la casa del trueno (leyenda)

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CD. LUIS D. COLOSIO 1°B 21-NOV-09 LA CASA DEL TRUENO Siete sacerdotes se reunieron en una cueva, cada tiempo en que era menester cultivar la tierra y sembrar las semillas y cosechar los frutos, siete veces invocaban a las deidades de esos tiempos y entonaban cánticos a los cuatro vientos (puntos cardinales), porque según las cuentas esotéricas de esos sacerdotes, eran cuatro por siete 28 y de veintiocho días componen el ciclo lunar. Hacían sonar el gran tambor del trueno y arrastraban cueros secos de los animales por todo el ámbito de la caverna y lanzaban flechas encendidas al cielo. Y poco después atronaban el espacio furiosos truenos y los relámpagos cegaban a los animales de la selva y a las especies acuáticas que moraban en los ríos. Llovía a torrentes y la tempestad rugía sobre la cueva durante muchos días y muchas noches y había veces en que los ríos Huitizilac y el Papaloapan (de las mariposas), se desbordaban cubriendo de agua y limo las riberas y causando inmensos desastres. Y cuanto mas arrastraban los cuerpos mayor era el ruido que producían los torrentes y cuento más se golpeaba el gran tambor ceremonial, mayor era el ruido de los truenos cuento más relámpagos significaba mayor numero de flechas incendiarias. La llegada de gente de tierras más allá del mar de turquesas (Golfo de México), siempre sonreía, se asentaron en este sitio y se llamaron, en su lengua Totonacan, se dijeron totonacas. Pero los siete sacerdotes de la caverna del trueno no estuvieron conformes con estos extranjeros pues traían consigo una gran culturay fueron a la cueva a producir truenos, relámpagos, rayos y lluvias torrenciales para ahuyentarlos.

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CD. LUIS D. COLOSIO 1°B 21-NOV-09

LA CASA DEL TRUENO

Siete sacerdotes se reunieron en una cueva, cada tiempo en que era menester cultivar la tierra y sembrar las semillas y cosechar los frutos, siete veces invocaban a las deidades de esos tiempos y entonaban cánticos a los cuatro vientos (puntos cardinales), porque según las cuentas esotéricas de esos sacerdotes, eran cuatro por siete 28 y de veintiocho días componen el ciclo lunar.Hacían sonar el gran tambor del trueno y arrastraban cueros secos de los animales por todo el ámbito de la caverna y lanzaban flechas encendidas al cielo. Y poco después atronaban el espacio furiosos truenos y los relámpagos cegaban a los animales de la selva y a las especies acuáticas que moraban en los ríos.Llovía a torrentes y la tempestad rugía sobre la cueva durante muchos días y muchas noches y había veces en que los ríos Huitizilac y el Papaloapan (de las mariposas), se desbordaban cubriendo de agua y limo las riberas y causando inmensos desastres. Y cuanto mas arrastraban los cuerpos mayor era el ruido que producían los torrentes y cuento más se golpeaba el gran tambor ceremonial, mayor era el ruido de los truenos cuento más relámpagos significaba mayor numero de flechas incendiarias.La llegada de gente de tierras más allá del mar de turquesas (Golfo de México), siempre sonreía, se asentaron en este sitio y se llamaron, en su lengua Totonacan, se dijeron totonacas.Pero los siete sacerdotes de la caverna del trueno no estuvieron conformes con estos extranjeros pues traían consigo una gran culturay fueron a la cueva a producir truenos, relámpagos, rayos y lluvias torrenciales para ahuyentarlos.Llovió mocho y durante varios días con sus noches, asta que se dieron cuenta de que esas tempestades las provocaban los sietes hechiceros.Siendo enemigos de la violencia, los totonacas se embarcaron en un pequeño barco y dotado de provisiones y agua se lanzaron al mar de las turquesas en donde se perdieron para siempre.Se reunieron los sabios y los sacerdotes y gentes principales y decidiendo que nada podrían hacer en contra de las fuerzas y que sería mejor rendirles culto, adorar a esos dioses y rogarles fueran magnánimos con este pueblo.Y en donde estaba el templo y la caverna y se ejercía el culto al dios del trueno, los totonacas (hombres sonrientes) levantaron el asombroso templo del Tajín (lugar de las tempestades). Rindió no sólo cultoal dios del trueno a quien imploraron durante 365 días, (numero de dichos que tiene este monumento) para invocar un buen tiempo en cierta época del año y la lluvia, para fertilizarla.