La Chakana y Su Significado

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LA CHAKANA Y SU SIGNIFICADO INTRODUCCION: La Chakana fue objeto de profunda veneración, desde tiempos inmemoriales, que se pierden en el tiempo y espacio, importantes culturas como Tiwanacu, Chavín y otros, lo conocían con diferentes denominaciones: los aymaras lo conocían con el nombre de Pusi Wara, los Mapuches como Choike (Pisada de avestruz). Estas culturas nos han dejado evidencias arqueológicas de su existencia milenaria. Muchos investigadores, entre ellos Carlos Milla, señala que la Chakana surge de la profunda observación de la constelación de la Cruz del Sur, que está formada por cuatro estrellas: Alba, Beta, Gama y Omega. Fue el navegante Hernando de Magallanes, al divisar la constelación lo llamo en 1505, "Cruz do Sul". Su origen se pierde en el tiempo, lo cierto, es, que la Chakana se constituye en el ordenador de la sociedad andina. Por ello existe la presencia del símbolo de la Cruz Cuadrada en muchas representaciones: vasijas, tejidos, y restos arqueológicos, evidencias palpables que permanecen como testigos silenciosos. LA CHAKANA Y SU SIGNIFICADO Para vislumbrar con cierta aproximación sobre la Chakana y su significado, es muy importante entender, comprender y tener la capacidad de observar el cosmos, desde la óptica de la Cosmovisión andina. La cosmovisión andina es la exaltación de la vida, en ella el mundo está generándose y regenerándose en forma perpetua, manteniendo y cambiando el orden en su interior, “todo dentro de, el nace, crece, se reproduce y muere en la multiplicidad de procesos de continua sucesión y reemplazo que lo constituyen” (Grillo, Renfijo, 1990, 104). El profundo conocimiento de la naturaleza cósmica del hombre andino fue vital para comprender, entender e interpretar, la constelación de la Cruz del Sur, como un ordenador y guía cósmica. El nombre ancestral de la Cruz del Sur, fue Jach’a Qhana (Luz grande), con el correr del tiempo se lo conoce como Chakana. La Chakana se convierte en el puente cósmico entre la sociedad, la naturaleza y los seres sobrenaturales, que permite relacionar recíprocamente al hombre andino con el cosmos. Por este principio la Chakana se constituye en el elemento principal en el ordenamiento territorial, social, económico y político de las sociedades andinas de Abya Yala , para alcanzar el camino del Suma Qamaña. La Chakana, tuvo un profundo significado matemático-religioso, por su carácter métrico fractal y fue venerado durante los seculares rituales como símbolo ordenador del mundo andino, cual si fuese un gran atractor, como señala Marcos Guerrero Ureña, que la existencia de un sistema matemático ha posibilitado la construcción de la urdimbre y trama del tejido social andino. “Sin un Espacio Matemático de Representación (EMR), un pueblo jamás puede evolucionar de manera sostenible y a largo plazo, hasta alcanzar complejidades sociales de las dimensiones de una civilización”. (Guerrero, 256, 2004). Carlos Milla señala que el símbolo geométrico mas difundido en la iconografía del mundo andino es la Cruz Cuadrada, la cual por su estructura cuadricular, está relacionada con las proporciones de la Constelación de la Cruz del Sur. Asimismo indica que mundo andino “resolvió” la cuadratura de la circunferencia y obtuvo un valor para el “Pi” que uso geométricamente como razón de cambio teórico de

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TEXTO COSMOVISON ANDINA

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LA CHAKANA Y SU SIGNIFICADO

INTRODUCCION:

La Chakana fue objeto de profunda veneración, desde tiempos inmemoriales, que se pierden en el tiempo y espacio, importantes culturas como Tiwanacu, Chavín y otros, lo conocían con diferentes denominaciones: los aymaras lo conocían con el nombre de Pusi Wara, los Mapuches como Choike (Pisada de avestruz). Estas culturas nos han dejado evidencias arqueológicas de su existencia milenaria.Muchos investigadores, entre ellos Carlos Milla, señala que la Chakana surge de la profunda observación de la constelación de la Cruz del Sur, que está formada por cuatro estrellas: Alba, Beta, Gama y Omega. Fue el navegante Hernando de Magallanes, al divisar la constelación lo llamo en 1505, "Cruz do Sul".Su origen se pierde en el tiempo, lo cierto, es, que la Chakana se constituye en el ordenador de la sociedad andina. Por ello existe la presencia del símbolo de la Cruz Cuadrada en muchas representaciones: vasijas, tejidos, y restos arqueológicos, evidencias palpables que permanecen como testigos silenciosos.LA CHAKANA Y SU SIGNIFICADOPara vislumbrar con cierta aproximación sobre la Chakana y su significado, es muy importante entender, comprender y tener la capacidad de observar el cosmos, desde la óptica de la Cosmovisión andina. La cosmovisión andina es la exaltación de la vida, en ella el mundo está generándose y regenerándose en forma perpetua, manteniendo y cambiando el orden en su interior, “todo dentro de, el nace, crece, se reproduce y muere en la multiplicidad de procesos de continua sucesión y reemplazo que lo constituyen” (Grillo, Renfijo, 1990, 104).El profundo conocimiento de la naturaleza cósmica del hombre andino fue vital para comprender, entender e interpretar, la constelación de la Cruz del Sur, como un ordenador y guía cósmica.El nombre ancestral de la Cruz del Sur, fue Jach’a Qhana (Luz grande), con el correr del tiempo se lo conoce como Chakana. La Chakana se convierte en el puente cósmico entre la sociedad, la naturaleza y los seres sobrenaturales, que permite relacionar recíprocamente al hombre andino con el cosmos. Por este principio la Chakana se constituye en el elemento principal en el ordenamiento territorial, social, económico y político de las sociedades andinas de Abya Yala , para alcanzar el camino del Suma Qamaña.

La Chakana, tuvo un profundo significado matemático-religioso, por su carácter métrico fractal y fue venerado durante los seculares rituales como símbolo ordenador del mundo andino, cual si fuese un gran atractor, como señala Marcos Guerrero Ureña, que la existencia de un sistema matemático ha posibilitado la construcción de la urdimbre y trama del tejido social andino. “Sin un Espacio Matemático de Representación (EMR), un pueblo jamás puede evolucionar de manera sostenible y a largo plazo, hasta alcanzar complejidades sociales de las dimensiones de una civilización”. (Guerrero, 256, 2004).

Carlos Milla señala que el símbolo geométrico mas difundido en la iconografía del mundo andino es la Cruz Cuadrada, la cual por su estructura cuadricular, está relacionada con las proporciones de la Constelación de la Cruz del Sur. Asimismo indica que mundo andino “resolvió” la cuadratura de la circunferencia y obtuvo un valor para el “Pi” que uso geométricamente como razón de cambio teórico de su Sistema Operativo de Medidas, proporcionales. A este respecto Guerrero Ureña señala que la andina, sería “la primera cultura de la tierra en expresar el “π” mediante un número irracional. A diferencia, las culturas del viejo mundo lo han hecho solo mediante números racionales” (Marcos G Ureña 257, 2004).

La matemática geométrica andina, de la Cruz Cuadrada, es de carácter métrico fractal y que el hombre andino derivo sus matemáticas jugando geométricamente con el cuadrado y el círculo, así se forma la Cruz Cuadrada Unitaria, a decir de Carlos Milla.

Por su lado Leo Cagliano señala la existencia de un patrón geométrico común aplicado en diferentes épocas cronológicas, este patrón geométrico es un cuadrado, a partir de la cual se dimensionan las demás figuras, o utilizaban combinaciones de figuras de este mismo. Una de las formas más usuales fue mediante el trazo de la diagonal de un cuadrado inicial y tomando esta diagonal otra vez como lado, para obtener un nuevo cuadrado mayor. Esta puede crecer en forma consecutiva, manteniendo una relación de precisión absoluta con la figura inicial.

