Juan Rulfo, México, 1953€¦ · La fama de Juan Rulfo se basa en una obra muy reducida: unos...
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“No oyes ladrar los perros”
Juan Rulfo,
México, 1953
SIGLO XX (20): EL “BOOM”
DE LA NARRATIVA HISPANOAMERICANA
Juan Rulfo (1918-1986)
El llano en llamas:
“No oyes ladrar los perros” (1953)
La fama de Juan
Rulfo se basa en una
obra muy reducida:
unos diecisiete
relatos reunidos en
El llano en llamas
(1953) y una novela
corta, Pedro Páramo
(1955).
Rulfo nació en el sur
del estado de Jalisco,
México, una zona
árida y pobre, y sus
relatos captan
magistralmente el
paisaje, tanto como
el habla y la miseria
de la existencia
humana de ese
mundo.
* En los diálogos de sus obras, se
percibe el ritmo melódico del
español mexicano.
* Pero su “regionalismo” nunca se
degenera en simple costumbrismo, o
sea, la pintura en palabras del estilo
de vida de la gente de una región
específica.
* Al contrario, su regionalismo
contiene una faceta mítica que lo
eleva a lo universal.
* Se ve en el trasfondo de sus relatos
todos los problemas históricos y
económicos que afectan al campesino
mexicano,
* pero lo que resalta en ellos es la
compleja existencia humana universal.
* Perteneció al movimiento literario
denominado realismo mágico, y en
sus obras se presenta una
combinación de realidad y fantasía,
cuya acción se desarrolla en
escenarios americanos, y sus
personajes representan y reflejan el
tipismo del lugar, con sus grandes
problemáticas socio-culturales
entretejidas con el mundo fantástico.
Codigo geográfico:
Rulfo normalmente ubica su obra
geográfica-mente en su región de
nacimiento, Jalisco. La parte del estado
donde nació es árida, rocosa, sobria y
bastante despoblada – características que
se ven claramente en “No oyes ladrar los
perros”.
Código cultural:
Las relaciones familiares son sumamente
fuertes en la cultura hispana. En este cuento
aunque el hijo ha cometido una serie de
crímenes imperdonables, el padre no lo
abandona. El fuerte lazo que existe con el
compadrazo – el padrino del hijo – que a
veces llega a ser como la relación entre
hermanos. En esta narración se hace
mención al hecho de que Ignacio parece
haber matado a su padrino Tranquilino, lo
cual equivaldría a un fratricidio, o sea, el
asesinato de un hermano.
Código lingüístico:
El castellano tiene formas familiares
(tú/vosotros) y formales (usted/ustedes) para
dirigirse a las personas. En el mundo de
habla española, normalmente los miembos
de una familia se tutean; la forma de usted,
que se emplea con personas desconocidas o
de estatus superior a uno, siempre conlleva
algo de distancia y frialdad. Cuando se tutea
en una familia (y es importante recordar que
esta regla no es universal puesto que en
algunas regiones se emplea el usted entre
familiares), y se pasa de tú al usted, el cambio
de registro indica que los miembros están
enojados.
Código histórico:
Rulfo vivió durante los años difíciles que
siguieron a la Revolución mexicana, y aunque
la guerra en sí no aparece en el cuento, el
trasfondo de violencia, desesperación e
incomunicación es resultado de esa lucha.
Género: Narrativo. Cuento corto
Tema curricular: Relaciones interpersonales
Tema de la obra: Las relaciones familiares,
Los valores
Amor paternal.
Las relaciones InterpersonalesLas relaciones Interpersonales
«No oyes ladrar los perros» se abre y se cierra in
medias res, en plena acción, abruptamente.
Puesto que Rulfo nos
traza un ambiente rural jalisciense—del estado
de Jalisco, en México—, aquella herencia bien
puede filtrarse a través del corrido mexicano,
heredero directo del romance.
Análisis
«No oyes ladrar los perros» se abre y se cierra in
medias res, en plena acción, abruptamente.
Puesto que Rulfo nos
traza un ambiente rural jalisciense—del estado
de Jalisco, en México—, aquella herencia bien
puede filtrarse a través del corrido mexicano,
heredero directo del romance.
Análisis
Experimentamos un lúgubre trasfondo físico,
casi desprovisto de detalles: piedras esparcidas
aquí, la orilla de un arroyo allá, un paredón, y la
luz curiosamente repentina de una luna llena,
que repetidas veces estira y oscurece la sombra
del padre en ardua lucha por llegar a Tonaya
con todo el peso del hijo encima. Aquella luna
grande y redonda es por turnos colorada o casi
azul, y viaja enfrente, dando ya sobre el rostro
del hijo, ya sobre el del padre, como guía que
indica, al fin, los tejados del pueblo.
Análisis
Los escasos pero suficientes objetos con que
Rulfo puebla el medio ambiente de su cuento,
son análogos a los también escasos pero
suficientes hechos con que precisa las
circunstancias del drama moral de su cuento.
Análisis
En "No oyes ladrar los perros" las imágenes son
fuertes y los diálogos esenciales, pero la verdadera
obra no está escrita en líneas, sino entre ellas.
Nos encontramos con los dos únicos personajes del
cuento durante su viaje nocturno a Tonaya y poco a
poco vamos descubriendo su situación, su historia y,
sobre todo, la relación entre ellos. Ya en el principio
nos enteramos de que el padre le está llevando a
su hijo Ignacio en sus hombros porque éste está
herido y necesita al médico.
