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Departamento de Derecho Financiero, Economía Política y Filosofía del Derecho

JORNADAS INTERNACIONALES SOBRE IGUALDAD DE GÉNERO Y POLÍTICAS

PÚBLICAS

del 23 al 25 de febrero de 2010

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DESARROLLO HUMANO E IGUALDAD DE GÉNERO: UN ESQUEMA

BASADO EN LA DECLARACIÓN DE BEIJING DE 1995 Y SU PLATAFORMA DE ACCIÓN, EN LA DECLARACIÓN DEL MILENIO DEL 2000, Y EN LOS INDICADORES DE DESARROLLO HUMANO

RELATIVOS AL GÉNERO DEL PNUD

ANTONIO MANUEL ROLDÁN BÁEZ1 1. INTRODUCCIÓN La Humanidad enfrenta serios y enormes desafíos en la era de la globalización. A pesar de los elevados ritmos de crecimiento económico registrados en el mundo durante las últimas décadas, apoyado firmemente en la transformación operada en la base tecnológica, en el mayor conocimiento y en los avances científicos, lo que ha posibilitado la generación de nuevas oportunidades y la conquista de antiguos retos, no se ha llegado a plasmar un avance paralelo tan fuerte y significativo en el nivel general del desarrollo humano.

Al final de la primera década del siglo XXI, se constata que una inmensa mayoría de la población mundial, de mujeres y hombres, de niñas y niños, aún siguen padeciendo enormes carencias y discriminaciones que atentan directamente contra su dignidad y sus derechos como seres humanos. Los problemas derivados de la situación de pobreza extrema, del flagelo del hambre y la desnutrición, de las duras restricciones que se afrontan en muchas partes del planeta para combatir las enfermedades, o para superar las carencias en la educación básica y en la instrucción, son sentidos de forma cotidiana y permanente por cientos de millones de personas. Los relacionados con la explotación infantil, que afectan a decenas de millones de niñas y niños 1 Profesor de Economía Aplicada (Economía Política) en la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga.

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en todo el mundo, desde el plano laboral (con proyectos personales de vida incipientes que se ven obligados a renunciar a los mejores años de su infancia y a su educación, a cambio de unas condiciones miserables y penosas de trabajo), hasta el plano sexual (con la humillante y cruel problemática que conllevan la prostitución infantil y la pederastia). Pasando por otras situaciones problemáticas generales de explotación y discriminación laboral, a causa del predominio del trabajo “indecente”; o por la pesada carga asociada al desempleo persistente, y a la insuficiencia de las nuevas ofertas de empleo. Hasta los traumáticos problemas y sufrimientos vinculados con diferentes manifestaciones de opresión y violencia, tales como los conflictos armados internos, las guerras entre países, la amenaza creciente del terrorismo, o los innumerables episodios de violencia de género contra las mujeres, con los desgarros irreparables que propician. La realidad contemporánea es bastante cruda: el 80 por ciento de la población mundial no ha podido beneficiarse de las teóricas ventajas económicas derivadas de la globalización de la economía, habida cuenta de que a esta amplia mayoría de seres humanos tan solo le corresponde la quinta parte del total de los satisfactores. En una medida nada desdeñable, los programas neoliberales de ajuste estructural y de reestructuración de los sistemas productivos, fundados en las ideas de liberalización y desregulación (más mercado, menos Estado), e instrumentados por un conjunto de reformas que se fueron implementando a partir de los años ochenta, han terminado provocando una creciente polarización de las sociedades, y un aumento generalizado de la incertidumbre, de la inseguridad, e incluso del miedo. En definitiva, de la insatisfacción.

A ello habría que añadir las sombrías secuelas sobre el bienestar humano aparejadas al amenazante deterioro de la biosfera o ecosistema global, que constituye nuestro delicado soporte vital.

El “impacto devastador” del cambio climático se señala que “está cada vez más cerca”2,

propiciado por el calentamiento global del planeta a causa de la imparable emisión de gases de efecto invernadero, que debilitan a la eficaz capa de ozono frente a los rayos ultravioleta. La contaminación de las tierras, del agua y del aire. La creciente desforestación. La pérdida de biodiversidad debida a la desaparición acelerada de numerosas especies por la intervención humana. La esquilmación y el despilfarro de recursos y de energía… Todos estos factores constituyen otras tantas manifestaciones de una crisis ecológica latente, que no podemos permitirnos el lujo de desatender, ni siquiera a corto plazo.

Por todo ello, y pese a los importantes logros registrados por la Humanidad, es un hecho evidente que ésta no ha solucionado aún su problema económico-ecológico fundamental: garantizar la supervivencia de su propia especie. Una de las causas explicativas determinantes de ese fracaso global es la desigualdad y la discriminación.

En el terreno económico, cabe afirmar que no solo se han reducido o mantenido las

desigualdades económicas, sino que han aumentado de una forma significativa, tanto al nivel interno de cada país, como entre los propios países. La riqueza y el ingreso mundial se han venido concentrando en grupos relativamente pequeños de la población mundial. A título de ejemplo, en el Informe sobre Desarrollo Humano 20023 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se proporcionan estos datos:

2 NACIONES UNIDAS: “Para cumplir la promesa: un examen orientado al futuro para promover un programa de acción convenido a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015”, Informe del Secretario General, Asamblea General, Sexagésimo cuarto período de sesiones, 12 de febrero de 2010, p. 4. [http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=A/64/665]. 3 PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO (PNUD): Informe sobre Desarrollo Humano 2002, Resumen, p. 2 y 10 [http://hdr.undp.org/en/media/PRIMERAS.pdf].

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• 2.800 millones de personas subsisten con menos de dos dólares al día. • el 1% de la población más rica del mundo tiene una renta anual equivalente al total de lo

que recibe el 57% más pobre de la población del mundo. • el 5% más rico de la población mundial tiene ingresos que son 114 veces mayores que

los del 5% más pobre. • en muchas zonas del África subsahariana, el nivel de vida de la población más pobre

está empeorando; durante el decenio de 1990, el número de personas que vivían en la pobreza extrema aumentó de 242 millones a 300 millones.

Otro plano relevante de la desigualdad, es el relativo a la discriminación por razón de

género, aplicada históricamente en contra de las mujeres. La persistencia de situaciones estructurales de desigualdad económica, política, social y cultural también está detrás de una asignación injusta y asimétrica de papeles o roles entre mujeres y hombres, entre niñas y niños, que tienen ante sí diferentes oportunidades para acceder a los recursos, y a las capacidades necesarias para poder elegir entre una vida digna o infrahumana. Se trata de una rémora que imposibilita el ejercicio pleno de los derechos humanos, porque afecta nada menos que a la mitad de la población humana.

Pero las disparidades de trato existentes entre hombres y mujeres por razón de género no tienen legitimación ni justificación alguna, al igual que todos aquellos obstáculos que dificultan el ejercicio del poder de la mujer en su compromiso de participación social, y también en su propia forma de influir en la evolución futura de la sociedad.

“Se considera aceptado que las mujeres tenemos el deber de participar, de aportar nuestros puntos de vista y nuestras opiniones”, afirma Cristina Alberdi4, ex ministra de Asuntos Sociales y también representante oficial de España en la Conferencia de Pekín. Según su criterio, no se trataría tanto de una reivindicación de la mujer, como de una obligación: “Hemos pasado de reivindicar la participación equilibrada de hombres y mujeres en todos los ámbitos a considerarla no sólo enriquecedora, sino ineludible para las propias mujeres. Todavía queda camino por avanzar en lo que hemos denominado cambio estructural. El «contrato social» implícito, vigente durante siglos, por el que hombres y mujeres ocupaban los espacios públicos y privados en función del sexo, está afortunadamente roto. Hoy se comparten ambos espacios cada día en mayor medida y es preciso, por tanto, adecuar la organización de nuestras sociedades a esa nueva realidad”. Durante los últimos años, y en algunos países desarrollados -como por ejemplo ha sucedido en el caso de España- se ha apreciado una reducción significativa de las desigualdades por razón de género, gracias al aumento de la empleabilidad de la mano de obra femenina y a la generación de numerosos puestos de trabajo en la anterior fase cíclica de crecimiento, a causa de la flexibilización de la producción y de la expansión del sector servicios, que generó una mayor demanda de trabajo femenino, así como a otros avances sociales plasmados en el ámbito jurídico-normativo, dirigidos a promover la igualdad de género efectiva.

Esta participación reforzada de la mujer en el sector del trabajo remunerado no debería vincularse tan solo a causas de naturaleza económica, con independencia de que la tendencia a la baja de los salarios observada en los últimos tiempos -motivada por una redistribución asimétrica de la riqueza entre la clase ejecutiva o dirigente, los accionistas y la clase obrera-, haya presionado fuertemente a muchas mujeres a incorporarse a la población activa, al objeto de

4 CRISTINA ALBERDI: “La Conferencia de Pekín: Una nueva forma de ver el poder. El empoderamiento”, Mujeres en red [http://www.nodo50.org/mujeresred/beijing-alberdi-balance.html].

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complementar en el hogar el salario menguante de los hombres. También obedece a ese cambio operado en las aspiraciones de las propias mujeres, en relación con sus prioridades vitales, y con el rol que deben desempeñar en la construcción de la sociedad, en pie de igualdad con los hombres.

Ello ha conducido a que una fracción creciente de mujeres hayan tenido que afrontar las obligaciones del trabajo retribuido fuera del hogar, junto a las exigencias derivadas del trabajo asistencial propias de las responsabilidades familiares, tales como el cuidado de las hijas e hijos y, en su caso, de las personas mayores, ya sean dependientes o no. Pero este aumento de la participación relativa de la mujer en el trabajo remunerado no ha venido acompañado de un mayor compromiso de los hombres en el desempeño de las tareas domésticas y en los cuidados familiares. Además, los servicios disponibles para la atención y el cuidado de los hijos –tales como las guarderías y escuelas de infancia– y de las demás personas dependientes, resultan totalmente insuficientes. Dichas situaciones representan, de modo conjunto, un severo obstáculo para el ejercicio de la plena autonomía de las mujeres, en el sentido de que merman su capacidad de acceso a los puestos de trabajo disponibles, limitando así en parte sus aspiraciones de realización personal, además de restringir su capacidad de obtención de recursos económicos.

En un documento relativo al trabajo “decente” para la mujer, elaborado hace una década por la OIT5, se sentenciaba que el “progreso hacia el logro de la igualdad entre los géneros está lejos de haber sido un esfuerzo sostenido”. En el escenario macroeconómico actual, con las duras condiciones impuestas sobre el empleo por una crisis financiera y económica tan severa como la iniciada en torno al 2008, y por la orientación de los planes de flexibilización económica y de reestructuración fiscal que ya se están implementando, las dificultades para que las mujeres puedan compatibilizar el trabajo productivo (remunerado) con el trabajo asistencial que desempeñan se incrementarán de un modo significativo, debido a que lo primero que suele recortarse en los presupuestos en épocas de penuria en los diversos escenarios de consolidación presupuestaria, es el gasto social; justamente lo contrario de lo que debería hacerse (al menos, desde la perspectiva del desarrollo humano).

A pesar de todo, debe advertirse que tales preocupaciones sociales han venido llamando la atención de numerosos foros, que han venido reconociendo la necesidad de combinar a los objetivos económicos y sociales en un esquema integrado. Para que la “eficiencia económica” y la “eficiencia social” vayan de consuno, según se manifiesta en el documento de la OIT, “todos los miembros de la sociedad hombres y mujeres, jóvenes y viejos, capacitados y discapacitados han de ser conscientes de su potencial humano para contribuir al desarrollo y beneficiarse plenamente del crecimiento”. Evidentemente, todo ello no sería posible “sin la participación de la mujer en todos los ámbitos de la vida y en las esferas social, económica, política o cultural”.

En esta misma dirección, no resulta casual que los asuntos relativos a la igualdad de género y la no discriminación hayan sido considerados como prioridades centrales en las agendas de múltiples conferencias y cumbres internacionales que se han venido celebrando a partir de la década de los ochenta, como por ejemplo:

• la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDCM)6, aprobada en 1979 gracias al impulso y a los trabajos de la Comisión

5 OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO: “Trabajo decente para la mujer: Una propuesta de la OIT para acelerar la puesta en práctica de la Plataforma de Acción de Pekín”, Oficina para la Igualdad de Género, Ginebra, 2000 [http://www.oitcinterfor.org/public/spanish/region/ampro/cinterfor/temas/gender/doc/cinter/tra_dec/i.htm]. 6 NACIONES UNIDAS: “Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer”, adoptada y abierta a la firma y ratificación, o adhesión, por la Asamblea General, en su Resolución 34/180,

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de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. • la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, celebrada en Copenhague del 6 al 12 de

marzo de 1995. • la Cuarta Conferencia sobre la Mujer, celebrada en Pekín (Beijing) en 1995, que

alumbró a la Declaración de Beijing y su Plataforma de Acción, y que constituyen un verdadero hito para el empoderamiento de la mujer. Así como las subsiguientes sesiones especiales de las Naciones Unidas Pekín +5 y Pekín +10, celebradas el 9 de junio de 2000 y el 11 de marzo de 2005, respectivamente.

• la Declaración del Milenio de 2000, una resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en septiembre de 2000.

• o el Pacto Europeo por la Igualdad de Género, adoptado por el Consejo Europeo de marzo de 2006.

Al objeto del presente análisis, vamos a centrar la atención en señalar las recomendaciones

normativas, así como los numerosos objetivos establecidos por los respectivos Gobiernos y los líderes mundiales, tanto en la Declaración de Beijing y en su Plataforma de Acción, que marcaron significativamente la nueva pauta a seguir para la política de igualdad de género, como en la Declaración del Milenio, la mayor apuesta política internacional destinada a promover la ampliación del desarrollo humano.

Garantizar, en un plano formal o normativo, el mismo status jurídico a los hombres y a las

mujeres, constituye un paso fundamental y decisivo en la promoción de la igualdad de género, pero aún resulta insuficiente. La igualdad de género efectiva requiere de la construcción de un complejo entorno dirigido a capacitar realmente a todas las personas, mujeres y hombres, niñas y niños, en el disfrute pleno de los derechos humanos.

De hecho, el desarrollo humano resultaría imposible si no se alcanza la equiparación entre mujeres y hombres. Por ello, la referencia a ciertos indicadores del desarrollo humano que registren las diferencias de género también me parece pertinente en este esquema.

El PNUD publica en su anual Informe sobre Desarrollo Humano, que data de 1990, los

resultados de cinco indicadores sintéticos vinculados con el bienestar (o la privación) que disfrutan (o padecen) los seres humanos, agrupados por países. Entre ellos, nos centraremos en la situación actual, así como en la evolución seguida desde 1995, por el Índice de Desarrollo relativo al Género (IDG) –con referencias a la registrada por el Índice de Desarrollo Humano (IDH)–, y en la del Índice de Potenciación de Género (IPG), respecto a los resultados alcanzados por una selección de 25 países con un nivel de desarrollo humano muy alto, y no a los del conjunto mundial.

de 18 de diciembre de 1979.

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2. RELEVANCIA DE LA CUARTA CONFERENCIA MUNDIAL SOBRE LA MUJER El aspecto más destacable de la Conferencia de Pekín, celebrada del 4 al 15 de septiembre de 1995, es que supuso un avance sin precedentes tanto para el adelanto de la mujer, como para la potenciación del papel de la mujer en la sociedad, esto es, para su empoderamiento. En la misma, la comunidad internacional fue consciente de que el futuro del progreso de la Humanidad, así como el desarrollo económico y social, aparecían vinculados a la plena y efectiva participación de las mujeres en la formación de la sociedad, en igualdad de condiciones que los hombres, lo que supuso un cambio radical respecto a la perspectiva sectorial adoptada en las Conferencias Mundiales sobre la Mujer celebradas con anterioridad (la Primera, en México, 1975; la Segunda, en Copenhague, 1980; y la Tercera, en Nairobi, 1985). 2.1. OBJETIVOS DE LA DECLARACIÓN DE BEIJING Los Gobiernos participantes en la Conferencia de Pekín estuvieron decididos a promover los objetivos de igualdad, desarrollo y paz “para todas las mujeres del mundo, en interés de toda la humanidad”, reconociendo las legítimas “aspiraciones de las mujeres del mundo entero”, y comprometiéndose a promover “el adelanto y la potenciación del papel de la mujer en todo el mundo”, una tarea que según su común criterio exigía “una acción urgente”.

