La Autenticidad Folklórica
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5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
1/22
LA
AUTENTICIDAD FOLKLRICA
DE LAANTIGUA LRICA"POPULAR"
Dentro de lavasta problemtica que han planteado lasjar-
chasmozrabes
hay un
punto fundamental , sobre
el
cual
han
m enudeado las
discusiones:
Eran lasjarchas
canciones popu-
lares?
La
balanza parece inclinarse
ms del
lado
de la
res-
puesta
afirmativa,
aunque
la
verdad
es
resulta imposible
demostrarla.
Slo sabemos
una
cosa:
se
trata
de un
gnero
potico romance, distintoyanterior al de lapoesa cortesana
provenzal. Y
podemos
suponer
otras
dos
cosas:
que ese
gnero
exista ya cuando surgieron las muwashahas, en el siglo rx,
y que sehaba venido trasmitiendo oralmente. Yotra ms:
que al
adoptar
la s
jarchas,
los
autores rabes
y
hebreos
pusie-
ron lo
suyo:
que las
imitaron
y
parodiaron
y que a veces
retocaron las que tomaban de la tradicin
oral.
1
Todoesto implica, por un lado, que el gnero mismo era
"tradicional", en elsentido pidaliano, que era "folklrico";
y, por el otro, que de cada uno de los textos concretos que
poseemos, de
cada jarcha conocida,
no
podemos saber
(salvo
contados
casos de
evidente recreacin)
si era
copia
fiel de
un cantarcillo vulgar,ocopia
retocada,
o
contrahechura,
o un
pastiche
ms omenos cercanooalejadodel gnero original.
Esdecir,
que
mientras
la tesisde la
tradicionalidad
del
gnero
en
suconjunto"sesalva",
2
cada jarcha individual guarda en
s el
misterio
de su
autenticidad
folklrica.
Ni ms ni menos, es eso lo que
ocurre otra
vez
siglos
m s
tarde,
cuando
los
espaoles cultos
del
Renacimiento
y del
Posrenacmiento se
ocupan
de las
canciones
que
canta
el
1E.
GARCA GMEZ
insiste, y con
razn,
en esa participacin de
los
"moaxajeros"; ti.Las jarchas romances de la serie rabe en
stt marco,
Ma-
drid,
1965, pp. 34-37, yAl-An,28
(1963),
pp. 5-6.
2Como tan bien ha dicho Garca
Gmez,
op. cit., p. 37: si, a efectos
puramente polmicos,
quisiera reducir
la
cuestin
al
absurdo,
yo dira que
me bastara que una sola jarcha fuera autntica; ms an, aunque no hu-
biese una sola
jarcha
autntica, me bastarla que una sola jarcha
fuese
el
"eco",
la "huella", el "sustitutivo" de una cancioncilla romance anterior.
Con nada
ms que eso
se salvara
la
tesis
de la
poesa tradicional".
-
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2/22
150
M A R G I T
F R E N K ALATORRE
vulgo. Puestoque suinters en
esas
canciones no es,bsica-
mente,
cientfico,
sino
esttico,
no
puede menos
de
reper-
cutir sobre ellas: al cultivarlas lascultivan.
8
La pregunta es:
hastaqupunto? Comoen elcasode las jarchas,parecera
imposible comprobar si un cantar exista antes de ser puesto
por escrito, y si
exista
en esa
forma. Era
tan
fcil imitar
el estilo caracterstico de la lrica
popular,
sacarse de la
manga un "No te creo, el caballero, / no te creo", o un
"Ojos morenos,/ cundonosveremos "Conraznha
dicho
P.
Le Gentil a propsito de esta poesa:
"Es
bien
difcil
distinguir lo autnticamente primitivo de lo que quiere
parecer
primitivo."
* El problema esinquietante. Siquere-
mos conocer bien la lrica de tipo popular de los siglos xv
axvndeberamos saberquelementos eran antiguosytradi-
cionales y cules fueron aadidos por la cultura contem-
pornea.
Nos
preguntamos, pues:
no
habr modo
de
traspasar
la
barrera, de comprobar la antigedad siquiera de algunos
textos,
de
saber,
por lo
menos,
que efectivamente se
cantaban
entre el pueblo antes de su valoracin? Lograrlo equivaldra
aprobar tambin la tradicionalidad de lostemas, las
formas
mtricas y el estilo de
esos
cantares. Pues bien: s existen
tales pruebas;
es lo que
pretendo mostrar
en
este trabajo.
A
base
de
ejemplos
concretos,
5
tratar
de ver qu
indicios
permiten asegurar yhasta
qu punto que
tales
o
cuales
cantares
eran realmente
folklricos.
Ypienso que esos indi-
cios servirn para reconocer en adelante la autenticidad
probable o segura de
muchos otros textos
no
aducidos
3
C f. mi artculo
"Dignificacin
de la
lrica
popular
en el
Siglo de Oro ,
Anuario
de Letras (Mxico)
2 (1962), pp . 27-54.
*
La
posie lyrique
espagnole et
portugahe
a la fin
du
Moyen
Age,
t. 2,
Rennes,
1953,
p.
259,
En la p.
249,
una
observacin
ms
claramente escp-
tica:
"II est done
clar qu'en
dehors de quelques
exceptions rares,
les
refrains de 'villancico* ne sont pas aussi andens qu'on veut bien le dir. Le
genre se rattache peut-tre de lointaines traditions, mais les poetes nc
se font pas fau te de l'accommoder au got du jour.,." (subrayo yo).
5
Tomados
de los materiales que integrarn la adicin crtica que estoy
preparando. Nuevos hallazgos de textos invalidarn quiz las conclusiones
relativas
a
ciertos
casos particulares, pero no confo los procedimientos
en
s.
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ANTIGUA LRICA POPULAR 151
aqu.
Hay que
preguntarse, desde luego,
si
reunindolos
todos
obtendramos un panorama completo de esa escuela
potica. Evidentemente
no,
porque
no
englobara centenares
de
cancionescuyaautenticidad nunca ser
demostrable,
pero
que tambin eran folklricas.
1.Supervivencia.
Una de las
pruebas
ms
seguras
es la
supervivencia
de unacancinen elfolklore hispnico actual,
su
supervivencia textual,
en
bloque.
6
En la
tercera jornada
de la
comedia
de
Moreto
y
Cncer
Nuestra Seora
de la
Aurora
un personaje baila al son de:
"Tres
hojas
en elarbol
menevans,
etc."
