KLIKSBERG,¿Por Qué La Actual Crisis Económica Mundial

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  • 8/18/2019 KLIKSBERG,¿Por Qué La Actual Crisis Económica Mundial

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    Suplemento especial de Página I12

    2 ¿Por qué la actual crisis económica mundial?

    ¿Cómo enfrentarla pobreza

    y ladesigualdad?BIBLIOTECA BERNARDO KLIKSBERG

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    1 Miedo

    El último número de The Economist(3/10/11)tiene en la tapa un grave llamado de alerta.La revista muy leída por las elites del planetadice: “La economía mundial. Tenga miedo”.En lugar de negar la profundidad de la crisis econó-

    mica mundial actual y adjudicarla a meras coyuntu-ras, o una etapa del ciclo económico, muestra que sedebe “tener miedo”.

    Los datos recientes son muy delicados. La economíaamericana produce casi la cuarta parte del ProductoBruto Mundial. No logra generar empleo. La tasa de

    desempleo abierto es del 9,1 por ciento, 14 millonesde desocupados. Si les suman los subocupados, que nologran tener más que algunas horas de trabajo, sonotros 11 millones, y si se les adicionan los que ya no

    buscan más trabajo, porque sa- ben que no tienen chance deconseguirlo y no aguantan másrebotar una y otra vez, sonotros 5 a 6 millones. Casi 30millones de personas que estánfuera del mercado de trabajo.Las tasas son mucho peores pa-ra los negros y los latinos, don-de la desocupación abierta másque duplica la general.

    La economía americana haproducido el mayor número depobres desde 1959, en que laoficina de censos inició su me-dición. Son actualmente 46,2millones. La tasa subió al 15,1por ciento del 14,3 por cientoen el 2009. El 20 por ciento delos chicos y el 27 por cientode los negros y de los latinosson pobres.

    La situación europea es ex-plosiva. La tasa de desocupa-ción es el 10 por ciento y lajuvenil supera el 25 por cien-to. La economía crece pobre-mente. En el 2011 a lo sumo

    1,7 por ciento en la Euroárea, y en el 2012, 1 porciento. Economías como la inglesa y la francesa me-nos de un 1 por ciento en el 2011.

    La OIT y la OECD señalan (26/9/11) que el núme-ro total de desempleados está en 200 millones a nivelmundial, una cifra totalmente crítica. En los países delG-20 se han perdido 20 millones de empleos desdeque se inició la crisis en el 2008. La economía ameri-cana no crecerá más de un 1,6 por ciento en el 2011,y un 1,9 por ciento en el 2012. Eso siempre que elCongreso acepte la propuesta del presidente de conti-nuar con el seguro al desempleo y los recortes de im-puestos a los salarios.

    Los indignados del mundo están en las calles de lasmás diversas capitales, protestando en los países ára- bes por libertad, empleo y alimentos, en la Indiacontra la corrupción y la pobreza, en Grecia contrael ajuste brutal, en España contra el altísimo desem-pleo, en Chile por educación gratuita, y ahora tam- bién en Wall Street.

    En una nota de tapa, “A medida que crece la des-

    confianza en el voto, las protestas surgen en el mun-do” (28/9/11), el New York Timesllama la atenciónsobre que hay en muchos casos un doble reclamo enlas protestas. Junto al económico se halla la búsquedade una democracia real. Una manifestante en España,Marta Solanas (27), observa: “Nuestros padres, des-pués de la dictadura de Franco, estaban agradecidosporque podían votar. Nosotros somos la primera gene-ración que decimos que el voto no está incidiendo”.Quieren junto al voto lograr con las protestas que selos escuche y cambie el modelo.

    ¿Qué causas llevaron a esta crisis estructural, que esen realidad la continuidad de la gran crisis iniciada al

    final del 2007, que tuvo un punto de inflexión agudoen la quiebra de Lehman Brothers, el tercer banco deEE.UU. y que llevó a una caída del Producto BrutoMundial del 3,5 por ciento en el 2009? ¿Por qué laeconomía más poderosa del mundo, la americana, setransformó en poco tiempo en incapaz de generar lomás importante que una economía puede aportar em-pleos decentes, y lo mismo se está dando en las euro-peas? ¿Qué falla en el sistema?