En materia de derechos humanos, los Gobiernos reafirmaron en la Declaración de Beijing7 su compromiso de:

• defender “los derechos y la dignidad humana intrínseca de las mujeres y los hombres” (punto 8), señalando expresamente que los “derechos de la mujer son derechos humanos” (punto14);

• garantizar “la plena aplicación de los derechos humanos de las mujeres y las niñas como parte inalienable, integral e indivisible de todos los derechos humanos y libertades fundamentales” (punto 9);

• garantizar “a todas las mujeres y las niñas todos los derechos humanos y libertades fundamentales, y tomar medidas eficaces contra las violaciones de esos derechos y libertades” (punto 23);

• prevenir y eliminar “todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas” (punto 29);

• promover y proteger “todos los derechos humanos de las mujeres y las niñas” (punto 31); • intensificar sus esfuerzos para “garantizar el disfrute en condiciones de igualdad de todos

los derechos humanos y libertades fundamentales a todas las mujeres y las niñas que enfrentan múltiples barreras para lograr su potenciación y su adelanto por factores como la raza, la edad, el idioma, el origen étnico, la cultura, la religión o la discapacidad, o por pertenecer a la población indígena” (punto 32);

• garantizar “el respeto del derecho internacional, incluido el derecho humanitario, a fin de proteger a las mujeres y las niñas en particular” (punto 33).

Además, consideraron que la potenciación del papel de la mujer y el adelanto de la mujer

también abarca “el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de creencia, lo que contribuye a la satisfacción de las necesidades morales, éticas, espirituales e intelectuales”, lo que les garantiza la posibilidad de “realizar su pleno potencial en la sociedad plasmando su vida de conformidad con sus propias aspiraciones” (punto 12).

7 DECLARACIÓN DE BEIJING: “Informe de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer”, de 17 de octubre de 1995, Anexo I, A/CONF.177/20 [http://www.un.org/esa/gopher-data/conf/fwcw/off/a-20.sp].

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En el apartado relativo a la salud sexual y reproductiva, se reafirma el “derecho de todas las

mujeres a controlar todos los aspectos de su salud, en particular su propia fecundidad”, como un aspecto crucial para la potenciación de su papel (punto 17).

En materia de igualdad de género, un aspecto central en la Declaración de Beijing, igualmente se establece el compromiso de todos los Gobiernos de:

• adoptar las medidas necesarias “para eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas, y suprimir todos los obstáculos a la igualdad de género y al adelanto y potenciación del papel de la mujer” (punto 24);

• garantizar “la igualdad de acceso y la igualdad de trato de hombres y mujeres en la educación y la atención de salud y promover la salud sexual y reproductiva de la mujer y su educación” (punto 30);

• potenciar “al máximo la capacidad de las mujeres y las niñas de todas las edades, garantizar su plena participación, en condiciones de igualdad, en la construcción de un mundo mejor para todos y promover su papel en el proceso de desarrollo” (punto 34);

• lograr “la igualdad de derechos, la igualdad de responsabilidades y la igualdad de oportunidades, así como la igualdad de participación de las mujeres y los hombres en todos los órganos y procesos de determinación de políticas a nivel nacional, regional e internacional” (punto 36).

De forma expresa, en la Declaración de Beijing se establece firmemente que la potenciación

del papel de la mujer y la plena participación de la mujer “en condiciones de igualdad en todas las esferas de la sociedad, incluidos la participación en los procesos de adopción de decisiones y el acceso al poder”, resultan fundamentales para el logro de “la igualdad, el desarrollo y la paz” (punto 13).

El empoderamiento de la mujer constituye un pilar central de la Declaración de Beijing, que considera indispensable “diseñar, aplicar y vigilar, a todos los niveles, con la plena participación de la mujer, políticas y programas, entre ellos políticas y programas de desarrollo efectivos, eficaces y sinérgicos, que tengan en cuenta el género, y contribuyan a promover la potenciación del papel y el adelanto de la mujer” (punto 19). De ese modo, la cuestión del género pasaba a constituirse en una componente transversal, que habría de ser considerada en el diseño de las diferentes políticas públicas. Como corolario de lo anterior, se postula que “la participación y contribución de todos los participantes de la sociedad civil, en particular de los grupos y redes de mujeres”, son importantes para “una aplicación y seguimiento efectivos de la Plataforma de Acción” (punto 20).

De continuidad con el asunto de la equidad, esta Declaración defiende que la “igualdad de derechos, de oportunidades y de acceso a los recursos, la distribución equitativa entre hombres y mujeres de las responsabilidades respecto de la familia y una asociación armoniosa entre ellos son indispensables para su bienestar y el de su familia, así como para la consolidación de la democracia” (punto 15). Y también se realiza un particular llamamiento, dirigido a alentar a los hombres “para que participen plenamente en todas las acciones encaminadas a garantizar la igualdad” (punto 25).

En materia de asuntos económicos, en la Declaración de Beijing se reconoce que la situación de la mujer ha mostrado avances en algunos aspectos importantes, pero que los progresos alcanzados “no han sido homogéneos, persisten las desigualdades entre mujeres y hombres y sigue habiendo obstáculos importantes, que entrañan graves consecuencias para el bienestar de

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todos los pueblos” (punto 5). Tal situación se ha visto agravada “por una pobreza cada vez mayor, que afecta a la vida de la mayor parte de la población del mundo” (punto 6).

Con el fin de erradicar la pobreza, se considera que “el crecimiento económico sostenido, el desarrollo social, la protección del medio ambiente y la justicia social” exige “la participación de la mujer en el desarrollo económico y social e igualdad de oportunidades, y la participación plena y en pie de igualdad de mujeres y hombres en calidad de agentes y de beneficiarios de un desarrollo sostenible centrado en la persona” (punto 16).

En virtud de ello los Gobiernos participantes, comprometidos con “el desarrollo social y la

justicia social”, consideran que “un desarrollo social equitativo que reconozca que dar a los pobres, en particular a las mujeres que viven en la pobreza, la posibilidad de utilizar los recursos ambientales de manera sostenible es una base necesaria del desarrollo sostenible” (punto 36), y por ello se muestran también decididos a:

• promover un “desarrollo sostenible centrado en la persona, incluido el crecimiento económico sostenido, mediante la enseñanza básica, la educación durante toda la vida, la alfabetización y capacitación, y la atención primaria de la salud para niñas y mujeres” (punto 27).

• promover la “independencia económica de la mujer, incluido su empleo, y erradicar la carga persistente y cada vez mayor de la pobreza que recae sobre las mujeres, combatiendo las causas estructurales de esta pobreza mediante cambios en las estructuras económicas, garantizando la igualdad de acceso a todas las mujeres, incluidas las de las zonas rurales, como agentes vitales del desarrollo, a los recursos productivos, oportunidades y servicios públicos” (punto 26).

• garantizar “el acceso de las mujeres en condiciones de igualdad a los recursos económicos, incluidos la tierra, el crédito, la ciencia y la tecnología, la capacitación profesional, la información, las comunicaciones y los mercados, como medio de promover el adelanto de las mujeres y las niñas y la potenciación de su papel, incluso mediante el aumento de su capacidad para disfrutar de los beneficios de la igualdad de acceso a esos recursos para lo que se recurrirá a, entre otras cosas, la cooperación internacional” (punto 35).

Finalmente, y en los asuntos vinculados al logro de la paz y al cese de la violencia, los

Gobiernos consideran que “la paz local, nacional, regional y mundial” resulta “alcanzable”, y que se encuentra “inextricablemente vinculada al adelanto de la mujer, que constituye una fuerza fundamental para la dirección de la comunidad, la solución de conflictos y la promoción de una paz duradera a todos los niveles” (punto 18). En esta misma dirección, plantean adoptar “medidas positivas” con el fin de “garantizar la paz para el adelanto de la mujer y, reconociendo la función rectora que han desempeñado las mujeres en el movimiento en pro de la paz, trabajar activamente hacia el desarme general” (punto 28).

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2.2. LA PLATAFORMA DE ACCIÓN DE BEIJING En su declaración de objetivos (capítulo I), se determina que la Plataforma de Acción8 es “un programa encaminado a crear [las] condiciones necesarias para la potenciación del papel de la mujer en la sociedad”, dirigido a acelerar la aplicación de las Estrategias de Nairobi “para el adelanto de la mujer” y la “eliminación de todos los obstáculos que dificultan la participación activa de la mujer en todas las esferas de la vida pública y privada”.

Se establece aquí el principio de que “mujeres y hombres deben compartir el poder y las

responsabilidades en el hogar, en el lugar de trabajo y, a nivel más amplio, en la comunidad nacional e internacional”. Se considera que la igualdad entre mujeres y hombres “es una cuestión de derechos humanos y constituye una condición para el logro de la justicia social, además de ser un requisito previo necesario y fundamental para la igualdad, el desarrollo y la paz”. Y que el logro de un desarrollo sostenible basado en el ser humano, requiere de forma indispensable “que haya una relación transformada, basada en la igualdad, entre mujeres y hombres”, además de precisarse “un empeño sostenido y a largo plazo para que mujeres y hombres puedan trabajar de consuno para que ellos mismos, sus hijos y la sociedad estén en condiciones de enfrentar los desafíos del siglo XXI” (punto 1).

La Plataforma de Acción reafirma, asimismo, el principio fundamental de que “los derechos

humanos de las mujeres y las niñas son una parte inalienable, integral e indivisible de los derechos humanos universales”, ya establecido en la Declaración y el Programa de Acción de Viena aprobados por la Conferencia Mundial de Derechos Humanos. Como programa de acción, la Plataforma apunta a “promover y proteger el pleno disfrute de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las mujeres a lo largo de su vida” (punto 2).

Se destaca igualmente que “las mujeres comparten problemas comunes que sólo pueden resolverse trabajando de consuno y en asociación con los hombres para alcanzar el objetivo común de la igualdad de género en todo el mundo”, respetando y valorando “la plena diversidad de las situaciones y condiciones en que se encuentra la mujer”, y reconociendo que algunas mujeres “enfrentan barreras especiales que obstaculizan su participación plena y en pie de igualdad en la sociedad” (punto 3).

En la Plataforma de Acción se pide la adopción de “medidas inmediatas y concertadas por todos para crear un mundo pacífico, justo, humano y equitativo basado en los derechos humanos y las libertades fundamentales, con inclusión del principio de la igualdad para todas las personas, independientemente de su edad y de su situación en la vida”, y con ese propósito se reconoce la necesidad de un “crecimiento económico amplio y sostenido en el contexto del desarrollo sostenible” dirigido a lograr y sustentar “el desarrollo social y la justicia social” (punto 4).

Finalmente, el éxito de esta Plataforma de Acción se subordina al “empeño decidido de los gobiernos, las organizaciones internacionales y las instituciones a todos los niveles”. También se señala que será preciso “movilizar recursos suficientes a nivel nacional e internacional, así como recursos nuevos y adicionales para los países en desarrollo, a través de todos los mecanismos de financiación existentes” (punto 5 y último).

8 PLATAFORMA DE ACCIÓN DE BEIJING: “Informe de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer”, de 17 de octubre de 1995, Anexo II, A/CONF.177/20 [http://www.un.org/esa/gopher-data/conf/fwcw/off/a-20.sp].

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2.2.1. ESFERAS DE ESPECIAL PREOCUPACIÓN

A modo de síntesis, en el capítulo III de la Plataforma de Acción se fundamenta que “la potenciación del papel de la mujer y la igualdad entre la mujer y el hombre son condiciones indispensables para lograr la seguridad política, social, económica, cultural y ecológica entre todos los pueblos” (punto 41).

Al examinarse los progresos alcanzados desde la Conferencia de Nairobi, se pusieron de relieve las “preocupaciones especiales, esferas que requieren medidas especialmente urgentes y que se destacan como prioridades para la acción”, y se requirió a todas las instancias que trabajan para “el adelanto de la mujer” a que centren “la atención y los recursos en los objetivos estratégicos de las esferas de especial preocupación que, necesariamente, están relacionadas entre sí, son independientes y tienen igual prioridad” (punto 43). Para ello, se exhorta “a los gobiernos, a la comunidad internacional y a la sociedad civil, inclusive las organizaciones no gubernamentales y el sector privado, a que adopten medidas estratégicas en las siguientes esferas decisivas de especial preocupación” (punto 44):

• Persistente y creciente carga de la pobreza que afecta a la mujer. • Disparidades e insuficiencias y desigualdad de acceso en materia de educación y

capacitación. • Disparidades e insuficiencias y desigualdad de acceso en materia de atención de la salud

y servicios conexos. • Violencia contra la mujer. • Consecuencias de los conflictos armados y de otro tipo en las mujeres, incluidas las que

viven bajo ocupación extranjera. • Desigualdad en las estructuras y políticas económicas, en todas las formas de actividades

productivas y en el acceso a los recursos. • Desigualdad entre la mujer y el hombre en el ejercicio del poder y en la adopción de

decisiones a todos los niveles. • Falta de mecanismos suficientes a todos los niveles para promover el adelanto de la

mujer. • Falta de respeto y promoción y protección insuficientes de los derechos humanos de la

mujer. • Estereotipos sobre la mujer y desigualdad de acceso y participación de la mujer en todos

los sistemas de comunicación, especialmente en los medios de difusión. • Desigualdades basadas en el género en la gestión de los recursos naturales y la protección

del medio ambiente. • Persistencia de la discriminación contra la niña y violación de sus derechos.

2.2.2. OBJETIVOS ESTRATÉGICOS DE LA PLATAFORMA DE ACCIÓN DE BEIJING

Dentro del capítulo IV de la Plataforma de Acción, se efectúa un diagnóstico específico de cada una de esas “esferas de especial preocupación”, dirigido a plantear un conjunto de “objetivos estratégicos”, y a señalar una amplia batería de “medidas concretas”, que habrían de adoptar los diferentes participantes, que se mostraron comprometidos con el logro de esos objetivos para el año 2000. Al objeto de reflejar el amplio alcance de la Plataforma de Acción de Beijing, nos limitamos a continuación a enumerar a todos sus objetivos estratégicos de un modo exhaustivo:

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Esfera A. La mujer y la pobreza:

A.1. Revisar, adoptar y mantener políticas macroeconómicas y estrategias de desarrollo que tengan en cuenta las necesidades de las mujeres y apoyen sus esfuerzos por superar la pobreza. A.2. Revisar las leyes y las prácticas administrativas para asegurar a la mujer igualdad de derechos y de acceso a los recursos económicos. A.3. Dar a la mujer acceso a mecanismos e instituciones de ahorro y crédito. A.4. Formular metodologías basadas en el género y realizar investigaciones para abordar el problema de la terminación de la pobreza.

Esfera B. Educación y capacitación de la mujer:

B.1. Asegurar la igualdad de acceso a la educación. B.2. Eliminar el analfabetismo entre las mujeres. B.3. Aumentar el acceso de las mujeres a la formación profesional, la ciencia y la tecnología y la educación permanente. B.4. Establecer sistemas de educación y capacitación no discriminatorios. B.5. Asignar recursos suficientes para las reformas de la educación y vigilar la aplicación de esas reformas. B.6. Promover la educación y la capacitación permanentes de las niñas y las mujeres.

Esfera C. La mujer y la salud:

C.1. Fomentar el acceso de la mujer durante toda su vida a servicios de atención de la salud y a información y servicios conexos adecuados, de bajo costo y de buena calidad. C.2. Fortalecer los programas de prevención que promueven la salud de la mujer. C.3. Tomar iniciativas en que se tenga en cuenta el género para hacer frente a las enfermedades de transmisión sexual, el VIH/SIDA y otras cuestiones de salud sexual y reproductiva. C.4. Promover la investigación y difundir información sobre la salud de la mujer. C.5. Aumentar los recursos y supervisar el seguimiento de la salud de las mujeres.

Esfera D. La violencia contra la mujer:

D.1. Adoptar medidas integradas para prevenir y eliminar la violencia contra la mujer. D.2. Estudiar las causas y las consecuencias de la violencia contra la mujer y la eficacia de las medidas de prevención. D.3. Eliminar la trata de mujeres y prestar asistencia a las víctimas de la violencia derivada de la prostitución y la trata de mujeres.

Esfera E. La mujer y los conflictos armados:

E.1. Incrementar la participación de la mujer en la solución de los conflictos a niveles de adopción de decisiones y proteger a las mujeres que viven en situaciones de conflictos armados o de otra índole o bajo ocupación extranjera. E.2. Reducir los gastos militares excesivos y limitar la disponibilidad de armamentos. E.3. Promover formas no violentas de solución de conflictos y reducir la incidencia de las violaciones de los derechos humanos en las situaciones de conflicto. E.4. Promover la contribución de la mujer al logro de una cultura de paz. E.5. Proporcionar protección, asistencia y capacitación a las mujeres refugiadas, a otras

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mujeres desplazadas que necesitan protección internacional y a las desplazadas internamente. E.6. Proporcionar asistencia a las mujeres de las colonias.