Análisis
El peso del cuerpo de su hijo no solo
cansa al padre, sino también le impide
ver y oír su entorno. Por eso depende en
Ignacio y le pregunta si "no oye ladrar a
los perros" de Tonaya, el sitio de su
salvación. Ignacio, por estar mal herido,
cansado y al punto de desmayarse no
oye ni ve nada. Juntos caminan así por
unas cuantas horas tras un paisaje
desconocido e iluminado por la única
compañera de los dos viajeros: la luna.
Análisis
El cuento comienza con un padre que busca
salvarle la vida al hijo ( Ignacio) herido,
cargándolo a cuestas, hacia el pueblo
llamado Tonaya, donde espera conseguirle
atención médica. Este hijo es parte de una
pandilla de delincuentes. Vive de robar y
matar a gente buena y ha matado hasta su
propio padrino. El padre hace todo lo
posible por salvarlo en honor a su esposa ya
fallecida.
Análisis
La situación adquiere una nueva dimensión
cuando el padre comienza con su monólogo
dirigido a Ignacio en el cuál expresa sus
sentimientos tan humanos y tan crueles al
mismo tiempo. Ahora nos enteramos de que
Ignacio está herido porque pertenecía a una
bandilla criminal lo que su padre no le puede
perdonar. Éste, a pesar de ser un villano
sencillo, con su lenguaje llano manifiesta una
profunda crisis personal.
Análisis
Por un lado se preocupa por su hijo y siente la
obligación de salvarle, pero en el mismo
tiempo le rechaza a Ignacio y se opone
fuertemente a su manera de vivir.
El padre internamente pasa de un extremo al otro
y este cambio es acompañado por su propio tono.
Cuando prevalece el amor fraternal, el padre le
tutea tiernamente a su hijo y mantiene un tono
muy personal y cariñoso, pero de repente se
convierte en un juez, se dirige a Ignacio como "
usted" y mantiene esa distancia y formalidad
Análisis
En esos momentos expresa su amargura,
tristeza, dolor, desilusión y desesperanza
causadas por Ignacio. Le habla de su difunta
madre, de su infancia, de su pasado y presente
y le critica de una manera muy directa, cruel y
honesta.
La oscuridad del entorno, la vejez y el
cansancio del padre subrayan esta situación
trágica. Ignacio no se defiende, está callado y
nosotros no sabemos si su silencio implica una
pesadumbre o un mal estado físico.
Análisis
En el principio le contesta a su padre, aunque
negativamente, a sus preguntas sobre los perros y las
luces de Tonaya, pide agua, quiere que su padre le
baje, pero con el paso del tiempo se calla
completamente y la única evidencia de su presencia
aparte del peso de su cuerpo son gotas que el padre
tiene por lágrimas. Nosotros no sabemos si tiene
razón y las gotas realmente son el signo del
arrepentimiento de Ignacio, o son la sangre, el signo
de su muerte.
Análisis
Por fin los dos entran en Tonaya, el padre le baja a su
hijo y con las orejas libradas oye claramente el ladrar
de los perros.
Ahora tampoco sabemos si Ignacio está vivo o
muerto, pero esta información pierde su significado
con las últimas palabras del padre: “¿Y tú no los
oías, Ignacio? No me ayudaste ni siquiera con esta
esperanza.” En este punto culmina la tragedia de los
dos y se resuelve la lucha dentro del padre.
Análisis
La última frase manifiesta que el amor por su hijo se
une con los reproches y el padre habla con Ignacio con
una ternura auténtica, pero admite que su hijo era una
gran desesperación para él.
Aunque en este cuento la tragedia en el nivel personal se
superpone a la del nivel global, los aspectos sociales se
hacen visibles tras las vidas y las actitudes de los dos
personajes. Según su lenguaje llano y sencillo, el padre
forma parte de la clase más baja y podemos suponer que
el hijo eligió un camino inaceptable para sus padres para
escapar de la pobreza.
Análisis
Uno puede imaginarse lo herido que un padre tiene que
ser para repulsar y maldecir a su propio hijo y casi
podemos sentir el amor eterno que le dirige a ese
mismo padre a atravesar los límites físicos para salvar
su hijo. Aquí, otra vez, la pobreza material e intelectual
no se tiene de mano con la pobreza moral y espiritual,
sino todo lo contrario. A lo mejor el enfado que el padre
expresa hacia su hijo es en realidad su ira dirigida
contra la sociedad que no le dio remedios para ayudarle
a su hijo cuando era posible. Como hace años cuando
su hijo nació, tanto ahora no había nadie quien quite ese
cargo de sus hombros tan viejos y tan cansados.
Análisis
Tiempo
El ámbito temporal, las horas que han venido andando,
está marcado por el recorrido de la luna en el cielo: "La
luna venía saliendo de la tierra, como una llamarada
redonda" más tarde se aclara que: "Allí estaba la luna.
Enfrente de ellos". Y luego: "La luna iba subiendo, casi
azul, sobre un cielo claro" . Finalmente: "Allá estaba ya
el pueblo, vio brillar los tejados bajo la luz de la luna".
Tiempo
La luna abre y cierra la narración y hace que el texto
cobre una estructura circular a la vez que, si bien el
astro marca el paso del tiempo, también lo hace lento a
partir de repeticiones del mismo tema. Sabemos que
allá atrás, horas antes, cuando salía la luna, comenzó la
marcha y que cuando esta está en el cielo, la pareja
termina de andar.