LA CARA BLANCA DE LA MONEDA · serie B. es decir. a fragmentos no testi moniales sino literales o...

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serie B. es decir. a fragmentos no testi- moniales sino literales o directos de los pensadores) tal como las han estableci- do tradicionalmente los criterios de Diels y Kranz. y que resultan de espe- cial importancia para los estudiantes y los profesionales de la filosofía. Por otra parte. los que se interesan por la cali- dad y virtudes literarias de los escritos griegos pueden reprocharle. como Oc- tavio Paz.en su nota citada al principio.¡ que su traducción "se atenga más a la exactitud filosófica que a la temperatu- ra poética" de aquellos textos cuya for- ma literaria era originariamente el ver- so. Sin embargo. y respecto a lo prime- ro. ya advertía García Bacca que su re- producción obedecía estructuralmente antes a la lógica de una versión filosófi- ca que a las exigencias de un ordena- miento estrictamente filológico. siendo su pretensión primordial la de "ofrecer sencillamente al lector los (textos). de- jando que susciten en él impresiones directas. lejos de toda interpretación técnica. cual la impresión de un paisaje natural. sin secretas intenciones mine- ras. geológicas o botánicas". Y por lo que concierne al segundo punto. el au- tor ciertamente confiesa su decisión. un tanto forzada . por realzar los conceptos filosóficos sobre las bellezas poéticas de los textos (concibiendo. así. a la "es- trofa filosófica" como un "conjunto de palabras centrado o cristalizado alrede- dor de una idea")' pero sin que eso sig- nifique en modo alguno un descuido de la forma literaria que enmarca cada pensamiento; además. García Bacca no perdió la oportunidad para invitar a los literatos a emprender. sobre la suya. una traducción aIternativa y comple- mentaria que centrara preferentemente su atención en los valores estéticos de algunos poemas y sentencias poéticas de los filósofos presocráticos. De modo que. en cualquier caso. esta selección de textos representa una forma exce- lente de iniciación en el estudio y cono- cimiento de quienes filosofaron antes de Sócrates; una manera de asistir. con el asombro más natural. a la fiesta pre- socrática del Ser. El volumen está integrado por textos que van de la sabiduría moral de los Siete sabios de Grecia (Cleóbulo. So- Ión. Quilón. Tales. Pítaco. Bías. Perian- dro). es decir. del periodo griego pre- filosófico. a la original idad ya propia- mente filosófica del pensador. indebi- damente poco conocido. Metrodoro de Kío. atravesando las concepciones me- tafísicas (tal como nos lo permite inter- pretarlas y reconstruirlas la totalidad de fragmentos conservados) de Jenófa- nes, de Heráclito. de Parménides y Me- liso (las paradojas de Zenón de Elea de por medio). de Empédocles y Anaxágo- ras. de los atomistas Leucipo y Demó- crito, del jonio tardío Diógenes de Apo - lonia (apoyada preceptualmente en las enseñanzas de Anaxímenes) y de los partidarios de la doctrina pitagórica Alcmeón y Filolao. Cerraré esta presentación superficial reproduciendo algunos fragmentos que esbocen apenas la riqueza y la variedad de pensamiento (¿de sentimiento tarn- bién?) y de temática filosófica de estos griegos antiguos. Existe la tesis. más o menos divulgada. de que las diversas corrientes filosóficas (o visiones del mundo) posibles se hallan ya en ger- men contenidas. al menos en sus pun- tos de partida o directrices esenciales. en los modos de pensamiento o moldes conceptuales griegos. Dejando en sus- penso esa generalización. notemos por lo pronto y mediante algunos pespun- tes toscos de afirmaciones descontex- tualizadas . la excelsa variedad que deambula: del mon ismo metafísico re- velado de la manera más sutil (-"aun - que en diez mil años sólo en un cabello se cambiara el ser en algo diverso. pare- ciera todo el ser para todo el tiempo"- Meliso). a las reacciones naturales -pluralismo y reconocimiento de reali- dad al vacío- contra esa concepción eleática de lo verdaderamente real como Uno. ("yen cuanto que. de nue- vo. fueron surgiendo muchos/ desen- gendrándose Uno.! por esto se engen- dran las cosas.! mas ninguna en lo eter- no apoyará los pies"- Empédocles) . ("Ser. no lo es más Uno que Ningu- no"- Demócrito) ; de la rectitud ética más pura ("No hay que avergonzarse ante los demás hombres más que ante sí mismo. y no se debe hacer cosa mala tanto que nadie lo vaya a saber como que lo vayan a saber todos los hombres. De sí y ante sí mismo hay que avergon- zarse sobre todo y ponerse en su alma como ley no hacer nada inconvenien- te" - Demócrito) y el clima griego de mesura. templanza y equilibrio espiri- tual ( "No te ensoberbezcas con los éxi- tos. ni te deprimas con los fracasos"- -Cleóbulo) al humor ("Al que le cae en 40 suerte un buen yerno encuentra un hijo; . el que en esto tiene mala suerte pierde además una hija" -una vez más. De- rn ócrito): de la profunda convicc ión místico-religiosa de Filolao ("Como en cárcel ti ene encerradas Dios todas la ,s cosas. Los hombres son un tesoro de los dioses") al escepticismo radical y desgarrador de Metrodoro de Kío (" Ninguno de nosotros sabe nada de nada; ni siquiera esto mismo de si sa- bemos o no sabemos. ni si sabemos que sabemos o que no sabemos; ni si en total hay algo o no lo hay"). Luis Ignacio Helguera s $ $ "ssss: ss,: SS%SS LA CARA BLANCA DE LA MONEDA Cuando el primer Barthes -ei deElgrB- do cero de la esc ritura- hablaba de la escritura neut ra. estaba tocando uno de los conceptos caros a Maurice Blan- chot : el de la escritura blanca. En efec- to . para que haya una escritura blanca es necesario pasar antes por el tamiz de la escritu ra neutra . Y aunque Blanchot nunca dejó de ser un crítico impresionis- ta. es cierto que logró descubrir ciertas zonas que envidiarían los estructuralis- tasoLa escritura blanca correspondería. en términos jakobsonianos y si el des- plazamiento es posible. a la parte se- mántica equivalente a la materialidadde los signos. Si la materialidad de los sig- nos es la parte " no dicha" de la escritura poética. la escritura blanca es la parte no dicha del sentido. Al respecto es conveniente aclarar que el proceso que desarrolla Anton io Marimón en su libro es similar a la escritura poética que suma el metalenguaje a la función poé- tica: la recuperación. para el sentido. del proceso poét ico mismo: la actuali- zación de lo que va quedando atrás en el proceso poético. lo que se convertirá fatalmente en pasado si no es recupe- rado. lo que se asimila siempre a lo feo. Olores. el gusto. los excrementos lo equivalente a lo desechable aunque to- davía no es la parte maldita de Bataille . lo que en la materialidad de los signos ... Antonio Marimón : La escritura blanca. Mé- xico . UNAM. 1981 .