7
El
texto
es tan
breve
y
sencillo
que
podra
ser un
pastiche.
Pero ah est, para probar lo contrario, la cancin espaola
m uy divulgada hoy:
Tres hojitas,
madre,
tiene
elarbol...
Dbales el
aire,
menebanse.
M ore toy Cncer no hicieron ms que recoger de la tradicin
oral de su tiempo un cantarcillo bien conocido (vase el
"etc."que sigue a lacita).La comprobacin no slo es inte-
resante
en cuanto a ese texto en particular, sino que ahora
sabemos con
seguridad
que el
tema
del
aire meneando
a las
plantas
era folklrico entonces, como lo es hoy. Tenemos
ademsotra prueba contundente. Un cantarcillo indito que
he encontrado en un manuscrito potico de 1550 dice:
La zarzuela,madre,
cmo la menea el airel
8Cf. mis "Supervivencias de la antigua lrica popular", Homenaje a
Dmaso
Alonso,
t. 1
(Madrid,
1960), pp. 51-78 (citar en adelante Super-
vivencias}
.
Adems de la conservacin de textos completos, se vern ah
(sobre todo nms. 1-30) coincidencias parciales, que pueden ser muy reve-
ladoras, pero que
omito
en
este trabajo
por ser
menos seguras.
7
En
Comedias escogidas. Parte
34,
Madrid, 1670,
p. 311 (tambin en la
Tercera parte de las Comedias de Moreto,
Madrid,
1681, p.
259).
Para
la
supervivencia,
v.
nota siguiente.
-
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152 MARGIT FRENK. ALATORRE
Y
en Extremadura se canta hoy:
Ay,
madre, la zarzuela,
cmo el aire la revolea
lAy, la zarzuela, madre,
cmo
la
revolea
el
aire
8
La emocin que experimentamos al encontrar esas super-
vivencias
se
justifica tanto
ms
cuanto
que no son
frecuen-
t e s .
La lrica popular de la Edad M edia, en cuan to escuela
potica, desapareci en el siglo xvn, suplantada por una
nueva escuela, y lo que de ella queda, por aqu y por all,
son verdaderas reliquias, milagrosamente conservadas. Y
nuestra emocin,
en
casos como los
dos
citados, tiene
an
otra
causa: no todas las supervivencias prueban, de hecho,
la autenticidadfolklrica de lostextos antiguos . Por qu no?
Cuando una manifestacin folklrica es valorada por las
esferas cultas, esa valoracin suele influir en el folklore
mismo: las imitaciones, pesea suselementos nuevos,
pueden
generalizarse
y
hacerse,
a su vez
folklricas. D igamos:
el
hecho
de que en la tradicin oral argentina se conserve la coplita,
tan
di fundida
en el
siglo xvir, "Yendo
y
viniendo
/ fu ime
enamorando,
/
comenc riendo
/ y
acab
llorando"
(Super-
vivencias,
nm.
64) no
indica
necesariamenteque
estuviera
generalizada entre el pueblo cuando, antes de 1550, hizo su
aparicin en las fuentes literarias y musicales; en principio
podra tratarse de una cancin
popularizante
tarda que,
S E l texto antiguo est en una ensalada ("El amor sale a pescar...")
del
Cartapacio
de
Pedro
de Lemas
(Bibl.
de
Palacio. Madrid),
f. 93; el
moderno,
en
M . G A R C A M A T O S , Lrica popular
de la
Alta Extremadura,
M adrid, [1944], p. 118,
nm.
131. Otra versin, ibid. p.
57 ,
nm.
10:
"Ay,
de la
zarza,
madre ,
/
cmo
la
revolea
el
aire ...".
En el
Homenaje
a
Dmaso Alonso,
t. 3
( M a d rid,
1963), p.
282, cita
J. Roraeu Figueras
este
ltima texto
y
otro anlogo
de
Salamanca: " jAy,
madre, de la
zarcera
/
De
la zarcerita,
madrel
/
Cmo
el
aire la menea,
/
cmo
la
menea
el
aire "
Romeu
aduce estos textos,
y
otros ms,
a
propsito
de la
cancin antigua
"De los
lamos vengo, madre,
/ de ver
cmo
los
menea
el aire..."; no
conoce el cantar del cartapacio de 1550. En la p. 283 cita
tres
versiones
distintas (de
Cceres,
Asturias y
Salamanca)
de la cancin "Tres
hojitas,
madre, tiene el arbol..."
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AN TIGU A LRICA
POPULAR 153
dada
la
fortuna
que
tuvo, pas luego
a la
tradicin oral.
La
supervivencia de un
texto
que
goz
de
amplia difusin
en
el
Siglo
de Oro no es
prueba
de su
pertenencia
al
acervo
folklrico
antesde esa
poca (tampoco prueba
en
contrario)
.
Por eso lasnicas supervivencias realmente convincentesson
las
de
poesas que,
por lo que
sabemos
ahora,no
llegaron
a
difundirseen losambientes cultosyslo
dejaron testimonios
aislados
ycasualesde su existencia.
Pero
hay
que extremar las
precauciones
ni siquiera el
testimonio
aislado es una garanta total: hoy se canta por ah
la
seguidilla
del Quijote "A la
guerra
me
lleva
/ mi
nece-
sidad;
/ si
tuvieradineros,
/ no
fuera,
en
verdad", compuesta,
muy probablemente, porCervantes mismo.
9
Otro caso,ms
inquietante: En
El galn de la Membrillo,
Lope de Vega
insertaesta cancioncita,
no
registrada
en
otrafuente antigua:
Que de
M anzanares
era
la
nia,
y el galn que la
lleba,
de la M enbrilla.
Eusebio Vasco la recogi casi idntica en la Mancha (nica
variante: "Manzanaritos").
El esquema "De... era (es) la
nia (moza) / y elgaln (mozo) que la
...
de
...
se da
en
otros cantares antiguos
y
actuales;
esdecir, que el
texto
lopesco
encaja
dentro
del
estilo
tradicional;
lp
pero exista
antesde Lope con esos topnimos?
Creo
probable que exis-
tiera (y en esecaso
influy
en la concepcin de la
comedia
y en su ttulo
mismo).
La alternativa es que se tratara de
una
adaptacin hecha
por
Lope
y
que, dada
la
fama
del F-
9
Quijote
II 24. Cf. J. A.
