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Ruptura y reconstrucción de

la Ciencia Argentina

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Ministro de EducaciónProf. Alberto Sileoni

Ministro de Ciencia, Tecnologíae Innovación Productiva

Dr. Lino Barañao

Directora Nacional deRelaciones Internacionales

Ing. Agueda Menvielle

Ministro de Justicia, Seguridady Derechos Humanos

Dr. Julio Alak

Secretario de DerechosHumanos

Dr. Eduardo L. Duhalde

Subsecretario de Protección delos Derechos Humanos

Dr. Luis H. Alén

Directora Nacional de DerechosEconómicos, Sociales y de

Incidencia ColectivaLic. Ana González

Autoridades

Presidenta de la NaciónDra. Cristina Fernández de Kirchner

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Dr. Jorge GRANDIDirector de la Oficina Regional de la UNESCO para América Latina y el Caribe

Comisión Asesora del Programa RAICES

Ministro Héctor Daniel DELLEPIANEDirección General de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores,

Comercio Internacional y Culto (MRECIC)

Dra. Marta Graciela ROVIRAConsejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)

Dr. Aldo CABALLEROConsejo Interuniversitario Nacional (CIN)

Ing. Santiago SACERDOTEUnión Industrial Argentina (UIA)

Dra. Ana María HERNÁNDEZComisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE)

Ing. Domingo Feliciano QUILICIComisión Nacional de Energía Atómica (CONEA)

Dra. María Cristina SAUCEDEInstituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)

Ing. Jorge SEGHEZZOInstituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI)

Prof. Mario ALBORNOZCentro de Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación Superior

Dr. Pablo JACOVKISFacultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires (UBA)

Dr. Adrián TURJANSKICientífico repatriado por RAICES

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Indice

Prólogo. Dr. José Lino Barañao.

Ciencia y modelo de desarrollo. Lic. Daniel Filmus.

La ciencia como un derecho humano y la lucha de las Abuelas. Sra. Estela Barnes de Carlotto.

La ciencia es un derecho humano fundamental. Dr. Eduardo Luis Duhalde.

La UNESCO y el desafío del drenaje de capacidades científicas en América Latina. Dr. Jorge Grandi.

El Programa Raíces en una Argentina en Transformación. Ing. Agueda Menvielle.

El Derecho Humano al Desarrollo. Dr. Rodolfo Mattarollo.

La ruptura en la Educación Argentina. Lic. Juan Carlos Tedesco.

Panel 1: Caso testigo en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de

Buenos Aires

Dr. Alejandro Mentaberry

Prof. Jorge Aguirre

Dr. Roberto Fernández Prini

Panel 2: El caso de la Universidad Nacional del Sur

Dr. Dolio Sfascia

Dr. Félix Schuster

Dr. Alberto Barbeito

Panel 3: Ciencia y Tecnología en la actividad Nuclear

Dr. Francisco de la Cruz

Dr. Ernesto Maqueda

Dr. Tomás Buch

Panel 4: Ciencia y Tecnología en el retorno a la democracia

Dr. Carlos Abeledo

Lic. Juan Carlos Del Bello

Panel 5: El Caso de Salud y Ciencias Sociales

Dr. Víctor Penchaszadeh

Dra. Beatriz María Alasia de Heredia

Lic. Alicia Stolkiner

Panel 6: El Caso Agronomía

Dr. Alberto Golberg

Ing. María Cristina Saucede

Ing. Jorge Adamoli

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CONCLUSIONES

Dr. Pablo Jacovkis

Dr. Roberto Domecq

Dra. Cristina Cambiaggio

Dr. Diego Hurtado de Mendoza

Lic. Ana González

Ing. Agr. José Alberto Catalano

DOCUMENTOS SELECCIONADOS A LA CONVOCATORIA PARA LA

PRESENTACIÓN DE TRABAJOS

Las Políticas académicas de desarrollo de la Informática en el retorno democrático y su

posterior ruptura, el PABI, las EBAI y la ESLAI. Jorge Aguirre y Raúl Carnota.

Instituto Nacional de Microbiología: años 1958-1963. Rosa Nagel.

CNEA en el período 1976-1983. Elementos de análisis. Enrique E. Pasqualini.

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La recuperación de la ciencia argentina

La ciencia y la técnica en nuestro país fueron, durante décadas, relegadas de un modo intencional. La Nochede Los Bastones Largos fue, sin duda, un antes y un después para la ciencia argentina. Más de 1500 científi-cos abandonaron sus cargos en un solo día como producto de una política deliberada para implementar unmodelo de desarrollo en el que la ciencia quedaría, evidentemente, en un plano inferior.

Sin embargo, existen actualmente motivos para celebrar. Más de 700 científicos argentinos han vuelto a traba-jar en el país. Es ésta la cifra de retorno más importante de los últimos años. Y a ellos se suman los 4 mil inves-tigadores argentinos que trabajan en distintas partes del mundo, quienes a través de una vinculación sosteni-da, permiten a la Argentina tener acceso a información de primer nivel y lograr cooperaciones científicas conacceso a equipamiento altamente sofisticado.

En ese sentido, la experiencia de muchos profesionales en el exterior es extremadamente valiosa para la imple-mentación de este proceso de reconstrucción en nuestro país.

La Argentina ha creado, en los últimos años, condiciones no sólo para que estos investigadores puedan apor-tar a la creación de conocimiento en el país, sino también para legitimar el proceso de generación de riquezasa partir del conocimiento originado en las universidades.

En este modelo, que apunta a diversificar nuestra matriz productiva y a crear empresas de base tecnológica nodependientes exclusivamente de la exportación de comodities sino de bienes y servicios de alto valor agrega-do, es imprescindible contar con profesionales de distintas disciplinas y fundamentalmente de aquellos queposeen una experiencia concreta en vincular la creación de conocimiento con la creación de riquezas, con lainstauración de puestos de trabajo.

De allí que la formación de recursos humanos sea una de las principales políticas del Ministerio de Ciencia,Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT), no sólo en las áreas científico-tecnológicas tradicionales, sinotambién promoviendo la formación de “gerentes tecnológicos” capaces de articular proyectos que impulsen latransferencia de tecnología y la creación de nuevas empresas.

En este contexto, el Ministerio procura brindar soluciones concretas a los desafíos de la sociedad, promovien-do una conducta productiva que vincule lo que producen los investigadores, la economía y las necesidadessociales. En este sentido, se han establecido cuatro áreas prioritarias que requieren soluciones científico-tec-nológicas:

• Energía• Salud • Agroindustria • Desarrollo social, a partir del fomento de la inclusión social a través del apoyo tecnológico a micro empresasy economías regionales.

Para lograr aportes significativos desde la ciencia y la tecnología a estas cuatro áreas estratégicas, la políticacientífica tecnológica argentina se focaliza en tres plataformas tecnológicas que atraviesan las problemáticasmencionadas: la biotecnología, la nanotecnología, y la tecnología de la información y la comunicación.

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Dr. José Lino BarañaoMinistro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva

PROLOGO

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Así, el objetivo del Ministerio es poner la ciencia y la tecnología al servicio de un desarrollo que permita gener-ar inclusión social sobre un nuevo modelo productivo. Avanzar hacia una economía basada en el conocimientoes la manera de llegar a una sociedad más justa. Y hoy Argentina posee condiciones favorables y desafiantespara trabajar en este sentido.

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Ciencia y modelo de desarrollo

“Ruptura y Reconstrucción”. La verdad, no se pudo haber elegido un título mejor. Este concepto resume tal vezcomo ningún otro los avatares por los que pasó nuestra ciencia. Y no sólo nuestra ciencia. Esta triste saga, esla saga de nuestra sociedad toda. Porque la ciencia no está ni se hace en una torre de marfil, por encima detodo y de todos, sino que está inserta en el corazón de la sociedad, sujeta al ritmo al que ésta late.

Hoy, la Argentina viene de atravesar una de las crisis más graves de su historia. Y el rol que cumplió -o mejordicho, que no pudo cumplir- la ciencia y la tecnología en cuanto al desarrollo es muy grande. Para entenderesto basta con hacer un poco de memoria: la ruptura de la ciencia comenzó con la dictadura de Onganía y suataque a la universidad. La Noche de los Bastones Largos fue, sin duda, un antes y un después para la cienciaargentina. En un mismo día 1700 científicos de la Universidad de Buenos Aires abandonaron sus cargos. Lamayor parte de ellos fueron muy bien acogidos por los países centrales, aunque también por muchos paíseslatinoamericanos. Pero esto no fue un hecho aislado, sino producto de una política deliberada para la imple-mentación de un determinado modelo de desarrollo, en el cual la ciencia, evidentemente, no desempeñaría unrol protagónico ni mucho menos.

Pero no sólo la ciencia fue la víctima de esta dictadura y de la que vino después en 1976. Estos regímenes, enespecial el último, también tienen el “honor” de haber transformado a la Argentina en uno de los pocos paísesdel mundo que llevó a cabo un plan sistemático para desindustrializar el país. En buena medida, la dictaduraargentina intentó terminar con un país que había logrado hasta el 70 ser el país más industrializado de la región.Así, estas dos políticas, en la práctica, fueron de la mano: abortar la capacidad que tenía el país para producirbienes industriales, manteniendo una amplia fuerza laboral industrial, a la vez que diezmar la capacidad de pro-ducción científica y tecnológica a través de la persecución y consiguiente expulsión del recurso más valiosoque tiene un país: sus recursos científicos.

La última crisis económica que vivimos los argentinos a partir de 1998, y en especial desde el 2001, fue pro-ducto de la aplicación de políticas neoliberales que tuvieron su origen en al última dictadura y como resultadoprodujeron: caída del PBI, redistribución regresiva del ingreso, y una crisis económica generalizada que llevó aque uno de cada cuatro argentinos estuviera desocupado. Tuvimos que esperar hasta el año 2003 para comen-zar a recuperarnos.

Este, es el quinto año consecutivo que Argentina va a crecer un 9 por ciento. Sin embargo, no hay mucho paraalegrarse. Recién hoy estamos arriba del producto bruto interno que teníamos en 1998. Todo este crecimientoestá sirviendo para recuperar buena parte de lo que hemos perdido los años anteriores. Más aún, si uno mirael PBI del año 98 es casi igual al PBI que tenia Argentina en el 74. Este es el gran desafío que tenemos hoy:cambiar y sostener un modelo de desarrollo basado en la industria, en la ciencia, la innovación y la tecnología.

El gobierno nacional está haciendo un esfuerzo muy grande en construir hacia el futuro un país basado en lasociedad del conocimiento, en la capacidad de agregar valor a través del trabajo de nuestra gente.

Para ello, hemos cuadruplicado el presupuesto de ciencia y tecnología en los últimos años. Hemos avanzadofuertemente en el lanzamiento de proyectos científico tecnológicos y en un conjunto de políticas económicasque también tienden a colocar en el centro el tema de la justicia social.

Es en esta política estratégica en la que se enmarcan nuestros esfuerzos. A través del Programa RAICES denuestra Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, procuramos vincular los científicos argenti-nos que están en el exterior y también darles la posibilidad de que vuelvan aquellos que quieren hacerlo.

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Lic. Daniel FilmusEx Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología

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Estas iniciativas son las que van a hacer historia, las que transforman estructuralmente y de fondo la realidadArgentina.

Estamos definiendo, poco a poco y con mucho esfuerzo, una nueva Argentina donde las condiciones para elcrecimiento estén vinculadas al desarrollo científico y tecnológico autónomo. Es imperativo cambiar un mode-lo que aún persiste en la argentina, basado en exportación de productos primarios de escasa elaboración.Necesitamos poner como principal capital de nuestro pueblo la capacidad de dar valor para el desarrollo de unaArgentina con un perfil productivo totalmente distinto. En el centro de este nuevo modelo están nuestros cien-tíficos y tecnólogos.

Si hay una lección que debe quedarnos clara es ésta: el país no tiene ninguna posibilidad de mejorar su pro-ductividad y competitividad, de cambiar su inserción en el mundo ni las condiciones de vida de su gente, si noes a través del conocimiento, la ciencia y la tecnología. Y no hay más tiempo que perder. No podemos volveratrás. No podemos permitirnos el lujo de volver a romper la ciencia y la tecnología nacional con la intención devolver a reconstruirla. El tiempo de la reconstrucción es ahora.

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La ciencia como un derecho humano y la lucha de las Abuelas

Primero, quisiera agradecer esta invitación para compartir este seminario -tan importante en este proceso derevisión- para saber qué pasó en nuestro país con los científicos, con la ciencia y con la cultura, que están todasestrechamente ligadas.

Yo siempre aclaro que mi palabra es una palabra simple, a partir de mi experiencia de vida, aunque enmarca-da en una realidad que nos ha tocado vivir a todas las mujeres en al Argentina a partir de la dictadura militardel 76, donde, a partir de un cambio abrupto de vida, fuimos en estos casi 30 años de vida aprendiendo, cono-ciendo y sabiendo cuál es hoy la realidad de un pasado que no queremos que se vuelva a repetir. Pero, estepasado, esta dictadura, que es presente, porque lo estamos resolviendo todavía, afectó a la sociedad toda.

Todos quedamos marcados por ese proyecto de aniquilación social, sobre todo a los pensadores, a los científi-cos, a la gente que podía entorpecer el plan. En el caso de la gente de ciencia, las desapariciones de ellos mar-can un vacío dentro de la historia de la ciencia en Argentina. Y los que sobrevivieron y pudieron salvar su vidaexiliándose, marcan también ese dolor de la ausencia y el desarraigo por tener que insertarse en otra sociedaddel mundo que les brindó las oportunidades que en Argentina no existían, a parte del riesgo de perder la vida. Ya llevamos 23 largos y felices años de gobiernos constitucionales. Entiendo que es el período más largo de lahistoria en que no han interrumpido la democracia, cosa que ha pasado sistemáticamente desde 1930 enadelante, todo lo cual no nos ha permitido crecer democráticamente, sino con cierta aceptación de esasinterrupciones como “los que venían a salvarnos”. Pero hoy sabemos muy bien que cada gobierno de factosignificó un atraso desde todo punto de vista, y más desde la parte de la cultura. Hay investigaciones quemuestran que cada ocupación ilícita del poder conllevó un deterioro en la educación.

Es preciso en este momento, como sociedad, evaluar la situación de la ciencia, de los científicos, de los quehan tenido que perder la vida o exiliarse por pensar en el progreso del país. Tenemos que tratar de que loscientíficos que se fueron, regresen en la medida de lo posible, porque aquí el país los necesita. Sin embargo,es necesario darles las garantías. Estas son decisiones de carácter político, o sea, políticas de estado, estraté-gicas, porque debemos garantizar que estos científicos en el exterior regresen. Hubo algunos intentos, perorealmente fracasaron porque no estaban bien planificados, y no había muchas garantías.

En el tema de la ciencia, las abuelas tenemos alguna experiencia, y, por el dolor y la lucha, hasta unacontribución inédita a la ciencia, como fue inédita la desaparición de niños durante la dictadura. Hemos busca-do en todo el mundo países con dictaduras casi simultáneas a la que aquí hubo, no sólo en Latinoamérica o enconflictos internos, sino también en otros países y en guerras convencionales. Pero en ningún caso hubo robode bebés por motivos políticos: o sea, el dejar vivir a la joven embarazada, secuestrada por sus pensamientospolíticos o su lucha, hasta dar a luz, luego robarle ese niño para que pase a ser criado con otra identidad enuna familia falsa. En general, tal como prueban las estadísticas que tenemos las Abuelas, la mayoría de esosniños fueron a parar a las familias de las Fuerzas Armadas y de seguridad, con la participación de civilescómplices. En contados casos fueron adoptados por familias que de buena fe y por amor habían hecho todo elproceso legal.

Claro, en nuestros comienzos, 30 años atrás, nosotras éramos mujeres que teníamos otro proyecto. Unproyecto de vida normal, con hijos, para criarlos, disfrutarlos y llegar a esta edad en el descanso y en el retirode lo que fue una vida de trabajo, disfrutando de los nietos. Pero la dictadura nos marcó. Y, si bien los geno-cidas pensaron que iban a destruirnos por ser mujeres, siempre subestimándonos, se olvidaron de la fuerza dela mujer cuando le tocan un hijo, que es parte entrañable de su vida, y que no va a bajar los brazos ni va a tenermiedo, y si lo tiene, lo transforma en lucha.

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Sra. Estela Barnes de CarlottoPresidenta de la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo

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Cuando nos dimos cuenta de que nuestros hijos no regresaban, empezamos a pensar en cómo íbamos areconocer a nuestros nietos, si nunca los habíamos visto. Aquí nace un recorrido por los países del mundo,golpeando puertas de lugares científicos en Italia, Francia y Suecia. Pero no hubo ninguna respuestaafirmativa.

Todo esto, lo sé, es muy doméstico, pero la ciencia se tiene que mezclar inexorablemente con lo humano.

Ya en 1982 visitamos en Washington, Estados Unidos, la Sociedad por el Avance de la Ciencia. Allí nosescucharon y nunca descartaron la posibilidad de poder hacer algo. De ahí, nos fuimos a Nueva York, dondehabían argentinos trabajando para recuperar la democracia desde allá. Nos sentimos acompañadas por ellos,y ellos nos abrieron los caminos, como el exilio siempre lo hizo, y lo sigue haciendo hoy en día. Así, tuvimosacceso al Blood Center de Nueva York, donde tampoco nos descartaron la posibilidad de que esto seconsiguiera: de buscar la fórmula para que la sangre de los abuelos sirva para reconstruir el mapa genético denuestros hijos, padres de nuestros nietos que no estaban.

En 1983 tuvimos una respuesta de Estados Unidos. Allí se hizo un seminario internacional, con presencia de lamáxima expresión de la ciencia de todos los países que pudieron asistir. La respuesta fue categórica: que sí sepodía reconstruir el mapa genético de los padres para poder compararlo con el de los hijos.

Pero también este seminario trató otro tema muy importante para la Argentina, que es la identificación decadáveres. Así, cuando, ya en democracia, muchos de estos científicos, antropólogos y odontólogos, vienen anuestro país, se funda un espacio científico importantísimo, que es el Banco Nacional de Datos Genéticos, quehoy funciona y donde está depositada la sangre de la familia materna y/o paterna de nuestros hijos desapare-cidos, donde, por el método de la histocompatibilidad, se hacía el estudio de comparación para reconstruir elmapa genético y así llegar hasta nuestros nietos. Este Banco es único en el mundo.

El trabajo de estos científicos, en especial de los antropólogos y forenses, es el hilo conductor que permite quese pueda encontrar las circunstancias y las responsabilidades de quienes secuestraron, torturaron y asesinarona nuestros hijos. Porque a pesar de que han pasado 30 años, la memoria existe.

Esta es la ciencia al servicio de los Derechos Humanos, que son todos los derechos de una sociedad que nece-sita reconstruir su historia y ubicarse en una verdadera y real democracia. Es inconcebible pensar que existen30 mil personas que no se sabe a donde están, pero que están en algún lado, y que hay que buscarlas. No estánvivas, pero el hecho de que se rescate ese NN en un cementerio es darle identidad a esa persona a quien ladictadura la quitó la vida.

Y en cuanto a los nietos, ya hemos encontrado 88, gracias a este esfuerzo. Y vamos a seguir buscando. Ya sonchicos de 29 y 30 años. Son desaparecidos con vida.

A veces, la ciencia de la genética estuvo muy ligada al nazismo. Bueno, ahora estamos tratando de dar vueltatodo eso en nuestro país. Este es un país con mucha pujanza. No hay científico argentino que vaya a Europa oEstados Unidos que no sea muy bien recibido, por su calidad y su compromiso.

De manera que yo creo que el reconocimiento que se hace con todo este Seminario a los científicos que se hanido del país, ayuda sin duda a la sociedad a comprometerse y a tener la fuerza necesaria para hacer que loscientíficos vuelvan y ocupen ese lugar que la dictadura les negó. Yo quiero decirles a ellos, de parte de lasAbuelas, que los estamos esperando con los brazos abiertos.

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La ciencia es un derecho humano fundamental

Es un orgullo para la Secretaría de Derechos Humanos organizar este Seminario junto con la Secretaría deCiencia, Tecnología e Innovación Productiva; la Oficina Regional de la UNESCO y con la presencia de lapresidente de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, que siempre es un aire fresco que introduce a larealidad, nos vuelve a la tierra, del pensamiento abstracto al pensamiento concreto, y nos da, como siempre,una lección.

Este Seminario se titula “Ruptura y Reconstrucción de la Ciencia en la Argentina”. Pero no se trata de un cantofunerario a una ciencia en vías de extinción en la Argentina, sino de un planteo de cómo recuperar una tradi-ción científica e insertarla como un elemento estratégico para el Estado y la sociedad en la Argentina.

Por supuesto, no es ajena la presencia de la Secretaría de Derechos Humanos si partimos del principio de queel desarrollo de la ciencia y la tecnología es un derecho humano esencial. Ya en la Declaración Universal sobreDerechos Humanos del 10 de diciembre de 1948, cuando aún se oían los ecos de los gritos de Auschwitz, o elhongo atómico en Nagasaki e Hiroshima, la comunidad internacional dio una respuesta histórica formidable, yfrente al horror, puso la piedra fundamental del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

En esa Declaración Universal, en su artículo 18, plantea como derecho la libertad de pensamiento, en el artícu-lo 19, establece el derecho a la investigación científica, a informar y estar informado, y en el artículo 27, el dere-cho a participar del progreso científico. Todos estos, son puntos nodales respecto a la consideración de lo quehace al desarrollo de la ciencia y la tecnología y a la apropiación colectiva de ese saber como un DerechoHumano fundamental.

Hablamos de “ruptura y reconstrucción”. Tenemos que explicitar qué tipo de “ruptura” y qué tipo de “recons-trucción”. No estamos hablando de la ruptura epistemológica de Gastón Bachelard, ni de la validación denuevos saberes científicos, ni de la ruptura y reconstrucción de los paradigmas anteriores de los saberes ordi-narios. Estamos hablando de algo mucho más profundo. Cuando hablamos de ciencia hablamos también dedesarrollo, de progreso y de libertad.

Es a partir de la Reforma Universitaria de 1918, con la libertad de cátedra, la libertad de pensamiento y el estí-mulo al pensamiento crítico, que empieza a tener un desarrollo importante la ciencia en la Argentina. Pero estecomienzo, también coincide con la Primera Guerra Mundial y la consiguiente llegada a nuestro país de grandescientíficos extranjeros que estaban tratando de salir del horror de esa Europa en llamas.

Sin embargo, y esto tenemos que decirlo, la ciencia en la Argentina nació y creció a pesar del estado.

Yo creo que los científicos argentinos han sido héroes civiles, luchando siempre en las peores condiciones,faltos de apoyo sustantivo del Estado. Tenemos que tomar autocríticamente este papel de ausencia que elEstado representó y representa para las nuevas generaciones. Recordemos que Bernardo Houssay fue jubiladoy enviado a su casa. O la intervención del Malbrán, que hizo que Milstein tuviera que irse del país.

Lo cierto es que a partir del esfuerzo de los propios científicos, y de un importante impulso que hubo dentro delos ámbitos de las universidades, la Argentina fue adquiriendo un plantel de científicos que permitieron gene-rar una base científica importante de nivel mundial, una masa crítica de científicos que hizo destacar a nuestropaís por sobre otros de desarrollo similar, tanto de América Latina como de otras latitudes. De esta forma, pudi-mos incluso intentar un aceptable desarrollo tecnológico.

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Dr. Eduardo Luis DuhaldeSecretario de Derechos Humanos

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Pero todo eso fue destruído no sólo desde los actos brutales, que son emblemáticos, como la Noche de losBastones Largos del 29 de julio de 1966. Si bien esos son los hechos más brutales que quedan en nuestramemoria, hubo “otra” tarea de destrucción.

A veces cuesta pensar a los dictadores y al estado terrorista como un sistema de dominación absoluta.Entonces, uno se pregunta qué era lo que le podía preocupar a ese oficial cuartelero aquel científico que teníatodo el día el ojo puesto en el microscopio. Pero sí, en realidad, sí tenían una visión clara, global, de que la cien-cia estaba indisolublemente ligada a la racionalidad y a un pensamiento crítico.

Porque es precisamente la ciencia la enemiga mortal del pensamiento dictatorial, absolutista y mesiánico. Asílas cosas, el desarrollo de la ciencia representaba un escollo casi insalvable para un cambio cultural como elque la dictadura pretendía forzar.

Pero la emigración, la expulsión de nuestros científicos, ese drenaje mortal, uno a uno, de esa masa crítica quesupimos conseguir, no sólo se explica por las dictaduras. Tenemos que entender que aún hoy el problemapersiste. Pero más importante aún, es entender que las posibilidades de desarrollo de nuestra sociedad, asícomo las del resto de América Latina, son limitadas a causa de la implementación de políticas económicas desubordinación y sometimiento. Y todo esto tiene un nombre: neoliberalismo.

Es decir, todo este proceso tiene una raíz política. Las respuestas, por lo tanto, deben ser políticas también.

El Estado hoy tiene ese desafío que es no sólo recuperar la ciencia y a los que se fueron, sino demostrar uninterés fundamental en el desarrollo de la ciencia y la tecnología como parte del desarrollo general de lasociedad.

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La UNESCO y el desafío del drenaje de capacidades científicas en América Latina

La pérdida de la capacidad de investigación, tanto en la Argentina como en otros países del mundo yLatinoamérica, han sido ocasionadas en gran parte por la reducción acelerada de los recursos humanos dedi-cados a la ciencia y tecnología. A su vez, esta pérdida ha sido ocasionada en el pasado por varios factores,entre los cuales figuran la falta de estímulos para hacer carrera en ciencia y tecnología.

En el caso de la Argentina, la emigración de científicos ha sido multigeneracional y por causas de distinta índole.Desde los años ’60, ocasionada por temas políticos, luego por problemas económicos. Tampoco estuvieronausentes factores más directamente relacionados a las prácticas científicas y tecnológicas, como por ejemplola ausencia de planes y programas que no acompañasen a los procesos de desarrollo.

Los efectos han sido, se puede decir, de tipo combinado. Nunca hubo, al menos para la Argentina, un elemen-to que primara en esta problemática, salvo en dos casos: las dictaduras de 1966 y 1976. Tras analizar estoscasos, comprendemos lo que afirma Estela de Carlotto en el sentido de que la ciencia tiene también un com-ponente humano muy importante y que no debe ser ignorado a la hora de diseñar e implementar las políticasde ciencia, tecnología e innovación. Por ello, no debemos simplemente pasar la página, porque la historia de lamemoria es muy importante para nuestra identidad nacional, y para el desarrollo científico y tecnológico yhumano.

En este sentido, creo que el Programa Raíces es un elemento de consolidación, una manera exitosa de abor-dar esta problemática. Se puede decir que este es el primer esfuerzo serio que se ha hecho en la Argentina.Después del ’83, por ejemplo, no había ningún espacio institucional en el país para que los científicos que sehabían exiliado volviesen. El Programa Raíces es una experiencia única de reconstrucción de nuestra golpeadaciencia y tecnología. Y es exitoso porque es flexible y adaptable, lleva a cabo no sólo políticas de repatriaciónsino también de vinculación y de difusión de información.

Hoy estamos en una etapa del desarrollo en el que la movilidad de las personas es imparable. Por esto, creoque la creación de redes, si son sólidas, con un seguimiento que se haga de las mismas, pueden ayudar a con-solidar un plan de ciencia y tecnología y un sistema nacional de innovación. Hay ejemplos exitosos de ello, comola India, Sudáfrica y Armenia.

La experiencia internacional ha mostrado ejemplos exitosos de cómo los marcos que determinan los modelosproductivos, que ahora apuntan a una sociedad basada en el conocimiento, permiten bajo determinadas cir-cunstancias la recuperación de las capacidades científicas. La diáspora de científicos, técnicos y empresariospueden colaborar en los países de origen y cooperar en estrategias de desarrollo que ayuden a crear empleosde calidad, con alto valor agregado en el marco de la consolidación de un programa de ciencia, tecnología einnovación.

En el caso de América Latina, al carecer de presupuesto adecuado para investigación y desarrollo -aunqueestos últimos años se ha intentado maximizar con algunos programas- el recurso de la diáspora científicatodavía no se ha logrado capitalizar efectivamente. En los últimos 15 años hemos analizado desde la UNESCOcasos exitosos, como el Programa Raíces de Argentina. Chile es otro ejemplo, aunque lo ha hecho a través demecanismos informales, aplicando un modelo de cooptación informal que tuvo mucho éxito: la mayoría de loschilenos que antes estaban en el exterior ahora trabajan en su país de origen, incluso en áreas como las cien-cias sociales. Colombia es otro caso paradigmático en donde los mecanismos informales de repatriación hanfuncionado con éxito.

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Dr. Jorge GrandiDirector de la Oficina Regional de la UNESCO para América Latinay el Caribe

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Partiendo de la experiencia de la UNESCO en apoyar programas y actividades dirigidas a la capacitación derecursos humanos, políticas y gestión de ciencia y tecnología, podrían considerarse distintas propuestas conel objetivo de coordinar acciones entre los países latinoamericanos para la recuperación de capacidadescientíficas.

Primero, se podría trabajar en la consolidación de foros que permitan poner en común logros y experiencias delas políticas de repatriación entre los distintos países. También se podría trabajar en una versión del ProgramaRaíces como un programa nacional de actividades de capacitación que tome en cuenta las necesidades decompetitividad en el contexto de la emergencia de la sociedad del conocimiento. Pienso que los resultados deestos encuentros tendrían que permitir repensar la movilidad de los estudiantes y profesores para ampliarla yprofundizarla a nivel MERCOSUR y a nivel sur-sur.

Segundo, debería verse la posibilidad de repensarse los acuerdos bilaterales o birregionales con Europa yNorteamérica, que son los países que más absorben cerebros. Esto, sin duda, no será suficiente para garanti-zar el regreso, pero sí para generar algunos mecanismos concertados que permitan parar y revertir el flujomigratorio.

Tercero y último, deberíamos evaluar la posibilidad de llevar a cabo una convención internacional sobre laemigración científica y tecnológica. Estamos en un mundo en el que la movilidad de los factores va a un ritmoimparable. Por qué no, entonces, hacer una convención internacional que refleje esta dimensión. Debemosentender que el problema de la migración de científicos es un problema de carácter global. La UNESCO, sinduda, podría colaborar para ello.

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El Programa Raíces en una Argentina en Transformación

El Programa Raíces es la primera Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior. Relanzado en elaño 2003, su propósito es el de actuar de nexo entre los investigadores argentinos en el exterior y el sistemade ciencia y tecnología nacional con el objetivo básico de vincularlos y así ir transformando lo que fue durantemuchos años un pasivo para nuestro país, en un activo: los argentinos que hacen ciencia en el extranjero.

Los objetivos del Programa Raíces son:

• Difundir las actividades científicas y tecnológicas del país en el exterior. • Incrementar la vinculación entre investigadores argentinos residentes en el país y en el extranjero. • Mejorar la calidad y disponibilidad de la información acerca de los investigadores y profesionales argentinos

altamente capacitados que residen en el exterior. • Desarrollar redes de vinculación con investigadores argentinos residentes en el exterior. • Integrar a investigadores argentinos residentes en el exterior a las actividades del Programa de Atención a

Áreas de Vacancia (PAV).• Involucrar al sector productivo del país, Fundaciones y otras ONG�s en las acciones del programa.

El Programa emerge como un ámbito abierto a las inquietudes e iniciativas de los científicos argentinos en elexterior y ejecuta las políticas de retención, promoción del retorno y vinculación. Éstas son definidas por unaComisión Asesora conformada por las principales cabezas de todo nuestro sistema nacional de ciencia y tec-nología. Esto implica un importante esfuerzo concreto por la integración del sistema CyT.

Conformada en el ámbito de trabajo de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación(SeCyT) y bajo dependencia de la Dirección de Relaciones Internacionales, el Programa Raíces representa eintegra al conjunto de profesionales y técnicos argentinos que residen en el exterior. En el marco del mismo, sellevan a cabo las siguientes acciones:

Base de Datos de CientíficosSe estima que entre 6000 y 7000 científicos y tecnólogos argentinos se encuentran en el extranjero. La basedel Programa Raíces cuenta con los datos de más de 4000.

PICT RAÍCES: Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica que incluyen en el Grupo Responsable unmiembro del Programa Raíces. Los proyectos presentados estarán orientados a promover el vínculo entre ungrupo de investigación residente en el país y uno o más miembros del Programa RAICES. 2006: 13 proyectos presentados, 8 aprobados.2007: 79 proyectos presentados que están en evaluación.

Oferta profesional altamente calificada.Difusión de antecedentes profesionales de científicos e investigadores en el exterior que decidan reinsertarseen el medio profesional argentino, en una base de datos de búsquedas de profesionales de alta calificación, quese difunde en todo el sector científico, tecnológico y empresarial.Se difundieron más de 50 CVs de investigadores interesados en retornar.

Sub-Programa Subsidios de Retorno.Se orienta a facilitar la instalación en el país de investigadores argentinos residentes en el extranjero, que ten-gan una oferta de trabajo en una institución pública o privada en la Argentina. Este subsidio se complementa

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Ing. Agueda MenvielleDirectora Nacional de Relaciones InternacionalesSecretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva

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con las becas de reinserción del CONICET.Hasta la fecha se repatriaron 386 investigadores entre ambas instituciones.

Sub-Programa Dr. César Milstein.Este subsidio promueve la vinculación de los investigadores argentinos residentes en el exterior con el mediocientífico y tecnológico local. Financia estadías de no menos de un mes y no más de cuatro meses, para aque-llos investigadores que quieran pasar parte de su año sabático en el país. Se aprobaron 38 subsidios César Milstein.

Vínculo informativo.Difusión de información que puedan resultar de interés para los científicos e investigadores en el exterior, asícomo posibilidades laborales en el medio científico tecnológico argentino.

Convocatoria de Redes.Convocatoria local de proyectos para el desarrollo de redes virtuales de investigadores en las cuatro áreas delconocimiento: Ciencias Sociales, Exactas y Naturales, Biológicas y de la Salud e Ingenierías. Para la constitu-ción de estas redes virtuales que involucrarán a científicos argentinos en el exterior en las respectivas áreastemáticas, se identifican líderes en cada área que tienen a su cargo la coordinación de foros, promoción deproyectos cooperativos y actividades de integración entre los científicos participantes. A la fecha se aprobaron 20 redes temáticas en las áreas de: Ciencias Sociales, Ciencias Exactas y Naturales,Ingeniería y Biológicas y de la Salud

Seminarios y talleres.Realización de seminarios y encuentros orientados a promover la transferencia de conocimientos, entre losargentinos residentes en el país y aquellos residentes en el exterior. Se llevaron a cabo 15 eventos entre worksops, talleres y seminarios.

Acuerdos con empresas.Se firmaron Acuerdos, entre el Programa Raices, la Cancillería y las siguientes empresas: IBM, Core, Siderar,Siderca, Techint, Tecpetrol, Arcor y Aceitera General Deheza, para la difusión de ofertas laborales con perfil dealta capacitación.

Proyectos de Investigación y Desarrollo para la Radicación de Investigadores (PIDRI).Esta línea de financiamiento, de la Agencia Nacional para la Promoción Científica y Tecnológica, está orientadaa fomentar el incremento de la incorporación de recursos humanos especializados a las universidades e insti-tuciones dedicadas a la investigación científica y tecnológica.Los PIDRI tienen como objetivo la incorporación de investigadores científicos y/o tecnólogos formados aUnidades Ejecutoras, existentes o a crearse, pertenecientes a las universidades y/o instituciones públicas o pri-vadas, en áreas tecnológicas prioritarias.La radicación de investigadores podrá consistir en la relocalización de investigadores del país ó a la reinserciónde investigadores argentinos residentes en el extranjero.De esta manera, el Programa Raíces forma parte de una política de estado que apunta a poner a nuestrascapacidades científicas en el centro de un modelo de desarrollo que transforme la Argentina en un país pro-ductivo y con una economía basada en el conocimiento, la ciencia y la tecnología.

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El Derecho Humano al Desarrollo

Ha habido una disputa en el pasado entre la prioridad otorgada a los derechos económicos, sociales y cultu-rales y la reconocida a los derechos civiles y políticos, disputa que respondió a razones ideológicas y políticas.La Conferencia Mundial de Derechos Humanos, celebrada en Viena, Austria, en junio de 1993, fue un punto deinflexión. Ya es clásica la formulación de la Declaración y el Programa de Acción de Viena, según los cuales“Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí”.

Digamos de entrada que todo reconocimiento de esta igualdad de jerarquía en el plano normativo es impor-tante, pero que en la situación actual del mundo lo decisivo es su correlato efectivo en las políticas públicas, ylas realidades económicas, sociales y culturales, tanto en el ámbito nacional como internacional. Ya nada puedeocultar la profunda, (¿creciente?), brecha entre los principios y la práctica en materia de derechos humanos ydesarrollo.

Sobre las realidades concretas en esta materia llamó la atención ese Informe del Programa de las NacionesUnidas para el Desarrollo (PNUD) que también marcó un punto de inflexión en este campo. Me refiero al Informedel PNUD consagrado al Desarrollo presentado en el año 2000 y dedicado a “Derechos Humanos y DesarrolloHumano”.

En realidad, estamos todavía hoy muy lejos de haber equiparado los mecanismos de protección internacionalesy nacionales de los derechos civiles y políticos y de los derechos económicos, sociales y culturales.

Mientras que para los primeros existe en el plano internacional el recurso individual ante los órganos desupervisión de tratados, tanto en el sistema universal como en los sistemas regionales, para los segundos aúnestamos empeñados en la elaboración de un Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de DerechosEconómicos, Sociales y Culturales (PIDESC) que establezca dicho recurso.

Mientras que existen normativas y órganos nacionales e internacionales, penales y no penales, para enfrentarla impunidad de las graves violaciones de los derechos civiles y políticos, los derechos económicos, sociales yculturales se violan impunemente en el Norte y en el Sur, a tal punto que todavía son necesarios los llamados“tribunales internacionales de opinión” para ponerlos en evidencia.1

Sin embargo un pensamiento jurídico-político avanzado se ha abierto paso también en el seno de laOrganización de las Naciones Unidas (ONU) y tiene múltiples expresiones, particularmente en los trabajos de ladenominada Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, insuficientemente difundidosy conocidos.

Por ejemplo, habría que llamar la atención sobre los esfuerzos del jurista senegalés el Sr. Guissé, que presen-tó a dicha Subcomisión un informe sobre la impunidad de la violación de los derechos económicos, sociales yculturales.

En ese informe se abordan múltiples cuestiones esenciales. Una de ellas es la heterogeneidad de enfoquesentre organismos de la misma familia de las Naciones Unidas. Como señalaba Guissé es como si laOrganización Internacional del Trabajo (OIT) y los organismos de Breton Woods -el Fondo MonetarioInternacional (FMI) y el Banco Mundial- no pertenecieran a la misma familia de las Naciones Unidas.

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Dr. Rodolfo MattarolloEx Subsecretario de Derechos Humanos

1 Ver Sentencia sobre las Políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial en “Tribunale Permanente DeiPopoli”, le sentenze 1979-1991. Fondazione Internazionale Lelio Basso. Nova cultura editrice. Bertani editore. Verona, 1992,Pág. 441 y ss.

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No obstante evoluciones posteriores en el plano ensayístico, que se han expresado en la literatura de organis-mos tales como el FMI y el Banco Mundial, no puede olvidarse en particular el papel del FMI en lo que se refiereal ajuste estructural y la deuda externa, las políticas de endeudamiento, de desregulación y de privatizacionesque tanto el Fondo como otros organismos financieros internacionales impulsaron en la década de los 90 y queen muchos de nuestros países han tenido resultados desastrosos, cuya evidencia se encuentra más allá de todaduda razonable.

Los estudios realizados sobre todo en el ámbito de la Subcomisión de Promoción y Protección de DerechosHumanos en materia de derechos humanos y pobreza, pobreza extrema, derechos humanos y ajuste estruc-tural, muestran la amplitud de la brecha existente entre las políticas macroeconómicas de ajuste y la satis-facción de las necesidades humanas básicas de nuestras poblaciones, que los derechos económicos, socialesy culturales están llamados a garantizar y que constituyen obligaciones jurídicas y no sólo éticas y humanitariasde los Estados y otros actores nacionales e internacionales.

El Informe del PNUD del año 2000 señalaba que la democratización que barrió del escenario mundial a muchasdictaduras fue un resultado de las luchas políticas y sociales por la democracia y los derechos humanos.Afirmaba también que la legislación por sí sola no puede garantizar los derechos humanos.

No podemos enfrentar los grandes desafíos de este siglo con ingenuidad. Incluso dentro de su cuidado lenguajeel Informe del PNUD sostenía con acierto que “Como antaño, los adelantos del siglo XXI se ganarán con la luchahumana contra los valores divisionistas y contra la oposición de intereses económicos y políticos arraigados”.

El papel de las luchas y los sufrimientos humanos fue decisivo para edificar la Organización de las NacionesUnidas al término de la segunda guerra mundial, como resulta claramente del preámbulo de la Carta de la orga-nización mundial.

Partiendo de esa contribución, en la que el pensamiento político creador surgió muchas veces del dolor y laexperiencia, prestemos por un instante atención a los aportes no estatales, a los aportes de la sociedad civil, ala edificación del derecho internacional de los derechos humanos y el derecho al desarrollo humano ysostenible. Es lo que el tratadista español Carlos Villán Durán llama “la codificación privada” de los derechoshumanos.2

Recordemos por ejemplo que se cumplieron el año pasado treinta años de la adopción de la “DeclaraciónUniversal de los Derechos de los Pueblos”, proclamada en Argel, el 4 de julio de 1976, a la iniciativa de laFundación Lelio Basso por los Derechos y la Liberación de los Pueblos.

La originalidad de dicho instrumento como fuente de doctrina, estriba sobre todo en su sección final de garan-tías y sanciones, en el que se establece por ejemplo, que “las cargas financieras exteriores, que han llegado aser excesivas e insoportables para los pueblos dejan de ser exigibles.” (art. 26).

Como afirma Villán Durán, si el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) ha podido avan-zar en la precisión de los derechos contenidos en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales yCulturales (PIDESC), a través de sus comentarios generales, se ha debido en gran parte a los “Principios deLimburgo” sobre esa materia, elaborados por un grupo de expertos convocados en Maastricht en 1986 porvarias Organizaciones No Gubernamentales de Derechos Humanos (ONGs).

Igualmente el ya mencionado Protocolo Facultativo del PIDESC, fue presentado por el Comité DESC a laComisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas gracias a la reunión de expertos celebrada en Utrechten 1995 bajo los auspicios del Instituto Holandés de Derechos Humanos.

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2 Carlos Villán Durán, Curso de Derecho internacional de los derechos humanos, Editorial Trotta, Madrid, 2002, p. 299 y ss.

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Sobre esta cuestión de las violaciones de los DESC una referencia importante son las Directrices deMaasstricht, resultado de la reunión realizada en 1997 por un grupo de 30 expertos bajo los auspicios de variasONGs.

La preocupación por el carácter operativo de los DESC es hoy predominante. Actualmente esto se afirma demanera corriente en la doctrina. Por ejemplo, un autor argentino -Juan Carlos Vega- afirma que el deber degarantía del Estado -respetar y hacer respetar los derechos- se extiende también a los DESC. 3

El carácter progresivo de la realización de los DESC de acuerdo a los recursos disponibles, no implica remitir alas calendas griegas el momento de su efectiva vigencia. Se trata de pasarlos de lo que Vega llama “la poéti-ca jurídica” al territorio de la realidad.

Para esto se debe aunar el pensamiento jurídico y el pensamiento económico y social. Siguiendo la orientaciónde los trabajos del Comité de los DESC, en especial a partir de los realizados bajo la dirección de su exPresidente el jurista australiano Philip Alston, puede afirmarse que los Estados tienen la obligación de “adoptarmedidas inmediatas” para poner en movimiento ese proceso de desarrollo progresivo.

Esta posición, hoy generalizada en la comunidad de los derechos humanos, fue también sostenida por el juristachileno Roberto Carretón en la Conferencia Constitutiva del Observatorio de Derechos Humanos en PolíticasPúblicas del MERCOSUR (Córdoba-Argentina en julio de 2004).

A este respecto estamos comprometidos en las reuniones de Altas Autoridades de Derechos Humanos yCancillerías del MERCOSUR y países asociados con la elaboración de indicadores sobre la observancia de losDESC. En este sentido se ha decidido, en una primera etapa, la elaboración de indicadores en materia de tra-bajo, salud y educación.

Se trata de adoptar metodologías que permitan cotejar datos económicos y categorías jurídicas de modo depoder medir el grado de “desarrollo progresivo” de los DESC.

La propuesta de Vega es aún más ambiciosa en la medida en que propone que los principales indicadores esténconstituidos por: “la evolución de niveles de concentración de la renta. La evolución de niveles de evasiónimpositiva en igual período. (...) los niveles de impunidad judicial de la corrupción medidos en términos de laConvención de Caracas. (...) las tasas de desocupación, de pobreza e indigencia. (...) la evolución de tasas dedesnutrición infantil medidas conforme a estándares internacionales y específicos de cada país”.

Del mismo modo que existen indicadores de “Riesgo País” deberían existir parámetros semejantes convariables integradas constitutivas del “Riesgo Social País”, que podrían servir a los organismos internacionalespara una revisión crítica de sus políticas y prioridades, para la elaboración de diagnósticos más comprensivosde la realidad y para superar los enfoques limitados a variables macroeconómicas.

Consideraremos a continuación, un documento con el objeto de presentar, aunque sea parcialmente, una gamade las conclusiones y recomendaciones generales que se desprenden de algunos de los desarrollos elaboradosen el curso del debate sobre globalización y derechos humanos en el seno de varios organismos de derechoshumanos de las Naciones Unidas en los últimos años.

El Relator Especial de la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, sobre la relaciónentre el disfrute de los derechos humanos y la distribución de los ingresos. 4

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3 Juan Carlos Vega (Director), Christian Sommer (Coordinador), Derechos Humanos, legalidad y jurisdicción supranacional,editorial Mediterránea, Córdoba, 2006, p. 64 y ss.4 La relación entre el disfrute de los derechos humanos, en particular los derechos económicos, sociales y culturales y la dis-tribución de los ingresos. Informe final preparado por el Sr. José Bengoa, Relator Especial. Documento ONU E/CN.4/Sub.2/1997/9 de 30 de junio de 1997.

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El punto de partida del Relator Especial es la concepción según la cual los derechos humanos como códigode valores, jurídicamente protegidos a nivel internacional, tienen la capacidad de señalar los límites de loaceptable o inaceptable de las medidas de política económica.

Es teórica y prácticamente posible establecer una distinción entre el comportamiento económico y su valo-ración desde la perspectiva de los derechos humanos. Una economía determinada podría mostrar indicadoresmacroeconómicos de crecimiento, inflación, cuentas nacionales, exportaciones, etc. positivos a pesar de queen su interior exista una “desigualdad intolerable de ingresos”, grados muy altos de discriminación, exclusiónsocial y pobreza.

Ahora bien, los derechos humanos, tal como resultan de su codificación internacional, que representa hoy unconsenso en muchos aspectos universal, constituyen el único criterio general que permite establecer losmínimos aceptables o inaceptables en materia económica y social a nivel nacional e internacional.

Hay situaciones en las que la alta concentración de la riqueza produce efectos sociales devastadores queamenazan con destruir toda “integración social” de una sociedad. La “desigualdad intolerable de los ingresos”será aquella situación en que se produce un crecimiento sistemático de la desigualdad en una sociedad (o anivel internacional), una concentración grosera del producto en manos de un grupo o sector de la sociedad.

Desde una perspectiva de derechos humanos esta situación equivaldría a una violación de los derechoseconómicos, sociales y culturales y del principio de no discriminación. 5

El Relator Especial cita los estudios del autor noruego Johan Galtung quien presenta, “un cuadro provocativo ypesimista de la condición humana en el final del siglo veinte” ya que muchas sociedades están sumidas en pro-cesos de desestructuración y desculturación que Galtung denomina “atomia” y “anomia”. Galtung propone unmodelo para entender los procesos de ruptura y desintegración que se provocan como consecuencias de losreajustes y desajustes económicos.6

“Atomia” sería el proceso de desintegración o atomización social y “anomia” sería el proceso de desintegracióncultural, la disolución de pautas culturales más amplias que hacen posible la vida social democrática. Elsurgimiento de violencias raciales, etnoreligiosas o simplemente locales, está en relación con la aparición deestos procesos desintegradores tanto en lo social como en lo cultural.

La defensa de los derechos humanos pasa por la defensa de formas básicas de integración de la sociedad.Las políticas y medidas que conducen a la desintegración social se oponen a la Declaración Universal deDerechos Humanos y a los Pactos Internacionales de Derechos Humanos. En especial contravienen abierta-mente lo dispuesto en el tercer párrafo del preámbulo de ambos Pactos, cuyo texto idéntico sólo difiere por elorden en que se enuncian los derechos civiles y políticos, económicos, sociales y culturales.

Dice en efecto el tercer párrafo del preámbulo del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales:

“Reconociendo que, con arreglo a la Declaración Universal de Derechos Humanos, no puede realizarse el ideal delser humano libre, liberado del temor y de la miseria, a menos que se creen condiciones que permitan a cada per-sona gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos,”

El sociólogo y sacerdote jesuita panameño Xavier Gorostiaga, que fue Rector de la Universidad CentroAmericana (UCA) de Nicaragua, e inolvidable maestro del pensamiento social avanzado en la región, propuso ladistinción entre una globalización “por arriba” y una globalización “por abajo”. Junto a la globalización de las

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5 Ver Informe citado en la nota anterior, en especial párrafos 3, 4, 20 y 21.6 Ver nota 7 del Informe citado en la nota 4 en la que se cita a Johan Galtung “On the social costs of modernization, socialdisintegration, atomie/anomie and social development”en Development and Change, vol. 27, págs. 379 a 413. Oxford,Institute of Social Studies, Blackwell Publishers, 1996.

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comunicaciones, el comercio y el poder, o “globalización por arriba” se han comenzado a globalizar las ideasacerca de lo que consistiría una “agenda humana”, o “globalización por abajo”.7

Los derechos humanos se encuentran en el centro de esta “globalización por abajo”. El sistema inter-nacional de respeto, garantía y promoción de los derechos humanos constituye el conjunto normativo másamplio que existe, el mayor consenso que haya alcanzado la humanidad en materia de protección de ladignidad humana. 8

Se ha afirmado en este sentido que los derechos humanos constituyen lo único “sagrado” que es común atodos los seres humanos y es la base de la solidaridad internacional.9 Entiendo que aquí el término “sagrado”refiere a ese núcleo de valores intangibles de la dignidad humana, jurídicamente protegidos, que son losderechos humanos.

En la “globalización por abajo” participan activamente las organizaciones de la sociedad civil, con un granretraso, que se observa en muchos lados, de los partidos políticos -lo que está en relación con otro fenómenogeneralizado, la profunda crisis de representatividad de las organizaciones de la democracia indirecta.

La creciente desigualdad es uno de los principales problemas de “gobernabilidad” en los países latinoameri-canos. Como es sabido, América Latina muestra uno de los niveles mayores de desigualdad en la distribucióndel ingreso a nivel mundial. 10

En su libro sobre la Agenda Humana 11 Galbraith plantea la relación estrecha que existe entre el sistema dedistribución de los ingresos y el sistema político:

“La distribución de los ingresos en la economía moderna obedece en definitiva a la distribución del poder. Estasegunda distribución es a su vez causa y consecuencia de la manera en que se reparten los ingresos. El podersirve para adquirir ingresos; los ingresos conceden poder sobre la retribución pecuniaria de otros”.

Y agrega el imperativo de que el Estado y la sociedad tomen en sus manos la situación de los sectores máspobres: “su respuesta es la defensa y protección pública de los que carecen de poder...”12

Según el Relator Especial de la Subcomisión, el Estado es el responsable de mantener la sociedad unida ydominar las tendencias a la dispersión y en particular impedir que existan situaciones de exclusión.

La justificación más corriente que se escucha en los foros internacionales es señalar que no hay medidasposibles, ni sistemas alternativos, frente al proceso de globalización en curso. De esta manera se eximiría deresponsabilidad a los Estados, ya que no se podría hacer otra cosa. Sin embargo, la responsabilidad de losEstados es ineludible frente a la vulneración de los derechos fundamentales, incluida esa violación de losderechos humanos que es la exclusión.

Al término de este somero recorrido propongo colocar este debate que transcurre hoy dentro y fuera de lasNaciones Unidas en una perspectiva histórica más amplia, mediante la transcripción de dos breves textos delos siglos XVIII y XIX respectivamente.

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7 Xavier Gorostiaga propuso esa contraposición entre las dos globalizaciones en el Encuentro Internacional de Nuevo OrdenEconómico y Desarrollo: Desafío Ético para el Siglo XXI, organizado por la Asociación Internacional de Ética del Desarrollo yel Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Santiago, 25 al 30de octubre de 1995.8 Ver también en este sentido Norberto Bobbio, L’età dei diritti, Einaudi, Torino, 1990, pág. 17 y ss. 9 Ver en el Informe mencionado en la nota 4, la nota 53 “in fine”donde se cita en este sentido a Jurgen Habermas.10 Informe citado en nota 4 párrafos 59 a 61.11 John K. Galbraith, The Good Society: The Human Agenda, Houghton Mifflin Company, Boston, 1996. Citado en Informemencionado en nota 4, nota 9.12 Informe citado en nota 4 párrafo 76.

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El primero se refiere a los derechos legales y los derechos efectivos.

“Al recorrer la historia de las sociedades, habremos tenido ocasión de mostrar que a menudo existe una grandistancia entre los derechos que la ley reconoce en los ciudadanos y los derechos de que éstos realmente dis-frutan; entre la igualdad establecida por las instituciones políticas y la que existe entre los individuos. Habremoshecho notar que esta diferencia ha sido una de las principales causas de la destrucción de la libertad en lasrepúblicas antiguas, de las tormentas que las han sacudido, de la debilidad que las ha entregado a tiranosextranjeros.

Estas diferencias tienen tres causas principales: la desigualdad de la riqueza; la desigualdad de estado entreaquél cuyos medios de subsistencia, garantizados para sí mismo, se transmiten a su familia, y aquél para quienesos medios dependen de la duración de su vida, o más bien de la parte de su vida durante la cual es apto parael trabajo; finalmente, la desigualdad de instrucción.”

Marie Jean Antoine Caritat marqués de Condorcet. “Esquisse d’un tableau historique des progrès de l’esprithumain”, 1798, Francia.

El segundo texto se refiere a la igualdad y dice:

“Asociación, progreso, libertad, igualdad, fraternidad, términos correlativos de la gran síntesis social y humani-taria; símbolos divinos del venturoso porvenir de los pueblos y de la humanidad. La libertad no puede realizarsesino por medio de la igualdad; y la igualdad, sin el auxilio de la asociación o del concurso de todas las fuerzasindividuales encaminadas a un objeto único, indefinido, el progreso continuo: fórmula fundamental de la filosofíadel decimonoveno siglo.”

Esteban Echeverría, “Dogma socialista de la Asociación de Mayo”, en el Iniciador, Vol. II, Montevideo, 1838.

Si bien hoy estamos muy lejos de la filosofía optimista de nuestro compatriota del siglo XIX exiliado en elUruguay, y su concepción del progreso indefinido, se puede convenir que sin la realización concreta de lo queel filósofo francés contemporáneo Jacques Bidet llama “egaliberté” -una síntesis de los valores de la libertad yla igualdad- difícilmente pueda darse respuesta a los colosales problemas que hoy plantea en el mundo eldesarrollo humano y sostenible y el abismo creciente entre proclamación y efectividad de los derechoshumanos, ya señalado por Condorcet desde el fondo de una cárcel a finales del siglo XVIII.

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La ruptura en la Educación argentina*

1. Introducción No es aventurado afirmar que la representación social más común acerca de la evolución de la educaciónargentina en los últimos cien años gira alrededor de la idea según la cual teníamos una educación de muybuena calidad y la hemos perdido. De acuerdo a la posición política de cada autor, el origen de esa decaden-cia tiene fechas y explicaciones diferentes. Existen, al menos, cuatro momentos significativos asociados alorigen de la decadencia de la educación argentina que no necesariamente se excluyen entre sí:

a) la crisis del modelo económico agro-exportador y el primer golpe de Estado en 1930; b) el desprecio por la actividad intelectual expresada en la consigna de “alpargatas sí-libros no” en los años ‘50; c) el golpe de estado de 1966 y su expresión emblemática en educación, conocida como “la noche de losbastones largos”; d) las reformas y las políticas de los años ‘90, tanto a partir de las transferencias de las escuelas a lasprovincias y la implementación de la reforma educativa como por la crisis social que produjo la caída devastos sectores de población por debajo de la línea de pobreza.

Estos cuatro momentos están asociados a cambios socio-políticos muy significativos. Sin embargo, el lugar quela educación ocupó en cada uno de esos momentos de quiebre es diferente. Esas diferencias surgen de unaarticulación particular entre situación social y económica por un lado, proyecto político por el otro y paradigmateórico dominante sobre la educación y su papel en la sociedad. Desde este punto de vista, quisiera ofrecer unanálisis socio-histórico de la educación en nuestro país a partir de tres paradigmas dominantes. En primerlugar, abordaremos el paradigma vigente a fines del Siglo XIX, donde la educación se caracterizó fundamental-mente por su función política en el contexto del proceso de construcción del Estado-Nación. En segundo lugar,analizaremos las ideas y los cambios producidos durante la década de los años ‘50 y ‘60, basados en las teoríasdesarrollistas según las cuales existe (o debe existir) una articulación directa entre educación, recursoshumanos y desarrollo económico y social. En tercer lugar, indagaremos los discursos y las políticas que carac-terizaron la década de los años noventa donde -en el marco de los procesos de globalización y de diseño deun nuevo tipo de capitalismo- se elaboró un discurso educativo caracterizado por la centralidad del conocimien-to en la sociedad. Por último, a modo de conclusión, se presentan algunos ejes de análisis para pensar lasperspectivas futuras del sistema educativo argentino.

2. Educación y construcción del Estado-NaciónEl sistema educativo argentino fue diseñado en las dos últimas décadas del siglo XIX, estrechamente asociadoa una función predominantemente política en la sociedad. Por un lado, la expansión de la educación estuvoligada a la necesidad de construir la identidad nacional para garantizar la cohesión social y la estabilidadpolítica, en el marco de una activa estrategia de atracción de inmigrantes. Por el otro, era preciso formar a laclase política. Simplificando los términos del problema, es posible sostener que la enseñanza primaria estabadestinada a socializar al conjunto de la población en los valores propios del proceso de modernización y unidadnacional, mientras la escuela secundaria y la universidad fueron concebidas como las herramientas privile-giadas para formar a la elite dirigente.

