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  • Sagrada Biblia Isaas

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  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 2

    2

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    ISAAS+ Dios reprocha a su pueblo 1,1 +En los tiempos de Ozas, Jotam, Ajaz y Ezequas, reyes de Jud, Isaas, hijo de Ams, tuvo esta

    visin acerca de Jud y Jerusaln. 1,2 Cielos y tierra, oigan!

    Escuchen la queja de Yav: Cri hijos hasta hacerlos hombres, pero se rebelaron contra m.

    1,3 El buey conoce a su dueo y el burro, el pesebre de su seor; pero Israel no me conoce, mi pueblo no comprende.

    1,4 Ay, gente pecadora,

    pueblo cargado de crmenes, raza de malvados, hijos perversos! Han abandonado a Yav, han despreciado al Santo de Israel, le han vuelto la espalda.

    1,5 Dnde quieren que les pegue ahora,

    ya que siguen rebeldes? Tienen toda la cabeza dolorida, el corazn entero apenado,

    1,6 desde la planta de los pies hasta la cabeza no hay nada sano;

    heridas, golpes, llagas vivas que no han sido envueltas ni vendadas ni aliviadas con aceite.

    1,7 Su pas es ahora un desierto, sus ciudades fueron presa del fuego; ustedes vieron su tierra saqueada, y al irse el enemigo, les deja un desierto.

    1,8 La Hija de Sin ha quedado como cabaa de via,

    como choza de melonar, como ciudad que ha sufrido un largo sitio.

    1,9 Si Yav de los Ejrcitos no nos hubiera dejado algn resto,

    seramos como Sodoma. o iguales a Gomorra.

    1,10 Jefes de Sodoma, escuchen la palabra de Yav;

    pueblo de Gomorra, escuchen la orden de nuestro Dios:

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 3

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    1,11 +De qu me sirve la multitud de sus sacrificios? Ya estoy saciado de sus animales, de las grasas de sus carneros

    y de sus terneros. No me agrada la sangre de sus vacas, sus ovejas y machos cabros.

    1,12 Cuando vienen a presentarse delante de m,

    quin se lo ha pedido? Por qu vienen a profanar mi Templo?

    1,13 Djense de traerme ofrendas intiles; el incienso me causa horror! Lunas nuevas, sbados, reuniones, ya no soporto ms sacrificios ni fiestas!

    1,14 Odio sus lunas nuevas y sus solemnidades,

    se me han vuelto un peso y estoy cansado de tolerarlas.

    1,15 Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucho, porque hay sangre

    en sus manos. 1,16 Lvense, purifquense!

    Alejen de mis ojos sus malas acciones, 1,17 dejen de hacer el mal,

    y aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido, hagan justicia al hurfano

    y defiendan la viuda.

    1,18 Ahora Yav les dice: Vengan, para que arreglemos cuentas. Aunque sus pecados sean colorados, quedarn blancos como la nieve; aunque sean rojos como prpura, se volvern como lana blanca.

    1,19 Si ustedes quieren obedecerme, comern los productos de su tierra;

    1,20 pero si ustedes insisten en desobedecerme,

    ser la espada la que los devorar: porque sta es palabra de Yav.

    Cmo te has prostituido? 1,21 +Cmo es que pareces

    una prostituta, Sin, ciudad fiel que te conformabas a mis leyes? La justicia moraba en tus muros, pero te volviste barrio de asesinos.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 4

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    1,22 Tu plata se ha convertido en basura, tu vino est mezclado con agua.

    1,23 Tus jefes son unos rebeldes, amigos de ladrones.

    Todos esperan recompensa y van detrs de los regalos. No hacen justicia al hurfano ni atienden la causa de la viuda.

    1,24 Escuchen, pues, la sentencia del Seor Yav,

    el Fuerte de Israel: Me desquitar con mis adversarios, yo me vengar de mis enemigos.

    1,25 Volver mi mano contra ti y te limpiar de tus impurezas en el horno, hasta quitarte todo lo sucio que tengas.

    1,26 Har a tus gobernantes como eran antes, y a tus consejeros como en otros tiempos. En adelante te llamarn: Ciudad de la Justicia, Ciudad Fiel.

    1,27 El da en que libere a Sin, le tomar cuentas,

    y los que se salven llevarn una vida justa. 1,28 Pero los rebeldes,

    y los pecadores, van a ser destrozados al mismo tiempo, y aquellos que se alejen de Yav, perecern.

    1,29 +Ustedes se avergonzarn de las encinas que tanto les gustan, y se pondrn colorados al ver los jardines que tanto les encantan.

    1,30 Pues ustedes sern como una encina, a la que se le caen las hojas, y como un jardn, al que le falta agua.

    1,31 El hombre importante quedar como un trapo y su trabajo como una chispa; se quemarn los dos juntos, y no habr nadie para apagar el fuego.

    Dios promete una era de paz 2,1 +Isaas, hijo de Ams, tuvo esta visin acerca de Jud y de Jerusaln. 2,2 En el futuro, el cerro de la Casa de Yav ser puesto sobre los altos montes y dominar los lugares

    ms elevados. 2,3 Irn a verlo todas las naciones y subirn hacia l muchos pueblos, diciendo:

    Vengan, subamos al cerro de Yav, a la Casa del Dios de Jacob, para que nos ensee sus caminos y caminemos por sus sendas. Porque la Enseanza irradia de Sin, de Jerusaln sale la palabra de Ya-v.

    2,4 El Seor gobernar a las naciones y enderezar la humanidad. Una nacin no levantar la espada contra otra y no se adiestrarn para la guerra.

    2,5 Pueblo mo, ven: caminemos a la luz de Yav! Escndete en el polvo 2,6 +Yav, has rechazado a tu pueblo, a los hijos de Jacob, porque su pas est lleno de adivinos y de

    magos, como los hay entre los paganos, y se ven numerosos extranjeros.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 5

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    2,7 Su pas est lleno de oro y plata y sus tesoros son innumerables. 2,8 Su pas est lleno de caballos y sus carros de guerra son numerosos.

    Su pas est lleno de dolos, pues se inclinan ante la obra de sus manos, ante la figura que modela-ron sus dedos.

    2,9 El hombre ser humillado, el mortal abatido: No se lo perdones! 2,10 Mtete entre las rocas, escndete en el polvo, para no ver la cara de Yav, que da miedo o que brilla

    majestuosa, cuando l aparezca para hacer temblar la tierra. 2,11 El hombre bajar sus ojos orgullosos y su soberbia se ir al suelo; slo Yav ser exaltado aquel da. 2,12 Ese da, humillar Yav de los Ejrcitos a todo el que se crea o que se eleve o que presume ser ms

    que los otros. 2,13 Pedir cuentas a los altos cedros del Lbano y a las encinas de Basn, 2,14 a los cerros altos y las lomas orgullosas, 2,15 a las torres altas y las murallas fortificadas, 2,16 a las naves mercantes y sus mercaderas preciosas.

    El orgullo del hombre ser doblegado y la soberbia humana, humillada. 2,17 Slo Yav ser exaltado aquel da, 2,18 y todos los dolos desaparecern. 2,19 mientras ellos se metern entre las rocas, en los huecos de la tierra, para no ver la cara de Yav, que

    da miedo o que brilla majestuosa, cuando l aparezca para hacer temblar la tierra. 2,20 Ese da, el hombre tirar a los ratones y a los murcilagos, los dolos que se haba hecho para ado-

    rarlos, 2,21 y se esconder en las aberturas de las rocas y detrs de las piedras, para no ver la cara de Yav, que

    da miedo, o que brilla majestuosa, cuando l aparezca para hacer temblar la tierra. 2,22 No confen ms en el hombre, que slo tiene un soplo de vida en sus narices: para qu estimarlo

    tanto? 3,1 Pues el Seor Yav se presenta para dejar a Jerusaln y a Jud

    sin ninguna clase de recursos: 3,2 Sin valiente ni soldado,

    sin juez ni profeta; sin adivino ni anciano,

    3,3 sin capitn ni. noble, sin consejero ni hechicero ni mago.

    3,4 Les pondr como jefes a unos chiquillos para que los manden.

    3,5 Entre la gente del pueblo, se molestarn entre s, o unos vecinos con otros; el joven le pegar al viejo y el pobre al rico;

    3,6 y cada cual tomar a su hermano en la casa de su padre, dicindole: T tienes una manta, por qu no aceptas ser nuestro jefe y nos sacas as de esta ruina?

    3,7 A lo que el otro responder, entonces: Yo no soy ningn mdico, ni tengo en mi casa pan ni manta, no quiero que me pongan

    como jefe del pueblo. 3,8 As Jerusaln se vendr abajo, y se hundir Jud, pues han atacado a Yav con palabras y hechos in-

    sultando su honra. Pobre del malo, porque le ir mal 3,9 +Su rostro descarado los denuncia y, como Sodoma, muestran sus pecados en vez de esconderlos.

    Para su desgracia, ni se esconden, y con eso preparan su propia ruina!

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 6

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    3,10 Digan: Feliz el justo, pues comer el fruto de sus obras; pero: Pobre del malo, porque le ir mal, y ser tratado segn las obras de sus manos.

    3,11 Oh, pueblo mo!, chiquillos lo oprimen y mujeres lo gobiernan. 3,12 Oh, pueblo mo!, tus dirigentes te hacen equivocarte y echan a perder el camino que sigues. 3,13 Yav se instala en su tribunal, y se pone de pie para juzgar a su pueblo. 3,14 Yav demanda a los ancianos y a los jefes de su pueblo:

    Ustedes han devorado los frutos de la via, en sus casas estn los despojos del pobre. 3,15 Con qu derecho vejan a mi pueblo o pisotean a los pobres?, dice el Seor Yav de los Ejrcitos. Muy orgullosas andan 3,16 +Dice Yav: Muy orgullosas andan las damas de Sin, con el cuello estirado y la mirada provocati-

    va, y caminan a pasitos cortos haciendo sonar las pulseras de sus pies. 3,17 Por eso el Seor llenar de sarna la cabeza de las damas de Sin, y quedarn peladas. 3,18 Aquel da, el Seor arrancar los adornos, pulseras para los tobillos, cintas y lunetas, 3,19 pendientes, brazaletes, 3,20 velos, sombreros, cadenillas de pie, cinturones, frascos de perfume y amuletos, 3,21 sortijas, aros de nariz, 3,22 vestidos preciosos, mantos, chales y bolsos, 3,23 espejos, lienzos finos, turbantes y mantillas. 3,24 Aquel da, en lugar de perfumes habr podredumbre; en lugar de cinturn, una cuerda; en lugar de

    cabello trenzado, cabeza rapada; en lugar de vestidos lujosos, un saco; en vez de un diestro maqui-llaje, una marca con un hierro al rojo.

    Temporal sobre Samaria 3,25 Tus hombres caern bajo la espada,

    y tus hroes en la batalla. Hasta las puertas se quejarn y guardarn luto, y t te sentars sola, en el suelo.

    4,1 Siete mujeres se pelearn

    por un solo hombre en ese da, y le suplicarn: Nos alimentaremos por nuestra cuenta, y tambin nos vestiremos nosotras mismas, permtenos solamente llevar tu apellido, para salvar as nuestra honra.

    Los salvados en el cerro Sin 4,2 +Aquel da, el Brote de Yav ser ornamento y gloria de los salvados de Israel; el Fruto de la tierra

    ser su orgullo y esplendor. 4,3 A los que queden de Sin y al resto de Jerusaln se les llamar santos, pues sus nombres fueron es-

    critos para que tengan vida en Jerusaln. El Seor con un soplido que hace la justicia y que siembra la destruccin

    4,4 lavar de sus inmundicias a las seoras de Sin, y limpiar a Jerusaln de la sangre que se derram en ella.