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La Wiphala es el resultado de la aplicación práctica del sistema métrico fractal andino, en base al patrón geométrico del cuadrado. La unión de cuatro Wiphalas reproduce la Cruz Andina escalonada, por eso la Wiphala fue el símbolo más importante de las civilizaciones andinas.

Por su parte Hilvert Timmer (2003) señala que la Chakana es la expresión más completa de la cosmología andina, como un símbolo geométrico y matemático que ponía orden.Es muy difícil rastrear su origen y su significado exacto de la Chakana, pero existe una referencia arqueológica que la Chakana haya tomado un lugar central en el universo simbólico, dentro de las diferentes civilizaciones andinas, prueba de ello es el dibujo del Altar Mayor de Qurikancha de Joan de Santa Cruz Pachacuti Yanqui Salcamaygua (1613).

La Chakana por la simetría de sus ángulos, por su carácter métrico fractal y pragmática llego a constituirse en un instrumento astronómico, matemático, de planificación territorial y político. Una aplicación práctica de la planificación territorial, es la división territorial en partes iguales, entre el Aransaya y Urinsaya. Los espacios territoriales están organizados en dualidades o en parejas Alaxsaya y Maxasaya (Arriba y abajo), ch’iqa y kupi - lluq’i y paña (izquierda y derecha), representado en la cruz cuadrada, con un circulo en el núcleo llamado Taypi (centro), donde confluye la energía cósmica.

La división tenía relación con los fenómenos astronómicos y de ello surge, el ciclo agrícola, fiestas religiosas, divisiones políticas y administrativas. Las cuatro partes se asocian con los cuatro puntos cardinales y las cuatro estaciones del año.

De ello se deduce que los habitantes milenarios de los andes, desarrollaron una cosmovisión distinta al mundo occidental, con principios que reflejan las leyes que operan dentro de la Pacha (Cosmos). Dentro de esta cosmovisión aparece la Chakana, como ordenador e instrumento de planificación. La Chakana representa las cuatro dimensiones necesarias para la vida en comunidad: espiritual, social, político y económico.

PRÁCTICA Y EXPERIENCIAS LOCALES

El ritual de veneración a la Cruz Cuadrada se realiza el 3 de mayo, considerado como el tiempo de la Cruz y de la cosecha, con ligeras variaciones. Esta fecha, es cuando la constelación de la Cruz del Sur adquiere la forma astronómica de una cruz perfecta y se encuentra de forma vertical, esta posición de la Cruz del Sur genera energía que reordena y alinea los campos energéticos de acuerdo al orden natural imperante en nuestro hemisferio.

En los primeros días de Mayo, la Cruz del Sur se encuentra en el cenit, marca el inicio de un nuevo Ciclo Vital. Por eso nuestros Amautas realizaban un seguimiento minucioso desde los Centros Astronómicos Ceremoniales de observación, para estar más cerca de su influjo energético. Uno de estos centros de observación astronómica, fue encontrado el 2008, en Rumi K’uchu en la Comunidad de Wila Qullu del Ayllu Bombo, por Virginio Sandy Choque, autoridad originaria de Pucara Grande. La observación astronómica lo realizaban por medio de Espejos de agua, que son horadaciones practicadas sobre inmensas piedras planas, las cuales eran llenadas con agua cristalina, donde se reflejaba el firmamento, en la cual, los Amautas observan minuciosamente y hacían lectura del movimiento astral de las estrellas.

Viviana del Carpio a este respecto señala que la observación de la constelación Cruz del Sur, a través de los espejos de agua, les han proporcionado a nuestros antepasados las medidas relativas que han servido de fundamento científico, que les permitió tomar una dimensión como unidad y con ello pudieron construir modelos de distribución social y territorial, para alcanzar el Suma Qamaña (Del Carpio, Miranda, 2002).

En el contexto local varios comunidades continúan con esta práctica ritual de veneración a la Chakana o con denominaciones distintas: La fiesta de la Cruz en la población de Macha (Norte Potosí), festividad del Tata Santa VeraCruz, en el Santuario de Quillacas y la fiesta del Espíritu Santo: en la Comunidad de Pamtipata del Ayllu Bombo y la Comunidad de Sajsani del Ayllu Viluyo, ambas de la Marka Huanuni, Provincia Pantaleón Dalence, Departamento de Oruro, Estado Plurinacional de Bolivia.

En el Ayllu, la fiesta ritual de veneración de la Chakana, tiene lugar en la Comunidad de Pamtipata, el día de la celebración litúrgica del Espíritu Santo. En ella participan los comunarios de las diez comunidades del Ayllu Bombo. El ritual lo realiza el Prioste de acuerdo a usos y costumbres ancestrales, es quien porta la Cruz de madera (Cruz cristiana), en este aspecto claramente se denota el sincretismo religioso, producto de la evangelización emprendida hace 518 años de la invasión europea, al reemplazar a la Cruz del Sur, por la Cruz de Gólgota.El prioste porta la Cruz de madera, bailando al ritmo de la música y danza autóctona de los Jula Jula y Wawqu en el caso de Quillacas (danzas guerreras), propias de la época. Cada familia trae sus mejores productos agrícolas que obtuvieron en la cosecha y lo entregan al prioste, quien lo presenta en la iglesia, para recibir la bendición, en el mes de la Cruz (Mayo), mes de la cosecha. El ritual está muy relacionado con la cosecha, porque la energía cósmica irradiada por la Chakana protege a las sementeras, de todo tipo de males tangibles e intangibles.

Del ritual de veneración a la Cruz, participan las principales autoridades originarias, que acompañan a los priostes y por medio de este ritual a la Chakana, agradecen a la Pachamama por la buena cosecha obtenida. Es muy importante

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denotar, la participación de niños-niñas y mujeres (mithanis) que portan banderas blancas, que expresan: paz, armonía y reciprocidad con la Pacha.

CONCLUSIONES

La Chakana, fue venerada desde tiempos inmemoriales, por medio de rituales, por su carácter métrico fractal, que le permite relacionarse de manera reciproca, al hombre andino con el cosmos. El principio de lo fractal, lo aplico a todas sus actividades, la cual le permitió evolucionar de manera sostenible y a largo plazo, hasta alcanzar el Suma Qamaña.

La Cruz del Sur, Cruz Andina o simplemente Chakana, se constituye indudablemente en un ordenador multidimensional ciclica de planificación integral, por su caracter fractal y atractor, ahí radica la importancia vital de este simbolo ancestral venerada durante milenios.

Por todo ello la Chakana, indudablemente se constituye en un ordenador para el mundo andino, es el elemento principal en el ordenamiento territorial: social, económico y político de las sociedades andinas de Abya Yala, para alcanzar el Qapaj Ñan (camino de la sabiduría).

La profunda devoción desde nuestros ancestros a la Chakana, se mantiene en el contexto actual, con algunas variantes por el sincretismo religioso, que nos permite fortalecer y revitalizar nuestra identidad, como pueblos indígenas de Abya Yala.

Calendario agrícolaEn el calendario andino la "Luna anual", tiene trece períodos de 28 días; el "Sol anual" 12 meses, 8 de 30 días y cuatro de 31; a la sumatoria que da 364 días, se les suma un día más: Jach'a Uru o Día Grande.El Solsticio de Invierno, marca el comienzo de un nuevo año andino: Machaq Mara.Su cuenta se realiza, sumando 5.000 años a los transcurridos desde 1492, inicio de la invasión europea.El solsticio de invierno no solo indica la noche mas corta y fría, implica el desarrollo de un calendario particular, que contempla actos colectivos y eventos festivos ligados a la religiosidad popular del ciclo agrícola.Los aymaras tienen su propia división de tiempo relacionada al ecosistema y su actividad económica productiva; limitados al cultivo de tubérculos y gramíneas y fuertemente dependientes de las abundantes lluvias cíclicas. Cada ciclo anual comprendía tres estaciones:

1. Estación Fría (otoño e invierno, Juyphi Pacha), ocupando la mitad del año entre marzo y septiembre, durante la cual madura la producción agrícola y luego se le recolecta y se inicia la siembra.