Esfera F. La mujer y la economía:

F.1. Promover la independencia y los derechos económicos de la mujer, incluidos el acceso al empleo, a condiciones de trabajo apropiadas y al control de los recursos económicos. F.2. Facilitar el acceso de la mujer, en condiciones de igualdad, a los recursos, el empleo, los mercados y el comercio. F.3. Proporcionar servicios comerciales, capacitación y acceso a los mercados, información y tecnología, particularmente a las mujeres de bajos ingresos. F.4. Reforzar la capacidad económica y las redes comerciales de la mujer. F.5. Eliminar la segregación en el trabajo y todas las formas de discriminación en el empleo. F.6. Fomentar la armonización de las responsabilidades de las mujeres y los hombres en lo que respecta al trabajo y la familia.

Esfera G. La mujer en el ejercicio del poder y la adopción de decisiones:

G.1. Adoptar medidas para garantizar a la mujer igualdad de acceso y la plena participación en las estructuras de poder y en la adopción de decisiones. G.2. Aumentar la capacidad de la mujer de participar en la adopción de decisiones y en los niveles directivos.

Esfera H. Mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer:

H.1. Crear o fortalecer mecanismos nacionales y otros órganos gubernamentales. H.2. Integrar perspectivas de género en las legislaciones, políticas, programas y proyectos estatales. H.3. Preparar y difundir datos e información destinados a la planificación y la evaluación desglosados por sexo.

Esfera I. Los derechos humanos de la mujer:

I.1. Promover y proteger los derechos humanos de la mujer, mediante la plena aplicación de todos los instrumentos de derechos humanos, especialmente la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. I.2. Garantizar la igualdad y la no discriminación ante la ley y en la práctica. I.3. Fomentar la adquisición de conocimientos jurídicos elementales.

Esfera J. La mujer y los medios de difusión:

J.1. Aumentar el acceso de la mujer y su participación en la expresión de sus ideas y la adopción de decisiones en los medios de difusión y por conducto de ellos, así como en las nuevas tecnologías de comunicación. J.2. Fomentar una imagen equilibrada y no estereotipada de la mujer en los medios de difusión.

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Esfera K. La mujer y el medio ambiente:

K.1. Lograr la participación activa de la mujer en la adopción de decisiones relativas al medio ambiente en todos los niveles. K.2. Integrar las preocupaciones y perspectivas de género en las políticas y programas a favor del desarrollo sostenible. K.3. Fortalecer o establecer mecanismos a nivel regional, nacional e internacional para evaluar los efectos de las políticas de desarrollo y medio ambiente en la mujer.

Esfera L. La niña:

L.1. Eliminación de todas las formas de discriminación contra la niña. L.2. Eliminar las actitudes y las prácticas culturales que perjudican a la niña. L.3. Promover y proteger los derechos de la niña e intensificar la conciencia de sus necesidades y su potencial. L.4. Eliminar la discriminación contra las niñas en la educación y en la formación profesional. L.5. Eliminar la discriminación contra las niñas en el ámbito de la salud y la nutrición. L.6. Eliminar la explotación económica del trabajo infantil y proteger a las niñas que trabajan. L.7. Erradicar la violencia contra las niñas. L.8. Fomentar la conciencia de las niñas y su participación en la vida social, económica y política. L.9. Fortalecer la función de la familia en cuanto a mejorar la condición de las niñas.

Los Gobiernos se comprometieron a aplicar esta Plataforma de Acción y a “garantizar que

todas nuestras políticas y programas reflejen una perspectiva de género” (punto 38 y último de la Declaración de Beijing). 3. LA DECLARACIÓN DEL MILENIO

La Declaración del Milenio9 fue aprobada en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York en septiembre del 2000 por parte de 189 Estados miembros, y constituyó un hito decisivo para la cooperación mundial en este siglo. Caracterizada por su compromiso político de solidaridad sin precedentes, pretendía erradicar la pobreza en el mundo, promoviendo la dignidad humana y la igualdad, y facilitando el logro de la paz, la democracia y la sostenibilidad del medio ambiente.

Tal y como se afirma en un reciente Informe10, la Declaración del Milenio es “la promesa

colectiva más importante que se ha hecho hasta ahora a los grupos más vulnerables del mundo. Esta promesa no se originó en sentimientos de lástima o de caridad, sino que se basó en la solidaridad y la justicia y en el reconocimiento de que cada vez dependemos más los unos de los otros si queremos compartir la prosperidad y la seguridad”.

En efecto, los líderes mundiales participantes en la Cumbre del Milenio reconocieron expresamente en esta Declaración “su responsabilidad colectiva para respetar y defender los

9 NACIONES UNIDAS: “Declaración del Milenio”, resolución aprobada por la Asamblea General [sin remisión previa a una Comisión Principal (A/55/L.2)] el 13 de septiembre de 2000, Quincuagésimo quinto período de sesiones; (A/RES/55/2) [http://www.un.org/spanish/milenio/ares552.pdf]. 10 NACIONES UNIDAS: “Para cumplir la promesa: un examen orientado al futuro para promover un programa de acción convenido a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015”, Informe del Secretario General, op. cit., p. 3.

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principios de la dignidad humana, la igualdad y la equidad en el plano mundial”, asumiendo que, en su “calidad de dirigentes”, tenían “un deber que cumplir respecto de todos los habitantes del planeta, en especial los más vulnerables y, en particular, los niños del mundo, a los que pertenece el futuro”. Para alcanzar “una paz justa y duradera en todo el mundo”, reafirmaron su determinación de apoyar “los esfuerzos encaminados a hacer respetar la igualdad soberana de todos los Estados, el respeto de su integridad territorial e independencia política; la solución de los conflictos por medios pacíficos y en consonancia con los principios de la justicia y del derecho internacional; el derecho de libre determinación de los pueblos que siguen sometidos a la dominación colonial y la ocupación extranjera; la no injerencia en los asuntos internos de los Estados; el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales; el respeto de la igualdad de derechos de todos, sin distinciones por motivo de raza, sexo, idioma o religión, y la cooperación internacional para resolver los problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario”.

Según su común criterio, la tarea fundamental a la que nos enfrentábamos era conseguir que “la mundialización se convierta en una fuerza positiva para todos los habitantes del mundo, ya que, si bien ofrece grandes posibilidades, en la actualidad sus beneficios se distribuyen de forma muy desigual al igual que sus costos”.

“No escatimaremos esfuerzos” –se señala de un modo tajante en la Declaración del

Milenio– para “liberar a nuestros semejantes, hombres, mujeres y niños, de las condiciones abyectas y deshumanizadoras de la pobreza extrema, a la que en la actualidad están sometidos más de 1.000 millones de seres humanos11. Estamos empeñados en hacer realidad para todos ellos el derecho al desarrollo y a poner a toda la especie humana al abrigo de la necesidad”.

Evidentemente, para el logro de tales fines se requiere de una eficaz gestión de los asuntos públicos en la esfera internacional, y no solo en la esfera doméstica: “Nos preocupan los obstáculos a que se enfrentan los países en desarrollo para movilizar los recursos necesarios para financiar su desarrollo sostenible”. Por ello, los líderes mundiales reunidos en la Cumbre del Milenio se mostraron plenamente decididos a “atender las necesidades especiales de los países menos adelantados”, a abordar “de manera global y eficaz los problemas de la deuda de los países de ingresos bajos y medios” para que su deuda sea sostenible a largo plazo, y a atender “las necesidades y los problemas especiales” tanto de los pequeños Estados insulares en desarrollo, como de los países en desarrollo sin litoral.

En particular, la Declaración del Milenio refleja el firme compromiso de los Jefes de Estado y de Gobierno para:

• Promover “la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer como medios eficaces de combatir la pobreza, el hambre y las enfermedades y de estimular un desarrollo verdaderamente sostenible”.

• Elaborar y aplicar “estrategias que proporcionen a los jóvenes de todo el mundo la posibilidad real de encontrar un trabajo digno y productivo”.

• Establecer “formas de colaboración con el sector privado en pro del desarrollo y de la erradicación de la pobreza”.

11 Según el PNUD, más de 1.200 millones de personas –una de cada cinco en todo el mundo– sobrevivía en el año 2002 con menos de un dólar diario (Vid. Informe sobre Desarrollo Humano 2003, p. 5). En el 2007, antes del surgimiento de la crisis financiera y económica, existían aproximadamente 1.000 millones de personas viviendo en los márgenes de la supervivencia con menos de un dólar diario, y 2.600 millones (el 40 % de la población mundial) se sustentaban con menos de dos dólares diarios (Vid. Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008, p. 25).

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• Alentar a la industria farmacéutica para que aumente la disponibilidad de medicamentos esenciales al alcance de las personas de los países en desarrollo que los necesiten.

• Y a velar por que “todos puedan aprovechar los beneficios” de las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones.

En materia de derechos humanos, democracia y buen gobierno, la Declaración del Milenio

también establece que no se escatimará esfuerzo alguno “por promover la democracia y fortalecer el imperio del derecho y el respeto de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales internacionalmente reconocidos, incluido el derecho al desarrollo”.

Entre otras decisiones relevantes, tales como la de “respetar y hacer valer plenamente la

Declaración Universal de Derechos Humanos12”, o la de lograr la “plena protección y promoción de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de todas las personas en todos nuestros países”, debería subrayarse la decisión de “luchar contra todas las formas de violencia contra la mujer” y de aplicar la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; la de trabajar “para lograr procesos políticos más igualitarios, en los que puedan participar realmente todos los ciudadanos de nuestros países”; y la de adoptar aquellas medidas que garanticen “el respeto y la protección de los derechos humanos de los migrantes, los trabajadores migratorios y sus familias, eliminar los actos de racismo y xenofobia” y “promover una mayor armonía y tolerancia en todas las sociedades”.

Asimismo, en materia de paz, seguridad y desarme, la Declaración del Milenio sostiene que se realizarán todos los esfuerzos “para liberar a nuestros pueblos del flagelo de la guerra –ya sea dentro de los Estados o entre éstos–” y para “eliminar los peligros que suponen las armas de destrucción en masa”.

En materia de protección del medio ambiente, se consolida el apoyo a los principios del

desarrollo sostenible, al declararse que no se escatimarán esfuerzos “para liberar a toda la humanidad, y ante todo a nuestros hijos y nietos, de la amenaza de vivir en un planeta irremediablemente dañado por las actividades del hombre, y cuyos recursos ya no alcancen para satisfacer sus necesidades”, lo que conlleva de un modo explícito a la necesidad de adoptar “una nueva ética de conservación y resguardo en todas nuestras actividades relacionadas con el medio ambiente”.

Y, finalmente, se presta una particular atención a la protección de las personas vulnerables, sin volver a escatimarse esfuerzos para “lograr que los niños y todas las poblaciones civiles que sufren de manera desproporcionada las consecuencias de los desastres naturales, el genocidio, los conflictos armados y otras situaciones de emergencia humanitaria reciban toda la asistencia y la protección que necesiten para reanudar cuanto antes una vida normal”, así como a las necesidades especiales de África, a fin de facilitar su integración en la economía mundial.

12 NACIONES UNIDAS: “Declaración Universal de Derechos Humanos”, adoptada y proclamada por la Asamblea General, en su Resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948.

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3.1. LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA DECLARACIÓN DEL MILENIO

En la Declaración del Milenio (punto 6) se establecen como valores fundamentales a:

• La libertad: “Los hombres y las mujeres tienen derecho a vivir su vida y a criar a sus hijos con dignidad y libres del hambre y del temor a la violencia, la opresión o la injusticia. La mejor forma de garantizar esos derechos es contar con gobiernos democráticos y participativos basados en la voluntad popular”.

• La igualdad: “No debe negarse a ninguna persona ni a ninguna nación la posibilidad de

beneficiarse del desarrollo. Debe garantizarse la igualdad de derechos y oportunidades de hombres y mujeres”.

• La solidaridad: “Los problemas mundiales deben abordarse de manera tal que los costos y

las cargas se distribuyan con justicia, conforme a los principios fundamentales de la equidad y la justicia social. Los que sufren, o los que menos se benefician, merecen la ayuda de los más beneficiados”.

• La tolerancia: “Los seres humanos se deben respetar mutuamente, en toda su diversidad

de creencias, culturas e idiomas. No se deben temer ni reprimir las diferencias dentro de las sociedades ni entre éstas; antes bien, deben apreciarse como preciados bienes de la humanidad. Se debe promover activamente una cultura de paz y diálogo entre todas las civilizaciones”.

• El respeto de la naturaleza: “Es necesario actuar con prudencia en la gestión y ordenación

de todas las especies vivas y todos los recursos naturales, conforme a los preceptos del desarrollo sostenible. Sólo así podremos conservar y transmitir a nuestros descendientes las inconmensurables riquezas que nos brinda la naturaleza. Es preciso modificar las actuales pautas insostenibles de producción y consumo en interés de nuestro bienestar futuro y en el de nuestros descendientes”.

• La responsabilidad común: “La responsabilidad de la gestión del desarrollo económico y

social en el mundo, lo mismo que en lo que hace a las amenazas que pesan sobre la paz y la seguridad internacionales, debe ser compartida por las naciones del mundo y ejercerse multilateralmente. Por ser la organización más universal y más representativa de todo el mundo, las Naciones Unidas deben desempeñar un papel central a ese respecto”. 3.2. LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO

La Asamblea General de las Naciones Unidas solicitó a su Secretario General, en la Cumbre del Milenio, la elaboración de una guía para “conseguir los compromisos adquiridos en la Declaración: los Objetivos de Desarrollo del Milenio, un documento con 8 objetivos, 18 metas específicas y 48 indicadores”. La singularidad de tales Objetivos residía, siguiendo al PNUD13, en “su ambición, en que abordan temas concretos y en su ámbito de aplicación, así como en el reconocimiento explícito de que la erradicación de la pobreza sólo puede conseguirse con una colaboración más estrecha de todos los agentes del desarrollo y con un aumento de las acciones de los países ricos, como el aumento del comercio, el alivio de la deuda, la transferencia de tecnología y la prestación de asistencia”. 13 PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano 2003 (Objetivos de Desarrollo del Milenio: Un pacto entre las naciones para eliminar la pobreza), cap. 1: Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, p. 27. [http://hdr.undp.org/en/media/hdr03_sp_chapter_1.pdf].

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Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son “parámetros de referencia para evaluar los progresos hacia la Declaración del Milenio”, inspirada como hemos visto arriba en los valores básicos de libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, respeto por la naturaleza y responsabilidad común. Estos valores “comparten mucho con el concepto de bienestar de la humanidad dentro del desarrollo humano y reflejan el ideal fundamental de los derechos humanos”.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio representan la culminación de una serie de importantes cumbres internacionales que se celebraron en la década de los noventa, como las dedicadas al desarrollo sostenible, la educación, la infancia, la alimentación, la mujer, la población y el desarrollo social. En este sentido, son “la expresión más visible de las metas de desarrollo convenidas internacionalmente vinculadas con el programa de desarrollo de las Naciones Unidas”14.

En particular, los Objetivos de Desarrollo del Milenio establecen “las metas cuantitativas y con plazos definidos que el mundo se ha fijado para eliminar la pobreza extrema, el hambre y las enfermedades, y para promover la igualdad entre los géneros, la educación y la sostenibilidad ambiental. Son también una expresión de los derechos humanos básicos, como los derechos a la salud, la educación y la vivienda”, y abarcan al establecimiento de una “alianza mundial para el desarrollo”, que contiene compromisos en materia de “asistencia para el desarrollo, alivio de la deuda, comercio y acceso a tecnologías”.

Para Ban Ki-Moon15, el propósito de los Objetivos de Desarrollo del Milenio consiste en

“liberar a una gran parte de la humanidad de las trabas de la pobreza extrema, el hambre, el analfabetismo y las enfermedades”, además de establecer metas “para lograr la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer, la sostenibilidad medioambiental y una alianza mundial para el desarrollo”.