    4,5 Entonces podr Yav, sobre el cerro Sin y sobre su Asamblea santa, una nube de da y como res-plandor de fuego llameante por la noche. La Gloria de Yav se extender por encima como un toldo o una tienda,

    4,6 para dar sombra contra el calor del da, refugio tambin y amparo contra el temporal. El cntico de la via 5,1 +Djenme cantar, en nombre de mi amigo,

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 7

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    la cancin de mi amigo por su via. Una via tena mi amigo en una loma frtil.

    5,2 La cav quitando las piedras y plant cepas escogidas. En medio de ella construy una torre y tambin cav un lagar. El esperaba que produjera uvas, pero slo le dio racimos amargos.

    5,3 Acrquense, habitantes de Jerusaln, y hombres de Jud: juzguen ahora entre mi via y yo.

    5,4 Qu otra cosa pude hacer a mi via que no se lo hice? Por qu, esperando que diera uvas, slo ha dado racimos amargos?

    5,5 Djenme que les diga lo que voy a hacer con mi via: le quitar la cerca, y no ser ms que maleza para el fuego;

    5,6 derribar el muro, y pronto ser pisoteada. La convertir en un lugar devastado, no se podar ni se limpiar ms, sino que crecern en ella la zarza y el espino, y les mandar a las nubes que no dejen caer ms lluvia sobre ella.

    5,7 La via de Yav de los Ejrcitos es el pueblo de Israel, y los hombres de Jud, su cepa escogida. El esperaba rectitud, y va creciendo el mal; esperaba justicia, y slo se oye el grito de los oprimidos.

    Pobres de ustedes, ricos 5,8 +Pobres de aquellos que, teniendo una casa, compraron el barrio poco apoco! Pobres de aquellos

    que juntan campo a campo! As que ustedes se van a apropiar de todo y no dejarn nada a los de-ms?

    5,9 En mis odos ha resonado la palabra de Yav de los Ejrcitos: Han de quedar en ruinas muchas casas grandes y hermosas, y no habr quien las habite.

    5,10 Diez cuadras de via apenas darn un barril de vino, y un quintal de semilla slo dar un puado. 5,11 Pobres de aquellos que se levantan muy temprano en busca de aguardiente y hasta muy entrada la

    noche continan su borrachera! 5,12 Hay ctaras, panderetas, arpas, flautas y vino en su banquete, pero no ven la obra de Yav ni entien-

    den lo que l est preparando. 5,13 A mi pueblo le falta inteligencia, por eso ser desterrado. Sus nobles morirn de hambre, y su pue-

    blo perecer de sed. 5,14 El lugar adonde van los muertos

    ensanchar su garganta y abrir su enorme hocico, para tragar a toda esa gente adinerada: ah bajarn con toda su bulla.

    5,15 El orgullo del hombre ser doblegado,

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 8

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    la soberbia humana ser humillada. 5,16 Yav de los ejrcitos aparecer grande

    en su intervencin, y el Dios Santo mostrar su santidad por su justicia

    5,17 En los pueblos donde engordan Sus ganados

    5,18 Desgraciados de aquellos que arrastran su maldad con la cuerda de sus engaos, y arrastran el pecado como los tiros de un carro.

    5,19 De aquellos que dicen: Rpido! Que Yav termine pronto su obra que la veamos. Que vengan y se cumplan los planes del Santo de Israel

    5,20 Pobre de aquellos que llaman bien al mal y mal al bien, que cambian las tinieblas en luz y la luz en tinieblas, que dan lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!

    5,21 Ay de los que se creen sabios y se consideran inteligentes!

    5,22 Pobre de aquellos que son valientes para beber vino. y campeones para mezclar bebidas fuertes!

    5,23 Y de los que perdonan al culpable por dinero, y privan al justo de sus derechos!

    5,24 As como las llamas queman el rastrojo y como el pasto seco se consume en el fuego, as se pudrir su raz y su flor ser llevada como el polvo; porque han rechazado la ley de Yav de los ejrcitos y han despreciado la palabra del Santo de Israel.

    5,25 Por esto Yav se enoj con su pueblo y levant su mano para pegarle; los cerros se estremecieron y los cadveres quedaron tirados como la basura en las calles. Pero no se le pas el enojo, pues sigui con su mano levantada.

    5,26 Le hace seas a una nacin lejana y le pega un silbido desde el fin del mundo; ella ligerito llega con rapidez.

    5,27 Nadie de los suyos se debilita o se cansa, ni se queda dormido o se pone a cabecear, ninguno se suelta los cordones de su zapato.

    5,28 Sus flechas son muy puntiagudas, todos sus arcos estirados, los cascos de sus caballos son como de piedra, las ruedas de sus carros igual que el huracn.

    5,29 Tiene un rugido como de leona, ruge como un cachorro de len,

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 9

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    grue y atrapa su presa, se la lleva y nadie se la quita.

    5,30 Rugir contra l, en ese da, como el bramido del mar. Al mirar el pas slo se vern tinieblas, angustia, y luz que desaparece entre las sombras.

    Cmo Isaas fue llamado 6,1 +El ao en que muri el rey Ozas, vi al Seor sentado en un trono elevado y alto, y el ruedo de su

    manto llenaba el Templo. 6,2 Por encima de l haba serafines. Cada uno de ellos tena seis alas: con dos se cubran el rostro, con

    dos los pies y con las otras volaban. 6,3 Y gritaban, respondindose el uno al otro: Santo, Santo, Santo es Yav de los ejrcitos, su Gloria

    llena la tierra toda. 6,4 Los postes de piedra de la entrada temblaban a la voz del que gritaba y la Casa se llenaba de humo.

    Yo exclam: 6,5 Ay de m, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros y vivo entre un pueblo de la-

    bios impuros, y mis ojos han visto al rey, Yav de los Ejrcitos! 6,6 Entonces vol hacia m uno de los serafines. Tena un carbn encendido que haba tomado del altar

    con unas tenazas, 6,7 Toc con l mi boca y dijo:

    Mira, esto ha tocado tus labios, tu falta ha sido perdonada y tu pecado, borrado. 6,8 Y o la voz del Seor que deca: A quin enviar, y quin ir por nosotros? Y respond: Aqu

    me tienes, mndame a m. 6,9 El me dijo: Ve y dile a este pueblo: Pongan mucha atencin, pero no entendern, miren, bien, pero

    no distinguirn. 6,10 Trata de que se ponga pesado el corazn del pueblo, que se vuelvan sordos sus odos y se les peguen

    sus ojos; no sea que vean sus ojos, oigan sus odos, comprenda su corazn, y pueda convertirse y re-cuperen la salud.

    6,11 Yo dije: Hasta cundo, Seor? Y l me respondi: 6,12 Hasta que las ciudades queden destruidas y sin habitantes, las casas desocupadas y la tierra aban-

    donada; hasta que Yav haya expulsado a los hombres y la soledad en el pas sea grande. 6,13 Y si quedara solamente la dcima parte, tambin habra de ser entregada al fuego, como hacen con

    la raz de la encina y del roble. De la raz, sin embargo, brotar una raza santa. Primer aviso a Ajaz 7,1 +Sucedi en tiempos de Ajaz, hijo de Jotam y nieto de Ozas, rey de Jud. Rasn, rey de Aram y Pe-

    caj, hijo de Romela, rey de Israel, subieron a Jerusaln para apoderarse de ella, pero no lo consi-guieron.

    7,2 Llevaron esta noticia al palacio de David: Los de Aram estn acampados en el territorio de Efra-m. Al conocerla corazn del rey y de la gente se puso a palpitar como se estremecen los rboles del bosque movidos por el viento.

    7,3 Entonces Yav dijo a Isaas: Anda a ver a Azaz junto con tu hijo Un-resto-volver, donde termina el canal de la piscina superior. Le dirs:

    7,4 Qudate tranquilo, no tengas miedo, y que tu corazn no te falle al ver ese par de tizones humeantes.

    7,5 No temas la clera de Rasn, rey de Aram, y el hijo de Romela ya que Aram, Efram y el hijo de Romela han resuelto acabar contigo, diciendo:

    7,6 Subamos contra Jud, metmosle miedo, apodermonos de ella

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 10

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    y pongamos all por rey al hijo de Tabel. 7,7 As habla el Seor Yav:

    Esto no se cumplir ni pasar jams. 7,8 la capital de Aram es Damasco

    y jefe de Damasco, Rasn 7,9 la capital de Efran es Samaria,

    y el el jefe de Samaria, hijo de Romera. Pues bien, dentro de cinco o seis aos Efram ser destruido, dejar de ser un pueblo. Pero si ustedes no confen en m, tampoco permanecern

    La Virgen dar a luz 7,10 +Yav se dirigi otra vez a Ajaz, por medio de Isaas, que le dijo: 7,11 Pide a Yav, tu Dios, una seal, aunque sea en las profundidades del lugar oscuro o en las alturas

    del cielo. 7,12 Respondi Ajaz: No la pedir, porque no quiero poner a prueba a Yav. 7,13 Entonces Isaas dijo: Oigan, herederos de David! No les basta molestar a todos, que tambin

    quieren cansar a mi Dios? 7,14 El Seor, pues, les dar esta seal:

    La Virgen est embarazada y da a luz un varn a quien le pone el nombre de Emmanuel. 7,15 El nio se alimentar de leche cuajada y miel hasta que sepa rechazar lo malo y elegir lo bueno. 7,16 Porque antes de que sepa rechazar lo malo y elegir lo bueno, los territorios de los dos reyes que aho-

    ra te amenazan, sern destruidos 7,17 y Yav te enviar a ti, a tu pueblo y familia, das tan malos como nunca los hubo desde que Efram

    se separ de Jud. 7,18 Aquel da Yav llamar con un silbido:

    de Egipto vendrn los tbanos y del pas de Asiria

    7,19 Vendrn y se posarn en masa en las quebradas, en las hendiduras de las rocas, en todos los matorrales y en todas las praderas.

    7,20 En ese da, el Seor, con una navaja alquilada al otro lado del ro, rapar la cabeza, el cuerpo y la barba.

    7,21 Aquel da cada hombre criar una vaca y dos ovejas.

    7,22 Darn leche en abundancia y cuantos queden en el pas se alimentarn de leche cuajada y miel.

    7,23 Aquel da todo lugar donde haba mil parras, valoradas en mil monedas de plata, se cubrir de zarzas y espinas.

    7,24 Se entrar en l con flechas y arcos, porque todo el pas no ser ms que zarzas y espinas.

    7,25 Y por miedo a las espinas y a las zarzas, ninguno entrar en los lugares cavados con azadn: que no sern ms que potreros donde se sueltan los bueyes, y por donde circulan las ovejas.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 11

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    8,1 +Yav me dijo: Toma un sello grande y escribe encima con un punzn: Pronto-Saqueo-Rpido-Botn.

    8,2 Hazlo en presencia delel sacerdote Uras y Zacaras, mis fieles testigos 8,3 Me acerqu a mi esposa, que dio a luz un hijo, y Yav me dijo: Ponle el nombre de Pronto-

    Saqueo-Rpido-Botn, 8,4 porque antes de que el nio sepa decir pap y mam, la riqueza de Damasco y el botn de Samaria

    sern llevados ante el rey de Asiria. 8,5 Yav me habl nuevamente y me dijo: 8,6 Este pueblo ha despreciado las aguas de Silo que corren mansamente en medio de l, y se ha asus-

    tado ante los reyes de Damasco y Samaria. 8,7 Por eso, el Seor har subir contra ellos las aguas embravecidas y profundas del ro Eufrates (que es

    el rey de Asiria con todo su poder). Este se saldr de su lecho y correr por todas sus riberas! 8,8 llegar hasta Jud inundndolo todo, sus aguas le llegarn hasta el cuello y se extendern ocupando

    todo lo ancho de tu pas, oh Emmanuel! 8,9 Spanlo, pueblos: van a ser destrozados.

