La Casa de Amalio

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Crónica-artículo.

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La casa de Amalio

Luis Lope

El trmino aparece definido en el diccionario de la Real Academia Espaola de la Lengua como "sitio donde suelen beber los animales silvestres." En los estados del norte de Mxico, el trmino posee rasgos tan silvestres como turbios, pues se halla relacionado con regiones, poblados y ciudades donde la legislacin solo permite la venta de alcohol hasta cierta hora. As, a las dos de la maana, a la salida de algn bar o cantina cuando ya los centros legales de vicio estn obligados a cerrar y a despedir a sus parroquianos, el trmino obligado a usar es aguaje. El trmino refiere, pues, a un sitio donde, solapada o cnicamente, se vende alcohol sin permiso oficial.En el paisaje de cualquier madrugada de fin de semana, las calles del centro de la ciudad dibujan nebulosamente la esquina de una casona blanca de dos pisos. Podra ser la casa de unos abuelos ya abandonados por sus hijos y cuyos nietos pocas veces los visitan. Es una casona de puerta de hierro, tambin blanca, despus de cuyos dos o tres toquidos se rompe el silencio sepulcral del provinciano centro para dejarse or, de modo repentino, alguna cumbia. Un joven flaco, moreno y desvencijado por la vida y las desveladas, abre la puerta. Una leve luz apenas si ilumina fugazmente la esquina; los parroquianos entran con cierta prisa y discrecin, y la puerta se cierra, con lo que las melodas cumbieras vuelven a ese tugurio de secreto a voces. El ciclo descrito contina toda la madrugada hasta clarear. En la sala luce, considerablemente ms grande que la de la virgen de Guadalupe, una estatua de san Judas Tadeo. Contra todo pronstico y en pleno mes de mayo, un rbol de navidad decora la pared ajada del rincn como metfora de un espacio marginal y del brumoso tercer mundo que lo circunda. Ah, en tal escenario, sucede la magia. Es la casa de Amalio. La casa de Amalio es un aguaje, un oasis lbrico de amor etlico las veinticuatro horas del da y los siete das de la semana y hasta que el corrido (es decir, el dinero) se acabe.Magnate del arrabal y aristcrata del cohecho, Amalio es, adems, un hombre serio y diplomtico: Pongan al Tropicalsimo Apache o vyanse todos a la chingada, se le ha odo decir a los borrachos que lo frecuentan, entre los cuales se cuentan meretrices y travestidos, meretrices travestidos que buscan clientes, burcratas despilfarrando sus aguinaldos, hippies desencajados, buchones advenedizos que intentan apagar su lujuria acariciando la espalda baja de alguna gordibuena, intelectuales y culturosos siempre proclives a la teorizacin de este submundo de locura y abyeccin. Su estatura es de casi dos metros, pero la diabetes ha hecho estragos y, desde hace poco tiempo, lo ha recluido a una silla de ruedas donde reposa con su nica pierna. Ya no le es posible acudir l mismo a las afueras de su casona para saludar monetariamente a los policas, que andan siempre al acoso. Los oficiales se han visto en la necesidad de ingresar ellos mismos al recinto para dejarse saludar y constatar con la mirada envidiosa de quien preferira no estar de servicio la mirada perdida de los borrachos que, sin inmutarse, siguen bebiendo solo por estar vivos en medio del vaco legal y real de la madrugada como placer ltimo de la existencia, como si al amanecer no tuvieran que volver a su vida civilizada y de mierda.Algunos dicen que Amalio tiene ascendencia italiana; que su familia, alguna vez empresaria y pudiente, tuvo nexos importantes con algn antao gobierno del Estado. O quiz solo sea una leyenda auspiciada por la inventiva del relajo. Lo cierto es que tiene como empleados al joven desvencijado para atender a la clientela y a un joven alto, rubio, para su seguridad personal y la de la casona. Son un buen equipo de trabajo que, entre peleas de borrachos que se disputan meretrices y travestidos que se disputan a los hombres heteroflexibles, mantienen la lgica del orden dentro de la lgica del desorden. Est prohibido fumar mota y los hippies son los primeros en ser echados a empujones del lugar. Para llevar o para consumir ah mismo, la casa no vende ms que cerveza, por obvias razones, ms cara que en los sitios legales y recibe a todos con un tufo a ETS que dibuja muecas hasta en el visitante ms habituado. Se dice que Amalio surte su producto de venta en Costco y que tiene un cuarto repletsimo de botes de cerveza. Tal dato pareci confirmarse la vez que, despus de un inusual operativo por parte la direccin municipal de alcoholes en el que se confisc toda la cerveza a la vista, la casa de Amalio, apenas media hora despus de tal incidente, sigui funcionando en su clandestina normalidad y la clientela no dej de llegar. Arreglados con la autoridad hasta 2020. Esa es la suerte de todo aguaje.Pero la casa de Amalio no es nada ms cerveza: adems de cumbias y de canciones de banda, hay un televisor donde se miran los videoclips de las ms exitosas baladas romnticas de los ochenta. La madrugada se antoja tambin para el baile y es comn que se suscite la improvisacin de parejas: este buchn haciendo su lucha con aquella joven universitaria, este seor cincuentn con la meretriz platicadora, que espera que aquel se descuide para robarle la cartera, etctera. Por doscientos pesos, y para que las parejas terminen en privado lo iniciado en pblico, la casa ofrece, en su segunda planta, algunos conatos de dormitorios cuya higiene hara ensombrecer al legendario bao edimburguense de Transpoitting. El bao de mujeres tiene como puerta una cortina transparente; el bao de hombres no es sino un patio con dos resumideros, lleno de fierros viejos y envases de plstico guardados para el reciclaje.Una madrugada en la casa de Amalio no es algo honorable ni digno de contar. Anoche fui a la casa del Amalio, se dice. Valiendo madre, se contesta. Y es, no obstante, un destino recurrente y un acto de estoicismo. La cruda moral de ser testigo y parte de la clandestinidad no es impedimento cuando no hay ms opciones que Amalio en cualquier ciudad nortea tan represora con sus alcohlicos como alcohlica en el fondo. Eso es ms fuerte que la cruda fsica y moral de ver salir el sol desde ese aposento; es el destino de las almas y los animales silvestres.