten maacutes cautelosa o tal vez menos literal de sus

20 Herman Paul Hayden Whitehellip p 44021 Ibidem p 313

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distintas propuestas Es cierto por ejemplo que en la introduccioacuten a su opus magna el mismo White se refiere a su trabajo en teacuterminos de una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo22 Es cierto tambieacuten que utiliza constantemente (no soacutelo en la seccioacuten inaugural sino en el resto del libro) categoriacuteas de anaacutelisis literario como tropo trama o estructura narrativa No obstante es preciso advertirlo semejante uso del len-guaje conceptual no parece tener siempre la intencioacuten metodoloacutegica que uno podriacutea esperar de este texto a saber la de funcionar como base para el anaacutelisis historiograacutefico Aun cuando en ocasiones asiacute resulte una mirada al conjunto y sobre todo a las conclusiones revela con mayor claridad los cuestionamientos filosoacuteficos y la huella existencialista en un autor maacutes preocupado por la ideologiacutea subya-cente al discurso histoacuterico que por los mecanismos retoacutericos linguumliacutes-ticos o narrativos que hacen posible la representacioacuten del pasado Como bien se ha sentildealado un rasgo interesante de Metahistoria es constituir una suerte de relato o historia de la decadencia del pensa-miento histoacuterico La uacuteltima parte del libro dedicada a la reflexioacuten de ese estado de ironiacutea en que el pensamiento histoacuterico del siglo xIx habiacutea caiacutedo confirma la inclinacioacuten del autor a distanciarse del pla-no formal del lenguaje en favor de la reflexioacuten que atiende precisa-mente las formas de conciencia y el decisivo papel que desempentildean las prefiguraciones intuitivas o miacuteticas en la construccioacuten de ciertos modos de representacioacuten historiograacutefica

22 En general toda la introduccioacuten a Metahistoria hace gala del caraacutecter metodoloacute-gico del texto El autor indica como su principal propoacutesito ldquoel anaacutelisis de la estructura profunda de la imaginacioacuten histoacuterica de la Europa del siglo xIxrdquo lo cual ciertamente apunta hacia esos rasgos de la conciencia histoacuterica que subyacen al discurso Sin embargo plantea el camino a seguir como un ldquomeacutetodordquo esencialmente ldquoformalistardquo y justifica su aproximacioacuten a la obra histoacuterica como ldquouna estructura verbal en forma de discursordquo Maacutes adelante y bajo el subtiacutetulo de ldquoLa teoriacutea de la obra histoacutericardquo el autor procede a explicar punto por punto sus planteamientos Aunque no pretendo afirmar que White se ldquodesdigardquo por asiacute decir de su propoacutesito inicial considero acertada la afirmacioacuten de que la mayor parte del anaacutelisis realizado en los capiacutetulos subsecuentes difiacutecilmente se corresponde con el formalismo de la introduccioacuten Si bien White nunca desiste en el empleo de las categoriacuteas de anaacutelisis presentadas al inicio eacutestas no necesariamente re-fieren aspectos formales de las narrativas de Ranke Burckhardt o cualquier otro autor sino maacutes bien aspectos ideoloacutegicos frente a los cuales el autor emprende poleacutemica Hayden White Metahistoriahellip p 14-16

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El anaacutelisis maacutes o menos sistemaacutetico y en general todos los giros y aspectos de la obra terminan por concluirse y por momentos opa-carse ante la discusioacuten de las paacuteginas finales Estas uacuteltimas lejos de mostrar los resultados de una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo revelan una penetrante reflexioacuten filosoacutefica y una toma de postura respecto al realismo decimonoacutenico y sus implicaciones ideoloacutegicas Nociones como las de argumentacioacuten formal o explicacioacuten por la trama que-dan maacutes o menos al margen frente a lo que parece mostrarse como el verdadero propoacutesito de la obra ldquoEn las ciencias humanas todaviacutea se trata no soacutelo de expresar una preferencia por uno u otro modo de concebir las tareas del anaacutelisis sino tambieacuten de elegir entre nociones contrastantes de lo que podriacutea ser una ciencia humana adecuadardquo23 En unas cuantas liacuteneas todo el aparato analiacutetico de Metahistoria pa-rece estar conformado con el uacutenico propoacutesito de desvelar y en uacutelti-ma instancia cuestionar las bases morales o esteacuteticas que operan en la eleccioacuten de uno u otro modo de configuracioacuten de la realidad hu-mana24 Al final como afirma H Paul Metahistoria muestra su lado humanista y sus preocupaciones existencialistas maacutes que su siste-matizacioacuten teoacuterica y metodoloacutegica

En virtud de todo lo dicho hasta aquiacute Metahistoria puede consi-derarse creo yo con justicia una muestra clara del ejercicio del pen-samiento teoacuterico en por lo menos dos de sus posibles niveles de ac-cioacuten Por un lado tenemos una propuesta de anaacutelisis formal de obras histoacutericas guiada por principios metodoloacutegicos diversos que van desde el estructuralismo y la teoriacutea de los tropos de Northrop Frye y Harold Bloom hasta las propuestas de anaacutelisis retoacuterico de Stephen C Pepper y Kenneth Burke Independientemente del grado de apli-cabilidad que estos referentes adquieren o dejan de adquirir a lo largo de cada uno de los capiacutetulos de Metahistoria lo cierto es que la mera sugerencia de estas categoriacuteas como puntos de partida para el anaacutelisis de la literatura histoacuterica amplificoacute de manera sustancial las posibilidades de la criacutetica historiograacutefica25 Por otro lado semejante

23 Ibidem p 41124 Idem25 Aacutelvaro Matute ldquoEl componente metahistoacuterico Propuesta para una lectura ana-

liacutetica de la historiardquo Ciencia y Desarrollo Meacutexico n 116 mayo-junio 1994 p 62-66

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herramienta de anaacutelisis parece indisociable al menos en el contexto de esta obra de principios o afirmaciones de caraacutecter filosoacutefico que fundamentan y en uacuteltima instancia dan sentido a un estudio de esta naturaleza

Una de las presuposiciones que juzgo maacutes fructiacuteferas de Meta-historia al menos en el contexto del anaacutelisis historiograacutefico es la afirmacioacuten de que la forma narrativa del discurso histoacuterico es reve-ladora en el caso de la historiografiacutea decimonoacutenica no soacutelo el ca-raacutecter estiliacutestico o literario de dichas obras sino de la visioacuten que los historiadores del xIx tuvieron sobre la realidad humana represen-tada gracias a la forma narrativa bajo los principios de la coheren-cia y el desarrollo (development) Es en este sentido que White afirma que los distintos modos de explicacioacuten o entramado histoacuterico no son otra cosa que ldquoformalizaciones de intuiciones poeacuteticasrdquo26 mdashde ahiacute que Herman Paul haga eacutenfasis en la importancia que da Metahistoria a la base miacutetica del pensamiento histoacutericomdash Bajo esta perspectiva la narrativa es como suele decirse una cuestioacuten no soacutelo de forma sino de contenidos pues evidencia la coexistencia de estrategias literarias concretas por un lado y visiones de mundo por el otro

El viacutenculo entre modos de discurso y modos de conciencia en el contexto de Metahistoria es el nuacutecleo que hace posible articular los tres posibles usos que seguacuten indiqueacute antes involucra el lenguaje teoreacutetico a saber el teoacuterico el filosoacutefico y el metodoloacutegico La intro-duccioacuten bien puede leerse como un verdadero ldquomanifesto teoreacuteticordquo o como una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo casi en el exacto sentido que los distintos diccionarios antes referidos dan al teacutermino ldquoteoriacuteardquo o incluso al de ldquoteoriacutea cientiacuteficardquo27 En concordancia algunos de los capiacutetulos que integran la parte toral de la obra constituyen efectiva-mente muestras luminosas de anaacutelisis historiograacutefico puntual mien-tras que la conclusioacuten por su parte se muestra como una reflexioacuten filosoacutefica de tintes mucho maacutes abstractos y en cierto sentido hasta

26 White Metahistoria p 1127 En general como un ldquoconjunto organizado de ideas referentes a cierta cosa o que

tratan de explicar un fenoacutemenordquo o bien en tanto que un sistema maacutes o menos riacutegido de conceptualizaciones cuya finalidad es explicar articular y abstraer lo observado o examinado directamente Vid supra notas 3 5 y 6

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especulativos28 Ahora bien la articulacioacuten entre estos tres niveles debe creo yo tomarse con cautela

Uno de los aspectos maacutes destacados en los estudios recientes sobre Metahistoria (el cual he venido reiterando) es precisamente su falta de sistematicidad para aplicar conceptos y utilizar algunas ca-tegoriacuteas La referencia por ejemplo a tropos caracterizadores de una determinada obra histoacuterica mdashcomo bien ha puntualizado H Paulmdash suele indicar elementos de naturaleza maacutes ideoloacutegica que estricta-mente discursiva Estos conceptos extraiacutedos de diversas teoriacuteas del discurso se utilizan para describir modos de conciencia que no ne-cesariamente se corresponden con el anaacutelisis puntual de estructuras narrativas yo dispositivos retoacutericos especiacuteficos

En conclusioacuten aun cuando Metahistoria parece discutir esencial-mente el aspecto narrativo o discursivo de una obra determinada en realidad estaacute haciendo afirmaciones de distinta iacutendole respecto de las presuposiciones ideoloacutegicas de cada uno de los autores ana-lizados En este punto el lector podriacutea preguntarse sobre la funcio-nalidad o las virtudes de un ejercicio semejante A mi juicio la es-quematizacioacuten del pensamiento rankeano a partir del tropo de la sineacutecdoque (por citar soacutelo uno de los muchos ejemplos que nos ofrece el texto) resulta no soacutelo plausible sino increiacuteblemente ilumi-nador pues sugiere una pauta de anaacutelisis que puede utilizarse en muchos otros casos Aun si por momentos el planteamiento resulta problemaacutetico (hay en realidad muy pocos ejemplos concretos sobre el funcionamiento especiacutefico de esta configuracioacuten poeacutetica en la na-rrativa rankeana) la interpretacioacuten del discurso histoacuterico tal como se desarrolla en Metahistoria supuso la apertura hacia nuevas pers-pectivas para el estudio de la IMagInacIoacuten histoacuterica La palabra subrayada constituye uno de los vocablos maacutes recurrentes de la obra Su reiteracioacuten revela la importancia del sustrato ideoloacutegico en el ejercicio del anaacutelisis discursivo Aun si el lenguaje es el uacutenico cami-no posible para identificar estas ldquointuiciones poeacuteticasrdquo es importante

28 Desde este punto de vista Metahistoria constituye una propuesta maacutes enmarcada en la filosofiacutea de la conciencia o en la eacutetica del discurso histoacuterico ese rasgo se explicita en otros trabajos de Hayden White particularmente en ldquoTropologiacutea discurso y modos de conciencia humanardquo en El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Barce-lona Paidoacutes 2003

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reconocer que la propuesta de Metahistoria no se agota en una teoriacutea del lenguaje sino que eacutesta se entiende tambieacuten como una filosofiacutea de la conciencia

Conclusiones

A la luz de lo dicho hasta aquiacute considero que el eacutexito de Metahisto-ria radica en la novedad de sus diversos planteamientos filosoacuteficos (eacuteticos y esteacuteticos) pero tambieacuten en el potencial que adquiere el anaacutelisis formal al amparo de una visioacuten que juzga el texto como una suerte de mundo ideado y por lo tanto construido en funcioacuten de intuiciones impliacutecitas o ideologiacuteas asumidas Al mismo tiempo semejante convergencia de intereses supone a su vez un serio cuestionamiento a nuestros propios modos de comprensioacuten y a la forma en que evaluamos su validez cognitiva En este uacuteltimo pun-to es que se ha concentrado la mayor parte de la controversia en torno del posmodernismo o el supuesto relativismo radical de la obra y el pensamiento de su autor29

Ahora bien precisamente en razoacuten de lo anterior es que llevar los componentes metodoloacutegicos de semejante perspectiva de anaacuteli-sis a cualquier aacutembito de reflexioacuten puede resultar no soacutelo riesgoso sino incluso inuacutetil El estudio de las tramas y los tropos tal como se muestra en Metahistoria no resulta pertinente para cualquier narra-tiva histoacuterica o para cualquier forma del discurso destinando a la representacioacuten de lo histoacuterico entre otras cosas porque como dije antes ni siquiera opera dentro de Metahistoria como una metodo-logiacutea sistemaacutetica para el anaacutelisis del discurso De hecho esas pautas de anaacutelisis que en Metahistoria son tan reveladoras y que a todas luces justificariacutean un examen genuinamente narratoloacutegico de la li-teratura histoacuterica del xIx resultan completamente inapropiadas y acaso esteacuteriles frente a una enorme proporcioacuten de las obras produ-cidas por los profesionales de la historia en las uacuteltimas cinco deacutecadas

29 Una visioacuten panoraacutemica de la cuestioacuten asiacute como una suerte de enumeracioacuten raacutepi-da sobre los planteamientos whiteanos que mayor poleacutemica han desatado puede encon-trarse en Keith Jenkins Why History Ethics and Postmodernity Londres Routledge 1999

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Una obra monograacutefica un artiacuteculo de revista especializada o incluso una obra elaborada bajo los estrictos criterios acadeacutemicos actuales difiacutecilmente podriacutean constituir el material idoacuteneo para el anaacutelisis de formas tropoloacutegicas y tipos de entramado A la luz de lo anterior hacer uso de Metahistoria como un referente metodoloacutegico sin nin-guacuten miramiento puede constituir un franco error de procedimien-to que ha llevado a muchos a desestimar por completo sus funda-mentos teoacutericos y filosoacuteficos Desde mi perspectiva semejante desestimacioacuten supone una distorsioacuten de origen vinculada con las reflexiones iniciales de este ensayo

A pesar de la diversidad de definiciones y de los muchos aspec-tos involucrados en una labor filosoacutefica teoacuterica o metodoloacutegica en torno de la historia existen ciertos rasgos en comuacuten Las tres expre-siones suponen un ejercicio de reflexioacuten eminentemente contem-plativo que emplea abstracciones a traveacutes de un lenguaje maacutes o menos artificial esto es esencialmente conceptual Este rasgo o ma-triz comuacuten es el que nos orilla a confundir los distintos niveles o usos de un lenguaje que a mi juicio no puede sino denominarse filosoacutefico Reevaluar Metahistoria como un referente importante de la filosofiacutea o la teoriacutea de la historia contemporaacutenea supone creo yo considerar la comunioacuten pero tambieacuten la necesaria identificacioacuten de la actividad teoreacutetica en sus diversos niveles Y adecuar el pensa-miento teoacuterico al estudio de problemaacuteticas concretas constituye la mayor responsabilidad del teoacuterico de la historia en la actualidad Desde hace ya varias deacutecadas el anaacutelisis del discurso no se limita al estudio de tramas narrativas sino que ha incursionado en otros terrenos e incorporado perspectivas metodoloacutegicas de muy diversas procedencias Estas modalidades teoacutericas o metodoloacutegicas sin em-bargo no estaacuten exentas de presuposiciones de caraacutecter filosoacutefico en un sentido maacutes general Quiero decir que en muchos casos sugieren perspectivas amplias sobre los fundamentos uacuteltimos de la reflexioacuten histoacuterica o de la interpretacioacuten de la realidad humana y en este sentido pueden constituirse con o sin conciencia de ello en deudo-ras de una determinada filosofiacutea de la ciencia (histoacuterica) o una cier-ta filosofiacutea especulativa sobre la realidad el devenir o la naturaleza humana como tal A la luz de lo dicho el valor de una obra como Metahistoria es haber revelado la compleja relacioacuten entre nuestras

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195filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

concepciones filosoacuteficas y el desarrollo de estrategias teoacuterico-meto-doloacutegicas en el quehacer cotidiano de la disciplina A la luz de esa propuesta le corresponde al historiador (y no soacutelo al filoacutesofo) des-cubrir la eficacia la inconsistencia o la virtud de su propia teoriacutea o filosofiacutea de la historia

bIblIograFiacutea

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Ferrater Mora Joseacute Diccionario de filosofiacutea 4 v Barcelona Ariel 2009

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History and Theory v 1 n 1 1960

History and Theory Symposium Uses of Theory in the Study of History v 3 n 1 1963

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KrIngs Hermann Hans Michael Baumgartner Christoph Wild et al Con-ceptos fundamentales de filosofiacutea 4 v Barcelona Herder 1979

Matute Aacutelvaro ldquoEl componente metahistoacuterico Propuesta para una lec-tura analiacutetica de la historiardquo Ciencia y Desarrollo Meacutexico nuacutemero 116 mayo-junio 1994 p 62-66

MolIner Mariacutea Diccionario de uso del espantildeol 2 v Madrid Gredos 2007

The Oxford Companion to Philosophy 2a edicioacuten edicioacuten de Ted Honderich Nueva York Oxford University Press 2005

Paul Herman Hayden White The Historical Imagination Cambridge Poli-ty Press 2011

rIcoeur Paul La memoria la historia el olvido traduccioacuten de Agustiacuten Neria Madrid Trotta 2003

walsH W H Introduccioacuten a la filosofiacutea de la historia Meacutexico Siglo XXI Editores 1970

wHIte Hayden Metahistoria La imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1992

Tropics of Discourse Essays in Cultural Criticism Baltimore Johns Hopkins Paperbacks Edition 1985

El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Barcelona Paidoacutes 2003

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Historia y meacutetodo en el siglo xx

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La edicioacuten en papel Cultural de 90 gramos consta de 300 ejemplares y estuvo al cuidado de Rosalba Alcaraz Cienfuegos

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTOacuteNOMA DE MEacuteXICO

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HISTORIAY

MEacuteTODOEN EL SIGLO XX

PILAR GILARDIMARTIacuteN RIacuteOSCoordinacioacuten

TIEMPOTEMPORALIDAD

ESCRITURA

MARC BLOCH

El libro Historia y meacutetodo en el siglo xx reuacutene ocho contribucio-nes en las que se analiza la forma en la que las distintas corrien-

tes histoacutericas y filosoacuteficas desarrolladas a lo largo de esa centena moldearon el quehacer de los historiadores en el siglo pasado y contribuyeron a definir la validez del conocimiento histoacuterico y su lugar en el conjunto de las ciencias sociales A partir de la deacute-cada de 1930 y hasta los primeros antildeos de la presente centuria la preocupacioacuten por el meacutetodo llevada a cabo por historiadores y filoacutesofos en continuo diaacutelogo fue una constante y es precisa-mente ese diaacutelogo el que hemos querido analizar con detalle en estas paacuteginas de la mano de ocho especialistas en los campos de la historiografiacutea la teoriacutea de la historia y la filosofiacutea de la historia

Portada Fotograma de Harold Lloyd en Fred C Newmeyer y Sam Taylor Safety Last [El hombre mosca] filme Culver City Hal Roach Studios 1923

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Page 4: ipfs.io · UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO  HISTORIA Y MÉTODO EN EL SIGLO XX HISTORIA Y MÉTODO EN EL SIGLO XX PILAR GILARDI MARTÍN RÍOS Coordinación TIEM

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTOacuteNOMA DE MEacuteXICOMEacuteXICO 2017

HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

PILAR GILARDI GONZAacuteLEZMARTIacuteN F RIacuteOS SALOMA

Coordinacioacuten

Roberto Fernaacutendez Castro bull Pilar Gilardi GonzaacutelezFernando Betancourt Martiacutenez bull Aurelia Valero Pie

Martiacuten F Riacuteos Saloma bull Evelia Trejo Estrada bull Javier Rico MorenoRebeca Villalobos Aacutelvarez

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Primera edicioacuten 2017

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ISBN 978-607-02-9836-3

Portada Rebeca Bautista Goacutemez

Prohibida la reproduccioacuten total o parcial por cualquier mediosin autorizacioacuten escrita del titular de los derechos patrimoniales

Impreso en Meacutexico

Historia y meacutetodo en el siglo xx Pilar Gilardi Gonzaacutelez Martiacuten F Riacuteos Saloma coordinacioacuten Roberto Fernaacutendez Castro Pilar Gilardi Gonzaacutelez Fernando Betancourt Martiacutenez Aurelia Valero Pie Martiacuten F Riacuteos Saloma Evelia Trejo Estrada Javier Rico Moreno Rebeca Villalobos Aacutelvarez mdash Primera edicioacuten200 paacuteginas mdash (Serie Teoriacutea de la Historia y la Historiografiacutea 14)

ISBN 978-607-02-9836-3

1 Historia mdash Metodologiacutea 2 Historia mdash Filosofiacutea 3 Historiografiacutea I Gilardi Gonzaacutelez Pilar editor autor II Riacuteos Saloma Martiacuten F editor autor III Fernaacutendez Castro Roberto autor Iv Betancourt Martiacutenez Fernando (Fernando Jesuacutes) autor v Valero Pie Aurelia autor vI Trejo Estrada Evelia autor vII Rico Moreno Javier 1958 autor vIII Villalobos Aacutelvarez Rebeca autor Ix SerieD16H579 2017LIBRUNAM 1964436

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Iacutendice

PresentacioacutenPilar Gilardi y Martiacuten Riacuteos 7

HIstorIa y Meacutetodo en el sIglo xx la PersPectIva de la teoriacutea de la HIstorIa

Eduardo Nicol (1907-1990) La ciencia de la historia y el meacutetodo fenomenoloacutegicoRoberto Fernaacutendez Castro 15

La hermeneacuteutica en la teoriacutea de la historia de Edmundo OrsquoGorman (1906-1995)Pilar Gilardi Gonzaacutelez 37

Michel de Certeau (1925-1986) y la diferencia como loacutegica procedimental de la historia Epistemologiacutea sistema operativo y proceso metoacutedicoFernando Betancourt Martiacutenez 51

Franccedilois Hartog (n 1946) o el contraste como meacutetodoAurelia Valero Pie 81

HIstorIa y Meacutetodo en el sIglo xxla PersPectIva HIstorIograacuteFIca

Marc Bloch (1886-1944) La preocupacioacuten por el meacutetodo histoacuterico

Martiacuten F Riacuteos Saloma 107

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198 historia y meacutetodo en el siglo xx

Joseacute Gaos (1900-1969) Un hombre entre la historia y el meacutetodoEvelia Trejo Estrada 129

Las lecturas y el meacutetodo Dos casos Luis Villoro y John WomackJavier Rico Moreno 147

Filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia El caso de Metahistoria de Hayden White (n 1928)Rebeca Villalobos Aacutelvarez 175

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Presentacioacuten

El volumen que el lector tiene entre sus manos es resultado del in-tereacutes compartido por sus editores a propoacutesito de la relacioacuten entre dos nociones fundamentales historia y meacutetodo La reflexioacuten sobre el viacutenculo entre estos dos conceptos implica por un lado situar en un aquiacute y un ahora es decir histoacutericamente lo que sobre historia y meacutetodo se ha dicho en un determinado periodo de la historia en este caso el siglo xx por el otro considerar a nivel formal si se quiere filosoacutefico el significado mismo de los teacuterminos en cuestioacuten Estos dos modos de proceder que de ninguna manera se excluyen siacute reflejan dos modos de pensar de forma distinta el sentido y la relacioacuten entre las nociones sentildealadas

La diferencia en la manera de considerar este viacutenculo se hizo patente cuando el intereacutes compartido se convirtioacute en un proyecto a realizar en forma de seminario Gratamente pudimos constatar la pluralidad y la diversidad en las formas de estudiar y de comprender el sentido de los teacuterminos en cuestioacuten Y sin embargo dentro de esta rica diversidad la reflexioacuten giroacute alrededor de un punto en comuacuten hablar de historia y meacutetodo de ninguna manera implica proponer una suerte de instructivo que nos indique los pasos sobre coacutemo debe de procederse en determinada investigacioacuten histoacuterica o filosoacutefica La idea de meacutetodo que permea de distinta manera cada una de las re-flexiones ofrecidas por quienes han colaborado en el ahora libro hace eco del origen etimoloacutegico del teacutermino meacutetodo proviene del vocablo griego methodos que significa camino o viacutea para llegar a un fin

La preocupacioacuten por el meacutetodo no es nueva Ya Reneacute Descartes en el siglo xvII habiacutea llamado la atencioacuten sobre la necesidad de fun-damentar en un meacutetodo infalible todo conocimiento que pretendie-ra considerarse cientiacutefico A esta fundamentacioacuten fueron llamadas tanto la filosofiacutea como la historia En el aacutembito de esta uacuteltima Jean Mabillon y Jean Boland aceptaron el desafiacuteo de dotar a la historia

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8 historia y meacutetodo en el siglo xx

de una serie de procedimientos gracias a los cuales se pudiera de-mostrar la originalidad de la documentacioacuten utilizada y se verifica-ra la informacioacuten en ella contenida con el fin de establecer ldquola ver-dadrdquo inaugurando asiacute la criacutetica histoacuterica que seriacutea perfeccionada por la escuela alemana en el siglo xIx y sistematizada por Charles Langlois y Charles Seignobos en su Introduccioacuten a los estudios histoacute-ricos (1898) Sin embargo la Gran Guerra barrioacute las certezas en las que se habiacutea fundado el ldquoprogresordquo y en el aacutembito de la historia surgieron nuevas reflexiones sobre el meacutetodo ligadas al desarrollo de la sociologiacutea la economiacutea y la geografiacutea que acabariacutean cristali-zando en el llamado de Bloch y Febvre de 1929 A finales del siglo xIx y principios del xx en el horizonte de la filosofiacutea la importancia del meacutetodo fue fundamental por ejemplo en el pensamiento de Wilhelm Dilthey quien habiacutea reparado en la necesidad de diferen-ciar el modo de proceder de las ciencias naturales y las ciencias del espiacuteritu y en la necesidad de dotar a estas uacuteltimas de un meacutetodo propio La preocupacioacuten por el meacutetodo fue patente en la fenomeno-logiacutea cuyo fundador Edmund Husserl no la concibioacute como una escuela filosoacutefica o como doctrina sino precisamente como el meacuteto-do filosoacutefico por excelencia La influencia de Dilthey y de Husserl en el pensamiento de Martin Heidegger como es bien sabido seriacutea fundamental El filoacutesofo de Messkirch llevoacute a cabo una transforma-cioacuten de la fenomenologiacutea reflexiva de su maestro Edmund Husserl en la que seriacutea conocida como fenomenologiacutea hermeneacuteutica

De tal manera a partir de la deacutecada de 1930 y hasta los primeros antildeos del siglo xxI la preocupacioacuten por el meacutetodo llevada a cabo por historiadores y filoacutesofos ha sido una constante Por ello los espe-cialistas invitados a participar en este volumen se han abocado al estudio de un autor perteneciente al siglo xx para quien la relacioacuten entre historia y meacutetodo se constituyoacute en una cuestioacuten fundamental en su pensamiento

Asiacute las cosas este libro se ha articulado en torno a tres preguntas sencillas pero que encierran una enorme riqueza y complejidad iquestcuaacuteles fueron los planteamientos metodoloacutegicos desarrollados por algunos de los filoacutesofos e historiadores maacutes importantes del siglo xx en ambos lados del Atlaacutentico iquestDe queacute manera las propuestas teoacute-ricas que imperaban en la eacutepoca en que dichos pensadores escribiacutean

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9presentacioacuten

se reflejaron en sus propuestas metodoloacutegicas iquestEn queacute medida el pensamiento de los autores analizados en el presente trabajo reflejoacute tales concepciones

Los ocho textos que conforman el volumen mdashdebidamente so-metidos a una rigurosa evaluacioacuten por paresmdash han sido organizados en dos secciones tal divisioacuten responde al modo en el que los inves-tigadores invitados han procedido en su anaacutelisis sobre el viacutenculo entre historia y meacutetodo La primera seccioacuten reuacutene textos trabajados desde la perspectiva filosoacutefica la segunda desde la perspectiva his-toriograacutefica De esta suerte los estudios se presentan en orden cro-noloacutegico no soacutelo por una cuestioacuten de sencillez sino por cuanto las ideas de la primera mitad del siglo xx mdashy sus contextosmdash desenca-denaraacuten reflexiones particulares en la segunda mitad de la centuria generando debates y concatenaciones sumamente enriquecedoras

No obstante ademaacutes de la ordenacioacuten sentildealada pueden realizar-se muacuteltiples y diversas lecturas del libro que presentamos En efecto tambieacuten puede llevarse a cabo una lectura a partir de los puntos en comuacuten entre los autores trabajados De tal manera es posible estable-cer un viacutenculo entre el trabajo de Aurelia Valero y el de Martiacuten Riacuteos sobre las propuestas de Franccedilois Hartog y Marc Bloch respectiva-mente puesto que aunque separados en el tiempo por casi medio siglo ambos historiadores franceses hicieron del tiempo su principal objeto de anaacutelisis lo que permitioacute al segundo formular su propuesta relativa a los ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo y al primero definir a la Historia como ldquola ciencia de los hombres en el tiempordquo Resulta asi-mismo interesante comprobar que el intereacutes por la Edad Media mdashen el caso de Blochmdash y en la historiografiacutea antigua mdashen el caso de Har-togmdash fueran los puntos de partida hacia una reflexioacuten mucho maacutes amplia sobre el sentido de la historia sus condiciones de posibilidad y su lugar en el conjunto de las ciencias sociales

Por otra parte es interesante seguir el hilo conductor en el pen-samiento de tres destacados historiadores filoacutesofos o filoacutesofos historia-dores iacutentimamente vinculados como Joseacute Gaos Eduardo Nicol y Ed-mundo OrsquoGorman quienes fueron contemporaacuteneos tanto en tiempo como en espacio En efecto los tres vivieron en Meacutexico entre 1930 y 1960 impartieron clases en la Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico y mantuvieron un fructiacutefero y en ocasiones acalorado

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10 historia y meacutetodo en el siglo xx

diaacutelogo fuertemente influido por la fenomenologiacutea hermeneacuteutica de Martin Heidegger De esta suerte Roberto Fernaacutendez dedica sus paacuteginas a desentrantildear y revalorizar las propuestas de Eduardo Nicol en torno a la fenomenologiacutea resaltando entre otros elementos su cercaniacutea con el pensamiento de Edmund Husserl mdashldquomaacutes cerca de lo que eacutel mismo estuvo dispuesto a reconocerldquomdash y de Martin Hei-degger con quien compartiacutea una ldquoontologiacutea de la historia cuyo meacute-todo tendriacutea que ser histoacuterico y fenomenoloacutegico a la vezrdquo Por su parte Pilar Gilardi presenta un trabajo dedicado a la presencia de la filosofiacutea heideggeriana en el pensamiento de Edmundo OrsquoGorman enfatizando el modo en que el historiador se vale del pensamiento del filoacutesofo alemaacuten para volver a pensar la ciencia histoacuterica desde sus cimientos Finalmente Evelia Trejo expone algunas de las re-flexiones de Joseacute Gaos a propoacutesito de las relaciones entre historia y meacutetodo a partir de las siguientes caracteriacutesticas de la personalidad del filoacutesofo su sensibilidad respecto de la historia su propuesta para componer una historia de las ideas y su capacidad para obser-var el quehacer historiograacutefico Ademaacutes de lo anterior la autora sentildeala la amplitud de miras del filoacutesofo asturiano y su preocupacioacuten por lo humano y por la vida

Otra posible liacutenea de lectura es aquella constituida por el proble-ma de ldquoLa escritura de la historiardquo que naturalmente remite a las propuestas de Michel de Certeau contenidas en su ceacutelebre texto Fer-nando Betancourt es el encargado de desgranar el pensamiento del sabio jesuita iniciando con la definicioacuten que eacuteste dio acerca de lo que debe entenderse por ldquoseminariordquo al que concibioacute como ldquoun labora-torio comuacuten que permite a cada uno de los participantes articular sus praacutecticas y sus propios conocimientosrdquo pasando por un profundo anaacutelisis de la operacioacuten historiograacutefica y los problemas vinculados a la nocioacuten de ldquoprocedimientordquo para concluir con una reflexioacuten a propoacute-sito de la funcionalidad del saber moderno Rebeca Villalobos por su parte explora las propuestas realizadas desde la orilla americana del Atlaacutentico por Hayden White y elabora una criacutetica al uso indiscrimi-nado de las propuestas del historiador norteamericano al tiempo que considera Metahistory no soacutelo como un brillante estudio sobre la es-critura de la historia en el siglo xIx sino como un auteacutentico construc-to filosoacutefico que contribuyoacute a sentar las bases de la posmodernidad

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11presentacioacuten

Una uacuteltima propuesta de lectura mdashaunque desde luego el lector podriacutea descubrir muchas maacutesmdash es la de ldquoLa historia comparadardquo que quiere ser un guintildeo a March Bloch uno de los primeros histo-riadores que reflexionoacute sobre los liacutemites y las posibilidades de la historia comparativa y que estaacute representada por un sugerente y extenso capiacutetulo firmado por Javier Rico quien dedica varias paacutegi-nas a analizar la manera en que diversas fuentes que conforman el bagaje del historiador articulan una forma de concebir la dinaacutemica social en un fragmento del pasado humano y de esta manera per-miten delinear el meacutetodo a seguir Tras este anaacutelisis Rico compara las obras de dos autores que fueron fundamentales para la histo-riografiacutea mexicana del siglo xx con el fin de demostrar su hipoacutetesis Luis Villoro y John Womack

Seguramente los especialistas echaraacuten en falta nombres de historiadores y filoacutesofos importantes del siglo xx como Benedetto Croce Hans-Georg Gadamer Fernand Braudel Paul Ricoeur Georges Duby Roger Chartier Peter Burke Carlo Ginzburg Er-nest Kantorowicz Joseacute Antonio Maravall Joseacute Luis Romero Ro-ger Collingwood Edward Thompson Eric Hobsbawm Peter Brown Reinhard Koselleck Natalie Zemon Davis Gabrielle Spiegel o Frank Ankersmit por mencionar tan soacutelo algunos nombres im-portantes de allende y aquendehellip Al final hemos tenido que hacer una seleccioacuten como ocurre siempre en historia Estas ausencias muestran sin duda que es necesario continuar por este derro-tero y profundizar en la reflexioacuten histoacuterica y en el diaacutelogo entre historia y filosofiacutea

Hoy cuando la ciencia histoacuterica se halla en crisis cuando se intensifica el debate a propoacutesito de los liacutemites entre historia y me-moria cuando desde el Estado y la opinioacuten puacuteblica se manipula a la historia con el fin de establecer ldquola verdad histoacutericardquo y cuando en fin el contexto de globalizacioacuten e interconexioacuten en el que vivimos nos invita a cambiar los paraacutemetros de observacioacuten y a explorar las interrelaciones entre las escalas global regional y local es necesario reflexionar sobre los sustentos epistemoloacutegicos y metodoloacutegicos que hacen de la historia un saber particular y que la dotan de rigor cien-tiacutefico y en consecuencia de validez y legitimidad En este sentido la obra colectiva que ofrecemos a los lectores interesados en estas

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12 historia y meacutetodo en el siglo xx

cuestiones quiere ser en uacuteltima instancia una primera propuesta de conjunto

Para cerrar estas paacuteginas introductorias los editores queremos externar nuestra gratitud en primer lugar a los propios autores pues sus contribuciones han enriquecido sustancialmente esta liacutenea de investigacioacuten reflejando la pluralidad de posiciones teoacutericas y de maneras de entender el quehacer histoacuterico que caracteriza a nuestra disciplina en el siglo xxI En segundo teacutermino al Instituto de Inves-tigaciones Histoacutericas y a todas las personas que hicieron posible que este volumen viese la luz de la imprenta particularmente a Sandra Torres Ayala y Alberto Trejo Martiacuten quienes revisaron y homoge-neizaron el aparato criacutetico y la bibliografiacutea contribuyendo de forma significativa a la aparicioacuten de la presente obra

PIlar gIlardI y Martiacuten riacuteosCiudad Universitaria octubre de 2016

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HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

LA PERSPECTIVA DE LA TEORIacuteA DE LA HISTORIA

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Eduardo Nicol (1907-1990)La ciencia de la historia

y el meacutetodo fenomenoloacutegico

roberto Fernaacutendez castroUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

Introduccioacuten

Lo primero que quiero advertir es que en las paacuteginas siguientes no pretendo dar cuenta ni siquiera de un modo general del pensa-miento o las ideas de Eduardo Nicol tampoco de todo lo que pudo haber dejado escrito o dicho acerca de la ciencia de la historia o del meacutetodo fenomenoloacutegico Acerca del meacutetodo escribioacute con abundan-cia a lo largo de la mayor parte de su vida como filoacutesofo incluso aspiroacute a constituir su propia filosofiacutea como la asuncioacuten hasta un proceder estrictamente fenomenoloacutegico Paso a paso y como contra-punto criacutetico de lo que eacutel consideraba los meacutetodos y propoacutesitos de la fenomenologiacutea aunque siempre valoroacute de un modo positivo el legado de Edmund Husserl tambieacuten llegoacute a criticar en eacutel los restos de un idealismo que traicionaba el meacutetodo fenomenoloacutegico Pero contrario a otros filoacutesofos de la eacutepoca tampoco se dejoacute guiar por las investigaciones del maacutes famoso disciacutepulo del filoacutesofo de Prosnitz Tambieacuten contra la creciente influencia de Martin Heidegger Nicol empentildeoacute todo su trabajo en la restauracioacuten de la fidelidad del fenoacute-meno respecto del ser No obstante me atrevo a considerar que la filosofiacutea de Eduardo Nicol permanecioacute maacutes cerca de la fenomeno-logiacutea trascendental de Husserl de lo que eacutel mismo estuvo dispuesto a reconocer y tuvo con Heidegger una coincidencia fundamental para nosotros la de proponer una ontologiacutea de la historia cuyo meacutetodo tendriacutea que ser histoacuterico y fenomenoloacutegico a la vez1

1 Para el estudio de la fenomenologiacutea de Eduardo Nicol y coacutemo se relacionoacute con la fenomenologiacutea de Edmund Husserl veacutease Antonio Zirioacuten Quijano Historia de la feno-menologiacutea en Meacutexico Morelia (Michoacaacuten) Red UtopiacuteaJitanjaacutefora 2003 y tambieacuten en La fenomenologiacutea en Meacutexico Historia y antologiacutea estudio introductorio y seleccioacuten de tex-tos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

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16 historia y meacutetodo en el siglo xx

Voy entonces a atender un consejo que Robert Sokolowski ofre-ce en su Introduccioacuten a la fenomenologiacutea y que me parece recordar una situacioacuten conocida tambieacuten por los historiadores Sokolowski se fija en una diferencia fundamental entre el trabajo de los filoacuteso-fos y el de los matemaacuteticos Estos uacuteltimos dice no comentan los escritos de los matemaacuteticos anteriores aun cuando hayan sido muy influidos por ellos simplemente hacen uso del material que en-cuentran en los autores que leen tratan de condensar los hallaz-gos y siguen adelante Pocos matemaacuteticos estudian los trabajos de los siglos pasados porque comparados con las matemaacuteticas contemporaacuteneas esos viejos escritos casi les parecen obras de nintildeos Los filoacutesofos en cambio a menudo conservan religiosamen-te las obras claacutesicas maacutes como objetos de exeacutegesis que como recur-sos para ser explotados no tienden a preguntar ldquoiquestA doacutende vamos a partir de aquiacuterdquo En lugar de eso nos informan acerca de las doctrinas de los pensadores maacutes importantes Son maacutes propensos a comentar trabajos anteriores

Pero Sokolowski toma entonces la sugerencia de su amigo Gian-Carlo Rota quien creiacutea que los filoacutesofos debiacutean hacer maacutes que eso y coincide en que ademaacutes de ofrecer exposiciones deberiacutean abreviar los viejos escritos y abordar directamente los asuntos ha-blando con su propia voz e incorporando en su propio trabajo lo que sus predecesores han hecho Fue asiacute como eacutel se dejoacute convencer por Rota de escribir una introduccioacuten a la fenomenologiacutea donde no di-jera lo que Husserl o Heidegger pensaron sino donde soacutelo dijera a la gente lo que es la fenomenologiacutea Y como la fenomenologiacutea es el estudio de la experiencia humana y de los modos en que las cosas se nos presentan ellas mismas en y a traveacutes de dicha experiencia no se trata pues de informar a los demaacutes acerca de un movimiento filosoacutefico particular sino de ofrecer la posibilidad de pensar filosoacute-ficamente en un momento en que dicho pensamiento es seriamente puesto en cuestioacuten o ampliamente ignorado2

Facultad de Filosofiacutea y LetrasUniversidad Michoacana de San Nicolaacutes de HidalgoRed Utopiacutea Jitanjaacutefora 2009

2 Robert Sokolowski Introduccioacuten a la fenomenologiacutea traduccioacuten de Esteban Mariacuten Aacutevila Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2012

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17Eduardo Nicol (1907-1990)

Pues bien aquellos que conozcan o hayan leiacutedo algo acerca de Eduardo Nicol uno de sus libros o alguno de sus artiacuteculos podraacuten advertir que en las paacuteginas siguientes voy a parafrasear a Eduardo Nicol voy a traicionar algunos de sus textos y tambieacuten a discutir algunas de sus posiciones maacutes importantes en relacioacuten con la his-toria y la fenomenologiacutea Por su parte a aquellos que sin saber demasiado acerca de sus ideas crean que se van a enterar ahora de lo que eacutel pensaba de la ciencia de la historia o del meacutetodo fenome-noloacutegico prefiero quitarles esa ilusioacuten exegeacutetica desde ahora lo que siacute van a encontrar en cambio es una muestra de lo poco que yo he podido pensar leyendo a Nicol pero observando siacute que mucho maacutes se podriacutea pensar tan soacutelo siguiendo algunos de los problemas que involucran tanto a la historia como a la fenomenologiacutea en el sentido que la definioacute Sokolowski como el estudio de la experiencia huma-na Con esto enuncio ademaacutes la primera sugerencia de Eduardo Nicol que yo mismo trato de poner en praacutectica en mis cursos y que ahora pido al posible lector a partir de este punto seguir al histo-riador no soacutelo para consultarlo en busca de datos sino seguirlo y aprender de eacutel lo maacutes importante aprender de eacutel a pensar histoacuteri-camente y queacute mejor si se aprende a pensar histoacutericamente desde la fenomenologiacutea

Aun asiacute cabe la necesidad de ofrecer siquiera una breve imagen de quien es uno de los filoacutesofos maacutes importantes del exilio espantildeol republicano de 1939 y no soacutelo de Meacutexico donde escribioacute la mayor parte de su extensa obra sino de todos los paiacuteses de lengua castellana Si bien es cierto que fuera de Meacutexico no ha tenido todaviacutea la atencioacuten que merece es indudable que en alguacuten momento seraacute parte de la his-toria del pensamiento cuya memoria se ha ido recuperando en la peniacutensula a cuentagotas acaso por lo significativo que a la postre resultoacute haber perdido aquellas generaciones de soacutelidos humanistas3

3 A pesar de todo es posible encontrar una bibliografiacutea poco numerosa pero se-lecta acerca de la filosofiacutea de Nicol como la siguiente Joseacute Luis Abellaacuten El exilio filo-soacutefico en Ameacuterica Los transterrados de 1939 Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998 p 65-99 Eduardo Nicol La filosofiacutea como razoacuten simboacutelica nuacutemero monograacutefico de la revis-ta Anthropos 1998 extra nuacutemero 3 Eduard Nicol semblanza drsquoun filosof edicioacuten a cargo de Aacutengel Castintildeeira Barcelona Acta 1991 Juliana Gonzaacutelez La metafiacutesica dialeacutectica de Eduar-do Nicol Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y

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18 historia y meacutetodo en el siglo xx

Despueacutes de pasar un corto tiempo en el campo de concentracioacuten de Argelegraves-sur-Mer Eduardo Nicol llegoacute a Meacutexico a bordo del Sinaia en 1939 Junto a Eduardo Garciacutea Maacuteynez fundoacute el Centro de Estudios Filosoacuteficos de la Universidad Nacional donde tambieacuten ejercioacute la docencia hasta su fallecimiento en 1991 Dirigioacute y fundoacute Diaacutenoia Anuario de filosofiacutea editado con la colaboracioacuten del Fondo de Cultu-ra Econoacutemica asiacute como la revista Filosofiacutea y Letras ademaacutes de publi-car una docena de libros algunos de ellos revisados y reeditados por completo Eacutesta fue una caracteriacutestica propia de la personalidad y la filosofiacutea de Nicol su aspiracioacuten a un pensamiento riguroso coherente sistemaacutetico y continuado lo llevoacute a oponerse por com-pleto al estilo filosoacutefico predominante en Espantildea por la influencia de Joseacute Ortega y Gasset el del ensayo esteacutetico criacutetico y a veces soacutelo periodiacutestico que al final hizo presa del ceacutelebre maestro madrilentildeo Eacutesa fue soacutelo una de las razones por las que Nicol llegoacute a la poleacutemica con Joseacute Gaos y su personalismo4

El meacutetodo fenomenoloacutegico

En la frase con la que Eduardo Nicol dio inicio a su conferencia ti-tulada ldquoDiscurso sobre el meacutetodordquo afirmoacute de un modo categoacuterico ldquotodos somos fenomenoacutelogosrdquo o al menos ldquoel hombre comienza a ser fenomenoacutelogo cuando accede a la auteacutentica humanidadrdquo he aquiacute el primer obstaacuteculo para el cabal cumplimiento de su aserto Maacutes que un meacutetodo o el sistema filosoacutefico particular de Edmund Husserl escribe Nicol en el lenguaje filosoacutefico actual la fenomenologiacutea de-signa la verdadera actitud filosoacutefica Es desde luego distinta de la fenomenologiacutea de Kant o de Hegel y lo es tambieacuten de la fenome-nologiacutea de Heidegger posterior Aunque los pensadores griegos

Letras 1981 Ricardo Horneffer Eduardo Nicol semblanza Zapopan (Jalisco)MeacutexicoBarcelona El Colegio de JaliscoGeacuteneralitat de Catalunya 2000

4 La poleacutemica con Joseacute Gaos tuvo lugar en las paacuteginas de las revistas Cuadernos Americanos y Filosofiacutea y Letras Aunque las diferencias entre ambos profesores no eran nuevas aqueacutella se suscitoacute abiertamente a raiacutez de la resentildea que Gaos dedicoacute a la prime-ra edicioacuten del libro de Eduardo Nicol Historicismo y existencialismo La temporalidad del ser y la razoacuten Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1950

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19Eduardo Nicol (1907-1990)

antiguos no emplearon la palabra fenomenologiacutea eacutesta se compo-ne de dos vocablos con ese origen phainomenon y loacutegos Phainomenon designa lo que aparece y contiene la raiacutez de phaos luz lo mismo que el verbo phaino que quiere decir poner a la luz mostrar manifestar exponer etceacutetera Las cosas se muestran a la luz las cosas son fenoacute-menos Pero como la visibilidad de las cosas no es una propiedad intriacutenseca de las cosas cuando el hombre habla de ellas es cuando ejecuta el acto de ponerlas a la luz Por eso dice Nicol en esto con-siste literalmente la fenomenologiacutea ver y nombrar o poner a la luz lo visto son inseparables

Sin embargo el hombre comuacuten no siempre ve bien lo que estaacute a la vista ni habla bien de lo visible pasa por ello o junto a ello como si fuera e-vidente Por eso algunos caen en el error de creer que la filosofiacutea acota una realidad especial o privada distinta en su misma base del punto de partida del hombre comuacuten con la consecuencia grave de que la filosofiacutea no llega a ser verdadero loacutegos sobre el fenoacute-meno no llega a constituirse en auteacutentica fenomenologiacutea La pre-gunta entonces es por queacute la filosofiacutea no ha llegado a ser auteacutentica y conscientemente fenomenoloacutegica mantenieacutendose en una fase de pluralidad de meacutetodos Esto explica por queacute Eduardo Nicol no ofre-ce un discurso del meacutetodo sino sobre el meacutetodo que consiste en hablar de lo que aparece del fenoacutemeno El problema surge cuando lo que aparece se confunde con una simple apariencia contrapuesta por nosotros mismos a la realidad5

La discusioacuten de Eduardo Nicol con la fenomenologiacutea de Husserl y Heidegger se enuncia entonces del modo siguiente ldquoEl hombre es el uacutenico ser del universo frente al cual no soacutelo tenemos la intuicioacuten inmediata de una existencia real como la tenemos de cualquier otro ente su mera presencia nos revela ya su forma de serrdquo6 Esto signifi-ca que siendo el ente el dato del ser la fenomenologiacutea no viene a revelar el ser sino que cuenta con su presencia de un modo inme-diato la aprehensioacuten y la identificacioacuten distintiva del ser en el ente

5 Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 p 267-278 A partir de aquiacute cuando no se indica lo contrario todas las referencias pertenecen a las obras de Eduardo Nicol

6 Metafiacutesica de la expresioacuten 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1974 p 119

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se dan conjunta y simultaacuteneamente Por eso Nicol afirma que lo que el hombre revela con su acto de presencia es la revelacioacuten misma el acto distintivo de su ser es la expresioacuten7 Se comprende asiacute el paso siguiente que nos conduce hacia el otro hacia el proacutejimo que como interlocutor es descrito como un sujeto libre de realizar una accioacuten que siempre habraacute de ser expresiva cargada siempre con una inten-cionalidad comunicativa y con un contenido significativo suscepti-bles de ser analizados de acuerdo con un meacutetodo fenomenoloacutegico que ha de ser asimismo hermeneacuteutico Tambieacuten en este punto Nicol trata de oponerse a Heidegger rechazando la necesidad de una in-terpretacioacuten especial del sentido del ser propio del hombre puesto que el hombre es el sentido del ser y lo uacutenico que requiere una in-terpretacioacuten son el contenido significativo y la intencioacuten expresiva

La criacutetica que Nicol dirige a Heidegger es sin embargo innece-saria a mi parecer Por ello no voy a insistir maacutes en eso Mayor atencioacuten merece su sentildealamiento de la necesidad de un estudio detenido acerca del fenoacutemeno de la expresioacuten como alternativa para encauzar una teoriacutea general del ser y del conocer La expresioacuten como rasgo constitutivo del sentido del ser humano se afirma como una realidad antecedente de todo lo demaacutes pero en un sentido que ha de entenderse con claridad incluso ahiacute donde Nicol habla de ldquorefinar y reforzar ese fundamental y saludable positivismo que hay en la intencioacuten del meacutetodo fenomenoloacutegicordquo8 Se trata de la nueva

7 El pasaje completo de la Metafiacutesica de la expresioacuten es oscuro pero dice lo siguiente ldquoEsto acontece con invariable uniformidad sin vacilacioacuten ninguna porque lo que el hom-bre revela con su acto de presencia es la revelacioacuten misma es el acto distintivo del ser de la expresioacuten La presencia humana es una revelacioacuten expresardquo Digo que es oscuro porque parece haber aquiacute al menos tres tesis que se confunden 1) se pone el acento en lo que el hombre revela en la revelacioacuten misma no en el hombre ni en su acto de presencia 2) el acto de la presencia parece ser interpretado como aquello que distingue al ser de la expresioacuten de modo que el objeto principal ya no es el ser humano sino el ser de la expresioacuten huma-na 3) la presencia humana es una revelacioacuten que se da de un modo expreso se dice de ella que es expresa cuando lo que cabriacutea decir es que la presencia humana es una revela-cioacuten que expresa que es expresiva Por eso maacutes que corregir tambieacuten en este punto he seguido e interpretado a Nicol del modo como se comprenderaacute en adelante

8 Metafiacutesica de la expresioacuten p 120 A pesar de lo que parece Eduardo Nicol no exa-gera ni comete un error en la comparacioacuten con el positivismo pero tambieacuten es necesario ponerlo en claro El propio Husserl escribioacute el siguiente pasaje en medio de su criacutetica al empirismo como un escepticismo ldquoMientras que ellos como genuinos filoacutesofos que

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21Eduardo Nicol (1907-1990)

vigencia que Nicol encuentra en la idea platoacutenica seguacuten la cual ldquoel hombre es el siacutembolo del hombrerdquo (Banquete 191d) Esto es posible porque la simbolizacioacuten implica una relacioacuten comunicativa y no es tan soacutelo una predisposicioacuten ontoloacutegica entre sujetos que podriacutean mantenerse como suficientes o extrantildeos entre siacute sino que la expre-sioacuten es el ser mismo en el hombre y la razoacuten es simboacutelica porque el hombre es simboacutelico

De aquiacute la foacutermula que da tiacutetulo a una de las obras maacutes signifi-cativas de Eduardo Nicol la Criacutetica de la razoacuten simboacutelica que no debe entenderse entonces como una forma especial de denominar a la razoacuten sino como la explicitacioacuten de coacutemo el hombre es siacutembolo de siacute mismo porque es el uacutenico ser esencialmente pensable la razoacuten es fun-damentalmente simboacutelica porque nada sabemos de ella cuando consideramos que puede dar razoacuten de siacute misma como si fuera in-dependiente suficiente y definible en siacute cuando lo cierto es que la expresioacuten de cada hombre es su ser en acto su razoacuten constituye simboacutelicamente su mismidad sobre la base del nombrar y poseer internamente al otro como una posibilidad de su propio ser9

tienen ya un punto de vista parten de previas opiniones no aclaradas ni fundadas en patente contradiccioacuten con su principio de exencioacuten de prejuicios nosotros tomamos nuestro punto de partida de aquello que se encuentra antes de todos los puntos de vista del dominio entero de lo dado ello mismo intuitivamente y antes de todo pensar teoacuterico de todo aquello que se puede ver y captar inmediatamente mdashcuando precisa-mente no se deja uno cegar por prejuicios ni apartar por ellos la atencioacuten de clases en-teras de auteacutenticos datosmdash Si lsquoPosItIvIsMorsquo quiere decir tanto como fundamentacioacuten absolutamente exenta de prejuicios de todas las ciencias en lo lsquopositivorsquo esto es en lo que se puede captar originariamente entonces somos nosotros los auteacutenticos positi-vistas Nosotros en efecto no nos dejamos menoscabar por nInguna autoridad el de-recho de reconocer todas las especies de intuicioacuten como fuentes de legitimidad del co-nocimiento igualmente valiosas mdashni siquiera por la autoridad de la lsquociencia moderna de la naturalezamdashrsquo rdquo Edmund Husserl Ideas relativas a una fenomenologiacutea pura y una filo-sofiacutea fenomenoloacutegica Libro primero Introduccioacuten general a la fenomenologiacutea pura nueva edi-cioacuten y refundicioacuten integral de la traduccioacuten de Joseacute Gaos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filo-soacuteficasFondo de Cultura Econoacutemica 2013 p 123

9 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1982 p 230 y 239 Nicol habla aquiacute de la relacioacuten dialeacutectica de un yo con lo otro como un no-yo esta imprecisioacuten como se puede ver la he interpretado aquiacute desde la intersubjetividad pro-puesta por Husserl desde la cual miacutenimamente se reconoce que yo en mi experiencia propia no soacutelo tengo experiencia de miacute mismo sino tambieacuten del otro pero como otro

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22 historia y meacutetodo en el siglo xx

Lo que resulta auacuten maacutes sorprendente es que para terminar con esta consideracioacuten del meacutetodo necesario para abordar el estudio del ser que como objeto de una experiencia primaria y comuacuten es lo esencialmente comunicable la idea platoacutenica del hombre como en-tidad incompleta por su insuficiencia simboacutelica Eduardo Nicol la valora al final desde la historia porque la insuficiencia del hombre trae consigo la posibilidad de completarse de hacer algo para siacute mismo con el otro por eso dice de la relacioacuten simboacutelica nace la historia En tanto que la contingencia del hombre entrantildea el poder ser la historia es siacutembolo del hombre y eacutesta es su constante renaci-miento simboacutelico10 Si los actos del habla constituyen este proceso entonces ldquoesa parte del ser que habla del ser se actualiza a siacute misma histoacutericamente Por esto tiene que ser fenomenoloacutegico e histoacuterico (ademaacutes de dialeacutectico y hermeneacuteutico) el meacutetodo apropiado en la ontologiacutea del hombre y en la criacutetica de la razoacutenrdquo11

La ciencia de la historia y el pasado

En el caso de la ciencia de la historia Eduardo Nicol parte de la exigencia de las que le parecen ser las dos tareas previas de toda ciencia la de acotar el dominio de su jurisdiccioacuten y la de definir queacute es lo histoacuterico Pero la definicioacuten de lo histoacuterico en siacute le parece que no es tarea propia de la ciencia histoacuterica sino de la ontologiacutea pues el historiador no dispone de recursos para establecer las diferencias categoriales entre la forma de ser de lo histoacuterico y la forma de ser no histoacuterica de la naturaleza por ejemplo Es posible dice Nicol que si le preguntamos a un historiador queacute es lo histoacuterico se quede perplejo como los interlocutores de Soacutecrates La paradoja socraacute-tica es que la pregunta por el queacute no parece incumbencia de quienes

yo El filoacutesofo mexicano en cambio trata del no-yo del tuacute y del otro-yo como si fueran equivalentes y no explica nada al respecto por eso digo que se trata de una imprecisioacuten aun cuando se dijera que se trata de una rodeo dialeacutectico necesario o bien que soacutelo estaacute sirvieacutendose de ideas auxiliares tomadas de la tradicioacuten metafiacutesica histoacuterica Uno de los peligros advertido por Husserl por ejemplo en sus Meditaciones cartesianas

10 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 242-243 y 24811 Metafiacutesica de la expresioacuten p 129-130