    Pongan atencin, naciones lejanas y tomen sus armas: Van a ser destruidas.

    8,10 Tracen un plan: fracasar. Digan una palabra: no se cumplir. Porque Dios est con nosotros.

    El Dios que se esconde 8,11 +Esta es la advertencia que me dirigi Yav en el momento en que me tom de su mano y me mand

    que no siguiera el camino de este pueblo. Estas fueron sus palabras: 8,12 .No digan ustedes: Conspiracin! cada vez que la gente dice: Conspiracin!. No teman lo que

    ellos temen, ni tengan miedo. 8,13 Yav de los Ejrcitos es el nico a quien ustedes deben tener por Santo, a quien deben temer y al

    que tendrn miedo. 8,14 El es un santuario para los dos reinos de Israel, pero tambin es piedra donde se tropieza y roca que

    hace caer. Y ser como una red y una trampa para la gente de Jerusaln. 8,15 Es ah donde muchos tropezarn, caern y se quebrarn, quedarn atrapados y presos. 8,16 Y aadi Yav: Que mis discpulos guarden esta declaracin cual revelacin sellada. 8,17 Ahora, pues, esperar en Yav, que esconde su rostro al pueblo de Jacob; en l confo. 8,18 Yo y los hijos que Yav me ha dado, somos para Israel como seales y anuncios que puso Yav de

    los Ejrcitos, que habita en el monte de Sin. 8,19 +Y si les dicen a ustedes: Consulten a los espritus y a los adivinos que cuchichean y murmuran,

    respondan: Por supuesto, todo pueblo debe consultar a su Dios! Acaso consultar a los muertos por los que viven?

    8,20 Vuelvan a la enseanza y al testimonio: Pobre del que no responda de acuerdo a esta palabra contra la cual ningn adivino tiene poder.

    8,21 Andarn vagando por el pas, amargados y hambrientos, y se pondrn furiosos por el hambre, y maldecirn a su rey y a su Dios: levantarn sus ojos al cielo,

    8,22 luego mirarn al suelo y slo encontrarn miseria y tinieblas, oscuridad angustiosa, y no vern ms que noche.

    8,23 El primer perodo casi aniquil al pas de Zabuln y al pas de Neftal, pero en el futuro, se llenar de gloria la carretera del mar, ms all del Jordn, en la regin de los paganos.

    Un nio ha nacido

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 12

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    9,1 +El pueblo que caminaba en la noche divisaron una luz grande; habitaban el oscuro pas de la muerte, pero fueron iluminados.

    9,2 T los has bendecido y multiplicado, los has colmado de alegra. por eso estn de fiesta y te celebran, como los combatientes despus de la victoria.

    9,3 El yugo que soportaban, y la vara sobre sus espaldas, el ltigo de su capataz, t los quiebras como en el da de Madin.

    9,4 Los zapatos que hacan retumbar la tierra y los mantos manchados de sangre van a ser quemados: el fuego los devorar.

    9,5 Porque un nio nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre: Este es el Consejero admirable, el Hroe divino, Padre que no muere, prncipe de la Paz.

    9,6 Su imperio no tiene lmites, y, en adelante, no habr sino paz para el hijo de David y para su reino.

    9,7 El lo establece y lo sostiene por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. S as ser, por el amor celoso del Seor.

    Amenazas contra Efram 9,8 +El Seor ha lanzado una sentencia contra Jacob, y ha cado en Israel. 9,9 Todo ese pueblo ha sido testigo, la gente de Efram y los habitantes de Samaria. Perose hicieron

    fuertes y dijeron con soberbia: 9,10 Si se han venido abajo los ladrillos, edificaremos con piedras labradas; si han cortado los sicmo-

    ros, los reemplazaremos con cedros. 9,11 Pero Yav lanza contra este pueblo a sus enemigos, azuza a sus adversarios: 9,12 Aram por el este y los filisteos por el oeste, que devoran a Israel a dentelladas. Ni con esto se le ha

    pasado el enojo, y su mano sigue amenazando. 9,13 Mas el pueblo no se ha vuelto hacia el que le pegaba, no se ha preocupado de Yav de los ejrcitos. 9,14 Por eso Yav ha cortado a Israel cabeza y cola, palmera y junco, en un mismo da. 9,15 La cabeza son el anciano y el noble; la cola es el profeta de mentira. 9,16 Los guas de este pueblo lo han extraviado y sus dirigidos se han perdido. 9,17 Por eso el Seor no tendr compasin de sus jvenes, y tratar sin piedad a sus hurfanos y viudas.

    Todo este pueblo es hipocrita y perverso, y no tienen en la boca ms que estupideces. Ni con eso se le ha pasado el enojo, y su mano sigue amenazante.

    9,18 Pues su maldad arde como fuego, devora zarzas y espinas, y despus quema la espesura del bosque, y todos ellos se disipan como se disipa el humo.

    9,19 El enojo de Yav de los Ejrcitos ha sacudido el pas y el pueblo ha sido pasto de las llamas. Nadie se compadece de su hermano, cada uno se come la carne de su vecino.

    9,20 Muerden a derecha, y todava siguen con hambre; comen a izquierda, y no quedan satisfechos.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 13

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    9,21 Manass se come a Efram, Efram a Manass, y ambos se lanzan contra Jud. Ni con eso se le ha pasado el enojo, y su mano sigue amenazante.

    Los que organizan la opresin 10,1 Pobres de aquellos que dictan

    leyes injustas y con sus decretos organizan la opresin,

    10,2 que despojan de sus derechos a los pobres de mi pas e impiden que se les haga justicia que dejan si nada a al viuda y se roban la herencia del hurfano!

    10,3 Qu harn el da de la invasin, cuando, desde lejos, venga el castigo A dnde huirn, y quin los ayudar? Dnde encerrarn sus riquezas?

    10,4 No quedar ms que doblegarse entre los prisioneros o caer con los muertos. A Yav no se le ha pasado el enojo, an sigue con su mano levantada.

    Contra Asiria 10,5 +Ay de Asur, que es el bastn de mi ira, el garrote que usa mi furor! 10,6 Yo lo he enviado contra una nacin impa,

    contra un pueblo que me molesta, para que lo saquee y le quite todo lo que tiene y lo pisotee como el polvo de las calles.

    10,7 El, en cambio, no piensa lo mismo, ni lo cree as su corazn, pues su intencin es destruir y hacer pedazos numerosas naciones.

    10,8 Dice: Mis prncipes no son reyes acaso? 10,9 No sucedi a Calno como a Carquemis,

    a Jamat igual que a Arpad y a Samaria como a Damasco?

    10,10 As como mi mano ha alcanzado los reinos de los dolos, en que las estatuas eran ms numerosas que las de Jerusaln y Samaria;

    10,11 como he, tratado a Samaria y a sus dolos, no ser capaz de hacer lo mismo con Jerusaln y sus imgenes?

    10,12 Cuando el Seor haya terminado su obra en la montaa de Sin y en Jerusaln, castigar la soberbia del corazn del rey de Asiria y la mirada despreciativa de sus ojos. Porque dijo:

    10,13 Con la fuerza de mi brazo he hecho esto, y con mi capacidad, pues soy inteligente, he hecho retro-ceder las fronteras de los pueblos y me he apoderado de sus tesoros. Yo como soberano hice bajar de su trono a sus reyes.

    10,14 Mi mano ha tomado, como se toma un nido, las riquezas de los pueblos. Como se recogen huevos botados, as me he apoderado de toda la tierra y no hubo quien aleteara ni abriera el pico ni piara.

    10,15 Acaso el hacha se cree ms que el leador, o la sierra, ms que el aserrador?

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 14

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    Como si el bastn mandara a quien lo usa o el palo moviera al que no en de madera! 10,16 Por eso Yav de los ejrcitos enviar

    a sus satisfechos la debilidad y le prender fuego a su lujo como se enciende la lea.

    10,17 La luz de Israel vendr a ser como fuego y su Santo una llama,

    10,18 que quemar y consumir sus espinas y su zarza en un solo da. Har desaparecer totalmente sus verdes bosques y jardines, que se parecern a un enfermo que agoniza.

    10,19 Lo que quede de los rboles de su bosque ser tan poco, que hasta un nio los podr contar.

    Un resto volver 10,20 +Aquel da suceder que el resto de Israel y los sobrevivientes de la familia de Jacob ya no se apoya-

    rn ms en el que los explota, sino que le pedirn, sinceramente, ayuda a Yav, el Santo de Israel. 10,21 Un resto volver un resto de Jacob se volver hacia el Dios fuerte. 10,22 Porque aunque fuera tu pueblo, oh Israel, como la arena del mar, slo un resto volver. Su destruc-

    cin est decidida, para que quede bien claro la justicia; 10,23 pues el Seor Yav de los Ejrcitos llevar a cabo, eh todo el pas el exterminio que ha resuelto

    hacer. 10,24 Por tanto, as se expresa Yav de los Ejrcitos:

    Oh pueblo mo, que vives en Sin; no le tengas miedo a Asur, que te da de palos, o que te pega con su bastn, como haca Egipto,

    10,25 Porque dentro de muy poco tiempo desaparecer mi enojo contra ti, y mi clera los destruir.

    10,26 Yav de los Ejrcitos har zumbar la huasca sobre l, igual como cuando se las dio a Madin en el cerro Horeb, y levantar su bastn sobre el mar, como lo hizo en Egipto.

    10,27 Entonces, su carga se caer de tu espalda y su yugo dejar de pesar en tu cuello.

    10,28 Se acerca por el lado de Rimn, avanza sobr Ayot, atraviesa Migrn, deja su bagaje en Micmas. 10,29 Atraviesan el desfiladero, pasan la noche en Gueba. Rama se asusta, Guibea d Sal huye. 10,30 Grita, hija de Galim; escchala, Lais; respndele, Anatot 10,31 Madmena se dispersa, los habitantes de Gabim buscan refugio. 10,32 Hoy mismo har un alto en Nob, y extender su brazo sobre el cerro de la hija de Sin, la colina de

    Jerusaln. 10,33 Pero vean cmo el Seor Yav de los Ejrcitos desgaja con fuerza las copas de los rboles; los mas

    altos son cortados y los ms parados caen al suelo! La espesura del bosque no puede resistir al ha-cha.

    10,34 El Lbano y sus esplendores se derrumban. El principe de la paz 11,1 +Una rama saldr del tronco de Jes,

    un brote surgir de sus races.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 15

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    11,2 Sobre l reposar el Espritu de Yav, espritu de sabidura e inteligencia espritu de prudencia y valenta, espritu para conocer a Yav, y para respetarlo,

    11,3 y para gobernar segn a sus preceptos. No juzgar por las apariencias ni se decidir por lo que se dice,

    11,4 sino que har justicia a los dbiles y dictar sentencias justas a favor del pobre. Su palabra derribar al opresor, el soplo de sus labios matar al malvado.

    11,5 Tendr como- cinturn la justicia, y la lealtad ser el ceidor de sus caderas.

    11,6 El lobo habitar con el cordero, el puma se acostar junto al cabrito, el ternero comer alado del len y un nio chiquito los cuidar.

    11,7 La vaca y el oso pastarn en compaa y sus cras reposarn juntas, pues el len tambin comer pasto, igual que el buey.