En este sentido, los Objetivos de Desarrollo del Milenio pretenden “aliviar las restricciones

que impiden a las personas tener capacidad de elección”. Sin embargo, debemos advertir con el PNUD16 que “no recogen todas las dimensiones fundamentales del desarrollo humano”. En particular, “no hablan de aumentar la participación de las personas en las decisiones que afectan a sus vidas o de aumentar su libertad civil y política. No obstante, la participación, la democracia y los derechos humanos son elementos importantes de la Declaración del Milenio”.

A continuación se relacionan a los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio17, que constituyen unas etapas parciales de crucial importancia “en la marcha hacia un desarrollo equitativo y sostenible para todos”, así como a sus respectivas metas específicas: Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre.

• Meta 1: Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas con ingresos inferiores a un dólar diario.

• Meta 2: Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padecen hambre.

14 NACIONES UNIDAS: “Para cumplir la promesa: un examen orientado al futuro para promover un programa de acción convenido a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015”, op. cit. p. 3. 15 BAN KI-MOON: Prólogo de la obra Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe 2009, Naciones Unidas, Nueva York, 2009, p. 3. 16 PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano 2003 (Objetivos de Desarrollo del Milenio: Un pacto entre las naciones para eliminar la pobreza), op. cit, cap. 1: Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, p. 27 y 29. 17 PNUD: Ibídem, Perspectiva general, Recuadro 1: Objetivos y Metas de Desarrollo del Milenio, p. 1, 2 y 3. [http://hdr.undp.org/en/media/hdr03_sp_overview.pdf].

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Objetivo 2: Lograr la educación primaria universal.

• Meta 3: Velar por que, para el año 2015, los niños y las niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de educación primaria.

Objetivo 3: Promover la equidad de género y la autonomía de la mujer.

• Meta 4: Eliminar las desigualdades de género en la educación primaria y secundaria preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la educación antes del final de 2015.

Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil.

• Meta 5: Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la tasa de mortalidad de los niños menores de 5 años.

Objetivo 5: Mejorar la salud materna.

• Meta 6: Reducir, entre 1990 y 2015, la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes. Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.

• Meta 7: Detener y comenzar a reducir, para el año 2015, la propagación del VIH/SIDA. • Meta 8: Detener y comenzar a reducir, para el año 2015, la incidencia del paludismo y

otras enfermedades graves. Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad ambiental.

• Meta 9: Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos ambientales.

• Meta 10: Reducir a la mitad, para el año 2015, la proporción de personas que carezcan de acceso a agua potable o que no puedan costearlo.

• Meta 11: Para el año 2020, haber mejorado considerablemente la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de tugurios.

Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

• Meta 12: Desarrollar aún más un sistema financiero y de comercio abierto, reglado, previsible y no discriminatorio.

• Meta 13: Atender las necesidades especiales de los países menos adelantados, lo que incluye el acceso libre de aranceles y cupos para las exportaciones de los países menos adelantados, el programa mejorado de alivio de la deuda de los países pobres muy endeudados y la cancelación de la deuda bilateral oficial así como la concesión de una asistencia oficial para el desarrollo más generosa a los países que se hayan comprometido a reducir la pobreza.

• Meta 14: Atender a las necesidades especiales de los países sin litoral de los pequeños Estados insulares en desarrollo.

• Meta 15: Encarar de manera general los problemas de la deuda de los países en desarrollo aplicando medidas nacionales e internacionales, con el fin de garantizar la sostenibilidad de la deuda a largo plazo.

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• Meta 16: En cooperación con los países en desarrollo, elaborar y aplicar estrategias que proporcionen a los jóvenes un trabajo digno y productivo.

• Meta 17: En cooperación con los laboratorios farmacéuticos, proporcionar acceso a los medicamentos de primera necesidad y a precios asequibles, en los países en desarrollo.

• Meta 18: En colaboración con el sector privado, velar por que se puedan aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, en particular las tecnologías de la información y de las comunicaciones.

En definitiva, los Objetivos de Desarrollo del Milenio consideran los elementos

fundamentales para el desarrollo humano, y también reproducen los derechos incorporados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos: derecho a la alimentación, a la educación, a la atención médica y a un nivel de vida apropiado. De esta forma, “tanto los países ricos como los pobres se ven obligados a velar por el cumplimiento de todos estos derechos, económicos, sociales y culturales”18. 3.2.1. OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO: PRINCIPALES LOGROS Y FRACASOS19

Diversos países e incluso regiones (entre las que cabe incluir a las más pobres), han mostrado avances significativos en la lucha contra la pobreza extrema y el hambre, la mejora de la matriculación escolar y la salud infantil, la ampliación del acceso a agua potable para el consumo, y el acceso al tratamiento del VIH y la lucha contra la malaria, la tuberculosis y las enfermedades tropicales. Así por ejemplo, en el África subsahariana:

• la salud de los niños y la asistencia a la escuela primaria han registrado enormes mejoras durante los últimos 20 años.

• entre 1999 y 2004, se ha registrado una de las reducciones más grandes en el número de muertes por sarampión, de las observadas en todo el mundo (p. 4).

Sin embargo, los progresos han sido muy dispares, y es muy probable que no se alcancen

varios Objetivos de Desarrollo del Milenio, en muchos países. Las mayores dificultades se aprecian en los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral, algunos Estados insulares pequeños en desarrollo y en los países vulnerables a desastres naturales y a recaídas en episodios de violencia armada. En particular, los países afectados por conflictos o que acaban de salir de ellos, tienen mayores probabilidades de empobrecer, al carecer por regla general de infraestructura básica, de instituciones y recursos humanos, y porque la inseguridad frena el desarrollo (p. 5).

18 PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano 2003 (Objetivos de Desarrollo del Milenio: Un pacto entre las naciones para eliminar la pobreza), op. cit, cap. 1: Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, p. 29. 19 Esta sección está basada íntegramente en una recopilación cuasi-literal, con ligeras modificaciones, de la información relevante proporcionada en el documento de NACIONES UNIDAS: “Para cumplir la promesa: un examen orientado al futuro para promover un programa de acción convenido a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015”, Informe del Secretario General, Asamblea General, Sexagésimo cuarto período de sesiones, 12 de febrero de 2010. Entre paréntesis, se indican a las páginas relacionadas del texto original.

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A) “EL PROGRESO EN LA REDUCCIÓN DE LA POBREZA NO HA SIDO PAREJO Y AHORA ESTÁ AMENAZADO”:

• 1.400 millones de personas vivían aún en condiciones de pobreza extrema en el 2005,

número que había disminuido de 1.800 millones en 1990, si se emplea como patrón la línea internacional de pobreza de un dólar diario del Banco Mundial (y que fue sustituida en 2008 por el valor de 1,25 dólares por día a precios de 2005) (p. 5).

• Sin embargo, dado que la mayor parte de esta disminución se ha registrado en China, los progresos no han sido muy alentadores, si no se considera a este país. En tal caso, la cantidad de personas que viven en la pobreza extrema aumentó en realidad en unos 36 millones entre 1990 y 2005.

• La pobreza y el hambre permanecen a niveles altos en el África subsahariana y en partes de Asia, y son muy difíciles de reducir. En el período 1990-2005, el número de personas pobres con ingresos inferiores a un dólar diario aumentó en 92 millones en el África subsahariana, y en 8 millones en Asia occidental.

• No obstante, las crisis de los alimentos y de los combustibles de 2007-2008, junto a la crisis financiera y económica mundial, han empeorado esta situación. Según el Banco Mundial, como resultado de la duplicación de los precios de los alimentos, se agravó la situación de pobreza en que viven 100 millones de personas en países de bajos ingresos; y se prevé que, a nivel mundial, el número de personas que viven con 1,25 dólares por día o menos aumentará en unos 64 millones, en comparación con la cantidad que habría si no hubiese crisis.

• Esta situación de pobreza resultaría aún más grave si se tuvieran en cuenta otras dimensiones de la pobreza, como las privaciones, la marginación social y la falta de participación, señaladas en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 1995.

B) “EL HAMBRE AUMENTA Y SIGUE SIENDO UN PROBLEMA MUNDIAL IMPORTANTE”

• El número de personas que padecen hambre ha aumentado desde 1995, al igual que su proporción relativa de la población mundial desde 2004-2006 (p. 6).

• Hay más de 1.000 millones de personas que todavía pasan hambre, y más de 2.000 millones que sufren de carencia de micronutrientes.

• 129 millones de niños tienen un peso inferior al normal, y 195 millones de niños menores de 5 años padecen un retraso en el crecimiento.

• A nivel mundial, el número de personas que padecen hambre aumentó de 842 millones en 1990-1992 a 873 millones en 2004-2006, y a 1.020 millones en 2009, nivel que nunca se había alcanzado antes.

• Ello ha sido consecuencia de un menor acceso a los alimentos a causa de su elevado precio, y de las crisis financiera y económica mundiales que han reducido los ingresos y agravado el desempleo.

• El aumento del hambre en el mundo ha afectado la confianza en las estimaciones que indican que la pobreza mundial disminuye, dado que la pobreza extrema debe medirse de acuerdo con los niveles de ingresos o de gastos considerados necesarios para evitar el hambre.

• De los 117 países para los que se dispone de estadísticas, 63 están ahora en condiciones de alcanzar la meta relativa al peso inferior al normal de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en comparación con 46 países en 2006.

• La mayor parte de los 20 países en los que no ha habido ningún progreso visible pertenecen al África subsahariana.

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C) “NO SE HA ALCANZADO LA CUOTA DE EMPLEO PLENO Y DECENTE PARA TODOS”

• Aún no se ha establecido una fecha para la meta de asegurar un empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos, y no hay ningún país que pueda decir que la ha alcanzado (p. 6).

• Durante las últimas décadas, el crecimiento económico no ha generado un aumento de las oportunidades de trabajo en muchos países, surgiendo así el concepto de “crecimiento sin empleo”.

• La falta de progreso en la creación de trabajos productivos y decentes en las zonas urbanas, y el estancamiento de la productividad de la agricultura en muchas zonas rurales, han sido los determinantes de la persistencia de la pobreza y del aumento de la cantidad de personas pobres que tienen trabajo.

• Se calcula que en 2008 alrededor de 633 millones de trabajadores (el 21,2% del total mundial), vivían con sus familias con menos de 1,25 dólares por persona por día.

• Como resultado de la crisis económica y financiera, se calcula que en 2009 esta cantidad aumentó en 215 millones, de los cuales 100 millones en el África meridional, y 28 millones en el África subsahariana.

• Esto permite pensar que hasta un 7% más de las personas que tienen trabajo corrían el riesgo de caer en la pobreza entre 2008 y 2009.

• Será preciso crear más de 300 millones de empleos nuevos durante los próximos cinco años para volver a los niveles de desempleo anteriores a la crisis.

• Los desempleados necesitan algo más que simples empleos; necesitan trabajos decentes que les aseguren ingresos y derechos adecuados.

• La tasa de desempleo entre los jóvenes (de 15 a 24 años de edad) ha subido más rápidamente que la tasa general de desempleo en todo el mundo. Llegó al 14% en 2009, lo que representó un aumento de 1,9 puntos porcentuales respecto de 2008.

D) “SE HA AVANZADO EN EL ACCESO UNIVERSAL A LA EDUCACIÓN, PERO EL OBJETIVO NO SE HA CUMPLIDO”

• En el logro de la enseñanza primaria universal, se han registrado notables progresos en los países en desarrollo desde el año 2000, y muchos países han superado el umbral de matriculación del 90% (p. 7).

• La matriculación en la escuela primaria aumentó con mayor rapidez en el África subsahariana, donde pasó del 58% en 2000 al 74% en 2007. Sin embargo, esto puede ejercer una presión sobre la capacidad de las escuelas y del profesorado para impartir una enseñanza de buena calidad.

• Alrededor de 126 millones de niños todavía realizan trabajos peligrosos, y más de 72 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria en todo el mundo siguen sin estar escolarizados, alrededor de la mitad de ellos en el África subsahariana.

• Las tasas de abandono escolar continúan siendo elevadas en muchos países, lo que impide conseguir tasas de finalización de los estudios primarios del 100%.

• Las desigualdades continúan siendo obstáculos determinantes para hacer realidad la enseñanza primaria universal. Los niños de los hogares pertenecientes al 20% más pobre de la distribución de hogares representan más del 40% de todos los niños que no asisten a la escuela, en muchos países en desarrollo. Sin embargo, la enseñanza primaria universal es una realidad entre los niños del 20% más rico de los hogares, en la mayoría de los países en desarrollo.

22

• Las disparidades basadas en los ingresos se combinan con otras desigualdades más amplias: los niños de las zonas rurales, los barrios marginales y las zonas afectadas por conflictos o que acaban de salir de ellos, los niños con discapacidades y otros niños desfavorecidos, hacen frente a obstáculos considerables en el acceso a una educación de buena calidad.

E) “PROGRESO INSUFICIENTE EN LA IGUALDAD ENTRE LOS GÉNEROS”

• La eliminación de la desigualdad entre los géneros continúa siendo uno de los objetivos más difíciles de alcanzar en casi todas partes (p. 7)

• La causa básica de las desventajas y la opresión por razones de género reside en las actitudes y normas de las sociedades y en sus estructuras de poder, como se señaló en la Plataforma de Acción de Beijing.

• La proporción de los escaños parlamentarios nacionales ocupados por mujeres sólo se ha incrementado levemente, y el promedio era del 18% en enero de 2009 (p. 8).

• Si bien esta proporción está aún lejos del objetivo del 30% contemplado en la Plataforma de Acción de Beijing, representa un aumento del 11% respecto del registrado 10 años antes, y es sustancialmente mayor que el 1% registrado en el período 1975-1995.

• Al ritmo actual, se necesitarán 40 años más para que los países en desarrollo alcancen un nivel de entre el 40% y el 60% de los escaños parlamentarios ocupados por mujeres.

• La diferencia entre los géneros en la matriculación en las escuelas primarias se ha reducido ligeramente durante el último decenio. En 2007, más de 95 niñas en edad de asistir a la escuela primaria iban a la escuela por cada 100 niños en los países en desarrollo, en comparación con 91 en 1999.

• El progreso en la enseñanza secundaria ha sido menor, y en algunas regiones la diferencia está incrementándose. En el África subsahariana, el porcentaje de matriculación de las niñas en comparación con los niños en escuelas secundarias cayó del 82% en 1999 al 79% en 2007.

• Sólo 53 de los 171 países para los que se dispone de estadísticas habían alcanzado la igualdad entre los géneros, tanto en la enseñanza primaria como en la secundaria, 14 más que en 1999.

• Aunque la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo ha aumentado, todavía existen diferencias importantes entre los géneros en la tasa de participación, los niveles de empleo y las remuneraciones.

• El empleo remunerado para la mujer ha aumentado lentamente, y las mujeres siguen haciendo la mayor proporción del trabajo no remunerado.

• Cerca de dos terceras partes de todas las mujeres empleadas en los países en desarrollo trabajan en negocios familiares o por cuenta propia, por regla general en empleos extremadamente vulnerables, sin seguridad en el trabajo, y sin beneficios.

• La proporción de los empleos no agrícolas remunerados correspondiente a las mujeres ha aumentado durante el último decenio en una medida marginal.

• Por lo general, las mujeres no han conseguido trabajo decente. En el Oriente Medio, el África septentrional y el Asia meridional, por ejemplo, la participación de la mujer en el empleo total es inferior al 30%.

• La violencia contra la mujer sigue siendo una vergüenza para la humanidad. Aunque se han emprendido más iniciativas para combatirla, a menudo esas actividades no tienen suficiente alcance, no son sistemáticas ni sostenidas, ni están bien coordinadas.

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F) “PROGRESOS IMPORTANTES EN ALGUNOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO RELATIVOS A LA SALUD”

• El número de muertes entre niños menores de 5 años de edad se ha reducido de 12,5 millones por año (1990) a 8,8 millones (2008) (p. 8).

• El número de personas que reciben tratamiento antirretroviral contra el VIH y viven en países de ingresos bajos y medios, aumentó 10 veces en cinco años (2003-2008).

• Han habido progresos significativos en la disminución de las muertes por sarampión y en las intervenciones para combatir la tuberculosis y la malaria.

• En la actualidad, más de 500 millones de personas reciben todos los años tratamiento para una o más enfermedades tropicales desatendidas (p 8-9).

• De acuerdo con las tendencias actuales, es probable que muchos países no alcancen las metas de salud de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para el año 2015 (p. 9).

• La tasa de mortalidad infantil en los países en desarrollo disminuyó de 99 muertes por cada 1.000 nacidos vivos en 1990 a 72 en 2008. Esta disminución es muy inferior a la meta de una reducción de dos tercios (es decir, a 33 muertes por cada 1.000 nacidos vivos).