Las versiones más difundidas identifican a Sarmiento como el principal responsable de la difusión de estemodelo educativo. Sin embargo, es necesario señalar que el pensamiento sarmientino no fue el único y nisiquiera se puede decir que haya sido el dominante en términos de las decisiones y de las políticas específicasque se adoptaron en ese período.

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Lic. Juan Carlos TedescoEx Ministro de Educación

* En este artículo se recogen las principales ideas del trabajo de Juan Carlos Tedesco y Alejandra Cardini, Educación ySociedad en la Argentina: proyectos educativos y perspectivas futuras. (Buenos Aires, 2007).

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Sarmiento consideraba absolutamente prioritario expandir en forma universal la escuela primaria. Sinembargo, la prioridad del nivel primario no fue aceptada con el mismo entusiasmo por todos los miembros dela clase política de entonces. Alberdi, por ejemplo, no creía en la escuela sino en la “educación de las cosas” ypensaba que era mejor invertir en obras públicas e infraestructura más que en la educación formal. Mitre, porsu lado, confiaba más en la necesidad de formar a la clase política antes que a la población en su conjunto yfue por su iniciativa que nacieron los Colegios Nacionales. A pesar de esas y otras diferencias importantes, sesancionaron dos importantes leyes educativas -la ley 1420 y la ley Avellaneda- que definieron la obligatoriedad,la gratuidad y la laicicidad de la escuela primaria y sentaron las bases de la organización de la universidad.

La meta de una escolaridad básica universal se logró, sin embargo, un siglo después de sancionada la normalegal. En efecto, si bien es cierto que la expansión de la escuela fue muy sostenida, recién en 1980 la cober-tura de escolaridad de la población entre 7-14 años comienza a superar el 93% y en 1991 alcanza el 97%. Eneste proceso, el papel del Estado fue fundamental, tanto en la expansión cuantitativa como en los altos nivelesde calidad alcanzados por la educación pública hasta mediados del siglo XX.

El debate sobre el papel de Estado estuvo concentrado fundamentalmente en la distribución de responsa-bilidades entre el nivel nacional, el provincial y el municipal. Aquí también, el pensamiento de Sarmiento fuemás polémico de lo que se conoce vulgarmente. Recordemos que el viaje por Francia y por Estados Unidos lepermitió la existencia de tradiciones administrativas muy diferentes. Por un lado, fue admirador de la visióncurricular francesa, orientada a la construcción de la homogeneidad cultural a partir de los valores del raciona-lismo positivista. Pero por el otro, lo sedujo el enfoque americano, según el cual las escuelas debían estargobernadas por los poderes locales y la participación de los padres debía ser fuertemente incentivada. Más alláde los debates sobre el gobierno de la educación, lo cierto es que la escuela básica, pública y obligatoria,estuvo basada en una oferta curricular -contenidos y métodos de enseñanza- fuertemente influida por elpositivismo racionalista que dominó en las Escuelas Normales formadoras de maestros. Si bien existió undebate pedagógico bastante intenso en todo ese período, la imagen sobre la cual hoy evocamos a la escuelapública argentina de las primeras décadas del siglo XX está centrada en una institución que ofrecía un men-saje para toda la población, racionalista, con fuerte concentración de la autoridad en el maestro, cuyo oficio sedefinía a partir del dominio de un conjunto de reglas didácticas para enseñar a todos de la misma manera.La escuela estaba revestida de cierto carácter sagrado, donde los rituales escolares eran muy fuertes: izar labandera, cantar canciones patrias, vestir guardapolvo blanco, honrar a los próceres nacionales, respetar ladisciplina, y aceptar que el progreso o el fracaso en la jerarquía escolar era los factores que definían el lugarde cada uno en la escala social.

La escuela primaria se continuaba luego en la escuela secundaria, que ofrecía varias modalidades: bachi-llerato, comercial, industrial y la escuela Normal. Si bien el bachillerato era la “vía real” hacia la universidad, elresto de las modalidades -que fueron pensadas como alternativas para evitar un exceso de demanda sobre launiversidad- terminaron por cumplir esa misma función. En el imaginario popular, la carrera universitaria era lagarantía de prestigio social y acceso a los puestos de cúpula del mercado de trabajo. Asimismo, la universidadse convirtió en un espacio significativo de socialización política, anticipatorio de funciones partidarias o guber-namentales. En ese contexto se explica el conflicto de la universidad con el Estado se expresara desde muytemprano. La Reforma de 1918 permitió que la historia de la universidad se escribiera alrededor del tema delgobierno institucional y de la autonomía con respecto al Estado.

Es evidente que este panorama tan somero no hace justicia a la complejidad del desarrollo histórico del sis-tema educativo argentino desde finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. En términos generales,sin embargo, es posible sostener que la escuela fue el factor más importante en el proceso de construcción dela identidad nacional, por encima de los particularismos locales. Pero también es importante destacar que laescuela actuó en forma relativamente aislada. La construcción de la identidad nacional promovida desde laescuela, no fue acompañada por otras experiencias que permitieran fortalecer la unidad de sentido de todos loshabitantes del territorio nacional. Desde el ámbito económico, por ejemplo, la concentración de la propiedad dela tierra en pocas manos impidió que tanto los habitantes nativos como los inmigrantes asumieran la inte-

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gración del territorio nacional como un proceso propio. Desde el ámbito militar, la “Campaña al Desierto” nosirvió como una épica para fomentar el sentimiento de identidad nacional. En términos políticos, la incorpo-ración a la ciudadanía también fue un proceso conflictivo y precario, donde los golpes militares recurrentesimpidieron que el ejercicio de la soberanía popular retificara los principios que pretendía transmitir la escuela.En todo momento, el discurso “nacional” estuvo asociado a un determinado grupo, que excluía a los otros. Laopción “civilización o barbarie” siempre estuvo presente en el proceso de construcción de la identidad nacionaly la escuela sólo pudo operar sobre dicha construcción en forma aislada y a través de dimensiones puramentesimbólicas.

En este sentido, el desarrollo de la educación durante la primera mitad del siglo XX pone de manifiesto el carác-ter parcial del proyecto educativo representado por la Ley 1420. De hecho, es importante recordar que dichaley no fue “nacional” desde el punto de vista territorial, ya que su aplicación sólo tuvo vigencia en las escuelasque dependían de las autoridades. El resto de las instituciones escolares, en cambio, funcionaban sobre losprincipios establecidos por leyes provinciales que, en varios casos, estas normativas se distinguían y hasta secontraponían a la Ley 1420. El ejemplo más claro de esta diferencia fue la enseñanza religiosa obligatoria, quesostenían varias leyes provinciales.

Los diferentes mensajes socializadores que caracterizaron los contenidos del sistema educativo argentino,sumado al hecho de que la universalización de la escuela primaria fue un proceso lento y desigual, son dos ele-mentos claves que tienden a subestimarse tanto por la literatura académica como por las visiones popularesde la educación argentina. En este sentido, el surgimiento a mediados del siglo XX de una postura ideológicacon fuerte contenido anti-intelectual, antagónica a la que inspiró el desarrollo de la educación en nuestro país,no parece casual. El lema “alpargatas sí-libros no” es una expresión de ese fenómeno, que refleja no sólo lapercepción “libresca” que algunos sectores populares tenían de la cultura, sino también la incapacidad delproyecto “culto” para incorporar a los sectores populares.

3. Educación, desarrollo y recursos humanos El agotamiento del discurso educativo sustentado fundamentalmente en la dimensión política de la sociedadestuvo asociado tanto a factores nacionales como internacionales. Las necesidades de reconstrucción de lospaíses centrales después de la guerra así como el desafío político y económico que significaba la presencia delbloque socialista, estimularon un interés creciente por la articulación entre educación, planificación, recursoshumanos y crecimiento económico.

En términos esquemáticos, se definió una teoría según la cual el nivel educativo de las personas estabaasociado a su productividad y dicha productividad determinaba los ingresos. Desde un punto de vista concep-tual, los recursos financieros asignados a la educación dejaron de ser considerados un gasto para pasar a serconcebidos como una inversión, tanto a nivel individual como social. Estas inversiones podían planificarse enfunción de las tendencias de demandas de mano de obra provocadas por los planes de desarrollo económicoy social. Así, la pedagogía fue desplazada por la economía de la educación y una de las herramientas concep-tuales y políticas más comunes fueron los estudios de las tasas de retorno, que permitían identificar lossectores más rentables para las inversiones educativas.

Si bien estas ideas dominaron la agenda y la reflexión educativa, particularmente en las décadas de los años‘50 y ‘60, la realidad fue mucho más compleja y no se ajustó a las predicciones teóricas. En primer lugar, quedóde manifiesto que la articulación entre educación, productividad, puestos de trabajo y salarios asume significa-dos distintos según los contextos sociales. En el caso argentino, pudo apreciarse que la manufactura nacional-basada en la sustitución de importaciones y en la presencia de fuertes aparatos sindicales- estuvo vinculadacon mecanismos de satisfacción de las demandas de calificación de la mano de obra más complejos que lasimple cantidad de años de estudio. Los estudios al respecto mostraron que -salvo en los extremos de laspirámides educacional y ocupacional- la articulación entre años de estudio y puestos de trabajo era significa-tivamente baja.

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En este contexto, las tendencias educativas de estos años respondieron tanto o más a demandas sociales rel-ativamente desarticuladas que a los requerimientos de un proyecto educativo coherente. El ejemplo máselocuente de esta dinámica es el que se refiere a la expansión de la educación privada. Entre la década del cin-cuenta y la del sesenta, la matrícula de educación privada en el nivel primario se triplicó (pasando de represen-tar el 8% al 15% del total) y en el nivel secundario se duplicó (pasando del 21% al 33% de los alumnos de laenseñanza media). Dicha expansión fue de tal magnitud que no es posible explicarla sin aludir a una fuertedemanda social por parte de los sectores medios, que buscaban señales de diferenciación ante la progresivauniversalización de la cobertura educativa.

La tendencia a la privatización formó parte de un proceso más general de segmentación del sistemaeducativo. Cuando la gran mayoría de la población logró el acceso a la educación primaria y comenzó amasificarse la escuela secundaria, empezó a operar un mecanismo de distinción diferente al tradicional. Dejóde tener prioridad la cantidad de años de estudio y cobró mayor importancia el circuito de escolaridad en elcual se cursaban esos años. Las propias escuelas públicas comenzaron a diferenciarse según el origen socialde sus alumnos. Uno de los estudios más interesantes sobre estos fenómenos fue el realizado por CeciliaBraslavsky, en el que se señala que “las escuelas primarias únicas o comunes previstas por la ley 1420,igualmente equipadas, con prácticas pedagógicas que respondan a un mismo modelo de acción pedagógica,donde se impartan niveles y perfiles de conocimiento iguales que, en principio, permitan el acceso en igualdadde condiciones a los niveles sucesivos dentro del sistema de educación formal...”, se transformaron en“...escuelas en las cuales el equipamiento es distinto, las prácticas pedagógicas son divergentes, los niveles yperfiles de conocimientos que se adquieren no son equivalentes ... y se abren posibilidades distintas y noequivalentes de acceso a establecimientos del nivel inmediato posterior”. Tal como indica este trabajo, elsistema educativo argentino empieza a organizarse en circuitos diferenciados de calidad, asociados fundamen-talmente al origen social de los alumnos pero también a patrones culturales y de localización geográfica.

La segmentación del sistema educativo estuvo acompañada a su vez por un complejo proceso vinculado a lastransformaciones culturales e ideológicas producidas en la sociedad. El autoritarismo político y la interrupciónde los procesos democráticos se expresaron con particular virulencia en el sistema educativo, conceptuali-zado y utilizado como “aparato ideológico”. Paradójicamente, sectores políticamente antagónicos coincidieronen este enfoque. Así, mientras los enfoques críticos sostenían el carácter reproductor e ideológicamenteconservador de las prácticas educativas, los sectores conservadores percibían al sistema educativo como unaagencia subversiva. En esta pugna, se perdió buena parte de la capacidad del sistema educativo para trans-mitir conocimientos y formar en el dominio de los principales códigos de la modernidad.

Mientras los proyectos educativos autoritarios buscaron definir aquellos contenidos que no había que enseñary aquello que era preciso destruir, los enfoques críticos concibieron la relación maestro-alumno bajo la metá-fora del vínculo entre el amo y el esclavo, donde la enseñanza aparecía directamente asociada a la dominación.

Como ejemplo de esta pugna, pueden evocarse los procesos sufridos por la Universidad, particularmente laUniversidad de Buenos Aires. La UBA vivió un momento de significativo desarrollo científico entre los años1955-66, que fue destruido tanto por las visiones autoritarias expresadas en el golpe de 1966 como por lasvisiones críticas que consideraban ese proyecto como una expresión del cientificismo reformista, incompatiblecon el proyecto revolucionario.

En el mismo sentido puede interpretarse el proceso de vaciamiento de contenidos de la escuela en general,visible en los años de gobiernos autoritarios. Esta estrategia estaba orientada a limitar al máximo el proceso desecularización que vivía la cultura y la sociedad. Aquí se puede apreciar otra de las paradojas de la historiaeducativa argentina: los sectores que tradicionalmente percibieron que el Estado era un agente que no garan-tizaba la vigencia ideológica de los principios básicos del orden social y contrapusieron a su acción el papel dela familia y de la Iglesia Católica, terminaron controlando solamente al Estado, en tanto la familia y la Iglesiadejaban de ser la garantía que representaron en otros momentos históricos.

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4. La educación en el Nuevo Capitalismo Las reformas de los años noventa se inscribieron en un contexto nacional e internacional significativamentediferente al de las transformaciones intentadas en etapas anteriores. En este período, los cambios no intentaronenfrentar únicamente las deudas o los déficit del pasado, sino que además pretendían asumir los desafíosplanteados por los profundos cambios en la organización del trabajo, la cultura y el rol de los ciudadanos y elEstado que se registraban a nivel mundial. Estos cambios estuvieron asociados a una doble demanda para lasreformas educativas. Desde el sector productivo, los cambios en la organización del trabajo provocados por eldesarrollo de las nuevas tecnologías de la información incidieron sobre la formación de los trabajadores. Desdela dimensión política, el retorno a la democracia y al Estado de Derecho acentuó la preocupación por formarciudadanos reflexivos, capaces de asumir el proceso de fortalecimiento de la democracia que el país requería.Esta doble demanda, sin embargo, tenía un significado muy diferente al tradicional. En el modelo de produc-ción industrial clásico -el modelo fordista- formar para el trabajo y formar para la ciudadanía exigían eldesarrollo de competencias diferentes o antagónicas. El trabajo requería disciplina, obediencia y adecuación alritmo de la cadena de producción, mientras la ciudadanía exigía participación, reflexión y espíritu crítico. Encontraste, los nuevos modelos de organización del trabajo, al menos teóricamente, eliminaban esta contradic-ción ya que concebían que las competencias para la producción y para la ciudadanía tenían un núcleo común.Sobre esta base, fue posible que desde diferentes perspectivas teóricas y políticas se reconociera la importan-cia central de la educación y del conocimiento, tanto en el desarrollo económico como en el comportamientociudadano.

Sin embargo, a pesar del amplio consenso acerca de la necesidad de reformar la educación, los acuerdoscomenzaron a desvanecerse a la hora de discutir los sentidos y las estrategias concretas de la reforma. En eldebate latinoamericano, desde el comienzo se distinguieron dos orientaciones diferentes. La primera perspec-tiva consideraba prioritarios aquellos aspectos vinculados con el logro de mayores niveles de eficiencia en lagestión educativa, como por ejemplo, la descentralización, la autonomía, la evaluación de los resultados y losincentivos al rendimiento. El segundo enfoque ponía el acento en la necesidad de llevar adelante políticas des-tinadas a lograr niveles adecuados de equidad para garantizar el carácter sostenido del proceso de desarrolloeducativo y social. Desde el punto de vista político, mientras los primeros confiaban más en el mercado comomecanismo de distribución de los recursos educativos, los segundos sostenían la necesidad de concebir a laeducación como política de Estado. Estas disímiles posiciones fueron expuestas en documentos de organismosinternacionales. El Banco Mundial publicó “Prioridades y estrategias para la educación” mientras que la CEPALy la UNESCO publicaron “Educación y conocimiento: Eje de la transformación productiva con Equidad”.

En el ámbito nacional, luego del amplio proceso de discusión sobre las transformaciones educativas que tuvolugar en el marco del Congreso Pedagógico realizado en 1986, se inició una reforma del sistema educativoestructural y profunda. Uno de los principales productos de esta reforma fue la Ley Federal de Educación,sancionada en 1993. Dicha ley extendió la obligatoriedad escolar -que pasó de siete años a nueve; promovióel cambio de la estructura del sistema educativo, al reemplazar la tradicional primaria y secundaria por la edu-cación general básica y el polimodal con diferentes orientaciones; se renovaron los contenidos curriculares detodos los niveles de la educación básica y la formación docente y se creó un sistema nacional de evaluaciónde la calidad.

La implementación de la ley trajo aparejada una nueva división del trabajo entre el Estado Nacional y lasprovincias. El Estado Nacional se reservó la facultad de la orientación técnico pedagógico, la producción de lainformación y las políticas compensación de las desigualdades, mientras el Consejo Federal de Educaciónquedó definido como el ámbito institucional para la negociación y articulación de políticas. Más allá deldiscurso que acompañó estas transformaciones, lo cierto es que la descentralización educativa no estuvoacompañada de mecanismos de cohesión que permitieran mantener la unidad en un sistema federal y, al ter-minar la década, la fragmentación del sistema educativo argentino era visible en casi todas sus dimensiones. Una de las peculiaridades de la reforma educativa argentina consiste en haber provocado interpretaciones ycríticas según las cuales pudo ser interpretado simultáneamente como una estrategia destinada a mantenerlos estilos burocráticos tradicionales de la gestión de servicios públicos y como la operaciona-lización a nivel

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educativo de las políticas neoliberales. Los representantes teóricos y políticos del neoliberalismo criticaron lastransformaciones por su carácter tradicional y postularon propuestas alternativas basadas en el financia-miento a la demanda, la desregulación de la actividad privada y de los regímenes laborales docentes. Encontraposición, la literatura de orientación crítica consideró a la transformación educativa como la cristalizacióndel neoliberalismo económico en el plano educativo y tendió a subestimar la importancia de aquellas medidasorientadas a reforzar la equidad social y el papel del estado. Si bien es cierto que esta ambigüedad estuvopresente en la mayor parte de las reformas de América Latina, el grado de conflicto que asumieron en el casoArgentino fue significativamente más alto y se evidenció no sólo en entre los analistas de la reforma sinotambién entre los funcionarios gubernamentales del área económica y de la cartera educativa.

El hecho de que la reforma educativa se diera en nuestro país de manera simultánea con transformaciones deotros ámbitos de la vida nacional, suscitó que algunos sectores la interpretaran como un componente más delprograma de gobierno menemista. En el plano económico, los noventa fueron testigo de reformas como la aper-tura económica, las privatizaciones de empresas y servicios públicos, el achicamiento del estado y la políticade la convertibilidad. Sin embargo, es difícil afirmar que las transformaciones del sistema educativo fueronabsolutamente coherentes con las orientaciones y decisiones tomadas en el campo de la economía y de lareforma del Estado. Por el contrario, todo pareciera indicar que la política educativa fue relativamente indepen-diente en relación con lo que sucedía en otros frentes del gobierno. De hecho, las diferencias se pusieron demanifiesto en el seno del propio partido y gabinete gobernante, donde existían posiciones diferentes acerca delpapel del Estado en la educación. Estas contradicciones mantuvieron su vigencia durante todo el período degobierno de Carlos Menem y culminaron con un conflicto abierto entre el Ministerio de Educación y el Ministeriode Economía, que provocó la renuncia de la Ministra de Educación y gran parte de su equipo político y técnico.Recordemos, a título de ejemplos, el momento en el cual el entonces Ministro de Economía Domingo Cavallomandó a “lavar platos” a los científicos e investigadores o la actitud de su sucesor, Roque Fernández, duranteel conflicto docente simbolizado por la Carpa Blanca frente al Congreso Nacional.

Esta relativa independencia de la transformación educativa la convirtió en una política sectorial con ciertaautonomía. Sin embargo, sus efectos no pueden disociarse de las consecuencias sociales y económicas másgenerales producidas por el resto de las estrategias del gobierno. La reforma educativa se dio en el marco deun progresivo empobrecimiento de las condiciones de vida de un sector importante de la población. Lasprofundas transformaciones económicas introducidas en la Argentina a partir de la sanción de la Ley deConvertibilidad tuvieron dos tipos de efectos. En un primer momento, la estabilidad monetaria significó unamejora en el poder adquisitivo de los ingresos de una capa significativa de hogares de nivel socioeconómicomedio bajo que durante la etapa de la hiperinflación habían caído debajo de la línea de la pobreza. Sinembargo, pasado este efecto benéfico sobre los ingresos y el empleo, comenzaron a manifestarse signosregresivos tanto en materia de distribución del ingreso como de ampliación de las oportunidades laborales.Tasas de desempleo de dos dígitos y un significativo crecimiento de la población en condiciones de pobrezadefinen el escenario que caracteriza los últimos años de la década de los noventa.

En un contexto cada vez más empobrecido, esta fragmentación estuvo acompañada por fuertes desigualdades.Esta segmentación se pudo apreciar en múltiples terrenos. En primer lugar, en relación con la estructura delsistema educativo, la implementación del tercer ciclo de la Educación General Básica y el Polimodal adquiriódiferentes modalidades: mientras algunas jurisdicciones optaron por mantener la primaria y la secundaria(Ciudad de Buenos Aires y Neuquén), en el resto de las provincias se desarrollaron diversos modelos institu-cionales. En cuanto a indicadores como la cobertura del nivel secundario, en el 2001 algunas jurisdicciones,como Tierra del Fuego o la Ciudad de Buenos Aires, presentaban tasas de cobertura del 85% mientras otras,como Santiago del Estero y Misiones, apenas superaban el 50%. Por último, otro indicador de las desigualdadespodría ser el salario docente. Hacia comienzos de nueva década, los salarios promedios mensuales de losmaestros variaban de alrededor de $450 en provincias como Misiones, Chaco y Formosa hasta superar los$1000 en Tierra del Fuego y Santa Cruz. Así, hacia fines de los noventa, el sistema educativo argentinocontaba con esquema institucional altamente diversificado, con fuertes diferencias en torno al financiamientoeducativo, al salario de los docentes y a los indicadores cuantitativos del sistema.

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La crisis económica, política y social que sobrevino en el año 2001, tuvo un fuerte impacto sobre lascondiciones de educabilidad de los alumnos y sobre las características de muchas escuelas, que comenzarona desarrollar nuevas funciones vinculadas a la contención social. La educabilidad es un concepto relacional quese refiere a aquellos aspectos de la vida de los alumnos que se consideran como pre-requisitos para el éxitoescolar (alimentación, vivienda, salud, ingresos económicos del hogar, composición familiar, presencia deadultos significativos y capital cultural, entre otras cuestiones).

En otras palabras, se trata de aquellos elementos esenciales para que los niños lleguen a la escuela en condi-ciones de aprender. En la medida en que la concentración de la riqueza y la fragmentación social construyeronescenarios en los cuales se deterioraron las condiciones mínimas que hacen posible el proceso educativo,muchas escuelas dejaron de funcionar como espacios dedicados prioritariamente a la enseñanza y al apren-dizaje para convertirse en agencias de contención social.

En este contexto, la paradoja de este período fue que a pesar de la profunda crisis económica y social, la cober-tura escolar básica se mantuvo y en el nivel medio se evidenció incluso una expansión significativa. La tasa deescolarización secundaria (es decir, la población entre 13 y 17 años de edad que asiste a la escuela media) seincrementó en un 21%, pasando de 59,3% en el año 1991 a 69,4% en el 2001. Posiblemente, este aumentorespondió a que la crisis alcanzó tal magnitud que redujo el costo de oportunidad de educarse y, entre laescuela o “la calle”, muchas familias y hasta los propios adolescentes, optaron por asistir a la escuela.

5. Las perspectivas futurasEl comienzo del siglo XXI encuentra a la educación argentina ante el desafío de recuperar gran parte de susfunciones perdidas y satisfacer nuevas necesidades y demandas, en el marco de un proyecto de construcciónde una sociedad más justa. En los párrafos siguientes, no intentaremos trazar líneas de acción para el futuro,sino más bien señalar algunos ejes fundamentales del debate educativo, que surgen de los aprendizajessociales realizados a través de las experiencias de varias generaciones.

En primer lugar, es necesario asumir los cambios que se han dado en relación a la función que asumen laeducación y el conocimiento en nuestra sociedad. Si bien siempre fueron importantes, ahora constituyen unacondición indispensable para la inclusión social. Sin una educación de buena calidad, las posibilidades de caeren situaciones de exclusión y pobreza son muy altas. Si hace un siglo la educación mínima obligatoria podíaser la de la escuela primaria, hoy no puede estar por debajo de la secundaria completa.

En este contexto, también es importante señalar que se ha complejizado la dimensión pedagógica en lasestrategias de transformación educativa afectando, a su vez, al papel de los docentes. En una sociedad dondeel conoci miento cambia en forma continua y acelerada, la educación ya no es percibida como una etapa de lavida de las personas donde lo que se aprende tiene validez por un largo período de tiempo. En contraste conesta visión, la educación comienza a concebirse como un proceso permanente y necesario a lo largo de todala vida. Este nuevo enfoque trae aparejada la necesidad de repensar la educación en relación tanto con los con-tenidos y los métodos de enseñanza como con el lugar y el papel de los educadores.

En segundo lugar, es preciso tomar conciencia acerca de la enorme complejidad y dificultad que caracte-rizan a la modificación de los patrones de funcionamiento de los sistemas educativos. En este sentido, eldesafío fundamental de la educación consiste en romper el determinismo social en los procesos y resultadosde aprendizaje. El caso argentino es un ejemplo elocuente de cómo se ha complejizado la relación entre cam-bio educativo y cambio social.

Al respecto, es interesante recuperar las conclusiones de los estudios recientes sobre las nuevas formas queasumen las desigualdades, donde se pone en evidencia que la construcción social de situaciones de exclusión,de ruptura de los vínculos con la sociedad así como la ausencia de un proyecto y de perspectivas de futurojuegan un papel central. En contextos como estos, los vínculos tradicionales entre educación y equidad socialdeben ser revisados. Para expresarlo en pocas palabras, es preciso superar el enfoque tradicional donde se

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ponía el acento en el análisis de la contribución de la educación a la equidad social, para postular la necesidadde un mínimo básico de equidad y cohesión social como condición ineludible para posibilitar un procesoeducativo exitoso.

Esta visión sistémica del vínculo entre educación y equidad social tiene consecuencias importantes para lasestrategias políticas destinadas a enfrentar el problema de la desigualdad educativa. La consecuencia princi-pal se vincula con el carácter integral que deben asumir las estrategias de acción, es decir, con la necesidadde articulación entre las políticas educativas y la dimensión social de las acciones de desarrollo y crecimientoeconómico, donde las políticas destinadas a promover una distribución del ingreso más democrática y lacreación de empleos dignos asumen una importancia central.

Sin embargo, más allá de la necesidad de considerar las relaciones entre la educación y el desarrollo econó-mico y social, para romper el determinismo social de los procesos y resultados de aprendizaje, también esimportante trabajar paralelamente desde el propio sistema educativo. Un buen ejemplo en esta línea, son laspolíticas educativas dirigidas a la temprana edad. Existe un amplio consenso en reconocer la trascendencia quereviste la atención temprana para la promoción de la igualdad y la equidad educativa. Los análisis acerca delproceso de reproducción de las desigualdades señalan que para romper el círculo vicioso de padres pobres-hijos pobres, es fundamental intervenir sobre la formación básica del capital cognitivo de las personas, es decir,sobre la primera infancia, a través de un trabajo integral con los niños y sus familias. En efecto, numerosasevidencias indican el escaso poder compensador de las desigualdades que tiene la educación formal, si actúauna vez que las desigualdades ya han sido creadas.

Para llevar a la práctica políticas integrales que reduzcan las desigualdades el papel del Estado es crucial. Nose trata de un Estado burocrático o prebendario, sino de un Estado capaz de ejercer sus funciones de garantedel derecho a la educación de toda la población, es decir, que lleve adelante todas las acciones y estrategiasde compensación de desigualdades, de reconocimiento a la diversidad y de garantía de cohesión y unidadnacional. En la actualidad, sin embargo, referirse al rol del Estado también exige pensar en términos globales,ya que un conjunto importante de los nuevos problemas que las políticas educativas deben enfrentar no sedirime en el espacio geográfico nacional. Cuestiones como la educación a distancia, los portales educativos, laproducción de material pedagógico de soporte digital, la acreditación internacional de títulos son, entre otros,temas sobre los cuales el Estado estará llamado a jugar un papel importante y que trascienden las fronterasnacionales.

Para cerrar este trabajo nos interesa referirnos al lugar del consenso y del conflicto en los procesos de cambioeducativo, llamando la atención sobre la importancia del debate sobre el sentido de los cambios. Hoy existecierto consenso que reconoce que frente a las transformaciones profundas por las que atraviesa la sociedad yel modelo capitalista de desarrollo, es indispensable instalar nuevamente el debate acerca de qué proyecto depaís queremos y qué lugar ocupa la educación en ese proyecto. En este debate, la década de los ‘90 deja unsaldo importante: el crecimiento económico y la modernización productiva han estado asociadas a un significa-tivo aumento de la desigualdad y la exclusión social. El logro de la equidad y la cohesión social dependenfundamentalmente de la voluntad política, de la existencia de acuerdos, consensos y pactos, que otorguendirección y sentido al comportamiento de las variables económicas.

Las preguntas cruciales que se derivan de este planteo es ¿cuánto consenso existe en nuestro país acerca deeste proyecto de crecimiento con equidad? ¿hasta donde existe un acuerdo que trascienda el meroreconocimiento retórico y se traduzca en acciones, estrategias y políticas concretas? Obviamente, la respues-ta a estos interrogantes forma parte del debate político general y los métodos para resolverlos son los propiosde la democracia. Pero asumimos que orientar las estrategias educativas hacia objetivos vinculados a promovermás igualdad y más cohesión forma parte de un proyecto de este tipo. Sin ese proyecto, estos objetivospierden sentido o quedan sólo como objetivos puramente sectoriales.

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Panel 1

Caso testigo en la Facultad de CienciasExactas y Naturales de la Universidad de

Buenos Aires

Dr. Alejandro MentaberryProf. Jorge Aguirre

Dr. Roberto Fernández PriniModerador y relator: Dr. Pablo Jacovkis

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Los últimos cincuenta años han marcado en formadolorosa y perdurable la conciencia del país y lasmemorias de toda una generación. Hemos sido testi-gos y actores de acontecimientos que comprendenvarias dictaduras militares y breves gobiernos civiles,graves enfrentamientos internos, un conflicto armadointernacional, tres profundas crisis económicas ysociales y, más recientemente, un largo y complejoproceso político de recuperación democrática. Comono podría ser de otra forma, la investigación y la edu-cación resultaron particularmente afectadas duranteeste complejo proceso histórico y, por ser camposparticularmente dependientes del debate de ideas yde la existencia de políticas sostenidas en el tiempo,no es sorprendente que evidencien hoy un alto gradode empobrecimiento y degradación.

Lo que diferenció al período abierto entre los años 50y 60, alentado en buena medida por las condicionesinternacionales de esa época y la herencia de losmovimientos sociales precedentes, fue la posibilidadde consolidar cambios reales en la estructura política,cultural y económica del país, cambios que fueronviolentamente resistidos y que sólo han comenzado aconcretarse hoy con el retorno a la vida democrática.En este contexto, si bien no constituyeron una excep-ción respecto del resto de la ciudadanía, profesoresuniversitarios, investigadores e intelectuales en gene-ral, constituyeron un alto porcentaje de las víctimasde las sucesivas dictaduras argentinas de la segundamitad del siglo XX. En particular, durante la violentadictadura de 1976-1983, los casos de quienes fueronsometidos a distintos grados de discriminacióninterna, exoneraciones, exilios, encarcelamientos,torturas, desaparición y muerte, son tan numerososque incluso hoy no han sido completamente conta-bilizados. Este trágico proceso, y las subsiguientescrisis económicas y sociales, provocaron una enormesangría de recursos humanos calificados y un vacia-miento paulatino del sistema educativo y científico-tecnológico. Ello cobra aún mayor relieve si se con-sideran el avance que la Argentina había logrado en

estas áreas a principios de los 60 y el atraso relativoque hoy padecemos frente a otros países de desa-rrollo similar.

La historia de la Facultad de Ciencias Exactas yNaturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEN-UBA) refleja fielmente estos altibajos de la sociedadargentina durante los últimos cincuenta años. En estecontexto, la Noche de los Bastones Largos de 1966cobró altura paradigmática, no por el número de víc-timas físicas (las que fueron pocas comparadas conlo que vino después), sino por su significado ideológi-co. Aunque ésta no había sido la primera intromisiónviolenta en la vida de las Universidades, la interven-ción de 1966 aportó ingredientes que dieron a lamisma un nuevo matiz. Fue en esta década en que lacreación de conocimientos comenzó a acelerarse enforma exponencial y se hizo evidente que este proce-so estaba llamado a jugar un papel central en eldesarrollo económico y social. Esto se tradujo en unintenso debate en las Universidades de todo el mundoy en una nueva actitud de docentes e investigadoresrespecto de su rol en la sociedad y de las limitacionesde la propia ciencia. En el caso de las universidadesargentinas, la ciencia y la tecnología fueron explícita-mente planteadas como instrumentos de transforma-ciones sociales y políticas que redefinirían su propiamisión. En un mundo convulsionado por profundoscambios políticos, y en el contexto de una sociedadprofundamente conservadora, este planteo resultóintolerable para los núcleos más retardatarios y pron-to se insertó en el marco de conflictos ideológicosmás amplios. El cuestionamiento sobre el papel de laUniversidad en relación con los cambios sociales con-stituyó el núcleo de los conflictos universitarios de losaños 60 y, de una forma u otra, fue incorporado atodos los programas políticos de aquél entonces.Junto con otros componentes, constituyó uno de losantecedentes importantes que contribuyó a la radica-lización juvenil de los 70 y terminó expresándose enla breve pero intensa movilización universitaria de1973-74. Posteriormente, la “misión” Ivanissevich,

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Alejandro Mentaberry1

Tiempos de construcción en la ciencia y la educación argentina

1 Doctor en Ciencias Químicas, FCEyN-UBA, 1981. Investigador Independiente, INGEBI-CONICET, desde 1998. ProfesorAsociado. Departamento de Ciencias Biológicas. FCyN-UBA, desde 1997. Area de especialización: Virología Vegetal,Biotecnología Vegetal. Miembro de la Comisión Nacional de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA-SAPyA), en representaciónde la Universidad de Buenos Aires, desde 1998.

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con su secuela de expulsiones de docentes e investi-gadores y su brutal supresión de todo disensoacadémico, terminó completando el camino inaugu-rado en 1966. Debido a su peso específico en lainvestigación del país, la FCEN-UBA fue una de lasinstituciones más afectadas por este proceso, aunqueno debería olvidarse que la dictadura del 76 se inau-guró con la exoneración automática de casi 200investigadores del CONICET. Hacia fines de los años70, las ideas se habían convertido en un delito que sepagaba con el exilio o con la vida.

Sería reiterativo recapitular las consecuencias nega-tivas del autodenominado Proceso de ReorganizaciónNacional para el desarrollo del país. En cambio,parece más importante remarcar que, aún con susinevitables secuelas, esta traumática experiencia hasido mayormente superada o está en tren de serlo, yque ello ha marcado el inicio de una nueva etapa ennuestra historia. La democracia ha llegado paraquedarse y esto ha sido posible porque en estos añosla sociedad argentina ha realizado una profundareflexión colectiva sobre los fracasos del pasado. Elproceso ha sido doloroso y no exento de dificultadesy aun de retrocesos parciales. Sin embargo, losargentinos podemos enorgullecerse hoy de logrosque no han alcanzado aún otras sociedades queatravesaron procesos parecidos. Los genocidas y tor-turadores, que en su momento creyeron garantizadala impunidad y el olvido, han sido repudiados por laenorme mayoría de la sociedad y están siendosometidos a la acción de la justicia. Las antinomiaspolíticas del pasado, que en su momento parecíanirreconciliables, se han disuelto en forma incruentapara dar lugar a un diálogo civilizado que busca plas-marse en nuevas alternativas políticas. Asimismo,aunque en nuestra vida política y económica aún sub-sisten cuotas importantes de corrupción y dema-gogia, es muy poco probable que la sociedad argenti-na las tolere pasivamente en el futuro. Hemos apren-dido duramente de las lecciones pasadas y los con-flictos que atravesamos en el siglo XX tienen cada vezmenos significado para las nuevas generaciones. Unnuevo país diferente se va abriendo paso y todo elloabre la posibilidad de reflexionar sobre el futuro demanera distinta que en décadas anteriores.

Uno de los rasgos más llamativos de la Argentina,cuyas consecuencias se prolongan hasta el presente,ha sido la dilapidación constante de sus mejoresrecursos intelectuales. Las sucesivas migraciones demateria gris, tanto durante las dictaduras como

durante los gobiernos democráticos, testimonianclaramente que este proceso trasciende el marco delos conflictos políticos y tiene raíces más profundasen la cultura nacional. Posiblemente, una explicaciónde este fenómeno debería incluir:

- Una cultura y un sistema político signados porel autoritarismo, las visiones mesiánicas y losideologismos a ultranza.

- La incapacidad para elaborar políticas deEstado sobre la base de un diálogo nacionalgenuino y abarcativo de todos los actoresinteresados.

- La subvaloración del conocimiento y de laidoneidad profesional en la gestión del Estado ylas actividades sociales.

Estas tendencias perviven en la Argentina del sigloXXI y constituyen rémoras de peso para el despeguenacional.

Es muy llamativo que, en 25 años de vida democrá-tica, no hayamos podido producir cambios sustan-ciales ni en el campo de la educación superior ni enel de la investigación científico-tecnológica. Las crisismás o menos crónicas que padecen las institucionesrepresentativas de estos sectores dan un adecuadotestimonio del escaso grado de avance y de la profun-da degradación que las afecta. Ello sugiere que nues-tra dirigencia política y socio-económica aún poseeuna comprensión superficial del rol del conocimientoy carece de una visión clara sobre su importanciapara el desarrollo del país. El orden de prioridad quelos discursos formales asignan a la educación supe-rior y a la investigación científico-tecnológica noguarda todavía relación con la inversiones que serealizan en estos campos y, con alarmante frecuen-cia, los funcionarios designados en estas áreas porgobiernos democráticos de distinto tinte político hansido incompetentes o ineptos. Sólo después de lamonumental crisis de 2001-2002 se han constatadodiscretos intentos por establecer políticas de largoalcance en estas áreas, pero los logros son todavíainsuficientes si se tiene en cuenta el grado de retro-ceso alcanzado y lo que está ocurriendo en países dedesarrollo comparable.

La ausencia de respuesta a estas cuestiones nopuede justificarse en términos de carencias económi-cas o de disponibilidad de recursos humanos. La

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Argentina no es un país desarrollado, pero ha inver-tido e invierte recursos considerables en camposmucho menos relevantes, o los ha dilapidado en fun-ción de intereses más que dudosos. En cuanto a losrecursos humanos, durante décadas el país se hacaracterizado por la exportación sistemática de profe-sionales calificados a los países centrales y por unabajísima tasa de recuperación de los mismos.Correlativamente con esto, resulta alarmante el nivelde desinformación de la dirigencia política, económi-ca y social en materia de ciencia y tecnología y laconsecuente ausencia de políticas al respecto. Enmuchos aspectos, parecería que creemos posiblevivir aislados del resto del mundo y de los desarrolloscentrales de la sociedad contemporánea, ignorandofenómenos tan obvios como el establecimiento de laeconomía del conocimiento y los extraordinariosdesplazamientos de poder que ésta ha generado alnivel mundial. Como país, la Argentina ha sido inca-paz de realizar una prospectiva seria en esta direc-ción y de llegar a consensos políticos sólidos sobre ellugar que pretende ocupar en el planeta. Nuestra diri-gencia vive obnubilada por problemas de corto plazo,sin atinar a marcar un rumbo profundo hacia elfuturo. Como se ha dicho con frecuencia, no existeotro camino más seguro para vivir siempre en laemergencia que pensar sólo en el corto plazo.

El componente de menosprecio frente al conoci-miento tiene profundas raíces en la cultura nacional ypodría rastrearse aún en los tiempos coloniales.Todavía hoy la investigación científica y tecnológicaes pensada como una competencia de lujo entrementes brillantes y no como un instrumentoestratégico de cualquier política de desarrollo.Aunque también en esto existen atisbos de cambio,esta visión explica por qué la docencia universitaria yla investigación siguen siendo visualizadas por elciudadano de a pie como una especie de sacerdocioal servicio de fines abstractos y por qué las pérdidasen estas áreas han sido racionalizadas más comopérdidas de individualidades que como pérdidas depatrimonio social. Finalmente, y esto debe decirsecon franqueza, a esta situación ha contribuidotambién la ineptitud de muchos. En el mundo de hoy,no se puede gestionar el Estado (al menos exitosa-mente) sin basar las decisiones políticas en un seriosoporte técnico y de conocimiento científico. Aunquesería injusto afirmar que no ha habido avances eneste proceso y que la situación es la misma en todaslas instancias, la extraordinaria feudalización delaparato estatal argentino por intereses partidarios y

corporativos es un impedimento claro para sumanejo eficaz. En consecuencia, es necesario unesfuerzo extraordinario y sostenido para aliviar el“costo político” de la Argentina y generar un Estadoeficiente y profesionalizado capaz de sostenerpolíticas estratégicas en el siglo que se inicia.

La reconstrucción o, mejor dicho, la construcción deun aparato de ciencia y tecnología moderno, requierereconocer y encarar decididamente algunas de estasproblemáticas. Algunas de ellas entran dentro de unhorizonte de corto plazo y deben resolverse conurgencia porque los tiempos apuran. Otras son tareasde largo plazo y cambiarán más lentamente comoparte de una compleja batalla nacional por unacultura renovada basada en valores de respeto altrabajo, la idoneidad y el mérito del conocimiento.

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1- IntroducciónEn 1966 la Universidad de Buenos Aires vivía unacelerado proceso de desarrollo; investigadoresargentinos se formaban en el exterior y luegoregresaban a sus grupos de trabajo; dos universida-des habían constituido grupos de electrónica digital,que habían probado su capacidad desarro- llandosendos prototipos de computadoras; la cantidad depublicaciones argentinas en medios internacionalescrecía rápidamente; se habían inaugurado losprimeros edificios de la Ciudad Universitaria2 y serealizaban importantes transferencias a variadossectores productivos y de gestión. Sin embargo lanoche del 29 de Julio de 1966, luego llamada Nochede los Bastones Largos, la dictadura de Onganíaintervino todas las universidades nacionales y, sincomunicación previa de la intervención, su policíadesalojó a bastonazos la sede de la Facultad deCiencias Exactas de la Universidad de Buenos deAires. Fueron golpeadas autoridades, profesores yalumnos. La indignación provocó una renunciamasiva de docentes e investigadores y ese florecienteperíodo de la Universidad argentina quedó trunco.

Este trabajo estudia sintéticamente el caso citado ymuestra como, pese a su importancia e impactantedesenlace, es una de las tantas otras rupturassufridas por el sistema científico tecnológicoargentino. En efecto; tal es la frecuencia de accionesgubernamentales que generaron destrucción omerma de los avances científicos de nuestro sistema,que si la denominación de este seminario3 esexpresada en plural: “Rupturas y Reconstruccionesde la Ciencia Argentina”, se convierte en sinónimo de“Historia de la Ciencia en la Argentina”.

Una primera hipótesis explicativa de este fenómenosuele basarse en la alta frecuencia de las interrup-

ciones que los golpes de estado militares han intro-ducido en nuestro sistema republicano de gobierno4.Sin embargo esta explicación no es suficiente. Enefecto, si bien los golpes militares han implicadoretrocesos científicos, el de 1955 favoreció el desa-rrollo de las universidades y creó el CONICET, el INTAy el INTI; mientras que durante algunos gobiernosconstitucionales, varios desarrollos científicos tam-bién se vieron lesionados seriamente.

2- AntecedentesLa Reforma UniversitariaHacia 1918 el sistema universitario argentino yacontaba con varias universidades como la centenariaUniversidad de Córdoba, una de las más viejas de lacolonia; y las de Buenos Aires, La Plata y Tucumán.Las universidades habían pasado de depender de laIglesia a depender del gobierno, que decidía lasdesignaciones de profesores y las cuestionesacadémicas fundamentales. Su organización respon-día a la ideología imperante que las veía destinadas aformar la reducida elite dominante, de un país agro-exportador.

En 1918, durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen, enla ciudad de Córdoba nació un importante movimien-to estudiantil que, en contraposición a esa ideología,veía a la Universidad como promotora de progreso ycambio social y propiciaba importantes cambios en laestructura universitaria. Este movimiento adquirió elnombre de “Reforma Universitaria”. Los cambiosdeseados se basaban en los siguientes principiosbásicos: a) la autonomía de las universidades delpoder político; b) el gobierno de las mismas ejercidopor cuerpos de representantes de tres claustros: el dedocentes, el de graduados y el de estudiantes; c) Laprovisión periódica de los cargos docentes medianteconcursos públicos; d) La libertad de cátedra, que

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Jorge Aguirre1

La Facultad de Ciencias Exactas de la UBA en el 66 y sudramática ruptura. Uno de los tantos casos de destruccióncientífica y tecnológica

1 Investigador Principal por el CONICET; Investigador Principal de la CNEGH; Jefe del Laboratorio de Software y DirectorAdjunto de la ESLAI; Consultor de la SPU - Ministerio de Educación; de la OIT – ONU; de Hewlett Packard - EE UU y otrasimportantes empresas. Director de las 15 versiones de la Escuela de Verano de Ciencias Informáticas de la UNRC.2 El proyecto quedaría inconcluso, habiéndose construido los pabellones correspondientes a las facultades de CienciasExactas y Arquitectura.3 Seminario: Ruptura y Reconstrucción de la Ciencia Argentina, organizado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología eInnovación Productiva de la Nación. 4 Cuatro en la última mitad del siglo XX.

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daba total libertad de pensamiento y difusión a losque ganaran la titularidad de una cátedra, permitien-do la coexistencia de cátedras paralelas con distintasorientaciones ideológicas o académicas; e) La asi-gnación por parte del estado de presupuestos quepermitieran el adecuado funcionamiento universi-tario. Luego de una larga huelga y gran movilización,que se extendió a otras universidades, los estudianteslograron la promulgación de la “ley de ReformaUniversitaria” que consagra los principios enunciados.

La Reforma Universitaria dotó a las universidadesargentinas de una estructura muy moderna quepermitió su desarrollo e integró a todos los sectoresuniversitarios en la responsabilidad de sus conduc-ciones. No obstante, la aplicación de ley de laReforma se vio interrumpida varias veces.

El gobierno del Gral. Perón Al iniciarse la posguerra, en 1945, fue elegidoPresidente el Gral. Juan Domingo Perón, líder delMovimiento Justicialista. El gobierno de Perón intro-dujo importantes mejoras laborales y sociales.También impulsó el desarrollo industrial, para lo cualcerró la economía dejando en el Estado la decisión dequé productos se podía importar. Mantuvo una políti-ca autónoma, no falta de conflictos, frente a EstadosUnidos, que pugnaba por asumir su nuevo rol deliderazgo occidental. También se enfrentó a la claseterrateniente que había tenido predominio en laconducción del país.

Por otra parte mantuvo un importante control sobre laprensa y las posibilidades de expresión; el movimientoreformista, los partidos políticos tradicionales y laizquierda conformaron una decidida oposición.

En cuanto al sistema científico tecnológico, el gobier-no del Gral. Perón por un lado auspició la introducciónde tecnología de punta, impulsó la industria nacional,que logró producir automóviles, máquinas agrarias,equipos electrodomésticos y hasta llevó al país a seruno de los primeros en producir aviones a reacción(los modelos de cazas Pulqui I y II). También, durantesu gobierno se fundó la Comisión Nacional de EnergíaAtómica y el Instituto de Física Atómica de Bariloche,

más tarde llamado Instituto Balseiro y se dio impulsoa la formación técnica, desde el nivel inicial con lasEscuelas Fábrica, hasta el superior con la UniversidadObrera (hoy Universidad Tecnológica Nacional). Porotro lado, la ley de la Reforma fue reemplazada, sesuprimió la autonomía universitaria5 y las decisionesacadémicas importantes, como designación deautoridades universitarias y profesores, quedaron enmanos del Poder Ejecutivo. También, muchos profe-sores universitarios fueron separados de sus cargospor razones políticas.

Diversos y heterogéneos sectores se unieron en con-tra de Perón y, en 1955, durante su segundo períodoconstitucional, luego del fracaso de un primer levan-tamiento militar6, Perón fue derrocado en septiembrepor otro golpe militar acompañado por grupos civiles,auto denominado “Revolución Libertadora”. Luego deuna breve transición asumió la presidencia el Gral.Pedro Eugenio Aramburu7. El movimiento justicialistano perdió vigencia, aunque sus adherentes sufrieronfuertes represiones8. Perón desde el exilio continuósiendo el líder del movimiento y su peso político fuerecuperando protagonismo con el paso de los años.

3- La Facultad de Ciencias Exactas de la UBA del 66Camino a su apogeoEl gobierno de Aramburu intervino las universidadesy, hacia 1957, éstas se normalizaron eligiendo susautoridades según la ley de la Reforma. Las autori-dades universitarias designadas para su normali-zación, y las que luego resultaron electas, incluían abrillantes intelectuales que impulsaron una progre-sista e importante transformación. Resulta emble-mático el de la Facultad de Ciencias Exactas yNaturales de la UBA, cuyo Decano fue el Dr. RolandoGarcía y cuyo Vicedecano el Dr. Manuel Sadosky.

La Facultad creció rápidamente: se ejecutó unimportante proyecto de formación de recursoshumanos, se consiguió equipamiento e infraes-tructura, se montaron laboratorios y se incrementónotablemente la cantidad de docentes- investi-gadores, favoreciéndose la dedicación exclusiva. Laplanta docente se calificaba con el retorno de los quepartían a realizar estudios superiores en el exterior.

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5 Primero por la ley 13.031 de 1947 y luego por la ley 14.297 de 1954.6 El 16 de junio de 1955 la Aeronáutica Naval bombardeó la casa de gobierno y la Plaza de Mayo, masacrando a centenaresde civiles.7 El primer presidente fue el Gral. Eduardo Lonardi, que asumió bajo el lema “ni vencedores ni vencidos”, consigna muy lejana de lapolítica que implementaron los que lo reemplazaron.8 El levantamiento a favor de Perón del Gral Valle fue castigado con el fusilamiento de sus jefes y la muerte de varios obreros.

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En este contexto de ebullición académica tambiéniba a ingresar la primera computadora en laAcademia rioplatense, la legendaria Clementina.

En el ámbito nacional al gobierno de Aramburu siguióel del Dr. Arturo Frondizi, que ganó las elecciones de19589. El gobierno civil continuó el apoyo al desa-rrollo de las universidades nacionales, que continua-ron el camino iniciado en el 57. La gestión de Frondizise vio limitada por la falta de sustento de una fuerzapropia y por el constante cuestionar de los militares,mientras crecía clandestinamente, en tamaño y orga-nización, el movimiento justicialista, y se producíauna escisión y gran movilización estudiantil, motivadapor la sanción de una ley que permitía la existenciauniversidades privadas10.

El Dr. Sadosky en 1957 había iniciado los trabajos deimplantación de la Computación en la Facultad deCiencias Exactas y Naturales de la UBA, e impulsó laadquisición de una computadora. Se seleccionó a unaMercury Ferranti11 que llegó al país en 1960 y fueinstalada en el flamante Pabellón I de la CiudadUniversitaria en construcción; sus dimensionessorprenden hoy: ocupaba toda una sala, estricta-mente acondicionada, mientras que su memoriaprincipal tenía sólo 1 K palabras de 48 bits. Comomemoria secundaria tenía tambores magnéticos y laentrada/salida se realizaba mediante cinta de papelperforada, impresora, consola y un parlante con elque deslumbraba tocando una canción “Clementine”,por la cual recibió su nombre. Clementina contabacon un compilador de un lenguaje orientado al cálcu-lo, Autocode, con el que se iniciaron las primerascamadas de programadores argentinos. En 1962Sadosky fundó el Instituto de Cálculo, que dotado dela nueva herramienta, se ubicó en la primera líneadel acelerado desarrollo de la Facultad, mandando avarios de sus jóvenes integrantes a realizar estudiosal exterior y alcanzando masa crítica y reconoci-

miento rápidamente. Clementina permitió iniciarinvestigaciones de desarrollo de software de base, dedesarrollo de periféricos e interfaces, de matemáticaaplicada, de mecánica celeste12, de estadística y demodelos hídricos y socio económicos. Tambiénpermitió realizar transferencias en distintas áreas.

En la Facultad de Ingeniería de la UBA también seconstituyeron grupos de investigación y desarrollo enComputación. El Ing. Humberto Ciancaglini fundó ungrupo de electrónica digital que llegó a diseñar yconstruir un prototipo de computadora, llamadaCEFIBA (1962). En la Universidad Nacional del Surtambién se iniciaron trabajos en Computación digitaly el grupo del Ing. Jorge Santos llegó a construir unacomputadora denominada CENUS (1962) a la quesólo le faltó la memoria suficiente para que pudierafuncionar (por falta de presupuesto para adquirir suscomponentes).

El proceso vertiginoso de avance de la estructuracientífica de los años de 1958 a 1966 fue acompa-ñado por una gran politización estudiantil, mientrasque el poder político de la cúpula militar crecía y lepermitía cuestionar constantemente las acciones delgobierno nacional, a través de lo que en la época seconoció como los “planteos militares”. Finalmente, en1962, el Dr. Frondizi fue conminado a renunciar y antesu negativa apresado y mantenido prisionero13.Se implementó una parodia de gobierno civil, bajocontrol de los militares, y finalmente, luego de unacruenta confrontación14 de dos bandos militares, sellamó a elecciones nacionales en 1963.

En las elecciones de 1963 resultó electo presidente elDr. Arturo Illia15. Durante la presidencia de Illia,continuaron los planteos militares16, también laspresiones del las organizaciones sindicales, justi-cialistas. Los estudiantes realizaron manifestacionesen defensa del presupuesto universitario y también

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9 El Peronismo estuvo excluido y sus votos decidieron el triunfo del Dr. Frondizi.10 Como la modificación era impulsada fundamentalmente por el clero las dos posiciones tomaron el nombre de enseñanzalaica y enseñanza libre.11 Se trataba de una máquina inglesa. Descendía de la Baby, prototipo desarrollado en la Universidad de Manchester en elque, el 21 de junio de 1948, corrió el primer programa bajo el actual modelo de computadora (modelo de von Neumann).12 Con ella el Ing. Pedro Zadunaisky calculó una órbita del cometa Halley, aún en uso.13 En la Isla de Martín García.14 El 2 de abril de 1962 los dos bandos, Azules y Colorados, se enfrentaron en Magdalena imponiéndose los primeros, másmoderados, que buscaron mantener el sistema republicano pero con la proscripción del Peronismo.15 Con un respaldo de sólo el 25% de los votos.16 La cúpula militar cobró fuerza favorecida por el disgusto que produjo en el gobierno de USA la promulgación de la “ley demedicamentos” y la derogación de los contratos petroleros, firmados por el gobierno anterior; medidas contrarias a la avidezde los intereses comerciales estadounidenses.

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tuvieron importante participación en la resistencia alenvío de tropas argentinas, para participar en lainvasión de Estados Unidos a Santo Domingo de abrilde 196516. Finalmente los militares depusieron a Illiay asumió la presidencia el general Juan CarlosOnganía. Los universitarios fueron el sector que másse opuso a la nueva dictadura militar. En este contex-to, sin el apoyo de otras fuerzas populares y en lamira de la dictadura, los días de la Universidad esta-ban contados.

Ruptura: La Noche de los Bastones LargosEl 29 de julio de 1966 Onganía firmó el decreto deintervención a las Universidades Nacionales. Esanoche, luego llamada Noche de los bastones largos,sin que fueran notificadas las autoridades universi-tarias, fuerzas de asalto policiales irrumpieron a bas-tonazos en la vieja sede de la Facultad de CienciasExactas de la UBA -hoy Manzana de las Luces- en laque deliberaban autoridades, profesores y estudian-tes. Nadie escapó a los bastonazos y muchos fuerondetenidos, incluso un profesor visitante estadouni-dense17. Se realizaron varias reuniones de profesoresfuera de la Universidad y muchos de ellos renuncia-ron, indignados y convencidos de la imposibilidad decontinuar el proyecto académico18. Así, se inicio eléxodo de muchos de nuestros más destacadosinvestigadores en Ciencias Exactas. El proyecto deconstruir un centro de excelencia con raigambrenacional había sido truncado, un sablazo habíacortado el hilo de su historia.

Después de un mes de clausura la Universidadreabrió sus puertas, mientras renacían las protestasestudiantiles, su represión y las detenciones. Era otraUniversidad. La policía ocupaba puertas y pasillos.Estaban prohibidas las reuniones y en la Facultad deCiencias Exactas de la UBA en algunas disciplinas,paradigmáticamente en Computación, casi no queda-ban profesores formados. Algún tiempo después,

Clementina también dejaría de funcionar, exhaustaante la falta de mantenimiento y la facultad en la quenaciera la computación académica argentina pasaríamuchos años sin ninguna computadora.

Otro caso de una triste serieLa noche de los bastones largos tuvo nefastas conse-cuencias, pero no fue el único suceso que clausurarao intentara clausurar importantes proyectos científicotecnológicos en nuestro país. Como un anticipo deella, pocos años antes, en 1962, el Instituto Malbrán,que bajo la dirección Dr. Ignacio Pirosky se habíaconvertido en un centro de excelencia eninmunología, al que se había integrado el Dr. CesarMilstein, luego de terminar su pos doctorado enInglaterra, fue intervenido y su director y otros inves-tigadores dejados cesantes; como consecuencia,Milstein, carente de proyecto local, regresó aInglaterra donde luego obtuvo el premio Nobel. Otrocaso fue la cesantía del Dr. Bernardo Houssay (fun-dador de la Escuela Argentina de Fisiología, tambiéngalardonado con el Premio Nobel) antes del gobiernode Perón, y luego su jubilación obligada durante dichogobierno, que previamente lo restituyera en sus car-gos y funciones. Más tarde durante, el neoliberalismode los 90 produjo el deterioro de la Comisión Nacionalde Energía Atómica19 que fue dividida (quitándosele laproducción de energía) y en la que se implementó unplan de retiro voluntario que alentaba a retirarse a susinvestigadores más competitivos20. Otros ejemplos, deeste período, son la desaparición del ProgramaArgentino Brasileño de Informática y la EscuelaSuperior Latinoamericana de Informática21.

