Jardin Japonés

3
Bajo el nenúfar las aguas, sobre las aguas el pozo de aquellos ojos que miran extasiados de alborozo las formas que se imagina Antonio en su reposo, tres mujeres trenzadas viajan ligeras de gozo, sus líneas son dibujadas por el vigor de aquel mozo, nítidas carpas desfilan en trajes naranjas, rojos, como saetas bizarras, iluminados sus bozos, y Antonio suspira y piensa y vuelve al placer enojo, “Ojalá tuviera cerca belleza para mis ojos.” Sobre el puente se marean lianas de árboles locos, y cruza en las soledades la dama cuyo decoro haría temblar a una reina, con su abanico de oro. Sus pasos lentos, las piernas rítmicas, siempre en tono, de la mujer la cabeza afilada en bellos logros, del hombre cierta firmeza y cierto fuego sonoro cuando su voz, fina arista, a Antonio sorprende todo, quimérica esfinge ella lo nota hastiado y ansioso, y tomándose licencia le toma suave del codo. Antonio tiembla y palpita como un arbusto copioso de aterciopeladas frutas de aspecto tan delicioso que surgen de mil y un rutas doncellas en numeroso

description

poesia

Transcript of Jardin Japonés

Page 1: Jardin Japonés

Bajo el nenúfar las aguas,sobre las aguas el pozode aquellos ojos que miranextasiados de alborozolas formas que se imagina Antonio en su reposo,tres mujeres trenzadasviajan ligeras de gozo,sus líneas son dibujadaspor el vigor de aquel mozo,nítidas carpas desfilanen trajes naranjas, rojos,como saetas bizarras,iluminados sus bozos,y Antonio suspira y piensay vuelve al placer enojo,“Ojalá tuviera cercabelleza para mis ojos.”Sobre el puente se mareanlianas de árboles locos,y cruza en las soledadesla dama cuyo decoroharía temblar a una reina,con su abanico de oro.Sus pasos lentos, las piernasrítmicas, siempre en tono,de la mujer la cabezaafilada en bellos logros,del hombre cierta firmezay cierto fuego sonorocuando su voz, fina arista,a Antonio sorprende todo,quimérica esfinge ellalo nota hastiado y ansioso,y tomándose licenciale toma suave del codo.Antonio tiembla y palpitacomo un arbusto copiosode aterciopeladas frutasde aspecto tan deliciosoque surgen de mil y un rutasdoncellas en numerosocortejo de afán y buscan acercarse al vistosoárbol de hojas extensascomo cénit religioso.Alguien gime, alguien susurra,una mano sobre un hombro,rodillas húmedas, tibias,las lenguas obran un coro,

Page 2: Jardin Japonés

saltan sobre la lagunapeces absurdos, Antoniorecorre pechos que zumbanduros como el algarrobo,perdido en costillas largas,la noche todo su aplomociñe sobre la divinasirena que un maremotodesata sobre las olasdel muchacho de su antojohasta que su boca alcanzalos fines de su remojoy luminosas galaxiaslo bifurcan torpe y flojo,molido cual la vendimiaya desangrada en el mosto.La dama que se abanicaun beso le deja a Antonioy cruza el puente lejanacomo un sueño del otoño,jardín nipón, ikebanadel deseo sigiloso.