Justicia social

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(continúa en la p. 7 J ean Peyrelevade, quien pasó de la banca pública a las finanzas pri- vadas, y de François Mitterrand a M. François Bayrou, explicaba en 2005: “El capitalista ya no es directa- mente identificable. (...) ¿Con quién se rompe cuando se rompe con el capitalismo? ¿Qué instituciones hay que atacar para poner fin a la dicta- dura del mercado, fluida, mundial y anónima?”. Este ex director adjun- to del gabinete del primer ministro Pierre Mauroy concluía: “Ante un enemigo no identificado, Marx es impotente” 1 . Que un representante de las altas finanzas –presidente del grupo Ban- ca Leonardo France (familias Albert Frère, Agnelli y David-Weill) y admi- nistrador del grupo Bouygues– niegue la existencia de una oligarquía, ¿debe realmente sorprender? Más extraño es que los medios de comunicación dominantes difundan esa imagen desencarnada y despolitizada de los poderosos de las finanzas. La cober- tura periodística de la designación de Mario Monti como presidente del Consejo Italiano bien podría cons- tituir, en ese sentido, el ejemplo per- fecto de un discurso-pantalla que hace referencia a “tecnócratas” y “expertos” allí donde se conforma un gobierno de banqueros. Incluso pudo leerse en el sitio web de algunos periódicos que “personalidades de la sociedad civil” acababan de tomar las riendas 2 . Ya que el equipo de Monti tam- bién cuenta en sus filas con profesores universitarios, lo científico de su políti- ca fue establecido de antemano por los comentaristas. Aunque, observado de cerca, la mayoría de los ministros del equipo integraban los directorios de los principales trusts de la península. Especulación y chantaje Los rostros de las finanzas Por Geoffrey Geuens* *Profesor de la Universidad de Lieja. Autor de La Finance imaginaire. anatomie du capitalisme : des “marchés financiers” à l’oligarchie, Aden, Bruselas, 2011 Corrado Passera, ministro de Desa- rrollo Económico, es director ejecutivo de Intesa Sanpaolo; Elsa Fornero, mi- nistra de Trabajo y profesora de econo- mía de la Universidad de Turín, ocupa la vicepresidencia de Intesa Sanpaolo; Francesco Profumo, ministro de Edu- cación e Investigación y rector de la Universidad Politécnica de Turín, es di- rector de UniCredit Private Bank y de Telecom Italia –controlada por Intesa Sanpaolo, Generali y Mediobanca– y ya pasó por Pirelli; Piero Gnudi, ministro de Turismo y Deportes, es gerente de UniCredit Group; Piero Giarda, encar- gado de las relaciones con el Parlamen- to, profesor de Finanzas Públicas de la Universidad Católica de Milán, es vice- presidente del Banco Popolare y gerente de Pirelli. En cuanto a Monti, fue asesor de Coca-Cola y de Goldman Sachs, y director de Fiat y de Generali. Si bien los dirigentes socialistas eu- ropeos carecen actualmente de palabras lo suficientemente duras como para calificar la omnipotencia de los “mer- cados financieros”, la reconversión de los ex referentes del social-liberalismo se opera sin que sus antiguos compañe- ros expresen realmente su indignación. El ex primer ministro de los Países Ba- jos, Wim Kok, integró los directorios de los trusts neerlandeses ING, Shell y KLM. Su homólogo alemán, el ex canciller Gerhard Schröder, también se recicló en el ámbito privado como presidente de la empresa Nord Stream AG (joint-venture Gazprom/E.ON/ BASF/GDF Suez/Gasunie), gerente del grupo petrolero TNK-BP y asesor para Europa de Rothschild Investment Bank. Esta trayectoria a primera vista sinuosa en realidad no tiene nada de singular. Varios antiguos miembros de Año IV. Número 33. Caracas, mayo de 2012 • 20 Bs F. Edición venezolana E S TA D O S U N I D O S Mercenarios africanos para guerras norteamericanas P . 15-17 ENTREVISTA A LORENZO SILVA La novela negra se hace mejor desde la oscuridad del sistema P . 22-23 CHINA VS. ESTADOS UNIDOS Pekín y Washington juegan a darse miedo P . 