    Analicemos algunas de las causas centrales. Si no seactúa sobre ellas será difícil que las cosas mejoren.

    2 Se agotó la receta

    Se suponía que aplicando el modelo ortodoxo, resu-mido en las políticas incluidas en el Consenso deWashington que se aplicaron estrictamente en la Ar-gentina de los ‘90 por el gobierno de Menem, la eco-nomía crecería y el crecimiento se “derramaría” alconjunto de la población. No sucedió así en la Argen-tina, al final de la década, el ajuste ortodoxo, la priva-tización salvaje, la concentración del crédito, la desre-gulación total y otras de las recetas, hicieron que elpaís triplicara su pobreza, multiplicara la desigualdad yllegara a un 23 por ciento de desocupación, y que alfinal del 2002, estallara económica y socialmente con46 por ciento de pobreza.

    Lo mismo está sucediendo en el planeta cada vezque se aplica rigurosamente la receta ortodoxa. Ojaládiera los resultados que los economistas ortodoxos au-guraron a nivel internacional y del país. La realidadno funciona así.

    El modelo ortodoxo destruye empleo y producción.Menem repetía insistentemente que, o el modelo or-todoxo o el caos. Era una de las tantas simplificacio-nes propias de su era. En los hechos, el modelo condu-jo al caos, aniquilando masivamente empleos, desin-dustrializando, empobreciendo a las provincias y a lasáreas rurales, expulsando masivamente amplios secto-res sociales de los mercados de trabajo y consumo.

    Hoy, cultores de la receta la defienden a ultranza enEstados Unidos y en Europa. En EE.UU. el Tea Partyexige a Obama eliminar el déficit fiscal con cortes ma-sivos centrados en los programas sociales. Por otraparte, se opone a aumentar los impuestos a los más ri-cos, para atenuar los impactos. Lo plantea como unacuestión de principios.

    Si algunas de sus propuestas se concretaran los re-sultados sociales, según diferentes estudios, puedenagravar sensiblemente la difícil situación actual. Seestima que si el Congreso no renueva el seguro de des-empleo habrá 3,2 millones más de personas en pobre-za. Si se recortan las estampillas para comprar alimen-

    tos, a las que están aplicando hoy 40 millones en po- breza casi extrema, la desnutrición crecería fuerte-mente. Sin seguro social el número de personas mayo-res pobres se quintuplicaría.

    En Europa, en el país donde se está experimentandosi la receta puede salvar la situación –Grecia–, se estáreproduciendo el título de una de las obras de GarcíaMárquez,Crónica de una muerte anunciada.

    Los recortes fiscales, los aumentos de impuestos, losdespidos públicos masivos han llevado a que la econo-mía cayera un 7 por ciento en el trimestre abril-junio,y el desempleo abierto pasara el 16 por ciento.

    Esto no es gratis humanamente. El Wall Street Journal(20/9/11) retrata así la situación en materiade suicidios: “Los suicidios registrados se han dupli-cado desde antes de la crisis, un 40 por ciento más degriegos se suicidaron en los primeros 5 meses de esteaño que en igual período del pasado... la línea de sui-cidios de una ONG líder –Klimaka– recibía 10 lla-madas por día, ahora son 100. Los llamados tienenun cierto perfil: hombre, 35 a 60 años y financiera-mente arruinado”.

    No puede ser. Obama ha reclamado en sus nuevos

    II DOMINGO 9 DE OCTUBRE DE 2011 DOMINGO 9 DE OCTUBRE DE 2011 III

    discursos: “Uds. han visto en los debates republicanosrecientes al público aplaudiendo a quien, cuando lepreguntaron qué haría si alguien estaba muriendo porfalta de seguro de salud, contestó ‘que se las arreglara’.Eso no refleja lo que nosotros somos”.