    11,8 El nio de pecho pisar el hoyo de la vbora, y sobre la cueva de la culebra el pequeuelo colocar su mano

    11,9 no cometern el mal, ni daarn a su prjimo en todo mi Cerro santo, pues, como llenan las aguas el mar, se llenar la tierra del conocimiento de Yav.

    El regreso de los desterrados 11,10 +Aquel da la raz de Jes se levantar como una bandera para las naciones, los pueblos irn en su

    busca y su casa se har famosa. 11,11 Al mismo tiempo, el Seor volver a tender su mano para rescatar al resto de su pueblo, a los que

    todava queden en Asur y Egipto, en Patros, Etiopa y Elam, en Senaar,. Jamat y las islas del mar. 11,12 Levantar una bandera para las naciones,, juntar a los desterrados de Israel, y reunir a los dis-

    persos de Jud desde los cuatro puntos cardinales. 11,13 Entonces se acabar la envidia de Efram y los enemigos de Jud sern aplastados Efram ya no ten-

    dr envidia de Jud y Jud no ser ms enemigo de Efram. 11,14 Se dejarn caer sobr las costas de los filisteos al oeste, y juntos asaltarn a los hijos del este; ex-

    tendern su imperio sobre Edom y Moab y sometern a los Amonitas. 11,15 Y Yav secar el golfo del mar de Egipto y levantar su mano contra el ro Eufrates; con un fuerte

    soplido lo dividir en siete brazos que se podrn cruzar sin sacarse los zapatos. 11,16 As tendr un camino el resto de su pueblo, que haya sobrevivido en el destierro de Asiria, como lo

    tuvo Israel cuando sali de Egipto. Himno de los rescatados 12,1 Y dirs aquel da: Te doy gracias, Yav, porque t estabas enojado conmigo, pero se te pas el

    enojo y t me consolaste.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 16

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    Librodot

    12,2 Vean cmo es l, el Dios que me salva! Me siento seguro y no tengo ms miedo, pues Yav es mi fuerza y mi cancin, l es mi salvacin.

    12,3 Y ustedes sacarn agua con alegra de las vertientes de la salvacin. 12,4 Ustedes dirn, ese da: Denle las gracias a Yav, vitoreen su Nombre! Publiquen entre' los pueblos

    sus hazaas, repitan que su Nombre es sublime. 12,5 Canten a Yav, pues hizo maravillas que toda a tierra debe conocer! 12,6 Grita de contento y de alegra, oh Sin, porque grande es, en medio de t, el Santo de Israel! Profeca contra Babilonia 13,1 +Esta es la visin que tuvo Isaas, hijo de Ams, contra Babilonia. 13,2 En lo alto de un cerro pelado, coloquen una bandera, lancen gritos de guerra, hganles seas con la

    mano para que entren por las puertas de los prncipes. 13,3 Yo he dado rdenes a mis santos guerreros, a mis gentes alegres y gloriosas; he llamado a mis va-

    lientes para mi venganza. 13,4 Escuchen ese rugido que viene de las montaas como de una inmensa muchedumbre. Escuchen el

    ruido de los reinos o de las naciones reunidas. Es Yav de los Ejrcitos, que pasa revista al ejrcito listo para la guerra.

    13,5 Yav y los defensores de su causa llegan d lejanas tierras, ms all del horizonte, para arrasar toda la, tierra.

    13,6 Griten, pues se acerca el da en que Yav, Todopoderoso, lo va a destruir todo. 13,7 Por eso, todos los brazos caen sin fuerza A todos los hombres se les para el corazn. 13,8 De puro susto comienzan a temblar y a sentir dolores y se retuercen como mujeres que dan a luz. Se

    miran unos a otros, sus rostros estn ardientes como brasas. 13,9 Ya llega el da cruel de Yav,

    con furia y rabia inmensa, para dejar la tierra hecha un destierro y acabar con todos los pecadores.

    13,10 Las estrellas del cielo y sus constelaciones no alumbrarn ms, el sol se oscurecer desde que apare-ce y la luna no enviar ms su luz.

    13,11 Voy a castigara todo el mundo por su maldad y a los impos por sus crmenes; acabar con el orgu-llo de la clase alta y humillar la soberbia de los dictadores.

    13,12 Har que los hombres sean ms escasos que el oro fino y no se hallen ms que el oro de Ofir. 13,13 Por eso, temblarn los cielos y la tierra se mover de su sitio, al ver el furor de Yav de los Ejr-

    citos, cuando estalle su clera. 13,14 Entonces, como una cabrita asustada, como ovejas que andan sin pastor, cada uno se volver a su

    pueblo o huir a su patria. 13,15 A todos los que encuentren los traspasan, y a todos los que apresan, los acuchillan. 13,16 Sus hijos son aplastados ante sus mismos ojos, sus casas saqueadas y sus mujeres violadas. 13,17 Miren cmo yo empujo contra ellos a los medos, que no se interesan por la plata y que desprecian

    al oro. 13,18 Sus arcos echan a tierra a los jvenes, ni siquiera se compadecen del fruto de las entraas y miran

    sin lstima a los nios. 13,19 Babilonia, la perla de los reinos, la joya y orgullo de los caldeos, ser destruida por Dios, como So-.

    doma y Gomorra. 13,20 Nunca ms, en adelante, ser poblada o habitada. Ni el rabe acampar all ni los pastores descansa-

    rn all con sus rebaos. 13,21 Por all vagarn las fieras del desierto

    y las lechuzas se metern en sus casas. All habitarn las avestruces y bailarn los machos cabros.

    13,22 Las hienas aullarn en sus castillos y los chacales en sus lujosos palacios. Ya se acerca su hora, no tardarn en llegar esos das.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 17

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    14,1 S, Yav se compadecer de Jacob, s fija14r de nuevo en Israel y volver a instalarlo en su patria.

    El extranjero seguir tambin sus pasos y se juntar a los de la familia de Jacob. 14,2 Los pueblos los recogern y los devolvern a su tierra, y la familia de Israel, a su vez, se apoderar

    de ellos y los har sus esclavos y sirvientes, en la tierra de Yav. Harn cautivos a sus opresores. Cmo caste, estrella brillante? 14,3 +Cuando Yav te libere de tus padecimientos, de tus inquietudes y de la dura esclavitud a la que es-

    tabas sometido, 14,4 pronunciars esta burla contra el rey de Babilonia: 14,5 Cmo ha terminado el tirano y acabado su arrogancia! Yav ha roto el palo de los malvados, l

    bastn de los opresores, 14,6 que les pegaba a los pueblos con rabia, golpendolos sin cesar, y oprima con furia a las naciones,

    persiguindolas sin descanso. 14,7 La tierra est ahora tranquila y quieta y retumban las aclamaciones. 14,8 Aun los cipreses y los cedros del Lbano se alegran, diciendo: Desde que ests en la tumba, ningu-

    no sube a cortarnos. 14,9 Bajo la tierra, los muertos se agitan por ti, para salirte al encuentro; se despiertan las sombras de

    todos los grandes de la tierra y se levantan de sus tronos los reyes de los pueblos. 14,10 Todos se dirigen a ti a una sola voz, y te dicen: T tambin has sido tirado al suelo y ahora eres

    igual a nosotros! 14,11 Tu esplendor junto al sonido de tus arpas han sido lanzados al lugar adonde van los muertos, tienes

    gusanos para tu cama y, para cubrirte, lombrices. 14,12 Cmo caste desde el cielo, estrella brillante, hijo de la Aurora? Cmo t, el vencedor de las na-

    ciones; has sido derribado por tierra? 14,13 En tu corazn decas: Subir hasta el cielo, y levantar mi trono encima de las estrellas de Dios, me

    sentar en la montaa donde se renen los dioses, all donde el Norte se termina; 14,14 subir a la cumbre de las nubes, ser igual al Altsimo. 14,15 Mas ay! has cado en las honduras del abismo, en el lugar adonde van los muertos. 14,16 Los que te ven se fijan en ti y dicen al verte: Est es el hombre que espantaba a la tierra, que haca

    temblar a los reinos, 14,17 que converta al mundo en un desierto, que destrua las ciudades y nunca abra la crcel a sus pre-

    sos. 14,18 Todos los reyes de las naciones, todos reposan con honor, cada uno en su tumba, 14,19 pero t has sido arrojado lejos de tu sepulcro, como una basura que molesta, como un cadver piso-

    teado, cubierto de gente masacrada, de degollados por la espada, depositados en la fosa comn. 14,20 No tendrs la sepultura de los reyes, porque has desolado tu tierra y asesinado a tu pueblo: nadie, en

    adelante, se acordar de la descendencia de los malhechores. 14,21 Maten a los hijos por los crmenes de sus padres; ya no saldrn a conquistar la tierra ni cubrirn,

    con sus ciudades, la faz del mundo! 14,22 Me levantar contra ellos -dice Yav de los Ejrcitos- y acabar en Babilonia con nombres y apelli-

    dos, con hijos y nietos, dice Yav. 14,23 La transformar en un terreno lleno de erizos, en un pantano. Le pasar una escoba, que barre con

    todo, dice Yav. 14,24 Yav de los Ejrcitos lo ha jurado, diciendo:

    Tal como lo he pensado, pasar, y como lo he querido, se cumplir.

    14,25 Destrozar a Asur en mi propio pas y lo aplastar en mis cerros; as ustedes se librarn de su yugo y de su carga, que pesa sobre los hombros.

    14,26 Esta es la sentecia decretada contra toda la tierra; as su mano est extendida sobre las naciones.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 18

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    14,27 Si Yav de los Ejrcitos forja un plan, quin lo arruinar? O si extiende su mano, quin lo har cambiar?

    Aviso a los filisteos

    14,28 El ao en que muri Ajaz hubo esta palabra: 14,29 +No te alegres tanto, Filistea,

    porque se quebr el bastn que te pegaba; pues del huevo de la culebra saldr una vbora, la que, a su vez, tendr una serpiente voladora.

    14,30 Entonces mis pobres se alimentarn de mis campos y los que nada tienen dormirn tranquilos, mientras que a tus hijos los har morir de hambre y matar a los sobrevivientes.

    14,31 Que rechinen las puertas, que grite la ciudad! Tiembla, Filistea, porque por el norte se levanta una humareda, y nadie de sus soldados abandona las filas!

    14,32 Qu respondern, entonces, a los embajadores de esa nacin? Que Yav ha fundado a Sin y en ella se refugiarn los pobres de su pueblo.

    Lamentacin por Moab 15,1 Profecla sobre Moab.

    De noche Ar fue destruida, y sucumbi Moab; de noche Quir fue destruida, y sucumbi Moab.

    15,2 La gente sube a Bet y Dibn, para llorar en los santuarios altos; en los cerros de Nebo y de Madaba gime Moab. Llevan el pelo cortado al rape y la cara afeitada; andan vestidos con sacos por las calles y se lamentan desde las azoteas.

    15,3 En las plazas, todo el mundo se queja, deshecho en llanto.

    15,4 Jesebn y Helale gritan, Hasta Jahas se oye, su voz.

    15,5 Por eso se conmueven los valientes de Moab y tiembla su alma; el corazn de Moab palpita, sus fugitivos llegan hasta Soar. Por la cuesta de Luhit suben llorando, por el camino de Joronaim lanzan gritos desgarradores:

    15,6 Las vegas de Nimrin son ahora un terreno abandonado, pues se sec la hierba, desapareci el pasto

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 19

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    y se acab el verdor. 15,7 Por eso, llevan sus ganancias y sus provisiones

    al otro lado del arroyo de los Sauces. 15,8 Los alaridos recorren

    todo el territorio de Moab; el gritero se siente hasta en Eglaim y su eco hasta en Beer-Elim; porque las lagunas de Dimn estn rojas de sangre.