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23Eduardo Nicol (1907-1990)

ponen en praacutectica su tarea es una pregunta filosoacutefica Pero lo cierto es que este saber que no se posee relativo al ser de una cosa o de una actividad cualquiera no puede darse por supuesto pues no hay ciencia verdadera que se base en meros supuestos lo que equivale a decir que no puede haber ciencia especial sin ciencia fundamental y lo que auacuten faltariacutea a la ciencia de la historia es hacerse cargo de la investigacioacuten de siacute misma como ciencia fundamental12

Es esta un cuestioacuten acerca de la cual Eduardo Nicol escribioacute tambieacuten en un artiacuteculo titulado ldquoLa presencia del pasadordquo A todos nos parece normal dice ocuparnos de la historia de la filosofiacutea los hechos de esa historia parecen evidentes y existe una abundancia fabulosa de obras dedicadas a esos asuntos pero lo que no nos preguntamos ni como filoacutesofos ni como historiadores es iquestqueacute necesidad tenemos de hacer historia Haciendo historia de la filosofiacutea por ejemplo recordamos su pasado y tratamos de revivirlo iquestpero puede revivir lo que estaacute bien muerto y ha sido enterrado por el tiempo Afirmamos que la discipli-na debe figurar en los planes de estudios la presencia del pasado la admitimos sin reservas pero tambieacuten sin averiguaciones relativas al coacutemo y al porqueacute Maacutes bien se diriacutea que lo que cabe averiguar es coacutemo es posible que lo pasado esteacute presente y por queacute este pasado se inser-ta en el quehacer actual de la historia De acuerdo con esto es que la historia y la verdadera filosofiacutea sistemaacutetica de la historia se encuentran reunidas en una correlacioacuten cuyo significado seriacutea el siguiente que la historia para llegar a ser ciencia fundamental posee tambieacuten una ne-cesidad intriacutenseca de desdoblarse y examinar su propia historia Esta dialeacutectica positiva como la llama Nicol es al mismo tiempo fenome-nologiacutea porque muestra coacutemo ninguacuten acto innovador cancela los an-teriores como pretenden algunos teoacutericos actuales de la historia que como diriacutea Rosalind E Krauss han venido divulgando ldquola originalidad de la vanguardia y otros mitos modernosrdquo y posmodernos13

No cabe duda de que el imperio conceptual de la ciencia histoacute-rica sobre su propio dominio ha sido precario e impreciso Y aunque

12 ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje p 327-337

13 Rosalind E Krauss La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos versioacuten de Adolfo Goacutemez Cedillo Madrid Alianza 1996

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ha habido grandes historiadores ellos son los maacutes discutidos pues en gran parte aquella informalidad perdura Hay aquiacute un cambio formidable en la relacioacuten de la historia con la ciencia que Nicol re-gistra y parece hablar de lo que hoy ocurre con la filosofiacutea de la historia que es el siguiente formados en la tradicioacuten realista cree-mos naturalmente que un pensamiento no puede ser verdadero y variable al mismo tiempo Se trata de esa arraigada nocioacuten de que la historia es corrosiva Pero la historia no es soacutelo cambio sino per-manencia ninguna cosa cambiariacutea si no durara ldquola actualidad no cancela el pasado lo retienerdquo14

En la Criacutetica de la razoacuten simboacutelica hay una larga explicacioacuten al respecto iquestQueacute es historia pregunta Nicol Si bien es cierto que la interrogacioacuten suele apuntar inicialmente a la realidad histoacuterica y soacutelo despueacutes a la ciencia de la historia no importa coacutemo se la defina ldquohis-toria es expresioacutenrdquo pues todas las notas que se le atribuyen confluyen en la expresioacuten o son ellas mismas modos expresivos Si se acepta que la historia es el desarrollo de la accioacuten humana cabe advertir que actuar es expresar y como desde antiguo se sabe que pensar es actuar la ciencia se nos presenta como ese modo especial de accioacuten que consiste en buscar la verdad En el caso particular que nos interesa se diriacutea entonces que la ciencia de la historia es expresioacuten y la expre-sioacuten es historia15 Los binomios que Nicol suele asociar en una sinuo-sa loacutegica del sentido lo llevan a desarrollar lo que eacutel llama el proble-ma de la verdad y de la historia por el camino de la conexioacuten entre expresividad e historicidad entre verdad y expresioacuten

Para Nicol es indudable que la verdad es expresioacuten en el senti-do de que se expresa quien la dice pero tambieacuten en el sentido seguacuten el cual la verdad como tal es expresiva y no soacutelo el modo de buscar-la y pronunciarla No soacutelo en la filosofiacutea tambieacuten en la historia pro-fesional se presenta el problema de coacutemo conciliar la aceptacioacuten de que el hombre expresa que toda expresioacuten es histoacuterica pero sobre todo que el quehacer cientiacutefico tampoco se sustrae a la totalidad expresiva de la vida Por eso la historicidad aparece como una

14 ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje p 332

15 Metafiacutesica de la expresioacuten p 43-44

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25Eduardo Nicol (1907-1990)

necesidad propia del relativismo maacutes que como el argumento para poner la verdad cientiacutefica a salvo no de la historia sino de la con-tingencia Las cuestiones de quieacuten expresa queacute expresa y coacutemo ex-presa si son solidarias entre siacute cuando se trata de la verdad tambieacuten nos permiten resolver entonces el problema de la llamada verdad histoacuterica quien expresa es el hombre lo expresado primariamente es el hombre mismo que ldquoda de siacuterdquo y la ciencia es uno sus posibles modos de expresioacuten

Por eso Nicol destaca la importancia del error cientiacutefico porque lo importante es que ldquoel ser queda expuesto lo mismo cuando atinamos que cuando nos equivocamosrdquo Incluso en la distincioacuten entre verdades de teoriacutea y verdades de hecho cabe observar la presencia de las mismas dos clases de errores de modo que Nicol nos permite escla-recer uno de los maacutes caros temores a la ciencia de la historia el de la subjetividad Es cierto que las verdades y los errores de hecho son maacutes apofaacutenticos o presentativos que las verdades y los errores de teoriacutea que son maacutes re-presentativos o poieacuteticos y que son eacutestos por tanto los maacutes debatibles pero lo importante es que en ellos el ser pensante queda maacutes expuesto que en la mera exposicioacuten de los he-chos por eso los hechos no se discuten se examinan y se corrigen cuando es necesario pero los errores de teoriacutea no se corrigen pro-piamente porque lo que cuenta es su expresividad Soacutelo asiacute se en-tiende por queacute tambieacuten en la ciencia de la historia ldquola teoriacutea es tesis en el sentido de hipoacutetesisrdquo16

Otro factor que tambieacuten suscita la criacutetica de Eduardo Nicol al historicismo es el de la relacioacuten del pensamiento con un determina-do situs espacio-temporal el factor situacional que indudablemente es un factor de historicidad diraacute Nicol El problema no radica en la evidente paradoja de que el relativismo histoacuterico funciona al mismo tiempo como un determinismo en la relacioacuten del pensamiento cien-tiacutefico con la situacioacuten histoacuterica sino en el hecho de que este plantea-miento tradicional de la cuestioacuten es ademaacutes unilateral Tanto el relativismo como el determinismo histoacutericos dejan impliacutecitamente a salvo del influjo situacional a las ciencias positivas como si en ellas de un modo excepcional debiera considerarse soacutelo la relacioacuten

16 Ibidem p 50

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del pensamiento con el objeto pero no soacutelo la situacioacuten penetra en el pensamiento tambieacuten el pensamiento penetra en la situacioacuten Por eso ldquola ciencia es un factor de historicidad de la situacioacutenrdquo es una con el mundo al que pertenece el sitio que ocupa no es el del polo opuesto al mundo De nuevo la conexioacuten que se establece es entre expresividad e historicidad porque la expresioacuten es una viacutea de acce-so al ser que es comuacuten y singular a la vez No es que la significacioacuten se mantenga a pesar de la expresividad sino que lo hace precisa-mente y uacutenicamente por ella Se completa asiacute uno de los perfiles descritos a propoacutesito del meacutetodo el de la hermeneacuteutica que ha de ser como se comprenderaacute con lo que llevamos dicho semaacutentica sintaacutectica e histoacuterica

La vocacioacuten humana

En un pasaje que da continuidad al problema de la verdad y la his-toria Eduardo Nicol expuso del modo siguiente coacutemo es que dicha cuestioacuten siempre dentro de los liacutemites de la unidad de la ciencia se vincula con la vocacioacuten humana El hombre afirma el filoacutesofo nece-sita la verdad no puede existir sin ella ldquoLa verdad es siempre lo busca-do por el hombrerdquo17 porque el anhelo de la verdad es el anhelo de ser-maacutes verdaderamente humano Pero como esta verdad no se da sino que se busca este camino de la buacutesqueda es el camino del saber y el camino de la vida El hombre se afana por captar al ser ajeno que como se dijo ya estaacute dado de una vez soacutelo que como es inagotable es menester buscarlo y rebuscarlo Y cuando esa re-buacutes-queda se hace de un modo metoacutedico recibe el nombre de investiga-cioacuten y su resultado el de verdad La verdad es tan vital en la ciencia como lo es en la existencia ordinaria primero porque el hombre nun-ca se completa a siacute mismo definitivamente pero tambieacuten porque el ser al que desea conocer siempre da maacutes de siacute Se comprende ahora por queacute la tarea cientiacutefica prosigue sin cesar por queacute la historia es buacutesque-da de la verdad y por queacute como se dijo antes la verdad es histoacuterica no situacional sino de verdad histoacuterica en un sentido radical

17 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 67

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27Eduardo Nicol (1907-1990)

La verdad es una apoacutefansis del ser lo manifiesta lo hace pre-sente o patente con la palabra pero tambieacuten es poacuteiesis es un obrar humano y como tal es de nuevo factor de historicidad Por eso en toda ciencia la verdad es posibilidad La discrepancia es posible porque ninguna verdad es completa y no es completa porque es posible Eduardo Nicol ilustra este ejemplo con la ldquoconcordancia de los discordantesrdquo de Heraacuteclito como muestra de civilizacioacuten La in-compatibilidad en cambio es barbarie La persecucioacuten del discre-pante no soacutelo es cosa antigua se ha producido tambieacuten entre filoacuteso-fos y esa normalidad de la hostilidad es la que representa la crisis de la dialeacutectica

En esta parte de su trabajo Nicol termina apuntando algunas interrogaciones en teacuterminos de sorpresa porque como sabemos bien mdashdicemdash ldquola sorpresa o el thauma estaacute en la geacutenesis de la filosofiacuteardquo De estas interrogantes voy a recordar soacutelo una

En tanto que el pensamiento es una poacuteiesis sus efectos recaen sobre el lugar y el tiempo en que la verdad aparece Lo cual revela otra ver-tiente de la historicidad todo pensamiento transforma al mundo sea erroacuteneo o verdadero Tal vez todas estas sorpresas no basten pero una vez mordido el fruto de la duda la voracidad es insaciable A miacute tam-bieacuten me parece insuficiente el repertorio de las dudas que he enume-rado A diferencia de quien se fortifica en lo que ya pensoacute la ventaja en este oficio de dudar es que la aventura no termina nunca18

ldquoEl hombre y la dudardquo fue precisamente el tema de una confe-rencia pronunciada por Nicol en mayo de 1969 La duda dijo enton-ces es la conciencia de la ignorancia propia por eso el filoacutesofo es vocacionalmente dubitativo y no dogmaacutetico filoacutesofo es el que bus-ca porque filosofar es preguntar Nicol se lanza en contra del ldquohom-bre segurordquo el arrogante que no soacutelo yerra sobre las cosas de afuera diga lo que diga ademaacutes yerra siempre sobre siacute mismo y ni siquie-ra lo sabe Este pobre infeliz es desdentildeoso del pasado y seguro del futuro ldquoacomodado en su deshumanizada superioridadrdquo es osten-toso de sus medios de su maacutequina de su ciencia de su dinero de

18 Metafiacutesica de la expresioacuten p 336-337

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28 historia y meacutetodo en el siglo xx

sus nuacutemeros y en suma de su poder de accioacuten Tiene todo domi-nado o lo dominaraacute menos a siacute mismo pues eacutel mismo es como un nuevo hombre pero carente de originalidad pues ya ha sido reco-nocido y clasificado Es eacuteste el mismo ser encargado de suprimir las alternativas que son sustancia de la duda es el antidialeacutectico para quien todo ha de estar decidido de antemano y uniacutevocamente me-caacutenicamente con uniformidad y sin poesiacutea Nicol confiacutea en que el destino final de este hombre seguro seraacute el mismo de Fausto pero porque si el hombre seguro gana la partida ldquose acabaraacute realmente eso que hemos llamado hombre desde que hay poesiacutea y filosofiacuteardquo19

En su libro de La vocacioacuten humana Eduardo Nicol escribioacute varios antildeos antes unas liacuteneas que yo propongo leer del modo siguiente la palabra filosoacutefica es siempre provisional es buacutesqueda y no hallazgo porque la verdad misma es un intento prolongado y no un logro ha de seguir dicieacutendose y enmendaacutendose La dignidad del arte expre-sivo entonces le presta a la filosofiacutea una libertad que no tendriacutea en el estricto menester oscuro seco atribulado a veces y siempre labo-rioso de la buacutesqueda Por esto Platoacuten intercalaba raciocinios en sus mitos Y este lujo de la palabra platoacutenica que conocemos era signo de la humildad filosoacutefica El hombre trata de rebasar los liacutemites de su propia constitucioacuten espacial y temporal de su ser aquiacute y ahora con la fantasiacutea trata de rebasar los liacutemites de la relatividad con la fe y los liacutemites de la provisionalidad que es siempre el resultado de su empentildeo de saber lo mismo en ciencia que en filosofiacutea los rebasa el hombre con el absoluto de la poesiacutea Por esto el bien decir es como una liberacioacuten que aproxima lo precario de la verdad histoacuterica a lo seguro de la poesiacutea20

Ademaacutes el bien decir tiene un valor moral de ejemplaridad in-sospechado El bien decir es el buen decir es obra de bondad y no soacutelo de belleza Y no importa que no sepamos en filosofiacutea definir el bien ni encontrar el paradigma del bien absoluto y permanente La vida histoacuterica muda los arquetipos pero la historia misma es una tradicioacuten y su continuidad no se explicariacutea si algo no quedara firme

19 ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 4-12

20 La vocacioacuten humana Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1953

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29Eduardo Nicol (1907-1990)

en la mudanza y no se transmitiese de la eacutepoca pasada a la eacutepoca nueva que la hizo caducar No estudiemos la historia a medias y por fuera nos dice vieacutendola por fuera soacutelo advertimos las diversidades y esta visioacuten produce en el aacutenimo la congoja de la relatividad Vieacuten-dola por dentro y cabalmente advertiremos que a lo largo de todas las mutaciones de criterio en culturas y en eacutepocas distintas se va marcando una escala de valores de nivel humano que nos permite sentirnos en comunidad con lo remoto y con lo diferente

Las leyes modernas no son como las de Atenas pero todaviacutea hoy estamos del lado de Soacutecrates y no del lado de Anitos Si no estuvie-ran vinculados a una tradicioacuten y dependiendo de ella nuestros juicios actuales no nos permitiriacutean discernir en el pasado quieacuten fue un hombre de honor y quieacuten un miserable Es cierto que en el fondo dice Nicol el paciacutefico razonable que fue Soacutecrates es peligroso para los dogmaacuteticos intolerantes que se han ensentildeoreado en el mundo y tambieacuten por eso es un fracasado pero aunque los reflexivos sean pocos con ellos es suficiente para asegurarnos de que el espiacuteritu de la duda que encarna Soacutecrates auacuten no ha muerto del todo21

La tradicioacuten no es fundamentalmente sino esa escala de niveles vitales que no tiene el caraacutecter de un riacutegido modelo de accioacuten o de una jerarquiacutea arbitraria de valores pero siacute tiene la fuerza de una inspiracioacuten y es lo que mantiene vinculadas a las comunidades sin que lo adviertan a veces sus propios miembros La cohesioacuten de la historia es justamente aquello que permite rebasar el tiempo histoacuteri-co y mantener diaacutelogo con el pasado La memoria es la continuidad de la existencia personal lo que nos vincula a nuestros actos pasados buenos y malos pero la historia es la memoria comuacuten que nos per-tenece y de cuyo caudal seleccionamos las almas fraternas y repu-diamos a las hostiles De este modo en el presente dos almas pueden hermanarse cuando mantienen una misma fraternidad con el pasado

Podemos decir entonces que la misioacuten principal de la filosofiacutea de la historia es hoy en diacutea mantener la tradicioacuten Estos filoacutesofos tienen que ser preservadores y mantenedores de una tradicioacuten que enlace el pasado con el futuro asiacute sea a traveacutes del intervalo

21 ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 12

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30 historia y meacutetodo en el siglo xx

desolado del presente Y esto ha de hacerse a fuerza de palabras cuanto maacutes bellas maacutes perdurables Siquiera que ellas no se con-tagien de la barbarie utilitaria del falso saber de la ambicioacuten de dominio El arte de hablar o expresarse con palabras es oficio que se aprende Pero soacutelo pueden aprenderlo con provecho quienes tienen el don de ser iacutentegramente en la palabra Lo cual significa que esas formas de expresioacuten como la filosofiacutea estricta requieren vocacioacuten responden a llamadas de vida El sentido moral de esta llamada estriba en que el arte expresivo es un servicio para la co-munidad Expresarse es existir y expresarse es ser en otros entrar en comunicacioacuten y diaacutelogo con otros Pero el simple uso de la pa-labra no hace del hombre un ser generoso En el uso utilitario la expresioacuten no es maacutes que el egoiacutesmo natural del ser que atiende a sus necesidades y que existe para siacute aunque radica en la comuni-dad Por el contrario expresarse con arte por lo mismo que es algo innecesario y desinteresado entrantildea una forma de ser para ti una existencia literalmente servicial y generosa que se entrega por completo en la palabra

En unas pocas liacuteneas muy parecidas pero creo que sin duda mucho maacutes elocuentes Eduardo Nicol escribioacute lo siguiente en su proacutelogo a los Diaacutelogos sobre religioacuten natural de David Hume

Hablar es cosa tan tremenda que San Agustiacuten pediacutea misericordia para poder hacerlo No todo el que habla sin embargo necesita de la mise-ricordia ni hace una cosa tremenda Pues hay muchos modos de hablar y se habla de muchas cosas O si se quiere hablamos en verdad muy pocas veces muy pocas empentildeando a la verdad en lo que decimos La palabra no puede ser tremenda cuando soacutelo es un signo uacutetil para la vida cuando tiene una mera funcioacuten indicativa y no expresiva cuando se cambia como el signo monetario Entonces no hay en ella ni buscamos en ella pretensioacuten ni compromiso de verdad Tremendo es hablar empentildeando el alma entera en la palabra o hablando de algo entero cuando hay la entereza de la cosa y la entereza del que habla El hablar con verdad nos hace y esto es tremendo22

22 David Hume Diaacutelogos sobre religioacuten natural trad de Edmundo OrsquoGorman proacute-logo de Eduardo Nicol Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1942

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31Eduardo Nicol (1907-1990)

Conclusioacuten

Los filoacutesofos ―escribioacute Nicol― incurrimos con frecuencia en el desati-no de dar consejo a quien no lo pide Me disculpo por esta reincidencia si les sugiero que desconfiacuteen de aquellos pensadores (que pueden tener reconocido prestigio internacional) dedicados a una disciplina llama-da filosofiacutea de la ciencia y que no se percatan siquiera del problema de la historicidad [hellip] Desconfiacuteen igualmente de aquellos que andan por ahiacute haciendo filosofiacutea de la historia (muy distinguidos tambieacuten y cuyas obras traducidas suelen tener gran aceptacioacuten) y que tampoco se per-catan de que esta disciplina suya envuelve el problema de la ciencia en general del fundamento de toda ciencia posible Porque no soacutelo no es legiacutetimo cultivar la ciencia histoacuterica sin establecer formalmente y de manera previa el estatuto ontoloacutegico de la realidad histoacuterica es auacuten maacutes ilegiacutetimo ldquohacer filosofiacutea de la historia con la creencia impliacutecita de que esta disciplina no estaacute encuadrada en el dominio de la ciencia principal la ciencia de la ciencia iquestQueacute es eso de hacer filosofiacutea de la historia sin haber planteado siquiera el problema de la historicidad de la propia filosofiacutea Y esto significa el problema de la posibilidad de un conocimiento verdadero en cualquier dominio cientiacuteficordquo23

Como a veces ocurre cuando nos encontramos con apreciaciones tan certeras acerca del modo de proceder de algunos historiadores y filoacutesofos ignoramos los nombres de aquellos en quienes pensaba Nicol cuando escribioacute este pasaje pero no importa averiguarlos por-que sin duda en sus palabras encontramos la imagen clara de algu-nos otros a quienes conocemos hoy Maacutes allaacute de esto cabe retener la relacioacuten entre el estatuto ontoloacutegico de la realidad histoacuterica y la per-tenencia de la filosofiacutea de la historia a la ciencia de la ciencia A este respecto aclaroacute coacutemo es que la omisioacuten de un problema no anula su vigencia El problema de la historia es actual y estaacute relacionado con las cuestiones principales de la filosofiacutea aunque su actualidad filo-soacutefica soacutelo por accidente coincide con las actualidades caracterizadas por las soluciones preferidas maacutes que por las interrogaciones

Tal vez dice Nicol la escasa atencioacuten que hoy se dedica a esas cuestiones de principio explicariacutea la correspondiente escasez de

23 Metafiacutesica de la expresioacuten p 332

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32 historia y meacutetodo en el siglo xx

investigaciones radicales sobre lo histoacuterico y antildeadioacute ldquoAlgunos filoacuteso-fos prescinden del problema como si la historicidad no afectara a su propio pensamiento Otros asignan a la historia un lugar prominente porque juzgan que dejoacute de ser problema En estas condiciones resul-tariacutea revolucionario el soacutelo intento de presentar la historia como pro-blema ontoloacutegico No importa si por esto mismo la operacioacuten pare-ce quedar al margen de las actualidadesrdquo24 Esto nos permite recordar una afirmacioacuten que con frecuencia escuchamos o leemos sin reflexioacuten alguna y seguacuten la cual el hombre es un ser histoacuterico lo que significa no soacutelo que hace la historia sino que se hace a siacute mismo histoacutericamen-te En una modalidad formal de la constitucioacuten de una ontologiacutea de la historia lo que Nicol afirma es que no tenemos el hombre y la historia como dos realidades que puedan considerarse en su raiacutez separada-mente ldquoLa historia es historia del ser humanordquo Por eso reconocemos de nuevo la razoacuten por la cual en un sentido riguroso el meacutetodo de la investigacioacuten ontoloacutegica debe ser el meacutetodo de la correlacioacuten entre un anaacutelisis histoacuterico y un anaacutelisis fenomenoloacutegico25

Si alguien se pregunta entonces en queacute consiste el meacutetodo feno-menoloacutegico para Eduardo Nicol y coacutemo llevarlo a su aplicacioacuten en la ciencia de la historia yo diriacutea que en hacer esto precisamente Eacutel habla desde luego del filoacutesofo pero yo no le pediriacutea menos al his-toriador Es cierto mientras la comunidad estaacute vuelta de espaldas ocupada en minuacutesculos asuntos de gran importancia como lo son el progreso y el provecho el filoacutesofo de la historia tiene la misioacuten de ser la conciencia de la comunidad Para Nicol ser desdentildeoso es una afectacioacuten y es una traicioacuten ser mero espectador Es un actor por el contrario un hombre de veras en un mundo de veras que ha de estar en un diaacutelogo permanente viviendo en la escena del mundo Su tragedia es que la escena permanezca desierta y que su palabra se convierta en un monoacutelogo Su tragedia es tener siempre maacutes ca-pacidad de vida que la vida efectiva tener capacidad de querer maacutes cosas de las que se ponen al alcance del amor La respuesta que eacutel espera y no recibe es la enmienda de esas corrupciones e insensateces y agresividades de un mundo sin honor o en el que el deshonor

24 Criacutetica de la razoacuten simboacutelica p 10325 Ibidem p 106-112

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33Eduardo Nicol (1907-1990)

nunca se toma en cuenta si se envuelve de riqueza o poderiacuteo No puede ser espectador cuando la piedad se prostituye convirtieacutendose en defensa que ya fuera innecesaria del fuerte contra el deacutebil cuan-do el amor pasa a ser tema de historia o de psicoterapia cuando la esperanza de bien se considera inconciencia del iluso cuando todo semejante se juzga un competidor y por ello un adversario potencial cuando tantas naciones son gobernadas por la triste y vanidosa me-diocridad o por la infamia cuando no hay fuerza verdadera de pa-siones grandes ni delicadeza Para el verdadero filoacutesofo buscar el bien de cada lado casi siempre es recibir lo peor de cada lado porque ha de sentir como propios todos los infortunios ajenos

Por esto la misioacuten uacuteltima de la filosofiacutea consiste en revelar su propia insuficiencia No hay nada peor que la suficiencia nada tan engantildeoso como la simple razoacuten pues no siendo ella jamaacutes tan pura tan cristalina y esterilizada como pretenden algunos desinformados confundimos muchas veces las grandes verdades con nuestros an-tojos especulativos La filosofiacutea acadeacutemica que elabora sistemas como castillos en el aire olvida la sumisioacuten que debemos a las cosas y nuestra propia naturaleza finita y decaiacuteda y promulga sus ver-dades con voz de autoridad tanto maacutes resonante cuanto maacutes adul-teradas de error y fantasiacutea Por queacute se filosofa ha de ser maacutes impor-tante que la filosofiacutea que hagamos lo que haya detraacutes de ella ha de valer maacutes que ella misma Los sistemas han de ser bien cons-truidos como las casas que hacer bien las cosas es parte de la mo-ral del trabajo pero el mero constructor de sistemas no es un sabio y no se puede ser sabio sin ser hombre de bien ni hombre de bien cuando el mal se contempla como si fuera un espectaacuteculo El filoacute-sofo es un hombre como todos los demaacutes no estaacute por encima del bien y del mal porque no estaacute por encima de la vida Estaacute como todos en el centro mismo de la brega y si por algo han de distin-guirlo en ella los demaacutes ha de ser por la manera de bregar sin enga-ntildear a nadie porque no puede engantildearse a siacute mismo26 Yo creo que el meacutetodo fenomenoloacutegico de Eduardo Nicol hasta donde puedo llegar ahora es esto que tiene para ofrecer a la ciencia de la historia un punto de partida verdadero

26 La vocacioacuten humana p 19

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34 historia y meacutetodo en el siglo xx

bIblIograFiacutea

abellaacuten Joseacute Luis El exilio filosoacutefico en Ameacuterica Los transterrados de 1939 Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998

Eduardo Nicol La filosofiacutea como razoacuten simboacutelica nuacutemero monograacute-fico de la revista Anthropos 1998 extra nuacutemero 3

Eduard Nicol semblanza drsquoun filosof edicioacuten a cargo de Aacutengel Castintildeeira Barcelona Acta 1991

gonzaacutelez Juliana La metafiacutesica dialeacutectica de Eduardo Nicol Meacutexico Univer-sidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1981

HorneFFer Ricardo Eduardo Nicol Semblanza Zapopan (Jalisco)Barce-lona El Colegio de JaliscoGeacuteneralitat de Catalunya 2000

HuMe David Diaacutelogos sobre religioacuten natural traduccioacuten de Edmundo OrsquoGorman proacutelogo de Eduardo Nicol Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1942 xlvII+170 p

Husserl Edmund Ideas relativas a una fenomenologiacutea pura y una filosofiacutea fe-nomenoloacutegica Libro primero Introduccioacuten general a la fenomenologiacutea pura nueva edicioacuten y refundicioacuten integral de la traduccioacuten de Joseacute Gaos de Antonio Zirioacuten Quijano Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones FilosoacuteficasFondo de Cultura Econoacutemica 2013 808 p (Coleccioacuten Filosofiacutea Contemporaacutenea)

Krauss Rosalind E La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos versioacuten de Adolfo Goacutemez Cedillo Madrid Alianza 1996 320 p (Alianza Forma 135)

nIcol Eduardo Criacutetica de la razoacuten simboacutelica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1982 280 p (Seccioacuten de Obras de Filosofiacutea)

ldquoEl hombre y la dudardquo Thesis Nueva revista de Filosofiacutea y Letras antildeo II n 6 julio de 1980 p 4-12

Historicismo y existencialismo La temporalidad del ser y la razoacuten Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1950 373 p

Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 427 p

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35Eduardo Nicol (1907-1990)

ldquoLa ciencia de la historia y la historicidad de la cienciardquo en Ideas de vario linaje Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y Letras 1990 p 327-337

La vocacioacuten humana Meacutexico El Colegio de Meacutexico 1953 352 p

Metafiacutesica de la expresioacuten 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Eco-noacutemica 1974 285 p (Seccioacuten de Obras de Filosofiacutea)

soKolowsKI Robert Introduccioacuten a la fenomenologiacutea trad de Esteban Mariacuten Aacutevila Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2012 300 p (Coleccioacuten Filoso-fiacutea Serie Fenomenologiacutea 13)

zIrIoacuten QuIjano Antonio Historia de la fenomenologiacutea en Meacutexico Morelia Red Utopiacutea Jitanjaacutefora 2003 479 p (Coleccioacuten Filosofiacutea Serie Feno-menologiacutea 1)

La fenomenologiacutea en Meacutexico Historia y antologiacutea estudio introduc-torio y seleccioacuten de textos Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Facultad de Filosofiacutea y LetrasUniversidad Michoacana de San Nicolaacutes de HidalgoRed Utopiacutea Jitanjaacutefora 2009 551 p

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La hermeneacuteutica en la teoriacutea de la historia de Edmundo OrsquoGorman

(1906-1995)PIlar gIlardI gonzaacutelez

Universidad Nacional Autoacutenoma de MeacutexicoInstituto de Investigaciones Histoacutericas

La tarea de Edmundo OrsquoGorman y el caraacutecter metoacutedico de la hermeneacuteutica

De la preocupacioacuten fundamental por el caraacutecter vivo de la historia se desprenderaacute en Edmundo OrsquoGorman el anaacutelisis sobre los presu-puestos metodoloacutegicos de la ciencia que la estudia En efecto el historiador sabe de acuerdo con las ensentildeanzas recibidas de su maestro Joseacute Gaos conocedor de la fenomenologiacutea y el existencia-lismo que la manera de concebir el conocimiento se funda en una determinada forma de comprender el objeto o la realidad en cues-tioacuten En su texto de 1947 Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica en el cual me apoyo para este artiacuteculo agradece a su maestro las lecciones transmitidas y reconoce la gran influencia recibida de la filosofiacutea de Martin Heidegger

En las primeras liacuteneas de este libro fundamental para la teoriacutea de la historia ogormaniana sentildeala su propoacutesito ldquoExaminar en queacute consiste el conocimiento historiograacutefico en cuanto tal conocimiento y llegar asiacute a una determinacioacuten de sus supuestos [hellip] Se trata de una revisioacuten de la historia de la historiografiacutea y de un anaacutelisis criacuteti-co de su meacutetodordquo1 En este sentido el historiador no pretende llevar a cabo una buacutesqueda erudita que antildeada maacutes informacioacuten a la ya muy probablemente extensa investigacioacuten sobre determinado tema histoacuterico lo que le incumbe es mostrar que ldquo[hellip] la verdad no pue-de limitarse a simplemente corregir tal o cual interpretacioacuten de sus mayores heredada sino que se trata de aventurarse a expresar por cuenta propia una que puedan llamar suya y que por propia sea

1 Edmundo OrsquoGorman Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2006 p x

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38 historia y meacutetodo en el siglo xx

verdaderamente una interpretacioacuten referencia a su modo maacutes per-sonal de vida descubrimiento significativordquo2

OrsquoGorman no tiene pues como objetivo buscar posibles ldquoerroresrdquo en la historia que hemos recibido ya que de entrada la nocioacuten de ldquoerrorrdquo en la historia tiene un significado enteramente distinto al que posee en las ciencias naturales En efecto afirma el historiador

La Historia si se la ve en abstracto no puede menos de parecer como una larguiacutesima cadena de errores lo que viene a decir que en histo-ria la nocioacuten de error como la entienden las ciencias fiacutesicas no tiene validez a no ser que se decrete que toda la Historia es ella un error notorio disparate grandiacutesimo [hellip] No se trata pues de algo ldquosus-ceptible de correccioacutenrdquo sino de algo que aceptado en cuanto lo que es debe comprenderse con referencia a nosotros mismos es decir significativamente3

La tarea de nuestro autor consistiraacute en desfundar la interpretacioacuten llevada a cabo por el conocimiento historiograacutefico tradicional y asiacute exhibir sus bases y presupuestos Al hacerlo se pondraacute de manifies-to que la concepcioacuten del pasado que alliacute se representa escinde la historia de la vida De tal forma nos dice OrsquoGorman ldquo[hellip] en lugar de adicionar o rectificar la vieja nocioacuten hay que empezar por des-fundarla exhibiendo sus bases y presupuestos y por consiguiente que la tarea verdadera consiste ante todo en examinar los oriacutegenes los prejuicios y los procesos de las verdades recibidas En una pala-bra hacer cuestioacuten expresa de la historia de la historiardquo4

Porque a decir del historiador mexicano ldquola indistincioacuten termi-noloacutegica es semillero de monstruosrdquo5 conviene aclarar desde un inicio el origen de los conceptos utilizados El sentido del teacutermino desfundar con el que liacuteneas maacutes arriba OrsquoGorman califica la tarea que se propone llevar a cabo no debe pasar inadvertido ya que expresa el caraacutecter propio de la hermeneacuteutica tal y como es comprendida por Heidegger y recibida por OrsquoGorman En efecto para el filoacutesofo alemaacuten

2 Ibidem p 83 Ibidem p 94 Idem Las cursivas son miacuteas5 Ibidem p 18

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39la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

la hermeneacuteutica ya no es concebida como doctrina del arte de inter-pretacioacuten de textos o como mera teoriacutea de la interpretacioacuten La her-meneacuteutica tal y como es concebida por Heidegger va maacutes allaacute de la distincioacuten claacutesica entre el meacutetodo de las ciencias naturales y el meacute-todo de la comprensioacuten de las ciencias histoacutericas establecido por Dilthey y se desmarca del concepto claacutesico de hermeneacuteutica como ars interpretandi es decir como teacutecnica de interpretacioacuten de textos claacutesicos juriacutedicos y teoloacutegicos y como ldquoteoriacutea del comprenderrdquo6 Heidegger asigna a eacutesta un nuevo valor filosoacutefico por el que el com-prender (y no el entender teoacuterico-cognoscitivo) ya no es una simple operacioacuten cognoscitiva sino una modalidad de existencia por la que la vida humana articula su mundo y su historia7

En este sentido congruente con la radicalizacioacuten de los concep-tos filosoacuteficos que llevaraacute a cabo en su quehacer filosoacutefico la herme-neacuteutica deberaacute comprenderse como el modo de acceso a la vida faacutectica e histoacuterica aacutembito desde el cual la filosofiacutea si pretende ser ciencia de lo originario debe partir8

Para Heidegger la hermeneacuteutica como meacutetodo debe lograr apre-hender este aacutembito originario libre de los encubrimientos que ine-vitablemente recibimos de la tradicioacuten En este sentido se trata de sacar a la luz la historia de los encubrimientos heredados9 Este sen-tido de la hermeneacuteutica seraacute fundamental para Edmundo OrsquoGorman Cotidianamente estamos a tal grado inmersos y absorbidos por las cosas que nos rodean y por el conocimiento que recibimos de la tra-dicioacuten que no advertimos coacutemo y desde doacutende nos es dado aquello que nos es dado

Es precisamente aquiacute donde interviene la hermeneacuteutica como movi-miento de descubrimiento de des-velamiento des-enmascaramiento

6 Jesuacutes Adriaacuten Escudero El lenguaje de Heidegger Diccionario filosoacutefico 1912-1927 Barcelona Herder 2009 p 108

7 Cfr ibidem8 ldquoEl teacutermino hermeneacuteutica pretende indicar el modo unitario de abordar plantear

acceder a ella cuestionar y explicar la facticidadrdquo Cfr Martin Heidegger Ontologiacutea Hermeneacuteutica de la facticidad trad de Jaime Aspiunza Madrid Alianza 1999 p 27 En adelante ohf

9 Ibidem p 99

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40 historia y meacutetodo en el siglo xx

[] En efecto la invocacioacuten a las cosas mismas (propia de la fenome-nologiacutea) supone que no las vemos en siacute mismas sino encubiertas en un campo que las distorsiona y desfigura (como por ejemplo el de una tradicioacuten que nos ensentildea queacute cosas vemos y coacutemo tenemos que verlas) [hellip] El lema ldquoa las cosas mismasrdquo significa eliminar los presupuestos de iacutendole filosoacutefica cientiacutefica o histoacuterica que recubren la experiencia inmediata de la vida10

Este propoacutesito soacutelo puede lograrse a partir de un desmontaje (Abbau) o destruccioacuten (Destruktion) de la tradicioacuten11 Sin embargo hay que afirmar que

La destruccioacuten no tiene el sentido negativo de un deshacerse de la tradicioacuten ontoloacutegica Por el contrario lo que busca es circunscribirla en lo positivo de sus posibilidades lo que implica siempre acotarla en sus liacutemites es decir en los liacutemites faacutecticamente dados en el respectivo cuestionamiento y en la delimitacioacuten del posible campo de investi-gacioacuten bosquejado desde aqueacutel12

Lejos de pretender sepultar el pasado en la nada la destruccioacuten debe hacer patentes los presupuestos encubiertos eacutesta es su funcioacuten positiva la negativa la que hemos comprendido como desmontaje es soacutelo impliacutecita e indirecta13 La hermeneacuteutica asiacute concebida es eminentemente deconstructiva y criacutetica14 Soacutelo puede llevarse a cabo

10 Cfr Jesuacutes Adriaacuten Escudero Heidegger y la genealogiacutea de la pregunta por el ser Bar-celona Herder 2010 p 476-477

11 ldquoHeidegger plantea la necesidad de un desmontaje de una destruccioacuten de los conceptos heredados acriacuteticamente por la tradicioacuten [hellip] Al reconocer que en la inter-pretacioacuten puacuteblica en que nos movemos existen elementos que pueden ocultar desfigu-rar encubrir velar deformar enmascarar nivelar o desvirtuar nuestra comprensioacuten inmediata de la situacioacuten hermeneacuteutica se impone un momento de desmontaje (Abbau) de la orientacioacuten previa Aquiacute es donde la hermeneacuteutica interviene en calidad de contra-movimiento que des-cubre des-vela des-oculta las diferentes maacutescaras de la publicidad como fuerza capaz de neutralizar de suspender la validez de la autoridad anoacutenima de la tradicioacutenrdquo Escudero El lenguaje de Heideggerhellip p 35-36

12 Martin Heidegger Ser y tiempo trad de Jorge Eduardo Rivera Santiago de Chile Editorial Universitaria 2002 p 64 En adelante st

13 Cfr ibidem14 ohf p 135

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41la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

como criacutetica histoacuterica radical15 En este sentido la destruccioacuten supo-ne una revisioacuten profundamente histoacuterica anclada en la propia his-toricidad del hombre

Como meacutetodo la hermeneacuteutica no tiene caraacutecter meramente instrumental o teacutecnico16 No es algo que se impone al objeto en cues-tioacuten sino que por el contrario siendo fieles al principio fenomeno-loacutegico de ldquovolver a las cosas mismasrdquo hay que afirmar que es del tipo de objeto y de su correspondiente modo de acceso de donde debe extraerse el sentido del rigor de la ciencia17 Por eso reflexionar sobre el meacutetodo no significa definir teacutecnicas de investigacioacuten histo-riograacutefica El meacutetodo no debe entenderse como herramienta sino como el modo de acceso que permite la comprensioacuten de la realidad histoacuterica que somos en cada caso nosotros mismos

Ahora bien la puesta en marcha del meacutetodo hermeneacuteutico im-plicaraacute para OrsquoGorman poner al descubierto los presupuestos desde los que se ha construido el conocimiento cientiacutefico y por extensioacuten la idea de ciencia histoacuterica

Es bien conocido que la transformacioacuten de la historiografiacutea en ciencia formal comienza con la Alemania moderna El pensamiento moderno se distingue desde sus inicios por la buacutesqueda de objeti-vidad eacutesta constituye el garante de la imparcialidad que de acuerdo con las ciencias exactas pertenece a la verdad18

Las ciencias naturales proceden a partir de la objetivacioacuten de su asunto Objetivar significa hacer presente representar En latiacuten el

15 Cfr ohf p 135-13616 En efecto para Heidegger ldquoEl meacutetodo no es ninguacuten procedimiento externo sino

que se halla en estrecha relacioacuten con su objeto [hellip] El meacutetodo filosoacutefico no es pues nin-guacuten medio teacutecnico o herramienta sino soacutelo posible al incluir al lsquoobjetorsquo por investigar En sentido estricto el meacutetodo es determinado por el lsquoobjetorsquo Por eso es importante advertir que si es el objeto el que dicta o sentildeala el meacutetodo y de eacuteste es propio el caraacutecter de mundo esto es la significatividad entonces eacuteste es eminentemente hermeneacuteuticordquo Aacutengel Xolocotzi Fenomenologiacutea de la vida faacutectica Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2004 p 51

17 Ibidem p 9618 Cfr Pilar Gilardi ldquoEl problema de la verdad histoacuterica una lectura desde la feno-

menologiacutea hermeneacuteuticardquo Estudios de Historia Moderna y Contemporaacutenea de Meacutexico Ins-tituto de Investigaciones Histoacutericas Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico n 46 julio-diciembre 2013 p 121-140

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42 historia y meacutetodo en el siglo xx

verbo repraesentatio- representare proviene del teacutermino praesens que significa hacer presente presentar o poner delante19 A traveacutes del comportamiento cientiacutefico las cosas adquieren el caraacutecter de objeto es decir de aquello que estaacute-ahiacute enfrente y este en-frente es el que permite o mejor dicho del que brota la posibilidad de hacer del ente en cuestioacuten un tema una teoriacutea Desde eacutesta se ofrece un aspecto del ente y eacuteste toma el lugar de la investigacioacuten En la captacioacuten teoacuterica lo pensado tiene el modo de ser de la presencia El acto mismo de pensar consiste en traer a la presencia lo pensado

La pregunta cientiacutefica estaacute orientada por el ente considerado en su objetividad La aspiracioacuten de la ciencia por conocer las cosas en siacute mismas en su esencia significa conocer lo que en eacutestas se repite lo que las hace ser lo que son pero este ldquolo que las hace ser lo que sonrdquo es en-tendido como universal De esta manera la ciencia es capaz de cap-turar de trazar un sentido universal abstracto bajo el supuesto de que todo puede reducirse a un uacutenico principio La totalidad de lo ente asiacute entendida deja de lado la singularidad y por ende la diferencia

Si la historiografiacutea pretende llamarse a siacute misma ciencia deberaacute entonces cumplir con estos requisitos Deberaacute ajustarse al modo de proceder de las ciencias naturales cuyo modelo es la ciencia mate-maacutetica que poco o nada tiene que ver con la realidad histoacuterica En efecto eso que denominamos asiacute sin maacutes preaacutembulo historia no tiene el caraacutecter de lo que estaacute simplemente ahiacute presente La historia como categoriacutea de la existencia tiene caraacutecter de acontecimiento es aquello que nos acontece y que nos constituye no es algo que pueda aprehenderse por medio de abstracciones y no tiene que ver tanto con lo universal sino con lo singular y concreto En este sentido la verdad histoacuterica no puede resolverse en abstracciones sino en el aacutembito de lo particular y determinado

Y sin embargo ajustaacutendose al modelo cientiacutefico la historiografiacutea ha considerado al pasado como un ente maacutes entre los entes Ha olvi-dado que el pasado es un modo del tiempo y eacuteste en definitiva no es un ente20 Al considerar el pasado como un ente lo ha objetivado

19 Aacutengel Xolocotzi Subjetividad radical y comprensioacuten afectiva Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2007 p 155

20 st p 123

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43la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

y ha conseguido hacer de eacutel una especie de foacutesil o relicario ajeno a la vida Procediendo de tal modo lograraacute la objetividad y la im-parcialidad buscada a costa de la naturaleza de su propio objeto de estudio En este sentido afirma OrsquoGorman ldquo[hellip] para la histo-riografiacutea lo esencial seriacutea que no fuese posible comprobar parcia-lidad alguna aunque de hecho no dejara de estar presente Par-cialidad incomprobable tal en efecto era la foacutermula maacutegica en cuya virtud la historiografiacutea podriacutea en lo sucesivo hablarse hasta de tuacute con las matemaacuteticasrdquo21

El historiador mexicano encuentra en Ranke la personificacioacuten de esta postura que aniquila la vitalidad de la historia En uno de los paacuterrafos maacutes conocidos de su libro nos dice

Ranke estaacute firmemente persuadido de que la historia es lo pasado lo que ya pasoacute y que en consecuencia lo presente le es constitutivamen-te ajeno [hellip] El postulado sobre el que se levanta la historiografiacutea tra-dicional es el siguiente entre el presente y el pasado entre vida e historia surge un golfo impasable que hace pedazos la unidad de la vida entre nosotros y nuestra historia22

El feacuterreo propoacutesito de hacer de la historia una ciencia y la inter-pretacioacuten inherente a eacutesta de comprender la verdad en teacuterminos de objetividad e imparcialidad olvida la pregunta esencial sobre el ser de la realidad histoacuterica En efecto la historiografiacutea tradicional se caracteriza por la ausencia de la preocupacioacuten por comprender el ser de la realidad que estudia En la medida en que considera el pasado como una cosa visible y tangible que comparte el mismo modo de ser de los entes naturales cree lograr la neutralidad y la imparcialidad propias de todo saber cientiacutefico que se jacte de serlo Asiacute lo funda-mental para la ciencia histoacuterica seraacute como lo sentildealoacute Ranke dar cuen-ta de los hechos tal y como eacutestos ocurrieron de manera imparcial y desinteresada

El pasado humano se convierte asiacute en un ser objetivo corporal en algo visible y tangible en una cosa ldquoque quedardquo Ranke cosifica a la historia Pero iquestqueacute profundo motivo se esconde detraacutes de semejante

21 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 5122 Ibidem p 55-56

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44 historia y meacutetodo en el siglo xx

postulado iquestNo seraacute que obedece a que el hombre se ha interpretado a siacute mismo en teacuterminos de substancia y naturaleza23

El caraacutecter interpretativo del conocimiento

No obstante advierte el historiador hay en la historiografiacutea natu-ralista una gran ingenuidad ya que al olvidar la pregunta esencial sobre el modo de ser de su objeto de estudio no se percata de que la realidad histoacuterica somos nosotros mismos nosotros que en la me-dida en que somos en el mundo y no frente a eacutel tenemos la forma de ser de la comprensioacuten (Verstehen) y la interpretacioacuten (Auslegung) Esto uacuteltimo significa que todo lo que nos es dado a traveacutes de los distintos comportamientos que nos determinan estaacute atravesado por estas formas estructurales de proceder De tal forma la ciencia o comportamiento teoacuterico no escapa a este modo de ser eminentemen-te interpretativo OrsquoGorman siguiendo a Heidegger lo explica asiacute

Conviene averiguar sin embargo de queacute modo se origina la ciencia para ver si la historiografiacutea verdaderamente queda comprendida den-tro de la descripcioacuten general de ese fenoacutemeno Aprovechemos aquiacute las ensentildeanzas de Heidegger acerca de esta cuestioacuten Ensentildea el maestro que por ldquopreocupacioacutenrdquo hemos de entender el existir del hombre en-tregado al mundo que lo circunda Tal preocupacioacuten que es un ldquoexis-tir enrdquo y que las maacutes de las veces toma la forma de un haacutebito se con-creta en muacuteltiples operaciones cuya praacutectica supone una manipulacioacuten instrumental pues que el correlato de la preocupacioacuten es considerar-lo todo desde el punto de vista de su ldquoutilidad posiblerdquo Ahora bien advierte Heidegger que hay una preocupacioacuten especial que no se refie-re a un objeto praacutectico Es la preocupacioacuten sabia o sea la preocupacioacuten especulativa de iacutendole teoreacutetica origen de la ciencia24

En efecto el modo de ser que seguacuten Heidegger determina el ser del hombre es el cuidado (Sorge)25 o la preocupacioacuten (Besorgnis)

23 Ibidem p 56-5724 Ibidem p 133-13425 ldquoEl cuidado es una de las estructuras ontoloacutegicas fundamentales del Dasein Sor-

ge tiene en alemaacuten diferentes acepciones lsquocuidadorsquo lsquopreocupacioacutenrsquo lsquoinquietudrsquo lsquosolici-

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45la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

Con estos teacuterminos el filoacutesofo alemaacuten pretende poner de manifies-to que el ser del hombre antes de poder ser definido en teacuterminos de conciencia o reflexioacuten debe entenderse en teacuterminos praacutecticos26 De tal forma la ciencia como comportamiento teoacuterico es expresioacuten de eacuteste su modo de ser

El cuidado o la preocupacioacuten se expresan a traveacutes del trato esto es en el habeacuternoslas con las cosas que forman parte del mundo en el que estamos Este mundo debe entenderse como contexto esto es como esa red o plexo significativo en el que todas las cosas remiten a otras que no son ellas mismas De tal forma es posible afirmar que el caraacutecter significativo de todo lo que nos rodea proviene del caraacutecter referencial que constituye y determina a los entes

Los entes y los hechos que configuran la vida cotidiana nunca nos son dados como meras cosas en un estado neutral si asiacute suce-diera nos resultariacutean inaccesibles Todo lo que nos rodea las cosas las situaciones en las que nos encontramos los hechos que narramos refieren a otra cosa a otra situacioacuten a otro hecho que en uacuteltima instancia apunta al hombre Asiacute por ejemplo la mesa comparece como aquello para comer y para escribir la universidad la casa o el

tudrsquo Dado el componente praacutectico y dinaacutemico que Heidegger atribuye a la Sorge la mejor solucioacuten para traducir Sorge es lsquocuidadorsquo en lugar del arcaiacutesmo lsquocurarsquo Este ingre-diente de actividad y movilidad inherente a la vida faacutectica queda muy bien reflejado en el verbo sorgen lsquocuidarrsquo lsquotener cuidadorsquo o lsquohabeacuterselas conrsquo ldquo Escudero El lenguaje de Heideggerhellip p 156

26 La praxis constituye para Heidegger no soacutelo un modo de conocimiento sino un modo de ser Respecto de la apropiacioacuten y la radicalizacioacuten de la nocioacuten de praxis en Heidegger la extraordinaria interpretacioacuten de Franco Volpi resulta ya una referencia obligada ldquoEn ce qui concerne le concept selon moi central de praxis Heidegger croit pouvoir saisir chez Aristote comme on lrsquoa vu un double emploi du concept un emploi ontique dans lequel le terme indique les praxeis particuliegraveres et drsquoapregraves lequel les praxeis se trouvent certes distingueacutees mais au mecircme niveau que les poieseis et les theoriai par-ticuliegraveres crsquoest lrsquoemploi par exemple du deacutebut de Lrsquoeacutethique agrave Nicomaque et un emploi philosophique ontologique dans lequel praxis nrsquoindique pas drsquoactions particuliegraveres mais une modaliteacute drsquoecirctrerdquo Franco Volpi ldquoDasein comme praxis lrsquoassimilation et la ra-dicalisation heideggerienne de la philosophie pratique drsquoAristoterdquo en Franco Volpi (ed) Heidegger et lrsquoideacutee de la pheacutenomeacutenologie Dordrecht (Holanda) Kluwer Academic Publi-shers 1988 p 23 Veacuteanse ademaacutes del mismo autor Heidegger y Aristoacuteteles Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2012 y ldquoLa trasformazione della fenomenologia da Husserl a Heideggerrdquo Theoria n 4 1984 Tambieacuten de Carmen Segura Peraita Hermeneacuteutica de la vida humana en torno al informe Natorp de M Heidegger Madrid Trotta 2002

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46 historia y meacutetodo en el siglo xx

cine como lugares de aprendizaje de descanso o de recreo Una situacioacuten o un hecho determinado como puede ser una inundacioacuten una guerra o un acuerdo de paz aunque todaviacutea no reciban el tiacutetu-lo con el que la ciencia histoacuterica los haraacute pasar a la posteridad estaacuten ya dotados de una significacioacuten que no es fruto de una construccioacuten a posteriori Lo que con esta uacuteltima afirmacioacuten se quiere poner de manifiesto es que el caraacutecter comprensivo e interpretativo que determina nuestro ser en el mundo es a priori esto es estructural

Historiografiacutea auteacutentica temporalidad e historicidad

Precisamente porque la interpretacioacuten es un rasgo estructural de la vida la hermeneacuteutica se reconoce como el meacutetodo capaz de articu-lar en conceptos la facticidad y la historicidad que determinan el modo de ser del hombre Ahora bien el reconocimiento de la histo-ricidad del hombre situacutea en definitiva la plataforma desde la cual deberaacute llevarse a cabo la denominada por OrsquoGorman historiografiacutea auteacutentica Eacutesta a diferencia de la historiografiacutea naturalista debe co-menzar por determinar con precisioacuten la naturaleza de su objeto Debe recordar que nuestra existencia es histoacuterica que somos historia De tal forma el historiador no vacila en afirmar que ldquoLa historiografiacutea auteacutentica es un recordar ontoloacutegicordquo27

La historicidad es expresioacuten del caraacutecter eminentemente tempo-ral del hombre En sentido estricto hay que afirmar que el hombre no estaacute en el tiempo sino que es tiempo28 El tiempo del hombre es justamente tiempo histoacuterico No estaacute aquiacute en juego la discusioacuten sobre el tiempo de la naturaleza ni que es un hecho del que no se puede dudar sin caer en el absurdo que una vez que hayamos desaparecido de este mundo el tiempo seguiraacute su curso Al afirmar que la tempora-lidad es constitutiva del hombre y que la historicidad es su expresioacuten maacutes iacutentima a lo que Heidegger apunta es a la radical finitud y con-tingencia que atraviesa el ser del hombre rasgo que por cierto no

27 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 20328 ldquoEl anaacutelisis de la historicidad del Dasein intenta mostrar que este ente no es

lsquotempoacutereorsquo porque lsquoesteacute dentro de la historiarsquo sino que por el contrario soacutelo existe y puede existir histoacutericamente porque es tempoacutereo en el fondo de su serrdquo st p 393

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47la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

estaraacute presente como tal en la interpretacioacuten que OrsquoGorman lleva a cabo de dichos fenoacutemenos El tiempo de las ciencias naturales ese que sigue su curso responde a una concepcioacuten netamente lineal de pasado presente y futuro Sin embargo esta comprensioacuten del tiem-po procede de una abstraccioacuten que como vimos anteriormente fa-cilita la consideracioacuten del pasado como aquello que ha quedado atraacutes y la exclusioacuten de vida e historia Si en cambio estamos atentos a la vida tal y como es vivida seraacute necesario reconocer que ahora mismo ya somos nuestro pasado y que ahora mismo ya se anuncian las posibilidades que tienen la forma de ser de eso que llamamos futuro

Ahora bien en la medida en que la existencia es su historicidad segrega ldquohechosrdquo Los hechos que constituyen el saber histoacuterico nos dice OrsquoGorman

[hellip] son historicidad exteriorizada y plasmada Los hechos objetos histoacutericos no lo son de suyo sino de prestado por asiacute decirlo En sen-tido estricto hay que afirmar que hay hechos y objetos histoacutericos porque el hombre es primeramente histoacuterico y no al reveacutes como piensa el pensar cotidiano29

De tal manera la historicidad puede comprenderse de dos modos si nos fijamos en el porvenir (momento decisivo para Heidegger origen del pasado y presente) la historicidad es aptitud o capacidad de engen-drar historia Ejercicio autoacutenomo de esa capacidad Si nos fijamos en el pasado la historicidad es historia hecha De eacutesta se ocupa el cono-cimiento histoacuterico La descubre y elabora su inteligibilidad30

Siguiendo muy de cerca al filoacutesofo de Friburgo OrsquoGorman se-ntildeala que

El fin del conocimiento histoacuterico consiste en revelar a la existencia su verdadera historicidad al mostrar las posibilidades reales elegidas por las existencias que fueron (hechos histoacutericos) distinguiendo en ellos lo uacutenico y lo que se repite El historiador debe examinar los hechos bajo la formalidad de ldquoposibilidades reales elegidasrdquo Este es el a priori funda-mental de la ciencia histoacuterica31

29 OrsquoGorman Crisis y porvenirhellip p 20730 Ibidem p 20831 Cfr ibidem p 217

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48 historia y meacutetodo en el siglo xx

Desde la perspectiva ogormaniana el historiador tiene que ver los hechos como posibilidades cumplidas Anterior al factum es la posibilidad de serlo por eso la historia como saber auteacutentico es ciencia no de asuntos concluidos o muertos sino de posibilidades

La insistencia ogormaniana de mostrar el caraacutecter interpretativo de la verdad atravesaraacute toda su obra Sabe que es tarea de la herme-neacuteutica ldquoconfigurar la posicioacuten desde la cual sea posible preguntar y cuestionar de modo radical el asunto en cuestioacuten32 y bajo este tenor como es bien conocido formularaacute su reflexioacuten sobre el ser de Ameacuterica revelando la inadecuacioacuten del teacutermino ldquodescubrimientordquo para calificar el encuentro con estas tierras

Asimismo OrsquoGorman acertaraacute al advertir que la teoriacutea de la historia que parte del modelo de la historiografiacutea naturalista oculta un propoacutesito pragmaacutetico e impide el paso a la verdadera tematiza-cioacuten de la historia porque al separar la historia de la vida ldquoaplanardquo todo cuestionamiento posible y la concibe como mero almacenamien-to de datos Lo que importaraacute son soacutelo los hechos datados y situados La teoriacutea de la historia asiacute concebida se muestra incapaz de formular problemas que por lo demaacutes no tendraacute ninguacuten intereacutes de discutir