2. Estación Seca (primavera, Awti Pacha) entre septiembre y diciembre, dedicada a la siembra.“Awti” implica “hambre”: la tierra está seca, hambrienta, porque no llueve.

3. Estación de las Lluvias (verano, Jallu Pacha) entre diciembre y marzo, durante la cual crecen las plantaciones.El ancestral calendario agrícola aymara se basa en la evolución estacional de las papas y quinua y similares, por lo que no es estrictamente aplicable a los valles bajos, concentrados en el cultivo del maíz.

Estación Mes Actividades

Fría:Juyphi Pacha

1° Kacha Chinu Phajjsi o WillcaSolsticio de Invierno ~ 18 de julio.

Máximo alejamiento del sol a la tierra y recomienza su acercamiento.Machaq Mara o Año Nuevo Aymara, es una de las principales celebraciones del calendario aymara. Se aprovecha la helada para deshidratar tubérculos. La nieve que puede destruir los productos en fase de deshidratación. Selección de productos para el mercado.

2° Jupha Phawaw Phajjsi o Cuchu19 de julio al 18 de agosto.

Las nevadas humedecen el suelo y facilitan el preparado de tierras y posible siembra temprana en agosto; recojo para la conservación. Finalizan actividades agrícolas, los productos están seleccionados: granos y chuño, tunta y kaya, munda y semillas en silos o kayrus.

3° Kasu Lapaca o Sata19 de agosto ~ 18 de setiembre.

Jisk'asata (pequeña siembra). Siembra de papa, oca en las alturas y otros que dependen de la lluvia para su riego. Siembra de quinua, arveja y cebada. Esquila de animales. Las lluvias posibilitan la siembra temprana.

Seca:Awti

4° Sataw Lapaca.19 de septiembre ~ 17 de octubre.

Nayra Sata (primera siembra) de papas. Esquilar animales. Limpieza de acequias. Época de siembra temprana (haba y trigo de primavera). El riesgo es la sequía.

El año nuevo aymara se inicia con el solsticio de invierno, al paso del sol a través de la "Puerta del Sol", en el templo de Kalassaya.

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Pacha 5° Lapac Phajjsi18 de octubre ~ 17 de noviembre.

Mes de calor y sequía. Chika Sata (siembra mediana) de quinua. Marcado de ganado. Principal mes de siembra de la papa. El riesgo mayor sigue siendo la sequía.

6° Khapajj Paucara o Jallu Q'allta 18 de noviembre ~ 17 de diciembre.

Inicio de lluvias. Mes de opulencia y fecundidad de la Pachamama. Cuidado de cultivos. Ultimo mes de siembra. Falta de lluvias puede dañar siembras ya hechas y limitar las que se hagan en este mes. De noviembre a enero se realiza el deshierbe, yapu picha.

Lluvias:Jallu Pacha

7° Willca Cuti18 de diciembre ~ 16 de enero.

Mes del cambio de la dirección del sol. Cuidado de cultivos. Cultivos en desarrollo, se realiza deshierbe. Hay riesgo de daño si faltan lluvias. Comienza peligro de granizadas. Fiesta de la abundancia: Capajraini.

8° Kolliw Phajjsi o Jallu Warta17 de enero ~ 15 de febrero.

Mes de lluvias torrenciales. Cruce y apareamiento de llamas y alpacas. Actividades de precosecha. La mayoría de cultivos sembrados en septiembre y octubre están en etapa de floración, son vulnerables al granizo y heladas.

9° Anata o Marqha Phajjsi.16 de febrero ~ 17 de marzo

Inicio de cosechas y marcado de animales, con sistema de cooperación recíproca. Aun hay peligro de granizadas. Incrementa la lluvia que puede provocar erosión en laderas e inundación en tierras bajas. A fin de mes y principio de abril se prepara la tierra, qhulli-kutija (roturación y rastreo).

Fría:Juyphi Pacha

10° Q'asiwi o T'arwa Yawi18 de marzo al 16 de abril.

Mes de la cosecha y la esquila. Máximo riesgo de heladas y granizadas. Se precisan lluvias para que la tierra no se endurezca y se pueda arar.

11° Llamayu17 de abril ~ 16 de mayo.

Cosecha de trilla de quinua, qañawa y otros cereales. Disminuye el peligro de granizada y de helada, los cultivos están casi maduros. De abril a junio corresponde el periodo de cosecha.

12° Kacha Hajjsi o Wanca17 de mayo ~ solsticio de invierno.

Selección de papas. Marcado de animales. Mes de cosecha y menores riesgos climáticos.

Para la consumación de sus creencias religiosas y el cumplimiento de sus rituales tan arraigados, como ya es de conocimiento general, los aymaras tributaban culto a sus divinidades, interpretando el sistema egocéntrico que considera que la tierra era el centro del universo y que el Sol giraba alrededor de ella; daban mayor valía al astro rey por recibir de él tantos beneficios como la luz, el calor y por posibilitar la vida de todos los seres. Entonces ya tenían idea de la división del año en doce meses y cuatro estaciones, dos principales que son: “Jallupacha” (época de lluvias), y “Autipacha”, (tiempo seco o despejado), y dos intermedios: “Satapacha” (mes de la siembra), “Llamayupacha” (mes de la cosecha). 

Este es el calendario aymara completo:

Mes              Denominación             Significado1er. Mes_____Willka___________Mes del Sol2do. Mes_____Q’uchu___________Mes de sacrificios3er. Mes______Sata_____________Mes de siembra4to. Mes______Khunu___________Mes del dios Nieve5to. Mes______Antaru Alpaca____Recordación de la sequía6to. Mes______Qhapaxa Paukara__Fecundidad de la tierra7mo. Mes_____Willka Kuti_______Cambio de dirección del sol8vo. Mes______Jallu Warta_______Mes de lluvias torrenciales9no. Mes______Anata____________Mes de los juegos10mo. Mes____T’arwa Yavi_______Parvas y esquila11er. Mes_____Llamayu___________Mes de la cosecha12do. Mes_____Armuray Qhasiwi___Mes de la música o regocijoAdemás las fiestas principales se celebran teniendo en cuenta los solsticios y equinoccios, las fases de la luna como: “Jairi” (Luna nueva), y “Urt’a” (Luna llena), días propicios para realizar sus ceremoniales acostumbrados, sobre todo de los “Wayt’iris” o “Laicas” (brujos), que parecen dominar la magia negra y hablar con los espíritus malignos. Al parecer, durante la época precolonial, los aymaras celebraban tres fiestas anuales: “Maraqallta”, el comienzo del año que era el 21 de junio, “Chikamara”, medio año, y “Maratukuya”, fin de año; todo en conmemoración al Tata Inti, la Phaxsi mama y la Pachamama.

Año 5522 dentro del calendario aymara

Recibiendo los primeros rayos de sol en el Año Nuevo Aymara

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Antecedentes

Una de las teorías de varias estudiadas e investigadas para establecer con cierta exactitud un determinado lapso de tiempo transcurrido hasta el presente, es la compilación de varias épocas o eras; es decir, es el cómputo o cálculo de una cuenta regresiva de los tiempos en que transcurrió cierta cultura ancestral desde su aparición hasta su extinción. De ese modo se va formando un calendario, que a la vez es el sistema de división del tiempo para formar por ejemplo un cuadro de los días, meses, estaciones y festividades de un período de 365 días. Es así que hasta el presente, habrían transcurrido 5522, coincidiendo con el Solsticio de Invierno el 21 de junio en el Hemisferio Sur; por lo tanto, la Cultura Aymara como primer aspecto en esta fecha marca "el año nuevo", donde el sol está en su punto más alejado de la Tierra; donde comienza en forma oficial la estación del invierno que tiene una duración de tres meses o 90 días calendario. El segundo aspecto de importancia para esa cultura coincide con el día más corto y a la vez la noche más larga del año; mientras que en un tercer aspecto, esta fecha marca el final de la temporada de cosecha y poco después de un cierto tiempo de frío y heladas, será el inicio de un nuevo "ciclo agrícola", una de las manifestaciones de la civilización asentada en Tiahuanaco y heredada por la cultura aymara es el calendario astral que se basa en particular en la serie de eventos del cielo y la tierra en especial para la organización de las actividades sociales y religiosas; por ello los equinoccios y solsticios desde la antigüedad eran y son muy importantes porque están sujetos e insertos a las ceremonias y rituales que se van desarrollando en forma permanente durante los 365 días del año.