    15,9 Sin embargo, mandar un nuevo castigo sobre Dimn: ser un len que atacar a los sobrevivientes de Moab y a los que queden en el pas.

    16,1 Como pichones asustados

    que no saben para dnde volar, as andan las hijas de Moab por los vados del ro Amn. Escuchen este consejo:

    16,2 Llvenle el cordero al soberano del pas, desde la Roca que est en el desierto al monte de la hija de Sin.

    16,3 Y t, extiende tu sombra como la noche en pleno medioda. Esconde a los perseguidos, no entregues al que huye.

    16,4 Dales hospedaje a los fugitivos de Moab, ofrceles un asilo frente al perseguidor.

    16,5 Cuando se haya terminado la opresin, haya desaparecido el tirano, y se hayan alejado los que aplastan el pas; entonces, el trono tendr como base la dulzura y en l se sentar con confianza, bajo la carpa de David, un juez amante del derecho, y dispuesto a hacer justicia.

    16,6 Tenemos noticias del orgullo de Moab, de ese orgullo enorme, de su vanidad, soberbia y petulancia, de sus proyectos sin fundamento.

    16,7 Por eso los moabitas lloran por Moab y se lamentan todos juntos. Todos suspiran apenados por las tortas de uva de Quir-Jers.

    16,8 Pues se han marchitado los campos de Jesebn y la via de Sibma, cuyos racimos arrancaron los amos de las naciones. Ella llegaba hasta Yazer y se perda en el desierto; sus sarmientos se extendan hasta ms all del mar.

    16,9 Tambin lloro, como llora Yazer, por la via de Sibma,

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 20

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    los regar con mis lgrimas, Jesebn y Eleal. Porque sobre tu cosecha y tu vendimia se deja or un grito de guerra, y con eso la alegra y el contento han desaparecido de sus huertos.

    16,10 Ya no cantan ni aplauden en las vias, ya no se pisa la uva en el lagar, ni se siente el canto.

    16,11 Por eso mis entraas se conmueven por Moab, como una ctara, y mi corazn por Quir-Jers.

    16,12 Por ms que Moab se canse subiendo a los santuarios, o entre a su templo a rezar, nada conseguir con eso.

    16,13 Esta es la sentencia que, hace tiempo, pronunci Yav contra Moab. Y ahora Yav declara: Dentro de tres aos, los mismos que dura el contrato de un soldado, el famoso poder de Moab, con su gran poblacin, se vendr abajo y slo quedar una minora sin importancia.

    Profeca contra Damasco 17,1 Orculo contra Damasco.

    Damasco ya no ser ms una ciudad sino un montn de escombros.

    17,2 En las ciudades de Aror, abandonadas, vivirn los rebaos, que all se tendern sin que nadie los espant.

    17,3 Desaparecer el reino de Damasco, que era una proteccin para Efram. El resto de Aram ser tratado igual que los israelitas, dice Yav de los Ejrcitos.

    17,4 Aquel da disminuir la fama de Jacob y enflaquecer su cuerpo, como cuando el segador toma un manojo de trigo y corta con su mano las espigas;

    17,5 como se recogen las espigas en el valle de Rafaim y slo quedan rastrojos;

    17,6 o como cuando se apalean los olivos y slo quedan dos o tres aceitunas en la copa o cuatro o cinco en las ramas del rbol. Palabra de Yav, Dios de Israel.

    17,7 Por ese entonces, el hombre mirar a su Creador y volver sus ojos al Santo de Israel. 17,8 Ya no se fijar ms en los altares que construyeron sus manos, ni contemplar lo que trabajaron sus

    dedos: los postes sagrados y los monumentos de piedra al sol. 17,9 En ese da tus ciudades sern abandonadas como lo fueron las de los amorreos y de los jeveos ante

    el ataque de los hijos de Israel. 17,10 Se convertirn en un desierto

    porque olvidaste a Dios, tu Salvador y no te acordaste de la Roca que te protege. Ms bien, plantabas plantas tempraneras y cultivabas patillas tradas del extranjero.

    17,11 Veas brotar tus plantas,

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 21

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    el mismo da que las plantabas y, al da siguiente, florecan; pero toda la cosecha se perder el da de la catstrofe y el dao ser irreparable.

    Fin repentino de Asur 17,12 Un bramar de pueblos inmensos

    un ruido como el rugido del mar; estruendo de naciones que resuenan como retumban las aguas torrentosas.

    17,13 Apenas l las amenaza, huyen muy lejos, dispersndose como polvillo de los cerros movido por el viento, o como un remolino, por el huracn.

    17,14 Espanto!, al caer la tarde, pero, antes de amanecer, ya no queda nadie. Esa ser la suerte de nuestros saqueadores, el destino de los que nos explotan.

    Profeca contra Etiopa 18,1 Oh pas donde se siente

    zumbido de mosquitos, y que ests ms all de los ros de Etiopa, t que envas embajadores por mar en livianas canoas de juncos!

    18,2 Vayan, rpidos mensajeros, al pas de gente alta y morena, cuyo pueblo ha sido siempre temible; a la nacin vigorosa y conquistadora cuya tierra est surcada por ros.

    18,3 ustedes, habitantes del universo y pobladores de la tierra, miren esta bandera en lo alto de los cerros, y escuchen el sonido del clarn.

    18,4 Porque as me ha hablado Yav: me pondr a mirar tranquilamente desde mi posicin, as como pesa el calor cuando hay mucho sol, o como se detiene una nube blanca en un da de siega.

    18,5 Pues antes de la vendimia, despus que haya florecido la via, y cuando comiencen aparecer los granitos, podar los sarmientos con las tijeras y arrancar o cortar los racimos.

    18,6 Y quedarn todos a merced de las aves de rapia de los cerros o de las fieras salvajes. Las aves de rapia pasarn all el verano y las fieras salvajes, el invierno.

    18,7 En ese tiempo, el pueblo de gente alta y morena, ese pueblo siempre respetado, la nacin vigorosa cuyo territorio est surcado por ros, le llevar regalos a Yav de los Ejrcitos al lugar de su Nom-bre, al cerro de Sin.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 22

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    Profeca contra Egipto 19,1 Miren a Yav, que llega a Egipto,

    montado sobre una rpida nube. Los dolos de Egipto tiemblan al verle y a los egipcios les falla el corazn.

    19,2 Azuzar a los egipcios unos contra otros y se pelearn los hermanos entre s, un amigo con otro, una ciudad con otra, un reino con otro reino.

    19,3 Egipto se trastornar, har que sea incapaz. Irn a consultar a los dolos y adivinos, a los magos y a los brujos.

    19,4 Pondr al Egipto en manos de un amo sin corazn; un rey cruel los gobernar, dice el Seor Yav de los Ejrcitos.

    19,5 Desaparecer el agua del mar, su ro no correr y quedar seco;

    19,6 el agua de sus canales disminuir y se secar. 19,7 Las plantas que estn a orillas del Nilo

    como los juncos y las caas se marchitarn, todos los sembrados regados por el Nilo se pondrn amarillos, se secarn y no quedar nada.

    19,8 Los pescadores se quejarn, todos los que tiran el anzuelo en el Nilo andarn tristes, los que extienden la red en el agua se lamentarn.

    19,9 Estarn de muerte los que trabajan el lino, y los que lo limpian y lo hilan, tambin.

    19,10 Los tejedores quedarn apenados y todos los obreros, desanimados.

    19,11 Realmente son unos estpidos los prncipes de Zoan, y los ms sabios ministros del Faran. Forman un ministerio de imbciles, y todava, dicen al Faran: Yo soy un alumno de sabios, un alumno de antiguos reyes.

    19,12 Dnde estn tus sabios? Qu te digan si lo saben, y te den a conocer lo que ha decidido hacer con Egipto Yav de los Ejrcitos.

    19,13 Estn locos los prncipes de Zoan, y se engaan los prncipes de Nof, pues hacen desviarse al Egipto. Ellos, que son los jefes de sus tribus. Yav les suministr una droga para que pierdan los sentidos.

    19,14 Por su culpa, Egipto anda tan perdido en todo lo que realiza,

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 23

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    como un borracho que no sabe dnde est. 19,15 Y ya de nada le aprovecha a Egipto

    lo que pueden hacer la cabeza o la cola, la palmera o el junco.

    Egipto se convertirti 19,16 Ese da, los egipcios comenzarn a temblar de susto y terror como las mujeres, cuando vean que

    Yav agita su mano. 19,17 Egipto le tendr horror al pas de Jud, pues cada vez que alguien se acuerde de los judos, se pondr

    plido de susto, porque recordar, al mismo tiempo, las amenazas de Yav de los Ejrcitos. 19,18 Entonces habr en Egipto cinco ciudades que hablarn la lengua de Canan, y que jurarn por Yav

    de los Ejrcitos. Y de ellas una se llamar Ciudad del Sol. 19,19 Al mismo tiempo, se levantar un altar a Yav en medio del pas de Egipto y cerca de la frontera se

    colocar un monumento de piedra a Yav. 19,20 Este ser para Yav de los Ejrcitos una seal y un testimonio en el pas de Egipto. Y cuando se

    vean oprimidos y pidan socorro a Yav, ste les mandar un salvador que los defender y libertar. 19,21 As Yav se dar a conocer a los egipcios y stos entonces, al conocerlo, le honrarn con sacrificios

    y ofrendas. Harn votos a Yav y los cumplirn. 19,22 Pues bien, si Yav ha castigado estrictamente a los egipcios, tambin los sanar. Se volvern a Ya-

    v, quien los atender y los consolar. 19,23 Y habr entonces un camino que vaya de Egipto a Asiria. Los, asirios. irn a Egipto y los egipcios a

    Asira; Egipto y Asiria servirn a Yav. 19,24 Por ltimo, Israel, junto con Egipto y Asiria, recibir bendiciones en medio de todo el mundo. 19,25 Yav de los Ejrcitos lo bendecir con estas palabras: Benditos sean mi pueblo de Egipto y Asur, la

    obra de mis manos, e Israel, mi herencia. Isaas anda como prisionero 20,1 +El ao en que el generalsimo de Sargn, rey de Asiria, mandado a Azoto, atac y se apoder de

    esta ciudad, 20,2 Yav habl por medio de Isaas, hijo de Ams. Le haba dicho: Te colgars este saco de la cintura

    y te sacars las sandalias de tus pies. Isaas lo hizo as y andaba sin ropa y descalzo. 20,3 Luego dijo Yav: As como mi siervo Isaas anduvo sin ropa y descalzo durante tres aos, como

    una seal y anuncio contra Egipto y Etiopa, 20,4 de la misma manera conducir el rey de Asur a los cautivos de Egipto y a los desterrados de Etiopa.

    Jvenes y viejos, los conducir desnudos, sin zapatos y con las nalgas al aire. 20,5 Entonces habr susto y vergenza para quienes confiaban en Etiopa y se sentan seguros por Egipto. 20,6 Los habitantes de estas costas temblarn y dirn: Miren lo que le ha ocurrido a aquel en quien con-

    fibamos, y a quien acudamos en busca de proteccin, para vemos seguros y libres del rey de Asi-ria! Y ahora, cmo nos vamos a salvar nosotros?

    Cada de Babilonia 21,1 Profeca sobre el desierto que est junto al mar. 21,2 Una visin siniestra se presenta a mis ojos:

    Como tempestad que pasa por el Negueb, vienen del desierto, del pas espantoso. El salteador se dedica al saqueo y el destructor a la destruccin. Sube, Elam, pon sitio, Media. No tengas piedad.