Consideraciones finales

OrsquoGorman muy pronto consideroacute la necesidad de pensar desde un horizonte distinto al de la tradicioacuten los fundamentos de la ciencia histoacuterica encontrando en la filosofiacutea heideggeriana una aliada El historiador mexicano se inscribe en esa lista de pensadores que com-prendioacute la historia como un problema De tal forma que pensar la historia implicaraacute dar cuenta de su complejidad

La insistencia con que sentildealaraacute el caraacutecter eminentemente her-meneacuteutico de la ciencia histoacuterica lo coloca en una posicioacuten avanzada respecto de sus contemporaacuteneos ya que en sentido estricto bajo esta afirmacioacuten descansa la consideracioacuten interpretativa del conocimien-to en general de la cual no escapan las propias ciencias experimen-tales En efecto actualmente el reconocimiento del caraacutecter interpre-

32 ohf p 87

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49la HERMENEacuteUTICa EN la TEORiacutea DE la HISTORIa DE E OrsquogORMaN

tativo del conocimiento es praacutecticamente ya un convenio en la filosofiacutea de la ciencia

Con OrsquoGorman queda abierta la puerta a la reflexioacuten sobre el estatuto filosoacutefico de dicha instancia interpretativa lo cual implica-raacute un llamado una advertencia radical al historiador sobre el modo de hacer historia y sobre la necesidad imperante de preguntar una y otra vez sobre los fundamentos de su ciencia Eacutesta creo es la gran discusioacuten que abrioacute OrsquoGorman y que no debe cerrarse

bIblIograFiacutea

escudero Jesuacutes Adriaacuten El lenguaje de Heidegger Diccionario filosoacutefico 1912-1927 Barcelona Herder 2009

Heidegger y la genealogiacutea de la pregunta por el ser Barcelona Herder 2010

gIlardI Pilar ldquoEl problema de la verdad histoacuterica una lectura desde la fenomenologiacutea hermeneacuteuticardquo Estudios de Historia Moderna y Contem-poraacutenea de Meacutexico n 46 julio-diciembre 2013 p 21-140

HeIdegger Martin El ser y el tiempo trad de Joseacute Gaos Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1986

Ontologiacutea Hermeneacuteutica de la facticidad trad de Jaime Aspiunza Madrid Alianza 1999

Ser y tiempo trad de Jorge Eduardo Rivera Santiago de Chile Editorial Universitaria 2002

orsquogorMan Edmundo Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Meacutexico Uni-versidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2006

La idea del descubrimiento de Ameacuterica Historia de esa interpretacioacuten y criacutetica de sus fundamentos Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1976

La invencioacuten de Ameacuterica Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2006

segura PeraIta Carmen Hermeneacuteutica de la vida humana en torno al infor-me Natorp de M Heidegger Madrid Trotta 2002

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50 historia y meacutetodo en el siglo xx

vIgo Alejandro Arqueologiacutea y aleteiologiacutea y otros estudios heideggerianos Buenos Aires Biblos 2008

ldquoComprensioacuten como experiencia de sentido y como acontecimien-to Los fundamentos de la concepcioacuten gadameriana del Verstehenrdquo Alea Revista Internacional de fenomenologiacutea y hermeneacuteutica Documenta Universitaria Barcelona v 8 2010

volPI Franco ldquoDasein comme praxis lrsquoassimilation et la radicalisation hei-deggerienne de la philosophie pratique drsquoAristoterdquo en Franco Volpi (ed) Heidegger et lrsquoideacutee de la pheacutenomeacutenologie Dordrecht (Holanda) Kluwer Academic Publishers 1988

Heidegger e Aristotele Padua Daphne Editrice 1984

Heidegger y Aristoacuteteles trad de Mariacutea Julia De Ruschi Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2012

ldquoLa trasformazione della fenomenologia da Husserl a Heideggerrdquo Theoria v 4 1984

xolocotzI Aacutengel Fenomenologiacutea de la vida faacutectica Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2004

Subjetividad radical y comprensioacuten afectiva Meacutexico Plaza y ValdeacutesUniversidad Iberoamericana 2007

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Michel de Certeau (1925-1986) y la diferencia como loacutegica procedimental

de la historiaEpistemologiacutea sistema operativo

y proceso metoacutedico

Fernando betancourt MartiacutenezUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

Introduccioacuten

ldquoUn seminario es un laboratorio comuacuten que permite a cada uno de los participantes articular sus praacutecticas y sus propios conocimientosrdquo1 Asiacute inicia una intervencioacuten de Michel de Certeau sobre la naturaleza del seminario mdashun conversadero afirma de entradamdash soacutelo para in-cluirse de inmediato en el gesto mismo que refiere a esas praacutecticas y a esos conocimientos El teacutermino intervencioacuten alude directamente a una situacioacuten donde el locutor se inserta en aquello que motiva una descripcioacuten o reflexioacuten Contrario a la manera en que se han justificado las opiniones o los juicios desde Descartes el observador no necesita maacutes que buscar observarse a siacute mismo en la propia ope-racioacuten de observacioacuten2 El gesto de De Certeau recusa aquella pres-cripcioacuten tan cara para la tradicioacuten reflexiva moderna y que encuen-tra en el alejamiento del objeto escrutado la uacutenica manera de asegurar objetividad lo que implica la instauracioacuten de un observador flotante nunca coincidente con lo que examina

1 Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo en Carmen Rico de Sotelo (coord e intr) Relecturas de Michel de Certeau Meacutexico Universidad Catoacutelica de UruguayPon-tificia Universidad JaverianaUniversidad Iberoamericana 2006 p 43

2 ldquoEl concepto de observacioacuten debe echar mano de todas las disposiciones de teoriacutea circular (construccioacuten operativa de los sistemas clausura operativa autopoiesis) para poder entender coacutemo es posible que una observacioacuten pueda producirse a siacute misma al producir observacioacutenrdquo Niklas Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas lecciones publicadas por Javier Torres Nafarrate Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de Occidente 2009 p 152

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52 historia y meacutetodo en el siglo xx

El nivel del observador trascendental garantizaba que las per-cepciones generadas no dependieran de criterios autorreferenciales puesto que el orden descrito estaba incapacitado para aportar ele-mentos determinantes es objeto dispuesto para un ejercicio de des-velamiento A la par de desentenderse de ese orden como orden construido el observador tampoco se incluiacutea en la descripcioacuten como elemento taxativo y configurante de lo observado Hasta hace poco esta norma no podiacutea ser materia de revisioacuten criacutetica puesto que no se habiacutea notado que la operacioacuten de observacioacuten depende de distin-ciones que soacutelo tienen sentido para la propia operacioacuten La heterorre-ferencialidad estaba inscrita en toda la gama de cualidades anexadas al sujeto observador y gracias a las cuales podiacutea tomar nota de las realidades circundantes siempre y cuando sus juicios expresaran la diferencia ontoloacutegica habida entre eacutel como sujeto y esas realidades de las cuales se diferenciaba Pero ya la indicacioacuten formulada por De Certeau nos muestra que estamos en otra disposicioacuten reflexiva

Lo decisivo en esa experiencia de los conversaderos mdashfinalmente una ldquopoliacutetica de la palabrardquomdash no estaacute en circunscribir una exteriori-dad respecto al seminario y gracias a la cual se permita proyectar hacia adentro el juego de las identidades o las homogeneidades pues la diferenciacioacuten es un proceso interno3 En estos comentarios formulados por De Certeau dos cuestiones centrales se interrelacio-nan el papel que desempentildea la diferencia y la circularidad que se expresa en su despliegue loacutegico Ambos aspectos conforman la base de sustentacioacuten para una epistemologiacutea histoacuterica que en mi opi-nioacuten constituye uno de los esfuerzos sobresalientes de Michel de Certeau Precisamente respecto al seminario se destacan dos

3 ldquoLa experiencia del tiempo comienza en un grupo con la explicitacioacuten de su plu-ralidad Es necesario reconocerse diferentes (de una diferencia que no puede ser supe-rada por ninguna posicioacuten magisterial por ninguacuten discurso particular por ninguacuten fervor festivo) para que un seminario se transforme en una historia comuacuten y parcial (un trabajo sobre y entre diferencias) y para que la palabra se vuelva el instrumento de una poliacutetica (el elemento linguumliacutestico de conflictos de contratos de sorpresas en suma de procedimientos lsquodemo-craacuteticosrsquo)rdquo Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo p 44 Los tres teacuterminos resaltados por De Certeau con cursivas mdashtiempo historia poliacuteticamdash aluden a tres series que despliegan diferencias cada una seguacuten una loacutegica de la repro-duccioacuten recursiva de siacute mismas

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53MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

precisiones coincidentes con el papel que ejerce la diferencia y con el caraacutecter autorreferencial del trabajo cientiacutefico

Primero un corte o una serie de cortes (principio de limitabilidad) que deben ser explicitados y que articulan los ldquomodelos teoacutericosrdquo movilizados en ciertas aacutereas de investigacioacuten o del conocimiento Se trata en este caso de establecer liacutemites prescritos que se desprenden de una particularidad pero que permiten volver tratable aquello que queda en su interior es un ejercicio de formalizacioacuten en sentido claacute-sico A continuacioacuten y a partir de esta formalizacioacuten se busca abrirse a posibles desviaciones a nuevas experiencias y preguntas que mues-tran la fragilidad de los liacutemites establecidos (principio de contingencia o deriva) Se trata en el primer caso de un ejercicio de extraccioacuten gesto etnoloacutegico por excelencia aislar unas praacutecticas para delimitar un cam-po de acometida De Certeau reconoce con ello la funcioacuten y la utilidad de la determinacioacuten mdashhacer cortes establecer distincionesmdash pues es con esto como se posibilitan las modalidades del trabajo de in-vestigacioacuten Despueacutes del aislamiento segundo caso se introduce el reconocimiento de la arbitrariedad de esos liacutemites por medio de interrogaciones generadas a partir del campo establecido

Es en el segundo momento donde se produce una inversioacuten res-pecto a las reglas del campo inaugurado y cuyo objetivo es trans-gredir esos liacutemites con nuevos problemas generando de esta mane-ra variaciones significativas para ser tratadas posteriormente La diferencia se encuentra al inicio (definir cortes establecer liacutemites) y se busca establecerla tambieacuten como producto del trabajo cientiacutefico mismo pero desde los criterios y las operaciones puestas en marcha originalmente sin necesidad de ir maacutes allaacute de la naturaleza de las operaciones utilizadas (circularidad)4 Esta forma de tratamiento genera un marco a partir del cual plantear las cuestiones de orden metoacutedico o procedimental sin necesidad de acudir a la nocioacuten con-vencional de meacutetodo como secuencia loacutegica estricta

4 ldquoLos lsquomodelosrsquo teoacutericos propuestos tienen por funcioacuten recortar unos liacutemites (la particularidad de mis preguntas) y hacer posibles unas desviaciones (la expresioacuten de experiencias y de otras preguntas) Por ahiacute comienza un trabajo comuacuten que crea acon-tecimientos una serie de diferenciaciones permite a cada uno especificar paso a paso su propio camino en la masa de informaciones intercambiadasrdquo Michel de Certeau ldquoiquestQueacute es un seminariordquo p 45

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54 historia y meacutetodo en el siglo xx

Por otro lado llama la atencioacuten que este enfoque epistemoloacute-gico estaacute presente incluso en su visioacuten sobre el quiebre de la fun-cioacuten que la teologiacutea veniacutea cumpliendo en Occidente y sobre el traslado moderno de las problemaacuteticas centrales que constituiacutean su campo de estudio a la esfera de competencia de las ldquociencias humanasrdquo5 Tambieacuten dicha condicioacuten episteacutemica estaacute presente en sus estudios sobre la miacutestica Asiacute el fenoacutemeno miacutestico como ldquofi-gura de pasordquo termina por deshacer los grandes postulados medie-vales al introducir de manera radical otro lugar de enunciacioacuten6 De igual manera la temaacutetica epistemoloacutegica es central en las re-flexiones que dedicoacute al saber histoacuterico En efecto el orden del saber histoacuterico que lo capacita para instaurar en todo aacutembito moderno la ambiguumledad del tiempo por un lado y la falta radical de lo real en sus formas de saber por otro se encuentra instituido como espacio de operacioacuten especiacutefico7

En cada estudio particular aparece esta cuestioacuten en condiciones limitadas temaacuteticamente pero que pueden ser consideradas como formas de manifestacioacuten de una preocupacioacuten general toda obser-vacioacuten introduce una diferencia que depende del propio observador y no de los objetos observados Precisamente el objetivo del presen-te estudio consiste en explorar esta propuesta de epistemologiacutea histoacuterica con el fin de delimitar el campo reflexivo de la metodolo-giacutea entendiendo esta uacuteltima dimensioacuten como forma de aplicacioacuten operativa determinante iquestCoacutemo reintroducir la diferencia en el aacuterea procedimental del saber histoacuterico iquestQueacute consecuencias epis-temoloacutegicas acarrea la diferenciacioacuten como instancia central en las observaciones historiograacuteficas Eacutestas son las interrogaciones medulares que han guiado una relectura de la obra de Michel de Certeau

5 Michel de Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo en La debilidad del creer trad de Viacutector Goldstein Buenos Aires Katz 2006 p 191-230

6 Michel de Certau La faacutebula miacutestica Siglos xvi y xvii trad de Jorge Loacutepez Moc-tezuma revisioacuten teacutecnica de Roberto Flores y Luce Giard Meacutexico Universidad Ibe-roamericana 1993

7 Michel de Certeau La escritura de la historia 2a trad de Jorge Loacutepez Moctezuma Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993

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La epistemologiacutea histoacuterica como constructivismo

La epistemologiacutea histoacuterica vincula de una manera diferente los proce-sos cognitivos con consideraciones ontoloacutegicas de tal manera que ahora son las categoriacuteas los conceptos y sus articulaciones teoacutericas asiacute como los procesos metoacutedicos aplicados los que establecen y de-terminan los objetos estudiados Al contrario de esa supuesta espon-taneidad realista que se instala al nivel de la percepcioacuten de los objetos del mundo este enfoque asume que no puede considerarse un solo protocolo de justificacioacuten de las creencias y una sola modalidad de sistematizacioacuten La historicidad como factor epistemoloacutegico muestra la variabilidad en cuanto a las modalidades de descripcioacuten donde el mundo soacutelo es posible a partir de la operacioacuten de observacioacuten involucrada y de los criterios movilizados en ella En tal sentido la pasioacuten por la alteridad mostrada por De Certeau como problema cen-tral que motiva la reflexioacuten se encuentra en constante relacioacuten con la necesidad de reconocer las particularidades desde donde se ar-ticulan los discursos8

La situacioacuten que abre la modernidad a partir del siglo xvII estaacute dominada por la falta de certezas uacuteltimas Se trata de un mundo cultural donde la carencia de garantiacuteas se convierte en su nuacutecleo constitutivo por lo que la diferencia se instituye como elemento fun-dante y no como una situacioacuten inconveniente que hay que superar Pero lo anterior exige sacar consecuencias de gran importancia La pluralidad de lugares desde donde se proyectan los horizontes in-terpretativos mdashesa diferencia fundantemdash alcanza a los propios ldquohe-chos religiososrdquo para ser inteligibles ahora encuentran su lugar en el seno de los sistemas y ya no maacutes en el campo de la dogmaacutetica En otras palabras soacutelo puede hablarse de cognicioacuten en el aacutembito de un proceso sistemaacutetico que tiene la cualidad de reproducirse a siacute mismo

El valor que tiene esta apreciacioacuten es inequiacutevoca en De Certeau y alcanza dimensioacuten epistemoloacutegica en su particular definicioacuten del teacutermino sistema rdquoPor lsquosistemarsquo hay que entender no la realidad de

8 Cfr Franccedilois Dosse ldquoDe Certeau un historiador de la alteridadrdquo en Perla Chinchilla (coord) Michel de Certeau un pensador de la diferencia Meacutexico Universidad Iberoamericana 2009 p 13-39

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una infraestructura o un todo aislable sino el modelo interpretativo constituido y verificado por una praacutectica cientiacutefica es decir una organizacioacuten coherente de los procedimientosrdquo9 El campo del co-nocimiento histoacuterico estaacute constituido por un conjunto de praacutecticas articuladas y constantemente ejecutadas mdashldquouna organizacioacuten cohe-rente de los procedimientosrdquo como sentildealoacute De Certeaumdash que redis-tribuye el conjunto de formalidades establecidas Definiendo crite-rios y estableciendo distinciones en cuanto niveles de anaacutelisis el sistema se capacita para tratarlos como elementos pertenecientes a praacutecticas socioloacutegicas econoacutemicas poliacuteticas culturales Las ciencias sociales incluyendo a la propia historiografiacutea se muestran como estructuras racionales que combinan procedimientos y cuyos resul-tados son observaciones siempre determinadas por el conjunto de las decisiones previas

El rasgo anterior viene a ser lo cientiacutefico propiamente dicho un conjunto racional operativo que delimita campos de objetos a tratar establece con precisioacuten las modalidades de esos tratamientos y los tipos de anaacutelisis correlativos a ellos a la par de especificar las reen-tradas constantes de los resultados en el circuito ya constituido Estos resultados son ldquodesarrollosrdquo permitidos gracias al ldquoaislamien-to de un campo propiordquo y dependen en cuanto a su reproduccioacuten de la ldquonormalizacioacutenrdquo de los procedimientos instituidos10 Esta des-cripcioacuten de la praxis cientiacutefica acota para todas las implicaciones que se siguen de ella lo que es una perspectiva constructivista Por lo tanto los elementos centrales de operacioacuten y su relacioacuten con luga-res se combinan de manera compleja con las dos nociones previa-mente aisladas diferencia y circularidad Sus combinaciones analiacute-ticas estaacuten interrelacionadas de forma diversa en el campo de la propia operacioacuten historiograacutefica11 Se deja ver en este constructivismo

9 De Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo p 199 nota 1310 Ibidem p 20411 Si bien su consideracioacuten sobre dicha nocioacuten en cuanto al juego constantemente

reiterado de combinaciones entre ldquolugar sociales praacutecticas cientiacuteficasrdquo y escrituras es conducido bajo su percepcioacuten del coacutemo se hace la historia no deja de tener una base epistemoloacutegica en un fuerte sentido constructivista En la siguiente cita esto se hace notar con toda precisioacuten ldquoEl teacutermino cientiacutefico bastante sospechoso en el conjunto de las lsquociencias humanasrsquo (donde se le sustituye por el teacutermino de anaacutelisis) no lo es menos

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operativo la importancia que adquiere la dimensioacuten temporal de la propia operacioacuten mdashun conjunto de procedimientos normalizados enlazados entre siacute que se autorregulanmdash pues la ordenacioacuten que conduce de un procedimiento a otro no puede darse en teacuterminos de inmediatez sino de secuencia o sucesioacuten

La operacioacuten en su conjunto se encuentra temporalmente esta-blecida aunque sin duda condicionada al presente de su ejecucioacuten La operacioacuten como conjunto se descompone en lo que De Certeau denomina procedimientos que no son otra cosa que operaciones sin-gulares enlazadas con otras Esto por supuesto requiere tiempo en su realizacioacuten pero la diferencia es central en los enlaces entre ope-raciones De tal forma que su ejecucioacuten supone la ampliacioacuten de di-ferencias siempre y cuando puedan ser tratadas en el interior del sistema con las mismas formas operativas Esta articulacioacuten constan-te entre diferencia y circularidad son rasgos centrales en la visioacuten constructivista claacutesica y coincidente en sus aspectos generales con lo apuntado por Heinz von Foerster uno de los grandes impulsores de la ciberneacutetica de segundo orden En uno de esos pequentildeos trabajos que tienen la cualidad de sintetizar el cuacutemulo de apreciaciones teoacute-ricas y praacutecticas realizadas previamente Von Foerster aiacutesla dos pun-tos centrales del constructivismo que tienen importancia relevante para plantear en sus propias palabras ldquouna nueva epistemologiacuteardquo

A tiacutetulo de declaraciones la primera de ellas establece que el constructivismo es en siacute mismo ya una epistemologiacutea por lo que resulta trivial preguntarse por la impronta de esta postura en teacutermi-nos de problemaacutetica cognitiva Pero lo que continuacutea tiene grandes implicaciones en cuanto al problema de la autorreferencia o la cir-cularidad el constructivismo es una peculiar epistemologiacutea que debe dar cuenta de siacute misma desde siacute misma Es una epistemologiacutea de la epistemologiacutea12 Asiacute la epistemologiacutea es una forma de autorreflexioacuten

en el campo de las lsquociencias exactasrsquo en la medida en que este teacutermino nos remite a leyes Se puede definir sin embargo con este teacutermino la posibilidad de establecer un conjun-to de reglas que permitan lsquocontrolarrsquo operaciones proporcionadas a la produccioacuten de objetos determinadosrdquo De Certeau La escritura de la historia p 68

12 Luhmann introduce la expresioacuten investigacioacuten de la investigacioacuten para dar cuenta de esa forma de circularidad propia de la reflexioacuten epistemoloacutegica tomando precisa-mente como referencia central a Heinz von Foerster Esta expresioacuten precisa la modalidad

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de las ciencias sobre ellas mismas al punto que como teoriacutea cogniti-va soacutelo puede autocontenerse En De Certeau los ldquomodelos teoacutericosrdquo que presuponen cortes o liacutemites donde lo significativo estaacute en lo que queda dentro del campo delimitado presentan la cualidad de esta-blecer una referencia soacutelo a partir de esas liacuteneas divisorias establecidas con anterioridad Por eso puede decirse que los modelos se aplican a siacute mismos y a los objetos que ellos determinan a partir de los criterios movilizados La segunda declaracioacuten de Von Foerster es la siguiente ldquocada vez que surge la pregunta de si algo es inventado o descubier-to entonces el constructivista es identificable o seraacute reconocido como aquel que tiende a responder lsquoEsa cosa ha sido inventadarsquo rdquo13

Esta segunda afirmacioacuten retoma los trabajos de Kronecker y Brou-wer sobre los objetos matemaacuteticos No soacutelo refiere la asercioacuten a la cualidad por la cual los preceptos previos de orden teoacuterico determinan la referencialidad de los teacuterminos involucrados sino que expresa su complementacioacuten con la autorreferencia sentildealada en la primera de-claracioacuten Dicha complementacioacuten se produce en la necesaria espe-cificacioacuten sobre la autorreflexioacuten se trata ya de una observacioacuten de segundo orden esto es una observacioacuten que observa observaciones No cabriacutean dudas respecto a que las posturas epistemoloacutegicas hasta ahora presentadas de Michel de Certeau suponen ya un nivel tal de reflexividad sostenido insistentemente en su obra14 Si la reflexividad

de autoobservacioacuten en que consiste la reflexividad del sistema ciencia Es una forma de reflexioacuten sobre la propia investigacioacuten y por tanto una variante de la autopoiesis del sistema Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad trad de Silvia Pappe Brunhilde Erker y Luis Felipe Segura bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Nafarrate Meacutexico Univer-sidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de OccidenteAnthropos 1996 p 420

13 Heinz von Foerster ldquoPor una nueva epistemologiacuteardquo Metapoliacutetica Meacutexico v 2 n 8 p 629 Disponible en httpecologiahumanaclpdfPOR20UNA20NUEVA20EPISTEMOLOGIApdf (fecha de consulta 19 de diciembre de 2013) Veacutease tambieacuten del mismo autor Observing Systems con una introduccioacuten de Francisco J Varela Seaside (California) Intersystems Publications 1981

14 Michel de Certeau La posesioacuten de Loudun edicioacuten revisada por Luce Giard trad de Marcela Cinta Meacutexico Universidad Iberoamericana 2012 Creo que este libro puede leerse en perspectiva epistemoloacutegica Pero son particularmente notorias las coordenadas constructivistas en los comentarios que hace De Certeau sobre el papel de los meacutedicos en ese famoso caso de posesioacuten diaboacutelica Veacutease al respecto el capiacutetulo 9 ldquoTeratologiacutea de la verdadrdquo p 139-169

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es vista como operacioacuten especiacutefica del sistema ese factor estaacute en re-lacioacuten directa con la cualidad de la observacioacuten de segundo orden que es tambieacuten una operacioacuten Se trata del problema de coacutemo obser-var al observador y que se encuentra en la base misma de la episte-mologiacutea constructivista

La ldquooperacioacuten historiograacuteficardquo analizada por De Certeau en la Escritura de la historia consiste en un ejercicio de racionalizacioacuten que se enfrenta directamente con ese problema es decir iquestcoacutemo observar al observador en un campo operativo particular15 En este caso se trata de aislar las distinciones utilizadas convencionalmente en las observaciones historiograacuteficas que adquieren el nivel de observa-ciones de primer orden Si la disciplina histoacuterica es un sistema observador se ve obligada a incrementar sus posibilidades de va-riacioacuten y control por medio de lo que Alfonso Mendiola ha denomi-nado ldquogiro historiograacuteficordquo Dicho giro expresa en pleno siglo xx una situacioacuten maacutes o menos generalizada por lo que la obra de Mi-chel de Certeau puede incluirse en un escenario mayor caracteriza-do por el paso a una descripcioacuten autorreferencial de la ciencia histoacute-rica16 Se debe tomar en cuenta que esa funcioacuten autorreflexiva es un componente crucial de la propia investigacioacuten que se lleva a cabo al punto en que no puede desarrollarse investigacioacuten alguna sin los elementos que aporta

Asiacute ldquola investigacioacuten de la investigacioacutenrdquo o el giro historiograacute-fico para el caso de la ciencia histoacuterica pertenecen a ese campo empiacuterico que es al mismo tiempo su objeto central de deliberacioacuten Tal situacioacuten supone una restriccioacuten de principio no estaacute a su alcan-ce dar cuenta exhaustiva del sistema observado de la misma mane-

15 Dos nuevas cuestiones sobresalen seguacuten Luhmann del trabajo de von Foerster Ambas en relacioacuten con la apreciacioacuten de coacutemo observar lo inobservable por medio de otra observacioacuten que se dirige a las distinciones utilizadas previamente Primero iquestel conocimiento es soacutelo posible debido a que el sistema que lo produce es un sistema ce-rrado operativamente Segundo iquesthay valores propios en el ejercicio de la observacioacuten de primero y segundo orden que permita su continuidad estable Niklas Luhmann ldquoiquestCoacutemo se pueden observar estructuras latentes en Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Homenaje a Heinz von Foerster trad de Cristoacutebal Piechocki Barcelona Paidoacutes 1995 p 69-70

16 Alfonso Mendiola ldquoEl giro historiograacutefico la observacioacuten de observaciones del pasadordquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2000 p 191 y s

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ra que lo podriacutea hacer un observador externo por lo menos en teacuterminos ideales Esta presuposicioacuten de un observador que puede ser descrito independientemente de la operacioacuten que lleva a cabo ha acompantildeado a las nociones modernas de objetividad y verdad por lo menos desde el siglo xvII Por tanto tampoco forma parte de sus atribuciones mdashdejando de lado las presuposiciones ontoloacutegi-casmdash normar las operaciones en su conjunto y ordenarlas secuen-cialmente de manera teleoloacutegica Maacutes bien la autorreflexioacuten per-mite orientar si por tal nocioacuten se entiende restringir ldquoel repertorio de aquellas operaciones que el sistema puede ejecutarrdquo antes que establecer todas las condiciones que conducen hacia los ldquoestados finalesrdquo del sistema17 Si se habla de control y orientacioacuten entonces la competencia de la investigacioacuten de la investigacioacuten (epistemo-logiacutea) se conjuga en un tipo de conduccioacuten recursiva modulada autorreflexivamente

Si bien la observacioacuten de primer orden es una forma que reduce complejidad mdashexpresa una distincioacuten y una indicacioacuten orientando el conjunto operativo hacia lo que se deriva de la segunda instanciamdash la observacioacuten que observa esta operacioacuten implica ya otra distincioacuten Pero este enlace es signo de un entramado recurrente de otros enla-ces al punto de introducir con cada observacioacuten enlazada mayor complejidad Este aumento es un efecto deducido desde el procesa-miento de observaciones recurrentes que permiten por su propia reiteracioacuten establecer la unidad del sistema Su dinaacutemica operativa necesita por tanto de mayores niveles de recursividad al no haber criterios finales de certeza o correspondencia con lo real en los re-sultados aportados lo que se infiere ya en la propia nocioacuten de au-torreflexividad18

17 ldquoLa orientacioacuten no es otra cosa que restriccioacuten de las capacidades de conexioacuten internas por medio de operaciones expresamente diferenciadas para ello susceptibles ellas mismas de una conexioacutenrdquo Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad p 241

18 ldquoEl punto decisivo de la observacioacuten de segundo orden consiste entonces en que es una observacioacuten de primer orden especializada en la ganancia de complejidad Este aumento de complejidad se efectuacutea en la medida en que se renuncia a la confirmacioacuten uacuteltima de validez y de las seguridades ontoloacutegicas y en la medida en que ya no se puede apelar a las formas esenciales de los contenidos del mundordquo Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas p 169

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La condicioacuten histoacuterica del saber moderno lo no sabido

Entonces si la epistemologiacutea como autorreflexioacuten es una forma sis-temaacutetica de producir observaciones de segundo orden el problema central que se presenta mdashcomo ya se ha sentildealadomdash consiste en coacutemo observar lo inobservable el punto ciego o latente que permite todo ejercicio historiograacutefico o cientiacutefico Es en esta problemaacutetica donde De Certeau sigue de cerca los estudios llevados a cabo por Michel Foucault ejercicio que ha dado pie a varios escritos reunidos en su libro Historia y psicoanaacutelisis19 En teacuterminos generales la tesis resalta-da por De Certeau en su lectura de Las palabras y las cosas puede ser formulada de la siguiente manera en toda configuracioacuten de saber el conjunto de las ldquopositividadesrdquo que se abren para el conocimiento estaacuten permitidas por un suelo arqueoloacutegico que viene a ser su impen-sado un no sabido20 Eso que permite los ejercicios de saber moderno incluso anclados en la nocioacuten hombre (sujeto que conoce y se conoce) no es susceptible de clarificacioacuten con los mismos instrumentos con los que esos saberes se dotan de potencial cognitivo

Los criterios que posibilitan pensar el orden mdashcondicioacuten para los saberes modernos sobre la vida el trabajo y el lenguajemdash estaacuten por debajo de la razoacuten que los sustenta por eso se muestran soacutelo como su alteridad Si la modernidad instaura diversos ldquocampos epistemo-loacutegicosrdquo su condicioacuten de posibilidad no le es accesible desde ellos mismos desde sus propias positividades ni de sus capacidades ana-liacuteticas Sin embargo no cesa de reencontrar sus huellas desplazadas

19 Michel de Certeau Historia y psicoanaacutelisis entre ciencia y ficcioacuten 2a ed trad de Alfonso Mendiola Meacutexico Universidad Iberoamericana 2003

20 ldquoNo se trataraacute de conocimientos descritos en su progreso hacia una objetividad en la que al fin puede reconocerse nuestra ciencia actual lo que se intentaraacute sacar a la luz es el campo epistemoloacutegico la episteme en la que los conocimientos considerados fuera de cualquier criterio que se refiera a su valor racional o a sus formas objetivas hunden su positividad y manifiestan asiacute una historia que no es la de su perfeccioacuten creciente sino la de sus condiciones de posibilidad en este texto lo que debe aparecer son dentro del espacio del saber las configuraciones que han dado lugar a las diversas formas de conocimiento empiacuterico Maacutes que una historia en el sentido tradicional de la palabra se trata de una lsquoarqueologiacutearsquordquo Michel Foucault Las palabras y las cosas una arqueologiacutea de las ciencias humanas 24a ed trad de Elsa Cecilia Frost Meacutexico Siglo XXI 1996 p 7

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y manifestadas como lapsus esta disposicioacuten episteacutemica viene a ser lo latente para esas formas de racionalidad modernas La expresioacuten anterior muestra la gran importancia que tiene el psicoanaacutelisis para abordar tambieacuten desde otro aacutengulo la misma problemaacutetica Ese elemento latente mdashel punto ciego de la observacioacutenmdash es ldquouna falla internardquo ldquoel significante de un significado imposible de enunciarrdquo21

El modo de ser del orden revela en la esfera maacutes general de la cultura una loacutegica gobernada por la diferencia donde esa loacutegica no es accesible a una descripcioacuten pormenorizada ni mucho menos a un desvelamiento total por medio de la razoacuten analiacutetica La proble-maacutetica anterior acarrea dos grandes consecuencias Primero ya la propia observacioacuten que se produce en las ldquosuperficiesrdquo desplegadas del orden en cuanto a los seres vivos en la labor sin teacutermino de los seres humanos para garantizar su reproduccioacuten material o en ese espacio donde se despliega su ilimitada capacidad expresiva in-troduce incesantemente distinciones que determinan los propios productos cognitivos como sistemas operantes mdashlas ciencias hu-manas en la perspectiva de Foucaultmdash Por tanto pueden estable-cerse diferentes plataformas histoacutericas de observacioacuten es decir diversos modos de hacer distinciones de considerar o evaluar incluso si se quiere de juzgar Atenieacutendose a uno de los lados de la distincioacuten involucrada se coloca la otra instancia como lo impliacutecito o lo latente en la operacioacuten que lleva a cabo bajo la consideracioacuten de que sin ella no seriacutea posible como tal es decir como observacioacuten

Se puede decir que este observador del mundo y que lo instituye al observarlo a partir de distinciones no tiene acceso a la unidad de la diferencia de la cual parte Lo que conduce a la segunda consecuen-cia El procedimiento arqueoloacutegico que introduce Foucault es en opinioacuten de Michel de Certeau un ejercicio autorreflexivo que busca observar lo inobservable introduciendo para ello maacutes distinciones

21 De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 77 La importancia para De Certeau de Las palabras y las cosas ha sido resaltada por Alfonso Mendiola La interpretacioacuten presentada arriba debe mucho a los sentildealamientos que realizoacute en torno a esa ldquocondicioacuten de posibili-dadrdquo para los ordenamientos de saber modernos esto es como una forma de acceso al punto ciego de toda observacioacuten la observacioacuten de la observacioacuten Cfr Alfonso Mendio-la ldquoEl conflicto o la unioacuten en la diferencia institucioacuten creencia y herejiacutea en Michel de Certeaurdquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 30 2008 p 43 y s

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por lo que estaacute en condiciones de acceder a la unidad de la dife-rencia utilizada Esto coincide con la epistemologiacutea de la epistemologiacutea si consideramos que su aspiracioacuten es la de poder observar la uni-dad de la distincioacuten utilizada por medio de otra observacioacuten pero donde esa observacioacuten segunda tambieacuten moviliza distinciones sin llegar a ver su propia unidad es decir su propio punto ciego22 Estos modos de lo observable no pueden alcanzar otro rango que no sea el de productos provisionales23

Esa cualidad es mdashpara todo efecto praacutectico que es lo que aquiacute interesamdash la caracteriacutestica maacutes llamativa de la operacioacuten cientiacutefica en general e involucra el hecho de que todos los resultados aporta-dos son propiamente efectos inducidos a partir de la aplicacioacuten de modelos Su naturaleza contingente estaacute definida por las distinciones que en el inicio del proceso de observacioacuten predeterminan el con-junto de elementos que se siguen de eacutel incluyendo las operaciones sucesivas en teacuterminos de continuacioacuten recursiva Pero nada garan-tiza la validez de la distincioacuten utilizada frente a otras posibles por lo que la contingencia de la operacioacuten cientiacutefica estaacute en relacioacuten directa con el caraacutecter siempre relativo es decir histoacutericamente variable Esta situacioacuten determina todos los elementos organizacio-nales que se delimitan a partir de uno de los polos de la distincioacuten Ese punto ciego de toda observacioacuten (lo latente) incluida la de se-gundo orden es inobservable y por eso se encuentra maacutes allaacute de una justificacioacuten racional en sentido loacutegico24 De esta paradoja mdashuna

22 Cfr Luhmann Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas p 167 y s23 ldquoLo heterogeacuteneo es a la vez lo estimulante y lo inadmisible Es la herida de un

racionalismo Hay por tanto dos niveles en el desarrollo del problema por una parte la comprensioacuten de un sistema que es diferente por otra la exigencia de una colocacioacuten reciacuteproca de sistemas concebidos como lsquomodos de ser diferentes del ordenrsquo Lo mar-ginal nos enviacutea a una estructura esencial o a un lsquoesquemarsquo sobre el cual se inscriben y coordinan analogiacuteas u oposiciones para nosotros impensablesrdquo De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 82

24 ldquoEl teorema de Goumldel ha demostrado los liacutemites de la demostracioacuten loacutegica en el seno de sistemas formalizados complejos eacutestos comportan al menos una proposicioacuten que es indecible lo que hace que el conjunto del sistema sea indecible Lo que es inte-resante en esta idea es que se la pueda generalizar todo sistema conceptual suficiente-mente rico incluye necesariamente cuestiones a las que no puede responder desde siacute mismo pero a las que soacutelo se puede responder refirieacutendose al exterior de ese sistemardquo

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racionalidad sostenida por su contrariomdash tampoco puede desem-barazarse el conocimiento histoacuterico

Asiacute entendida la observacioacuten de una observacioacuten mdashla episte-mologiacutea de la epistemologiacuteamdash viene a ser el prototipo por excelen-cia de la autorreflexioacuten es decir esa capacidad reivindicada ince-santemente por De Certeau de cuestionar el propio hacer y decir en el aacutembito de una operacioacuten siempre localizada en alguacuten punto del sistema y ligada necesariamente a un tiempo de ejecucioacuten Por su-puesto la lectura que De Certeau llevoacute a cabo de Foucault no se queda en este punto tan importante y que tuvo consecuencias de gran relevancia para su propia obra Es posible decir que la recupe-racioacuten que llevoacute a cabo de esa problemaacutetica arqueoloacutegica actuacutea como marco general de referencia que por otros caminos ya De Certeau habiacutea identificado y desarrollado Me refiero a un apartado de su famoso estudio dedicado a la operacioacuten historiograacutefica25

Es ahiacute donde nuestro autor desarrolloacute una visioacuten muy aguda respecto al estatuto metoacutedico de la ciencia histoacuterica concordante ademaacutes con el papel central que para eacutel teniacutea la diferencia como loacutegica desplegada Es en la esfera de la aplicacioacuten metodoloacutegica o de modelos donde se plasma con mayor claridad la impronta de un trabajo que no cesa de construir diferencias a partir de otras diferencias todo en el sentido de un trabajo criacutetico Es necesario precisar que la nocioacuten de modelo en su perspectiva supone la con-juncioacuten de un momento teoacuterico con una aplicacioacuten praacutectica en teacuter-minos de investigacioacuten empiacuterica El primer aspecto el teoacuterico inclu-ye conjuntos conceptuales pero ligados a una expansioacuten discursiva eacutestas son propiamente las teoriacuteas formuladas desde diversos campos del conocimiento social En tanto este nivel implica competencia dis-cursiva puede hablarse de campos semaacutenticos que permiten dicha conjuncioacuten teoacuterica y praacutectica

Pero esta postura puede ser ampliada a una visioacuten maacutes abarcan-te del proceso operativo mismo existe interdependencia sistemaacuteti-

Edgar Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo Gazeta de Antropologiacutea n 20 2004 p 8-9 Disponible en httpwwwugres~pwlacG20_02Edgar_Morinpdf (fecha de consulta 20 de diciembre de 2013)

25 Ese apartado se titula ldquoHacer resaltar las diferencias las desviaciones del modelordquo en De Certeau La escritura de la historia p 90 y s

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camente establecida entre proceso metoacutedico y marco general de referencia Este uacuteltimo elemento expresa el condicionamiento teoacuterico de toda investigacioacuten empiacuterica Pero lo que es necesario incluir ya como factor teoacuterico central radica en la cualidad autorreflexiva ya mencionada En otras palabras no puede haber investigacioacuten ni aplicacioacuten metoacutedica sin teoriacuteas autorreferenciales26 Esta situacioacuten alcanza al propio estatuto del documento histoacuterico pues este corpus textual estriba en un producto concertado y guiado por el conjunto de decisiones previas adoptadas La masa de documentos histoacutericos es generada y cargada de significacioacuten particular para la investigacioacuten soacutelo porque ha sido transformada previamente en cuerpo textual Al ser articulados a un espacio particular adquieren una competencia discursiva diferente mdashla propia de la disciplina histoacutericamdash por lo que esas escrituras pueden ser sometidas a una variedad de tratamientos

Eacutestos van desde la especificacioacuten de criterios de eleccioacuten la uti-lizacioacuten de procesos materiales o de orden teacutecnico orientados de modo tal que tienden a producir otras conformaciones (series cur-vas estadiacutesticas ciclos) pasando por la reprogramacioacuten generada a partir de una serie de valores discretos impuestos (correlaciones cuantificaciones o modalidades cualitativas) hasta su encuadre ana-liacutetico en una diversidad de sistemas conceptuales que dan pie a la especificacioacuten de relaciones (funcionales causales de analogiacutea) Esta dimensioacuten teoacuterica que preside la loacutegica operativa es expresada de la siguiente manera por De Certeau

Su praacutectica consiste en construir modelos impuestos por decisiones en ldquoreemplazar el estudio del fenoacutemeno concreto por el de un objeto

26 ldquoEsto acerca a la conclusioacuten (y muchos la han extraiacutedo) de que el historiador debe permanecer en su tarea siendo tal tarea la investigacioacuten empiacuterica y que soacutelo de ella deberiacutea obtener sus fundamentos En contra de este punto de vista sin embargo hablan dos cosas por un lado el hecho de que la autorreflexioacuten que va maacutes allaacute del desempe-ntildeo de la investigacioacuten empiacuterica es una necesidad de la ciencia [] y por el otro el hecho de que no puede haber cambios capaces de producir progreso en una ciencia que no hayan sido acompantildeados y coproducidos por una autorreflexioacuten criacutetica de la ciencia en cuestioacutenrdquo Joumlrn Ruumlsen ldquoOrigen y tarea de la teoriacutea de la historiardquo en Silvia Pappe (coord) Debates recientes en la teoriacutea de la historiografiacutea alemana trad de Kermit McPherson Meacutexico Universidad Autoacutenoma Metropolitana AzcapotzalcoUniversidad Iberoamericana 2000 p 38

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constituido por su definicioacutenrdquo en juzgar el valor cientiacutefico de dicho objeto seguacuten el ldquocampo de preguntasrdquo a las cuales puede responder y seguacuten las respuestas que proporciona y en ldquofijar los liacutemites de la sig-nificabilidad de dicho modelordquo27

Es por eso que la historia se ha convertido en un conjunto de ldquolaboratorios de experimentacioacuten epistemoloacutegicardquo28 donde lo que se pone a prueba es el valor del modelo en su doble aspecto teoacuterico y praacutectico Teoacuterico en el sentido de poder producir campos delimi-tados de estudio mdashfenoacutemenos concretos en la expresioacuten de Michel de Certeaumdash en deducir problemas pertinentes y articular interro-gaciones ajustadas a dicho campo ademaacutes de calibrar las respuestas que puede aportar Praacutectico en tanto abre la posibilidad de mensu-rar ldquolos liacutemites de significabilidadrdquo no del campo de las preguntas o las respuestas aportadas sino del propio modelo como conjunto interrelacionado De nueva cuenta nos encontramos con lo que ya habiacutea mencionado De Certeau respecto al Seminario y al trabajo de investigacioacuten Los cortes teoacutericos facultan la constitucioacuten de campos de observacioacuten a partir de distinciones De tal manera que lo teoacuterico es funcional cuando puede establecer distinciones y utilizarlas con-secuentemente esto es cuando estaacute en condiciones de explotar las operaciones que se permiten en teacuterminos de formalizacioacuten y sus conexiones subsecuentes

Posteriormente es necesario introducir un trabajo criacutetico de des-viacioacuten si por tal se entiende la especificacioacuten de nuevas preguntas que ponen en entredicho esas limitaciones formales esos cortes De los cortes se pasa a las desviaciones este proceso no reconoce el juego de las vecindades y sus coherencias como elemento central sino la posibilidad de las ldquotransgresiones loacutegicasrdquo29 El trabajo cientiacutefico en

27 De Certeau La escritura de la historia p 89 Destaco en este punto que Niklas Luhmann desarrolloacute una visioacuten maacutes que cercana de la problemaacutetica de la operacioacuten cientiacutefica La nocioacuten que utiliza en sus posturas epistemoloacutegicas es la de ldquoprogramardquo como instancia que permite establecer sin equiacutevocos los valores cientiacuteficos codificados Los programas estaacuten compuestos de teoriacuteas (enunciados y conceptos ldquopredicativosrdquo) y los meacutetodos como formas de resolver el problema especiacutefico de atribucioacuten de verdad o no verdad Cfr Luhmann La ciencia de la sociedad p 291 y s

28 Ibidem p 9729 Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidad p 9

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historia como en cualquier otra ciencia interviene en confrontacioacuten con los liacutemites impuestos todo con el fin de poder observar el otro lado de la distincioacuten Incluso para acceder en un punto particu-lar de la ejecucioacuten de dicha loacutegica autorregulativa a la unidad mis-ma de la distincioacuten utilizada aunque eacutesta soacutelo sea una situacioacuten temporalmente estabilizada En suma los laboratorios de experi-mentacioacuten epistemoloacutegica mdashesas instancias que ponen a prueba los modelosmdash se conforman como los nuacutecleos teoacuterico-metoacutedicos de la investigacioacuten histoacuterica

La diferenciacioacuten metoacutedica de la historia

Lo que destaca De Certeau es que esos modelos son trasladados al campo de la investigacioacuten histoacuterica desde otras disciplinas mientras que su aplicacioacuten al terreno de la investigacioacuten histoacuterica se cintildee al tipo de un ejercicio criacutetico de control y falsacioacuten de gran importancia para las propias ciencias o disciplinas cientiacuteficas que los originaron30 Me interesa mostrar algunas implicaciones que se pueden despren-der de la apreciacioacuten anterior La diversificacioacuten de modalidades de investigacioacuten histoacuterica y las distinciones con que cada una de ellas opera se incrementan constantemente gracias a sus aportes como resultado de la investigacioacuten Esto parece expresar la exigencia de reproduccioacuten autorreferencial por la viacutea de una ampliacioacuten continua de su base disciplinaria Esos dos aspectos son tratados por De Certeau en el sentido de una complementacioacuten por una parte respecto del empleo ldquosistemaacutetico de modelosrdquo mdashque ya son formas de diferen-ciacioacuten y que suponen variacioacuten en cuanto a las asimetriacuteas utiliza-dasmdash con aquella capacidad para identificar sus liacutemites de aplicacioacuten y ldquotransformar dichos liacutemites en problemas que puedan tratarse teacutecnicamenterdquo por otro31 Hay reproduccioacuten autorreferencial de las

30 ldquoLa historia se convierte en un lugar de lsquocontrolrsquo donde se ejercita una funcioacuten de falsificacioacutenrsquo Alliacute puede caerse en la cuenta de hasta doacutende llegan los liacutemites de significa-bilidad relativos a lsquomodelosrsquo que son lsquoensayadosrsquo uno por uno por la historia en campos ajenos a los de su propia elaboracioacutenrdquo De Certeau La escritura de la historia p 94

31 ldquoEstos dos aspectos estaacuten por lo demaacutes coordenados entre siacute puesto que si la diferencia se manifiesta gracias a la extensioacuten rigurosa de los modelos construidos se

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diversas formas de investigacioacuten histoacuterica cuando esas mismas mo-dalidades de trabajo producen maacutes diferenciaciones y distinciones a partir de diferenciaciones y distinciones previas

Las primeras las diferenciaciones se despliegan bajo un forma-to sincroacutenico segmentos sistemas de inteligibilidad o formas de racionalidad especiacuteficas Se coordinan bajo la relacioacuten de transver-salidad de manera tal que las diferencias entre ciencia econoacutemica sociologiacutea psicologiacutea social y antropologiacutea son tramitadas al interior del saber histoacuterico tambieacuten como procesos segmentados historia econoacutemica historia social historia de las mentalidades historia cul-tural etceacutetera Las segundas las distinciones de base utilizadas den-tro de cada segmento se despliegan en la investigacioacuten histoacuterica bajo criterios diacroacutenicos gracias a una distincioacuten basal de otro tipo pero caracteriacutesticamente histoacuterica la distincioacuten pasadofuturo32 Si bien la operacioacuten de todo sistema supone la necesidad de introducir estructuras de temporalidad como estas y que expresan los sucesivos estados internos del sistema bajo la diferencia entre pasado y futuro la historia se singulariza por introducir en cada distincioacuten prove-niente de las disciplinas con las que se relaciona un iacutendice de tem-poralizacioacuten por medio de la distincioacuten aludida

En este caso se trata de un proceso de reentrada de las distinciones operantes en la investigacioacuten social es decir que han sido sometidas ya a un proceso de reentrada en el interior de esas disciplinas33 Pero

vuelve significativa gracias a la relacioacuten que mantiene con ellos debido a una desviacioacuten mdashy precisamente esta desviacioacuten nos permite volver sobre los modelos para corregir-losmdash Se podriacutea decir que la formalizacioacuten de la investigacioacuten tiene precisamente como objetivo la produccioacuten de lsquoerroresrsquo mdashinsuficiencias carenciasmdash que pueden utilizarse cientiacuteficamenterdquo De Certeau La escritura de la historia p 91

32 Cfr Niklas Luhmann Sistemas sociales Lineamientos para una teoriacutea general trad de Silvia Pappe y Brunhilde Erker bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Nafarrate Meacutexico Alianza 1991 p 97 y s

33 El concepto de re-entrada (re-entry) elaborado por Spencer Brown en el marco de su trabajo sobre el caacutelculo de las formas intenta describir una capacidad especiacutefica de los sistemas autorreferenciales y autopoieacuteticos como la ciencia Ese rasgo consiste en que su operacioacuten se gesta alrededor de una distincioacuten especiacutefica distincioacuten que es constantemen-te reintroducida en su interior como forma de autoobservacioacuten esto es de autorreflexioacuten Esta capacidad al consolidarse le permite al sistema designar su propia unidad siempre en relacioacuten con un entorno Veacutease al respecto Luhmann La ciencia de la sociedad p 65 y s

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ademaacutes supone en cuanto al nivel autorreflexivo requerido la ins-tauracioacuten de ese proceso de circularidad que debe ahora reproducir-se como investigacioacuten histoacuterica En otras palabras el desarrollo me-toacutedico en la investigacioacuten histoacuterica se dirige a falsear el modelo utilizado en su conjunto expandiendo la consideracioacuten que al res-pecto ha sentildealado la propia filosofiacutea de la ciencia Se trata de un ejercicio de ampliacioacuten de las importantes aportaciones que Popper realizoacute sobre dicho proceso idealmente dirigido a explicar el modo por el cual los enunciados condicionales de las hipoacutetesis debiacutean so-meterse a la prueba de la falsacioacuten uno por uno y de manera total Frente a esta cualidad de la falsacioacuten el procedimiento metoacutedico en historia conjunta en esta fase al modelo como tal (teoriacuteas y procesos de aplicacioacuten) Es asiacute como la investigacioacuten en historia puede ser considerada un proceso de falsacioacuten de modelos sociales de sus sis-temas conceptuales y de los campos semaacutenticos asociados a ellos

De Certeau se refiere a esta peculiaridad cuando sentildeala que la funcioacuten de la investigacioacuten histoacuterica consiste en hacer resaltar las desviaciones al modelo singularizar sus liacutemites y hacerlos evidentes todo con el fin de reutilizar esos ldquoerroresrdquo como forma de correccioacuten histoacuterica en este caso de los propios modelos Esta forma de pro-ceder se manifiesta como un verdadero ldquocambio de frenterdquo en el aacutembito de la investigacioacuten Maacutes que iniciar con los datos referidos a la singularidad de los acontecimientos para acceder inductiva-mente desde este nivel baacutesico a generalizaciones bajo la forma de coherencias justificadas formalmente ahora se invierten los teacuterminos involucrados La investigacioacuten no puede maacutes que iniciar con cohe-rencias o ldquounidadesrdquo instituidas a priori buscando establecer decli-naciones entre las ldquocombinaciones loacutegicas de seriesrdquo Ello supone altos grados de abstraccioacuten de origen pues es de esta manera como se puede tratar la masa de informaciones disponibles por medio tambieacuten de decisiones y programaciones previas De una ldquoformali-zacioacutenrdquo de inicio se pasa a la singularidad de las rarezas identificadas como ldquofenoacutemenos de fronterardquo34

34 De Certeau La escritura de la historia p 92-93 En esta uacuteltima paacutegina afirmoacute ldquoEl intereacutes cientiacutefico de estos trabajos consiste en la relacioacuten que mantienen con totalidades impuestas o supuestas mdashlsquouna coherencia en el espaciorsquo lsquouna permanencia en el tiemporsquomdash

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Esto supone una transformacioacuten en la dimensioacuten misma de lo singularizable En el siglo xx la historia fue inscrita en el campo de aquellas ciencias que se caracterizaban por tratar lo particular mdashlos hechos uacutenicos e irrepetibles en la perspectiva historicistamdash mientras su meacutetodo y la intermediacioacuten documental recuperaban dicha cua-lidad gracias a la naturaleza inductiva de los procedimientos que poniacutean en juego Ya en su parte final los recursos a los que se acudiacutea eran formalmente interpretativos o aptos para la comprensioacuten her-meneacuteutica lo que sentaba su singularidad frente a las ciencias natu-rales Ahora ese cambio de frente desplaza el acontecimiento o lo particular hacia el final de una cadena productiva Es asiacute como los modelos y sus condiciones teoacutericas asociadas disponen las condicio-nes a partir de las cuales circunscribir aquello que puede ser deter-minado como singularidad Lo que alcanza denominacioacuten de par-ticularidad es un producto de operaciones regulares que tienden a sis tematizar universalidades acotadas35 Esto es si no hay un sistema observador clausurado en el sentido de la doble clausura que maneja el constructivismo operativo no es posible observar hechos particu-lares o acontecimientos diferenciados de otros acontecimientos

Es lo mismo que decir que cuando se identifica una singularidad o una particularidad esto se vuelve significativo mdashen la apreciacioacuten de Michel de Certeaumdash soacutelo desde un fondo y horizonte maacutes general Hay acontecimientos singularizados porque se pueden apreciar las diferencias que las determinan desde ciertas plataformas observado-ras que incluyen por fuerza la observacioacuten de la unidad de las dis-tinciones operadas (observaciones de segundo orden) De modo que el acontecimiento maacutes que mostrar una unidad simple que puede inscribirse progresivamente en conjunto con otras unidades para for-mar una estructura maacutes compleja mdashla loacutegica del todo y las partesmdash ex-presa una relacioacuten es decir una diferencia ldquoEl hecho es la diferenciardquo

y en los correctivos que pueden aportar [hellip] La investigacioacuten utiliza objetos que tienen la forma de su praacutectica ellos les proporcionan el medio de hacer resaltar las diferencias relativas a las continuidades o a las unidades de donde parte el anaacutelisisrdquo

35 Para Morin esas singularidades son determinaciones generadas por el empleo de leyes de interaccioacuten Esto cambia la relacioacuten habitual entre lo universal (expresado en leyes) y lo particular o singular al punto de que lo universal puede llegar a ser una singularidad entre otras Morin ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo p 3

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afirmacioacuten realizada por De Certeau pero lo es en cuanto ldquodesigna una relacioacutenrdquo o una serie asiacute como sus ldquocombinacionesrdquo y sus muacutel-tiples posibilidades de cruzamiento el hecho no es una unidad o una suerte de sustancia percibible de forma naturalizada36

Las observaciones recurrentes enmarcadas en procesos conti-nuos que crean valores propios estaacuten en condiciones de signar el acontecimiento como una diferencia apreciable en un conjunto sis-temaacuteticamente organizado de interrelaciones Maacutes auacuten eacuteste es efec-to de la capacidad del sistema para organizar las diferencias que produce jerarquizarlas y crear otras estructuras menos evanescen-tes Si hay hechos singulares es porque son producto de un rejuego concertado de muacuteltiples interrelaciones pero su cualidad temporal es la falta de duracioacuten o su deacutebil estabilidad Ahora bien en cuanto a los errores identificables mdashesas desviaciones ya aludidasmdash la orientacioacuten manifestada por De Certeau no deja de ser concurrente en sus resultados e implicaciones con las nuevas prescripciones res-pecto a lo queacute es el trabajo cientiacutefico desde una postura sisteacutemica De tal suerte que ahora es ya comuacuten considerar que las ciencias producen estructuras que se enfrentan directamente con la frustra-cioacuten de las expectativas formuladas con anterioridad por ella misma

Las expectativas son estructuras que logran condensarse y que por lo tanto tienen cierta duracioacuten condicioacuten que resalta frente a la ocurrencia del acontecimiento pues eacuteste tiende a desaparecer en cuanto se exterioriza en el orden de un esquema Dichas estructuras suponen un trabajo especializado que consiste seguacuten lo dicho an-teriormente en tramitar como variacioacuten lo que se esfuerza constan-temente en encontrar como desengantildeo esto uacuteltimo se refiere a ese conjunto de probabilidades que ella designa como campo de pronoacutes-ticos significativos Los elementos condicionales de las expectativas