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serie B. es decir. a fragmentos no testi­moniales sino literales o directos de lospensadores) tal como las han estableci­do tradicionalmente los criterios deDiels y Kranz. y que resultan de espe­cial importancia para los estudiantes ylos profesionales de la filosofía. Por otraparte. los que se interesan por la cali­dad y virtudes literarias de los escritosgriegos pueden reprocharle. como Oc­tavio Paz.en su nota citada al principio. ¡que su traducción "se atenga más a laexactitud filosófica que a la temperatu­ra poética" de aquellos textos cuya for­ma literaria era originariamente el ver­so. Sin embargo. y respecto a lo prime­ro. ya advertía García Bacca que su re­producción obedecía estructuralmenteantes a la lógica de una versión filosófi­ca que a las exigencias de un ordena­miento estrictamente filológico. siendosu pretensión primordial la de "ofrecersencillamente al lector los (textos) . de­jando que susciten en él impresionesdirectas. lejos de toda interpretacióntécnica. cual la impresión de un paisajenatural. sin secretas intenciones mine­ras. geológicas o botánicas". Y por loque concierne al segundo punto. el au­tor ciertamente confiesa su decisión. untanto forzada . por realzar los conceptosfilosóficos sobre las bellezas poéticasde los textos (concibiendo. así. a la "es­trofa filosófica" como un "conjunto depalabras centrado o cristalizado alrede­dor de una idea")' pero sin que eso sig­nifique en modo alguno un descuido dela forma literaria que enmarca cadapensamiento; además. García Bacca noperdió la oportunidad para invitar a losliteratos a emprender. sobre la suya.una traducción aIternativa y comple­mentaria que centrara preferentementesu atención en los valores estéticos dealgunos poemas y sentencias poéticasde los filósofos presocráticos. De modoque. en cualquier caso. esta selecciónde textos representa una forma exce­lente de iniciación en el estudio y cono­cimiento de quienes filosofaron antesde Sócrates; una manera de asistir. conel asombro más natural. a la fiesta pre­socrática del Ser.