Calendrario aymara

El inicio de un año nuevo según la referida cultura y conservada desde tiempos milenarios hasta nuestros días abarca sólo 6 meses; es decir, desde el 21 de junio hasta el 20 de diciembre y comienza otro año desde el 21 de diciembre hasta el 20 de junio, donde se aprecia y resalta en especial la religiosidad enmarcada en dos divinidades que irradian energía para la sobrevivencia de las comunidades. El Inti o el dios Sol, es una divinidad y la Pachamama o la madre Tierra es la otra divinidad, siendo el punto de partida para toda ceremonia. Por otra parte, esta relación de acontecimientos como tradiciones milenarias se conserva en su cosmovisión ancestral, puesto que según varias versiones la llegada de todos los años es para el "bienestar, y la buena fertilización", de las cosechas. Al mismo tiempo, para los creyentes es sumamente similar el año nuevo tradicional, puesto que este y los años venideros es y serán de gran prosperidad individual y para otros quienes lo desean. En estas ceremonias los sacerdotes amautas o Yatiris comunarios realizan rituales con un solo objetivo el de agradecer a las divinidades y espíritus ancestrales como los Achachilas augurando un deseo de bendición. Por otra parte, según otras versiones, el calendario aymara tiene trece meses y un día durante tres años; el cuarto año trece meses y dos días, que estarían exactamente calculados en los 49 coloridos de la cuadrícula que compone la Whipala o bandera indígena.

Para el mundo aymara, el año 5522, en la actualidad según el calendario gregoriano año 2014, se explica, en el desembarco de los españoles en América en 1492, cuando empieza un período de regresión; es decir, resistencia a la "Era del mundo al revés", o desequilibrio; entonces el 21 de junio comienza desde sus inicios el año 514 de la quinta Era (Una Era es igual a 1.000 años).

Períodos largos y cortos

Siendo los espacios de tiempo después de los cuales se marca en la historia como épocas transcurridas y en este particular caso, épocas pasadas de las cuales se extractan los segmentos más importantes que marcaron huella. Al respecto dentro la cultura aymara se mencionan los períodos largos que duraron cientos de años insertos en la historia, los mismos se refieren concretamente antes y después de la llegada de los españoles a América alrededor del año 1492, cuando comienza un período de retroceso primero por la ocupación de los territorios thiwanacotas, segundo, por la conquista; tercero, por la masiva e impositiva evangelización de una extraña y novedosa religión; cuarto, por la usurpación de territorios e ingentes riquezas naturales y culturales; dicha expoliación de produjo de manera violenta y con iniquidad. Todo ello abarcó varias centurias; mientras que los periodos cortos nos muestran en especial los 49 coloridos cuadros que conforman en su totalidad, la cuadrícula de la bandera o Whipala indígena, representando un conglomerado de fechas festivas y recordatorias como religiosas inmersas en dicho calendario que se inician precisamente con el Solsticio de Invierno o año nuevo aymara.

Resumen final

Los pueblos andinos celebran cada año el regreso del sol (wilkacuti), con una visión cultural y religiosidad enmarcadas en una doctrina ancestral e identidad definidas inicialmente como un conjunto de núcleos conformados y asentados en lugares donde se hallan resabios físicos de anteriores culturas, permitiendo desde todo punto de vista interactuar en lugares específicos provistos de un rico patrimonio arquitectónico denominados lugares sagrados por su inalienable y extensa cultura, no en lo abstracto e invisible, sino mediante una visión mediática plasmada en enseñanzas y conocimientos como legado de generación en generación, donde según una creencia los vivos y los muertos (según la cosmovisión andina), no dejan de existir; es decir, cada núcleo de seres humanos "cumplen un ciclo de vida", para volver al comienzo. Esto se definiría como que las divinidades son un cúmulo de energías con sobrevivencia que se manifiestan mediante fenómenos atraídos y captados precisamente, mediante ritos ceremoniales, siendo inicio y al mismo tiempo un punto de partida para relacionar como una fusión cósmica la unión en hegemonía de lo sobrenatural en permanente simbiosis con lo ancestral.

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Cosmovisión Andina  (-LA MADRE TIERRA     -RELIGIÓN     -MITOLOGÍA Y COSMOVISIÓN)

La Cosmovisión Andina, considera que la naturaleza, el hombre y la Pachamama (Madre Tierra), son un todo que viven relacionados perpetuamente. Esa totalidad vista en la naturaleza, es para la Cultura Andina, un ser vivo. El hombre tiene un alma, una fuerza de vida, y también lo tienen todas las plantas, animales y montañas, etc., y siendo que el hombre es la naturaleza misma, no domina, ni pretende dominar. Convive y existe en la naturaleza, como un momento de ella.

La revalorización de las culturas originarias y la reafirmación étnica, tal como se manifiestan actualmente entre los pueblos andinos, son una consecuencia de la toma de conciencia de miles de hombres y mujeres, que redescubrieron los tesoros que nos dejaron nuestros ancestros.

Este proceso de revitalización cultural, tiene sus guías y sus líderes. En muchos casos han sido profesores y docentes que alertaron a los niños y jóvenes contra tentaciones alienantes que desvalorizan lo que les enseñaron sus padres y abuelos. Estos guías han sido maestros creativos, que supieron combinar los conocimientos académicos adquiridos con el saber popular y comunitario. No siempre fueron comprendidos, pero divulgando sus convicciones con entusiasmo, han alimentado una corriente que ya nadie puede parar. (1)

En cuanto a lo que nos corresponde reflejar sobre la Herencia Cultural y de Identidad Nacional, recibida de nuestros antepasados, y como Patrimonio Natural de la Civilización Quechuaymara, tenemos como símbolos nacionales del Pusisuyu ó Tawantinsuyu a las estrellas del firmamento, como el TATA INTI (Padre Sol), La PHAXI MAMA (Madre Luna) que representa la fuerza DUAL del hombre andino, también el CHACHA WARMI (Hombre – Mujer), la pareja unida dentro de la convivencia nativa.

La Madre Tierra

- La tierra, dentro del conjunto de elementos que forman la comunidad indígena, es vida, lugar sagrado, centro integrador de la vida de la comunidad. En ella viven y con ella conviven, a través de ella conviven en comunión con sus antepasados y en armonía con Dios. Por eso mismo la tierra, su tierra, forma parte sustancial de su experiencia histórica y de su propio proyecto histórico. En los indígenas existe un sentido natural de respeto por la tierra; ella es la Madre Tierra, que alimenta a sus hijos, por eso hay que cuidarla, pedir permiso para sembrar y no maltratarla.

La tierra se constituye como los cimientos del cosmos, el fundamento de toda la realidad, el receptáculo de todas las fuerzas sagradas, que se manifiesta en montes, bosques, vegetación y aguas. Es el lugar y el tiempo, el espacio primordial. La tierra lo sostiene todo, es la base de la vida. La misma vida humana está ligada a la tierra de forma profunda. La tierra es matriz de vida.

Existe una connaturalidad entre la tierra y la mujer, concretamente la madre, por su inagotable capacidad de dar fruto y vida. De ahí nace la devoción y respeto a la tierra.