• Además, la mejora lograda ha sido distinta para distintos países y para distintas zonas en un mismo país. Corresponde subrayar que no ha habido progresos en la disminución del número de muertes durante el primer mes después del nacimiento (el período neonatal). A nivel mundial, el 36% de las muertes de niños menores de 5 años se producen durante ese período.

• El número de infecciones nuevas por VIH fue de 2,7 millones en 2008, lo que representa una disminución del 30% respecto del nivel máximo de 3,5 millones, registrado en 1996.

• Además, la proporción de personas que recibieron tratamiento antirretroviral se incrementó de menos del 5% del número de personas que lo necesitaban a comienzos del decenio al 42% en 2008, y el número de mujeres que recibieron tratamiento para prevenir la transmisión maternoinfantil del VIH se triplicó, del 15% en 2005 al 45% en 2008.

• Sin embargo, este progreso no ha bastado para revertir la trayectoria de la epidemia porque las medidas de prevención y tratamiento a menudo son de alcance insuficiente: por cada dos personas que empiezan un tratamiento antirretroviral, hay cinco nuevas infecciones por VIH. No se ha asignado suficiente prioridad a la prevención.

• Además, en 2008, solo el 21% de las mujeres embarazadas recibieron servicios de análisis y de asesoramiento sobre el VIH, y únicamente una tercera parte de aquellas que fueron consideradas VIH positivas cuando recibieron atención prenatal fueron después consideradas elegibles para recibir tratamiento antirretroviral para su propia protección.

• No se evalúa en forma periódica las necesidades de servicios de planificación familiar voluntaria de las personas que viven con el VIH y su posibilidad de acceder a los servicios. Estos problemas son más acuciantes en el África subsahariana, donde la prevalencia del VIH es la más alta. En otras regiones, la epidemia del VIH afecta fundamentalmente a los grupos clave más expuestos a riesgos.

• La incidencia mundial de la tuberculosis parece haber alcanzado su nivel más alto en 2004, y ahora se está reduciendo lentamente en la mayoría de las regiones del mundo (excepto en los países africanos con una alta prevalencia de VIH). Sin embargo, el problema de la tuberculosis sigue siendo serio (p. 9-10)

• En 2008 hubo aproximadamente 250 millones de episodios de malaria que fueron causa de unas 850.000 defunciones; alrededor del 90% de esas muertes se produjeron en África, fundamentalmente entre niños menores de 5 años (p. 10).

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• Sin embargo, en muchos países y zonas hay pruebas de que se han hecho progresos importantes en el aumento de las intervenciones claves para combatir la malaria, lo cual ha tenido una repercusión clara en el número de casos y muertes.

G) “PROGRESOS MÍNIMOS EN LA REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD MATERNA”

• El acceso a servicios de salud reproductiva continúa siendo deficiente en aquellos lugares donde los peligros para la salud de la mujer son mayores (p. 10).

• Los partos con asistencia de personal sanitario especializado en las regiones en desarrollo han aumentado desde 1990, del 53% registrado ese año al 61% en 2007, pero la mortalidad materna disminuyó sólo marginalmente, de 480 muertes por cada 100.000 nacidos vivos en 1990, a 450 en 2005.

• Con ese ritmo, la meta de 120 muertes por cada 100.000 nacidos vivos no se alcanzará para el año 2015. Resulta indispensable que se destinen recursos financieros adecuados a los servicios de salud para las madres, destinados a asegurar que las mujeres no corran riesgo durante el parto.

• Se ha reducido la frecuencia de los embarazos entre las adolescentes, sobre todo en los países en que originalmente era relativamente baja, pero en muchos ha persistido una fecundidad alta. La tasa de natalidad para las adolescentes es más elevada en el África subsahariana que en cualquiera otra región: la tasa de 123 nacimientos por cada 1.000 adolescentes era casi el doble de la tasa para América Latina y el Caribe, la región que ocupa el segundo lugar.

• Los abortos peligrosos siguieron siendo la causa de una de cada ocho muertes de madres registradas en 2005, a pesar de que el uso de anticonceptivos aumentó entre las mujeres casadas y las que vivían en uniones (p. 11).

• El 11% de las mujeres de los países en desarrollo (el 24% en el África subsahariana) que quieren demorar o detener la procreación no usan anticonceptivos.

H) “PROGRESOS LIMITADOS EN LA SOSTENIBILIDAD DEL MEDIO AMBIENTE”

• Ha habido algún progreso hacia la meta de reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso a agua potable, pero la proporción de personas sin mejores servicios de saneamiento disminuyó solamente 8 puntos porcentuales entre 1990 y 2006 (p. 11).

• La meta de mejorar la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de los barrios marginales ha resultado ser mucho menos ambiciosa que la que se necesita para invertir la tendencia al aumento del número de personas que viven en ellos.

• Con el Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que destruyen la capa de ozono, se ha logrado eliminar de forma gradual la producción y el uso de más del 98% de las mismas.

• Por el contrario, el ritmo de aumento de las emisiones de dióxido de carbono ha sido mucho mayor en el período 1995-2004 que en el período 1970-1994, y esta tendencia no se ha modificado.

• Aunque las tasas netas de deforestación han caído, todos los años se pierden unos 13 millones de hectáreas de bosques en el mundo, incluidas 6 millones de hectáreas de bosques primarios. Esta pérdida ha sido compensada por la reforestación, pero sólo en una medida parcial. Como resultado, cada año desaparecen unos 7 millones de hectáreas de cubierta forestal, a nivel mundial.

• No se ha conseguido la meta de reducir la pérdida de diversidad biológica para 2010. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha señalado que hay cerca de 17.000 especies vegetales y animales en peligro de extinción.

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• Todavía no se ha empezado a hacer frente con eficacia a amenazas importantes y a los factores que causan la pérdida de diversidad biológica, como el consumo excesivo, la pérdida de hábitat, las especies invasoras, la contaminación y el cambio climático.

4. LOS INDICADORES DE DESARROLLO HUMANO RELATIVOS AL GÉNERO DEL PNUD

En 1990, el Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD dio a conocer al Índice de Desarrollo Humano (IDH) como indicador sintético del bienestar. El IDH mide el progreso medio alcanzado por cada país en tres aspectos fundamentales:

• disfrutar de una vida larga y saludable, medida a través de la esperanza de vida al nacer; • disponer de educación, medida a través de la tasa de alfabetización de adultos (ponderada

por dos tercios) y la tasa bruta combinada de matriculación en primaria, secundaria y terciaria (ponderada por un tercio);

• y disfrutar de un nivel de vida digno, medido a través del PIB per cápita (en términos de paridad del poder adquisitivo en dólares estadounidenses).

Empleándose cierto procedimiento estadístico, se determinan los valores de tres índices,

relativos a la esperanza de vida, a la educación, y al PIB, y a partir de ellos, se confecciona al índice sintético, el IDH. El valor del Índice de Desarrollo Humano está comprendido entre 0 y 1, de modo que si el coeficiente tiende a uno, el país correspondiente disfrutaría de un nivel de desarrollo humano muy alto, y a medida que tienda a cero, dispondría de un menor desarrollo humano.

Con posterioridad, se comenzaron a elaborar y a publicar gradualmente otros índices diferenciados20, pero también relacionados con los logros y las carencias registrados por los distintos países, en las diversas facetas del desarrollo humano.

Para incorporar la cuestión de la discriminación de las mujeres, o desigualdad por razón del

género, y desvelar su influencia sobre los resultados alcanzados en materia de desarrollo humano en los diversos países del mundo, se comenzaron a publicar partir de 1995 en el Informe los resultados de dos nuevos indicadores específicos, el Índice de Desarrollo relativo al Género (IDG) y el Índice de Potenciación de Género (IPG). De esta forma, y dada la posición de desventaja inicial de la mujer en la mayoría de las sociedades, se favoreció una perspectiva del desarrollo humano más amplia y menos sesgada. 20 Los otros dos indicadores recogidos en el Informe del PNUD -no contemplados aquí- son el IPH-1 y el IPH-2. El Índice de Pobreza Humana para Países en Desarrollo (IPH-1) registra las privaciones o carencias en esos mismos componentes del desarrollo humano: vida larga y saludable (vulnerabilidad de morir a una edad relativamente temprana: medida según la probabilidad al nacer de no vivir hasta los 40 años); educación (exclusión del mundo de la lectura y las comunicaciones: medida según la tasa de analfabetismo de adultos); y nivel de vida digno (falta de acceso a recursos económicos: medido como promedio ponderado de dos indicadores: el porcentaje de la población sin acceso sostenible a una fuente de agua mejorada y el porcentaje de niños con peso insuficiente para su edad). El Índice de Pobreza Humana para Países de la OCDE seleccionados (IPH-2) mide las privaciones en los mismos aspectos que el IPH-1, junto a una evaluación de la exclusión social, reflejando así las privaciones en cuatro facetas distintas: vida larga y saludable (vulnerabilidad de morir a una edad relativamente temprana: medida según la probabilidad al nacer de no vivir hasta los 60 años); educación [exclusión del mundo de la lectura y las comunicaciones: medida según el porcentaje de adultos (entre 16 años y 65 años) que carecen de aptitudes de alfabetización funcional]; nivel de vida digno [medido según el porcentaje de personas que viven por debajo del umbral de pobreza de ingresos (50% de la mediana del ingreso familiar disponible ajustado)]; y exclusión social [medida según la tasa de desempleo de larga duración (12 meses o más)]. El valor de cada índice oscila entre 0 y 1, y a medida que un país se aproxima más a la unidad, obtiene un mejor resultado.

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El Índice de Desarrollo relativo al Género (IDG) emplea las mismas variables que el IDH, pero ajustando los resultados, al objeto de reflejar la disparidad existente entre el adelanto de las mujeres y de los hombres. Dicho de otra forma, el propósito del IDG consiste en ajustar el progreso medio calculado por el IDH, para reflejar las desigualdades por razón de género en tres dimensiones básicas del desarrollo humano:

• tener una vida larga y saludable, medida según la esperanza de vida al nacer; • disponer de educación, medida según la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta

combinada de matriculación en primaria, secundaria y terciaria; • y disfrutar de un nivel de vida digno, medido según el cálculo de los ingresos percibidos

(en paridad del poder adquisitivo en dólares estadounidenses).

El valor del IDG está comprendido entre 0 y 1, de tal modo que se penaliza la desigualdad o discriminación contra la mujer a medida que el coeficiente tiende a cero, y se premia la equiparación en el adelanto de hombres y mujeres a medida que el valor del IDG se aproxime a la unidad. Como norma general, en todos los países disminuyen los valores del IDG en relación con los del IDH, lo que significa que en todos ellos existe un determinado grado de desigualdad. Tan solo en el hipotético caso de una equiparación efectiva entre hombres y mujeres, los valores del IDG y del IDH resultarían idénticos.

Por último, el Índice de Potenciación de Género (IPG) procura registrar la desigualdad de género en esferas clave de la participación económica y política y en la toma de decisiones. Por esta razón, está más centrado en las oportunidades que se ofrecen a las mujeres, que en sus capacidades, de tal manera que podría afirmarse que el IPG es un indicador del empoderamiento de la mujer, antes que del bienestar.

De hecho, el IPG registra las desigualdades de género en tres ámbitos básicos: • participación política y poder de decisión, medidos en función de la proporción

porcentual de hombres y mujeres que ocupan escaños parlamentarios; • participación económica y poder de decisión, medidos en función de dos indicadores:

participación porcentual de hombres y mujeres en cargos de legisladores, altos funcionarios y directivos, y participación de mujeres y hombres en puestos profesionales y técnicos;

• y poder sobre los recursos económicos, medidos según el cálculo de los ingresos percibidos por mujeres y hombres (en términos de paridad del poder adquisitivo en dólares estadounidenses).

En el Cuadro A1 se muestran los valores del IDH del año 2007, relativos a una selección de

países, integrada precisamente por aquellos 25 países del mundo que registran al día de hoy los mejores resultados en materia de desarrollo humano, según la última información disponible proporcionada por el PNUD en su Informe sobre Desarrollo Humano 2009. Del mismo se extraen las siguientes bases:

• Encabeza la privilegiada lista Noruega, con un valor máximo del IDH igual a 0,971, seguida muy de cerca por Australia (0,970), Islandia (0,969), Canadá (0,966), e Irlanda (0,965).

• España ocupa en ese ranking el puesto número 15, con un valor del IDH de 0,955, justamente por detrás de Finlandia (puesto 12; IDH = 0,959), y Estados Unidos (13; 0,956) e igualada con Austria (14; 0,955) y Dinamarca (16; 0,955), y adelantando a Bélgica (17; 0,953) e Italia (18; 0,951).

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• Al nivel de las agrupaciones de países, el valor del IDH para 2007 es igual a: o 0,955 para los Países de Desarrollo Humano Muy Alto; o 0,937 para la Unión Europea de los 27 (UE-27); o 0,932 para la OCDE; y o 0,753 para el Total Mundial.

En el Cuadro A2 se muestran las tendencias observadas en el Índice de Desarrollo Humano

calculadas para el período 1975-2007, y referidas a la misma muestra seleccionada de 25 países:

• La tónica general apreciada es la de un aumento sostenido y generalizado en los valores del IDH, para todos los países de la muestra, a lo largo de este período. Ello también se aprecia gracias a las tasas promedio de crecimiento anual a largo, mediano y corto plazo del IDH contenidas en esta tabla, vinculadas a tres intervalos temporales diferenciados.

• A largo plazo, Singapur es el país que ha registrado la máxima tasa promedio de crecimiento anual en el IDH (0,68%), seguido de Irlanda (0,52%) y España (0,41%), cuya tasa iguala a la de Grecia (0,41%) y, prácticamente, a la de Australia (0,40%). Este dato es bastante relevante para nuestro país, que demuestra el fuerte impulso que ha experimentado nuestro nivel de desarrollo humano prácticamente en el transcurso de las últimas tres décadas, entre 1980 y 2007.

• A mediano plazo, en el intervalo comprendido entre 1990 y 2007, se observa igualmente que Singapur alcanza la máxima tasa promedio de crecimiento anual en el IDH (con un 0,61%), seguido de Irlanda (0,55%) y Grecia (0,45%). En el caso de España, se aprecia una ligera moderación en el valor de dicha tasa (0,37%), con respecto a la registrada en el largo plazo (0,41%).

• A corto plazo, esto es, en el período comprendido entre el 2000 y el 2007, los datos avalan que el mayor progreso registrado en el nivel de desarrollo humano le ha correspondido a Grecia (con un 0,73%), seguida de Irlanda (0,44%), Islandia (0,39%), y España e Italia (con el 0,36%).

• El progreso logrado en materia de desarrollo humano en España ha superado al observado en los Estados Unidos, en todos los intervalos temporales considerados, y particularmente en el medio y en el corto plazo, tanto por la mejoría experimentada por nuestro país, como por el retroceso registrado en las tasas de crecimiento anual del IDH en el país americano.

En relación con el Índice de Desarrollo relativo al Género, los datos correspondientes a los

mismos 25 países seleccionados en la muestra anterior para el año 2007, se recogen en el Cuadro B1. Sobre esta base, se describen a los rasgos principales:

• Australia lidera la clasificación del IDG, con un valor de 0,966, seguida de Noruega (0,961), Islandia y Canadá (0,959), Suecia y Francia (0,956), Países Bajos y Finlandia (0,954), España −situada en novena posición− (0,949), e Irlanda (0,948).

• Si se considera al valor de IDG como porcentaje del valor del IDH, la clasificación resultante sería la siguiente: Australia (99,6%), Finlandia y Reino Unido (99,5%), Grecia (99,4%), Francia, España, Bélgica y Grecia (99,4%), seguidas de Suecia, Italia y Nueva Zelandia (99,3%). De modo que España ganaría aquí 3 puestos, respecto a la anterior clasificación del IDG.

• Las mayores conquistas sociales a favor de la igualdad de género, y de equiparación efectiva entre mujeres y hombres, se han registrado en este selecto grupo de países desarrollados, debiendo destacarse en particular la favorable posición de España, novena en la clasificación del IDG, y decimoquinta en la correspondiente al IDH, lo que ha se ha traducido en el mayor ascenso registrado (de seis puestos) en el año 2007, en la

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clasificación según el IDH, menos la clasificación del IDG. • España comparte ese status en exclusiva con Bélgica, (que ocupa el lugar 17 en el

ranking del IDH, y el 11 en la del IDG), seguidas a continuación por Finlandia y Dinamarca (con 4 puestos de ascenso), e Italia (con 3 puestos).