    La conservadora The Economistdice que el principalresponsable del alto desempleo “es el cambio prematu-ro a la austeridad fiscal por los gobiernos... la inmedia-ta prioridad deber ser fortalecer la demanda, o por lomenos no dañarla” (10/9/11); “la obsesión colectivacon medidas de austeridad de corto plazo de los deci-sores de políticas en el mundo rico están causando do-lor” (1/10/11). El New York Times(29/9/11) reclamaeditorialmente que “se está matando la recuperación.Una fijación global en la austeridad es exactamente elcurso equivocado”. Resalta sobre Europa: “Las nacio-nes ricas como Alemania e Inglaterra podrían gastarmás para aumentar el crecimiento. En su lugar estáncortando gastos. Alemania y sus vecinos ricos insistenque Grecia, Portugal y otras naciones endeudadasacepten dosis de austeridad aún mayores...; enviandoesas economías cerca del colapso harán que nunca po-drían salir de sus deudas”.

    Las referencias a mirar hacia economías como lasde Argentina y Brasil son cada vez más continuas.Porque vienen creciendo sostenidamente en los últi-mos 8 años y generando trabajo e inclusión. Sus ciu-dadanos han dado mandato masivo a gobiernos queestán apostando porque otra economía es posible,más allá de la receta.

    Las políticas aplicadas en la Argentina y su gestióneficiente de las condiciones externas favorables gene-raron, del 2003 al 2011, 5 millones de puestos de tra- bajo nuevos. En Brasil casi 30 millones salieron de lapobreza y son ahora productores y consumidores.

    3 La conducta de los altosejecutivos financieros

    La desregulación salvaje de la era Bush creó un cli-ma de “incentivos perversos”. Era posible llevar ade-lante casi en impunidad lo que el presidente Obamaha llamado “una codicia desenfrenada”.

    Los altos niveles gerenciales de diversas empresas fi-nancieras de gran peso las llevaron a situaciones de al-tísimo riesgo sistemático, para favorecer la maximiza-ción de ganancias a corto plazo, dado que sus “paque-tes” estaban ligados a los beneficios inmediatos de lasempresas. Las intoxicaron de activos dudosos que inci-dían en los balances aparentes, aun cuando el futurofuera totalmente incierto.

    Fue la acusación del Congreso en sus interpelacionescontra Richard Fuld, presidente de Lehmans Brothers,que llevó a la quiebra a una empresa de 160 años deexistencia. El presidente de la comisión respectiva delCongreso, Henry Waxman, le mostró que había cobra-do en los últimos años 500 millones de dólares. Ade-más, que se había cubierto, por si lo despedían, con un“paracaídas” de oro, una cláusula en su contrato que enese caso obligaba a la empresa a pagarle 65 millones dedólares. Le preguntó: “¿Es esto juego limpio?”. NicholasCristoff, Premio Pulitzer, tituló su columna en el NewYork Timesdedicada a Fuld: “Se necesita ejecutivo,17.000 dólares por hora, no se necesita ser competen-te”. Su remuneración era 2000 veces el salario mínimo(8,25 la hora) que ganaban amplios sectores.

    También la que le hicieron a John Tayhn, presiden-te de Merrill Lynch, que habiendo sido su empresa ab-sorbida por otra, con dinero del Estado, anticipó el pa-go de bonos por 4000 millones a los altos ejecutivos.Asimismo, en plena crisis, hizo redecorar su oficinapor 1.200.000 dólares, incluyendo una alfombra por87.000 dólares y una cómoda de 35.000 dólares.

    Además, estas conductas del alto nivel corporativomostraron una total insensibilidad a la posible ira delos ciudadanos. Uno de los tantos casos de manifesta-ción de esta “campana de cristal” fue la comparecenciade los presidentes de las tres grandes empresas automo-trices al Congreso para pedir desesperadamente un res-cate multimillonario. Se les preguntó, en primer tér-mino, cómo habían viajado de Detroit a Washington.Indicaron que en avión privado. Se les mostró que elcosto de ese viaje en el que pedían ayuda masiva delcontribuyente era 60 veces el que hubieran tenidocomprando un pasaje business.