C A R R I Z O , Antiguos
cantos
populares argentinos,
Buenos Aires, 1926,p. 151.
10El galn de la Membrillo, etl. D. Marn y E.
Rugg,
Madrid, 1962, p.
1 6 8 ;
E.
V A S C O ,
Treinta
mil
cantares
populares,
t.
1,
Valdepeas, 1929,
p. 60,
nO
246.
C f. ibid.,
p.
48, nra .
179: "D e Fernancaballero
/
esesta nia
/ y el
galn
que la baila, / de ArgamasilJa." A
fines
del
siglo
xvi, en una
ensalada
de
Fernn Gonzlez
de
Eslava
(Coloquios
espirituales
y
sacramen-
tales...,M xico,
1610,
f.
165;
p.
267a
de la ed. de Icazblceta,
Mxico,
1877):.
"Del val de
aqueste llano
era la moca, / y el mo^o que la lleva es de La,
Ventosa."
Una
parodia burlesca
del
esquema,
en el ms. 3890 de la B. N. M.
(siglo
xvi i ) ,
f. IQOv9: "A
Tenditla
se
parte
la
nia bella,
/
y'el galn,
no
a Tendilla,
sino
a tendella." :
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154 M A R G I T FRENK ALATORRE
nix,
sedivulgarayperduraraapartirde lacomedia.Siempre
hay
que
contar
con
esta posibilidad.
Con las
seguidillas
en
particular,
hay que ser muy
cautos.
Lamayorade lasincluidasen impresos ymanuscritos desde
fines del siglo
xvi
nacieron en esapoca: son producto de
una moda popularizanteque cundi entre poetas ymsicos
contemporneos de Lope de Vega.
Despus elgnerose
hizofolklrico,y con lmuchas seguidillas de aquella poca,
que siguen
vivas
en la
actualidad.
ia
Si,entonces,vemos que
en San Vicente de la Barquera se canta hoy;
"Parten
del
Ribero /
galeras
nuevas, / que de verde seda / llevanlas
velas", recuerdo evidente
de
aquella famosa seguidilla
de
hacia
1596, SalendeSevilla barquetes
nuevos,
/ que dever-
dehaya llevanlosremos",
13
estamosen presencia,no de una
reliquia de la lrica folklrica medieval, como las que bus-
camos aqu, sino de la conservacin de un
texto
potico
escrito
en el
Siglo
de
Oro,
que
perdur
gracias
a la
folklo-
rizacin
del
gnero mismo.
A s , pues,en trminos generales, slo podemos usar como
indicio de autenticidad lassupervivencias de cantares que,
adems
de
estar escasamente documentados
en la
literatura
antigua,
nofigurenen unaobra m uydifundida,nipertenez-
can a la lrica semi-popular seguidillas, sobre todo del
siglo
xvn.
Pese
a
estas limitaciones,
hay
bastantes superviven-
cias probatorias, lomismoenEspaaque enAmricayentre
los
judos sefardes. Estos ltimosnossuministrantestimonios
de enorme inters, entre otras cosas porque, tratndose de
losjudosde Oriente, podemos estar seguros de que lacan-
cin
es
anterior
a
1492.
Es el
caso,
por ejemplo, de la
her-
mosa cancin armonizada por Juan Vsquez antes de 1561:
..
.
Anoche, amor,
os
estuve
aguardando,
la puerta abierta, candelasquemando...(225)
11
Vase
mi
trabajo
De la seguidilla
antigua
a la
moderna Coltected
Studies
in onor of
Amrica
Castro's
Eightieth
Year Oxford, 1965, pp.
97-107.
12
Cf.
Supervivencias
nms. 13, 19, 20, 21, 37, 65 y 66.
13Cf. T.
M A Z A S O L A N O
en
BBMP
11 (1929), p. 285.
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
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ANTIGUA LRICA
POPULAR 155
En
Salnica
se canta todava:
Toda
la
noche,
toda,
vos
estuve asperando,
con
las
puertas
aviertas,
cirios arrelumbrando.
14
Tambin cantan
los
judos
de
Orienteestos versos:
La pava, la
pava,
por
aquel
monte.
El pavn esrojo, bien le responde,
evidente deturpacin
de un
cantar slo recogido
en el
Voca-
bulario
de GonzaloCorreas,
J5
p. 359a:
Bozes dava la pava i en aquel monte;
el
pavn
era
nuevo
i no la rresponde.
lf l
Anteriores a la expulsin de los judos son tambin otras
coplitas recogidas
por Correas,
como
"Aunque
soimorena,
ioblancanasc: / aguardar ganadomicolor perd"
(196),
y
sta, que secanta enServir aseor discreto de Lope: "Mari-
quita mellaman losarrieros, / Mariquita mellaman,
voime
con
ellos."
17
Correas,
fuente
inagotable
de
cantares autnticos,
fue el
nico
que anot en poca antigua estos
cantarclos,
que
siguen vivos en Espaa:
1*M .
A L V A R Poesa tradicional de los judos
espaoles,
Mxico, 1966,
nm.
149 (cf. tambin
nin.
173).A dopto aqu la divisin en versos y el
criterioortogrficoque
sigo en mi
edicin crtica. Cf. el artculo Problemas,
de
a
antigua
lrica
popular que
saldr
en el Homenaje a
Menndez
Pidal de la revista
Filologa.
El nmero que suelo poner a continuacin
de las citas poticas sin otra
referencia remite
a mi antologa
Lrica
hispnica
de
tipo
popular. Edad Media
y Renacimiento,
Mxico, 1966;
otras
veces remito a
la
reciente
antologa
de J. M. AUN
(muy
rica en
materiales),
El cancionero espaol de tipo tradcional
t
Madrid, 1968.
15
G O N Z A L O C O R R E A S
Vocabulario
de
refranes
y frases
proverbiales
(1627) ,
ed . L.
Combet,
Bordeaux,
1967
(nica edicin hecha a base del manus-
crito original).
E n
adelante citar, del propioCorreas, el
Arte
de la lengua
castellana espaola (1625), ed. E.
Alarcos Garca,
Madrid, 1954.
iCf.
M.
ALVAR,op. cit.,
nm. 161,
yNRFH, 14 (1960), p. 315,
nm.
42.
1?
Cf. Supervivencias nms.
42 y 44, y adems, los
nms.
36 y 48.
