José Moreno. Erotología y otros asuntos.
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Nacido en la península de Paraguaná, estado Falcón, en
1954, José Enrique Moreno Davalillo no se supo llamado
por la vocación de artista plástico sino después de haber
probado suerte en otras disciplinas para las que sentía
disponer de talento y ambición: el canto, la fotografía, la
música, el deporte. Y no tuvo necesidad de esforzase en
estas disciplinas, ni de agotarlas, para descubrir, antes de
los 30 años de edad, que su pasión por el arte, más allá de
apreciar las obras de los maestros en museos y libros, podía
ser compatible con el estudio y práctica de una carrera
científica. El hecho de que sus dibujos de la etapa escolar
fueran torpes no significaba que no fuesen expresivos, ni lo
bastante estimulantes para no seguir cultivando el dibujo
en los tiempos libres, ni para comprender que, por más tor-
pes que pudieran ser, sus trazos adquirían valor plástico a
la luz de las nuevas tendencias. La historia del arte compro-
baba cuán relativo es el concepto de perfección académica
cuando ésta se basa en la reproducción y la mimesis. Muy
joven, así pues, Moreno empezó a entender el misterio de la
creación artística.
Sin embargo, por voluntad de sus padres, que eran maes-
tros de escuela, el destino le deparó tener que dedicarse, de
manera seria y exclusiva, al estudio de la medicina y lograr
con ésta, una vez graduado, una profesión exitosa.
Pero ningún suceso más importante, a este respecto, que
su matrimonio con Zully Marina Vílchez, cuyo gusto de
coleccionista de objetos de arte popular, incluidas la talla
en madera y la cerámica, despertó en el joven médico igual
pasión por lo originario y primitivo. Recurso al alma popular
que entrañaba también, en Moreno, una necesidad auto-
expresiva tan oscura como podría serlo la perplejidad a la
que lo lanzaba el conocimiento de los artistas primitivos.
JoSé MoRENo, PRiMERoS tiEMPoS
Juan Calzadilla
Parejita de resina
Resina sobre tela
2008
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La pareja se dedicaba en los ratos de ocio a visitar los
talleres de los pintores y tallistas populares de la región,
atraída no tanto por afán de adquirir sus obras, como
por el propósito de acceder al universo de marginalidad
donde estos fabuladores tallaban sus sueños, vivían y
morían. Una de esas excursiones brindó al joven médico
la ocasión de conocer a Antonio Ramón Pinto, un hombre
del pueblo, sabio y experimentado, que a los 50 años de
edad decidió abandonar su oficio de vendedor de hortali-
zas y pescador por el más riesgoso de tallista en madera
y pintor de escenas campestres y quien se hacía llamar
por las iniciales con que firmaba sus obras: ARP. Aquellos
dos hombres cruzaron palabras y saberes: el agricultor
devenido en artista suburbano y el médico que ocultaba
en lo más profundo su vocación de artista, se hicieron
amigos: uno, el de más edad, como guía e instructor, y el
otro, el más joven, en calidad de aprendiz de pintor. More-
no ciertamente se inspira en el temperamento sentencioso
orinoco, cielo y tierra (detalle)
Acrílico sobre MDF
2008
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Primeras distinciones
En l989 es distinguido con una mención honorífica en el Vi
Salón de Arte tito Salas, en Puerto Cabello y poco después
obtiene el Primer Premio de la ii Bienal de Arte Popular
que se celebra en el Museo dedicado a Bárbaro Rivas,
en la ciudad de Petare, con una obra titulada “Siempre
el general se casó con Rosita”. Y aunque la atribución
generó una polémica entorno a si dicha obra podía o no
ser considerada como arte popular, la cuestión de pre-
miar a un desconocido en un certamen tan importante no
pasó desapercibido ante la crítica, tal como lo refleja un
comentario de Perán Erminy que podría relacionarse con
esa polémica: La de Moreno “es una pintura llamativa,
atractiva, de una vistosa ornamentalidad que llena y ani-
ma toda la superficie de la obra. Esta pintura, que segura-
mente el autor realiza sin segundas intenciones, ni menos
y comunicativo de ARP y también en ciertos caracteres
del arte naïf y el arte bruto, como es el espectro temático
obsesivo, el empleo de colores planos y saturados para el
fondo neutro de sus composiciones o como la estilización
y síntesis de las formas focalizadas contra una especie de
pantalla o decorado liso donde se cierra la perspectiva,
solución que también puede apreciarse en la obra de Feli-
ciano Carvallo. E incluso pudo haber encontrado inspira-
ción en la actitud humorística, escéptica y distanciada del
pintor de Naiguatá. La tendencia anecdotista de Moreno
predispone, tal como lo vemos en su obra, a fijar nuestra
atención en el carácter serial y temático de sus pintura, en
el sentido de que los motivos se desarrollan de cuadro en
cuadro como un continúun o historieta en la cual los ras-
gos de los personajes no parecen diferenciarse en la misma
medida en que se tornan idénticos entre sí.
orinoco, cielo y tierra (detalle)
Acrílico sobre MDF
2008
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aún, malas intenciones, suele agradar a una gran parte de
los aficionados, pero curiosamente, sin razón aparente.
El estilo personal de José Moreno –puntualizó luego de
aquel comentario– se diferencia de las tendencias habi-
tuales del ate popular, tanto en el plano nacional como
internacional. Su obra aporta frescura, fuerza y gozoso
encanto”. Cabe agregar que la Bienal “Bárbaro Rivas” es
uno de los pocos salones de premiación que en Venezuela
ha alcanzado rango internacional, y se celebra desde l987
en homenaje al gran pintor petareño, fallecido en 1967.