4- Conclusiones y propuesta.La discontinuidad en las políticas argentinas dedesarrollo de la Ciencia y la Tecnología ha generadouna inmensa pérdida de recursos e imposibilitado sudesarrollo. Los casos de discontinuidad han sidofrecuentes y se han dado bajo gobiernos de facto y

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16 Finalmente la Argentina suscribió la conformación de una Fuerza Interamericana, propuesta por los EE. UU. para interna-cionalizar su invasión, pero no participó en ella con fuerzas propias. Esta ambivalencia aumentó la aquiescencia de EE. UU.hacia la ingerencia militar y distanció al gobierno de los sectores nacionales antiimperialistas. 17 Dr. Warren Ambrose, Massachusett Institute of Technology. M. Seoane, F. Pigna. Caras y Caretas. 7-2006.18 Según M. Seoane, renunciaron 1.378 docentes de los cuales emigraron 301. La historia oculta de aquella noche de los bas-tones largos. Diario Clarín Informe especial julio de 1996.19 ELa CNEA y sus instituciones vinculadas habían sido hasta ese momento las entidades de investigación científico tecnológi-ca que menos habían sufrido por cambios políticos.20 Este plan indemnizaba a los científicos, técnicos y administrativos de la CNEA que se acogían a él con una suma propor-cional a antigüedad y remuneración, sin crear ninguna incompatibilidad. Los más beneficiados resultaban ser los más aptospara reinsertarse y los de mayor calificación. La medida generaba así una selección inversa. A ella se acogieron 1100 agentes,entre ellos 68 investigadores formados y los cuatro electrónicos encargados del mantenimiento del Tandar y su sistema deadquisición de datos (Boletín de la AFA año 3 Num. 8) 21 Newsletter de Sadio (número dedicado a la ESLAI) Núm. 8, Año 2003.

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también bajo gobiernos constitucionales. Este fenó-meno no ha sucedido en otros países latinoa-mericanos como Brasil, en los que ha existido undesarrollo continuo del sistema científico tecnológico.

Mi hipótesis al respecto es que en Argentina falta unaconciencia nacional de que el desarrollo de la cienciay la tecnología es un instrumento indispensablepara el crecimiento, y que por ende la continuidadde las políticas, referentes a dicho desarrollo, debenconstituir una Política de Estado, que trascienda loscambios de gobierno, los cuales podrán introduciractualizaciones, ajustes y reorientaciones, pero nuncarupturas o cambios de sentido.

En consecuencia, pienso que se debe trabajar inten-samente en pos de generar una cultura en la quearraigue profundamente el concepto de que las líneasde acción para el desarrollo de la ciencia y de latecnología constituyen una Política de Estado. Paraello es necesario insistir y ejemplificar sobre lanecesidad del desarrollo científico tecnológico, sobrelos esfuerzos que en tal sentido se han realizado,sobre los buenos resultados que con ellos se hanalcanzado y sobre los costos y carencias que susrupturas han producido. Creo que este cambiocultural no sólo debe enraizar en los sectoresdirigentes, sino en toda la comunidad, que asípueda actuar conteniendo e incentivando a susgobernantes.

Por ello, creo que debe usarse un vasto conjunto decanales de comunicación. Este seminario ha sido unmedio idóneo de disparar un proceso en tal sentido,pero limitado a pocos especialistas. Después de él, yaprovechando la extensión del conocimiento sobrerupturas, construcciones y sus consecuencias que hagenerado, debe comenzar el trabajo de construcciónde la modificación cultural general que propongo,proceso que tiene similitudes con la construccióncolectiva de una conciencia nacional sobre losDerechos Humanos, cuyos resultados se hanobtenido luego de la concurrencia cooperativa demuchos sectores y medios, en la prolongada tarea desu construcción. En pos de la construcción quepropongo, deben usarse diversos mecanismosanálogos, a lo largo de una continuada y múltipletarea.

Naturalmente, el proceso mencionado no puedeser espontáneo, necesita impulso y coordinación.

Pienso que la SECyT es el organismo pertinente ydebe liderarlo o constituir la entidad que lo impulse ycoordine.

También creo conveniente que una de las accionesdel proceso conducente al cambio cultural sea lacreación, para las políticas de desarrollo científico-tecnológico, de un Museo de la Memoria, con idénti-ca finalidad a la de los referentes a los DerechosHumanos.

Este museo debería despertar el interés por la cienciay tecnología como cualquier museo del sector, peroademás mostrar los procesos de generación de losgrupos e investigadores que han producido losresultados (no solamente estos últimos como en unmuseo tradicional de ciencia) o que han tenido lapotencialidad de hacerlo, el esfuerzo social que hanrequerido, y los frutos que han producido.

Paralelamente debería mostrar la historia política desus construcciones y rupturas, sus particularidades,sus responsables, sus logros y la pérdida de posibili-dades y beneficios que han acarreado.

Referencias Prof. Jorge Aguirre

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Marcelino Cereijido. Por qué no tenemos ciencia.Siglo XXI, México, 2004.

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Declaración sobre los retiros voluntarios de la CNEA.Boletín de la Asociación Física Argentina, Año 3Numero 8. (http://afa.df.uba.ar/boletin/bol08.htm#cnea).

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Catalina Rotunno, Eduardo Díaz de Guijarro (compi-ladores). La construcción de lo posible. LaUniversidad de Buenos de 1955 a 1966. Libros delZorzal, Buenos Aires, 2006 (capítulos de R. García, T.Donghi, J. M. Borthagaray, M. Sadosky, A, M.Berrenechea, G. Klimovsky, A. Kacelnik, R. MonnerSans, A. Barrutia, A. Agrest, J. Albertoni, R. Zubieta, S.Bagú, A. Ford),

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Durante muchos años los embates contra la laborcientífica en Argentina fueron endémicos y se con-centraron especialmente en la actividad de investi-gación que se realizaba en las UniversidadesNacionales.

La intervención universitaria de 1966 fue el primeracontecimiento luctuoso para la ciencia argentina;fue una muestra de lo que vendría y de que la repre-sión miraba con fuertes sospechas a toda actividadcientífica seria. El ensañamiento fue particularmenteduro en las universidades, pero también lo sufrieronotros ámbitos. Hubo antecedentes previos a eseabuso; por ejemplo, la intervención pocos años antesdel Instituto Malbrán, que provocó el alejamiento decientíficos que fueron a realizar su trabajo en otrosámbitos, o en otros países. Sin embargo la Noche delos Bastones Largos fue una acabada demostración,diría referencial, del encono contra la labor creativaen general.

Si bien a lo largo del decenio anterior se habíanproducidos grandes avances en la Facultad deCiencias Exactas y Naturales, que produjeron el iniciode la instalación de la labor científica como unaactividad de importancia para el desarrollo del país,todavía no se había alcanzado una masa crítica ymenos aún una estabilidad institucional. Ambos fac-tores son importantes para considerar que el tema dela investigación científica está firmemente instaladoen la sociedad. Así la actividad científica, cuando estaaciaga devastación tuvo lugar, era importante, perotodavía estaba recorriendo su primera etapa. Por esolos hechos de 1966 implicaron la discontinuidad en eltrabajo de un número importante de grupos de inves-tigación; muchos emigramos del país, algunos dentrodel continente, otros fuera de él.

Unos cinco años más tarde algunos científicosvolvimos a incorporarnos a la labor académica enArgentina. No obstante, en ese momento las condi-ciones para la realización de la investigacióncientífica eran pobrísimas y el ambiente que vivía la

sociedad argentina en su conjunto, en particular enlos centros universitarios, era poco alentador. Hubouna pequeña recuperación de la labor de investi-gación, pero pronto llegaría la noche.

Todo lo anterior fue como la preparación del esce-nario; luego vino la acción que segó las vidas de milesde argentinos y que se ensañó con los intelectuales,muchos de los cuales eran científicos, y también conlos dirigentes. Toda idea o actitud de creación inte-lectual era en ese momento sospechosa de sub-versiva y era suprimida (y ya sabemos hasta quélímites se llegó dando el sentido literal a la palabrasupresión).

Está claro que la táctica extrema de la represiónconsistió acá, como en muchos de los casos derepresión que han sido registrados por la historia, enevitar que el sometido se eduque. Por lo tanto laactividad científica, que es eminentemente creativa ycontestataria con el pensamiento establecido, peroque forma parte de la etapa superior de la educaciónen cualquier sociedad moderna y que es la quesostiene su evolución, tuvo necesariamente quepadecer grandemente en esos años.

Un punto que vale la pena destacar es que cuando larepresión golpeó a las instituciones académicas ycientíficas se evidenció con frecuencia la partici-pación de algunos integrantes de esas instituciones,que eran parte de la comunidad académica y científi-ca, que aprovecharon para “limpiarlas” de aquelloscolegas que consideraban indeseables. Esto explicaen parte por qué en distintos períodos fue frecuenteque algunos de los investigadores desplazados deuna institución nacional encontraron cabida en otra.

Cuando volvió la democracia comenzó la reconstruc-ción de las actividades científicas en Argentina; porsupuesto que en las universidades también se inicióla tarea de reconstrucción. La misma tropezó con dosfactores negativos:

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Roberto Fernández Prini1Los graves perjuicios que sufrió la actividad universitaria y laherencia que nos dejaron

7 Profesor Titular Emérito en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA). Director del Instituto de Química Física de losMateriales, Ambiente y Energía (FCEN-UBA y CONICET). Investigador Superior (CONICET) en el campo de la Fisicoquímica delos Sistemas Fluidos. Presidente de la International Association for the Properties of Water and Steam y miembro titular de laDivisión Fisicoquímica de la International Union of Pure and Applied Chemistry.

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1) la gran limitación presupuestaria, casi una penuria,lo que indudablemente dificultó una rápida recu-peración del nivel de actividad científica que habíaexistido en un pasado no tan lejano (fue un período dereconstrucción “artesanal”).

2) la instalación en la sociedad de la desconfianzaque generó la represión en toda una generación dejóvenes, y la continuada desvalorización de la laborintelectual, incluyendo la científica, como una activi-dad “inconveniente” fue incesantemente pregonadapor los represores y sus aliados. Esto generó en elpaís un escepticismo por el papel que la ciencia debecumplir en una sociedad moderna. A mi juicio éstefue un perjuicio muy importante, el que en algunamedida todavía perdura.

En cuanto al primer punto, la reconstrucción quellamé “artesanal” fue seguida por una etapa dondereinó el flagelo del neoliberalismo. Sin embargo, lasituación hoy es más alentadora. Se han rehechogrupos de investigación y se han creado gruposnuevos, se han reconstruido departamentos universi-tarios que habían sido prácticamente vaciados y queahora realizan buena investigación. Ha sido posiblenuclear a investigadores en proyectos científicos queinvolucran la colaboración entre varios grupos deinvestigación, se han creado centros e institutos, etc.Es importante también destacar que hoy el nivelsalarial de los investigadores ha vuelto a ser digno, sibien todavía no es el deseable de acuerdo a lo que seobserva en países de desarrollo similar al nuestro.

Me parece importante resaltar que a esos primeroscientíficos refundadores se les unieron científicos queen ese momento eran jóvenes, sin los cuales elesfuerzo hubiera sido estéril o, en todo caso, deescasa utilidad. Por otra parte, los grupos que se for-maron han mirado en general los desafíos científicosdel momento actual; pocos quedaron congelados enlo que eran los desafíos cuando fuimos dispersados.En la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de laUniversidad de Buenos Aires la habilitación de cam-pos científicos nuevos y el refuerzo de otros queexistían pero sin un desarrollo suficiente (me refiero acampos como la Oceanografía, la Biología Molecular,el Cambio Climático Global, la Informática y laBioinformática, los campos interdisciplinarios querequieren de la Biología, la Química y la Físicaconjuntamente, como la nanociencia) han resultadoexitosos. Éstos son ejemplos de que hay posibilidadesen la Argentina para el desarrollo de la ciencia puesto

que se cuenta con núcleos o gérmenes de grupos quetienen calidad para lograr una producción acorde conlas necesidades del país en el mundo presente.

No se puede dejar de valorar el hecho de que estareinstalación del que hacer científico fue ayudada porel apoyo y colaboración de científicos argentinos quese habían afincado en el exterior; en muchos casosellos actuaron como referentes y sus laboratorioscomo posibles destinos de jóvenes formados en elpaís que necesitaban una estadía en laboratorios deexcelencia antes de insertarse en Argentina comoinvestigadores.

El segundo punto a mi juicio no está aún debidamentesaldado. Al principio del retorno de la democracia, seevidenció una desconfianza por parte de los jóveneshacia los que pertenecíamos a generaciones ante-riores, seguramente porque se nos veía parte de unageneración que había sido incapaz de evitar lasituación dramática en que se había sumergido elpaís. También se percibió la desconfianza o el desin-terés de la sociedad en su conjunto, y en especial dela clase dirigente, por el papel central que ocupa laciencia en el desarrollo de las sociedades modernas.Todo esto puede resumirse diciendo que había unafalta de confianza y de compromiso con la ciencia,que no era una actividad institucionalizada. Loinstitucional fue sustituido por un individualismo per-judicial; considero que esa visión es imprescindiblepara terminar de asentar la actividad científica que esútil para el país. Esta falencia se tradujo en la caren-cia de un pensamiento estratégico para la actividadcientífica. A mi juicio ésta fue la más perversa hipó-tesis impuesta al pensamiento argentino que nos dejóla represión; por eso comencé refiriéndome a losataques a la educación de todos los sistemas que hanpretendido esclavizar a los pueblos; ésa es la formade esterilizar cualquier reacción.

Una consecuencia de esta actitud que aún perdura esla poca relevancia que la labor científica tiene para ladirigencia argentina: la dirigencia política, empresa-rial, sindical, intelectual y aún científica, en suma lamayor parte de la dirigencia. Se oye hablar con firmeconvencimiento sobre la importancia de la cienciapara el desarrollo, sobre la sociedad del conoci-miento, sobre las tecnologías innovativas, sobre elmedio ambiente; nadie dice en público que la laborcientífica no sea importante para el país. Pero esoresulta sólo aparente porque no se asume el compro-miso que su logro requiere; es como si viniera

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regalado, como si bastara desearlo para que seproduzca, pero sabemos que no es así. Algunosestudios2 sobre política científica y la relación entreciencia y tecnología indican que “la velocidad con quese incorpora la innovación es frecuentemente depen-diente de la fortaleza de la ciencia (local) que forma labase de donde dimana (la tecnología); esta base cien-tífica es, en gran medida, el producto de investiga-ciones financiadas por el estado”; resulta claro que esallí donde se debe invertir. También la experienciainternacional coincide en que “sólo es útil (para latecnología) la investigación académica que es (de)buena (calidad)”.

Entonces, la recuperación, y también la superación,del nivel científico que hoy posee el país, lo quedeterminará cuál será la actividad científica queexista en el futuro, va a depender de que la sociedad,incluyendo a la dirigencia que debe ser protagonista,comprenda que la investigación científica debe serregida por una política de estado, que se debe poseeruna ciencia de calidad y que una inversión de largoplazo, como ésta, requiere de recursos suficientespara poder ser llevada a cabo. Nada más alejado delsentido de mis palabras que creer que me refiero auna rígida priorización de campos del saber; eso síque se ha probado en Argentina y ha llevado alfracaso. Vale la pena recordar que ante la crisis quepadeció Corea del Sur durante los ‘90, su gobiernoincrementó el presupuesto de ciencia en 30%advirtiendo que era una inversión de largo plazo yque el Estado era quien la debía promover.

Muchas veces el requerimiento de inmediatez paracomprobar los resultados de la inversión en ciencia ylograr la concreción de desarrollos tecnológicos inno-vativos actúa como un agente de disuasión para lasociedad que, ante la falta de soluciones inmediatas,concluye que la ciencia no le sirve - esa actitud esnociva. Es como si se decidiera sobre el valor de laescolaridad en función de la capacidad de resolvernuestros problemas concretos más acuciantes.

En un mundo globalizado, ciertamente el quehacercientífico ha sido fuertemente afectado. Como enotros casos el efecto de la globalización tiene doscaras, simplifica algunas acciones, pero dificulta

otras, y si no se trata de entender este aparentedilema, la brecha entre países de distinto grado dedesarrollo crecerá. En lo científico la globalizaciónimplica acceso más rápido y simple a los avances delconocimiento en las distintas disciplinas, ha facilitadoel intercambio de investigadores y las colaboracionescientíficas dentro del país y también con otros países.Pero la condición para que esta nueva característicapueda utilizarse a pleno y con ventajas para el paísimplica tener un sistema de administración científicaeficiente y con una rápida capacidad de respuesta, loque implica contar con personal idóneo y con losmedios económicos y técnicos adecuados.

La demostración más clara de que se habrá logradoinstalar la ciencia en el país ocurrirá cuando la finan-ciación de la investigación científica provenga en sumayor parte de fondos genuinos propios, es decir delPresupuesto Nacional, y no de préstamos de agenciasinternacionales, los que, en todo caso, deberían seraportes minoritarios y puntuales. Es obvio que si estono ocurre el país no tendrá la posibilidad de encauzarla actividad científica que realiza y se confirmará lafalta de interés de la sociedad sobre el papel que laciencia debe jugar en el desarrollo nacional. Asíseguiremos hipotecando el futuro, habremos detenidola destrucción de la ciencia, pero no estaremos con-struyendo ciencia para el futuro.

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2 PG. Dosi, P. Llerena y M. Sylos Labini, Research Policy, 35, 1450 (2006).

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Panel 2

El caso de la Universidad Nacional del Sur

Dr. Dolio SfasciaDr. Félix Schuster

Dr. Alberto BarbeitoModerador y relator: Dr. Alberto Domecq

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A iniciativa del diputado provincial López Francés secrea en 1948 en Bahía Blanca el Instituto Tecnológicodel Sur, dependiente de la gobernación de la pro-vincia de Buenos Aires. En 1950 será anexado a laUniversidad Nacional de La Plata con lo que adquirirájerarquía universitaria. Estructurado en escuelas tienepor vocación la formación de profesionales (conta-dores públicos, químicos e ingenieros) a los que seagrega en 1951 la escuela de profesorado con elprofesorado en letras. La enseñanza está aseguradapor profesores locales (profesionales liberales en sumayoría), algunos profesores de la UNLP y a partir1951 se contratan docentes extranjeros luego de unllamado difundido en algunas capitales europeas. Asíse incorporan personas de formación y experiencia dediferente nivel y de distintas nacionalidades en lasdistintas carreras, en la carrera de Contador Públicoprincipalmente de origen rumano. No siempre ates-tiguan formación y antecedentes, como es el caso deRemus Tetu quien llega en 1952 contratado comoprofesor de geografía económica. Los docentes delInstituto no ingresan por concurso y el nivel de losmismos es dispar, no obstante parecería que sesatisfacían las exigencias mínimas de un niveladecuado. El estudiantado se organiza en centrospor carreras federados en la Federación Universitariadel Sur y tendrán un rol fundamental en la creaciónde la futura universidad. Luego de una activa cam-paña que se hace más intensa a partir de octubre de1955 y a la que se asocian diversas institucioneslocales van a obtener la creación de la UniversidadNacional del Sur el 5 de enero de 1956, séptimauniversidad nacional en el orden cronológico. Elgobierno nacional designa interventor organizadoral profesor Vicente Fatone.

La personalidad de Vicente Fatone y el prestigio delque goza en la comunidad intelectual constituirá sinduda un factor decisivo en la concentración de ungran número de intelectuales y científicos de altonivel en la universidad recientemente creada. Launiversidad incorpora reconocidas personalidades dediversas disciplinas como docentes e investigadoresen las nuevas carreras que acaban de crearse

(Licenciaturas en Economía, en Física, en Historia, enLetras, en Matemáticas y en Química) y que se sumana las carreras de Contador Publico, Ingeniero civil,Ingeniero industrial e Ingeniero Químico que veníandel ex ITS.

Los objetivos de la UNS tienden a asegurar unaformación de nivel universitario apoyada en unaestructura departamental y, lo que sin duda le otorgaun status rigurosamente universitario, en los institu-tos de investigación que se crean. La dirección de losdepartamentos así como la de los institutos de inves-tigación estará en la mayoría de los casos en manosde personas de reconocida capacidad y prestigiointelectual y científico. El Instituto de Humanidadesserá dirigido por Héctor Ciochini, el de Matemáticaspor Antonio Monteiro, el Instituto Económico y Socialdel Sur por Enrique Silberstein. Se crean además elInstituto de Edafología e Hidrología y el Instituto deIngeniería. La gestión de Vicente Fatone como rectororganizador genera las instancias para el ejercicio deuna actividad universitaria democrática en la queparticiparán los tres claustros universitarios. El rol delos estudiantes que había sido muy activo en todo elperíodo que precede a la creación de la Universidadserá aun mas intenso en las etapas de su consti-tución. La Asamblea Universitaria elaborará losestatutos de la Universidad y terminada la etapade la organización elige al primer Rector electo de laUniversidad. La elección recae en el Ingeniero RicardoOrtiz, candidato de los estudiantes de la FUS quecuenta además con el apoyo de docentes (en granparte docentes incorporados a la universidad a partirde su creación).

La personalidad del Ingeniero Ortiz y su concepciónde una universidad regional abierta suscita unaoposición sorda al principio pero de más en másfuerte, en una ciudad donde las “fuerzas vivas” novan admitir rupturas con las formas de compor-tamiento establecidas, un “establishment” poderosoen el que a una sociedad civil de arraigadas jerar-quías se suma el poder de las fuerzas militares(ejército y marina) localizadas en la ciudad y de un

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Dolio Sfascia1

El caso de la Universidad nacional del Sur

1 Licenciado en Economía (1965) de la Universidad Nacional del Sur. Posgrado en la Universidad de Paris 9-Dauphine1969/70 a 1971/72 donde obtiene el D.E.A. (Diplôme d’Etudes Approfondies) en « Sciences des Organisations ». Docente eInvestigador en la UNS. Docente de la Universidad de París IX-Dauphine. Docente de l’Ecole Supérieure des SciencesEconomiques et Commerciales.

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poder quasi monopólico de los medios de expresión.La lucha contra el Ingeniero Ortiz es cruel y enfrentaa los universitarios lo que va conducir a la renunciadel Ingeniero Ortiz. La ciudad con todo lo que tienede posiciones adquiridas ha ganado. Muchos delos opositores a su gestión y sobre todo el másimportante medio de comunicación local tendrán mastarde un rol fundamental en el ataque que va a darpor tierra con la labor de años de la UNS.

La renuncia del Ingeniero Ortiz interrumpe su proyec-to, pero la UNS continúa su labor y algunos centros detrabajo dan prueba de su excelencia, como es el casodel Instituto de Matemáticas que logra tener un grannúmero de doctores, una producción científicareconocida internacionalmente y un intercambio ricocon los mejores centros de la disciplina en el mundo.El Instituto de Humanidades cuenta también con elconcurso de conocidos intelectuales. La nueva direc-ción del Instituto Económico Social del Sur que se lla-mará Instituto de Economía se limitará en cambio acrear un importante centro de documentación. Es quela Universidad no cuenta con docentes investigadoresen Economía; tan es así que los primeros egresadosde la Licenciatura en Economía entre los que mecuento obtendrán su diploma en diciembre de 1965,nueve años después de la creación de la carrera. Laconstitución de un verdadero equipo de economistasen la docencia y en la investigación se va a originaraños más tarde con la llegada de un grupo de jóvenesuniversitarios provenientes principalmente de BuenosAires y la participación de algunos egresados de laUNS; cuya tarea será brutalmente interrumpida en1975 con la intervención de Remus Tetu, como noslo explicará Alberto Barbeito. Los vaivenes de la políti-ca nacional y sus consecuencias en la vida universi-taria -lo que pone en evidencia una vez mas que laautonomía no posee contenido real- conduce la UNSde rector electo a rector interventor. No obstante losobstáculos que ello crea es importante señalar que eldiálogo universitario no se interrumpe y la vida uni-versitaria continúa su desarrollo. Los cambios políti-cos que sobrevienen en 1973 van aportar en algunosaspectos un incentivo a la creación; la universidadvive en un estado de casi asamblea y la gestión ase-

gura, dentro de los límites de lo que es una autoridadde facto, el ejercicio de una cierta democratizacióndel funcionamiento universitario.

Pero el proceso de degradación de la vida políticanacional y de la sociedad toda se manifiesta tambiénen Bahía Blanca, en 1974 tres docentes de la UNS sonamenazados de muerte por la triple A2. Es un presa-gio de lo que vendrá con la intervención de RemusTetu en febrero de 1975, quien va arrasar con todaforma de vida universitaria democrática y de librepensamiento.

Las reglas de juego han cambiado brutal y definitiva-mente. Remus Tetu cierra en principio todas lascarreras de las ciencias sociales y deja así cesantesun gran número de docentes, algunos de ellos seránluego reincorporados porque no oponen obstáculo asu acción destructiva. Esas cesantías se realizan al 28de febrero de 1975, en el mes de marzo procede anuevos despidos esta vez de docentes de distintasáreas y ahora de forma discriminada donde dejacesantes algunos docentes de carreras profesionales(contador, ingenierías) y de matemáticas.

En total mas de 230 docentes universitarios todosellos con cargos obtenidos por riguroso concurso deoposición3 con amplios antecedentes docentes y dereconocida capacidad y honestidad intelectual aquienes se les comunica simplemente que “... porResolución dictada por esta intervención confecha ... se le dan a UD. por terminadas al ... lasfunciones que como docente de la UniversidadNacional del Sur venía desempeñando ... Colaciónese...Prof. REMUS TETU - Rector interventor UniversidadNacional del Sur”.

Este funesto personaje a quien ya hiciera referencia alprincipio tiene un reconocido pasado de militante deextrema derecha en su país de origen y si fueranecesario demostrar su ideología de extremaderecha4; su comportamiento en la UNS y en laUniversidad del Comahue (fue nombrado rectorinterventor de ambas universidades por el ministrode educación de la época Oscar Ivanisevich) consti-

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2 Fueron amenazados los Directores del Departamento de Agronomía Ing. Ferretjans y de Matemáticas Prof. EdgardoFernández Stacco y la docente Lidia Henales. Los Consejos Departamentales de ambos departamentos pero también la inter-vención de la UNS en ese momento repudiaron públicamente ese hecho. Los docentes del Departamento de Matemáticas sesolidarizaron con el Prof. Fernández Stacco en una nota pública firmada por todos ellos. 3Por una resolucion del 7 de abril de 1975 dejará cesante 54 personas de la planta administrativa y técnica de la Universidad(muchos de ellos a la vez docentes) invocando como en todos los casos la “salvaguardia de la Seguridad Nacional”. 4 Años más tarde los estudiantes del Departamento de Humanidades donde fue incorporado como profesor de sociologíadenunciaron el carácter neo-nazi de la bibliografía que recomendaba.

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tuyen una prueba por demás elocuente y signifi-cativa. Si bien dice no pertenecer a la Triple A declaraal Diario de Río Negro que la triple A no lucha contralos intereses del país.5

Esta introducción me parece indispensable parasituar los hechos que con Alberto Barbeito y FélixSchuster les presentamos y que por su gravedad y sutrascendencia nos autorizan a hablar del caso UNS.

Remus Tetu gobernó con el terror, se rodeó de unaguardia de seguridad que imponía la ley en el ordenuniversitario. Durante su gestión fue asesinado por sujefe de seguridad Argibay en el hall del edificio de laUNS el estudiante Cilleruelo presidente de laFederación Universitaria. Este hecho fue presenciadopor un gran número de testigos; Argibay se retiraráhuyendo en el auto oficial del rectorado. La impunidadcon la que Remus Tetu pudo actuar se explica porel apoyo incondicional de las fuerzas militares ypoliciales locales; contó además con el concurso deuna central sindical dirigida por un indi-viduo de netocorte neonazi quien le aportó los hombres de laseguridad armados y gozó con la complicidad de unaprensa local de clara definición ideológica de extremaderecha en la que él mismo colaboró fructuosamentedurante años escribiendo un muy gran número deartículos y notas. La filiación de todos esos perso-najes a la organización Triple A como lo digo másarriba, acaba de ser reconocida oficialmente.

Hice parte de las expulsiones de docentes digitadaspor el interventor Tetu en una resolución del 25 demarzo de 1975 donde deja cesantes 65 docentes dedistintas disciplinas y departamentos de la Univer-sidad (Matemáticas, Ciencias Comerciales Ingenieríasy Química). Algunos de ellos, como es el caso del

Profesor Fernández Stacco ya se encontraban fueradel país luego de la amenaza de muerte de la Triple A.Como consecuencia de las cesantías decretadas porTetu muchos docentes de la UNS se fueron del país ylos que no nos fuimos tratamos de integrarnos aactividades afines o no a nuestra profesión.

Un año y algunos meses más tarde formé parte delos docentes de la UNS detenidos por las fuerzaspoliciales a partir de julio de 1976 por orden del juezfederal Federico Madueño en un proceso judicial quese sumó al prolongado proceso de represión contralos docentes e investigadores de la UNS. Ejemploflagrante del total abuso de poder que da la dicta-dura, un montaje absurdo urdido entre un policíapsicópata, un general delirante y una justicia servilnos llevó a la cárcel por largo tiempo, y condenó anuestras familias al penoso e incesante ejercicio dereclamar nuestra liberación. 6

En el voluminoso expediente7 que generó esa causano faltaron denuncias de algunos universitarios quese sumaron a ese ejercicio incontrolable del poder yque quisieron demostrar su incondicionalidad alrégimen8. Pero hay también un importante número dedeclaraciones que dan cuenta de la honestidad y elcoraje de ciertos docentes y de muchos estudiantesque testimoniaron de la calidad de la enseñanza quese les había impartido, y muy especialmente de nues-tra absoluta objetividad y responsabilidad intelectual.Alberto Barbeito aportará nuevas y abundantes prue-bas del testimonio de intelectuales y científicos dereconocida jerarquía mundial.

Fui detenido por la Policía Federal el 1 de julio de1976 en mi domicilio en la ciudad de Buenos Aires yese mismo día fui trasladado a la delegación Bahía

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5 En: “Lo de la Triple A fue también terrorismo de Estado”. Fernández Stacco, 15 enero 2007, FM de la calle: “… En una con-ferencia de prensa que hace en Neuquén, uno de los periodistas del diario Río Negro, acá hubiera sido impensable que unode La Nueva Provincia se lo hubiese preguntado, le pregunta si el pertenece a la Triple A, a lo que contesta que no pero aldecir “no pertenezco” esta dando por sentado que la Triple A existía. En la respuesta, Remus Tetu, prosiguió diciendo que sibien el no pertenecía a la Triple A, estos al menos no querían vender al país como lo quería hacer el marxismo interna-cional…”. 6 El diario La Nación de Buenos Aires da cuenta el 9 de agosto de 1976 de la conferencia de prensa llevada a cabo en el localde la Policía Federal en la que expusieron el general Acdel Vilas, el comisario Baldovino y el subcomisario Alais de la PolicíaFederal. El diario de Bahía Blanca La Nueva Provincia, la radio (LU2) y la televisión (Canal 9) de la misma empresa ametrallóla población con artículos sensacionalistas y fue el principal cómplice de esta maniobra. 7 Expediente Nº 612/76, caratulado Ramírez, Stella Maris; Custodio, Sergio Gustavo y Casanova, Rodolfo, s/ infracción ley20.840, Juzgado Federal de Bahía Blanca. Juez Federico Madueño.8 Uno de ellos fue el docente del Departamento de Ciencias Comerciales Cr José Izus que con argumentos absolutamentefalaces nos atribuyó (digo “nos” porque hago parte de sus denunciados) la participación a organizaciones políticasdemostrando así su adhesión incondicional a la represión en su calidad de ex secretario académico de Tetu. Recientementeparticipó como orador principal en un acto de homenaje al primer director del Departamento lo que motivó una protesta departe de la docente Alicia Dietert ante las autoridades actuales del Departamento.

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Blanca de la Policía Federal donde permanecí alojadoen los calabozos de esa delegación. Luego de prestardeclaración ante el secretario del Juez Madueño, elabogado Sierra (actual profesor titular de derecho dela UNS) el 13 de julio, el día 14 fui trasladado al penalde Bahía Blanca (Unidad IV). Sobreseído por el juez el17 de julio no recuperé la libertad porque fuisecuestrado por el ejército9 y retenido en dependen-cias del V cuerpo de ejército de la ciudad de BahíaBlanca hasta que, puesto a la disposición del PoderEjecutivo Nacional por decreto 1691/76, fui traslada-do nuevamente a la Unidad IV de Bahía Blanca. Allípermanecí hasta el 26 de noviembre de 1976, ydesde esa fecha en la Unidad IX de la ciudad de LaPlata. En septiembre de 1977 la Justicia dictó misobreseimiento definitivo pero una vez más no recu-peré mi libertad y continué detenido en la cárcel de LaPlata hasta el 22 de enero de 1979 en que por decre-to Nº 8/79 del Poder Ejecutivo se dispone mi “libertadvigilada” en la ciudad de Bahía Blanca. Obtuve final-mente mi liberación en agosto de 1979.

Durante los años de detención la movilización deamigos, científicos y colegas universitariosextranjeros10 fue muy importante y como la mayoríade mis colegas detenidos fui adoptado por la organi-zación Amnesty Internacional. Mi director de estudiosen Francia en la Universidad de Paris IX Dauphinedonde había hecho mi posgrado entre 1969 y 1972reiteró cada año el pedido de mi liberación a fin deintegrarme al equipo de su cátedra. Mi pedido deopción para dejar el país fue siempre denegado porel Poder Ejecutivo Nacional.

No teniendo obligaciones familiares y sin ningunaposibilidad de trabajo como lo prueban mis meses delibertad vigilada en Bahía Blanca; partí a Franciadonde me radiqué definitivamente habiéndomeintegrado al equipo docente de la universidad de ParisIX-Dauphine.

Es tal vez importante señalar que Tetu continuaráformando parte de los docentes de la UniversidadNacional del Sur, con algunos períodos en que fuesuspendido, entre abril de 1952 a febrero de 198711.

Según informaciones periodísticas muere enBucarest a fines del 2003. El Consejo Superior de laUniversidad Nacional del Comahue lo declaró personano grata el 19 de agosto de 1999.

Muchas gracias a los organizadores de este semi-nario por habernos brindado la oportunidad deexponer públicamente lo que hasta este momentohabía sido reservado a un reducido número deescuchas.

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9 El Director del Penal no ejecutó la orden del juez y el juez no verificó su cumplimiento. 10 Un gran numero de intelectuales, científicos y docentes universitarios franceses publicaron en el diario Le Monde con fechadel 25 de septiembre de 1976 une explícita y larga nota por la que piden la liberación de los docentes universitarios de laUNS, la larga nómina de firmantes es encabezada alfabéticamente por Jacques Attali. 11 Suspendido el 31 de marzo de 1956 se reintegra en septiembre del 68, nuevamente suspendido en octubre del 73 es rein-corporado en marzo del 74. En febrero del 87 el director del Departamento de Humanidades del que hace parte como docentedecide no prorrogar su designación luego de prolongadas licencias por enfermedad nunca justificadas.

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El “caso” particular del Departamento de Economíase inscribe en el contexto general del “caso” de laUniversidad Nacional del Sur relatado por DolioSfascia. Es necesario realizar dos referencias com-plementarias, que tomaré como punto de partida demi presentación. La primera es cronológica, y seubica a fines de los años sesenta. La restante se vin-cula con el estado generalizado de insatisfacciónsobre los contenidos, las orientaciones y lasmetodologías docentes imperantes en el área deeconomía de la UNS. Estado de insatisfacción deriva-do, básicamente, del predominio de una visiónunilateral, centrada en el paradigma de un mundoeconómico “ideal” de competencia pura, cuyas rela-ciones serían gobernadas por una suerte de manoinvisible que conduce los mercados hacia el equili-brio. Un mundo que, si alguna vez tuvo algún correlatoreal, claramente ya no lo era en la segunda mitad delsiglo XX.

El ambiente de creciente insatisfacción tuvo respues-tas “institucionales” favorables al cambio. Una deellas fue la designación de nuevos responsables delDepartamento de Economía y luego la constitución deuna Comisión de Reforma del Plan de Estudios de lacarrera de economía. Esta Comisión funcionó duranteun año, promoviendo una intensa actividad de movi-lización y debate en torno del rediseño de la carrera,con la presencia de docentes e investigadoresvisitantes, e incluso algunos del exterior. La tarea dela Comisión culminó con la aprobación del nuevo plande estudios por el Consejo Académico del Depar-tamento y el Consejo Superior de la Universidad. Elproceso de transformación se completó durante 1972mediante el llamado a concurso para cubrir los car-gos docentes de la nueva currícula de la Licenciaturaen Economía.

Aunque sea sintéticamente, quiero destacar un par deelementos del Plan de Estudios que, a mi juicio, aúnhoy le otorgan un carácter innovador.

La opción por un enfoque sistémico, integradorde la economía con otras disciplinas como la

historia, la sociología y la ciencia política, enreemplazo de la visión tradicional, unidimen-sional y economicista.

Un corte longitudinal, que incorporaba laenseñanza de las teorías económicas desa-rrolladas por las principales escuelas de pensa-miento, ubicando estos cuerpos teóricos en losparticulares contextos históricos que le dieronorigen, así como los valores y las metodologíasaplicadas.

Este carácter innovador actuó como elemento deatracción de un conjunto de profesionales en distintasdisciplinas (aunque, obviamente, en su mayoríaeconomistas), relativamente jóvenes, que habíancompletado experiencias de postgrado en el exterior(Francia, EEUU, Gran Bretaña, Holanda, etc.), quienesestuvieron dispuestos a postularse para los cargosconcursados y radicarse en Bahía Blanca. Otrosfactores que influyeron en esta decisión fueron laperspectiva estimulante de integrarse a un proyectoacadémico innovador contando con el entorno de unamasa crítica capaz de potenciar la reflexión individualy la formación como docentes.

Por supuesto que al mismo tiempo - y este no es undato menor - la Universidad brindaba condicionesmateriales aptas para la docencia con carácter exclu-sivo, con presupuesto y remuneraciones modestaspero aceptables. Con el correr del tiempo este ambiente se fuealterando. Tanto el país como la universidad sevieron inmersos en una dinámica de crecienteconflictividad. Hacia fines de 1974, el gobiernonacional dio inicio a un proceso de intervención en lasuniversidades nacionales. La Universidad Nacional deSur fue una de las primeras en ser intervenidas(febrero de 1975), designándose en el cargo deInterventor a Remus Tetu, perteneciente a un sectordel Partido Justicialista vinculado con grupos para-militares, sobre cuyos antecedentes personales no esdel caso insistir, remitiéndome a lo dicho por DolioSfascia en su presentación.

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Alberto Barbeito1

El caso de la Universidad nacional del Sur

1 Licenciado en Economía Política, Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Investigador Principal del Centro Interdisciplinariopara el Estudio de Políticas Públicas (CIEPP), Ex Subsecretario de Programación y Desarrollo, Ministerio de Economía de laProvincia de Buenos Aires. Ex docente del Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur. Miembro integrantedel Plan Fénix de la UBA.

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Entre las medidas más destacadas de la intervenciónse cuentan: la proscripción de los centros de estu-diantes y la confiscación de sus bienes, el cierre delcomedor universitario, la “purga” de bibliografía enlas bibliotecas de la Universidad, la expulsión dealumnos, cesantía masiva de docentes, auxiliares dedocencia y no docentes, la formación de un cuerpoarmado de “seguridad”. En el caso particular delDepartamento de Economía, la cesantía de docentesoperó en simultáneo y a través del cierre de la carrerade Licenciatura en Economía2.

Para los docentes cesanteados, el camino fue la emi-gración de Bahía Blanca con destino al exilio, enalgunos casos dentro del país y en otros casos alexterior. De esta forma drástica concluyó la experien-cia de cambio del área de economía de la UNS.

Pero la historia no concluiría aquí. Poco más de unaño más tarde, con la dictadura militar, el procesodestructivo asumió nuevas dimensiones, en estaoportunidad de carácter represivo y punitorio. El pro-cedimiento consistió en el “armado” de una causajudicial, que según sus propios mentores3, habría de“sentar jurisprudencia” en cuanto a la sanción penalde delitos de carácter “ideológico”. Los cargos desubversión ideológica se encuadrarían en la llamadaLey de Seguridad del Estado (Ley 20.840) sancionadaen el mes de octubre de 1974. Entre otros aspectos,esta ley tipificaba como delito los “actos de divul-gación, proselitismo o instrucción de conductas quetiendan a alterar o suprimir el orden constitucional yla paz social de la Nación”.

Aún para una justicia federal cómplice resultabadifícil aplicar esta figura delictiva a la docenciauniversitaria, razón por la cual se complementó conotra figura delictiva “la “asociación ilícita”. En estecaso, la asociación ilícita estaría encarnada en elaccionar colectivo de un conjunto de docentesconjurados con el propósito de “subvertir el ordenconstitucional y la paz social”. La reforma del Plande Estudio de Economía se tomó como evidencia deun accionar subversivo deliberado.

Sin perjuicio de lo señalado, la acción punitoria fun-cionó por un doble carril. Uno, a través de la justicia(sic), en base a las argumentaciones señalas antes,ordenando la captura de los ex docentes, dictandoorden de prisión preventiva y disponiendo el consigu-iente enjuiciamiento. Por otro carril, simultánea-mente, los acusados eran puestos a “disposición delPoder Ejecutivo”, un eufemismo aberrante que en loshechos significa la privación de libertad en virtud delestado de sitio imperante entonces, al tiempo que senegaba (con aval de la propia justicia) el derechoconstitucional que en tales circunstancias permiteoptar por salir del país.

La parodia de juicio tuvo otras manifestaciones, comopor ejemplo la extrema morosidad con que se desa-rrollaron las actuaciones procesales. Actuaciones queincluyeron la designación de peritos para evaluar elcontenido de los programas de las materias de laLicenciatura en Economía; o la citación a testimoniarde cientos de alumnos y a los que se interrogabarespecto de eventuales actividades de adoctri-namiento en los cursos, sesgos ideológicos osubversivos, etc.

Unos tres años después de iniciada la causa, en algu-na instancia oculta del poder debió decidirse dar porconcluida la causa. En consecuencia, se promulgarondecretos que fueron revocando el estado de disposi-ción al PEN de los docentes detenidos. Esta medidafue seguida luego por el Juzgado que dispuso elsobreseimiento y la libertad de los procesados. Unanueva demostración del comportamiento subordinadoy cómplice de los funcionarios judiciales, el JuezDr. Guillermo Federico Madueño y el Secretario Dr.Hugo M. Sierra4.

Como acto de justicia y reconocimiento, debo men-cionar numerosas muestras de solidaridad con el“caso” de los docentes de economía de Bahía Blanca.Desde el exterior, fue invalorable el accionar delGrupo Bélgica de Amnistía Internacional, gestor deseminarios y coloquios, como también impulsor de

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2 Con posterioridad se procedió a la reincorporación selectiva de unos pocos docentes (integrantes de la vieja guardia) paracumplir con el dictado de las asignaturas de economía correspondientes a otras carreras (cabe recordar que la UNS tiene unaorganización departamental).3 En tal sentido los medios periodísticos de la época abundan en declaraciones del Gral. Acdel Vilas, por entonces 2ºComandante del V Cuerpo de Ejército con sede en Bahía Blanca y el Jefe de la Regional B. Blanca de la Policía Federal,Comisario Alais. Pueden consultarse también las notas de opinión y los editoriales del diario La Nueva Provincia.4 Quienes también fueron testigos mudos e inoperantes de los apremios y vejámenes físicos a que fueran sometidos losdetenidos de su causa. Con todo, como mencionaré luego, no son éstos las únicas ni las más graves imputaciones que eldesempeño de sus funciones han merecido.

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peticiones y reclamos ante las autoridades militares yjudiciales. Producto de estas iniciativas, enviaronnotas de apoyo prestigiosos intelectuales y econo-mistas, como Robert Triffin, Ralf Dahrendorf, JoanRobinson, John Eatwell, Charles Bettelheim, JanTinbergen (Nobel de Economía 1969); John KennethGalbraith, Alan Touraine y David Dunham. El propioMilton Friedman, líder de la Escuela de Chicago ypremio Nobel de Economía en 1976, se manifestórespecto del Plan de Estudios de la licenciatura deeconomía sobre el cual escribió que lo considerabalibre de sesgos ideológicos.

En cuanto a los apoyos internos, quizás merecedoresde mayor reconocimiento por el particular contextorepresivo en el cual tuvieron lugar, cabe mencionar aquienes con riesgo de su propia integridad físicaasumieron la defensa legal de algunos detenidos. Eneste aspecto, debo expresar mi reconocimiento aHéctor Bertoncello, como también a Raúl R. Alfonsín,quien se interesó en la causa de los economistas deBahía Blanca y acompañó reclamos y accionesjudiciales de los defensores.

En segundo lugar, corresponde un reconocimiento ala multitud de alumnos que fueron llevados a sedejudicial para declarar sobre los docentes imputados yel contenido de las clases. A pesar de las tensascondiciones “ambientales” en las que fueron interro-gados, no dudaron en afirmar el carácter académicoimperante en el dictado de las materias y negar laexistencia de sesgos ideológicos particulares. Enigual sentido, se expresaron docentes de otras uni-versidades que, a solicitud del juzgado, debieronactuar como peritos evaluadores de los contenidos yla bibliografía de las materias del Plan de Estudios.

A tres décadas de este ensayo innovador y de suviolenta interrupción, lo que queda es una fuertesensación de frustración e impunidad. En el ámbitode la UNS no hubo disposición posterior para lareincorporación de los docentes expulsados, comotampoco gestos simbólicos de reivindicaciónacadémica. Por el contrario, permanecieron sincuestionamiento personajes involucrados en elaccionar represivo al tiempo que no se impulsaroninstancias de recuperación de la memoria y deevaluación crítica de la experiencia del Plan deEstudios.

En cuanto a la justicia, lo único evidente es laimpunidad. El Juez Madueño quien había renunciado

al cargo antes del final de la dictadura militar, fueposteriormente reintegrado a la justicia, esta vezcomo integrante del Tribunal Oral en lo CriminalFederal Nº 5 de la Ciudad de Buenos Aires. Cargopara el que fue propuesto por el PEN en 1992 y parael cual tuvo acuerdo del Senado de la Nación unaño después.

En el 2005 dicho magistrado fue recusado por elCentro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en unacausa por secuestro y apropiación de persona (casoClaudia Poblete). Trasladada la recusación al Consejode la Magistratura, respaldada con testimonios que loresponsabilizan en actos de encubrimiento de delitosde lesa humanidad cometidos por el terrorismo deEstado (casos concretos de tortura, muertes ydesaparición de personas), presentó su renuncia,aceptada por el PEN el 01/07/2005, razón por la cualtuvo lugar la interrupción del proceso.

Por su parte, el Dr. Sierra, Secretario del JuzgadoFederal en la causa de la UNS, quien estuvo presenteen los interrogatorios y fuera testigo de los vejámenesy maltrato a los encausados, actualmente se desem-peña como docente titular de las cátedras de DerechoPenal I y II, en la propia UNS.

A modo de conclusión, quiero destacar positivamentela idea de este seminario y agradecer la posibilidadque se nos brinda de aportar a la memoria colectivasobre estos episodios dolorosos del pasado. Claro queno se trata de alimentar la memoria como recursomeramente retórico o nostálgico. De lo que se trata esde reflexionar y extraer enseñanzas que permitancorregir errores, profundizar aciertos, reparar injusti-cias. Si en algo así pudiera haber contribuido estepanel sentiría que, al menos en alguna medida, tantopadecimiento humano no fue totalmente en vano.

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Panel 3

Ciencia y Tecnología en la actividad Nuclear

Dr. Francisco de la CruzDr. Ernesto Maqueda

Dr. Tomás BuchModerador y relator: Dra. Cristina Cambiaggio

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Perfil del autor

Mi formación en física ha recibido influencia deinvestigadores del país y del exterior pero el trabajocotidiano lo he realizado, en más de un 90%, en elLaboratorio de Bajas Temperaturas del CentroAtómico Bariloche y como profesor del InstitutoBalseiro. Allí tuve el privilegio de compartir con cole-gas y jóvenes estudiantes el entusiasmo de aprenderinvestigando. Soy un investigador hecho enArgentina. Mi experiencia en la administración de laciencia en Argentina proviene del largo períododestinado a construir un laboratorio de alta comple-jidad y competencia internacional y, en períodos másbreves y recientes, de mi actividad en el CONICETcomo primer Gerente de Evaluación y en la ANPCYT,en calidad de miembro del Directorio con la misión dediseñar el sistema de evaluación de proyectos.

I. Proyecto Nuclear Argentino

El proyecto nuclear argentino se inició en la décadade los 50, poco tiempo después de que EEUUasombrara al mundo con el desarrollo de la capa-cidad bélica del armamento nuclear y con la progra-mación de actividades dedicadas a la producción deenergía nuclear para uso militar y civil. El éxito deEEUU fue el resultado de ejecutar acciones progra-madas dentro de un proyecto de prioridad nacional,donde el conocimiento científico, capacidad empre-sarial y poderío tecnológico confluyeron para resolverel ambicioso desafío: uso controlado de la energíanuclear.

Salvando diferencias de escala el análisis de algunasacciones encaradas en la década de los 50 en laArgentina podría inducir a pensar que los gober-nantes argentinos también promovieron un proyectode prioridad nacional en el ámbito nuclear. Esto no fueasí. No puede haber un proyecto de innovación tec-nológica de magnitud si se parte de un área de“vacancia”. La Argentina tomó las decisiones ade-

cuadas y necesarias para iniciar un proyecto detecnología de punta en casos en que no se dispone, apriori, del conocimiento científico indispensable.

II. Áreas de Vacancia y Áreas Prioritarias

Vacancia.La existencia de áreas de vacancia constituye unargumento frecuente en el reclamo prioritario defondos, originado tanto por investigadores como porlas Instituciones de Promoción Científica, IPC. Confrecuencia el reclamo se asocia a la imposibilidad depromover una actividad de interés tecnológico que,requiriendo generación de conocimiento científico, nodispone de investigadores calificados para realizarlo.Si dirigimos la atención hacia los mecanismosutilizados en países desarrollados detectamos que lasIPC están atentas a las demandas requeridas por lasociedad a través de estudios independientes y/osurgidos por iniciativas generadas en las mismas IPC:Academias de Ciencias, de Ingenierías, InstitutosTecnológicos, Universidades, Empresas, Ministerios,etc.

Las IPC permanecen alertas para detectar, evaluar yasí anticipar qué áreas del conocimiento se encuen-tran en condiciones de afrontar reclamos prioritariosde la sociedad. Si las prioridades requieren subven-cionar áreas vacías de conocimiento específico serechaza la solicitud y se analiza la conveniencia deorientar el apoyo económico a la capacitación derecursos humanos en el área. Aun si resulta aproba-do este requerimiento de largo plazo, la posible sub-vención al área podrá ser otorgada o cancelada defi-nitivamente de verificarse que con el transcurso deltiempo se ha dejado de considerar prioritaria latemática propuesta. La inversión realizada en la for-mación de investigadores no se pierde pues amplía lacapacidad de respuesta a nuevos requerimientos.

En la Argentina se simula con frecuencia la existenciade áreas prioritarias como respuesta a demandas

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Francisco de la Cruz1

Conocimiento científico en la empresa de tecnología nuclear: una experiencia argentina pionera y original

1 Doctor en Fìsica - Instituto Balseiro ( Universidad Nacional de Cuyo). "Teófilo Isnardi": Academia Nacional de Ciencias."Chevalier of the Academic Palms": Gobierno de Francia. Miembro de la Academia Nacional de Ciencias. "TWAS 1991 Awardin Physics": Third World Academy of Sciences. "Premio Konex de Platino'': Fundaciòn Konex. Fellow of the American PhysicalSociety. Elegido como Foreign Associated Member of the National Academy of Sciences of the United States of America.Miembro de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Bs As).

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que, formalmente, se asemejan en lo solicitado perodifieren en el contenido de las que surgen en paísesdesarrollados. Esto es consecuencia de la insuficienteconexión entre la actividad científica y la dedicada aproducción de bienes en la Argentina.

La sociedad es capaz de comprender los largosplazos necesarios dedicados a la formación cuandose muestran resultados de excelencia. Por otra partela ambición política a corto plazo, unida al apremiodemandando resultados “prácticos” estimula lamediocridad y se desvirtúa el concepto de prioridad.El desarrollo científico-tecnológico asociado a laconstrucción de la bomba atómica y el posteriordesarrollo de la tecnología nuclear es un buen ejem-plo de logros tecnológicos basados en el uso delconocimiento. Se alcanzó gracias al esfuerzo y actitudprevia de los EEUU convocando a “mentes brillantes”.Entre ellos los físicos, químicos y matemáticos másrelevantes de la época, con un perfil parecido al denuestro Juan Maldacena. Perfil que no ha sidoreconocido por administradores de la ciencia ytecnología argentinos y ha provocado la partida deirreemplazables investigadores y actuales inno-vadores tecnológicos. Buscar la inteligencia, estimu-larla y protegerla es una decisión de sociedadesmaduras que preserva y utiliza recursos, que no seránnaturales pero que le son propios y poco frecuentes.La protección de la calidad es beneficio de todos y noes privilegio de pocos.

Cambios de rumbo. Todos los grandes proyectos de innovación tecno-lógica deberían contar con la presencia de jóvenesestudiantes e investigadores en formación. La avidezy urgencia que manifiestan para absorber cono-cimiento estimulan la actividad de los investigadoresformados, dando como resultado el deseadoambiente creativo. En ese ambiente no se teme anecesarios cambios de rumbo y se evita laconstrucción de bolsones estáticos e improductivos.La actitud de la CNEA ha sido un ejemplo exitoso ypoco frecuente de estímulo a la creatividad endistintas regiones del país.

Innovación.El éxito económico basado en la innovación surge dela asociación de partes: el empresariado inteligente einformado por un lado, el investigador científico o tec-nológico por el otro, ambos con un lenguaje que lespermite el intercambio de conceptos. Hace falta unEstado culto que se integre como tercera parte de la

asociación para estimular la “sana” innovación. De notenerlo se construyen sociedades que alientanactividades reñidas con la ética, concentrando podera través de injusticias y dolores infligidos a sushabitantes o, peor, en el avasallamiento y aniquila-miento de seres en otros países.

III. La CNEA

La CNEA original.La CNEA en sus comienzos, comprendió la necesidadde generar conocimiento científico y, simultánea-mente, resolver enormes desafíos tecnológicos parair llenando la existente área de vacancia. Implantó laidea de trabajo y planificación a largo plazo paraestablecer las condiciones indispensables antes dedefinir un proyecto prioritario nacional de innovacióntecnológica en el área nuclear. El objetivo fue lo sufi-cientemente apasionante como para atraer y hacerconvivir y colaborar a personalidades de ideologíasdiversas y hasta opuestas. La historia muestra que eléxito de esos proyectos no depende de la ideologíaimperante, siempre hay individuos (para bien o paramal) que se sienten atraídos por nuevos desafíos. Laresponsabilidad de los actores que ejecutan losproyectos va de la mano con la responsabilidad de lassociedades que los proponen.

Instituto Balseiro.Entre las acciones desarrolladas por la CNEA lacreación del actual Instituto Balseiro y del CentroAtómico Bariloche (1955) fue una decisión creativa.Algo debía estar pasando en la Argentina para acep-tar el desafío de instalar un centro de investigación yenseñanza con profesores y alumnos de dedicacióncompleta, con un conjunto de empleados y técnicosde diversas procedencias y nacionalidades, lideradospor un argentino idealista con pies en la tierra, en unlugar sin suficiente energía eléctrica, sin agua pararefrigeración de equipos, sin teléfono, con comunica-ciones en base a TELEX y radio, con un avión semanalsi el clima lo permitía, con un tren que establecía launión con Buenos Aires en “tan sólo” 48hs deviaje...algo pasaba en la Argentina que permitió queesa aventura surgiese de la colaboración de una insti-tución con objetivos tecnológicos a largo plazo y unaUniversidad Nacional.

De esta forma, una institución dedicada a la investi-gación y desarrollo de tecnología tomaba una iniciati-va original a escala internacional. Introducía lacreación de conocimiento en la búsqueda de excelen-

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cia en la enseñanza, como condición para generar ysostener la capacidad innovativa en todas las áreasasociadas a la tecnología nuclear. Durante un extensoperíodo de tiempo, para la tradición argentina, elproyecto nuclear se sostuvo y rindió frutos.

La sociedad argentina quiere y respeta al Balseiro ysu prestigio se proyectó al ámbito internacional. Talvez lo más relevante fue hacer evidente que una insti-tución que, desde su fundación encara y sostiene conseriedad y rigurosidad la creación de conocimiento,se transforma en semilla que al germinar contribuyea que en la Patagonia fructifique la innovación tec-nológica de alta competitividad. Esto, dentro de unmarco de belleza que parecía sólo apto para eldesarrollo turístico, pone en evidencia cómo se puedemodificar el perfil de una ciudad en la era de tec-nología basada en conocimiento aplicado.

La CNEA no se conformó con la experiencia delBalseiro y reforzó su poder intelectual y prácticocreando centros de formación en la mayoría de susdependencias. La actitud de la CNEA original debe seremulada y mejorada, hay ancho margen para ello enel amplio y poco desarrollado territorio nacional. Pero¡cuidado!... improvisar centros mediocres o descuidarla calidad de los existentes tiene consecuenciasirreversibles que complican y no ayudan al desarrollode la región. Hay que buscar Balseiros, Balanzats,Meckbachs, Maizteguis, MacMillans, Foglios,Rodicks, Buchs, de Haros ...y jóvenes estudiantes quese lanzan cual aventureros a la conquista delconocimiento. Tras ellos tiene que existir una institu-ción como aquella que, sin ser perfecta, comprendióque lo empezado era bueno.

El conocimiento por sí mismo no asegura unasociedad mejor pero es indispensable que la sociedadlo posea para decidir su destino con libertad.