Otra*
parecen conservase
slo
en
Marruecos,
adonde pudieran haber pasado
aunque
es
poco
probable
despus
de 1492: nms. 52, 57, 58 (adems,
50, 24,
16).
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156 M A R G I T FRENK
ALATORRE
Qu
tomillexo, qu
tomillar
Qu tomillexo
tan
malo
de
arrancar
A
segar
son
idos tres
con una
hoz;
mientrasunosiega,holgavanlosdos.
Solivia
el pan,
panadera,
solivia el pan, que se quema.
Si
pica el
cardo, moza,
di;
si
pica el cardo, di que
s.
16
Ynadiems que Correas
puso
porescritoesta cancin infan-
til, que los
nios
espaoles no se han cansado de
cantar
hasta
hoy:
S a l , sol, slito,
i
estte aqu
un
poquito;
poroi imaana
i por
toda
la
semana.
Aqu vienen lasmonxas,
cargadas de toronxas;
no pueden pasar
por el rro de
la mar.
Pasa uno, pasan
dos,
pasa la M adre de Dios, ,
en su cavallito blanco,
que
rrelunbra todo
el
canpo.
Aqu viene Periquito
conun cantarito
de
agua caliente,
;
que me
espanta
a m i a
toda
la
xente.
lf t
18
C f. Supervivencias, nms. 47, 61,
59,
50.
19
Vocabulario p. 267a. Los TV. 1-4, en Alcuscar (Extremadura): Sol
y
slito, /
calent'
un
poquito,
/ pa
hoy,
pa
maana,
/ pa toa la semana
(GARCA-PLATA,
en Revista
de Extremadura,
5,
1903,
p.
64).
Los
w 3-12;
en
Santa
Cruz de Campezo
(lava) : J. I.
I R I G O Y E N , Folklore alavs
Vitoria,
1949, p. 99. En Murcia (cf.
Anuario
Musical, 4, 1949, p. 10) : Yavienen
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
9/22
ANTIGUA
L RICA "POPULAR" 157
2. Coincidencias con poesas populares anteriores.
En
nuestra bsqueda de indicios de autenticidad podramos
tambin trazar
el
camino cronolgico inverso,
o
sea,
del Re-
nacimiento
hacia atrs.
Si
encontrramos
en la
Edad Media
canciones de
tipo popular
que
coinciden textual
y
global-
mentecon otras recogidas despus, tendramos un testimonio
precioso. .
Las
dos tradiciones poticas medievales relacionadas con
la lrica folklrica presentan, desde luego, rasgos coinciden-
tes
con la
documentada desde
el
siglo
xv, perose
trata
ms
bien de rasgos genricos. Ninguna correspondencia realmen-
te
textual
y
completa entre
una
jarcha
y una
cancin docu-
mentada
en el
Renacimiento. En cuanto
a las
cantigas
d'amigo gallego-portuguesas, junto a las analogas
genricas,
que son las que dominan,hay ciertos paralelos verbales que
dan que pensar. Los ms son
parciales,
20
y, aunque intere-
santes,
no
constituyen prueba segura
de
dependencia
de una
cancin especfica con
respecto
a
otra. Slo conozco
dos
casos
en que la correspondencia es tan exacta, que no puede
sino
haber habido relacin
de
texto
a texto:
las
monjas,
/ cagarritas de
peronjas;
/ no
pueden pasar
/ por el
ro
de la
mar. // Pase una, pase dos, / pase la Madre de Dios, / con su
caballito
blanco, /
alumbrando todo
el campo...
/ /
Por
all viene Perico,
/
tocando
el
pivico..."
Recuerdo
de
los
w.
15, 10-12, en
Tucumn:
CARRIZO,
Ante-
cedentes hispanomedievales de la
poesa
tradicional argentina,
Buenos
Aires,
1945, p. 458, nm. 13.
20
Cito
de J. J. MUES,
Cantigas
d'amigo tos
trovadores
galega-portu-
gueses, Coimbra,
1926-1928;
para
los
textos castellanos
(salvo el
primero)
doy el nmero que tienen e n ,mi antologa (cf.nota 14). Hay coincidencias
de un verso: "O, pino, o, pino, pino florido..."
(B.N.M.,
ms, 17,698, f.
98v) con Aif flores, ai
f
flores do verde pino... (NuNEs, nm. 19); "Estas
noches atan largas..." (251)
con Aquestas noites
tan longos... (NUNES,
405); "...vengo del amor ferida" (87) con Com'estoy d'amor ferida (Nu-
NES,
200).
Hay
correspondencias
ms
amplias:
"Eli
amor
que me
bien
quiere / agora viene" (103) con Amigas,
o que mi
quer ben
j dizen-mi
ora muitos
que ven
(NUNES,
316); "Por las riberas del ro / limones
coge
la
virgo" (99)
con
...Pela ribeira do rio j cantando a la virgo /
d'amor (NUNES, 256; cf, 386); "Vi los barcos, madre, / vilos, y no me
valen"
(386)
con
Vi eu,
ma
madr', andar / as barcas eno mar, j e
moiro-
me d'amor (NUNES, 79). Y hay alguna analoga, no textual, pero s, de
esquema semntico-sintctico: "Salga la luna, el cavallero, / salga la luna,
y vamonos
luego"
(367) con Amad'e meu amigo, .../ vede la frol do
o, e
guisade d'andar (NUNES,
21) -
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
10/22
158
Quen amores
como
dormir?
Ai, b e l c t
frol (NtiNES,256)
La nia que los amores ha
sola cmo dormir?
(105).
21
Y
esteotro, enormemente curioso e interesante: la cancin
de
Pero
Meogo
(Nunes,419):
Digades,
filha, ma
filha velida:
por que tarosles na fontana f r i f
. . .
Tardei,
mia madre,
na fontana fra,
cervos
domontea
augua
volvan..
Mentir, mia filha, mentir por amado,
nunca
vi
cervo
que
volvesf
o
alto...
tiene
una
asombrosa correspondencia
en un
texto recogido
enelsiglo
xvi
por
Hernn Nez,
el
Comendador
Griego:
Dezid,
hija
garrida,
quin os manch la camisa?
Madre , lasmoras del Barcal.