El dibujo y la tridimensionalidad
José Moreno prefiere hablar de tridimensionalidad cuando
se refiere al tipo de esculturas –para darle un nombre– que
hace. Se trata de un concepto que en su caso tiene que ver
con la pasión por el descubrimiento y la exploración de los
materiales y con el uso que da a éstos a partir de su teoría
del juego, para construir objetos indeterminados, ambi-
guos, en su mayoría de pequeño formato. él comenzó a
interesarse en lo tridimensional a partir de su experiencia
con el dibujo sobre papel. “Es el papel –ha escrito– el que
fundamentalmente ordena el sentido de mi obra y el que
me invita a arriesgarme para terminar o no en la tela, en la
mancha o en el bronce. todo se inicia en el papel. Dibujo
lo que me vaya saliendo, a las primeras de cambio”. Las
series de dibujos sobre uno o varios motivos que Moreno
guarda celosamente dan idea del desarrollo de su trabajo
en tanto se ve impulsado a retomarlos cada cierto tiempo
para desarrollarlos o emplearlos como bocetos de obras
mayores o para apreciarlos como un resultado autónomo,
por el que se siente requerido luego de haber agotado una
etapa, un experimento o una serie de trabajos. El papel
Los esbeltos
Acrílico sobre MDF
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–sobre el que ha dibujado o pintado– se convierte así en el
eje impulsor de su aventura y en el agente inspirador que
regula o guía su actividad imaginativa, y al que necesita
volver incesantemente. incluso el papel se encuentra en
el comienzo de su trabajo escultórico pues abordó el pro-
blema de la tridimensionalidad después de haber reflexio-
nado sobre unos ejercicios con papeles que colocaba en
posición vertical sosteniéndolos con tiritas de madera;
los papeles adquirían así forma expresiva, como si fueran
objetos o personajes; aparte de que Moreno jugaba con
la texturas y la plasticidad del papel, lo utilizaba como
soporte para el dibujo y la pintura.
Conserje de sus sueños
Moreno ha sabido ver una relación complementaria entre
la práctica de la Medicina y su oficio de pintor. Para él
se trata de actividades concomitantes que explica una
relación que, para referirnos a la medicina, tiene que ver
con la ética, el compromiso humano, el entrenamiento
y el uso metódico del tiempo en la función de atender a
la salud y de curar a los pacientes. Pero sobre todo una
relación armónica entre el amor a la vida, que es la esencia
del código médico, y la facultad ejercida libremente por
el artista para crear un mundo paralelo y fantástico en el
cual el ser humano no sólo es referencia central, sino que
se espeja y se constituye en sustancia del sentimiento y la
afectividad.
Aparte de que debió compartir el ejercicio de la medicina
con su oficio de pintor noctívago, obsesionado por sacar
fruto del tiempo furtivo que dedicaba a la pintura en las
horas robadas al sueño. Moreno pudo aplicar la disciplina
y el rigor que se desprende del estudio y la práctica de
Los esbeltos
Acrílico sobre MDF
2008
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Los esbeltos
Acrílico sobre MDF
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en ropa interior, casi desnudo, acostado en el piso, me
embarro todas las manos, a veces camino sobre las obras,
no pienso, no rindo cuentas, pinto hasta la hora que quiera
como una respuesta contraria a todas esas ataduras,
rigideces y moldes que condicionan la conducta diaria del
hombre-médico; contraria a la regularidad y perfección de
lo formal, mi pintura resulta así marginal y todo lo imper-
fecto que se quiera, todo lo opuesto a la labor diaria del
médico, al cumplimiento de los deberes de la profesión,
mientras el ser pintor está en mí al acecho”.
aquella ciencia para convertirse en un pintor sistemático,
capaz de consagrarse con humildad franciscana y rigor
casi matemático a la actividad pictórica. tal paradoja
es tanto más evidente cuanto mayor es la contradicción
entre la rigurosidad y restricción de las condiciones de
trabajo, impuestas por la educación hogareña y la discipli-
na médica, y la libertad absoluta, desenfrenada que se to-
ma Moreno para realizar su obra, al punto de haberle oído
decir, cuando habla de su método de pintar: “Al comenzar
a trabajar en mi obra, estoy fuera de todo control, pinto
UNiVERSiDAD DE CARABoBoRectoraMaría Luisa de MaldonadoVice-Rectora AcadémicaJessy Divo de RomeroVice-Rector AdministrativoVíctor Reyes LanzaSecretarioPedro VillarroelDirectora de CulturaAlba Pérez Matos
GALERÍA UNiVERSitARiA BRAULio SALAZARDirectorLunes RodríguezAsesores Permanentes Braulio Salazaroswaldo ortegaPersonal AdministrativoGloria EscalonaYeximar Fruscianteinírida MalaverRegistro y Fotografíailich RodríguezCésar tellecheaServicios GeneralesGuillermo NievesGuías de sala (Becarios)Juan LandaetaYober SuberoPersonal de ApoyoAlberto AraqueYorkis CarrascoHéctor HernándezCarlos RoblesPablo Romero
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ERotoLoGÍA Y otRoS ASUNtoS EN LA oBRA DE JoSé MoRENo
Marzo 30 - Mayo 04, 2008
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