La CNEA actual.Me he referido al pasado no lejano, un pasado difícilen el quehacer de nuestra sociedad. La CNEA fue unproducto argentino que mostró eficiencia y capacidadpara utilizar los recursos del país y transformarlos enlogros demostrables. Sin embargo, también es nece-sario reconocer que no todo funcionó bien. En losúltimos 20 años la CNEA sufrió de indecisión, perdiógran parte del impulso innovador que la caracteriza-ba, sus cuadros se envejecieron y el conflicto entre lourgente y lo importante causó dudas y divisiones quehicieron daño a la idea original de compenetración

entre conocimiento científico y desarrollo de tecno-logía innovadora. Por otro lado, y como compensaciónparcial, surgieron otros proyectos y empresaspujantes que absorbieron parte de los recursoshumanos de la CNEA: tecnología nuclear, tecnologíaespacial, materiales, comunicaciones, medicinanuclear, petróleo... El futuro está lleno de desafíos,esperemos que la CNEA asuma su responsabilidadliderando la innovación que tanto necesita el país.

El experimento CNEA muestra un proyecto quefloreció bajo distintas formas de gobierno, incluyendodictatoriales. Esto no es muy diferente de lo que seobserva en distintos países a través de la historia,tanto países bajo la órbita de la URSS como aquelloscon gobiernos dictatoriales o democráticos deEuropa, EEUU, la India y la China. La condición comúnen estos proyectos fue el apoyo sostenido a largoplazo. Lamentablemente, en la Argentina la CNEAcomenzó a deteriorarse cuando los últimos gobiernosdemocráticos dejaron de asignarle objetivos de medi-ano y largo plazo de relevancia para la sociedad.

Promoción y ejecución.En todos los países que mostraron avances en laactividad científica y su aplicación a objetivos derelevancia nacional se reconoce la necesidad deseparar las incumbencias de los organismos depromoción de aquellos de ejecución. Los objetivosfinales de esos organismos se superponen pero lasresponsabilidades son diferenciadas y complemen-tarias. Esta organización es indispensable para evitarla tentación de disimular y posponer las correcciónesnecesarias durante la realización de proyectos delargo plazo, con la finalidad de optimizar los recursoseconómicos que la sociedad invierte. En nuestro país,en general, y en el caso de la CNEA, en particular, esfrecuente detectar el conflicto de intereses que surgede prácticas de promoción y ejecución en el mismoorganismo.

Evaluación.Todos los proyectos que requieren inversiones delargo plazo deberían fortalecerse con la adopción demecanismos independientes (supra-institucionales)de evaluación continua de la calidad del trabajo quese realiza, de la idoneidad en el uso de recursos y dela ética de procedimientos. De esta forma se realizandinámicamente las correcciones necesarias paraoptimizar los caminos a seguir en pos de los objetivosprevistos. El éxito de proyectos mancomunados deciencia y tecnología es un ingrediente necesario para

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el denominado “progreso” pero no es suficiente paraque ese “progreso” se aplique a la construcción deuna humanidad mejor. La evaluación de las activi-dades suele ser deficiente en el país y no ha sidoobjeto de análisis profundo en la CNEA, en particular.

IV. Epílogo

No es fácil detectar y menos aceptar la inteligencia ennuestra sociedad. Sin embargo, lo útil, cuando origi-nal, requiere de una capacidad abstracta y prácticaque pocos individuos alcanzan: ¡evitemos que sevayan! Detectar, reconocer y utilizar la inteligencia noes sólo privilegiar a individuos es, sobretodo, la acciónque la sociedad ejecuta para pertenecer al conjuntode naciones que se hacen responsables por susdecisiones. Es la política de largo plazo promovida portodo tipo de gobiernos e ideologías, que han basadoel futuro en los desafíos que sólo son alcanzables porla posesión del conocimiento. Contribuirá a eseobjetivo acciones creativas que permitan la incorpo-ración efectiva de la experiencia de argentinosresidentes en el exterior y, por qué no, acciones paraatraer a buenos científicos de otros países. Hacer delpaís un centro de inmigración para la creación deconocimiento. Por otra parte, la ciencia sólo seráincorporada como actividad relevante a la sociedadcuando su producto, que es de propiedad universal,se convierta en ingrediente imprescindible enemprendimientos tecnológicos y de educación en lanación. Aun con ello no necesariamente tendremosun país justo, esto es aun más difícil. Sin embargo,poseer conocimiento nos permitirá actuar con mejoralbedrío y así hacernos más responsables ante elmundo de las acciones que realicemos.

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Introducción

Voy a tratar de evocar las “rupturas y reconstruc-ciones” desde mis vivencias, en particular de los 39años que llevo en la CNEA, y con testimonios - omejor, historias - recogidas de amigos que vivieronalgunos años anteriores a mis recuerdos. Será, por lotanto, una visión perso-nal, principalmente centradaen la física, en Buenos Aires y en la CNEA. A pesar deque mucho de mi trabajo como físico fue dedicado alos sistemas acoplados, reconozco por anticipado quela visión adolecerá de linealidad, dejando de ladocorrecciones de órdenes superiores, cuyo efectocoherente pueden modificar fuertemente la simplici-dad y belleza de algunos modelos.

Desde esa perspectiva, presentaré un telón de fondode lo que ocurrió en el sistema científico-académicodesde los 50 hasta los 90 (ampliados) y sobre élproyectaré lo que pasaba en la CNEA. Otros panelestambién abordarán partes del telón de fondo: esperoque lo mío no sobreabunde.

Dejaré fuera de este cuadro el momento actual, noporque no tenga cosas que decir, sino porqueanalizar la coyuntura significaría un quiebre con laperspectiva que procuré para mi presentación.

Finalmente, plantearé para el debate mis ideas dequé explicación se puede encontrar para las even-tuales diferencias.

Antes de 1955

Entre 1943 y 1946 más de 1000 profesores universi-tarios fueron dejados cesantes o renunciaron en soli-daridad con los cesanteados. Muy pocos pudieronreincorporarse en los siguientes 10 años. Tampoco

los nuevos egresados pudieron ingresar a la mayoríade las universidades sin afiliarse previamente al par-tido gobernante2. Se produjo un obvio atraso en laactividad académica y sobre todo en el desarrollo deprogramas científicos.

Desde la creación de la Dirección Nacional de EnergíaAtómica3, en 1951, se incorporó un número de profe-sionales (físicos, químicos, geólogos, matemáticos,ingenieros) y técnicos, relativamente grande para ladimensión del sistema científico-técnico. En su may-oría se trataba de gente joven. A los profesionales nose les exigió la afiliación al partido gobernante. Entrelos profesionales, por ejemplo, hubo emigradosespañoles como el matemático Luis Santaló4 quedictó el primer curso de reactores. Es de destacar larelación personal privilegiada que el Presidente de laDNEA, Capitán Iraolagoitía tenía con el PresidentePerón.

La compra e instalación, entre 1953 y 1954, de losaceleradores Cockroft-Walton y Sincroci-clotrón, enparticular de este último, dieron un gran impulso a lasinvestigaciones en física nuclear y en radioquímica.

En 1955 se crea el Instituto de Física en Bariloche5,como modo de formar los investigadores que requeríala CNEA y que el estado de las universidades hacíaimposible.

Después de setiembre de 1955

Se inicia una década de gran expansión de las activi-dades científicas y tecnológicas. Se crean el CONICET,el INTA y el INTI. En las universidades se produce elretorno de una gran cantidad de investigadores y lainstauración del régimen de dedicación exclusiva per-mite la consolidación de equipos de trabajo dedica-

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Ernesto Maqueda1

Ciencia y Tecnología en la actividad Nuclear

1 Investigador Consulto en CNEA. Miembro del Comité Nacional de Ética en la Ciencia y la Tecnología. Miembro del ConsejoInternacional de Finanzas del Proyecto "Pierre Auger". Doctor en Física, Universidad Nacional de Cuyo. Investigador en elInstituto Tecnológico de California. Investigador “Senior” en la Universidad de Sussex. Jefe del Departamento de FísicaNuclear (CNEA). Jefe del Departamento de Física (CNEA) y de la Instalación Acelerador Tandar. Miembro del Consejo Directivodel Centro Latinoamericano de Física (CLAF), 1985-1990.2 Hubo algunas excepciones, como la Universidad de Cuyo, cuyo Rector era amigo personal del Presidente Perón.3 La Comisión Nacional de Energía Atómica, creada el 31 de mayo de 1950, era un organismo interministerial, como seríahoy el GACTEC. En 1955, la Dirección Nacional de Energía Atómica toma el nombre de CNEA.4 Santaló, al igual que Balanzat, había debido exiliarse por razones políticas y trabajó en la CNEA desde 1952 a 1956.Balanzat, profesor en la Universidad de Cuyo hasta 1955, fue luego parte del primer claustro docente del IF de Bariloche.5 Por acuerdo entre la CNEA y la Universidad de Cuyo.

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dos a la tarea científica. Por aquellos años existía elconvencimiento de que la brecha con los paísesdesarrollados podía achicarse con la sola condiciónde que hiciésemos mejor lo que estábamos haciendo,no solamente en materia científica sino también enotras áreas.

Tendríamos una visión sesgada si no recordásemostambién que, después de septiembre de 1955, unaparte importante de la sociedad sufrió exclusión yhasta persecución y añoraba los tiempos previos.

A la vez, la intolerancia política destruye algunasactividades valiosas que habían prosperado en losaños previos, como el Instituto Aerotécnico deCórdoba, que había llevado adelante el ProyectoPulqui, frustrando posibilidades inmediatas dedesarrollo6.

En la CNEA, pesar del cambio drástico en el gobiernonacional, del reemplazo de sus autoridades y de losembates por transferir a la universidad las activi-dades de investigaciones7, se continuó con las tareascientíficas y tecnológicas, en particular en los acele-radores, en radioquímica y radiobiología, en la pros-pección minera, en la metalurgia y en los reactores.

A principio de 1958 se puso en marcha enConstituyentes el primer reactor de Latino- américa(RA1). En este período se afianzan las ideas sobreautonomía tecnológica, que tuvo en Jorge Sábato auno de los principales abogados. Se afirmaba quedicha autonomía era particularmente importante en elcampo nuclear, pues la energía nuclear estaría en elcorazón de la próxima revolución industrial, que laArgentina no debía perder, como había perdido la

anterior8. Estas ideas, así como las propuestas de ungrupo de profesionales de construir enteramente enel país un reactor de potencia intermedia, estaban enconsonancia con el convencimiento de que se podíaalcanzar al “pelotón de punta”.

En 1965 Jorge Rosenblath, físico que trabajaba enreacciones nucleares en el sincrociclotrón debió dejarla CNEA por razones de discriminación política.

Después del golpe militar de junio de 1966

El golpe militar de junio de 1966 destruyó uno de losesfuerzos más exitosos y promisorios en la universi-dad pública, en particular en la de Buenos Aires.

Como resultado, se disgregan buenos grupos deinvestigación, hay una emigración masiva de científi-cos y se empobrece la formación de nuevos profe-sionales. En física de la UBA, renuncia el 95% de susinvestigadores con dedicación exclusiva y la mayoríason contratados en buenas universidades o laborato-rios del exterior, ya sea en posiciones con “tenure” ocargos post-doctorales.

Una medida del nivel de excelencia de la escuela defísica que resultó destruida en 1966 la da el hecho deque todos los que estaban haciendo el doctorado yquisieron seguirlo en el exterior fueron admitidos enlas mejores universidades, aprobando con facilidadlos respectivos exámenes de admisión.

También aquéllos que se encontraban haciendoestadías post-doctorales en el exterior deciden en esemomento permanecer fuera del país.

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6 Dos de los miembros del Instituto Aerotécnico (Manlio Abele y Luís Moretti) fueron parte del primer plantel de profesores delIF de Bariloche.7 En ese sentido es interesante la discusión planteada en las asambleas de la AFA de septiembre y octubre de 1956, en laque Mario Bunge propuso (1) que la C.N.E.A. debiera ser, en esencia, una empresa industrial dedicada a producir energíanuclear; (2) que, en consecuencia, los trabajos científicos que se desarrollasen en la C.N.E.A. debieran tener una relacióndirecta con esa finalidad específica; (3) que la investigación científica llamada pura debiera concentrarse en las universi-dades, por ser organismos autónomos y estar menos sujetos a fines extracientíficos; (4) que, en consecuencia, es precisoredistribuir el personal científico, el instrumental y los fondos dedicados a la investigación, entre la C.N.E.A. y las universi-dades, con lo que - según esta ponencia- se terminaría con el injusto privilegio de la primera respecto de las segundas. Estapropuesta no tuvo apoyo mayoritario y en cambio fue aprobada una resolución sosteniendo que la CNEA debía tener por final-idad: a) Implantar, mantener y desarrollar en el país plantas de energía nuclear, para bien del desenvolvimiento económico,técnico y científico de la Nación; b) Fomentar, reglamentar, fiscalizar y efectuar la exploración, explotación, procesamiento,importación, exportación y distribución de los minerales de interés nuclear; c) Fomentar, reglamentar, fiscalizar y efectuar lafabricación, importación, exportación y distribución de radioisótopos y su aplicación a la medicina, biología, industria, agri-cultura, etc.; d) Fomentar y desarrollar tareas de investigación científica y técnica en todas las ramas relacionadas directa oindirectamente con los fines específicos de la Comisión. En esta Asamblea participaron, entre otros, Grinfel, Heras, Mallmann,Pérez Ferreira, Peyre, Sábato y Scheuer.8 Hymans, Jaques. 2001. “Of Gauchos and Gringos: Why Argentina Never Wanted the Bomb, and Why America Thought It Did,”Security Studies 10 (3): 153-85.

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Los cambios provocados por el golpe de junio de1966 no afectan institucionalmente a la CNEA.Muchos científicos expulsados de la universidad trasla “noche de los bastones largos” pasan a trabajar enla CNEA o se incorporan a la misma a su regreso delexterior.

Se continúan los estudios y negociaciones, iniciadosdurante la presidencia de Arturo Illia, destinadas a laconstrucción del primer reactor de potencia, que seconcretan en 1968. Los estudios fueron realizadospor personal de la CNEA, el contrato con Siemensprevió una participación nacional que alcanzó al 40%y a la central (Atucha I) la inauguró el PresidentePerón en 1974.

El protagonismo de los profesionales de la CNEA, quedesde los comienzos fue decisorio en la elección delas líneas de trabajo y en algunas de las opcionesestratégicas, se institucionaliza con la creación de laAsociación de Profesionales (APCNEA) y asume unpapel trascendental a la hora de optar por la segundacentral de potencia. Los “Anexos Técnicos” queacompañaban el documento de la APCNEA sobre el“Plan Nuclear Argentina”9 son aún hoy un ejemplo detrabajo político-técnico y resultaron un compendio dela ideología mayoritariamente adoptada por losempleados de la CNEA. La discusión pública que sesuscitó bajo el lema “Uranio natural vs. Uranioenriquecido” involucró a toda la sociedad y condujo aun pronunciamiento decisivo a favor de la autonomíatecnológica en materia nuclear. Desde mi punto devista no hubo, ni antes ni después un tema de altocontenido técnico que atrajera y comprometiera deesa manera a la opinión pública10.

Instauración de un gobierno popular en 1973

La instauración de un gobierno popular en 1973provoca en las universidades e instituciones de cien-cia y técnica debates sobre los objetivos y los modosde la investigación y fuertes cuestionamientos aalgunas de las actividades. Algunos prestigiosos

científicos cambian transitoria o permanentementesus temas de investigación por otros, como se decíaen la época, más “nacionales y populares” (p.ej., delas partículas elementales a la oceanografía). Haysectores que consideran a estos debates, con fuerteparticipación de los jóvenes, una subversión inacept-able de las instituciones.

En 1974 la llamada “misión Ivanisevich” deja cesantea un gran número de docentes universitarios, algunosque habían vuelto tras el éxodo de 1966 y muchos delas nuevas promociones11.

En paralelo, entre 1973 y 1978, el salario de losinvestigadores cae a valores irrisorios en términosinternacionales12, lo que sumado a la inestabilidadpolítica y las persecuciones ideológicas, ayuda aincrementar el número de los emigrados.

El gobierno que asume en 1973 designa nuevamenteen la CNEA a quien había sido el Presidente en los‘50. El Capitán Iraolagoitía, si bien no había participa-do de las transformaciones ocurridas en los 18 añosanteriores, ni de los debates que llevaron al afianza-miento de las ideas de autonomía tecnológica,conocía y respetaba a los profesionales que habíansido parte de esos desarrollos. La decisión de cons-truir una segunda central nuclear de uranio natural yagua pesada se concreta en la firma de un contratocon la empresa canadiense AECL que incluye unambicioso “Acuerdo de Transferencia de Tecnología”,parcialmente frustrado por la detonación de unabomba nuclear por parte de la India, que había goza-do de un acuerdo similar. El contrato previó que eneste caso la participación nacional debía ser mayordel 50%.

También en la CNEA hay un replanteo sobre los obje-tivos, que adquiere forma institucional a través de unaconvocatoria orgánica a todo el personal. El resultadoes una confirmación de ideas y proyectos, con insis-tencia en propuestas tendientes al logro de mayorindependencia, como es el caso del desarrollo de un

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9 El 26/4/72 la APCNEA creó una Subcomisión para que estudiara los objetivos de la CNEA, en particular el Plan Nuclear. Eldictamen fue informado a la CD el 9/8/72 y adoptado por unanimidad, incorporándolo como "Anexos Técnicos" al documen-to difundido con el título "La APCNEA y la Política Nuclear Argentina".10 “Little public discussion had attended the Atucha I decision, when ministerial councils considered CNEA recommendationsconfidentially. This was not so for the second reactor decision, as debate erupted over the choice between reactor types,involving the universities, utilities, newspapers, television commentators, and even the ‘man in the street.’” Poneman, NuclearPower in the Developing World (London: George Allen and Unwin, 1982), p. 75.11 Debemos recordar que entre las victimas de la cesantía masiva en la FCEN de la UBA se encontraba el Premio Nobel LuísFederico Leloir.12 El sueldo de un investigador “senior” descendió a 90 dólares.

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reactor de potencia intermedia, de diseño autónomo.La dinámica de los tiempos produce la marginaciónen algunos casos voluntaria, en otros, forzada, y en lamayoría innecesaria, de profesionales de muchaexperiencia.

La caza de brujas desatada en el país a partir de 1974se refleja en la CNEA a través de libelos, publica-ciones e informes de inteligencia que denuncian los“soviets” nucleares. Tanto estos ataques como algu-nas propuestas que intentan cambiar la dependenciade la CNEA o separar las actividades de investigación,transfiriéndolas a la universidad, son resistidas o noencuentran eco en el Capitán Iraolagoitía13,14. Algunosinvestigadores dejados cesantes en la UBA por la“misión Ivanisevich” pasan a trabajar en la CNEA,preservando para el país sus conocimientos yexperiencia.

Dictadura militar (1976-1983)

A partir de 1976, la emigración se vuelve masivacomo consecuencia de la brutal represión instauradapor la dictadura militar. Los científicos y técnicos noquedan al margen de los encarcelamientos ydesapariciones que ensombrecen la vida de todala sociedad. Muchas instituciones, entre ellas elCONICET, son objeto de purgas con repercusióninternacional.

La dictadura militar designa en la CNEA alContralmirante Castro Madero, físico egresado del IFde Bariloche. El primer día de actividad después delgolpe, y mientras Castro Madero había convocado alos responsables de distintas actividades para interi-orizarse sobre los proyectos en marcha, algunos deellos eran detenidos por fuerzas de la ESMA, bajocuyo “control operacional” se encontraba la CNEA. Entotal ese día fueron detenidos en el Salón de Actos dela CNEA unos 30 empleados de la institución, en sumayoría profesionales y técnicos. Enterado, CastroMadero logra que sean dejados en libertad pocashoras después. En ese momento explica que él sola-mente sabía que se detendría a “algunos elementossubversivos”. En forma paralela eran detenidos y

puestos a disposición del PEN otros empleados de lainstitución. Hay 15 desaparecidos entre el personalde la CNEA. Como una paradoja, también duranteestos años encuentran un lugar en el plantel de laCNEA profesionales obligados a alejarse de otrasinstituciones por razones políticas.

El hecho de que Castro Madero conociera y dieraimpulso al plan nuclear que se había gestado en laCNEA a lo largo de muchos años, no puede hacernosolvidar su pertenencia al Consejo de Almirantes deuna dictadura cuyos horrores no tienen parangón.

Advenimiento de la democracia (década del 80)

Con el advenimiento de la democracia en 1983 seinician - una vez más- las tareas de reconstrucción.Muchos de quienes debieron expatriarse ya no regre-san, sea porque se establecieron de manera definiti-va en el extranjero, porque las amenazas militares leshacen temer una nueva frustración o porque lasituación del país impide ofrecerles condiciones ade-cuadas de trabajo.

Los paradigmas económicos establecidos, oimpuestos, a partir de mediados de la década del 70y una guerra que destruyó el orgullo nacional, alejantanto objetiva como subjetivamente aquella ilusión delos 60 de estar a un paso de “poder jugar, en cienciay en tecnología, en las grandes ligas”. Las metasestratégicas son ahora más modestas y el objetivo esalcanzarlas de una manera digna.

El anuncio de Castro Madero en noviembre de 1983,días antes de la asunción del gobierno democrático,de que se había logrado el enriquecimiento de uranioen la planta de Pilcaniyeu como resultado de un pro-grama secreto, produce una gran desconfianza en losplanes de la CNEA, aparte de agregar un elementomás a la complicada situación internacional. El go-bierno decide “parar la pelota” y buscar para presi-dente de la CNEA una figura espectable, ajena a laCNEA, que cubra el prestigio ganado por CastroMadero como uno de los funcionarios exitosos de ladictadura, y es así como nombra al Ingeniero

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13 Una decisión transfiriendo a la CNEA a una Subsecretaría de Energía Nuclear en la Secretaría de Energía es abortada porla información difundida oportunamente por la APCNEA y un entrevista del Cap. Iraolagoitía con el Presidente Perón (noviem-bre de 1973)14 En una entrevista pedida por la APCNEA a causa de los rumores sobre una posible transferencia a la universidad de lasactividades de investigación, el Cap. Iraolagoitía las desmiente, admitiendo solamente esa posibilidad para los físicos nuclear-es, que según informes que había recibido, “eran unos revoltosos”. Enterada la entonces Jefa del Departamento de FísicaNuclear, Emma Pérez Ferreira, le solicita aclaración y ante la evidencia de que se había dejado llevar por información anto-jadiza, solicita reunirse con la totalidad de los integrantes del departamento, a quienes pide disculpas.

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Constantini, ex Decano de Ingeniería de la UBA ypresidente del Centro Argentino de Ingenieros. Estasmedidas, unidas a las restricciones presupuestariasprovocadas por la grave situación económica pro-ducen un gran desaliento en la actividad nuclear, queahora incluye, aparte de la CNEA, a empresas aso-ciadas como CONUAR, INVAP, Nuclear Mendoza, etc..

Con el nombramiento en 1987 de Emma PérezFerreira como presidente de la CNEA, el gobierno deAlfonsín procura restablecer las líneas de acción delprograma nuclear. Con ese fin se libera a la CNEA dealgunas trabas burocráticas y para el año 1988 se leotorga un presupuesto de 1.200 millones de dólares,el más alto de las últimas dos décadas.

Los 90 y sus secuelas en los primeros años delmilenio

Finalmente, los 90 y sus secuelas en los primerosaños del milenio, nos encuentran asimilando, o into-xicados, con recetas de organismos internacionalesde financiamiento. La incorporación de personal jovena través de la Carrera del Investigador del CONICETestuvo cerrada o fuertemente restringida. Algunoslaboratorios ligados a las universidades reciben sub-sidios del FOMEC15, los docentes-investigadores (yotros que no son investigadores) tienen mejoras ensus salarios por vía de los incentivos16, que junto conla creación de nuevas universidades, permite paliarparcialmente la falta de ingresos en el CONICET yotras instituciones.

De todos modos, la tónica general de la década es eldesprecio por la actividad científica, en cuanto primereslabón del proceso de generación de bienes y servi-cios, sintetizado en el famoso envío de los científicos“a lavar los platos”. La Agencia17, creada en 1996,procura mitigar, con fondos insuficientes para lasnecesidades acumuladas, las carencias en materiade financiamiento de la actividad científica y tec-nológica.

La década del 90 comienza con una CNEA que quieremantener algunas de las líneas de autonomía

tecnológica, a contramano de la ideología predomi-nante, neoliberal y extranjerizante. El contexto inter-nacional, tras Chernobyl, tampoco es propicio para eldesarrollo de la tecnología nuclear. Como dijera elSecretario de Energía en una audiencia en el Senadoen el año 1994, el gobierno consideraba que despuésde la caída del muro de Berlín la tecnología nuclear noera más un bien estratégico y “podía adquirirse en elmostrador”. Consecuentemente se sacan de la CNEAlas actividades productivas.

Hacia el interno de la institución no se acierta en unrumbo que le permita insertarse en la nueva realidad.Hay nostalgia y desánimo. Las remuneraciones privi-legian la gestión en perjuicio de la ejecución. Dos“retiros voluntarios” diezman el plantel profesional,principalmente al área tecnológica dando señales deldesinterés estatal en las actividades de la CNEA18.

El congelamiento de la planta impide el ingreso deprofesionales jóvenes, hipotecando el porvenir técni-co e institucional por la carencia de futuros cuadrosmedios.

¿Por qué?

La rápida recorrida anterior por 50 años de historia dela ciencia y tecnología en al Argentina y en la CNEA,necesariamente muy incompleta además desubjetiva, muestra una actividad nuclear con notablecontinuidad relativa en un contexto de rupturas eintentos de reconstrucciones de las restantesinstituciones del sistema. También nos permitenpalpar un evidente deterioro a partir de los 90.

Se ha tratado de encontrar explicaciones a esasdiferencias entre la actividad nuclear y el contexto.Brevemente me referiré a algunas que he leído oescuchado:

Situación institucional privilegiada:Hasta agosto de 1994 la CNEA rigió con exclusividadla política nuclear, dependiendo directamente delPresidente de la Nación.

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15 Fondo para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia.16 Incentivo a Docentes-Investigadores (Decreto 2427/93).17 Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT).18 En noviembre de 1973 hubo una decisión del gobierno del Presidente Perón de no aplicar una ley de prescindibilidad en elámbito de CNEA. En la década del 80 (presidencia Alfonsín) hubo un retiro voluntario en el sector público que excluyó a cien-tíficos y técnicos.

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Hubo otras instituciones (CONICET) o actividades(medio ambiente) que tuvieron similares responsa-bilidades y dependencias y no tuvieron la continuidadde la CNEA.

Abundantes recursos:Las importantes partidas para la construcción de lascentrales nucleares estuvieron incluidas, hasta 1994,en el presupuesto de la CNEA. Esos montos no fueronmayores que los asignados a algunas otras obrasenergéticas. Es un tema para el análisis si los fondoscon que contó la CNEA para sus actividades de desa-rrollo e investigación fueron considerablemente ma-yores que los que recibieron o fueron presupuestadospara otros sectores19. Posibles diferencias comparati-vas pueden provenir de que la CNEA en general inte-gró a grupos más numerosos de investigadores conuna menor influencia relativa de los gastos improduc-tivos y de una utilización eficiente (exhaustiva) delpresupuesto asignado.

Integración de todas las etapas conducentes ala producción de bienes y servicios:La CNEA fue única en el país en integrar con éxito lageneración de conocimiento básico, el desarrollo tec-nológico y la producción, no sólo en materia deenergía nuclear como de aplicaciones de tecnologíasderivadas.

Si bien la declinación de la actividad nuclear se puedeatribuir a causas múltiples coincide con la ruptura delvínculo investigación - desarrollo - producción20.

Política de Estado:Durante cuatro de las cinco décadas analizadas exis-tió explícita o implícitamente una política de estado,que contó con el consenso de la inmensa mayoría, yque consideró estratégica la actividad nuclear. Esapolítica no se agotaba en un plan de obras y consti-tuyó una diferencia notoria con el resto del sistemacientífico - académico.

HomenajesA Carlos Martínez Vidal, con quien tuve el placer decharlar mucho sobre la CNEA y me enseñó sobre eltema del que fue un ferviente apóstol: la autonomíatecnológica. Por sus enseñanzas y por su compromiso

con los derechos humanos, de lo que puedo dar tes-timonio personal.

A Emma Pérez Ferreira, porque su recuerdo campeópermanentemente mientras preparaba esta pre-sentación, ya que su vida se mimetiza con estos 50años de vida de la CNEA. Con sus mejores momentos,en los que puso toda su sabiduría, y con los malos, enlos que puso todo su coraje.

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19 Por ejemplo, en 1986, año en que se estaba completando el equipamiento experimental del acelerador Tandar, el pre-supuesto por investigador del Departamento de Física de la CNEA era similar al de la finalidad ciencia del presupuestonacional.20 A partir del Decreto 1.540 de agosto de 1994 se separaron institucionalmente estas tareas.

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Agradezco que haya sido invitado a participar de estareunión, y quisiera comenzar por aclarar que habloaquí a título estrictamente personal; no represento aninguna institución.

Quisiera empezar mi participación en este eventorindiendo un sentido homenaje a Carlos MartínezVidal, prócer del desarrollo tecnológico argentino,recientemente fallecido.

La Ciencia y la Tecnología Nuclear en la Argentina - dela cual Martínez Vidal, junto a Jorge Sabato, fue unverdadero promotor - ha sido durante décadas unejemplo de lo que puede lograr una Política deEstado, que no esté sometida a los vaivenes de lapolítica contingente. Puede ser que diversos gobier-nos hayan tenido diversos motivos para sostener estaPolítica de Estado, pero la consecuencia de ello esque la CNEA cumplió hace pocos días 57 años. Comoconsecuencia, la Tecnología Nuclear, en la Argentina,es una de las pocas áreas de alta tecnología en lasque “jugamos en la primera mundial” como país. Lomismo vale para los aspectos científicos, que enalgunos sectores de la actividad han alcanzadoaltos standards internacionales y el reconocimientocorrespondiente. Lo que no debe desmerecer a otrossectores de la Ciencia argentina, en especial muchosgrupos del CONICET, a los cuales los años de aban-dono tampoco han logrado destruir como generado-res de conocimientos.

También quisiera rendir un homenaje al granmatemático e humanista Mischa Kotlar, también falle-cido hace pocas semanas, que en los años 1960 fueel creador de ARSIC, la Asociación por la Respon-sabilidad Social del Investigador Científico, de la cualfue Presidente (y yo, Secretario). El nombre de la insti-tución - que feneció la Noche de los Bastones Largos,en 1966 - explica su contenido y su ideario: ningúninvestigador debería trabajar en temas que dañan alprójimo o a los ecosistemas; y puede prestar un jura-mento equivalente al hipocrático, de no poner susconocimientos al servicio de fines innobles. Estepunto es muy delicado, porque muchas veces es a

priori imposible saber qué consecuencias nefastaspueden surgir de un descubrimiento en alguna de lasciencias más básicas. Vale la pena señalar aquí queesto se extiende también a las Ciencias Sociales, queno son éticamente neutras como no lo son las cien-cias naturales; y cuyo conocimiento se puedeemplear en la manipulación comercial o ideológica delas sociedades.

Por último, quisiera recordar a Antonio Misetich, miprimer alumno de doctorado, como ejemplo y comosímbolo de los científicos desaparecidos durante laúltima dictadura militar. El ya era un científico inter-nacionalmente conocido que hubiera podido irse auna carrera internacional brillante y prefirió quedarseen la Argentina, decisión que pagó con su vida. Losdetalles se desconocen.

Aquí hemos escuchado mucho sobre los episodios yaconocidos que tuvieron que sufrir los científicosargentinos: la expulsión de personajes como Houssaypor negarse a la afiliación al peronismo, el desmante-lamiento del Instituto Malbrán que expulsó a Milsteindel país, la Noche de los Bastones Largos (a cuyageneración pertenezco), la “Misión Ivanissevich”, lapersecución y desaparición de científicos durante ladictadura, la actual crisis universitaria que no puedemenos que repercutir sobre el nivel científico. A pesarde todo esto, la ciencia argentina logró sobrevivir ysigue produciendo a un ritmo aceptable, aunquemenor que antaño, en especial en comparación conpaíses que estaban mucho más atrasados quenosotros y ahora se nos han adelantado notable-mente, como Brasil y México.

Eso, en cuanto a la Ciencia. Pero es significativo enalguna manera que, de todos los participantes enmesas de debate en esta reunión, yo sea el único tec-nólogo, a pesar de que casi todos los organismospolíticos unen la ciencia con la tecnología - por lomenos en sus nombres - en general porque tienen loque yo estimo una visión equivocada sobre qué es latecnología y de qué modos se relaciona con la pro-ducción de bienes y servicios.

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Tomás Buch1

Ciencia y Tecnología en la Actividad Nuclear

1 Doctor en Química Física en la Northwestern University en Estados Unidos. Profesor de Fisicoquímica UBA, Chile y delComahue. Profesor Visitante de la Universidad de Paris VI. Investigador Principal CONICET. Jefe de proyectos y representantetécnico INVAP. Asesor del Ministerio de Educación de la Nación.

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La relación entre la Ciencia y la Producción en laArgentina siempre ha sido la de una especie de amordespechado. Tuvimos buena ciencia con pocosmedios y no es el momento de relatar su historia. Estaciencia fue sistemáticamente perseguida y variasveces se intentó destruirla sin lograrlo. Sin embargo,aún en los pocos momentos de tranquilo floreci-miento, los sectores productivos casi nunca hanhecho uso de los descubrimientos y desarrolloshechos en el país - una situación que actual y afortu-nadamente parece estar cambiando en varias áreas.

Pero una economía dominada por las grandesempresas de base extranjera siempre ha preferidoimportar la tecnología que empleaba - como parte dela inversión realizada, estimada a precios arbitrarios -cuando las políticas económicas predominantes,como en las décadas pasadas, no los impulsaba aimportar directamente sus productos terminados.Estas políticas mataron la tendencia que a comienzode los años 1970 produjo lo que por primera vezhubiera podido ser el comienzo de un “despegue”tecnológico competitivo que nos llevara más allá de la“sustitución de importaciones” y que incorporara laciencia al proceso productivo.

El colapso económico mundial de 1930 hizo muchopor acelerar el desarrollo industrial del país (queya había comenzado, a contrapelo de los poderesdominantes, a fines del siglo XIX), tendencia que seaceleró durante el primer peronismo; pero que no seaprovechó bien para industrializar al país porque sólomiraba hacia adentro y seguía viviendo del campo,del que extraía fondos para comprar los elementoscuya producción la política de sustitución de importa-ciones no admitía. Aunque se mejoró mucho ladistribución del ingreso de la población y aumentóla ocupación en la industria, la base económicasiguió siendo el agro, al que casi se logró destruir porcompleto, mediante la política económica (el IAPI, quetransfirió gran parte de la riqueza a una industrialastimosamente ineficiente) ayudada por variasgrandes sequías. Y cuando se terminó la bonanza delcampo el modelo se hundió, apoyado por las pre-siones externas que lo veían con desagrado.

Esto incluye algunos intentos de ir más allá, como lacreación de la CNEA y el incipiente desarrolloaeronáutico: en vez de completar el avión argentino(aunque fuese militar) se compraron aviones usadosen EEUU, cuyo desempeño era mucho menor que ladel Pulqui II. A esto se debe agregar la mala relación

entre el gobierno y la enorme mayoría de los científi-cos, pocos de los cuales - y rara vez los mejores -adhirieron a sus métodos.

Ahora parece presentarse una nueva oportunidadagroexportadora y de sustitución de importaciones,en relación con la gran demanda china y a la nueva ycuestionable moda de los agrocombustibles; pero lasnuevas tecnologías del agro requieren muy pocamano de obra, y tenemos una población diez vecesmayor; lo que funcionó hace un siglo - aunque aúnentonces con graves conflictos sociales - ahora nopuede más que dejar a una parte enorme de lapoblación fuera del sistema.

Por lo tanto, en la actualidad el desarrollo de unaindustria competitiva es esencial para la supervi-vencia del país - por lo menos a lo que estimamos unnivel de vida aceptable. Aún es posible que el actualaumento en el precio mundial de los alimentos nosfavorezca y genere una bonanza relativamentedurable comparable a la de 100 años atrás, períodoen que el país pudo vivir de las exportacionesagropecuarias durante medio siglo (1880-1930),hasta que colapsó el sistema mundial. Esta vez tam-bién puede colapsar el sistema mundial. Pero estavez no debemos reaccionar del mismo modo yaprovechar las ventajas circunstanciales paraconstruir una base industrial competitiva y relativa-mente estable - aunque sea en un mundo que, en si,es cada vez menos estable.

Volviendo al sector nuclear, tema de esta mesa, nodebemos perder la posición de privilegio lograda, yaque el futuro del progreso de los pueblos está en sunivel de desarrollo tecnológico y no en el del campo yel de la agroindustria - sin desmerecer el papel deéstos, nuestra principal fuente de divisas desdesiempre y aún en la actualidad. Y hemos demostradoque en el área nuclear podemos ser competitivos.

Es interesante destacar el alto nivel de voluntarismoque siempre rigió en los sectores científicos que sequisieron relacionar con la producción o desarrollartecnologías propias. Este voluntarismo “hizo” la CNEAcomo también nos inspiró en la Universidad de losaños 1960 cuando queríamos poner la ciencia quetratábamos de hacer al servicio de la producción yéramos sistemáticamente desdeñados y frustrados.Este es un tema mucho más extenso, que sólo puedorozar levemente en esta exposición (sobre este temahay un libro de Emanuel Adler, The Power of Ideology,

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Univ. of California Press, 1987, que analiza el impactodel voluntarismo en los avances en tecnología nuclearen Argentina y en informática en Brasil), pero es claroque desarrollos importantes, como los que tenemosen tecnología nuclear, no son el resultado emergentede una estructura económica que la sustentara, sinoque partió de una decisión gubernamental y delentusiasmo de individuos que miraron más allá dela “Patria Agroexportadora” - para no mencionar losfenómenos parasitarios de las demás “patrias” quedebimos y aún debemos sufrir.

Pero cualquiera sea el origen de nuestro relativodesarrollo científico y también tecnológico (en algu-nas áreas) no debemos volver a cometer los erroreshistóricos de 100 años atrás: el actual crecimientoeconómico no debe despilfarrarse, y el área nucleares una de las pocas de alta tecnología que sabemoshacer bien. No es el momento de analizar las cre-cientes dificultades económicas que sufren tambiénlos países desarrollados, pero la baja tasa de desem-pleo en éstos se debe a los que trabajan en tareas dealto nivel (especialmente en los EEUU, donde lamen-tablemente se destaca la industria bélica entre losempleadores...). Por eso también es tan importante eldesarrollo de la educación en todos sus niveles, y tangrave, desalentador y lamentable su estado actual.

La Energía Nuclear está renaciendo porque ahora lagente le tiene más miedo al Cambio Climático que alos residuos nucleares, y muchos países están recon-siderando sus decisiones antinucleares tomadasespecialmente después de Three Mile Island y sobretodo, de Chernobyl. China es un caso extremo, perosu hambre de energía es tal que planea construir 300(¡trescientas!) Centrales Nucleares hasta 2050. Losargentinos aún no hemos construido ninguna centralde potencia (en parte por la cortedad de vista respec-to a las posibilidades competitivas del CAREM, unívo-camente aplaudido por los especialistas y que podríahaberse construido ¡hace veinte años! y para cuyofinanciamiento hasta se sancionó una ley específicaque nunca se cumplió), pero la tecnología nuclearargentina ha tenido importantes logros recientes y porcierto que podemos tener un honroso espacio en elnuevo mercado nuclear. En abril se inauguró enAustralia el OPAL, un reactor de investigación yproducción de radioisótopos que suministrará todoel mercado Australiano y gran parte del sudesteasiático. El OPAL ha sido construido por Invap y pro-visto de combustibles de siliciuro de uranio desarro-llados y producidos por CNEA, abriendo para ésta el

primer mercado internacional, ya que ahora sevenderán a Polonia. Por ahora nosotros estamos entrelos pocos países que los fabrican.

Saludamos el nuevo Plan Nuclear, que es la primeraactividad nuclear coordinada nacionalmente desde1985. Deseamos que tenga el éxito más completo,más allá de las diferencias políticas que nunca fueronun obstáculo para la colaboración de gente técnica-mente capacitada en las numerosas especialidadesnecesarias en la tecnología nuclear.

Un aparte político, ya que esta reunión tiene tambiénel objetivo de tratar estos aspectos: era lógico quedurante y después de la Dictadura Militar sesospechara de la CNEA: fue el período en que mayorpresupuesto tuvo, en que la presidió un militar enactividad (aunque Carlos Castro Madero tambiéntenía un doctorado de Física del Instituto Balseiro) yaunque nunca hubo un proyecto militar (salvo la fan-tasía del submarino a propulsión nuclear) todo elmundo creía que estábamos procurando desarrollarun arma nuclear. Especialmente ante el secretísimoprograma de enriquecimiento de Uranio, que Invapdesarrolló para la CNEA en Pilcaniyeu entre 1978 y1993 y que ahora se piensa retomar. Hay un artículoque trata de explicar esta aparente paradoja (J.Hymans, Why Argentina never wanted the bomb andwhy Americans thought it did; Security Studies 10,(3), pp 153-185, 2001). Es interesante señalar que elgobierno democrático no discontinuó este programa,es decir que comprendió su carácter pacífico. Reciénse suspendió en 1993, en pleno menemismo.

Al asumir, Alfonsín nombró una Comisión paraestudiar un tema que despertaba la desconfianza detodos; pero en lugar de fijar nuevos horizontes a laCNEA, esta comisión, según creo, ni siquiera llegó areunirse; desde entonces se “desnuclearizó” la CNEA,y se produjo cierto desánimo y cada uno hacía lo quequería y/o sabía hacer.

Luego vino el desguace de 1994: la separación de laARN era lógica, porque nadie puede controlarse a símismo; pero cuando se quiso privatizar las Centralesde Potencia, 1) la privatización fracasó, probable-mente porque venía con el grillete de terminar AtuchaII; y 2) se privó a la CNEA de su principal fuente derecursos genuinos. Por otra parte, los compradores dela energía tampoco pagaban a la CNEA, así que la cri-sis se generalizó y cundió el desánimo, inaugurandouno de los períodos menos productivos de “la Casa”.

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Atucha II ya ha costado mucho más del doble de lasuma presupuestada originalmente y tiene que actua-lizar una tecnología de 30 años atrás, por lo menos enlo referente a la instrumentación y el control del reac-tor. Afortunadamente las componentes ya montadas oalmacenadas habían sido bien mantenidas y ahora seretomará el proyecto, espero que con la velocidadsuficiente para que sus megavatios ayuden pronto asuperar la falta de energía de que adolece el país.

Mientras la CNEA en gran medida había perdido sunorte, Invap (perteneciente a la Provincia de RíoNegro pero controlada por CNEA y con la constantecolaboración de ésta, y de todas las autoridadesnacionales que tuvieran alguna relación - en especialla Cancillería y las diversas Embajadas) se lanzó conéxito al mercado extranjero de Reactores deInvestigación (RR): RA6, Perú, Argelia, Egipto, y por finAustralia, uno de los reactores más complejos yexigentes del mundo.

Invap corría con la desventaja de que los competi-dores (Siemens, Framatome, AECL) tenían aseguradasu estructura básica en sus países; cada una de ellascuenta con fuertes contratos en sus propios países.Hace muchos años que Invap ya no tenía ese tipo decontratos. Esto condujo a altibajos graves, pero Invapsalió adelante y ahora es uno de los dos o tres refe-rentes mundiales en RR, además de sus actividadesespaciales y en otras áreas.

Ahora, el renacimiento de la actividad nuclear en laArgentina (Atucha 2, CAREM, enriquecimiento deuranio) ofrece la base necesaria para resolver lainestabilidad de la empresa con varios años detrabajo en casa, trabajando en temas que la empresaconoce bien, ya que durante años trabajó en ellospara la CNEA.

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Panel 4

Ciencia y Tecnología en el retornoa la democracia

Dr. Carlos AbeledoLic. Juan Carlos del Bello

Moderador y relator: Dr. Diego Hurtado de Mendoza

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Me toca iniciar este panel sobre "Ciencia y Tecnologíaen el retorno de la democracia" con una exposiciónde lo realizado en la gestión que me correspondióencabezar en el CONICET, una institución medular delpaís que era necesario recuperar. Fui convocado paraesta tarea por Manuel Sadosky, el maestro que nostransmitía el espíritu de reparación moral e intelectu-al necesario para enfrentar este desafío. Fue Sadosky,en estricta justicia, quien inspiró desde la Secretaríade Ciencia y Técnica y, más aún, como amigo y con-sejero de la "ciencia con conciencia", todos los posi-bles aciertos de nuestra gestión.

Permítanme, como introducción, realizar una brevedescripción de la situación que encontramos a finesde 1983.

El CONICET había sufrido profundas transformacionesa partir de la muerte del Dr. Bernardo Houssay que seagravaron durante las gestiones de la dictadura mili-tar. Como en otras instituciones, la persecución y ladiscriminación ideológica produjeron cesantías,exclusiones y denuncias que culminaron en científi-cos desaparecidos y exilados. Debemos destacar quefrecuentemente las denuncias – muchas veces anón-imas – se originaban en sectores de la propia comu-nidad científica.

Además, las características institucionales sufrieroncambios respecto de su concepción original comoorganismo de promoción del desarrollo científico enla Argentina. En su definición fundacional, CONICEThabía sido concebido como un organismo de promo-ción cuya acción se ejercía mediante sus programasde subsidios a la investigación, becas de formaciónde investigadores y la creación de las carreras deInvestigador y de Personal de Apoyo a laInvestigación. En esta concepción, CONICET trabaja-ba en muy estrecha colaboración con lasUniversidades.- Pero a partir de los regímenes mil-itares, CONICET comenzó a aislarse respecto de las

universidades, creó un centenar de institutos propiosy otros tantos programas institucionalizados y con-centró en estos institutos y programas sus accionesde financiamiento, becas y nuevas incorporacionesen las carreras de investigadores y personal deapoyo. Para instrumentar estas acciones, se creó unsistema dual de comisiones asesoras: las queatendían institutos y programas distribuían la mayorparte de los recursos, mientras las “comisionesasesoras por disciplinas” administraban recursosmínimos. Esta división era funcional al objetivo deprofundizar el alejamiento de las universidades, quetambién sufrieron disminuciones en sus presupuestosdisponibles para investigación.

Durante los años de la dictadura, las transforma-ciones en las modalidades operativas del CONICET secompletaron con irregularidades en el manejo de unaparte importante de subsidios a través de funda-ciones privadas que desviaron recursos para finespropios, que no tenían relación con la investigacióncientífica.

Para transformar la realidad encontrada, la gestióndel CONICET a partir de 1984 tuvo un marco ético,democrático y pluralista, que tuvo como objetivoreconstruir una institución abierta a toda la comu-nidad científica, reinstalando procedimientos de eval-uación basados exclusivamente en criterios de cali-dad académica.

Describiré a continuación algunas de las principaleslíneas de acción que emprendimos para reorientar laacción de CONICET.

En primer lugar se derogaron todas las disposicionesque establecían controles políticos o ideológicos através de informes de los servicios de inteligencia.Estos controles habían sido impuestos merced a undecreto de la dictadura de Onganía. Por otra parte, sepropició la reincorporación de investigadores que

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Carlos Abeledo1

Ciencia y Tecnología en el retorno a la democracia

1Ph.D. en Química Física de Northwestern University. Director de la Maestría en Política y Gestión de la Ciencia y la Tecnologíade la Universidad de Buenos Aires. Ex Presidente de CONICET. Profesor e investigador en las Universidad de Buenos Aires,Brandeis University y Universidad de Chile e investigador del Observatorio Nacional de Física Cósmica de San Miguel (Pcia.de Buenos Aires). Ha sido investigador visitante en National Magnet Laboratory-Massachussets Institute of Technology y enBell Telephone Laboratories. Ex miembro del Comité Asesor de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de Naciones Unidas ydel Comité Ejecutivo del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED).2 Sobre la actividad científica y los derechos humanos en la Argentina, ver Stover (1981); Westerkamp (1982); Wade (1976).

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habían sido cesanteados o prescindidos por motivosideológicos y se creó un programa temporario deBecas de Actualización que acogió a quienes sevieron obligados a interrumpir su carrera, o su forma-ción, en investigación por causas políticas durante ladictadura militar. Unas 160 personas pudieron bene-ficiarse de este régimen especial por lapsos de hastados años.

Se unificó el sistema de comisiones asesoras, quecontó con una amplia participación de la comunidadcientífica, y se reformulo el sistema de financiamien-to de proyectos de investigación.

Se recuperó la función promotora de CONICET, reem-plazando el financiamiento discrecional concentradoa través de subsidios a los directores de institutos,por un sistema basado en convocatorias anuales paraproyectos de investigación, abiertas a toda la comu-nidad científica. Este sistema de financiamiento con-cursable, con evaluación por pares, contribuyó areactivar la investigación en instituciones que habíansido marginadas por CONICET.

El CONICET promovió la incorporación de investi-gadores de las ciencias sociales que habían sido mar-ginados durante el régimen militar.Consecuentemente, el ámbito de acción de CONICETse benefició con la incorporación de un importantenúmero de prestigiosos investigadores en cienciassociales y humanas que enriquecieron su campo deactividades.

Se promovieron acciones con las autoridades univer-sitarias para revincular más estrechamente la accióndel CONICET con estas instituciones y poder apoyarasí la revitalización de la investigación en las univer-sidades. El acceso de los investigadores universitar-ios al financiamiento de proyectos concursables y laformación de jóvenes investigadores mediante el pro-grama de becas fueron dos importantes vías parareactivar la investigación en universidades. Lacreación del Sistema de Apoyo a los InvestigadoresUniversitarios (SAPIU) fue un instrumento específicopara apoyar la investigación por docentes-investi-gadores de universidades nacionales.

Finalmente, deseo destacar las acciones para corre-gir las irregularidades que existían en la adminis-tración de los recursos de los subsidios de investi-gación. Por una parte, se modificaron normas paratransparentar la administración de los recursos a

través de subsidios para investigación y, por otraparte, el CONICET promovió investigaciones, sumariosy acciones legales para esclarecer las irregularidadesen el manejo de fondos a través de algunas funda-ciones privadas. Las irregularidades administrativas ylas acciones legales iniciadas durante nuestra admin-istración fueron publicadas por CONICET en 1989 enel “Informe sobre investigaciones de hechos ocurri-dos en el CONICET (período 1976-1983)”.

Desgraciadamente, durante nuestra gestión sufrimosataques tendenciosos desde sectores de la prensaque se había identificado con la dictadura, así comocampañas de denuncias y calumnias a través de pan-fletos anónimos. Estas campañas también se expre-saron a través de un par de pedidos de informes pre-sentados en el Parlamento. Afortunadamente, los sec-tores representativos de la comunidad científicaexpresaron su apoyo a los procedimientos transpar-entes y abiertos a la participación que fueron carac-terísticos de nuestra gestión.

Todo lo positivo que se pudo hacer fue obra de ungrupo numerosos de colaboradores e investigadoreslaboriosos, honestos y comprometidos con lasociedad y con la ciencia.

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A partir de la recuperación de la democracia en 1983,el CONICET registró importantes cambios orientadosa apoyar la investigación universitaria, siguiendo ental sentido las motivaciones originarias en la creaciónde la institución y las políticas desarrolladas duranteel prolongado período de la Presidencia de BernardoHoussay (1958/1971). También los cambios inclu-yeron detener la expansión de institutos y centros deinvestigación propios (más de un centenar el 1983,que se compara con una decena antes del golpemilitar de 1976) e incorporar la práctica de convoca-torias públicas, abiertas y competitivas para el finan-ciamiento de proyectos de investigación. Uno de losproblemas abordados en el período 1983/89 fueron lojuicios iniciados a algunas fundaciones de investi-gadores que se habían apropiado de infraestructurafinanciada por el Consejo. Una forma de “privati-zación” del CONICET.

En la primera mitad de los noventa se produce una“contrarreforma”, ya que vuelven a ocupar un lugardestacado en la conducción del organismo investi-gadores que formaron parte de la gestión institucionaldurante la dictadura militar. Los juicios iniciados a lasfundaciones fueron discontinuados, el apoyo a lainvestigación universitaria fue más limitada alderogarse el sistema de apoyo (SAPIU) a los investi-gadores universitarios que no formaban parte de lacarrera del investigador, entre otros cambios.

A mediados de 1996, en el marco de la segundareforma del Estado, se crea la Agencia Nacional dePromoción Científica y Tecnológica, se interviene elCONICET y se sanciona el Decreto 1661/96 por el cualse establecen nuevas reglas para su funcionamientoinstitucional, incluida la democratización del órganocolegiado de gobierno de la institución. Fui elSecretario de Ciencia y Tecnología entre 1996/99 y elinterventor del CONICET de esa época. La interven-ción tuvo una duración inferior a un año, período

durante el cual se encararon importantes cambios, asaber: (i) la derogación de resoluciones de designa-ción de miembros de la carrera del investigador ypromociones, con vicios de procedimiento (falta deintervención previa de pares evaluadores); (ii) laincorporación de nuevos investigadores mediante unsistema de prioridades de áreas de conocimiento yregiones; (iii) la redefinición de las asignaciones pre-supuestarias a los institutos y centros de investi-gación propios en función de los gastos programadosy efectivos de funcionamiento (las asignacionesprevias encubrían gastos de investigación que noresultaban de procesos competitivos); (iv) la suspen-sión de los pagos a contratistas de obras monumen-tales como el CRIBBAB y el CERIDE, no vinculados ala ejecución misma de las obras, y la transferencia delos contratos a la Dirección de Obras Públicas delMinisterio de Economía para la conclusión definitivade obras que se venían ejecutando hacía más de 15años; (v) la suspensión de pagos de alquileres a lasfundaciones propietarias de instalaciones de investi-gación que habían sido compradas por el CONICET;(vi) la “internalización” del pago de los salarios de losempleados (más de 6.000) de la institución, servicioque estaba subcontratado; (vii) el cese de servicios demás de un centenar de empleados de la carrera depersonal de apoyo, que no realizaban actividadalguna de “apoyo a los investigadores”; (viii) lamodificación de la integración de las comisionesevaluadoras, previa consulta con la comunidadcientífica, asegurando una amplia representación deenfoques y escuelas de pensamiento; (ix) la designa-ción de directores de centros e institutos por concursopúblico y abierto; (x) cambios estructurales en elotorgamiento de los fondos a los investigadores yunidades ejecutoras; (xi) la transparencia de los actosde gobierno mediante un Boletín de Resoluciones, decarácter público, así como de los resultados de laevaluación por pares para el ingreso a la carrera delinvestigador, y (xii) la sustanciación del proceso de

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Juan Carlos del Bello1

Contrareforma (1990/96) y Cambios en el Conicet a partirde 1996

1 Licenciado en Desarrollo y Programación Económica. Experto en Economía y Planificación Regional. Investigador en temasde Educación Superior, Desarrollo y Transferencia de Tecnología. Profesor titular e investigador de la Universidad Nacional deQuilmes. Director de la Maestría en Ciencia, Tecnología y Sociedad (Acreditación CONEAU Categoría A). Profesor del Doctoradoen Educación Superior de la Universidad de Palermo (Acreditada por CONEAU). Ex-Director del Instituto Nacional deEstadísticas y Censos. Ex - Secretario de Ciencia y Tecnología. Ex-Interventor del Consejo Nacional de InvestigacionesCientíficas y Técnicas. Subsecretario de Inversión Pública y Financiamiento Externo. Secretario de Políticas Universitarias.Subsecretario de Estudios Económicos (1991/1993). Consultor internacional BIRF, BID, INTAL, IICA, UNCTAD, ONUDI.

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elecciones para la designación de la normalizacióndel gobierno de la institución.

Este listado, si bien exhaustivo pero no completa,aborda los principales temas encarados durante laintervención. Hubo reacciones de los sectores ideoló-gicos de derecha, que se expresaron en el Boletín deSETPCyT/CONICET, firmado con el seudónimo deMarangoni, así como de la Corporación de CientíficosCatólicos, que cuestionaron la política desarrolladaemparentándola con la “gestión Sadosky/Abeledo” de1983/89.

Cabe recordar el enfrentamiento público en 1989(solicitada en el diario Página 12) del suscripto y elgrupo peronista metropolitano de ciencia y tec-nología, con el Diputado Nacional M. Nacul, titular dela Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara deDiputados de la Nación, a fines de la gestión del Dr.Abeledo al frente del CONICET cuando se pretendióinvolucrar a funcionarios de esa gestión con los suce-sos de La Tablada. El diputado Nacul fue un fuertesoporte de la contrarreforma del Dr. Matera de 1989.Por su parte, el Foro de Sociedades Científicas y larevista Ciencia Hoy se pronunciaron favorablementesobre los cambios, aunque manifestaron cierta pru-dencia en cuanto a la creación de la Agencia Nacionalde Promoción Científica y Tecnológica. Cabe señalar,que en paralelo a los cambios en el CONICET, sedesactivó la presión por la entrega de Crotoxina,proyecto seudocientífico que había sido desactivadodurante el período 1983/89 y reactivado a mediadosde los noventa, así como se concluyeron lasinvestigaciones, iniciados con anterioridad a lagestión, de Fase 1 de Crotoxina en un hospital dellitoral, con resultados negativos. Archivándose dichoproyecto para siempre.

El investigador superior Juan H. Tramezani, quienintegraba el órgano de gobierno del CONICET antesde la intervención, y que fuera uno de los propietariosde las fundaciones arriba mencionadas, inició unjuicio contra el periódico Página 12 y la periodistaNora Veiras, autora de una nota, por calumnias einjurias, que se resolviera luego por vía extrajudicial.El suscripto fue testigo del periódico y la periodista,en relación a la reducción del subsidio institucional alInstituto bajo la dirección de Tramezani, que alegabael querellante, acusando al matutino porteño porhaberle causado un perjuicio al instituto de investi-gación dado que el subsidio institucional que recibíaprevio a la intervención del CONICET se había reduci-

do en más de un 50% como consecuencia de la notaperiodística. Por supuesto, en mi carácter de testigoen el juicio de marras, manifesté que dicha reducciónno estaba vinculada con nota periodística alguna,sino con los efectivos gastos de mantenimiento delinstituto.

El objetivo de la transparencia y la no discriminaciónpor razones políticas ideológicas, implicó tambiénenfrentar presiones de algunos investigadoresideológicamente de izquierda, que pretendieron forzarel financiamiento de proyectos (por ejemplo. sobredesaparecidos), evaluados desfavorablemente por lospares evaluadores. Incluso, en este caso, hubo quebrindar soporte legal a miembros de una comisiónevaluadora acusados ante el poder judicial por dis-criminación.

Se terminaba así una historia bastante prolongada decoptación del CONICET por sectores de la comunidadcientífica, que orientaban los recursos institucionalesen su favor durante el período en que ejercían elpoder de la institución. Y también el aprovecha-miento -por parte de algunas instituciones del sis-tema científico- de las circunstancias del mal gobier-no del CONICET, que implicaba por ejemplo la potes-tad de designar Directores de institutos mixtos uni-versidad/CONICET, donde la universidad hacía muypocos aportes.