20-21 1997. Un mes y medio antes de la marcha en que se conmemora inter- nacionalmente el Día del Trabajador, el gobierno de Rafael Caldera de- cretó la nueva Ley del Trabajo don- de derogaba la retroactividad de las prestaciones laborales. Según el Go- bierno de aquel entonces, el dere- cho del trabajador era un “proceso perverso” y para “sanear el sistema”, además de eliminar la retroactividad, ese año los trabajadores recibieron el pago de sólo el 25% de las pres- taciones acumuladas y una “com- pensación por transferencia”, que en algunos casos estaba por debajo del equivalente a tres salarios mínimos. La foto de aquella época retrata- ba, además del presidente Caldera, a Guillermo Aveledo, Pedro Carmona Estanga, el arzobispo de Caracas Ig- nacio Velasco, Hiram Gaviria, entre otros. La élite política, religiosa y empresarial convencieron, mediante la propaganda, de que todo se hacía por el “progreso so- cial” y prometían que lue- go vendría “el bienestar”. Sus intenciones: que no volviesen a aparecer los “desequilibrios económi- cos”, esto después de ha- ber financiado a los bancos en quiebra y haber permi- tido que sus dueños se fugaran con el capital financiero al exterior. Tampoco esa élite logró una política petrolera que fortaleciera a la OPEP y así me- jorar los precios del crudo, que ya ha- bían descendido a casi 16 dólares por barril. La par- te más débil de la cuerda era la que debía pagar los pla- tos rotos y en ella estaban los trabaja- dores. Justicia social por Raúl Cazal 2012. Quince años después, el presidente Hugo Chávez, un día an- tes del Primero de Mayo, promulga la Ley Orgánica del Trabajo, los Traba- jadores y las Trabajadoras (LOTTT) que restituye el “tiempo de servicio para el cálculo de las prestaciones sociales de los trabajadores activos y trabajadoras activas al momento de la entrada en vigencia de esta Ley, será el transcurrido a partir del 19 de junio de 1997, fecha nefasta en que les fue conculcado el derecho a prestaciones sociales proporcio- nales al tiempo de servicio con base al último salario”, reza el texto de la LOTTT, en donde también se intro- duce una reducción de las horas de trabajo semanal, aumento de la pro- tección laboral para los padres hasta que sus hijos cumplan dos años, ade- más de conceder un permiso mater- no postnatal de seis meses. Al día siguiente, Primero de Mayo, los trabajadores marcharon conscientes de que el presi- dente Chávez no iba a apa- recer para dar el discurso ya que se encontraba en La Habana, para recibir tratamien- to de radioterapia. La marcha, por de- más multitudinaria, dejó en silencio a la oposición política que apenas logró la asistencia necesaria para, medianamen- te, llenar una cuadra frente al Colegio Nacional de Periodistas, donde la con- signa “No muerdas el anzuelo” ador- naba la tarima Esta vez, los argumentos de la oposición basados, igual que en 1997, en el “progreso social” no tuvo eco en los trabajadores, y las caras detrás de estos argumentos son las mismas que, en 1997, respaldaron la elimina- ción de la retroactividad de la Ley Orgánica del Trabajo. Por eso era de esperarse su oposición a la LOTTT. Hugo Chávez firmó la Ley Orgá- nica con su pluma con tinta roja, y la envió al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para su revisión, que en pocos días la refrendó sin enmienda. Un deta- lle nada minúsculo: el Presidente, a la izquierda de su firma estam- pó la frase:“¡Justicia social!”. Haber restituido el dere- cho conculcado a los traba- jadores sobre sus presta- ciones retroactivas es sin duda alguna, justicia social. En un momento, en que en todo el “mundo occiden- tal” las personas ven cómo se les restringe sus dere- chos con la promesa de una “estabilidad y pro- greso a largo plazo”, ¿quién puede opo- nerse a la restitu- ción de uno de los tantos derechos conculcados a los ciudadanos venezolanos a lo largo de décadas? ¿Quién puede opo- nerse a un acto de “justicia social”? l ENCARTE N° 10 Pablo Gentili Ilustración: Ugo Ramallo