    La ira popular contra los altos ejecutivos, registradaen todas las encuestas de opinión, era no sólo por estosy otros casos similares, sino porque expresaban todoun estilo de cultura corporativa.

    4 Los sesgos de las agenciascalificadoras de riesgos

    Las agencias son clave para los inversores. Calificanlos bonos y papeles emitidos por las corporaciones y los bancos para obtener recursos de los inversores. El Con-greso americano las interpeló y enjuició severamentepor su pésimo trabajo en los años de las burbujas. Da-vid Segal ( New York Times, 18/3/09) describió así suoperatoria: “Pusieron su sello de aprobación en incon-tables subprimes y valores vinculados que ahora se des-criben como tóxicos. El problema, señalan los críticos,consistía en que eran pagadas por las corporaciones cu-

    ya deuda debían graduar, percibían millones en hono-rarios y tenían un incentivo financiero en dar altas no-tas a valores que no lo merecían. Por lo menos 10 gran-des compañías que quebraron, o fueron rescatadas en el2008, tenían calificación para lainversión. Era lo mismo que dara pacientes con enfermedadesmortales certificados de saludtotal. Moody’s calificó la deudade Lehman Brothers con A2 dí-as antes de que se presentara ala quiebra y le dio a la deuda noasegurada de AIG un rating deA3, más alto aún que A2, unasemana antes de que el gobier-no se viera obligado a tomar lacompañía”.

    Una investigación del Sena-do (abril, 2011) mostró quemás del 90 por ciento de las ca-lificaciones de AAA dadas porlas agencias a inversiones basa-das en paquetes de hipotecas enel 2006 y en el 2007 fuerondespués degradadas al estatus de basura, causando grandes pérdi-das a los inversores.

    Un informe reciente de laSEC (Agencia de Control), en-contró en diversos casos que lasagencias han emitido “informesinexactos, han fallado en infor-mar o manejar conflictos de in-terés y han puesto la genera-ción de ganancias para ellas porencima de análisis financierosrigurosos” (Wyatt, The NewYork Times, 1/10/2011).

    5 En busca de la étic a perdida

    El New York Timesse pregunta sobre qué tenían encomún algunos de los presidentes de corporaciones cu-yo manejo precipitó la crisis, e ironiza diciendo quecasi todos ellos eran egresados de reconocidas escuelasde alta gerencia. Ha surgido una pregunta común agran parte de la opinión pública: ¿qué sucedió en di-chas escuelas con su formación ética?

    Pocos años antes, cuando las quiebras de Enron,World Com y otras, cuando el Congreso americano co-menzó a interpelar a los responsables, se alzó la voz delprofesor emérito de George Washington UniversityAmitai Etizioni que lo exhortó desde el Washington

    El pensamiento del gran maestro de la UBA, padre de laGerencia Social, pionero mundial de la ética para el

    desarrollo y asesor especial de la ONU.En el número anterior Kliksberg abordó los “Escándalos

    éticos” del mundo actual. En éste analiza por quéel mundo se halla sumido en la mayor cr isis económica

    de los últimos 80 años.

    La generaciónperdidaLos jóvenes son uno delos sectores másafectados por la crisisdel modelo. La tasa dedesocupación de

    jóvenes de EE.UU. es lamayor desde laSegunda GuerraMundial, y uno de cadacinco está debajo de lalínea de pobreza. Eleconomista de HarvardFreeman dice: “Serállamada la generaciónperdida. Sus carreras noserían las mismas sihubiéramos evitado estedesastre económico”.

    Los muy ricosDestaca Moah ( New

    Republic , The Week ,7/10/11): “El 10 porciento de loscontribuyentes fiscalesde EE.UU. recibe el 50por ciento del ingresototal y son dueños dedos tercios de la riquezadel país. En las décadasrecientes, la distanciaentre ricos y pobres seha convertido en mayorque en cualquier puntoprevio en la historia.Mientras la tasa fiscalpromedio sobre los másricos ha caído”.El Premio Pulitzer

    Kristof (2/10/11) señalaque el 1 por ciento másrico tiene más que el 90por ciento de lapoblación.