• Por el contrario, retroceden en dicha escala Austria (9 puestos), Estados Unidos (6 puestos), Luxemburgo (5 puestos), Suiza y Japón (4 puestos), manteniendo unas posiciones relativas bastante aproximadas el resto de los países de la muestra.

• Un factor explicativo de la mejora en el IDG es el hecho observable de la mayor esperanza de vida al nacer de las mujeres, respecto a la de los hombres, para todos los países de muy alto desarrollo humano de la muestra. En este sentido, las mayores diferencias entre la esperanza de vida al nacer de las mujeres de un país, en relación a la de los respectivos hombres se aprecian, por orden descendente, en Japón (con 7,2 años), seguido de Francia (7,1 años), Finlandia (6, 8 años), España (6,5 años), Bélgica e Italia (5,9 años), Hong-Kong (5,8 años), Luxemburgo y Austria (5,5 años), y Alemania (5,3 años).

• Sin embargo, las diferencias existentes entre los ingresos percibidos por mujeres y hombres, medidas en paridades de poder adquisitivo (PPA) en dólares americanos, juegan en contra de la equiparación de género en el IDG.

• Los países que han registrado en el 2007 una mayor diferencia entre los ingresos percibidos por mujeres y hombres, han sido Luxemburgo (con 44.179 dólares PPA), Austria (32.657), Singapur (30.102), Japón (25.563), Irlanda (25.342), Estados Unidos (21.540), Italia (21.006), España (19.780), Suiza (18.904), y Grecia (18.784).

• Paralelamente, se observa una distribución del ingreso por razón de género mucho más igualitaria en Nueva Zelandia (con una diferencia de ingreso percibido estimado entre hombres y mujeres de solo 9.919 dólares PPA), seguida de Dinamarca (10.885), Finlandia (10.966), Australia (12.394), Hong-Kong (13.497), Reino Unido (13.712), Noruega (13.818), Suecia (14.595), Canadá (15.141), y Países Bajos (15.461).

• En materia educativa, las mayores diferencias existentes entre la tasa de matriculación bruta combinada en educación de las mujeres, y la de los hombres, han correspondido a Islandia (con 12,00 puntos), seguida de Nueva Zelandia (11, 40), Suecia (9,20), Estados Unidos (8,80), Noruega (8,00), Dinamarca (7,70), Finlandia (7,20), Reino Unido (6,90), España (6,60), e Italia (5,60).

• A sensu contrario, se ha observado un saldo desfavorable entre dichas tasas en los casos de Liechtenstein (−14,40 puntos), Suiza (−2,60 puntos), Japón (−2,60 puntos), Hong-Kong (−2,00 puntos), Alemania (−1,10 puntos), y Países Bajos (−0,80 puntos),

En el Cuadro B2 se recoge la clasificación de los principales 25 países del mundo, ordenados según el valor que hayan alcanzado en el Índice de Desarrollo relativo al Género, durante los años 1995, 2000, 2005 y 2007; observándose las siguientes tendencias:

• Australia, que lidera la clasificación del IDG en 2007, partía inicialmente en el noveno puesto en 1995, alcanzando el primer lugar en el 2000, y el segundo puesto en 2005.

• Noruega ha mantenido una posición bastante estable en todos esos años, entre el segundo y el tercer puesto.

• Islandia muestra una tendencia en forma de “dientes de sierra”, partiendo del cuarto puesto en 1995, pasando al séptimo puesto en 2000, al “liderato” en el 2005, y bajando luego al tercer lugar de la clasificación del IDG en el 2007.

• Canadá ha retrocedido desde la posición más privilegiada en 1995, al cuarto puesto en 2007.

• Suecia también ha retrocedido ligeramente, pasando del tercer lugar al quinto, entre 1995

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y 2007. • Francia bajó del séptimo puesto de la clasificación del IDG en 1995 al duodécimo puesto

en el 2000, y desde ahí comenzó su escalada al sexto puesto de la tabla, en 2007. • Países Bajos ascendió del puesto duodécimo en 1995, al sexto lugar de la tabla en 2005, y

ha bajado un escalón en el último año observado, 2007. • Finlandia, que partía en el quinto lugar de la clasificación del IDG en 1995, se ha

mantenido estable, a partir de entonces, en el octavo lugar. • España ha sido, indudablemente, uno de los países que ha experimentado un mayor

avance, dentro de la clasificación del IDG. Partía del puesto decimonoveno en la tabla del año 1995, para bajar a continuación al vigésimo primero en el año 2000 y, desde entonces, ha iniciado una acelerada escalada de posiciones, pasando al duodécimo puesto en el año 2005, y al noveno lugar de la tabla del IDG, en el año 2007.

• Irlanda también ha experimentado un fuerte adelanto, teniendo en cuenta que estaba fuera del listado de los 25 principales países de la clasificación del IDG en 1995, que apareció en el puesto 17 de la tabla en el año 2000, para luego escalar al puesto 15 en el 2005, y finalmente ocupar el puesto 10, en el 2007.

Por otra parte, en el Cuadro C1 se recopilan los datos de los 25 países seleccionados de la

muestra inicial, relativos al Índice de Potenciación de Género, de los que caben destacar los siguientes aspectos:

• Suecia ocupa el primer puesto en el año 2009 en la clasificación del IPG, con un valor máximo de 0,909. Le siguen en orden decreciente Noruega (0,906), Finlandia (0,902), Dinamarca (0,896), Países Bajos (0,882), Bélgica (0,874), Australia (0,870), Islandia (0,859), Alemania (0,852), Nueva Zelandia (0,841), y España (0,835), que está situada en el undécimo lugar de la tabla.

• El mayor porcentaje de escaños parlamentarios ocupados por mujeres, con relación con el total, corresponde a Suecia (con un 47%), seguida de Finlandia (42%), Países Bajos (39%), Dinamarca (38%), Noruega y Bélgica (36%), España y Nueva Zelandia (34%), Islandia (33%), y Alemania (31%).

• En el lado opuesto, Japón (12%), Irlanda y Grecia (15%), Estados Unidos (17%), Italia y Reino Unido (20%), Luxemburgo (23%), Liechtenstein y Singapur (24%), y Canadá (25%), presentan los menores porcentajes de participación femenina en los escaños de los respectivos parlamentos nacionales.

• El mayor porcentaje de mujeres legisladoras, altas funcionarias y directivas, en relación al total, corresponde a Estados Unidos (43%), por delante de Nueva Zelandia (40%), Francia y Alemania (38%), Australia y Canadá (37%), Italia y Reino Unido (34%), y España, Suecia y Bélgica (con un 32%).

• Por su parte, en Japón dicho porcentaje sólo asciende al 9%. • Australia también encabeza la proporción de mujeres profesionales y trabajadoras

técnicas sobre el total (con un 57%), por delante de Islandia, Canadá, y Estados Unidos (56%), Finlandia (55%), Nueva Zelandia (54%), Irlanda (53%), Dinamarca (52%), Noruega (51%), Países Bajos y Alemania (50%), y España (con un 49%).

• La relación de ingresos estimados entre mujeres y hombres está encabezada por Noruega (0,77), seguida de Dinamarca (0,74), Finlandia y Hong-Kong (0,73), Australia (0,70), Nueva Zelandia (0,69), Países Bajos, Suecia y Reino Unido (0,67), y Canadá (0,65).

• En Finlandia, la proporción de mujeres con cargos ministeriales representa el 58% sobre el total, por delante de Noruega (56%), Suecia (48%), Francia (47%), España (44%), Suiza (43%), Austria (38%), Dinamarca (37%), Islandia (36%), y Países Bajos y Alemania (33%).

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En penúltimo lugar, en el Cuadro C2 se recoge el orden de los principales 25 países del

mundo, según el valor que hayan registrado en el Índice de Potenciación de Género durante los años 1996, 2000, 2005 y 2009. En el mismo se observan las siguientes tendencias:

• Noruega ha alcanzado el mayor valor histórico del IPG (0,928) de la serie observada en el año 2005.

• Noruega ha liderado la lista mundial del IPG en los años 1996, 2000 y 2005, pasando a ocupar la segunda posición en el 2009, por detrás de Suecia.

• Además de esos países, también Dinamarca y Finlandia han tenido un lugar de privilegio en las listas del IPG.

• Sobresale también el salto adelante registrado por España, que estaba situada en el puesto 25 del listado en el año 1996, con el mínimo valor del IPG de la serie observada (0,490), llegando a ascender a la posición 19 en el 2000, al puesto 15 en la tabla del IPG del 2005, hasta llegar a la undécima plaza, en el 2009 (con un IPG = 0,835).

• Asimismo, Islandia no figuraba entre los 25 principales países en la clasificación del IPG en el año 1996, pero llegó a ocupar el segundo lugar en el 2000. Desde entonces, ha seguido una evolución menguante, siendo el cuarto país en la tabla del IPG en 2005, y bajando al octavo puesto en 2009.

• Australia también ha tenido una trayectoria ascendente, al pasar del puesto decimoquinto en 1996, al séptimo puesto de la lista del IPG en 2009.

• Canadá, que comenzó en la sexta posición en el 1996, ha pasado a ocupar la decimosegunda posición en la lista del IPG en el 2009.

• Una tendencia declinante similar se muestra en el caso de Estados Unidos, que pasa del noveno puesto de la lista del IPG en 1996, al decimoctavo lugar, en el año 2009.

• Alemania ha pasado de la séptima posición en 1996, a la novena en el 2009. • Francia, que no formaba parte de la lista de los 25 principales países ordenados según el

IPG en los años 1996, 2000 y 2005, ocupa el puesto 17 en la tabla en el 2009.

Por último, y con un afán meramente ilustrativo, se incorpora el Cuadro D, extraído del Informe de Desarrollo Humano 2007-2008 del PNUD, en donde puede observarse la distribución del tiempo total de los hombres y de las mujeres, asignado entre las actividades de mercado (remuneradas); las actividades específicas fuera del mercado (no remuneradas) tales como el cuidado de los hijos, y las genuinas tareas del hogar de limpieza y cocina; así como en otras actividades (cuidado personal, y tiempo libre), considerando las distintas prioridades que se dan a cada una de ellas en los diferentes países del mundo. Queda al juicio del apreciado lector (o lectora), la entretenida tarea de interpretación de dicha información.

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CONCLUSIÓN

En una muy reciente Resolución21 del Parlamento Europeo, aprobada el 25 de febrero de 2010, y que fue presentada por Eva-Britt Svensson en nombre de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, se destacaba que “a pesar de los avances logrados en la realización de los objetivos estratégicos de la Plataforma de acción de Pekín”, aún “persisten la desigualdad y los estereotipos de género”, y que “la mujer sigue ocupando una posición subordinada a la del hombre en los ámbitos abordados en la Plataforma” (punto 1 de la resolución).

A estas alturas, nada menos que quince años después de haberse celebrado la Conferencia de Pekín, se “insta” de nuevo a la Comisión y a los Estados miembros ¡a adoptar y aplicar “políticas específicas de igualdad de género, incluyendo medidas activas, con vistas a acelerar la consecución de facto de la igualdad de género y la promoción del pleno disfrute de todos los derechos humanos por las mujeres y las niñas”! (punto 14). Si aún existe controversia y debate en estas materias en el ámbito privilegiado de la Unión Europea, ¿cómo será el estado de la cuestión en el mundo subdesarrollado, carente de todos nuestros privilegios y satisfactores?

¿Seremos capaces de cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el 2015?

¿Por qué suele suceder casi siempre lo mismo, cuando se trata de resolver los verdaderos problemas vitales de la gente, vinculados a su desarrollo humano?

21 PARLAMENTO EUROPEO: “Propuesta de Resolución sobre Pekín +15 – Plataforma de acción para la igualdad de género de las Naciones Unidas”, Documento de sesión, RE\805244ES.doc, 16 de febrero de 2010.

Tasa de Clasificaciónalfabetización Tasa bruta según el PIB

Índice de Esperanza de adultos combinada de per cápita Desarrollo de vida (% de personas matriculación PIB Índice de menosHumano al nacer de 15 años y en educación per cápita esperanza Índice de Índice la clasificación(valor) (años) mayores) (%) (PPA en US$) de vida educación del PIB según el IDH b

2007 2007 1999–2007 a 2007 2007 2007 2007 2007 2007

1 Noruega 0,971 80,5 .. c 98,6 d 53.433 e 0,925 0,989 1,000 42 Australia 0,970 81,4 .. c 114,2 d,f 34.923 0,940 0,993 0,977 203 Islandia 0,969 81,7 .. c 96,0 d 35.742 0,946 0,980 0,981 164 Canadá 0,966 80,6 .. c 99,3 d,g 35.812 0,927 0,991 0,982 145 Irlanda 0,965 79,7 .. c 97,6 d 44.613 e 0,911 0,985 1,000 56 Países Bajos 0,964 79,8 .. c 97,5 d 38.694 0,914 0,985 0,994 87 Suecia 0,963 80,8 .. c 94,3 d 36.712 0,930 0,974 0,986 98 Francia 0,961 81,0 .. c 95,4 d 33.674 0,933 0,978 0,971 179 Suiza 0,960 81,7 .. c 82,7 d 40.658 0,945 0,936 1,000 4

10 Japón 0,960 82,7 .. c 86,6 d 33.632 0,961 0,949 0,971 1611 Luxemburgo 0,960 79,4 .. c 94,4 h 79.485 e 0,906 0,975 1,000 -912 Finlandia 0,959 79,5 .. c 101,4 d,f 34.526 0,908 0,993 0,975 1113 Estados Unidos 0,956 79,1 .. c 92,4 d 45.592 e 0,902 0,968 1,000 -414 Austria 0,955 79,9 .. c 90,5 d 37.370 0,915 0,962 0,989 115 ESPAÑA 0,955 80,7 97,9 i 96,5 d 31.560 0,929 0,975 0,960 1216 Dinamarca 0,955 78,2 .. c 101,3 d,f 36.130 0,887 0,993 0,983 117 Bélgica 0,953 79,5 .. c 94,3 d 34.935 0,908 0,974 0,977 418 Italia 0,951 81,1 98,9 j 91,8 d 30.353 0,935 0,965 0,954 1119 Liechtenstein 0,951 .. k .. c 86,8 d,l 85.382 e,m 0,903 0,949 1,000 -1820 Nueva Zelandia 0,950 80,1 .. c 107,5 d,f 27.336 0,919 0,993 0,936 1221 Reino Unido 0,947 79,3 .. c 89,2 d,g 35.130 0,906 0,957 0,978 -122 Alemania 0,947 79,8 .. c 88,1 d,g 34.401 0,913 0,954 0,975 223 Singapur 0,944 80,2 94,4 j .. n 49.704 e 0,920 0,913 1,000 -1624 Hong Kong, China (RAE) 0,944 82,2 .. o 74,4 d 42.306 0,953 0,879 1,000 -1325 Grecia 0,942 79,1 97,1 j 101,6 d,f 28.517 0,902 0,981 0,944 6 DESARROLLO HUMANO MUY ALTO 0,955 80,1 .. 92,5 37.272 0,918 .. 0,988 .. OCDE 0,932 79,0 .. 89,1 32.647 0,900 .. 0,966 .. UNIÓN EUROPEA (UE-27) 0,937 79,0 .. 91,0 29.956 0,899 .. 0,952 .. TOTAL MUNDIAL 0,753 67,5 p 83,9 p 67,5 9.972 0,708 0,784 0,768 ..

Clasificación según el IDH

FUENTE: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Informe sobre Desarrollo Humano 2009 , p. 185-189.