Menti r ,
hija, mas no
tanto,
que no pica la
carca
tan
algo (553)
Sin
duda, no puede hablarse aqu de dependencia del segun-
do
poema respecto
del
primero; pero
s,
probablemente
d
21
Podra ser,
en
este caso,
que el
autor
del famoso
"Villancico" (San-
tillana
o
Suero
de
Ribera?) donde
se
intercala
el
dstico
lo
tomara
de la
composicin
gallego-portuguesa. Sin embargo, la cancin de Juan
Vsquez
"Quien amores tiene cmoduerme?..."
(151)
parece atestiguar el
arraigo
tradicional de aquel otro cantarcito.
22Es
probable
que
este
verso fuera
originalmente seguido
de otro*
Pensemos en los
versos "M oricas
del
moral, madre,
/ las
moras
del
morale"
(554), quiz
f ragmento
de una versin de nuestro texto; a base de ello
podra hacerse la
reconstruccin:
"Madre, las moras del cardal[e], / pas
moras
del carcal,
madre]" (es, por cierto, la misma inversin sintctica
que se da en las canciones actuales sobre la
zarza
que revolea el
aire,
cit.
supra,
p. 152 y
nota 8).
.
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
11/22
ANTIGUA LRICA "POPULAR"
159
unarquetipo comn.En todocaso, eltextode
Meogo
garan-
tiza
la autenticidad folklrica del cantar recogido por Nez .
El
viaje
a
travs
del
tiempo,
que en un
caso aporta
mu-
chascomprobaciones
y en el
otro indicios aislados,
no es la
nica manera de buscar la autenticidad de los textos.Sin
salimosde los
siglos
xv axvii
podemos
realizar
otros
hallaz*
gos,
basndonosen la ndole yconexin interna de las fuen-
tes y
algo menos
en lostextos mismos. Comenzar por el
indicio que, despus
de las
supervivencias,
me
parece
el ms
seguro y productivo.
3.Las
fuentes inconexas.
Ya
hemos visto
que la
abundan-
cia de testimonios no es garanta de autenticidad: las fre-
cuentes apariciones de un cantar se explican muchas veces
por
la
moda culta,
literaria y
musical,
de la
poca. Eviden-
temente
lo vemos, por
ejemplo,
en el
Cortesano
de
Luis
Miln
y en lascartasde
Camoens
surgi entre loshombres
de letras una especie de tradicin oral ("tradicin
oral
culta" podra
llamarse): las
canciones
de tipo
popular pasa-
ban de uno a otro (igualque las de tipo culto), sin nece-
sariocontactodirecto con la tradicin
oral
rstica o callejera.
Un
contacto directo de esta ndole slo puede deducirse
cuandoencontramos un texto en dos o msfuentesentre las
cuales
no ha
habido, verosmilmente,
ninguna
relacin.
En un
cancionero manuscrito
de
hacia
1568
24
aparece glo-
sada
lacancioncita
C on el ayre de la sierra
trnememorena (199)
23A menudo, adems, es engaosa la multiplicidad de testimonios.
Conozco
cinco
fuentes
de "No me olvides, nia, / no me olvides, no":
prueban la
divulgacin
del
cantarcillo?
No:
lo
que recogen las
cinco
fuentes
es el romance nuevo "Un pastor
soldado.,.",
del cual ese dstico
posiblemente
hecho
a propsito es el
estribillo.
Por eso una
edicin
de
canciones antiguas debe registrar
en
cada
caso la
composicin
potica
(romance, ensalada)
en que va
incluida
o la
glosa
que la
acompaa.
C f.
mi
artculo
"Problemas...", cit. nota 14.
24Cf. "El
Cancionerosevillano
de la
Hspanle Society
(ca.
1568)", NRFH,
16
(1962),
pp. 355-394,
nm.
117.
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
12/22
160 MAR GIT FREN K
ALATORRE
Medio siglo despus,laencontramos citada en una comedia
de Vlez de
Guevara
(La hermosura de
Raquel,
Primera
parte, II; ed. en 161) .Es muy poco probable que Vlez
conociera ese antiguo manuscrito; l y el annimo glosador
deben
de
haber acudido directa
e
independientemente
al
acervo folklrico. En el mismo cancionero encontramos sta:
El amor,de
M inguilla,
jhuy hal
que a rtiirnuerto me tiene, que a mi
muerto
me
(ALN,
552)
Slo
reaparece m sdetres dcadasdespus, en el
Manojuelo
de romances (1601) de Lasso de la Vega. Y en el cancio-
nero de1568 encontramos tambin versionesa lodivino de
un
cantar'
slo recogido, en esaforma, por Correas: "El tu
amor,
Xuanilla,
no le vers ms: /
molinero
ledexoen los
molinos
de Orgaz" (319).
25
Ah estn tambin esos textosdel famoso Cancioneromu-
sical
de
Palacio que no
vuelven
a
ponerse
por escrito, que
sepamos, hastaelsigloxvii:
Entra
mayo
y saleabril:
j
tan
garridico
le vi
venir (AiiN,358)
Deser mal casada, no lo
niego
yo;
cativo
se vea
quien
me
cativo
(ALN,
103)
O la
versin
a lo
divino, hecha hacia 1480
por fray
Iigo
de
Mendoza,de un cantarcilloque slo se da a conocer un siglo
despus: /
Eres niay hasamor:
iqu
hars
cuando
mayor
(ArJN,52)
Los testimonios pueden multiplicarse: esas canciones que
utiliza
Sebastin
de
Horozco hacia 1550
(suCancionero
slo
se edit en 1874) y que tardan medio siglo o ms en reapa-
recer
en una
obra literaria:
25/)I., nms. 220, 613, 615.
La
versin
del
cartapacio salmantino (cf.
ALN, 553) es evidente parodia, como espero mostrar pronto.
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
13/22
ANTIGUA LRICA POPULAR 161
Vengo
de tan lexos,vida, por os;ver;
hllovos
casada,
quirame volver (ALN, 352)
Salteme la
serrana
junto a par de la
cabana
(ALN,
351)
Y
cuando reaparecen
es con
variantes, porque cada
vezse ha
recogido
de la
tradicin
oral una
versin distinta: Correas
cta "Vine de
lexos, nia,
por
verte;
/
hallte casada, quiero
bolverme",
y en
Tirso
hay
otros cambios.
Lope,
Valdivielso,
Vlez
traen: "Salteme
la
serrana
/
junto (juntico)
al pie
de
la
cabana."
A
este propsitohay que decir,de unavez,que la existen-
ciade
variantes
no es por s
misma prueba
de
autenticidad:
tambin seproducan variantes en la tradicin oral cultay,
adems,
como sabemos,losautoresqueutilizabanlascancin-
chas solan retocarlas
a su
antojo.