El volumen está integrado por textosque van de la sabiduría moral de losSiete sabios de Grecia (Cleóbulo. So­Ión. Quilón. Tales. Pítaco. Bías. Perian­dro). es decir. del periodo griego pre­filosófico. a la original idad ya propia­mente filosófica del pensador. indebi-

damente poco conocido. Metrodoro deKío. atravesando las concepciones me­tafísicas (tal como nos lo permite inter­pretarlas y reconstruirlas la totalidad defragmentos conservados) de Jenófa­nes, de Heráclito. de Parménides y Me­liso (las paradojas de Zenón de Elea depor medio). de Empédocles y Anaxágo­ras. de los atomistas Leucipo y Demó­crito, del jonio tardío Diógenes de Apo ­lonia (apoyada preceptualmente en lasenseñanzas de Anaxímenes) y de lospartidarios de la doctrina pitagóricaAlcmeón y Filolao.

Cerraré esta presentación superficialreproduciendo algunos fragmentos queesbocen apenas la riqueza y la variedadde pensamiento (¿de sentimiento tarn­bién?) y de temática filosófica de estosgriegos ant iguos. Existe la tesis. más omenos divulgada. de que las diversascorr ientes filosóficas (o visiones delmundo) posibles se hallan ya en ger­men contenidas. al menos en sus pun­tos de partida o directrices esenciales.en los modos de pensamiento o moldesconceptuales griegos. Dejando en sus­penso esa generalización. notemos porlo pronto y mediante algunos pespun­tes toscos de afirmaciones descontex­tualizadas . la excelsa variedad quedeambula: del mon ismo metafísico re­velado de la manera más sut il (-"aun­que en diez mil años sólo en un cabellose cambiara el ser en algo diverso. pare­ciera todo el ser para todo el tiempo"­Meliso). a las reacciones naturales-pluralismo y reconoc imiento de reali­dad al vacío- contra esa concepcióneleática de lo verdaderamente realcomo Uno. ("yen cuanto que. de nue­vo. fueron surg iendo muchos/ desen­gendrándose Uno.! por esto se engen­dran las cosas.! mas ninguna en lo eter­no apoyará los pies"- Empédocles) .("Ser. no lo es más Uno que Ningu­no"- Demócrito) ; de la rectitud éticamás pura ("No hay que avergonzarseante los demás hombres más que antesí mismo. y no se debe hacer cosa malatanto que nadie lo vaya a saber comoque lo vayan a saber todos los hombres.De sí y ante sí mismo hay que avergon­zarse sobre todo y ponerse en su almacomo ley no hacer nada inconvenien­te" - Demócrito) y el clima griego demesura. templanza y equilibrio espiri­tual ("No te ensoberbezcas con los éxi­tos. ni te deprimas con los fracasos"­