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    Post: “Llamen a declarar a los decanos de los masteren gerencia”. Mostró encuestas, algunas señalabanque el perfil ético de los estudiantes de dichos masterera peor cuando se graduaban que cuando ingresaban.

    A la cabeza de los cuestionamientos se pusieronlos estudiantes de las mismas escuelas de gerenciafuertemente afectados por el juicio social sobre suprofesión. Un grupo de estudiantes de la promoción2009 de Harvard propuso a sus compañeros que, algraduarse, lo hicieran jurando de modo voluntario“actuar con la más absoluta integridad”, no caer encorrupción, ni en egoísmos. La respuesta fue inespe-rada. En pocas horas recibieron pedidos de ayuda pa-ra implantar ese juramento de estudiantes de más de25 escuelas del mundo. Poco tiempo después escribí-an “nuestro buzón de email ha explotado”. 115 paí-ses, con 49 idiomas distintos, lo han visitado y el ju-ramento está siendo adoptado en múltiples escuelas.

    El gran tema planteado es: la gerencia es un recur-so fundamental para la economía y la sociedad. Lasescuelas líderes forman gerentes al más alto niveltecnológico, pero las evidencias indican que no ha-cían el trabajo de preparar éticamente, mostrandolos dilemas y valores éticos en juego. La educaciónde los masters gerenciales tenía un talón de Aquilesen lo ético. No preparaban a los estudiantes paracuando tuvieran que enfrentar situaciones éticas

    conflictivas. De hecho, al no darle relevancia a laética, la desvalorizaba en su percepción.

    El Wall Street Journalresalta (Canales, Massey,Wrzesniekwski, 13/8/10): “Algunos expertos creen

    que las escuelas deben entre-nar gerentes en elementosmás estrechos de las estrate-gias empresariales como nego-ciación, incentivos y otros, ydejar la enseñanza de valoresa otros. No podemos estarmás en desacuerdo”. Las con-tradicciones son muy fuertes.Destaca que cuando se pre-guntó a estudiantes de escue-

    las de negocios líderes las ca-lidades para ser un gerenteexitoso, mencionaron entrelas primeras visión y perspica-cia, mientras que honestidady responsabilidad recién apa-recían después de mucha dis-cusión. En cambio, cuando selos interrogaba sobre las ca-racterísticas que más valora- ban en los seres humanos, so-lidaridad, integridad y respon-sabilidad eran las primeras.

    Piper, catedrático de Har-vard, describe que en las cu-rrículas gerenciales el énfasisestá en “cuantificación, mo-delos formales y fórmulas y seminimiza la aplicación de jui-cios y el debate sobre valo-res... los estudiantes asumen

    que no tienen importancia”.Una experimentada profesora explica en el Finan-

    cial Times(Gentile, 13/9/10) que el ambiente que secrea hace que: “La manera de demostrar que unalumno es listo es argumentar que la competencia enel mercado no permite una moralidad personal y estámal comportarse de ese modo egoísta poniendo laconciencia de uno sobre el bien de la empresa y susaccionistas”.

    Hay una gran reacción en marcha en las mismasescuelas. La presidenta de la Universidad de Har-vard, Drew Faust, rompió la tradición por la que losdecanos de su famosa escuela de negocios eran profe-sores de Economía o Finanzas, y nombró reciente-mente nuevo decano a Nithin Nhoria, profesor deLiderazgo y Etica, conocido por su pensamiento crí-tico y su énfasis en lo ético. El nuevo decano explica

    que “la crisis ha conmocionado la confianza de la so-ciedad en las empresas y también en la educación ge-rencial”.

    Faust explicitó con claridad su mensaje de cambio:“...los estudiantes están muy preocupados acerca dela imagen de las empresas y su lugar en la vida ameri-cana y en el mundo”.