26
Y
otra salvedad necesaria:
existe
la
posibilidad
de que en
algunos casos
esas
versiones
que,
a
base
de mis
materiales, parecen inconexas
no lo fueran
en
realidad,
ya
porque hubo
fuentes
intermedias
descoma
cdas,
ya porque la cancin s circul en la tradicin oral
culta, sin que quede huella de ello. Por otra parte, es evi-
dente
que en
muchsimos casos, cuando pensamos
que
puede
haber
habido
conexin
entre
dos
fuentes,
no la hubo de
hecho,
y
cada autor
utiliz
directamente
la tradicin
oral.
Tenaque
acudir Lope
a Gil
Vicente para conocer
el
cantar
Quin dice
que no es
ste
Santiago elVerde (452)
26Cf .
nuevamente mi articulo
"Problemas...",
nota
10.
Por supuesto,
la s
variantes
que
encontramos entre unas
y
otras versiones
s
pueden
reflejar
las
fluctuaciones
de la
trasmisin
oral, y lo volveremos a ver al
final
de
este trabajo. Pero rara
vez
podemos estar plenamente seguros
de que as es. El mismo dilema plantean las jarchas. Como hemos
visto (supra, nota 1) Garc a
Gmez
piensa que los autores de muwashahas
solan retocar
los
textos
(o
sea, crear
variantes);
para M enndez
Pida ,
en cambio, las
diferencias
que se observan entre varias versiones de una
jarcha
son
indicio
de
tradicionalidad, "pues
el
canto tradicional
vive en
variantes
y
refundiciones" (RFE,
43 ,
1960,
pp.
302-303),
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
14/22
162
o
Correas
a
Lope
y
Tirso
para
citar
el
M s
valis vos, Antona
que la
corte toda?
Una vezms:
haba muchas canciones realmente
folklricas,
slo que suautenticidad no esdemostrable.
En
lo que sigue utilizar argumentos menos
probatorios
que
los dados hasta
aqu,
pero
queresultantilesparaapoyar
lasuposicinde que tal ocual cantar estaba arraigado en
la
tradicin.
4. Recoleccinhecha
con
criterio
ms o
menos cientfico.
Buenaparte de los antiguos cantarcillos de tipo popularapa-
rece en fuentes
literarias
y
musicales,
y
ante ellas
debemos
adoptar una actitud cauta, puestoque,como vimos, siempre
existe
la
posibilidad
del
retoque
y del
pastiche.
Pero hay
tambin
fuentes
de
otro
tipo:
sobre todo
las
colecciones
de
refranes
27
yciertos tratados (degramtica,msica,lexicogr-
ficos,etctera),escritos por hombres de formacin humans-
tica y con un
enfoque
quebien
podemos llamar cientfico.
Su
testimonionos es m uy
valioso, principalmente
cuando
aaden
comentarios
que permiten deducir el carcter folklrico de
untexto.
Heaqu unos ejemplos. En su Philosopkia vulgar
2
*
Juan
de Mal Lara
glosa
muchos
refranes
reunidos
por
Hernn
Nez
(1^ed.,
1555).
A propsito de "La que no
bayla
/ de
la
boda
se
salga", comenta
(f.99): una
parte
es de un
cantar
que se
dize
en las
b o d a s . . .
A
propsito
de
"Tresdas
ha que
muri,
/ la
biuda casarse quiere:
/
desdichado
del quemue-
re / si aparaysono
va",
observa: una maneradecantar ay:
dize
el
vulgo...
(f. 82 v), y de
"Plega
a
Dios
que
nazca
/ el
perexil
en el
ascua":
Dizenme
ser
cantar
viejo
de
Extrema-
dura (f.36) .
2
27
Incorporan muchas canciones. Cf. mis "Refranes cantados y canutes
proverbia izados".
NRFH,
15
(1961), pp. 155-168.
28cito por la primera cd-, Sevilla, 1568.Cf. la ed.
moderna
de A.
Vilanova, 4 vols., Barcelona, 1958-1959.
29
O tros
ejemplos de Nez y M al
Lara,
en Refranes cantados... ,
art.
cit.
p.162.
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
15/22
ANTIGUA L RICA "POPULAR" 16
Con
criterio
muy
moderno, Sebastin
de
Covarrubiasilus-
trar
aos
ms
tarde
el uso de
la lengua espaola,
no
slo
con
citas
del "divino Garcilasso",
sino tambin
con "qualquier
romance
viejo,
o
cantarcillo comnmente
recebido" (Tesoro
de
la
lenguacastellana
o espaola,
1611, s.v.cerca). Ypode-
mos
tomarlo al pie de la letra cuando llama
"cantarcillo
de
aldea
1
*
a
Orillicas del
ro,
mis
amores
e
y
debaxo
de los
lamos
me
atend
(83)
f
o
"cantarcillo avillanado", "cantarcillo bailadero
antiguo",
"cantarcillo antiguo" o "cantarcillo viejo" a otros (nms.
516,
563, 417, 406,
514 y 545 de m i
antologa),
y
cuando
nos
cuenta
(s.v.
cascar) que
"los
muchachos,en el
reyno
deTole-
do,quando
veen
por el
aire atravessar
las
grullas
que van de
passo
suelen cantar:
Grul las ,
al
cascajal,
que ya no ay
uvas".
30
Ciertamente
no
abundan
lasinformaciones de
este
tipo.
Por otra parte, la mera inclusin de una cancin en la obra
de
un autor que manifiesta un inters de tipo cientfico por
el
folklore
es ya
importante.
En
este sentido valen
ms las
versiones
recogidas por hombres como
Nez,
Mal Lara,
Francisco
Salinas,
Covarrubias
y
Correas
que las de las
fuentes
literariasy
musicales.
81
Vemos,
pues,lanecesidaddevalorar
las fuentes
y dejerar-
quizarlas en
cuanto
a su
fidelidad
a la
tradicin folklrica.
so
Sobre las
rimas
y
juegos
infantiles
nos da
preciosos informes
otro
humansta, Rodrigo
Caro, en sus Das
geniales
o
ldricos (1626)
. Es ste,
adems,
un
terreno donde
la
autenticidad folklrica
de los
textos recogidos
es casi
siempre
indiscutible, puesto que rara vez se
usaron.como
material
potico
en
composiciones
cultas,
y aun
cuando
se
usaron (por ejemplo
en los
Juegos
de
Nochebuena
de
Alonso
de Ledesma) se les
citaba
en
general fielmente.