Esta relación de la tierra con la vida, se expresa de modo especial en el mundo vegetal: la tierra ofrece sus frutos a todos sus hijos. De ahí la relación entre la fecundidad de la gleba y la mujer, especialmente en las sociedades agrícolas. El trabajo de cultivar la tierra se relaciona con el acto generador. La mujer es surco abierto en la tierra, mientras que el hombre es el arado y la semilla que se deposita en el seno de la tierra. La fertilidad de la tierra se une así a de la mujer. La esterilidad de la tierra y de la mujer constituyen como un gran castigo.

La Tierra en el Mundo Amerindio. - para Incas, Mayas, Aztecas, Guaraníes y para todas las tradiciones originarias de América Latina y Caribeña, desde México a la tierra del fuego, la tierra constituye un lugar sagrado, un espacio privilegiado de encuentro con Dios, madre buena que da a luz, que cuida y alimenta a sus hijos, les regala montañas y ríos, el suelo y el subsuelo, es el lugar donde descansan los antepasados y constituye la raíz de su economía, de su cultura, de su espiritualidad.

La Pachamama Andina no es un simple medio de producción, ni algo profano, sino que es algo sagrado, el centro de toda su vida comunitaria y religiosa. "Un indio sin tierra es un indio muerto" afirma Tomás Balduino. La tierra es territorio y forma parte de su mismo cuerpo personal y social. Existe una comunión profunda entre el pueblo y la tierra. Se le ofrecen ritos para agradecerle sus frutos y pedirle sus bendiciones. Es como el rostro femenino y materno de Dios.

 El viejo mito todavía se conserva en tierra quechua: 

"Desde la aurora del universo había dicho la Pachamama: "Yo soy la santa tierra. La que cría, la que amamanta soy. Pacha Tierra, Pacha Ñusta, Pacha Virgen soy. ...A mí ustedes me van a llamar, me van a soplar, para las tres personas: Pacha Tierra, Pacha Ñusta, Pacha Virgen. Ese día yo hablaré. La santa tierra no van a tocar". Así había dicho la Pachamama...Esta tierra vive y en ella todos estamos viviendo juntos... Como madre nuestra nos está amamantando y nos cría. Pero nuestra madre de todas maneras se muere, nos está absorbiendo. Como a su propio hijo nos está criando. Su pelo crece: es el pasto, es la lana para los animales. Con este pasto se alimentan los animales...Pachamama sabe parir, las papas pare, las semillas le entregamos y eso pare. Pidiendo a Dios le entregamos la semilla...Le ofrecen despacho a la Pachamama por los productos y por los animales, para que no se enfermen las crías, para tener buenos productos" La tierra entre los Aymaras. - Entre los aymaras, Pachamama o Wirjina (Virgen) también merece gran respeto, se le ofrecen libaciones, en cualquier oportunidad en que se comparte comida y en todos los ritos del ciclo agrícola; se la temerá cuando se transite por parajes solitarios. La Pachamama es una y múltiple, está en todas partes, incluso en lugares agrestes y peligrosos y esta diferenciada en cada parcela concreta. Pero la tierra no da así nomás. El ciclo agrario tiene que ver con un rico ceremonial religioso: año nuevo en agosto, cuando la tierra se abre, el mes de noviembre, cuando comienzan las lluvias, el tiempo de la cosecha,... 

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Los aymaras conviven con la tierra y con toda la naturaleza en una relación armónica y ecológica. Todo esta relacionado: la familia humana, la tierra, los animales, la naturaleza. La tierra es madre, los cerros son los abuelos y los animales y las plantas son como hermanos de esta inmensa familia cósmica. La tierra madre es una anciana que ampara a sus hijos y una joven virgen que se renueva constantemente. Por esto no hay que gastarla, pues la tierra no es para ser explotada, si no para vivir de generación en generación. Existe una reciprocidad entre el pueblo aymara y la tierra, que se manifiesta en los dones que se le ofrecen en agradecimiento de los que ella nos da. Los ritos agrarios son como una celebración de la creación, como sacramentos del ciclo vital de la naturaleza.Existe relación entre el comportamiento social y los frutos de la tierra. El desequilibrio social en la comunidad (peleas, divisiones, odios, etc. ) repercute negativamente en la tierra y puede causar mala cosecha. La naturaleza y la tierra no es sólo objeto de producción sino de contemplación, es un misterio al que hay que respetar, conservar en su integridad, en armonía con toda la creación, buscando la paz con la tierra, con la comunidad y con Dios. La Tierra entre los Guaraníes. - En el mundo guaraní, la tierra es sobre todo el bosque, que incluye árboles, animales, fauna y flora, ríos y lagos. La tierra es como el sustrato del que brota la selva y los bosques.Para ellos la tierra (Tekohá) es ante todo un cuerpo vivo, con piel y pelos, con flores y colores, con luces y perfumes, con aves e insectos, con luz y voz. La tierra está ligada al acto creador de la palabra del Primer Padre y la fiesta juega un papel primordial en toda su estructura cósmica y religiosa.Pero esta tierra está llena también de males, sobre todo debido al modo de ser humano (Teko), que rompe la armonía y la comunidad. Cautiverio, pestes, esclavitud, persecuciones, desde hace 500 años producen el mal en la tierra guaraní. El guaraní se siente desterrado, fuera de su tierra, en una tierra con males.En este contexto recobra fuerza el mito de la búsqueda utópica de la tierra sin males, lugar de abundancia y fertilidad, de compartir y festejar en comunidad, lugar donde habrá tierra y libertad para todos.

(Fuente: Teología Simbólica De La Tierra, Víctor Codina, sj.; Secretariado Arquidiocesano de Pastoral Social, Ed. Seapas, Santa Cruz – Bolivia, 1993)