    21,3 Por eso, mis entraas se estremecen de espanto

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    y el dolor se apodera de m como de una mujer que da a luz; estoy muy asustado para or, muy aterrado para ver.

    21,4 Me da saltos el corazn, siento escalofros; el atardecer; que tanto esperaba, ahora me causa pnico.

    21,5 Se pone la mesa, se extiende el mantel, se come, se bebe... Arriba, capitanes, preparen sus escudos!

    21,6 Pues as me ha hablado el Seor: Anda, coloca un centinela para que comunique lo que vea.

    21,7 Si ve tropas de caballera y a los jinetes formados de dos en dos, unos montados en burros, otros en camellos, que ponga atencin, mucha atencin.

    21,8 El viga exclam: En lo alto de la torre, mi seor, estoy de pie todo el da, y en mi puesto de guardia, permanezco alerta toda la noche.

    21,9 Pues bien, veo acercarse la caballera y a los jinetes, formados de dos en dos. Entonces me han hablado y me han dicho: Cay, cay Babilonia y todas las estatuas de sus dioses han rodado por el suelo hechas pedazos.

    21,10 Oh pueblo mo, que has sido pisoteado y trillado en la era, lo que he odo de Yav de los Ejrcitos, Dios de Israel, yo te lo anuncio.

    Contra Edom y Arabia 21,11 Profeca sobre Edom:

    Alguien me grita desde Seir: Centinela, qu hora es de la noche? Centinela; qu hora es de la noche?

    21,12 El centinela responde: Llega la maana y despus la noche; si ustedes quieren preguntar, pregunten, pero vuelvan otra vez.

    21,13 Profeca sobre Arabia: Entre las matas de la estepa, pasan la noche las caravanas de los Dedanitas. Los habitantes del pas de Tema

    21,14 salieron al encuentro del sediento llevndole agua; para darle pan salieron en busca del fugitivo.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 25

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    21,15 Pues ellos vienen huyendo de las espadas, de las espadas afiladas, del arco listo para disparar, de la violencia de la guerra.

    21,16 S, as me ha conversado el Seor: Dentro de un ao, lo mismo que dura el contrato de un soldado, todo el famoso poder de Quedar se habr terminado.

    21,17 Y no quedar casi nada del poder de los arqueros valientes de Quedar, porque as ha hablado Yav, el Dios de Israel.

    No se alegren 22,1 +Profeca contra el valle de Hinom:

    Qu te pasa, que has subido a las terrazas, 22,2 ciudad donde domina la bulla,

    ciudad sin tranquilidad y de vida alegre? No cayeron por la espada tus hombres y no han quedado en el campo de batalla tus muertos.

    22,3 Todos tus jefes huyeron juntos y fueron hechos prisioneros bajo la amenaza de los arcos; tus valientes fueron apresados o han huido lejos.

    22,4 Por eso digo: Aprtense de m para que pueda llorar amargamente. No traten de consolarme por el desastre de la hija de mi pueblo.

    22,5 Pues es un da de pnico y de derrota, que enva el Seor Yav de los Ejrcitos. En el valle Hinom se echan abajo las murallas, y los gritos de socorro llegan hasta las montaas.

    22,6 Elam toma su caja de flechas, Aram monta a caballo y Quir saca su escudo.

    22,7 Tus ms hermosos valles estn llenos de carros, y la caballera toma posiciones frente a las puertas.

    22,8 As cayeron las defensas de Jud. Comamos y bebamos

    +Aquel da miraron al arsenal de la Casa del Bosque. 22,9 Se fijaron en que las murallas de la ciudad de David estaban malas, muy malas. 22,10 Por lo que examinaron las casas de Jerusaln, una por una, y derribaron casas para fortificar la mura-

    lla. 22,11 Tambin hicieron Un estanque entre. los dos muros para recoger las aguas del estanque inferior, en

    reemplazo de la 'piscina antigua. Pero no repararon en el que manda estos acontecimientos, ni vieron a aquel que los ha decidido: desde hace -tiempo.

    22,12 El Seor Yav de los Ejrcitos los invitaba aquel da a llorar y lamentar sus `pecados, a cortarse el pelo y a vestirse con un saco.

    22,13 Pero prefirieron rer y divertirse. Mataron bueyes y degollaron ovejas, comieron carne y bebieron vino: Comamos y beba-' mos, que maana moriremos.

    22,14 Ahora bien, Yav de los Ejrcitos me ha comunicado esto: Este_ pecado no les ser perdonado mientras vivan; y ser causa de su muerte.

    Contra un ministro

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    22,15 As habla el Seor Yav de los Ejrcitos:

    Anda a ver a ese funcionario, llamado Sobra, que es administrador del palacio 22,16 y que se est haciendo un sepulcro en el cerro, una bveda tallada en roca viva:

    Qu tienes t aqu o a quin conoces t para que te mandes hacer un sepulcro as?

    22,17 Pues bien, Yav te va a arrojar, hombre, te apretar con fuerza, 22,18 te enrollar como un ovillo

    y te har rodar como una pelota sobre la vasta tierra. All morirs t que deshonras la casa de tu amo, y all irn a parar tus carrozas tan famosas.

    22,19 Te destituir de tu puesto y te quitar tu cargo; Aquel mismo da,

    22,20 llamar a Eliaquim, hijo de Helcas. Le pasar tu traje,

    22,21 le colocar tu banda, y le traspasar tus poderes, y ser un padre para los habitantes de Jerusaln y para la familia de Jud.

    22,22 Pondr en -sus manos la llave de la Casa de David; cuando l abra; nadie podr cerrar, y cuando cierre, nadie podr abrir.

    22,23 Lo meter como un clavo en un muro resistente y su puesto le dar fama a la familia de su padre

    22,24 (Colgarn all todo lo de valor de la familia de su padre -sus hijos y nietos-, todos los utensilios pe-queos desde las copas hasta los jarros.

    22,25 Pero, dice Yav de los Ejrcitos, ceder el clavo que haba, sido colocado en un muro resistente. Se soltar y caer. Y todo el peso que sostena, se har aicos, pues as lo ha querido Yav.)

    Profeca sobre Tiro 23,1 +Lloren, navos de Tarsis,

    porque ha sido destruido su puerto. Al volver del pas de Quitim supieron la noticia.

    23,2 Asmbrense, habitantes de la costa, comerciantes de Sidn, cuyos agentes atravesaban el mar de inmensas olas.

    23,3 El grano del valle del Nilo era su riqueza, que vendan al mundo entero.

    23,4 Ponte rojo de vergenza. Sidn, pues el mar ha hablado, diciendo: No he dado a luz ni he criado ni educado jvenes ni he alimentado nias.

    23,5 Cuando los egipcios sepan la suerte corrida por Tiro, se apenarn.

    23,6 Vyanse a Tarsis a llorar sin consuelo, habitantes de la costa.

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    23,7 Dnde est ahora su ciudad alegre, que tena tantos aos de antigedad y que lleg muy lejos en sus andanzas para establecerse por all?

    23,8 Quin es, pues, el que ha tramado esto en contra de Tiro, la reina, cuyos comerciantes eran principes y cuyos negociantes, nobles del pas?

    23,9 Esto lo ha tramado Yav de los Ejrcitos, para humillar toda su vanidosa hermosura y aplastar a los ms grandes del mundo.

    23,10 Ara el campo, ahora, hija de Tarsis, porque tu puerto despareci!

    23,11 Yav extendi su mano sobre el mar para derribar a los reyes; l orden la destruccin de las fortalezas de Canan.

    23,12 El dijo: Ya no triunfars ms, Hija de Sidn, muchacha que has sido violada! Levntate y mrchate a Quitim, que all tampoco tendrs tranquilidad;

    23,13 pues mira cmo est el pas de Quitim...! Levantaron torres de asalto, demolieron sus castillos y slo quedan escombros.

    23,14 Lloren, navos de Tarsis, porqu ha sido destruido su puerto!

    23,15 Entonces Tiro ser olvidada durante setenta aos. Pero, cuando llegue el reinado de un nuevo rey, despus de los setenta aos, a Tiro le pasara lo mismo que a la prostituta de la cancin:

    23,16 Toma la guitarra y recorre la ciudad, prostituta olvidada, toca lo mejor que puedas y vuelve a entonar tus canciones para que se acuerden de ti.

    23,17 Despus de los setenta aos, Yav ir nuevamente a visitar Tiro, quien volver a cobrar su salario de prostituta y se entregar a todos los reyes del mundo, sin excepcin.

    23,18 Pero sus ganancias y ahorros no sern, esta vez, guardados ni depositados, sino que sern consagra-dos a Yav; quien destinar esos fondos para alimentar con abundancia y para vestir bien a los que lo sirven.

    Poemas sobre el ltimo juicio 24,1 +Miren cmo Yav limpia la tierra,

    la arrasa, trastorna su superficie, dispersa a sus habitantes:

    24,2 Al sacerdote y al laico, al amo y al esclavo, a la seora y su empleada, al vendedor y al comprador, al prestamista y al que pide prestado, al acreedor y al deudor.

    24,3 La tierra ser totalmente arrasada y completamente saqueada, porque as lo ha determinado Yav.

    24,4 La tierra est de duelo y se seca,

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 28

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    el mundo est agotado y decae, el cielo y la tierra se debilitan.

    24,5 La tierra ha sido profanada por los pies de sus habitantes, que pasaron por alto las leyes, violaron los mandamientos y no cumplieron el contrato eterno.

    24,6 Por eso, una maldicin ha devorado la tierra por culpa de sus habitantes; por eso se han ido muriendo y slo quedan unos pocos.

    24,7 El vino se ha terminado, la via se ha secado, todos los que tenan el corazn alegre, andan ahora tristes.

    24,8 Ya no tocan los tambores, ni resuenan las guitarras, ha cesado el bullicio de la fiesta.

    24,9 Ya no se toma vino ni se canta, y los que toman, sienten amargos los licores.

    24,10 La ciudad del pecado est en ruinas y las puertas de las casas, cerradas.

    24,11 La gente se queja en las calles porque no hay vino, ya no se ve sonrer y la alegra se ha ido del pas.

    24,12 La ciudad es ahora soledad y sus plazas quedan desiertas.

    24,13 Sus habitantes se hicieron escasos como las aceitunas despus de apalear al olivo o como los pampanitos despus de la vendimia.

    24,14 Ellos levantan la voz, gritan de alegra; avivan el nombre de Yav, desde la orilla del mar.

    24,15 Tambin se alaba a Yav; en las islas; en las islas del mar adentro, avivan el nombre de Yav, Dios de Israel.

    24,16 Desde el fin del mundo se escuchan cantos: En honor al Justo. Pero yo digo: Pobre de m! Pobre de m!, los traidores han trado, los traidores han obrado prfidamente.

    24,17 Pnico, fosa y trampa te esperan, habitante de la tierra:

    24,18 El que logre salvarse del pnico, caer en la fosa; y el que se libre de la fosa, quedar atrapado en la trampa. S, las compuertas de lo alto se abrirn y los cimientos de la tierra se sacudirn.

    24,19 La tierra estallar en pedazos, la tierra crujir y se agrietar, la tierra temblar y se sacudir,

    24,20 la tierra se bambolear como un borracho, se balancear como una hamaca; tanto le pesarn sus pecados que caer al suelo sin poder levantarse.

    24,21 Ese da acontecer que Yav castigar

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 29

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    al ejrcito de los cielos, all en lo alto, y aqu abajo, a los reyes de la tierra;

    24,22 los juntar a todos y los meter en un calabozo, y as quedarn recluidos en la crcel, y despus de aos, recibirn su castigo.