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Raúl Cazal / mayo de 2012

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(continúa en la p. 7

Jean Peyrelevade, quien pasó de la banca pública a las finanzas pri-vadas, y de François Mitterrand

a M. François Bayrou, explicaba en 2005: “El capitalista ya no es directa-mente identificable. (...) ¿Con quién se rompe cuando se rompe con el capitalismo? ¿Qué instituciones hay que atacar para poner fin a la dicta-dura del mercado, fluida, mundial y anónima?”. Este ex director adjun-to del gabinete del primer ministro Pierre Mauroy concluía: “Ante un enemigo no identificado, Marx es impotente”1.

Que un representante de las altas finanzas –presidente del grupo Ban-ca Leonardo France (familias Albert Frère, Agnelli y David-Weill) y admi-nistrador del grupo Bouygues– niegue la existencia de una oligarquía, ¿debe realmente sorprender? Más extraño es que los medios de comunicación dominantes difundan esa imagen desencarnada y despolitizada de los poderosos de las finanzas. La cober-tura periodística de la designación de Mario Monti como presidente del Consejo Italiano bien podría cons-tituir, en ese sentido, el ejemplo per-fecto de un discurso-pantalla que hace referencia a “tecnócratas” y “expertos” allí donde se conforma un gobierno de banqueros. Incluso pudo leerse en el sitio web de algunos periódicos que “personalidades de la sociedad civil” acababan de tomar las riendas2.

Ya que el equipo de Monti tam-bién cuenta en sus filas con profesores universitarios, lo científico de su políti-ca fue establecido de antemano por los comentaristas. Aunque, observado de cerca, la mayoría de los ministros del equipo integraban los directorios de los principales trusts de la península.

Especulación y chantaje

Los rostros de las finanzasPor Geoffrey Geuens*

*Profesor de la Universidad de Lieja. Autor de La Finance imaginaire. anatomie du capitalisme : des “marchés financiers” à l’oligarchie, Aden, Bruselas, 2011

Corrado Passera, ministro de Desa-rrollo Económico, es director ejecutivo de Intesa Sanpaolo; Elsa Fornero, mi-nistra de Trabajo y profesora de econo-mía de la Universidad de Turín, ocupa la vicepresidencia de Intesa Sanpaolo; Francesco Profumo, ministro de Edu-cación e Investigación y rector de la Universidad Politécnica de Turín, es di-rector de UniCredit Private Bank y de Telecom Italia –controlada por Intesa Sanpaolo, Generali y Mediobanca– y ya pasó por Pirelli; Piero Gnudi, ministro de Turismo y Deportes, es gerente de UniCredit Group; Piero Giarda, encar-gado de las relaciones con el Parlamen-to, profesor de Finanzas Públicas de la Universidad Católica de Milán, es vice-presidente del Banco Popolare y gerente de Pirelli. En cuanto a Monti, fue asesor de Coca-Cola y de Goldman Sachs, y director de Fiat y de Generali.

Si bien los dirigentes socialistas eu-ropeos carecen actualmente de palabras lo suficientemente duras como para calificar la omnipotencia de los “mer-cados financieros”, la reconversión de los ex referentes del social-liberalismo se opera sin que sus antiguos compañe-ros expresen realmente su indignación. El ex primer ministro de los Países Ba-jos, Wim Kok, integró los directorios de los trusts neerlandeses ING, Shell y KLM. Su homólogo alemán, el ex canciller Gerhard Schröder, también se recicló en el ámbito privado como presidente de la empresa Nord Stream AG (joint-venture Gazprom/E.ON/BASF/GDF Suez/Gasunie), gerente del grupo petrolero TNK-BP y asesor para Europa de Rothschild Investment Bank. Esta trayectoria a primera vista sinuosa en realidad no tiene nada de singular. Varios antiguos miembros de

A ñ o I V. N ú m e r o 3 3 . C a r a c a s , m a y o d e 2 0 1 2 • 2 0 B s F. E d i c i ó n v e n e z o l a n a

E S T A D O S U N I D O SMercenarios africanos para guerras norteamericanas • P. 15-17

E N T R E V I S TA A L O R E N Z O S I LVALa novela negra se hace mejor desde la oscuridad del sistema • P. 22-23

C H I N A V S . E S T A D O S U N I D O SPekín y Washington juegan a darse miedo • P. 20-21