CUADRO A1: ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO 2007 Y SUS COMPONENTES

Tasas promedio decrecimiento anual (%)

Largo Mediano Cortoplazo plazo plazo

1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2006 2007 1980–2007 1990–2007 2000–2007

1 Noruega 0,868 0,900 0,912 0,924 0,948 0,961 0,968 0,970 0,971 0,28 0,29 0,162 Australia 0,848 0,871 0,883 0,902 0,938 0,954 0,967 0,968 0,970 0,40 0,43 0,243 Islandia 0,863 0,886 0,894 0,913 0,918 0,943 0,965 0,967 0,969 0,33 0,35 0,394 Canadá 0,869 0,890 0,913 0,933 0,938 0,948 0,963 0,965 0,966 0,31 0,21 0,275 Irlanda 0,811 0,840 0,855 0,879 0,903 0,936 0,961 0,964 0,965 0,52 0,55 0,446 Países Bajos 0,867 0,889 0,903 0,917 0,938 0,950 0,958 0,961 0,964 0,30 0,30 0,217 Suecia 0,864 0,885 0,895 0,906 0,937 0,954 0,960 0,961 0,963 0,32 0,36 0,148 Francia 0,853 0,876 0,888 0,909 0,927 0,941 0,956 0,958 0,961 0,34 0,32 0,309 Suiza 0,879 0,899 0,906 0,920 0,931 0,948 0,957 0,959 0,960 0,25 0,25 0,19

10 Japón 0,857 0,887 0,902 0,918 0,931 0,943 0,956 0,958 0,960 0,29 0,26 0,2511 Luxemburgo 0,840 .. .. .. .. .. 0,956 0,959 0,960 .. .. .. 12 Finlandia 0,841 0,865 0,882 0,904 0,916 0,938 0,952 0,955 0,959 0,38 0,35 0,3213 Estados Unidos 0,867 0,894 0,909 0,923 0,939 0,949 0,955 0,955 0,956 0,25 0,21 0,1114 Austria 0,843 0,865 0,878 0,899 0,920 0,940 0,949 0,952 0,955 0,37 0,35 0,2315 ESPAÑA 0,837 0,855 0,869 0,896 0,914 0,931 0,949 0,952 0,955 0,41 0,37 0,3616 Dinamarca 0,874 0,882 0,891 0,899 0,917 0,936 0,950 0,953 0,955 0,29 0,36 0,2817 Bélgica 0,846 0,871 0,885 0,904 0,933 0,945 0,947 0,951 0,953 0,34 0,31 0,1318 Italia 0,842 0,857 0,866 0,889 0,906 0,927 0,947 0,950 0,951 0,39 0,40 0,3619 Liechtenstein .. .. .. .. .. .. .. 0,950 0,951 .. .. .. 20 Nueva Zelandia 0,848 0,863 0,874 0,884 0,911 0,930 0,946 0,948 0,950 0,36 0,42 0,3021 Reino Unido 0,845 0,861 0,870 0,891 0,929 0,932 0,947 0,945 0,947 0,35 0,36 0,2422 Alemania .. 0,869 0,877 0,896 0,919 .. 0,942 0,945 0,947 0,32 0,33 .. 23 Singapur 0,725 0,785 0,805 0,851 0,884 .. .. 0,942 0,944 0,68 0,61 .. 24 Hong Kong, China (RAE) 0,761 .. .. .. .. .. 0,939 0,943 0,944 .. .. .. 25 Grecia 0,835 0,844 0,857 0,872 0,874 0,895 0,935 0,938 0,942 0,41 0,45 0,73

FUENTE: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD): Los datos relativos al año 1975, en Informe sobre Desarrollo Humano 2005 , p. 247; y los correspondientes al período 1980-2007, en Informe sobre Desarrollo Humano 2009 , p. 181.

CUADRO A2: TENDENCIAS DEL ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO (1975-2007)

Clasificación según el IDH (2007)

Índice de desarrollo Clasificaciónrelativo al género (IDG) según el

IDH,menos la

como % clasificacióndel valor según el

Clasificación Valor del IDH Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres IDG d

1 Noruega 2 0,961 98,9 82,7 78,2 .. e .. e 102,7 f,g 94,7 f,g 46.576 g 60.394 g -12 Australia 1 0,966 99,6 83,7 79,1 .. e .. e 115,7 f,g 112,8 f,g 28.759 g 41.153 g 13 Islandia 3 0,959 99,0 83,3 80,2 .. e .. e 102,1 f,g 90,1 f,g 27.460 g 43.959 g 04 Canadá 4 0,959 99,2 82,9 78,2 .. e .. e 101,0 f,g,h 97,6 f,g,h 28.315 g,i 43.456 g,i 05 Irlanda 10 0,948 98,2 82,0 77,3 .. e .. e 99,1 f 96,2 f 31.978 g,i 57.320 g,i -56 Países Bajos 7 0,954 98,9 81,9 77,6 .. e .. e 97,1 f 97,9 f 31.048 46.509 -17 Suecia 5 0,956 99,3 83,0 78,6 .. e .. e 99,0 f 89,8 f 29.476 g,i 44.071 g,i 28 Francia 6 0,956 99,4 84,5 77,4 .. e .. e 97,4 f 93,5 f 25.677 g 42.091 g 29 Suiza 13 0,946 98,5 84,1 79,2 .. e .. e 81,4 f 84,0 f 31.442 g 50.346 g -4

10 Japón 14 0,945 98,4 86,2 79,0 .. e .. e 85,4 f 87,7 f 21.143 g 46.706 g -411 Luxemburgo 16 0,943 98,2 82,0 76,5 .. e .. e 94,7 j 94,0 j 57.676 g,i 101.855 g,i -512 Finlandia 8 0,954 99,5 82,8 76,0 .. e .. e 105,1 f,g 97,9 f,g 29.160 g 40.126 g 413 Estados Unidos 19 0,942 98,5 81,3 76,7 .. e .. e 96,9 f 88,1 f 34.996 g,i 56.536 g,i -614 Austria 23 0,930 97,4 82,5 77,0 .. e .. e 92,1 f 89,0 f 21.380 g 54.037 g -915 ESPAÑA 9 0,949 99,4 84,0 77,5 97,3 98,6 99,9 f 93,3 f 21.817 g,i 41.597 g,i 616 Dinamarca 12 0,947 99,2 80,5 75,9 .. e .. e 105,3 f,g 97,6 f,g 30.745 g 41.630 g 417 Bélgica 11 0,948 99,4 82,4 76,5 .. e .. e 95,9 f 92,8 f 27.333 g 42.866 g 618 Italia 15 0,945 99,3 84,0 78,1 98,6 99,1 94,7 f 89,1 f 20.152 g,i 41.158 g,i 319 Liechtenstein .. .. .. .. k .. k .. e .. e 79,6 f,l 94,0 f,l .. .. ..20 Nueva Zelandia 18 0,943 99,3 82,1 78,1 .. e .. e 113,4 f,g 102,0 f,g 22.456 32.375 121 Reino Unido 17 0,943 99,5 81,5 77,1 .. e .. e 92,8 f,h 85,9 f,h 28.421 g 42.133 g 322 Alemania 20 0,939 99,2 82,3 77,0 .. e .. e 87,5 88,6 25.691 g,i 43.515 g,i 123 Singapur .. .. .. 82,6 77,8 91,6 97,3 .. .. 34.554 g,i 64.656 g,i ..24 Hong Kong, China (RAE) 22 0,934 98,9 85,1 79,3 .. m .. m 73,4 f 75,4 f 35.827 g 49.324 g 025 Grecia 21 0,936 99,4 81,3 76,9 96,0 98,2 103,2 f,g 100,1 f,g 19.218 i 38.002 i 2

FUENTE: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Informe sobre Desarrollo Humano 2009 , p. 195-198.

Clasificación según el IDH

2007

al nacer

CUADRO B1: ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO RELATIVO AL GÉNERO Y SUS COMPONENTES

2007Esperanza de vida

2007 2007

percibido estimado c

(PPA en US$)(años) 15 años y mayores) (%)(% de personas de

muy alto1999–2007

Selección de paísescon

desarrollo humano

Tasa de alfabetización de adultos a

Tasa de matriculación bruta combinada

en educación bIngreso

como % como % como % como %del valor del valor del valor del valor

Clasificación (IDG) Valor del IDH Clasificación (IDG) Valor del IDH Clasificación (IDG) Valor del IDH Clasificación (IDG) Valor del IDH

1 Canadá 0,940 97,9 1 Australia 0,956 101,8 1 Islandia 0,962 99,4 1 Australia 0,966 99,62 Noruega 0,935 99,2 2 Bélgica 0,943 100,4 2 Australia 0,960 99,8 2 Noruega 0,961 98,93 Suecia 0,932 99,6 3 Noruega 0,941 99,9 3 Noruega 0,957 98,9 3 Islandia 0,959 99,04 Islandia 0,932 98,9 4 Suecia 0,940 99,9 4 Canadá 0,956 99,5 4 Canadá 0,959 99,25 Finlandia 0,929 98,6 5 Canadá 0,938 99,8 5 Suecia 0,955 99,9 5 Suecia 0,956 99,36 Estados Unidos 0,927 98,3 6 Estados Unidos 0,937 99,8 6 Países Bajos 0,951 99,8 6 Francia 0,956 99,47 Francia 0,925 97,8 7 Islandia 0,934 99,8 7 Francia 0,950 99,8 7 Países Bajos 0,954 98,98 Nueva Zelandia 0,920 98,0 8 Finlandia 0,933 100,3 8 Finlandia 0,947 99,5 8 Finlandia 0,954 99,59 Australia 0,918 98,5 9 Países Bajos 0,933 99,8 9 Suiza 0,946 99,1 9 ESPAÑA 0,949 99,4

10 Dinamarca 0,917 98,8 10 Reino Unido 0,932 100,4 10 Reino Unido 0,944 99,8 10 Irlanda 0,948 98,211 Reino Unido 0,907 97,3 11 Japón 0,927 99,4 11 Dinamarca 0,944 99,5 11 Bélgica 0,948 99,412 Países Bajos 0,905 96,2 12 Francia 0,926 99,8 12 ESPAÑA 0,944 99,5 12 Dinamarca 0,947 99,213 Japón 0,902 96,0 13 Dinamarca 0,925 99,9 13 Japón 0,942 98,8 13 Suiza 0,946 98,514 Bélgica 0,893 95,7 14 Suiza 0,923 99,5 14 Bélgica 0,940 99,4 14 Japón 0,945 98,415 Austria 0,891 95,5 15 Austria 0,921 99,5 15 Irlanda 0,940 98,0 15 Italia 0,945 99,316 Barbados 0,889 97,8 16 Alemania 0,920 99,5 16 Estados Unidos 0,937 98,5 16 Luxemburgo 0,943 98,217 Alemania 0,888 96,0 17 Irlanda 0,917 99,1 17 Italia 0,936 99,5 17 Reino Unido 0,943 99,518 Suiza 0,887 95,4 18 Nueva Zelandia 0,915 99,8 18 Nueva Zelandia 0,935 99,2 18 Nueva Zelandia 0,943 99,319 ESPAÑA 0,877 93,8 19 Luxemburgo 0,914 98,8 19 Austria 0,934 98,5 19 Estados Unidos 0,942 98,520 Grecia 0,876 94,8 20 Italia 0,907 99,3 20 Alemania 0,931 99,6 20 Alemania 0,939 99,221 Bahamas 0,876 98,1 21 ESPAÑA 0,906 99,2 21 Israel 0,927 99,5 21 Grecia 0,936 99,422 Israel 0,873 95,6 22 Israel 0,891 99,4 22 Hong Kong, China 0,926 98,8 22 Hong Kong, China 0,934 98,923 Italia 0,868 94,1 23 Hong Kong, China 0,886 99,8 23 Luxemburgo 0,924 97,9 23 Austria 0,930 97,424 Eslovenia 0,867 97,7 24 Singapur 0,880 99,4 24 Grecia 0,922 99,6 24 Eslovenia 0,927 99,725 República Checa 0,864 97,7 25 Grecia 0,879 99,3 25 Eslovenia 0,914 99,7 25 Corea (República de) 0,926 98,8

2002 , p. 222 y 149. (c) Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008 , p. 328 y 231. (d) Informe sobre Desarrollo Humano 2009 , p. 195.

IDG IDG IDG

CUADRO B2: CLASIFICACIÓN SEGÚN EL ÍNDICE DE DESARROLLO RELATIVO AL GÉNERO: PERÍODO 1995-2007

FUENTE: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD): (a) Informe sobre Desarrollo Humano 1998 , p. 131 y 128. (b) Informe sobre Desarrollo Humano

2000 (b)1995 (a) 2007 (d)2005 (c)

IDG

Año en queMujeres una mujer

Escaños legisladoras, Mujeres Relación encabezó porparlamentarios altas profesionales de ingresos primera vez Mujeres conocupados por funcionarias y trabajadoras estimados a postular un parlamento cargos

mujeres a y directivas b técnicas b entre mujeres a cargos o una de sus ministeriales f

Clasificación Valor (% del total) (% del total) (% del total) y hombres c a voto públicos cámaras e (% del total)

1 Noruega 2 0,906 36 g 31 51 0,77 1913 1907, 1913 1993 562 Australia 7 0,870 30 g 37 57 0,70 1902, 1962 1902, 1962 1987 243 Islandia 8 0,859 33 g 30 56 0,62 1915, 1920 1915, 1920 1974 364 Canadá 12 0,830 25 g 37 56 0,65 1917, 1960 1920, 1960 1972 165 Irlanda 22 0,722 15 g 31 53 0,56 1918, 1928 1918, 1928 1982 216 Países Bajos 5 0,882 39 g 28 50 0,67 1919 1917 1998 337 Suecia 1 0,909 47 g 32 51 0,67 1919, 1921 1919, 1921 1991 488 Francia 17 0,779 20 g 38 48 0,61 1944 1944 .. 479 Suiza 13 0,822 27 g 30 46 0,62 1971 1971 1977 43

10 Japón 57 0,567 12 9 h 46 h 0,45 1945, 1947 1945, 1947 1993 1211 Luxemburgo .. .. 23 g .. .. 0,57 1919 1919 1989 1412 Finlandia 3 0,902 42 29 55 0,73 1906 1906 1991 5813 Estados Unidos 18 0,767 17 g 43 56 0,62 1920, 1965 1788 i 2007 2414 Austria 20 0,744 27 g 27 48 0,40 1918 1918 1927 3815 ESPAÑA 11 0,835 34 g 32 49 0,52 1931 1931 1999 4416 Dinamarca 4 0,896 38 g 28 52 0,74 1915 1915 1950 3717 Bélgica 6 0,874 36 g 32 49 0,64 1919, 1948 1921 2004 2318 Italia 21 0,741 20 g 34 47 0,49 1945 1945 1979 2419 Liechtenstein .. .. 24 .. .. .. 1984 1984 .. 2020 Nueva Zelandia 10 0,841 34 40 54 0,69 1893 1919 2005 3221 Reino Unido 15 0,790 20 g 34 47 0,67 1918, 1928 1918, 1928 1992 2322 Alemania 9 0,852 31 g 38 50 0,59 1918 1918 1972 3323 Singapur 16 0,786 24 31 45 0,53 1947 1947 .. 024 Hong Kong, China (RAE) .. .. .. 30 42 0,73 .. .. .. ..25 Grecia 28 0,677 15 g 28 49 0,51 1952 1952 2004 12

Selección de paísescon

desarrollo humanomuy alto

CUADRO C1: ÍNDICE DE POTENCIACIÓN DE GÉNERO Y SUS COMPONENTES

Clasificación según(IPG)

de género

Año en que las mujeresobtuvieron el derecho dÍndice de potenciación

el IDH (2007)

FUENTE: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Informe sobre Desarrollo Humano 2009 , p. 200-203.