    24,23 La luna se pondr colorada, el sol se avergonzar, cuando Yav de los Ejrcitos venga a establecer su reinado sobre el cerro de Sin, en Jerusaln, y aparezca su Gloria ante sus Ancianos.

    Accin de gracias 25,1 Yav, t eres mi Dios, yo te saludo y celebro tu Nombre, pues has ejecutado tus maravillosos pro-

    yectos, que fueron meditados durante mucho tiempo y que son autnticos y verdaderos. 25,2 Porque has reducido la ciudad a un montn de escombros y has dejado la fortaleza de la ciudad

    hecha una ruina, que nunca ms podr ser reconstruida. 25,3 Por eso te proclama un pueblo poderoso, y la ciudad respetada por las naciones te teme. 25,4 T eres un refugio para el despreciado, una ayuda para el pobre en su miseria; t sirves de protec-

    cin para la lluvia y de sombra para el calor; pues el aliento de los tiranos es como la lluvia d in-vierno

    25,5 y como la sequa en el desierto; t hars callar las voces de los orgullosos; como se pasa el calor a la sombra de una nube as ser reprimido el canto de los tiranos. La cena de los justos

    25,6 Yav de los Ejrcitos preparar para todos los pueblos, en este cerro, una comida con jugosos asados y buenos vinos, un banquete de carne y vinos escogidos.

    25,7 En este cerro quitar el velo de luto que cubra a todos los pueblos y la mortaja que envolva a todas las naciones.

    25,8 Y as destruir para siempre a la Muerte. El Seor Yav enjugar las lgrimas de todos los rostros; devolver la honra a su pueblo, y a toda la tierra, pues as lo ha determinado Yav.

    25,9 Entonces dirn: Miren, ste es nuestro Dios, de quien esperbamos que nos salvara: Este es Yav, en quien confibamos. Ahora estamos contentos y nos alegramos porque nos ha salvado;

    25,10 pues la mano de Yav se nota en este cerro. Moab, en cambio, ser pisoteado como se pisotea la paja junto con l grano,

    25,11 y desde all levantar sus brazos, cmo los extiende el nadador para nadar. Pero, Yav aplastar su soberbia a pesar de sus esfuerzos.

    25,12 Tus seguras y elevadas torres, las destruir, las demoler y las echar abajo.

    Canto de victoria 26.1 En ese da cantarn de esta ma26 nera en el pas de Jud:

    Tenemos ahora una ciudad amurallada; l ha construido para defendernos no una sino dos murallas.

    26.2 Abran las puertas para que entre la gente buena, que cumple su palabra,

    26.3 y que vive tranquila y en paz porque ha confiado en ti.

    26.4 No duden nunca de Yav, pues Yav es como ua roca irrompible.

    26.5 El tir para abajo

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 30

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    a los que vivan en las alturas, en la ciudadela de la cual nadie poda apoderarse; la derrib, la demoli, y la redujo a escombros.

    26.6 Ahora caminan por all los pies de los humildes y de los pobres.

    +Salmo de esperanza 26.7 El camino del justo es la rectitud y t le allanas el camino recto. 26.8 Ah, Yav!, te esperamos siguiendo el camino de tus preceptos. Tu nombre y tu memoria son el an-

    helo del alma. 26.9 Mi alma te desea por la noche y mi espritu dentro de m te busca.

    Yav, cuando a la tierra le llegan tus juicios, los habitantes del mundo aprenden a ser justos. 26.10 Pero si perdonas al malvado, no aprende la justicia y sigue haciendo el mal en la tierra santa, pues

    no teme la majestad de Yav. 26.11 Hasta cundo los estars amenazando sin que comprendan? Haz que vean, para vergenza suya,

    que cuidas de tu pueblo: Que tu furor, cual fuego, los devore! 26.12 Yav, dgnate darnos la paz, pues, si conseguimos algo nosotros, esto ser lo que quisiste darnos. 26.13 T, Yav, eres nuestro Dios. Otros seores, fuera de ti, nos han dominado, mas no recordaremos

    otro nombre que el tuyo, a ti solo conoceremos. 26.14 Han muerto y no vivirn, y sus sombras no se levantarn, pues los has castigado y exterminado, has

    borrado hasta el recuerdo de su nombre. 26.15 Yav, has hecho crecer tu nacin, ensanchaste nuestro pas, y mientras ms creca, te hacas ms

    famoso. 26.16 Yav, en la angustia te buscbamos; vivamos bajo la opresin y tu castigo nos apretaba. 26.17 Como la mujer sufre al dar a luz, se retuerce y grita en sus dolores, as estuvimos ante ti, Yav. 26.18 Hemos concebido; tuvimos dolores cmo si diramos a luz; pero: puro aire! no, hemos trado al

    pas la salvacin, y no se ven los pioneros de un mundo nuevo. 26.19 Tus muertos revivirn, y tus cadveres resucitarn! Despierten y den gritos de jbilo todos ustedes,

    que yacen en el polvo. Que baje tu roco, Seor, roco de luz, y la tierra echar de su seno a los -muertos.

    26.20 Entra, pueblo mo, en tus habitaciones, y cierra las puertas tras de ti; escndete un momento hasta que pase la clera.

    26.21 Porque Yav se dispone a salir de su morada para castigar la maldad de los habitantes de la tierra. La tierra devolver la sangre y no esconder ms a los degollados.

    La via de Yav 26,1 Cuando llegue ese da, Yav castigar con su espada firme, grande y pesada a la serpiente Leviatn,

    que siempre sale huyendo, a Leviatn, que es una serpiente astuta; y matar al dragn del mar. 26,2 Entonces dirn: Cntenle a esta excelente via. 26,3 Yo, Yav, soy su cuidador; la riego todas las maanas para que no caiga su follaje; y me preocupo

    por ella, noche y da. 26,4 Ya no me importa que tenga cardos o zarzamora, porque los arrancar y a todos les prender fuego; 26,5 a no ser que me pidan proteccin, o hagan la paz conmigo, s, conmigo. 26,6 En los das que vendrn,

    le saldrn brotes a Jacob, Israel florecer y dar frutos, que llenarn el mundo entero.

    26,7 Acaso Yav le ha pegado como les peg a los que lo maltrataban? O ha sido muerto como dio muerte a sus asesinos?

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 31

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    26,8 Lo castig, echndolo de su casa o desterrndolo, y lo despidi de un soplido tan fuerte como viento del este, para que as expiara sus faltas Jacob.

    26,9 En cuanto a su pecado le exigi como precio que rompa todas las piedras de sus altares como se hace polvo la piedra de cal, y que no levante ms postes sagrados ni monumentos de piedra en honor al sol,

    26,10 pues la ciudad fortificada est ahora solitaria, permanece abandonada y triste como un desierto. All van a pastar los animales, all crecen y se extienden los matorrales.

    26,11 Cuando se secan las ramas, las quiebran y luego las mujeres les prenden fuego, lo mismo ellos, porque son gente ignorante. Por eso su Hacedor tampoco se compadecer de ellos, ni los perdonar el que los ha creado.

    26,12 Ese da Yav har la trilla desde el ro Eufrates hasta el Nilo de Egipto, y ustedes, hijos de Israel, sern espigados uno a uno.

    26,13 Aquel da, al sentir el fuerte sonido de la trompeta, acudirn los que andaban perdidos por el pas de Asur y los que estaban desparramados por la tierra de Egipto, y adorarn a Yav en el cerro santo de Jerusaln.

    Los jefes irresponsables 28,1 +Ay de la soberbia que muestran como corona los borrachos de Efram, de la marchita flor que lu-

    cen como adorno, y que crece en lo alto del valle frtil! Ay de los que quedan tendidos por el vino! 28,2 He aqu que uno, robusto y macizo,

    mandado por el Seor, los tirar al suelo, de un empujn, como si fuese una fuerte granizada, un viento huracanado o una lluvia torrencial que lo inunda todo.

    28,3 Sern pisoteadas la soberbia que muestran como corona los borrachos de Efran

    28,4 y la flor marchita que lucen como adorno, y que crece en lo alto del valle frtil. Sern como las primeras brevas que maduran, que, en cuanto uno las ve, las toma con la mano y se las come.

    28,5 Ese da, Yav de los Ejrcitos ser para los qu quedan de su pueblo su corona de gloria y su ms brillante piedra preciosa.

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 32

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    28,6 Al juez que se sienta en el tribunal le ayudar a hacer justicia, y al que impide que los asaltantes pasen la puerta le dar valenta.

    Amenaza contra Jud 28,7 Tambin stos s tambalean

    bajo los efectos del vino, sacerdotes y profetas andan dando tumbos por haber tomado tanto. El vino los tir al suelo y los licores fuertes les han, hecho perder los sentidos; titubean al tener visiones y tartamudean al pronunciar sus sermones.

    28,8 S, todas las mesas estn cubiertas de vomitos asquerosos, sin que haya un lugar limpio.

    28,9 A quin le est enseando la leccin o quin quiere que le atienda sus explicaciones? Los nios que recin dejaron el bibern, los niitos que acabaron de tomar pecho!

    28,10 Pues no dice ms que: Sau la sau, sau la sau, Cau la cau, cau la cau, Zeer sam, zeer sam.

    28,11 S, en realidad, con labios que pronuncian con dificultad y en un idioma extranjero, le va a hablar a este pueblo

    28,12 l, que les haba dicho: Este es el lugar para descansar, dejen descansar al que est cansado. Ahora, que haya silencio! Pero no quisieron hacerle caso.

    28,13 Por eso, Yav les habla en estos trminos: Sau la sau; sau la sau, Cau la cau, cau la cau, Zeer sam, zeer sam, para que al caminar se caigan de espaldas y se quiebren un hueso y no puedan moverse y los tomen presos.

    28,14 Pongan atencin a lo que les dice Yav, ustedes que son buenos para rerse, y que mandan a este pueblo de Jerusaln.

    28,15 Ustedes afirman: Hemos hecho un contrato con la Muerte, y con el lugar de los muertos hemos firmado un acuerdo. Por eso, cuando pase el vendaval destructor, no nos har nada, pues nos hemos refugiado en la mentir y en el engao nos hemos escondido.

    28,16 +En vista de todo esto, el Seor Yav les dice:

  • Librodot Sagrada Biblia Isaas Annimo 33

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    Miren cmo yo coloco en Sin una primera piedra cuadrada, preciosa y firme: El que se apoye en ella, no se mover.

    28,17 Pondr el derecho como regla. y la justicia como nivel. El granizo aplastar el refugio de la mentira y las aguas inundarn su escondite.

    28,18 Ser roto su contrato con la Muerte y el acuerdo con el Lugar de los Muertos ya no tendr ms valor. Cuando pase el vendaval destructor los aplastar

    28,19 y los perjudicar, cada vez que venga. Pasar todas las maanas, de da y de noche. La gente se asustara si comprendiera el sentido de la visin.

    28,20 La cama ser demasiado corta para poder estirarse y la frazada muy chica para taparse.

    28,21 S, como en el monte Perasim, Yav se levantar, o como en el valle de Gaban, se despertar para realizar su obra, obra rara, para hacer su trabajo, trabajo misterioso.

    El cuento del labrador 28,23 Paren la oreja y escuchen lo que les digo,

    pongan atencin y oigan bien mis palabras. 28,24 Acaso el labrador emplea todo su tiempo en arar, 28,5 partir los terrones y pasarle el rastrillo a su tierra?

    No es cierto que despus de haberla aplanado, siembra yuyo y esparce el comino y luego tira el tri-go y la cebada y la avena en los surcos?

