José María Torrijos
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José María
Torrijos
1791-1831
Antonio Calero
Dpto. de Geografía e Historia
IES “Puerto de la Torre” Málaga
* Un militar que se
rebeló contra su
gobierno.
* Un liberal que luchó
contra el absolutismo.
* Un hombre que murió
fusilado por defender
sus ideas.
Nace en 1791, en Madrid, cuando
reinaba en España Carlos IV y la
Revolución Francesa estaba en su
apogeo.
Pero su vida de adulto se desarrolla
durante el reinado de Fernando
VII, el rey absolutista que firmaría
su sentencia de muerte.
En mayo de 1808, las tropas
de Napoleón invaden España.
NAPOLEÓN
José María Torrijos, joven
oficial de 17 años, participa
activamente en la lucha
contra el ejército francés.
La Guerra de Independencia dura seis largos años (1808-
1814). Con la ayuda de los ingleses, enemigos de
Napoleón, y la utilización de la táctica guerrillera, las
tropas francesas son derrotadas y expulsadas de España.
El Empecinado, líder guerrillero.
Wellington, general en jefe de
las tropas británicas en
España.
En ese tiempo (1812), y
con todo el territorio
español excepto Cádiz
en manos
francesas, nace la
primera Constitución
española.
Popularmente, fue
conocida como “la
Pepa” por haberse
aprobado el día de San
José (19 de marzo).
Desde 1809, las colonias que
España tenía en América desde
el siglo XVI comienzan a
levantarse buscando su
independencia.
En 1815, Fernando VII
organiza un ejército para que
luche contra los
independentistas.
Torrijos se niega a formar
parte de dicha expedición, a
pesar de que le hubiera
supuesto un nuevo ascenso.
En 1815, es nombrado Gobernador Militar de
Cartagena.
En esa ciudad, recibe la noticia
del fusilamiento del General
Porlier en La Coruña. La
represión de Fernando VII
contra los liberales alcanzaba
ya a los más altos cargos del
Ejército.
Los levantamientos
contra la monarquía
absoluta eran
frecuentes. En
1817, otro
general, Luis
Lacy, fue fusilado
(en Palma de
Mallorca).
Torrijos estaba más o menos al tanto de los movimientos
liberales, pero no se involucraba demasiado. Sin embargo, en
1819, es descubierta una conspiración que, con base en
Granada, pretende levantar a toda Andalucía. Torrijos es
detenido e incomunicado en el castillo de Santa Bárbara
(Alicante). De allí es trasladado a Murcia, a una de las cárceles
regentadas por la Inquisición.
En 1820, uno de los pronunciamientos
liberales, el encabezado por RAFAEL
RIEGO, triunfa.
Fernando VII se ve obligado a jurar la
Constitución (de 1812).
Comienza el llamado TRIENIO
LIBERAL (1820-1823).
Con el triunfo de los liberales, sale de la cárcel y es nombrado
jefe del regimiento “Fernando VII”, con sede en Madrid.
Un ministro del rey
le propone ponerse
al frente de un
movimiento que
tendía por objetivo
devolver a
Fernando el poder
absoluto. Torrijos
no acepta.
Pocos meses después sufre un atentado: unos individuos
entran en su casa y le disparan. Milagrosamente, sale ileso.
Pero el gobierno de los liberales dura poco. En 1823, un
ejército francés (los llamados “Cien mil hijos de San Luis”)
entra en España y devuelve a Fernando VII el poder absoluto.
Duque de Angulema, jefe del ejército
francés que invadió España.
Con la vuelta de la monarquía
absoluta, Torrijos debe exiliarse. El 18 de
noviembre de 1823, once días después de
la ejecución de Rafael Riego, se embarca
para Francia. Después pasaría a
Inglaterra, donde viviría hasta 1830.
Durante estos años se reúne
frecuentemente con otros exiliados para
buscar la forma de poner fin a la tiranía en
España.
En 1830, y gracias
al apoyo económico
de ROBERTO
BOYD, decide
instalarse en
Gibraltar. El
Peñón, colonia
británica, sería el
punto desde el que
debía salir la
expedición que
devolviera a España
las libertades.
En mayo de
1831, estando Torrijos
en Gibraltar, es
detenida y condenada
a muerte en Granada
MARIANA PINEDA.
Desde octubre de 1830 a enero de 1831, Torrijos
realizaría cuatro intentos de desembarcar en algún punto
de la costa andaluza. Todos fracasados.
El quinto intento, comenzado el 30 de noviembre de
1831, acabaría con su detención y fusilamiento.
El 30 de noviembre de 1831
comenzó la última expedición de
José María Torrijos, la que le
costaría la vida. Con un
optimismo romántico que
desafiaba todos los avisos que se
le dieron, zarpó con cuarenta y
seis hombres rumbo a Vélez
Málaga. El plan consistía en que
un ejército de 2500 hombres le
apoyarían en algún lugar entre
Málaga y Vélez; incluso
esperaban contar con el apoyo de
los guardacostas Neptuno y
Manzanares.
Pero Torrijos había sido engañado. El supuesto
apoyo no se produce. A la altura de la playa del
Charcón (Fungirola), después de dos días de
navegación, se ven
sorprendidos por
los cañonazos
del “Neptuno”.
Tienen que
acercarse
a la orilla y
desembarcar.
A media tarde del día 3 de diciembre, tras un penoso camino a
través de la Sierra de Mijas, llegan a la Alquería del Conde
de Mollina (situada a un kilómetro de Alahurín de la Torre).