    Otras reconocidas universidades se hallan en lamisma dirección. El decano de la Escuela de Sou-thern University, Ellis, plantea: “Hemos enseñado anuestros estudiantes a buscar grietas en la economíay los hemos preparado para explotarlas”.

    Cabrera, presidente de la Thunderbird, alerta:”Al-go grande ha fallado. No podemos mirar para otro la-do y decir que no es nuestra falta, cuando hay unasistemática y tan extendida falla de liderazgo”.

    Para la nueva decana de Kellogg, Blount, el cam- bio es una necesidad: “Estamos llegando a un tiempocrítico para la educación de negocios”. Enfatiza ense-ñar ética y responsabilidad social.

    El autor de Felicidad en el trabajo, Rao, señala me-tas muy concretas: “Demasiadas de nuestra escuelasde negocios no son instituciones educativas, sinode adoctrinamiento. Necesitamos más cursos quehagan pensar profundamente a los participantes so- bre sus valores, su rol en la sociedad, y cómo inten-tan cumplirlo”.

    El debate es de gran relevancia para América lati-na donde hay un clamor de la ciudadanía por éticaen todos los campos y son estimulantes las iniciati-vas renovadoras de diversas universidades e institu-ciones empresariales de la región y la creación de laRed de Universidades Iberoamericanas por la Res-ponsabilidad Social Empresarial, integrada por 230universidades de 21 países (con sede en la FCE de laUBA, y apoyada por el PNUD, y la AECID).

    Los vacíos éticos en las políticas públicas, la cultu-ra corporativa amoral y las marcadas deficiencias enla formación ética de los gerentes, causaron dañosprofundos a vastos sectores del planeta.

    Contar con un “trabajo decente”, el gran derechoque debería asistir a todo ser humano como lo plan-

    tea la OIT, se ha transformado para muchos en inal-canzable. La crisis, que primero fue financiera y lue-go se transformó en económica, se convirtió rápida-mente en humanitaria.

    Hay un clamor por cambios. Hacia el centro deellos se plantean, junto a grandes planes de reactiva-ción, un rol regulatorio serio y activo de las políticaspúblicas, la revisión de la cultura corporativa y unareformulación integral del modelo.

    6 La salida

    La crisis económica mundial no es coyuntural uobedece a meros desajustes financieros corregibles,como lo suelen plantear los economistas ortodoxosen Argentina y el continente.

    Sus razones son estructurales. Como se ha visto, elmodelo de conjunto no funciona. No da respuestas,en lo que más interesa a la gente, el empleo, la inclu-sión, la salud, la educación. Deja a los ciudadanos ala intemperie y expulsa a vastos sectores del sistema.

    Fue aleccionador el mea culpa de Allan Greens-pan. Presidente del Banco Central de EE.UU., laReserva Federal, durante 18 años, acérrimo defensorde no regular las hipotecas ni los derivativos, emi-nencia del modelo.

    Fue interpelado por el Congreso americano duran-te la crisis del 2008 sobre los desastrosos resultadosde esas recomendaciones. Contestó: “Estoy en estadode estupor. Creímos que las instituciones financierasse autorregularían para proteger sus intereses y los delos accionistas y no lo hicieron. Todo el edificio in-telectual que construimos se ha venido abajo” ( TheWeek, 7/11/08).

    Sin embargo, su autocrítica nunca es mencionadapor sus discípulos locales. Como si no hubiera existido.

    Por otra parte, el modelo incentiva vacíos éticosde gran magnitud en los comportamientos de actores

    económicos clave, como los altos ejecutivos y otros.En general escinde la economía de la ética. La eco-

    nomía seria para técnicos profesionalizados, la éticapara el mundo del espíritu. No hay lugar en la econo-mía ortodoxa para las ideas de justicia social, respon-sabilidad social, solidaridad, preocupación por el otro.

    Milton Friedman, uno de los gurúes neoliberales,atacó duramente la idea de responsabilidad socialde la empresa privada. La veía como un atropellocontra lo que debía ser el único objetivo central delas empresas, maximizar las ganancias de sus pro-pietarios.