36 De Certeau La escritura de la historia p 97 En este mismo texto paacutegina 99 escri-bioacute lo siguiente ldquoSi es verdad que lo particular especifica a la vez la atencioacuten y la inves-tigacioacuten esto no lo hace como un objeto pensado sino al contrario porque es el liacutemite de lo pensable Lo uacutenico pensado es lo universal [hellip] Si la lsquocomprensioacutenrsquo histoacuterica no se encierra en la tautologiacutea de la leyenda o no huye hacia la ideologiacutea tiene como prime-ra caracteriacutestica no el convertir en pensable las series de datos trillados (aunque alliacute esteacute la lsquobasersquo) sino el nunca renunciar a la relacioacuten que las lsquoregularidadesrsquo mantienen con las lsquoparticularidadesrsquo que se les escapanrdquo

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en el campo cientiacutefico se preparan para poder ldquoafrontar decepcio-nesrdquo en un entorno altamente contingente es decir suscrito a muacutel-tiples posibilidades de decepcioacuten Es por este camino que la ciencia continuamente introduce ajustes es decir modificaciones en sus propias expectativas con el fin de tratar de asegurar la continuidad de su operacioacuten por medio de variaciones susceptibles de ser ges-tionadas en su interior37

La nocioacuten de falsacioacuten expresa por tanto la orientacioacuten central que tienen los procedimientos metodoloacutegicos a saber enfrentarse a altos estaacutendares de improbabilidad para poder continuar constante-mente con sus ejecuciones en un ambiente especializado En opinioacuten de Michel de Certeau la historia no busca ya maacutes un sentido global y unitario sino el conjunto de ldquoexcepcionesrdquo susceptibles de ser lo-calizadas cuando utiliza modelos en contraste continuo con corpus documentales ldquoEl trabajo consiste en producir algo negativo que sea significativo Se ha especializado en la fabricacioacuten de diferencias signi-ficativas que permiten lsquoimponerrsquo un rigor maacutes grande en las progra-maciones y explorarlas maacutes sistemaacuteticamenterdquo38 Si consideramos todaviacutea la imagen habitual de la ciencia incluso para posturas como las enarboladas por el empirismo loacutegico la historia no podriacutea ser ciencia si no siguiera el camino trazado por su fundamentacioacuten filo-soacutefica convencional Entonces como la ciencia debe comprobar sus enunciados condicionales (hipoacutetesis) bajo procedimientos estrictos en sentido loacutegico asiacute la historia se quedariacutea en un trabajo fuacutetil de

37 Luhmann Sistemas sociales p 272 y s En otro de sus trabajos ya citado aquiacute sentildealoacute al respecto ldquoLas estructuras que permiten de esta manera que surja comunicacioacuten de comunicacioacuten tienen que contener proyecciones temporales Deben consistir de ex-pectativas (si se nos permite el uso despsicologizado del teacutermino) que reducen las posi-bilidades de variacioacuten de otras comunicaciones Las expectativas producen precisamen-te porque tienen que estar preparadas para afrontar decepciones una continuidad suficiente de mundo [hellip] No es necesario saber coacutemo es el mundo realmente Soacutelo se tiene que disponer de posibilidades de registrar y recordar (aunque en forma selectiva y olvidadiza) las experiencias propias Entonces la comunicacioacuten puede trabajar con suposiciones fijables mediante el lenguaje calibradas para posibles decepciones y que pueden ser utilizadas como algo familiarizado porque se sabe o en caso dado se puede determinar raacutepidamente coacutemo iniciar las reparaciones y coacutemo seguir comunicando en forma comprensiblerdquo Luhmann La ciencia de la sociedad p 102-103

38 De Certeau La escritura de la historia p 99

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formular redundancias a partir de expectativas fuertes que son para todos los efectos reflexivos estructuras de redundancia

Por supuesto que existen estructuras de redundancia sin las cua-les la operacioacuten historiograacutefica seriacutea imposible y que actuacutean bajo los dictados de una memoria de la propia operacioacuten Pero ello no inhi-be sino que incluso lo exige como precepto crucial la posibilidad de identificar formas de variacioacuten que son siguiendo a De Certeau significativas no asiacute las redundancias La expresioacuten diferencias signi-ficativas quiere decir formas estructuradas por el sistema operativo para identificar y utilizar aquellos enlaces que le permitan conti-nuar su recursividad La investigacioacuten histoacuterica soacutelo puede pro-ducir maacutes investigacioacuten histoacuterica mdashgenerar diferencias a partir de diferenciasmdash siempre y cuando esteacute capacitada para continuar falseando modelos sociales Es otra forma de decir que la historia es una ciencia especializada en trabajar con contingencias puesto que un mundo social como el actual configurado en todos sus aacutem-bitos por situaciones de gran complejidad el riesgo se convierte en indeterminacioacuten radical

El problema de la complejidad y la funcionalidad del saber histoacuterico

Ya en los estudios realizados por Max Weber sobre el caraacutecter de la sociedad moderna se introduce la suposicioacuten de que dicho sistema no puede maacutes que reproducirse incrementando sus tasas internas de complejidad39 Lo que se haraacute evidente maacutes tarde es que el siste-ma social alcanzando niveles de una organizacioacuten funcionalmente diferenciada gestiona esos altos grados de complejidad y de inde-terminacioacuten (contingencia) de dos maneras En un caso especializa aacutereas en el tratamiento de sectores o regiones siendo estos sectores

39 La complejidad social incrementada se entiende en Weber como aumento ten-dencial de diferenciacioacuten social interna Esta apreciacioacuten se encuentra en sus trabajos sobre el desencantamiento de mundo en el aacutembito de las propias imaacutegenes religiosas in-cluida la eacutetica protestante Pero tambieacuten en la comprensioacuten de la modernidad como proceso de racionalizacioacuten Veacutease la sugerente lectura realizada por Habermas en Juumlrgen Habermas Teoriacutea de la accioacuten comunicativa i Racionalidad de la accioacuten y racionalizacioacuten social versioacuten castellana de Manuel Jimeacutenez Redondo Meacutexico Taurus 2002 p 213 y s

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producto de un proceso evolutivo que hace emerger sistemas socia-les diversificados40 En otro transforma la indeterminacioacuten y la im-probabilidad resultante en expectativas enfrentadas a las probables decepciones que a su vez pueden dar cabida a una variacioacuten con-trolada de sus estructuras La historia es un saber ligado a esa di-versificacioacuten y a la indeterminacioacuten correlativa bajo una particular forma de afrontar decepciones que siguiendo el razonamiento an-terior es funcional para la propia sociedad Esta funcionalidad de la historia la entiende De Certeau como ejercicio criacutetico en relacioacuten con el uso de modelos

Al historizar dichos modelos cosa que no sucede necesariamen-te en sus disciplinas de origen la historia pone en juego una deter-minacioacuten sobre los modelos de racionalidad que los sostienen con-jugada con un ejercicio de temporalizacioacuten Es decir muestra la contingencia que los permite proyectaacutendolos en un espacio tempo-ral especiacutefico Se trata de una criacutetica histoacuterica dado que obliga a tomar en cuenta los liacutemites de esos modelos de racionalidad y por tanto la imposibilidad de universalizarlos Un doble efecto se presenta con esta criacutetica histoacuterica y es puesto de relieve por De Certeau Pri-mero una historizacioacuten del presente del sistema social cuestioacuten que no puede desligarse del proceso inaugurado por la cultura moderna esto es la diferenciacioacuten como criterio interno del sistema El pro-ceso consiste en historizar lo actual seguacuten la apreciacioacuten de Michel de Certeau Segundo el pasado muestra su valor para ese presente en el sentido de simbolizar ldquolo que hace faltardquo en eacutel41 En otras pa-labras expone la pertinencia de la distincioacuten pasadofuturo para el ejercicio de autorreflexioacuten del sistema social

Aun cuando la sociedad recurre a formas elaboradas de autorre-flexioacuten y en este rubro debe incluirse a las ciencias sociales no puede alcanzar una descripcioacuten unitaria de siacute misma Lo que lo impide es el propio proceso de diferenciacioacuten interna dado que la complejidad resultante escapa a toda descripcioacuten teoacuterica que pueda dar cuenta del

40 Niklas Luhmann Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia edicioacuten y trad de Josetxo Beriain y Joseacute Mariacutea Garciacutea Blanco Madrid Trotta 1998 Veacutease en particular el capiacutetulo 4 titulado ldquoLa diferenciacioacuten de la sociedadrdquo p 71-98

41 De Certeau La escritura de la historia p 100

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conjunto de los elementos actuantes en su propia autopoiesis Esta situacioacuten implica la necesidad de seleccioacuten Es imposible calcular el nuacutemero de relaciones posibles entre los elementos actuantes en el sis-tema dado que no soacutelo han aumentado en cantidad y en grados im-posibles de determinar sino que las relaciones que pueden estable-cerse entre ellos no se realizan de manera exhaustiva y no se producen de forma simultaacutenea De ahiacute que sea la seleccioacuten el criterio operativo central para un sistema que alcanza esos niveles de complejidad42 Lo anterior puede relacionarse con la propia diversificacioacuten entre las ciencias sociales pues expresan precisamente el proceso de diferen-ciacioacuten social los grados de su espacializacioacuten reproducen los niveles diferenciados necesarios para afrontar esa complejidad

Lo que resulta es de nuevo una paradoja la complejidad enten-dida como proceso agudo de disociacioacuten interna (subsistemas socia-les) puede ser reflexionada por instancias igualmente diferenciadas pero siempre ligadas a esferas particulares No es ya posible desde una situacioacuten social como la nuestra describir el proceso con una sola teoriacutea ni acceder a un conocimiento universal o sinteacutetico de esa misma situacioacuten social compleja Las ciencias sociales contribuyen con una autocomprensioacuten del sistema social a partir de generar ob-servaciones de segundo orden sobre los oacuterdenes diferenciados mis-mos En tal sentido las investigaciones sociales dan cuenta de la diferenciacioacuten evolutiva que ha alcanzado el propio sistema social De tal forma que las observaciones construidas por estas ciencias se convierten en autoobservaciones del propio sistema social para nu-trir sus procesos de autorreflexioacuten Las ciencias sociales son funcio-nales para el sistema porque tematizan la complejidad evolutiva del propio sistema Sus propios campos de estudio o empiacutericos se cons-tituyen en relacioacuten directa con el proceso de diversificacioacuten social

42 ldquoPodemos encontrar foacutermulas matemaacuteticas que calculen el nuacutemero de relaciones posibles pero toda operacioacuten del sistema que establece una relacioacuten tiene que elegir una entre muchas mdashla complejidad impone la seleccioacutenmdash Un sistema complejo surge soacutelo por seleccioacuten Esta necesidad de seleccioacuten cualifica los elementos es decir da cualidad a la pura cantidad La cualidad en este caso no es otra cosa que la capacidad selectiva limi-tada es la neguentropiacutea comparada con la entropiacutea mdashque significa que todas las rela-ciones loacutegicamente posibles tienen un oportunidad igual de realizarserdquo Luhmann Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia p 26

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por lo que los resultados entendidos como autoobservaciones apor-tan elementos para la reproduccioacuten de los sistemas sociales y de sus iacutendices de diferenciacioacuten

Tomando en cuenta lo anterior la disciplina histoacuterica presenta una singularidad debida a la relacioacuten que guarda con esta clase de ciencias gracias al transporte de modelos sociales reproduce en su loacutegica de investigacioacuten tambieacuten una diferenciacioacuten anaacuteloga a la que se presenta entre las propias ciencias sociales y entre los subsistemas con los cua-les estaacuten ligadas Por un lado la relacioacuten induce una homogeneizacioacuten de ramas de investigacioacuten sumamente especializadas (historia econoacute-mica historia social historia poliacutetica historia cultural etceacutetera) Por otro establece una heterogeneidad entre cada rama la misma hetero-geneidad que guardan las diferentes disciplinas sociales A este pro-ceso le ha denominado segmentacioacuten y permite la cohesioacuten interna de cada forma de investigacioacuten histoacuterica De manera un tanto esquemaacute-tica se pueden establecer dos aspectos en teacuterminos de funcionalidad respecto al campo de la investigacioacuten social cosa que en De Certeau supone ejercicio criacutetico Primero este ejercicio establece los liacutemites operativos de las propias investigaciones sociales por medio del ejer-cicio de falsacioacuten de sus modelos como ya hemos visto incremen-tando asiacute el iacutendice de variacioacuten de la ciencia social de que se trate esto lo he denominado al inicio de este escrito principio de limitabilidad

El segundo aspecto de criticidad consecuencia del anterior con-siste en aumentar los recursos de autorreflexioacuten de estas disciplinas al introducir una referencia al pasado del sistema social y por tanto de los subsistemas y de las observaciones que sobre dicha diferencia-cioacuten producen las ciencias sociales Esto acarrea la introduccioacuten de ese principio de contingencia o de deriva que junto con el anterior con-forman los pilares centrales de la epistemologiacutea histoacuterica En este caso se trata de un necesario rasgo de historizacioacuten de sus propios modelos pero tambieacuten de la disciplina que lo generoacute cosa que le permite obser-varse en el horizonte de un despliegue temporal de su ra cionalidad operativa43 Lo que muestran ambos aspectos es que las investigaciones

43 ldquoCada ciencia se refiere a un movimiento histoacuterico explicita sus posibilidades en un modo discursivo que le es propio implica un lsquootrorsquo diferente de ella misma la historia que la permitioacute y sigue siendo el a priori de toda racionalidad Todo lenguaje

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77MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

histoacutericas se comportan para los efectos de variacioacuten cognitiva (frus-tracioacuten de expectativas) y de reflexividad en la reproduccioacuten auto-poieacutetica de las disciplinas sociales como productora de observaciones de tercer orden en relacioacuten con las observaciones sociales

Al producir estas observaciones que en todo caso se conforman como comunicaciones la historia aporta elementos para establecer la unidad del sistema social a partir de sentildealar lo diferente Las co-municaciones historiograacuteficas designan directamente esas diferen-ciaciones en teacuterminos temporales es decir introduciendo mayores iacutendices de contingencia sin los cuales los sistemas no pueden operar Al establecer los liacutemites de los modelos de racionalidad del presen-te faculta a esas disciplinas para historizar sus propias unidades operativas condicioacuten requerida para la autopoiesis del sistema En-tonces las estructuras temporales que introduce la historiografiacutea permiten para cada disciplina establecer los estados presentes de su operacioacuten sisteacutemica lo actualmente dado y por tanto tambieacuten lo posible44 La diferencia que resulta es decir el pasado instituye un conjunto de previsiones susceptibles de ser tratadas como unidades formales actuales mientras lo posible se juega en un horizonte de aperturas que son conceptualmente esquematizadas y planteadas hipoteacuteticamente en los registros metodoloacutegicos de las historias

Esas unidades formales del presente coinciden con los liacutemites identificados de las operaciones al comparar el estado actual con los estados anteriores de los subsistemas se les dota de elementos de control sobre sus propias formas de operacioacuten ademaacutes de permitir orientar las transformaciones de sus estructuras por medio de una suerte de estabilidad dinaacutemica45 La ciencia de la historia como con-glomerado operativo exhibe su condicioacuten de sistema observador de

coherente funciona gracias a cuestiones previas que eacuteste supone sin fundarlasrdquo De Certeau ldquoLa ruptura instauradorardquo p 213-214

44 ldquoLa diferencia fundamental entre actualidad y horizonte de posibilidades hace posible la rediferenciacioacuten de las diferencias entre las posibilidades abiertas asiacute como su comprensioacuten tipificacioacuten esquematizacioacuten y que ganen valor de informacioacuten en la siguiente actualizacioacuten [hellip] Al principio por tanto no se encuentra la identidad sino la diferencia Soacutelo asiacute es posible conferir valor de informacioacuten a las casualidades y construir con ello un ordenrdquo Luhmann Sistemas sociales p 94

45 Luhmann La ciencia de la sociedad p 202

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tercer orden pues confronta directamente la inseguridad autoprodu-cida por las investigaciones sociales con el fin de inducir su gestioacuten y manipulacioacuten para sus propias operaciones autopoieacuteticas46 Por tanto la historia es una ciencia especializada en el tratamiento de la inseguridad temporal que resulta de la relacioacuten entre estados futuros y decisiones presentes Si como ha sentildealado De Certeau en la ope-racioacuten historiograacutefica ldquolas permanencias ocultas y las rupturas ins-tauradoras se amalgamanrdquo esto mismo es agregado reflexivamente a las observaciones sociales La historia aporta una visioacuten que mues-tra que su funcionamiento es producto de un conjunto de ldquopertenen-ciasrdquo sociales y praacutecticas instauradas en el orden de lo contingente47

La localizacioacuten efectuada da pie para el anaacutelisis reflexivo que se necesita para conducir la reproduccioacuten de las operaciones y las ob-servaciones subsecuentes Es en este punto crucial de la recursividad sisteacutemica donde la historia encuentra su caraacutecter funcional tempo-ralizar e introducir elementos reflexivos en las modalidades de au-toobservacioacuten de la sociedad tardomoderna Al situar el conjunto de las operaciones en aquellos ambientes sociales donde se produ-cen la reflexividad aportada consiste en suma en comunicar lo indudable o evidente en teacuterminos de lo maacutes improbable ldquoPensar como improbable la ya existenterdquo48 Lo contrario seriacutea sin duda la ruina para las formas de saber actuales esto es la ficcioacuten de haber triunfado sobre la diferencia De tal suerte que no habriacutea otra confi-guracioacuten de saber moderna donde la diferencia alcance tales dimen-siones cognitivas como en la historia al punto de convertirse en una ciencia que busca constantemente la herejiacutea que le es inherente y los innumerables puntos de fractura que introduce en el presente49

46 ldquoLa ciencia tiene que ver ante todo con inseguridad autoproducida Esta inse-guridad se puede aprovechar en forma siempre diferente y quizaacutes mejor puede ser puesta en circulacioacuten en la observacioacuten de los observadores Pero no puede ser elimi-nada Y toda ciencia se basa en ellardquo Ibidem p 78

47 De Certeau La escritura de la historia p 53 Del mismo autor ldquoLa ruptura instau-radorardquo p 212

48 Alfonso Mendiola ldquoLa inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia iquestargu-mentativa yo narrativardquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2005 p 93-122 p 118

49 ldquoRespecto a lo pensable reintroduce la hipoacutetesis de una diferencia la herejiacutea de otras coherencias En las organizaciones actuales sentildeala la fisura entre un irreal distinto

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79MICHEL DE CERTEAU (1925-1986)

bIblIograFiacutea

certeau Michel de Historia y psicoanaacutelisis entre ciencia y ficcioacuten 2a ed trad de Alfonso Mendiola Meacutexico Universidad Iberoamericana 2003 168 p

La escritura de la historia 2a ed trad de Jorge Loacutepez Moctezuma Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993 334 p

La faacutebula miacutestica Siglos xvi y xvii trad de Jorge Loacutepez Moctezuma revisioacuten teacutecnica de Roberto Flores y Luce Giard Meacutexico Universidad Iberoamericana 1993 353 p

La posesioacuten de Loudun edicioacuten revisada por Luce Giard trad de Marcela Cinta Meacutexico Universidad Iberoamericana 2012 270 p

ldquoLa ruptura instauradorardquo en La debilidad del creer trad de Viacutector Goldstein Buenos Aires Katz 2006 p 191-230

ldquoiquestQueacute es un seminariordquo en Carmen Rico de Sotelo (coord) Re-lecturas de Michel de Certeau Meacutexico Universidad Catoacutelica de UruguayPontificia Universidad JaverianaUniversidad Iberoamericana 2006

dosse Franccedilois ldquoDe Certeau un historiador de la alteridadrdquo en Perla Chinchilla (coord) Michel de Certeau un pensador de la diferencia Meacutexico Universidad Iberoamericana 2009 p 13-39

Foerster Heinz von Observing Systems introduccioacuten de Francisco J Varela Seaside (California) Intersystems Publications 1981 331 p

ldquoPor una nueva epistemologiacuteardquo Metapoliacutetica Meacutexico v 2 n 8 Disponible en httpecologiahumanaclpdfPOR20UNA20NUEVA20EPISTEMOLOGIApdf (fecha de consulta 19 de diciembre de 2013)

Foucault Michel Las palabras y las cosas una arqueologiacutea de las ciencias humanas 24a ed trad de Elsa Cecilia Frost Meacutexico Siglo XXI 1996

(en ese momento y tal vez debido a que presenta esa posibilidad como lo real de ayer) La escritura historiograacutefica crea a-topiacuteas Abre no-sitios (ausencias) en el presente A veces organiza sistemaacuteticamente puntos de huida en el orden de los pensamientos y de las praacutecticas contemporaacuteneas Se coloca entonces del lado del suentildeo Bentham ya lo deciacutea y el anaacutelisis freudiano nos lo ensentildeoacute auacuten mejor la alteridad de lo real resurge en la ficcioacuten vuelve a lo irreal de lo fantaacutestico Reaparece bajo la figura literaria del fictitious despueacutes de haber sido eliminada por las otras praacutecticas productoras de lsquohechos objetivosrsquordquo De Certeau Historia y psicoanaacutelisis p 120

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80 historia y meacutetodo en el siglo xx

HaberMas Juumlrgen Teoriacutea de la accioacuten comunicativa i Racionalidad de la accioacuten y racionalizacioacuten social versioacuten castellana de Manuel Jimeacutenez Redondo Meacutexico Taurus 2002

luHMann Niklas Introduccioacuten a la teoriacutea de sistemas lecciones publicadas por Javier Torres Nafarrate Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de Occidente 2009

ldquoiquestCoacutemo se pueden observar estructuras latentesrdquo en Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Homenaje a Heinz von Foerster trad Cristoacutebal Piechocki Barcelona Paidoacutes 1995

Complejidad y modernidad de la unidad a la diferencia edicioacuten y tra-duccioacuten de Josetxo Beriain y Joseacute Mariacutea Garciacutea Blanco Madrid Trotta 1998 257 p

La ciencia de la sociedad trad de Silvia Pappe Brunhilde Erker y Luis Felipe Segura Meacutexico Universidad IberoamericanaInstituto Tecnoloacutegico y de Estudios Superiores de OccidenteAnthropos 1996

Sistemas sociales Lineamientos para una teoriacutea general trad de Silvia Pappe y Brunhilde Erker bajo la coordinacioacuten de Javier Torres Na-farrate Meacutexico Alianza 1991

MendIola Alfonso ldquoEl conflicto o la unioacuten en la diferencia institucioacuten creencia y herejiacutea en Michel de Certeaurdquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 30 2008

ldquoEl giro historiograacutefico la observacioacuten de observaciones del pa-sadordquo Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2000 p 181-208

ldquoLa inestabilidad de lo real en la ciencia de la historia iquestargumen-tacioacuten yo narrativa Historia y Grafiacutea Universidad Iberoamericana Meacutexico n 15 2005 p 93-122

MorIn Edgar ldquoLa epistemologiacutea de la complejidadrdquo Gazeta de Antropolo-giacutea n 20 2004 p 8-9 Disponible en httpwwwugres~pwlac G20_02Edgar_Morinpdf (fecha de consulta 20 de diciembre de 2013)

ruumlsen Joumlrn ldquoOrigen y tarea de la teoriacutea de la historiardquo en Silvia Pappe (coord) Debates recientes en la teoriacutea de la historiografiacutea alemana trad de Kermit McPherson Meacutexico Universidad Autoacutenoma Metropolitana AzcapotzalcoUniversidad Iberoamericana 2000

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Franccedilois Hartog (n 1946) o el contraste como meacutetodo

aurelIa valero PIeUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Unidad de Investigacioacuten sobre Representaciones Culturales y Sociales Morelia

ldquoCuando se quiere estudiar a los hombres mdashescribioacute Jean-Jacques Rousseaumdash es necesario mirar cerca de siacute pero para estudiar al hombre hay que aprender a llevar la vista a lo lejos hay que obser-var primero las diferencias para descubrir luego las propiedadesrdquo1 En esas y otras liacuteneas del Ensayo sobre el origen de las lenguas se ha llegado a reconocer algunos antecedentes de la antropologiacutea con-temporaacutenea esto es aquella rama del conocimiento que examina la alteridad y organiza el espacio del otro mediante diversas estrategias discursivas2 Entendido como un ir y venir entre lo universal y lo particular entre la igualdad y la diferencia lo que podriacutea denomi-narse gesto etnograacutefico vinculariacutea a pensadores a la vez cercanos y disiacutemiles como Eacutemile Durkheim Marcel Mauss Claude Leacutevi-Strauss y Michel de Certeau por no mencionar sino a unos cuantos autores de lengua francesa

A estos nombres convendriacutea agregar el de Franccedilois Hartog des-de luego no soacutelo por vincularse a ese espacio linguumliacutestico y cultural sino en virtud de una obra que ha contribuido a renovar la historia intelectual merced a distintas operaciones de tipo comparatista En un vaiveacuten constante entre diversos periodos autores y disciplinas su manejo del contraste se ha traducido en innovadoras lecturas de la historia la historicidad y la historiografiacutea ademaacutes de haberle permitido construir herramientas conceptuales de una amplia ca-pacidad heuriacutestica Tal es el caso en especial de nociones como ldquopresentismordquo y ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo cuyos alcances y li-mitaciones se estaacuten poniendo a prueba incluso maacutes allaacute del medio

1 Jean-Jacques Rousseau Ensayo sobre el origen de las lenguas Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1984 p 38

2 Sobre la posicioacuten de Rousseau como ldquopadrerdquo de la etnologiacutea y precursor de la lin-guumliacutestica contemporaacutenea es posible consultar Claude Leacutevi-Strauss Le regard eacuteloigneacute Pariacutes Plon 1983 y Jacques Derrida De la grammatologie Pariacutes Les Eacuteditions de Minuit 1967

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82 historia y meacutetodo en el siglo xx

historiador Examinar ese enfoque a partir de ciertos pasajes y ele-mentos inscritos en su obra constituye el objeto de las paacuteginas siguientes concebidas para evaluar el meacutetodo empleado y sus potencialidades para el presente

la InQuIetante extrantildeeza de la HIstorIa

En una conferencia pronunciada hace un par de antildeos en esta ciudad Hartog describioacute su condicioacuten de historiador como una ldquono perte-nenciardquo ldquoNo soy mdashafirmabamdash un historiador de Francia de Brasil de Meacutexico ni de ninguacuten otro sitio y [hellip] por lo tanto me encuentro en una situacioacuten de no pertenenciardquo Los viajes acadeacutemicos los tras-lados constantes e incluso una larga estancia de investigacioacuten en Indonesia favorecieron que desarrollara una ldquomirada a distanciardquo (regard eacuteloigneacute) entendida en el sentido que Claude Leacutevi-Strauss prestoacute a la expresioacuten3 ldquoEsta situacioacuten mdashaclaroacute el conferenciantemdash permite ser maacutes atentordquo4

Los principales componentes de su planteamiento aparecen ya en esas palabras en primer teacutermino la importancia concedida al lugar del observador y el intereacutes por desplazarlo de continuo Ello responde a que la historia uacutenicamente realiza su potencial pleno cuando se introducen sucesivos cambios de perspectiva De esta forma no soacutelo se alude al hecho ciertamente banal de que nuevos fragmentos del pasado van surgiendo conforme se rota la pupila sin descartar novedades posibles la especificidad del enfoque re-side en proceder por una especie de rodeo en que lo ajeno desem-boca en lo propio y lo familiar se redescubre en la extrantildeeza ldquoLa desviacioacuten mdashespecificoacute en otro momentomdash es justamente lo que

3 Seguacuten Claude Leacutevi-Strauss la mirada distanciada constituye el gesto distintivo del antropoacutelogo un gesto que permite percibir por efecto de un descentramiento los rasgos positivos y negativos de la cultura propia Se vuelven de este modo patentes ciertos aspectos que hasta entonces habiacutean permanecido latentes y se preserva el lugar del observador de cualquier pretensioacuten de absoluto Veacutease por ejemplo Claude Leacutevi- Strauss y Didier Eribon De pregraves et de loin Pariacutes Odile Jacob 1988

4 Franccedilois Hartog ldquoCreer en la historia ayer y hoy Sesioacuten de preguntasrdquo en Gui-llermo Zermentildeo (coord) HistoriaFin de siglo Meacutexico El Colegio de Meacutexico 2016

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83FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

interesa porque ofrece un punto de apoyo para poner en tela de juicio nuestras certezas y por lo tanto volver sobre nuestras dudasrdquo5 Dar un paso hacia atraacutes mdasho a un costado seguacuten preconi-zaba Michel de Certeaumdash con el fin de desnaturalizar el pasado y relativizar el presente constituye a muy grandes rasgos el modus operandi de esta apuesta interpretativa

Avanzar de lo desconocido a lo conocido tal como sugiere la propuesta supone invertir al menos en apariencia la ruta maacutes comuacuten en la construccioacuten del saber Pese a contravenir la loacutegica habitual recorrer el camino a contraflujo de las praacutecticas corrientes obedece a la necesidad de disipar una ilusioacuten aquella que pretende convertir la cercaniacutea en una garantiacutea de comprensioacuten Por lo demaacutes no hay nada maacutes opuesto a la experiencia ordinaria aunque la leccioacuten suele pasar inadvertida aqueacutella nos ensentildea que a mayor proximidad lo visible tiende a tornarse invisible Por obra del contacto constante las imaacute-genes de nuestro pasado y nuestro presente se transforman de acuer-do con una metaacutefora de Hartog en ldquoretratos de familia tan familiares que ya no los vemosrdquo6 De ahiacute que el problema no consista tanto en la dificultad de reconstruir una ausencia cuanto en la exigencia de devolver la visibilidad a una presencia Colocar el entorno bajo una

5 Franccedilois Hartog El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2003 p 8

6 Franccedilois Hartog Evidencia de la historia Lo que ven los historiadores Meacutexico Uni-versidad Iberoamericana 2011 p 87 Tal es por recurrir a un ejemplo la leccioacuten que Edgar Allan Poe nos ofrece en su conocido relato ldquoLa carta robadardquo A la pregunta sobre coacutemo asegurar el anonimato de un valioso documento Auguste Dupin el perso-naje central de la historia responde dejaacutendolo a la vista La siguiente analogiacutea explica esa contradiccioacuten inherente a nuestras facultades perceptivas ldquoHay un juego de acerti-jos [hellip] que se realiza sobre un mapa Uno de los jugadores pide a alguien que encuen-tre un nombre dado mdashel nombre de una ciudad de un riacuteo de un estado o de un impe-riomdash cualquier palabra en suma comprendida en la extensioacuten abigarrada e intrincada del mapa Una persona novata en el juego procura en general embrollar a sus adver-sarios indicaacutendoles nombres impresos en letras diminutas pero los acostumbrados al juego escogen los nombres impresos en gruesos caracteres que se extienden desde una punta a la otra del mapa Estas palabras [hellip] escapan a la observacioacuten por el hecho mismo de su excesiva evidencia y aquiacute el olvido material es precisamente anaacutelogo a la intencioacuten moral de una inteligencia que deja pasar las consideraciones demasiado pal-pables demasiado patentesrdquo Edgar Allan Poe El escarabajo de oro y otros cuentos Meacutexico Rei 1988 p 227-228

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84 historia y meacutetodo en el siglo xx

luz inusual de tal modo que eacuteste se imponga nuevamente a la con-ciencia es una propiedad del meacutetodo comparatista

Asociado en Francia a personalidades como Jean-Pierre Vernant Marcel Detienne y Pierre Vidal-Naquet el comparatismo se convir-tioacute en el sello distintivo de una escuela de antropologiacutea histoacuterica que desde los antildeos setenta privilegioacute el estudio de la Antiguumledad grie-ga7 En esa liacutenea es posible situar igualmente a Franccedilois Hartog no soacutelo por haber recibido en directo aquellas ensentildeanzas sino por haber sabido cultivar un enfoque que examina no tanto objetos cuanto las relaciones que priman entre ellos Junto con el caraacutecter experimental y constructivo al que aspira esta corriente su obra se distingue por el recurso a la comparacioacuten en tanto instrumento do-tado de una amplia capacidad heuriacutestica La principal consiste en la facultad de poner en evidencia y colocar en perspectiva atributos uacutenicamente aprovechables de evitarse el reduccionismo que conti-nuamente acecha a esa operacioacuten cognitiva Limitarse a articular oposiciones binarias olvidar los problemas que conlleva homologar entidades inconexas u obviar los paraacutemetros que regulan las corre-laciones construidas son ejemplos de las simplificaciones que con frecuencia acarrea el uso irreflexivo del contraste8 En ocasiones de manera expliacutecita y en otras tantas de modo impliacutecito a esas cuestio-nes Hartog ha respondido al postular que ldquono se trata de desplegar un programa de una comparacioacuten regulada sino de dar muestra de una atencioacuten comparatistardquo Por debajo de su llamada ldquoarqueologiacutea del historiadorrdquo aparecen de este modo los contornos de una teoriacutea de la observacioacuten9

Desde un punto de vista estructural iquestqueacute significa observar sino introducir una diferencia entre lo visto y lo no visto entre lo que

7 Se considera que la obra de Marcel Detienne Comparer lrsquoincomparable Pariacutes Le Seuil 2009 expone el programa y el meacutetodo que dirigioacute la escuela francesa de antropo-logiacutea comparada Un breve recuento de esta corriente junto con sus principales obras y representantes figura en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 p 434-448

8 Algunas de las principales criacuteticas dirigidas contra el enfoque comparatista apare-cen en Michael Werner y Beacuteneacutedicte Zimmermann ldquoBeyond Comparison Histoire Croiseacutee and the Challenge of Reflexivityrdquo History and Theory v 45 n 1 febrero 2006 p 30-50

9 Hartog Evidencia de la historia p 24-25 y 133 Las cursivas son miacuteas

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85FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

retiene el intereacutes y aquello que permanece como un teloacuten de fondo Siendo asiacute quien mira a su alrededor establece distinciones sucesi-vas condicioacuten indispensable para atribuir un orden y un valor a la pluralidad de estiacutemulos que informa la experiencia De aceptar estas premisas una consecuencia se impone a saber que entender coacutemo se ve desde un mirador en especiacutefico mdashy no soacutelo aquello que se ve el queacute de la miradamdash requiere explicitar dichas distinciones Trasla-darlas a la conciencia de tal modo que se yergan en objeto de aten-cioacuten equivale a efectuar lo que Niklas Luhmann denominoacute una observacioacuten de segundo grado ldquoPara la observacioacuten de una operacioacuten (incluyendo la de la observacioacuten) mdashexplicoacute en referencia al teacutermi-nomdash basta una observacioacuten simple de lo que sucede [hellip] Para la observacioacuten de la operacioacuten como observacioacuten sin embargo hay que hacer el esfuerzo por colocarse en un nivel de segundo orden lo cual significa seguacuten una idea hoy en diacutea asimilada en la linguumliacutestica un nivel con componentes autorreferencialesrdquo10 Identificar los ejes que estructuran la mirada es resultado por consiguiente de un desdo-blamiento que consiste en observar la observacioacuten y en asumirse como sujeto y objeto de estudio Si bien formulado desde otro marco teoacuterico y conceptual tal es igualmente el sentido y la funcioacuten que Hartog ha prestado al tiacutetulo de arqueoacutelogo de la percepcioacuten11

observando al observador

Un ejemplo del esfuerzo por mostrar los estratos que sostienen lo visible aparece en El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro tesis de Estado publicada en 1980 con el sello de la editorial Gallimard Que identificar esos sedimentos constituyera el intereacutes

10 Niklas Luhmann La ciencia de la sociedad Meacutexico Universidad Iberoamericana 1996 p 61

11 Asiacute se registra en pasajes como el siguiente al confrontar ldquolos enunciados del texto con el saber compartido no se trata de evaluar la descripcioacuten o juzgar la informa-cioacuten sino maacutes bien de estudiar la manera como se realiza la descripcioacuten y dedicarse al tratamiento de la informacioacuten Este problema del coacutemo [hellip] plantea finalmente el de las condiciones de posibilidad o al menos de una de ellas la de la construccioacuten del relatordquo Hartog El espejo de Heroacutedoto p 37

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86 historia y meacutetodo en el siglo xx

principal del autor queda de manifiesto en el objetivo asignado a la obra Eacuteste reside nada menos que en reconstruir ldquola mirada del his-toriador y el ojo de la historiardquo a partir del campo visual de quien seguacuten la tradicioacuten fundoacute la disciplina12 Desde esa oacuteptica los nueve libros de la Historia tiacutetulo que enmarca los escritos del tambieacuten geoacute-grafo griego funcionan como un observatorio para dilucidar tanto los elementos que refleja su retina cuanto el punto de fuga que or-ganiza su mirada Dos preguntas interrogan la perspectiva del lla-mado padre de la disciplina iquestQuieacuten es el ldquoyordquo y quieacuten es el ldquootrordquo ofrecen en efecto las liacuteneas geomeacutetricas mdasho distincionesmdash que van estructurando el horizonte A contraluz en el arco celeste terminaraacute por proyectarse merced a un sofisticado juego de reflejos y desviacuteos una retoacuterica de la alteridad y la gesta del discurso historiograacutefico

Las respuestas se desplazan conforme cambian los espacios Si en primer lugar el yo es Heroacutedoto los otros son entonces los inter-locutores y personajes que encuentra en cada escala del camino sean eacutestos medas libios persas o tracios La visioacuten del etnoacutegrafo se apodera del viajero dado que observar significa identificar las diferencias que distinguen frente al extranjero En las circunstan-cias que dicta una excursioacuten sin embargo iquestquieacuten ocupa el lugar del forastero iquestLos no griegos o quien abandona su ecuacutemene natal con el propoacutesito de recorrer tierras ignotas iquestLos baacuterbaros o quien llega de afuera y desde sus propios paraacutemetros inspecciona juz-ga y analiza Pero la frontera que conlleva toda alteridad no soacutelo se establece entre el explorador y su objeto de estudio tambieacuten aparece a su regreso momento que marca el encuentro con sus coterraacuteneos Pese a hallarse ante sus pares los helenos Heroacutedoto ha visto y lo que no atestiguoacute le ha sido relatado Ese conocimiento lo separa de aquellos en cuya compantildeiacutea nacioacute y vivioacute Compartir la experiencia de lo extrantildeo supone introducir componentes exoacutegenos en el mundo familiar un gesto que fractura la armoniacutea preexisten-te entre los iguales A fin de reestablecerla es necesario traducir es decir buscar las equivalencias disponibles entre los referentes que ofrece el universo semaacutentico en comuacuten en ese caso el de la Magna Grecia tal como se configuroacute a raiacutez de las denominadas Guerras

12 Ibidem p 30

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87FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

Meacutedicas Esas aproximaciones permiten asimilar la extrantildeeza en beneficio de lo propio

La apropiacioacuten no se realiza de manera inmediata sino que apa-rece mediada por una serie de recursos que Hartog situacutea bajo los signos de la inversioacuten la comparacioacuten y la analogiacutea13 Con indepen-dencia de su funcionamiento especiacutefico lo maacutes destacado de esas figuras retoacutericas reside en que cada una instituye al propio yo (o al nosotros) como punto de referencia De este modo se establecen tanto las condiciones que permiten construir el relato como las reglas con que se fabrica al otro Soacutelo al llegar al final del proceso es posible nombrar y clasificar es decir comprender La imaginacioacuten y el en-tendimiento estaacuten determinados por el grado de desviacioacuten que el objeto extrantildeo presenta con respecto a lo ya conocido lo cual impone a su vez el liacutemite de lo cognoscible Ampliar esos maacutergenes consti-tuye una tarea gradual pero imprescindible dado que de ella depen-de que se incorporen datos nuevos en el marco de un saber colectivo Desempentildear dicha tarea al poner en marcha los procesos interro-gativos y de exploracioacuten es justamente un papel de la otredad en tanto motor del conocimiento

Conocer al otro implica medir la distancia en relacioacuten con el yo Este es un hecho que ya Platoacuten sentildealaba al admitir que la alteridad absoluta es impensable la diferencia soacutelo puede captarse cuando se cintildee a las reglas de la identidad que establece la razoacuten14 Uacutenicamente la variacioacuten y no la heterogeneidad radical es asimilable ldquoDecir el otro mdashpuntualizoacute Hartogmdash es postularlo como diferente es postular

13 Si bien Hartog apenas menciona su nombre en alguacuten escrito posterior resultan notables las coincidencias a este respecto con algunas ideas de Hayden White A modo de evidencia compaacuterese lo hasta aquiacute expuesto con pasajes como el siguiente ldquocom-prender es un proceso que consiste en hacer que lo no familiar o lo lsquoextrantildeorsquo en el sentido que Freud le da a ese teacutermino aparezca como familiar o trasladarlo del dominio de las cosas sentidas como lsquoexoacuteticasrsquo e inclasificadas a un cierto dominio de la experien-cia codificada adecuadamente para ser sentida como humanamente uacutetil no amenazan-te o simplemente conocida por asociacioacuten Este proceso de comprensioacuten soacutelo puede ser tropoloacutegico en su naturaleza pues lo que estaacute involucrado en este convertir en familiar lo no familiar es un tropologizar que es generalmente figurativordquo Hayden White ldquoTropologiacutea discurso y modos de conciencia humanardquo en El texto histoacuterico como arte-facto literario y otros escritos Barcelona Paidoacutes 2003 p 71

14 Platoacuten ldquoParmeacutenidesrdquo en Diaacutelogos Madrid Edaf 2002

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que existen dos teacuterminos a y b y que a no es b o sea hay griegos y no griegos Pero la diferencia soacutelo adquiere intereacutes a partir del mo-mento en que a y b entran en un mismo sistema hasta entonces existiacutea una no coincidencia pura y simplerdquo15 Incorporar al contex-to de partida supone traducir determinar aquellos puntos de con-tacto que permiten entrar en relacioacuten con lo desconocido Que en ese proceso de apropiacioacuten se sacrifiquen diversas dosis de la sin-gularidad ajena no soacutelo constituye un lugar comuacuten sino el presu-puesto de base en toda traduccioacuten quienes lamentan que los des-plazamientos conlleven una u otra peacuterdida mdashya sea en el orden del ritmo y la cadencia en el campo del significado o en los confines de la evocacioacutenmdash olvidan que aqueacutella no se efectuacutea cuando la entidad extranjera permanece ideacutentica a siacute misma16 A ello habriacutea que antildeadir que la imposibilidad de conservar inalterado el signo asimilado constituye una limitante contenida en el lenguaje puesto que la co-municacioacuten se produce en el mundo que vivimos y nuestras palabras remiten a las formas que nos rodean De ello se desprende que la facultad de designar por medio de la lengua estaacute determinada por la comunidad linguumliacutestica a la que pertenecemos Describir al otro implica insertarlo en el campo de nuestra propia experiencia

Si ver y decir son coextensivos esto significa que la percepcioacuten limita el habla y a la inversa que el horizonte del lenguaje con-diciona los sentidos17 Las implicaciones que de ahiacute se derivan di-fiacutecilmente podriacutean ser maacutes significativas ellas indican que vemos a traveacutes del lenguaje y que observar equivale a traducir a nuestros

15 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 20716 Sobre la imposibilidad de restituir el conjunto de valores y significados en el

pasaje de una lengua a otra me permito remitir a tiacutetulo de ejemplos a los ya claacutesicos Joseacute Ortega y Gasset ldquoMiseria y esplendor de la traduccioacutenrdquo en Obras completas Madrid Alianza Revista de Occidente 1983 v v p 431-452 y Vladimir Nabokov ldquoProblems of Translation lsquoOneginrsquo in Englishrdquo en Lawrence Venuti (ed) The Translation Reader Londres Routledge 2000 p 71-83

17 Comentando los mecanismos que descubre en la obra de Heroacutedoto Hartog sostiene ldquose pasa insensiblemente de la expresioacuten del espacio y el movimiento en la lengua al espacio de la lengua como representacioacuten del espacio concreto es decir como imitacioacuten Impliacutecitamente mi discurso supone que la armazoacuten del espacio concreto corresponde a las divisiones de la lengua y reaparece aquiacute la cuestioacuten de la homologiacutea de lo visible y lo deciblerdquo Hartog El espejo de Heroacutedoto p 323

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propios teacuterminos El acceso a la realidad se verifica por consiguiente a partir de comunicaciones y no de percepciones Lo mismo sucede en el discurso historiograacutefico tal como Franccedilois Hartog lo expone al tomar la obra de Heroacutedoto Historia como clave y ejemplo de su interpretacioacuten

asiacute como el marco del acuarelista reticula su pintura mdashexplicoacute en un pasaje de su obramdash en la Historia existen uno o varios reticulados Este teacutermino tiene dos sentidos En primer lugar el reticulado estructura el relato llamado Historia (que en este caso ocupa la posicioacuten de tablero y trata a partir de eacuteste de volver visible el reticulado que lo rige) En segundo lugar la Historia es el reticulado ldquoa traveacutes del cualrdquo el narrador ve y hace ver al destinatario el mundo los otros el pasado de Grecia etceacutetera Pero aquiacute se plantea la cuestioacuten iquestacaso ha funcionado la His-toria como reticulado si se me permite el teacutermino maacutes allaacute de siacute misma o volviendo a nuestra metaacutefora acaso hay ldquoacuarelistasrdquo que a lo largo del tiempo usaron la Historia a la manera de un ldquocuadriculadordquo para ver lo que deseaban dibujar

Evidentemente la metaacutefora del acuarelista tiene su liacutemite en el he-cho de que el reticulado no se compone de hilos ni de liacuteneas sino de lenguaje Y puesto que diga lo que diga Montaigne no existe un diccio-nario personal ldquointeriorrdquo eacuteste estaacute lleno de saber compartido El reticu-lado maneja y trabaja el saber compartido que a la vez lo hace posible lo corrige lo completa incluso llegado el caso ayuda a transformarlo18

Presente pasado y futuro se perciben a traveacutes de ciertas estruc-turas socialmente dadas mdasho de retiacuteculas de acuerdo con la metaacutefo-ra citada Asiacute lo indica Hartog al separar un hilo maacutes de la trama que ha ido desenredando poco a poco aquella en que se entreteje el discurso de la alteridad Esa hebra se anuda con las interpretaciones sucesivas de las que Heroacutedoto ha sido objeto Mediante ese proce-dimiento el ldquoyordquo se desplaza hacia los historiadores que han estu-diado su figura en el transcurso del tiempo el ldquootrordquo es ahora el protagonista del relato convertido seguacuten el narrador en turno en primer historiador mitoacutelogo o artista Sobra decir que el contenido

18 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 297 Asiacute se entiende que en opinioacuten de Hartog la Historia funcione como un ldquodispositivo para hacer verrdquo Ibidem p 325

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de su obra no ha variado en absoluto han cambiado eso siacute los coacute-digos de lectura en tanto resultado de ese proceso de adecuacioacuten constante que conforma la vida misma

Pese a que en nuestros diacuteas rara vez se cuestiona el caraacutecter his-toacuterico del discurso no han faltado quienes ciegos ante el devenir dinaacutemico de las estructuras sociales atribuyeron un sentido perento-rio a su propia mirada como historiador y buscaron imprimirle ciertos tintes de absoluto Erigiendo la verdad atemporal en garante de juicios y de observaciones esos exeacutegetas del pasado pretendieron cubrirse con las insignias del jurista Contra todo pronoacutestico mdasho al menos de quienes buscaron convertirse en portavoces de la ldquouacuteltima palabrardquomdash del tribunal de la historiografiacutea el inculpado ha salido mucho mejor que airoso Por una ironiacutea inherente al propio razonamiento juriacutedi-co Hartog explica que ldquoeste proceso en el cual jamaacutes se pronuncia una sentencia definitiva mdashporque cada sentencia anterior es consi-derada un mero testimonio hacia un fallo nuevo en esta investiga-cioacuten que jamaacutes se detienemdash es tambieacuten el que asegura la inmortali-zacioacuten de Heroacutedoto la impronta misma de su inmortalidadrdquo19 Poner de manifiesto el caraacutecter relativo de la historia y propiciar la permanencia del sabio de Halicarnaso ha sido el expediente de una causa conducida con tenacidad y con una loacutegica implacable

ldquoLos espejos y la coacutepula son abominables porque multiplican el nuacutemero de los hombresrdquo afirmaba en palabras de Adolfo Bioy Casares un heresiarca de Uqbar20 Aunque lejos de producir aver-sioacuten el mecanismo de luces y reflejos que Hartog puso en movi-miento muestra que todo individuo se despliega hasta incluso ase-mejar una pequentildea multitud por efecto de la refraccioacuten su identidad se desagrega en tantos aspectos como pares de ojos alcanza a atraer Asiacute tras reconocer las distintas dimensiones o planos de sentido que se yuxtaponen en la imagen que la posteridad ha forjado en torno a Heroacutedoto el investigador concluye que ldquotenemos el principio de muchas figuras del historiador desde el investigador-viajero hasta el lector de archivos desde el agrimensor de campos de batalla hasta

19 Ibidem p 2320 Jorge Luis Borges ldquoTloumln Uqbar Orbis Tertiusrdquo en Ficciones Madrid Alianza

1989 p 14

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el fabricante de soldados de papel pasando por el juez en su proble-maacutetico tribunal de la historiardquo21 El potencial interpretativo conteni-do en el autor objeto de estudio mdashy en el meacutetodo que lo diseccio-namdash se revela en esa particularidad quien primero se interesara en registrar los hechos del pasado funge como un prisma en que se descomponen a la manera de haces luminosos las ideas que van configurando el sentido y la naturaleza de la disciplina histoacuterica en su devenir La ilusioacuten de objetividad se disuelve ante la pluralidad de perspectivas y se revela que la vuelta a los oriacutegenes constituye una manera de historiar la mirada del historiador y de relativizarla Se admite su caraacutecter singular por oposicioacuten a universal y contin-gente por oposicioacuten a atemporal

nocIones a Prueba la evIdencIa y la dIstancIa HIstoacuterIca

En fechas recientes al reflexionar sobre los pormenores de su tra-yectoria intelectual Franccedilois Hartog explicoacute en retrospectiva que al momento de orientar sus estudios ldquoelegir la Antiguumledad griega fue una manera no de abandonar el presente [hellip] sino al menos de dar un paso lateralrdquo22 El espejo de Heroacutedoto fue desde esa perspec-tiva el primer esfuerzo sistemaacutetico por responder de modo tangen-cial o por la viacutea del rodeo algunas interrogantes de vigencia peren-ne para la disciplina Entre ellas se cuentan las preguntas sobre la naturaleza de los documentos la construccioacuten de los textos histo-riograacuteficos y las modalidades que rigen la lectura iquestQuieacuten habla iquestcon queacute propoacutesito iquestcoacutemo busca convencernos iquestcoacutemo sabe lo que dice son algunas muy claacutesicas que con frecuencia se olvidan tras la autoridad de la fuente Maacutes auacuten escribioacute ldquoa partir de las idas y ve-nidas que se proponen entre antiguos y modernos todo mi trabajo sugiere que estos movimientos ayudan a comprender mejor tanto a unos como a otros es decir lo que estaacute en juego en sus respectivos

21 Hartog El espejo de Heroacutedoto p 2222 Franccedilois Hartog La chambre de veille con la colaboracioacuten de Felipe Brandi y

Thomas Hirsch Pariacutes Flammarion 2013 p 40 (mi traduccioacuten)

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debates asiacute como lo no dicho las dificultades a las cuales conducen y las evidencias sobre las que reposanrdquo23 Retraerse en el tiempo y alejarse en el espacio supuso una oportunidad para cuestionar uno y otro y desde un aacutengulo inhabitual transitar en palabras de Certeau ldquode la ajenidad de lo que hoy ocurrerdquo a la ldquodiscursividad del comprenderrdquo24

Al explorar las viacuteas en que opera el reflejo asiacute como las imaacutegenes que de este modo van fraguaacutendose El espejo de Heroacutedoto pone en praacutectica una teoriacutea del observador por cierto muy afiacuten a la que se desarrolloacute desde las trincheras del llamado ldquoconstructivismo radicalrdquo25 Orientada hacia la epistemologiacutea esta corriente ha bus-cado esclarecer la interdependencia entre el observador y el mundo observado con el propoacutesito de interrogar y comprender coacutemo se produce el conocimiento

El observar mdashescribe Humberto Maturana uno de sus principales exponentesmdash resulta ser el punto de partida fundamental para expli-car al observador al instrumento de explicacioacuten y a la cuestioacuten maacutes importante en cualquier intento de comprender realidad y razoacuten como fenoacutemenos del dominio humano O dicho en otras palabras desde el momento en que todo lo dicho es dicho por un observador a otro ob-servador que puede ser eacutel mismo y considerando que el observador es un ser humano el observador y el observar deben ser explicados en la explicacioacuten del ser humano en tanto observador26

23 Hartog Evidencia de la historia p 1824 Citado en ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois

Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades Buenos Aires Waldhuter Editores 2010 p 159

25 Como constructivismo radical se conocen los trabajos de diversos cientiacuteficos que al indagar sobre el problema del conocimiento han subrayado el papel activo del suje-to cognoscente y por lo tanto el caraacutecter construido mdashpor oposicioacuten a recibidomdash de percepciones y saberes Entre quienes se encuentran asociados a esta corriente destaca el matemaacutetico George Spencer con su teoriacutea de la diferencia el fiacutesico Heinz von Foerster con su teoriacutea de la circularidad y el bioacutelogo Humberto Maturana con su concepto de autopoiesis y su teoriacutea del lenguaje Veacutease por ejemplo Paul Watzlawick y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribuciones al constructivismo Barcelona Gedisa 2000

26 Humberto Maturana ldquoRealidad la buacutesqueda de la objetividad o la persecucioacuten del argumento que obligardquo en Marcelo Pakman (comp) Construcciones de la experiencia humana Barcelona Gedisa 1996 v I p 54

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Desde sus propios paraacutemetros y sin que la asociacioacuten fuera en ninguacuten momento intencionada Hartog ha terciado en el debate al adecuar y trasladar ciertas lecciones hacia el terreno de la historia La triangulacioacuten no resulta menor sobre todo si se considera que esta rama del saber hunde sus raiacuteces mdashy asiacute lo recuerda tambieacuten su epistemologiacuteamdash en el terreno de la vista Maacutes en concreto al advertir que toda perspectiva se construye al tiempo que sirve para cons-truir los escritos del autor que nos ocupa han contribuido a cuestio-nar y a explotar la capacidad heuriacutestica contenida en algunas nociones centrales para la disciplina Una de ellas es nada menos que el con-cepto de evidencia teacutermino que conjuga y condensa los actos de ver y hacer ver de decir y convencer De ahiacute que escrutar ese horizonte semaacutentico permita calcular los espacios que ocupan lo visible y lo invisible en sus desplazamientos sucesivos Por si fuera poco en la medida en que la evidencia sea cual sea su naturaleza pretende fun-dar juicios y conocimientos su examen abre a la posibilidad de es-tablecer una historia de la verdad entre cuyos capiacutetulos figurariacutea el siguiente un relato de ldquola mirada histoacuterica que sentildealariacutea a partir del ojo y de su lugar los diversos regiacutemenes historiograacuteficos que des-de la Antiguumledad hasta nuestros diacuteas han prevalecido en esto que se ha convertido la tradicioacuten europeardquo27

Escribir algunas paacuteginas de esa historia intelectual constituye como ya se ha indicado un objetivo central en la obra de Hartog Al filo de la escritura sus liacuteneas han puesto a prueba la nocioacuten de ldquodis-tancia histoacutericardquo a la que se alude sin nombrar en pasajes como el siguiente ldquoa partir del lugar de saber que se da el lsquoyorsquo [lsquojersquo] viajero que se hace todo ojos y todo oiacutedos puede desplegarse entonces una interpretacioacuten del mundo y de su historiardquo28 iquestCoacutemo entender el

27 Hartog Evidencia de la historia p 13328 Franccedilois Hartog Memoria de Ulises Relatos sobre la frontera en la antigua Grecia

Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 1999 p 127 Es de destacar que este tipo de aseveraciones desmienten parcialmente a quienes acusan a Hartog de disociar las ideas del contexto y de los portadores que les prestan sustento ldquoQuizaacutes mdashconcede eacutel mismomdash Pero no veo coacutemo podriacutea haber trabajado las cuestiones que me apremiaron de haberme privado de los recursos mdashen un sentido estrictomdash de la literatura no como revista en que se hurga sino como pensamiento que provoca la reflexioacutenrdquo Hartog La chambre de veille p 194 (mi traduccioacuten)

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papel atribuido al lugar del historiador sino como el punto de mira que organiza el discurso sobre el pasado Esa medida siempre cam-biante que regula la separacioacuten frente al ayer es lo que comuacutenmente se designa como distancia histoacuterica Del latiacuten distantia alejamiento o desviacuteo el teacutermino se inscribe en el campo de la espacialidad si bien en la disciplina histoacuterica la nocioacuten suele utilizarse para designar el tiempo y maacutes en especiacutefico el tiempo como imperativo metodoloacute-gico y como condicioacuten de objetividad29 En los escritos de Hartog sin embargo esa metaacutefora se convierte en un dispositivo heuriacutestico cuya doble acepcioacuten latina mdashel alejamiento y el desviacuteomdash sirven para medir y experimentar con las potencialidades inscritas en la pers-pectiva histoacuterica No menos se vale de ese gesto que conjuga las dimensiones temporal y espacial dado que sentildeala ldquopara poder ser asida o volverse manifiesta la inteligibilidad parece necesitar maacutes espacios cronoloacutegicos o geograacuteficosrdquo30

a) La distancia como espacio

Por el lado de las superficies terrestres y de su geografiacutea el meacutetodo invita a atravesar amplios territorios operacioacuten que permite ir co-tejando ciertos palmos en beneficio de la comprensioacuten Eacutesta se al-canza al construir un marco de referencia condicioacuten de base para realzar y medir tanto las presencias como las ausencias A desarro-llar ese proceso responde la variacioacuten en los puntos de anclaje si-tuados ora en la antigua Aacutetica ora en la Roma de Polibio algunas veces en Francia y otras maacutes en Berliacuten Incluso la isla de Ogigia tierra miacutetica donde Ulises dejoacute correr siete antildeos en compantildeiacutea de Calipso forma parte de las coordenadas presentes en maacutes de un escrito Y es que explica el investigador

invitar a partir de estas configuraciones lejanas y pasadas tanto en Fidjiacute como en Esqueria [hellip] depende del ejercicio de la mirada distanciada