Clasificación según el IPG Valor Clasificación según el IPG Valor Clasificación según el IPG Valor Clasificación según el IPG Valor

1 Noruega 0,786 1 Noruega 0,825 1 Noruega 0,928 1 Suecia 0,9092 Suecia 0,779 2 Islandia 0,802 2 Dinamarca 0,860 2 Noruega 0,9063 Dinamarca 0,718 3 Suecia 0,794 3 Suecia 0,852 3 Finlandia 0,9024 Finlandia 0,710 4 Dinamarca 0,791 4 Islandia 0,834 4 Dinamarca 0,8965 Nueva Zelandia 0,685 5 Finlandia 0,757 5 Finlandia 0,833 5 Países Bajos 0,8826 Canadá 0,685 6 Alemania 0,756 6 Bélgica 0,828 6 Bélgica 0,8747 Alemania 0,654 7 Países Bajos 0,739 7 Australia 0,826 7 Australia 0,8708 Países Bajos 0,646 8 Canadá 0,739 8 Países Bajos 0,814 8 Islandia 0,8599 Estados Unidos 0,645 9 Nueva Zelandia 0,731 9 Alemania 0,813 9 Alemania 0,852

10 Austria 0,641 10 Bélgica 0,725 10 Canadá 0,807 10 Nueva Zelandia 0,84111 Barbados 0,597 11 Australia 0,715 11 Suiza 0,795 11 ESPAÑA 0,83512 Suiza 0,594 12 Austria 0,710 12 Estados Unidos 0,793 12 Canadá 0,83013 Italia 0,593 13 Estados Unidos 0,707 13 Austria 0,779 13 Suiza 0,82214 Luxemburgo 0,590 14 Suiza 0,683 14 Nueva Zelandia 0,769 14 Trinidad y Tabago 0,80115 Australia 0,590 15 Reino Unido 0,656 15 ESPAÑA 0,745 15 Reino Unido 0,79016 Bélgica 0,580 16 Bahamas 0,633 16 Irlanda 0,724 16 Singapur 0,78617 Trinidad y Tabago 0,559 17 Barbados 0,629 17 Bahamas 0,719 17 Francia 0,77918 Reino Unido 0,530 18 Portugal 0,618 18 Reino Unido 0,716 18 Estados Unidos 0,76719 Bahamas 0,525 19 ESPAÑA 0,615 19 Costa Rica 0,668 19 Portugal 0,75320 Sudáfrica 0,523 20 Venezuela 0,597 20 Argentina 0,665 20 Austria 0,74421 Cuba 0,522 21 Irlanda 0,593 21 Portugal 0,656 21 Italia 0,74122 Hungría 0,507 22 Trinidad y Tabago 0,583 22 Singapur 0,654 22 Irlanda 0,72223 Irlanda 0,504 23 Israel 0,555 23 Trinidad y Tabago 0,650 23 Israel 0,70524 Portugal 0,491 24 Costa Rica 0,553 24 Israel 0,622 24 Argentina 0,69925 ESPAÑA 0,490 25 Letonia 0,540 25 Barbados 0,615 25 Emiratos Àrabes Unidos 0,691

CUADRO C2: CLASIFICACIÓN SEGÚN EL ÍNDICE DE POTENCIACIÓN DE GÉNERO: PERÍODO 1996-2009

2000 (b)

IPG IPG

Humano 2000 , p. 165-166. (c) Informe sobre Desarrollo Humano 2005 , p. 327-328. (d) Informe sobre Desarrollo Humano 2009 , p. 200-201.FUENTE: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD): (a) Informe sobre Desarrollo Humano 1996 , p. 159-160. (b) Informe sobre Desarrollo

1996 (a) 2009 (d)2005 (c)

IPG IPG

Año Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres

1 Noruega 2000–2001 7:13 7:23 41 61 2:14 0:52 0:34 0:17 6:08 6:23 10:18 9:592 Australia 1997 7:15 6:58 30 62 .. .. .. .. .. .. .. ..4 Canadá f 2005 7:57 7:51 40 59 1:54 0:48 0:35 g 0:17 g 5:28 5:53 10:49 10:265 Irlanda 2005 6:38 6:10 30 72 2:46 1:14 1:55 g 0:31 g 5:35 6:08 10:06 9:546 Países Bajos h 1995 5:08 5:15 27 69 .. .. .. .. .. .. .. ..7 Suecia 2000–2001 7:32 7:43 42 59 2:04 0:59 0:29 0:16 5:16 5:37 10:39 10:128 Francia 1998–1999 7:01 6:27 33 59 3:04 0:48 0:28 0:09 3:52 4:26 11:57 11:46

10 Japón h 1996 6:33 6:03 43 93 .. .. .. .. .. .. .. ..12 Finlandia 1999–2000 7:20 6:58 38 59 2:28 1:01 0:28 0:11 5:29 6:08 10:38 10:2313 Estados Unidos 2005 8:06 7:54 42 64 1:54 0:36 0:48 g 0:24 g 4:54 5:18 10:42 10:2415 ESPAÑA 2002–2003 7:54 6:51 30 71 3:22 0:37 0:30 0:12 4:34 5:34 11:05 11:1117 Bélgica 1999–2000 6:35 6:04 29 54 2:57 0:55 0:35 0:19 4:40 5:12 11:12 10:5518 Italia 2002–2003 8:08 6:51 26 70 4:02 0:31 0:28 0:11 4:15 5:29 11:12 11:1620 Nueva Zelandia h 1999 7:00 6:57 32 60 .. .. .. .. .. .. .. ..21 Reino Unido 2000–2001 7:41 7:32 35 62 2:34 0:59 0:33 0:12 5:11 5:44 10:43 10:2222 Alemania 2001–2002 7:00 6:49 30 55 2:32 0:52 0:26 0:10 5:35 6:02 11:02 10:4426 Corea (República de) 2004 7:30 6:51 40 86 2:36 0:20 0:55 0:15 5:03 5:34 10:41 10:4529 Eslovenia 2000–2001 8:22 7:24 35 57 3:21 0:54 0:29 0:12 4:40 5:43 10:32 10:3034 Portugal f 1999 7:39 6:05 39 82 3:59 0:57 0:42 g 0:10 g 3:08 4:05 11:26 11:2541 Polonia 2003–2004 7:55 7:25 31 59 3:13 1:02 0:39 0:16 4:33 5:23 11:03 10:4443 Hungría 1999–2000 8:00 7:08 32 56 3:16 0:47 0:35 0:15 4:44 5:36 11:00 11:0046 Lituania 2003–2004 8:55 8:00 43 65 3:05 1:05 0:25 0:07 3:51 4:52 10:57 10:5348 Letonia 2003–2004 8:31 8:02 46 70 2:31 0:47 0:22 0:04 4:17 4:58 10:53 10:4650 Uruguay i 2002 7:20 6:56 33 68 .. .. .. .. .. .. .. ..53 México f 2002 8:10 6:25 23 78 4:43 0:39 1:01 g 0:21 g 2:37 3:01 9:56 9:4381 Mauricio j 2003 6:33 6:09 30 80 3:33 0:30 0:44 0:13 4:34 5:09 11:49 11:35

FUENTE: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008 , p. 344.

(como % del tiempoCocina y limpieza b Cuidado de los hijos c

(horas y minutos por día)de trabajo total)

CUADRO D: GÉNERO, CARGA DE TRABAJO Y DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO

IDH (2007)

de mercado y fueradel mercado

(horas y minutos

Actividades demercado a

Clasificaciónsegún el

Tiempo de trabajototal en actividades

por día)

Selecciónde

(horas y minutos por día)

países

Otras actividades

Tiempo libre d Cuidado personal e

Actividades específicasfuera del mercado

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NOTAS Y FUENTES DE LOS CUADROS. CUADRO A1: ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO 2007 Y SUS COMPONENTES NOTAS:

a: Los datos se refieren a cifras de alfabetización obtenidas de censos o encuestas realizados entre 1999 y 2007, salvo indicación contraria. Debido a diferencias en la metodología utilizada y el período que abarcan los datos básicos, las comparaciones entre países y a lo largo del tiempo deben realizarse con prudencia. b: Una cifra positiva indica que la clasificación según el IDH es superior a la clasificación según el PIB per cápita (PPA en dólares americanos), mientras que una cifra negativa indica lo contrario. c: Para el cálculo del IDH se aplicó un valor de 99%. d: Los datos se refieren a un año distinto del especificado. e: Para el cálculo del IDH se aplicó un valor de 40.000 dólares americanos (PPA en dólares americanos). f: Para el cálculo del IDH se aplicó un valor de 100%. g: Cálculo del Instituto de Estadística de la UNESCO. h: Statec (2008). Los datos se refieren a los estudiantes matriculados tanto en su país como en el extranjero y por lo tanto difieren de la definición normalizada. i: Los datos provienen de una encuesta nacional de hogares. j: Cálculos del Instituto de Estadística de la UNESCO basados en el modelo de proyecciones globales de alfabetización específica por edad de abril de 2009. k: Para calcular el IDH se utilizaron cifras no publicadas de ONU (2009e): Liechtenstein 79,2. l: Los datos provienen de fuentes nacionales. m: Cálculos de la Oficina encargada del Informe sobre Desarrollo Humano basados en el PIB de ONU (2009c) y tipo de cambio de PPA de Suiza de Banco Mundial (2009d). n: Debido a que no se contaba con la tasa bruta combinada de matriculación, se utilizaron los siguientes cálculos de la Oficina encargada del Informe sobre Desarrollo Humano: Singapur 85,0. o: Se utilizaron cálculos para 2005 del Instituto de Estadística de la UNESCO (2003) basados en información de censos y encuestas obsoletas, y deben interpretarse con prudencia: Hong Kong, China (RAE) 94,6. p: Los datos se refieren a cifras globales proporcionadas por la fuente original de la información.

FUENTES:

Columna 1: Cálculos basados en los datos de las columnas 6–8. Columna 2: ONU (2009e). Columna 3: Instituto de Estadística de la UNESCO (2009a). Columna 4: Instituto de Estadística de la UNESCO (2009b). Columna 5: Banco Mundial (2009d). Columna 6: Cálculos basados en los datos de la columna 2. Columna 7: Cálculos basados en los datos de las columnas 3 y 4. Columna 8: Cálculos basados en los datos de la columna 5. Columna 9: Cálculos basados en los datos de las columnas 1 y 5.

CUADRO B1: ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO RELATIVO AL GÉNERO Y SUS COMPONENTES NOTAS:

a: Los datos se refieren a cifras nacionales de alfabetización obtenidas de censos o encuestas realizadas entre 1999 y 2007, salvo indicación contraria. Las comparaciones entre países y a lo largo del tiempo deben realizarse con prudencia, debido a diferencias en las metodologías utilizadas y el período que abarcan los datos básicos. b: Los datos de algunos países pueden referirse a cálculos de los países o del Instituto de Estadística de la UNESCO. c: Debido a la falta de datos relativos a los ingresos desagregados por género, se ha realizado un cálculo aproximado de los ingresos percibidos por hombres y mujeres a partir de datos sobre la relación salario no agrícola de la mujer-salario no agrícola del hombre, el porcentaje femenino y masculino de la población económicamente activa, la población femenina y masculina total y el PIB per cápita (PPA en dólares americanos). Las relaciones de salarios utilizadas en este cálculo se basan en los datos del año más reciente disponible entre 1999 y 2007. d: Las clasificaciones según el IDH utilizadas en este cálculo han sido recalculadas para los países que registran

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un valor de IDG. Una cifra positiva indica que la clasificación según el IDG es superior a la clasificación según el IDH, una cifra negativa indica lo contrario. e: Para calcular el IDH se aplicó un valor de 99%. f: Los datos se refieren a un año anterior al especificado. g: A efectos del cálculo del IDG, las cifras para hombres y mujeres de este cuadro se redujeron a escala para reflejar las cifras máximas de alfabetización en adultos (99%), tasas netas de matriculación (100%) y PIB per cápita [40.000 dólares americanos (PPA en dólares americanos)]. h: Cifra del Instituto de Estadística de la UNESCO. i: No hay datos relativos a los salarios. Para calcular los ingresos percibidos por mujeres y hombres, se utilizó un valor de 0,75 para la relación salario no agrícola de la mujer-salario no agrícola del hombre. j: Statec (2008). Los datos se refieren a los estudiantes matriculados tanto en el país como en el extranjero y por lo tanto difieren de la definición normalizada. k: Para calcular el IDH se utilizaron cifras no publicadas de ONU (2009e): Liechtenstein 82,4 (para mujeres) y 76,0 (para hombres). l: Cálculos nacionales del Instituto de Estadística de la UNESCO. m: Debido a la falta de datos recientes, se utilizaron cálculos para 2005 del Instituto de Estadística de la UNESCO (2003) basados en información de censos y encuestas obsoletas, y deben interpretarse con prudencia: Hong Kong, China (RAE) 91,4 (para mujeres) y 97,3 (para hombres).

FUENTES:

Columna 1: Determinado con base en los valores del IDG. Columna 2: Cálculos basados en los datos de las columnas 4-11. Columna 3: Cálculos basados en los valores del IDG e IDH. Columnas 4 y 5: ONU (2009e). Columnas 6 y 7: Instituto de Estadística de la UNESCO (2009a). Columnas 8 y 9: Instituto de Estadística de la UNESCO (2009b). Columnas 10 y 11: Cálculos basados en los datos del PIB en PPA en dólares americanos y población del Banco Mundial (2009d); datos sobre salarios y población económicamente activa de OIT (2009b). Columna 12: Cálculos basados en las clasificaciones del IDH y las del IDG de la columna 1, recalculadas.

CUADRO C1: ÍNDICE DE POTENCIACIÓN DE GÉNERO Y SUS COMPONENTES NOTAS:

a: Datos al 28 de febrero de 2009, salvo indicación contraria. Cuando el sistema es bicameral, los datos se refieren al promedio ponderado de la participación de la mujer en los escaños de ambas cámaras. b: Los datos se refieren al año más reciente disponible durante el período entre 1999 y 2007. Los cálculos de los países que han adoptado la reciente Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO-88) en rigor no se pueden comparar con los de aquellos países que utilizan la clasificación anterior (CIUO-68). c: Cálculos basados en los datos de las columnas 10 y 11 del Cuadro D1. Los cálculos se basan en datos del año más reciente disponible entre 1996 y 2007. Siguiendo la metodología utilizada para calcular el IDG, el componente de ingreso del IPG se redujo a escala para los países cuyo ingreso es superior al valor de referencia máximo del PIB per cápita de 40.000 dólares americanos (PPA en dólares americanos). d: Los datos se refieren al año en que la mujer obtuvo el derecho a voto y a postular a cargos públicos a nivel nacional, con carácter de universal e igualitario. En los casos en que figuran dos años, el primero se refiere al primer reconocimiento parcial del derecho a voto o a postular a cargos públicos. En algunos países, la mujer recibió el derecho a voto y a postular a cargos públicos en elecciones locales antes que en elecciones nacionales. En el cuadro no se incluye información acerca del derecho a participar en elecciones locales. e: Fecha en que, por primera vez en la historia parlamentaria del país, una mujer asumió un cargo de dirección/portavocía en el parlamento o en una de sus cámaras. En mayo de 2009, las mujeres ocupaban sólo el 12,6% de los 269 cargos directivos en el parlamento o en una de sus cámaras. f: Datos a enero de 2008. El total incluye viceministras y primeras viceministras. También incluye primeras ministras cuando asumieron carteras ministeriales. No se incluyen vicepresidentas y jefas de departamentos u organismos de nivel ministerial. g: Países con sistemas establecidos de cupos para la mujer. Estos sistemas buscan asegurar que las mujeres constituyan al menos una ‘minoría crítica’ de 30% o 40%. Hoy, las mujeres constituyen el 16% de los parlamentarios de todo el mundo. h: Los datos fueron calculados según la clasificación CIUO-68. i: No disponemos de información sobre el año en que a todas las mujeres se les otorgó el derecho a postular a cargos públicos, porque la constitución del país no especifica el género con respecto a este derecho.

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FUENTES:

Columna 1: Determinado en base a los valores del IPG de la columna 2. Columna 2: Cálculos basados en los datos de las columnas 3-6. Columna 3: Cálculos basados en los datos sobre escaños parlamentarios, UIP (2009). Columnas 4 y 5: Cálculos basados en datos ocupacionales de OIT (2009b). Columna 6: Cálculos basados en los datos de las columnas 10 y 11 del cuadro A1. Columnas 7-10: UIP (2009).

CUADRO D: GÉNERO, CARGA DE TRABAJO Y DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO NOTAS:

Hay que ser prudente a la hora de comparar los países. Los datos sobre el uso del tiempo de este cuadro se refieren al día promedio del año para toda la población entre 20 y 74 años, salvo indicación contraria. En la mayoría de los países, el tiempo de viaje utilizado para cada una de las actividades está considerado en el tiempo informado. Pero no se descartan excepciones. a: Se refiere a actividades de producción orientadas a la generación de ingresos, según definición del Sistema de Cuentas Nacionales de Naciones Unidas revisado en 1993. b: Considera las siguientes actividades: lavado de vajilla, limpieza de la vivienda, lavado de ropa, planchado y otras actividades relativas al mantenimiento del hogar. c: Incluye cuidado físico de los hijos, enseñanza, juegos, etc. con niños y niñas y otras actividades relacionadas. d: Incluye vida social, entretención, descanso, deportes, artes, computación, exposición a los medios, etc. e: Considera dormir, comer y otras actividades del cuidado personal. f: Los datos se refieren a grupos etarios diferentes de los especificados en la definición normalizada. g: Además del cuidado de los hijos, la cifra indicada considera el cuidado de adultos con necesidades especiales o personas mayores, tanto en el hogar como en otra parte (por ejemplo, ayuda en su cuidado personal). h: Harvey 2001. i: Los datos se refieren sólo a la población urbana. j: Los datos de las columnas 1 a 4 corresponden a un grupo etario diferente de los indicados en los datos de las columnas 5 a 12. En ninguno de los casos, la población de referencia es la misma que la indicada en la definición normalizada.

FUENTES:

Todas las columnas: Uso del tiempo, 2007.