ReligiónLos aymaras profesaban auténticamente una religión natural, basada en la realidad y en su vivencia permanente con el mundo telúrico y cósmico; adoraban a varios dioses, entre ellos al creador de todas las cosas llamado Pachaqamak, también a Wirakocha, según las circunstancias y necesidades que se les presentaba. Tributaban culto al Sol, porque como pastores y agricultores recibían del él beneficios; a la Luna y con mayor énfasis a la Pachamama, considerada la madre tierra que les cobijaba. En su conciencia, que cada vez reafirma la condición mítica del cosmos y el mundo, también divinizaban a los fenómenos de la naturaleza como la lluvia, el viento, el granizo, la nevada, las montañas, los lagos, ríos, ect. Eran protegidos principalmente por los mallkus, Pucaras, achachilas, cumbreras, markaqollus y otros.El templo dedicado al Sol era el intikarka, que quiere decir “peña del Sol”, construido en la isla más grande del lago Titicaca. Tenían sacerdotes llamados Ichuris, que no eran precisamente para celebrar actos religiosos, sino más para cumplir los rituales costumbristas. Los adivinos se llamaban Yatiris, que miraban en coca, alcohol y en la orina, y hasta hoy perduran estas costumbres y los más diestros y entendidos se llaman Wayt’iris, quienes mediante un ritual misterioso traen a los espíritus de personas vivas o difuntas y a los espíritus de cerros y pucaras que informan sobre las causas de los problemas existentes en las relaciones interpersonales.Entre los monumentos y las ruinas arquitectónicas más importantes que hasta hoy se conservan en Tiawanacu y que tenían estrecha relación con las creencias y la religión se tienen:La Fortaleza de Akapana -. Colina artificial construida en forma de pirámide, de 15 m de alto, 180 m de base y 140 m de ancho, que probablemente servía para rendir culto a las divinidades.El Palacio de Calasasaya -. Recinto cuadrado con graderías, en forma de teatro, con unas ranuras en sus paredes, que posiblemente representen algún mensaje. Se dice que a la vez fue palacio de justicia; según algunos cronistas es el lugar donde ejecutaban sacrificios humanos; esto hace suponer que Tiawanacu fue un centro político y religioso de importancia.La Puerta del Sol -. Monumento de piedra tallada de una sola pieza, que tenía por finalidad marcar el calendario aymara, lo que hace suponer que tenían grandes conocimientos de astronomía. En el friso tiene figuras que parecen guerreros o sacerdotes que rinden culto al Sol.El Templete semisubterráneo -. Patio ligeramente rectangular de 28 x 26 m, restaurado recientemente. No se conoce su destinación.Los Monolitos antropomorfos -. Piedras talladas finamente de una sola pieza, que tienen apariencia de hombres sentados. Los más importantes son el Bennett de 7.44 m de altura por 4.66 m de ancho y otra de 12 x 2.5 m, cuyo peso se calcula en 200 toneladas. Se desconoce su mensaje.Con todo lo descrito, Tiawanacu fue la capital metrópoli aymara por excelencia. Por esas monumentales construcciones ha sido denominada “Tuncapuncu” (diez puertas). Por otra parte se concluye que el verdadero nombre de la metrópoli es “Chucahua” que quiere decir fortaleza; otros lallamaron “Taypikala” (piedra central). Incluso hay quienes sostienen que Tiawanacu deriva de dos vocablos aymaras: “titi – huahuanaca”, que quiere decir hijos del jaguar, y “thia – hunacu” que quiere decir “siéntate huanacu”, frase con la que cierto inca habría invitado a sentarse a un veloz Chasqui (mensajero).Los aymaras distinguían muy bien el cuerpo y el alma, la vida presente y la otra, por lo tanto sus creencias estaban asociadas con el día de la conmemoración de los difuntos (Todos Santos). El “ajayu” (alma o espíritu)... hasta el presente es considerado segundo dios, con grandes influencias en todos los quehaceres de la vida actual. Por estas mismas razones suponemos que en los antiguos reinos Kollas construían torres funerarias llamadas “Chullpas”, para enterrar piadosamente allí a los difuntos, junto a sus pertenencias personales como objetos de cerámica, topos, prendedores y herramientas de cobre junto a sus despojos, pero después de constituidas las naciones y los pueblos en todo el ámbito cordillerano bajo la influencia colonial, hoy enterramos a nuestros difuntos en los camposantos y cementerios expresamente construidos para el efecto.Existen vestigios de chullpares en varios lugares del altiplano de Bolivia, que posiblemente datan desde los primeros siglos de la era cristiana; aunque lo más probable es que hayan sido culturas mucho más primigenias, que por devoción a sus difuntos, acostumbraban depositarlos en casas tumba como las que vemos en el sector antiguo de Karankas, que son construidas de barro y paja amasada, allí no encontraremos de adobe, lo que hace suponer que en ese tiempo no conocían el arte de la fabricación de adobes; en los lugares pedregosos los hay también de piedra.

Fuente: Síntesis histórica de la Cultura Aymara, Félix Mamani Muñoz, Cuaderno de investigación Nº 12, Centro de Ecología y Pueblos Andinos CEPA, Oruro Bolivia, 2001.

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La whipala

El origen de la wiphala, despierta fuertes polémicas, hay quienes lo atribuyen como símbolo de los pueblos más antiguos como la cultura Tiwuanaku, otros indican un origen cercano. Los primeros sostienen como argumentos hallazgos arqueológicos de tejidos, petroglifos, cerámicas, con motivos ajedrezados. También dibujos y relatos de antiguos cronistas.Las sospechas del origen moderno de la wiphala se acrecientan sobre todo porque se busca un parangón con la tradición del viejo mundo de ondear banderas a modo de emblema. Por otro lado, la gran explosión de la wiphala en la iconografía aymara acontece con las movilizaciones del sindicalismo campesino en la década de 1970 en Bolivia.Fue en 1987 que gracias a la iniciativa de un grupo de entusiastas investigadores y colaboradores adscritos del Instituto Nacional de Arqueología boliviana (INAR), rescatando información existente sobre símbolos tradicionales en la cultura andina, diseñaron un símbolo con 7 columnas y 7 filas (49 cuadros), conformando un emblema cuadrado, donde el color blanco ocupa la diagonal y los demás cuadros constituyeran una combinación de verde, azul, violeta, rojo, naranja y amarillo.La wiphala es bastante más que la bandera y el emblema de la nación Andina y de los Aymara, es la representación de la filosofía andina, simboliza la doctrina del Pachakama (principio, orden Universal), y laPachamama (madre, cosmos) que constituye el espacio, el tiempo, la energía y nuestro planeta, por eso el significado de la Wiphala es un todo. Actualmente, es símbolo de la resurrección de la cultura que fluyó de los primordiales Cuatro Estados del Tiwantinsuyo.En el centro está atravesada por una franja de siete cuadrados blancos que simbolizan las Markas (comarcas) y Suyus (regiones), es decir la colectividad y la unidad en la diversidad geográfica y étnica de los Andes. También representa el principio de la dualidad, así como la complementariedad de los opuestos, por lo tanto unión de los espacios; y así la oposición complementaria o fuerza de la dualidad, es decir: fertilidad, unión de los seres y, por consiguiente, la transformación de la naturaleza y los humanos que implica el camino vital, y la búsqueda a la que éste nos impulsa.Los cuatro lados de la wiphala conmemoran tanto a los cuatro míticos hermanos Ayar precursores de los cuatro estados del Tiwantinsuyo; como a las cuatro festividades que representan las cuatro estaciones del calendario aymara.La parte superior de la wiphala se identifica con el sol, el día; la parte inferior con la luna, la noche.Significado de los colores:

1. Rojo: El planeta tierra (aka pacha), es la expresión del hombre andino, en el desarrollo intelectual, es la filosofía cósmica.

2. Naranja: Representa la sociedad y la cultura, es la expresión de la cultura, la preservación y procreación de la especie humana; es la salud y la medicina, la formación y la educación, la práctica cultural de la juventud dinámica.

3. Amarillo: Es la energía y fuerza (cha'ama pacha), expresión de los principios morales, es la doctrina del Pachakama y Pachamama: la dualidad (chacha wami), las leyes y normas, la práctica colectivista de hermandad y solidaridad humana.

4. Blanco: El tiempo y la dialéctica (jaya pacha), es la expresión del desarrollo y la transformación permanente del Qullana Marka sobre los Andes, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el arte, el trabajo intelectual y manual que genera la reciprocidad y armonía dentro de la estructura comunitaria.

5. Verde: Representa la economía y la producción andina, riquezas naturales de la superficie y el subsuelo, la flora y fauna que son un don.

6. Azul: Espacio cósmico, el infinito (araxa pacha), es la expresión de los sistemas estelares y los fenómenos naturales.

7. Violeta: La política y la ideología andina, es la expresión del poder comunitario y armónico de los Andes; el instrumento del estado como una instancia superior, las organizaciones sociales, económicas y culturales, la administración del pueblo y el país.

La encontramos izada en los acontecimientos sociales y culturales del hombre andino; en los encuentros de comunitarios del Ayllu, en los matrimonios de la comunidad, cuando nace un niño, cuando se realiza el corte de cabello de un niño (bautismo andino), en los entierros, etc.La wiphala también flamea en las fiestas solemnes, en los actos ceremoniales de la comunidad, en los actos cívicos; en las danzas y bailes. Al concluir una obra, una construcción de una vivienda y en todo trabajo comunitario del Ayllu y Marka.Los emblemas de los otros estados del Tiwantinsuyo, se diferencian por el color en su diagonal central:

Chinchasuyu: roja Antisuyu: verde Cuntisuyu: amarilla

QUE ES LA WHIPALA, VA PARA LOS INGNORANTESOminona (08/01/2007 09:56)

LA WHIPALA, MAS QUE UN SIMBOLOBandera y emblema de las culturas andinas Whipala, Símbolo de la Nación Andina 

La Whipala es bastante más que la bandera y el emblema de la nación Andina y de los Aymara Quishwa, es la representación de su filosofía andina y, actualmente, el símbolo de la resurrección de la cultura que fluyó de los primordiales Cuatro Estados del Tiwantinsuyo. 