29 Veacutease el nuacutemero monograacutefico coordinado por Jaap den Hollander Herman Paul y Rik Peters que la revista History and Theory v 50 n 4 diciembre de 2011 dedicoacute al tema de la distancia histoacuterica

30 Hartog Evidencia de la historia p 74

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que de Montaigne a Leacutevi-Strauss pasando por Rousseau y muchos otros aspira a aportar beneficios de inteligibilidad Ya que de entrada nos alejamos del centro cuestionamos lo que teniacuteamos como evidencias dudamos de sus propias categoriacuteas hacemos posible la comparacioacuten31

Aparece nuevamente el caraacutecter relacional de la propuesta dado que comparar supone poner en relacioacuten dos elementos cual-quiera que sea su naturaleza o ubicacioacuten en el espacio Pese a ello tan temerarios han llegado a parecer esos saltos longitudinales que no ha faltado quien en nombre del ldquorigorrdquo y de la ldquoprecisioacutenrdquo que con-viene a una praacutectica cientiacutefica lo acuse de incurrir en una excesiva rapidez procedimental de trabajar en el aire y de tender hacia la superficialidad Contra esos reparos el propio Hartog ha reivindi-cado un enfoque interesado en registrar no tanto objetos unitarios encerrados en su mismidad cuanto los posibles viacutenculos que pri-man entre ellos Aunque de este modo quedan fuera numerosos aspectos y facetas aclara ldquolo que merece retener la atencioacuten mdashal menos la miacuteamdash son estos recorridos por parte de un autor de una pregunta conservando los puntos en que se invierten y transfor-man sentildealando las cesuras a partir de las cuales las cosas se anudan de otro modordquo32

De ese planteamiento ha emanado un peculiar modo de escritura concebida como el registro de los movimientos o como una bitaacutecora de navegacioacuten Con ello una advertencia se impone a saber que el intereacutes en los traslados por oposicioacuten a los momentos de reposo no equivale a practicar el turismo cultural o dicho de otro modo aque-llo que en la jerga acadeacutemica suele tildarse de ldquoensayismordquo33 Una diferencia radica en que Hartog al recubrir su postura episteacutemica con los rasgos del transeuacutente no se contenta con observar ciertos lugares

31 Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007 p 81

32 Hartog La chambre de veille p 45 (mi traduccioacuten)33 Por lo demaacutes un ldquoensayordquo puede definirse seguacuten una foacutermula que Hartog toma

de Robert Musil como ldquola forma uacutenica e inalterable que un pensamiento decisivo hace tomar a la vida interior de un hombrerdquo ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades p 161

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comunes ni con andar trayectos dispuestos de antemano aunque admite cierta afinidad con quien frecuenta tianguis y mercadillos (con el chineur) su procedimiento se caracteriza por buscar interre-laciones insospechadas y por privilegiar los procesos por encima de los resultados Apenas admira por consiguiente que en sus paacuteginas ocupe un lugar destacado la figura del viaje ldquoese movimiento ese ritmo casi esa respiracioacuten entre el mismo y el otrordquo34 No trazar un mapa sino describir un itinerario constituye la manera de reconstituir esos trayectos aquellos que suscitan y logran ldquoque se correspondan se entrecrucen o se superpongan lugares y miradas que sentildealan puntos de referencia momentos en que las cosas se enturbian o se desviacuteanrdquo35 Maacutes auacuten en la medida en que resume y concentra un modelo operatorio se entiende que su buacutesqueda se oriente no hacia ldquoel viaje en siacute mismo en su materialidad sino como operador dis-cursivo y esquema narrativo el viaje como mirada y resolucioacuten de un problema o respuesta a una preguntardquo36

Un ejemplo de escritura a partir de dudas y cuestionamientos se encuentra en los anaacutelisis desarrollados en torno al concepto de ldquoori-genrdquo y de otros maacutes que le son afines Quien se asome a la obra de Hartog advertiraacute en efecto que esa constelacioacuten semaacutentica aparece de modo recurrente en sus trabajos y tanto asiacute que incluso fundoacute un libro en la ldquoproblemaacutetica de los comienzos y la perspectiva de una Grecia vista como inauguracioacutenrdquo37 iquestQueacute entender por unos teacuterminos tan equiacutevocos como inquietantes y cuyo empleo es tributario en la opinioacuten de Marc Bloch de una enquistada ldquoobsesioacuten embriogeacutenicardquo iquestRefieren a un inicio ex novo o a las causas a un principio explicati-vo o a ciertos fundamentos iquestCoacutemo explicar que se siga adorando al ldquoiacutedolo de los oriacutegenesrdquo pese a haberse consumado al menos en la teoriacutea un desencantamiento del mundo y de su historia38 Quizaacutes con el deseo de disipar las sospechas de idolatriacutea Hartog ha preci-sado que la idea no consiste en buscar unas raiacuteces primigenias al

34 Hartog La memoria de Ulises p 1735 Ibidem p 1636 Ibidem p 2437 Hartog Memoria de Ulises p 24 Las cursivas son miacuteas38 Marc Bloch Apologiacutea de la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura

Econoacutemica 2003 p 59-64

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afirmar que ldquoel comienzo que alcanzamos remontando los aconte-cimientos no es el comienzo sino lsquola primera manifestacioacutenrsquo rdquo sus palabras sugieren que el origen representa no un hecho por descu-brir sino un dispositivo heuriacutestico de alcances por explorar39

No es que tenga un gusto particular por los oriacutegenes mdashapunta en otro pasajemdash sin embargo con ellos podemos disponer de una especie de si-tuacioacuten experimental Podemos tomar las configuraciones a partir de las cuales se han operado las bifurcaciones o las elecciones que habriacutean podido no ser o ser otras ellas han sido olvidadas muy pronto o se han vuelto tan evidentes que ya no hemos pensado en cuestionarlas40

La vuelta a los oriacutegenes se convierte asiacute en un postulado teoacuterico capaz de traducirse en una estrategia de tipo pragmaacutetico El corola-rio que de esto se deriva no es en modo alguno menor Eacuteste con-siste nada menos que en reintroducir la contingencia en la historia al difuminar la ilusioacuten retrospectiva de necesidad y al impedirnos ordenar los sucesos de acuerdo con un recorrido orientado en pro-greso continuo y en que cada etapa anuncia la siguiente Pero hay maacutes al retroceder en el tiempo y retraerse en el espacio hasta encon-trar el momento y lugar en que una nocioacuten una categoriacutea o una experiencia se tornoacute concebible Hartog no soacutelo recuerda que todo lo que fue pudo no haber sido o serlo de otra manera tambieacuten apunta hacia sus condiciones de posibilidad arrojando nueva luz sobre el devenir efectivo De ahiacute que tomando como ejemplo su aacuterea privi-legiada de estudio recomiende ldquodeberiacuteamos poder limitar mejor eso que no era y antes que nada eso que no podiacutea ser el Mediterraacute-neo antiguo Con esto no soacutelo ganariacuteamos enriqueceriacuteamos y preci-sariacuteamos el cuestionario sino tambieacuten volveriacuteamos expliacutecitos algunos de los presupuestos de la praacutectica modernardquo41 La historicidad que

39 Hartog Evidencia de la historia p 23640 Ibidem p 33 Paacuteginas maacutes adelante comenta el autor ldquoestas observaciones no

apuntan de ninguna manera a sostener que todo se encuentra o que todo se juega en los comienzos sino invitan soacutelo a considerarlos como un espacio experimental donde se comunican todaviacutea las experiencias histoacutericas divergentes las divisiones inician las elecciones positivas se formulan las rupturas se dibujan en pocas palabras donde un lsquopensamiento histoacuterico occidentalrsquo se construyerdquo Ibidem p 37

41 Ibidem p 25

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define al pasado y al presente se torna visible una vez maacutes a partir de los cuestionamientos geograacuteficos

b) La distancia como tiempo

Si trayectos traslados recorridos y desplazamientos desempentildean un papel central en el vocabulario de Hartog no menos lo hacen nociones como las fronteras los umbrales y los intersticios Ademaacutes de insertarse en el campo de la espacialidad todas ellas comparten el caraacutecter liminar denotan una situacioacuten de entre-dos y funcionan como cierre y apertura como punto de clausura y de origen De una estructura similar es el concepto de ldquocrisisrdquo teacutermino que mar-ca una ruptura temporal y que vincula dos oacuterdenes del tiempo o mejor dicho dos modos de experimentar el tiempo Esta uacuteltima pre-cisioacuten resulta relevante en la medida en que por esas fracturas se entienden aquellas coyunturas en que la articulacioacuten entre pasado presente y futuro pierde la evidencia de que hasta entonces gozaba Es entonces cuando las dudas y la incertidumbre invitan cuando no obligan a repensar la tradicioacuten y a fijar nuevos puntos de refe-rencia A ello se debe que dichos episodios funcionen como lentes de aumento susceptibles de revelar un proceso tan profundo y constante como por lo general imperceptible para sus contemporaacuteneos Se tra-ta desde luego de la dimensioacuten temporal cuya paradoacutejica centralidad para la historia recuerda Franccedilois Hartog mediante la siguiente ad-vertencia ldquocon la evidencia de su omnipresencia mdashalertamdash el tiem-po corre el riesgo de volverse lo impensado de una disciplina que se proclama la maacutes rigurosa de todos los garantes de eacutel mismordquo42 Devolverlo a la esfera de lo visible y registrar los cambios que se operan en eacutel es el propoacutesito de los ldquoregiacutemenes de historicidadrdquo

Acuntildeada a finales de los antildeos ochenta la expresioacuten ldquoreacutegimen de historicidadrdquo designa no tanto la experiencia social del tiempo enten-dida en un sentido empiacuterico cuanto un artefacto interpretativo ideado para examinar esa misma experiencia El sintagma forma parte des-de esa perspectiva de las categoriacuteas metahistoacutericas o construcciones

42 Ibidem p 28

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99FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

conceptuales que permiten aislar analizar e interpretar un objeto en especiacutefico En este caso bajo la lupa puede observarse la conciencia mdashen un sentido laxomdash del pasado del presente y del futuro formas universales cuya articulacioacuten va variando en funcioacuten de las eacutepocas los espacios y las sociedades En un punto intermedio entre la vacui-dad de la abstraccioacuten y la ceguera de lo faacutectico la nocioacuten puntualizoacute Hartog ldquonunca ha sido una entidad metafiacutesica descendida del cielo y de alcance universal No es maacutes que la expresioacuten de un orden do-minante del tiempo tejido a partir de diferentes regiacutemenes de tem-poralidad es para terminar una manera de traducir y de ordenar las experiencias del tiempo [hellip] y de darles sentidordquo43

En la medida en que busca captar las manifestaciones concretas de un fenoacutemeno universal mdashla relacioacuten con el tiempomdash ese cons-tructo se instituye en un instrumento comparatista por vocacioacuten casi cabriacutea decir por excelencia Interesado en la triple dimensioacuten temporal en sus muacuteltiples entrelazamientos eacuteste permite analizar coacutemo esa divisioacuten tripartita se articula y se desplaza cualquiera que sea el momento y el lugar que se examine Maoriacutes y helenos Ale-mania y Brasil el Renacimiento y la edad contemporaacutenea son algu-nos sujetos paiacuteses y periodos cuya experiencia de la temporalidad encuentra cabida bajo la forma de preguntas en la narrativa de Har-tog A ello importa antildeadir que esa amplitud de miras no deriva en es-peculaciones sobre el Hombre entendido desde una concepcioacuten atemporal a la inversa que las indagaciones uacutenicamente pretenden conocer al individuo concreto es una consecuencia directa de la par-ticular fusioacuten presente a la manera de constante entre la perspectiva histoacuterica y el meacutetodo antropoloacutegico

Si bien Franccedilois Hartog ha reconocido maacutes de una vez una deuda intelectual con Reinhardt Koselleck no fue el disciacutepulo de Heideg ger su primer ni principal interlocutor al momento de acuntildear la expre-sioacuten ldquoreacutegimen de historicidadrdquo44 Seguacuten ha precisado en reiteradas

43 Hartog Regiacutemenes de historicidad p 13244 A ese respecto Hartog explica que la lectura de Futuro pasado aparecido en

franceacutes en 1990 ldquome ayudoacute mucho a formular preguntas que todaviacutea no teniacutea en claro La agudeza de sus anaacutelisis me permitioacute comprender mejor la gran transformacioacuten que supuso la instauracioacuten del tiempo moderno y por contraste las implicaciones tempo-rales de la historia magistra Con los conceptos metahistoacutericos de espacio de experiencia

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100 historia y meacutetodo en el siglo xx

ocasiones el motor de su reflexioacuten se originoacute no en la historia sino en la antropologiacutea y maacutes en especiacutefico en el enfoque e ideas del in-vestigador estadounidense Marshall Sahlins Al reconocer que ldquootros tiempos otras costumbresrdquo implican tambieacuten ldquootras historiasrdquo su homoacutelogo franceacutes trasladoacute parte de ese debate hacia el terreno de la historiografiacutea llamando la atencioacuten entre otras problemaacuteticas hacia la cuestioacuten de ldquola simultaneidad de lo no simul taacuteneordquo45 De este modo a la vez que advertiacutea la coexistencia de loacutegicas y experiencias temporales inasimilables entre siacute tambieacuten admitioacute la necesidad de relacionarlas si no de encuadrarlas dentro de un mismo sistema No es otro el sentido y la funcioacuten de los regiacutemenes de historicidad nocioacuten bisagra que carece de ldquola generalidad de una condicioacuten de posibili-dad pero [que] tampoco es simplemente denotativa Su categoriacutea seriacutea intermedia trabaja sobre las tensiones entre experiencia y ex-pectativa las estructura las nombra permite las comparacionesrdquo46

Utilizadas por la criacutetica estas uacuteltimas han servido abierta o veladamente para negar al autor cualquier viso de originalidad es-timando su meacutetodo como una mera glosa del alemaacuten y maacutes en especiacutefico como una traduccioacuten de las categoriacuteas ldquoespacio de expe-rienciardquo y ldquohorizonte de expectativardquo No obstante las diferencias frente al enfoque de Koselleck no resultan menores Una de ellas estriba en que el diaacutelogo disciplinar se establece frente a la antropo-logiacutea por oposicioacuten a la filosofiacutea de lo cual derivan varias conse-cuencias ldquoLos regiacutemenes mdashreplicoacute Hartog a quienes quisieron ver una calcamdash no estaacuten sustentados por ninguna teleologiacutea a la mane-ra de las fases o de los modos de produccioacuten de antantildeo y no preten-den dar la clave de la historiardquo Por el contrario se trata de ldquoun ar-tefacto cuya finalidad es heuriacutestica No es el punto de partida de una teoriacutea de la historiardquo47 La renuncia a adentrarse en los secretos

[hellip] y de horizonte de expectativa [hellip] [Koselleck] proveyoacute una poderosa herramienta interpretativardquo Hartog La chambre de veille p 136 (mi traduccioacuten)

45 Ibidem p 51 ldquoOtros tiempos otras costumbres la antropologiacutea de la historiardquo es el tiacutetulo de una conferencia que Marshall Sahlins pronuncioacute en 1981 y que unos antildeos maacutes tarde publicoacute en su conocida obra Islas de historia Barcelona Gedisa 1987

46 ldquoSobre la nocioacuten de reacutegimen de historicidad Entrevista con Franccedilois Hartogrdquo en Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades p 155

47 Ibidem p 153

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101FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

del devenir humano no equivale sin embargo a negar los alcances de su propia propuesta Lejos de ello eacutel mismo ha reivindicado haber abierto el espectro de preguntas al desarrollar una herramien-ta interpretativa capaz de ampliar las coordenadas de estudio maacutes allaacute de Europa y de extender la cronologiacutea de anaacutelisis hasta incluso abarcar la edad contemporaacutenea

ldquoA lo que me dedico mdashafirmoacute este observador de la temporalidad y su experienciamdash es a cuestionar el pasado por el presente y el pre-sente por el pasado con el propoacutesito confeso de adquirir conocimien-to sobre uno y otrordquo48 Por esa labor de contraste entre uno y otro tiempo el historiador ha afianzado un terreno vedado a quienes entienden la ldquodistancia histoacutericardquo como una suma de antildeos incluso de siglos Al postular en efecto que la clave se encuentra no en una mera acumulacioacuten numeacuterica sino en el intereacutes de adoptar una mira-da distante Hartog ha reivindicado las capacidades de la historia para observar cualquier momento incluido el ahora En ese sentido que a partir del concepto ldquoreacutegimen de historicidadrdquo haya elaborado un sofisticado diagnoacutestico sobre la sociedad contemporaacutenea resulta significativo Eacuteste le permitioacute reconocer coacutemo se establecioacute en el trans-curso del siglo xx un nuevo equilibrio entre los oacuterdenes del tiempo o mejor dicho una relacioacuten que se define por la preponderancia del presente A medida que el pasado y el futuro se desvanecen en tan-to dimensiones invisibles o inalcanzables la actualidad se cierra so-bre siacute misma y pierde la capacidad de voltear hacia atraacutes o hacia adelante Tal es el sentido de la palabra ldquopresentismordquo el reacutegimen temporal de nuestros diacuteas49

a Modo de cIerre desde el Faro

La chambre de veille es el tiacutetulo que eligioacute Franccedilois Hartog para encua-drar un reciente libro de entrevistas Los pormenores que marcaron una provechosa trayectoria intelectual junto con numerosos recuerdos

48 Hartog La chambre de veille p 62 (mi traduccioacuten)49 Sobre el ldquopresentismordquo tema que mereceriacutea un trabajo en detalle es posible con-

sultar Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad asiacute como La chambre de veille p 151-183

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102 historia y meacutetodo en el siglo xx

y reflexiones sobre su experiencia vital y laboral aparecen pues bajo lo que en espantildeol se denomina con menor carga poeacutetica como ldquocaacute-mara de serviciordquo Con ese teacutermino suelen designarse unos espacios situados en la punta de los faros pequentildeos recintos destinados a albergar las labores del vigiacutea Una cama un escritorio y algunos instrumentos constituyen todo el mobiliario de quien consagra sus diacuteas y sus noches a cuidar la luz y a escrutar el horizonte Desde las alturas centildeidas de cristal el vigilante lo observa todo y al mismo tiempo no ve nada a su disposicioacuten tiene un aacutengulo visual insupe-rable y sin embargo es muy posible que lo esencial ocurra en otra parte Maacutes auacuten si no hay un movimiento que le pase desapercibido cada uno soacutelo adquiere sentido a partir de los coacutedigos y las coorde-nadas inscritos en las bitaacutecoras y los libros colocados en la mesa La analogiacutea con el oficio de historiar se esclarece poco a poco

Termineacute por comprender mdashescribioacute Hartogmdash que mi oficina con los estantes de la biblioteca los expedientes y las notas diversas era mi caacutemara de servicio [hellip] Tambieacuten ahiacute en el espacio de la oficina se verifican intercambios entre lo que uno ve y no ve Se encuentra lo que uno intenta ver que cree ver y que se esfuerza por hacer ver Y con demasiada frecuencia aquello que por una u otra razoacuten nos elude50

Definido como quien acecha el tiempo el historiador conjuga un lugar y una mirada Se convierte por lo tanto en el ojo de la historia aunque no en un sentido normativo ni mucho menos por aspirar a la omnipresencia el tiacutetulo responde simplemente a su capacidad para postular y poner en praacutectica una teoriacutea de la obser-vacioacuten planteada en este caso en teacuterminos de distanciamiento y de vocacioacuten itinerante A partir de los efectos de contraste que pro-duce y explota el meacutetodo de Hartog trae a la memoria preguntas olvidadas pone en tela de juicio las certezas actualiza las dudas y reintroduce la contingencia A fin de cuentas pregunta ldquoiquestcuaacutel pue-de ser la tarea del historiador (incluso su responsabilidad) si no la de poner el presente en perspectiva Por los conocimientos que aporta su trabajo apunta a reunir maacutes inteligibilidad y lucidez al hacer de

50 Ibidem p 11 (mi traduccioacuten)

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103FRANCcedilOIS HARTOG (N 1946)

la historia un ejercicio criacuteticordquo51 Esa criacutetica implica un extrantildeamien-to y por su misma estructura puede ayudarnos a desacelerar

bIblIograFiacutea

blocH Marc Apologiacutea de la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2003

borges Jorge Luis Ficciones Madrid Alianza 1989

delacroIx Christian Franccedilois Dosse y Patrick Garcia (dirs) Historicidades Buenos Aires Waldhuter 2010

Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007

derrIda Jacques De la grammatologie Pariacutes Les Eacuteditions de Minuit 1967

detIenne Marcel Comparer lrsquoincomparable Pariacutes Le Seuil 2009

Hartog Franccedilois El espejo de Heroacutedoto Ensayo sobre la representacioacuten del otro Buenos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 2003

Evidencia de la historia Lo que ven los historiadores Meacutexico Univer-sidad Iberoamericana 2011

La chambre de veille con la colaboracioacuten de Felipe Brandi y Thomas Hirsch Pariacutes Flammarion 2013

Memoria de Ulises Relatos sobre la frontera en la antigua Grecia Bue-nos Aires Fondo de Cultura Econoacutemica 1999

Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007

Hollander Jaap den Herman Paul y Rik Peters (coords) ldquoIntroduction The Metaphor of Historical Distancerdquo History and Theory v 50 n 4 diciembre 2011 p 1-10

leacutevI-strauss Claude Le regard eacuteloigneacute Pariacutes Plon 1983

51 Hartog Regiacutemenes de historicidad p 14

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104 historia y meacutetodo en el siglo xx

y Didier erIbon De pregraves et de loin Pariacutes Odile Jacob 1988

luHMann Niklas La ciencia de la sociedad Meacutexico Universidad Iberoame-ricana 1996

ortega y gasset Joseacute Obras completas Tomo v 1932-1940 Madrid Alian-zaRevista de Occidente 1983

PaKMan Marcelo (comp) Construcciones de la experiencia humana Barce-lona Gedisa 1996 v I

Platoacuten ldquoParmeacutenidesrdquo en Diaacutelogos Madrid Edaf 2002

Poe Edgar Allan El escarabajo de oro y otros cuentos Meacutexico Rei 1988

rousseau Jean-Jacques Ensayo sobre el origen de las lenguas Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1984

saHlIns Marshall Islas de historia Barcelona Gedisa 1987

venutI Lawrence (ed) The Translation Reader Londres Routledge 2000

watzlawIcK Paul y Peter Krieg (comps) El ojo del observador Contribu-ciones al constructivismo Barcelona Gedisa 2000

werner Michael y Beacuteneacutedicte Zimmermann ldquoBeyond Comparison His-toire Croiseacutee and the Challenge of Reflexivityrdquo History and Theory v 45 n 1 febrero 2006

wHIte Hayden El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Bar-celona Paidoacutes 2003

zerMentildeo Guillermo (coord) HistoriaFin de siglo Meacutexico El Colegio de Meacutexico 2016

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HISTORIA Y MEacuteTODO EN EL SIGLO XX

LA PERSPECTIVA HISTORIOGRAacuteFICA

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Marc Bloch (1886-1944) La preocupacioacuten por el meacutetodo histoacuterico

Martiacuten F riacuteos saloMaUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

Introduccioacuten

ldquoEs como historiador de la estructura social que me presento ante el Colegio de Francia pero como un historiador que situado fren-te a los hechos humanos y reconociendo en ellos por naturaleza hechos psicoloacutegicos se esfuerza cada vez maacutes en sus trabajos y se esforzaraacute en su ensentildeanza en explicarlos desde el interiorrdquo1 Es con estas palabras con las que el ceacutelebre historiador franceacutes se presen-taba a siacute mismo en el dossier que redactoacute en el antildeo 1934 para postu-lar su candidatura a la prestigiosa institucioacuten candidatura que final-mente seriacutea rechazada Sin embargo es posible constatar que las palabras contenidas en estas liacuteneas vistas a la luz del tiempo trans-currido condensan los aportes que Marc Bloch realizoacute a la ciencia histoacuterica los cuales han permitido a los historiadores de la histo-riografiacutea considerarlo como uno de los grandes intelectuales del siglo xx y sin duda como uno de los historiadores franceses de mayor relevancia de la primera mitad de la centuria pasada

La ingente produccioacuten del historiador nacido en Lyon la pro-fundidad trascendencia e innovacioacuten de sus planteamientos histo-riograacuteficos sus aportes a la historia medieval en general y al mejor conocimiento del sistema feudal en particular su intensa actividad docente su avidez de conocimiento e inquietudes intelectuales

1 Marc Bloch ldquoProjet drsquoun enseignement drsquohistoire compareacutee des socieacuteteacutes euro-peacuteennes Candidatures au Collegravege de France 1934rdquo en Marc Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance edicioacuten de Annette Becker y Eacutetienne Bloch prefacio de Annette Becker introduccioacuten de Eacutetienne Bloch Pariacutes Gallimard 2006 p 443-450 p 445 El rechazo de la candidatura de Bloch al Collegravege de France no se debioacute uacutenicamente a la supresioacuten de cuatro caacutetedras en abril de 1934 sino a tambieacuten a sus oriacutegenes judiacuteos ldquoLes origines juives de Marc Bloch se reacuteveacuteleront ecirctre un handicap les universitaires franccedilais eacutetant sensibles agrave une forme non dite de quotasrdquo Idem ldquoMarch Bloch 1886-1944 Vie et œuvrerdquo ibidem p 1-77 p 38

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108 historia y meacutetodo en el siglo xx

mdashque lo llevaron a fundar como es bien sabido los Annales en 1929mdash su participacioacuten activa en las dos guerras mundiales y su traacutegica muerte en junio de 1944 han generado tal cantidad de estu-dios y escritos que quien elaboroacute estas liacuteneas se preguntoacute a lo largo de varios meses si era posible decir algo novedoso sobre la obra de Marc Bloch2

La respuesta en realidad vino de los estudiantes a quienes im-partiacute el curso de Comentario de Textos durante el semestre 2014-1 alumnos de primer antildeo de la Licenciatura en Historia aacutevidos de conocimientos a quienes di a conocer la Apologiacutea por la historia Yo mismo habiacutea leiacutedo mdashgracias al doctor Sergio Mirandamdash la primera semana de mis estudios universitarios en el ya lejano antildeo de 1994 la versioacuten castellana del texto ldquoReflexiones para un lector curioso del meacutetodordquo publicada en la revista Eslabones y poco despueacutes tuve que leer para alguno de los cursos de historiografiacutea la Introduccioacuten a la historia3 Entonces me parecioacute un libro fascinante y cautivador pero soacutelo en la relectura realizada para preparar las respectivas clases del

2 Frente a la enorme produccioacuten historiograacutefica a propoacutesito de Marc Bloch y su obra resalto los textos introductorios de Annette Becker y Eacutetienne Bloch al volumen que coordinaron bajo el tiacutetulo Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance (vid supra nota 1) p vII-lx y lxI-lxxI respectivamente De obligada referencia son los trabajos de Carlos Aguirre Rojas Los Annales y la historiografiacutea francesa Tradiciones criacuteticas de Marc Bloch a Michel Foucault Meacutexico Quinto Sol 1996 Jaume Aurell La escritura de la memoria De los posi-tivismos a los postmodernismos Valencia Prensas de la Universidad de Valencia 2005 particularmente p 23-66 Dominique Bartheacutelemy ldquoMarc Blochrdquo en Veacuteronique Sales Les historiens Pariacutes Armand Colin 2003 p 85-102 Peter Burke La revolucioacuten historio-graacutefica francesa La Escuela de los Annales 1929-1989 Barcelona Gedisa 1993 particular-mente los capiacutetulos 1 y 2 p 15-37 Christian Delacroix Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants historiques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 particularmente p 200-295 Franccedilois Dosse La historia en migajas De Annales a la ldquonueva historiardquo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2006 particularmente p 27-95 Olivier Dumoulin Marc Bloch Pariacutes Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques 2000 Carole Fink Marc Bloch A Life in History 2a ed Cambridge Cambridge University Press 1991 George G Iggers Historiography in the Twentieth Century From Scientific Objectivity to the Postdmodern Challenge HanoverLondres Wesleyan University PressUniversity Press of New England 1997 particularmente p 51-64 y Massimo Mastrogregori El manus-crito interrumpido de Marc Bloch Apologiacutea para la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998

3 Marc Bloch ldquoReflexiones para el lector curioso del meacutetodordquo Eslabones Revista semestral de estudios regionales Sociedad Nacional de Estudios Regionales Meacutexico n 7

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109MARC BLOCH (1886-1944)

mencionado curso asiacute como la ponencia origen de este escrito pude comprender cabalmente y ponderar la enorme riqueza que encierra este pequentildeo libro y la trascendencia intelectual de su autor

Hace no mucho Dominique Bartheacutelemy uno de los medievalis-tas franceses maacutes importantes y especialista en el sistema feudal tomando en consideracioacuten que el estilo y el pensamiento de Marc Bloch eran propios de un profesor de la Tercera Repuacuteblica y que las ciencias sociales se habiacutean transformado significativamente en los uacuteltimos treinta antildeos se preguntaba si auacuten podiacutea leerse la obra de Marc Bloch con ldquoconfianza y provechordquo Su respuesta era afirmativa ldquo[hellip] a condicioacuten mdashsosteniacuteamdash de situarlo en el contexto intelectual de esta repuacuteblica que hizo eclosionar dos lsquoescuelas histoacutericasrsquo suce-sivas el positivismo o mejor dicho la escuela metoacutedica a partir de 1875 y la escuela de los Annales en 1929rdquo4

A tenor de mi propia experiencia en el campo histoacuterico debo di-sentir de las consideraciones de Bartheacutelemy a propoacutesito de su aseve-racioacuten pues si bien es cierto que es necesario situar a Marc Bloch en su contexto histoacuterico intelectual e historiograacutefico tanto mi praxis en el campo de la historiografiacutea a propoacutesito del concepto de Reconquista y el desarrollo del medievalismo espantildeol como mi labor docente impar-tiendo cursos de Historiografiacutea y Metodologiacutea Histoacuterica me hacen evi-dente la vigencia del pensamiento de Bloch no soacutelo en el aacutembito de la historia medieval sino en realidad en el campo mismo de la historia5

Porque la pregunta que lanzara el insigne medievalista al iniciar su Apologiacutea y que de forma nada inocente poniacutea en boca de un es-colar ldquoiquestpara queacute sirve la historiardquo es una pregunta que como el mismo Bloch sosteniacutea plantea el problema de la ldquolegitimidad de la historiardquo y por lo tanto no interesa uacutenicamente al gremio de his-toriadores sino que ldquoafecta a toda la civilizacioacuten occidentalrdquo6 Una

enero-junio 1994 p xII-xxI Marc Bloch Introduccioacuten a la historia 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994

4 Bartheacutelemy ldquoMarc Blochrdquo p 865 Martiacuten Riacuteos Saloma La Reconquista Una construccioacuten historiograacutefica (siglos xvi-xix) proacute-

logo de Mariacutea Isabel Peacuterez de Tudela MadridMeacutexico Marcial PonsUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2011 y del mismo autor La Reconquista en la historiografiacutea espantildeola contemporaacutenea MadridMeacutexico SiacutelexUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2013

6 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 9

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110 historia y meacutetodo en el siglo xx

legitimidad que es cuestionada no ya como en los antildeos de la pri-mera posguerra por las otras ciencias sociales sino por una socie-dad que cada vez destina menos recursos a la creacioacuten de plazas universitarias que no incluye en los campos de accioacuten prioritaria de la formacioacuten posgradual a las humanidades en general y a la historia en particular que no es capaz de ponerse de acuerdo sobre queacute historia ensentildear y coacutemo ensentildearla7 que descuida y desatiende a los docentes de historia de la ensentildeanza baacutesica media baacutesica y media superior y abusa del discurso histoacuterico De esta suerte hemos asistido en los uacuteltimos tiempos al hecho de que la Historia ha sido obligada a abandonar los espacios acadeacutemicos y a participar en el debate poliacutetico al punto que la opinioacuten puacuteblica pide al historiador que se convierta en jurisconsulto y dirima las querellas que no pu-dieron resolver los jueces del momento mdasho los poliacuteticos actualesmdash trayendo al primer plano de la discusioacuten puacuteblica conceptos caros a la ciencia histoacuterica como los de ldquotestigordquo ldquotestimoniordquo ldquomemoriardquo

Pero complejizando auacuten maacutes el problema de la legitimidad de la historia y los abusos que de esta disciplina se hacen en el caso de los acontecimientos maacutes traacutegicos del mundo contemporaacuteneo mdashcomo la Soah la violacioacuten de mujeres alemanas por parte del ejeacutercito rojo el despojo de los pueblos indiacutegenas de Ameacuterica Latina la muerte de los empleados de las Torres Gemelasmdash se pide al his-toriador que establezca la verdad histoacuterica para restaurar a la ldquoviacutectimardquo a riesgo de que si no participa en tal debate sean los representantes de los poderes puacuteblicos quienes se arroguen el derecho de determinar dicha ldquoverdadrdquo8 Asiacute pues el historiador profesional constata con cons-ternacioacuten los ldquousos puacuteblicos de la historiardquo9 mediante los cuales se pretende legitimar gobiernos regiacutemenes poliacuteticos reivindicaciones

7 Una experiencia reciente en Meacutexico fueron las sucesivas modificaciones a los planes de estudio realizadas durante los gobiernos panistas (2000-2012)

8 Estas problemaacuteticas fueron analizadas por Franccedilois Hartog en la conferencia in-titulada ldquoEl presente del historiadorrdquo impartida el diacutea jueves 12 de noviembre de 2009 en el marco de la Caacutetedra Marcel Bataillon Temporalidades historias presente del historia-dor desarrollada en el Instituto de Investigaciones Histoacutericas de la unaM

9 Recupero el teacutermino de ldquousos puacuteblicos de la historiardquo de la propuesta colectiva de Joseacute Carreras Ares y Carlos Forcadell Aacutelvarez (eds) Usos puacuteblicos de la historia Po-nencias del VI Congreso de la Asociacioacuten de Historia Contemporaacutenea (Universidad de Zaragoza 2002) Madrid Marcial PonsPrensas Universitarias de Zaragoza 2003

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de determinados grupos o ideologiacuteas o programas de accioacuten tanto en el aacutembito de la poliacutetica nacional como en el aacutembito internacional Asiacute ocurrioacute cuando el expresidente espantildeol Joseacute Mariacutea Aznar quiso justificar la invasioacuten de Irak como un capiacutetulo maacutes de la lucha mul-tisecular mantenida entre cristianos y musulmanes a partir del 711 o cuando el secretario de Gobernacioacuten de los Estados Unidos Mexi-canos presentoacute un documento producto de la investigacioacuten judicial llevada a cabo sobre el particular como ldquola verdad histoacutericardquo a pro-poacutesito de los sucesos de Ayotzinapa en los que 43 estudiantes de magisterio fueron secuestrados torturados y asesinados

Por otra parte en un mundo globalizado definido por la emergen-cia de un reacutegimen de temporalidad al que Franccedilois Hartog ha llamado ldquopresentismordquo caracterizado por la preponderancia del presente sobre los otros tiempos histoacutericos10 es necesario preguntarse sobre el papel y la funcioacuten que puede tener el estudio del pasado En una era en la que la revolucioacuten tecnoloacutegica operada a finales del siglo xx ha acortado las distancias y ha impuesto una vertiginosa velocidad en las comuni-caciones mdashelementos que pueden considerarse como algunos de los siacutentomas maacutes visibles de este nuevo reacutegimen de historicidadmdash la His-toria como disciplina pareceriacutea no tener cabida ni sentido porque es un hecho innegable que las sociedades mdashparticularmente las de los paiacuteses desarrollados y aquellos que se hallan en viacuteas de desarrollomdash han experimentado una nueva relacioacuten con el tiempo que se refleja en su permanente conexioacuten a la red y a la demanda perenne de respues-tas y noticias instantaacuteneas que dejan poco espacio para la reflexioacuten sosegada y en consecuencia para el estudio del pasado Estos fenoacute-menos sociales se experimentan incluso en las universidades por cuan-to las poliacuteticas de evaluacioacuten acadeacutemica demandan constantemente a los colegas de los distintos paiacuteses un aumento en su productividad es decir maacutes en menor tiempo sin dar tiempo a los intelectuales a generar conocimiento verdaderamente significativo y trascendente

En este complejo contexto a casi setenta antildeos de su publicacioacuten La apologiacutea de la historia u oficio del historiador muestra plenamente su vigencia y los historiadores estamos llamados a releer estas paacuteginas

10 Franccedilois Hartog Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo trad de Norma Duraacuten y Pablo Avileacutes Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007

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ya claacutesicas con la certeza de encontrar en ellas no soacutelo las reflexiones de un historiador maduro preocupado por el meacutetodo sino las res-puestas personales de un intelectual preocupado por los grandes problemas de su tiempo y la forma en que la historia podriacutea contri-buir a su comprensioacuten En este sentido no deja de sorprender el hecho de que Marc Bloch utilizara ya conceptos y liacuteneas de pensa-miento historiograacutefico mdashmuchos de ellos provenientes de la socio-logiacuteamdash que seriacutean desarrollados por las generaciones subsecuentes estructura temporalidades larga duracioacuten semaacutentica histoacuterica sentido representacioacuten narrativismohellip

Las reflexiones aquiacute presentadas realizadas desde el aacutembito de la historia se suman a una larga lista de autores mdashentre los que debe mencionarse a Peter Burke Franccedilois Dosse Carlos Aguirre Domi-nique Bartheacutelemy Jaume Aurell Olivier Dumoulin Carole Fink Mas-simo Mastrogregori y Annette Beckermdash y se centraraacuten11 debido a la naturaleza del volumen en el que se integran estas paacuteginas en los planteamientos metodoloacutegicos del pensamiento de Marc Bloch La mayoriacutea de eacutestos se hallan contenidos en la Apologiacutea pero no he que-rido dejar de revisar diversos escritos de los antildeos previos por cuanto nos permiten atestiguar la evolucioacuten del pensamiento del historia-dor soslayando en esta ocasioacuten Los reyes taumaturgos Los caracteres originales de la historia rural francesa y La sociedad feudal12

La preocupacioacuten por el meacutetodo

La preocupacioacuten de Marc Bloch por las cuestiones metodoloacutegicas se remonta al antildeo de 1906 cuando con veinte antildeos escribioacute un breve texto intitulado a posteriori ldquoCuaderno de metodologiacutea histoacutericardquo13 En eacutel el joven Bloch auacuten en servicio militar anunciaba que su deseo

11 Todos ellos citados vid supra nota 212 Marc Bloch Los reyes taumaturgos trad de Marcos Lara Meacutexico Fondo de Cul-

tura Econoacutemica 1993 [1a ed 1924] Les caractegraveres originaux de lrsquohistoire rurale franccedilaise OsloPariacutes AshebourgLes Belles-Lettres 1931 y La socieacuteteacute feacuteodale 6a ed prefacio de Robert Fossier Pariacutes Albin Michel 1994 [1a ed 1939]

13 Marc Bloch ldquoCarnet lsquomethodologie historiquersquo rdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 85-95

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era ldquofijar por escrito ciertas ideas sobre la metodologiacutea histoacutericardquo que se habiacutean ldquodesarrollado en su espiacuteritu desde haciacutea alguacuten tiempordquo y afirmaba categoacutericamente a continuacioacuten que ldquola historia no tiene existencia cientiacuteficardquo En su programa esbozado en este cuaderno Bloch se proponiacutea sustituir la nocioacuten de ldquoacontecimientordquo por aque-lla de ldquofenoacutemenordquo entendiendo por acontecimiento ldquoun conjunto de hechos que tienen por uacutenico trazo comuacuten ser ordenados en la misma caja de la categoriacutea de tiempordquo El fenoacutemeno continuaba el joven historiador ldquoes el producto del anaacutelisis del acontecimientordquo Y cerraba la primera paacutegina asegurando que el meacutetodo histoacuterico era un meacutetodo descriptivo y se oponiacutea al meacutetodo analiacutetico14 Las reflexiones continua-ban comparando el meacutetodo histoacuterico con el meacutetodo de las ciencias naturales particularmente la quiacutemica para anotar posteriormente que desde su perspectiva existiacutea ldquoun orden de fenoacutemenos que llamaremos si se quiere fenoacutemenos psico-socialesrdquo15 ldquoPara estudiar uacutetilmente este orden mdashantildeadiacuteamdash habiacutea que dividirlo en familias es necesario susti-tuir un meacutetodo cronoloacutegico [hellip] por un meacutetodo analiacutetico que por el anaacutelisis llegue a la siacutentesis cientiacuteficardquo16 ldquoLa historia mdashsentenciabamdash es una recopilacioacuten de experiencias No se trata solamente de publicar esta recopilacioacuten [hellip] se trata sobre todo de interpretarrdquo

Quisiera detenerme un momento para sentildealar que en franceacutes la frase original reza literalmente ldquoLrsquohistoire est un recueil drsquoexpeacute rien-cesrdquo17 El teacutermino ldquorecueilrdquo fue ampliamente utilizado en las numero-sas colecciones de documentos medievales que se editaron en Francia a lo largo del siglo xIx particularmente cuando se trataba de los cartularios abaciales y catedralicios18 En este sentido no me parece

14 Ibidem p 8715 Ibidem p 8916 Idem17 Idem18 Una de las recopilaciones documentales maacutes importantes del medievalismo

decimonoacutenico franceacutes fue preparada por Auguste Bernard (1811-1868) y Alexandre Bruel (1841-1920) y llevaba por tiacutetulo Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny 6 v Pariacutes Impri-merie Nationale 1876-1903 Al respecto veacutease Seacutebastien Barret ldquocluny Note sur le Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny drsquoAuguste Bernard et Alexandre Bruelrdquo Bulletin du Centre drsquoEacutetudes Meacutedieacutevales drsquoAuxerre | buceMa [en liacutenea] Collection cbMa Les cartu-laires puestos en liacutenea el 16 de junio de 2009 Disponible en URL httpcemrevuesorg11017 DOI 104000cem11017 (fecha de consulta 17 de marzo de 2014)

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gratuito que un medievalista en formacioacuten recuperara el teacutermino ldquorecopilacioacutenrdquordquorecueilrdquo para definir a la historia pues en buena medida ello era una herencia del meacutetodo histoacuterico construido en el siglo anterior Lo que siacute me parece interesante y novedoso para la eacutepoca es que se acompantildee del teacutermino ldquoexperienciardquoexpeacuteriencesrdquo pues ello encierra en realidad una criacutetica abierta a ese ingente tra-bajo de erudicioacuten decimonoacutenica y a las propuestas metodoloacutegicas de Ranke Langlois y Seignobos que se agotaban en reunir y trans-cribir una enorme cantidad de documentos para determinar los acontecimientos tal y como habiacutean sido No los documentos no hablaban por siacute mismos y por lo tanto no bastaba con recolectar gran nuacutemero de eacutestos habiacutea que saber interrogarlos e interpretar su con-tenido19 Es aquiacute donde el teacutermino ldquoexperienciardquo adquiere una mayor significacioacuten por cuanto el pensamiento de Bloch se hace eco de las ciencias experimentales y se aparta del positivismo la historia no estaacute en el documento no es el documento sino la experiencia vivida por el sujeto mdashindividual y colectivomdash La historia podriacuteamos in-ferir es vida y en consecuencia no se ocupa de la palabra muerta sino de la experiencia vivida contenida en la palabra

Paacuteginas adelante Bloch precisaba que las formas diversas de esa psicosociologiacutea no eran sino los fenoacutemenos de la lengua los fenoacute-menos religiosos y los fenoacutemenos econoacutemicos De esta suerte el joven Bloch aseguraba que la historia deberiacutea abordar el estudio de ldquolas sociedadesrdquo20 y explicar precisamente esos fenoacutemenos psicoso-ciales Bloch concluiacutea este texto afirmando que el meacuterito del siglo xIx ldquohabiacutea sido encontrar el meacutetodo de la investigacioacuten histoacuterica y opi-naba que ldquoel meacutetodo criacutetico [hellip] habiacutea sido llevado a su punto de perfeccioacutenrdquo Pero antildeadiacutea ldquoel historiador se parece a un bioacutelogo que teniendo un microscopio excelente ignora en queacute aplicarlordquo21 La referencia a la biologiacutea haciacutea patente el intereacutes de Bloch en las cien-cias experimentales y en el criterio de cientificidad al tiempo que

19 Ibidem p 89 La obra de referencia sobre metodologiacutea histoacuterica para Bloch era por supuesto la de Charles Langlois y Charles Victor Seignobos Introduction aux eacutetudes historiques Pariacutes Hachette 1898

20 Bloch ldquoCarnethelliprdquo p 9021 Ibidem p 93-94

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reforzaba la idea seguacuten la cual el meacutetodo criacutetico propio de la historia hecha en el siglo xIx careciacutea de sentido si no se daba el paso a la interpretacioacuten y era tan inuacutetil como el mejor instrumento cientiacutefico en manos inexpertas

A nadie puede escapar la importancia de este texto de juventud por cuanto en su forma rudimentaria representa en realidad el programa de trabajo del novel historiador que es desarrollar un meacutetodo analiacutetico que permita a la Historia ser considerada como una ciencia gracias a la cual estudiar a las sociedades y sus fenoacuteme-nos maacutes complejos y profundos la lengua las mentalidades y la economiacutea Tal planteamiento llevaba impliacutecita la necesidad de formular preguntas es decir de problematizar estos fenoacutemenos y de trascender los liacutemites impuestos por la erudicioacuten decimonoacutenica que focalizaba sus esfuerzos en la depuracioacuten de las fuentes el es-tablecimiento de las fechas exactas y la redaccioacuten de una historia poliacutetica al servicio de la nacioacuten22

Unos diacuteas antes de iniciar la Gran Guerra el 13 de julio de 1914 Bloch fue llamado a pronunciar un discurso en la ceremonia de en-trega de reconocimientos con la que se cerraba el ciclo escolar en el liceo de Amiens En esta intervencioacuten destinada a joacutevenes auditores Bloch planteaba de forma sencilla los problemas de fondo de la cien-cia histoacuterica al tiempo que delineaba una primera definicioacuten de su objeto de estudio Debo citar en extenso

Como ustedes saben soy profesor de historia El pasado forma parte de mi ensentildeanza Narro batallas en las cuales no participeacute describo monumentos desaparecidos mucho antes de que yo naciera les hablo de hombres que nunca he visto Y mi caso es el de todos los historiado-res No tenemos de los acontecimientos del pasado un conocimiento

22 Sobre la Historia en el siglo xIx dos claacutesicos Georges Gooch Historia e historia-dores en el siglo xix trad de Ernestina Champourciacuten y Ramoacuten Iglesia Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1942 Georges Lefebvre El nacimiento de la historiografiacutea moderna trad de Alberto Meacutendez Barcelona Ediciones Martiacutenez Roca 1974 y dos estudios re-novadores aunque focalizados en el caso espantildeol Benoicirct Pelistrandi Un discours natio-nal La Real Academia de la Historia entre science et politique (1847-1897) Madrid Casa de Velaacutezquez 2004 Ignacio Peiroacute Martiacuten Los guardianes de la historia La historiografiacutea aca-deacutemica de la restauracioacuten 2a ed revisada y aumentada Zaragoza Institucioacuten Fernando el Catoacutelico 2006

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inmediato y personal comparable por ejemplo a aquel que su profe-sor de fiacutesica tiene de la electricidad No sabemos nada de los aconte-cimientos maacutes que por los relatos [reacutecits] de los hombres que los vieron realizarse Cuando estos relatos nos faltan nuestra ignorancia es com-pleta y no tiene remedio [hellip] [Los historiadores] somos jueces de ins-truccioacuten encargados de una amplia investigacioacuten sobre el pasado Como nuestros colegas del palacio de Justicia reunimos testimonios con la ayuda de los cuales buscamos reconstruir la realidad23

Y era precisamente sobre estos testimonios sobre los que el his-toriador debiacutea realizar la labor intelectual maacutes compleja con el fin de evitar los errores y establecer un poco de verdad ldquoal arte de discernir en los relatos lo verdadero lo falso y lo probable se deno-mina criacutetica histoacutericardquo24 Este ldquoarterdquo mdashy pensemos lo que para un medievalista puede significar el teacutermino arte el cual nos remite a las ldquoartes liberalesrdquomdash poseiacutea sus propias reglas tal y como las habiacutea desarrollado la ldquoeacutecole meacutethodiquerdquo de Charles Langlois y Charles Seignobos La primera era ofrecer las referencias en las notas corres-pondientes dado que a traveacutes de las notas es posible ldquoverificar el uso que se hace de los testimoniosrdquo ldquoCitar a las fuentes es el primer deber [devoir] del historiadorrdquo25 La segunda regla era en conse-cuencia reunir los documentos los testimonios y criticarlos es decir confrontarlos pues soacutelo ldquoen la comparacioacuten de los testimo-nios puede llegarse a la verdadrdquo26 Y pediacutea Bloch a sus joacutevenes oyentes comprender los aportes de la criacutetica histoacuterica explicando que ldquolas reglas de la criacutetica del testimoniordquo elaboradas sobre todo por historiadores y filoacutelogos no eran ldquoun juego de eruditosrdquo sino que se aplicaban ldquotanto al presente como al pasadordquo puesto que eran una forma de llegar a la verdad27

La lectura de estos dos textos de juventud obliga al historiador a interrogarse sobre las razones profundas que llevaron a Bloch a

23 Marc Bloch ldquoCritique historique et critique du teacutemoinage Amiens 1914rdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 97-107 p 99

24 Ibidem p 10025 Idem26 Ibidem p 10627 Ibidem p 107

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reflexionar sobre el meacutetodo histoacuterico pero tambieacuten a cuestionarse sobre la aparente contradiccioacuten que hay en uno y otro texto respec-to de la importancia y el valor dado a la criacutetica histoacuterica minusva-lorada en el primero pasa a convertirse en el segundo en la base epistemoloacutegica de la historia

No basta apelar a la mente imaginativa y brillante de Bloch para explicar su preocupacioacuten por el meacutetodo es necesario tomar en cuen-ta el contexto intelectual en el que Bloch desarrolloacute sus estudios y comenzoacute el ejercicio de su profesioacuten un contexto marcado por el de-sarrollo de la sociologiacutea y las ciencias naturales que han analizado Aurell y Dosse28 En este sentido de forma particular Dosse ha de-mostrado que el eacutexito de Bloch y Febvre se debioacute en buena medida a haber hecho suyas las criacuteticas provenientes de la linguumliacutestica la antro-pologiacutea el psicoanaacutelisis y la sociologiacutea y haber dado seguimiento a los retos planteados por estas nuevas ciencias pero tambieacuten por haber ofrecido respuestas a una sociedad marcada primero por la guerra y despueacutes por la crisis econoacutemica mundial que perdiacutea su fe en la nocioacuten de progreso y que ldquodesplazaba su mirada de lo poliacutetico hacia lo econoacutemicordquo a lo largo de las tres primeras deacutecadas del siglo xx29

Asiacute el desencanto y la peacuterdida de certezas convirtieron a la ge-neracioacuten de Bloch en una generacioacuten criacutetica con sus maestros que planteaba nuevas respuestas a nuevos problemas y que buscaba en las ciencias naturales los criterios de cientificidad no es gratuito que una y otra vez desde el texto de 1906 hasta 1943 antildeo de la redaccioacuten de la Apologiacutea por la historia nuestro historiador recurra a compara-ciones y analogiacuteas constantes con las ciencias naturales Para los nue-vos retos que planteaba la sociedad emergida de la Gran Guerra la historia poliacutetica tradicional no bastaba se haciacutea necesario incidir en lo econoacutemico en lo social y en lo psicoloacutegico y para ello era obliga-torio formular un nuevo meacutetodo o en el mejor de los casos renovar el existente pues sus liacutemites eran evidentes ante nuevas inquietudes

De igual forma es necesario tomar en cuenta la propia formacioacuten intelectual de Bloch Hijo de un reconocido romanista mdashGustave Blochmdash y alumno de la ceacutelebre Eacutecole Normale Supeacuterieure Marc Bloch

28 Aurell La escritura de la memoriahellip p 23-49 Dosse La historia en migajashellip p 27-6129 Dosse La historia en migajashellip p 28

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se formoacute en el rigor acadeacutemico de la erudicioacuten y en el cuidadoso tra-tamiento de los documentos Para los temas que le interesan el meacute-todo desarrollado por Langlois y Seignobos en su Introduccioacuten a los estudios histoacutericos le parece insuficiente Pero en 1909 Bloch realizoacute una estancia acadeacutemica en Berliacuten y Leipzig donde pudo comprobar las bondades del meacutetodo y relacionarse con un rico ambiente intelec-tual que atraiacutea a joacutevenes universitarios de toda Europa Posteriormen-te gracias a su ingreso en la Universidad de Estrasburgo en 1919 al finalizar la Gran Guerra y ser desmovilizado tendriacutea la ocasioacuten de conocer a personalidades que marcariacutean de forma indeleble su pen-samiento particularmente Lucien Febvre y Maurice Halbwachs30 Estas experiencias acadeacutemicas y universitarias le permitiriacutean matizar su postura original el meacutetodo criacutetico era fundamental al punto que en la Apologiacutea recordariacutea como buen medievalista los esfuerzos de Mabillon y sus aportes en la obra De re diplomatica reconocieacutendole la paternidad de la criacutetica de los documentos de archivo y calificando el antildeo 1681 fecha de la edicioacuten de la obra del benedictino como ldquouna gran fecha en la historia del espiacuteritu humanordquo31 pero la criacutetica soacutelo es el primer paso posteriormente habraacute que interpretar

De forma voluntaria saltareacute el antildeo de 1929 y la significacioacuten de la aparicioacuten del primer nuacutemero de Anales de Historia Econoacutemica y Social puesto que su trascendencia para la historiografiacutea contemporaacutenea ha sido ponderada en numerosas ocasiones de tal forma que prefiero recalar en el texto de 1939 intitulado Reflexiones para un lector curioso del meacutetodo mencionado maacutes arriba y que es en realidad el trabajo preparatorio que anuncia la Apologiacutea por la historia un texto que que-riacutea ser un libro y que aspiraba a ver la luz de la imprenta La Apologiacutea

30 Carlos Aguirre Rojas ldquoEl itinerario intelectual de Marc Bloch y el compromiso con su propio presenterdquo en Contribuciones desde Coatepec Universidad Autoacutenoma del Estado de Meacutexico Toluca n 2 enero-junio 2002 p 72-94

31 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 67 Jean Mabillon De re diplomatica libri vi in quibus quidquid ad veterum instrumentorum antiquitatem materiam scripturam et stilum quidquid ad sigilla monogrammata subscriptiones ac notas chronoligicas quidquid inde ad antiquariam historicam forensemque disciplinam pertinet explicatur et illustratur Accedunt commentarius de antiquis regum Francorum palatiis veterum scripturarum varia specimina tabulis lx comprehensa nova ducentorum et amplius monumentorum collectio opera et studio domni Johannis Mabillon Pariacutes L Billaine 1681

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es una obra redactada sin la posibilidad de consultar notas ni biblio-tecas puesto que su autor se habiacutea enrolado ya en el servicio militar

La primera paacutegina de las Reflexiones constituye como la presen-tacioacuten del primer nuacutemero de Annales un auteacutentico manifiesto sobre una nueva historia Es obligado citar en extenso

La historia que me propongo escribir es la de los franceses considera-dos como grupo social No una historia sin poliacutetica puesto que la forma en la que los pueblos son gobernados asiacute como las virtudes las ambi-ciones y las ilusiones de sus gobernantes son uno de los elementos que marcan el destino comuacuten No una historia sin guerras iquestquieacuten en el momento en el que ennegrezco este papel osariacutea negar a las violen-cias guerreras el poder de moldear las sociedades o negar que eacutestas experimentan en algunas ocasiones las maacutes iacutentimas inclinaciones No una historia exclusivamente popular puesto que la accioacuten de las clases dirigentes junto con la de las de las eacutelites mdashlas dos palabras no son necesariamente sinoacutenimosmdash no se podraacute comparar jamaacutes con lo dis-minuido de su nuacutemero No una historia sin individuos porque las personalidades magneacuteticas o solamente bien situadas reflejan como un espejo las tendencias semiinconscientes de las masas [hellip] Pero esta historia quiere ser la de los hombres y no uacutenicamente la de algunos jefes o que se nombran como tales Esta historia deseariacutea poner al desnudo bajo las superficies brillantes [hellip] las realidades profundas Tal historia sontildeariacutea en fin con ser verdaderamente analiacutetica y expli-cativa sin cesar por ello de mantenerse fiel a los colores de la vida32

Y agrega paacuterrafos adelante un axioma esbozado en los escritos de juventud y que ahora se encuentra perfectamente elaborado ldquoComo todos los conocimientos no importa en queacute rama de las cien-cias el conocimiento histoacuterico tiene sus propios liacutemites El maacutes in-mediato aparentemente estaacute relacionado con las condiciones que se imponen a la observacioacuten Eacutesta no es nunca directa De los fenoacutemenos que estudia el historiador retiene uacutenicamente los trazos que eacutestos han dejadordquo33 Para Bloch estos testimonios podiacutean dividirse en dos categoriacuteas la de los testimonios intencionales y la de los que daban