En
cuanto
a las
indicaciones "cantar
viejo",
etc.,
hay
que
tomarlas
con un
grano
de sal
cuando aparecen
en los
poetas
glosadores
del xvi
(por ejemplo,
en
Andrade
Caminha); el
mismo Horozco, colec-
cionador de refranes,
llama "cancin
vieja",
no
slo
a
varias
de tipo
popular
(cf.
infra),
sino
a
otras como "Donde sobra
el
merecer..."
o
"Libres
alc yo mis ojos..."
31
C f.
"Problemas...", a r f . c.
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
16/22
164 M A R G I T
FRENK
ALATORRE
Por
cierto
que tambin
hay,
aeste respecto,
ciertas
diferen-
cias entre unas
y
otras
fuentes
literarias
y
musicales:
,
5. Fuentes
y
gneros
ms fieles al
folklore. De las
fuentes
musicales,
yodiraque las delsigloxvi (los libros
de
Vihuela
y los cancioneros polifnicos de hacia mediados de siglo)
estn engeneral m sinfluidas por lamoda literariapopula-
rizante
y hay ms
razn para esperar retoques
e
imitacio-
nes que elCancionero musical
de
Palacio,recopilado en un
momento
en que esa
moda literaria estaba
en sus
com ienzos.
Pocos
cancioneros musicales posteriores contienen estribillos
y
glosas
decarcter tan arcaicoy tan lejanosde lapoesa cor-
tesana.Si no demostrar, podemos asegurar que
muchos
de
ellos eran folklricos. Lo mismo se aplica al contemporneo
cancionero manuscrito de laColombina.
Entre las fuentes literarias son importantes para nuestro
objeto
los
cancioneros
con
poesas religiosas
que
contienen
versiones a lo divino de canciones populares y que dan el
texto de esas canciones. Cuando lvarez Gato encabeza una
composicin religiosa
con la
frase
"Otro
cantar
que
dizen
Amor
no me
dexes,
que me
morir, enderezado a Nuestro
Seor",o
Sebastin
de Horozco
pone "Cancin contrahecha
alcantarviejoquedizeEn aquella pea, en aqulla, que no
caben
en ella ,
o
cuando
en el
Cancionero
de
Francisco
de
Ocaa leemos "Otras
al
tono
de
Buen amor tan
desseado,
porqu me
has olvidado?'
t
M
podemos estar seguros,
al me-
nos, de que esas canciones circulaban efectivamente, y con
esas palabras,
en la
tradicin oral (tradicin culta
a
veces,
perootras muchas, folklrica):
83
lacita sehaceall, no por
su
valor intrnseco,sino confines "utilitarios",y por lo tanto
debe
de serfiel.
Tambinhay quehacer distinciones entrelosgneros po-
ticomusicales
que
acogen cantares
de
tipopopular.Debemos
32ALN,
n m s .
171, 348, 642.
83Como fuente literaria fiel
a la
tradicin popular podran
citarse
tambin, entre otras, las obras de Gil Vicente; pero si las juzgamos fieles
es por el
carcter mismo
de los
textos
que
cita,
y
rara
vez a
base
de
un
motivo externo
a
ellos, como
en el
caso
de los
textos
religiosos.
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
17/22
AN TIGU A
LRICA
POPULAR 165
contar ms con el pastiche y la refundicin en los estribillos
de
"villancicos", "canciones", "glosas",
"letrillas"y
romances
nuevos
que en esecurioso gnero que sellama "ensalada" o
"ensaladilla"
y en las composiciones afinesa l. La gracia de
estaspiezas estribaba en la adecuada insercin, dentro de un
poema
ms o
menos extenso,
de
cantarcillos
(o
refranes,
o
versos de romances, etctera) conocidos por todos; normal-
mente la cita no cumpla su funcin si no se haca tex-
tualmente,
conapegoa latradicin oral.
34
Nuevamente
se plantea aqu el dilema: tradicin oral de
qu
tipo?
De qu nos
sirve saber
que los
cantares
de las
ensaladas eran bien conocidos si resulta
como
resulta en
efecto que a veces
pertenecen
a la
tradicin cortesana?
Es
verdad: como nico testimonio,
la
incorporacin
de un
texto
en una ensalada no nos dice mucho; ni tampoco el encon-
trarlo
en elCancionero musical dePalacioo a la
cabeza
de
una
composicin religiosao,incluso,en laobrade un
huma-
nista. Lo que pasa es que, como dije antes, todos estos argu-
mentos slosirven deapoyoa una suposicin previa; yesta
suposicin
se puede basar en un factor que no he mencionado
hastaahora
y que es
fundamental:
la
pertenencia
del
cantar
en cuestin
a la
escuela
poticade la
antigua lrica
popular,
pertenencia
en
cuanto
a
tema, estilo
y
forma mtrica.
Por su
parte,
este factornopuede tomarseen smismo como indicio
seguro de autenticidad, dado que era
fcil
imitar
esos
rasgos;
necesita,pues, del apoyo de otros argumentos.
En
la
"Ensalada
de la
flota"
de Gonzlezde
Eslava aparece
la
siguiente
can cioncita,no
documentada
en
otra fuente:
Las
hondas
de la mar
iqun menudicas
van
(391)
Deinmediato
nos
suena
a
popular.
Si la
analizamos,veremos,
por ejemplo, su parecido estilstico con
otras,
como aqulla
citada
alprincipio: "Lazarzuela, madre,/ cmolameneael
3*Sin embargo, cf. lo que digo sobre "Qundo aaliris, alba
galana. . .**
en
"Problemas...",
nota 10. En algunas ensaladas la
cita
suele
conver-
tirse e n
parodia. ~
.
-
5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
18/22
166 M A R C I T
FRENKL
A L A T O RRE
ayrcl"Aun
as, podra
no ser
autntica; pero figura
en una
ensalada,
y con
ello
se
robustece nuestra suposicin original.
Hetocadounpuntoquemerece
atencin
especial.
Merece
que nos preguntemos si el carcter mismo de las canciones
constituyesiempre
unabasetanpocofirm e,si nohabr veces
en que se convierta en verdadero indicio de tradicionalidad.
6.