El núcleo duro de las nuevas reglas de juego se hamantenido durante los últimos 10 años. Así, lademocratización del organismo, en particular laselecciones directas para seleccionar los represen-tantes de la comunidad científica, impiden las prácti-cas históricas de ocupación del gobierno de la insti-tución por parte de sectores vinculados al poderpolítico de turno. La renovación parcial cada dos añosde los miembros del Consejo, asegura por un lado larenovación y por el otro rescatar la experienciaadquirida. La hipótesis es que la falta de continuidad,la insuficiente transparencia de las instituciones depromoción científica, el incumplimiento de “reglasde juego” y buenas prácticas de gestión, inclusoprácticas de investigadores “progresistas” tambiénexcluyentes y sectarias, conspiraron históricamentecontra la calidad de las instituciones científicotecnológicas y abortaron la acumulación de apren-dizajes, a la vez que constituyeron el caldo de cultivodonde se incubó el cíclico retorno de sectores oscu-rantistas, en fin, destructivos por razones políticase ideológicas de un quehacer científico nacional

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llevado a cabo por académicos serios y rigurosos,comprometidos con principios de libertad, igualdad ysolidaridad.

En este contexto, los cambios producidos en elCONICET a partir de mediados de 1996 terminaroncon la “contrarreforma” y constituyeron las bases deun nuevo desarrollo institucional. El CONICET, comoprincipal institución de promoción científica, a partirde la dictadura de 1976 sufrió un cambio regresivo,rumbo que fuera modificado en el período 1983/89 yque entre 1989 y 1996 experimentó lo que hemosdenominado una contrarreforma. A partir de 1996 serecuperan nuevamente los valores y principios esen-ciales que guiaron su accionar en sus orígenes, peroen un contexto de mayor densidad de organismospúblicos, en particular la existencia de la AgenciaNacional de Promoción Científica y Tecnológica que através del FONCYT ha pasado a ser el principal nuevoorganismo de financiamiento de proyectos de inves-tigación y desarrollo experimental.

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Panel 5

El Caso de Salud y Ciencias Sociales

Dr. Víctor PenchaszadehDra. Beatriz María Alasia de Heredia

Lic. Alicia StolkinerModerador y relator: Lic. Ana González

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Las afiliaciones académicas y profesionalesmencionadas son a sólo objeto de identificación.Las opiniones expresadas aquí son de exclusivaresponsabilidad del autor y no expresan nece-sariamente las posiciones de la OrganizaciónPanamericana de la Salud.

El campo de la salud es pródigo en debates y contro-versias, y así lo ha sido durante toda la historiareciente en Argentina y en el mundo. Aunque lacaracterización siguiente es una simplificación exce-siva, las dos concepciones que han estado y siguenen pugna son (a) la salud considerada como un dere-cho humano fundamental que debe ser garantizadopor el Estado, tal como lo establecen las declara-ciones de derechos humanos consagrados interna-cionalmente, (b) la salud considerada como una mer-cancía que se compra y se vende sujeto a las leyes demercado de oferta y demanda.

En los años 60 y 70, el movimiento latinoamericanode medicina social produjo pensadores, académicosy activistas que abogaron por la implementación delderecho a la salud, consagrado en declaracionesuniversales y pactos internacionales, como respon-sabilidad del estado. Es decir, plantearon que habíaque pasar del declaracionismo a la acción, poniendoen práctica programas de promoción, preservación yreparación de la salud accesibles a toda la poblaciónsin distingos de ninguna clase. En el otro polo ideoló-gico se encontraban aquéllos para quienes la salud esuna fuente de inversiones y lucro económico. Aquí sehallaban intereses económicos concentrados engrandes corporaciones multinacionales interesadasen derivar hacia sus propios fines de lucro las multi-millonarias sumas de dinero que se mueven en losprogramas de salud. De esta manera, las industriasmultinacionales farmacéuticas y de seguros, aliadas asectores financieros internacionales, impulsaron elretroceso de la responsabilidad del estado en este

campo y la privatización de los servicios públicos desalud. Esto comenzó a ocurrir en todo el mundo,aunque con mayor énfasis en los países en desarro-llo, que por su vulnerabilidad económica, estabanmás sujetos a las presiones de los organismosfinancieros internacionales.

En la Argentina, esta confrontación por el modelo desistema de salud contó con actores adicionales(profesionales médicos, educadores médicos,dirigentes sindicales, industria farmacéutica nacional)que desempeñaron papeles diversos, en ocasionescontradictorios. Los profesionales médicos, divididosentre aquéllos con motivación social y aquéllos agru-pados en clínicas privadas con fines de lucro. Loseducadores médicos conservadores, hegemónicos enla mayoría de las escuelas de medicina del país, quepromovían un modelo de formación de médico mascapacitado para atender los problemas individualesde pacientes con solvencia económica, que en pensarla salud de la población en su conjunto desde unaperspectiva mas preventiva que curativa. Los diri-gentes sindicales, en general mas preocupados porcontrolar los fondos de las obras sociales que enbrindar adecuada atención a sus afiliados. Estepanorama, cuyo análisis escapa a esta presentación,tornaba sumamente complejas las líneas de fuerzaintervinientes en definir el modelo de sistema saluddel país. Lo cierto es que en los convulsionados añosprevios al golpe militar, el movimiento argentino demedicina social hizo avances importantes a nivel doc-trinario y académico en defensa de la salud pública ydel derecho a la salud, así como a nivel de imple-mentación de programas de educación médica y deservicios de salud. Este movimiento tuvo variasexpresiones en instituciones universitarias y en pro-gramas públicos de salud, ofreciendo un modeloalternativo al enfoque conservador, hegemónico hastaentonces.

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Víctor Penchaszadeh1

Efectos de la Dictadura Militar Argentina sobre el campo dela salud en el país

1 Médico, Universidad de Buenos Aires, Argentina Master en Salud Pública, orientación Epidemiología y Genética Humana,Universidad de Johns Hopkins, Estados Unidos . Médico Cirujano (reválida), Universidad Central de Venezuela, Caracas,Venezuela. Jefe, División de Genética Médica, Beth Israel Medical Center, Nueva York, y profesor titular de Pediatría, AlbertEinstein College of Medicine, Nueva York. 1996-presente: Consultor de la Organización Mundial de la Salud en Servicios deGenética Médica y en Aspectos Éticos y Sociales de la Genética. Profesor de Genética y Salud Pública. Escuela de SaludPública, Universidad de Columbia, Nueva York. Coordinador, Programa de Genética en Salud Pública y Derechos Humanos,Organización Panamericana de la Salud, Buenos Aires.

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El golpe militar de 1976 tuvo, entre otros, el objetivode imponer un modelo económico que concentrara lariqueza en los sectores financieros y agrícola-ganaderos, destruyera la industria nacional y abrierael país a la invasión del sector financiero interna-cional. En el campo de la salud se buscó clausurar losavances logrados en años anteriores en la búsquedade un sistema nacional de salud. Desarticulando yfragmentando aún más el sector público de salud enel país. Las estrategias fueron varias. En primer lugar,se desmanteló el poder del ministerio de salud, trans-firiendo hospitales y otros establecimientos sanitariosnacionales a las provincias sin los recursos apropia-dos para mantenerlos. Por otra parte, en lugar depropender a la integración del sector de obrassociales con el sector público de salud, los decretos-ley de la dictadura que enmarcan la actividadsindical, marcan aún más la segregación de ambossistemas, con el resultado de que el sector privadose fortalece.

Para imponer su modelo neoliberal, la dictadurarecurrió a la represión mas feroz que haya vivido elpaís nunca, y al intento de supresión de toda tenden-cia progresista en el campo de las ideas. Entre losque sufrieron este embate fueron muchos académi-cos y activistas de la salud como derecho humano,que debieron partir al exilio, poblando universidadeslatinoamericanas, europeas y norteamericanas. Estefenómeno, sumado al silenciamiento de las voces queen el país expresaban progresismo en salud, llevó enla práctica a la desaparición de la agenda de laresponsabilidad del estado por la salud de la pobla-ción. Paradójicamente, fue justo en esos años (1978)que la Organización Mundial de la Salud promulgabasu visión de “salud para todos para el año 2000” y suestrategia de atención primaria de la salud enequidad como parte integral del desarrollo social. Porel contrario, durante los años de la dictadura seavanzó cada vez mas hacia la privatización de lasalud y el achicamiento del estado, mientras sesuprimía todo debate democrático respecto de estaspolíticas.

Al finalizar la larga noche de la dictadura militar,Argentina se encontraba sumamente atrasada enrelación a muchos países con recursos humanos ymateriales comparables, respecto de la vigencia delderecho a la salud y la organización de un sistemapúblico de salud de alcance nacional con equidad.Con muchos de los más lúcidos exponentes del pro-gresismo en salud todavía en el exilio, la recuperación

de la democracia no implicó la reversión de la ten-dencia privatizadora en salud. En primer lugar, faltóuna política explícita de los gobiernos post-dictaduraen estimular y facilitar el regreso de exiliados, con laconsiguiente amputación del debate democrático enel campo de la salud. En segundo lugar, en el área dela salud se siguió achicando el estado cada vez mas,mientras se aceptaban las condiciones impuestas porlos organismos financieros internacionales de privati-zar todo lo que fuera rentable en salud. Durantes lasdos décadas que siguieron al retorno de la democra-cia se consolidó en el país el paradigma de que lasalud debe regirse por las leyes del mercado. Conesta visión, el diseño, financiación y evaluación de losprogramas de salud comenzó a pasar mas por la“productividad” y la “eficiencia” de los mismos,medida por los beneficios económicos a los inver-sores (privados), y no necesariamente por losbeneficios a la salud de la población. Los servicios desalud rentables fueron motivo de inversionesfinancieras internacionales en forma de seguros desalud y entidades médicas “prepagas” con fines delucro, y se consolidaron sectores de poder proclives alstatus quo (asociaciones médicas empresariales,clínicas privadas, dirigencias sindicales, industriafarmacéutica y de seguros). Los servicios de saludmenos rentables que atienden a la mayoría depoblación de bajos recursos (hospitales públicos,atención médica primaria) fueron desfinanciados, sucalidad descendió y los indicadores de salud sedeterioraron.

En la actualidad, a mas de 20 años de terminada ladictadura, la aspiración a un sistema de salud univer-sal con equidad en salud y garantizado por el estadosigue esperando su concreción. En cambio, vemoscontinuada la fragmentación de los servicios desalud, el retroceso del estado en su responsabilidadde garantizar la salud de la población, el deterioro ydesfinanciación del sector público, y los subsidiosestatales directos e indirectos al sector de atenciónmédica privada y a la industria de seguros de saludcon fines de lucro, que exhiben ganancias suculentas.La consecuencia de estas políticas son la profundainequidad en el acceso a los servicios de salud y eldeterioro de los indicadores de salud de la poblacióncon menores recursos.

La situación descripta es de una causalidad muycompleja, en la que los factores principales son losorganismos financieros internacionales y la falta devoluntad política por parte del estado de de efectivizar

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un sistema de salud publica de acceso universal en elpaís. En el contexto de analizar los efectos de la pasa-da dictadura militar, es obvio que esta situación solopudo ocurrir por la debilidad y marginación de losgrupos académicos de la medicina social que fueronsilenciados durante el terrorismo de estado por ladesapa-rición y el exilio. La reconstrucción delmovimiento argentino de medicina social, desbarata-do durante la dictadura y marginado por la políticashegemónicas en la post-dictadura, es fundamentalpara retomar los objetivos de asegurar la vigencia delderecho a la salud en nuestro país.

Referencias Dr. Víctor Penchaszadeh

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Iriart, C. La reforma del sector salud en Argentina: dela salud como derecho social y bien público a respon-sabilidad individual y bien de mercado. Centro deEstudios y Asesoría en Salud. Reforma en salud: loprivado o lo solidario. Quito, CEAS, 1997. p.127-50.

Iriart C, Leone F, Testa M. Las políticas de salud en elmarco del ajuste. Cuadernos Médico Sociales,Rosario. Nro. 71: 6-21, 1995.

Iriart C, Waitzkin H. Argentina: No lesson learned. Int JHealth Serv 36(1):177-96, 2006.Rovere, Mario. La Salud en la Argentina: Alianzas yConflictos en la Construcción de un Sistema Injusto.Revista electrónica La Esquina del Sur, Mayo 2004.Accesible en:http://www.laesquinadelsur.com.ar/site/index.asp?Ed=7

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En primer lugar quiero agradecer la invitación paraeste seminario que considero de gran importancia,pues estoy totalmente convencida que un pueblotambién se mide por el tamaño de su memoria y conlo que construye a partir de ella.

Haciendo mía una premisa del historiador MarcBLoch que señala que el pasado sólo nos sirve en lamedida en que pueda darnos elementos para enten-der el presente y viceversa: el pasado es comprendi-do si se lo piensa en relación al presente, pretendorescatar algunos elementos del proceso social que esel tema del seminario con la intención de que nosayuden a entender y intentar de este modo, redirec-cionar nuestra visión de las Ciencias Sociales enArgentina. En suma, espero que esto nos ayude areflexionar sobre lo que pretendemos de ellas en elfuturo que estamos inevitablemente construyendo.

La problemática a tratar es muy difícil, y me pregun-to: cual es el recorte más pertinente, de que hablar, enfin, como seleccionar los aspectos a rescatar.

Yo llegué junto a mi esposo y mis hijos a Río deJaneiro en 1976 y allí estoy hasta hoy. Mi documentobrasileño tenía la marca que denunciaba, porqueexponía como fecha de llegada el 22 de marzo de1976, y como si esto fuera poco, en el mismo docu-mento, aparecía Foz de Iguazú como lugar de entrada.

En fin, yo tuve la gran suerte de salir y estar aquí con-tando esta historia pero muchos otros, varios colegas,amigos, compañeros, y alumnos algunos de ellos muyqueridos ya no están y fueron víctimas de ese proceso.

Al mencionar un poco de mi historia lo hago pensadoque al dar una visión no voy a hacerlo desde mi casoindividual, pero también sé que esa visión que voy adar es parcial por que está limitada a aquello que yoconozco, y condicionada por mi lugar en todo ese pro-ceso. No obstante, y a pesar de todas estas restric-ciones, espero poder dar algunos elementos que nosayuden para la reflexión.

Finalmente, también será parcial y no pretendiendoser exhaustiva porque hablaré un poco de cada cosa,sin profundizar demasiado.

Aunque voy a detenerme más sobre el significado delproceso ocurrido en l976 por los efectos que tuvosobre las Ciencias Sociales en general y laAntropología en particular, debo aclarar que estable-cer un marco para hablar de como la antropología fueafectada por la política, es un problema porque larepresión y la política ya hacían parte de la historia dela disciplina en nuestro país. Podría decir en términosgenerales que esta historia, podría ser dividida en 3grandes períodos:

1) el primer momento para- institucional2) el momento Institucional en que la represión asume la forma de política de estado en 1976

3) y el último período que comprende desde la retomada de la democracia hasta el presente.

Yendo desde períodos más cercanos a los más dis-tantes, basta pensar en el año 1966. Fue justamenteen ese año que Argentina fue por primera y única vezsede del Congreso Internacional de Americanistas, elcongreso más importante y tradicional de la disci-plina, y el Dr. Alberto Rex González, su presidente, yaabrió el congreso en el momento del golpe y con todala represión en vigor y con amenazas inclusive sobrea propia realización del evento. Allí en el discursoinaugural su presidente hizo una denuncia aldemostrar de como la ciencia en Argentina, estabadeterminada por “el péndulo político” y por lo tantoencima de sus investigadores. Aunque la expresiónmáxima del 66 haya sido aquello que se condensó enla “Noche de los bastones largos” cuando las cienciasexactas fueron el centro y por lo tanto muy afectadas,en el caso de las ciencias sociales aún cuando losefectos de la represión fueron comparativamentemenores, ellas también fueron alcanzadas...En estasáreas, la represión no fue masiva y sólo se manifestóen algunas medidas que inclusive me alcanzaron, víala no renovación de contratos y aunque algunos de

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Beatriz María Alasia de Heredia1

Antropologia y política en Argentina: Algunos fragmentos

1 Doctora en antropología Social del PPGAS/ Museo Nacional/ Universidad Federal de Rio de Janeiro. Realizó Pos-doctoradoen el Laboratório Sociologie Européenne CSE/ EHESS/ Paris, Francia. Investigadora de Pronex /CNPq. y del Conselho Nacionalde Desenvolvimento Científico e Tecnológico. Experiencia en el área de Campesinato, Antropologia de la Política y CuestionesAgrarias.

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los más importantes científicos sociales dejaron elpaís, el número fue mucho menor que en el caso delas ciencias exactas no consiguiendo destruirlas.

La Antropología, Sociología y Ciencia Política se insti-tucionalizaron en carreras en los años 50 y en el casode la Antropología su historia está marcada no sólopor la represión y golpes pero también por el nazismoy sus representantes como docentes en algunas uni-versidades. Me refiero a algunos profesores de estadisciplina que la marcaron por los temas que propug-naban y la orientación que tenían, hecho este quecondicionó la antropología que enseñaban e inclusiveacabaron marcando la historia de la antropología.Como consecuencia, sólo en Argentina, se estudiaroncon tanto detalle y fueron objeto de discusión durantetanto tiempo algunas escuelas de pensamiento asícomo algunos temas que fueron tratados de determi-nadas maneras, en el ámbito de la disciplina. Y enesto nos diferenciamos mucho de otros países lati-noamericanos con fuerte tradición antropológicacomo Méjico y como Brasil por ejemplo.

No obstante y a pesar de todo lo mencionado, En elcaso de la Antropología y las ciencias sociales engeneral el gran golpe que provocó una inflexión sinprecedentes se produjo en el 76.

Ya en 1973, luego de las elecciones, en Córdoba, quees lo que más conozco, pues estaba allí como profe-sora en aquel momento, - y en esto no creo que hayamuchas diferencias con otros lugares -, aunque enCórdoba estas cosas tienen una especificidad, lasradios locales, comenzaron a denunciar que la univer-sidad, especialmente la Facultad de Filosofía yHumanidades, estaba siendo tomada por aquellosque supuestamente hacían parte de lo que entoncesse denominaba “la sinarquía internacional” expresiónque mucha gente nunca supo muy bien que significa-ba, pero lo de internacional surtía efecto. En efecto,ella oponía a la población los universitarios, que eneste caso querían hacer algunas modificacionesacadémicas que parecían importantes. En el caso delas disciplinas (carreras) como Historia, Psicología yHumanidades en general, se planteaba la necesidadde hacer nuevos planes de estudio para poder asíacompañar las tendencias internacionales delconocimiento en esas áreas. Esto implicaba introduciralgunos cambios que en el caso de la historia espe-cialmente, significaban no reducirla a la historiaactual y cronológica de los hechos políticos consi-derados importantes, esto es la historia oficial, sino

intentando introducir una visión más amplia de lahistoria: incorporando los procesos sociales que final-mente están por detrás y son el motor inclusive de losllamados hechos políticos y actuales objeto de la his-toria más tradicional. Y esto que era la forma yaestablecida de hacer historia por ejemplo de lareconocida Ecole des Annales, de Francia, era aquí enaquella época, visto como una herejía, y como talcomenzó a ser objeto de denuncia sistemática de larevista Cabildo. Esta lamentable revista que no puedeser ignorada, fue la portavoz de la represión que ven-dría después y ella formaba opinión poniendo a lapoblación en contra de lo que ellos decían estabaocurriendo en la universidad. Así cada una de lasmaterias dadas en las carreras y sus profesoresincluidos todos los equipos docentes responsablesfueron objeto de denuncia sistemática.

Ya a comienzos de 1975 la represión se hizo sentirtambién de otras maneras, no apenas deteniendo amuchos de los estudiantes universitarios, como tam-bién fue a fines del mes de mayo cuando más de 200docentes de la Universidad de Córdoba, más de 150pertenecientes a las diferentes carreras que com-ponían la Facultad de Filosofía y Humanidades fueronexpulsados de la universidad, bajo la figura de “la leyde prescindibilidad”, aún cuando sus contratos y esta-bilidad estuviera garantizado por la vigencia de susconcursos. Esto no ocurría sólo en Córdoba, por ejem-plo en Ciencias Sociales en Rosario 22 profesoresfueron dejados cesantes sobre la misma figura enoctubre de 1975.

Entre los que fueron dejados cesantes, estaban viejosprofesores nuestros, muchos de ellos pertenecientesy cuadros importantes del partido radical, otros con-servadores, en fin, alcanzó a todo el mundo.

Esto fue común a otras facultades. La idea del tallertotal en Arquitectura por ejemplo también era denun-ciada. La gran crítica, es que los arquitectos, en laexperiencia del taller total, lo que hacían era pensarno más en sus obras como obras de arte más comoconstrucciones que deben adecuarse a las necesi-dades de los usuarios, y esto era inconcebible.

La guerra que se desató culminó con la persecuciónmuerte y prisión de muchos estudiantes, no mencionopor acaso las facultades de Arquitectura y Filosofía yHumanidades, al contrario, allí fue donde la persecu-ción fue mayor alcanzando a un gran número de pro-fesores y estudiantes presos y desaparecidos.

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La persecución en Arquitectura fue muy fuerte, y amodo de ejemplo en apenas una noche en el segun-do semestre de 1975, 16 estudiantes desaparecieron.

Como ejemplo puedo mencionar, que del equipo de lacátedra de Prehistoria y Arqueología, en Historiadesaparecieron 4 estudiantes, muy jóvenes, llenos devida y de proyectos. El mal es que pensaban que laArqueología, haciendo parte de la historia y como talella contribuiría a entender procesos sociales y esteera el pecado mayor.

Los grupos de investigación que existían en diversasáreas y en diferentes universidades del país y los queestaban comenzando a articularse después del golpey sus efectos del 66, fueron totalmente desmantela-dos y desarticulados. Esta situación alcanzó a loscentros de investigaciones no sólo de dentro de lasuniversidades sino también a aquellos que existíanfuera de las universidades que o bien desaparecierono perdieron su peso relativo.

El segundo momento es el de la represión y elimi-nación ya como política del estado:

Los últimos meses antes del golpe la represión y ladesaparición de mucha gente ya era una forma derepresión común.

Mucha gente despareció, otros se escondieron y/o seexiliaron de hecho o de derecho.

Para no extenderme demasiado me remitiré directa-mente al problema que en este Seminario se planteacomo central: ¿Que significó la salida de tanta gentepara las Ciencia? En el caso de las ciencias socialesel abanico fue amplio pero uniforme: carreras fueroncerradas, como fue el caso de Mar del Plata que habíasido recientemente creada y que no se abrió nuncamás; en otros casos las carreras no fueron cerradaspero prácticamente acabaron en la práctica o aunquepermanecieron abiertas vieron diezmados suscuadros docentes y de alumnos, y además los planesde estudio que estaban en procesos de cambiosfueron abortados, volvieron a los programastradicionales y la investigación fue eliminada. Hubouna carrera en Antropología que se mantuvo debido auna serie de factores como fue el caso de Misionesque fue uno de los centros importantes que con suequipo docente, junto a algunos profesores de otrasuniversidades, que allí se congregaron hicieron conque continuase a mantenerse viva la antropología. Y

fue en gran aporte pues este fue un centro importan-tísimo para recomenzar la reconstitución y retomadade otros centros en los momentos posteriores y deapertura democrática.

Pero, aun aquellas que permanecieron abiertas,perdieron mucho, porque entre los desaparecidos seencuentran muchos de sus estudiantes y profesores,y los que quedaron sobrevivieron aquí, algunos fuerade la universidad y los muy pocos que permanecieronvieron sus cátedras sometidas al terror de lasospecha y denuncia. Para mencionar apenas unhecho que refleja algo de la gravedad de la situación.Algunas fundaciones internacionales en el intento demantener algunos grupos de investigación que yaexistían, pretendieron aún en 1976, continuar y hastaaumentar el financiamiento de investigaciones. Atítulo de ejemplo puedo mencionar una investigaciónque tenia como tema el surgimiento de la claseobrera en el pasaje del siglo XIX al siglo XX, Noobstante, sus directores e investigadores fueronobjeto de sospecha y hasta algunos fueron presos ytorturados por estar realizando investigaciones con-sideradas “subversivas”.

Es necesario señalar que en algunos casos, como porejemplo el de Córdoba que conozco más directa-mente, aunque sé que esto fue común y por lo tantoocurrió en otras universidades, los programas decada materia fueron sometidos a evaluación por larepresión, inclusive hubo profesores, antiguos cole-gas de los desaparecidos o que habían abandonado elpaís, que se encargaron o fueron encargados deanalizar cada programa y señalar los autores quedeberían ser eliminados de las bibliografías. Estosprogramas sirvieron también para perseguir a losprofesores que los habían elaborado y que aún per-manecían en la universidad o en el país.

También hubo lista de libros (autores) que no podíanser leídos y especialmente algunos temas fuerontotalmente excluidos. A título de ejemplo, de mi casa,durante uno de los allanamientos, que fue masivoporque allanaron simultáneamente en una mismanoche de enero de 1976, 37 casas de profesores dela Facultad de Filosofía y Humanidades, todos loslibros sobre el tema relativo a “Evolución Humana”que había en la biblioteca y que pertenecían a miesposo que era arqueólogo, esto es, por lo tanto untema inherente y totalmente ligado a su área deconocimiento, fueron llevados y quemados. El temade la evolución era un tema que no podía ser tocado.

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Los libros que tenían en el título la palabra Social eranllevados en los allanamientos y quemados. Y claro lomismo ocurría con los que tenían en el titulo la pal-abra Revolución. Esta creo fue la razón suficiente paraque libros como por ejemplo de Goldon Childe, unarqueólogo que escribió un libro denominado “LaRevolución Urbana” , y que trataba del surgimiento delas ciudades hace 4000 años atrás, fuera quemado.Esto no era nuevo, recuerdo que en el golpe del 66,en el allanamiento que hicieron a un profesor deHistoria Argentina de la Universidad Nacional deCórdoba, militante del partido radical, le llevaron yquemaron todas las fichas elaboradas a lo largo demás de 20 años de estudio sobre la Revolución deMayo, porque ellas tenían en el encabezamiento comoelemento de clasificación, la palabra “revolución”.

Entre 1966 y 1976 hubo no obstante un cambio, ya sehabían especializado, y al retirar los libros deEvolución Humana, ya el criterio era diferente pueshasta podríamos decir trágicamente pioneros, siconsiderados que en algunas estados de EstadosUnidos, la teoría de evolución de Darwin es excluidade la enseñanza en colegios secundarios.

No sólo eran retirados en los allanamientos los librosque parecían ser subversivos. Ellos también fueronprohibidos en las bibliotecas. Y como fiel y contun-dente ejemplo de esto quiero comentar el contenidode una carta fechada el 6 de febrero de 1976, delentonces director del Instituto Nacional deAntropología encaminada a la Jefa de la Biblioteca delpropio Instituto que él dirigía, reprendiéndola porqueél había encontrado en la mesa de una funcionaria dela biblioteca tres libros que no deberían hacer partede la misma, Además de dar el nombre de la fun-cionaria y caracterizarla como “delegada sindical delpersonal afiliado al SOEME”, también los nombres delos libros son mencionados y después de evaluar quetienen carácter extremista y que no tienen ningunarelación con la investigación que se realiza en esteinstituto, no sólo los da de baja, como también pideque cualquier obra de cualquier ajena a la investi-gación y con “signo extremista “sea retirada y hechallegar a su conocimiento.

Finalmente, cualquier obra que entre por canje tendráque tener la aprobación de la dirección. La carta quesigue en anexo, es un documento histórico suficien-temente revelador de lo que ocurrió en ese procesodispensando cualquier necesidad de explicaciones.

Al interrogarme sobre quién sería esa funcionaria,encontré que el nombre de la funcionario consta de lalista de desaparecidos de la CONADEP.

Sería inconsistente y prematuro y hasta irresponsableafirmar que la desaparición tiene que ver con esto,pero me parece que su caracterización en la cartacomo ligada a una actividad gremial ya de por si latornaba por lo menos sospechosa de subversión. Estambién terrible pensar que un libro pueda ser pro-hibido y retirado de una biblioteca. Este ejemplo noshace pensar sobre como operaba la represión y lasdiferentes dimensiones que pretendía atacar talescomo: el sentido y significado de una biblioteca, y delo que ella debe albergar como acervo, otra vez:temas, autores etc.; en el lugar de los intelectuales enla denuncia y finalmente, en la concepción de cienciaque estaba en juego. Esto sin duda, nos hacereflexionar sobre el destino del país que pretendemosconstruir.

Lo que ocurría de hecho es que las ciencias sociales,es decir, la Antropología, la Sociología, la Historia, laPsicología, la Educación, Literatura y Arqueología,así como la Ciencia Política fueron consideradassubversivas. Todo el pensamiento social lo era.

En fin lo que quiero marcar es que el proyecto de paísse vio muy afectado y como consecuencia de esto, seconstata que aún hoy la presencia de los antropólo-gos en el país es muy débil en términos de su incor-poración en la elaboración y ejecución de políticaspúblicas. Se que los hay, y en este seminario, encon-tramos algunos de esos profesionales, pero esoscasos son excepcionales y solo confirman lo queestoy diciendo. Además, por esta marca impuestadurante toda su historia, inclusive algunos temas deestudio poco mudaron, esto porque en algunas áreas,felizmente muy pocas, aún hoy se sigue trabajandosin pensar a la ciencia y especialmente las cienciassociales como instrumento de comprensión de laestructura social.

Por su historia y todo el proceso político, las cienciassociales de nuestro país se distanciaron de la historiade esas disciplinas en otros países latinoamericanos.Así se constata una diferencia muy grande con lo queocurrió en Brasil. Allá también hubo dictadura y repre-sión pero dentro de una historia totalmente diferente,si es posible establecer diferencias cuando se hablade represión.

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En Brasil la universidad también fue afectada ymucho por los procesos políticos. La represiónalcanzó a profesores y estudiantes que fueron expul-sos de la universidad, muchos de ellos, inclusivealgunos de aquellos que habían recibido a los inves-tigadores argentinos del área de las ciencias exactasafectados por la noche de los bastones largos,tuvieron que emigrar, pienso en el caso del Prof. JoséLeite Lopes que había recibido a muchos investi-gadores argentinos en el Centro Brasileiro dePesquisas Físicas, que dirigía. Pero, al mismo tiempoque las personas eran reprimidas y presas, hecho queafectó mucho a las carreras y lo que se enseñaba, laciencia en general y en especial las ciencias socialesno fueron consideradas subversivas, y la represión noalcanzó el requinte de Argentina en términos de comofueron afectadas. Claro que hubo miedo, autores eranleídos a escondidas, profesores eran llamados adeclarar a la policía, pero lo que quiero reforzar esque de forma distinta de lo que ocurrió en Argentinala dictadura no se propuso diezmar la disciplina. AsÍlenta y gradualmente, fueron siendo creados progra-mas de posgrado en Antropología y de hecho enBrasil el desarrollo de la ciencia antropológica fue unaconstante, contribuyendo para que el país se sitúedesde hace bastante tiempo en uno de los centrosinternacionales importantes de la disciplina, mientrasaquí en Argentina, aunque se avanzó mucho desde elretorno de la democracia, la distancia todavía esexpresiva.

En fin lo que quiero marcar es que por oposición aesto, en el caso de Argentina el proyecto de país sevio muy afectado: y como consecuencia de políticasdiferentes para las mismas ciencias, los antropólogosbrasileros tienen un peso relativo bastante mayor entérmino de importancia en el campo de la cienciacomo también en el de la gestión gubernamental seaen forma directa o aún indirecta. Antropólogos actúancomo consultores y asesores en una gama muyamplia que incluyen áreas tan diversas como laseguridad pública, violencia urbana y rural, salud,cuestiones agrarias, delimitación de tierras indígenas,política de vivienda entre otras.

Antropólogos hacen parte de Instituciones guberna-mentales; de ONGs, fundaciones etc. dicho en otrostérminos ser antropólogo en Brasil significa algunacosa. Hay (siempre en términos comparativos)salarios mayores y estabilidad para los profesores

universitarios. Hay recursos para investigación nosólo de instituciones nacionales sino también de insti-tuciones internacionales. Las fundaciones están pre-sentes en términos de recursos que posibilitan inves-tigaciones antropológicas y sociológicas en Brasil; enesto es bastante diferente cuando comparado con loque sucede en Argentina. Aquí se observa que apenasen algunas áreas muy determinadas y específicas secuenta con fondos internacionales, me refiero espe-cialmente a los temas ligados a los derechoshumanos, pero en general no se cuenta con fondosinternacionales para otras áreas de la disciplina engeneral.

Las grandes investigaciones sobre epidemias, comopor ejemplo Sida realizadas en Brasil fueron elabora-das con intervención de antropólogos. Ellos partici-paron en los procesos de demarcación de tierrasindígenas, en los laudos periciales de conflictos detierras de negros “quilombolas”2. Lo mismo en el áreaagraria. Nosotros mismos fuimos contratados en unpool de universidades para hacer una evaluación dela política de Asentamientos Rurales, esto financiadopor el Ministerio de Agricultura sin que hubiera nuncauna interferencia en los resultados obtenidos ni delgobierno nacional anterior ni del actual.

La Asociación de Antropólogos tiene reconocimiento ytiene representación en la elaboración de la políticacientífica. Las asociaciones tienen intervención en ladesignación de los Comités Científicos como los delConsejo Nacional de Investigaciones Científicas yTécnicas. Esta participación de los antropólogos y ellugar de la disciplina favorece la introducción denuevos temas de estudio en forma más o menosconstante acompañando las necesidades de lasociedad.

El peso de la Antropología en Brasil hizo que paramuchos estudiantes argentinos fuera un campo pro-picio para su desarrollo y muchos fueron a hacer susposgrados en Brasil. En esto, influencia el nivelacadémico y también la posibilidad real de obtenerbecas. Allá en general los alumnos de posgrado sonbecados por el Consejo de Investigaciones Científicasy Técnicas, la CAPES, y el Ministerio de RelacionesExteriores - Itamaraty.

No obstante y a pesar de nuestra historia conturbada,desde la apertura, en Argentina es visible para lo que

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2 Se denomina Quilombo a las tierras que ocupaban en la época colonial los esclavos que huían de sus propietarios.

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estamos afuera algunos cambios positivos muyimportantes. Así hay variados y cada día nuevoscursos de Posgrado son creados.

Los alumnos de las Universidades comienzan aobtener becas para asistir a los mismos, así como seconstatan nuevos incentivos y mayor numero decargos en las carreras de investigador del Conicet.

La Agencia de Ciencia y Técnica y el Consejo deInvestigaciones aumentaron sus financiamientos yesto es visible para mí hasta por el número deproyectos que me llegan para ser evaluados. Peroestas iniciativas que aunque nuevas, son todavíatímidas, deben ser estimuladas, por ejemplo favore-ciendo los grupos de investigación que ya existencomo también incentivar el surgimiento de nuevosincentivando inclusive su calificación. También seriainteresante atraer nuevas fuentes de financiamientode fundaciones.

Creo que seguir la experiencia de la práctica depaíses vecinos me parece fundamental, no tomán-dolas como modelos únicos, sino como experienciaspróximas que pueden ser o bien también aplicadasaquí o por lo menos discutidas. El financiamiento yconsolidación de la enseñanza y la investigaciónhermanados en cursos de pos grado contribuirá paratornar a nuestra disciplina competitiva a nivel interna-cional, y redundará en investigaciones que permitanmejor conocer y poder direccionar las políticaspúblicas en el país.

Para esto es fundamental que sean incentivadas yresguardadas las diferentes visiones. Se que esto noes fácil, la historia nos sirve en esto también.

Cuando se piensa en el que hacer hoy para continuary profundizar el avance de la ciencia, que tambiéndice mucho de un pueblo, nada más simple y máscomplejo que aceptar el libre pensamiento, la diversi-dad de visiones de cada una de las ciencias, y lasdiferencias dentro de ellas. A propósito nada másactual que esto, cuando leo lo que ocurre en el museohistórico nacional. Sin intentar abrir juicio sobre loque está en juego, no puedo dejar de manifestarme.

Al leer en el diario La Nación un artículo firmado porel director anterior, lo que queda claro es que tras elrobo de un objeto histórico que ya es de por sí sufi-cientemente deplorable porque es parte del patrimo-nio nacional, hay otra cuestión que es la manutención

del patrimonio de apenas un sector, el de los“héroes”, y es esto lo que parece estar en juego en elartículo escrito el sábado 13 de julio de 2007. En unpárrafo al referirse a todos los logros de su gestiónafirma: “Cerca de treinta exposiciones completas ennueve años dan idea de un museo en actividad y enmarcha. Por supuesto, no se exhibieron ni el retratodel Che Guevara ni los pañuelos de las Madres dePlaza de Mayo, porque no las considero históricas aldía de hoy, por su proximidad. También me negué aexhibir los retratos de los presidentes de los últimoscuarenta años, pese a que algunos de ellos fueronamigos personales”.

Lo que quiero señalar es que está en juego en esepárrafo es una concepción de historia que niega elpropio avance de la disciplina, y esto aparece enforma explícita cuando hace referencia a que loshechos considerados “próximos”, esto es porqueocurrieron apenas hace 40 años no hacen parte de lahistoria. En ese artículo se transmite la imposición deuna concepción de la historia. Y el pecado aquí pareceser es tener una postura crítica y respetuosa delpasado, y por lo tanto una reflexión sobre el lugar dela propia historia en cuanto forma de conocimiento dela sociedad. La visión presente en el artículo fue lavisión dominante hasta los años 50 y 60 que conside-raba que hay una única manera de hacer historia esla que pretende ser impuesta aquí, y como tal niegacualquier otra.

La historia oral, corriente muy en boga en las últimasdécadas, no consideran la historia restringida al pasa-do y después de un cierto tiempo. Al contrario y demodo opuesto a aquellos que siguen las perspectivasoficiales de entidades públicas y organismos oficialesde gobiernos que entienden que solo después de 40o 50 años un documento oficial puede tener liberadosu acceso para la consulta pública, los historiadoresque hacen historia oral trabajan con los procesossociales actuales.

Se entiende que no hay una única manera de trabajarcon la historia y de concebirla como una forma única,y por lo tanto que hablamos de corrientes depensamiento y entonces que esa manera descripta enel artículo mencionado es apenas una manera deconcebir la historia, que aunque dominante todavÍapara algunos sectores ella puede no ser útil paraentender los procesos sociales, o no podremosavanzar en aquello que consideramos sea elconocimiento científico.

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No obstante, aunque hechos como estos aún hacenparte de nuestro cotidiano, también es verdad queson hechos aislados, remantes del pasado y comotales representan a una minoría, que aunque dificul-tan y mucho el proceso histórico no tienen la relevan-cia científica que se adjudican sino al contrario puesen realidad intentan impedir el avance de la cienciay del país.

En suma, pensando en términos de lo que debe serhecho en nuestra área de conocimiento, debemospromover la investigación y la formación de cuadrosen investigación y de grupos de investigación enforma institucionalizada y constante. Sin esto, es difí-cil pensar y construir el país del futuro. Para esto esimportante hacer con que los jóvenes que salieron aformarse al exterior puedan incorporarse en los cen-tros de investigación y académicos.

Permitir el intercambio de profesores e incentivarlo demodo de garantizar la circulación del país en loscentros de intercambio internacional.

Hay mucho por hacer, pero este seminario, al repen-sar el pasado para saber donde estamos creo queestá en el camino correcto, pues estoy convencidaque discusiones como estas nos permitirán avanzarhacia el futuro. Es más, pienso que esta reflexión sóloes posible porque estamos viviendo en un procesodemocrático y esto que a veces puede parecer obviono lo es, porque la democracia es un proceso que seencuentra en permanente construcción.

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Agradezco la invitación y celebro particularmente quelos organizadores hayan solicitado una exposiciónsobre salud mental y no sobre psicología. Sindesmerecer la importancia que tiene la disciplina dela cual provengo, preguntarse por la producción deconocimientos en el campo de la salud mental es undesafío mayor, porque se trata un área que ejemplifi-ca la relación entre conocimiento y sociedad. Sucedeque salud mental es un campo y no una disciplina.Agregaría que es un campo interdisciplinario, en elque necesariamente interactúan -o debieran hacerlo-entidades académicas, de investigación, servicios desalud y diversos actores sociales. A su vez, como noes posible pensar las acciones en salud mental sinpensar en las políticas en salud mental es un buenejemplo para pensar la relación entre conocimiento ypolítica.

Decir que salud mental es un campo, refiere a que setrata de un microcosmos social con relativa auto-nomía, un espacio de relaciones objetivas que formanla base de una lógica y una necesidad específicas(Bourdieu, 1995). Esta autonomía relativa permitedefinir agentes y redes de relaciones que constituyenese espacio. El campo de la salud mental surge, enlos países occidentales durante la posguerra, comosuperación y respuesta a las formas tradicionales deabordaje psiquiátrico manicomial de la “locura”, suorigen está fuertemente ligado a la aparición de losestados sociales, la instalación de sistemas desalud de corte universalista y a la expansión de lasrepresentaciones de derechos (Galende, 1990). Sudesarrollo posterior combinará necesariamente unaspecto técnico-científico (las terapéuticas diversasen el abordaje de las problemáticas) con un aspectoético y de derechos, la recuperación de la condiciónde ciudadanía de los sujetos.

En la Argentina, la producción de conocimientos ensalud mental sucedió en la confluencia entre enti-dades académicas, organizaciones de la sociedadcivil, prácticas profesionales y movimientos sociales.

No se trata de la clásica forma de producción cientí-fica en unidades académicas o de investigación, pesea que el impacto de esos conocimientos sobre la vidasocietal fue grande. Valga como ejemplo que uno delos pensadores más originales del campo, EnriquePichon Riviere, no produjo su obra en una trayectoriaacadémica o de investigación institucional formal, lohizo alternando prácticas hospitalarias, academia,espacios de debate que hoy llamaríamos de red yconfiguración de colectivos.

Si bien el desarrollo de las políticas de salud mentalcomienza en la Argentina con posterioridad al golpede 1955, la refundación previa del sistema de saludfue el recurso ineludible para su existencia. Con lacreación de Ministerio de Salud en 1946 y bajo loslineamientos del Dr. Ramón Carrillo, se estableció enel país una política nacional de salud, con un fuertedesarrollo de la capacidad instalada estatal. La exis-tencia de este consolidado sector estatal habilitaría,posteriormente, la base para pensar la imple-mentación de políticas de salud mental. Valga comoejemplo que la primera experiencia de Salud mentalComunitaria en un Hospital General, que dirigiría elDr. Mauricio Goldemberg ya en la segunda mitad delos cincuenta, sucedió en el Policlínico de Lanús,creado durante la gestión de Carrillo. Hubiera sidoimposible tal desarrollo de no existir un hospitalgeneral de concepción moderna enclavado en unazona de trabajadores y con un fuerte reconocimientopreexistente por parte de la comunidad.

Lo paradójico del desarrollo de las políticas en saludmental en la Argentina es que coincidieron con unperíodo de fuerte limitación a las formas democráti-cas. La experiencia del Lanús comienza en 1956 y elInstituto Nacional de Salud Mental se crea en 1957.

Entre mediados de los 50 y el golpe del 76, se desa-rrollaron en la Argentina corrientes de pensamiento yacción sumamente innovadoras en salud mental.Merece mencionarse que estas experiencias han sido

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Alicia Stolkiner1

El Terror de Estado y la Producción de Conocimientos en elCampo de la Salud Mental

1 Psicóloga, especialista en Salud Pública, coordinadora y Profesora de la Maestría en Salud mental Comunitaria de laUniversidad Nacional de Lanús. Coordinadora del equipo Interdisciplinario Auxiliar de la Justicia de la CONADI, Secretaría dederechos Humanos. Ex docente de la UNAM e integrante del Trabajadores de la Salud Mental del Cono Sur residentes enMéxico.

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investigadas y documentadas recientemente(Visacovski, 2002; Carpintero y Wainer, 2004). No haylinealidad posible para la comprensión de este fenó-meno que aconteció en la confluencia entre períodosdictatoriales alternados con democracias limitadas oefímeras, la importación de los principios de reformade la atención psiquiátrica posteriores a la segundaguerra mundial y un escenario social de radicali-zación y movilización creciente.

Las innovaciones en los servicios confluyeron conmovimientos y organizaciones dentro del área(Federación Argentina de Psiquiatras, Asociación dePsicólogos de Buenos Aires, Movimiento deTrabajadores de salud Mental, grupos Plataforma yDocumento, etc.) en una forma particular de produc-ción social de conocimientos. El Terror de Estadohabría de operar posteriormente sobre los actores deeste campo, desarticulando los servicios, vaciandolas unidades académicas y haciendo víctimas de ladesaparición, acallamiento y exilio, a muchos de susprincipales protagonistas.

Al cumplirse los 30 años del golpe militar de 1976, elForo de Instituciones de Profesionales en SaludMental de la Ciudad de Buenos Aires, realizó unPlenario ampliado en el que uno de los expositoressintetizaba así sus efectos en el área: “la acción delEstado y la Triple A, a partir de 1974, anticipa elhorror que se instala a partir del 24 de Marzo del 76.En septiembre de 1974 se cierra la Facultad en queestaba la carrera de Psicología, luego de que unabomba destruyera el departamento de su interventor,Raúl Laguzzi, provocando la muerte de su hija, épocade Ivanisevich en el Ministerio de Educación yOttalagano en la Universidad de Buenos Aires. MarieLanger debe emigrar en 1975, Mauricio Goldembergemigra luego del asesinato de dos de sus hijos amanos de los militares, Valentín Baremblit, su sucesoren el Lanús fue detenido, torturado y luego liberadoa condición de abandonar el país. El horror instaladoen el Hospital Posadas. Eduardo Pavlosky escapóde su consultorio mientras un grupo armado derriba-ba la puerta. Beatriz Perossio, presidenta de APBA,fue secuestrada en 1978 y permanece desapa-recida. Los profesionales y estudiantes del campo dela salud Mental suman más de 100 desaparecidos”(Saavedra, 2006).

Para ejemplificar este proceso en su faz de produc-ción de conocimientos, he hecho una pequeña yartesanal exploración documental, tomando como

material de análisis algunos números de la RevistaArgentina de Psicología en distintos momentoshistóricos. Esta publicación refleja bien cómo se pro-duce el auge y el ocaso de la producción deconocimientos y prácticas en salud mental en elperíodo previo a la dictadura y durante ella.

El número 5 del año II de 1970 tiene una secciónsobre Informes y Notas. En ella se retranscriben lasConclusiones de las Primeras Jornadas Municipalesde Salud Mental realizadas el 10 y 11 de noviembrede 1969 , presididas por el Dr. Mauricio Goldemberg yRaúl Usandivaras y coordinadas por Edgardo Gili yLuis Hornstein. En ellas 144 profesionales, represen-tantes de los servicios de psicopatología participaron,trabajando en grupos y comisiones, para elaborar loslineamientos de un plan de salud mental de la Ciudadde Buenos Aires. Sorprende lo avanzado de la pro-puesta, contiene muchos de los lineamientos que laOrganización Panamericana de la Salud incluiría en laDeclaración de Caracas, años después, en 1990.

En ese mismo número, en la sección de “Actividadesde la APBA”, se invita a un ciclo de cinco Ateneossobre Psicología Comunitaria. Toda la revista muestra,en sus distintas secciones, un alto nivel de actividady producción.

En el número 8 del año II, de junio de 1971, en“Actividades de la APBA” la entidad se pronuncia, conun extenso documento, en contra de la comisióndesignada por el rectorado para reformar el plan deestudios de la carrera de psicología. En ese año, bajoun gobierno militar, la Universidad de Buenos Aires notenía formas democráticas de funcionamiento y laAPBA, una entidad profesional, era un actor en eldebate sobre posiciones político académicas. En lasreseñas bibliográficas de ese número se anuncian,entre otros, el libro “Psiquiatría y Antipsiquiatría” deDavid Cooper, y el Tomo I de “Del psicoanálisis a laPsicología Social” de Enrique Pichón Riviere.

En el número 16 del año IV, en 1974, en la sección“Temas Universitarios”, se expone el nuevo Plan deestudios de la Carrera de Psicología, la propuestamerece un análisis que superaría los alcances de estetrabajo, pero innova en muchos sentidos en relacióna los modelos académicos de la época (e inclusive delos actuales). En la sección “Actividades de la APBA”se comentan los avances por el logro de la ley deejercicio profesional.

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En marzo de 1980, cuatro años luego del golpe mili-tar, en el No 26 del año X de la Revista, todas lassecciones especiales mencionadas -Temas Universi-tarios, Actividades de la APBA, Temas profesionales,Informes y Notas- han desaparecido, sólo hayartículos teóricos. No obstante, el número abre conun editorial que señala los diez años de la revista.

Un extraño y doloroso texto que menciona muysomeramente la historización de ese período y en elque se aclara que luego de proyectar el númerorepararon que era el décimo año de edición. En él, sinembargo, comienza a nombrarse lo silenciado, dicen:...” Hay circunstancias en las que poder publicar esya una celebración. Aún cuando esa misma posibili-dad nos remita a silencios “arbitrados” entre loscuales ha debido transcurrir nuestra publicación.Entre ellos una ausencia fue silenciada en estas pági-nas en la esperanza de que fuera nombrada porquienes la silenciaron: Beatriz Perossio.”

En 1993, diez años luego del retorno a la democracia,el número 42 de la revista, es de factura mucho mássencilla, probablemente muestra las huellas de la cri-sis económica en la calidad del papel y la edición.Totalmente dedicado a la temática de SIDA, todavíacarece de secciones especiales como las que tuvodesde sus orígenes hasta el golpe de 1976.

No obstante, la tradición de pensamiento en saludmental encontró una grieta de producción en elsilencio. Los equipos psicoasistenciales que acom-pañaron la actividad de los organismos de derechoshumanos, brindando asistencia a los afectados direc-tos por la dictadura, produjeron teoría y prácticassobre la atención de los efectos del terror de estadoen los sujetos y sobre los efectos generales en lasociedad. Esta producción se extiende hasta la fechacon actividades académicas y extraacadémicas.

No quisiera terminar esta exposición sin hacer por lomenos mención de lo sucedido posteriormente,aunque se que es imposible que esta breve enume-ración deje de ser una esquematización excesiva.

Con el retorno a la democracia, la nueva configu-ración del campo tuvo una evolución signada por lashuellas de la ruptura sucedida durante la dictadura. ElPlan Nacional de Salud Mental que se enuncia en1984, es elaborado con la asesoría de MauricioGoldemberg -que residía en Venezuela en esemomento y nunca regresaría al país- encuentra

limitaciones a su implementación. Algunas provinciasno obstante desarrollaron procesos de reforma ensalud mental y el tema tuvo alguna relevancia en losforos de debate de Atención Primaria de la Salud dela segunda mitad de los 80.

A partir de la crisis hiperinflacionaria del 89 y el pro-ceso de reforma del estado de los 90, en el marco deuna política tendiente a limitar los derechos socialesuniversales y a priorizar la lógica de mercado en laprovisión de servicios de salud, la salud mental encuanto desarrollo de políticas, estuvo fuera de laagenda de acciones reconocibles del estado.

Desde la crisis que tiene su momento de eclosión enel 2001 se rompe el discurso hegemónico en elperíodo anterior y reaparecen en la agenda socialdiscursos y actores que pugnan por la efectividad delos derechos sociales y por una mayor intervenciónestatal en la garantía de equidad y justicia social.

La ruptura del discurso neoclásico es, por otra parte,un fenómeno que no sólo sucede a nivel nacional.Necesariamente esto impactará y de hecho lo estáhaciendo, en el campo de la salud mental. Es proba-ble que estemos en el momento de recuperar unatradición que fue fructífera y producir las prácticas ylos conocimientos necesarios para la necesariareforma del área.

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Panel 6

El Caso Agronomía

Dr. Alberto GolbergIng. María Cristina Saucede

Ing. Jorge AdamoliRelator y moderador: Ing. Agr. José Alberto Catalano

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I-INTRODUCCIÓN

Cuando me invitaron a participar en el seminario“Ruptura y Reconstrucción de la Ciencia Argentina”,mis reflexiones me condujeron a muchas dudas ypocas certezas. Dos cuestiones importantes que debíresponderme estaban relacionadas con el inicio y lacontinuidad de las rupturas. Con bastante verosimili-tud muchos podrían responder que en el comienzoestuvo el “Proceso” y en cierta medida tendrán razón,marzo del 76 fue un Apocalipsis que se abatió sobregran parte de la sociedad argentina, la ciencia y susoficiantes no estuvieron al margen de esa catástrofe.Sin embargo, creo que es posible comenzar la histo-ria muchos años antes, tal vez en 1943 cuando elgobierno militar de entonces dejó cesante en elInstituto de Fisiología (Facultad de Medicina-UBA) aBernardo Houssay por haber firmado junto a otrosintelectuales un manifiesto en favor de la democracia,restituido luego en su cargo en 1945 fue jubilado deoficio en 1946 por el Delegado Interventor en laFacultad de Ciencias Médicas; en 1947 recibe elPremio Nobel de Medicina. En 1962 el gobiernointerviene el Instituto Malbrán, César Milstein quedirigía el Instituto de Biología Molecular de dichoinstituto ve desintegrarse su equipo debido a lascesantías dictadas por motivos políticos, desilusio-nado deja el país; radicado en Cambridge (Inglaterra)es nombrado director del Medical Center Research;en 1984 recibe el Premio Nobel. Otro hito en estamalhadada historia de la ciencia argentina fue lallamada “Noche de los Bastones Largos”, la interven-ción del gobierno Onganía a las UniversidadesNacionales en 1966 clausuró una breve edad de orode las Universidad iniciada en 1958; cientos de inves-tigadores renunciaron o fueron echados, muchos deellos emigraron, algunos regresaron cuando losvientos cambiaron. Mil nueve setenta y cuatro: elministro Ivanisevich, nombrado por la presidentaIsabel Martinez de Perón retoma la tradición históricade intervenir las Universidades y se produce un nuevoejército de docentes/investigadores desocupados.

También por esa época se aplica una ley de pres-cindibilidad en institutos de investigación como elINTA y el INTI y muchos técnicos/investigadores sondespedidos. La dupla Menem/Cavallo desempolva laley de prescindibilidad y la aplica en 1990, se produceuna nueva sangría en los institutos de ciencia y tec-nología del estado; pero qué podía esperarse de ungobierno cuyo superministro mandaba a losinvestigadores a lavar los platos; tal vez muchos otroslo pensaron pero no se atrevieron a expresarlo públi-camente. He saltado ex profeso lo relacionado con el“Proceso”, fue un Holocausto “made in Argentina” ylo trataré en el próximo capítulo conjuntamente conmi propia odisea.

Para ser totalmente objetivo, debo señalar que lasrupturas no han estado solamente relacionadas conlas cesantías de investigadores ni los métodos cruen-tos de purificación aplicados durante el Proceso;tanto en períodos dictatoriales como democráticos hahabido otra forma muy eficaz de entorpecer el desa-rrollo científico del país: el ahogo presupuestario,asignación de salarios que lindaban con la pobreza,imposibilidad para los investigadores jóvenes de ini-ciarse en el trabajo científico por falta de vacantes,escaso o nulo presupuesto destinado a la ejecuciónde proyectos de ciencia y técnica, imposibilidad decomprar o renovar el equipamiento científico, etc.Todos estos hechos, sumado a la persecución políticae ideológica dan razón del ejército de científicosargentinos radicados en el extranjero.

II-RUPTURAS DE UN AGRÓNOMO ARGENTINO

Con toda seguridad no seré acreedor a un premioNobel como Houssay, Leloir y Milstein pero me heganado la vida enseñando y practicando la ciencia ymi historia personal puede ser un paradigma delderrotero de una parte importante de los docentes einvestigadores de nuestro país: concluí los estudiosde agronomía en 1966 en la Facultad de Agronomíade la UBA y ese mismo año recibí una beca de la OEA

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Alberto Golberg1

Cuarenta años de ejercicio de la agronomía: vivencias y reflexiones

1 Ingeniero Agrónomo- FAUBA, Diplome d�Etudes Aproffondies- Université de Paris XIDocterur en Sciences Agronomiques- Université Catholique de Louvain. Técnico investigador-INTA Director de 16 proyectospertenecientes al Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (México), INTA (Estaciones ExperimentalesPergamino y Anguil). Facultad de Agronomía-UNLPam. Programa MAB (Man and Biosphere-UNESCO) y ANCyT (codirector).

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para realizar estudios de posgrado de FisiologíaVegetal en la Facultad de Agronomía de la UNLP, en1969 obtuve el título de Magister e ingresé al INTA enla Estación Experimental de Pergamino, me integré aun equipo de investigadores franceses pertenecientesal Institute National de la Research Agronomique ycomencé mis trabajos experimentales sobre el efectode la sequía en especies cultivadas, línea de investi-gación que aún mantengo. En 1970 obtuve una becadel Ministerio de Relaciones Exteriores de Franciapara realizar estudios de posgrado en la Universidadde París conducentes a la obtención del Diplomed�Etudes Aproffondies. En 1972 regresé al país, veníaimbuido de los vientos que mecían a buena parte dela juventud: la gran batalla por la liberación nacionalpodía también ganarse por la vía democrática, en lasurnas. Cuando el Dr. Cámpora triunfa, como muchosotros jóvenes creí que había sonado la hora delsocialismo nacional, sin tener una clara concienciadel real significado de estas dos palabras, como otrostantos miles las asocié con la justicia social y consid-eré llegado el tiempo de trabajar por una sociedadsolidaria. En 1973 me integré como Director deAgricultura a un numeroso equipo de jóvenesreunidos por el Ingeniero Guillermo Gallo Mendoza,Ministro de Asuntos Agrarios de la provincia deBuenos Aires. Desde el punto de vista laboral fue elperíodo más feliz de mi vida, me sentía identificadocon un grupo humano unido por una vocación de ser-vicio a la sociedad. En enero del 74 Perón descalificóal gobernador Bidegain acusándolo falsamente decomplicidad culposa con la guerrilla, provocando surenuncia y la de todo el equipo de gobierno en soli-daridad.

Reincorporado al INTA me dediqué a una nueva líneade investigación prácticamente inexplorada en elpaís: la protección de los cultivos de los efectos delviento, dirigía un equipo de tres técnicos-investi-gadores y 3 auxiliares; paralelamente colaborabacon la Facultad de Agronomía-UBA como profesorasociado-ad honorem en la cátedra de Introducción ala Ecología, de esa época quiero destacar los nom-bres de Aída Colman, Silvia Mateucci y del VascoGarat, este último alumno avanzado de Agronomía yuno de los muchos desaparecidos de la Facultad,todos ellos participaron abnegadamente junto a mi enun período especialmente difícil para la UniversidadNacional debido a las turbulencias producidas por unsistema que sufría los dolores de un parto ydesconocía las características del nuevo ser. Esteperíodo fue clausurado por la intervención de las

Universidades Nacionales (comentada anteriormente)dictada por el Ministro Ivanisevich quien nombrócomo interventor en la UBA a Otalagano un fachista,católico ultramontano. El decano-interventor enAgronomía era un Comisario de nombre Oscar Pérezque al parecer tenía también título de IngenieroAgrónomo; la Facultad funcionaba con un sistema deseguridad que la asemejaba más a un establecimien-to militar que a uno de enseñanza. Inmediatamentedespués de producida la intervención, la Facultadprescindió de mis servicios y el de mis colaboradores.