32 Utilizo la versioacuten francesa Marc Bloch ldquoReacuteflexions pour un lecteur curieux de meacutethoderdquo en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 505-515 p 507-508

33 Ibidem p 509

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informacioacuten sin haberlo deseado inclusive a su pesar El historiador estaba llamado a reunir la mayor cantidad de testimonios posibles y a confrontarlos utilizando el meacutetodo criacutetico ideado por Mabillon Papenbroech y Beaufort en las postrimeriacuteas del siglo xvII y que con-sistiacutea en reunir la mayor cantidad de diplomas y cartularios ejercer sobre ellos una criacutetica externa analizar los tipos de letra las tintas empleadas el tipo de soportesmdash y una criacutetica interna mdashanalizar fechas de composicioacuten formularios signatarios contenidosmdash con-frontar los documentos entre siacute y con las fuentes croniacutesticas y final-mente elaborar una historia eliminando las leyendas las interpola-ciones las falsedades consignando uacutenicamente ldquola verdadrdquo34 ldquoBien mirado asegura ahora Marc Bloch la originalidad de este meacutetodo criacutetico reside menos en la naturaleza de sus herramientas que en la especie de convergencia que realiza en provecho del discernimiento de la verdad entre procedimientos de investigacioacuten prestados de disciplinas diversas y de horizontes maacutes ampliosrdquo35

Las reflexiones sobre el meacutetodo criacutetico llevan a Bloch a cerrar su texto con una criacutetica a la maacutexima de Ranke en la cual sostiene que la divisa del viejo historiador alemaacuten tomada literalmente estaba des-provista de sentido36 En su argumentacioacuten nuestro medievalista dariacutea una primera definicioacuten de la historia que seriacutea modificada en sus escritos posteriores pero que merece la pena ser resaltada para poder establecer la evolucioacuten de su pensamiento ldquoPrimero porque la historia no es la ciencia del pasado por entero sino que eacutesta es lo que es bien diferente la ciencia del hombre en el pasado Es posible ciertamente que haya que acordar un lugar a los acontecimientos del mundo fiacutesico pero solamente por cuanto hayan ejercido una accioacuten sobre el destino de los hombres y en la medida de cierta accioacutenrdquo37

iquestCoacutemo pasoacute Bloch de una definicioacuten seguacuten la cual la historia es ldquola ciencia del hombre en el pasadordquo a aquella de 1943 seguacuten la cual la historia es ldquola ciencia de los hombres en el tiempordquo38 La pregunta

34 Blandine Barret-Kriegel Les historiens et la monarchie 1 Jean Mabillon Pariacutes Presses Universitaires de France 1988

35 Ibidem p 511-51236 Ibidem p 51537 Idem38 Bloch Introduccioacuten a la historiahellip p 26

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no es banal ni retoacuterica por cuanto muestra una reflexioacuten continuada a lo largo de cinco antildeos en el marco de la guerra y de las inquietudes y angustias que tal suceso generoacute en los intelectuales que la vivieron pero tambieacuten por cuanto muestra la importancia que para Bloch teniacutea el hecho de dotar a la historia de un criterio de cientificidad que debiacutea incluir un objeto de estudio propio un meacutetodo particular un lenguaje especiacutefico y unas herramientas de anaacutelisis determinadas

La respuesta se halla contenida en la propia Apologiacutea por la histo-ria un escrito complejo y rico que representa un auteacutentico testamento intelectual en el que se condensa la experiencia de toda una vida consagrada al quehacer histoacuterico En este sentido y de forma para-doacutejica el libro descansa sobre un soacutelido trabajo erudito desarrollado en los antildeos previos y que dio como resultado Los reyes taumaturgos Los caracteres originales y La sociedad feudal ya mencionados tres obras que son referentes fundamentales del medievalismo y de la histo-riografiacutea contemporaacutenea Pero tambieacuten es necesario subrayar que el libro reposa sobre una profunda reflexioacuten epistemoloacutegica sobre dos categoriacuteas fundamentales de la modernidad el ser y el tiempo soacutelo que en este caso se trata de un ser colectivo los hombres es decir las sociedades Desconozco la relacioacuten que pudo haber tenido Bloch con la obra de Henri Bergson o Martin Heidegger y no es este el lugar para explorar tal viacutea pero en cualquier caso quisiera llamar la atencioacuten sobre la coincidencia de las inquietudes intelectuales entre los hombres de aquella generacioacuten39

En la versioacuten que vio la luz de la imprenta la Apologiacutea estaacute divi-dida en cinco capiacutetulos que corresponden a cada uno de los temas de naturaleza epistemoloacutegica que inquietaron a March Bloch a lo largo de su vida ldquoLa historia los hombres y el tiempordquo ldquoLa observacioacuten histoacutericardquo ldquoLa criacuteticardquo ldquoEl anaacutelisis histoacutericordquo la ldquoCausalidadrdquo Si tomamos en conjunto la introduccioacuten y el capiacutetulo primero veremos la estrecha relacioacuten que existe entre la pregunta sobre la legitimidad de la ciencia histoacuterica y el objeto de estudio la historia soacutelo es legiacutetima

39 Es sumamente probable que las reflexiones de Bloch sobre el tiempo estuviesen inspiradas maacutes por la obra de Bergson que por la de Heiddeger pero eacutesta seriacutea una viacutea por explorar en otros trabajos Sobre Bergson veacutease Giovanni Reale y Dario Antiseri ldquoHenri Bergson y la evolucioacuten creadorardquo en Historia del pensamiento filosoacutefico y cientiacutefico Barcelona Herder 1988 v 3 p 624-634

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por cuanto permite comprender el presente mediante el estudio del pasado de tal suerte que el estudio del pasado en siacute mismo no sirve para nada es decir carece de legitimidad puesto que con ese proceder no se ofrecen respuestas a las inquietudes presentes

La definicioacuten del objeto de estudio de la ciencia histoacuterica por parte de Bloch conlleva dos nociones que resultaron fundamentales en la renovacioacuten historiograacutefica impulsada por el historiador franceacutes por una parte la necesidad y la obligacioacuten que tiene el historiador de interpretar de explicar de comprender es decir de realizar como escribiacutea nuestro medievalista en 1906 una historia analiacutetica y no soacutelo narrativa por la otra la idea de un continuo movimiento (cambiotransformacioacuten) de las sociedades en su devenir de donde se deriva una continua relacioacuten entre el pasado y el presente mdashcon los problemas de observacioacuten que ello generamdash y la idea maacutes re-volucionaria auacuten de que el pasado no es algo dado sino que es algo que se construye La ciencia histoacuterica tiene en consecuencia como objeto de estudio no lo muerto y lo estaacutetico sino lo dinaacutemico y lo vivo pues estudia las rupturas las continuidades las innovaciones y las transformaciones de una sociedad a lo largo del tiempo El tiempo pues se convirtioacute en este uacuteltimo escrito de Bloch en una categoriacutea fundamental para la historia Pero no se trataba ya de las viejas cronologiacuteas de los siglos de la Razoacuten que pretendiacutean dotar a la historia de un criterio de cientificidad basado en la matemaacutetica del coacutemputo del tiempo sino en realidad de un tiempo mdashpuedo equivocarmemdash de naturaleza filosoacutefica (Le temps historique) que anunciaba ya las distintas duraciones y temporalidades en y de la historia a las que tanta atencioacuten prestariacutean autores como Fernand Braudel por ejemplo40 Y en el centro del tiempo el hombre tal y como magistralmente lo muestra el disentildeo de la portada realizada por el Fondo de Cultura Econoacutemica el Hombre de Vitruvio inserto en medio de la caraacutetula de un reloj ldquoLrsquohistoire science des hommes dans le tempsrdquo41

40 Veacutease el capiacutetulo primero de la Apologiacutea ldquoLa historia los hombres y el tiempordquo Soacutelo por el gusto de la erudicioacuten me permito recordar el artiacuteculo de Fernand Braudel ldquoHistoire et sciences sociales la longue dureacuteerdquo Annales esc n 4 octubre-diciembre 1958 p 725-753

41 Prefiero la versioacuten francesa Marc Bloch Apologie pour lrsquohistoire ou meacutetier drsquohisto-rien en Bloch Lrsquohistoire la guerre la reacutesistancehellip p 843-895 p 867 Subrayo el sentido

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123MARC BLOCH (1886-1944)

Conclusiones

Quisiera cerrar estas liacuteneas con un paacuterrafo que me parece muy re-velador del estado de la ciencia histoacuterica en la eacutepoca en que Marc Bloch escribiacutea su Apologiacutea

La historia mdashdeciacutea el antiguo profesor de Estrasburgomdash no es sola-mente una ciencia en marcha Es tambieacuten una ciencia que se halla en la infancia como todas las que tienen por objeto el espiacuteritu humano [hellip] O por mejor decir vieja bajo la forma embrionaria del relato mu-cho tiempo envuelta en ficciones mucho maacutes tiempo todaviacutea unida a los sucesos maacutes inmediatamente captables es muy joven como empre-sa razonada de anaacutelisis Se esfuerza por penetrar en fin por debajo de los hechos de la superficie por rechazar despueacutes de las seducciones de la leyenda o de la retoacuterica los venenos hoy maacutes peligrosos de la rutina erudita y del empirismo disfrazado de sentido comuacuten42

A tenor del desarrollo de la historiografiacutea occidental en los uacutelti-mos setenta antildeos en los que la historia se ocupoacute de las estructuras y de ldquolos fenoacutemenosrdquo de larga duracioacuten que se desarrollaban debajo de la superficie de la historia de los acontecimientos en los que la disciplina dio un giro hacia la narrativa y establecioacute que la historia no era otra sino discursos sobre el pasado en los que la disciplina se ha ocupado de sujetos que no soacutelo son ldquolos hombresrdquo sino que tambieacuten lo son el clima los ecosistemas los olores las ciudades el mar los sentimientos los espacios los precios etceacutetera en los que se ha puesto de manifiesto la importante funcioacuten que posee el relato histoacuterico como creador de identidades colectivas y legitimador de instituciones y en los que a pesar de todo seguimos recurriendo a las fuentes y las citamos en las notas merece la pena subrayar el importante papel que desempentildeoacute Marc Bloch mdashy con eacutel toda su generacioacutenmdash en aras de la construccioacuten de una historia cientiacutefica En cualquier caso opino lo maacutes importante consiste en que hoy

del teacutermino dans en el franceacutes original y que en castellano podriacutea traducirse no soacutelo como ldquoenrdquo sino ldquodentrordquo

42 Ibidem p 857-858 de la edicioacuten francesa (p 16 de la edicioacuten castellana del Fondo de Cultura Econoacutemica)

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124 historia y meacutetodo en el siglo xx

como ayer la historia mantiene su sentido originario pues es ante todo ldquoinvestigacioacutenrdquo aunque ldquoel tipo de operaciones intelectualesrdquo las formas discursivas y de argumentacioacuten y los criterios de veraci-dad ldquoque se consideran vaacutelidos en cada momento histoacutericordquo se ha-yan transformado con el correr de los antildeos43

Marc Bloch dio las respuestas que pudo a las inquietudes de su tiempo y tuvo un papel central al dotar a la disciplina histoacuterica del caraacutecter cientiacutefico del que careciacutea subrayando la importancia preci-samente de la operacioacuten hermeneacuteutica y subrayando la importancia de la explicacioacuten frente a la mera narracioacuten Nos corresponde ahora responder a las inquietudes de nuestra propia eacutepoca y a las proble-maacuteticas planteadas por la ciencia histoacuterica practicando siempre la honestidad intelectual e impulsando a los joacutevenes historiadores mdashaprendices del oficio de historiarmdash a que den sus propias respuestas sobre la utilidad y la legitimidad de la Historia en el siglo xxI

bIblIograFiacutea

aguIrre rojas Carlos ldquoEl itinerario intelectual de Marc Bloch y el com-promiso con su propio presenterdquo Contribuciones desde Coatepec Uni-versidad Autoacutenoma del Estado de Meacutexico Toluca n 2 enero-junio 2002 p 72-94

Los Annales y la historiografiacutea francesa Tradiciones criacuteticas de Marc Bloch a Michel Foucault Meacutexico Quinto Sol 1996 248 p

aurell Jaume La escritura de la memoria De los positivismos a los postmoder-nismos Valencia Prensas de la Universidad de Valencia 2005 254 p

barret Seacutebastien ldquocluny Note sur le Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny drsquoAuguste Bernard et Alexandre Bruelrdquo Bulletin du Centre drsquoEacutetudes Meacutedieacutevales drsquoAuxerre | buceMa [en liacutenea] Collection cbMa Les cartu-laires puestos en liacutenea el 16 de junio de 2009 Disponible en URL

43 Recupero en estas liacuteneas las ideas y observaciones vertidas por la doctora Aure-lia Valero a propoacutesito de mi trabajo en el marco del coloquio Agradezco enormemente sus sugerencias que me permitieron enriquecer el texto de manera significativa

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125MARC BLOCH (1886-1944)

httpcemrevuesorg11017 DOI 104000cem11017 (fecha de con-sulta 17 de marzo de 2014)

barret-KrIegel Blandine Les historiens et la monarchie 1 Jean Mabillon Pariacutes Presses Universitaires de France 1988 299 p

bartHeacuteleMy Dominique ldquoMarc Blochrdquo en Veacuteronique Sales Les historiens Pariacutes Armand Colin 2003 p 85-102

bernard Auguste y Alexandre Bruel Recueil des chartes de lrsquoabbaye de Cluny 6 v Pariacutes Imprimerie Nationale 1876-1903

blocH Marc Introduccioacuten a la historia 2a ed Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994 159 p (Breviarios 64)

Lrsquohistoire la guerre la reacutesistance edicioacuten de Annette Becker y Eacutetien-ne Bloch prefacio de Annette Becker introduccioacuten de Eacutetienne Bloch Pariacutes Gallimard 2006 lxxI+1095 p

La socieacuteteacute feacuteodale 6a ed prefacio de Robert Fossier Pariacutes Albin Michel 1994 xII+702 p [1a ed 1939]

Les caractegraveres originaux de lrsquohistoire rurale franccedilaise OsloPariacutes Ashe-bourgLes Belles-Lettres 1931 262 p

Los reyes taumaturgos trad de Marcos Lara Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1993 492 p [1a ed 1924]

ldquoReflexiones para el lector curioso del meacutetodordquo Eslabones Revista semestral de estudios regionales Sociedad Nacional de Estudios Regionales Meacutexico n 7 enero-junio 1994 p xII-xxI

braudel Fernand ldquoHistoire et sciences sociales la longue dureacuteerdquo Annales esc n 4 octubre-diciembre 1958 p 725-753

burKe Peter La revolucioacuten historiograacutefica francesa La Escuela de los Annales 1929-1989 Barcelona Gedisa 1993 142 p

carreras ares Joseacute y Carlos Forcadell Aacutelvarez (eds) Usos puacuteblicos de la Historia Ponencias del VI Congreso de la Asociacioacuten de Historia Contempo-raacutenea (Universidad de Zaragoza 2002) Madrid Marcial PonsPrensas Universitarias de Zaragoza 2003 360 p

delacroIx Christian Franccedilois Dosse y Patrick Garcia Les courants his-toriques en France xixe-xxe siegravecle Pariacutes Gallimard 2007 724 p (Col Folio Histoire 158)

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126 historia y meacutetodo en el siglo xx

deyon Pierre Jean-Claude Richez y Leacuteon Strauss Marc Bloch Lrsquohistorien et la citeacute Estrasburgo Presses Universitaires de Strasbourg 1997 222 p (Collection de la Maison des Sciences de lrsquoHomme de Strasbourg 22)

dosse Franccedilois La historia en migajas De Annales a la ldquonueva historiardquo Meacutexico Universidad Iberoamericana 2006 249 p

duMoulIn Olivier Marc Bloch Pariacutes Presses de la Fondation Nationale des Sciences Politiques 2000 340 p

FInK Carole Marc Bloch A Life in History 2a ed Cambridge Cambridge University Press 1991 371 p

goocH Georges Historia e historiadores en el siglo xix trad de Ernestina Champourciacuten y Ramoacuten Iglesia Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1942 607 p

Hartog Franccedilois Regiacutemenes de historicidad Presentismo y experiencias del tiempo trad de Norma Duraacuten y Pablo Avileacutes Meacutexico Universidad Iberoamericana 2007 243 p

Iggers George G Historiography in the Twentieth Century From Scientific Objectivity to the Postdmodern Challenge HanoverLondres Wesleyan University PressUniversity Press of New England 1997 182 p

langloIs Charles y Charles Victor Seignobos Introduction aux eacutetudes his-toriques Pariacutes Hachette 1898 xvIII+308 p

leFebvre Georges El nacimiento de la historiografiacutea moderna trad de Alberto Meacutendez Barcelona Ediciones Martiacutenez Roca 1974 340 p

MabIllon Jean De re diplomatica libri vi in quibus quidquid ad veterum ins-trumentorum antiquitatem materiam scripturam et stilum quidquid ad sigilla monogrammata subscriptiones ac notas chronoligicas quidquid inde ad antiquariam historicam forensemque disciplinam pertinet explicatur et illustratur Accedunt commentarius de antiquis regum Francorum palatiis veterum scripturarum varia specimina tabulis lx comprehensa nova ducen-torum et amplius monumentorum collectio opera et studio domni Johannis Mabillon Pariacutes L Billaine 1681 xIx+664 p

MastrogregorI Massimo El manuscrito interrumpido de Marc Bloch Apo-logiacutea para la historia o el oficio de historiador Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1998 140 p

PeIroacute Martiacuten Ignacio Los guardianes de la historia La historiografiacutea acadeacutemi-ca de la restauracioacuten 2a ed revisada y aumentada Zaragoza Institucioacuten Fernando el Catoacutelico 2006 446 p

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127MARC BLOCH (1886-1944)

PelIstrandI Benoicirct Un discours national La Real Academia de la Historia entre science et politique (1847-1897) Madrid Casa de Velaacutezquez 2004 466 p

reale Giovanni y Dario Antiseri ldquoHenri Bergson y la evolucioacuten creadorardquo en Historia del pensamiento filosoacutefico y cientiacutefico 3 v Barcelona Herder 1988 v 3 p 624-634

riacuteos saloMa Martiacuten La Reconquista en la historiografiacutea espantildeola contempo-raacutenea MadridMeacutexico SiacutelexUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2013 242 p

La Reconquista Una construccioacuten historiograacutefica (siglos xvi-xix) proacute-logo de Mariacutea Isabel Peacuterez de Tudela MadridMeacutexico Marcial PonsUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2011 351 p

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Joseacute Gaos (1900-1969) Un hombre entre la historia y el meacutetodo

evelIa trejo estradaUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Instituto de Investigaciones Histoacutericas

[hellip] la naturaleza humana la humanidad se rea-liza en pluralidad de individuos cada uno con su inalienable unidad en Humanidad

joseacute gaos

Soacutelo entre todos los hombres se llega a vivir lo humano

eMManuel Kant

Historia y meacutetodo son teacuterminos que invitan a pensar en algunas de las ideas planteadas y sugeridas por Joseacute Gaos y sobre todo a recor-dar que la obra del filoacutesofo asturiano es una rica fuente para meditar en la relacioacuten entre ambos en la medida en que ofrece recursos para ampliar los horizontes de la reflexioacuten histoacuterica y de las realizaciones historiograacuteficas

En esta oportunidad he elegido uacutenicamente tres cuestiones de-rivadas sobre todo de la aproximacioacuten a tres de sus textos que con-sidero apropiados para aquilatar aportaciones suyas a la materia Dichas cuestiones son la sensibilidad de Gaos respecto de la histo-ria su propuesta para componer una Historia de las ideas y su ca-pacidad para observar el quehacer historiograacutefico

He tenido ocasioacuten en distintos momentos de aludir al lugar que tiene Joseacute Gaos en mi formacioacuten como historiadora El homenaje que un grupo de colegas rendimos en enero de 2013 a Rosa Camelo la decana del Seminario de Historiografiacutea Mexicana que mes a mes celebramos en el Instituto por ejemplo me permitioacute colocar una pequentildea porcioacuten de aquello que debo al maestro espantildeol en el afaacuten por esclarecer lo que entiendo como una tradicioacuten de la que he

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130 historia y meacutetodo en el siglo xx

abrevado para relacionarme con el pasado1 Sin embargo debo agregar que es sobre todo la satisfaccioacuten de constatar el provecho que obtienen los estudiantes invitados a conocer su obra lo que me mueve a destacar algunos rasgos de sus aportaciones que considero bagaje indispensable de quienes transitan por la Historia y tienen disposicioacuten para reflexionar acerca de lo que esto implica Echando mano de esa experiencia cotidiana en las siguientes paacuteginas inten-tareacute establecer coacutemo entiendo a Joseacute Gaos en su relacioacuten con la his-toria y coacutemo en su visioacuten de la historiografiacutea para finalmente aven-turar una respuesta sobre si es conveniente o no hablar de meacutetodo en el caso de Gaos

Me he valido y lo hareacute nuevamente del escrito de sus Confesio-nes profesionales2 para situar ciertos ejes con los que he podido acce-der a este pensador Enseguida me acerco a una de sus obras histoacute-ricas maacutes importantes la Historia de nuestra idea del mundo3 y posteriormente me refiero a sus significativas contribuciones a la filosofiacutea de la historiografiacutea aparecidas en sus ldquoNotas sobre la his-toriografiacuteardquo4 con el fin de expresar mi reconocimiento al historiador

1 Evelia Trejo ldquoHilvanar la tradicioacutenrdquo ponencia en el Homenaje a Rosa Camelo Instituto de Investigaciones Histoacutericas de la Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexi-co enero de 2013 Una versioacuten completa ha sido publicada en Aacutelvaro Matute y Evelia Trejo (coords) De historiografiacutea y otras pasiones homenaje a Rosa Camelo Meacutexico Univer-sidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Histoacutericas 2016 248 p p 17-34

2 Joseacute Gaos Confesiones profesionales edicioacuten conmemorativa Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2002 [Las notas estaacuten tomadas de esta edicioacuten] Las ldquoConfesioneshelliprdquo se publican en Joseacute Gaos Obras completas xvii Confesiones profesionales Aforiacutestica coordinacioacuten de Fernando Salmeroacuten proacutelogo y seleccioacuten de la aforiacutestica in-eacutedita por Vera Yamuni Tabush Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1982 p 41-137

3 Joseacute Gaos Historia de nuestra idea del mundo con una nota sobre la edicioacuten de Andreacutes Lira Meacutexico El Colegio de Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1973 [Esta edicioacuten seraacute la citada en el texto] Tambieacuten en Joseacute Gaos Obras completas xiv Historia de nuestra idea del mundo nueva edicioacuten cotejada con el manuscrito original coordinador de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo de Andreacutes Lira Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 1994

4 Joseacute Gaos ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo en La teoriacutea de la historia en Meacutexico (1940-1973) Meacutexico Secretariacutea de Educacioacuten Puacuteblica 1974 Las ldquoNotashelliprdquo se publicaron tambieacuten en Obras completas xv Discurso de filosofiacutea De antropologiacutea e historiografiacutea El siglo del esplen-dor de Meacutexico coordinador de la edicioacuten Antonio Zirioacuten Q proacutelogo de Aacutelvaro Matute

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131JOSEacute GAOS (1900-1969)

que dada la iacutendole de su primera y maacutes constante formacioacuten filo-soacutefica lleva a cabo su tarea y reflexiona sobre ella y por uacuteltimo ensayo un comentario sobre la posibilidad de desprender de su obra un meacutetodo5

I Joseacute Gaos en sus Confesiones profesionales se presenta como un es-tudioso de la filosofiacutea y relata coacutemo desde los primeros antildeos de su formacioacuten en la Filosofiacutea tropieza con la Historia y asume la condi-cioacuten de historicidad de la filosofiacutea misma De ahiacute que el papel de la Historia comience a cobrar para eacutel una dimensioacuten particularmente valiosa para llevar a cabo sus pesquisas Hace conciencia de que la ensentildeanza de la filosofiacutea adoptoacute cada vez en mayor medida una perspectiva histoacuterica y decide que a sus preguntas sobre metafiacutesica o teoriacutea del conocimiento debe agregar la condicioacuten histoacuterica de las diversas respuestas que se les ha dado

Por otra parte una de sus primeras confesiones es la de haberse inclinado desde los antildeos de juventud a una lectura de la Historia literaria y de las ideas que en cualquiera de sus formas le alimentoacute dice uno de sus ldquogustos maacutes extrantildeosrdquo Y advierte ldquoEl gusto puede llegar a lo que puede ser una aberracioacuten a gustar maacutes que de leer las obras originales a leer obras sobre otras obrasrdquo6

iquestCoacutemo leer esta foacutermula autocriacutetica en alguacuten sentido Yo he querido hacerlo acudiendo a otras de sus afirmaciones en el texto que sigo su intereacutes en lo que los hombres piensan en cualquier tiempo y lugar y su necesidad de cotejar el pensamiento de unos y otros con el de su propio tiempo Una especie de urgencia por colocar en la balanza asuntos de la filosofiacutea prentildeados siempre de la condicioacuten de ser interpretados y reinterpretados de acuerdo con el momento en que se vive En esta visioacuten retrospectiva de su propia experiencia

Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Coordinacioacuten de Humanidades Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 2009 p 353-372 En el mismo volumen aparecen ldquo[Otras] Notas sobre la historiografiacuteardquo p 558-561 procedentes del archivo de Joseacute Gaos

5 La eleccioacuten de los textos a que hareacute referencia la he hecho a sabiendas de que dejo fuera una gran cantidad de escritos de Joseacute Gaos de enorme utilidad para los estudio-sos de la historia de las ideas y de la historia de la historiografiacutea por fortuna publicados en su mayoriacutea dentro de la vasta coleccioacuten de sus Obras completas

6 Gaos Confesioneshellip p 33-34

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132 historia y meacutetodo en el siglo xx

Gaos hace evidente que su paso por la Universidad de Madrid y el contacto con sus distintos profesores a lo largo de maacutes de una deacuteca-da lo llevoacute a aquilatar diferentes aportaciones de la filosofiacutea como las maacutes valiosas y a optar por asumir ya en los antildeos treinta un es-cepticismo frente a la pretensioacuten de verdad de cada una de ellas

Su debut como profesor de la Facultad de Filosofiacutea recieacuten inau-gurada en la Ciudad Universitaria de Madrid en enero de 1933 seriacutea seguacuten asienta el inicio de su prisioacuten en Heidegger7 Para ese momen-to en el recuento que Gaos procura de su trayectoria es muy impor-tante la conciencia que toma de coacutemo pudo apreciar en sus maestros la apropiacioacuten de las distintas filosofiacuteas como verdades sucesivamen-te incorporadas a sus vidas De manera que alimentar el asunto de la historicidad fue lo suyo primero al parecer experiencialmente des-pueacutes con el respaldo de un pensamiento que lo hizo enriquecerse en tal sentido El encuentro con las propuestas de Wilhelm Dilthey lo empujoacute a sustentar que la Historia de la Filosofiacutea era la uacutenica base justa de la Teoriacutea de la Filosofiacutea y de la Filosofiacutea de la Filosofiacutea

Asiacute Joseacute Gaos llegoacute a Meacutexico en el antildeo 1938 maacutes que armado para iniciar un magisterio en el que la Historia reinaba como disciplina si bien es cierto que en la manera de ponerla en praacutectica estariacutea presente el estrecho viacutenculo historia-filosofiacutea que habiacutea movido sus intereses en cuando menos los uacuteltimos quince antildeos de su vida hasta ese momento en que la Guerra Civil le colocoacute como destino nuestro suelo

A poco maacutes de una deacutecada de formar parte del medio acadeacutemi-co en el que se insertoacute en 1953 a lo largo de cinco lecciones a los 52 antildeos cumplidos dictoacute precisamente el texto que he tomado como guiacutea y en el cual asumiacutea para comenzar su condicioacuten de profesor de filosofiacutea y no la de filoacutesofo puesto que no habiacutea construido una

7 Si bien sentildeala que fue en 1930 cuando escuchoacute de Joseacute Ortega y Gasset por vez primera el nombre de Heidegger y se hizo de un ejemplar de Ser y tiempo antildeade coacutemo fue por el entusiasmo de Zubiri que se decidioacute a estudiar en serio al filoacutesofo alemaacuten Ibidem p 43-46 Un paacuterrafo elocuente sobre la historicidad que veiacutea en la filosofiacutea incluso al referirse a ese largo periodo de 1933-1953 en que se ocupaba de Heidegger es el si-guiente ldquome decidiacute a estudiar a Heidegger como a quien maacutes y a ensentildearlo a tiacutetulo de filoacutesofo del diacutea que era mi deber profesional estudiar y ensentildear pero tambieacuten a tiacutetulo provisional mientras no desarrollara el problema de la Filosofiacutea misma en toda una Teoriacutea de la Filosofiacutea [hellip]rdquo Ibidem p 46

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133JOSEacute GAOS (1900-1969)

filosofiacutea de manera sistemaacutetica y objetiva8 No obstante aceptaba haber producido algunas ideas propias de las que se proponiacutea ha-blar presentando el modo en que habiacutea llegado a ellas Alliacute reparaba justamente en su propoacutesito de generar una comunicacioacuten para en-riquecer ldquonuestras individuales humanidades incomunicables en su aacutepice absolutordquo9 Gaos hace conciencia de la importancia de poner en claro la ruta que ha seguido su pensamiento como una foacutermula para ldquohacer conversacioacutenrdquo con aquellos interesados en sus preguntas y respuestas muchas de ellas de orden filosoacutefico y res-pondidas siempre en el marco de la historicidad

Subraya que las confesiones que pretende hacer son las de su vida puacuteblica y plantea como una razoacuten para considerar algunas confesiones (no las suyas) empobrecedoras el hecho de que son desmoralizadoras iquestLuego entonces se podriacutea suponer que piensa en que las escritas por eacutel pueden leerse como moralizadoras

No tengo una respuesta sobre el punto Pero lo que siacute puedo asegurar es que Gaos entre las filias y las fobias que expresa respec-to de los maacutes eminentes representantes de la filosofiacutea en el tiempo muestra su conviccioacuten de estar haciendo una contribucioacuten al mundo moderno a aquel del que se siente parte O dicho de otra manera porque se asume como un hombre moderno cree su deber comuni-carse con quienes comparten ese mismo mundo siempre con el afaacuten

8 Respecto de esta consideracioacuten de Gaos es pertinente revisar las paacuteginas que dedica Vera Yamuni a precisar por queacute el concepto de Gaos de la filosofiacutea como siste-maacutetica y objetiva es lo que lo lleva a declarar ldquoser muy poco filoacutesofordquo y ldquofaltarle preci-samente una filosofiacuteardquo Yamuni explica atendiendo a la cronologiacutea de su obra coacutemo para 1958 en que publica las Confesiones profesionales Gaos no habiacutea escrito las obras en las que se aprecia la sistematizacioacuten de sus ideas filosoacuteficas Cfr Vera Yamuni ldquoProacutelogordquo en Obras completas xviihellip p 5-40 p 7 y 8 Por otra parte a esa misma fecha correspon-de un importante seminario organizado por Gaos con cuatro de sus disciacutepulos en el que los incita a escribir y eacutel mismo lo hace sobre su vocacioacuten filosoacutefica en una clara demostracioacuten de sus preocupaciones sobre el tema La edicioacuten reciente de estos textos estaacute acompantildeada de una excelente introduccioacuten que permite ubicar las condiciones en que se produjo el seminario asiacute como atender las preocupaciones del maestro y las tensiones existentes entre unos y otros Cfr Filosofiacutea y vocacioacuten Seminario de filosofiacutea mo-derna de Joseacute Gaos edicioacuten e introduccioacuten de Aurelia Valero Pie epiacutelogo de Guillermo Hurtado textos de Joseacute Gaos Ricardo Guerra Alejandro Rossi Emilio Uranga y Luis Villoro Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2012 139 p

9 Gaos Confesiones p 13

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134 historia y meacutetodo en el siglo xx

de participarles coacutemo su propia historicidad es lo que resulta defi-nitorio del pensamiento que profesa Finalmente esta preacutedica de historicidad vista con atencioacuten parece guiada por una intencioacuten moralizadora como quizaacute pueda aclarar lo que viene adelante

II Una prueba del empentildeo por colocar el tema de la historicidad en el centro mismo de las tareas es sin duda el texto que Joseacute Gaos nos ha legado gracias al empentildeo de uno de sus maacutes distinguidos disciacute-pulos Se trata de la publicacioacuten poacutestuma de sus lecciones sobre Historia de nuestra idea del mundo en las que estaacute contenido un largo trayecto de afanes investigativos y convicciones profundas En 1973 esto es veinte antildeos despueacutes de que Gaos dictara las lecciones que constituyen sus Confesiones profesionales Andreacutes Lira firma la nota sobre la edicioacuten de lo que fuera su curso correspondiente a 1967

Alliacute como un ejercicio particularmente caro al maestro precisa lo que quiere decir con cada uno de los teacuterminos del nombre dado a su curso Para comenzar hace patente lo que entiende por historia10 que para el caso debe escribirse con minuacutescula y suponer la aproximacioacuten a una parte de la realidad histoacuterica Es decir aunque el tiacutetulo comien-za como debe ser escribiendo la palabra con mayuacutescula Gaos expli-cita que habraacute de referirse a la idea del mundo que se da en la historia es decir en el transcurrir del tiempo aunque para hacerlo se ve en la necesidad de construir una Historia en este caso con mayuacutescula y equivalente a lo que eacutel ha optado por denominar historiografiacutea

Aclara asimismo aquello que concibe como idea

Porque lo que de la Naturaleza y la Humanidad y el otro mundo tenemos si no se queda solamente en una ldquoimagenrdquo tampoco llega a ser puramente una ldquoconcepcioacutenrdquo es algo que se mantiene en suspen-sioacuten entre la imaginacioacuten y el pensamiento conceptual para designar lo cual es muy propia la palabra ldquoideardquo que significando etimoloacutegica-mente cosa visible vista o visioacuten vino a ser sinoacutenima de ldquoconceptordquo11

10 El haacutebito de definir con la mayor precisioacuten posible los teacuterminos que utiliza es una caracteriacutestica que revela el afaacuten didaacutectico de Gaos Las ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo son muestra notable de su preocupacioacuten por definir todo lo concerniente a las palabras y conceptos que se requieren para entrar en los terrenos de su argumentacioacuten

11 Gaos Historia de nuestrahellip p 4

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135JOSEacute GAOS (1900-1969)

Y muestra con detalle las implicaciones que tiene el hecho de que utilice la palabra nuestra un plural que en la filosofiacutea de Gaos tiene un enorme significado

El nuestra hace referencia a un ldquonosotrosrdquo ldquoNosotrosrdquo somos ante todo ldquolos presentesrdquo Pero los presentes somos mdashunos mexicanos de hoymdash unos occidentales modernos mdashunos seres humanos de siemprehellip Entre todo esto que somos decide aquello que somos como sujetos de nuestra idea del mundo precisamente esta nuestra idea del mundo12

Por uacuteltimo ya que ha expresado que esa parte de la realidad histoacuterica que concibe como nuestra idea lo es del mundo explicita tambieacuten lo que entiende por tal y con ello abre la puerta a una suma de ideas que habraacuten de ocuparse de todo lo que cabe en dicho teacuter-mino lo natural lo fiacutesico lo humano e incluso lo sobrenatural Su propuesta es el resultado de muchas reflexiones que lo han llevado a colocar la idea de mundo en la dimensioacuten en la que nos la ofrece es decir con la complejidad que supone la composicioacuten en la que entran distintas ideas parciales sobre el mundo ideas incluso con-tradictorias y definitivamente en movimiento constante a la vez que producidas todas ellas en la historia

El recorrido por las paacuteginas del libro editado por Lira implica un viaje intenso no exento de la dificultad de seguirlo en cada una de sus exposiciones cargadas de erudicioacuten que sobre todo a los habitantes del siglo xx hoy siglo pasado nos interpela y nos con-duce a preguntas puntuales sobre el modo propio de estar en ese mundo que Gaos perfila en sus paacuteginas

Elige para establecer lo que propone como una Historiografiacutea de la idea del mundo mdashpuesto que se trata de componer un discur-so sobre el coacutemo se ha ido configurando en el pasado esa ideamdash un repertorio demasiado amplio como para intentar siquiera dar una somera relacioacuten de lo que implica Baste por el momento resentildear en liacuteneas muy generales su contenido no sin antes hacer algunas pun-tualizaciones relativas al caraacutecter de las ideas atendidas en el tex to y a su procedencia que contribuiraacuten a aquilatar su empresa

12 Idem

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136 historia y meacutetodo en el siglo xx

En las sustanciosas paacuteginas que constituyen su introduccioacuten al curso Joseacute Gaos sentildeala la diferencia entre una Historiografiacutea de la Filosofiacutea y una de las ideas al precisar que la Filosofiacutea seriacutea una idea ldquorazonadardquo del mundo mientras que para la mayoriacutea de la Huma-nidad una idea del mundo puede ser una idea perfectamente ldquoirra-cionalrdquo es decir no fundada en razones sino motivada por las po-tencias irracionales del hombre13 Con ello pareciera preparar al escucha o bien al lector para recibir la idea que se espera en mani-festaciones distintas a las que provienen de los sistemas filosoacuteficos cuando menos en algunos casos

Por otra parte en los teacuterminos en que Gaos se hace cargo de esta propuesta en particular leemos nosotros poco maacutes de cuarenta antildeos maacutes tarde preocupaciones que atienden a la intriacutenseca relacioacuten en-tre vivir el mundo y tener una visioacuten de eacutel como algo propio de la historia de las ideas Es decir en Gaos el horizonte de lo que piensa como idea es mucho maacutes amplio que el que se ha adjudicado cuan-do se habla de que la Historia de las ideas ha atendido a eacutestas des-prendieacutendolas de los sujetos que las tienen

Asiacute pues lo que Gaos ofrece es una ejemplar historia de ideas que cobraron forma de diversas maneras y en distintos tiempos pero que en cada caso representan una idea de mundo en mayor o menor medida que prevalece hasta su propio tiempo De tal manera que lejos de quedar circunscritas al tiempo en el que surgen parecen dejar un sedimento que se mantiene en un cierto grado de vitalidad a lo largo de la historia nutriendo por tal motivo nuestra idea del mundo la de ese presente en que Gaos la proclama El asunto aquiacute es que cuando percibimos el desfile de ldquoideasrdquo que nos obsequia Gaos nos vemos obligados a reparar en la frase de Lira que dice ldquoEn la Historia o historiografiacutea de las ideas deciacutea Gaos se persigue la comprensioacuten de los hechos humanos al igual que en cualquier otra historiografiacutea En este intento hay que preguntarse primero frente a las expresioacuten de las ideas a quieacuten han pertenecido o de quieacuten son tales ideas antes de preguntarse por el queacute de las mismasrdquo

Una vez establecidos esos paraacutemetros es importante recuperar algo de lo que sugiere para hacerse de dichas ideas y narrar su Historia

13 Ibidem p 6

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137JOSEacute GAOS (1900-1969)

Como en tantos otros textos es la preocupacioacuten por los hombres en el tiempo lo que asedia al filoacutesofo espantildeol Hombre con experien-cia habituado a interrogar a la filosofiacutea misma invocando a la his-toria su recorrido es siacute histoacuterico-cronoloacutegico pero por encima de esto es una suerte de buceo en la configuracioacuten de todo aquello que para la cultura occidental ha ido siendo significativo a partir de un cierto momento Las fuentes de su investigacioacuten son variadas ar-quitectoacutenicas literarias filosoacuteficas religiosas cientiacuteficas poliacuteticas Nada parece escapar a una mirada que insiste en develar los fila-mentos de lo que conscientemente razonado o inconscientemente vivido se ha congregado para formar la idea del mundo desde el medioevo hasta la contemporaneidad que observa el estudioso La divisioacuten del curso implica pues un viaje desde la idea medieval has-ta la moderna en su primera parte y uno maacutes de la moderna a la contemporaacutenea en su segunda parte

En esa primera parte ocupan su lugar con igual derecho la cate-dral de Chartres la Suma teoloacutegica y la Divina comedia que las ideas de Lutero san Ignacio Copeacuternico Galileo Newton Dalton Maquia-velo Hobbes Locke Voltaire Montesquieu Rousseau que Bossuet y Condorcet Kant Fichte Hegel o bien El Quijote y Fausto La se-gunda parte en cambio prescinde en los encabezados de los nombres propios de manera que la enunciacioacuten de las ideas que sigue al sub-tiacutetulo ldquoLa idea contemporaacutenea y nuestrardquo pareciera referirse al con-junto de propuestas sobre la realidad del hombre que lo conciben en su evolucioacuten en su psique en su desarrollo econoacutemico en el teacutecnico Y siacute detraacutes de cada conjunto de ideas aparece el nombre de quien las genera pero toma un lugar preponderante el modo en que las dichas ideas se insertan en la mente de los seres humanos para in-corporar nuevos ingredientes al modo de ver el mundo14

Una visioacuten somera de los temas que trata Gaos no hace sino inci-tar la curiosidad del lector y obligarlo a apreciar la manera en que

14 Una lectura interpretativa de los propoacutesitos de esta obra asiacute como de los capiacutetulos que Gaos dedica en ella al marxismo puede leerse en Evelia Trejo ldquoAfinidades electivas A propoacutesito del marxismo letras para la Historia y la Filosofiacuteardquo en Homenaje a Aacutelvaro Matute Aguirre coordinacioacuten de Joseacute Ortiz Monasterio Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Bibliograacuteficas 2009 p 141-167

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138 historia y meacutetodo en el siglo xx

logroacute reunir en soacutelo las 746 paacuteginas de la edicioacuten un panorama tan vasto y a la vez conducir a traveacutes de eacutel a un presente que lo revela como el pensador que fue en el que ronda siempre el fan-tasma de la filosofiacutea el tema de la historia y el de los inevitables efectos del cambio en las diversas esferas de la vida que una a una se iluminan cuando repasa los aportes maacutes significativos de su contemporaneidad

Asiacute la lectura atenta de esta obra se convierte en un ejemplo de historia de las ideas que sin embargo no resulta faacutecil imitar Pare-ceriacutea tratarse de un modelo uacutenico son las inquietudes propias del autor las que dirigen paso a paso la determinacioacuten del gran conjun-to Explorar cada una de las manifestaciones que elige y entrar de lleno en las cualidades descriptivas y los recursos interpretativos que emplea para presentarlas y establecer eslabones entre ellas es constatar que Gaos se impone un compromiso de alta envergadura cuando consciente de lo que emprende explicita la perspectiva an-tropoloacutegica que lo guiacutea Conocedor de la dificultad que toda labor historiograacutefica reviste apunta con seguridad a un objetivo ocuparse de ldquolos cuerpos de expresiones relativamente maacutes esenciales de la historia de nuestra idea del mundordquo seguacuten sentildeala tras discurrir acer-ca de la constitucioacuten histoacuterica de esa idea del mundo tras la cual va

Una y otra vez la ldquoPresentacioacuten del cursordquo pone de manifiesto esa personalidad del maestro que gira sobre preocupaciones que pueden atisbarse en praacutecticamente toda su obra entre las que des-tacan sus observaciones sobre lo que entiende por historia y lo que concibe como Historiografiacutea asunto este uacuteltimo de especial intereacutes para los siguientes comentarios

En los paacuterrafos en los que se propone explicar el meacutetodo de la Historiografiacutea de las Ideas Gaos afirma que la idea del mundo como todas las ideas es Histoacuterica (es decir susceptible de ser historiada) por la peculiar manera de estar inserta en la historia porque incluso las ideas propias y actuales asiacute como las ajenas y pasadas existen para nosotros ya sea en nuestras mentes o bien en las expresiones que las comunican y las hacen subsistir De alliacute que la Historiografiacutea de las Ideas a su juicio no es posible maacutes que sobre la base de la expresioacuten ldquomaterialrdquo de las mismas Tal como sucede con la gene-ralidad de las fuentes de que se vale toda Historiografiacutea

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139JOSEacute GAOS (1900-1969)

Dicho esto es decir ubicada la fuente de conocimiento a la que acude repara en la pluralidad de expresiones que hay que tener en cuenta para la Historiografiacutea que propone Y en la presentacioacuten de esa pluralidad introduce un elemento central en su pensamiento los cuerpos de expresiones de que puede valer para identificar la idea del mundo son cuerpos de expresiones en dos sentidos algunos son expresioacuten de objetos y todos son expresioacuten de sujetos

[hellip] es decir de las ideas los sentimientos las voliciones de eacutestos de los individuales y de los colectivos [hellip] Es por lo que por ejemplo en un texto cientiacutefico o literario puede leerse y debe leerse lo que diga no soacutelo ldquoexpresardquo y ldquotemaacuteticamenterdquo de un determinado ldquoobjetordquo sino ldquoincidentalrdquo o ldquotaacutecitardquo o ldquoimpliacutecitamenterdquo de las ldquocircunstancias his-toacutericas por las que explicarlo y comprenderlo ldquoantropoloacutegicamenterdquo [hellip]15

Es decir el Gaos historiador en este caso historiador de las ideas ratifica su conviccioacuten de que los planos que observa el historiador son dos y que de ellos el que no puede perderse nunca de vista es el del sujeto en situacioacuten histoacuterica que da vida a la idea porque se expresa en ella

En otro sentido identificadas las fuentes de diversa iacutendole que habraacute de escudrintildear dedica algunas frases a lo que podriacuteamos tomar como su criterio de seleccioacuten en este caso es el tema del valor el que sale a relucir La ldquoorografiacuteardquo muestra que hay cimas sobre laderas y valles Gaos parece convencido de que se pueden detectar los cuerpos de expresiones maacutes esenciales para cada etapa Lo que argumenta es que dicha esencialidad y jerarquiacutea axioloacutegica estaacute en relacioacuten con el sentido de la historia Cita a su maestro Ortega y Gasset para estable-cer si asiacute quiere verse una analogiacutea Es la relativa a que la vida huma-na ldquo lsquoes una faena que se hace hacia adelantersquo marcha en el sentido de alguna meta finalidad o fin sea su marcha hacia ella progresiva o digresiva o sigue una marcha que no lleva a ninguna parterdquo16

De esta manera hace presente el nuacutecleo de la Filosofiacutea de la historia como un ingrediente de la tarea de historiar y maacutes auacuten

15 Gaos Historia de nuestra ideahellip p 2316 Ibidem p 24

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140 historia y meacutetodo en el siglo xx

avanza tras esta explicitacioacuten de la importancia que tiene para eacutel la cuestioacuten de los valores para indicarnos el modo en que concibe la posibilidad del conocimiento histoacuterico Cuando invoca los mo-tivos para iniciar el tema con la idea del mundo en la Edad Media argumenta que

Hay una diferencia enorme entre saber de algo por propia experien-cia vital y saber de algo por mero conocimiento intelectual Esta di-ferencia insiste traza una frontera importantiacutesima dentro del cono-cimiento historiograacutefico Jamaacutes conoceremos por medio de la Historiografiacutea y por mucha que sea nuestra ciencia historiograacutefica aquellas partes de la historia que ya no podemos conocer por propia experiencia como podemos conocer aquellas otras que conozcamos por esta experiencia17

Y antildeade ldquoQuizaacute pueda formularse la diferencia diciendo que lsquocomprenderrsquo lo que se dice lsquocomprenderrsquo no podemos maacutes que las partes de la historia con las que nos une una continuidad vital como la que nos une con el cristianismo pero ya no con la religioacuten griegardquo18

Otras proposiciones no menos importantes se dan cita en estas paacuteginas introductorias de su curso y hoy en diacutea de su libro pero basta por ahora solamente mencionar dos de las uacuteltimas consigna-das la de que los hechos histoacutericos no se suceden sincroacutenicamente sino que nacen y acaban en los que les anteceden y les suceden y la llamada de atencioacuten sobre la manera en que la psicologiacutea y la loacutegica estaacuten implicadas en la historiografiacutea La primera porque permite detectar la complejidad de las almas colectivas mayor aun que la de las almas individuales y por tanto contribuye a apreciar los antagonismos y antiacutetesis que existen dentro de una misma eacutepoca y la segunda por la importancia que reviste distinguir que al estudio de la historia debe aplicarse no la Loacutegica de la generalizacioacuten sino la de la diferenciacioacuten hasta la individuacioacuten puesto que lo que importa en la historia es precisamente la diferencia

En fin dejo hasta aquiacute las consideraciones relativas a una obra que amerita un estudio acucioso por muacuteltiples razones para dirigirme a

17 Ibidem p 2518 Idem

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141JOSEacute GAOS (1900-1969)

la reflexioacuten a que me invita esta obra del Gaos historiador a la luz de algunas de sus aseveraciones en el imprescindible texto en el que siete antildeos antes de dictar el curso al que he hecho referencia esto es en 1960 el ya para entonces destacado maestro diera a conocer lo que entendiacutea como Historiografiacutea

III He querido tratar este punto hasta ahora en aras de corroborar aunque sea someramente la relacioacuten estrecha entre el Gaos que em-prende en la uacuteltima etapa de su vida la tarea de historiar lo que denomina nuestra idea del mundo y el Gaos que seguramente obede-ciendo a su formacioacuten en la fenomenologiacutea sabe establecer en las ldquoNotas sobre la historiografiacuteardquo con lujo de precisiones toda la com-plejidad que encierra esa actividad que hizo suya a base de experi-mentar a lo largo de su vida el peso de la historia en todas y cada una de las actividades humanas

Los paraacutegrafos con los que estaacuten compuestas lo he dicho en repe-tidas ocasiones no tienen desperdicio y eacuteste no puede ser el espacio para ir tras ellos con la intencioacuten de aquilatarlos uno a uno Pero una vez que he acercado la lente aunque de paso a esa obra historiograacutefica que cultivoacute con esmero es un imperativo recordar que su concepcioacuten de este tipo de obras es producto de una observacioacuten bastante cuidado-sa Brinda al establecer sus caracteriacutesticas un modelo uacutetil para incursio-nar en su manufactura cuando como lectores de una de ellas y no soacutelo una suma de proposiciones sobre el pasado nos demanda apreciarla en muchos maacutes planos de los que se perciben a primera vista

Estas obras como todas las de la misma iacutendole a saber todas aquellas que tienen su expresioacuten en la palabra escrita son cuerpos de proposi-ciones en ciertas relaciones Estas proposiciones en sus relaciones son las uacuteltimas unidades integrantes de la Historiografiacutea las obras historio-graacuteficas mismas son unidades de orden superior19

Esas unidades asiacute como las proposiciones que las integran deben ser estudiadas como expresiones porque es en ellas en donde se encuentra en relacioacuten lo expresado y lo expresivo esto uacuteltimo como

19 Gaos ldquoNotas sobrehelliprdquo p 70

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142 historia y meacutetodo en el siglo xx

algo que en excelencia puede darse en la palabra oral o escrita y que tiene a su vez como destinatario un comprensivo Todas las palabras con las que Gaos explica esta relacioacuten estaacuten destinadas a explicar coacutemo lo expresivo ldquoes un instrumento u oacutergano de la convivenciardquo de los seres humanos y los animales superiores ldquoUn grito humano o animal es algo que no tiene sentido sino en medio de un complejo de relaciones reales o posibles entre hombres animales u hombres y animalesrdquo20

La obra historiograacutefica identificada por Gaos en los teacuterminos expuestos implica operaciones que nos son bien conocidas aunque no necesariamente bien comprendidas Siacute admitimos que la heuriacutes-tica y la criacutetica la hermeneacuteutica y la etiologiacutea tanto como la arqui-tectoacutenica y la estiliacutestica estaacuten conjugadas en ese acto deliberado de historiar y hacerlo procurando llevar a la meta el propoacutesito de co-nocer y dar a conocer el pasado21 Pero en medio de tales operacio-nes lo que nos obliga a ver Gaos es el papel del sujeto que habla y la finalidad que tiene hacerlo

El hombre que habla se encuentra en una situacioacuten concreta de convi-vencia con los demaacutes hombres No importa que eacutestos no se hallen pre-sentes en la inmediacioacuten espacial del que habla ni que eacuteste no los co-nozca personalmente el escritor escribe esencialmente para un puacuteblico maacutes o menos definido aunque soacutelo fuese eacutel mismo desdoblado en puacute-blico de siacute propio el escritor escribe frecuentemente para la posteridad22

Tomarlo en consideracioacuten con todo lo que implica imprime una potencia especial a su palabra Nunca despueacutes de aceptar el plan-teamiento de Gaos podemos abrir un libro de Historia sin llevar con nosotros un cuacutemulo de preguntas que parecen estar fuera del tema que se trata Y digo que parecen estar fuera porque Gaos tambieacuten indica entre liacuteneas lo que muestra con el ejemplo El historiador se expresa en su tema Eacutel Joseacute Gaos lo hace en la Historia que escribe

20 Ibidem p 7121 Ibidem p 77-87 En esas paacuteginas del paraacutegrafo 32 al 51 Gaos presenta los argu-

mentos en que se basa para considerar estas operaciones como las constitutivas de la historiografiacutea

22 Ibidem p 71

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143JOSEacute GAOS (1900-1969)

para ser dictada y que pese a sus reservas va a la imprenta como una unidad que lo revela

El individuo que alliacute se ofrece cumple incluso a su pesar con lo consignado en su papel de filoacutesofo de la historiografiacutea Pone en ten-sioacuten la particularidad que exige cada tema con la universalidad de la que forma parte Del mismo modo que el sujeto individuo que escribe se sabe un ser uacutenico diferente de otros pero constrentildeido siempre a buscar la comunicacioacuten que le hace sentirse parte de la Humanidad a la que tanto invoca El sector de la cultura sobre el cual se atreve a pronunciarse es el que le corresponde por la afinidad que ha desarrollado con eacutel pero el hecho de empentildearse en abarcar-lo con la amplitud con que lo hace entrantildea a mi juicio un riesgo al mismo tiempo que denota la personalidad del autor

Gaos consciente de la tensioacuten entre la pluralidad de lo histoacuterico y la universalidad de lo humano elige el camino difiacutecil de mostrar la idea del mundo de los hombres de su tiempo intentando asomar-se a todo lo que puede servir para integrarla Un anaacutelisis riguroso permitiriacutea apreciar en queacute medida logra hacer suya la voz de cada una de las expresiones de esa idea que quiere configurar pero un anaacutelisis tal pierde sentido ante la evidencia de que lo que prevalece es la voluntad de Gaos de ver en esa suma la multiplicidad de com-ponentes que hacen posible hablar de un nosotros por encima de un yo El filoacutesofo Gaos apuesta como explicacioacuten de la vocacioacuten filosoacutefica a la soberbia de los hombres a buscar la redencioacuten de ese pecado mayor concediendo desde muy pronto un papel a la historia que al evidenciar la relatividad de las verdades obliga a aceptar liacutemites a actuar asiacute sea por la presioacuten que ejerce el tiempo con una dosis de humildad

A la vez la conciencia de lo inalienable de su individualidad no le impide pronunciarse como parte de una colectividad como ates-tigua al final de su curso al sentildealar que ldquola historia de la idea del mundo es la de la progresiva e inminente extincioacuten de esta idea del reemplazo de un mundo con una idea del mundo por un mundo sin idea del mundordquo

Porque este nuestro mundo es el mundo para el que proclamoacute Marx que ya no habiacutea que seguir contemplaacutendolo especulaacutendolo como haciacutean los

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filoacutesofos que andan hoy realmente muy de capa caiacuteda sino que habiacutea que hacerlo otro como se esfuerzan por hacerlo los revolucionarios y los teacutecnicos que son los auteacutenticos sentildeores de nuestro mundo23

Asiacute se expresaba en la sesioacuten del 17 de septiembre de 1967 sin embargo pocos meses maacutes tarde seguacuten asienta en sus paacuteginas Vera Yamuni Joseacute Gaos manifestaba la vigencia de algo de aquella idea del mundo que en sus lecciones sobre el medioevo auacuten formaba parte de su vida ldquoHoy he cumplido los sesenta y siete iexclloado sea Diosrdquo Y un antildeo maacutes tarde ldquoUn milagro que agradecer he cumpli-do los sesenta y ocho antildeosrdquo Murioacute cinco meses y medio despueacutes de haber pronunciado la anterior frase seguacuten afirma su disciacutepula ldquoLa necesidad de pedir gracias y darlas motivo de su oracioacuten pasoacute asiacute a ser la esencia de su religioacuten y comprendioacute los conceptos de gracia peticioacuten y agradecimientordquo24

En fin del testimonio de su curso y del que recibimos por viacutea indirecta sobre los uacuteltimos antildeos de su vida queda la impresioacuten de que algo permanece y algo cambia en esa idea del mundo la que el propio Gaos portaba y aquella de la que se haciacutea portavoz

Iv Finalmente iquestpodemos encontrar en Joseacute Gaos un meacutetodo para la Historia Lo primero que tengo que decir es que quizaacute los cono-cedores de su obra en conjunto o los que maacutes han profundizado en alguna parte de ella son los maacutes indicados para responder Mi esca-sa relacioacuten con los textos que maacutes efecto han hecho en mi tarea me lleva a ensayar uacutenicamente esta aproximacioacuten

Si por meacutetodo se entiende mdashcomo sentildeala el Diccionario de la len-gua espantildeolamdash atendiendo a la acepcioacuten filosoacutefica el procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y ensentildearla ten-driacuteamos que hacer algunos altos en el camino para optar por una afirmacioacuten puesto que el saber del que se ocupa Gaos es definido por eacutel como ciencia y arte a la vez lo cual genera como consecuencia una idea respecto de la verdad que difiacutecilmente podriacuteamos tratar en este espacio