-Cleóbulo) al humor ("Al que le cae en

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suerte un buen yerno encuentra un hijo; .el que en esto tiene mala suerte pierdeademás una hija" -una vez más. De­rn ócrito): de la profunda convicc iónmístico-religiosa de Filolao ("Como encárcel tiene encerradas Dios todas la,scosas. Los hombres son un tesoro delos dioses") al escepticismo radical ydesgarrador de Metrodoro de Kío(" Ninguno de nosotros sabe nada denada; ni siquiera esto mismo de si sa­bemos o no sabemos. ni si sabemosque sabemos o que no sabemos; ni sien total hay algo o no lo hay") .

Luis Ignacio Helguera

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LA CA RA BLANCA DELA MO NEDA

Cuando el primer Barthes -ei deElgrB­do cero de la escritura- hablaba de laescritura neut ra. estaba tocando uno delos conceptos caros a Maurice Blan­chot : el de la escritura blanca. En efec­to. para que haya una escritura blanca esnecesario pasar antes por el tamiz de laescritu ra neutra . Y aunque Blanchotnunca dejó de ser un crítico impresionis­ta. es cierto que logró descubrir ciertaszonas que envidiarían los estructuralis­tasoLa escritura blanca correspondería.en términos jakobsonianos y si el des­plazamiento es posible. a la parte se­mánt ica equivalente a la materialidaddelos signos. Si la materialidad de los sig­nos es la parte " no dicha" de la escriturapoética. la escritura blanca es la parteno dicha del sentido. Al respecto esconveniente aclarar que el proceso quedesarrolla Anton io Mar imón en su libroes similar a la escritura poét ica quesuma el metalenguaje a la función poé­tica: la recuperación. para el sentido .del proceso poét ico mismo: la actuali­zación de lo que va quedando atrás enel proceso poético. lo que se convertiráfatalmente en pasado si no es recupe­rado. lo que se asimila siempre a lo feo.Olores. el gusto. los excrementos loequivalente a lo desechable aunque to­davía no es la parte maldita de Bataille .lo que en la materialidad de los signos

... Antonio Marimón : La escritura blanca. Mé­xico . UNAM. 1981 .

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~ Iris Murdoch : Effuego y el sol. (Por quéPlatón. desterró a los artistas). México. Fondode Cultura Económica . 1982. Breviario 320.

1 Massignon. Louis "Los métodos de realiza·ción artística en el Islam" . Revista de Occidente.1934. Citado por Zambrano. María. en Fifosofía 'ypoesía. Morelia. publicaciones de la UniversidadMichoacana. 1939.

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PLATÓN Y ELARTISTA

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Eduardo Milán

existencia. Lo mimético envía y remitehacia el pasado; lo poiético .es el pre­sente de la nostalgia. Lo mimético esplatónico; lo poiético es siempre pre­sente. se da en un ahora. De ahí queesa " prosa" de Marimón. no miméticacasi por definición. esté. en el rescatede esa otra cara blanca que fluye per­manentemente. escrita en presente: nohay más paraísoque el que se puede in­ventar.