Llegamos a Marzo del 76, pocos días después del 24un grupo del ejército requisa mi domicilio y medetiene, soy conducido con destino desconocido(estaba encapuchado), probablemente a una unidaddel ejército de la ciudad de San Nicolás. Bajo torturapude enterarme de las causas de mi culpabilidad,eran dos al parecer: 1- Haber formado parte de ungrupo de estudiantes y profesionales de la Agronomíaque durante un par de años nos reuníamos en laEstación Experimental de Paraná para reflexionarsobre la realidad del sistema agrario nacional.2- Haber desarrollado actividad gremial destacada enel marco de la Asociación del Personal del INTA(APINTA). La paranoia militar respecto del INTA era tangrande que en el marco del interrogatorio bajo tortu-ra llegaron a preguntarme sobre la utilización de laflota de aviones como correo de la guerrillaMontonera. Fui liberado a fines de 1977 después depasar por la cárcel de San Nicolás y de Sierra Chica.

El caso INTA constituye un buen ejemplo de la con-tribución de las instituciones civiles al mejor fun-cionamiento del Proceso. En la Estación Pergaminofuimos 6 los detenidos (siete si se considera a miseñora que fue detenida por delito conyugal),además la prescindibilidad por aplicación de la ley deSeguridad del Estado se ensañó con buena parte delpersonal joven: auxiliares, empleados y técnicos.Aunque carezco de pruebas fehacientes pues una delas características del sistema represivo fue el nohaber dejado documentación, considero que losdirectores de cada Estación tuvieron participación enla confección de las listas, al igual que los decanos-interventores en las Universidades Nacionales,hipótesis que pude corroborar años después cuandoya radicado en La Pampa entablé una estrechaamistad con el Ingeniero Covas, quien había sidodirector de la Estación Experimental de Anguil alocurrir el Golpe del 76; cierta vez en el curso de unaconversación Covas comentó: “Mire Golberg, cuando

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los militares me solicitaron una lista con los nombresde los subversivos, yo contesté por escrito que enAnguil no había subversivos”. Con esto no quierodecir que todos los directores de experimental fueroncolaboradores, me consta que hubo quienes, comoCovas, protegieron a sus subalternos y otros como elIng. Rosbaco, director de la Estación Experimental deParaná fueron separados de su cargo también poraplicación de la famosa Ley de Seguridad Federal.

Por relaciones personales y gracias a la actividad demi señora que había obtenido la libertad al cabo detres meses de detención, fui contratado por elConsejo Superior Universitario Centroamericano paradesempeñarme como docente de Fisiología Vegetal yEcología en la Facultad de Agronomía de laUniversidad Nacional Autónoma de Honduras aúnantes de salir en libertad, aunque no pude dejar elpaís hasta fines de 1978 debido a que la PolicíaFederal no me otorgaba el pasaporte. Sobre estasituación considero importante denunciar enfática-mente la actitud de la Federal pues el Procesoconcluyó hace más de treinta años pero al parecer losprontuarios perduran ad aeternum y para obtener elpasaporte sin tener que apelar a alguna relación(diputado, senador o secretario de estado) en cadarenovación, tuve que realizar un juicio ante el JuzgadoFederal, cuyo fallo favorable lo obtuve recién a finesdel 2006; esta acción de la institución encargada deotorgar los pasaportes, entorpeció cada una de losmuchos viajes tuve que realizar al exterior en elmarco de proyectos conjuntos con grupos de investi-gadores de Universidades como la UCLA o la Católicade Lovaina. No creo ser una excepción en la apli-cación de esta penalidad anticonstitucional por partede la Federal así que sería importante que laSecretaría de Derechos Humanos investigara estacuestión.

Mi exilio continuó a partir de 1979 en México dondetrabajé durante 4 años en el Instituto Nacional deInvestigaciones sobre Recursos Bióticos en temasrelacionados con la ecofisiología del cafetal, diri-giendo el departamento de Agroecosistemas, comodocente en la maestría en Ecología y RecursosBióticos y formando parte del Consejo Directivo delmencionado instituto, también actué como profesorde Fisiología Vegetal y Ecología en las Facultades deBiología y Agronomía de la Universidad Veracruzana.En 1983 pasé a desempeñarme como investigador enla Unidad de Fitotécnia Tropical en la Facultad deCiencias Agronómicas de la Universidad Católica de

Lovaina (Bélgica) continuando la línea de investi-gación sobre el cafeto iniciada en México y luego conla tesis de doctorado referida al comportamientofrente a la sequía de un teosinte, ancestro del maíz.Confieso que la tentación de radicarme definitiva-mente en el Primer Mundo fue muy grande pero mimujer insistió en el regreso, recordándome que sihabíamos dejado el país había sido impelidos por lascircunstancias políticas y en 1986, año de nuestroregreso definitivo a la Argentina, esas circunstanciashabían cambiado hacía tiempo. Se presentaba antemi una nueva búsqueda laboral; en 1983 mientrasaún vivía en México me había llegado una nota delINTA donde se comunicaba el resarcimiento moral ami persona pero la restitución de mi puesto de traba-jo, según constaba en dicha nota, quedaba librado ala existencia de futuras vacantes. Un contrato delCONICET posibilitó mi incorporación como profesor deFisiología Vegetal en la Facultad de Agronomía de laUniversidad Nacional de La Pampa y en 1988 porintercesión del entonces Director Nacional del INTAme reintegré a la planta de personal de la instituciónpara trabajar en la Estación Experimental de Anguil.En 1990 (año de las ya evocadas prescindencias deMenem-Cavallo) mientras estaba en Lovaina, en usode una licencia con la finalidad de concluir la redac-ción de mi tesis doctoral y realizar su defensa, en laEstación de Anguil me incorporan a una lista depersonal prescindible, la mediación del entoncesDirector Regional, Dr. Ernesto Viglizzo y del ConsejoRegional consiguió retirarme del listado.

Uno de los aspectos que cuidé al considerar miregreso al país fue el mantenimiento de las relacionesque había logrado establecer con los colegas belgas(lo destaco porque es un tema que retomaré en elcapítulo Reconstrucción), pude institucionalizarlasmediante programas de colaboración establecidosentre la Universidad de La Pampa y Lovaina y durante15 años logré mantener en solitario esa colaboracióninstitucional totalmente solventada en lo económicopor los belgas. La colaboración con Lovaina le permi-tió a docentes pampeanos la obtención de tresCertificados Especiales (equivalentes a Maestrías) ycuatro doctorados, además docentes belgasrealizaron más de 25 cursos sobre diferentes temasagronómicos. Es de destacar también la actitud delEmbajador Mario Cámpora quien durante el tiempoque ocupó la legación argentina en Bruselas se pre-ocupó por afianzar los lazos entre la UniversidadesArgentinas y las de Bélgica, invitándonos a los queformábamos parte del programa de colaboración a

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concurrir a la Embajada para interiorizarse de dichoprograma con el objeto de contribuir a su forta-lecimiento.

III-RECONSTRUCCIÓN

De acuerdo con Roger Bacon, “la ciencia es poder”,según Mario Bunge forma parte del bagaje cultural deuna comunidad, también puede ser una potenteherramienta del desarrollo nacional; ninguna de estasposibilidades se contraponen y las tres ponen demanifiesto su importancia. Sin embargo consideroque en Argentina estamos muy lejos de otorgarle lapreeminencia que se le da en otros países. Con estono desconozco lo realizado en los últimos años:incrementos significativos de los salarios de investi-gadores y docentes universitarios bloqueados durantemás de una década; aumento del número de ingre-santes a la carrera del CONICET y de las becas otor-gadas para realizar estudios doctorales; también elINTA pudo nutrirse de un importante efectivo dejóvenes profesionales mediante el otorgamiento debecas; debe reconocerse en ese sentido que lapirámide de edades de muchas instituciones cientí-ficas se halla peligrosamente ensanchada en las fran-jas de edades avanzadas lo cual pone de manifiestola necesidad de incrementar el acceso de jóvenesprofesionales a las instituciones relacionadas con lainvestigación científica y técnica. También es dedestacar la instrumentación por parte de la ANCyT desubsidios destinados a financiar proyectos de investi-gación y la renovación del equipamiento científico;asimismo el INTA pudo aumentar de manera muysignificativa el financiamiento de los proyectos deinvestigación y el número de ellos.

Sin embargo considero que los hechos enunciadosprecedentemente, elogiables todos, no responden aldesarrollo de una política de ciencia y técnica demanera sistemática, para ello el país requiere el dic-tado de una ley general de ciencia y técnica como seha hecho con la Educación, la cual actuaría como unabrújula para señalar hacia donde debe encaminar elpaís su política científica, articulando las diversasinstituciones relacionadas con el quehacer científico ytécnico, relacionándonos con el mundo y sobretodoinvolucrando estrechamente la ciencia con el desa-rrollo nacional.

Pienso que dicha ley por su importancia no tendríaque ser el fruto de un grupo reducido de especialistasy políticos sino que debería ser elaborada desde la

base, me refiero a una elaboración que abarque a los“obreros” de la ciencia (los investigadores), adocentes, empresarios, políticos, etc. Tal vez si evo-camos los escasos resultados del CongresoPedagógico Nacional resulte inadecuado proponer unmodelo de discusión como aquel, sin embargo con-sidero que desde el punto de vista metodológico noes de desechar. No debemos apurarnos para sentarlas bases de nuestro desarrollo científico, para ello esnecesario alejar su elaboración de los tiempos elec-torales, si hemos pasado 200 años sin una ley, nopretendamos tenerla en un semestre.

Una ley general de ciencia y técnica debería prevertambién su financiamiento, relacionándolo con unporcentual del PBI nacional.

Considero que la ley general de política científica ytécnica debería convertirse en política de estado,substrayéndola en lo posible de los vaivenes de nues-tra sinuosa política económica y de los cambios desimpatía de los gobernantes de turno.

Una política de estado en ciencia y tecnología deberíaapuntar en primer lugar al desarrollo nacional, por talrazón el paper preferentemente publicado en revistasextranjeras indexadas no debería ser el principalparámetro de la producción científica, tal vez uninforme de impacto ambiental realizado para unorganismo provincial aporte tanto como un trabajopublicado en una revista reconocida, esto no significaque debamos retacear nuestra contribución al desa-rrollo científico mundial sino que deben buscarsepuntos de equilibrio.

Quizás en lo que respecta a la actividad científica esdonde la globalización puede dar sus mejores frutos,tenemos que buscar por todos los medios la articu-lación con instituciones de otros países, para ello lasdelegaciones diplomáticas tendrían que estar al ser-vicio de esta política, pero en primer lugar la articu-lación debería pasar por la región: la institucionesdel MERCOSUR tendrían que establecer políticas dedesarrollo científico regional propiciando la creaciónde redes de investigadores para temas deimportancia regional, tal como lo realiza la UniónEuropea. Sería también importante la instrumentaciónde programas de intercambio de estudiantes entreuniversidades de distintos países pertenecientes alMERCOSUR y un aporte significativo de dinero parapropiciar la realización de estudios de posgrado eninstituciones universitarias extranjeras de reconocido

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prestigio, asegurándole a los futuros especialistas, alproducirse su regreso, un espacio acorde a susmerecimientos.

El desarrollo de la formación de posgrado en institu-ciones nacionales constituye un hecho de gran impor-tancia para el progreso de la ciencia, no sólo por laposibilidad que brinda de formar recursos humanosen problemáticas de interés nacional sino tambiénpor la capacidad de dinamizar las propias institu-ciones, nutriéndolas con investigaciones que puedentener gran valor. La constitución de un SistemaUniversitario del Cuarto Nivel (SICUN), tal como seintentó sin éxito durante el gobierno de Alfonsínpuede contribuir a concluir con la anarquía existenteen materia de posgrados y coadyuvar al desarrollo dela ciencia en el país.

IV-REFLEXIONES FINALES

Siento la necesidad de expresar que a pesar de lavicisitudes pasadas he tenido suerte: en primer lugarpude sobrevivir en circunstancias en las que a vecesel puro azar determinaba la posibilidad de terminarcomo NN o en el fangoso fondo del río; en segundolugar pude continuar traba-jando dentro de mi profe-sión cuando muchos graduados universitarios de lasmás diversas disciplinas debieron subsistir con traba-jos que nada tenían que ver con su formación profe-sional pero más singular aún fue que pude continuarcon la línea de investigación iniciada en Argentina,aunque aplicándola a distintas especies y am-bientes. Al respecto creo necesario rendirle homena-je a la Universidad Nacional que me ha permitidoactuar de manera competitiva en distintas institu-ciones de tres países.

En lo personal creo también necesario manifestar enforma enfática que de poder mágicamente participaren sucesos semejantes a los que tuvieron lugar aprincipio de los setenta, actuaría con la misma pasiónmilitante aunque (hecho muy obvio) tendría muyen cuenta las experiencias pasadas, los errorescometidos.

Teniendo en cuenta las propuestas realizadas en elítem III (Reconstrucción), creo necesario realizar lassiguientes consideraciones:

Una ley general de ciencia y técnica no debería con-tener una planificación al estilo staliniano. El acto decrear es consubstancial al arte y a la ciencia; dicho

acto sólo puede realizarse en libertad. Este hechopone de manifiesto la gran complejidad que entrañael desarrollo de un sistema científico que sea pivot delprogreso social y económico sin afectar la libertad delinvestigador, la clave está en alcanzar una situaciónde equilibrio entre libertad y necesidad.

Si bien el financiamiento adecuado de las actividadesde ciencia y técnica representa una condición ade-cuada, no es suficiente. De no mediar ajustes insti-tucionales en algunas estructuras relacionadas con eltrabajo científico (vg. ciertas Universidades) elaumento de presupuesto no conducirá a mejorar laproductividad.

Es necesario crear una cultura científica que alcancea amplios sectores de la población, en primer lugar alos encargados de tomar decisiones que conciernenal desarrollo científico. La enseñanza de la ciencia nodebería iniciarse en la Universidad; para crear ydesarrollar una cultura científica, su enseñanzadebería involucrar a todo el sistema de enseñanza. Laorganización de jornadas de puertas abiertas en lasinstituciones de ciencia y técnica, ciclos de divul-gación para todo público y para grupos selectos (porejemplo: políticos, empresarios, etc.), la creación demuseos temáticos interactivos, figuran entre losmedios más eficientes para incrementar la culturacientífica de la gente, ensayados de manera exitosaen numerosos países que marchan a la vanguardiadel desarrollo científico.

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Objetivos:

Analizar las pérdidas sufridas en la produccióncientífica y tecnológica causadas por la violenciarepresiva en algunas etapas, por la falta de condi-ciones de trabajo y por las oferta de mejores oportu-nidades en el exterior, en el contexto de las relacionesde la ciencia con la sociedad argentina.

Instaurar en la sociedad argentina la visión delconocimiento científico y tecnológico como DerechoHumano.

No es posible pensar en construcción y rupturas delsistema científico y tecnológico en el ámbitoagropecuario argentino, sin relacionarlo al modelo dedesarrollo económico y social de nuestro territorionacional.

Sólo como ejemplos, y sin detenernos en fechas niestadísticas precisas, podemos afirmar que lossaladeros y curtiembres, como primeras agroindus-trias, generan el valor agregado a nuestro ganadocimarrón, que permite iniciar la exportación a Europa.

La conquista del desierto tuvo como objetivo exclusi-vo la integración territorial, pero persiguió también unobjetivo de expansión de la frontera agropecuariapara la incorporación de tierras de pastoreo y cultivosde cereales.

Las economías regionales, conocidas por sus desa-rrollos tecnológicos agroindustriales, se consolidaronde la mano de las corrientes inmigratorias europeasde inicio del siglo pasado.

Las leyes de arrendamiento que obligaban a restituirlos campos empastados con alfalfa, regularon una delas primeras medidas conservacionistas de losgrandes ganaderos pampeanos.

Este breve repaso más folclórico que riguroso, tienepor finalidad introducirnos directo en nuestro encuen-tro, que es tratar de interpretar cómo han sido lasconsecuencias de los procesos de ruptura institu-cional y fragmentación del desarrollo científico,ligado a la construcción de un modelo de país.

Mi relación con la Universidad y por lo tanto con elmundo académico comenzó en 1966, se inicia cuan-do cursé el ingreso en Ciencias Exactas de la UBA(que me ahorraría tener que hacerlo en verano para laFacultad de Agronomía).

La noche de los bastones largos, me brindó la visiónde lo que sería el entorno de mi vida universitaria. Vivíde cerca la diáspora de la Universidad Argentina, demis primeros instructores de ingreso.

En la Facultad de Agronomía de la UBA se vivía otroclima: era sin dudas el semillero de formación degrandes nombres de nuestras actuales entidades yempresas agropecuarias, pero también se estabanviviendo otras realidades a nivel mundial como larevolución cubana o de Vietnam, con un fuertecontenido social ligado al campesinado local. A nivelnacional, el INTA tenía casi 10 años desde su inicio,con un mandato institucional de ocupación terri-torial, con programas de formación de la familiarural, especialmente de los jóvenes, a través de losClubes 4-A.

Estos hechos introducen la necesidad de integrar enla formación académica, no sólo los conocimientostecnológicos que incrementen la productividad de laganadería y agricultura pampeana; una de lasasignaturas que trató de incluir las diferenteseconomías y sistemas productivos del país fueAgricultura General. El objetivo podría haber sido tansólo “sacar a ver el país a los alumnos porteños”,pero el efecto más importante que generó fue que al

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María Cristina Saucede1

El caso de Agronomía

1 Ing. Agr. de la UNCor , Dr. rerum naturae, Universidad Justus Liebig, Giessen, Alemania Federal. Especialización enAgroecología, Univ. Berkeley, California y CLADES- Chile. Becaria de doctorado del gobierno de Alemania Federal – DAAD.Investigadora y docente de Posgrado de la TU- Berlín- Maestría de desarrollo agrícola internacional. Investigadora y consul-tora de FAO- FIDA, proyectos de desarrollo agrícola en Nicaragua, Ecuador, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Bolivia, Chiley Perú. Coordinadora del Programa Nacional Prioritario de Ecotoxicología y Medio Ambiente Coordinadora del capítuloagropecuario del Plan Plurianual de Ciencia y Tecnología. SECyT Gerente de Vinculación Tecnológica de la Cámara de Industriay Comercio Argentino-Alemana. Coord. del equipo de cooperación internacional de EBT de la DRRI - SECyT Dirección NacionalAsistente de Planificación, Seguimiento y Evaluación del INTA. Actualmente coordina el equipo de trabajo en la mismaDirección de INTA de articulación de los Programas y Proyectos INTA con el sistema científico y tecnológico.

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conocimiento tecnológico se fue integrando la con-ciencia de los diversos países en el país; de lainequidad y diferencias de calidad de vida, no sóloligadas a la diversidad climática o de los suelos.

Pudimos convivir con las familias galesas en lospuestos de las grandes estancias patagónicas, y lascomunidades de ovejeros seminómadas mapuches;con las colonias ucranianas y polacas de Misiones, ylas comunidades tobas de las explotaciones de que-bracho. Comprendimos los conceptos de trabajadorgolondrina, de hacheros, y jornaleros. Para miexperiencia personal, se iniciaron los campamentosuniversitarios de trabajo, y mi decisión de cambiar enla práctica eso de “conocer la realidad agropecuaria”.

Como era de prever, la asignatura Agricultura Generalfue eliminada en el año 1974, bajo el período deIvanisevich y de Ottalagano en el Ministerio deEducación y rectorado de la UBA, respectivamente.Muchos de sus mejores discípulos y docentes o noestán entre nosotros, o debieron buscar refugio en elinterior del país o en el extranjero.

En mi visión personal la mayor pérdida en el procesode generación de conocimiento científico y tecno-lógico en el campo agropecuario, fue justamente lafragmentación de la visión de los diferentes sistemasproductivos, y la formación de profesionales quesólo tuviesen una mirada sesgada hacia los grandesproductores, desconociendo los requerimientos tec-nológicos y de desarrollo a nivel de integración socialde la gran mayoría de los pequeños productores.

A nivel de los procesos de formación superior y deposgrado en ciencias agropecuarias, la abrupta inter-rupción de las únicas Maestrías en Economía ySociología Rural, Producción Vegetal, Edafología,Producción Animal y Estadística y Biometría, organi-zadas y financiadas por las Universidades de BuenosAires, La Plata y Mar del Plata ( Unidad IntegradaBalcarce), el INTA y la FAO, marcaron un fuerte dete-rioro en el fortalecimiento de las capacidades locales.En el Congreso de AAPA2 del año 2000 la UnidadIntegrada de la INTA- Balcarce y la UNMdP presentóuna revisión de los avances de investigación en mejo-ramiento de pasturas y nutrición animal de Argentinay a nivel mundial, en que se demostró que en un 84%de las publicaciones nacionales - sin referato-, abor-daban problemas que figuraban en la bibliografía

internacional de los `80. Este hecho demuestra que anivel del desarrollo local, se consolidó el concepto dedar respuestas coyunturales a requerimientos dedemandas puntuales del sector, más que a fortalecerun sistema nacional de investigación y desarrollo enciencias agropecuarias.

De mi historia personal sólo quisiera marcar comohitos los siguientes momentos:1966: Ingreso a la vida universitaria: inicio de laDictadura militar de Onganía1967: Ingreso como Becaria alumna al Gabinete deEcología de INTA, bajo la Dirección del Dr. JorgeMorello1968: Rosariazo-Cordobazo. Asamblea de Agronomíade la UBA: resolución por mayoría absoluta repudiarlas manifestaciones estudiantiles y obreras, y pro-poner un minuto de silencio por los daños ocasiona-dos y no por los caídos por la represión. Ese día definími negación a continuar en la FA-UBA y continuarmis estudios en la Facultad de Ciencias Agrarias dela UNC.1974: retorno a la FA-UBA como docente de Forrajesy Pasturas, declarada prescindible por el RectorOttalagano, reintegrada a los seis meses. 1976: Viajo a Alemania federal, con una Beca deDoctorado otorgada por el gobierno alemán, con unahija de 2 años y medio y una beba de 7 meses. 1981: concluído el doctorado en producción animal ymanejo de pasturas, pero sin posibilidades de regre-so a Argentina, inicio mi actividad académica enBerlín, como docente e investigadora del posgrado deDesarrollo agrícola internacional.1983: me desempeñé como consultora internacionalen desarrollo agrícola de FAO y FIDA , y recibo lainvitación del Rector de la UBA, Dr. Francisco Delich,y del Decano normalizador de la FA-UBA parareorganizar la Escuela de Posgrado en CienciasAgropecuarias.

Durante todo ese período traté de establecer puentescon los responsables académicos de las Facultadesde Ciencias Agropecuarias y de INTA para realizarintercambios de Becarios de posgrados y de investi-gadores, sin éxito.

1985: regreso al país, en el cargo de Secretaria deCiencia y Posgrado de la FA-UBA y en forma conjuntacon el Decano de la FA-UBA, Ing. Carlos Mundt, elPresidente de INTA, Ing. López Saubidet y el

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2 Asociación Argentina de Producción Animal.

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Secretario de Agricultura, Ing. Lucio Reca , en 1987 seconstituyeron nuevamente las Maestrías de laFA-UBA, con apoyo económico de INTA. En el año2004 la Academia Nacional de Agronomía yVeterinaria reconoce a los responsables de estehecho, otorgando su premio anual por el aporte a laformación de recursos humanos en Agronomía.

De los objetivos planteados para este Seminario, hepreferido focalizar mi participación en el segundo deéstos, que plantea instaurar en la sociedad argentinala visión del conocimiento científico y tecnológicocomo Derecho Humano.

Cuál es el alcance de esta visión en el ámbitoagropecuario?

El impacto de la represión traducido en pérdida decapacidades científicas, de fragmentación deequipos, de discontinuidad de líneas de investigaciónla debemos señalar a nivel de pérdidas físicas, deexilios, cárcel o torturas de personas, no hubo pérdi-das más importantes que otras.

Los equipos más diezmados, atacados e inclusoconocimientos negados como tales, fueron aquellosque desde las diferentes disciplinas, trataron de inte-grar los aspectos sociales con los productivos, yreconocer las profundas diferencias e inequidad entrelos sectores rurales. El reconocimiento de lospequeños productores, y de sus requerimientos ydemandas de tecnologías apropiadas, eran en símismo un pensamiento subversivo. Las ligas agrariasdel Norte argentino, el Instituto de estudios socialesdel NOA, los centros de estudios económicos ysociales de la UNC pueden dar testimonio de ello.

Creo que el mejor aporte que desde este Seminario ydesde este panel se puede hacer a la reconstrucciónde la Ciencia Argentina, al menos en el ámbitoagropecuario, es avanzar en la consolidación de unapolítica científico-tecnológica de integración nacionalque entienda a los derechos humanos como sobera-nía alimentaria, soberanía sobre el uso y gestión delos recursos naturales, soberanía energética, en unmarco de competitividad y equidad social.

Cuando se habla de soberanía alimentaria, estoyinvolucrando a la valorización de nuestros recursosgenéticos y biodiversidad nativa, cuyo conocimientoestá en las comunidades locales, pero que actual-mente son altamente requeridos por sus propiedades

fitoquímicas en la industria alimentaria, farmacéutica,veterinaria, cosmética, energética, entre otras. Deberdel Estado es avanzar en las normativas de propiedadintelectual y patentes que garanticen no sólo lasregalías, sino su distribución equitativa en todos lossectores sociales involucrados.

Cuando se habla de soberanía sobre los recursosnaturales y su gestión sostenible, estoy comprome-tiendo a un uso sostenible de bosques, del manejo delsuelo agrícola, a una valorización y manejo de losrecursos hídricos superficiales y subterráneos, quegarantice la producción agropecuaria para lasdiferentes regiones, mediante un ordenamiento delespacio rural.

Cuando hablo de soberanía energética, estoy involu-crando a la producción de Biomasa, que junto a lasenergías eólica, de hidrógeno y nuclear, generen unacomplementariedad con la reserva de combustiblefósil, sin competir con la producción de alimentos.

Como reflexión final quisiera hacer una mención atres personas en quienes pensé mucho durante laelaboración de esta presentación:

Mi hermana Liliana, Vicepresidente del Centro deQuímica de la FCEN-UBA con quien compartí la nochede los bastones largos y admiro por su tenacidadcomo docente universitaria, convencida de que elfuturo radica en la formación de los jóvenes.

Marta Vadano, estudiante de la FA-UBA, junto conquien ingresé como ayudante alumna y con quiénfestejamos juntas los días del Mayo francés. Muertapor sus ideales.

Marta Sierra, Bióloga, personal administrativo delINTA- Castelar, a quien conocí en mi breve estadíacomo becaria alumna y de quien me hice amiga a ladistancia. Fue secuestrada y desaparecida en lamaternidad donde estaba internada, a los dos días denacido su segundo hijo. Hubiese sido una de mismejores amigas. Su hijo trabaja actualmente en losProyectos para la Pequeña Agricultura del INTA.

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El Seminario tiene dos objetivos, y yo postulo queincorpore un tercero:

1) analizar las pérdidas sufridas en la produccióncientífica y tecnológica, causadas por la violenciarepresiva en algunas etapas, por la falta decondiciones de trabajo y por la oferta de mejoresoportunidades en el exterior, en el contexto delas relaciones de la ciencia con la sociedadargentina;

2) instaurar en la sociedad argentina la visión delconocimiento científico y tecnológico como dere-cho humano;

3) si bien tenía escritas mis conclusiones, preferíno incluirlas, para que este Seminario se fijecomo tercer objetivo la elaboración colectiva delas conclusiones.

Yo soy Ingeniero Agrónomo y estoy en una mesa paradiscutir el caso Agronomía, mi actividad siempreestuvo repartida entre lo agronómico y las cienciasnaturales, y esa doble pertenencia marcará mi aporte.

Creo que hay que diferenciar claramente a laspérdidas causadas por la violencia represiva, enparticular la generada por los golpes del 66 y del 76,de las pérdidas provocadas por el ahogo económico,en especial durante el período 1983-2001. Laviolencia de los militares argentinos no se limitó alas cesantías masivas, las brutales torturas y losasesinatos. La eliminación de equipos enteros deinvestigación, la destrucción de carreras, líneas detrabajo y de pensamiento, no fueron sustituidos porninguna propuesta, por aberrante que fuera. Si bien elahogo económico y la frustrante falta de oportu-nidades del período 1983-2001 han tenido resultadosnefastos, no pueden ponerse en el mismo plano quela brutalidad física e ideológica provocada por losmencionados golpes militares.

Es difícil poner un punto de partida para ver cuándocomienzan las pérdidas por la intolerancia. El año

1900 fue no sólo el comienzo de un nuevo siglo, sinotambién el año en que la Facultad de Derecho de laUBA rechazó la Tesis Doctoral del joven AlfredoPalacios, sobre “La miseria en la RepúblicaArgentina”. Creo que irse tan lejos complica elanálisis, por eso propongo partir del primer gobiernoperonista (1946-55), porque a pesar de su legítimoorigen democrático y de su fuerte impacto en lascondiciones de vida de los trabajadores, se dio lacruel paradoja de un largo período de persecucionespolíticas y oscurantismo en la educación, en la vidacientífica en general y en la investigación agro-pecuaria en particular. La restauración conservadorallevada a cabo por la Libertadora, precedida por losbombardeos a la población civil en Plaza de Mayo, laspersecuciones amparadas en el monstruoso decreto4161, los fusilamientos formales y clandestinos,paradójicamente dejó cuatro hitos fundamentalespara la ciencia y la tecnología argentinas: la creacióndel INTA, del INTI, del CONICET, y la normalización dela UBA.

A partir del momento en que el Dr. Risieri Frondiziasume el rectorado de la UBA, se produce un vertigi-noso proceso de modernización institucional, sealcanzan altos niveles de calidad científica y se lograuna importante apertura a la sociedad. La creación delos cargos de dedicación exclusiva, el apoyo a lainvestigación y la innovación en todos los frentes conla creación de innumerables equipos de investigaciónde alto nivel, la fuerte inclusión de la extensión uni-versitaria, la creación de EUDEBA que en pocos añosse convierte en la mayor editorial de habla hispana,llevando al pueblo libros de calidad a bajos precios,fueron los ejes que convirtieron a la UBA en unainstitución de enorme prestigio. Las declaraciones delConsejo Superior de la UBA eran noticia destacada enlos diarios, por el gran reconocimiento que tenía en lasociedad local y en el plano internacional.

Todo este proceso alcanzó su clímax durante elinjustamente asediado gobierno del Dr. Arturo Illia(1963-66), cuando el país crecía a altas tasas, en unclima de independencia política y de absoluta

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Jorge Adamoli1

El Caso Agronomía

1 Ingeniero Agrónomo. Facultad de Agronomía, UBA. Post grado Fac. des Sciences, Université de Montpellier (Francia), Título:Diplôme d'Études Approffondies (D.E.A.) en Ecologie Dic. 1970. Investigador Independiente CONICET. Investigador del INTA,Área ecología, Est. Exp. Colonia Benítez (Chaco) y Cerrillos (Salta) .

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libertad. El motor del proceso universitario estababásicamente en la Facultad de Ciencias Exactas yNaturales, especialmente durante el período en quefueron Decano y Vicedecano las emblemáticas figurasde los Dres. Rolando García y Manuel Sadosky,acompañados por un Consejo Directivo integrado porfiguras de enorme proyección científica.Anecdóticamente quiero contar que si bien yo soyagrónomo, mi primer cargo fue una ayudantía enExactas, firmada por el Dr. Sadosky, que conservocomo trofeo.

Un mes después del golpe que llevó a Onganía a lapresidencia, el 29 de julio de 1966 es intervenida laUBA, hecho que culmina en la “Noche de los bastoneslargos”. No fue casual que la brutalidad policial delrégimen hubiera elegido a Ciencias Exactas yNaturales como ámbito para mostrar el nuevo rumbo,para lo cual contó con la cómplice conducción de dosexponentes de la extrema derecha: los Dres. Quartinoy Zardini. Los palos en las cabezas fueron el símbolode la destrucción planificada de equipos enteros deinvestigación, de EUDEBA, de la extensión universi-taria, en fin, del contacto con la sociedad, males quehasta el día de hoy no fueron superados. La renunciade 1.300 docentes quiso provocar un golpe de efectopor la repercusión internacional que generaría (meconsta que algunos exageraban creyendo quelograrían la caída del gobierno). La repercusión sobreel gobierno fue nula, pero abrió las puertas a un pro-ceso de éxodo masivo de talentos a diversas univer-sidades del mundo.

En contraste con la planificada destrucción sufridapor la UBA, el INTA no sólo sobrevivió, sino que lafirme conducción de un gran profesional y demócra-ta, el Ing. Agr. Ubaldo García, permitió numerosasincorporaciones de científicos cesanteados, entre lascuales la del prestigioso ecólogo Dr. Jorge Morello aquien acompañé como colaborador cuando yo tenía25 años, en octubre de 1966, cuando sólo habíantranscurrido poco más de dos meses de la interven-ción en la UBA. Desde el INTA pudimos hacer unaimportante contribución al conocimiento ecológico dela región chaqueña. Fueron años de intenso trabajo,con buen presupuesto y, a diferencia de la UBA, sincondicionamientos políticos.

Tres años después viajé a Francia con una beca deUNESCO para un posgrado en Ecología. Pudequedarme para lograr un grado superior, pero preferívolver, aunque me sentía muy bien en Francia y me

fascinaba (como hoy) todo lo que tuviera que ver conla ecología, y no sentía las angustias que muchasveces provoca el estar fuera del país. Hoy puedeparecer irracional no haber aprovechado semejanteoportunidad, pero es necesario ser joven y haber vivi-do en los 70 para sentir cómo hervía la sangre antelos deseos de cambiar al mundo. Hice mis cursos congran dedicación, pero no por eso dejaba de participaren las continuas movilizaciones que sacudían aFrancia, en particular contra la guerra de Vietnam.

Volví a la Argentina porque quería ver de cerca el grancambio que creí que iba a ocurrir. Poco después mecasé y fui a trabajar al INTA de Salta, donde contribuíal conocimiento ecológico del Chaco Salteño. A la parde un intenso trabajo como ecólogo, me vinculé conlos equipos técnicos que apoyaban al Dr. Ragonecomo candidato a Gobernador de Salta. Quiero rendirun homenaje especial al Dr. Miguel Ragone, quien fuesecretario privado del Dr. Ramón Carrillo (ministro deSalud de Perón), creador del Hospital Neurosiquiátricode Salta, y sobre todo era un médico del pueblo,carismático, sencillo. Tres años después del triunfo deCámpora y de su elección como gobernador, fuesecuestrado, el 11 de marzo de 1976, siendo el únicogobernador desaparecido.

El 11 de marzo de 1973 triunfaron Cámpora a nivelnacional y Ragone en Salta. Yo continué con mi traba-jo como ecólogo y con mi apoyo técnico al gobierno.Hago la especificación de técnico, porque por cues-tiones que sólo las vísceras entienden, no admitíavinculaciones políticas con el peronismo. Para esaépoca había aparecido una herramienta tecnológicafantástica para quienes tenemos una visión regionalde la ecología: las imágenes satelitales. Conscientedel enorme valor que tenían, pedí la compra de imá-genes satelitales del Noroeste Argentino. Lejos detener un reconocimiento por estar en la vanguardiatecnológica, ese pedido me iba a costar muy caro.

Además de mi vinculación con los equipos técnicosdel gobierno provincial, me involucré internamente enlos enfoques sobre lo que debería ser el INTA. Sibien la intensa realidad política y social del país meapasionaban, mi militancia estrictamente política eranula. La dirección del INTA de Cerrillos actuaba comoun apéndice de los grandes productores, mientrasque otros técnicos en particular de Tucumán y Saltasosteníamos que tenía que defenderse un compro-miso con los pequeños productores. La brecha fuecreciendo, hasta que en vísperas de la navidad de

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diciembre de 1974 me citan a la Dirección de laExperimental del INTA para intimarme a renunciar,porque me acusaban de haber pedido las imágenessatelitales para prepararle la cartografía al ERP,además de una serie de otras supuestas actividades.Me negué a renunciar diciéndole a los directores queellos sabían que todas esas acusaciones eran total-mente falsas y aunque los directores supieran que yono tenía ninguna vinculación política, eso fue sufi-ciente como para formar parte de la primera camadade 9 profesionales del INTA echados por aplicación dela ley de prescindibilidad, en tiempos de Isabel yLópez Rega. En esos tiempos estas acusaciones eranuna sentencia de muerte, por lo que decidimos viajara Buenos Aires. Apenas llegado fui a ver al DirectorNacional del INTA Ing. Del Aguila que fue quien firmólos telegramas de prescindibilidad y aplicó en el INTAlas políticas persecutorias. Le dije lo de las denunciasy le pedí que si tenían fundamento que llamara a lapolicía, porque prefería salir preso de su despacho.Por supuesto que no había nada, pero igual meecharon del INTA.

Esa isla que comparativamente era el INTA en lostiempos de Ubaldo García había cambiado y luego deesa primera tanda, siguieron echando gente yequipos enteros, lo que se acentuó y agravó muchomás luego del comienzo de la dictadura de 1976. Lasituación en las Universidades siguió el mismocamino, agravando el gran daño producido con laintervención de 1966. En la Universidad de BuenosAires asumió como Rector un temible fascistallamado Ottalagano. Pero no voy a hablar de eseperíodo ni de la dictadura, porque aunque tengamiles de testimonios, no lo viví directamente.

A pesar de que era muy joven (31 años), era razona-blemente conocido, así que al día siguiente de haberquedado fuera del INTA fui contratado por la OEA paratrabajar primero en la Cuenca del río Bermejo, vivien-do en Buenos Aires (1975), y después en la Cuencadel río Pilcomayo (Asunción 1975-77), para luego tra-bajar en la Alta Cuenca del río Paraguay (el Pantanal),(Brasilia 1978-81). Luego fui a trabajar con el IICA enla EMBRAPA (el INTA brasileño), trabajando sobre lasregiones de los Cerrados y del Pantanal (1981-86),donde también hice contribuciones al conocimientode sus características ecológicas. Pasé 11 años fueradel país, incluidos todos los años del denominado“Proceso”, pero nunca acepté que lo mío fuera unexilio. Eso siempre me pareció una falta de respeto aquienes no tuvieron otra opción más que salir de

cualquier forma del país. Si bien al echarme del INTApor la ley de prescindibilidad no podía trabajar en laadministración pública por 5 años (en esa época paraun ecólogo no había otra opción), mi salida del paísfue porque tuve una oportunidad de seguir mi carreracomo ecólogo, trabajando en organismos interna-cionales.

La dictadura que gobernó al Brasil entre 1964 y 1985si bien fue muchísimo más leve que la barbarie desa-tada en la Argentina entre 1976 y 1983, fue muchomás dura que la de Onganía. Pero más allá de estascaracterísticas, hubo diferencias tajantes en las políti-cas científico-técnicas que aplicaron las dictadurasde ambos países: en el Brasil además de un fuerteimpulso a la industrialización, hubo un sostenidoapoyo a la formación de recursos humanos para elsistema científico-técnico, con becas masivas paraposgrados en el país y en el exterior, y con trabajoasegurado al volver, prácticamente en todos losfrentes. La diferencia que había entre el Brasil y laArgentina en lo referente a la capacitación de suscuadros universitarios y técnicos, era abismal a favorde la Argentina en 1966 y esa situación se revirtió enforma notable, no sólo emparejando, sino sacandoclaras ventajas a favor del Brasil en varias disciplinas.Yo puedo hablar directamente de la ecología, pero lamisma tendencia se manifestó en física atómica, enantropología, en estadística y en agronomía entreotras.

En 1983 tenía todo para quedarme en Brasil: toda lafamilia se sentía totalmente adaptada, tenía buentrabajo y residencia permanente, pero igual que mehabía pasado años antes en Francia sentí que con eltriunfo de Alfonsín iba a comenzar un gran momentopara la Argentina y decidimos volver, lo que se con-cretó en 1986. Lejos de ver un gran renacer, fui testi-go de una prolongada agonía del aparato científico ytecnológico por el ahogo económico y la falta de pers-pectivas, que culminó en la debacle del 2001. Peroesta es otra parte de la historia, que como dije alcomienzo, debe ser analizada al margen de la resul-tante de las intervenciones militares.

En síntesis, la Argentina ha experimentado muchasformas de destrucción de su sistema científico-técni-co: las persecuciones políticas, la destrucción deequipos de investigadores, el exterminio, el ahogopresupuestario. La reconstrucción nos exige apro-vechar las lecciones de la historia. Por supuesto quelos asesinatos y la violencia física deben ser marca-

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dos a fuego, manteniendo vivo el recuerdo del horrory exigiendo el castigo de los responsables y de suscómplices en el sistema científico-técnico, para quesiga vigente el Nunca Más. También deben superarselas condiciones de ahogo económico y las formassutiles de discriminación, como las evaluacionesbasadas exclusivamente en supuestos índices deimpacto como único criterio de evaluación de la exce-lencia. Pero también debe tenerse presente quecuando existieron condiciones políticas explícitas deapoyo, tanto la Universidad como el INTA se consti-tuyeron en elementos altamente positivos, con unarápida capacidad de respuesta.

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Conclusiones

Dr. Pablo JacovkisDr. Roberto Domecq

Dra. Cristina CambiaggioDr. Diego Hurtado de Mendoza

Lic. Ana GonzálezIng. Agr. José Alberto Catalano

Coordinadora: Ing. Agueda Menvielle

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Querría resaltar algunos puntos de las exposicionesde los integrantes del panel sobre la Facultad deCiencias Exactas y Naturales de la Universidad deBuenos Aires como caso testigo de ruptura y recons-trucción de la ciencia argentina, y hacer algunasobservaciones personales.

Jorge Aguirre, crea que con muy buen criterio, haindicado que el título de este seminario debería estaren plural: rupturas y reconstrucciones de la cienciaargentina. Por más emblemática que sea, la rupturano se reduce a la Noche de los Bastones Largos. ElInstituto Malbrán fue duramente golpeado en 1962,cuando su director, el Dr. Ignacio Pirosky, fue dejadocesante en una maniobra que, además, tenía un cier-to tufillo a antisemitismo. El clima que se generódespués de su cesantía fue el que motivó al Dr. CésarMilstein a emigrar a Gran Bretaña, donde llevó a cabolas investigaciones por las cuales finalmente obtuvoun Premio Nobel. Y en un país de muy mala memoriahistórica, es bueno recordar a los responsables deese atropello: en primer lugar, el Ministro de SaludPública de la Nación, Dr. Tiburcio Padilla, y porsupuesto el Presidente Dr. José María Guido, títere delos militares que destituyeron al Presidente constitu-cional Dr. Arturo Frondizi.

Por su parte, como bien indica Aguirre, la ComisiónNacional de Energía Atómica (CNEA) fue muy golpea-da durante la década de 1990: con el plan de retirosvoluntarios se fueron 1100 investigadores, en lo quese puede llamar una “selección inversa”. Tambiéndurante la década de 1990 desapareció, por inanición(la falta de apoyo económico), la Escuela SuperiorLatino Americana de Informática (ESLAI). En amboscasos los golpes a la ciencia fueron durante ungobierno constitucional absolutamente legítimo. Ypodemos mencionar también, durante la dictaduramilitar del Gral. Videla, la destrucción del Observatoriode Física Cósmica de San Miguel en 1976.

En particular, el grave deterioro de la CNEA durantelos noventa mueve a reflexiones. En otra época, en laque a mi juicio había una sensación de pertenencia ala Argentina mucho mayor que la actual, esa sen-sación de pertenencia tenía en buena medida comosímbolo a la CNEA y a YPF (en particular, en la épocaa la cual me refiero nadie se hubiera podido imaginarque YPF se privatizaría y se extranjerizaría). Cuandoyo era chico, salvo un grupo muy reducido de per-sonas que ideológicamente podrían ser calificadas deneoliberales (aunque el término no se empleaba enesa época) todos, fueran nacionalistas de derecha,peronistas, radicales, izquierdistas reformistas oizquierdistas revolucionarios, asignaban a la CNEA y aYPF prácticamente un papel de mito. Hablar mal dealguna de estas dos instituciones era casi comohablar mal de la mamá de uno. Es posible que ladesaparición de la CNEA e YPF como mitos sean irre-versibles: los tiempos han cambiado, y el país es otro.Pero sin mitos aglutinantes es difícil tener sensaciónde pertenencia a un país, y sin sensación real depertenencia (es decir, sin mitos realmente sentidos)es difícil que se puedan establecer políticas asumidascomo políticas de Estado por la mayoría de lapoblación, independientemente de sus ideologías.Aclaro que no estoy diciendo que los mitos CNEA eYPF tuvieran justificación en la realidad (justamente,por eso son mitos). Probablemente había algo de cier-to y algo de imaginado en lo que se pensaba deambas instituciones. Pero necesitamos otros mitos.Tal vez uno de ellos podría ser la reconstrucción delos ferrocarriles, cuya destrucción (otra empresa en lacual colaboraron gobiernos constitucionales y dic-taduras) desintegró físicamente el país.

Alejandro Mentaberry observa que durante la décadade 1960 nos dimos cuenta del enorme poder quetenía la ciencia y la tecnología en la sociedad, y quela Facultad de Ciencias Exactas estaba en una encru-cijada: se estaba pensando en una sociedad para un

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Pablo Jacovkis1

Algunas reflexiones sobre ruptura y reconstrucción de la ciencia argentina

1 Miembro de la Comisión Asesora del Programa R@íces y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y deIngeniería de la Universidad de Buenos Aires. Doctor en matemáticas por la Universidad de Buenos Aires orientado amatemática aplicada y computacional, modelos matemáticos computacionales interdisciplinarios en hidráulica, hidrodinámi-ca, hidrología, geología y meteorología. Ex Director del Instituto de Cálculo, Secretario Académico y Decano, y profesor titularregular de la Facultad de Ingeniería de la UBA, Ex director del Departamento de Matemáticas. Ex Presidente del ConsejoNacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.

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país que todavía no existía. Yo agregaría que enrealidad lo que había en Argentina eran dos proyec-tos: el proyecto “desarrollista”, tanto en su versiónreformista, encarado, de una manera u otra, por elPresidente Frondizi y luego por el Presidente Illia,como en su versión revolucionaria marxista (y en laUniversidad reformista estaban representados ambosgrupos) y el proyecto “arcaizante” representado por laIglesia y los militares de entonces, más la derechatradicional. El primer grupo consideraba a la cienciay a la tecnología, tal vez incluso de una maneraingenua, como la herramienta fundamental para con-vertir Argentina en un país desarrollado (en su versiónburguesa o revolucionaria, dependiendo del grupo);es muy interesante - e infortunado - cómo grupos queideológicamente no estaban tan distantes, como losradicales, peronistas, e izquierdistas (al menos losreformistas) pudieran estar tan enfrentados, lo queayudó al triunfo de la derecha, y a que ese país quetodavía no existía, al que se refiere Mentaberry, ter-minó por no existir nunca. En ese sentido, Frondizi ylos reformistas de la Universidad estaban bastantemás cerca de lo que ningún reformista de esa épocahubiera reconocido jamás; probablemente la decisiónde Frondizi de apoyarse en la Iglesia y en las FuerzasArmadas (recuérdense sus discursos sobre que estepaís había sido creado con la cruz y con la espada)fue un grave error estratégico, sorprendente en unpolítico tan hábil como Frondizi: esa Iglesia y esasFuerzas Armadas no podían avalar nunca un proyec-to desarrollista, porque en un país desarrollado existedivorcio y las Fuerzas Armadas están subordinadas alpoder civil y esa contradicción no la pudo resolverFrondizi nunca y le costó la Presidencia, y probable-mente el triunfo de una derecha con un odio hacia laciencia que resulta llamativo, teniendo en cuenta lascaracterísticas de Argentina como nación de desarro-llo intermedio. Esto tiene que ver con el “ideologismoa ultranza” que menciona Mentaberry. En efecto, hayalgo más, algo muy enfermo de la Argentina de esaépoca, que llegó a su paroxismo durante el siguientey sangriento período militar, el que comenzó diez añosdespués de la Noche de los Bastones Largos. Es muyraro encontrar un país de desarrollo intermedio, conuna apreciable proporción de la población bien edu-cada, un nivel de sofisticación que en Buenos Airespodría comparase con el de unas pocas capitaleseuropeas o grandes ciudades norteamericanas, y conseguridad muy superior al de la mayoría de las demáscapitales (que en algunos casos parecían provincialescomparadas con Buenos Aires) en el cual hubiera unabrecha tan grande entre la ideología de las Fuerzas

Armadas y la ideología que debería corresponderlesjustamente por ese grado de desarrollo y sofisti-cación. Recuérdese que durante la dictadura deOnganía se llegó a cortar el pelo a la fuerza a jóvenesque lo usaban demasiado largo (a juicio de la policía,por supuesto) y a entrar a saco a hoteles por horapara detectar y avergonzar (o extorsionar) a parejasno unidas en legítimo matrimonio (como si las pare-jas unidas en legítimo matrimonio necesitaran engeneral de hoteles por hora).

Mirando retrospectivamente, y con todos sus errores,que fueron muchos, e independientemente de la con-cordancia que uno pueda tener con sus ideas, eltiempo mostró que Frondizi fue el último políticoimportante en la Argentina del siglo XX con un proyec-to nacional viable (viable no quiere decir exitoso, peroinviable quiere claramente decir no exitoso). Ahora esnecesario un proyecto nacional, lo cual puede rela-cionarse con mi mención de la necesidad de mitos.

Lo que Mentaberry a continuación comenta es queactualmente hay una subvaloración del conoci-miento en nuestra sociedad. En casi 25 años dedemocracia no pudimos superar los puntos débiles enciencia y tecnología. No hemos producido cambiossustanciales ni en el campo de la educación superiorni en el de la investigación científico-tecnológica. Enese sentido creo que la propia Facultad de CienciasExactas y Naturales es un ejemplo interesante. Lacomunidad es más academicista que en los añossesenta del siglo pasado. En mi opinión, esto se debea que la falta de proyecto se siente también en laFacultad. Incluso “desindexando” el número deartículos científicos por un “coeficiente de inflaciónde artículos científicos” - porque se publica ahoramás que hace cuarenta años - cualquier estudiantede doctorado con un cargo de docente auxiliar tieneen promedio más antecedentes científicos que losprofesores titulares de la llamada década de oro. Y sinembargo, esa Facultad era más dinámica, más entu-siasta, porque había proyecto, la mayoría pensabaque estaba colaborando en una empresa colectivapara sacar al país del subdesarrollo. Ahora losinvestigadores están mucho más recluidos en suscosas, independientemente de las valiosas actitudesindividuales que puedan tener muchos de ellos.

El obstáculo es el analfabetismo científico de muchosde nuestros dirigentes. En mi opinión, nuestrosdirigentes son fiel reflejo de nuestra sociedad. Escierto que en todo el mundo hay un ataque contra la

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ciencia. A partir de la idea de que la ciencia es mala,contamina, produce armas de destrucción masiva(como si la esperanza de vida de la humanidad nofuera muchos años mayor que la que era hace ape-nas un siglo, o como si debiéramos criticar a losmartillos porque se puede matar a una persona conuno) una ideología posmoderna se ha convertido enalgo políticamente correcto; en el mundo desarrolla-do esto no es demasiado grave (o por lo menostodavía no es demasiado grave) porque la ciencia espoderosa, tiene influencia y contacto con los sectoresdirigentes (entre ellos las Fuerzas Armadas), pero enArgentina el temor, ignorancia y desorientación demuchos sectores de la sociedad causan un dañograve al desarrollo científico y tecnológico del país. Yde que la clase dirigente no está interesada en laciencia me di perfecta cuenta en 1983: ilusamentepensaba que los responsables eran los militares, quehabían sido desplazados del poder al producirse larestauración democrática, pero en seguida comprobéque muchas cosas seguían igual (eso sí, sin persecu-ción política, lo cual hace una profunda diferencia).

En ese sentido, como señala Mentaberry, sólodespués de la monumental crisis de 2001-2002 seintentan establecer políticas a largo plazo, y se notansignos alentadores.

Mentaberry menciona luego que nuestra dirigenciavive obnubilada por el corto plazo. Es cierto, noejercemos la prospectiva: nuestro horizonte de pen-samiento del futuro nunca es a más de seis meses.No hay “think tanks” como en Estados Unidos.

Lo único parecido a eso son algunas fundaciones ogrupos de estudio en general neoliberales, en particularla Fundación Mediterránea. Independientemente de loque a uno le guste, lo que hizo el Ministro Cavallodurante el gobierno de Menem (y, por si no fueraobvio, aclaro que no me gusta), Cavallo nunca habríapodido llevar adelante su programa si no hubieratenido la posibilidad de nombrar a gente de su con-fianza, y muy preparada, en unas cuantas decenas decargos claves. Con el apoyo solamente de los orga-nismos internacionales de crédito no alcanzaba (otrostuvieron antes que él similar apoyo externo y nopudieron hacer lo que Cavallo). La máquina deimpedir argentina funciona eficientemente tanto paraobstaculizar reformas progresistas como para obsta-culizar reformas derechistas. Por eso me gustaría quehubiera una - o, mejor aún, varias - “FundacionesMediterráneas” progresistas.

Fernández Prini observa que el período de diez añosde la llamada “época de oro” de la Universidad deBuenos Aires fue muy breve. No hubo tiempo sufi-ciente como para que se creara una “masa crítica” deinvestigadores. Y destaca, como punto muy impor-tante, que cada vez que hubo cesantías de científicosen instituciones argentinas hubo colegas que partici-paron confeccionando listas negras. Se puede com-probar la mezquindad y ruindad de estos cómplicesde la discriminación viendo que muchos de esoscientíficos echados reaparecían, al poco tiempo, enotras instituciones estatales, lo cual significa que supeligrosidad ideológica no era tanta: alguien que noles tenía inquina los había incorporado a su institu-ción sin temor de ser acusado de proteger subver-sivos... Y además hubo oportunismos: desde el que nohabría estado nunca en condiciones de ocupar deter-minado cargo si quienes, por sus antecedentesacadémicos, podían aspirar a ocuparlo no hubieransido echados hasta quien quería congraciarse con laautoridad de turno. A este último respecto siemprerecuerdo cuando fui a visitar a Manuel Sadosky aBarcelona, a principios de 1982 (antes de la guerra delas Malvinas) y Manuel, de excelente humor, me dijoque estaba absolutamente seguro de que la dictadu-ra militar caería, y muy pronto. Le pregunté de dóndesacaba tanta seguridad, pensando que me iba a daruna larga explicación sobre la crisis social enArgentina, la correlación de fuerzas internacionales,etc., y me contestó simplemente “El profesor X me haescrito. X no falla nunca, siempre apuesta a ganadory con mucha anticipación. Durante todos estos añosX me ignoró olímpicamente. Ahora me escribe, sig-nifica que el gobierno cae pronto”. Y así fue. X teníarealmente un olfato extraordinario.

Fernández Prini usa una palabra muy interesante yadecuada para el renacimiento de la ciencia a partirde 1983: “artesanal”. En efecto, la reconstrucción fueartesanal debido a las carencias presupuestarias. Ylas carencias presupuestarias se debieron a que lasociedad argentina no estaba interesada en la cien-cia, privaba (priva) un criterio de inmediatez. EnArgentina el largo plazo no existe.

La reconstrucción artesanal fue bastante exitosa,aunque parezca mentira - porque desde su masifi-cación la ciencia fue una actividad casi industrial, conpoco espacio para los emprendimientos artesanales -gracias al interés de un grupo de científicos de altonivel (entre los cuales es justo mencionar a propioFernández Prini) que crearon las nuevas escuelas

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científicas sobre un páramo, gracias al generosoapoyo de muchos científicos argentinos radicados enel exterior, y gracias a afortunadas decisiones, noexentas de coraje, por el cual los científicos, y susdiscípulos, en lugar de retomar los temas en los quehabían trabajado hacía casi veinte años, abordaronlos temas de punta del momento. Hoy el estado de laciencia es mejor, el nivel salarial es más digno, haygrupos nuevos. Pero al crónico síntoma de desinterésde la sociedad por la ciencia se suma, segúnFernández Prini, la desconfianza de los jóvenes y lafalta de equipamiento adecuado. El éxito se darácuando los fondos para ciencia y tecnología proven-gan fundamentalmente del presupuesto nacional. Yes crucial tener éxito, porque si no hay respaldo cien-tífico sólido, se está hipotecando el futuro del país.

Como comentario final, me interesa mencionar que laciencia es por definición enemiga del autoritarismo: lacapacidad explicativa y predictiva de una teoría nodepende de la jerarquía en la sociedad de quien laformula. Tal vez parte del desinterés de nuestrasociedad por la ciencia tenga que ver con que somosuna sociedad profundamente autoritaria. Si bien (porsuerte) ya no hay golpes de estado ni sectoresinfluyentes de la sociedad que lo reclamen paraobtener pretendidas soluciones inmediatas a proble-mas profundos, no se discute, no se dialoga, no seintenta llegar a consensos mínimos: los diarios nostraen todos los días ejemplos de esta sintomatología.Y no se discuten los temas tabúes: no se planifica, lasuniversidades discuten cuotas de poder y no proyec-tos, y cuando empezamos a crecer nos damos cuen-ta de que en el camino nos faltan ingenieros... Hacenfalta proyectos viables y entusiasmantes, mitos quedevuelvan sensación de pertenencia, tolerancia. Soncondiciones básicas para desarrollar ciencia y tec-nología masiva y de calidad. Pero no pueden ser loscientíficos quienes creen estas condiciones, espedirles algo por encima de sus posibilidades. Es lasociedad, y su clase dirigente en particular, la quedeberá afrontar este desafío para, si no llegar, almenos acercarnos a un futuro distinto de este presente.

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En primer lugar quiero decir que soy consciente que,aunque trate de extraer conclusiones de las exposi-ciones de los panelistas, me resultará muy difícilevitar que éstas estén influenciadas por mi propiavisión dado que yo también formo parte de la comu-nidad nuclear.

Para empezar por el principio, valga la redundancia,debemos analizar la construcción de capacidadescientíficas y tecnológicas en el área nuclear. Esto nospermitirá hablar entonces de la posterior pérdida odisminución de las mismas (período de ruptura) yentender cuáles son las condiciones para reconstruir-las y eventualmente aumentarlas.