23 Gaos Historia de nuestra ideahellip p 74424 Yamuni ldquoProacutelogordquo en Obras completas xviihellip p 33

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145JOSEacute GAOS (1900-1969)

Si en cambio nos atenemos a la primera parte de lo que el Dic-cionario de filosofiacutea de Ferrater Mora indica a saber ldquoSe tiene un meacutetodo cuando se dispone de o se sigue un cierto lsquocaminorsquo para alcanzar un determinado fin propuesto de antemano Este fin puede ser el conocimiento o puede ser tambieacuten un lsquofin humanorsquo o lsquovitalrsquo rdquo estamos en la viacutea que conduce a un siacute categoacuterico Gaos tiene un meacutetodo y lo sigue busca el saber para la vida que encuentra en el camino de la historia elige eso siacute una ruta larga para mostrarlo y espera asiacute quiero pensarlo que en el futuro sus palabras encuentren lectores aacutevidos de intentar transitar caminos semejantes

Frente a la lectura de la Historia y frente a la empresa de escri-birla las liacuteneas que nos ha dejado Joseacute Gaos estaacuten maacutes cerca del modelo que del meacutetodo sus convicciones al mismo tiempo que sus contradicciones y tensiones invitan a colocarlo como guiacutea para des-pertar nuestra sensibilidad respecto del tiempo en que vivimos y trazar con preguntas al pasado un compromiso firme con el saber histoacuterico siempre en el aacutenimo de constituirlo en puente de comuni-cacioacuten entre los hombres

bIblIograFiacutea

gaos Joseacute Confesiones profesionales edicioacuten conmemorativa Meacutexico Uni-versidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 2002 183 p

Obras completas xvii Confesiones profesionales Aforiacutestica coordina-dor de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo y seleccioacuten de la aforiacutes-tica ineacutedita por Vera Yamuni Tabush Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico 1982 (Nueva Biblioteca Mexicana 85)

Historia de nuestra idea del mundo con una nota sobre la edicioacuten de Andreacutes Lira Meacutexico El Colegio de MeacutexicoFondo de Cultura Econoacute-mica 1973 Ix+748 p [Esta edicioacuten seraacute la citada en el texto]

Obras completas xiv Historia de nuestra idea del mundo nueva edi-cioacuten cotejada con el manuscrito original coordinador de la edicioacuten Fernando Salmeroacuten proacutelogo de Andreacutes Lira Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 1994 (Nueva Biblioteca Mexicana 116)

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146 historia y meacutetodo en el siglo xx

Obras completas xv Discurso de filosofiacutea De antropologiacutea e historio-grafiacutea El siglo del esplendor de Meacutexico coordinador de la edicioacuten Antonio Zirioacuten Quijano proacutelogo de Aacutelvaro Matute Meacutexico Universidad Na-cional Autoacutenoma de Meacutexico Coordinacioacuten de Humanidades Instituto de Investigaciones Filosoacuteficas 2009 (Nueva Biblioteca Mexicana 158)

Matute Aacutelvaro La teoriacutea de la historia en Meacutexico (1940-1973) Meacutexico Secretariacutea de Educacioacuten Puacuteblica 1974 208 p (SepSetentas 126)

trejo Evelia ldquoAfinidades electivas A propoacutesito del marxismo letras para la Historia y la Filosofiacuteardquo en Joseacute Ortiz Monasterio (coord) Homenaje a Aacutelvaro Matute Aguirre Meacutexico Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico Instituto de Investigaciones Bibliograacuteficas 2009 p 141-167

valero PIe Aurelia (ed) Filosofiacutea y vocacioacuten Seminario de filosofiacutea moderna de Joseacute Gaos epiacutelogo de Guillermo Hurtado textos de Joseacute Gaos Ricardo Guerra Alejandro Rossi Emilio Uranga y Luis Villoro Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 139 p (Biblioteca Universitaria de Bolsillo)

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Las lecturas y el meacutetodoDos casos Luis Villoro y John Womack

javIer rIco MorenoUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

El concepto absoluto que el milenarismo se forma del ldquoahorardquo y que no le permite percibir el desarrollo nos proporciona sin embargo una diferenciacioacuten cualita-tiva del tiempo Conforme a este concepto existen eacutepocas prentildeadas de sentido y otras desprovistas de eacutel En este hecho radica un meacutetodo histoacuterico-filosoacutefico que serviraacute para establecer una diferenciacioacuten de los tiem-pos histoacutericos Su importancia soacutelo se podraacute apreciar despueacutes de poner de manifiesto que aun una conside-racioacuten empiacuterica de la historia es imposible sin una diferenciacioacuten histoacuterico-filosoacutefica del tiempo (a menu-do latente y por lo tanto imperceptible en sus efectos)

Karl MannHeIM

Una constante en estudios historiograacuteficos recientes sigue siendo la especial atencioacuten que se dedica a las fuentes mdashtanto documentales como bibliograacuteficasmdash cuya impronta se reconoce en el texto en cues-tioacuten Con dicha operacioacuten se pretende sopesar la informacioacuten de la que se valioacute el autor poniendo eacutenfasis en su calidad cantidad y novedad como uno de los factores que determinan el valor de la obra La tesis central de este artiacuteculo es que hay fuentes (lecturas previas o paralelas a la investigacioacuten de un historiador) que pueden o no proporcionar datos y sin embargo llegan a cumplir una impor-tante funcioacuten articular una forma de concebir la dinaacutemica social en un fragmento del pasado humano y de esta manera permiten de-linear el meacutetodo a seguir Luego de un ejercicio para definir el tiempo y el lugar desde los cuales conviene formular las preguntas acerca del meacutetodo de los historiadores se procederaacute a estudiar la relacioacuten entre las lecturas y el meacutetodo en dos casos particulares El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia de Luis Villoro y Zapata y la Revolucioacuten mexicana de John Womack

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Tiempo y lugar del meacutetodo

Desde hace unos ciento cincuenta antildeos el problema del meacutetodo en una disciplina tan peculiar como la que pretende conocer el pasado del hombre ha ocupado un lugar central en muacuteltiples reflexiones y estudios encaminados a aclarar la naturaleza del objeto de estudio y las caracteriacutesticas de aquello que produce (la historia escrita) Se han emprendido dignos esfuerzos por reivindicar la particularidad del conocimiento histoacuterico frente a las pretensiones de uniformidad metodoloacutegica con base en el procedimiento de las ciencias naturales que en el siglo xIx llegoacute a concebirse como el modelo rector para todo conocimiento vaacutelido El reclamo de la autonomiacutea metodoloacutegica de la historia se ha apoyado principalmente en la especificidad de su objeto hechos humanos del pasado singulares e irrepetibles Asiacute se ha podido argumentar que la validez del conocimiento del pasado del hombre no puede sujetarse a los criterios del meacutetodo cientiacutefico Al paso del tiempo teniendo en cuenta el desarrollo de la disciplina y la diferenciacioacuten de las aacutereas que la conforman vale la pena pre-guntar desde queacute tiempo y espacio es pertinente abordar la cuestioacuten del meacutetodo en la investigacioacuten histoacuterica

El tema del meacutetodo en la historia se ubica en la interseccioacuten de dos aacutereas que forman parte de los estudios histoacutericos y otra que co-rresponde a la filosofiacutea (veacutease esquema 1) El asunto parece sujeto a la tensioacuten generada por tres tipos de interrogantes que aunque dis-tintas se reclaman unas a otras De un lado se encuentra la pregunta por las condiciones de posibilidad del conocimiento histoacuterico a par-tir de la cual comenzoacute a configurarse mdashsobre todo desde la segunda mitad del siglo xIxmdash la teoriacutea de la historia que pondraacute eacutenfasis en la dimensioacuten epistemoloacutegica Tarea de filoacutesofos con marcado intereacutes en el conocimiento del pasado o de historiadores conscientes de la im-portancia de la reflexioacuten filosoacutefica se encamina hacia la explicacioacuten del proceso en general haciendo abstraccioacuten de los casos particulares a los que suele acudir soacutelo para ilustrar alguacuten problema o parte de eacutel

De otro lado se encuentran las preguntas acerca del modo en que se lleva a cabo la produccioacuten historiograacutefica en sus formas con-cretas y que orientan el estudio de una obra historiograacutefica de la produccioacuten de un historiador de una corriente o de una escuela o

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bien de las diversas interpretaciones de un mismo acontecimiento periodo personaje o proceso Las investigaciones que se despliegan en esta liacutenea se insertan propiamente en los estudios historiograacuteficos es decir lo que en teacuterminos generales suele referirse como historio-grafiacutea pero entendida no como una historia de la historia sino como un estudio criacutetico de las representaciones del pasado en que consis-ten las obras historiograacuteficas Con un desarrollo maacutes reciente que la anterior no puede prescindir de los esquemas abstractos pero el centro de gravedad de sus observaciones estaacute en los productos de la historia como disciplina

Por uacuteltimo se encuentran las preguntas acerca de la constitucioacuten de la realidad la situacioacuten del hombre en el mundo la historicidad o la naturaleza del ser humano el estatus ontoloacutegico del pasado el tiempo y la temporalidad Su ejercicio corresponde maacutes plenamen-te a los filoacutesofos y las reflexiones derivadas de las preguntas que le son propias tienen un caraacutecter fundamental tanto para la teoriacutea de la historia como para los estudios historiograacuteficos

Ahora bien mientras en forma llana o simple el meacutetodo tiene el significado de camino que se sigue para llegar a un destino en un

Fuente Elaboracioacuten propia

Esquema 1 el lugar de las Preguntas sobre el Meacutetodo en la HIstorIa

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sentido maacutes cercano a la investigacioacuten por meacutetodo se entiende un conjunto de procedimientos para obtener el conocimiento verdade-ro o vaacutelido de algo1 En el caso de la investigacioacuten histoacuterica se trata de un camino mental o intelectual que se va formando por el encadenamiento multidireccional de preguntas y respuestas ideas operaciones loacutegicas (anaacutelisis comparacioacuten siacutentesis) procedimientos heuriacutesticos conceptos e imaacutegenes Cuando se reconoce que a pesar de la pretensioacuten de uniformidad metodoloacutegica (un meacutetodo univer-sal) lo que existe es una diversidad de meacutetodos y eacutestos se convierten en objeto de estudio entonces es pertinente hablar de metodologiacutea que es justamente el estudio de los meacutetodos

A partir de estas consideraciones sugiero que la historiografiacutea o maacutes propiamente la criacutetica historiograacutefica es un lugar privilegia-do para el estudio del meacutetodo por medio del cual los sujetos de la enunciacioacuten historiograacutefica llegan a la produccioacuten de una representa-cioacuten del pasado es decir a construir un cierto conocimiento de lo acontecido Lo anterior se funda en la constatacioacuten de que toda obser-vacioacuten y estudio del meacutetodo son siempre procedimientos a poste-riori es decir como un estudio del camino recorrido (y no por reco-rrer) o de los procedimientos realizados (y no por realizar) pues como dice el poeta ldquoCaminante no hay camino se hace camino al andar Al andar se hace el camino y al volver la vista atraacutes se ve la senda que nunca se ha de volver a pisarrdquo2

La analogiacutea con los versos de Antonio Machado me parece afor-tunada al iniciar una investigacioacuten el historiador preveacute (en el pleno sentido de ver con anterioridad) un conjunto maacutes o menos ordenado de procedimientos y acciones que le permitan conocer un aspecto de algo que sucedioacute (un hecho del pasado) La experiencia nos ensentildea que en el curso de la investigacioacuten ese meacutetodo previsto siempre se modifica en ocasiones sustancialmente Por eso el meacutetodo soacutelo puede

1 Es probable que el significado original de camino por recorrer motive que en ocasiones se piense en el meacutetodo soacutelo como un conjunto de procedimientos empiacutericos tales como la recoleccioacuten de datos y su verificacioacuten y se dejen fuera de las considera-ciones metodoloacutegicas los procedimientos loacutegicos y propiamente imaginativos que estaacuten involucrados en la investigacioacuten histoacuterica

2 A Machado ldquoProverbios y cantares xxIxrdquo en Obras poesiacutea y prosa 2a edicioacuten Buenos Aires Losada 1973 p 218

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observarse al final de la investigacioacuten como el camino andado Hay que sentildealar ademaacutes que todo estudio metodoloacutegico es aproximativo el estudioso de la historiografiacutea descubre en una obra historiograacutefica una serie de pistas huellas o evidencias que indican el camino que siguioacute el historiador (conceptos ideas teoriacuteas fuentes lecturas) pero es posible que ni siquiera el autor mismo pueda reconstruir paso a paso el camino que lo llevoacute a representar un fragmento del pasado tal como lo hizo Debe considerarse ademaacutes que cuando se accede a la obra generalmente en forma de publicacioacuten el texto pudo haber su-frido cambios en relacioacuten con la versioacuten original (modificaciones en la estructura de los capiacutetulos o apartados supresiones o adiciones que se llevan a cabo con criterios editoriales de censura o de autocensura y no teoacutericos ni metodoloacutegicos) No estaacute de maacutes reconocer que como toda investigacioacuten los meacutetodos son irrepetibles y se convierten en la senda que no se volveraacute a pisar es decir resulta praacutecticamente impo-sible seguir con exactitud el mismo camino para otra investigacioacuten

Escribo luego leo

La conocida conclusioacuten a la que llegara Reneacute Descartes en el Discur-so del meacutetodo mdashldquoPienso luego existordquomdash tiene un sentido loacutegico y no temporal y resulta maacutes accesible en la forma ldquopienso por lo tanto existordquo de manera que el pensar es la prueba del existir En un ejer-cicio luacutedico podemos imaginar una relacioacuten semejante aplicada a los procesos de la escritura y la lectura como actos concomitantes al hacer de los historiadores Las diversas operaciones que eacutestos llevan a cabo se condensan en un producto final que es la representacioacuten del pasado mediante el lenguaje escrito es decir en una narracioacuten lo que aqueacutellos escriben mdashcomo parece suceder en todos los casos de escrituramdash tiene el destino de la lectura Pero la relacioacuten entre ambos actos tiene tambieacuten un sentido distinto en tanto que todo historiador es un lector lo que escribe expresa la presencia de sus lecturas previas refiere lo que antes ha leiacutedo El historiador escribe por lo tanto lee la escritura es tambieacuten una prueba de sus lecturas

Ahora bien la cuestioacuten del meacutetodo no se reduce a la aplicacioacuten de un conjunto de teacutecnicas o a la localizacioacuten de fuentes documentales y

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utilizacioacuten de herramientas teoacutericas de cuya suma final resulte un itinerario lineal e infalible que necesariamente conduciraacute al objetivo establecido Implica la prefiguracioacuten de un procedimiento en funcioacuten de preguntas que toman su lugar en un escenario o campo histoacuterico imaginado Las lecturas previas o paralelas a una investigacioacuten mdashal menos algunas de ellasmdash suelen tener una incidencia metodoloacutegica al definir las liacuteneas con las que el historiador traza por asiacute decirlo un boceto del pasado que pretende representar con la mayor preci-sioacuten posible Captar la incidencia de las lecturas en la configuracioacuten de un meacutetodo implica reconocer la dimensioacuten sociocultural de la lec-tura mediante la cual eacutesta deja de ser un mero proceso de decodifi-cacioacuten para adquirir la forma de una experiencia vital del sujeto lector

En el proacutelogo a la primera edicioacuten de la obra de Joseph de Acosta Edmundo OrsquoGorman perfiloacute una serie de consideraciones que anti-cipaban su criacutetica a la historia tradicional y que integraraacuten parte central de Crisis y porvenir de la ciencia histoacuterica Al referirse a la va-loracioacuten que los historiadores del siglo xIx habiacutean hecho de obras como la Historia natural de las Indias exclusivamente como fuentes histoacutericas advierte

En teacuterminos generales cabe afirmar que los textos que pueden llamarse fuentes histoacutericas han recibido de nuestros historiadores un tratamiento ciertamente serio de criacutetica intensa pero orientado de una manera in-suficiente Se encuentra fundamentalmente una actitud de considerarlos como mdashpara usar una metaacutefora expresivamdash minas de doacutende extraer ciertos datos y noticias Lo menos que hoy puede decirse a este respecto es que es una posicioacuten absolutamente ineficaz si soacutelo fuera porque esos textos son tambieacuten susceptibles de la consideracioacuten como totalidades Ya no es posible ignorar que un libro un texto una fuente vienen a ser la respuesta de una voluntad la que a su vez descansa en una serie inde-finida de supuestos Es por esto que un libro dice mucho maacutes de lo que puede deducirse por medio de un anaacutelisis fragmentario3

Consecuencia de lo anterior mdashcontinuacutea OrsquoGormanmdash textos como el de Acosta fueron valorados baacutesicamente en teacuterminos ldquo[hellip]

3 Edmundo OrsquoGorman ldquoProacutelogordquo a Historia natural de las Indias Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1939 p x

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de la verdad objetiva y originalidad de los datos y noticias uacutenicos elementos considerados como valiososrdquo4 Otra importante aprecia-cioacuten acerca del valor de las lecturas como parte de un horizonte histoacuterico cultural es la que elaboroacute el historiador Irving Leonard en una obra (publicada originalmente en 1949) que constituye un im-portante antecedente de la historia de la lectura Al referirse a la li-teratura de ficcioacuten y su relacioacuten con las actitudes de los conquista-dores espantildeoles Leonard tratoacute de enfatizar los efectos posibles de una lectura que se emprende bajo ciertas circunstancias (y que bien podemos reconocer en otros tipos de obras y de lectores)

En los estudios de historia moderna no se sopesan en todo su valor las frecuentes y sutiles interacciones entre la literatura y los hechos hu-manos Los escritos de ficcioacuten no solamente son los registros subjetivos de la experiencia humana sino que a veces son los instigadores incons-cientes de las acciones del hombre al condicionar sus actitudes y re-acciones Los productos de la imaginacioacuten que a este respecto ejercie-ron mayor influencia en determinado tiempo y determinado lugar no son siempre las supremas creaciones del genio sino manifestaciones inferiores de la expresioacuten artiacutestica que por circunstancias especiales remueven las emociones de sus lectores de un modo maacutes profundo como resultado de esto suelen alterar el curso de la historia o modificar las costumbres y los usos de una eacutepoca5

Pensamiento y accioacuten

El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia tiacutetulo definitivo que Luis Villoro establecioacute para la segunda edicioacuten (publicada en 1967 catorce antildeos despueacutes de la primera) no podiacutea ser menos elocuente Lejos de los enfoques tradicionales que buscaban en el pensamiento poliacutetico de la Ilustracioacuten el corpus de ideas que habiacutea orientado el origen y el cauce de la independencia de Meacutexico Villoro emprendioacute un notable estudio de las transformaciones que en el curso de aquel

4 Ibidem p xII5 Irving Leonard Los libros del conquistador trad de Mario Monteforte Toledo

Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1953 p 9

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acontecimiento histoacuterico experimentaron las formas de pensar con-creto en relacioacuten con los grupos sociales es decir los cambios en la ideologiacutea de la revolucioacuten de independencia La interpretacioacuten histoacute-rica que emprendioacute el filoacutesofo mexicano situoacute en el centro de su anaacute-lisis el binomio que integran ideologiacutea y utopiacutea el cual desde media-dos del siglo xx cobroacute relevancia en el marco de los movimientos revolucionarios en el llamado tercer mundo y luego de las revueltas estudiantiles Ambos teacuterminos pusieron de manifiesto una eferves-cencia de la mentalidad utoacutepica que en muchas ocasiones se acompa-ntildeaba de una lucha contra las ideologiacuteas En forma paralela aquel binomio atrajo poderosamente la atencioacuten de las ciencias sociales y las humanidades haciendo comuacuten la referencia al estudio que sobre el tema en particular habiacutea emprendido Karl Mannheim

No estaacute nada claro el hecho de que el problema de la utopiacutea se haya visto estimulado gracias a Mannheim y sus consideraciones al res-pecto Pero no podemos negar que este concepto ganoacute por primera vez gracias a eacutel contornos maacutes precisos en tanto que categoriacutea heuriacutestica siendo aceptado en un campo teoacuterico-social relevante Aunque quizaacute tal campo el de la ldquosociologiacutea cientiacuteficardquo haya anulado maacutes que reflejado el problema de la utopiacutea6

Originalmente con el teacutermino ideologiacutea se designoacute el estudio de las facultades y las ideas que producen de ahiacute que los ideoacutelogos fue-ron al principio filoacutesofos que se ocuparon de la clasificacioacuten y el estu-dio de las ideas particularmente en Francia A raiacutez de la oposicioacuten de un grupo de ellos al emperador Napoleoacuten Bonaparte se comenzoacute a generalizar la referencia a los ideoacutelogos en una forma poliacuteticamente despectiva Por otra parte siguiendo las apreciaciones de Hegel en torno a la ideologiacutea como conciencia escindida en el pensamiento de Marx tomaraacute la forma de falsa conciencia que se caracteriza por ocul-tar o enmascarar la realidad econoacutemica y social En otro sentido al proyectar una sociologiacutea del saber Max Scheler sosteniacutea que el cono-cimiento podiacutea estudiarse no soacutelo en teacuterminos de sus contenidos sino

6 Arnhelm Neusuumls ldquoDificultades de una sociologiacutea del pensamiento utoacutepicordquo en Utopiacutea trad de Mariacutea Nolla Barcelona Barral Editores 1970 p 18 Entrecomillado del autor

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tambieacuten en su relacioacuten con una situacioacuten social e histoacuterica en cuya dimensioacuten se encontraban justamente las ideologiacuteas

Eacutestos son grosso modo los antecedentes en liacutenea directa de una obra cuya lectura tendraacute una funcioacuten articuladora en el meacutetodo que siguioacute Luis Villoro en su investigacioacuten sobre la revolucioacuten de inde-pendencia La obra a la que me refiero se publicoacute en 1936 y en 1941 aparecioacute la versioacuten en espantildeol bajo el tiacutetulo de Ideologiacutea y utopiacutea En palabras del filoacutesofo de origen huacutengaro7 el libro teniacutea el propoacutesito de ldquo[hellip] resolver el problema de coacutemo piensan los hombresrdquo pero no como se trata el pensamiento en los libros de loacutegica sino ldquoen la vida puacuteblica y en la poliacutetica como instrumento de accioacuten colectivardquo8

En 1925 Mannheim habiacutea publicado El problema de una sociologiacutea del saber que seguiacutea una liacutenea semejante a la de Max Scheler pero proponiendo ahora una sociologiacutea del conocimiento cuya tesis central es que existen formas de pensamiento que no pueden com-prenderse en tanto no se aclaren sus oriacutegenes sociales En Ideologiacutea y utopiacutea sentildealoacute la necesidad de captar el pensamiento en el marco de una situacioacuten histoacuterico-social pero sin olvidar que los modos de pensar concreto son inseparables de ldquola trama de la accioacuten colectivardquo Dicha relacioacuten permite distinguir la complejidad de cualquier situa-cioacuten pues en toda sociedad los grupos que la conforman ldquo[hellip] actuacutean unos contra otros [hellip] y al hacerlo piensan unos con otros y unos contra otrosrdquo9 Sus investigaciones sobre el estudio de la geacutenesis la estructura y la funcioacuten de las construcciones intelectuales en la dinaacute-mica social lo llevoacute a reconocer dos formas ideoloacutegicas (la ideologiacutea propiamente dicha y la utopiacutea) las cuales aunque semejantes entre siacute lograban una plena diferenciacioacuten en las situaciones de conflicto

7 Nacido en Budapest en 1893 Karl Mannheim habiacutea realizado estudios en filo-sofiacutea en la universidad de su ciudad natal En el contexto de la revolucioacuten huacutengara traboacute amistad con el destacado teoacuterico del marxismo Georg Lukaacutecs autor de la influ-yente Historia y conciencia de clase (1923) Luego se vio obligado a viajar a Alemania y en 1925 se incorporoacute a la Universidad de Frankfurt Tras el ascenso de Hitler al poder se trasladoacute a Inglaterra y desde 1933 hasta su muerte ocurrida en 1947 ensentildeoacute en la London School of Economics

8 Karl Mannheim Ideologiacutea y utopiacutea Introduccioacuten a la sociologiacutea del conocimiento 2a edicioacuten traduccioacuten de Salvador Echevarriacutea estudio preliminar de Louis Wirth Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1987 p 33

9 Ibidem p 36

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social El examen de la triada constituida por grupo social conflicto poliacutetico y situacioacuten de intereses derivoacute en el estudio de las ideologiacuteas no soacutelo como un conjunto de ideas sino fundamentalmente como la expresioacuten de una actitud histoacuterica (veacutease esquema 2) El anaacutelisis de la situacioacuten permitiraacute a Mannheim descubrir el proceso de las cons-trucciones del tiempo histoacuterico que lleva a cabo cada grupo social

La estructura interna de la mentalidad de un grupo nunca se podraacute comprender mejor que cuando nos esforzamos por comprender su concepto del tiempo a la luz de sus esperanzas de sus aspiraciones y de sus propoacutesitos Sobre la base de estos propoacutesitos y de estas espe-ranzas una mentalidad bien definida ordena no soacutelo los acontecimien-tos del futuro sino los del pasado Los acontecimientos que a primera vista se presentan como una mera acumulacioacuten cronoloacutegica adquie-ren el caraacutecter de un destino desde este punto de vista Los hechos escuetos se arreglan por siacute solos en perspectiva y los eacutenfasis del ldquosen-tidordquo se distribuyen y atribuyen a los acontecimientos individuales de acuerdo con las direcciones fundamentales en que lucha la personalidad En este ordenamiento significativo de los acontecimientos que es algo maacutes que un mero arreglo cronoloacutegico se podraacute descubrir el principio estructural del tiempo histoacuterico10

Las formas de pensar concreto mediante las cuales se expresa la actitud histoacuterica de un grupo social equivalen a una mentalidad histoacuterica y en funcioacuten del proceso del que resultan (interaccioacuten entre grupo social conflicto social y situacioacuten de intereses) se con-vierten en un elemento fundamental para estudiar la relacioacuten entre el pensamiento y la accioacuten en situaciones de conflicto En eacutestas las ideologiacuteas suelen asociarse a la intencioacuten de mantener una estaacutetica social mientras que las utopiacuteas se vinculan a una voluntad de trans-formacioacuten11

10 Ibidem p 246-247 Como se podraacute apreciar estaacute aquiacute la problematizacioacuten del tiempo histoacuterico y su relacioacuten con el proceso de significacioacuten y con las dimensiones del pasado y el futuro mismas que pensadores posteriores habraacuten de desarrollar con mayor amplitud El entrecomillado es del autor las cursivas son miacuteas

11 Como ha precisado Arnhelm Neusuumlss al revisar la obra de Mannheim la dife-rencia entre una y otra radica en la adecuacioacuten o no adecuacioacuten con la realidad y en la orientacioacuten temporal de la utopiacutea (un futuro que todaviacutea no es) ldquoiquestQueacute papel juega

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En El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia se observa con claridad la marca metodoloacutegica que le imprime la obra de Mann-heim Cierto que desde las primeras liacuteneas del proacutelogo a la prime-ra edicioacuten Villoro previene al lector con la mencioacuten de una evi-dencia que como tal muchas veces se omite ldquo[hellip] el objeto de la historiografiacutea es el hombrerdquo con lo cual subrayariacutea el caraacutecter hu-manista de la disciplina a condicioacuten de sustituir la imagen de ldquouna conciencia descarnadardquo por la del ldquohombre arrojado en el mundordquo12

pues en el contexto de esta concepcioacuten el concepto de utopiacutea Es comuacuten tanto para las ideologiacuteas como para las utopiacuteas el hecho de que tanto unas como otras son visiones de la realidad social determinadas posicionalmente y por lo tanto particulares En el sentido del concepto de ideologiacutea lsquototal y generalrsquo tambieacuten las formas de mentalidad utoacutepica son ideoloacutegicas Se diferencian en un sentido maacutes estricto de las ideologiacuteas uacutenicamente en su distinta lsquono adecuacioacuten con la realidad existentersquo No intentan como las ideologiacuteas calificar etapas pasadas de la realidad como auacuten existentes es decir no quedan a la zaga del presente sino que requieren lsquotrascenderrsquo la fase alcanzada sobre-pasarla intelectualmente y tambieacuten en lo posible praacutecticamente La diferencia existen-te entre las ideologiacuteas y las utopiacuteas estriba en la orientacioacuten temporal Ibidem p 19 Entrecomillados del autor

12 Luis Villoro El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia 2a edicioacuten Meacutexico Consejo Nacional para la Cultura y las Artes 1999 p 15

Esquema 2 Marco reFerencIal del estudIo de las Ideologiacuteas en K MannHeIM

Fuente Elaboracioacuten propia

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Expone luego una serie de consideraciones que transparentan sus viacutenculos intelectuales con el historicismo el existencialismo y el marxismo relativas sobre todo a la situacioacuten del hombre y el acon-tecer histoacuterico

El acontecer histoacuterico nada tiene que ver con el transcurrir natural se funda en el despliegue temporal de la existencia y no en la medida del tiempo del mundo Mas tampoco tiene que ver con los avatares de una conciencia descarnada su protagonista no es una entidad abstracta sino el hombre arrojado en el mundo El ldquolugarrdquo de lo humano en la historia no podraacute encontrarse fuera de los liacutemites que le sentildeala su si-tuacioacuten Cada individuo es inseparable del mundo de relaciones en que vive y que constituye un contexto comuacuten de referencias tejido por el trabajo y la convivencia El concepto de ldquoclaserdquo puede servirnos para sentildealar la circunscripcioacuten del mundo social vivido por cada hombre constituye un punto de referencia para ldquosituarrdquo nuestro objeto Por ende nuestro estudio se referiraacute ante todo a grupos humanos vinculados por un mundo vivido comuacuten y secundariamente a las individualidades que destaquen en su seno13

No es difiacutecil constatar que la situacioacuten se habiacutea convertido en una categoriacutea baacutesica en las filosofiacuteas de la existencia Kierkegaard sosteniacutea que el ser humano mdashen tanto que existentemdash aparece siem-pre en situacioacuten para Ortega y Gasset en su reclamo por ubicar al hombre en la realidad radical de la vida la situacioacuten es equivalente a la circunstancia algo semejante sucede con el ldquoestar-en-el-mundordquo de Heidegger Karl Jaspers por su parte tambieacuten enfatizoacute la misma e inseparable relacioacuten (ldquoyo como existencia estoy siempre en una determinada situacioacutenrdquo)14

Al trasladar la loacutegica de la geacutenesis de las ideologiacuteas al plano de la sociedad novohispana de finales del siglo xvIII y de la revolucioacuten de independencia Villoro construiraacute el escenario de una situacioacuten histoacuterica En eacutel los seres humanos integran grupos (clases) sociales cohesionados por un mundo vivido comuacuten (una experiencia social

13 Ibidem p 1514 Cfr Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea Barcelona Ariel 1994 v Iv

p 3313-3315

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vital que es semejante en todos los miembros de un grupo) del que se desprende un horizonte de posibilidades reales En ese mundo vivido comuacuten hay intereses y valores (econoacutemicos sociales morales) que condicionan una disposicioacuten a actuar La combinacioacuten de tales elementos a su vez forma el condicionante de una particular cons-truccioacuten del tiempo histoacuterico (veacutease esquema 3)

Esquema 3 loacutegIca del dInaMIsMo socIal

en el proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia

Fuente Elaboracioacuten propia

Este modelo de explicacioacuten mdashcabe recordarmdash se refiere a una situacioacuten de conflicto siempre sobre la base de una sociedad escin-dida en grupos En su anaacutelisis del momento previo a la revolucioacuten Villoro reconoce tres clases sociales diferenciadas indudablemente por criterios econoacutemicos y sociales No obstante y he aquiacute el que me parece uno de los aciertos maacutes importantes de su estudio la actua-cioacuten de esos actores colectivos en el escenario de la situacioacuten de conflicto se comprende no tanto por su posicioacuten econoacutemica como por su experiencia vital comuacuten y la actitud histoacuterica que asumen en funcioacuten de su valoracioacuten de la temporalidad (veacutease esquema 4)

La situacioacuten de la clase dominante (los peninsulares) y su actua-cioacuten se articulan por el mundo vivido comuacuten de una prosperidad ligada a los viacutenculos de dependencia de la metroacutepoli en ello radican sus intereses y sus valores En tanto que su experiencia vital es la prosperidad perciben a la patria como algo ya hecho y soacutelo se

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160 historia y meacutetodo en el siglo xx

requiere una adecuada administracioacuten es expresioacuten de una concep-cioacuten burocraacutetica (estaacutetica) de la sociedad El presente (que se vive) y el futuro (por vivir) no se pueden percibir maacutes que como una prolongacioacuten del pasado que es el origen y basamento del orden colonial lo que equivale a una preterizacioacuten del futuro Su actitud histoacuterica por tanto seraacute contrarrevolucionaria y se expresaraacute me-diante una ideologiacutea orientada a la conservacioacuten del orden colonial15

Seraacute en el siguiente sector el de la clase media ilustrada donde Villoro descubra una transformacioacuten ideoloacutegica que tiene como tras-

15 El sentido del tiempo histoacuterico de la clase dominante corresponde en Mannheim a la tercera forma de mentalidad utoacutepica (la idea conservadora) ldquoEl sentido del tiempo de ese modo de experiencia y de pensamiento es completamente opuesto al del libera-lismo En tanto que para eacuteste el futuro era todo y el pasado nada el modo de experi-mentar el tiempo del conservatismo halloacute la mejor corroboracioacuten de su sentido de la determinacioacuten histoacuterica en el descubrimiento de la importancia del pasado en el des-cubrimiento del tiempo como creador de valores El tiempo no existiacutea en forma alguna en la mentalidad quiliaacutestica y existioacute para el liberalismo soacutelo en cuanto era capaz de producir un progreso en el futuro Mannheim Ideologiacutea y utopiacuteahellip p 272

Fuente Elaboracioacuten propia

Esquema 4 actItud HIstoacuterIca de la clase doMInante

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161las lecturas y el meacutetodo

fondo un cambio en la percepcioacuten de la temporalidad particular-mente del pasado Esta clase se distingue por una experiencia vital en la que predomina la insatisfaccioacuten y por tanto emprenderaacute una negacioacuten del pasado inmediato (que casi se funde con el presente) y un intento por restaurar el pasado remoto es decir el origen del orden colonial Fray Servando Teresa de Mier manifestoacute esa aspira-cioacuten en el alegato histoacuterico juriacutedico que desplegoacute en el libro xIv de su poleacutemica Historia de la revolucioacuten de Nueva Espantildea Sosteniacutea la existencia de un pacto original que consignaba los derechos y pre-rrogativas de los americanos un pacto que los peninsulares habiacutean violentado de este modo si en el origen de la Nueva Espantildea estaban los fundamentos de una sociedad justa entonces habiacutea que restaurar ese pasado remoto Sin embargo advierte Villoro desatada la in-surgencia y al contacto con el pueblo se advierte en la clase media una transformacioacuten revolucionaria que implicaraacute la negacioacuten de la totalidad del pasado colonial16

A diferencia de la concepcioacuten burocraacutetica de los peninsulares para los americanos la patria seraacute algo que habiacutea que construir eran ahora portadores de una concepcioacuten utoacutepica (dinaacutemica) de la socie-dad En esta transformacioacuten la clase media asumiraacute una actitud his-toacuterica revolucionaria que tras la negacioacuten del pasado asimila una concepcioacuten utoacutepica de la sociedad Su actitud histoacuterica integra una fu-turizacioacuten del presente es decir las acciones del presente vivido tie-nen el propoacutesito de acercar un futuro deseable configurado a partir de las ideas de la teoriacutea poliacutetica del liberalismo (veacutease esquema 5)

El tercer grupo social es la clase trabajadora su mundo vivido comuacuten es la opresioacuten No tiene posibilidades de articular ideoloacutegi-camente una visioacuten y una valoracioacuten del pasado y del presente pro-pias y por tanto no puede llevar a cabo la proyeccioacuten de un futuro deseado Su actuacioacuten en el proceso histoacuterico se encaminaraacute a la

16 La valoracioacuten negativa del pasado corresponde en el estudio de Mannheim a la segunda forma de mentalidad utoacutepica (la idea liberal humanitaria) ldquoLa mentalidad nor-mativa liberal contiene tambieacuten esa diferenciacioacuten cualitativa de los acontecimientos his-toacutericos y ademaacutes soacutelo siente desprecio por considerarlo como un mal por todo lo que se ha vuelto parte del pasado o es parte del presente Aplaza la realizacioacuten de esas normas a un remoto futuro y [hellip] lo ve como surgiendo del proceso de devenir en el aquiacute y ahora surgiendo de los acontecimientos de la vida cotidianardquo Ibidem p 263 Cursivas del autor

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instauracioacuten del reino de la religioacuten y la igualdad sin margen para construir la imagen de una nueva sociedad Su actitud histoacuterica si acaso la hay es la de una entrega a la vivencia del instante sin re-ferencia a un pasado ni a un futuro (veacutease esquema 6) Su mejor referente es el de las rebeliones inspiradas en el milenarismo o qui-liasmo como el de Thomas Muumlnzer en el siglo xvI17

Tal es la situacioacuten histoacuterica en la que los protagonistas cuyo perfil trazoacute Villoro tratando de comprender la relacioacuten entre pen-samiento y accioacuten escenifican un drama que se desarrolla en el sentido de una serie de paradojas anunciadas en las primeras liacuteneas de la obra

17 Mannheim reconoce en el milenarismo la primera forma de mentalidad utoacutepica cuya principal caracteriacutestica es ldquo[hellip] su absoluta actualidad el hecho de que siempre se halla situada en el presente [hellip] Para el verdadero milenarista el presente se convierte en una brecha por la cual lo que antes era interior irrumpe de repente se aduentildea del mundo exterior y lo transforma [hellip] Tal vez esta misma sustancia extaacutetica sea la que se convierta en el milenarista en el lsquoaquiacute y ahora inmediatosrsquo pero no solamente para deleitarse en ellos sino para convertirlos en parte de siacute mismo [hellip] El milenarista espe-ra una unioacuten con un presente inmediato Por lo tanto no se preocupa en su vida coti-diana por vanas esperanzas del futuro o reminiscencias romaacutenticasrdquo Ibidem p 252-254 Entrecomillados del autor

Esquema 5 actItud HIstoacuterIca de la clase MedIa

Fuente Elaboracioacuten propia

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163las lecturas y el meacutetodo

Nos encontramos con que muchos de los precursores del movimien-to se transforman en sus aceacuterrimos enemigos en el instante mismo en que estalla con que no consuman la Independencia quienes la proclamaron sino sus antagonistas y por uacuteltimo que el mismo par-tido revolucionario ocasiona la peacuterdida de los consumadores de la independencia18

Sin embargo la resolucioacuten del conflicto no seraacute una paradoja cerrada sino abierta el proceso ideoloacutegico no concluye con la con-sumacioacuten de la independencia en realidad se prolongaraacute a lo largo de todo el siglo xIx y principios del xx En teacuterminos de la produc-cioacuten de formas de pensar concreto (ideoloacutegicas) el estudio de Villo-ro permite comprender tambieacuten la manera en que la expectativa de un futuro deseado una sociedad moderna basada en los principios poliacuteticos y econoacutemicos del liberalismo encauzoacute la interpretacioacuten de la historia de Meacutexico que a la postre seriacutea la hegemoacutenica

El proceso ideoloacutegico de la revolucioacuten de independencia es quizaacute la uacuteltima experiencia en la historiografiacutea mexicana del siglo xx pro-ducto del diaacutelogo directo de la historia con la filosofiacutea despliega la indagacioacuten de un proceso histoacuterico a la luz de la situacioacuten del hom-bre en el mundo cuya comprensioacuten en uacuteltima instancia debe ser el fin de la historiografiacutea

Aunque Villoro soacutelo cita en una ocasioacuten el trabajo de Mannheim la presencia de Ideologiacutea y utopiacutea en El proceso es innegable Pero su importancia no estaacute en ser una fuente de datos o de informacioacuten (el filoacutesofo de Budapest nada dice sobre el hecho histoacuterico en cuestioacuten

18 Villoro El proceso ideoloacutegicohellip p 19

Esquema 6 la vIvencIa del Presente de la clase trabajadora

Fuente Elaboracioacuten propia

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ni tampoco sobre criollos y peninsulares) y menos auacuten ofrece un cataacutelogo de unidades conceptuales Su lectura le permite a Villoro construir un eje de interpretacioacuten mediante un procedimiento para encontrar la relacioacuten entre la situacioacuten en el mundo de cada clase social su horizonte de posibilidades reales y su experiencia de la temporalidad Soacutelo asiacute las ideologiacuteas en juego durante el proceso de independencia dejan de ser un mero conjunto de ideas abstractas para convertirse en formas de expresioacuten de una actitud histoacuterica categoriacutea que permite articular el viacutenculo de pensamiento y accioacuten en el marco del meacutetodo histoacuterico filosoacutefico para la historia social e intelectual por el que pugnaba Mannheim

Tradicioacuten y modernidad

El segundo caso a analizar es una obra historiograacutefica que habriacutea de convertirse en un referente baacutesico del revisionismo de la Revolucioacuten mexicana Zapata y la Revolucioacuten mexicana es la derivacioacuten de la tesis doctoral que John Womack presentoacute en la Universidad de Harvard en 1965 Luego de un periodo de ampliaciones y correcciones el tex-to llegoacute a la prestigiada casa neoyorkina Alfred Knopf ahiacute el editor le sugirioacute a Womack proponerle a Arnaldo Orfila (entonces director de Siglo xxI Editores) la edicioacuten en espantildeol de Zapata and the Mexi-can Revolution La gestioacuten fue exitosa y las dos ediciones salieron con diferencia de meses entre 1968 y 1969

En Zapata y la Revolucioacuten mexicana Womack inauguroacute la narra-cioacuten con una figura retoacuterica que anuncia el despliegue de un drama configurado como una tragedia La conocida frase inicial ldquoEacuteste es un libro acerca de unos campesinos que no queriacutean cambiar y que por ello mismo hicieron una revolucioacutenrdquo19 es una paradoja que

19 John Womack Jr Zapata y la Revolucioacuten mexicana 9a edicioacuten traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Siglo XXI 1978 p xI En la edicioacuten en ingleacutes el verbo es move y no change (ldquoThis is a book about country people who did not want to move and therefore got into a revolutionrdquo) lo cual ha suscitado interpretaciones distintas Al respecto en una entrevista realizada por el historiador Marco Velaacutezquez Womack sentildealoacute ldquo[hellip] penseacute en la palabra lsquocambiarrsquo no como una insertacioacuten o remocioacuten sino maacutes bien entendida como un acto de no separacioacuten la palabra lsquocambiarrsquo es maacutes elegan-

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165las lecturas y el meacutetodo

contiene en siacute misma todo el relato lo sintetiza en una especie de matriz significante Los once capiacutetulos el proacutelogo y el epiacutelogo que integran el libro son el desdoblamiento de esa paradoja en distintos planos dando lugar a un juego de oposiciones en una dimensioacuten histoacuterico-antropoloacutegica Asiacute por ejemplo la eleccioacuten de Emiliano Za-pata como dirigente del pueblo (una especie de democracia natural) es el polo opuesto del proceso electoral que lleva a Pablo Escandoacuten a la gubernatura del estado (democracia formal) y el progreso de los hacendados es la antiacutetesis de la decadencia de los pueblos mdashcomo Anenecuilcomdash que se hallaban al borde del colapso

La destreza narrativa de Womack y la perspectiva desde la cual emprendioacute la minuciosa investigacioacuten produjeron una historia del zapatismo en la tonalidad de las expectativas y el imaginario social de algunos sectores de clase media en los antildeos sesenta y setenta La serie de antagonismos que integran la trama del relato tiene como eje interpretativo una oposicioacuten fundamental aquella que se genera entre tradicioacuten y modernidad No era eacuteste un tema novedoso desde deacutecadas anteriores veniacutea ganando terreno una visioacuten dicotoacutemica de la sociedad como objeto de estudio que se habiacutea forjado en la convergencia de distintas disciplinas y enfoques

Con la influencia de las corrientes socioloacutegicas [hellip] el auge del funcio-nalismo en sociologiacutea y antropologiacutea [hellip] el desarrollo de la antropo-logiacutea cultural norteamericana y sus aproximaciones psicoloacutegicas [hellip] y el predominio de las tesis gradualistas (incluido el marxismo y los raacutepidamente envejecidos desarrollismos) las corrientes teoacutericas de las ciencias sociales-antropoloacutegicas tendieron a polarizar la sociedad en dos extremos sagrado-secular tradicional-moderno folk-urbano siguiendo la liacutenea de base neoevolucionista en cuanto al pasaje de un polo al otro Pese a sus exageraciones y errores baacutesicos estas (nuevamente dicotoacutemicas) perspectivas proporcionaron algunas de las aportaciones teoacutericas y trabajos de campo maacutes fecundos no tanto

te en la traduccioacuten pero cuando la escribiacute originalmente tuve la idea de move como lsquocambiarrsquo reflejando una posicioacuten y no una accioacutenrdquo Cfr Marco Velaacutezquez ldquoEl tropos del heacuteroe traacutegico entre la historia y la literatura De Lev Tolstoacutei a John Womackrdquo Gra - f fylia Revista de la Facultad de Filosofiacutea y Letras Benemeacuterita Universidad Autoacutenoma de Puebla n 7 2007 p 107-118 p 112 Entrecomillados y cursivas del autor

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en siacute mismas como (y sobre todo) por las reacciones debates y discu-siones que generaron20

En el campo de las ciencias sociales de la academia estadouni-dense a partir de los antildeos treinta del siglo xx se desarrolloacute una liacutenea de investigacioacuten en torno a los efectos de la modernizacioacuten y los cambios tecnoloacutegicos en las sociedades primitivas la cual fue deri-vando en un enfoque que poniacutea eacutenfasis en la doble polaridad cam-po-ciudadtradicioacuten-modernidad Consecuencia relevante en los estudios realizados desde esa perspectiva fue el reconocimiento de la cultura ya no como una capa superpuesta a las estructuras eco-noacutemicas y sociales sino como un factor fundamental en el desarro-llo y el funcionamiento de los grupos sociales tanto rurales como urbanos

Uno de los pioneros y principales promotores de esa orientacioacuten en Estados Unidos fue Robert Redfield (1897-1958) Abogado de origen es probable que un viaje a Meacutexico a principios de los antildeos veinte y el contacto que establecioacute con Manuel Gamio lo hayan motivado para abandonar las leyes y regresar a la Universidad de Chicago para realizar estudios de posgrado en antropologiacutea Du-rante sus posteriores viajes a Tepoztlaacuten Morelos (1926) y luego a la zona maya de Yucataacuten y de Guatemala (en los antildeos treinta) re-unioacute suficiente material para dar forma a sus estudios sobre las alteraciones provocadas por la expansioacuten de los centros urbanos en las comunidades rurales21

Redfield estaba convencido de que el estudio de las sociedades folk (teacutermino que prefiere al de primitivas) permitiriacutea entender mejor tanto a la sociedad en general como a las sociedades urbanas moder-nas Al constatar que a pesar de diferencias visibles todas sociedades

20 Guillermo E Magrassi y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduccioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 26-27

21 En una obra publicada en 1953 Redfield expuso sus ideas en torno a las socie-dades primitivas en el marco de la ldquohistoria como el relato de una sola carrera la del geacutenero humanordquo En este aacutembito las alteraciones de la sociedad primitiva mdashsosteniacuteamdash estaban directamente vinculadas a la aparicioacuten de la civilizacioacuten a partir de la revolucioacuten neoliacutetica estudiada entre otros por el arqueoacutelogo australiano Gordon Childe El mundo de las sociedades primitivas y sus transformaciones traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1963

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folk presentan un conjunto baacutesico de caracteriacutesticas comunes procedioacute a la elaboracioacuten de un tipo o modelo a partir de elementos como la territorialidad la economiacutea los mecanismos de cohesioacuten social la homogeneidad racial y cultural la moral y la tradicioacuten

Modelo de socIedad folk de robert redFIeld22

Invariablemente se trata de sociedades pequentildeas no tienen maacutes integrantes que los que llegan a conocerse entre siacute

Aislamiento Son sociedades aisladas guardan pocos viacutenculos con grupos o miembros de sociedades distintas o extrantildeas rasgo que contrasta con la iacutentima comunicacioacuten que experimentan al interior

Movilidad territorial En general sus integrantes se desplazan soacutelo entre los liacutemites del estrecho territorio que habitan aun cuando algunos individuos van maacutes allaacute no suelen establecer una comu-nicacioacuten significativa con los otros

Predominio de la oralidad Dada la ausencia o poca penetracioacuten de la cultura impresa predomina la comunicacioacuten oral que no tiene competidor ni encuentra resistencias ldquoEl conocimiento de lo que ha pasado no va maacutes allaacute de lo que la memoria y la conversa-cioacuten entre joacutevenes y viejos es capaz de retener maacutes allaacute del lsquotiem-po de nuestros abuelosrsquo todo es vago y legendariordquo23

Experiencia por acumulacioacuten Ante la ausencia de mecanismos de intercambio cultural la experiencia estaacute en funcioacuten de la edad de los integrantes por tanto ldquo[hellip] los viejos que saben maacutes que los joacutevenes que no han vivido igual cantidad de tiempo que ellos gozan de autoridad y prestigiordquo24

Homogeneidad bioloacutegica y cultural Las semejanzas bioloacutegicas tienen su equivalente en que la forma de actuar y de pensar es igual para todos lo cual deja un estrecho margen incluso para el cambio generacional el resultado es una visible homogeneidad cultural y la permanencia de la tradicioacuten

22 Elaborado a partir de R Redfield ldquoLa sociedad folkrdquo en Introduccioacuten al folklorehellip p 37-64 (Con el tiacutetulo ldquoThe Folk Societyldquo el artiacuteculo de Redfield se publicoacute original-mente en American Journal of Sociology en 1947)

23 Ibidem p 4224 Ibidem p 43

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168 historia y meacutetodo en el siglo xx

Gran sentido de solidaridad de grupo La moral predominante el impulso a actuar (sobre todo al momento de enfrentar una crisis) se basa en fines que no estaacuten doctrinariamente enunciados sino que se hallan sobreentendidos en la accioacuten ldquo[hellip] lo que se hace en la sociedad folk tipo se hace asiacute no porque alguno o algunos de sus miembros lo decidan a un mismo tiempo [hellip] sino porque pa-rece lsquonecesariamentersquo derivarse de la naturaleza iacutentima de las co-sas y [hellip] no hay inclinacioacuten a reflexionar en los actos tradiciona-les y considerarlos objetiva y criacuteticamenterdquo25

Autosuficiencia de la tradicioacuten Al interior de una sociedad folk la conducta es tradicional espontaacutenea y escapa a la observacioacuten criacute-tica lo que hace de la tradicioacuten una autoridad suficiente

Conducta personal Tanto por la dimensioacuten de la sociedad folk como por la intercomunicacioacuten y el conocimiento de sus miembros entre siacute la estructura de las asociaciones mentales es predominan-temente personal y emocional incluso la naturaleza suele ser objeto de un trato personal

Predominio del parentesco y la religiosidad Las relaciones inter-personales se articulan no por valores de cambio (econoacutemicos) sino en funcioacuten del parentesco y la religiosidad

Economiacutea de autoconsumo La ausencia de factores del mercado la escasa divisioacuten del trabajo y su relativa autonomiacutea econoacutemica configuran una economiacutea premoderna

Aunque en ocasiones el teacutermino ldquoprimitivasrdquo aparece como si-noacutenimo de folk cabe sentildealar que Redfield no hace referencia a socie-dades ya desaparecidas sino a una forma de sociedad que coexiste con las sociedades urbanas o modernas una coexistencia que toma la forma de la oposicioacuten campo-ciudad Praacutecticamente todas las ca-racteriacutesticas que integran el modelo de sociedad folk constituyen lo opuesto de la sociedad moderna (urbana) en la que predominan el individualismo una progresiva secularizacioacuten de la vida social la economiacutea de mercado la movilidad territorial la intercomuni-cacioacuten con lo diferente (entre otras cosas por medio de la comu-nicacioacuten escrita) una conducta que obedece a principios expliacutecitos

25 Ibidem p 48 Ello no significa advierte el autor que sus miembros actuacuteen como autoacutematas

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169las lecturas y el meacutetodo

dictados por una institucioacuten la interdependencia econoacutemica el de-bilitamiento de los lazos de parentesco y de la tradicioacuten como auto-ridad y la diversidad bioloacutegica y cultural26

Ubicado entre dos extremos cronoloacutegicos (el crecimiento de las haciendas azucareras durante el Porfiriato y la inestabilidad poliacutetica en Morelos al final de la Revolucioacuten) el drama central del relato de Womack se localiza en los once antildeos de lucha violenta durante los cuales los campesinos de aquella regioacuten vivieron los avatares de una revolucioacuten unas veces dominando su territorio otras como refugia-dos y de ldquo[hellip] coacutemo finalmente volvioacute la paz y de coacutemo entonces los tratoacute el destinordquo27

Como sentildealeacute antes el nuacutecleo del drama histoacuterico estaacute en el an-tagonismo entre tradicioacuten y modernidad en varios niveles (veacutease es-quema 7) El primero de ellos corresponde a una voluntad de no que-rer cambiar y el escenario de una revolucioacuten irremediablemente asociada al cambio Un segundo nivel de antagonismo es el que se expresa en teacuterminos de los agentes histoacutericos que participan en el con-flicto los pueblos (tradicioacuten) y las haciendas (modernidad) En las distintas etapas de la lucha armada las acciones de los campesinos de Morelos levantados en armas responderaacuten puntualmente a las carac-teriacutesticas con las que Redfield construyoacute su modelo de la sociedad folk

En el curso del proceso revolucionario los pueblos de Morelos no dejaraacuten de expresar ya sea en sus aspiraciones en sus formas de organizacioacuten o en sus estrategias de lucha los rasgos propios de una sociedad folk De hecho su incorporacioacuten a la revolucioacuten es maacutes el producto de una dinaacutemica interna o local que respuesta a un pro-blema de poliacutetica nacional Es esa dinaacutemica interna la vida de los pueblos la que se ve alterada por un elemento que viene de fuera (la modernizacioacuten) Su forma de actuar corresponde a un naturalis-mo que lo mismo se expresa en los mecanismos de toma de decisio-nes que en la manera de trazar el deslinde de tierras (Zapata repren-de a los ingenieros agroacutenomos que pretenden trazar liacuteneas rectas y

26 Una aguda criacutetica de los modelos de sociedad rural y sociedad urbana de Redfield se encuentra en George M Foster ldquoQueacute es la cultura folkrdquo en Introduccioacuten al folklorehellip p 65-75

27 Womack Zapata y la Revolucioacuten mexicana p xII

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170 historia y meacutetodo en el siglo xx

Esquema 7 tradIcIoacuten y ModernIdad coMo eje

de la InterPretacIoacuten HIstoacuterIca en Zapata y la revolucioacuten mexicana

Fuente Elaboracioacuten propia

les ordena que sigan el lindero que marca el tecorral) Su indisposi-cioacuten para emprender acciones fuera del territorio que les es familiar o la desconfianza que muestran hacia la gente que viene de fuera denotan su profundo localismo Y maacutes que nada los distingue de otros grupos revolucionarios su apego a una tradicioacuten que ante todo delimita una manera de vivir comunidades pequentildeas en don-de los viacutenculos de parentesco son fuertes y se mantiene una relacioacuten estrecha casi personal y emocional con la tierra donde todos se conocen y todos son semejantes donde vivieron sus padres y sus abuelos (veacutease esquema 8)

Naturalismo localismo tradicionalismo son en el relato de Wo-mack los elementos que constituyen su autenticidad como faccioacuten revolucionaria no hay en ellos simulacioacuten poliacutetica ni subordinacioacuten a ideas o proyectos ajenos la moral que orienta sus acciones es la

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171las lecturas y el meacutetodo

misma que informa su vida cotidiana En esos elementos radica su fuerza pero tambieacuten su debilidad ante los otros aquellos que orga-nizan ejeacutercitos regulares que pueden desplazarse miles de kiloacutemetros para presentar un combate que pueden vivir en las ciudades Los otros en fin que actuacutean de acuerdo con una racionalidad moderna

Finalmente la oposicioacuten entre la voluntad de no querer cambiar y hacer una revolucioacuten se resuelve en el caso del zapatismo en una de las formas posibles de revolucioacuten un movimiento que pretende restaurar un pasado deseable armoacutenico que en alguacuten momento fue violentado por una fuerza ajena la modernidad

Conclusiones

Sin duda por su cercaniacutea cronoloacutegica las obras aquiacute analizadas tie-nen maacutes de una coincidencia ya sea por su intereacutes en los procesos revolucionarios o por la oposicioacuten de contrarios que se convierte en el eje de sus interpretaciones del pasado (ideologiacutea y utopiacutea tradicioacuten y modernidad) Pero al margen de esas coincidencias me interesa

Esquema 8 tradIcIoacuten y ModernIdad en la loacutegIca revolucIonarIa

Fuente Elaboracioacuten propia

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destacar el papel que en esas obras tuvieron las lecturas previas No se trata de encontrar ese extrantildeo fenoacutemeno al que se suele referir como ldquoinfluenciasrdquo de un autor en otro sino de advertir una actitud dialoacutegica mediante la cual un texto se convierte en un entramado de textos Sin duda tanto en El proceso ideoloacutegicohellip como en Zapata y la Revolucioacuten mexicana hay otras lecturas previas en este estudio he querido destacar la importancia de las ideas de Mannheim y de Redfield en el procedimiento explicativo que siguieron tanto Villo-ro como Womack en la construccioacuten de sus respectivos objetos de estudio (situaciones de conflicto) y de los actores histoacutericos inclu-yendo la loacutegica de sus modos de actuar