    La falta de interés por el otro se ha mostrado cru-damente en la crisis económica actual. Una de susmás severas expresiones es el aumento del tiempo deduración del desempleo. Se sabe que ataca grave-mente la autoestima, lleva a la implosión de la fami-lia, humilla y mina la salud, y la motivación.

    Está creciendo en EE.UU. y es actualmente de 10meses, promedio. Hay 4,5 millones de desemplea-dos que están en esa situación desde hace más deun año. Es el más alto después de la Segunda Gue-rra Mundial.

    Sin embargo, en lugar de empatía a lgunas empre-sas pusieron en sus búsquedas de empleo en Interneto directas la frase: “candidatos desempleados no se-rán considerados”. La Oficina de Estadísticas Labora-

    les calcula que los trabajadores sin empleo durantemás de 6 meses sólo tienen un 10 por ciento de posi- bilidades de encontrarlo.

    También se ha expresado sin ambigüedad en elpunto de principio de los fundamentalistas de mer-cado acerca de que no deben subirse los impuestos alos más ricos. Elizabeth Warren, la autora de la leyde regulación financiera furiosamente defendida enel Congreso por ella, lo ha puesto claro “Nadie eneste país se ha hecho rico por sí solo. ... nosotros loscontribuyentes educamos la fuerza de trabajo del sec-tor privado en nuestras escuelas, les proveemos ca-minos y trenes por donde sus mercaderías son trans-portadas y pagamos policías y bomberos para prote-ger sus oficinas y mansiones... cómo no les vamos a

    poder pedir que compartan los sacrificios necesarios”(The Week, 7/10/11).Enfrentar la crisis requerirá prestar atención a

    otros modelos de economía que hablan con sus resul-tados, y trabajar para volver a integrar ética y econo-mía.

    Los países escandinavos están entre los 10 prime-ros puestos de las tablas mundiales de desarrollo hu-mano, progreso tecnológico, equilibrio medio am- biental y eliminación de la discriminación de géne-ro. En el Unasur Argentina, Brasil, Uruguay y otraseconomías han logrado reducir la pobreza fuerte-mente, crear empleos en escala y tener tasas de des-empleo menores que las de los países ricos, subir suspresupuestos de salud y educación sustancialmente,poner en marcha programas sin precedentes a nivelinternacional por los más desfavorecidos. Entre ellosasignación universal creada por Cristina Kirchner,que cubre a 4 millones de niños pobres, y Bolsa Fa-milia establecido por Lula, que protege a 45 millonesde pobres y continuado ahora por Dilma Rousseff através de Brasil sin Miseria.

    Un artículo en la principal página de opinión del New York Timestitulado “Tango de la recuperaciónargentina” (1/9/11) resalta que en los últimos 8 años,en la gestión de gobierno actual, el país creció a un7,8 por ciento anual, el desempleo bajó del 20 porciento en 2002 a menos del 8 por ciento, la pobrezase redujo casi a la mitad. Concluye: “la diferenciaabismal entre las políticas de austeridad y bajo creci-miento de fines de los ’90 y el a lto crecimiento favo-recido por el gobierno de los 2000 son una prueba deque se puede reactivar la economía”.

    En lugar de insistir en más políticas Consenso deWashington como las de los ’90, el autor subraya loopuesto. Frente a los problemas por los que atraviesala economía americana sugiere “Washington deberíaprestar atención” a la experiencia argentina.

    IV DOMINGO 9 DE OCTUBRE DE 2011

    Fallas éticas Afirmó Angel Gurria,secretario general de laOECD (que agrupa a lospaíses más ricos): “Lacrisis económica actualestá costando al mundo

    trillones de dólares,millones de trabajosperdidos, una granpérdida de confianza enlos mercadosfinancieros y unaregresión en nuestrosesfuerzos para reducirla pobreza global. Es elresultado de lacombinación de severasfallas. La falla en éticacorporativa es una deellas. Una que está en elepicentro de esteterremoto financiero y económico”.