Cuenta una leyenda musulmana1 quecierto día un teólogo oriental paseabacon sus discípulos por una de las callesde Bagdad cuando de pronto le sor­prendió el delicioso sonido de una flau­ta y preguntó qué era eso y un discípu­lo le respondió: "Es la voz de Satán quellora sobre el mundo". El vanidoso Sa­tán ha sido condenado a enamorarsedelas cosas que pasan y por eso llora; sucastigo radica en haber olvidado quesólo Dios permanece. Si alguien pre­guntara la explicación del pensamientoestético de Platón esta historia sería lamejor metáfora de tal exposición e ilus­traría la lucha que parece existir desdeentonces entre el pensamiento concep­tual. la filosofía. y la manifestación másirreverente de nuestra subjetividad: elarte. Hace pocos meses apareció un li­bro de la novelista irlandesa Iris Mur­doch en el que se hace un estudio des­criptivo de las ideas de Platón -el aná­lisis es a través de los diálogos Ion. Fe­dro. Timeo, Filebo. Teeteto. Banquete.Las leyes. LaRepública- . a quien Occi­dente ha señalado como el primer granculpable de la separación entre arte y fi­losofía. Bajo una perspectiva filosóficaElfuego y el sol. alegoríasde la poesíayla filosofía . se propone perfilar una vi-

escritura blanca". Ahí se informa al lec­tor lo que quiere ser y decir la escriturablanca. Ahora bien. ese poema. másque un lenguaje que se busca mientrasse inventa. es un metalenguaje que sebasa en una ausencia. Es decir. la escri­tura blanca no existe como letra: existecomo huella. La pista está en la cita deDerrida que Marimón pone al principiode su libro. Se trata siempre (y esto eslo esencialmente poético del libro deMarimón) de un afirmar la existencia delo que no existe sino por oposición. Eneste sentido. la escritura blanca existecomo diferencia. como prolongación : eldar a esa prolongación carácter de rea­lidad es lo que inaugura poét icamenteal libro. Algo similar ocurre cuando sedebate lo que es mimético y lo que espioético en un texto. Si la mímesis essiempre pre-existencia. la poiesis es co-

corresponde al juego. en la escriturablanca es la parte teatral. la representa­ción de lo no dicho que se vuelve ges­tual. representaciones entre la escritu­ra. Porque la escritura blanca de Mari­món es la escritura entre. la misma es­critura entre que hacía las delicias de loexperimental cuyo máximo exponentees Huidobro . Enefecto. si lo experimen­tal poét ico hizo de la página blanca unDios. el referente hizo del sentido unaabstracción totalizadora: ambos son losplanos y los polos que se atraen a la vezque se rechazan en la escritura poética .de ambos polos no escapa nadie. Parala escritura blanca. entre la escrituraocurren dramas. comed ias y tragedias .La concienc ia de ellos es el metalen­guaje del gesto. Pero hay que destacaraquí que el metalenguaje en Marimónse juega en la esfera teórica. no en lapráctica. Es quien escribe sabiendo có­mo es pero sin denunciarlo. De ahí queel poema de Marimón tenga del ready­made la impresión de que ya está he­cho. En términos lacanianos. la escritu­ra blanca de Marimón es "la ausenciaque se vuelve presencia alucinante".Podría argumentarse que esa impresiónde ready-made de la escritura de Mari­món la asimilaría a la prosa. ya que suspoemas no dependen de una materiali­dad que searma sino de unateoría que sedesplaza. Pero eso aquí no es másque retomar la herencia francesa que esmucho más conceptualizante que signi­ficante. El hecho de que la escritura deMarimón se confunda con una actitudprosaísta no significa que sea una escri­tura antipoética. sino más bien que esuna escritura que rompe la barrera ge­nérica. lo que asimilaría a Marimón a lacorriente borgesiana dentro de la litera ­tura lat inoamericana . No se trata aquíde géneros sino de su ruptura : es lo quelos franceses bautizaron con el nombrede escritura. Y dentro de la escritura. laescritura blanca es la prueba de que laausencia existe. Y este prosaísmo quecultiva Marimón está en las antípodasde una actitud coloquializante. Si lo co­loquial asimila los movimientos del ha­bla. si juega con la polivalenc ia de loscambios y los movimientos del habla. laescritura de Marimón está más cercade la lengua. de lo teórico como pre­ceptiva. Hay en el libro de Marimón uncentro que desplaza su sentido sobretodos los poemas que lo constituyen:es el poema llamado. justamente. "La

Anton io Marimón

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