1997. Un mes y medio antes de la marcha en que se conmemora inter-nacionalmente el Día del Trabajador, el gobierno de Rafael Caldera de-cretó la nueva Ley del Trabajo don-de derogaba la retroactividad de las prestaciones laborales. Según el Go-bierno de aquel entonces, el dere-cho del trabajador era un “proceso perverso” y para “sanear el sistema”, además de eliminar la retroactividad, ese año los trabajadores recibieron el pago de sólo el 25% de las pres-taciones acumuladas y una “com-pensación por transferencia”, que en algunos casos estaba por debajo del equivalente a tres salarios mínimos.

La foto de aquella época retrata-ba, además del presidente Caldera, a Guillermo Aveledo, Pedro Carmona Estanga, el arzobispo de Caracas Ig-nacio Velasco, Hiram Gaviria, entre otros. La élite política, religiosa y empresarial convencieron, mediante la propaganda, de que todo se hacía por el “progreso so-cial” y prometían que lue-go vendría “el bienestar”. Sus intenciones: que no volviesen a aparecer los “desequilibrios económi-cos”, esto después de ha-ber financiado a los bancos en quiebra y haber permi-tido que sus dueños se fugaran con el capital financiero al exterior. Tampoco esa élite logró una política petrolera que fortaleciera a la OPEP y así me-jorar los precios del crudo, que ya ha-bían descendido a casi 16 dólares por barril. La par-te más débil de la cuerda era la que debía pagar los pla-tos rotos y en ella estaban los trabaja-dores.

Justicia social por Raúl Cazal

2012. Quince años después, el presidente Hugo Chávez, un día an-tes del Primero de Mayo, promulga la Ley Orgánica del Trabajo, los Traba-jadores y las Trabajadoras (LOTTT) que restituye el “tiempo de servicio para el cálculo de las prestaciones sociales de los trabajadores activos y trabajadoras activas al momento de la entrada en vigencia de esta Ley, será el transcurrido a partir del 19 de junio de 1997, fecha nefasta en que les fue conculcado el derecho a prestaciones sociales proporcio-nales al tiempo de servicio con base al último salario”, reza el texto de la LOTTT, en donde también se intro-duce una reducción de las horas de trabajo semanal, aumento de la pro-tección laboral para los padres hasta que sus hijos cumplan dos años, ade-más de conceder un permiso mater-no postnatal de seis meses.

Al día siguiente, Primero de Mayo, los trabajadores marcharon

conscientes de que el presi-dente Chávez no iba a apa-recer para dar el discurso ya que se encontraba

en La Habana, para recibir tratamien-to de radioterapia. La marcha, por de-más multitudinaria, dejó en silencio a la oposición política que apenas logró la asistencia necesaria para, medianamen-te, llenar una cuadra frente al Colegio Nacional de Periodistas, donde la con-signa “No muerdas el anzuelo” ador-naba la tarima

Esta vez, los argumentos de la oposición basados, igual que en 1997, en el “progreso social” no tuvo eco en los trabajadores, y las caras detrás de estos argumentos son las mismas que, en 1997, respaldaron la elimina-ción de la retroactividad de la Ley Orgánica del Trabajo. Por eso era de esperarse su oposición a la LOTTT.

Hugo Chávez firmó la Ley Orgá-nica con su pluma con tinta roja, y la envió al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para su revisión, que en pocos días la refrendó sin enmienda. Un deta-

lle nada minúsculo: el Presidente, a la izquierda de su firma estam-pó la frase: “¡Justicia social!”.

Haber restituido el dere-cho conculcado a los traba-

jadores sobre sus presta-ciones retro activas

es sin duda alguna, justicia social.

En un momento, en que en todo el

“mundo occiden-tal” las personas ven cómo se les

restringe sus dere-chos con la promesa de una “estabilidad y pro-greso a largo plazo”,

¿quién puede opo-nerse a la restitu-ción de uno de los tantos derechos conculcados a los ciudadanos venezolanos a lo largo de décadas?

¿Quién puede opo-nerse a un acto de “justicia social”? l

ENCARTE N° 10P a b l o G e n t i l i

Ilustración: Ugo Ramallo