Este ejercicio de una especie de arqueologiacutea historiograacutefica ha despertado otras tantas inquietudes iquestEn queacute momento y de queacute ma-nera un historiador comienza a disentildear el meacutetodo de su investigacioacuten El disentildeo del meacutetodo y el inicio de la investigacioacuten iquestcorresponden a dos momentos distintos tal como a menudo se ensentildea a los estudian-tes de historia Todo parece indicar que la elaboracioacuten del meacutetodo no antecede a la investigacioacuten es parte de ella Por tanto iquesthay un punto cero en la investigacioacuten Podriacutea argumentarse que toda investigacioacuten comienza con la formulacioacuten de una pregunta y que a partir de en-tonces se procede a concebir un procedimiento para llegar a la res-puesta correcta Pero la pregunta que formula el historiador es la expresioacuten de un no saber relativo que se configura a partir del cuacutemu-lo de sus experiencias vitales sus percepciones de la temporalidad su formacioacuten y en buena medida de las lecturas que han orienta-do su visioacuten del mundo social y el modelo de su explicacioacuten En este sentido quizaacute no existe nunca un punto cero sino una convergencia de variables circunstanciales que puede dar lugar al encadena-miento de una pregunta y la buacutesqueda de una respuesta

bIblIograFiacutea

cHIlde Gordon El mundo de las sociedades primitivas y sus transformaciones traduccioacuten de Francisco Gonzaacutelez A Meacutexico Fondo de Cultura Eco-noacutemica 1963

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173las lecturas y el meacutetodo

Ferrater Mora Joseacute Diccionario de filosofiacutea Barcelona Ariel 1994 v Iv

Foster George M ldquoQueacute es la cultura folkrdquo en Guillermo E Magrassi y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduccioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 65-75

leonard Irving Los libros del conquistador traduccioacuten de Mario Monte-forte Toledo Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1953

MacHado Antonio ldquoProverbios y cantares xxIxrdquo en Obras poesiacutea y prosa 2a edicioacuten Buenos Aires Losada 1973

MagrassI Guillermo E y Manuel Mariacutea Rocca (introd y selec) Introduc-cioacuten al folklore Buenos Aires Centro Editor de Ameacuterica Latina 1978 p 26-27

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Filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

El caso de Metahistoria de Hayden White (n 1928)

rebeca vIllalobos aacutelvarezUniversidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico

Facultad de Filosofiacutea y Letras

El lector tiene en sus manos una reflexioacuten en torno al viacutenculo mdashpro-blemaacutetico y aun asiacute renovadomdash entre teoriacutea y metodologiacutea histoacuteri-cas Aunque el desempentildeo de ambas tareas constituye en un senti-do muy elemental la puesta en marcha de un ejercicio de anaacutelisis y conceptualizacioacuten los objetivos implicados en la labor de un teoacuterico no siempre se corresponden con las intenciones de un metodoacutelogo o con las de cualquier profesional de las humanidades en la praacutecti-ca cotidiana de su disciplina La construccioacuten de una mirada teoacuterica respecto a la historia por su parte no necesariamente da lugar a la generacioacuten de una metodologiacutea concreta para la interpretacioacuten de un determinado fenoacutemeno del mismo modo en que la aplicacioacuten de un esquema metodoloacutegico cualquiera no presupone una filia-cioacuten de origen a una perspectiva teoacuterica o filosoacutefica en particular Aun asiacute parece inobjetable que desde la segunda mitad del siglo xx a la fecha el rigor en los procedimientos de investigacioacuten la expli-citacioacuten de conceptos y referencias teoacutericas la asimilacioacuten de otras perspectivas disciplinarias y la reivindicacioacuten de la reflexioacuten filosoacute-fica desempentildean un papel mucho maacutes significativo en el desarrollo de los estudios histoacutericos a nivel profesional Esta situacioacuten favore-ce una perspectiva menos empirista de la disciplina y una forma acaso menos ingenua de concebir las peculiaridades del conocimien-to que nos ofrece sobre el mundo En el contexto de la historiografiacutea contemporaacutenea el ejercicio habitual de reconstruccioacuten interpreta-cioacuten yo explicacioacuten del pasado involucra la creciente utilizacioacuten de referentes teoacutericos y el uso cada vez maacutes reflexivo de teacuterminos a los que se les atribuye cierta base conceptual (me refiero por ejemplo a las nociones de ldquoeacuteliterdquo ldquoprocesordquo ldquoideologiacuteardquo etceacutetera)

Ahora bien cabe destacar que la relacioacuten entre teoriacutea e historia no se limita a procedimientos de interpretacioacuten o anaacutelisis puntuales

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El tipo de reflexioacuten que se juzga teoacuterica tambieacuten involucra conside-raciones generales sobre la praacutectica historiograacutefica cuestiones que revelan su carga filosoacutefica cuando se traducen bajo la forma de pre-guntas fundamentales iquestcuaacutel es el sentido de la historia iquestcuaacutel es la naturaleza del conocimiento histoacuterico iquestcuaacutel es la relacioacuten de la historia con otras disciplinas etceacutetera Si bien es cierto que la tarea cotidiana del historiador no necesariamente involucra cuestiona-mientos expliacutecitos en ese sentido hemos aprendido a reconocer en la resolucioacuten de problemas concretos implicaciones teoacuterico-filosoacuteficas de maacutes largo aliento Esto ha permitido a su vez renovar la idea que tenemos acerca de la teoriacutea o la filosofiacutea de la historia como activida-des que no son ideacutenticas a la del historiador pero que muchas veces se encuentran estrechamente relacionadas con ella

Aun asiacute resulta riesgoso y en la mayoriacutea de los casos poco per-tinente la plena identificacioacuten entre una determinada teoriacutea de la historia y el seguimiento puntual de lineamientos metodoloacutegicos Esto se debe al menos en parte a que el uso de las expresiones teo-riacutea de la historia y filosofiacutea de la historia no se rige por criterios claros y mucho menos uniacutevocos Las acepciones de los teacuterminos simples (teoriacutea y filosofiacutea) suelen variar pero tambieacuten es cierto que en mu-chas ocasiones suelen utilizarse como sinoacutenimos Cuando entende-mos por filosofiacutea simple y llanamente un ldquoconjunto de saberes que busca establecer de manera racional los principios maacutes generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidadrdquo la equi-paracioacuten con una acepcioacuten igualmente simple de teoriacutea es perfecta-mente posible1 El pensamiento de Karl Marx por citar otro ejemplo significativo pero maacutes puntual se ha caracterizado apelando a am-bos vocablos Tampoco resulta inusual referirse a la filosofiacutea de la historia implicada en obras historiograacuteficas complejas como Histo-ria de los papas de Leopold von Ranke o La democracia en Ameacuterica de Alexis de Tocqueville Un caso tambieacuten interesante es el anaacutelisis que se ha hecho de los componentes teoacuterico-filosoacuteficos involucrados en

1 La definicioacuten de filosofiacutea es del Diccionario de la lengua espantildeola 22a edicioacuten Ma-drid Real Academia Espantildeola 2001 (versioacuten electroacutenica) y puede compararse con ca-racterizaciones simples de teoriacutea como ldquoconjunto sistemaacutetico y ordenado de principios que explican un fenoacutemeno o un acontecimientordquo

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177filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

la produccioacuten historiograacutefica de toda la corriente de Annales2 Todos estos ejemplos revelan viacutenculos estrechos entre teoriacutea filosofiacutea e historia En algunos casos (Ranke) la relacioacuten exhibe la preeminen-cia de una visioacuten filosoacutefica sobre el sentido del devenir humano que imprime cualidades especiacuteficas a la interpretacioacuten de fenoacutemenos histoacutericos concretos En otros (Braudel por ejemplo) el viacutenculo su-pone la conceptualizacioacuten de un modelo de explicacioacuten (la teoriacutea de la corta mediana y larga duracioacuten) en el anaacutelisis de problemaacuteticas histoacutericas Ahora bien cabe destacar que el reconocimiento de seme-jantes convergencias no facilita la definicioacuten acotada y puntual de lo que entendemos por teoriacutea o filosofiacutea de la historia Pero reflexio-nar sobre ello siacute nos permite identificar los diferentes niveles en que el lenguaje teoacuterico y las perspectivas filosoacuteficas se involucran en la labor del historiador

El presente trabajo se encamina en esa direccioacuten Su objetivo es mostrar que teoriacutea o filosofiacutea de la historia son nombres que utiliza-mos (a veces de manera indistinta) para referir una amplia e intere-sante gama de concepciones generales sobre la realidad humana el conocimiento histoacuterico yo sus procedimientos de interpretacioacuten y anaacutelisis Desde mi punto de vista un buen camino para entender la naturaleza de los viacutenculos entre teoriacutea y metodologiacutea es consideran-do el lenguaje conceptual en uacuteltima instancia filosoacutefico como una herramienta que funciona en distintos contextos y en diferentes ni-veles muchas veces conectados pero no necesariamente correspon-dientes Para ejemplificar lo anterior he considerado oportuno eva-luar los diversos usos del lenguaje filosoacutefico o conceptual asiacute como sus implicaciones teoacuterico-metodoloacutegicas en una obra en particular

Metahistoria de Hayden White que vio la luz en 1973 constitu-ye un referente indiscutible del narrativismo una de las corrientes maacutes importantes de la teoriacutea histoacuterica contemporaacutenea3 Al mismo tiempo se ha convertido hay que decir que no siempre con eacutexito en una suerte de paraacutemetro o guiacutea en funcioacuten del cual se analizan

2 Paul Ricoeur La memoria la historia el olvido Madrid Trotta 2003 particular-mente en la segunda parte de la obra titulada ldquoHistoriaEpistemologiacuteardquo p 177-376

3 Hayden White Metahistoria La imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix Meacute-xico Fondo de Cultura Econoacutemica 1992

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178 historia y meacutetodo en el siglo xx

obras histoacutericas teniendo como base precisamente ciertos criterios metodoloacutegicos sobre el anaacutelisis del texto historiograacutefico desde el punto de vista literario A la luz de estas consideraciones el propoacute-sito de las siguientes liacuteneas es analizar algunas de las peculiaridades de Metahistoria en estos dos sentidos mdashuno eminentemente teoacuterico o filosoacutefico y otro metodoloacutegicomdash con la finalidad de evaluar los distintos planos de accioacuten de la actividad teoreacutetica Pero antes de entrar en materia juzgo necesario aclarar lo que se entiende aquiacute por lenguaje teoacuterico o conceptual Por esta razoacuten el presente trabajo se compone de dos secciones En la primera se ofrece un panorama general de los distintos usos que suelen darse al teacutermino teoriacutea y por extensioacuten al de teoriacutea de la historia mientras que en la segunda se aterrizan estas reflexiones en funcioacuten de lo que al diacutea de hoy Metahis-toria ha llegado a significar en el campo de la filosofiacutea y la teoriacutea de la historia contemporaacuteneas Pasemos pues a la primera consideracioacuten

Sobre la teoriacutea en general y la teoriacutea de la historia en particular

En los uacuteltimos veinte antildeos y tal vez desde antes las diversas refe-rencias a la teoriacutea de la historia se han hecho maacutes frecuentes y en algunos casos incluso se ha formalizado el uso del teacutermino a traveacutes de diversos programas y lineamientos acadeacutemicos que hacen posi-ble juzgarla como una materia pertinente en la praacutectica historiograacute-fica reciente Asimismo el conjunto a todas luces creciente de obras y artiacuteculos que la tienen como su materia principal de estudio da fe de la emergencia de la teoriacutea de la historia como una subespecialidad reconocida y hasta cierto punto habitual en el campo maacutes general de la disciplina histoacuterica En consonancia con este fenoacutemeno cabe preguntarse queacute entendemos en la actualidad por teoriacutea de la historia y cuaacuteles son sus formas de interaccioacuten con otras aacutereas modalidades o perspectivas de los estudios histoacutericos

Como suele ocurrir con otros campos de especializacioacuten (histo-ria cultural historia conceptual historia poliacutetica historia de geacutenero etceacutetera) el desarrollo de la praacutectica en siacute mismo ha superado am-pliamente nuestra capacidad para establecer consensos y liacutemites claros en cuanto a la naturaleza la importancia y el significado de

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este tipo de investigacioacuten siendo uno de los resultados de este fe-noacutemeno la dificultad para identificar una matriz comuacuten dentro del vasto y heterogeacuteneo universo de las obras relativas a la teoriacutea de la historia asiacute como una suerte de usos o aplicaciones muchas veces indiscriminados o incluso confusos del teacutermino ldquoteoriacuteardquo En virtud de lo anterior considero no soacutelo pertinente sino necesario comen-zar esta discusioacuten sentildealando cuaacuteles son desde mi punto de vista las implicaciones baacutesicas que supone la utilizacioacuten de este vocablo y por extensioacuten del de ldquoteoriacutea de la historiardquo Una vez hecho esto creo que estareacute en condiciones de mostrar el viacutenculo manifiesto entre una concepcioacuten teoacuterica sobre la historia y una o varias perspectivas metodoloacutegicas posibles

Resulta pertinente o al menos didaacutectico hacer alusioacuten a los sig-nificados comunes del teacutermino en su modalidad maacutes simple Una raacutepida mirada a los diccionarios ofrece por lo regular una definicioacuten de ldquoteoriacuteardquo compuesta por dos significados distintos pero muy re-lacionados entre siacute En el primer caso y en estrecho viacutenculo con sus raiacuteces griegas maacutes antiguas ldquoteoriacuteardquo significa la actividad de mirar desinteresadamente esto es sin tomar participacioacuten en aquello que se observa De ello resulta la conceptualizacioacuten de ldquoteoriacuteardquo como acto mental o intelectual cuyo propoacutesito geneacuterico es concebir idear o incluso inventar4 En el segundo caso muy frecuente tanto en los diccionarios de lengua como en los especializados los significados del vocablo hacen alusioacuten a una serie o conjunto organizado de ideas leyes o hipoacutetesis sobre cualquier cosa o tema5 Es en este segundo

4 ldquoEl verbo griego θεωρία significa lsquomirarrsquo lsquoobservarrsquo (lo que haciacutea el espectador en los juegos y festivales puacuteblicos) Este espectador no interveniacutea en tales juegos y fes-tivales su actividad era lsquoteoacutericarsquo [hellip] Cuando el mirar ver u observar se entendiacutean lsquomentalmentersquo significaba lsquoconsiderarrsquo o lsquocontemplarrsquo rdquo De ahiacute en suma la identificacioacuten del teacutermino con una actividad esencialmente especulativa o de contemplacioacuten que es la que habitualmente se considera cuando el teacutermino es referido en un sentido eminente-mente filosoacutefico Veacutease Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea 4 v Barcelona Ariel 2009 p 3474-3475

5 ldquoConjunto organizado de ideas referentes a cierta cosa o que tratan de explicar un fenoacutemenordquo Mariacutea Moliner Diccionario de uso del espantildeol Madrid Gredos 2007 p 2851 Otras acepciones comunes en los diccionarios de lengua claramente relacionadas con la anterior refieren el teacutermino lsquoteoriacutearsquo como 1) ldquoConocimiento especulativo conside-rado con independencia de toda aplicacioacutenrdquo 2) ldquoSerie de las leyes que sirven para

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180 historia y meacutetodo en el siglo xx

sentido que el teacutermino resulta perfectamente concordante con la produccioacuten de conocimiento cientiacutefico y la razoacuten por la cual las vo-ces ldquoteoriacuteardquo y ldquoteoriacutea cientiacuteficardquo tienden a convertirse en sinoacutenimos Desde la perspectiva de la filosofiacutea de las ciencias la teoriacutea consti-tuye un ldquoconocimiento especulativo considerado con independencia de toda aplicacioacutenrdquo6 En este contexto el uso del teacutermino involucra la construccioacuten de modelos explicativos o conjuntos de premisas que con mayor o menor efectividad permiten interpretar o descri-bir condiciones dadas esto es observadas directamente En cual-quiera de los casos antes mencionados la actividad teoreacutetica se in-serta en el campo de la epistemologiacutea constituyendo de ese modo la herramienta esencial del pensamiento filosoacutefico7

Las definiciones maacutes complejas del teacutermino por su parte suelen vincular los dos sentidos baacutesicos que he referido haciendo posible su interpretacioacuten conjunta como el acto de mirar reflexivamente con la finalidad de organizar y articular ideas en funcioacuten de sistemas y modelos abstractos Concebido de esta manera el conocimiento teoacute-rico aun cuando se juzga de naturaleza eminentemente conceptual y abstracta8 no parece destinado a quedarse en el aacutembito de la especulacioacuten Tal vez eacuteste sea el motivo por el que nos resulta tan habitual relacionar los teacuterminos teoriacutea y praacutectica y no por ejemplo

relacionar determinado orden de fenoacutemenosrdquo 3) ldquoHipoacutetesis cuyas consecuencias se aplican a toda una ciencia o a parte muy importante de ellardquo Veacutease Diccionario de la lengua espantildeola

6 Diccionario de la lengua espantildeola7 ldquoA scientific theory is an attempt to bind together in a systematic fashion the

knowledge that one has of some particular aspect of the world of experience The aim is to achieve some form of understanding where is usually cashed out as explanatory power and predictive fertilityrdquo The Oxford Companion to Philosophy 2a edicioacuten edicioacuten de Ted Honderich Nueva York Oxford University Press 2005 p 914 Para Joseacute Ferrater Mora ldquola nocioacuten de teoriacutea se halla implicada en casi todos los problemas que se suscitan en epistemologiacutea y en particular en filosofiacutea de la cienciardquo y aun cuando el autor consi-dere que precisamente a eso se debe la dificultad para precisar el sentido del teacutermino resulta inobjetable su estrecho viacutenculo con las preocupaciones de caraacutecter cognitivo Joseacute Ferrater Mora Diccionario de filosofiacutea

8 ldquoEl conocimiento humano es teoreacutetico seguacuten su forma en tanto tiene caraacutecter general y seguacuten su contenido en tanto trasciende lo dado en cada casordquo Hermann Krings Hans Michael Baumgartner Christoph Wild et al Conceptos fundamentales de filosofiacutea 4 v Barcelona Herder 1979 p 484-485

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181filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

los de filosofiacutea y praacutectica Algo en la forma en que conceptualizamos la palabra teoriacutea y el acto en siacute de teorizar hace no soacutelo liacutecito sino deseable el viacutenculo entre el conocimiento que se guiacutea por generali-dades y abstracciones y el acto de observar fenoacutemenos individuales yo concretos9

Por su parte la definicioacuten del teacutermino compuesto ldquoteoriacutea de la historiardquo supone algunas de las connotaciones presentes en el voca-blo simple aunque tambieacuten un mayor grado de ambivalencia y has-ta de ambiguumledad Las dificultades provienen creo yo fundamen-talmente del segundo teacutermino en accioacuten el de ldquohistoriardquo Como todos sabemos esta palabra es altamente poliseacutemica y su uso fre-cuente da lugar no soacutelo a ambiguumledades sino a francas confusiones ldquoHistoriardquo puede implicar por lo menos tres cosas 1) el acontecer en siacute 2) los escritos sobre lo acontecido y 3) la ciencia encargada de explicar yo interpretar el devenir10 Reduzco voluntariamente la gama de significados por motivos didaacutecticos y expositivos pero tambieacuten para evidenciar el hecho de que la expresioacuten ldquoteoriacutea de la historiardquo puede operar por lo menos en los tres niveles antes mencionados De este modo una determinada teoriacutea de la historia puede definirse como 1) un modelo de naturaleza conceptual y abstracta cuya finalidad es la explicacioacuten del acontecer (la teoriacutea marxista de los modos de produccioacuten y las clases sociales por ejemplo) 2) como un conjunto de lineamientos que permite explicar el funcionamiento del lenguaje historiograacutefico como tal y finalmente 3) como el acto de reflexionar u observar el funcionamiento de las

9 Las consideraciones maacutes generales sobre el teacutermino tienden a enfatizar el caraacutec-ter abstracto y especulativo de la actividad teoreacutetica sin embargo existe tambieacuten la necesidad de matizar semejante perspectiva en virtud del ejercicio teoacuterico que se ejer-ce en el contexto de diversos campos disciplinarios En consecuencia la nocioacuten de teoriacutea en tanto que sistema o modelo se relativiza subrayando el aspecto observacional o empiacuterico que involucra el anaacutelisis de fenoacutemenos concretos En este sentido el pen-samiento teoacuterico constituye ya no un ejercicio exclusivo de la filosofiacutea de la ciencia (que puede abstraerse de la praacutectica cientiacutefica como tal) sino un referente teoacuterico-metodoloacutegico para el estudio de fenoacutemenos observables Veacutease The Oxford Companion to Philosophy

10 Una reflexioacuten precisa de esta problemaacutetica se encuentra en J Huizinga ldquoEn tor-no a una definicioacuten del concepto de historiardquo en El concepto de la historia y otros ensayos Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1994 p 86-97

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182 historia y meacutetodo en el siglo xx

operaciones mentales e intelectuales que tienen por objeto la pro-duccioacuten de conocimiento cientiacutefico

Ahora bien maacutes allaacute de los ejercicios de definicioacuten terminoloacutegi-ca o conceptual o precisamente a raiacutez de las dificultades que seme-jante revisioacuten arroja es preciso tomar en cuenta aunque sea de modo general algunas nociones ya no sobre el teacutermino en siacute mismo sino sobre la actividad o el tipo de estudios que como dije antes se rea-lizan bajo el auspicio de ese vocablo

La referencia maacutes temprana que conozco del teacutermino ldquoteoriacutea de la historiardquo al menos en un sentido maacutes proacuteximo a la praacutectica de los estudios contemporaacuteneos en la materia se encuentra en un artiacuteculo de Benedetto Croce publicado en la Revista de Siacutentesis Histoacuterica en 1902 (Revue de Synthegravese Historique Pariacutes 1902) con el tiacutetulo ldquoLos estu-dios relativos a la teoriacutea de la historia en Italia durante los uacuteltimos quince antildeosrdquo Ahiacute el autor define la teoriacutea de la historia como la reflexioacuten en torno a los criterios a traveacutes de los cuales los historia-dores han dado forma unidad y contenido a sus narrativas siendo en uacuteltima instancia la esteacutetica (que Croce concibe en teacuterminos de una loacutegica de las intuiciones) el uacutenico criterio liacutecito para semejante actividad teoreacutetica11

Sin embargo la teoriacutea de la historia concebida ldquodentro de los confines del arterdquo no tuvo un impacto significativo en las deacutecadas subsecuentes a la publicacioacuten del artiacuteculo de Croce ni siquiera en el terreno del historicismo filosoacutefico por otro lado tan vinculado con el pensamiento del autor napolitano Por lo que he alcanzado a observar el uso del teacutermino mismo no resulta habitual sino hasta 1960 antildeo en que se inaugura la publicacioacuten de la que sea probable-mente la primera revista especializada en la materia History and Theory12 Las deacutecadas anteriores a esta publicacioacuten reflejan un intereacutes

11 Citado en Hayden White ldquoWhat Is Living and What Is Dead in Crocersquos Criticism of Vicordquo en Tropics of Discourse Essays in Cultural Criticism Baltimore Johns Hopkins Paperbacks edition 1985 p 218-229 p 221

12 History and Theory ha logrado congregar los nombres y en general las problemaacute-ticas maacutes relevantes en el terreno de la reflexioacuten teoacuterica desde 1960 hasta la fecha En su primer nuacutemero publicoacute artiacuteculos de Isaiah Berlin ldquoHistory and Theory The Concept of Scientific Historyrdquo William Dray ldquoToynbeersquos Search for Historical Lawsrdquo Arthur Lee Burns ldquoInternational Theory and Historical Explanationrdquo y Gerald J Gruman

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183filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

ciertamente creciente por el estudio teoacuterico y filosoacutefico sobre la his-toria pero la literatura sobre el tema suele privilegiar la expresioacuten ldquofilosofiacutea de la historiardquo antes que la de ldquoteoriacutea de la historiardquo El problema a lo largo de la primera deacutecada del siglo xx es la identi-ficacioacuten de los sistemas filosoacutefico-especulativos de Hegel Comte o Marx bajo el teacutermino ldquofilosofiacuteas de la historiardquo razoacuten por la cual un nutrido grupo de intelectuales de todas las filiaciones tendieron a establecer una distancia entre la llamada filosofiacutea especulativa o sustantiva sobre la historia y la ahora denominada filosofiacutea analiacutetica de la historia

A partir de los antildeos cuarenta y de manera mucho maacutes decidida en la deacutecada de los cincuenta esta segunda acepcioacuten comenzoacute a circular gracias a la controversia suscitada por el artiacuteculo de Carl Hempel ldquoLa funcioacuten de las leyes generales en la historiardquo (1942) La poleacutemica conocida bajo el nombre de Debate Anglosajoacuten13 se dio fundamentalmente en el aacutembito de habla inglesa y participaron en ella esencialmente filoacutesofos deudores de la corriente analiacutetica pre-ocupados por estudiar los fundamentos cognitivos de la investiga-cioacuten histoacuterica y sus procedimientos explicativos Una de las conse-cuencias de este debate fue la necesidad de definir la actividad filosoacutefica en torno a la historia como una labor de reflexioacuten y anaacuteli-sis sobre el conocimiento histoacuterico y no sobre la realidad o el acon-tecer histoacuterico en siacute En este contexto el teoacuterico no ldquousurpardquo por decirlo asiacute la labor del historiador no pretende imitarlo ni emularlo sino simplemente indagar en torno a la validez de sus afirmaciones

ldquo lsquoBalancersquo and lsquoExcessrsquo as Gibbonrsquos Explanation of the Decline and Fallrdquo La revisioacuten de estos materiales sugiere un uso ya frecuente del teacutermino asiacute como la asimilacioacuten de al-gunas controversias que ya veniacutean mostrando la emergencia de un campo de estudio particular cultivado tanto por filoacutesofos de distintas procedencias como por algunos historiadores History and Theory v 1 n 1 1960

13 La controversia ha sido referida en diversos espacios y en algunos casos definida como el primer espacio de reflexioacuten teoacuterica sobre la historia que no estaba determinado por las filosofiacuteas de corte idealista Veacutease Patrick Gardiner (ed) Theories of History Nueva York The Free Press 1959 De W H Walsh Introduccioacuten a la filosofiacutea de la historia Meacutexico Siglo XXI Editores 1970 La primera edicioacuten de habla inglesa aparecioacute en 1960 Arthur Danto Analythical Philosophy of History Londres Cambridge University Press 1965 History and Theory Beiheft 25 Knowin And Telling History The Anglo-Saxon Debate edicioacuten de F Ankersmit Middletown Wesleyan University 1986

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explicaciones yo interpretaciones sobre el pasado A partir de este momento la filosofiacutea de la historia comenzoacute a entenderse como una praacutectica esencialmente analiacutetica una suerte de teoriacutea o teorizacioacuten susceptible de expresarse en conjuntos de premisas e incluso de linea-mientos y preceptivas loacutegicamente organizados en torno a lo que se juzgaba en uacuteltima instancia como una disciplina cientiacutefica

A partir de los antildeos sesenta la expresioacuten ldquoteoriacutea de la historiardquo fue adquiriendo mayor preponderancia y esto ocurrioacute al menos en un inicio en clara correspondencia con las inquietudes expresadas en el Debate Anglosajoacuten El uso recurrente de ese teacutermino concuer-da con la tambieacuten creciente acuntildeacioacuten de las expresiones ldquofilosofiacutea criacuteticardquo y ldquofilosofiacutea analiacuteticardquo de la historia casos en que la caracte-rizacioacuten de una teoriacutea de la historia tambieacuten supone un tipo de ac-tividad diferenciada de aquella que los historiadores realizan coti-dianamente Cabe destacar que desde entonces un grupo cada vez maacutes nutrido de historiadores y no soacutelo de filoacutesofos se encargoacute de reflexionar en torno a su propia labor y de analizar los productos historiograacuteficos en funcioacuten de criterios conceptuales y abstractos14

Desde mi punto de vista y sin aacutenimo de vincular artificiosamen-te tendencias filosoacuteficas yo historiograacuteficas de muy diversas pro-cedencias existe una caracteriacutestica comuacuten entre la llamada filosofiacutea analiacutetica (o criacutetica) de la historia y los diferentes estudios que con el nombre de teoriacutea de la historia fueron apareciendo bajo el auspi-cio de revistas y colecciones editoriales especializadas En todos los casos el tipo de reflexioacuten mostrada es de caraacutecter eminentemente sistemaacutetico en el sentido de que supone la articulacioacuten loacutegica de ideas herramientas de representacioacuten o procedimientos de explica-cioacuten de lo histoacuterico Me refiero pues para decirlo en funcioacuten del teacutermino que inicieacute explorando a teoriacuteas algunas de las cuales pre-tendieron incluso funcionar como modelos (el hempeliano es en

14 A lo largo de toda la deacutecada de los sesenta History and Theory continuoacute con su labor en este terreno dando a conocer no soacutelo algunos de los trabajos maacutes connotados del llamado ldquodebate anglosajoacutenrdquo sino tambieacuten otro tipo de materiales producidos en el centro de la actividad historiograacutefica profesional Veacutease History and Theory Symposium Uses of Theory in the Study of History v 3 n 1 1963 Jurgen Herbst ldquoTheoretical Work in History in American University Curriculardquo History and Theory v 7 octubre 1968 p 336-354

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este sentido un claro ejemplo) destinados a describir la loacutegica ex-plicativa del historiador o bien las peculiaridades del objeto de es-tudio de la ciencia histoacuterica Al mismo tiempo comenzaron a surgir teoriacuteas acerca de las formas de representacioacuten y las distintas estra-tegias literarias del lenguaje historiograacutefico En todos los casos no obstante encontramos el ejercicio de un lenguaje analiacutetico esencial-mente conceptual y proclive a la construccioacuten de abstracciones Y tambieacuten identificamos que en este contexto la labor del teoacuterico se da con un cierto grado de independencia (absoluto o relativo) a la praacutectica comuacuten del historiador que se pregunta sobre el acontecer en alguna de sus dimensiones Por estas razones todas merecen a mi juicio el nombre de teoriacuteas de la historia siempre y cuando en-tendamos que a la luz de estos ejemplos el teacutermino ldquohistoriardquo se refiere ya sea a las obras histoacutericas (historiografiacutea) o a la disciplina acadeacutemica (ciencia de la historia) como tal

A la luz de este antecedente la emergencia del narrativismo supuso lo que comuacutenmente se ha considerado como una verdadera revolucioacuten en el aacutembito de la teoriacutea15 Una de las razones para atri-buirle semejante preponderancia es la conexioacuten que guarda esta peculiar filosofiacutea de la historia con el fenoacutemeno historiograacutefico en siacute mismo Con esto me refiero a la dedicada atencioacuten que ha puesto esta corriente en las particularidades de los distintos discursos histoacutericos Lo anterior justifica hablar del narrativismo en teacuterminos de una teo-riacutea del lenguaje historiograacutefico pero semejante denominacioacuten puede conducir a una reduccioacuten en la medida en que una aspiracioacuten ma-nifiesta de las posturas narrativistas involucra no soacutelo una perspec-tiva sistemaacutetica del discurso sino tambieacuten una perspectiva filosoacutefica sobre la conciencia histoacuterica en sus distintos niveles de accioacuten En consecuencia se ha vuelto habitual caracterizar el narrativismo en dos sentidos como una teoriacutea sobre el texto historiograacutefico y como una filosofiacutea que desafiacutea nuestras concepciones habituales de la his-toria entendida uacutenicamente como praacutectica cientiacutefica

En relacioacuten con esta cuestioacuten Metahistoria guarda un significado especial Los estudios recientes sobre ella han revalorado su papel

15 Frank Ankersmit ldquoEl dilema de la filosofiacutea de la historia anglosajonardquo en His-toria y tropologiacutea Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 2004 p 91-150

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como filosofiacutea de la conciencia histoacuterica y no soacutelo su funcionali-dad como modelo de anaacutelisis historiograacutefico16 Sin embargo a lo largo de sus primeras dos deacutecadas de vida la criacutetica se centroacute casi exclusivamente en su validez como teoriacutea del lenguaje historiograacute-fico Lo que maacutes atrajo atencioacuten y desde luego tambieacuten controversia fue la pertinencia de un modelo que pareciacutea desdibujar por completo la distincioacuten habitual entre relato literario y discurso histoacuterico Los criacuteticos maacutes fervorosos entendieron los planteamientos de Metahis-toria como un desafiacuteo frontal a la concepcioacuten de objetividad histoacuterica No obstante maacutes allaacute de la supuesta amenaza que constituye el pen-samiento de White a la doxa de la ciencia histoacuterica considero que su valor radica en la comprensioacuten de dos proyectos distintos pero com-plementarios del pensamiento teoacuterico que permiten la diversificacioacuten de perspectivas metodoloacutegicas a la luz de una reflexioacuten filosoacutefica a todas luces sugerente Veamos esto a continuacioacuten

Metahistoria filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

Si bien resentildeada e incluso alabada en sus primeros antildeos de vida Metahistoria no adquirioacute el alto grado de recepcioacuten que eventual-mente justificoacute su fama y fortuna sino hasta la deacutecada de los antildeos ochenta Desde entonces sin embargo no soacutelo eacutesa sino otras apor-taciones del pensamiento de White se han vuelto cada vez maacutes conocidas y ha sido reconocida su importancia como pionero del narrativismo en particular y de las perspectivas posmodernistas en lo general17 En medio del debate propiciado por sus propuestas una cosa parece quedar clara al menos a sus criacuteticos maacutes recientes la obra de White en su conjunto y particularmente Metahistoria ha logrado introducir el llamado ldquolenguaje sobre el discurso y la representacioacutenrdquo en el campo de los estudios histoacutericos al grado de

16 Herman Paul Hayden White The Historical Imagination Cambridge Polity Press 2011 Hans Kellner ldquoTwenty Years After A Note on Metahistories and Their Horizonsrdquo Storia Della Storiografia 24 1993 p 109-117

17 Ewa Domańska Encounters Philosophy of History After Postmodernism Charlottes-ville University of Virginia Press 1998 Veacutease en particular la introduccioacuten y la entrevista a Hayden White

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constituirse en una referencia obligada para el ldquoanaacutelisis literario de textos histoacutericosrdquo18

Ahora bien ponderar las aportaciones de White como represen-tativas de la teoriacutea narrativista implica tomar en cuenta al menos dos grupos de problemas Por un lado la reflexioacuten hace necesario mencionar los planteamientos de naturaleza estrictamente filosoacutefica que acompantildean al pensamiento whiteano Estos uacuteltimos suponen cuestionamientos de caraacutecter maacutes profundo y general que apelan a los fundamentos de nuestra conciencia sobre lo histoacuterico Me refiero con ello a las preguntas que Herman Paul ha sugerido para describir las inquietudes maacutes profundas de la filosofiacutea narrativista ldquoqueacute en-tendemos por realidad histoacutericardquo ldquocuaacutel es el viacutenculo entre nuestras ideas sobre el pasado y nuestra conciencia sobre el presenterdquo ldquoqueacute puede considerarse como un agente histoacutericordquo ldquocuaacuteles son las pecu-liaridades del pensamiento historiograacutefico respecto de otras modali-dades de significacioacuten y comprensioacuten del pasadordquo entre otras19 Por otro lado el narrativismo involucra consideraciones teoacutericas espe-ciacuteficas sobre posibles estructuras recursos literarios o poeacuteticos y estrategias argumentativas o retoacutericas del lenguaje mismo de la re-presentacioacuten En este uacuteltimo sentido el narrativismo funciona como una teoriacutea que explica las distintas modalidades del discurso histoacuteri-co y en algunos casos como un referente metodoloacutegico concreto para la indagacioacuten sobre el pasado cuando eacuteste se mira en funcioacuten de tradiciones e ideas transmitidas a traveacutes del lenguaje La pregunta que es preciso formular llegado este punto es coacutemo interactuacutean en el caso particular de Metahistoria las distintas preocupaciones del narrativismo en general

Dicha obra es preciso enfatizarlo constituye un conjunto no siempre concordante de distintas perspectivas de anaacutelisis y reflexioacuten sobre una muestra reducida de obras histoacutericas y de posturas filo-soacuteficas sobre el devenir El uacutenico aacutembito de circunscripcioacuten es his-toacuterico en la medida en que el texto se concentra como bien sentildeala el subtiacutetulo en la imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix La propuesta alude no soacutelo a las caracteriacutesticas formales del lenguaje

18 Herman Paul ldquoIntroduction How to Read Hayden Whiterdquo p 187-45919 Idem

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literario y los modos de representacioacuten empleados por los grandes historiadores del periodo (Ranke Tocqueville o Burckhardt) sino que tambieacuten supone un anaacutelisis acerca de concepciones filosoacuteficas muy distintas (Hegel Marx Croce y Nietzsche) En el contexto de Metahistoria la filosofiacutea de la historia y el realismo historiograacutefico son fenoacutemenos paralelos y en algunos casos incluso complementa-rios En este sentido es preciso recordar que uno de los objetivos maacutes inmediatos del anaacutelisis de obras histoacutericas es explicitar distintas modalidades de conciencia y conceptualizacioacuten filosoacutefica que el len-guaje historiograacutefico mantiene veladas bajo la intencioacuten de interpretar lo concreto y no lo general

Debido a las temaacuteticas que aborda y sobre todo en virtud de sus procedimientos de anaacutelisis formal juzgados muchas veces esquemaacute-ticos o poco consistentes Metahistoria supera el aacutembito de la teoriacutea que busca esclarecer modos concretos de composicioacuten literaria al evaluar cuestiones que afectan no soacutelo el lenguaje de las obras histoacutericas sino las concepciones eacuteticas esteacuteticas y en uacuteltima instancia metafiacutesicas que surgen en cualquier forma de reflexioacuten y representacioacuten del pasado El holandeacutes Herman Paul autor de uno de los estudios maacutes completos sobre el pensamiento de Hayden White ha llegado a la conclusioacuten de que el principal objeto de intereacutes de Metahistoria no es el discurso na-rrativo sino el pensamiento miacutetico y la imaginacioacuten entendidos como factores decisivos en nuestra comprensioacuten de la realidad20 La afir-macioacuten no tiene la intencioacuten de negar la impronta del estructuralis-mo y muchas otras perspectivas de anaacutelisis formal en el contexto de produccioacuten de Metahistoria pero siacute busca enfatizar aspectos a veces soslayados del pensamiento de Hayden White en particular y del narrativisimo en general Para H Paul el lector de White no deberiacutea esperar una postura definida en teacuterminos de un sistema estructurado de ideas filosoacuteficas sino maacutes bien una suerte de irrupcioacuten creativa de ideas novedosas y profundamente controversiales21

Semejante caracterizacioacuten destaca el afaacuten polemista de Hayden White sin minimizar la agudeza de sus planteamientos y sugiere a sus lectores una revisioacuten maacutes cautelosa o tal vez menos literal de sus

20 Herman Paul Hayden Whitehellip p 44021 Ibidem p 313

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distintas propuestas Es cierto por ejemplo que en la introduccioacuten a su opus magna el mismo White se refiere a su trabajo en teacuterminos de una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo22 Es cierto tambieacuten que utiliza constantemente (no soacutelo en la seccioacuten inaugural sino en el resto del libro) categoriacuteas de anaacutelisis literario como tropo trama o estructura narrativa No obstante es preciso advertirlo semejante uso del len-guaje conceptual no parece tener siempre la intencioacuten metodoloacutegica que uno podriacutea esperar de este texto a saber la de funcionar como base para el anaacutelisis historiograacutefico Aun cuando en ocasiones asiacute resulte una mirada al conjunto y sobre todo a las conclusiones revela con mayor claridad los cuestionamientos filosoacuteficos y la huella existencialista en un autor maacutes preocupado por la ideologiacutea subya-cente al discurso histoacuterico que por los mecanismos retoacutericos linguumliacutes-ticos o narrativos que hacen posible la representacioacuten del pasado Como bien se ha sentildealado un rasgo interesante de Metahistoria es constituir una suerte de relato o historia de la decadencia del pensa-miento histoacuterico La uacuteltima parte del libro dedicada a la reflexioacuten de ese estado de ironiacutea en que el pensamiento histoacuterico del siglo xIx habiacutea caiacutedo confirma la inclinacioacuten del autor a distanciarse del pla-no formal del lenguaje en favor de la reflexioacuten que atiende precisa-mente las formas de conciencia y el decisivo papel que desempentildean las prefiguraciones intuitivas o miacuteticas en la construccioacuten de ciertos modos de representacioacuten historiograacutefica

22 En general toda la introduccioacuten a Metahistoria hace gala del caraacutecter metodoloacute-gico del texto El autor indica como su principal propoacutesito ldquoel anaacutelisis de la estructura profunda de la imaginacioacuten histoacuterica de la Europa del siglo xIxrdquo lo cual ciertamente apunta hacia esos rasgos de la conciencia histoacuterica que subyacen al discurso Sin embargo plantea el camino a seguir como un ldquomeacutetodordquo esencialmente ldquoformalistardquo y justifica su aproximacioacuten a la obra histoacuterica como ldquouna estructura verbal en forma de discursordquo Maacutes adelante y bajo el subtiacutetulo de ldquoLa teoriacutea de la obra histoacutericardquo el autor procede a explicar punto por punto sus planteamientos Aunque no pretendo afirmar que White se ldquodesdigardquo por asiacute decir de su propoacutesito inicial considero acertada la afirmacioacuten de que la mayor parte del anaacutelisis realizado en los capiacutetulos subsecuentes difiacutecilmente se corresponde con el formalismo de la introduccioacuten Si bien White nunca desiste en el empleo de las categoriacuteas de anaacutelisis presentadas al inicio eacutestas no necesariamente re-fieren aspectos formales de las narrativas de Ranke Burckhardt o cualquier otro autor sino maacutes bien aspectos ideoloacutegicos frente a los cuales el autor emprende poleacutemica Hayden White Metahistoriahellip p 14-16

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El anaacutelisis maacutes o menos sistemaacutetico y en general todos los giros y aspectos de la obra terminan por concluirse y por momentos opa-carse ante la discusioacuten de las paacuteginas finales Estas uacuteltimas lejos de mostrar los resultados de una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo revelan una penetrante reflexioacuten filosoacutefica y una toma de postura respecto al realismo decimonoacutenico y sus implicaciones ideoloacutegicas Nociones como las de argumentacioacuten formal o explicacioacuten por la trama que-dan maacutes o menos al margen frente a lo que parece mostrarse como el verdadero propoacutesito de la obra ldquoEn las ciencias humanas todaviacutea se trata no soacutelo de expresar una preferencia por uno u otro modo de concebir las tareas del anaacutelisis sino tambieacuten de elegir entre nociones contrastantes de lo que podriacutea ser una ciencia humana adecuadardquo23 En unas cuantas liacuteneas todo el aparato analiacutetico de Metahistoria pa-rece estar conformado con el uacutenico propoacutesito de desvelar y en uacutelti-ma instancia cuestionar las bases morales o esteacuteticas que operan en la eleccioacuten de uno u otro modo de configuracioacuten de la realidad hu-mana24 Al final como afirma H Paul Metahistoria muestra su lado humanista y sus preocupaciones existencialistas maacutes que su siste-matizacioacuten teoacuterica y metodoloacutegica

En virtud de todo lo dicho hasta aquiacute Metahistoria puede consi-derarse creo yo con justicia una muestra clara del ejercicio del pen-samiento teoacuterico en por lo menos dos de sus posibles niveles de ac-cioacuten Por un lado tenemos una propuesta de anaacutelisis formal de obras histoacutericas guiada por principios metodoloacutegicos diversos que van desde el estructuralismo y la teoriacutea de los tropos de Northrop Frye y Harold Bloom hasta las propuestas de anaacutelisis retoacuterico de Stephen C Pepper y Kenneth Burke Independientemente del grado de apli-cabilidad que estos referentes adquieren o dejan de adquirir a lo largo de cada uno de los capiacutetulos de Metahistoria lo cierto es que la mera sugerencia de estas categoriacuteas como puntos de partida para el anaacutelisis de la literatura histoacuterica amplificoacute de manera sustancial las posibilidades de la criacutetica historiograacutefica25 Por otro lado semejante

23 Ibidem p 41124 Idem25 Aacutelvaro Matute ldquoEl componente metahistoacuterico Propuesta para una lectura ana-

liacutetica de la historiardquo Ciencia y Desarrollo Meacutexico n 116 mayo-junio 1994 p 62-66

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herramienta de anaacutelisis parece indisociable al menos en el contexto de esta obra de principios o afirmaciones de caraacutecter filosoacutefico que fundamentan y en uacuteltima instancia dan sentido a un estudio de esta naturaleza

Una de las presuposiciones que juzgo maacutes fructiacuteferas de Meta-historia al menos en el contexto del anaacutelisis historiograacutefico es la afirmacioacuten de que la forma narrativa del discurso histoacuterico es reve-ladora en el caso de la historiografiacutea decimonoacutenica no soacutelo el ca-raacutecter estiliacutestico o literario de dichas obras sino de la visioacuten que los historiadores del xIx tuvieron sobre la realidad humana represen-tada gracias a la forma narrativa bajo los principios de la coheren-cia y el desarrollo (development) Es en este sentido que White afirma que los distintos modos de explicacioacuten o entramado histoacuterico no son otra cosa que ldquoformalizaciones de intuiciones poeacuteticasrdquo26 mdashde ahiacute que Herman Paul haga eacutenfasis en la importancia que da Metahistoria a la base miacutetica del pensamiento histoacutericomdash Bajo esta perspectiva la narrativa es como suele decirse una cuestioacuten no soacutelo de forma sino de contenidos pues evidencia la coexistencia de estrategias literarias concretas por un lado y visiones de mundo por el otro

El viacutenculo entre modos de discurso y modos de conciencia en el contexto de Metahistoria es el nuacutecleo que hace posible articular los tres posibles usos que seguacuten indiqueacute antes involucra el lenguaje teoreacutetico a saber el teoacuterico el filosoacutefico y el metodoloacutegico La intro-duccioacuten bien puede leerse como un verdadero ldquomanifesto teoreacuteticordquo o como una ldquoteoriacutea de la obra histoacutericardquo casi en el exacto sentido que los distintos diccionarios antes referidos dan al teacutermino ldquoteoriacuteardquo o incluso al de ldquoteoriacutea cientiacuteficardquo27 En concordancia algunos de los capiacutetulos que integran la parte toral de la obra constituyen efectiva-mente muestras luminosas de anaacutelisis historiograacutefico puntual mien-tras que la conclusioacuten por su parte se muestra como una reflexioacuten filosoacutefica de tintes mucho maacutes abstractos y en cierto sentido hasta

26 White Metahistoria p 1127 En general como un ldquoconjunto organizado de ideas referentes a cierta cosa o que

tratan de explicar un fenoacutemenordquo o bien en tanto que un sistema maacutes o menos riacutegido de conceptualizaciones cuya finalidad es explicar articular y abstraer lo observado o examinado directamente Vid supra notas 3 5 y 6

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especulativos28 Ahora bien la articulacioacuten entre estos tres niveles debe creo yo tomarse con cautela

Uno de los aspectos maacutes destacados en los estudios recientes sobre Metahistoria (el cual he venido reiterando) es precisamente su falta de sistematicidad para aplicar conceptos y utilizar algunas ca-tegoriacuteas La referencia por ejemplo a tropos caracterizadores de una determinada obra histoacuterica mdashcomo bien ha puntualizado H Paulmdash suele indicar elementos de naturaleza maacutes ideoloacutegica que estricta-mente discursiva Estos conceptos extraiacutedos de diversas teoriacuteas del discurso se utilizan para describir modos de conciencia que no ne-cesariamente se corresponden con el anaacutelisis puntual de estructuras narrativas yo dispositivos retoacutericos especiacuteficos

En conclusioacuten aun cuando Metahistoria parece discutir esencial-mente el aspecto narrativo o discursivo de una obra determinada en realidad estaacute haciendo afirmaciones de distinta iacutendole respecto de las presuposiciones ideoloacutegicas de cada uno de los autores ana-lizados En este punto el lector podriacutea preguntarse sobre la funcio-nalidad o las virtudes de un ejercicio semejante A mi juicio la es-quematizacioacuten del pensamiento rankeano a partir del tropo de la sineacutecdoque (por citar soacutelo uno de los muchos ejemplos que nos ofrece el texto) resulta no soacutelo plausible sino increiacuteblemente ilumi-nador pues sugiere una pauta de anaacutelisis que puede utilizarse en muchos otros casos Aun si por momentos el planteamiento resulta problemaacutetico (hay en realidad muy pocos ejemplos concretos sobre el funcionamiento especiacutefico de esta configuracioacuten poeacutetica en la na-rrativa rankeana) la interpretacioacuten del discurso histoacuterico tal como se desarrolla en Metahistoria supuso la apertura hacia nuevas pers-pectivas para el estudio de la IMagInacIoacuten histoacuterica La palabra subrayada constituye uno de los vocablos maacutes recurrentes de la obra Su reiteracioacuten revela la importancia del sustrato ideoloacutegico en el ejercicio del anaacutelisis discursivo Aun si el lenguaje es el uacutenico cami-no posible para identificar estas ldquointuiciones poeacuteticasrdquo es importante

28 Desde este punto de vista Metahistoria constituye una propuesta maacutes enmarcada en la filosofiacutea de la conciencia o en la eacutetica del discurso histoacuterico ese rasgo se explicita en otros trabajos de Hayden White particularmente en ldquoTropologiacutea discurso y modos de conciencia humanardquo en El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Barce-lona Paidoacutes 2003

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reconocer que la propuesta de Metahistoria no se agota en una teoriacutea del lenguaje sino que eacutesta se entiende tambieacuten como una filosofiacutea de la conciencia

Conclusiones

A la luz de lo dicho hasta aquiacute considero que el eacutexito de Metahisto-ria radica en la novedad de sus diversos planteamientos filosoacuteficos (eacuteticos y esteacuteticos) pero tambieacuten en el potencial que adquiere el anaacutelisis formal al amparo de una visioacuten que juzga el texto como una suerte de mundo ideado y por lo tanto construido en funcioacuten de intuiciones impliacutecitas o ideologiacuteas asumidas Al mismo tiempo semejante convergencia de intereses supone a su vez un serio cuestionamiento a nuestros propios modos de comprensioacuten y a la forma en que evaluamos su validez cognitiva En este uacuteltimo pun-to es que se ha concentrado la mayor parte de la controversia en torno del posmodernismo o el supuesto relativismo radical de la obra y el pensamiento de su autor29

Ahora bien precisamente en razoacuten de lo anterior es que llevar los componentes metodoloacutegicos de semejante perspectiva de anaacuteli-sis a cualquier aacutembito de reflexioacuten puede resultar no soacutelo riesgoso sino incluso inuacutetil El estudio de las tramas y los tropos tal como se muestra en Metahistoria no resulta pertinente para cualquier narra-tiva histoacuterica o para cualquier forma del discurso destinando a la representacioacuten de lo histoacuterico entre otras cosas porque como dije antes ni siquiera opera dentro de Metahistoria como una metodo-logiacutea sistemaacutetica para el anaacutelisis del discurso De hecho esas pautas de anaacutelisis que en Metahistoria son tan reveladoras y que a todas luces justificariacutean un examen genuinamente narratoloacutegico de la li-teratura histoacuterica del xIx resultan completamente inapropiadas y acaso esteacuteriles frente a una enorme proporcioacuten de las obras produ-cidas por los profesionales de la historia en las uacuteltimas cinco deacutecadas

29 Una visioacuten panoraacutemica de la cuestioacuten asiacute como una suerte de enumeracioacuten raacutepi-da sobre los planteamientos whiteanos que mayor poleacutemica han desatado puede encon-trarse en Keith Jenkins Why History Ethics and Postmodernity Londres Routledge 1999

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Una obra monograacutefica un artiacuteculo de revista especializada o incluso una obra elaborada bajo los estrictos criterios acadeacutemicos actuales difiacutecilmente podriacutean constituir el material idoacuteneo para el anaacutelisis de formas tropoloacutegicas y tipos de entramado A la luz de lo anterior hacer uso de Metahistoria como un referente metodoloacutegico sin nin-guacuten miramiento puede constituir un franco error de procedimien-to que ha llevado a muchos a desestimar por completo sus funda-mentos teoacutericos y filosoacuteficos Desde mi perspectiva semejante desestimacioacuten supone una distorsioacuten de origen vinculada con las reflexiones iniciales de este ensayo

A pesar de la diversidad de definiciones y de los muchos aspec-tos involucrados en una labor filosoacutefica teoacuterica o metodoloacutegica en torno de la historia existen ciertos rasgos en comuacuten Las tres expre-siones suponen un ejercicio de reflexioacuten eminentemente contem-plativo que emplea abstracciones a traveacutes de un lenguaje maacutes o menos artificial esto es esencialmente conceptual Este rasgo o ma-triz comuacuten es el que nos orilla a confundir los distintos niveles o usos de un lenguaje que a mi juicio no puede sino denominarse filosoacutefico Reevaluar Metahistoria como un referente importante de la filosofiacutea o la teoriacutea de la historia contemporaacutenea supone creo yo considerar la comunioacuten pero tambieacuten la necesaria identificacioacuten de la actividad teoreacutetica en sus diversos niveles Y adecuar el pensa-miento teoacuterico al estudio de problemaacuteticas concretas constituye la mayor responsabilidad del teoacuterico de la historia en la actualidad Desde hace ya varias deacutecadas el anaacutelisis del discurso no se limita al estudio de tramas narrativas sino que ha incursionado en otros terrenos e incorporado perspectivas metodoloacutegicas de muy diversas procedencias Estas modalidades teoacutericas o metodoloacutegicas sin em-bargo no estaacuten exentas de presuposiciones de caraacutecter filosoacutefico en un sentido maacutes general Quiero decir que en muchos casos sugieren perspectivas amplias sobre los fundamentos uacuteltimos de la reflexioacuten histoacuterica o de la interpretacioacuten de la realidad humana y en este sentido pueden constituirse con o sin conciencia de ello en deudo-ras de una determinada filosofiacutea de la ciencia (histoacuterica) o una cier-ta filosofiacutea especulativa sobre la realidad el devenir o la naturaleza humana como tal A la luz de lo dicho el valor de una obra como Metahistoria es haber revelado la compleja relacioacuten entre nuestras

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195filosofiacutea teoriacutea o metodologiacutea de la historia

concepciones filosoacuteficas y el desarrollo de estrategias teoacuterico-meto-doloacutegicas en el quehacer cotidiano de la disciplina A la luz de esa propuesta le corresponde al historiador (y no soacutelo al filoacutesofo) des-cubrir la eficacia la inconsistencia o la virtud de su propia teoriacutea o filosofiacutea de la historia

bIblIograFiacutea

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Ferrater Mora Joseacute Diccionario de filosofiacutea 4 v Barcelona Ariel 2009

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History and Theory v 1 n 1 1960

History and Theory Symposium Uses of Theory in the Study of History v 3 n 1 1963

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KrIngs Hermann Hans Michael Baumgartner Christoph Wild et al Con-ceptos fundamentales de filosofiacutea 4 v Barcelona Herder 1979

Matute Aacutelvaro ldquoEl componente metahistoacuterico Propuesta para una lec-tura analiacutetica de la historiardquo Ciencia y Desarrollo Meacutexico nuacutemero 116 mayo-junio 1994 p 62-66

MolIner Mariacutea Diccionario de uso del espantildeol 2 v Madrid Gredos 2007

The Oxford Companion to Philosophy 2a edicioacuten edicioacuten de Ted Honderich Nueva York Oxford University Press 2005

Paul Herman Hayden White The Historical Imagination Cambridge Poli-ty Press 2011

rIcoeur Paul La memoria la historia el olvido traduccioacuten de Agustiacuten Neria Madrid Trotta 2003

walsH W H Introduccioacuten a la filosofiacutea de la historia Meacutexico Siglo XXI Editores 1970

wHIte Hayden Metahistoria La imaginacioacuten histoacuterica en la Europa del siglo xix Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica 1992

Tropics of Discourse Essays in Cultural Criticism Baltimore Johns Hopkins Paperbacks Edition 1985

El texto histoacuterico como artefacto literario y otros escritos Barcelona Paidoacutes 2003

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Historia y meacutetodo en el siglo xx

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La edicioacuten en papel Cultural de 90 gramos consta de 300 ejemplares y estuvo al cuidado de Rosalba Alcaraz Cienfuegos

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TIEMPOTEMPORALIDAD

ESCRITURA

MARC BLOCH

El libro Historia y meacutetodo en el siglo xx reuacutene ocho contribucio-nes en las que se analiza la forma en la que las distintas corrien-

tes histoacutericas y filosoacuteficas desarrolladas a lo largo de esa centena moldearon el quehacer de los historiadores en el siglo pasado y contribuyeron a definir la validez del conocimiento histoacuterico y su lugar en el conjunto de las ciencias sociales A partir de la deacute-cada de 1930 y hasta los primeros antildeos de la presente centuria la preocupacioacuten por el meacutetodo llevada a cabo por historiadores y filoacutesofos en continuo diaacutelogo fue una constante y es precisa-mente ese diaacutelogo el que hemos querido analizar con detalle en estas paacuteginas de la mano de ocho especialistas en los campos de la historiografiacutea la teoriacutea de la historia y la filosofiacutea de la historia

Portada Fotograma de Harold Lloyd en Fred C Newmeyer y Sam Taylor Safety Last [El hombre mosca] filme Culver City Hal Roach Studios 1923

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