Plano de la última
ruta de Torrijos:
desde la Playa de El
Charcón a la alquería
del Conde de Mollina.
Al amanecer del día
4, oyen disparos de las
fuerzas que se acercan
por distintos puntos. El
propio gobernador de
Málaga, Salvador
González Moreno
manda las tropas del
Gobierno. Torrijos sale
a parlamentar con él:
sólo obtiene el plazo de
unas horas para
rendirse.
A las ocho de la mañana del día
siguiente, se entregan.
Caminando, recorren los escasos
veinte kilómetros que los separan de
Málaga, donde son encarcelados.
En un Consejo de
Ministros
presidido por el
Rey, José María
Torrijos y sus
compañeros son
condenados a
muerte. Pasarán
sus últimas horas
en el Convento
del Carmen.
Ha amanecido el 11 de diciembre de 1831.
Después de rezar, pide permiso y útiles para
escribir a su esposa. Con fuerte escolta y
las calles llenas de curiosos, los presos son
trasladados hasta la playa de San Andrés.
Torrijos pide dar él mismo la orden para los
disparos. Petición denegada. En tres
grupos, cincuenta y tres personas son
fusiladas. Torrijos, antes de morir, aún tiene
tiempo de gritar:
¡Viva la libertad!
Helos allí: junto a la mar bravía
cadáveres están ¡ay! los que fueron
honra del libre, y con su muerte dieron
almas al cielo, a España nombradía.
Ansia de patria y libertad henchía
sus nobles pechos que jamás temieron,
y las costas de Málaga los vieron
cual sol de gloria en desdichado día.
Españoles, llorad; mas vuestro llanto
lágrimas de dolor y sangre sean,
sangre que ahogue a siervos y opresores,
y los viles tiranos con espanto
siempre delante amenazando vean
alzarse sus espectros vengadores.
A LA MUERTE DE TORRIJOS Y SUS COMPAÑEROS
(José de Espronceda)
Torrijos, el general
noble, de la frente limpia,
donde se estaban mirando
las gentes de Andalucía.
Caballero entre los duques,
corazón de plata fina,
ha sido muerto en las playas
de Málaga la bravía.
TORRIJOS, EL GENERAL
(F. García Lorca)
Le atrajeron con engaños
que él creyó, por su desdicha,
y se acercó, satisfecho
con sus buques, a la orilla.
¡ Malhaya el corazón noble
que de los malos se fía!,
que al poner el pie en la arena
le prendieron los realistas.
El vizconde de La Barthe,
que mandaba las milicias,
debió cortarse la mano,
antes de tal villanía,
como es quitar a Torrijos
bella espada que ceñía,
con el puño de cristal,
adornado con dos cintas.
Muy de noche lo mataron
con toda su compañía.
Caballero entre los duques,
corazón de plata fina.
Grandes nubes se levantan
sobre la tierra de Mijas.
El viento mueve la mar
y los barcos se retiran
con los remos presurosos
y las velas extendidas.
Entre el ruido de las olas
sonó la fusilería,
y muerto quedó en la
arena,
sangrando por tres
heridas,
el valiente caballero
con toda su compañía.
La muerte, con ser la
muerte,
no deshojó su sonrisa.
Sobre los barcos lloraba
toda la marinería,
y las más bellas mujeres,
enlutadas y afligidas,
lo iban llorando también
por el limonar arriba.
***
Torrijos había nacido en Madrid y nunca
tuvo vinculación con Málaga. Pero tras
su fusilamiento quedaría unido para
siempre a la memoria de nuestra ciudad.
A las seis de la tarde del
día 10 de diciembre de
1831, Torrijos es
conducido al Convento
del Carmen, donde
pasará las últimas
horas, hasta su
ejecución al día
siguiente.
En la Plaza de Riego
(hoy, llamada de la
Merced), se construyó
un monumento para
honrar la memoria de los
“mártires de la libertad”.
Los cuerpos se
trasladaron desde el
Cementerio de San
Miguel, el 11 de
diciembre de 1842.
Este cenotafio está formado por
tres basamentos de piedra
superpuestos; el
central, contiene las planchas
con la dedicación del pueblo de
Málaga; y el pedestal
superior, más esbelto, muestra
los nombres de los caídos
por la libertad.
Sobre ellos descansa el
obelisco, con forma de pirámide
y adornado con coronas de
laurel entrelazadas.
Málaga con su Ayuntamiento
constitucional lo edificó para
eternizar el recuerdo de tan
heroicos patricios. Año
1842.
A vista de este
ejemplo, ciudadanos, a
ntes morir que
consentir tiranos.
A las 49 víctimas que por su
amor a las libertades
patrias fueron sacrificadas
en esta ciudad el 11 de
diciembre de 1831.
El mártir que transmite
su memoria, no muere.
Sube al templo de la
gloria.
El hecho de que la Plaza de Riego se convirtiera en principal
lugar de homenaje a Torrijos y sus compañeros hizo temer que
el lugar de los hechos quedara en el olvido. Este es el motivo
de que se erigiera otro monumento -en este caso, una cruz
de hierro sobre
un basamento
de piedra-, en el
barrio del Bulto,
muy cerca de la
playa donde fue
fusilado.
El Cementerio Inglés constituye otro de los lugares que
guarda, en la ciudad de Málaga, el recuerdo de Torrijos y
sus compañeros. En este caso, porque en él se halla la
tumba de Roberto Boyd, liberal británico que fue
compañero de expedición y de fusilamiento de José María.