La generación de conocimiento científico y la capaci-dad de realizar desarrollo tecnológico fueron crecien-do juntas desde la creación de la Comisión Nacionalde Energía Atómica (CNEA) en 1950. Resulta claro queel avance fue posible porque se contó con una Políticade Estado que brindó apoyo sostenido durantemuchos años. Las razones que llevaron a distintosgobiernos a mantener esta Política pueden haber sidodiferentes pero el apoyo se mantuvo. Obviamenteésta es una condición necesaria pero no suficiente.Fue importante también contar con una conduccióninteligente que tomara decisiones adecuadas, líderesque fueran capaces de despertar entusiasmo ytuvieran en cuenta la capacidad de los individuos y nosu ideología. Por supuesto no fue todo perfecto nimucho menos, se cometieron errores pero el balancefue altamente positivo. Se llegó así a tenerimportantes capacidades científicas y tecnológicasen el área nuclear, reconocidas nacional e interna-cionalmente.

Durante la última dictadura militar la CNEA sufrió,como todo el país, por la pérdida de libertades, por eldesconocimiento de los derechos humanos, por ladesaparición de personas, por el miedo. Hubo 15detenidos-desaparecidos, 107 prescindidos, 120cesantes y muchas más renuncias en el período1976-1978 que el promedio habitual.

Luego volvió la democracia, con todo lo positivo queeso significó para el país. Pero en el caso particularde la CNEA, comenzó el período de ruptura y pérdidade capacidades científico-técnicas. Al principio no senotó, incluso hubo 59 personas reincorporadas a lascuales se les reconoció que su alejamiento se habíadebido a razones políticas. Sin embargo, la Política deEstado fue abandonada, el apoyo fue declinando, losproyectos emprendidos se fueron parando o siguieroncon cada vez mayores dificultades sin que se hicieraun análisis de los mismos que permitiera tomardecisiones sobre su continuidad.

Algunos piensan que esto se debió a las sospechascreadas en la sociedad durante la dictadura sobre sirealmente el objetivo era la utilización de la energíanuclear con fines pacíficos. Otros opinan que fue porpresiones de los Estados Unidos, o porque la energíanuclear entró en decadencia en el mundo.Posiblemente haya sido una mezcla de todo pero loconcreto es que se empezó a retroceder en la activi-dad nuclear y la CNEA fue perdiendo impulso ypersonal altamente capacitado. En 1994 fue partidaen tres pedazos: la Autoridad Regulatoria Nuclear(ARN), Nucleoeléctrica Argentina SA (NASA) a cargode las centrales nucleares en operación y en cons-trucción y la CNEA en la cual quedó el sector deinvestigación y desarrollo. Esto produjo un mayordeterioro, independientemente de que la separaciónde la ARN era lógica, porque nadie puede controlarsea sí mismo.

La situación del personal de la CNEA se fue empeo-rando: los salarios se estancaron, los retirosvoluntarios produjeron el alejamiento de cuadrosvaliosos formados a lo largo de muchos años, la edadpromedio fue creciendo debido a la imposibilidadde incorporar nuevo personal, lo que privó así a losgrupos de trabajo de poder contar con gente jovenimprescindible para realizar tareas de investigación ydesarrollo creativas y de calidad, el equipamiento fuecada vez más obsoleto por no contar con los fondospara su reposición. Aparecieron divisiones: nucleares

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Cristina Cambiaggio1

Ciencia y Tecnología en la Actividad Nuclear

1 Miembro de la Comisión Asesora del Programa R@íces. Doctora en Ciencias Físicas de la Facultad de Ciencias Exactas,Físicas y Naturales de la UBA. Investigadora en el área de Física Nuclear. Ex Jefe del Departamento de Física, Coordinadorade Proyectos de Investigación y Desarrollo en Ciencias Básicas y de la Ingeniería y Gerente del Centro AtómicoConstituyentes, Comisión Nacional de Energía Atómica.

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y no nucleares, investigadores básicos y tecnólogos;haciendo peligrar la necesaria complementación quedistinguió a la CNEA desde sus orígenes.

Actualmente hay una nueva oportunidad para laactividad nuclear, tanto en el mundo como en laArgentina. La CNEA y las empresas del sector nuclearcuentan todavía con un nivel científico-técnico queles permite hacer pie y tomar un nuevo impulso.¿Será éste el inicio de una etapa de reconstrucción?¿Se convertirán las señales actuales emitidas desdeel Gobierno Nacional en una verdadera Política deEstado que mantenga el apoyo a lo largo de los añosy posibilite el crecimiento de las capacidades científi-cas y tecnológicas de la Argentina? ¿La conducciónde la CNEA, incluyendo el nivel intermedio, tomará lasdecisiones adecuadas para lograr la reconstrucción eincluso ir más allá de lo logrado anteriormente?

Como reflexión final quisiera decir que sería muyinteresante y en mi opinión importante, repetir unareunión como ésta dentro de pocos años. Tendríamosasí la posibilidad de ver si ya existen respuestas aalgunas de las preguntas planteadas, no solo en estepanel sino en todo el seminario. También se deberíatratar de generar más participación y debate, mecanis-mos indispensables en la generación de consensosque faciliten el avance de la ciencia y la tecnología ennuestro país.

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Durante la última dictadura militar la mayor parte delas universidades e institutos de investigación pade-cieron las consecuencias del terrorismo de estado. Enlos primeros meses, por lo menos 3000 profesores,personal administrativo y estudiantes fueron expulsa-dos de las universidades por razones políticas ymuchos otros renunciaron. En el CONICET se produjola cesantía de casi un centenar de investigadores.“Hasta que no logremos purificar el área de ense-ñanza y los profesores sean todos de pensamiento eideología cristiana, no habremos logrado el triunfoque buscamos contra la izquierda revolucionaria”,sostenía por esos días el general Adel Vilas, coman-dante del quinto cuerpo de Ejército (Onis, 1976a, b).Las noticias sobre científicos desaparecidos comen-zaron a circular en periódicos y revistas científicasinternacionales.2

El CONICET fue objeto de una traumática reorgani-zación durante estos años. En 1972 se había iniciadoun proceso de creación de centros e institutos deinvestigación a lo largo del país que alcanzó su máx-ima expresión entre 1980 y 1983. Muchas de estasunidades de investigación no tenían vínculo institu-cional con las universidades. De 13 institutos acomienzos de los setenta, en 1983 pasó a tener 116institutos y 7 centros regionales. Este proceso fueacompañado de un crecimiento desproporcionado dela superestructura administrativa y significó ladesvinculación del CONICET de las universidades.

De esta forma, en un escenario económico de rece-sión el presupuesto del CONICET se multiplicó porsiete. Mientras que entre 1972 y 1975 los gastos eninvestigación por parte de las universidades repre-sentó en promedio el 24,15 % del presupuesto total,durante los años de la dictadura estos gastos se redu-jeron al 7,8 %. Inversamente, mientras que durante elprimer período señalado el presupuesto asignado alCONICET representó el 11,4 % de las inversionespúblicas en ciencia y tecnología, durante la dictadurapasó al 23 % (Weinberg, 1987: 18-19). Ahora bien, loshechos más graves en esta institución se vinculan

con el montaje de una trama administrativa para lamanipulación espuria del régimen de subsidios con elpropósito de transferir fondos públicos a manosprivadas. A partir de 1976 se creó en el ámbito delCONICET un pequeño número de asociaciones y fun-daciones -integradas, en su mayor parte, por investi-gadores y agentes administradores del CONICET-para la intermediación en el manejo de subsidiosotorgados a algunos institutos.

Superponiendo sus funciones con las del CONICET,estas personas jurídicas se encargaban de la ad-ministración de dichos subsidios, lo que les permitíarealizar operaciones financieras que generabanrentas. Estas rentas no eran rendidas por el beneficia-rio del subsidio ante el CONICET, sino que eranincorporadas al patrimonio de las personas jurídicasadministradoras. Ahora bien, el desvío de las rentasa su vez incrementaba la erosión del capital inicial,lo que llevaba a que el CONICET votara nuevossubsidios, que volvían a ser administrados por lasmismas entidades. Así se potenciaba el proceso degeneración de rentas, cuyo último destino fue lacompra de departamentos, cocheras, playas de esta-cionamiento o acciones en sociedades comerciales.Finalmente, estas asociaciones y fundaciones tam-bién recibieron del CONICET fondos específicos parala compra de edificios y departamentos, aunque enlas resoluciones se consignaba que estos se otorga-ban en carácter de “subsidios de investigación”, loque permitía eludir las exigencias de la “Ley deContabilidad”, que impone a ciertas compras delEstado los mecanismos de licitación pública. Tambiénse dieron casos de inmuebles adquiridos por estosmecanismos, que luego fueron vendidos a otras aso-ciaciones que los compraron, a su vez, con nuevossubsidios. En 1983 el CONICET fue interpelado por laFiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas yla Justicia Federal. Por su parte, en octubre de 1983,el Tribunal de Cuentas de la Nación practicó una audi-toria y solicitó que se instruyeran los correspondi-entes sumarios. Entre otras consecuencias, estoderivó en la formulación de denuncias penales ante el

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Diego Hurtado de Mendoza1

Investigación y terrorismo de estado

1 Secretario de Investigación, Universidad Nacional de San Martín. Doctor en física por la Universidad de Buenos Aires.Investigador de CONICET en Historia. Director del Centro de Estudios de Historia de la Ciencia, Universidad Nacional de SanMartín. Secretario de Investigación de la Universidad Nacional de San Martín.2 Sobre la actividad científica y los derechos humanos en la Argentina, ver Stover (1981); Westerkamp (1982); Wade (1976).

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Juzgado Nacional de lo Criminal y CorreccionalFederal N°4. Llevaría muchos años comprender sobreestas maniobras. A lo largo del tiempo, algunos de losinvolucrados en las acusaciones intentaron resig-nificar este proceso y presentarlo como persecuciónideológica (CONICET, 1989; SECyT, 1989: 29-33).

Recuperación de las instituciones durante elretorno a la democracia

El primer período presidencial que siguió a la dictadu-ra se caracterizó por fuertes limitaciones financierasmotivadas por un contexto de ajuste estructural. Losrecursos para ciencia y tecnología permanecieroncongelados durante el período 1983-1989 y, en tér-minos generales, las medidas más importantesgiraron en torno al desmantelamiento de los instru-mentos de control ideológico montados durante ladictadura.

En reemplazo de la Subsecretaría de Ciencia yTécnica (SUBCyT), que dependía de la Secretaría dePlaneamiento de la Presidencia, se creó Secretaría deCiencia y Técnica (SECyT), como dependencia delMinisterio de Educación y Justicia. Al frente de laSECyT fue nombrado Manuel Sadosky, quien asumióque “la Universidad desquiciada desde 1966 debíavolver a ser la institución creadora de cultura”. Eneste momento se reconoció “la irrupción del proble-ma tecnológico”. Al respecto, la SECyT se propusorevisar “no sólo los temas sino los puntos de vista dela comunidad científica sobre la tecnología y la inves-tigación tecnológica”. Mientras que por un lado seasumió la “tremenda importancia” de la investigaciónbásica para la tecnología, por otro lado la SECyT secomprometía a “hacer un gran esfuerzo para aumen-tar la investigación tecnológica”. En este sentido,había que admitir “que los industriales, los ganaderoso los empresarios no iban con sus problemas a laUniversidad, el CONICET o al INTA”, como tampocoera usual “que los resultados logrados en los labora-torios universitarios o institutos se volcasen a laactividad productiva”. Todos estos objetivos inicialesconfluían en una idea: “La revolución industrial delmundo de hoy es ‘cerebro intensiva’”. Entre las áreasiniciales de interés seleccionadas por la SECyT seencontraban la electrónica, la biotecnología, la aftosa,el Chagas, la micotoxinas y los complejos agroindus-triales (SECyT, 1989: 14-16, 20).

Al frente del CONICET fue nombrado Carlos Abeledo.Ahora incorporado a la SECyT, el CONICET asumió

como objetivo prioritario la reconstrucción de los vín-culos con las universidades. Así, entre las principalesiniciativas, se suprimió el sistema de financiamientode subsidios de investigación a través de directoresde instituto y se estableció un sistema de subsidios aproyectos anuales y plurianuales otorgados a travésde convocatorias públicas. De esta forma se buscóque pudieran acceder a esta fuente de financiamien-to investigadores universitarios que no pertenecían ainstitutos del CONICET. Esta medida se complementóa través del Sistema de Apoyo para InvestigadoresUniversitarios (SAPIU), que se propuso dar un incenti-vo económico a la actividad de los docentes condedicación exclusiva en las universidades que, o bieneran miembros de la Carrera de Investigador, o bienque, sin serlo, realizaban investigaciones afines a laspromovidas por el CONICET (SECyT, 1989: 36-37).Tambiénla cuestión de vincular la actividad de investigacióncon el sector productivo apareció como un problemaperentorio para el CONICET. Una de las iniciativas másvisibles fue la creación, en marzo de 1984, del áreade Transferencia de Tecnología. En este ámbito sepuso en marcha al año siguiente la Oficina deTransferencia de Tecnología y, a fines de 1986, laComisión Asesora de Desarrollo Tecnológico, com-puesta por investigadores, empresarios y funcionariosdel Estado, con el objetivo de asesorar a directorio delCONICET en cuestiones de vinculación tecnológica ypromover la inversión de riesgo dentro del sector pro-ductivo. En esta misma dirección, en septiembre de1987 se reglamentó la actividad de consultorías parainvestigadores y técnicos del CONICET (SECyT, 1989:143, 149-150).

Los noventa y la reforma del Estado

El proceso hiperinflacionario desencadenado en 1989llevó a la renuncia anticipada de Alfonsín y el 8 dejulio asumió Carlos Menem. Entre 1990 y 1994 elgobierno peronista emprendió una reforma estruc-tural, con apertura y desregulación de la economía yun programa de privatización de las principalesempresas estatales y la concesión de los serviciospúblicos a firmas en su mayoría extranjeras.

Con la partida de Alfonsín, al frente de la SECyT fuedesignado el neuro-cirujano Raúl Matera, quien enjunio de 1989 nombró al ingeniero Carlos Cavotticomo presidente del CONICET. En marzo de 1990,Cavotti pasó a dirigir la Escuela de Defensa Nacionaly en su reemplazo fue designado Bernabé Quartino,interventor de la FCEyN luego de “la noche de los

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bastones largos”. Con estos nombramientos se iniciaotro período de luchas ideológicas. En octubre deaquel año Quartino sostuvo públicamente su inten-ción de separar al CONICET de la investigación en lasuniversidades nacionales. Quartino fue desplazadodel CONICET en febrero de 1991 (Nuñez y Orione,1993: 24-31). El programa SAPIU fue desactivadodurante esos años. A mediados de los noventa, elCONICET concentraba un tercio del presupuestopúblico destinado a ciencia y tecnología. Seguían lasuniversidades y el INTA. Las tres instituciones recibíanel 75% de los recursos económicos. A continuaciónse ubicaban la CNEA, el INTI y el INIDEP (InstitutoNacional de Investigaciones Pesqueras) con por-centajes que variaban entre el 3,5 y el 5%. Ahorabien, las universidades nacionales sostenían el 50 %de los recursos humanos del sistema -investigadores,personal de apoyo y administrativos-, la mayor con-centración de recursos humanos con que contaba elpaís (Bisang, 1995: 19-21).

En 1993, Juan Carlos Del Bello fue nombrado al frentede la Secretaría de Políticas Universitarias delMinisterio de Educación. A fines de ese año, esta sec-retaría comenzó a implementar el llamado Programade Incentivos para los docentes investigadores.Motivado por el bajo nivel de ingresos de los docentesde las universidades nacionales y observando que el15 % de este sector participaba en actividades deinvestigación, el Programa de Incentivos se propusoincrementar las dedicaciones exclusivas y semiexclu-sivas, facilitar las condiciones para la conformaciónde nuevos grupos de investigación y generar unmecanismo de evaluación de proyectos de investi-gación y de categorización de docentes investi-gadores con el fin de asignarles un incentivo salarial.Al presente, este programa es objeto de numerososanálisis y polémicas.

En julio de 1996 Del Bello asumió como secretario deCiencia y Tecnología. Con el objeto de desactivar lasdisputas políticas y contrarrestar la primacía de crite-rios sectoriales, se acordó el nombramiento al frentedel CONICET de Enrico Stefani, prestigioso científicoque había trabajado por más de veinte años en elexterior. Durante la breve gestión de Stefani -no llegóa cumplir un año- se creó la Agencia Nacional dePromoción Científica y Tecnológica (ANPCyT). Lacreación de la ANPCyT respondía a la necesidad decontar con un organismo dedicado exclusivamente ala promoción, sin instituciones propias de ejecuciónde actividades de investigación y desarrollo. Por otro

lado, su dependencia de la SECyT la colocaba fuerade los ámbitos de decisión política. Entre las razonesde su renuncia, en marzo de 1997, Stefani mencionóla creación de la ANPCyT. Su paso por el CONICETsignificó una gran decepción para la comunidadcientífica.

A modo de epílogo, digamos que indudablemente lacreación del CONICET, en enero de 1958, organizó ydinamizó la investigación a escala nacional a partirdel establecimiento de reglas de juego en armoníacon estándares de producción científica interna-cionales. Ahora bien, la creación de esta instituciónrespondió más a una demanda sectorial de la comu-nidad científica y al prestigio que significó para elEstado dar apoyo a las iniciativas “modernizadoras”del momento, antes que el producto de una demandaefectiva del sector productivo. En este sentido, enparalelo con las universidades, hasta 1976 estainstitución representó los intereses de la comunidadcientífica y se caracterizó por esquemas intelectualesque promovieron una lógica de validación de la pro-ducción de tipo internalista, con escasas iniciativasde vinculación con sectores de la producción.Durante la última dictadura la creación de institutosfavoreció también la desvinculación de las universi-dades de aquellas actividades de investigación finan-ciadas por el CONICET. Esta tendencia se comenzó arevertir con el retorno a la democracia a fines de1983, cuando buena parte de los esfuerzos se orien-taron al intento de devolver al CONICET a su estadoprevio al golpe militar de 1976. Sin embargo, durantela primera presidencia de Menem se reactivaron lastensiones heredadas de la dictadura.

En cuanto al comportamiento de los científicosargentinos en este escenario, el físico Daniel Besseñala su escasa participación: “No ha sido posible consolidar la acción de entidadesinterdisciplinarias representativas de la comunidadcientífica que, sin estar controladas por organiza-ciones externas (partidos políticos, organizacionesgremiales, etc.), realicen acciones sistemáticas ycontinuas ante los gobiernos para mejorar la organi-zación de la actividad científica”. Y agrega que en la Argentina no existe una organi-zación que represente a los científicos, equivalente ala Sociedade Brasileira para o Progresso da Ciência,capaz de dialogar con los ámbitos de poder. Estafragilidad está entre las principales razones quehicieron que históricamente se promovieran interesesde grupos corporativos menores (Bes, 2005).

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Desde esta perspectiva se comprenden los intensosdebates que generó la creación de la ANPCyT. Uno delos temas fue el origen del dinero recibido. La mayorparte proveniente de organismos internacionales decrédito, como el Banco Mundial y el BancoInteramericano de Desarrollo. Se acusó a la ANPCyTde tener un espíritu mercantilista, porque se habríapropuesto transformar a las universidades en centrosproveedores de las empresas y, de esta forma, la pro-ducción de ciencia y tecnología sólo serviría en lamedida en que fuera capaz de crear productos deinmediata ganancia. También se criticó la falta dedefinición (y la superposición) de incumbencias en elreparto de funciones entre la ANPCyT y el CONICET.Sin embargo, con el paso de los años, la ANPCyTfue construyendo un lugar complementario al delCONICET, transformándose en una institución centraldel sistema científico y tecnológico argentino,principal agencia de financiamiento con que cuentaal presenta la Argentina.

Referencias Dr. Diego Hurtado de Mendoza

Bes, Daniel. 2005. “Siete problemas capitales delsistema científico- tecnológico”, Ciencia Hoy, vol. 15,num. 89, pp. 10-17.

Bisang, Roberto. 1995. Las actividades de investi-gación en las Universidades Nacionales, BuenosAires, Ministerio de Cultura y Educación.

CONICET. 1989. Informe sobre investigaciones delhechos ocurridos en el CONICET (Consejo Nacional deInvestigaciones Científicas y Técnicas). Período 1976-1983, Buenos Aires, EUDEBA.

Nuñez, Sergio y Orione, Julio. 1993. Disparen contrala ciencia. De Sarmiento a Menem, nacimiento ydestrucción del proyecto científico argentino, BuenosAires, Espasa Calpe.

Onis, Juan de. 1976a. “Argentine Purges MajorUniversity”, New York Times, 5 de agosto, p. 6.

Onis, Juan de. 1976b. “Argentine President SupportsAutonomy For the Universities”, New York Times, 12de septiembre 1976, p. 5.

SECyT. 1989. Memoria crítica de una gestión. 1983-1989, Buenos Aires, Talleres Gráficos Litodar.

Stover, Eric. 1981. Scientists and Human Rights inArgentina since 1976, Washington, DC, AAAS.

Wade, Nicholas. 1976. “Repression in Argentina:Scientists Caught Up in Tide of Terror”, Science, vol.194, pp. 1397-1399.

Weinberg, Gregorio. 1987. “Aspectos del vaciamientode la universidad argentina durante los regímenesmilitares recientes”, en Universidad y política enAmérica Latina, México, Unam.

Westerkamp, José F. 1982. “Acerca de la física en laArgentina, durante la última década”, Síntomas,num. 4, pp. 33-38.

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En el 2006 se cumplieron 30 años desde que ungolpe militar instaló un proceso genocida en nuestropaís. Ese año se realizaron múltiples eventos dehomenaje a las víctimas de distintos sectores:abogados, trabajadores, periodistas, artistas,escritores, estudiantes y casi todo el espectro deconjuntos sociales afectados por la represión.

La sanción de la Ley 25.779 declarando insanable-mente nulas las leyes conocidas como de ObedienciaDebida y Punto Final, reabrió la posibilidad de pensarnuevamente que la justicia es factible y que no siem-pre viviremos bajo el dominio de la impunidad. Sinduda estas medidas junto con la reapertura de losjuicios a los responsables de la represión generaronun nuevo escenario para la recuperación de la memo-ria. Memoria, Verdad y Justicia tan necesarias paratransitar el camino de la reparación de una sociedaddañada en la profundidad de sus relaciones socialesy humanas, pero también debilitada en su institu-cionalidad.

Cuando la Ingeniera Águeda Menvielle, Directora deRelaciones Internacionales de la Secretaría deCiencia, Tecnología e Innovación Productiva, me pro-puso hacer una actividad referida a la afectación de laCiencia y la Tecnología en el marco de los 30 años delgolpe de estado, aunque ya habían pasado 31, mequedé pensativa tratando de relacionar la propuestacon mis actividades actuales como Directora Nacionalde Derechos Económicos, Sociales, Culturales y DeIncidencia Colectiva.

En los días que transcurrieron entre la propuesta y lasiguiente reunión fueron surgiendo imágenes y situa-ciones que encadenaban una historia personal, pero ala vez colectiva: cuando entré al aula de sexto gradoen junio de 1966 y mis compañeras habían escritogrande en el pizarrón: golpe militar. Las discusiones,a penas entendidas, de los arqueólogos que concu-rrían a mi hogar sobre la conveniencia o no de llevara cabo el Congreso de Americanistas, largamente

preparado, bajo las circunstancias del gobierno defacto y la noche de los bastones largos. Luego, enEstados Unidos con mi familia, la presencia de losprofesores argentinos que habían buscado en esepaís un lugar donde proseguir sus investigaciones.

Al regreso y en los albores de un nuevo período insti-tucional: el placer de escuchar a un Floreal Ferrara enel ingreso a medicina enseñándonos los principios delsanitarismo; el entusiasmo de los médicos delHospital de Niños de La Plata en la búsqueda denuevas formas de atención integral incorporando lasmadres y familias en el tratamiento de los niños inter-nados; el esfuerzo de los médicos, enfermeras,psicólogas y terapeutas ocupacionales buscandoinnovar en el tratamiento de los pacientesPsiquiátricos del Hospital Melchor Romero. Pero esetiempo duró poco. Sólo para mencionar algunosepisodios posteriores que fueron signando una época:la cara de los médicos de sala de partos, donde tra-bajaba como enfermera, por el asesinato a manos delas 3 A, del pediatra del equipo, Dr. Mario Jersianik(1975). Mi padre, premio nacional de ciencias, dejadocesante en 1976 por un decreto de dos líneasdespués de haber aportado más de 30 años a lainvestigación arqueológica. El encarcelamiento ydesaparición de numerosos colegas antropólogos; elaniquilamiento del Cuerpo de Delegados del Museode Ciencias Naturales de La Plata; el despido men-cionado en voz baja, en el hospital donde trabajabapara sobrevivir en el exilio interno en Buenos Aires,del equipo de cardiólogos de primer nivel del Hospitalde Niños Ricardo Gutiérrez. Luego, ya en el exilioexterno los economistas, matemáticos, agrónomos,sociólogos, médicos, ingenieros, arquitectos, etc.cuyas historias sólo surgían fragmentadas en algunasconversaciones cuando nos reuníamos los ¨argenmex ̈ deXalapa,Veracruz.

Sin duda la atrocidad de las desapariciones forzadasy la búsqueda de los desaparecidos por las Madres yAbuelas de Plaza de Mayo, en un primer momento

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Ana González1

El Caso de Salud y Ciencias Sociales Algunas reflexiones propias

1 Directora Nacional de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y de Incidencia Colectiva de la Secretaría de DerechosHumanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Fue Coordinadora General del Instituto Nacional de AsuntosIndígenas. En Guatemala, México y Argentina ha desarrollado una amplia actividad en las áreas de derechos humanos, dere-chos de las mujeres y derechos de los pueblos indígenas.

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ocuparon prácticamente toda la escena en la luchapor los derechos humanos. Pero a medida que fuepasando el tiempo otros relatos comenzaron a surgiry fueron completando el panorama: los presos, losexiliados, el exilio interno, los sobrevivientes, lasfábricas y empresas cerradas, las carreras y universi-dades desmanteladas, etc. en fin la reflexión de losefectos del terrorismo de Estado sobre toda lasociedad y los distintos aspectos del quehacercolectivo.

En el caso de los científicos se dio una situaciónmuchas veces paradójica: muchos partieron alextranjero ya sea por persecución o por no encontrarlas condiciones adecuadas para desarrollar su traba-jo, en otros países pudieron crecer y en muchos casossobresalir en sus disciplinas. Sin embargo bastóahondar un poco para comprender que no sólo losgolpes militares afectaron la labor científica, sinotambién los planes económicos que no valoraron laimportancia de la ciencia y la tecnología para eldesarrollo de un país, la falta de presupuesto o decarreras de posgrado producto de esta orientaciones,que obligaron a los científicos a emigrar. Pero en todocaso el éxodo de mentes lúcidas y conocimiento acu-mulado fue, y es, una pérdida para el país y para lasociedad toda que menoscaba las bases para unproyecto de desarrollo autónomo y soberano. En laactualidad no es posible pensar un proyecto dedesarrollo y una sociedad justa e inclusiva si no seasienta sobre el conocimiento y sobre la técnica. Elderecho a la salud, la educación, los alimentos, lavivienda, el medioambiente sano y equilibrado, lasoberanía de un país y su independencia económica,están estrechamente vinculados al desarrollo de laciencia y la tecnología. En el artículo 15 del PactoInternacional de Derechos Económicos, Sociales yCulturales, adoptado por la Asamblea General deNaciones Unidas en 1966, e incorporado a nuestraConstitución Nacional en 1994 (CN art. 75 inciso 22)se reconoce el derecho de toda persona a gozar delos beneficios del progreso científico y sus aplica-ciones y deben garantizar el acceso a este derechocomprometiéndose, entre otras medidas, a respetarla indispensable libertad para la investigación cientí-fica y la actividad creadora (PIDESC, artículo 15).

Estas fueron las reflexiones que nos impulsaron acomprometernos a convocar este seminario comoinicio de una reflexión y un debate que nos permitaconstruir aprendizajes a partir de los acontecimientoshistóricos, que nos permita obtener lecciones y

elaborar propuestas a futuro que aspiramos a quesean escuchadas por los decisores de políticaspúblicas, pero que también convoque a distintos sec-tores sociales, estudiantes, científicos jóvenes, etc. Lamemoria no es pasado, es presente y es futuro.

El caso de la salud y las Ciencias Sociales Relatoría

Este panel abordó el tema de las vicisitudesacontecidas con las ciencias de la salud desde laperspectiva del sanitarismo, la atención primaria de lasalud y la salud mental antes, durante y después dela dictadura militar de 1976. En términos de lasciencias sociales se tomó en consideración el casoespecífico de la Antropología. En este sentido enten-demos que este seminario intenta instalar, inicial-mente, un debate, que analizando la historia de laciencia y la tecnología en nuestra sociedad, nos per-mita entender algunos de los problemas actuales queeste campo presenta y sacar lecciones para posi-cionar el conocimiento científico como uno de lospilares del desarrollo autónomo de un país. Por ser elinicio de una actividad necesariamente quedan temasy posturas sin abordar. Esperamos que en un futurose puedan convocar otras disciplinas sociales para ircompletando el panorama.

Alicia Stolkiner mostraba como el terrorismo deEstado, paradójicamente había generado un desarrol-lo teórico en el campo de la salud mental alrededorde los efectos del terror sobre la subjetividad de laspersonas y los conjuntos sociales. Otro tanto sepodría decir del avance de los estudios genéticos, enlos que el Doctor Víctor Penchaszadeh es una figurainternacional, que se constituyeron en un instrumen-to para identificar a los niños apropiados durante ladictadura, tal como lo expresó Estela de Carlotto.

Este seminario es una muestra de lo difícil que es y eltiempo que debió transcurrir para poder reflexionarsobre el tema. Sin embargo este seminario ha permi-tido unir algunos de los fragmentos en que estallónuestra sociedad producto del terrorismo de Estado,y si bien la mayoría de los académicos y científicos,acostumbrados a la racionalidad y objetividad de laciencia, habló tomando una “distancia objetiva” sobrela experiencias que le tocaron vivir, no ha dejado deestar presente un nivel de estremecimiento emocio-nal al recordar lo sucedido en los diversos espaciosde trabajo y estudio, en los que al fin de cuentas lacomunidad científica construye su identidad.

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Recuperar esta memoria sirve para comenzar a tran-sitar los caminos de la reparación tanto subjetiva ypersonal, como colectiva, que permite recomponer yrecuperar la historia de la ciencia y la tecnología ennuestro país para proyectarla hacia el futuro.

Es interesante como a lo largo del seminario lashistorias y vicisitudes personales dan cuenta de losprocesos sociales colectivos. Resultó muy emocio-nante escuchar a Félix Schuster, decir que recién 30años después, y producto de los relatos de sus cole-gas del panel 2 explicando cómo se desmanteló laUniversidad Nacional del Sur, ha podido comprendera cabalidad las razones de su detención y el lugar enque estaba parado en una universidad que era identi-ficada por los sectores conservadores de la sociedadde Bahía Blanca como peligrosa, mientras que lacarátula de su prontuario se inicia con una palabra:judío. Estos son ejemplos de cómo se construye, loque algunos estudiosos de los procesos genocidas,llaman la otredad negativa, como requisito y preludiode la represión.

Tanto en el terreno de la salud colectiva como de lasciencias sociales, a partir de las exposiciones de lospanelistas, los paradigmas críticos de investigaciónde estas ciencias, vinculados a pautas para las políti-cas públicas y la acción, que se fueron desarrollandoentre los 60 y los 70, fueron considerados por elProceso de reorganización Nacional, como peligrososy de ahí la necesidad de erradicarlos instalandonuevos paradigmas hegemónicos. No sólo se persi-guió, con desaparición, cárcel o exilio de los investi-gadores, sino también se prohibieron textos, suprimieroncarreras y facultades, se suprimió el debate y se redujoa la marginalidad a las voces críticas.En el caso de la salud se sentenció y reprimió unparadigma de conocimiento que ubicaba la saludpública colectiva como un derecho y como sistemade atención, al igual que en el campo de la saludmental se atacó un paradigma de producción deconocimiento y de acción terapéutica que ponía en eleje en lo colectivo y el respeto por la autonomía y losderechos de los pacientes en tanto sujetos. Frente ala salud como derecho humano se impuso el para-digma de salud como mercancía sujeta a las leyes delmercado. En este sentido los panelistas destacan elaccionar, no sólo de las fuerzas represivas, sino tam-bién de las distintas corporaciones (médica, sindical,farmacéutica, etc.) que se beneficiaron con laimplantación de estas orientaciones que prevalecenhasta nuestros días.

Las Ciencias Sociales en tanto instrumentos quepermiten reflexionar sobre la sociedad fueron consi-deradas intrínsecamente subversivas por lo quesuprimieron carreras, se eliminaron facultades, sedetuvieron, desaparecieron docentes y estudiantes ymuchos debieron marchar al exilio. El ambiente delibertad y libre expresión que se requiere para la pro-ducción científica fue suprimido. Se hicieron listas delibros prohibidos. Y lamentablemente en esta tareapersecutoria participaron algunos colegas de ladisciplina. Estas acciones, junto con las restriccionespresupuestarias producto de políticas neoliberalesposteriores a la dictadura se reflejan en las debili-dades institucionales y distintas dificultades quepresentan las ciencias sociales hoy, nos relata la Dra.Beatriz Alasia. Ella hace un análisis comparativocon Brasil, país, que si bien sufrió una dictadura, launiversidad, la investigación y las ciencias no fueronatacadas de la misma manera en que lo fueron ennuestro país y hoy presenta una mayor solidez insti-tucional que carecen, en general las ciencias socialesen nuestro país.

Los tres panelistas coinciden en que con el adveni-miento de la democracia no se revirtió esta situación,sino que por el contrario se siguieron tomandomedidas que fueron consolidando los paradigmasimpuestos en la dictadura. Consideramos que estasreflexiones, las lecciones que nos permiten extraerson fundamentales para que las nuevas generacionespuedan escucharlas, se hace necesario compartirlascon los jóvenes, no sólo los momentos dramáticos ydifíciles, sino también compartir el apasionamientopor la investigación y el estudio, la alegría y el placerdel trabajo.

La memoria es un instrumento para aprender las lec-ciones del pasado y comprender las dificultades delpresente, pero fundamentalmente debe servir paraproyectar hacia el futuro, el poder reflexionar el lugarde la ciencia y la tecnología para pensar un proyectode país, qué tipo de sociedad y país queremos cons-truir, y qué ciencia y tecnología necesitamos para ello.De las exposiciones surge el compromiso con unasociedad inclusiva y justa, y de una investigacióncientífica que se cuestiona su función ética, de aque-llos sectores científicos y técnicos que fueron ataca-dos y dañados durante la dictadura. Una verdaderademocracia requiere de una pluralidad de voces y lasciencias para desarrollarse requieren de libertad depensamiento, crítica y flexibilidad, que es lo contrariodel paradigma del pensamiento único.

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Relatoría sobre la disertación de la Dra. MaríaSaucede

Comienza su análisis a partir de su vivencia desde elcomienzo de su etapa estudiantil en donde “La nochede los bastones largos” marca el entorno de su vidauniversitaria.

Comenta que “el impacto de la represión no soloprodujo pérdidas físicas, de exilios, cárcel o torturasde personas sino también pérdida de capacidadescientíficas, de fragmentación de equipos, de discon-tinuidad de líneas de investigación.

Los equipos más diezmados, atacados e inclusoconocimientos negados como tales, fueron aquellosque desde las diferentes disciplinas, trataron deintegrar los aspectos sociales con los productivos,y reconocer las profundas diferencias e inequidadentre los sectores rurales”.

Rescata no obstante, islas académicas e institu-cionales como la cátedra Agricultura General, el INTAcon programas atención a la familia rural y ocupaciónterritorial, A nivel de la formación superior y de pos-grado en ciencias agropecuarias, las Maestrías enEconomía y Sociología Rural, Producción Vegetal,Edafología, Producción Animal y Estadística y Bio-metría organizadas y financiadas por las Univer-sidades de Buenos Aires, La Plata y Mar del Plata(Unidad Integrada Balcarce), el INTA y la FAO, luegointerrumpidas provocando un fuerte deterioro en elfortalecimiento de las capacidades locales.

Comenta desde su visión que la mayor pérdida en elproceso de generación de conocimiento científico ytecnológico en el campo agropecuario, fue justa-mente la fragmentación de la visión de los diferentessistemas productivos, y la formación de profesionalesque sólo tuviesen una mirada sesgada hacia losgrandes productores, desconociendo los requerimientostecnológicos y de desarrollo a nivel de integraciónsocial de la gran mayoría de los pequeños productores.

Concluye planteando como propuesta en el ámbitoagropecuario, “avanzar en la consolidación de unapolítica científico-tecnológica de integración nacional.

Relatoría sobre la disertación del Ing. JorgeAdámoli

Comienza su disertación planteando diferentes perio-dos y causas sobre la ruptura y reconstrucción de lasciencias.

- Pérdidas causadas por la violencia represiva, en particular la generada por los golpes del 66 y del 76

- Pérdidas provocadas por el ahogo económico, en especial durante el período 1983-2001

- Pérdidas por la intolerancia

El año 1900 fue no sólo el comienzo de un nuevosiglo, sino también el año en que la Facultad deDerecho de la UBA rechazó la Tesis Doctoral del jovenAlfredo Palacios, sobre “La miseria en la RepúblicaArgentina”.

A partir del primer gobierno peronista (1946-55), apesar de su legítimo origen democrático y de sufuerte impacto en las condiciones de vida de lostrabajadores, se dio la cruel paradoja de un largoperíodo de persecuciones políticas y oscurantismo enla educación, en la vida científica en general y en lainvestigación agropecuaria en particular.

La restauración conservadora llevada a cabo por laLibertadora, precedida por los bombardeos a lapoblación civil en Plaza de Mayo, las persecucionesamparadas en el monstruoso decreto 4161, los fusila-mientos formales y clandestinos, paradójicamentedejó cuatro hitos fundamentales para la ciencia y latecnología argentinas: la creación del INTA, del INTI,del CONICET, y la normalización de la UBA.

Rescata el periodo donde el Dr. Risieri Frondizi asumeel rectorado de la UBA, se produce un proceso de

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José Alberto Catalano1

El caso Agronomía

1 Asesor y Responsable Programa Agricultura Familiar del INTA. Ingeniero Agrónomo de la Facultad de Agronomía de laUniversidad Nacional de La Plata. Jefe de la Agencia de Extensión Rural INTA Corrientes, y Coordinador de Extensión de laEstación Experimental Agropecuaria de Corrientes. Master en Desarrollo Rural en el I.A.M. (INSTITUT AGRONOMIQUE DEMONTPELLIER). Ex Coordinador de la Unidad de Minifundio del INTA. Representante PROCISUR.

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modernización institucional, lográndose altos nivelesde calidad científica. la creación de EUDEBA que enpocos años se convierte en la mayor editorial dehabla hispana. El motor de este proceso universitariose dio básicamente en la Facultad de CienciasExactas y Naturales, durante el período en que fueronDecano y Vicedecano los Dres. Rolando García yManuel Sadosky.

Reseña el golpe de Onganía con los nefastosimpactos provocados. Es intervenida la UBA, hechoque culmina en la “Noche de los bastones largos.Destrucción planificada de equipos enteros de inves-tigación, de EUDEBA, de la extensión universitaria, Larenuncia de 1.300 que abrió las puertas a un procesode éxodo masivo de talentos a diversas universidadesdel mundo.

En contraste remarca, el INTA no sólo sobrevivió, sinoque la firme conducción de un gran profesional ydemócrata, el Ing. Agr. Ubaldo García, permitió nume-rosas incorporaciones de científicos cesanteados.

Estudia en Francia y vuelve el año 73 incorporándoseal INTA Salta y también a los equipos técnicos delgobierno provincial del gobernador Ragone, donde seinvolucra internamente en los enfoques sobre lo quedebería ser el INTA. La dirección del INTA de Cerrillosen ese entonces, actuaba como un apéndice de losgrandes productores, mientras que otros técnicos enparticular de Tucumán y Salta sostenían que teníaque defenderse un compromiso con los pequeñosproductores. Cesanteado en 1974 trabaja en la OEAIICA y en Brasil por un período de 11años.

Regresa con la democracia pero lejos de ver unrenacer, fue testigo de una prolongada agonía delaparato científico y tecnológico por el ahogoeconómico y la falta de perspectivas, que culminó enla debacle del 2001.

En síntesis, comenta que la Argentina ha experimen-tado muchas formas de destrucción de su sistemacientífico-técnico: las persecuciones políticas, ladestrucción de equipos de investigadores, elexterminio, el ahogo presupuestario y nos proponeque en la reconstrucción aprovechemos las lec-ciones de la historia y no perder la memoriaexigiendo el castigo de los responsables y de suscómplices en el sistema científico-técnico, paraque siga vigente el Nunca Más.

Relatoría sobre la disertación del Ing. AlbertoDaniel Golberg

Comienza relatando lo que considera los diversosperiodos de ruptura en la historia de nuestro país:

Arranca en 1943 cuando el gobierno militar deentonces dejó cesante en el Instituto de Fisiología(Facultad de Medicina-UBA) a Bernardo Houssay. En1962 el gobierno interviene el Instituto Malbrán,César Milstein que dirigía allí el Departamento deBiología Molecular ve desintegrarse su equipo debidoa las cesantías dictadas por motivos políticos.

Otro hito fue la llamada “Noche de los BastonesLargos”, la intervención del gobierno Ongania a lasUniversidades Nacionales en 1966.

En 1974, el ministro Ivanisevich, nombrado por lapresidenta Isabel Martínez de Perón retoma la tradi-ción histórica de intervenir las Universidades, seproduce un nuevo ejército de docentes/investi-gadores desocupados. También por esa época seaplica en institutos de investigación como el INTA y elINTI una ley de prescindibilidad y muchos técnicosinvestigadores son despedidos.

Finalmente hace mención a la dupla Menem/Cavalloquines desempolvan en 1990 la ley de prescindibili-dad produciendo una nueva sangría, esta vez en losinstitutos de ciencia y tecnología del estado.

Luego en su exposición comenta su experiencia en loque denomina “La ruptura de un agrónomo argentino”.Una vez recibido en 1966 hace el master enFisiología Vegetal en la UNLP e ingresa al INTAPergamino. Se integra a un equipo del INRA y realizatrabajos sobre el efecto de la sequía en especiescultivadas. Realiza estudios de posgrado en laUniversidad de París conducentes a la obtención delDiplome d�Etudes Aproffondies.

En 1973 integra como Director de Agricultura unnumeroso equipo de jóvenes reunidos por elIngeniero Guillermo Gallo Mendoza, Ministro deAsuntos Agrarios de Buenos Aires.

En Marzo del 76, pocos días después del 24 un grupodel ejército lo detiene y conducido (estaba enca-puchado), a una unidad del ejército en la ciudad deSan Nicolás.

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Bajo tortura se entera de las causas de su culpa-bilidad: haber formado parte de un grupo de estu-diantes y profesionales de la Agronomía que duranteun par de años celebrábamos reuniones en laEstación Experimental de Paraná con el objeto dereflexionar sobre la realidad del sistema agrarionacional y haber desarrollado actividad gremialdestacada en el marco de la Asociación del Personaldel INTA (APINTA).

Fue liberado a fines de 1977 después de pasar por lacárcel de San Nicolás y la de Sierra Chica.

Dejo el país hasta fines de 1978 desempeñándosecomo docente de Fisiología Vegetal y Ecología en laFacultad de Agronomía de la Universidad NacionalAutónoma de Honduras. Pudo haber ejercido desde1977 sin embargo no pudo hacerlo debido a que laPolicía Federal no le otorgaba el pasaporte. Es en estaetapa donde vive una situación sumamente especialcon la Policía Federal. Si bien el Proceso concluyóhace más de treinta años al parecer los prontuariosperduran y para obtener el pasaporte se vio obligadoa realizar un juicio ante el Juzgado Federal de SantaRosa cuyo fallo favorable lo obtuvo a fines del 2006.Esta acción de la Federal ha entorpecido cada uno delos muchos viajes que realizara al exterior en elmarco de proyectos con Universidades como la UCLAo la Católica de Lovaina.

No cree ser una excepción en la aplicación de estapenalidad anticonstitucional por parte de la Federalasí que sería importante que la Secretaría deDerechos Humanos investigara mi denuncia, para ellopongo mis antecedentes a su disposición.

Continuó su exilio en México donde trabajo en elInstituto Nacional de Investigaciones sobre RecursosBióticos en temas relacionados con ecofisiología delcafetal, dirigiendo el departamento de Agroeco-sistemas, como docente en la maestría en Ecología yRecursos Bióticos y formando parte del ConsejoDirectivo del mencionado instituto, también actuócomo docente, profesor de Fisiología Vegetal yEcología en las Facultades de Biología y de Agronomíade la Universidad Veracruzana.

En 1983 pasa a desempeñarse como investigador enla Unidad de Fitotécnia Tropical de la Facultad deCiencias Agronómicas de la Universidad Católica deLovaina (Bélgica).

En 1988 por intercesión del entonces DirectorNacional del INTA Dr. López Saubidet se reintegrapara trabajar en la Estación Experimental de Anguil.

En 1990 lo incluyen a una lista de personal pres-cindible, con la mediación del entonces DirectorRegional, Dr. Ernesto Viglizzo y del Consejo Regionalconsiguen retirarlo del listado.

En relación a su propuesta de reconstrucción proponeel Ing. Golberg el dictado de una ley general de cien-cia y técnica así como se ha hecho con la Educaciónactuaría como una brújula para señalar hacia dondedebe encaminar el país su política científica.

Conclusiones

1. Los tres disertantes realizan un análisis sobre elorigen de la ruptura, si bien profundizan sobre losestragos producidos desde 1976 con la dictaduraferoz y genocida han existido otros ejemplos contun-dentes en nuestra historia Argentina que marcan lasépocas de intolerancia en nuestro país para con lasciencias. Se remontan desde 1900 (Adamoli) ó perio-dos más recientes (1945) Adamoli y Golberg, 1966con “la noche de los bastones largos” (Adamoli,Golbert y Saucede) hasta el periodo de 1983/2001con el ahogo económico y la ley de prescindibilidad.

1.1. Los tres profesionales han desempeñado y /odesempeñan actividades profesionales en el INTAInstituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.

1.2. Se constata, y fundamentalmente en el períodode ruptura acontecido con la dictadura militar que silos militares fueron el brazo ejecutor de las atroci-dades vividas, en los distintos estamentos de lasociedad civil y sus instituciones hubo complicidad yaceptación para llevar el plan de exterminio y rupturade los equipos y profesionales que desarrollaron susactividades en esa época.

2. A su vez se remarca que cuando existieron condi-ciones políticas explícitas de apoyo tanto en laUniversidad como en el INTA, se constituyeron enelementos positivos y de rápida respuesta.

3. Propuestas

3.1. La Dra. Maria Saucede nos propone,

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Avanzar en la consolidación de una política cientí-fico-tecnológica de integración nacional que entiendaa los derechos humanos como soberanía alimentaria,soberanía sobre el uso y gestión de los recursosnaturales, soberanía energética, en un marco decompetitividad y equidad social.

3.2. El Ing. Jorge Adamoli nos propone,

a) En la reconstrucción aprovechemos las lec-ciones de la historia.b) No perder la memoria exigiendo el castigo delos responsables y de sus cómplices en el sis-tema científico-técnico, para que siga vigente elNunca Más. c) Deben superarse las condiciones de ahogoeconómico y las formas sutiles de discrimi-nación, como las evaluaciones basadas exclusi-vamente en supuestos índices de impacto comoúnico criterio de evaluación de la excelencia.

3.3. El Ing. Daniel Golberg nos propone,

El dictado de una ley general de Ciencia yTécnica.

Fijar una proporción del PBI destinada al finan-ciamiento del sistema científico.

Dicha ley por su importancia debería ser genera-da desde la base. Es decir, su elaboración deberíacontar con el aporte de los “obreros” de la cien-cia (los investigadores), a docentes, empresarios,políticos, etc.

Considera que la ley general de política científicay técnica debería convertirse en política de esta-do, substraer en lo posible al sistema científico ytécnico de los vaivenes de nuestra sinuosa políti-ca económica y de los cambios de simpatía delos gobernantes de turno.

Deberían establecer políticas de desarrollo cien-tífico regional propiciando la creación de redes deinvestigadores para temas de importanciaregional, tal como lo realiza la Unión Europea.

La instrumentación de programas de intercambiode estudiantes entre universidades de distintospaíses pertenecientes al MERCOSUR,

Un aporte significativo de dinero para propiciar larealización de estudios de posgrado en institu-ciones universitarias extranjeras de reconocidoprestigio, asegurándole a los futuros especialis-tas un espacio acorde a sus merecimientos alproducirse su regreso.

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Documentos seleccionados a la convocatoriapara la presentación de trabajos

Jorge Aguirre y Raúl CarnotaRosa Nagel

Enrique E. Pasqualini

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Una estrategia nacional de desarrollo tecnológicocon visión regional.

La época del retorno democrático en Argentina.

Al finalizar la prolongada y siniestra dictadura militarque asoló la Argentina entre 1976 y 1983 los argenti-nos dejábamos de ocupar las noches en angustias ytemores y abandonando las pesadillas del pasado,nos entregábamos a soñar nuestro futuro. En estaatmósfera le cupo al Dr. Raúl Alfonsín encabezar elprimer gobierno democrático. En un gesto destinadoa resaltar la trascendencia que se asignaba en elnuevo gobierno al desarrollo de la ciencia y la tec-nología, el nuevo presidente nombró al frente dedicha Secretaría al Dr. Manuel Sadosky, figura con-sular de la mejor tradición de la ciencia argentina, quehabía sido creador del legendario Instituto de Cálculode la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA e ini-ciador de la computación académica en la Argentinay Uruguay.

El proyecto elaborado por un sector de la intelectua-lidad, que formaba parte de los equipos técnicos delnuevo gobierno, aspiraba a recuperar el “tren perdi-do” del desarrollo nacional. Los motores serían unconjunto de políticas públicas que promoviesen elacceso directo a la nueva ola tecnológica, caracteri-zada por algunos autores como Tercera RevoluciónIndustrial (3RI).

Este concepto aparece en los años 70 y refleja eladvenimiento de un nuevo paradigma tecnológico-económico de acumulación capitalista, sustentado enel desarrollo del Complejo Electrónico-Informático, laBiotecnología y los Nuevos Materiales. En este nuevomodelo de acumulación se realizaba un traslado delas “ventajas comparativas” desde las riquezas natu-rales y su explotación primaria hacia el dominio de laciencia y la tecnología.

El Ministro de Ciencia y Tecnología de Brasil, RenatoArcher, sintetizó con mucha claridad esta percepciónen el discurso pronunciado con motivo de la inaugu-ración de la primera de las EBAI (Escuelas ArgentinoBrasilera de Informática): “La mutación del OrdenEconómico Internacional representa un desafío cru-cial para las economías en desarrollo y, en especial,para las economías de industrialización tardía, comoel Brasil y como la Argentina. El impacto de la llama-da revolución microelectrónica acelera el progresotecnológico en los países avanzados, modificandoincesantemente la estructura de producción de variasramas industriales”. Agregaba luego que, como con-secuencia del mencionado fenómeno, “la brecha tec-nológica entre los países del primer y del tercermundo amenaza ampliarse, profundizando los nivelesde dependencia de nuestros países, en relación a lasgrandes potencias industriales”, y postulaba que,para evitar esta profundización, era necesario “elestablecimiento de proyectos nacionales en los sec-tores de tecnología de punta”. En el caso de laInformática, idéntica preocupación había llevado, ya ainicios de los años setenta, a la Oficina Interguber-namental para la Informática (IBI), con sede en Roma,a promover lo que se dio en llamar “PolíticasNacionales de Informática”, con el explícito objetivode evitar la profundización de la brecha tecnológica.

Estas políticas deberían promover proyectos, depen-diendo de las características del país que las postu-lase, que podían ir desde una actitud autónoma comousuarios hasta el diseño y fabricación de proce-sadores, pasando por la asistencia y mantenimientopropios del equipamiento importado, el desarrollo deuna industria de software y la producción de equiposperiféricos y/o de menor porte. En las conclusiones dela Conferencia SPIN (por Strategies and Policies inInformatics), organizada por el IBI en Torremolinos,España, en 1978, se pueden leer expresiones como“Hay muchas cosas que se pueden hacer exceptodejar hacer”, que señalan las urgencias de la época.

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Jorge Aguirre1 y Raúl Carnota2

Las Políticas académicas de desarrollo de la Informática en elretorno democrático y su posterior ruptura, el PABI, las EBAIy la ESLAI

1 Universidad Nacional de Río Cuarto. 2 Raúl Carnota, Universidad Nacional de Tres de Febrero. Este trabajo se ha desarrollado parcialmente en el marco del proyecto SaMCA subsidiado por SCyT-UNRC.

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Antecedentes en la región

La historia de los años precedentes del Brasil y laArgentina había mostrado, en el plano de las políticasInformáticas, dos caminos divergentes:

En Brasil, el régimen militar, en el poder desde 1964,había visualizado la importancia estratégica delComplejo Electrónico Informático. A partir de 1974(luego de un prototipo de investigación exitoso en laUniversidad de San Pablo) se empezó a desarrollaruna industria local, beneficiada con crecientes medi-das de protección. En 1976 la CAPRE (Coordinaçãodas Atividades de Processamento Eletrônico), surgidapara racionalizar las compras de equipamiento delEstado, fue reforzada y se le planteó un nuevo objeti-vo: que Brasil alcance la capacidad tecnológica paradiseñar, desarrollar y producir equipamiento elec-trónico y software. Para monitorear estas políticas secreó en 1979 la SEI (Secretaría Especial para laInformática), inicialmente parte del Consejo Nacionalde Seguridad. La principal herramienta utilizada fue lareserva de mercado, primero para minicomputadoresy luego extendida a los microcomputadores en losochenta.

En Argentina, ya en 1974 la empresa Fate Electrónicahabía encarado un ambicioso proyecto industrial,consistente en el diseño de una computadora al niveldel estado del arte de ese momento. Sin embargo elgolpe militar de 1976 encumbró una políticaeconómica de signo opuesto, presidida por el dogmaliberal y la apertura irrestricta. Finalmente, a iniciosde los ochenta el proyecto Fate fue archivado.Simultáneamente, por influjo de la prédica del IBI ydel momento histórico, se había creado, durante elgobierno militar, una Subsecretaría de Informática,aunque inoperante en términos de proyectos dedesarrollo. Como resultado de las políticas aplicadasdurante la dictadura, el escenario desplegado en elmomento de la asunción del gobierno democráticoargentino no era promisorio. Un informe elaborado en1984 afirmaba que “...La rama electrónica habíacomenzado un proceso de desarrollo en nuestro paísque se quebró, a partir de 1976, por el efecto combi-nado de la política aperturista adoptada, la elevación

de las tasa de interés, la sobrevaluación cambiaria y,entre otros factores, la falta total de estímulos para suconsolidación y desenvolvimiento. Estas circunstan-cias condujeron también a la desaparición de los gru-pos de Investigación y Desarrollo (I+D) y al éxodomasivo de técnicos y profesionales vinculados a laelectrónica...” 3

El proyecto informático

Dentro del proyecto estratégico impulsado por sec-tores del gobierno de Alfonsín con la intención de queArgentina pudiera “abordar el tren de la 3RI” a partirde políticas públicas, la informática era una piezaclave. Una prueba clara de esta afirmación se puedeleer en los Lineamientos de Política Científica yTecnológica, donde la única referencia específica auna disciplina dentro de la enunciación de los obje-tivos es la siguiente: “...Alcanzar una autonomía tec-nológica en el campo de la Informática...”, a través,entre otras formas, de “...Realizar acciones en elámbito latinoamericano, de conformidad con las res-oluciones de la VIII Conferencia de AutoridadesLatinoamericanas de Informática (CALAI)...”. 4

Las referencias a la cooperación latinoamericanaeran parte de una tendencia de los años previos,reforzada por la guerra de Malvinas y por la necesi-dad que tenía, tanto el gobierno de Brasil, como unsector de sus empresarios, de encontrar aliados en suenfrentamiento con los EEUU a raíz de la política dereserva de mercados. 5

En América Latina se había constituido la Conferenciade Autoridades en Informática (CALAI). En 1982, comoArgentina había sido discriminada, por causa de laguerra de Malvinas, como sede de la ConferenciaInternacional de Investigación Operativa (IFORS), seforma la Asociación Latinoamericana de InvestigaciónOperativa (ALIO) que pasó a organizar sus propiasconferencias. En 1981 los industriales brasileñosimpulsaron la formación de la FLAI (Federación LatinoAmericana de Usuarios de Informática). En 1983, enel marco del Congreso que reunió a las 13 JornadasArgentinas de Informática e Investigación Operativa(JAIIO) y 1era. USUARIA, se realizó la Semana de la

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3 Documento Base de la CNI. SECYT, octubre de 1984.4 Lineamientos de Política Científica y Tecnológica (SECyT, 1985).5 Por otra parte, ya Sadosky había mostrado su vocación latinoamericana, integrando a los profesores e investigadoresuruguayos a todas las actividades del Instituto de Cálculo (incluyendo el uso igualitario y gratuito de su computadora), fun-dando y dirigiendo luego el Centro de Computación Científica de la Universidad de la República de Uruguay (1966 a 1973) yeligiendo luego a Venezuela como lugar de su exilio, donde continuó su labor.

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Comunidad Informática Argentino-Latinoamericana,organizada por la FLAI. En la misma se expuso laexperiencia de la industria informática brasileña, quecausó un importante impacto. También se hizo unapresentación del IBI y de sus futuras actividades yproyectos.

En 1984, por decreto de Presidencia, se crea laComisión Nacional de Informática (CNI), con el objeti-vo de definir Políticas Nacionales (PNI). Dicha CNI seintegró con representantes de todas las dependen-cias de gobierno vinculadas al tema (entre ellasIndustria, Comercio, Comunicaciones y Ciencia yTécnica) y de las Universidades Nacionales. El Planelaborado aspiraba a generar una industria nacionalde informática y electrónica, para lo cual recomen-daba estimular la producción local a través de unesquema de promoción industrial y proponía como unimportante objetivo la incorporación de conocimien-tos técnicos y el desarrollo de recursos humanos. Eneste último aspecto, se aspiraba a la generación deun pensamiento original, ubicado en las fronteras delconocimiento de la época.