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Durante muchos años LA COLONIA ESPAÑOLA PROHIBIO LA SAGRADA WHIPALA que hoy vuelve a ser reconocida y comprendida a pesar de las eras de persecución y el intento de borrar su significado. 

A continuación una brevísima introducción a su simbolismo. 

La Whipala está compuesta de 49 espacios con los siete colores del arco iris. 

En el centro está atravesada por una franja de siete cuadrados blancos que simbolizan las Markas y Suyus, es decir la colectividad y la unidad en la diversidad geográfica y étnica de los Andes. Esta franja representa también al principio de la dualidad, así como la complementariedad de los opuestos, por lo tanto unión de los espacios; y así la oposición complementaria o fuerza de la dualidad, es decir: fertilidad, unión de los seres y, por consiguiente, la transformación de la naturaleza y los humanos que implica el camino vital, y la búsqueda a la que éste nos impulsa. 

Sus Cuatro Lados 

Los cuatro lados de la Whipala conmemoran tanto a los Cuatro Hermanos Míticos; Ayar-kachi, Ayar-uchu, Ayar-laq'a y Ayar-k'allku, quienes fueron los precursores de los Cuatro Estados originales del Tawantinsuyu; así como simbolizan al calendario Cósmico de los Aymará Quishwa; las cuatro épocas del año divididas por las cuatro festividades que las conmemoran: JUYPHI-PACHA o estación fría, LAPAKA-PACHA, estación del calor, JALLU-PACH-A, estación de la lluvia, y finalmente, AWTI-PACHA o estación seca. 

Los Siete Colores del Arco Iris 

ROJO; representa al planeta Tierra (aka-pacha) así como al conocimiento de los AMAWTAS. 

NARANJA; representa la sociedad; expresa la preservación y procreación de la especie; así como salud y los conocimientos de la medicina; también a la educación y juventud. 

AMARILLO; Energía y fuerza (ch'ama-pacha), doctrina del Pacha-kama y Pacha-mama; dualidad; leyes y normas de la práctica colectiva. 

BLANCO; representa al tiempo y a su dialéctica (jaya-pacha), transformación; el arte y el trabajo, reciprocidad. 

VERDE; Para algunos representa a la economía y la producción andina; riquezas naturales, Tierra y territorialidad, así como la flora y fauna que es también considerada un don. 

AZUL; Espacio cósmico, el infinito (araxa- pacha), es la expresión de los sistemas estelares y de los fenómenos naturales. 

VIOLETA; Expresión del pueblo y del poder comunitario; estado, organizaciones sociales, intercambio. 

La Whipala y la Simbología Matemática 

Para interpretar la simbología matemática de la Whipala, debemos remontarnos a la idea del calendario, el cual podemos leer de tres maneras complementarias: 

Verticalmente, horizontalmente y diagonalmente, lo cual conforma el AWAKU andino. 

La parte superior de la Whipala se identifica con el Sol, el día y la parte de inferior con la Luna, es decir, la noche. La Whipala permite que a través del cálculo matemático sean previstas las fechas de los equinoccios, solsticios y eclipses. 

En el calendario andino la ?Luna anual? tiene trece meses divididos en 28 días, entretanto el ?Sol anual? tiene 12 meses constituidos por 8 meses de 30 días más cuatro de 31 jornadas, lo cual al sumarse nos da un total de 364 días, más un día; el llamado JACH'A-URU o Día Grande. 

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Mitología y CosmovisiónAhora ingresaremos al complejo mundo de la mitología andina y su cosmovisión, producto de la vivencia milenaria de u pasado remoto, del que se conserva su pensamiento mítico hasta hoy en las comunidades nativas aymaras y quechuas. Nos vamos a referir a las actuales poblaciones del occidente de Oruro (región de Jach’a Karankas), sin olvidar que cada grupo humano o cultura posee un modelo explicativo del mundo en el que vive, tanto en los aspectos sociales, como en los económicos y cosmológicos. Para el pueblo andino, el universo es percibido en tres espacios o niveles llamados pacha:Alaxpacha -. Es el mundo de arriba, del más allá o el cielo.Akapacha -. Es el mudo real y visible en el que vivimos.Manqhapacha -. Es el mundo de abajo o el subsuelo.

Cada uno de estos mundos está habitado por seres vivientes organizados por jerarquías, como una forma de ordenación de los valores conferidos al superior y a sus subordinados, con influencia directa sobre los hombres como veremos a continuación.

Alaxpacha -. Es el primer plano, allí viven los hombres buenos convertidos en espíritus, junto a los santos y ángeles cuya providencia es Dios. Consideran también que allí moran los dioses tutelares de los aymaras, el Sol, la Luna y las estrellas.En el pensamiento cósmico del aborigen existe una relación recíproca entre el hombre real de la tierra con las estrellas, es decir que cada hombre o mujer de la tierra tiene su estrella en el firmamento, por eso cuando muere una persona también desaparece su estrella en el espacio. El Sol es considerado como el astro benefactor de la vida y de todo cuanto existe en la tierra (los seres humanos, las plantas y los animales), y la Luna como la diosa protectora de las mujeres.Akapacha -. Es el mundo en el que habitamos todos los seres humanos sin distinción alguna, con ciertos deberes telúricos, sociales y morales, sujetos a la prodigiosa acción e interacción con la Pachamama reconocida como la diosa de la fecundidad. Es el mundo en el que los seres humanos debemos vivir en armonía entre sí y con las autoridades naturales y en relación próxima con los seres del más allá.El poblador aymara, por el hecho de vivir arraigado a la tierra, contrae una serie de obligaciones rituales con la Pachamama, que le cobija con su manto dándole los medios para su subsistencia, conforme a un dicho popular: “Vive en armonía con la naturaleza y recibirás sus dones en forma generosa y abundante”; en efecto, los rituales que el habitante andino realizaba y realiza aún, tiene relación con la naturaleza mistificada, cuyas ceremonias más importantes son:- La Wilancha: Sacrificio con animales.- La K’illpha: Marcado de orejas del ganado.- Ajayu Uru: Día de los difuntos o Todo Santos.- Marka Q’ullu Uru: Día de la Pachamama.

