LA BIBLIOTECA DE LA MUERTE
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LA BIBLIOTECA
DE LA MUERTE
Pavorosa historia de miedo narrada por Lucía del
Castillo y Belén Ameijeiras.
La noche anterior de que se inaugurara la gran
biblioteca local sucedió un hecho increíble: los libros de la
estantería número 4 cobraron vida, se abrieron todos por
la página 23. La estantería número 4 contenía todas las
novelas de Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega.
Esto ocurrió a las 00:00 horas, momento en el que los
libros empezaron a soltar un líquido como la sangre. Lo
único que se podía distinguir entre las hojas era la palabra
“MUERTE”…
Por suerte nadie había visto este terrorífico
acontecimiento, o eso creían los libros, pues había un
bibliotecario ordenando la estantería número 13. Cuando
iba a salir,aterrorizado, los libros lo atraparon.
A la mañana siguiente, dos horas antes de la
inauguración, la bibliotecaria entró y vio a su compañero
con un cuchillo clavado en el corazón. Los libros estaban en
su sitio como si no hubiera pasado absolutamente nada.
La bibliotecaria llamó a la policía. Acordaron no hacer
la inauguración hasta que todo esto estuviera aclarado.
Al día siguiente el bibliotecario más valiente entró en
la biblioteca y se encontró todos los libros de Shakespeare
en un charco de sangre, sangre fría y oscura. Intentó
escabullirse corriendo pero en su camino apareció otro
charco de sangre, esta vez caliente. Del charco apareció un
espíritu que lo ahorcó y lo colgó de una cuerda que estaba
atada a la estantería número 4.
Más tarde un nuevo compañero al ver que no salía,
entró lleno de miedo y se lo encontró allí colgado, soltó un
grito de infarto. La policía lo sacó de allí y prohibió volver a
entrar.
Pero un mendigo que los había estado observando,
dejó pasar un tiempo largo y entró. Se encontró con una
biblioteca normal y corriente. El mendigo, que había
entrado para aprender a leer cogió un libro y miró los
dibujos intentando comprender el texto. Había cogido un
libro para niños pequeños y no sabía como utilizarlo pues
nunca había visto alguno; 10 minutos después un libro, El
viaje del Parnaso, de Miguel de Cervantes se acercó por
atrás y lo apresó por la nariz hasta que el mendigo falleció.
Nadie supo lo que ocurrió hasta que pasaron dos
meses. Se había decidido hacer la inauguración puesto que
creían que no había pasado nada más. A la hora de la
inauguración todo el mundo estaba muy contento, habían
deseado tener una biblioteca pública desde hacía años. Lo
que no se esperaba ninguno de los presentes era
encontrarse con aquel mendigo allí, muerto de asfixia. Todo
el mundo chillaba y algunos hasta se desmayaron.
Volvió a cancelarse la inauguración y decidieron que
los policías irían 2 veces al día a comprobar que todo
estaba en orden. Los agentes estaban atónitos, creían que
ya casi habían resuelto el caso y que sólo necesitaban que
alguien quedara herido y les pudiera contar lo sucedido.
En ese mismo instante, en la biblioteca…
Una niña que se había escapado entró y un libro de
Garcilaso de la Vega la golpeó en la cabeza y la dejó
amnésica. Poco después llegó la madre y llamó al 112
(teléfono de la ambulancia). La observaron y dijeron que no
recuperaría la memoria. Mientras tanto en comisaría todos
se lamentaban.
-Estábamos tan cerca… y ahora ya no tenemos nada
-dijo el jefe.
-Si, y ya llevamos tantos casos sin resolver…-dijo el
más gordo de todos.
-Esta vez hasta yo tengo miedo-dijo el valiente.
-Toca revisión en la biblioteca ¿quién va a ir?
Nadie levantó la mano, así que el jefe dijo: -El gordo y
el alto.
Nunca se llamaban por los nombres, por lo tanto todo
el mundo supo quienes deberían ir.
El gordo (que se llamaba Juan) y el alto (Mario)
fueron a regañadientes a la biblioteca.
Cuándo llegaron allí vieron horrorizados todas las
estanterías (excepto la 4) en el suelo y de la estantería
restante salía una luz roja.
-¡Ufff! Que horror, ¿quién va a ordenar esto?
-Yo no, desde luego.
-¡Corre, vamos a avisar al jefe!
-¡Totalmente de acuerdo!
Fueron a avisar al jefe y él dijo: -Caso cerrado, es
demasiado peligroso.
-Totalmente de acuerdo. (El alto no decía nada más
que eso, “totalmente de acuerdo”).
Poco antes, en la biblioteca…
-That most charming library- dijo un extranjero y
puesto que tenía tiempo entró.
Nada más entrar el libro La fierecilla domada le dio
un golpe y el extranjero se cayó.
El alcalde dijo que no se podía cerrar el caso puesto
que si no morirían más personas.
Dos agentes (que no eran ni el gordo ni el alto) fueron
a la biblioteca y se encontraron al extranjero.
Los médicos lo atendieron y pronto estuvo bien.
Hablaron con él pero no sabía nada pues no había visto
quién (mejor dicho qué) le había dado aquel golpe.
Los agentes pillaron a un matón cerca de la biblioteca
y pensaron que había sido él quien había matado a la gente.
Lo metieron en la cárcel y orgullosos dijeron: -¡Caso
resuelto!
Poco les duró la alegría pues cuando ya casi habían
olvidado el caso hubo otro asesinato. Los libros habían
atacado a una aficionada lectora.
Ya había pasado mucho tiempo, era 23 de abril.
Se murieron Garcilaso de la Vega, Cervantes y
Shakespeare.
Todos entendieron por qué los libros habían hecho
aquellas barbaridades, sólo era un aviso.
Aun así metieron los libros en un baúl con candado
para no tener problemas y poder ocuparse de otros casos.