    28,26 Su Dios es el que le ense a hacerlo as y el que le instruy. 28.27 Pues el yuyo no se trilla

    ni se pasa el rodillo sobre el comino, sino que al yuyo, lo mismo que al comino, se les golpea con un palo.

    28,28 Se muele el grano de trigo? No, pues no se le trilla indefinidamente, sino que despus de pasarle el rodillo, se le limpia, tirndolo al viento, sin partirlo.

    28,29 Todo esto lo ha aprendido de Yav de los Ejrcitos, que es muy bueno para dar consejos y que hace cosas extraordinarias.

    Sitio y liberacin de Jerusaln 29,1 Ay d Ariel, Ariel,

    ciudad donde acamp David! Aadan un ao a otro ao, que las fiestas den vuelta el ao;

    29,2 entonces, le pondr sitio a Ariel

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    y habr quejas y lamentaciones. T sers para m como un Ariel.

    29,3 Instalar mi campamento frente a ti como David, te rodear de empalizadas y cavar trincheras a tu alrededor.

    29,4 Desde el suelo, donde ests tendida, hablars, pero tu palabra ser sofocada por el polvo. Tu voz saldr desde la tierra como la de un fantasma y tus palabras brotarn del polvo como un murmullo.

    29,5 Y en un momento, de repente; 29,6 llegar Yav de los Ejrcitos a visitarte;

    con truenos, terremotos y gran estruendo, con huracanes, tempestades y rayos que producen incendios. La multitud de tus enemigos ser como polvo fino y la cantidad de tiranos como la pelusa del campo que vuela.

    29,7 Como un sueo que se tiene de noche, as pasar a la multitud de naciones, que van a pelear contra Ariel. A todos los que la atacan, a las trincheras que la rodean,

    29,8 les suceder como al hambriento que come en sueos y que se despierta con el estmago vaco; o como al sediento que suea con la garganta seca. Esto les pasar a todas las naciones que vayan a atacar a Sin.

    29,9 Embrutzcanse y pnganse tontos, queden ciegos, sin vista, marense, pero no por el licor.

    29,10 Pues Yav les da una droga que los adormece, que les cierra los ojos a ustedes los profetas y les deja la cabeza pesada a ustedes los videntes.

    29,11 Todos los mensajes que les fueron dirigidos han pasado a ser para ustedes como las palabras de un libro que est sellado. Si se lo pasa a uno que no sabe leer, dicindole: Lee esto, l contestar: No puedo, pues el libro est sellado.

    29,12 O bien si se lo entregan a otro que no sabe leer, dicindole lo mismo, l responder: No s leer. Me honran con los labios 29,13 +El Seor ha dicho: Este pueblo se acerca a m tan slo con palabras, y me honra slo con los la-

    bios, pero su corazn sigue lejos de m. Su religin no es ms que de costumbres humanas y leccin aprendida.

    29,14 Por eso, yo seguir multiplicando prodigios y maravillas en medio de ellos; la sabidura de sus sa-bios fracasar, y se perder la inteligencia de sus entendidos.

    Contra los malos consejeros 29,15 Ay de los que se esconden de Yav

    para disimular sus planes, y que traman sus proyectos en la oscuridad! Y dicen: Quin nos ve, quin lo sabe?

    29,16 Qu maldad la de ustedes!

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    Es, acaso, el alfarero igual que la greda? Puede una cosa hecha a mano decirle al que la hizo: Yo no soy t obra? O un cantaro al alfarero: No sabes nada?

    29,17 No falta, acaso, muy poco tiempo para que el Lbano se convierta en un jardn y este ltimo en un bosque?

    29,18 Aquel da, los sordos oirn las palabras de un libro, y libres de la sombra y de las tinieblas, los ojos de los ciegos volvern a ver.

    29,19 Los humildes aun se alegrarn con Yav y los ms pobres quedarn felices con el Santo de Israel,

    29,20 pues ya no habr ms dictador, habr desaparecido el que se rea de todos y habrn sido eliminados todos los malvados:

    29,21 Los que hacen condenar a otro porque saben hablar y les meten trampa a los jueces a la puerta de la ciudad, y niegan, por una coma, el derecho del bueno.

    29,22 Por todo esto, as lo declara Yav, Dios de la familia de' Jacob, l, que rescat a Abraham: En adelante, Jacob ya no ser defraudado ni tendr por qu verse plido,

    29,23 pues, al contemplar la obra de mis manos y a sus hijos unidos en su casa, se pondr a alabar mi Nombre. Festejar al Santo de Jacob y respetar al Dios de Israel.

    29,24 Los descarriados entrarn en razn y los que protestan sern instruidos.

    Contra la alianza con Egipto 30,1 +Ay de estos hijos rebeldes, dice Yav, que ponen en prctica unos proyectos que no son los mos y

    que se comprometen con pactos que no les he sugerido, de modo que acumulan as pecados y ms pecados.

    30,2 Han partido para Egipto, sin escuchar mis consejos, para pedirle asilo al faran y refugiarse bajo la sombra de Egipto.

    30,3 Ustedes esperan la proteccin del faran, pero sern defraudados y se avergonzarn de haber bus-cado la sombra de Egipto.

    30,4 Pues sus ministros han ido a Zoan sus embajadores han llegado hasta Hanes. 30,5 Todos han trado regalos a un pueblo que no les servir de nada y que no les conseguir ni ayuda ni

    socorro: sino deshonra y malos ratos. 30,6 Orculo sobre los animales del Negueb:

    A travs de una tierra pobre y triste; poblada por leones y por vboras y serpientes voladoras, llevan sus tesoros, a lomo de burro, y sus riquezas sobre la joroba de camellos, a un pueblo que no les prestar ninguna ayuda.

    30,7 A Egipto, cuyo auxili es ineficaz y vano;

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    por eso, le he puesto el sobrenombre de El espantapjaros ocioso.

    No nos comuniquen la verdad! 30,8 Anda, ahora, y escribe esto

    en una pizarra o en un libro, para que sea, en el futuro, algo que siempre los est acusando.

    30,9 Es un pueblo que nunca est conforme, son hijos hipcritas, que se niegan a escuchar los consejos de Yav.

    30,10 Les andan diciendo a los videntes: No tengan ms visiones, y a los profetas: No nos comuniquen la verdad, sino que, ms bien, cuntennos cosas interesantes de mundos maravillosos.

    30,11 Desvense del camino y no sigan esa ruta, quiten de nuestros ojos al Santo de Israel. 30,12 En vista de eso, as habla el Santo de Israel: Ya que ustedes no han hecho caso a estas advertencias

    y han buscado, ms bien, como apoyo lo falso y engaoso, 30,13 este pecado ser para ustedes como un hoyo que se va agrandando en una alta muralla. Hasta que, de

    repente, en un momento dado, se derrumbe la muralla, 30,14 como se quiebra un cntaro de greda, roto sin contemplacin.

    De tal modo que no quede, siquiera, un solo pedazo bueno para tomar las brasas del fuego o para sa-car agua de la noria Y contina hablando as el Seor Yav, el Santo de Israel:

    30,15 En la conversin y en la calma est la salvacin, y su seguridad, en ua perfecta- confianza. 30,16 Pero ustedes no lo han aceptado y han dicho:

    Mejor huiremos a caballo! Pues bien, huyan no ms! Y han aadido: En rpidos carros.

    30,17 Muy bien, tambin los perseguidores corrern rpidamente! 17 Mil huirn ante la amenaza de uno solo, y ante el ataque de cinco; todos ustedes huirn, hasta que slo sobrevivan tan pocos de entre ustedes como un poste en la cumbre de un cerro o cromo un palo de bandera en una colina.

    La prosperidad futura 30,18 +Sin embargo, Yav est esperando el momento indicado para perdonarlos; por eso se levantar para

    recibirlos con bondad. Pues Yav es un Dios justo y los que en l esperan son felices. 30,19 S, pueblo de Sin, que vives en Jerusaln, ya no llorars ms. El se compadecer de ti, al sentir tus

    lamentos; lo llamars y te atender. 30,20 Despus que el Seor les haya dado el pan del sufrimiento y el agua de la afliccin, l, que es su

    educador, ya no se ocultar ms y ustedes vern al que les ensea. 30,21 Tus odos sentirn sus palabras resonar detrs de ti: Este es el camino que deben seguir, ya sea

    que vayan por la derecha o por la izquierda. 30,22 Encontrars que son impuros la cubierta de plata de tus dolos y el revestimiento de oro de tus esta-

    tuas. Los tirars como unas inmundicias y, les dirs: Vyanse de aqu. 30,23 El Seor te dar la lluvia para las semillas que hayas sembrado en el campo, y el pan que te produci-

    r la tierra ser sustancioso y nutritivo. Tu ganado pastar entonces en grandes potreros. 30,24 Los bueyes y los burros, que trabajan en el campo, comern pasto limpio y con sal. 30,25 Sobre cualquier cerro alto y sobre cualquier colina elevada; habr arroyuelos y vertientes, cuando

    llegue el da de la gran matanza y se vengan abajo los castillos. 30,26 Entonces la luna alumbrar como el sol y la luz del sol ser siete veces ms fuerte, el da en que Ya-

    v vende la herida de su pueblo y le haga una curacin a las magulladuras de sus golpes.

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    Dios derribar a Asur 30,27 Miren, la fama de Yav viene de: lejos, su enojo quema y. su peso aplasta. En sus labios se nota la

    ira y su lengua es como un fuego que devora. 30,28 Su respiracin es como un torrente que ha crecido mucho y que le llega a uno hasta el cuello. El

    viene para colar a las naciones con un colador muy fino y a poner sus riendas con freno en el hocico de los pueblos.

    30,30 Yav har or su voz majestuosa y mostrar su brazo, que se descarga con ardiente clera, en medio de relmpagos que queman y de una tempestad de lluvia y granizo.

    30,31 Pues por orden de Yav, Asur ser maltratado a palos y castigado. 30,32 Una y otra vez, recibir los' golpes de palo con gtie le pegar Yav. 30,29 Ustedes cantarn, entonces, como en una noche de fiesta, en que todos los corazones estn con-

    tentos. Como l que parte, al son de la flauta, para subir al cerro de Yav, cerca de la roca de Israel, mientras se tocan tambores y guitarras y s baila...

    30.33 Porque de antemano est preparada la hoguera, y tambin ser para su rey. Una fosa profunda y an-cha, llena de lea y paja, que ser encendida por la respiracin de Yav, que es como un ro de azu-fre.

    Ay de los que confan en sus armas! 31,1 +Pobres de aquellos que bajan a Egipto; por si acaso consiguen ayuda! Pues confan en la caballe-

    ra, en los carros de guerra, que son numerosos, y en los jinetes, porque son valientes. Por qu no hicieron caso del Santo de Israel y no consultaron a Yav?

    31,2 Porque l tambin es hbil en proporcionar desgracias, y no cambia su palabra. Pedir cuentas a la banda de los malvados y el socorro con el que contaban, no llegar.

    31,3 El egipcio es un hombre y no un dios, y sus caballos son carne, y no espritu. En cuanto Yav ex-tienda su mano, vacilar el protector y caer quien buscaba proteccin: juntos perecern.

    31,4 As me ha dicho Yav: Como un len o su cachorro ruge sobre su presa y la defiende, sin asustarse por el nmero y los gritos de los pastores, as Yav de los Ejrcitos bajar a pelear sobre el cerro Sin.

    31,5 Yav de los Ejrcitos, como pjaro que vuela, proteger a Jerusaln y la salvar, perdonndola y liberndola.

    31,6 Hijos de Is