Jorge Moch en Este País de Fantasía

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Jorge Moch [email protected] Twitter: @JorgeMoch En este país de fantasía EN ESTE PAÍS DE fantasía un infame político oportunista y derrochador se casa por conveniencia con una actricilla de telenovelas y consolidan así alianzas entre partidocracia y oligarquía mediática. Sólo en un país de fantasía, un mirrey, un yúnior, un mentecato prepotente como Manuel Velasco se exhibe y promociona, aunque diga gobernar uno de los estados más pobres, en onerosas campañas propagandísticas por todo el país. Sólo en un país de fantasía un personaje así, rinconero, aparece retratado hasta en el transporte público de otras ciudades, y se le sigue mediáticamente, “tendiendo la cama”, según el argot político, para posibles sucias tretas venideras de repetición de imposiciones siguiendo el patrón del éxito comercial y mediático que supuso la unción de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera hoy dedicados al expolio nacional. En un país de fantasía la estampa es de una ridiculez surrealista: un gobernador chiapaneco viste de charro jalisciense, y son vitoreados los novios al salir de la iglesia, obligatoriamente acompañados de un obispo (que no casa a cualquier hijo de vecino, sino a pura gente bonita, claro) por indígenas en vestidos típicos que los bañan en pétalos de flores; un bello cuadro que es montaje vergonzoso y contiene los mismos elementos ruines del mitin oficialista por antonomasia en México: gente pobre, miserable, sin futuro, acarreada, vendida la dignidad por una migaja, convertida en utilería de escenario para el lucimiento de un par de sátrapas que nunca van en realidad a hacer nada por ellos, para sacarlos de su pobreza, su ignorancia útil, de la encrucijada de lo ilegal como herramienta de supervivencia.

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Jorge [email protected]: @JorgeMochEn este pas de fantasaEn este pas de fantasa un infame poltico oportunista y derrochador se casa por conveniencia con una actricilla de telenovelas y consolidan as alianzas entre partidocracia y oligarqua meditica. Slo en un pas de fantasa, un mirrey, un ynior, un mentecato prepotente como Manuel Velasco se exhibe y promociona, aunque diga gobernar uno de los estados ms pobres, en onerosas campaas propagandsticas por todo el pas. Slo en un pas de fantasa un personaje as, rinconero, aparece retratado hasta en el transporte pblico de otras ciudades, y se le sigue mediticamente, tendiendo la cama, segn el argot poltico, para posibles sucias tretas venideras de repeticin de imposiciones siguiendo el patrn del xito comercial y meditico que supuso la uncin de Enrique Pea Nieto y Anglica Rivera hoy dedicados al expolio nacional. En un pas de fantasa la estampa es de una ridiculez surrealista: un gobernador chiapaneco viste de charro jalisciense, y son vitoreados los novios al salir de la iglesia, obligatoriamente acompaados de un obispo (que no casa a cualquier hijo de vecino, sino a pura gente bonita, claro) por indgenas en vestidos tpicos que los baan en ptalos de flores; un bello cuadro que es montaje vergonzoso y contiene los mismos elementos ruines del mitin oficialista por antonomasia en Mxico: gente pobre, miserable, sin futuro, acarreada, vendida la dignidad por una migaja, convertida en utilera de escenario para el lucimiento de un par de strapas que nunca van en realidad a hacer nada por ellos, para sacarlos de su pobreza, su ignorancia til, de la encrucijada de lo ilegal como herramienta de supervivencia.

En este pas de fantasa el opio de los pueblos se enseorea en estupores y la mitologa guadalupana es ms importante que la realidad. El futbol es ms importante que la realidad. Los chismes de la farndula son ms importantes que la realidad. La realidad es otra cosa distinta a lo que sea que vivimos los habitantes de este pas de fantasa; nimias cuitas y padecimientos: el quehacer cotidiano de criminales impunes que operan en una curul o en las esquinas del barrio; las trcalas de corruptos funcionarios que toman el dinero pblico para dilapidarlo en lujos frvolos; la amenaza constante de soldados, marinos y policas armados hasta el colodrillo porque hay otro contingente de sicarios igual, armado, cruel y violento acechndonos. La realidad verdadera, aquella que se adopta por decreto, la pintan la televisin, la radio, los anuncios que bombardean a la multitud enardecida con la pelcula de accin del momento, con el partido de la liguilla o con la visita de un pontfice. Si se cruzan en el camino un desastre natural, un terremoto en las antpodas, un tsunami que barre con la otra mitad del planeta, incendios forestales remotos o un oportuno accidente abundoso en muertes internacionales como un avionazo o el hundimiento de un paquebote atestado pues qu mejor: el sufrimiento ajeno siempre nos causa esa mezcla peculiar de susto, morbo y secreto y mezquino disfrute tan propia de la condicin humana, pero sobre todo seguir acaparando nuestra atencin, llevndosela lejos de esos infelices burcratas rateros, de los mirreyes abusivos, de la cleptocracia instalada en prcticamente todo instituto poltico y que parece dedicada solamente, en lugar de gobernar, de administrar con recato dineros pblicos y colectivos, a cocinar complicidades con una oligarqua empresarial, comerciante y agiotista cuya voracidad no parece encontrar satisfaccin y cuyo implcito reconocimiento a los mayoritarios sectores poblacionales de los que paradjicamente se alimenta y enriquece sin medida es el simple desprecio: en un pas de fantasa un senador, en la sesin que legisla contra la corrupcin, hojea catlogos de yates de precio estratosfrico. Un senador que es, por cierto, lder presunto de una agrupacin obreraPorque slo en un pas de fantasa la hermana de conocidos narcotraficantes violentos, y esposa del principal indiciado e indiciada tambin ella en el secuestro y la desaparicin documentada de decenas de estudiantes, an estando presa, a saber por qu turbios y malolientes mecanismos jurdicos presume falta de pruebas en su contra y encuentra de pronto, en lugar de una condena carcelaria equivalente a la perpetuidad, un resquicio legaloide hacia la libertad comprada. Porque en este pas de fantasa, fuera de la tele es el infierno.A menos que se disponga de ese dulce coctel de poder y dinero.Principio del formulariohttp://www.jornada.unam.mx/2015/05/03/sem-moch.htmlFinal del formulario