Las vicisitudes del proyecto de promoción industrialno son motivo de este trabajo, aunque su trayectoriano estuvo desvinculada de la suerte corrida por losproyectos académicos. 6

En el plano académico, ya en 1984 se comienza a tra-bajar en el proyecto de la Escuela Superior LatinoAmericana de Informática (ESLAI) y en enero de 1985se sientan las bases de la cooperación binacional quedaría lugar al Programa Argentino Brasileño deInformática (PABI), en cuyo seno se desarrollaron lasEBAI.

Los proyectos académicos de impulso a la informáticaEl surgimiento del PABI y las EBAI.

En enero de 1985 llegó a Buenos Aires una misiónbrasileña encabezada por el Secretario Especial parala Informática de Brasil e integrada por empresarios yacadémicos. La Subsecretaría de Informática y

Desarrollo de Argentina (SID-SECyT) organizó unaserie de reuniones con dicha misión, en las que par-ticiparon funcionarios de la SECyT, junto a profesoresde la UBA y directivos de SADIO y de las cámarasempresarias representativas de la actividad.

A partir del marco previo favorable ya expuesto, enpoco tiempo se redactó un Memo de Entendimientoque resultó la base para la constitución de los organ-ismos de cooperación.7

El Memo era general y mencionaba posibles proyec-tos industriales, intercambio de misiones empresari-ales8, flujo de datos transfrontera, etc. En su punto 9se refería a la Cooperación en el área científico-técnica, con expresa mención de tres aspectos: a) desarrollo de recursos humanos, b) desarrollo de proyectos con posible participacióndel sector productivo y c) creación de un grupo de investigación en tecnologíainformática de frontera.

El académico brasileño Dr. Carlos Pereira de Lucenahabía sido previamente designado para ejercer lacoordinación, desde la contraparte brasileña, delgrupo de investigación binacional. Por el lado argen-tino se definió como coordinador al Lic. ArmandoHaeberer.9

En las semanas siguientes ambos coordinadoresponen manos a la obra y diseñan el “ProgramaArgentino-Brasileño de Investigación y EstudiosAvanzados en Ciencias de la Computación” como unaextensión del grupo de investigación binacional entecnología informática de frontera. Para alcanzar los objetivos propuestos por el flamanteprograma en el documento fundacional: “...se propo-nen los siguientes medios:

a) Escuelas Conjuntas de Verano que tendrán lugaranualmente en forma alternada, una vez en Brasil yotra en Argentina, b) Institucionalización de un grupo conjunto de inves-tigación,

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6 Se puede consultar al respecto Nochteff, Hugo. Argentina�s Information Policy. In: Politics of Technology in Latin America.(María Inés Bastos and Charles Cooper, eds.). Routledge 1995.7 Existía un Convenio de Intercambio Cultural entre Argentina y Brasil firmado en 1968 y un Acuerdo de Cooperación Científicoy Tecnológica en 1980. Estos compromisos diplomáticos sirvieron de “paraguas” al proyecto de colaboración en informática.8 Los empresarios brasileños asistentes provenían de empresas concretas, mientras que por el lado argentino participancámaras, es decir una representación institucional que muchas veces ha funcionado de modo puramente protocolar.9 El nombramiento formal de A. Haeberer como coordinador recién se produce en septiembre de 1985. Esto es una muestradel “espíritu pionero” reinante que logró que las realizaciones marchasen delante de los trámites formales.

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c) Apoyo al intercambio de investigadores (con cali-dad de visitantes) y estudiantes graduados entreambos países....”.

En dicho documento ya se delinearon las caracterís-ticas esenciales de las EBAI y, en particular, sedefinieron las fechas, el lugar y el programa de laprimera, así como las vacantes y su sistema de selec-ción, el plan de implementación y el presupuesto.

En paralelo a las escuelas, se propuso la realizaciónde Encuentros de Investigadores que diesen forma algrupo de investigación en tecnología informática defrontera.

El Programa tuvo en cada país un Coordinador, unSubcoordinador y un Secretario Ejecutivo. En el casoargentino este elenco se constituyó, hasta el cambiode gobierno de 1989, con Armando Haeberer, VivianaRubinstein y Hector Monteverde respectivamente,cuyas tareas se desarrollaron en forma ad honorem.El equipo se completó recién en vísperas de laPrimera EBAI con una empleada administrativa con-tratada y dos funcionarios (uno de ellos de tiempocompleto) del personal de planta de la SECyT. Junto aesta estructura ejecutiva existía una comisión aseso-ra de “notables” del área. Además las EBAI tuvieronun Comité de Programa que asesoraba en la defini-ción de los cursos.

El PABI y las EBAI en su primera fase: 1986 a 1989

Las EBAI se constituyeron como uno de los dosmedios de acción del PABI, junto con el grupo conjun-to de investigación. El objetivo fue contribuir a lacreación de una masa crítica de investigadores y a laformación de una escuela de pensamiento regionalen informática. Eran Escuelas de Verano, realizadasanualmente con sede rotativa en uno u otro país,donde una masa importante de estudiantes y reciéngraduados de las carreras informáticas accedieron acontenidos de frontera dictados por los investi-gadores que los estaban desarrollando en los princi-pales centros académicos.

El diseño original contempló la presencia de 250estudiantes becados (traslado, estadía, materiales)por país, 150 con al menos dos años de carrera y 100del último año o recién graduados; se dictaban docecursos, entre básicos de dos semanas e intermediosde una. En todos los casos, los responsables de cursodebían escribir un libro original con el contenido del

mismo. Con estos libros se fue constituyendo unacolección específica en castellano y portugués desesenta títulos. El llamado a inscripción fue público yabierto en todas las Universidades de ambos países.Para evitar suspicacias se dejó la selección de losparticipantes a cargo de las Sociedades Profesio-nales: SADIO (Sociedad Argentina de Informática eInvestigación Operativa) y SBC (Sociedade Brasileirade Computação).

Compartiendo el ámbito de las Escuelas, se realizaronlos Encuentros de Investigadores, con el fin defomentar el armado y seguimiento de proyectosconjuntos.

La primera EBAI se realizó en febrero de 1986 enCampinas. La cantidad de solicitudes recibidas sólopor la SADIO, en Argentina, sumó unas 1200. ElComité de Selección decidió utilizar como criteriosbásicos las notas, las recomendaciones de profesoresy eventuales antecedentes académicos (trabajos real-izados en el ámbito académico o experiencia docenteen el mismo medio). Para estimular la presencia delinterior del país se realizó una división en zonasgeográficas, y se asignaron cupos por zona.

La inauguración contó con la presencia de las máxi-mas autoridades de Ciencia y Técnica de ambospaíses, los Dres. Sadosky y Archer. El ministrobrasileño pronunció allí un significativo discurso(“...la naturaleza estratégica de la Informática, comonúcleo irradiador de transformaciones tecnológicasde gran envergadura, requiere redoblar esfuerzospara asegurar un amplio margen de decisión nacionalsobre el sector...”), en el que mencionó también losacuerdos en marcha en el terreno de la biotecnología.

Un equipo de trabajo binacional realizó un granesfuerzo de logística (traslado, alojamiento, comida ycoordinación de aulas, cursos y materiales de estudiopara casi 600 personas, atención permanente de losproblemas de cientos de estudiantes).

En paralelo al dictado de los cursos se realizó elprimer Encuentro de Investigadores con más de 50participantes. Como resultado quedaron conformadosgrupos por área con un Coordinador de cada país. Lasáreas iniciales fueron: Microelectrónica, Ingeniería deSoftware, Procesamiento de Señales, Robótica yAutomatización, Teoría de la Programación, Redes ySistemas Expertos e Inteligencia Artificial. En estePrimer Encuentro quedaron determinados la sede, el

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grupo organizador, el comité de programa y la nómi-na de cursos de la Segunda EBAI. Se propuso, comoparte de la Segunda EBAI, la realización de laborato-rios. Estos se definieron como pequeños proyectos deimplementación, realizados por grupos de alrededorde veinte alumnos, que deberían realizar estudiosespecíficos previos a la iniciación de la EBAI.

La segunda EBAI (Tandil, 1987) incluyó dos laborato-rios de tres semanas de duración y dedicación exclu-siva: uno de Microelectrónica y otro de Ingeniería deSoftware. También se asignaron automáticamentebecas al 25% de los mejores alumnos de la escuelaanterior. Este criterio, que luego se mantuvo, reforzóla continuidad al fomentar los reencuentros y elconocimiento mutuo entre estudiantes de distintospuntos de las distintas regiones y países.

Al terminar esta Escuela, los responsables de Cienciay Técnica de ambos gobiernos firmaron unComplemento sobre Informática del Convenio deCooperación en Ciencia y Técnica ya existente. En sudiscurso de clausura el Dr. Sadosky citó a Goethe“...La gran rueda de la Historia raras veces sedetiene: hay que luchar y vencer; o ser yunque o sermartillo...” para luego afirmar: “...Ya hemos sidomucho tiempo yunques. Queremos ser martillos paramodelar nuestro futuro...”.

La Tercera EBAI (Curitiba 1988) y la Cuarta (RíoHondo, 1989) mantuvieron vivo el espíritu y la organi-zación de estos encuentros. En esta última la asisten-cia fue de 210 alumnos por Brasil, otros tantos porArgentina y 28 de otros países de América Latina(Bolivia, Chile, Nicaragua, Paraguay y Uruguay).

Los proyectos de Investigación

Durante el año 1986 surgió ETHOS (Estación deTrabajo Heurística Orientada a la Ingeniería deSoftware), como un proyecto conjunto de Ingenieríade Software, Inteligencia Artificial, Teoría deProgramación y Arquitecturas de Computadoras. El IIEncuentro de Investigadores (conjunto con la 2da.EBAI), estuvo centrado en ETHOS. Se lanzó el proyec-to Micro ETHOS, como banco de prueba de las ideasde ETHOS. A partir de allí y durante 1987 un equipobinacional de programadores, instalados en la ESLAI,avanzó en la construcción de un paquete de softwarepara concretar las ideas del proyecto. En paralelo dos

encuentros adicionales de investigadores se dedi-caron a debatir las ideas de ETHOS. El primero(Petrópolis, abril de 1987) fue precedido por un llama-do público a presentar trabajos vinculados a ETHOS.El IV Encuentro de Investigadores (Río Hondo, enerode 1989), analizó los resultados de Micro Ethos.Participaron del mismo unos 60 investigadores deambos países.

En abril de 1989 se realizó un encuentro binacionalcon participación de la Coordinación del PABI y delComité Asesor Binacional del mismo. En las actas delencuentro apareció como planteo del lado argentinola necesidad de obtener “una mejor relación entrerecursos empleados y resultados específicos”. El ladobrasileño planteó una reestructuración del PABI,focalización de los proyectos de investigación, ajustede recursos por escasez, etc.

Se sugirió orientar la temática de las EBAI hacia lostemas de los proyectos focales y actividades aso-ciadas. En todo caso era evidente que Argentina teníaun escaso desarrollo de grupos de investigaciónpropios y que era prioritaria la generación de masacrítica, actividad a la que apuntaban las EBAI y, sobretodo, la ESLAI.

El segundo período del PABI: 1989-1995

Con el cambio de gobierno de julio de 1989 enArgentina fue designado al frente de la SECyT elDr. Matera, exponente de un sector del peronismovinculado al nacionalismo católico y al proceso militarde 1976-83. Fue nombrado en la SID el C.C. Carlos A.Sassali. El elenco argentino del PABI fue removido,todo lo hecho fue revisado y se iniciaron auditoriascon vistas a detectar presuntos manejos fraudulen-tos. En paralelo, como se verá más adelante, la ESLAIsufre una lenta agonía y cierra en 1990 (mas allá deuna retórica oficial que la mantiene en “inventario”hasta un tiempo después).

En noviembre de 1989 una reunión binacional conparticipación de las nuevas autoridades acuerdarealizar las EBAI cada dos años y volver a fojas cerocon la definición de los proyectos de investigación,discontinuando los que estaban en marcha, en espe-cial ETHOS. En Agosto de 1990 se realizó en Mar delPlata el V Encuentro de Investigadores, mucho másrestringido10. Se redefinieron áreas de interés y se

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10 Fuentes de la SECyT, en comunicaciones personales, explican este hecho en decisiones no escritas de radiar a los inves-tigadores ideológicamente no deseables.

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confirmó la V EBAI a realizarse en Nova Friburgo, en1991. La V EBAI se estructuró en tres áreas con trescursos cada una. El cupo de asistentes fue menor:25 estudiantes de cada país por paquete. Hubocontinuidad en los laboratorios de Microelectrónica eIngeniería de Software. Participaron 208 alumnos entotal.

Desde febrero de 1991 a noviembre de 1992 no seregistró actividad binacional. En Argentina el PABIsubsistió en la figura del equipo de coordinación (trespersonas), sin presupuesto para actividades, y en laretórica de los balances de gestión de la SID.

En noviembre de 1992 se realizó una reunión de laComisión Intergubernamental y allí se habló de“relanzar el PABI”. Los balances de actividades deambas Coordinaciones nacionales desde la V EBAIfueron prácticamente nulos. Allí se discutió el futurode las EBAI y se decidió centrarlas en los proyectosbinacionales, reducir el número de participantes ylimitarlo sólo a egresados, con un cupo reservado aprofesionales que trabajaban en empresas.

La VI y última EBAI se realizó en julio de 1993 enEmbalse Río Tercero, en medio de agudas restric-ciones de presupuesto. Se dictaron 3 laboratorios y 3cursos. Los tres laboratorios estaban asociados a losproyectos redefinidos: Microelectrónica, Domótica yMultimedia. Se otorgaron becas a 10 alumnos porpaís y por actividad, todos egresados o alumnos depostgrado. En paralelo se realizó el VI Encuentro deInvestigadores.

Después de la VI EBAI, el PABI cayó en total inactivi-dad. A fines de 1993 aparece una convocatoria parapresentar propuestas de cursos y laboratorios parauna VII EBAI a realizarse en enero de 1995 en PortoAlegre, que no se concreta. En 1994 y 1995 los coor-dinadores argentinos del PABI, ahora también fun-cionarios contratados por la SID son derivadas a ta-reas de desarrollo de software administrativo interno. A poco de comenzar, en 1995, la segunda presiden-cia de Menem, se modifica el organigrama de laSECyT. En el nuevo esquema desaparece la SID y, conella, el PABI.

La Escuela Superior Latino Americana deInformática (ESLAI)

El proyecto ESLAI se inició en 1985 por iniciativa delGobierno Argentino, con el objetivo de constituir un

centro de excelencia en docencia universitaria einvestigación en Informática para la región lati-noamericana. Mediante la ESLAI se pretendía elevarel nivel general de los sistemas regionales de forma-ción profesional, superando el atraso del sector ypermitiendo, en consecuencia, disminuir la brechatecnológica. Se esperaba lograr este objetivo median-te el proceso de difusión que supondría la inserciónen el sistema académico y productivo de un gruporeducido pero altamente capacitado de graduados yposteriormente de los que regresasen, después decompletar su formación de postgrado en el exterior. Através de la ESLAI se aspiraba realizar una importantelabor de capacitación profesional, brindando a lacomunidad informática cursos de actualización, dic-tados por especialistas de primer nivel internacional.A mediano plazo, la ESLAI debía constituir unaEscuela de Postgrado, cuando la reinserción de susegresados, doctorados en el exterior, y la conforma-ción de grupos propios de investigación, permitieranlograr masa crítica para ello.

Para lograr resultados rápidamente, aprovechando almáximo los recursos invertidos, se buscó minimizar eltiempo de permanencia de los estudiantes y garanti-zar tanto la mejor aptitud de los ingresantes como ladedicación exclusiva al estudio. Estos objetivos coin-cidían con los que llevaron al Dr. José AntonioBalseiro a fundar el Instituto de Física de Bariloche,que actualmente lleva su nombre; consecuentementese adoptó para la ESLAI una arquitectura análoga a ladel Instituto Balseiro, basada en los siguientes pilares:

1. Un ciclo de estudios de tres años, en los cualesse completaría una formación básica adquiridapreviamente aprobando al menos dos años deuna carrera universitaria afín. 2. Un cupo limitado de alumnos seleccionados.La selección se realizaba mediante en una prue-ba tomada simultáneamente en todos los paísesde Latinoamérica y el Caribe, prueba que servíaal doble objetivo de seleccionar a los aspirantesmás aptos y garantizar que los alumnos ingre-saran con la formación previa presupuesta. 3. La condición de dedicación plena al estudio,facilitada por medio de una beca de la que goza-ban todos los alumnos.

Como se trataba de un proyecto estratégico se pensóen su “blindaje político” que lo protegiera de la yatradicional falta de una política de estado: La Escuelaconstituiría un emprendimiento regional, que abar-

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caría a países de Latinoamérica y el Caribe. Estecarácter amortiguaría los eventuales cimbronazoslocales, además de permitiría alcanzar escala y faci-litar el acceso a financiamiento internacional. LaESLAI dependería administrativamente de una fun-dación creada ad hoc, la Fundación Informática, cuyodirectorio estaría formado por miembros de laUNESCO, la SECYT, empresarios informáticos y per-sonalidades académicas. Al colocarse a la Escuelafuera del ámbito estatal en un ente heterogéneoestaría más resguardada de los avatares de la políti-ca local. El hecho de que buena parte de su pre-supuesto estaría compuesto por fondos interna-cionales, provenientes del IBI, reforzaba el esquemade “blindaje”.

La ESLAI funcionó con un cuerpo docente integradopor muy pocos Profesores Ordinarios, ya que la ma-yoría eran contratados por períodos breves. Tambiéncontaba con un conjunto reducido de auxiliaresdocentes, denominados instructores. Los profesoreseran seleccionados por un comité internacional y losinstructores por concurso.

El plan de estudio comprendía dos años de materiasobligatorias y un tercer año donde se debía comple-tar un determinado cupo de créditos de materiaselectivas. Además, durante este último año debíarealizarse una pasantía y la tesina de graduación. Laprimera era un trabajo de iniciación profesional y laúltima de iniciación en la investigación. Mediante laspasantías, a realizarse en distintas empresas e insti-tuciones, se esperaba iniciar la vinculación de laESLAI y sus egresados con el medio. El título –Licenciado en Informática – sería otorgado, medianteun convenio especial, por una UniversidadNacional.11

El proyecto fue acordado con varios países de laregión y el IBI otorgó el principal financiamiento parasu funcionamiento. La infraestructura fue provista porel Estado Argentino y por el Gobierno de la Provinciade Buenos Aires. El equipamiento, muy importantepara la época, fue donado por el Gobierno Italiano –estaba constituido por una red integrada por dosservidores UNIX y 57 PC�s -. La UNESCO subsidió la

compra de material bibliográfico. Convenios con Italiay Francia permitieron que seis profesores italianos ydos franceses dictaran sendas asignaturas duranteun semestre cada uno. La Comunidad EconómicaEuropea otorgó un primer subsidio de treinta mildólares para la contratación de especialistaseuropeos para dictar cursos breves. Posteriormente,frente a los informes favorables presentados por losvisitantes otorgó otro de setenta mil dólares y en elmomento de su cierre se gestionaba un tercer sub-sidio de trescientos mil.

Los años de normalidad: 1986 a 1989

La ESLAI inició sus clases en febrero de 1986. Losalumnos seleccionados en la primera cohorteprovenían de distintas regiones de la Argentina,Uruguay, Paraguay, Ecuador, Venezuela, Colombia yPerú.

Los cursos de la Escuela contaron con profesores deprimera línea, entre los que puede citarse a Jean R.Abrial – asesor de la CEE -, Ugo Montanari – CNR -,Carlo Ghezzi – Politécnico de Milán –, HelmuntPartsch – Universidad Católica de Nijmegen -, GeorgioAusiello – Universidad de Roma -, Jean PierreJounnaud – Universidad de París.

Durante el periodo 1986–1989 los mismos profe-sores que dictaron los cursos del plan de estudios dela Escuela, asignaturas semestrales de los dosprimeros años y cursos optativos intensivos de distin-ta duración del tercer año, también dictaron 34 cur-sos abiertos a la comunidad, a los que asistieron 350profesionales, docentes e investigadores.

El régimen de pasantías permitió iniciar una fructíferarelación con el medio productivo, realizándose traba-jos con importantes empresas e instituciones deArgentina, Brasil, Ecuador, Venezuela, Uruguay eItalia. 12

Se constituyeron grupos de investigación y estaactividad, si bien incipiente, había producido a sucierre, en 1990, 28 publicaciones y 54 presenta-ciones a congresos.

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11 La Universidad Nacional de Luján asumió el compromiso académico del otorgamiento de títulos.12 ALUAR S.A (Argentina), Interfase S. A.(Uruguay), IdeaSoft (Uruguay), Petróleo de Venezuela S. A., Techint S.A., PropulsoraSiderúrgica S.A.I.C(Argentina), SADE S.A (Argentina), SIDERCA S.A.(ARGENTINA), IBM Argentina S.A., SIGEBA S.A. (Argentina),TTI S.A: (Argentina), PRODAT (Argentina), Comisión Nacional de Energía Atómica (ARGENTINA), Corporación Estatal PetroleraEcuatoriana, Facultad de Arquitectura, Facultad de Ingeniería, Facultad de Medicina y Facultad de Derecho de la Universidadde Buenos Aires, INCO Universidad de la República Oriental del Uruguay, Universidad de Pernambuco (Brasil), UniversidadFederal de Río de Janeiro (Brasil), Universidad de Pisa (Italia).

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En 1988 se produjo la graduación de todos los queegresaron de la primera cohorte. Al año siguiente seprodujo la segunda promoción. Algunos de los egre-sados retornaron a sus países y otros partieron arealizar estudios de postgrado con becas prove-nientes del exterior – sin costos para sus países -aBrasil, Inglaterra, Francia, Suecia, Holanda, Italia,Brasil, Alemania, Estados Unidos, Israel y Escocia. Ambas cohortes sumaron 59 ingresantes, de loscuales se graduaron 54. De ellos 27 partieron al exte-rior a realizar doctorados, así como 5 instructores.

Los resultados porcentuales se muestran a continuación:

Respecto de los alumnos:• Tasa de egreso de la ESLAI: 92%.• Porcentaje de egresados que partieron a doctor-arse: 50 %.• Egresados que obtuvieron título de doctor de losque partieron: 81%• Porcentaje de egresados ya doctorados que regre-saron a Latinoamérica: 44%• Porcentaje de egresados doctorados radicados enArgentina respecto de los egresados argentinos quepartieron: 33%

Respecto de los instructores que partieron, obtuvotítulo de Doctor el 80% y todos ellos regresaron. Estánradicados en la Argentina en la actualidad 11 doc-tores de entre los que se doctoraron en el exterior, yasea ex instructores o ex alumnos.

El cuadro siguiente muestra los resultados totales delos que partieron al exterior.

Instructores Alumnos TotalTotal 5 27 32Obtuvieron título de Doctor 4 22 26Regresaron a Latinoamérica 4 12 16Regresaron a Argentina 3 8 11Nacionalidad argentina 3 24 27

Resultados de los doctorados en el exterior de egresados einstructores de la ESLAI (Fuente: relevamiento personal)

Agonía y Cierre de la ESLAI

Con el egreso de 1989 finalizaría el funcionamientonormal de la ESLAI. Como ya se mencionó respectodel PABI, en julio de ese año había asumido laPresidencia de la Nación el Dr. Carlos Menem, comoSecretario de Ciencia y Técnica el Dr. Raúl Matera ycomo Subsecretario de Informática el Lic. CarlosSassali. El IBI se había disuelto en 198713, pero elflujo de financiación externa que recibía la ESLAI deese organismo había quedado garantizado por unacuerdo firmado con el Gobierno Nacional en elmomento de su disolución. De este modo se habíaintentado preservar el blindaje político previsto en sudiseño. No obstante la liberación de partidas pre-supuestarias requería de actos administrativos quedebía iniciar la Subsecretaría de Informática. Ya haciafines del 89 las remesas de fondos se habían atrasa-do por falta de gestión de los correspondienteslibramientos y la situación financiera de la Escuelaera crítica. Durante el 90 la situación llegó a límitesinsostenibles, los docentes dejaron de cobrar sussueldos, los alumnos de percibir sus becas. Haciajunio el concesionario del comedor dejó de proveeralimentos, ante una deuda acumulada de variosmeses, quedando los alumnos sin la componente ali-mentaria de sus becas.

La histórica hostilidad de los nuevos funcionarios delárea hacia la gestión precedente había encontrado unarma eficaz y discreta: la demora burocrática.

Toda la comunidad de la Escuela ejerció una encona-da defensa. Los alumnos organizaron un comedorcomunitario, los docentes continuaron dando susclases sin cobrar y se realizaron importantes esfuer-zos por lograr un consenso político que permitierasuperar la situación. El problema de la ESLAI cobróimportancia en los medios de comunicación.Representaciones diplomáticas de los países conalumnos en la Escuela manifestaron su preocupación.Se contó con apoyos en los dos partidos mayoritariosen el Congreso y se consiguió que la Comisión deCiencia y Técnica de la Cámara de Diputados, presi-dida por el diputado justicialista Jorge Rodríguez,citara al Subsecretario de Informática para esclarecerla situación. En ningún momento las autoridades de la

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13 La disolución del IBI fue el resultado de procesos históricos más generales, pero el factor determinantes fue la presión delgobierno de EEUU y algunos de sus aliados de Europa Occidental para neutralizar las acciones de este organismo. Entre lasmismas se contaba la promoción de proyectos que estimulaban la independencia tecnológica de los países del “TercerMundo”, enfrentando los intereses de las corporaciones. En particular, algunos de estos proyectos habían contribuido aromper el bloqueo informático norteamericano sobre Cuba y Nicaragua.

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SECYT dejaron de manifestar su apoyo verbal, perolos fondos no llegaban y las soluciones prometidas seesfumaban o eran reemplazadas por otras enuncia-ciones tan efímeras como las anteriores.

La creación de la ESLAI había despertado en sumomento recelos en sectores universitarios, situacióncomprensible frente la disparidad entre el pre-supuesto por alumno de la Escuela y los exiguosrecursos de las universidades. Sin embargo todo elsistema académico defendió decididamente a laEscuela en sus tiempos de infortunio. En esta defen-sa el Rector Busnelli de la Universidad Nacional deLuján tuvo un rol destacado. Por su parte, la SADIOestuvo siempre presente y sus boletines de la épocason uno de los pocos registros de los sucesos de esteperíodo.

Hacia julio del 90 se recibió una partida que permitiósaldar deudas y comenzar normalmente las clasesdel segundo semestre. En septiembre, agotados esosfondos, se repitió la situación anterior de cesación depago. El desgaste había sido demasiado grande. Estavez las aulas de la ESLAI se cerraron para siempre.

Después seguirían sólo las operaciones de rescatedel naufragio. La ESLAI pasó a depender, carente depresupuesto, de la Universidad de Luján. Convenioscon universidades y la colaboración desinteresada dealgunos profesores permitió que muchos de los alum-nos damnificados, de alguna manera, terminaran susestudios.

Recurrentemente se realizaron proyectos de reaper-tura ante promesas de fondos. La mayor sinrazón laconstituyó, a pocos años de su cierre, la compra, confondos internacionales destinados a la ESLAI, de unedificio céntrico para reinstalarla, en el que ha dormi-do inaccesible, durante la última década, su valiosabiblioteca, junto a su pionera red de computadorasque, prolijamente embalada, se ha ido transformandoen material arqueológico.

El impacto del PABI y la ESLAIEl PABI y las EBAI

Una evaluación del PABI no puede desglosarse de lasuerte del proyecto en el que estaba inmerso. Lacreación de una industria electrónica e informática,de la cual las iniciativas académicas eran parte, se

frustró completamente. El objetivo de acumular masacrítica para ese proyecto tampoco se pudo concretar.

¿Qué quedó entonces de lo hecho por el PABI?

Las actividades de mayor impacto directo fueron lasEBAIs, ya que el desarrollo de proyectos de investi-gación requería de tiempos mas extendidos parafructificar. Las EBAIs comenzaron a constituirse en elpunto de encuentro e intercambio de las nuevasgeneraciones de estudiantes avanzados y recientesegresados. A la par, los Encuentros de Investigadorescomenzaron a forjar (y en algunos casos a concretar)proyectos comunes de investigación y desarrollo. Lainterconexión de ambos eventos y su dinámica per-mitían pronosticar la creación de una masa crítica deinvestigadores y profesionales altamente capacitadosy con experiencia en la interacción entre latinoameri-canos. Sin embargo, su pronto final no permitióestablecer una tradición. Dicho esto, hay que señalarcomo balance que casi 2000 estudiantes recibieroncursos o participaron en laboratorios de los temas depunta en la disciplina y pudieron compartir un ámbitocon los investigadores que trabajaban en esos temas.Aun mas trascendente, la colección EBAI de aproxi-madamente sesenta títulos originales en portugués ycastellano fue distribuida a todos los centros de estu-dios superiores de la región y allí se convirtió en unmultiplicador. Todavía a mediados de los 90 muchostextos se usaban en las carreras informáticas y sedetectaban reediciones de los mismos.

El impacto de la ESLAI

A partir de la masiva posibilidad de asistir a cursos decapacitación y de tener contacto con investigadoresde primera línea que brindó la ESLAI y luego con lainserción de sus primeros egresados, se inició un pro-ceso de enriquecimiento del sistema académico queiba a acelerarse durante toda la década del 90 y acontinuar en lo que va del milenio. La investigación sefue insertando en la actividad universitaria, creciendonotablemente su producción; surgieron Escuelas dePostgrado y, a partir de 1994, los egresados de laESLAI, junto con otros graduados que habían partidoa realizar doctorados en el exterior, comenzaron areintegrarse a nuestras universidades. La cantidad dedoctores en Informática en la Argentina14 sufrió unincremento destacable. Hasta el regreso de susprimeros egresados ya pos doctorados, producido en

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14 Los autores no tienen datos sobre otros países de la región.

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1994, la carencia de doctores en Informática era casiabsoluta: sólo uno en todo el Sistema Universitario.Para 1997 se habían graduado localmente los dosprimeros doctores argentinos, aún con dirección exter-na15. Desde entonces solamente la Universidad deBuenos Aires ha graduado 29 doctores y hay más desetenta actualmente en el país, ya sea doctorados enél o en el exterior. Los primeros habían obtenido sugrado en el exterior pero en la actualidad las Escuelasde postgrado locales han comenzado una crecienteproducción; un proceso similar se ha dado enUruguay. Obviamente estos procesos no son sólo con-secuencias de la ESLAI y resulta dificultoso, como entodo proceso social, separar el impacto de la ESLAI deotros factores, como la maduración de los plantelesuniversitarios, el aumento de contacto con los centrosgeneradores de conocimiento que posibilitan losactuales sistemas de comunicación y las facilidadesde acceso electrónico a bibliografía actual y el desa-rrollo de programas también orientados a propósitossimilares como el PDCIBA en Uruguay y el FOMEC enla Argentina. Sin embargo, el período de la ESLAImarca una inflexión en el sistema académico que ini-cia un importante cambio cultural, que a nuestroparecer se debe claramente a su impacto.

Otra consecuencia importante de la ESLAI es lacreación de una vasta red informal de contactos decooperación e intercambio de ideas. Los miembrosde la ESLAI se han diseminado por Latinoamérica,Estados Unidos y Europa, algunos insertos en elámbito académico, otros incorporados al sectorproductivo; muchos ocupando posiciones impor-tantes. Ellos han establecido naturalmente una red decontactos que permite un ágil flujo de ideas e infor-mación y posibilita la cooperación entre los sectoresen que se desempeñan. A manera de ejemplo, lacreación de un Departamento de Ciencias de laComputación en la Universidad de Río Cuarto, dondeningún egresado de la ESLAI residía, pero que fuedirigido por uno de sus ex miembros, contó con sieteprofesores visitantes que habían sido alumnos odocentes de la ESLAI que dictaron o dictan asigna-turas del plan, mientras que las Escuelas de Veranode Ciencias Informáticas que dicho Departamentoorganiza contaron con veinte profesores que tambiénhabían pertenecido a la ESLAI.

Algunas consideraciones sobre el final del PABI yde la ESLAI

El PABI y la ESLAI eran iniciativas enmarcadas en unproyecto más general. Sus impulsores16 creían en elpoder transformador del desarrollo de la Ciencia y laTecnología, creían en la posibilidad de que Argentinainiciara un “despegue” en base a dicho poder, confi-aban en la implementación de políticas públicas masgenerales (Plan Nacional de Informática, PNI), conta-ban con una cadena de apoyos políticos (SECyT, otrasdependencia como Industria, promesas de apoyodesde la Presidencia), esperaban la incorporación deempresarios (en forma directa y a través de lasempresas que se incorporaran a la promoción delPNI), estaban imbuidos de una “mística” que los lle-vaba a resolver los obstáculos en base a un fuertecompromiso personal, heredado del estilo del grupoimpulsor de los “años de oro” y eran ellos mismoscientíficos e investigadores apasionados con losproyectos que gestaban.

Sin embargo, en el país y el mundo habían cambiadolas condiciones vigentes veinte años atrás y estoafectaba la aspiración a retomar “el espíritu de lossesenta”.

El estado argentino estaba debilitado por las políticasde la dictadura militar de 1976/83. Es el período enque comienza la “crisis de la deuda” en toda AméricaLatina. El endeudamiento heredado ponía claroslímites en el frente externo, a lo que se agregaba elvaciamiento de las empresas públicas (proceso quepocos años después facilitó su privatización) que enlos sesenta supieron ser los principales demandantesde tecnología local.

La ideología dominante en las élites y en buena partede la esfera política ya no era el desarrollismo sino elneoliberalismo en su fase ascendente. Esto se mani-festó en las políticas concretas, facilitado por elestrangulamiento causado por el endeudamiento.Entre 1984 y 1989 los sucesivos cambios de la políti-ca económica durante el gobierno de Alfonsín fueronen un sentido divergente con el proyecto de PolíticasNacionales de Informática. El Poder Ejecutivo, quelanzó la iniciativa en 1984, luego no la respaldó con-secuentemente e incluso, en particular desde

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15 Turull Torres en la UNSL en 1996 con dirección de Dalberto Mendelzon y Martina Marré en la UBA en 1997.16 Entre los muchos actores protagónicos, cabe citar a la Dra. Rebeca Guber y a Armando Haeberer como casos paradigmáti-cos de este compromiso.

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Economía, se la desalentó17. Es significativo que elPABI, aun en sus mejores momentos, nunca contócon una partida presupuestaria fija. El sostén de lasPNI recayó en algunas Secretarías de Estado, particu-larmente la de Ciencia y Técnica, en los técnicos dealgunos centros como el INTI y algunos industrialesinnovadores de tipo PYME. Las fuerzas políticas quedebían apoyarlas en el plano legislativo fueronindiferentes u hostiles. Ya hemos visto que, durante lagestión de Menem, la suerte de la ESLAI mereció pre-ocupación de las élites políticas y económicas sólo enel nivel del discurso de ocasión.

El contexto internacional era poco favorable. Laevolución de la industria informática de base fuerequiriendo, cada vez más, grandes concentracionescapital intensivas. Este factor, entrelazado con el augede las concepciones de libre mercado, debilitó lacreencia en un desarrollo autónomo o regional delcomplejo electrónico-informático. Hacia fines de los80 se produce también la decadencia de la políticabrasileña de informática hasta que finalmente lareserva de mercado es derogada en 1992. Otros sín-tomas de este nuevo contexto fueron la desaparicióndel IBI como organismo internacional y de lasSecretarías o Subsecretarías especiales deInformática (la SEI en Brasil y la SID en Argentina).

La comunidad científica argentina había quedadofracturada por las persecuciones y exilios, incluyendoen este fenómeno una fractura generacional entre lasfiguras que retornaban del exterior y las generacionesformadas durante la dictadura, por lo que su capaci-dad de movilización quedó afectada. En particular,existía una débil comunidad académica enInformática. Esta comunidad recién comenzó a am-pliarse y fortalecerse en gran medida gracias a laefímera experiencia de la ESLAI.

Todas estas condiciones contribuyeron a la fragilidadde los proyectos que aquí historiamos. Pero estamoslejos de adherir a un determinismo rígido. Esta ende-blez no implicaba automáticamente su caída. Por unlado, incidieron las condiciones políticas concretasque surgieron con el cambio de gobierno en 1989. Elnuevo equipo a cargo de la SECyT descendía en loideológico de la tradición ultramontana que seremonta a aquel Giordano Bruno Genta que en 1943

vació de estudiantes y docentes la Universidad delLitoral. Este sesgo se sumó a la tradicional inestabi-lidad de las políticas públicas en Argentina, que, anteun recambio, promueven el cuestionamiento odesconocimiento de todo lo hecho.18 Por otro lado hayque señalar la acción de los hombres, también con-cretos, que asumieron las distintas decisiones quedesencadenaron, a sabiendas, una nueva frustraciónde enorme costo hacia el futuro.

Conclusiones

Lo analizado hasta aquí, muestra como, una vez másen nuestra historia, un cambio político acarreó la rup-tura de proyectos académicos exitosos. También que,pese a su prematuro final ambos proyectos hantenido efectos importantes en el desarrollo académi-co de la disciplina a la que estaban destinados y handemostrado que emprendimientos plurinacionaleslatinoamericanos pueden superar la carencia indivi-dual de masa crítica y lograr escalas que hagan viablesu implementación.

Queda la pregunta de qué hubieran podido producirlos proyectos aquí tratados, si hubieran tenido con-tinuidad. También la angustia de la certeza de que,como lo ha sido el Instituto Balseiro, habrían sidoimportantes impulsores de nuestro desarrollo.

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17 La suerte del proyecto industrial está documentada en la obra de Hugo Nochteff anteriormente citada.18 En este punto es patente la diferencia con Brasil, donde el cambio de gobierno de 1990, pese a tener orientaciones simi-lares al argentino, no afectó la continuidad de la gestión del lado brasilero del PABI.

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Relato en esta nota algunas de las investigacionesrealizadas en el Instituto Nacional de Microbiologíadurante el período 1958-1963, así como aconte-cimientos ocurridos en ese período que muestrancómo se interrumpieron, por motivos ajenos al que-hacer científico, los esfuerzos y logros alcanzadospor, en ese momento, jóvenes científicos locales.

Corría el año 1957, y el Dr. Ignacio Pirosky, a la sazónDirector del Instituto Nacional de Microbiología (INM),conocido como "el Malbrán", había convocado arecién graduados de carreras de las Facultades deCiencias Exactas y Naturales, Medicina, y Farmacia yBioquímica para ocupar cargos con dedicación exclu-siva en distintas dependencias de esa Institución.Ésta se presentaba como una excelente oportunidadde trabajo ya que las becas de post-grado eran prác-ticamente inexistentes. En la entrevista con Pirosky,dos biólogos recién graduados, Juan Puig y PabloBozzini, y yo, a punto de obtener mi licenciatura,expresamos nuestro interés en dedicarnos a trabajaren genética bacteriana. Pirosky nos apoyó en la pro-puesta con ese entusiasmo que fue siempre parteinseparable de su fogosa personalidad. Fue así comomuy poco tiempo después nos encontramos ubicadosen un laboratorio del Pabellón Pasteur del INM. Éstees un pabellón relativamente pequeño que terminóalbergando durante un período de 6 años a un entu-siasta grupo de jóvenes graduados que se dedicarona investigar en aspectos de bioquímica, fisiología ygenética microbianas. Allí comenzamos a montardesde cero el Laboratorio de Genética Bacteriana y aelaborar planes de trabajo.

La genética bacteriana era, en ese momento, unadisciplina incipiente, encarada por muy pocos labora-torios en el mundo. Se destacaba entre ellos elequipo de genética bacteriana del Instituto Pasteur deParís, constituído por los Dres. Elie L. Wollman yFrancois Jacob, quienes trabajaban en estrecharelación con André Lwoff y Jacques Monod. (Jacob,Lwoff y Monod recibieron en 1965 el Premio Nobel deMedicina y Fisiología). Se efectuó a través de Piroskyla conección con el laboratorio de genética bacterianadel Instituto Pasteur. Se inició un intercambio de

correspondencia con Wollman, que culminó con suvenida al Instituto en el bimestre julio-agosto del año1960. De esta correspondencia surgió la línea detrabajo a seguir: el estudio del control genético de lacolicinogenia.

En el interín Bozzini partió con una beca de laUniversidad de Buenos Aires para realizar estudios.

*Esta nota está extractada de mi artículo “La tramadiscontinua”, publicado en Ciencia e Investigación(2005) 57: 32-39. de post-grado en Caltech, y seincorporó al grupo de trabajo Dora Antón, licenciadaen química y docente de la cátedra de genética de laFacultad de Ciencias Exactas y Naturales.

La venida de Wollman fue sumamente estimulante.Durante su estadía, además de su concurrencia alInstituto, dictó conferencias en Córdoba y en distintasinstituciones en Buenos Aires. Quedó gratamente sor-prendido por el ambiente de trabajo y entusiasmo queencontró en el Pabellón Pasteur. Eran vecinos denuestro laboratorio, entre otros, Cesar Milstein, desig-nado a su regreso de su beca en Cambridge directorde la reciente División de Biología Molecular, ymuchos otros jóvenes y entusiastas investigadores: I.y A. Issaly, N. Zwaig, M. Burachik, M. Nazario, C.Krisman y S. Goldenberg, quienes pronto pasaron atrabajar a la Fundación Campomar, E. Varsavsky, R.Celis, Celia Milstein, M. Pigretti, etc.

Los estudios llevados a cabo en el Laboratorio deGenética fueron pioneros en sus conclusiones ydieron lugar a publicaciones en revistas de difusióninternacional, presentaciones en congresos y TesisDoctorales. Los mismos fueron elogiados por presti-giosos investigadores (B. Stocker, G. Streisinger,D.Helinski). Es interesante destacar que el factorcolE1, estudiado en ese período, constituye uno de losvectores más empleados en los estudios de biología ygenética molecular. Los trabajos estaban estre-chamente vinculados con el ulterior desarrollo alcan-zado por la ingeniería genética y la biotecnologíamoderna.

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Rosa Nagel1

Instituto Nacional de Microbiología: años 1958-1963*

1 Superior Universitario de Grado en DR. EN CS. BIOLOGICAS. Investigación y Desarrollo, Centro de Est. Farmacológico yBotánicos, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas – CONICET.

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En el año 1962, luego de cambios ocurridos en elMinisterio de Salud Pública asociados a la caída delgobierno de Arturo Frondizi, Pirosky fue separado desu cargo bajo la acusación de malversación de fon-dos. Muchos años más tarde la justicia lo considerólibre de tales cargos. En el año 1963, ocho investi-gadores del Instituto fueron separados de sus cargos,según la resolución ministerial que limitaba susservicios (sin justificación alguna). Entre los ochofigurábamos Puig y la firmante, en ese momento losdos únicos investigadores a cargo de la SecciónGenética y R. Celis, quien trabajaba en el mismoDepartamento. Ello resultó en la práctica en la disolu-ción de la Sección Genética. Irónicamente, ése era unmomento de excelente productividad académica, conmuy interesantes perspectivas de trabajo, y cuandose contaba ya con un laboratorio adecuadamenteequipado. Esta situación llevó a Milstein, director de laDivisión de Biología Molecular y a la mayoría de losrestantes integrantes de la misma a la renuncia desus cargos. Milstein, en su nota de renuncia, expresósu malestar por la limitación de funciones de perso-nal de su división sin su previa consulta y manifestó,aludiendo a las expresiones del Ministro de SaludPública de ese momento, Dr. T. Padilla, que "se sentíapersonalmente involucrado entre los que provocan elmalgasto de los fondos del Estado". Poco tiempodespués regresó a Cambridge, Inglaterra.

En 1984 recibió junto con G. Kohler el Premio Nobelde Fisiología y Medicina. En el fax que enviara confecha 28-12-01 al INM, en oportunidad de celebrarseel acto de conmemoración de su aniversario, Milsteinescribió, refiriéndose, entre otras consideraciones, altrabajo en el Instituto de su propio grupo: "todavíaestoy sorprendido que desde que montamos el labo-ratorio con temas nuevos y a lo largo de sólo dosaños, publicamos seis artículos en revistas interna-cionales, uno de los cuales mereció el elogio de uncompetidor americano, nada menos que el yaentonces Premio Nobel Fritz Lipman. Otro artículo míosalió en la revista de la Asociación Química Argentinadel cual todavía me siento orgulloso".

Otros integrantes de la División de Biología Molecularfueron reubicándose en otras instituciones y países(R. Celis en New York University, C. Krisman y S.Goldenberg en la Fundación Campomar, los Issaly enla Facultad de Medicina, N. Zwaig en la Facultad deCiencias Exactas, M. Burachik en la Facultad deFarmacia y Bioquímica, Celia Milstein partió con suesposo a Cambridge, etc).

J. Puig viajó a Marsella donde montó y dirigió durantevarios años el laboratorio de genética bacterianadependiente del CNRS. Años más tarde se establecióen la Universidad de Mérida, Venezuela, donde desa-rrolla en forma activa proyectos de transferenciabiotecnológica.

A mí salida del INM pasé a trabajar a la Facultad deCiencias Exactas y Naturales, en el Departamento deGenética, en la cátedra del Ing. J. Valencia, dondevolví a compartir el laboratorio con Antón. Los resul-tados de nuestros estudios, continuación de los rea-lizados en el INM, fueron presentados en el CongresoInternacional sobre Mutagénesis y Cáncer, que tuvolugar en Buenos Aires en diciembre de 1964.

Finalizado el Congreso partí rumbo al MassachussetsInstitute of Technology (MIT,Cambridge, USA) dondetenía otorgada una posición postdoctoral en el labora-torio de Salvador Luria (quien recibió en 1969 elpremio Nobel de Fisología y Medicina junto a MaxDelbrück y Alfred Hershey). Poco después, D. Antónpartió con una beca al laboratorio de Philip Hartman(Baltimore, USA). A su regreso a la Argentina, ocurri-da ya la conocida debacle de 1966 en la Facultad deCiencias, se incorporó a la Comisión Nacional deEnergía Atómica, donde continúa aún con susinvestigaciones.

Yo trabajé en MIT (1965-1968) y más tarde en laUniversidad Central de Venezuela (1968-1973). Demis actividades de investigación y docencia enVenezuela se generaron dos grupos de trabajo, unoen la UCV y otro en la Universidad de Los Andes.Volviendo al año 1966 en nuestro país, el eventoconocido como la noche de los bastones largos llevóal alejamiento de un gran número de docentes de laFacultad de Ciencias. Valencia y su equipo y varioscolaboradores de J.L. Reissig renunciaron a sus car-gos. Poco después también lo hizo Reissig. Nadaquedaba ya, ni en la Facultad ni en el Malbrán, de losgrupos que realizaban investigaciones en genéticahumana, microbiana y molecular.

Solo años más tarde, investigadores con formaciónbioquímica, fundamentalmente en la FundaciónCampomar, (ahora Fundación Instituto Leloir) comen-zaron a llevar adelante en nuestro país proyectos degenética y biología molecular. Los finales del siglo XXy comienzos del siglo XXI han sido testigos de unaexplosión de conocimientos en genética y biologíamolecular y celular. La evolución de estos cono-

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cimientos ha sido vertiginosa. Sin embargo importarecuperar la memoria de los trabajos realizados en elpaís y de los avatares a los que estuvieron sometidos.Ello debería servir, al menos, para conocer y com-prender parte de nuestra historia. Es difícil predecircómo irán evolucionando las investigaciones en lasdistintas áreas de la ciencia. Pero, lo que sí es indis-cutible que la continuidad de la tarea de investigacióntiene un enorme valor.

Si bien en este momento hay en el país grupos degeneraciones jóvenes e intermedias que trabajan conmuy buen nivel, causa tristeza el hecho de que rele-vantes aportes de muchísimos científicos argentinosse hayan perdido para la ciencia del país, aunqueafortunadamente en modo alguno para la ciencia engeneral. César Milstein es buen ejemplo de ello.

El tejido de la investigación continúa en nuestro paísa pesar de las contingencias ajenas a su quehacer.Son de lamentar los numerosos huecos que, a conse-cuencia de ello, muestra su trama. Sería deseable queeso no volviese ocurrir. Las universidades siguenactualmente generando nuevas camadas de jóvenescientíficos talentosos y entusiastas, aunque desafor-tunadamente, muchos se van al exterior en busca deoportunidades que el propio país no ofrece.

Elie Wollman, escribió en 1962, en una carta enviadaal Presidente del Consejo Nacional de InvestigacionesCientíficas (CONICET), en oportunidad de la destitu-ción de Pirosky de su cargo de director del INM, losiguiente: "La actividad científica más que cualquierotra actividad humana requiere seguridad y estabi-lidad. La interferencia de los problemas políticos o delas cuestiones personales en la estructura y el fun-cionamiento de la ciencia son mortales para ella,como se ha visto en tiempos recientes en países tota-litarios. Reconstruir la tarea científica lleva más deuna generación. Si no se toma un gran cuidado enpreservar las instituciones científicas de las contin-gencias políticas, esto significa la muerte de la cien-cia con todas sus implicancias en el desarrollohumano, educacional y técnico de un país". Sus pa-labras siguen vigentes.

Para obtener mayor información consultar: “1957-1962. Progreso y Destrucción de Instituto Nacional deMicrobiología”. Ignacio Pirosky. Eudeba. 1986.

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El golpe de estado de 1976 generó una discon-tinuidad del orden democrático y repercutió en elfuncionamiento de instituciones científicas y técnicasde la Argentina. En particular, en la Comisión Nacionalde Energía Atómica (CNEA), la preparación de la irrup-ción de nuevas autoridades y sus objetivos, comenzócon el Operativo ACNE en octubre de 1975, siendoejecutado a partir del 24 de marzo de 1976 con ladesignación del Vice Almirante Carlos Castro Maderocomo Delegado de la Junta Militar en la CNEA y suposterior designación, algunos meses después, comoPresidente del Directorio.

Sin temor a equivocaciones se puede afirmar que laCNEA siguió teniendo, como lo tuvo continuamentedesde su creación en 1950, el apoyo gubernamental,significando que esta actividad estratégica se contin-uaría manejando como parte de una Política deEstado. Esto se vio reflejado, entre otras motiva-ciones, en la altísima disponibilidad de dinero anualque llegó a superar el 2% del Producto Bruto Interno.

En el marco internacional es de destacar, que a pesarde existir en varios países de América Latina go-biernos militares, estos no tenían el aval de toda lacomunidad internacional. A su vez, con la explosiónatómica de la India en 1974, ya se habían comen-zaron a generar mayores restricciones sobre lacomercialización de insumos nucleares.

Estas dos razones, concomitantemente con que laArgentina no había firmado el Tratado de NoProliferación de Armas Nucleares (TNP), hacían que elapoyo internacional para encarar proyectos de altadependencia tecnológica necesariamente iba a estarrestringido. Agravando esta situación, en marzo de1979, sucedió el primer accidente nuclear civil deenvergadura en Pensilvania, EEUU (Three Mile Island).

La economía política en manos de Alfredo Martínez deHoz indudablemente comenzaba a redireccionarpolíticas anteriores de sustitución de importaciones,favoreciendo las políticas de mercado, las inversionesextranjeras, el sector financiero y el endeudamientoexterno.

Estas políticas, contrarias al fortalecimiento nacionaldel sector industrial y que continuaron con posterio-ridad al período durante más de 20 años, estabanenfrentadas al desarrollo de proveedores nacionales yde transferencia de tecnología que se venían impul-sando en la CNEA desde su creación.

En este contexto nacional e internacional es difícilentender la firma del decreto (302/79) por el cual seconstruirían cuatro centrales nucleares antes del findel milenio. Como podía ser previsible, no se pudoelegir la tecnología más adecuada (tubos de presión)y se optó por uno del tipo Atucha I (recipiente de pre-sión). La Central Nuclear Atucha II, la primera de estascuatro, comenzó su construcción en 1980 y aún hoyno está terminada.

Exitosa fue la compra llave en mano de la PlantaIndustrial de Agua Pesada, que se adecuaba más a laspolíticas financieras y de endeudamiento emprendi-das en la etapa, y dejaba de lado los desarrollostecnológicos emprendidos hasta el momento. Otrosesfuerzos que prosperaron en el período fueron laminería del uranio y la purificación y concentrado deóxido de uranio.

Las millonarias inversiones en la planta secreta deenriquecimiento de uranio en Pilcaniyeu, Provincia deNeuquén, que obtuvo pequeñas cantidades de uraniocon mínimo enriquecimiento, y el Laboratorio deProcesos Radioquímicos (LPR), en el Centro AtómicoEzeiza, para reprocesar combustibles gastados deAtucha I, que nunca se terminó, jamás operaron. Conrespecto a estos dos temas es conveniente haceralgunas consideraciones técnicas.

El enriquecimiento de uranio con la tecnología utiliza-da en Pilcaniyeu (difusión gaseosa) y la magnitud ytiempos involucrados en el proyecto, permitían con-siderar que este emprendimiento era para incorporaruranio levemente enriquecido en los combustibles delos reactores nucleares de uranio natural, incremen-tando en forma importante su duración. Este propósi-to actualmente está desarrollado y se importa uranioenriquecido que se agrega a los combustibles

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Enrique E. Pasqualini1

CNEA en el período 1976-1983. Elementos de análisis.

1 Licenciado en Ciencias Físicas, UBA (1976). Actualmente Responsable del Laboratorio de Nanoestructuras. (Investigador ytecnólogo), Comisión Nacional de Energía Atómica.

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nucleares de Atucha I. La Planta de Pilcaniyeu esactualmente obsoleta y, a diferencia de materialesde la CNA II que fueron preservados durante 10 añosen carpas de nitrógeno a raíz de su paralización amediados del 90, no hubo tales prevenciones en elequipamiento de la Planta de Pilcaniyeu en los últi-mos 25 años. Por otro lado la tecnología de difusióngaseosa es altamente demandante de energía y hasido mundialmente reemplazada por la tecnología deultracentrífugación, que consume mucho menosenergía para obtener los mismos resultados.

El intento de reprocesamiento de combustibles gasta-dos en el LPR no fue acompañado fuertemente con eldesarrollo imprescindible de sus posibles utiliza-ciones pacíficas. Estos objetivos son la utilización decombustibles nucleares con plutonio (óxidos mixtosde uranio y plutonio) o bien el tratamiento de residu-os nucleares para su ulterior confinamiento. Por lotanto, quedaba totalmente sospechado y compro-metido el inventario disponible de plutonio de la CNAI con el objetivo de desviarlo para el armado dedispositivos bélicos por parte del Ejército.

La construcción de submarinos nucleares en elAstillero Domecq García que impulsaba la Marina,desde el punto de vista de nuestro litoral marítimocon una plataforma submarina de gran extensión y alos fines defensivos, no tiene ningún fundamento, nien ese momento, ni actualmente. También se des-conocía cual sería el combustible nuclear que se uti-lizaría y quien lo proveería.

La gestión de Castro Madero avanzó en proyectos ynecesidades que ya venían siendo planteados oencarados con anterioridad, como la terminación dela Central Nuclear de Embalse, la fábrica deCombustibles Nucleares y la conformación de laempresa INVAP S.E. Desde el punto de vista de la for-mación de recursos humanos, comenzó la carrera deIngeniería Nuclear y se finalizó el Reactor RA-6 en elCentro Atómico Bariloche. También comenzó la con-strucción del acelerador de iones pesados TANDAR.Algunos de estos emprendimientos pudieron serrealizados en esta etapa, y no anteriormente, debidoa la alta disponibilidad de dinero a los cuales accedíala CNEA.

Durante los primeros años de la gestión de CastroMadero en la CNEA se secuestraron 10 personas, quefueron liberadas después de varios meses de deten-ción, y hay 15 detenidos-desaparecidos que trabaja-

ban en la Institución. En todo su período se pre-scindieron y cesantearon a 107 y 120 trabajadores,respectivamente. Renunciaron 370 personas, mayori-tariamente debido a la persecución imperante en esaépoca. Por otro lado, se incorporaron cientos de con-tratados, previamente supervisados por la Secretaríade Inteligencia del Estado, y controlados interna-mente, como el resto del personal, a través de laelaboración de legajos paralelos, con informacióngremial, ideológica y política suministrada por ele-mentos de inteligencia interna. Muchas de estasincorporaciones estaban relacionadas con las obrasque se estaban realizando y también para cubrirtareas de investigación y desarrollo.

En una Institución donde es imprescindible la partici-pación de profesionales y técnicos en la discusión ydeterminación de sus metas y métodos de trabajo, seimplantó un sistema opresivo y represivo al conjuntodel personal que tuvo como finalidad y consecuenciano permitir que ni siquiera se cuestionaran decisionestécnicas.

Esto no podía ser de otro modo dadas las caracterís-ticas del gobierno dictatorial y sus beneficiarios.Teniendo en cuenta los logros mencionados y los fra-casos de las grandes nuevas líneas emprendidas, sepuede afirmar que desde el punto de vista científico ytecnológico, existe un cambio en la actividad nuclearal fijarse objetivos incumplibles, que entre otras cosasaumentaron la deuda externa sin ningún beneficio.Las grandes iniciativas fracasadas marcan una rup-tura con las tareas estratégicas planificadas quedesarrolló la CNEA durante 25 años, en un marcointernacional que comenzaba a ser desfavorable yuna industria nacional en retroceso, dejándose delado capacidades adquiridas, objetivos de partici-pación nacional y compromisos previos de usos pací-ficos de la energía nuclear, tiñendo fuertemente elaccionar posterior a 1983.

Actualmente el panorama internacional se muestrapropicio para la reconstrucción de la actividad nucleary la Argentina está incorporada plenamente a estesistema con la firma del TNP (1995) , la ratificacióndel Tratado para la Proscripción de las ArmasNucleares en la América Latina y el Caribe (1993,Tratado de Tlatelolco) y el Tratado Bilateral con Brasil(1991). El panorama nacional recién está comenzan-do como para pensarse nuevamente en el desarrollode proveedores locales, retomar fuertemente nuevosdesafíos tecnológicos y actuar en consecuencia. En

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este sentido el actual Gobierno Nacional ha enviadoclaros mensajes en dirección de la reactivaciónnuclear y es tarea inmediata la elaboración de un PlanNuclear a mediano plazo. Es importante que los pro-fesionales y técnicos del sector nuclear, y las nuevasincorporaciones de personal, debatan la historia paraaprender de los errores cometidos. El resurgimientode la actividad nuclear requiere una visión estratégi-ca adecuada y necesariamente la formación derecursos humanos suficientes y con sólidas basescientíficas y tecnológicas.

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Seminario

Ruptura y reconstrucción de la Ciencia Argentina

Buenos Aires, 2 y 3 de agosto de 2007Ministerio de Educación, Ciencia y TecnologíaSalón Leopoldo Marechal, palacio Pizzurno

Comisión organizadoraMaria Teresa Borches

Guido BoninoMaria Florencia Paoloni

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“Ruptura y Reconstrucción de la Ciencia Argentina”. 2° edición. Año 2009.

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