La
ndole
de las
poesas
mismas. El
problema est
en
saber hasta dnde poda llegar la capacidad de los poetas
renacentistas
y posrenacentistas para inventar un poemitade
estilo tradicional. Si la juzgamos
ilimitada,
entonces cual-
quier texto
de los que se
conservan podra
ser un
pastiche.
Por miparte,creoquealgunasdeesas cancionesno hubieran
podido
ocurrrsele
a ningn poeta de la poca, porqueson
radicalmente extraasa laliteraturadeentonces, desarrollan
temas poco o nada frecuentes, emplean smbolos arcaicosy
contienen, a
veces,
incongruencias slo explicables por la
trasmisin
oral. El campo da paramucho,pero me limitar a
citardosejemplos:
A mi puerta nasce una
fonte:
pordo salir que no me moje?
A mi
puerta
lagarrida
nasce una
fonte
frida,
dondelavola mi
camisa
y la de aquel que yo msquera.
Por
do
salirque no memoje?
(81)
Aunque me
vedes
morenica en elagua,
no
ser
yo frayla.
Una madreque a mcri
mucho me quiso y mal meguard:
a los pies de mi cama loscanesat;
atlos ella,destelos
yo,
metiera,
madre, al mi lindoamor.
No seryo
frayla.
-
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ANTI GUA tRJCA POPUtAB. 167
Unamadreque a m criara
mucho mequisoy mal m eguardara:
a
los
pies
de m i
cama
los
canes
atara;
atlosella,
yo los
desatara,
y
metiera,
madre, al que ms
amava.
No ser yo frayla(122)
Ningn
argumento
de los citados apoya la autenticidad de
estos textos,
y
creo
que no
hacefalta apoyarla desde fuera.
Pero
estos
casos
son los
menos.
El
grueso
de los
textos
requiere nuestra ayuda,ycuantosmsindicios podamos adu-
cir, mejor. De hecho, la confluencia de varios argumentos es
la
que llega adarnos la seguridad total de que una cancin
estaba arraigada en la tradicin folklrica: es el argumento
decisivo.
7. Confluencia de
indicios. Entre
los
ejemplos citados
ha
habido
varios
en que se
suman
dos
indicios
de
autenticidad.
Hay otros casos interesantes. En un manuscrito toledano de
hacia 1560-1570 aparece, dentro de una especie de ensalada,
este cantar:
No me
entrys
por el trigo,
buen amor,
sal por l'almidera
(ALN,
596)
Casi medio siglo despus vuelve a aparecer (con la variante
"por
la
lindera")
en el
docto Sebastin
de
Covarrubias.
Fuentes seguramente inconexas, recolector humanista, ensa-
lada.
Francisco Salinas publica en 1577 otro cantar de labra-
dores:
Segador,
trate
afuera,
dexa
entrar
la
espigaderuela
(ALN,648)
En 1612 reaparece en una ensalada religiosa de Alonso de
Ledesma y dos aos despus enLa mejor
espigadera
deTirso.
Entre SalinasyLedesmanoparece
haber
conexin, dadaslas
variantes de Ledesma ("Segadores,
afuera,
afuera, / dexad
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5/19/2018 La Autenticidad Folkl rica
20/22
16 8 MARGIT FRENK ALATORRE
entrar
la
segaderuela"),
y a
juzgar
por las de
Tirso
(v. 1=
Ledesma;
v. 2:
"dejen llegar
a la
espigaderuela"),
su
versin
probablemente seaindependiente deambos. Tenemos pues:
tresfuentes
inconexas, recolector erudito
(Salinas),
ensalada.
Pero adems parece haber supervivencia: en suCancionero
musical
(fuente poco segura: cf.Supervivencias,nota 1), E.
M. Torner
incluye esta
seguidilla
salmantina actual: "Se-
gador,
hazte afuera / ydeja pasar / a laespigaderuela / que
viene
a
espigar", versin ampliada
de la de
Salinas,
cuyo
tratado,
en latn, no puede haber circulado entre el pueblo.
El propio Salinas consigna, como"vulgatissima",lacancin
Mongica
en
religin
me
quiero entrar
por no mal
maridar (ALN,
650),
slo recogida, aos antes,
con
variantes
de
importancia,
en
una
ensalada de Mateo Flecha, indita
hasta
1581:
"De
yglesi^
enyg lesia
me
quiero
yo
andar
/ por no mal
maridar."
Las dos
versionesdeben de ser autnticas.
El
humanista Mal Lara da como cantar extremeo:
Prometi mimadrede me dar marido
hasta
que el
perejilestuviesse florido,
35
que hoy se
canta precisamente
en
Extremadura:
Dice m imadre
que no me da marido
hasta
que el
cardo
no
est florido...
Supervivencia,
fuentes
inconexas, testimonio erudito, utili-
zacin en una ensalada y cita a la cabeza de una cancin
religiosa:
todo esto
se
conjuga
en el
siguiente caso:
Madrugbalo el aldeana,
ycmolo madrugaba (ALN,360)
80Supuesto
comienzo
de "Plega a Dios
que
nazca... ,
cit.
supra.. Cf.
Philosophta,
f. 36.
Correas
lo
trae
tambin, con dos
variantes,
y comenta;
de
cantar qued
en refrn".
Cf.
Supervivencias, nrh. 39, y la nota 17,
donde
cito
otro caso
de conservacin de
un texto recogido
por
humansima.
-
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AN TIGU A LRICA
POPULAR
16 9
Horozco, hacia 1550, lollama "cantarviejo" y lo vuelve a lo
divino en su cancionero
manuscrito,
desconcido, sin duda
para Lasso de la Vega cuando, medio siglo despus, lo incor-
por a una ensaladilla; lo traen tambin Correas y
Covarru-
bias ("cantarcillo viejo"),
sa
y en varios lugares deEspaa
secanta
hoy ms o
menos
en
esta forma:
Madrugaba, y era
la
una:
ni launa, nimedia, ni nada.
Y
cmo la madrugaba
Dudar
de que lo que
Horozco recogi
era
efectivamente
un
cantar viejo, arraigado
en el
pueblo, sera dudar
de lo
evi-
dente.
MARGIT FRENK ALATORRE
El Colegio
de
Mxico
36
Adems
de otras fuentes antiguas:
B.N.M.,
ms. 3700, f.
77v
y entre-
ms sin ttulo publicado por Cotarelo, Coleccin, t. 1, p. 59a (variante
"aldeano").
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