La Wilancha -. Ha sido y sigue siendo la practica religiosa oficial de los aymaras. Al realizar un proyecto o una obra significativa como la construcción de una casa, una obra comunal, un templo, un local escolar o al realizar un viaje largo, como requisito tenían que realizar una wilancha o wilara de una llama como presagio de buen augurio, precedida de una ch’alla y acullico, además de otros ritos complementarios según sea el caso. Todas las ceremonias rituales se cumplen con la “ch’alla” en su inicio.Todas las personas y/o comunarios, si así fuera su intención, podían realizar la “wilancha”; sin embargo, para cumplir con este acontecimiento existen en el ayllu personas carismáticas que tienen el don especial de contactarse con los espíritus y dioses tutelares del aymara, para suplicar y pedir a los “uywiris” (Padre o Madre protectores), a la Pachamama, a los achachilas, y demás fenómenos naturales, todo cuanto necesitan, de manera que en la aspersión de la sangre y la entrega de la “muntara” o “puntara”, el sacerdote, “yatiri” o “ phoqheri”, entra en comunión misteriosa y relación directa con la naturaleza comprendida entre la tierra y el macrocosmos.El proceso de la wilancha se inicia con el sacrificio de una llama, en el que, mientras uno degolla al animal expiatorio, el sacerdote recibe la primera sangre en una vasija grande, y con dos vasos o platillos de barro ceremoniales arreglados con anticipación, conteniendo un poco de coca, copal, azúcar, chocolate, inicia el rito de la aspersión del suelo y de las paredes, pidiendo en tono suplicante a los dioses de acuerdo al objetivo de la wilancha, y concluye con la entrega y quema de un plato preparado de “muntara” o “puntara” a los Mallkus y dioses tutelares. La wilancha es presidida por un “yatiri” o “phoqheri” que tiene amplia experiencia en esta ceremonia. El acto concluye con un abrazo de paz entre los asistentes, como un símbolo de hermandad.La K’illpha -. En el campo, los rebaños de llamas, alpacas y corderos se confunden, lo que hace muy difícil reconocerlos, esta es la razón por la que desde nuestros ancestros se acostumbra marcar las orejas de los ganados, acto que con devenir del tiempo se convirtió en un rito sagrado. Con este motivo se realiza una o dos marcas en el pabellón de la oreja del animal, delante o detrás, simple, doble o triple, de manera que cada familia tiene una señal propia, por la que reconoce a sus animales. El ritual preparado para el efecto, consiste en que previamente se alistan hilos y madejas de vistosos colores y se realizan aretes o zarcillos para las hembras, borlitos de lana de color para los machos, llamados sombreros. Ambos llevarán adornos de lana de color (llamados “chimpu”) amarrados en el cuello, en el lomo y en los brazos, esta ceremonia se cumple con intervalos de dos a tres años y de preferencia en el tiempo anterior a carnavales. La secuencia de actividades en el ritual de la k’illpha es como sigue:Ø Por la mañana se introduce al ganado al aprisco o corral.Ø Los dueños cargados de “chhaqheqepi” (bultos de aguayo) ingresan y dan una vuelta de saludo al ganado a los acordes del canto de la llama, charlando con ellas de lo que van a hacer, entre tanto el maestro guitarillero interpreta la melodía, luego amarran a dos o más llamitas maltonas llamadas “jilaqallu” (primeras crías).Ø Empieza la ch’alla con coca y alcohol. Se improvisa una mesita tendiendo un aguayo, donde se coloca la “inkuña” con coca como acto preliminar de la k’illpha.Ø Akullican y liban en honor a sus dioses y divinidades, a sus difuntos padres y abuelos, hasta llegar a los sitios donde pastan los ganados llamados “markaqullu”, mientras el maestro kitarrillero sigue amenizando con su música.Ø Ch’allan y liban para “jach’a Pusisuyu, jisk’a Pusisuyu” (Mallkus mayores y menores) que están representados por los cerros mayores como el Illimani, Illampu, Sorata, Sajama, Tata Sabaya y otros. De igual manera por los cerros menores y locales. Luego empieza la marcada, el esposo o dueño del ganado se llama “lari” porque será el que realice las marcas, la esposa se llama “epa”, los ayudantes encargados de sujetar a los animales se llaman “tolqas”. Cada trocito de oreja lo depositan sagradamente en la wistala de la mujer. Después de concluir con la última llama, cada invitado o vecino o acompañante tiene la obligación de “ch’allar” con su “samxata” (buen augurio), que no es otra cosa que decir buenos augurios, para que la

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Pachamama y los Markaqullus les den abundante ganado.Ø Concluida como fuere la ceremonia de la k’illpha, sacan del corral al ganado, donde propios y extraños les echan coca con azúcar y mixtura deseando para bienes, después de un abrazo de paz (Parwina) los dueños con sus acompañantes se trasladan a la casa, bailando con emoción a los acordes de la kitarrilla, con el canto “sevaremigusto” que parece significar “será mi gusto”. En la casa se sirven la cena y el asado después de un acto de agradecimiento a las divinidades, luego de un breve descanso concluye la fiesta con una verbena, donde se baila el “romero – romero”, que no es más que una alegoría del manejo de los animales domésticos, así termina este ritual.Se remarca el carácter formal y sagrado que se da a este gran ritual de la k’illpha, donde dueños y acompañantes solemnizan el acto con absoluto respeto y consideración a sus animales, como si se tratara de su verdadero cumpleaños, porque posibilitan su subsistencia.Ajayu – uru -. Es el día de los difuntos, en la actualidad se celebra el 1 y el 2 de noviembre de cada año, con un festín de comidas y bebidas en conmemoración a los difuntos. El primer día, después de servirse los platos tradicionales, los invitados y comensales presentes, por indicación de los dolientes, rezan para los muertos de hasta dos a tres generaciones pasadas. Estas costumbres han echado raíces profundas desde tiempos inmemoriales, porque se creía en la inmortalidad del alma, que después de la muerte podía sobrevivir el espíritu y tener influencia sobre sus descendientes, porque estaba dotado de poderes espirituales como Pachacámac. Por estas razones esperaban a sus difuntos desde los primeros días de octubre, colocando en cada casa una mesa con toda clase de comidas en platos, frutas y masitas pintadas con airampu llamadas “t’ant’a wawas” como símbolo de abundancia, que debían bendecir los difuntos al descender. Esta es una herencia tradicional que aún perdura hasta nuestros días, incluso está establecido de manera general que si los dolientes no recuerdan a sus difuntos, estos podrían castigar desde el cielo a su descendencia. Mas tarde se acostumbró retribuir a los difuntos con la Santa Eucaristía celebrada por los sacerdotes en el mundo católico.Según ilumina la tradición, antes del advenimiento del calendario gragoriano, las tribus aymaras del gran Tiawanacu también sabían tributar culto a los difuntos, personificados en los animales, cerros y astros del universo, totemnizados como sus antepasados inmediatos, celebrando solemnemente los rituales de costumbre dirigidos por los yatiris o adivinos que pedían con clamor para los dolientes.Markaqollu uru -. Es el día de la Pachamama, que habitualmente se celebra el 30 de noviembre de cada año, en otros pueblos se celebra en la fiesta de Pentecostés, es el día consagrado a la madre tierra que durante siglos y siglos proporciona el sustento diario tanto al ser humano como a los animales. Y como retribución se le ofrece la wilancha de una llama, acompañada de una profusa ch’alla, rindiendo culto a la naturaleza con acompañamiento de su música vernacular, kitarrillada, o tarqueada, ocasión en la que los “phoqueris” o yatiris, en profundo y misterioso éxtasis hablan, charlan, piden a la Pachamama y a los “uywiris” todo lo necesario, y le entregan en zarza ardiente la “qowa” y la “muntara” como símbolo de agradecimiento, suplicando a la vez por más abundancia en ganados, bienes y producción agrícola. En est6os rituales, la Pachamama estaba representada objetivamente por el “markaqollu” que al estilo del ekeko de La Paz, preparan de un palo más o menos de un metro de longitud, ataviado con banderas blancas, plantas y flores naturales, sus wistallas y tragos, todo en miniatura, mixtura y serpentina, feto seco de animales, etc. Este díua debía recordarse en ocasión de los movimientos de los astros, como en luna nueva o “jairi”, en luna llena o “urt’a”, humeando abundante copal y otros materiales para estar en contacto íntimo con la naturaleza.

Manqhapacha -. Es el mundo plano, donde se supone vivían los espíritus malos, los demonios llamados “Supaya” o “ Ñanqha”, las almas de los hombres y mujeres que en vida cometieron desmanes inducidos por el diablo, se suponía también que de la oscuridad de sus abismos saldrían ciertos monstruos destinados a castigar o a comerse a los malos.

Como se ha visto, en el mundo aymara se usan categorías simbólicas y míticas para expresar sus observaciones y pensamientos acerca de la realidad que le circunda. Para el hombre andino, todas las cosas materiales y los seres visibles del macrocosmos, tienen una relación recíproca y una armonía espacial, entonces, es a partir de esa cosmovisión que se han desarrollado sus códigos de vida y sus normas de conducta, en estricta relación con la naturaleza, con sus semejantes y con sus dioses convencionales. Las infracciones constituyen daños contra la naturaleza, contra sus congéneres y contra las divinidades.